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La blanca Nise no tomó a destajo
De los pasados casos la memoria,
y en la labor de su sotil trabajo
no quiso entretejer antigua historia;
antes, mostrando de su claro Tajo
en su labor la celebrada gloria,
la figuró en la parte donde’l baña
la más felice tierra de la España.
La blanca Nise no tomó a destajo
De los pasados casos la memoria,
y en la labor de su sotil trabajo
no quiso entretejer antigua historia;
antes, mostrando de su claro Tajo
en su labor la celebrada gloria,
la figuró en la parte donde’l baña
la más felice tierra de la España.
La blanca Nise no tomó a destajo
De los pasados casos la memoria,
y en la labor de su sotil trabajo
no quiso entretejer antigua historia;
antes, mostrando de su claro Tajo
en su labor la celebrada gloria,
la figuró en la parte donde’l baña
la más felice tierra de la España.
De los pasados casos la memoria, y en la labor de su sotil trabajo no quiso entretejer antigua historia; antes, mostrando de su claro Tajo en su labor la celebrada gloria, la figuró en la parte donde’l baña la más felice tierra de la España.
Pintado el caudaloso rio se vía,
que, en áspera estrecheza reducido, un monte, y desd’allí por él sembrada, aquella ilustre y clara pesadumbre d’antiguos edificios adornada. D’allí con agradable mansedumbre el Tajo va siguiendo la jornada y regando los campos y arboledas con artificio de las altas ruedas.
En la hermosa tela se veían,
entretejidas, las silvestres diosas salir de la espesura, y que venían todas a la ribera presurosas, en el semblante tristes, y traían cestillos blancos de purpúreas rosas, las cuales esparciendo derramaban sobre una ninfa muerta que lloraban.
Estos fragmentos pertenecen a la égloga III compuesta por Garcilaso de la Vega y
Guzmán, conocido como el caballero renacentista, nacido en Toledo el 30 de septiembre de 1499 y aunque no se sabe con exactitud, se cree que murió en Niza el 13 o 14 de octubre de 1536. Formaba parte de una familia aristocrática y gracias a eso recibió una formación literaria y cortesana. Cuando se desencadenó la rebelión comunera, se unió a la corte, donde forjó su estilo erasmista y humanista renacentista. En este momento fue cuando conoció a Juan Boscán, íntimo amigo suyo y a quién dedicó alguna de sus composiciones, tal como la “Epístola a Boscán”. Su vida parecía encaminada a brillar en una corte, como se suponía en la cumbre de la época renacentista, pero su participación en campañas guerreras llevadas a cabo por Carlos I, lo encaminó por el rumbo de las armas y a su vez de un trágico desenlace. En 1525 se casa con Elena Zúñiga, aunque la musa de gran parte de su obra es Isabel Freire, a quien conoció en 1526. Gracias a su viaje a Bolonia, donde acompañó al emperador en su coronación, tuvo gran contacto con la poesía italiana. Como podemos ver, era el claro ejemplo del ideal del cortesano perfecto, ya que poesía las dos cualidades en un hombre de la época, las armas y las letras. Él no publicó ninguna obra en vida, fue su amigo Boscán quien recogió su producción poética y la publicó junto sus poemas. En 1569 un librero salmantino publicó exclusivamente la obra de Garcilaso, pero no fue hasta el 1574 cuando “El Brocense” publicó una edición donde se añadieron composiciones no incluidas hasta entonces y además correcciones del texto de acuerdo con un manuscrito perdido hoy en día, se añaden notas donde se va indicando las fuentes clásicas e italianas consultadas por Garcilaso. Este hecho es muy importante y cabe destacarlo ya que el uso de fuentes clásicas en la obra de Garcilaso posee un gran valor puesto que demuestra su sabiduría y su dominio. Se inspira en temas, formas, métricas, recursos y géneros existentes en la tradición literaria, tal como el modelo petrarquista, influencia de los cancioneros italianos (Ariosto, Sannazzaro), de poetas latinos (Virgilio, Ovidio, Horacio). Así pues, podemos agrupar su obra por géneros: Cancionero petrarquista formado por 40 sonetos y 5 canciones; Ensayos epistolares compuesto por 2 elegías en forma epistolar y la epístola a Juan Boscán, y 3 églogas pastoriles. Cabe subrayar como Garcilaso y su amigo Boscán ajustaron el endecasílabo a la métrica castellana, una tarea que se llevó a cabo con resultados muy gratos, dado que ofreció un castellano más apto para la acentuación latina y la expresión de los nuevos contenidos poéticos, de tono neoplatónico, característicos de la poética italiana renacentista.
Esta composición se convierte en una égloga mixta mayormente narrativa, esto se
consigue a través de la didascalia que presenta el tema que se tratará y que extenderá hasta el final donde aparecen Tirreno y Alcino, dos pastores que llevan su ganado a las chozas, que cierran la obra con un diálogo al estilo virgiliano. Se trata de un pareado dividido en dos cuartetos, la métrica se basa en la octava real. Está dedicada a una mujer llamada María, podríamos suponer que se refiere a María Osorio Pimentel, la esposa de Pedro de Toledo, el virrey de Nápoles. Aunque también podría tratarse de María de Cardona, la cual ya fue alabada en su soneto XXIV. Tal y como mencioné en las influencias existentes en su obra, vemos como se presenta una gran repercusión de los cancioneros italianos y así como Sanazzaro muestra a cuatro ninfas, Nise, Filódice, Dinámene y Climene, que viven en el Tajo y que se dirigen a un prado, un lugar totalmente idealizado y ameno, un locus amoenus, donde pasar el día y tejer. Tres de las cuatro ninfas tejen diferentes mitos e historias trágicas de la antigüedad, entre las cuales se encuentra, el de Filódoce que describe la muerte prematura de Eurídice, esposa de Orfeo; la de Dinámene, el mito de Apolo y Dafne; el tercer bordado es de Climene, donde se plasma la trágica y erótica historia de Venus y Adonis. La cuarta Ninfa, llamada Nise, la protagonista del fragmento que nos concierne, borda la muerte de la ninfa Elisa. Esta última descripción se trata de la más larga, porque como se supone, es autobiográfica. A través de un encabalgamiento se habla a modo de écfrasis del tapiz, como si fuera un cuadro, una pintura. En este fragmento se introducen palabras coloquiales, cosa que no se había hecho hasta el momento, lo cual presenta una variación respecto a lo hecho anteriormente y se debe que no es una historia trágica antigua. Esto está muy ligado a la forma buscada por Garcilaso, la Sprezzatura, aunque sutil, lo hace y disemina palabras coloquiales como: “a destajo” o “oreja”. Vemos que resalta el sonido de la “r”, esta es otra de las influencias existentes en Garcilaso, así como aprendió de Pontano los sonidos inconscientemente te transportan a un sitio o te transmiten un sentimiento, es por eso por lo que en este caso el sonido “r” es utilizado para mitificar la ciudad de Toledo, tal y como se hacía en los relatos épicos. Se describe a Toledo como el lugar más feliz que puede existir, pero también se utiliza la descripción que Navagero escribió en una carta, se habla de sus cigarrales, montes sin vegetación y que poseen un paisaje muy áspero; aunque también, se habla sobre los edificios que lo adornan, algo diferente hasta entonces. Habla de la vega toledana, la única zona verde que está regada, pero con “vega” no hace solamente referencia a esta zona sino también a su apellido, el cual deja huella. No es todo tan idílico ya que se estos versos finalizan con un trágico desenlace, la muerte de Elisa, también narrada utilizando la figura de la écfrasis. A partir de los adjetivos “purpúreas” y “blanco” encontramos el acento rítmico, marcando los colores, gracias a esto nos viene a la mente la imagen de la flor cortada antes de tiempo, al igual que la muerte de la joven ninfa. Aquí podríamos encontrar una similitud en la poesía latina, concretamente en Virgilio, que en la Eneida utiliza la palabra “igualada” que significa, como he dicho antes, cortada en el campo, así como la flor de la que hablaba. También sabemos que la muerte de la ninfa fue con un corte en el cuello, yugulada. La palabra degollada no se trata de un error, se trata de una electo difiquilio, se puede suponer que el editor no pudo entender lo que se había escrito en el manuscrito y lo substituyó por ese adjetivo. En el manuscrito de Gallangos, gracias a Alberto Blecua, se encontró la palabra “igualada”, la cual fue rescatada y en las anotaciones de la publicación que hizo “El brocense” en 1574 se encuentra también la misma palabra. En conclusión, vemos que se trata de una égloga narrativa, en la que aparece la ciudad natal del poeta, se sugiere una pincelada de su autobiografía, aunque no se pueda afirmar a ciencia cierta, se recuperan los epítetos y los colores, se utiliza palabras coloquiales y los acentos rítmicos recaen en los elementos más sencillos, tal y como son los colores y los intensifica. El juego que hace con el sonido “r” lo ayuda a elevar la categoría del mito su historia aparentemente personal y moderna.