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Discriminación por edad

El edadismo es la estereotipificación y discriminación contra personas o colectivos


por motivo de edad. Engloba una
serie de creencias, normas y valores
que justifican la discriminación de
las personas según su edad.123
Otros términos no recomendados
pero empleados en ocasiones han
sido el préstamo inglés ageism
(ageísmo),4 la traducción al español
sin la segunda d, como edaísmo»,1
viejismo,5
ancianismo[cita requerida], gerontofobia6 o etarismo.7
El término ajéis o edadismo en español fue acuñado en 1968 por
el gerontólogo y psiquiatra Robert para referirse a la discriminación contra las
personas mayores y basándose en los términos sexismo y racismo.8 Butler definió
al "edadismo" como una combinación de tres elementos conectados. Entre ellos se
encuentran las actitudes perjudiciales hacia las personas mayores, la vejez y el
proceso de envejecimiento; prácticas discriminatorias contra las personas mayores;
y prácticas institucionales y políticas que perpetúan los estereotipos sobre
las personas mayores.9
Si bien el término también se usa con respecto a prejuicios y discriminación
contra adolescentes y niños, como negarles ciertos derechos (por
ejemplo, votar),10 o ignorar sus ideas porque se los considera "demasiado jóvenes"
o asumir que deben comportarse de cierta manera por su edad,11 el término se usa
predominantemente en relación con el tratamiento de las personas mayores.
Además, se ha señalado que la estigmatización no solo se produce fuera del grupo
cohesivamente imaginado de los ancianos, sino que también tiene lugar dentro del
propio grupo estigmatizado.12 El miedo a la muerte y el miedo a la discapacidad y
la dependencia son las principales causas del edadismo; Evitar, segregar y rechazar
a las personas mayores son mecanismos de afrontamiento que permiten a las
personas evitar pensar en su propia mortalidad.13
También puede ser pasivo y encubierto (por ejemplo, una película que muestra solo
a los jóvenes que habitan una localidad y no se muestran niños, bebés o ancianos
en la zona para generar la noción de que el lugar es "joven y romántico").
Conducta ante las personas mayores y a jóvenes
La mayoría de la población de diferentes culturas se comporta de forma negativa
con las personas mayores y jóvenes. El edadismo constituye el conjunto de
prejuicios, estereotipos y discriminaciones que se aplican a las personas mayores y
jóvenes simplemente en función de su edad.
Generalmente se adquieren en la infancia y se van afianzando durante el resto de
la vida, siendo luego difícil o imposible para las personas con prejuicios poder
reconocer que sus conductas provienen de una interpretación equivocada de los
hechos.
Las personas de mediana edad consideran que los cambios que traen aparejados
la vejez, son indeseables e inconscientemente rechazan el proceso de
envejecimiento como a las personas que ya han envejecido. Estas ideas no surgen
azarosamente, sino que son producto del tipo de sociedad a la que pertenecen,
sociedad asentada en los valores de la productividad y el consumo y en donde el
principal recurso para su funcionamiento es la población joven.
Teoría del desapego
A su vez, esta concepción nacida de los ejes de la producción, encuentra
justificación en la teoría del desapego desarrollada por E. Cummings y W. E. Henry,
según la cual, a medida que el sujeto envejece, se produce una reducción de su
interés vital por las actividades y objetos que lo rodean, lo cual va generando un
sistemático apartamiento de toda clase de interacción social. Según estos autores,
este proceso es normal en el desarrollo del individuo y además de ser buscado y
deseado por él, pues el distanciamiento afectivo se supone que lo protege de
confrontaciones con objetos y situaciones de difícil resolución. De esta teoría se
desprende que la conducta aconsejable a seguir con adultos mayores por parte de
familiares, profesionales, etc. es la de favorecer un proceso de alejamiento de sus
actividades como un paso de preparación necesaria para la muerte. La vejez sería
entonces, un período de descenso, de imposibilidad de aprender, de desapego de
vínculos y de auto exclusión.
Sexualidad
En relación a la sexualidad, hay una visión moralista y puritana extendida en la
sociedad, según la cual, la sexualidad en los ancianos no existe y no es necesaria
y si sucede, no es normal. Estas ideas irracionales, estructuradas en conductas
prejuiciosas, están extendidas en la mayoría de la población, pero son
especialmente peligrosas cuando se trata de trabajadores que consideran a los
ancianos o ancianas desde el punto de vista social como enfermos, seniles,
deprimidos, rígidos, asexuados, pasados de moda y una cantidad de rótulos
descalificadores más. Suelen ser ignorados sus problemas físicos y mentales así
como sus necesidades económicas y sociales. La mayoría de los problemas del
envejecimiento son imputables a esa conducta basada en prejuicios, pues, tanto la
postura de indiferencia y discriminación, como aquella que considera que la vejez
carece de valor, tiene consecuencias negativas en los procesos de identificación
con la mirada de los "otros" en los individuos que envejecen, que pueden hacer
suyas imágenes con esas características y sentirse y/o funcionar como ciudadanos
relegados de segunda categoría.

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