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V ISIO N E S V V IS IT A S

POR MADRID

COi\ D. FRANCISCO DE QUEVEDO.


S U E M MORALES 9

POR MADRID

CON O. FRANCISCO OE ÇUEVEOO,


C O R R E G ID O S ï A O B E O T A B O S

i s a i i , i l i i a , i i u n u m .

RESID EN CIA ESTERNAL D E P L E T O N , CORREO D E L OTRO MUNDO ,


Y CARTAS RESPO N D ID A S A LOS M U ER T O S , SA CUD IM IENTO DE M ENTECATOS
H IS T O R IA DE H IS T O R IA S , A IM IT A C IO N D EL CUENTO
DE LOS CUENTOS DE Q U EVEDO , Y E L SOPLO D E LA J U S 1 IC IA .

E sc rito p o r

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IM P R E N T A Y F IT O G R A F IA D E J . R O G E R .
CALLE I)E LA UNION.

1843.
A l L e c to r com o D io * m e lo e n v ia re , m a lo ó b u e n o , ju s to ó p e c a d o r , « a n o ó m or
p ib u u d o , q u e no « o j a s q u e ro s o do c u e rp o s , n i c o n cien cias a b e n a s .

Y a habrás oido decir, lector á secas , ( que eso de discreto ni te lo dije nunca,
ni lo oirás de mi boca ) que en unos de los reinos estrangeros se le puso á un tra­
tante en la cabeza vender diablos , como si fueran guacamayas ó micos de Tolú.
Este dicen que guió la recua camino del infierno con una tropa de alguaciles ,
escribanos , médicos y alcaldes, que iban ácia allá , y habiendo cargado se vino
á la feria , y vendió todo el empleo de diablura , y aun se repartieron algunos mo­
jicones entre los mercantes. Lo mismo ejecutaron otros mercaderes á su imita­
ción, y hoy se están despachando demonios por cientos , y satanases por gruesas
por todo el mundo , con mas crédito que si fueran medallas de Roma. A m i, pues
se me ha plantado en el escaparate de los sesos vender mis sueños , mis delirios y
mis modorras , y no siendo estas tan malas como los demonios, creo que te las
he de vender bien vendidas, y mas cuando tu perversa inclinación echa el tiempo
al muladar del ocio, y tu curiosa necedad aboga por mi bolsillo contra el tuyo ,
como me lo han hecho creer mis antecedentes disparates. Desde hoy empiezo á
soñar ; ten paciencia , ó ahórcate, que yo no he de perder mi sueño porque tú
me murmures los letargos. Con Don Francisco de Quevedo me sacó mi fantasia
por esa corte á ver los disfraces de este siglo , y juntos hemos notado la alteración
ir rn
de su tiempo al que hoy gozamos. Si te parece m al, poco cuidado me dará tu de­ llana. Si quieres morder lo escrito aprende á hablar primero , y luego á escribir,
sazón; conténtate, y no seas tan mentecatoque lepagues los azotes al verdugo , que y entonces serán racionales tus reparos ; pero si no sabes hablar con otro artificio
yo no puedo desearte mas castigo que es que tu paciencia me vengue de tu mor­ que el que te enseñó tu madre ó el ama que te dió la teta , no entres el hocico en
dacidad. Siete veces soñó el insigne Quevedo, como veras en el primer tomo de mis sueños, porque puede ser que salgas escaldado. Dios te de vida para que me
sus obras , con que á mí , que soy mas abutardado de espíritu , me toca dormir y pagues mis salvajadas, y murmura loque tu quisieres , que yo quedo burlándome
soñar mas. En la relación de lo soñado me escederá Quevedo ; pero á roncar no de verte metido á corrector de autores y libros , y dando voto decisivo en lo que
le cederé á é l , ni ácuantos aran y caban. no entiendes , ni puedes ejecutar. Consuélate con que yo estoy certisimamente
Yo te llamára pio, benévolo , discreto y prudente lector, pero es enseñarte á creyendo que lo que tu censures y lo que yo he escrito todo es un envoltorio de
malas adulaciones , y eres tan simple que lo habias de creer como que el miedo y majaderías ; y si llego á sospechar que hay algo bueno mas me inclinaré á que es
la cortesia eran los que me obligaban á tratarte de este modo. ¿Que cosa mas fá­ lo que yo propongo que lo que tu arguyes , porque esto esta dictado con reflecsion
cil que presentarte el nombre de discreto porque tu me volvieras el de erudito ? y con sano juicio , y lo que tu suelesdecires arrojado del delirio, de la envidia y
Que es lo que sucede entre los que leen y escriben, afeitándose unos à otros, pe­ de tu mala costumbre. Vale . Seor Leyente, hasta otro prólogo , que quizá será
ro es locura , porque yo nunca voy tras tus alabanzas , sino tras tu dinero. Suél­ peor que el que se acaba aquí.
talo , y mas que me quemes en estatua dando al fuego mi papel. Conténtate con
lo lector en pelo, que lo discreto no lo has de ver en mi pluma, ni en mi lengua,
porque yo no estoy acostumbrado á m entir, y hasta que muer.a te he de aporrear
con mis verdades. Lo mas que puedo hacer por tí es darte una receta para que te
lo llamen otros. Es esta : lo primero lias de llamar madamas á todas las mujeres,
basta las cocineras y mozas de cántaro : luego lee la cartilla del chichisveo , que
es el alcoran de los galanes españoles , cuyo primer carácter en vez de Christus es
satanas : traslada á tu memoria todo lo que en favor de él han escrito los poetas
luteranos ; repítelo en toda ocasión , y sigue aquellas instrucciones. En concur­
riendo con señoras asoléalas b ien , como si fueras á hacer pasas, que con esto, cua­
tro humareadas de incienso cortesano, que te lo venderá cualquier lisonjero , los
polvos de / cuando soñé yo lograr tal fortum i su poco deaqüello de deidades, hin­
car las rodillas á cada instante , hablar mucho y alto te llamarán discreto ; pero
cree que en la verdad te quedas un grandísimo tonto.
Si te determinas á leer te advierto que sea con alguna reflecsion , mira no te
quedes embobado como un salvaje en las pinturas de los mascarones que pongo en
la primera entrada de las visitas ; cuélate mas adentro , y encontrarás doctrina sa­
ludable para conocer y huir los vicios de esta edad : si así lo haces te hará buen
provecho la lectura : Dios permita que así suceda ; pero lo temo m ucho, porque
te he visto leer regularmente con mala intención , y solo andas á caza de moscas ,
y te ¡metes en censurar el estilo y las voces sin haber saludado la gramática easte­
TUSIKDHfflö IT W IS llV itS
POR MADRID.

PREAMBULO AL SUEÑO.

la ectica llama de un viudo ra y pávilo de é l) y lo principal, porque no


candil, que aunque és un me atisvase la camisa un compañero que
mocoso , ha dias que pa­ se acuesta en mi cuarto, arrimé el papel á
dece achaques de caduco, una silla en donde descansan mis vestidos;
destilaciones y gota, ma­ y cogiendo una calceta que se columpiaba
les viejos en candil de astrólogo , que co­ en uno de sus brazos, tiró dos azotes al
mo estudia á luz mas derecha , tiene mal aire , para que acabase de un soplo vida que
cuidada la torcida, estuve anoche aguan­ propiamente es humo ; mas como guió el
tando la mecha , y enojando á los párpados golpe mi ceguedad ( mal presumida la dis­
que los quiero sobre las niñas de mis ojos, tancia) del primer calcetazo le prendí las
por brujulear las dicciones de un curioso li­ narices al candil, y en el suelo acabó de
bro que á meses que le doy mi lado porque vomitar toda la asquerosa borrina, y que­
me dispierta el sueño ; y por mas que por­ dó tan sentido del porrazo , que despues
liaba á vencer con mi atención los aspere- que amaneció en mi posada le vi moquear
zos dp la mugrienta luz , pudo mas su 11a- por todas sus coyunturas. Tirados todos ,
queza que mi constancia, pues en la pali­ el libro en la silla, el candil por tierra, y yo
dez de sus congojas se desmayaron antes en mi catre , enrosqué los lomos , di dos
mis pestañas ; con que , enferma la vista, suspiros al aire , y eché de golpe la cabeza
se me quedó difunto el miramiento. Can­ en la almohada , y al caer se enterraron la
sado , pues , y aun m edroso, porque entre mitad de las facciones hasta medias nari­
bostezos de viviente y boqueadas de agoni­ ces ; y como el dibujo de las ancas, muslos
zante, mas susto me daba que luces : por y suras se distinguía sobre la manta , que­
no levantarme de la cama á atizarlo ( que dé un medio perfil metamorfosis entre gal­
no es candil el mio que se puede hacer ce­ go y astrólogo, que si me hubiera visto,
2 SUEÑOS M ORALES. SUEÑOS, MORALES.

se hororizára un San Anton. Sin susto de dia de enterrar ios muertos. Con este con­ vidrios , y sus antojos y los míos formaban llorido y tan incorruptible, es señal do que
cósa de esta vida llamé al sueño , y en el suelo ( propio alivio de un genio perdulario) tan aguda su vista , que me pareció que me fuiste dichosa planta de este mundo ; y
breve espacio de si viene ó no viene me y aquella melancolia, (natural aviso de miraba con dos chuzos : el gesto tan abri­ quien en la tierra floreció tan místico y tan
pintaba la consideración de postrado (v á l­ nuestro fragil ser ) fui perdiendo por ins­ bonado , que partían á medias su ceño lo desengañado, se debe creer que llegarían
game Dios , que acuerdo tan natural ! ) las tantes el tacto de los o jo s, y la vista de los despegado y lo burlón. En fin , informaba sus frutos al cielo. Y no dudo que sabiendo
parecidas imagines de cama y sepultura , otros tres sentidos y medio ; y cuando ( á su semblante un espíritu de los que los gita­ tanto te sabrías salvar; y si esto lo erraste,
muerte y su eñ o, acreditándome este de­ mi parecer ) el discurso estaba mas despa­ nos llaman conchudos, qne son los que sa­ todo lo perdiste, y rióme de tus obras , á
sengaño mi memoria con aquel dístico del chado , viene el su eñ o, y que hace? da un ben mas que ellos, y entienden toda la gra­ quien siempre confesaré la deuda de ser
Gran Nason , que bien sé que es suyo , soplo á la luz de la razón , y me dejó el al­ mática parda y jerga pajiza del C alorré, menos bruto. Desengáñame; y dime por
pero no me acuerdo abora en que elegía lo ma á buenas n och es, y á mi tan m ortal, Chuy mis tornó y el P a rn ié, que es el Dios Dios á que vienes? Yo no te puedo quitar­
colocó: que solo cuatro ronquidos, unos por la bo­ sobre todo de la bribia. Luego que me ad­ la buena fe que te he merecido ; pero tam­
ca , y otros por lo que no se puede tomar virtió desvelado, retiró la estatura á su poco te diré mi estado, porque no tengo
S tu lte , quid est somnus gelida nisi mortis
en boca, eran asqueroso informe de mi \ i- natural erección ; yo me incorporé, y es­ licencia para desengañarte. Mi venida sa­
imago ?
talidad. Acostada el alm a, y ligados los tregándome los ojos con los nudos de los bras en vistiéndote ; y asi recoge esos tre­
Mulla quieseundi tempora futa dabunt.
sentidos á escondidas de las potencias, se d ed os, me pareció que entre medroso y bejos que tan sin aliño tienes barajados, y
Pero con un filòsofo descuido me sa­ incorporó la fantasia , y con ella madruga­ dorm ido, renqueando con las voces, con vístete que el tiempo es breve , y es preci­
cudí de esta melancolía , considerando que ron también otro millón de duendes que se la pronunciación á gatas y el idioma en chi­ so aprovecharlo, dijo Quevedo. Junté to­
aunque el sueño es muerte , era para mí acuestan en los desvanes de mi calvaria , quillas, le dije : som bra, fantasma o bulto dos mis trapos encima de la cama , y bruju­
entonces el dormir media vida. Morir es y entre ellos se movió tal bulla, que á no de los espacios imaginarios, pues no te leando la boca á una calceta para empezar
preciso, y esta memoria y conformidad ser yo tan remolón de talentos , y tan mo­ creo parto fisico, sino aborto de su confu­ á roparme , le d ije, perdona la curiosa im­
han podido quitarme el horror á esta fan­ dorro de sentidos , me hubieran desvelado sion , quien eres ? que buscas en mi y en pertinencia, y mientras acabo yo de ves­
tasma ; y si amaneciese en el sepulcro, los mismos arrullos que me mecían la mo­ mi cuarto? Recoge al oorazon el alíenlo tirme , respóndeme á una duda que ha dias
me libraba de médicos , zupias, el candi- dorra. Entre las varias figuras que se abul­ (m e dijo) sosiégate, y no des tantos vai­ que padezco , y deseo salir de ella. D im e,
lon y campanillorro , que son los prólogos taron en la oficina del sueño fué la mas venes con las razones : abre esas o jo s, y padeciste mucho purgatorio por las sátiras
del m orir, y alabarderos del agonizar, y amable ( aunque á los principios mas hor­ mira que soy Don Francisco de Quevedo y que dejaste escritas? porque verdadera­
daba un gran chasco á los sacristanes : rible) la que voy á sacará luz, y la esto­ Villegas. Ven acá , sabio de los sig lo s, ve­ mente que estan dictadas con desenfado y
aunque de esta burla no se escaparan , por­ fó la fantasía con tales m atices, que ahora neración m ia, pasmo de la esfera , padre de travesura, y con ellas enojarías a cuantos
que justamente me voy despachando para que sé que no duerm o, y que ciertamente la verdad, gracioso y prudente desperdi­ fueron coetáneos en tu siglo. El purgatorio
ser difunto de gorra , y muerto petardista ; estoy dictando lo que soñé entonces , es­ ciador del m undo, llégate aunque me cha­ ( me dijo ) lo pasé acá porque viví dester­
y la parroquia donde cayere habrá de hon­ toy por jurar que fué mas visto que so­ musques ; abrázame aunque me tuestes; rado muchos m ese s, preso muchos a ñ o s,
rarme de mogollon , ó faltar á la misericor­ ñado. ven , que ya solo tu nombre me ha borrado pobre y enfermo toda la vida ; y esta con­
el horror á lo difunto. Estos y otros tales tinuada persecución fue' por la paga de
estrenaos hice yo puesto en cruz sobre la otros vicios, no por el que preguntas ; y
SUEÑO. cama , y ahorcado de sus hombros , y vol­ aunque parece en mis obras que traté con
cándole á uno y otro lado la cabeza le besé desprecio los trabajos, debes saber queme
Yo gozaba en el estasis tirano del sueño tonces que desperté , y que liabia visto que mil veces los carrillos, y con la violencia impresionaron mil melancolías , que fue­
todas las quietudes que pueden hacer di­ me estaba estorbando la respiración echa­ de los columpios nos quedamos sentados, ron el fomento de los dos apostemas que
choso á un dormido ; pero duró muy poco do de bruces sobre mi almohada un sem­ él en una esquina, y yo en el medio de mi me quitaron la vida en Villanueva de los
la sucesión de mis tranquilidades ; pues á blante que calzaba sus veinte puntos de fac­ catre. Dime , discreto m io ,le volví ádecir, Infantes , en donde se estan acabando de
breve rato que estaba en su poder sentí ciones , hinchadas con la violencia de la pos­ no estás ya en la gloria? Pues como dejas podrirlas friás cenizas de esta ( ahora apa­
que se descargaba sobre mis orejas una voz tura : las m elenas, que parecían ramal de aquella amabilisima morada por las he­ rente ) organización ; y esta pregunta es
entre ahullido y tip le, desagradablemente penitente, cabellos, cilicios entre pua y diondeces de este siglo ? Yo te creia eter­ necedad que la baga un hombre cristiano ;
desentonada, á manera de aquel desapaci­ pelote, tan rucios como rodados, Servian namente gozando las verdaderas dichas de porque si sabes que basta de las buenas
ble ruido que resulta del vuelco de un tale­ de limpiadera de mis barbas : por bigotes la beatitud ; porque si dice Dios que el mo­ obras hemos de ser residenciados, ya po­
go de calderilla, y que me repitió tres ó tenia dos mecheros de velón , y una pera do de conocer al árbol cristiano y racional drás presumir lo rigoroso de la cuenta , y
cuatro veces el campanudo apellido de Tor­ como un rabo de cochino , y tan larga que es por su fruto, siendo el que nos dejaste solo puede disculpar tu ignorancia el buen
res, Torres. Jesus mil veces! creo por en­ le hacia roscas en la golilla : los ojos entre en tus obras tan maduro , tan suave, tan deseo que te mueve á salir de algunos e s -
SUEÑOS MORALES.
s
4 SUEÑOS M ORALES

crúpulos , de que le considero acosado ; y nerable difunto , y le dije : yo no quisiera


salir para la corte contigo en ese trage., VISION V V ISIT A P R IM E R A .
asi como tus sátiras no miren á mas objeto
que el vicio común , esto mas será sermon porque nos esperan los chillidos y la grita Los L’arberos.
que desenvoltura ; mas será buena platica de los que nos vean , porque ya solo en los
tes , que es un aprendiz de basurero de
que desahogo. Escribe doctrinas, y sea en entremeses se ven las golillas ; y asi por . P or el caballero de Gracia arriba íbamos
barbas , fregón de rostros , y desmontador
el estilo á que se acomodare mejor tu na­ ahora ponte uno de mis vestidos, cortándo­ los d o s, y á poco trecho se nos colgó de
de traseros lanudos : esto es cosa nueva
tural. Te aconsejo que no gastes dibujos en le con esto los motivos á la irrisión que nos las orejas un sonido entre acento de rabel
( dijo el muerto sabio ) desde ahora empie­
tu locución, que la desnudez es el trago amenaza. No te de cuidado , me respondió, y dejo de rebuzno, y á veces tan rabioso ,
zo á descubrir la alteración de las cosas de
masgalan de los desengaños, no castiga ni que mi figura solo á tus ojos se concede, y que pareció mahullo , concebido en cani­
mi siglo. Los ratos que vacaban los apreu—
corrige el ceno ni la rigidez una costumbre á todo mortal está negada ; y así acompá­ culares de lujuria gatesca : quien toca tan
dizes de barbero tañían cuatro pasacalles
relajada;el desprecio ha corrido A muchos ñame sin miedo á registrar la corte. Don desapacible , dijo Quevcdo , â la sazón que
en una vihuela. Otras novedades de mayor
pecados; á la moralidad no la puede deslu­ Francisco , le dije , á mí para que me n e­ llegamos á una tienda de barrer cachetes y
nota irás descubriendo en el prolijo discur­
cir lo festivo de las voces ; en la severidad cesitas ? Tu solo puedes ir , que no te has desplumar guargueros : vuelve la cara le
so de estas v isitas, que te han de suspender
de la plática y en el sobrecejo de las razo­ de perder, ven y acompáñame , me res­ respondí , sabio mío , á este zaguan , vol-
mas la admiración, le respondí : eso que
nes ordinariamente halla el gusto ( estraga­ pondió enojado un poco , y no quieras sa­ vímosla uno y o tro , y divisamos por la
tu dices , difunto de mi alma, era en tiem­
do d éla malicia) espinas que le punzan : lo ber mas de mí. Llegamos al umbral de la media puerta , que dejaba libre una cortina
po que se usaban doncellas, entonces acu­
desabrido no es esencia del desengaño , con puerta , y parando allí un instante, mien­ de olán gallego, estampada á nubarrones
dían las barbas al sonido de las vihuelas , y
el cebo de lo deleitable se introduce mejor tras elogia camino y calle por donde empe­ de aceite y mugre , á un mozuelo sem im a-
ahora se convocan á los que están afelpa­
el pasto de lo útil. A mi estilo calificaron zar las visitas, le dije yo : amigo difunto ch o , mas rapado que sotana de sopón, mas
dos de carrillos al reclamo de los rabeles ;
los necios con el infame nombre de mor­ lo que has de ver en este siglo es adelan­ relamido que plato de dulce en poder de
esto no es cosa digna de reparo, y si he­
dacidad ; siendo así que mis inventivas tado el vicio , y la necedad. En tu tiempo pajes , en medio de ruedas de amolar, si­
mos de parar la vista y la atención en me­
nunca tuvieron particular destino, solo las habia un hombre soberbio , otro lujurioso, llas despellejadas , bancos , escalfadores ,
nudencias tan ridiculas, no saldrás de M a­
arrempujé á la general corrección de los otro ladrón y otro mohatrero, y ahora en ca­ vacías , demandas, redomas, paños sucios
drid en veinte siglos. Caminemos adelante,
desórdenes y abusos. Yo describí con in­ da uno vive de asiento la lujuria , la sober­ y moharraches. Estaba sentado en el sillon
que ya hallarás novedades mas desentona­
vención festiva en el sueño de las calaveras bia y la avaricia, y cada viviente es una ga­ de pelar entrecejos, sirviéndole de caval-
das y lastimosas , y ellas mismas le han de
el dia del juicio final. E nel entrometido de lera de maldades ; pero también es cierto gadura uno de los muslos al otro , y asei -
re ñ irla s advertencias y sátiras que escri­
la dueña y el soplon pinté el infierno y los que se acabaron dos castas que florecieron rándole las cuerdas á un violin con tal des­
biste contra las costumbres de tu mejor
pecados que allá os arrastran ; si lo hubie­ en tu era , las mas pestilentes que pisaban consuelo , que parecía salir el son de entre
el mundo, y apestaban el infierno ; ya no agallos de burro melancólico •• ves aquí, le edad.
ra copiado con la pluma que pide el argu­
mento ; horrorizaría con la imagen ; la plá­ hay dueñas, ni hallarás un grano de esta dije á Quevedo, este es el que tocaba an­
tica terrible mas espanta que convoca, maldita semilla , y ha algunos años que se
mas asusta que mueve ; y á lo amargo de acabó la sementera : tampoco hay hipócri­ VISION Y V ISIT A SEGUNDA.
las verdades es preciso confitarlas , para tas , monederos falsos de la virtud y santi­
Los Pelucas y Militares andrajosos.
que, perdido el primer asco, sean despues dad. Con que no hay dueñas ni hipócritas
medicina. En aquel linage de agudeza , en­ en tu siglo? ( dijo Qucvédo). No, amigo , tasma un ayuno con som brero, una dieta
T repamos toda la c a lle , y aun no había­
tre los motivos que sacaban la risa , hizo respondí, ya no se dejan guardarlas donce­ con pies, un desmayo con barbas, y una
mos doblado la esquina cuando dimos de
que escuchasen los gritos que despiertan la llas , ni hay quien afecte ayunos ni discipli­ carencia con calzones : unas veces parecía
ojos con un perillán vitela, limado de car­
memoria ; y finalmente , salga al tablado nas , pues hasta las apariencias de virtuo­ el cuello bajón , y otras calabaza ; tan un-
nes, el pellejo vestido á raiz de la osatura,
del mundo la verdad, y sea en el adorno sos han aborrecido los hombres, ahora se dido de ojos , que juzgué que miraba por
caudaloso de zancas, con una carrera de
que quisieres. hace adorno de la destemplanza , gala de! bucina ; cada respiración traia á las ancas
pezcuezo, alma de callejón, espíritu en gar­
Puso lin á la conversación de este asun­ vicio y pompa de la disolución. Vamos mar­ dos boztesos : todo era indicio de estoma­
rocha, pasante de cordel, y aprendiz de
to , dejándome consolado en mi pena, y li­ chando, dijo el difunto, que tengo vivas go cu pena, de tripas en vacante, y de
linea : echaba por piernas dos listones de
bre de los escrúpulos que me seguían con­ ansias de examinar tantas novedades co­ hambre descomunal. Pisaba con dos vainas
hueso, mas seguidos que el alcorán : cara
mo me prometen tus misterios. de cuchillo de m onte, en vez de zapatos ,
tinuamente la conciencia : y habiéndome buida y amolada en necesidad, mas angos­
vestido, repare mas en el que traía el ve- con sus roturas y enrejados, como que traía
to que el camino de la virtud, y mas ham­
los pies en jaula: amortajábanle las piernas
briento que un noviciado : era el buen fan­
7
6 SUEÑOS MORALES.
SUEÑOS 110RALES. 1
de estas gentes, ahumado á todas horas de
unas mecliccillas de solfa salpicadas de capa, estos nunca se ponen el sombrerillo trayendo la descuadernada greguería de
mistelas aguardientes y rosolíes. Que pro­
puntos, unas veces con los bujeros sobre por no machucar la peluca, aunque el sol oficios que hay en la Red de San Luis ; y a
gresos? Que resoluciones dará, un cerebro
las canillas me parecían flautas ; otras se los chamusque. Varios he visto, dijo Que­ veces miraba con un ceño tan desagrada­
acalorado con estas lumbres? Y que dis­
me representaban por cada una un jigote vedo, que andan con cabellera postiza. Di­ ble , que mas terrible se hacia con lo aba­
cursos hará un talento agoviado con la pe­
de piernas ; todos eran saltos, carreras y me , se ha hecho mal contagioso el encal­ do que con lo difunto : yo también mar­
sadez de espíritus tan estraños ? Los mas
galopes : por otras partes se miraba tan ra­ vecer? O que motiva no traer los mas la chaba á su izquierda confuso, y atolondra­
juiciosos usan destempladamente de estos
ro su tejido, que llegué á entender que ha­ natural corona de su cabello ? N o , sabio do el cerebro de discurrir el m otivo, la
licores, y les ha puesto la razón tan rom a,
bía vidrieras de lana ; traía en torno de los m io , le respondí : lo q u e ha pasado á ser ocasión y el modo de venirse Quevedo á la
la inleligencia tan chata , el alma tan bur­
muslos unos talegos iniciados de calzones achaque contagioso es la necia locura de co rte, porque si era para saber el orden
da , y el juicio con tantas lagañas, (pie
llenos de grietas, repulgos, chirlos, dcsca- los cortesanos : no han encalvecido de pe­ ó confusion de su política y los estragos de
creen que ya vive generalmente en todos
labiaduras y cicatrices ; por las entrepier­ lo, sino de juicio. Ingratos á la naturaleza su república, sin cansarse en pasearla lo
nas se desmoronaban en hilachos, rapace— que los adorna desechan sus favores : cúr­ pudiera ver desde su mansion. Para in­ moribundo el calor nativo, y que no se pue­
de vivir sin atizar los estómagos con esta
jos , remiendos dislocados y otras campa­ tanse el pelo con que les hermoseó la ma­ formar á los bienaventurados ? Ociosa ve­
maldita yesca. Invención ha sido del demo­
nillas: y entre todas se descolgaba un chis­ dre com ún, no solo atenta á la conserva­ nida. Para avergonzar á los miserables pre­
nio para postrar los ardores de los castella­
guete de camisón en ademan deojeador de ción , sino á la hermosura de sus vivien­ citos , de que hay hombres en la carrera de
nos, el fuego de los andaluces, los ostina-
pastelero, jaspeado de cámaras de pulgas. tes. No hay ave que se desnude de sus la salvación tan malos como ellos ? E scu -
dos ardores de los catalanes , y los rebeldes
Erade ver la casaquilla negra á saltos, y plumas por vestir las agenas. No hay árhol sada diligencia : pues unos y otros se lo
espíritus de los valencianos : no consiguie­
parda á salpicones ; un bosque de andrajos que sin sentimiento se despoje de sus ho­ tienen sabido. Creo que si el difunto no me
ron las fuerzas del orbe dominar sus ar­
por forro ; la tela entretenida de parches , jas. No hay bruto que no viva contento con llama, que me dispierta la batahola de es­
y reparada de emplastos ; tan grasienta , su pelo. Los socorros del arte son honestos te discurso. Cuando yo marchaba regañan­ rogancias , y ya los tiene postrados con in­
que por cada pelo destilaba lechones , y sin ofensas del natural ; y es insufrible do con este pensamiento , me tiró la capa, famia la suavidad de este veneno. Que N e­
rón inventó tormentos tan disimulados !
moqueaba enjundias ; veníanse ahorcando agravio acusarle á la naturaleza descuidos y me dijo : que especie de retablos es es­
de ella, en la parte que corresponde á el cuando se desveló en providencias : ya es­ ta, que he contado seis ó siete en esta calle, martirios tan engañosos , y tan malignas
muertes ? Esclamò Quevedo : no lo puedo
pecho, seis ó siete botones medio desolla­ pero que se han de introducir los anteojos que ni son boticas , tabernas, ni figones ,
d o s, cuyos ojales iban corriendo la posta por moda ; que las piernas de palo las han y lo parecen todo ? E sta s, amigo muerto , decir, le respondí. Lo que es mas estrano
de un rasgón hasta la espalda ; su poco de de traer por uso , y las muletas por ador­ le respondí, son reposterías de revolcar no es que vivan acariciados de esta golosi­
espadín montado á la gurupa ; una tortilla no. O tiempos ! O costumbres ! (esclam o se so s, tiendas de hacer irrisible la razón , na , que al fin la gula se ha señoreado dei
de sombrero medio ahogada en el sobaco, Quevedo) en mi siglo eran las pelucas Ín­ lonjas de la embriaguez , oficinas en donde caudal de nuestros sentidos , sino es quien
y una peluca de barbas de zalea; rizada á d icos de cabo ó sospechas de tinoso ; ya se labran los tabardillos y calenturas ar­ ha sido poderoso de arrempujar una sed
pellizcos , y compuesta á bofetones. E s - c¡co que en el tuyo ha dilatado su imperio dientes , tablados en donde se ritan las co­ tan vehemente á nuestros guargueros, el
traña figura, dijo Quevedo: válgame Dios! la mentira ; persuádomeá que hoy se vive licas y rehumas , puestos para disponer introducir un frió tan helado en los estó­
No luera bueno que ese hombre echase con mas artificio que entonces. Juiciosa­ muertes repentinas ; y ultimamente , feria magos , que no hay garganta que no se em­
una capa á su desnudez , y no que va por mente hablas, ( acudí yo ) ningún siglo ha general, en donde con las apariencias de pine , ni hígado que no se revuelva al oir el
medio de la corto siguiendo Ia ostentatu a rebosado mas embustes ; porque has de calor saludable se compran las prácticas re­ nombre solo de estos licores. Las mistelas,
del infeliz estado de su suerte, y haciendo entender que nos anegamos en sastres , cetas de enfermar, morir, y emborrachar­ volvió á decir Quevedo , y toda esta casta
gala de no traerla ? Bueno fuera, le res­ llueven zapateros , hay langosta de letra­ de vinos espirituosos y volátiles los gasta­
se : repara , y las verás mas asistidas que
pondí : pero advierte que semejantes figu­ dos , y á enjambres andan los agentes , es­ los tem plos, y son tan brutos los cortesa­ ban en mi siglo los desahuciados por la me­
rones se mueren por cortar la pobreza á cribanos y relatores : despues de esto to­ nos , que se aporrean , y madrugan á mo­ dicina y la naturaleza, aplicándolos á la na­
la moneda, y viven contentos con andar dos estudian en parecer lo que no son ; rir unos antes que otros. En cada casa de riz para que por sus conductos pasasen á
desarrapados al uso. Como sea trago mili­ pero vamos adelante , discreto mio , con­ la corte se destina un aposento para embal­ alentar cerebros descaídos y pulsos remolo­
tar, aunque se forme de las tripas de cesta firmarás en lo que vieres tu dictamen jui­ samar esos julepes y jaropes. Se ha hecho nes, y hoy se usa mas que el agua.\ álgame
de maulero, no lo truecan por la mejor cioso. Dios! Si volviera á ser viviente, por no ver
razón de estado la borrachera , y pasa por
mundo tan borracho pasara la vida entre los
cortesano montés y político zafio el que no
brutos de los m ontes, que esta es compa­
VISION Y V ISITA T E R C E R A . hace provision abundante de esas zupias ,
ñía menos fiera que la de un racional pre­
este es el vicio que se señorea mas de los
Puestos tic Roso]íes , Mistelas y Aguardientes. tendiente á bestialidades por sus vicios.
hombres ; considera tu cual estará el seso
íba Quevedo sin mover las pestañas re- pasando tiendas, ojeando tablillas, y cons-
s SUEÑOS M ORALES.

VISION Y ì ISIYA CUARTA,

Las librerías f libros nuevos.

E n esta conversación íbamos dirigiéndo­


piar seguían los demas caballeros los po­
nos camino del Consejo, cuando al pasar por
bres y plebeyos, prometiéndose abrigo en
junto la puerta de una libreria, tirándole la
Ja estimación de los nobles y adinerados,
capa á Don Francisco, le dije : no hay que
destinaban largos desvelos al estudio de las
dar por ahora un paso adelante , paremos
artes y ciencias ; cayeron del seno de la afi­
un p oco, que aquí está una tienda de li­
ción de los príncipes, olvidáronse las fati­
bros, donde en breve rato verás la incultu­
gas , dominó la ociosidad, subió á los tro­
ra y negligencia de las almas de esta infeliz
nos la rudeza , acabóse en toda la solicitud
edad. Parémonos en bueua hora , me res­
do adornar c! entendimiento de noticias , v
pondió, y pusímonos junto al umbral. Era
se empezó hacer gala de lo necio. E s po­
el mercader de libros garrafal de narices ,
sible que han llegado los libros (dijo el
frondoso de cejas, con cagalutas de lagaño­
sa. 10 muerto ) á juzgarse por ladrones del
s o , y prólogos de calvo ; descalabraba los
tiempo , enem igos del deleite , y cuñados
ojos á pedradas de su horrible figura, aña­
del gu sto, ios que antes eran familiares de
diendo la cólera que tenia deformidades á
Ja vida, consejeros del juicio, piedras de
su aspecto; en infusion de condenado el
amolar del discurso, jardines del ingenio,
sem blante, y el gesto de haber bebido es­
y eficaz arbitrio para desenojar un pobre su
píritus d ecóm itre, revueltos con quinta
fortuna ? Mas v a le, le respondí, en el aran­
esencia de demonios; decía balas, hablaba
cel do un príncipe un papagayo que un filo -
chuzos , y regoldaba bayonetas ; cada re­ soto , una mona que un m atem ático, un
suello era un sartal de diablos, una ristra
mico que un letrado, un mulo que un poe­
de maldiciones , y una procesión de jura­
ta : estas tiendas hervían antes en todo ge­
mentos ; en un instante le vimos jurar toda
nero de personas, vendíanse los libros,
la letanía , y la mitad del calendario. Pre­
continuábase el com ercio, hoy no se sale
guntóme Quevedo que tiene e s te , que des­ la vida por los agujeros de la hambre ; mal
mintiéndose hom bre, está haciendo las in­ haya la edad tan bruta , siglo irracional ; yo
formaciones de furia para ser morador tengo de aburrir lo librero , y lie de me­
sempiterno del abismo? Asi se le caen de terme á oficial de albardas , que ya el mun­
las manos á la razón las riendas que tiene do es muy frecuente de pollinos. A estas
l’aia modelar la bruta libertad de los afec­ \o ces llegaban las quejas del mercader ,a !
tos ? Pi esto escucharás, le respondí, los tiempo que D. Francisco me preguntó es
motivos de su impaciencia, que semejan­ verdad lo que este hombre está gritando?
tes truenos se oyen todos los dias en la 1 orque es cierto que si lo e s , es infamia de
calle en que estamos ; á esta sazón prosi­
la nación y aun de la naturaleza. En mi si­
guió el mercader su tempestad diciendo : glo empezó á declinar algo el estudio de las ¥
mal haya el siglo en que es política la necc- letras ; pero no faltaba algun favor en los
dau, y condición de bien criado la ignoran­
señores, y lograban estimación los estudio­
cia : mal haya quien me aconsejó que bus­
sos. Como , si es verdad, ( le respondí) no
case la vida en la farándula de los libros ,
pone nada de su caletre en lo que le escu­
despues que los hombres se descartaron chas , hoy es moda el ignorar, es uso la
de racionales : en otro tiempo era la lec­
barbaria, y las señas de caballero son es­
ción el pan de cada dia ; empezaba el cari­ cribir mal y discurrir peor ; mas vale un,
no á las letras desde los principes, su ejem-
tonto rebutido en adulador, un salajve for—
rado en charlatan , un camello injerto en cotillón de mostro ; traía en ella esculpido
presuntuoso, que veinte resmas de Moro­ á Esquivias y San Martin, bostezando bo­
los y Villaizancs. El latin sera dentro de po­ degas , resollando toneles, con los ojospa- *
cos años mas raro que el griego , y se ten­ sados por vino , un tomate maduro por na­
drá por forzoso que venga otro Antonio de riz , un par de nalgas disciplinadas por car­
Nebrija , que fué el Pelayo de la latinidad. rillos , barba bruñida á chorreones de zu­
Eso de retórica no se usa , porque dicen mo de marrano : un puerco espin de esto ­
que nada tiene fuerza de persuadir sino el pa por peluca , espadín y casacon burdo ,
dinero. De la divina poesia se perdieron que casi le iba aporreando los talones. En­
los moldes. De la ciencia natural mas saben tró , p ues, en la tienda , y yo le dije á mi
las cocineras, los pastores y los hortela­ buen m uerto, ten cuenta , sabio mio ,
nos que los filósofos. Al (in , los estantes con este mamarracho , oirás lo que viene
do los libros son banquetes de polilla , y pidiendo : saludónos, no en español, ni en
refectorios de ratones : tiempo llegará en francés, sino en bruto ; y habiendo hecho
que los echen al desvan de las antiguallas lo propio con el mercader de los libros, le
á ser compañeros de los vigotes , de las pidió si tenia un arte de cocina ? Respondió
calzas y los guarda infantes. Según lo que que sí : ajustóle brevem ente, soltó el ca­
dices , preguntó Quevedo , no hay ya quien mueso la moneda , y marchó cargado de su
escriba. Ya quisiéramos ( le respondí j que humanidad. O siglo infeliz 1 dijo Quevedo ,
se leyese lo que está escrito. Los Hipócra­ miren que libros de filosofía moral buscan
tes , los Galenos , los A vicenas, los Aris­ los hombres para enriquecer el ju icio , pa­
tóteles , los E uclides, y otros muchos se ra estudiar el desengaño , para dirijir las
venden por arrobas á los mantequeros : es­ acciones, para enfrenar las osadías do la
ta fortuna corren los príncipes, que á los irascible , y para las destemplanzas de la
demas les suele suceder lo propio. En lo concupiscencia, sino es un arte de embra­
que toca á escribir en nuestra edad os mas vecer el apetito con lo esquisito de los man­
fácil que ser médico ; buscando un título jares , solicitándole espuelas á la gula. Ese
m ozo, con poca alteración de palabras y libro (añadí y o ) y otras recetas de ahitar­
menos de discursos , se puede meter una se que andan manuscritas tienen mas esti­
mazcafrenos á padre de un libro anciano, mación que todos los aforismos de Diógenes
y zurcirle la paternidad á su nombre aunque y los apotegmas de Plutarco. A los que tie­
•'V i tenga el alma en cerro, y por desvirgar la nen por oficio rascar la sarna de los pala­
;
inteligencia. Iba á preguntarme Quevedo ; dares álos catedráticos de sabores , parece
peroá entrambos nos hizo volver el rostro que se les cometió despoblar el mundo. E s­
el tropel do un hombre que se llegó á los tos son los alcahuetes de las apoplegías , y
umbrales de la tienda , tan gordo , que los granaderos de la muerte ; mas hom­
venia siendo ganapan de sí m ism o, frison bres ha muerto el luego de las cocinas que
■C . v ' Ä de piernas, harto de cara , y aun haíto de el de las campañas. Guia á otra parte , me
■' ■■■ • -■ - —

los demas miembros; el rostro entre mas-' dijo D. Francisco, que de esto ya estoy bien
carón de navio , sumidero de taberna ó es­ informado.
Lit», i«
VISION Y V ISIT A Q U IN T A .
// /s í , / ysSs y s Y Y S y IY ? ' / 'Y s y y y/ y Y - y yyyyY y y / yy yy Y yy / 'Y y Y?
Los Embudistas.
yy? ",4'Yy ' 'y/ yyy/''.
S in perder paso , ni tropezar figura que á la Platería. Entre la confusion de los co­
nos cortase el hilo de cierto argumento en ches se nos iba ocultando uno en que iba
que discurríamos el difunto y y o , llegamos envainado un demonio en hábito d eh o rn -
10 SUEÑOS MORALES. SUEÑOS m o r a l e s . 11
b re, dos barriles de Zamora por carrillos , corte con cuatro papeles , que llaman de ñaña se me antojará escribir estas visitas una carretada de troncos en el rincón de una
ahumado el rostro con incienso de infelices; servicios, (juzga por las letras y las ar­ que varaos haciendo los dos , y sino las porteria de un convento, se empezaron à
derramábansele por los ojos malvasias, vi­ mas ) encuentra ó lo dirigen los prácticos parlo con mucho disimilo y acertado res­ bullir y á levantarse prodigiosamente por
nos del R ui, y cuanta especie de licores ha en la negociación á la oficina de uno de es­ p eto , cuando mejor libre , será perder el obra de algun nigromántico, se ahorcaron
arrastrado á España la viciosa sed de nues­ to s, guiado las mas veces de otro aprendiz tiempo y el trabajo ; y así es lo mas seguro de una golilla, se rodearon una capa talar,
tros paladares ; regoldando pollas, vento­ de embustes , andarín de trampas y arriero huir de estas contingencias , que puede su­ y salieren por la puerta estornudando pár­
seando perdices , todo cacochimio de man­ de ambiciones : presenta sus papeles, y ceder que yo vea algo que me haga ha­ rafos y eructando citas con notable admi­
jares y apoplético de bebidas. Reconociólo hecho cargo de sus d eseo s, le dice el ava­ blar , y que me escuche algun diablo so­ ración de los que allí estaban ; los cuales
Quevedo , y me dijo : que hombre es aquel riento , la pretension se entablará , pero plón de tantos como alientan aquí, y me los siguieron viéndolos ensartar por las
tan hinchado de van dad, que despierta con ha de hacer Vmd. antes un depósito de mil haga una causa en un abrir y cerrar de ojos; puertas del Consejo. Providencias notables
su aspecto el enojo de cuantos le miran? pesos en parte segura de la justicia ; y para entra tu hasta los últimos entresijos de e s ­ han dado los superiores ministros , pero no
Este ( acudí yo ) es judas del valor de sus ganar á cierta persona son precisos veinte ta habitación, y allá te las hayas : aunque han conseguido aniquilar esta langosta ; de
amigos, alquilador de su conciencia como doblones, y al carretero de lástimas que le si vale para con tu crédito mi informe, en cada uno que destierran resucitan tres ó
de mulas á los ignorantes pretendientes; ha conducido á Vmd. á esta venta le dará reconociendo esos patios que desde aquí se cuatro, con que no tenemos esperanzas de
gañan de embustes , mercader de necesida­ para refrescar, y á m í, por ahora , lo que registran, no tienes mas que ver ; porque que se desaloje esta peste sino que sea s i­
des , revendedor de meritos ; y finalmente, fuere su gusto , que en concluyéndose la el interior de esta fábrica la ocupan solo tiándola por hambre, y vivimos algo con­
su nombre propio es em budista, que es dependencia hará Vmd. como caballero ; y los ministros togados, estos viven sobra­ solados, porque ya empiezan á com erse
el último ascenso de las ladroneras. E spli­ tenga fe que esto lo hemos de lograr aun­ damente pobres : harto he dicho para que unos á otros. Lo que estraño también, dijo
carne ese oficio, me dijo Quevedo. Si hare'; que salga por las picas de Flandes, que hay conozcas su virtud : el trabajo es inmenso, Quevedo, es que los mas son lampiños ,
pero me has de dar palabra de callar como am igos, y este es el todo de las pretensio­ la tarea insufrible, el sueldo poco y mal pa­ y en mi tiempo era mas raro que el fénix el
un muerto , y omitir las glosas y repregun­ nes. Esta es señor Q uevedo, la vida de ese gado ; viven perseguidos de em bustes, sus letrado sin barbas : es que entonces eran
tas que puede mover esta noticia. Sea en hombre y de otros infinitos en Madrid. San­ orejas atormentadas de ahullidos de mi­ los otros los rapados porque los pelaban
buena hora , me respondió. Y yo proseguí : tiguóse D. Francisco , y no me habló una serables y de mentiras de tramposos ; á sus e llo s, y ahora lo somos todos nosotros y
viene un desgraciado perdido, ó un perdu­ palabra, ni yo quise decirle mas. manos solo llegan horrores de delincuentes, ellos : porque es tanta la caterva , que se
lario , ó un cuidadoso de su hacienda a la quejas de pleiteantes, desdichas de infeli­ rapan unos à otros, y por eso hierve el
c e s, y su descanso es llorarlos trabajos mundo en discordias, porque estos comen
VISION Y V ISIT A S E X T A . propios y agenos. En esos patios encontra­ con los pleitos y las manotadas , y si ellos
Los Letrados. rás los sobornos , las trampas, y á todas le­ no los buscan , nosotros estamos ya tan
gales , los embudos y la insolente casta de discretos que no se lo hemos de llevar á
No bien había visto el reverendo Finado por tu casa, que aquí aguardo. Este es hombres que se rien como si no hubiera casa , y aqui se vienen á zumbar los perros
la casa de los Consejos cuando d ijo, esta miedo, me replicó ; sí, amigo, le respondí. eternidad. Entró Quevedo, y á breves ins­ porque su ganancia es que haya ahullidos ,
casa es nuevamente destinada para los tri­ Pues cuando yo era viviente, me replicó , tantes salió : d ijo, nada he visto que no to­ gritería, golpes, pendencias y codicias ; y
bunales. En la misma habitación de los re­ no tuve cobardía para decir las verdades á case yo cuando viviente ; esta turba de es­ en eso de que sean desbarbados no te ad­
yes residia antes la justicia ; esto está muy todo el mundo ; si has repasado mis obras, cribanos, agentes y procuradores la misma m ires, porque no todos los que has visto
apartado déla m agestad, si yo no he per­ habrás visto en muchos lugares , especial­ es que en mi tiempo. Un escándalo he vis­ en el cepo de los cartones son letrados, que
dido la memoria de las situaciones. Algu­ mente en laFortuna con Seso , como ar­ to , por donde discurro lo rencoroso y lo como en un tiempo vestían las madres á los
nos años ha que están aqui los consejos , güí y aconsejé á los malos ministros ; y ar­ diviso de las repúblicas ; este es la gran niños que deslechaban de frailecitos, ahora
le respondí ; y pues hemos llegado con fe­ mado del escudo de la verdad me burlé de copia de abogados meñiques y legistas m o­ los visten de abogados para que Dios les de
licidad , entra , que las mismas visiones te las tiranías de los privados. S í , am igo, le tilones , que es tanta, que escede el du­ esta vocación , que hoy es socorrida ; y se
informarán el interior gobierno de esa igno­ dije ; pero también viviste preso, desterra­ plicado número de pleitos y litigantes, y han ensanchado las leyes de esta orden, y
rada república ; y mientras tanto que sales do y aborrecido ; y en todo tiempo te reti­ ver que son mas que los pleiteantes los abo­ se logra una vida acomodada. En un tiempo
divertiré la impaciencia con el reconoci­ rabas á tus m ayorazgos, que aunque cor­ gados, y que todos tengan que comer y que no eran letrados, ni pisaban estas losas has­
miento de los fárragos que atesora aquí este tos ya lograbas que te diesen con que en­ gastar como Dios manda, yo no se como se ta los cuarenta añ os, y ahora en cumplien­
librero. Pues como va esto ? No me guias tretener la vida ; y á toda mala fortuna por pueda componer. Es tan abundante la sarta do los diez y seis profesan de patraña ; y
tu , me dijo el difunto ; á quien respondí, caballero de mogollon te habia de sustentar de ellos en la corte ( le dije yo á Quevedo) á los veinte jubilan en la provincia de los
tu no necesitas lazarillo que te lleve el ca­ tu orden en Uclés ; y yo no tengo mas pa­ que de cualquier vaporcillo se forma un embusteros. Yo te diré en lo que consiste
bestro ; entra, pues lo puedes hacer como radero que un presidio duna portería. Ma~ abogado ; y el otro dia sucedió que estando
SUEÑOS MORALES.
13
12 SUEÑOS MORALES.

su estudio, como quien ha visto su forma­ se ajustan la golilla, y ensanchan á la con­ VISION Y VISITA SEPTIMA.
ción en las escuelas. ciencia, arrastrarles la capa y la codicia t
Entra un tonto de estos en un colegio ó almidonan y estiran la figura, y afectando Químicos y Médicos.
universidad , se enjuaga con un buche de severidad juiciosa , quieren parecer catones preciable que hemos tropezado en toda la
C uasi no me atendia ya el muerto á mi
súmulas, sale haciendo un silogismo mas los que son cartones : abren un cuarto que carrera de nuestras visitas: repara en aquel
desfigurado que ayunante hipócrita, indis­ informe , porque luego que reconoció que
llaman estudio, no teniendo otro estudio vade secu m , hermofrodita de cartera y
puestos los términos de mal de cabeza y estábamos en la plazuela de palacio fué
que encerrar cuartos, lo llenan de juegos bolson , pues en él vienen liadas las ejecu­
las premisas , diciendo que la conclusion no de libros, y no ven mas libro que el del grande el regocijo que se asomó á su páli­
do semblante : tuvimos otra altercación co­ torias de sus embustes en varias recetas de
es su hija, que se la echaron á la puerta. juego , y estas son las fatigas que los enri­ hacer oro y plata; este es Alquimista y
quecen , siendo el embuste la mano que les mo la pasada sobre si yo había de entrar ;
Sale, p u es, dialéctico de suposición, y no Quimista, embustero de oficio ; y aunque
pero notando mi resistencia , él se coló
ha saludado sus umbrales; vase al aula de lleva el alimento á la boca de su interes. Yo ahorale ves tan arrastrado, presto le arras­
á los patio , subió arriba y salió brevemen­
los legistas á ganar el año y á perder todo no he visto el infierno : pero lo discurro trará un coche ; porque desengañado de
el tiempo ; engaña á su pobre padre per­ ahíto ya de estos atunes, y los demonios te otra vez. Habló conmigo de ciertas co­
sas , ( que no es fácil que yo me acuerde que no se despachan los polvos aurifugos
suadiéndole áque ha masticado Ia institu­ los recibirán con' asco ; porque la mucha ha dado principio á remendar saludes, y ha
ta y que ninguno frecuenta mas á Vinio y á de todo lo soñado ) y prosiguiendo su con­
abundancia hace despreciable la mercade­ derramado algunas hierbas, y va acredi­
Antonio Pichardo , siendo así que no atien­ versación y algunas preguntillas , le dije :
ria. Dicen que son padres d éla s le y e s, y tándose de médico Nordeste. Aquella mala
de á otras leyes que las del juego : envíale am igo, yo no entiendo de eso : tu vienes á
viven sin ley : vocean que todo su estudio catadura y estudioso desaliño también es
su padre la m esada, y él envida todo el se ordena á hallar la mente del príncipe reconocer los entresijos de la corte. Sea
negociación , porque asi lleva la borla de
resto a sus condiscípulos ó conjugadores. siendo asi que se encamina á buscar la men­ enhorabuena , y regístrala bendito de Dios:
misterioso, y va mintiendo y predicando
Acércansc las carnestolendas, y hace pro­ tira. El fiel de Astrea lo han convertido en vivo y muerto e r es, y fuiste mas avisado
que yo, y una vez que tocas estas materias, que en aquel interior está el agua de la vi­
vision de naranjas para esprimirlas sobre peso de regatón , porque á un párrafo mas
no necesitas mi comento para su inteligen­ da , el pozo de la ciencia, y el jordan de
los pezcuesos de todo ganapan ó aldeano sencillo que un montañés, y mas claro que
cia ; ni yo tampoco he menester que tu me las vidas. Tan apreciada está el arte médica,
como si fueran pechugas de perdiz , y con poeta de primera tonsura, lo dejan con
digas nada , pues vivo en Madrid, y trato me preguntó Don Francisco , que este po­
esto y colgarse en toda fiesta de iglesia en sus interpretaciones mas oscuro que boca drá llegar á valer por ella ? S i , muerto
la pila del agua bendita ( como cosa perdida gentes y me paseo ocioso. Iba á responder
de lobo, y lo vuelven en cuadro de pers­ mio , le respondí, si como este hecho ma­
<5 escomunion ) á requebrar casadas y cas­ Qucvedo, y le cortó las razones un estu­
pectiva con lo bastardo de sus glosas ; con­ no de los emplastos quimicos , toma pri­
car doncellas , tiene á pocos años dé esta diante lanza que vimos hácia San Gil, cuya
siguiendo que mirado por una parte se des - mero los embustes médicos , ya estuviera
desenvoltura quien le firme el papel de e s ­ catadura, aunque vista de le jo s, borron
cubra en él un angel, y por otra un diablo; en el auge de la ecsaltacion , y á los cla­
tudioso , habiéndole hecho de bufón y taúr mas ó menos , era así :
por aqui la gloria, y por allá el infierno. Son mores de quimico moderno hubiera enfer­
en todo este tiempo. Al cabo de él se quita Embasado en una sotana mínima , cosido
peores que los médicos, difunto de mi al­ mado medio Madrid de gentes por llamar­
una letra de Pascante , y se pone á Pasan­ contra un manteo cartujo, hermitaño de
ma , que es la mayor ponderación que pue­ lo ; y es la causa que en tu siglo no habia
te ; se va á la casa de otro que tiene telares margas, hiermo de medias y desolado de
do hacer. Estos ya dcshaucian á algunos tantos enfermos , eran mas contenidos ,
de este enredo litigioso , hombre á quien zapatos ; vimos en la dicha calle ya toman­
enfermos ; pero los letrados no hay ejem­ menos glotones y mas fuertes los cortesa­
do la esquina de San Juan á dicho colega
ya le hierve el seso á borbollones de tejer plar que deshaucien á ningún pleiteante. Yo nos; respiraban entonces el aire mas puro :
mas sorbido que la quina, y mas largo que
em bustes, y trae la beca hecha un farrapo nunca quise p leitos, porque ninguno que hoy todos vivimos achacosos, y somos ha­
en el colegio de los engaitadores ; vase, co­ cara de buboso , hombre soga , ayuno de
aboga lo pierde, ni lo gana el que pleitea. bituales enfermos , ademas de la enlcrme-
mofletes, dos hastas de paleto por quijadas,
mo digo , á la casa de e s te , empieza á ha­ En mi casa no entrarán abogados ni g3tos ; dad de muerte que nos sigue desde el na­
los ojos caninos, y aupándose por las cejas
cer peticiones mazorrales , dale su maestro pues siendo estos últimos destinados á ca­ cer. Oye , unos son enfermos pestilentes ,
á roerse las comisuras del cerebro, las na­
la llave de la práctica, que es la llave maes­ zar ratones , no se sabe cuales son mas y en este número entramos todos, porque
rices y los mocos colgando, desmayadas
tra para abrir faltriqueras , con la cual de­ perniciosos enemigos : éstos que roen una de gálicos y cólicos es general la epidemia.
de necesidad sobre los bezos y roidas de
jan mas limpios á los litigantes que los que arca, ó los otros que suelen merendar la En tu tiempo las bubas desacreditaban un
dos sabañones franceses , que tenian apo­
entran por el agujero de Santiago, y esta cena ; y lo mismo sucede entre el que dice liuage, y hoy es deshonra no buscarlas ;
sentados en las ventanas. Era un verdade­
llaman pasantía; mejordijeranpasatiempo; que es suya mi capa, y el abogado que unos ¡as heredan, otros las hurtan, y los
ro pais de la hambre, y copia viva del ayu­
y con estos meritos se reciben para abogar me la defiende : pues en caso de mu­ demas las compran. El cólico es ya quinta
no , porqua predicaba carencias por todas
en estrados, los que fueran mejor recibidos cho favor, mi contrario me deja las- calidad en nuestra naturaleza, siendo in­
sus coyunturas. Este le dije á Quevedo,
para ahogar en galeras. Vienen á la corte , capa , y el abogado en camisa. dubitable que en su tiempo ignoraron los
e s el espectáculo mas risible y mas des­
SUEÑOS MORALES.
15
SUEÑOS MORALES.
médicos osle achaque. Otros enferman de lante, que dan á besar á los que soplan; de­
estudio y negociación , por afectar cansan­
tras de estos otros viene la cruz con que VISION V VISITA OCTAVA.
cios y mentir tareas ; estos son los coba- entierran á los que matan. Y viven tan tu­
chuelistas, contadores, ministros, y algu­ Los Comadrones.
llidos de razón y tan chatos de inteligencia
nos frailes. Otros, y estos son los mas locos mas escondida y delicada preciosidad de
los cortesanos, que les dan sus joyas, sus Asi venia yo conversando con mi com­
y mas incurables, enferman porque viene las bellezas españolas ? dijo Quevedo , y
vestidos y sus coches, porque les desmo­ pañero difunto , atravesando la calle de
la primavera y el otoño : se echan en la ca­ prosiguió santiguándose : pues que se hi­
ronen la vitalidad. No hablo de la discreta Jacometrezo con intención de encaminar
ma, llaman al médico , y se curan délas zo aquel rubor que salpicaba de corales sus
filosofia de lo teórico, que esta es buena nuestros pasos á la de Foncarral para ha­
providencias de Dios. Locos, si Dios ha mejillas á la mas leve insinuación de un
ó es mala, y yo no entiendo de eso : lo cer una larga visita en el Hospicio; y en
dispuesto este temporal oportuno para el
que noto y aborrezco es su práctica, y en dicha calle casi nos hubo de atropellar un cortesano rendimiento? Yace ya tan páli­
aumento de todo viviente , por que creéis do que no bermejea á los golpes de tan as­
esta no me puedo engañar, pues me des­ cocheen que venían embutidos dos ó tres
que á los hombres nos dejó en estas es­ queroso desacato? Donde se huyó aquel
mintieran los ojos. En sus juntas sucede físicos de ingles ( que la velocidad del mo­
taciones sin mas remedio que las manos
del fisico ? La primavera viene á dar vida ,
que uno vota purga , oteo sangría, y otro vimiento me perturbó el número ) y ape­ melindre , aquel asco á la libertad , que
reconócelo en las plantas y en los brutos,
cordial, y en el concurso de estos nebulo­ nas los vi esclamò diciendo : Dios te de aun la decente satisfacción les amargaba en
ya que á tí te ignoras tanto. Otros, y estos
nes sale una sentencia (pie regularmente buena hora, pobrecita, seas quien fueres ! el oido ? Y en fin en donde para aquella en­
es de m uerte, y e n su tribunal logra el tereza cristiana , aquel valor contra su mis­
Su piedad te libre de las manotadas de
( son l°s mas señores y todos los que lo mo natural, que antes se determinaban á
enfermo ver puesta en disputa su vida, esos osos , de los arrepelones de esos ti­
quieren parecer j enferman de deudas, y morir que á desem olverse ? Y en ellos que
que es lo mismo que hacienda puesta en gres , y de las ocicadas de estos marranos.
por no pagar sus trampas se huyen, fin­
pleito. La cuestión de los que concurren En que angustia consideras al prójimo , se hizo aquel cuidado, zelo y veneración á
giendo una melancolía, á una aldea, y sus esposas , á quien zelaban de sus permi­
es de tormento para la cabeza del que ya­ ( dijo Quevedo ) por cuya libertad así gri­
desde allí hacen el coco á los acreedores. siones.5 Yo no puedo creer que sean tan
c e , dándole de contado un dolor capital, tas al cielo ? Es la pestilencia esta gente
Y las damas melean de melindre, y se insolentes los cortesanos. Estos, que vivían
y de prometido una pena como el dolor, que has visto ? Es la ira de la tempestad ó
dejan romper las venas por quitarse un ofendidos de lamas remota sospecha,mor­
en castigo de la necedad que cometió el el espiriti! de la fornicación? Cuasi lo mis­
poco de mas color que se les asomó á las tificados de su propia imaginación-y caute­
enfermo en llamarlos para guardar la vida, mo , le respondí : porque esos que van ar­
mejillas. A todo este linage de enfermos losos del mas ausente deseo 1 Estos , que
que es contrabando á los guardas de mi­ rastrados de aquel coche son vendimiado­
los curan los médicos sangrándolos bien de en casándose querían represar los insepa­
llones que para celar su renta ha puesto en res de vientres , pasteleros de úteros , se­
todas partes : á los mas los echan del mun­ rables progresos al apetito común, y se
el mundo la muerte. Y tu no los llamas ? gadores de monstruos , urones de pocilgas
do , y á otros de s í , y los remiten á los ai­ acatarraban á un soplo de la general con­
me dijo Quevedo, y le respondí: aunque humanas y buzos de orines , que empu­
res de Pinto, Leganés y Barajas , y todas
me ha dado la fortuna muchas coces, y ya jando baginas y haciendo allá a las tubas cupiscencia ! Estos , que por añadir un
estas villas que rodean la corte hierven en
ha empezado á descuadernarse el libro de falopianas, entran á chapuzo por los que se triunfo al templo del recato despreciaban
crónicos necios y enfermos mentecatos. El
la vida, nunca he querido llamar al diablo, anegan en la profundidad de los riñones. las vidas y los bienes? Estos han parado
Arden il l o , el Sacedón , el Trillo, Fuente
porque solo con el pensamiento se me cha­ No te entiendo, dijo D. Francisco ; pues en entregar sus compañeras al indecente
del Toro y Ledesma es el Ceuta y el P e - musca la melena y todo me hiede á azu-
son, le volví á decir, rateros de la herra­ informe de esos bárbaros ! Si señor, le res­
ñon de los deshauciados , en donde pagan f ic , ni tampoco al m édico, porque luego
mienta del parir , que han hurtado á las co­ pondí : todo el noli me tangere de esos ca­
en el presidio de sus minerales las inobe­
que lo imagino empiezo á horrorizarme, madres sus trebejos y se lian alzado con balleros vive hoy manoseado de esos m u-
diencias de la botica. Nuestros antojos y y me huele el cuerpo á cera, y la camisa á
su oficio ; que esta facultad en la corte es llidores de barrigas, albañiles de medio
desórdenes han encaramado á la medicina cerote. Para morirme no be menester á
hermofrodita, porque tiene ya macho y cuerpo abajo , que trastejan á toda broza ,
donde no pueden alcanzar ni los que la ninguno ; y aunque nunca me he muerto
hembra ; ya con las licencias de un sexo y pues en las partes mas defendidas de la
piofesan ; y así no bay en ei mundo ani­ lo juzgo por cosa fácil ; y si acaso los hu­
el desenfado del otro se entran por todas imaginación han hecho pasadizo para todas
males mas hinchados con el viento de su biera de llamar á los esfuerzos del uso ó
partes. Gente tan sucia y tan idiota, que las tentaciones; y de aquellas tablas, nun­
ciencia que estos albañiles de la salud ; instancias de la necia piedad , nunca per­
no saben cuantas son cinco, ni tres ni aun ca holladas del deseo , han formado solar
siendo así que dan la muerte con un soplo
mitiera á muchos, sino á uno, y que fuese u n o, porque no entienden de nones, que á los sucios zancajos de sus pulgares. Des­
de su misma ventolera , y son saludadores cualquiera, porque cualquiera, de ellos es
toda su aritmética es con las pares. Ultima­ de que yo vi que los peones de cirugía en­
al reves ; porque si estos traen la cruz de­ cualquiera.
mente , estos son saca niños como saca- caramaron sus verduguillos al bello de su
muelas. Que dices? Otro hombre no siendo hermosura , y desde que los españoles se
el que la iglesia se elige, llega á tocarla deslanaron el bigote, conjeturé en lo que
SUEÑOS MORALES. 11
JG SUEÑOS M ORALES.
e o s , hasta que se aburrieron totalmente aquel tiempo ; echóse este uso al desvan
liabi.i de parar este desuello : con que bres no puedan desembarcar sus mugeres , de las antiguallas, con que se quedó el
las espadas, y se empezaron á colgar de la
para m i, señor D. Francisco, es solo cali­ cuando desde que fletó para España la espe­ pobre capon de oficio y rapado de tienda
cinta dijes con contera, mondadientes con
ficación lo que para tí novedad 6 ignoran­ cie humana los primeros fardos de la racio­ Aqui acudió Q uevedo, y me dijo : es posi­
puño , y alfileres con vaina. Hiciéronse ar­
cia. No estraño (dijo el sabio muerto ) que nalidad , llegaron al puerto de otra mujer. ble que se acabó aquel trage tan propio
A Dios, que no quiero ver mas corte, ha­ mas comunes las aploplegías de plomo, los
con la capa de estilo, adorno del uso y tra­ de la gravedad española ? Sí, ( le respondí)
biendo tocado tan notable cstravío de la cólicos de munición, los médicos de orque-
ge de la politica se haya inficionado la cor­ y de tal manera, que para representar á
ta , los aforismos de Albacete ; con que al
te de estas y otras pestes; porque la cor­ pureza. Muy somero tienes el enojo habien­ judas muy ridículo el jueves santo se cuel­
pobre diablo se le acabó este medio de pro­
rupción de la edad , el paso frecuente á las do casi noventa años que estás muerto ; no gan en algunas partes vestido de golilla.
seguir la vid a, y despues de haber enfadado
naciones y el trato con las sectas trabucan te vayas, que aun te falta mucho que ad­ Y a tratamos de salir cuando encontramos
al mundo con su misma necesidad, paró en
y barajan los usos y costumbres pro\ incia- mirar ; y pues has venido á ver esta bola con otro colegial. Era este muy conciso de
este Hospicio que llaman de los pobres.
le s , nos llevan unas y nos dejan otras ; y del mundo , ten paciencia y déjala rodar , cuerpo , muy lacónico de estatura, súmula
Válgame Dios ! ( acudió Quevedo ) que se
los vicios y virtudes continuamente viven que en marchando yo á tu esfera , si acaso de hombre, y parva materia de la huma­
arrimaron las espadas en Castilla, que des­
peregrinas por el mundo; y con espaciali— voy al mismo lugar, verás como lo dejo nidad ; hambriento de cara, tan menudo
pues de ser adorno eran defensa ! S í , dis­
dad los españoles siempre fueron los micos correr. Por esta calle arriba liemos de su­ de facciones, que casi las tenia en polvos ;
creto mio , ( le respodí ) ya ha muchos
de la especie , todo lo quieren im itar, vi­ bir á la do Foncarral, en cuyo estremo lias cabeza de títere , pelo de co fre, angustia­
años que en Castilla se usa mas de las co­
ven con los ojos antojadizos y los gustos de ver lo que en tu tiempo se empezó , y do de fre n te, dos chispas por ojos, una
pas. Pasamos adelante , adonde \ irnos una
avarientos; y sin consultar á la razón, ena­ el auge en que vive su providencia. Llega­ berruga por nariz, y tan sumido de boca
muger marchita de pellejo, aceda de ros­
morados de las superficies, califican de mos á la gran casa de los pobres del Ave que me pareció sorberse los labios; é l , en
tro , y leona de catadura : cubríase de una
mejorías las estravagancias : lo que mas M aria , y le dije á mi discreto difunto lo fin, era hombre con raza de mico. Este
almilla de terciopelo de albarda, y de un
siento es que vivan tan necios los maridos, que verá el que quisiere leer. chisgaraví, dije á Quevedo, daba leccio­
brial tan verde como los que se dió en el
que crean que sin los remos de estos hom ­ nes de saltar, era maestro de música de
prado quien lo traia. Al punto que lo miró
movimientos, director de pabanas y solfis­
Quevedo me preguntó : que también se
ta de cabriolas : este, despues que se toma­
VISION Y VISITA NOVENA. recogen mugeres en esta casa ? Si (le di­
ron de orín los bailes que se usaban en tu
je ) aqui \e rá sp o b r es, pobras y pobretas,
Los Pobres Jel Hospicio. edad, caduco de hambre se arrimó á las
gorronas de pochero en cinta, de las que
se arriendan en la corte para rascar sa r ­ muletas del Hospicio. También esa altera­
E s t e es el Hospicio de los deshauciados pringue por momentos , agachado de nari­
nosos de Venus, y desahogar lujurias Balo- ción ? preguntó Quevedo : sí, sabio le res­
de la suerte, de los incurables de la fortu­ ces , calvo de dentadura , lujurioso de bar-
nas por un zoquete de pan de munición y pondí , ahora se usan otras danzas que son
na ; aquí recojo la providencia política y has , mas largo que colación de rico, mas
un par de coces ; á estas no las prenden sementeras del cabronismo. Si Dios m eda
cristiana á los que hienden en cualquiera chupado que un caram elo, y tan sutil y
por gorronas sino por infelices. En la puer­ vida para acompañarte ya lo veremos que
parte , adonde los arrastra la necesidad de angosto que parecía hilado. Este ( le dijo á
ta del Sol y por todas las calles de Madrid disculparás entonces esta desenfadada lo­
tener la vida con el sostento cotidiano. En­ Qucvedo) es uno de los pobres que habi­
hay innumerables de su mercancia, mas no cución , porque son unos b ailes, especial­
trem os, y verás lo que se agregó despues tan esta casa , á quien la novedad de este
de su fortuna , que andan á su alvedrío mente en las damas , mas afetuosos y
de tu siglo. Llegamos á la puerta, y el por­ siglo puso á la cola de fortuna. Este ense­ mas blandos que sus lágrimas ; con un ar­
encordando ingles como guitarras ; por es­
tero tenia cara de haber almorzado agen- ñó mucho tiempo á formar silogismos de te de tocamientos tan comunicables y tan-
ta que ves se habran dado mas unciones
jos y vinagre , gruñónos un poco al entrar: compases para concluir cualquiera á su espirituosos que resucitan la mas difunta
que por todos los guapos de la macarena y
y ya en la casa vimos á un hombre machu­ contrario, de aquellos que verías muchas concupiscencia. Aquí ya no hay cosa digna
todos los Ponces de la medicina. Vamos de
cado á mojicones de los dias, engullido en veces reducirse á Ferio ■este era dialécti­ de notar, solo por esas piezas adelante se
aqui ( dije Quevedo ) y á pocos pasos des­
un asco hasta la nuez , la frente, trepando co de ideas, catedrático de tajos, doctor están acabando de podrir otro millón de
cubrimos uno muy arremangado de to g a ,
porci testuz, noleparaba hasta derramár­ de reveses, ( como lo son algunos en dere­ viejos vecinos á la mortaja ; co jo s, man­
con unos calzones charlatanes que nos iban
selo desde el cerro vertical á las honduras chos) preceptor de mandobles y maestro cos y tullidos, partes iguales; y los mas,
parlando poco á poco la carnadura de los
del colodrillo , sin un matorral de ¡icios en de descalabrarse. A este una vez que esta­ con el sayo de difuntos, á quienes mas que
muslos; á mi me pareció que quería el buen
el campo de su chola, un culo de vacia por ba batallando con un discípulo de su misma la providencia los ha conducido la muerte,
colegial vaciar todo el cuerpo por la brague­
casco, dos aventadores por orejas , que escuela se le entró el boton por uno de los apartándolos de la carrera de la vida para
ta. Este (dije á Quevedo) buscaba el comer
parecían asas, descabalado de o jo s, hom­ ojales de la cara , crió el cuervo, y sacóle que no le estorben la veloz tarea de segar
á fabricar los cepos del traje que ya pudre,
bre aguja con un testigo de vista solamen­ un ojo. Despues de algunos dias prosiguió las locas services que presumen de rebus-
las golillas, digo : tuvo cuatro reales en
te ; tan m ocoso, que acudía á sonarle la dando lecciones para aporrearse los ca s- 2
18 sueños si urat.es. SUEÑOS MORALES.
las; y ahi se enmoecen afinados por esos sos pordioseros, que vendían y empeñaban
del mio; tu entenderás el idioma dolos fi- las oraciones de los que se quedan ? No es
rincones sin hacer memoria de ellos la la palabra de Dios y de su madre ; que las nados, arrímate á é l , y en lengua de alma tanto como dioe ese v iejo , respondí y o á
misma parca que los condujo. Gracias á mas de las piedras de esta santa casa se coJ pregúntale quien e s , oque quiere. Llegó Don Francisco : es verdad que la locura de
Dios todo poderoso, que he visto algun hu­ locaron con los ocultos caudales que los co­
Quevedo, y habiéndolo saludado é inqui- algunas gentes ha dejado en los huesos la
mo de piedad cristiana en esta corte. Fun­ gieron. Argumento de esta verdad fué la
rido quien fué en el mundo el que estaba pompa funeral ; ya no hay aquellos bribo—
dación católicamente política es esta, en violencia con que los arrastraron, y la pe­
ya casi á las once de la noche de la vida , nes, enjutos de ojos, que solo servían de
donde á los ociosos se les da ejercicio, á sadumbre con que hoy se mantienen ; pues empujando á las voces desde el estómago hacer risibles las calaveras y ridiculizar los
los pobres socorro, á los postrados asisten­ si verdaderamente fueran pobres , que mas
para que rompiesen una valla de flemas entierros ; ya no viven á oscuras ni en bo­
cia , y á todo desvalido universal consuelo. podrían lograr que encontrarse ricos de la
que le habían tapiado la boca , y goteando ca de noche las viudedades, ni hay aque­
Poderosa discreción ha sido burlar los es­ noche á la mañana ? con casa puesta , doc­
tas palabras , dijo: yo, señores en el tiem- líos ritos casi bárbaros de tu siglo. Ya se
tragos á la necesidad, sus fuerzas a! abati­ tor comido, barbero pagado , mesa y cama
po que se morían los hombres honrados pasan los muertos sin llorones; hoy los
miento , y sus enojos á la fortuna. Hospi­ á todo tropo, sin rodar calles, aporrear
con mas vanidad , fui ayudante de lágrimas, atraviesan en un coche , y sin mas compa-
tal, oratorio, oficina, palacio y recolección puertas, ni esponerse á los empellones y
despertador de sollozos, recuerdo de c a - ñia que un pisador de huesos , un par de
de tododesemparado es este, según tu in­ ceños con que regularmente recibe el mas laveras, y silencioso predicador de muer- arrieros de difuntos , y un solfista de tilin­
forme y mi visita. Sí, Quevedo le dije, aquí humilde los andrajos. Y hay infinitos en tes futuras, pues con la muda plática de un bas, los remiten á la parroquia ; y al ama-
vive resguardada la especie de miserables esta mansion de los malvados y manidos , paño negro parlaba á los ojos lo infalible necer ó entre las dos luces de la tarde les
en la tierra. Unos se han \ enido, y á los que se dejaran cortar los brazos y vaciar de la eternidad ; movia la lástima, y des- regañan una vigilia, y los desaparecen en
mas los han aprisionado ; y de este modo los ojos por volver á la asquerosa fatiga portaba los letargos de la distracción , y un momento , y así se entierran los que pa-
consiguió el astuto desvelo del sabio re­ de pobretones. No lo dudo me dijo Que— recordaba el juicio final. Dieron los vivien- saron plaza do honrados enei mundo. La
caudador limpiar la corte de bagabundos vedo, que la pobreza voluntaria es el tes en sisar á los derechos parroquiales, gente superior, como son los señores, h a-
finos y falsos, de pobres mentirosos y ver­ amancebamiento mas rebelde que puede y redondearse de funeral ; muchos, diseur- ceri lo que se les antoja como si .fueran vi­
daderos , y de enfermos buenos y malos : hallarse en las pasiones. En mi siglo se viendo engañados que son moneda co r- vientes ; y los oficiales y personas pobres
y debe creer Vmd. que á los principios que podían barrerlos truanes que vivían da­ riente para el purgatorio los bienes mun- que no conocieron en vida á la vanidad se
se empezó á llenar de hombres esta habi­ dos á esta raza de pereza. Esta es la mas danos , y conia falsa humildad de aiiorro mandan clamorear, disponen su entierro
tación vimos prácticamente cuanta idea de sospechosa gente de las repúblicas ; pues de pompas , se mandaron enterrar á ob s- con cristiana reflecsion , visten sus esque-
maldades nos pintó Vmd. embozada en sus regularmente los mendigos de dia son la­
curas, entre gallos y media noche, con letos con el sagrado sayal de San Francis­
burlas en la vida del gran Tacaño. Pobre drones de noche. V am os, y vuelvo á decir
que cayeron del todo los alquileres de mis co , y se colocan en donde puedan ser v is-
hubo, Señor Don Francisco, que descala­ que es la mas cristiana y la mas ingeniosa
lutos. Cornila tercera parte de mis bayetas, tos y encomendados; y con el devoto acom-
braba con alaridos las orejas, ahullando inventiva que puede darse en pueblo cató­
y el resto se acomodó en bragas , ropillas y pañamiento de ministros eclesiásticos son
entre rabia y laceria : E l no hay para este lico esta fundación.
zapatos ; y me he venido á acabar dem o- conducidos á los templos, y van inuda-
pobre imagen de Cristo, algun socorro, asi Casi tocábamos el umbral de la segunda
rir á este santo Hospicio. Este buen viejo mente predicando á cada viviente su para­
Dios los libre de testigos falsos, etc. Y cuan­ puerta que hace frente á la calle , cuando
chochea ? me preguntó Quevedo, y prosi- dero y su fin. Así iba yo informando al dis­
do llegó el lance de recogerlo lo encontra­ nos arrebató con la vista la curiosidad de
guió : pues que han cesado aquellos clamo, creto difunto, caminando divertidos, y
ron acolchonado el capote de pesos mejica­ un viejo que estaba sentado en un poyo ,
res de la campana que avisan lo mortal á sin haber vuelto á hacer memoria de Lu­
nos. Otro, dejándose cargar como tullido, ya tan torcido de estatura que la cabeza
los vivientes , y con su lengua piden á gri- tero , nos hallamos en la mitad de la calle
gritón á la puerta de un Templo , desmoro­ hombreaba con los lujares , con una cor-
tos al concurso católico oraciones y ruegos, de Foncarral, y parlándole yo lo que no
nándole la esquina, y aceptaba mas letras coba piramidal, mas aguda que sombrero
para que perdónela magestad divina los quiero decir ahora, llegamos á la calle de
que el Genovés mas ambicioso. Y otros que de maragato ó caperuza de disciplinante ,
defectos de las almas cristianas ? Tan p o - los Peligros, pasada ya la de Alcalá, y al
haciendo á la noche alcahueta de sus em­ con los cascos mas lucios quo huevo de
co devotos son los muertos de este siglo entrar en la del Príncipe nos arrastró los
bustes , de dia comerciaban en tratos de avestruz, y tan calvo que solo se le bruju­
que mandan arrojarse á los sepulcros, sin ojos la siguiente figura,
tan copiosa ganancia que podían hombrear leaban cuatro pelos envergonzantes á raiz
solicitar con la presencia de sus cádavcres
con el mas grueso mercader. A muchos del colodrillo , que le servían de vigoteras
atrapó la justicia, y los mas cuando v ieron á los tolanos ; podrido de quijadas, moho­
VISION Y VISITA DÉCIM A.
tan desvelada la providencia se desnudaron so debesos, moribundo de facciones, y tan
de lo pobre, y ya parecieron con tr?ge mas difunto de semblante, que estaba amena­ Los Pitimetres y Lindos.
acomodado y menos falaz. Tal era la abun~ zando el dia dos de noviembre. Este, le dije
C on su maleta de tafetán á las ancas del puta, amolado en hembra , lambido de
danciade estos insolentes mendigos y fal­ á Quevedo, mas parece de tu mundo que
pescuezo venia por este camino un mozo gambas, muy bruñidas las enaguas de las

V jg ggürar ’r um .
20 SUEÑO* MORALES.

manos; mas soplado que orejas de ju e z , logran los años y el alma en estas insólenle#
mas limpio que bolsa de poeta, mas almi­ ocupaciones ; y el oficio que vCs es el em­
donado que roquete de sacristan de mon­ pleo de su vida, porque acusan como in­
jas , y mas enharinado que rata de molino, fame el trabajo y el retiro : viven haciendo
hambriento de vigotes, estofado de bar­ votos á la lujuria , y promesas á la for­
bas, echados en almivar los mofletes ; tan nicación ; y despues de bien bañados en la
ahorcado del corbatín que se le asomaba el desenvoltura que has visto en este men­
raso á la vista , imprimiendo un costurón tecato , marchan por las calles de la corte
tan vermejo en los párpados , que los ojos á chamuscar doncellas y á encender casa­
parecían sielsos. E ra, en fin, un monica­ das. Su paradero es la lonja de San Sebas­
co de estos que crian en la corte como per­ tian y el atrio de la Victoria, en donde á
ros finos con un vizcocho y una almendra una misma hora encuentran otros do su ca­
repartido en tres comidas. Venia, pues, libre : y aquellos reverentes sitios , dedi­
columpiándose sobre los pulgares como cados al culto divino, los hacen bodegón
danzarín de maroma , con sus vaivenes de de insolencias, tiendas del descrédito y
borracho, ofendiendo las narices de cuan campo de maldades : hacen á los hom­
tos le encontraban con sus untos, aceites bre del tamaño de sus estaturas, y se lla­
é inciensos. Paróse en frente de un balcon, man Periquitos , Manuelitos, FrazquitoS;
y mi discreto difunto se quedó también ob­ y el que tiene el apellido acomodado para
servándolo. Dio el tal don L·iquido dos pal- sisarle letras le nombran también con esta
meditas á las guedejas cabrías de su pelu­ rebaja. El gobierno , el estado , la política
ca, sacó un reloj de pinganillos con que se ni la ethica, que son los estudios y parolas
venia aporreando la ingle derecha, y lue­ útiles para instruir en virtudes morales
go la caja del tabaco , ( y si hubiera tenido á un joven bien nacido, ni las saludan si­
mas cerca la cuchara, escarva-dientes y el quiera: sus conversaciones empieza en las
tenedor también , hubiera salido á plaza ) señoras, median en las mugeres, y acaban
y tomó un polvo soplado cinco ó seis ve­ con las hembras; y esto como? Señor Don
ces ; y con una dama que se asomó á sus Francisco, segándoles la honra, y haciéndo­
hierros , se quebró y requebró nuevamen­ las tan faciles de coger, que cada uno de los
te. Hubo aquello de los parienticos están que oyen, ya las cuentan triunfos de sus an­
que besan ä V. los ¡lies y las señoras lo esti­ tojos. Esta es la vida de estos simples por
marán mucho ; y por despedida la general la mañana ; retíranse á sus cuartos, y vuel­
de las señoras de la corle á todo Celibato ve esta tarea á la tarde, y en anochecer
el á D ios, hijo m io, y marchó el salvaje los recogen sus m adres, porque no los
por la calle arriba apestando consideracio­ echiccn ó no los acatarra el sereno ; los
nes con la vanidad que iba vertiendo de dias de fiesta los dan un real de plata para
bien criado y de hermoso. D im e, Torres , qué jueguen con sus primas y se diviertan
dijo mi difunto , que mozo es este y otros con los señoritos de la señora Doña Fula­
mil vagabundos que he visto rodar por na , y pasa de los treinte años un barbólo
esa corte ? A e sto s, respondí y o , los de estos, y los descalsa, los espulga y los
crian sus padres para secretarios del rey , arropa la criada ; y no te digo mas por no
y vienen á parar en verederos de tabaco emporcarte los oidos. No tanto , pero mu­
con dos reales y medio al dia de preé. E s­ cho mas de lo que me has contado de ese
tos gastan tocador y aceite de sucino por­ joven pasaba en mi siglo con los que nacían
que padecen males de madre ; gastan pol­ de padres medianamente acomadados. El
vos , lazos, lunares y brazaletes , y todos que mejor dirigia la crianza de sus hijos
los disimulados aceites de una dama ; son era buscándole un maestro de danzar para
machos desnudos y hembras vestidos. Ma* quitarle 1?. torpeza de los m iem bros,y
s u e Sos MODALES. 21

arreglándole á pisar con arte el suelo de Quevedo mio, proseguí y o , las consecuen­
un estrrdo, al cual aleccionaban en la cias de aquel antecedente estos son los
música; á otros, en saber domar á un bru­ lindos desnudos, estos fueron como aquel
to , que todas son bellísimas gracias para m ozo, pulidos y aseados, y los mas gasta­
despues de bien instruidos en el temor de ron coche, y hoy ruedan en cochambre. El
Dios y en la vida cristiana, que esta se de­ paradero de aquella crianza es la presente
be anteponer á la política, para despues infelicidad: todos estos han corrido ya las
de haber asegurado un ejercicio que baga carabanas de los desesperados y la pelota
felices los años con las tareas. Pues oye , de los inútiles , y en todas partes han apes­
muerto mio, le dije, ni aun de esas habili­ tado con la corrupción de sus costumbres.
dades se adornan , si solo de la viciosa Unos han sido arrendadores de sal, otros ta­
afeminada compostura, que has visto; y baqueros, otros criados de silla de señora ,
asi luego que mueren los padres , vienen á oficiales de estafeta, alguaciles mayores y
sumirse en el podridero de los truanes , y comisionistas, que son las prebendas de ocio­
abunda tanto la corte de estos perdula­ sos, y ejercicios de holgazán tunante que se
rios, que no hay esquina que no este apun­ pone á lo que saliere; y como habían criado
talada de perdidos; y porque me creas, callos los miembros con la pereza y la mala
mira hácia aquella calle del Príncipe el en­ crianza , jamas pudo ni la necesidad ni el
voltorio de retales vivientes que asoma por trabajo domar las rebeldías de su mal alec­
cionada juventud. Péra un p oco, dije á
ella.
Llegaban á este tiempo seis ó siete tra- Quevedo, y deja que llegue aquel remien­
pones tan llenos de andrajos, que cada do que se ha descosido del sartal ; para­
uno parecía la calle de la Sal : uno venia mos y vimos que se acercó á hablarnos de­
pariendo un tarazón de camisa con sus bajo de un sombrero cornudo vez y media un
pinceladas de chanfaina descomida ; perillán arremangado de ocicos, y tan abier­
mas sucio y mas hediondo que cosina frai­ to de voceras, que pareció que había pues­
lesca en tiempo de capítulo : otro llevaba to á parir la dentadura hermana del vigote;
como grillos los zapatos ahorcados de la obtuso de quijadas corno calavera de gato,
garganta del p ie, y pendientes de la braga­ con dos dientes paralelos á la nariz , algo
dura mas farrapos que le cuelgan á la gay- mayores que dos ajos ligrimos, jurándolas
ta de un gallego. Otro traía arrebañados de mordiscones á cuantos miraba ; sedien­
los calzones porque se le huyó la ahujeta. to de camisa , hambreon de bragas , ocul­
O tro , tan humilde de casaca , que venia tando con un capote de barragan ataracea­
besando el santo suelo con los cuadriles : do del tiempo la carnadura de los costados
los mas con los sombreros machucados de que se le asomaba por los cuarterones del
copas, sorbidos de candiles, y no por eso jubón. Llegó á hablarme con acento entre
faltos de aceite : á otros les sonaban los moribundo y necesitado ; y quitándome las
trebejos de los espadines, como sonajas motas del vestido , me dijo que nunca me
habia encontrado mas grueso y de mejor
de lazarillo de gaitero. Todos y cada uno
era un molino de trapos , un almacén de color, (siendo la verdad que toda mi vida
me he conocido mas enjuto que cecina de
grasa , un refectorio de piojos y un de pro­
mono , y mas gualda que el diaquilon go­
fundis de lacerie : era , pues, un enjambre
d éla brivia, cortesanos m onteses, que mado ) pidióme para comer aquel dia, dile
andan á ojeo de voquirrubios y á monte­ lo que pude, y se fué dejándome dos reme­
dios para la destilación. Rara figura de
ría de reales ; petardistas graduados en la
hombre , dijo el difunto amigo , y estiaña
universidad de la perdición, y términos me­
carrera de vida. Mas suave es tirar de una
dios entre trampa y limosna, listas son,
22 sueños MORALES. SUEÑOS MORALES".

pareja que decir deme un re a l, préste­ mente sale de la corte, hállase, impacien­ vicios, no la desdicha ; la suerte ni la for- dores mas violento al fin, mientras mas
me un ochavo. Infeliz sujeto , y sujeto á te sin la comedia, el paseo, la botillería tima que estos son espantajos contra la vida menos conocimiento ! Mientras mas
tantos, que ha querido su mala dirección y el chocolate en la casa del vecino , y ma ! cristiandad. D ios, que se lo dá á la hormi- desengaños menos enmienda ! Y á mas
poner su comida en las manos agenas, he­ con el trabajo, maldice á su muger y la ga , también se lo dará al hombre , y mas avisos mas incontancias ! Vamos, lorres ,
diendo á todos, enojando y avergonzando castiga: se aburre con sus consideraciones, trabajándolo. Válgate Dios por mundo ! y guia donde sea tu voluntad.
á su misma estructura , capaz de empleos y entre desesperado é iracundo hace una Cada dia te llevan las locuras de tus mora-
mas cristianos, mas socorridos, mas aco­ trampa, y se vuelve á Madrid á criar pio­
modados'y menos enfadosos. Advierte le jos y á vivir rasgado y sucio. Conciértase VISION Y VISITA UNDÉCIMA.
dije á Quevedo, que este es una fiel copia con la desvergüenza, y se casa con el
Carral Je comedias, Poetas líricos. Comicos, y Representantes.
del paradero de los almidonados. Aquel desuello, y sale á buscar piadosos y tier­
que vimos , [ de quien te hice mension en­ nos de corazón, conoce á todos por sus S o lo el que sea práctico en los sueños considero anegado también este tiempo.
tre los andrajosos j mas estirado que pez- motes y apellidos ; sabe mejor que yo las podrá creer y pintar la viveza de los colo­ Mal consideras, le dije á Quevedo , porque
cuezo de ladrón en la horca , á pocos fiestas del calendario, y con esta receta res y la grandeza de bultos con que sabe el eso de poetas grandes no es fruto de este
meses vendrá a ser otro dechado de la ne­ rueda por la corte dando dias y enhorabue- docto natural de especies iluminar la ofi­ siglo. En lo lírico se-ha perdido ya la ele­
cesidad ( porque los mas vienen á sumirse sas de años á todo yente y viniente , y en cina del cerebro para persuadir como ver­ gante cultura y hermosa locución del Gón­
en el escotillón de esta desventura. Oye , esta carrera deja la vida en un hospicio ó dades jas ae'reas impresiones, que no tie­ gora : las festivas pimientas , y tus abun­
que brevemente te informaré lo que suce­ en un zaguán. Hállase precisado el ai rulla­ nen mas esencia que serun vapor, á veces dantes salinas , cuando igualmente vestias
de á los que se crian en esta malvada es­ dor de tumbas á gorguearlo de valde ; y ia tan maligno, que burlándose del alm a, lapluma de Morarrilla y de T oga, ya no
cuela de la ociosidad. parroquia á recibirlo de mogollon , y son ofende la vitalidad con lo mismo que esco­ hay quieti las g u ste, que el vulgo de hoy
Enganan con aquellos aparatos de ador­ gorras en la vida y en la muerte; y habien­ gió la naturaleza para su conservación. Con es muy asno, y se alimenta de cardos em­
no y de riqueza á una familia, en donde se do visto uno de e s to s, tienes repasados tanta eficacia me engañó el sueño , que ju­ butidos de espinás, y.le parecen lechugas.
está criando devotamente una señora jo­ á los demas de esta calaña gorrona y alcur­ rara que vi la calle del Principe y en ella Ni hay quien se caliente á la feliz lumbre
ven, ó ya porque se visitan los padres de nia desvergonzada. Si no me lo dijeras tu, á aquel Don Líquido, y la infeliz tropa de del Candamo. Han dado en decir algunos
unos y otros, ó por otro honesto motivo que te contemplo hombre practico y andrajosos, y que yo proseguí hablando que el delito de la poesia en España fue
so introduce el zamarro de el Don Lindo , verdadero, ( esclamo Don Francisco j no con Quevedo ; y me ha quedado en las tener comercio con el desengaño, haber
y afectando modestias a la m adre, y min­ creyera que podían ser tan rudas y tan orejas tan colgado el metal de su v o z , que comprado algunas verdades en la tienda de
tiendo suspiros á la h ija, que esto se con­ cerriles las almas de estas gentes, pues el casi me parece que si oyera diferentes acen­ la filosofia moral, transportarlas á la corte,
sigue con dos afectos de Calderon, que los mas apartado de la racionalidad sabe pre­ tos, dijera, cual era el mas parecido al que y aunque las confitaron los poetas, con to­
traen en la faltriquera como pistolas, al­ sumir el miserable progreso de su vida y yo aun estoy oyendo de mi difunto : díje- do eso se ofendieron de la amargura, y
canzan parecer bien á la una y á la otra. Cl seño de las adversidades, y se previene le, pues, ya que estamos en esta calle tan cayó la poética de los Solios ; pasó á tratar
Los casan los padres ó se casan ellos : des­ que en los primeros años para la elección próxima á los patios de comedias, entrare­ con pages, luego bajó á barrer los zagua­
cúbrese á pocos dias su pobre talento y su de un estado católico y menos infeliz : te mos en uno, que aunque es temprano , no nes de los señores, despues anduvo de ta­
poco caudal : búllanse aburridos los sue­ aseguro que está mas escandalosa la corte nos faltará en que estar divertidos. Pagué berna en taberna, y vino á depositar sus
gros, y el bribón, aunque descontento en que en el tiempo que yo ( por la misericor­ por los dos á la puerta, pues para mi apre­ huesos en el carnero de un Hospital. Sea
el pupilage, come y calla, y recibe con dia de Dios ) la disfruté. Muchas imagines hensión , Quevedo era tan de bulto como esta ó aquella la causa de su destierro,
ceño los arrullos de su muger hasta que se parecidas á este, pero no tantas, ni en tan yo : pero volvióme el cobrador la mitad , crea Vmd. queen este miserable siglo es­
mueren los que le ponían la mesa. Queda rudo lienzo, había en mi tiempo : yo es­ en que conocí ser cierta para los otros su cuchan los menos locos eso de poetas gran­
entonces señor de sí y de su rnuger v en cuchaba las quejas de su fortuna, pero es­ invisibilidad, y la buena conciencia de aque­ des , doncellas honestas , y jueces desinte­
cortos dias la destruye á ella , come lo he condían las perezas de su desorden : nun­ lla gente. Señoreóse del patio Don Fran­ resados , como las paradojas del fénix.
redado , y divierte la d ote, porque luego ca creí en desafortunados, que este nom­ cisco, y volviéndoseá m í, dijo: solo esta Ahora no suenan sino escucos y cigarras,
que se vé con dinero va pagando los votos bre se equivoca con la poltronería y la república he notado sin mudanza, basta chirreando enfadosamente los oidos de los
que había hecho á la lascivia , dá fin á to­ huelga. INo hay lortuna por loca que sea , que sea viciosa, para que se fije en las per­ que escucharon aquellas calandrias y rui­
do , y empieza el salvage inútil á idear pre- que se arroje á maltratar una vida arre­ manencias de la duración. Esta es la mis­ señores. Toda la armonia de este tiempo es
t erreiones, y la inocente esposa á decir que glada. En la primavera de su salud para ma plaza en donde se corrieron las obras sonajas, pitos de capador , zambombas ;
su marido tiene poca fortuna ; y obligado comer y vestir todos pueden ganar; y con de Lope, se silvaron los partos de Montal- y en vez de agudas reales se han vuelto
de la hambre, se mete por la primera ro­ esto ninguno es pobre ni miserable : si no van, y se torearon los abortos de los gran­ bastardos aguiluchos. Ya no hay quien suba
tula que le abren los empeños. Regular- lo consigue es porque se lo estorban sus des ingenios que florecieron en mi era, y á la cumbre del Parnaso, que es monte de
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24 SUEÑOS MORALES. SUEÑOS S10UALES.

musas y dificultades, y se Ies hace muy fecciones, enfermedades, casos de con­ mala , respondí ; porque el vulgo inadver­ nombres. La mayor infelicidad dei mundo
cuesta arriba. Los laureles que antes sa­ ciencia y pleitos. tido no los reconoce mas que por las preci­ consiste en que es mas crítico el mas igno­
lían destinados para ceñir las gloriosas sie­ De la poesía cómica ya se perdieron los siones de su desenfado : los vé como lo que rante : aquel juzga m as, que conoce me­
nes de los ingeniosos , coronando sus su­ moldes y los oficiales. Las comedias ya no son otros hombres, no como que ellos son nos : siempre el vulgo fué arbitrio irracio­
dores con los cercos de inmortal lozanía, las hacen los poetas, sino es los músicos, en sí y por s í , y gradúan por la viveza de nal de todos las cosas : todas las pondera
hoy se contentan con hacer un papel de hortelanos y carpinteros. Ya nadie bebe de la representación las acciones del alma ; sin peso ; las mide sin medida ; las numera
mete muertos en la comedia de los esca- de la rica vena de Calderon, manantial sin advertir que con el arte esfuerzan mu­ sin regla ; monstruo de muchas cabezas ; y
veches, porque ya no hay poetas de coro­ perenne de agudezas, cuya rara fluidez chas veces al natural. Discretamente ocu­ sin tener alguna , mira por los anteojos de
na , sino lejos. No arden los cerebros con dejó suspensos los Teroncios y los Plautos: pados viven estos hombres : la universidad su aprehensión ; sin conocer las últimas d i­
las dulces borracheras de Apolo, porque ocasionando lo corriente de sus números el mas completa del Orbe son los teatros : ferencias , y sin la prolijidad del examen ;
son mas frecuentes las inspiraciones de que se controvierta si escribió sus jornadas cuanto han sudado gloriosamente los in­ desde su tiniebla quiere repartir lu c e s,
Baco. Los que nacen en este siglo llegan á en prosa sonora ó en verso desatado : aho­ genios mas fecundos de la España, tanto y conociendo las cosas de monton , y cali­
las borras de la poesia : unos aun no estre­ ra se sorbe el sieno en que se revuelcan los tienen ellos en su memoria, y se hallan sa­ ficándolas á bulto, desata la lengua para
nadas las potencias del alma, un oso infor­ renaquajos de este siglo. La cómica vive bios en toda casta de estudios. El arte de acusar lo inocente y canonizar lo vicioso.
me por ingenio , una bolsa de mendigo por hoy mas abajo de la representación. Toda huir los escandalós , aqui se enseña : la Dígolo por las cómicas, que son tan des­
memoria ; hiermos de toda noticia, y pá­ la casta de poetas villanciqueros, que surtían ciencia de vencer con aire los duelos, aqui graciadas , que despues de una larga tarea,
ramos de toda erudición, sin haber dado de cóplas de Gil y Menga las navidades ; y se practica : la filosofia de conocer volun­ mayor que la que puede sostener la delica­
pincelada en el lienzo razo del entendimien • los que escribían jacaradainas para los cie­ tades aqui se enseña ; la lógica engañosa de deza del se cso , no logran buena opinion,
to , se presumen favorecidos del natural, y gos se han arrimado á los cóm icos, y se los apetitos, aqui se desenvuelve : á la re­ y viven manchadas de la voz vulgar, sin
se predican poetas á nativitate, y ponde­ ahogan los pobres en poetas, oyendo con­ torica falsa del amor, aqui se le reconocen que este juicio estrive en fundamento al­
ran su facilidad con aquellos de los poetas tinuamente sus rebuznos ; y si no tos con­ sus figuras: la política para privados , aquí guno. La cultura y adorno en ellas no es
nacen etc. Grandes son las obras de la na­ fundiera la grave y sonora armonía de la se demuestra : la humildad al vasallo, aqui reclamo del galanteo, sino condición de su
turaleza , pero yo he visto mas cojos , cie­ música moderna, fuera lo mismo que es­ se le advierte : y en fin en este teatro se ejercicio. Salen ordinariamente represen­
gos y mancos á nativitate, que poetas. cuchar los alaridos de la tortura. Pero ya registran los semblantes al vicio y á la vir­ tando una princesa, una reyna, en cuyo
Otros se engullen los palotes de la erudi­ no siente tanto el entendimiento este trato tud , y prácticamente se hacen visibles los trage se amargaría la atención mas honesta
ción, que son los preceptos de la grama- de cuerda con la suspension que ocasionan modos de introducirse en las costumbres* si advirtiese los descuidos caseros ; fuera
tica latina ; duermen abrazados con Rengi- las bien heridas cuerdas de lo armónico ; En nuestra voluntad está elegir la una , y de que mas horas suelen aconsejarse con el
fo ; meten en el buche cuatro maulerias descuídase el alma, y se le introducen los aborrecer al otro. Los cómicos son los ca­ espejo otras muchas que logran mejor su ca­
del teatro de los Dioses : se aconsejan con alhagos forasteros. Válgame Dios ! cuando tedráticos de esta manifestación, y de­ tegoría ; y en su ornato dan á entender el
Calepino de once lenguas, y purgan de cuan­ parece que se corrige un vicio , se dilata muestran á los apetitos los órganos del bien mismo estudio. Ni puede argüirse su livian­
do en cuando un romance con mas idiomas m as, dijo Quevedo : y prosiguió, acabá­ y el mal ; imprimen á los corazones lo dad de el número de los que los solicitan y
que suelen sonar en una grita ; estos escri­ ronse con la cultura los afectos blandos que sin viveza les dá el ingenio de la es­ buscan para fastejarlas; lo mismo sucede en
ben castellano mestizo. Otros hay ( y de que embelesábanlos talentos y dispertaban critura. Instruidos de esta doctrina, y prác­ todas las que son adornadas de la hermosu­
estos es mas larga la generación que la de la impureza, que persuadían á amar y men­ ticos maestros de esta ciencia , viven mas ra , sin que por esto las hermosas sean co­
los cornudos ) que descuartizan un poema , tir ; y han tomado su lugar los alhagueños aparejados para ser buenos que los igno­ munmente livianas. Lo cierto es que Venus
ó ya tuyo , ó ya del Góngora ; y hecho entrometidos desvelos de la dulzura músi­ rantes que muchas veces los escuchan y los es enigma de las tareas ; y que la ociosi­
trozos lo meten en su espensa , y poco á ca , con que han avivado mas á la repúbli­ mofan. Sus tareas son porfiadas ; su estu­ dad es fecunda madre del vicio. Estas mu­
poco lo traen al banquete de sus escritos, ca de las pasiones ! Qué importa que el es­ dio el mas rigoroso, porque colocan en la geres apenas tienen rato de quietud ; á to­
y pasa para los convidados plaza de gallina tilo carezca de lo agudo, si á la armonia le memoria las voces , el sentido, las accio­ do su tiempo son acreedores los ejerci­
que se ha criado en el corral de casa ; y es­ sobra lo penetrante? Todo es malo. Dime, n es, el sitio , desde donde, y áquien lo cios de su estudio ; en ensayos prolijos gas­
tos traen poesia postiza como cabellera. mientras salen las guitarras, que mugeres han de decir, sacando á los humores de su tan la mañana, en atenta representación la
Lodos estos se gradúan de poetas líricos en son estas que ocupan la fila de este sitio natural propension. Rencores acredita el tarde : y en pesado estudio la noche ; mor­
la universidad del vulgo , siendo los docto­ que Harnais cazuela ! Esa toda es gente suave, alegrías el triste, crueldades el pia­ tificando la cabeza, y perdiendo la gargan­
res del claustro un sastre, un zapatero y honrada, le respondí: pocos años ha asis­ doso, y nunca usan de su genio, siempre ta. Con que sin duda estan mas ociosas que
un aibañil ; y cuando mas un boticario, un tían á esa delantera las que hacían barati­ mortificando al natural ; con que a si, sabio ellas las que van á oirlas. Las municiones de
m édico, un abogado, y un teólogo dan su llo de la suya. En que opinion viven los mio , digo ; que es injusta la crisi de la ne­ que usar, los que las fastejan para poner en
parecer, como si fueran las coplas con­ cómicos? preguntó otra vez Quevedo ; en cedad maliciosa que suele deslucir sus posesión sus deseos, son menés poderosas
2(3
SUEÑOS morales SUEÑOS MORALES.
contra estas. No Ies ocasiona cuidado lo ga­
reparables sus acciones. Lo que en otras es los boticarios y los sastres ; pero estos son das se le registraban los cuatro costados >
lán, lo cultamente vestido de un mancebo ,
cortesia en estas infelices es desuello. Lo los que hacen mas ruido en la corte. Apar­ y la mas noble se preciaba de pechera, l o ­
porque no ven sus ojos otra cosa mas sobra­
que agasajo en otras, en estas disolución. tóse uno de ellos de la tropa, y me dijo do es malo. Guando se olvida un desorden
da en su compañía. De las raterías del ena­ que si quería divertirme, que él estaba co­ es para acordarse de ciento. También he re­
Déjalo por Cristo, ( me dijo Quevedo ) que
morado se burlan ; conceptos mas eleva­ para predicar á cada cómica un sermon de
gido para un estrado, que me llevaria á parado , prosiguió mi muerto, que en esta
dos retienen en su memoria y escuchan to­ honras \ales un mundo. Raro eres en entretener un poco. Comuniquélo con n>¡ sala no hay imagen alguna de cristo , de su
dos los dias. Las riquezas no les hacen aprehender. Contra todo el torrente de las
difunto , y me mandó aceptase, que e'l gus­ madre, ni de otro Santo, de los innume­
ruido ; ninguna rompe mas flecos de oro, personas llevas tu juicio ó tu locura. Tu
taria también de informarse. Respondíle al rables que viven eternamente en la compa­
ni deztroza mas encages , ni piza me­
no anduviste este camino ? Le pregunté yo. músico (pie s í , y tomamos los tres el por­ ñía de Dios. Las paredes desn udas , sin
jores piedras. Saben por su ejercicio que No fui tan loco, respondió, que me fati­
tante. En una casa de la parroquia de San mas abrigo que estas cortinas y silletas.
es fineza , qué amor, qué odio , y qué íin- gase en tales jornadas; nunca traté en co­
Martin, de cuyos dueños no me quiero Perdióse la devoción , le d ije, y con ella el
íingimiento; y desprecian con facilidad medias , ni con representantes; pues le
acordar ahora , entramos los tres. Marchó gusto á la pintura. Y Quevedo prosiguió.
apetitos com unes, los que regularmente faltó la mayor gala á tu entendimiento, le
el músico á su orquesta, y yo apenas toqué Un cuadro penitente enfrena al mas des­
abaten la fortaleza de las sencilleces. No
dlJe > Y al punto salieron las guitarras, y la alfombra , hincado de inojos besé con bocado. Una efigie honesta sirve de. desper­
digo que uo habrán tenido los teatros al­ mi dilunto, habiendo oido en pié los pri­
las voces que me ha enseñado la práctica tador á la templanza. Y todas nos acuerdan
gunas escandalosas ; pero en que parte no meros numeros de una arca , sin poder su­
de las cortesanías, y el envión de los ape­ los premios de cristiana religion. Ya en las
las hay? Y por los arrojos de una no es
bir la necedad de la composición poética, titos , los pies á las señoras mugeres que piezas que sirven al estrado no se usa mas
justo que perezca el crédito de todas. En marchó y yo detras de é l , y tan enojado,
florecían el estrado. Sentéme en uno de los adorno que esta desnudez, le dije ; en las
estas como viven levantadas del suelo dos que no me atreví á preguntarle su parecer
taburctillos, en donde estaban ya hombres antesalas se suelen ahorcar algunas pintu­
varas masque las otras mugeres , son mas
en la moderna cultura de coplear. y damas , y con la mas ociosa empezaron ras. Ven conmigo á este recibimiento, y
á salirse los de-lirios de mi locura y las por­ notarás la inclinación de los españoles en
VISION y VISITA DUODECIMA.
fías de mis deseos. Seguia gustoso las ama­ los objetos que tienen para divertir la vis­
Músicas y E stradys. bles dulzuras de la parola, que aunque no ta. Salimos afuera, y en la pieza interim
contengan mas discreción que los sazonados habia multitud de papeles y láminas de
T iró Don Fancisco por la calle de la
liéndoles la confusion del concurso para chistes del sexo, sobra para entretener , deshonestos mamarrachos. Un hombre vo­
Cruz abajo, y yo siguiéndolo y sudando,
ocultarse de su fisga descomunal. Todos divertir y pasmar, sin acordarme de que mitándose , otro bebiendo , otro meando ,
por ganarle la ventaja que había cogido. A
eran jorobados de hijares, y enseñaban llevaba por compañero á un difunto. Este > un cartelon en que rodeando á una mesa se
la puerta del Sol llegué á emparejarme con
unas muescas por los lomos , mas hundida pues, ó porque se vió enagenado , ó por­ registraban varias figuras fumando y engu­
mi difunto, y desmoronando la esquina que
que alma de condenado ; y reparando bien, que quería informarse, me llamó , y me di­ llendo : otro en que se reconocía un galan­
sube á la cal le de las Carretas, vimos un
advertí que aquellas coreobas eran sus pies jo ; no amigo Torres, á la chispa de esta teo y una disolución , y otras copias ridicu­
envoltorio de hombres, mas alegres que el
y sus manos. A uno se le descollaba un tra­ lumbre es preciso encenderse la yesca de las, que movían mas á lo vicioso que á la
tamboril de Baco, mas focos que un buen
po verde por los pliegues de la jabardina , la sensualidad ; el fuego no se ha de tomar carcajada. Estos son los santos de devoción
ano , mas ociosos que el que tiene benefi-
y á otro se le reconocía un tarazón de flau­ tan cerca ; esta libertad es irse ensayando que hallarás, objetos que impacientan la
pios simples, y mas retosones que asno que
ta , asomado por mala parte. Dijo Queve­ para el infierno y ponerse en infusion de gula, avivan la destemplanza, e irritan la.
espera lluvia. Unos eran aplastados de ges­ do , que gente ? Yo le respondí : estos son precito. Nada de cuanto he visto me ha sensualidad. En el reconocimiento estába­
tos : las bocas, que se desvocaban á los oi­
alanos que se cuelgan d élas orejas, que enojado mas que esta confusion, mezcla , mos de estas escandalosas pinturas , yo
d o s, risas burlonas, bailándolas tarante­
hacen su peso en el oido, y viven pendien­ libertad y desenvoltura. En mi siglo la cier­ con una vela en la mano sirviendo de apun­
las losojos, y zaravandas los semblantes. tes de todos. Estos son músicos, el costado ta señal de correspondencia para el que ha­ tador , y Quevedo pasmado, cuando nos ar­
Otros mollinos de fisonomía, y zainos de mas alegre de los cuatro que tiene la lo­ bía de ser marido era permitirle pisar el bor­ rebató al oido el murmullo de los violines,.
guiñaduras. Uno se reía á rempujones, con cura. Aquí estan de venta, esperando á al­ de de la alfombra. Este era ya el penúltimo que parecían petrales de cascaveles y jau­
mas falsedad que el alma de Judas. Otro se guno que los llame á holgar y darles el di­ favor que recibía el que dentro de un cuarto las de grillos. Ya empieza el sarao , le dije
mofaba de su mismo compañero, pues de­ nero. Estos son los que gozan las delicias de hora sehabia de desposar. Y es lástima el á mi difunto, no pierdas la ocasión, quedé­
trás de los cariños se le bullían las burlas. de la corte y sus bienes. Hay muger que que estas señoras malogren el buen ejem­ monos arrimados a la puerta , que desde
Estaban todos dando solfas de murmuración vende las mantas, por dar dos pesos á uno plo de sus honestos träges con las ensan­ aquí verás la alteración de las diversiones.
á cuantos veian, y descompasadamente hi­ que la toque el rabel, que este es el ins­ ches que dan ä su honestidad. Bien pare­ Salió una dama cocida al lado de uno de
riendo con la lengua no la opinion, sino las trumento mas palpado. Los hombres ricos cen ahora las damas , viven limpias, ador­ los concurrentes á bailar un minuete : yo
figuras de los que pasaban la calle, no va­ de Madrid son los músicos, los médicos , nadas y cubiertas ; que en mi tiempo á to­ no le quitaba ojo á Quevedo, él tragaba.
SUEÑOS m orales. 2b
28 SUEÑOS MORALES.
«sterior carácter que testificaba la intacta reando cuartillos; las inteligencias vertien­
saliva , y sin querer asistir mas , se levan- monos á este rincón, que aun te falta que limpieza de los pensamientos con quien ju­ do arrobas; las palabras hechas una sopa
tó y me dijo : yo no quiero vèr mas , hasta los veas cenar ; pero sus visiones piden v i- raban conformidad sus acciones , sus pala­ de vino; muy almagrados de cachetes;
aquí puede llegar el desorden. Ni yo deseo sita aparte, bras y sun semblante ; ya no se vé aque­ ardiendo las mejillas en rescoldo de tonel ;
que lo veas ni me hables palabra : retí ré­ lla casta de solteras, que con su compos­ abochornados los ojos en estíos de viña ,
encendidas las orejas en canículas de bo­
tura iban riñendo el libre estilo déla villana
degón ; y delirando los caletres con taber-
v i s i o n Y VISITA XIII. juventud ; ahora sus ojos , sus ademanes
dillos de taberna. Uno de ellos fué á d es-
y movimientos van sonsacando desenfada­
Las comidas y cenas. paular: tomó las tigeras, y muy tarta­
das espresiones , y reclamando indecentes
mudo de movimientos, balbuciente de ac­
A cabaros el baile; despidiéronse unos; ña consintió tan destemplado desorden solicitudes. En tu siglo á una señora don­
ciones , y vizco de manos , anduvo media
y quedáronse otros ; llegó el tiempo do en el uso del vino? Ya creo que las hem­ cella en cualquiera visita se le dudaba la voz,
hora para arrrancarles los mocos á la vela ;
cenar, fueron requeridos los criados ; con bras son apóstatas de la honestidad , cuan­ hoy se sientan á presidir un estrado, y ha­
y no siendo posible topar el pávilo, se levan­
esto entraron al punto seis ó siete minis­ do este licor es ídolo de sus apetitos : en blan á cántaros : antes aun para responder á
tros de la g u la , ausiliares de la destem­ mi tiempo era agravio de la pureza no di­ una cortesana atención el rubor las enmu­ tó de la silla á pujos, y repitiendo su solici­
planza , terceros de la haytera y alchauetcs go beberlo, sino el desearlo. El nuestro es decía : las sellaba el encogimiento; conver­ tu d , en vez de cojer el mechón á la vela
le prendió á uno de sus compañeros las
do la borrachez. Estendieron sobre largas tan infeliz, le dije al difunto, que bendicen sación de boda ni de novios se prohibió en
narices, dejándoselas de camino remenda­
mesas delicadísimos manteles , distribuye­ á Noé tan afectuosas las mugeres como los sus labios se guardó siempre de sus orejas;
das de tizne; sintió el compañero el estru­
ron un haz de servilletas, cuchillos, pla­ ahora á la mas verde y deshonesta lozanía
hombres. En nuestra era los infantes se jón , y tapadas las potencias de los humos
tos , cucharas y tenedores. Tocóse á dego­ responden sin mudar de color ni de estilo :
crian á los pechos de las cubas : los jóve­ se mosqueó dos ó tres veces diciendo á
llar la razón , á desgarretar la salud, á nes repiten el vino como el agua ; y las mu­ al presente hablan de las bodas con tal des­
huello como si fueran jubiladas en el matri­ trompicones, y articulando á remiendos .
desenvolver el recato, á espolear la luju­ geres lo cuelan como el chocolate : así se ola señores, no juguemos con las orejas .
ria, y á desarrebujar el secreto. Sentáron­ desenfrena el apetito ; así son mas intensos monio: antes no hallaban la mano aun para
se todos, empezaron á venir ensaladas de los ardores de la carne : Venus se abriga darla á su marido ; hoy es una cosa que Estaban tan pelados de razón , y tan le­
todas naciones : engulléronse un huerto con con la manta de Baco : y apenas se ve con­ está de valde ( como lo has visto) pues gañosos de alma , que otro Don A endimia
aceite y vinagre : siguióse variedad de curso de estos que no tenga desenvolturas en cualquiera danza se le hace barato al de los conmensales, por llevar á la boca
carnes ; desde aqui comenzó la humurada de fiesta bacanal. Con este licor se abienta que la quiere. Esta es la desvergonzada un sopa de almivar se topó un ojo. No por
de los mostos á cegar el juicio y á dejar á el fuego de la lujuria : úsanlo inmoderada­ malicia de nuestra edad, difunto sabio ; y esto cesaban las copas del licor blanco ,
tientas el alma. Tan impaciente se miraba mente las personas de uno y otro sexo; con para esforzar mas el juicio atiende al para­ tinto y de otros colores ; de suerte que ca­
dero de esta cena. da uno de los perillanes tenia una borache-
la verocidad de todos, que mas parecía él se les anubla el juicio ; se descompone
ra ramillete. Despues de varios dulces em­
envestir que comer : cada dos bocados la gravedad ; se introduce el desembarazo; Ya era cada estómago una población de
butieron frutas de todas estaciones , lle­
eran colaterales de media azumbre ; tra­ se huye la vergüenza, que es la conserva­ pechugas ; una provincia de tajadas ; una
vando la retaguardia las aceitunas con que
gáronse á la Estremadura, en jamones ; á dora del recato ; se entromete el retozo ; despensa de lomos ; un humero de chori­
de nuevo se impacientó la sed ; acudió á
Salamanca en pavos; desparecióse San se desenfrenan los labios ; se les da liber­ zos ; un empedrado de zoquetes, y una
acallarla la variedad de m istelas, copia de
Martin á sorvos ; y se enjugó Lucena á bu­ tad á los ojos ; se afloja la rienda á los balza de replecciones. Comieron con tal
ches. Tan presto quería la gula verter los aguardientes, y otras bebidas espirituosas
afectos, y se abre el camino à todo linaje variedad, que tenían vientres podridos
platos en el vientre, que desechando las conque ultimamente se anocheció lo í a -
de inmodestia, liviandad y demasía. Las como hollas ; casi se escuchaba el murmu­
diligencias del mascar, nos dieron á en­ cional. Acabóse la cena, y uno de los se­
m istelas, con la añagaza de la dulzura, llo en los estóm agos, en que se percibía
tender que se podian sorber los perdigones ñores tarazantes, con el vendebal de un
empezaron á galantear el gusto de las mu­ los mendrugos y los tejados á andar á mo-
y beberse las pollas. Corrían desguazados regüeldo apagó una de las luces ; otro
geres; pusiéronle buena cara á lo suave de gicones, sobre tomar asiento empujándose
por los gaznates de las hembras los rios de disparó mucha artilleria de estarnudos
estas confecciones; abit liáronse á beber un unos á otros. Y en los mas los racimos
peralta. Aquí fué donde no pudo enmude­ occidentales ; este se levantó echando un
traguito hoy , y otro mañana , hasta que ibanginetes de los mehollos, y caballeros
cer Don Francisco, y volviéndose me dijo ; borron en cada paso, queriendo formar
aquello que empezó por corta golosina cre­ en los cascos ; los vapores eran inquilinos
este es el teatro donde me has represen­ ció á desorden considerable. Esto sucedo de las calaveras ; en infusion de mosto los una cabriola, yéndosele los pies á Esquibias
tado con mas viveza la corrupción de las á buscar la cabeza se descostilla. Aque»
entre casadas y doncellas , sin alguna di­ sentidos ; las almas enbutidas en un lagar ;
costumbres de tu siglo : basta el informe versidad; y la misma confusion acontece nadando las fantasias en azumbres ; alqui­ prosigue en bailar, y tropezando en el
de este dosordenado banquete para cono­ atún de torrente le prensan la cara con la
en todo género de cosas , porque ya no ve­ lado el cerebro á los disparates; los sesos
cer el estado lamentable de las cosas. Cuan­ rás aquella loable demostración , que dis­ amasados con ubas ; los discursos chor­ barriga : uno canta un responso pasado por
do la moderación de las mugeres de Espa­ tinguía las doncellas de las casadas : aquel
30 SUEÑOS MORALES.

rosoli ; otro hace rol ¡ochar un rabel : y fi­ mis talentos. Mucho me entristeció no ha­
nalmente , toda la sala era una zaurda de ber acabado de ensenar en la misma mo­
mamarrachos, un pastelón de cerdos, y un dorra lo mas interior de la corto al apare­
archipiélago de vómitos. cido Quevedo : consuélame saber que yo
Con tanta viveza se trasladó á mi fanta­ duermo á menudo, y es muy posible que
sia la copia do tan ridículo pais, que tam­ vuelva á soñar, y que sea con el mismo ,
bién me emborrachó de risa al ver tanto y para entonces estará mas instruido para
atún nadando en piélagos de vino ; se me no detenerlo tanto ; por fin el último alivio
acaloró el cerebro con la aprehensión del de esta pena lo templaré contando mi sueño
tufo y de las carcajadas : y fuese la dilata­ que es el que habéis leído ó habéis oido
ción d élos movimientos, que me desper­ leer; y entre burlas de delirante ó veras DE
taron un penoso dolor en las carrilleras y de despierto , sabed que hablo con los vi­
costillares, oque ya subía menos poderosa ciosos , tacaños , insolentes , embusteros
la virtud do los vapores á los órganos en
donde se forman estos presumidos vultos ;
y ruines. Los buenos se harán malos si to­
man para sí algo de esto. Los malos serán
TCDIBIIUB8 K QIMtfFBID©
ó la criada que entró al mismo tiempo , yo buenos si corridos de que se saben sus cul­
desperté, y jamas con mayor pesadumbre.
Mas triste que canónigo rico al son de las
pas acuden con la enmienda á sus costum­
bres. Cada uno tome lo que le toca , y á
POR MADRID.
canales de marzo quedé despues de haber mi repártanme lo que quisieren que ya es­
cobrado mis potencias. No suspensión, glo­ pero yo que será mucho y malo ; pero co­
ria del alma son los sueños que enseñan y mo en mi v oluntad vive siempre la elección
•entretienen. Mucho sentí haber perdido los cogeré lo que me parezca, y no lo que me
razonamientos del grave difunto, pues en arrempujaren ; y así á Dios amigos hasta
A los insolentes , b e rg a n te s . p ic a ro s , tontos , m u rm u ra d o re s de cuanto no
el letargo lograba sus discursos , y ya re­ otro sueño.
saben h a c e r , p ró lo go m alo ; pero m ejor que el que ellos m erecen.
cordado solo me acompaña la escasa luz de

a te oí gritar á corage yor asunto para que sea mas cacareado mi


tendido, entre tus coma­ nombre, y hacer mas copioso el número
dres , compatiotras y ca­ de los mercaderes de mis pataratas. De­
maradas, contra la inven­ sengáñate que ni tu, ni todo el poder de
ción de mis visitas ! Ya los hombres es capaz de producir un resen­
te vi hecho oráculo de mo­ timiento en mi espíritu , ni una suspension
zos de m ulas, fregonas , en mis alegrías. Yo vivo sin deseos y sin
salvajes y cariredondos , gargajeando obligaciones ( entiéndelo como quisieres )
maldiciones en ademan de votos desicivos y muy amante de lo que Dios me envia ,
sobre lo enfermo ó saludable, sucio ó ja - sea bueno ó m alo, agradable ó desabrido-
belgado de mis planas! Ya te noté envi­ Advierte , pues , como sera posible que tu
dioso, maldiciente, contrayendo á los in­ influjo perverso pueda impresionar sus iras
dividuos particulares lo que mi sinceridad necias en el espíritu de un mozo tan duro ,
católica dictaba como doctrina común ! Ya tan desasido y tan desvergonzado ? Esto se
finalmente te atisvé reclutando parciales de reduce á que tu desde las conversaciones,
tu calaña para añadirme el número de los y yo desde los prólogos andaremos á mas
enemigos y los desafectos ! Y lo que has puta es ella : y aunque dure la zambra no
conseguido con tu rabia, envidia y solicitud imagines que me he de esconder , que an­
es nuevo motivo para que me ria de tí ; ma' tes estoy determinado á dejarme capar que
n SUEÑOS MORALES.
SUEÑOS MORALES. 33
á desasirme de la alicion con que me en­ oir por la Europa un universal cacareo á
tretienen mis buenas ó malas inventivas. Si del sueño, los ^cariños de la suspension ; na de vellones de erizo, algodones de zar-
mi nombre. Desean ver mi figura las gentes
pero á pocos instantes me sentí tan herido sa , y de plumas de puerco espin. Volcaba
mi locución es burda ó política , rústica ó de buena condición y gusto, y creen que
retórica, ya te he dicho que no lo entien­ de los clavos y estillónos de la dura tari­ la humanidad de un lado á otro , buscando
soy hombre de otra casta que los demas
ma , como si hubiera dado las nalgas á con varias posituras de los miembros ca­
des, ni estamos en el siglo de los Queve­ racionales, ó que tengo una cabeza ó un par
una diciplina de sangre, que esta fortuna riños de cama mollar en aquel faraón de
dos, Solises, Calderones , y Guevaras para de brazos mas que los otros. Las mugeres
que hagas ascos de mi lenguaje. En nues­ me promete mi profesión , pues por no ser madera; pero todo fué porfía y no quietud ;
hablan de Torres en sus estrados con ale­
en todo irregular me tiene escomulgado á brega y no descanso ; trasiego de tripas y
tra España es mas raro que el Fénix el es­ gria y buena voluntad ( y esto es lo que tu
critor que habla con la gramática del pais: colchones, y suspenso de sábanas , sin ha­ de sesos , y no calma de sentidos , y vaca­
no puedes sufrir) y suenan en sus bocas las
yo la estudié, y gracias á Dios conozco los ber podido juntar en mi vida para un jer­ ción de movimientos. Molido en fin como
seguidillas de mis pronósticos, y los juicios
gón de ennroscarse galgos. No podían mis si me hubieran echado un compap de ace­
barbarismos de tu boca, y los disparates de mis calendarios. Tengo en Madrid trein­
de tus escrituras. Tu no puedes distinguir pobres sentidos emborracharse en las ta­ bnche sobre los lomos , y ya ocupada la ca-
ta ó cuarenta hollas honradas todos los
los míos sin pasar por esta disciplina : tó­ bernas de Morfeo, aun que lo solicitaban á bidad del cerebro de la materia fumosa ( á
d ias, y sus dueños me esperan y reciben
mala primero muy á menudo, y en desan­ puto el postre; porque bebiendo las po­ pesar del bataneo de las tablas, y la tiranía
con deleite en sus mesas. Por los lugares
grándote un poco de las heces de tu ru­ tencias azumbres de sueño aguado con re­ délos vuelcos) á la dulce violencia de los
donde paso, ó me detengo me buscan para
voltosas inquietudes, solo se suspendían á arrullos , y la sabrosa pesadéz de los vapo­
deza , te haras digno de que yo responda su huésped regalado todos los curas, bar­
con seriedad á tus reparos ; y hasta que así trasquilones, y dormitaban a salpicaduras. res se derribaron las pestañas, se tumbó
beros , sacristanes y los demas senadores
lo ejecutes no esperes de mí mas atención No eran capaces las conchas de mi pacien­ el juicio, se remató el sentimiento , huyó
de la campiña. En la corte me enseñan álo 9
que desprecios, carcajadas , befas y bur­ cia , ni los callos de mi animalidad de resis­ la razón, y yo quedé como un bruto en los
forasteros como si fuera animal del Africa,
tir los fuertes mordiscos de las tablas, brazos del sueño. La fantasía como vive á
las. cuerpo santo, Escoriai ó sala de embajado­
pero como no se oh idaba el estómago de espera de estos descansos , para desarrebu­
Dícenme que has dicho ( sea por afear mi res. Soy convidado á todas las fiestas, mú­
ingenio, ó persuadir tu inteligencia ) que lo remitir al cerebro algunos humos ( laúdanos jar sus locuras , luego que sintió el enten­
sicas , danzas y comilonas de las mas vas­
que hace Torres cualquiera lo puede hacer. preciosos de toda impaciencia ) al paso que dimiento divertido, á la voluntad dormien­
tas ciudades del reino. Y en todas partes
se elevaban iban templando con sus huellas do , y á la memoria roncando, empezó á
Borrico, hazlo tu , y encontraras famü, di­ soy conocido y requebrado. Todo esto lo­
el dolor de las sobaduras y estrujones, formar en las calles de mi caletre una pro­
nero y libertad, que es el chilindron legíti­ gro con lo que hago solamente, haz tu lo
machacando la pesadez de la modorra la cesión de figuras tan propias , tan vivas y
mo de las felicidades. Cuando hacia lo que mismo, y saldrás de envidia y de andrajos;
mordacidad do los desvelos. Fatigado en tan ordenadas , que mas parecieron obra de
tú memoria de hambre, estaba dcsfarrapa- pero no te dará en el ocico, que eres un lo­
do , sin nombre, y con mucha envidia y la primera elección de mi quietud , esten­ un discreto cuidado que pintura de una loca
co, presumido, sin disposición , estudio ni
di la estatura , y tiré la cabeza á una funda aprehensión, y la fué colocando en la forma
laceria : y despues que me puse á astrólo­ ingenio mas que para morder, censurar y
que tenia facultades de almohada, que me que irá leyendo el que tuviese ánimo para
go , y me armé de escritor, gano mil pesos podrirte. Grita, grazna, y espurrea maldi­
pareció de lienzo de pared ; y según la as­ tomar á pechos el acibar de estas verdades.
al año , durmiendo los once meses , y des­ ciones, satiras, libelos y desvergüenzas ,
pertando el uno. Estoy redondeado de que yo te juro que no te he de quedar á de­ pereza de su trato pudo presumirse relle-
corregimientos, cátedras conongias y otras ber nada, corno te lo dirá el papelito que
maulas que tienen esclavos y mal conten­ se sigue, y advierte que no be acabado con SUEÑO.
tos á los que las gozan. Vivo en el pueblo este, que presto te daré en las barbas con
cuya situación y vecindad me entretiene y otro , ó tan malo ó peor. Dios te guarde ó Yo me vi de bruces al bufete, engullendo to llaman estudiar, rebutir la cabeza de
alegra. Doy de comer á dos caballos y áun te quite del m edio, que para la falta que tajadas de indivisibles tarazones de atomos, disparates añejos, y al que mas locuras he­
haces lo mismo me da que estés en este (listos de materia prima , y substancias de reda á esc le canoniza de docto la vulgari­
mozo que me sufren , me autorizan y me
mundo que en el otro. accidentes, guisadas en un platón rancio dad) á ruegos de mi obligación, y á instan­
siguen á donde me conduce mi gusto ó mi
por un cocinero de este siglo , que sazona cias de mi ociosidad se iba sorbiendo vasos
esparcimiento. Logro de veinte y ocho años
estupendasvizcochadas para opilar sesos, de ideas platónicas ; y unas por su mayor
y obstruir mehollos. Así mataba el hambre pesadéz se colocaron basta el estómago de
INTRODUCCION AL SUEÑO.
de mi curiosidad , brindando con alguna la retentiva ; y otras por mas flacas y dé­
impaciencia á la memoria, para que á pe­ biles, se atollaron al primer camino , y no
Sobre una tarima en p elo, mas cerril pasto al medio dia. Crucé los muslos, y de
sar de las bascas y regüeldos del desenga­ pudieron pasar de la primera region de esta
y mas respingona que el potro de la justi­ bruces sobre los brazos, doblé la ca­
ño tragase y consintiese en su espensa lo potencia. Contemplábame yo en este deli­
cia , me senté ayer tarde á repasar dos beza encima de un hombro, solicitando
caduco de estas especies desleídas, y lo cho­ quio, y en esta altercación, con el espíritu
mendrugos de vaca que me sirvieron de con esta postura conciliar, sino los arrullos
cho de estos licores repasados : ( que á es­ desainado de los afanes del fantástico sue-
3
SUEÑOS morales. 35
gy sueños m o r a i . es
cada hombre se ha creído á sí propio los Si tienes algunos huéspedes malos en el al­
ñ o , y con la humanidad llena de murria delirios ágenos , y creciendo para merca­
discursos : y los primeros estudiaron, y so­ ma, como la soberbia, el rencor, la co­
por las fatigas del letargo ; y así por forta- der de especies imaginarias ; que aun que
lo en la librería de su cabeza leyeron las dicia, la ingratitud, desalójalos, y en su
lecer;! uno, como por descargar a la otra , las compran vuestras aprehensiones, solo
facultades que hoy son dulce tiranía de 1lugar recibe al desasimiento y la humildad,
me parece que tiré la mitad de la estatura sirven de malograr el buen uso de las cos­
vuestras potencias. Lo verdadero lo enseña y estudia en conservar esto s, y negarles la
al respaldo de la silla, y apretando los ojos tumbres. El ejercicio del filósofo no se en­
el alma ; lo dudoso no es sabiduría : con entrada á los otros, que si esto haces, yo
sacudí á esperezos la mayor parte de la pe­ cuentra en esos libros; su verdadero em­
que estos libros, y los maestros que los es- se que no te sobrarán las horas para diver­
sadumbre ; pero el volver los brazos á su pleo es conocer las cosas divinas y gober­
plican enseñan lo que no saben , y vosotros tirlas en tan infructuosa profesión. La lec­
natural disposición vi arrimado el canto del nar las humanas; y á estas dos proposicio­
aprendéis sus ignorancias. Todos nacen fi­ ción de los libros es muy loable para poner
bufete al venerable difunto maestro, y \ e - nes se reduce lo contemplativo y activo de
lósofos, médicos y matemáticos; y el que en movimiento las especies que viven en el
neracion de toda mi alma, Don Francisco, la filosofía. El buen filósofo ha de dirigir,
porfiáre consigo hallará en sí todas las fa­ alma como muertas por la falta de la con­
de Quevedo. Dejé la silla, y abrazado con templar y refrenar sus actos y afectos con
cultades que hoy son entretenimiento, por­ sideración ; pero esta ha do ser en los mo­
él le di mil gracias porque volvía segunda su prudencia , y hojeando en su discurso
fia y ejercicio en las escuelas, y otras mu­ rales y místicos. Y pues te voceas tan
vez á honrarme. Pero válgame Dios ! qué hallará la justicia, la moral , la domèstica
chas que aun no ha descubierto la diligen­ amante de mis obras pudieras acreditarlo ,
oculta, que incomprehensible, y que mis­ y recia disciplina , que estos son los argu­
cia del humano apetito : y hojeando con obedeciendo lo que te dejé á t í , y á los
teriosa es la estructura y economia de esta mentos en qué ha de trabajar ; y á estos los
intención el libro viviente de la racionali­ que desean ser sabios para Dios, en mi
república racional 1 Lo digo porque en esta hallará dentro de sí ; y en la lección de los
dad rastrearán cuanto los mas hombres di­ cuna y sepultura, capítulo quinto, en don­
sazón me acordé haber sido burla toda el morales, y no en las fantásticas hojas de
funtos dijeron y dejaron, y mucho de loque de ( sino me lo ha borrado algun censor ú
bulto de las visiones pasadas , y esta me­ los soberbios , que con imprudente arrojo
no conocieron. Este cuidado no es prove­ oficial de imprenta ) dejé escritas estas pa­
moria me hizo dudar loq u ela fantasia me han intentado sin conocerse a si, penetrar
cho , sino distracción ; el buen estudio se labras ; En esto, como en las demás cosas,
estaba aconsejando visible , y á un mismo la oculta y milagrosa inágia de la natura­
logra en el ejercicio de las virtudes. No hay debes hacer juicio de los libros importantes.
tiempo me bailé sospechoso y persuadido ; leza. Quiero concederte que sea útil el es­
doctrina mas útil que el aprender á morir , Ten de memoria, ó por continua lección,
y el discurso, aunque mortificado con la tudio que fatigas; quien te ha persuadido á
y todos estudiáis en olvidar esta ciencia. los capítulos en donde por San Mateo habla
pereza de las funciones animales, formaba que sabes ? Porque leerlo que dijo Aristó­
Porfía contigo á amar la muerte , y á te­ C risto, y repite muchas veces contigo aquel
sus dudas, sus evidencias, y sus progre­ teles no es saber , es repetir lo que él escri­ mer la vida. Sea tu cuidado el conocerte, sermón de la propia sabiduría, y por su glo­
sos con la misma discreción que si se halla­ bió. Para acreditar < que de nada se engen­ procura saber derrengar á tus antojos, bus­ sa y comento. Pon tu cuidado en leer y me­
ra la mente asistida de la vigilancia de los dra nada , que el todo es mayor que sus ca las virtudes, y contempla en sus divinas ditar las Epístolas dv San P ablo, doctor
cinco talentes; pero fuétan copiosa la tur­ partes, no es necesario probarlo con la es­ cualidades. Sean tus catedráticos los afligi­ de las gentes, y no piases en ningún capítulo
ba de vapores , que se hizo parerai al ban­ critura dol filósofo : la lógica con que nace­
dos , los enfermos, los pobres y los difun­ adelante, primero que poseas facilmente la
do de la fantasía, que en su confusa se obs­ mos es autoridad que nos hace mayor fuer­
tos , que estos aconsejan y predican con la sentencia por la meditación, que así es de
cureció aquella minima luz espiritual que za. La noticia de que la corrupción del
obra los ejemplares y las esperiencias. Y provecho lo que se lee, y de otra suerte solo
velaba para mi desengaño , y pasó en mi uno es generación del otro, so viene á
últimamente aparta de tí la presunción y la es entretenimiento; y para aliviar con ia
juicio como verdadera esta segunda apari­ nuestro conocimiento cuando se acerca el
ignorancia de tus errados pensamientos- variedad la molestia del estudio, escoge en­
ción de mi difunto. Dejé con pena sus bra­ uso de la racionalidad y aun vive en man­
Cada asunto de los que te propongo quieren tre los libros que se han escrito los que mas
zos , y mirándole con mas atención lo co­ tillas el entendimiento , y ya so pasea con muchas vidas para su contemplación, y en se llegaren á la doctrina y estilo dicho , y
nocí menos agradable que en la primera vi­ alguna libertad por el campo de estas ver­ su estudio hallarás provechosas verdades. léelos, que sin duda son infinitos los dis­
sita ; y lastimosamente ceñudo, por hallar­ dades •• y sin que Aristóteles se cansara Pues qué loco gasta los años en dudar inu­ cursos que España debe en pocos añas á la
me entretenido en la infructuosa dialéctica en dejarlo escrito se lo supiera discurrir tilmente , cuando puede con ev idencias ¡ne­ religión de sus hijos. Esto dije viv iente , ya
de los entes, con cariñosa severidad me cualquiera alma dócil. El entendimiento gables ser sabio con fruto de su alma ? De­ difunto mas desengañado lo vuelvo á re­
dijo : qué loco, qué ciego , y que engaña­ es el padre de las ciencias , y en su cabi-
ja necedades, y lastímate de los que se pri­ petir y aconsejar , y te ruego que así lo ha­
do malogras los dias ! Menos quejoso vi­ dad esconde las semillas de todas : este
van en esa casta de letargo. Trata en dis­ gas para honra de Dios , comodidad tuya y
viera de tí el tiempo, si lo gastaras en eger- sin la cultura de los libros arguye, duda y
poner el último viaje á la eternidad, y no del público. Con las últimas voces de estos
cicio mas servil. De qué te aprovechan para resuelve que esa es su condición , y dudár­
la contemples tan distante comote la acon­ saludables avisos se quedó el sabio muerto
el gobierno de tu alma esas fatigas ? Qué sele es ajarle la espiritualidad. Las artes
seja la engañosa ansia del vivir; que acaso mirando á mi rostro con espantoso ceño, y
verdades has reconocido de la repetición liberales y mecánicas las aprendemos de
podrá ser que me acompañes hoy desde tomando el libro en que yo leía lo arrojó
de esas lecciones? Mientras mas trabajas los hombres , no de los espíritus. Ningún
aquí al mundo indefectible, y que esta sea por la ventana, y detrás de él otra media
mas pierdes ; mientras mas lees mas ig­ angel nos ha dejado acsiomas filosóficos ,
la última pisada que imprimas en su suelo. docena de los que pasan entre los doctores
noras y solo te vas formando ganapan de aforismos medicos, ni párrafos juristas ;
36 SUEÑOS MORALES. SUEÑUS MORALES.
37

por útiles, provechosos y precisos ; y lue­ culpas propias , y murmuraciones conti­


mente si observa el ritual de las modas. los juicios del médico , y las bien fundadas
go que desambarazó la mesa , asiéndome la nuas , olvidados de sí mismos , y sordo ca­
Mira que cuidado tienen los hombres de esperanzas del doliente no bailando remedio
mano , me dijo : ven y guíame segunda vez da uno á los gritos de su obligación. De es­ las leyes del pundonor ! O miserable siglo ! en el remedio ? Grave desgracia ! esclamò
por la corte, que es necesario instruirme tas aulas de la mordacidad, claustros de esclamò el discreto difunto ; pero dime (re­ el sabio difunto, á lo que añadí : esa sed
en las novedades de esta república. Confu­ maledicencia, teatros de atenciones malig­ pitió) dejando ese propósito , que ya he­ del oro es la revolvedora del mundo ; todo
so , convencido y cristianamente enojado nes, y ventanas de malicias atentas , está mos tocado , en que estado se baila esta lo trabuca y lo baraja ; ella es la que echa
con mis ignorancias, formando propósitos muy abundante la corte ; y en ninguna era ministerial de la medicina ? So ha dado pro­ á perder las leyes , que la providencia de
de no atravesarlos umbrales á estas fábri­ fueron mas frecuentados estos sitios que en videncia cristiana para que estas olicinas los sabios dejó para el gobierno y conserva­
cas de viento, busqué presuroso un capote, la de ahora, porque ninguna ha llevado esten como conviene para la salud de los ción de todos. Todo está bien dispuesto ,
y liado en él me cosí á mi difunto , persua­ mejor cosecha de viciosos , poltrones , y hombres ? Mantienen aun la perniciosa todo prevenido, todo tiene su atajo en los
diéndome áque su contacto solo podia for­ maldicientes. Aquí derraman el tiempo, y costumbres de vender las confecciones an­ establecimientos de la justicia ; pero triun­
marse discreto , docto y desengañado. Ba­ solo sirve de arrastrarlos hacia la muerte cianas, á las cuales el tiempo las dismi­ fa el interes, y tiene mas se'quito que la
jamos la escalera de mi posada , y ya en la y á la condenación, sin que den paso en nuyó la fuerza y vigor medicinal ? 1 odavia , equidad. Mucho tiempo ha (como tu sabes)
calle, le dije : esta es la plazuela de Santo utilidad, de aquellos que son pródigos de le respondí, se conserva ese malicioso y cautelándose la política de semejante mal ,
Domingo, paraje desacreditado, no menos loque habían de ser avaros. Por tanto no viejo estilo contra cl bien universal de las dispuso que se nombraran unos inspecto­
que la de la Cebada y Anton Martin en la quiero detenerme en esta plazuela, pues no res de estas fábricas , á cuya integridad ,
gentes , sin que el amor á la salud y á la
estimación de los hombres que se precian deseo parecer del corro de estos holgaza­ zelo y perspicacia liaron el que siempre es­
vida , que es común á todos, lo haya ar­
de amantes, aprovechadores de las horas, nes.- vam os, discreto m io, hacia esta ca­ rancado de las repúblicas , destinando se­ tuviesen proveídas de medicamentos de bue­
y de jurados enemigos del ocio. Aquí se lle , por donde nos introduciremos á hacer vero suplicio, ó largo y remoto destierro á na ley y actividad ; la misma diligencia se
paran muchos en suspension estéril, con­ segundo registro de la baraja de la corte > cuantos concurren á sostener ó encubrir ejecuta ahora ; pero no alcanzan estas dis­
sagrando á un inútil embeleso, ó á una in­ formando segundas consideraciones en sus ( persuadidos del oro) un pecado tan per­ posiciones á destruir los edificios de la ma­
fecunda curiosidad mucha porción del dia figuras. Vamos, p u es, respondió el sabio licia, inspirada del interés; porque co­
judicial al mundo. Lamentable negligencia
que consumen en asuntos impertinentes, en difunto , y diciendo y haciendo nos engolfa­ munmente se ladean los jueces de parte de
os, y enemiga do la humanidad. No basta
pláticas prolijas, en cuidados ágenos, en mos en calles y discursos. los reos. Con que también los remedios se
que los hombres esten espuestes á las en­
ponen de parte de las enfermedades. Entra
fermedades, cuya maligna condición sobre­
VISION Y VISITA P R IM E R A . el veedor con ademan de hacer justicia, y
puja á todos los desvelos y aplicaciones del
enmendar la plana; conoce el malicioso
Los Boticarios. arte? no basta que oprimido de su achaque
descuido, ó cuidadosa malicia del botica­
llame el enfermo en su socorro ol lisico ,
E n una moral'y provechosa plática ¡lia­ rio, media el ruego, la amislad ó la plata,
facciones, cara compuesta de disparates, y que suele proceder en su curación con des­
mos ponderando discretamente Don Fran­ y deja el veedor una tienda de venenos y
de tan horrible aspecto , que podia servir cuido, y no sin ignorancia , sino que pu-
cisco y yo lo fugitivo del tiempo, y la pér­ de molde para vaciar demonios. Esta ( le basura en vez de botica. Siempre han na­
diendo la medicina quebrantarle las fueizas
dida deplorable de sus horas, cuando nos dije al sabio difunto ) que ves oprimiendo dado los siglos en malos médicos , é indig­
á la enfermedad, y siendo esta conocida de
tiró de las orejas y de la atención una con­ la silla fue en otro tiempo el jordán de sol­ nos boticarios; pero en esta ora es tan raro
la observación del módico, y recetando di­
fusa tropelía de voces, que al sonido del teras corruptas, monedero falso de \ irgi- como el fénix el que cuida de nuestra sa­
ligente el medicamento que conviene en
almirez de un boticario daban cinco ó seis nidades , pintor de virgos de perspectiva, lud ; todos aman el interés, y por hacer oro
determinada cantidad y calidad , todavía en
perillanes de aquellos que se están amolan­ y arquitecto de doncelleses. Ya no son tan venden sus conciencias mas baratas que sus
la malicia ó descuido del boticario , se des­
do para doctores. A otro lado estaban go­ escrupulosos los mas de los que se meten vanecen los conatos elei arte, son burlados confecciones.
bernando la monarquia tres políticos bur­ á maridos ; pues como ya te he dicho en
dos, y presidiéndoles el maestro de los fár­ otra ocasión , no se calza honra ajustada VISION Y V ISITA SEGUNDA.
macos desde una silla , la cual siendo sola­ como antes, ni están solícitos de saber
mente acomodada por la diligencia de su Los Cocineros.
si las mageres han sido corruptas antes de
artifice, lahizo poltrona el vicio de su due­ casarse los que no viven cuidadosos de sa­ discreción el que tocase á rebato mi irras—
ño. Era este un puerco de la manada Epi­ C a sime hubo de atropellar, al doblar
ber si son adulteras despues de casadas. cible, y que tuve preñada la lengua , y casi
curo, mas gordo que vista de ruin, craso la esquina del postigo de San Martin , la
No examina el que quiere enmaridar si la con la barriga á la boca de mil razones para
como su ignorancia , y hediondo como zan­ presurosa violencia y acelerado movimien­
muger es honesta, recatada y vergonzosa , reprehenderle su necedad ; pero esta mis­
cajos de moza gallega : era bárbaro de ros­ to denn hombre que venia precipitadamen­
sino si trae dinero, si tiene chiste, si sabe ma me disuadió y hube de serenarme. Era
tro , porque tenia solecismos en lugar de te solícito á tomarla calle que nosotros de­
danzar, si habla con descoco ; y última- el salvage muy pleonasmo de cabeza , He—
jábamos : cierto que pudo ocasionar su in­
38 SUEÑOS MOllALES

vando sobre un cuello ganapan un proto-


titos, y adulador de vientres; sastre de
cimborio ; pordiosero de frente , de la que
Í’iusat os ’ S' cn dn piloto de cocina : qué es
solo tenia un retazo ; carcómico de cejas ;
lo que afirmas ? Acudió con gesto de admi­
ratonado de pestañas ; sus ojos tan alegres
rado el difunto; qué es cocinero ese que
que en sus movimientos se escuchaban
acabamos de ver con hábito é insignias do
folias, y fandangos ; la vista encharcada
so t ac o ? Acerca de esto le respondí : no
de m osto, de suerte que miraba por azum­
tengas movimiento de duda , es coci­
bres ; parecióme que traía el alma en re­
nero interpolado con ladrón : estos por lo
mojo ; cada miradura era un cohete, y ca­
común hacen caudal de dinero y de culpas ;
da ojeo una chamusquina ; nariz de á folio,
cn las cocinas crecen el número de los ga­
en ademan de porra de baquero; los dien­
tos, las partes que llaman despojos en los
tes tan anchos y en tal disposición que no
animales que se destrozan son hacienda
era posible hallarle baina en los labios ;
f>uya,o por costumbre, ó por contrato-
traía en el rostro abundancia de granos que
pero ellos estudian otra anatomía , de s a l
cogió en la familiaridad de los racimos : fi­
tanas; á el todo del ave, le dan ese nom­
nalmente , el bestia era de tan horrible as­
bre , y verdaderamemte que se les ajusta,
pecto que hedia su semblante á cuantos
pues de todo el animal despojan al dueño.
le miraban : cierto que juzgué que cuando
Despues de esto para vender lo que
le formó su artífice estaba á obscuras , ó
hurtan no tienen mas tasa que su interés ;
que al tiempo de su fabrica estuvo borracha
no hay mas arancel que su codicia : lo que
la naturaleza. Su trage era militar, y que-
me atrevo á decirte es, que entre los maes­
ria persuadir que lo era su empio ; un bas­
tros de cocina son virtuosos y concienzu­
tón con su puño de plata , que mas le iba
dos los figoneros y los sastres ; sus cuer­
sirviendo de autoridad à la persona, que
pos huelen á especie, y sus almas estan
de estrivo á su estatura : encontróse, pues,
oliendo á azufre ; sobre sus conciencias se
conmigo, y al hacerlo me desemballestó,
estercola toda la gurullada de los diablos,
un olor , á toda especia , engerto en un re­
y no están mas cerca del fuego de la co ci-
güeldo. No dejó el sabio difunto de adver­
na que de los tizones del infierno. Todos ó
tir el amago de mi alteración, ni menos
los mas llevan sus espadines ó bastones
quien era el que lo producía ; y tomando
con empuñaduras de plrta , confundiéndose
de aquí asa para proseguir nuestro colo­
con los militares, permisión indigna ; pues
quio, le dije: este camello que inconside­
loque es distinción honrosa de un capitan
radamente camina y me ha atropellado
o de un coronel, y premio de sus genero­
ofrece una novedad que no debe huir do
sas acciones, lo lleva un hombre despre­
tu consideración ; aquí conocerás el de­
ciable y casi de los escrementos de la re­
sorden y desconcierto de este siglo : quien
pública. Estos en lugar de espadines de­
te parece que es ese que viste ? Oficial
bieran llevar los asadores , y asi se distin­
militar me ha parecido ( respondió el dis­
guirían por el hierro ; asi como el maestro
creto ) estando á los informes del trage
de segar gargantas lleva en el sombrero la
y del bastón que lleva. En eso colegirás
(acudi y o ) la confusion en que vivi— escalera , que es uno de los instrumentos
de su oficio ; los cocineros, á imitación de
m os, y la mezcolanza que se continua
su importante política, debieron llevar su
con reprehensible tolerancia, de la políti­
calza, trayendo en el sombrero represan­
ca. Ese que juzgas miembro honroso de la
d o 8 los asadores , y sartenes.. Raro dis­
república militar, es maestro de capilla de
parate ! acudió Don Francisco, y que me­
la gula, cuyo empleo es poner los manjares
rece la atención del que tiene potestad pú­
en solta de sabrosos ; es lisongero de ape-
blica para corregir semejantes desordenes.
39
SUEÑOS MORALES.

VISION Y VISITA TERCERA.

De lus Avaros , Usureros y Mohatreros que prestan dinero sol.rc alhajas.

mientos ; que se sersena el valor á las pie­


Y a habíamos bajado á la calle del Car­
dras y puntas ; que ahorquen los perros de
men , cuando deteniendo la humanidad so­
faldas , m icos, monos y papagayos ; que
bre im palo, \irnos á un hombre enjuto y
vista el hombre honrado la lana del pais, y
chupado como canilla de cementerio ; tan
beba el vino de su tierra; que al picaro se le
pilongo y sucio, que su cara parecía escar­
modere en el gastó de las granas y sedas, y
pin sudado ; los ojos hambreónos, que se
se le quemen los pelos postizos , y de esta
salían del casco a tragar cuanto miraban ;
suerte todos vivirán mas acomodados á Dios
y desde ellos á las papadas, se le des­
y á la naturaleza. Dos codiciosos que sufra
mayaban unos pelos lacios, seguidos, y
un pueblo sobran á hacer pobres mil veci­
mungrientos como caballera de Indio, tan­
nos. Dios envia al mundo lo provechoso , y
to , que juzgué que tenia la cara con hábi­
lo preciso para su aumento y conservación :
tos largos ; las manos no eran m anos, sino
la naturaleza cada año hace copiosa provi­
dos manojos de vides, y tan desigual de
sion de frutos y abrigos para sus vivientes,
cuartos, que cada miembro predicaba ser
y no deja vida quejosa ; á todos acude, y
de otro hombre, como si le hubieran
siempre se está desvelando en providen­
formado de retales de moribundos, éticos,
cias, pues tome cada uno lo que necesita,
tísicos y perláticos. Estaba sorbido de un
capisayo , entre ropilla yvalandran, roí o y quedará para los otros lo importante.
A prendan los hombres de los brutos, que
de los m eses, y apelmazado de pegotes de
ninguno carga con mas de lo que le toca y
todo trapo, que mas era bruma, cargan
aprovecha. Cómo no ha de haber pobres si
irrisión , que abrigo ; balona sábana, que
amontona el rico en su casa lo que no ha
le servia de mortaja al tragadero, almi­
menester, y con lo que deja podrir en sus
donado de cerote, y mas sucia que alma
despensas pudiera sustentar una lamilla:
de relator ; polainas de botones de á
Aunque no hubiera D ios, caridad, merito,
folio, y zapatos cormas con cornisa à lo
ni premio ; de vergüenza de ver la compa­
moruno ; goteaba de hora en hora un paso;
sión, fraternidad y cariño que se tienen las
suspiraba á empujones, y alentaba á pujos
bestias , unas á otras debían los racionales
y estas eran todas las señas de viviente.
amarse, socorrerse y unirse mas los unos a
Válgame D ios, dijo Quevedo, que poca
los otros. Con endemoniados ojos está mi­
lástima se deben los racionales unos á otros;
rando el hijo perecer á su padre, el hermano
la compasión, la caridad, y el cariño á la
á la hermana, y el hombre al hombre ; y es
especie, parece que ha oido de las pobla­
cobarde tan v il, que no se atreve á privar
ciones políticas : cuantos verterán en necios
de un antojo necio para socorrer la conti­
ocios y desordenados vicios caudales sobei-
nuada calumnia en su padre, en su herma­
bios? Y de tantos no hay uno que se lleve
á comer á su casa á ese pobre que toda su no y en su amigo.
O difunto de mi alma! que católico re­
flojedad será hambre? En una corte tan fe­
prehendes y te lastimas del mas abomina­
cunda como esta es poca cristiandad que
ble de los vicios ; pero has de saber, que
se vean los pobres tan hambrientos y desnu­
ese asqueleto viviente no es pobre, sino el
dos : que no hayan tantas m ulas, y serán
mas sucio de los codiciosos que se re­
asistidos los menesterosos ; que se sierran vuelcan en el lodazal de Lucifer ; es peni­
las puertas á la ambición de las ropas deli­
tente del diablo y diciplinante del infierno,
cadas ; que se atuse la gula de los cumpli­
40 SUEÑOS m o r a l e s .
SUEÑOS MOUALES.
que ayuna todos los días á su condenación, con tus talegos. Pues necio para quien ahor­
cindad, con insolente cautela y capa de do gravemente á la del cielo, hurtan y es­
y se va instruyendo de presito : es gañan ras , guardas y escondes con tal castigo de
virtud y remedio, en esta forma : Llega tafan á conciencia rota. Y lo mas lamenta­
de necesidades agenas, enemigo de Dios, tu cuerpo , y con tanto trabajo de tu alma?
el necesitado de algun dinero á los umbra­ ble es, que los veo frecuentes en los tem­
de sí propio, y de la naturaleza •• tan maldi­ Ni tu lo sabes, y nosotros lo ignoramos.
les de este gom ia, y le pide cuatro pesos plos ; se confiesan de cuatro en cuatro dias;
to e s , que por su mano se toma los tor­ Todos los pecados son dificultosos de huir
prestados sobre una sortija de diamantes ú ayunan todo el año ; rezan cien salves en
mentos , y castiga á su vicio con su condi­ y mas disculpables, menos el de la codicia-
otra alhaja de cuatriplicado valor que el cruz, y doscientas oraciones del sudario
ción. El se esconde el pan, y se viste de La lujuria es un convidado perpetuo de la
empréstito, y como asegura su moneda al de bruces sobre la tierra, y hacen otros
los retalos despreciados de los mauleros ; naturaleza, y suele no bastar toda la con­
usurero, no repara en darlos, y quédase ejercicios que mueven la envidia del mas
es tan ruin que cuando está en casa se ba­ sideración del infierno, Ja perdida de la
cautiva en el argel de su ambición; ya esta estático. Ay , Quevedo mio ! No puedo
ja los calzones, y da las nalgas á los ladri­ gloria, ni otros empujones espirituales pa­
alhaja nunca se vuelve á rescatar por el hablar, queá poder yo te instruyera y te
llos porque no se le gaste el paño ; no ve ra despedirla del alma , y siempre queda
mismo dinero, pues aunque no viva mas llevára adonde vieron con los ojos de la
mas luz que la del so l, y de mes á mes so desabrido y enojado el natural, porque le
que media hora en el carcelaje , el dueño consideración lo horroroso de este vicio:
escombra el rostro con unas tijeras como quitamos un pedazo de su ser. La guia vi­
ha de pagar los cuatro pesos, y mas un real solo te d iré, que se lia entrado por las
si fuera murta. Si está sano se maltrata : ve con nuestra organización , y siempre
de plata deaumento encada real de á ocha- puertas mas religiosas, y que las condicio­
si enfermo y doliente se deja morir sin mas que le recateamos el deleite está ceñudo el
v o , y para las animas dos cuartos; con nes y señales que no? ha dejado la teolo­
medicina que la cuenta de lo que ahorra ; apetito ; y en íin todos los vicios son rnas.
que para entrar y salir la alhaja en la pri­ gía moral para conocer el semblante inte­
las felicidades agenas le encogen , le acon­ disculpables que el de la codicia ; porque
sión del maldito paga cuatro pesos , cuatro rior de lá usura ya no nos desengaña, por­
gojan y martirizan ; y las suyas solo le sir­ para no ser lujurioso, soberbio , guloso é
reales de plata y ocho cuartos ; y si la que se lia mudado tanto el rostro , que y»
ven de estorvar los rincones de su casa. iracundo necesitamos estar siempre eu
prenda se detiene dos ó tres meses , por es imposible averiguarle la casta : yo la veo
Tiene este hombre dos ó tres mil doblo­ contienda , y resintiéndonos á nosotros
cada mes se le aumenta á cada peso otro rodar las calles, plazas, pórticos, recolec'
nes enterrados al pie de unas tablas , en mismos ; pero para no ser codiciosos no-
real de plata , y otros dos cuartos ; con que ciones y retiros , unas veces con cara de
donde se recuesta, y otros tantos á ganan­ basta no estudiarlo , que este vicio, pide
á pocos dias se queda en la cautividad del empréstito , otras con faz de socorro , sem­
cias forzosas, y todavía ignora el sabor á mana, estudio, y aun fuerza para introdu­
un estofado de vaca ; es la bestia mas hor­ cirse en el hombre. Todos los vicios son usurero, sin arbitrio del rescate. Tienen blante de donación, agasajo, regalo , nino-
estos hombres y algunas mugeres trato ria , limosna , y otras carántulas, y todos
rible que pasea el mundo ; idólatra , es­ alhago enganoso de la naturaleza, pero
clavo y siervo de lo que no le aprovecha esta es contra todas las naturalezas : el oculto de tabaco y otras especies , de mo­ se confiesan y se mueren , y por acá que­
d o , que compran del estanco real, ó de al­ darnos muy satisfechos de la salvación. Yo
masque detenerlo roto y despreciado. Se­ hombre no desea ser maltratado, y la co­
gun fraude tres ó cuatro libras de tabaco, veo hurtar mucho y restituirse nada ; ni be
senta años ha pasado por é l , y está amon­ dicia maltrata al que la tiene, y se falta asf
añaden de mierda de cristianos ó de cabras logrado ver un muerto que vuelva apagar
tonando reales como si hoy empezara su por entretener á su vicio. Perdona muerto
juventud, y como si supiera que le había de de mi alma la cansada moralidad con que porción basta hacerlas seis ; estas las re­ sus hurtos ni sus trampas á los que se que­
durai hasta el fin del mundo , y se previe­ te he detenido , que ya sé que cuando vi­ bujan y reparten en papelillos, que prestan dan por acá, ni á ningún vivo que en la hora
ne como si no hubiera Dios que socorre, vías dejaste muy castigada esta mala co s­ y venden á la vecindad , y doblan dos ve­ de su muerte , ni en los dias de su vida ba­
naturaleza que ruega , y piedad común que tumbre en el segundo tomo de tus obras: ces el dinero en cada libra , y dedican su ga almoneda de sus embustes , y repárta­
asiste á toda necesidad. Borracho, bruto, ambición á otras indignidades odiosas de los que llaman sus bienes á quien los esta­
pero desde entonces ha cundido con mas
mañana te puedes morir, arrópate hoy : Contar. fó : ( y regularmente los reparte de m odo,
desvergüenza , manchando ios mas refi -
come un p ollo, limpíate esa cara ; prueba Lícitas son las ganancias cuando se que siempe viven á tocarle al diablo ) es
giosos de la especie racional. Yo me liede-
ondar algo á tu prójimo, que puede ser jado arrebatar del corage en que mirésiem- aventuran los caudales, ó cuando hay cal­ ciertísimo que de este modo y otras mil
que te sepa mejor distribuir que amonto­ preá tales viciosos, y prorrumpí en las de­ ma en los lucros, y en otros casos : mas maneras se hurta sin temor de Dios , de la
nar ; logra del amor á los racionales, y co­ satinadas verdades que me lias oido ; y pa­ para estos fines gozan las cortes y los pue­ muerte, ni de la vida. Mucha codicia >
noce si quiera la imaginada felicidad del ra que te informes mejor, escucha y no­ blos personas conocidas , abonadas, de usura y ambición se paseaba por mi siglo ,
mundo, que si te condenas ese infierno buen caudal, y mediana conciencia , áquie­ dijo Quevedo , pero no tan desvergonza­
tarás la altura en que se ha encaramado es­
menos tendrás en la vida. Dim e, salvaje, nes mantienen y estiman los monarcas por damente , ni era tampoco de esta tan mal­
ta torpeza, y la hinchazón que ha adquiri­
para quien guardas ? Para tí? no, porqué hombres preciosos y precisos en el buen dita, tan baja ni tan pobretona casta;
do desde tu edad á este infeliz tiempo.
tu careces de lo que escondes, y de quien gobierno , y sin estos sujetos padecerían pero ahora parece que han llegado los
En cada barrio, ó en cada calle de la cor­
mas lo ocultas es de tí propio. Para otros? graves atrasos los comercios, especialmen­ hombres por ser codiciosos á serlo de las
le viven tres ó cuatro de estos infernales
menos , porque si á todos nos pudieras sa- te en la carrera de ludias , Roma y otros miras y desdichas : pues qué mas desgra­
codiciosos usureros, y solo sirven de ir pa­
ear el corazón, ya lo tuviéramos enterrado reinos ; pero este infame y otros, sin auto­ cia que la de ese infeliz , que anda buscan­
sando á su casa todos los trastos de la ve-
ridad de la justicia de la tierra , y enojau- do su condenación en cuartos de tabaco t
42 SUEÑOS MORALES. SUEÑOS MORALES.
En la encrucijada de la puerta del Sol ha ¡tara una mula y un galopin era el hom­ dejan perecer y remar á todo un mundo compasión , y creóm e, que me he alegra-
paró el grave difunto, volviendo la vista á bre ricode la profesión. En cuanto á ale­ de pobres cristianos. Dejemos por ahora do que hayas venido á verme segunda vez
todas partes , asi como repasando la con­ gria, jamas hubo tanta en la corte; aquí este asunto , que pide mas difusa locución solo por comunicar en tu justa advertencia
fusa tropelía de hombres y brutos que van , no se hace otra cosa que bailar y tañer ; é informe, y ven adonde yo te guiaré, ve- el escándalo de las visiones que se siguen,
vienen y se quedan en aquel sitio , y al ca­ cuatro mil músicos mas tiene hoy Madrid ras otra de las monstruosidades dignas de
bo de una larga suspension me dijo : sin du­ que los que pagaban en la era que tu eras
da que estala corte mas poderosa, mas \ ¡viente ; ahora al que sabe serrar en un VI SI ON Y V I S I T A CUARTA.
rica y mas alegre que en mi siglo; porque rabel le dan mil ducados de salario ; y á los
que cantan lo que no se les entiende dos Los Escritores de viejo.
lo galano, sobresaliente y costoso de los
träges, la muchedumbre de los coches , y m il: abundan las calles, las casas y los S u b ía m o s las escalerillas de San Felipe mi apreciado m uerto, es apóstol descarta­
la multitud de gentes racionales acreditan templos en chirimías , violines, ílautas, el líeal , y en medio de su lonja vi un do; tuvo fortuna de entrar en baraja en
la plenitud é hinchazón de su poder. Yo te cuernos, clarines y timbales, instrumen­ monton de diablos como hombres, y le una buena compañía, y él fué t a l, que no
instruyera con bastantes noticias acerca tos que ni los habras oido nombrar. En tu le pudo sufrir un Jesus, y sus estravagan-
dije á mi difunto: acércate,y persígnate,
del argumento que has apuntado , le dije tiempo á las visitas de boda las agasajaban que este corro de visiones es un burujón cias corrieron tanto la posta á la declina­
y o , si estuviéramos en lugar menos públi­ con aloja y suplicaciones ; hoy todo es de demonios, que solo sirven de atizar al­ ción, que en pocos dias vino á parar al
co ; pero estoy medroso de que hay por sorbetes, auroras, aguas de fresas , guin­ mas , encender conciencias, soplar crédi­ supino , de expello. Gastó buena ropa , y
aquí muchas orejas, y lo que yo tenia que das , cerezas y otras estracciones y golosi­ tos y desaliñar linages. Son escritores de ya sus actos le han traído á aquellos malos
informarte corre peligro en que lo sepa nas. Los salarios en todo linage de sir­ este sig lo , que á un mismo tiempo tiznan hábitos. Vivo ejemplo es de la poca dura­
quien me puede hacer algun daño ; lo que vientes son al doble crecidos que en tu ción y engreimiento de la humana sober­
la blancura al papel y la fama de los apli­
yo puedo decirte, porque lo sabe todo el tiempo: en las oficinas â los que saben leer bia , pues muchas veces se soñó consejero
cados; y por decir una sàtira fria n oles
mundo , es , que es ciertisimo que nunca y escribir, y basta firmar, los dan cincuen­ espiritual del principe, y aun se trataba
pesa de quitar una honra en caliente. Era
fuó mas feliz la corte que en este siglo; ta m il, treinta mil ó doce mil reales de para oidor de conciencias reales, y ha pa­
el uno clerizonte, entre tinto y ventioseno,
tanto que para quitar los escandalosos de­ sueldo, y en fin , amigo , esta edad en la ganan de fisonomía y panarra de facciones, rado en oficial de misas y arriero de difun­
sórdenes de su soberbia , poder y suntuo­ corte solo es mala para los criados de los con un rostro-plasta, á manera de boñiga tos : se desayuna con el Qui Lazarum re—
sidad se halló precisado el sabio y temido señores,que esos les han carcomido los sa­ picado de escarabajos, tan trompicado de sucilasti ; cena en los mortorios , y vive
monarca que hoy nos gobierna á arrojar de larios ; pero á los demas á todos les sobra grietas y espinillas , que nos pareció figura enfadando á los vivos y á los muertos :
Madrid la plata, el oro , los coches, las te­ para coche , visitas, gorronas y músicas y de castillo cagado de moscas : los ojos de cansóle esta santa tarea, porque nunca
las , los enca jes y las piedras por pragma­ otros desórdenes. Toda esta abundancia es cochino ; arremangados al testúz : descu­ permanecen en el buen suceso las fantasías,
tica , espedida cuatro años ha ; las rastre­ bija de la universal carencia del resto de la bría entre el cuello y las agallas un par de poco mortificadas á la justa obediencia ; y
ras y meloneras vestían los linísimos bor­ España. A cualquiera pueblo que vieras co­ mechinales, que parlaban la buena casta ahora se ha metido á tratante de sátiras ,
dados que en tu tiempo se fabricaban nocerías al punto su miseria ; en ellos su­ de sus obras ; los cascos sin cobertera , y cartelero de pasquines, y se ha metido á
para el culto del templo 6 imágenes. En tu dan y trabajan para mantener á los ociosos con hambre de entierro : hombre á me­ escritor, como á tendero ; porque tenia
edad todos andabais vestidos de requiem ; cortesanos, y á los que llaman políticos. A 1 dio podrir, tan vecino á lo viejo como álo zurcidos á la cabeza algunos retazos de
no conocisteis la púrpura sino es en las rabo de una reja anda cosido todo el dia el cadaver : padecía diarrèa en los sesos , cá­ Marcial, tal cual guiñapo de Francisco el
personas reales, y yo la he visto en los za­ desventurado labrador : y el premio de sus maras en la mehollada, y desconciertos en de la cuchilla, y unos remiendos de Juan-,
pateros y sastres. Nunca salió la corte de congojas es cenar unas migas de sebo por la cabeza, pues por todos los ojos de culo Barclayo. Parecióle sobrada tela, y empe­
capa de raja ; y con lo que en tu tiempo la noche , y vertir un sayal monstruoso > de su cara se le derramaba el podre en zó á tirar tajos y reveses ; vistió de su pu­
se vestían los príncipes no hay ahora para que mas lo martiriza que lo cubre; y el dia cera, lágrimas y mocos , y acudia de cuan­ ño algunos ingenios y á mí me cortó;
arropar áun cocinero. En cuanto á coches de mayor holgura come un tarazón de chi­ do en cuando á limpiarse las narices , con un buen sayo ; pero conociendo los de
creo que tenemos ahora seis mil mas que vo escaldado en agua. Los caudales de las el dedo índice , que era tan amusco y tan buen gusto su mala tigera, le escupieron-
en tu tiempo , porque entonces no había villas, aldeas y ciudades , todos vienen en gordo, que entendí que afilaba en ellas el la obra , y se le ha condenado á remendón
pasado á los oticios mecánicos, y ahora recuas á la. corte : aquí todo se consume, muslo de un negro; estaba devanado en de jácaras y ropavejero de romances ; y
se lo han añadido los m édicos, letrados , y alia quedan consumidos : aquí aplopegias, una sopalanda llena de gotas de cera , que vive tan desesperado, que se teme que pa­
relatores, agentes, comadrones, ciruja­ y allá hambre : aquí joyas y galas, y allá presumí que le habían salido viruelas al re en donde el otro apóstol de la otra
nos , maestros de obras, pintores, y algu­ desnudez; y porque vivan desperdiciando hábito largo, y tan raido, que el piojo que compañía. Notable desgracia de talentos !
nos herreros ; á todos estos los mas que en carrozas y glotonerías y embelecos cua­ salia á revolcarse la loba se desguazaba dijo Don Francisco. Muchos conocí, en mi­
se les permitia era un ja co , y el que gana- tro presumidos , soberbios y ambiciosos como si corriera patinez. Este , le dije á era de esta casta , que su estudio era lia-
it,V ». SUEÑOS MOKÀI.ES 'l O
SUEÑOS MOKALES.
Lamente entendidos , pregunto : ha de ser de la ingeniosidad : con menos nos conten­
I)lar mal y escribir p eor, ignorando de
da persuado» que puede inducir Lucifer í- siempre hiriendo mas á la estimación que táramos , con un estilo castellano corrien -
todo lo que hablaban y escribían ; y cuan­
qué vanidad lan sacrilega, presumir de á la opinion? bien puedes, sin acordarte de te : pero es la lástima que la cosecha toda,
do pasé de este mundo al que ya no me docto, cuando la tierra no dá otro fruto
su nombre ni costumbres, aconsejar lo son blasfemias, rencores y malos trata­
puede faltar , los vi llorando lastimosa­ que ignorancias y errores ! ciencia y ale­
opuesto de su escrito , que este linage de mientos. Los que hoy vivimos no tenemos
mente en el luego. O almas rudas , que so­ gria son alhajas del cielo , que no las he­
contrariedad e3 usado aunque es peligroso; á quien imitar, sino á quien sufrir : la imi­
lo se ejercitan en discurrir contra su pró­ mos visto por acá, ni las podrá poseer
porque le minoras la fama, le atrasas la tación es perniciosa ; porque el alfabeto
jimo ! lan pobres están las ciencias , que ningún viviente; son dones que guarda
honra, le aventuras el caudal que distri­ que nos han mostrado en las impresiones
no tienen caudal para mantener la fantasia Dios para el.bueno, y solo se las dá en su
buyó en sus impresiones , y le pierdes el es un Calepino , que solo enseña el lengua-
de un ocioso? fan perfectos sois los hom­ presencia : los desterrados de su patria
que podria ganar con el crédito de sus ta­ ge de las desenvolturas : la disculpable
bres, que sabéis ya toda la filosofía moral ? celestial no gozamos mas sabiduría que la
reas: pues qué católico, por no disgustar al emulación en la v irtud de la ciencia ningu­
Si fuera cierto , seria otra gloria el mundo: que nos fingimos unos á otros ; ni otro
necio antojo de su soberbia, atropella las no la conoce, solo se envidian la mordaci­
pero es la lástima que se mantienen mozos Contento que el que la falsaria del mundo
famas , los créditos y los intereses, de dad en la escritura ; y al mas desenvuelto,
los desórdenes viejos y cada dia con nuevo nos persuade. En lo que sale escrito al pú­ locuaz y presumido lo jura docto la vulgari­
quien no le hizo daño? Hay Quevedo mio ¡
valor para engendrar ofensas. Hombre, blico encontrarás lo bueno y lo no bueno ; dad , porque vivimos entre bárbaros; y
( le dije al difunto] para toda esa adver­
eres aplicado á dictar , y deseas embria­ medita bien antes de sentenciar; lo bueno porque no presumas que este informe pue­
sidad tuviéramos tolerancia , si de las se­
garte con el humo del aplauso? Trabaja estímalo y cntrálo en tu memoria y lo que de ser hijo de mi enojo ó di' mi torcida pa­
millas que nos vierten en este siglo cogié­
en los entes naturales, aplícate á la inqui­ no te pareciere recomendable, disimula ó sión , sin perder de los ojos la presente
ramos algun fruto de sana doctrina , buen
sición de sus virtudes y contemplar sus discúlpalo ; que si el estudio que pones en turba has de satisfacerte de mi verdad.
ejemplo, ó varia ciencia, que asi templá­
provechos , que aunque es estudio vano no burlarlo lo aplicas á defenderlo tal vez ha­
ramos el dolor de la sátira con el deleite
toca en la línea de lo ofensivo. Quieres ele­ llará la buena diligencia de tu intención sa­
var tu capacidad ? Sean tu meditación las ludable agrado en lo que estabas despre­
VISION Y VISITA QUINTA.
v erdades teológicas y venera la sabiduría de ciando ceñudo. Desdichado loco es el que
Jalé elevado en sus gloriosos argumentos, dedica su juicio á la anatomía de los desear T)c los Escritores anónimos , cjuc tiran la piedra y esconden la mano.
que yo te aseguro que aun que vivas hasta d o s, que tal vez los hace quien los nota ;
el dia del juicio ó mas allá del vivir, te han porque su dañada intención ó su necedad D im o s o tro p aso para c o g er m a s en fren te como dos almendrucos , escupió una tor­
de faltar los dias para aprender. Para e s - no le dejan entender lo que estudia : para­ ■otro d e l o s i n g e n i o s h u g o n o t e s . A un e s ­ menta de necedades , y un torbeon de lo­
plicarse bien, quien te persuade á que es advertir faltas, el mas necio es docto : para crito r lio rn a , q u e e s c r i b e e n la ley que curas. También esto padre carnestolendas
preciso hablar mal? Tu cristiana obligación escribir sin ella s, ninguno ha sido sábio, q u iere, y sie m p re e s e n la d e l d i a b l o : e r a u n ( le dije al difunto ) es escritor botarga, y
es amar á los que anteriormente se apli­ ni lo será. Yo quiero lisongeará tu presun­ h o m b r e b a r r i g ó n , q u e m u c h o s le tie n e n p o r sale al tablado del mundo C on sus satirillas,
caron ó al tiempo que te fatigan los mismos ción y concederle la victoria , y el triunfo D iógenes , y e s la t i n a j a , c h a t o , p e l u d o , jácaras, entremeses y descomposturas de
asuntos. Si el que escribe es indocto , él del que hiciste tu contrai io , sin mas mo­ y tan g o lo so d e c a c h e te s , q u e las faccio ­ la persona; desde el vestuario lira chuzos,
no es culpable en la capacidad , que esto tivo que la pesadumbre de su exaltación , n e s las te n ia e m b o l s a d a s en los m o r r i l l o s ; rebujada la cabeza con la cortina de lo anó­
es don repartido d éla providencia , que á y que tus doctrinas son abrazados de todos y la c a r n e r e p a r t i d a e n v a n d o s d e b u r u j o ­ nimo, y arroja peñascos de blasfemias
unos dá mas y á otros menos ; lo que no le ( que es imposible ). Dime ahora : Qué te nes, corcobas, m endrugos y z o q u e te s; y contra todos los que salen y sobresalen , y
puedes negar, y aun debes agradecer, es' hizo la aplicación del otro para desmedrar­ ta n h id ró p ic o s , q u e el m a s é tico e r a c o m o salga lo que saliera. Válgate D ios, qué tor­
su trabajo ; y esta virtud es digna de ve­ le sus fatigas y deslucirle sus trabajos? u n a b r e v a d e pino ; c a r a b a n d u jo , co n su s peza ! dijo el sabio difunto : de los retira­
neración : estudia inventando, que esta es Si el argumento , las voces, las ideas ó los tiz o n a z o s d e c a g a la r ; ta n p re ñ a d a d e p e s ­ dos alas recolecciones, hay quien viva ( ó
gloria del juicio y honra del espíritu : des­ discursos no fueren amables á las religio­ cuezo , q u e estab a con l a n u e z á la b o c a ; le dejen vivir) entregado á tan abomina­
contentarse de las doctrinas es demostra­ sas católicas costumbres, rey tiene Espa­ y d e s d e la g o r j a á los h o m b r o s e r a tu d o c a ­ bles tarcas, faltando á Dios , á si y sn pró­
ción de almas rebeldes y de potencias va­ ñ a , consejos, ministros y doctores, pa­ r a : era el b u e n p a d ra stro un p a d re v eji— jimo tan exquisitamente ? Los que prole-
nas y presuntuosas. Una verdulera replica gados para la revision de las escrituras y g ü e r o , d e s p e r ta d o r d e las c a r c a ja d a s , s u s ­ sania persuacion católica, la alabanza de
con un doctor : una mugercilla con sus libros ; estos han de ser los rigurosos fis­ t o d e la s v isita s y m u e r t e d e las m e r ie n d a s ; Dios y de sus santos, y el buen gobierno en
dicterios triunfa de un íilósolo; mira que cales de las obras ; á tí ni te pertenece , era tan p eg ajo so de h u m o re s q u e estab a su milagrosa doctrina, liabian de escanda­
estudio tan grave es el que te arrastra que ni aprovecha ; en ellos es religion la censu­ su d a n d o a lb o n d ig u illas y carnero verde ; y lizar con culpas que aun la autoridad comu­
lo ejercitan las verduleras y las mas sim­ ra , y en ti delito : y ya que tu inclinación s e g ú n lo f a l t o d e r e s p i r a c i ó n p a r e c i a r e c i e n nicada por Jesu-Cristo no puede absolver
ples sirvientes. La arrogancia de escribir ( que no es buena, sana , ni ingeniosa ) te lle g a d o al c o r r o ; y p o r e n t r e d o s d i e n t e s , sin la diligencia de la retracción ? Ni es po-
contra otro es la mas altiva y endemonia­ arrastre á refutar las doctrinas de los jus-
■ I -i
46 SUEÑOS m orales; SUEÑOS MORALES.
sible ni lo quiero creer. Yo s í, ( le dije al despreciarla obediencia cristiana, pues pa­
muerto] porque éste y otros de su calibre san atropellando los decretos del sumo pon- VISION V VISITA SEXTA.
me han dado en la honra latigazos de muer­ tibee de la iglesia, que tiene espedidas, v
te , y le han levantado los bollos tan altos á mi! veces revalidadas, infinitas bulas , es- De un Salifico , <¡ue descuErc linages y levanta testimonios.
mi estimación; y de bajo de la cáranlula comulgando con censura reservada á su que no escluyen la necedad, se presuma
E staca e n t r e la g u r u l l a d a de ingenios
de lo anónimo han zurrado el crédite á todo Santa Sede á los autores que imprimen sus con entendimiento para contradecir á las
u n esta n tig u a , tan o rd e ñ a d o d e m o fle te s ,
pobre. En tu siglo sabio de mi alma, y en obras sin poner en ellas su nombre verda­ profesiones que jamas pasaron por la adua­
q u e los c a r r il l o s e r a n d o s t e t a s d e d i a b l o ;
los pasados, se honraban gloriosamente dero ; y nos manda con justa advertencia na de su memoria ! Si él fuera mediano en
ta n c h u z o d e s d e las sie n e s á la b a r b a , q u e
los ingenios, marcando sus obras con su firmar los escritos , para que ninguno, con­ su ejercicio, ya le ocupara la frecuencia de
el r o s tr o p a re c ía c a p u z p o r tu g u é s ó nesga
nombre ; asi lo hizo san Agustín , san Gre­ fiado en no ser descubierto, escriba sati­ los pleitos ; quiere encontrar argumento
d e c a m isa d e a ld e a n a , lo d o em badurnado
gorio, san Ambrosio , santo Tomás-, san ras , ni vierta dicterios contra la religión, en las costumbres del justo trabajador quien
d e grietas , v e r ru g a s y vigotes ; h e ndido á
Alberto, y los mas santos padres de la el rev ó sus vasallos. Tan idiotas son (di­ no lo halló en la ciencia de la doctrina cris­
c h ir lo s , rajad u ra s y ag u jero s ; y tan ora-
Iglesia ; y descendiendo de la hidalguía de funto de mi alma] que estan persuadidos tiana? Habla de las gloriosas facultades
d a d o d e las v iru b e la s , q u e su c a r a nos p a ­
las virtudes católicasá la nobleza de los na­ á que ocultando la mano no descalabra la quien en la vasta copia de la jurisprudencia
r e c i ó la r e j i l l a d e u n c o n f e s i o n a r i o : c o n o ­
cimientos , los reyes , los emperadores , piedra, y escondiendo la pluma , no se tiz­ no ha sabido recoger susodichos y porquees,
c im o s se r le tra d o , p o rq u e te n ia su arg o lla
cardenales, arzobispos, obispos y doctores, na la conciencia , y arrojan cantos y bodo­ yotrosst para aliñar un alegato? No tiene
de engrudo á los g a ñ o t e s ; y estab a a rre ­
todos trabajaron para colocar sus nombres, ques , de tras de la muralla de lo anónimo , entendimiento para comprehender una fa­
bujad o en una capa talar , q u e so la m e n te
contentando á sos fatigas presentes con la Y se llevan de calles la salud , la fama y la cultad que toda es memoria, y le pareció
d e j a b a r e c o n o c e r los p i e s , q u e eran tan
memoria de lo futuro; y apetecían mas ver­ honra del trabajador cristiano , que vive fácil escribir en las que piden la mayor no­
d is fo rm e s , q u e c re im o s q uo p isa b a con d o s
le impreso por cabeza de un tratado, que atento á la cultura y fruto de las buenas le­ bleza del espíritu ? Siempre los ignorantes
con g rio s. E ra el tal letrado un esq u eleto
esculpido en la dureza de los bronces. En tras: O vergüenza desvergonzada ! Escla­ se arrojan á tantos delirios , que á los cuer­
con sus b rú ju la s de m a r im a n ta , y su s vi­
tu siglo y en los anteriores no se conocía mò Quevedo, tienen rubor de que se vea dos los detienen las dificultades. Poco cari­
s o s d e a j u s t i c i a d o , p e s t e d e la p a z y m uer­
libro sin autor ; y los escritos de las edades su nombre en la sátira, y no se avergüen­ to d e la c o n c o r d i a , p u e s v i v e d o a l e n t a r ñoso fué siempre nuestro natural á las ope­
pasadas todos tienen lo primero el nombre zan de escribir lo que no se atreven á fir­ porfias y re n c o re s. E s te es leg ista venial raciones de otro individuo: á las obras aun­
del ingenio , y despues el asunto ó el tra­ mar, ni á defender : por cebarse en la de­ ( lo d i j e á Q u e v e d o ] q u e ba poco q u e le que buenas en no siendo propias, el mas mo­
tado: pues hoy en la corte hay peste de li­ lectación del delito no quieren confesar el h an c a ta d o la j u r is p r u d e n c ia , y n u e v a m e n ­ desto las recatea la alabanza; y aunque avi­
bros sin nombre ; y si le dán alguno es fin­ pecado; por no esponer su opinion abor­ te ba p u e s to c é d u la s d e alquiler á la co n ­ se su bondad lo bien bien limado, nunca te­
gido, ó usan do un anagrama dificultoso. recen su conciencia ; los ladrones para ale­ cie n c ia y á los p á r r a f o s , p a r a r e c l a m a r d i­ nemos valor para confesarles lo esqnisito:
Bárbaros, si la obra es buena, es urto inso­ grarse con el robo , se esconden en el lu­ s e n d o w s ; y es tan m alo to d o , q u e nadie envidiaos, que lia reinado en nosotros des­
lente tiranizarle el nombre; si es mala, gar mas oculto ; no es el temor el que los l e lia q u e r i d o d e s v i r g a r e l j u i c i o n i e l e s ­ de el mundo, y acabará con cd ; siempre se
por ningún motivo la deber hacer ni impri­ retira , sino el deseo de la complacencia é tu d io : c o rrió alg u n o s d i a s , e n s e n á n d o le á ocupa en babocear los buenos bocados, y
mir. El libro bueno ha de engendrar dos infame alegria : así los anónimos , para lo­ l a s v e n t a n a s , á los t e m p l o s y á l a s p r o c e ­ nunca 1c entran de los dientes á dentro.
cariños , el de Dios y el del prójimo ; pues grar cumplido deleite en los dicterios bus­ sio n e s p ara m a r i d o , y se e n a m o r a b a del
Esta escandalosa persecución ( respondí al
quien sino un alcista se negará á ejercitar can la boca mas negra y la pluma mas te­ c u a l q u i e r a m n g e r q u o le p u d i e r a m a t a r el
viviente muerto] siempre ha sido insepa­
en su nombre la alabanza do Dios y de sus nebrosa , y aun de sí quieren esconder la h a m b re del esto m ag o : pero ro das le d e s ­
rable sombra de los ingenios de España ; y
lujos ? si dice alguno que es vanidad, me­ ofensa: en la ocultación del nombre con­ en acordándome yo, que tú ( que hoy eres
p r e c ia r o n p o r n ecio y p o r h o r rib le ; se h a
cánica , ambición , deseo de laura popular , fiesan temor al mundo y poca reverencia el ídolo y veneración do las naciones ] \ i-
aco m o d ad o á ap ren d iz de e sc rito r ; e s tre ­
ú otro vicio, es blasfemo é irreverente , al cielo ; y por no enojar la condición de n ó s e en m i paciencia ; re c o g ió lo s d ic te rio s
viste preso , pobre , aborrecido y dester­
pues maltrata y abomina de los apostóles los hombres atropellan por la ira do Dios ; que me hab ían tira d o á las c o s t u m b r e s
rado , ni me admiran ni me asustan las tri­
y santos padres de la iglesia ; en cuyas es­ ahora acabarás de dar crédito á mis verda­ bulaciones en que zozobran los desgracia­
o tro s d e su habilidad y de su co n c ie n c ia ; y
crituras veneramos, tanto el nombre que des en la pintura de esa vision que está ála p ú s o l e p o r t í t u l o , Consejos amigables ; h e ­
dos, que en esta edad pelean con la fatiga
pusieron como la doctrina que nos dejaron. derecha de esta , que nos es preciso des­ penosa del estudio: porque no faltarán ocio­
d i ó á p o c o s d i a s la s á t i r a ; p e r d i ó e l d i n e r o
Lon anónimos parece que hacen estudio en preciar. sos vanos y presumidos, que solo se ocupan
de la i m p r e s ió n , y ahora se pasea ham ­
b rien to y desesperado. R ara esp ecie de
en sembrar mentiras, plantar oprobios y re­
m a ld a d y d e locura ( d ijo e l v en erab le a p a ­
coger insolencias para paladear y mantener-
re c id o ] q u e un h o m b re , q u e no es bueno
ai vulgacho, siendo los mismos ingenios- la
p a r a m a r i d o ni l e t r a d o , q ue son em p leo s raiz , de esta irremediable ponzoña. Oyela
48 sueñ os Mo r a r e s . SUEÑOS MORALES.

razón quo me tiene acreditada el trato y la 111 la mas astuta malicia , la menor verru­ mandamiento de la religión. Reparé en mi de ciegos y perdularios. Recibióme el vul­
espei'iencia. La gloria del uno es el infierno ga , ni el lunar mas menudo en el bellísimo difunto que estaba conturbado, y le dije : go con la boca abierta jurándomelas de
del otro ; este se abrasa en ed fuego feroz semblante de su crisma ; y tan castos y Note alteres ni asustes , que deseo tu aten­ mordiscones ; irnos decian, no vale nada ;
de su envidia, y con la venenosa libertad honestos en la fe, que ni de curiosos aso­ ta meditación para que conozcas la falta de otros , no es suyo, no es cosa , que lo venda,
precito , y los furiosos ardores de ator­ maron jamas el burdel de Calvino, al lu­ f e , y el poco respeto á Dios que hay en y nos traiga el dinero; y con otras tormen­
mentado escupe blasfemias, arroja maldi­ panar de Lutero, ni á las zaurdas de otros España, siendo por el monstruoso tèdio tas de soplos con que saluda la vulgaridad
ciones, y dispara furias engañosamente, protestantes : ( que si alguna vez hiciereis que conspira este linage de soberbios con­ á los novicios en la escritura ; y siendo in­
persuadido á que con los vómitos de su ra­ transito en otra aparición , por Salamanca tra la honra de su prójimo; y prosigo sin dubitable que en España no conocían á e s ­
bia se templa la ¡nestinguible voracidad de lo veras, pues no te propongo testigos di­ ( faltar de m i) probando con ¡negable ver­ ta casta de letras , pues con infamia de la
su enojo ; y como estas sátiras no las oye funtos ) he espulgado varias veces á mi ge­ dad esta incorregible y lastimosa relaja­ nación, vivíamos gobernados de los pro­
deidad que las desprecie, sino es hombres neración , y he calvado en mi abolorio, has­ ción. nostiqueras de Italia , siendo por mas de
que las acarician, dan crédito á los alaridos ta encontrar las Pilas en donde con el baño Sintiendo mis pasadas fortunas , y llo­ cien años el gran Sarrabal el ídolo de nues­
de la desesperación , y en breves dias arro- sacramental limpio la piedad de la iglesia rando el tiempo perdido de mi vida, me tra sencillez y locura, no hubo letradillo,
j.m al escarnio y al desprecio al que empe­ las costras y borrones originales de once hallé en esta corte roto y hambriento, car­ médico , ni sacristan que no escribiese con­
zó glorioso en sus tareas. No saciado el in­ abuelos , cuya sanidad y pureza están gri­ gado con veinte años, y cincuenta calami­ tra la astrologia , sin haberla saludado si­
fame deseo, prosigue sacudiendo su pesa­ tando los cuadernos parroquiales de San dades ; ya me reprehendía el tiempo , me quiera desde los umbrales. Debí á mi de­
dumbre con su infernal lengua, hasta que Isidro , San Martin, y San Cristovai de Sa­ acusaban mis obligaciones , la melancolía sengaño descubrir la oculta rabia del vuígo,
del todo le enterra la fama , y le esconde lamanca ; y no he reculado m as, porque empezó á reirse de mí ; la confianza á zum­ y procuré curarme en salud de sus morde­
■la opinion, y lo deja oprimido, odioso y adelanto poco en saber si soy mas bueno, barse ; á darme brega la flojedad ; y últi­ duras con el antídoto de la paciencia y hu­
-apartado de los honores y bienes naturales y me asusta mucho lo posible de encon­ mamente á aguijonearme la desnudez y la mildad ; solicitando mas la lástima , que la
y acaba el infeliz ingenio rodeado de mise­ flaqueza , que son dos espuelas que hacen envidia ; y mas los alivios que las exalta­
trarme mas malo. Vivo tan seguro de la
rias y oprobios , como te sucedió á t í, al bondad de mi Alcurnia como de su pobre­ brincar al espíritu mas remolón : acosado ciones ; y por redondearme de majaderos
üongora , Candamo, Cervantes , Salazar, y presumidos confesé en los primeros pró­
za , pues también me consta que no llovió del conocimiento , y perseguido de mi ne­
y á las mejores plumas del Orbe ; y este es logos de mis papeles que yo no salia al pú­
Dios sobre cosa suya ; todos se dedicaron cesidad , eché el discurso y la diligencia
martillo mas o menos, el fin y el premio blico á descubrir ingenio, á ganar fama , ni
á ejercicios honestos y apreciables en aquel á la solicitud de una decente oficina , para
ele los mas floridos y escelentes ingenios de pais , pues el mas estraviado paró en mer­ á negociar aplausos, que solo pretendía
gastar y acabar de romper en ella la raída
la España. Esta contagiosa peste no solo cader de libros, arte que solo tiene de me­ acallar los gritos de mi pobreza, y socor­
vitalidad que me quedaba. Apetecían mis
lia contaminado la libre comunidad de los cánica juntar los tomos para venderlos : rer ia de mis viejos padres , á quien la for­
perezosos talentos unas tareas entre m e­
seglares, porque también ha corrompido ( así sucede al médico , letrado, teólogo y tuna había degradado de sus conveniencias
cánicas y escolares, que al paso que me
las censuras mas religiosas : si espone sus matemático , pues todos se rellenan de ho­ y de los bienes donde ella tiene algun im­
entretuviesen me alimentasen, huyendo
tareas morales al público algún discreto jas y libros para comerciar y vender en perio. Yoañadí fealdad á mi figura, trasla­
siempre de pedir á otra mano mis alivios :
recogido, codicioso de la salud común , se varios traslados sus consultas, peticiones , dándome al papel mas abominable que fes­
con esta meditación y deseo registré mi
exalta la emulación de otros , no á persua­ pareceres y reeetas j en los demas tiene tivo ; yo malquisté á mi alma , rebajándole
salud, reconocí mis miembros, visité mi
el valor de sus potencias •• y yo hablé de mi
dir lam as sana doctrina , sino es á usur­ calificada su hidalguía , porque la materia cabeza ; y despues de haber recorrido la
mismo con tal obstinación , que solo les de­
parle la gloria : ( hablo con sus escrituras ; es la mas preciosa ; las gentes con quien larga y estrecha choza de mi racionalidad,
jé á los satíricos mucho que trasladar, y
y el que fuere propenso á la lección \ erá tratan las mas escelentes, papas , reyes, mendigando al cuerpo sus fuerzas , y sus
nada que decir ; de tal m odo, que mi nom­
en la naturaleza de su contrariedad el ve­ religiosos, doctores, y todo racional de discursos al alma, soio me socorrió la me­
bre, mi fama, mi persona y mi estimación,
neno de su envidia) este desorden, aun­ buena doctrina. Con estas cartas me apeé moria con mostrarme unos retazos astroló­
vivirán eternamente quejosas de mi pluma.
que con menos alteración, padecía tu siglo; desde el vientre al mundo , y aun no me gicos , que como enredos, y no como alha­
Nunca escribí, ni aun hablé con desagrado
oye ahora lo que no pudo consentir tu halda cubierto un pelo, y ya peinaba canas jas, había guardado en los primeros años
contra conocido escritor ; ni con mi nom­
edad, y sea yo el vivo ejemplo de Ja in­ de ochocientos años en la fe de Jesus, glo­ de mi juventud. Examinada , pues , la opi­
bre , ni otro supuesto , salió sátira á objeto
digna mordacidad de la presente.. ria á Dios: tu dirasque con menos reco­ nion del oficio, me pareció menos vileza
particular ; y pido á Dios que el dia que
Y o , amigo, por la misericordia de Dios mendación debía merecer algun abrigo de ponerme á matemático que á sastre, la­
amaneciere en mí tal deseo me divdia del
estoy hecho en su gracia, y por padres le­ los católicos españoles ; y yo te digo y te drón, lisongero ó embudista ; y firme en
tronco el brazo con que gobierno la pluma:
gos f felicidad que se achacan muchos y juro que no me ha podido librar de sus te­ este propósito me acabé de arropar en la
respondía á todos en tiempo que era pre­
tienen pocos ) tan lisos y sanos, que nunca merarios oprobios, ni el favor de la natu­ tienda astronómica, y salí en estatua con
ciso defender mi estimación y mis intere-
les descubrió la mas religiosa vigilancia raleza,, ni la similitud de la especie , ni el mis adivinaciones, por esas calles gritado
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50 SU P NOS MORALES.
SUEÑOS MORALES. 51
s e s , aconsejado de la naturaleza , y de \ ¡entes los estatutos de la naturaleza y de
por el mas infame. Calla , me dijo Queve- tenda de precito. Nuestra sagrada ley es
D ios, que me mandan mantener las dos la gracia , si semejantes voces se pueden
do, todo asombrado , que no son católicos clarísima , y no contiene mas precepto que
alhajas del honor y de la vida , y me ab­ oir sin escándalo entre turcos, moros, l\e-
ni racionales, ni aun brutos, los que con amar á Dios y al prójimo ; y este sistema
suelven del rigor de la resistencia : supli­ reges y judíos. Pues en la secta mas libre,
tal horror se ensangrientan en su especie ; lijó el autor de la vida en el alma mas ruda
qué ya festivo, ya medroso, ya humilde, creo que sus individuos se guardan y man­
pues la mas torpe de las fieras guarda en y precipitada ; y en todo viviente racional
que me dejasen pasar tareas , que destina­ tienen la buena opinion que cada une se su­
su instinto el amor á sus semejantes : los dispuso capacísima blandura para imprimir
ba á tan honestos lin es, y puse todas las po adquirir, y que castigan al que se la in­
que tal ejecutan no son hombres , son de­ estos elementos. A D ios, que no quiero
atenciones que me parecieron precisas pa­ tenta rebajar : y en cualquiera poblado de
monios , que con sayo de racionales abor­ ser testigo de tan bárbara obstinación , me
ra esconderme del nublado de sus insolen­ racionales, al ladrón le ahorcan ; al lujurio­
recen y despedazan el linage de los profe- dijo Don Francisco, como huyendo de mí;
cias. Pues? Quevedode mi alma, esta per­ so le encierran ; y al blasfemo lo esconden
sores.de Jesucristo ; y si lo son , viven des­ y y o , agarrándome de sus brazos, le dije :
versa turba, sin respetar en mí su natura­ pues digo yo , si lo soy ó lo fu i, como la
pedidos del reino de D ios, pues se aban­ No me d ejes, que por ahora me es preciso
leza y religion , ha escupido á mi inocencia justicia de la tierra ha dejado tanto horror
donan de su justicia y de su gloria , y no que acabes de instruirte, y yo de informar­
las inventivas mas acres que se pudieran de maldades sin azote ? Siendo tan públicas,
les pasa por la imaginación ia eternidad ; te en las condiciones de estos malaventura­
arrojar contra un Luterano ; pues en trein­ que las han oido las gentes mas apartadas ,
son malditos , ignorantes , que estudian so­ dos , para qué conozcas como está la Espa­
ta y dos libros que se componen de mas de y las han gritado en carteles las esquinas,
lo la ciencia de su condenación , pues quien ña , y el estado en que la tienen los indig­
doscientos pliegos han im preso, y mil ve­ á voces los papeles , y á rabiosos alaridos
conserva en sus talentos fecundidad para nos ociosos, que pisan á este atrio : detu­
ces repetido , cuantas maldiciones pudieran los hombres? Si no lo soy , como se con­
infundir un tomo de desolladas insolencias, ve á Don Francisco, y le rogué que me
verter contra toda la confusion de los here- sienten libres racionales tan ponzoñozos?
mejor podrá discurrir y saber , que en ca­ atendiese.
ges que hasta hoy han perseguido la igle­ Como la misma justicia permite suelto al
da letra va firmando y confirmando la sen-
sia. A mi mellan llamado Ladrón, que viví inocente , y no manda recoger á los falsos
hurtando en una tropa de Gitanos, y que si acusadores? En la ley de Dios yo se que es
V1S10N Y VISITA SEPTIM A .
no me hubiera escondido en Portugal me hu­ grave pecado decir ó ejecutar contra el
bieran ahorcado en lajilazacle Salamanca, prójimo ; y sus delitos públicos ó secretos Libreros de viejo , encubridores de sátiras é impresores á hurtadillas.
como A Juaquinillo, el mas famoso ratero , me los manda cubrir la justicia y la cari­
E s t á b a s e paseando y recibiendo los olo- son encubridores de dicterios, padrinos de
en la de Madrid : desvergonzado, indigno dad; y solo me pasa como culpa leve una
en las costumbres, tizón del infierno, blas­ graciosa conversación de las irregularida­ res de estos plautos un hombrecillo ostra , sátiras , ropavejeros de cartelones , y alca-
femo, lujurioso, picaro, villan o, bailarín des de la persona en lo mecánico de los tacaño de estatura , y chivo de fisonomía ; huetes de pasquines , pues contra la volun­
alquilado, alcoronista , calvinista , lutera­ miembros ; y toda esta doctrina que yo co­ tan saltarín y bullicioso, que mas parecía tad de Dios y del rey mantienen lupanar de
no , lierege, supon, sayón, y otras ¡numera­ mo de fe guardaba en mi corazón, me la engendrado con azogue que con materia disoluciones, y viven de galantear los luju-
bles injurias, que se han eternizado en el tiene» atormentada y barajada esta infame prima ; los ojos puestos con pinzas, y tan riosos de murmuración. De modo , que to-
bronce de la prensa : ( que no te las refie­ muchedumbre de satíricos mordaces , por­ meñiques , que los dos cabian en el hueco nía la pluma un insolente de los que deja-
de un abalorio: poníase un dedo de un guau- mos en ese corro ; y mojada en sangre, va
ro , no porque me altere ni asuste su repi- que yo oigo y leo en sus papeles , que al
ticion , sino es por no escandalizarte el jui­ cristiano le llaman judio; al citólico here- te por gorra; una gorgnera de un sayagues formando una monstruosa furia , que d es-
cio) en fin, no está seca la tinta de una sáti­ gc, y al contenido, ladrón y viven tan agra­ por capa, y aun le hacia roscas en la tier- de las mantillas sale respirando soberbia ,
ra, cuando ya se está tirando otra á mi naci­ decidos á su conciencia, como si sacaran ra : era una tortuga en zancos , cucaracha ira, envidia, y la hinchada vanidad de su vi­
miento , nombre , costumbres y obras , una ánima del purgatorio : y esta murmu­ coli chinelas, y escarabajo con chapines: cioso padre. Llega á los umbrales de estos,
levantándolas mil testimonios, juzgando ración no la deben de tener por pecamino­ cierto presumí que fuese figura de las co- ni bien impresores ni libreros , sino iner­
cleeesivamente en su fealdad ó hermosura, sa, porque á mi me han dicho repetidas ve­ vádmelas que se había escapado á las gra- cachiíles de ponzoña, y amamantadores de
cuando ninguno de ellos la sabe mirará ia ces que soy herege, ladrón, lujurioso; y das: reparé que unas veces escuchaba aten- hidras, y los ruega con el maldito parto, y
cara, porque tienen los ojos calzados al ninguno me ha pedido licencia para escri­ to á la conversación; otras ojeaba á los ala- se queda en casa como de limosna, dando-
reves; y el juicio, lo de dentro afuera: birlo, ni ha satisfecho á Dios con la dili­ hudes de los cuerpos muertos que están es- se por muy servido su padre: reconocen
muchas calderadas de oprobrios ardiendo gencia que previenen sus justos manda­ Irellados á la pared de San Felipe : tanto se que la actividad de su veneno oculto recla-
han vertido sobre mí ; pero hasta ahora , mientos. Por Jesucristo crucificado te rue­ mecia y se boleaba , que me arrastró á la mará deseosos ; y porque no horrorice con
gracias á Dios, ninguna me ha caldeado la go que me digas si esta materia admite al­ curiosidad su bullicio ; y atisvando bien al su aspecto , la afeitan, la lavan y limpian
conformidad. hombre muñeca, ya le adiviné la persona , en la prensa , y la mudan el apellido; y á
guna ampliación ; pues según por acá se
Ahora, glorioso muerto m io, deseo que trata, parece que se ha borrado del catalo­ y le dije al venerable difunto : Este es el la que debían marcar de libello infamatorio
me digas, pues sabes mejor que los v i- go de los delitos este que siempre concebí renacuajo mas perjudicial que consiente el la imprimen P a x Cristi; y sale al público
mundo, y de estos traga infinitos la corte: sin que se pueda averiguarla casta donde
sueños yiI r a l e s . 53
al mal ladrón , ó á Pedro Ponce , y las tinuamente por mi salud y por mis vicios ;
nació, donde se bautizó, ni donde vive; y con alturas, valiéndose del vulgar impulso dei
venden por mias ; que el vulgo , como lo pues el dia que amanezca yo muerto ó en­
elia guiñan lectores, desvirgan inocentes, Perico y Marica, y de la fuerza del numen
mantengan de sacrilegios, no se detiene mendado . ellos morirán de hambre, y ese
y plagan de su ponzoña los talentos mas poético, para hacer mas sensible é impresi-
en axaminar el autor. Atiende , y te expli­ vejete andará en cueros como el vino. Ya
bien humorados. El lector, como le ha vo el golpe ; pero jamas llegaron al peligro
caré en el destino de aquella vieja vision los padres ponen a los hijos á blasfemos
costado el dinero, y tal vez la solicitud (por­ de la imprenta, porque los contenia , ya
que se lia quedado en el atrio la secta de como á albañiles; y estees oficio nuevo co­
que tienen encargada esta mercaduría, cues­ que no el rigor del cielo, la justicia de la
esos que ya se han ocultado de nuestra vis­ mo el de ios comadrones ; y con especiali­
te lo que costare) y oir mal del vecino tierra : rodaba manuscrito el dicterio; los
ta. Estaba deteniendo un armario de libros, dad el hablar mal de mí se vende cou esti ­
nunca fué ingrato á la oreja , la guarda mas traslados, ó se rompían ó enojaban ; y en
echando á perder uno en que leía, rodeado mación ; y las jácaras de la vida de Torres
que un linajudo su pergamino; y así seco- poco tiempo ya estaba olvidada y aborreci­
de papel como cohete, un v iejo enjuto co­ se despachan con mas crédito que si fueran
gen y se conservan en este tiempo contra da la mordacidad ; pero entregarlos á la
mo hueso de dátil ; flaco como propósito do medallas de Roma.
el rey, sus estatutos, sus ministros, y ge­ prensa, que inmortaliza , es maldad digna
puta; y seguido como yo perseguido; mi­ Ya católicamente te he informado de los
neralmente contra lodo hombre de buena del castigo y el enojo : y nunca vi tan li­
rado de perfil parecía su cara el lomo de medios con que afanan los que desean la
fama y aplicación torpísimos libelos , que bres libelos én lo desordenado de mi edad;
un lechon magro y cerdudo : visto frente á gloria de sabios en mi edad , y te los he
sin duda se pudrieran en los estantes de e s­ y no quiero creer que esta soltura se tole—
frente tenia cara de mula descarnada y cau­ referido con la consideración de que me
tos malaventurados escribientes , si estos re en las leyes humanas, cuando contiene
dalosa ; y por todos lados era la mas mala está escuchando quien me penetra lo mas
corredores no las sacáran á volar. Esta es medicinas preservativos para detener tan
bestia de los brutos ; vestia un casacon en­ oculto de mis aprehensiones y discursos ;
turba asalariada por el diablo, que solo aguda peste. Azotes determinados recetan
tre rústico y político do limiste de Galicia ; y así te repito con verdad, que en esta era
sirven de emporcar linages y pliegos, y pu- ú esta corrupción los sabios médicos de la
chupazotana apuntalada con zoquetes de ninguno trabaja para aumentar la honra y
diera citarte mas do seiscientas sátiras, que jurisprudencia ; pero como es mas podero­
barragan de tumbas , que los químicos lla­ gloria de D ios, ni el provecho de sus hijos;
en diez años han rodado el reino, por la sa la avaricia que el m iedo, se arrojan á
man pano exequiarum ; y nosotros bayeta y no te niego que logra nuestra España sa­
conducion y perverso camino de estos hom­ la ofensa, y encubre con la novedad de
de lutos : su corbata , que sobre tener los bios , discretos y eruditos varones ; pero
bres contra la monarquía, los privados y otro delito la primera injuria, y suponen
costados de rodilla , era de lienzo mas cru­ son pocos, y viven escondidos y negados,
doctores ; y tan necias y sucias, que no licencias y permisiones falsas del real con­
do que una libra de cerezas garrafales ; es­ por no esponerse á rencor de tanta copia de
contienen mas deleite ni mas pureza que la sejo (porque se usan aprobantes anóni­
padín cagado de contera con su puño de bárbaros que estudian en sofocar su buena
que da de sí el vocabulario de los vagabun­ m os) como podre justificar en varios pape-
metal degeringas, y una esparraguera por fama y doctrina , y esperan á morirse pa­
dos refranistas. En este siglo con justa cau­ íes contra mi aplicación, y aun podrá acre­
peluca. Esta vision , le dije á mi difunto , ra dar al público los provechosos testimo­
sa se esconden los graves y modestos es­ ditar sin mi testimonio quien los haya re­
es de las mas abominables que espantan la nios de su erudición : ( que el terreno es­
critores ; pues al que sale le reciben allu­ pasado, pues un tribunal tan justo nunca
corte ; es uno de los pordioseros á quien pañol suele honrar una vez en la vida y otra,
nando los perros rabiosos que buscan la sa­ pudiera permitir que se paseasen con liber­
socorre la piedad del hospicio con un men­ en la muerte á suscontenidos).Todo cuan­
nidad de los ingenios , para encarnarle ve­ tad por los reinos tan insolentes calumnias..
drugo de vapa, un chisguete de pan , y un to vi en las visitas pasadas, y me has m os­
nenosas dentelladas. Dios ha consentido en Suspéndela v o z, quem e horrorizan tus
tarazón de vino ; y para arroparse y pagar trado en estas, son vicios de hombres, di­
toda era estos y mayores escándalos; pero verdades, me dijo el difunto : callaré, res­
el gergon que le recibe en los callos del pe­ jo Quevedo, y yo no dudo que la humana
infeliz de aquel que mueve el escándalo ! pondí, porque deseo tu atenta conformi­
ral ha tornado el oficio de sastre de esqui­ naturaleza conforme se va moviendo hácia
dijo el difunto; en mi tiempo muchos ocio­ dad para las visitas que nos faltan que ha ­
nas y embarrador de paredones , pues vi­ el fin vaya descayendo en la virtud , y au­
sos desde su mesa granizaban de sátiras la cer, y las visiones, de quien tendremos
ve de fijar cartapacios para reclamar ocio- mentándose en los delitos; pero este desór-
corte, y dirigían la piedra á las ma vores que reir.
sosal teatro de su fria disolución , y con den tan abominable no es de hombres ; y si
las satirillas que representa , las dedicato­ lo son , traen el sayo de condonados en vi­
VJSiON Y VISITA OCTAVA. da , ó son demonios repartidos por Luci •
rias que le pagan , y las chuflas con que
He los escritores que comen y visten tie blasfemar. miente junta algunos ochavos , y los cam­ fer ; para acabar con el mundo antes de su
bia por los contagiosos valandranes que se determinado fin : tenles lástima , y pideç
Bajando la escalerilla opuesta á la que Díjele á Quevodo : toda esa turba de desar­ Dios que les de á cononocer el delito, para
acinan ahorcados en la calle de la sa l, y
habíamos subido , venia á par de mí el di­ rapados son unos mendigos que piden li­ que bien meditada su deformidad hagan la
sale vestido de mortorio y mari-manta en­
funto sabio, santiguándose y maldiciendo mosna á mi crédito para su estómago; yo religiosa diligencia que puede habilitarlos
tre gallego y parce-michi. Este y toda esta
á ¡a especie de encuadernadores de sáti­ soy su mercancía , y me venden mis peca­ gurullada de desnudos ruegan á Dios cou- para el perdón.
ras , cuando de tropel vimos bajar un mon­ d os, como las gorronas los suyos; y cuan­
tón de monigotes de todos träges, rotos, do vivo con una dieta moral, y con tem­
tristes , hambrientos y mal acondicionados. planza en mis delirios, le roban sus culpas
54 SUEÑOS MORALES

VISION Y VISITA NONA.

De las ni »geres que traen Labitos do San Antonio.

Y a estábamos al tragadero de la calle de ban los zaumerios, á la Daifa le sobraba el


las Postas cuando pasó ( viniendo por el la­ azogue, con que el pobre diablo empezó á
do contrario al nuestro) atropellándome la babear por todas sus coyunturas , plagado
atención una muchacha de diez y nueve á de toda la rabia de Venus. Ya zarrapastro­
veinte años, sin pelode barba, rubia como so de palabras, tartamudo de voces, y
el sol, y tan alva comosi hubiera javelgado zurdo de acciones, dándole una puñada al
el rostro con auroras : era un tarazón del sombrerillo, y un paso mas hacia la moza ,
cielo, y un pedazo del primer móvil : ve­ asido de la mantilla, la requebró así en el
nia arrullándolas estrellas de sus ojos en castellano de los Imanes :Æa , perla , que
el epiciclo de sus pestañas ; impresionando haces viso, mas chica ó mas a lia la podrá
con cada vuelco una vida de la atención haber, pero vías penosa ni mas chocante ,
mas difunta, y una muerte al mas firme es mentira : ea mi alma y mi t u , m irasi
propósito de nunca mas pecar : arrullaba qu ieres que trabaje al,¡un araño, que por
toda la hermosa máquina de su cuerpo so­ agradar á tus clisos, se hará lo imposible :
bre dos chinelas de terciopelo azul, que ea, penas, que me matura yo ahora ; y con
eran el ártico y antartico en donde se re­
otro tropel de blandos estrivillos , que so­
volcaban los ojos mas tardos, y se mecían
lo sirven de agradable música á la torpeza.
los deseos mas rebeldes : no pasaba alve- Ella procuraba tenderle guiñaduras suaves,
drio áquien no diese un trasquilón, ni al­ regaladas risa s, suspiros astutos, y con
ma á quien no intimase un sepan cuantos esperezos mentirosos, so abria de brazos
de captividad : ora la muchacha para poseí­ para que registrase mas de lo que podían
da con licencia de Dios un pellizco de la ver sus ojos : concertóse por señas el peca­
bienaventuranza, porque vertía fruiciones, do , tocó Venus á engendrar, y ella bailan­
y porfiaba alhagos con cada guiñadura. do al son de su impuro bullicio , dió un re­
Corlóle el paso un mozalvete de los que hurto al cuerpo, con que vino á quedar á
convidan á fruta y á sopapos ; enfaldado de las ancas del ganchoso; y él con pasos de
persona, rollizo de gambas , con dos cor­ cofradía , á lo columpio , guió camino del
ochas por pantorrillas, acedo de semblante infierno : es verdad que mi atención se ha­
derribado de cejas, turbio de o jo s, y el bía zaullido y revolcado en los afectuosos
rostro amusco, y salpicado con grasa de meneos de la chula, y notando en el ceño
cisco ; su sombrero atusado do alas, como del difunto que había conocido la brutalidad
vacinilla de demandante, casaca de dos fal­ de la delectación , antes que sus labios me
dones á lo sambenito : capa esclavina, que hiciesen mas terrible la culpa, así le disi­
le besaba los lujares , y debajo del sobaco mulé mis pensamientos. Estoy no poco sus­
traia abrigada la chica y la grande, que así penso y admirado, porque viniendo, como,
llama á la espada y la daga el calepino de d ices, á ver las novedades de este siglo,
los picaros. Encendióse el mozo yesca á no me preguntas por esta, que pide alguna
los primeros relámpagos del aire déla chu­ curiosidad y atención ; repara antes que se
la ; le hizo cenizas el juicio , y desmayado nos pierda de \isla en el ropage que lleva
el valor del alma, quedó sin reparo para esa muchacha; ya le vi, ( acudió Qucvedo)
la tempestad : empezaron los terremotos y me hubiera parecido aseado y decente,
de bragueta ; subióse al hígado el vaporde si los filiales tocaran mas en el zapato :
la lujuria ; los ojos de la niña le menudea­ siempre han de descubrir la caca ! En mi
SUEÑOS MORALES. 55

tiempo nos enseñaban boa hombros, y aho­ dos y delicados de las sedas, se cercenáran
ra las canillas ; pero como le he dicho , vi­ también de sus antojos y apetitos, fuera
ven hoy mas decentes y menos reclamado- mas agradable â Dios su mudanza , dije
ras de apetitos , porque ahora ya se visten yo; pero que importa que vistan hábito
todas, y entonces andaban medio desnu­ bueno, si se quedan con otros muy malos ?
das ; y debo advertirte que este no es repa­ Que hacemos ( aun para el mundo político
ro considerable , y que es locura presumir y economia de su casa ) que se moderen
que es la disposición d esú s arreos la que en lo costoso de las telas, si han hecho ga­
despierta los apetitos , pues aunque le vis­ la en añadir mayor caudal en ilores , pie­
tan de sayales y esteras, siempre agrada­ dras y puntas ? Y en fin, como tu dices, no
rán al hombre, y él á ellas , porque así es este desorden tan reputable ; y aunque
está dispuesto por Dios ; y este daño no es­ lo es , no añade novedad ni malicia al de tu
tá en su ropa, sirio es en su carne y en la siglo : lo que yo te aseguro que no verías
nuestra, y en que ni nosotros ni sus mer­ en tu edad es lo que hoy hacen estas donas
cedes se paran en la consideración católica. de la corte. Tienen un marido , sin licencia
La honestidad consiste en la pureza de las de Dios ni del vicario ; este hace alguna
ausencia, y luego se visten ellas estos há­
voces, y la medida de los movimientos no
bitos : compran una estampa de San Anto­
estriva en que el vestido sea colorado ó pa­
jizo, talar ó rabón ; este orden ó escánda­ nio , abogado de las cosas perdidas, y le en­
cienden un candil, que está ardiendo hasta
lo no tiene regla determinada ni coto cier­
que vuelve el demonio del marido , y así se
to; y a s í, enmiende cada una, y esconda
encomiendan á Dios para que las lleve el
aquella libertad ó aseo en que presumen
diablo , y hacen á los santos agentes de sus
algun peligro en los ojos de los que la han
pecados mortales ; y tacitamente piden á
de v er, y vivirá sin nota : con que ni esta
Dios que las deje entretenerse contra su
soltura ni el que yo haya advertido alguna
santa ley y justicia ; y esta promesa es tan
disolución, es desconcierto reparable; por­
vulgar y sabida, que en viendo vela ó can­
que desde que hay mundo hay deseos, con­
cupiscencias y lujuria ; que esta nunca fal­ dil ardiendo delante de la estampa, los pi­
saverdes que frecuentan sus cuartos ya sa­
ta, aun en los órganos mas enfermos. Aquel
color ceniciento , imitando en las flccsibili- ben que allí hay cachimarido que paga por
todos. Locura e s, digna de reprehensión,
dades de la seda el burdo sayal que vistió
y escándalo que debia remediarse , ( dijo
el serafín Francisco, honra y gloria de
nuestra religion, ni aquella cuerda de rico Qpevedo ) y no llegó á tanto la necedad de
mi siglo : que ese desorden no merece otro
torzal, que suple por el cáñamo con que
hoy scoprimeli sus santos hijos , tampoco título ; que si advirtieran la gravedad de
es cosa que pide notable consideración, por­ ese pecado no le hicieran ; y así creo que
eso pasará entre cuatro mugercillas que
que en mi tiempo lo vistieron muchas, y
rompen la vida en ese vicio ; y no puedo
ya por voto, promesa, necesidad, antojo
ó devoción, no había dama vieja ni moza creer que las «pie han logrado buena crian­
que no fuese camandulera ; y a sí, am igo, za tropiecen en tan conocida torpeza ; y dé­
vamos á otra parte, que esto importa poco. banme este buen juicio las mugeres de dis­
Si cuando se despojan de los colores subi- tinción y cristiandad.

VISION V VISITA DÉCIM A.

De los soplones , cscribiehles y ministros.

D ulcemente suspenso iba escuchando con vehementísima atención las prudentes


I

56 SUEÑOS m o r a l e s . SUEÑOS íMo r a l e s . 57

Tazones del sabio difunto , cuando advertí cantones: mézclase en las pláticas; ingiérese gencias fueron para agasajar al interes, pa­ rios y escribanos ; aquí aprenden á medir
que con pasos de diligencia cstraordinaria en los corrillos, sin dejar caer sus orejas ra hacerle alhagos á la codicia, para poner los delitos en ei proceso , con la liberalidad
venia detrás de nosotros un hombrecillo , palabra alguna de la boca de los circuns­ ó la pública tranquilidadá los pies de los ó la bolsa del delincuente ; á arrendar tes­
entre persona y títere ; mona con golilla ; tantes ; e s te , en fin , es soplon de continuo; ídolos de sus deseos. Yo no solo escribí, tigos de mala fe, á dejar en lo que escriben
raton con capa; y renacuajo con vigotos: fi­ y cuando es menester para alguna proban­ mas tronó furiosamente contra estos hijos ventanas para escapar el re o , como este
gura en que se dejaba ver la humanidad za , se alquila también para testigo falso : de perdición en varias partes de mis obras, procure contentar su insaciable codicia ,
como en un mapa ; escarabajo de nuestra ten cuenta, sabio m io, y observa el rumbo que tu habrás visto , como tan amante de y á otras castas de perversidad, de que
especie ; animal de retoño , como melon ; que va siguiendo, y verás adonde se enca­ ellas , y siempre juzgué que sus iniquida­ usan sus maestros , diablos mayores de la
hombre de falda, camo perro ; personilla mina con pasos tan veloces. Procuramos no des escedian en muchos grados á mis in­ gerarquia infernal. En los alguaciles lia lle­
de faltriquera, como pistola ; tan tímido de perderlo de vista , y á breve rato adverti­ vectivas. Ay, discreto mio ! le d ije, que gado ácomunicar toda su ponzoña la mali­
estatura, que cualquiera le meteria en un mos que se había enjaulado en uno de los despues acá lian hecho grandes progresos cia ; muchos de ellos con el hermoso man­
puño ; yen fin, tan corto, tan breve y tan oficios de provincia: mira, fe dije á Don Fran­ estas gentes, en Ja filosofia picaril está muy to de corregir las costumbres , y purgar la
diminuto, como pie de dama en pluma de cisco, cual lia sido el término de su pre­ adelantada la facultad de condenarse. Aquel corte de los males humores de las putas ,
poeta ; nunca jamas se vio hombre tan po­ surosa solicitud , y si ya me van desenga­ rapagón que viste en el oficio en la tarea de andan detrás de ellas, y en vez de ir cerran­
co , era, no obstante, muy ruidoso de ac­ ñando tus mismos ojos en la corresponden­ escribiente se está ensayando para el de­ do tiendas de pecados mortales, las man­
ciones ; traía engresca los sentidos, en va- cia que tiene lo que acabas de ver, con lo monio. Lo que sucede con él y los de su ca­ tienen en este género de vida , tributándo­
raunda todos los miembros con llujo de que acabaste de oir. laña, e s , que sus padres gastan el dinero les estas alguna porción de la infame ganan­
ademanes ; y moviéndose hacia todos la­ No habían corrido muchos instantes , y el cuidado en que frecuentan la escuela , cia , y avisándolos ellas también ia condi­
dos con inquietud traviesa , orgullosa y de­ cuando salió el cachibache, ventor de de­ para que los enseñan á leery escribir, y ción del marchante , para que cogido en el
sordenada. Era peralvillo de una capa de lincuentes , hinchendo las orejas de un al­ luego que salen de este discipulado los em­ hurto carnal, pagen el portazgo, y le co­
vayeta, mas descolorida que el temor , y guacil fantasma, mas largo que arenga de pujan á un oficio de estos, figurándose el bran la alcavaia del deleite. El que quiere
mas rasa que soldado ; cuya circunferencia pobre impertinente, y mas seguido que que por estos escalones pueden subir á en Madrid desahogar su lujuria entra lo pri­
se iba derritiendo en diez mil hilachos : no opinion relajada. Ya has visto, fie dije á ser afortunados ; y como dicen comunmen­ mero haciendo la cuenta con el ministro ,
erado mejor fortuna el sombrero, cuyo mi discreto) á la luz mas copiosa lo que an­ te , saldrán buenos pendolistas. Ellos poco diciendo: AI alguacil veinte , á la alcahue­
forro se miraba colicuado en hebras ; y to­ tes te informaba mi relación. A este tiempo á poco se van instruyendo en las artes de­ ta cuatro, á la criada dos, y á la puta ocho
do él era una trapería andante , y un ehis- llegamos á emparejar con la puerta de la testables de la compañía; bañan su espíri­ y con todo este gasto , y el de la humani­
garavis cercado de arrapiezos : tardó muy zaurda de donde se habían desembocado tu en las iniquidades ; van empapándose dad y conciencia, que esos son irreparables
poco tiempo en adelantarse á nosotros, los dos perillanes, en la cual estaba el es­ en infamias : págaseles el contagio de lo llueven compradores á los burdeles. Punto
porque llevaba pasos de mala nueva ; y cribano sacando con su pesadez gemidos á codicioso , la lepra de falsos , la sarna de es este , que se aventaja á toda pondera­
luego que mi sabio difunto reparó en su fi­ una silla; el escribiente en un trozo do ban­ impios , y todas las malas costumbres, con ción : y como Dios quiera que tú vuelvas
gura, le dije: Ves esa sabandija, cuyo euer* co , repartiéndole una tajada á otro algua­ las cuales tratan familiarmente. Aquellos á aparecerte por acá, yo te pondré patente
po cuasi se desvanece en su pequenez y cil , que sin duda estaria esperando el v ien­ ratos que pueden sisar del manejo de la la abominable corrupción de estos hombres
mo\ imiento ? Pues sabe que tiene un buen to para iiacerse á ia vela. Buen triunvirato , pluma procuran llenarlos con infames dili­ y te referiré acerca de ellos una novedad ,
empleo , y que pudiera traer mas bien le dije á mi difunto , para fundar una des­ gencias ; mótense á telescopios , por los que siendo verdadera, no tiene el semblan­
acondicionado el vestido si no se bebiera calcés: tan buenos son , que ya el diablo cuales ios escribanos y los alguaciles regis­ te de creíble.
por arrobas todo su trabajo : ese tiene su no los quiere, porque añadeir hedor al mis­ tran los delitos mas ocultos , ojean las ac­ Escondiendo y recatándole muchas tor­
mayorazgo en la boca : pues es saludador? mo infierno ; y si ellos no se fueran allá, ciones mas retiradas, y ándanse á manera pezas al venerable difunto ( porque no ten­
Acudió Don Francisco: No, discreto m io, yo creo que habían de andar sus almas sin de m oscas, buscando las llagas de la Repú­ go licencia para decir todo lo que he v isto
le respondí, algo tiene de lo que dices : pe­ tener quien las recibiese. En mi edad, aña­ blica en homicidas, ladrones, pendencie­ en los pocos meses que he rodado la corte)
ro sabe que es podenco de delitos; urón dió Don Francisco, padecía en estos suje­ ros y fornicarios ; y luego acuden á sus es­ venia yo hablando medias palabras , espli­
de maldades; perdiguero de culpas; buzo tos la misma relajación que quieres signi­ cribanos (cada cual al suyo) con la gaceta cando con las manos y las voces de los ojos
de picardías, y colón de los mas ocultos ficar en la tuya. Siempre se empleó en este de desordenes, porque á todos les está lo que no podia con la lengua, cuando cor­
deslices. No hay cosa en la corte que se es­ genero de vida la gente mas desalmada de bien el ir armasando la causa. Estos son tándome el hilo de la conversación antece­
conda á su perspicacia ; nada se puede em­ los pueblos, nunca en hombres de este ofi­ aprendices de condenados y peones de dia­ dente , me preguntó : Dim e, cual es el mo­
boscar á su advertencia, y lodo está suje­ cio se conoció linage de piedad cristiana , blos , y cu estas oficinas corren sus cara- tivo de haber tantas casas nuevas y tur»
to á los ojos de su maligna observancia : en zelo de la publica quietud, rastro de ver­ banas para el infierno. De estos materiales magníficas en la corte? porque be visto
todas partes se introduce ; se para en los dad, ni sombra de justicia; todas sus dili­ se forman los que llaman señores seereta- en los pocos barrios por donde me basen-
öS SUEÑOS .MORALES.
SUEÑOS MORALES. 39
caminado muchas de soberbia estatura, que que conozco hombres bien pequeños, que. creía despierto , y me miraba cosido al procura persuadir á sus oyentes ; aparté
escoden en grandeza y elevación á las mas han hecho casas muy altas. Por estos bar­ marco de la puerta, oyendo con incansable luego á mi finado, y le dije : No hay que
costosas de mi tiempo , y en él aun no po­ rios hay pocos ; si me hubieras avisado atención la sabrosa elocuencia del Jesuita detenernos en visitar mas estancias , pues
dia el monarca contribuir para tales esee- cuando íbamos haciendo las primeras visi­ maestro , y que se levanto de su cátedra a el informe mio te puede servir de visita ; y
sos: y sin duda abora debe de ser acsesible tas, yo te hiciera entrar y ver algunas, y mandarme cortés que pasase al interior del ya examinados estos dos salones , verás
á cualquiera hombre emprender y costesr le contara su historia ; pero á bien que no aula ; y reconociéndome indigno de ocupar con la atención los que nos faltan que re­
tales fábricas. Y7o no se de eso, le respondí será esta la última aparición. Dejemos esle el inas atrasado de los lugares, me escusé conocer.
al difunto ; solo te puedo asegurar que des­ punto, y vamos prosiguiendo nuestras es­ con una reverencia humilde ; y desde el Esa es la gloriosa universidad de las E s-
de el principio de este siglo , que tasada­ taciones, que yo espero que liemos de ha­ umbral oia la viveza con que esplicaba la pañas , el seminarlo de ciencias y virtudes,
mente tiene corridos veinte y ocho años, cer parada en alguna que te de notable proposición 32 de Euclides. Detenidos un y el taller adonde se abultan las deidades
escoden las casas fabricadas en él al núme­ gusto.
breve rato, me tiró de la capaci difunto, y los que entraron troncos. Desde el memo­
ro de las que anles componían la corte, y rable dia en que se puso en movimiento
me dijo : Vamos á ver otra mansion , que
sobradamente estoy informado del estudio esta maravillosa máquina se puede llamar
VISION Y VISITA UNDECIMA. que en esta se fatiga, é inclinando la cabe­ feliz, cristiana , política y gloriosa la cor­
Seminario de Nobles de la Compañía de Jesus. za , me despedí del padre. Saltamos dos ó t e , y menos inculta la nación ; pues en su
tres salones, y detenidos en otro umbral, caudalosa fuente beben sus moradores cu
\ a habíamos pasado el colegio imperial sición alhagueñas caricias á la virtud , y vimos otra pieza de la misma tigura, dis­ copiosos raudales la sabrosa dulzura de la
cuando me acordé que dejaba en sus claus­ renia las desenvolturas al vicio ; á sus ojos posición , adorno y simetría que el pasa­ erudición. Los nobles cortesanos criaban á
tros la visita de mas considerable atención! los gobernaba la pausa de la religiosa cos­ do. El varón que dictaba, y los oyentes que sus hijos delicados, ignorantes y libres;
díjele al difunto mi descuido, y le rogué tumbre y no la libertad de la naturaleza , escribían eran tan parecidos á los antece­ por el amor á su salud y á sus deleites les
que volviese á dar algunos pasos atras, por­ graduando sus acciones y movimientos con dentes , que consentí ( dando paso en mi permitían el ocio y el vicio ; y en las manos
que le faltaba que ver lo que únicamente matemática católica : con el silencio infor­ idea por el interior de las aulas ) que se de esta desventurada y perniciosa lastima
le podia desenojar y templar el dolor y sen­ maba modestia, y de sus labios destilaba habían mudado los bancos y las personas, crecían fieras los racionales: el que mas de­
timiento de las relajaciones (»asadas. Así lo arroyos de humildad y sabiduría : en su fi­ itetiré el paso á buscar otra mansion , y seaba la educación de su hijo heredero era
hizo , y entramos por la puerta del colegio gura , finalmente , se señalaban cualidades el difunto sabio , leye'ndomc el discurso , quien lo entregaba á la superficial doctri -
al Seminario , y vista su docta arquitectu­ de estranierò, y en su ánimo condiciones dijo: Espera , necio, adwerte , que esta­ na de un monago, aprendiz de cura , que
ra , le guié á las aulas, en donde con nove­ de peregrino. Estaban sorbiendo las dul­ mos ya con distintos oyentes y maestro. con ser lechon de sotana , sucio de guede­
dad se enseñaban las ciencias. Desde el án­ zuras de su elocuencia y erudición varios Los padres de esta sagrada religión no se ja s, moribundo de ojos, y amortajado de
gulo , sin tocar los umbrales , reconocimos jóvenes de los que remite la naturaleza á diferencian sino es en las estaturas ; en lo persona, se gradua de doctor in ulroquc
una pieza en cuadratura, de proporcionada las regaladas mantillas ; les presta padre demas son tan unos , que no los puede dis­ en la universidad de la sencillez, siendo
cabidad, limpia, y sin otro aderezo ni ador­ noble , crianza suave , y envia dispuestos tinguir el cuidado mas atento. La modestia, los mas de estos hipócritas linos, que fal­
no que una bien meditada y distribuida á la humana felicidad. Vestían träges hones­ el agrado , la política y otras virtudes, son samente pasan por cuidado de la enseñan­
disposición de bancos y mesas, para que tos, limpios y cortesanos, y á lo tra'gico dones comunes, que igualmente los gozan za el apetito de su interes ; no hacen cor­
sin trabajo trabajasen los maestros y oyen­ del color alegraba una banda do color de todos, y así como estan vestidos de una tesía que no sea una embestidura; su hu­
tes. Nos acercamos otro paso m as, y des­ fuego, y en la parte anterior , vaciada de misma ropa, así viven ilustrados de unas mildad, reverencias y derribamientos son
cubrimos en su cátedra un venerable Jesuí­ hilos de oro , la mayor venera de las vene­ propias costumbres y m odelos, porque es­ genullecsiones á las capellanías de la casa ,
ta, varón respetuoso, mortificado de sem­ ras , y las veneraciones , el hábito mas pro­ y humazos de inciensoá la ración; hom­
tudian y se detienen en la observancia de
blante, y estático de aspecto; tan blanco bado , la joya de mejores quilates, un J e ­ este recoleto estilo, y en cada uno se con­ bres pagados para estraviar á los que de­
como si la naturaleza se hubiese detenido sus , que así digo cuanto quiero esplicar. tienen virtualmente todos ; lo contenido en bían poner en la carrera de la bienaventu­
en darle baños de alabastro , aunque las pi­ Cada joven parecía haber costado nuevo todos , se reconoce en cada uno ; y alecto ranza : el temor de no enojar al señorito
sadas de la edad, y el trillo de la rueda re­ estudio á la naturaleza ; no era de los que mas ó m enos, \ isto un padre está recono­ los enfrena el gobierno de sus antojos , y
ligiosa le habían ensuciado la nieve del ros­ arrempuja de monton al mundo , sino de cida toda esta generación religiosa ; y para aun se ponen de parte de sus viciosas in­
tro ; pero la niebla de la palidez , aunque aquellos que labra con atención cuidadosa que salgas de la duda atiendo al argumen­ clinaciones; porque no llore el niño dejan
escondía la blancura , no la negaba, pues á su sabiduría : los rostros apacibles y agra­ to que está esplicando ese docto , y cono­ verter lágrimas á su conciencia: el padre ,
un tiempo se descubría en su semblante la dables , y la arquitectura de los miembros cerás en su tratado la distinción : escuché la madre, criado y criadas son enemigos
graciadel natural y lagloria de la devoción! discretamente proporcionada. Tan persua­ cuidadoso, y en lo facultativo de las voces mortales de la educación : si no dan en los
predicaba la juiciosa seriedad de su dispo­ siva era la pintura del letargo , que yo me eunuci sci' cuestión teológica moral la que brazos do un zeloso , atento á la salud de
si! k$os morales til
<iU SUEVOS MORARES.
lente de las universidades , y esplico en hecho memoria de sus demostraciones pa­
su alma, y verdadero maldiciente del oro, tan , le mofan, le zumban y le irritan , sin
ellas las treinta y dos ciencias matemáti­ ra vejarlas y blasfemarlas ( como te dije ).-
s< ci ¡an (ieras, viven bárbaros , y mueren dejarle dictar ni cumplir su obligación : esta
ca s, y be visto la disculpable flojedad y y corno yo he sido el mas público profesor,
precipitados en la obstinación de sus g u s- es la vida de las escuelas ; y en volviéndo­
el reprehensible vicio de los m ozos, y la Íie vivido, pobre de mí ! siendo el yunque
los : el que se encarga de una religiosa edu- se á su casa lleva menos vergüenza , nin-
poca solicitud de los doctores ; las mas cá­ de los majaderos. Privadámente á los caba­
eacion se lia (le desnudar de sus afectos y gun dinero, y muchos vicios ; especialmen-
tedras se pascan, y hay maestros á quien lleros seminaristas, les enseñan maestros
temores ; no debe obedecer al padre ni á te el del juego de los naipes y el delasgor-
no conocen los discípulos ; los religiosos de otra ropa las habilidades cortesanas de
la madre, sino es á su justicia y á la mo­ ronas ; que para la enseñanza del uno y
van y vienen á las aulas ; y los escolares danzar, tañer y esgrimir ; y ademas de 1as
ralidad de las virtudes ; defenderlas con el otro sobran maestros y maestras en la
suelen ignorar el general donde se dicta la lecciones públicas, tienen continuado ejer­
ceño , y comunicarlas con cariño; que de universidad mas breve v mas estrecha. Yo
i J profesión que van á ejercer; bien se yo que cicio , y repaso en sus aposentos , en don­
otra suerte mas son verdugos que maes­ ‘as vi mas mozo , y en las mas acreditadas
si me oyeran los demas catedráticos me de viven recogidos y dedicados á estos e s ­
tros; mas delincuentes que jueces, y mas y escelentes notó los desordenes mas con­
reñirian la soltura con que te estoy infor­ tudios y á la frecuencia de las confesiones
diablos que consejeros: hasta hoy ha vivi­ siderables, grave ignorancia, poca ciencia,
mando; pero como tengo á mi favor la sacramentales , y otras honestas y cristia­
do debajo del poder de esta tiranía la no­ y,mucho vicio ; las menos escandalosas son
verdad, y por testigos á ellos mismos , y nas virtudes. Verdaderamente , que si e s ­
bleza de los españoles bien nacidos; á em­ las que tienen menos créditos de insig­
ta república escolástica , política y católica
pujones les enseñaban d'alfabeto castella­ nes , porque no es tanta la confusion ; mas al concurso de ios estudiantes , me burla­
vive tan arreglada como tu d ice s, es el
no : y el mas bien instruido, á los veinte el ejercicio y los maestros viven mas vene­ ria de su ceño ; y como yo logre que me vi­
sites , por la tuya sola despreciaré la com­ cielo de la tierra , ( me dijo el venerable )
anos burrageaba la gramática latina : ya se rados. Deplorable es es!a perdición ; pero
pañía de todos los hombres, á sus bienes y y prosiguió : en mi tiempo la doctrina mas
desnudan de sus hijos, y los adoptan á es­ te aseguro que tienen peor condición, y
á sus enseñanzas. A y , Quevedo ! si tu te cercana para los cortesanos florecía en ese
tos padres , menos cariñosos, mas temidos mas indisculpables costumbres los viejos
aparecieras alguna vez por allá , yo te hi­ lugar que llaman Alcalá , que no se si dura;
y mas dedicados á la vida de su salvación doctorados, que los mancebos manteistas ;
ciera ver cosas que no imaginaste cuando allí habia mucho ejercicio y adelantamiento
y á la cultura de sus costumbres. porque el ansia á la cátreda, la agonia del
vivo, ni pedias presumir cuando difunto. en la física ; teologia y medicina. Alcalá,
No te puedo negar, difunto de mi alma , grado, la furia á la prebenda , á la plaza y
Volviendo pues, al primer propósito y Quevedo de mi alma, ( acudí yo ) ahí an­
que hay en la España insignas y universi­ al obispado los hace blasfemar unos de
reconocimiento de estas aulas , debes ad­ da , y ahora empieza á alentar, porque es
dades en donde pueden instruirse ; y han otros tratándose ( sin temor de Dios ni de
vertir que á sus horas determinadas acu­ universidad en mantillas ; y como tu sabes,
adelantado en toda especie de letras los su condenación ) con crueldad en 1os infor­ en los últimos años del cardenal Jimenez
den prontos diez y nueve jesuitas, que es­
nobles mancebos ; pere creem e, que no mes ; añadiéndose los unos á los otros pe­ de Cisneros se engendró ; iba creciendo con
tos publicamente dictan á todos todas las
son tan seguras ni tan provechosas. Los cados indignos, á íin de contentar la vani­ hambre de ciencia en los pañales ; y se lle­
facultades y ciencias. Dos maestios ense­
viajesá la universidad son huelgas, perdi­ dad de sus deseos : cada uno es ceñudo fis­ nó tanto que enfermó , y aun no ha vuelto
ñan la teología escolástica ; otro la moral ;
ción de los (lias y el dinero ; y estando en cal del otro, é incansable atalaya de su vi­ en sí del abito : ahora se mantiene regol­
y el otro el útilísimo estudio de los Dog­
ella desbaratan todo lo posible do, perder : da y costumbres; y todos se quieren ma­ dando física asentada , teología sin dirigir,
m as, la escritura sagrada , cánones, filo­
allí viven sin padre á quien respetar ; sin tar y heredar los unosá los otros , siendo v medicina obstruida ; y nunca vivirá sana
sofía natural , artificial y moral ; política é
juez á quien temer ; y sin maestro á quien contrarios de sí mismos y de todo el lina­ ni pura , porque los vapores de la corte le
historias, en la misma conformidad y dis­
acudir, hállase muy suyo el joven/redon­ je escolástico ; aquellas losas respiran am­ tendrán siempre macilento, cacochimico y
creción se esplican á diferentes horas ; las
deado de todos los temores, con una vo­ bición, rencor, vanidad y sabiduría loca ; carcomido , el buen color de su escolástica
lenguas griega , francesa , hebraica ; y úl­
luntad cerril, con monedas, y dueño do la en lo mecánico de sus rentas , distribucio­ doctrina, que esta , no viviendo muy lejos
timamente, el estudio de las matemáticas,
posada : como vive sin padre ni maestro lo nes , y otros negocios claustrales, son tan­ de la política, se le pega el contagio de la
á que habia ayunado la España muchos
primero que hace es hacerse padre maes­ tas y de tal calaña las quimeras que se les libertad é ingreimiento : y ahora salgamos
tro de la disolución : busca la compa­ ofrecen y levantan , que continuamente v i­ años ; y en mi universidad, especialmente
de aquí para hacer otras visitas; y por Dios
ñía que le aconseja el apetito mas domi­ ven en perpetua tribulación , y tienen he­ basta que yo fu i, habia un siglo que no la
que no me preguntes mucho, porque á mí
nante ; derrama el dia en las casas délas cho hábito á las inquietudes , hijas de su saludaban ; y desde este tiempo no se en­
me parece que ofendo á mi conciencia si no
gorronas y en las mesas de trucos : en todo soberbia y presunción, y criadas en aque­ cuentra por reliquia, ni testimonio la lec­
te digo las verdades , ( puesto que vienes
el año asiste seis ó siete dias á la univer­ llas aulas, en donde nunca han querido po­ ción de un maestro ; en las demas universi­
ú saberlas) y en mi es peligrosa y escanda­
sidad , y no va á leer, ni á escribir ni á ner cátreda de humildad : cada uno se con­ dades hau estado , y hoy están cerradas
losa la noticia ; porque luego me vale una
repasar, sino es á zumbar los nuevos , á sidera mas sabio y mas prudente que el las puertas de estas aulas por faltar maes­
sátira cada informe; y especialmente cuan­
romper la sotana, y á torearse con otros ; otro, y esta es la raíz de los desconciertos tros y oyentes : á esta barbaridad ha llega­
do he conversado con tu mortandad, pues
y últimamente , a hacer burla y escarnio y alteraciones. Y o , Don Francisco de mi do el presente siglo; y debes saber que
ya me han tirado á los hocicos treinta
del maestro, pues desde los bancos le gri- alma, soy un catedrático de la mas esca­ siendo tan ignorada esta ciencia solo han
I

SUEÑOS MORALES. SUEÑOS m ora les. titt

I'li'-’S08 in,Presns montra tu aparición, y ejemplo que su gusto. Eso es cierto, ( res- Son para mí peste de que huyo. Amo mu­ en tus manos lo que á mi me toca , por
nuestro coloquio. Cumple tu , y tiren ellos pondi ) y pues lo es , vamos, y deja por mi cho á mi risa y á mi libertad : y sobre estas masque te lo persuada tu codiciosa sober­
( me dijo Don Francisco j que mas te impor- cuenta las verdades, no tienen jurisdicción tus labios, fu pluma, bia. Vive para tí y contigo; y lo demas dé­
ta mi amistad que su adulación ; y mas mí ni tu poder ; y siempre te trataré como jalo al cuidado de cada uno. A Dios, amigo,
majadero, vano, que quieres mandaren y si te parecieren mal mis tarcas, dame
VISION Y VISITA DUODECIMA. mis acciones , sin acordarte que eres otro cuatro roncos mientras yo te despojo la
pobre necio como yo , que nos ha enviado moneda con mis ronquidos ; y desvélate en
De los prenderos y colchoneros de la calle de Toledo.
Dios al mundo á cuidar cada uno de su vida escribir en tanto que yo vuelvo á echarme
S a l í del colegio imperial con un buen res, cuando una criada se llegó ám i tari­ y su salvación. La naturaleza nos no has a soñar.
ánimo de hablar sólidas verdades al curio­ hecho pegados el uno al otro , ni ha puesto
ma , y como si yo fuese oración de Santa
so muerto , y guiábalo hádala plazuela de Bárbara ó campana de caloto , me dio dos
la Cebada, para que viese los barberos de gritos, y otros tantos empujones , clición—
viejo, y las Condecidas de hierro, que son dome: que me levantase , que estaba tro­
las mutaciones en aquel teatro ; cuando an­ nando. Y o , impaciente de que me hubiese
tes de llegar á la parroquia de San Millán privado de la dulce tirania del sueño y de
vimos á un hombre negro , cecial y seco , la moralidad de lo soñado, me levanté con
f omo raíz del árbol, con la cara tan sucia, mas pesadumbre que la del comerciante
que parecía el suelo de un queso , la cabe­ cuando se le va á fondo el navio ; mas lue­
za oprimida entre dos corcobas , mayores go me aquieté considerando que todo lo re­
que dos escriños devindim iar, su coleto media otra fantasía. Mientras sueño es se­
almidonado de melaza , sombrerillo de clé­ ñal que duermo ; y si duermo no hay duda
rigo tunante, con sus asomos de tafetán , que como ; y como yo coma , duerma y
capa á lo m istro, de cuello cuadrado, y sueñe, yo me reiré de los que intentan qui­
una vara torcida , que la estaba dando la tarme el com er, dormir y soñar.
tela. Díjele al difunto: Ves esc hombre, Amigos, este es el sueño, no hay sino
que parece que no tiene aliento para hacer desandrajado y decirme otra vez ( para que
ma! a un podo ; pues mas muertes tiene yo cuente treinta y cuatro ) que soy judio,
hechas que los pepinos , las saetas y los ladrón y borracho ; blasfemad ele m í, que
doctores : porque es urón de éticos, cor­ yo procuro ir pagando á todos, que no quie­
redor de moribundas, y tunante de apes­ ro deber nada á ruinas. Si eres letrado,
tados. Mantiene en su casa tabardillos, as­ médico, comadrón ó embudista, acude á
mas , viruelas y todos los males pestilen­ las primeras visiones , que allí tienes tu
tes en varios vestidos que tiene ahorcados carta de pago , si eres cocinero ó escritor,
en su portal; de modo, que su casa es de­ sin salir de estas hallarás la horma de tu za­
posito de la ropa de los que mueren en los pato : habla lo quequisieres, escribe loque
hospitales, y con ella va surtiendo la des­ se te entejare, que yo todo lo escucho á
nudez de Galicia y Asturias, cubriendo los pierna tendida. Yo escribo como Dios man­
desarreglados que envían ú fa corte aque­ da , contra lo general de los vicios ; tu es­
llos países ; y á cada uno , en vez de reme­ cribes ofendiendo su justicia y su le y , des­
diarlo, lo pega un contegion , y le infunde pedazando los preceptos de la corrección.
una lepra , y hay ropilla colgada en su tien­ Yo vivo alegre, y hago risa de tus maldi­
da que ha enterrado á una docena de hom­ ciones ; tu vives furioso y apesadumbrado
bres , y se ha quedado con el puñal para de mi quietud. Seas quien fueres , ni te t e ­
matar á un regimiento. Hasta aquí llegaba mo ni te he de contemplar; no deseo bien
Y0 con mi informe, y con deseo de decir­ que está en tu mano ; lo que Torres no pue­
le a Don Francisco el pernicioso uso de las da prestarme, no lo pido á otro. Las cáte­
ropas, por la codicia de estos revendedo­ dras , las prebendas, y todos los empleos
DE

© y iw iE K s ) .

POR MADRID.

jï'lo s lectores diestros ó zurdos, '


m n o s «i rellenos , locos ó cu erd o s, sabios ó ignorantes , y á todo yente y ,
viniente. piante y m am ante’, que con ninguno m e ahorro.

( quedándote un monton de suegros en el


uien ha de entenderte ? alma ) dices que es lástima que se malo-
Quien ha de contentarte ? gre ingenio tan fecundo, y que por proví-
Quien ha de tratar con tigo, dencia se me debía obligar á seguir argu-
si eres un loco soberbio, mentos mas magestuosos : Majadero tú no
voluble sin pies ni cabeza, eres mi padre, mi abuelo, mi guardian,
ni asiento aun en tus mis- mi rector, mi amo, ni mi amigo para que
mos gustos ó deleites ? Quien no había de yo te obedezca. Si quieres que te sirva
atender á tus despropósitos, vaciaduras y susténtame: si deseas mandarme, víste-
cachorradas si no yo , que soy otro bota^ me : si quieres ver libros gordos de cual-
rate, casquilucio y rebelde? De las prime- quiera facultad, llégate á mi, y muy cor­
ras y segundas visitas has hablado con mas • tes, urbano y comedido , ruégamelo ; pá-
infamia que Mahoma del tocino. Dijiste que game las impresiones y regálame bien ;
mi ingenio era rústico, vulgar y desenfa- y si no porque quieres que yo te sirva,
dado : la locución la capitulaste de libre » te contemple y te dé gusto con perjui-
descompuesta, sucia y desordenada ; y ció de mi caudal y mi deleite ? Mírate á tí y
ahora dices que á Torres no se le puede mírame á m í, y veras que ni tu tienes
negar el numen, ni lo corriente del estilo, razón para mandar tanto, ni yo motivo
y en tono de maestro bien intencionado para obedecerte poco.
ö f, SUEÑOS iVIOIlAl.ES.
SUEÑOS MOKAl.ES. ti?
Para que veas que la crítica 'quo haces á ba de conocerte que tu eres el malo , el po
mudarme. Convertirne á considerar el áspe­ ra : ya roza tafetán y fondo ; tan autoriza­
mis trabajos es maldición tuya y no defecto drido y el maldiciente y el descontento lis-
ro desden de mi suerte , la esterilidad de do y campanudo como un arcipreste, y tan
mio , sosiégate un poco y vamos á cuentas. cal de todo lo que no te toca ni te pertenece.
mi fatiga, y el infeliz estado de mi pobre­ grave como letrado que acaba de salir de
Dime hombre ó diablo : no te puse en mi Acuérdate que en los primeros rasgos de
za. Arrimé, pues, el pecho al filo de un la tiénda ; y logra encaramarse en teniente
viage fantástico todos los sistemas y astro­ mis prólogos te hablé humilde, cortesano
bufete, me hinqué de codos en la tabla , y de las coles: ya trae guindadas del sombre­
nómicos ?No te di en H erm itaño y Torres y cobarde , siguiendo las huellas de los au­
haciendo para la cabeza estrivos de las ro dos borlas garrafales á lo gerónimo , y
los elementos de la química y la crisopeya? tores medrosos, acoquinados y encogidos,
manos, cogiéndola desde la frente hasta la embolsada la carrajola en un solideo á lo
No te envié en las tres cartillas rústica ecle' que deseaban ganar tu aceptación , y solo
mollera , en ademan de descalabrado , presentado : azufre y almidón en el cuello,
siastica y astrológica los principios de estas sirvió mi abatimiento de dar mas alas á tu
empecé conmigo á razonar de esta suer­ antiparras en la nariz, é hisopo en barba.
facultades? No te instruí en la vida n a tu ra l insolencia. Ahora pese á tu alma me has de
te : No ha tanto que lo conocimos macarrón, ni
y católica en todos los medios que debias pagar aquellos desaires ; y has de sufrir los
Válgame Dios ( ciccia j cuanto tiempo que lo vimos en su iglesia rodeado de una
elegir para vivir sano y salvarte, educidos porrazos de mi pluma ; y he de enviar á la
ha que estoy sentado á la cola del mundo ! sotana , que donde se escapaba de ahugero
de la teología moral y la física ? No te de­ prensa los argumentos , los asuntos y los
La necesidad me araña, la pobreza me caia en chorreón de aceite, y en berrugas
mostré el camino de acabar feliz y religio­ disparates que mas te enojen y destemplen
silva, la suerte me escupe, y el olvido me de cera. Pregúntenle á Pablo Belloto, zapa­
samente con la vida en mi cátedra de m o ­ y los he de escribir sin orden, regularidad,
enmohece. Treinta años se han deslizado tero de burros, cuanto tiempo ha que le re­
r ir ? Finalmente no te cuento todos los años ni cuidado , que para lo que tu entiendes y
desde que estrené la tela de la vida, y ha cetó una cataplasma para aderezarle las
los movimientos, influjos é impresiones de te has merecido, de cualquiera modo irán
mas de mil que soy pobre ! Que siempre costillas, la tarde que pegó de espaldas en
las estrellasen mis pronósticos ? Pues bru­ bien. A Dios maldiciente y aguárdame en
me lia de mirar la fortuna con semblante el suelo por subirse á los mechinales del
to que quieres? que pides? Como he do el prólogo del calendario, que por ahora
acedo ! Con gesto avinagrado t Que no ha­ campanario en busca de cernícalos para ven­
agradarte , si tienes un paladar tan desabri­ no quiero mas visitas contigo ni con otras
ya visto en sus labios nacer la risa ! Válga­ derlos á los muchachos. Con semejantes
do , y un espíritu tan ingrato que aborrece visiones que he dejado en el tintero ; pero
te el diablo por dama tan desdeñosa ! El transformaciones nos está la fortuna hirien­
]a ciencia natural, la política, la eclesiásti­ puede ser que las saque á la vergüenza si
mundo político es casa de juego de los hom­ do los ojos todos los dias, y solo Torres ha
ca , la-celeste y todos los elementos útiles á me vuelves á urgar la quietud. Y si las
bres , unos ganan h oy, otros mañana ; es­ de ser rabo perpetuamente !
la conservación del cuerpo y el alma ? Te oculto no creas que es respeto ni tem or,
tos pierden ahora , despues aquellos ; la Así hablaba conmigo, ponderando lo er­
escribe otro autor coetaneo mas asuntos porque ni á una reverencia ni à oirá me tie­
fortuna es la que á cada instante baraja los rante de la suerte , y lo inmóvil de mi des­
ni mas varios ? Pues á que fin respiras nes obligado. Dios me de paz con todo el
naipes de las cosas : ella es la que todo lo gracia hasta que se dejó persuadir la cabe­
tantas blasfemias disfrazadas en disposi­ mundo y guerra contigo , porque mas me
revuelve, nada deja estar fijo: al vario za déla sombra de la soledad, del silencio
ciones , lástima y buenos deseos ? Aca- vales desapasionado que afecto.
movimiento de su rueda dicen que se g o ­ y de la positura, y trepando á mi calvaria
bierna el mundo : todo se dispone, todo se los humos dé la cena , ó ya ocupados los
INTRODUCCION AL SUENO. altera á los antojos de su condición incons­ espíritus en la cocina del estómago , se re­
bilacionesen la tempestad que padeció mí tante : ella es la q ue, según el dictamen de lajaron los músculos , se opilaron las cavi­
E n un sillon decrépito medio desjarreta­
ropa en el viaje de Salamanca á la corte. los hombres, reparte los papeles que se lian dades de los nervios, se obstruyeron los
do , manco del brazo izquierdo, con solo
Empecé á discurrir sobre la maldita vente­ de representar en este gran coliseo del uni­ poros de sus fibras, cesó el ordinario cor­
un zoquete por junto al hombro, de asien­
verso ; la que siempre está mudando los reo de los órganos sensitivos estemos al
to regañón y crudo , suegro de rabadillas ra que me mondó de camisas , medias y za­
bastidores ; la que todos los dias saca nue­ sensorio común, dejando el camino los ca­
y nerón de nalgas , estaba tirado una no­ ragüelles, y á representarme los chiquillos
vas figuras al retablo : solo para mí se está ballos ligeros de los espíritus animales, ca­
che espoleando el mehollo , y arreando á que se fabricaron veinta ó treinta leguas de
queda, para todos los demas es varia, pa­ yéronse marchitos los párpados sirviendo
la fantasía; á fin de poner las mentiras so­ mi lujuria , embarrando con mocos de tra­
ra mis males lija ; y finalmente siempre de mortajas á los ojos; y en fin el borracho
lemnes de mis pataratas astrológicas en la sero el lienzo que yo gané en la gregaria
ha de salir Torres haciendo el papel del li­ de morfeo me dejó tullido al espíritu, bozal
solfa de alguna metáfora apacible. Revol­ de las bolas y compases. Consideraba que
cenciado miseria, cuando la suerte está á el alm a, atollado el entendimiento, en va­
viendo me hallaba todas las gavetas de mi esta contingencia me tuvo entre los apesta­
todas horas haciendo de las suyas ! No dis­ caciones á la memoria , y en sábado á la
caletre, el arca mental de mis retazos, y dos de pleito, que en la barberia de los
ta muchas leguas de aquí el GurullapeBlas voluntad. Luego que la imaginativa se vió
el bolson donde acostumbro guardar las er- bártulos y donellos me reparón á navaja las
Camacho, y no ha mucho queeratan lego sin pedagogo empezóá travesear con una
ramientas de embelesar los necios, cuando faltriqueras ; y que despues de haberse be­
como cualquiera burro de vecino , y cuasi tropa de títeres, cucarachas y monicacos ,
( sin saber como ) desbocándose la imagina­ bido todo el aceite de mi bolsa unas lechu­
no ba pasado tiempo desde que estaba el que se esconden en la cobachuela de mi ce­
ción, se me disparó el pensamiento sin zas con golilla, me bailaba en la dura
constitución de no tener una camisa que pobre mocho en cluquillas de sacristan , y rebro ; y pasando esta desordenada escara­
poderlo detener hasta que dió con sus ca-
de repente lo hemos visto en zancos de cu­ muza á sacar otras figurillas á sus tablas
m orales ‘ 69
68 SUEÑOS MORALES.
con dreien , concierto y disposición admira- lia la comedia que verán los que quisieren Como, para darle ser á una quimera inves­ oíste siquiera decir fulano enriqueció por
el c o r r a l d e m i c h o - a t e n d e r al s u e ñ o q u e s e s i g u e . tigas especulaciones , repites desvelos , haber hallado la verdadera piedra filosófi­
aumentas gastos , y viertes los dias en ob­ ca ? No es cierto que los demas desperta­
sequio de una corrompida aprehensión? ron tarde de su modorra, y apenas tuvie­
SUENO.
Ven acá filósofo profano , á esos ídolos ron vida para esperimentar los frutos del
C o n la m e l e n a d i s t r i b u i d a e n p l a s t a s , c o ­ dados de tizne, los ojos hechos una sopa de permites que sirva el conocimiento de la desengaño? Acaso no fueron estos mismos
p os , to rzales y b u r u j o n e s , los p e lo s , en lágrimas, huyendo las ofensas del humo , naturaleza y de sus prodigiosos fenóme­ los que ministraron á su posteridad los li"
b r e g a , b a r a b ú n d a y a l g a z a r a s o b r e la c a r a , con visajes de endemoniado, un buen pi­ nos ? Debiendo resultar de tus lisicas me­ bros y recetas para alcanzar ( regulando
colándose p o r en tre ellos las m ira d u ra s * miento por nariz, dos ascuas grandes por ditaciones y filosóficos progresos, la clara por ellas las operaciones ) lo que los mis­
c o m o quien o je a p o r c a rá n tu la d e c o lm e n e ­ orejas, y todo el cuerpo sudando tinta por idea del autor del mundo y del cielo , para mos nunca pudieron conseguir ? Yo no te
ro , tra g a d o d e una c am isa tan á s p e ra , que cuartillos ; en fin , con estos accidentes la engolfar tu contemplación en el inmenso negaré que el arte es émulo de la naturale­
j u z g u é q u e m e h a b í a n e s t e r a d o la h u m a n i ­ vil calaña de mis calzones y camisa , y los archipiélago de sus innumerables atributos, za que solicita remedar sus acciones, y que
d a d ; los g r e h u e s c o s m a s r o t o s q u e pa z e n ­ remolinos de mi pelambre estaba un ma­ y mover tu voluntad al amor, de tan so­ puede hacer sus obras ; pero no puede eje­
tr e c u ñ a d o s , p o r cu y o s b o q u e ro n e s se d e ­ marracho tan feo como no lo pudiera pa­ beranas perfecciones ? El metal precioso cutarlo sino es aplicando los principios ac­
ja b a ver la c o r a m b r e d e l o s m u s l o s y el rir la imaginación , aunque se dejara for­ pretendes hallar en esos materiales? Quien tivos á los pasivos; y siempre que esta
n a lg a to rio , d eso lla d o d e m e d ia s, y en c h a n ­ nicar de todos los diablos en sus figuras. Yo te puso en el deseo del oro? Ignoras por aplicación no intervenga, podrá contraha­
c le ta s los z a p a t o s , se m e fig u ró q u e e s ta b a ignoro quien puso en mi cerebro las fantas­ ventura que es afan en quien lo solicita, cer y darle á sus obras estemos acciden­
e n u n c u a r t o e n t r e oficina d e figón , o b r a ­ mas de objetos semejantes en la orden y peligro en quien lo alcanza, y pesar en tes que sean semejantes á los de las obras
d o r d e alchim ista ó zau rd a del in fie rn o , disposición que tengo declarada ; pues á quien lo pierde ? No conoces las cosas á de la naturaleza, mas nunca podrá condu­
p u e s tal p ieza solo p u d o s e r h a b ita c ió n d e tal estudio nunca le cobré afecto, antes lo que obliga la sed del oro ? No sabes los es­ cir su acción hasta la intrínseca sustancia
a l g u n d i a b l o e l m a s s u c i o d e la m a n a d a . T e ­ tuve siempre por locura y ejercicio tan in­ collos á que conduce? Que género de ma­ de la cosa, de manera que la produzca : es­
n ia el s u e lo c u a t r o co stad o s de m u la d a r : fecundo , que estaba desterrado de mi vi­ les no son hijos de tan desordenado deseo? to sin duda acontece en la operación del ar­
e sta b a n e n un rincón va rio s h o rn illo s, m o r ­ gilia cien mil leguas en contorno de la ima­ Que leyes no viven ofendidas de tan irra­ te respecto del oro. Despues de mucho es­
te ro s , alm ire ces, r e tu e rta s , botes , r e d o ­ ginación; pero verdaderamente yo me soñé cional apetito ? Para que (dime) apeteces tudio y cansancio resultará una cosa pare­
m a s , a la m b iq u e s , y o tro s in s tr u m e n to s del ( como he contado ) haciéndome chicharro­ mas de lo necesario ? Acaso para vestirte cida algo al oro, por los estemos acciden­
a r t e d e q u e d a r s e sin c a m is a . E n o t r o r in c ó n nes el seso al calor de la fogata, y en soli­ no le tomas la medida á tu cuerpo y esta­ tes de que se viste , en fuerza de las dili­
se descu b rían m u ch o s m o n to n es d e m ierd a citud del embuste filosófico y la medicina tura? Pues por que, para apetecer, no has gencias del arte ; pero no será oro verda­
de tomar la medida á tu necesidad ? Todas dero, y sustancialmente, ni tendrá aquellas
d e todas ca sta s , aquí un m an o jo d e y e r ­ universal. Así me hallaba, cuando ( no sin
las cosas fuera del hombre no se ordenan calidades propias que dimanan ó se siguen
b a s , a ll í u n re v o ltillo d e p e l o s , ollas con vergüenza mia) se ensartó por la puerta del
á su conservación? Este es el uso de ellas; á la fórma de aquel metal. Este no lo pue­
1e c h e , o rin e s y s a n g r e : en un lado h ab ía cuarto Don Francisco de Quevedo y Villegas,
pues para el fin de conservarte , por que de hacer el hombre en cuanto á la sustan­
c a n tid a d d e c a r b o n e s , en o tr o fuelles : s o - que sospechando el linage de mi ocupación,
; re un poyo se reconocía una candileja m a ­
el desorden de tu voluntad miente necesa­ cia, porque no puede hallar los propios ac­
de les trebejos que reconocía en tono de ira.
rio lo que es superfluo ? Aplica la mitad de tivos y pasivos para que resulte. Si solici­
c h u c a d a , m a s p u e r c a q u e el p e c a d o n e f a n ­ cundo, y comunicando á las palabras la seve­
ese trabajo á otro estudio , y te rendirá tas lo que Harnais universal medicina, es
d o , c u y a n a r iz s e s o n a b a el m o c o d e l a c e i­ ridad del semblante, me habló en esta forma.
agradecido lo que bastará á callar los gri­ otro ramo de la humana locura. Quien te
te s o b r e las h o ja s de un libro e s t r o p e a d o : O necio despreciador de las horas que
tos de la naturaleza. Dime : cuando sea in­ ha dicho que es posible en el ámbito déla
e n f r e n t e d e él e s t a b a n o tro s m u rié n d o se vuelan fugitivas ! Donde o como las alcan­
culpable la destemplanza de tu deseo juz­ naturaleza ni el arte , remedie , que siendo
d e h a m b re d e perg am in o ; y e n tre todos zarás una vez que volvieron las espaldas?
gas que has de apagar sus ardores en esta uno en la sustancia, tenga energia univer­
u n a alcuza m a s u n ta d a q u e m ano de re la ­ Como no te aprovechas de los favores de!
fuente? De estos materiales crees que has sal y fuerza espulsiva de todas y cuales­
to r. L a s p a r e d e s á dilig en cias del h u m o , tiempo ? Como pierdes la preciosa moneda
de fabricar el oro para satisfacer à tu codi­ quiera enfermedades ? Estas tienen varie­
p o r un as p artes e ran castañ as y por o tras de los instantes? Ocupado estás en el ocio,
cia? Cuantos vivieron embelesados en tan dad , no solo por sus diferencias específi­
m o rc illa s. L ev an táb ase p o co s p a lm o s del y ocioso en la fatiga, dormido en el desve­
despreciable asunto? Cuantos consumieron cas sino también por sus condiciones nu­
su e lo un f o g a ril, s o b re el cual estab a h a ­ lo , y desvelado en el letargo : Que estu­
el tiempo y la paciencia en tan pésima ocu­ merales ; y asi piden para su espulsion es­
c i e n d o s u o f ic io u n a l a m b i q u e m e d i o a b o ­ dio es el que abrazas ? Que tarea te ocupa ?
pación ? Cuantos gastaron su salud ? Cuan­ pecíficos distintos y contrarias virtudes,
llado , y al m a r g e n mi persona esperando Que deseo te ejercita ? Que objeto te em­
tos sus caudales? Has visto, ó joven ne­ las cuales debiendo ser muchas á propor
la s m ila g r o s a s o p e r a c io n e s d el f u e g o : las belesa ? Como consagras tus afanes á la
cio y mal aconsejado ! el oro que les ha cion de la diversidad de los efectos , no
m an g as del cam isón co nvertidas en ro sc a s investigación de un delirio ? Como derra­
producido su continua tarea? Por ventura pueden residir en un ente solo. Abandona ,
e a s i s o b r e l o s h o m b r o s , lo s b r a z o s r e m e n ­ mas el sudor en busca de un fingimiento ?

.'«¿J»"'—*-5
70
SUEÑOS MORALES. SGEÑOS MORALES. 71

Torres mio, ese empleo : levanta la mano conocer en las señales de vergüenza queco por religioso y escogido ; el segundo e s ,
gotes , que roen de lá iglesia sin servirla
de esa obra ; despide tan temerario inten- mí produjeron sus palabras. En consecuen- que en la corte de España están privados
en nada : los visten también cu este trage
to ; sal de esa zahúrda ; vístete y ven con- eia, pues , de lo que me decia, solíde aquel los escolares de entrar en el real palacio
para proporcionarlos á las abadías , benefi­
migo visitaremos tercera vez este gran y
muladar, despues de haberme lavado me cios y patronatos de las casas , y en pillan­
del Monarca con las ropas talares : y este
teatro dela corte de España. mudé de ropa, y rebujado en una capa sa- linage de hombres que tienen sus tratados
do la renta, encomiendan á un frailee!
Asi concluyo mi venerado Don Francis- limos á la calle, que disponer, ó sus visitas que ejercitar,
cumplimiento de las misas de la fundación,
co su razonamiento , cuya elicaci a se dejó en alguna manera están forzados á vestir
ó dejan pereciendo al purgatorio, y ellos
la ropa corta ; pero es verdad que la pue­
reciben la gruesa, y triunfan y gastan á
V IS IO N ' Y V IS IT A P R IM E R A . den traer mas parecida á los eclesiásticos
costa del tesoro de la Iglesia , y estos solo
que á los militares. Hay ya otra causa que
Los Abates, tienen sabor á clérigos, porque visten de
hace preciso el disimulo de este desorden,
luto, y los mas ignoran los elementos de
Tan vivamente me persuadia en el sue­ y es, que como los monarcas de este siglo
era el alma del otro mundo , y que yo Antonio de Nebrija , con que vienen á ser
ño la vigilancia de las especies, que aun
mismo me habia parecido á mi propio. los donedos del estado clérical. La tercera son estrangeros lia sido copioso el número
hoy dudo si fué soñado ó visto, aparente de franceses é italianos que frecuentan la
Cobréme del susto, y conociendo que era especie de abates son los andarines , como
ó verdadero, un figurón que vimos en la corte ; y como estos en sus países siempre
el aborto de un abate acabado de vomitar ínula de alquiler, tragones de leguas y
calle de Horteleza, ( adonde fué nuestra
del vientre de la Italia , le dije á mi difun­ mendrugos, que rompen la vida por cues­ barí vestido este trage , á imitación suya
primera salida ) era el tal de tan horrible lian procedido los clérigos españoles : y
to: Este y otros que habras visto rodar por tas y barrancos : de estos muchos se apor­
estatura , que venia tropezando con la ca­ aun que sus jueces y ministros han procura­
esas calles son presbiterios rniqueletes, ran en la corte, y hablan de Genova , Mi­
beza en los cuartos segundos, mas largo do desnudarlos de é l , ya con la pena de la
dragones de la clerecía , que tanto hacen lán : Ñapóles y Liorna : juntan auditorio
que el viage de Indias, y mas grande que á pie como a caballo : son los ganchosos v de bribones en la puerta del S o l, y entre cárcel, el horror de las censuras y otros
yerro de entendido. Los brazos eran dos tormentos , no lian conseguido despojarlos;
los escarramanes del estado eclesiástico, otros de su calaña gobiernan al mundo , y
tornillos de lagar, y por las bocamangas antes bien ha sido mas escandalosa la alte­
saceidotes un cuarto de hora, y salvages pasan entre los bobos oyentes por los Te­
del vestido se le venían derritiendo dos todo el año : estos tienen mas visitas que rendos y Cicerones de este siglo. En mi ración , porque se. mudaban los clérigos
muestras de guantero en lugar do manos : en gitanos, y vestían jaquetillas , capotes ,
los doctores : viven de dia y noche en los edad , dijo el venerable muerto, habia al­
el talle en conversación con las gorjas, dos capas burdas , sombrerillos redondos y
esti ados : son dueñas sin toca ni mongilcs: gunos vestidos de esta ropa , aunque guar­
monteras caladas, y se habia aumentado
guadañas por piernas, dos tumbas por za­ colones de los refrescos y las tarariras. daban mas modestia y compostura en lo
en la corte sensiblemente el número de los
patos , y tan hendido de horcajaduras, Tres géneros de gentes visten ese trage . cercenado de ese trage ; pero estos eran
picaros y los bandoleros : con que poi evi­
que de medio cuerpo abajo parecía compas Los [lárracos monteses ; los segundos y unos entrantes y salientes en el reino , á
tar mayores daños toleran este; y ya no
de carretero ó tijera de aserrador. Su fiso­ terceros de los mayorazgos , y los tunan­ quienes la curiosidad , la negociación ó el
toca las líneas de escandaloso , por cuanto
nomia era lánguida y sobada , como perga­ tes perpetuos. De modo , que aquellos cu­ deseo de instruirse en la política castellana
mino de entremos ; tan magro y descolori­ ras bravios , sacerdotes casados, que man­ conducía á la corte, y á estos se les disi­ la gente délos pueblos y lugares lo tienen
do de semblante, que á lo lejos parecía reconocido como eclesiástico y religioso.
tienen en los pueblos y aldeas cortas cin­ mulaba como peregrinos lo engreído del
targeta sin dorar : enano de ojos, gigante hábito; pero á ninguno de los nacionales Economía cristiana es ( replicó Don I' rail-
cuenta años de criada en dos tomos, y de
de narices, tanto, que presumí que le col­ padres de alm as, se hacen padres de cuer­ les fué permitido mas adorno que el talar, cisco) disimular alguna relajación porque
gaba del entretejo la paletilla de un buey : pos, se vienen á la corte acosados de sus que es escolástico y religioso entre nues­ no sucedan mayores ; pero dime allora en
era espeso , y tan rubio de vigotes como obispos y prov isores : dejan del todo á su tros españoles : y es muy digna de correc­ cuanto á lascostmnbres , en que estado vi­
si tuviera el rostro sembrado do azafran conciencia y á su felegresía , se visten de ción esta soltura , y los santos concilios lo ven los clérigos de esta edad? porque te­
coni in : un cuello balona que le enterraba corto, rabón y desenfadado, y pasan la tienen religiosamente destinado ; y faltar á mo que como se lia introducido esta diso­
los sobacos , tendido á usanza de pañizue- vida sin acordarse de sacramento ninguno; su reforma es traspasar lo reverendo de lución en el adorno, se baya apoderado del
lo de vergonzante , y una capasoga que so­ y de estos es el número mayor. Los segun­ sus cánones. Dos motivos al parecer justos alma alguna perversa libertad. Muchos hay
lo le cubría el espinazo, y el vestido ne­ dos y terceros de las casas, lo visten por ( dije yo ) son los que pueden absolvernos honestos , virtuosos y de loables condicio­
gro y marcial, que parecía furriel con luto. vanidad y galanura , son clérigos forzados, desemejante delito , el primero, que en nes , (le respondí ) hay otros mas caídos
Cierto que me atemorizó haberme visto en en la virtud, y no pocos exaltados en la re­
á quienes la política hace profesar do bolo la córte romana, en donde resplandece la
esta figura , porque nunca vi vision mas pa­ nios y holgazanes: estos acechan á los cabeza de la Iglesia , y so trabaja por los lajación ; no hay vicio que no baya pisado
recida á mí persona , y me tenté miembro los umbrales de esta recolección ; inas lo
obispos para cargarlos do pensiones, que aumentos de la religion católica, son sufri­
por miembro, persuadido á que sin saber­ despues hacen caballeratos , y arrojan al dos sin escándalo estos träges, y los mas que no se puede oir con los ojos enjutos es,
lo y o , me habia escapado de m í, ó que ya cuello, se ciñen espada, y son clérigos pe- eminentes varones de la Iglesia le visten el estrago que ha hecho la codicia en la
72 SBB.NOS m o r a l e s .

conciencia de muchos eclesiásticos, así en los vecinos menesterosos de su feligresía.


la corte como fuera de ella; y la mayor des­ El oficio del eclesiástico de be ser el mas
gracia e s , que han encontrado una diabla pobre y el mas trabajoso ; su vestido hu­
teologia , con cuya anchura de doctrina milde y honesto ; su comida moderada ; su
gastan en usos profanos, coches, carrozas, retiro ejemplar ; su pureza notable ; su ca­
juegos, festines , siervos y familias, aque­ ridad mucha ; su fe viva y acompañada de
llos bienes con que Ies contribuye de limos­ todas las virtudes y buena obras, para que
na la congregación de los fieles católicos, á su ejemplo se modere la libertad de los
engañados en pensar que son útiles y pre­ seglares, y con su vista se les despierte
cisos á la decencia y respeto de su persona en su memoria el deseo de la cristiana vi­
y de su estado, y así usurpan á los me­ da. Y es el desconsuelo (difunto de mi al­
nesterosos feligreses el caudal de que son ma ) que hoy los mas escogen á la iglesia
únicamente tesoreros , recaudadores, y no para vivir ociosos, regalados, poltrones y
dueños. De la misma manera es deplorable ricos ; y no sin fundamento, para significar
la miseria de otros, que faltándose impios un hombre obeso, bien mantenido , y sin
á la decencia y costumbre religiosa, tocan cuidados al estudio ni otras fatigas, dicen :
en sucios, desarrapados, y aun pordiose­ Tiene una vida como un canónigo! ó como
ros , y amontonan en sus casas y navetas un padre! Y no hay duda alguna, que el
los frutos de sus beneficios , hurtándolos eclesiástico que no ha de rezar, decir mi­
y escondiéndolos á los miserables pobres sa, ni confesar; ni distribuir á los pobres
de sus parroquias , cuyos son legítimamen­ sus beneficios, este logrará una buena vi­
te. Yo ( Quevedo de mi alma) no quería da ; pero, también es cierto que se irá á
creer que vivían en el mundo sin rubor ta­ los infiernos sin pasar por las penas del
les ministros, hasta que la esperiencia me purgatorio. Los hombres ricos y mas de­
ha hecho sabedor de esta lástima. Muchas socupados de los pueblos son los curas y
veces he escuchado con tormento de mi co­ los sacerdotes, y son los primeros que
razón, que el canónigo fulano, y el preste acuden á las diversiones, tratos y huelgas
zutano , murieron y dejaron dos mil doblo­ de los seculares. Este desorden ( dijo el
nes al ama, mil á la sobrina , quinientos muerto) nace de la ignorancia del orden,
al criado Pedro, y doscientos á la criada y la poca meditación que gastan cuando
Maria. En los testamentos de los eclesiás­ mancebos á saber las obligaciones del es­
ticos no se oye otra piedad, ni se advierte tado que han de elegir. Desde la primave­
otra distribución que con las amas , sobri­ ra de su edad debían aleccionarse en la sa­
nas , sobrinos y criados ; y el mas recoleto grada Biblia, en la piadosa lección de los
en aquella hora del morir lo deja por medio místicos, morales y doctrinales ; pero es
de un poder á una comunidad, ó al mas la desgracia que en mi siglo había pocos
cercano pariente ; y siendo la obligación instruidos en estas ciencias cristianas. Hoy
del estado sacerdotal la que está anotada y es mayor el número de los clérigos igno­
descrita por los santos doctores de la igle­ rantes en esa sabiduría, ( dije yo) y sola­
sia, á imitación de la gloriosa y primera mente en las catedrales y universidades se
compañía de Jesucristo nuestro bien, los encuentran algunos dedicados á la sagrada
bienaventurados apóstoles , aquellos bie­ lección de los cánones, y al discreto cuida­
nes que dejó á instancias de la m uerte, el do de las moralidades , los demas han leí­
eclesiástico, ni pueden pasar á otro que no do la doctrina católica por un Busembaum
sea pobre de la diócesis, ni pudo él con se­ ú otro prontuario , y esta aplicación les
rena conciencia lenor escondidos y amonto­ dura el espacio que hay entre una y otra
nados aquellos bienes, con tal perjuicio de orden, que luego que llegan á la de près-
SUNOS MORALES.
hileros j arriman del todo esta lectura, ble aplicación al respeto, doctiina y ser-
Grave y reprehensible es la pereza é igno- vicio de Jesucristo. Vamos ( le volví á de­
rancia en que viven muchos eclesiásticos, cir al sabio muerto) que el tiempo es b r e -
debiendo ser los mas sabios y diligentes en ve , y nos quedan muchas visiones que ver
la ciencia cristiana ! Dios nuestro señor, y algunas mansiones que visitar.
£•
por ser quien e s , los influya una inevita—

VISION Y VISITA SEGUNDA.

Los sastres , zapateros , reposteros y otros mecánicos.

E n t r e t e n id o s en la conversación , y con sus manías en continua tarea. Ha cre­


admirados de la figura del abate , venimos cido tanto el número de este gremio, que
ádar con nosotros á la esquina de los ve­ iguala con la generación de los cornudos :
nerables agonizantes, cuando hácia su por­ estos hurtan del mismo modo que en tu
tería vimos otra figura mas fea y mas des­ tiempo, y en este vicio no ha habido alte­
cuadernada que cuantas se nos habían ración , porque en sedas, tiras y bebede­
puesto ante los ojos entre todas las visio­ ros entran las sisas con mas valor que las
nes pasadas : parece que la naturaleza se hechuras. Cuando tu eras viviente, con
equivocó en el repartimiento de las faccio­ dos vestidos al año te contabas con la bien­
nes , y que le habia trocado los lugares á aventuranza natural de los reyes ; y estos
los miembros ; los ojos cada uno tiraba no gastaban entonces mas que uno de ter­
por su camino , porque al uno se lo sorbía ciopelo en el invierno, y otro de tafetán
el entrecejo , y el otro se le entraba en el en el verano: boy es costumbre y moda que
cogote : nariz á pino como campana, con llaman, tener acinados una docena : ape­
los bordes hácia la frente, y los labios co­ nas podia pagar antes un cortesano bien
laterales á la oreja, como degolladura de empleado un vestido corto, y boy cual­
marrano. Era su cara el juego délos des­ quiera holgazán estrena uno cada mes. E s­
propósitos , pues si la vista preguntaba por ta abundancia ha hecho ricos á los sastres,
la colocación de los sentidos, respondían y son hombres que labran casas, lundan
las facciones con un disparate. Llegó este á mayorazgos y capellanías, y erigen sepul­
incorporarse con otra tropa de hombres, cros ; y mañana se han de levantar con la
todos de buena capa, unos vestidos á la república , y han de ser consejeros, pri­
chamberga ; otros entre golillas y jácaros, vados, ministros y gobernadores, que co­
y los mas en trage militar sobradamente mo el dinero ha dado en mandarlo todo ,
aseados. E stos, le dije á Don Francisco, y ellos lo van recogiendo , les ha de ser
son algunos oficiales de las artes mecánicas, fácil cualquiera intentona. Los mas oficia­
sastres, zapateros y peluqueros, que estos les de tu siglo están pereciendo, especial­
son los hombres ricos de este siglo : en tu mente los golilleros , maestros de espada,
edad no habia una tabla de pelucas, y hoy picadores de caballos, libreros, tapiceros
no se escapa calle sin tres ó cuatro mues­ y pintores , por las nuevas costumbres in­
tras , porque es raro el hombre que viste troducidas en la España, como te dije y a ,
su natural cabellera. En tu tiempo un gran y viste tu en las primeras visitas : hoy vi­
señor se calzaba por diez reales, y hoy ven, y se han ido chupando el dinero los
cualquiera monigote paga treinta porque le sastres y los peluqueros franceses; los mé­
vistan los pies. Los sastres especialmente dicos italianos ; los mercaderes alemanes ;
son los poderosos de esta edad ; gracias á los zapateros , aguardenteros, relojeros,
la locura de los cortesanos, que los tienen espejeros, danzarines, músicos, y otros
SUEÑOS MORALES.
74 SUEÑOS MORALES
de sus embustes, que ha desbaratado mu­ la verdad y claridad que acostumbras á las
acompañamientos ; tu lo habrás notado , ni por palabras , los mas se inclinan á la preguntas que te hiciere de algunas cosas
chas bodas. En palillos, nieves, frutas y
que yo no te puedo decir mas. obra, con que ya las coberteras corren la
mistiones, ayudas de reposteria, plata, que no podremos ver. Pronto , obediente
Nada de este desorden me admira, dijo misma fortuna que las ollas, porque han
arpilleras y mandiles, gastan la mayor par­ y verdadero ( le respondí ) te informaré de
el prudentísimo difunto, perque en e! siglo abaratado tanto las ofensas de Dios en este
te del mayorazgo de sus dueños ; todas las lo que haya Pegado á mi comprehension ,
en que yo fui viviente, en los años que lo linage de prohibición , que espero en su
frutas, yervas y granos los han hecho por­ aun que despues me paguen cada verdad
viví, noté varias veces la mudanza d élo s divina providencia, que haítos los hombres
tables; y para ellos el oro también lo han con una blasfemia. Dime , pues , ( acudió
caudales y dinero de unos ejercicios en déla muchedumbre, han de despreciar la
sabido transmutar ó mudar á sus faltrique­ Quevedo) prosiguen en las casas nobles
otros, que á esta mutación da motivo el carne, y mas considerándola en tan bajos
ras y á sus países , de modo, que mas di­ particulares unas conferencias ó tertulias ,
natural antojadizo, flecsible , altanero y precios. En esta conversación íbamos mo­
nero han enviado á Roma los reposteros, en donde se ejercitan los mozos cortesanos
mal seguro de los hombres, y sucederá la ralizando el sabio muerto con la acostum­
que las bodas entre parientes y los obispa­ en la pureza de la locución ? en el conoci-
misma altercación mientras baya humani­ brada doctrina ( de que no me acuerdo á
dos. En mi tiempo (dijo el reverendo di­ clmiento del idioma ? en la culturo de la
dad, y en todas las cortes y reinos del mun­ causado ser de rebelde pesadumbre los va­
funto ) mantenían los señores y grandes al­ gramática castellana , ya el uso de la ora­
do pasará la propia locura. Un poco de pores ) cuando en frente de nosotros vimos
gunos criados , que poniéndolos en el esca­ toria ó do la poesía? y en otras artes ó ha­
tiempo fueron en mi siglo poderosos los una figura que nos apestó los ojos y des­
lón mas arriba de los cocineros, los desti­ bilidades que instruían , adornaban , y no
bufones y los poetas ; hallóse mal con ellos cuadernó todo el espíritu : era un hombre
naban al cuidado de su plata y su ropa de eran perjudiciales á las leyes ni á las cos­
el oro , y se pasó á las rameras, á las al­ lujurioso de narices, avariento de barbas,
mesa ; pero el mas docto de ellos sabia es­ tumbres ? Ya se acabó esa felicisima escue­
cahuetas y á los arbitristas, y desde estos iracundode semblante , y tan perezoso de
primi!'un limon en élagua elemental, y la, especialmente desde el principio de este
se abalanzó á los corchetes, alguaciles y vista, que el un ojo no le habia llegado á
disponía un licor, á quien daban el nombre siglo , que empezaron los españoles á gas­
ministros de justicia , y siempre anduvo la cara , y el otro se estaba aplastado en un
de esta fruta ; pero ya, según d ices, los tar cabelleras , pliegues, corbatas y taco­
rodando de unos en otros. Esos siempre se lacrimal ; soberbio de quijadas , y las de­
han subido algunos escalones mas arriba nes ; y con la elección del trage bebieron
están abalanzando al dinero, le dije al di­ mas facciones las partían á medias la gula y
de su estimación, porque los paladean y la lengua y las costumbres á los malos
funto , y esa ambición está connaturalizada la envidia, de manera que cada uno délos
lisonjean á su gula ; en mi siglo no se cono­ franceses ; y habiendo venido á Castilla lo
con las varillas. A las rameras no les vale siete pecados mortales habían puesto su
ció mas agua que la del limon , la saludable mejor de la Francia, escogieron para su
ya el alquiler de sus cuerpos para una li­ piedra en aquel rollo ; es cierto que si hu­
aloja, que es del tiempo de Hipócrates, y imitación las relajaciones, y arrinconaron
bra de chanfaina. En tu tiempo se acosta­ biera de pintar en forma de persona huma­
alguna vez se gastó canela , pues , muerto la discreta política de aquel reino. Los
ban con los embajadores, los grandes y los na el pecado nefando ó el de la bestialidad,
mio , hoy de cuantas frutas, raíces y hojas franceses son como todos los hombres,
ministros ; hoy no pasan de sus caballeri­ no se pudiera contraer á figura mas pro­
produce la naturaleza, hacen vinos y aguas malos y buenos ; y acá solo hemos tomado
zas; y la mas entoldada es entretenimien­ porcionada que la que vimos. Quien es es­
estos son enemigos de nuestra salud : una las borracheras y disoluciones de los ma­
to de un page, ó de un rodrigón , porque te demonio con bulto , dijo Quevedo todo
despensa no se distingue hoy de una botica, los , y no conocemos la aplicación, el es­
ha crecido tanto el número de esta merca­ demudado, y acudí y o , y le dije : Este es
soloque en esta se destilan los amargos pa­ tudio y la virtud de los buenos. El justo
duría, que la soberbia délos deseos encuen­ el polilla de las casas grandes de la corte :
ra corroborar los estómagos obstruidos, rigor de castigar á los ladrones , y el nota­
tra proporcionados los apetitos; y lo demas el homicida de los nobles delicados; ruina
y en aquella las golosinas para anticiparse ble cuidado en premiar á las sabios virtuo­
corre tan barato , que valen á lluevo los pe­ de las saludes y de los caudales ; es repos­
el entierro. sos , no hemos querido aprender de la
cados mortales, y ya los mas son pecado­ tero , que es lo mismo que inventor de pu­
Cruzando calles , y divertidos en la ana­ Francia, y hemos estudiado en ser borra­
res de gorra, lascivos petardistas y lujurio­ ñales y pistolas : estos con la dulzura de
tomía de estas visiones , nos hallamos sin chos y deshonestos. Mas volviendo á tu
sos de contrabando. Las alcahuetas cor­ sus bebidas han corrompido los estómagos
sentir en la plazuela de las Señoras Des­ primera pregunta, digo, que entre las ver­
rieron borrasca con las dueñas, y algunos mas robustos de España. En los grandes
calzas , y atisbando mi muerto á la porte­ duleras , panaderas; taberneros y otros co­
hipócritas ; tal cual viejecilla carroña dura señores se conoce mas esta destemplanza ,
ria de aquella sagrada recolección, me di­ merciantes en lo comestible, cuelan y pa­
de la casta de tu tiempo, que anda atisvan- por mantenerlos en sus casas , viven en­
fermos, y mueren mozos : estos cuidan jo : Entremos aquí á descansar un poco , san algunas voces españolas ; pero entre
do doncellas, acechando casadas, y des­
solamente en servir ásus amos las bebidas que voy fatigado de la continua marcha por gentes de corte y de negocios en monedas
cubriendo viudas: van á las iglesias y se ha­
heladas y ensaladas crudas ; tienen arte pa­ estos barrios. Vamos en hora buena, ( res­ y ropas, no es metal corriente el de nues­
cen casuales en los atrios, y ponderan la
pondí ) y tomando asientos en aquel banco tras palabras, y se le tiene por contraban­
belleza de la niña y el amor de la señora á ra haber hecho de bulto , y quitarle la flui­
dez á las aguas ; ya la ponen en figura de que está empotrado á la entrada, y un po­ dista y defraudador al que introduce en las
tal cual mancebo á quien conocen en la
ramos, flores y frutas, y los refrescos los co de respiración , me dijo : Porque no se conversaciones ó contratos al nativo idio­
blandura de los ojos la fuerza de los apeti­
malogra este rato que hemos de parar ma. En palacio y en las casas grandes, que
tos ; pero ninguno las ocupa en nada , por­ sirven sin vasos : es gente que ha encare­
cido los matrimonios , pues es renglón el aquí deseo que me vayas respondiendo con son las que arrojan de sí la ley de los usos
que es muy raro lo que se peca por papeles
7j6 SUEÑOS MORALES. SUEÑOS MORALES.

y novedades , solo se escuchan y atienden tencia que no faltan materiales, sueldos rê y ceñí viviente ; y venero difunto , en nas para señalar el dia festivo , lo primero
las voces de los franceses é italianos, y es­ ni protección, pues esta corre por el rey qué estimación vive con el Monarca, y que advierten e s , que predicará el padre
cupen al que no entra, sale y se entromete nuestro señor, á quien en forma ya de co­ como viven sus hijos y caballeros? Guar­ fulano, y este renglón es de letra bastar­
con el Se suy votr servituor Monsiur. munidad docta y precisa han besado la ma- dan y veneran sus estatutos? Mantiénese dilla , y despues de letrones muy hidró­
Schiavo de la votra señoría. Fet le cumpli- no y recibido sus honras ; que los sueldos aquella honra y temor sagrado entre todas picos asistirá la música de las Señoras Des­
mant á madama etc. Anda tan perdido el para impresiones creo que los gozan, y las naciones, como sucedía en mi tiempo ? calzas , ó del re y , con violines , etc. porque
idioma castellano, que ni en la pluma ni en bien cobrados. Es preciosa y admirable la Sé poco ó nada de lo que me preguntas : temen que no asista la gente si no les di­
los labios se encuentra : prueba de esto es fundación de esta academia , y mas estan­ ( respondí pronto ) aparécete tú : cuando cen que hay también holgueta entre la de­
la novedad que no hubo en tu siglo, óyela do tan impura como dices , la lengua , dijo tú quisieras , ó Dios te lo mandáre, á algun voción ; y el templo en donde no suenan
y acabarás de creer mis espresiones. Ha­ Quevedo. A que yo respondí : Por las v i­ freile ó caballero de tu hábito , que este te músicas festivas, y la iglesia que no tiene
biéndose reconocido la impureza y la peste vas ansias con que solicito esta obra , te­ responderá con fundamento : yo solo te sabor á Coliseo , está desierta lo mas del
en que vivia inficionado el idioma entre los mo que no se ha de fenecer, que yo ni puedo decir que no he visto desorden año. Que d ices, bastidores, timbales y cla­
castellanos, porque nosotros mismos le so­ otro podemos negar que será famosa y apreciable. Dicen algunos que padece algu­ rines en los templos sagrados ? dijo Que­
licitamos la enfermedad, introduciéndole útil ; y á lo menos ya están ocupados vein- na alteración; pero no se puede dar crédito á vedo como lloroso. Si, le d ije , yo lo b o
la escoria de la Francia, la inmundicia de y cuatro hombres, y si no adelantaran na­ sus voces. Las religiones regulares y ob­ visto y oido mil veces. Buena será , cuan­
Italia, la bascosidad del latín , y los escre- da , nosotros no podemos quedar de peor servantes tienen muchos conventos en la do se hace tan público, replicó encogien­
mentos pegajosos de todas las lenguas es- condición que la presente ; porque ya se corte, visítalos tú , y quedarás mas bien do los ojo s, y dolorido de semblante. Di­
trañas, se juntaron los años pasados los hablan en Castilla mas idiomas que los que instruido en todo lo que deseas saber; yo me , dijo el sabio muerto, como procuran­
hombres del reino, y patrocinados de la casa acudieron á la torre de Babel. Los poetas estoy desocupado, podré guiarte á todas do alentarse, y en cuanto á la barbaridad
de uno de los grandes señores , que lo fué hablan en griego, los políticos, francés; las comunidades, por si acaso has perdido de los duelos y desafios, han mejorado los
en nobleza , costumbres y sabiduría ; tra­ los negociantes, italiano ; y asi estamos la memoria de las situaciones ; y á mí me cortesanos? Esta es una dolas mas reli­
taron de recoger y acariciar al idioma, viviendo sin entendernos los unos á los parece que por el número de los que se giosas y advertidas providencias del vigi­
buscando tales voces que estaban desterra­ otros.En el latín ( Quevedo mio) estamos salvan ( si tú estás en paraje de saberlo ) lante y temeroso do Dios Monarca que hoy
das en las escrituras antiguas de los princi­ totalmente mudos, solamente en las escue­ podrás conocer y presumir la altura ó der- nos gobierna , pues luego que llegó á Es­
pes castellanos ; como eres tú , el Cervan­ las y comunidades religiosas se vandean ribamiento de su observancia y devoción ; paña y conoció el brutal desorden do los
te s , Alderete , Cobarrubios, Góngora y con aquella gramática de las facultades , y asi discúrrelo, tú por esa ú otra señal, desafíos mandó publicar en decretos y pre­
otros ; y habiendo trabajado esta turba de para entender los elementos de las ciencias; porque ningún viviente podrá instruirte á gones por toda su Monarquia un bando en
y la continuada porfía de los actos y con­ la medida de tus deseos : solo te puedo de­ que condenaba á muerte afrentosa á cual­
doctos , mas de diez y seis años, no han
clusiones les ha hecho entender algo de la cir que el número de los religiosos es mas quier individuo, de cualquiera distinción ,
podido introducir otra vez las voces puras
latinidad ; las agudezas retoricas, sus tro­ crecido que el de tu edad ; los templos es­ si en secreto ó en público desafiase ó saliese
como estaban en su pirimer origen, porque
pos y figuras, no hay quien las enseñe ni tán sumamente preciosos y asistidos ; y en al campo á lidiar, negándole también la
unas han ido á buscarlas al hebreo ; otras
los aprenda ; y todavía no he o ido seguir esta cultura á lo sagrado, es cierto que hay inmunidad de la iglesia á tan bárbaro deli­
al latino ; otras al francés ; y otras al espa­
una conversaciotrfamiliar, intelejible y cor­ admirable celo en Madrid. Los remolones y to ; y con esta y otras providencias, hijas
ñol ; y aun que han redimido algunas de
riente en la gramática latina en todo el rei­ perezosos á la asistencia de los cultos de de su cristiano ze lo , te aseguro que la cor­
estos cautiverios, han entrado en España
no, y lohe deseado con vivas ansias. Yo Dios somos los que vivimos fuera de las te y la España toda está tan quieta y dócil,
tan desconocidas , que ni aun las puede to­
creo quesi vuelves á aparecerte por acá, á religiones : y es necesario ademas de la que ha años que no se oye ni una quimera
mar en la boca la lengua que las parió.
mí ó á otro, en la distancia de veinte años campana , llamarnos con clarines y timba­ do garrotazos. Ya la horca ha tragado á to­
Veinte y cuatro hombres, y veinte y cuatro
no has de hallar quien te responda si no te les ; y en algun modo están hoy profanos dos los espadachines, broquelistas y pen­
mil libros están destinados á esta obra, y
vales délos idiomas estrangeros.Raro des­ los templos , porque todos los lienzos bur­ dencieros de tu edad ; y está tan estingui—
es tan soberbia que todavía no nos han da­
precio y ridículo odio á las cosas de su nación lones y festivos que finge y dispone la óp­ da la generación de los provocadores que
do á luz ¡os conocimientos ; porque en tan­
tuvieron siempre los españoles, engañados tica y perspectiva para los Coliseos, Patios no han quedado ganchosos, cardonchas,
to tiempo solo se ha dejado ver un tomo ,
de la novedad y la ponderación de los que y Corrales, ya son mas frecuentes en la escarramanes, ni santurdes : todos vivi­
que contiene los principios de la A , y la B.
vienen á mandarlos de su curiosa política ! iglesia queen el buen retiro; y ya van jun­ mos en una paz Filípica, que es mas glo­
Y yo estoy ya determinado á morirme,
Dejemos este punto, é infórmame en que tando en las sacristías caudal de vestidores riosa que la Octaviana : es la resolución
aun que cuente ochenta años sobre los que
estado permanecen las religiones, y espe­ y morteros; y para que lo acabes de creer> mas famosa que pudo tener el mas podero­
no puedo recoger, y creo que han de faltar
cialmente deseo saber de las militares. sabe que hasta en los carteles convocato­ so de los reyes. Grandes bienes logrará la
los que vinieren detras de m í, y no han de
rios á la devoción que ponen por esas esqui­ monarquia con tal paz , Dijo Quevedo. \
ver mediada esta gran óbra : con la adver­ Dime mi orden de Santiago, cuya cruzedo-
h a les. 7Ü
78 su tesos m o Ha i . e s .
nidas en el infierno temporal del purgato­ aquellas se hacen los empréstitos con inte­
prosiguió : Pero de esta noticia , discurro siglo , que en esta transformación y meta­ rés, ya admitidos , y capitulados de sus
rio. Válgame Dios, (lijo el sabio Quevedo,
yo que se habrá perdido el uso de las ar­ morfosis, Es ta l, ( acudí yo ) que no sola­ costumbres, y sus intereses sirven para
bañándose en profundo gozo , es posible
mas , y que la destreza de esta fdosoíia ya mente la vemos en los jóvenes delicados otros destinos ; pero las voluntarias dona­
que entre las relajaciones de esta monar­
no tendrá profesores. En las otras dos apa­ pretendientes á maridos que quieren ganar ciones que dan en este santo monte cuan­
quia cabe tan piadosa virtud ! Esplicarne
riciones me acuerdo que me dijiste que los mugeres, haciéndose á su similitud, que do vuelve el dueño por su prenda se apli­
puntualmente los principios de esta inven­
jóvenes bien nacidos , ni se dedicaban á ha pasado , á los hombres graves y ocupa­ can para los difuntos , continuando la so­
tiva , que deseo informarme para tener el
leer, ni á domar un caballo , ni tocar un dos en el gobierno : mas cuidan de que la lemnidad de sus fiestas, oficios y novena­
mas cumplido de los placeres. Escucha , le
instrumento , ni á jugar una arma, ni en peluca esté bien peinada , el bastón bien rios. Arreglóse á estatutos esta fundación ,
respondí, que seré breve.
la asistencia en las tertulias, en donde se limpio, el coche bien pintado , y toda su todos piadosos y conducentes á la conser­
El año segundo de este siglo empezó-,
conferenciaba sobre varias materias. Pues persona bien rapada ó engomada, que de vación de estos caudales, sufragios y li­
sóbrelos cimientos pobres y débiles de un
dime, que se lucen estos hombres? En acudir á socorrer las necesidades de las mosnas. El rey nuestro señor admitió de­
real de plata esta maravillosa fundación,
que gastan las horas de los dias? En vicios viudas, de los soldados y de los preten­ bajo de su real sombra el patronato, y hoy
siendo el elegido del cielo para esta gran
y en ócios , le respondí : cuidan los hom­ dientes : por no mancharse en el bufete los está en auge desús glorias, y sigue el ejer­
obra aquel modesto presbiterio que deja­
bres de este siglo solamente en afeitarse á encajes, de la vuelta , que son enaguas de cicio de la misericordia con lo s vivos y los
mos cruzando la plazuela. Colocóse con to­
menudo, tomar mucho tabaco y chocolate, las manos, dejan de firmar un despacho ,
da fe esta primera piedra dia de San Fran­ muertos. Junte ahora tu discreción estas
mirar las ventanas, en traer un patrimonio en cuya espedicion pronta consiste la quie­
cisco Javier de mil setecientos y dos ; y noticias para conlcmplar lo milagroso de
en cajas, sortijas, relojes, palilleros , en­ tud de una ciudad ó la felicidad de una ar­
creció con tal bendición , que ya el año esta obra. El año de mil setecientos y dos
cajes y puntas, y todo su estudio es imi­ mada. Levantóse Don Francisco algo furio­
próximo se conoció on el mundo y en el se depositó en una caja un real de plata quo
tar á las mugeres, y hurtarles el genio y los so contra semejante alteración , y me dijo :
cielo su exaltación, pues en este tiempo em­ fue el primer cimiento de esta máquina : al
adornos.Desdichada edad aquella en que los Vamos, y guíame hasta instruirme en las
pezaron á recibir los sufragios de los vivos tiempo que se hizo donación á nuestro mo­
hombres viven tan afeminados, dice el Es­ novedades que no vi en mi siglo , que ya
las ánimas benditas del purgatorio. De dia narca Felipe V de este patronato real se
píritu santo ; ( dijo Quevedo ) y en nada se deseo salir cuanto antes de tan bárbara y
en dia fueron creciendo con la devoción los hizo entrega de cinco inventarios que com-
deja conocer mejor la infelicidad de este tan escandalosa república.
.caudales, tanto , que el año de mil sete­ prehendian los caudales de la fundación ,
cientos y cinco ya se fundó novenario so­ que importaron cuatrocientos mil ocho
V ISIO N Y VISITA TEKCEHA.
lemne , en cuyo espacio de tiempo se ocu­ cientos y ocho reales , hasta el de doce;
El Santo Moute de Piedad. paron sin intermisión los altares, todos de y hasta el de mil setecientos y diez y ocho,
aquella religiosa iglesia , distribuyendo á se han interesado las ánimas benditas en
A penas tomamos el umbral para salir, mingo , y le iba diciendo : Pues esa es la los sacerdotes que acudian á celebrar por un cuento cincuenta y siete mil doscientos
reparé yo que paseaba la plazuela un pres­ tesoreria de donde se despachan los socor­ las ánimas del purgatorio la limosna de y sesenta y dos reales de vellón , esclusos
biterio de buena edad y costumbres, ya ros á los vivosy á los muertos ; y es la ca­ tres, cuatro y seis reales. Las contribucio­ ciento y ochenta y siete mil ciento y se­
ventiscada lacabeza con algunas flores del ja en donde unos y otros encuentran el cau­ nes con que acudian los fieles vivos para el tenta y siete reales que se han gastado en
■seso , que en la poca meditación pasarían dal para redimir las impaciencias del fue­ alivio de los difuntos dieron luz al ministro misas y novenarios: siendo no de pequeña
por canas ; festivo de semblante , agrada­ go y los tormentos de la necesidad : aquí de la iglesia , cuyo zelo fue en todo este c®nsideracion saber que se ha conseguido
ble de miraduras, y detenido de movimien­ oyen favorable respuesta los gritos de los tiempo inesplicable para hermanar este bien este copioso número de limosnas en la
tos : su hábito talar, acomodado, limpio , difuntos , y alivio las voces de los vivien­ de los difuntos , con alguna utilidad tem­ edad que ( mas que nunca ) se ha visto la
y relijioso. Díjele al compañero difunto : tes : aquí se le burla la rabia á los demo­ poral de los vivientes, y erigió este mon­ España acosada de guerras , trabajos y
Ese venerable sacerdote me ha acordado la nios y el eorage á los usureros ; la codicia te de piedad, cuyo fruto sirve boy unida­ necesidades. Do cuantas fundaciones ha
novedad mas gloriosa de este siglo, y la de esto s, y el furor de los otros no se mente al sufragio de los unos y á las nece­ meditado y puesto en práctica la piedad ca­
fundación mas útil que se ha conocido en ejercita tanto desde que Dios inspiró á ese sidades de los otros ; y dispuso dar présta­ tólica para el alivio de todos los fieles , vi­
los pasados : desde aquí puedes verla, se­ ministro suyo tan cristiana idea. Con los mos sobre alhajas y prendas, sin otro in­ vos y difuntos , á ninguna juzgo por mas
guiremos nuestra derrota , que por el ca­ sufragios de esta devoción está mas desier­ teres , recompensa, ni donación , que la crecida de misericordiosos desvelos que à
mino te procuraré instruir de su noticia ; y to el purgatorio y menos desdichada la vi­ que quisiese dar el socorrido , á imitación esta. Mil gracias te d oy, dijo Quevedo,
asi repara en ésa casa grande , que tiene da. En fin , este es un monte santo de co­ de aquellos santos montes de piedad que porque me has instruido llanamente en las
pasadizo al real convento en donde esta­ mún piedad, jardin copioso de universal cuando vivo verías en Roma, y otras ciu­ condiciones, principios y aumentados de
mos. Noté , que mi muerto había vuelto los remedio, con cuyos frutos se alimentan las dades de Italia , por donde sabemos que esta gloriosa inventiva ; pero dime con
ojos á su situación, y agarrándole de la carencias corporales, y se adelanta el ali­ caminaste ; pero con la diferencia , que en verdad , habiendo, como es preciso, agro-
mano, le guié por el camino de Santo Do­ vio á las penas de las gloriosas almas dete­
80 SUEÑOS MORALES. sueños MORALES. 81
gado de varios sirvieníes y ministros para misma felicidad, lo debo creer piadosa- biré papel en que no salga é danzar. E ste , Creyó salir de pobre y poeta son esta
la guarda , distribución y asistencia de es­ mente, porque siendo esta obra tan mila­ le dije á Quevedo , ( por empezar á poner gran obra : llevóla á la casa de la comedia,
tos caudales, soímantiene sin alteración de grosa y de tant o bien para todas las almas la primera piedra á su fama ) era antes en­ y los cómicos se la silvaron antes que los
la codicia esta prodigiosa casa ? Te parece siendo inspirada y aumentada por milagro, cuadernador de doncelléces , sastre de ro­ mosqueteros al oir tantas judiadas ; y como
que durará fiel y cristianamente sin mez­ corre ya por c uenta del padre soberano su turas virginales, y remendón de pecados no le quisieron meter al buen alcoba en el
clarse en tan santos fines los malos medios duración. Si hoy fuera viviente en el mun­ sucios : con el calor de sus hornillos se le corrai, la arrojó al rio Tajo con otros ma­
de la usura', la avaricia ó la ganancia indig­ do , replicó Quevedo, solo me dedicaraá derritió la masa del cerebro, y vino á pa­ motretos de la misma alcurnia. Jubiló en
na? porque habiendo intereses tan copio­ hacer memorable tan dichosa fundación. Es rar en lo de poeta : cogióle en mala luna el Aranjuez en el arte de la emplasteria , y
sos será otro nuevo milagro que no se vi­ tan corto el tiempo , acudí y o , que no me influjo, y hoy eS ingenio rabioso como per­ ahora vive en la corte, y es cosario en ses­
cie. No puede ( Quevedo de mi alma ie res­ és posible ilustrarte enteramente de los ro. Es loco tan rematado, que á tí y á mí ta biblioteca, á trasladar sátiras y á recoger
pondí) llegar á esos umbrales el atrevido contenidos famosos do esta casa ; pero dia nos levanta una resma de em bustes, y un disoluciones, pues ahora nuevamente está
vicio de la codicia; porque debes saber que llegará en que yo sea uno de los que propa­ millón de testimonios por no saber leer infernándose para sacar un papel contra
los ministros están todos asalariados sin te­ len al mundo este mila grò y me alegrara nuestros escritos. Vocea que yo te he inju­ m í, que le intitula Torres laureado en el
ner u so, intervención, ni otro dominio en gozar para este fin soi o aquel espíritu, que riado , cuando sabe Dios y el mundo que parnaso ; en cuya obra están trabajando
estos caudales : cobran sus sueldos y lle­ por disposición de Dios y su naturaleza, te siempre le quité la gorra á tu imagen, le dos frailes , un profesor de medicina en
van su cuenta y razón de los prestamos , asistió cuando viviente ; pero ya que esta canté alabanzas á tu capacidad , y le he Alcalá, y un poeta que se muere de ham­
cobranzas, ventas y repartimientos , y en dicha no la pueda conseguir, me esforzaré profesado culto á tus memorias desde que bre en la corte. Ya te dije la segunda vez
lo demas ninguno se mezcla sino es en el con el que á mi me tiene repartido. debí á la naturaleza el uso de la razón. Es­ que lograste mi aparición que ni el despre­
modo de su conservación, y en esta era to­ En esta conversación iban bajando la te es poeta cómico entremesero, con sus cio es razón jque te merezcan tales locos :
dos acuden con diligencia cristiana y carita­ cuesta de Santo Domingo el real cuando tiznones de químico : parió su musa en las que quieres hacer ni decir de un hombre
tiva á su aumento ; pues ese, fiel piadoso descubrimos la gran biblioteca de su m a- frondosidades de Aranjuez un auto sacra­ como é s e , que estando ya á la boca de no­
y desinteresado sacerdote á cuya memoria gesfcad, y ic dije á mi difunto : Ya gracias mental tan redomado como su persona, en che de la v id a , y con los dos pies en el se­
se debe esta maravillosa construcción es el á Dios he visto otra fábrica en cuyo inte­ que entraban las once mil vírgen es,y en pulcro, está empleado en tan condenable
primero que cede y ha destinado por los rior se oculta otra de las novedades más él tenia tres villancicos á San Bernardo, San fatiga , sin acordarse de la estrecha cuenta
dias de su vida enteramente su salario y plausibles de esta edad, y famosa inven­ Francisco y las ánimas del purgatorio ; que le pedirá Dios del crédito que te ha
otros bienes el aumento del caudal que se ción que no ha conocido tu tiempo ; vamos acuerdóme que el de San Francisco ds eia : usurpado con tanta tiranía ? déjalo, y va­
distribuye para gloria de Dios y alivio de caminando; que allí nos es preciso hacer Cantar quiero las llagas mos á lo que vamos. Déjolo desde luego ,
las almas que estan detenidas en el purga­ uua larga visita. De mi padre San Francisco,
le respondí, é inmediatamente subimos la
torio : que en adelante se conserve con la Una , dos , tres, cuatro, cinco,
escalera de la libreria, en cuyos descansos
E striv . Alegrémonos , alegrémonos ,
Porque es bien que nos alegremos.
deteniendo un poco al muerto , le decia :
VISION Y VISITA CUARTA. Esta es fundación contemporanea á la del
El de San Bernardo era otro á solo , que
real y santo monte de piedad que acabaste
La libreria del rey y los soldados. decía de ésta suerte :
de ver : es el recreo mas útil que tienen las
San Bernardo no come escavcche,
N i campeche,
cortes políticas: aquí acuden cuantos desean
Porque es amigo de leche. aumentar el discurso, tratando con la cien­
D esd e el medio de la plazuela le dije yo les; pajizo y triangular, como silvato de
E stiv . Y al glorioso mamón cia que dejaron en sus escritos la mayor
áDon Francisco , amostrándole la libreria castrador ; descolorido , seco y pilongo ,
Digámosle todos parte de los sabios de la Europa : en este
del rey : Ves esa fachada, que en tu tiem­ como piojo de pobre ; los ojos plagados de
Kyrie Kyrieeleison. osario de cuerpos m uertos, aprenden v i­
po fué pasadizo al templo délas Señoras de cagalutas y almorranas; tinoso de dientes;
la Encarnación , y casa para los músicos y calvo de barbas, y tan montuoso de orejas, El villancico á las ánimas era un duo en da é inmortalidad los vivientes. No quiero
esta forma : cansarte con epítetos, cuando tu estás no­
cantores de su real capilla ? pues hoy es la que cada una parecía un ojaldre. Mé alegré
Ay que se quema, tando su entidad y provecho : allí hay (es­
mas suntuosa biblioteca de las cortes. Yo que la casualidad me hubiese puesto delan­ Ay que se abrasa
iba á informar al sabio difunto, cuando le te de esta figura, porque á los ochenta to le decia desde la entrada al primer sa­
E l ánima qus está en pena.
detuve al ver la mala vision de un caduco años de su edad se le ha acordado hacerse lón ) otra linea que hace ángulo recto con
El otro coro.
que se embanastó de golpe donde nosotros famoso, y como ya está viejo he querido la que pisam os,cuya cabidad contiene es­
Pues abrásese enhorabuena,
hamos á parar : tenia el tal el rostro ho­ yo tomar en mi pluma su memoria ; y le Que yo me estoy en m i casa. ta misma colocación de m esas, estampas y
T od. Ay que se quema , globos. Betiróse de mi Don Francisco de
radado ide arrugas como tajo deabrir oja­ ofrezeo que si vivo muchos años no escri-
Ay que se abrasa , etc. Quevedo, dejándome entretenido en el es
6
82 SCJKSos MORALS«.

tante primero, donde están los libros de la tajas á la militar república de los moder-
íilosofia y matemáticas, y el sabio por la nos : hoy se ve brillar á competencia lo no-
cera contraria marchaba de paso, recono- ble, lo esforzado y esperirneiitado ; y con
ciendo los rotulos de todos , y á ratos se tan armoniosa orden la concertada igual
paraba y se divertia hablando ya con los política de su disciplina, que su aplicación
asistentes, ya con otros estudiosos foras- llegóá alcanzar los escondidos secretos de
teros en aquella pieza. Un gran espacio de la fortificación, que en inespugñábles cons-
tiempo corrió el venerable finado lo espa- tracciones docta enseña cuanto pueda al­
cioso de los dos salones, y volviendo al canzar la sutileza del ingenio ; y aunque de
sitio en donde me había dejado, me dijo: este logro debemos gran partea la noticia
Estova está ecsaminado ; y si me hubieras de los estrangeros, también debemos á la
dicho que aquí solamente habia de encon- dócil benigna consideración de los oficiales
trar m esas, libros y estantes, me hubie- mayores el cuidadoso desvelo que tienen
ras ahorrado esta subid a. En una corte tan en la elevación de academias , para que en
llena de ociosos , es cristiano cuidado esta sus instrucciones se cebe la aplicación de
inventiva; es del agrado de Dios , honra nuestros españoles, lográndose en las cla-
del rey y provecho común á la nación. ras , vivas y gallardas luces de sus talen—
Salimos de la libreria , y un poco mas tos sabios maestros que nos enseñen lo que
abajo del sitio en donde encontramos al esta provechosa ciencia , con esperiencias,
químico cómico, podenco de raíces y sastre acredita cuan necesaria es á la conservación
de villancicos, estaba una figura notable : del Reino. A esta proporción se deben con-
e¡a un soldado regañón de gesto, mondado templar cuantas adherencias del lucidísimo
de cabello, la cara la tenia á la sombra de cuerpo de Martes alentados componen el
un par de mostachos algo mayores que dos nobilísimo (siempre temido) ejército de
escobas de algaravia : su vestido era un co- España. Breve puede ser el número de sus
leto de baca, sin otra ojaladura, botones tropas; pero no será breve el número que
ni guarniciones quedos abujetas de perro; calcule su valor. E ste, haciendo heróico
las calzas arrugadas hasta los zapatos ; alarde, del pecho hace escudo , y del e s -
por corbata una pierna de un toldo empa- cudo espada. Sabida es la distancia que hay
pada en sudor, y pendiente de un tal y un de la distinción que merecen los moder-
aifange corbo envainado en otra espada, nos de aquella aprobación de los antiguos,
Esta soldado rancio (le dije á D.Francisco) que escondidos en sus p e to s.se cubrian
está continuamente zahiriendo la milicia con la adarga : del impulso de la pica ó
moderna, y no hay para él acción buena de la fuerza de la espada, en comparación
sinose hizo en tiempo de las grevas y las hablo con el incontrastable rigor del ca­
tangas : confieso que se deben grandes ñon, que en vómitos de fuego arroja e s -
aplausos al valor de tas antiguos ; pero feras de plomo : Es mucho lo que se ha
quedaria defectuosa nuestra observación, adelantado en este asunto ; pero repara en
si no las permitiésemos con mayores ven- la figura que se sigue.

VISION ¥ VISITA ULTIM A .

Los Sopones , Montañeses, Vizcainos è Italianos de ios Gauos del Pera!.

I b a trepando la cuestecilla ele tas Caños mula d e monge g e r ó n i m o ; por l a t r a s e r a


del Peial delante de nosotros un licenciado nos pareció nasa c o n luto , á q u i e n solo
tum ba, arrebujado en una gualdrapa de desmentía una v i g o t e r a d e cabello, e n h a -
SUEÑOS MORALES. 83
tinado de la edad, que se le asomaba en­ vivían desdichadamente muchos que des­
tre el faldón del sombrerillo y el cogote : pues vi en la altura de los solios; y es jus­
desús miembros solo descubría una mano ticia y razón que su humildad y retiro lle­
negra y aplastada como cucharon de re­ guen al premio. La pobreza es accidente
volver cacao, y con ella tapaba las dos cuen­ que regularmente se pono de parte de la
cas, y enseñaba un par de zancajos mas su­ virtud y no es cualidad contraria al ingenio
cios que delantal de galopin. Quiso Don aunque algunas veces sea tropiezo en el
Francisco acelerar el movimiento para re­ camino de la exaltación. Los que nacen en
conocer la fisonomía de aquel rollo vivien­ manos de la abundancia y se crian en los
te ; y cortándole el paso, le dije : Déjale arrullos de la riqueza , viven con el inge­
marchar, que en barrio estamos en donde nio obstruido , y tienen enferma el alma ,
no verás otra especie que la de semejan­ y tullidos los órganos para seguir la robus­
tes grajos, que se andan por estas posa­ tez de los estudios. Siempre fué pobre la
das ; porque quiero que sepas queen este sabiduría ; los poderosos son hombres ocu­
parage hay dos novedades muy dignas de pados , y pide un ancho alvedrio la doctri­
toda consideración. Sabe lo primero , que na de las ciencias ; los bienes son inquietud
en tu edad fueron estas casillas el recogi­ de la voluntad , ejercicio de la memoria ,
miento de soldados descosidos, gallegos y replecsion del entendimiento. Saber para
rotos, y gorronas desgarradas, y ahora tener es ansia común y empeño fácil; tener
son urdas de perdularios, escondites de para saber es buscar tropiezos en la cien­
gorrones, y jaula donde se aporrean los cia. Todos desean saber para ganar ; el que
tunantes sopones que garlan en las uni­ nace con las posesiones ya pierde la mitad
versidades de Salamanca , Alcalá , Vallado- de los deseos. Por exaltar el nombre y en­
lid y Valencia ; y en algunos rincones des­ riquecer la casa se sujetan los mortales á la
preciados se están enmoheciendo de Mon­ fatiga de los libros y las armas : el que go­
tañeses y Vizcainos partes iguales, que za del principal bien de la naturaleza, mas
unos por el negocio de las letras , y otros busca el descanso presente que la gloria y
por letras de negocio , hacen tanto el suyo la riqueza futura; y mas se detiene en dis­
que desde aquí salen á zahumar á ventosi­ frutar sus abundancias que á emplearse en
dades las almohadas de los coches , y á nuevas fatigas. De los pobres se lun for­
regordar con soberbia en los estrados , y á mado los Papas, los Cardenales y los Obis­
pocos anos de vivienda en estas zahúrdas pos , y rara vez son accesibles estas emi­
se forman ricos cambiadores , venerables nencias á los mayorazgos : con que ni la
secretarios , temidos jurisconsultos , y pobreza que me esplicas ni la desnudez
buscados médicos. Lo segundo , debes sa­ que me cuentas son novedades dignas de
ber que esa casa que ves cerrada fué cinco consideración ; pues el mundo político, con
años há corral de cómicos Italianos, en pequeña alteración, siempre lia corrido y
donde un estilo de necedades representa­ lia sido gobernado por tales sugetos , mu­
ban algunas disoluciones , ya tan mormu­ chos por su virtud, otros por sus vicios ,
Lito, de R.oo' L . Cuevas dit. radas, que el buen gobierno los privó el uso y otros por las estravagancias de su fortu­
público. La que me acabas de informar , na , han mandado las cortes y reinos , ha­
dijoQuevedo, es noticia que siempre me biendo sido antes de su exaltación el escre­
'stZP&PZe?^ cogería de su sto, y nunca pudiera yo pre­ mento de la República mas mal alimenta­
venir semejante mutación ; pero la ya pa­ da. Toda esa doctrina (repliqué yo al Stoi­
sada no es novedad quem e admira, por­ co muerto ) la venero como de tu discre­
que en mi tiempo , aunque en diferentes ción , y no me opongo á la gloria de los
lugares ( que solo en eso es la alteración ) aplicados que me acabas de pintar ; de ma-
s u e S os m o r a l e s . 85
8í SUECOS MORALÉS.
le de ojo á un cuernode caza que babian col­ unos encontrones de olor que me tienen
nera que muchos -vizcaínos y montañeses na, entrarás en esta posada , que es una
gado mas arr.ba, convidándole para escar- remachadas las narices, y me traen re­
que viven en estas chozas , son ciertamen­ pocilga en donde se revuelcan tres dé la di -
var culos como dientes : riñendo con la pa. vuelto el caldo del estómago, y á cada mi­
te dignos déla atención , y á propósito pa­ cha alcurnia, que el uno es un perillán su­
red habia perdido una cuarta de labio, y nuto se me están encaramando las tripas
ra que la buena política los recoga para los cio de profesión que se está espavilando
. habia quedado con una muesca en forma hasta las agallas, y temo que he de escu­
ministerios , porque luego que se quitan lá para interprete de las orines , y comenta­
de vacía: mas hediondo estaba que boca pir algun dia la asadura reatada con el me­
espuela, ó se sacuden los zapatos en estas dor de las cagadas; el otro un aprendiz de
de pedigüeño ó de murmurador; porque nudo. Estas ú otras parecidas razones dijo
posadas, empiezan á cuidar de sus adelan­ cura , chillón de responsos , y entonador
estos de ocho en ocho dias pagan á la teso­ el médico; y yo gustoso de oirlos, dete­
tamientos , y buscan oficinas en donde ser­ de credos ; y el otro un arquitecto de pen­ niendo à mi difunto, volví á escuchar, y el
dencias , lirón de delincuentes , y tratante rería del estiércol lo que han tenido en de­
vir y aprovechar ; pero esta otra casta de aprendiz de pandectas desentonando la voz
en horcas, azotes y galeras. pósito la semana, y á los siete dias les es
escolares, son ladrones del tiempo , ami­ le dijo : Válgate el diablo por bachiller al­
Entramos adentro , y estaba el cuarto preciso cagar por tasa y medida,.y ester­
gos del ocio y de! vicio , viven con su ge­
colar por onzas, porque no les rebose el cornoque, contagio en cierne, y peste en
nio gustosos en la briba , pasean la Corte ayuno de sillas y hambriento de cofres •• to­
lodo con especias ; y aun á los últimos es bruto : nunca he visto nariz tan aguda con
arrebujados en una sotana calados de som­ dos sus taburetes se reducían á un sillon
necesario descomer á nalga pendiente como entendimiento tan romo ; por cierto que un
brero , tirando cintarazos y mordiscos áun desjarretado , sin mas que la osatura,
á pleito , ó descargarse á pulso en los za­ hombre de estómago espantadizo , es muy
pan que llevan entre el sobaco y las costi­ porque no se le conocia señal de respaldo acomodado para una profesión estercolera :
ni de asiento, que estos regularmente traen guanes. Ibamos á abrir una puertecilla para
llas: se burlan de todos, y requiebran á no sabe que Médico, Cirujano, Comadre
cuantas tienen traza de fáciles, y siempre las nalgas á pie, en conversación con los entrar á otra pieza, pues la que voy pin­
tando era la cámara , debiendo ser el reci­ de parir y Barbero, son los cuatro derre­
van dispuestos á pecar de medio cuerpo ladrillos ; y si tuviesen el culo descalzo de
bimiento , cuando nos cortó la determina­ negados de la limpieza? Desde luego puede
abajo , y en esta disolución rompen la vi­ zarahulles , ya tendrían callos á usanza de
ción una gritería que sonaba en la zahúrda; condenar las ventanas de sus narices, y
da ; de modo , que los conduce su destino las manos. A un rincón estaba estrellado un
y cesando el murmullo ; así prorrumpió uno echarse una pellada de dedos para leer sus
ó su desconcierto á una universidad , á ga­ bufete que parecía de matar Cerdos , en
de los sopones contra el médico : V. señor libros, pues apenas hallará en ellos hoja
nar los cursos y perder los dias : llega el donde descansaban media docena de libros
agente de tercianas, procurador de respon­ que no hieda, ni párrafo que no esté apes­
mes de enero, y cuando se dan las vaca­ desollados ; tenia encogido una pierna , y
s o s , vicario de tósigos , y teniente de ve<- tando : yo le juro que la vista se le ha de
ciones por pasqua de resureccion ya ban había quedado cojo tan profundo que ne­
nenos, no nos maje cada dia con quejitas ; zabullir en orines, y los sentidos se le han
tomado las aleluyas en la corte : se enca­ cesitaba un chapín de alcornoque , ó que
y si le parece mal el escote, puede marchar de atollar en cursos. No advierte señor ca*
jan en una posada de esta , tan barata que le substituyese un tacón de ladrillo; tanto
y acomodarse á barbero de ranas, ó ponga tacúmeno del homicidio, que los que se
por dos cuartos compran la cama , la luz y le habia encarnado la polilla, y le había
sus miembros á pupilage en una galera , en aplican á esgrimir recetas han de aprender
el cubierto. El que es legista, hace como abierto tantos ojos que nos pareció panal,
donde el Catedrático de Chillido les ense­ la lengua de los orinales, y el idioma de
que se pone á pasante con un letrado ; el y aun nos pudimos persuadir que hacia es­
los vacines, que estos son los oráculos de
médico con un doctor, y cuentan por el puma el palo. Encima de él se registró una ñará sufrimiento: todos padecemos las mis­
los Doctores? Y si prosigue, ha de entrar
año de práctica y especulativa los meses percha, peralvillo de alhajas, y de una so­ mas sobaduras, y despertamos machuca­
en consulta con los excrementos y los mea­
que han vivido de dia en las porterías y ca­ ga se estaba reguindando un candil queaun d o s, y á la verdad que sufrimos como unos
dos , y cada enfermo le ha de pagar su mo­
lles , y de noche en el prado , liados con no estaba desvirgado, pues á diligencias de pretendientes. No me he de quejar, res­
neda por el arrendamiento de los ojos y el
gorronas ; y siendo precisa ley de la Mo­ |a estiquéz, vivia tan puro y limpio que pondió el acusado de ver que hemos reco­
alquiler d élas narices? Ay disparate mas
narquia escolástica vivir cinco años en el se podia colgar del cuello. Pendían de una gido tanta necesidad y acinado tanta esca­
solemne que no querer comercio con la ba­
estudio de la especulación , y dos á lo me­ délas escarpias unos cuellecillos, que de­ sez, que vivimos ajustados á una extracción
sura , y meterse á escoba ? No querer mo-
nos en la tarea material de la práctica , an­ bieron ser del Domine Lucas, que apenas de economía destilada por catorce alambi­
nosear cajones y tomar plaza de escaraba­
tes de esponerse á la revalidación , ellos tenían sabor á blancos, y estaban tan mu­ ques de miseria, con quien es ahitera la
jo? Irritado con estas últimas voces, alzó
los siete años reducen á tres, y cuentan grientos como si los hubieran colado en templanza, glotonería la dieta, y tragalda­
el grito el semi-curandero, y los otros dos
por curso el tiempo mal vivido en la corte; sartén de freir chicharrones de marrano; bas el ayuno? Nuestro ropage está mas
seguíase una tohalla con dos costados de traido que el texto de la escala, y damos respondían con tal desentono que la pieza
quédanse aquí á los olores del premio,
aprenden el alcorán de los truanes estafa­ arpillera , y los otros dos de cotanza de al­ gracias á Dios de tener para curar unos parecía habitación de condenados ; y fué
dores, se amogigatan, se encogen y dulan forjas, tan áspera que enjugándose con ella zapatos, ni aun podemos pagarle al basu­ confusa y tan fuerte la algazara que atrope­
unos m eses, y en poco tiempo sueltan la dejaba la cara hirviendo à borbollones co­ rero de barbas que nos friegue la mejillas; lló la pote noia del oido, y no podíamos per­
costra ; y puestos en limpio, sin acordarse mo si so diera un hombre dos rascaduras y últimamente, no siento tanto la lacería
cibir con entereza las palabras; sí solo cono­
de su primera fortuna, son la norma de la con un rallo. En el otro rincón estaba do como la hediondez, pues estos demonios
cimos que se vejaban unos á otros la facultad
soberbia . v «i ’ .Itivez. Cami- colateral un servicio desorejado , haciéndo- de vacincs continuamente me están dando
»6 SUEÑOS MORARES. SUEÑOS MORALES. 87
y acabó en palos !a porfía como los entre­ confuso esperando la última resolución de cion, para que aconsejado de mi verdad tenido para limpiar tu conciencia: tú de­
meses ; y las pandectas , los Galenos, los mi temido muerto, cuando se levanta de y la experiencia puedas vocear cuan ofen­ bias esperar la muerte: ella no puede es­
La;ragas, y los tablones de las tarimas an­ repente, y al mismo tiempo se abrió aque­ dido está el autor de la vida de sus cos­ perarte á tí, que tiene otras vidas que co­
daban por las paredes, y salieron como re­ lla sepultura en donde hacia narración, y tumbres ; pues las mas ideas que vimos brar: la disposición católica no es cuidado
ses furiosas los sopones, medio en carnes^ de su horrorosa cabidad saltaron sobre las en ese caos de la corte, son contra su de la muerte, es cuidado tuyo ; y pues lo
liado? unos con otros, repartiendo puñadas demas losas cala\eras, canillas, cubitos; agrado; en él solo reina la usura, la so ­ has despreciado, ven que no te puedes que­
rebeses y urgonazos. Al ver tan ridiculas gusanos, tarazones de carne mal mazcada berbia, el hurto, la gula, y una genera' dar un instante mas ; y tirándome de la ma­
visiones, temiendo en la estrechez de la de la tierra, y otras ruinas y destrozos de destemplanza de todos los apetitos. Entra ro con alguna violencia , di de hocicos so­
zahúrda alguna tropelía de su ciego enojo, las fábricas racionales, rebujadas en va­ conmigo, que en esta obscuridad has de bre las calaveras, cascos, mortajas y ata-
nos salimos á buscar en la calle capacidad rios remiendos, y zoquetes de gergas, saya­ salir de la tiniebla de tus ignorancias. Los hudes : golpe fué este que me hizo desper­
en donde ocultarnos de sus mogicones. Re­ les y mortajas. Imagínese el que va leyen­ huesos se me metian unos dentro los otros tar, y el que á estos golpes no despierta,
tirados ya de la cólera endemoniada de los do á la hedionda garganta de un sepulcro, al oirle estas últimas razones, y lleno de mas tiene de mármol que de hombre ! Asus­
escolares, le dije á mi discreto difunto : Ya, sin mas compañía que la quietud medro­ lágrimas, le dije: Dejame disponer, ( Que- tado, descolorido, y todo en las manos dJ
venerable m io, me parece que hemos visi­ sa de aquellos altares , y cara á cara con vedo mio) y limpiar mi conciencia; pues tem or, me levanté de la silla, y sin tino
tado las mansiones nuevas que tiene la un muerto, y por su discurso graduará la yo sé que una vez dentro de ese sepulcro, por la pieza tropecé en una cantar ilia de
córte desde que tú faltas de ella ; y por mas angustia de mí corazón. Bajó en fin Don ya no me queda esperanza para esta cris­ agua : bebí, y cobréme un poco del horrible
que pregunto á la memoria no me avisa Francisco, y sorbida la mitad de su fan­ tiana diligencia : por el Dios que nos ha temor en que me puso la pesadez de la mo­
novedad en que instruirte. Pues si hemos tástica estatura en el entierro , agarrándo­ criado de la nada, y por la Pasión de su dorra. Sueños son estos que si duerme V.
concluido, (respondió el difunto) sígue­ me la mano le dijo : Aquí paran los gus­ Hijo Santísimo, qne me sueltes y me per­ sobre ellos, verá que por ver las cosas como
me ahora, que quiero pagarte con una to s, los deleites y alegrías, é ideas de la mitas volver á donde pueda prepararme pa­ las veo, las esperará como las digo. Esto
buena memoria la voluntad con que me has vida : ( dado que sea placer el que dispone ra entrar gloriosamente en esta melancólica dijo Quevedo, dedicando el mora! papel
acompañado ; y pues hemos tocado las-mu­ á la eternidad de inlinitos tormentos ) este mrnsion. Resistíame á entrar, y el difunto del sueño de las calaveras á un amigo ; y
danzas y vicios de este mundo , ven y ve­ es término de todas las locuras humanas > enojado me dijo : Esa es otra de las locu­ esto digo yo á los que hubieren llegado
rás el que nunca puede padecer alteración. hasta aquí fué Rey el que lo fué en la tier­ ras de los vivos, resistirse neciamente á lo hasta aquí, distraídos solamente en la ir­
Cruzando calles llegamos á la de Santiago; ra ; hasta aquí Papa , señor y pobre : la que es inevitable, sin conocer la conformi­ risible y disparatada copia de mis visiones»
y siguiendo á mi sabio, vi que se entró por vida, la fama, la honra, la salud, la ha­ dad y disposición del Altísimo. Tiempo has
las puertas del Templo dedicado al gran cienda, los amigos, los parientes, y todos
Patron de las Españas. Yo procuraba ir al­ los bienes y los males del mundo no pa­
gunos pasos detrás, y notando D. Francis­ san ae este coto : este hoyo es el tragade­
co mi pereza maliciosa, volvió el rostro ro de los humildes y los presuntuosos; los
sobradamente ceñudo, y con ademanes de fieles y los traidores ; los libres y los es­
enojado, y señas de consejero , me mandó clavos; los pobres y los ricos: todos caben
que le siguiese: confuso, tardo y tullido en esta estrechez. La poca meditación de
de un humor que sensiblemente conocí ba­ este suelo os tiene alegres en medio ds
jar desde el cerebro á entorpecer los órga­ los vicios ; todos sabéis que hay sepulturas
nos de los movimientos naturales , las po­ para los muertos ; péro ninguno piensa en
tencias sin uso , y entregadas al temor, y que ha de ser difunto: si supieran los vi­
con mas cualidades de tronco que de racio­ vos los bienes que ocultan estas losas no
na! , arrastrado de la misma turbación , en­ spartáran la consideración de su profundi­
tré, y arrodillado á uno de los altares, dad : si una vez al dia vieran con los ojos
( mas por costumbre que por cuidado ) oré del alma estos destrozos no estuvieran tan
brevemente sin s?her si oraba, porque el poblados los infiernos. Ya que to he debi­
miedo, la confusion y la esperanza de lo do que me hayas acompañado á reconocer
que .me sucedería, me cogieron de tal suer­ las novedades de éste siglo por la córte ,
te el alma , que ni hallé a! entendimiento te quiero pagar esta fineza con mostrarte
para elegir, ni voluntad para conocer, nj los engaños en que vivis , y la poca espe­
á la memoria para preguntar. Así estaba ranza que podéis tener de vuestra salva-
R E S I D E N C I A I N F E R N A L DE P L U T O N ,

« B É # B M U fcfc»
TRASLAD ADO D E SD E LA FA N TA SIA AL
p a p e l p o r s u a u t o r D o n D ie g o d e T o r r e » y
Y5H a r r o e l.

----------------- — æâ»-MiaS«*HCâa»=— — —---- ------

S IR V A 0 ISO S IR V A , LEA SE Ó ISO SE LE A ,


este es el prólogo.

ahora de los con­


s c r ib o política.'Es muy posible que haya en el mun­
denados y enemigos irre­ do quien viva é imite las reía jaciones de lo
conciliables de Dios, que delincuentes que horrorizaron mi fantasía
están tragando azufre, sor­ en el infierno imaginado donde fui conocido
biendo plomo, y bramando pero cuando trasladé a las planas las imá­
siempre en los calabozos genes no tuve presente original alguno de
infernales. Como religioso los vivos. Yo las copio aquí en aquel trage
de la santa doctrina, é hijo legítimo de la que me las propuso el sueño : y si las figur
Iglesia, debo sentir mal de los que aborre* ras de estos condenados salieren semejan­
cen al Criador , á las criaturas, y aun á sí tes á algunos de los que hoy gozan el be­
m ismos, y abominar de las costumbres que neficio de la vida, nadie crea que es suyo
tuvieron cuando vivientes. Con estos hablo, el retrato, sino que hay muchos diablos que
y á tí te guiño y te descubro el paradero se parecen unos á otros. El que se hallare
que tienen los desórdenes de la profanidad- tiznado procure labarse, que esto le im­
Te recuerdo como vicios mortales muchas porta mas que hacer crisis y exámen de mi
destemplanzas, inmoderaciones y costum­ pensamiento, de mi locución, de mi idea,
bres , que pasan como tratos loables y re­ 6 de los demás defectos de la obra.
gimientos bien acondicionados en la vida Confieso como miserable criatura mis
SUEÑOS MORALES. 91
90 SUEÑOS MORALES
asf vayan y vengan diablos, marimantas y lo estoy de sus tentaciones, que ya pudiera
errores : de estos irá abundante este papel; agenas con basiliscos , ni mi humildad n¡ mi alma apostar sencilleces à un cartujo-
cocos, que aquí estoy corriente y moliente
pero la intención es tan loable que no la todo el horror del infierno puede servir de Tampoco pueden ser estos insomnios que
para S"ñar, y escribir lo que soñare mien­
podrá hacer maligna mi ignorancia, mi dis­ defensa. He cumplido con manifestar y ex­ tras Dios me conserve la humedad de los padezco enviados por el Angel de luz , por­
traimiento, ni todas las blasfemias de la poner la sanidad de mi juicio ; recíbela co­ sesos y la textura de la cabeza. De otras que no dejan en mi espíritu aquellas seña­
envidia. Esta protesta basta para los Lec­ mo quisieres, que yo ni te tpmo ni te debo» dos castas de sueños hablan los Teologos, les que afirman los teólogos de regocijo
tores católicamente juiciosos, que para los ni te pido, ni te he menester. santo, dulce conformidad, y agrado apa­
de los unos dicen que los lee el Angel de
que resuellan áspides y miran las obras
Luz á ios hombres para persuadirlos su cible. Sean, pues, naturales,divinos, ani.
bien, de los otros aseguran que los escribe males ó diabólicos estos sueños , quiero
INTRODUCCION AL SUEÑO. el demonio en el córebro para asustar y trasladar al oido de V. el que me acometió
burlarse de las criaturas. Yo no tengo que­ esta noche pasada, y dejemos que averi­
ja alguna del diablo , porque es un misera­ güe su condición y origen el que tuviere
Algun demonio incubo empreña á la dia­ dicen que lo forma la cualidad del tempe­ ble espíritu de quien tengo larga experien­ tanta soberbia de físico, que crea que lo
bla de mi fantasía , pues la hace parir ta­ ramento, y así sueñan con bailes y juegos cia , que jamás me tentó en la cama ni en puede saber, que yo cada dia ignoro mas
mañas monstruosidades ! Jesus mil veces los de la condición sanguínea; con puñadas, el campo, dormido ó despierto, y ojalá vi­ las travesuras de este duende á quien lla­
sea conmigo, y me libre de sueños tan en­ palos y pendencias los coléricos, y á estos viera yo tan aborrecido de mis deseos como man naturaleza.
demoniados 1 Si es el sueño para todo ani­ disparates preguntan muchas veces los mé­
mal blanda quietud de los sentidos, y sa­ dicos por los pecados de los humores. Pues
SUEÑO.
brosa cárcel de los movimientos, como para en mí ni son naturales ni animales estos
mí rs potro de ciueles imaginaciones, y sueños : porque en mis venas jamas he
quebranto terrible de mis miembros? Si sentido a la melancolía, que es la madre R o d e a d o de una infinita muchedumbre no ya el vaso entró en él Aqueronte , y to­
todo hombre vive regalado en las dulces de estos horrores. Yo no ñauo memoria de de personas de ambos sexos excarnes, he­ dos empezamos á caminar hacia el infierno,
tiranías de esta suspension, cómo yo ni cuando me haya recordado del limbo, in­ diondas , podridas y medio mezcladas de la yo creyendo entonces que iba allá, y los
descanso durmiendo, ni gozo serenidades fierno ni purgatorio, porque encamino á m1' tierra me vi yo á las orillas del impuro y otros que estando en el mundo nunca cre­
soñando? Sin salir del mecanismo de mi salvación por la senda del cielo , y rías me negro fletori, rio infernal de quien yo tenia yeron ir. Conduciános el mal engestado bar­
animalidad, conozco cuan vanas son las agradece mi alma las meditaciones de la algun aviso por los poetas y confabuladores quero con mucha lentitud al impulso de los
persuasiones de la filosofía. Yo estudié en Iglesia, que la contemplación de los tizo­ gente á quienes se les pueden creer estas remos que gemían con agudo estrepito , y
ella que los sueños nacen de la revoltosa nazos. Yo soy derrenegado de las melanco­ noticias , porque comercian bastantemente yo caminaba viendo mas desde cerca la im­
agitación de los humores y espíritus anima­ lías , apóstata de las seriedades, y here- en el infierno. Vi también aquel maldito vie­ pura madre de aquel rio, las sucias arquea­
les que residen en el cerebro; y que por ge de los disgustos, y con todo eso sueño jarrón barquero Aqueronte, mas horrible das , y los asquerosos vómitos que se pre­
esta comocion se obstruyen los tránsitos y con mortajas, precitos, condenaciones, que la pintura que propuse á V. (si se acuer­ cipitaban desde la sentina desu vientre has­
conductos comunes á los sentidos externos, atahudes y diablos , y me son tan familia­ da ) en la segunda parte de mis desauciados ta la boca de su rivera. Llegamos, pues,
y que mezcladas confusamente las especies, res las tristezas que se acuestan conmigo. del mundo y de la gloria ; porque además y habiendo atado Charon la barca á un es­
salen á danzar á la fantasía los objetos so­ Despierto, busco la lisonja á mis ojos en los de su imponderable deformidad manifestaba tacón , fue desembarcando la tropa de fina­
brevestidos de confusion y el desórden; pe­ buenos semblantes , y soñando solamente un enojo tan iracundo contra aquellos d es­ dos hasta que quedó la playa llena de la po­
ro mi ce'rebro no puede contener tan desa­ se me representan infernales visiones. En venturados que parecía estar poseído de drida turba. Entonces empecé á contarme
gradables especies, ni su cavidad es habi­ las vigilias solicito con ansia los concursos todas las furias infernales. Menudeaba con entre los difuntos, y con las adulaciones
tación de tan monstruosos materiales ! A alegres, bulliciosos y retozones, y dur­ rabioso corage fortísimas mazadas con el de mi temor me pareció que era muerto
los insomnios ( que vulgarmente llaman miendo me horrorizo aprisionado entre sa­ mangual de un remo sobre sus cabezas, lo­ novicio. Salí el último á tierra, y apenas
sueños) dividen los filósofos, en naturales yales , calabozos , lutos y congojas. Dnas mos y costillas, y con este socorro y el de estuvimos todos fuera de la barca, cuando
y animales. Asientan que el sueño animal veces soy llevado á ver los muertos, y otras muchos coces y ahijonazos los iba arreando vi venir hacia mi comunidad un enjambre
se cria de aquellos cuidados y pensamien­ se me vienen á aparecer los difuntos ; y en hasta su maldita barca. Yo ( ó huyendo de de diablos de gestos y configuraciones hor­
tos que son regularmente amables tareas este ir y venir se me han huido muchos dias la irreparable furia de sus golpes, ó porque ribles. Adelantóse un poco á los demas un
en el desvelo, siendo fastasmas nocturnas sin lograr á lo menos la quietud de una no­ esto de meternos en los infiernos se hace demonio patizambo y gotoso, y dijo : Bien
las repetidas operaciones y discursos del che. Lo que me consuela es, que como bien sin sentir j sin saber como ni cuando me llegados sean nuestros amigos, ó que buena
dia ; y así el estudiante sueña que arguye ; y aunque sueño locuras, es cierto que es­ hallé también en la barca encuadernando manada ! Estos dias hemos hecho buena re-
y el soldado que pelea El sueño natural toy durmiendo mientras estoy soñando : y entre los demas pasajeros asquerosos. Lle­ ■cin ta , si así vamos presto será necesario
soscos MORALES.
92 s i' e S os m o r a l e s .
redención los desventurados espíritus que
ensanchar tos cuarteles. Ea compañeros , zones en unas calderas grandes de azufre este perverso ejercicio consumió las horas
fueron una vez miserablemente cautivos á
prosiguió volviéndose á los otros ) cada derretido, y con ellos escribían en las ne­ que debía destinar al estudio de los enfer­
la salida peligrosa del mundo. Colamos to­
cual vaya con su discípulo hasta entregarlo gras paredes del tragadero infernal el nú­ m os, y á la importante observación de la
da la maraña de demonios y reprobos por
al tribunal. Llegaron de golpe, y con im­ mero de los precitos que iban entrando ; y naturaleza, con que al cabo del año mataba
unas calles torcidamente dificultosas, cu­
placable gritería y desesperación se fueron reparé que eran tantos los contadores y es­ bien y escribía mal. Dejábase untar la ma­
lebreando siempre y contradiciendo á la
incorporando y mezclando con la majada de cribanos como el resto de condenados que no de los discípulos ignorantes, y de cual­
rectitud, así como los que caminaban por
quiera galopin de medicina que se le anto­
los infelices finados ; con este uno, dos con estábamos tendidos á la puerta. No se re­ ellas no la guardaron en sus acciones ; y
jaba cocinar en los cuerpos; sacíbales grados
aquel, y tres con otro, y muerto hubo que gistraba en aquellas paredes mas que mi~ cada uno agarrado de su demonio llegamos
y licencias falsas, y así era factor de asesi­
llevaba por pedagogos una resma de sa taña­ llaradas de rotulos pagizos y vermejos, co"
nos graduados , arrojáronle á la galera , y á la chancilleria del infierno. Conducímo-
ses. Revuelto me vi yo entre la cofradía mo sanbenitos de inquisición, que decían :
fueron todos pasando de la misma suerte nos por un atrio donde susurraba la innu­
de podridos y el envoltorio de diablos, y Condenados de España, doscientos mil y merable turba de los esbirros de Pluton,
su borrasca. Quedóse mi diablo conmigo el
viendo que á lo menos se repartia demonio quinientos ; precitos Alemanes , trescientos fiscales , corchetes, alguaciles, escribanos
último, y presentándome á un demonio que
por barba, esperaba por instantes que en­ mil; Italianos nueve millares ; Franceses y soplones de satanás. En esta canalla se
tre tantos malditos alguaciles infernales vi­ cuatro mil gruesas de á veinte mil ; de Mo­ tenia cara de puto , le dijo : este muerto
me representó la caterva de abogados, pro­
niese el m io, porque cada uno tenia su de­ ros, Turcos, Olandeses, Moscovitas y otros lanza fuó un perdulario y bribón entre las
curadores, agentes, bufaires, pasantes
gentes, el pauderillo de las fiestas, la gai­
monio y su pecadero. Asióme de las gorjas nacionales , era innumerable el guarismo litigiosos, y toda la legion de golillas que
ta gallega de los concursos, el fandango de
un diablo vizco con orejas de garañón, y que estaba impreso en los tenebrosos pare­ corrompen el aire, resollando embustes en
los convites , y el cumbe de las bodas ; su
me dijo : Vamos señor astrólogo , que V. es dones. Ibanse presentando los muertos uno
vida la ha repartido entre danzas, toros, los bulliciosos patios de las Audiencias.
de aquellos que se están mirando al Cielo por uno, y al mismo tiempo haciendo los Eran tan dilatados y confusos, que no creía,
caminos, coplas, chocarrerías, juicios as­
toda la vida para venir al infierno al cabo diablos una breve relación de sus oficios y mos hallarle el fin ; pero á la horrorosa lla­
de ella. trológicos disparatados, y otros descon­
costumbres á los otros demonios que es­
ciertos considerables, sin cuidar del exacto ma de unos tizones que formaban una co­
Anduvimos poco espacio de un valle pro­ cribían. Asid un demonio tartajoso á un
cumplimiento de sus obligacjones, sin aten­ piosa hoguera vimos un porton de hierro ,
fundo y estrañamente sombrio, y luego muertoaleman de estatura, sordo de mo­ y parando un poco-la tropa dieron desento­
ción á su empleo , sin estudio de la moral
nos hallamos todos galeotes y alguaciles vimientos, y apagado de facciones , ( no vi nados gritos los demonios jubilados que
cristiana , ni temor de esta infernal chanci-
á las puertas de la casa de los castigos y jamás muerto menos vivo) y presentándo­ nos conducían diciendo : Ya estamos en el
llería. Acabar estas palabras el maldito cor­
los llantos. Eran los labios de tan fea boca lo á un diablo romo, le dijo : Este fantas­ eterno tribunal de Pluton, aquí seréis re­
chete, y liarme vestido y calzado hácia la
dos portones de solidísimo hierro, cuyos ma tenia en el mundo oficio de procurador; sidenciados de vuestras maldades.
casa del azufre, fué todo uno. Entramos en
quicios rechinaban con fatal estruendo. Ca­ encargóse mal délos negocios agenos, y se
el mezquinez de las almas donde no tienen
da vez que se abría ó cerraba, me parecía descuidó bien de los propios ; era de plo­
oir los rugidos de una caterva de leones. mo para las diligencias, aunque lo hiciesen
Seguíase una profunda garganta, anchuror- de plata , y se conducía en las mayores im­ TRIBUNAL DE PLUTON
so tragadero por donde iba á parar la mu­ portancias con reprehensible pureza , diè—
chedumbre de condenados al implacable ronle un empujón háeia la caberna, y coló E en un salon espaciosísimo ,
m b u t im o s
to tan fiero y temeroso: arreaban de cuando
vientre de aquella voraz y monstruosa fiera. por las fauces del abismo. Llegó un diablo en cuando hacia las orejas un par de m os­
en cuya frente se levantaba un tablado , so­
Despedíase del ancho boquerón una espesa desnarigado, y poniéndole delante á orro , tachos, las narices eran á lo fariseo, las
brevestido de negros vayetones, donde de­
iiubo de humo, y un hedor tan intolerable un difunto estirado de figura, y Catoniano bocas rasgadas como balcon , y guarneci­
bajo de un dosel horriblemente magestuo-
y pestilente , que bastaba á sofocar todos de semblante , le dijo : Este fue abogado en das de un espeso matorral de barbas : cu
so parecieron al punto cuatro personajes
los vivos ; escuchábanse desde los tristísi­ el mundo, protector de la trampa, patrono fin, los cuatro jueces infernales, solo con
destemplados de estatura , y monicongos
mos umbrales el descompasado horrendo del enredo, y gefe del engaño y la mentira, la severidad y la catadura amenazaban hor­
de color. Rodeábanse desde el cuello á los
son de las cadenas, las amargas quejas de diéronle una pisa de pescozadas , y corrió cas y repartían azufre, plomo y alquitrán.
pies , de unos huecos ropones , cubriendo
los miserables forzados, y los resonantes la misma fortuna del procurador. Siguióle Aquí fué donde el temor me derribó al sue­
cada uno su cabeza de una desmesurada
chasquidos de los cómitres fieros. Al punto un demonio barbon y demellado , y este lo , y donde mi diablo muleto me machacó
gorra, dejábase ver en sus ojos una malig­
que llegamos nos recibió otra cuadrilla de presentó un muerto alambre, roído de bar­ l a s almohadillas con un parde coces, re­
na lumbre, de suerte, que atendiendo á lo
malignos espíritus que estaban á las puer­ riga y mico de rostro , y dijo : este malva­ vueltos con un torniscón en la chola , de­
tostado de sus cueros y á lo ardiente de
tas tomando cuenta y razón de los infeli­ dose llamaba en el mundo el Doctor N. es­ sus miraduras, pudieron pasar por carbo­ jándose últimamente ahorcado de las orejas
ces que entraban en aquellas mansiones. Es­ cribió mucho, y m alo, no hizo mas que entre sus garrones; levantóme con tan opoi -
nes encendidos ; jamás se me ofreció aspec­
taba una manada de ellos mojando unos ti­ embarrar papel y copiar disparates : y en
SUECOS m o ra les . 95
34
SUECOS m o r a i . e s . á cuyo ejercicio le concedió la atención y
y el Proto-Medicato, le despidieron con
tuno socorro al tiempo que tomaron asiento la honda de todos los demonios, pagándole cuidado que le hurtaba á las asistencias de
echaban los ojos, lo veian ocupado de espí­
los demonios togados. Era el presidente de el sueldo en una mula falsa que lo hubo de los enfermos, al estudio de la práctica y á
ritus infernales, vestidos de tremendas y
la sala el deforme Pluton, el cual tomó una la observación de la naturaleza en los acha­
varias figuras, osos , tigres, serpientes y descostillar en el camino de dicha aldea á
silla que sobresalía entre las otras, que ques con que donde habia recetado un je­
otras terribilísimas imágenes. Desmayaron la córte. Despues de algunos dias ( querien­
fueron ocupadas de los furiosos alcaldes de todos de su libertad , y mas cuando oyeron do Dios enviar esta plaga de recetas á otro ringazo entraba preguntando si se habia
aquel sombrío tribunal; tocaron un desen­ gritar á los demás viejos precitos estas vo­ dado el vomitorio. Y en la casa donde de­
lugar ) caminó á é l, y á poco tiempo lo des­
tonado campanillorro, á cuyo triste y desa­ ces : Aquí no hay redención para alguno, jaba al enfermo con la sentencia de una san­
pobló casi, repartiendo alfanjazos de me­
gradable sonido sucedió en todo el salon un todas las puertas ya están cerradas para gria, preguntaba luego si se habia cumplido
dicina en una constitución epidemica de
profundísimo silencio, y en todos los de­ siempre. Las diligencias han de ser para no la ordenanza de las ventosas. Vez hubo de
tercianas , en la cual murió también á las
lincuentes un susto y temblor impondera­ recetar en lugar de un poco de la hipepa-
entrar, que en llegando aquí pararon todos puñaladas de su misma pluma. Esta fué la
ble , y esta fué la señal para comenzar el cuana dos onzas de las particulas estriadas
los consuelos y las esperanzas. Retumbó se­ historia del primer finado que se presentó
tremendo juicio. Los recien condenados ó y la materia globulosa de Descaí tes, mez­
gunda vez el campanillorro, y empezó el á los terribles jueces. Escucharon con fu­
demonios en cierne, no sabían donde ocul­ cladas con una onza de suco nutricio. En
juicio por la tropa mayor de condenados , rioso semblante las relajaciones de su vida,
tarse , miraban con ansia implacable á uno otra ocasión recetó dos manojos de achico­
que fueron los que verá V. si prosigue le­ y lo mandaron conducir á un obscuro apar­
y otro lado; pero á cualquier rincón que yendo. rias y diez gotas de la Margarita Antoniana
tamento, hasta que se acabase el juicio ; y
el demonio renco, caricabruno y gangoso, de Gomez Pereyra. Entre los embelesos de
empezó á apretarle manotadas, empujones sistemas y teoremas fisico m édicos, vivió
JUICIO PRIMERO. matando á los sanos con sus desatinos idea-
y sopapos , hasta que lo estrelló en el lugar
que fué determinado por los feísimos con­ l e s , y á los enfermos con los errores y
DE ™ C: : EM PL A STA D 0R ES’ ™ ™ 0 S V OTROS BRIBONES, QUE V IV IE -
sejeros. descuidos de sus asistencias. En la córte
SOBRESCRITO D E PRO FESO RES D E LA DOCTA M EDICINA.
Siguióse un demonio etiope estevado y uno le pedia á su hermano, otro á su tio
lleno de grietas y espolones, que puso de­ uno á su padre , este á su primo, aquel á
D e s a r r e b u j ó s e de la manada un demo­
con una rociada de filosofia frailesca en es­ lante los arezados garnachas á un murrteci- su familiar, esteá su prelado, el otro á su
mo renco y gangoso, y agarrando de un
pañol , y empezó á argumentar á coz y bo­ 11o chisgaravis y bullicioso ; había este si­ súbdito : el uno le decia que le hiciese bue­
tarazón de pierna á un muertecillo culirras-
cado. Pringóse el hocico con el unto de la do en sus principios mequetrefe de la poesia no su estómago, el otro que le volviese la
trero, lo tiró á las gradas del tablado, y
mate) ia p rim a , que soñaron los peripaté­ y de la música ; despues de fabricar coplas templanza de su cerebro, que ambas cosas
presentándolo á los inexorables jueces, hi­
ticos, y con estos conocimientos llegó a ser de peñasco y de cantar como un mastin, le habia desconcertado con sus disparadas
zo prolija relación de sus delitos. Era este
filósofo romancista, como cirujano, sa­ pareció meterse á xaque de aforismos y Pe­ aplicaciones. En cualquiera concurso, si
muerto (hablando con perdón de quien me recaía la conversación con é l, pronunciaba
biendo tanto de las ciencias filosóficas, como dro Ponce de recipes. Graduóse entre ga­
oye ) profesor de medicina, y luego que oí
una inteligencia de noria. Pasó á conversa­ llos y media noche, y comprando la borla uno quién es el Doctor fulano? El diablo
su proceso me dije á mí mismo : si por esta arrastre con su alma, que despachó al otro
ción con el^ estiércol y los orines , vistióse incurrió en una simonía civil de las muchas
causa vienen á bañarse en pez y resina los barrio á un hijo m io, malos lobos le coman
de los guiñapos de un curandero, y los que se cometen en la Córte, á donde vie­
médicos, ya pueden arrastrar los diablos arrapiezos de un boticario, y los calandra­ que visitando á un vecino de mi padre re­
nen a recuas los mulos cargados de panzas
con medio mundo ; es imposible que no ven­ cetó un purgante con el cual le hizo cagar
jos de un médico, que era preboste de los de doctores, licenciados y bachilleres de
gan á estos calabozos los mas de los hom­
gallegos de la Plazuela de la Cebada, y con las Universidades de Sigüenza , Osuna la vida. Entre estas oraciones y sus con­
bres que andan allá siendo monederos fal­
esta medicina de trapajos y remiendos mar­ Irache y otras de la propia arina. Habién­ tinuadas ideas, enfermó este filósofo ima­
sos de la fisolofía y medicina. Sirvió, pues
chó a una aldea poco distante de la Córte, dole armado doctor con pluma y espuela ginario, disparósele el caletre y se volvió
en la ciudad de los vivientes el dicho di­
cuyos vecinos vivieron con alegría, encar­ Jos reverendos rejones del Proto-Medicato; de Doctor en Orate, hasta que le adobaron
funto , según la relación del demonio de al­
gados á los aforismos de la naturaleza, has­ salió primero consultando con una mula las el cérebro : vivió algunos años entre ma­
bañil de cuerpos, astrólogo de cámaras, y
ta que esto sopon empezó á revolverles el enfermedades, hasta que ganó á carabina­ niático, loco, hipocondriaco y escorbútico
doctor de horca y cuchillo. A pesar de su
mondongo con geringazos, julepes y pur­ zos de tinta, un carretón con un par do y al fin de ellos le asaltó un coma vigil,
espíritu grosero se engertó en estudiante
gantes, á estregarles el estómago, y ádes­ machos fantasmas de la especie. En medio con horrible rigidez , y le hizo soltar la cu­
aprendió algunos pedazos de latin palurdo’
concertarles la guitarra de la salud. Cono­ de sus curaciones lo llamó su soberbia para chara, y cargó al punto con él el infernal
que le comunicó un sacristan bañado en al­
cieron los rústicos ia reliquia de Mshoma echarse á escritor ; y él respondió al ins­ barquero : vióse con mas extension ¡a cau­
berar , y ribeteado de barbero ; y habién­
a cuyo contacto encomendaban la curación tante resucitando sistemas inútiles, escan­ sa de este facinoroso ; oyóse la sentencia y
dole este metido en los cascos que se echase
de sus dolencias, y sabiendo también que dalosas y fatales á la salud de los hombres, lo tiraron al monton de réprobos que se iba
à la ganga de doctor, se salpicó el salvage
era médico por detrás de las Universidades.
96 sueños Morales.
formando en ia obscura rinconada del negro este maligno médico la urgente obligación SUEÑOS MOKA LES. 07
salon.
de desengañar al enfermo y proponerle el tenia la falta de haberlo pronunciado un Eran hermanos de esta endiablada cofradía
Pareció luego delante del tribunal un de­ peligro de su vida, daba por respuesta que afecto de Tomas W ilis, ó de Sinedan , y de réprobos los que galanteados de su in­
monio entre cara de dueña y capon, y pre­ aun no era tiempo de e s o , que no tenia re­ era muy conforme al propósito de redimir terés, ó estrujados de los empeños , daban
sentó á los jueces denegridos un difunto toque inflamatorio en la cabeza , y que con al pobre afligido de su ohaque ; con que si cédulas por el consejo del Proto-Medicato,
muy solfista de pasos y de movimientos ; el susto y la aprehensión de la muerte era acaso, ó por tener mas pecho para gritar, à los físicos de teta. Médicos modorros,
también este había sido en el reino de los
forzoso agravarse. Con este (lesearte del ò mas opinion , ó por serle mas aficionados prácticos de agua dulce, y filósofos de li­
vivientes mercader de visitas y tratante en Doctor llegaba el caso de marchar el do­ el enfermo y los familiares, prevalecía su mosna, que salían despues por medio del
ponzoñas y según la relación que hizo sú liente sin los Divinos Sacramentos, y de venenosa y desatinada sentencia , dejaba el mundo distribuyendo agonías y boqueadas.
diablo, asistió en el mundo á las casas de dar el diablo una carcajada : acometióle á doliente la piel en las manosde este malicio­ Pertenecían á esta maldita runfla unos
los señores ricos y acomodados : fué médi­ el un cólera morbo, con un delirio profundo, so y condenado galenista. Trató con mucho doctoradlos de los que empobrecían á los
co de muchas damas y señoras de aquellas y en veinte y cuatro horas le puso desde cuidado el negocio de venir á remar las ga­ achacosos, por enriquecerá los inmundos
que quieren persuadir con lo enfermizo y la region de ¡os vivos en esta eterna muer­ leras de Lucifer. Abrió tienda de certificacio­ guisanderos de emplastos y geringatorios,
delicado que son hechuras de feligrana. Á te , sin haber confesado sus atrocidades y nes de enfermos. Ilerbia su estudio en sol­ Cada uno de aquellos era alcahuete del de­
la orilla de la cuaresma llamaba mi señora llevó su demonio á este Doctor Mahome­ dados, oficiales, y catedráticos , en que le salmado boticario y corredor de una lonja
Doña fulana, representábale un achaque de tano al horrible apartamiento, mientras los levantaba un falso testimonio á la mas ro­ de ayudas y escrementos. Recetaban un
inmatura y una enfermedad compuesta de Jueces le determinaban la perpetua caldera busta y favorable naturaleza, pagáronle en purgante, y decían : Vayan por esto á la
sus dengues, em bustes, aprehensiones y en que habia de ser chicharrón perdurable-
melindres : decíale aquello de se me desva­ la vida sus pecados y cuando menos pensa­ botica de fulano, que trabaja de satisfac­
En el puesto que dejó desocupado este ba vino à satisfacerlos á los muladares ción. Iban a esta tienda, y enviaba el des­
nece la cabeza, se me aniquila el estómago t doctor se vio al punto un diablo con orejas
como tanto como un gilguero, y otras ex­ de Pluton , enviado de una cardialgía , comulgado mercader de cataplasmas y pur-
de mulo, hocico de marrano, y cola de
presiones del diccionario de las damas. A la que le hizo perder la vida con vó­ gones una pócima decrépita , impotente y
zorro, el cual acusó á un muerto meñique
la raíz de tráiganle de beber al señor doc­ mitos de asquerosas y diferentes ma­ caduca , de la cual so burlaba el humor del
de estatura. Habia este vivido en el mundo
tor , le decía : Yo no sé como llevar esta terias. enfermo, y con decirle el doctorcillo , que
como otros , vendiendo sus salvajadas por
cuaresma, yo no me siento con disposiciones Presentáronse otros delincuentes de la de no haber obrado el doliente con la pur­
aforismos, Atila graduado , Nerón Galenis-
para llevar el pescado , ni el aceite , los misma clase á los sañudos jueces en núme­ g a, era la causa la'rebeldía del material
ta, y Dióeleciano Peripatético. Esté era
ayunos me causan vaidos y una flaqueza ro copioso, entre los cuales estaban algu­ morbífico, quedaba satisfecho el reparo, y
ciego idólatra de Aristóteles y Galeno; habia
notable; y sin otro examen pasaba el señor nos de los que teniendo en la vida muchos destruida la sospecha sobre la maldad del
jurado defender el cuaternion de humores,
Doctor de Satanás á ordenarle á la señora enfermos embrollando en el caletre tabar­ facineroso tendero de los ascos. Fuera de
las cualidades ocultas , y todos los de­
que renegase del pescado, del ayuno y de dillos de unos, con las cuartanas de otros, esto recetaban aquellos estractos , espíri­
mas teoremas fisico-médicos que está gru­
la penitencia ; y lo mismo ejecutaba con las habían recetado verzas por capachos, y re­ tus y esencias que tenían mas coste , po­
ñendo siempre sin utilidad alguna la manada
demás ; á pesar de los gritos de Pablo Za- vuelto en sus cholas los orines de estos con diendo conseguir los mismos efectos con
de los golillas : lo mismo era'ver uno que
quías y de todas sus cuestiones Médico-le­ las cámarasde aquellos : curanderos degol­ otras medicinas menos costosas , dotadas
hablase por corpúsculos, configuraciones y
gales. Apenas hubo enfermo de achaque pe y zumbido , y empastadores desatinados. de igual actividad para la templanza de los
movimientos, que maldecirlo en su cora­
mortal que se dispusiese por su orden á Estaban muchos de los que no podiendo sa­ humores. Lo que interesaban estos ponzo­
zón. Sucedió muchas veces concurrir en los
morir, haciendo las diligencias do cristiano tisfacer á la obligación de un número de do­ ñosos doctores , en la liga con los tratan­
consejos de guerra que suelen celebrarse
los mas se iban al otro mundo con el tizne lientes, solicitaban mas , repartiendo su tes en cagadas , untos y aceites, era te­
sobre las vidas de los pobres enfermos, con
de sus culpas y la porqueria de sus delitos. atención á escrúpulos, coando se necesitaba ner de valde el muladar de su boticario, y
algun Físico-Médico experimental sobre la
Enfermaba peligrosamente un hombre rico por libras; médicos postillones que traían en este un panegirista que predicaba los
aplicación ó remedio que en aquellas cir­
de estos que se quieren hacer remolones el cuerpo, los cascos y los aforismos al tro­ remedios del doctor epidemia, como hue­
cunstancias le parecía mas importante, y
con la vida, no queriendo volver jamás lo te de sus mulas. Comprehcndíanse en aquel sos de Santos, podiendo con cada uno de
eolo por ser profesor del sistema moderno,
que le prestaron ; hallábase embarazado el rnonton los doctores tahúres, que en el sus récipes acabarse una generación y
salia disparado él diablo del Galénico de_
doctor Calvinista en decirle que ajüstase tiempo destinado al estudioso quitábanla apestarse otra.
fendiendoá gritos, mojicones y patadas, que
las cuentas con Dios : si acaso la mujer, los cáscara jugando : estos de noche jugaban á Los últimos de esta ventregada de ga­
se debía en aquella constitución despreciar
domesticos y los parientes por la gravedad la cascarela, y de dia curaban al revesino ; leotes fueron otros muchos m édicos, den­
el dictámen del otro como contrario á la
de los síntomas conocían el estado poco en su juego perdían los dolientes, siguién­ gosos de vista, y remilgados de nariz,
vida del enfermo, siendo a sí, que á su jui­
seguro del enfermo y le ponían delante á dose de esta descrtacion recetar el dia por que estando obligados para el conocimiento
cio el parecer del otro Doctor solamente
la mañana muchos oros para el boticario , de la enfermedad y de la curación , á con­
y no pocas espadas para el pobre enfermo. currir en junta con los orinales y servicios,
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98 SUEÑOS MORARES.
SUENOS MOKVI.ES
que son las constelaciones que deben exa­ aborrecidas de su pereza y de su codicia , temuertos de justicia , substituto de prego­ hasta que cansados estos de sufrir, le ma­
minar los que profesan la astronomia as­ pues por contentará la ansia de! ganar mo­ nero y arlequin de verdugo. Este fue novi­ chacaron las liendres y le sumieron los
querosa , no habían querido tomarle el di­ nedas, se daban por desentendidos á los ciado para empezar á ser rabo de alguacil, piojos con un par de cuchilladas de á cien
cho á las camaras, ni escuchar el dictamen mandamientos mas venerables y juiciosos; garabato de ministro , liga de facinerosos, reales , que barrieron de su cuerpo la su­
de los orines. Reñidos con el asco y la he­ y pasaron la vida engañando al vulgo con gato de ayuda, alano de riñas, susto de ta­ ciedad do su alma. Oido el fallamos contra
diondez , á la manera de aquellos que quie­ los recipes y los aparatos esteriores de doc­ bernas , azar de boliches , correo de orejas, este vendaba! y contra algunos otros bus­
ren ser químicos con las manos blandas, tor , siendo guadañas vivientes de todo po­ avejarruco de culpas, bajón de delitos, y cones de las inmundicias agenas , fue remo­
y la cabeza fresca ; como si se pudiera con­ bre que recaia en sus pestilentes manos. maldito pesquisidor de vidas agenas , me­ vida esta infeliz y abominable canalla y la
seguir la consideración de la separatoria Oidos pues, los procesos de toda la tropa nospreciando con la suya todos los avisos de muchos testigos de alquiler , para dar
sin tiznarse con los carbones y chamuscar­ dé Galeno y Avicena, y habiéndose profe­ conduciones, advertencias , é importancias lugar á los otros reprobos que lo fueron,
se junto al horno. Tampoco se dieron estos rido por los tostados garnachas la sentencia , de su salvación. En estas correrías de so­ ocupando sucesivamente asido cada uno de
últimos infelices al estudio práctico de la fueron apartados de toda la gurrullada , plón y testigo falso, ganó una sarta de mal­ aquel demonio que en la caminata al pais
admirable fábrica del cuerpo humano , de dando lugar á otra runfl i de malhechores , diciones, y que lo dejasen atusado de na­ bajo le había servido de arriero.
sus partes, magnitud y oficios, cosa tan ne­ que aparecieron en el tribunal, como se v e ­ rices y rapado de orejas. No por eso dejó Desatóse del confuso liosatanesco un dia­
cesaria para los aciertos. El hedor de los ra en el juicio siguiente. el oficio de cervatana : prosiguió en ser blo cervijon , lagañoso y con dos colmillos
cadáveres fué bastante para desviarlos de Hasta aquí he hablado solamente con los duende de zaguanes , garrapata de esqui­ como un jabato, sacó este á patadas y mo­
su obligación, sin hacerse cargo que no médicos; que por su ejercicio y su práctica nas, petardo en las puertas y balcones, jicones, al medio del coliseo, á un difunto
profesaron otra cosa , que tratar con escre- están ya en los infiernos , y afirmoque el que zorra en los concursos, sacre de las pala­ lerdo de pies, y zorreto de oido , el cual
mentos , registrar podridos, ver tinosos, viviere como estos sin arrepentimiento de sus bras , halcón de las noticias y endemoniado fué llevado en volandas á la vista de los al­
recurrir á los gargajos , reconocer los \ ia­ maldades, padecerá eternamente las crueles tirón de vidas agenas ; ejecutándolo todo á caldes espantosos. Leyóse el código de sus
m bos, oler las bocas de los moribundos, penas del sempiterno horror. No acuso vicios empellones de su insaciable interés y codi­ desafueros, y se llegó á entender, que es­
desollar muertos, y bañarse los vigotes, y presentes; pero sospecho que puede haber ciosa inclinación. Acechaba á un joven , te delincuente habia ganado su condenación
todos los sentidos en los albañales mas su­ médicos católicos que vivan con tal descuido, contábale los pasos, veíalo entrar en casa con el título de cuadrillero de la santa her­
cios de los cuerpos. Ultimamente venían codicia é ignorancia de sus obligaciones. S¡ de una viuda , poníase en movimiento su mandad, arrebujóse con una manada de pi­
liados en este envoltorio los blasfemos de algun crítico contrario de mi nombre ó de malicia, sospechaba comercio delincuente caros , hambreones, insolentes y desalma­
las doctrinas astronómicas , recomendadas esta doctrina se atreve á presumir que se pue­ entre aquel joven y la honrada muger , y dos , que haciendo á la justicia capirote de
por sus príncipes y libros, y consentidas en de salvar semejante casta de delincuentes, sin mas impulso que el de su endiablada in­ sus maldades , y al título de alguacil alca­
su interior, como saludables á la discreta juzgaré que es peor que ellos, y que tiene tención y maliciosa voracidad , iba á verter huete de sus insolencias, y poniendo el Dios
preparación de los achacosos. Estas fueron mas aborrecimiento á Dios que á mis obras. su mal fundada conjetura y juicio temera­ sobre todo desús varas, á los pasos que se
rio en las orejas de un escribano ó de un encaminaban á la iniquidad y al agravio de
aguacil, que sin pararse en averiguaciones, los mismos establecimientos , cuya obser­
JUICIO SEGUNDO.
ni detenerse en respetos cristianos ó polí­ vancia debían celar rigorosamente. V ivie­
DE I.OS ESCRIBANOS, SO P L O N E S , C U A D R IL L E R O S, M INISTROS Y OTRA CHUSMA ticos prendía al joven , agarrándole en la ron sin temor de Dios sordos á las aldaba­
casa de la viuda. La vecindad , qu : con el das de sus conciencias , sin respeto á las
IN T ER IO R DE LAS AUDIENCIAS Y TRIBU N A LES.
leve fundamento de la frecuencia del mozo prevenciones políticas , ni á las particulares
en dicha casa, había empezado á ejecutar obligaciones de su empleo , siendo garfios
S i g u i ó s e despues de un breve intervalo de pellejo, y mas agudo de pasos que frai­
sus malignas sospechas , esforzaba su jui­ de la codicia , profesores de la estafa , ga­
el segundo juicio ; y para acallar el mur­ le demandante al anochecer. Refiriéronse
cio con el nuevo suceso de la prisión. Final­ tos de los montes , gomias de las cabañas.,
mullo de tan innumerable turba hirió el los delitos de este rèprobo, que no habían
mente al pobre joven , lo disparaban à un lobos da los atos y pulgones de las campi­
aire con sonido lúgubre el destemplado sido muy pocos. Llamábanle en el mundo.
presidio sino intercedían algunas medallas, ñas. Gobernó la infame trulla de infernales
campanillorio. Reinó el silencio , y luego Mala Alma. Este pues , no quiso aprender
encajonando al mismo tiempo en un monas­ langostas este descomulgado y cruel fari­
al instante se desenvolvió de la manada un oficio alguno para ganar honestamente los
terio ála inocente de la muger que ademas seo todo el tiempo que Ioduro la vida,
demonio belfo, corcobado y rojo, con ceño medios de su conservación. Empezó por
de su libertad, dejaba su crédito por las ejercitándose en violencias , engaños , im­
de o so, semblante de marrano, y salpicado vagabundo, dió en ratero, prosiguió en
costas, siendo causa de este desorden y piedades y latrocinios, en vez de purgar
su cuerpo de puas de espin que presentó á borracho , anduvo el camino de alcahuete ;
tropelía el descomulgado follon. En estas y las campañas, hacer inocentes los bos­
un muerto renacuajo, tinto de color , mi­ metióse á mullldor de penca y preámbulo
semejantes diligencias se empleó muchos ques, asegurar los caminos y destinar al
serable de ojos, raído de pelambre, blando de ahorcados. Desde aquí se ingirió en m e-
años ofendiendo á Dios y á los hombres > público bien en la persecución de los rate-
SUEÑOS MORALES. SUEÑOS MOCALES. JU *
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ios , \andidos y facinerosos, que periur­ rempujasen á la horca , salia condenado á Apuntáronle la rabadilla con un par de coscorrones de tinta, azuzando de nuevo a
ban la tranquilidad de los rústicos, asaltan la suavidad de un presidio , con espanto y coces , á un muerto abutardado , remolón su litigante, decíale : que la composición
la inocencia de las chozas y atemorizan á admiración de los que estaban escandaliza­ y caduco ; pareció en medio de la pieza un no le podia ser ventajosa , que su justicia
los caminantes , dificultando las utilidades dos de sus maldades. En el examen de los diablo calvatrueno, barrido de cejas y era evidente y clara , que no habia texto
del comercio y la comunicación de las gen­ testigos ejercitaba su diabolica habilidad , párpados, nadándole los ojos en aceite y que no decidiese á favor suyo , y que era
tes. Bien lejos de seguir el santo y conve­ preguntándoles de manera que no respon­ podre, y con un par de cogollos de guar­ forzoso lograr el todo de su pretension ,
niente empleo que le encargó una herman­ diesen lo que podia estorvar el logro de su diana, tan grandes como los de cualquiera y que lo contrario no podia suceder sin bor­
dad tan recomendable por su instituto , no intento. Sorviase unas veces las culpas, hijo de vecino. Este snlvajon perezoso, rar todos los establecimientos civiles, sin
hizo acción que procediese del celo de la tragábase las cuchilladas , y se engullía ( según el informe que el demonio proto- público escándalo del consejo , y manifiesta
las insolencias por mandado de su interés, cornudo hizo á los garnachas infernales) iniquidad de los jueces, Con estas inspira­
justicia, del deseo de la común seguridad
y de un cristiano desinterés. En este géne­ y otras fabricaba un gavilán de una sencilla fué lonjista de dictámenes, negociante en ciones bacía eterna la discordia , dando
ro de vida, ofensivo á Dios y á los hombres, mariposa , formando un galeote de un po­ iporqueés y susodichos, ropavejero de opi­ traza á que uno y otro litigante se volviese
le sorprendió la muerte en las tijeras de. un bre inocente á las espaldas de su justo y niones y chalan de consultas. E ste, pues , ético de caudal, y marásmico de faltrique­
gitano, y le arrojó su impenitencia linai vengativo enojo. Despues de haber servi­ habiendo renegado de las sumas morales , ra. A pocos meses del ejercicio de atizador,
al quemadero. Oyóse el desentonado y hor­ do al sultan de los diablos en la tarea de que fué su primer dialecto, se entró de lenguaraz 'y majadero , engendró un gato
rible grito de los jueces en la sentencia : hi­ sus trampas, y en la noria de sus enrredos, mogollon en la recua de Vinnio, preten­ con la buena diligencia .de sus uñas , ven­
cieron la seña ordinaria al diablo colmillu­ embudos y falsos testimonios, temiendo diendo que Baldo y Bartulo lo sacasen a toseó en un coche , enboscó la cabeza en
do , y menudeando araños y empujones so­ que en alguna ronda le calzasen las espue­ cuestas del muladar infame en que lo te­ un pelucon, y entapizándose de terciopelos y
bre el alguacilillo , desembarazó el puesto , las para condenado, graduandolo de calavo- nia su abolorio,y tapar sus manchones fundos, se zurció en la familia de un hi­
envolviendo á este reprobo en el monton de ra, se pasó á escribano civil en cuyo empleo con el favor de la capa larga. Metióse algún dalgo , casándose con una bija suya , que
empezó á zamparse escrituras, y á embeber tiempo en infusion de legista , y en remojo tuvo estómago para digerir los cordovano«
los otros.
Tocóle la vez á un demonio ceguijunfo , testimonios. Prosiguió ingertando alcorno­ para abogado , consiguió aforrarse con y las suelas. Para continuar la vanidad de
liñ o so , acabronado, y con un par de la­ ques y encinas, en palmas y laureles, ado­ cuatro textos mal entendidos , cuatro mil su persona y la de su muger prosiguió e n -
bios tan arremangados como la boca de un vándole la generación, remendándole el abo­ majaderías , y otros tantos) embustes, y trampandojnegocios, descantallando derc -
darin. Ensució este el tribunal, desenre­ lengo , y haciéndole venir de un capitan á ayudándole su calaña de tramposo, charla­ ch os, ^enmarañando ley es, y poniendo
dando del maldito burujón un muertecillo, quien siempre dccendiade donde bajaba-fa­ tan, y enrredador, [»ara salir un tahúr con­ trampas para coger à los consejeros , y
que parecía haber cargado con las espal­ mas hartó los tragaderos de su codicia, y to­ sumado en la jurisprudencia. Abrió la haciendo ratoneras para desollar á los
das, y que traia atollada la calavera entre da su atención era atisvarlc las boqueadas á puerta de su estudio , y el boquerón de su pleiteantes, salteador con golilla , pulios y
los hombros. Bramó sus delitos el feo re­ algun hombre rico que muriese sin hacertes- interés para revolver caldos, descuartizar y capa larga. En medio de sus confusiones
lator y condenóle el inexorable presidente. tamento.Este sayonjuntocon un perverso al­ textos, magullar leyes , engendrar cismas, y embrollos , le cogió un tabardillo , y
Habia esto derramado el tiempo de su vida calde , ateista de costumbres ( que á estas cascar derechos , mentir capítulos , deso­ dándole una cornada en el cerebro , escu­
e n el ejercicio de escribano, fué muchos horas está bebiendo caldo de plomo y de pa­ llar párrafos , despachurrar autoridades , pió el espíritu lleno de la basura de sus injus­
años cronista de pendencias , historiador juela) entró á saco en la casa de un hombre empollar injusticias. Al litigante que no ticias, sin mas diligencias católicas para la
de amancebamientos, reportorio de latro­ acomodado, el cual murió sin las ordinarias »odia defender con la ley de Justiniano, lo eternidad que un marrano. Enego que el de­
cinios y sastre de sumarias. Aplicó su ma­ disposiciones, y dejaron ahullando á la des­ lelendia con la de Calvino, torciendo, la monio de Jarama concluyó la relación del
ligno ingenio , á delinear las culpas , des­ graciada viuda, y á los pobres huérfanos sin Inteligencia de las prevenciones de los ju­ proceso contra el desventurado letradillo ,
figurando los sucesos, alterandoci sem­ camisa y boqueando de hambre. En estos ju­ risconsultos, hacia la iniquidad: herege temiendo que pudiera corromper el tribunal,
blante á las causas criminales , y vistiendo bileos anduvo el último trozo desu vida,basta de las escrituras civiles , y dogmatizante do [o confundieron á cogotazos , torniscones y
jos delitos de las circunstancias conducen­ que ensartándose dos conejos y dos pares de los derechos ; habia en su tienda para los pellizcos en otro hediondo apartamento.
tes á la absolución , ó á la pena , conformo palominos, se le embutieron los humos por pleiteantes leyes de todos precios. Cuan­ Arreando con una estaca , y sacudién­
al fin en que lo empeñaba lo vengativo , ú la chola, y tapiándole los ventrículos del ce­ do las partes proponían comprometerse á dole cuatro muertos en las costillas à un
lo codicioso. De esta suerte sisaba los azo­ rebro lo desencuadernó una desaforada apo- un ajuste amigable para terminar la sarra­ difunto cazurron y pelmazo , asombró el
plegia : dispáresele el alma llena de las cas­ cina del litigio , breve y felizmente, resta­ nublado coliseo un demonio Juan Rana,
tes , las galeras , las horcas y los destier­
ros , arañándole á la justicia su equidad y carrias de sus culpas, y lo arrastraron al in­ ñar el Ilujo de las bolsas, y vivir en tran­ escoben de vigotes, amolado de hocicos y
fierno. Oida la sentencia, lo aventaron al quilidad , se empeñaba el chismoso y con­ aplastado de narices. Este camello fué en
abofeteando las leyes. Solo con una cabi-
infeliz y maligno escriba al puerco rincón denado abogadillo en mantener la gresca, e! inundo agente de su condenación , y
lacion hacia do un diablo un san Miguel,
y cuando se esperaba que ;il delincuente le donde estaban acorralados los demás. proseguir los chincbarazos de pluuia, y los procurador de su desgracia ; vivió algunos
«
i02 SUNOS MOKA LBS. i u e Kos MOBALES. 103
años siendo-donado de un colegio , pelota zonazos su espíritu se concertó con el dia­ tisfaciendo, ó con la palabra ó con la obra,
desalmado regidor que había vivido mu­
de las chanzas, figurón de las hurlas, pla­ blo , y ajustó su condenación á cambio de á Is infame regatona de los placeres, salia
cho tiempo , y aun se mantenia en la tor­
tillo de las cantaletas , muladar de los apo­ los alegrones de su interés y los fandangos de golpe la endemoniada chusma, hacien­
pe alianza de nn amancebamiento , y en
dos , meadero de la risa, albana Î de los de su lujuria. Envistióle una fiebre de las do el papel de celar la integridad de las
vez de impedir la ofensa de Dios y el es­
burlones , y dominguillo de los desenfada­ que nombra el Gntigay de los médicos Pe­ costumbres , y preguntándole en figura de
cándalo del lugar, por obligación de su ofi­
dos; uno le llamaba el Licenciado Vidrie­ techiales, avisole el físico su peligrosa cons­ arrastrarlo á un calabozo, que hacia en'
cio , se desentendió á las voces que le
ra , otro el Licenciado Cabra , uno del Do­ titución y la necesidad de disponerse para plática con aquella muger sospechosa, que­
informaron de aquella escandalosa amistad.
mine Lucas, y otro el bachiller Sansón Car­ el viage de la eternidad , y cuando quiso daba sorprendido , turbado y confuso : é
A este lo hizo interlocutor, para las ven­
rasco, y todos el Doctor Ciruelo. Sufrió los remendar lo desgarrado de su conciencia, ignorante de esta maraña , y cuando iba á
tas de sus firmas, no ignorando alguno que
nubarrones del desprecio, y el aguacero de no supo hallar por donde tomarla, se le satisfacer á la pregunta , le ahogaban en el
el regidor era el pasadizo para llegar á
los chascos y las carcajadas , y anduvo a l- amontonó el juicio, y arremolinándosele la pecho los conatos de responder entre ame­
conseguir que este condenado hiciese trai­
vardado, de un valandran roido, churro, sesera entre confuso y desesperado, reso­ nazas de cepos y amagos de presidios, con
ción ó la justicia y á la ley : apernando sen­
mungriento y andrajoso , y con un bonete lló el alma , que á la salida de la carne en­ que para mosquearse de los tábanos , y
tencias , autos y mandamientos á pedir de
tan bruñido de seb o, que por la parte que contró con una carretada de diablos que le escusar que lo prendiesen , ponia por in­
bolsa. Hubo en el lugar gangrena de rate­
no asomaba ios cartones, parecia de aza­ portearon á la chancillería de Pluton. Esta tercesor al dinero, que despues se hacia
ros , sarna de ociosos, y tiña de mal en­
bache. Este relinchándole á una fregona , es la suma del proceso que recitó el demo­ tajadas entre los execrables ministros de
tretenidos: faltando en el impío Caifas la
¡e machacó la doncellez, la que viendo nio barbudo , y entonada la sentencia, des­ la iniquidad , y la desvergonzada muger de
celosa solicitud de la ronda , la que dejan­
viaron á este salvage reprobo, repitiendo don Simon. Otros muchos delitos refirie­
abollado su honor, le metió á marido , à do al cuidado y libertad de los ministros,
porrazos de peticiones y probanzas. Halló­ sobie sus lomos el estri villo do los garro - ron de los dem ás, á cuya relación se es­
se convertia en estafa y borrachera. Luego
s e , pues, con muger, y viudo del vodrlo tazos. candalizó todo el teatro. Despues de haber
que estos encontraban con algunos de vida
del colegio, hecho un Judas entre pedante Emporcó luego.los ojos ; y el tribunal señalado á cada uno de estos precitos sú^
relajada y delincuente , iban todos á remo­
y galopin , y con el estómago en galeras. una ristra de condenados del mismo hierro, linage de pena , se ordenó que se desolli-
jar la palabra y humedecer la voz , conque
Con estos papeles se rempu jó á la corte , procuradores , alguaciles, soplones , cor­ nase el coliseo de toda la caterva del pren­
los aguacllillos sufrian, quedándose los
donde comió algún tiempo á la gurupa de chetes , escribanos, pasantes, letradillos, dimiento , la va runda y el litigio. Echaron
malechores consentidos y adelantados en
un pariente suyo que servia á un señor. escribientes , relatores y cagatintas, apor­ esta morralla de sanguijuelas y savandijas
la insolencia. Las putas fueron los bancos
Sacudió los arambales , y aventó de sí los reados de los cómitres, y arañados de los sobre el haz de ensanbenitados que aguar­
de Genova para la ganancia del ma Idito Pi­
verdugos que los conducían entre manoto­ d a b a n en el rincón la hora de los gritos,
farrapos , esterándose de un vestido de ju­ latos ; áé! le pagaban el alquiler de su con­
risconsulto. Empezó á ofrecer por testigos nes , patadas y pellizcos, apareciendo con ahutlos maldiciones y blasfemias , entre ios
ciencia , y el arrendamiento de su permi­
en la conversación á Molina de Primogeni­ sión , conque triunfaba la disolución, la feas cataduras y aspectos amargos. Desen­ calderos, las ruedas y los rebenques , y se
t i s , tiraba unas veces del señor Salgado, torpeza , la maldad y el escándalo. Nunca volvió cada demonio las suciedades de su dió lugar á la residencia de las señoritas y
y traia otras arrastrando á Mateu de re cri­ impilo , y estercoló los oídos de los malos damas, que no fué la menos terrible, co­
lo rebañó el sueño de la mañana una hora
minali. Juró de Pegote en las salas, de ministros con la relación de sus puercas mo verá Vmd. si no le cansan las expresio­
siquiera para ir al mercado, al corrillo, y á
estantigua en los consejos, y de camaleón costumbres. No se puede pintar gremio nes con que le voy informando de mi sue­
la carneceria, antes seconehavó con rega­
en los patios, contrail adendo á Papiniano tones, revendedoras y panaderos, porque mas familiar de Satanás , ni mas devoto de ño.
en los ademanes y ponderaciones de la fi­ estos vendían los comestibles según el la romería del infierno , que el que descar­ Muchos de los que hog viven y se acogen en
gura, hasta persuadir que tenia arropado arancel de su apetito , habiéndole compra­ gó en el tribunal esta borricada de diablos- esta casta de entretenimientos, tareas son dr
el meollo con las Pandectas. Con estas ar­ Aeuérdome que contaron de unos minis­ las mismas costumbres que estos precitos , y
do antes la licencia al nefando intercesor
tes , y el íavor del amo de su pariente , ¡o de la iniquidad. Sacrificó también el dere­ tros, que revelándose contra la justicia, y el que las tuviere correrá sin remedio la mis­
enviaron à repartir justicia á un lugar de cho común y de las gentes al desorden de los bolsillos de los ¡nocentes , destacaban á ma condenación. Yo no diré que precisamen­
considerable vecindario , donde se entregó la concupiscencia, degollando la equidad y las gorroncillas para que éstas con el man­ te se condenan los que se ponen en estas fa­
á vivir según las constituciones de su co­ la razón para contentar las comezones de to hermoso de demandar una limosna, cultades : perosi afirmo que son peligrosas y
dicia , Nendió dispensas de galeras, hor­ su lascivia , escarneciendo á Justiniano, y prendiesen en la liga de la conversación al ocasionadas , y por esto deben vivir con mus
cas y presidios , haciendo vivir las malda­ pateando todas las disposiciones políticas , que venia quieto , y entregado á la solici­ prevención , y sin algún escándalo. E l que
des á cuenta de su tolerancia : jamás oyó cuando se interponía alguna muger que pu­ tud de su negocio ; escondíanse los aga­ se lialláre con alguno de los vicios espresa-
al pobre contra el rico, ni atendía al desa­ diese con su buena cara darle música agra­ rrantes , llegaba el maldito alcon de la clonen este discurso, no culpe á mico noci-
grado de las desemparadas viudas , ni de mozuela, y luego que los ocultos minis­ micnto, reprenda á su inclusion y en­
dable á su imaginación y á su desordenado
los huérfanos. Encompadró luego con un tros reconocían que estaba el incauto sa - miéndese , y quedará bien con Dios con el '
apetito. Olvidado do las culpas y de los ti-
^ SUEÑOS MORALES. SUEÑOS MORALES. 105

mundo y con su alma. E l oficio rí ninguno Vivamos todos bien con el que hemos elegido, máximas del temor de Dios y de la ob­ de los diablos á todas horas , hasta tirar­
leva al infierno , el mal uso de él á todos, y acabaremos felizmente. servancia de la le y , y el respeto á los ma­ se las cucharas , y andar de cuerno el uno
yores , los instruía en el alcoran de los li­ con el otro. Los libros espirituales y devo­
nages y el talmud de los visabuelos, hacién­ tos á que se aplicaba eran los nobiliarios ,
JUICIO TERCERO. dolos pasantes de soberbia y altivez, em­ y el arancel de los tratamientos. Estando
butiéndoles en el seso una ristra de títulos, en estas vanas consideraciones , y siguien­
DE LAS L IN A JU D A S , F E T IM E T R A S , OI.GAZANAS , ESCA N D A LO SAS, H IP Ó C R IT A S , do su costumbre , emporcando la fama de
familias y apellidos, y estas eran las leta­
V IEJA S GALANAS, Y OTRAS SABANDIJAS MUGERILES. nías de los santos, que los hacia rezar a ca­ los demás se le conmovió el cerebro estra-
da hora para lisongear su orgullo ; asi se ñamente , desordenáronsele los espíri­
Despues que estos últimos aprendices de vivientes los bienes y felicidades que se ne* fueron amarrando en la desordenada es­ tus , procediendo de su movimiento irre­
diahlo, mascando blasfemias y gruñendo ganóná otras muchas. Nació de padres ilus- timación de sí mismos , y en el desprecio gular y confuso, un vértigo tenebricoso de
rnaldiciones, fueron arrojados al hediondo tres, de quienes heredó estados y títulos ; de los demás hasta hacerse insolentes y los que llaman idiapáticos, y sin prevenir
rincón donde se amontonaban los precitos, casóse con un hombre de iguales circulis­ mordaces. Concurría esta maldita hembra las alforjas para la jornada de la eternidad ,
'l”0 tenían ya senalada su ración de quema- tancias á las de su nacimiento y fortuna , con algunas otras, y aun que empezase la hizo profesión de calavera , y la arrebaña­
doro y de rebenque empezó el confuso lago logró sucesión dilatada , y abusando de es- conversación por la plática del P. fulano , ron los diablos. Concluida la relación de la
de condenados y demonios á bullir á mane- tos favores, se empeñó en ir á voltear en ó la virtud de suor sutana , la torcia basta linajuda por el demonio lanudo y balbu­
ia de una escuadra de cerdos que se arre- los asadores de las cocinas infernales. Eli­ dar con su lengua sobre su asunto : des­ ciente , le echaron á cuestas el sentención
mo man con desapacibles gruñidos y co l- earamósele á los sesos la tiña de linajuda plegándole á una señora la casta le cosia un y sin aguardar á mas, entre sopapos, pe­
nid adas ; parecía en aquel enjambre un y genealogista, embocóse en los árboles de pariente traidor, le pegaba un deudo me­
llizcos y azotes la arrebataron al puerco
ruidoso hervidero de sayones, agarrantes las generaciones,'atestó la memoria de rincón donde estaban aquellos, cuyas in­
cánico , ó le desenterraba un tatarabuelo
y ajusticiados los unos vertiendo cóleras, troncos , estudió abuelos, hizo una sarta de bastardo que había sido racimo de una ber­ fames historias se habían leido delante del
y endemoniando mas las feas carántulas, y |as calaveras de sus pasados , sacudióles e| berisca : espulgábale á otra alcurnia, ar­ feo tribunal.
os otros reculando haca lo mas oscuro del polvo á las panzas de sus ascendientes, ido- remangábale la familia, deshollábale la Tocóle la china á un diablazo camcdio,
tiznado salon , por oscusar la residencia del lateaba los pergaminos, besaba ios escudos honra sacando á la vergüenza algun pa­ que venia debajo do un tercio do espaldas
tribuna , la tremenda severidad de los jue- de sus armas, hincó la rodilla á las image- riente de la cofradía de los tintos , pa­ arremangado de narices, derretido de ojos
‘j1*.; y a vergüenza de la relación de sus nes de sus mayores ; los cuadros devotos y seándole en barro de su infamo lengua. Asi castrado de párpados y cejas , y con una
delitos. Sono el bronco esquilón, á cuyo penitentes que adornaban la pieza de su tiraba tizonazos á todas parles repartiendo alcachofa de cambrones en vez de pelo ;
destemplado estrepito retumbó la pieza, habitación fueron siempre los que represen- nubarrones de descrédito y pelladas de lo­ desembainose este de los entresijos de la
volviendo en eco desabridamente sonoro, taban el apostolado seglar de su abolorio. do de ignominia. La mas sana generación trulla,granizando manotadas en el cogote,
Compusiéronse los circunstantes , y cesan- En vez de mirar un tierno crucifijo para mo­ salia en sus labios llena de mataduras, y los homoplatos de una muertecilla cachi­
do el plañidero y el chasquido de los zurria- verse á la contrición de sus culpas , volvía llagas y costurones, y vestida de andrajos , vache , tan aparrada como una peonza.
gazos , dominó el terror y el silencio sobre los ojos á un mamarracho, arisco de vista, mandiles y arpilleras , mas odiondo que el Luego que presentó este diablo crespo y
aquella deforme y numerosísima muebédum. valadron de figura y torneado de vigotes , pecado nefando, y con mas basura á cues­ lagañoso á la difunta garrapata , desenvol­
bre y su dispusieron los diablos soplones liara moverse á la vanidad. Toda su con- tas que la que se esconde en las boticas. vió un libro mas puerco que lujuriado pu­
paia informar a ios Alcaldes del Averno de versación estaba empedrada de ílos capita- De esta manera empleó su vida esta pintora to , y ojeando en él encontró con la suma­
las inmundicias y relajaciones de un tercio 'T s , virreyes, alcaides, condes y marque- del deshonor, historiando defectos , y ce­ ria de este infeliz , la que leyó en un tono
de inugeres que se fueron presentando en ses de su linage. Toda su manía fue rcvol- bándose como asquerosa mosca en la po­ cascarrón y desagradable. Fué esta muger
esta lornia. Pareció pataleando en el aire ver los osarios , uroneár las sepulturas, dre de las dem ás, almagrando familias y enei barrio de los vivos sectaria de las
como gato que ahorcan, una muerta muy alborotar los zancarrones , visitar los po- estercolando razas , sin soltar de las manos m odas, observante de los usos , mártir
caga-arrope de estatura , y medio tinosa, drideros, acechar ceGinas, y levantar polvo los mamotretos de la vanidad , los reper­ del diablo, y penitente del infierno ; para
colgada por un mechón de melena entre sirviéndole este para cegar la razón , y no torios de la hinchazón, y los cartapacios ser dama hizo los votos de embustera, d e­
las gai ras de un demonio carjboyuno d es- para despertarle la memoria de su princi— en que estudiaba su condición soberbia , licada , malcontcntadiza è intolerable, y
grenado, belioso y balbuciente, que con pio. No le debió lo cristiano alguna C O n si- rabiosa y maldiciente, las manchas y des­ para ponerse en el profano calendario de
una porra de carne en lugar de lengua , deration , que pudiese producir en sii a'ni jas petimetras , chocantes y penosas ,
garrones de las parentelas. Chocaba can el
golpeólas orejas del ceñudo Pluton dicicn- mo un afecto de humildad y desengaño, marido sobre la ancianidad de la nobleza, y echóen hora mala á la compostura, abur­
do sus causas. Esta inuger , seguii la reía- con el reconocimiento desi: origen y para- sobre quien de los dos podia contar mas rió la honestidad, renegó del silencio, ri­
aun del demonio , tuvo on la region de los duro. En lugar de enseñar á sus hijos las abuelos ; so levantaba una chamusquina ñó con la vergüenza, comedimiento, y
IU 0 SUÏSSOS MORALES. ' SUEÑOS MORALES. 1U<

coti todo lo que podia tener aire de juicio, y el mal ejemplo. En todos ios del concur- hijas bebiendo gusarapos en vez de bue­ mellado de vista , cabernoso de carrillos ,
decoro y cristiandad. Sentia que el rezo so empezaba la alteración , los unos , cor- nos ejemplos , iban heredando los malos y con la erramienta del arañar tan larga co'
y la virtud era carácter de las viejas, y el tando el hilo de la atención devota , se de humores de su madre. El marido, que tenía mo la de un escribano. Pareció este tiran­
no comer carne en los dias de cuaresma y sataban en ponderaciones de tan libro y lo confiado pared en medio de lo cornudo , do por el ramal de una difunta dromeda­
y los viernes del año era condición propia licenciosa profanidad; en los otros comenza­ vivia entre estos desordenes sin mas sen­ rio, con una jornada de cuerpo, tan pesa­
de la gente grosera, y ordinaria juzgan­ ban á chamuscarse los ojos, á emborrachar­ timiento que una vigornia , solo se daba da, terca y perezosa , que conduciéndola al
do muy ageno del primor y la delicadeza se, las potencias, y aturrarse los corazones, por entendido de las sangrias de la faltri­ teatro, le faltó poco para reventar el demo­
de dama, lo que podia ser argumento de hasta perder el respeto al sagrado palacio de quera , sin sentir los latidos , que tenia en nio añejo. Presentóle á los terribles ojos
salud y robustez. En la iglesia, apenas Dios y á la magestad de los sacramentos > las sienes. Acababa de estrenar un vestido, del infernal areopago, y recitó sus graví­
alguna vez se arrodillaba dejando esto convirtiendo la casa de oración , en terrero según la última pracmática dela moda, la simas culpas, informando á todo el con­
pan los cuerpos de tomo y lom o, y de chistes y desenvolturas. Rodeábanle condenada m uger, y lo mismo era ver en curso de su desordenado proceder y de la
teniendo esta reverente positura por estra­ tres ó cuatro de estos jóvenes, que se cuel­ otra de su calaña que el color del que traía hediondez de sus costumbres. Era esta mu­
ila de las mugeres de alcorza y de las seño­ gan higas y perendengues para que no les era diferente aun que la tela , y corte fuese ger entre los vivos estatua de la honesti­
ras de alfeñique. Las prevenciones del uso hagan mal de o jo , y traen el espejo en la el mismo , cuando empezaba á ponerle dad , sombra de la virtud , penitente do
las abrazó como máximas de religion , hu­ faltriquera. Jugábanse todo genero de ar­ pleito al marido sobre colicuarle el caudal pasta , ayunante contrahecha , devota pos­
yendo como sacrilegios lo que se oponían á mas , sin reparar que algunas eran pro­ en los materiales y hechuras de otra gala : tiza , pecadora sobredorada, cascaron de la
los cánones de la moda. Llegó à tal estre­ hibidas en todo lugar, y particularmente respingaba á esta proposición el botarate, santidad, corteza de la mortificación , y
mo de mania , que solo porque una criada en el que estaban. Uno de los agonizantes , en infusion de carnero , tiraba cuatro co­ abominable maestra de la hipocresía. Des­
le llamó tocador á lo que en el nuevo boca- le hacia una pregunta maliciosa, otro dis­ ces , pero al fin salia condenado en la chan- pues de haber roto cuatro maridos, sin de­
bulario se decía tualeta , la despidió de su trazaba debajo de la ambigüedad de las pa­ cilleria de las sábanas. Entre estas solici­ jar enfriar los colchones, llorando la muer­
casa como indigna de asistir á una sacer, labras , un pensamiento verde; este le sol­ tudes inútiles, y positivamente dañosas, te de cada uno, tanto como el sepulturero y
dotisá del uso. Nunca pensó en darse á gé­ taba un requiebro, aquel le disparaba una le asaltó una diarrea colicúente , engañóse el sacristán , le pareció mejor jubilar ya do
nero alguno de áquellas tareas en que sue­ espresion blanda y patetica ; y ella sin em ­ el médico molondro no conociendo el lina­ casamiento y hacer en su casa de marima­
len ocupar honestamente algunos ratos, barazarse respondía á todo por conseguir ge de flucción , embutióle en el cuerpo un cho, estirando la viudez hasta el fin de su
aun las soberanas : solo e! espejo era el crédito de chistosa y cortesana, saltando purgante desaforado , el cual acabó de co­ vida, para acabar de romperla sin guardian
oratorio donde rendia adoraciones á su para las respuestas por encima de las leyes licuar la sangre , arrimando sus particu­ ni sobre estante. Por adquirir la estimación
pretendida hermosura, destinando mu­ de la religion , del decoro y del recato. En las acres volátiles al fermento acerrimo, de las gentes, colarse en las casas de to­
chas horas al adorno del ídolo de su esti­ fin , arrimando petardos á los deseos , y que la disolvía , y cuando llegó á entender dos , y poder rascar su lascivia , desalum­
mación. Asi aderazaba los trebejos de pa­ dando semilla á las esperanzas, engendra­ su desatino , estaba el afecto en el estado brando al mundo con la fama de virtuosa ,
recer linda, repasaba el catecismo del uso ba treinte pecados m ortales, que nacían irremediable: nose atrevia ádecirle á la se­ asentó plaza de hipocresia , confitó el sem­
el ritual de las damas y la cartilla de sem­ preñados de otros tantos , y salia del tem­ ñora su evidente peligro , á los domesticos blante , abobó el vicio, escavechó la men­
brar la lujuria. Todo el afan era guisar plo dejando á unos ardiendo en ascuas de les faltaba la resulucion para hacerlo, con tira , puso una carántula á su desorden, hí-
bien el cabello echándole toda la especia lascivia, á otros en poder de la murmura­ estas tibiezas y dilaciones las lió la enfer­ zose mona de la devoción y un embeleco
que prevenia el nuevo arte de cocinar belle­ ción , y á todos en manos del escándalo. ma, y fué arrastrada de setecientos diablos con enaguas. Lo primero que ejecutó fué
zas, y solo para este guisado tenia dos cria­ Entre el ocio de los colchones y la consul­ á los subterraneos de Pluton. Concluida aderezar la figura, amogigatar el semblan­
das galopinas, sobre las cuales en dejan­ ta del espejo le almorzaban todo el tiempo por el demonio crespo y givoso la historia te , y crucificar el aspecto, derribó los
do travesear algun pelo, ó desordenarse de la mañana, engulléndose el de la tarde de los delitos de la difunta perinola , y ha­ ojos , amortiguó la vista, descogió los pár­
-algun rizo, llovían injurias, amenazas y y el de la noche , las infernales gomias del biéndola repartido los jueces su colación de pados, zarandeando las miraduras por en­
maldiciones. No le tragaba menos tiempo paseo, del juego, de la comedia de la caldera y navajas, tomándola entre sus tre las pestañas y barriendo con los ojos la
el estudio de componer la música de la blan­ visita y del chichisveato, sin tocarle una negros brazos el feísimo pedágogo, la dis­ tierra. Dióse un baño de gualda contraha­
cura y de los lunares, de estrujar el talle, y porción á la lectura espiritual, á la ins­ paró de un vuelo sobre la maldita patrulla ciendo la amarillez, para embocar el ayu­
de ahorcar con la cotilla la cintura, haciendo trucción de sus hijas ni al gobierno de su de los rematados , los que la recibieron no: afectó dificultades en el movimiento pa­
toda su vida una cuaresma de diablo, abs­ casa. Entre tanto que andaba en los re­ con una salva de araños, ladridos, blasfe­ ra persuadir el cilicio, é hizo un cemente­
teniéndose siempre de la comodidad, solo feridos debaneos siendo ganzúa del infier­ mias , porrazos, mordiscones y bofetadas. rio de la conversación , no hablando sino
por tocarle arrebato á los apetitos. Entra­ no y ratonero del diablo, se revolvían los Salió al punto de en medio de la varaja de difuntos , gusanos, podredumbre , ce­
ba en un templo y con ella el desenfado , domésticos, amasaban las doncellas su de corchetes y reos un diablo padre, ve­ nizas , mortajas, at.ahudes y calaveras. Ej
la chulería, el meneo , la descompostura deshonor , hacían casia los criados ; y las jancón y potroso, descarriado de piernas, tiempo que no llenaba de semejantes dis-
SUEÑOS MORALES. f 09
SUEÑOS MORALES.
espiritual, se introducía en la casa de la mas bien aceptado el sacrificio , buscaban á'
cursoslo empleaba en un silencio , acom­ manecía la mayor parte de la mañana, ha­
buena madre, sin nota alguna , y con ade­ la buena madre, en quien hacían depósito
pañado de una esterior quietud , y apacible ciendo visajes de rapto y ademanes de con -
lantamientos de la opinion de su vida refor­ de la cantidad ; cuyo paradero venia á ser
ociosidad de todos sus miembros, en que templacion. Situándose On la parte mas pú­
mada y devota, sanando facilmente de los la despensa de esta salteadora. Entre estas
pretendía dibujar lo fijo de su contempla­ blica y espuesta á los ojos de los demás unas
escrúpulos la maldita hermana , saltó á di­ y semejantes trampas, admirando á unos ,
ción, y que estaba en altísimas considera­ veces poriian los suyos en tiple, la vista en
bujar visiones, bordar angeles y fabricar y estafando á otros , pasó en el mundo sin
ciones su espíritu , y su mente elevada á conversación con las telarañas de la bobada
perspectivas y tramoyas en la oración. Abu­ descubrir el pie de cabra de sus innumera­
Dios en estranos arrebatamientos, y altu­ del techo, otras apeaba los ojos al suelo de
sando de la sencillez del buen amigo acabó bles vicios, hasta que llegó la hora de freir-
ras prodigiosas. No se descuidó en esforzar la iglesia ; ya los tenia tan clavados en la
de persuadirlo , estampándose media doce­ secn las sartenes del infierno. Acometióle
estas apariencias no respondiendo al pro­ imagen, que era una puñalada cada miradu­
na de araños en la cara, y dicie'ndole que una convulsion, trayéndosele igualmente
pósito de loque le preguntaban, propo­ ra, ya repentinamente hechaba los pestillos
níanlo alguna cosa, y despues de un pro­ de los párpados, y se quedaba mas inmóvil la noche antes había sido insultada de los los músculos con la dificultad de respirar,
fundo silencio salía con una respuesta, fue­ que antes en aire de abstraída , y detener enemigos. En este concepto de perfección huvo de sofocarse , con que sin mas tardan­
ra del asunto de la proposición, para con­ los sentidos en hócio y suspension. Repi­ se tomaba el Sacramento de la Eucaristia za fué á jurar de mechón en loscandilones
vencer que su alma no vivía entonces en la tiendo estas artes, fingimientos y tram­ con la misma frecuencia que el almuerzo. de Satanás. Luego que desolló el rabo á la
esfera inferior, sino que se había encara­ pantojos, consiguió llamar así la atención Luego que una señora caia mala mandaba historia de la muerta carantamaula el diablo
mado al cuarto cielo. Para sacar el cuadro de los incautos , carirredondos , y boquir­ traer aquel relicario de virtudes. Embos­ remendado y podrido, descargaron sobre
con toda viveza y propiedad no se olvidó de rubios , que juzgan sobre peine y senten­ cábase la madre fulana en la alcoba de la ella los obscuros jueces la terrible maza de
enferma, y empinando los ojos, puestas la sentencia, y fué removida del coliseo
las pinceladas del traje, metiendo la cabeza cian de los corazones por el colorde laca-
las manos en la cabeza de la doliente entro por un torbellino de demonios que la zan-,
en la clausura de una toca muy reverenda , misa. Derramóse el olor de su pretendida
ademanes , suspensiones y pucheros , mur­ bulleron en la hedionda laguna de los en ­
asomando un tazón de cara , como quien virtud y santidad, procurando ella escon­
muraba una salve, satisfaciendo despues á corozados.
acecha por tronera, ó por agujero de mira­ der la podre intolerable, la corrupción , y
la duda del suceso con palabras obscuras , Apestando luego con su fealdad las na­
dor. Embolsó el cuerpo en un sayo cfn i- gusanera de sus costumbres ; ya empeza­
misteriosas y ambiguas, a la usanza de orá­ rices de los ojos , se desenredó del confuso
ciento de tela de costal, ajustándolo á la ron todas las gentes á desear en su casa la ovillo donde estaban revueltos los agarran­
culo de médico , ó de astrólogo. Llegábase
cintura con una golilla de esparto , desde reliquia. En las conversaciones salió luego tes y los condenados en hierba, un diablo
á un señor poderoso, preocupado de la fa­
donde se derramada, hasta besar e! su elo, la penitencia de la madre fulana , su devo - cocho, garabateado de arrugas, buido de
ma de sus admirables ejercicios, y con es­
un cordon interrumpido à trechos de tres , cion, su estasis , su retiro y frecuencia en barbas , deserrado de dientes , y patituer­
tilo eficaz le proponía la estrecha necesi­
ó cuatro bollos , los zapatos anegados en los templos y todas las demas devociones ,
dad de una doncella virtuosa y noble, que to de vista , ojeándole las moscas con un
suela , y con una dilatada cornisa. En fin , en cuyas apariencias fundaba la maldita
estaba entre las peligrosas tempestades del abanico desuela á una condenada , platican­
asombrábase con un nubarrón de añascóte, moscona el nuevo edificio de suestimacion,
mundo en el riesgo de romperse en los es­ te de grulla : arreóla hacia el medio del tri­
que partiendo desde la cabeza hasta Ios- entremetimiento y disimulo. Confesaba al
collos , á que suelen conducir los estremos bunal, y empujando una voz entre rana
pies, formaba un pirámide de hollín, ame­ principio por escrúpulos reteniendo por li­
de la pobreza , que seria obra muy agrada­ y falsate , desembainó lo vizco de sus cos­
nazando la vista con el memento mori de bras en el buche de su asqueroso espíritu
ble y acepta á los ojos de Dios el socorrer­ tumbres, lo lagañoso de su conciencia y lo
aparato fúnebre, y quedando este figurón los inmundos humores de su desordenado
la oportunamente para redimirla. El M a­ mugriento de su vida. Fué esta muger en
macilento en amago de túmulo andante, procedimiento, informaba al confesor de
maron, sin atragantarse con el hueso , y los años de su mocedad una de las hermo­
traía pendiente de la mano un rosario de rigurosísimos ayunos , crueles-disciplinas ,
juzgando tener agarrada la bienaventuranza suras mas celebradas de su tiempo , inquie­
botones de mojatrilla, con un campanario de continuos desvelos ,d c ásperos cicilios
con semejante diligencia , ponia en poder tud de muchos jóven es, envidia de innu­
de medallas y un carnero de calaveras que y de repetidas mortificaciones ; y al mismo
de la descomulgada dueña una suma de do­ merables mugeres, mal ejemplo de otras ,
danzaban con el movimiento, al compás tiempo gruñían en su vanduyo los zoquetes
blones considerable , que se iban convir­ susto de sus padres , cuidadode sus parien­
del manojo de cascaveles. El paso era lento de Algarrobillas y los tarugos de Montan-
tiendo en ladrillos de chocolate, orzas de tes , y murmuración del mundo. Crióse en -
y autorizado, la compostura edificante , y ches. Azotábase con ramales de chorizo r
conserva , y tapicerías de Estremadura ; treaplausos, músicas, billetes , requiebros
el gesto misterioso. Empezó á perseguir el sueño era tan regalado como el de un
derritiéndose los demás en pastelones y em­ y galanterías ; dejábase rondar las puertas
jubileos, tragar novenas, atisvar congrega­ cerdo en los colchones de un cenagal; su
panadas , para merendar con el desalmado y ventanas , cebando con a'gnnos favores
ciones, sorver pla'ticas, apurar misas, y pa­ vestido interior era de papilla de lienzo , y
mochifion ; así los que tenían el santo pro­ las esperanzas de algunos enfermos de
par santos, hasta enfadar sacristanes y mo­ para sosegar las coces de la carne y los res­
pósito de repartir alguna limosna , deter­ amor, que opositores á la cátedrade.su
naguillos. Entraba en una iglesia donde el pingos de la concupiscencia se encomendaba
minando hacerla sin tocar trompeta, y por belleza , alborotaban el barrio todas las
concurso era numeroso y no vulgar, hin­ á un farandulero bipocriton y cabizbajo
el conducto mas secreto, creyendo seria noches á violines y cuchilladas : siguiendo-
cábase de rodillas, y en esta positura per­ de su misma madera, que en tono do hijo
110 SUEÑOS MORALES. SUEÑOS MORALES. 111
se de su concurso un escándalo universa!, dio con ál en la sepultura. Lloró la escan- gando (¡ue habia satisfecho con darlos á luz cristianos viene á ser hipo ) de los que lla­
Despues qne tuvo perneando en la horca dalosa hembra á carcajadas la muerte de solo , se olvidó de instruirlos y criarlos se­ man simpáticos, originado de una inflama­
de la pretension á los casquilucios que se su esposo , y prosiguió dando cuerda á sus guo las leyes de la política , del honor y la ción en las membranas del cerebro, y ha­
dejaron arrastrar de la soga de sus esp e- viciosas inclinaciones con una nudez verde cristiandad. El desordenado amor con que ciendo burla de la enfermedad , de las dis­
ranzas y el potro de sus deseos , determinó encarnada, azul y de todos los demas colo! los quería , la quitó de la mano el azote pa. paratadas fantasias del Doctor Mulo, cayó
llegándose su propia elección al consejo de res que pueden dar á las obras los pensa­ ra castigarlos, y de los labios las voces para en la trampa de la muerte , y entre las uñas
ses padres que, solicitaban darle estado pa- micntos mas alegres ¡ licenciosos , libres y reprehenderlos. Criáronse todos siguiendo délos gavilanes del infierno, á donde la lle­
ra redimirse de continuos temores. Deter- profanos. Olvidada de todas las considera- el dictamen de sus mal encaminadas incli­ varon para darle el salario que merecía, por
minó, decía, celebrar la santa alianza del ciones de la inmortalidad y del juicio, cayó naciones, saliéndose con su propósito en haber con tanta puntualidad servido al du­
matrimonio con un caballero muy joven de en una enfermedad de tan oculta natúrale- cuanto intentaban. Llegaron á enchirse de que de los diablos. Relatado todo el proce­
ilustre familia y bien acomodado , à quien za , que no teniendo los profesores de la fi­ la soberbia y del embuste, y de todos los so por el demonio bocon, pronunció el me­
le habia hecho cosquillas lo airoso de su ta- losofia de los ascos nombre que ponerle, se vicios con profunda ignorancia de los debe­ lancólico presidente el destino de aquella
He y lo agradable de su rostro. Casóse, encomendaron para dárseloá los hechizos, res ur baños y relijiosos. Burlábanse de las miserable, que luego al punto fué arrastra­
pues y luego que se pasaron los primeros despues á la locura, y por fin á los diablos! escuelas y de los ayos y los maestros que da , encuadernándola en la resma de los in­
hervores de la fineza se acordó esta ranger En esta indeterminación la asaltó el trabu- procuraban dirigirlos, y si querían estos felices marcadoscon el hierro de la senten­
de los gustos de pretendida, y los salpimen- cazo de la muerte, y no hubo tomado po­ castigarlos, se interponía el amor cruel de cia.
lonés de solicitada. Empezó á hechar menos sesión de su cuerpo, cuando prevenidas pa­ la madre impidiendo el castigo y el escar­ Dejóse ver luego al instante un demonio
los billetes los versos apasionados y rabio- ra llevar su espíritu paradas de demonios miento. Si acaso llegaba á su noticia alguna galgo, y cañuto, con una cuarta de longa­
sos , las músicas y los desvelos, lasgalan- en la carretera del infierno, caminó por la travesura de cualquiera especie , solicitaba niza pescuezo , con las greñas en borrasca ,
ten as, las pendencias, los celos y las alca- posta al freidero de los precitos Habiendo esconderla para que no la supiese el padre, pendencia y envoltorio , los ojos tan emba­
huelas. Empezó á enfadarse de la olla , ó finalizado la acusación de esta difunta el dia- que menos desatento à lo que debía ejecu­ nastados en las cavernas ó sumideros, que
el ordinario del marido, que por darle gus- blo zambo de ojos, disparó contra ella tar en la criatura de sus hijos , estaba dis­ era menester sacarle las miraduras con ga­
t o , consintiéndole las asistencias, los cor- |a final de finitiva , y la am entaron lijera- puesto A encaminarlos por los medios or­ rabatos : rabón de narices, y con un punzón
tejos , regalos y frecuentes conversaciones mente al rincón, quedando enterrada en el dinarios de la buena educación y virtuosa por hocico. Traía este á las ancas á una muer-
de .moque se decía rombante, se alistó en feo lodazal délos sentenciados forajidos disciplina. No bien aparecía en el marido el tecilla roñosa , tan seca que al vaciarla en
la compania del catonism o paliado , que No bien se habia barrido el lugar, cuando amago para la corrección , cuando espiri­ el suelo pareció que caia un haz de pergami­
eso quiere decir chichisveo en el bocabula- empezando á arremolinarse otra vez el hor- tándose de cólera la muger, renegaba de no. Levantóla , pues, y tirando de la voz
rio del desengaño y la verdad. En la come- rible hormiguero de tentadores y reprobos su esposo y del cura que con él la casó, le­ como si la sacára de los zancajos , ladró la
día, en el paseo, en el templo y en la v i- se entresacó de él un demonio tan hinchado vantándose entre los dos una polvareda de vida y muerte de la difunta abadejo, á los
sita, se hallaban inseparablemente juntos , y negro, que me pareció hecho de una mor­ gritos, juramentos y maldiciones. No tuvo oidos de aquel feísimo consistorio. Pasó es-
cón una especie de matrimonio á lo diables- cilla, la frente llena de porcinos , la denta­ mejor conducta en la crianza de las hijas ta muger los juveniles años entre las lison­
rio. Sobre el infame desacato de guarnecer- dura en paños menores, y la boca tan °Tan- que entregarlas á la escuela de las criadas, jas de un mediano parecer, los gustos de
le la cabeza al bueno del marido con dos de , que al verle toda la caja de las mue- sin haber examinado sus calidades y con­ verse con un talle proporcionado , y las ale­
aceiteras de concha de Jarama , anadia tra- las juzgué que era un esportón rebutido de diciones. Estas en vez de plantar en las jó­ grías de tener un espíritu menos mugeril
tratarle con desprecio, desden y sequedad , huesos , y aun temí que por el boquerón se venes ¡as maximas del recato y la virtud, que el de las otras. Ganáronle estas calida­
sin darle siquiera á que royese los huesos le derramase el mondongo. Conducía este produjeron en ellas el espíritu de la desver­ des la frecuencia de muchos que llevados
del cariño. El pobre cachicuerno entró á diablo de Angola á una difunta zarambeque güenza , de la disolución , deshonestidad y de su con\ ersacion macho y su cuerpo em -
cuentas consigo m ism o, y hallándose ere- que aúnen aquel lugar , y despues de fina­ lascivia. Siguiéronse de estas lecciones las bra , ( acabaron unas veces por medio de
cido el turbante de niedellin , y no teniendo da, no habia perdido el meneo ridículo que obras que correspondían á semejante ma- las alabanzas sinceras , y otras en fuerza de
]a resolución que convenia en una coyuntu- afectaba en vida. Apenas la espuso á los ce­ jisterio, las cuales fueron desdoro de la fa­ adulaciones ) de barrenarle el cerebro re­
ra tan apretada, empezó á cavilar sobre sus ñudos ojos de los rigurosos alcaldes, cuan- milia , y sentimiento de sus padres , pena butido del aire de la vanidad y presunción.
desdichas, y á ponderar dentro de sí su des. do desalojó del sobaco un mamotreto co­ de ellos bien merecida por el abandono de Habiendo de regentar la cátedra del chiste,
honor, y á desesperar de los remedios de chambroso qne habia estado en ramojo de tan urgente cargo y de tan debida atención. repasó la suma de las discreciones españo­
repararlo ; viniendo de lo continuo de estas sudor, sebo , aceite y arrope , y recitó por No habiendo esta inconsiderada muger su­ las , entregándose de todo corazón á las co­
vehementes y dolorosas imajinaciones à él la historia de la desgraciada delincuente jetado á las llaves de la confesión tan peca­ medias y novelas, á los escritos del famoso
caer últimamente en una profunda melanco- Esta muger fué casada , habia tenido en el minosa negligencia toda su vida, la envis­ D. Francisco de Quevedo, de otros festi­
lia , que le revolvió el cofre del juicio, y matrimonio dos hijas y tres hijos ; pero júz- tió un gravísimo singulto ( que en lengua dB vos ingeniosos y urbanos autores naciona-
112 SUEÑOS
SUEÑOS M OHAI.ES. 1J3
Ic s, con cuya lectura fomentó la semilla fie ción de este equívoco pueril del P. fulano,
Apolo que tenia en la chola , y empezó á es­ su relajación, procurando desterrar aque­ rii. El marido vivía atento á remendar los
de aquella chanza importuna del Doctor tal,
tar preñada de décimas, jácaras madrigales, lla peste de la República , interponíase el desgarrones que su compañera le iba ha­
de un pensamiento sutil, delicado y despre­
canciones y sonetos , y á parir versos ama­ ruego de alguna amiga de la hembra mal­ ciendo al caudal, pero era tal la profusion,
ciable de aquel padre ; y de maldecir
torios , y aun lascivos. Empezó á dar tra­ vada, y estrujando esta á su marido con la los gastos tan continuos y grandes , que no
todos los demás que con santa doctri-
zas para los contrabandos de amor á las ami­ persuasion, la porfía , y tal vez el enojo , bastó ni su desvelo ni su industria á curar
na y religioso fervor habían procurado re­
gas , y á convocar asambleas de ingenios lo hacía hocicar en el cieno de la injusticia lo que enfermaba su muger. Cargóse de
ducir su espíritu rebelde à la obediencia de
( hombres en que ordinariamente está lo la ley. En esta relajación le cojíó la hora .fa­ para que diese libertad á quien usaba de hijos y añadiéndose esta circunstancia á
agudo junto á lo mordaz , bribón y licencio­ ella en ofensa de los derechos de la razón. sus obligaciones , dió con la hacienda cu
tal del último accidente, muriendo alas vio­
so ) en este comercio remató su juicio, ha­ Con estas solicitudes cruelmente piadosas, •un escollo : quedó menos rica, pero con­
lencias de una cólera morbo, procedida do
ciéndose maldiciente, indevota , descome­ material negro y corrosivo, y sin hacerlas pobló la Ciudad de escandalosos, ladrones servándose el desconcierto de su juicio,
dida y holgazana. Con la risa y el aplauso paces con Dios se despidió del mundo , pa­ pendencieros, amancebados , y toda casta despues de conocer sensiblemente minera-
remuneraba las coplas deshonestas y las sá­ ra cocerse en las calderas de Luzbel. Ha­ de delincuentes , desbaratando la armonía das sus facultades, no dejó de continuar
tiras contra personas constituidas en pose­ biendo dado fin á la acusación de la muer­ pública y el Conocimiento político. No le con el mismo aparalo. Quiso el marido
sión de su buen nombre, con que su casa pareció necesario á esta muger arrepentir­ cercenar do visitas, capar el número de
ta piltrafa el demonio desgreñado , y deter­
era una zahúrda de perdularios , puercos, minada la pena por la deformidable chan- se de estas culpas ; y estando bien descui­ los familiares, descartarse del coche , y
y una cueva de bobos maldicientes, saltea­ dada se le echó encima una cólica hestéri- vivir en casa menos costosa , para reparar­
cilleria , desocupó el lugar ingertándose en
dores de la reputación. La ahnja , y los de­ la gavilla numerosa de la rinconada. ca, con tan crueles y graves síntomas, que se en la borrasca deshecha de su fortuna.
en poco tiempo se le desprendió el alma , Resistiólo esta muger con todas sus fuer­
más instrumentos mugeriles estaban en Gineteando sobre los hombros de una
difunta pipa, apelmazada, torpe y zorrona, que fué luego recibida por una carretada zas, y determinada á seguir con el mismo
bocio; sus doncellas divertidas en amores ,
pages y copleros. A su marido en fé de ser sacándole el movimiento á las persuasiones de demonios , los que la sumieron en los fausto y ostentación, sin bajar un punto
do un herbajo, y metiéndole un geme de cuébanos de Lucifer. Puesto fin al proceso de su altaneria y orgullo , obligó al marido
crítica y desembarazada , poniéndole de in­
se oyó con universal temor y susto de zambombo á tomar sobre sus hombros
capaz , camueso y salvaje, no le dejaba ac­ espuela, salió de entre los pliegues de la
los otros reos la condenación de aquella empeños desmesuradamente grandes, ur­
ción que supiese á tener calzones : negán­ chusma un diablo morriñoso , rodeado de
difunta ; y volviendo á montar en ella e* dir mentiras, hacer trampas y tejer enga­
dole la sujeción debida, y vistiéndole una un collar de paperas y lamparones, con una
diablo paperoso, á mogicones y espolazos ños, que lo condujeron á las violencias de
albarda le arreaba con un varajon adonde piel de carnero churro en vez.de pelo, re­
la condujo al depósito de'los sentenciados. la ejecución, y á la pérdida del crédito y la
quería su antojo. Con esta resolución des­ mendado de postillas , y con una escoba de
perdiciaba la hacienda en gastos considera­ Ocupó el estrado un diablillo cascavel y quietud, con que dió la última boqueada el
puas en representación de barbas. Desmon­
bles que solo servían á la vanidad y no al so­ tembleque, tan ridículo que parecía fabri­ señorío y la presunción. Siguióse el desam­
tóse de la muerta pegote, y solicitando el
corro de los necesitados, ni á la decente cado de ademanes , gestos y monerías , paro de los h ijos, el vivir á la merced de
silencio y la atención se hizo escuchar del
moderación de la mesa y el vestido. Los embreado de cuero, con las facciones tan la limosna, el embuste, la estafa, el pe­
tremendo juzgado para referir los malos
menudas como si tuviera la cara en gigote, tardo, y el arañarse todos los dias sobre
ejercicios devotos, y las consideraciones sa­ pasos de su cabalgadura. Esta infelicísima
ludables de las postrimerías estaban conde­ rabilargo, cerbijon y sarnoso; presentó á si ella 1q habia gastado ó no lo habia traí­
muger lo había sido de un corregidor de
nadas á su olvido : de los sermones en vez una difunta carraca , y recitó su vida y do. Mal hallada con la pobreza , y no pu-
cierta ciudad, y en lugar de aconsejar á
de sacar la utilidad déla corrección y la doc­ muerte sonando como un pito de capador. diendo sufrir la impaciencia de sus deseos,
su marido que viviese atento á los intere­
trina del desengaño hacia veneno para ato­ Habia sido esta hija de un escribano que ni la inquietud de sus antojos, convirtió el
ses del público, á la custodia' de las leyes ,
sigar á su alma ; solo iba á escucharlos con hizo asiento con el demonio para dejarle á aborrecimiento acia el marido, de suerte ,
al desagravio de los pobres, y á la común
el lin de deleite de las frases floridas, de sus hijos una cantidad considerable de ha­ que apenas habia una hora de tranquilidad
tranquilidad y abundancia , se habia hecho
los pensamientos delicados , de los reparos procuradora de insolencias y abogada del cienda , tocóle no poca porción del dinero entre los d o s, cuando se desataba una nu­
sutiles y de las demás hojas que hacen tan vicio y salvo conducto de las ctdpas, impi­ en que su padre habia vendido su alma , y be que llovía garrotazos, pellizcos, moji­
poco al aprovechamiento cristiano. Sin per­ diendo la administración de la justicia, con despertó en muchos el deseo de tenerla cones y patadas, con escándalo de los hi­
cibir el fruto de la moralidad ni de la per- grave perjuicio y [no poco escándalo de por esposa la codicia y fama de su dote. Ca­ jos y alboroto de la vecindad. En este gé­
suacion de los predicadores fervorosos , aquel pueblo. Traía por ejemplo un picaro sóse finalmente con un hombre do media­ nero de vida, colérica , desesperada y re­
sustanciales y desengañados, salia con la na fortuna y de regular nacimiento ; dió la voltosa , sin memoria del otro siglo, ni re­
una vida llena de maldades y desórdenes ,
murmuración en la boca , diciendo que eran hembra en que habia de tener todos los cuerdo alguno que pudiese corregir los
ofensiva á la quietud y seguridad de la
cansados, machacones y desabridos.Toda aparatos de señora. Multiplicó doncellas, destemplados humores de su alma, la aco­
compañía civil, poníanlo en la cárcel, tratá­
la cosecha de los sermones era la celebra­ arrendó pages , alquiló lacayos, levantó metió un afecto hestérlco, que armado de
base de darle el castigo correspondiente á
coche, y puso la abitacion en solfa seño- funestos síntomas, la herró del catálogo de
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MORALES.
SUEÑOS MORALES. 115
años de la mona apurándola los gestos , y
los vivientes, y la llevaron á la rivera del término ä que se encaminasen sus profun­ y mal intencionadas. Estos leían en ios ro­
á representar en las tablas del mundo los
pantanoso rio los gatos del averno. Acaba­ dos suspiros, sus blandos deseos, y sus ñosos códigos los desórdenes de las adúlte­
papeles de dueña , cementerio y estantigua
da la relación por el diablo gorgojo, mu­ solicitudes amorosas, sin hacerse cargo de ras, las cuales vivieron mas casadas con sus
gieron la sentencia los tremendos sayones, dieron los años un tirón de los cabellos, y que había jurado de pistraca, y do zancar­ gustos que con sus maridos: aquellos añuda­
y tiraron á la muerta al hediondo aparta­ se quedaron con la esparraguera en la ma­ rón, y de que estaba á las once y tres ban los pecados de las envidiosas, holgaza­
no, á la reserva de algunos pelos que se
miento de los demás. cuartos de su vida con las pruebas conclui­ nas , pródigas, beatonas y camanduleras.
hicieron morlacos y remolones , con que
Dando urgonazos con un asador á una das para esqueleto. Lo acabó de poner en Finalizados los procesos de esta ventrega­
salió entre rucia y mondada , con la chola
muerta machucha, rumiada de losad o s, la jurisdicción de la muerte una inedia (con da, y oido con susto y temblor el trueno de
á medio desplumar , matizada de pelusa y
y casi digerida de la tierra , apareció luego licencia de los críticos) que viniendo acom­ la determinación irrevocable, fueron todas
pelambre. Desempedróle la edad las encías
un demonio gañan, enmelenado de borra , pañada de la caterva de los años la hizo empezando el prólogo de su condenación en
y le descompuso el molino, de suerte que
oliendo á sobaco de negro-, hosco , papudo que desembolsase el alma, y la portearon las cabezas, cogotazos, manotones, araños
y recocido de color, á el cual le nacían las solo magullaba el pan con los mangos déla
al infierno en el barco del vejancón inexo­ zurriagazos y coces con que las fueron ar­
barbas á m echas, salpicaduras y trasqui­ dentadura. Volvióse marimacho , y brotó
rable. Habiendo el demonio amulatado gru­ reando á la pocilga común de los feos por­
un par de vigotes como un tudesco, repar­
lones : sacando este la voz. de lo mas hon­ ñido la historia de la difunta siglo, reso­ queros de las zahúrdas infernales.
do de la tripa , rechinó los malos empleos tiendo el semblante entre las fierezas de naron temerosamente Jas voces, con que Que hay infinitas mugeres condenadas
de la difunta telaraña. Royéronla á esta machorra y.lospliegues de capon rancioso. rugió la sentencia el implacable árbitro de por estos vicios, se puede leer : que hay en el
mugerlos pensamientos y cuidados de lla­ Viéndose, pues, maltratada de los moji­ los tormentos , y se sorbió de repente en mundo muchas que las im iten , se puede
mar á la mie! de su cara, y su talle las mos­ cones de los meses y de los pellizcos de los la cueva de los achicharrados en (lor. sospechar : lo que importa cs , que las que
cas de las atenciones juveniles. Vivió siem­ dias , estudió en curar su rostro y adobar Friéronse desliando sucesivamente los están en el mundo no imiten las costumbres
pre mordida de estas solicitudes y punzada su aspecto, acudiendo á los ausilios del demonios de las mugeres con varios ges­ de las que están en el infierno. Decir que se
de los tábanos de estos designios, á cuyo arte: embreóse la cabeza, y se carenó el tos insufribles y figuras extraordinarias , y pueden condenar no es aborrecer ni ultrajar
logro sacrificó su quietud y su conciencia, casco con pelotones de estopa y mechas con la misma sucesión fueron vaciando en el sexo, ni estas advertencias tocan en la
sin mas estudio de resistir las tentaciones de lana, hilvanadas al cuero con trementi­ las orejas de los dispensadores de los láti­ descortesia , ni el aborrecimiento : yo las
na , y enmascaradas con humo de pez y gos y las calderas las pestilentes costum­
y envites del diablo, ni de barrer el apo­ amo mas de lo que me conviene , y las he
polvos de corcho quemado , para esconder bres de las muertas que conducían. Unos
sento de su alma para dar en ella habita­ servido mas allá de los preceptos de la polí­
los amagos de nalga y calavera, entre los venían cargados con una gurullada de al­
ción à las virtudes. Consiguió los embele­ tica, I a no me toca mas que avisarlas de
parches de cataplasma. Compró una car­ cahuetes ; apiaraban otros una caterva de
sos de algunos mamarones , que teniendo los peligros ; y á ellas huir de ellos ; y asi
rera de dientes, y con ellos se remendó la soplones : unos rebuznaron las porquerías
el gusto al reves, no se desdeñaron de seremos ellas y yo salvos y perdonados, aña­
boca y enladrilló las encías ; para escapar­ de un rnanoj o de marranas, torpes, desho­
ofrecer aras á un escarabajo pretendiente diendo á la luz de estos desengaños y avisos
se délos mostachos, se entregaba á que la nestas , sucias y escandalosas : mahuliaron
de m ico, adorando lo que debía escupir el esplendor del arrepentimiento y peniten­
desollase una barbera de gorronas. Llegó otros los delitos de una manada de maldi­
cualquiera elección bien acondicionada. Per­ cia. Quiera Dios que sean sus propósitos co­
en fin áser hosario con cotilla, tontillo, y cientes, malignas, mordaces, ponzoñosas
suadida de este género de culto, que aca­ mo mis deseos.
estinquerque, no perdonando ninguno de
so tuvo respectos de interés en los rodri­
aquellos trastos, varatijas, embustes , la­
gones voluntarios espoleados de la codicia
z o s, y colores que vienen auxiliares á la
de su dinero ( que no era poco ) se hizo de­ JUICIO CUARTO Y ÚLTIMO.
belleza de las jóvenes ; con estas era su
sentendida á los gritos é informes del es­
conversación, y celebraba sus asambleas,
pejo que á todas horas le respondía con DE LOS VARIOS PRECITOS, MUSICOS , POETAS , DANZANTES , H ER M IT AÑOS,
jugando como si fuera una de aquellas: y
claridad y desengaño. Sobrevínole una per­ ALQUIMISTAS, CORNUDOS, ALCAGUETES Y OTROS.
con los mismos dengues y pretensiones
dida de grave consideración á su caudal, y
danzaba también los bailes de la última mo­ Ya estaba sacudido el espantoso tribunal
empezó á vivir con una medianía que ame­ bos que esperaban la última y diíiuitiva
da , afectando quiebros, la que se estaba del insufrible hedor que había dejado en él
nazaba por instantes á miseria. Prosiguióla residencia de sus ignominiosos defectos y
desmoronando por todas partes, y cantaba la asquerosa suma de las acusaciones que
edad su carrera destruidora, y comenzó el sucios delitos, cuando rompió por medio
s u s areas, y recitados entre gallina clueca
tiempo á hacer de las suyas, pasando por hicieron los feísimos demonios de la revol­ de la horrible caterva un demonio rollizo,
y alma del purgatorio. Publicaba afectos tosa piara de las hembras, y empezaba á
encima de su cara con zapatos de hierro > cerdudo y aermafrodita, porque se le co­
hestéricos, sentia en el alma no escuchar hervir á borbollones con rabiosos ahullos,
que machucándole las facciones , le acaba­ lumpiaban dol pecho dos tetas, como dos
desde muy cerca los cortesanos y jugeto- maldicientes rugidos, y blasfema voceria
ron de poner por su fealdad a dos dedos perrunas negras meosas y aplastadas, las
nes relinchos de los mozos, ni ser ella el el tumultuoso lago de los restantes repro­
de ser demonio. Dio principio á vivir los narices mayores que la coroza de un ensan-
s u e Ko s m o ra les. 117
SUECOS MORALES.
pertar con el hermoso ruido de las solfas pedazos las cabezas, las gargantas, y los
benitado, y en la cabeza dos moños de re- Pateando un sayón los entresijos de un los pensamientos acostados, las memorias p ies, disparando repentinos coplones, bra­
gilon , mas aguzados queguaridero de ase­ condenado, asido otro verdugo con las difuntas , las ausencias olvidadas, los so­ mando arietas, y vertiendo cabriolas. Aca­
sino. l’arecia estar engullido en el pellejo garras del cogote de su discípulo, montan­ siegos ociosos , las lujurias dormidas, y bó esta brigada, que componia el pestilen­
de un oso, y rodeado de una cola vermeja, do aquel pregonero á la grupa de su ajus­ otros afectos que inquietan á los espíritus te batallón déla locura de músicos, poetas
peluda, y mas dilatada que la malicia, ve­ ticiado ; este ventiscando mordiscónos y mas castigados, y religiosos. Componíase y danzantes lleno de las costras desús cul­
nia hisopeando con puchos de azufre, gar­ dentelladas en el nalgatorio de su galopin . la inmunda majada de otra runfla de za­ pas , y tiznados de los manchones de sus
gajos de plomo y cuajáronos de pez. Me­ unos arrollados, otros estendidos ; aque­ rambeques, santigallos, langostas, cho­ vicios, y descoloridos de las importantes
nudeaba con un formidable tizón alfanjazos llos patas arriba, y esotros piernas abajo : tos , cabras, peonzas, cascaveles , y otros tinturas del arrepentimiento, y la peniten­
de fuego entre el confuso y asqueroso re­ unos siendo martillos, otros yunques, y monicongos y saltarines de la racionalidad. cia. Escucharon los crueles justinianos las
baño de los irremediables reos , con que todos con irregulares, violentas y feísimas relaciones de los puercos delitos que de la
Estos habian roto la vida , los vertidos y
volvió á oirse con mas estruendo la tem­ configuraciones, formaban una batalla tan tropa deshouesta habia ladrado el perro ve­
los zapatos en desordenados movimientos ,
pestad de los gemidos, y el tumulto de las tremenda, y una algazara tan terrible , que jancón , y torpísimo diablo, rabrumándo-
con los cascos al trote, y los pies en tara-
blasfemias arremolinándose con mas estré­ bastaba para aturdir á todos los habitado­ los con la porra dél sentención empezaron
villa y varaunda. Enseñaban libertades de­
pito que el que pudiera resonar en una mi­ res del dia. Levantóse un demonio vieja­ los demás demonios á descargar con ex­
suellos, descomposturas, y con la solfa de
llarada de leones, lobos y perros rabiosos. rrón tarrajoso de zancas, y vizco de por­ traordinaria ferocidad y rabia insufrible ,
sus fandangos, el compás de sus minuetes,
Llegó este iracundo embajador á el obscuro tante, postilloso, chamuscado , y-lleno de gritos, azotes , porrazos y empellones so-
y la desproporción de meneos, maltrataban
grietas, espolones y juanetes. Este tomó bre aquella infeliz caterva de condenados ,
y tenebroso consejo, y desplegando la bo­ la gravedad y compostura natural, sacaban
la voz de los otros sus condiablos y agar­
ca , en ademan de sorberse todo el cenagal de su retiro la modestia , impacientaban la conduciéndolos con impaciente diligencia
rantes , y arrancando la suya de los sóta­
de los precitos, en tono de rebuzno infor­ lascivia, y ultimamente eran el reclamo de al rincón donde rugían los otros reprobos,
nos y cabernas de su estómago, rechinó la
mó á los jueces la necesidad de concluir las liviandades, locuras , y desbaratos, y blasfemaban los crudísimos corchetes y
maliciosa vida de los condenados , que
con las sentencias de aquella muchedum­ el esquilón para juntar ociosos, regalones, verdugos , llevándolos como quien arrea
abultaban aquel desventuradísimo monton.
bre de infelicísimos galeotes, porque esta­ perdularios y saltibanquis. Los hombres una manada de cabrones.
Según su general informe pude conocer
ba á los tragaderos del infierno otra barca­ serios, honestos, religiosos y prudentes , Al punto que este envoltorio de blasfe­
da de difuntos, que debían ser residencia­ que aquel rollo de precitos habian rozado,
■para hablar de sus conciencias, y hacer mos fué atestado á garrochadas, aguijona­
dos de sus relajaciones y maldades. Hizo su vida, siéndolos unos gusarapos de Heli-
memoria del juicio final, de las agonías de zos y reguiletes de fuego, por los asque­
despues de su embajada un estrado movi­ cona, capigorrones del Pindo, marranos
la última hora , y de las piedades de Dios , rosos y feísimos soplones en el corralón, y
miento , entre vamboleo y reverencia, y de Casthasia, y burreros de la parada ra­
fueron los mozos , putas, petimetres bru­ fuerte estanque donde hervía rcvalsado el
recogiendo el maligno rabo se volvió por cional ; pues su oficio fué guiñar á la lu­
ñidos , garañones cortesanos, y otra chus­ inmundo torrente de réprobos, cuando su­
enmedio de aquella turba espurriando chis­ juria con sus bestiales y provocativos co­
ma de obscenos tábanos , representantes miéndose en un silencio temeroso el rechi-
p as, y repartiendo tizonazos y carbones. plones , y gritando á los mal templados al
de la liviandad, desgarro, desuello, y pro­ nadero vahullo de los infelicísimos galeotes
Zarandeó uno de los jueces el tristísimo deleite, al respingo y á la lozanía, po­
vocación , que vivían de reclamar donce­ y los inhumanos salvages, y reaciéndose la
esquilón, y siguiéndose un melancólico si­ niendo en la maldita solfa de sus borrica­
lla s, zumbar casadas , engaitar viudas, y atención para escuchar los juicios siguien­
lencio en toda la troje do justicias y ajusti­ das métricas, los donaires de las damas ,
finalmente cubriendo de ronchones, y pico­ tes, se descuadernaron de la trulla seis ó
ciados, dijo que fuesen acarreados en ra­ las hazañas de los jóvenes, y procurando
tadas todo el sexo de las hembras. Acaba­ siete pelotones de diablos y difuntos, co­
cimos los delincuentes que no habían oido hacer con las blanduras del número y la
ron su vida los mas de estos orates en las lándose al medio del tribunal como un nu­
sus acusaciones, y que por mayor se les eficacia de la ponderación mas blandas y
uñas de los portageringas de los hospitales barrón de moscardas, abispones y tába­
aturdiese con los truenos de sus delitos, deseadas las perfecciones. Los otros fueron
nadando en bubas, empedrados de ladillas, nos, se suele dividir en numerosos y e s -
para descargarles el rayo de la sentencia. cigarras de los estradus, pitos de castra­
y destilando en gonorreas gálicas, y pur­ pesos enjambres. Sus figuras eran hiel y
Furiosamente solícitos se movían los p e- dor , tambores de titiritero, obués de cam­
gaciones gallegas todo el suco nutricio por vinagre para la vista , erradas las for­
dágogos, entresacando de la chusma el gre­ piña, sonajas de folijon, gaitas zamoranas
los sucios canales de sus inmundos cuerpos. mas , mancos los rostros ; barajados los
mio que había de parecer en el horrendo y gallegas de todo concurso. Vivieron estos
Cercados de acerbos dolores, locuras, im­ miembros, cojas las caras , vizca la com­
salon , y arreados con el común socorro de camaleones y pájaros de pico redondo gru­
paciencias y blasfemias escurrieron la vola posición , desmoronadas las facciones, y
los garrotazos, puntapiés, empujones y ñendo estrivillos, gimiendo areas, y vo­
de la vida sin haber debido el socorro de desabridísimos los semblantes. Venían en
pezcozadas se anubló el sitio con uná nume­ mitando recitados, coplillas y juguetes em­
un vaso de agua, ni de una expresión las­ esta mojiganga infernal unos motilones de
rosa chusma de forzados y cóm itres, que ponzoñando el aire, los oidos y las almas
timosa á ninguno de aquellos que los lla­ orejas , otros viudos de narices , unos
son los que conocerá Vmd. si quiere con­ con amorosas ternezas , lascivas espresio-
maron para triscar, reir, bailar, y hacer adornadas la cabeza con un par de rizos
cluir con la historia de mi fantasia. n e s, y reclamadores ademanes, para des-
118 SUEÑOS MOBARES.
119
SUEÑOS MORALES.

de carnero , otros eran diablos unicornios puesto, de alvaricoques , de palo tan so­ torpes y sucias operaciones de toda la
Era este nionton un racimo de los que
con un espolón de hueso en mitad de la noro como matraca de lazarillo , y con una abominable cuadrilla y escuchándose la
habíanse empleado en mugeres, teniéndo­
frente, unos con pezuñas , otros con gar­ resma de muelas de borrico , disfraza­ ruidosa morterada del sentención , fueron
las como á mulas de alquiler, para los
rones , unos con colmillos torneados has­ das en catadura de calavera. Corrían en entre la ordinaria colación de galeras em­
deleites de los otros, roídos del honor,
ta la oreja , otros con hocico de mona. Es­ este aspecto los poblados , ponderaban los butidos estos viciosísimo^desdicbados en
zánganos de las colmenas de su familia y
te venia corcobado de ojos , ramplón de milagros de su santa imagen , y recogien­ la innumerable turba del asqueroso apar­
maridos ociosos y poltrones , que vendie­
labios y giboso de pecho. Aquel mon­ do lo que les daban con intención de li­ tamiento. No bien se habían purgado los
ron su conciencia , su silencio y su per­
tuoso de espaldas , empedrado de juane­ mosna , para alumbrar la Iglesia , lo vol­ ojos de los diformes semblantes y mons­
misión , sufriendo ser encorozados de lor­
tes , y compuesto de votanas y callos. E s ­ vían en azumbres de m osto, para alum­ truosas configuraciones de aquel corrillo,
ea y de jarama , murieron estos infames
te era rabilargo de barbas , rabigudo de brarse los cascos, y tener encendidas las ni mosqueádose las orejas de los gritos
judas de sus honores, y fueron arrastra­
frente y sorbido do vista. Aquel orejon » lámparas del ídolo de sus apetitos ; be­ dos de los cuernos á los bochornosos sub­ del demonio tripón , cuando lué azotada
machacado el rostro , abollada la figura y biéndose como sacrilegas lechuzas el acei­ terraneos. Darle fin el potroso al catála— la vista con otro manojo de finados y
con un rabo de pollino. Unos con pes­ te destinado por la devoción de los bien­ go de las culpas de este peloton , bramar verdugos ; y desjarretado el oido con la re­
cuezos cerbatanas á lo cigüeño y otros la­ hechores al culto de la Imágen , que te­ lación de otras maldades. Prevínose para
la pena el indexible tribunal , y dar con
nudos como perros de agua. Envolvíase nían á obscuras la porción mas considera­ la sarta de los cornudos , unos de cabe­ hacerla un diablo gordo , con un buen be­
en cada gruesa de demonios otro tanto ble del tiempo , defraudándola su decen­ za y otros de costillas, sobre los demas sugo por lengua, embotado de pronuncia­
número de muertos , de fachadas irre­ cia y veneración. Servíanse de esta m is­ rematados, no me parecieron tres cosas. ción y con un cencerro boyuno en lugar de
gulares y diferentes. Mandó el riguroso y ma coyuntura para uronear las posadas , boca, atarascado de gesto, dragon de sem­
Admirado quedé de haber visto que era
sombrio júpiter de los castigos , gran mo­ y reconociendo la fortuna , caudal y des­ blante , bochornoso de miraduras , burdo
tan larga la provincia de los maridos gua-
gol de los diablos , que diesen principio tino de los que se disponían á marchar , de bello, con una cola de raposo y una ca­
dianeses ; pero solicitóme la consideración
á las acusaciones, y luego empezaron á daban el cañutazo á un jabardillo de al­ bellera de lombrices. Roncó este mons­
otro legajo de difuntos y demonios , hizo
sonar funestamente los desapacibles es­ guaciles sin vara y escribanos sin pluma , truoso bruto las causas de aquella muche­
la venia á los alcaldes del averno y pidió
quilones de culpas. Tomó á su cargo de­ que desvalijando las faltriqueras do los ca­ licencia para informarles de aquellos de­ dumbre, y pareció ser un mazo de cronis­
senvolver los delitos de la primer porca­ minantes , partían con los dichos molon­ lincuentes un diablo panza , satanás de tas, galloferos, escritores de trampantojos,
da de condonados un demonio muy bar­ dros , teniendo en sus hermitas recurso, montanera y cebón del infierno ; pelado marañas de los linages, enrredos con plu­
bado, guedejudo y lujurioso de sobacos protección , abrigo, hospedage y seguridad á rosas y manchones, barba estropajo > m a, remendones de abolengos, mercade­
trasquilado de orejas , pagizo de cásca­ contra las diligencias de los celosos cua­ tan inmundo como escobón de mareante, res de nobleza, casamenteros de razas y
ra , con sus listones de humo de pez , y drilleros. De esta vida vagabunda , ociosa con dos botas por piernas , albañil de la­ maldicientes de molde. Estos habían des­
algunos lunares de m arrano, preñado de y desordenada se apearon en el otro mun­ grimales, lobuno de orejas , geton , andra­ garrado la tela de la vida, desfigurando los
pantorrillas , narigón de uñas , lunanco , do estos maliciosos mocliiflones para ser joso y poblado de ósparabanes, garabatos sucesos, embrollando las casas , desmin­
argel , zaino y cochambroso. Desgarró e s­ cochifritos. Concluyó , pues, el proceso el y vegigas. Mugió este desmesurado y ra­ tiendo las circunstancias, confundiendo las
te el aire y el silencio , granizando por demonio lunanco, resonó la innumerable biosísimo salvage las feas causas de aque­ noticias, y apedreando las verdades , fa­
mayor las causas de aquel haz de preci­ determinación del ceñudo príncipe de las lla mazorca de precitos , con elocuencia riseos contra la certidumbre, y sayones
t o s , con acento lúgubre y voz extraor­ sombras en orden al castigo que debía pa­ tan cole'rica, y gritó tan horrendo que contra la realidad. Las ruedas que m ovie- •
dinariamente terrible. Despues de su d e­ decer esta manada de infelices. Conmovié­ puso en asombro á todo el concurso. ron á sus infames plumas fueron los oidos
sentonada y enfadosa relación entendí que ronse todos á oir la voz del irritado presi­ Habia sido cada uno de los que acusó e s ­ á las lisonjas, no rebosaron por ellas sino
aquel era un rollo de hermitaños , de los dente, y siguióse á piarar esta caterva al te declamador arrebatado , y vehementísi­ pasiones, retratando en sus escritos las
que se ponen á Ja sombra de una devo­ hediondo rincón de los acinados. Volvié­ mo procurador de culpas , negociante en perversas disposiciones y cataduras de
ción aparento para vivir ociosos , regala" ronse á oir los espantosos ahullidos de los gorronas, muñidor de la lascibia, ras­ sus ánimos. Este vicio los aventó á cenar y
d o s , y consentidos despues de haber es. tristes y desapiadados golpes de los diablos cón del apetito, abogado de lujuria , la­ comer rescoldo en los cuévanos de pluton.
candalizado las poblaciones se habían pues­ arrieros para conducir su borricada : y tor­ zarillo del antojo, y en una palabra, fi­ Finalizó el diablo gotoso de lengua el de­
to un pergamino de arrepentimiento y un nando á callar, se desprendió del segundo nísimo alcahuete de los mas desordenados sabrido informe, y machucándolas conia
sobrescrito de penitencia , anegándose ingerto de condenados y corchetes un de­ deseos y de las mas delincuentes preten­ porra del insarcible decreto , se zabulleron
en un sayal hasta el cogote , jurándola de monio espinaca, longoruto , mocoso, ca­ siones. Revueltos estaban con estos has­ en la manada de los juzgados. Tomó sobre
cabrones , con una barba cola, esparra­ pon y perdulario, lleno de garrapatas y ta cuatro docenas de putos, cuyos defec­ sí el cargo de rebuznar las culpas de otra
mada hasta los arrabales del horabligo, y chinches, que chilló los desórdenes de la tos vomitó también el demonio gordiflón. parva de réprobos un demonio estremeño,
columpiando en la cintura un rosario com- maldita carnerada en funesta solfa. Y habiendo silvado horrorosamente las formado de chorizos, y compuesto de mor-
120 SUEÑOS MORALES.
SUEÑOS MORALES. 121
cones, con cada vena del rostro tan gorda y debían componer este volumen de delin­ tre los riesgos el que nada teme ! El miedo
podian colgar candiles. Parecíame que esta -
obscura corno una sanguijuela cebada, bar­ cuentes. Repitiéronse los latigazos, puña­ sirve contra los peligros de centinela, cus­
ba mirando el deforme semblante del
rigón de ojos, con un par de orejas ramplo. das, ahullos y bramidos , llorando con todia y prevención , nada teme quien tiene
tribunal, y en cada rincón se me represen­
ñas, muy trompetero de mofletes, hediondo sempiterno descontento toda la turba á las por prevención, custodia y centinela sus
taba una legion de diablos y un manojo de
á lo cabruno, bqgbado de aguijones, cam­ crueles y violentísimas diligencias de los mismos tem ores, nada debe temer el que
muertos. Santigüeme con mucha devoción
bronera de pellejo, gruñidor, empedradoy irritados verdugos, y solicitando cada agar­ tem e, el sueño de los temerosos es sueño
y frecuencia , invoqué el dulce nombre de
podrido. Escupió este con ica y furor impla­ rante con furiosísimo enojo, sacar por las
Jesus varias veces, rae rocié con agua ben­ solamente , el de los confiados es también
cable los defectos de aquella porcada, y se­ gorjas á su muerto. En esta faena estaban
dita , y clamé en mi socorro á todos los letargo. La muerte es sueño, y también es
gún pude entender de su espinoso y íierisi- los desapiadados y malvadísimos algua­
santos, cobróme del susto, y las huellas sueño la vida : pero el sueño de los tímidos
ino entono, era un burujón de filósofos co­ ciles cuando se tiró á mí con increíble velo­
que dejó estampadas mi temor en mi espí­ es sueño de vida y el de los cuidados sueño
cineros, físicos follones, galanes de la pie­ cidad un diablo rebollo y derrenegado , con
ritu fueron los principios de mejores propó­ de muerte. Imágan de la muerte es el sue­
dra, buzos del fuego, borrachos de la codi­ diez ganchos do espetera en lugar de uñas ,
sitos. ño; dichoso el que en la imágen de la muer­
cia y pellejos hinchados de su soberbia, ór­ poblada toda la maldita colambre de espigo­
E stos, amigo m io, es verdad que son te se encuentra con la memoria déla muer­
ganos del embuste, engendros déla patra­ nes de cerda escarapelado de crines, barre-
sueños ; pero no es sueño, que son verda­ te y las representaciones del juicio. Si \ n d.
ña y maldita veleta del interes.. Juzgaron ñon de labios ahito de quijadas escabroso de
des : que desvelado duerme aquel que tie­ afirma que son útiles á nuestra corrección
estos tontos esperimentales estraer el me­ rostro, lleno de trompicones, riscos ense­
ne cautelosos temores , que lo despiertan ! estos sueños, sospecharé que Vmd. está
tal mas precioso de las sangres corruptas, nadas , madrigueras y lorrius ; vomitando
y que dormido vela el que estando despier­ soñando ; y si conoce que son importantes
del estiércol y de las otras inmundicias en por los ojos canículas y calenturas, ver­
to tiene viciosas confianzas que le oprimen ! á la reforma de nuestras costumbres ,
que vivieron zampuzados, rabiando por en­ tiendo rescoldos y espumarajos , y respi­
Aquellos sueños son unos desvelos de los desvélese en considerarlos, y tendrá el
contrar el tórmino de sus hambrientas y co­ rando furias y suegras. Asióme este fiero
dormidos, y estas confianzas son unos le­ sueño de su vida mucho mas seguro , y el
diciosas inclinaciones. Reducidos á este es­ cómitre por el pescuezo para encuadernar­
targos de los despiertos. No debe temer en- de la muerte mucho mas dichoso.
tudio inútil y ocupación reprehensible, es­ me en el peloton, y despues de haber re­
tuvieron siempre en poder de sus ansias cibido una buena friega de coces , araños y
bien descuidados de la residencia, cop que moquetes , me halle colado en medio del
habiéndose empezado á chamuscar en la melancólico teatro, delante de aquellas se"
vida vinieron en la muerte á ser chicharro­ veras magestades , á cuyo cruel aspecto
nes consumados. Taladró el aire el agudo creció mi pavor á proporción de su cerca­
grito del inexorable rector del maligno im­ nía.
perio; tembló toda la monarquia de las pe­ Aquí fue donde llegó mi dolor, mi susto
nas, y arrollaron á este peloton de locos, y mi asombro, aquí donde estuvo mi cora­
tiznados y presumidos hácia la inmensa zón insoportablemente oprimido aqui donde
charca de los antecedentes. cargó sobre mi espíritu un peso insufri­
Mirando estaba yo este formidable es­ ble, aqui donde fueron tan vivas y propias
pectáculo poseído de la admiración y del estas medrosas representaciones, tan fuer­
su sto, y esperando de momento en mo­ tes mis congojas, y tan fieras mis ansias>
mento que se llegase la horade arrastrar' queá las estradas fatigas y los impetuosos
conmigo al medio del espantoso tribunal pa­ movimientos del corazón, conmoviéndose
ra verter mis vascosidades y defectos en violentamente toda la máquina , se rompie­
Jos oidos d élo s ceñudos alcaldes, sentia ron las ligaduras y se abrieron los condnctos
con mas viveza y rigor los mordiscones de de la comunicación de los sentidos. Des­
mi conciencia, y mas cuando escuché las perté dando gritos en una cama, como de
ásperas y temerosas voces de salgan los trepar galgos y cabriolas, perdida una de
escritores de libros inútiles y mordaces in— las mangas de la camisa, los pies puestos á
vmtivas. A este grito desapacible volvieron pino, y colgando de uno de ellos la sábana
con impaciente y rabiosa puntualidad los á la manera de estandarte, la colcha en e^
demonios esvirros á revolver el monton de suelo, la cabeza á los pies, y los cabellos en
los finados, para entresecar aquellos que tal confusion, que de cualquiera parte se
CORREO DEL OTRO M ID O
Y

tartos mpottbiiias á los muertos.

A Ï.O S L E C T O R E S H E C . \ \ 0 \ E S Ó A P A C IB L E S
curiosos ó p uerco s ; dulces ó am argo s; p ío s , alazan es ó to rdillo s 5
vengan com o quisieren, que yo no distingo de colores .

an maldito.eres, que ni á plumas con que añadir á las alas de tu in­


la aplicación ni al trabajo, solencia. Amigos escritores, estimémonos
ni al deseo de la común m as, y creamos que para lograr los santos
utilidad ; ni al buen uso lines que nos mueven á tomar la pluma,
del tiempo, que gastan re­ nos son inútiles todos los lectores del mun­
gularmente todos los que do. La doctrina que dictamos nosotros la
escriben , has desatado entendemos mejor que los que vienen ú
una pequeña alabanza de tu funesta bo­ leerla, nuestro provecho consiste en su
ca ! Solo he oido sonar en tus labios de­ verdadera inteligencia y en la honrada ocu­
sentonadas críticas , espurreando conti­ pación de las horas; y para nuestro premio
nuamente las indiscretas voces , de no nos sobra ganar el tiempo y entender los
vale nada : Es molesto : No cumple con el sistemas que nos divierten y alecionan.
título de la obra : es común el argumento : Echemos enhoramala á todo Lector, sea
Mejor lo escribió fulano : E l est ilo es duro, el que fuere. Que nos importa que sean
blando, macizo, y otras salvajadas hijas de tontos? Si quieren saber y librarse de ma­
tu rabia y de tu necedad. Mucha culpa tiene jaderos, sean humildes y mas bien habla­
tu intención en estos desaires de los que dos. Dejémonos rogar, que mas vale uno
te escriben ; pero la mas grave porción de de nosotros que toda la casta de leyentes.
delito ha estado en los escritores tímidos, Que supieran sino hubieran acudido á nues­
acoquinados, que te han hablado con te­ tras escrituras? No gastemos mas caricias
mor y reverencia , como si fueras algun ni mas agasajos con gente tan ingrata. Yo
Santo Padre, y tú eres tan vergante, que así juro que lo ejecutaré hasta que deje la
en vez de agradecer estas sumisiones, solo carretera de la vida , ó la de escritor.
te ha servido su humildad de coger mas Cada dia estás mas rebelde y mas per ti-
I2 V sueños MORALES. SUEÑOS MORALES. 12d

náz en tus vicios, y ya te dejo como cosa allá te lo dirán de tizonazos. Ahora se me ch o , que también tengo alma , y se que es­ de vestir el hábito de mi padreíSan Pedro ;
perdida. En la barca de Aqueronte te llevé ha puesto en la cabeza fingir que los muer­ ta posada de la vida se paga con la moneda él bien horrible era, pero era muy pesado ,
á ver los tormentos que padecen los vicio­ tos me escriben y yo les respondo sobre de la muerte, y este r u i d o que hacemos los y no habia de enviar Lucifer mensajeros
sos , y has echado á la risa aquellos cas­ algunos asuntos facultativos, yo discurro que posamos en este meson se paga con la tontos. Tener conversación con los muertos
tigos. En las visitas con D. Francisco de que esta inventiva correrá la misma fortu­ quietud eterna de un sepulcro ; y aun des­ por medio de la memoria , esto es posible,
Quevcdo te arremangué los faldones, de na que las pasadas. Sea en hora buena, pues de muerto sé que tengo que pagar á y fructuosa plática para el último fin ; pero
tus falsedades, y te descubrí la caca de tus que ello parará cuando tu quisieres y á mi los que me llevan por presa á los gusanos. escribir caitas por estudiantes es cosa que
costumbres, y en vez de limpiarte de ¡as me diere la gana. Si la quisieres leer para Y aunque esta verdad no la viera practica­ no habrá sucedido á ninguno viviente , sino
cagalutas de tu conciencia y los berreones tí será el provecho ó el gusto , que á mi ya da en tantos entierros unios ( pues ya van es à mí, que me suceden cosas que no están
de tu alma quedaste gritando blasfemias, me ha recreado al tiempo que la escribía , veinte y ocho al ataúd ) me lo parlan cada escritas.
espurreando papeles y escupiendo chuzos y si no dejala, que no le faltará á donde ser­ dia mis muertos abuelos, y mis vivos pa­ Soñando á fantasia suelta , formaba yo
contra la sana intención con que te acon­ vir. Dios te guarde, y cree que cada dia te dres me lo acuerdan : que muchas veces estos discursos y argumentos ; y fuó tan po­
sejé los desvíos de los sucios tropezones de temo menos ; y á toda hora me estoy bur­ les oigo decir : mañana me moriré : Tu derosa la violencia de la imaginación , que
esta edad. Ya no quiero que me gruña mas lando de tí. El sueño es el que se sigue : y hijo mio te quedas, y puede ser que vayas an­ se desataron los sentidos exteriores, y dan­
tu inmunda soberbia ; revuélcate bien en yo el que siempre : y lo dicho dicho. tes : que la descarnada tan presto desuella do dos vuelcos sobre la cama me vi despier.
el asqueroso cieno de tus disparates , que al borrego como al carnero, y me lo cuen­ to , y asustado notablemente del insomnio,
tan los muchos caminantes á quienes cada gocé de mi racionalidad un breve rato pero
dia veo soltar la piel en la posada. de allí á pocos instantes me volvió á agarrar
SUEÑO É INTRODUCCION, TODO JUNTO, Jamás oí decir que hubiese postas para el sueño , el que siguió la pasada fantasia
los barrios de la otra vida tai de la otra con tales ilusiones y cordinacion como si
V MORMÚRELO QUIEN QUISIERE.
muerte. A mi me han engañado los mate­ estuviera logrando toda la entereza de mi
Perdonen los señores muertos, que esta las tintas; pero con Vmds. no, que ha­ máticos en la descripción de este globo : juicio. Prosiguió el sueño persuadiéndome
vez han andado demasiadamente vivos 1 Si brán mojado en el fuego sus plumas. Vmds. porque me han enseñado que es una bola que un amigo y compañero en mis aventu­
á sus mercedes se les hacen los momentos duerman, pues les llegó el tiempo de des­ eucerrada en ol cielo, pero independiente ras , se habia colado por la puerta de mi
eternidades, acá en nuestra vida son los cansar , y no se quiebren las calaveras en es­ de <d ; y aunque tiene un eje que la atra­ cuarto , y que viéndome devanado en el si­
sueños las duraciones : -y pues pasan coa cribir á quien no les ha de responder. Si viesa, es solo imaginado, y para caminar llon , no sin lástima me recostó la cabeza en
la brevedad que el humo nuestros dias, tienen alguna duda, allá tienen los hombres á sus cóncavos nos falta el piso , y es me­ sus brazos, y mirándome muchas veces al
tengan paciencia y déjenme morir, que en doctos con quien consultar, que acá solo te­ nester descalzarnos la vida para trepar á rostro, me decía: que tienes? vuelve en tí :
pillándome en sus podrideros pueden à ti­ nemos cuatro vivos de mala m uerte, tan aquellas espesuras , y tomar una senda muy esa cara es de habérsete aparecido alguna
zón suelto castigarme, y entonces cada po­ enfermos, que no hay instante en que no se angosta, llena de tropiezos y estorbos, cosa sobrenatural. Quieresagua? s í, le dije,
bre que cure sus muertos. Sobrada melan­ esten acabando. Y si fueran difuntos de ver­ porque cada hora la está cegando el diablo, que me quemo ; y bebiendo y o , y rocián­
colía nos dejaron cuando se fueron, sirque dome é l, me sentí algo mas desahogado , y
güenza y de buena crianza, podian saber porque pierde infinito en que los vivientes
desde el otro mundo nos querían poner mas le dije : yo sin duda me debía algo, porque
que en nuestra esfera no corren mas que la pisen. El infierno y purgatorio tampoco
aguijones á la vida. Ningún finado viejo ha­ embustes, sueños y mentiras; pero serán se comunican con la superficie de la tierra ; siento que me voy cobrando. Y te aseguro
bló á Vmds.en la vida cuando la gozaban ; unos muertecillos bachilleres , traviesos , mas puede ser que de puro cabar hayan da­ que no estoy descolorido á humo de pajas ,
pues déjenme vivir, y no se maten por lo que esas cartas me han dado no sé que tu­
que no sabrán todavía donde les muerde la do en ello : porque es carrera ancha y lasti­
que ya ni les vá ni les viene. Malísimo debo fo , que me tienen encendido y sofocado el
muerte. Si piensan que yo puedo servirles mosamente trillada, y so habrá manifesta­
de ser cuando me persiguen los vivos y los cerebro, y si no llegas, dura mas la cha­
de luz en sus tinieblas, mueren engañados ; do con el curso de los dias alguna rotura co­
muertos 1 No ha seis dias que castigó mis que en mí solo arde una escasa lumbre, municable ásus entrañas. Pero también pa­ musquina : Jesus mil veces me cruce la ca­
ignorancias un viviente, y ahora me escri­ que la necesito para no tener á obscuras mi ra entrar es menester desnudarse los lomos ra. Mi amigo procuró alentarme, y me de­
ben los muertos quizá mayores desengaños. razón natural. Y pues Vmds. no la tienen en tierra. Válgame Dios ! Yo no sé como ni cía ; V am os, despacha, di el motivo de tu
Es imposible que sean hombres de buena
angustia, recóbrate, ya que estás cobrado,
para hacerme esta burla, vayan á otro vivo por donde tomó el portante este licenciado
vida estos muertos ; pues no ignorando que con ese hueso. para ser portador de estas cartas ! El me que pareces la misma tribulación, vomita,
estaba resistiendo las furias de un vivo, se Si este correo ( que cerrado me asusta ) pareció hombre ( aunque hay escolares de que ya sabes que soy buen am igo, y callaré
vienen á descomponer el buen humor de e s , señores difuntos , para queme preven­ estos que son demonios. ) Angel ? No pudo cualquier lance , y te ayudaré en toda aven­
mis ideas con sus melancólicas noticias. Con ga á ser tinado , y es convidarme á sus ros­ se r , porque era muy patudo, y mas tenia tura. Pues con licencia de mi miedo oye ( le
el vivo ya me atrevo, que tenemos iguales cas el dia dos de Noviembre, dodo por h e- de carne que de espíritu. Diablo? No babia dije ) y consuélame, pues desde niño sé que
12G SUEÑOS morales . SUEÑOS MORALES. 127
los males comunicados minoran los senti­ cos de la Corte, de desgarrado en melin­ tienen una lengua y pluma con que se ex ­ ajado maestro el juris-consulto Papiniano.
mientos de los males. droso y espantadizo. Donde está aquella plican sin pluma ni lengua, y una práctica La cuarta, de letra muy menuda, sin már­
Golpeaban la puerta de mi cuarto ( esta risa? Aquel desenfado? Aquella confor­ breve de números con que ajustan las cuen­ genes corj infinitas abreviaturas, y abajo
tarde que logré estar solo ) con tanta furia, midad con que tratabas en otro tiempo ( y tas en un abrir y cerrar de ojos. Y para firmaba : Quien desea persuadir á Vmd. á
que porque no la echara, por tierra el que la no ha mucho ) todas las cosas ? Oh ! ami­ que veas que estas cartas son petardo de la verdad, el Macedón Aristóteles. La quin­
aporreaba , dejé un libro en que estaba go ( respondí) este es otro cantar; que yo algun alegróte que tiene gana de mofarte, ta carta, que era muy limpia y de letra
aprendiendo , y salí con resolución de desprecie al que con mala intención procu­ vamos abriendo poco á poco. Todo eso (dije) muy clara, firmaba: Quien aconseja ú Vmd.
echarle enhoramala. Abro la puerta, cuan­ ra quitarme el sosiego? Que me zumbe de aunque yo lo sabia , como me robó el mie­ la verdad, Un muerto que vivió como que
d o, Dios nos libre ! di de hocicos con un mi opinion? Y de lo que los hombres lla­ do la reflexión, se huyó su memoria á lo había de morir. En cada carta venían inclu­
estudiante tan negro, que parecía de lápiz , man honra ( que es el mayor petardo que mas retirado de los sesos. Pero la sospecha sos otros pliegos para mí : y dijele á mi
el semblante arado de arrugas, tan horri­ Dios nos puede dar?) Que me ria de los que me.queda para creer que son cartas del amigo, leamos una sin dar lugar á la fan­
ble , que solo tenia de bello algunos pelos en delirios, abusos, y engaños del mundo? otro mundo, es , que el licenciado no me tasía á que se revuelque mas en la idea , y
el vigote, que corrían derechos á la oreja , 1 ase , que al fin me han desengañado las llevó porte por ellas ; y en nuestras estafe­ tiempo habrá para leer los adjuntos pape­
á modo de puentecilla de guitarra, la fiso­ experiencias y las noticias : pero que los tas ya sabes que nos estafan uno ó dos cuar­ les , que te aseguro que esto no sea chas­
nomia hizo sospechoso al sexo : pues por muertos me envien cartas, y se vengan á tos mas que los regulares portes : y el es­ co , pues al corazón, que siempre fué fide­
las pocas barbas, y las muchas arrugas, responsos conmigo, com osi fuera otro tal tudiante tenia una cara hambrienta , y no lísimo profeta de mis m ales, lo siento nue­
si no era hembra, no se escapaba de Epi­ que ellos, no me hace buen estómago, que habia de perderse veinte cuartos , que es vamente sobresaltado, y al alma sobreco­
ceno ; sorbido de mofletes , dos tizones por yo sospecho que tienen licencia : y si lo lo menos que me podían costar. No obstan­ gida de esta novedad , y si la dejo trascen­
o jo s, y en cada pestaña tenia una tienda han urdido entre s í , peor : porque Dios te rompe los sobrescritos, le d ije, y vea­ der hasta donde pueda llegar, con razón
de aceite y vinagre. Todos los signos del nos libre de un mueito desatado , que en­ mos esta estafeta; y venga donde viniere , temo perder el poco juicio que Dios ( no
Cielo tenia en su figura , y con todo eso no cogiendo una pusilanimidad , como la mia que todo lo compone una santa y alegre re­ se hasta cuando) me guarda. Aun cuando
vi señal en él que no fuese de condenado. debajo, no la dejára á sol ni á sombra. Y solución. Y para que de una vez nos trague­ esta nunca usada estafeta ( dijo mi cama-
La cabeza era de Aries, el ceño de Taiiro, tienen tales tretas , que esperan á uno mos todo el veneno, ábrelas todas , y lee rada ) fuese verdad, no debes tener el me­
las narices de Cáncer, la boca de Escorpión, cuando está mas solo, y en los lugares mas las firmas. Abrió mi amigo las cartas, que nor sobresalto, pues al que se le aparece
y todo el Virgo : pues nadie sino otro dia­ tristes, obscuros donde ellos se abultan mas eran cinco, y la primera firma decia : B. un difunto, el mayor mal que le dejaba su
blo nefando se atrevería á su maldita traza. y se ven menos. Hombre, me dijo con al­ L. M. de Vmd. quien es su enemigo, el de vision, es que muere breve. Y siendo co­
E ste, pues descolgando la mandíbula infe­ guna impaciencia mi camarada, dejate de su oficio. E l gran Piscator de Sarrabal : y mo tu sabes precisa esta jornada , el susto
rior, que era tan grande que se le bañaba fantasmas, y no me cuentes mortorios, abajo decia: Señor Piscator de Salaman­ solo te puede quitar algunos dias de vida,
en el pecho, hablando á pujos, y como que que ese licenciado es algun sacristan quo c a . Y estas palabras las fué como dele­ que muchos aun teniéndola en su mano die­
los iba á hacer ( porque su traza no era tendrá gana de oirte, y de darte este chas­ treando mi amigo, porque era una letra á ran años encima por tener este aviso anti­
de hacer cosa que obese bien ) y como co. lan ociosos te parece á tí que están los •modo de gótica, trabajada como por mano cipado. Y así, valor, y no desmayes , que
dándo las boqueadas , me dijo : Tome difuntos, que habían de tomar el entrete­ de paralítico : Pero la plana era de media­ es preciso hablar con la pluma á estos muer­
esas cartas del otro mundo : dos dias tiene nimiento de escribirte? A los que atormen­ na forma, y en ella muchas figuras, nú­ tos ; aunque me vuelvo á ratificar en que
de término para responder, y déjeme aquí tados están con la esperanza de ver á Dios, meros y círculos. La segunda carta era un este es chasco, y ociosa idea de algun pe­
la respuesta, advirtiéndole que para mí no sobrada pena es el esperar. A los misera­ pliego de papel de peor letra, tupida y me­ rillán zumbón que quiere reirse á tu costa.
hay puerta cerrada; y si su flojedad n oie bles precitos les falta tiempo , siendo allí nuda , menos las R R , que estas eran tan Me consuelas tanto, que si me hubiera co­
dejare responder ; cuenta : y puso el dedo momentos los siglos para clamar el ergo grandes y repetidas, aun en medio de dic­ gido solo este pensamiento (le dije) hu­
indice ( que parecía una salchicha ) en la erravimus á via veritatis. Los gloriosos, no ción, y algunos garabatos á quien los niños biera dado al traste con la razón ; y así sea
nariz, jurándomelas de mal gesto , y aun­ lo fueran, si desperdiciáran el alma á otro de escuela llaman cúcaras, y rúbricas los lo que fuere, lee los pliegos que yo los he
que le vi y le o í , se desapareció tan pres­ recreo que el de la hermosa beatífica vi­ escribanos, y firmaba : Su servicial amigo de responder sobre la marcha ; y si no fue­
to , que no fué oido, ni visto. Las cartas sion. Vuelve en tí, no seas loco, que estos de Vmd. Hipócrates. Señor Piscator de Sa­ ren verdaderos difuntos los que me escri­
son esas que están sobre ese bufete ; el son cuentecitos entre el papero y la mor­ lamanca. La tercera estaba llena DD. ben , para cuando lo sean llévense para allá
sopon , el que te he pintado : mira , si le taja, que solo pueden pasar entre tocas y CC. LL. y §§. y las letras muy gordas y mi respuesta. Y santiguándonos á un tiem­
sobra causa á la angustia, que aun me tiene mantillas. El que una vez se muere echa la los renglones muy anchos, y tenia esta dos po los d o s, leyó mi amigo la primera carta,
en prensa el corazón. Tú no eres aquel Tor­ bendición al mundo, y no le volvemos á pliegos de papel sellado , y firmaba : Su que decia :
res que yo conocí en Salamanca , dijo mi ver por acá. Y apenas espira cuando se les
huésped. A tí te han trocado estos politi— olvida el le er, escribir y contar, que allás
128 sueñ os m o h a i .e s .
SUENOS morales. 129
Clreta burla son las Cartas del que con esta na de Hisopo , que solo sirve para vejar
invención te las remita, y quizá especial pelones de colegio. Si la metafora teatral
CARTA D EL GRAN PlSCA TO R S a RRARAL D E M lL A N , AL GRAN PlSCATOR DE movimiento de Dios , y que por tan rara ( que ya supe que Vmd. dio otro año] se
aventura te dá motivo para la precisa con­ pudiera poner sin ajar el ejemplo, quien
S alamanca D. Diego de Torres a Villarroel.
sideración de la m uerte, y en lo que todos mejor que yo la hubiera escrito que ( como
hemos de parar á pocos instantes : que sabe todo el mundo) nací entre la Ariete­
« No Iiizo mas quo apearse de la vida , costados ; y es menester dar razón de mi nuestra idea ha de ser fabricar feliz recreo ria de la Italia ; y Arias y puntas, en pue­
donde por allora corre Vmd. con la falsa persona, y comparecer decente en cual­ para el espíritu : que los depósitos del cuer­ blo ninguno se gastán mas que en mi patria
moneda de sus cuartos, señor Astrologo quiera ocasión que se ofrezca. Así acabó po , que tanto estimamos todos, son unos, Milán. Las coplas de esta Academia que
su prosa, y quedándose tendido en la caja y el paradero el mismo ; pues el mas asea­ han servido de cama donde ha hechado los
Salamanqués ó Salamanqués (pues donde
do panteon no los ha librado del asco y la aforismos de este año de mil setecientos y
pica mata ) un muerto de mediana edad ; no volvió á levantar mas cabeza. Sentí i
hedentina, ni de ser bodegón de gusanos , veinte y cinco , es un maldito modo de ajar
pero tan flojo , que cada cuarto se le caia este tiempo un ruido ácia los pies , y por
por su lado. Tocóle á este á la derecha de que hacen manteles de nuestras últimas la profesión : y se le conoce lo escaso que
lo pronto consentí que fuese alguna saban­
mortajas ; y asi vive con cuidado místico ; Vmd. está de noticias de esta ciencia, cuan­
la mia su caja; y al ruido de estregarse las dija de las que criamos á nuestros p ech os,
y estas casuales burlas recíbelas como de­ do para llenar cuatro pliegos de papel anda
maderas, dije yo : quien viene allá? Y el que se arrimó á morderle los zancajos ( que
terminado aviso, Leyó mi amigo, y prose­ mendigando coplas ó ideas para abultar y
tal, muy tendido, sin moverse de su ataúd como aqui nos estamos libres de esas mor­
guía así la carta del Sarrabal. suplir con sus invenciones las ignorancias,
me respondió : un cuerpo á quien un cólico deduras ) ó que quiso hacer pascua en sus
carnes, pues ya depuro roer nuestros hue­ ,, Vmd. señor Piscator ha hechado sus del estudio que sin fundamento sigue :
le sopló el alma, y vengo por permisión de
redes por el gran charco de la Corte, y sin Yo nunca supe medir un verso ; pero
Dios á este lugar , que sin duda debe de ser sos se iban quedando ellas en la espina :
casa de Astrólogos, pues no suena por hasta que me desengañó la enferma luz de saber lo que se pesca ha cogido algunos vuestro amigo el Gotardo ( que está moho­
aquí otra cosa que antojos, tablas y com­ una lámpara que escasamente por una rima atunes ( que se crian grandes en Madrid ) so en estos panteones ] los hizo decentes, y
pases. Algunos profesores se pudren aquí, de losa se percibe en este seno, y con ella y estos le han hecho la olla gorda á su fa­ no los tuvo p o rtales, pues los arrojó de
acudí yo, pero Vmd. es el que viene anto­ pude ver un librillo con un retrato medio ma. No quiero quitarle la gloria de la in­ sus juicios, y no hay duda que es contra
jado; pues los cubitos, canillas y fémures parecido á mí cuando vivia ( que algunos de vención del ceb o, que no hay duda que el buen ejemplo ; porque es mal visto mez­
se le hacen antojos. Estas tablas lo fueron jos que velaron por engañar al sueño, le está amasado con una coca ‘con que ha sa­ clar entre Santos y Santas, vigilias y ayu­
de muslos, y los que sueña compases son estaban leyendo, y se le quedó olvidado en bido hacerles la cuca. Sepa Vmd. que si ese nos, lo profano de las liras, sonetos y ro­
radios, tibias y suras destrozadas, y todo la caja del difunto ] y vi que era el Piscator veneno lo hubiera tenido yo por saludable, mances. Y también por la honra del mun­
lo que atienta son despojos de nuestras fá­ de Salamanca. Leílo todo ; y le aseguro á no me faltára maña para verterlo por mi do , es materia vergonzosa revolver astró­
bricas, que los tenemos hacinados mientras Vmd. que me valió no tener tripas ; porque* era; pero es contra el juicio y seriedad de logos.con poetas, como si fuéramos todos
llega el dia de recoger cada pobre sus tre- á tenerlas me las hubiera revuelto de tal la profesión ; y no quise cargar la concien­ unos : que en mi era tenían mas hambre que
vejos, y vestirnos para parecer ante el suerte, que rebentára de otro cólico como» cia. nosotros , y Vmd. ya que no se saben dar
supremo Tribunal, que nos estamos des­ el que entró á ser morador de estas obs­ La tabla de Hermes, la rueda que con­ á estim ar, no quite la honra á los muer­
haciendo esperando esa hora por tener un curidades. sintió el Venerable Beda en sus obras de tos : que su relajado estilo minora nuestra
dia, pues hasta ese todo será noche. Y Vmd. perdone, lo primero está digresión, Petosiris, los pronósticos de Jorge Purba- fama. Y si lo huelen por acá mas de cua­
Vmd. que es muerto novicio, cuide de sus que ( aunque estoy tan enfadado] he queri­ ch io , ni los juicios de cuantos Astrólogos tro difuntos de vergüenza que descansan
trastos, que cuando menos piense nos ha­ do sacarle de la duda en que le sospecho están arrojados por esas cavernas, tuvie­ en estas obscuridades, nos darán de mano:
rán la señal, y entre oir la trompeta y de como vendria á mis uñas su papel. L 0 ron la aceptaciou que Sarrabal ; y hasta el y entre los demás muertecillos de poco
montar en los huesos no ha de pasar ins­ segundo el estilo, porque yo á mil eterni­ anode diez corrieron felices mis memorias. mas ó m enos, no habrá quien nos dé con
tante : Y cuenta con los gusanos, que son dades que perdí la memoria de las cartas Yo puse en su punto.y en su honra la cien­ el pie: y sepa Vmd. que ocultan estas losas
malos vichos, y le esconderán algun casco, misivas y no se si va arreglado ó no. Y por cia pronostiquera, dictando solamente la muy honrados profesores.
donde despues ande hecho un loco tras é l , no detenerle porque Vmd. no está tan de pura Matemática de los cálculos, y las con­ Yo no he sabido de Vmd. hasta ahora
y se quedará para siempre sin ver el juicio, espacio como y o , quiero ya decirle los mo ■ jeturas prudentes de la astral filosofía. Di que se me ha dado á conocer con este pro­
que aquel dia universalmente lo hemos de tivos de mi enojo. » puntuales las lunas y eclipses, bien ajusta­ nóstico , y tal cual vaga noticia que había
tener todos por la infinita bondad de Dios. Dobló aquí la hoja mi camarada, y dijo : das las figuras , los horóscopos con toda oido á algunos finados que pasan á otros
Eso tenemos? dijo el difunto. Pues ya que Todavía te miro enajenado. Mira y consi­ precision , y arreglados los discursos á los encierros, ó se quedan en este hosario (que
por aeá no se gasta luz, yo procuraré estar dera ; como es capaz de escribir un muer­ filosóficos sistemas de mi tiempo, sin en­ en él tenemos todo género de gente : ) pero
en vela, que soy muerto de todos cuatro to , desecha anatomía de un hosario ? Dis- tretenerme en metáforas, que es doctri- sin que sea terrible el juicio, pudiera ase-
9
130 SUEÑOS MORALES,
SUEÑOS MORALES. 131
gurai’.qiie está lleno de enemigos, pues no de caridad le envió en el adjunto pliego la
ha dejado mecánica rii arte liberal de quien práctica mas fiel y mas breve de los cálcu­
nó se haya burlado en su indiscreto, mor­ los , y no se detenga en responder, que el RESPUESTA D EL GRAN PISCATOR DE SALAMANCA AL GRAN

daz y satírico prólogo. Pues aunque escribe portador es seguro. Tenga Vmd. salud : SARRABAL DE MILÁN.

generalmente mal contra el mal uso de las de mi podridero , feria ninguna , y porcon­
profesiones y ejercicios, como es el mayor siguiente , ni dia , ni mes, ni año, que por „ Recibo la de vuestra mortandad, y rismos. Yo heredé sus,em bustes, y maña­
número de los vivientes los quo así las acá solo se ferian eternidades. aunque no le he merecido que me diga de na me sucederá á mí otro bobo que adelante
ejercitan, de preciso habla con cada uno de su salud, por acá se sabe que sino está los mios; y siempre habrá quien nos crea,
B. L. M. de Vmd.
por s í, y á todos y con todos en común : bueno, luí muchos dias á lo menes qne no porque siempre habrá mentecatos. Y pqes ni
quien es su enemigo el de su oficio. le duele nada. Bien se conoce que está á estos ni á nosotros ni á Vmd. (aun estan­
y el decir estas verdades siempre ha sido
odioso : con que me aseguro que habrá E l gran Piscator Sarrabal de Milán. Vmd. despacio, porque para enviarme á do en el mundo de la verdad) no ha llegado
grangeado gran cosecha de contrarios. Tie­ decir que leyó mi pronóstico y le pareció un sesudo desengan*, y todos estamos inca­
nen razón, porque Vmd. satiriza con sobra­ m al, que está dicho en lo que tengo dicho, paces de enmienda , es preciso aguantar, y
do desuello é indiscreta resolución lo sa­ Señor Piscator de Salamanca. me gasta una historia do un muerto, sobre pase todo. Y si Vmd. se quiere podrir, bue­
grado de las ciencias. Al médico lo debe „ Verdaderamente que para estar enter­ si se apeaba de la vida, si era llojo ó des­ na ocasión tiene; y aunque acá no faltan, yo
honrar por necesidad, al teólogo de justi­ rado el señor Sarrabal le sobran alientos. madejado, como si en mi vida no supiera procuraré, huir hasta la precisa , que nada
cia , y al letrado de miedo. Si tienen cues­ Como murió á puñaladas ( salvo sea el em­ yo que es muerte. Los que vivimos , señor del mundo importa tanto como mi pachorra.
tiones á Vmd. que lo importa? Si dudan buste) respira por la herida, ypor eso mo­ m io, desde la escuela del nacer pasamos á No tengo la menor queja do que vuestra
harto infelices son en traer inquieta la fan­ ja en sangre la pluma. Pero ya podia ha­ la ciencia del morir ; y los que tenemos hosatura me trate mal en su carta, cuando
tasía , y dudosa en elegir lo justo : deje á bérsele resfriado , porque despues de mo­ vida somos los muertos y los vivos. Pero en ella leí el desprecio con que trata el gran
cadauno con su tema. Bien se conoce la rir muy viejo, pasan ya de treinta años que Vmd. ya no es ni vivo ni muerto, sino un Petosiris ( ú quien honra el Venerable B e-
mala compañía de las m usas, pues le han está sirviendo deañadidura á los terrones. terrón de frió polvo que quedó de su muer­ da , consintiéndole su rueda en sus escritos ;
trocado en desuello la modestia y seriedad Diceme que lo que escribo es mal hecho ; te y de su vida ; y si quiere ser muerto le y al insigne Filósofo Astrólogo Herm es, y
que se gana en la astrologia , y es raro á y no se mira su corcoba. Muerto está y no lia de costar volver á la vida , pues ya no en la tabla de este besó Vmd. con felicidad
quien las tales señoras no hacen hablador lo conoce. Y si por ser antes finado que yo puede morir el que está en la nada del no ser. del puerto de su fama, y en la rueda de
y mordaz , aunque sea de muy templada piensa que tiene licencia para satirizarme, Diceme, que si hubiera tenido tripas se aquel corrió con gran bonanza su fortuna :
condición. muere engañado , que á los difuntos solo las hubiera revuelto mi pronóstico ; y en Y cuando Vmd. no nos ha dejado otra me­
Señor mio , hablemos claros : Vmd. no les está bien pedir Misas , pero no escri­ verdad que no sabe Vmd. la fortuna que moria que un pronóstico ( que lo hacemos
sabe lo que se astróloga ; pues lo principal be dicterios. Y si está en parage donde no lia tenido, que por tener yo estómago se acá en ocho dias, y nos sobran cincuenta
todo lo yerra. Los eclipses y las lunaciones le sirven las oraciones, calle su boca, y me han asentado en él sus mentiras de tal horas ) hace mal de querer usurpar la glo­
vienen perdidas, y el único fin del buen as­ púdrase como pudiere, que lo mismo hago suerte , que toda la triaca magna no resol­ ria á los antiguos con sus dicterios. Vmd.
trólogo es la verdad de estos movimientos y o , y tengo una vida como una horca. Es­ verá el embargo en que estoy. Siempre fui se dió mas á conocer ( lo mismo nos'suce­
prácticos, que las demás ideas son cuente- to lo dije á mi amigo cuando acabó de leer defensor grande de la facultad, y apasio­ de á todos ) pero es la razón, porque la
d ios para las cárceles, ó asunto de relacio­ la carta, y me respondió : Amigo, si es nado de Vmd. pero pues llegó el caso de re­ rueda de! uno y la tabla del otro no salie­
nes para un estrado. Yo me he compade­ chasco responde á quien te lo d a , respecto ñir aquellas y aquellos, se descubrirán los ron á la vulgaridad ; y nuestros papeles no
cido de que pierda el talento , y no le apli­ que han de venir por la respuesta, y síe s hurtos. La vanidad de verme pintado con hay bodegón , azotea , zaquizamí, ni taber­
anteojos , compases , estrellas , libros y
q ue, ya que Iba dado por esta facultad á verdadera carta del otro mundo, también : na donde noesten al paso: con que es preci­
vigotes, como yo vi á Vmd. me engañó á
escribir siquiera cada año un tornito de los y sepan los finados que todavía ha quedado so haber ganado mas conocimientoy la ven­
estudiar y aprender embustes. y pues todos
treinta y dos ciencias matemáticas, que es­ en la vida quien les sepa mullir los huesos. taja que Vmd. nos lleva á los demas es haber
lo son , no nos creamos oráculos. Todo lo
ta tarea solo le ganará la inmortalidad ; y Los cálculos que envia despues los pode­ nacido sesenta años antes, que en las obras,
que Vmd. puso de guerras en Aries, muer­ entre ruin ganado hay poco que escoger.
olvide metáforas y coplas ; que si yo me mos reconocer. No obstante, respondí y o ,
tes de potentados en Pisces, discurso de No quiero creer que le pasó á vuestra
hallára en el protoastro lógico , le pusiera debo solo así por alto recapacitarme en el
cometas en Leo, ruinas de casas viejas en difuntez por la fantasía el estilo metafórico
perpetuo silencio en ellas *que la facultad contenido de su doctrina ; porque de otra
Escorpio ; el desteta niños , compra, ve á que condena en mis almanaques, porque no
poética es una incorruptible tiña que se pe­ suerte será responder á bulto á esta som­
caza , recibe criados, &c. qué es sino un me persuado que quisiese, teniendo caudal,
ga en el juicio mas bien humorado : y para bra. Begistré por mayor lo contenido : y
embeleso para tontos ? Y Vmd. sabe muy enviar á sus hijos por el mes de Diciembre
que desde ahora hasta el tiempo que viva , suplicándole al amigo que tomase la pluma
bien como se pone para escaparnos siempre desnudos á vagar los lugares de la Europa-
ponga sin tanto error sus lunas y cuartos, le dicté la respuesta de este modo.
de la nota de embusteros, y saber los afo- Confiésese Vmd. pobre de manías, y que
132 SUEÑOS iu o r a t . e s . SUEÑOS MORALES. 100
no supo mientras vivió mas que hacer un Díceme, que escribiendo con esta clari­ siempre que tenga oportuna ocasión dicta­ diere, que ám í su triste memoria , ni sus
pronóstico machacón. La metáfora es un dad me conciliare enemigos; yo me alegrara ré contra ellos, sin el menor remordimien­ cartas me quitarán la alegria. Ya se que he
galan vestido de la obra, y aun que sea ver un escritor sin ellos. Los que salen por to ; antes lo debiera tener de lo que callo. de ser muerto mañana ; pero entre tanto ,
malo el que yo le he puesto á mis papeles, su desgracia á la plaza del mundo á ven­ Ultimamente me dice que yerro eclipses déjeme vivir, y no me vuelva á enviar pa­
ya es vestido : los suyos todos los hemos derse, desde que salen van vendidos. Como y lunas ; mas Vmd. ya no es voto, para p eleos, ni cartas, que no gusto de corres­
visto en cueros : y mas decente está un es posible contentar á todos? Al melancó­ condenar mis cálculos, porque desde su pondencias con gente del otro mundo. De
cuerpo en camisa que desnudo. Para hacer lico que me lea, no seré de su gusto, por­ carnero , que es ya en sus últimos entresi­ esta vida mortal, hoy por nuestra cuenta
lo que todos , no hubiera yo salido á la pla­ que escribo chanzas : y si escribo triste y jos de la tierra, mal puede conocer los mo­ veinte de Mayo de mil setecientos y veinte
za del mundo, porque estoy muy mal con serio, tendre por enemigo al alegre; y á vimientos de este medio cielo que nosotros y cinco.
los eseritores de este mi siglo, pues no in­ este número de tristes y alegres, añada descubrimos. Y si Vmd. lo asegura sin De Vmd. cuando Dios quisiere.
ventan , que trasladan. Yo advertí que nadie Vmd. la infinita copia de envidiosos ; verá otra observación que su memoria , y lo que
leía los pronósticos, porque se cansaron como siempre es mayor el número de los llevó sabido desde acá, ya no sirv e, por­ jEl gran Piscator de Salamanca.
de un Príncipe de A ries, ut quidam , un descontentos que el de los apasionados. Yo que desde entonces no ha dejado de bol—
soberano de Geminis, &. y póselos en sol­ me he de divertir y pasar con gusto el tiem­ Señor gran Piscator Sarrahal de Milán.
tear el cielo, y está tododearriba abajo. Y
fa, y he logrado que me lean, pues enfas­ p o, que me falta, hasta que me llamen de Paréceme ( perdona que te lo advierta ,
si Vmd. volviera á la vida , no la conocería :
tiada la juventud, y enferma toda la gente arriba. El que me adula, el que me ofende porque estamos los sublunares de suertedijo mi huésped ) qüe le respondes con so­
de los juicios de Vmd. no podian tragarlos y y el que me engaña, todos me dán motivo que no nos conoce ya la naturaleza quebrado desabrimiento, y no es razón tratar
yo les puse en punto de golosina los embus­ de reir, y no mas : con que supuesto que nos engendró. Y aunque Vmd. no es tan mal á un hombre á quien el mundo dió re­
tes, y los han tragado que es el mayor mila­ no hay modo de vivir para agradar á todos verendas. Pues aunque hoy está caído, fué
viejo, que no navegase erólas tablas Alfon.
gro de un remedio hacerlo sabroso para que no me quiera Vmd. tan mentecato, que me sujeto que puso su piedrecita en las estre­
sinas, estas estan ya muy quebrantadas , y
no le aborrezca quien lo hubiere de tomar. andeá caza de ingenios, para lisonjearlos, llas; y no es justo hacer con su mortandad
nosotros andamos al retortero para poner­
Gomo Vmd. no sabe lo que son coplas, que yo he de hacer lo que mas me agra- lo que hace este siglo con los que derriba:
las corrientes para nuestro u so, y no hay
habla mal de ellas , y debe de pensar que dáre. que del inmenso golfo de las adoraciones
operación en ellas ( aunque no sea mas que
las que hizo el mohoso Gotarao podian pa­ La última prevaricación de su enojo es los baja á los últimos desengaños del des­
para un cuarto ) que no nos cueste un mi­
recer con las que hoy hacen estos ingenios. la última común manía de los vivos. Lla­ precio. Morir no es delito, sino ley , y por
llón. La suya de Vmd. y el modo de hacer
Los poetas de entonces eran unos perdi­ man sátiras á las verdades, y blasfemias muerto nadie pierde. Y así, si mi voto va­
la Ephemeride para el lunario , la estimo
dos , despilfarrados, ahora hay en Madrid huir de las mentiras. Yo no soy satírico, le , hemos de corregir muchas liviandades
mucho ; pero si no adelanta otra cosa, es­
quien los trae en coche: y poeta tiene la sino incrédulo y duro : que al que no me que sin licencia de tu entendimiento ha dic­
ta la tenemos por acá arruinada , por de­
córte que se ha hecho de oro ; y uno co­ venga con la demostración en la mano no masiadamente traída. tado tu fantasia. No, amigo , respondí, no
nozco yo que ha labrado casa. La indigna­ lo creeré por cuanto me jure, afirme y ase­ se ha de quitar una letra, que si uno se
El consejo de que escriba un tomo cada
ción de Vmd. es que mezclo á los santos y gure. Eli entendimiento le cautivó á la ma­ hace de miel le comerán los difuntos : y es­
año de las treinta y dos matemáticas , lo
santas con las coplas ; y esto lo aprendí en yor demostración de las demostraciones , tos son porfiados ; y á cada hora los tendré
estimo mucho, si con el aviso me enviara
buena hora , pues cada vez que se reza que es nuestra santa fé. Las demas noticias encima sino los espanto de esta suerte. El
vuestra mortandad diez ó doce mil ducados
se le dicen á Dios versos á prima .tercia , unas dudo, pocas creo, y en las mas nos señor Sarrahal acuérdese que es m uerto,
que costará la impresión (que solo dándo­
sexta ,& y los villancicos tienen admirables engañan. El que quisiere que le crea sus y que está con ambos pies én la sepultura,
melos los gastára : que si yo los tuviera ,
coplas para mover á Dios y alabarle ; y los sueños, ha de tomar la paga de mis men­ y es menester que se conozca. El fué un
primero los empleára en agujetas, que en
salmos son versos que puso al harpa el tiras. Protesto que jamás tuve en mis chan­ estudiante astrólogo como yo , y hoy es
escribir bohenas. ) Mas por darle á Vmd.
santo profeta y celestial músico David. zas mas objeto que el común , y soy tan menos ; pues aunque los dos convenimos
gusto, protesto tomar este trabajo , aun­
Vmd. debió de ser casado, y no vió el diur­ modesto , que si mi pluma ó mi lengua hu­ en ser ceniza ; yo s o y , y su polvo fué ; y
que despues tenga que dar á misas la obra:
no; y por eso ahora escribe sin noticias. biere dictado el menor defecto del prójimo lo que fué, ya no es. Y pues ya no e s , no
Y así, si Vmd. se halla con algun talegot
Yo tengo dos oficios : y con ambos me en las plazas públicas me retratára. Y cual­ quiera hacerse gente y meter su cucharada
ó sabe de algun difunto que lo quiera prestar
muero de hambre, y el mas decente es el quier individuo que de otro me haya oido entre los vivos. No te mates tú , y hágase
( que algunos se enterraron con Vmds. ) en-
de poeta, que el de astrólogo me ha gana­ decir el menor dicterio contra su justicia lo que quisieres, que ya se de tu capricho
viémelo , que se lo pagaré cuando de este
do crédito de em bustero, y este es oficio , quiero ser tenido por blasfemo rnordáz. En mundo vaya ; y por razón del empréstitolo irreducible que es. Mi proposición fué so­
y no ciencia : pues hoy pagan tributo mis lo que Vmd. me riñe del desenfado del Pró­ lo un buen consejo : ni lo tomas ni lo sabes
partiremos los intereses y le lisonjearé con
calendarios; y mis coplas, aunque no son logo , no tengo escrúpulo , porque hablo la dedicatoria. • , aprovechar, pues Dios te ayude. Así me
nobles no pecan. de los malos profesores de las ciencias ; y Señor mio, Vmd. se consuma como pu- decía mi amigo, mostrándome el gesto al-
13 1 SUEÑOS MORALES.
135
SUEÑOS MORALES.
go avinagrado, y cogiendo los preceptos para estudiarlo, medijo : á que yo respon- miento. Unos escribieron por ostentar su
Nosce teipsum: y esto lo dijo por los pri­
astrológicos en la mano , me preguntó. Y di : arrímalos por ahora ácia ese estante, melancólica discreción ; otros por conten­
meros de su fábrica, cuando es mas estu­
do estos pliegos, que dispones? nada , le que tiempo nos queda para pasarlos, y nos tar las vanidades del ingenio ; otros por se­
dio saber los defectos de su propension. La
dije: porque eso ya lo hemos estudiado por falta para leer y dar respuesta á las cartas guir las contrariedades de su condenación.
ciencia toda consiste en saber vivir sin que
acá, y no necesito amontonar papeles. Yo que se siguen, Y así ,en la ciencia que yo profesé, como
le engañen las pasiones propias y las ago­
lo ignoro, y si me lo permites , lo copiaré en las dem as, se advierten lastimosamente
nas. El aplicado debe estudiar primero en
barajados los principios ; con que la razón
los libros de su corazón, y despues seguir
natural del viviente so halla precisada á no
las huellas de todos ; el camino del médico
CAUTA DE HIPÓCRATES AL GRAN PISCATOR D E SALAMANCA. saber elegir entre el vasto y anchuroso
la senda del filósofo, el vuelo del teologo,
mar de opiniones. Por lo que debo acon­
la carretera dela plata del letrado, los rin­
sejar á Vmd. q uasi leyó los principales
cones del químico, y los escondites del me­
« Muy Señor m io. Un muertezuelo co­ Digno es de llorar el inundo en que hoy sistem as, no lea las porfías de sus comen­
cánico. El que es docto en una profesión,
mo del codo á la mano, bullicioso d élo s se vive,y mal por mal m ejores nuestra es necio en todo; porque cebarse en apurar tadores : estudie en si mismo , que en el
que en el mundo llaman chisgaravis que tierra.Cada momento es una ruina. Yo lo lo infinitivo es boberia, é ignorarlo todo es entendimiento humano está sembrada la
nadie sabe donde e s , ( aunque por lo chi­ dije muchas veces : molus in fine velo­ desgracia. Yo me lastimaba cuando vivia semilla de todas las ciencias ; y para que
quito le tienen todos por hijo de Madrid : cior : y según este mozo escribe que aun­ de los enfermos que cuidaba : pues á pesar estafe aumente, basta el primer baño ele •
este se lia arrimado á la caverna donde nos que la lengua es mala, se le conoce que de sus achaques, creían mis voces; y pue­ mentar : pues con el infructuoso riesgo de
estamos pudriendo muchos profesores mé­ es verdadera, ( ya no debe de haber trasto do jurar que no conocí la mas leve idea de otras aguas mas se sofoca que florece.
dicos, químicos y filósofos, y le socorre­ contrasto, ni hambre con vida, ni vida calentura, hasta que vi la enfermedad en Mi queja con Vmd. señor astrólogo, es
mos con algun hueso, como lo habíamos con alma. Vuesas mortandades bien so el estado ( y entonces el mismo paciente lo haber visto el desprecio con que trata y
de dar á otro. Nos asiste como platicante acordarán de los peligros que hemos leido conoce : ) y para desvanecer, la primera re­ carga la mano á los pobres médicos , ade­
de cada profesor : pues cuando á Vmd. se aquí en otras ocasiones de Don Francisco lación buscaba mi filosofia escapatoria y mas de la común desdicha que padecen en
le haga camino por estas roturas , lo verá de Quevedo , y ,1o que el nos contó del evasiones con que disminuir el primer con­ el mundo. Los astrólogos los tienen por
con los químicos estarse tostando , sin ha­ mundo, cuando atravesó por este carnero : cepto. Pero aunque me libraba de sus ré­ misteriosos retirados ; á los jurisconsultos
ber fuerzas humanas que lo saquep del fue­ pues según este astrólogo viviente , sin plicas , no me escapé de las acusaciones los venera la ignorancia como oráculos ; á
g o , con los médicos desentrañar difuntos duda está mas perdido. Dichosos estos que del interior. Y asi desengáñense vuestras Jos filósofos como enbplesados, y rara vez
y rascar calaveras ( que hasta en las sepul­ ni creen á nadie ‘ni á nadie engañan : estos mercedes , que el saber es lo que hace es­ se sujetan al examen. La infeliz arte de
turas conservan los hombres las manías de conocieron la vida, y los mas que estamos te muchacho del prólogo ; encargarse de Apolo continuadamente vive entre sus ene­
vivos.) Este platicante de muertos es tan aquí, nos venimos sin probarla. Galeno, los elementos de todas las facultades, y migos; pues no hay necio ni vieja, ni per­
mañoso, que se ha ingeniado, y ha hecho (que yace también entre nosotros ) gastó estudiando despues en su razón natural se dulario que no se precie de entender nues­
una mina comunicable al mundo : y cuando los años en desollar monas , para hacer vandeará, é instruirá con todas las profe­ tros aforismos ; y no hay ente en la
menos pensamos se aparece allá y se es­ anatomías con el cuerpo humano : mano­ siones, averiguando el modo con que todos naturaleza que no se aplique para univer­
conde aqui. y no pasa travesura en la vi­ sear cascos de difuntos para reconocer unio­ mentimos y pasamos. Y Dios nos libre de sal remedio en los achaques. La poca obe­
da que no la sepamos puntualmente. Entre nes , suturas, y articulaciones, y en bau­ un bribón de estos, que si da tras nosotros diencia del enfermo y la pertináz falencia
las curiosidades que suele recojer nos tra­ tizar huesos y nombrar coyunturas. Yo le no nos dejará hueso sano. del arte, son poderosos enemigos de nues­
jo el pronóstico de Vmd. ; y haciendo ran­ empleé en mis aforismos , oler orines, gus­ Estas razones dije yo á mis concolegas tras seguridades. Yo lo confesé por la
cho con los condifuntos amigos, leyó el tar cámaras, sacudir esputos, tocar humo­ difuntos con tanta verdad como si me es­ ciencia, al principio de mis obras en las
platicante hasta el prólogo, y consejos que res y palpar apostémas. El insigne Bernar­ tuviera muriendo. Pero de Vmd. á mi, se­ cuatro palabras de ars longa , vita brevis ,
Vmd. discretamente le dió á su hijo. Y do Travisano, químico en tragar humo, co­ ñor Piscator , le diré lo que verdaderamen­ occasio preceps, experimentum periculosum,
aunque por acá nunca estamos para fiestas cer, calcinar, y preparar los entes del te siento permitiéndome antes que le riña judicium difficile. Y ademas de la breve­
le aseguro que nos alegró mucho, y ya nos embuste filosófico , y todos nos hemos ve­ la mala elección que ha tenido do aplicar dad de la vida, y del p’oco juicio de nues­
dolían los huesos de risa. N o, pues, aun­ nido en ayunas sin saber que es mundo. sus talentos. La elección de muchos libros tras conjeturas, nunca conocemos las im -
que estoy ya muy chocho, y no tengo hue­ Creimos que con haber dicho que el hom­ es dañosísima lección. Los que han escrito penetrables magias ocultas de la naturaleza»
so que me quiera bien, y las palabras se me bre es un mundo abreviado , se acababa y llenado las imprentas de papel, fueron sus extensiones y movimientos , que siem­
hielan en la boca, con todo eso meenmuer- toda la ciencia. Diógenes, que está entina- hombres como Vmd. y no es razón creér­ pre circulan al revés de lo que discurre el
té y dije á los de! rancho, haciendo glosa jado en este bosario» ( que no me dejará selo todo ; pues pocos dictaron verdades hombre. Y en fin, nuestra mayor desdicha
sobré su prólogo de esta suerte. mentir) por gran cosa le dijo al hombre puras con el deseo de nuestro aprovecha- es ir á curar, y dar salud al hombre en -
136 SUEÑOS MORALES, SUEÑOS MORALES. 137
fermo que nació achacoso, y con la inevi­ lo que puedo asegurar á Vmd. que estos ciarán el aviso ; pues los mas hombres son mis padres ; llené de vicios el alma, siendo
table pension del morir. Y nada me con­ podrideros están manando en difuntos, y á poco advertidos. Y como tienen paladar pa­ el principal despertador de mi inmodesta
fundirá en los enfermos que cuidaba tanto ]os mas los han traído sus mismas intempe­ ra todo, comen el gracejo , y se quedan en aplicación el vano estudio de las musas. Yo
como la diversidad de movimientos en una rancias y asi se vienen unos, dejando de­ ayunas del fin con que se pone. Y la vani­ perdí, am igo, (y como me pesa! ) el tiem­
misma idea de achaque. Que en un tabardi­ sacreditado el físico, otros nos envían ellos dad de Vmd. ha de mirar á aprovecharlos po , la crianza y lo que adquirí de los prin­
llo no se parezca al dolor de costado? que y son bastantes ; á otros los llama D ios, y y no á entretenerlos. Y si dicta como has­ cipios de Antonio de Nebrija, á costa del
una terciana se distinga de la calentura ? y estos son menos ; y otros les arroja la vida, ta aquí, masse hará risible que apreciable : desvelo del siempre laudable maestro mio
un rehumatismo de la gangrena ? pase ; pe­ cansado ya de la larga cárcel de la tierra : y e s pecaminoso empleo dictar juguetes pa. Don Juan de Dios. Ya de veinte y dos años
ro que un dolor de costado no sea como y estos son muy contados ; y el mayor nú­ ra el siglo, cuando puede adelantar verda­ me alecionó las Súmulas de Bayona un
otro ? ni un tabardillo como otro tabardillo ? mero nos lo envia el esceso y la medicina ; des á la posteridad. Dios le dé á Vmd. la santo joven, que en Salamanca profesaba
ni un cólico como otro cólico ? es lo que me pues verdaderamente debo confesar que vida que no tengo , y le mantenga lo que á este tiempo la docta medicina, llamado
hizo perder el norte del juicio. Esta fué la nnestro estudio está fundado solo en los an­ fuese servido, aunque yo me prive del gus­ D. José Echeverría, que hoy mudado este
causa de haber llenado yo estos hosarios de tojos de capricho y en el movimiento del to de conocerle por algunos instantes. De nomhre en Fray Valeriano de Estella, vi­
cadáveres ; pues hasta que me desengaña­ humor. El arte es largo, como tengo dicho la obscuridad de mi eterna noche. ve ejemplo de religion en la sagrada de
ron las experiencias, tenia creido que un á Vmd. y aun á mi siendo viejo ( como lo capuchinos del real sitio del Pardo. Consi­
De Vmd. servicial amigo.
hombre no se distinguía de otro hombre, dejé.dicho antes de morir) me faltó el tiem­ dera con este relajamiento de vida como
regulando por su fábrica sus temperamen­ po para experimentar ; y si yo volviera á Hipócrates. podré yo tener fundamental conocimiento
tos ; y con un simple invento quise sanar á garrar la vida, solo la gastara en la practi­ de la facultad menos estensa, cuando cual­
todos : ( que es lo mismo que intentar que ca útil de la cabecera y borrara impertinen­ Señor Piscator de Salamanca. quiera pide continuada la atención y liber­
se cálce con una horma todo un pueblo. ) Y tes filosofías. Pues sin tanto arguir se puede Este fué el varón insigne de esfera, y tad de otros empleos. Dos años há que
hoy por ser mayoral estudio, es mas gran­ conservar menos enferma nuestra vida. Yo hombres de este tamaño merecían ser in­ vivo con alguna quietud, y estos los he
de la ignorancia de los profesores, pues ca­ aborrecí lo empírico, pero hoy conozco que mortales entre las gentes. Con que verdad empleado en leer los elementos de las cien­
da momento estamos recibiendo difuntos es fortuna del enfermo y casualidad feliz escribe ! Con que sencillez confiesa las fla­ cias, y no he cuidado de castigar el estilo.
enviados mas por los médicos que por sus del médico, que guiado solo del dolor, sin cas fuerzas de su estudio ! Con que humil­ Gusté con algun cuidado las travesuras de
achaques. formalizar sobre la materia pecante, apli­ dad sabe ! Con que cariño enseña ! Me ad­ la filosofia ; y guiado de su noticia , leí los
Los enfermos es la peor especie de con­ qué experimentado remedio , que para el miro que un gentil sea maestro de tanto autores médicos. Apenas vi del divino Hi­
trarios que tienen nuestros juicios; pues fin de sanidad , basta saber su provecho, dón. Esto es hablar con maduréz del seso , pócrates en la primera linea de sus obras
no se oyen mas que falsedades en’sus bocas ; sin controvertir el modo de causarlo, ni en y no garlar con bachillerías del pico, como aquellas palabras de ars longa, vita brevis,
y su condición agitada de las dolencias se que parte ; pues la experiencia la registra el tu has hecho en esta respuesta que acabo &. que debieran estar esculpidas en oro en
hace irreducible al precepto. Si los manda­ tacto de los ojos, y la enfermedad es un de escribir al Sarrabal. Asi me decía mi todos los estu dios, me suspendieron de
ba beber á una hora, su sed adelentaba los discurso, que puesto en historia mueve ma­ camarada, admirado del talento y bellísi­ suerte , que con razón crei los elogios de
relojes. Si prevenia guardar el sudor, por yores dudas ; á cuyo fin, remito á Vmd. es­ ma espresion del sabio Hipócrates en su divino con que le aclaman los varones mas
no padecer las congojas del cordial y el pe­ ta farmacopea para los cosarios males que nota. A que yo le respondí : Ninguno como doctos del orbe. En S. Agustín en el lib. 5
so de una sábana, desabrigaban los cuer­ nos afligen, y tengo tanta seguridad en ella tu debiera disculpar en mí estas faltas del de Civ it. Dei leí (y guarde en la memorial
pos, y siempre encontraba un achaque á que si volviera á curar no usara mas botica estilo y errores de la composición ; pues este elogio á Hipócrates : Medicum nobi­
que acudir. Los ascos, del purgante , por que esos simples , en cambio de la noticia la velocidad de mi fantasia, lo travieso de lissimum creavit Deus Hipocratem tamquam
amargos los desprecian : al jarabe por em­ que espero de Vmd. en que me cuente el mi inclinación, la corta estancia en mi pa­ virum in ar te medica minimi} errantem. For
palagoso ; con que tienen contra sí la cura­ estado y pasos, con que caminan hoy mis tria, y el odio continuado á la universidad las calles y plazas públicas le voceaban los
ción la poca verdad del enfermo, lo oculto sucesores. son causas todas que pueden disculpar m¡ Gentiles divino , rogando á Jupiter por su
del mal, la escondida condición del achaque, Vmd. procure ya que es escritor ( de que rudeza. Dígalo mi corta vida, pues á los vida , y siguiéndolo como á remediador :
las burlas de la naturaleza , la ninguna obe­ me lastimo bastante) dos cosas. La prime-i catorce años me pusieron mis padres en el Hic sanitatis pater, hic servator, hic dolo­
diencia al físico. Añada Ymd. á estas par­ ra, hablar la verdad y con sencillez cris­ colegio Trilingüe, donde aprendí á jugar , rum curator, hic divine scientice particeps ,
tidas, la de ars longa vita brevis , etc. co­ tiana en su doctrina. Y la segunda que le y á perder desde la ración hasta el tiempo, 6 Jupiter servato, adjuvato, medicato. San -
nocerá que los mayores defectos de la pro­ encargo para su bien que modere el estilo y que es la joya de mas infinita entidad. De to Tomas de Villanueva, y otros santos y
fesión consisten mas en las temeridades no quiera por gracioso echar á perder lo allí me arrojó mi fortuna á los peligros de varones ilustrados en la ciencia de nuestra
agenas que en la idea del juicio propio ( dis­ sólido de sus pensamientos. Porque si le joven, ya de diez y nueve años, sin discur­ sagrada religion, que hacen mas f é , lo
curriendo con elementales principios.) Por huelen el humor reirán el chiste y despre- rir en otros cuidados que el de dárselos á llaman divino, y se admiran como tuvo
138 SUEÑOS MORLES. SUEÑOS MORALES. 139

tiempo de saber tanto, y con razón decían des en la primavera son de distinta malici» y le doy las gracias de que recojan á ese cumpliendo, como sabe todo el mundo, con
que tenia cuasi divino influjo en su talento; que la del estío ; y las de este que las de! muerteciilo (que no dudo según lo. pinta, mi obligación. Ya no se que hacerm e,
y míralo ajado y vendido de los médicos otoño ; luego los médicos debieran saber que será hijo de la corte ) y que le hagan la que estoy tan aburrido, que si por allá hu­
de este siglo. caridad de enseñarlo y mantenerle ( aun­ biese algun empleo en que pasar la vida, le
y entender los preceptos astrológicos cuan"
He reparado (dijo mi camarada) que do su maestro Hipócrates en el referido li­ que creo no será hombre jamás;) pero al aseguro á vuestra mortandad que marcha­
despues que dejaste aquellas travesuras, bro 3 les manda y encarga la inevitable ob­ lado de vuestras mortandades podrá elegir ra. No niego que eché á la calle algunas
que son enemigas mortales de la quietud servación de las estaciones del año ; pues una muerte descansada. ideas mal vestidas; pero como trabajaba
de las ciencias, aunque tu principal profe­ estas sin la doctrina de la astronomia no se D e las honras que vuestra defuntéz me con precision, las miraba con a sco , sin va­
sión á que te arrastró el mercurio fué la podrán alcanzar? dijo el amigo. Es tan pre­ ba hecho entre sus confinados , le doy mu­ lerles la recomendación de propias; que si
matemática, la lección principal ha sido en ciso, respondí yo, que no hay autor médico chas gracias : pero hablando con amistad , yo tuviera otra capellanía sujetára la plu­
los libros médicos, y con especial cuidado que en sus prólogos no les advierta esta ne­ amigo m io, yo soy solamente un curioso , ma a la razón, y no saliera de mi fantasía
en Hipócrates, cuando yo entendía que no cesidad, condenándolos á pecado mortal > que paso con la enfermedad de cuatro no­ idea que no la castigase el entendimiento
podían tener hermandad las verdades de la si ignorando los avisos de esta ciencia se ticias que me tienen estragado el talento, antes que la vocería de los críticos. Yo
matesis, con las quimeras de la medicina. entran en la práctica de la curación , pues porque estas están sin cocer, y de estas amigo, solo voy á llenar papel, y así, aun­
Es cierto, respondí yo, que entre las cien­ siempre van aventuradas las medicinas en crudezas padece el seso continuas opilacio­ que mi prólogo contenga algunas menos
cias todas hay una afinidad y concatenación quien ignora el tiempo de aplicarlas ; y to­ nes. Cuando empezaba á alimentarme en decentes voces contra los profesores de
en que precisamente están eslabonadas. Y da la victoria del fisico consiste en lograr mis estudios me quitó el dulce regalo de la Apolo, Vmd. debe disimularlas por la in­
donde mas reconocemos este parentesco es el tiempo de la aplicación. Pero dejando sazón la infeliz fortuna ( que siempre me genuidad con que le digo que no son mas
en los juicios de la astrologia y de la me­ esta doctrina , permíteme , que mientras ha traído al retorterojponíendome el pisto que voces.
dicina ; pues el buen astrólogo, conocida vuelves árecrearte en la carta de Hipó­ en manos agenas. Una desgracia en los po­ La escasa luz quede sus obras de Vmd.
la alteración de los elementos, debe preve­ crates, que tanto gusto te ha dado, lea yo bres sudores de mis.padres cortó las ideas iluminó la corta esfera de mi capacidad,
nir los achaques que originan sus destem­ sus avisos, que según discurro serán prác­ con que intentaban criarnos como á hijos de fué el estímulo que me movió á clamar
planzas y el buen médico está precisado á ticos , y dictados con Ja brevedad que acos­ honrados : despues mis vicios, mi pobreza, contra los profesores médicos : porque en
inferirlas ideas de achaques que la diversa tumbra. Volvió mi amigo á tomar la carta mi genio, los malos amigos , y los buenos la práctica que hoy veo observar es distin­
mutuacion de los tiempos impresionan en de Hipócrates y á esplicar en ella mil de­ enemigos me pusieron en el infeliz estado ta de lo que Vmd. dejó dicho : ya debe­
los vivientes : y los preceptos para la ver­ mostraciones de gozo ; y acabando el de de tonto. Apresóme la hambre, é hice de mos enfermar de otro modo, porque las
dadera ciencia de las enfermedades que ella virtud ; y con el ansia de comer me curaciones son diferentes. Hasta los trajes
su tarea, y yode leerlos concisos precep­
provienen de las estaciones del año, nin­ tos prácticos de Hipócrates, le dije que los apliqué á la primera vacante , como al po­ han mudado los médicos ; pues en otro
gún médico ni astrólogo los trató con la colocase junto á los preceptos astrológicos bre á quien casa la justicia con muger sin tiempo vestían ropas que les determina­
verdad y cuidado que Hipócrates en el li­ del Sarrabal ; que despues de desocupado dote, y sin tener oficio, que luego preten­ ron fas escuelas, y ahora se arman de sol­
bro de sus aforismos 3 que empieza : Re­ de este correo los leeríamos con mas aten­ de comisiones, se aplica á los estancos, se dados con cabelleras, tacones y espadas;
pentine temporum mutationes, & y prosi­ ción de la que ahora nos permitia la preci­ pone á peon, alguacil, agento , etc. que el y no los tiene el rey mejores , pues si en­
gue discurriendo por los cuartos del año y sa tarea de responder : y obedeciendo mi pobre que tiene familia busca el pan en la tre tantos arbitrios hubiera dispuesto la
estaciones de Sol en los signos los varios amigo, y cortando la pluma , respondí como primera plaza que le sale : que la miseri­ política enviarlos á los enem igos, allí apo­
movimientos de su impresión en estos se sigue al divino Hipócrates. cordia de Dios y providencia de los hom­ carían el número de las gentes , y acá nos
cuerpos sublunares. Y así las enfermeda­ bres , tienen en el mundo estos Colegios quedarían nuestros vivos. Los hombres
para los arrepentidos de olgazanes, que la que nacieron de treinta años á esta parte
necesidad hace hábil para todo al que antes son de otra figura ; ya las anatomías no se
no lo fué para nada, y se halla oficial en hacen como en siglo de Galeno. Ya no es el
R E S P U E S T A D E L G R A N PISC AT O R D E S A L A M A N C A A L F I S I C O -
cualquier arte. Asi yo unas veces pretendía hombre ni su figura. Los males no son los
M E D IC O H IP Ó C R A TE S. en la medicina , otras las leyes : bechaba que solian, todo está mudado ; porque los
memoriales al cielo , y por su bondad me humores se han revenido en àcido, alkali,+
« Solo á la discreción de vuestra defun- escribe : ) y debo á la luz de Vmd. la no­ hallé la conveniencia de astrólogo : que aun sólido y líquido. Y en las fiebres se ha des­
t é z , muy señor muerto', debe mi torpeza ticia de haberme alumbrado, para que se­ que no vale mucho , al fin , amigo, iba co­ cubierto otra cosita que se llama crispatu­
el gusto de haber salido de la confusion de pa la mina por donde se coló el tizón licen­ giendo créditos ; y con mis manos libres ra. Vuestra mortandad cuidaría de dos ó
una duda en que los demás muertos me de­ ciado que fué posta de estas cartas ; pues había de subir hasta quinientos dncados. tres enfermos al dia; pero acá lo despachan
jaron (que no solo Vmd, es quien'me por donde entra un diablo bien cabe otro : Pero ya me la ha quitado mi desdicha ; con mas brevedad. Tienen tantos á que acu-
140 SUEÑOS MORALES.

dir, que por no bastarles sus dos pies á des agudas, y cxactepe'ragudas, y que tu­
cada médico, los aprendices empiezan por viesen gran cuidado con las estaciones del
cuatro, y los mas introducidos llevan ocho, sol y movimiento de la luna , porque estos
y van rodando á carrera tendida por su do­ conocidos planetas son ios primeros agen­
blón ( que esto cuesta regularmente en la tes que disponen mas inmediatos al aire.
Corte) á tentar un pulso y dar una pesa­ P u e s, señor muerto, ahora cuando se sos­
dumbre mas al paciente. En las juntas to­ pecha peligro en los influjos de la luna, se
davía se usa historiar la dolencia, las cau­ cierra la ventana, porque no entren, que
sas , signos, pronósticos y curación. En la dicen que el pino y el lodo defienden las
historia todos callan como toca al médico impresiones. Las cuartas del año todas son
de la cabezera; las causas se ignoran ; los unas : el calor del estío se hace verano
signos se disputan, los pronósticos se atro­ cuando se les antoja ; ya no pasan dias crí­
pellan , y la curación se pierde , y cuándo ticos, porque usamos enfermar en mejor
mejor logramos, es haber visto en nues­ ocasión que los enfermos que Vmd. tuvo.
tra cuestión nuestra vida. Las que llaman Ya padecemos unos males mas acomoda­
señales son chismes y cuentecillos de la dos. Los enfermos de Pedro Miguel de He­
naturaleza, y testimonios que levantan á redia ya murieron : los de Galeno ya están
nuestros órganos. La aplicación del reme­ hechos tierra, y los de Avicena son polvo.
dio va destinada cuando son tan disputables Y en fin, ya de Vmds. no se hace el me­
los motivos. En la voccria médica ya no se nor aprecio. Y aun dicen estos médicos de
escuchan facultades, humores, meatos, sino por acá, que si el señor Hipócrates viniera
el sólido, el ácido, el sulphur, y otros tér­ al mundo habia menester de nuevo estudiar
minos que á Vmd. se le quedaron en el tin­ la medicina.
tero. Yo no quiero acusarlos ; pero Vmd. Está su profesión de Vmd. como le ten­
no los defienda tanto, que ellos por su Ar- go dicho , ya ninguno la profesa como em­
béo y su Tomas W ilis, y otros , han ven­ pleo, sino como negocio : es facultad que
dido á Vmd. de suerte, que si no es el que siempre tuvo sus intereses en nuestras glo­
le conozca nadie le comprará. Y allá tiene tonerías , y como en cajas seguras aplican
Vmd. otro licenciado que se llamó Sinapio, su caudal, y se hallan á pocos chas curan­
que escribió contra Vmd. un tomo que se deros de fama. A la juventud la crian en
intitula : De vanitate, & falsitate aphoris- las universidades en las porfias : Si Dios
morum Hippocratis. Solo en una cosa si­ puede hacer entes de razón ? S i la lógica es
guen á Vmd. y e s , en que no los mandan simple cualidad ? Considere Vmd. que tie­
confesar para morir. Los que Vmd. curaba ne que ver el pulso con é l, &. En las ana­
no lo habían menester ; pero á nosotros, tomías no tienen ejercicio, porque sienten
que vamos por otro camino, nos niegan de muerte los recien difuntos que se les
entrar con felicidad al perdurable término corte el pellejo , y lo han hecho caso de
á que aspiramos. De irremediables moti­ honra : con que ya no se puede pillar un
vos nace en ellos esta ocultación. El pri­ muerto por el ojo de la cara. Y estos tra­
mero es la ignorancia del mal : el segundo tados en nuestra España dicen que no son
la vanidad de libertarlos , el tercero la menester: porqué han averiguado que las
•m al usada adulación : y otros muchos que circulaciones de la sangre de un año no sir­
Vmd. podrá discurrir sin cansarme y o , ni ven para otro. Los huesos, cartilagines ,
mortificarle. tendones, músculas y fibras tienen por un
Vmd. les mandó en sus aforismos la pre­ mes una figura, y cada dia menguan y cre­
ciosa observación de los dias críticos, in­ cen : con que no quieren cansarse en fatigar
dicativos é intercidentes en las enfermeda­ la memoria en estudio que muda sistema
SUEÑOS M ORAI.ES. A 1*1
conforme las edades. Los años que profe­ en las universidades ga stan el tiempo en
san en las universidades les dictan sus defender si los elementos existan formali­
maestros cuatro materias de pulsos , ori­ ter ó virtualiter en nuestros mixtos. Poquí­
nas , síntomas , y algo de sanitate tuenda simo cuidado tiene nuestra provincia en la
con un recetario ó farmacopea al fin , pa­ limpieza de esta profesión. Vienen infinitos
ra guiñar el ojo al boticario (así como el perdularios y vagabundos, y sin otro exá-
que Vmd. me envia) y sin otro estudio men que su dicho y nuestra sinceridad (ó
que estas teorías impertinentes, pasan á por mejor decir majadería ) ellos curan , y
las Cortes, ciudades y villas á amontonar nosotros nos damos á sus farmacopéas ; y
muertos con licencia de los reyes, y con­ y en cuatro dias ruedan coche con los de­
sentimiento de nuestras ignorancias: obli­ más. O amigo mio ! cuantas veces ( le dije
gando la razón de estado á cumplir con las yo) me pesa no haberme metido médico
ceremonias de la cortesía, á quien hizo en la Córte, que curando con lunas y hier­
cubrir de tierra á los que nos engendraron. bas como los moros, y con mandar abrir
El último consejo que Vmd. me dá bien una ventana, al tiempo de una sangria ,
sé yo que es muy prudente, serio, y como mirar al cielo, y decir al barbero á empu­
de su gran juicio. Pero si supiera como es­ jones, pica, tapa y destapa, me consulta­
tá el mundo no me aconsejara con tanta rían oráculo , que gracias á Dios vivimos
modestia. Se pierde ( amigo Hipócrates ) la en un lugar en donde todo se cree., y espe­
lección que no contiene estas risas, y á to­ cialmente á embusteros! Yo conocí un
dos nos tiene cuenta. A m í, porque en es­ hermitaño en tierra de Plasència, que des­
te estilo no son tan reparados los defectos, pues que no lo pudo sufrir el campo se ar­
porque permite voces menos limadas la rojó á los lugares de Castilla ; y como á
composición, y para las gentes del mundo mí me enseñó la hambre, en poco tiempo ,
en que estamos es preciso escribirles a sí, el oficio de astrólogo, él se puso á médico
que de otra suerte no lo miran. Con que y empezó á matar sin licencia. De un lugar
para todos nos esta bien ; pues yo escribo le arrojaban, y de otro se huia : y vino ro­
sin fatiga y ellos leen sin asco. No se me dando por mil desdichas á la Córte , donde
ofrece otra cosa que responder á vuestra nos vimos los d o s, y le conocí pobre, roto
mortandad : y de nuevo le doy las gracias y trashijado. Oí decir al mismo tiempo que
por el inventario de recetas ; que pues ya habia llegado á la Corte un hombre mila­
me han robado el oficio de pronosticar, to. groso que curaba instar incantamenti has­
marè el de la curación, que bien se yo ta las terceras especies de todas enferme­
que lo luciré, como lo estudie como él es, dades. Yo , como siempre fui perdido por
á pesar de muchos delirantes. Dios guarde los hombres aplicados, lo andaba por este;
la inmortalidad de Vmd. De mi posada: y me lo apareció mi deseo en la casa de un
Madrid y Mayo 2 de 1725. amigo : y cuando pensó mi ventura hallar
á Galeno, me encontré con este que te he
De Vmd. su íntimo apasionado.
contado con cabellera, pliegues en la casa­
E l Piscator de Salamanca. ca , espada y bastón , y á la puerta de la
calle su silla , cuando le convenia mejor
Señor Hipócrates mio. una albarda. Desengañóse el lugar , y hu­
Válgame Dios ! dijo mi amigo , que ba­ yó de él ; pero tan insolente vergante, que
cio han dado las ciencias ! De un año para costándome á mi que sabia leer mal el ro­
otro se inventa una nueva manía. Yo soy mance, ( sin la menor práctica , ni en una
lego, mas mi discurso no deja de inquie­ barberia ) hablaba de unos sujetos tan in­
tarse cuando oigo decir que los médicos signes como el Dr. Diaz, el Dr. de Sufiol ,
142 SUEÑOS MORALES.
SUEÑOS M ORALES. 143
d o , se nos ha quedado aquí hecho un merla : que nuestros parágrafos son esco -
y de todos los médicos que se mantienen si tuvieran demostración cierta conque
pegote. muniones, que justas ó injustas han de ser
hoy en la Corte, como habló de mi D. Ge- curar una enfermedad la mas le v e , no les
Todas las quejas que contra Vmd. podia temidas.
rónimo Ruiz de Benecerta. Válgate Dios cupieran los doblones en casa. Es una des-
darme éste letrado las tenia anticipadas por Si no hubiera le y es, no tuviera Vmd.
por siglo ! dijo mi camarada , y esto se dicha y una infelicidad lo corto de la cien-
otros que van y vienen, pasan y se quedan vida, pues ya se la hubiera despachado al­
contempla, se consiente , y no se examina cia y lo largo que han tratado alarte. Y
en estas bóvedas : pues no hay instante que gun asesino, ni le dejára la codicia capa
en un lugar como este? Donde tienen el así yo cuando enfermo no marido llamar
no tengamos noticia del mundo (que Vmds. en el hombro. Las leyes enseñan á vivir
seso y la razón estos cortesanos ? Es posi- al médico de mas fama, sino al primero
los vivos, quizá desearan en tanta distan­ honestamente al descompuesto, prestan
ble que crean así á un perdulario vagabun- que pasa por la calle; que los médicos to­
cia de leguas tener tan puntuales los cor­ miedo al facineroso, respeto al desalmado,
do ! Pues esto , le dije yo á mi amigo, es dos son buenos , y la medicina es la mala-
reos). Mas no ha dejado mi justicia de con­ libran del daño del mal obrar , y distribu­
muy iugular cada dia: Pues todo es entrar Dio mi amigo algunos esperezos, y cogió
denar vuestra viveza de ignorante. Pues yen á cada uno lo que es suyo : lo que en
y salir hombres de esta faramalla en todas la carta que se seguia, y dijo : lo verdade-
profesiones. Descansemos por Dios un ra - ro es entregarnos en las manos de Dios en aunque sea posible, que algunos letrados dos versccitos cantó el lírico latino.
t o , que á mí me sofoca mas que el traba- todo y por todo, porque los hombres to­ hagan infinitos tuertos de sus derechos, Oderunt peccdre mali, formidine pcenœ.
jo de escribir, saber á la moda que se v i- dos somos unos salvajes, vanos, presumi- estos lo hacen sin ley, que las leyes fun­ Oderunt peccare boni, virtutis amore.
ve , y como está sujeta nuestra vida á sus dos y engañados de nuestro amor, y desde dadas en la naturaleza solo mandan lo jus­ Por ellas reinan los reyes , por ellas se
invenciones y sus engaños. Mas dime ; es hoy prometo no creer á nadie. Leyó lacar- to, y su objeto es siempre lo santo y razo­ conserva en orden el mundo, y sin ellas
.posible que no tienen su cierto principio en la de Papiniano, que decía : nable. Los letrados que defienden la mali­ todo fuera confusion. Es la justicia un di­
que fundar sus conjeturas? Nada, dije yo: cia y acusan la bondad á fuerza de bachi­ bujo, que en el lejos de esta esfera se ad­
llerías, glosas y distinciones contra viento vierte retratada la universal residencia de
y marea, se labran la sinrazón, no se ajus­ las alm as, al malo de su castigo, al bueno
C A R T A D E L G R A N P A P I N I A N O JURISC ON SU LTO A L G R A N PISC A T O R tan a la ley , que esta la dicta la buena in­ premio. A todos manda honeste vivere , a l­
tención, y aquella el infeliz destino de la terum non ledere, jus suum cuique tribuere.
DE SALAMANCA.
tiranía ó el interes. Las defensas y acusa­ Siempre fueron escogidos, y llamados al
ciones han hecho oficio voluntario, sin honor de jurisconsultos los hombres de
«Antes que yo viniese á este entierro, mas tasa que su codicia : que los malos mas esclarecida virtud : los reyes de la
taron unos con otros y hubo de haber un
donde para siempre estoy eternizado, se profesores suben la ley á medida de su am­ tierra siempre los honraron. (Y o no se co­
dia de juicio. Serenó la huesal tormentalo
ajustó con un tabardillo para que le traje­ bición. Un memorial, una defensa , un pa­ mo está ahora el mundo, pera en mi tiem­
desentonado de unas voces que salían de la
se á este mundo un cierto pobrete, á quien pel en derecho, á unos les'vale cuatro rea­ po esto pasaba). Y siendo por fin cierto
boca de un difunto capa larga y golilla, pre­
yo había librado en la vida de la muerte les, y á otros cuatro doblones ; y si este que las leyes son una noticia de las cosas
guntando por la mente de papiniano.El mi­
por algunas travesuras que merecían la se ha de ajustar á la le y , lo mismo debe divinas y humanas , sabiduría de lo justo é
nistril dejó encendidos los huesos y á medio
horca; y al fin se eompuso, y le dimos darse por el trabajo material, á el uno que injusto , y que la ley que se pone de un
concluir la pendencia : y cargando con el
arbitrio para escaparse del verdugo. A este al otro ; pues uno y otro debe ir conforme amo á un criado, guardando lo natural y
recien difunto, le dijo ( según me contó : )
le previne que me barriese la tierra y mu­ á la ley. Entre lo santo de las leyes, la divino, debe ser obedecida porque es ley :
La mente de Papiniano está mas honda ,
llese ios huesos, que siempre fui muy aco­ concision de voces es la mejor aplicación fallo, y atento á los autos que sus proce­
aquí solo le enseñaremos á Vmd.. algun
modado, pero ya estoy tan hecho á la du­ de su ¡nieligencia ; que así están sus Pan­ so s, que deben ser condenados por satí­
polvo que quedó de su fabrica. Así llegó
reza de estos jaspes, que no siento la mas dectas , Códigos y Digestos ; que la aguda ricos , maldicientes y meritorios de pena
ante mi tierra medio muerto, pues con la
parola del estilo, la autoridad de citas , los estraordinaria.
leve desazón. Sírveme este mozo como prisa de hablarme no se acabó de finar en
adecan, porque como Vmd. sabe muy bien discursos y cabilaciones del informante es Y dado caso, y no conceso, que los pro­
la vida. Y dando unos gritos que los ponia
señor astrólogo , no puede un doctor en mal permitida travesura ; porque la ley fesores fuesen tan malos que atizasen el fue­
en el infierno, esclamò : Papiniano, Papi­
debe ir desnuda al tribunal de toda voz que go de las quimeras, detuviesen el pleito
leyes pasar sin un ministril que atisve los niano, venganza, venganza, contra un a s -
pueda manchar su pureza. La ley es para hasta determinada ocasión, diesen arbitrio
vivos y los muertos, porque nosotros (aun­ trologuillo que ha injuriado lo famoso de
todos, y se debe estudiar de modo que la al delincuente por donde escaparlo de la pe­
que no sepamos nada) debemos estar en la jurisprudencia. Yo entonces le dije :
entiendan todos. Y lo contrario, señor mio na diciéndole: Hombre prueba que le has em.
todo. Salió una noche, con otros arrimados tratastes tu los preceptos y cánones sin
será culpable malicia del profesor , y no borrachada ó que padeciste delir io , que con
de ronda el tal jaque á visitar los calaver- glosarlos tu capricho? Quedóse helado y
defecto de nuestras escritas tablas. Y si la una vez s la que lo pruebes, que no falta­
narios , y encontró muchos huesos contra frió del todo, y tan otro que no lo cono­
ley està fundada ? es justa ó no es justa? á rán testigos, salvaremos que lo estuviste a l
el natural, empinados, escribiendo cartasá cería la tierra que lo parió : y el pobrete
Vmd. no le toca mas que observarla y tc- tiempo del delito. Y usen de toda trampa
Vmd. y por quitarles lo escrito se alboro­ sin poderme responder , muerto del to -
144 . SUEÑOS morales . SUBÑOS morales . Hg
legal ó mentirosa, á Vmd. señor bachiller, darle satisfacción , que eso fuera hecliar brarme pleito ; que he consultado mejor santa capa en que se rebozaba la agina co­
no le pertenece escribir contra ellos aunque margaritas á puercos: y así pásese sin mi libranza en los disimulos que en las defen­ dicia. Y conseguido por entonces, hoy me
me dicen que fué medio discípulo de mis doctrina. Ellos son unos muertos tontos , sas. Y tu eres testigo , que violentando á hallo precisado á la misma defensa, pero
obras. Que sujeto es Vmd. para advertir que como si Vmd. fuera algun oráculo le una justa defensa de mis sudores, pues á con el ánimo mas flojo : pues contemplo en
errores de letrados? Si fuera profesor de dan satisfacciones. Si se aconsejáran con los pies de la nunca bien llorada Magestad mi condición un inseparable desmayo en
m odo, creyera que como ladrón de casa mi mortandad despreciáran como yo lo ha­ de Luis primero (que goza de Dios) un las poríias. Y dejando para mejor tiempo
pudo descubrir algunos hurtos de los ma­ go sus escritos ; que el desprecio solo es memorial escrito por m í, que por andar mi justicia, pensemos solo en responder á
nejantes ; pero no siéndolo, es desvergüen­ la mayor pena, y el fruto mayor que se impreso y haberlo Icido tú, no te canso en la carta del indigesto Papiniano. Aplaudió
za y poco reparo de su ignorancia dar voto puede esperar : porque enviarle recaditos referirte su contenido : pues solo suplica­ mi amigo esta determinación, tomando con
en lo que nunca entendió. Si por chistoso se es darle asunto para que nos maje los hue­ ba en él que en atención á mis trabajos me gusto la pluma, y y o , aunque algo fatigado
ha arrojado á ser blasfemo, desengáñese, sos , y para que nunca salgamos de sus ba­ dejasen comer de mis tareas : que la con­ dicté las siguientes palabras.
que fallo que sus papeles, siendo todos un chillerías. traria pretensión pudo honestarse con una
yerro no valen un clavo : que su estilo es Vmd. se quede en su mundo, y si pu­
bueno para entremeses, y su prosa para en­ diere escusar pasarse por estos hosarios,
tre niños de la doctrina: porque escribe con háganos el gusto de no vernos, que no que­ R E S P U E S T A D E L PISCATOR D E S A L A M A N C A A L G R A N JURISCONSULTO
poquísimo donaire, sin erudición ni autori­ remos huéspedes tan charlatanes, que aquí PAPINIANO .
dad ; Vmd. haga sus almanaques , que pa­ todos estamos condenados á perpetuo si­
ra eso le crió Dios , y déjese de bufonadas lencio , y al mismo tiempo que se cierra el
y juguetes : y el que se quisiere reir que lo ojo se cose la boca. Guarde su vida y su al­ « Muy señor muerto : recibo la suya; ticia, es costas perpetuas. Lodo el volúmen
haga de sí mismo ; pero Vmd. hace mal en ma : y cuidado no venga á acompañar á mi y siento mucho que no teniendo ya cabeza de la ley es un librilo que se llama Insti­
dar motivo á que lo hagan de sus papeles. m ente, porque le pesará mil veces. Del so le suban las leyes á lo mas alto. La ju­ tuta, tan claro, que el que lo lee lo entien­
Quisiera ver el mundo por un mes siquie­ podridero. A cuantos? Vmd. lo sabrá, que risdicción bueno es que dé licencias , pero de ; y con este nos bastaba para régimen
ra, aunque me costára volver à vivir; por­ estoy olvidado del dia en que llegué á esta. no atrevimiento. No me admiro, que en y práctica de nuestras operaciones, y para
que no creo tantas cosas como me dicen del Lm d.es ley vieja valerse del mando para ser jnzgados por él. Todas las facultades
De Vmd. su ajado maestro.
infinito número de letrados que manan en dar el palo; sobre mí no mandan sus leyes juntas, no tienen mas libros ni mas comen­
las Repúblicas, y la facilidad con que su­ E l Jurisconsulto Pajñniano. que estas solo en los desalmados tienen po­ tos que esta ; y todo cuanto han escrito,
ben á los ministerios, los excesivos dones testad : y en guardándolas y o, tuertas ó dicen que no es nada , porque mas son los
Señor Piscator de Salamanca. ciegas , estoy libre de sus prevenciones : y negocios que los vocablos, según la ley iv
que reciben ó se toman, porque á mi no
de individuo á individuo debe Vmd. guar­ de prescriptis verbis. Al que litiga le abren
me valió un cuarto , ni la abogacía ni las le­ Fuego ! y de que mal humor estaba el
darme á mí la modestia que le profeso. los sentidos para que enrede mas. Entre
yes. Al que mêlas pedia se las comunica­ señor Catarriberas cuando dictó la carta.
Las leyes de Vmd. declaradas, y las que todos se discurre el modo de huir, ade­
b a , y con sana intención satisfacía sus du­ Los letrados aun despues de muertos con­
añadidas me proponen los príncipes’, las lantar é-interpretar la ley. Se cruzan las
das. Mi deseo siempre fué bueno, y si las servan con el polvo su vanidadad, engaña­ guardo como preceptos, y si acaso llegase opiniones y las glosas en los pleitos. Uno
aprehensiones de los preciados de doctos dos en que lo grave de su profesión con­ el caso de poner ley sobre la vida del ino­ lo detiene, otro lo adelanta , otro se agar­
no han trabucado mis papeles, y se gobier­ siste en las exterioridades del ceño y en cente ( como Vmd. sabe que se puede,- se- ra de un lapsus calami del escribano, otro
nan por sus tablas, yo sé que estará pa­ la amargura de las voces. Amigo, dije y o , cundum allegata, & probata ) perderé, la dice que se tragó el relator medio proceso,
sadero el mundo. Y entre tanto que lo sé no hay duda que los jurisconsultos infun­ vida, dos ó tres años antes de lo determi­ otro que el procurador mintió en la peti­
de mejor original, le suplico à Vmd. que den en nuestros ánimos una notable vera- nado , y acabará con ella su potestad: pero ción. Cuantas son las personas de un plei­
no me diga nada, si me responde , porque cion, y los mira el respeto como á quien mientras viviré con la sanidad del juicio to , tantas son á mentir, opinar y detener
no le creeré palabra, que ya tengo hecho nos manda y puede quitar con una glosa que hoy ( gracias á D io s) logro , protesto las dos partes , (buscando empeños á carre­
mal juicio de sus papeles, y no me entrará sobre la ley la \ ida y la fama. Este es asun­ no dar motivo para que ningún profesor ra tendida, y dando regalos. El escribano
nada de lo que Vmd. me diga de los dien­ to delicado, y no quiero hablar palabra por mi baraje los libros que Vmd. dejó co­ escudriña bolsas en que vaciar la realidad
tes adentro. aunque estamos solos, que soy infeliz y so­ mo pautas. Ojalá pudiera yo prestar mi hu­ de las partes ; el relator se hecha á dormir
Por algunos de mi entierro, y por lo que ñarán un comento à mi explicación en que mor á las gentes, que todos sus sucesores esperando las propinas; los abogados re­
me dijo mi ministril me parece que le han trabucado el sentido me cueste caro el uso se murieran de necesidad. La teórica de la volviéndose los sesos por obscurecer ver­
dado á Vmd. satisfacción los demas muer­ de las v oces, aunque vivo seguro de plei­ justicia es cierto que es , constans, & per­ dades, y el que mas guerra hizo á la parte
tos , enviándole de nuevo los principios tos. Pues cualquiera contrario mio puede petua voluntas, pero la practica de la jus­ contraria, ese es el mejor letrado ; el pro-
elementales de sus ciencias. Yo no quiero tener por suya mi capa, solo con nom- 10.
146 ' SUEÑOS MORALES. SUEÑOS MORALES. 147

curador se esconde, los jueces seconfunden. los que juegan. Ymds. se meten en las vi­ por allá pierda Ymd. desdo luego la esp e- canzamos una verdad. Lo que debemos ha-
Toda esta quimera, desasosiego é inquietud das de. todos. Mi profesión es la politica, es­ ranza de verme, y no tema que le vaya á cer es discurrir sin daño, elegir sin p er-
tiene lo falible y conjeturable de su pro­ ta es ciencia de todos, y puedo decir que dar sustos ; porque quien Ymd. no conoció juicio , estudiar sin presunción, y esperar
fesión, y el no haber Vmd. dejado ( como las profeso todas. Y aunque escriba m al, me tiene prometido otro paradero: y mien- la muerte empleados ; que despues de esta
hicieron los matemáticos) convencibles de­ cumplo con las leyes de mi profesión. Y tras vivo está en mi mano elegir mejor lo sabrémos todo; y entretanto solo creo
mostraciones en sus teoremas y problemas. para demostrar el mundo no es necesario senda. Vmd. se quede, mientras yom epre- al doctísimo Sanchez, que escribió un 1¡-
Al fin , señor m io, las leyes los hicieron leer, sino ver. Mas enseña el trato que los vengo para mejor jornada : Dios lo quiera, bro sobre el nihil scitur, que concluye. Yo
hom bres, que los mas se condenaron : libros: estos son cuerpos muertos, y el De esta vida : Mayo 2 de 172o. creo en D ios, confieso por santos y milagro-
Ymd. se case con ellas, que yo no creo trato voz viva ; y en lo que tocan los ojos, De Vmd. su mentido discípulo. *os óUS V™ceptos, creo que hay gloria é in ­
nada de lo que v eo , y no entiendo palabra son odiosos los argumentos. fierno , pena para el m alo, premio para el
de lo escrito. , Como Vmd. me ha dicho que no me E l gran Piscator de Salamanca. hiten o : creo que me he de m orir, y he de ser
El tener yo vida es porque no quiero creerá nada, no quiero decirle lo que son „ _ T „ juzgado. Creo las revelaciones de mi madre
pleitos, el tener capa es porque huyo do los letrados. Solo le digo á Vmd.que no de­ Señor Jur,sconsulto Papiniano. la Católica Iglesia. Las ideas de los hom-
los letrados, procuradores y escribanos ; see venir al mundo : y si acaso, lo consigue, Quejoso está de t i , y no sé si con razón . lires, sus supuestos y sus libros, sus pro­
pues cuantos han pleiteado se lian quedado traígase los ojos decuanfos se han muerto este Jurisconsulto. Mira lo que haces, que sunciones y fantasias no hay diablos que
sin ella y sin camisa. Yo paso una vida fe­ para llorar ( y aun asi le faltarán ojos) ó por lo mismo que conoces su poder, su me las encajen. Para mi fué un varón de
liz ; al que me injuria, perdono : al quemo laS risas de todos ; que de llanto y carcaja­ mando y su palo, te armarán una zanca- gran entendimiento Papiniano ; pero no sé
roba, disimulo, y de esta suerte estoy bien da hallará dignos asuntos en la vida. Y si mi dilla y te abultarán un pecadillo venial, de si me engaña. Hipócrates fue casi divino ;
hallado. Para qué me he de quejar si me consejo por ser vivo , y estar actualmente suerte que lo pagues en un destierro. Si lo pero no sé. si dijo la verdad; n iellos lo
hade costar mas cara la queja, y he de manoseando al. mundo, lo quiere admitir, hiciese la fuerza, respondí y o , me confor- supieron porque marcharon de la vida, co-
deshonrar con precision al que me agravia mejor es que venga á reir que a llorar m aré, que no hay cosa mas fácil de no mo me sucederá á mi sin saber nada. T er-
y repetirme en la queja su ofensa? Y el porque es locura llorarlos desatinos áge­ sentir que lo irremediable. Yo ( si quisiere rible mentecato eres. Aunque yo no tuvie.
castigo que le da la ley, nunca es satisfa- nos, cuando tiene cada uno bien quejgemir mi fantasía darme alguna especie) la segui- ra mas experiencia que seguir lo que todos,
cion de mi agravio : porque si me hurtó cien en los suyos. ré para ayuda de un vestido y , dejaréá los dejára mi opinion ( me dijo el camarada. )
reales he menester doscientos para que le Vuestra mortandad se ha librado de bue­ demas que se descabecen ; trabaje y o , y Si te oyen estas proposiciones las gentes ,
mande la ley pagar. Si me hurta la fama , na burla en no haber enviado los funda­ tiren ellos. Sus leyes sonjsantas y buenas si que dirán de tu seso? No las vaciaré yo en-
no la puede jamas restituir aunque me can­ mentos de sus leyes, porque no los hubie­ las observamos sin interpretaciones y sin tre gentes, respondi, sino entre personas
te la palinodia ; con que logro asegurar des­ ra leido-.Es facultad que me da miedo, y comentos para huir la ley. La filosofia es desapasionadas y desnudas del engañoso
de fuego la quietud, y quedar mejor. Per­ yo solo busco ciencia que me divierta, y un chistoso delirio que entretiene ; la ethi- vestido de su amor propio ; y á todo decir,
donando, sirvo á D ios, que es la ley jus­ no la que me haga rico ; que mi codicia se ca un sagrado discurrir que eleva; la m e- dirán que soy tonto, y á mi no me cuesta
ta : nre libro de pasos, desazones, y au­ contenta con poca. No quiero detenerme en dicina un penetrar que suspende; la astro- violencia confesarlo. Déjame con mi por-
mentar la ira y el encono.Y a sí, amigo cansar á vuestra defuntez ni molerme y o , logía una mentirosa idea á quien engaña la fia, que eso quieren todos, y vamos aca-
muerto, sus leyes de Vmd. serán lo que que siempre tuve por molestia tratar con filosofia. Y todas las ciencias son admirable bando con este correo. Tomó mi amigo la
Vmd. quisiere ; déjeme Ymd agarrar délos letrados; que la mucha comunicación que empleo de los años, pero con todo no a l- carta que seguia, y leyó así :
diez mandamientos, y váyase á pernearen con ellos he tenido me tiene escarmentado.
sus tablas, que yo las paso y las admito , Mil cosas mas se me ofrecían que decirle ;
porque no tengo modo de huir de ellas , ya pero es preciso dejarlas en el silencio, por C A R T A D E A R IST Ó T E LE S A L G R A N PIS C A T O R DE
las consintieron los antepasados, y las ju­ el motivo que vuestra mortandad me avisa
SALAMANCA.
raron por los que estábamos todavía en los en su carta del modo con que supo mi opo­
calzones de Adan. Son buenas no las dispu­ sición á las leyes. Sólo por ultimo le advier­
to , las venero como justas, seanlo en hora to que tenga por falso testimonio el que le
» Estábame yo en m i sepulcro sin decir dado para lograr la ocasión de decirle á
buena'; pero yo mas quiero obedecerlas que han dicho de que yo fui discípulo de sus
esta muerte es m ia, cuando llegó un esco^ vuestra viveza mi sentir. D.íjele quo espe­
profesarlas. obras: pues no ha tenido otro fundamento
lar pilongo ( debe de ser posta para la' rase ; y advirtiéndome el licenciado que
Dícemo Ymd. que quien me mete á mi la noticia masqué el haberme visto enbai-
otra vida ) á decirme si quería escribir al fuese breve : por serlo llamé á un gramá­
no siendo profesor en reprehender á los le­ nado en los hábitos largos en aquella pre­
mundo, que él pasaba á llevar á Vmd. se­ tico que se pudre conmigo para que escri­
trados. Y o, señor mio , me meto ( aunque cisa asistencia á la Universidad, y pasear
ñor cachi-Gotardo , unas cartas de otros biese, porque yo no puedo formar letra.
perdone ) que mas ven los que miran que sus Cátedras. Y en cuanto á que yo vaya
viejos difuntos. No me ocurría especial cui­ Yo no he visto cartapacio alguno de los
1 'p8 sueñ os MORALES. SUEÑOS MOKAI.ES. 1W

que dicen que Vmd. escribe, y así no pue­ de tantos como escribió. Y en fin amigo, ve ; concluye en cada clausula tan cortesa- alegro, que nos remita los originales ele-
do con toda formalidad quejarme de sus yo tengo la gloria, de que los Santos Padres n o, que parece criado en la política m o- mentos de la filosofia, que así no tendre-
voces. Solo he oido en estas cavernas va­ de la verdadera ley tuvieron presente la derna, dijo mi amigo. A quien yo respondí: mos duda , viniendo de su mano: y doy
gas noticias de que Vmd. habla mal de mí filosofia de Demócrito, las ideas de Platon; esto fué el varón de los siglos. No hay ani- palabra á mi curiosidad do darle gusto en
y de mi filosofia. No lo creo , porque le y para fundar los sistemas teológicos solo mal mas parecido al hombre que el mono, la elección, y apartar el ánimo de opinio-
contemplo hombre entendido , y no había la mia. Santo Tomas fué aristotélico ; y los mas agudos no hacen mas que parecer- nes que niegan accidentes , que esta idea
de acreditar su talento á costa de sátiras, aunque por allá se dice que fué San Agus­ s e , no son filósofos, sino m icos, que se puede arrastrarme á los peligros: y Dios
que antes este es único modo de deshon­ tín platónico, se engañan, que mas veces quieren parecer á este insigne gentil. Que mc libre de supersticiones. S i, amigo , de­
rar su cabeza y envilecer su discurso, y es se acordó de mí que de Platon. La doctri­ notable desventura, que no conociese y es- bemos estudiar, lo que nos aproveche y
faltar á la cristiana política entre los vivos, na de átomos es buena para los estrados , cribiese á laluz de la verdad cristiana! Que no lo que nos pierda, dijo mi camarada: y
y á la justa caridad con los muertos. Mas no para las escuelas. Y aunque por acá ig­ consejos no nos hubiera dejado, cuando ahora por Dios que acabemos, que ya de—
la mentira es hija de algo; y lo que yo me. noro muchas cosas de la vida, me persua­ cn la ethica del bien obrar que dictó nos de- seo dar fin á este correo. Responde, y sea
sospecho e s , que habrá elegido otra doc­ d o , por hacerme merced , á que las mas jó una admiración en cada pensamiento 1 con modestia, que lo merece este insigne
trina, y para abonar las ideas de su maes­ escuelas, y religiones estudien en mí y no Yo siempre le veneré como maestro y creí filósofo ; y deblando el papel, mojó la plu-
tro , se le habrán huido de la pluma ó de en estos filosofillos mentirosos. Yo procu­ como oráculo. Fué hombre de juicio , que .naa, y yo dicté así ‘
la boca algunas proposiciones de discípulo; ré siempre escribir la verdad : y á Sócra­ estudió sin otro fin que aprovecharse, y me
pues para hablar mal positivo nunca tendrá tes se lo dije mil veces en sus hocioscuan-
disculpa, y siempre seria sin fundamento. do vivíamos, y notaba yo las voltariedades
No quiero (porque está de priesa este li­ de su idea : Socratis parva cura habenda R E S P U E S T A D E L PISC AT O R D B S A L A M A N C A A L M A Y O R D E LO S FILÓ SO FO S
cenciado) decirle por extenso los discursos est, veritatis autem maxima. Y en cuanto E L G R A N A R IS T Ó T E L E S .
naturales con que enriquecí á mis suce­ á esta parte solo satisfago á Vmd. envián­
sores ; solo le digo á Vmd. (para que lo dole los elementos de mi filosofia. Vmd.
sépanlos vivos) que en el mundo andan los compare con otros, y hallará en mí el « He leido con toda veneración la discre- de Epicuro ; que estos sabe Vmd. que di­
destrozadas y remendadas mis obras. Que desinterés con que me dediqué , y las ca­ ta nota de vuestra inmortalidad ; y le doy jeron que todos los efectos naturales pro-
como en mi siglo no teníamos la bellísima vilaciones de los otros, que por ganar fama las gradas por la buena elección que ha cedían del conflujo de las varias configura-
ocasión délas imprentas que ahora, cuan­ en hallar nueva invención trabucaron lo tenido en no creer del todo las maleficien- ciones de los átomos ; de modo que en los
do me trajo la muerte à este carnero ocul­ mismo que conocían con evidencia. tes voces contra su fama. Yo siempre la caballos y en las hormigas hay átomos re-
tó y guardó mis escritos Teofrasto , que Quien yo soy no me está bien el decirlo, veneré y amé como á maestro; y en cuan- dondos, triangulares, cilindricos, acumi-
aquí me lo dijo Juan Luis Vives , que fué solo puedo (sin temor de ser tenido por tas conversaciones de estudiantes y legos natos, y por la diversa disposición y con­
alcahuete de este hurto : y allí estuvieron vano) decir que fui un Macedón honrado, ine he hallado, si por curiosidad se habló figuration de estos resulta el sugeto. Los
ocultas hasta que Lucio Silla Dictador y por desgracia mia gentil. No escogí pa­ deVmdi ninguno me oiria otra cosa que Espargirícos se mantienen con otros ele-
compró esta librería; y para cohordinar- tria, ni religion: la causa primera me labró alabanzas justas. Verdad es que en algunos m entos, espíritu, fulfur, sa l, agua, tierra,
las y colocarlas , se las dió á Tirannnion cuna, en donde crecí con las impuridades problemas no he querido creer á Vmd. y T o d o s los cuerpos dicen que constan de sal
Gramático, y este las trasladó mal y de- del primer genitor. A Vmd. le hecho á la luego , como han escrito otras filosofías , y por el diverso movimiento y proporción
mala manera ; y como faltó mi viva voz , vida, desde donde puede subir á la celes­ dudoso y o , no sabia , ni es posible elegir, en los mistos resulta el orto y el ocaso,
corrieron sin aprecio, por la dificultad de tial eterna , beneficio admirable. Muera Aunque Vmd. está honrado entre los por la variedad de la fermentación, que
los sentidos, hasta que Alejandro Aphro­ Vmd. gustoso y viva yo correspondiendo á hombres de las religiones : los médicos lo esta es otra cosita que se mueve intestina-
disiense escribiólos comentos, á quien se tan imponderable y no merecido bien. De haq arrojado , y todo el gentío de los c u - mente y natural. Estas y otras invencio-
debela honra de haberme entendido y es­ esta bóveda , tiniebla eterna donde me riosos, y se han arrimado á otras sectas- nes han soñado los filósofos queriendo
pulgado ; y así empezaron á leerse y á en­ obscurezco. Vmd. nos dejó por principios defente na- usurpar á Vmd. la gloria de primer inven-
tenderse mis libros. De Vmd. su íntimo apasionado. tural el vasto cuaternion de elementos , y tor y verdadero natural. Y como hoy está
De Vmd. (que es prudente) no lo creo; nos enseñó que de la diversa metátesis re- el mundo siguiendo á todas estas doctri-
pero de otros no lo dudo habrán dejado mi Aristóteles. sultaba la generación, corrupción y altera- ñas, unos dicen que la de Vmd. no es bue-
doctrina por seguirá Demócrito, que aquí cion de los entes. Esto se siguió y lo pasa- na ; pero mal positivo no lo he oido á nin-
Ustá con diez carros de tierra y polvo so­ Sr. Piscator de Salamanca.
ban los médicos, físicos, y teólogos gran- guno : con que satisfago á Vmd. á las mal-
bre sus huesos, sepultado eternamente en Ninguna carta de los otros muertos me demente, hasta que Cartesio resucitó, y ditas voces de mis enem igos, que hasta
el olvido, pues nadie se acuerda un átomo ha dado tanto gusto como esta : muy bre- puso en venta los átomos de Demócrito y en el infierno me persiguen.
150 SUEÑOS M ORALES. 15 1
SUEÑOS MORALES.
DO Vmd. habiendo conseguido unas vir­ pecha que pueda tener de m i, que solo le votos junta se llévala prebenda. En las jun­ así dejémosla, que si yo empiezo, no aca­
tudes morales tan cultivadas, y siendo un habrán impresionado falsas voces ; que na­ tas de los médicos, sobre una misma en­ baré en dos horas : porque confieso que le
hombre tari honrado, menos podria yò ha­ cí con la desgracia de que me levantan que fermedad , uno vota purga, otro sangria y tengo pasión á esta ciencia. Amigo yo creo
blar mal ; y yo tengo la vanidad de que se rabio. Y asi solo crea á la ingenuidad y ca­ otro cordial. Pero dejando estas profesio- ú los ojos : bien puede ser cierta y demos­
mas de Vmd. que otro, porque se su ge­ riño con que le confieso mi obediencia, y r6 s, que ya sabemos que son voluntarios trable la ciencia que profesas : pero yo he
nealogia, vida y empleo : que es lo que hay que ningún filósofo me debe mas crédito los sistémas, dime: es posible que en las tenido cuenta con tu pronóstico , y le he
que saber del hombre. Vmd. fue Macedón que Vmd. pues según me dibuja la noticia * matemáticas todo es demostraciones ? De pillado infinitos embustes. Dar Vmd. sol y
tal modo, respondí y o , que las matemáti­ encharcarnos en agua, dar muerte de un
honrado de Stagiris, hijo del insigne médi­ su semblante, naturalmente seria un hom­
cas son las verdades de Pedro Grullo : Si rey, y no suceder tal caso. Eres un bestia,
co Nicomaco (entonces cuando los médicos bre de verdad, recomendación y descuido :
eran hidalgos: ) su abuelo de Vmd. fué E s­ y asi lo creo en pago de que Vmd. me crea á partes iguales , añado partes iguales : el íc dije. Esta ciencia de hacer pronósticos
culapio, su madre fué una matrona de be­ esta espresion. De mi posada : Madrid, todo será igual, si á partes desiguales; quito no es matemática, es filosofìa, es un juicio
llas entrañas y buena condición, llamada Corte del Key de España. partes desiguales, el remate será desigual. de los elementos y los influjos. En la par­
Dos y dos son cuatro. S i el sol anda al dia te matemática de los eclipses y lunas no
Phestide : y esto lo se yo por un epigram-
De Vmd. su leal afecto servidor habrás encontrado error sensible : esto lo
mita que cantaban á Vmd. cuando mozo un grado, en treinta dias andará treinta
grados, &. A este modo son sus proceso'? he esplicado en varios papelillos : léalos tu
los que le aprehendían y estimaban, que ' E l grati Piscator de Salamanca.
si mal no me acuerdo decía asi. todos. Mira si con estos elementos podre­ Curiosidad, y no me quiebres la cabeza. Y
M atre creatus Phœstide , Nicomacóque Sr. Macedón Aristóteles. mos asegurarnos de las tormentas de tan­ ahofC despachemos, si me quieres hacer el
■parente. tas opiniones. Pero esto de lineas es una gusto de leer esta última carta. Decia así :
Amigo m io, no dudo que los hombres
Stirpe Asclepiädum Divus Aristóteles. insignes fueron los naturales. Ya mi rudo materia de mucho punto dificultosa , y
Sus padres de Vmd. le educaron en un entender en punto de virtudes morales,
hospicio hasta los diez y siete años , que ningún profesor conoce con mas gallardia ,
cumplidos, le encamparon á Atenas, donde desinterés y humildad que estos. El nombre C A R T A D E U N M U E R T O M ÍSTIC O A L G R A N P IS C A T O R D E S A L A M A N C A .
se hizo amigo y compatriota de Sócrates ; solo lo dice ; filósofos amantes de la cien­
y muerto este concavó Vmd. con Pluton. cia , y en mi juicio solo es sabiduría la que
Creció Vmd. con tantos créditos de bueno y estudia en la naturaleza de los entes. Por « Carísimo , salud en Cristo , que es la viera cosa propia. Todo os de Dios, y solo
filósofo, que sus paisanos los Stagiritas ce­ qué he de nacer yo hombre, y me he de verdadera salud. La voz viva de un difun— es suya la loca vanidad de sus delirios.
es mas misión que la repetida plática de Hános parecido mal su desenfado, su
lebraban una tiesta todos los años, que la morir como un borrico, sin saber qué fu i,
oradores. En nosotros verás desengaños y inmodesta pluma ; y es que no la guia e*
llamaban Aristoteleo : y el mes en que se ni que es el hombre ? porqué no he de saber
e n e i mundo voces. Así mirarne, que te temor de Dios ; y como está entregado del
hacia esta zambra se llamó Stagititon. Los yo como se producen, engendran y se au­
h’bros que Vmd. nos dejó para los vivos fue­ mentan estos vejetables ? Bor qué he de hablo al alma y aprovéchate de este aviso. todo á la lección de los libros vanos, ha
La prisa de avisarte fué la ocasión de mez­ seguido el humor do sus autores. Dejese
ron muchos. Acá solo hemos alcanzado las ignorar que es esta tierra que me sufre ?
Categorias en que trató el negocio de la esta agua que me humedece? este aire que clar esta carta con las otras. Pero advierte de coplas, de cálculos y prosas , que son
simple exposición ; de v oces, y todo asun­ me alimenta ? y este cielo que me gobierna, que lo hizo la confusion. Estudia en ella, y perdimiento de las horas útiles que no se
to logical, de la interpretación dos libros, influge y mantiene ? De que me sirve á mi no te canses en averiguar como fué á ma­ nos ha dado el tiempo para desperdiciarlo
en que expone la naturaleza de las pro­ saber si los hijos naturales pueden heredar ? nos del licenciado que te habló y las entre­ y averiguar si Saturno está retrogrado ó
posiciones, con sus Analíticas prime­ Y si lo supiera, importara para la humana g ó juntas. directo, que no le ha de servir mas que de
ra y última; la P hisolo^a; en que hizo quietud , pero si consulto á los libros, unos Es la vanidad universal tan trascendente estorbo para el ultimo instante. Espacio
física ocultación de los entes naturales. El me dicen que s í , otros que no pueden : y hermano m io, que aun en el que dice que tendrá en viniéndose á nuestras bóvedas
tratado del cielo y del mundo : y este di­ me dejan ¿ la vanidad del capricho la reso­ no la tiene se encuentra ; y esta es la mas de saber las concavidades, crasicias y mo­
cen que no es de vuestra mortandad , y lución. Soy hombre , no es demostrable el hirichada : porque hay modo de esconder­ vimientos de la esfera. Y aqui conocerá ( si
quien le ha levantado este caramillo fué teorema, con que dodo por errado. Asi de­ la, con que escandalosamente se publica. esta carta río le disuade)cuan en vano fa­
Gerónimo Gemuseo, filósofo, meteoros t cía mi amigo : y sin dejar la oración prosi­ Esta entre sus obrillas se pregona humilde tigó la aplicación , y que lejos estuvo de
animales, prqblematas y otros , y otros , guió diciéndome : bien conocía yo, la prác­ y allá entre los soberbios como no saben la verdad.
hasta mas de ciento y cincuenta que he vis­ tica de las facultades, lo dudoso de sus desestimar pcrsuaciones, puede correr su Lea á los Santos Padres, que en sus
to en Gerónimo Cardano, que fué médico doctrinas : porque yo veo que para votar hipocresia con otro apellido. Por acá se obras hallará el chiste con agudeza cristiana
y físico de bien. un pleito son ocho ; y de estos dos son de lee á mejor luz ; y se conoce que vive apa­ la discreción con aprovechamiento el equi­
Vmd. procure cortar los-'vuelos á la sos­ un sentir y cuatro de otro , y ol que mas sionado de s í , como si en sus talentos tu - voco con mas inclinación á lo sagrado que
152 SUEÑOS MORAL1S. SUEÑOS MORALES. 153

á lo desenvuelto,y en fin una sabia y eter­ den en el mundo su desenfado ) y es me­ ( que son preparatoria y convocación á vi­ tanto ni tan poco (prosiguió:) vive con
na lección, que es un alimento del alma en nester huir los escandalós ; y mire que á cios. ) Gusté de los desenfados del baile, cordura, aplícate como te dice este glorio­
la tierra, que engendra felicísimos humo­ la hora déla muerte le harán mucha guer­ de las alegrías do la música, de los em­ so difunto á leer los Santos Padres, y apar­
res en la gracia. ra esas que hoy rie como chanzas. Dios le pleos de las musas , solo dedicado á las ta el genio de los libros inútiles, y las de­
Digame que ha sacado de leer las nove­ abra los ojos, y le guarde para el Cielo. huelgas y juntas donde concurrían otros mas cabilaciones : inténtalas , pero no las
las de Zayas, las coplas de Gongora, las de semejante calibre. Si estudiaba era solo publiques, y mas á mi que te conozco des­
Quien llora la perdición de sus talentos.
sátiras de Marcial, y los chistes de Q ué- lo que pudiera ganarme mentidos aplausos: de los catorce años de tu edad. Mis propo­
vedo? Nada mas que emplear en risas al Quien vivió como quien había de morir, y necio mil veces, creia que con impresio­ siciones son fatales en tu crédito, le res­
discurso. Y si la lección de estos le agra­ nar en una conversación mis voces era el pondí. No sospechas de mi nada bueno. Por­
da , en los Santos Padres la hallará con Carísimo Torres. mayor lauro de mis hazañas. Y á tí que que lo eres tanto, lo digo yo ( dijo él. ) Tu
m assai y con mas donaire.'Déjese de his­ Timbado mi amanuense compañero, me te hallas solo conmigo descubro mi pecho genio es dócil, y no tienes mas voluntad
torias , novelas y coplas , y dediqúese á dijo repitiéndome el apellido muchas v e ­ y las necedades de mi capricho. Si estudié que la que te comunica el que te trata. Tie­
aprenderjel modo de elevar el espíritu , ces. Torres, T orres, que es esto? estas astrologia fué por considerar los pocos que nes muchos amigos, te has llevado la esti­
mortificar la carne, limpiar los sentidos, palabras, que te han hecho mas ruido en hallaban esta senda, y viendome en ella mación de la Corte ; y aunque tú quieras
barrer las potencias, instruir el alma , ejer­ el alma que las pasadas notas? porque sus los mortales me creerían peregrino, pues retirarte- á tu cuarto, ni te lo permitirán
citar las morales y teologales virtudes, ecos te han mudado en pálido lo vermejo el número de los pocos caminantes me ha­ los que bien te quieren , y tu te sabrás ne­
que á esta pelea le echó Dios al mundo y del rostro? que notable mudanza hallo en ría á mi mas reparado : y si hubiera elegi­ gar á sus voces. El tiempo lo dirá, no me
no á escribir jácaras y almanaques. tid e un instante á otro? Pluguiera á Dios, do otro estudio corriera con todos espe­ prediques, que bastantes confusiones pa­
Si le parece que porque emplea los dias dije y o , tuviera tal mudanza que no me cial atención. Válgame Dios! que loco! que dezco. Ahora dame esos avisos , los mete­
en leer, se ha dado Dios por servido de conociera el mundo. No qujeres que me so ­ necio! y que ignorante que he sidol Yo ré en mi corazón, que no quiero que se que­
sus obras, vive burlado; antes está suma­ bresalte una voz que informada de mis procuraré enmendar los pasados devaneos. den papeles de esta casta eulre los demas
mente ofendido. Porque escribiendo con propensiones con verdad acusa mis delitos? Y si Dios me concede lo que dias ha le pido pliegos que hemos arrimado. Y ahora es­
animo de despachar sus papeles, y coger Yo he parecido humilde y estoy de la so­ me he de reir del mundo y de los que hoy cribe, aunque yo no sé como responder á
la boheria de los hombres con la chanza , berbia poseído. Nací como todos propenso viven y vivieron, de sus escritos , de sus este bellísimo escritor. Será preciso, repi­
há permitido á' la pluma mil sandeces y al amor propio, enamorado de mis locu­ pensamientos é ideas, como yo lo estoy tió mi camarada , darte por concluido, y
mil satirillas. Y en llegando estas á manos haciendo de las mias. Muy mistico estas, responder con humi ldad, que así has de
ras. Engañáronme las falsas voces que
de hombres espirituales ( aunque hay po­ dijo mi amigo : no duren mas en mi los negociar mejor ; y asi en nombre de D io s,
desde el oido abrazó mi voluntad, no supo
cos por allá ) las desestiman y conocen el apetitos que la santidad en tu genio. Ni d i, que ya está dispuesto el papel.
el juicio desecharlas, y se han apoderado
daño que desde nuestra eternidad sabemos
del interior. Triste de mi que ya siento el
los que aqui vivimos.
m al, é ignoro el remedio, que para desar­
Los golpes del mundo en su alma han
raigarlo tiene ya las raíces muy profundas. R E S P U E S T A Á UN M UE RT O , Q U E V I V I Ó COMO Q U E H A B I A D É M O R IR ,
sido tan sucesivos , que han hecho poco Consuélate , amigo, me d ijo , y no pronun­
D É D O N D IE G O D É TO R RES.
menos que incurable la llaga. El modio es cies disparates. Remedio tienes , que te lo
limpiarla de las costras y materias retos­ remite el piadoso difunto en este pliego.
tadas que la tienen cercada , y bañarla con Instruye él alma en sus meditaciones, y » Recibí su ca ria , desengañador m io, y catas , y me confunde mas el modo con que
el agua dulce de estos consejos que lasti­ practica sus consejos, que si son como es­ te ocultas.
abrazando con el alma su contenido , besé
mado lo remito ; advirtiendo que para ta carta no dudo que desde la primera apli­ la firma y veneró el corazón lo divino de La hinchazón de mi soberbia es tan fco-
leerlos ha menester desposeerse de otros cación empiecen á desmoronar de tu inte­ sus caracteres : dejando sus voces tan cris­ nocida que no puede negarla mi necedad.
estudios inútiles : pues de otra suer­ Vicio es que no supo la hipocresia disimu-
rior las raíces de los vanos estudios, en li­ tiana disposición on mis potencias que he
te será añadir enconos'á la herida. Oh in­ logrado ver impreso en el alma lo escrito. larlo.Erró mi vida desde los principios la
bros que hasta hoy has contemplado. Tra­
feliz^ mil veces si'quiere que se pudra el bajo te costará olvidar sus ideas ; pero lo Fuera loca detención pararme á cavilaren carrera de sus direcciones : y fui tan infeliz
todo, por inclinar, su cuidado solamente conseguirás no desmayando en la tarca. Ay el escritor, olvidando los gloriosos conse­ que aun llevado de muchas señales desma­
al deleite de la voluntad. yaba en los caminos : y torciendo los pasos
amigol qne cobarde que me tiene y que jos del dictado; aunque no te perdono, her­
Y si mientras tiene que vivir no tiene postrado la arrogancia del mundo y .la fal­ mano m io, la impiedad de esconderme tu me visitaban la noche en las laderas del
otro modo con que acabar la vida, le rue­ sa noticia de sus tratos! Guió los pasos pri­ „ombre, pues me tiranizas la gloria de sa­ destino, no encontrando mi ceguedad ca­
go y amonesto que escriba llanamente sin meros de mi juventud la perniciosa politi­ ber á quien debe mi fortuna el mas íeliz minante que no pusiese en la senda del vi­
añadiduras de prólogos'( porque ya le muer- ca délas que llama el mundo habilidades de los desengaños. Con próvido recelo te re­ vir.
15Ì SUEÑOS MORALES.
SUEÑOS MORALES. 155
Pasé los años en dañosas fatigas, los de espirituales reconocimientos, aunque
conocidos de nuestros ojos. Yo borraré lo ya procuraba á tientas buscar un rincón
meses en vanas tareas, los dias en imper­ enojan al apetito alhagan con especial dul­
dictado, señor estudiante, y mudaré de donde guarecerme ó una rotura donde se­
tinentes estudios, y todo el tiempo en pe­ zura á la razón, y siempre alientan al áni­
mas cobarde estilo, le dijé lleno de susto. pultarme. Fué tal la brega que yo tuve
cados. Veinte y ocho años me ha permiti­ mo. Y conociendo que no había firmado la
En manos de Vmd. está dejarme enmen­ conmigo , que desgreñado , chorreando
do Dios que viva en el mundo , ÿ desde carta, le dije : Tienes razón ; doite las gra­
dar estas respuestas, pues no ha cumplido azumbres de pegajoso sudor, encendido
que empezó á desembozarse el alvedrió, cias de que con tanto gusto desees en mis
el plazo de los tres dias, que por orden de con el agitado movimiento de la aprehen­
empezó á tener canas el desorden.Los años sustos que empiezan en penas y mueren
los muertos se me ha permitido. Yo no sión, desperté en mi cama fatigado. La ro­
de la Cuna los gastó la asquerosa crianza, glorias, y ahora deja firmar esta última
creo (dijo) ya en sus palabras, no enmen­ pa en el suelo, la sábana por golilla , la ca­
los de niño la pesada taréa de la cartilla, dichosa carta ; y tu sobrescribe las escritas
dará su genio voluntarioso ; y asi vengan. misa despedazada de las vueltas y revuel­
los de mozo selos sorbieron los vicios. Ya para que las tengan prontas el lagañoso es­
Y cogiéndonos á cada uno debajo de los tas. Y cobrado ya , empecé á hacerme
conozco que nunca mandé sobre mi ; todos tudiante, á quien perdono el primer susto
dos cuartones descomarcadas de sus bra­ cruces y á melancolizarme con la especie
se agarraron de mi voluntad. Válgame DiosI por el dulce consuelo de este último desen­
zo s, y desmoronándose la que parecía ba ­ del letargo, porque he oido decir á los me­
y quo tarde me recobro! cuando espero gaño.
yeta de sus hábitos, y era negro carbon dicos que los sueños crueles y horrorosos
menos vida que la ya malograda. Sírvame Firmaba y o , y ponia cubiertas mi ami­
del chamuscado destrozo de su incendio, son avisos de la prevenida enfermedad, ó
de disculpa, hermano mio, esta confesión, g o, cuando asoma por las puertas el esco­
nos llevó ( lo jurára ) arrastrándonos los pronósticos de la cercana muerte. Será lo
pues no tiene otra ignorancia. lar pilongo á dar nuevo horror á mis ojos
pies por una rotura, pasadizo á unas bóve­ que Dios quisiere. Abrieron los ojos dos
Debo á tu piedad el santo consejo de la y terrible susto á mi cobardía. Y llegándo­
das, donde sin orden se arrinconaban infi­ amigos que se sirven de mi cuarto, y mien­
divina lección de los PP. Doctores de la se ( lo jurara ) á mi bufete, cojió las cartas,
nitas enlutadas cajas. Era lugar húmedo, tras llegaba la horade entrar el chocolate
Iglesia. Confieso que siempre la tuve por y barajándolas todas , arrugando el ceño ,
tenebroso, entapizado de horror. Y ape­ empecé á contar el sueño, admiráronse
medrosa y difícil ; pero ya desengañado , nos clavó los ojos á los dos , y dijo : Páre_
nar pisamos su lobreguez, cuando me sen­ de é l, y dijo uno, que esta fantasia era
prometo no leer mas hojas que sus devotos ceos ( con los dos hablo) que no escuché la
tí sin el maldito escolar, y sin mi amigo en merecedora de que la lograsen todos. Yo
escritos. Otra fuera mi gloria si en el mun­ nota y convérsacion de estas cartas ? Todo
un silencio tan profundo, que mas me hor­ que para escribir no he menester que me
do hubiera logrado este aviso : quizá fue­ lo o í, y me avergüenzo de que nose haya
rorizó lo callado, que la funesta obscuri­ rueguen m ucho, tomé la pluma por dar
ra hoy menos mi tormento. Pero sentido confudido este astrólogo al verse tan justa­
dad de aquellas grutas. Suspenso , frió, gusto á mis am igos, y divertirme yo. Si
tu v e ; yo me aparté, vo lo lloré : ruega mente acusado. ¿Qué mortal recibiera esta
fuera de mi estaba padeciendo las m oles­ á tí lector no te complace, paciencia. Yo
por mi á Dios. pesadumbre que no clamara al Cielo mil tas suspensiones de mi fantasía, sin saber no te obligaré á que lo com pres ; pero á lo
Nó me deja el interior pesar escribir los perdones ? y él con fresca resolución res­
si estaba sepultada mi vida para la eter­ menos las gacetas y los ciegos te la han
sentidos del alma. Tiéneme sobrecojido la pondo desahogos. La carta última no nece­ nidad, cuando de repente siento que los de encajar, que quieras que no quieras : y
culpa , y enagenado el justo cargo. Sin or­ sito llevarla, que ya sabe lo que tiene res­ así amigo conformarse, porque yo no pue­
huesos se empiezan á dar unos con otros,
den siento el pulso, sin ley al racional com- pondido. Y si á los demas escribiera con el do servirte en dejar la pluma , porque será
y á soltarse los cascos y canillas por aque­
puesto. Ni uno anima, ni otro alienta. Yo mismo , menos inmodesto estilo , yo los quitarme los vuelos.
llos paredones ; yo huyendo de la tormen­
me doy por concluido á tus voces. Solo te condujera ; pero aunque m alo, no he de ser
ta de huesazos y cascotes , ya me encojía ,
pido que mires el desconsuelo en que me embajador de sus disparates. Y pues ha
veo ; y que niegues por mi á D ios, quien tenido valor para dictar con la pluma tales
te aumente la gloria, y á mí me dé la que descomposturas, veamos si á boca es hom­
espero, gracia. De mi cuarto hoy por cuen­ bre de hablar con los muertos- Y el cama-
ta eclesiástica 3 de Mayo de 1725. rada bajará á sus cavernas, pues le ha tra­
Asi te quiero y o , y asi te quiere Dios , bucado el miedo en que yo le dejé, persua­ _____ JKSife&y
confeso horrorizado de tus descuidos. Mu­ diendo con sus bachillerías á sus ignoran­
cho me pesa verte quebrantado ; mas me cias , de que eran burla estas verdades. Los
■<y
consuela contemplarte advertido; \ uelve en dos nos asustamos, y el rostro empezó i
tí para volver tan otro que solo vuelvas pa­ bañarse en lágrimas, y chapuzarse en p e­
ra Dios. Vamos, amigo mio. Asi me ani­ gajosos sudores. Y tragándome la mitad de
maba mi huésped , porque sin duda le asal­ las palabras, y empujando al aliento, vol­
té con la bajeza de mi color y el descon­ ví á mi amigo, y le dije : Bien decia yo quo
suelo de mi espíritu. Yo no dejé de alen- no era chasco , mira ; por ti padezco esta
tai me; porque los deliquios que provienen tormenta : por ti nos llevan á lagos nunca
HABIDOS Y POR HABER.

R e s p u e s t a d e T o r r e s a l c o n d e d e M a u r c p a f , f is c a l d e l a a c a d e m i a d e S*aris ? y
d e c a m i n o e s c a r t a à to d o s l o s f i s c a l e s d e s u s o b r a s . S o b r e l a p r e g u n t a d e l a
a c a d e m i a , p o r q u é e l g a ll o c a n t a A l a s d o c e d e l a n o c h e e n P o r t u g a l , y l l e v a ­
d o A F r a n c i a c a n t a A l a s m is m a s d o c e , s i e n d o a s i q u e h a y u n a h o r a d e d if e ­
r e n c i a ? A l a m ig o q u e l e e n v ió l a c e n s u r a d e l g a ll o e s p a ñ o l , l e v u e lv e T o r r e s
s u r e s p u e s t a e s t e v i ll e tc q u e h a c e o fic io s d e p r ó lo g o .

1 papo! -que Vmd. me envia no tiene cosa buena sino estar escrito Con­
tra m í, los reparos del maestro fìsca! en mi-obra son muy materiales,
y con lo que pensó derrivarla la deja mas firme, porque no es obra se­
gura la que no está bien reparada ; ya creo que soy dichoso, pues mis
contrarios me labran la fortuna , dígolo, porque el dinero que hice de
mis calendarios lo gasté, y estaba ya como casa de duendes mi bolsillo , y ahora me
llega el socorro de España con la furia Francesa ; he respondido breve por no detener
al volante Pedro de Frades. Pida Vmd. licencia para la impresión al Pmal Consejo ( que
yo nunca he sido contrabandista de sátiras ) y concedida , que no lo dudo de sus doctos
Ministros , porque mi respuesta solo habla mal de m í, y yo lo perdono ; so le entrega­
rá , y no le dé Vmd, el porte, que ya vá bien despachado, y en Paris tomará las albri­
cias del Fiscal, y niegue Vmd. á Dios que no nos falten hediondos, que nos dén , a Vd.
que hacer, y á mí que cobrar, y á todos que decir : Sirva este que escribo de prologui­
zar al lector ( si á Vmd. le parece ) y sino que salga la respuesta del Fiscal desnuda, que
yo no estoy obligado á vestir con un prólogo á cada papel. D elos primeros cuartos que
nos vengan cuide Vmd. de socorrerme, que aunque Estudiante mozo y sin familia, no
me faltan obligaciones, y á lo m enos, la de sers ir á Vmd. y rogar á Dios por su salud
y vida , la tendré siempre ; de la casa de un amigo donde me cojió esta tempestad. Ma­
drid y Febrero 28. de 1726. — De Vmd. siempre. — D i e g o d e F o u r e s .

Al tiempo que firmaba este papel vi echado sobre el bufete en donde yo escribía, aquel
gracioso amigo Sanchez ( que ya notando mi detención me buscaba ) oculté el pliego, y
138 sueñ os m o rales.
SUEÑOS MORALES. 139
en mi cuidado se despertó su curiosidad ; fué preciso decirle que esta censura era de
brujas son cuentos viejos ; mi padre ( Dios distribuir, el cubierto me lo costea el Gran
participantes. , pues también descomulgaba á su ingenio ; diole un flujo de risa que
le dé vida ) tiene mas de setenta años-, y Señor, que me sufre el Marques de Almar-
aturdió á los otros amigos de la tertulia, en donde á nuestro gusto nos holgábamos ,
todo este tiempo ha que blasfema de ellas, za , mi Señor, con tan buena voluntad, que
atraídos todos d éla no\edad, y se leyó el papel del Fiscal y mi Carta ; uno de ellos me
y dice que ninguna le ha chupado. No soy sus bizarrías galantean á mis escesos. A la
dijo en secreto que esta censura no estaba hecha en Francia, que conocía el ingenio;
marido, que no me gusta da religion sin no­ fortuna no la creo , que es un duende, que
pues débamela modestia al Anónimo de callarlo, respondí, y sepa la Academia que
viciado , y fui siempre medroso del refrán jamas temí sus gestos , no he conocido tal
nunca creí de su seriedad y acierto tal desatino ; y asi mi respuesta es bailar solo al son
que dice : antes que te casas ; y aunque la m uger, pero si la h ay, sus vueltas , sus
que me tocan ; Sanchez , que no dejó de reir, dijo : ( encargándome qne mande Vmd.
almohada me propuso muchas veces que vaivenes, ni sus antojos jamas tuvieron ju­
imprimir esta pregunta ) Sea el anónimo ósea la jic a d c m ia , diga Vmd. á su Librero que
seria bueno tener una moza que gastar y risdicción en el ánimo mio. En las preten­
yo tengo pasión á los gallos; y despues de impreso el tratadito he observado mas razones
un dote con quien dormir , no me encarnó siones llaman fortuna lograr luego, y poca
acerca de este p u n to , que las diré si la Academia me responde á esta otra pregunta, que la memoria de lo hermoso,, porque velaba fortuna al que tarda en ser acomodado ; yo
como músico, es del tenor siguiente : Por que el gallo capon canta en bajo, y el gallo en­ mi libertad. Mucho rinde una consulta (de puedo decir que no hay mas fortuna que la
tero en tiple ? siendo contra todo el natural que los castrados ( como lo vemos en el estas que pillan á un joven solo y acostado) boca del hombre. El eco del mal inclinado,
hombre ) cantan en bajo ? T en resolviendo la Academia ó el anónimo esta duda la pre­ pero pudo mas la pasión á la vida descui­ la voz del soberbio, y el informe del adula­
miai emos con otro tratadito , para que te haga con caudal , y luego nos imprima un li­ dada; danzar con todas, correr con ningu­ dor , que profanan el oido de! que me ha de
bro ce á folio de razones, diciendo que son suyas. Vmd. me haga el favor de mandarlo na, y á tos que se mueren y se casan enco­ enriquecer, es la poca fortuna, yo conocí
imprimir a sí, como lo dice Sánchez ; y guarde Dios á Vmd. T orres. mendarlos á Dios. No soy pretendiente, esta danza, y vivo y bebo para mi solo. Aun
porque no quiero soltar la honra de mi ma­ cuando mas niño ( créame Vmd. esta ver­
no, ni desasirme de la providencia. Si los dad) nunca me enojó que Fulanilis me abor­
gastos todos de la vida son pan y paño, los reciese, ni Doña Difenente me desairase ;
R E S P U E S T A A L CO NDE F IS C A L , Y D E C A M IN O ES C A R T A buscaré en mí , no en otros, y sea por el á mi rincón marchaba tan airoso con sus fa-
P A R A O T R O S F I S C A L E S D E T O D A S SU S O B R A S . primer camino que me enseñe la fortuna ; Vores como con sus ceñ os, que para sus ca­
M A D R I D , E S T A M O S A D IO S G R A C I A S E N F E B R E R O 2 8 D E 1 7 2 6 . de modo, que si el Aura popular que hoy prichos siempre tuve las alteraciones di­
sopla ( con provecho mio ) á mis papeles funtas. El espí ritu está hecho á resistencias,
se calmase, me pusiera á aguador , que es el cuerpo á desazones, y el ánimo á tontos;
Yo ( muy Señor mio ) bailo la noche que d o , con puñal, tabardillo, cámaras e n mi ' ciencia que se aprende al primer viage. He y ya me hallo entre los sustos^ las necesi­
encueri ro con quien ; a las melancolías del tierra ó en Flandesno me acobarda, que yo de buscar el alimento con D io s , no con dades como si las hubiera parido. Nada me
íumor ne¡,ro las aburi o con la guitarra : me tomaré la muerte que me tocare sin meter- honra, que es esta una de - las fantasmas y enoja ; si el vecino es soberbio, que se mue­
contieso.algunas veces al año, y dejo bar- me á escoger tósigos , y si he de ser cala­ embustes del diablo, con que nos persuade ra ; sí envidioso , que se pudra ; si murmu­
li o el interior de veinte pecados rabones vera de cualquiera muerte, venga la hora el hurto, la adulación y la soberbia; y por rador , que muerda en mas blando : A mi
y cuati o culpas de mala m uerte, hechas, y el modo de morir á que estoy destinado la tal honra, en el mundo político nos con­ solo me toca gemir mis m ales, el pecado
mas que por las costumbres del apetito, y benedicamus Domino. No discurro en en- denamos á sufrimientos mas infames, por ageno , que lo llore su am o, ó no lo llore ;
por os rempujones de la carne, que la te- tierro, que este me lo lia de pagar otro : que nos lian de costar vergüenza alimen­ yo he do cuidar de mi alma y el vecino de
mo mas que á md. al Mundo y al D em o- Misas"? Si por casualidad ( que lo dudo) tarnos , y entretenernos en un oficio que déla suya. Si viviera Epitecto, le buscara
mo , y si en i Corte tuvieran mas valor las dejare monedas las mandaré rezar, y si porque dá de comer con el gusto de Dios , para darle mil abrazos, porque me dejó en
* ’ utra mas modelado de alteración puedo irán delante, que esto es avisar al le ilaman mecánico. Con este sosiego , y su escuela el estudio de las seguridades.
p l,,^r?-e|S lc,ra,)arata de culpas. Me Purgatorio que mo espere , y cuando esto desposada con el que dirán , paseo la Corte Contemplar en mí me manda en su filoso­
aue m e dehe e T ^ e m U c h o S r a t o "J ’ s in no suceda, copiosísimo tesoro tiene nuestra cuando me dá la gana, me aparezco en el fia, y gozo tanta salud con esta ciencia ,
vo me i . menor asco su 'memoria, Santa Madre para remediar las hambres ca­ prado cuando es mi gusto, huyo á la aldea, que no pasa hora éb que no brote aíegríáá
li a pin o menos horrible que me la tólicas. No temo á los difuntos , á los duen- cuando yo me llevo ; al envidioso no trato ; el interior. Cuando yo hacia versos, en oca=
dibujan los libros místicos y me la predi- d es, ni á las brujas : toda esta gente ha de del mordáz me rio ; al descortés lo dejo; y sion quem e quitaron el comer, describió
can los pulpitos ( y es-os, espantajos los te- menester licencia de Dios, y se la recatóa solo me deben la lástima las. contingencias1 ( por aliviar las porlias de la fortuna ) mi
me el juicio , confonde los consintió la pri- su Magestad de continuo. Un difunto es un no gasto médico, porque mi salud vixe agra­ conformidad este
mera apre íeDsion ) aguardándola, como desengaño que aprovecha. El duende es un decida à te i buen humor, y la buena tem­ SONETO.
precisa , y para o<ie no me asuste mientras entretenimiento, que me arrulla con sus planza corre por las discreciones de mi die­ Q u e m e r o b e lo j u s l o la v i o l e n c i a ,
Q u e s e e x p l i q u é el c o r a g e v e n g a t i v o ,
\ i \ o , me copio yo á mi modo una muerte chanzonetas ; y duende lia habido que me ta. Mis calendarios me pagan el vestido ! Y q u e el o d i o s e e n o j e , n o e s m o t i v o
galana ; que esta sea de repente, de pensa- sirvió algunas noches de almendrada. Las mis musas me prestan cuatro reales que P a r a q u e yo d e s p re c ie m i pa c ie n c ia .
IC O SUEÑOS morales. su eñ o s m o r a i.e s . ld
D g la e n v i d i a la b á r b a r a i n f l u e n c i a ra que no me engañen los misteriosos ca­ te el hambre que e! sueño : perdí los dias ; bre todo , señor mio ; yo trabajo para salir
C on r i s a b u r l o , y c o n s e m b l a n t e e s q u i v o ,
bizbajos, doctos de facciones , sabios de pero gané un millón de desengaños que hoy
Q u e e n n o h a c e r r e s i s t e n c i a á lo a l t i v o , de la vida, el que quisiere la posteridad ,
F u n d a m i c o n d i c i ó n la r e s i s t e n c i a . gestos, estudiantes de quejas, que su sabi­
me hacen feliz la vida. Con la panza mas que la sude ( y que sabemos si el mundo
A j u s t o s m a n d a D io s , y á p e c a d o r e s , duría le señalan en las arrugas déla frente.
Q u e l o d o s c o m a n lo q u e el r o s t r o s u d a , enjuta que yegua de baquero me retiraba á irá de mal en peor ) por antojo de otros no
Y o tr o g lolon m e trag a m is su d o res ?
No sem e puede negar un poquito derem i-
mi guardilla ; y para huir las tentaciones he de aventurar el caudal y la cabeza. No
T i é n t e m e la a m b i c i ó n , la r a b i a a c u d a , nisciencia, otro tanto de mania, un gran ta­
Q ue á d e s p re c ia r codicias y fu ro res del estómago y las necesidades de la carne deseo que me aprecien;, sino que me com­
razón de locura, un granito intelectual, y
E p ite c to m e e n s e ñ a y D ios m e a y u d a .
un si es no es de sabiduría ; porque hay y el pan , me divertia en leer los libros nue­ pren. Dictaré sin fatiga y sin precision un
En fin , amigo , ya tengo muchos callos vos que cada semana nos dá en la gaceta romance claro, sin molestias del natural ,
ocasiones en que soy discreto á pesar de
en la paciencia , y la sangre tan fría , que ( que es lo mismo que la del martes ) reco­ y sin esprimirle mucho ,'que no sé lo que
mis disparates. En mi armario no hay libro
para calentarse en los vasos necesita del nocí estilos, noté conceptos é ideas ; y por puedo durar , ni lo que me pueden escribir
que valga treinta cuartos, alguno mendigué
fuego de la fiebre, y á estas llamaradas de y leí cuando estaba preso ( que todo este ri­ mi vida que no he hallado otro Quevedo (Vmd. me vá leyet-.do con impaciencia, por­
la cólera curo yo con la flema de esta otra que me desmaye , ni otro Góngora que me que todo esto(no es del caso , y es así'; pe­
gor ha necesitado mi flojedad ) mis papeles
coplita, que eredé de mi abuela ( que Dios lo pregonan, pues los arrojo desnudos, asuste, ni otro Cervantes que me llevase la ro aguante como yo, y hágase á sufrido.
haya ) que me la dejó su merced para sacu­ sin autoridad , citas , versos, ni apoyos, admiración : pues sino hay esto s, dije yo , Otras mañas tengo de escritor en el go­
dimientos de necios pegajosos. sin mas abrigo que el de mis pobres vastos lo que los otros hacen que es tiznar pliegos bierno de dar á la prensa mis desatinos , y
E n este m ald ito m u n d o puñales ( porque es insufrible taréa sacudir y poner á parir las prensas, para que abor­ son estas. Supuesto que yo no escribo pa -
D o n a d i e se h a d e f i a r , libros y hojear foleos) y este me ha pareci­ ten monstruosidades , porqué no lo he de ra ganar fama , enseñar ni entretener, sino
T ú p o r U go , y y o p o r m i g o ,
do trabajo sin fruto ; porque si el fin de ci­ hacer yo ? cuando tengo un ingenio tan lu­ solo por dos causas, que son cuando no
Y p e rc u ra rs e salvar.
tar y poner márgenes es para persuadir con jurioso como los demas ? con esta consi­ tengo dinero y cuando me dá la gana , ho
Este es mi humor, y para que corra mas
otros el crédito de mis proposiciones, que deración y la poca esperiencia ( que enton­ cuidado mucho de no escribir contra autor
libre me ha dado la naturaleza dos varas y
desatino ? que locura ? que desvanecimien­ ces como niño me engañó ) me embarqué señalado, corran todos, busquen su eter­
cuarta de humanidad ; con que dudo que
to ? Vive sin cien defensores; que opinion en mis calendarios , y me fui á remar á la nidad y su fama, vivan en su opinion ; por­
haya alma que se pasee por mejor galeria.
tienen mil apasionados ? no hay cosa cier— galera del impresor. Yo no sé como escribo; que esto de dictar contra autor conocido,
Añada Vmd. señor fiscal á estas gracias la
ta ; y una que h ay, que es nuestra santa pero una de d o s, ó hay muchos necios en
de ser vermejo ( que desde que nací se me es gravísimo cargo de conciencia , que pi­
F é , tampoco está libro de contrarios ; pues el mundo , ó yo escribo bien ; porque nin­ de una restitución que no tiene. Ei que es­
puso en la cabeza ) narigón , y pelo propio,
siendo verdades infalibles , las negó Lute­ guno de cuantos viejos doctos llenos de es­
y está Vmd. informado de lo que es Torres cribe contra otro (aunque sea con santo fin)
ro, las maltrató Calvino: no las confiesan pecies y tabaco corren en esta senda, son
en cuanto hombre. La aventura , gobierno le quita la honra , le atrasa la opinion , le
los moros, y las aborrecen los judíos ; y si también admitidos como mis papeles.Tan­
y destino de escritor, léala Vmd. y si se estorba la ven ta, ó le minora la fama ; pues
he de hablar á Vmd. con confianza , mas me
cansa déjelo, que asi hice yo con su censu­ ta confianza tengo en mi maña y mis tontos porqué he de llevar yo á la presencia de
inclino á bailar, reir, pasear, ver la come­
ra , que como he menester la paciencia ( que todo es uno) queen viéndome desco­ Dios cargos que no me puede perdonar ? Si
dia y acompañar á mis amigos, que al re­
ciencia para otros cuidados , no la quise sid o , corto las plum as, y á la fantasia le quiero acreditarme , mas valentia es de ta­
cogimiento, la abstracción , retiro y estu­
despreciar en leer sus presunciones. pido el paño que tenga mas á mano para lento escribir sin satirizar , buscando el
d io, que son las partes que hacen gloriosos
Soy un estudiantón entre arbolario y a s- vestirme , y me dá cien doblones mas fijos asunto de la obra solo en mis ideas, no en
los genios. Nunca soñé en docto, ni tengo
trólago, con una ciencia-mulata, ni bien que en la caja de un Genovés miserable. Mi las del otro : contradecir es fácil, discurrir
traza de doctor, ni soy para ello ; y si lo
prieta, ni bien blanca., licenciado de apues­ estilo ó es malo para viejas, mozas y algu­ difícil ; pues busco la gloria de acertar en
hubiera pensado es muy posible que lo lo -
ta entre si sabe ó no sabe, lo que no se du­ nos aprendices de la recancanilla y el equí­ los discursos, no en las contradicciones.
-grara ; porque el hombre es todo lo que
da e s , que sé hacer calendarios. En punto quiere ser. voco ; las ideas son un moral entretenido en Una criada me sirve á m í, que replicará
de estilo , noticias y dopas estoy en opinio­ chanzas del tiempo , y esto con un desaho­ con un catedrático, y no sabe pasar las
Me destinó á la corte, comoá otros per­
nes ; pero yo para mis menesteres no nece­ go como asi me lo quiero, escribo á lo que
dularios , la poca esperiencia , me puse á cuentas de una camándula ; porfiar y negar
sito á ningún presumido. Si enfermo , yo me sa le, y salga lo que saliere : escritor del
pretendiente (que es el alivio de los deses­ es entretenimiento de sumulistas , taréa de
curo , si me enamoro, yo me hago las co­ año de doce con trompón y canto. Las re­
perados ) comí el vestido , rompí los zapa­ necios y común desahogo de mal acondi­
plas , y me riño las pendencias ; si tuve al­
to s, y á pocos.meses andaba cnucilicando glas de escribir bien ( si son lasque enseña cionados. Todo el que escribe á la pública
gun pleito, me hice el memorial ; predicar
la respiración, y levantando calvarios al ]a retórica ) tengo vanidad de que las co­ luz \á á buscar su crédito ; pues pase por
sermones no es estudio de mi humor ; con
boztezo ; pero el mal oficio me desmentía , nozco ; pero malos años para el puto que mí y súplasele lo defectuoso por lo aplica­
flue para mi gasto tengo lo que me sobra pa-
porque mas sospechosa es á un pretendien- las u sára, no está el siglo para estas deli­ do ; para mí no hay papel mal escrito ( re -
cadezas , tome lo que se le escribe , y dé mítome á los que me tratan. ) Si sale un
gracias á D ios, que ni aun esto merece. So­ papel malo , mas disculpable es escribir
11
102 SUEÑOS MORALES.
SUEÑOS MORALES. 163
contra los doctos aprobantes que lo con­ curece su fama: porque hablando en jui­ palos como los entremeses : en otros de­ esta salva, y porque verdaderamente escru­
sienten , el consejo que lo sufre, y los mi­ cio á cualquiera contraria doctrina la mi­ senterraron algunos abuelos : en fin (libros puliza solo en lo material de los términos ,
nistros que dán licencia ; pero contra el au­ ran con bascas los sabios: pues ya que por sin nombres ) que es bastante desdicha de y no estoy tan pagado de mi estudio que
to r , es locura , es envidia del acrecenta­ modesta se escape de desvergonzada , nun­ un linage no hallarle el apellido , vino lue­ no conozca que escribo mil errores: lo de­
miento de sus virtudes, es soberbia que ca se libra de ser atrevimiento y arrojo. go el espediente de las minas de Guadal­ más es opinion , quédese Vmd. con la su­
persuade el amor propio que ha de valer No doy cuadernillo á la prensa sin que canal, y como azogados los ingenios , unos ya, que yo mo hallo bien con la mia.
mas su dictamen que el ageno, y es una pase por consentimiento de los reales m i­ afirmaban por delirio el instrumento, otros La censura de Vmd. puede pasar, escri­
necia pesadumbre del aplauso. Lo mal es­ nistros, y por la censura de los aprobantes por embuste la extracción de la plata, unos be con mucha cortesia, no pasa un renglón
crito en sus hojas lleva la sátira general, y con sus licencias caminan con seguridad arguian, otros negaban, y todos se disfa­ sin un señor Don Diego, que se lo estimo
corra , que el parará en las manos, ya que mis desaciertos ; mi gusto es trabajar un maron á sí mismos; pues vuelva Vmd. los mucho, porque nadie me sabe otro apelli­
no del desprecio del olvido. papelillo de filosofía , un fragmento médi­ ojos á todos estos papeles ( que pasan de do que Torres á secas, ó el Piscator, y
Si alguno me satiriza, respondo con de­ c o , un almanak; y de esto que llaman diez) se los ha tragado ya el gremio de esto de que corra mi nombre con Don y
senfado , no al asunto ( que esto se llama buenas letras también pico en aficionado : la especiería) y será solo un corage sin eru. señor, no ha dejado de darme un tantico do
cortar majaderos) otros se sacuden, pero en fin, solo escribo lo que pueda salir á pú­ dicion, un arrojo sin noticia , un desuello vanidad ; dos pliegos son muy metidos , y
yo me sacudo. Mi doctrina no la quiero blica luz, sin esponerme á que me nieguen sin estudio, y en fin , sátiras y dicterios sin en fin, todo sirve: Omnia quœ scripta sunt
persuadir, porfiar ni defender. A quien e s ­ la impresión ; pues perdida esta , malogro tocar argumento contra al asunto, ni dar la ad nostram utilitatem scripta sunt. Consué­
cribe un pliego le doy una mano : como el tiempo, la moneda y el papel. mas escasa doctrina que pueda servir para lese Vmd. señor fiscal, que su papel (aun­
epitecto pedia á Dios ■Plue Jupiter super Mi nombre siempre ha ido por delante el gobierno de esta República interior ó vi­ que parece que le he despreciado ) ya está
me calamitates. Digo yo : Lluevan papeles de mis obras, porque hay bulas de sumos sible ; pues si esto es constante, y yo me sirviendo, ya le'di oficio en mi posada ; y
sobre mi. Y en esto no tengo mérito, por­ Pontifices que dan por descomulgados á conozco mas necio que los que han escrito, el mismo empleo daré á cuantos vinieren ,
que he hecho naturaleza de las malas bo­ los autores anónimos ; y si Vmd no los ha no es razón que arroje al genio de un lago y pasé la palabra, que lo voy á decir en el
cas. Yo deseo que digan m as, y en mis visto, véngase á mi posada y se las echa­ de disparates: Este es el motivo mas ra­ siguiente.
respuestas pongo mas que lo que me pue­ ré : pero busque antes un cura que le ab­ cional que me detiene á no responder á los
dan decir; y si en Francia tuviese Vmd. T o d o c u a n t o h a y e s c r i t o e n lo c r i a d o
suelva, que mi madre la Iglesia me prohi­ reparos que Vmd. ha puesto á mi gallo)
S i r v e p a r a e n s e ñ a n z a d e lo s f ie le s ,
noticia de alguno que quiera escribir contra be el trato con los escomulgados. cerré el paréntesis. El es largo, y quiebra Y e n tr e m o ro s, católicos é in fie le s.
mis costumbres ó mis obras, envíemelo ■ El motivo primero y mas fuerte, que no de medio á medio las leyes de la retórica ; N o h a y p a p e l q u e n o v iv a a c o m o d a d o .
por acá, que yo lo informaré mejor que A lg u n o s sirven p a ra h e c h a r r e c a d o ,
me deja responder á sus reparos es el poco pero qué se m edáá mi? El segundo moti­ O tros de a c re d ita r o tro s p ap eles ;
otro de lo que soy , porque vivo dentro de aprovechamiento que hemos de sacar en vo e s, que no quiero emplear los dias de U n o s s i r v e n d e s u e l o á lo s p a s t e l e s ,
mi mismo , y ha dias que me conozco de una materia tan inútil y dudosa : que hare­ carnestolendas en satisfacer á porfias Y o tro s p ara lim p iar el ojald rad o .
V ino v u e s tro p ap el ; p e ro mi e s ta n te
trato. Gracias á Dios que me voy desaho­ mos con que yo linea por linea vaya con­ cuando me esperan las lícitas diversiones :
L e e s c u p ió d e su h o n r a d o fro n tis p ic io ,
gando ; mire Vmd. que friolera? toda es­ tradiciendo á las razones de V. merced ? La tercera, que yo no he menester glorias, P o r n e c io , mal lim ad o y mal so n a n te ,
ta pintura de Torres ; hombre y escritor, Nada, porque ni yo ni Vmd. ni su academia y deseo que Vmd. tenga la de poder decir M a s y o q u e d e s e a b a d a r l e oficio ,
A n te s q u e o tr o m e e m p e ñ e , a llí al in s ta n te
es solo á fin de desbaratar á Vmd. la vani­ puede ni podrá , ( sino es por milagro ó que concluyó á Torres ; Lo cuarto , que Lo a c o m o d é p o r ¿ o r r a del servicio.
dad que pueda haber tenido, de que me ha ciencia confusa ) averiguar la razón, por no es razón que dos hombres de bien nos
dado que sentir en su censura ; y para que que el gallo canta a las doce : pues sino he­ encorajemos, y que la pluma me arrastre á Esto ha pasado con su censura , haga
sepa Vmd. que vivo despreciando presumi­ mos de sacar una cosa la mas leve cierta , un precipicio, y sepa Vmd que es pecado, Vmd. lo mismo con mi carta , que una y
d o s, y conociendo mis necedades mas que para que fin son delirios nuevos? Si Vmd. y nuestra ley no nos consiente estos desen­ otra solo de esto pueden servir.
todos ( ahora en acabando dos cositas de o su academia pretende apurar la filosofía fados, y nos los estorba la justicia y cari­ Concluyo , señor fiscal, diciendo, que
este punto , pondré los motivos que me en esta-pregunta, desentierren á Plinio ó dad ; yo soy católico , y por la crisma que para que suene que Torres ha respondido,
acobardan para no responder, y vuelvo á á Hisopo, y háganle escribir, que dirán tengo , que he oido decir que Vmd. está basta esta satisfacción : que el gallo canta
decir que es mala crianza, infame política, otras tantas majaderías como Vmd. su aca­ bautizado; y asi no es justo que entre reli— allá á las doce, por esta razonó por la
indigno desvanecimiento y poca cristiandad demia, ó Torres: Vaya un paréntesis algo jiosos de un mismo hábito mezclemos las otra, ya dije : que esto no lo sabré yo , ni
escribir contra otro; porque si el que es­ largo , en que probaré lo inútil de estas res­ bastardas túnicas del idiotismo y judiada : lo averiguará en su vida la academia de Pa­
cribe es hombre docto, aventura su respe­ puestas ; y sin recurrir á siglos pasados , lo quinto porque Vmd. lo luzca sin la con­ ris : y si sabe la razón, para que la pide á
to ; si novicio, malogra el bien de la profe­ sino al año 1725. Oiga Vmd. trariedad de mis bachillerías : lo sexto por España en las gacetas? Y si el fiscal y la
sión , y se gradua solo de bachiller ; y si es (El dicho año rodaron por Madrid varios lo que Vmd. añadiere y gustare: Y lo úl­ academia no pueden (sino es por milagro)
hombre que va cobrando crédito, se obs­ papeles, y la lección de algunos acabó en timo porque su cortesanía de Vmd. merece saber la razón formal, como saben que no
16V SUEÑOS m o r a l e s .

es la que yo he dado? El premio que espe­ que los que gaste la tinta y la pluma en
raba lo logré luego que salió la impresión , ensuciar pliegos : Vmd. habrá sentido mu­
y he visto cuatro comedias á la salud de la cho haber empleado tan mal su trabajo ,
preguntita, y con lo que diese de sí esta que no me ha hecho enfermar del susto»
mala respuesta, veré otras tantas, y vaya pero no lo puedo remediar, no tengo ver­
Vmd. escribiendo, que á mí no me duelen güenza , y ya perdí las esperanzas de m e­
plumas. jorar, si Vmd. no pide á Dios que me ma­ ULTIMO SACUDIMIENTO
Por último suplico á Vmd. que otra vez dure el seso , que yo se lo pagaré en rosa­
que escriba sea mas breve , porque salen DE
rios , pidiendo á Ntro. Sr. para que le dé
fríos despues de tanto tiempo los tratados, ha larga vida y mucha salud que le deseo.
que para dictar cien disparates como los Su servidor y apasionado amigo, que le B.
m ios, y otras tantas necedades como las las M.
¥ ip < D I O T ( D 9
de Vmd. no son menester mas instantes , D ieg o de T orres.
Y SI ME VUELVEN Á ENFADAR, NO SERÁ EL ÚLTIMO

Es c a r ia c irc u la r «le O. R iego i!e T o rre s y V illa r o e l, á ver si perntRc R íos <¿ue lo
dejen lib re estos ¡¡j o c o s d ia s , «jue está p recisad o & v iv ir en la Corte, asistiend o
á un os d ía s e o s de la vida civil.

racias á Dios que me pue­ aquel dia vayan retados conmigo todos les
do ahitar un dia, y que hombres. Yo gozo una cátedra mostrenca,
traigo tan contento mi ban. que me sirve mas para la autoridad que pa­
dujo, que se están bailan­ ra el trabajo. Cuando me hiede el trato de
do á todas horas en mi las personas de aquel terruño tengo un ca­
estómago folias, zarambe­ ballo que ni es trotón ni regalado , familiar
ques y fandangos; y a pue­ con herraduras, que me lleva en poco tiem­
do hechar un regüeldo si se ofrece en al­ po á buscar el humo de otras chim eneas,
guna conversación, como cualquiera hijo y á tratar con otra especie de majaderos,
de marrano; ya pueden esperar mis intes­ y á lo menos tengo tontos de remuda , y
tinos las visitas occidentales de catalicón y paradas de necios prevenidas en todas par­
girapliegas : todo va bueno, no siempre ha tes. Ya se acabó aquel tiempo en que vien­
de estar el diablo con la tranca; fuera de do mi infelicidad me repasaba la vida y me
roña, que ya he renunciado á bostezos y espulgaba la conciencia , sospechando ha­
guiñapos, que la fuerte no había de estar ber cometido algun pecado sucio con dos
i :r i i ' t i 1 . ij hasta el dia del juicio jurándomelas de sue­ varas y media de rabo de demonio; cuando
gra con guiñaduras vizcas, y con intencio­ tenia envidia á los cornudos desorejados ,
nes cornudas. Para mi me tengo lo bas­ calvos ó capones, que son los últimos pe­
/ tante , y aun puedo llevará las ancas de tardos que puede pegar la fortuna á los
■ mi dinero cualquier amigo de mi calaña. que aborrece. Válgame Dios ! como me
I) '.;«vó:63fi fit »■'•./ ti : fl!» i.i ' fill Yo por la gracia de Dios no tengo muger , acuerdo de aquel tiempo ( el pecado sea
ni se me ha puesto en la cabeza ser casa­ sordo, y salvo sea el lugar ) en que era yo
: do : halla se las hayan los que han tomado pobre de los de tercera especie, y desam­
á su cargo la extension de la posteridad, parado de cuarta anatema, cuando divertia
. :
que en marchando yo á la huesa, mas que al estómago rascándole la barriga á la gui-
SUEÑOS M ORALES. 167
16G SUEÑOS m o r a l e s .

taira de mi compañero Gilberto ( que Dios fundamos en dicha ciudad los jóvenes apli­ son Astrólogos de la legua, respondió Bar­ de tal calibre tuviera la gloria de inventor
haya ) que murió peon de letrado en la vi­ cados y festivos. Saludóme, pues , y salú­ ranco , Piscatores de escalera abajo , y de sistema nuevo, y de escritor original,
lla de Cazada queriendo curar cl hambre matemáticos pordioseros ; los mas de ellos no menos que Renato Descartes y el por-
dele ; y sentándose con migo al brasero,
como si fuera mordedura de tarántula, con despues de haberse limpiado los dos ojos estudian el tratado de esfera en el Repor— tugés Gómez Pereyra. Si los yerros que me
las consonancias de la música. El vestido de culo del cerebro : Vmd. me dijo, señor torio de Cortés, y se dán un refregón con notan son contra la pureza de la Religion ,
lo mantenia con parches de unguento cor­ Torres, está en el otro mundo '? Si no han la Cartilla Médica de Vmd. con que salen ó contra la práctica de las buenas costum­
roborante , y con pistos de remiendos para llegado á sus orejas las noticias de la Ga­ Astrólogos por en salmo , tales , que co­ bres , lo que me alegro es , que no he pu­
curiosidad de mi colambre, que rabiaba por ceta literaria, y si acaso las tiene Vmd. nocerán un gallo entre cien gallinas. Gra­ blicado una proposición tan sola por detrás
asomarse á los balcones de mi desgarro ; alabo la paciencia y el descuido con que es­ cias á los lunarios que Vmd. les ha traba­ de la Iglesia ; todos mis impresos han
veíame empujado de la necesidad á estar tá viviendo, como si no lo estuvieran joro­ jado hasta el ano de 1750. En su Cartilla salido con sus licencias y aprobaciones de
remando en el papel casi todo el dia con la bando el alma á puto el postre. No entien­ Eclesiástica, que allí es donde se bañan es­ varones que se juzgan por doctos ; y si no
pluma, hecho galeote de la suerte y for­ do lo que Vmd. dice ( le respondí ) señor tos parros, ó porros; mientras dure, val­ lo son , yo no tengo la culpa de que tengan
zado de la pobreza. En fin, apenas salía un Barranco , ni sé que al presente ande m1 drán á huevo los astrólogos, y en acabán­ los tragaderos tan dilatados ; ellos aproba­
papel de Torres cuando se arremangaba á nombre cacareado, si no en mis últimos dose la candelilla serán mas raros los Pis­ ron mis sentencias, y así los mismos habrán
crucificarlo un escuadrón de sayones y fa­ papeles ; y cuando Vmd. llegó estaba ha­ catores en España que los inteligentes de' de responder por mí en ese punto. Que cul­
pa tendría Martin en que se publicase aque­
riseos revueltos con mentecatos y presu­ ciéndome cruces deque pudiesen los tontos Hebreo.
lla proposición suya , en que por defender
midos : le cogían en medio; uno le tiraba estar callados tanto tiempo. Dígame Vmd. Dejemos esta materia , añadí, seor Li­
una tarascada ; otro le imprimia un mor­ que es lo que hay de nuevo contra m í, y si cenciado , y dígame Vmd. si es que lo sabe el sistema de los triturantes , afirmó que el
disco; este le desgarra ; aquel le atenacea : acaso me han acusado en la Inquisición ? quienes son los autores de los nuevos pape­ instituto de los ayunos de la Cuaresma no
ahora lo escupen : ahora lo condenan á en­ porque yo tengo lo católico cristiano muy les que me descalabran. No se quienes sean se ordena á la macer ación de la carne y mor-
voltorio. Ya decían que Torres era un loco añejo ; y aunque nunca me di a! estudio de me respondió ; pero su amigo de Vmd. y rificacion de las pasiones, sino solamente al
entrometido, gitano, bailarín y bufón; ya los Dogmas , para defender las verdades de m io, el Bachiller Pardales, iba esta mana­ ejercicio de la obediencia 1 Que culpa ten­
que era un desvergonzado, maligno , satí­ nuestra relijion soy tan buen teólogo de na á comprarlos , con el intento , según me dría si expuso esta opinion al exámen de los
rico, salvaje y perdulario. En aquel tiempo estaca, y tan buen contraversista de gar­ dijo , de traérselos á Vmd. informándose Censores, y estos dejaron correr la propo­
aun no había yo tomado la pluma para em­ rote como cualquiera. Bien puede Vmd. antes de estos botarates, que vuelven de sición á cuatro pies sin detenerla? En fin ,
barrar el papel, cuando estaba un camello me respondió, si acaso quiere, mosquear­ nuevo al ejercicio de escarabajos peloteros. si mis yerros son menos graves , y de tejas
injerto en literato , empreñando la meho- s e , levantarla co la , y escribir otro se ­ Lo que le aseguro á Vmd. e s , que lo ponen abajo ( como decia mi abuela ) poco im­
llada para producir una resma de injurias gundo sacudimiento de mentecatos, porque á pelar , y que ponderan mucho los errores porta que se paseen por el mundo : déjen­
contra el desventurado astrólogo. Cansóse ya se vuelven á cruzar los papeles contra que suponen haber Vmd. cometido en sus los andar, que no se morirán de miedo,
pues irán bien acompañados por todas par­
la malignidad de mis contrarios: serenó la Vmd. y ya á los escritores se les ha re­ papeles. Esta es la infelicidad que tienen
estrella su semblante, y acabóse el nubla­ producido su mal humor , con que les ha mis ignorancias , le repliqué : apenas hay tes. Porque no les darán pasaporte á mis
do de papelones y libelos ; y ahora tomo la vuelto la diarrea de tinta y salpican á Vmd. galopin de Universidad que no haya silvado manias como lo conceden á otras ? Martin
pluma sin recelo, y escribo por la mañana de alto á bajo , de manera que no dejan por mis disparates ; yo me tengo la culpa de el Doctor por Sigüenza, estampó en su Fi­
lo que sueño do noche, y me pagan el mer­ donde tomarle : tres papelones han salido no haber llenado los márgenes de citas de losofia Scéptica, al fol. 171. Dial. 7. Que la
transparencia, y la opacidad son cualida­
cader, y al panadero la tropa de mamarra­ casi á un mismo tiempo , en que á Vmd. le autores que los protegen : de cuya omisión
des especiales, y privativas del tacto. Esta
chos, que ha dado en la tlaqueza de que soy ensucian lo escritor y le estercolan lo ma­ fué la causa suponer, que todos saldan no
discreto. temático , y uno de ello s, según me paro- haber extravagancia por la cual no militase es una errata con mas orejas que un gara­
Con estas representaciones me estaba c e , es un Pronóstico y Calendario , junto una runfia de escritores , que seria posible ñón, y se anda entre los racionales sin el
adulando mi fantasía, aprovechándose de con el juicio del admirable fenómeno que juntar con poca diligencia. Con esto queda­ menor impedimento. Mas por lo que toca
las quietudes de mi aposento , cuando to­ apareció noches pasadas en nuestro orizoa- ban autorizadas con aire de probabilidad, á mi duda sobre los autores de las tres pau­
caron en la puerta dos ó tres veces ; y ti­ te. Válgame Dios (le respondí) otro pro­ como si hubiese doscientas leguas éntrelas linas que me amenazan , que me enmielen
rando del cerrojo me halló de manos á bo­ opiniones de los hombres y sus delirios , lo sino han cocinado en el gigote los desolla-
nóstico sobre los que se han divulgado ! Ya
ca con el licenciado Barranco , sopon en España hay peste de astrologia : esta , que yo siento e s , que no puedo engendrar, dores de monas ; yo les he advertido su
antiguo , y graduado de picaro in utroque mas que fecundidad es lujuria. De entre dos por mas que me destemple el cerebro , un obligación en mis impresos ; yo les he lla­
en Salamanca ; el cual en tiempo que yo peñas sale un compositor de pronósticos desatino, que no se le haya puesto á otro mado asesinos, epidemias, venenos , alma­
tenia los cascos mas retozones, sirvió de con sus anteojos, astrolabios, bolas y com­ muchos dias ha en el calendario de su ima­ radas y profesores de la filosofia hedionda ,
familiar en el colegio del Cuerno , que pases, calculador hecho y derecho. Estos ginación , pues si yo acertara á producirlo y otros nombres dictados del celo de la pú-
*68 SUEÑOS MORALES.
SUEÑOS MORALES. 169
blioa conservación do las gentes ; por cuya bre los asuntos mas ordinarios , y en ejecu­ contra los escritos de Don Diego de Torres:
empático do coplas, remendón de villan­
causa sospecho, no sin motivo, que habrán tando su habilidad alguna señora, en ade­ cicos, segundo tomo del famoso Juan de Ciertos son los asnos,dije con que repa­
escrito contra mí esos vegigatorios, sajos man do quien vá destilando á pujos lo que la Encina ; en unas partes le llaman el ca­ sando todo lo escrito, hallé representado
y garrotes ; y ahora me acuerdo que soñé dice, desencaja una décima, y en diez ver­ ballero de la triste figura; en otras, el vi­ en él un hermanuco , mas lego que el por­
las noches pasadas que habiéndome cojido sos veinte mamarrachadas ; y sígase la pal­ ro de un baquero, tan necio como gramá­
driero de capa y espada : é l , á la verdad ,
en el Hospital General una chusma de prae' matoria de los concurrentes : él se queda tico en carnes, y semulista en cueros,
es un viejecillo potroso, moharrache de
ticantes, boticarios y portajeringas, me en­ con crédito de poeta repentino, y los de­ puesto en la cátedra , presumiendo nada
tienda de barbero, mas asqueroso que una
vestían armado cada diablo de aquellos con más celebrando el ingenio de Don Lucas , á obra de anatomía : Válgate el diablo por el menos que de desengaño. A este hermano
su ayuda, indubitablemente por vengarse quienes menester bajarle dos dedos el ata­ señor poeta gargajo, pues quien le ha m e­ molondro, le dije á mi licenciado Barran­
de mis papeles. Acuérdome de este sueño , dero porque es tan poeta como una mula de tido en enredarnos al credo, y venir á so­ co, le parece que no hay mas que meterse
como también de que disperté muy asusta­ Fraile Gerónimo : en ninguna parte de Ma­ plarle contra mí al P. Fr. Benito? Quién le á desgañador, como trasquilado por Iglesia
do , y defendiéndome con las manos en los drid lo conocen mejor que en los corrales lia introducido de ingenio al Juan Rana en y entróme acá que llueve. ¿Quien le ha
coginetes del nalgatorio. Y a s i, amigo Bar­ de la comedia. Al pobre botarate se le pu­ el teatro del mundo, pudiendo meterse en dicho al hermano Fr. Mulo , que á cual­
ranco, estaos humarada de los que profe­
so en el caletre ser autor, y despues de su guardilla á curarse sus almorranas? Dé­ quiera zote como él le es permitido el to­
san la filosofía de los orines, ó quemaré haberse ganado un buen dolor de cabeza, jese de eso el seor geringa , bachiller cas­ mar semejantes empleos? Una ocupación-
mis libros.
que estuvo casi en vísperas de asentar pla­ caciruelas , el doctor péndula , y licenciado tan seria, que requiere tanta capacidad en
En este discurso nos cogió la venida del za en los Orates , sacó una comedia, por coliseo ; levántese por la mañana, limpíe­ el sugeto, le viene mal á un molondro que
Bachiller Pardales, que á raiz del á Deo mal nombre, sobre la vida de Mahoma, que se los m ocos, desayúnese con su morcilla tiene las letras tan gordas como las cuen­
(¡rallas , buen ella, caballeros, sacó un en­ tenia mas hierros que el Alcoran ; lo que
de lustre, marche á la Iglesia, rece el ro­ tas de su rosario-: Ahora se me viene el
voltorio de papeles, diciéndome : lea Vmd. advertido por los cómicos , lo enviaron á hermano cermeño á decirme un sermon á
sario, oiga su misa, y encomiéndase á Dios
señor fo rr es, que se quitará mil pesadum­ que hiciese romances y á ser cronista de lo picaro, lleno de bestialidades, calum­
que ya está arrastrando bayetas para es­
bres ; contra Vmd. se han escrito , y vengo ahorcados. No puede dejar de conocerlo nias, rudezas, despropósitos, cachorradas
queleto y corriendo las carabanas para cala­
informado de los tres autores salvages. Bien Vmd.y en las gradas de San Felipe está y vaciadoras ? Arre allá con su estilo ma­
vera , y el diablo le está previniendo la casa
está, respondí, veamos este : y leí : Reve­ como una estatua todo el dia, atizandoálos
de aposento junto á la garita de Mahoma ; chacón : vaya á atizar sus lámparas y á
ses al estudiante preguntón, su autor Don que entran en la tienda de Juan de Moya ,
ponga su cuidado en corregir su vida , ha­ cuidar de su herinita, el hermano rebollo ,
Lucas de Montoya : dime e! mal rato de leer­ mintiendo lo que se ofrece , y discurriendo
cer inocentes sus costumbres y darle un ó traginar por los poblados con su demanda
lo , y hallando en sus voces mil rebuznos, coplas y petardos ; el director del molino
chasco al demonio, que será mejor que que con este santo pretesto, todo lo que le
llenos de salvajadas sus pensamientos, sus de ese papel anda ahullando por su dinero dan de gracia lo convierte en la mamurria
acachetearse á coplas con migo , porque ha
pruebas mas Hacas que mulas de don Simon, y lo verá cuando no haya gorronas en la y se emborracha de limosna. E ste, sin du­
de salir mal ; y como haga otra impresión,
sus oonsecuencias'b rutas , su estilo macar­ puerta del Sol á pedir dineros para aceite. da ( amigo Barranco ) á quien oye Vd. ha­
le han de tirar nabos, y ha de gastar los
rón y desabrido, la prosa ruda , afectada Aguárdese Vmd. señor Pardales, preguntó blar en estilo tan m ogigato, es de aquellos
calzones en pagar la imprenta, y si no los
y disonante, y el verso mas duro que sus mi amigo Barranco : el que Vmd. dice es
paga, acabará de podrirse en la cárcel : De­ faranduleros , que despues de haber chu­
cascos ; le tiré á un rincón á donde voy un viejecillo á medio podrir, lombriz de
je el Dómine Lucas correr mis tonterías, pado á los pueblos se embolsan en las ta­
amontonando panudos para mis necesida­ caño sucio, anguila en pie, caña con zara­ bernas, donde ensartan entre dos ave-ma-
que yo me entenderé con el P. Fr. Benito ,
des traseras. Pregúntele á Pardales , quien güelles , cervijón, y bullicioso de cabeza ?
sino quiere el barato de Cordovilla, que rias una azumbre de vino , un juramento,
es este Dómine Lucas tan muleto ? y dijo : A ese le llaman los muchachos del Bar­ habiendo alumbrado á dos jugadores toda una deshonestidad y una blasfemia. Tenga
amigo Torres, este es un danzante tan ham- quillo el licenciado Tembleque ; y apenas la noche, le dieron por la mañana con el Vd. (acudió Pardales) que no sabe, según
brion, que cuando habla se engulle las sí­ los o y e, cuando se hecha mano al espa­ candil en la cabeza ; y si está falto de dine­ la cuenta, quien lo ha escrito , y yo lo he
labas ; un fantasma de estos que bullen en dín , y se retiran y vuelven á cucarlo : y de podido percibir con certidumbre. Este pa­
ros, póngase á alcahuete, que lo masque
la Corte sin destino , siendo sumideros de esta manera le traen trabucado el mehollo puede sucederle e s , que lo emplumen , y pel lo ha manchado un fraile, y sé yo que
las jicaras de chocolate entre bufón y po­ y alborotada la sesera. El mismo e s , res­ esto no es cosa de cuidado. Bien dicho di­ está muy pagado de su tarca ; me aseguran
lítico, convidado á punta de lanza, casca— pondió Pardales, sin quitarle pinta. Ténga­ jo Pardales, vaya fuera ese papel : veamos que es cantor de artes , ó teologia, en su
vel de plomo en los estrados , moscardón se Vmd. añadí yo, que conozco á D. Lucas este otro, que sin duda ha de tener buenas convento de Molina, y es su hombre fray...
en todas las conversaciones , gran filósofo del Cigarral, como á mis manos : este es cosas. no mas, repliqué yo ; su nombre déjelo Vd.
entre mozos de mulas y silleteros. Este vá el don calceta de esta edad, mosca de todo Veámosle, respondí, en horabuena. Este por ahora entre las agallas, que este respe­
á las visitas, entra con carácter de poeta, plato, perrera de todo concurso, fantas­ se intitula : Los Hermitaños mas opuestos > to se le debe á su carácter y á su santa ro­
lleva en el buche un manojo de versos so­ ma eterna y mogollon perdurable ; ese es Dialogo entre el donaire , y el desengaño pa ; á lo que entiendo, parece que lo que
SUEÑOS MORALES.

Si el padre es lector de artes ó teologia , Torres, para remitírselo al guardian ó pro­


mi pluma ; pues no tiene él confesonario á mí mismo ; y que en la última carta del
que asista á su cátedra con aplicación , que vincial, juntamente con la carta ; y leamos
para aconsejarme, si yo fuere á vaciar el correo del otro mundo escribo mas de la
trabaje sus materias , que escriba sobre la el tercero y último papel que ha traído el
costal de mis porquerías á sus pies , ó el que me dice en sus oraciones atestadas de
Distinción Media, que importa mucho pa­ bachiller Pardales , que ha mi fé , será de
pulpito para reprehender lo estragado de desatinos, con su teología parda y su lcn-
ra la Iglesia de Dios el que se determine la misma estofa que los otros. Tomé el úl­
mis costumbres ? Pues porque se anda con gua mazorral, que arranca las orejas al que
si existe entre los grados que llaman meta- timo papel, cuyo título era E l Jardinero ele
papelitos disparatados, esponiéndose á que le escucha. Lea Vmd. dijo Pardales, si
lisicos los escolares ; escriba mamotretos los Planetas , Almanaque nuevo , y Juicio
yo le geringue la reverencia , y le magulle quiere ver lo alcornoque de esta pluma ,
de Peccatis, de Usuris, ó de Virtutibus in­ del año de 1731 escrito por un conde as­
la paternidad? No sabe este mortero que unos sonetos que pone en su obra. Llegué,
fidelium, ú de otras cosas concernientes á trólogo italiano. Este , dije , también ha
todo cuanto me puede decir su arrojo con pues, al folio 9 donde leí el que se sigue..
su facultad ; y cuando yo levava á poner bebido en el pilon de mi cartilla, y saleeon
(Cr> Viciosas hojas, que de estos raudales alguna nota sobre lo que escribiere, enton­ este pronóstico alborotando la puerta del
llegáis vuestros verdores codiciosos, ces puede responderme en tono de cate­ Sol con el sonido de astrólogo de la Italia ,
Advertid que le fueron muy costosos drático; pero puede vivir seguro de esto , y es tan española la astrologia de que se
Al dueño de esta fuente sus caudales. porque á mi se me dá 1res caracoles de ha­ s¡r\e , como que tuvo su nacimiento en Sa­
blar con Santo Tomas ó San Agustin , lamanca. Quién es este conde, le pregunté
Para que con desprecios tan fatales
como crea con la Iglesia. Si se metió á Pardales , que hace también profesión de
Oj 3 Crecieran estos vastagos viciosos , fraile , como se había de poner a peon la patarata astrológica? Este almanaquero
Si para el fruto son tan peligrosos de albañil, ó carpi utero esto es por oficio , es tan conde como el mastin de la huerta
ÇZr" Cuanto da inútil diversion á los mortales? y no por vocación , yo no tengo la culpa de deCopacavana ; es título intruso, impreso
03=> Camina vuestra lozanía así engañada e s o , ni soy ( para llevar la pena de lo que sin las licencias necesarias ; no es otra cosa
(Ö3 A elegir en su juventud infausta suerte , no me pertenece ) el culo del Fraile : azo­ que un pcral'ustran que vino de Italia car­
Que os ocasione aridez tan continuada, te el suyo bien, para moderar sus pasio­ gado de recetas pira embobar á los inquisi­
ÖJ“ Que parareis , si el desengaño no os advierte, n es, ó cumplir con las reglas de su Insti­ dores del embuste filosófico, y es hombre
(p= ( Cuando la horrisona trompa haga llamada ) tuto ; déjese de bobcrias, que solo son de suerte tan mezquina , que todos sus en­
disculpables en los picaros que vivimos en redos no han podido grangearle un vestido,
(G=> En pábulo del fuego déla eterna muerte.
las almandravas del siglo ; ayune con f ie - pues anda lleno de colgajos y arrapiezos por
Jesus ! Jesus ! dije santiguándome , aca­ A labo d e tu so n eto cuencia , y vaya al coro de mejor gana que toda la corte , y con el estómago expurga­
La salvaje c o n te s tu ra ,
bado de leer el soneto; que musa silvestre al refectorio , predique doctrinas provecho­ torio. Ahora se ha pasado á otro linage de
E l c a lz a d o es h e r r a d u r a ,
ha concebido esta monstruosidad? Cada pie Y cad a pie de m u le to : sas , y no flores indignas de la gravedad de mentiras , á ver si esta tierra puede rendir­
es una heregía del arte. Apolo sea conmigo O tra vez m a n te n resp eto
aquella cátedra ; asista ásu confesonario á le mas que la otra que cultivaba antes. Vea'
D e R e n g i f o á la s l e c c i o n e s ;
y nos tenga de su mano. Es posible que es­ distribuir sus absoluciones y cuidar de sus mos , le dije, pues tiene también su tara­
P u e s lo s p i e s d e la s c a n c i o n e s ,
to se dé á la estampa, y que se ponga re­ Q u e h a s e s c r i t o ( s i se n o t a ) beatas , que esto es lo que conviene para su zón de prólogo ; leílo de oreja á rabo, y ha­
paro en lo que escribe Torres? En este so­ T ie n e n callos, tie n e n g o la ,
Ju a n e te s ÿ sabañones.
salvación , que yo tengo hecha la cuenta de llé lo primero, que hablaba el castellano en
neto solamente le ha tirado á Rengifo mq lo que he menester para la mia ; el padre vascuence, y despues que se ponia á enmen­
chafarrinadas, como lo dan á entender el Bueno, bueno, dijimos todos; pero vol- no ha de responder por mí en el tribunal dar la plana de los Piscatores españoles
primer pie, el sexto, el octavo y los demas vamos á nuestro autor ( añadí yo ) cuanto de D ios, y solo ha de responder de sí mis­ sobre el número de la epacta. Fuerte zam ­
que restan hasta catorce, donde repartió diera por no haber tomado la pluma con mo en aquel y en el de su guardian, á borrotudo, le dije al bachiller Pardales , es
el Padre las sílabas á celemines: y en lu - el intento de corregirme, si yo le desata- quien voy desde á qui á escribir una carta , nuestro italiano almanaquero: el número de
gar de pies de soneto, sacó pies de cabra , cara en medio de la plaza, y arremangán­ para que recoja un fraile que está suelto de la epacta dice que lo llevan errado nuestros
pezuñas de buey, y aun garras de diablo. dole la persona sacara su nombre á lo pú­ su clausura, olvidado de su profesión, sin pronósticos; que el de este año de 1731 es
Lo peor e s , añadió Pardales , que trae blico? Pues entienda el reverendo que si respeto á la humildad, que debe aparecer 23 y no 22 como ponen los lunarios E s­
otros dos en la misma obra, cuyos pies reñido con su quietud y la mia, la empuña en todas sus acciones, andando de casa en pañoles ; que el error viene del añode 1710
calzan tantos puntos como el que está pre- otra vez para tiznar el papel recibiéndome casa perdiendo el tiempo , escandalizando en el cual no pusieron número alguno á la
sente: Buen carpintero de coplas hemos por asunto de su disparatorio , he de ha- el mundo, desacreditando su hábito y ofen­ epacta, sino un asteristico, debiendo contar
sacado con el Padre, si yo le viese á su pa- cer que chirreen los ciegos su Fray Fula- diendo á Dios. uno entonces ; que si esto lo hubieran he­
ternidad, le había de encajar esta deci- no en los cantillos, y he de pintarle en Está bien merecido , dijo el licenciado cho , el año de 1728 contáran de epacta 19
le matachín i Barranco : guarde Vmd. este papel, señor y que por haber contado dicho año 18 se
172 SUEÑOS MORALES.

hallan con 22 solamente en el de 1731. Es­ caballos, pues en una capilla de música ase­
te computo lo aprendió el buen camello guran por dár gritos mas renta que el cate­
en alguna caballeriza, pues semejante mo­ drático de astrologia de Salamanca , y ya
do de contar no está escrito sino es en su que no acertó con este m edio, cásese, y
fárrago. profese en el cabronismo, y comerá á cos­
Todos afirman, y es la práctica inconcu­ ta de otro, que no hay vida mas acomoda­
sa , que en cumpliéndose el número de las da enei mundo que la de cabrón ó preben­
epactas, que es 30 aquel año no se pone dado. Vaya al rincón también el escrito de
número alguno, pues si en este caso se pu­ este zangandongo, y no pensemos caballe­
siera el número 1 como pretende el proto- ros m ios, en leer ninguno, salga el que sa­ Á IMITACION
borrico, que pondríamos cuando llegase á liere. Dejar á estos rocines mascar el fre­
montar 31 con el añadimiento de los 11 ? no ; y Cristo con todos. DEL CUENTO DE CUENTOS
Este Italiano es un ignorante con el aforro Este fue el fin de nuestra conversación ,
de obstinado ; métase en manejar sus hor­ la que quise dar al público para desjarre­
nillos y retuertas, trague humo , y entién­
dase con el estiércol, y busque la vida por
tar con estos ejemplares otros majaderos ,
cortar pollinos, y descartarme de mente­
m wm ids ^
ese camino, ya que no se metió á capon , catos.
que vale mas hoy en dia que ser capitan de
C a r t a á u n a m i g o , A q u i e n r u e g o l a p e r m i t a h a c e r o f i c i o s ele p r ó l o g o .
)3 ';'; ;-.í ; t o - ¡ i ¿3' *35(1 r-7 'é ò 'fe D'O'B
igo'j niïn 'T orí nía

~0;
(TI O f
o muy ocupado no me deja en algunas ocasiones que luzca lo obedien­
te; dígolo, porque ha tiempo que Vmd. ( señor Don Juan y dueño
mio) me mandó pusiese la pluma en el papel para esta obrilla: y aun­
que no ha pasado minuto sin ejecutarse su mandamiento en mi con­
sideración y memoria, parece que los cuidados y las ocupaciones to­
maron sobre sí el empeño de dilatar las pruebas de mi rendimiento y obediencia, atra­
vesándose siempre entre el deseo de escribir y la ejecución. Habiendo logrado un bre­
ve vacio , determinó aprovecharme de é l , y recogí las maneras de hablar vulgares , y
opuestas á lo civil y culto de nuestro lenguage nacional en este papel, que intitulo His­
toria de H istorias, á imitación del Cuento de Cuentos del inimitable Don Francisco de
Quevedo. Este bello espirita, á quien debe tanta gloria España, no solo atendió á ilus­
trar el idioma con la abundancia de frases y castidad de estilo , que lo ha colocado jus­
tamente entre los maestros de la espresion castellana , sino que también hizo un e s -
purgatorio, condenando los modos de hablar que produjo la ignorancia -de los vulgares,
y que se propagaron en el comercio contagioso de las conversaciones ordinariamente
políticas. Cualquiera que leyere este escrito sentirá que debía ser su argumento ocupa­
ción digna de algun miembro de la célebre Academia Española, en que se trata de dar
perfección, propiedad , y abundancia en nuestro lenguaje : Yo también coincidiera en
este pensamiento, y jamás hubiera tomado la pluma con este designio á no rendirse mi
propia determinación á las órdenes de Vmd. que pueden mas conmigo que mis dictám e­
nes. También estoy muy lejos de juzgar que la lengua de España necesita de algun cul­
tivo , y antes siento con ingenuidad que es contraria su perfección y pureza cualquiera
solicitud que se ordene á mejorarla. No dudo que barriendo semejantes vulgaridades
queda castigado y corregido el idioma ; pero al mismo tiempo es mi parecer que para
conservarla y aprehenderla con la mayor exactitud no es útil ni necesaria otra industria
171 SUEÑOS MORALES.
SUEÑOS MORALES. 175
que la frecuente observación en la lectura de nuestros escritores, que en copia, limpie­ tas cosas, mientras mas se menean mas á la buena de mi moza, y facha á facha,
za, magestad, elegancia y sonido, no deben ceder á cuantos han divulgado sus sen­ hieden. dichas y por decir, la dijo tantas perrerías
tencias en los otros lenguajes. Con todo eso continuando el proyecto de Don Francisco No pasó mucho tiempo cuando en buena que no tienen par ni cuenta , y la encajó
procuro representar algunas bastardías y adulterios de nuestra locución. No se si con­ hora lo diga, se le levantó el chichón á la mil sentencias arreo, y boy es , y no he
curriré con dichos escritos en algo de lo que él observó ; pero bien me persuado á que buena muger, y cátate descubierta la caca; acabado de decir ; y si le hubieran dado
no quiso estender su pluma á otras vulgaridades que yo be notado, y de que va entre­ y desurdido todo el menudo , sin poderlo barro á mano, ira de Dios ! ni todo el po­
tejida la narración de esta historia presente. Si acaso el publico se interesase en mi tra­ ocultar de unos , ni de otros , que era lo der de los demonios le haría callar, porque
bajo, quedare con bastante premio ; y si no fuere de utilidad, me sobrará mucho con peor del cuento, porque cada uno diria si en mi vida he visto semejante flujo.
haber dado á Vmd. este breve indicio de mi obediencia. Dios ponga á Vmd. en la mas vieja fué, y no se coció, ó lo que le diese La buena Agueda , ni habló ni pabló, hi­
alta ventura, y lo libre de todo mal. Salamanca y Junio 22 de 1736. el gusto y la gana; porque á nadie se le zo la tiritona y la gata ensogada , y hallá
B. L. M. de Vmd. el mas constante y sencillo de sus apasionados, puede cerrar la boca, y mas en estas oca­ entre dientes d ijo, si verdes las han sega­
D ie g o de T orres.
siones en que no hay trasto que no quiera d o , ó si tornó, ó si volvió, pero no se atre­
meter su cucharada, y hocico en moñiga, via á alzar los ojos ; y á la verdad no me
Señor D. Juan de S alazar, muy señor mio.
sin irle ni venirle ni de cien leguas. espanto , porque estaba la pobrecita metida
Viéndose en puribus, y llena como una en un puño , y el caso no era para menos ,
colmena, empezó á hacer calendarios, y á pero como sevió pillada en el garlito con­
discurrir que te discurrirás, en que haría fesó sin tormento y cantó de plano , y echó
HISTORIA DE HISTORIAS. ■ó en que no haría ? Ella no sabia por don­ por aquella boca sapos y culebras.
de tirar, ni tenia áquien volver los o jo s, El curota que tenia unas lanas suaves
y lloraba á moco tendido, considerando como un cardo, y era un hombre dado á
Pues si se ha de contar, andallo , vamos que era como la misma plata, y mas chur- que el hombre la habia de traer á rabo de la gracia buena, empezó á echar benablos y
allá , salga pez ó rana, y lo que ha de ser rutera que otro tanto. borrega, y que una vez que negoció se lla­ espundias, y á jurar que aunque se atrave­
tarde sea lu ego, que á mi lo mismo me dá Al bueno de mi m ozo, que como llevo maría Antana. Despues de haber llorimi- sase todo el mundo la habia de nacer y
por arriba que por abajo, acuestas que al dicho era de rompe y rasga , y tentado un quiado a chorro suelto, que piensa Vmd. acontecer, dándole con algo que no se le
hombro, y caiga el que cayere , que por poquito de la hoja, y aunque no tenia mas que hizo? se determinó meter al mozo en cayese, y que á la moza la habia de poner
últim o, fin y postre, todo ha de salir á la que la capa en el hombro, ninguno le echa­ casa de tía, porque lo demás era perderla á parir, y habia de andar la paz por el co­
colada ; y cuando turbio corra, c.ida pobre ba la pata encima, no le pareció costal de doble, y hablar de la mar, y echar su hon­ ro. La muchacha daba gritos como una lo­
se quedará como se estaba, y á quien Dios paja la mocita. Pues mire el demonio si ra á las mil y quinientas ; pero á la pobre ca , y en menos de lo que tengo dicho se
se las diere que Juan Perez selas bendiga. pudiera hacer mas ! se engolondrinó hasta todo le salió güero, porque el mozo andaba puso como una perra con tanta cara, y ju­
Digo pues, que tuve un criado que se las gachas, y ella se alborotó de cascos de al ramerò, holiscando en todas partes, y ró por la hija de su madre y de la cara de
llamaba Sebastian Chamoso, admirable púa tan buena manera , que ni uno ni otro ha­ á lo somormujo estaba á la mira de todo; negra que la habia de soñar el mocito que
para un peine, bribón de raza , y cicatero cían cosa con cosa , ni había por donde to­ y no parece sino que se lo dijo algun dian­ royó el cabestro.
hasta dejárselo de sobra ; y ninguno le me­ marlos, porque todo lo baciai) atropa to­ tre, porque sin chistar ni m istar, y sin Sale el cura por la puerta afuera , sin
teria el dedo en la boca , porque sabia mas londro, y dé donde diere ; y por mas que decir ai te quedan las llaves, tomó las de decir chus ni m u s, como alma que lleva
que Merlin , y era como hay Dios , de los se les dijo no hubo fuerzas humanas para Villadiego, y tú que lo viste, escurrió el el diablo, y quiere la poca fortuna que á
que el diablo dijo hartos tengo. A este ( en­ meterlosen cuenta ni razón. bullo para ciento y un año. dos trancadas encuentra con mi mozo, que
tiéndame Vmd.) le tentó la mala trampa y Sebastian estaba agazapado esperando El cura, que en su tiempo fue de los de estaba como Pedro por demas , con otro
el enemigo, Dios nos libre; y como había la suya, y hechaba la lengua un palmo por la cáscara amarga , aun se tenia la cabeza mocito de polaina , tan honrado como quien
de dar en comer tierra dio en cazcalear y menearle el vulto á la dicha Agueda ; y al trote porque á el se le daba un bledo : lo calza , porque Dios los cria y ellos se
en hacer sefiitas y mas seíiitas, arrumacos que hace, calló y amusgó, y en un pajar, de todo : y como tenia mas de picaro que juntan, y sin aguardar á razones , arríma­
y mas arrumacos á una moza de un Cura que pajar debió de ser de mis pecados, sin de hermoso, conoció que su criada andaba se á é l , y de llega ó no llega, á secas y sin
que se decía Agueda llam os, boquirrubia , que lo sintiese la tierra, anduvo con ella á picos pardos y muy tristona, y dijo á su llover , le asentó una tamborilada , y un
andorrera, y tan buena pesca como yo las aquí caigo , allí levanto; y en estas vueltas capote, ta te, no es todo oro lo que reluce, tantarantán enei monte de los piojos, (sal­
be visto. Era tan pobre, que no tenia mas y rev ueltas la llenó las m edidas, y beso á aquí hay maula , y si no que me la claven vo sea el lugar) que lo dejó patitieso , y
que el dia y la noche; pero de tan buenas Vmd. las manos. Lo que alli hubo , es una en la frente. Dió en majar que majarás so­ ahí me las den todas, que yo ni juego ni
V¡goteras, que se le podia prestar un pan cosa que quita el juicio ; y en fin , mejor bre esto y estotro, y él que era testarudo, doy barato.
aunque nunca lo volviera. En fin déjese eso es dejarlo antes que vaya peor, porquees- y D ios, que lo quiso, que hace ? píllame La vecindad oyó la gresca y la revoltina
176 SUEÑOS M ORALES.
SUEÑOS M O R AL ES . yqq
y el cura, temiendo un sepan cuantos, to­ aunque me cagarais oro : Anda bendita de
una basura, qae no se veiá de polvo, por­ y repartiendo puñadas sobre el pobrete :
mó el trote del cochino, y lias, y Juan dan­ Dios donde menos mal hagas, como los
que yo soy así, pues al mas pintado le diré pero que hicieron los camastrones , en lu­
zante, y allí va ese hombre. Súpose el cuen­ nublados, que yo te doy mi palabra de que mi sentir un palmo de! oido.
to, y se corrió un buen torillo por toda la esta sea la primera y la última : Una y no gar de meter paz zumbaban los perros y
Yo confieso que hice mal , y como un andaba la trisca, hasta que porque Dios
barriada; unos decían si son fritas, si son mas, señor S. Blas.
v il, que lo que me tocaba por ser muger,
asadas; otros lo que se les antojaba, y que Ella estuvo llevando los azotes, callando quiso, ó que ella se descuidó, salió de
era callar como un puto, y dejar que se
como una muerta, y de allí á un rato sueh raboá oreja como un S. Lázaro, y como
m esé y o , de tal manera, que andaban aporrease en la jaula , y que garlase hasta
ta la maldita, y empieza á menear la de el gallo de moron, cacareando y sin pluma
con el cura á ruégate que leas, y con la caer ; pero un cristiano no está á todas
sin hueso, y hecha de yeles , que se des­ dando el berrido que lo ponia en el cielo.
honra de la pobre moza á tres menos cuar­ horas de un temple; y si se lo quiso men-
gañifaba, echó mil fanfurriñas , y dijo si el Los bribones de los ministros los tenían
tillo. g a , que se lo tenga, que con eso sabrá
cura era ó no era ; si el mozo tornó ó vol­ de burlitas á la zanguanga, y el demonio do
Yo estaba como carta que no juega, so­ que otro dia no ha de buscar la boca á na­
vió ; si yo dije ó no dije ; y al cabo y á la Ja vieja que tenta al enemigo en el cuerpo,
lito , y no de Dios, sin meterme en his­ die; y si se pone á eso , aténgase á lo que
postre me echó las cabras de todo, y me juraba y perjuraba que babia de acabar con
torias de Calainos , porque lo que no me le viniere, que puede ser que encuentre
metió en este enzarzo, Dios se lo perdone. é l , y que había de revolver el mundo y la
va ni me viene mas vale dejarlo correr, y con algun desalmado, que le ponga el culo
Yo me arnoiné, y se me subid el humo á caí n e, que lo babia de poner como nuevo
yo no gusto de andar en díjome que me dijo á pajarero , y ahí me las den todas, con
las narices, y nos dimos valientemente de y á buen recado. Pues que hacen ellos,
nique me jonjaven la paciencia, que eso perdón de usted, que á mí lo que no co­
las astas. Ella sin poderse contener vuelve aposta sueltan al cura, que estaba hecho
no lo sufriré al mas pintado aunque me mo no me hace mal.
á cargar de nuevo, y dispara en decir que un veneno, y vuelven á engarrafarse , y
ahorquen; cuando sin encomendarse á Dios En estas demandas y respuestas, dares
todos habían hecho mofa y zumba, porque una que quiso y dos que no quiso , la tira­
ni al diablo, se entra de rondon la señora y tomares, estábamos la moza y yo, cuan­
era una pobre ; y que si tuviera quien vol­ ba á chorro borro' por donde podia, y ¡iro­
mia á buscar el pan perdido de su mozo ; do oímos una tarabilla y un remolino tal
viera por ella, no la habían de haber tira­ so por m il, represo por mil y quinientos, y
pero como vio que no parecia ni vivo ni como bueno, y para servir á Dios y á Vmd á Boma por todo.
muerto , y que no había mas chinches do tanto al codillo, y que eso era bueno era el cura que lo traían á la rastra hecho
para gente del bronce , ó de poco mas ó La moza quedó por puertas, y á la cuar­
que la manta llena, vuelve á soltar el chor­ una lástim a, y como un galeote, un halo ta pregunta ; el cura en la trena haciendo
ro á gemir que gem irás, á zorron borron » menos ; que si la babia sucedido un tra­ de ministriles, que según las señas lo lleva­ la turca y la gansigonia ; yo hecho un bo­
como si se lo pagaran, dando mas ahullidos bajo, que no enojáran á D ios, que nadie ban á la casa de poco trigo, porque le ha­ balicón con tanta cabeza, sin saber lo que
que no se que me diga. Yo que soy así á la sabe en lo que se verá, que en el mejor bía hecho la merced al otro de tan buena me sucedía. Y el pobre mozo, arredro va­
buena de Dios, y parece que no me menea paño cae una mancha. Mala venta le dé gana, que no le faltó un cantero de real de yas diablo, dando las boqueadas, y haga
el aire, porque no soy amigo de meter ho­ Dios al picaro que me metió la paja picada á ocho para dejarlo allí sin decir Jesus ; y Vmd. cuenta que muerto : porque , habla
cico en moñiga, ni donde no me llaman, y (decía) y la heregia en el cuerpo : y de si hace eso la hace cerrada, y queda como Vmd. pues así habla él.
que por bien me dejaré pisar , y harán de aquí me hecho las temporalidades , y dijo tres con un zapato. Vea Vmd. aquí, que yo babia quedado
mí cera y pavilo, esta vez se me calentó el tantas patochadas , que sino hago el zonzo Etele por donde viene el moro por la por dueño del cuchillón y amo de los cu­
aparejo, y eché el bodegón por la ventana, desembucha lo que á ninguno le va ni le calzada, y topóse con hallóse, y andábanse b o s, y podiá meter mi montante sin que
y la dije : hija mia, comiche , pagadle, n¡ viene; y sino la doy dos bufidos, ahora á buscar; pues la madre del m ozo, que me fuese á la mano Bey ni Boque, porque
á la puta por llorar, ni al ladrón por jurar, e s , y no acaba, y allí sale lo suyo y lo era una viejecita muy puesta á enfriar, con era el tu autem , y el todo de esta bar­
lo que tu quieres búscalo por esos andur­ ageno, hecho y por hacer, desde que Adán mas conchas que un galápago, y redoma­ rumbada , y hiciese lo que hiciese nadie
riales , que yo no entiendo de reses , y de nos crió. da de hasta tente bonete, porque sabia me hablaría en pro ni en contra ; pero cás­
tí y de él estoy mas harto que las cosas Quedito réina mia, la dije, que son pa­ mas que las culebras, llegó al punto crudo, caras , dijo Andresillo, bien està S. Pedro
hartas : No me vengas aquí con carocas , ra colgar, y arre que he dicho arre : vamos y á tan buen tiempo , que parece que la en Boma ; quien me mete á mi en camisa
ni á meterme la pala cristiana, que no soy cosiéndose la boca á dos cabos , porque si habían llamado con campanilla ; y que ha­ de once varas? Fuera, y allá se las haya
tan bobo como me hace el sayo; mi casa me acabo de atufar, también tengo una ce , coge y se me recuelga, del cura, y fue­ lo que hice , como tonto , fué volverme
no está enseñada á estas morondangas ni lengua como una navaja, y mi piedra en el go de Dios , se engaravita de las guedejas, chiticallando y cochite, hervite á miabu-
á estas torerías ; bonito soy yo para que rollo ; y si como eres una pobre esguizara, y zas de aquí, y zas de a cu llá, torniscón gero, y santas pascuas , que lo demas era
me traigan en lenguas, pues m ed a una fueras el diablo en figura de hombre, y tu­ por arriba, y arañazo por abajo, me lo pu- dar con los huevos en la ceniza , y ya no
risa como si me rastrillaran las tripas: Ea, vieras este codo mas alto que yo , ya te son cual digan dueñas, como quien da en está un hombre para andarse en apostadi-
alto de a h í, desocupa el p uesto, y hecha babia de haber cruzado la cara por menos un centeno verde, que yo no se como salió llas, morondangas ni frioleras.
¡ior esos trigos, que ni tu ni el tal perillán de lo que tengo dicho. vivo de sus manos. Cazpita decían los mi­ Agueda andaba aburrida de Herodes á
roe habéis de pisar otra vez los umbrales Y á este tenor la puse para pelar, hecha nistriles al ver la vieja echando espundias Pilatos, y todos la traían al rodapelo y al
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SUEÑOS MORALES. 179
178 SUEÑOS MORALES.
calendario : ella no pestañeaba , y vélo caer y hasta el último maravedí, y entre
estricote hecha una lástima. Yo no se por era tan escrupuloso como todo eso. Ella
aquí que se quedó mas hueca que no pabo. ellos andaba un batiborrillo y un fregado
donde, como nbcuando tomó amistad con se fué con una carita que no la quisiera yo
El picarote, como no era la primera zor­ del demonio.
un fraile, que era un bendito y buen Juan: ver á la hora de mi muerte , y el religioso
ra que^abia desollado, y como conocía que Llegó el herido á estar así así que diga­
y ola , en cuanto á eso mi alma como la quedó hecho un vinagre, y tamañito de oir
la moza era un poco caliente de rabadilla> mos, y se juzgaba que dentro de pocos dias
suya, pues nadie tuvo que’decir de él ni las bribonadas déla andorrera. A esta sa­
la cargaba la mano, hasta que la dejó con saldría á volar. Súpolo el comisionista, y
un pelo, porque vivió siempre como un zón , como digo de mi cuento , vino al lu­
tanta baba; y como aun se tenia la miel en jaque de aquí, que nos han barruntado. Sin
apóstol ; y que hace , búscalo en casa de gar un comisionista agudo como un rayo,
los labios la desesperada volvió á las anda­ acabar su negocio, á mata caballo tornó el
Barrabás , y allí pan por pan, vino por vi­ vivo como una pimienta , gran sollastron
das , y á hacer de las suyas, y cátate Peri­ trote del cochino, y se mudó mas que dé
no , sin faltar ni un ápice ni un ardite , le y mala pecora : este ( según yo pude tras­
co hecho fraile. Ellos en fin se volvieron á paso , que se yo donde. La moza discurra
contó sus cuitas sin faltar una. El fraile que lucir) venia á cardar la lana á un ministro
rabujar, y buen provecho, que de gloria se Vd. como quedará hecha una Magdalena,
no sabia de la misa la media , empezó á hijo de vecino como el puerro, que sede-
lo ahorrarán. El lo hizo muy bien con ella, llorando sin cesar de dia y de noche : pero
hacerse cruces y calvarios, y á desbauti­ jó untar las manos de un chisgaravís, que
porque la dio no se cuanto dinero y otras mire Vd. las cosas de D ios, en medio de
zarse, porque jamas por jamas había oido no valia sus orejas llenas de agua , que ya
zarandajas y miriñaques ; y esto no se diga tantas pesadumbres, que yo no sé cómo no
tales diabluras. Primero quiso levantarse estará en el mundo de la verdad , y por
él dirá lo que quisiere ; pero en cuanto á la llevó la mala trampa, para servir á Dios
con el santo y la limosna ; pero por no dar quien se vió en bragas de cerro otro hi­
garboso , no"se las apostaria el mas pinta­ y á Vd. parió un muchacho como un carne­
campanada, echó el cuerpo fuera, y la dalgo , tan buena maula como yo las he
do , porque sabia de toda costura, y era de ro. Y por abreviar de razones, quedó como
dijo dos palmos de la oreja : á mí ni me visto ; pero ya le habrán ajustado la go­
lo mejorcito del lugar, sin ofender á nadie. si tal cosa no hubiera sucedido , gorda co­
toca ni me tañe; y en estas cosas ni juego lilla, que en parage está donde le habrán
La madre de Sebastian, no sosegaba , ni mo una mula.
ni doy barato ; y tal, y si señor; no hemos hecho amansar la cólera. Este tal comi­
llegaba la camisa al cuerpo de pura cólera, Salió Sebastian á buréo, ya bueno del
de matar el sastre en una hora, mas dias sionista, antes que se me olvide, andaba
por morde del cura, y la buena alhaja de la todo, y mas tieso que un ajo, y no quiso
hay que longanizas; todavía no es Dios con la viga derecha muy zaino, metién­
m ocita, y de uno y otro dió en no tener verla ni oirla ; y hace una tarquinada , que
viejo ; perdona por esta cera de casas, que dose de gorro y de rondon en todas par­
hora de salud, y á la pobrecita vieja la en­ no la hiciera pateta, que fué ponerse á
por ahora no hay forma de afeitarse ; de­ te s, y á escucha gallo, y cencerros tapa­
cajó tal murria y tal usgo, que se fué que­ servir dentro del propio lugar en casa de
jémoslo en prueba , y vete con la gracia dos la jugaba de diestro, y al lin la pegó ,
dando seca como un palo, y sin mas reme­ un caballero muy rico, y de buena índole,
buena, que aquí hueles mal ; y de aquí lo porque las mugeres todas son unas, y
dio que el de D ios, hincó el puerro y fué á que estaba casado con una señora muy lin­
que Vmd. quisiere. siempre hacen las cosas á tontas y á locas.
guardar la lámpara, como nos ha de suce­ da, mas avisada que otro tanto , pero con
Pues como d igo, como vió que el fraile Pues un dia entre otros llegó á tentarle
derá todos por secula sin fin. una condición como una perra. Allí diz que
se cebaba y escurría el coleto , y que su la ropa y decirle puches, que es comida
Mi Sebastian todavía andaba m alote, y estuvo muchos dias á qué quieres boca,
intentona se le había vuelto cagada de ga­ blanda, à la criada del cura, y según d i-
de mala data sin poderse rebullir , vamos con mil gullurias, regalado como cuerpo
to, y el sueño del perro lo llamó Balleste­ jon, ( ola, la verdad esté en su lugar, que
claros, que el golpe no era para menos ; de B ey , sin acordarse de la moza, ni viva
ro, modorro, y otras picardías que no se yo ni quito ni pongo , digo lo que he oido,
y pues ha quedado para contarlo, puede ni muerta, ni la mentaba para cosa de este
pueden tomar en la boca, y ultimamente y valga lo que valiere ) y la tal se hizo
dar mil gracias á Dios, pues el pobrete, de mundo. Yo no le v i, ni le o í, porque era
le echó los gigantones, diciéndole que se unas gachas , y atestó para adelante : ella
la pobre había cogido ya el confie y la me­ la pesadumbre se le volvieron á renovar las capaz, de que si se me hubiera puesto de­
fuese á la venta de un cuerno. No había
llagas, y estuvo otra vez con los Cristos á lante , lo estrello como las cosas estrella­
soltado la maldita palabra, cuando alza dia manta, y se iba aburrida á buscar la
cuestas, pues entre tanto que este misera­ das , sin reparar en cosa maldita. Pues se­
Dios su ira , la puso el padre mas blanda cagada de lagarto ; y él muy zalamero
ble ahullaba, porque le quedó bastante que ñor de mi alma cuando estaba mas descui­
que una breva, siendo así que era un mon- haciendo mil gatatumbas, ringorrangos,
lam er, el comisionista se hartó de fandan­ dado , y pensando en las musarañas, entra
sin o ,q u e parece que no había quebrado y garambainas , la hizo volver á casa, y
go á zorron , borreta , y se dió una pabo- la justicia , y te lo pilla , y te lo mete sin
un plato en toda su vida, pero tanto se allí fué troya , y ahí va eso , que no tie­
nada, porque tenia la moza á pasto y labor dejarlo resollar de patitas en la cárcel. El
enfurruñó, que la hizo brincar, y la dijo ne espinas, Cuenta que falta lo mejor.
para cuando le daba el gusto gustillo. La decia que se habia de comer los codos de
que era una zurrona , y la echó encima el Entraron otra vez en casa, y ella se
Aguedita , que no tenia mas modo , que la hambre antes que matrimonio. Ella se es­
nombre de las pascuas ; y desde entonces puso de veinte y cinco alfileres muy en eró,
puerta de la calle, y era aldonza sin ver­ taba efeta en sus trece, sin hacer caso de
la tomó tal tirria, que hoy e s , y lo mis­ y anduvieron á siéntese Vmd. no lo h aré,
güenza se holgaba á macha m a rtillo , y barabatas ; y así se estuvieron muchos dias
mo es mentársela que si le nombraran una despues de Vmd. à la par, y otras frio­
á troche y moche, y lo dejaba correr, y a' sin ir atrás, ni adelante, al va o , ni al
legion de diablos ; y es con tal ahinco, que leras que no las dijera Norra. Empezó el
pobre mozo pernear, y el comisionista y la puente.
en mas de una semana, y aunque diga dos, truan à hablar muy m egoso, à decir mil
m oza, cibiricera , le daban al halago hasta Tenia el preso un amigóte en Salamanca
fue la misa del padre por el duque , porque bobadas , y à poner à la niña, in capite
1S0 sueños moiiai .es . j
bravo espanta nublados, y sabiendo la zan- ba , y la rosca del galgo, y pagúelo el culo
gamochina y el chifichafe que andaba, le del fraile. A él lo consolaban mucho : pero
escribió una carta que le hizo dar diente de botones adentro bien sabia que aun le
con diente : Oiga Vd. que es lindo, y pape" faltaba el rabo por desollar, y no las te­
leta canta.
nia todas consigo, pues tenia mas miedo
Amigo, no andemos con aquí la puse, que borra.
porque viva cribas, y voto à cuanto mal
gasto, que nos lian de oir los sordos sino
cumple como hombr-e de bien ; el alma es
lo primero : no hay sino apechugar para
A l fraile lo remordía la conciencia , por
la que le había dicho antaño á la moza ; y
aun le duraba la erronia y el pícame Pe­
dro; y cuando menos se pensó se entró por
SOPLO i LA
adelante, porque lo demas es tirar coces alentado por el g e n e r a l esc á n d a lo , y p a r t ic u l a r m iedo
las puertas adentro, y dijo que había dor­
contra el aguijón , y siempre se volverá el DEL DOCTOR DON DIEGO DE TORRES Y V1LEARR0ÉL.
mido sobre ello , que sabe D ios, que no
santo de espaldas: lo dicho dicho, y el tuvo ojeriza con ella, ni con persona v i­
acá á la puerta. V. se case á Dios y aven­ viente , que su furia fue un promptis , y
tura, que aquí me tiene a todo trance, y P r o d u c i d o d e l a s e s e u s a d n s d i s p u t a s , é i m p e r t i n e n t e s d i s p u t a d o r e s , «le l a {ne­
asi pelitos á la mar. La m oza, que estaba
aquí estoy yo , que no soy ningún zurdo, g a b le , c I n d e le b le n o b l e z a d e l E x c e le n tís im o y S a n t o P a d r e SA NTO lIG lIi.W IO
picada , y dada á berceberas, volvió á des*
y nada se me va en zaga. La moza está em - d e C iiz n ia n e l E u c n o .
proticar contra el padre hasta tírame esas
berracada hasta por encima de las nubes , mangas. El religioso hizo oidos de merca­
y hecha un demonio, y jura que lo ha de der , y la dejó hecha un basilisco , y es­
hacer andar á sombra de tejado toda su vi­ capó el vulto.
da , y con la soga al cuello, que se ha do Parece obra de Dios ! En un mismo dia EXORDIO REVERENCIAL Á LA JUSTICIA.
ver y desear : y así vaya el diablo para ruin salieron el cura , y el mozo á orearse, y el
y buen ánimo, que hay olla : démonos to­ cura se vino á buenas ; y viendo ya que e*
dos por buenos , y Cristo con todos. cuervo no podia ser mas negro que las as quejas, las súplicas, las entretener sus deliberaciones , y aun para
Parécele á Vd. que la cartita la escribió alas, buscó á Sebastian , y lo llevó consi­ proposiciones, ú otro cual­ obligar á que entren por la torcida carrera
algun manco ? Malaya el alma que la atetó, go á su casa, adonde estaba la niña en ca - quiera linaje de'sentimien- del error y de la impiedad. No conozco á
que á fe á fe que bien se puede andar solo. rabada , y tan sobre s í, que nadie diría tal tos, de los que se reducen ningún ministro \u estro, que no sea bien
El pobre Sebastian, luego que vió la cosa. Casáronse en gracia de Dios : á lo de á los jueces administrado­ intencionado, ni creo que jamás haya ha­
Paulina bajó sus orejas, y se quedó con la moza se le echó tierra, aunque tememos res de vuestra rectitud (jus­ bido jurisconsulto tan maliciosamente flaco
tantas, y dijo á lo hecho pecho , yo me lo que todavía rebuzne , pero hasta entonces tísima señora j nunca llegan tan depurados que se deje torcer de la pesadumbre de
quise , bien empleado me está ; aquí estoy Dios dijo lo que será. Ella salió del pilan- á sus tribunales, que se Ies reconozca al­ tan irreparables enemigos; pero sí aseguro
moliente y corriente , y Dios me la depare co : Sebastian hizo su deber : el cura, ya gun borron de venganza, algun tizne de que obrando bien hacen mucho mal, y que
buena, que yo me tengo la culpa por haber Vd. v e , dió mil gracias á Dios , porque el falsedad, ó muchos manchones de la cau­ con su buena intención y vuestra sana doc­
sido un tonto de capirote. cuento estaba encrespado hasta las cachas, tela, y la codicia. Hombres son vuestros trina salen desgraciados los decretos, per­
Al cura lo lamían la poza bravamente los y por último siempre había de quedar la jueces, y esto lo sabe muy bien la desver­ niciosas las resoluciones, y escandalosos
ministros que andaban á ufo, y de hora en moza uñas arriba, y quien ahí te puso , ahí gonzada malicia de los informantes , y el los estatutos. Los débiles exámenes, las
boia lo daban con la entretenida, y soltaba te estés : solo la pobre madre pagó el pato, osado arrojó de los suplicadores, pues pri­ equívocas preguntas, las artiíiciosas pro­
el dinero á porrillo : La justicia decía, du­ y la gorromina, sin comerlo ni beberlo. Y mero intentan reconocer á sus apetitos, banzas, y los alegatos industriosos ( intro­
ro , que buenos lomos tiene : él daba peti­ este fue el caso, ni mas ni menos, ni me­ adular sus deseos, í> inquirir sus debilida­ ducidos quizá por los inferiores á quienes
ciones y mas peticiones, y era lo mismo nos ni mas , sin perder un ápice , con sus d es, que buscar en sus bocas los poderosos también honráis y mantenéis) ponen sobre
que hechar guindas á la tarasca, porque pelos y señales, y sin perder punto ni influjos de vuestra bondad, y las soberanas vuestra hermosura la horrible carantoña
lodos se habían conchabado á hacerla bo­ coma. inspiraciones de vuestra sabiduría. Las lá­ de la injusticia, y os truecan los sayos,
grimas falsas, los testigos comprados , las los movimientos , y los oficios de tal modo
amenazas insolentes, y otros contrarios de que es necesaria una vigilante atención, y
la equidad, y ol zelo, son los astutos bati­ una vista prodigiosa para saberos conocer.
dores, que envían delante de sus antojos, Andáis, pobre señora, entre hombres in­
ó sus me'ritos, para anublar sus juicios, gratos, codiciosos y ruines; y entre unes
SUEÑOS MORALES. 183
182 SUEÑOS MORALES.

y otros os atafian, y os desfiguran, ha­ descuido á vuestro cuidadoso examen. A por la misericordia de Jesucristo estoy uñas de los noveleros, y en la boca de los
ciendo carnestolendas con vuestra severi­ vos me sacrifico, y á vos y á vuestros ju e­ ahora gozando, porque este me toca á m í, ociosos y vengativos.
dad, entreteniéndose en vestiros, desnu­ ces ruego que no dejeis rincón en mis sen­ y los demas negocios son muy forasteros Estas medrosas razones me conducen á
daros , y poneros tan deforme, que solo os tidos, ni escondite en mi alma , en donde no en mi espíritu. Vos, señora, teneis en vues­ daros este soplo, en el que solamente gas­
puede distinguir el mismo cielo donde des­ hagais cuantas pesquisas, diligencias y r e - tras manos las medicinas para destruir á taré las palabras que convengan à mi segu­
cendéis. quirimientos son imaginables á vuestros las imaginaciones insolentes, y los insultos ridad : distinguiré los motivos del escánda­
Por desbaratar la sospecha que de in­ discretos atributos, y desapasionada soli­ atrevidos. Vos, señora, podéis suspender, lo , insinuaré la prudencia de mi miedo y
formante chismoso pudiera tener de mí la citud. y arruinar con una voz vuestra cuantos dis­ diré lo que publicamente se sabe y se dice,
malicia, no he querido recurrir con esta Temo justamente, señora de mi alma, turbios , y traiciones se atrevan á vuestro sin proponer, asentir, tomar partido, dar
prevención (á quien llama soplo el calepino que el rencor ; la envidia, la falsedad , la decoro. V o s, señora , no podéis ser ultra­ opinion, ni consejo en esta ruidosa con­
de los corchetes ) á ninguno de vuestros vanagloria , la indiscreción, y otros revol­ jada, ni vencida, sino es por vuestras troversia. Atenderé finalmente solo á de­
subdelegados. Solo á Vos, madre de fa ver­ tosos personages, que con el rostro cubier­ permisiones : finalmente á vos ninguno os jaros asegurada de mi desinterés y de la
dad, reina y señora de las justas, y cons­ to y los vestidos trocados, danzan en este- puede prender, desterrar, ni desposeer de ninguna atención que me deben , ni estas
tantes distribuciones, que no podéis ser satírico teatro, le pegue algun falso testi­ los bienes , ni la patria, y á mí me pueden ni otras impertinentes y peligrosas dispu­
engañada, ni engañaros, haré una sencilla monio á mi sencillez , ó alguna indigna du­ ■agarrar estas y otras mayoresdesventuras; tas : y vos tomareis en lo demas las pro­
narración del terrible tumulto, y de la ve­ da á ¡a sanidad de mi intención ; y no debo y cuando escucho estos nublados me tiem­ videncias que parecieren felices , y opor­
nenosa rabia , que va penetrando los cora­ tenerme tan poca caridad que baya de vi­ blan lascarnos, porque me considero en tunas á vuestro inerrable arbitrio.
zones mas puros de la religiosidad, para vir tan desprevenido en estos riesgos. Mi las garras de los falsos testigos, en las
que informada de los temerarios rencores , inocencia suele prometerme algunas espe­
y perjudiciales disputas, que van á carrera ranzas de salir bien de todos los peligros ;
tendida perdiendo la paz de la devoción, y pero como esta me la ha pegado muchas SO PLO .
relajando el espíritu de buena fe , dispon­ v e c e s, no he querido creer á sus persua­
gáis los antídotos con que saben cortar siones, ni sustentarme en sus prometi­ Parece, señora, que unos autorizados h ojas, clamar a sus virtudes en sus necesi­
vuestras virtudes á tan altivas y tremen­ mientos. Yo sé por mi cabeza que los reti­ sugetos y sabios varones ( que yo no los dades : y cuando ponen su sagrado nombre
das monstruosidades. ros , las tranquilidades y las buenas inten­ conozco ) pero sé que hacen historias, es­ en sus labios siempre es glorificándose con
El escándalo y el miedo son las cadenas ciones padecen acechanzas, porrazos y criben libros, deslindan linajes, y que se la soberanía del parentesco , Cuyo modo de
que me arrastran á vuestro soberano tribu­ miserias. S é , por mi desgracia, que noie llaman los papebroquios, tomaron á su hablar regularmente es así : M i Pariente el
nal ; y aunque es cierto que jamas fui es­ basta á un pobre hombre vivir apartado de cuenta (porque tienen facultad para ello ) Señor Santo Domingo. Parece también ( se­
pantadizo de culpas , ni asqueroso de dis­ los negocios forasteros para estar seguro, averiguar el origen, el género y la nobleza gún la cuenta ) quo estos sabios críticos no
parates ; y que he tragado con la vista, los pues cuando menos lo imagina, se siente del Excmo. Sr. y Sanlisimo Padre Domingo estaban asegurados, ni contentos con que
oidos y el corazón desconciertos mas gor­ atollado hasta los ojos, sin poder resolver­ de Guzman el Bueno : cuya descendencia el Señor Felix de Guzman fuese el legíti­
dos , la impetuosa repetición del pre­ se , ni volver por su libertad, su fama y su todos estábamos convenidos en que salia mo Padre de Santo Domingo , y allá por
sente abuso me tiene esquisitamente escan­ inocencia. Cuando me sobraba la salud, derechamente de los Buenos Guzmanes, sus razones, que no me meto en ellas ,
dalizado y aburrido porque pasa mas allá de la alegria y el descuido, todo lo pu­ sin que hasta ahora hubiese padecido la quisieron achacar á este hijo glorioso otro
la burla y el escarnio de vuestras le y e s, de padecer con lisongera conformidad ; mas pequeña niebla este clarísimo senti­ padre, sea el que fuere. Con este discurso
mandamientos y ministros; y esto no lo pero y a , señora, me falta el brio en el miento. Estábamos, señora, en esta buena se echaron á inquirir monumentos, desar­
puede consentir un católico sin caer en los ánimo y la robustez en la carne para reci­ f é , y yo todavía me estoy en ella , porque rollar pergaminos, repasar caleveras, des­
agravios de vuestra divinidad y su con­ bir los rigores que nacen de tan destempla­ así lo asegura el Breviario Romano , asi es mochar árboles, y desenvolver genealo­
ciencia. No obstante, ya me atreviera á dos alborotos. Mucho contento tendría mi pública voz y fama en toda la cristiandad ; gías y no encontró su prolijo desvelo índi­
vivir silencioso , y á padecer escandalizado alma en ver vengadas las injurias y de­ así ha pasado desdeque haySanto Domingo- ce alguno que los guiase hácia aquella cuna
la pena, y el dolor de ver abofeteada vues­ saires que se cometen contra vuestro y finalmente , así lo creen los vivos y di­ que según sus ideas, ojeadas, ó deseos,
tra hermosura , considerando lo dificultoso respeto, y que se apagasen las voraces funtos Guzmanes , á quienes pertenecía les parecía que pudo ser el primer hueco
del remedio, y la inutilidad de mi filosofia; llamas que están abrasando furiosamen­ haberse sacudido de este pariente pegadizo ; donde se arrulló nuestro bendito , noble ,
pero el horrible susto y el prudente miedo te las entrañas mas religiosas ; pero( ha­ y no solo no han hecho diligencia alguna y venerado Patriarca. Desconsolados, pues,
de que puede la confusion maliciosa hacer­ blando con la rusticidad y sencillez quo para desgajarlo de su robusto, y nobilísimo en esta tiniebla, y afiijidos de no poder
me cómplice en vuestras ofensas, me obli­ acostumbro) mi mayor deseo es el que no tronco, sino que yo les he oido bendecir plantar en el público otro padre de Sto-
ga á presentar con anticipación mi inocente me lleguen á la quietud y á la opinion, quo mil veces por suya esta ram a, adorar sus Domingo, diferente del que todos confesa-
lS i SUEÑOS MORALES.
m os, dispusieron de acreditar sus diligen­ El cura de Morille es un pobre clérigo * SUEÑOS MORALES. 185
cias, y á satisfacer á su encargo, y en uno muy buen cristiano, que jamás se metió
sus pocas noticias, y su mala prontitud. mucho entre sus amigotes. El sentimiento
de sus tomos escribieron esta desconsola­ en hijos ni en padres agenos , ni ha teni­
Púsole por título : Entierro de la carta que ha producido en los frailes Dominicos
dísima espresion ; fiada cierto estatuimos do trato con mas libros que el del padre
familiar, y por nombre el Sacristan de Ca­ este indiscreto modo de tratar un asunto
de la nobleza de Sto. Domingo. Esta es , Busembaum, y los de sus bautizados, ca­
narias, añadiéndole el falso testimonio de tan notab'e y tan delicado es inconsolable :
señora, toda la raíz de la controversia ; sados y difuntos. Este no hizo mas diligen­
decir que estaba impresa en Salamanca. El la queja de ver reducido á chanzonelas un
suplicóos que oigáis sin enojo ; porque la cia que sacar á vender el papelón de la
bendito del cura de Morille que \ió enter­ argumento tan grave es terrible : la abo­
historia es larga, el asunto desgraciado, carta familiar, que á la cabeza donde sa­
rada su carta, se espiritó de corage, se minación y el deseo de la venganza es ge­
y el relator desabrido ; pero podéis per­ lió la conocen los niños de la escuela de es­
endemonió de quejas, y sin encomendarse neral en los pechos y en los espíritus de
donar lo rudo por lo verdadero, y la mo­ te pais, y aunque no aventuro nada , ni le
ó Dios ni a! diablo se encajó en una mula y todos. En nade se trata , en nada se confe­
lestia del inlorme por la devota intención
puedo ofender en descubrirle delante de se fue á su aldea á buscar en su silencio rencia sino es maldecirse y arruinarse. Có­
de quien os habla.
vos ; con todo eso cuando él se tapa es mejor comodidad para verter sus cóleras mo será esto fuego, esta conturbación,
Un h ijo, padre, pariente ó devoto de señal de que tiene vergüenza . y yo no se
contra el fingido sacristan, y terriblemente y esta descompostura, juzgadlo vos, seño­
nuestro santo, que se llama D. Pedro Jo­
la quiero quitar á ninguno, porque no la enagenadode la razón hizo lo que públi­ ra, que teneis juicio derecho para penetrar
sé de Mesa Benitez de L ugo, ofendido de
he menester, ni me hace falta para el fin á camente consta, y yo voy á deciros. corazones , que yo no acierto á pintar tan
que los papebroquios hubiesen asentado que voy. Lo cierto e s , que en esta carta
Cuando la santa iglesia Católica estaba iracundos movimientos.
esta incertidumbre ; y de que diesen moti­
familiar, ó en la intención de su autor , no celebrando en la Semana Santa los últimos Detrás de estos papeles impresos se han
vo con su espresion á que se entremetan las
debe estar aquella justicia y desapasiona­ pasos de la vida de Jesucristo y los devotos desatado otras satiras manuscritas, y dife­
dudas temerarias, y las disputaciones atre­
do procedimiento que se pide á los escri­ vecinos da Salamanca salían por las calles rentes coplones vomitando furias y morda­
vidas en una nobleza tan admitida y tan in­
tores; porque habiendo escrito otras obras públicas cargados de cruces, mortajas y cidades, y finalmente han salido aquellos
disputable : celosamente quejoso (ó quizá
de menor hidalguía á quienes puso su ver­ cadenas, desgarrando sus carnes con crue­ bergantes y públicos maldicientes Perico y
solícito de asegurar á los papebroquios de
dadero nombre y apellido , debía haberlo les disciplinas, y haciendo otras esperna­ Marica, irritando las paciencias afrentando
que Santo Domingo no tuvo mas padre
fijado también en la carta familiar ; porque das mortificaciones , ayudados de los pe­ las honras, y rompiendo por las leyes de
que al que todos confesamos ) escribió un
(omitiendo otros respetos) venia á hablar netrantes gritos de unos devotos misione­ Dios y la gloria de sus Santos. Vos, señora
libro intitulado : Ascendencia de Sto. Do­
á un Sto. Domingo, à cuyos pies nadie pue­ ros , estaba el señor cura escribiendo la sabréis destruir estos daños presentes, y
mingo. Prueba en dicho libro su buen zelo
de venir si no es muy descubierto y reve­ furiosa respuesta contra el entierro de su atajar los que nos amenazan. Yo he cum­
su devoción, su inteligencia , y su noticia ;
rente. En lin , señora dejémoslo arropado, carta familiar : y al cabo de unos dias salió plido con v o s, y con mi miedo en avisaros
y procura sosegar las dudas de los sabios
y haga los cocos que quisiere ; pero que­ dándonos las pascuas con un sermoncito de este desorden : vos pondréis ¡os arbitrios
varones , borrar de su imaginación las me­
demos en llamarle el padre cura de Mo­ que lo intituló : Vida y salud di la carta, oportunos, y para dejaros verdaderamente
lancolías que padecen á cerca del género ,
rillo, para que yo pueda proseguir con mi muy relleno de chistes, de equívocos, co­ instruida oid ahora lo que dicen escandali­
y nobleza de nuestro Sto. y desterrar de
soplo y con su historia. plas y cuentos, y entre ellos está uno de zados los que escuchan de lejos esta con­
su cuerpo la preposición que los hizo es­
Los padres, los hijos y apasionados de una gorrona, y un soldado que se ha reido fusa tirania-
cribir su escasa noticia , y su escrupulosa
Sto. Domingo, enojados justísimamente de
timidez. Este libro de Don Pedro Benitez,
ver en disputas tan honrado nacimiento,
por ahí anda, vos podéis reconocerlo, y
entrometidas por un hombre sospechoso E SC A L D A L O .
decretar sobre su sentencia, su estilo y su en el afecto, y sin mas autoridad, precep­
verdad, que á mí no me pertenece hablar to ni oficio que su voluntaria introducción,
en lo que no me toca. Contra el dicho D. mostraron con lágrimas su sentimiento sin Desde la inocente turba do los párbulos este hombre quiere hacer plebeyo al hon­
Pedro y su libro ( como digo de mi soplo ) haber salido sus quejas ni sus ayes de sus bastala cautelosa muchedumbre de los vie­ radísimo Patriarca. Dicen con gritos devo­
y contra las autoridades, instrumentos y porterías : hasta que.uno de ellos (verda­ jos doctos ha cundido la contagiosa mancha tos y ansias implacables : qué provecho se
probanzas de la descendencia de Sto. Do­ deramente poco cuerdo y disculpablemente del escándalo. Los jóvenes sencillos, y las sigue á la iglesia de D io s, á la religión
mingo, saco á la calle un proceso de seis ó zeloso ) tomó la pluma, y sin consultar con mugeres ¡devotas están aturdidas y escan­ de Sto. Domingo, á las que fundaron los
siete pliegos de papel el cura de Morille, y otro oráculo que el de su cólera, escribió dalizadas de ver los irrisibles m edios, las demas santos patriarcas, al clero ni á la
le plantó por título : Carta fam iliar á D. é imprimió sin licencia vuestra ni la de sus torpes probanzas, y los irreverentes modos plebe en quitarle lo Guzman á este santo
Pedro Benitez. Aqui es preciso hacer un superiores, un papel contra el cura, contra con que se le disputa la nobleza del naci­ bendito? Qué autoridad , qué oficio es el
largo paréntesis ; perdonad, señora, que la carta y contra sí mismo, porque descu­ miento ai glorioso Santo. Maldicen al cura, de este cura para introducirse en un asun­
yo no acierto á esplicarme de otro modo. brió en sus planas su falta de relleccion , porque se aturden de ver el fuerte empeño, to tan estraño de sus obligaciones ? Quien
y la porfiada ó indevota diligencia con que demonios le ha metido á desenterrar los
186 SUEÑOS MOKA UES. SUEÑOS MORALES. 187

huesos y las reliquias de nuestro santo? de sus hojas y de su imaginación las chan-
Esto dicen, y yo ni sé responderles, ni zonetas, las coplas, las sandeces y los
encuentro modos de disculpar al pobre cu­ cuentos ridículos. Dicen también que si al­ E L M IEDO.
ra. A los papebroquios ya los disculpan ; gun aficionado á la historia había descu­
porque han oido decir que son mandados , bierto alguna relación , papel ó testimonio Yo , señora, sobre otras maldiciones y entre los alborotadores ó los alborotados.
desventuras que traigo á cuestas , tengo la Otros escribientes ingeniosos tendrán me­
y que tienen autoridad superior para inqui­ que pudiese adelantar é ilustrar la idea de
del maldito nombre del ingenio, que quiera d ios, ó medianeros para escaparse d esú s
rir las historias de lo pasado, y asentar los papebroquios que pudieron remitírselo
Dios que no se lo pongan á ningún cristia­ mismos desaciertos y disparates ; pero yo,
con verdaderos testimonios los casos pre­ con mas silencio, con mejor estilo, y sin
no ! Yo señora, soy un hombre tan mal co­ á cualquiera lugar donde vuelva los ojos
sentes ; pero también claman, y dicen que la ficción ó la patarata de ocultar su nom­
nocido, que apenas hay veinte personas en no encuentro sino es quien me maldiga, me
respecto que confiesan los papebroquios b re, porque no es delito saber historias ni
que no saben cosa cierta de la genealogia escribirlas, guardando á los interesados en el reino que hablen con verdad y con e s - empuje y me ultraje. Yo no tengo mas
del Santo, podían haber dejado esa cláusu­ ellas el decoro y el respeto que se les debe. periencia de mis costumbres. Generalmen­ agentes de mi inocencia que mis represen­
la en el silencio, y que pues estaba Santo El m odo, señora, es el que escandaliza , te estoy tenido por alegre, despejado y taciones, sometimientos, y la total entrega
voluntarioso y es tanal contrario que puedo que hago de mis obras, palabras y deseos
Domingo en quieta y pacífica posesión de que la acción no es mala , y solo la hace
aseguraros que apenas sufre la tierra hom­ á vuestro prudentísimo exámen. El mal
su nobleza, quo lo dejasen con su derecho perversa la ocultación de los autores, pues
bre mas triste mas cobarde ni mas esclavo. nombre de ingenio, y las mal aventuradas
sin poner en el público esta duda. A. D. si ellos no se escondieran, quizá hablarían
Piensan las mas de las gentes , ignorantes sospechas que hagan de mi los mal humo-
Pedro Benitez también lo disculpan, porque con mas verdad, mas temor y mas modes­
de mi espíritu, que tengo gusto, prontitud radores de juicio, solamente las puedo
dicen que este autor no hizo otra cosa en tia. Escandalízanse también nuestros sa­
é inclinación á escribir ; y juro por vues­ borrar yo con estas diligencias, las que he
su libro sino es dar á los papebroquios bios y plebeyos de ver que un hombre como
tra bondad que siempre he tomado la plu­ de hacer siempre que se levanten cerca de
aquellas noticias y testimonios que ignora­ el padre cura, rodeado de flatos y acci­
ma con horror, con sobresalto y con enojo mí tan tumultuosos nebulones. Solo deseo
ron y que deseaban : y descubrir los archi­ dentes penosos, y que está para caerle la
y que no he dado borron al papel que no que sepáis y paséis la noticia á vuestros
vos del linage del santo, para qne viesen piedra de molino del año de sesenta y tres
haya sido con el fin de acallar mis necesi­ ju eces, que ahora, ni en tiempo alguno
en ellos patentes las probanzas que no tu­ ó sesenta y cuatro de su edad, tenga gusto
dades , de defender mi estimación, ó ase­ he procedido sin vuestra licencia : y que
vieron presentes al tiempo que escribían y humor, tiempo y paciencia, para soltar
gurar mi sencillez y mi inocencia. Cuando siempre que tenga que representar ó pedir
averiguaban su nobleza. Dicen también que cuentecillos retozones, coplas alegres, y
escucho estos terremotos de la pluma , y á vuestra justificación será solicitando el
si se mostró quejoso ó colérico que se le otras gracias muy opuestas á sus años y á
este nublado de papelones, y veo á los in­ permiso con humildad profunda, y ponien­
debe perdonar, porque al fin ningún hijo sus estatutos. Escandalizámonos todos de
genios rabiosos, hinchados que se dispa­ do delante de mi súplica el nombre que me
sufre bien que le revuelvan los huesos al ver las puertas de los templos y los pare­
ran unos á otros rayos de indignación, pa­ dió la iglesia en el bautismo. Examinadme
padre que le engendró. Para quien no en­ dones de las calles emporcados con carteles
dezco mortales sustos, no sé donde escon­ y libradme, señora, que es toda mi impor­
cuentran disculpa . es para el infeliz cura , gritones que dicen : Contra ó sob'e lo G uz­ tancia , que yo dejaré que se ahorquen mis
quiera Dios qne él la tenga con su M ages- man de Santo Domingo , y de que se trate derme , y quisiera no ser nacido. Las
dolorosas esperiencias que han pasado por enemigos, que se Tätigen los papebroquios,
tad, y con Sto. Domingo , que el vulgo po • este asunto con tan poca reverencia y tan
mí me tienen tan acobardado y encogido , que se enoje Don Pedro Benitez , que se
co importa que quede rabioso contra é l , descarada publicidad. Escandalizamónos ,
que no me dejan respirar. Las inquietudes, enrabie el cura, se endemonie el sacristan,
contra su carta, su vida y sii salud. finalmente, déla infidelidad y de la mucha
y revoluciones presentes suenan muy cer­ y que se infierne toda la cofradía de moni­
No son los menos escandalizados los abertura de las imprentas , pues se impri­
ca de mí, porque sus autores están en Sa­ gotes que se quieren meter en inquietar
hombres graves de las escuelas; pues unos men sin mas licencia que el antojo de sus
lamanca y yo en medio de ellos, y es muy vivos, y desenterrar muertos.
con miedo reverente, y otros con despego autores cuantos disparates y locuras llegan
posible, que algun enemigo, ó algun nove­ E l Doctor Don Diego de Torres
enojado, dicen que este asunto no se de­ ásus cajas. No quiero deciros mas escán­
lero imprudente me quiera encuadernar y VUlarroel.
biera haber puesto á los ojos, ni á la es­ dalos , el tiempo los dirá, y sino los diré
pantosa ignorancia de la vulgaridad ; y que yo si importare á vuestra honra y mi segu­
ya que se trataba de é l , debieran los auto­ ridad. Ahora suplico que atendáis á m¡
res proceder en sus espresiones con serie­ miedo.
dad juiciosa y con buen espíritu, apartando
O'
Primara parle. D e la s V i s i o n e s y V i s i t a s d e T o r r e s c o u D o n F r a n c i s c o d e Q u e v c d o y V i­
l l e g a s p o r .Ma drid . i
Segunda parle. D e l a s V i s i o n e s y V i s i t a s d e T o r r e s c o n D o n F r a n c i s c o d e Q u e v e d o p o r
M adrid. 31
T e r c e r a p a r i e . D e la s V i s i o n e s y V i s i t a s d e T o n e s c o n Don F ra n cisco d e Q uevedo por
M adrid. q;-.
B a r c a d e A q u e r o n t e , R e s i d e n c i a i n f e r n a l d e P l u t o n , S u e ñ o M o r a ! , t r a s l a d a d o d e la f a n ­
ta sia al p a p e l. gp
C o r r e o d e l o t r o m u n d o , y c a r t a s r e s p o n d i d a s á lo s m u e r t o s . 125
S a c u d i m i e n t o d e m e n t e c a t o s h a b i d o s y p o r h a b e r . R e s p u e s t a al C o n d e d e M a u r e p a f , F i s ­
c a l d e la a c a d e m i a d e P a r i s , y d e c a m i n o e s C a r t a á t o d o s io s F i s c a l e s d e s u s O b r a s ,
s o b r e la p r e g u n t a d e la A c a d e m i a , p o r q u e el g a llo c a n t a á la s d o c e d e la n o c h e e n
P o r t u g a l , y l l e v a d o á F r a n c i a c a n t a á la s m i s m a s d o c e , s i e n d o asi q u e h a y una hora
d e d iferen c ia ? 137
I llim o sa cu d im ie n to de b o ta ra te s y tontos. 165
H isto ria d e H i s t o r i a s , á im ita c ió n del C u e n to d e C u e n to s , d e D on F ra n c is c o de Q u ev ed o
y V illegas. 173
S o p l o á la J u s t i c i a , a l e n t a d o p o r e l g e n e r a l e s c á n d a l o y p a r t i c u l a r m i e d o , p r o d u c i d o d e
l a s e s c u s a d a s d i s p u t a s é i m p e r t i n e n t e s d i s p u t a d o r e s d e la i n n e g a b l e , o i n d e l e b l e n o ­
b le z a del E x e n to , y S a n tís im o P a d r e S a n to D o m in g o d e G u z m a n el B u e n o . H)l

GUION
pata la relocation k las láminas.
-R E T R A T O . A! prólogo:
l cojiendo una calceta r/ue se columpiaba...... Preámbulo u! sueño.
""'Soltó el camueso lu moneda...... iiaf- 9 .

3 con mandai’ abrir tina ventana...... |jaíí"* § 3 /


■““■y tomó un polvo... pag_ 20.
' Citando deteniendo la humanidad sobre un palo...... pag-. 5Q.
M as chica ó mas alta la podrá haber....... pUg. 3 4 .
Llegó este á incorporarse con otra tropa...... pap-. 75.
~ He sus miembros solo descubría...... pag-, R5.

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