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"
Universidad Centroamericana José Simeón Cañas
CULTURA DE LA ESPERANZA
Y SOCIEDAD SIN EXCLUSION
Colección ECONOMIA-TEOLOGIA
CONSEJO EDITORIAL
Franzj. Hinkelammcrt
Pablo Richard
Eisa Tamez
Marysc Brisson
Arnoldo Mora
Helio Gallardo
....
~
FRANZ J. HINKELAMMERT
338.9
H663c Hinkelarnmert, Franz J., 1931.
Cultura de la esperanza y sociedad sin exclusión
Franz J. Hinkelammert
-la. ed.-San José, Costa Rica. DEI i995.
390 págs.; 21 cms. (Colección economia-teología)
ISBN 9977-83-091-6
1. Política económica.
2. Desarrollo.
l. Título.
ISBN 9977-83-091-6
EDITORIAL DEI
Departamento ECüménico de Investigaciones
Apartaao Postal 390-2070
SABANILLA
SAN JOSE-COSTA RICA
Teléfonos 253-0229 • 253-9124
Fax (506) 253-1541
Prólogo ............................................................................. 15
Primera parte
A manera de introducción
Capítulo 1
La crisis del socialismo y el Tercer Mundo ............. 25
1. Primera tesis ..................................................................................25
2. Segunda tesis .................................................................................29
3. Tercera tesis .................................................................................. 31
4. Algunas reflexiones sobre la solidaridad .. :............................... 32
,Capítulo 11
Subjetividad y Nuevo Orden Mundial:
¿qué queda después de la guerra de Irak? ............... 39
Prefacio .............................................................................................. 39
l. El desvanecimiento de la subjetividad
en el Imperio de la Ley ................................................................ 41
2. El buen trabajo .............................................................................. 42
3. La inversión de la opinión pública ............................................ 45
Segunda parte
El totalitarismo emergente
Capítulo 1
Nuestro projecto de nueva sociedad
en América Latina: el papel regulador
del Estado y los problemas
de la auto-regulación del mercado ............................. 63
l. El Estado en América Central... .................................................. 65
2. El antiestatismo metafísico frente al desarrollo
del Estado: sociedad civil y Estado ........................................... 69
3. Mercado y plan: la constitución del antiestatismo.................. 72
4. La armonía de Adam Smith ........................................................ 73
5. La crítica de Marx:
el mercado como sistema auto-regulado .................................. 79
6. El mercado como mecanismo
de regulación de la tecnología .................................................... 87
7. El capitalismo salvaje .................................................................. 92
8. La metafísica antiestatista y la abolición del Estado............... 97
9. El Estado neoliberal resultante ................................................. 100
10. La determinación futura
de la sociedad en América Latina .......................................... 106
Capítulo 11
La cultura de la desesperanza
y el heroísmo del suicidio colectivo .............................. 115
l. Las etapas del desarrollo económico ...................................... 118
l. l. El desarrollismo
de los años cincuenta hasta los setenta ......................... 118
Capítulo 111
La lógica de la exclusión del mercado
capitalista mundial y el proyecto de liberación .... 131
l. El progreso técnico, su globalización y la integración
de la población en la sociedad humana .................................. 132
Capítulo IV
¿Capitalismo sin alternativas?
Sobre la sociedad que sostiene
que no hay Alternativa para ella .............................. 157
l. La sociedad para la cual no hay alternativa ........................... 159
2. Eficiencia formal y negación de las utopías ........................... 162
3. El heroísmo del suicidio colectivo ........................................... 167
4. ¿Es el mercado total una alternativa? ..................................... 168
5. El espacio de las alternativas potenciales ............................... 173
6. La resistencia como condición de la racionalidad................. 175
Tercera parte
La ciencia moderna
y la irracionalidad de lo racionalizado
Capítulo 1
¿Es el antropocentrismo occidental
el culpable de la debacle ecológica actual? ............ 213
l. ¿Es eficiente la eficiencia? ......................................................... 214
2. Eficiencia, calculabilidad y ética .............................................. 218
Capítulo 11
La ética del discurso y la ética
de la responsabilidad: una posición crítica.............. 225
l. La comunidad ideal de comunicación
(situación ideal del habla) y la fundamentación última
(Letztbegründung) de valores ..................................................... 226
1.1. El esquematismo
de las fundamentaciones últimas .................................. 227
Capítulo 111
La irracionalidad de lo racionalizado.
Comentarios metodológicos sobre
la racionalidad instrumental y su totalización ...... 273
l. La teoría de la acción racional
en la tradición de Max Weber ................................................... 275
2. De los juicios de hecho
que no son juicios de racionalidad medio-fin ........................ 278
3. El sentido de la acción racional.. .............................................. 281
4. El circuito medio-fin y su totalización .................................... 289
. 5. La vuelta de lo reprimido ......................................................... 293
6. El sujeto como objeto de las ciencias empíricas,
y la afirmación del sujeto como sujeto .................................... 297
7. La "paradoja del vividor" y la objetividad de la realidad ... 299
8. El aprendizaje frente al criterio de vida y muerte ................. 300
9. La racionalidad de la locura
y la locura de la racionalidad .................................................... 303
10. El reconocimiento entre sujetos como
sujetos naturales y necesitados como fundamento
de la objetividad de la realidad .............................................. 304
Cuarta parte
Economía y teología
Capítulo 1
Economía y teología:
las·leyes del mercado y la fe ..................................... 329
1. Cristianismc, judaísmo y liberación ........................................ 329
2. Teología y deuda ........................................................................ 332
3. Leyes del mercado y ley de la historia .................................... 337
4. La víctima de la ley de la historia ............................................ 342
5. La fe en el interior de la economía ........................................... 351
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21
A manera de introducción
1. Primera tesis
Creo -y esa será la primera tesis- que en los últimos años
ha acontecido una transformación del capitalismo mundial, que
salió a la luz en el momento más dramático de la crisis del
socialismo, es decir, con la caída del muro de Berlín en noviembre
de 1989. Yo me encontraba en ese momento en la República Fe-
deral de Alemania, y para mí hubo una conexión simbólica fuerte
entre la caída del muro y la masacre de la comunidad jesuítica de
25
26
2. Ver Fukuyama, Francis: "The End of History?", en The National Interesl, Summer,
october 1989. Ver Gallardo, Helio: "Francis Fukuyama y el triunfo del capitalismo
burgués. ¿El final de la historia o el deseo de finalizare! ser humano?", en Pasos (DEI)
No. 27 (1990); "Francis Fukuyama: el final de la historia y el Tercer Mundo", en Pasos
No. 28 (1990).
27
28
-1, Popper lo expresa así: "Todos tenemos la plena seguridad de que nadie sería
desgraciado en la comunidad hermosa y perfecta de nuestros sueños; y tampoco
cabe ninguna duda de que no sería difícil traer el cielo a la tierra si nos amásemos unos a
otros. Pero ... Ja tentativa de llevar el cielo a Ja tierra produce como resultado invariable el
i11fiemo. Ella engendra la intolerancia, las guerras religiosas y la salvación de las
almas mediante la Inquisición" (Popper, Karl: La sociedad abierta y sus enemigos.
Buenos Aires, Paidós Studio, 1981, tomo II, pág. 403).
Ver también Michael Novak: " ... las sociedades tradicional y socialista ofrecen una·
visión unitaria. Infunden en toda actividad una solidaridad simbólica. El corazón
humano está hambriento de este pan. Recuerdos atávicos asedian a todo ser humano
libre. El 'páramo' que encontramos en el corazón del capitalismo democrático es como un
campo de batalla sobre el cual los individuos vagan profusos en medio de cadáveres " (N ov ak,
Michael: The spirit o/ democratic capitalism. New York, An American Enterprise
lnstitute-Simon & Schuster Publication, 1982. Citamos según la edición en castellano:
33
El espíritu del capitalismo democrática. Buenos Aires, Ediciones Tres Tiempos, 1983,
págs. 56s). Y concluye: "Los 'hijos de la luz' son en muchos aspectos un peligro
mayor para la fe bíblica que los 'hijos de las tinieblas'" ( Op.cit., pág. 71).
Ya en Nietzsche tenemos esta crítica: "El cristianismo, nacido de raíces judías,
inteligibles únicamente como planta de aquel suelo, representa el movimiento de
oposición contra toda moral de cría, de raza y de privilegio. Es la religión antiaria por
excelencia, la transmutación de todos los valores arios, el triunfo de las evaluaciones
de los chandalas, el evangelio de los pobres y de los humildes proclamando la insurreción
general de todos los oprimidos, de todos los miserables, de todos los fracasados; su
insurrección contra la raza, la inmortal venganza de los chandalas convertida en
religión del amor" ("El crepúsculo de los dioses", en Friedrich Nietzsche: Obras
inmortales. Barcelona, Visión Libros, 1985, tomo III, pág. 1209).
Lo demoniaco para el pensamiento burgués es el amor al prójimo, la solidaridad y
la religión del amor. Se trata de una rebelión en contra del Dios bíblico. Al declarar
el amor al prójimo y la solidaridad como demoníacos, este Dios es eliminado. Es
tranfonnado en el señor del infierno. La libertad burguesa se revela como lo que es:
una lucha contra Dios. Lo que promete, es lo que dice Novak: "El 'pdramo' que
encontramos en el corazón del capitalismo democrático es como un campo de batalla sobre el
cual los individuos vagan profusos en medio de cadáveres". Prometen el infierno en la
tierra, después de haber expulsado de ésta el amor al prójimo, la solidaridad y la
religión del amor.
34
5. Nietzsche se puede leer como un programa para la sociedad burguesa del siglo
XX, primero del nazismo, y hoy del llamado Mundo Libre: "Si el que sufre, el
oprimido, perdiera la fe en su derecho a poder despreciar la voluntad de poderío,
entraría de lleno en la fase de la deseper.:lción total... La moral protegía a los
malparados contra el nihilismo, al tiempo que concedía a cada uno un valor infinito,
un valor metafísico, y lo emplazaba en un orden que no estaba de acuerdo con el
35
poder y el rango del mundo: enseñaba la entrega, la humildad, etc. Admitiendo que
la creencia en esta moral se destruya, los malparados ya no hallarían en ella su
consuelo y perecerían" (Nietzsche, Friedrich: ÚI voluntad de poderío. Madrid, EDAF,
1981, No. 55, pág. 60).
Es lo que él.llama el nihilismo activo: "El nihilismo como síntoma de ello, indica que
los desheredados ya no tienen ningún consuelo, que destruyen para ser destruidos:
que privados de la moral ya no tienen ninguna razón para 'entregarse', que están
afincados en el terreno del principio opuesto y también quieren poderío por su parte
forzando a los poderosos a ser sus verdugos" ( lbid., pág. 61).
36
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Subjetividad
y Nuevo Orden Mundial:
¿qué queda después
de la guerra de lrak?
Prefacio
El Occidente encontró un método de verter sangre que se
puede lavar fácilmente con agua, sin que quede ninguna mancha.
Recuerdo una conversación entre actores de teatro en Chile en los
años cincuenta: hablaron sobre la sangre que se usa en el escenario
para poderla dejar correr, sobre todo al final de las tragedias de
Shakespeare. Uno de ellos dijo: la mejor sangre se produce en
Hamburgo, se la puede lavar con agua sin que quede ninguna
mancha.
Eso simboliza al Occidente y a toda nuestra civilización. Pro-
duce sangre que no deja ninguna mancha. Ya el cobro de la deuda
externa del Tercer Mundo producía esa sangre limpia en tres
39
40
2. La actual ideología del Imperio efectúa este tipo de negación con todas las
principales exigencias de los movimientos de oposición de los años sesenta. En
41
2. El buen trabajo
¿Qué es un buen trabajo (good job) en la guerra del Irak?
Los pilotos de Estados Unidos (EE.UU.) volaron a Bagdad y
escribieron sobre sus cohetes "saludos para Hussein" o "con amor".
Cuando los pilotos volvieron de su misión de destrucción, dijeron
que habían hecho un "buen trabajo". Por todos lados se había
hecho un buen trabajo: de parte de los pilotos, de los generales, y
también de los políticos. El mismo presidente Bush elogió a los
soldados estadounidenses por el buen trabajo que habían hecho.
No solamente los pilotos de EE. UU. habían hecho un buen
trabajo. En su primera ofensiva diplomática después de la guerra,
el presidente Bush visitó Canadá. Allí elogió la participación de
las tropas canadienses en la operación "Tormenta del Desierto", y
les dijo que esa participación junto a las tropas estadounidenses
había constituido "un trabajo de primera clase, del que me siento
muy orgulloso". Añadió que la victoria aliada había dejado "una
sensación maravillosa en nuestro país" (JA Nación (San José), 14.
111. 1991).
Algunos meses después, cuando se reinició la propaganda de
guerra en contra de Irak, se decía: "Los norteamericanos se dieron
cuenta de que no habían terminado el trabajo y les gustaría volver
a empezar" (La Nación, 11. VII. 1991).
El aniquilamiento de Irak fue un buen trabajo. Los soldados
-en buena parte desempleados antes de entrar al ejército- bien
podrían haber entrado a una fábrica d{: zapatos, y también allí
habrían hecho un buen trabajo. En vez de eso entraron en una
fábrica de muerte, y allí hacían un buen trabajo. Destruyeron
Bagdad y volvieron diciendo que habían hecho un buen trabajo,
como lo habrían hecho si hubieran entrado en una fábrica de
zapatos. Produjeron una ciudad destruida, del mismo modo que
42
4:?
5. Según Schinnacher, W.: Technik 1111d Gelasse11heil. Freiburg, 1985, pág. 25, citado
por Farías, Víctor: Heidegger und der Nalio11alsozialisr1111s (con prólogo de Jürgen
Habermas). Frankfurt a/M, Fischer, 1989.
6. Este lenguaje del verdugo ha entrado en la opinión pública por la generalización
y aceptación de un lenguaje que se había desarrollado antes dentro de los servicios
secretos. Lo más prol:iable es que el presidente Bush, quien antes fuera jefe de la CIA,
haya adquirido este lenguaje allí. Hasta qué grado los funcionarios de los servicios
secretos habían sido penetrados por este lenguaje, lo puede mostrar un libro que se
hizo famoso un año antes de la guerra de Irak. Se trata de: Ostrovsky, Victor-Hoy,
Claire: By Wayof Deception. T/1e Making And Unmaking ofa Mossad Officer. New York,
St. Martin's Paperbacks, 1990. Ostrovsky, ex-funcionario de uno de estos servicios
secretos, critica los procedimientos de estos servicios. No obstante, está tan
44
45
48
49
11. ldem.
50
12. Se trata de una comunicación de Napoleón del 12. IX. 1813, dirigida al general
Lefevre. Según Schmitt, Car!: "Theorie des Partisanen. Zwischenbemerkungen zum
Begriff des Politischen" (Teoría del partisano. Notas para el concepto de lo político),
Berlin, 1975, en Schmitt, Car!: El concepto de lo "político". Buenos Aires, Folios, 1984.
52
13.
Kindleberger, Charles P.: Manias, Panics and Crashes: A Hislory of Fi11a11cial Crises.
New York, Basic Books, 1989, pág. 134.
53
54
17. Nietzsche, Friedrich: La voluntad de poderío. Madrid, EDAF, 1981, No. 24, pág.
42.
18. Manuscritos para la cuarta parte del "Zaratustra" (1886): WW XII, pág. 307,
citado según Heidegger, Martín: "Überwindung der Metaphysik", en Vortriige 1111d
A11Jsiitze. Neske. Pfullingen, 1990, pág. 79.
Michael Novak, el teólogo católico del American Enterprise lnstitute, formula eso
mismo con las siguientes palabras: "La naturaleza no es algo consumado, completo,
terminado: la Creación está inconclusa. Existen tareas aún, para los seres humanos.
Nos esperan sorpresas. Tendremos que enfrentar horrores (como siempre ha
ocurrido), pero Dios está con nosotros. Tal vez el futuro no sea un camino ascendente,
salvo como el del Gólgota: que así sea." Novak, Michael: El espirit11 del capitalismo
democrático. Buenos Aires, Ediciones Tres Tiempos, 1983, pág. 75.
Lindsey, teólogo protestante del fundamentalismo cristiano de EE.UU., expresa eso
mismo en términos de la batalla de Armageddon: "Cuando la batalla de Armagedón
llegue a 5u temible culminación y parezca ya que toda existencia terrena \"a a quedar
destruida [Lindsey la entiende como guerra atómica, F. J. H.], en ese mismo
momento aparecerá el Señor Jesucristo y evitará la aniquilación total.
A medida que la historia se apresura hacia ese momento, permítame el lector hacerle
unas pregu11tas. ¿Siente miedo, o esperanza de liberación? La contestación que usted
dé a esta pregunta determinará su condición espiritual". Ha! Lindsey: l.il agonía del
gran planeta Tierra. Miami, Editorial Vida, 1988, pág. 222 (original: The l.ilte Great
Planet Earth. Grand Rapids (Michigan), Zondervan Publishing Housé, !9'70).
Nietzsche lo resume así: "La muerte. Debemos transformar este desgraciado hecho
fisiológico en una necesidad moral. Se debe vivir de manera que se sienta, en el
momento necesario, la voluntad de morir". Nietzsche, Friedrich: l.il l'olrmtad de
poderío, op. cit., No. 911, pág. 493.
19. Ver Popper, Karl: Das Elend des Historizism11s (La miseria del historicismo).
Tübingen 1974. Prólogo para la edición alemana, pág. VIII.
55
20. Popper, K.irl: L1 '<l!'lt'd11.I ,,¡,,,.,¡,¡ 11'"'1·11,·111/\:•'' ll.irn•lon,1. 1',1idús Sludio, 1981,
tomo 11, pág . .tOJ.
21. Baudrillard, jl'an: "Der FL·1ml "t '"'r,d11n111d1•11''. Spil'gl·l-lntl'n·iew mil dem
Pariser Kulturphil<N'phPn )l'dll l.l.n1d nll,1rd Lil>l'r di1· W,1hrm•hmh<1rh'it dl'~ Kriegs,
en Der S¡nl'gcl, 6/1991, p<igs. 22lb. \'l'r: "l..i gul'rr.I di·I Colfo no h,1 l'xistido, según
Baudrillard. El pl'm;.idor lra1l!'l'' 1•\pl11-,11·11 r-t.1dnd l,1,; t1•sis dl' su nuevo libro", en
Esta Sema11<1 (San j1N:·) No. 17 (h-11. VI. l '1911: "L,1 gut'rra ha sucl'dido. Pero en la
conciencia cnll'ctiv.1 un,1 \'l'Z lerm111.id,1 l,1 gu .. rr,1 se t1l'nt•n>mo no sucl'dida. Más que
una guerra r<«ll se h.1 lr,1ladn di• una gut·rr,1 virlu<1I. Una gul'rra cuyo final era
predl'cible, Cll\'a d1•sprupt>rnonada n•lariiin dl' fuprzas hizo llamar 'operaciones
quin:rgicas' a lnsataque~ aliados ven dondl' PI 1•nemigose com·prtía en u11 parpadeo
abstracto snbrl' la pantalla del nrdl'nador ... El dl'sarrollo dl' lo que constituía l'I
mayor drama humano fue 'cubierto' por la información''.
22. El Occid1•ntl' incluso cell'bra l'sta su transición a una máquina de muertl' como
un nue\'ll hum.mismo. Hasta la or¡;anización Gr1'e11peace se unió al coro. Después de
rl'ferirsP t•n un informe al número de sacrificios humanos en la guerra de lrak
-Gree11pe11ce habla de cinco a quince mil mil ci\·iles, y de cien mil hasta ciento veinte
mil soldados muertos-, elogia la actuación de los aliados. Los sacrificios civiles
ocurrieron, según este informe, a pesar de los esfuerzos de los aliados por evitar una
cifra mayor de muertos entre la población civil Gree11peaceconcluye: "[esta actuación)
puede ser considerada como el presagio de nuevas reglas positivas de conduct?
humanitaria y militar" (La Nación, 30. V. 1991).
56
23. Se trata de lo quP René Girard llama el mimetismo de la acción conflictiva. Ver
Girard, René: ú:I violencia y lo sagrado. Barcelona, Anagrama, 1983; El chivo expiatorio.
Barcelona, Anagrama, 1986; El misterio de nuestro mundo. Claves para una interpretación
a11/ropológica. Diálogos con f. M. Oughouruan y G. Lefort. Salamanca, Síguemt', 1982.
Sin embargo, Girard no vincula esta mímesis con la vigencia de la ley; Por tanto, la
ley parece ser un instrumento para controlar esta mímesis. Eso t'S notable sobre todo
en Girard, René: ú:I ruta antigua de Jos hombres perversos. Barcelona, Anagrama, 1985.
No obstante, precisamente en cumplimiento de la ley se producen los monstruos. Al
no ver eso, la interpretación del mensaje cristiano que hace Girard se queda muy
corta. Tanto Jesús como San Pablo tratan esta mímesis como producto de la ley, y
según la tradición temprana, la propia muerte de Jesús ocurre "en cumplimiento de
la ley".
57
24. Ver Broder, Henryk M.: "Unser Kampf. Henryk M. Broder über die Ressentiments
der deutschen Friedensbewegung" (Nuestra lucha. Henryk M. Broder sobre los
resentimientos del movimiento de paz alemán), en Oer Spiegel, 18/1991. Este autor
no se preocupó nunca de lo que sus aliados en EE.UU. piensan acerca de Israel, en
especial los fundamentalistas cristianos. Lindsey, uno de los Rasputines en la corte
del presidente Reagan, dice lo siguiente en uno de sus libros, que fue un bcslscl/er en
la década de los setenta, del que se vendieron más de quince millones de ejempla res:
"Aquí tenemos que hacer una cuidadosa distinción entre la 'restauración fisica' del
Estado de Israel en la tierra Palestina, lo cual debía ocurrir un poco antes de la \'en ida
del Mesías, y la restauración espiritual de todos los judíos que hayan creído en el
Mesías, que sucederá inmediatamente después de su regreso a la tierra.
La restauración física se cumple por medio de esfuerzos humanos de judio~ no
conversos. En efecto, los grandes eventos catastróficos que han de sucederle a la
nación, durante la 'tribulación', tienen como principal propósito el de conmoverla
para que crea ene! verdadero Mesías" ( op. cit., pág. 55). "Jesucristo predijo un evento
que iniciará un período de catástrofe sin paralelo para la nación hebrea y sucederia
un poco antes de su segunda venida ... debe ocurrir en la mitad de este período [dl·
tribulación) de siete años durante el cual Dios probará al pueblo judío ante~ de
establecer definitivamente el tan anhelado Reine de Dios " ( ibid., pág. 66. "Al
comparar este período con los regímenes de Hitler, Mao y Stalin, estos parecerán
inocentes ante la crueldad de aquél. Al Anticristo se le va a dar absoluta autoridad
para actuar con el poder de Satanás" ( ibid., págs. 141s). "Se lo llama la segunda bestia
y ha de ser judío ... Será una imitación de Juan el Bautista con carácter diabólico"
(ibid., pág. 144). "Tan pronto como comience el Armagedón ... comenzará el gran
período de conversión de los judíos. Aceptarán a su Mesías ... La tercera parte de los
judíos que estén en vida para ese período, se convertirán a Cristo, y serán preservados
milagrosamente... " (ibid., pág. 221). Donde dominan sueños de aniquilamiento de
este tipo, no puede estar lejos la celebración del suicidio colectivo de la guerra
atómica, de la cual nace la esperanza de la "restauración del paraíso" ( ibid., pág. 233).
En el lenguaje totalitario de nuestro tiempo, eso no es solamente una clarividencia,
sino un anuncio. Tanto más, cuanto en las escrituras cristianas del Nuevo 1 estamento
no hay ninguna huella que haga posible deducir tales anuncios. Si los deducen pese
a eso, tendrán alguna razón diferente. Lindsey no es el único autor con este tipo de
anuncios. En EE.UU. existe toda una literatura que propaga las mismas tesis, y que
es vendida e indoctrinada en América Latina. Esta literatura es la sucesora de los
"protocolos". Allí sí se habla, como lo hemos citado, de una segunda E11dl6su11g. No
es el movimiento de paz el que lo hace. ¿Teniendo estos amigos, no sería mejor hacer
la paz con los enemigos? ¿Puede un país como Israel, que es considerado desde
afuera como lo hace esta literatura, renunciar a exigir y reconocer los derechos
humanos? Los necesita tanto como cualquier otro pueblo.
58
Recordatorio final
En el grado e¡:i. el que la subjetividad se expresa en la exigencia
del respeto a los derechos humanos, se desvanece la propia
subjetividad. Resulta que el Imperio de la Ley no garantiza la
subjetividad, sino que se la traga y la destruye. Luego, la
subjetividad no es la negación de la ley, pero sí presupone su
constante relativización en función del sujeto y de su posibilidad
de vivir. El actual cobro de la deuda externa del Tercer Mundo es
paradigmático al respecto: al destruir la vida humana, el cobro de
la deuda destruye también al sujeto humano. Sólo la relativización
de la ley del pago de la deuda la puede compatibilizar con la
subjetividad humana. El implacable Imperio de la Ley, en cambio,
lleva a la muerte del sujeto.
Los antiguos ya sabían eso. Decían: Fíat iustitia, pereat mundus
(Que se haga la justicia, que perezca el mundo). Pero sabían
también la respuesta: Summa lex, maxima iniustitia (Suma ley,
máxima injusticia).
El Imperio de la ley -núcleo de lo que se promete como
Nuevo Orden Mundial-, no es apenas el desvanecimiento de la
subjetividad. Es la máxima injusticia y el fin del mundo a la vez.
59
El totalitarismo emergente
63
2. El antiestatismo metafísico
frente al desarrollo del Estado:
sociedad civil y Estado
El antiestatismo metafísico es la respuesta surgida en Jos de-
cenios de Jos setenta y los ochenta, al desarrollo de Ja sociedad
civil y del Estado en los decenios de los cincuenta y los sesenta.
Las de Jos cincuenta y los sesenta son décadas de desarrollo
en América Latina. Se trata de un desarrollo económico, social y
político, con miras a establecer un consenso que apoye la estabi-
lidad del sistema social existente. Para lograr este consenso se
fomenta la industrialización en un marco de planificación estatal
global, a la vez que se desarrolla el Estado en términos de un
Estado social (leyes laborales, sistema de educación y salud,
reforma agraria, etc.). Este desarrollo estatal estimula un desarrollo
de la sociedad civil a nivel de organizaciones sindicales en Ja
industria y el campo, vecindades, cooperativas, organizaciones
juveniles. Surge entonces una sociedad civil amplia, con sus
exigencias frente al mundo empresarial y al Estado.
La política de industrialización, basada en la substitución de
importaciones, logra un rápido desarrollo industrial en muchas
partes.No obstante, cuando esta política hace crisis y se estanca,
aparecen conflictos a nivel de la sociedad civil, que se extienden
con rapidez al campo político. El aumento tendencia} del de-
sempleo y la concentración del ingreso subvierten el consenso
sobre el sistema social a finales de la década de los sesenta, y la
69
3. Mercado y plan:
la constitución del antiestatismo
Cuando la sociedad civil es reducida a la sociedad burguesa,
ella tiende a identificarse con el mercado. Las relaciones sociales
de la sociedad civil se ven entonces exclusivamente en términos
de relaciones mercantiles, y otras relaciones sociales parecen ser
secundarias, e incluso innecesarias. Esta es la visión de la sociedad
civil de los siglos XVIII y XIX, que en la actualidad retorna en
nombre del antiestatismo neoliberal.
Si esto se piensa hasta el extremo, entonces la sociedad civil
identificada con el mercado se ve enfrentada con un Estado
innecesario, que hay que abolir. Si sobrevive, lo hace en nombre
de un Estado mínimo inevitable, que asegura el derecho de la
propiedad privada y el cumplimiento de los contratos. Se trata de
un Estado esencialmente represivo .. Otra función no tiene. Se trata
de una visión maniquea de la sociedad, en la cual el mercado es el
único polo legítimo de la acción, mientras que el Estado es algo
que sobra, o que es, en el mejor de los casos, un mal necesario. A
72
74
4. Max Weber lo afirma: "Este fenómeno: el que una orientación po.ria sirua<¡ión d.e intereses
escuetos, tanto propios como ajenos, produzca efectos análogos a los que se piensa obleoer
coactivamente-muchas veces sin resultado-- por una ordenación normativa, atrajo mucho
la atención, sobre todo en el dominio de la economía; es más, fue precisamente una de las
fuentes del nacimiento de la ciencia económica". Conceptos sociológicos fundamentales,
No. 4, en Weber, Max: Economía y sociedad. México, Fondo de Cultura Económica, 1944,
pág. 24.
5. Smith, op. cit.. tomo 1, págs. 53s.
75
76
En una sociedad civil, sólo entre las gentes de inferior clase del
pueblo puede la escasez de alimentos poner límite a la
multiplicación de la especie humana, y esto no puede verificarse
de otro modo que destruyendo aquella escasez una gran parte de
los hijos que producen sus fecundos matrimonios ... Así es cómo
la escasez de hombres, al modo que las mercaderías, regula necesariamente
la producción de la especie humana: la aviva cuando va lenta y la
contiene cuando se aviva demasiado. Esta misma demanda de
hombres, o solicitud y busca de manos trabajadoras que hacen
falta para el trabajo, es la que regula y determina el estado de
propagacion, en el orden civil, en todos los países del mundo... 7 •
77
8. El Mercurio (Santiago de Chile), 19. IV. 1981, entrevista (énfasis nuestro). Hayek
concedió esta entrevista con ocasión de su visita a Chile para paniciparen un congreso de la
socieélad de Mont Pellerin.
9. Lyotard, Jean-Fran~ois: la condición po.mnodema. Madrid, Ediciones Cátedra, 1987,
págs. l l 2s. En el mismo sentido, ver Baudrillard: "Si el sistema pudiera funcionar sin
alimentar a sus hombres, no habría siquiera pan para los hombres. Es en este sentido en el que
todos somos, dentro del marco de este sistema, sobrevivientes. Por lo demás, el propio
instinto de conservación no es fundamental: es una intolerancia o un imperativo social:
cuando el sistema lo exige, hace que los hombres anulen este 'instinto' y el morir los exalte
(por una causa sublime, evidentemente)". Baudrillard, Jean: Crítica de la economía política
del signo. México, Siglo XXI, 1974, pág. 86.
1O. El mismo Locke trata este poder como legítimo, aunque sea despótico: "El poder paternal
no existe sino donde la minoría de edad hace al niño incapaz de cuidar por sí mismo de su
78
propiedad; el poder poli1ico allí donde los hombres pueden disponer de sus pr~piedades; .\'.
el poder despótico no exi.<1e .1i1111 .<obre aquellos lwmbre.r q11e 110 tienen propiedad". Locke,
John: Ensayo sobre el gob1emo nú/. Madrid. Aguilar, 1969. No. 174. Estos son los tres
poderes legítimos de Locke. Lo, tres poderes de Montesquieu. no son sino una subdivisión
del poder político de Locke. Su equilibrio deja funcionar sin control el poder despótico que
Locke defiende.
11. Marx, Carlos: El capital. Buenos Aires, Cartago. 1974, tomo l. pág. 349.
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80
82
13. Ver Assmann. Hugo-Hinkelammert. Franz J.: A idolatria do mercado. E11.wi11 sobre
economia e teologia. Vozes, Sao Pnulo. 1989.
83
86
15. Hayek trata de esi:~par al supuesto de un conocimiento perfecto corno condición para la
tendencia al eyuilibrio, poryuc se da cuenta que es imposible que en la realidad empírica se
dé, o que haya una aproximación a él. Para seguir sosteniendo esta tendencia al equilibrio,
Hayek hace un juego. Afirma yue el mercado produce esa tendencia, pero sin que cada
participante tenga aquel conocimiento. El mercado produce el equilibrio, "conio si hubiera
conocimiento perfecto". Lo trata como una institución-computadora, que tiene conocirniento-
perfecto en el sentido de que puede actuar como si lo tuviera. Transforma el mercado en una
instancia mágica de omnisciencia estructural. Se inspira para ello en la filosofía del "como
si" de Vaihinger: Die Philo.wphie des als ob, 1912. No obstante, sustituye el equilibrio de la
teoría general del equilibrio por la armonía sacrificial de Adarn Smith. Ver Hayek, Friedrich
A. von: Mibrauch1111d Vetfall der Vern11nft. Ein Fragment (Abuso y decadencia de la razón.
Un fragmento). Salzburg, 1979.
89
16. llya Prigogine, en sus análisis de los sistemas auto-regulados en la naturaleza, llega en
la actualidad a resultados que se asemejan mucho a la visión de Marx acerca del mercado
como sistema auto-regulado. Prigogine. llya-Stengers, lsabelle: La nueva alianza.
Metamorfosis de /11 ciencia. Madrid, Alianza. 1983.
90
17. Kindleberger, Charles P.: Mania.r, Panics and Crashes: A History of Fi11a11cial Crises.
New York, Basic Books, 1989, pág. 134.
Seguir estas indicaciones de los precios, la teoría liberal lo llama lo racional. Un empresario
latinoamericano me dijo una vez en una conversación: "Cienamente, en las últimas dos
décadas se ha aumentado la pauperización y el desempleo en América Latina. También la
naturaleza está siendo destruida. Pero nadie puede dudar que la eficiencia de la empresa ha
mejorado enormemente". Esa es la teoría neoclásica en plena acción.
18. Milton Friedman considera incluso a la abolición de la esclavítud-la prohibición legal
de ella-como una imperfección del mercado, es decir, una falta de racionalidad económica:
"debido al marco institucional y debido a las imperfecciones del mercado de capitales, no
podemos esperar que el capital humano responda a presiones e incentivos económicos de la
mlsma forma que el capital material". Friedman, Milton: Teoría de los precios. Madrid, 1966,
pág. 313. "Estas peculiaridades sólo desaparecerían en una sociedad de esclavos y, en ella,
sólo para los esclavos", pág. 258.
19. Por eso, el problema no es simplemente el mercado, como si la planificación fuera su
solución automática. El problema reside en el hecho de que el mercado maximiza la ganancia
como criterio cuantitativo, por encima de las exigencias de la vida concreta q11e ~sttuye
como consecuencia. Si la planificación económica se orienta por criterios cuantitativos -
análogos, tiene los mismos efectos destructores. En los países del socialismo histórico eso
ocurrió sobre todo en la Unión Soviética, al tomar como su criterio de maximización la tasa
de crecimiento, que también es un criterio .mercantil abstracto. En países socialistas donde
la orientación de la economía no era tan exageradamente abstracta--como, por ejemplo, en
Cuba o Nicaragca, en el tiempo del gobierno sandinista-, no ocwrió la misma destrucción
de la naturaleza.
91
7. El capitalismo salvaje
En los años setenta de este siglo, el reformismo burgués llegó
a su límite. Los problemas del desempleo estructural en los países
del centro, de la frustración de la política de desarrollo en el
Tercer Mundo, y de la crisis ambiental, no podían ser ya solu-
cionados con los métodos tradicionales que había empleado. Si se
quería solucionarlos, había que tomar medidas que chocarían con
principios sagrados de la sociedad burguesa, en especial el prin-
cipio según el cual el mercado y sus leyes son la última y la más
alta referencia de cualquier política económica. Aparecía, pues, la
necesidad de un nuevo orden económico y de un orden ecológico
a nivel de la economía mundial. El mercado mundial necesitaba
un marco que lo canalizara dentro de los límites de una raciona-
lidad económica que le impusiera el respeto por las condiciones
reproductivas, tanto de los seres humanos como de la naturaleza.
Esto era un desafío y una provocación para la sociedad
burguesa. Ella tendría que haber enfocado un problema que las
sociedades socialistas no habían solucionado, y en parte ni notado,
pese a que tendrían que haber sido éstas las que promovieran una
solución. La provocación consistía en el hecho de que solamente
92
20. H. Maucher, director de la Nesllé, lo expresa así: "Nadie negará que la 'crea1ividad
deSlruclora' del mercadocreadurezasexlremas ... y con F. A. von Hayek creo que el concepto
'justicia', en última instancia, es irrelevanle para el funcionamiento del mecanismo del
mercado", en lnnovatio 3/4,1988, cilado según Widerspruch. Beitragezur .mzialistisdien
Politik. Zurich, Heft 16-Dez. 1988, pág. 4. Maucher expresa esto en Suiza, anle una campaña
que se hizo contra la Nestlé bajo el lema: "La Nesllé mata bebés". La Nes!lé quería prohibir
el uso publicitario de esle lema, pero los tribunales suizos esta vez no siguieron la voluntad
de la compañía multinacional. y rechazaron prohibir el lema citado. Maucher declaró la
irrelevancia de la justicia para los procedimientos del mercado. De hecho, rechaza más:
rechaza ser responsable de los aclos que comele. La sociedad burguesa hace de esia posición
su religión, la única que liene.
Sobre el inlento de algunos en Suiza de conseguir una protección aduanera para sus
produclos, dice el Neue Zuricher Z.eitung, diario de la gran burguesía suiza: "Aquellos que
en otros lugares no muestran ningún problema en sacar de su molino de oración confesiones
~·erbales y superficiales en favor del orden de competencia, de repente ya no están
convencidos de la fuerza de aulo-regulación de una compelencia efec1iva, que es eficiente y,
en principio, orientada por el bien común... Contra todas las confesiones verbales. de repente
se le niega a la cc11n~tencia ilimitada la capacidad de generar estructura~ de ofena adecuada~
a la demanda ... [hay) discrepancia entre la confesián de Jos principios referentes al
funcionamienlo y al valor de la economfo de mercado, y la disposición de sacar las reales
consecuencias de suafinnación". Neue Zuriclier uitung, 11-12. XI. 1989. Quieren confesiones
de fe en el mercado que no sean simplemente verbales, dado que la competencia ilimitada
asegura el bien común.
94
21. Nietzsche, Friedrich: "Humano, demasiado humano", Primer libro, No. 451, en
Friedrich Nietzsche: Obrw. inmonales. Barcelona, Visión Libros, 1985, tomo IV, pág. 2102.
95
22. Nietzsche es el autor de este salvajismo burgués. Ya a finales del siglo XIX pregunta por
los bárbaros del siglo XX, los únicos que pueden salvar al mundo de la amenaza del
humanismo: "Para elevarse, luchando, de este caos a esta configuración surge una necesidad,
hay que elegir: o perecer o imponerse. Una raza dominante sólo puede desarrollarse en vinud
de principios terribles y violentos. Debiendo preguntamos: ¿dónde están los bárbaros del
siglo XX? Se harán visibles y se consolidarán después de enonnes crisis socialistas; serán los
elementos capaces de la mayor dureza para consigo mismo. los que puedan garantizar la
96
volun1ad m;b prolon~ada .. Nicw.chc. Fril'dnch : J,1 rn/r1111ad de f""ler(11. Madrid . EDAF.
Í98 i . No . ~63. p;ig . .J7:'1 . ¡ Harhark u sociali~ n11.>'. es el ~rito de Nictzs'che y de la·hurgµesía
º
salvaje . ¡Sah·aji smn 'm: ialbnw~ ¡~luel1e o sodali.smo'. es.el grito fascista del "¡Viva la
muerte!'", que llc\·a a los horrores del capilali,mo salvaje de.los años treinta y cuarenta en los
paises europeos Tascbla>. (Fueron intelectuales antífascistas en Alemania, rBenjamin.
Horkheimcr. Adorno. ere.). quienes invirtieron el grito en ¡Socialismo o barbarie') . •
Esta visión del mundo rcgrc'a después de la Segunda Guerra Mundial. Vuel (>e cerno una
corriente junto al reformismo burgués que domina las décadas de los cincuenta y los 'seseota:
Al volcarse la burguesía contra d refurn1i snw. ella justifica este anti-reformismo ton
argumentos ideológicos tomados de esa 1radición .
23. Ver Arendt , Hannah: Los or(¡:enes eje/ 1mali1arirn111. Madrid, Taurus, 1974, capítulo XI:
El movimiento. totalitario, págs. 425-479.
24. Citado según Arendt, Hannah : op. ci1 .. págs. 443s. La cita proviene de Stalin : Problemas
del leninismo.
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101
30. Tal como suelen hacerlo, en el caso de EE. UU. los neoliberales argumentaron con una
simple curva matemática, que tuvo un efecto mágico sobre la opinión pública. Se llama
"Curva de Laffler". Seglln ella, la disminución intencional de los pagos de impuestos de pane
de los grupos de altos ingresos de EE. UU., tendría como consecuencia indirecta un aumento
103
104
105
32. Desde el siglo XVIII, el Occidente se mueve alrededor de diversas aboliciones de las
instituciones. El liberalismo empieza con la abolición del Estado en nombre del mercado
como sociedad perfecta. Le sigue el anarquismo con la abolición del Estado, la propiedad y
el mauimonio, en nombre del orden espontáneo sin instituciones. Man: lo transfonna en
abolición del mercado y del Estado, también en nombre del orden espontáneo futuro (libre
asociación de los productores). Los socialismos históricos lo llevan a la abolición del Estado
y del mercado, en nombre de la planificación económica. Los fascismos quieren abolir el
Estado en nombre de una dominación ilimitada en la sociedad de guerra, y los neoliberales
retoman a la abolición del Estado en nombre del mercado total.
Paralelamente a esta constante tendencia a abolir las instituciones, aparecen las diversas
aboliciones en el pensamiento. Hegel declaró la muene del arte; Man: insinúa la superación
de la lógica fonnal; Nietzsche la abolición de la moral y de la metafisica; Max Weber la
abolición de los juicios de valor y de la ética; Popper la abolición de la dialéctica; Wittgenstein
la abolición de los conceptos trascendentales; Fukuyarna, junto con los postmodernos, la
abolición de la historia; Prigogine, la abolición de la f!sica clásica.
Por donde se mire, se está aboliendo algo que después, en ningún caso, desaparece. Todo lo
que se ha abolido en estos siglos, sigue existiendo. No obstante, se sigue anunciando su
abolición.
A las aboliciones las acompailan entes omniscientes. El socialismo histórico tuvo que
concibir una institución planificadora omnisciente. Hayek, junto con los neoliberales,
concibe el mercado como presencia de la omnisciencia, aunque ningún ser humano sea capaz
106
de tenerla (según él, el mercado funciuna L<llllu '1 tu' iera omnisciencia). Popper divide toda
Ja historia filosófica en '"Jo que se pcr.sahJ aJltC' y Jo que pienso yo", y hasta Wittgenstein
anuncia haber solucionado los principalc• problcJ11as del pensamienlo humano. Y cuando
aparece todo esto, el Papa en Roma rcsulla infalihlc Existe un nihilismo que está socavando
a la~ instituciones y a Ja cultura. fa ev1Jentc que posee un delirio de grandeza narcisista, el
cual acompaña Ja imposibilidad de percibir !ns limites de Jo posible en un mundo contingente.
Todo indica que se rrata de un prohlcllla de OcciLklllc, y nu de ninguna ideología específica.
33. El cardenal Ratzinger nos dice: "U Estado Jll(,;:krno es una sociedad imperfecta, no sólo
en el sentido de que su' instituciones pennancccn siempre tan imperfectas como sus
habitantes, sino también en el sentido de que ncccsi!a Je fuerzas que le vengan desde fuera,
para poder existir como tar". Ratzingn. Jo'cph: ··E1 ánimo para con Ja imperfección y para
..con el ethos. Lo que habla contra una Tcologia Política", en Tierra Nueva (Bogotá) No. 54
(Julio, 1985), pág. ó5.
Aparentemente esto es cierto. sin cmb:•rgo en el contexto del texto de Ratzingeres falso. No
se trara de que el Estado es una sociedad imperfecta. Se trata de decir, por fin, que no hay
ninguna sociedad perfecta, y que, por Ju t•.mto. el Esrado rampoco lo es. Toda institución que
reivindica ser sociedad perfecra se idcologiza, y :orna con facilidad el camino hacia el
terrorismo de Estado. Y si ninguna in,titución es sociedad perfecta, entonces (ampoco Jo es
el mercado. No obstante, lo que Ratzingcr nos quiere ofrecer es la tesis de que el Estado no
es una sociedad perfecta, pero que otras ins1ituciones sí lo son. Quiere presentar otra vez a
la Iglesia como sociedad perfecta, algo que el Concilio Vaticano 11 rechazó. La Iglesia, el
mercado y el Estado dan esta ronda, en la cual cada uno reivindica ser sociedad perfecta, en
tanto que argumenta que los otros no lo son. Por eso un totalitarismo sustituye al otro, y afirma
siempre que los otros no tienen esta sociedad perfecta, aunque él sf la tiene. Sin embargo
ninguna institución lo es.
107
34. Esto explica por qué cualquier pensamiento en ténninos de alguna institución perfecta,
es antiestatista. En efecto, si suponemos que las relaciones sociales de producción funcionan
de manera perfecta, no se descubre jamás función del Estado alguna, excepto su función
represiva, que sobreviva por "egoísmos y estupidez", como lo concluye Berger. Berger,
Peter: El dosel sagrado: elementos para una sociología de la religión. Buenos Aires,
Amarronu editores, 1971, pág. 44. La conclusión revela únicamente que se inspira en un
pensamiento de sociedad perfecta.
108
35. La política de ajuste estructural que se lleva a cabo en el Tercer Mundo, no es ningún
proyecto de desarrollo. Es la consecuencia de la renuncia a cualquier proyecto de desarrollo.
En el lenguaje orwelliano, se llama a tal política el resultado de la renuncia a hacer política,
de nuevo política de desarrollo. La guerra es paz, la mentira es verdad.
36. Los países capitalistas desarrollados responden a este prob!ema con la creación de un
subsidio d~ desempleo que constituye una especie de colchón entre los desempleados y el
Estado. Sin embargo, un subsidio de desempleo tiene que cubrir las necesidades básicas. En
los países latinoamericanos los salarios apenas si cubren las necesidades básicas. En
consecuencia, un subsidio de desempleo tendría que ser igual a los salarios, o muy poco
inferior. En sociedades donde los salarios son sustancialmente mayores a este mínimo, el
subsidio es posible porque no le quita al trabajador el incentivo económico de buscar trabajo.
En cambio, un subsidio que sea igual al salario, le quita al trabajador todo incentivo
económico. Por ende, no es posible. Eso e1lplica por qué en América Latina casi no e1liste ese
tipo de subsidio. Además, cuando el desempleo llega al 40 o al 50% de la fuerza de trabajo,
no hay capacidad económica para pagarlo. ,. ·
Esto transforma necesariamente al capitalismo periférico en un capitalismo salvaje, en
cuanto no consigue establecer un modelo de desarrolló eficaz. O se tiene empleo, o se cae en
la miseria. La consecuencia es la formación del sector informal de la economía. Una política
de desarrollo eficaz, aunque no pueda asegurar empleo formal a todos, tiene que fomentar
entonces las actividades del sector informal. Sin ese fomento, el sector formal se conviene
en un simple receptor de la miseria producida por la tendencia al desempleo creada por el
automatismo del mercado.
113
114
La cultura de la desesperanza
y el heroísmo
del suicidio colectivo
115
116
3. Ver Hinkelammert, Franz J.: "La libertad académica bajo control en América
Latina", en Nueva Sociedad (Venezuela) No. 107 (Mayo-junio, 1990).
117
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123
5. Nietzsche, Friedrich: /_¡¡ vo/11ntad de poderío. Madrid, EDAF, 1981, No. 55, pág. 60.
6. /bid., pág. 61
7. /bid., No. 863, pág. 473.
8. Sobre Nietzsche, por ejemplo, dice un autor en un diario costarricense: "Lo suyo
no es utópico. Por eso rechaza cualquier visión redentora, sea religiosa o política".
Víctor J. Flury, en/_¡¡ Nación (San José), 2. IX. 1990.
124
9. Nietzsche, Friedrich: La genealogía d1• la moral. Madrid, Alianza, 1972, págs. 109s.
10. Aparece la utopía, que resulta de la negación de las utopías: '"El paraíso se
encuentra a la sombra de las espadas'; símbolo y marca en que se revelan y adivinan
almas de origen noble y guerrero.
Llegará un momento, en que el hombre tendrá a su disposición un exceso de fuí!rza;
la ciencia tiende a conseguir esta escfavitud de la 11aturaleza.
E11toncesel hombre dispondrá de ocio, para pt>rfeccio11arse a sí mismo, para crear cosas
nuevas y más elevadas. Nueva aristocracia. Entonces, una cantidad de virtudes son
superadas, virtudes que antes eran condiciones de existencia. No se tiene necesidad de
cier'tas cualidades; por consiguiente se perderán. No tenernos ya necesidad de la
virtud; por consiguiente, la perderemos (así, también perderemos la moral del
principio 'una sola cosa es necesaria', la de la salvación del alma y la de la
inmortalidad; éstos fueron medios para hacer posible al hombre una enorme cpAcCión
sobre sí mismo, mediante el sentimiento de un enorme terror) ...
La purificación y el robustecimiento fisiológico. La nueva aristocracia tiene necesidad
de un contraste que combatir: debe tener una terrible necesidad de conservarse".
Nietzsche, La voluntad ... , op. cit., No. 947, págs. 507s.
11. Nietzsche pinta este salvajismo con muchos colores. Ya expresa este neolibera-
lismo, aunque esté todavía en pañales. La visión del hombre cambia correspon-
dientemente. De la selección de la vida humana por la oferta y la demanda, se pasa
125
126
12. No hay libro más violento en esta línea que la Historia de Mayta, de Vargas Llosa.
Mayta es un personaje de la izquierda peruana, que el autor describe como una
persona incompetente, con tendencia al terrorismo y a la homosexualidad. Todo el
libro prepara la última página, en la cual Mayta y los suyos son denunciados como
basura humana. No queda ni el resto de ningún humanismo. En la basura viven,
basura son. Cualquier protesta popular, por tanto, debe ser vista como una rebelión
de la basura.
LA guerra del fin del mundo, del mismo autor, muestra una tendencia similar, aunque
más solapada. Una de sus situaciones centrales es descrita de la siguiente manera:
"Rufino se afrastra hacia Gall, muy despacio.¿ Va a llegar hasta él? Se empuja con
los codos, con las rodillas, frota la cara contra el barro, como una lombriz, y Gall lo
alienta, moviendo el cuchillo. 'Cosas de hombres' piensa Jurema. Piensa: 'La culpa
caerá sobre mí'. Rufino llega junto a Gall, quien trata de clavarle la faca, mientras el
pistero lo golpea en la cara. Pero la bofetada pierde fuerza al tocarlo, porque Rufino
carece ya de energía o por un abatimiento íntimo. La manci queda en la cara de Gal!,
en una especie de caricia. Gall lo golpea también, una, dos veces, y su mano se
aquieta sobre la cabeza del rastreador. Agonizan abrazados, mirándose. Jurema
tiene la impresión de que las dos caras, a milímetros una de la otra, se están
~onriendo" . .Vargas Llosa, Mario: La guerra del fin del mundo. Barcelona, Plaza &
janés, 1981, págs. 293s.
Desde Jünger, pasando por Borges a Vargas Llosa, toda la literatura fascista culmina
en estas situaciones de lucha a muerte, la cual es celebrada como el gran abrazo: el
amor es la muerte, la muerte es amor: ¡viva la muerte!
13. Esta utopía salvaje se expresa hoy muchas veces en los términos religipsos del
fundamentalismo cristiano de EE.UU. Lindsey, uno de los Rasputines en la corte de
Reagan, nos dice: "Cuando la batalla de Armagedón llegue a su temible culminación
y parezca ya que toda existencia terrena va a quedar destruida [Lindsey la entiende
como guerra atómica, F. J. H.], en ese mismo momento aparecerá el Señor Jesucristo
y evitará la aniquilación total.
A medida que la historia se apresura hacia ese momento, permítame el lector hacerle
unas preguntas. ¿Siente miedo, o esperanza de liberación? La contestación que usted
127
dé a esta pregunta determinará su condición espiritual". Hal Lindsey: l.JI agon{a del
gran planeta tierra. Miami, Editorial Vida, 1988, pág. 222 (original: The l.JlteGreat Planet
Earth. Grand Rapids (Michigan), Zondervan Publishing House, 1970). Aquí se
predica la espiritualidad del heroísmo del suicidio colectivo. El libro de Lindsey fue
un bestseller de la década de los setenta en EE. UU. Se vendieron más de quince
millones de ejemplares. El capitalismo salvaje pretende ser espiritual.
128
129
130
La lógica
de la exclusión
del mercado capitalista mundial
y el proyecto de liberación
131
l. Ya muy temprano, John Locke expresa este mito tecnológico: "Estoy de acuerdo
en que la observación de estas obras nos da la ocasión de admirar, reverenciar y
glorificar a su Autor; y, dirigidas adecuadamente, podrían ser de mayor beneficio
para la humanidad que los monumentos de caridad ejemplar que con tanto esfuerzo
han sido levantados por los fundadores de hospitales y asilos. Aquél que inventó por
133
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137
139
3. Jonas, Hans: Das Prinzip Verantwortung. Versuch einer Ethik für die technologische
Zivilisation (El principio responsabilidad. Ensayo de una ética para la civilización
tecnológica). Frankfurt, Suhrkamp, 1984.
141
4. Sin embargo, este orden sigue siendo imperfecto en este mundo. Las necesidades
amenazan a la libertad. Dice un autor muy cercano a este neoliberalismo: "Tiene que
tomar en cuenta asimismo aquellos de sus necesidades e ideales que pueden ser
considerados sólo en detrimento de la libertad, por tanto, limitando su marco de
juego para decisiones autónomas. Ciertamente, hoy nadie seatraverá a suponer que
el poder estatal sea responsable por el bienvivir de sus súbditos. Pero hay que
esperar de él que haga atractivo para los ciudadanos un orden de libertad, in tentando
aumentar para ellos el valor de la libertad y hacerlo más claro". Albert, Hans: Traktat
über rationale Praxis (Tratado sobre la praxis racional). Tübingen, Mohr, 1978, pág.
158.
142
144
niego al ser humano la posibilidad de poder vivir con dignidad. De esta modo le
niego su dignidad en todas las formas concretas-y transformo la dignidad humana
en un principio abstracto sin ningún contenido---. Claro está: seres humanos que han
sido hechos superfluos, y que como consecuencia ellos mismos se consideran
superfluos, ya no tienen dignidad humana; millares de declaraciones no cambiarán
este hecho. Los explotados son violados en su dignidad humana, pero al superfluo
ni siquiera se le concede una dignidad que pueda ser violada. Esto explica el notable
nombre que se usa para los movimientos de liberación en el mundo occidental:
"¡cáncer!". No recuerdo un solo movimiento de liberación que, tanto en Washington
como en Europa, no haya sido denominado cáncer. Un cáncer que hay que cortar.
Esa es la forma en la que el mundo burgués se relaciona con los movimjentos de
liberación. La última vez que se habló en América Latina de un cáncer, fue en
referencia al Frente Sandinista de Nicaragua. Sin embargo, igual ocurrió en el caso
de Libia, de Chile, y antes, creo que fue la primera vez, en el de Indonesia, en 1965.
La palabra cáncer sustituyó una palabra que era central para los nazis: parásitos. Ella
se refería a los mismos fenómenos. Sustituida por la palabra cáncer, es hoy omni-
presente en la represión de los movimientos de liberación ene! Tercer Mundo, y, más
allá de ellos, en la represión de cualquier tipo de disidencia.
145
6. Ver, por ejemplo, Shennan, Amy L.: Preferential Option. A Christian amd Neoliberal
Strategy for l.Atin Ameríca's Poor (Opción preferencial. Una estrategia cristiana y
neoliberal por los pobres de América Latina). Gran Rapids (Michigan), 1992.
7. Cuando Popper nos dice: "La hibris que nos mueve a intentar realizar el cielo en
la tierra, nos seduce a transformar la tierra en un infierno, como solamente lo pueden
147
realizar unos hombres con otros" (Popper, Karl: Das Elend des Historizismus (La
miseria del historicismo). Tübingen, Vorwort, 1974, pág. VIII), él mismo constituye
esta dialéctica maldita. Cuando toda utopía es considerada propulsora del infierno
en la tierra, se constituye el infierno de la tierra. Es el infierno de Dante: ¡Ay!, quien
entre allí, que deje toda esperanza. Este infierno es el utopismo de la sociedad
perfecta. Para no apuntar al cielo con los ojos cerrados, marchan al infierno con los
ojos abiertos.
Este infierno en la tierra, como el nuevo ideal de la burguesía salvaje, tiene
antecedentes. En la Edad Media muchas veces se pintaban cuadros del infierno, que
no eran más que la visión de la tierra bajo el aspecto de su transformación en infierno.
En esta imaginación del infierno, los condenados eran torturados y maltratados. Los
maltrataban los diablos. Pero a los diablos no los maltrataba nadie; andaban con una
sonrisa pegada en la cara como una piedra. Estos diablos que hacían el infierno,
creían estar en el cielo. Les iba bien, nadie los trataba mal, y ellos trataban mal a los
demás.
148
10. VerTamez, Eisa: Contra toda condena. Ln justificación por/a fe desde /osexc/11idos. San
José, DEI, 1991.
11. Marx reformula el imperativo categórico en este sentido, aunque sin mencionar
todavía a la naturaleza: "La crítica de la religión desemboca en la doctrina de que el
hombre es la esencia suprema para el hombre y, por consiguiente, en el imperativo
categórico de echar por tierra todas las relaciones en que el hombre sea· un ser
humillado, sojuzgado, abandonado y despreciable". Ver Fromm, Erich: Marx y su
conceplo del hombre (Karl Marx: Manuscritos económico-filosóficos). Fondo de
Cultura Económica, México, 1964, pág. 230.
12. Lévinas discute este problema a partir de la traducción del amor al prójimo:
"¿Qué significa 'como a ti mismo'? Buber y Rosenzweig tenían aquí grandes
dificultades con la traducción. Dijeron: 'como a ti mismo', ¿no significa eso que uno
se ama más a sí m!smo? A diferencia de la traducción mencionada, ellos tradujeron:
'ama a tu prójimo, él escomo tú'. Pero si uno está a favor de separar la última palabra
del verso hebreo, kamokha, del comienzo del verso, entonces !'e puede leer todo
también de manera muy diferente: 'Ama a tu prójimo; esta obra es como tú mismo';
'ama a tu prójimo; tú mismo lo eres'; 'este amor al prójimo es, lo que tú eres"'.
Lévinas, Emmanuel: Dedieu qui vienl a l'idée (Del Dios que viene a la idea). Paris, 1986,
pág. 144.
150
2.1. ¿Alternativas?
13. Lyotard rechaza de manera enfática cualquier posibilidad de tal opción por los
excluidos: "El derecho no viene del sufrimiento, viene de que el tratamiento de este
hace al sistema más performativo. Las necesidades de los más desfav~rec¡iclós no
deben servir en principio de regulador del sistema, pues al ser ya conocida la mam,>ra-
de satisfacerlas, su satisfacción no puede mejorar sus actuaciones, sino solamente
dificultar (aumentar) sus gastos. La única contra-indicación es que la no-satisfacción
puede desestabilizar el conjunto. Es c<o>ntrario a la fuerza regularse de acuerdo a la
debilidad". Lyotard, Jean-Fram;ois: lA condición postmoderna. Madrid, Ediciones
Cátedra, 1987, págs. 112s. Esta poshnudernidad no es más que un camuflage de la
etemización de la modernidad.
151
14. Estas olfirrn.wirnH'S son muv afine~ con l'I informe del Club de Roma de 1991,
titulado: L111•;·o1/11ció11 ¡(lo/la/ {Tl{e FirstGlobal Revolution). El inf<•rml' insiste en que:
"Es evidentP quP los problemas globales no se pueden solucionar sólo por una
economía del/mercado, si éstos exigen un enfoque a largo plazo o si se trata de
problemas de distribución. Además, aquellos problemas donde se trata de energía,
ambiente, in~·esligación básica o el trato equivalente (jaimess), no pueden ser
solucionado. únicamente por el mercado. Estos problemas sólo pueden ser
enfrentados ~r la intervención del Estado, que se basa en procesos políticos y que
usa muchas \~·~es mecanismos de mercado como instrumentos de una planificación
estatal...
Las fuerzas q[.\opetan en el mercado pueden tener efectos colaterales peligrosos,
por el hecho d que no se basan en el interés de todos ...
... el concepto 1 "na economía sostenible a largo plazo] es utópico, pero vale la pena
seguirle el pasa. '-ª sociedad sostenible jamás podrá resultar de una economía
mundial que confía de forma exclusiva en las fuerzas del mercado, aunque éstas
sean importan!<'~ para mantener la vitalidad y la capacidad innovativa de la
economía. Como ya mencionamos, las fuerzas del mercado sólo reaccionan a señales
de corto plazo". Citado según la edición alemana, con traducción del autor. "Die
globale Revolution". Bericht des Club of Rome, 1991, en Spiegel Spezial (Hamburg),
1991.
152
153
16. Ver sobre todo la ética del discurso de Apel y Habermas. Ver Apel, K~rl-Dt;o: "lst
die Ethik der idealen Kommunikationsgemeinschaft eine Utopie? Zum Verhaltnis
von Ethik, Utopie und Utopiekritik" (¿Es la ética de la comunidad ideal de comu-
nicación una utopía? Sobre la relación entre ética, utopía y crítica de la utopía), en
VoBkamp, Wilhelm (ed.): Utopieforschung. Interdiszipliniire Studien zur net1zeitlichen
Utopie (Investigaciones so~re la utopía. Estudios interdisciplinarios sobre la utopía
en el tiempo moderno). Frankfurt, Suhrkamp, 1985, tres tomos, primer tomo.
155
l. La sociedad para
la cual no hay alternativa
¿Cuál es la sociedad que se legitima sosteniendo que no hay
alternativa para ella?
En su libro El hombre sin alternativa (1959), Kolakowski habla
de la sociedad staliniana como una sociedad que se legitima
sosteniendo que no existe alternativa para ella. Kolakowski hablaba
de la "condena a una sola alternativa"4.
Una sociedad que afirma que para ella no hay alternativa,
solamente puede tener como su criterio de decisión la eficacia
formal. Kolakowski reprocha eso al stalinismo, y cita uno de sus
159
161
5. Ver Hayek, Friedrich A.: "El ideal democrático y la contención del poder", en
Estudios Públicos (Santiago de Chile) No. 1(Diciembre,1980), pág. 56.
6 Arendt, Hannah: Los orígenes del totalitarismo. Madrid, Taurus, 1974, pág. 485.
163
164
165
10. Crozier, W.-Huntington S.-Watanuki J.: T/1e crisis of dcmocracy. Report 011 the
governability of democracies to /he Tri/a/eral Co111111issio11. New York, 1975.
11. Lo hacen con plena conciencia: "The Soviets cleasrly m.ike a distinction between
being in govemment and being in power. This distinction means adressing what is
the essence of the regime, that is whether the govemment form is cingruent with the
permanent govemment structure... The U.S. needs to be realistic" (Primera Parte,
Sección 1). ("Los soviéticos hacen claramente la distinción entre tener el gobierno y
tener el poder. En su significado esta distinción se refiere a lo que es la esencia del
régimen, es decir, si la forma de gobierno coincide con la estructura permanente del
gobierno ... Los EE. UU. tienen que ser realistas"). Santa Fe 11: A Strategy for La/in
America in the Nineties. By the Committee of Santa Fe: L. Francis Bouchey, Roger
Fontaine, David C. Jordan, General Gordon Summer, Jr.
Ver Gallardo, Helio: Crisis del socialismo histórico. Ideologías y desafíos. San José, DEI,
1991, pág. 51.
166
167
168
170
15. Hannah Arendt habla en este contexto de propaganda totalitaria: "La afirmación
de que el Metro de Moscú es el único en el mundo es una mentira sólo mientras los
bolcheviques no tengan el poder para destruir a todos los demás. En otras palabras,
el método de predicción infalible, más que cualquier otro método propagandístico
totalitario, denota su objetivo último de conquista mundial, dado que sólo en un
mundo por completo bajo su control puede el dominador totalitario hacer posi-
blemente realidad todas sus mentiras y lograr que se cumplan todas sus profecía~".
Arendt, Hannah: Op. cit., pág. 435. "Entonces, toda discusión acerca de lo acertado
o erróneo de la predicción de un dictador totalitario resulta tan fantástica como
discutir con un asesino profesional sobre si su futura víctima está muerta o viva,
puesto que matando a la persona erl cuestión el asesino puede proporcionar
inmediatamente la prueba de la veracidad de su declaración". ldem.
16. Fukuyama, Francis: op. cit.
171
17. No extraña, entonces, que la palabra total se haya transformado de nuevo en una
palabra de moda. Todo se celebra en términos totales. PanAm ofrece en sus vuelos
"comodidad total". Aparecen libros -traducidos del inglés-- con títulos como lJ¡
mujer total, El homúre total, u familia total. Se ofrecen "computadores totales", etc., y
hasta el Papa quiere sacerdotes con "fe total".
172
173
6. La resistencia como
condición de la racionalidad
Si esa es la situación, ¿qué se puede hacer?
Primero, rechazar volverse loco en una sociedad que declara
la locura como lo racional. Es necesario rechazar esta racionalidad
18. Ver Kinclleberger, Charles P.: Manias, Panics and Crashes: A History of Financia/
Crises. New1York, Basic Books, 1989, pág. 134.
175
178
El cautiverio de la utopía:
las utopías conservadoras
del capitalismo actual,
el neoliberalismo y el espacio
para alternativas
179
180
La últim¡1 b,1 ti.1 lla en contra del poder ,1fbitrilrio est,í ante nosotros.
Es la lucha cnntr.1 l'l sociC1lismo: l,1 lu<h.i p.ir.i Clbolir todo poder
coerciti\'oque tratededirigir iose,,fut'r ;uo. indi\·idu,1k•s y distribuir
deliberadamente sus resultados '.
l. La anti-utopía secularizada
y la apocalíptica 5
El mercado total, en su representación del automatismo del
mercado, es utópico en el sentido de unasocietas pe~fecta y de una
institución perfecta. No obstante se trata de una utopía que no es
percibida como tal, sino que es identificada con la realidad. El
reconocerla, se lo considera realismo o pragmatismo. El neoliberal,
al pronunciar sus utopías, se siente realista. Acto seguido, enfrenta
este realismo aparente a todas las utopías, con el resultado de que
las imaginaciones de libertad o solidaridad que cuestionan el
3. Esto nos din• Hayek: " ... no será suficiente frenar a aqu(•llos quE' dl•sean destruir
a la democracia para lograr el socialismo, o incluso a aqut'llos totalmente
comprometidos con un programa socialista. El más luerteapoyoa la tendencia hacia
el socialismo \"lene hoy de aquéllos que sostienen quL' ellos no quieren c.ipitalismo
ni socialismo sino que un 'camino intermedio', o un 'll'ffl'r mundo"'. H¡¡yek,
Friedrich A.: "El ideal democrático v la contención dPI poder", t•n F.,;t11dios J'1il>lirns
(Santi<1go de Chile) No. 1 (Diciemb;e, 19fl0), pág. 73. ' ,.
4. /bid., pág. 74. Resulta una ideología que es ob\'iamente complementaria de-la
ideología de la ortodoxia socialista en la Unión Soviética. Lo único que hilce t•s
sustituir las "relaciones socialistas de producción" por el mercado lot.il. Todo lu
demás sigue en pie. Sohre esta complementariedad \'er el capitulo anterior.
S. Ver Hinkelammerl, Fr~nz: Democracia y lolalitarismo. San jo~é. DEI, 1987, págs.
196-IYCJ.
183
Ustedes pueden seguir sus sueños hasta las estrellas ... y nosotro~.
que vivimos en esta gran catedral de la libertad, no débemos
olvidar nunca: vamos a ver delante de nosotros un futuro brillante;
vamos a ver surgir las cúpulas de la libertad y -también eso
podemos prever, el final de la tiranía, si creemos en nuestras
fuerzas mayores-, nuestra valentía, nuestro valor, nuestra
capacidad infinita,de amor.
185
6. Se trata de una biografía que explicita bien el ~urgimit>nt11 d1• l.1 utopía antiutópica.
Sobre la ideología del neoliberalismo. ver Franz J. Hinkl'l.11nnwrt: Critica a la razón
utópica. San José, DEI, 1984, págs. 53-94.
188
190
191
Y añadió:
Las naciones que luchan por cumplir con la mayor parte de las
necesidades elementales de sus pueblos pueden gastar poco para
proteger el ambiente ... 29 •
30. Según Mohamed Larbi Bouguerra: '"Au service des peuples oud'un impérialism
écologique'", en Le Mimde Dip/0111atiq11e (Mayo, 1992), pág. 9.
193
194
3. La mística de la muerte
y el heroísmo del suicidio colectivo
La otra cara de este mensaje salvífico es una ideología mucho
más nefasta aún. Tiene sus raíces tanto en el neoconservadurismo
actual como en el fundamentalismo cristiano de EE. UU. Nos
referimos a la ideología del heroísmo del suicidio colectivo, que es
la única manera de sacralizar las relaciones sociales de producción
en el caso de que hubiese que aceptar que la totalización del
mercado se encuentra en la raíz del proceso acumulativo de
destrucción de la vida en este planeta.
En este caso, la afirmación ciega del mercado total implica de
hecho el suicidio colectivo de la humanidad, y el heroísmo corres-
pondiente es el camino para aceptarlo. La sacrificialidacLdt;Lsistema
desborda todos los límites.
Creo que la utopía neoliberal es como el canto de un niño que
pasa por un bosque oscuro. Para contrarrestar su miedo canta lo
más fuerte posible, y canta precisamente canciones alegres. Sin
embargo, el trasfondo de ese canto alegre es el miedo de lo que
195
196
33. Vargas Llosa, Mario: LA guerra del fin del mundo. Barcelona, Plaza &'Jarrés, 1981,
págs.293s. -
34. Ver Lindsey, Hal: LA agonía del gran planeta Tierra. Miami, Editorial Vida, 1988,
pág. 50. (original:The !.Ate Great Planet Earlh. Grand Rapids (Michigan), Zondervan
Publishing House, 1970). En la década de los setenta, fueron vendidos en EE. UU.
quince millones de ejemplares de este libro, que fue uno de los bestsel/er de la década.
35. !bid., pág. 231.
36. !bid., pág. 222.
197
37. Este infierno en la tierra como el nuevo ideal de la burguesi,1 s.1h·.11e, tiene
antecedentes. En la Ed.1d Media se pintaron muchos n1.1dn>~ d,•I 111lil'r&lll, que no
eran otra cosa que la visión de la tierra bajo el aspectc> dl· su transformación en
infierno. En esta imaginación del infierno, los condenMlos l'ran torturados y
maltratados. Los maltrataban los diablos. Pero a los diablos no los m.1ltr.11.1b.i nadie,
sino que andaban con una sonrisa pe~~ada en la car,1 romo u11.1 piedr.1. Estos diablos
que hacían t•I infierno, creían que l'Staban l'n el ci<'I<>. Lt's il>.1 h11•n. n.1di1• los trataba
mal. y t>llos <'11 cambio trataban mal a los otros. V.111 ,11 inlil'rn<• n•n l1is i>j11~ .1biertos.
198
4. Buscando soluciones
l. La humanidad enfrenta amenazas a su existencia. Estas
amenazas aparecen por todos lados: bomba atómica, cre-
cimiento de la población, exclusión de una parte siempre
mayor de la población del desarrollo económico, deterioro del
ambiente, autocontradicción del progreso. El principal medio
de movilidad, el automóvil, se transforma en el principal
obstáculo p~ra la movilidad (ver Ivan Illich: The detooling
society). El desarrollo de la medicina produce nuevas enfer-
medades, frente a las cuales esa medicina es ineficaz: por
38. Citado de Toffler, Alvin: Powershift. Knowledge, Wealth and Violenceat the Edge o/
the 21st Century. New York, Bantan Books, 1991. Part Six, chapter 30: The Fast and
the Slow, págs. 389-405. "The new economic impera ti ve is clear: Overseas suppliers
'from developing countries will either advance their own tecnologies to meet the
world spead estandards, or they will be brutally cut off from their markets
-casualties of the acceleration effect.
This iS the 'fast' economy of tomorrow. lt is this accelerative, dynamic new wealth-
machine that is the source of economic advances. As such it is the source of great
power as well. To be de-coupled from it is to be excluded from the futu~
Yet that is the late facing many of today's 'LDCs' or 'less developed contries'.
As theworld's main system for producing wealth revs up, countries that wish to sell
will have to operate at thepace of those in a position tobuy. This means that slow
economies will have to speed up their neural responses, lose contracts and invest-
ments, or drop out of the race entirely".
39. "A'greatwall' separa tes thefast from theslow,and thatwall isrisinghigherwith
each passing day".
199
.JO. L.is únicas ~<Kiedades modernas que lograron esta desvinculación fueron las
«KiedaJps socialistas. Sin embar~o, perdieron mucho de su logro por dedicarse de
nu1•\'0 .11 mito del rn•cimiento infinito. Este las llevó a un desprecio por el ambiente,
201
igual al que rige en la sociedad burguesa mundial, mientras que en el plano del
crecimiento no podían competir con la capacidad dinámica de los países capitalistas
desarrollados. Hoy, en cambio, se trata de conseguir la sosteni,bilidad de la vida
humana. Y no se ve cómo se la pueda lograr sin recurrir a muchos instrumentos
desarrollados preci5amente por los países socialistas.
41. Lasky, MelvinJ.: Utopie und Rl!volution. Über die Ursprüngeeiner Metapher oder eine
Geschichte des politischm Tempuammts. Hamburg, 1989, pág. 59.
42. " .. .la meta consiste en crear condiciones en las que la conservación recién es
posible y sensata. Condiciones que no excluyen asimismo el cambio creativo, sino
que más bien lo presuponen... ". Kaltenbrunner, Gerd-Klaus (Hrgb.): Die
Herausfarderung dl!r Konserwttiven. Absage an Illusionen. (El desafío de los conser-
vadores. Renuncia a ilusiones). München, Herder, 1974, pág. 13.
202
203
44. No hay que olvidilr q111• li1 drcel n•ntral de la dictadura de Seguridjld Nacional
en Uruguay, que fue el peor lugar de tortura para los presos políticos, se11ama L;i
Libertad. El Mundo Libre profesa hov una libertad, qut> es incluso el nombre de una
cárcel.
45. Hayek e~ uno di' esto' ideúlogo' dl' las últimils batallas: "La última batalla en
rnntra del poder arhitrario t',f,í ilr11l• nu'<ifros. Es b lucha contra el socialismo: la
lucha para abolí r todo pod L'rc• '' ·rri ti vo que trate Je dirigir los esfuerzos individuales
y di,lribuir dl'libl•radam!'nll' 'll' n·sultaJn,". Op. cit., pág. 74.
205
6. La utopía y lo imposible:
dimensiones teológicas
de la reflexión sobre la utopía
La utopía neoliberal, como hemos visto, es una utopía
conservadora. Es una utopía de sacralización de la sociedad
existente. La utopización de la sociedad existente es precisamente
el método para sacralizarla en nombre de pensamientos conside-
rados secularizados. Esto mismo vale para la sociedad del socialis-
mo histórico. Ella usaba la imagen del comunismo con fines
conservadores de sacralización de la sociedad existente.
Inclusive la mística de la muerte, con su utopía del infierno en
la tierra, es una utopía conservadora de estabilización de una
sociedad que percibe que está produciendo la destrucción de la
propia tierra. Ahora bien, pese a que estos pensamientos utópicos
conservadores son de manera explícita anti-utópicos y se pretenden
realistas, se refieren a horizontes perfectamente imposibles, más
allá de toda conditio humana. Y por ninguna parte se vislumbra un
pensamiento político sin utopía. La declaración del "fin de la
utopía" no es más que el encubrimiento de utopías que no se
quiere confesar como tales.
206
208
46. Ver Mo Sung, jung: Economía: lema ausente en la teología de la liberación. San José,
DEI, 1994.
209
La ciencia moderna
y la irracionalidad
de lo racionalizado
¿Es el antropocentrismo
occidental el culpable
de la debacle ecológica actual?
2. Marx, Karl: El capital. México, Fondo de Cultura Económica, 1946, págs. 423s
(énfasis nuestros).
3. "Porque somos seres humanos de mercado, propagadores del mercado, debl·mos
comprender de la mejor manera su eficacia (qu.· ya no debemos demostr.ir) y
también su insuficiencia congénita, porque dejado a sí mismo no tiene nada que
hacer con el único absoluto que reconocemos: la 11aso11a; existe en esto, si no se toman
precauciones, los gérmenes de su autodestrucción ...
Ningún actor serio del mercado se escapa de esta lógica central. La libertad de los
precios está en el corazón del sistema de mercado y es esencial respetarla. Esta
puesta de precios es de aplicación universal. El poeta lo vio bien: "tout s·achete et
tout se vend ... gloire, amour et chair et sang" (todo se vende y todo se compra ...
gloria, amor y carne y sangre). Esta lógica de la puesta de precios se aplica a una
palpitante realidad de las vidas humanas. Entonces, si el mercado es dejado
totalmente a sus mecanismos existe el gran peligro-no es necesario ir hasta el siglo
XIX para verlo-de que los más débiles sean aplastados. En su lógica pura, la puesta
de precios puede ser una sentencia de muerte. 'Treinta denarios, trato concluido'.
Este no es un episodio singular de la historia de un profeta de Judea, es el elemento
cotidiano permanente de la historia humana. A partir de esta indifereñC:ia del
mercado respecto a la persona, ustedes pueden rápidamente encontrar el orige1i
profundo de muchos males de las sociedades avanzadas: contaminación, accidentes
de trabajo, destrucción de las familias, exclusión y desempleo, corrupción, desi-
gualdades, etc.". Camdessus, Michel: "Marché-Royaume. La double Appartenance'',
en Docume11ts EPISCOPAT (Bulletin de secrétariat de la conférence des éveques de
France) No. 12 (Juillet-aut., 1992).
215
4. El mismo Max Weber defiende esta tesis con las palabras siguientes: "Este
fenómeno: el que una orientación por la ··it11ació11 de intereses t'SClll'lvs, tanto propios
como ajenos, prod11::.ca efectos a11álogos a lvs que se piensa obtener coactirnml'lltc-11111chas
l'ccrs si11 resultado- por u11a ordenación nvrmalim, atrajo· mucho la atención, sobre
todo en el dominio de la economía; es más, fue precisamente una de las fuentes del
nacimiento de la ciencia económica". "Conceptos sociológicos fundamentales", §4,
en Weber, Max: Economía y sociedad. México, Fondo de Cultura Económica, 1944,
.pág. 24 (segundo énfasis nue~tro).
También aquí el mercado mundial es el juicio final. Produce una situación que la
moral tradicional quería alcanzar por el llamado al cumplimiento de normas, el cual
fracasó. Pero, si eso es cierto, ¿dónde está la neutralidad de valores de la ciencia? Si
el mercado-la "orientación por la síl11ació11 dt' intereses cswetos, tanto propios como
ajenos"- crea una situación tal, entonces los valores y su discusión sqn ac¡:esibles
a la ciencia: los valores de la ética tradicional describen la tendencia del mer¿ado. A!ii
pues, \'alor es aquello a lo que el mercado tiende de modo automático. Por lo taiüo,
la ciencia puede derivar valores, y lo hace constantemente. Lo que la ciencia no
puede mostrar sería, en este caso, si el ser humano también "debería" realizar estos
valores accesibles a la ciencia, que ahora corresponden a la "realidad". En todos sus
escritos metodológicos, Weber sostiene algo muy diferente, es decir, que la ciencia
no puede derivar valores. ·
217
218
5. Ver Hinkelammert, Franz: Crítica a la razón utópica. San José, DEI, 1991 (2a. ed.).
219
220
Ver Vaihinger, Heinrich: Die Phi/osophiedes Als-ob (La filosofía del como-si). Leipzig,
1911.
10. Ver Lorenz, Konrad, Die Riickseite des Spiegels. Versuch einer Nat11rge,:t!11c'1tc
mensch/ichen Erkennens (El revés del espejo. Intento de una historia natural del
conocimiento humano). München-Zürich, Piper, 1983, págs. 53s (últimos énfasis
nuestros).
221
11. Wit1~<·11'h·in, Ludwi~. Vurtrns iibl'T E/111k (Cnnferenna ,,,brt' etica). Frankurt a/
M, Surk,11nr. 1'184. p.i~. 12.
222
223
Digitalizado por Biblioteca "P. Florentino Idoate, S.J."
Universidad Centroamericana José Simeón Cañas
antropocentrismo. No obstante, éste permanece vigente: el ser
humano es aquel ser natural del cual depende la sobrevivencia de
la propia naturaleza.
Sin embargo, la expresión de Seattle es válida también a la
inversa: lo que el ser humano se hace a sí mismo, también lo hace
al tejido de la naturaleza. En efecto, el ser humano occidental trata
a la naturaleza como se trata a sí mismo y a sus congéneres.
Destruye a la naturaleza como a sí mismo. Cuando Seattle añade:
"Después de todo, puede que seamos hermanos", dice asimismo
que la única manera de que el ser humano salve a la naturaleza, es
aceptar una relación de hermanos con todos los otros seres
humanos. La guerra que surge, destruye a la naturaleza que se
quiere salvar por la violencia. No se puede salvar la naturaleza
sacrificando a los hermanos.
Pero, esto vuelve una y otra vez como la ilusión de Occidente.
Este siempre ha intentado salvar a la humanidad por el genocidio
de una parte de ella; ni los países del socialismo histórico escaparon
a esta regla 13 . En la actualidad emerge de nuevo esta ilusión, que
esta vez se vincula con la salvación de la naturaleza: sacrificar a
una parte de la humanidad -la del Tercer Mundo-, para salvar
la naturaleza como un arca de Noé para el resto. Cada vez más,
buena parte de la preocupación ecológica insinúa este camino. Si
el Occidente cae otra vez en la ilusión del genocidio salvífica y
sacrificial, éste será el final de la humanidad entera 14 .
Este reconocimento de los valores humanos, no obstante, sigue
siendo paradójico. Ellos tienen que ser reconocidos como valores,
sin calcular su utilidad fragmentaria, para que tengan el efecto de
sostener un mundo en el cual toda decisión se sigue basando en el
cálculo fragmentario. Por eso es un reconocimiento conflictivo,
que tiene que asumir la conflictividad sin pretender eliminarla.
Puede subordinar el cálculo fragmentario, y con él, el mercado, si
bien no los puede hacer desaparecer. Se trata ahora de una política
que no se puede reducir a la técnica, sino que reclama sabiduría y
humanismo.
13. Ver Hinkelammert, Franz J.: Sacrificios humanos y sociedad occidental: Lucifer y la
Bestia. San José, DEI, 1991.
14. Brisson, Maryse: "Esperanzas que matan", en Pasos (San José, DEI) No. 32
(Noviembre-diciembre, 1990).
224
225
1.1. El esquematismo
de las fundamentaciones últimas 2
1.1.1. La teoría
de la competencia perfecta
2. En los análisis que siguen me baso en mi obra Crítica a la razón utópica. San
José, DEI, 1984.
227
1.1.2. La teoría
de la planificación perfecta
Los primeros intentos para la formulación de una teoría de
la planificación perfecta (situación ideal de planificación) se
realizan al comienzo del siglo XX. No obstante, una teoría con-
sistente de la planificación aparece apenas en 1937 en la Unión
Soviética con Kantorovich, quien más tarde recibió por ello el
premio Nobel de economía 3.
Otra vez se deriva de la situación real de la planificación una
situación ideal, que puede ser descrita como una planificación sin
pérdidas por fricciones. En este caso, el plan presenta el interés
general de que une todos los intereses particulares. De esto pueden
ser· derivados los valores fundamentales de la economía
planificada, en especial el valor del cumplimiento del plan.
De nuevo resulta una fundamentación última de valores que
procede en forma circular.
228
231
234
235
236
238
23. Ver Mo Sung, Jung: Eco110111i11: tc11111 1111s1·11/1' c11 la /1•oh>gi11 de /11 /il>cració11. San
José, DEI, 1994. Mo Sung analiza la teología de liberación b,1jo el punto dt• \'isla
de la crítica de tales aproximaciones asintóticas iniinit,1s. El pmblt'ma existe
también en referencia a la aproximación al "Reino de Dios"; Richard. Pabln: "La
teología de la liberación en la nue\'a coyuntura. Tem;is ,. desaiüls para la déc;ida
de los no\'enta", en l'asM (DEI) N<>. 34 (Marzo-,1bril. 1991).
2J9
24. Alfred Polgar escribili un ensayo con el título: "El reloj de la iglesia". Reflexiona
sobre PI problPma de lo que indica un reloj cuando está parado. Llega al n•sultado
de que un relo¡ p.:irado indica la hora absolutamt•nte exacta dos veces al día. Sólo
que no se puede saber en qué momento lo hace. Para eso se necesita un reloj
caminando. bte reloj, no obstante, jamás es exacto. Se sigue pues la paradoja de
que un relo¡ caminando indica la hora exacta con mucho menos frecuencia que
un reloj parado. Cuanto más exacto on reloj, con menos frecuencia indica la hora
exacta. Un cantante brasileño -13uarque- canta: el amor es eterno, todo el tiempo
que dura.
240
242
27. Así se explica por qué es tan fácil convertirse de una ideología a lltra. No hay
que cambiar la cabeza de concreto, sino apenas las palabras. Sobre la S<>Ciedad de
yna única alternativa, indica Kolakowski: "Los participantt's de la discu:iún ac-
tual... deben recordar, digo yo, todo lo que se ha podido ju,tifit'ar :por frases
hechas y, por tanto, todo lo que también se podrá justificar y santificar t>n- el
futuro -por medio de frases hechas generales referentes al realismo politirn y a
la única alternativa, a la cual, supuestamente, está condenado el mundo".
Kolakowski, Leslek: Der Mmsch o/me Altemati1•r (El hombre sin alternati1·a).
München, Piper, 1960, pág. 85, nota. El libro de Kolakowski e~ hoy tan actual
como lo era en 1959, cuando apareció. Solamente el Kolakowsk1 de hoy ha dt'jado
de ser actual.
243
28. Son como nquel hombre sencillo qm• sabía muy bit'n qut' 2 mnnznnns + 2
manzanns = 4 m;mzanns. Sin embargo no Sl' sl'ntia nada seguro de si 2 peras +
2 peras S(>n realml'nte 4 peras. No obstantl' nadie lo podía convencer de que 2 +
2 son 4. El famoso zar Nicolas 11 era parecido. Pennitía que se enseñara la geometría
en los coll·gios, pero "sin las demostraciones".
29. En Alem.mi.-i l•st<in apareciendo libros sobre la utopía, l'n los cuales ni siquiera
Sl' ml'nciona las grandes utopías que han dl'terminndo el siglo XX, por ejemplo
Saagt'. Richard (Hrgb): Hui die l'olitisc/11' L/11,,,ic t•im• Z11k111rjfl (¿Tiene futuro la
utopi.1 política?). Darmstadt, Wissenschaflliche lluchgesellschaft, 1992. Hay incluso
afirmaciones que hacen sentir lástima hacia el autor: "Porque, gracias a Dios: no
se puede l'rigir guillotinas en nombre de los derechos humanos ... ", ver Seibt,
Ferdinand: '"Samtene Revolutiom•n' und politische Utopie" ("Revoluciones
blandas" y utopía política), en i/Jid., pág. 128. Lo contrario no sería completamente
corrl'cto, aunque sí mucho más verdadero: todns las guillotinas han sido erigidas
en nombre de los derechos humanos. En especi.il la guillotina del doctor Guillo-
tine. En Amérka Latina se ha erigido un.1 red dl' cámaras de tortura que todavía
exisCl', si bien l'ntra en acción con menos frl'cm•ncia. Fue legitimada en nombre
de los Llerechos humanos.
La rnmpll·ta marginación de las utopías de nuestro siglo en un libro sobre utopías,
se t•xplica por la definición de la utopía qm• se usa. Según esta definición: "la
esencia dl' la utopía es tanto la repugnancia de las condiciones presentes como
las seducciones Je un mundo mejor", de acuerdo con Lasky, Melvin ).: Utopie
1111d /fr,10/11tio11. ÜIJCr die Urs¡irüt1!(t' l'ina Mcta11hcr odrr rim• Gesrl1ic/1te des politischen
Tl'lllf't'ramc11ts (Utopía y revolución. Sobre los orígenes de una metáfora o una
historia del temperamento). Hamburg, 1989, pág. 59. En esta definición no hay
lugar para utopías conservadoras. Sin embargo, las grandes utopías del siglo XX
(el stalinismo, el fascismo y el neoliberalismo) son utopías conservadoras. Su
esencia consiste precisamente en la renuncia a cualquier crítica o repugnancia de
las condiciones presentes. Celebran esas condiciones como el camino realista a
las seducciones del futuro. Otra obra parecida es VoBkamp, Wilhelm (Hrgb):
Uto¡1ieforsch1111g. lnterdiszipliniire Studien z1ir 11c11zeitlid1e11 Utopie (Estudio de las
utopías. Estudios interdisciplinarios sobre la utopía de la modernidad). Frank-
furt, Suhrkamp, 1985, 3 tomos. En este libro las utopías parecen ser más bien
cuentos infantiles.
No obstante hay una excepción. El aporte de Apel se acerca al problema real de
las utopías modernas, pese a lo cual se le escapa el hecho de la utopía con-
servadora: "H-.y existe más bien, tanto en el oeste como en el este, un pensamiento
del slat11-q1w de los llamados pragmáticos, que absolutiza un progreso que nos es
dictado por las llamadas 'fuerzas compulsivas de los hechos' (Sachzwiinge), de lo
factible en d sentido técnico y económico. Este progreso cuasi automático e
inmanente al sistema de la sociedad industrial moderna es considerado
propiamente como el campo de lo real-posible; por tanto, cualquier persona es
considerada utopista, quien -por ejemplo frente a la crisis ecológica- cree poder
244
24.'i
246
32. lbid., pág. :38. Ver: Kant, l.: üb,·rei11 ¡•em1ci11/cs f<echt 1111> M<'w•1·/1t'11/1d"' :li lii,\!1 .·11.
Werke, Akad,emie-Text;111sg. Bd. VIII, p<igs. -t2J--no.
33. Apel, Karl-Otto: [si die Ethik ...• o¡>. ril .. tomo l. p,i¡_\. D'I.
2-n
248
249
250
251
252
mo•:imiL•nto por l.1 paz), en Ver S11icgd, 18/ 1991. Todils las guerras modernas son
"últimils guerras", unil guerrn últim.1 sigue il lil otr.1. Y precisamente aquellos que
hiln•n estils últim¡¡s guerras como gut'rril para lil pilz, denuncian a los movimientos
por la pilz como el origen de las "últimas guerras". "La guerra es paz, la paz es
guerra".
42. Wt•ber dice sobre el sermón de la montaña: "Esta ética es, así, una ética de la
indignidad, sillvo para los santos. Quiero decir con esto que si se es en todo un
Silnto, ill menos intt•ncionalmente, si se vive como vivieron Jesús, los Apóstoles,
Siln Frilncisco de Asís, y otros como ellos, entonces esta ética sí está llena de
sentido y sí es expresión de una alta dignidad, pero no si así no es". Weber, op.
cit., págs. 16ls. "Los grandes virtuosos del amor al pr~jimo y del bien cósmico,
de Nazaret, de Asís o de los palacios reales de la India, no operaron con medios
políticos, con el poder. Su reino 'no era de este mundo', pese a que hayan tenido
y tengan eficacia en él... Quien busca la salvación de su alma y la de los demás
que no la busque por el camino de la política, cuyas tareas, que son muy otras,
· ~ólo pueden ser cumplidas mediante la fuerza". /bid., págs. 173s.
Constantemente Weber le niega a la ética de la responsabilidad su sentido, la
trata como ética de la convicción y la reduce a un sermón de la montaña
interpretado como rigorismo ético para reservarlo al "santo". De este modo Weber
canta su Requiem Aetemam Deo.
43. Weber jamás supera el siguiente punto de vista de Nietzsche: ''Puedé muy
bien ser que representantes nobles (aunque no muy inteligentes) de las clases
dirigentes se propongan tratar a todos los hombres como iguales, reconocerles
derechos iguales; en este sentido, una concepción idealista que descanse en la
justicia es posible, pero como he dicho, sólo en el seno de la clase dirigente, que
en este caso ejerce la justicia por sacrificio!; y abdicaciones. Por el contrario, reclamar
la igualdad de los derechos, como lo hacen los socialistas de las clases dirigidas,
no es nunca emanación de la justicia, sino de la codicia. Muéstrense a una fiera
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254
255
46. Apel, Karl-Ottó: LA ética del discurso ..., op. cit., págs. 33s. Sin embargo, añade:
"Esto es lo que constituye la conocida tesis central de la distinción entre una
'ética de la actitud' (Gesinnungsethik) y una 'ética de la responsabilidad'
(Vuantwortungsethik), en la que Max Weber ha hecho hincapié, oponiéndola,
entre otras cosas, a la ética del Sermón de la Montaña y a la de Kant". lbid., pág.
34. Ya hemos visto que eso no coincide de ninguna manera con el concepto de
la ética de Ja responsabilidad de Weber.
256
47. Ver Assmann, Hugo: Crilin1 ,¡ 1·n11111mi.1 pPlil1«11 11 1111rtir d11 n•rf'1 1 rl'id11dc.
Conferencia pronunciada en t•I IV St>min.irio lntnnarional "A Et ira do Discurso
e a Filosofia Latino-americana da L.ibt•rta.;.iu ", S,iu 1.Pupoldn, ílr,1sil, 2'1 d1•
septiembre- !" de octubre de J99J; Dus"•I, Enriqup: "l..1 intrnducciún d1• l,1
"Transforma..:ión de la Filosofía" de K. O . :\¡wl y la filosofí,1 d1· lilwr,1l'iiln
{reflexiones desde una persprcti\'a latino;inwri1·,111.i)", t•n J\p1·l-Dusst'l-Fonwt
Betancourt, op. cit.; Maturana, Humhnll» R.-\',1rt•la, Fr,1nriscn ].: U iirl•<>I dd
conocimiento. Santiago de Chile, Editori,11 Un i\'l·rsit,1ri.1, i'IH.t.
258
48. Marx, Karl: "La introducción a la crítica de la filosofía del derecho,de Hegel.
Crítica de la religión", en Fromm, Erich: Marx y su concepto del hombre (KaÍI Marx:.
Manuscritos económico-filosóficos). México, FCE, 1964, pág. 230.
49. Este es el problema del sujeto en la ética ... Ver Gallardo, Helio: "Radicalidad
de la teoría y sujeto popular en América Latina", en Pasos. Número especial 3
(1992); Tamez, Eisa: Contra toda condena. la justificación por la fe desde los excluidos.
San José, DEI, 1991; Acosta, Yamandú: "Pensamiento crítico en América Latina:
la constitución del 'sujeto' como alternativa en los noventa. Observaciones a un
paradigma en construcción", en Pasos No. 44 (Noviembre-diciembre, 1992).
259
50. La teoría del valor de Marx expresa esta visión al insistir en un concepto del
valor determinado por la hora de trabajo: en última instancia por el tiempo de
vida del productor. Luego, el crecimiento económico no cambia el valor del
producto per cápita. Si se produce más productos por hora, el valor del producto
producido sigue siendo el mismo. No obstante, Marx no sostiene siempre este
concepto consecuentemente. Cuando habla de los esquemas de reproducción
ampliada, de repente habla de un crecimiento en valores. Eso implica un concepto
del valor diferente por completo del que desarrolla en su teoría del valor.
51. La filosofía de Heidegger intenta -siguiendo a Nietzsche--- anular a las ideas
regulati\·as mi"mas. Sin embargo, resultan ser una dimensión necesaria de la
co11ditio humana. El anti-utopismo es negación de la co11ditio humana, en el mismo
grado en el que lo es el intento de la aproximación asintótica infinita. Al intentar
renunciar a las ideas regulativas, Heidegger sigue necesitando un principio
constituti\'O de la experiencia. El lo busca en la muerte, no en la vida: la
autenticidad como anticipación consciente de la muerte. Esa es la consecuencia
inevitable de cualquier anti-utopismo extremo.
260
52. Apel, Karl-Otto: La ética del discurso ... , op. cit., pág. 42
53. /bid., pág. 40.
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58. Cuando el secretario general del FMI, Camdessus, visitó Costa Rica en 1990,
se le preguntó por los costos del pago de la deuda externa y del ajuste estructural.
Camdessus contestó: "La cuestión es cuál sería para el pueblo de Costa Rica el
costo de no ajustar sus estructuras. El costo podría ser la interrupción del
financiamiento interno, reducción de la inversión, paralización de un acuerdo de
renegociación de la deuda, interrupción de las importaciones. El costo sería la
recesión ... Nuestra posición no es exactamente la de recomendar ni imponer
medidas, nuestra posición es la del diálogo ... Pero el hecho de que las metas no
hayan sido respetadas y que nosotros hayamos suspendido los desembolsos, no
significa un castigo, sino una realidad a la cual se enfrenta el país adaptando sus
políticas. Luego nosotros desembolsaremos".
Se trata de una amenaza que en efecto se cumple. Cuando el presidente peruano
Atan García anunció en 1985 que ese país no pagaría por su deuda externa más
264
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60. Marx, Karl: El capital. México, FCE, 1966, tomo 1, págs. 423s.
267
''I'·
61. Wl'DL'r. t\1iix. f:c<'110111i11 _11 >1'Ci1•d11d, cit., págs. 7J5s.
62. Dos prohl,.mas ;iq11Pjiln .i l.1 h11m<1nid;id: el de:-;orden y el orden. T;into la
n·aliz,1ci•in d1· J,1~ situacic>m·~ 1dt'alt•s, ,111nque st•a por aproximaciones asintóticas
269
64. Un problema similar surge con el resultado de la guerra fria. La derrota total
de una parte no es solución, sino que dificultará la solución de los problemas
urgentes de la humanidad en el futuro.
272
La irracionalidad
de lo racionalizado.
Comentarios metodológicos
sobre la racionalidad
instrumental y su totalización
273
l. Bajo el título: "SELA destaca avance regional. Latinoamérica lista para glo-
balización", apareció la siguiente noticia: "El secretario permanente del Sistema
Económico Latinoamericano (SELA), Salvador Arriola, aseguró que América Latina
está preparada para afrontar los grandes retos del futuro e incluirse con éxito en
la globalización económica.
Antes del XX Consejo del SELA que se celebrará del 1ºal 3 de junio en la cancillería
mexicana y donde asisten 27 países, advirtió que la región debe hacer frente al
reto que significa la competitividad para integrarse al comercio mundial ... Reiteró
la importancia que ha cobrado la competitividad para lograr una efectiva inserción
en la globalización económica, por lo cual el lema de esta reunión será 'Solidaridad
para la competitividad'.
El SELA tiene un foro de política industrial para discutir cuáles son las diferentes
experiencias que se viven en la región, 'a fin de que América Latina no pierda
el rumbo en el camino de la competitividad', dijo el Secretario de este organismo"
(LI Nación (San José), l. VI. 1994}. Esta es una proclamación de la eficiencia formal
como valor supremo.
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4. El circuito medio-fin
y su totalización
5. La vuelta de lo reprimido
En casi todos los análisis en la línea de la totalización de la
racionalidad medio-fin, llama la atención la casi completa ausencia
de autorreflexión metodológica. Los grandes y más influyentes
autores de la metodología de las ciencias empíricas -Weber,
Wittgenstein, Popper-, jamás reflexionan sus propios argumentos
a la luz de la metodología que desarrollan 8. No sorprende, pues,
que constantemente aparezca una contradicción flagrante entre
su metodología explícita y la metodología implícita en su argu-
mentación. Los argumentos a los cuales niegan cientificidad en
su metodología explícita, los usan en sus argumentaciones para
sustentar esa metodología o sus análisis de la realidad empírica.
Popper argumenta su negación de todo argumento dialéctico,
mediante argumentos dialécticos. Weber argumenta su totalización
del circuito medio-fin y de la exclusiva cientificidad de la racio-
nalidad formal expresada por los juicios medio-fin (con arreglo
a fines), recurriendo a argumentos de racionalidad material que
en su propia concepción de la metodología son juicios de valores
(con arreglo a valores). Es común que se argumente la negación
de los conceptos trascendentales y del sujeto trascendental,
utilizando argumentos que se basan en conceptos trascendentales
'Pensados desde el punto de vista de algún sujeto trascendental.
No sorprende entonces que la propia anti utopía aparezca merced
al desarrollo de la utopía de una sociedad sin utopías. La sociedad
que pretende ser una sociedad sin mitos, se rnitologiza sin siquiera
percibir que su pretendido realismo es un simple misticismo.
293
295
ll. Weber, Max: "Conceptos sociológicos fundamentales", §4, en: Weber, Max:
Economía y sociedad, op. cit., pág. 24.
296
12. Para Ja cit'nda L1t,1liZilnte de> Ja racionalidad medio-fin, eso produce horror.
Max Pkmck: l'Virklid1 i:;t, ;m:; 1mfbat ist (Jo real es Jo que se puedt• medir); Rutherford:
Qualitath·e i::: 111ithi11s liul poor q11a11tila/il'r (lo cualitativo no es más que pobreza en
Jo cuantitati\·o). Esta reducción de lb real a Jo calculable destruye de por sí t.o da
posibilidad de una ra<'ion~lid.id reprndueti\·a, por ende, de una sncied~d ~-tistenible.
13. Hen~y Miller: "La n1uerte de un representante comercial". EL representan.te
comercial, en una situ~ción de desesperación, se suicida para asegurar"i1 su familia
el pagn de uri seguro de \'ida que había contratado. La acción tiene en apariencia
sentido, ya que no se su.icida para rnbrat él mismo el seguro. Su aparente sentido
reside en el sacrifiéio. El .se· sacrifka para que su familia tenga la posil:¡ilidad de
vivir. Sihembargo é~ta recfiaza el sácrificio porque lo quiere a él, aunques.obrevivan
de form precaria, y no al dine'ro. El sinsentido de este"sacrificio está en la renuncia
299
8. El aprendizaje frente
al criterio de vida y muerte
El aprendizaje, desde el punto de vista de Ja racionalidad
medio-fin, puede ser descrito como un aprendizaje por tria/ and
error. Pasa por la repetición del experimento en condiciones
300
14. Popper hilbb di· "leyes como que los hombres no pueden vivir sin alimentos",
ver l'nppPr, Kilrl: /,¡ mis1•ria del historicismo. Madrid, Alianza, 1973, pág. 77, nota
10. El cree qut> se trnta de una afirmación falsable. No obstante, falsario es producir
la muerte, ~e.i la propia o IJ ajena. Sería asesinato o suicidio. El criterio de verdad
es la vida y la mm•rte, no hay falsación. El conocimiento no es independiente de
la vida del actor. Esll' es sujeto. El proceso de aprendizaje del sujeto se,ba·sa en
procesos irreversible~. Por rnnsiguiente no es explicable en términos de hipótesis
que pre~uponen IJ reversibilidad del tria/ and error (ensayo y error). El actor
--en cuanto sujeto-- no puede experimentar dos veces, y no podría conocer el
resultado de su experimento si es negativo.
No se trata de la irreversibilidad en física. En ésta la irreversibilidad esexperimentable,
el experimento se puede repetir con otros objetos. El objeto no es sujeto. Por eso,
la irreversibilidJd en la fí~ica no tiene nada que ver con la historicidad, como lo
301
cree Prigogini. Uníl irren·rsibilidad sin repetición del experimento se podría dar
solamente si se pudieríl ¡¡firmar la irreversibilidad del uni\'erso mismo. Sin embargo
esta afirmación no I¡¡ pueden hacer las ciencias empíricils. Sería una afirmación
metafísica. Ver Prigogine, llya-Stengers, lsabelle: La 11111•¡•¡¡ t11ia11::i1. Mct11111orfosis de
la ciencia. Madrid, Alianza, 1983.
302
9. La racionalidad de la locura
y la locura de la racionalidad
La visión del sujeto que se afirma solo, resulta ser una trampa.
En su análisis de los pánicos que se suscitan en Ja bolsa,
Kindleberger demuestra cómo se abre esta trampa. La bolsa es el
lugar más visible de Ja problemática del circuito medio-fin, que
constituye el mercado visto y tratado como automatismo. Cuando
el orden del mercado produce una crisis, se hace más visible su
desorden intrínseco y las fuerzas compulsivas de Jos hechos que
reproduce. Frente a la crisis, cada uno de los participantes del
mercado es arrasado por un torbellino del que no sabe cómo
escapar. La irracionalidad de la racionalizado triunfa de modo
visible. El comportamiento resultante, Kindleberger lo resume
así: "Cuando todos se vuelven locos, lo racional es volverse loco
también".
La totalización del mercado lleva a la renuncia a cualquier
comportamiento racional. Lo racional es la locura. Todos los
criterios se cunfunden. No obstante, no hay salida. Esta
irracionalidad, en la cual la racionalidad de la locura hace imposible
Ja salida, es resumida de Ja siguiente manera por Kindleberger:
"Cada participante en el mercado, al tratar de salvarse él mismo,
ayuda a que todos se arruinen".
Todos se quieren sal\'ar, pero al tratar cada uno de salvarse
por su cuenta, se impiden mutuamente la posibilidad de salvarse.
Y no se trata solamente de Ja situación de Ja bolsa. Es la
situación del dutomatismo del mercado siempre que es totalizado.
• El quererse sdl\'ar no es suficiente, si bien es condición
necesaria. A partir de esta situación, toda relación humana tiene
que ser reenfocada. No hay salida, excepto por un reconocimiento
mutuo entre sujetos que, a partir de este reconocimiento, someten
todo el circuito medio-fin a la satisfacción de sus necesipades. Si
se parte de este reconocimiento, es necesaria unil solidaridád que.
sólo es posible si éste la sustenta 15.
15. En la actu;il crisis de México, tu\·imo~ uno de est,1s casos de p<Ínico de la bolsa.
Sólo que en \'l'Z dl' p.bilr il la solitiílrid;id, huho un,1 accit'in de ~.11\·,Kión de la bolsa
303
cuyo único fin fue poder seguir en un sistema en el que la locura es la racionalidad,
y la racionalidad la locura. Parece que una de las condiciones del financiamiento
por parte del gobierno de EE.UU. fue el exterminio de los levantados en Chiapas.
El genocidio se halla en curso. La locura es su razón.
304
305
p
18. Para esta transformación del reconocimiento mutuo entre sujetos natura le~ y
necesitados en opción por la víctima, ver Dussel, Enrique: Elica comunitaria. Madrid,
Paulinas, 1986; "Die 'Lebensgemeinschaft' und die 'Interpellation des Armen'" (La
"comunidad de vida" y la "interpelación del pobre"), en Fornet-Betancourt, Raúl
(Hgb): Ethik 1111d Befrei11ng. Aachen, 1990; Lévinas, Emmanuel: De dieu qui vic11I a
/'idée. Paris, 1986; Totalidad e infinito. Ensayo sobre/u exterioridad. Salamanca, Ediciones
Sígueme, 1977.
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311
313
3. Sartre, J.-P.: Crítica de la razó11 dialéctica. Buenos Aires, Losada, 1963 " ... la realidad
no era hasta entonces más que la necesidad de vivir la imposibiliddd dP \·ivir; se
vuelve la realización práctica por intmtar de un mundo en el que la imposibilidad
de la vida humana sería el único imposible". lbid., tomo JI, pág. 512.
4. Marx, Karl: "Introducción a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel", en
Fromm, Erich: Marx y su concepto del hombre (Karl Marx: Manuscritos económico-
filosóficos). México, Fondo de Cultura Económica, 1964, pág. 230.
314
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8. Parece que solamente el idioma alemán tiene una palabra aguda correspon-
diente: Sacl1zum1g.
318
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10. "Each participant in the market, in trying to save himself, helps ruin ali". Op.
cit., págs. 178s. Sin embargo, se asusta por las consecuencias y las reduce a casos
singulares: " ... J conclude that despite the general usefulness of the assumption of
rationality, markets can on occasions ... act in destabilizmg ways that are irratio-
nal overall, e\·en when each participant in the market is acting rationally"
(Concluyo que a pesar de la utilidad general de los presupuestos de racionalidad,
los mercados pueden ocasionalmente ... actuar de maneras desestabilizadoras que
son por completo irracionales, aunque cada uno de los participantes en el mercado
actúe de forma racional). !bid., pág. 45.
320
11. 13enjamin, Walter: "Notizen und Vorarbeiten zu den Thesen Über den Begriff
der Geschichte" (r\not,1cio1ws y trabajos preparati\·os para las tesis: Sobre el
concepto de l,1 hi,;tnrial. en Gcs111111111•ltc Sclrnfl1•11 (Escritos coleccionados)
(Tiedt•m,mn, R.-Sd111·t'ppenh:iuser, H., eds.). f-rankfurt, 197-t 13d. 1, 3, pág. 1232.
321
12. Los comics japoneses reflejan en forma extrema este tipo de narcisismo. Ver
Otomo, Katsuiro: Akira. Comic Ar/. Mash-Room and Kodansha. Tokio, 1984. Se trata
de un mundo dominado por la paranoia de la omnipotencia de un narcisismo
total. Todo el cuento presenta a niños con cara de viejos. Akira es el omnipotente,
cuyo poder se muestra por el hecho de que por un puro acto de voluntad logra
destruir Tokio entero. Se transforma en un Mesías, que es el "iluminado", que no
promete ningún reino mesiánico. Es el "iluminado" porque nadie tiene un poder
igual a él. Otros buscan derrotarlo, pero desean su derrota para asumir su lugar.
No existen solidaridades. Por ende, todos se desvanecen en la destrucción mutua.
13. Albert Camus consideraba esta pregunta como la primera de todus las filosofías:
"¿Me suicido frente al mundo o me dejo vivir, y en el caso de sí, por qué?".
Camus, AlbPrt: El mito de Sísifo.
322
14. Por eso vale que para aquél que sostiene el suicidio como posibilidad, todo
está permitido. El mismo Wittgenstein en su Diario, da una respuesta parecida:
"Si l'I suicidio está permitido, todo está entonces permitido. Si algo no está
permitido, entonces el suicidio no está permitido. Lo cual arroja una luz sobre la
esenci;:; de la ética. Porque el suicidio es, por así decirlo, el pecado elemental. Y
ruando si' i11\'estiga sobre él, es como cuando se investiga el vapor de mercurio
para captar la esencia de los vapores. ¡Aunque acaso el suicidio tampoco Sl'a, por
si mismo, bueno ni malo!". Diario, 10. l. 1917.
15. U1111 de los fundamentalistas más conocido de EE. UU., Hal Lindsey, afirma
frentl' J l.i posibilidad de la guerra atómica: "Cuando la batalla de Armaged<in
llegue a su temible culminación y parezca ya que toda existencia terrena va a
quedM destruida 1Lindsey la entiende como guerra atómica], en ese mismo
momento aparecerá el Señor Jesucristo y evitará la aniquilación total.
A medida que la historia se apresura hacia ese momento, permitame el lector
hacerle unas preguntas. ¿Siente miedo, o esperanza de liberación? La contestaci!Ín
que usted dé a esta pregunta determinará su condición espiritual". La agonía dd
gri1u 11li111cla Tirrra. Miami, Editorial Vida, 1988, pág. 222 (edición original: Tire Late
Crea/ 1'111111'1 Earllr. Grand Rapids (Michigan), Zondervan Publishing House, 1970).
Para Lindsey no hay nada de inquietante, porque ahora viene la "restauraciún
dd p,iraíso", ib1d, p<ig. 233.
Nm·ak, un teólogo de EE. UU., director del Departamento de Teología dl•I
Amerir.rn Enterprise lnstitute, el Tlring Tank de las multinacionales en l'Se pai,,
afirma: "La n,1turaleza no es algo consumado, completo, terminado: la trl'ariún
l'Sl.í incunclusa. Existen tareas aún para los seres humanos. Nos esperan sorpresa,.
Tendrem<lS que enfrentar horrores (como siempre ha ocurrido), pero Dios Pst,í
con nosotros. Tal vez el futuro no sea un camimo ascendente, salvo como el d1•I
Gtílgota: que así sea". El espíritu del capitalismo dcmvcrático. Buenos Aires, Ediciones
Tres TiPmpos, 1983, pág. 75 (edición original: Tlic spiril of dcmocratic capitulism.
!\Jew York. An American Enterprise lnstitute-Simon & Schuster Publication, 1982).
325
Economía y teología
Economía y teología:
las leyes del mercado y la fe
329
330
331
2. Teología y deuda
A primera vista, la vinculación estrecha entre la economí~ y la
teología parece ser algo extraño, y muchas veces sorprende.
Pareciera ser algo así como deporte y teología, o fútbol y teología.
Tampoco en estos casos puede haber duda de que exista alguna
vinculación. Pero, ¿por qué elaborarla?
Ahora bien, para ver la vinculación que en efecto se establece
entre ambas, podemos dar ejemplos sorprendentes. Cuando al
332
Este Dios no está del lado del pobre, sino del lado de aquél
que lo expolia.
De nuevo hallamos una íntima vinculación entre economía y
teología. Una relación económica -la del pago de la deuda-
define ahora el interior de la Trinidad y su relación con los seres
humanos, que se vincula con el pago de la deuda impagable. Pero
una vez arraigada en el corazón de la religiosidad, esta relación
económica baja a la tierra y transforma la Edad Media en una
época de tránsito hacia la sociedad burguesa. Este corazón de la
religiosidad es ahora el cumplimiento de contratos como principio
de toda justicia.
Este Dios del cumplimiento de contratos es un Dios desolador.
Toda la Edad Media atestigua el horror que produce. Es un Dio~
usurero que provoca rechazo, pero al cual nadie logra escapar.
Todos se le someten, intentando cumplir con normas más allá de
toda posibilidad. Por tanto, el ser humano se siente intrínsecamente
malo, un pecador sin ninguna dignidad, pues no puede cumplir
con las normas que ese Dios le impone como deudas que jamás
pueden ser perdonadas. Al final de este proceso, en el siglo XV,
Tomás Kempis dirá:
336
338
Hacedor, y aun aquélla ayuda del hombre en vano la esperaría siempre de la pura
benevolencia de su prójimo, por lo que la conseguirá con más seguridad interesando
en favor suyo el amor propio de los otros, en cuanto a manifestarles que por utilidad
de ellos también les pide lo que desea obtener. Cualquiera que en materia de
intereses estipula con otro, se propone hacer eso: 'dame tú lo que me hace falta,
y yo te daré lo que te falta a ti'. Esta es la inteligencia de semejantes compromisos,
y este es el modo de obtener de otro mayor parte en los buenos oficios de que
necesita en el comercio de la sociedad civil. No de la benevolencia del carnicero, del
vinatero, del panadero. sitio de sus miras al interés propio es de quien esperamos y debemos
esperar 11uiistro alimento. No imploramos s11 humanidad, sino arndimos a su amor propio;
nunca les hablamos de 1111estras necesidades, sino de sus ventajas ". Smith, Adam: ÚI riq11eza
de las 11acio11es. Publicaciones Cruz, México, 1977, libro !, capítulo II, pág. 14.
9. "Ninguno, por lo general se propone originariamente promover• el ~nterés
público, y acaso ni aun conoce cómo lo fomenta cuando no abriga tal propósito. ·
Cuando prefiere la industria doméstica a la extranjera, sólo medita su propia
seguridad, y cuando dirige la primera de forma que su producto sea del mayor
valor posible, sólo piensa en su ganancia propia; pero en éste y en otros muchos
casos es conducido, como por una mano invisible, a promover un fin que nunca
tuvo parte en su intención". Smith: op. cit, libro IV, capítulo II, sección !, tomo
Il, pág. 191.
339
10. Ver Assmann, Hugo-Hinkelammert, Franz J.: A idolatria do mercado. Ensaio sobre
economia e /i•ologia. Sao Paulo, Vozes, 1989, en especial la parte escrita pbr Hugo
Assmann.
340
11. Ver Locke, John: An Essay concerning Human Understanding, 2 volúmenes. New
York, Dover, 1959. Afirma sobre las obras del progreso técnico y económico: "Estoy
de acuerdo en que la observación de estas obras nos da la ocasión de admirar,
reverenciar y glorificar a su autor: y, dirigidas adecuadamente, podrían ser de
mayor beneficio para la humanidad que los monumentos de caridad ejt!mi¡ilar que
con tanto esfuerzo han sido levantados por los fundadores de hospitales y asilos ..
Aquél que inventó por primera vez la imprenta, descubrió la brujula, o hizo público
la virtud y el uso correcto de la quinina, hizo más para la propagación del
conocimiento, para la oferta y el crecimiento de bienes de uso y salvó más gente
de la tumba, que aquéllos que construyeron colegios, casas de trabajo u hospitales",
11, pág. 352. Hay que admirar, reverenciar y glorificar a estas obras, y no a San
Francisco.
341
12. La ley liberal de la historia, que anuncia precisamente esta obligación _moral
al genocidio, la encontramos ya definida en Adam Smith: "En una sóciedad civil,
sólo entre las gentes de inferior clase del pueblo puede la escasez de alimentos
poner límite a la multiplicación de la especie humana, y esto no puede verificarse
de otro modo que destruyendo aquélla escasez una gran parte de los hijos que
producen sus fecundos matrimonios ... Así es como la escasez de hombres, al modo
que la de las mercaderhs, regula necesariamente la producción de la ~specie
humana: la aviva cuando va lenta y la contiene cuando se aviva cJ,emasiado. Esta
34:_:
344
lJ El lt''t'' clt-1 Gt'nt>sis din•: "Tit>mpo dt>spués, Dios quiso probar a,Abpiham y
1,, 1l.111w: 'Abr.1ham·. Estt• rt>spondio: 'Aquí estoy', y Dios le dijo: 'Toma a tu hija.
.11 unicu qut• tit>m•s y .11 que .in1.1s, ls¡¡ac, y and¡¡ ¡¡ la región de Moriah. Allí me
In ~.Krilic".ir.is en un rerro que yo te indicaré"' (Gn. 22.1).
L.1 lertur.i cristi.in,1 tradicion.11 l's: Dios quiere ver si Abraham en realidad está
dispuest<' .1 s.1,ritic"arle la \'ida de su hijo. Si lo sacrifica, probará tener fe. El sentido
Lnblico es a l,1 im·t•rsa. Si lo sacrifica, probará 110 tener fe. Al 110 sacrificar!..>, Dios
le renut'\'.I l.i pwmes.1.
l. Jeremías niega toda posibilidad de que Dios haya pedido alguna \'l'Z tal sacrificio:
"Porque me han dejado, han hecho extraño este lugar v han incensado en él a otros
dioses, que ni ellos ni sus padres conocian. Los reyes de jud.i han llenado este
lugar de sangre de inocentes, y han construido los altos de O.ial para quemar a
sus hijos en el fuego, en holocausto a Bi1al -lo qul' no ll'~ mandé ni ll•s dije ni me
pasó por las mientes-. (Jr. 19, 4-5). Ver tambit:•n Jr. 7, )1; )2, )5.
2. Ezequiel admite que Dios alguna \'ez haya dado "preceptos que no eran buenos
y normas con las que no podrían vivir", pero exclusivamente para producir horror
en el ser humano: "E incluso llegué a darles preceptos que no eran buenos y normas
con las que no podrían vivir, y los cont.urnné con sus propia,; ofrendas, haciendo
que pasaran por el fuego a todo primogénito, a fin de infundirles horror, para que
supiesen que yo soy Yahveh" (Ez. 20, 25.26). Eso excluye una prueba de fe.
3. Un texto análogo sobre David hace claro que la prueba de Dios que pide un
crimen, es en verdad una prueba de parte de Satanás. El segundo libro de Samuel,
dice: "Se encendió otra vez la ira de Yah\·eh contra los israelita~ e incitó a David
contra ellos diciendo: 'Anda, haz del censo de Israel v de judá'" (2 Sm. 24, !). Al
mismo hecho se refiere el primer libro de las Crónicas:." Alzóse Satán contra Israel,
e incitó a David a hacer el censo del pueblo" (1 Cr. 21, 1). Y David, que según 2
Samuel había cumplido con la palabra de Dios, descubre que fue la palabra de
Satanás: "Desagradó esto a Dios, por lo cual castigú a Israel. Entonces dijo David
a Dios: 'He cometido un gran pecado haciendo eso. Pero ahora perdona, te ruego,
la falta de tu sier\'O ... " (1Cr.21, 7.8). Dios le pidió l'I censo para probarlo. Al realizarlo,
cometió un pecado porque no descubrió que la pruPba la pasaba sólo si no cumplía
con lo que Dios le estaba pidiendo. Al cumplirlo, no había hablado Dios, sino
Satanás. No hay duda de que la pruPba de Abraham es de este tipo. A diferencia
de David, Abraham pasó la prueba y no cayó en pecado. Habría caído en el caso
de cumplir con lo que Dios, quien hace la prueba, le exigía. En la prueba tiene
que mostrar que e_ ibre, o sea, no someterse al cumplimiento de ninguna ley sin
un discernimiento responsable. La libertad es libertad frente a la ley. (Sigo en esta
nota los argumentos de Pablo Richard en una conferencia pronunciada en el DEI,
en marzo de 1989). Ver también: Santa Ana, Julio de: "Costo social y sacrificio a
los ídolos", en Pasos N. 6 Uunio, 1986).
14. Ver l-:linkelammert, Franz ).: LA fe de llbraha111 y l'I Edipo occidental. San José, DEI,
1989.
346
Entonces todo era bueno y entonces los dioses fueron abatidos ...
¡Castrar al sol! Eso vinieron a hacer aquí los españoles.
Quedaron sus hijos, aquí en medio del pueblo, esos reciben su
amargura... lj .
15. Ver Miguel León Portilla: El re1·erso de la co11q111sta. México, Editorial Joaquín
Mortiz, 1980, pág. 78.
16. Ver Pric•n, Hans-)úrgen: DieGesc/1ichtedcs Christe11t11111s i11 LAtei11amer1ki1. Gbttingen,
1978, pág. 76. Prien refiere lo siguiente: "~icht wenigen lndianern wird es wie dem
\'On Hi~paniola nach Kuba geílüchteten Kaziken Hatuey gegangen sein, der 1511,
·be\'or er dort \Tn Jen Spaniern gefangen wurde, den Seinigen einen Gioldklumpen
zeigte und ihn mit Jen Worten in den FluJ3 warl: Das Gold ist der Gott der Spa11ier.
wegen d ie'e~ Golde~ ,etzen sie uns zu! Als erwegen \lajestatsbeleidigung lebendig
\'erbrannt werden sollte - als eine solche wurde seine Flucht bewertet - und ihn
ein Franzi~kaner noch zur Taufe überreden wollte, em·iderte Hatue\': "\Varum
~ollte ich wie die Christen sein, die doch base sind." Auch der Hif\\~·e~ auf die
himmlichen Freuden \'ermochte ihn nicht umzustimmen, denn er wollte nicht auc-h
noch nach dem Tode im Himmel mit den \'erha!lten Spaniern zusammentreffen.
Daraufhin wurde ¡>r \·erbrannt". /bid., pág. 77.
17. "b i~t be~ser etwas zu tun als nichts zu tun." "Ein Gesprach zwischen \larek
Edelman und der Lintergrundzeitschrift 'Czas', Poznán", en Claussen, Detle\·: Vom
j11d!'llhafl :11111 1\11ti<cmitis11111s. M11tcriale11 ei11cr ¡•er/e11.~11etc11 Gesd1id1tc. Darmstadt,
Luchterhand. l '1~7. pág. 246 ..
.'.+7
23. "Wenn ich recht überlegte, daB der Würdeentzug nichts anderes war als
potentieller Lebensentzug, dann müBte Würde das Recht auf Leben sein ....
Entwürdi¡:;ung, das heiBt: leben unter der Todesdrohung, ware ein unentrinnbares
Schicksal. .. ". Amérv, Jean: fenseits von Schuld 1111d Sülr11e. /Je¡¡•a//i~1111~s1•crs11cl1c <'ilres
Übrrn'll//igll•n dt1•. München, 1988, pág. 109. ' ' ' ·
24. "In meinem standigen 13emühen, die Grundkondition des Opferseiñs
auszuforschen ... ". /bid., pág. 122.
25. Citado según Ellis, Marc H.: Hacia una teología ;u.tía de /11 li/ii>rnción. San José,
DEI, 1988, pág. 28. Esta posición de la víctima la expone 13Pnjamin, Walter: º'Theses
on the Philosophy of History", en l/11mi11atio11 (ed. por Hannah Arendt). Ncw York,
Schocken, 1978 (citado por Ellis, págs. 114-116).
26. /bid., págs. 27s.
350
5. La fe en el interior de la economía
Se necesita fe para poder reivindicar la libertad. Hoy, todo un
mundo está amenazado de ser sacrificado en nombre de la ley de
·1a historia, que se formula como ley del mercado. Se necesita
afirmar la libertad para imponerse a esta ley y asegurar la vida
humana, para que ella no sea sacrificada. Hoy todo el mundo es
Isaac, no obstante el victimario no se quiere reconocer como
Abraham: ser humano libre que rechazó sacrificar a su hijo por
tener fe, y con el cual Dios estableció la alianza sobre la base de
esta fe.
Pero no sólo se necesita fe. También se requieren técnicas,
procedimientos, políticas económicas adecuadas. Poner en práctica
la fe, para que sea viable. Hay que organizar la economía para que
cumpla con sus fines elementales: garantizar la sobrevivencia de
todos los seres humanos a través de su trabajo y una distribución
adecuada de los ingresos, y basar esta solución en el respeto a la
sobrevivencia de la propia naturaleza, sin la cual el propio ser
Eso se nota ya en el hecho de que un antiguo nombre de Jesús, esto es, su nombre
Lucifer, es transformado en nombre del diablo. En el mensaje cristiano y en los
primeros siglos del cristianismo, Lucifer era un nombre·de Jesús. Ya en los siglos
111 y IV se comienza a referirlo al demonio. A partir del siglo XI, Lucifer y el demonio
son sinónimos. Esto empieza con la gnosis del siglo 11, en la cual, en contra de los
judíos, Yahveh es denunciado como el ángel caído, transformado en demonio. Ver
Hinkelammert, Franz: Lils annas ideológicas de la muerte. San José, DEI, 1981, pág.
225; Crítica a la razón utópica. San José, DEI, 1984, págs.109s. AnselmodeCanterbury
interpreta este cambio en el interior del misterio de la redención. Cuando trata
la redención como el pago de una deuda a Dios, cambia todo el esquema anterior
según el cual el pago no lo recibía Dios, sino el diablo. Por consiguiente no se habla
de una deuda, sino .de forma preferente del pago de un rescate. De ~ueyo se da
el cambio de lugar entre Dios y el demonio. Antes el demonio recibía el pago, ahora
es Dios quien lo recibe. También aquí la tradición judía del cristianismo, y por
ende, su propio origen, es transformado en demonio. Ver Aulén, Gustaf: Christus
Viciar. An historica/ study of the three main types of the idea of the atonenement. New
York, 1961, págs. 28-30. Esta negación del judío Jesús por parte de esta ortodoxia
cristiana es descrita asimismo en Heer, Friedrich: Gottes erste Liebe. Dit /uden im
Spannungsfeld der Geschichte. Frankfurt-Berlin, Ullstein Sachbuch, 1986, pág. 548.
351
29. Hay algo así como un criterio de verdad de la tradición bíblica: "Er hat dem
Bedrückten und Am1en zum Recht verholfen. Deshalb ging es gut. HeiBt nicht
das, mich kennen, spricht jahwe." (Jr. 22, 16).
352
\ IL•j,1r qut• 1,1 n•rd.1d t'n bt'l'..l del mentin'S'' es la mt.'ntira. mejor
qut• l'l .mwr .11 rrújimo dt.'l t.'nt>migo dt.'1 St.'r hum,rnt1 es el odio ...
Qul' l'I \!al ,1~',líl'Z(.J en hirma dl' la luz. d,• la bL'nd.1d ... de la
justi(i,l S<1(j,1l, l'S r,ir,l .lljlll'l qut• pit•ns.1 l'n ll'rmim1s simples,
un.1 d.1r.i (11nfirm.Ki<'l1 dL• su 111.1ldad .ihsm.11 ·'l'.
30. "Besst•r als die Wahrheit im Munde des Lügners ist noch die Lüge, besser als
die T.11 dl'r Bruderliebe des Menschenfeindes ist der HafL
DaB d<1s Biist• m Gestalt des Lichtes, der Wohltat, .. der Emeuerung, daB es in der
Gestalt des geschichtlich Notwendigen, des sozial Gerechten erscheint, ist für den
schlicht Erkennenden eine klare Bestatigung seiner abgründigen Bosheit".
Bonhoeffer, Dietrich: Bonhoeffer. München, Auswahl, 1970, Bd. 4, pág. 81.
353
La teolog{a de la liberación
en el contexto económico-social
de América Latina:
economía y teología
o la irracionalidad
de lo racionalizado
355
l. La teología de la liberación
como teología concreta
La teología de la liberación es teología concreta, teología
histórica. Por eso es adecuado preguntar sobre el contexto histórico
de esta teología. Su desarrollo se puede observar en el período
histórico de las últimas tres décadas, de una historia latinoame-
ricana muy convulsionada. Por consiguiente, nos vamos a
encontrar con una teología de la liberación que reflexiona, refleja
y reelabora esta historia de la cual conscientemente forma parte.
Como tal teología concreta, la teología de la liberación se
inserta en la sociedad de América Latina. Comunidades de base,
movimientos populares e inclusive partidos políticos, son lugares
claves a partir de los cuales se desarrolla esta teología. Al insertarse
en la historia concreta latinoamericana, se ubica en lugares
concretos de esta historia. No habla solamente en estos lugares
concretos, sino que reflexiona la situación histórica a partir de allí
para desarrollarse como "teología. Por eso, sus análisis están
vinculados de manera estrecha con las teorías de las ciencias
sociales. No pueden deducir su análisis concreto de sus posiciones
teolégicas, pero a la vez sus posiciones teológicas no pueden ser
independientes del resultado de sus análisis concretos.
Sin embargo la teología de la liberación no es una ciencia
social, sino que es teología. En relación a sus análisis concretos de
la situación histórica, esta teología se desarrolla como una di-
mensión teológica de esta situación histórica. Como tal, está
expuesta al riesgo de equivocarse. No tiene verdades absolutas
especificadas a priori. En términos muchas veces utilizados por
estos teólogos, se trata de la única ortodoxia cristiana posible, que
es ortopraxis. El propio cristianismo nació como ortopraxis y no
como un sistema cerrado de afirmaciones dogmáticas vacías.
Encontrar la praxis adecuada a la situación, es su problema. Por
eso está en un desarrollo continuo en la medida que cambian los
problemas, y se adquieren conocimientos nuevos para enfrentarlos.
Es teología viva.
No obstante, una teología puede ser pronunciada como tal ya
antes de entrar en el análisis concreto y en la "ortopraxis" corres-
pondiente. Como teología, antecede a la praxis. Pero, al anteceder
a la praxis, es un conjunto de creencias vacías. La existencia de
Dios, su carácter trinitario, la redención, etc., al ser profesados
como actos de una fe independiente de su inserción histórica y
356
357
360
3. La denuncia contra
la teología de la liberación
Una teología institucionalizada, que actúa en nombre de un
conjunto dogmático con pretensión de verdad eterna, no se puede
concretizar históricamente. Por lo tanto, para enfrentar a la teología
de la liberación no la puede desmantelar sino es declarando
irrelevante, e inclusive perversa, la manera mediante Ja cual esta
teología se concretiza. No puede entrar en la discusion de. la
concretización, porque en este caso tendría que aceptar que la
teología es y tiene que ser teología concreta e histórica.
La denuncia queda como la salida de esta ortodoxia cerrada.
Y como los teólogos de la liberación muchas veces recurren a la
teoría marxista para pensar teóricamente su experiencia vivida, se
361
2. l..ibntatis nuntillS, VII, 6. Ver sobre eso Hinkelammert, Franz: "Befreiung. soziale
Sünde und subjektive Verantwortlichkeit", en Venetz, Hennann-Josef y Vorgrimler,
Herbert (eds.): Das Ldiramt dn KircM und der Schrei dn Armen. Freiburg-Münster,
Edition Exodus y Liberación, 1985, págs. 60-76.
362
363
364
365
5. El conflicto alrededor
de la teología de la liberación
Siempre ha habido un conflicto latente entre la teología de Ja
liberación, por un lado, y la teología oficial y las iglesias que Ja
soportan, por el otro. Ya vimos como este conflicto estalla hacia
finales del gobierno de la Unidad Popular y durante el primer año
de la Junta Militar chilena. Pero ya con el Informe Rockefeller, al
términar Jos años sesenta, se había abierto otro conflicto. Es el
conflicto con el poder político y con el imperio.
Para el imperio, !a teología de la liberación resulta un peligro
por varias razones. Una razón importante e·s ideológica, y juega
un papel en particular durante la Guerra Fría. Este enfrentamiento,
interpretado de forma maniquea, necesitaba trincheras claras. El
imperio se autointerpretaba como Occidente cristiano, como un
367
370
12. Basta ver un libro como: Pentcrosl, j. Dwi~hl: Ei·c11lo,; tld ,.,.,., ...11ir. E,;/11dias ile
L'Scatologia bíblica. Mi,1mi, Editorial Vida, 1984; o Lindsev, Hal: /;1 11go11i11 dd gran
p/1111eta Tierra. Miami, Editorial Vida, 1988 (T/1e Lite Grcal /" .11<'1 E.rrtil. Grand
Rapids-Michigan, Zondervan Publishin~ House, IY70). El último libro se vendió
durante la década de los setenta en EE. UU. t'n m.is de quince millones de
ejemplares, y fue un beslsl'ila de la década. Lindsey, no obst.rnte, era um• de los
Rasputines de la corte de Reagan.
371
13. La "Declaración de Principi¡is" del gobierno millar chileno del año 1974, ya
traza esta línea.
14. Stockman se presenta como un izquierdista convertido, quien en un tiempo
fuera partidario de una utopía falsa, pero que ahora descubrió la verdadera: "En
un sentido más profundo, sin embargo, la doctrina nueva (él habla inclusive del
'evangelio de la oferta'! de la oferta no era sino una reedición de mi viejo idealismo
social en forma nueva y, como yo creía, madurada. El mundo podía empezar de
. nuevo desde los comienz(JS. Las crisis económicas y sociales, que están aumentando,
podrían ser superadas. Los antiguos males heredadlJS, el racismo y la pauperización,
podrían ser superados por reformas profundas que partían de lds causas políticas.
Pero sobre todo, la doctrina de la oferta ofreció una alternativa idealista para el
sentido del tiempo cínico y pesimista". Según la publicación de extractos del libro
en Dl'T Spiegel, 1986, N" 16ss. Las "reformas profundas que partían de las causas
políticas" son las de un ajuste estructural extremo: "Eso significaba también el
corte repentino de la ayuda social para los necesitados con capacidad de trabajo ...
solamente un canciller de hierro lo podría haber impuesto: un 'matador de
dragones"'. Según Stockman, Reagan fracasó por no haber tenido la capacidad de
transformarse en un "canciller de hierro".
15. l:.as siguientes citas se traducen del texto publicado: Camdessus, Michel:
"Marché-Royaume. La double appartenance". Documents EPISCOPAT. Bulletin
de secrétariat de la confé:rence des r?veques de Frunce N" 12 Uuillet-Aut, 1992). Agradezco
la traducción a Daniela Gallardo Arriagada.
Camdessus presentó una conferencia parecida ante empresarios cristianos de
México. La UNIAPAC (Unión Internacional Cristiana de Dirigentes de Empresas)
anunció su XIX encuentro en Monterrey, entre el 27 y el 29 de septiembre de 1993,
con la asistencia de Camdessus para hablar sobre el tema: "El mercado y el reino
respecto a la globalización de la economía mundial". Esta reunión tuvo dos oradores.
El otro orador fue el cardenal Echegaray. Ver SELAT (Servicios Latinoamericanos)
(Lima, Perú) N" 17 (17. IX. 1993).
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374
376
17. En este sentido, Hugo Assmann cita a Roberto Campos: "En rigor, nadie puede
optar directamente por los pobres. La opción que se tiene que hacer es por el
in\'ersionista, quien crea empleo para los pobres". Assmann, Hugo: Eco;1omía y
religión. San José, DEI, 1994, pág. 101.
377
18. Ver los ejemplos siguientes: Moll, Peter G.: "Liberating L1beration Theology·
Towards lndependence from Dependency Theory", en fo11mal of Theology for
So11thern Africa, March 1992; Haigh, Roger, S. J.: An AllC'111ati1•c Visio11: an lnterprl'la-
tion of Libi:ration Theology. New York, Paulist; Sherman, Amy L.: Preferential Optio11.
A Christian •md Neo/ibera/ Strategy for LAti11 Americn's Poor. Gran Rapids, Mich1gan,
1992. Ver sobre esta sacralización del mercado en el contexto de la modernidad:
Santa Ana, Julio de: "Teologia e modemidade", en Silva, Antonio (ed.): América
Latina: 500 a110s de ev1111gelizap'io: reflex6es teológico-pastorais. Sao Paulo, Paulinas,
1990.
19. Ver Assmann-Hinkelammert, op. cit.
20. Hannah Arendt describe este circuito de forma magistral: "La afirmación de
que el Metro de Moscú es el único en el mundo es una mentira sólo mientras los
bolcheviques no tengan el poder para destruir a todos los demás. En otras palabras,
el método de predicción infalible, más que cualquier otro método propagandístico
totalitario, denota su objetivo último de conquista mundial, dado que sólo en un
mundo por completo bajo su control puede el dominador totalitario hacer
posiblemente realidad todas sus mentiras y lograr que se cumplan todas sus
profecías" (Arendt, Hannah: Los orígenes del tota/iturismo. Madrid, Taurus, 1974,
pág. 435). "Entonces, toda discusión acerca de lo acertado o erróneo de la predicción
de un dictador totalitario resulta tan fantástica como discutir con un asesino
profesional sobre si su futura víctima está muerta o viva, puesto que matando a la
persona en cuestión el asesino puede proporcionar inmediatamente la prueba de
la veracidad de su declaración" (/dern.).
En una entrevista, Camdessus describe este mecanismo visto desde el FMI:
(Pregunta): "¿Cuál será el costo social de las medidas para poner en orden las
finanzas públic;1s?"
(Respuesta): "La cuestión es cuál sería para el pueblo de Costa Rica el costo de no
ajustar sus estructuras. El costo podría ser la interrupción del financiamiento
interno, reducción de la inversión, para\ización de un acuerdo de renegociación de
la deuda, interrupción de las importaciones. El costo sería la recesión ... Nuestra
posiciün no es exactamente la de recomendar ni imponer medidas,. Nuestra posición
es la del diálogo ... Pero el hecho de que las metas no hayan sido respetadas y que
37~
379
fundamenta listas las saben también. Pero, mientras la Academia de Ciencias creía
aún en un futuro mejor, este actual fundamentalismo cree decidida de antemano
la perdición de la humanidad.
El día del comienzo de la Guerra del Golfo, el presidente Bush apareció en la
televisión con uno de los predicadores fundamentalistas de EE. UU., Billy Gra-
ham, para pedir juntos la bendición de Dios en esta guerra.
23. Ver Richard, Pablo: "El pueblo de Dios contra el imperio. Daniel 7 en su
contexto literario e histórico", en RIBLA (DEI, San José) Nº 7 (1990); Apocalipsis.
Reconstrucción de la esperanza. San José, DEI, 1994; Mesters, Carlos: El Apocalipsis: la
esperanza de 1111 pueblo que lucha. Santiago de Chile, Rehue, 1986; Foulkes, Ricardo:
El Apocalipsis de San Juan. Una lectura desde América Latina. Buenos Aires, 1989;
Rowland, Christopher: Radical Christianity: A Reading of Recovery. Orbis, New
York, 1988; Snoek, Juan-Nauta, Rommie: Daniel y el Apocalipsis. San José, DEI, 1993.
24. Ver Tamez, Eisa: "La razón utópica de Qohélet", en Pasos Nº 52 (Marzo-abril,
1994).
380
383
27. El libro más destacado en este sentido es Tamez, Eisa: Contra toda condena. LJI
justificación por la fe desde los excluidos. San José, DEI, 1991. Ver Shaull, ~ichard: ÚI
Reforma y la teología de la liberación. San José, DEI, 1993; y también Hinkelammert,
Franz J.: úis armas ideológicas de la muerte. San José, DEI, 1981 (2a. ed. revisada y
ampliada, con introducción de Pablo Richard y Raúl Vidales).
28. Ver Hinkelammert, Franz J.: LJI fe de Abraham y el Edipo occidental. San José, DEI,
1991 (2a. ed. ampliada); Sacrifici~ humanos y sociedad occidental: Lucifer y la Bestia.
384
San José, DEI, 1991; Pixley, Jorge: "La violencia legal, violencia institucionalizada,
la que se comete creyendo servir a Dios", en RIBLA (San José, DEI) 18 (1994).
385
29. Ver Rufin, Jean-Christophe: L'empire et les 11ouveaux barbares. Paris, 1991.
Igualmente, Enzensberger, Hans Magnus: Aussichten auf den Bürgerlrrieg (Perspectfoas
de la guerra civil). Frankfurt/Main, Suhrkamp, 1993.
30. En la literatura sobre el totalitarismo, únicamente Hannah Arendt da cuenta de
este hecho. Ver Arendt, Hannah: op. cit.
31. Ver Hinkelammert, Franz J.: La deuda externa de América Latina: el automatismo de
la deuda. San José, DEI, 1988; Democracia y totalitarismo. San José, DEI, 1987.
386
32. Ver Sung, Jung Mo: Economfa. Tema ausente en la teología de la liberación. San José,
DEI, 1994.
33. Assmann, Hugo: "Teología de la liberación: mirando hacia el frente", en Pasos
Nº 55 (Septiembre-octubre, 1994); y el capítulo 11 de la segunda parte de este libro.
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