Alegoría, del griego ἀλληγορία (allegoría) «hablar figuradamente», es una
figura literaria o tema artístico que pretende representar una idea valiéndose de formas humanas, animales o de objetos cotidianos. Cualquier declaración de hechos supuestos que admite la interpretación literal, y que sin embargo requiere o admite precisamente una interpretación moral o figurada, se denomina alegoría Una alegoría es una historia en la que los personajes y/o eventos son símbolos que representan otros eventos, ideas o personas. La alegoría ha sido un recurso literario común a lo largo de la historia de la literatura. Las alegorías se han utilizado para expresar ideas nada populares o controvertidas de manera indirecta, con el propósito de criticar la política y para censurar a quienes están en el poder. Otras veces, la alegoría es utilizada para expresar ideas abstractas o verdades espirituales a través de una extensa metáfora, haciendo que la verdad sea mucho más fácil de comprender. En este método el valor histórico es, negado o ignorado, y el énfasis se pone enteramente sobre un sentido secundario, de manera que las palabras o los eventos originales tienen poco significado o ninguno. De acuerdo con este método, el sentido literal e histórico de la Escritura se pasa por alto completamente, y cada palabra y evento se convierte en alegoría de alguna clase, escapar de las dificultades teológicas o para defender ciertos puntos religiosos peculiares. Parecería que el propósito del método alegórico no fuera el de interpretar la Escritura, sino el de pervertir el verdadero significado de la Escritura, con el pretexto de buscar un significado más profundo y más espiritual. La Biblia contiene muchas situaciones de alegorías que se usan para explicar verdades espirituales o para anunciar acontecimientos futuros. Los ejemplos más claros de alegoría en la Escritura, son las parábolas de Jesús. En estas historias, los personajes y los eventos representan una verdad acerca del reino de Dios o de la vida cristiana. 1.- La parábola del sembrador en Mateo 13:3-9: Las semillas y los diferentes tipos de terreno, ilustran la Palabra de Dios y las diversas respuestas a ella (Jesús lo explica en los vers. 18-23). 2.- El hijo pródigo (Lucas 15:11-32): El hijo legal representa a la persona común, pecaminosa y propensa al egoísmo. El padre rico representa a Dios; la difícil vida de placer por parte del hijo, y más tarde la pobreza, representa el vacío de un estilo de vida sin Dios. Cuando el hijo regresa a su casa con verdadera tristeza, tenemos una ilustración de arrepentimiento. En la misericordia y voluntad del padre de recibir nuevamente a su hijo, vemos el gozo de Dios cuando nos apartamos del pecado y buscamos Su perdón. En las parábolas, Jesús enseña conceptos espirituales complejos (cómo reacciona la gente al evangelio, la misericordia de Dios, etc.) en forma de metáforas creíbles. Obtenemos una comprensión más profunda de la verdad de Dios a través de estas historias. Otros ejemplos de la alegoría bíblica, como una forma literaria, incluyen 1.- La visión del dragón y la mujer en Apocalipsis 12:1-6 2.- La historia de las águilas y la vid en Ezequiel 17 3.- Muchos de los proverbios, especialmente aquellos escritos con un simbolismo similar. Algunas de las tradiciones y ceremonias instituidas por Dios en la Biblia, podrían ser consideradas "alegorías no literarias", porque simbolizan verdades espirituales. Por ejemplo, el acto del sacrificio de animales representaba que nuestros pecados merecían la muerte, y cada sustituto en el altar indicaba el sacrificio inevitable de Cristo, quien iba a morir por Su pueblo. Mientras que la institución del matrimonio está para fines prácticos grandiosos, también es un símbolo de la relación entre Cristo y la Iglesia (Efesios 5:31-32). Muchas de las leyes ceremoniales de Moisés (en cuanto a la ropa, alimentos y objetos puros e impuros), representaban realidades espirituales tales como la necesidad de que los creyentes sean diferentes en espíritu y en el obrar, con respecto a los no creyentes. Aunque estos ejemplos no pueden considerarse alegorías de manera individual (ya que una alegoría requiere varios símbolos que estén funcionando juntos), el sistema religioso del Antiguo Testamento (y partes del Nuevo) puede ser visto como una amplia alegoría de la relación del hombre con Dios. PELIGROS DEL MÉTODO ALEGÓRICO 1.- No interpreta la Escritura. No extrae el significado legítimo del lenguaje del autor, sino que introduce en él cualquier capricho o fantasía que algún intérprete desee. Como sistema, por lo tanto, se coloca fuera de todo principio y de toda ley. Existe un campo ilimitado para la fantasía tan pronto como se admite el principio, y la única base de la exposición se encuentra en la mente del expositor. El texto no podrá ofrecer interpretación alguna propiamente dicha, aunque posiblemente podría ilustrar algunas verdades valiosas. 2. La autoridad básica de la interpretación cesa de ser la de las Escrituras, y pasa a ser de la mente del intérprete. La interpretación podría así ser torcida por las posiciones doctrinales del intérprete, por la autoridad de la iglesia a la cual éste está unido, por su posición social o educativa, o por una hueste de otros factores. Cuando se admite el principio de la alegoría, con la regla de que pasaje y libros enteros de las Escrituras dicen una cosa, pero significan otra, el lector queda sometido, al capricho del intérprete. 3. No hay medio alguno para probar las conclusiones del intérprete (sin evidencias) Declarar que el significado principal de la Biblia es un significado de segundo sentido, y que el método principal de interpretación es la espiritualización, es abrir la puerta a la especulación y a la imaginación casi incontrolables. Así, los grandes peligros inherentes es este sistema están en que quitan la autoridad de las Escrituras, nos dejan sin base alguna sobre la cual puedan ser probadas las interpretaciones, reducen la Escritura a los que parece ser razonable al intérprete y, como resultado, hacen imposible la verdadera interpretación de la Escritura. EL USO DE LA ALEGORÍA EN EL NUEVO TESTAMENTO Para poder justificar el uso del método alegórico, se argumenta con frecuencia que el Nuevo Testamento mismo emplea este método y, por lo tanto, debe ser un método justificado de interpretación. Es interesante observar que a veces eventos históricos significativos, que a primera vista parecieran no tener un significado más profundo, posteriormente se interpretan alegóricamente para enseñar una lección importante. Pablo en Gálatas 4:22-26, interpreta la historia de Abraham, Agar y Sara, como una alegoría del antiguo y el nuevo pacto. Él escribe: "Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la esclava, el otro de la libre. Pero el de la esclava nació según la carne; más el de la libre, por la promesa”. Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; éste es Agar. Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, pues ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud. Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre" Aquí, Pablo toma a un pueblo real e histórico (Abraham, Agar y Sara) y los utiliza como símbolos de la ley de Moisés (El antiguo pacto) y la libertad de Cristo (el nuevo pacto). A través de los lentes alegóricos de Pablo, vemos que nuestra relación con Dios es una relación de libertad (somos hijos de la promesa, así como Isaac fue hijo de Sara), y no de la esclavitud (no somos hijos de la esclavitud del hombre, así como Ismael era hijo de Agar). Pablo, por la inspiración del Espíritu Santo, pudo ver la importancia simbólica de este acontecimiento histórico y lo utilizó para ilustrar nuestra posición en Cristo. Sí requieren una clase especial de hermenéutica la cual se debe considerar. Pero el uso de las alegorías no es una justificación para usar el método alegórico de interpretación. Se concluye que su uso en Gálatas y en el Antiguo Testamento sería un ejemplo de interpretación de una alegoría y no justificar la aplicación universal del método alegórico e toda Escritura. Un segundo argumento utilizado para justificar el método alegórico es el uso que se hace de los tipos en el Nuevo Testamento. Se reconoce que el Nuevo Testamento hace aplicación típica del Antiguo. Sobre esta base se argumenta que el Nuevo Testamento usa el método alegórico de interpretación, afirmando que la interpretación y la aplicación de tipos es un método alegórico de interpretación. En respuesta a la acusación de que cuando uno interpreta los tipos está usando el método alegórico, debe hacerse hincapié en que la interpretación de tipos no es lo mismo que la interpretación alegórica. La eficacia del tipo depende de la interpretación literal del antecedente literal. Para poder comunicar la verdad en relación con la esfera espiritual, con la cual no estamos familiarizados debe haber instrucción en una esfera con la cual estamos familiarizado; de manera que, mediante una transferencia de lo que es literalmente verdad en una esfera, podemos aprender lo que es verdad en la otra esfera. Tiene que haber un paralelismo literal entre el tipo y el prototipo para que el tipo tenga algún valor. El individuo que alegoriza un tipo jamás llegará a una verdadera interpretación. La única manera de discernir el significado del tipo es por medio de una transferencia de ideas literales de la esfera natural a la espiritual. Por lo tanto, que el uso escritural de los tipos no justifica el método alegórico de interpretación. La alegoría es una hermosa manera artística de explicar temas espirituales en palabras fáciles de entender. A través de las alegorías de la Biblia, Dios nos ayuda a entender conceptos difíciles a través de un contexto más creíble. Él también se revela como el Gran Narrador, obrando a través de la historia para anunciar y llevar a cabo Su plan. Podemos regocijarnos de que tenemos un Dios que se dirige a nosotros de manera que podamos entender, y que nos ha dado símbolos y alegorías para que lo recordemos.