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Amalecitas

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Los amalecitas o amalequitas fueron un pueblo bíblico1 que habitó en Canaán cuya
historia se menciona en los libros bíblicos del Génesis, Éxodo, Deuteronomio, Jueces, I
Samuel y I Crónicas. A lo largo de su existencia la Biblia los muestra como enemigos
declarados de los israelitas, a tal punto que para estos su exterminación se convirtió en
estatuto de corte divino, esto lo podemos encontrar en deuteronmio 25:17

Índice

 1Origen
 2Ubicación geográfica
 3Historia junto a los israelitas
o 3.1Borrar la memoria de Amalec
o 3.2¿Hamán el amalequita?
 4Nombres amalequitas
 5Otras menciones de los amalecitas en la Biblia
 6Notas
 7Bibliografía
 8Véase también

Origen[editar]
Existen discrepancias en torno al antepasado bíblico de los amalequitas.
Comúnmente suele señalarse a estos como un pueblo semita, descendientes
de Abraham por línea directa de su nieto Esaú, también conocido como Edóm (el rojo), por
lo cual los amalequitas son una rama distinguida dentro del pueblo idumeo.
Génesis 36:12 Tamma fue concubina de Elifaz, hijo de Esaú y engendró a Amalec…

De aceptar que los amalequitas son descendientes de Esaú estos se encuentran ubicados
dentro de la quinta generación de Abraham, tercera de Esaú. o Por otro lado la mención de
un pueblo amalequita en Génesis 14:7, habitando en el mismo lugar donde en el futuro se
enfrentarían con los israelitas (Cades en el Parám), mucho antes del nacimiento de Esaú
puede señalar que el nombre del nieto de este no fuera el epónimo de esta tribu sino una
coincidencia
Génesis 14: 6 ... y bajaron [Quedeolaómer y sus aliados] hasta El Parán, que está al borde del
desierto. 7 Y volvieron y vinieron a Enmispat, o sea Cades, y castigaron a todo el país de los
amalecitas...

Ubicación geográfica[editar]
Según la tradición los amalecitas son retratados como un pueblo nómada que deambula
por el desierto del Sinaí incursionado también a los territorios del sur de Canaán y que
llegaron a establecerse en la franja de tierra ubicada entre el mar Muerto y el mar Rojo.
El lugar más común que se asocia a los amalequitas es Cades, locación que después del
exódo compartían con el pueblo cineo. Fuera de Cades la ubicación más precisa que de
ellos nos da la Biblia en un territorio mayor la encontramos en el libro I de Samuel:
I Samuel 15:7 E hirió, Saúl a los amalecitas desde Javilá hasta el camino a Shur, que está frente a
Egipto.

Historia junto a los israelitas[editar]

Gustave Doré, La muerte de Agag rey de los amalecitas a manos de Samuel

El primer encuentro entre amalequitas e israelitas se da en una confrontación violenta


conocida como la batalla de Refidim.2 Durante la batalla Josué comanda las tropas
mientras Moisés, Aarón y Hur imploraban ayuda a Yahveh, dicha ayuda se hace
manifestada en combate mientras los brazos de Moisés se mantuvieran en alto, siendo
que cuando este desfallecía y bajaba los brazos los amalequitas adquirían ventaja en el
campo de batalla. Al final Aarón y Ur ingenian la forma de mantener los brazos de Moisés
en alto colocando dos piedras que le sirvieran de base sobre la cual sentarse mientras los
dos sostenían los brazos de Moisés hacia el cielo. El texto bíblico nos deja inferir que los
israelitas finalmente lograron ganar la batalla. (Éxodo 17: 8 - 16).
El segundo encuentro de los israelitas con la nación de Amalec que nos relata la Biblia no
es menos violento que el anterior, pero a diferencia de este, los israelitas son derrotados.
Luego de acampar en el desierto de Param en un lugar llamado Cadesh Moisés procede a
enviar a doce espías para que reconocieran la tierra de Canaán durante cuarenta días.
Diez de los informantes enviados regresan acobardados por los pueblos que en ella
habitaban e intencionalmente dan un reporte desfavorable sobre la calidad de la tierra y
exageran el poder de sus habitantes, en una clara muestra de desconfianza hacia Yahveh.
El informe surte efecto y los israelitas comienzan a murmurar contra Dios y Moisés y se
plantean el dilema de regresar a Egipto pese a que Josué (Oseias) y Caleb, quienes eran
los dos espías faltantes, desmienten la versión de los otros diez. El incidente acaba
desatando la ira de Yahveh, quien no sólo acaba con la vida de los espías embusteros
sino que maldice a los israelitas, condenándolos a vagar cuarenta años por el desierto,
uno por cada día de exploración. Muchos israelitas optan por incursionar en Canaán
pensando que es una forma de resarcirse con Dios, y pese a que Moisés les advierte que
ya es muy tarde para sentir valor y que su Dios no los acompañará en batalla los israelitas
hacen caso omiso y avanzan; es entonces cuando los amalequitas salen a enfrentarlos
destruyendo a la gran mayoría y haciéndolos huir rumbo a un lugar llamado Jormá.
(Números 14: 43 – 45).
En el libro de los Jueces, en el episodio que relata los hechos de Eúd se muestra cómo,
antes que el juez haga su entrada en escena, Dios abandona a los israelitas por cuenta de
sus iniquidades y estos pierden la Ciudad de las palmas a manos de una coalición amonita
– amalequita para luego ser subyugados por los moabitas durante dieciocho años. En este
capítulo no se relata qué ocurrió con respecto a los amalequitas tras la liberación de Israel
(Jueces 3: 13).
Establecida ya la monarquía, durante el tiempo del reino unificado, los israelitas consiguen
tres grandes victorias en contra de Amalec, la primera en tiempos de Saúl en el marco de
la campaña contra los pueblos que arruinaban Israel: moabitas, amonitas, edomitas,
filisteos, y amalequitas, campaña de la cual la Biblia dice a cualquier lugar sobre el que
marchaban las tropas israelitas la victoria les era concedida. (I Samuel 14:48).
En una segunda campaña Saúl consigue otra victoria sobre los amalequitas, tras enviar
emisarios a los cienos para que estos evacuaran las tierras de Amaléc y no sufrieran daño
por cuenta de los combates. Las tropas de Saúl acometen contra los amalequitas
causándoles gran destrucción, Pero Saúl desobedece el mandato divino y en vez de
arrasar por completo con la nación amalequita se reserva para sí los mejores ganados del
enemigo y toma prisionero a su rey, esto ofende sobremanera a Yahveh y al
profeta Samuel, quien tras degollar al rey amalequita frente a Saúl anuncia que la
desobediencia del rey a los mandatos de la Torá han señalado el fin de su reinado. (I
Samuel 15).
Posteriormente, cuando David se transforma en un gran comandante del ejército israelita y
dirige parte de las campañas de Saúl en contra de los enemigos de Israel, en el marco de
estas, el futuro rey de Israel propina una severa derrota a los amalequitas que los deja al
borde de su exterminio. En esos tiempos los amalequitas saquean la ciudad de Siceleg,
prendiéndole fuego y raptando a las mujeres y los niños, incluidas dos esposas de David,
en un principio los habitantes de la ciudad buscan desquitarse con David por lo acaecido,
ante cual David procede a organizar una campaña contra los amalequitas no sin antes
preguntar a Yahveh si le favorecerá en dicha campaña, ante el beneplácito del Eterno
David marcha con su tropa en pos de Amalec. Un esclavo egipcio, abandonado por uno de
los amalecitas en medio del camino alimenta a David y le indica en donde han acampado
aquellos que han saqueado la ciudad, David llega al lugar donde encuentra a los
amalequitas entregados a la celebración y procede a destruir a la gran mayoría a
excepción de cuatrocientos que logran huir al desierto cabalgando en camellos. David
rescata a todos los rehenes, y devuelve las posesiones a sus antiguos dueños y reparte el
restante del botín por igual entre sus tropa. (I Samuel 30: 1 -24).
Mientras David daba muerte a los amalecitas Saúl hacia frente a los filisteos en la batalla
de Galboe, y es en esta donde pierde la vida, un amalecita huye del campo de batalla
luego de apoderarse de la corona y el brazalete de Saúl, en el camino se encuentra con
David quien le indaga por los objetos que trae en posesión, por lo cual el amalecita le
cuenta todo lo ocurrido en Galboe, presumiendo haber sido él quien supuestamente dio
muerte al rey israelita. David se entristece por la noticia y le indigna la actitud del amalecita
hacia la muerte de Saúl por lo cual lo hace ejecutar en el acto. (II Samuel 1: 8 - 13).
La última aparición de los amalequitas en la Biblia nos relata el momento, en tiempos del
rey Ezequías, en que los miembros de la Tribu de Simeón, buscando campos donde
apacentar sus ganados entran al valle de Guedor donde enfrentan y destruyen a varios
pueblos camitas y posteriormente subieron al monte Seir donde hirieron al resto de la
nación de Amalec que habían escapado en tiempos de David. (I Crónicas 4: 24 - 43).
Borrar la memoria de Amalec[editar]
Como ya veíamos, no hubo en la Biblia un solo momento de paz entre Amalec e Israel,
antes bien, Yahve establece el mandato divino de destruirlos totalmente:
Éxodo 17:14 Y le dijo el Eterno a Moisés: “Escribe para recordación y ponlo en oídos de Josué
como recordación, que borraré la memoria de Amalec de debajo del cielo”. 15 Y construyó Moisés
un altar que llamó “El Eterno es mi bandera”. 16 y explicó: “Porque alzó la mano contra el trono de
Dios, habrá guerra del Eterno contra Amalec a través de las generaciones.”

Deuteronomio 25:17 Recuerda lo que te hizo Amalec en el camino, a la salida de Egipto; 18 cómo
te acometió sin temor a Dios matando a los rezagados cuando ibas cansado y debilitado oh Israel.
19 Pero cuando el Eterno tu Dios te haga descansar de todos tus enemigos en el país que te dio por
heredad, borrarás la memoria misma de Amalec de debajo del cielo. No lo olvides.

Fue precisamente como ya se relataba el incumplimiento expedito de este mandamiento lo


que hizo que Yahveh quitara la bendición a Saúl, pues antes de la batalla contra los
amalequitas Samuel le señaló:
I Samuel 15:1 Y le dijo Samuel a Saúl: El eterno me mandó que te ungiere para ser rey sobre Su
pueblo, sobre Israel. Por tanto escucha ahora la voz de las palabras del eterno. 2 Así dice el Eterno
de los ejércitos: “Me acuerdo de lo que Amalec hizo a Israel, cómo se interpuso en el camino cuando
Israel salió de Egipto. 3 Ahora ve y hiere a Amalec, y destruye a hombres como a mujer, a niño
como a lactante, a buey y oveja, camello y asno”

Acorde con la interpretación de algunos rabinos, el versículo 16 de Éxodo 17 indica que la


nación amalequita no será destruida sino hasta el fin de los tiempos cuando Yahveh envie
al Mesías y por lo tanto Amalec sigue manifiesto en forma de pueblos, ideas y
actitudes que atacan y buscan el exterminio de los principios de vida exaltados por
el judaísmo y al pueblo judío en sí mismo.
¿Hamán el amalequita?[editar]
Una tradición dentro del judaísmo rabínico es aquella según la cual durante la fiesta
de Purim, durante la lectura del rollo de Esther en la sinagoga los asistentes al servicio
religioso hacen ruido con las palmas o con tradicionales matracas cuando se pronuncia el
nombre de Hamán (virrey del rey Asuero quien había orquestado la aniquilación de la
comunidad judía del Imperio persa) pues de dicha manera, de un modo festivo, buscan dar
cumplimiento al mandato de borrar la memoria de los amalequitas, pueblo al cual
tradicionalmente se dice pertenecía el malvado virrey. El pretendido linaje amalequita de
Amán se extrae de la siguiente cita:
Ester 3: 1 Después de tales cosas el rey Asuero encumbró a Hamán hijo de Hamdata, agagueo,
colocándolo por sobre todos los príncipes que eran con él.

El término agagueo es asociado con Agág, rey amalequita ejecutado por Samuel.

Nombres amalequitas[editar]
Si bien en la Biblia son varias veces en las que se refiere a los amalequitas son en
contraste bastante pocos los nombres propios que se dan de personas ligadas al clan de
Amalec:

 Amaléc ♂
 Agag ♂
 Hamdata ♂3
 Hamán ♂4

Otras menciones de los amalecitas en la Biblia[editar]


Aparte de las citas anteriormente referidas los amalecitas también son nombrados, si bien
de forma aislada o como parte de una lista general de pueblos, en los siguientes versículos
bíblicos:

 Números 13:29; 24:20; 25:19


 Jueces 5:14; 6:3, 33; 7:12; 10:12; 12:15
 I Samuel 14:48; 27:8; 28:18
 II Samuel 8:12
 I Crónicas 1:36; 4:43; 18:11
 Salmo 83:7

Notas[editar]
1. ↑ Ni los anales egipcios ni los babilonios mencionan a pueblo alguno que pueda
identificarse con los amalequitas. La biblia es la única fuente que habla de ellos. Guía de la
Biblia Antiguo Testamento. ASIMOV Isaac. Pag. 131
2. ↑ Se desconoce el emplazamiento de Rafidim. Si se sitúa al monte Sinaí en el lugar
tradicional, en el vertiente sur de la península de Sinaí, Rafidin tendría que estar en algún
sitio del sur de la península y resulta sorprendente que los amalequitas se encontraran allí.
[…] Si los israelitas llegaron a la región sur de Canán de camino al monte Sinaí, tal cosa
sería un argumento a favor de los que pretenden identificar al monte Sinaí con el monte
Seir. O tal vez se produjo un cambio an la historia y la batalla con Amalec en Rafidin no
tuvo lugar de camino al monte Sinaí, sino mucho después, cuando los israelitas dejaron la
montaña y se encontraron realmente en la región al sur de Canán. Guía de la Biblia
Antiguo Testamento. ASIMOV Isaac. Pag. 132
3. ↑ De aceptar que era amalequita
4. ↑ Idem anterior

Bibliografía[editar]
 La Biblia, Hebreo - Español. Versión castellana conforme a la tradición judía.
Traducida por Moisés Katnelson. Tel – Aviv: Editorial Sinaí.
 Diccionario enciclopédico del judaísmo. Salomón Lewinsky. Bogotá: Planeta (2009)
 Judaísmo A - Z Yacob Newman y Gabriel Siván. Jerusalén: Departamento De
Educación Y Cultura Religiosa para la Diáspora (1983)
 Guía de la Biblia Antiguo Testamento. Isaac Asimov. Plazay Janes S.A. Barcelona
(1999)

Véase también[editar]

Categorías:
 Historia antigua de Israel
 Pueblos semitas
 Árabes

Edom
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Edomitas

Mapa del territorio de los edomitas en torno al 830 a. C.

Información

Periodo histórico Bronce Reciente

Raíz étnica Semitas

Idioma Edomita, arameo


Principales ciudades Petra, Asiongaber, Elat

Región Levante

Correspondencia actual Israel, Jordania

Pueblos relacionados Amalecitas


Nabateos
Filisteos
Arameos
Moab
Israelitas

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Edom (en hebreo, ‫ אֱ דֹום‬ʼĔḏôm(tiberiano), Edom, «Rojo»; en asirio: Udumi; en siriaco:


‫ܐܐܐܐ‬, ʼedōm) o Idumea (en griego, Ἰδουμαία, Idoumaía; en latín, Idūmaea) era una
región del Levante mediterráneo, ubicada al sur de Judea y del mar Muerto, habitada
tradicionalmente por el pueblo semita de los edomitas o idumeos.1
La mayor parte de la información que se tiene sobre este pueblo proviene de la Biblia 1 y
es mencionada en una lista del faraón egipcio Seti I (~1215 aC), así como en la crónica de
una campaña de Ramsés III (1186–1155 aC). 2
Se originó durante el Bronce Reciente gracias al cataclismo de los Pueblos del Mar.3
Cuenta Estrabón que los idumeos eran nabateos segregados por disensiones.4 Esta
información también se puede deducir de la Historia natural de Plinio el Viejo.5

Índice

 1Etimología
 2Geografía
 3Historia
 4Cultura
o 4.1Idioma
o 4.2Literatura
 5Referencias
 6Bibliografía
 7Véase también

Etimología[editar]
El término hebreo ‫( אֱ דֹום‬ʼĔḏôm) significa ‘rojo’, se aplica al color rojo del cabello de Esaú,
hermano gemelo de Jacob. Cabe anotar que Esaú nació primero que Jacob, y por ello
disputaron la primogenitura. La Biblia dice al respecto del nombre: cuenta que Edom era
un apodo de Esaú (nombre que significa ‘peludo’), al cual además le preparó un «guiso
rojo» su hermano menor Jacob a cambio de sus derechos de primogenitura.6Por dicho
pacto Esaú se habría trasladado a la región que pasaría a llamarse Edom, concretamente
al monte Seir (que también significa ‘peludo’), para convertirse en el patriarca de todo el
pueblo edomita.1

Geografía[editar]
Habitualmente se localiza la tierra de Edom en las montañas al este del Uadi Arabá, en la
frontera meridional de Jordania e Israel, extendiéndose hasta el norte de la península
arábiga.1 Se trata de una región montañosa y abrupta al sureste del mar Muerto.
Su primera capital fue Bozrah,7 aunque luego Petra (Selah en hebreo) se convertiría en la
principal plaza fuerte.8 Otras ciudades importantes fueron Asiongaber y Elat.8

Historia[editar]

Mapa del reino de Edom en su periodo de máxima extensión, alrededor del 600 a. C. El área en rojo
oscuro muestra la frontera aproximada de la Idumea de época clásica.

Los edomitas ya constituían algún tipo de pueblo durante los siglos XII y XI a. C.,9 época
de que se han hallado rastros de la explotación de cobre y hierro.8 De esta época se han
encontrado asentamientos fortificados, que se comunicaban entre sí utilizando señales de
fuego.8
La presencia asiria resultó beneficiosa para Edom tanto económica como políticamente,
según sugieren las excavaciones.8 Al parecer, es durante esta época cuando los edomitas
se organizan como reino centralizado por primera vez.10 Los siglos VIII a VI a. C. son una
época de apogeo y poder, momento en que el reino alcanza su mayor extensión.8
Tras la conquista babilonia de Judea, los edomitas se asentaron cada vez más al norte,
desplazados por los nabateos al sur, que tomaron el control de buena parte del antiguo
reino de Edom y establecieron su capital en Petra.11 Prosperaron en el sur de Canaán
hasta que fueron derrotados por Judas Macabeo (163 a. C.) y Juan Hircano (ca. 125 a. C.).
Este último los obligó a adoptar las costumbres y religión de los judíos.11 Tras las
conquistas de Pompeyo se incorporaron a la provincia de Judea, que pasó a estar
gobernada por la dinastía idumea de los herodianos.11 Según Flavio Josefo, unos 20 000
idumeos tomaron partido junto a los zelotes en la defensa de Jerusalén durante el asedio
romano del año 70 d. C.11 Esta es una de las últimas menciones históricas a los idumeos
como pueblo.

Cultura[editar]
Idioma[editar]
El idioma edomita estaba estrechamente relacionado con el hebreo bíblico, hasta el punto
de considerarse una variedad dialectal.12 El idioma edomita se conoce sólo por un
pequeño corpus, mayormente formado por breves inscripciones y óstraca.13 Se escribía
mediante una variante del alfabeto fenicio hasta el siglo VI a. C., cuando pasó a escribirse
con el alfabeto arameo.14
Literatura[editar]
Se ha especulado que el libro de Job, el primero de los libros sapienciales de la Biblia, se
escribiera o al menos se originara en la cultura edomita.15

Referencias[editar]
1. ↑ Saltar a:a b c d Tischler, All things in the Bible, p. 186
2. ↑ Avraham Negev; Shimon Gibson (2001). «Edom; Edomites». Archaeological
Encyclopedia of the Holy Land (New York and London: Continuum). pp. 149-150. ISBN 0-
8264-1316-1.
3. ↑ Pérez Largacha, Antonio (2003). «El Mediterráneo Oriental ante la llegada de los Pueblos
del Mar». Gerión. Revista de Historia Antigua (Universidad Autónoma de Madrid) 21 (1):
27. ISSN 1698-2444. Consultado el 7 de agosto de 2017.
4. ↑ Estrabón. Geografía. XVI, 2, 34.
5. ↑ Plinio el Viejo. Historia natural.
6. ↑ Génesis 25:30
7. ↑ Génesis 36:33
8. ↑ Saltar a:a b c d e f Tischler, All things in the Bible, p. 187
9. ↑ Números 20:14-21
10. ↑ Finkelstein, Israel; Silberman, Neil Asher (2001). The Bible Unearthed: Archaeology's
New Vision of Ancient Israel and the Origin of Its Sacred Texts (en inglés). Free Press.
p. 46.
11. ↑ Saltar a:a b c d Tischler, All things in the Bible, p. 188
12. ↑ Nordhoff, Sebastian; Hammarström, Harald; Forkel, Robert; Haspelmath, Martin, ed.
(2013). «Edomite». Glottolog (Leipzig: Max Planck Institute for Evolutionary Anthropology).
13. ↑ Pitard, Wayne T. (2001). «Edom». Metzger, Bruce M. & Coogan, Michael D., ed. The
Oxford Guide to People & Places of the Bible. Oxford: Oxford University Press. p. 181.
14. ↑ Cohen, D., ed. (1988). «Les Langues Chamito-semitiques». Les langues dans le monde
ancien et moderne, part 3 (en francés). París: CNRS.
15. ↑ Miller, Madeleine S.; Miller, J. Lane (1961). «Edomites». Harper's Bible Dictionary.
Nueva York: Harper and Row. p. 149.

Bibliografía[editar]
 Tischler, Nancy M. (2006). All the things in the Bible: An Encyclopedia of the Biblical World (en
inglés). Westport: Greenwood Press.

Nabateos
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Petra (‘piedra’), la capital nabatea esculpida en la roca.

Teatro de Petra esculpido en la roca.

Los nabateos constituyen un antiguo pueblo ismaelita,1cuya actividad se desarrolló


especialmente al sur y al este de la región palestina (actualmente en Palestina y Jordania).
La capital, la mayor parte del tiempo, fue Petra, que está situada a 80 km al sudeste
del mar Muerto. Su época de mayor esplendor abarca del siglo IV a. C. al I d. C. El casco
urbano de Petra se repartía entre las dos riberas del río Uadi Musd, un valle encajonado
entre altas rocas. Ciudad almacén de las mercancías que procedentes de Arabia, India y
del mar Rojo, eran trasladadas en largas caravanas por las rutas comerciales de la época.
La posesión de los principales enclaves por donde esas rutas pasaban era una de los
objetivos de los nabateos. Palmira, al norte, fue capital del reino nabateo bajo el efímero
reinado de la famosa reina Zenobia, entre los años 266 y 272 d. C. Otra de sus ciudades
en el centro de la ruta comercial fue la ciudad de Bosra.
La mayoría de los historiadores identifican a los nabateos con la tribu de Nebayot. Por eso
se les relaciona con Ismael de quien aquel era hijo (véase Génesis 25.13, 28.9 y 36.3; y 1
Par 1.29). También se presume que eran árabes de Qahtán. Pertenecían al grupo de
los arameos contra quienes combatió Tiglatpileser III (745-727 a. C.).
Asurbanipal también luchó contra ellos en el año 640 a. C. aproximadamente. Unidos a la
gente de Qedar resistieron, mandados por el jefe árabe Uabé, hijo del anciano Házá'il. En
este tiempo eran eminentemente nómadas y la ley vigente entre ellos les prohibía sembrar
trigo, plantar árboles o construir casas. Así mantenían el espíritu trashumante que les era
propio.
Hacia el 312 a. C., Antígono ―soberano de Siria y Fenicia―, emprendió una campaña
contra los nabateos, que se refugiaron en Petra. Allí gozaron de independencia, sobre todo
en la época de mayor debilidad de los seléucidas. La ciudad comercial más importante
estaba en Hegra (hoy Madain Saleh), lugar en que se cruzan las rutas del golfo Pérsico
―por Hái'l y Teima―, del Yemen ―por Yatrib―, del mar Rojo ―por Leuke Kome, en la
desembocadura de Uadi el-Harud―.

Los reyes nabateos[editar]


Hacia el 170 a. C., los reyes nabateos entraron en los relatos de
la Biblia. Aretas I persiguió a Jasón forzando su huida a Europa (según el Segundo libro de
los macabeos 5.8).
Pompeyo intentó, inútilmente, anexionar a la provincia de Siria el territorio de los nabateos;
pero solo consiguió Filadelfia y algunas ciudades de la Decápolis.
Por este tiempo se rompió la antigua amistad con los judíos, y así los nabateos que
ayudaron en más de una ocasión a los macabeos (según el Primer libro de los
macabeos 5.25 y 9.35), se vieron atacados por Alejandro Janneo, rey y sumo pontífice de
los judíos, que les arrebató algunas ciudades.
Aretas II se puso del lado de Gaza en su discordia con aquellos. Gracias a la ayuda de los
nabateos, esta ciudad pudo resistir el ataque de sus enemigos.
En cierto modo, la tierra de Moab estaba colonizada por los nabateos. Alejandro Janneo
consiguió someterla a tributo, sin que el rey nabateo Obodas I pudiese impedirlo. Por su
parte, los romanos continuaron sus incursiones por el territorio nabateo. Más tarde
Alejandro Janneo fue derrotado cerca de Garada ―en la Gaulanítide― gracias al dominio
de esas rutas comerciales que el rey Obodas I aún poseía.
Su sucesor, Aretas III gobernó en Damasco hacia el año 85 a. C. Esta injerencia de los
nabateos era mal vista por Pompeyo; pero ellos se mantenían seguros gracias al control y
dominio de las rutas del este. El general romano envió contra la capital de los nabateos
a Escauro, que llegó hasta Petra, pero solo consiguió 300 talentos que el rey nabateo pagó
gustosamente con tal de verse libre de la poco grata presencia romana. Más tarde
(55 a. C.), Gabinio intentó obtener algún botín de los nabateos antes de volverse a Roma,
pero lo más que consiguió fue la liberación de los partos exiliados.
El rey Malicos I (60-30 a. C.) tuvo que pagar al legado romano Ventidio una fuerte suma en
concepto de tributo. Este mismo rey nabateo entabló lucha contra el hijo del
idumeo Antípatro, que tanto favor gozaba en la corte judía de los asmoneos. Las primeras
refriegas con el que sería más tarde Herodes el Grande tienen lugar al norte del río
Yarmuk, en Diáspolis y Canata. Después de una primera victoria judía, Herodes fue
vencido por los nabateos, pero pronto tomó la revancha, junto a Filadelfia, donde aquellos
sufrieron una fuerte derrota.

Mapa del sur del Levante mediterráneo, ca. 830 a. C. Las regiones representadas son, de este a
oeste y de norte a sur:

Estados fenicios Imperio asirio Reino de Pentápolis filistea Reino de Judea Reino de
Israel Reino de Arameo de Damasco Reino de Moab Tribus árabes Reino de Edom Tribus
Amón Tribus arameas nabateas

Con Aretas IV (9 a. C.-40 d. C.) el reino nabateo alcanzó su máximo esplendor.


Inicialmente estaba enemistado con los romanos, entre otras razones por haber subido al
trono sin autorización del emperador Augusto. Pero luego supo atraerse el favor de Roma
poniendo a disposición de Varus un buen contingente de hombres contra una sedición de
los judíos. La enemistad con el país vecino aumentó cuando Herodes Antipas (el tetrarca
de Galilea), repudió a la hija del rey Aretas IV, uniéndose con Herodías, la esposa de su
hermano. Este fue el verdadero motivo de la guerra, aunque se justificara con cuestiones
fronterizas.
Tiberio se puso de parte de los judíos y ordenó que, vivo o muerto, Aretas fuese llevado a
Roma, pero muerto el emperador, Vitelio, legado de Siria, no consiguió apresar al monarca
que permaneció en Petra, sin olvidar sus dominios del norte en la región damascena. En
tiempo de Calígula (37-41) estuvo representado en Damasco por un etnarca que veló por
los intereses del pueblo. En este periodo ocurrieron los hechos a que se refiere Pablo de
Tarso en su Segunda carta a los corintios 11.32.
Los sucesores de Aretas IV perdieron el control de Damasco en tiempos del
emperador Nerón, aunque siguieron dominando en Admedeva, la primera población en la
ruta de Damasco a Palmira.
Rabel II (71-106) fue el último rey nabateo. La unificación que se había realizado alrededor
de este reino por la incorporación del último territorio herodiano del norte de Yarmuk,
debería proseguir normalmente con la anexión de la Arabia nabatea al Imperio romano.

Provincia romana[editar]
En tiempos del emperador Trajano, el legado de Siria ocupó el país (105 d. C.), dominando
Bosra y Petra. Al año siguiente el territorio nabateo quedó convertido en provincia romana
administrada por un legado, con la Tercera Legión Cirenaica a su mando. El centro político
se situó en Bosra (con una legión acuartelada en esta población), que pasó a llamarse
Colonia Nova Trajana. Su primer gobernador fue Claudio Severo y durante su mandato los
soldados romanos construyeron una calzada que iba desde Eilat hasta la frontera con
Siria.2
Este reino de los nabateos se convirtió en provincia romana con el nombre de Arabia
Pétrea, que abarca el sur de la actual Jordania y el noroeste de Arabia Saudí. Con la
anexión del reino nabateo se aseguró la continuidad territorial del Imperio romano entre
Egipto y las provincias asiáticas.
No obstante, Petra seguiría conservando su prestigio y en más de una ocasión sería la
residencia del legado romano. En su bella necrópolis fue enterrado Sextus Florentinus. Los
nabateos conservaron la peculiaridad de su dialecto por mucho tiempo, aunque poco a
poco se fueron arabizando hasta el punto de que los romanos los identificaban con los
árabes. Así Estrabón (XVI.4.18) habla de Petra como la ciudad de los árabes llamados
nabateos.
El aumento de población y el cambio de circunstancias históricas fueron convirtiendo a los
nabateos de nómadas en pacíficos agricultores, que se agruparon en pueblos y ciudades.
Existían numerosas vías de comunicación que los ponían en contacto entre sí, mientras
que una red de fortalezas y torres de guardia les protegían de posibles expediciones
enemigas.

Tetrapylon en Palmira.

Las recientes excavaciones arqueológicas han mostrado hasta qué punto gozaban de una
gran organización. No se limitaron a defenderse, sino que también cultivaron con éxito
diversas artes e industrias, especialmente la artesanía del cuero, vidrio y cerámica. Su
estilo muy original, permite al arqueólogo distinguirlo con facilidad. Bajo la influencia
helenística cultivaron también la escultura y la arquitectura.

Entrada de una sepultura nabatea en Madain Saleh, Al Ula, Arabia Saudí.


Trasformado el reino nabateo en región fronteriza, habitada por destacamentos militares
de procedencia y origen diverso, fue decayendo paulatinamente su civilización. El territorio
nabateo se dividió entre la gente del sur, reagrupada alrededor de Petra y Hiyr, y las del
norte, en torno a Palmira y Bosra. El comercio se concentró en el antiguo oasis de Tadmor,
para dirigirse al oeste por las rutas de Damasco, Bosra y Homs (Emesa), fuertemente
guarnecidas por las tropas romanas.
Palmira creció en importancia cuando los emperadores romanos la tomaron como base
para sus ataques contra los partos. Pero en 273 sus habitantes pagaron duramente una
tentativa de independencia y de dominio sobre las provincias orientales, bajo el efímero
reinado de la famosa reina Zenobia entre los años 266 y 272, lo que constituyó un paso
más en el proceso de disolución en que el pueblo nabateo había entrado desde la muerte
de Aretas IV.

Referencias[editar]
1. ↑ «Nabataeans». livius.org. Consultado el 31 de agosto de 2015.
2. ↑ Millar, Fergus (1992). El imperio romano y sus pueblos limítrofes. El mundo mediterráneo
en la Edad Antigua. IV. Siglo Veintiuno. p. 323. ISBN 968-23-0886-0.

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