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Capítulo m

LOS óRGANOS MODIFICADORES Y Al.VIPLIFICADORES


DEL SONIDO

Aparato resonador

El tercer elemento que interviene en la producción de la voz es el apa,..


1•ato resonador, en cuyo estudio entraremos ahora.
Podemos dividir este aparato en dos partes, según esté por debajo de
la glotis laríngea o por encima de ella (fig. 14). Componen la primera:
los pulmones, los bronquios, la traquear-
teria y la parte inferior de la laringe, es
decir, la zona infraglótica. A este con-
junto de órganos se le denomina aparato
infrarresonador. Su acción se percibe
claramente durante la emisión de la voz
normal, pues ésta tiene resonancia pec-
toral, lo que se percibe con claridad si
se aplica la mano en el pecho; de ahí el
nombre de "voz de pecho", dada corrien-
temente. Algunos fonemas acusan una
resonancia más acentuada en determina-
dos sectores, como en el caso de la i, cu-
yas vibraciones se perciben claramente
en la parte superior del cráneo, si se
apoya la mano en él. Esto se debe a la
transmisión de las vibraciones a través
de las masas óseas, pues en ese fonema,
por la posición que adopta la lengua, e}
aire sonoro choca contra el paladar óseo, Fig. 14. - Aparato resonador.
al cual transmite las vibraciones.
En páginas anteriores vimos que los pulmones, además de cumplir la
función respiratoria, impulsan la corriente aérea que produce el sonido:
ésta es la función de fonación . .Se comprende entonces que cualquier per-
52-

turbación o alteración anatómica o funcional que en los pulmones se pro~


duzca, obra naturalmente sobre lD_ función fonética. En el sujeto que tiene
insuficiencia respiratoria pulmonar, el débil pulmonar, el asmático, etc.,
la corriente aérea carece de la fuerza necesaria para producir normal-
mente el sonido laríngeo.
La segunda parte del aparato resonador está formado por la parte su-
perior de la laringe, la faringe, la boca, las fosas nasales y los huesos hue-
cos del cráneo, conjunto denominado apcrrato suprarresonador.
De la conformación de ese aparato depende el timbre de la voz, cuali-
dad característica, que da personalidad a la misma. Es oportuno recordar
aquí, que a los miembros de una familia se les reconoce a veces por el
timbre de voz, muy similar entre ellos.
Es en esa caja de resonancia donde las perturbaciones adquieren gran
importancia, desde el punto de vista fonético y articulador, pues los ele-
mentos que integran la boca forman el aparato articulador. Veremos, en-
tonces, cómo obran las alteraciones labiales, las dentales, las linguales, las
vegetaciones adenoideas, los pólipos, etc. en la articulación de los fonemas
y en la voz, y su posibilidad de reeducación.

Aparato articulador
Los labios, además de las funciones vegetativas de succwn, contención
de la saliva, etc., son también órganos fonéticos importantes, y como tales,
intervienen en la articulación de los fonemas vocales -aunque no bási~
camente en algunos de ellos-, y en los fonemas consonantes p, m, f y v.
Interesa, entonces, cualquier alteración que en ellos exista, ya que impe-
dirá sus movimientos normales. Los defectos más comunes son: el labio
leporino, el labio superior corto, paralizado total o parcialmente, y el
labio grueso.

Labio leporino
El labio leporino, denominado hocico de liebre, consiste en la persis-
tellcia de la o las fisuras que el embrión posee durante su formación en
la vida intrauterina. Sabemos que el labio inferior está formado por dos
mitades, que se unen con el correr de los meses de gestación. En caso de
no realizarse, el niño presentará una fisura labial inferior; tendremos asi
el labio leporino inferior, caso extremadamente raro. Por lo que a nosotros
respecta, no hemos visto ningún caso de esa naturaleza en las escuelas.
Durante ese mismo período, el labio superior está formándose con tres
trozos, separados por dos fisuras laterales, las que de mantenerse, nos
darán los casos de labio leporino unilateral, si es un solo lado, o bilateral,
si es de los dos; simple, si afecta únicamente a la masa muscular, o com-
plicado, si alcanza también las partes óseas (fig. 15).
-53-

Manifiesta Veau que ~'ei 68 % de los casos son izquierdos", y da ade~


más las siguientes estadísticas de las variedades: ~'unilateral simple: 33
o/o; bilateral simple: 9 %; unilateral complicado: 48 %, y bilateral com-
plicado: 12 %" 1 •
El sexo tiene una acción indiscutible. Los varones que presentan estas
alteraciones llegan al 63,5 %; es decir, que· casi duplican el porcentaje de
las niñas.
Las causas que provocan el labio leporino· no son todavía conocidas.
11
En casos muy raros, se ha podido evidenciar la influencia de las causas

Fig. 15. - Labio leporino, unilateral y bilater:U.

mecamcas, que han impedido la unión normal de los trozos del labio, v. g,:
un tumor congénito, una brida amniótica 2 al nivel de la fisura, una ano-
malía en el desarrollo" (Ch. Lenormant).
Kirmisson invoca como causa la sífilis de los padres: 8 en 23 casos.
Hoy no se discute la influencia de la herencia, pues se presentan casos de
familias enteras, hermanas y hermanos, con esa deficiencia. Se impone la
intervención quirúrgica, pero la edad a que el niño debe ser intervenido
varía según sea simple o complicado el labio leporino 3 •
"La edad oportuna es la de tres a cinco meses. Si el enfermito es pre~
sentado cuando ya empezó la dentición, es mejor esperar a que ésta haya

l Volase: Bec-de-LiCvr~, 1938.


s Relativa al amnioa, la membrana interna Que envuelve al feto, e :oea, varsist~ncia da una
brida .f~tal.
a A. FoRERO, A quA t~dad '" deb• operar el labio l6p"rino.
-54-

terminado" J.. En general, después de la intervención quirúrgica, la contia


nuidad muscular queda restablecida.
Otra de las deficiencias labiales es ·el labio superior corto, ya en mnos
que presentan perfecta coadaptación maxilar, ya en aquellos que padecen
de prognatismo. En este último caso, es la propia posición de los incisivos
superiores, inclinados hacia adelante, lo que impide el contacto de ambos
labios. En este caso, los fonema!? bilabiales p, m y b son sustituídos por
posiciones labiodentales, de tal manera que si se trata, de pronunciar la
palabra papá, el niño realizará la p con el labio inferior y borde de los
incisivos superiores, y no con los labios, como debe hacerse.
Para combatir la inmovilidad o la debilidad labial, deben realizarse
ejercicios; se tratará de hacer mover naturalmente los labios, bajo los
efectos de la voluntad del niño o ayudado por masajes, ejercicios de im-
pulsión, de resistencia, utilizando para estos últimos pequeños aparatos.
En el caso de prognatismo, los ejercicios se realizarán después de la in-
tervención del odontólogo espe-cializado en ortodoncia.
Por lo tanto, dividire-mos 'los ejercicios labiales en dos grupos: ejerci-
cios sin aparatos auxiliares y ejercicios con aparatos auxiliares.

EJERCICIOS LAlliALES SIN APARATOS

Teniendo los maxilares casi juntos :


1) Proyectar los labios unidos.
2) Proyectar Jos labios unidos, contrayéndolos.
3) Proyectar los labios unidos, hacia arriba y hacia abajo.
4) Tracción de los labios h:icia los incisivos.
Con los labios entreabiertos:
5) a 8) Realizar los ejercicios l, 2,
3 y 4.
Con los labios totalmente separa-
dos y la boca abierta:
9) a 12) Realizar los ejercicios 1,
Fig. 16.- Masaje labial con aparato, (La
2~ 3 y 4.
13) Tracción del 1a b i o superior
flecha indica la dirección del esfuerzo
labial.) hacia abajo, con la ayuda del labio
inferior.
14) Volver el labio superior hacia arriba.
15) Volver el labio superior hacia abajo.

1 A. FvrutBO, {d.lm.
-55-

Utili~ando el pulgar y el índice:


lG) Separar de los incisivos el labio superior y el inferior.
17) Estirarlos hacia los costados.
18) Estirarlos hacia abajo y hacia arriba.
Ma<;aje labial, en forma circular o en sentido transversal. Para esto
debe usarse talco en polvo, a fin de hacerlo suavemente, y sólo debe durar
unos minutos.
19) Después de realizado el masaje, hacer que el niño avance y retro·
ceda los labios en forma rápida.
20) Pasar en forma rápida de la articulación de la a a la o y a la u.
Después, de la a a la e y a la i. Deben exagerarse los movimientos.
21) Hacer articular la P. la m, la b, :d f y la v.
22) Hacer vibrar los labios.

EJERCICIOS LAlliALES CON APARATOS

Para restablecer la acción muscular labial en su movimiento de pro-


pulsión, el profesor Coissard utiliza un pequeño cilindro, con un resorte
interior, el que está unido por una barra a una pequeña lámina externa,
en la que el niño apoya los labios. El ejercicio consiste en empujar la lá-
mina, moviéndola y haciendo contraer el resorte.
Para medir la resistencia del esfínter de los labios, o para fortificarlo,
se uti!iza el esfingodinamómetro 1 , pe-
queílo ap2rato que consiste en un pe-
qcwfw cilindro, en cuyo interior exis-
te un ri.:3orte, cuyo grado de contrac-
ci·.n ~.; señalado exteriormente por
G'.a aguja, en una escala externa de
la caja cilíndrica. Ese resorte está
unido, mediante una cadenilla, a un
botón, que el niño coloca entre la cara
externa de los incisivos y los labios. Fi2'. 17. -Masaje labial con aparato. (La
El aparato es parecido a las balanzas flecha indica la dirección del esfuerzo.)
denominadas romanas. Cuando el niDO
hace tracción con los labios, el movimiento de la aguja indicará la resist~n­
cia del esfínter labfal, como asimismo su aumento con los ejercicios. Este
aparato es más útil que el anterior, y como no es fácil de_ realizar, aconse-
jamos sustituirlo _por una goma y un botón algo grande, de cuatro orificios.
Se hace pasar la goma por dos orificios del botón, de manera que quede
formando dos ojales, donde se colocan los dedos índice y mayor. Se desin-

l Esfin¡:odinamómetro (del griego sphiogein, cerrar. d11namis, fuerza y metron, medida).

5
-56-

fecta bien el botón, y se coloca entre los labios y los dientes. El propio
niño podrá realizar el ejercicio, tirando de la goma, como" tendiendo a
hacer salir el botón, lo qne será resistido por la acción del esfínter labial.
El botón se colocará en distintas zonas de los labios: al costado derecho,
al izquierdo y al frente. Los resultados son muy satisfactorios.

Las fisuras palatinas

Voz nasal o rinolalia abierta. -Las fisuras labiales, que indicamos


con el nombre de labio leporino, corrientemente se presentan unidas a
fisuras palatinas, defecto denominado de Sappey, o boca de lobo, que to-
rnan ya el paladar óseo únicamente, ya el paladar blando y la úvula o
campanilla. Pero en otras oportunidades, las fisuras palatinas se presen-
tan sin que el niño posea alteraciones labiales, ni aun mala implantación
dental, con perfecta coadaptación de los maxilares. En estos casos, pueden
ser totales, es decir, tomar todo el paladar, óseo y blando, o tomar parcial~
mente uno de ellos. El velo palatino pu,ede también faltar, ser corto, estar
dividido, afectando también la úvula, lo que se
denomina úvula bífida, o estar paralizado. Se
presentan entonces alt~raciones funcionales y fo-
néticas, que afectan al ser desde su nacimiento,
y cuya gravedad varía.
1
\ Como el niño no puede succionar correctamen-
te, ni deglutir, pues los líquidos son arrojados
por la nariz, es necesario colocarle el alimento en
la parte posterior de la lengua, lo que determina
una alimentación anormal. En general, son ni-
ñcs débiles, con peso inferior y vitalidad dismi-
nuída. La mortalidad es mayor que en los niños
normales. Esa comunicación anormal de la boca
con las fosas nasales provoCa también una infla-
mación crónica, que propagándose por la trompa
de Eustaquio, afe.cta la audibilidad del niño.
Desde el punto de vista de la fonación, provo-
Fi¡r. 18.-Fisura palatina.
ca un defecto general en el lenguaje. La voz tiene
una resonancia nasal, que afecta a todos los fo-
nemas, excepto la m, n y ñ, por ser éstos precisamente fonemas nasales.
Este defecto de la voz €S conocido con el nombre de "voz nasal"; Kussmaul
le llamó "rinolalia abierta". La intensidad del defecto varía según los ni~
fios, pues muchos se acostumbran a no dejar pasar, cuando hablan, nada
más que parte del aire por las fosas nasales; pero en todos se observa
claramente el defecto, si se recurre a la experiencia de Glezzer, que con~
siste en colocar un espejito debajo de las ventanas nasales, y haciéndoles
pronunciar algunos vocablos en los que no intervengan fonemas nasales.
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Se observará que el espejo se empaña. Cuando lo~ defectos de la fonación


son consecuencia de una perforación accidental, o provocada por alguna
enfermedad, el niño inmoviliza el paladar blando, para evitar la sensación
dolorosa, y adquiere el hábito de posiciones incorrectas, desde el punto de
vista de la articulación y de la voz, hábito que se mantiene aun cuando
la causa original haya desaparecido.
Tratamiento y reeducación fonética. - La colocación de paladares
artificiales se ha dejado de lado, cada vez más, .ante el perfeccionamiento
de la técnica operatoria. De ninguna manera pueden compararse ambas
soluciones, pero a veces por incomprensión de los padres, o porque la fi-
sura es excesivamente pronunciada, se prefieren los aparatos protéticos.
Del punto de vista fonético, los paladares móviles no dan un resultado
muy apreciable.
Como en el caso del labio leporino, la edad del niño es muy importante,
4 ó 5 años\ cuando se realiza la intervención quirúrgica, que se denomina
estafilorrafia si se trata sólo del velo palatino, y uranoestafilorrafia 2 en
el caso de división total. Es una jntervención delicada, que requiere la
separación de li mucosa palatina, para formar con ella un paladar -natural
sobre los huesos palatinos sin unir, o por la unión de las apófisis palati-
nas. (Brophy.)
Reeducación fonética. - Debe ser severa y prolongada, para hacer
desaparecer la voz nasal. Incluiremos en el tratamiento todos los casos, lo
mismo el que debe seguir a una intervención, que el tratamiento posterior
a una causa accidental o por un mal hábito, siendo estos últimos los casos
más frecuentes en nuestras escuelas. La reeducación incluye:
1) Ejercicios para movilizar el velo palatino;
2) Ejercicios respiratorios;
3) Ejercicios de fonación y de articulación.

EJERCICIOS PARA MOV!IJZAR EL VELO PALATINO

Los ejercicios para intentar movilizar el velo palatino, para que .realice
su función normal de separar las fosas nasales de la faringe bucal, cuando
.se articulan fonemas bucales, pueden realizarse en forma combinada con
los ejercicios fonéticos y los respiratorios. Es necesario diferenciar los
casos de voz nasal, producida por fisuras palatinas corregidas, de aquel-los
en los cuales se producen por inhabilidad del niño o por un movimiento
incompleto velar, pues en estos últimos casos la reeducación resulta más
fácil.

l Los part'dar!os de la operación precoz la realizan antes de los dos años, y en dos tiempoa.
De la combinación uranorrafia y estafilorrafia. Ura'T!Crrafia, del ¡::r.: ouranoa :::o paladar,
:11
7 rhaph4 ::::: Butura. Estafilorratia, del ¡::r.: staphyU = úvula.
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Si con un pequeño objeto -que puede ser una espátula, en cuya extre~
midad se ajusta un pequeño alambre, de forma curva- se toca la cara
posterior del velo, se producirá inmediatamente un movimiento reflejo,
aproximándose el velo a la pared faríngea. Repitiendo este ejercicio con
cierta precaución, para evitar los movimientos antiperist<llticos, se forma
el hábito de realizar ese movimiento, con la sola presencia del aparatito.
También se puede hacer elevar el velo imitando el bostezo, pero no en to-
dos da buen resultado. En este caso, es necesario colocar el niño al hdo
del maestro, frente a un espejo, para hacerle observar con detención el
movimiento, y hacer que lo imite. Previamente se hará observar al nmo
que un espejito colocado frente a sus narínas se empaña, lo que sólo debe
suceder -en el caso de los fonemas nasales.

EJERCICIOS RESPIRATORIOS SIN AFARATOS

1er. ejercicio. - Inspiración nasal, lenta, tctal, regular.


Retención del aire.
Espiración bucal, rápida.
2<' ejercicio. - Inspiración como en el ej9rcicio anterior.
Retención del aire.
Espiración bucal rápida cortada.
ger. ejercicio. - Inspiración nasal, lenta, total, regular;
Retención del aire.
Espiración bucal, soplando con violencia.
Durante la espiración se controlará la ausencia en la salida na~
sal del aire, para lo cual se colocará un espejito debajo de las ven~
tanas nasales, observando si se empaña.
~<' efercicio. - Inspiración nasal, lenta, regular, tctal.
Retención del aire.
Espiración silbando con violencia, haciendo el máximo esfuerzo.
5<' ejercicio. - Después de haber espirado nasal y regularmente, sin vol·
ver a inspirar:
Espiración violenta, bucal, haciendo el máximo esfuerzo para ex·
pulsar la mayor cantidad de aire.
Inspiración nasal, regular y completa.
6<' ejercicio. - Después de haber espirado, nasal y regularmente, sin vol·
ver a inspirar :
Espiración violenta, silbando.
Inspiración nasal,_ regular y completa.
79 ejercicio. - Inspiración nasal, regular y completa.
Retención del aire.
Expulsión violenta del aire, tratando de hacer elevar y sostener en
el aire un poc'J de algodón o una pluma liviana.
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EJERCICIOS RESPIRATORIOS CON APARA TOS

ejerncw. - Con una botella, indicado en la página 23.


1-:,í.
El ejercicio deberá realizal_'se espirando con toda violencia.
2r ejercicio. - Con la barra de madera acanalada, descripto en la página
25. Deberá realizarse el ejercicio con espiración violenta.
gu. ejerc1cto. ~ Con la bujía encendida, reseñado en la página 26. Rea-
lícense los ejercicios 1, 2 y 3, ahí indicados.
4Y ejercicio. - Con la "pilia". Realícese el ejercicio referido en la págiw
na 28.
sr ejercww. - Hacer girar molinetes.
Inspiración nasal, lenta, regular y completa.
Retenc:ón del aire.
Espiración soplando sobre el molinete con el máximo esfuerzo.
69 ejercicio. - Hacer sonar pitos, flautas, armónicas, etc.
Inspiración nasal, lenta, regular y completa.
Retención del aire.
Espiración lenta.
Cuando se realicen estos ejercicios, se controlará la salida del
aire por las fosas nasales mediante un espejito, que no deberá em-
pañarse si el ejercicio da resultado positivo.
7Q ejercicio. ~ Hacer pompas de jabón en 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2 y 1 espiración.
Inspiración nasal, lenta y completa.
Se realizará el control de la salida del aire por las fosas nasales,
en la forma indicada en el ejercicio anterior.

EJERCICIOS FONÉTICOS

Se basan en las experiencias de Passavant 1 y de Czermak 2 sobre- la


presión que ejerce el velo palatino sobre la pared faríngea, cuando se ar-
ticulan las vocales, y que ·en orden decreciente es i, u, o, e, a. La elevación
en el más alto grado, es cuando se articula la i, y va disminuyendo, hasta
llegar a la as.

De la oclMión de la faringe en el acto de la pdabra.


1

La acción del velo dd paladar en la emisión de las vocales puras.


ll
"Para comprobarlo, Czermak toma un pequeño alambre fino y dobla :;u~ t!o:; extremoe en
3

ángulo recto y en el mismo plano. Uno de los extremos, provisto de una p::queña bola de cera,
es introduc:do por la -nariz del niño, de tal manera, que la pequeña bola llega a estar en con-
tacto con el ve!o del paladar. La otra extremidad pende, en forma de indicador, delante de la
boca. Se pronuncian entonces, c:n el orden indicado, las vocales a. e, o, u, i; el bdicador ze
eleva cada vez más en los períodos correspond!.erttes, ll~gando en la i a su mayor altura. Si
ee realiza la experiencia en orden inverso, el indi·eador baja a su máximum al llegar a la a",
(DE: MEYER, Loa óryanoa de la palabra.)
-60-

Si el niño no da ninguna vocal sin sonido nasal, lo que se comprueba


con el espejito colocado delante de las fosas nasales mientras las pronun~
cia, según ya hemos indicado, realizaremos ejercicios partiendo de la i, en
la siguiente forma:
1er. eiercicio. - Inspiración nasal.
Articulación del fonema i, con salida violenta del aire.
Descanso.
Repetir el ejercicio varias veces.
211 ejercicio. - Inspiración nasal.
Articulación del fonema u, con salida violenta del aire.
Descanso.
Repetir el ejercicio.
Se 1·• ejercicio. - Inspiración nasal.
Articulación de los fonemas i, u, con esfuerzo violento, sin volver
a inspirar previamente.
Descanso.
Repetir el ejercicio .
.q.r ejercicio. - Inspiración nasal.
Articulación alternada de los fonemas i, u, hasta agotar el aire es~
pirado.
Des-canso.
Repetir el ejercicio.
59 ejercicio. - Inspiración nasal.
Articulación alternada i, o, en la misma forma anterior.
En la misma forma se realizan las siguientes combinaciones:
i-e; i~a; u-o; u-e; u-a.
Utilizando estos fonemas se entran en las combinaciones con los fone-
mas consonantes oclusivos en primer término, v. g.:
qui, cu, co, que, ca;
ti, tu, to, te, ta;
pi, pu, po, pe, pa; formándose cOn estas sílabas algunas pala~
bras, que el niño deberá pronunciar; ej.: quiqui, quique, quica, cucu, cuco,
cuca, coco, coque, coca, etc. En la misma forma se prosigue con las con~
sonantes restantes.
Es interesante observar, de tanto en tanto, utilizando el espejo, si la
mancha de vapor de agua condensado que allí se forma disminuye~ lo que
señalará el progreso en el tratamiento. Recordemos, también, que los fo-
nemas m, n y ñ, no deben ser utilizados en las combinaciones silábicas.
También se puede saber si el niña. progresa, utilizando- el sigui en te
procedimiento: se hace inspirar profundamente al niño, frente al espiras~
copio o al espirómetro. Se aprieta su nariz con el pulgar y el índice, y se
hace espirar el aire en el aparato-. Se realiza la operación de tres a cinco
-61-

veces, y se busca la media. Se descansa. Después de un rato, o al otro


día vuelve a realizarse la inspiración y la espiración en el aparato, sin
ap;etar las alas de la nariz. Se busca también la media. La diferencia en-
tre la primera media y la segunda dará la cantidad de aire que el niño
permite salir por las fosas nasales. Realizada esta operación, después de
varias sesiones de ejercicios nos daremos cuenta si existe o no progreso
en el tratamiento.
Debemos señalar que es un tratamiento que requiere mucha experien~
cia por parte del maestro, y que se obtiene siempre una mejora visible en
el lenguaje si se persiste en ello, no descorazonándose por el tiempo que
requiera, mejora que será más evidente de acuerdo con el grado de inte-
ligencia del niño, con su edad y con el esfuerzo que él realice, y que el
maestro sabrá encauzar debidamente.

La glosoplosis 1

La lengua. - N o existe órgano tan movible como la lengua, la cual


entra en juego en la masticación, la deglución, la succión, la articulación
de los fonemas, en la -colocación de la voz, etc.
Bajo la acción de los diecisiete músculos que la forman, juega un papel
importantísimo en el acto fonético. De ahí que su hipertrofia, su pará~
lisis, la carencia de fuerza y de energía funcional, la modificación de su
posición normal y su falta de movilidad en distintos grados por la acción
del frenillo 2 , interese tanto al médi-co como al odontólogo encargado de
modificar la forma del maxilar inferior, cuando de él proviene el retroceso
de la lengua, así como interesa al profesor de ortofonía, por las mil diver-
sas posiciones que este órgano adopta en el lenguaje. Es de importancia,
pues, su máxima movilidad 3 , sobre todo en algunos fonemas que, como
la r, en nuestro idioma la exigen al máximum.
Al estudiar los fonemas, hemos señalado en cada caso los ejercicios
linguales indispensables para darles. flexibilidad y permitir su articula-
ción. Señalaremos aquí un defecto, al que no se le ha concedido la impor-
tancia debida, y cuya desaparición tiene enorme valor, por sus consecuen~
cias; indicaremos, además, los ejercicios necesarios para su recuperación
funcional. Nos referimos a la glosoptosis.
La glosoptosis es la caída -el retroceso, diremos- del órgano lingQal
en la cavidad faríngea -dicho con más propiedad: faríngeo bucal- oc u·
pándola casi totalmente, llegando en algunos casos a dejar un pequeñísimo

1 Del griego: gW~~a = lengua, y ptó~i$ = ~aída.


ll Repliegue mucoso, en la cara inferior de la lengull, muy re~istente, Que limita tu.s moTI-
mientes - especialmente los de eleva~ión y p1·oyección.
11 A veces se adhiere al suelo de la boca y su movilidad desaparece -afección que 1e deno-

mina anquilooloJJia-, con graves repercusiones en la masticación, deglución y fonación.


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espacio entre su dorso posterior y la pared posterior faríngea. para el pa..


saje del aire. En esta forma, provoca la "obstrucción baja" 1, como la de-
nomina Rosenthal; su causa es la falta de desarrollo del maxilar inferior
(fig. 19). En el individuo normal existe una perfecta coadaptación de
ambas arcadas dentales. En él, durante el acto respiratorio nasal, la punta
de la lengua toca la parte posterior o interna de los incisivos inferiores,
y su base, por esta posición, deja totalmente libre la abertura laríngea,
ya que la epiglotis, siguiendo el movimiento lingual, se levanta. También
queda libre la faringe, y así la C'Jrriente aérea puede circular libremente.
En los individuos en cuyas arcadas dentales no existe coadapta-ción,
esta posición de la lengua desaparece. En aquellos individuos cuyo maxilar
inferior está en retroceso, defecto denominado retrognatismo 2 , el mentón

-parte rayada- que el doctor Rosenthal denomina obBtrucción baja.

huyente hacia atrás obliga a la lengua a seguir el movimiento 'del maxilar,


y su base impide la inspiración y espiración normales, por la caída de la
epiglotis. El individuo tiende a realizar respiración bucal, por un moví~
miento de la cabeza, desplazándola hacia arriba y atrás.
La compresión lateroposterior de esa zona por la lengua, zona que el
doctor Robín llama, muy acertadamente, "confluente vital funcional", tie~
ne una enorme importancia. Para interpretarlo debidamente es necesario
recordar los elementos anatómicos que ascienden y descienden por esa re-
gión, uniendo la cabeza con el tronco. Así, la compresión de las arterias

l La obl!trucdón alta es la provocada por las vegetaciones adenoideas (véase pág. 70).
2 Del latín : retro = hacia atrás, y del griego: O'lüatoa = maxilar.
63

carótidas, que irrigan el cerebro, y de las venas yugulares, impidiendo en


éstas la libre circulación de los elementos de desecho arrastrados por la
corriente venosa, puede ocasionar la pereza intelectual y aun la torpeza,
observada por el maestro en algunos alumnos.
La causa del hipofuncionamiento de la glándul;:t tiroides, diagnosticada
por el especialista, .con sus secuelas: desequilibrio visceral, genital y psí-
quico, puede ser buscada en la compresión de las. arterias tiroideas.
La fatiga y la insuficiencia respiratoria, la semiparálisis y la parálisis
del velo del paladar y de los ligamentos vocales, las disfonías t, la impo-
sibilidad de la vocalización alta, etc., en muchos casos son provocadas por
la compresión de distintos nervios, como el glosofaríngeo, el neumogás-
trico en sus ramas cervicales: el laríngeo, los ramos cardíacos, los larín-
geos superior e inferior o recurrente, y el espinal en su rama intern~,
fusionada con el neumogástrico 2 •
En general, los niños glosoptósicos padecen de hipertrofia de las amíg-
dalas, por lo cual su respiración es bucal. Recuérdese, a este respecto, la
importancia de la respiración nasal. Esto provoca alteraciones esqueléticas
en el macizo mandíbulofacial. El paladar se levanta, defecto que se deno-
mina paladar ofival, y los dientes se disponen en las más variadas formas
de implantación. Algunos elementos, como el labio superior, no siguen el
ritmo de crecimiento, lo que permite ver constantemente los incisivos su-
periores. La capacidad respiratoria de los niños que padecen de estas ano.-.
malías está por debajo de lo normal, y su tórax toma una forma caracte-
rística: de quilla. Las condiciones antifisiológicas del aire provocan una
hipohematosis, la que obrando sobre su capacidad adquisitiva intelectual,
da una evidente sensación de torpeza, agravada por sus defectos acústicos.
Por otra parte, en general son niños hiponutridos, que en el período de la
lactancia deben alimentarse siguiendo una técnica especial: tetada orto es-
tática fraccionada. También hemos encontrado, durante nuestra práctica,
otro tipo de niño glosoptósico, no típico, ni con la gravedad que se pre-
senta en el caso de la atresia 3 del maxilar inferior, pero sí bastante acen-
tuada, debido, posiblemente, ,a un relajamiento del reflejo glósico 4, pero

l Del griego: dys = =


ilifieultad, imperfección, y ¡Jhoné voz.
ll Observaciones publicadas por el doctor Robin, en distintos trabajos sobre ese tema.
s Del griego: a= privativo, y tresis = perforación. Imperforación o estrechez. "Los clá-
sicos designan comúnmente con este nombre la obstrucción completa o incomplda, congénita-- o
adquirida de un conducto natural. E•n realidad, en la atresia mandibular, hay estrechamiento del
área del maxilar inferior como consecuencia de un defecto de nutrición, de una osteopatía que
ha cerrado, miis o menos, los canales nutrieios de esta p"eza". (Dr. P. ROBIN, La glo8soptose.)
~ "El reflejo glósico del iloctor Robín es la tendencia de la lengua a tomar siempre un8.
posición correcta, yn esté el sujeto en reposo, ya esté en decúbito -posición dd cuerpo sobre un
plano horizontal-. Acostado como lo hace el niño, arrollado o dormiilo, o en reposo sobre la
espalda, el sujeto tiene su lengua en posición normal. Esto es verdadero en el hombre, ortogrado,
como en el an·mal, pronogrado". (G. RosENTHAL, Rééducation des obstrués du nez.)
Después de la muerte, el reflejo desaparece. "Entonces, en todos los animales pronogrados,
es decir, que marchan con la columna vertebral paralela al suelo, la lengua pende fuera de la
-64-

que desde el punto de vista fisiológico, mental y ortofónico, produce los


mismos efectos.
Defectos en el lenguaje. - Del punto de vista del lenguaje externo,
observamos que la voz de los niños glosoptósicos toma una característica
especial, de opacidad, faltándole fuerza y claridad, aun en la articulación

F\g. 20. - A, sujeto con respiración normal; B, sujeto con glosoptosis. La


respiración es bucal. Obsérvese la dif€rencia de conformación torácica entre
~mbas fü:uras.

'noca, mientras que en el hombre, orlogrado, que camina con la columna vertebral perpendicular
al suelo, la kngul\ cae en la orofaringe, mientras que la boca queda entreabierta. Es entonces
evidente que, durante la vida en loo animale~ pronogrados, un reflejo adecuado, que yo ramo
reflejo glósi{'.O, mantiene la lengua como suspendida de abajo hacia arriba, en su sito, en la
boea cerrada; este reflejo !'le ejerce en el sentido labiocdálico, para impedir que la lengua penda
fuera de la boca. Mientra:5 que, por el contrario, en el hombre ortogrado, el reflejo glósico se
ejerce en un sentido invereo a 90°, es decir, far:ngolabial, para mante<Jer la lengua como levan·
tnda de arriba a abajo, en su lu¡;ar en la boca, e impedirle caer en la cavidad faringolaríngea,
como sucede despuég de la muerte. Este fenómeno, caracterizado por un conjunto de reflejo!
musculares. destinados a mantener la lengua en su lugar en las diferentes especies animales, ea
a lo que doy el nombre de reflejo ¡;lósico". (Dr. P. ROTllN, La .QlMsoptose.)
Es necesario recordar cómo obra la fati¡;a, en !entido negat:vo, en todos lo~ animales, sobn•
el Teflejo mencionado.
65-

de aquellos fonemas que puede dar correctamente, es Q.ecir, en los cuales


la. posición ptósica de la lengua obra de una manera muy tenue. Los fo~
nemas vocales se modifican en su totalidad, observándose que estas defor-
maciones, en importancia decreciente, siguen este orden: i- e - a- 0 _u.
En la articulación normal de los tres primeros fonemas, la punta de la
lengua se coloca detrás de los incisivos inferiores, lo que le es imposible
lograr al niño que padece de glosoptosis, en quien la lengua se aleja de
esos dientes y llena la parte posterior de la cavidad bucal y la faringe.
Colocada en esa forma, acorta el tubo sonoro y el sonido adquiere reso-
nancia nasal.
Los labios no entran casi en acción, especialmente el superior, que per-
manece inmóvil. Los fonemas consonantes son deformados también, y así
observamos numerosas dislalias, que describimos a continuación, de las
más a las menos visibles:
Fonemas labiales: p- b- m. - Los tres son sustituídos. En unos casos,
son articulados en la unión del labio inferior con el borde de los inCisivos
superiores, y en otros, cuando el defecto es más grave, con la cara interna
de los mismos.
Fonemas labiodentales: f- v. - Se articulan con bastante normalidad,
aunque hemos observado la tendencia a darlos como oclusivos.
Fonema interdental: d. - Cuando la articulación es normal, la punta
de la lengua se coloca entre los incisivos, superiores e inferiores, pero en
este caso es articulada como alveolar, colocando la punta de la lengua en
las protuberancias alveolares superiores.
Fonemas dentales: t- s. - El primero, que el niño normal articula co-
locando la punta de la lengua detrás de les incisivos superiores, es modi-
ficado, colocándola en las protuberancias alveolares y en la s, cuya arti-
cula~ión exige la colocación de la punta de la lengua apoyada en la cara
interna de los incisivos inferiores, sufre un desplazamiento en el punto de
contacto, realizándose como en la t pero, como ·eS fonema fricativo, debe
dejar un espacio frontal, para permitir la salida del aire.
Fonema alveolar y vibrcinte: r. - En todos los casos que hemos tenido
oportunidad de observar, hemos comprobado la dislalia de este fonema.
De los fonemas que pueden ser articulados, a pesar de padecer glosoptosis,
es el que se presenta más regularmente como defectuoso. En general, la
lengua, y particularmente la punta, carece de agilidad, de flexibilidad, lo
que hace sumamente difícil la corrección de esta dislalia. Son los casvs
que requi2ren más tiempo en los ejercicios preortofónicos linguales, posi-
blemente por la compresión en el confluente vital _funcional de los nervios
de la lengua. En la articulación de la r, vibrante múltiple, la corriente
aérea carece de la fuerza necesaria para desplazar el vértice lingual de
su contacto con la protuberancia alveolar. Sabemos que la característica
-66-

fundamental de este fonema es que requiere una flexibilidad enorme del


vértice, pura que, al ser desplazada por la violencia de la corriente aérea
venciendo a la tensión lingual, vuelva a su posición primitiva, al '
re-cer, momentáneamente, la superioridad de la presión aérea bucal, por
la salida de parte del aire acumulado. Este movimiento, que se repite en
tiempos mínimos, no se observa en estos niños, queda,ndo la lengua como
adherida a las protuberancias alveolares, en oclusión, y cuando se separan,
es grande el tiempo que tarda en recuperar su posición. Cuando este fo~
nema interviene en los sinfones, la correc-ción de aqUellos que requieren
un desplazamiento rápido del órgano hace su corrección más lenta, como
·en tr y dr. Esto. se explica, por intervenir en la articulación de los dos
fonemas el vértice lingual, no así en cr y gr, cuya dificultad de corn~cción
disminuye, siendo aún más fácil en los casos pr, br y fr. Es lógico suponer
que los fonemas licuantes han sido previamente corregidos.
El fonema l lo hemos encontrado con pocas variaciones, pero en cam-
bio el n, así corno el palatal 11, se transforman de nasales en bucales, siendo
sustituídos por el fonema l el primero, y la combinación li el segundo.
Fonemas velares.·- Se produce también la dislalia de estos fonemas:
en el caso de la e en las sílabas ca, co, cu, y de la qu, en que, qui, el des~
plazamiento es lento, haciendo el fonema casi fricativo. Esto lo hemos
observado, también, en los oclusivos p, t. En la articulación de los ante--
riores, se recibe la impresión de que el niño posee papillas en el fondo de
su cavidad bucal, por la falta de sonoridad del lenguaje. En el caso del
fonema j, lo transforma en uvular. Con menor importancia se presentan
modificados los fonemas palatales eh, y.
Durante la realización de los ejercicios preortofónicos notamos incoor-
dinación motriz entre Jos centros del lenguaje y los elementos que deben
accionar, ya sean en los movimientos labiales,' dentolabiales, maxilares,
linguales en sí mismos, linguodentales, linguopalatales, linguovelares y
velares propiamente dichos. Se observa que el niño desea realizar el mo-
vimiento, se esfuerza por imitarlo, pero sus órganos no responden en ra-
pidez ni en tensión, a lo que el cerebro ordena. El proceso ideógeno 1
mismo es lento, y por eso explicamos el fracaso de ese tipo de niños en
la clase común.
Corrección. - Ésta exige, en primer término, un tratamiento eumór-
fico 2 , antiglosoptósico, es decir, reductor de la glosoptosis, llevando los

1 Del griego: id.éa ::::: idea, y genos = origen.


s "La eu,morfia (del grieg_o: eu ::::: bi~n. y morph6 ::::: forma) es una ciencia que ~e propone
estudiar las condiciones más favorables para realizar 13. apl'cación de medios ;mb apropiado~
para obtener un equilibrio perfecto entre la morfologia y las funciones, nec;osidad ineluctable de
un desarrollo armonioso y de un estado de salud normal". EY.ige, en consecuencia, para este caso
en particular, "determinar y aplicar los medios más sCI.npl~, los meno.s fr.tigantes para el niño,
los menos pdigrosos para el porvenir de· SUB dientes, los más rápidos para obtener los resultados
definitivos; capaces de establecer el equilibrio del esquele•to faciocraneal, de tal suerte que todal!l
-67-

maxilares a su coadaptación, lo que realizará el ortodoncista. También


exige la -intervención del otorrinolaringólogo, para despejar las cavidades
nasofaríngeas. Sólo después de la intervención del médico, y aun durante
el tratamiento del odontólogo, se tratará el aspecto de reeducación orto-
fónica, que involucra:
1) Gimnasia respiratoria, con ejercicios que' llenan dos finalidades:
a) lograr una mayor capacidad vital; b) hacer adquirir el hábito de la
respiración nasal. ·.
2) Gimnasia lingual, para hacer que este órgano adquiera toda su mo-
vilidad, indispensable en una buena articulación.
3) Gimnasia labial, fundamentalmente para dar movilidad y aun des-
arrollnr el labio superior.
4) Finalmente, en algunos casos, ejercicios fonéticos, para mejorar el
tono y la intensidad de los sonidos.
Los indicaremos separadamente.
Ejercicios respiratorios. - Para obtener una mayor capacidad respi-
ratoria, realícense los ejercicios indicados en el capítulo 1, debiendo se-
guirse en todas sus partes la forma como estará colocado el niño. Si de-
seamos que el niño adquiera el hábito de la respiración fisiológiconasal,
ejecútense los siguientes ejercicios:

PRIMERA SERIE

Con la boca cerrada enérgicamente:


ter. ejercicio. - Inspiración nasal, lenta, regular,
total.
Retención del aire.
Espiración nasal, lenta.
29 ejercicio. - Inspiración nasal, lenta, regular,
total.
Retención del aire.
Espiración nasal, rápida.
ser. ejercicio. - Inspiración naSal, lenta, regular,
total.
Retención del aire.
Fíg. 21. - Hipertrofia de
Espiración nasal, entrecortada, 3 ó 4 es- las amígdalas farbgobuca-
piraciones, sin inspirar nuevamente. ks o palatinas.

ks funciones de la respirac:ón, de la fonación, de la audición, de la olfación, de la visión y


de la neurovascularización del confluente vital funcional se efectúen normalmente, al mismo
tlempo que se realiza la correeeión estétiea de }as areadas dentales y de la eara". (Dr. P. RoBIN,
Eumor/ia..)
- 68-

4Q ejerctcw. - Inspiración nasal, rápida.


Retención del aire.
Espiración nasal, lenta.
5P ejercicio. - Inspiración nasal, rápida.
Retención del aire.
Espiración nasal, rápida.
Repítanse varias veces los ejercicios.

SEGUNDA SERIE

Con la boca cerrada con energía. Labios unidos. Colocar sobre


una meRa: copos de algodón, o trocitos de papel, o pequeñas plumas.
1er. ejercicio. - Inspiración nasal, lenta, regular, total.
Retención del aire.
Espiración nasal, brusca, tratando de alejar, por la acción del aire,
el material mencionado.
2~' ejercicio. - En la misma forma, oprimiendo una ventana nasal con el
dedo índice, para realizar el ejercicio con la. otra ventana nasal.
Alternar la ventana que se oprime.
ser. ejercicio. - Colocar una bujía encendida sobre una mesa:
Inspiración nasal, como en casos anteriores.
Retención del aire.
Espiración nasal, lenta, tratando de hacer mover, con la corriente
de aire espirado, la llama de la bujía, -sin llegar a apagarla.
En este ejercicio, el maestro colocará la bujía a la altura de la
corriente, y el niño echará la cabeza algo hacia atrás.
h.J' ejercicio. - El mismo ejercicio con la bujía, realizado como en el 29
caso, oprimiendo una ventana nasal y alternando.
59 ejercicio. - Inspiración lenta, regular, total.
Retención del aire.
Espiración nasal, violenta, tratando de apagar la llama de la bujía.
Se repetirá el ejercicio, alejando unos centímetros cada vez la
bujía.

Si el niño tiende a abrir la boca para respirar, se le hará mantener,


oprimido por los labios, un pequeño objeto, plano, de metal, caucho, ebo~
nita, etc., fácilmente desinfectable con alcohol o a la llama, de poco espesor.

Gimnasia lingual. - Para dar a la lengua la agilidad y movilidad ne-


cesarias, realícense los siguientes ejercicios:
1) Sacar la lengua lenta y luego rápidamente.
2) Llevarla hacia arriba, abajo, derecha e izquierda.
-69-

3) Movimiento circular de derecha a izquierda, y de Izquierda a de-


recha.
4) Doblar la lengua hacia arriba y hacia atrás, con la ayuda de los
incisivos superiores.
5) Doblarla hacia abajo y hacia atrás, con la ayuda de los incisivos
inferiores.
6) Juntar sus bordes, formando un canal longitudinal.
7) Golpear la cara anterior y posterior de los incisivos superiores.
8) Tocar con la punta de la lengua: los molares superiores e inferio-
res, el paladar y las protuberancias alveolares superiores.
9) Con la parte posterior de la lengua, es decir, con el dorso, tocar el
paladar (posición de articulación de los fonemas e, qu, g, j, eh, y, ñ).
10) Movimiento vibratorio, si es posible, como si articulara la r: R,
r, r, r ...
11) Articular rápidamente:

a) t---l; t----t; t - - l ; t--l;


b) d--l; d - l ; ..... .
e) e--l; e--l; ..... .
d) t-r; t--r;
e) d-r; d-r;
f) c--r; c-r;
12) Ejercicios de impulsión lingual (si es posible, con un glosodinamó~
metro)'.
13) Colocar la lengua entre los labios y hacerlos entrar en vibración.
En este último ejercicio, la lengua será retenida, al principio, por la ac~
ción de los dientes, suavemente.
Gimnasia labial. - Realícense los ejercicios indicados en el caso de
labio leporino.
Gimnasia fonética. - Tiene como base la articuladón correcta de los
fonemas llamados nasales: m, n, ñ, uniéndolos en ejercicios variados, con
los fonemas vocales. Realícense los siguientes:
Inspiración nasal.
Articulación del fonema m (la línea indica la prolongación del sonido).
Utilícese un espejito colocado debajo de las ventanas nasales, sobre el la-
bio superior, para observar la salida del aire. Si se desea observar si el
niño deja salir aire por la boca, aplíquese el mismo contra ella.

1 Del griego: glo:tso == lengua, dynamis = fuerza y mBtr6ft == medida.


-70-

dura toda la espiración.


m.---- m - - - - ...... '
m------ ...... ,
n----n---T
1n n----; alternando.
Combíneselos con las vocales:
mwe---- na:---- ...... '
anL an ...... ,
an--- en--- on--·-- 1 m - - - in---- ...... '
na--- ne--- no--- nu--- ni--- ...... ,
ma--- me--- m o - - - 1rw--- m·i--- ...... ;
man--- nwn--- mo-n--- mun--- min---
Fórmense palabra.o; bis!Jabas empleando los dos fonemas: mamá, mima,
momo, nono, n-iní, etc.
Al empezar a utilizar los fonemas vocales, se deberá hacer en orden
inverso ai de la presión que ejerce el velo del paladar contra la pared
faríngea, cuando se les articula, es decir, en este orden: a- e- o- u- i.
Los ejercicios se continúan con los restantes fonemas consonantes.
Fosas nasales y faringe. - Muy frecuentemente el funcionamiento
normal de las fosas nasales se encuentra alterado; y esto, ya disminuye
la columna de aire que por ellas puede pasar, ya mantiene un foco de in-
fección que en muchos casos se propaga al oído medio por la trompa de
Eustaquio o a los senos, . o alterando la actividad excitorrefleja de la pitui-
taria.
Hemos visto el valor de la respiración nasal. Sin embargo, ésta puede
encontrarse alterada, total o parcialmente, por desviaciones del tabique,
espesamientos, deformaciones de los cornetes, pólipos, vegetaciones acle~
noideas, etc., lo que Rosenthn.l llr.ma "obstrucción alta". Del punto de vista
fonético, se le conoce con el nornbre de "rinolalia cerrada" (Kussmaul).
De todos estos defechs, l2.s vegetaciones adenoideas son las que se pre-
sentan con mayor frecuencia, y por los trastornos graves que origina, les
dedicaremos más espacio.

Vegetaciones adenoideas 1

La inflamación o hipertrofia de la tercera amígdala -amígdala farín-

1 "lnü~re:1a di~t;n¡:;1ir er.l,•<:--v:'5ciudones a:knoidcas y adenoidismo. Las primeras constituyen


un accidente local, que r"c;u.lta J¡:o ÍII[(';:c;une,; repetid::ts de la rinofaring-e; esto entraií.a la hiper~
hofia de bs amí¡;:Ja:as farin¡~eas, que por su const;tución linfoidea reprrosentan órganos de
defensa.
"l<Jl a<lenoiJismo, d--:1 cual los autores no saben precisar el origen, es un estado de deficiencia
g-eneral, fís;co y mental", (Dr. P. Rom:N, obra citada.)
r -71-

gea 1 o de Luschka- es la que provoca la obstrucción nasal. Está colocada


f sobre la bóveda faríngea -llamada faringonasal-, y fué descripta por
Luschka en 1868. Completamente formada a los seis meses, comienza a
atrofiarse a los doce o trece años,. y pasada la pubertad no queda de ella
nada más que un pequeño tejido linfoideo. Su hipertrofia provoca una se-
f
¡
¡
rie de pe~·turbaciones, y constituye un foco de infección crónico, peligroso
para el organismo en general 2 •
El niño que las padece presenta sín-
tomas especiales y aspecto caracterís-
1 tico. La obstrucción nasal impide la
respiración, por lo que su boca está per-
manentemente entreabierta, para poder
respirar, llegando en algunos casos has-
ta torcer los labios para formar una
pequeña abertura. De ahí el cansancio
ante cualquier ejercicio, la ronquera
durante el sueño y la sofocación en los
casos graves. Como las fosas nasales
no trabajan, o trabajan poco, se atro-
fian, modificando su aspecto óseo. El
paladar se levanta y estrecha, forman-
do una bóveda en ojiva, o paladar oji-
val; los pómulos se aplastan, y la nariz
,:,e deprime transversalmente en toda Fi.g, 22. - Vegetaciones adenoideas, Lí-
nea punteada: .posición del paladar cuan-
su extensión. do ellas no existen.
El arco dentario se modifica, su-
fri-endo, en consecuencia, la implantación dental. El propio labio superior
no se desarrolla normalmente, lo que hace visible la implantación viciosa
de los dientes. Ese cuadro se completa con los ojos lacrimosos y la mirada
adormecida, lo que da al niño un aspecto poco· favorable, conocido con el
nombre de "facie adenoidea".
La falta de ventilación nasal imposibilita la comunicación de los di~
versos senos accesorios, que normalmente y en cada movimiento respira-
torio comunican con el exterior, por lo que terminan atrofiándose. El
estado de infección permanente origina, además, alteraciones auditivas de

l La primera y segunda amígdalas, o palatinas, son las que se observan en el niño si abre
bien la boca; están situadas entre los pilares.
2 Recordemcs que Ja faringe tiene seis funciones: lf, fa.tJOcitaria: destruye los microorga-
nismos y sus toxinas, mediante el tejido linfoideo -anillo de Waldeyer-; 2', respiratoria: sirve
de pasaje al aire; 3~. fonética: obra sobre el t~mbre de voz, como caja de resonancia; la pará-
lisis del velo provoca la rinola!ia abierta, en la que todos los fonemas se hacen nasales; la obs-
trucción de la faring-e ocasiona la rino!alia cerrada, en la cual todos los fonemas se hacen buca-
les; 4', auditWa: ventila el oído medio, por la trompa. de Eustaquio; 5', gustativa, y 6f, de-
glutiva.

6
-72-

distinta gravedad. Más lejos, en el tórax, se observa un


lateral, sobresaliendo el esternón. En general, son niños de
constante, capaces de poco esfuerzo intelectual, y que aunque sus
ciones intelectuales sean normales, presentan uno, dos o más años
traso en sus estudios.
Del punto de vista fonético, sustituyen los fonemas ,nasales: la m
b o p; la n por d o l, y la ñ por la
binación Zi o di. La voz varía en
timbre, pareciendo que siempre tienen
papilla en la boca al hablar (voz amig.
dalina).
Corrección. - En primer término,
requiere la intervención del especialis~
ta, y una vez realizada ésta, se proce-
derá a la reeducadón respiratoria y fo·
nética. Es común creer que por haber

~,~ ¡.·~;· .~·


dejado las vías nasales expeditas, el ni·
ño está ya corregido. Profundo error.
El niño seguirá respirando por la boca
-._,. Y hablando en forma muy similar a la
anterior. Es indispensable un tratamien .
.~):t
to fonéticorrespiratorio.
Fig. 23. - Pólipos Y su acción 15obre el Eiercicios respiratorios y fonéticos,
paladar. La línea punteada indica la po
4

sición normal de éste. - Síganse las indicaciones formuladas


en el caso de glosoptosis, para la recu·
peración funcional de las fosas nasales.
Para terminar con este aspecto, que tiene mayor importancia que la
que puede inferirse de estos apuntes, debemos manifestar que en la ma·
yoría de los casos tratados por nosotros, los niños no solamente se han
recuperado fisiológicamente, desde el punto... de vista de su capacidad res·
piratoria, nasal y fonética, sino que con gran placer hemos visto su ade~
lanto en las tareas intelectuales. Su falta de atención desaparece, su ca~
pacidad para el esfuerzo intelectual se acrecienta, sus deficiencias de audi·
bilidad disminuyen, llegando en algunos casos a realizar el esfuerzo escolar
de cursar los estudios correspondientes a dos años en uno solo.
Capítulo IV

FONEMAS

La posición-tipo

Hemos visto que el aire espirado, cuando debe ser empleado en la fo-
nación o en la articulación, pasa de la laringe a la faringe y a la boca, o,
según el fonema, toma la vía nasal "Con la palabra "fonema" se denomina
en fonética a todas las que corrientemente se llaman letras, ya sean sano~
ras o no, en cuanto son elementos de producción oral. Esa palabra tiende
a cumplir un papel generalizador, reservándose la palabra sonido para
aquellos fonemas que pueden ser considerados físicamente de esa mane-
ra" 1 • Son fonemas todas las letras, ya sean fricativas 2 , laterales, vibran-
tes, sordas, sonoras, etc., y son sonidos, únicamente los fonemas que van
acompañados de vibraciones laríngeas. La a, la l, la d son sonidos; en
cambio, la p, la t son ruidos, nada más. La palabra letra no corresponde
a la fonética, porque es el nombre que damos al signo o representación
gráfica de un fonema. A veces, el nombre y el fonema coinciden, por
ejemplo: a = signo gráfico; a = nombre de la letra; a = fonema. Otras
veces difiere; por ejemplo: m = signo gráfico; eme =nombre y m mm =
fonema; o carece de representación fonética, por ejemplo: h = signo grá~
fico; hache= mombre; sin representación fonética en nuestro idioma 11 •
N o consideramos, en este momento, las variaciones ,que los fonemas
experimentan fonéticamente, en el uso, en nuestro idioma, como el caso
de la u, unas veces sonora, como en: tu, su, etc., y otras muda, como en
las sílabas que, qui, gue, gui. PJlra producir un fonema, los labios, la

1 NAVARRO TOMÁS, obra citada.


'Véase: fonemas consonantea.
8 "Cada palabra debe escribirse como suena, si no lo repugna 1a costu:rn'bre" (QüNTlLI'NO).
Fué Alfonso el Sabio (1220-1280) quien hizo la mayor 11itnDlifieaci6n y ori.ent6 el Idioma
e~pañol hacia la fonét-ca.
En todos los idiomas, el alfabeto fonétJ.eo difiere del alfabeto ortog-ráfico. En algunos es tan
trrande esa diferencia, que cuesta enormemente su aprendizaje, por tener el mismo signo orto-o
ttri\fico tres, cuatro, o más represent!l.ciones fonéticas. En ese sentido, el alfabeto español m ..
joraría, facil tándose la ortografía, sí !le suprimieran pequeños deta'les, como la h, la !1 en IU
Juneión coxre1pondiente a la de la j, la e en la función correspondiente a la de la *• etc,
-74-

mandíbula inferior, la lengua y el velo del paladar, elementos del aparato


resonador-articulador, entran en movimiento, modificando su forma pro.
pia de estado de reposo, y modificando, también, la cavidad bucal, con lo
cual varían los efectos acústico~\ del sonido laríngeo o de la corriente aérea.
A esa posición bien determinada, que tornan todos esos órganos en con.
junto, se llama articulación.
También se llama articulación "al sonido que resulta de la unión de
una o más consonantes con una o más vocales", y en' otro concepto, se
entiende por articulación el movimiento de los órganos "para pasar de
una posición a otra. cuando se producen dos fonemas inmediatos". Nos.
otros emplearemos la palabra articulación siempre en el primer concepto,
es decir, refiriéndonos a la posición de los órganos.
Conviene diferenciar ·entre art:iculación y pronunciación, que muy a
menudo se utilizan como sinónimos. Pronunciar implica una emisión de
voz normal, con limpia articulación de todos los fonemas y entonación
apropiada.
Cuando distintas personas articulan correctamente el mismo fonema,
la posidón de los órganos es la misma en todas ellas, con pequeñísimas
variantes.
A la posición media de todas esas formas correctas de articular un
fonema, es decir, a la posición media que adoptan los elementos del apa~
rato resonador~articulador, cuando se pronuncia un fonema, es a lo que
se denomina mecanismo-tipo o posición-tipo.
El estudio del mecanismo-tipo de cada fonema, aislado del resto, co~
rresponde a la fonética 1 estática.
Pero los fonemas experimentan variaciones dentro de la palabra co-
rriente, por la influencia del fonema anterior y del posterior, y de acuer- [\
do con determinadas reglas de adaptación, llamadas leyes -leyes de con-
tigüidad, de duración, de intensidad, d-e tonalidad-. La fonética dinámicro
comprende el estudio de esas variaciones en el lenguaje corriente, que se
realizan normalmente, sin desnaturalizar el fonema, y la inscripción de las
mismas mediante ciertos aparatos, como el cronofotógrafo 2 , el fonógrafo 3 ,
.el fonóscopo 4, el laringógrafo 5 , etc., con.'3tituye parte de la fonética ex-
perimental.
Esta última parte de la fonética tiene Lma importancia indiscutible.
El cronofotógrafo, por ejemplo, inmovilizando la forma fugaz de la pala~
bra, ha demostrado que la posición de los órganos del aparato resonadord

1 Del griego: phonetiké = conjunto de los sonidos de un idioma.


:s Cronojotógrafo. Del griego: chronos = tiempo, phos = luz, y graphein = grabar.
=
B Fonógrafo. Del griego: phoné =
sonido, y 01·aphein grabar.
' Fonóscopo. Del griego: phoné = sonido, y skopéo = examinar, nombre común a todo
aparato destinado ni estudio de la voz.
5 Larinoóprajo. Del griego: larynx = laringt!, y g1·aphein = grabar.
75-

articulador -la lengua, los dientes, los labios, etc.-, varía en la palabra
corriente, para el mismo fonema, variaciones que dependen de las combi-
naciones silábicas de que forme parte, por lo cual los datos que suministra
la fonética estática son erróneos cuando se refieren a la palabra viviente.
A pesar de ello, le son indispensables al maestro, al profesor de canto, al
profesor de sordomudos para enseñar o poder corregir las alteraciones de
los fonemas dentro de la palabra corriente.

Dislalias 1

En la articulación de cualquier fonema, hay órganos que entran en


acción, en actividad, acercándose o tocando a otros órganos. A los prime-
ros -labios, lengua, velo del paladar- se les llama órganos activos; a los
segundos -dientes superiores, protuberancia alveolar y paladar duro-
se les denomina pasivos.
Todos los fonemas son perceptibles al control acústico, visual o táctil,
y· por consiguiente, con ayudt:t del oído, la vista y el tacto, -se pueden hacer
articular, corre-gir y transformar.
Lógicamente, en el niño que posee una normal agudeza auditiva y vi-
sual, son suficientes el oído y la vista para realizar el aprendizaje y la
corrección de los fonemas; no obstante, ·en estas páginas incluiremos mu-
chos ejercicios táctiles, para aquellos niños que presenten alguna deficien-
cia en esos órganos, o para complementar las indicaciones.
Si en la articulación de un fonema, los órganos se colocan en la posi-
ción-tipo exacta correspondiente a otro fonema, se producirá la sustitud
ción del fonema. Por ejemplo: se quiere decir rosa y se dice losa; los ór-
ganos se colocan en la posición de la l en lugar de la r.
Si se cJlocan en una posición intermedia entre dos fonemas, el que se
pretende articular y otro, se producirá una alteración o deformación, por
ejemplo: se quiere decir sopa y se dice schopa, colocándose la lengua en
posición intermedia entre la s y la eh, no articulando nítidamente ni uno
ni otro. Y si) por el contrario, los órganos no entran en actividad cuando
se quiere articular un fonema, existirá omisión; por ejemplo: se quiere
decir qué cosa, y se dice e osa.
A la sustitución, alteración u omisión de los fonemas en general, se
denomina dislalia 2 ,
La dislalia puede ser provocada por alteraciones congénitas o adqUiri-
das en el aparato resonador-articulador, como veremos más adelante, lo

1 Del griego: dys = dificultad o trastorno, y lalein = palabra o habla.


~ Las tlscuelas europeas denominan así a esos defectos, pero últimamente se ha ampliado este
concepto, involucrando todos "los desarreglos y deficienc<as del lenguaje fonético Y de la construc~
ción gramatical de las frases". (MOUCHElT, PsicopatQlogia del psnst.nniento hablado). Nosotro11
seguiremos considerándole en el primer concepto.
76-

que hará imposible la comprenswn del lenguaje. Asi, pueden ser motiva-
das por labio leporino, por anomalías dentales, por fisuras palatinas, por
lengua gruesa, etc., requiriendo, en casi todos estos casos, el tratamiento
médico o quirúrgico, previo al tratamiento ortofónico. A estas dislalias se
las denomina mecánicas.
Otras veces pueden ser consecuencia de lesiones nerviosas, periféricas
o centrales, que obran sobre determinados músculos. Ya hemos visto que
el fonema es el resultado final de la acción de tres grandes grupos de
músculos: de la respiración, de la fonación y de la articulación, dirigidos
a un trabajo común. Y así vemos: labios que se niegan a entrar en con-
tacto; lenguas inhábiles, torpes; velos del paladar que no se levantan para
cerrar el pasaje al aire hacia las fosas nasales; ligamentos vocales que no
se aproximan, etc. Son las dislalias provocadas por incapacidad funcional.
En estos casos, los ejercicios bien regulados favorecen enormemente el
funcionamiento de esos órganos, mejorando en forma notable la articula~
ción de los fonemas.
Las dislalias pueden también ser ocasionadas por insuficiencia auditiva.
Pero la mayor parte de los defectos dislálicos que presentan los niños que
concurren a las escuelas comunes, no las originan alteraciones anatómicas
ni lesiones nerviosas, sino que, como ya hemos manifestado, son un problG-
ma de educación, pues surgen de la imitación, consciente o inconsciente, de
errores cometidos por las personas que les rodean, y a pesar de la buena
conformación orgánica que presentan.
Cuando el niño entra en el período de adquisición del lenguaje, inicia
su aprendizaje con la vocalización, a la que seguirá el perí-odo de la bal-
bucencia. Mientras dura este ú!timo, no hace nada más que ejercitar los
músculos fonoarticuladores. El lenguaje surge, primero como una n~cesi:"
dad motriz, para ser después auditiva, pues al niño le agrada escucharse,
1-o que es interesante observar. Más tarde, agrupando las distintas sílabas,
trata de imitar las palabras oídas, o crea otras nuevas, que tendrán o no
significado en nuestro idioma.
Es en esos momentos cuando se adquieren las dislalias 1 •
El niño observa cómo hablamos, nos escucha y trata de imitarnos, pero
Sus órganos no obedecen con la facilidad que él desea, y eso produce múl-
tiples alteraciones en su lenguaje, por insuficiencia funcional natural, que
!

1 Es necesario recordar que lo considerado dislalias en unos idiomas, no lo e3 en qtros. En


el id"oma español, la ausencia de la r es una dislalia, no as( en el idioma chino, que carece de ·
e~ e fonema; al¡¡::uno~ pueblos del- centro de Ew-opa carecen de la forma vibrante múltiple, llamada
también r fuerte, o doble. Cada pw:-b1.o ha desenvuelto en su lengu& sólo eierlos fonema~. Los
indios norteamericanos carecen de los fonemas labiales p, m, b y labiodental /, pero poseen
otros que -no figuran en el nuestro; así, imitan el eloqueo, el gruñido, el zurrido del agua, el
romper de las ramas, etc., que utilizan como fonemas en su idioma. En alguna!! tribus del
.lírica 15ucede lo mismo. De ahí la palabra hotentotismo, o len¡¡::uaje hotentote, aplicad& a la
aeumulación de di.daliaa en el habla. d9 nuestros niños.
-77-

paulatinamente, y como fruto de sus observaciones, basadas fundamental~


mente en imágenes acústicas, van desapareciendo.
Estas dislalias son naturales, es decir, "ligadas al aprendizaje normal
del lenguaje", y podemos denominarlas dislalias fisiológicas.
Con el transcurso del tiempo, cuando el niño adquiere mayor experien-
cia verbal, van eliminándose, siempre que las personas que viven en su
ambiente se preocupen de utilizar un lenguaje normal, e insistan en la ar-
ticulación correcta de los fonemas, no empleanc;lo, a su '\i;ez, los vocablos
deformados por el propio niño. Es precisamente ·en este último caso cuan-
do las alteraciones se graban definitivamente, y si no es corregido en la
escuela o en las clases de ortofonía, llevará ese defecto toda l~ vida. Son
las mal llamadas dislalias congénitas.
Es error muy extendido el creer que las dislalias son únicamente fruto
de una deficiencia mental: De ninguna manera. Las estadísticas, en todas
partes, inclusive en nuestro país, dan niños normales dislálicos 1 • Pero,
eso si, las dislalias son una de las causas del retraso escolar -véase la
introducción- en niños perfedamente normales, que de no poseerlas es
casi seguro que habrían realizado el ciclo escolar en el mismo número de
años que sus condiscípulos.
También hemos podido comprobar que las dislalias y otras alteraciones
del lenguaje provocan en muchos niños alteraciones en el carácter, como
consecuencia de las burlas de los compañeros, o de su timidez, haciéndose
retraídos, huraños, o fácilmente irritables.
La clasificación de las dislalias ha variado mucho. En un principio se
referían únicamente a determinados defectos, y :rfb tenían un fundamento
científico. Así, se denominaba tartajeo a la sustitución de la r por la g 2 ,
o también chinonismo; ceceo, a la sustitución de la s por· e en las sílabas
ce-ci, o por z j seseo, a la sustitución de la e en las sílabas mencionadas,
o a la z por s, denominaciones estas últimas que todavía se utilizan.
Con el objeto de ordenar esas denominaciones, ~e empieza a utilizar la
terminología derivada del nombre del fonema en griego, y únicamente
para los defectos más comunes. Cuando altera la articulación de la s, fo-
nema que en griego se llama sigma,. se padece sigrnatismo, y cuando se
sustituye por otro fonema, parasigrrurtismo. De la misma manera, tene-
mos: lambdacismo y paralambdacismo para la l; rotacismo y pararrota--
cismo, para la r; deltacismo y paradeltacismo, para la d; gammacismo y
paragammacismo, para la g, etc.
A veces el niño presenta defectos múltiples, y su lenguaje se hace in-
comprensible. Se denomina entonces lenguaje hotentote.

l E'm nuestro pais (Uruguay) alcanza al 5,26 %, según~ el censo que realizamos en el afio
1934.
11 Según LEOOUVÉ. El arte de la, lectura.
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Todos estos defectos pueden ser fácilmente corregidos, cualquiera sea


la edad del niño. Pero requiere, de parte del maestro, una gran dosis de
observación y de paciencia. Observación, para saber qué facilidades ofre-
ce el niño en la corrección, y paciencia para repetir, tantas veces como
sea necesario, las indicaciones de cómo colocar los órganos en la posición
correcta, hasta lograr mecanizarla, es decir, transformar los movimientos
voluntarios en habituales.
Para facilitar esa corrección, conviene iniciarla cuanto antes, pues a
medida que el niño avanza en edad, aquélla se hace más difícil, cosa lógica,
puesto que el vocabulario del niño va· aumentando con su instrucción y
mayor experiencia, al mismo tiempo que p,ara la corrección va disminu-
yendo la maleabilidad de sus órganos bucales y vocales.

Definieron de Ortofon.ía
Los procedimientos seguidos para la corrección de todos los defectos
son completamente pedagógicos y excluyen toda posibilidad de molestia en
los órganos. Tampoco se emplea ningún instrumento que pueda ocasionar
dolor. La espátula, completamente- inofensiva, como tendremos oportunidad
de ver, es el instrumento del maestro.
El conjunto de procedimientos indicados para corregir los defectos de
articulación, de voz y de respiración, recibe el nombre general de oTto-
fonía.
La ortofonía, como dice Parrel, un:o inventa, y está al alcance de todo
el mundo..Está formada sobre un conocimiento profundo de la fonética y
de la anátomofisiología de los diferentes órganos que concurren a la fona-
ción; exige una gran experiencia de la enseñanza y de la psiCología, una
notable facultad de adaptación y una tenacidad a tnda prueba. Pero ~cuan­
do es aplicada con agilidad, segú-n las reglas de la lógica y del buen sen-
tido, termina, en la mayor parte de los casos, por la restauración integral
de esa maravilla fisiológica que es la palabra humana".

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