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NOMINALIZACIONES DE LOS VERBOS EN -EAR

Emilio BOMANT GARCÍA


Colaborador de la Real Academia Española

BIBLID [0213-2370(1995) 11: 1; 29-50]


En este trabajo se muestra un aspecto desconocido de la morfología del
español: el sufijo -ear añadido a adjetivos, nombres y verbos, crea verbos
con diferentes significados. También se analizan la semántica, morfología
y reglas deformación de esos verbos.
In this paper, it is shown an unknown aspect of the Spanish
Morphology: the sufftx -ear, added to adjectives, nouns and verbs, creates
verbs with a number of meanings. This process is analysed in a
deductive way. A detailed study ofthe semantics and morphology ofthis
kind of verbs gives special attention to the direction of the word
formation rules that opérate in these verbs.

Verbos en -ear
No podemos hablar de un único sufijo -ear para todos los
casos, ya que este sufijo no tiene siempre el mismo significado.
El -ear de holgazanear nada tiene que ver con el de sanear, se tra-
taría, pues, de dos sufijos distintos, teniendo en cuenta este crite-
rio semántico.
En primer lugar, hay que señalar que este sufijo se adjunta,
para formar verbos, tanto a bases adjetivales como a bases sus-
tantivas; también se puede añadir a bases verbales para añadir un
matiz iterativo a la acción verbal:
a) [[x]adj -ear]v
b) [[x]sus -ear]v

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c) [[x]v -ear]v
Ejemplos de a) podrían ser: gandulear, tontear, blanquear, y
ejemplos de b): burbujear, teclear o trocear, en c) encuadraríamos
verbos como corretear, forcejear, golpetear, fregotear..., nor-
malmente con la inclusión de un interfijo que facilita la pronun-
ciación de la palabra. Hay otros verbos que toman como base in-
terjecciones {oxear, ayear), onomatopeyas {bisbisear, cecear) o
anglicismos {boxear, flirtear), lo que demuestra la gran producti-
vidad y vigencia de este sufijo.
Dejando a un lado la cuestión de las bases sobre las que se
forman estos verbos, que es algo que no influye para las poste-
riores nominalizaciones en -o y en -miento, veamos los distintos
tipos de sufijo -ear, atendiendo a su significado:
a) Matiz iterativo: es el sufijo -ear más frecuente y produc-
tivo. El sufijo tiene el significado de 'movimiento continuo',
'hacer algo reiteradamente'. Así, por ejemplo, podríamos prede-
cir el significado de las siguientes palabras derivadas:
bracear: 'mover o agitar los brazos con insistencia'
trocear: 'partir en varios trozos'
parpadear: 'acción de mover los párpados una y otra vez'
martillear: 'golpear repetidamente con un martillo'
pedalear: 'mover los pedales con los pies'
El carácter iterativo o frecuentativo se nos muestra especial-
mente relevante cuando se añade a bases verbales:
correr > corretear: 'correr de un lado a otro'
golpear > golpetear: 'dar golpes de manera viva y continua-
da'
oler > olisquear: 'oler con cuidado y persistencia'

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repicar > repiquetear: 'golpear repetida y rápidamente sobre


algo; las campanas, por ejemplo'
chupar > chupetear: 'chupar insistentemente'
b) Un segundo tipo de sufijo -ear es el que toma normal-
mente como base un adjetivo y forma verbos con un significado
derivable del adjetivo en cuestión:
adjetivo x 'comportarse como x'
[[x]adj -ear]v... 'tener actitud de x'
Así, obtenemos derivados con significados predecibles; entre
otros:
bobear: 'actuar como un bobo'
gandulear, 'tener actitud de gandul'
vagabundear: 'llevar vida de vagabundo'
coquetear: 'comportarse con una actitud coqueta'
Este -ear también se puede añadir a sustantivos, con un re-
sultado similar:
pastor > pastorear: 'realizar labores propias de un pastor, es
decir, cuidar y llevar a pacer el ganado'
Y da lugar a verbos tan curiosos como marcear: 'hacer el
tiempo propio del mes de marzo'
c) El sufijo -ear se puede añadir a adjetivos que designan
colores, tomando entonces un significado especial:
[[x]adj -ear ] v .... 'aparecerse algo a la vista x'
amarillo>amarillear: 'aparecerse algo a la vista de color
amarillo'
Ej.: «En la falda del monte, amarillean los rastrojos»
negro>negrear: 'presentarse algo negro a la vista'

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Ej.: «Parece que en aquel prado negrean algunos toros»


pardo>pardear. 'aparecerse ante la vista alguna cosa de color
pardo'
Ej.: «Pardean en el horizonte los campos recién labrados»
Otros verbos de este tipo son rojear, purpurear, azulear o
blanquear, este último también con otras acepciones.
d) Es significativa la gran cantidad de verbos en -ear, que
podríamos llamar «onomatopéyicos»; si bien pueden incluirse en
el apartado a), ya que tienen también cierto matiz iterativo, los
reúno en un subgrupo aparte, puesto que todos ellos responden a
este carácter imitativo de los ruidos naturales. En este sentido, el
sufijo -ear se muestra muy productivo y forma verbos como cu-
chichear, tintinear, ronronear, tararear, gorgotear, cecear, bisbi-
sear, sesear, vosear, borbotear, traquetear, etc.
e) Por último, debemos señalar la clase de verbos en -ear con
bases adjetivas, que tienen un significado «resultativo» o «de
cambio de estado o forma»:
redondo + -ear = redondear: 'hacer algo redondo'
sano + -ear = sanear: 'reparar una cosa'
Ej.: «Las ayudas del Banco Exterior sanearán la economía
del Club Financiero»: es decir, que estas ayudas posibilitarán que
el club «se vuelva sano»
blanco + -ear = blanquear: 'convertir algo en blanco', 'poner
blanca una cosa, por ejemplo, una pared o un techo'
feo + -ear = afear: 'hacer o poner fea una persona o cosa'

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Direccionalidad de la RFP
El hecho de que haya verbos en -ear que no nominalicen y
otros que sí lo hacen nos hace reflexionar sobre la direccionalidad
de la derivación. Es decir, cuál es la dirección de la relación lé-
xica:
a) [X-ear] > [X-eo ]
> [X-miento]
b) [X-eo] > [X-ear]
[X -miento] >
Teniendo en cuenta los factores que determinan la direccio-
nalidad de una relación léxica, la solución a) parece la más ade-
cuada. Veámoslo más despacio.
El criterio semántico1 apoyaría la solución a), ya que la de-
finición de la nominalización [X -eo] (o cualquiera que sea) deri-
varía directamente del verbo considerado; es decir, su significado
sería predecible:
[X -eo] = acción de X -ear
Ej.: bombeo: acción de bombear
taconeo: acción de taconear
El criterio cuantitativo es el menos consistente de todos.
Según este criterio, de dos palabras relacionadas, la más larga es
la derivada. En nuestro caso, esta explicación nos llevaría a dos
resultados diferentes, dependiendo del sufijo nominalizador:
sanear > saneamiento
golear > goleada

1
Marchand, H., «A set of criteria for the establishement of derivational re-
lationship between words unmarked by derivational morphemes», Indogerm.
Forsch, 69, 1964, 10-11.

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En estos dos ejemplos, la direccionalidad es la esperada; no


ocurre lo mismo con el sufijo -eo, que formaría parte de una pa-
labra más corta:
paseo > pasear
rastreo > rastrear
Pero este criterio es débil y no debe ser tenido muy en
cuenta.
El criterio de economía, o simplicidad, acuñado por
Bloomfield2, apoyaría de nuevo la dirección a), ya que el número
de reglas para describir la relación entre las palabras es menor en
esta dirección que en la dirección b).
El criterio distribucional3 es definitivo. Es el que demuestra
más claramente la mayor aceptabilidad de la opción a). Este crite-
rio dice que si para (casi) todas las palabras de una clase A hay
palabras morfológicamente relacionadas de una clase B, pero no
al revés, la dirección va de B a A:
Clase A Clase B
verbos en -ear nombres de acción en -o y en
-miento
Prácticamente todos los nombres de acción tienen correspon-
dencia en la clase de verbos en -ear, pero no todos los verbos tie-
nen correspondencia en la clase de los nombres (precisamente,
este será uno de los puntos que trataremos más adelante). En
cualquier caso, tenemos excepciones, aunque se traten de neolo-
gismos o coloquialismos: es difícil pensar que términos como
garbeo, copeo o mamoneo deriven de sus verbos respectivos.

2
AjJferece por primera vez en Bloomfield, L., Language, New York, Holt,
1933, 217.
3
En Aronoff, M., Word formation in Generative Grammar, Cambridge
(Mass.), MIT Press, 1976, 116-21.

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El criterio de frecuencia (de dos palabras morfológicamente


relacionadas, la más frecuente es la base)4, a pesar de que no re-
sulta definitivo, apoyaría la solución a). Pensemos en términos
como centellear, silabear, ladear, paladear o vagabundear, mucho
más frecuentes que sus nominalizaciones.
Por último, el criterio de «adecuación al sistema»5 que dice
que una dirección que se ajusta al sistema general de la lengua es
preferible a otra que no lo hace, vendría a ratificar la elección de
la opción a), puesto que la tendencia general de la lengua es que
los sufijos se añadan a los verbos para formar las nominalizacio-
nes.
Por tanto, teniendo en cuenta estos seis criterios, la direccio-
nalidad que propongo es la siguiente:
[X -ear]v > [X -eo ] n
[X -miento]n

Verbos que nominalizan y verbos que no lo hacen


En el apartado anterior, al hablar del criterio distribucional,
dijimos que no todos los verbos tienen sus nominalizaciones co-
rrespondientes. ¿Por qué sucede esto? No hay un criterio fijo que
permita distinguir qué verbos admiten nominalizaciones y cuáles
no. Además, hay que señalar que el hablante va creando nuevas
nominalizaciones (que, en principio, no están admitidas en el
diccionario), debido a sus necesidades expresivas y a la produc-
tividad de los sufijos que las forman. Así, habiendo sido consul-
tados cuatro informantes nativos del español hay que destacar que
el hablante admite derivados como mariposeo, huroneo, a pesar

Bybee, J., Morphology. A study of the relation between meaning and


form, Amsterdam, John Benjamins, 1985, 132-34.
5
Citado por Marchand, Corbin y Wurrell.

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de que no encuentran cabida en el Lexicón; pero la cuestión que


se nos plantea es la siguiente: decimos que la acción de vagabun-
dear es un vagabundeo, pero ¿por qué no la acción de gallardear
no es un *gallardeo!, ¿ o la de comportarse como un rufián, un
* rufianeo!
No podemos pensar que el hecho tenga que ver con que la
base primitiva sea un adjetivo o un sustantivo, ya que según la
«Atom Condition» (Williams, 1981), si tenemos una palabra Y y
le añadimos un afijo, sólo puede referirse este a los rasgos de Y,
y no a los rasgos de los nudos inferiores. Además, la evidencia
es que tenemos verbos que no nominalizan formados tanto sobre
adjetivos como sobre sustantivos: cedacear, rojear, redondear,
holgazanear, piropear, chispear, etc.
Las razones tampoco son de tipo fonológico (número de sí-
labas, vocal en el linde verbo-sufijo, etc.) ni de tipo diacrítico:
nada tiene que ver que el verbo sea transitivo o no lo sea:
Verbos transitivos que nominalizan:
trocear > troceo', varear > vareo', etc.
Verbos transitivos que no nominalizan:
redondear,franjear,etc.
Verbos intransitivos que nominalizan:
titubear > titubeo', cacarear > cacareo
Verbos intransitivos que no nominalizan:
rojear, limosnear, bromear, etc.
Creo que las razones son de otra índole, de carácter semántico.
Tras analizar los ejemplos cuyas nominalizaciones no son acep-
tables, podemos sacar algunas conclusiones:
En algunas ocasiones, no existe nominalización debido a una
incompatibilidad semántica. Con esto quiero decir que no tiene

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sentido, en estos casos, crear un nombre de acción, ya que el


verbo en sí no genera una acción: no podemos imaginar la acción
propia de ese verbo. Por ejemplo, los verbos incluidos en el
grupo c), dentro del primer punto del artículo, los casos de los
verbos formados sobre adjetivos de colores, no nominalizan: es
inaceptable pensar en la acción de aparecerse algo amarillo, rojo o
azul ante la vista.
Otras veces, se prefiere una perífrasis que toma como base el
nombre primitivo:
Acción de piropear: «decir piropos» (y no *piropeo)
Acción de arponear: «clavar el arpón» (y no *arponeó)
Acción de bromear: «gastar bromas» (y no *bromeo)
Quizás estemos ante un bloqueo de palabra a palabra: piropo
bloquea a *piropeo, broma a *bromeo, etc., ya que se cumplirían
las condiciones de sinonimia, productividad y de frecuencia/ me-
morización, necesarias para que se dé este fenómeno.
Lo que, sin duda, sí explica el bloqueo de palabra a palabra
es la no nominalización de telefonear:
telefonear *telefoneamiento/llamada de teléfono
^telefoneo
Además demostraría (como en el caso de ladrón/ *robador) la
debilidad de la teoría de Aronoff, que predice que sólo hay blo-
queo entre palabras que tengan una misma raíz.
Pero hay otros muchos verbos que no nominalizan, quizás
debido a su mínima frecuencia de uso, {barbear, bastardear, iz-
quierdear, pechear), su extremada especialización en un campo
determinado {lardear, manear, quesear) o su carácter regionalista
fabear, carrasquear (Ávila); cercear, galguear (León).

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Nominalizaciones en -o
Una palabra, cuando entra en derivación, tiene unas posibili-
dades de elección del afijo. Dispone de un número de sufijos a su
alcance y debe escoger uno u otro. Los sufijos más escogidos por
los verbos en -ear son -o y -miento, que forman nombres de ac-
ción. También encontramos otros sufijos, como -ada, -ería, -azo,
-dura, -azo. Sin embargo, el sufijo más productivo para la for-
mación de nominalizaciones de este tipo es, con mucho, el sufijo
-o. Casi el 80% de estas nominalizaciones se forman con el sufijo
-o.
Teniendo en cuenta este hecho, el procedimiento que se debe
seguir para extraer conclusiones interesantes es el inverso: ver
por qué algunos verbos escogen el sufijo -miento; el resto, salvo
raras excepciones, elegirá indefectiblemente el sufijo -o. Sin em-
bargo, he optado, en primer lugar, por analizar este sufijo, por su
mayor productividad. Esta queda de manifiesto al analizar la in-
tuición del hablante español. Al preguntar a mis cuatro informan-
tes sobre cuál sería la posible nominalización de cien verbos en
-ear que no nominalizan, el sufijo empleado en más de setenta
ocasiones fue -o: yerbeo, remoloneo, holgazaneo, serpeo, gorro-
neo (de uso frecuente), zorreo, vitoreo, etc. Las nuevas forma-
ciones, sobre bases muy populares, toman también este sufijo:
choteo, mamoneo, mangoneo, puteo, papeo, cabreo, etc.
Los verbos que tienen un matiz iterativo suelen tomar este
sufijo: troceo, parpadeo, campanilleo, taconeo, pestañeo, burbu-
jeo, etc.
Las razones de elegir un sufijo u otro no son fonológicas: el
número de sílabas de la base no es lo relevante ni siquiera el linde
vocálico, ya que en ambos casos es la vocal -e la que se encuentra
en esa posición: burbuj-e-ar > burbuj-e-o; san-e-ar > san-e-
amiento. Tampoco hay razones sintácticas (categoría sintáctica de

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la base) o diacríticas, del tipo transitividad o intransitividad del


verbo. Más bien son restricciones morfológicas y, sobre todo,
semánticas, como veremos.
Los verbos que toman como bases adjetivos (y, a veces,
nombres) y que significan 'tener actitud de', normalmente nomi-
nalizan de esta misma manera: vagabundeo, galanteo, chivateo,
pastoreo, baboseo...
Y también los verbos que expresan onomatopeyas de instru-
mentos o de animales: cacareo, ronroneo, gorgoteo, cuchicheo,
ceceo, seseo, bisbiseo. Sólo he encontrado un verbo de este tipo
que no nominaliza: oxear 'ahuyentar a las aves de caza, como la
perdiz, gritando ¡ox!, ¡ox!'. Tal vez la no nominalizacion se deba
a la poca frecuencia del verbo. En cualquier caso, la nominaliza-
cion posible y esperada sería oxeo:
«el oxeo de la perdiz», y no «el *oxeamiento de la perdiz»
En ocasiones, el sufijo -o alterna con otros sufijos. La alter-
nancia más frecuente es -miento/ -o, de la que me ocuparé con
mayor detenimiento; pero el sufijo -o alterna también con otros
sufijos. Cuando un mismo verbo tiene dos significados, cada
sufijo se especializa en uno de ellos:
carear: a) 'interrogar juntas dos o más personas'
Nominalizacion: careo
b) 'dirigir el ganado a pastar a algún sitio'
Nominalizacion: carea
garabatear: a) 'manejar los garabatos (ganchos) para
sacar cosas de un pozo'
Nominalizacion: garabatada
b) 'trazar garabatos'
Nominalizacion: garabateo

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Pero veamos las nominalizaciones en -miento, lo que aclarará


la situación.

Nominalizaciones en -miento
Son pocos los verbos en -ear que nominalizan únicamente en
este sufijo. Las restricciones que favorecen la elección de este
sufijo son más evidentes que en el caso anterior; en otros térmi-
nos, podríamos decir que este sufijo es más marcado que el sufijo
-o y, por tanto, no sólo es menos común, sino que además ne-
cesita un contexto más restrictivo para aparecer.
La primera conclusión a la que he llegado es que el prefijo a-
favorece la nominalización en -miento de los verbos en -ear. Así,
la secuencia [a..[x]..-miento], es muy productiva: afeamiento,
apaleamiento, abofeteamiento, acoceamiento, apareamiento, ata-
reamiento, acantaleamiento (palabra utilizada en Argentina), ape-
dreamiento, aporreamiento, arreamiento, si bien, en algunos ca-
sos, conviven con los nombres en -o.
Este hecho se adecúa, por otra parte, al sistema general de la
lengua, en cuanto que la secuencia 'a....-miento' es muy produc-
tiva en español y se da en otro tipo de verbos (no sólo en los ver-
bos que nos ocupan): abaratamiento, abarrotamiento, ablanda-
miento, acaloramiento, aflojamiento, ahondamiento, alarga-
miento, alistamiento, amodorramiento, atrincheramiento..., por
poner algunos ejemplos.
No sólo es el prefijo a- el que dispara la nominalización en
-miento. Con otros prefijos, obtenemos el mismo resultado:
es-polvorear > espolvoreamiento

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Podemos fijarnos, incluso, en los verbos con prefijo que no for-


man nombres de acción. Si lo hicieran, utilizarían el sufijo
-miento.
alancear > alanceamiento asolear > asoleamiento
^alanceo *asoleo
acañaverear > acañavereamiento acornear > acorneamiento
*acañavereo ^acorneo
desparear > despareamiento asaetear > asaeteamiento
*despareo ^asaeteo

Los verbos que vimos en el último apartado del primer punto


del artículo, verbos que indican una conversión, a los que deno-
minaré «resultativos», también suelen formar nominalizaciones
con el sufijo -miento:
sanear > saneamiento
blanquear > blanqueamiento
La nominalización esperada de redondear sería * redondeamiento
(voz no admitida en el Lexicón).
Por otra parte, y en lo que se refiere únicamente al sufijo y
no a la base, creo que podemos matizar una diferenciación se-
mántica entre -eo y -miento; pero este hecho lo analizaré en el si-
guiente punto, donde veremos los verbos que pueden escoger los
dos tipos de sufijos para formar sus nominalizaciones.

Nominalizaciones en -miento y en -o
Cuando existen dos nominalizaciones distintas de un mismo
verbo, estas no son totalmente sinónimas e intercambiables en to-
dos los contextos. Con otras palabras, siempre habrá una más
marcada que la otra, o bien, tendrán usos distintos.

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Como habíamos anticipado, hay un matiz semántico diferen-


ciador entre los dos sufijos que tratamos:
[[x]v -eo]: 'acción de X'
[[x]v -miento]: 'acción y efecto de X'
El sufijo -miento, hace referencia no sólo a la acción, sino
también a los efectos y consecuencias de la acción. Esta distin-
ción la podemos observar en los siguientes pares:
acarreamientol acarreo
blanqueamiento/ blanqueo (también blanqueadurá)
saboreamiento! saboreo
En algunos pares, uno de los dos nombres es preferible al
otro:
mareamientol mareo
vapuleamiento! vapuleo
arqueamiento! arqueo
hormigueamiento! hormigueo
saqueamiento! saqueo
En todos estos casos, la nominalización en -o es la preferida.
Otras veces, los miembros que forman los pares tienen sig-
nificados distintos. Si un verbo en -ear tiene dos significados
distintos, cuando nominaliza, toma un sufijo u otro, dependiendo
del significado de que se trate. Uno de los dos sufijos
(normalmente -o) está mucho más especializado y acompaña al
verbo cuando tiene un significado más técnico y restringido.
Veamos algunos ejemplos:
1. a) planeamiento: 'acción y efecto de planear' (una
idea, por ejemplo)
b) planeo: 'acción de planear un avión'

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2. a) franqueamiento: 'acción y efecto de franquear, es


decir, de dejar el paso libre'
3. b) franqueo: 'acción de poner los sellos en las car-
tas'
4. a) replanteamiento: 'plantear de nuevo un asunto'
b) replanteo: 'trazar la planta de un edificio'
5. a) sorteamiento: 'acción y efecto de sortear, en ge-
neral'
b) sorteo: 'específicamente, operación de sortear los
premios de la lotería o de sortear los mozos en
las quintas'
6. a) falseamiento: 'acción de falsear la verdad'
b) falseo: 'acción de falsear el corte de una piedra o
madero de construcción'
Por tanto, la elección de uno u otro sufijo no es gratuita. No
podemos pensar que la existencia de dos sufijos para formar
nominalizaciones de un mismo verbo suponga un rechazo de lo
que se ha llamado economía del lenguaje, puesto que o bien for-
man nombres con significados totalmente distintos, o bien, existe
un matiz diferenciador entre ambos sufijos.

Otras nominalizaciones
Los verbos en -ear pueden tener otras nominalizaciones, con
otros sufijos que aportan significados distintos al de 'acción y re-
sultado de'.
El sufijo en -ería se adjunta a verbos de este tipo para formar
nombres de cualidad o indicar 'manera de obrar' o 'acción propia
de':

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tacaño > tacañear> tacañería: 'cualidad de ser tacaño'


'manera de obrar del que ta-
cañea'
Otras nominalizaciones de este tipo son: fanfarronería, tonte-
ría, niñería, piratería, monería, gandulería, bobería, tragonería.
De entre estos sufijos, uno de los más productivos quizás sea
-ada, que forma nombres concretos, no de acción duradera, sino
más bien con un significado puntual y explícito:
golear > goleada fanfarronear > fanfarronada
cencerrear > cencerrada bobear > bobada
ojear > ojeada olear > oleada
El sufijo -ado sí expresa acción y efecto:
zapatear > zapateado vetear > veteado
platear > plateado tablear > tableado
sombrear > sombreado
Se forma sobre verbos en -ear denomínales, que tienen un
significado iterativo.
Hay otros sufijos que no son tan productivos con estos ver-
bos y que se añaden esporádicamente a uno de ellos, formando
derivados nada frecuentes: -dura (espoleadura, venteadura, cole-
adura), -ismo (charlatanismo) y algunos más.

Conclusión
En este estudio he intentado profundizar en un campo prácti-
camente inexplorado dentro de la Morfología del español: los
verbos formados con el sufijo -ear sobre bases adjetivales, sus-
tantívales y verbales. He seguido un camino deductivo. En pri-
mer lugar, he analizado la semántica y morfología de este tipo de

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verbos, con especial atención a la direccionalidad de la RFP que


opera en ellos. Más adelante he ido cercando más el estudio, dis-
tinguiendo, primeramente, qué tipo de verbos no nominalizan y
cuáles sí lo hacen y, entre estos, por qué unos toman un determi-
nado sufijo y otros, otro distinto. Estas restricciones hay que
buscarlas en la morfología (la ausencia/ presencia de un prefijo es
definitiva en este sentido) y, sobre todo, en la semántica de estos
verbos. Por último, cabe señalar la importancia que tiene la elec-
ción de un sufijo u otro en cuanto la diferenciación de significa-
dos, dentro de un mismo verbo.
A continuación presento el corpus (lista de palabras) y los
diccionarios utilizados para la elaboración de este artículo.

Verbos que no nominalizan


fabear garronear granear cizañear
barbear chuchear sopapear apuñear
yerbear badajear gusanear chapear
cedacear estropajear capitanear guachapear
lacear franjear sotanear chiripear
trapacear lisonjear holgazanear trampear
mercancear hojear neblinear pompear
chancear rojear cominear piropear
alancearar dalear latinear sopear
bravocear malear bribonear serpear
vocear palear pendonear raspear
cercear ralear perifonear chispear
chapucear cantalear telefonear churrupear

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bocadear acantalear dragonear chacharear


mercadear diablear tragonear cucherear
redondear zancadillear espolonear desparear
moscardear banderillear espolonear desaparear
lardear asolearar ponear senderear
gallardear chulear borronear escuderear
pardear azulear huronear agujerear
petardear llamear gorronear caballear
bastardear bromear mazonear miserear
izquierdear humear tizonear acañaverear
golfear ahumear cornear cañaverear
hachear canear acornear milagrear
muchachear haraganear hornear negrear
rachear zanganear tornear logrear
pechear rufianear limosnear alborear
trinchear hermanear putañear corear
colorear pordiosear sargentear boquear
vaporear afermosear parlamentear asquear
vitorear mariposear pintear chasquear
chicharrear sonrosear otear carrasquear
marrear versear picotear olisquear
berrear ñatear galguear ventisquear
zorrear ratear muñequear bizquear
purpurear baratear bravear parafrasear
asaetear pindonguear oxear fantasear

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saetear trasguear ayear quesear


gambetear periquear mayear metamorfosear
abofetear renquear

Nominalizaciones en -o
babeo ladeo solfeo jaleo
aldabeo peladeo pataleo silabeo
parpadeo baeneo tecleo fabeo
cabildeo abucheo chapoteo titubeo
zarandeo cacheo cascabeleo maceo
ondeo cuchicheo papeleo braceo
cachondeo gorjeo pasteleo zaceo
sondeo tartajeo zascandileo ceceo
vagabundeo gargajeo jubileo troceo
codeo forcejeo chamarileo cascarceo
rodeo callejeo centelleo buceo
merodeo granjeo campanilleo marceo
regodeo ojeo cotilleo balbuceo
bombardeo burbujeo martilleo trapicheo
tartamudeo tambaleo caracoleo chocheo
menudeo pedaleo faroleo jadeo
parrafeo bamboleo empleo pluriempleo
pestañeo chismorreo tiroteo brujuleo
apeo guarreo aleteo llameo
capeo canturreo chancleteo lagrimeo

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chapeo cotorreo papeleo palmeo


gualdrapeo ajetreo papeleteo husmeo
papeo deletreo trompeteo bamboneo
chiripeo rastreo chupeteo cananeo
golpeo muestreo pandereteo romaneo
copeo murmureo tijereteo veraneo
carraspeo paseo chuperreteo devaneo
estropeo aseo golpeteo tintineo
careo/-a compaseo tanteo meneo
cacareo desaseo correteo remeneo
clareo seseo baqueteo himeneo
tarareo deseo serpenteo carboneo
pareo bisbiseo punteoAado taconeo
vareo siseo borboteo mangoneo
cabreo responseo chacoteo mosconeo
culebreo baboseo boicoteo bordoneo
cimbreo manoseo goteo fisgoneo
palabreo voseo fregoteo teorejoneo
recreo raposeo traqueteo sermoneo
magreo repiqueteo cañoneo garabateo/-ada
laboreo olfateo ramoneo coqueteo/-ería
gorgoteo chateo volteo ronroneo
lloreo prorrateo galanteo contoneo
clamoreo regateo reboteo pavoneo
toreo picoteo pastoreo zapateoAado

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revoloteo choteo contorneo cencerreoZ-ada


peloteo cuneo chorreo chivateo
bailoteo parloteo trasteo mosqueo
zangoloteo sesteo besuqueo charloteo
puteo craqueo escamoteo teteo
matraqueo gimoteo relampagueo barqueo
palmoteo fogueo mordisqueo chisporroteo
lloriqueo chapoteo abaniqueo carteo
politiqueo flirteo flanqueo lagarteo
moqueo

Nominalizaciones en -miento
coceamientoZ-dura espolvoreamiento arreamiento
acoceamiento gateamiento acareamineto
afeamiento hermoseamiento atareamiento
soleamiento apaleamiento acantaleamiento
saneamiento apareamiento abofeteamiento

Nominalizaciones en -miento/-o
cabeceamientoZ-o acarreamientoZ-o pateamientoZ-o
torpedeamientoZ-o aporreamientoZ-o salteamientoZ-o
caldeamientoZ-o vapuleamientoZ-o sorteamientoZ-o
apeamientoZ-o planeamientoZ-o hormigueamientoZ-o
mareamientoZ-o apedreamientoZ-o saqueamientoZ -o

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saboreamientoZ-o planteamientoZ-o blanqueamientoZ-o


arreamientoZ-o franqueamientoZ-o falseamientoZ-o
arqueamientoZ-o manteamientoZ-o replanteamientoZ-o

Otras nominalizaciones
bobear: bobadaZ-ería flaquear: flaqueza
colear: coleadaZ-dura golear: goleada
gandulear: gandulería ojear: ojeada
charlatanear: charlatanismo olear: oleada
monear: monadaZ-ería platear: plateadoZ-dura
soplonear: soplonería tablear: tableadoZ-dura
fanfarronear: fanfarronadaZ-ería vetear: veteado
niñear: niñería zapatear: zapateadoZ-eo
tacañear: tacañería espolear: espoleadura
sombrear: sombreado cojear: cojeo
cencerrear: cencerrada dentellear: dentellada
sabotear: sabotaje escasear: escasez
tontear: tonteríaZ-ada cicatear: cicatería
ventearse: venteadura piratear: piratería
colorear: coloración tragonear: tragonería

FUENTES
Bosque, I. y Pérez Fernández, M., Diccionario inverso de la len-
gua española, Madrid, Gredos, 1987.
Moliner, M., Diccionario de uso del español, 2 vols., Madrid,
Gredos, 1990.

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