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Aparato resonador
Aparato articulador
Los labios, además de las funciones vegetativas de succwn, contención
de la saliva, etc., son también órganos fonéticos importantes, y como tales,
intervienen en la articulación de los fonemas vocales -aunque no bási~
camente en algunos de ellos-, y en los fonemas consonantes p, m, f y v.
Interesa, entonces, cualquier alteración que en ellos exista, ya que impe-
dirá sus movimientos normales. Los defectos más comunes son: el labio
leporino, el labio superior corto, paralizado total o parcialmente, y el
labio grueso.
Labio leporino
El labio leporino, denominado hocico de liebre, consiste en la persis-
tellcia de la o las fisuras que el embrión posee durante su formación en
la vida intrauterina. Sabemos que el labio inferior está formado por dos
mitades, que se unen con el correr de los meses de gestación. En caso de
no realizarse, el niño presentará una fisura labial inferior; tendremos asi
el labio leporino inferior, caso extremadamente raro. Por lo que a nosotros
respecta, no hemos visto ningún caso de esa naturaleza en las escuelas.
Durante ese mismo período, el labio superior está formándose con tres
trozos, separados por dos fisuras laterales, las que de mantenerse, nos
darán los casos de labio leporino unilateral, si es un solo lado, o bilateral,
si es de los dos; simple, si afecta únicamente a la masa muscular, o com-
plicado, si alcanza también las partes óseas (fig. 15).
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mecamcas, que han impedido la unión normal de los trozos del labio, v. g,:
un tumor congénito, una brida amniótica 2 al nivel de la fisura, una ano-
malía en el desarrollo" (Ch. Lenormant).
Kirmisson invoca como causa la sífilis de los padres: 8 en 23 casos.
Hoy no se discute la influencia de la herencia, pues se presentan casos de
familias enteras, hermanas y hermanos, con esa deficiencia. Se impone la
intervención quirúrgica, pero la edad a que el niño debe ser intervenido
varía según sea simple o complicado el labio leporino 3 •
"La edad oportuna es la de tres a cinco meses. Si el enfermito es pre~
sentado cuando ya empezó la dentición, es mejor esperar a que ésta haya
1 A. FvrutBO, {d.lm.
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fecta bien el botón, y se coloca entre los labios y los dientes. El propio
niño podrá realizar el ejercicio, tirando de la goma, como" tendiendo a
hacer salir el botón, lo qne será resistido por la acción del esfínter labial.
El botón se colocará en distintas zonas de los labios: al costado derecho,
al izquierdo y al frente. Los resultados son muy satisfactorios.
Los ejercicios para intentar movilizar el velo palatino, para que .realice
su función normal de separar las fosas nasales de la faringe bucal, cuando
.se articulan fonemas bucales, pueden realizarse en forma combinada con
los ejercicios fonéticos y los respiratorios. Es necesario diferenciar los
casos de voz nasal, producida por fisuras palatinas corregidas, de aquel-los
en los cuales se producen por inhabilidad del niño o por un movimiento
incompleto velar, pues en estos últimos casos la reeducación resulta más
fácil.
l Los part'dar!os de la operación precoz la realizan antes de los dos años, y en dos tiempoa.
De la combinación uranorrafia y estafilorrafia. Ura'T!Crrafia, del ¡::r.: ouranoa :::o paladar,
:11
7 rhaph4 ::::: Butura. Estafilorratia, del ¡::r.: staphyU = úvula.
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Si con un pequeño objeto -que puede ser una espátula, en cuya extre~
midad se ajusta un pequeño alambre, de forma curva- se toca la cara
posterior del velo, se producirá inmediatamente un movimiento reflejo,
aproximándose el velo a la pared faríngea. Repitiendo este ejercicio con
cierta precaución, para evitar los movimientos antiperist<llticos, se forma
el hábito de realizar ese movimiento, con la sola presencia del aparatito.
También se puede hacer elevar el velo imitando el bostezo, pero no en to-
dos da buen resultado. En este caso, es necesario colocar el niño al hdo
del maestro, frente a un espejo, para hacerle observar con detención el
movimiento, y hacer que lo imite. Previamente se hará observar al nmo
que un espejito colocado frente a sus narínas se empaña, lo que sólo debe
suceder -en el caso de los fonemas nasales.
EJERCICIOS FONÉTICOS
ángulo recto y en el mismo plano. Uno de los extremos, provisto de una p::queña bola de cera,
es introduc:do por la -nariz del niño, de tal manera, que la pequeña bola llega a estar en con-
tacto con el ve!o del paladar. La otra extremidad pende, en forma de indicador, delante de la
boca. Se pronuncian entonces, c:n el orden indicado, las vocales a. e, o, u, i; el bdicador ze
eleva cada vez más en los períodos correspond!.erttes, ll~gando en la i a su mayor altura. Si
ee realiza la experiencia en orden inverso, el indi·eador baja a su máximum al llegar a la a",
(DE: MEYER, Loa óryanoa de la palabra.)
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La glosoplosis 1
l La obl!trucdón alta es la provocada por las vegetaciones adenoideas (véase pág. 70).
2 Del latín : retro = hacia atrás, y del griego: O'lüatoa = maxilar.
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'noca, mientras que en el hombre, orlogrado, que camina con la columna vertebral perpendicular
al suelo, la kngul\ cae en la orofaringe, mientras que la boca queda entreabierta. Es entonces
evidente que, durante la vida en loo animale~ pronogrados, un reflejo adecuado, que yo ramo
reflejo glósi{'.O, mantiene la lengua como suspendida de abajo hacia arriba, en su sito, en la
boea cerrada; este reflejo !'le ejerce en el sentido labiocdálico, para impedir que la lengua penda
fuera de la boca. Mientra:5 que, por el contrario, en el hombre ortogrado, el reflejo glósico se
ejerce en un sentido invereo a 90°, es decir, far:ngolabial, para mante<Jer la lengua como levan·
tnda de arriba a abajo, en su lu¡;ar en la boca, e impedirle caer en la cavidad faringolaríngea,
como sucede despuég de la muerte. Este fenómeno, caracterizado por un conjunto de reflejo!
musculares. destinados a mantener la lengua en su lugar en las diferentes especies animales, ea
a lo que doy el nombre de reflejo ¡;lósico". (Dr. P. ROTllN, La .QlMsoptose.)
Es necesario recordar cómo obra la fati¡;a, en !entido negat:vo, en todos lo~ animales, sobn•
el Teflejo mencionado.
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PRIMERA SERIE
SEGUNDA SERIE
Vegetaciones adenoideas 1
l La primera y segunda amígdalas, o palatinas, son las que se observan en el niño si abre
bien la boca; están situadas entre los pilares.
2 Recordemcs que Ja faringe tiene seis funciones: lf, fa.tJOcitaria: destruye los microorga-
nismos y sus toxinas, mediante el tejido linfoideo -anillo de Waldeyer-; 2', respiratoria: sirve
de pasaje al aire; 3~. fonética: obra sobre el t~mbre de voz, como caja de resonancia; la pará-
lisis del velo provoca la rinola!ia abierta, en la que todos los fonemas se hacen nasales; la obs-
trucción de la faring-e ocasiona la rino!alia cerrada, en la cual todos los fonemas se hacen buca-
les; 4', auditWa: ventila el oído medio, por la trompa. de Eustaquio; 5', gustativa, y 6f, de-
glutiva.
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FONEMAS
La posición-tipo
Hemos visto que el aire espirado, cuando debe ser empleado en la fo-
nación o en la articulación, pasa de la laringe a la faringe y a la boca, o,
según el fonema, toma la vía nasal "Con la palabra "fonema" se denomina
en fonética a todas las que corrientemente se llaman letras, ya sean sano~
ras o no, en cuanto son elementos de producción oral. Esa palabra tiende
a cumplir un papel generalizador, reservándose la palabra sonido para
aquellos fonemas que pueden ser considerados físicamente de esa mane-
ra" 1 • Son fonemas todas las letras, ya sean fricativas 2 , laterales, vibran-
tes, sordas, sonoras, etc., y son sonidos, únicamente los fonemas que van
acompañados de vibraciones laríngeas. La a, la l, la d son sonidos; en
cambio, la p, la t son ruidos, nada más. La palabra letra no corresponde
a la fonética, porque es el nombre que damos al signo o representación
gráfica de un fonema. A veces, el nombre y el fonema coinciden, por
ejemplo: a = signo gráfico; a = nombre de la letra; a = fonema. Otras
veces difiere; por ejemplo: m = signo gráfico; eme =nombre y m mm =
fonema; o carece de representación fonética, por ejemplo: h = signo grá~
fico; hache= mombre; sin representación fonética en nuestro idioma 11 •
N o consideramos, en este momento, las variaciones ,que los fonemas
experimentan fonéticamente, en el uso, en nuestro idioma, como el caso
de la u, unas veces sonora, como en: tu, su, etc., y otras muda, como en
las sílabas que, qui, gue, gui. PJlra producir un fonema, los labios, la
articulador -la lengua, los dientes, los labios, etc.-, varía en la palabra
corriente, para el mismo fonema, variaciones que dependen de las combi-
naciones silábicas de que forme parte, por lo cual los datos que suministra
la fonética estática son erróneos cuando se refieren a la palabra viviente.
A pesar de ello, le son indispensables al maestro, al profesor de canto, al
profesor de sordomudos para enseñar o poder corregir las alteraciones de
los fonemas dentro de la palabra corriente.
Dislalias 1
que hará imposible la comprenswn del lenguaje. Asi, pueden ser motiva-
das por labio leporino, por anomalías dentales, por fisuras palatinas, por
lengua gruesa, etc., requiriendo, en casi todos estos casos, el tratamiento
médico o quirúrgico, previo al tratamiento ortofónico. A estas dislalias se
las denomina mecánicas.
Otras veces pueden ser consecuencia de lesiones nerviosas, periféricas
o centrales, que obran sobre determinados músculos. Ya hemos visto que
el fonema es el resultado final de la acción de tres grandes grupos de
músculos: de la respiración, de la fonación y de la articulación, dirigidos
a un trabajo común. Y así vemos: labios que se niegan a entrar en con-
tacto; lenguas inhábiles, torpes; velos del paladar que no se levantan para
cerrar el pasaje al aire hacia las fosas nasales; ligamentos vocales que no
se aproximan, etc. Son las dislalias provocadas por incapacidad funcional.
En estos casos, los ejercicios bien regulados favorecen enormemente el
funcionamiento de esos órganos, mejorando en forma notable la articula~
ción de los fonemas.
Las dislalias pueden también ser ocasionadas por insuficiencia auditiva.
Pero la mayor parte de los defectos dislálicos que presentan los niños que
concurren a las escuelas comunes, no las originan alteraciones anatómicas
ni lesiones nerviosas, sino que, como ya hemos manifestado, son un problG-
ma de educación, pues surgen de la imitación, consciente o inconsciente, de
errores cometidos por las personas que les rodean, y a pesar de la buena
conformación orgánica que presentan.
Cuando el niño entra en el período de adquisición del lenguaje, inicia
su aprendizaje con la vocalización, a la que seguirá el perí-odo de la bal-
bucencia. Mientras dura este ú!timo, no hace nada más que ejercitar los
músculos fonoarticuladores. El lenguaje surge, primero como una n~cesi:"
dad motriz, para ser después auditiva, pues al niño le agrada escucharse,
1-o que es interesante observar. Más tarde, agrupando las distintas sílabas,
trata de imitar las palabras oídas, o crea otras nuevas, que tendrán o no
significado en nuestro idioma.
Es en esos momentos cuando se adquieren las dislalias 1 •
El niño observa cómo hablamos, nos escucha y trata de imitarnos, pero
Sus órganos no obedecen con la facilidad que él desea, y eso produce múl-
tiples alteraciones en su lenguaje, por insuficiencia funcional natural, que
!
l E'm nuestro pais (Uruguay) alcanza al 5,26 %, según~ el censo que realizamos en el afio
1934.
11 Según LEOOUVÉ. El arte de la, lectura.
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Definieron de Ortofon.ía
Los procedimientos seguidos para la corrección de todos los defectos
son completamente pedagógicos y excluyen toda posibilidad de molestia en
los órganos. Tampoco se emplea ningún instrumento que pueda ocasionar
dolor. La espátula, completamente- inofensiva, como tendremos oportunidad
de ver, es el instrumento del maestro.
El conjunto de procedimientos indicados para corregir los defectos de
articulación, de voz y de respiración, recibe el nombre general de oTto-
fonía.
La ortofonía, como dice Parrel, un:o inventa, y está al alcance de todo
el mundo..Está formada sobre un conocimiento profundo de la fonética y
de la anátomofisiología de los diferentes órganos que concurren a la fona-
ción; exige una gran experiencia de la enseñanza y de la psiCología, una
notable facultad de adaptación y una tenacidad a tnda prueba. Pero ~cuan
do es aplicada con agilidad, segú-n las reglas de la lógica y del buen sen-
tido, termina, en la mayor parte de los casos, por la restauración integral
de esa maravilla fisiológica que es la palabra humana".