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HI'HI"l ;,lla w ly n aci en Marsel la en


1 ~ ' I .'i . 111': IT St'l e n el comit central del
1'.11 [idu Comunista fr ancs en 1945, y
( ' 11 I!Jr,ti, en su com it e jecu tivo. D ipu-
I
I

Litio )' sen ado r, se le deben , cu tre


HIl OS tiru los, D' n reaiisme sans riua-
K" ,\ (196 1). De ranath me au d ia fo-
n'U" (1965) )' J\farx isme du X X ~ s-
d t: (1966).
El pc nsamenta de H egel (1966) es
una amplia y documentada in tr od uc-
cin a la figura d el filsofo de la dia-
l crica. Tras u n ca ptulo h istr ico q ue
sit a al p ensador en la encrucijada
poltica ' y social de su ti empo, Ga-
ra udy estudia sucesivamente el mto-
do hegeliano , la Fcno me no ogia del
f'spr i tll, la L gica y. en un apartado
ded icado a l h uman ismo , las ideas de
H egel sobre esttica, rel igin y filoso-
fa. Obra d e uno de los mas d estaca-
do s te ri cos marx istas occidentales. el
p resente volu men const ituye a la vez
uu.r sntesis de la aportaci n hegclia-
ua )' una muestra de la evoluc i n de
10" po\w lado " ideolg icos de C araudy.
RO GE R GA RA UD'i
E L P E N SAMIE NT O
DE H EG E L

21
ROGER GARAUDY

El pensamiento
de Hegel

SEIX BARRAL
BARCELONA
T tulo original:
La pense de llegel
l\' DI C E
T raduccin de:
FRAI'Cl SCOMo xou
Nota del traductor 9
Cubierta : Alberto Corazn 10
Abreviaturas

CAI' TU LO 1. LA VIDA Y LA PROBLEMTICA DE


HEG EL II
CAI' TULO u. EL MTODO DE HEG EL 27
CAI' TULO UI. LA DI AL CTICA DEL CO NOCI MI ENT O;
F El' OMEl\" OLOGA DEL ESPRITU 61
El espritu subjet ivo, fi3; El espri-
tu objetivo, 106; El espritu abso-
luto, 137.
CAP TU l. O rv. LA IHAL; CTI CA ma, S E R: LA LGI CA 153
La teora del Ser, 171 ; La teora de
Primera edic in : julio de 1974 la esencia, 189; La teora del con-
cepto, 203 .
1966 : Ilditions Bordas, Pa rs
c .\ P TUI.O Y. EL H UMA:\"ISMO DE H EGEL 229
Derechos exclusivos de edicin La estt ica, 246; La rel igin, 264 ;
reservados I./ara todos los pases de habla espa ola La filosofa, 282.
y pro piedad de la trad uccin castellana :
1974 : Editorial Seix Barral, S. A.,
Provenza, 219 Barcelo na B iografa 301
Bibliografa 302
ISBN , 84322 3821 X
Depsito legal : B. 17.347 .1 974 in dia analiico 309
Printed in Spai n
N OTA D E L TRAD U C T O R

En la presente ed icin, las citas de los sigu ien tes


libros de H egel : Feno menologa del espritu, Cien cia
de la lgica, Enciclopedia de las ciencias filosficas y
Filosofa del derecho, han sido tomadas de las ed icio-
nes castellanas tra ducidas di rectamen te de l alemn , y.
a su vez, las pginas r eseadas se refieren a di cha"
ediciones. Esto debi do a un doble y evide nte m oti vo :
por una par te. para aj ustarse ms fielmente al texto
origina l y. por otra, para que el lector castella no te nga
ms fcil acceso, en caso d e necesidad, al contexto
referi do por las citas.
Asim ismo, la refere ncia bi bliogr fica final ha sido
ampliada con los dos sigu ientes apartados: Obras
completas de H egel y Pri ncipales obras traducid as al
castellano, Adems. se ha amp liado la rese a de
Pr in cipales obras traducidas al fran cs. y la de Cl PTn-
cipales obras criticas y de estudio de la obra de Hegel,
esta lti ma de bido principalmente a q ue, en la edicin
fra ncesa, la r esea se limitaba a las obras en esta len-
gua y. por otra par te. porqu e se ha pretend ido dar
una mnima re fere ncia bibliogrfica total para la in-
troduccin al pensamiento hegeliano.

FRA."CISCO MO:';C F.
A llREV ATU RAS CAP iTU LO 1

E L A VIDA Y L A PR O ll LE MT ICA
E.thtique
DE H E G E L
Ene Enciclopedia de las ciencias filosficas
F Fenomenologa del espritu En 1789, Hegel te na d iecin ueve aos . Alca nza, pues,
FD Filoscfia del derecho la mayora de edad en un moment o en que la historia
H Plt Hisicire de la phi osophic su fre una ruptura. La Revo lucin Francesa enardece
L Ciencia de la lgica el animo y el pensam ien to de los jvenes de su gene-
PJ H Lecons sur la philosophe de l' histo re racin. En el seminario de T bingen, Hegel, al igual
Ph R que sus condis cpulos, lec con avidez los peridicos
I'hi losophie de la religion franceses; con H olderlin y Schell ing, planta un r bol
Re R ealphiloscrphie: 1, Filosofa de la natura- de la li bertad. La Revolucin Fr ancesa significa la rea-
leza ; JI, Filosofa del espritu. lizacin de lo que para l era el modelo de la libertad
humana: la ciud ad gr iega y su democracia, la llegada
de la filosofa de las lu ces) , la cua l hab a pro clamado
el reinado del hombre sobre las cosas.
Cuarenta aos despus, al final de su vida, H egel
evocar con nostalgia aquella gran esperanza de su
juventu d : El p ensamiento y el concepto del derecho
hicieron valer de pronto sns derechos, y el viejo edifi-
cio de la iniq uidad no pudo res ist rse les .. . Desde que
el sol est en el firmame nto ... no se haba visto jam s
al hombre .. . basarse en una idea par a construir, a
partir de ella, la realidad ... Era ste un soberbio ama-
necer. Todos los pensadores han celebrado esta poca.
Una sublime emocin re inaba en aquellos momen tos,
el entusiasmo del espritu agitaba el mundo , como si
tan slo en aquel momento se hubiese llegado a la ver -
dadera. reconciliacin de lo divino con el mundo
(l'h H , p. 401).
El sol que se elevaba sobre Francia alumbraba con
una despiadada luz la miseria alem ana: un m undo
an feudal, polticamente fragmentado, en el que has-
11
12 El pensa miento de Hegel l. Vicia y problemtica de H egel 13

ta la re ligin estaba p erverti da. con una r eligiosidad cond uce en su movi miento, sta es la primera exigen-
que corresponda a u na sit uacin de indi viduos a is- cia y la pro ble mtica de H egel.
lados, sin n ingn vnculo con la socied ad, y que b us- Hegel vivi el desmoronam iento de un m undo y
caban en el ciel o la j usti ficaci n }' la san tificac in d e el nacim ien to d e otro.
esta soleda d mi serable e inhumana . El mtodo q ue ela bor para inten tar supera r las
La R evolucin Francesa es la anttesis de esta sr- perturbaciones y las contr adiccione s de su poca-la
di da r ealidad : El hombre- escribe H egel- debe vi di alctica ideali sta-no puede ser comprendido ms
vrr en d os mundos q ue 6C contra dicen o El espr itu que part iendo de la experie ncia vivien te y del dram a
a firma sus dere chos y su dignida d fre nt e a la a narq ua vivido, q ue han suscitado en l la exi gencia filosfica .
y la bru tal ida d de la naturaleza, a la q ue devu elve El debate histrico entre el pasado y el fu turo e s su
la miser ia y la viole ncia q ue sta le ha hecho padecer. propi o debate. El drama del m undo es su propio d ra -
Pe ro esta d ivisin de la vida y de la co nciencia crea, mOl. H egel sabe q ue el movim iento q ue e ngen dr a las
para la cult ura mode rna y su com prensin, la exige n- contradicciones ms desgarradoras y q ue exi ge su pro-
cia de r esolver d icha contradicci n (E. 1, p. 17). p ia solu cin es una realidad q ue se impone desde fuera
H e aq u centrada la problem tica hegeliana. La gran a la conci encia del filsofo. A esta sum isin ob jetiva,
r enovacin que sign ifica la R evoluc i n Francesa le ha fuente de todos los torm entos subje tivos. el pensam ien-
hecho sentir con mayor intensi dad todo 10 q ue el to filosfico no puede su bstraerse, pues de 10 con trar io
viejo mundo ten a de inacep tabl e y d e agob iante . caera en la abdicacin y en la de cadencia.
H egel tiene la sensacin de q ue se est creando u n Pero si H egel ti en e d iecinueve aos cuando se pro-
mundo realmen te huma no, obr a de la raz n y. por d uce la toma de la Bastilla, tiene vei nticuatro en
ello, frente a esta grandiosa epo pe ya del esp ritu, la Term do r y veintinueve el Dieciocho d e Br umar io.
r ealidad e n la q ue vive le par ece inhumana y m ezo Est acab ando la Fenomenologa del espiritu, cuando
q u ina . N i las instituciones ni las cosas q ue le ro dean en 1807 las tropas fran cesas vivaquean en J ena, delan te
satisfacen su s aspiraciones . (le su casa, y cu ando la paz de T'ilsitt consagra el
En esta r ealida d inhu man a, hostil, ex tra a (m s adc- d esmoronam ien to de su pat ri a, Prusia.
lame la llamar alienada ), en la que H egel no llega Escr ibe la Ciencia de la lgica de 1812 a 1816, es
a sentirse e n su lugar, el problema ms urgen te y vital de cir, entre el p r in cipio d el levanta mi ento nacion al
consiste e n establ ecer una n ue va armona ent re el de su pa s, en 1813, contra el I mper io napol cn i~ y
hombre y el m undo al q uc ha sido ar rojado : el Es ta - el hundi mi en to de w a tcrl oo. El ao en q ue publ ica
do , la natural eza, la histori a. la Filoso fa del derec ho, 182 1, es el del Congreso de la
R ed escu br ir e n las institucion es y en las cosas la San ta Alianza, en Laybnch.
huella del hombre, la obra del espritu; de scifrar las Da sus cu rsos de Fiosoia de la historia entre 1822
sign ificaciones humana s de la tot alida d d e lo rea l; y 1831, en el seno de las ma yores conmociones de la
aprehe nder, ms a ll de sus re aliza ciones apa re nte hi storia. Los emp ieza cua ndo Grecia . en 1822, pr ocla-
men te m uertas, el alma q ue vivifica las cosas y las ma en Epida uro su indep en den cia ; y m ientras los
14 El pen samiento de H egel l. Vida y problemtica de H egel 15

profesa, el tro no de Espaa se ve sacudi do, Amr ica vuel ve ms compleja. El p robl ema de la libertad se
Latina rom pe el yugo colon ial de Espaa, y en 1825 cs. pl an tea, en lo su cesivo, e n trminos nuevos: cmo re-
talla en San Pctcrsb urgo la insurreccin d e los d ecem- encontrar la inmanencia v iviente de la totalidad so-
br istas. Esta Fiiosojia de la his toria la escribe d uran te cial en el hom bre integran do el momento de la sepa-
el intervalo que va de la mue r te de Byron en Mi sso- racin, el momen to de la sub jetividad? La libertad se
longhi al p erodo en qu e Dclacroix pinta L a barricada de fine siem pre por la part icipacin en el todo, pero a
de la ~c vo l ucin de J~lio, cuando Sant-Simon y Owen tr avs de la consciencia de s.
an uncia n una n ueva epoca. Con el cri stianismo, la con sciencia conoci una do-
. La, ~olos a l obra de H egel slo result a plenamente bl e convulsin : la oposicin de dos mundos, el d e aqu
tn teh glble, e~trc los res plan dores de este apocalipsis. y el del ms all , y la mi sma oposicin transpuesta a l
ste es e~ lI111 CO c~ntexto en el que se hace inteligible in ter ior del hombre. El universo cristiano es el de la
la ~ en ~a~lva hegeliana de sntesis entre lo universal y conscien cia desventurada.
el indivi duo, entre el legos d e los g ri egos y el m o- H egel no ve en ello un accidente de la historia,
men to cristiano d e la sub jetividad . sino una ley nece saria del desarrollo: en lo sucesivo,
. Cu and o H egel, a los vei nt e aos, vio en la R evolu - pa r a alcanzar la felicidad hay que pasar por la des-
cin Francesa la r esp uesta a los problema s planteados dicha. ste es un tema central en la ob ra de Holder-
por la situacin alem ana, crey d escubrir el modelo Jin y de Ooc th c. sta es tambin la idea maestra d e la
de libertad ms p erfecta , el d e la armona en tre el filosofa de la historia de Hegel. La historia es la
individuo y la sociedad y, por tanto, de la armona llegad a de la libertad. Pero el progreso no es lineal.
interior del individuo entre su razn y sus pasiones, En la Introducci n a sus Lecciones sobre la filosofa
en la polis y la r eligin de los griegos. de la his toria, en las cuales su sistema idealista llega
Pero el desarrollo mismo de la R evolucin France sa a su pl eno desarrollo, Hegel dar la ms clara frmula
y las di ficultades con las que choc en Francia, v a n del carcter con tr adictorio, dia lctico, de este pro-
ms en Ale mania, el antagonismo, cada vez mis evi- gres o; carcter con tra dic torio que haba ya descu-
gente, en tre el ideal de la (voluntad gen eral y los bierto en Rousseau y en su concepto de la civi lizacin.
in ter eses privados, sus coaliciones y sus r eb eliones, son Compar ando la evolucin natural con el progreso
la experiencia que cond uce a H egel a buscar las fuen- de la hi stori a y del espr itu, H egel escr ibir : El in-
tes histricas de esta afir macin del individuo de la d ividuo org nico se produce a s mi smo, se convi er te
particularidad , contra el todo. El estu dio de la disgre- en lo que ya es en s ... Esta evolucin se produce de
ga ci n de la ciudad ant igua . del nacimiento d el cris- manera inmedi ata, sin oposiciones ni obst culos. Nada
t~~nismo y ~e su evolucin , l~ conduce a una concep- puede inm iscuirse entre el concepto y su r eal izacin,
cien de la libertad mucho mas compleja v rica. A la entre la na turaleza del origen d eterminado en s y la
participacin activa del hombre en su ciuead terr estre ex istencia q ue le corresponde . En el espr itu esto es
se aade una n ueva exigen cia : la irreduct ible sub . diferente. El paso de su determinacin a su r ealiza-
jetividad del hombre. La problem ti ca de Hegel se cin se produce gracia s a la conscie ncia y a la voluntad,
16 El pensamiento de H egel l. Vida y problemtica de H egel 17

las cuale.s est ? en principio. sume rg idas en su vida en el individuo , d e la parti culari dad en lo absoluto. La
na.tmal inmediata; como objeto y como fin , tienen inmanencia de lo infinito en lo finito es uno de los
pr rmero la determinacin na tural como tal, la cua l temas fundamentales del sistema hegel iano, y que en
?ado.que es el espritu el que la anima , es en sI m isma su form a pr imitiva tiene una r esonancia mstica .
infinita e~ cuanto. ~ su pretensi n, su poder y su r i- H egel lo expresa, en el S)'stem fragment de 1880,
q ueza. ASI, el esp ritu le opone a si mismo en s' es de una forma que ya preanuncia su filosofa total-
para si mismo el verdadero obstcu lo q ue de be ven- mente elaborada : El concepto de ind ividualidad im-
cer; !a evolucin, serena produccin en la natu raleza, plica oposicin y unin con la diversidad in finita. Un
consn ruye para el esp r itu una lucha du ra in fini ta hom bre slo es vida individual en tanto que es otro
con tra s~ m ismo. Lo que el espritu quiere e; alcall7a; respecto a todos los elementos y en tanto que lo in fi-
su prop IO .con c~~ to ; pero l mismo se lo esconde y nito de la vida in dividual est fu era de l. Slo es
en esta aliena ci n de si mismo se siente arrogan te vida ind ividu al en tanto que es uno con todos los
y. ll eno de alegri a. De esta forma , la evolucin no es elementos, con todo lo infinito de la vida fuera de l.
sl,mple ecl~sin, . sin trabajo y sin lucha, como la de la Slo es en tant o q U t el todo d e la vida est di vid ido.
\:lda org nica, su~ o es el trabajo duro y enrgico rca- l es un a par te, el r esto la otra. Solamente es en tan to
Hzado sobr." .s ~1.s m O)) (Ph H , p. 58). que no es ningun a par te y en tanto qu e no hay nada
~sta anucrpacon del desarrollo d el pe nsami ento h e. separado de l (Nohl, 346).
ge!lano, al mostrar el. fina l de s.u trayect or ia, nos pero As, cada reali dad par ticular , cada ex per iencia in-
mue comprend er mejor el sent ido de los pasos in icia- d ividual es revelacin de lo absoluto de la vida irra-
les: H egel se ,:sfuerza por superar el pesimi smo de d iada en la multiplicidad de sus expresiones concre -
Rousseau. substituyendo la idea demasiado simple de tas. C uando en el hombre la tota lidad toma cons-
~rogreso, tal romo habla sido ela borada por la filoso- ciencia de s m isma, se esboza un movimie nt o in verso
h a de las 1~~esJ) (por Condorcet, por ejemplo), por de re tomo a la un idad. El desar rollo del todo en la
una concepcron de progreso que integre el mom ento di versidad y en lo particular es el movimi ento de la
de la separacin, de la destruccin de la u n idad de vid a. El movimiento de re tomo mediante el cual el
la consciencia de s, que es una consciencia des ven- indi vid uo r ecoge en s el todo es el Espritu: En opo
turada. sici n a la multiplicidad abstracta de lo que ha m uer-
He~el . in.ten t realiza r la sntes is del helenismo y to, se p uede llamar a la vida in finita Espritu, puesto
d el crlStlanlS~o. D~l .helen ismo, e n el que el hom- qu e el Espr it u es la uni dad viviente de lo d istinto"
bre, ~n I~ uni dad vivie n te de la polis, no ha toma do (Nohl. 347).
conscrencra de su desdic ha. y del cri stianismo, en el H egel, en lo sucesivo, se dedicar a estud iar en las
qu e el hombre, llegad o a la ms aguda consciencia cosas la man ifestacin d e lo absoluto, y, para l, la
de s, al desgarrami en to y a la desesper anza, no ha to- tarea de la filosofa ser descubrir su verdad , es decir,
ma do conscien cia de su dicha. su r elacin con el todo.
El destino es la forma de existen cia de la tota lida d Lo finito no tiene sent ido n i realidad si no es a
18 El pen samient o de Hegel l. Vida y prob lemdtica de H egel 19

tra vs de lo infin ito, del cua l es la expresin limitada, virt ud a bstracta. Esta experi enci a condujo a H egel
es decir, pro vision al. Pu es por el hecho de su li mi- a un cambio ra di cal en su actitud r especto a la rea-
tacin, lo finito no est unido al todo m v que por el lidad burguesa. La R evolu cin Fra ncesa y el cam bi o
movim iento m ismo de su propia superacin, de su qu e en ella se produjo ejerciero n su influencia tan to
prop ia m uer te, que es a su vez la superacin d el in - en el plano ideol gico como en el pol tico. En el
dividuo por el todo. Lo infinito slo se realiza y se plano ideolgico se tr ata d el juicio de 1Ie~el ~obr e
despliega a travs de la sup eracin , la su bsti tu cin de la evolucin d e las luchas internas de Francia. En el
un ser fini to por otro. El movimient o medi ante el cual plan o polti co se trata de las consecu encias prcticas
lo finito lleva en si, d ada su natu raleza, el princip io q ue en Alemania tuvieron las guerras de la Repblica
de su propia destruccin es el movimiento mismo de fran cesa contra la intervencin fcu dal y ab solutista dc
la vida como totalidad. los prncipes europeos. Estas dos ser ies ~e ~n.fluenci as
tendieron a apartar a Hegel de sus prmuu vas con-
cepciones. .
H acia 1800, la perspecti va h istri ca se vuelve, para Anali zando el primer aspecto, el de la evolucin de
H egel, obscura. Despu s del T error, el gran sueo he- la situacin en Fra ncia , ten emos qu e la r eaccin ter-
lnico se ha d esvanecido como un espejismo : ya no le midor iana )' el Director io fue ron la r evancha de la
par ece posible que la totalidad social se halle d irec- socieda d civil, del hervidero de egosmos en los
tamen te presente y actuante en cada in di viduo como qu e el liberalismo , anarqua de las volu ntades par
lo estuvo para el ciu dadano libr e de la Polis. O la riculares er igidas a la altura de un principio, slo ex-
totalidad liq uida la pa rt icular idad, como fu e el caso, pr esa la p erdida d el sent ido del Estado.
segn el parecer de H egel, de la p oca del Terror, o Entonces, dice Hegel, se manifest la nec esidad ab-
la red de intereses pri vados se interp on e en tre el solu ta de un pod er gubernamental. Napolen lo in s-
individuo y el Estado, concediendo a la socieda d ci- tituy bajo la for ma de un pod er m ili tar y se coloc,
vil, a tra vs de la urdimbre d e los apetitos y las a continuacin, a la cabeza de este n ue vo Estado como
codicias econmicas enfrentadas, la dom inacin r eal volu n tad Individual Wh H , p. 401).
sobre los individuos y el Estado, como at estiguan las Contra el T error, triunfo abstra cto del Estado, y
corr upciones de los hombr es de negocios del Direc- contra el li beral ismo, tri un fo abstracto de los indi vi-
tor io. duos , H egel ve en la organizacin napolen ica del Es-
El Consulado y el r gi men napolenico constituyen. tado el modelo de 10 un iversal concreto. es decir, un a
para H egel, la solucin de este problema : el Estado mon arqu a que integra la pa r ticu lar idad de los inte-
tomando p or su cuenta los grandes in tereses econ mi- r eses in dividuales con una un iversali dad concreta del
cos e impon iendo un orden al caos de las compe- Estado.
tencias. La socied ad civil, es decir, la red de intereses pri-
De esta form a, el T err or y su fracaso fu eron la vados en el rgi men capitalista, est as integra da en
experienci a histrica y metafsica de la derrota de la el Estado como u no de sus momentos nec esarios. Los
20 El pensam iento de H egel J. Vida y problemtica de Hegel 21

intereses privados, egostas. de sgarran la sociedad, per o 1I0s mome ntos, con amargura : Los d irigen tes de la
H egel, en lo sucesivo, ren unciar a afrontar de form a gran nac in han ab an donado los ms sagrados dere-
revolucionaria este desga rram ien to. ches de la h uman idad al desprecio y a la.s burl as de
El sc~u n do aspecto de la influe ncia ejerci da en el n uestros enem igos. No conozco venganza comparable
pen samiento de H egel por el desarrollo de la R evolu - a la magni tud dc su cr imen .
C ~Il Francesa esut un ido a un pro ble ma poltico inme- He gel va p erdiendo confianza en el ideal revolu -
(hato plante ado al pu eblo alemn por la transforma - cionari o. Cmo resolver el conf licto entr e sus aspira -
cin del car cter de las guerras de la R evol ucin Fran- cion es y el mu ndo rea l de su poca? Cmo puede el
cesa. Defensivas en un pri nci pio, se con vierten luego hombre, en cuanto in di vid uo, realizar su exigen cia
en agresivas. Pr imero r evolu cionarias y ten dentes a li- humana d e desar rollo de la persona lid ad en u na so-
q uidar las superviven cias feu dales de los paises veci- ciedad cuya ley fundamental de expa nsin exige y
nos, bases de agresin con tra la joven R epblica fran - exalta. por una parte. esta ex igencia y. por otra, aplasta
cesa, van con virtind ose en guerr as de conq uista v y degra da con toda su fuerza a la persona hu mana?
de rapia. ' Esta gra n contradiccin domina. en lo sucesivo, la
En Alemania, las consec uencias de las victorias de evolucin del pensamiento hegeliano. H egel tiene u na
los ejrci tos fra nceses son contradictor ias : los espri tu.. conscien cia demasiad o lcida y profun da de la r eali-
ms progresistas de Alemani a espera n un cambio en la dad h istr ica y del movi mien to r eal q ue la anima
" ida pol tica y social. H egel, al igual q ue Goeth e, para predi car la evasin y la rebel in abstractas del
Sch ill~r y Fichte, comparte esta espera nza . Pe ro la romanticismo, y menos a n para exalt ar el pasado o
conquista fra ncesa agrava la di visin nacional en Ale- para exigir un debe r sin r elacin con el ser.
man ia, pu es otorga a las fue rzas feudales absolutistas, Desdeando toda il usin, se vuelve hacia el saber y la
en Austria y Pru sia, una impor tancia cada vez mayor . historia para de scubr ir en ellos el secreto d e la libertad
La creac in de un Estado u ni tar io se convier te en una y del desarro llo del hombr e. El saber qu e le perm iti d
perspectiva con grand es posibil idades r eaccionarias. parti cipa r en la compr ensin de la significacin total
En Fra ncia, la causa de la nacin y de la libertad de l m un do. y la h istor ia qu e le asegurar el desarrollo
son u na misma cosa. En Alema nia, la victor ia d e la y las conclusiones necesar ias.
libertad sign ifica ba la destru ccin de la nacin , la vic- Evocando la situacin d e su pas y la'> r ebelion es
toria de la unidad. nacional conduca a la d estruccin de su juvent ud, H egel escribi : Las sigu ientes pgi-
de la libertad. nas son la voz de un alma q ue. con con trar iedad. se
La decepcin de H egel es sumament e violen ta d es- despide de aquella esperanza d e ver surgi r el Estado
p us del Congreso de Rasrad t (diciembre de 1797. alem n de su Insigni f icancia )' q ue, antes de abandonar
abr il de 1799), el cual acaba con la p rimera gu erra de por completo esas esper anzas, que rr a un a vez ms
coalicin cont ra Francia. El Congreso de Rasradt le recor dar in tensament e sus deseos cada vez ms dbi-
pareci un mezqu in o mercadeo por el cual el territo- les y gozar a n, por ltima vez, en la dbil fe de su
rio alemn result amputado. H egel escr ibi, en aqu e- r ea l izaci n ( Ver assung des deutsc hen R eiche.f).
22 El pensamiento de H egel l. Vida y problemtica ele H egel 23

H egel decide as, sigu iendo la corr ien te (ca rta lu cin f rancesa. q ue en la pr ctica se transforma en
del 9 de feb rero de 1797. Bre wechsel, l . p. 49), re- una justi ficacin de la monarqua prusian a.
conciliarse con el mundo r eal. Las contrad icciones histr icas se encuentran tr ans-
Su a fir macin de la sobera na del hom bre le hab a puestas a u n plano moral, r elig ioso y final mente filo-
cond ucido, hasta en tonces, a d isti ngu ir en la histo ria sfico; la tarea de la filosofa de H egel es, pues, la de
tres et apas fundamentales : ele var hasta el concepto el sentim iento de desgarro,
esta expe riencia vivida de la conrradiccnv el dolor.
(a) la de la ciudad an tigua , de esas r epbl icas li - ste es un tema d efinitivo en el pen scrmento hege-
bres en las que el ciudad ano se rea liza totalm en te ; liano : en la D terencia en tre los sistemas filosficos
(b) la del cristiani smo, perodo d e ser vid umbre en de Ficht e y Schelli ng (p. 139), Hegel proclama ya que
el q ue el individuo, re pleg ndose sobre s mi smo, con- la supresin de la escisin est planteada como la
cibc la naturaleza y la sociedad como poder es ex tra- tarea for mal d e la filosofa: en sus Lecciones sobre
os (alie nados): la filosofa de la religi , plant ea el problema en . l.as
(e) la de la R evolucin Fra ncesa, que permi te una mi smos trminos: se tra ta de alcanzar la reconcil ia-
r econquista de la libertad concreta de l ciudadano an o ci n , y esto slo es posible sl la escisin est r eeuel-
tiguo al asegurar la pa rt icularidad de cada individuo. ta (1" pa r te, p . 27).
Ahora H egel, tras la experie ncia de Tcr midor , el H egel toma de la teolog a cristian~ ~us temas [un-
Directorio, las guerras de conq u ista del Consulado. el da me ntales ; Encarnacin, Ca lda . Tnmdad.
estableci miento de l statu qu o socia l en Alem ania, su - El Dios-hombre del cristian ismo es, para l, el pro-
fre do lorosamente las contrad icciones de su poca. totipo concreto de toda r ealidad viviente, es de~ir, de
Puesto que ya no se tr ata de una transformacin toda realidad que rechaza encerrarse. en si m isma r
revolucionaria de este mun do, hay q ue re plantearlo q u e consiente en morir para d.evem r 10 otro de 51,
desde dentro y, sin cambiar el orden o los desrde nes, p ara realizar de esta [ar ma m~d l a nte ~u m ~ erte y su
encontrar en l las significacion es vivas q ue p er mitir n r esur r eccin el paso de 10 fini to a lo infi n ito .
al hombre indi vid ual supe rar en el pensamiento la El espri tu fin ito es el espritu infinito r econciliado:
prosa mortifican te de esta re alida d, y vivir sin embargo el hom bre tomando consciencia de su divinida d y lo
en ella una vida humana. El problema polti co y social divino tomando en el hombre consciencia de s mi smo,
se convier te en problema filosfico y moral. ste es el con te nido que Hegel tra ta de conce p tualizar.
E~ H egel se manifie sta toda la grandeza y todas las Co nsidera q ue la ta rea de la filosofa cons iste en res-
de bilidades de su poca , que es la d e la Revol ucin t aurar la unidad y la totalidad origi nales del univer-
Francesa, pero vista a travs del prisma de la r ealidad so, desgarrado por el pecado y la cad a.
alem ana de esta m isma poca, en la q u e la b urg uesa La totalidad concr et a, vivien te, no p ued e alcanzarse
alemana era incapaz de r ealizar este sueo. ms que a tr avs d el desgarramiento, la separacin, el
De aqu se desprende la contrad iccin principal de dolor. Aceptar el desgarramien to, la separacin , el do-
la obra de H egel: una exaltacin ter ica de la R evo- lar, comprendiendo su n ecesidad e integrndolos en
24 El pensam iento de H egel l. Vida y problem tica de H egel 25
la feli cidad como uno de sus momen tos, sta es la pro- La R evolucin Fra ncesa vuelve a con sidera r, por
blemtica d e H egel. El cristianismo dar a esta acti - vez primera desde los siglos de la cr istia ndad, el lugar
tud su j ust ificacin. de l hom bre como individ uo en la natura leza y en la
La posib ilidad de una en tera placidez desp us d e sociedad.
un desga rro tota l es, para H egel, lo esencial d e la La negacin, en el pensamiento p rerrevolucionario
r eligin y lo esen cial tambi n de la filosofa, de la del siglo XVIII francs, del orden tr ad icional en todos
vida d el espr it u. sus espectos-c-pol tt icos, re ligiosos, econm icos, socia-
La d ialct ica de la vida nos arroja. media nte el mo- les, estticos, morales-e-ha da do al hombre la sensacin
vimiento de cada ser finito , en el in finito que lo su- de una vertiginosa libertad. .
pera . Este movimi ento, media nte el cua l se descubre La Revolu cin Fran cesa es p..ara H egel la expen -
la presen cia viva del tod o en cad a part e y ms alhl d e m en taci n prctica de esta libertad. Espera de ella una
el la, es el esprit u. 1.0 dado, lo pasivo, el ser lim itado, respuesta a la pr egunta que se planteaba d esde su es-
se conv ier te en un momen to de l todo, deviene, tancia e n el seminari o de T bi nge n, a la pregunta
Este mundo Ia usti ano, como l o conceb a Co cthe, es que no han cesado de plan tearse los h o,?~ res d~s~c
esfuerzo ~ nces a n tc e in cesante cr eacin. D ios csnl p re- la conmocin del mundo feu dal y de la visi n r eli gio-
sente y VI VO en la mu erte de cada ser finito Mediante sa del mundo q ue le corresponda : la libertad apare ce
esta mis ma mue rte se re vela en un m undo en el cu al en lo sucesivo al hombr e baj o un doble aspecto : com o
el d esgarramiento es la ley, pu esto q ue lo absoluto no el poder individual que pued e rechazad o tO (~O y
puede man ifestarse como tal y no p uede ser en trevisto com o la r esponsabilida d social q ue de be constr uir el
ms que a travs de la muerte y la superacin, a tra- futuro de todos.
vs del deveni r de cada cosa. El movimi ento y el ter- El prob lema de H egel estri ba en reconci liar estos
mento de las cosas son la imagen visible de lo invi- dos momentos de la libertad : la libertad que slo
sible y consta nt e gnesis de Dios. p uede real iza rse totalmente en la sociedad (H egel d ir :
La tar ea de la filosoffa es en tonces parecida a la de en el Esta do), cuyo pri mer mode lo se lo hab a propor-
la religin : supcrar el d esgarramiento y la separacin . cionado la C iudad ant igua, y la liber tad basa da en la
Lo q~e la r el igin ex presa bajo las especies de la r e- singularidad personal, de la cual el cr istian ismo for -
vela ci n y de la tra scendenci a, la filosofa lo traduce a mul una total exigencia .
pensam iento especula tivo de una for ma inm an en te: El n uevo orden surgido de la R evol ucin Fr ancesa,
todo est en Dios, Dios est en todo. el orde n de la burguesa y del cap ital ven cedor del sis-
te ma feu dal, m an ifest, desde S1I victoria, las contra -
dicciones fundam entales q ue const itu ir an en 10 suces i-
En este insta nte podemo s repla nt earnos en su un ida d \ '0 el motor de su de sarrollo; las q ue lo conducirfan
los gra ndes mom entos de la toma d e con sciencia, por a su apogeo ), a su d ecad encia.
part e de H egel, del probl ema fundam en tal d e su El problema de H egel nace en la experiencia vivida
tiemp o, de estas contrad iccione s, de la necesida d de superarlas :
26 El pensam ien to de H egel

cmo encontrar una r econciliaci n inmanent e de


estas contrad icciones? C A P iT UL O 11
Con un gra n sent ido de la realidad y de la h istoria.
EL ~I I':TOD O D E H EG EL
H egel no q uiere n i modera r estas contrad icciones. ni
someter a examen el rgi men que las engen dra . y q ue
era en aquel entonces el nico posible. No espera del Cua nd o H egel presenta su mtodo como la conclusin
ext erior ni ngu na salvaci n, pues no conoce m s d e la empresa d e sus predecesores, no deja nu nca de
realidad que la que nace d e los esfuerzos de la huma- rec ordar la fu en te primera d e esta inter ior idad ab-
nidad realizados a lo largo de su historia. solu ta, d e esta autonoma del esp ritu con respecto
Para qu e el hom br e conqu iste a la vez la mayor li- al mundo natu ral y social, }' que constituye el pu nto
bert ad y la felici dad, para qu e se encuentre totalmen te ele par tirla d e su pensamien to : la Reforma lut erana.
en su casa en el mundo qu e acaba de nacer, es preciso Esta conqu ista d e la verdadera subjeti vidad, de la in-
sup erar todas las contradiccion es, pero no medi ant e el ter ior idad del espr itu, est en el origen de la li be-
comb ate, puesto que el principio del n uevo orden no r acin del homb re r especto a toda esclavitu d y a toda
ha sido puesto en duda, sino por una racional izacin alienacin. De esta manera se colocaba el Iundamen-
total de lo real, por la toma de consciencia d e la nece- to de u n mon ismo d el espritu que H egel busca a
sidad de la contradiccin}' de su racionalida d. ti entas durante toda su juventud y que orga ni za en
Slo en tonces el homb re superar la experiencia sistema tan pronto como consigue la total elaboracin
v ~vi d a del d esgar ramient o. de la an gustia . de la pr- d e su mtodo.
dida ~ e lo que l crea q ue era su centro y su esencia. Descar tes es, para l, el h roe de la filosof a mo-
su DlOS. y slo entonces alcanzar la sabi dura, el d erna que convier te el p ensamien to puro en el pri n-
sab er a bsolu to de la natu raleza y de la h istor ia, el cipio de todas las cosas y en el que est contenida toda
cual se id ent ifica con el mismo acto d e su cr eacin re ali dad obj etiva. P ero este pensam iento es a n abs-
y lo coloca en el lugar d e Di os. t racto y no pu ede adquirir, sin recurrir a la experie n-
cia, un conteni do concreto.
Spinoza ha ca ptado el pensamiento y el ser en su
unidad. Su obra constituye u n pun to cr ucia l en la
filosofa moder na. Pero concibe la substancia de un a
for ma muy pobre, ignora la negacin de la negacin ,
y, en consecu encia, la subjetividad y la personalida d.
Su m todo, tomado de las mat emticas, per manece ex-
terior al Ser concre to y no pu ede expresar lo real en su
totali dad vivien te.
La mnada pen sant e de Leibni z devue lve sus de-
r echos a la ind ividualidad y al dinamismo de la sub s-
27
El pensamient o de H egel /l . M todo de H egd 29
la nda. P ero no llega a u nir el mome nt o dc la mu lti- m ien te es activo, prod uct ivo, y {Iue no puede com-
pl icidad }' de la pasividad de las mnadas, unas en re- prender ms q uc lo q ue ha hecho, F i ch~ e tuvo el m-
lacin con las otras, Con el momento de su interiori - r ito, reconocid o por H egel, de ser el pn mero en con-
dad }' de su act ividad. Entonces se ve obligado a recu - ceb ir el verdade ro mtodo filosfico : el de la consrruc-
rrir a Dios para superar esta contradiccin y esta blecer cin especulativa, q ue par te del esp r itu y progr ese d e
la armon a ; D ios se convier te en una especie de negacin en negacin al oponerse su contrarro y sup e-
arroyo por el que desap arecen todas las contrad lcco - ra rlo.
ne s (H PIl , J1f, 2, e, 1). Este m todo fu e extend ido por Schellin g a toda la
El verdad ero pr incipio espec ula tivo slo sera des- natura leza, al a plicar un esq uema ex ter ior a las cosas,
cu bic:(o.P?T Kant y form ulado totalment e por Ficht e. e n virt ud de analoga s ar bitr arias. Hegel dijo enca re -
El pn nclplO de la sobe ra na del pensamiento hu mano cidamen te {Ille Schell ing ha sustituido el concep to
en la nat uraleza y cn la sociedad fu e planteado en la por el ant-mtodo del presen tim ient o y el ent usiasmo"
prctica po r la R evolucin Fr ancesa y en la teo r a (F, p. 33). . ,
por Kant. Contra la an tig ua m etafsica y contra el em- H egel piensa que no se p uede partir de la maten a
pi rismo q ue tienen la com n caracterstica de su d ogo para obtener de ella la consci en cia, n i de la pura
rnati smo, de par tir de datos (de la razn o de los consciencia de s pa ra obtener la mat er ia. M..is .all d el
sent idos), Kant tu vo el mri to esencia l d e desperta r Ia materialismo mecan icista y d el ideal ismo sub jetivo, H e-
conscie ncia de la in teri ori dad absolu ta v d e re cha zar gel busca en las p er specti vas del id ealismo ob jetivo
absolutamente el dejar actu ar y prevalecer en ella un un mtodo que ca pte la totalidad de 10 real.
ele me nto cual q u iera que tenga un car cter de ex tc- La ide ntida d del sujeto y del obje to debe ser esta-
rioridadlJ (Ene, 60). De esta forma, el espri tu ha blecida de tal forma q ue cada uno pueda llega r a
tomado consciencia de s mismo, y es por ello por lo ell a : hay q ue demostrar q ue est cn la n aturaleza de
q ue H egel cons idera la filosofa de Kant como (da lo subjetivo cl tra nsfor marse en obje tivo y q ue lo ob -
base )' el pum a d e part ida d e la filosof a moderna ale. jetivo de be transf ormarse en subje tivo.
mana ) (L , 1, p. 80). Pero por el mismo hecho de ha. Lo absoluto debe ser entend ido concreta me nte :
ber planteado este pr in cip io fundam en tal de la sobe- l . Como sujeto, es deci r, como poder espontneo
ran a absoluta del pen sami ent o. hace ms escan da losa de d iferenc iacin y de r ealizacin .
la incongruenci a ~e no ver en las categoras ms q ue 2. Como resultado, es dec ir , como un ser vivi ente
una forma extenor q ue no nos per mitir a pe netrar q ue slo se realiza al final por el conj u nto de su desa-
en el corazn de las cosas. ITa lia.
Fich te no logr li berarse de este subje tivismo pri ma- No puede, pues, man ifestarse Inm ed ia ta mente en
r io que n iega al hom bre el conocimiento dc la natu - una int uici n in telectual q ue exija una inspi racin
ra leza y d e Dios, Co nti nuando la obr a de Kan t, q ue privilegiada o excepcional. La identidad del sujeto y
s~n taba las bases dc un m todo d e constru ccin a prio- del objeto no est en el inicio, sino en el fin. Exige
n , y partiendo de la idea kantiana de q ue el pcn sa- una demostr acin rigurosa : la Feno me no ogia del es-
30 El r emamiento de H egel JI. M todo de H egel 31

p rit u nos inici ar a las etapas que la conscienci a debe Las mismas ma temticas y la fsica han tom ado
atravesar pa ra alcanzar el saber absoluto. otr o ru mbo: las matemticas deben levan tarse al ni -
vel de las nuevas exige ncias de la fsica. que revela
cmo la na tura leza es mucho m s compleja d e lo que
Esta. supera~in de la trad icin filosfica fu e posible poda creerse m ed io siglo atrs. El estud io d e las per-
~Cl as al ni vel de desarrollo alcanzado por las cien- turbaciones en la mecnica celeste. de la pro pagacin
eras en la poca de H egel. Esta es precisamente la de los movimi ent os (cuerdas vibratorias, tubos sono-
segu nd a fu en te de su mtodo . ros, propagacin del Calor) condujo al empleo d e nue-
Los materialistas fra nceses del siglo XVIII basaba n sus " OS instrument os matemticos (ecuaciones de derivadas
a nlisis filosficos en un a ciencia p uramente mecani - parciales. fun ciones discontinuas, etc.) en los q ue las
elata, debi do a que solamente la mecnica habla lle- opera ciones tradicionales del clculo infin itesimal no
gado a un al to grado de desarrollo. Los fen menos de pod an ap licarse mecn icamen te. En su L gica, H egel
la vida, tan to en el animal como en el hombre, era n se re fiere expl ci tamente, en var ias ocasion es, a los
explicados a par tir de modelos m ecn icos. N i la mi s- tra bajos de mat emticos contem porneos, princip al-
ma filo.s~fa ~uper apc~as este nivel de explicacin : mente a las Reflexiones sobre la m cta sica del clcul o
las anticipaciones d e Diderot r especto a la evolucin infin itesimal de Lazare Carnot, aparecidas en 1797,
de las especies, la concepcin de la natural eza como y a la Te ovia de las funciones analticas de Lagrange,
~otal.i~ad orgn ica en Rob inet no son a n ms q ue apare cida tamb in en 1797.
in tUiCIOnes conf usas sobre una re ali dad todava no ex. En cuanto a las ciencias humanas, la R evolucin
p lorada. Francesa r enov profundament e la concepcin mi sma
Sin embargo, H egel dispone )'a de nuevos elemen- de la histor ia y d io sentido al deven ir de las socieda -
tos: Kant y Laplace han form ulado sus h ip tesis so- des, a sus con tra d icciones y a sus crisis.
bre la for macin del sistema solar , Lama rck-c-d espu s Se mani fiesta cla ramente q ue la ra cionalidad de la
de B uffon y Geoffroy S.lin t-H ilaire_ ha elabora do la na tura leza, y menos an la de la hi stori a, no puede re-
idea centra l del transform ismo, Lavoisier ha extirpa- ducirse a un modelo nico e in mutable. La n atura leza
do de la, 9.u mica las teor as de la flogstica, Goe th e cam b ia. El m undo ti ene una histori a. Van crendose
--cuya VISIn del mun do ejerci una pro funda inluen- coru in uamente n uevas form as. La creacin es un mito,
d a en e l pensam ient o d e H egel- ha dado form a l lr.ira No hay civili za ci n et erna o ideologa definitiva.
a la idea de la unidad org nica d e la naturaleza, ha La teor a del desarrollo, la di alctica concreta d e la
bu scado con el mtodo del fen meno or igi nari o las nat uraleza , d e la h istoria y d el pensamien to, no pued e
formas fundamen tales capaces de producir. por meta - ser tod ava elabora da en su tot alid ad ; el desarrollo
morfosis: todas las d ems formas, dando as cuerpo de la ter mod in mica y el fun da mento cientfico de la
a la noci n de un pensamiento org n ico, de un con- teor la de la evoluci n le apor tarn elementos dec i-
cepto que no ser a un a abstraccin , sino un germen SIVOS.
vivo en el corazn mismo del con cep to, P ero H egel puede superar ya las concepciones me -
32 El pemamielllo de Hegel JI . M todo de H egel

can icistns y met afsicas de Sll S predecesores )' formular. H egel r ealiz esta tar ea con una clara consci encia
a unq ue bajo unas formas especulati vas, algunas de las de sus objeti vos y de su mtodo. . .
grandes leyes del deven ir. En p ri mer lugar re chaza la utopla , Combate la Idea
Dos ele mentos nuevos. dos caractersticas gen era les, de que tila prueba de u n pen sami en to libr e ra diq ue
que con diciona n el desa rrollo de toda s las cie ncias de en el no-conformismo. Conde na los desordenados en -
la poca, han con tr ibuido poderosamente a la elab o- tusiasmos que ti enden Ha disolver e n la ex altacin
racin del pensa mient o d ia lctico, stas son la idea del nimo .. . esta r ica articu lacin ntima d el Estado,
de q ue la natura leza no puede ser concebida sin mo- su arq u itectura ra cional, que. por !a d ist inci n m.uy
vimien to. la de q ue el movim iento es inseparable de clara de las esfer as de la vida p blica y de su legt ri-
la mat er ia, y la idea de totalidad org nica y d e vida . mida d r espectiva, por el r igor d e la medida q ue mano
La idea centra l de G oethe de que el universo es tiene cada pilar . cada arco , cada contrafu erte, ~ace
UIl organ ismo, es un a de las p r incipales conq u istas del nacer la fu erza del todo de la armona de sus rmem-
estu dio cientfico del deven ir concreto, El concepto bro s. Estigmatiza la liber tad d el vado . .. tanto po-
de totalida d domi na en lo sucesivo en las ciencias ltico como religioso, el fan at ismo de la destruccin
natu rales y socia les. Si Lessing proclam a q ue nada en de todo orden social ex istente (FD, prefacio. p . 2 5).
el mu ndo est aislado. H er der por su pan e aborda Con tra lo ar bitrario d e las prefer en cias subj etiva).
la historia con un espr itu similar. H egel estima q ue la filosofa. p uesto q ue es el Iun -
Cuando H egel, en su juven tu d, resum a su progra damen to de lo racional, es la in teligencia del presente
ma con esta frmula: {( pensar la vidu, de fin a a la y de 10 r eal y no es la con str uccin de un ms all que
vez la intuicin cen tral de su obra . La idea del de- sabe Dios d nde se encontra r a ... Se tra ta de recono-
venir concreto y del de sarrollo. la de la totalidad cer en la apar iencia de lo temporal y de lo pasajero la
orgn ica. la d e la contrad iccin, la del cambio cuali - substa ncia q u e est inman ente y lo eterno q ue est
ta tivo. son ex presiones del fen men o de la vida. H e- presente ... descubrir la pulsacin in terior y sent irl a
gel se inspira r en estos temas para conceb ir la natu - la tir ha sta ba jo su ap ari en cia ex teri or .. . As, ~ue stro
raleza, la h istori a y el pensam iento como u n orga nismo tra tado, al ofrecer la ci encia del Estado. no q UIere ser
q ue r ealiza progresivamen te sus diversos aspectos, sus ms q ue un intento de concebir el Estado como algo
diversos momentos. racional en s . o. Concebir lo q ue es es la tarea de la
Con ceb ir la vida de la sociedad como la de u n a l" filosofa, pues lo q ue es es la r azn o R econocer la r a-
ga nismo tiene. por otra parte, una determ inada sig ui- zn como la rosa en la cr uz del sufr imiento presente
ficacin histri ca y poltica. Aqu d escu brimos la te r- y r egocijarse con ella es la visin ra ciona l y m:diador.a
ceTa fuen te del mtodo hegeli an o: las condiciones his- que reco ncilia con la r ealidad (FD , prefacio, pgi-
tr icas y pollticas de su po ca ha n determi nado en nas SS35).
gran medida. d ebido a la na tu ra leza de los proble- H enos aqu ante el ob jetive persegu ido, ante la na-
mas planteados. la naturaleza del mtodo adecuado turaleza d el pr oblema que hay que r esolver y, por
para r esolverlo s. ta n to, ant e 10 q ue determin ar el mtodo que corres-
34 El pensamiento de Hegel 11. M todo de H egel 35

ponda. Se trata de una j usti ficacin del orden estable- las circunstancias no son ya las mi smas, la insti tu cin
cido. de una d ialct ica de j ustificaci n, y no, como en ha perdido su sentido y su derecho (FD , p. 41).
el caso de Marx , de una d ial ct ica de superacin . Para H egel es pl enament e conscien te de qu e las [ustifi-
uno el pr esent e es un r esultado, un punto de llegada. rac iones de los m todos vlidos en el perodo prerrevo-
Para el otro el presem e es un pun to de partida . luc iona t io para suprimir las institu cion es feu dales se
Hegel se asign como ta rea en contrar un mtodo vue lven pel igrosas en el perodo de instalacin )' esta-
capaz de j ustificar lo real en su totalidad (y. por tanto, hilizacin del nuevo r gim en. Solam ente u n mtodo
en sus contradicciones mismas) y en su conclusin . La espe culativo, ide alista, dar las j ustificacion es necesa-
dialctica especulat iva de H egel ti en e como final idad ri as. En las ltimas pag inas de su Lgica. He gel dice
pensar la vida , es decir, probar q ue el mundo es (I" t el mto do d ialcti co es (da asp iradn ma'y0r J d el
enteramente la obra del espritu, hasta en lo que apa- (espritu ] d e re encon trarse )' r econocerse a .s\ . nusmo
ren temente contra dice las ex igencia s mi smas del es- y por s mismo en todo . Es, pues. la ap ropia ci n del
pritu. mundo por la razn.
Cu ando la burgu esa triunfante ha instaurado. con ste es el secre to de la gran inversin idealista rea-
Napolen , su orden slidamen te no puede ya darle lizada por H egel y de la cual su Filosot a llel derecho.
justificaciones basada s n icam en te en la h istoria, pues ro mo ha sea lado Mar x, nos da a la vez las r azones
tales ju stificaciones seran peligro sas: establecer an al profundas y el mecanismo.
mismo ti empo la neces ida d del orden actual y la ne- Al comentar el prra fo 262 d e esta Filoso/la del
cesidad de su superacin . -terecho . Marx recuerda que si, en la r ealidad , (da fa-
Hegel es perfecta mente consciente de este peligro milia y la sociedad ci vil son los presupuestos del Es-
y por ello. aunque reconoce los mritos de este m- tado, son. propia mente ha bla ndo, activos ; en la es-
todo. r echaza final me n te su prin cipio. [ut cu laci n es todo lo cont rario .. . , act an a cama de
Mon tesq ui eu concib i la idea de la neces ida d h is- la idea r eal, no es su propia vida 10 que las une )'
trica no con siderando las leyes abstractamente. sino hace de ello un Estado, es, al con tra rio, la vida de la
como el em entos de una totalidad. Pero se content idea lo q ue las ha he cho ... La condici n se erige corno
con esta blecer una necesidad histrica y no una neo si fue se lo co nd icionado. lo determ ina nt e como lo de -
cesidad r acional. Ahora bi en , como subraya Hegel, termi nado, el prod uctor como el producto de su pro-
llega a esta legiti maci n por la histori a cuando co n- d ueto ... El hecho que sirve de p rinci pio no es concc-
funde la gn esis temporal con la gnes is conceptual de hido como tal. sin o como re sultado m stico. 1..0 real se
hacer inconscien tem ent e lo contrario de lo que ella convie ne en fen m eno, pero la idea no ti ene ms
pre te nd e. Cu ando una institu cin nace, en unas cir - cont en ido q ue este fenmeno . .. En este p rr afo se en -
cunstancias det erm inadas. totalment e necesaria y adap- cuent ra dep ositado tod o el mi steri o de la filosofa del
tada , y llen ando as el luga r q ue el pu nto de vista derecho y de la filosofa hegeliana en genera l (Marx,
hi strico exi ge, entonces, si se generaliza este tipo de Crit ica de la filosofa del Estado de H egel).
justi icacin, se produce lo contrario, pues, puesto que A consecuencia de esta in vasin ideali sta. la ex is-
El jJctlsum ie llto de H egel l/. M todo de H egel 37

ten cia parti cul ar, em p rica, del Estado (y d e cu alq uie r la toma de conscienci a hegeliana de este orden. a su
cosa) se encuentra ded uci d a de la idea, colocada po r realizacin final : 10 re al es r acional y 10 racional es
ella. real. Co n este ax ioma no se glor ifica todo, pero en lo
La con struccin especu lat iva del Estado no es mas sucesivo cualq uier cambio fu ndamental no es posibl e
q ue U I~ captulo de la Lg ica, la rea lizacin ms a lta y. por tanto. tampoco es legtimo. . .
d.e la .h ber tad . .. en no mbre de la cual H egel ded u- La total j ustificaci n de la r eali dad ex ige que la
c!r )) Im p.e rtt~ rba.bl ement e el tt ulo heredi ta ri o y m ulo contradiccin sea integrada por la Ta7Dn como uno de
titud de m stuuconcs de este tipo. sus momentos. La contradiccin se conv ier te en el pro-
La correcta comprensin de esto ex ige pr imero el ble ma cent ral del mt odo.
rec hazo de las concepci on cs prerrevolucionar a, d e Los mayores escritores de esta poca ha n dado tes-
~ousscal.l, del de recho naural }' de l Cont rato 50' I iruon io de esta contradiccin . Balzac, en la Comedie
clal,. segun las cua les el Estado emanar a de un pacto tnunaine )' principalmen te en las l llus ons perdues,
re ali za do entre los in dividuos que lo componen. El present las consecue ncias hum anas del d esarrollo del
error d e Rousseau }' de Fich te, segn H egel. est..i en maq u inismo. Ccet h e, en su W lhe m M eiste r }" en su
habe r concebido la voluntad com o volun tad indi vi. Fausto, expres con incomparable fu erza el car cter
d ua l y lila voluntad general. no como lo racional en trg ico de estas contradicciones en la conciencia de los
si ~' para s de la vol untad , sino como la volu n tad co- hombres.
m uo : esUI l.:ldo de las volun tade, ind ividuales q ue son H egel, que es pl enamente .consciente de esta s .con-
comClen tes (FD , 258, R)_ tradiccloues y de esta traged ia. se esfuerza por m te-
De ello se d espr enden las consecue nc ias destr ucto- grarlas en su sistema total: 1'\0 se ext iende. como ~l gu
ra s del carcrer d ivino del Estado. de su a utoridad n os romnticos. en jeremi adas acerca de la desd icha .
y de su majestad absol uta. 1'\0 ma ld ice el progreso tcn ico. No opone a las form as
A este desorden opone su concepci n especu la tiva capitalistas, burguesas, de.l desarr oll? h is.tr ico, la n o~
del Es~ado: (( Es ~l espritu in ma nent e y la hi storia ralga de una Edad Medi a feu dal idealizada y poen-
- la histor ia no SIendo m s q ue su histori a- los q ue zada . 1'\0 cae ta mpoco en la utopa, en u n sueo en el
ha n hecho y hacen las constituciones (EIlC, 540 R). llue lo bue no del progreso seria opuesto abst racta-
Lo qu e coloca un a cons tit ucin fuera del alca nce mente )' de una form a me ra me nte moral a las ce nse-
~e las accio nes in di" id ua les o colecti vas. con una re. cuencias q ue ne cesar iamente se despren den de las
S1S t~nc ia similar al antiguo derecho divino, }' seala leves funda mentales del rg ime n . H egel n o busca nin-
~s t ~' l c t a m e n t e a cad a u no sus debe res es la moral ob- g una evasin . ni en un pasado lrico n i en un futur o
jenva, (( q ue, situndose por enc ima de la op in in y ut pico. H egel no acepta una oposicin ab stracta ent re
la buena ~olu.nta~ subj etivas, es el sost n de las leyes 10 ideal }' lo real. Trata de ex te nder lo presen te, lo
}' de las msntucon es que existen en s y pa ra sl real, en su totalidad y en su neces idad , Per cib e cla-
(FD, 144). ram ente cmo el de sarrollo inel uctable del cap italis-
La histor ia ha llegado, con el orden na pol en ico }' mo crea a la vez las con diciones de un desarrollo sin
38 El pcnsa mienta de H egel 11. M todo de H egel 39

preceden tes d el hombre y las condi cion es del ap lasta- su bje tividad rea lizarse hasta el extremo de la p art~cu
miento de m illones de homb res. laridad personal autnoma y a la vez ?e condu~lrla
C~mo no supera, ni puede superar. al principio a la unidad substancial y m anten er ast esta Uni dad
~el siglo XIX. este hori zont e sin caer en la utopa, con- en este pr incipio m ismo (FD. 260).
sidera que esta contrad iccin es eterna y e tern a su De esta forma r esu elve definiti vamente H egel el pro-
superacin. blema que se ha ba plan teado en su juven tu d a p ro
J .o trgico forma parte. para l , de la condicin psito de la Polis anti~ua ; el problema de la ar mo-
l~ ull1 ana. Pero no es ms que u n momen to de la rea - na del individuo y la socleda~, el de la part: y el to~o,
li dad, un mom ent o no en el sentido histrico, sino en pro blem a qu e se hab a complicado cuando mte.nt m -
el sent id o on tolgico. Este momento no pu ede ser tegrar en esta totali dad, como uno d e sus t~m.m~s. la
abandonado detnis d e nosotros, puesto qu e forma pa r- su bjetividad del indi viduo. que con el cnsna rusmo
te. de nosotro s. Es el rei no a nimal del espr it u des- haba tomado un valor absoluto. El desarrollo an r-
en t? p?r. Heg~l en la Fe'lOmenologa del espritu. con quico de la sociedad civihl, .es deci~. de la esfera
su. indi vidualismo rad ical, es la selva de los enfr ent a. econmica de los intereses pri vados r ivales y de las
mle nto~ de todos contra todos, el mundo balzaqu iano am biciones personales en competencia, haba hecho
de la riqueza y la ambicin . an ms di fcil la solucin del problema. El Estado
~egel integra este momento en su conce pcin de napolen ico sum in istr. si." ~mbargo. el modelo de esta
conJunt? ~ e la socieda d y en su sistema. Todas las supera cin de las contradicciones, del cu~l el. sabe; ab-
contradicciones son superadas en la sntesis final es soluto de H egel const it u ira a la vez la justificacin y
decir, en la realidad , mediante el Imper io napolen ico la tr ansposicin especulativa.
y. en el pensamiento mediante el sab er ab soluto h ege-
Jiano.
He visto al Emper ador a caballo-he visto la R a- El concepto clave del mtodo hegeliano es el de tota-
zn a caba llo, escriba H egel a raz de la batalla de lidad.
j en a. Desde la pr ime ra pgina del Prlogo de su Peno-
Para .H egel. el I'!1pe.rio uni versal 'y homogn eo de me nologio del espritu. al evocar H egel el car cter n e-
Napole n es la reali zaci n de la Razn sobre la tierra. cesariamente sistemtico de la filosofa. toma com?
Incluso cua ndo Napolen caiga, H egel considerar analoga el orga nism o vivo : (La an~tom {a-<onocl
qu e el orden q ue ha instaurad o, conclusin de la obra miento de las partes del cuerpo consldera~as aparte
de la Revolucin Fran cesa. tr iunfar inevitablemente de sus re laciones vi tales) (p . 7) n o n os p errm te poseer
en todo ~stado moderno. Es este orden el que cree en. la cosa misma. Es nicame~te como cienci a. o ,co:o o
con ~rar incluso en la monarqua prusiana y del cu al sistema, que el saber es efectiva mente re al, y es umca-
clara la frmula id ealizada en su Filoso/la del dere- mente as q ue puede ser pres~n tad? ll (p; 18). .
cho: El princip io de los Estados modern os tiene el Pero la totalidad , en el sent ido d ialctico o hegelia -
poder y la p rofundidad de dejar al princip io de la no del trm ino, no es una armo na simple, sino la sn-
-!O El pensamient o de H egel ll. Mtodo de Hegel 41

tesis de la unidad y d e la negat ividad. En ella el Ser es expresar ta n to la impo si~ ilida? d e la in tuicin sen-
se r eafirma en su identidad despus de haberse nega - sible directa como la del a islam iento absolu to de un
do a s mi smo. El m todo ex presa esta estructura de concepto.
la totalidad orgn ica del ser : El mtodo no es sino Este doble r echazo se basa en la cons ideracin de la
la estructu ra del tod o presentada en su esencialida d natura leza misma del ser por conocer. Si el mundo
pura (p. 32). constituye una tot alidad org,n i~a y si GH.llbia como un
Esta totalidad orgnica no puede concebirse de uua ser viviente. cu alqui er conce pcin estti ca y.con~l~sa
form a esttica, puesto que est en movim ient o en de- de su conocimiento. cualquier cor te de l~ m~l.lICIn
veni r ; vive. ' sensible o del entendimiento abstr acto son ileg trimos;
~l IlTodo)) de la re alidad no viene, pues, ex pr esado no pueden darnos un con ocimiento real d el ser. de ~a
urucament e por su resu ltado final, ni por las etapa s misma manera que un cubo de ag ua sacad o del n o
?el desar;o~l? por las que ha llegad o a l, ni por el no nos p ermite estudiar la corri ente. .
Impulso inicial que lo ha cond ucido hasta a ll, sino Sin emba rgo. esta l ti ma metfor a es inadecuada,
por el conj u nto de estos moment os de una totalidad puesto que uno de los rasg~ n~s. import?ntes de l~
org nica viviente. ((En efecto, la cosa no se re duce concepcin hegel iana de la di al cti ca co~ s l ste en ex ~
a su fin. sino que se halla en su desarrotlo. n i el re. gir o para que un sab er absolu to sea posible, la finalt -
sultad? es el todo real. sino q ue lo es en unin con su zaci n del movimi ento med iant e el cua l el Ser se
devenir : el fin para s es 10 u niversal car ente de vid a constituye.
del mjst~o m odo qu e la te ndencia es el simple im- En efe cto, si u na intu icin sens ible o un concepto
pulso pr~vado todav a de su rea lidad. y el resul tad o no p ueden tomar todo su ,scntido y con tener u na ver:
escu eto Simpleme n te el cadver q ue la tendencia deja dad si no es en sus relaciones con el todo. no podr
tras ei (F. p. 8). ha be r n inguna verdad absoluta si el. Todo no , ~s.t
T odo cono cim ien to real de be pa~ar por tres mo - concl uido. El fin de la histori a es la pnmera condi ci n
men tos : por el de Jo inm ed iato o de lo universal p ara la posibilidad de una verd ad absoluta.
abs~r,acto, de~p~s por el d e su negacin , q ue es r e. De esta for ma , slo a tra vs de la cir cu laridad puede
Flex i n, med iaci n, y por el d e la totalidad concreta, H egel dar u n fu ndamento a su cr iter io supremo de la
de lo u niversal, concreto: es d ecir. de l r esul tado q ue verdad . Lo verdadero es el d even ir de s m ismo . el
conserva y contiene en SI el momento de la n egacin . crculo q u e presupone y t iene por com ienzo. su tr -
de la re flexin . de la mediacin . m ino como su fin y q u e slo es real por medi e de su
Decir que el mtodo del conocimiento es dial ctico desarrollo y de su fin (F. ,P' 16). , . . .
es decir q ueno ~az ~ono cimi ento in mediato. Es ne gar Esta nocin de circulandad C~ in dispensabl e para
no tao" s!o.la pO~lb.lhdad de poseer la ver dad mediante justificar el mtodo del desarrollo del sistema hegel ia-
u~~ intuici n sens ible y directa. sino tambin la posi- no . que es a su ve z para s mismo su pr opia prueba.
bilidad d e poder alcanzar la verdad mediante u n con. En efecto . si existe una tot ali dad completa. acabada. de
cep to a islado. Lo caracte rstico del m-todo d ialct ico los conceptos y de las cosas, se pued e pa rtir de cual-
42 El pensam ien to de H egel 1I . M todo de H egel 43

qu ie~ lugar. pues este punt o de vista q ue parece in- venir es la pr imera rea lidad concreta, en cuyo in te-
mediato deb e. en el in ter ior de la ciencia [es de cir, rior el ser y la nad a aparecen como abstr acciones en
del sistema. R .G .]. convertirse en el resu ltado y hasta SIl insuficiencia y en su con tradic cin .

en el ltimo resultado ; en ste alcan za de nuevo su Al ir al fondo de las cosas, se enc uentra todo el
principio y vuel ve a sI misma. De esta manera la filo- desarrollo incluso en su or igen (L, 1, p. 54-). Y se le
sofa aparece como un circulo que vu elve sobre s encuentr a porque en re alidad la totali dad concreta,
mi sm o (Ene. 17). en vez de ser construida a partir de trminos abstrac-
A travs de las ltimas pg ina s de la L gica, dedi- to!'>, insuficientes y contradictorios, y q ue estn en mo-
cadas a la Idea absolu ta , muestra cmo esta nocin vimient o a causa d e su prop ia contrad iccin, de su
de circu laridad es la clave d e bveda de su mtodo. insufici en cia y dc su abstraccin, es, al con tra ri o, el
de su dia lctica especula ti va: ( El mtodo de la verdad fin q ue llama para si a todo el devenir y que por su
s~be q ue el principio no es perfecto porq ue es prin ci- presencia , ya en accin des?e el p ri n.cipio, pone ? e
plO, pero sabe tamb in q u e esta im perfeccin es u na man ifies to la abstra ccin , la in su ficien cia, la con rr adic-
necesidad. puesto qu e la ver dad no es ms qu e el r e- cin de cada trm ino.
torno a s a travs de la n egacin d e lo inm ed iato . .. En r esumen, esta concepcin de la tota lida d, obra
E:,n ~zn de l m todo que acabamos de describ ir, la maestra del mtodo di alctico hegeliano, implica :
crencra se pr esen ta como un crculo cerr ado sobr e s (a) un mundo conclu ido, un a hi stor ia acabad a o de
m ismo.. . (L , p. 58 1). la que se percib a el fin ;
Esta con cepcin concede un carcter finali sta a la (b) qu e conozcamos este . fin, sin lo cu al la circ ula-
dialctica hegelian a. Su motor es la finalidad, y la con- ridad n ecesar ia para la existencia de un a verdad ab-
tradiccin slo toma su sen tido en funcin de esta soluta n o se r ealiza.
finali dad. Slo se puede comprender la h istor ia del Con esta doble condicin, la reali dad puede ser vi-
desarr ollo al conocer su fin . Todo el desarrollo est ya sible a la ra zn , p uesto que en su fondo ambas son
c? n tenido en el ori gen, pues el comienzo es ya tota- idn ticas.
lIdad concre ta, y lo que aparece en l como contrad ic- Esta es la segu nda car acterstica fundam ent al del
tor io, como contrad iccin motriz, no es en rea lidad mtodo hegeliano ; es decir, el mtodo no es exter ior
ms que la imposibilida d de este principio u origen , al objeto. .
o de esta realidad inmed iata, de bastarse a s mismos. El mtodo no es nicam ente un medio para llegar
Pero esta in suficiencia slo existe y se man ifiesta en al conocimiento, un in strumento exterior. El mtodo
re ferencia a la total idad . En efecto, en re lacin con el es la razn q ue se ree ncuentra y se reconoce a s
todo, cada momento es abst raccin , y como tal es insu - m isma a travs de cualqu ier cosa. El mtodo es el
ficient e. concepto que toma conscienc ia de l ~ ide n t i ~a ~ dc su
Desde el principi o ello es as en la Lgica de He gel. sign ificacin subjetiva y d e su rea li dad ob jetiva.
El ser y la na da no existen como tales para constit u ir Aquello a 10 q ue H egel llama la seriedad de la
por snt esis el devenir, sino que, al contrario, el de- vida es la penetracin en la experiencia de la cosa
J1 El pensamiento de H egel 11. M I lodo (le H egc 45

m isma . La dia lct ica no es s610 la vida del pensa- quiera de nuestro s conocin~ ien ~os. d isringuir lo q ue en
m ien to. sino tambi n la vida de la naturale za v de la l es subjeti vo y lo que existe mdependlen!c~en te de
mate r ia en rodos sus gra dos de com ple j idad. todo conocimiento (y de lo cual. por defin ici n, nad a
El mtodo tan slo alcanza totalmente su objetivo podemos dec ir ). La nocin de cosa en st es absolu-
cua ndo no hay nada extra o a la razn m isma ; n i ta mente vaca y fantsti ca : pret ende exp resar la r ea-
tra nscendencia d e Di os, ni exterioridad de las cosas. lidad cu ando se la vaca de todo lo que sabe mos d e
H egel opone su mtodo tan to a la metafsica como ella.
a las ma temt icas. Esta pretendida separacin c.n tre el conten~do d e la
En la metafsica tra dicional cada cosa te n a sen tido conscie ncia)' su form a conduje y.a a los l gico s dog-
por su dep enden cia respecto a un D-ios transcende n te: ma ticos a usu poner q ue la ma teria del conOCimiento
El sen tido de cuanto es rad icaba en el hil o de luz que existe como un mundo acabado. en s y par.t s. fuera
lo una al cielo (F. p . 11). del pensamiento, q ue ste por s es vaco y q ue .se
En el conocimient o ma tem tico la r eflexi n es una aade como una for ma extr nseca a aquella mat cna ,
operacin exter ior a la cesa (F, p . 29). Esto se debe se llena de ella. y solame n te en tonces ad quiere un con-
en primer lugar a la naturaleza de su o bjeto q ue es ten ido y se convie r te as en conocimien to real (L ,
la magnitud. lo espacial. de una man era genera l la l. p. 59). .
cant idad. a 10 cual no pued e re d ucirse el Ser. Este El con tenid o no es nun ca un dato ai slado ; el con -
saber es, pues. abstracto y form al ; es un conoc im ient o <:epto y su ma ter ia. lo subje tivo y . 10 ~hje ti\'o est n
de entend im iento qu e slo se refiere a un aspecto, a ntimam ente unidos en n uestra consciencia: no pueden
un moment o abstra cto del Ser. Esto se trad uce, de s- ser despegados el u no del otro y separados si no es por
de el punto d e vista d el sujeto q ue conoce. en la abstraccin . En lugar de conce bir un mundo acabado
a usencia de finalidad en la de mostra cin ma temtica. sin l, el pen samiento no puede pa rt ir mas q ue de
Este mtodo ma temtico ex terior a la cosa no con - una totalidad in mediata todava confusa, y ab arse por
viene, pues. ms que a objetos ab stractos. mien tr as encima de esta in med iatez al descu bri r poco a poco
q ue en filosofa el mtodo es la consciencia rel a tiva las relacion es que unen los diversos mome nto!'> de e~ta
a la forma del a utomovimi en to interi or de 5U con te- experienc ia. Entonces es cuando r econo.cemo s la obj e-
nido (L. 1. p. O). rividad de la exper iencia misma. la unidad pro fu nda
H e?"el reprocha con iron a a Kan t el hab er quer ido del su jeto y de l obj eto , el movimi ento de las cosas en
examin ar el valor de nuestro poder de conoc er antes el movim iento de los conceptos.
de conocer : es, d ice. q uerer a pre nder a nadar sin El paso del conocim iento inmed iato .a la Idea se des-
echarse al agua. Empresa con tradictoria , pues la cr ti - cr bir con todos sus momentos sucesn"os en la Peno-
~ , ~ el conocim ient o del conocimiento, ya es un cono - menologio del esp ritu, Al trmino d: e!'>t~ iniciacin
Cim iento. y por ello esta mos encerra dos en u n crcu lo metdica al saber ab solu to. la conscien cia ser ((SU -
vic ioso. mergida en la materia. procediendo se~~ el ffi? \"i-
Es, en efecto, arb itrario pret en der. partien do de cual- mi ento pr opi o de esta mater ia .. . El conocnmcn to eren -
46 El pensam entc de H egel 11. Mitodo de H egel 47
t fico, exige entregarse a la vida de l obje to o. lo que es Esta frmula re sume toda la filosofa de H egeL Lo
lo m ismo, tener ante s y expresar la n ecesida d int er - prop io del id ealismo objetivo, en ge nera l, consiste en
na de l (F, p. 36). creer que las ideas ti en en una existencia objet iva. Pero
H egel considera que el objetivo pri ncipal de su ob ra Hegel no slo presta a las ideas la ex iste ncia , sino el
filosfica es realiz.:-r la tarea que Ari stt eles asign ab a a deven ir y la vida. , . ' . .
la filosofia : dejar act uar en si a la Cosa (Enc~ El sujeto no es el Ycu del idealismo subjet ivo
577). En las ltimas lineas de su Enciclopedia lo de Fichte. por ejem plo ; ms bien es Dios. El pensa-
recordar solemnemente. mi en to no es un fen meno subjetivo, es una r eali dad
. ~a liber tad en cu en tra ah su expresin ms alta r obje tiva. . .
di vin a. El saber absolu to no form a sino uno con el El sujeto as defini do es el pun to ~e pa rtida '!
act o d e la creacin. tambin el tr mi no de la filosofa hegeliana , la pn -
El m ovim ien to de la ciencia es dialctico porque re- mera y ltima palabra.
produce la dial ctica de la realidad. Lo verd adero es En pri me r lugar es li be r tad. . .,
a la "el concep to realizado y rea lidad concebida . El Podemo s d efinir esa libertad por OpOS1ClOn a lo que
concep to es Ind ivisiblem ente movimi en to d e la cosa H egel llamaba en su juventud la posirivid ad.
y acto de comprenderla. El concepto es el objeto, el La liber tad es lo contrario del dat o, ya se trate
producto y el contenido del pensa miento, es la cosa en de ese d ato que consti tuye la ex ter ioridad de las
si y para si, el L agos, la raz n de lo que es, la verd ad cosas como de ese dato que cons tituir a la tra ns-
de lo ~ue ll ~va el nom br e de las cosas (L , 1, p . 5 1). cen dencia de D ios. La liber tad es la inmanencia pura,
La dial ctira no es, pues, solame nt e la re produccin el surgimiento puro d el Ser. Se identifica co~ .l ~ infi-
en el p ensami en to del r itmo de d esen volvimiento de nito, puesto q ue lo finito es el dato (la p.oSltlvldad).
la totalidad org ni ca ; es ese desa rrollo mismo . N o es Esta liber tad implica tres momentos esenciales :
la reproduccin del mismo ; es la produccin. l . El mom ent o de la separaci n r especto de todo
El m undo es la obra d el espr itu . o ms bi en es es- dato, de todo fin ito. Es el momento de la abstr accin .
pri tu . H egel no vacilar en defini r el conten ido d e Mom ento indispensable. pues el pensamien to ga na
su L gica como (C una representacin de Dios, tal como en inde pendencia y autono m a (L , 1, p . 45).
est en su ser e terno, an tes de la crea cin d e la natu- 2. El m ome nto d e la d eterminacin , por el cua l
raleza y ele un espr it u fini to) (L , 1, p. ( 6). el pensam ien to, de spus de hab erse abstrado. de tod o
Esta ascens in a la vida de Dios es u n rasgo funda. conten ido, se fija u n cier to obj eti vo o u n cierto fin ,
men tal del mtodo hegelian o. es deci r. se dicta una ley. Este segu ndo momento es
. La ~ida ~e D ios y el conocer divino son expre. la ne gacin del primero , pues, al darse las detenni-
~lO n e~ I magll~ a ~a s p ara tra ducir la idea pri ncipal d el nacion es del ser, la consciencia se re fiere a l como
idealismo objetivo d e H egel. Aprehender y expresar a algo exterior (Ene, 114).
Jo Verdadero, no como substancia, sino como sujeta n 3. El momen to de la especulacin, q ue es snte-
(F, p, 16), sis de los d os primeros. Los dos pr imeros no son mas
48 El pensamiento de Hegel LI, Mtodo de Hege l 49

q ue abstracciones, el uno com o lo universa l ab str ac- Decir q ue esta lgica (que al mismo ti empo es una
to, el otro com o lo par ticular aislado. Este tercer mo- ontologa) est basada en la contradiccin sign ifica,
me nt o es el el,e la negaci n de la negacin , es el re - en la p erspecti va hegeliana, q ue es una lgica de la
torn o a lo universal, pero a lo universal concreto el relacin , una lgica del conflicto, una lgica del mo-
q ue lleva en s la n ega ti vidad y las detcrlllinacio~cs. vimiento, una lgica de la finali da d.
H egel, en el texto en que se refie re a estos tr es Estos son los principales aspec tos de una lgica q ue
m~Illcnto~ de .la lib ertad- la infinitud abstrac ta, lo estud ia las relaciones reales que se desarrollan en una
finito, lo Infin ito rea l-c-, consider a que con ello llega- totalidad orgnica.
~o~ al coraz n de la espe cu lacin, de esta fu en te L a dialct ica es una lgica de la relacin . En su
u.ltlIl: a de toda act ividad, de toda vida y de toda cons - forma ms simple, lo negativo es lo otro ; la con tra-
cienc ia (FD, 7). diccin es la r elacin .
E,n ello, cnef~to, se afirm a el princip io de la dia - Pa ra H egel, el mundo const it uye un todo y la ver-
l ctica especulativa : El esp ritu es la causa del un - dad es la reconstruccin de ese todo. Lu ego, tod a re-
verso (Ene, 8, R) . lacin real es contradiccin, cada parte no puede de -
. ~s~e espritu 'es actuante. El saber absoluto es in - Iinirsc ms q ue por su relaci n con el todo, cada cosa
divis iblemenre con ocimiento y accin. Su acto crea- es todo 10 q ue no cs. La fr mula de Spinoza: Orunis
dor e~ conocimiento, su conocimi en to es prod uctor de dcterminat io cst ncgatio, ad quiere un sentido mucho
su objeto. ms rico en la conce pci n de Hegel, que concibe el
La accin traslada el sujeto al objeto. Es sta la mundo como una totalidad orgnica.
que . ~ x p rcs a lo infin ito .bajo la forma de lo finito, y U na cosa existe en s y al mi smo tiempo es su
da vida a los seres finitos cmpujndolo, con stante- propia carencia o negativo (L, n , p . 710). Lo finito
mente a fra nquear su limite. Este m ovimi en to, por el y lo infinito son pa rtes, mome ntos de u n mismo uni-
q~c lo fini to supera su lmite, lleva la volicin a s verso, y por ello exis te entre cada una de las partes,
misma, a su infinit ud. ent re cada cosa finita y las dems u n vnculo d e
El motor de esta d ialctica ta nto en el sen o del ser deter minacin r ecpr oca en el interior del todo. Si
como en el pensami ent o e~ la contradiccin, al ma se pregunta q u son las cosas en s, seala Hegel,
del mtodo. ' no hay res puesta posib le a esta pregunta, porque toda
cosa es a la vez en s y para los otros, en una re-
lacin con algu na cosa y en prin cip io con toda s las
~l ~~pritu q ue .cncue.ntra en s m ismo su p ropi a ne- cosas: es la r elaci n con todas las condicio nes de las
gacron, su prcpto lmite, que lo en uncia y lo Sllpera, q ue depende. H ay r eciprocidad entre lo positivo y
es la . tercera caracterstica fundame ntal del m todo lo negativo : Al ser cada uno por s, y no ser lo otro,
hegeliano. cada uno aparece en lo otro y slo es en ta nto q ue
La con tradiccin es el con cepto central del mto- lo otro (Ene, 119).
do, de la lgica hegeli anos. Este con dicionamiento recproco de las cosas da
50 El pensam iento de H egel ll, M toda de H egel 51

nacimiento a sus propiedades) : el peso y el calor tiene , en tanto que tal , ni nguna otra ese~cia q ue esta
ilustra esta idea. La cua lidad no se convierte en pro- inq u ietud de no ser lo que es. Lo repetl~ en su En-
pi ed ad ms que cuando se revela, en una relacin ciclopedia: Lo fin ito no existe, es d ecir , no es la
ext erio r, como dete rminacin inmanen te (1., 1, verd ad, sino solam ente un traspa so al ms all , una
p . 148). Esta idea pr imordi al de la dial ctica hege- .m peracin de sin (ElIC, 386, R).
liana ser r etomada por Marx en El cap ital : uLas Ello es totalmente verdadero con r especto a l~ n a-
propi eda des reales de una cosa no hacen m s que tur alcza y a la h istoria, y ms an en el pe nsanllent?
confirmarse en sus r elaciones ex ter iores en l uga r de q ue es enterament e r elaci n con otra cosa. La .re ali-
despr en derse de ellas. bajo todas sus formas y en tod os sus ni veles,
( Ia d , d . . 1
No slo es impos ib le concebir una cosa absolu ta- desde el guijarro al espritu , es un T o o um co en e
mente aislada , desprendida de toda r elaci n con cua l- cual los fenm eno s se enc uen tran vinculados los u nos
qu ier cosa, ya se trate de n uestro espr itu o de 10 que a los otros. . . .'
sea, sino que nada parecido a ello p uede existir . Lo La filosoffa t iene como ta rea ad qUltlr con~Cl: n Cl a
fini to y su con tingencia slo tiene n sentido y r ealidad de los vncu los nec esar ios, aprehender el n~c.1011ento
en rel acin con lo infinito }' lo necesario, a los cuales inmanente en las d iferencias, de las oposrctones, y
re tor na n. Toda cosa, ta nto en la naturaleza como en abarcar as todo el uni verso. .
el pensamien to, exig e la existencia de su contrar io, Cada cosa ti en e u n vnculo y una rel aci n con to-
de lo que e lla no es, de lo otro respecto a ella , q ue es das las dems, y lo mismo sucede con el ~oncepto .
su corre lat ivo necesari o. La d ialct ica consci en te ret oma esos vlIl;cu los en su
Ent re lo Fi ni to y lo Infinito ha y determi naci n obje tividad, en el conjunto d e las r e.laclOnes r eales
r ecp roca ; lo Finito es fini to slo en rela cin con el ent re las cosas, en su oposicin y su Interdepen den -
deb er ser, o sea, con el I nfin ito, y el Infin ito es infi - cia en su unidad .
ni to slo en relacin con lo Finito. Son insepara bl es sas contradicciones, en el interi or del todo, en t re
y al m ismo tiempo son absolutame nte "otros" u no lo particular y lo universal. 10 con ti ngen te y lo, ne-
frente al " otro"; cada uno tiene su otro en el mi s- cesarlo, lo finito y lo infinito, no tien en un caract~r
mo; y as, cada uno es la u nidad de s r su " otro ", y esttico, sino d in m ico. De ah la segu nd a caractens-
es una existencia en su determinacin d e no ser lo tica de la dialctica. .
q ue es clla misma ni lo q ue es su "otro". Esta deter- La d o ct ica es lUla lgica del con/b c.to. Las cosas,
minacin recproca que se ni ega a s misma y a su al li mita rse mutuame nte pon indo l ~m 1tes a su r es-
negacin constit uye lo q ue se pr esen ta como el pro- pectiva expansin, se hall an en r elaciones de enfren-
greso a l infinito .. . Este progreso, por lo tanto, es la ta m ien to o de antagon ismo. El ((de~er ser de cada
con tradiccin q ue no ha sido r esuelta, sino que sie m- esencia (y H egel r ecu erd a q ue una pled.r ~ o una plan -
pre se expresa slo como p resemell (L , 1, p . 181). ta, como un espritu, superan)) tamll1~n s,: ba rr e-
sta es una id ea consta nte en H egel. Desde la L - ra ), se ext ien de. en pri ncipio, ha sta lo m fim to: Ca da
gica de J ena, conside raba ya q ue lo d eterminado no realidad finita se halla as conten ida, o ms bien re -
52 El pensamiento de H egel ll , M todo de H egel 53

chazada den tro de sus lfm ites por otra re alidad, por ble no pod r a ten er esa flu idez y esta vi.da qu e slo
el con junto de las otras realidades que le impiden ..er puede ser elevada al concepto com o conflicto d e fuer-
el Todo. " zas. .. . 1
La for ma ms simple de este con flicto, de esta con- H egel seala q ue la nocin de. a traccron u n ~versa
trad iccin , es la polarid ad. La representacin d e po- tie ne la ventaja de d isipar la Ilusin de la c0',ltm gen-
lar ida d q ue desem pea tan importa nt e papel en fo cia y de la indep en de ncia de la represe~tactn sen -
sica, encierra la determinacin ms exacta d e la opo- sible y de devolve r el movim ien to y la VIda a la rea-
sici n (Ene, 119, R ). El pa pel pri mor dial a tr ibui- lidad. . . El
do por Newton y por Kant a la atraccin y a la rc pul- La dialctica es u na lgica del movl1n1en to. ver-
sin en sus teor as cosmogn icas, el uso (y el ab uso) dadero comienzo de la Lgica de H egel no es el ~on
q ue hada Schelli ng, en su filosofa de la na tu ral eza, cepto del ser, sino el del deven ir, pr imera totalidad
de los descubrimientos realizados en el do min io de concreta, r eal, de la q u e el Ser y la Nada son dos mo-
la elect ricidad y de l mag netismo y su exte nsin ana- mentos ab stract os y con trad ictor~os. .
lgica, colocaron en un prime r plan o esta nocin de El movimiento es un corolano de la nterd epen -
pola ridad. de ncia un iversal. Si tod o perm anece. todo .se mueve.
L eibniz haba elaborado ya una r epr esent acin di- La larga refutaci n de las apor as de Zenon _d e Elea
nmica d el mundo basada en la accin ar mn ica de condujo a la idea fundamental ~e ~ue es posibl e d:fi.
las cosas. La mn ada rene en s todo el uni verso y n ir el reposo par tiendo del movirmcn to, y no a la m -
se ext iende hasta sus con fines; la individualidad con - versa . Porque slo el movim ien to es rc~~. en ta nto
tiene en s m isma, de alg una m anera, lo infinito en que el r eposo no es ms q ue una abstr accin . T odo el
germ en. desarrollo de las cien cias, desde H egel, confi~ est e
A partir de ese momento, el universo no es ya COIl - punto de vista, Para un ojo q ue re s~ma en un insta n -
cebible como un conglomerado de tomos in ertes, silla te cent en as de milen ios, las mon tanas se elevaran y
como un cam po de fuerzas enfre ntadas. desmoronaran como las olas . Slo la to~qued~~ d e
En la Fenomenologa del espritu, H egel mostr mi visin me impide ver , ms all de la inmovilidad
cmo la pr eocupacin de pen sar la relacin viva y de ilusor ia d e mi mesa, el h er videro de tom os que la
romper las lim itacion es espacia les de la percepcin , componen . . 1
condujo al entendimiento a pasar de la cosa a la fuer- El movimien to, hasta el ms elemental, el snnp e
za. As solamen te puede pensarse el tr nsito, el vnc u- movimiento mecn ico, el de splazamiento en el espa-
lo mvil y viviente q ue une los moment os de lo real , cio es una -contradiccin viva, puesto que supone que
de la mi sma ma nera que los opone. El ser-ah sensl- en 'u n mismo instante un cuerpo est y no est en un
lugar. Pretender q ue est en l sucesivamen~e .sed a
" Es de no tar que la fisica cunt ica, en su etapa actu al, falso, pu es sera descr ibir el r esultado del movlI~1t ~l1to
aporta una sorprenden te ilustraci n, al nivel mismo de la pero no el movimiento mi smo. hacer del movumen-
materia, a este aspecto de la dialctica h egeliana . te una suma de re posos, es de cir. excluir finalmente
54 JI. M todo de H ege 55
El pens amien to de H egel

la posibilida d del movimiento mi smo. Los eleticos Aula y misma relacin una cosa existe en s .y es, al
tuviera? razn al d enun c ~ar esta con tra d iccin, pero mismo ti empo. su pr opia car en cia o n egaCln , !.a
se equivocaron al concluir nega ndo el movi mien to Ident idad abstract a en s no represen~a. toda va m~
por no ha ber qu eri do r econocer la contradiccin en gene vitalidad . sino que. como lo posrnvc en s~ mIS
el coraz n de la realidad mi sma . 1110 es negati vida d, sobresale de s,l .y se empella en
. H egel, en las lti mas pg inas de su L gica, enun- llIodificarse, Por 10 tan to, algo es VIViente s610 cuando
era esta ley en toda su gene ralidad : La negativa . .. ronriene en s la con tr adicci n y posee la fue rza para
es la fuente ms ntima de toda actividad, de todo rnntener'la y sostenerla .. . La negatividad es la yu!-
automovimi en to viviente y espiritual (L , Il , p . 563). Ilacin inmanente del au tomovim iento y de la vital i-
No es u na fu erza exter ior lo que transforma lo Ii- dad (L . JI , pp . 73-74 Y 76).
n ito en in finito. sino su propia na tura leza. En la na- s ta es el alma de la dialctica . .
turaleza misma de lo fini to est el superarse, el negar La dialctica es una lgica de la vida. Es el conj\l~
su negacin , y volverse infin ito. I() an imado de las relaciones int ernas de una totali-

La id ea de total idad orgn ica y la de infinito de s- dad org nica en devenir. (I La ...idea in_mediat~ es la
empean aq ui un papel capital. T oda realidad fini ta , vida (Ene, 2 16 ; L , 11, p . 4 /). La Ide~ T?lsma es
del tiP? q ue sea- Hegel da sucesivamente el ejemplo la dialctica q ue etername nte separa Y d isti ngue lo
de la p iedra, de la plan ta y d el pen sam icnt o-c-, no tie- Idnt ico en s de lo diferen te .. ' y slo con, ~sta con-
ne existenc ia y sign ificacin sino en r elacin con el lici n es creacin eterna, vida eterna y espm tn eter-
todo. Las cosas finitas se transfor man , pasa n . se des. no . .. la intu icin eterna d e si en lo O tro ; ~s .la. no -
van ecen, desde la pi edra q ue se desintegra, se disper- ci n q ue se ha reali zado a s misma en su objeu\'ldad
sa, la planta o el an ima l q ue se alime n tan d e em- esencial (Ene, 214, R). .
bri n se con viert en en ad ultos , y luego mu ere n y se La fina lidad de las cosas es, p reCisam ente, este m ~
descom ponen, ~ asta el espritu q ue experime nta . con vimiento q ue ellas lle van en s, esta te ndencia".nacr-
dolor, la negacin que todo ser lleva en s, q ue lo des- lb de la con trad iccin en tre su natu~leza fil1l~. Y
garra y le obliga a superarse. que las cond uce ms all. de el1~s m ismas, . hacia lo
En su Lgica, H egel multip lica las formulaciones infinito. P ues la constr ucCin racional hegeliana pr o-
de esta idea centra l de la d ialct ica : cede de negacin en negacin, y nos eleva de 10 a~s
La con tra ~ icci~ es l ~ raz de todo movimiento y trac to a lo concreto, de 10 continge nte a lo nece~arto.
de toda m ani festaci n vi tal : slo en la medida en de lo finito a lo in fini to, por med io d e un movi mie nto
(' 1) el curso del cual cada t rm ino contiene . todos los
q ue .en~ierra una co~t.rad i ccin. una cosa es capaz d e
movmnen to, de act ividad, de manifestar ten de ncias mome ntos anterior es hasta que se logra un nstema to-
o impulsos .. . El automov imiento interno pr opia men- tal d e con cep tos que se identifi~an co n 1,0 r eal en su
t:: dich? la tendencia o impulso en ge neral (ape ten- totali dad o, si se quier e, con DIOS. En cierta manera
CIa o rusus d e la mnada , [a e nteleq u ia del ser ab so- esta construccin jerarq u iza los seres por grados d e
lu ta mente simple) sign ifica nicam en te que bajo una perfeccin. de r acionali dad o de reali dad .
56 El pensamien to de Hegel ll, M todo de H egel 57

~l conj u~ to del sistema est as impreg nado de fi. dial ctico, del que la obra ult eri or de H egel . ser la
nalidad, amOlado. por. u na finali dad interna, q ue es ap lica cin sistemt ica, y q ue haba ya conceb ido d es-
la de la su bsta ncia-suje to y a la vez es conoc im cnro de 1801. . . _.
y voluntad. El mtodo la dialct ica. es, p ues, lI1d l\'l Sl bl e me~.
Ahora bi en , la act ividad misma. productora de l te, ley de de;a rrollo del ser y movimiento del conoc-
Ser as como del conoci mient o del Ser, es con trad ic- mien to. . .
toria . ~rans~ormar es siempr e de stru ir prim ero. H egel opone su dialet.ic~ a la lgica tra~ Lc~onal
y dc~tr~l~ pnmero lo q ue es un ilateral, a bstracto, en como la ra zn al entendll1llento. El entend im ien to
la ob}etl vld~d ?e~n llda o la subjet ivida d pura. slo es un momen to de un con ocimien to ms proun -
ASI , la dial ctica es el movim ient o q ue procede, do que el de la razn . _ . ..
tant o. en el ser como en el pen sami en to. por desdo- El en tendimi ento desempea un papel posrn vo al
blamien to de lo uno y superac in de la contradiccin tomar distancia respecto a todo co nt~n i.d o conc reto.
naci da de esta escisin . Esta primera nega cin , este d esr l'e nd H~l1e nto r espec-
H ege.l ~e~ol vi~ as .el problem a, planteado por Kan t, to al da to , es la ms tosca forma de libert ad .
de los JUICIOS ain t ricos a priori. El mtodo es crea .
do:. o m:u bi en es. creacin, del conocim iento y de su
o.bJeto. No reconsti tuye el todo de la realidad, lo cons- Si no s atenemo s al solo entendim iento, el pensam icn -
tit uye. Lo permanece n icamente crtico y ~~estructiv o, o S~ :l
El esp r it u produce sus p ropias deter m ina ciones, escptico. El momento d.e la .negaclOn p erman e c~:L ,t
las po~e y: al mismo tiempo. su pera su finit ud y vue l- entonces aislado. Este a islamiento, esta abstraccin ,
ve ~ .SI mismo. Por esta nega cin d e la negaci n, el es lo propio d el entendim ie nto. Es un ~n s trum ~n.lo
esp! n tu .reencuentra la identidad consigo m ismo, no de anlisis q ue se ha expre sado en, ~a lgica rra dicio-
la identida d abstra cta, sino la ident idad conc reta, la nal y en su reorla del concepto estan co elaborada por
q ue es la s~nt e si s de la identidad y de su ne gacin. Scra tes Platn, Aristteles.
El esp ri tu se reconoce en las cosas, puesto q u c l Obra 'emin en temente t il q ue permit i por 'pri~:e.
la~ ha creado. El espr itu renuncia a su soledad, se ha ra vez poner en ord e~ el p~~samie~ to : . la con st.ltuc wn
a lIena.do en el ob jeto. y el objeto ha perdido su uni- de con ceptos, la clasifi cac in , el silogismo y la coh e-
versali dad ab str acta e inerte. La escisin se supera re ncia del discu rso. .
as. por esta doble muer te, la del p uro ser -para-s del El silogismo es el princip al medio de q ue se sirve
sujeto, la del S-mismo sin vida d el sujeto. El saber el en tendim iento, y t iene un gran papel que d es-
absoluto p uede as ya nacer. empean > (L. 1, p. 50). siempre que pueda hace:se
La cosa es yo, la consciencia desc ubre el mu n- abstraccin del movimiento de las cosas y de ~u m-
do como su propied ad, el mundo en su tota lidad es terpretac in . siempre. que se las 'pue da considerar
de cir, naturaleza e histori a. ' - como r elati vamente aisladas )' relativamen te estables.
Es to.. son los momentos esenciales de este m todo Las matem ticas dep enden tamb in n icamente
58 El pen somientc de H egel JI. Mtodo de H~gel 59

del solo en tendimiento. Como la lgica tien en un creado. Es la negacin de la negacin : el ente nd -
mtodo adecuado a sus objetos abslracls y a la de. miento, al romper la intuicin sens ible inm ed iata,
tenninacin cuantita tiva bajo la cual estud ia estos n a la prime ra n egac in ; la raz n. al superar el en -
obje tos (L. 1, p. 70). te ndim iento su bjet ivo y fin ito, es la segu nda negaci n .
Sin :~bargo. lgica y I~latemt icas siguen siendo Su pr ime la exter ior idad del suje to )' del obj~t o .
proced imientos de pcnsanu enrc ex teriores al obje to Super a las op osiciones. pues esta segunda n egaci n,
subjet ivos. ' esta supresin de la contradiccin constituye el mo-
El p aso de la concepcin kantiana a la con cepcin mento ms profundo, ms ntimo y ms ob jet ivo de
hegeliana de la Ra zn se ala el pa so del idealismo la vida y del espritu ; gr acias a ello un sujeto se con-
~ u ~j ct ivo al idealismo objet ivo. Para el idealismo sub. vierte en persona, y en persona libre (L, 11, p. 573).
j euvc de K.allt. el pensamien to es leg islador del mun- En la En ciclopedia , H egel da un n uevo paso d eclaran-
do cognosci ble . Para el ideal ismo objetivo de H egel, do q ue (Ces slo por la r azn que el hombre su bsiste
el pensa m ien to es creador de todo el mundo real. )' q ue sta es el con ocimi ent~ ~le D os (~n e - . 63).
Con la Razn, qu e salva los lmi tes de las determ i- Su pera , en efecto . la OpOSICin de lo m tenor y de
nac ion es del entendimiento, se alcanza el momento lo ex teri or . de lo fini to y de lo infin ito. Lo fini to se-
de lo concr eto, no en el sentido en que lo entienden parado de lo infinito era una ilusin d el en tendi-
los emp ricos, es decir . en el sentido de in med iatez miento. mientras q ue 10 fini to, tal como es paTa la
sino en el sen tido de totalidad . ' ra zn q ue lo conserva como momen to de lo infini to.
Todas las contrad iccion es queda n entonces supera. ( 'S solame nte u n paso pa ra ir m s all (Ene, 386,
da s, pcr o slo lo son especulativamente. H.). Lo h istr ico y lo conting ente adq u ieren su ve r -
El acto d el conocimi ento se iden tifica con el mo- dadero sen tido en la p erspect iva de l desarrollo total
vimi en to de su obj eto. El desenvolvimiento de los y necesari o. , .
con ceptos no forma mds q u e u no con el d esenvolv . En fin , Ia Idea Ab soluta repr esenta la id entidad
m iento de las cosas. 1 le la id ea prctica y de la idea ter ica, cada una de
Ya el c:lt end i:n ien to ha ba separado el pen sam ien- las cuales, todava unilateral de po r s, tien e en s
t~ de lo inmed iam y. de l da to. pero su ges tin e ra la idea misma , slo con un ms a ll que se busca y
a ~m pu ramente negativa. Despren derse de un conre- m illo un fin qu e no se logra n (L . 11, p. 559). La Idea
nid o y pasar a otro, y esto in defini damente. no libera t '~ accin. En su r ealizacin total, se id entifica con
a la voluntad de su carcter fin ito. Sera concebir lo r-l Bien ,
infin ito slo como negativo. Es tendencia a rea lizar se hasta el momento en q u e
La libertad no es slo negacin , rechazo. Comien- se identifica con lo r eal mismo, tota lmente racion al.
U:, con la negacin , pero se r ealiza slo por la crea. En el silog ismo d e la acci n (L , 11. p. 554 ). es la
Clan . R:l1.(Sn la que procura el fin com o pr imera pr em isa.
La R azn reali za la plena libertad del hombre por- p ucs la razn es la operaci n confor me a un f in
que en ella el ser dad o se ha tra nsform ado en ser (1', p . 17).
so El pensamien to de H egel

. Al trm.ino del d esen volvimiento de la razn se rea -


h~ lo u".lversal concreto, es decir, la totalidad orga- C A P iTU L O 111
mea y ra ciona l ? cI mundo, que se prod uce a s misma
con sus dctermmaClOnes y su s con tradiccion es LA D I A L f. C TI C A
1Un ~todo as respon de exactamente al pr~blema D E L C O NO CnI I E NTO :
p an.te~ 0 , pues comp ren de el m undo, con SUs con L A F E N OM E NOLO GIA D EL E S P I R I T U
tra d iccion es, e n su un idad y su n ecesidad EsI ,-
todo conduce a colocar al hombre en el J ~~r de eD~c En mi Fenomeno ogia del espritu, llamada por esta
a.hac er d el . universo natu ral y social su propia
el n, es ecrr, su obra.
c::;: razn, luego de su pu blicacin , primera parle del sis-
lema de la ciencia, par t de la pri mera y ms simple
. Este mtod o d esemboca en la con stitucin de un apa ri ci n del espr itu, la consciencia inmed iata, para
~~~:";. conservador que ju stifica el rgim en estable- desarrolla r su d ialctica hasta llegar al pun to de vis-
pues' lIl1cmbargo, es profundamente r evolu ciona ri o l a del conocimiento filosfico, cuya necesidad es pues-
en se exp resa el d inamismo d e una oca ' la de ma nifie sto por este mismo desarrollo (En e,
la 9-ue se pu so en evidencia el carcter rov1so: ioen ~ 25, R).
~~vlsabI~ ~c las institucion es al igual q ue fte las id ea; Siend o el esp r it u a bsoluto, in divisibleme nte, des -
no :~v~~en to que lleva en s este mtodo, aunqu'~ envolvimie n to de l Ser y del conocimien to del Ser , con -
h < S q.ue el. de los concep tos, difci lmen te lo d ucir el in divid uo al sab er absol ut o es, en primer
a ogan las eXIgenCias del sistema que q ui ere ser ro lugar , hacer asimilar al individ uo la ex pe ri en cia too
servador En J n-
.' . o sucesivo, toda cosa entra en el ciclo tal de la especie , elevar el yo individual al yo huma no.
del nac mu en to, del desarrollo de la dec d . El sabe r ms completo es pri mero aq uel q ue al-
la muer te. ' a eca encra y d e
ca nz la hu mani dad haciendo siempr e ms tra nspa-
rente a su razn , en el curso de su historia, la vida
de la natura leza y de la socied ad.
El individ uo _. . tiene que recorrer las fases de for -
macin d el espritu universal , pero como figu ras ya
dom inadas por el espritu, com o eta pas de un cami -
no ya trillado y all anado . .. y en las eta pa~ progresi-
vas ped aggicas reconoce remos la histor ia de la cultu-
ra p royectad a como en contornos de sombras (F, p-
g ina 2 1).
En cada etapa d el desarrollo dialctico del conoci -
m ien to-y sta es una d e las razones funda mentales
d e la complejidad de la Fenome no ogia y de su difi-
cultad- se tiene la im pr esi n de una int erfer encia
61
62 El pensamiento de Hegel IIl . D alect ca del conocimien to 63

~n:re tres lneas de d esarrollo : la de la estructura ob-


jenva del m~ndo en sus momentos dialct icos, la de EL l'.S rU T U S UB J ETI V O
la cu ltura uUl~ersal en su gnesis histrica y la de la
t?ma .de cons~lencia individ ual a travs de sus expe- El punto de partida de la Fenomenologa del esp ritu.
:l e ~c~as sucesivas. Cada experiencia de la consciencia ('S radicalmente d istinto del de la Critica de la razn
mdlvldl;lal reprod uce una experiencia histrica del IlIIm. Hegel, desde la In tro d uccin de su obra, sepa-
pensamien
b to humano,y < se ha podid ' raz n, es-
1 0, no SIn 1a el postulado imp lcito de Kant que implicaba, des-
ta leccr un paralelo entre los mo men tos del desar ro- de el comienzo, el idealismo subjetivo; este postu lado
llo de la cons~ieJl:ia en la Fenomenologa y los cap l- consiste en trazar entre el conocimiento y lo abso-
hilos de la H istoria de la filosofa corr espon d ien tes a luto un a barrera q ue los separe sin m s (p. 51), Y en
~ta to;na de consciencia en la historia de la cultura. consid erar el conocimiento como un instrumento.
el rrusmo modo, se puede establecer entre los mo- una especie de an teojo o prisma a travs del cual re-
n~entos del desarrollo del Ser en la Ciencia de la l- cibirlamos. ms o menos elaborados o defo rmados,
gica y los momentos del desarrollo de la consciencia los mensajes de una rea lidad absolutamente exterior
en la Fenomenologa un paralelismo evidente. ; 11 conocimiento. Estas representaciones de un cono-
En la Fenom enolog a, este ciclo se recorre tres ve- cim iento separado de lo absoluto y de un absolu to
~~s, a tres ,: iv~les d iferentes . L a numeracin de los vcparadc del conocim iento (p. 53) son completamen-
taptulos,. ~na(hda por los editores de Hegel, oculta le ilegtimas : si es verdad q ue lo absoluto existe en
el andamiaj e general de la obra, que sin embargo es :ol sin relacin con el conocim iento, no podemos, por
bastan te fcil de di bujar : ' " definicin, d ecir nada de l, es un fantasma, una re -
presentacin absolutamente vaca. Si es verdad que
I. l?el
cap.tul o 1 al captulo V incluido: El espl-
r rtu sub jetivo.
para conocer una realidad cualquiera hay q ue cono-
cer primero el instrumento de conocimiento, qu
2, Captulo VI: El espritu objetivo. 11IICVO instr umen to de conocim iento nos permitid
3, Captulos VII y VII I: El espritu absoluto conocer este instr umen to? Estamos an te una regre-
(Ar te, Relig in, Fi losofa).* sin al infini to o un crculo vicioso.
Es entonces necesario, a la manera de Schelling,
."
1 .stc "esque~a, que es el de la Filosofa del espritu en
: Enclc!oped:a, n.o se prcsent~ba con tanta claridad, diez
volcar nos de golpe en la ciencia ? Ello sera rechazar
arbitrariamente. como una visin vulgar de las cosas,
anos a tr s, en la Fenomenologw y no puede pOI' tanto se
comparado palabra por palabra en las dos obras puesto' qu: misma subd ivisin), aunque el punto de vista desde el que
s?lo se trata, en una, del aspecto fenomenolgi~o del esp- lOS abordado sea di ferente.
rit u, y en. la otra, .del aspecto ontolgico. Sin embargo, Conviene tener en cuenta que Marx, en sus Manuscritos
~uede ~ervlrnos de. Julo conductor, pues el objeto estudiado d e 1844, fue el primero en sugerir esta divisin (luego reto-
sigue SIendo el rrusmo (y legtima, por consiguiente, una tunda por Lukcs en su Jove n Hegel).
64 El jJensamien to de Hegel
lIJ. Dialctica del conocimiento 65
todo conocim em comn y toda la ciencia anterior
q~e, sin e~l ba:go,. han. manifestado sus .capacidades: negacin o la primera duda empieza la primera me-
y afirma r sm j ustificaci n la existenci a de un saber diaci n: lo verdadero ya. no es lo inmediato. La dia-
de otro ord en. lctica interna de la cer teza sensible comienza con
. ~l punto de partida de H egel no ser, pues ni sub. este despliegue de 10 inmediato por medio del cual
jcuvo como el {le la crit ica kan tiana, ni tran scen den. la conscienci a d istinguir su sab er del obj eto de su
t.~ co~o el de la in tnicin de Schelling. La expencn- saber. Al principio todo es ser, y he aqu q ue ahora
~l ,a pn~era es la de, un suj eto inm erso en la natura- apar ece una diferencia entr e lo que es en s y lo que
cza. La cosa en sr y el conocimiento no so d es para m i.
mundos sepa rados. El in div iduo forma parte d~ es~; La dialctica d e la consciencia empez por una n c-
natu~'aleza, como el nio en el seno mat erno (En gacin. Su camino puede ser visto como el cami no
4~;J, R), En su existe ncia inmediata, el individu~ de la duda o, ms propiamente, como el camino de
s~nsl ble ent ra en conta cto con la naturaleza sumer. la d esespera ci n (p. 54), pues si la coincidencia to-
gido en ella, ' tal con el Ser es la felicidad, esta primera ruptura es
l ~~egel pon~a fin, as a todas las robinsonadas)) fi- la primera desventura de la consciencia, la prime-
.?S rcas d el idealismo subjetivo y d e todas sus va. ra desesperacin.
llant<;s q~e toman por p un to de part ida una ilusoria Pero esta duda no es la duda sistem tica del escep-
~.onsClenCl a pura, arbitrariament e separ ada de la rea- ticismo que asla el momento de la negatividad y la
.lda,d,. y qu e es ade? l;s una consciencia estrictamen te vaca de todo contenido. Tampoco es la duda met -
i ndivi rlna], H~~el n ene el mrito de r enunciar a esta dica d e Descartes, que es una duda gen eral y qu e, po-
d?ble abstr~c~l?n, la cons~iencia est siempre sumer- n iend o entre parntesis el universo entero, nos en -
gida en la realidad y es siempre social, portadora de cierra, al menos por un tiempo, en la subjetividad. Es
una una duda que es negacin de un contenido determi-
- !culturabaiy de una histor ia que es 1ra dc e !ta csp e- nado. De negacin en negacin, la consciencia pro -
ere, { e su tr:,- aJ~ Y de sus conquistas.
Es en el m tenor de la consciencia, por tosca ue gresa, d e esta manera, de contenido en con tenido.
sea,! dO bt;de poco a poco han de diferenciarse el su~to Aqu, desde el principio, aparece el finalism c la-
y e o Jeto. tente de la dialctica hegeliana y su carcter idea-
Cul ser el camino de la consciencia natural qu e lista. Para que la negacin de una realidad finita ten -
pugna .p0~ l!eg~: al verdadero saben )? (p. 54). l{a un contenido es pr eciso concebir ya esta rea li dad
La indistincin p rimi tiva de la r calid ! b i - finita como una negacin de 10 infinito, o del todo, lo
de Iaa . ar o j cuva que le da su re alidad y su sentido. Es el todo el que
y . e as l!uslOnes su bje ti vas con duce al fracaso y el
Husmo animal aprende a distinguir lo real de 10 no- fundamenta la negacin en lugar de ser la negacin
rea!. L? que }~ consciencia crea verdad se r evela ilu- un momento d e la construccin d el todo . La negacin
sano. Esta 'pnmera con tradiccin vivida en el fraca - no es entonces ms que una resta uracin de la tota-
so conmOCIOna la cert eza sensibl e. Con la primera lidad . Esta concepcin idealista d e la totalidad inma-
uen tc a cada mom en to del desarrollo caracteriza el
66 El pe nsamient o de H egel 111. Dialctica del conocimien to 67

pen sam iento hegeliano. Es la presencia de esta tora- Este d ualismo ingenuo--que el sensualis mo ha vu~l
lidad lo q u e da vida a la consciencia, la anima con lO a poner al orden del d a-de Locke a l?s m~tena
la in q ui etud de una incesan te sup er acin. H egel no listas fra nceses del siglo XVllI , es contradlctor~o. La
ocu lta este id ealismo : La consciencia es para s m is- con trad iccin q ue lleva en s nace de la afir maCl?n ~e
roa su con cepto y, con ello, de un modo inmedi ato, que ex iste n datos inmediatos y de q ue la conscren cra
el ir ms all de lo limitado y, consiguientemente, eS pas iva. . .
ms all de s mi sma. puesto que lo li mi tado le pe r- Hegel comba tir ese pre j uicio filosfico Sin sa~1f
ten ece (p. 55). del m ismo conocim iento com n quc va a denu nciar
Tampoco oculta el finalismo de su d ia lctica: Pero esta con tradiccin y per mitir as su. s~peracin.
la me ta se ha lla ta n necesaria men te implcita en el Decir q ue la consci encia no se disti ngue de s.u ob-
saber como la serie q ue forma el proceso (lbid.). jeto, q ue refle ja todo el universo y .que .este umv er~
A par tir d e ah, el mtodo d el desarrollo se define le cs dado de manera inmediata, llnpltc~ co~ltra~lc
por un movimi ento en d ireccin al objeto y a la vez cin , puesto q ue entonces no seri.a consc renc ra, ~mo
de retorno d el sujeto a s mismo . shn plemente un fragm en to del un ner~o . La con,sclcl,l-
La met a de l conocim ien to, es deci r, el motor de cia ex ige oposicin, sin la cual no ex iste consci encia
la progresin , es la correspondencia del concepto con de la natural eza, sino sim plemen te natural~za . .La
el objeto y del objeto con el concepto. Este movimien- consciencia, aun en su form a ms sim~le, Implica,
to nos conducir, sin al terar la cont inuidad , hasta el pues, escisin, d esdobl am ien to d e la u~udad. El co-
saber a bsoluto. naci mient o del objeto no es igu al al ob jeto del cono-
Esta odi sea d e la consciencia empieza con la certe- cim ien to,
za sensible. La certeza no puede ser inmediata. . ' .
He seguido. en la Fenomenologa del espritu, la Primero porque el mi smo da!o. es una I1uSLn e Im-
evolucin de la consci encia, su marcha progresiva. plica contrad iccin . C uando d iVISO u n punto del es-
de sde la primera oposicin inmed ia ta e ntr e ella y el pado declarando q ue ese objeto es, consid.er~ con ello
obj eto hasta el saber absoluto. El ca mino que sigu i q ue ex iste independie ntemente del conocmuen to que
pasa por todas las for mas de las relaciones d e la cons- tenga de l. ,
ciencia con el objeto y tiene como resultado el con - Si me desplazo. en efecto. m i visin no al~anza:a
cepto de cienc ia (L, 1, p. 64). ese obj eto, sino otro. No dejo de a firmar la existencia
La simple consciencia sens ible es la cer teza inme- de l primero; considero q ue pe rmanece ,aunqu,: no es
diata de la presencia d e un obj eto exterior; un ob- un obj eto sab ido, per o el sab er no es SI el ob]e.to no
jeto est all, ex istiendo fuera de la consci enci a y la es, As, la certeza ms simple supe ra ya 10 se~slble y
conscie ncia no es otra cosa q ue la re cepcin pasiva de lo inmed iato : im plica que ,conser:vamos. el objeto au n
ese objeto. La consci encia es por de pronto inme- cuando ya no est ah. fs~ca e I~medl.at amen t ~ ~re"
diata, su re laci n con el objeto es, p ues, la certeza sente. La certeza ya no es inmediata, ,smo .m edla~lza"
sensible no med iat izada (Enc, 4 18). da; el objeto entra ya en u na categana un iversal: la
68 El pensamiento de H egel Il/. Dialctica del conocm ento 69
de las cosas q ue son aunque no sean sent idas inme- segu nda posicin histrica sobre el ser, la de los so-
di tamente. Lo universal es, pues, lo verdadero de la fis tas gri egos, la de Protgoras, que proc lama.: El
certeza sensible" (p. 65). hom bre es la medida de todas las cosas, de las q ue
,N i siq uiera podemos expresar el ser sensible q ue son , en cuanto que son, d e las que no son, en cua nto
!llIramos, puesto ~ lIC es r igurosamen te singular . Es qu e no son (Platn, T eelelo).
in efable. Como di r Fcucrbach: Para la conscien- H egel opone igualm en te aq u dos acti tudes qu e
cia sens ible, toda s las pal abras son n ombres propio s. siempr e consider como dos erro res simtric os: el dog-
La palabra, qu e es siempre un iversal, se opone a la matismo del ser de los materi alistas franceses d el si-
cosa, siempre singular. glo xv rrr y el subjetivismo en qu e termin el id ealis-
As, esta certeza sens ible del ser m irado que cre a. mo subje tivo de Kant o de Ficht e.
mos era el conocim iento ms r ico y ms concr eto, es El idealismo subjetivo conduce inevitablemente al
en rea lidad el ms pobre y el ms abstracto : la nica solipsismo, del cua l mu estra H egel la imp osibilidad .
verdad q ue contiene se red uce a la afirmacin de qu e El ve no puede ser, pu es, el yo singular del idea lis-
algo es. Y esto es todo. Esta afirmacin de la ex isten- mo ' subjet ivo, sino el yo un iversal de l idealismo ob-
cia desnuda es totalment e vacua. jetivo qu e es, para H egel, la superacin del materia.
Pero ella slo es llevada, puesta, por mI, por el su- lismo dogmtico y de l idealismo subjet ivo. .
jeto, qu e mant iene existent e lo qu e ha dejado de ser fiLa certeza sensible exper imen ta, pues, que su
sensible e inmediatamente presen te. La d ialctica in- esencia no est n i en el objeto ni en el yo y q ue la
t~rna de la consciencia nos lleva a una primera inver- inmed iatez no es la inmedi atez del un o ni de la del
sin: al no poder resid ir la cer teza en el objeto re - otro (p. 67).' .
sidir en el yo? ' En n uestra bsqu eda de la certeza no hemos po-
Esta dialctica de la conscien cia reproduce una d a- dido descam ar n i en el obj eto ni en el yo, y nos ve-
l ctica hi strica. El prim er momento, el de la afirma- mos r eenviados a la totali dad que in cluy e al uno y
cin d el Ser por oposicin a las apar iencias, es el de al otro, y qu e no es inmediatez del uno o d el 'otro,
!a filosofa de Parmn ides, q ue proclam a el carcter sino relacin del uno con el otro. La -in mediatez. de
Ilusorio del Saber sensib le y la ind epend encia del cualquier manera como sea conce bida, del lado del
Ser respecto de todo saber. objeto o del lado del yo, es un prejuicio y una ilu sin.
H emos llegado as a una p ri mera negacin : el Estamos en presencia de un movimien to que lleva
Ser no es algo dado, no es una nocin inmediata. en sI mom entos d istin tos (p . 68). Una dial ctica con
Lleva en s su propia n egacin : es porque otra cosa sus mediacion es reemplaza la pretendida in tuicin in-
no es. Pero ent onces es llevado. de alg una manera , mediata: . .
por el yo que vincul a el ser y el no-ser, mide el ser Luego de la primera experi encia dialctica , henos
en relacin con su otro, con todo 10 q ue l no es. aq u, pu es, en el corazn de esta substancia conside -
La real.idad ~mnediata, sera entonces la del suje- rada como suj eto. y adoptan do el r it mo de su desa-
to? Esta inversi n de perspectiva n os conduce a una rro llo, de su despliegue. Pu esto qu e el estud io d e la
70 El pensamiento de H egel IIJ. Dialctica del conocimien to 71

cer teza sens ible es el ms pobre. yendo de d etermi- Pero esta un idad de lo un iversal aislad o es una
naci n en det erminacin , y por un vaivn continuo abstra cci n q ue no se basta a s mism~. Pasamos as
del obj eto al sujeto y del suje to al obje to. encont rare- de las con tradicciones de la cer teza sensible a las con -
mos la verdadera tota lidad con creta . Parti endo de la t rad icciones d e la p ercepcin.
exper iencia ms tosca de la conscie ncia individual La cosa es una, pero ti en e propi ed ades mltipl es.
llegaremos a la estructur a objetiva del mundo en su Si reduzco la cosa a sus propied ades, entonces re gres?
pl ena rac iona lida d. ;I la certeza sensible. Si no r eten go mas q ue su um-

Al comienzo , la cons cienci a individ ual cre e encono dad , esta unidad es abstracta y vaca. Para super ar
trar ante s un mundo exterior dado, te rminado, y q ue esta contradiccin entre la unidad de la cosa y 511
l~ es ~x.trao. ~ I?rimera exper ienc!a nos ha permi - multiplicida d, puedo suponer, primero, q ue toda la
rido disipar la ilusi n de una rece pci n pasiva de ese diversidad de estos lados no la sacamos de la cosa
pr etendido dato inm edi ato. y descubrir la act ividad misma sino de no sotros (p . 76). La diversidad d e los
propia de la consci encia. En el curso de una dial c- rgano s d e los sentidos cr earla esta diversidad ?e cua-
ti ca q ue r eproduce, por med io d e la consciencia in- lida des de la cosa. Pero si la fu ente d e esas propiedades
div id ual. las largas luch as h istri cas de la humanidad ele la cosa estuviera en m )' no en la cosa misma, c~o
para pe netra r en el int eri or de la nat uraleza y de la explicar las determi naciones en el in teri or de u na mIS-
SOCIeda d, para asim ilar sus r elaciones in ternas, las co- ma cual idad? No tengo ms q ue un rgano d e l~
n exiones y las leyes del desarro llo, la consciencia ad - vista, lu ego lo bla nco, lo negro, lo azul est n de tcrrni -
q ui rir plena consciencia de si mi sma, se convertir nad as por las prop iedades de la cosa: . . '
en conscie ncia d e s y ra zn , y asim ilar todo el con. Puedo entonces plantear otra h ptesis ; SI la di-
ten ido de la substa ncia , de la r eal ida d natura l y versidad de las propiedades est en las cosas. y no. de-
socia l par a hacerla suya y reconocerse como r azn en
pende de sus re lacion es con o.tra cosa conm,lg? SI no
ese u ni verso transparente a la razn, puesto qu e es es la diversidad lo que p roviene de m, q Uil a sea la
su obra. unidad. sta es la act it ud de Kant . Entonces chocamos
Al ~rmi.~o de l viaje, la conscienci a habr supe rado ron todas las di ficultades q ue l conoci: si la un ifica.
la alienacin q uc la had a apar ecer como una r eal i- cin de lo mlt iple es obra del su jet o, nuestro sabe r de
dad dada, acabada, y ex tr aa a ella, esa naturaleza y las cosas se vuel ve una ilusin .
esa sociedad q ue son producidas por ella, que son su Pre guntarnos qu, en la cosa, pr O\'i~ n e. de la cosa y
obra y su creacin. qu provien e de nosotros, es, por cons l g~l.ente , en ? ~l'
La certeza sensible tena por objeto 10 sensible en hos casos, pla ntear mal el problema. N I el empms-
tant o q ue inm ed iato. Sus cont r adicciones in ternas nos 111 0 . n i el criticismo kan tiano pueden resolver este
han llevado a buscar el ser fu era d e lo inmediato en pr oblema d e lo uno y de lo. mltiple.
una det erminacin del pen samien to : Io q ue es, es lo En reali da d es la concepcIn mi sma de la cosa lo
universal. que es contradictorio, lo q ue lleva en sf e.sta contra-
Lo uni versal es lo sens ible superado. d icci n ta n pronto como se pretende considerar una
72 El !Jen jamien to de H egel Il/. Dialctica del conocimien to 73

I(COsa)) a isladamen te. abstractam erue , fuera de sus re- presa en la nocin de f u erz~ , q ue pcrmi~e i n t egra~ la
laciones vivientes con lo que la cosa no es. La cosa es oposicin dentro de la un idad, conce b ir lo sens ible
para s, pero es tam bi n para otro, en ella ha y dos se- ro mo manifestacin de un inter ior de Las cosas.
res diferen tes (p. 78). As la f uerza da una for ma obj etiva a ese movim ient o
Asistimos, as, a una nueva escisin de lo uno a l .lel p ensam iento que pa sa de. lo nn,o a lo m ~I1 t iple, de
desdoblam i~nto de la cosa en ser para s y ser para la un idad inter ior a su ma ni festac i n extenor, al de-
ot ro. Lo m.lSt~lD q u.c. en el n ivel. de lo sensi ble puro. scnvolvimicnto sensible de u na realidad que escapa
las contrad iccion es Internas de lo mmedi ato nos ha b an a lo sensible,
C?oducido a reem plazar u na intu icin por un a dial c- La nocin de fu erza permite superar las con tradic-
t~ca, .3 ver desdob larse el ser sensible q ue se negaba a d ones de la noci n de cosa, es decir, comprende la re-
SI ffi l Sffi? para OJ>?nerse al ser uni\"crsal abstracto, y lacin , o nuls b ien el tr nsito de la un idad de la sus-
nos. ?abla conducido a .supe rar esta oposici n en la tancia a la multi plicidad de los accidentes.
nocron de la COS3)), de Igual manera las contrad iccio- La nocin de fuerza nos perm ite aprehender el mo-
nes de la p ercep cin, el desdo blamiento de la unidad mento dialctico capital del desdoblamien,to de. ,10
de la cosa en ser-para -s y ser-para-otro, nos conducen uno, Pri mero porque de la fu erza a su manifestacin,
a superar la nocin de la cosa. a pasar de la cosa a la de su u nida d inter na a su desenvolvimiento extern o,
relacin. ' del todo imp l cito a la exterioridad de l ~ s parte~ , se
H asta aqu podamos pensar qu e lo esencial era la efecta un paso semejante al del pensamIento m ism o
cosa y 10 in esen cial su relacin con las otras cosas. m ando el concep to se desarr oll~ en la r~alid~d concre-
Cuando esta ilusin se disipa, cuando la relacin se ta; ese movim iento del pensami ent o es id n tico al m o-
convierte en Jo .esencia l, la verdad no puede ya bu s- vimien to de las cosas.
carse en 10 sensible. (IY es aqu donde la conscie ncia Luego porque la nocin m isma de fu ~ rza se de sdo-
ent ra verdaderamente en el re ino del ent end im ien- hla necesari ament e. .No se puede conc eb ir una fuerza
to (p. 80). sin la r esistencia qu e se opone a ella ; un a fuer za no
puede pensars e sola. Lo u n o ~ es plegnd~se s~n obstcu -
10 r sin fin en el vac o, aban ico de la diversidad, no es
La per cepcin no llega a apre hender el objeto porqu e una fu erza, Pensar una fu erza es pensar su otro, su
no puede apreh ender Ia un idad de sus dos mom ent os a ntagonista median te el cual slo ella se m anifi~s t a
cont ra dictorios, la iden tid ad de la cosa y la d iver sidad como fuerza. Kant sealaba ya que a toda a traccin
de sus propiedades. At ribua sucesivam ente a la cons- corresponde una repulsin, si.n la cual habra o di.s-
ciencia y a l objeto tan pron to la un idad como la mul- persin ilim itada o coagulaci n de toda la maten a
ti~lic.idad , mi ent ra s q ue lo que hay que p ensar es el del universo en un punto. Al desdoblarse, la fuer za
transito de Jo uno a lo otro. permanece una. E l conc ep to d e la. fu erza se vuelve
. Este tr nsito d e la nnicl~d a lo m lt iple, del ser .par a- (~fe et iv(l mell l e real por el de sdoblami ento en dos fuer-
SI al ser-rara -otro, de lo interior a lo exterio r, se ex- zas, y la forma de ese devenir tam b in r esulta de elin.
74 El pe nsamiento de H egel I IJ , D ialcti ca del conocimiento 75

Ca da fue rza no tiene reali dad ms que por su otro Esta reduccin ti ene una gra n import ancia, pu es
P? T su an tagonista. Polari dad, accin r ecproca y d eve: rornbate las tendencias empricas. u na concepcin del
ru r caracte nzan a la "el la dialctica d e la na tural eza mundo que slo "e por todas partes lo sensible y 10
y la di alctica del pensami ento. t ontingente .
Llegado a ese pun to, el entendimiento ha d escubier - Pero slo nos d escubre el esqueleto cuantitativo de
to el In ter ior de las cosas por oposicin a su manl- la naturaleza. slo es una abstraccin . La ley as esta-
Iestaci n sensible. En cierta ma nera el mundo se ha hlecida es u na r elacin exterior a las cosas q ue une ;
desdoblado. por una par te el fen meno, es decir, lo 110 expl ica la nec esid ad d~ su vinc.ulo . Una fo~a tal
q ue apa rece .para nacer, d even ir y morir, y, por otra , d e explicacin es tautolgica : consiste en red uCI; toda
10 supra scnsiblc , que es lo con trario de la ap ari encia n-nlida d a elementos idnticos, a tra tar de ex pl icar el
fenomenal, y qu e el enten dimi ento le opone, sea como o bjeto por el obj eto. . . .
cosa en st, distint a del fenmeno, sea como Dios La verdadera exp licaci n es de otr a na~uralela . Esta-
transcendente. hlece entre los fenmenos un vinculo mtem o, nccc-
El fenmeno ser ia, pues, un tabique ent re un erue n- seria y vivie nte. . . ,
d im j~nt.o exterior a las cosas y un den tro de las co- La explicacin es, en el se~tl~o etim ol gico de ~a
sas, distinto a la vez d el fenmeno y del en ten dim iento palabra, despliegue, desenvolVi mIento de la c?s.a. rrus-
q ue las percibe y las pi ensa. ma. No sera. pues. posible atenerse a l~ oposlclOn ?C
Hegel no p uede con tent arse con ese dualismo que 110 fenmeno somet ido a la ley del d evenir y del monr.
condu ce al agnost icismo ka ntiano. y de una ley que sera de ello la exp re sin in ter ior pero
Para l, entre la cosa en s" y la cosa-par a-nosotros inerte y abstracta. .
(el . fenm eno~, no e~iste bar rera inf ranq ueabl e, ni si. Una a bstr accin mu ert a no puede explicar una r ea-
quiera u.na d l f~rc n Cla de natura leza, sino simplemen- lidad viviente. .
te un a diferen cia d e grado. El conocim iento de la cosa Ahora bien . cua ndo la conscienc;ia tiene por Ob)elO
en s es el conocimien to total del fenmeno. lo in terno, lo q ue escapa a 10 sensible , entonces ,ti ene
Ah ora bien , este conocimien to. esta explica ci n por ob jeto el pensamiento . (8 se ve que detr s del
del fen meno, puede concebir se de dos maneras d ife- llamado teln, qu e debe cubri r el inter ior , no h~y
r~ntes . Se p uede pasar pri mero del fenmeno cam- liada qu e ver , a menos q ue pen etre mos nosotro s m l~ '
hiante y mudable a la ley imagen constante del feno- mes tras l. tanto para ver como para q ue haya detr as
m~no siempre in estable (p. 92). En este tra nqu ilo algo q ue pueda ser visto (p. 104). . .
remo de leyes (p. 92). podemos intent ar , de abstrac- La r ealid ad es una : fu era de 10 sensible no existe
cin ~n abstraccin, por empobrecim ientos sucesivos, una realid ad cualquiera fantasmag rica qu e seri a el
reducir todas las leyes a una sola, a la manera de Ne w- den tro d e ese sensible. La ley que es ese dent r o es
ton, q ue co ncib i como forman do /lil a sola ley , la ley un pen samien to.
segt'l~ I~ cual la p iedra cae y las esferas celestes tiene~ C uando se habla d e la explica cin de las cosas, 10
m ovur uen ro (p. 93). clllc se despli ega . 10 qu e se desenv uelve en ella para dar
76 El /Jcllsam iento de H egel
JI J. Dialctica del conocimien to 77
cuen ta de ello, para darl es "id . .
concep to. ste es el in 'e " d al y eXISte ncia, es el 1 n scie nc ia se ha convert ido en nutoconscienc ia. El
El fl or e as cosas Yo. j uzgando y dividien do, posee un objeto q u e no es
concep to no es una a bstrae . :
constituye una unidad con ICI~n ex terl Or .3 la cosa; diferente de l-l mismo-e, la autoconscien cia.
necesar io de las cosas Es su e es~n:ollo In terno )' En la noc in d e la vida , p or primera vez, el sujeto
que const itu>'c una ~nidad :0 1
:;\ VIVIente , un alm a /l O se distingue del obje to. E sta in fini da d simple, o
q ue es un nombre dado a su ~ ~uerpo. un a lma r l concep to absoluto, debe ser de nomina da la esencia
miento, a su florecimi ento m OVimiento, a su crec- dmple de la vida, el alma del m undo, la sangre uni-
Al re chazar toda transc~nden ' H . versal que, omnipresente, no ve su curso n i tur bado
ronces la relaci n del fe era, egel conc ibe en- .. i interrumpido por n inguna diferencia, que ms bi en
. n meno con el concepto tmisrno es todas las diferen cias, lo mismo que su ser
un a re1acron de lo finito COn lo ' fi . como
infin ito, pa ra l. es inh erente In 1flI ~O .A hora bi en , lo supr imido: tiene pulsacion es en s mismo sin mover-
que el movim iento or el cual a o uu to, no es ms U:, tiembla en sus profundidades sin estar inqui eto.
infi ni to no ex iste rnl: q ue en lol~ ~nlto s~ supera. Lo 1Iem os pasado, as, no slo de la cosa a la fue rza, d e
finito no existe n i tiene sen tid n~o. al Igu al que lo la explicacin del obj eto por el objet o a la explicacin
nito que lo anima y lo contien~ m. s q ue en 10 infi- del o bjeto por el pensamiento, sino de la consci encia
R ecordemo s que 10 infinito . ;1 la autocon scienca . La verdad de la consciencia es
trario de 10 que llamaba ' p.ara H egel, es lo con- 1;, nuroco nsc ic ncav y sta es el fundamento de aq ulla ,
d.ad ~, . Lo infinito es lo co~~;r~oJ ~:~n~u,d la Plos it ivi- lle manera q ue en la exi stenci a toda consciencia de
r toridad . a o. d e a exte- otro objeto es au toconscicncia.
Este movimiento de lo su . Al n ivel de la cer teza sensi ble, la conscie ncia te na
mi en to del concepta-tant ~rasensl bJe, este mov- Imr objeto el esto sens ib le; al n ivel de la percepci n ,
sam iento no forman ms o en a Cosa Com o en el pen- l.r cosa; al nivel del ent endimiento, la fuerza. Ahora ,
en el sentido de ue no s que uno--es, p ues, in finito a l n ivel de la au roconsciencia, su objeto es la vida.
la diversida d qu~ lo an '"m separa d,e lo qu e se mueve :
e
Pero el mov im iento del saber no slo ha pe rmitido
. a no est fu era d "1 una profund izacin de su objeto. La fuerza era una
ex tenor no est dada Lo ' ti . e e , no es
O tro, la: difer enci as . ~u r~n i~I~~ pr~uce l mismo su imagen an tosca del con cepto. La vida es la imagen
part es d el todo ci; P P ga cron : e nge nd ra las acabarla : la consciencia, e n s. se rcen cuentra y se des-
ex plicacin no f:~~a~~eo sU " nPropi?damdovim ient o. La cubre, H asta ahora crea dialogar con una na tu raleza
va lui
VHmen . to de las cosas. a un con el dese". n con un objeto ex te r ior y extrao. Ahora sabe que
Lo a bsoluto lleva en s el mor r d 110 se r efiere a otra cosa que no sea ella misma. El
la n egatividad, la escisi n la m : t e su progre~i~n ; saber y su objeto se id ent ifican : "El objeto corres pon-
de la vida, > er e como con dici n tic al conce pto .... el ser en s y el ser para otro es lo
~a~~s;rlk~aa~l~~;~it:ncia
mismo ... El Yo es el con tenido de la re lacin y la r ela -
de bus caba su obj eto fuera rin m isma (p . 107),
. . se reconoce en ese obje to. La Todos los m omentos anteri ores del saber y de su
78 El pema m;ellto de Hegel 1I1. Dialctica del conocimiento 79

o~jet? subs isten, pero como momentos d e la autocons. lo infinito. La au toco nscie ncia es, as , el ejemp lo ms
cren cra, mo~entos. superad os. Co n la au toconsci encia, prximo a la pr esen cia d e la infinitud (I bid.). Esta
es la superacin m isma lo qu e se con vierte en esencial. pres encia no puede ser yuxtap uesta u .opu esta a la d;
. Es en esto en lo q ue su movimiento semeja al de la In finito. Slo se transpor ta en lo fini to, en el m OVI '
vid a, .don~e lo finito pasa constantemente a 10 infinito miento mi smo por el cu al lo finito se supera de jando
y lo Infi n i ro a Jo finito. La au roconsci en cia est an i- d e ser lo que es. Lo finito no es ms q ue la in q uietud
mada por e se movim iento que l e impri me la infin itu d tic lo finito.
de su tar ea. Es consciencia p rc tica, es anticipacin in. Seg n la expresin de H yppol te, no es tra nscend cn-
cesan te de ~u obra, q ue es la absorcin o la apr opiacin da, sino acto de tra nscender.
de la totah~ad de ,la natu raleza inorgnica. Pues el Por tan to, la vida en su unidad y en su totalidad eS ~(l
m undo seJ.1~Ible exist e com o lo O tro de ella misma, mas all del indi viduo. y ste no expresa la presen CIa
pero ta'I~blen como de biendo ser asimi lado por ella , de la m isma ms que superndose, negndose a s mi s-
como objeto de su deseo. 11I0. La vida es la muerte. L '-1 nega tividad de la muert e
. Ese mundo sensible es un todo, una totalidad vi. solam en te da vida a la v ida.
\'.ICI~te, ~ue en gendra ella misma sus par tes y se mulo H emos llegado al corazn del pensamiento hege lia no
tIph~ SIO perder su unidad. Esta r elacin vivien te de dominado por este te ma de la unidad intima de la vida
l~ finito y d e lo infin ito es en s en el devenir d e la )' de la muerte. Lo Absoluto m ismo. por cu~ nto . es
v~da ; no es para s ms que en el hombre, cua ndo esa vida, vida en su forma ms completa, es decir , Vida
VIda se .vuelve la vida del espr it u. de l espr itu , lleva en si la muerte, su propia muer te.
La VIda s~o p~Jede rea lizarse plenamen te regresan . m tema luterano del Dios q ue ha muerto es, pa ra ne-
do a ~a c~nsClenCla d e su p rop ia totalidad, a esa auto. gel , la exp r esin teolgica d e la verdad m s profunda
c~~scl en cla par a la q ue ella ser totalidad viviente. La de la filosofa ; la de la n egativid ad inhere nt e a lo Ab-
VI da es sol~ment~ esta unidad misma, de tal mo do que soluto m ismo, la de lo In fin ito realizndose ncamcn -
n o es al mIsmo. tiempo para s m isma : por ello (l este te en el movimiento de d estrucci n incesa nte de lo
concepto ~e escin de en la cont raposici n en tr e la a uto . finito, la del Dios que n o puede ser Di os sino haci n -
consc l en cl~ )' .Ia vi da (1', p. 109). dose hombre y conoc iendo como l la muerte. Dios no
. ~l .m ultlpllcarse, a l d ividirse en una m ultitud de puede ser separado del mundo, n i siq u iera diferen cia-
md lvld uos, la unidad de la vida en su totalidad, que do de su vida.
parece estar fu era de cada individ uo particular n o La vida no puede reflejarse a si mis ma en su totali-
p uede .e x~n:sarse ms q ue en la au tocon sciencia. ' dad ms que en la autoconscen cia . Por pri mer a vez
" uEI mdl\?~u? solame n te es en cuan to el todo de la la substancia aparece aq u como sujeto.
vida est dividido, l es una p ar te }' todo el resto la De esta manera, esta au toco nscien cia se halla con -
o tra ; sola mente es en cu ant o l no es una parte V en sagra da a la posesin de la vida en su t.0la;lidad. Es el
cuanto nad a es0 separado de ! (Noh l, System frag. deseo insatisfecho. El deseo es este movmuen to por el
men t, p . 346). Sin lo cual Io finito estara separado de cual la conscie ncia se apod era d el objeto negn dolo
80 El jJClISIllll iellt o de H egel lIJ. Dialcti ca del con ocim iento 81

como tal, negando su exter ior idad pa ra hacer de ella puede ser un a fuerza, slo es tal en fren tada a ~tTa
slo un medio. fuerza. Esta reciprocidad vue lve a encon trarse al nivel
T~ nto qu e lo qu e la consciencia desea en el objeto de la autoconsclencia: una consciencia no pu ede ser
sensible no es tan slo el obj eto sensible, sino tambin nutoconsclencia sino en re lacin con otra consciencia.
a ella misma, la un idad con ella misma. La conscicn- Solamen te en ella pu ede afirmarse y hallar confirma-
~ i a ti en e ahora. como autoconsciencia, u n do ble c b- dn de s.
Jeto : lino, el obj eto inmedi a to de la ce rteza sensible An tes de exa minar cmo va a op erar H egel el rr n -
y de la percepcin, p ero que se halla sealado p:lra sito en tre la consciencia ind ividual y la consciencia uni -
e~ a con el car;ct~r de lo negativo. y el segundo, pre- versal resu mamos lo que ya se ha logrado.
cisamen te ella misma, q ue es la verdader a esencia y Al ~omenzar el estudio de la a utoconsciencia por el
q.ue de mo~n en to slo est presen te en la contraposi- deseo, H egel destaca que la toma d e consci.encia de si
cin del pru~er.o. La au toconscienca se presenta aq u por par te del hombre es esenci al ~e nt e acnva .
como el movmucn to en qu e esta contraposicin se ha Desear una cosa, aun en el niv el m s elemental,
sup erad o y en que d evi en e la ig ual dad de s mi sm a por ejemplo en el del hambre. es ya de~ar tra~sf~r'
consigo m isma (p. lOS). marla por una accin ; no contemplarla, 5100 suprrrrur -
Una conciencia tal pu ede, pues, recorrer uno a uno la en tanto q ue cosa enunciada, in dependi ente. sin
todos los moment os de la vid a sin apagar su sed. rela ci n con el yo, y hacerl a m a absorbtn dola en m ,
. El deseo no p uede saciarse por medio de ningn ob- asimilndola. El homb r e no puede llegar a la consc ien-
JelO P? rq ue otro objeto siempre lo har re nace r en la d a de si mismo por la contemplacin. sin~ slo por la
r uta sm fin de la mala infin itu d. accin . El d eseo es el comienzo de ese yo acnvo, n egado r
Puesto q ue la aur oconsciencia se persigue a s misma del ser dado, un yo que tra nsforma y crea. .
en esta bsqueda u, no podr satisfacerse antes de en - De ello se desprende una segunda consecu en C1~: la
cont rar un objeto en el qu e no slo se r econozca a s relacin entre el homb re y la naturaleza. su u nidad,
misma, sino que la reconozca, q ue le bri nde la con fir- 110 es un da to, es un a accin . Esta u ni dad que tan
m a~in de s m~sl11a. Slo entonc es el obj eto perd er slo es aqu deseada slo se rea lizar al trmino d~ un
su independencia negn dose a s mismo. El deseo slo arduo trabajo medi ante el cua l el hombre humani zara
puede finalmente desearse a s m ismo, es decir, d esea la natu raleza.
o~ ro ?ese~ y hacerse r econocer por l. La autocons- El tercer descubrimie nt o capi tal de H egel es que
ctencra solo alcanza su satisfaccin en otra auto- las r elacion es entre el homb re y la nat ura leza pasan a
consciencia (p. 112). trav s de las relaciones entre los hombres. El hombre
En este movim iento vemos repet irse el proceso q ue 110 p uede satisfacer sus necesidades sino 5.oc;ialmen te.
se pr esentaba como j uego de fu erzas, pero a hora lo en- En tr minos idealistas, H egel lo ex presa dici endo que
contramos e~ la consciencia (p . 114). la au toco nscc ncia slo puede satisfacerse siendo r eco-
H emos VIStO, en efecto, escind r se el concepto de nocida por otra autoconsciencia. . ._
fuerza, desdoblarse ; una Fuerza aislada, en el vado, no Sin embargo, H egel presenta estos descubrimientos
82 El pensamient o de H egel lll , Dialctica del conocimien to 83

decisivos nicamente bajo su aspecto ideal. Emp ieza, Ser la exter iori zacin d e la a utoco nsciencia la que
por ejemplo, el estudio del deseo no al nivel element al enunciar la materialidad.
de )~ accin r~cip roca del organismo an ima l y de su Igu al inversin se produce en lo que r especta al
a~blente. al n.lvel en q~e ese organismo, por la nutr - desarrollo y al enriquecim iento incesante del d e~eo :
c.ln, se ap,ra pla del objeto exter ior y lo asimila a l, pre cisamente porque el hombr e, c~mo ser sOClal. y
sm o tan solo en un a et apa ulterior , la del deseo hu- por su trabajo social, tra nsfor m pr~ m ero S ~I pro p iO
~ a no , q ue se presen ta. entonces como 10 que or igina- medio y cre obj etos nuevos, se creo poste: lOrlllentc
r ramen te es : como un mom en to del desarrollo d e un necesidades n uevas y se transform a s m ismo, a~e
p roceso obj etivo, p ero separad o de su cond iciona mient o ja udo sin cesar el hori zonte de sus dese?s. f.lcgel 111-
natu ral (es decir, c .las expe rien cias an ter iore s), como vierte aqu la h istori a r eal, consta ta esa ~nf ll1 tud r eal
un fenm eno subjetivo. En realidad, el individuo de- del deseo para ded ucir d e ello la necesidad del de~
~ea p rim erame nte .porq ue el ciclo objeti vo de los can . . joblami cn to de la au toconsclcncia y del r econoc-
Jes entre su organismo y su med io am biente se ha in- miento, es deci r, por ltimo, de la realidad social del
r.
t~rru m p i do, el deseo no ti en e su sentido primi tivo
sm o en funci n de ese ciclo. Es en una etapa mucho
hombre y de su con sciencia. O tra vez, aq u, toma el
resultado como or igen .
~s tarda, .al adquir ir ~por el tra bajo social y la tc- A pesar de esta inv~rs i? ~e la ~istoria r eal de la
n ica) una .m de pendencla, au nq ue re lativa, r especto g nesis de la au roconscrencra, inversi n q.ue conduce a
d~ su med io, cuando su deseo aparece como su bjeti- la m ixtificacin idealista, H egel descu br i algunos de
vidad y ~l mundo ex ter ior con sus objetos como medio los momentos esencia les de esta gnesis.
para sat isfacer su deseo subjet ivo. La e tapa sigu iente es un ejemplo sorpren~ente de
He~el consider a as esta subje tividad del deseo como ello. Despus d e haber establecid? la. neceSidad del
un or igen rea l, como un punto de partida siendo en desdoblam iento de la aut oconsciencia y del rcco-
r ea!idad un :esult~do, un momen to de u n~ larga evo. nocimic nt o, H egel b usca la ley d e d esar rollo ele esta
luc.ln. E.sta 1.nver~16n se halla en el principio d e toda consciencia, es deci r , la form a como sup erad . la opo-
la inversi n Idealista : colocar en el com ienzo lo que sicin nueva q ue acaba de aparec er con ese desdobla-
se halla a l final. mien to.
Est~ ~rimera inversin trae consigo todas las dems : En los ti tubeos de su juventud haba pensado por
la actividad, el trabajo, medi ant e el cual el homb re IIn mom en to q ue esa superacin , mediante la cual la
asimilar la nat ural eza entera y le dar una form a vida r ecobra su unidad, pod a realizarse por el amor.
hum~~a , al estar .desde el comienzo separado de sus Pero la exper iencia hi stri ca de mostr a H egel que
condiciones materiales, no es ms qu e un tra bajo abs- la conqu ista de la unidad de la v i d.~ pasaba por u n
tract o, un m ~~ent o aislado d el trabajo real. el nico camino ms d ificil : el d e la scpara cron, del desgarra-
mom en to .esplrl tual d e ese tr abajo. La r estaurac in del miento, del conflicto. No se llega a la vida unit iva del
todo partien do de ese momento ai slado, abstra cto, se amor ms que por med io de la lucha.
presentar como una operacin netamen te esp ir it ual. Las dos au toconsciencias, como las dos fu er zas en la
81
El pe nsamien to de H egel II!. Dialctica del conocim ien to 85
etapn anterior, se implica .
.
una l i m 'l !1 !. se op onen a la vez:
1 a a a otra reslStlcndola E t .
cada
.
I lcncia, el otro en sier vo, qu e reconoci en el Seor su

Implica una lucha a mUer te ' 1 . 5 a reciprocidad .un oconsciencia, p ero que permaneci apegado a la
pureza. cxig~ l.a supresin d~ ~:; ~iS;;rr:~ sI, en su
vida como tal ; dep ende a la vez del Seor y de la vida,
n de las cosas. Est encadenado a esa naturaleza de l a
o qu e d istingue al hombr del a n . qlle no pu ede substraerse en el combate.
est movido por el solo d e de anrmal es qu e no
~ir:~i~~~~~~~dea~~e~-::-s~r~~~~:~ ets;;~~:a~eS~u ~j~~~
Cmo se desarrollan esos dos moment os de la con s-
, icnci a ?
su sen tido y d~ su rea lidadarE~ la \"l d~ la pl eni tud de El Seor se serv ir del siervo como si fuera su pro-
na ~la y un a tra nsposicin fi iosfi:~ dialc~l~ hegella- pio cuerpo. para trans for mar la naturaleza. para tra-
gl ica : aquel q ue q uie Iv e. a m xrma evan. bajar. Por tanto, slo hay r elacin con la naturaleza a
slo aceptand o el riesg:: ::: var ~u ~Jda la p erd er, y travs de l esclavo. El Seor ha. perdid o toda relacin
llSolamc lHe arriesgando la vidr er a podr salvarla. propiamente h umana con la nat ur aleza : no le impone
tad, se prueba ue la . a se mantiene la li bero ;1 ella. por el trabajo, un a form a propi a de satisfacer
es el ser ....". qes 51 hesend~la. de la autoconscienda no sus n ecesidades , no tiene ms que gozarla sin transfor-
." . <j I un irm e 1 marla. como hace el animal. El desarrollo d e esta cons-
la vida El 111 I diI VIid uo que nto h en .a expansin de
puede sin duda ser reconoci d~o a arnesgado la vida delicia del Seor se encuentra as detenida.
ha alcan7.ado la verdad d como p erson a. pero no El gran cam ino del desarrollo del hombre y d e su
a utoco . " e este reconoCimIento como conoc imie nto pasa por la consciencia del siervo.
1 nscten cia ndepen dien t- (p. 116). El siervo escogi vivir. Pero cuan do experimen t el
.a lucha per mite a cada u d I '
maree, tanto por encim d Iav e os ad\'ersanos a fir- miedo an te la posibilidad de la m uer te. entrevi la
de la an ima lidad de a e. a \'I~a como por encima posible desapar icin, la frag ilidad y la insuficiencia
al poner su vida ~n pe'l? cxistencra nat ura l emp rica, del m undo natural , y, deb ido a ello. tom consciencia
E igro. tic s mi smo. ste es un pr incipio de liberacin.
n esta prueba cr ucial va a od .
desdob lam ient o de lo . l p r ucrrse un n uevo El tra bajo es la segu nda etapa de esta li beracin . Al
. uno , os dos mom ent d I en fren tarse con el objeto, el siervo explora su estr uct u-
euroccnscienc ra van a . di os e a
gonistas cond uce el cor::::a1t: rse. Un~ de los dos a n ta. ra. y su tra bajo se halla en el or igen d e toda ciencia.
le afirm nd asta el nesgo de la mu er. Este paciente y doloroso d escubrimien to de la na tura -
, , ose as como pura '.
t iene miedo de la m . . autoco?Scl:nCla . El otro lela y de la complejidad de sus leyes permit ir a la
tido an gu stiada po r ~l~rte, e~ta conSCienCIa ((se ha sen- conscienc ia descubrirse a s misma y reconocerse plena-
el m iedo de la esencia ent era, pues ha sen tido men te. Transformar la n aturaleza, modelndola para
d isuelto i nterior:~~l~~' J~el S~o~ absoluto. Ello la ha imponerle el sello hu mano, es ex teriorizar al hombre.
ma y h h h , la ce o temblar en si m is- hacer pasar el sujeto al obj eto med iant e el trabajo. El
fijo (p.all~)~ o estremecerse cuanto habia en ella de tra bajo for m a la na turaleza y ext erioriza al hom bre.
El p ri mero s " La gra ndeza de la Fenomenologa de H egel y de su
e convJr tl en Seor , p ura au tocons- result ado final-e- la dia lct ica, la negat ividad en tauro
86 El pensamient o de Hegel lIl. Dialctica del conocimiento 87
q ue principio determinante y cre ador d mento del na cimi ento de la serv idumbr e, progreso d e-
H egel considera la prod uccin propia - rhe" be en que rlsivo en la h istoria de la humanidad y en el desarro llo
un p roceso ' e om r e como
y ve en el h~~~e q~~ c~ncibe la esencia del tra bajo del esprit u h um ano , bajo la forma de una robnso-
liada, de un enfre ntamiento de individuos. Ello com-
pu esto q ue real el ;es~~~~:' ~n el hom~re vcrd.adero porta grav es consecuencias mor ales y sociales; la glo-
relacin real, a~ti va, del ho~b e su p~plO l.ra baJo. La 1 ifi caci n de la guerra y su eterna n ecesidad para exal-
ser genrico -es deci re cons igo nu smo como lar la grandeza humana, y la j ustificaci n d e la serv i-
osible o h ' " . ecrr, como ser humano-slo es
P . SI ace surgir rca lm t od dumbr e (y con ella la de tod as las formas de opres in
n ricas.c.Io que a su vez sl en e t ,as sus fuerzas ge- social), puesto qu e la situacin del seor y la del sier-
conju nta de los homb . o es posib le por la accin
r-iac--, si se r elacion a res, c~mo r esultado de la h isto- vo dep enden de la virtud del u no y d e la indigni dad
del ot ro. Las relaciones reales de clase son r eemplaza-
qu e igual ment e slo e~on o~;~~s cOIl;a con obj etos, lo
das por r elaciones puramen te espir ituales.
aliAcnacin u (Marx, Matll~S cTito~ ~;J~8~~)forma de la Gracias al tra bajo sur ge y progresa el pensa-
1 mostrar que tod o .:
hombre pasa por la cons~r:!;t:d:~ ~a h bcracin del
mien to.
El pensamien to es, en efecto, la un idad de los dos
ra~a q ue la formacin de l hombre S1e;o, Hegel sub- momentos de la autocon sciencia: el de la p ur a auto-
bajo y que, finalm en te. no es el sc_ ace por el tra- consc ie ncia y el de la forma q ue la autoconsciencia im -
guerra y goza de ella sino q senar . que hace la
, ue es e q ue tra ba ' . prime a las cosas por el trabajo.
es verdadero creador de I histor P q ur en Este pensamiento, por el cual el ser-en-s est un ido
slo trans forma el mun a rstona', Pu es el trabajo no
o ms bien forma al l~o nabtura.l,.smo q ue transforma, ;,1 ser-para -si, es al m ismo tiempo voluntad . Se pre-
, "10m r e nusm o E I F senta, por consiguien te, como lib er tad.
;~~~~f~~~~e~~~~to }' el suj eto sedesarrlla~ s~m~~~n~~: En la decadenci a de la ciudad antigua, cuando se
rompe la ar mon a de la na turaleza y del espri tu , d el
b rcH yegel
la viot asimismo
o] qu e 1as r e]neron es en tre el h om.
o indi vid uo y de la sociedad, el h ombre b usca escapar
homb res. . na lil a eza pasan p or las r e]ac sones en tr e los
o al caos r efugindose en ese pensami ento li berador, ele-
vn dose gr acias a l por encima de lo r eal. Sta es la
Cier tam en te H e 1 d
les en tre los h ~e re u ce t~das las relaciones socia- actit ud del estoicismo, cuya accin consiste en ser li-
bre tan to sobre el trono como ba jo las cadenas, en toda
ello presenta su~~es~~ba. r~laclOnes espirituales; por
. ., nrmentos en forma d d dep endenci a de su ser alli singu lar ; en conservar la
d a: SI tuviramos qu e creerle 1 . . esor ena - car encia de vida que constantemente se r etrotrae a la
que tiene mentalid d d . ' e siervo es siervo por
:1
r itu d e servid umbr: es s~:~~, ~i~ntras 'J ue ebl espi-
esenciali dad simple del p ensamiento retirndose del
movim ien to del ser all , tan to del obrar como del pa-
orden h istrico ha sido in vertido un~ s:rvl u.~ re. El decer (p. 123).
sultado es q ue el esp fr it d id ez mas , el re- H egel seala qu e una doctr ina semejan te slo pod a
cl or igen, lo qu e condl\lceease: t u1mb r e se to.ma como surgir en una poca de temor y servidumbre universa-
ege a concebir el mo -
88 El pensamiento de H egel lIl. Dialctica del conocimi ento 89
le~)) (lbid .), como una ten tativa de evasin del pema. ni tam poco por el escepticis~ o al negar en el pensa-
nuen to. mie nto la realidad de la serv ldumbre.
El siervo busca conciliar el ide al de la liber tad con Tamb in el cr isti anismo es una ideologa de sier vo,
su servi dumbre. Se hace la ilusin de escapar a sus pero de un siervo que no ha in ten.tado ~scon?er la. ~on'
cade nas elaborando una id ea ab stracta de la libertad: tradiccin fun damental de su ex rste nc ra, n~ refugin-
iden tifica la liber ta d con el pensami ento. dose en el pensamiento, ni nega nd o la reali dad . Con-
El pen sami en to estoico, al ig ual que el de Kan t, per- sid era que esta contradiccin es ~ ~el udi ble , que se
manece exterior a las cosas. Se cierne sobre ellas. Esta halla implcita cn .la etcrna . cond~cln humana.
libertad a bstracta no es ms que la il usin de la li- No obstante , ex iste un mas all , otro mundo que
ber tad. no es el de la na tu raleza, sino el de la so brena t ura ~ ela .
Cuando este pensamien to, simp le negacin del mun- La lib ertad es posible, pero fue ra del l1l un~o. sens ible .
do de las r elaciones determ inadas, en lugar de rep le- El cr ist ian ismo triunf, en la d escomposcl n de la
garse sobre s, como el pen samien to estoico, se enfren ta dudad a nt igua, porq ue con l el de spren dimiento del
con el de.t~lI e de las c~sas, se convierte en escepticismo. individ uo de todos sus vnculos naturales con la $O '
~amblen el esc ptico vive en la ilusin ; cre e des- cie da d (la alienacin.d e la sociedad) ~. an ms ra -
tru.lr el mundo exterior d iciendo no a todo pero J;' dical qu e con el es toic~s m o y e: escepticismo : ,
J~lJ TSf: del pensamiento. El escepticismo asla, en la Cua ndo la consciencia del senor y la del srervo. no
d.lalctlca, el mo men to negativo. forman ms que un a sola consc iencia , (cesta con scien-
Actu ar es negar el dato. El escptico em plea en ello cia desven turada , desdoblada en s misma (p. 12B)
todo su p ensam iento. opone, en s mi sma, al amo y al esclavo. . .
Sin .e?"lbargo, tal actit ud es con trad ictor ia, pues el Es una consciencia fu nd amentalm en te r eligiosa en
cscepn crsm o proclama la libert ad y la grandeza del la q ue Dios es el Seor y. el hombre el sier vo. .
p ensam lent o pe ro permanece ad he rido a una realidad Esta oposicin es partI cularmente brutal e~ el ~ u
q.ue no deja d~ ~egar. Es una vana tenta tiva el q uerer da smo, en el q ue el Dios tra~ scen~ente es 1;' in fini to
a lSl~r la negatividad de la totalida d, el procla mar la al que el hombre no p uede un rrse SIllO separ ndose ra-
vanidad del mundo y decirle no al m ismo tiempo que rlicalmc nte de 10 finito.
nos. adherimos a l a tra vs de cada una de nu estras Ex iste una separacin de la O?'nsciencia en s nus-
acciones. m a. Es lo qu e H egel llama el re~n~ ,del Padr~.
N ? se puede estar a 13. vez alej ado y sumergido en Con el cr ist ianismo, por mediacin el e Cri sto, lo
la vid a.. Est~ autoconscicncia es, por ta nto, dob le r inm utable ha tomado una figura sensible (p. 130). La
contradictoria. La toma de conscie ncia de esta con- en carnaci n reali za la u ni dad de lo Universal y de
tradiccin y la explicacin o la justi ficacin de cst-r lo Singular. l.a subje tiv ida d . ad quiere un val?r .abs? -
co ntradicc~n entr e la idea de la libertad y la realida d luto El Yo fini to no es conslderado ya como rm scn o
de ~a . servidumbre no ha podido ser superada por el junto a U1H. transcendencia abrupta . Comienza en tono
estomsmo pensan do solam en ro la idea efe la liber tad . I'(:s el reino de! H ijo.
90 El pensamien to de H egel JI. Dialctica del conocim ien to 91

La u n in con Di os p uede ser entonces vi vida tratan - T a n slo u n cam ino sumiste : el d e la reconcilia-
do de llegar a D ios slo a travs de Cri sto, huyen do del cin con la tierra.
mundo. P ara la conscienc ia desventu rada. el ser en s es el
No obstante, la tentativa de alcanzar a D ios huyen- ms all d e s m isma (p. 143). La consci encia no puede
do del mu ndo para unirse con Cristo est condenada librarse d e la desdicha ms que eliminando esa trans-
al fracaso. Desde el momento q ue se bus ca ab razar a re ndencia.
Cristo, slo se encuen tra su particulari dad prop ia. su El ad ven im iento de la razn es el momento en q ue
tumba vaca. La espe ranza de devenir uno con l el hombre renuncia a buscar un en si transcendente a
tiene necesariamen te que seguir siendo esperanza, es la autoconscienci a, en q ue d eja h u ir del mundo,
decir, q uedar sin r eali zarse y sin conv ert irse en algo E ntonces es en el mundo do nde se reencuentra la
presente)) (p. 130). Lo absolut o no puede ser aprehen- au toconsc ienc ia. H istri cam ente, dice Hegel, fue en el
d ido en una presencia sensible. R enacimien to cuando apareci, frente a la Edad Me-
La aceptacin de un mundo, de un mundo q ue ha d ia cristiana, la id ea de que la r azn huma na es co-
sid o santi ficado por la En carnaci n y en el q u e todo extensiva a la realidad en tera. ese anhelo fu era d el
es u na figuraci n o u n sign o d e Dios. no permite espr itu. ese deseo apa sionado del ~o mbr~ por conocer
tampo co la reconciliacin de la consciencia cons igo mis- su tierra (PIi H . p. 372). Esta Idea tr -iu nf con la
ma. Al actuar sobre el m undo, el cristiano atr ib uye a Revo lucin Fr an cesa,
Dios el pri ncipio d e su accin. U na vez ms, la m05 Con ella se afirma la exigencia de u na sntesis del
ciencia no coincide con su esencia, su accin perm a- ser y del pensamiento, del e~ s y del para ,s. d.e la
nece singular y su comu nin insufici ente. consciencia y de la autoconsctencra. y esta sntesis es
Slo queda, por cons iguiente, un camino. el d el aban- la Razn .
do no de la voluntad singular. el del ascetism o. mc-
di an te el cual el cr istiano trata d e lib rars e d e la sin -
gu laridad. La R azn es la certeza de la consci en cia de ser toda
T entativa contradictoria y condenada al fracaso, real id ad (l', p. 144). P ero la R azn , unidad de l p en -
p uesto q ue la superaci n d e la fini tud slo se efecta sam iento y de su objeto, de l~ consci,encia y de la ,a u-
a tr avs de la muerte. La par ticulari da d subs iste . pues, toconscie ncia, slo pu ede re alizarse Si este pensarrnen-
hasta en la volu n tad d e r en unciar a ella, y esta volun - lo y esta au tocon sciencia no son ind ivid uales, sino
tad misma slo puede h acer ms doloroso el senr i- universa les.
mi en to de la separacin de Dios. la imposibili dad de El idealismo de la R azn no pued e ser , p ues, el
un irse a El, ideali smo subjetivo de Kant o de Eich te, sino un idea-
Esta triple fru stracin prueba la vanidad d e los es- lismo obj eti vo. .
fuerzos hecho s par a buscar la salvacin en u na tra ns- Para el cri stianismo, el Espr itu es el creador de
cendencia que agrava el duali smo del en s y de l toda s las cosas, pero es un espritu un iver~a1. En la
para si . Iglesia, el crj.;tiano de alguna ma nera re aliza la ex-
El pen samie n to de H egel 111 . Di alctica del conocimien to 93

periencia de este Esp r itu universal. El idea lismo, ta l El ideali smo subjeti vo, que no ha in tegrado el mo-
como lo conci be Hegel, conserva esa concepcin del me nto de la n egacin , de la det;er minabilidad, de. la
Esp ritu y esa concepcin de la uni ver salidad , pero m - d iferencia, es decir, toda la r eali dad n atural )' social,
pera ndo el punto de vista de la tr anscendencia, es de- es un idealismo vaclo, q ue proclama de form a ab so-
cir, superando la alienacin religiosa. El m oment o lutamen te gratuita q ue todo es suyo.
de esta reconcili nci n de la au toconscienco y de la .:S el re verso de l escepticismo, y es tan pob re y con -
presencia corresponde histr icamente al del Renaci- t radictorio como l, del q ue slo se d istingue porque
mien to por oposicin a la Edad Media. asla, en la dialcti ca, no el momento de la n egaci n
El id ealismo subjetivo no t iene posibilidad de r eali- desnuda, sino el de la afirmacin igualmente desnu da.
zar este paso del yo singular al yo universal. en primer Es una consciencia desven turada qu e ignora su dcs \e ~ .
lugar porq ue no alcanza a conceb ir el yo de otro modo rura y se conten ta con u na felicidad d~masia~o fCL1.
q ue como yo indivi dual, es decir, como yo in medi ato, Para introducir el mom ento de la d ierenca y de
el cual no es el producto de un lar go camino cult u ra l, la negaci n en esta unidad, para llenar el yo vaco y
no ha sido forma do por la asimilacin de las con qu is- alcanzar la Razn en su universalidad con creta, es de-
tas de la historia an ter ior de la hum an idad. cir, una Razn enriquecida por todo el contenido de
El err or fu ndamen tal del idealismo es tomar por la naturaleza y de la h istoria y consciente de su car c-
pun to de partida lo que en r ealidad es un resultado. ter no in dividual, sino substancial (social), deb e supe-
La Razn no es la pura identidad consigo misma : ra r, como ra zn terica, la exter iori dad d e la natura -
para ser coextensiva a 10 real, o m ejor, para cont en er leza, como razn pr ctica.fa exterior idad de la sociedad.
en ella todo lo real, debe pri mero hab er int egrado to- nicamen te entonces el ideali smo sub jetivo, for mal.
nos los conocimient os an ter iores de la human idad, la de Kant y de Ftch te, ser supe rado por un idealismo
larga experiencia de su penetracin del un iverso. So- concreto, por u n id ealismo ob jetivo.
lament e entonces tiene un conten ido. El movimien to El movimi en to gene ral de este captulo de La R a-
d ialctico qu e nos ha hecho pasar sucesivamen te de la z n, en la Fenom enologa del esp ritu, es s u m am~ ~te
aspiraci n a esto, a la percepcin, luego al entend - significativo. No implica, como en Kan t, una cr mca
miento, es decir, a la conscien cia del m un do ex ter ior. de la r azn pu ra y una cr tica de la razn prctica con
no ha sido hor rado o anulado por el segu ndo m ov - la sn tesis hipott ica d e la crt ica del jui cio qu e de-
m iento d ialctico. el q ue revel la ind epend encia de fine finalmente u na act itud estt ica an te el mu ndo,
la a ut ocon scienc ia por la experienc ia del d eseo. de la ..ino una di alcti ca de la razn ter ica, luego una d ia-
lu cha por el re conocim iento, y de los fracasos doloro- lctica de la r azn prctica, al trm ino de las cu ales el
sos d el estoicismo, del escep ticismo y de la conscien- hombre, que se ha apoderado de la natu r aleza y n o for-
ci a de sven turada . lila m s que uno con el espr it u de su pueblo, es con-
Esta larga serie de negaciones. de con t radi cciones ducido a una accin efecti va en el mundo real de la
superadas, forman pa rte del espr itu que se est rea- n aturaleza y de la hi storia.
Iizan do. El espri tu es la histor ia del espr itu.
91 El pensamien to de Hegel lIJ. Dialctica del conocimiento 95
Esta razn se busca primero en el espejo de s m isma )' por el carcter efmero y mudable de lo q ue d esigna
en el seno de la na tura leza ente ra . Ignora an que la )' pretende inmovilizar . no tiene en s n inguna verdad.
naturaleza no es ms q ue la alienaci n d e s mi s. La clasificacin, con sus jerarq uas inmviles, au n
ma , su O tro, que loma la ap arienci a d e lo sensible. ruando los signos caractersticos que escoge correspon-
S:rla intil reprochar aqu a H egel el carcter hoy den en el pensami ento a lo que, efectivamente. ~epa
ant icuado de muchos aspec tos de su critica del saber ra y distingue en la r ealidad a los seres , es extrana al
cien tfico, q ue d ep ende, en gran medida, del estado deven ir real.
de d esar~ollo alcan zado por las cienc ias de su tie mpo La ley establece r elaciones mat emticas exteriores a
y qu e eviden teme nte se ha lla m uy distan te del estado las cosas. No ex presa la r el acin esencial, es dec ir, la
ac~ ua l. Q ue H egel cr itiqu e una fsica todava en na ci- necesidad in terna. H egel condena aqu lo q ue llama-
m iento y permanezca pr ision ero de un cie rto forma- riam os hoy la concepcin positi vista de la ley, simple
lismo m at em tico, q ue rec hac e el transfor mismo. q ue relaci n matemt ica en tr e dos fenmenos.
conceda una ate nci n desmedida a la fis iognomonia )' Sin embargo, en ca da una de estas te n ta tivas, el pen -
a la fren ologa. todo ello es cont inge nte y est su pe- samien to se busca en las cosas; al formul ar h iptesis,
r:' do, .como lo est hoy la etapa de la histor ia d e las ,.1plan tear preguntas a la naturaleza. ( afir ma de he-
cren ctas a la que se dir igen dicha s crticas. rho que las cosas slo po seen verdad com o con cept os
Lo q ue impor ta es la conce pcin de la r elacin en- (p. 150).
tre el con ocimien to cientfico y el saber filosfico. sub- Descri pcin , clasificacin, ley, no son ms que mo-
yacente a esta crtica. ment os abstractos del conce pto, y slo con el conoc i-
. Cu ando H egel se esfue rza en establ ecer q ue las cien- mien to de la un idad orgni ca, de la vida, la consc ien-
eras d e la naturaleza, como las cienci as humanas, no da vu elve a encontrar , en cl coraz n de las cosas, una
p er mit en ~cscubrir la unidad de la au toconsci cn ca y imagen r ealizada de ese concepto ; ya se trate de la
de la r eal ida d, estab lece con vigor q ue la ci enci a, en vida observ ad a en el d esarrollo de un in div iduo vivie n-
su p oca. ?O tena u n carcter dialctico. Lo q ue pero te en el q u e el todo engen dra y pro duce l mismo las
mancce VIVO no es, p ues, la pretensin especulati va partes. o de la vida observad a en la unidad o la mul-
d.e constit uir ~~a filosofa de la na tural eza , preten- tipli cida d de las especies en las que cada individuo no
sin hoy defini tivamen te superada. sino la notab le r e- es ms q ue un momento de l q ue la m ue rte sea la la
flexin sobre el conocim iento cientfico q ue se ha lla finitud al m ismo tiem po q ue manifiesta la infin itud del
contenida en di cho captulo. movimient o que, superando al individ uo, realiza la
En las tre s etapas recorridas por ella hasta ah ora : unida d de la especie, todos los momentos del concepto
descripcin. clasificacin. ley (que corresponden a los }' la necesidad de su enca denam ien to tienen aq u su
tres mome n tos de la consc iencia. es d ecir. el esto sen- expresin ma terial.
sible, la percepci6n de la cosa y el entendim ien to de Para $uperar los mom en tos anteriores de la conscien-
sus le yes), la ciencia man ifiesta su ins uficie ncia. d a, su abstracci n, para alcan zar la necesida d profun-
J .a descripcin , por el solo h echo de su contingencia da , es preciso concebir el uni verso como un organismo
El j}(~ JlJa lll i e n to de H egel lIJ. Dialctica del conocim iento 97

viviente. La nocin de finalidad, tal com o la conce ba vnculo orgnico de lo un iversal y de lo sing ular, la
Kant, pero como j uicio simplemente refle xivo, es la razn observadora no puede ate nerse al estudio de la
promesa de la n ecesidad real; ella da 'una imagen de na turaleza vivi ente q u e, al limitarse al en-s, nos re-
SI que, en Kant, estaba separada de la necesidad de la mi te al para-s, es d ecir, a la observacin d e la au to-
na turaleza, como u n ideal ex terior a la re alidad . conscienci a, a las ciencias humanas, don de el concep to
La id ea.de finalidad intern a, al expresar nicam en- alcanza el para-s.
te la necesidad pro funda q ue une el fin con el comien zo En esta nueva etapa se manifestar la u nidad de lo
en, e~ desarrollo orgnico, es la im agen na tu ral ms interior y de lo ex teri or. La ley es la abstraccin va-
proxr ma al concepto. ca sin ll evar en ella la escisin qu e no ser a sino el
Sin embargo, la observacin no p uede apr eh ender el cont enido (p. 180).
traspaso como tal (as como, en una etapa anterior, la C on el estudio del individ uo humano, a la vez tota-
p ercepcin de la cosa, al no llega r a aprehender el tras. lid ad orgnica y autoconsciencia, brota en l mismo,
paso de una cosa a otra, la rel acin entre las cosas pues, la oposicin , el doble carcter de ser movimi en to
se supe ra ba en el en tendimi en to que pensab a ese tra s- de la consciencia y el ser fijo de u na r eal idad que s::
~as~ con el c?n~cp to de fue rza). Va, por tanto, a su bs- manifiesta, realid ad tal q ue es en el d e un modo in me-
ttturr el movmuento nico del vnculo di nmico entr e diato la suya (p. 185).
e~ ~n ol'gni~o y !a reali dad efect iva, la oposicin es- En este nuevo campo de observacin , el de la cons-
ta tl : a ~ e lo m tcnor y de lo exterior y va a formular ciencia act uante, el proble ma consiste en descubri r la
~a sl&"Ulente ley : Lo ex terior es la ex presin de lo ley q ue expresa la re laci n en tre la autoconsciencia y
mtcnor. la realidad exterior q ue cons ide ramos como su exp re-
El concep lo se reconoce, p ues, a s mismo en la sin.
n aturaleza orgnica, si no p ara s, al me nos en s. En ello se han empeado d os falsas ciencias : la fi-
. L a vida n o es a n la R azn : no hay vnculo n ecesa- sog n om on a de Lavater y la freno loga de Oall. m uy a
n o :nlre los caractere~ de una esp ecie animal y el la moda en tiempos de H egel.
~e~l~ q ue ~e. r odea, p iensa Hegel, q u e cons idera al La primera pr et ende descubr ir al individuo par -
Illd~VIduo vi vien te como un sistema cerrado y r epro. tiendo de su expr esin sensi ble, de su fisonoma, del
d uci ndose constanteme nte sin cambios no en un mo - tono de su voz, de su m ano, etc. Hegel seala prime-
vimien to as~enden te, crea n do formas qu e se ad aptan ramente que ello es abs tra ccin pura: el lengua je, el
c~d~ vez m eJ?r Y ms complejam en te, sino en un rno- tra bajo, etc., son otras formas de expres in ,
v,1mIento ~{d ICO que re pro d uce siempre el mis mo tipo, Incluso la mano, que no e s sin embargo tan aje -
810 evol ucin y sin transfor macin. La natur aleza or- na al destino del hombr e, la mano , de la qu e puede
gnica no ti en e histor ia, proclama perent ori amente decirse que es lo q ue el hombre hacen (p. 188), no es,
H egel, admi rador sin em bargo de Did ero t y contem- como el conjunto del cuerpo, ms q ue un a de las ex-
poraneo de Lamarck. pres iones del in dividuo. Resulta ar bitrario separar
Para comprender en su plenitud el concep to, el ese aspecto de otro que es la seal impr esa por el indi-
98 El pensamien to (le H egel 111 . Dialctica del conocimien to 99
vid uo en el m undo, es deci r, el conj un to de sus o bras. lo mon str uoso. La razn . q ue esencia lme nte es el
Por otra pa rte, a n si esta expres i n corpora l Iuc- concepto, se escinde de un . n~od o in m edi ~to en s mis-
ra una expresin completa del in terior del indivi- 1110 y en su contrario, OpOSICin q ue preclS~men t ~ por
duo, slo expresara, como m ucho, el balan ce de su di o se supera de un modo igu al mente inmed iato
pasado. d e un pasado que cada nueva accin puede {p. 207).
d esmentir o por lo m en os transformar. Cada nueva El fracaso de la razn terica nos remite a la prue -
d ecis in. volver , p ues, a pon er en tel a de ju icio la ha de la ra z n prctica.
preten di da expresin de lo inter ior por lo exter ior.
Chocamos aq u COIl una de las consecue ncias de la
opo sicin abstracta d e lo inter ior y de lo ex ter ior, de L "l Razn no puede enco nt ra rse a si mi sma en el c?-
la in ten cin y de la ob ra. Hacimi ento : la ob servacin, incluso cient fica , la dej a
A dem s, al lim itarse a resum r el pasado , esta ex- e n p resen cia de un u d~to ) . No es posib!e e ncontrar el
presin deja escapar lo q ue es propi o de la a u tncon s- s-mismo en la ex ter ion dad de la cosa, SIll O en la obr a,
ci en cia, q ue es p recisamente la superaci n , la anti- en lo que es el producto d e su prop ia act ividad.
cipacin ; slo tiene en c ue nta las h u ella s d el hom- La a utc conscic ncia no puede, pues, r econocerse en
bre y no sus proyectos. un obj eto ind ep endiente de ella. La autoconsci cncia
Aqu se inicia el pa so d e la dia lcti ca d e la razn se afi rma en lo q ue realiza.
teri ca a la d ia lctica de la ra zn pr ctica, pues el Pero lo qu e ella r ealiza no lo hace sola. T odo en el
verdad ero ser del hombre es su obrar (p . 192). No es m und o es o bra , pero no es mi obra.
la razn observad ora , sino la razn pr ctica, la acc in. E n la vida de un pueb lo es do nde, de hecho, en-
lo q ue nos cond ucir a la toma de con scien cia com- cuentra su rea lidad consum ada el concepto de la rca-
pleta de la Razn . lizacin d e la raz n consciente de s ... Lo que el in -
Esta dem ostraci n es vale dera a iortiori pa ra la d ivid uo hace es la opacidad y el hbi to tico univer-
fren ologa , la cua l tien e la preten sin de descu brir la sales de todos (p p. 209-2 10).
individualidad en la con formaci n d el crneo cosa
inerte }' m ue rta, ms abstracta an que el r ostro o la 'Cmo adquirir cons ciencia de ello el in d ivid uo ?
La fel icidad consiste en ser en la su bstancia
, es
mano. decir. en te ner consciencia de que el para-s no form a
Esta a berracin , esta forma ex trema de aliena- ms q ue uno con la naturaleza y la soci e'~a~, en i?cn-
cin del espri tu en una cosa m uert a, lleva en sr a su rificar n uestra propia obra con la del esp lTl tu umver -
contrar io, esto es, la razn, que renu ncia a recono- sal q ue las crea. . . .
cerse en u na cosa muerta y que busca descu brirse en El indi viduo slo alcanzar esta feli cidad d esp u s
la accin. del fracaso de tod as sus tentativas de realizar nm edia-
Esta su pr em a al iena ci n impl ica u na in versi n del tam en te esa un idad ; deseo manifiesto del gozo, pro-
por al con tra. Un estallido de esa un idad de la razn testa d el cor azn que q u iere im poner al m undo su
y del ser conceb ida bajo la forma de ese acopla m cn- ley, virt ud sublevada contra el c ur so de l mundo.
lOO JI/. Dialct ica del cOllOcim ien to 101
El IH:llwllll ielllo de H egel

El p ri mer ep isod io de esta b sq ueda (le la fel ici- (p. 222) r echaza el in dividualismo a su ~ropia i~divi
dad que empr ende el in dividualism o es la b squeda dualidad y 10 asla . T iene como tr mino l gico la
del placer . El Fausto de C oc rhc es su palad n , pues locura, con la hostil idad de todos.
trata d e en contrar en el placer sensible la unidad in. Como Scrates al escuchar la p rosopopeya de .Ias
med iata con el ser, a la cual aspi ra. Leyes, el corazn exper ime nta su smismo ms b ien
Ese espr itu d e la tierra lo cond uce al fracaso. romo lo no r eal (p. 223). . .
P ues la sing ularid ad del in d ivid uo . que slo vu elve Cuando se hace consciente de esta con trad iccin ,
sus de seos hacia r ealida des sens ibles cu va naturaleza ve ve cond ucido al extre mo opuesto. L a ley es lo esen -
es deveni r y morir, se enfrenta con .esta le" de l rial y la ind ividualidad lo q ue hay que supera rll (p -
deveni r y del mori r como con un destino' ine- gina 224 ).
xora ble. Una vir tud abstracta se opone al cu rso del IU?-ndo.
Lo q~e quiere y cree ab ra zar se le escapa sin cesar . Es ta n to la experiencia del cab~llero de .la VIrtud ,
Se conv ierte en el esclavo )' la vcti ma de esa n ecesi- non Qu ijote, como la del Iormali smo kan tiano.
dad exter ior . Esa n ecesidad de la que ha hecho. a SlIS Sin em bargo . en su lucha cont ra el curso del mun -
expensas, la experiencia , le cond uce, para segu ir su do ese caballero de la virtu d ab stracta es un caballe-
marcha hacia la felicidad. a hacerla suya sin sali r. sin ro ' de la triste figu ra. de antemano desti nad o a la
embargo. de lo sens ible. P er o b uscar d en tro de s derrota puesto que se ha lla enredad,o en una contra-
m ismo esa sens ibili dad y esa ley nec esar ia. q ue sed diccin fundamen tal. este combatiente q u e en ~ ll
la ley del corazn. lucha slo se preocupa por ma nte n er su espada sm
Este nuevo idea l es siempre individ ualista : el h - man ch a (p. 228 ). _ ,
roe rom nt ico no concibe la felicidad mds q ue como En su crtica d e Kan t, Pguy d ir mas ta rde q ue
desarrollo de su yo individ ual. el idealista tendr a man os limpias si tuviera m ano s.
Pe ro ~a amb ici n ~s contradictoria : la singulari- Luchar contra el curso del mundo es, en efecto. para
dad sensible del corazo n no puede ser le y universal. esa vir tud formal, asegurarse la prop ia derrota, pues-
El bandido gen eroso y desha cedor de entuer tos, como to que slo es exi gencia de purel~., y en e~ combate
el Ka.. Moer de la obra de Sch iller Los bend dos en est segura de p erde rla . U na rebeli n semepn ~: con -
el ~ual . sue a H egel. ch oca con todos aq uellos cu ya s Ira el cur!i.O del m undo es Yana, e... la abstracci n de
asprrac rones no son las suyas: la ley del coraz n n o la reb elin .
tiene de la universalidad ms q ue la forma. N uestro Los fracasos sucesivos de l indi vidualismo llevan a
hroe va a chocar al mi smo ti empo con u n orden so- la concl usin de q ue es nicam ente en la socieda d
cia l que l juzga artificial y con todos aq uellos q ue donde el jnd vid uo puede r eali zarse y alca nzar la fe-
no ven r ealzada en su ley la ley d e su pr op io co- licidad .
razn. Asistimos en H egel a una re concil iacin del indi -
Est a contradiccin de la singularidad de la con s- vid uo y la sociedad. La consciencia ha hecho en su
lucha la expe r iencia de q ue el curso del mundo no

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1 ciencia q ue pretende ser inmed iatam ent e uni versal
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102 El pen sam enu, de H egel IlI . D aec ca del conoci miento 103

es tan malo como Se vea, pu es Sll realidad es la r ea- conociera el origen econmico de las r eflexiones filo-
lidad de lo un iversal (p. 230). sf icas de Hegel. ste eleva al concepto filosfico el
Al .suP:Tar el ind ivid ual ismo, el hom bre ad q uiere an lisis de la mercanca de los economistas in gleses :
conscrcnc ra de qu e en la accin se realiza la unidad la oposicin del valor de uso, de la objetividad n atu-
de la ~u bj cl ividad }' de la objeti vidad, y q ue en ella ral de la mercanca, vuelta hacia el indi viduo. y d el
se conju ga n la universalidad del en-s y la indi vid ua. valor de cam b io, ob jetividad social de esta m isma
lidad del para -s. mercanca, q ue hace de ella una r ealidad ext raa al
L~ ne~tividad en d ser , q ue es de term inaci n }' individ uo.
p:m l cu l aTl~ad . no forma ms que uno con la negati - La fuen te d e esta al ienacin est en el tra bajo m is-
vidad prop ia a la accin , qu e es universal. mo, )' H egel lo presin ti al darle el nombre de astu-
En esta com pen etracin de la individualidad y del cia de la razn . Primeramente tr anspon e una de las
s~r ,. c l hombre acta en tanto que ser gen rico, como pr incipales ideas de Adam S m it~ : El trabajo del
dir Ma rx en sus M an u.scritos de 1844. Cada accin ind ivid uo para satisfacer sus necesid ades es tanto una
verdadera , ca.da obra , es obrar de todos y de cada sat isfaccin de las n ecesidades de los o tro s como d e
uno, la esenc ia q ue es la esencia d e todas las esencias , las suyas propias. y slo alcanza l ~ satisfaccin de sus
la esencia espiritu al (p. 245). propi as necesidades por el tra bajo de los o t r~s. ~sf
Hegel, como Cocthe. d ir complacido: Al com ien- corno el individuo lleva ya a cabo en su trabajo rtn-
l?,era la accin. Pero no la accin en gen eral- la ac- guiar, inconsciente mente, un trabajo un ive rsal, ll.eva
Clo~ final,:"ente ab stracta, ineficaz, q ue por su ge ne. a cabo, a su vez, el tr abaj o un iversal como un objeto
rah da~ m isma ya no es accin, sino pen sam ien to d e consciente : el todo se con vier te en obra suya como
la acci n , tan to en el hroe romntico como en el ut - totali dad , obra a la que se sacrifica y pr ecisam ente
pico-, sino la accin limitada y precisa medi ante la se recob ra a s mismo desde esta totali dad (p. 2 10).
cu al el individuo pa rticipa, por su obra, en el desa- Este texto es la clave de la ltima parte , y quiz , de
rrollo de lo universa l. roda la Fenome nologa del espritu , puesto que d es-
Sin embargo, esta insercin de la particul aridad cribe concretament e la relacin que H egel concibe
en la universalidad como u no d e sus momentos no en tre el individ uo y el todo, y la realizacin de su
se rea liza fci lment e. un idad q ue es a su vez el obj eti vo final de la Fenome-
. La totalida.d socia l est desga rr ada por cont radic- nologa. .
Clones, y, bajo el nombr e d e reino animal del es- H egel, en la tradicin de H obbes, H el.vetlUs. de los
pritu , ~egel nos ofrece en su lenguaje ab stracto economis tas clsicos de Inglaterra. consid era q ue el
una . bell sima d~scripcin de la selva de las com pe. com portam iento de l hombre ~s t di rigi ~o ~o: la sao
teneres en la SOCiedad y de las contradiccion es en las tisfaccin de los intereses estri ctamente individuales.
que vive. Esta forma de defini r las relaciones de la La sociedad capitalista est , en efecto. basada en la
consciencia ind ividual con el todo, con la sociedad en propi edad pr ivad~ y la activida d l?riv~da , egosta, de l
su conj un to, serta difcilme nt e inteligible si no se hombre. H egel tiene plena consciencia de ello, pero
101 El pensamiento de liegel IJI. Dialcctico del conocimien to 105

co~sidera. sin em~argo. que esa act ividad ego sta te r. t"lrs---de escamotear las con trad icciones r eales. fue lle -
mma en fines universales. Es lo que llama la astucia vado a j usti ficarlas y a eter n izar las como momentos
de la razn ", es decir, la necesidad pro funda de lo q ue necesar ios.
c~da uno hace en form a egosta se halla ocul ta y ac- Sobre la base econmica r eal de esas con tradiccio-
tua de algu na manera a espald as del indi viduo. el nes y sin conceb ir en las relacio nes h u man ~ s. ~: s <Ju~
cua l no ti en e conscienc ia de ello. La individ ualidad su aspecto espiritual, H egel elabora una vrsion tragt-
del curso del m~ndo puede muy bien suponer q ue e-a de la histor ia y su prog reso, que ha ce del d ~sgarra
slo ob ra pa ra SI o de nn modo egosta; es mejor miento un moment o siempr e superado pero siempre
de lo que ella supon e. su obrar es al mismo tiempo renacien te del desarrollo h umano.
un ob rar q ue es, en s, un obrar universal. Cua ndo Llegados al trmino de la d ialctica del esp ritu
o bra egostamente. sim plemente no sab e lo que hace ; subjetivo, hemos pasado
y cu a ndo asegu ra que todos los hombres obran de (a) de la cosa a la obra ; )'
mod? egosta, ~i mp.lemente afirma que los hombres (b) del yo al nosotr os.
no tie nen con screncra de lo q ue es el obran ) (p . 230). Lo que primero se presen taba como dato es en su
~n ello hay 3: la .vez una descripcin pro fu ndam en- verdad producto. . " .
te Justa y una il usi n. Es innegable que las cosas su- sta es la obra del esp r itu , no del esp ri tu .wbJetl-
ceden as en una socieda d en la que el inters pr iva - no, sin o del espr itu objetivo. "
d o .es el motor de la vida social y econ mica. La h is- T odas las form as de subjetivismo terico y de m .
tona es el prod uc to de la actividad de los hombre" dividualismo prctico han sido supera das, y, una vez
per? de ho~bre q ue, ~l actuar en form a a islada y ms, H egel vu elve a la cr tica de Kant, cuya filosofa
ego sta , no tien en consc ienc ia del r esultado de sus ac- considera q ue es la expresin espir it ual suprema del
ciones. no t ienen consciencia d e estar hacie nd o esta subjet ivismo y del individ ual ismo, par~ m ostra r q ue
hi stori a comn. Es cierto tambin q ue si el todo es es im posible desvincular la ley mo~al ~n tcmp or ~l el.e
el resu ltado de la act i"i ~ad de todos, ese todo preci sa - la moral individual, y que la conscrencra moral indi -
m ent~ se . e~eva por en ema de la actividad egosta de vidual slo puede darse un con ten ido consider ndose
cada ind ivid uo como un poder ajeno a cada uno de ru mo un momento de la vida de un pueblo.
ellos, es d ecir . como poder alienado. El Yo se ha convertido en un Nosotros, y el Noso-
Pero cua.ndo H egel concluye de ello que ese todo tro s en un Yo.
es el e~pn tu , mues!ra un opt imismo ilu sorio, pu es En la relacin . en- la o br a de este yo, se re aliza la
no es c ierto que la Jungla de los apet itos con curren- unidad del ser y -de la au toconsciencia.
tes asegu.re el de senvolvimiento sere no- del espri tu , Al final de la dial cti ca del espri tu subjetivo. H e-
"T am b i n H egel. profu ndamente realista . y sin tr a- gel ha establecido la' idea fun dam en tal de su sistema
tar- al cont rario de las triviali dades liberales de los diciendo que la substa ncia -es sujeto. -
econom istas que, como por ejemplo Bastiat . se ate. Pero {alta abord ar otra dialctica , la del desarrollo
n an al optim ismo bea to de las A rmon as cconomi- d e ese esp r itu q ue se ha vuelto ob jet ivo.
106 El pensamien to de Hegel IIJ. Dialctica del conocim iento 107

La verdad alcanzada por el espr itu objetivo d ebe Este desarrollo objetivo de la historia transcurrida
ser seguida en su desarrollo a trav s de toda la h is- era hast a aqu el fondo histr ico y social a partir del
tor ia. cual p oda or ganizarse la inici acin d el in dividuo. La
d ialc tica de su educacin personal abrazaba los co n-
lom os y r epro duca los moment os de una d ialctica
EL Esp R I T U OB J E T IVO ms profu nda , la de la h istori a universal. .
De esta di alctica ms fund amental, de la cxpen en-
La od isea del espritu subjet ivo termina cuando ste cia de la especie, debe el espritu ad quirir conscie n-
l?ma consciencia d e su un idad con el espritu obje- cia para convertirse en espritu obje ti vo. .
uv e. Este desar rollo obje tivo que ya actuaba en la P"!'
1...'1 consciencia in d ividual ha ap rend ido que no for- mera part e de la Fenomrnologia del espritu, que ac -
maba sino uno con la conscie ncia u niversa l. Este paso ruab a sin q ue la consciencia in divid ual lo sup iera.
se enu ncia ya en la pri mera pa rt e de la Fen om enolo- <l a sus espaldas, como dice Hegel, es ahora llevada a
ga del csp rit u : Ms la rde vend r para la conscicn- la IUl del d a.
cia la experiencia de lo que el espritu es, esta subs- Volveremos, pues, a encon trar aqu , en una forma
~ncia absoluta que, en la perfecta indepen den cia y social y objetiv a. todas las u fi~r~s del esp ri tu <.lue
lib ertad de su cont raposicin, es d ecir , de distintas se manifestaron en forma subj etiva d en tro del CIclo
consciencias de s q ue son para s, es la unidad de las ),a r ecorrido. _ .
mismas: el yo es el nosot ros y el nosotros el yO )) (p- A la progr esin de las figuras de la conscrcnc ra ha
gina 113). de suceder la progr esin dc las figuras del mundo,
Co mienza una nueva d ialctica ascen dente. El es- que es, a su vez, el fun da mento de la primera .
p ri tu va a. recorrer un n uevo ciclo de exper iencias, Volver emos, pues, a encontrar los mi smos estad ios
las ex perie ncias d e la especie despu s de las d el in. a ese nivel ; a los momentos de la consciencia, de la
div idu o. El tema de ese mo vimien to ya no es el indi- autoconscicncia y de la razn , corresp onden los mo-
viduo, sino la hu manid ad. El espr itu es la vida mentos de la h istori a hu mana que for man su base.
tica de un pueblo en tanto que es la verdad in me- Esta segu nda parte de la Ft:ll o m ellolo~a ~t:l esp-
dia ta ; el ind ividuo que es un mund o (p. 261). rit u no consti tuye una filosofa de la histori a. pero
~I vncu lo entre los dos ciclos es estrecho y el para- imp lica esta filosofa de la cual slo expre~a el. aspec-
lelismo de las etapas no es en n ingn mod o formal. lO fenom enolgico. el de la toma de conscrenc ra.
La pedagoga del espritu individual descubre su H egel no pre tende abarcar la totalidad. d~ la hi s-
motor secre to ; el derrotero de la conscien cia a la toria. sino tan slo separar los grandes virajes y las
au toconscicn cia y a la Tazn estaba preparado y. de cri sis, los puntos cruciales de la experiencia del hom -
a lg~na man era, or denado en el in dividuo por la his- bre como especie, las gra nd es mutaciones de la hu-
tafi a entera de la humanidad . la cual ya hab a reco- manidad.
rrido estas etapas. Los jalon es elegidos por H egel correspond en a los
lOS F.l pensamiento de H egel IlI . D ialctica del conocimicsuo Ion
q ue volved a tomar en su Filosofa de la historia y (e) Esta tercera etapa, por la cual el esp ri tu te rm i-
cuyas caracter sticas fu ero n elaborarlas en sus ob ras na el ciclo de su desa rrollo, es aquel la en qu e el des-
juveniles : garra mien to es superado y conservado a ttulo de 010
(a) En pri mer lugar, el momento de ciudad. uni- mento. Es aqul donde es ma yor la di fe rencia entre la
da d inm ed iat a del en -s. de l individuo y de la socie- Fenomenologa }' las L ecciones sobre la fil osofa de la
dad, de la particularidad y del todo. Esta bella ar mo- historia. Vu elven a encontrarse e n am bos trabaj os,
na moral de la ciudad antigu a, que era en su j uven - ba]o nombres d istint os. los mi smos tres mo me ntos
tud una especie de pa ra so perdido, de edad de oro (ue se lla ma n en uno el esp rit u inmedi ato, el esp -
de la humanida d feli z, ahora se ha convertid o en un ritu alienado )" el espr itu segu ro de si mismo, y en el
mo mento de la histor ia. el de la unidad inmediata otro el m undo griego. el mundo roma no }' el mundo
q ue correspo nde al d e la consciencia en el ciclo del germn ico. Sin embargo, la per iodi zaci n en am bos
espri tu subjet ivo. es muy d iferen te; en la Feno me notogia, la segunda
(b) El segundo momento es el del mundo romano. poca va desde el comi enzo del Imperi o romano h asta
que resulta de la de scomposicin y de la di soluci n la R evolucin Francesa, y la ltima, el espr itu se-
de la polis; el individ uo se afirma ah por s mismo, guro d e s mismo, est slo representada por la filo-
y. a l separarse la pa rt icularidad de l todo, el todo . el ~o fa alemana. En la Filosoa de la historia, el m un-
Estado, se le vu elve ex tra o, transcende nte, hostil, do german ice com ienza con las invasiones del siglo I V
a lienado . Es el mome nto del de sgarramien to. y se ex ti en de ha sta la restauraci n de la monarqua.
En s ~ j uvent ud H egel no vea en ello m s que de. Las razo nes de esta di ferencia de presentacin nos
cade ncia, y por el cristian ismo tan slo senta des. parecen bastan te evide ntes si uno no se con tenta con
precio, .dado q ue era su expresin espir itual. por la la comparacin de tex tos y si ad e ms se los lec en el
exalta cin b urg uesa del int ers pr ivad o que se des. contexto de su tiempo, Esbozaremos una interpreta.
prenda de e llo. En la Fenomenologa, este va lor a b- ci n al a borda r el tercer momento.
sol uto de la pa rticularidad es un momento que ha y Por de pronto, sin analizar la dialctica del esp-
qu e salvar e in tegra r en un a con cepcin de la total i. ritu obj etivo en todos sus giros, di bujarem os el movi-
dad r nds r ica q ue la de la ciuda d griega, la cual ig- miento ge neral.
nora ba ese valor ab solut o de la per sona. Ka se p ued e. El p unto de pa rt ida , al igu al que para el esprit u
pues, reg resar a la Ciudad antigua : el Estado mo- subjet ivo, es la inmediatez, que aqu es inmed iatez de
~em~ debe integrar el momento de la subjetividad la relacin obje ti va d el ci udadano con la ciu dad
in finit a del cri stiani smo . As como la Razn era la de la antigedad gri ega.
sntesis de la consciencia y de la uutccou scienc a, el Ni siq ui era podra existir, en esta tot alidad arm-
Esp ritu no estar seguro de s mi smo ms que cuan. n ica, particularismo de la ne cesida d, pu esto q ue tod a
do ha ya consti tu ido una nueva tot alidad, no inme- la vida econmica ha sido ech ada fue ra de esta tota-
dia ta, sino q u e lleve en s el momento de 10 pa r ticu- lidad de los ciudadanos y su ciudad . La esfera de
lar y de la negacin . la libertad no ad mite la pa rticularidad de las nccesl-
11 0 El pensamien to de H egel l/J. Dialctica del conocimiento 111

darles. ya que sta ha sido relegada a un a casta de es- Fam ilia. Esta otra re laci n del indivi du o con el todo
clavos (FD. 356). es la ley d ivina.
Pero la sociedad h um a na no puede ser de l mismo En A n lgona se desarrolla el con Hicto ele estas dos
orde n que la naturaleza o lo in media to. El espri tu. leyes. n inguna d e las cuales, tomada a isladam ente, es
su bst an cia de los i n d ivid uos, no es u n dato, es u n a e n s y para s.
obra, una accin, L. unidad del sucio y de la subs- En la accin , lo singula r, q ue en la ci udad antigu a
ta ncia n o p uede ser i n medi ata . El pri m er movim iento, 110 tiene existencia propia m s q ue en la fami lia. se
el d el espr itu su bjet ivo. lo ha establecido. El esp lr itu opone a lo univers al, cuya realizaci n es el Esta do.
actuan te, la accin, hace aparecer , pu es, la d ua lidad t\ntgona se enfrenta a Creon te.
de la su bst ancia y de la conscien cia. T od ava a este ni - Esta traged ia correspo nde a l mom ento histr ico en
vel la progresin dialctica comienza po r u n de sdo- q ue ap arece un primer germen de corrupcin en la
blam ien to de la unidad : lila substa ncia se escind e, dudad an tigua. H egel pi ensa q ue las leyes morales
pues, en una su bstancia tica d iferenciada, en una ley han cesado de iden tificarse con las leyes p ol ticas de
h um ana y o tra d ivina (F. p. 262). la ciu dad. la s leyes de la raz n absol ut a con las d e
Ley h u man a y ley d ivin a son dos momentos de la una poca y de un pueblo, expresndose as el cho-
relacin en tre el ind ivid uo y el todo. que en tr e el der echo pa tr iarcal y el derecho n uev o de
La polis es una comunida d consciente, es obra del la s ciudades mercan ti les. Al derecho patriarcal , q ue
hom bre. Es el hom bre el que ha dado leyes a las se ex presa en la tradici n fam il iar. lo lla ma ley d i-
ci uda de s". d ice Sfocles en su A ntigona. sa es la ley vina. porq ue para l es una idea const ante el hecho
huma na . de que la rel igin establece un vnculo directo , in -
Pero existe otro vnc ulo en tre el individuo v el medi ato, entre D ios )' cad a indi viduo tomado a isla-
todo . un vn cu lo en primer lugar na tural : la fi mi - dam ente. sin pasar po r la med iacin d e 10 social y
lia. Esta r elaci n de na turaleza. an ter ior a la cons- de lo polt ico. Esta r elacin d irecta de la su bje rivi-
cien cia. su bterr nea, como d ice Sfocles o como lo dad con lo infin ito, q ue ser, segun l , la apor tacin
rep ite H egel, es otra forma de pa rticipacin en el ser. esencial del cr istianism o, se encuentra ya prefigurada
La famil ia es una totalidad vivien te cu yos ind ivi- e n la ley divina . la ley sub terrnea q ue , por medi e
duos, en la suc esin de las generaciones, no son mus de la fam ilia, garan tiza la pa r ticularidad y establece
q ue mom en tos efmeros. La muer te de cad a uno de el vncu lo inmed ia to en tre la consciencia ind ivid ual
e llos constituye la vida del todo . v da a esta vida. he- y Dios.
cha de tod os los muer tos. una re~l idad no solamente No es una pasin q ue se enfrenta con u n deber ni
na tu ral, sino esp ir itual. Porq ue el mom en to de la un d eb er con un deber . Se enfrentan do s dere chos
~uerte, e l mom ento d e la nega tividad y d e la supera. q ue son a la vez dos caract eres. La consciencia ti-
cin , es el com ien zo del espritu . El culto de los m uer . ra sab e 10 q ue tiene q ue hacer, y est decidida a pcr-
tos. caracters tico de la fam ilia antigu a , es la expre tcn ccer ya a la ley d ivina , ya a la ley huma na (p -
sin sim bl ica de esta real idad esp ir itu al de la g in a 274).
11 2 El pensam iento de Hegel IJI . D ialctica del conocimien to 113

El derecho absolut o de la autoco nscencia tica en- ti S11l0S , y en lo ex terno, reducir y absorber las otras
tr a en conflicto con el dere cho divino de la esencia totali dades indi viduales.
(p. 274). En este dob le movimiento, que sea la el trnsito
La primera frmula caracteriza el enfrentamiento de las ciu dades a los imperios , la bella armona pri-
de los carae.teres)) : ca da uno sabe lo que ti ene qu e mit iva ha d esapare cido. Las dos totali dades vivientes
hacer, es d ecir, no se trata ni ele una pasin n i de un anterior mente con jugadas de for ma feli z, es decir, la
(}eber abst racto ; el p ersonaje se un ifica en la ley que familia y el Estado, han sido d isu eltas. La re pr esin
el encarna. ele los particularismos slo deja lugar a un polvo de
La segunda carac teri za la colisin de los dos dere- tom os individ uales ; la absorcin de las ciudades en
chos) , lino {l e los cuales toma su fuente en la esencia un imp erio hace d el Estado una total idad muerta, una
y el otro en la auio consciencia, que son dos ruomcn- universalidad abs trac ta con la cual los individuos ya
tos del ser. La consciencia mor al, por el solo hecho no tienen re lacione s viva s.
de .actuar , desciende de su universali dad a la particu- Este momento corresponde hi stri cam ente al del
Iar idad . El obrar es l mismo este desdob lamiento Im perio ro mano.
qu e consist e en ponerse para s y en pon er fren te ,;
esto una r ealidad ex ter ior extraa . . . por el con teni-
do, la accin tica lleva en ella el momento del deli- Este mund o es el del desgarram ien to.
t Ol). (p'. ,276). Puesto que la accin implica la partcu- L o que se pr esenta a la autoconscen cia en su form a
lanza~lO.n: la scparaci~ d: los dos aspectos del todo, suprema, la consciencia desventurada, como lo tr -
la posrl~lh d;~ ? , por consrguren te, de su antagonismo y g'i co de la vida, descubre aqu sus races sociales hi s-
de la violaci n de una de las dos leyes en nombre de tricas : la alienacin . La consciencia desventurada
la ?~ra , L a tr agedia es la exper iencia vivida de esta es la aur oconsciencia de un mundo alienado.
eSCISIn o desdoblamiento. En el Imperio r omano Hegel p ercibe la primera
L~ bella u nidad de la naturaleza y del espritu, del forma histrica de la alienaci n . El poder del Estado
e~ -s l y del para-s, d e la esencia y de la autoconscien- se halla conc en tr ado en m anos de uno solo, y los ciu-
era, d~ la familia y del Esta do, de lo parti cular y de dada nos no son ms que una ma sa annim a de to-
lo uni versal, queda as desgarrada. mos. El individuo replegado sobr e s m ismo, sobre
La l~y hu~ana, lo . ~niversal, destruye y consume sus propios interes es, considera el Estado y la tot ali -
el p~rtIcul~nsmo . fanl1lt~r en el que se expresaba la dad de lo r eal como un destino transcen de nte que le
relaci n di rect a inm ediata en tre el individ uo sin- es extrao y hos til, aliena do.
W11ar y el todo, entre el hombre y Dio s, la ley di. El tema fundamental de las relaciones de lo uni-
vm a. versal y de lo singular, de la sub stancia y de la au to-
Histricamente, este movimiento corresponde al de conscie ncia, de lo finito y de lo infi nito, se pres enta
las guerras ,de las ciu~ades gr iegas, guerra s que rie- aqu en una figura h istric a conc reta.
n en por objeto, en lo int erno, r eprimir los par tcula- El individuo aislado se enfrenta con un dest in o
]Ji El pens amiento de H egel 111. D o ctica del conocimien to 115

in exorable q ue tiene todos los cara cteres de la ex te- uta cosa, puesto que la definici n de las r elacio nes en-
ri.orida~ y que es, sin embargo, el producto de su pro. tre las personas no puede r ealizarse m s q u e m ed i~n
pIa act ividad. En lo sucesivo, el hombre vivir en un le el estableci miento de relaciones entre las propte-
mundo doble. dudes q ue son la r ealidad objetiva de las personas.
El espr it u subjetivo ha conoci do en el estoicismo La persona j ur dica ti ene la m isma a.bstraccin q ue
esta d ualidad del pensami ento aislado . y por tanto 1:1 cosa, la prop ieda d es la que la ma nifiesta para los
abstracto, y del mundo real. otros.
El esp ri tu nos da la clave de esta doctrina a l pre- El espritu se ha vue lto ext rao a s mi smo . .
sentar la,5 relaciones sociales y las inst ituciones 00- La nocin de persona j ur d ica est d esp ersonaliza-
rrespon~len~es : l0. que histricamente correspo nde a da, vad a de toda realidad humana : como en la doc-
la conscrencra estoica, seg n H egel, es el derecho r o- trina estoica es independ iente de las condicion es con -
mano. netas, est en todas pa rt es y es siem pre idn tica a s
En el curso de la deca dencia de la Ciuda d, el ciu- misma en su a bstraccin .
dadano desaparece con sus relaciones vivas COIl la ciu- La persona j urd ica del ?crecho ro mano es ~l c~n
dad. El que lo sucede , en la nueva comunidad sin repto sim ple de la ali enaci n de la autoconsc rencra.
alm a, es el homb re privado. Los hombres son as transforma dos en sujetos abs trae-
El derecho r oma no es la codificacin de este n uevo llls del de recho. e n burgu eses nicam ente pr eocu-
estatu to d.el hom bre ; en tre el ind ividuo y el I mperi o pados por sus int ereses pri vados, po r su propiedad.
ya no existen vnculos vivos. Lo s ind ividuos se han l'] Estado es ex terior a ellos, est separado de ellos.
repl egado exclusi~amente sobre sus in tere ses priva. Esta oposicin no cesar de ahondarse y de desarro-
dos: sobre su prop ieda d, qu e es la material izaci n ex- llarse ; el poder del Estado, q ue es lo un iversal, y la
ten or de su ser, la esfera ex te rior para su libertad r iq ueza de los part icu lares formar n dos mundos se-
(FD , 41). El yo no se vuel ve ob jeti vo ms que a parad os como el cielo y la tierra.
t~a\'s de la propiedad, Ia prop iedad como existen. El in dividuo aislad o no re conocer ya su ob ra en
era de !a personalidad (FD , 51). esas fue rzas exterior es y temi bles del poder y la r ique-
El. c1Ud~dano ant iguo era li bre porque no opo na la. Esta totalidad alienada de fuerzas q ue. sin em-
su Vida privad a a la vida pblica. Se sent a cmodo ba rgo, l ha engendra do. y de la q ue se apa r ta , ser
en la tota lidad viviente de la Ci uda d. En el I mperi o proyectada por l, com o una realidad espiritual, fuera
romano,. que es asunt o de u no solo, del emperador, del mundo real ; se crear un mundo esp iritual en
los pa rticul ares se des interesan del Estado q ue con- el q ue la consciencia se hallar en con form idad con su
~er~i~o en u n mu ndo aparte, se presen ta 'extra'o al prop ia esencia, pero en otro mundo, en un ms
m~lv~duo y lo domina, y no tienen otra exi stencia all que no tendr otra existencia que la q ue le otor-
obr t1va q ue la de sus propiedades. El derecho no es ga la fe. Esta alienacin rel igiosa es el complem ento
mas que el cata.stro de estas propied ades; derecho y de su alienacin j ur dica y de su ali enacin social en
derec ho de propiedad son, para H egel, una sola y mis- gener al.
lI G E l !)eIlJa m iell to de H egel
111. Dialctica del conocimien to 11 7
El Yo slo tien e substancias en su alienacin El
todo es, por ~onsiguien:e, como cada momento singu- dad por la cual el individ uo se eleva a lo universal
la:. una realidad ex traada de s ; se quiebra en un por la negacin de s. todo aquello medi ante lo cual
rem o en e.l q ue la au toconscienca es real. lo mismo el suje to se da una r ealidad substa ncial.
q.ue ~u objeto. yen. otro, e! reino de la pura cons- Es por ello por lo que la alien acin extrema cond u -
clencl ~, que ms alla del pnmero no ti en e presencia ( ir a su con tra r io. la liberacin , cu ando el esp r it u
real, smo q ue es en la fe El m undo de este espo reconozca. en este mundo alien ado. que es el de la
r u u se esci nde en ~n mundo do ble : el primero es cultura, su propia ob ra , El ex traa miento se ex -
el ?1undo de la reali dad o del extr aam iento del es- trn ar a su vez y. por m edi o de l, el todo se reco-
pritu : el segundo, empe ro, aq uel que el esp ritu ele. bra r a s m ismo en su concepto (p. 292).
vndese por sobre el pr imero. se construye en el' ter Esta substa ncia alienada cs. por otra par te. con tra-
de la p u.ra c~nscienci;m (pp. 288.289). dictor ia, pues este todo se desdobla en la substan-
La alienacin es doble, en las relaciones sociales cia como per ma nente y en la substa ncia com o la q u e
y en. la conscie ncia. Por un lado . la esenci a sin exis- se sacr ifica a s misma ) (p. 292). As como se opon an
tencia ; por el otro. la existencia sin esencia en la totalidad inmediata pr im itiva la C iudad y la
. Este divorcio d ura, segn H egel. has ta la R evolu- fam ilia, en la totalidad ali ena da se oponen el poder
cin Francesa : Entonces el re ino de la fe. al igual dd Estado, en el q ue se expresa conscie nteme n te la
q ue el m ~ ndo real, se desmoronan. y esta revolucin un idad de los in divid uos, y la ri queza (es d ecir. el
hace surgir la .L ibertad a bsoluta (p. 289). con junto de la vida econm ica) en la cual esta un i-
S!o a .pa r tlr de .esta revolucin pued e superarse da d se rea liza inconscientemente. sin saberlo los par
I~ alienaci n. y el Cielo y la tierra, segn una expre- ricipantcs. Para el estu dio de esta segunda for ma de
sin a men ~do repet ida por H egel a propsito de un idad, H egel se r efiere u na vez ms al a nlisis de
esta revoluci n, se recon cilia r n. Adam Smith . Cada singu lar supone ind udablem en -
La histori a. hasta ese momento. no es ms que un te, en este moment o. que obra de un modo ego sta ...
esfu e:zo doloroso para supera r la escisin , el d esdo. pero visto este momento solamen te por el lado extcr -
blamlen to del mundo. no, se muestra q ue ... en su tra bajo trabaja ta nto pa ra
I...:1 ag udizacin de la alienacin con duce a su con. todos como para si mi smo . al igu al q ue todos trabajan
tran o. P ues_la a lien aci n es el esprit u que se ha para l (pp. 293-294). Entr e el fin conscien tement e
vu elt~ ex tra ll~ a si. y lila atU~consci encia slo es a lgo. bu scado y el r esu lta do efectivam ente logrado se inter-
slo ~ Iene realidad e n la m edida en q ue se extra a de ca la esta astucia . invocada por H egel para explicar
s ~Ism? )) (p . 290). T anto es as q ue esta ali en acin el tr nsito de la singular ida d a la un iversalidad , esta
es s,mnlmo de cult ura en el ms amplio sen tido. es astucia de Dios o d e la R azn p<Jr la cu al la n eceo
dcclr , todo lo q ue el hombr e prod uce. de sde la t c- slda d, oculta en el curs o de la operacin, slo se ma-
mea .a la poesa. de la economa a la re ligin, d e la nifiesta al final.
poll tlca a la filosofa , en una palabra, toda la activi- Esta oposicin del poder del Estado y de la rque-
la . q ue son las dos for mas fund am en tales de la ali e-
11 8 El pensamien to de Hcgd J1T. Dialctica del conocimiento 11 9
nacin (obras d el hom bre q ue se le p resent an como Iitante para la q u e nada ha y sagrado y q ue arremete
fuerzas extra as y hostil es), se ha lla amplia mente de co n tra todo :
sa~rollada en la Filosofa de l derecho (2," seccin): 1 (a) Cen tra el orde n econ mico : D iablos de eco-
((r~ q ucza)J se conviert e en la socieda d civil, don d noma ; hombres a quienes todo les sobra. m ientras
rema Ja anarq ua de los intereses compe ti tivos I(Ue ot ros, q ue ti enen como ellos un estm ago impor -
I .,a. con~entracin grad ual del pod er cond uce '3 su tu no, un hambre re novada como ellos, no t ienen na da
d~b1 ~tanllen to: H egel trasp one al plano de las como (ue llevar se a la boca (Diderot, L e N eveu de Ra
crcncras la evolucin h istr ica en el curso d e la cua JIlea1/. . Ed. Ass zat, V, p. 48 1).
lo feu dal se tr ansfo rma en cortesano. Al trm ino d (b) Contr a el orden pol tico : Van idad , no existe
este desar rollo, e.on la mona r qua ab solu ta, el Esta ya pa tria, de un polo a otro no veo ms qu e tira-
do, se ha vuelto Impotent e fren te a la r iqueza, cuy nos y esclavos ou, p. 423).
re mado come nzar desde ese momento. (c) Cont ra la r el igi n: El d ios extranj ero se co-
En lugar ~e lo q ue H egel , retoma ndo el lengua] loca hu mil demente en el alt ar al lado del dolo riel
de Mon~esqU1eu. llam a la consciencs nobl e, liga. pas; poco a poco se va afirmando en l ; u n buen
da al tn u~fo de lo uni versal como tal, es decir, del da da u n coda zo a su camarada y, pata tras, el dolo
Est~do, se ~mpone (d a conscie ncia v , q ue es la neo al suelo. As es como se d ice q ue los jesuita s implan-
gaci n de este. taron el cr istia nismo en China y la India (/b i d.
. Es~a conscien~ia es la co nscienc ia r ebelde. siempre 1'. 462).
Ifis3tlsfecha y siempre negativa, cuya temib le iro na Este le nguaje del d esgarram ient o, este j uicio q ue
pone al des nudo la mentira de la alienac in del hace a icos con todo, caracter iza las luchas ideol-
I de Ia r . po-
(~ r, .e a r iq u eza. El hom br e adquier e entonces cons- gicas prerre vol uconar ias d e los filsofos franceses del
ciencia d: 9,ue el ~undo de la r iqueza, del pod er y siglo XVIII , d el siglo de las luces.
de la r eli gi n e;~ dlf: rcnte de lo que par ece. Es el Su principal en emigo es la fe, y, por una par adoja
n~u ~do de la alienaci n sometido a la au toconsclen. q ue subraya H egel, estos dos enem igos, la fe y las
era. H egel ha ll en Le Ne veu de R ameau, de Dide. IUCeSI) que la combat en, se unen : la cr t ica dc str uc-
rot, ql;'e Go:th~ ~ca baba de trad ucir al a lem n, la uva de las (c1UCeSI) tiende a mostrar la va nidad de
exp resin mas np rca de esta dialctica satr ica y mi. este mundo, as como la evasin. a la que la fe nos
empu ja. se halla justificada por la van ida d d e este
mun do.
Hyp~lite . seala: No se puede negar aqul el carc ter
~oluC1,;mano. percibido por Marx, de la dialctica h e. En el conflicto de las l uces con tr a la Ie, H egel
::na. SI las cons~u~n~ias del sistema son conselVado~5, destaca en primer lugar esta convergencia. Ese recha-
marcha de la dlalectlca es revolucionaria sea cual
10 del mundo se cxpresa en forma n egati va e n la filo-

po~ otra ~rte la prop ia intencin de Heg~1:t (jea n ;~~ sofa de las luces ; en la fe en forma pos iti va, como
pO~lte, Gnese el structu re de la ePhnomnolo <>; d
prlb , H , p. 386). gte e
P
s-
1'1 a fir macin de un ms all de este mundo . De he-
che, la fe ha devenido aq u lo m ismo q ue la Il ustr a-
120 El pensam iento de Hegel IIJ . Dialctica del conocim iento 12 !

ci n, a saber, la conscien cia de la relaci n entre lo ces el no ha be r integrado el con tenido de la r eli-
fini to que es en s y lo absoluto carente de predica. gi n : la conscie ncia q ue tiene el hombr e de la infi-
dos. desconocido e incognoscible ; slo q ue la segunda nitud de su ser.
es la Il ustracin satisfecha y la pri mera, la fe, la Ilus- La (pura in tel eccin u (es decir . el li bre p e n ~a.
tracin In satisfecha (p. 337 ). miento) ha mu erto enterrando la fe, puesto que solo
H egel aprueba la lucha de las lu ces contra esta viva de su cr ica. La ( pura in teleccin y la fe eran
transcendencia : La Il ustracin, acer tad amente enun- lo negat ivo y lo positivo de un mismo error.
cia la fe precisamente como una conscienc ia as! cu an - El balan ce de esta lucha de la Ilustracin cont ra
do dice que 10 q ue es para ella esen cia absol u ta es un la fe es, segn H egel, bastante pobre; la Il ustracin
ser de su propia conscie ncia, su propio pensamiento, triun fa, pero para te rm inar por u na par te. e~ el ma -
un produ cto de la conscie ncia. La declara, pues, como teri alismo. q ue l define como el rcconocmuen to .d~
un error y una ficcin po tica de lo mismo q ue ella la sola rea lida d de 10 finito, y por la otra en el u tili-
es (p. 323). rurlsmo, q u e slo concibe r elaci ones d e exte r ior idad
Pero H egel, en su crk ica de la religin, se aparta cu tre los seres, que son cada uno un med io pa ra el
de las luc es, p ues considera q ue el hecho de denun- otro. H egel condena sin res ervas e~ta triv~alidad de
ciar el origen human o de la religin no deb e cond u- 1111a humanida d encerrada en la finitud e incapaz de
cirnos a re ducirl a a la nada ; par a los a teos franceses l ranscc ndcrla.
d el siglo xvnr la religin era una il usin fab ricada Este j uicio de H egel sobre la filosofa de la~ luces
en todos sus aspectos por u n clero engaador, para perm ite medir a la vez la ~~ndela. y los lml~es de
beneficio de un t irano opre sor, a expensas de la la cr tica hegeli ana de la religi n. Tuvo el rn rito dc
(( masa engaada . ~ll perar la estrechez d el a te smo del siglo ~Vl1l f~~
. H egel , por el, contra r io, cons ide ra q ue la rel igin rs. que no vea en la r eligin ms q ue una m ve nc ron
nene un conten ido rea l, pero alienado . No se trata, de los sacerdotes y de los tiranos, y mostrar, al contra -
pues, de negar ese contenido, sino de elevarlo al con - I in, que la rel igin ti ene un conten ido. ~ ~ e es un mo-

cepto. La r eligin no es para l ms que una forma men to nece sario del desarrollo del espm tu y que su
",let~frica de la toma de consci encia del hombre por nacim ien to. evolucin y desaparicin estn ligadas a
5 1 rrnsmo. condicione s h istricas y sociales determinadas.
La filosofa de las luces dese mpe , en su cri- Hay en ello una ri ca contri bu cin a la crit ica de
~ de la fe. uI? pap el positivo. Destr uy las su persti- la re ligin cuya herencia re cogieron Fe uerbach y
crones y las Idolatr as q ue pretend an asimilar lo luego Marx . .' . ,.
absoluto a objetos finitos. Purific ta mbin las rep re- Sin embargo. seda abUSIVO a..imilar la critica de
sentaciones que el hombre se hace de lo absol uto, y I legel a la de Feu erbach o a la de Marx . Los 6 Iso-
a l destruir la tr anscen dencia, hizo q u e todo q uedara ros franceses-e-d ice H egel -llevaron un ataque con-
sometido a la consciencia . t ra la rel igi n , el Estado y las costum bres . 1P ~ro con tra
En cam b io. H egel re procha a la filosofa de las l u- qu religin ! Un a r eligin q ue no hab a SIdo depu -
122 El pensamiento de H egel JIJ . Dialctica del conocim iento 123

rada por Lu tero. y que era una despr ecia ble supers- La crtica h egeli ana de la rel igin ti en e un car::-
ticin . obscura ntismo cler ical. ter fu ndamentalmente id eali sta: no slo la defin-
H egel considera q ue los filsofos fra nceses triun- c n que da del ma terialismo (no reco.no.ce otra rea-
faron con tra el catolicismo, mien tras q ue los ale ma- lidad q ue la de lo fin ito) es m uy restn~t r va (aunq ue
nes h icieron su revol uci n con L utero. no pue de im puulrscle esto, pu: s. no ex ist a e llt~n_ces
H egel comprend i, sin emba rgo, el papel de la Ilus- otro ma ter ialismo q ue el mecau icura, y esta definicin
tracin en la pr eparacin de la R evolucin Fr ancesa. le es aprop iad a), sino q ue no ve en .l~ lucha d e l?s
R ed uciendo todo al esp ri tu y a su liber tad r ad ical, mater ialistas ms que su aspec to espiri tual, es d ecir,
la filosofa de las luces 'COn dujo a poner en cu estin la lucha contra la r eligin , lo que le ll eva a una apa-
y posterior me nte a destru ir las instalaciones y las rente asim ilacin inicial entre la cr ica del siglo XVIll
doc tri nas her edad as del pasado. y la fe, que tenderan, la ~ na y la otr a,. a d~ n un ciar
La Revo lucin Francesa fue. para H egel, la ex pc- la van idad del mundo. m ien tras que h ist ricam ente
r iencia met afs ica de esta li bertad ab soluta. sus sign ificacion es son ra dicalm ente op uestas : una
Pero esta liberacin con respecto a todo lo dado era r evolu cion ari a y la otra conserva dora ,
es puram ente n egat iva ; no permit e inst itui r un or- Ll egad o a este punto extrem o. el espritu, trasto: "
den n ue vo. nado por el temor al Seo r absoluto. la muert e, r eali-
La li be rtad q u e se pretende p ur a de toda aliena- l a una inversin del pro al contra.
cin est con denada a permanecer negat iva. Por ta n. La R evoluci n Fr ancesa. neces idad hi str ica, se
to, ni ngu na ob ra ni acto positivos puede pro duci r la salda, pues, para H egel. con un f~caso q ue c?nd uce
liber tad u niversal ; a dicha libertad slo le r esta el a la restauracin d e un orden SOCIal que h ar de la
obrar negati vo; es solamente la fu ria del desaparc- alienacin un momento d e la li bertad . As como para
cer (p . 346). Esta interpr eta cin me tafsica del Te- el espr itu sub jetivo la Razl~ er~ la s ntcs i~ de la
rror, como fus in de lo singular y de lo un iversal consciencia y de la au toconsciencia, en el ni vel del
abs tra cto, condujo a H egel a no ver en l ms q ue espr itu objetivo el csp!ri tu ~i erto de s m.i s mo)~, es
la m uert e, p orq ue la li bertad absol uta es la negacin la sntesis d e la li bertad inmed iata y de la alien acin.
de la muerte.
H e aqu lo que li mita el alcance de la 'critica hege-
lian a : slo se trata de de stru ir u na for ma supersti- Hegel, e n su exposici n, an uncia u na sntesis. H a~ta
ciosa de la religin. Sin duda alguna, H egel inter- aqu el desarroll o del espri tu objet ivo ha estad o Ja-
pre ta el luteranismo de un manera muy extensiva. lonado por figuras. const it uidas por d iferent es tipos
pero sin llegar nu nca ta n lejos como Feuerbach: ad - de Estado : la ciu dad antigu a. el Imper io romano, la
mite, con l. que el hombre, creyendo hablar de sociedad feudal, y luego la sociedad prerrcvolucio-
Dios, habla en r eal idad de s mi smo, pero no r ed uce nar ia q ue con d uce a la R evolucin Fra ncesa. Pode-
la re ligin a una ant ro pologa, como Fc ue rb ach , sino mos. pues, aborda r el capitulo del espr itu cierto de
a una me tafsica espec ulativa. s mis mo , preguntarnos qu tipo d e Estallo nos va a
IJI. Dialctica del conocim iento 125
124 El pensam iento (le H egel
Ahora bien, en la Fenom enologa, e.u. l~?i , poda
propon er H egel como reali zacin lt ima del espritu entreven e el problem a de la ((~econ Cll l ac lOn Jl , pero
objetivo. todava no poda tener u na sol~cln a men os que fu e-
Ahora bie n. este cap tulo nos pre sen ta una crtica ra u tpica. y Hegel es con rra no a tod a u topa.
de la moral kantiana. En esto hay algo in slito y que Despus de las victorias d e N apole n sobr e r:n~
precisa una explicacin. sia, especialmen te d esp us d e J ena, el f~~uro pro:-:I -
Mientras que todo el movimi ento dia lctico que lila d e Alemania ser el d e la Cou ed eracn d el Rlll;
hemos seguido hasta aqu no s con duce a espera r u n Aun an tes de que sta sea constituida, Hegelyreve
anlisis de la realidad histrica del Estado corr espon- los efectos beneficiosos de la victoria napale.lllca, la
dien te a 10 que es la R azn pa ra el espri tu objetivo, cua l llevar a Al em ania algunas d e las conq u ista s po-
sn tesis del Ser y del pensamien to, H egel nos da, al lti cas y sociales de la R evolu cin Fra~cesa . Inclus;:-
contrario, u n contenido posi tivo a esta su pe racin d ia- despu s de la cad a de Na pol en , no deJ~r de consi-
lctica, se lim ita a una cr tica de Kant y de los post- dera r que esa etapa histrica era ne~esaTla y benfic:
kan tianos para mostra r que el n uevo contenido sera para Alemania : Un m omen to ca pital se ha consti-
la superacin d ialctica de las contradiccio nes in ter- tuido en Aleman ia por las leyes d el de recho , cuya oca-
nas de esas doc trinas. sin fu e, es verd ad, la opresin fra ncesa, porq ue. f.ue
As, en l uga r de instituciones se nos da n doctrinas. ella, sobre todo. la q ue puso d e man.ifiesto los vrcros
y en lu gar d e u n trmino po sitivo se nos inci ta a b us- de las an tiguas insti tu ciones. La m entira d e. ~n. Im pe-
car un contrat rmi no. Por qu dej Hegel simple- rio ha d esaparecido por com plet o. Se ha d ivid ido .en
me nte en punteado-e-si no en blanco- la presenta- Estados sobe ranos. Las obligaciones feudales han Sido
cin d el orden racion al del m u ndo ? su pr im idas, d e los principios d e la p ropiedad y d e
El problema lo plante con p recisin : la totalidad la per sona se ha n hecho princi pios fu n da men tal es .. .
inmed iata d e la C iudad griega ya no es posible ; un La consciencia ha alcanzado este pun to, y stos son
Esta do mo derno d ebe integra r, como un momento los principal es momentos de .la forma en q ue .se ~a
necesari o, la particular idad del indi vid uo, la su bje- rea lizado el principio d e la li ber tad, pues la h iston a
tividad a la q ue el cr istian ismo oto rga u n valor ab so- universa l no es o tra cosa q ue el d esarrollo de l con-
lu to. El pr incipio d e los Esta d os modernos tiene esa cepto de liber ta d (Ph H , p. 408). .
h ien a y esa profundidad extremas d e d eja r que el Es posible, p u es, hallar, en la s LecclOn ~s sobre la
pr i ncipio de la su bjetivi da d se realice hasta el ex tre- i1oJO/la de la his tor ia, y sob re todo en la Fil oso/la del
mo de la par ticularidad per sonal autnoma y al mi s- derecho . los elementos ne cesario par a, ~mpr.en~er
mo tiempo r ed ucir lo a la un ida d substa ncial y as ma n- pl enam ente este tercer momento del espm tu obJetlvo.
ten er esta u nidad en ese mi smo pri ncipio (FD , No basta p ar a ello reemplazar pura y. sim~lemen te la
260). visin moral d el mundo por la Fii osoa del dere-
De esta manera, en la Filosofa del derecho, en 182 1, cho pues la Filosofa del derecho es u n capitulo. d e
H egel plante el problema y, al mismo tiempo, apor- la ..gica y no oc 13 Ft'n om t'' J1 01o.'!;a: se sita al n ivel
t lo q ue l crey era la soluci n.
126 El pensam iento de H egel lIJ. Dio ctica del conocimien to 127

de las esencias y no de la conscienc ia que el hombr e obligado a la monarq u a prusiana , .no porquc fu era
adqui ere d e ellas; sin embargo, nos ofrece el esq ue libera l, sino por quc nec esitaba r~al1zar. refor~as pro-
ma objet ivo, la base a par ti r de la cua l se puede ela- fu ndas para aumen tar su pot~ncl~1 ~hco. a Illtrod,u ,
borar un a fenomen ologa. cir en el pa s algunas de las m sutuciones de la revo-
La crit ica de Kant se encuen tra entonces situada lucin burgu esa. . .
en su j usto lugar, como un mome nto, el d e la mor a- Desde entonce s la Prusia de la Res taurac i n pocha
lidad subjetivas-e-donde, en efecto, se vuelve a to- IMrecer ms avanzada, en 1820, q ue la Fran cia del
ma r esta crtica en la Filosofa del derecho-:-, al q ue .l'crror bl anco y de los ultr as q ue ha ban regresado
debe n suceder otros momentos, como los de la fa- de la emigra cin-que la Inglaterra de los gra ndes
milia,. de la sociedad civil, del Estado, integrando la u-rra ren ientcs q ue tenan en jaq u e con sus burgos
expe riencia de la h istoria un iversal. pod rid os, sobre todo hasta la reforma de 1.832, la as-
En la Fenomenologa, las pr incipales figuras del ccnsi n de la b ur guesa-e-, y q ue la Austria de Met-
espri tu obj etivo, para los tiempos modernos, han sido tcrn ich. .
tomadas de la h istori a fra n cesa : Montcsquieu y Rous- La obra del ba rn von Sten contribuy am plia-
s~a u: la d ia l cti ca (~ e Le Neve u de R ameau y la po. mente, a pesar de la oposicin de los terra teni;nte.s,
I m ca de la filosofa de las luces, la R evoluci n , el .1 hace r r et roceder el feudali smo y a dotar a I ru sta
T error y el Imper io napo le n ico. el e las ins titucion es de un Estado burgu s m s mo-
T odo ello, en la Filasata de la historia y en la Fi- dc m o q ue el de sus vecinos. La Filosofa del derecho
losofa del derecho, figurar ta n slo como capitulas d e Hegel, a me nudo parece hab erse insp.ira~o en los
de la histor ia d el mundo germnico. proyectos de r eforma de .Stein . cuya realizac in Met-
Ello es debido a q u e, pa ra H egel, el sign ificado de rcrn ich se empe aba en Imp ed ir.
cada momento no est det erm inado ms que por el Ste in, que por el Ed icto de octubre (9 ?e octubre
r esultad o final, que es (da verdad de los q u c le pre de 1807) aboli6 la servidumbre, establec~, en no-
ceden . Esta actitud constante, a la vez finalista y rea- viembre de 1808, insti tuciones local es eleg idas y pre
lista. expli ca su conce pcin del m undo germ n ico. vi Parlamentos provincial es, y luego u n Pa: lamento
~n 182 1, cuando escribe la Filoso/la del derecho, con- nacional. Federi co Guillermo ni se neg siem pre a
sidera el Esta do prusiano como el tipo de Estado mas crear ese Parlamen to, que es una de las 0.bras .maes-
conform e al espri tu de su poca, la forma ms ele- Iras de la Constit uci n hege liana en la Filosotia del
vada de la r ealizacin d e la libert ad . derecho . . V il
Ms ade la nte examinaremos en q u medida el Es- Es conve niente. pues, tal com~ ha hecho Er~c , e~
tado .de la Fi loso a k l derecho se asemeja al Estado rn su li bro H egel et l'!;tat, ma,tt za.r la ex pan?l.da Op l-
pr usiano de 1821 ; sin em bargo, es lt il situar pri- ui n segn la cu al H egel habr a Sido un fa~atlco par
m ero el j ui cio gen eral de H egel de ntro de su pers I idar io d el pr usianismo ms estrecho. En pnmer lUf'lr
pectlva histrica : la exper ien cia dolorosa de las gue- porque la Constitucin prusiana a la q ue esenc ial-
rras de la R evolucin Francesa )" del Im peri o haban mente se r efiere, era, en una Europa bajo la r eaccin
128 El [iensoniiento de H egel 111. D alectico del conoci m ient o 129

Ieudal, re lativamente progresista ; lu ego, porque la aprehensin total de l hombre y del m~ndo,. recon ci-
Constitu cin q ue l de fine corresponde mucho m, liando el idea l de la b ur guesa revoluc lOna na co~ .el
a un desarrollo de los proyectos liberales de Stein que conte n ido de la reali dad burguesa. Esta r econ clh.a-
a una aceptacin pura y simple del Est ado de Fcdc- riu con la real idad im plica el rechazo del for mali s-
rico G uiller mo 111 : la institucin de u n Pa r lamento, lII O kantiano de l deb er y la utopa moral. .
la publicidad d e los debates parlamentarios y la crea- Despus de haber emprendido. a 10 largo de la Fe-
cin de j ura dos, med idas todas q ue figuran en la cons- lIf11l1c nologla dct ej /,lr-i t ll . la ta rea de superar la con -
ti tucin hegelia na, era n su ficientes, en esta poca de n-adiccin ent re el ser y el saber y de apr~hende~ e~l
r esta uracin feudal, pan , colocar un Estad o a la van. !'O H unidad la totalidad concreta de la realidad h ist-
g uardia de la burgu esa. rica , no puede ya admitir la exigen.cia vac a ~el de be:
Este recuerdo h istri co nos permite comprender que no hab la aceptado. el idea l sm conten ido d e la
mejor el decepcionan te captulo con que acaba el ci- ra z n pura. . .
clo del espritu obje tivo en la Fenome nolog a. El pri ncipio kantiano de la ulll versahdad no pue-
En primer lugar. H egel destaca que Kan t y el de br inda r ninguna de ter minacin a .la ley .moral.
id ealismo alem n for mularon la exigencia de un sa- Il egel pretende pasar de la. moral del .lmp.erauvo ca-
ber . .. d even ido perfectamen te ig ual a su verdad. tegr ico a una moral que Vive e~ l~ histori a. _
(p. 351). Pone en evide ncia las con tradICCiones del fo~mahs
Ah se encontraba el punto final de una larga evo- 1110 mor al de Kant : La armona de la mor~hdad y
lucin. En la ali en acin universal d el mundo, el hom- la dicha es pensada como algo que es ne~esanamente
bre fue expulsado del lugar centra l q ue ocupa ba en ti en otros trm inos, es postulada (p . 3:J3).
la concepci n teolgica. La r evolucin copem icana Aho ra bien. esta armona entre la moralidad y la
de Kant lo restituye a ese luga r al considerar el muu- felicida d en tr e la libertad y la naturale za, q ue es el
do real como producido por el hombre. El problema ob jetivo 'final del mundo, implica, en Kant, contra-
consista en u ni r al hombre con ese mu ndo del que d iccin. Esta moral postula la un ida d . del sabe~ y de
cada vez se hallaba ms apartado a causa de la ali ena- la felicidad, pero si esa unidad se ;ealtza no existe ya
cin. Pero Kant no logr re solver el problema ni ta mo deber ni , por consiguien te, moraltdad . .
poco demostrar q ue el mundo es enteramente r acio- Esta con tradiccin no es ms q ue una consecue ncia
nal, obra del hombre y de su li ber tad. El m undo ele la contrad iccin fundamen tal del siste ma kant i.a-
catico y contradictorio del capitalismo es rebelde a 11 0 . que. parti en do de la id ea de q~le no p~lede exu-
una j ustifi cacin ra cion al. Kant r econoce esta mpo- tir u na realidad radicalmente exter ior al sujeto, ~ns
sibi lidad al declar ar q ue la R azn no puede d ar mas neuemcn te es conducido a post ular esta reah dad,
que la forma de un saber total o el ideal de una ac- corno cosa en s. como nomen o, o como postulad o
cin a la vez libre y eficaz. de la ra zn prctica. . . '
H egel, en una poca en q ue la R evol ucin burgu e- Ese vaivn, ese ((desplazamien to)) Incesante del su -
sa ya ha finalizado, exige m s que esto. ex ige un a jeto al exterior del sujet o. por el cu al se pon e en otra
130 El pCIHa mie" lo de H egel JI/ , Dialctica del conocimien to
consciencia todo aquello que no es posible poner en pro mesa, al negarse H egel a antici par u na real i d~d
la n uestra, ex presa la imp otenci a de cerrar el sis- que la victori a napolen ica har n acer en Alem an ia,
tema y cond uce a un dualismo irremediable, el de la pero q ue an no existe. . . ..
transcendenci a del en-s respecto del yo. Catorce aos ms tarde , el ud de la r econ ciliaci n
,La a.utonoma del yo tena por funcin superar la d io sus fr ut os. H egel pod r elabor ar la idea especu-
al ienaci n, y henos aqu , con la transcend encia, lleva- la tiva del nuevo mundo : ser la Filosoa del dere-
d? s a una nueva a lienacin . El proble ma de las rel a- cho.
ctones de lo finito y de lo in fini to no ha sido resuelto. Nos contentare mos con mostrar aqu l cmo han sido
Las variantes est ticas o re ligiosas de Novalis o de integradas , en el Estado hegeliano,. como. "!omentos
Sch lei e,rmacher tampoco resolvern ese problem a. No todas las eta pas anter iores del ~sp f n t ~l Ob]e t lv~ .
van mas all del alma bella, impotente porq ue le El sistema del der echo es el imperio de la libertad
falta la Iuerza de la enajenac in. la fu erza de convcr- r ealizada. el mundo del espritu producido como se-
tirse en cosa y de soporta r el ser. La consciencia vive gwn da na tu raleza partiend? de .s m is m Q)~ (FD, 4).
en la an gustia de ma nchar la glori a de su in terior Se tra ta, pues, d e la enajen acin anu nciada al final
con la accin y la existencia ; y, para conservar la pu- del capt ulo del esp r it u obje tivo.
reza de su corazn, re huye todo contacto con Ia cfec- La voluntad libre no pued e perman ecer en cerrada
tividad y permanece en la o bst inada Impotencia (pa. en si m isma. Ser a en tonces lib ertad del vaco, pu-
gina 384). ramente negadora ydestruct va : el T error sera un a
. ~a solucin re al no ha sido exp uesta . H egel ind ica ilustracin d e esta idea.
uur came nre, e n algunas lneas, a l final del capitu lo, Ella debe partir , pues, de si misma pa ra darse un
en q u direccin pued e ser hallada. objeto. La voluntad libre y para s, baj o la forma ~s
En lugar de per manecer en la ident idad ab stracta universal y ms abstracta, sin ni ng una determina-
del Yo =Yo, el espr itu deb e enajenarse a si m ismo ci n, es la persona, en el senti do ju rd ico de la pala-
para reunirse con la tierra de los vivientes : " Por me- bra. La persona debe darse u n~ esfera ex teri?r par a
d io de esta en ajenacin, este saber de sdobla do en su su libertad ) ( 41). Va a con qUIstar una exterioridad
ser all r etorna a la unida d d el s m ismo; es el Yo }' una obj etividad mediante la posesin de las CO!i3S :
real, el un iversa l saberse a si mismo e n su absoluto Yo, como voluntad libre. estoy objetivame n te en po-
contrario ' " El S de la r econci liaci n, en el que los sesin de m mismo ( 45). Esta posesin social men -
dos yo hacen dejacin de J ll ser contrapuesto, es el te reconoci da es la propiedad . La pro pi edad pr ivada.
ser all del yo exte ndido hasta la d ualidad . que en funda mento del rgimen burgus. se encuent r a as
ella p erma n ece igu al a si m ismo y tiene la cer teza de basada en la razn : " Lo que hay de ra cional es qu~
si mis~o en su perfecta ena jenaci n y en su p erfecto yo poseo una propiedad .. . La na tu ra leza y la. can.tl-
con trarto : es el Dios qu e se manifi esta en medio de dad de lo que poseo son , desde el pun to de vista ]u
ellos, q ue se saben como el puro saben) (p. 392). r tdico, cont inge ntes ( 49).
El cap tulo termina con esta indicacin , con esta A par tir de ah, las r elaciones entre los hombres
132 El pensamiento (le H egel l l. Dialctica del conocimiento 133

estar n orden ad as por esas relaciones de prop ieda d : rid o ver a veces la fuente de la concepcin totalita ri a,
Los hom bres entran en relaciones contractuales (do- fascista, del Estado, salude una vez ms la An gona
n.an . perm utan, comercian ) por una necesida d tan ra- de Sfocles. a la que de nom in ar ~s tarde lila m s
cion al como la que los h izo prop ietarios ( 7 1). a lta figu ra que ja ms ex isti en la. ~ Ierral) (H Ph). .
El derecho abstracto q uc rige estas re laciones es El desme mbram iento de la fami lia en pe rsonas Pri -
el d c~echo romano, q ue encu entra as su lugar en la vada s ind ependi ent es nos cond.uce a un n uevo mo-
sn tesis final. Es un momento de la r eali zacin de la Ii- mento de la realizacin de la Ibcr tad , el qu e H egel
ber tad . llama la socieda d civil, es decir, el conjunt o de in-
El segundo momento de la realizacin de la libero dividuos q ue par ti cipan en la "i{~a econmic<~ en el
tad es la moralidad subjetiva : El derecho de la rgime n cap itali sta de compet en cia. Corno ClUd~da.
par tic ularidad d el suje to a encontra rse satisfecho o, 1I0 S de ese Estado, los individuos son pe rsonas prt va
lo que es. lo mi smo, el derecho de la liber tad subjer - das qu e t iene n por finalidad su pr?pio in ters. .. , la
va. constituye el p unto crt ico y cen tral en la difc- finalidad egosta fu ndada en un slSte_ma de dcpen -
ren cia entre la A ntig edad )' la Edad Modema. Este dc ncia reciproca ( 187). H e~el. con sidera C? ffiO un
derecho, en su infinitud, se ex presa en el cr stian is- momen to de la morali dad ob ]et lva la n ecesidad de
mo y se conv ierte en el principio un iversal real de asegu rar el func~onam ient? de .ese r gimen. capitalis-
u na nueva interpret acin del mundo ( 124)" la de compe tencia annpuca. "", ocultar. sm emb~r
En esta ocasi n, H egel ri nde nuevam en te homena- hro, su carcte r de egorsmo bestial y sus contradic-
je a Kant por hab er reconoc ido la voluntad pura, y ciones.
v~ elve a reprocharle el haberse at eni do al pumo de Pero en la jurisdiccin, la .soc ie~ ad civil , don de la
vasta abstractamcme moral sin alcan zar al concepto idea se ha perdido en la particularidad y h a d esar ro-
de la moralidad objetiva ( 135). liado sus momen tos en la sepa racin de lo ex ter ior y
Esta mor alidad objetiva es el ((com ep to de libero de lo interi or vuelve a su concepto, a la unidad uni-
tad q ue ha devenido ( 142). El conten ido objetivo versal exi stente en s, con "la pa rticularidad sub jeti-
de esta moralidad concreta es (1C1 maut en imie nro de va ( 229). .
las leyes e instituciones que ex isten en s y pa ra s Esta un ida d se realiza en el Esta do : El Estado,
( 144). como r ealidad en acto de la voluntad substa ncial,
H egel vuelve a tomar aqu todos los elementos ex- realidad q ue "recibe en la consciencia. parti cu~a r de
puestos sucesivam ente por la di al ctica del espritu si universalizada . es en sr y pa ra Si lo rac ional
obj eti vo. " ( 258). .
~n. pr~mer l.ugar , la fam ili a : ((El espr it u moral Part iendo "del concepto de Estado como expresin
objetive inmediato o natural: la fam ili a ( 157). La suprema de la libertad, H egel de duce los ele mentos
fam ilia es garanta de la salvaguarda de la pa rt icula- de una Constitu cin que insta ur a una mona rq ua
ridad subjet iva y de sus derechos. R esulta sign ificati- const ituciona l. Para ello proced e segn las regl as de la
vo q ue H egel, en este trabajo, en el que se ha q ue- dialctica espec ulativa : Es partiendo de la l gica (no
J.j El pen samiento de H egel 35
lIJ. Dialctica del conocimiento
de la lgica. cor r iente. evid entemente) que se puede en el axioma: todo lo que es r eal es racional. todo
r econocer como el concep to, y luego. ms concreta. lo q ue es ra cional es r eal (FD, p".33), es un .corola.
ment e, la idea, se dete r minan en s }' plantean asl rio de la primera tesis: lo que ha Sido produ cido por
~ lIS .m?m c~ to s de uni versalid ad , de part icularidad y de el hombre es eviden temente pene trable a Sil razn.
ind vdu altdad ( 272). De estos tres momen tos del El m undo del hom bre es obra del homb re.
c? l1cep to. H eg~1 ext raer el pod er legislativo (defin- Nada hay en este mundo del homb re q ue no sea
ci n de I? uni versal). el poder ejecut ivo (red u ccin inaccesible a la razn del hom bre.
de lo particular a lo gen era l) y el pod er del pr ncipe Estas son las dos primeras tesis pri ncipales de la
(voluntad singular). Fenomenologa.
Al li m i tarn~ as a evocar lo q ue H egel considera La tercera es la idea de aliena cin . ESJS inst itucio -
como el trm l,no del ,desarrollo del espritu obje tivo, nes creadas por el hombre. esas r iquezas, ese Estado.
I1:~ es n ccesa r rc segun los deta lles de esta especula. se le pr esen ta n como cosas. No como u n producto.
eren , en la cual las ins tituciones ms contingentes son sino como un dato.
presenta das como momentos necesa rios de la razn . La cuarta idea de la Feno menologa es que la li-
H egel estim a hab er dado en su Filosofa del derecho bertad del hombre consiste en supera r esa ali ena-
la mayor expresin del desarrollo del espritu del mun. cin . El hombre es libre cuando se encu ent ra a gusto
do. En las ltimas p ginas de esta obra ca ra cteriz-r en el mundo. es dec ir, cuando reconoce en el m un do
as el mom ento del imper io germnico, tr mino ac- del hombre la obra del hom bre.
tual de la histori a : El espritu replegado en si mis. Esta libertad no puede ser solitar ia. La libertad
Ola en el ex tremo de su nega tividad absoluta . apre. del individuo como tal es vaca . La liber tad a ut ntica
hen.d~ .en u? a i~versin. que es en si y para si. la slo puede conq u istarse en la sociedad y no fuera
pOS J tl vld~ d in fin ita de su vida interi or. el principio de ella. Es. d ir Marx. la realizac i n del ser ge n -
de la !!~Id~d de las na turalezas divina y huma na. la rico del homb re.
reconciliaci n como ve~dad o bj etiva y libertad q ue apa. Finalment e. el sex to tema : la hi stori a no es otra
re~e n. e.n la a u.toconsclencia y la subjetivida d, E< el cosa que la histor ia de esta libera cin d el hombre
pn nclp lo nrdico de los pueblos germ nicos el que q ue se separa de la inmedi atez de la natu raleza, que
tiene por misin realizarlos ( 358). lucha con tra la alienacin y la supera cuando la Idea
Esta concepcin hegelia na del der echo y del Estado se un ific a con la real idad.
descansaba, en pr imer luga r. en la idea fun dam ental ste es el ncleo racional que Marx supo des-
establecida por la. Feno"!enologia del espri tu , de q ue r ubrir det r s de la construccin esp eculativa, }' salvar
nada hay, en la Vida social. que no sea obra del hom- dn dote un sentido concreto.
bre', producto de su trabajo, de sus luchas, de su pen o Al considerar la propi edad privada como una ne -
sarme n t. cesidad eterna de la razn , H egel confundi bajo el
Nada hay, por consiguiente que no sea trans parente nombre de alienacin dos cosas totalm ente difcren -
a la r azn . Esta transparen cia racional que se expresa tes: la objctiT1acin necesaria del hom br e en su ac-
136 El !,e,uamierllo de H egel f Il . Dial ctica del conocimiento 137

cin, por la cual imprime una for ma humana a las


(Osas, y la alienacin propi amente dicha, que no es E L E S P RITU AB SO L UTO
un fenme no nec esari o, sino un fenmeno hi strico
naci~o con la propi edad pr ivada de los med ios de pro: C ul es la significacin de este tercer ciclo dialctico
duccin )' que desapar ece COIl ella, }' q ue provien e del (le la Fenomenologa del eSfl r it u, que compre nde los
he~o de que lo qu e el hombre ha puesto de s en el cap t ulos VII y VIII , sobre La religi n y sobre (IEI
objeto. cuan do este objeto se conv ierte en merca nc a. sahe r ab soluto, y que corresponde a 10 qu e H egel
se le escapa, se I.e vuelve extrao, e in cluso, por efectos lla mar, en su Enciclopedia, el Esprit u absoluto, y
de la acu m u lacl ~ . se le vuelve hostil }" le aplasta. flue di vid ir entonces, no en dos, sino en tres mo-
D e .esta con fl~s l n se despren den m lt iples cense- men tos: el ar te. la religi n y la filosofa ?
CUCIlCJas : en pnm er lugar, al con fund ir H egel la nlie- El primer ciclo, el del espr it u subjet ivo, era el de
na: in con la objetivacin . la prim era resu lta nece- la consciencia individual. Su objeto era la toma de
san a y eter na como la segunda y. por consiguien te. in. consciencia de las relacion es del espr itu con la natu-
supera ble . La vida es tr gica }' desgarrada. . raleza. Al trm ino de su mar cha esta consciencia per -
. En H egel, esta alienacin pu ede ser superada. pero cibe que tiene un carcter social: El yo es el nosotros,
siempre renace. Slo es superada en el pensami ento. )' el nosotros el YOl ) (p . 11 3), Se ha pasado de la cons-
H egel. al pon er en evidencia las contrad icciones en- ciencia individual a la consciencia un iversal.
tre la usocieda,d civi l y el Estado, constat la oposicin El segundo ciclo, el del espr it u ob jetiv o, es el de
real, ~n la SOCiedad bur guesa, entre el hombre pri vado esta conscien cia un iversal.
)' el ciudadano. Pero al inver tir el orden re al entre el La consciencia que acta en esta etapa es la del
u,no y el otro, no pu do ver q ue la existencia id eal del homb re como especie, del hombre genrico, como
CIUdadano era la proyeccin celeste , la alienac in. y, d ir Marx. Su objeto es la toma de consciencia d e las
por tan to, ta mbin la compensacin de la vida srd ida rela ciones del esprit u con la sociedad (pero de la so-
del hombr e privado. egosta. ciedad en su desarrollo, en tanto que h istoria humana).
H.ege~ esti ma ha ber su pera do la ali enacin re ligiosa A} tr mino de su marcha, esta conscien cia del hom bre
al terrmno del desarrollo del espr it u ob jetivo. Reco- romo especie. esta conscienc ia un i ve~sa l, pe~ci be ~u e
noce en los temas fundamen tales de1 cri stiani smo : ca- no existe nada lu cr a de ella. La realidad se Iden tifica
da, encarn acin, muerte de Di os, re surreccin , ima- ;ls con el su jeto qu e conoce y tiene u n carc ter din-
genes simb licas del desarro llo di alctico del esp r itu mi co; la r azn se iden ti fi ca con el acto por el cual
a bsoluto. la r ealidad se engendr a yse desarrolla : El mun do es
mi voluntad. Lo qu e sign ifica q ue m i voluntad , como
m i consciencia. no forma ms que uno con la cons-
cie ncia un iversal : La substancia es sujeto.
Al llegar al final de este segundo ciclo dialctico.
r-l esp r itu obj etivo ha recupera do en s mismo todas
138 El pensamiento de Hegel IIJ, Dialctica del conocim iento 139

las alie naciones ; todo es espr itu . Ent onces es cuando. d e esta toma de consciencia del espr itu por s mismo
al ser la histor ia en tera, en esta perspectiva del idea. estn vinculadas a los grandes mome ntos del desarrollo
lismo objetivo, la h istor ia del espr itu mismo, q ueda del esplritu subjetivo. y a los grandes. mo~entos del
un tercer ciclo por recorrer : el del espr itu ab soluto. Su desarrollo del espri tu obj etivo, de la 1~ lstona h uman a.
obje to es la toma de consciencia de las re laciones del Que todos estos mome n~os de. la re al.lda d de un pue-
espri tu consigo m ismo. No se tra ta del desarrollo blo constituyen una toralidad SIStem tICa. y q ue u n ~lo
a.lJsoluto del espr itu, q ue ser el objeto de la Lgica, espr itu los crea y los infor ma, es una Idea que sirve
sano de las gra ndes etapas de la toma de conscie ncia de base a aq uella dc q u e la histor ia de las religiones
del espr itu por s mismo. Nos mantenemos, p ues, se confu nde con la histor ia universal (Ene. 562. R).
todava aq u , al n ivel de la fen omen ologa. Por ejemplo. en una soci~da~ . const itu ida. como
En el curso de los dos ciclos preced entes, el espritu, IJ. ci ud ad griega , en la q ue el In dividuo y la .soCledad .
rec haza ndo ~a s ta la posibi lidad de un conocimien to }' lo singu lar y lo universal, form~n ~na to~lt~ad con-
de una realidad que l no ha producido, y sin reco- creta . el esprit u adquiere con scren cta de SI nlls lll.o en
nocer otra ver dad q ue la q ue l en gendra por su C!Io1. farol a de (( esp ir itualidad co ncreta q ue con stitu ye
pro pio movimie nto, se ha r econocido a si mismo en darte,
la natur aleza y en la hi storia. En una socied ad desgar rada. en la q ue esta b~lla
No q ueda, p ues, nada por asimilar de lo qu e an o totali dad se ha q ueb rad o, el espritu tomar conscicn-
tcriormente pareca lo ex terior, y especialmente de cia de si m ismo en el cristian ismo.
la historia. La con cepcin orgn ica de la histori a, en Cuando la recon ciliaci n n se ha ya realizado. cuando
Hegel, es la del idealismo objetivo : todos los mc men- se haya resta blecid o la armona en un.a totalidad m s
tos (sociales. econmicos, pol ticos, ideolgicos, etc.) r ica que la pr im era , q ue con tenga en. 51. como mom~n
son .interd.ependientes. puesto que no son ms q ue tos, la su bjetivida d y el desga rram ie nto, el esplritu
man ifestaciones de una sola realidad fundam en tal, el lomar con sciencia de s en el saber absoluto ,
espr itu . La correspondencia se establece asi m~s~o con los
Cad a momen to de la histor ia, cad a gran ci vil izaci n. momentos del espr it u subjetivo; la rel igin na tural
es tan slo . para H egel. una ma n ifestacin fini ta del corres ponde a la conscie ncia. la r eligi n del .art e a la
espr itu infinito. Desde ese punt o de vista supe rior. autoconsciencia, la relig in r evelada a la ralO~ ' ,
en un panora ma retrospectivo, queda por hacer un Pero esta dialctica no es n icamen te his t r ica :
resu men a la V CI histr ico y sistem t ico de las for mas ra da una de las for mas de esta toma de conscien cia
en quc el hom bre experiment y exp res esta presen conser va un valor independiente de la p oca que le
cia de lo infini to en lo fin ito, Cmo se r epresen t a dio origen, sobrevive a las condiciones que la engen-
s mismo el espri tu antes de llegar al saber abso- dr aro n .
lu to? Desde este p lin to de vista, H egel, de finiendo la re-
Esta dial ctica fen om enolgica del espri tu ab soluto ligi n de una ma ner a muy gen eral como la auto-
conserva un carcter histrico, puesto q ue las et ap as con sciencia del esp r itu, tr ata con stan tem en te en con -
140 El pensamienta de H egel l/l. Dialctica del conocimiento 141

j unt o la re ligin y el arte. En el captulo VII de la d ueto, se ve a si mismo como una rea lidad extraa.
Fenomenologia del espritu? el arte es un momento co mo una repr esent acin .
de la ,r eligin ; cuando se ocu pa de la relig in de La forma ms simple de esta r epr esentacin es la
los gr iegos, H egel trata. sobre todo del arte antiguo inmed iatez natural: el hombre busca la im agen de su
como dando u na expr esin figurada del espri tu para esp r itu, por ej emplo, en la luz, corno Zcroa stro (ni -
ese p~e ?lo y esa poca. A la inversa, en la Esttica, vel de la certeza sensible), en animales o plantas, corno
la re ligin se presenta a menudo COlIJ O id ntica al fu e el caso de las primeras religio nes de la Indi a (n ivel
arte o como un capt ulo de ste. de la percepci n), o e n objetos construidos por la mano
Hasta cuando se ocupa de ello en form a sepa ra da oc l hom bre y converti dos en obj etos de culto. en los
P?f razo ~es p edaggi ~a s . como por ejemplo en la E' l- (Iue el esp r itu se man ifiesta como artesano (elevndose
cclop~~la} el con tenido es e~ mismo para el arte y as a la forma abstracta del pensamient o). Las tumbas
la religin ; son representaciones concre tas q ue el de Egipto, las pi r mides, son testimon io de ello.
~om~r~ se ha. dado d e su propio espritu , expresiones La religin , a este n ivel, alcanza una primera for -
sim blicas de la autoconscienca del espr it u abo ma de interioridad . El objet o de cu lto ya no es un
solu to. objeto na tural dado, sino una ob ra del hombre.
Ca da r el igin no es ms q ue un moment o de la Mediante esta primera humanizaci n de la nat u-
toma de consciencia del espritu por s m ismo. La ra leza , el Espr itu se pe rcibe ya como r esultado y se
filosofa, el saber a bsolut o, ta n slo ser el momento opone a s m ismo de nt ro de s mismo. Pasamos as
ltimo, Cl.~ando el espr itu, perfectamen te transparen- rle la consciencia a la autoconsciencia, de la rel igin
te a s mi smo , no tenga ya necesid ad de representa- natural a la r eligin estti ca,
ci?n esJ), de ex presiones figuradas, para pensarse a si Esta d ual idad del esp r itu y de su obra , del hombre
mismo, puesto q ue hab r elim inado toda transcend en- y de sus dioses. se expresa en la religin estt ico, J;t
cia, tanto a bajo, en el mbito de las cosas. como cual conoce su apogeo en el mundo gri ego.
arr iba, en el mbito de D ios. ' El pue blo q ue en el culto de la r eligin estt ica
En la Feno mcnologia del, esp ritu, H egel d istingue se acerca a su Dios es el pueb lo t ico que sabe q ~ e
tres forn~ a s .de representaci n qu e el espritu se h a su Estado y las acciones de este Estado son su pr op Ia
dado a,s l. ~lsmo antes de al,ca.ozar el, ~spri tu absoluto. voluntad y como la r ealizacin de si mi smo (En e,
La religi n natural, la re ligin cstc n ca v la re ligin ~ 562, R).
revelada . ' . El ar te griego es la toma de consciencia de ese mun -
La religi n na tu ral corresponde al momento de la do tico.
consciencia (es d ecir, de la consciencia del mundo El pri mer momento de la r eligin est t ica es el de
exterior) qu e hemos cono cido en el espri tu subjet ivo. la obra de arte ab stracta . Es abstracta en el sent ido
En efecto, en ta nto q ue el espr itu no alcan ce la ple - dc que el espr itu se ha esfumad o ant e su ob ra. La
na consciencia de si mi smo, en tant o q ue todo 10 rea l b ra de arte deja fuera de ella la inquietud del esp -
no se le presente como su propia ob ra . como su pro. ri tu creador y sepa ra el mom en to de la obra. La obra
J.12 El pensami en to de H egel 111. Dialcti ca del conocimien to 143

es as abstracta respect o de su deve ni r, de la conscien- El hom bre adqui ere consciencia de que no dialoga
cia y de las man os q ue la en gendr aron. En la estatua con los d ioses, ni en el escenario del teatro, n i en la
de los di oses ya no aparecen las con tin gencias mi sera- vida real del mundo. Expresin de esta soledad del
blemente human as de qu ien la cre. La subje tivida d hombre es la com edia antigua.
no forma parte de la verdad, ni en un orcul o de Del- Este hombre r educido a s mismo, por la toma de
fas, n i en el Zeus de mrm ol de Fidias, ni en un him - conscie ncia de esta soledad, y de la impotencia de su -
no de Pfndaro, n i en la Idea de Platn . pcrarse q ue enge nd ra esta soledad, pasa de la sufi-
La sing ular idad del hom bre ha desaparecido junto a cie ncia extrema de la comedia al sent imien to de su
su autoconsc iencia en esta un ida d inmediata de lo ins uficiencia y de su desd icha .
divino y lo humano. En la exterioridad plstica de la Esta Inversi n total , que recuerda el paso del es-
estatua, al igu al q ue en la interioridad lri ca del hi m- rcp ticismo a la consciencia desven turada, cond uce a
no, lila autoconscien cia religiosa es lengua je de una " la rel igin r evelada.
autoconscienc ia extra a (F, p. 413 ).
El culto. con sus sacr ificios, supera esta exteri or-
dad de l Dios. Una relacin prctica se establece con (':11 una pgina de una sombra y magnfi ca poesa, H e-
Dios. Este trnsito de Ia obra de arte ab stra cta a la gel describe el dolor q ue se expresa en las d uras pa
ob ra de ar te vivan, med iante el momento de l cul- labras de que Dios ha mu erto.
to, corresponde , en el espri tu subjetivo , al trnsito Ast, pues, en el estado de derecho el mundo t ico
del simp le d eseo a la lu cha por el reconocim iento y :1 y su r eligin se han hundi do en la consciencia de la
la dialctica del seor y del siervo. comed ia, y la conscie ncia desventurada es el saber de
De esta n ueva tensin va a nacer la obra de arte rsta prdi da total. Para ella, se han perdi do tanto el
espir it ual, que es un la rgo esfuerzo por trasladar lo valor intrnseco de su personalidad in mediata como
divino :I lo h um ano. d de su personalidad med iata , el de la personali dad
. En la epopeya, el edo de los poemas homri cos. por pensada. Ha en mudecido la confianza en las leyes ter-
ejemplo, no es ms q ue la exp resin h uman a del mun- nas de los d ioses, lo mismo que la confianza en los
do divino. La singularida d human a se esfuma para orc ul os que pa saban por conocer lo par ticular. Las
dejar lugar n icamente a la presencia de Dios; el esta tuas son ahora cadveres cuya al ma vivi fi cadora se
Desti no ent onces reina slo. lIa esfumado, as como los himnos son pal ab ras de las
En la tragedi a el hom bre se enfrenta a l. La subs- lIl1e ha huido la fe ; las mesas d e los dioses se han
ta ncia de lo divino se desd obla en sus figur as ... , es el q uedado sin comida y sin bebida espir ituale s, y sus
hroe m ismo quien hab la (p , 425). En las tra gedias [uegos y sus fiestas no infunden de n uevo a la cons-
de Esquilo o de Sfocles el hombre se enfrenta a los I lcu cia la gozosa unid ad d e ellas con la esencia. A las
dioses. Esta duali dad del hombre y de los dioses vuelo uhras de las musas les falta la fu erza d el espritu q ue
ve al hombre cada vez m s audaz, su negacin arrogan. , 'tofo brotar del apl astamiento de los dioses y los horn-
te le da un sent imiento de indep endencia, Ilres la certeza de s mismo, Aho ra , ya slo son 10 q ue
1-14 El pensomentc de H egel 111. D el ctica del conocimiento 145

son para no so~ros-b ellos fr utos cados del rbol, qu e rnnscien cia de sventurada q ue pen et ra en todas estas
un gozoso destino nos alarga, cuando una doncella pre- figuras ~0 1l su punto centr al y el dolor comn de su 11
se n ~ cso~ frutos; ya no ha y ni la vid a r eal de su cxi s- parto haci a la lu z (p. 437).
teucra, m el rbol que los sostuvo, ni la tierra r 101 La R evelacin , la Encarnacin de Cristo, es el sm-
elem entos que constituan su substancia, ni el cli- hola de la ide nt idad , bus cada desd e el princi pio, de la
ma o o el cam bio de las estaciones del ao q ue domi- na tu raleza hu ma na y de la na tu ra leza divina, de lo
naban el p roceso de. su deve nir .. . Pero, lo mismo que fini to y de lo infini to. As se realiza el pa so de la au to-
la do ncella que brinda los fru tos del rbol es m s conscie ncia a la substa ncia y de la substancia a la
que la natura leza qu e los presentaba de in med iato, la .uuoconscicncia .
natura leza desp legada en sus con diciones y en sus Llegamos aqu Illuy cerca de la cima del pen sa
elemen tos, el rt>:ol. el ai re. la luz, etc., al reunir bajo mie n to hegeliano : la substa nc ia concebida como su-
una forma supermr todas estas condiciones en el res- jeto. La cn carnacin de D ios en la historia y la muerte
plandor del prop io ojo autoconsciente y en el gesto de Cristo son la re presen tac i n sim blica de lo q uc
~u e ofrece Jos ~lIt os, as tambi n el espritu del des. d Saber absolu to expresar en su p ureza especula-
t:.no q~e nos bn nd? estas obras de arte es ms que 1:1 I j va.
\ld? ~tlca y la r eal idad de este pue blo, pn es es el re. La id ea fu nda mental del h egel ian ismo, la de q ue lo
cogumen to )~ la. in teriorizoc n del esp ritu an tes d is- infini to no puede manifestarse ms q ue en lo finito,
p ers? y l:xtenor,l7..ado en ellas ; es el espritu del destin o q ue lo infinito no se halla separado de lo finito, sino
trgICO que reun e todos aquellos dioses in div iduales slo el movim iento por el cua l lo finito se supera , se
y ~odos aq uellos a tr ibutos de la substancia en el niega a s m ismo y muere, tiene en el m ito cris-
O I.CO Panten , en el esp r it u a ut oconscie nte como es. 1iano de la encarnacin d e Dios, de su m uerte y de
p tri tu (pp. 43 5-43G). Sil resurreccin su expresin simblica.
R eplegad o en s mismo, en un movimiento q ue ano . Cristo, el Dios hecho hombre, verdad ero Dios y ver-
nad . en el hombre la adoracin de las imgen es de dadero hombre, de be morir como toda rea lida d sen-
Jos d ioses, el espritu ex teriorizado, alienado, por el sihle singular deb e desaparecer en el ti empo.
~olo hec~lO de esta interiori da d reencon trada en la que Ning n ser finit o pued e con ceb irse como en pose-
e~ ,expen me nta lo qu e los msticos llamarn su de re lic- , jc'm de una realida d en s, sino nicamen te e n tanto
C1OI)I), el hombre b usca a su D ios en s mismo. que es enunciado, como momen to de lo infi nito.
. El a:te n o con stit ua m s que un mome nto de la E l hombr e d ivino muerto o el dios humano es en
liberaci n del hombr e. ste tie ne su futuro en la ver sI la autoconsciencin univer sal (p. 152).
dad era religin . Llegad os al final de la Feno menolog a. pod emos pero
El es~ritu supera esta alienaci n para int egrarl a en ribir todo el sentido que da H egel a esta extraa pala-
su p:OplO d es:tIToll.o'. Todas las formas de la religi n Lrn de un cntico de Lut ero: Di os ha m ue rto.

man ifiesta religin revelada" esta rn dominada Dios ha muerto signifi ca en primer lugar la
por esta exigencia. uEI dolor y la nostalgia de la auto. mu erte de la abstraccin de la esencia divina que no
\

f.l{j ,:l pensamiento de H egel fIl . D ialctica del conocimiento 1-17

se pone COIllO S-misma " (p . -155). Esto sign ifica. desde ex presar plen am en te el esp rit u q ue est ms all de
el pun to de vista del espr itu su bj etivo, q ue D ios no la r epresen tacin . . '
puede ser transcendente a la consci encia humana , slo Fracasa, por ej emplo, en la tentativa de integrar el
ex iste y vive en ella y por ella . No pue de tener la mal al movimiento del espritu, com o uno de sus
tra nscendencia in feri or de la ex isten cia sensible , de 11 mom en tos. Incluso viendo, como Jacob g oehme, la
presencia fsica de la reliqu ia : todas las tumbas est n clera de Di os, al no pod er repr esen tar el ~al en
vactas y el San to Sepulcro ni siqu ier a cont ien e los des- Dios, la relacin del mal y d e Di os se expresa siempre
pojos de un Di os. en la religi n en trminos de exter ior idad -
T am poco p ued e tener Dios la transcendencia su- La repr esentacin r eligiosa no ha podido su perar
per ior de un Esp r itu universal que sera d ifere nte la expresi n estti ca de ese du ali smo que O oet he dab a
de los individ uos q ue lo pi ensan . SU conocimiento en su Fausto :
de s es la con sciencia que tiene de s mismo en e l
ho mb re y el conocimie nto q ue los hom bres ti en en de F"1..' STO: Q uin eres? . '
Dios, conocimien to que progr esa hasta el conocim ient o fo.hU'ISTFELES: Una parte de esa f u e rza que siempre qu re re
q ue el hombre ti ene de s mi smo en D ios (Ene, el mal y siempre hace el bien.
5().1, R). FAUST O : Qu significa ese enigma ? ,
D esde el p unto d e vista del esprit u absolu to, el Soy el espiritu que siempre mega ; y ello.con
M IlFl s roFELE S :
D ios ha m u er to sign ifica que lo infin ito y 10 finito justicia, pues todo lo que existe me~e ser destruid?;
se recon cilian en la histor ia, y q tle D ios no es nada sera mejor, por tanto, que nada h ubler~ , llegado a exts-
tir. T odo lo que llamas pecad o, destr~lCC 10n, en resumen,
ms que el hombre tomado en la total idad de su h is-
lo que se entiende por ma l, ese es mi elemc?to.
toria. Lo espi ritual no es ot ra CO'l.."1 que la perpetua FAUSTO : T e dices la parte y he ah que eres 1Ul. elemento.
n egacin del ser natural y del ser hi stri co, es decir. },l litI'tSroFELE S : T e d igo la humilde v~rdad. SI. el ~ombre,
del mov im ien to mi smo q ue los lle va ms all de ellos ese pequeo mundo de locura, se cDlmdera nrdlnariamente
mis mos en una estri cta inm anencia, como lo sirnboli- como formando un todo, yo soy una parte de .la parte
za n la muer te y la resurreccin del Mediador . que antes era el Todo, una parte de esa obscurulad. que
El espritu no es m s q ue el acto por el cu al el dio nacimiento a la luz, la luz orgullosa, que ahora dlS p~ '
hombre hace su historia. la creaci n contin uada del la a su madre la Noche su antiguo rango y el espacio
hombre por el hombre. Hegel no adm ite na da qu e est que ella a ntes ocupaba.
fuera de esta histor ia huma na , realidad lt ima , o ms
bien realidad ni ca que excl uye tod o ti po de trans- Sol:tme nte el Sabe r ab solu to ven cer ese d uali smo, s~ '
cen dencia. petar esa ex ter iori dad. Permiti r cOl1lprende~ lo ~L'
El esp rit u es a la vez suje to de ese acto, su conte- verso, 10 dado, el mal, como mo mento d el esp ritu mIS-
nido y el movi miento de su operacin . mo puestos po r l y q ue no tiene n sino de l su rea-
Pero la reli gin , po r el mi smo hecho de q ue exp re- lid~d y su sentido. ( El esp r itu , en efecto: es el saber
sa el esp r itu al n ivel de la repr esentaci n, no puede (le si m ismo en su al iena cin , es la esencia que es el
\

148 El j>enJam iento de H egel 1/1. Dialctica del conocimien to 149

~O\'im ~en to de retener en su ser-otro la igu aldad con. como en s se ha con vert ido al final en tot alidad para
sigo m ismo . s. El espr itu es en s el movimi ento que es el cono-
Hegel no op?n.e el Saber absoluto <la ci encia ver- cer- la tr ansformacin de aq uel en -si en el para s,
dadera) a la religi n. En oposici n a los ma terialistas <te la substancia en sujeto, del objeto de la conscien-
eran,ceses del siglo XVIII, l lo subraya : No oponemos cia en objeto de la outoconsc encia .. . Este movimiento
aqm, en forma genera l. la creencia al saber ' por el es el ciclo que r etoma a s. q ue presupone su comienzo
c~mtraTio, ].1 cre en cia es u n saber, slo una fo~ma par. y slo lo alcanza al final (p. 469).
n cular de este l ti mo (Ene, 554). Para pasar de 3. La naturaleza y la hi storia no son ms que la
la re ligin al sab er absolut o no queda ms q ue su. alie nacin de l espri tu. la una en el espacio. la otra
p~ rar esta forma (F, p. 46 1). p uesto que el conte- en el tiempo. Que el Yo se alien e en la negacin act iva
n ido de la f ilosofta y de la religin es el m ismo (Etl c, de todo da to, es lo que per mite a H egel superar el
573, R). idea lismo subje tivo ab stracto de Fichte. Que la subs-
H egel defin e los caracteres de ese conten ido, bajo ta nc ia lleve en s la n eg aci n d e s m isma, es lo q ue
una forma espec ula tiva, en el ltimo cap itulo d e la permite a H egcl supc rar el Ideali smo obJetivo abstrae-
Fenomenologa. lo dc Sch elling, para el cua l la substancia per man eca
1. El se,T, en su total idad es una accin que se cons- transcendente al sujeto. A Fi ch te le faltaba el sab er
truye opo n i n d ose una naturaleza y una histor ia. S te del ser q u e puede da r al Yo toda su r iq ueza. A Schelli ng
es el devenir de la subst a ncia conceb ida como su- le faltaba la presencia subjetiva del Yo en el corazn
jeto. de la subst an cia. quedando sta. as. ab stra cta, tra ns-
2. La ciencia, el s:l ~e~ ab solu to, no form a mas que ccndc nte, muer ta.
un o con ese desenvolvimi ento del ser . En las d iversas El id ealismo absolu to de H egel q ueda as, al final d e
etapas d.e la Fenome1lologa, la cer teza subj etiva nunca la Fenome nolog a del espritu, slidament e instalado
1I~ a Igua larse con la verda d objetiva. Esta con tra- ('11 el Ser . La Fenomenologa en tera pu ede ser consi-
dicci n era el motor de la dialctica fenomenolgica. derada como una sola expe r iencia dia lctica del argu-
A hora, con el saber a bsoluto, la verdad es en s com- me nto ontolgico. La cu esti n de saber si el ser exi s-
pletame~te i~ual a ~a certeza" (p . 467). le no po dra plantearse si no existiera n ya a la vez el ser
Esta cren cra constituye un sistema total, un siste- mismo y la consciencia q ue se graba en l. .
ma en cerra do .en s mismo: h emos par ti do del todo Par ti en do de esta identi dad primera e irrecusab le.
d.e la substancI~. ~el en-s a n mudo, y, de contradic- la con sciencia ha llegado a tomar posesin de todo lo
C!? en con trad icci n , el esp r it u, subjetivo en el p rin- real. y lo r eal ha llegad o. en la conscie ncia del hom-
CIpiO, q ue cree ap r ehen der la substancia como su rea- hre, a adqu ir ir consci encia de s mismo.
lidad bajo la forma de la inmed ia tez sens ible, ha Ile-
gad o a ad q uirir conscie.nci a de q ue era idntico a esa
su bstancia rmsma. ~ Circulari dad del sistema aparece La Fcnonwnoogia del cspirit u r ealiza el programa de
aho ra con toda clar idad: el todo, presente al com ienzo lodo gran human ismo vinculan do indisolublem en te el
50 El pensam iento de Hegel lIJ. Dialctica del conocimiento 151

problem a de la uni dad del ser y del pensamien to al esp r itu es ne gar el da to. aniq u il~rl?, ya se tratc. del
de la realilacin del hombre tot al. mu ndo o de s mi smo, a fin de asim ila rlo, y en cierta
El sa ber absolu to es, en efecto. solida r io con la rea- ma ne ra absorberlo en s, por el trabajo del pcnsa-
Hza cl n del mundo, con una estructura social. con lIIiento.' Al tr mino de este trab aj o del qu c la Feno-
un Esta d?_ como dice H ege l. El conocim iento, al igual menologia fiel esp-it ll nos ha. hecho seguir la .m ar~~la
qu e la libe rtad, no puede ser ob ra de un soli tar io. dialctica la totalidad del objeto se ha vu el to IIlICl lOr
El hombre slo desarrolla plenam ente su con ocimiento al sujeto- o. 10 q ue es lo mismo, el suj eto se ha d ilatado
Y. su libertad como ciudadano de un Estado. Su cspt- hasta contener la totalidad del obj eto"
r u u no puede superar el desgarramiento e int egrar el Es, p ues. enunciar u na fra se ab surda, un a fra se qne
momento de la al ienacin sino cuando el mundo en para Hegel no tiene sen t i ~o (por ot;a, parte, tampoco
el q ue vive. el Estado. haya sup era do el desgarrauucn. lo tiene para nad ie). el dec ir : el espmtu crea el m.un .
to y realizado esta integracin. do. P ues el espr it u , p:11"J. H ~~I: es a I~ vez .pcnsa m ~cl~
El pensamiento puede hallarse en su medio en la In y Inundo. sta es la defin ici n de l I d eal~ s m? objct i-
substanc ia slo cuando el individuo se encuen tra vo. El pensami ento no t ien e qu e Ilcr.earH l~ tn K' m muu -
en su medio en el Esta do. do, puesto qu e l es mundo. La e~ lSt cl1C1a dcl pc~sa
Esta plenitud ~atisfecha del hombre to1..11 excluye mi ento y la del mundo son ~lc. la ~lIsma naturale/a : el
toda transcend encia q ue lo llevara al duali smo en el pensamiento no podra eXl,tll: SIR ese mu nd o sobre
co nocim i~n to , a la desd icha de la conscienci a, y hara r-l cual y a part ir del cual se CJcrce su pod er de ncga-
de l el siervo de un Seor. in , es dec ir , su accin . y red procam en tc, el mundo
La transcendencia , sea cu al fuere su forma, despoja ( 'S, en sl, transparente al pcn ~a!n i e n to: . .,
a l hombre y lo desgarra, impidi ndole que se cncue nt :e La FenomeuQloga del esp lfltll te ma. por nus ron h~:
en el mundo como en su medio. cerne s tomar conscie ncia de que la realidad entera esta
Ya se tra te de cosas que escapan a su saber y a su urdida de razn .
poder o se tr:tte de un Dios tra nscendent e que le priva La Lgica va a desplegar esta tra.ma inteligible, no
por su propia accin de la inicia tiva y la fu en te as e n rategorfas vac as que serian cop ia del ser . smo .e n
como de la eficacia y la finali dad, la accin del hom bre rn tcgorfas repletas de su I ta ncra, " I( en ncas .,1 Ja vida.
,,
no sera ms q ue un a sombra y una ilusin. misma del ser .
El hombre tota l es Dios en devenir q ue se reali za
en su solo desarrollo histri co.
El saber absoluto es el saber del ser y de la hi stori a
en su tota lidad , el sujeto q ue conoc e y q ue forma slo
uno con el o bjeto cono cido y con el acto por el cual
ese ob jeto se engendra,
El ser no se iden tifica, pues, con el da to : no existe
ni dato sensible ni dato racional. El pri mer acto del
CAP TUL O ' V

L A DI A L C TI C A D E L SER: LA LG ICA

El punt o Iinal d e la Fenomen ologa del espritu, la


iden tidad del ser y del pensamiento, sirve de pu n to de
par tida de la Lgica, aunque en Sll com ienzo no se
tra te ms q ue del puro ser,
El prim er contrasen tido (o ms b ien sinseu tido) q ue
hay qu e evitar, pa ra comprend er la L gica de H egel.
(' S el consistente en in terp retar en su sen ti do lite ral la
de fi ni ci n metafr ica que Hege l da de su Lgica : La
l ..gica ti ene qu e ser concebida como el sistema d e
la razn p ura, como el r eino del pensamiento puro.
Este r eino es el de la verdad, tal como est en s y
para s, sin en voltu ra, Por eso pu ede afirm arse que
d icho contenido es la r epresentacin de D ios, tal como
'st en su ser eterno, antes de la creacin d e la natu-
raleza y de un espritu finito (L , 1, p. (6).
Si d e este texto se llega a la conclusin que la Lgica
"1: iden tifica con el pensam iento de u n Dios que exis-
l a an tes que la naturaleza y q ue luego croo la natu -
raleza a par tir de ese pensam ien to pu ro, no slo sigo
n ifica imaginar una operacin mgica ms incompre n-
dble qu e los milagros ms puer iles, sino que al ad-
jnd icar a H egel este ab surdo, se hace imposible com-
prender su Lg ica y todo su sistema que descan sa
e-n el saber ab soluto, qu e es identi dad del ser y
(Id pensamiento, El mismo Di os no es otra cosa que
e-l saber ab soluto.
No slo exclu ye Hegel la transcend encia de Dios,
vino que se preocupa, en ese mismo pasaje, de adver-
lim os que habla con metforas. H yppoli te seala acero
r.nkunen tc : (l EI carcter exotrico de este lenguaje se
153
154 El pe1l$(lm;e1l1o de Hegel IV . Dialctica del Ser 15:)

1~lanificsta ta nto e~ c~ puede aiirmorse como en el cqu- cada vez q ue H egel ha bla de la id entidad del ser ,Y
lOCO de esa an tertondad del Lagos sobre la na turale- del pensamien to, afir maba c~n fu ndam ento: H ab ~Ia
za y el esplr it ll .fin ito.."1\'.0 ex iste, en efecto, para H e- q u e volver a H egel para analllar paso a pa so cualq Ul.cr
ge l, un, l~ensam.lento divi no, y luego una na tu ralez.a y lg ica corrien te .. . Marx aplic la d ialctica hegeli a-
un espm tu 11111 10 crea do. La pal abra cr eaci n es u na na en su forma r acional a la economa pol ti ca " . La
pala bra de la represe ntacin (Logiqllc el existence, for macin de conce ptos (abstr actos) y el hecho de ope -
p. 78). rar con ellos im plica ya la. representacin . la con vlc-
1.1. Lg ica, la N aturaleza y el Espritu tlO sen mas ri n la consciencia de la necesidad de las leyes en
q u e uno, son mo mentos d e uua m isma totali d ad di a- la con ex in ob jetiva . .. Es imposibl e negar la obj ct i-
lctica. como lo p'0 ncn el.e relieve los tres l rimos p - vidad de los con ceptos. la objetividad de lo gene ral en
rrafos de la Enc iclope dia ( 575, 576, 577). de los lo particu lar y lo singular. Hegel es, pues, mucho ms
q ue ,"oh-cre mos a ocupa r nos. Esos mo me ntos cuya pro fundo <ue Kant cuando estudia el reflej o del m o-
u nidad se presenta a la Razn , no p ueden ser sepa- vim ien to del mundo objetivo e n el movim iento de
rados ms que por el Ent endim ien to div isor y la re- los conceptos. As como la forma simple del valor. el
present aci n q ue tr ad uce, en trm inos d e transcen- act o aislado de intercamb io de una mercan c a por
de ncia. y de creacin , esta unidad profunda . otra, encierra ya e n una forma no evolucionada tod as
La Idea fun da mcn tal de H egel no es nad a miste. las contradiccion es funda mentales del capitalismo, a s
riosa : ~ identidad de l ser y de l pen sami ento es la lu generalizaci n ms simple, la primera y ms sim-
afirma ci n de la ,racion.al idad de lo real, de la pero plc for macin de conce ptos (juicios, silogismos, etc.).
Iecta transpare nc ia racional de la rea lidad para el de nota ya el conoc im ien to cada vez ms profundo del
pensamiento. hombre en cuan to a la conexin objet iv a del mundo.
DCs.cll ~rir en nuestra razn la razn de las cosas, I':s aq u donde h ay qu e buscar el verdadero sent ido,
r~p,rod uCl r y .reconstr~Ii r en form a ideal, para pero la significacin y el p apel de la L g~ca .d e H egel )! . ,
c,lb lr la necesida d lgica, lo que la percepci n sen. Rl capital de Ma rx pone en practi ca una lgica
sible nos hace aparecer como un conju nt o mal un ido cue deb e m uch o a la de H egel, pero le supr ime su
de hec hos emp ricos y cont ingent es, es la a mbicin car cter especulat ivo.
c?nstante d e toda ciencia q ue no se lim ita al posiri - Esta comparacin permi te precisar la naturaleza ~ c
\",ISmO" de torta filosoffa q ue 110 "se pier de en el ir ra- la Lgica hegel iana al sealar el pu nto en qu e em p lc'
ci onalismo. /,:1 en ella la m ixtificacin especulativa.
, UI~a amh icin de este tipo DO se confun de co n el En pri mer lugar, cul es la sign i fi~aci n del ~ as{~ d e
Idealismo. P? r otra parte. es significati vo qu e Marx , lo abstracto a lo concre to que constituye el p r inc ipal
y luego L enln , hayan aproba do y seg u ido el camino movi mien to de la L gica de H egel ?
de H egel sobr e este p unto. En su I n troduccin a la crit ica de la economa /JO-
,L~n i n, q u; a lo largo de todo su come nta rio de la l tica. Marx se pl an tea con gran exac tit ud este proble-
1.0 gl GI hegelia na, en '111'1 Cllad ~ nlO"~ fi fm ficoJ, a plaude lila. Para el estudi o de una total ida d org ni ca . de un
156 El pensamienlo de H egel l J' . D al ctica del Ser 157

rgi men econmico, por ejemplo, por dnde hay q ue Nad ie, antes q ue l, 'haba elevado tan alto la
emp ezar ? Por lo concreto o por lo abst racto? ex igencia de la razn de identificarse con el ser en
Parece que lo correcto sea em pezar por lo rea l y su g nesis.
concreto, q ue constit uye n la cond icin pre via y efec- Pero H egel, seg n la tradicin d el idealismo, con -
ti va, escribe Marx . Pero las totalidades concretas u sid er el problema como r esuelt o; procedi como si
son ca ticas y contradictori as. Es pr eciso, pues, r emen- la cien cia estuviera terminada, como si ese vaivn dia-
ter se a los t rminos m s abstra ctos para rehacer d ia- lctico de la expe r iencia a las h iptesis q u e ex plica n
l crica m en re la totalidad. aq u lla. y de la hiptesis a la experiencia q ue la anula
Esta asim ilacin cr t ica )' esta supe rac in de la con- o la veri f ica, hub iera llegado a un lt imo trm ino. El
cepcin hegeliana se ala n el tr nsito. en lgica, del legtimo mtodo h ipot tico-deductivo se transform a
punto especulati vo de la lgica hegeli ana a l mt odo en tonces Ilegftimam entc en idealismo especulativo.
hipo ttico -deducti vo de las ciencias cont em porneas. Este paso al l u ite, o ms bien esta extr apolacin
La idea abstracta presupone siempre u na totalidad ar b itrar ia por la cu al Ia filosofa preten de colocarse al
concreta h istri ca, d e la cual ha sido extrada . H egel final de la h istor ia y tener q u e construir ese jui cio
recue r da a men udo, por otra parte , q ue 10 q ue apa final a partir de todas las etapas anterio res, consti tu ye
rece como res ulta do de la construccin por conceptos la gran inversin idealista del espr itu especu lativo.
es en r ealida d el pri ncip io. Despus de haber descar tado el cont rasentido in icial
Subraya el pap el {le las ciencias expe ri me n tales que q ue har a ininteligibl e la Lgica, con viene ~ r ecisa r
proporcionan sus ma te r iales a la construccin f ilos fi- la significaci n de esta identidad del pcnsanu en to y
ca. Ya en el prefacio de su Lgi ca> reprocha a la L lid Ser. clave del sistema, y que constit uye, en H egel,
gica tradi cional el no ten er en cu en ta pa ra nada las la defin icin de su ideali smo obj eti vo.
adq uisiciones d e la cien cia . Ant es de abordar la exposicin prop iamente d icha
La lgica no es lo ge ne ral abst racto, sino lo gene ral de su lgica, H egel esta bleci, por tres vas diferen-
q ue comprende toda la r iq ueza de 10 panicu lar . .. As. I l 'S , esta identid ad del pensami en to y del ser.
lo lgico no p uede ser apreciado en su valor sino cua n Bajo una for ma gen tica, en la Fenomenologa del
do se ha convertido en el res ultado de la experiencia r. 1/JritU.
ci ent fica (J, p. 15). Bajo una forma polmica, en la In trod u ccin a la
La idea fu ndamental de H egel sigue siendo. pues, peq u e a l gtca d e la En ciclopedia.
que la razn cont iene en s todo lo necesa rio para Bajo una forma dialc tica. en los P re facios y en la
compr ender la tota lidad de lo r eal. Es necesario sub- ti huroducci n de la Ciencia de la lgica.

rayarl o con fuerza cu a ndo se asiste. sobre todo desde En la Fenomenologa del esp ritu, que puede ser
hace una trei nten a de a os, a m ltiples ten tativas onsiderada, as, como una prep aracin p edaggica a
de ar rastrar a H egel hacia el ir racioualismo. L. comprensin del ideali smo ab soluto q ue estar al
La empresa de H egel consiste esencialmen te en ha- nuicnzo de la Lgica, H egel par te d el senti do co-
cernos vivir el ser en su r acionalidad . 1111'm , del punto de vista de la con scien cia senci lla y
El pensamiento de H eg~ l I V. Dialctica del Se r 159

mu estra qu e es posible a ten erse a ello sin con tra- dualismo qu e les es com n : el de la sub jetividad y
d iccin; nos eleva entonces a for mas de conocimien to de la objetividad. Record emos el argumento ql1e es
cada ' CZ m s complejas. hasta el momento en q ue too el fu nd amento de la crltica hegeliana a Kan t : la acri -
lll a l~ l O~ consciencia de qu e el verd adero obj eto del ce- vidad del pensami ento, inc lu so bajo la forma de ti
n O~llm ent o no es ext erior al sujeto m ismo }' q ue este imag inacin transcendental, se interp one, en Kan t,
~ lIJe.t o lleva en s las condicio nes quc engen dra n la en tre un yo abstracto y una (lCOSa en s" fan tstica.
II1IsIn ele la exterior idad de l obje to; esta alienacin Trata de u nir as int ilme nte lo q ue al comienzo ha
es una ex igen cia de la razn misma. El homb re no sido planteado como in dependi ente. Ahora bien, la
ticne n ecesidad de salir de s mismo para conocer la cosa en s es una abs traccin vaca de la qu e, pOl"
naturaleza y a Dios. definicin. no puedo decir nada , pu esto qu e escapa a
El cam ino de la Fenomenologa del esptritu ha pa- lodo pensamiento. La cosa en s no puede ser ms
sado por la sucesin de las experiencias del indi vidu o ( lIe un hor izonte del pensam iento al que se mira sin
(on tog ncsis), y despu s por la historia de las expe- cesar. pe ro q ue sigue si ndolo in man ent e porqu e. si
riencias de la especi e (filogncsis), siendo la primera le fuera irremed iabl emen te inaccesible e incogn oscible,
en cierta manera el cam ino ruris corto, y finalmente 110 tendra existencia algun a, La cosa en s lI O pu ede
por las fases de la toma de consciencia del esp ritu por ser para nosotros na da mas que el concep to que de
s mismo (lo q ue pod ramos llamar u na n oog ncs is). ella tenernos (L , 1, p. 47). La cosa e n s puede CO II -
L.'1: In troduccin a la pequea lgica de la Encielo- wrtirse en una CO!i..1. para nosotros: el probl ema e st
ped a rehace la misma demostra cin segn la cual no t~1I enriquecer el conocim iento q ue tenemos de ello.
hay real idad que no sea producida por el pensamien- K;lIIt subst itu y as la marcha viva, el movimi en to de
to, rechaza ndo sucesivam ente tres posiciones del peno de n uestro conocim ient o cada vez uuis p rofundo de
samlen tc en rel acin con la ob jetividad : la de la me- b~ cosas, por la a bstracci n vaca de la cosa en s. . .
tafsica tra di ciona l, la del empir ismo y del cr it icismo l .a cosa en sI de Kan t es un a abstr accin vaca, y H egel
ka nt iano y la de la in tuicin inmed iata, exige q ue las a bstracciones correspond an a la esencia .
La me tafsica tradicional era una concepcin dogo Kant tuvo el mrito, sin embargo, de en unciar el
m tica que par ta de reali dades int eligi bles considera principio de esta inter ior idad absoluta de la conscien-
das como datos y qu e no podan , a par ti r de ello, ex. l ia, aunque no supo perma necer fiel a ese princi pio.

pli.car el sujeto (Iue las conoce, puesto que el mundo Con ello Kant proporcion el pr incipie esencial de
existe ya hecho. acabado, al nurgen de su intervencin. LI critica del pret endi do saber inmediato, que ser a
El empirismo tiene en com n con la met afsica el 11 11 saber sin mediaci n y, por consigui ente, sin ninguna
hecho de postular la existencia de un mundo termt - pru eba o fun damento. Es una a fir maci n gratuita .
nado, dado, p ero difiere en que considera ese mundo vin n ing n car cter cient fico o filosfico.
como de n aturale za sensible y no inteligible. Con tra estas diver sas concepci ones de la reali dad
La filosof a crtrica de Ka n t rompe con estos dos h jcriva, H egel establece la unidad di alcti ca del ser
dogma tismos opu estos y simtr icos, pero no supera el y del pensami ento.
160 El pensamiemc de H egel I V. Dio ct ca del Ser 161

En la In troduccin de su Ciencia de la lgica, lo H egel subraya el carcter dialctico del concep to


establec e dial ct icam ente. de estas r elaciones.
H asta ahora el concepto de la lgica se basaba en El concepto es en p ri mer lugar la ab straccin, la
la sepa racin dada de u na vez para siempre, en la clase, q ue permite orde na r u n cier to nm ero de in-
consciencia ordin aria, del contenido del cono cimien to divid uos bajo un a denominacin comn. El concepto
y de la forma de ste, es decir , en la separacin de la es entonces abstra cto y ex ter ior a la realidad sensibl e
verdad y de la certeza. Se presupone a nte todo q ue que le da un cont en ido.
la ma ter ia del conocim iento existe como un m undo Ello es una primera negacin de lo inmedi ato. por
acabado en s y por s, fu era del pensam ient o ; q ue el la cual el en tendim ien to op era u n ordenam ie nto del
p ensamiento por s es vado y q ue se a ade como una mun do, una clasificacin por gneros y especies .
for ma extrns eca a aquella materia, se llena de ella, )' La razn prop iamen te d icha ser la negacin de
solame nte entonces adq u iere u n conteni do y se con- est a neg acin : al r establecer los vincu las en tre esos
vierte as en conocimie nto real (L . 1, p. 59). m nce p tos, primero aislado s, operar el paso de la d a.
La verdad ser a entonces la conformida d entre el sificacin a la rcl:l cin.~I e dian te ello no slo r esta-
pensamien to y el ob jeto as concebido. blecer la unidad de los conceptos entre s, sino la
Esta opo sicin es la ilu si n de la consciencia in. un ida d de esos con cep tos con lo sensi ble: n o sern ya
media ta qu e cree hab rselas con cosas ya hechas. abst raccio nes exterio res a lo sens ible, sino su ar ma-
independ ientem en te de la acci n y del pensa- 11m inteligible, la ley inmanent e de su de veni r y de
miento del hombre. e in depen di entes las unas de Sil desarrollo. La mediacin , la rela cin , es a la vez
las o tra s. ley d e desarrollo de la cosa mis ma y funcin de l pen-
A hora bien , 10 propi o del con ocim iento es r establc- samie nto.
cer esta doble relacin de 1::1.5 rosas entre si y de las :\fien tras q ue Ar istteles consideraba irred uct ibles
cosas con el hombr e. los g ne ros del ser. H egel ve en ellos momentos de la
Cad a cosa no existe ms que en sus r elaciones con tota lidad del ser.
las otras cosas ; su peso, su forma, ctc., depen den de sus La forma lgica se halla de este modo n tima mente
rela ciones con otras cosas. No hay, por tanto. cosas ligada al con ten ido, a la verd ad viviente y an imad a.
qu e existan en s, aislad am ente. y luego, cxteriormen- Le jos de oponer 10 aparente a lo ob jetivo. H egel r e-
te. relaciones q ue las unan. Es im posible concebi r la roncee (d a objetividad de la apar iencia (J, p . 72).
cosa a islada de esas r elacion es que la urden . q u e la sie ndo la apariencia misma un aspecto. un momento
cons tit uyen . de lo objetivo, momen to q ue hay q ue ex plicar colccn -
Esta m edi acin . esta accin r ec proca u niversal. que linio en su lugar en el desarrollo total de la r ealidad
en el pensami ento es razonamien to. es en el ob jeto concr eta.
su movimien to dialctico y su devenir . T a mbin las categor as son momentos de la totali-
Las relaciones del objeto con el suje to slo son IIn dad concreta (mica )' r eal.
caso pa r ti cular de esta interac cin uni versal. Pa rtiendo de u na realidad fragmentada hasta el in-
I J'. D o ec ca del Ser 1 6~
162 El pensamien to de H egel

finito por la pe rcepcin com n y el en ten di mie nto. decir, q ue tal negacin no es cualq~ier negacin, sino
las cate goras son momen tos crt icos, cen tros neu ralgl- la n egacin de aq uella cosa dcte rrn inadavy por eso es
coso en la cap tacin racional de lo real. Cada una de una negacin de ter minada. Por consiguiente, en el
ella s da al hom bre un nueve control sobr e las cari- r esultado est con tenido esen cialmente aq uello de lo
cas confusiones de la real idad. cual r esulta : lo q ue en r ealidad es una ta uto loga,
A med ida que asim ila y conoce la naturaleza, q ue porq ue de otro modo seri a un inmedia to, no un ~esu~
ela bora categoras q ue le permi ten eleva rse por encima rudo. Al mismo ti empo q ue la res ultante, es decir, la
de la na tu ra leza inmediata en la cual p ri mero se su- negacin, es una negacin determ inada , tien e un con -
mergi. el ho mbre se evade y se libera. ten ido. Es un nuevo concepto, pero un concept o su p ~'
Esos momen tos de la ra cional izacin d e la natura leza rior, ms rico q ue el preced ente : porque se ha enn -
son as momentos de la libera cin del hombre. quecido con la nega cin de dicho concepto preceden te.
La diver sidad sensibl e, q ue ap ar eca pr im ero como o sea, con su contr ar io ; en con secuencia lo. contiene:
un date contingente, es r econstru ida d esde el interior, pero con tiene algo ms q ue l, y es la u~ ld:lCl de SI
L.1. razn , por un acto libre, se da en tonc es su ( 011 mismo y de su con trario. 1'01" este pr()(:edlll1lCnto h a
ten ido. Las categor as cons tituyen los mom entos nece de for marse . en gene ral, el sistema de los con~ep.tos. y
seras de ese libre desarrollo de la razn . com pletarse por un curso incesan te, puro, sm mtro-
La explicaci n vu elve a encontrar aq u su sent ido ducir nada del ex ter ior. Cmo p odr a yo suponer q ue
etimolgico y de alg n modo mater ial: es el desplie el mtodo qu e sigo en este sistema d e la lb~ica--o, m e-
gue o el d esen volvim iento de la realidad mis ma. En jnr dicho, q ue este sist em a s igl~e en : mismo-e-no es
ella la liber tad de la razn y la necesidad de las cosa sllsceptible de un mayor perfe cClonamle.nto, de un e al
no forman sino uno. ver afmam iento en sus pormenores? S1I1 embargo, a
Ese movi m iento, que representa el desarrollo inma ;nismo tie mpo yo s q ue este mto do es el n ico verd a-
nent e del concepto, constituye el mtodo del conoci de ro. Esto ya es evid en te por s m i ~m o , por q ue ~ste
mient o absolut o, el alma inmanen te del contenido mis m todo no es n ada d istin to de su ob jeto y conten ido,
m o (1, p. 39). plles es el conten ido en s, la c1ialct ic:l que el CO~I '
El concep to es indivisibl emente acto del pensam icn te n ido e ncierra en s m ismo. q ue lo Imp ulsa haca
to y realidad objeti va que se desar rolla como un ser de lan te. Claro e st q ue n inguna exposicin podr a
viviente, y como el p ensam iento mi smo. conside rarse cientifica si no siguiera el CUT50 de este
lCu les son los caracte res del desarro llo de ese con mtodo, )' si no se adap tara a su r itmo sencillo. pues
cepto, com o ser y como pensami en to ? "-sIc es el curs o de la cosa misma (1, p. 7 1).
El progreso cient fico ... consiste en r econocer la Este pasaje. q u e es en alg n mo do el r esumen de
proposicin lgica segn la cu al lo nega tivo es al mis . la lgica de H egel, ~o slo :educ~ a. la nada toda ten-
01 0 ti empo positivo. o que 10 q ue es contradictorio, tutiva de inter pretac in exu enca sra de H egel, se-
lejos de re solverse en una na da abstrac ta, termina ni- g n la cual el hombre ser~ 10 negativo, n? slo
cament e en la negacin de su con ten ido par ticula r; es muestra la d ialcti ca en accin en las CO'M.S mi smas.
16 1 El pcnsaniiento de H egel I V. Dialctica del Ser 165

sino q ue nos da la cla ve del movimi en to dialctico. fue ra de ella. No tiene sen tido y r ealidad sino por lo
Lo q ue cara cter iza ese movim iento es, por una par. que ella no es, lo qu e la ~ce incomp leta y a lo cual
te, la conex in in terna y necesar ia de S I L~ mo mentos est fundamentalmen te vmculada. .,.
y, por la otra, el nacimi ento inman ente de la dife. Nada aislado tiene en s su propi a sufiCienCia; Esta
ren cia y de la negaci n. con dicin de ser incomp leto es la fuer/a mctnz ~cl
Lo q ue determina la .progresin del concepto es deve nir de las cosas y del concep to. Esta n ~e~'a d.la-
I? I1c1:.'O\ t1\"O que ste contiene .. . Esto es lo qu e cons- l crica ascend ente est basada en la con trad iccin in -
u tu ye su verdadera di alct ica (1, p. 73). En la in- ter na de toda cosa: lo abstracto es incompleto. 1...'1
terdep,enden da de los conceptos, la nega tividad es Lgica es esta laboriosa ascensin de lo abstracto a
parte integran te de cada uno de ellos: es todo lo que lo concreto. . .
le falta , es, para cada parte. lo qu e le impide ser el Todo se mu eve para superar su pt;Jp ia insur~C1enc.la.
todo. Vam os-e-dice J. Wahl-del s~r ~a~lO. qu e es Idnti co
Para compre nder correctamente la fu erza motril de a Ia nada. al ser pleno que sena id ntico a lo absoluto
esta di l e c li~l en. la Lgica, es conven iente compararl a e idntico al espritu.
a la de ~ a dial ctica en la Fenome nologa del esp ritu. T anto al nivel de la ontologa como al de la feno-
El mismo H egel subray la correspon dencia de los me nologa, la dialctica heg eliana est dO~lil~ada por
mome~l tos d~ la F~ no me n o loga con los de la L gica, la finalidad : el ser, al igual q ue el conoc umento, se
y la diferen cia ra d ical que separa, en los do s tr abajos. eleva a la totalidad concreta de lo Te.3;1 porq ue . esta
el paso de un momento a otro . total idad est presen te ya desde el com ienzo. .. Sin lo
La fuerza motriz de la dialctica ascendente de la cual el ser aislado o la abstraccin no comprendera
Fcno mcnologia era , pu es, la contradiccin, la n ade- ninguna con tra dicci n: la contradiccin nace del he-
cuacin de la certeza subj etiva con la verdad objetiva. ch o de que el todo ya preexisten te los envue~ve, l?s
Pero desde q ue, e n el sab er a bsolu to, los trmino s se rodea, los con tiene . Solamente entonces la ex rsten cra
con fu nd ieron, no p uede haber progr esin ms q ue si aislada a par ece como una secesin, como u na r uptura
el ser se opone a si mismo, si lleva en si la con tradic. de los vncul os de la accin r ecip roca. ~~ abstracto
cin, su prop ia negacin. es sim ilar a una mu tilacin del cuerpo VIViente de lo
~a di alctica no es ya el di logo en tre el sujeto y el concreto.
objeto como en la Fenomen ologa, sino desd oblamiento Esta inmanenci a del todo en cada parte o en cada
de lo un o y nacimiento inmane nt e de las diferen cias momen to del conocimiento o del ser es la base de la
en el ser m ismo. cir cularidad del saber absolu to. La identi dad del ser
La uni versal accin r ecproca en las COsas com o en y riel pensami en to t iet.le este carcte r ~1ialcti~o, pu es
l?s pensam ient os excluye la posibil idad de atenerse, en el pensami ento mas ab s.tracto y mas pob i e el s~r
Sin caer en la contradiccin, a una ca tegora aislad a: tota l est pre sen te ya y es este qUIen , de alguna ma -
deb ido a su vinculacin con todo lo qu e no es, ella llera, lo asp ira hasta lo concreto, y, ~cd pr~camente.
con tiene su propia neg acin , es decir, su verdad est e n la detC1"m in acin m s pob re y mas limi tarla riel
ser, el sab er ab soluto est ya present e.
155 El pensamiento de H egel IV. Dialctica del Ser 167

Esta circ ular ida d es finalme nte la fuente del movi- cia l, contiene algu nas de las caractersticas ms pro-
miento. ta nto del ser como del pensamiento. funda s de la d ialctica del pensamien to. de la na tura-
Esta circularidad es otr o no mbr e de la inmanencia leza y de la histor ia,
radical, de la ex clus in de tod..l transcenden cia, pero Es una lgica en el sentido lI s u~ 1 de la palabra , ~s
tambi n de la int rod uccin de u na finalidad intern a. decir, un inven tario de las caregcnas y d e los proced i-
La tcolog ta en tanto q ue basada en la transcendencia mi entos metdicos del pensa miento.
de Dios ha muert o en favor de una teleo loga que r es- Es una teora del pensamiento. no en el sentido kan -
ta ura, en la inmanencia, lodos los temas de la teo- tia no del conocimiento que preced e a la act ividad con-
log fa. creta del conocimiento. sino en el sen tido de q ue d e-
La Lgica se convien e, en virtud de esta ci rcula - termina las relaciones de las forma s del pensam ien to
~idad . de esta im plicacin recproca, de esta finalidad con su objeto.
Interna, en una larga prueba de la ex iste nc ia de Es una dialcti ca en el sent ido ms com pleto : estu-
Dios. Sien do lo abstracto, a causa de su insuficie nch, dio de las leyes ms general es del desarrollo de l p ensa-
(I Uam,adQ)) h~da l~ concre to tota l, si una rosa cualqule. m iento de la naturaleza y de la histori a.
r~ ~ X1Stc. DIOS existe : el desar roll o de la Lgica con. Es, Por ta nto, el mejor ant~oto .contra ~I pr ej uicio
sistir en estab lecer q ue si existe ser, existe deven ir. positi vista segn el cual las crencras part icul are s ~a.
cu alidad . cant idad . medida. esencia. fen meno, re al i- d an res puesta a todas las preguntas a las que es rm-
dad, concepto, mecanismo, finalidad , vida, con ocimien- posible hallar re spuesta.
to y, fanalmen te, idea absolu ta , es decir . Dios. Desde este puntO de vista , la con cepci n hegel ia na
El pen samiento humano, al convertirse , al final de d e la C ienc ia, cu ya total idad coincide con la totalidad
la Lgica. en pen samiento de lo rea l en su totalidad. ele lo r eal y de la vida. aun cuando ese gran. ideal .en-
se ide nt ifica con el pensa mi ento d ivino. trevisto por H egel no fue alcanzado por l: sigue sl~n'
'fed i~n te el. movi ~ien ~o ascendente de esta Lgica. 110 un modelo indispensable a q Ulenqmera que m-
el esp ritu finuo se iden tifica con el espr itu infin ito. ren te mant ener la dign idad de la filosofa en su ms
Por esta superacin. el pen samiento de l hombr e se a Ito sentido.
une a l pe nsamie nto de Dios. Pero. debido a la cs. Con este espritu . por otra parte, Hegel emp re ~d i
n-ieta inmanencia a la que se atien e H egel. esa supe. su ta r ea. Desde el comienzo de Sll pn mer prefacio a
racin no es una huida mstica fu era de lo re al. De la Lgica, reco rdaba q ue el ka ntismo sir vi de just ifi-
la ms hu mil de y de la ms vaca de las nocion es. H e. raci n o de pre texto a u na abdicac in de la filosofa.
gel se ele~a a la ms alta y la ms plena , la que resu- H egel se burla tan to del pos i t i v ~s~o ~ urgi do del ag-
me y conti ene todas las otras pa ra constit ui r la razn, nost icismo kan ti ano como del u til itar ismo beato.
pero r ecogiendo en el cam in o toda la r iq ueza de lo Re ivindicaba orgullosame nte el papel de la filosofa
real, de su movimiento y de SUs leyes. H e ah por q u corno elab ora cin cientfica dc u na concepcin del
puede decir de la Lgica lo q ue Marx deca de la mu nd o de la q ue n o pu eden hacer abstraccin ni las
Fcn ome no ogto : a pesar (le su ta ra especu lat iva ini - ci en cias n i la moral.
168 El pensam iento de H egel JI'. Dialctica del Ser 169

. Tal es el sentido y la ambicin de la empresa hege- li mo t rmino ser finalmente el pr im ero , pu esto que
lia na. con tendr todos los dems como sus momentos. El t e-
Q ue~a por definir Sil p unto de parti da, su modo de su lrado se reconocer como el pri ncipio: .
progresin y su plan general. No es tampoco un an lisi,s q'!e sup usiera .la nllSm,~
El punto de partid a de la L gica y de todo sistema inter ior idad del segu ndo termm~ ,en el ~ru~ero. N.I
no p ued e ser tomado n i. del sent ido com n ni de la u na sn tesis que supusiera la r elaci n de tcrrmnos p n -
his,toria. n i de una ciencia cua lqui era , pu es~o que s~ mirvamcntc extra os el .uno al otro". , . ..
objeto ,es el pensami en to mismo, del que todo el resto La dialcti ca n o es III esa separacin y OpOS1ClOII
no es SInO un producto ms o menos ela borado. del anlisis, n i esa re un in y combinacin ? e la stn te-
Ese pun to de partida no p uede ser el Yo como en sls: es el desdoblam iento de lo uno. el obj eto ncgdn-
Des.cart es, o sobre to~o como en F ich te, el Yo puro dose a s mi smo a causa de su propia insuficiencia, es
vacro de todo conten ido, porque es a dm it ir el pos. decir, en el plano del pensam iento , en vindonos a lo
rulado de la d ualidad del Yo y de lo que no es l. que l no es pa ra exp~~C1r1o. y. en el ~la~o .dcl ~er:
lo cual el Yo no podr jams encontrar si pri mero se t ransfor mndose y movi ndose en un deveni r m ccsan
asla de l. le baj o la accin de lo q ue l no es, de lo qt.1e le da
No puede existir,. pues. otro p unto de partida que existencia y vida. pero que le cond ena tam b in a la
el ser. El ser entendido no como la cosa en si in ac- metam orfosis y a la muert e.
c~~ible. e incognoscible d e Kan t, q ue es pura abstrae. ; C ules ser n. fina lmente, las grandes eta.pas de ese
cron. SI!10 el ser tal como Jo aprehendemos pri mero desarrollo, los grandes mom entos de la L gtca?
necesan amen te, es deci r, d~ntr~ de nuestro pensa. El lector de la Fenome nologa no se encuentra de -
mi ento, en .el concepto ms In digen te : pr ecisament e sori entado por el planteam ien to de la L?giea . .
el d el ser sin otr a determi naci n. T ampoco lo est el lector de 1;Is LeCCIOnes $O /H e la
Partiendo de este tr m ino, pr ecisamente porque es historia de la filosofa.
el ~ls elemental y el ms ab stracto, nos ele\'are mos El orden en que aparecen y se cngeI!dra n las cate-
hacia lo concreto, r econstit uyendo a par tir de l el gor as en la Lgica corresponde en conjunto al. ord~n
todo' ,de. la m is~a forma que Cu vier se propon a re. de apar icin de los sistemas filosficos en la h lst?f1a.
consu n ur ~ n animal en tero partiendo del vestigio m Cada gran filosofa ha ap rehend ido el ser a un cierto
fragmentarl o. n ivel que se expresa en un a categora, y es por ello
El modo de progresi n no es una d educci n, puesto q ue la hi stor ia de la filosofa puede consi dera rse como
qu e cada categora ms ele vada no ha sido extra da la gnes is de una filosofa n i~ (la de ~egel , que las
de la. anter ior. n o ha sido tomada de ella como si ya resume todas). no siend o cada sistema mas q ue u n mo-
e~tu\'lera en ella con ten ida. puesto que, por el COntra. mento del LOdo r efuta do por el sistema que le sucede
n o, cuando lleguemos a la sfntes is del trmino inicial y que descubre en l su verd ad . . , .
Y,de ~ 1I c? n.tI:u io descubri remos re trospectivam en te el Del Ser de Parmni des al de ven ir de H erclito, del
ter mm o In icial como conten ido en esa sntes is. El d. mecan ismo cartesian o al yit.alismo de Leibn iz. se P'"
1",0 El pensamiento de Hegel I V. Dialctica del Se r 171

da encontrar el pun to de florecimien to hi strico de stos ser n los tr es momen tos esenciales de la L-
las categoras de la Lg ica hegeliana: el Ser. el dev e- gica :
nir, el mec an ismo, la vida. etc. La dialct ica de la
l . La Lgica del Ser .
cie ncia aca bada en el sistema hegeliano es la h istor ia
<J La Lgica de la Esencia.
-:eal menos sus contingencias}' sus zigzags. La gnesis
3. La Lgica del concepto.
l~?al de . J? verd ad ero en la L gica es la r ep roduc-
C10n esti lizada de su gnesis efectiva eu la hi s-
tor ia.
Sostengo que la sucesi n de los sistema s de la filo. L A T E O R A DI~ L SE R
sea es en hi storia lo mismo q ue la sucesin de las
determ inaciones de la nocin de la Idea en su der i- 1..1 teora del Ser , q ue const ituye la primera part e de
" acin lgica. Sostengo q ue si se despoja a los ro ncep' la L gica de H egel, tiene por objeto separar las ca te-
t~ f~n damentales ~c los sistemas aparecidos en la gortas implicadas en la percepci n inmed iata de un
histor ia de la filosofl:J. de lo q ue conc ierne verdadera. mundo q ue se nos presen ta prim era mente como u n
mente a s ~ forma exter ior, su ap licacin a lo par ticu- con j unto de cosas aisladas, independie ntes las unas
lar, se ob tie ne n los grados de la determinacin de la de las otras )' provi stas de sus cual ida des propias.
Idea en su nocin l gi ca (H Ph, I, p. 40). Cuand o se h aya agotado este estudio, par ecer qu e
La experien.cia individ ual ~e la Fenomenologa nos u n es posib le atenerse a u na tal r epresentaci n sin con -
ha hecho seg u n- ya, en el espejo de la con sciencia, esas u-adiccin. y q ue no se p u ed e comprender el mu ndo
et apas de la exper ienci a de la especie. luma un con jun to sensible de cosas a isladas. Nos ve-
.~h Ol"3 .volvemos a cncOl~ trarlas en la L gica. re mos conducidos a considerar com o lo principa l, no
En prnner lugar consider amos las cosas tal como i:l s cosas en Sil inmedia tez sensible, sin o las relaciones
son en s, con las det er mi naciones inh er en tes a su ser 'I uc n o las unen exterior me nte, la u na a la otr a, como
sus p ropi edades. Es el punto d e vista de la pe rcep cin hilos que atan obje tos en tre s, pe ro que constit uye n
q ue se une a l Ser inmedia to. ~ II r ealidad profun da , su esencia.
Posteriormen te estudiamos las cosas en SllS relocio- Pasaremos entonces de la teorl a del ser a la teora
n.es c?n las otras, y, como hemos visto, tomam os cons- de la esencia, q ue const ituye la seg unda parte de la
crencra de q ue no son o tra cosa sino esas relaciones J .(igi ca, )' q ue 110 tra ta )'a del ser sensible Inm ed iato,
esas mediaciones mi smas. Esas rel aciones const ituven vino d e la med iacin, de las relacion es in tern as que
su t':encia. Es el pun to d e vista d e la r eflexin . ' co nst ituyen la rea lida d.
Finalmen te, ~endo a n m~s. lejos, al integra r estos F.I d esarrollo de esta segunda eta pa del estu di o de
dos puntos de VISta en u na VISin ms completa , ap re. J. estructura y del movim ien to de la r ealidad nos con -
h en~emos lo rea! a la vez en s y para si, como su bs- ducir a supera r este pun to de vista de la esencia se-
ta ncta y como sujeto, en el conce pto m ismo q ue tena. gu el cu al no podemos a ten ernos a la idea de q ue el
mas de ello. mundo es una red de r elaciones. Slo puede ser com-
'
,-
-o
El pensamiento de H egel JI ' . D ialctica del Ser 173

prendido como un suje to. Volveremos a encontrar, con creto }' de la totalida d en la bsqu eda de las deter-
en tonces, el tema central de la filosofa hegeliana: lo minaciones y de las leyes de lo real.
Abs~l llto. no p ued e ser comprendido slo como subs- El mtodo no es ms que un procedi mient o ext erior
ta nela, SII~O como su jeto. Esta ser la tercera pa rt e a la reali dad misma ; no constituye ms que uno con
d e la Lffl,ca: la teo ra del concepto. la ley del movimiento d el crecim iento orgn ico me-
E! movum cnro gen eral de la Lg ica hegeliana es, (liante el cual se const ituye.
pues, el. d~ una g6lC~is: seguimos en ella las etapas Despejado as el cam ino por el conocim ien to del PUll -
del crcc muento org nico de lo rea l)' de l pensam iento lO de llegada y de la ley de progresin. podemos ab or-
de lo r eal. desde la abstr accin ms pobre hasta lo da r los diver sos momentos d e la Lgica, no para
concre to. resum irl a. sino pa ra tra tar de apreh ender el mov -
La totalida d co~creta a la q ue llegaremos. es de cir, miento, la vida intern a que lo a nima, su alma viviente.
lo real en su plenitud y su vida , est de a lg una ma-
n era pr esen te y acta de sde el comienzo: en cada c ta.
pa es lodo lo que le falta a n a la estru ctura abstracta I)os caracteres son sorp rende n t es ya e n la p ri mera par -
para ser compl eta . le, la lgi ca del ser : en primer lugar , la impor tan cia
. H egel no ocul ta de ning una ma ne ra esta finalidad ronsiderable del mat erial q ue H egel tom de la s c ien -
m rcrna del movim ient o del ser como de l conocimie nto, d as de su poca pa ra elaborar las categoras. Este ge -
el de un todo cre ndose a s mismo, desarrolUndosc uio enciclopdico estu dia min uciosam ente el desa rr o-
como un embrin vivo y I1orecicndo h asta la pero llo de las matem ticas desde el R enacimi ento, hace una
fecta plen itu d. crtrica precisa de la fsica de N ewton , que era, en esa
H egel. n?S revela, al fina l de su Lgica , el secre to poca, exa ltada hasta la exag eraci n. hace un inven-
del mov rrme n to q ue la a nima desde un pri ncipio. ruric crtico de los descu bri mie nt os y de los m todos
La negati vida d int ern a, q ue es el motor de este de de la q umi ca, par tici pa en las discu siones en curso
sarrcll o, (da fuente interna de toda act ivid ad de todo vohre la naturaleza de la electr icidad. As, bajo la cons-
~utoll1ovim iel1to vivien te y espiri tual, el aln;a dinlc rrucci n siste mtica qu e da a vece s la impr esin de
u ca (1I. p. . 573), es en. cada etapa. si puede em- la abstraccin e incluso de la especulacin arbitra ria,
p learse una Imagen semeja nte , la totalidad concre ta ronviene no olvid ar la ci enc ia concreta. que es. au n-
fina l que reprocha a u na estr uctura racional an abs que el mismo H egel lo n iegu e. su fuente.
rracta e incom ple ta su insu ficien cia, y q ue la lla ma, El segundo rasgo sorp re ndente de esta lgica de l ser
la fu erza a comp le tars e, a volver a si m isma en St't 1 ousis te en q u e es esencialmente cl estu dio del mo vi -
term inacin siste m tica . ' miento y de sus leyes .
Esta ~~etrora _subraya el vitalismo mlsrico de la 1':1 orde n ap arente de los cap tulos, su form a ex tc-
concepci n hegeliana de la dialctica , su final ismo pro. rior , impiden q uc sc mu estre claramente este conte -
fu ndo, p~ro no deb e hacer olvidar la fecundidad de nido. H egel d ivide su Lgica del Ser en tr es mo-
esta Lgica q ue lleva en s una tal ex igenc ia de lo 11 \('lItoS : cualid ad , cantidad, medi da ; esta nomencla-
174 El pensamiento de H egel I V. Dial ctica del Ser 175

r ura da una impres in est tica. Per o cua ndo se exa- mero , necesariam ente habr que recurrir al impulso
mi na su conteni do se percibe que se tr ata constan- origina l pa ra poner el universo en mo vimiento.
temente del estudio del mo vimiento del ser v de sus H egel demostr-lo que toda la ciencia ulterior,
leyes. ' de la fsica nuclear a la astrofsica, ha confirm ad o-e-
, Por ejemplo, la id ea fund amental del primer ca. q u e el reposo es una abs tracc in, que en n ingu na pa rt e
pulo sobre la cualidad, qu e se subdi vide en ser, ex iste Teposo absol uto, sino nicamente movi miento s
ser-ah (existenci a), ser-para-s, es que el movimiento ms o men os lentos y equilibri os ms o m enos esta-
es la forma de existenci a del ser. Solam ente por medio bles , y q ue, po r consiguiente, es un falso problema
de la abstraccin se pu eden sepa rar el m ovimien to y preguntarse C6IllO fueron puestos en movim iento se-
el ser . res primi ti vamente inm viles. El verdad ero problema
El ser puro de Parmnides y de los eleticos, como consiste en exp licar, partiendo de la realid ad d el mo-
la nada pura de los sistemas orien tales, no S0 11 ms vimiento, la apariencia del reposo.
que ab stracciones. (El profundo Herclito op uso a C mo llega H egel a apreh ender el de ven ir ?
e~ta abstraccin simple y un ilatera l el concepto sup e- N i en el p ensamiento, ni fu era de l, existe un ob -
rto r y total del devenir, al decir : el ser ya no es iNO dado, total mente hecho. No se podra, pues, em-
m (L~ que la nada, o bi en: tod o fluye, lo q u e qu iere pczar ni in stalndose dc golpe en el ser . como Schel-
dc cir : todo est en va de deven ir, todo devie ne lin g o los mate ri ali stas franceses del siglo XV IIf , n i
(l . p. 109). parti en do del Yo vado, como lo hizo De scartes y lu ego
En sus Lecciones sobre la historia de la ii osoia, Fichtc .
H egel desarrolla, a p rop sito de H er clito, esta indio Cuando H egel empieza po r el ser, entiende por
cacin de la Lgica: Es un gra n resultado el haber ello u n concepto q ue es el ger men de la r ealidad y del
reco~ oci d o ~ u e el ser y el n o-ser no son ms que ab s- pe nsamien to a la vez. El ser n o puede con cebirse ais-
trac: lOnes sm verdad, que la prim era verdad es el D e- ladamen te : en ese punto de indeterminacin se halla
venir. El entend imiento asla a los dos como ver da de- cm vaco q u e no tiene m s contenido qu e la nada.
ros y vale deros ; por el con trario, la R azn r econoce El ser y la nada son la misma cosa. Sin embargo, no
al uno en el otro, re conoce que en el U no est con. es lo mis mo pensar en algo que en na da . Pero cad a
teni do su Otro, y as el Todo A bsoluto debe ser de. tr mino slo t iene sentido en fu ncin del otro: en
terminado como devenir (lJ Ph, 1, cap. 1, D). ese punto de in dete rminacin el ser no es ms que lo
La import ancia de este punto de pa r tida es con. que se despren de sob re un fondo de nada, y la nada
siderablc, pues elimina a la vez el m ecanis mo, para una car encia, una ausencia del ser. Ser y nada son dos
el cua l el movimiento era ext erior a las cosas, con. contrarios que const ituyen una par eja indisoluble. Lo
sideradas como in dependientes las unas d e las otras lino n o p ue de existir ni ser pen sado sin lo otro. D e
y, por c?ns ecuencia, inmviles, y el desmo que es con . [o uno o de lo otro no surge nada, sino de su contras te.
secu encia de ello, pues si el mo vimien to no es intc - 1<:1 ser slo se recor ta sobre una na da que lo limita,
r ior l las cosas, idntico a ella s, si el reposo est pr i- y la nada slo se define a partir del ser, como una fall a
17(; E l pe nsamient o de H egel IV . Dialctica del Ser 177

en l, un aguj ero, un hor izont e q ue lo limi ta y qu e el no -ser, pa ra un ser de fin ido, es otro ser que lo limi -
lo cerca . la, lo en cierra de alguna manera en sus fr on teras. lo
Es sign ificat ivo q ue la pr im era polm ica crnpr endi- determina. Ese ser as deter minado es lo qu.e H egel
da desde las prim eras p gin as de la teora del ser est llama el ser-ah. No es ya el ser en gene ra l, silla al go.
di rigid ~ cont ra la refutacin kantia na del a rgu men to Ese algo, por el hecho mi smo de q ue no es todo,. est?
ontol gico. Hegel considera la argu men tacin de Kant en relacin con otra cosa respec to de la cual se indi-
como no valida, p ues procede por an aloga al ironi - vidualiza, se d istingue y se define. .
~r sobre la ~ iferen ci a ent re cien escudos rea les }' Asr, la superaci n, en el devenir, no es ;1l~ula Cl.n.
cien escudos Si mpleme nte im posibles. Ah ora bien , la sin o meta mor fosis. Lo que es anulado es la in rn cdia-
a naloga es inadm isibl e cuan do se trata, no de un ser tez primera. En el pase;' a otr a cosa o a otro c~tado,
pa rticu lar (como lo es una suma de dinero). sino del en el deveni r ms senc illo, se expresa ya la prnner;l
ser en su totali dad. La experiencia ms burda nos re. for ma de la medi acin, del vinculo en tre los ser-ah.
vela sin d iscusin posible q ue ex iste el ser y no ex iste La superacin es ese paso de la presen cia ,inm.c~iaL'l
la nada. El probl ema consiste entonces cn elevar se de a la mediacin q ue pu ede tomar las . mas d iversas
~ta pri mera certeza indigente que el ser es, a la to ta- formas. Si empleramos i~lgen e s espaClale.s o tempo-
Iida d cona: eta del ser. Es el problema de la Lgica. ralea, d ir amos que un objeto puede, por. ejemplo, de -
Ahora bi en , este ser es tambin nada, lleva en s Iiuirse por la med iacin de los otros ob Jetos .con los
esa ".ada . su contrario. El ser es a la vez ser y nad a, c uales est en relacin o in cluso, en la du ra ci n, por
t~ns t to del ser al no-ser, que es desa paricin, y trn- los estados pasados q ue explican su estado actual. En
Sito del no-ser al ser, q ue es aparicin. No hay nad a ambos casos, el paso del ser a su otro, o del pasado
en el ci clo r sobre la t ierra que no cont en ga a la vez 01 1 present e, no es supr esin _~ ura .y sim pl ~, sino supe
el ser y la nada" (1, p. 110). Nada hay, por cons igu ien- rac i n quc es a la vez negacin e in tegracin. .
te, q ue 110 sea devenir. Este ser determinado, este ser-ah , no podr a tam o
El deven ir CS, a este n ivel, la forma ms elem ental pnco existir sin el no-ser que dibuja sus contorn os y
del movim iento, el simp le cambio, trnsito del ser q ue no es la nad a pura, sin o el otro ser .
a la nad a y de la nad a al ser. Esta precisin q ue aporta e~ no-ser al. ser es la cua-
Pero si el ser no es ms que deven ir, si el ser no lidad. Ca da ser tien e esta cu ali dad propi a slo porque
puede exist ir sin la na da que lo asedia, no se detcr mi- 110 es el todo, porq ue todo el r esto. todo lo q ue !'O es
na ms q ue por su lm ite, por esa arista ms a ll de (1 le presiona, le contiene, le re chaza cn su part cula-
la cual cae en el no-ser. En otras pala bras, no se de. 1 idad pro pia , . ,
termina m?s q ue por lo q ue lo limita y que no es l, HEI ind ividuo se referencia a s r msmo en razn de
y que .10 mega. ~s l? q ue ya haba afirm ad o Spinoza : jJo1\ er lm ites a todo lo ~ems ; pero estos lmites son,
Omn is dcrerm lnar jo est negat io. T oda determina. .l la vea, lmites de l rrusmo: por ello, esta~lec~ ! cla-
cin es n egacin. dones entr e l y los dems, de modo q u e el indiv iduo
En este paso del ser al no -ser, el ser no se vola tiliza; 110 t ien e su existencia en s mi smo (1, p . 147), A ~ 1.
178 El pen samient o de H egel I V. D oi cca lUI Ser 179

cada cosa slo se afirm a a s m isma oponi ndose a lo aino q ue pcrece ; y no es simpl emC:I1te p~si?le .q ue pe
qu e no es ella )' q ue la n iega. rezca, de modo qne pudiese tambin exrsu r sm t~n er
Hay. pues, en esto un desdoblam iento del ser de q ue p erecer , sino que el ser (ex isti r) de las co~as fini tas,
cada cosa ; debido a que no ex iste un algo si no exis te como tal. consiste en te ner el germen del perecer como
un otr o, con viene distinguir en ello lo que es en si su ser dentro de si : la hora de su nacimiento es la
y lo qu e es para el otro, su ser-en -s y su ser-para-otro. hora de su muer te (1, p. 116).
El en -si de la cosa no implica en forma alguna una Lo finito es, pucs, esencia lme nte perecedero , pero
interioridad inaccesibl e y misteriosa. e llo no tie ne signi ficacin mi en tr as se res uel va en
La crtica de la cosa-en-s de Kan t alcanza aqu su na da. La na da por la qu e pasa tambin es p erecedera
culminacin, pu es el ser-en-s y el scr-para -otro son y a su vez desaparece. La vida de lo fin ito es. p ues.
dos contrarios opuestos que const ituyen un todo. no un cido sin fin de nacimiento, de desarrollo, de muer-
teniendo n inguno de los dos, sin el otro, ni realidad te y de resurreccin.
ni sentido. El en -s no se refleja en s mismo sino a Lo finito supera su l mit e como si un deber lo
parti r del ser para otro. llamara ms all, porque la negaci n q ue lleva en s
Pero si el algo: no es tal ms q u e por el hecho de implica a la ve z el limi te y la supr esin de ste, la
su lmite, d e la front era que no es ms que la lnea nega cin y la negacin de la negacin.
de frent e en la cual resist e la presin del otro y lo H egel mult ipli ca los ejemplos para dem ostrar que
aparta para segu ir sien do sr-mismo, su de ter minacin ese deber sen) no slo ti en e una significacin moral.
consiste en la inq uietu d de l "algo" en el lmi te en el lino en ci erta manera fsica : Pero aun la misma p ie-
que est encerrado, inquietud que p roviene de la tira, en tanto es algo. es dist inta de su dest inacin. o
cont radiccin q ue le impulsa a supera r este Jm ite u-n, en su ser-en -si y en su ex istencia ; y en este re s-
(1, 1'. 154). pecto 'pro~ede ella ta~bi~ ms alH de ~u ~m ite .. : e~l
Las cosas finitas, en efecto , de bido a q ue tienen un la oxidacin, neutralizacin, et c., se elimina su In i-
lm ite y a q ue su ser en s no se de termi na ms que le. q ue es el de ex istir slo com~ base: ~na Ileg~ ".l;h
en relaci n con las dems cosas, q ue est n allende de ;.IH de este li mite. tal como el cido ellm na su l mi te.
este lmit e, tienen su verdad y, de alguna ma nera, su _lil e es el de ex ist ir romo cido, y en l tal como en
cen tro de gravedad, fuera de ellas. Es lo que Hegel l. base castica, se presenta el deber ser La plan ta
expresa en su len guaje dici endo que es ms bien el . opera el l mi te de ex isti r como ger men El ser sen-
no ser lo que constituye su na turale za y su ser. Las . hle en los l mites del hambr e, de la sed, ctc., es el
cosas finitas son , p ero su relacin haci a s m ismas con Impulso (instin to) de superar este Hm~tc:' y ; umple esta
sistc en que se r efieren a si m ismas como neg at ivas. supe racin . Siente u n dolor , y el privilegio de la na -
)' precisamente en esa referen cia a si mismas se en- tu raleza sensible es ste, sen tir el dolo r ; esto es una
van fuera, allende de si, allende de su ser . Ex isten nega ci n dentro de su si mism~. y est. determinada
(son), pe ro la verdad de su ex istir (ser) es su fin. Lo r-n su senti m ien to como un lmite, precisam ente por-
fin ito no slo se cambia, tal como algo en general, q ue el ser sens ible ti en e el sentim iento de s mismo.
180 El pensamiento de H egel I V. Dialctica del Ser 181

q u e es la totalidad q ue est ms all de aquella d e- tud 10 q ue hace que se el imine a sl.mis~ol" (1, p . 1.86).
term inac i n (1, pp. 172- 173). El du ali smo de 10 finito y de 10 infin ito, sea baje la
El de ber ser y el limite se impl ican mutua mente. [arma del materialismo mecanicista q ue pretende con-
Por ello lo finito est afectado de una con tra dic cin tenta rse con 10 Fin ito, sea bajo la forma del m isti cis-
int ern a ; se supr ime, desaparece, muere }' dev iene. mo q ue hace de lo Infinito .la (m ica re~ lidad verda d.era
Pero este momento no es el de u n eterno retorno. situndola fuera d e un finito despreciado , es una ilu-
Al superarse lo fi ni to no se elimina, no se an ula. Est sin del en te ndimiento, qu e siempre separa , d ivide y
en la naturaleza de lo fini to el sup erarse, el n egar su nunca aprehende la u nidad de los con tra r.ios.
p rop ia n egaci n)' volverse in finito (1, p . 176). El en tendi mi en to nos pr esent a una cancatur a de
Lo finito no tiene as re ali dad}' sen tido ms q ue lo infinito : es 10 q ue H egel llama la mala i nfi n i t ~td )) .
por su relacin con lo in fin ito. Este nuevo par de La mala infin itud es la r epe tic in etern a de la rm sma
con trarios constituye una unidad indi visible. cosa, cuyo ejemplo m s simple es el de la ser ie dwe l~s
Esta conce pcin hegelian a de las r elaciones entre lo n meros. en la q ue indefinidamente se puede aadi r
fini to y lo infini to tiene profu ndas consecu enc ias. tina unidad a no importa qu nmero . Esta acumu -
En pri mer lugar, im pl ica una inma nencia radical. lacin montona nos hace pasar de un finito a otro
Lo infinito no es el m s all. No est separado de finito, pero no nos saca de lo fini to. El tr nsito no es
lo f in ito, fu era de l. Le es inman en te. Lo finito}' lo slntesis, no aporta ning n enriq uecimie nto. Se trata
infinito son parte de un m ismo y nico universo. U n de u na simple negacin de lo finito. .
ser det erminado, fin ito. es un ser q ue se refiere a otro ; Lo mismo sucede cuando se hace de lo Infinito u n
es u n conten ido q ue esta en una relacin de necesida d mds all: es que se lo han plantead o como simple
con otro con te nido, con el mundo en tero (1, p. 11 2). negacin de lo finito. Se pu ede dar el n omb re de
H egel mani fiesta su rechazo d e la transc endencia mala (o falsa) infini tud ... a esta infinitu d que se de-
con gran vigor : Lo Fin ito no hace m.is que ap are- fine como el m s all de lo Fini to (1, p . 294).
cer en 10 Infini to lo mismo que lo In fini to en lo Fi ni. Ahora bien. ya al n ivel del devenir m as elemen tal,
to (1, p. 180). Esta determi nacin recproca y esta 1.1 supe racin no es s610 negacin . sino integra cin ;
un idad de lo fini to y de lo in finito constituye n el tema lo que ha sido supr imido es al mi smo tiempo ma nteo
princi pal de esta parte de la Lgica, y sin d uda de nid o, ta nto q ue ob tenemos no una repet icin sempi-
toda la Lgica }' de todo el sistem a hegeliano. tern a de la negacin de lo fin ito, sino un movimiento
111..a unidad de lo Fin ito y de 10 Infin ito no es r esul ascendente ha cia una total idad siem pre ms concreta
tado de la simple yuxtaposicin exter ior del uno y del y ms r ica. Lo in finito se hall a presente en el acto
otro . .. la Fin itud no es sino superacin de s m ito por el cual lo finito se supera.
mo : cont iene la In fin itu d como su otro ; del mis mo As como el ser verdad ero era la sntesis del ser y
modo, la Infi nitu d no es sino supe racin de la Fini 1\" la nada, el verd adero infin ito es la sntesis de lo
tud ... Lo Fin ito no es el im inado por lo In fi nito como Infin ito y de lo finito.
por una fu erza exter ior , sino que es su prop ia I nfi ni. Solamen te lo infinito es r eal, pero si con tiene todo
182 El pensamie nto de H egel IV . Dialctica del Ser 183

lo finito. (I Lo in finito y lo finito no forman m s que autoconservacin, por la med iacin de su repulsin
u,no . .. ; la verdadera in finitud se determina y se enu n- reciproca, dond e se eliminan mutuamente y ponen a
era como un idad de lo infin ito y de lo fini to (En e. los otr os como un puro ser para otro (1, p . 218).
95, R). Hallamos as, al nivel an abstra cto de la oposicin
H egel, en el mismo prra fo de la Encicloped ia, llama de lo uno y de lo m ltiple, las relaciones de la atrac-
al verdadero in finito la nocin esencial de la filoso- cin y de la r epu lsin, de su enfre ntamiento y de su
Ha. En efecto, ese infinito, sntesis de todas las snte- eq uilibr io.
sis, es la total idad concreta final, la ms acabada, la Estos dos trm inos opu estos se implican mu tuamen -
substancia converti da en suje to, la Id ea absoluta que te . En efecto, si la atraccin ex istiera sola, este atom is-
na cer de la gnesis lgica y qu e, r ica de todos los mo que fragment aba lo Uno d e Parm nides y descu-
momentos superados, alcanzar la plenitud del objeto bra as, con el vado y lo n egativo, la fu en te in terna
y la vida del sujeto. del movimiento, se destruirla a s mismo ; la m ult i-
Lo in fini to es el ser q ue se afirma en su propia ne- plicidad de los tomos. soldados P?r la sola a~racci~.
gacin y por ella. Pone lo finito como uno de sus mo- reconsti tu irl a la esfera de Par m n ides, una e inm vil .
mentos, y as lo absorbe y lo supera. Atraccin y re pu lsin slo existen y tien en sentido
Cada ser finito encuentra as! su lmite en otro, pero I>or su con diciona miento r ecproco.
ese otro es un algo, un ser finito. Cada u no de ellos La un idad de los contrarios, de lo uno y d e los
es lo u no, siend o todos los dems para l lo m l- m uchos, de la atraccin y de la re pulsin, comp leta
tiple. Es el ni vel del ser-para-s. el desa rro llo del ser para si.
El mun do est compuesto as de estas unidades en Hegel reconoce a Kant el mr ito de hab er sido el
oposicin con lo mltiple pero defini en do cada una iniciador de una n ueva concepcin de la natur aleza
su en-s por medio de sus r elacion es con ese ml- q ue no trata de r econstru irla a partir de datos sensi-
tiple. Este es, segn H egel, el punto de vista del ato- bles, como los empir istas y los materiali stas rnecani-
mismo de Dem crito y de la M onadologic de Leibniz. clstas, y el m rito de habe r basado su filosofa de la
El atom ismo griego, segn el cual la esencia de las naturaleza en la at raccin y en la repulsin . H egel,
cosas esta ba const itu ida por los tomos y el vaco, sien- tille ya combad a el mecan icismo ponien do el acen to
do el vaco la r azn del movimiento, esconde, segn rbre la cualidad , en este com ienzo de la Lgica
H egel, la profund a verdad de qu e lo negativo es la rons idera que el di namismo kantiano da un nu evo
fuen te del devenir. Ast-e-dir H egel en su H istoria golpe al mecan icismo. De acuerdo con esta concep-
de la t osot ta-:-, el a tomi smo se opone, en resumen. ,,'m [mecanicista]. la ma ter ia como tal sera incapaz
a la idea de u na creacin y de una conser vacin del d e moverse sola : estara afectada de in ercia. el mo-
mundo por un ser extrao al mundo. vim iento n o serta algo intern o, sino q ue existirfa fuera
Para este atomismo, como para Leibni z, qu e dio a eh- ella y se comu n icad a desde fuera (1, pp . 23 1-232).
estas u nidade s un car cter din mico, el ser para sI Pero Ka nt no alcanz a despren der se compl etamen -
de los mu chos Un os se muestr a, por end e, como Sil 1( ' de una r epresentacin de la materia pr oporci onada
18 1 El pensam iento de H egel I V. Dialctica del Su 185

por la sola percepcin, en la que los sentido s no nos La cant idad ap areci para explicar el desplaza mien -
permiten conocer ms qu e la imp en etrabili dad de la to d e los lmites entre r ep ulsin y atraccin . La pro,
ma ter ia, la re p ulsi n por la cual se nos op one como gr esin de lo q ue impu lsa o de lo q ue es rechazado
obstc ulo. p ue de ser continua o d iscont in ua. ~ ...a cantida d lleva
Un pensamiento totalmen te especulativo restabl ece e n ~ estos dos momen tos : La can tida d re presen ta la
a traccin y repulsin e n su eq uil ibrio y cor relacin . u ni dad de la cont in uidad y de la discon tinuidad
Llegado a esta alt ura del est udio de la cualidad (1, p. 242).
(ser, ser determinado o ser-ah , ser-p ara-s ), el m un do Hegel precisa su pensa mi ento haciendo la crtica de
es el tea tro (le un enfre n tam ien to uni versal de la atr ac- la antinom ia kanti ana d e lo contin uo y de lo d iscon-
cin y de la repu lsin. el cam po de accin de cada ti n uo. El error de Ka nt, segn H egel. consi ste en h a-
ser se halla limitado, com primido por el empuj e de ber ex tr a d o la tesis (q ue postula la d iscon ti n u idad del
tod os los otros. y todo r eposo apare nte no es ms que mundo, compue sto de eleme ntos sim ples) del en tend -
un eq uili brio en tre Fuerza s centrpetas y fuerzas ceno m ien to, y la an t tesis (q ue postula la d ivisibil idad Infi-
trtfu gas, en tre atraccin y repulsin. n ita de la materi a, su conten ido) de la intuicin ; de
La e~pl i cac in del mo vim iento exige, pnes, la in- este modo todas las con tradiccion es se vu elven in te-
trod u cci n de una n ueva categor a : los eq u ilibri o, d ore s al espr itu del ho mbre . El mundo est li m pio
solame n te se destr uyen v se tr ansfor man en funcin (le toda contradiccin . El problema esta ba bien plan -
~e ~a magnitud de estos emp uj es, q ue desplazan los teado por Kant . pe ro la solucin q ue le da es irri-
lmi tes de cada ser. El segundo mo mento de la lgica sori a puesto q ue veda a la razn del conocim iento d e
del ser ser , por tanto, de spu s del de la cualidad, este infin ito que es, sin embargo, su dom in io.
el de la can tidad. E l espaci o, como la m isma in tuicin, deb e ser
concebido, si se q uiere comprende r de una maner a gc-
ueral (J, p. 209).
La cantidad, al ig ual q ue la cualida d, no es para H e Se percibe entonces que la antino mia ha aislado aro
gel un carcter del m undo r eal, sino un mo me nto del h itrar iamen te dos mo mentos de la cantidad, El mo-
desarrollo de lo abso luto. Por ell o em plea , como para mento de la d iscon ti n uidad de los tomos im pli ca u na
la cualidad, u n gra n ingen io )' a menudo m ucho ar i cont in u idad primera q ue da la posibili dad de divid ir
ficio para ded ucirla. o ms bien para constru irla espc en elemen tos h omogneos y que no cons tituyen u n
cu lat vamen te. conjun to ms que sobr e un fondo de con t in u idad. R e-
La traye ctoria gen eral de este cap tul o sobre la can r tprocamcn te, lo conti n uo no es ta l ms q u e en r ela-
tidad . q ue nos conduci r a la nocin de me d ida, c~ d lm con la posibilidad de ser di vid ido q ue lleva en
decir , de armona o de proporciones intern as. esd d . puesto q ue con tiene u na d iscontin u idad implcita.
ori en tada por la inq uietud de H egel por mostrar qu Los el e ticos-e-y en parti cular Zenn , al que H egel
la cantidad no es ex tra a a la cualidad, q ue aq ulla llamar en su H istoria de la filosofa el padre de la
est cad a vez ms imhuida de caracteres cuali tativos .Ial ctica n-c-pla ntearon el problem a con una gra n pro ,
186 El pensamien to de H egel IV. Dialctica del Ser 187

fu ndidad en sus clebres aporas. a las q ue Ari stteles Esta correspondencia es u na nu eva ilustracin de la
aport una j usta solucin a l mostrar que la contra dic- un ida d del pensam iento y del ser.
cin nada del h echo de q ue se desconoc a la n aturaleza Sin embargo, a la cantidad pura. suavizando nclu-
del movimiento al representa rlo como una serie o un a so el instrumen to matemtico, se le escapar n todava
suma de estado s de reposo. y que se confunda as el los aspectos cua litativos de 10 real. El verd~ dero se.r
movimiento mi smo con el resultado del movimient o, no es n i cualid ad pura ni cuantidad pura, silla cuali -
con su hu ella o su trayectoria. dad cuan tificada y can tidad cuali ficada, es decir, me -
Cuan do la can tidad est deter mi nada. cua ndo se dida.
convierte en talo cual ta mao de fin ido, es deci r, u n La medida , un idad de la cua lidad y de la can tid ad,
quarltu m, lleva en s nos momentos: el de la ca nt i. es esencialmente proporcin , armon a, rela cin entre
dad extensiva, es decir, el n mero, y el de la ca ntidad dos magnitudes y norm a que define un ser. Una ~on
intensiva, es decir, el grado. No son dos form as o dos gitud o un peso pueden crecer o d e crc c~r: a ese ~ Iv~l
tipos de cant idad, sino dos momen tos qu e se tramo de abstraccin slo se tr atar d e camb ios cuantttau -
forman el uno en el otro , como la interi ori dad o la vos, pero en un ser determin,a do. u n a n im~l , por eje~l.
exteri or idad. plo, el tamao () la proporCIn, dc sus nll cmbro,s solo
El momento de la can tidad es, h ist ricament e, el pueden variar en cier ta medid a. La desmedida es
de Pitgoras cuando Intenta exp resar med iante n - la mo nstruosidad, y a partir de cierto pu nto la des-
meros las rela ciones racionales. tr uccin,
Es desde este punto de vista desde el q ue H egel H egel destaca otra vez la insuficienc ia de ~a s con-
estu d ia el mom ento ma tern tiro del desarrollo de su cepc iones mecanicistas que p: etend en r~du~tr todas
Lgico. Expone y critica con detalle las teor -as ma- las re lacion es r acionales a r elaciones cua nntauvas. At e-
tem ticas des de el Renacimiento, y, entre los mode r- ncrse al p unto de vista m ec~ nic ~sta es co.nde narse ~
nos, desde Newton y Le ib ni z ha sta Lagran ge y Carna l. aguardar siempre una determinacin ex ter ior, empir i-
Sealando los lmites de la ra cionalizacin de lo r eal ra, meramente contingente, de las leyes de la natu-
por las mat emticas, H egel separa la sign ificacin de la ral eza,
introduccin del concep to infini to en las mat emticas. El punto de vista mecaniclsta no permite c~ m ~)fen.
Lo infini to de la can tidad es el momen to cualita- dcr el camb io al no ver en l ms q ue vanacion es
rivo de sta (1, p. 40 4), en pr im er lugar porq ue cuan titativas.
el in finito matemtico per mite matematiza r el con- Las leyes de la cada de un cu erpo, el peso especfico
cep to de lm ite, y, medi ante ello, da a las ma temt icas d e un cuerpo, las afinidades qumicas o los acordes
la posibilidad de ex presar no tan slo estados, sino mu sicales, son otras tan tas relac iones num ri cas que
IJasajes, es deci r, el devenir. de finen cual idades propias de las cosas.
As se am plian los lm ites de las ma temt icas, q ue No ex iste paso de lo uno a lo otro. H egel da mu i-
se vuelven cad a vez ms adecuadas para expres ar riplce ejemplos, tomados de las ci~nci ~s de la ~at~ra
cier tos aspec tos cualitativos de lo re al. 1c'/a y especialmente de las comb inaciones qUlmCaS,
188 El pe nsamien to de H egel /1'. Dialctica del Ser 189

de esos saltos bruscos de una cua lidad a otra . Deduce la indiferencia, sin lo cua l la substancia no que da
esta ley: U n cambio meramen te cuantita tivo p uede defin ida como un su jeto que se determ ina a s m is-
tra nsformarse en. cualita tivo (1, p . 430). A esta ley 11101) (1, p. 489).
Engels la lla mara: La ley de H egel {Dia ectca de E l p unto de vista de Spinoza qued ya superado ~n
la natu raleza). la Lgica del Ser , que puso al desnudo las cont radi c-
~e~cl daba a esta ley un a amplia ext ensin : Todo don es inherent es al Ser. Spinoza ignoraba el pod er
naClffilcn to .y toda mu c rt~ , lej os de ser una graduali- de lo nega tivo.
dad progresiva, son ms bi en una interr u pcin de ella, C ada determ inacin del ser slo se define en s
y un salto. D esde la variacin cuantitativa hacia la por sus relaci on es con las dem s, y p ierde as su apa-
cu~li tativa)) (1, J.)' 474). En la naturaleza y en la his- rent e in dependencia. Pasamos, entonces. de las cosas
ton a hay cvoluc oncs y revoluciones. Sera in til pre- a las re lacion es. El Ser se convier te en Esencia .
tender q ue (110 q ue aparece exista ya realmente antes
de su ~paircin, pero sin ser perceptib le debi do a su
peq ueuez (1, p. 474). Ese su bterfug io mecan icista, L .'\. T EORA D E LA E S EN CIA
q ue lo r educe todo a cambios cu antitativos, hace inex-
pli cabl e la apa r icin de lo nu evo, es d ecir, de cuali- El pri mer momento de esta d ialctica nos con dujo
dades n uevas : El traspaso rep resent a un salto brus. a buscar lo absoluto en lo in med iato ; era la teorl a
co (1, p. 472). del ser.
T ?da .la experiencia posterior de las ciencias y de El fracaso de esta tentat iva nos condujo a buscarlo
la hi stori a, de la tabla Mendeleiev a la teor a de 10'1 l ll;'l all de lo inmediato, en las relaciones que unen
quan ta, y del anlisis econ mico de las cri sis a 1:1 e-l ser inm ediato y constituyen su fu ndamento ; es la
hi stori a de las r evolu ciones, ha verificado esta gran rcr ia de la esencia.
ley. Dado qu e estas relaciones nos remiten siemp r e a
As, las cat egor as de cualidad, de ca nt idad v de nt ras relaciones, habr que concebir lo ab solut o como
medida, se in terpenetra n, se pro longa n la u na en la III j( 'to q ue lleva y q ue engendra estas relaciones y se
otra, y el ser q ue expr esan es la un idad subyacent e de man ifiesta en lo inmed iato; ser la teor a del con-
esas m lt iples categoras . En cierta man era es el por alllo. . . , .
ta dor, el substrato. El mom en to de la esencia no es S1110 una transici n
H egel llama al ser as concebido la illdiferenc:l hacia el con cep to ; esa n egacin de lo inmediato es
a?soluta lJ . Lo compara a la substancia de Spinoza una eta pa necesaria para la negacin de esa n egacin ,
S~n embargo, agr ega H egel. esta substancia indiferen 11 concepto, que ser la unidad del ser y de la esen -
ciada no es el ser, no es ms que un mo mento de l 1 i.. )' de su sup eraci n en la substa.ncia como suje to.
Se tra ta, para H egel, de supera r el dualismo que una Cmo se pasa del Ser a la Esencia ?
vez ms. es ~bra del en tendimie nto y demostrar !:l El pensam iento se despr end e de lo inmedi ato, rea-
produ cci n mm anent e de la diferencia a partir <1~ li/.1 un cierto r et roceso r especto de l, es el rod eo de
190 El pensamiento de Hegel I V. Dialctica del Ser 191

la reilexion que nos permite aprehender no tan slo rficado por lo q ue le fun damen ta a t tu lo de fen -
las cosas sino las relaciones. m en o, consisti endo entonces el problema en determi-
Este movimiento, aade Hegel, aparece como una nar las relaciones entre la esencia y el fenmeno;
actividad del conocimiento, exterior al Ser. Pero, en (e) el de la realidad, en el que se toma consciencia
realldad, esta marcha es igualmente la del Ser m is- de la unidad del fundame nto y del fenmeno, de la
mo que se intcrioriza por su n aturaleza y se conv ier- esencia y de la apariencia.
te as en esencia mediante este ir en s mismo. Si,
por ende, en el primer momento lo Absoluto fue de-
terminado como Ser, ahora est determ inado como En oposicin a la inmed iatez del ser, la esencia es, en
Esencia (II, p. 9). pr im er lugar, reflexin, reflejo de s misma sobre s
La Esencia es, en prime r luga r, la simple negacin misma, puesto q u e, como ya hemos visto. la palabra
de lo inmediato, lo que no est inmediatamen te pre- reflexin no debe evocar una operacin del pensa-
sente. mien to ejercindose sobre un objeto dado, sino una
El ciclo de los pasos de la sensibilidad en busca de rel acin interior al ser, como Jo expresa mejor la pa -
la ver dad d el ser recomienza al n ivel del entendi- lab ra reflejo.
m iento, que persigue la esencia, la re ali dad de la apa Desde que la esencia se busca detrs de l, el ser
r ienca y del fen meno. in med iato se ha lla rebaj ado al rango de apariencia,
La primera pa rte de la Lgica, al b uscar las deter- El ser inmediato es entonces inesencial, opuesto a la
minaciones de la cosa en la cualidad, la cantidad y esen cia, (pero es ms que inc scncal ; es el Ser vaclo
la unidad de la u na y la otra, alcanzaba su punto ol e esen cia, es apariencia (11, p. 16).
culminante en la ley del paso de la cua lidad a la can- C ul es, pues, la esencia qu e fun dament e esta apa
tidad. rien cia j
La segunda parte, al buscar las relaciones entre la En prime r lugar , es conceb ida en forma muy su-
apariencia y la esencia, estar dominada por la con- maria como la abstraccin, por simple eli m inacin
tradiccin y la accin recproca. de todo lo que no es lo esencial en la apariencia. ( Por
sta com prended tres grandes momentos: lo tanto, la reflexin constit uye aqu tambin el sao
(a) el de la reilexion, de la esencia q ue se r efleja Iir fu era de un inmed iato hacia lo universal (I1, p -
sobre s misma, es deci r, de ese primer retroceso r es- uina 28).
pecto al Ser, mediante el cual, al estar considerado el La apariencia ha lla, pues, su ser verdadero, su esen-
ser en lo sucesivo como apariencia, se busca determi- 1 in, en algo que no es ella misma, H egel no descarta
nar la esen cia como razn de ser o como fundame nto damcntc el dualismo d e Kan t, que opone radical-
de esta aparienc ia; mente el fenmeno y la cosa en s) -la apariencia
(b) el del fenmeno , en el que, al ser descubier to r-s t.i as sin relacin con el Ser y la cosa en s sin
ese fundamento y al ha llarse el ser as negado como u-lucin con el conocimiento-e, sino todas las doc-
tal y al no ser ms que apariencia ex ter ior, est ju s- uinas, de! escepticismo al idealismo, que no p ueden
192 El peNsamiento de H egel IV . Daectica del Ser 193

v~ ncu lar el ser con la. aparienc ia, hacer de la aparien- ide ntid ad )' de la inmovilidad el momento ni co y
era un momento de l ser. excl usivo de la r ealidad . Se indigna por esta man era
Por primera vez, H egel establece una adecuada re- de trata r la naturaleza como un conglomera do de co-
lacin ent re la apa riencia y el ser ; ms all de todos sas inertes, muertas. Ll evado por su en tus iasmo, llega
los emp ir ismos y los raciona lismos dogm tlcos, busca ;1 conf undir en una m isma r eprobaci n la~ leyes de
Ia~ relaci~llcs dialcticas entre lo sens ible y el pensa- la l gica formal y la in terpretacin ontol~glca y leg-
1I~ l e n to, sm oponer el uno al otro, sin excluir al UIlO 1ima que daban los wolfianos. En su Lglc.a no hace
lll. al .~tro, sino mostrando, por el contrario, su im- justicia a estas leyes que son las de todo d iscurso co -
p l icaci n necesaria. hcrc nre, que exi gen. por ejemplo, modestamente q ue
La.rap ariencia .no ~e b~ta a s m isma . Es r eflejo, las palabras tengan un mis mo senti.do a lo. larg~ de
rene~ ln , es decir, solo tien e r ealidad y sentido en todo el ra zonami en to, pues~o que s~n esta ldentl(~ad
rel~cln c~n otra cosa: es opuesta, dice Hegel, el con sigo m ismas el razonamren to rmsmo se h~ce. Im-
decir , no ti en e en si mi sma ni su ra zn de ser ni Sil posible . Sin embargo, H egel se. pr eocu pa prmclpa~
funda men to. mente por no imponer a la r ealidad entera. estas eXI-
La p~i mera tentativa de fijar lo que permanece. gcn cias qu e son nicamente las del pe nsami ento y d el
en relaci n con el devenir de lo inmediat o es la abs discurso.
traccin , una a bstraccin empobrecedo ra , que tiende Se nos presenta como leyes gene: ales .del p en ~
,1 ret~n er en .Ias cosas la iden tida d y a apartar, como mien to, ba jo el nombre de ley de la. Identi dad, de la
esencial. la diferencia. no -contrad iccin r del tercero excluido. 10 q ue no es
H egel denuncia lo da ino de la lgica formal cuan nds que (da ley del entendim iento a bstracto, nos
do p ret ende ser a l mismo t iempo una metafsica. dice H egel en la Enciclopedia ( 115. R).
H egel no rechaza el enten dim ie nto q ue divide, L, realidad vivie nte no corresponde a esta repre
que a sla, que a bstrae y que slo descansa en la iden scn tacin momificada, Fosi lizada . uV ms an si ~c
ti~ad. Ve en l un momen to del verdadero pens;l cons ide ra q ue todo lo que ex iste ~ llest ra en ~l mis- 11
nu en to, que corr esponde a u n momento de l ser , qu mo que en su igualdad consigo ml s"1:0 es d~slgual y
deb er ser conservado por la razn cuan do sta lo 511 con trad ictorio, y qu e a pesar de su diferenci a y C~)ll
pere. H egel se ve necesariamen te conducido a reo trad icin es idnt ico consigo mismo, como ta mb in
nocer el valor, po.r lo men os rela tivo (a un ciert o ni II IlC en l m ismo representa este movim ien to .del tras-
vel del ser, pl"ec ls~men t~ .11 n ivel de la aparien cl.i paso de estas de terminacione s a la otra ; pl eCl ~am e n t ~
donde se consta ta m monhdad . r ep oso en las cosas), llorq ue cada u na en s mi sma es lo con tr ar ie de SI
de las leyes de la lgica formal. rulsma (11, p , 37). Es eviden te, e n e~ ecto , <,llle la
. Esto lo admi te en la Enciclope dia. Pero en la l .rl i(lcu rldad consigo mi sma implica ~a ~ tferencta. con
gica combate violen tamente la preten sin de la IAi lodo lo que es otro y que, por consigui ent e, la ldct~
ca for mal. en los rac ionalistas de la escuda de 'Voll, tldad no puede exis tir y de finirse m s qu e por Op OS1-
el e regir todo lo real. de ha cer de ese mo mento de 1.1 1 lu a la difer en cia, y r ecprocamente, Lo que, por
19:
191 Id pensamiento e lIt'gel I V. Dialctica drl Ser

en de. resulta ele esta considerac i n consiste en q ue con la con tra diccin , La con tradiccin es la r az de
en pri mer lugar, el principio de iden tidad o de con - to d o nlOVlnncn . ' t o Y ehalida . .d,: pues slo al conten . er
tradiccin, al ten er q ue expresar como ver dad slo u na contrad iccin en s, una cosa .se . ~ll ueve, tl Cl~C
la iden t idad abstracta, en opo.s icin a la diferencia, imp ulso y vitalidad .. . ; la con trad lcc1on ." " se p~ e
no es de ni nguna mane ra una ley de l pen sami ent o, sen t a slo en una rellexin ext rl ns:ca .. s,m o en dOS
, . es el pnnCl\)I0 de 10 o
sino mas b ien lo con trar io de sta (11. P: .,1 3), urd en am1entos Il11Sm m ... , .
. . nsiste en otra cosa sino
El primer pri ncipio, el punt o de part ida de un 'lu t omOVl1111en to , q uc no e " - . ' 1'1
pensam ient o concreto, no es, pues, la iden tidad ahs- ~n una ma nifestacin de la mi~ma . con lrath cCl m . '.
tracta, sino el recon ocimi ento de q ue toda s las cosas mism o movim ien to extr nseco sellS1ble. re'presen~a su
. . ' medi ata . el automovlllll cn to mt cr-
son diferentes y que no existen dos tille sean rl gu ro- exi sten cra In , a '" .. ' , "
sauieu te idn ticas, uo u e es el automovimiento ver dadero y I:JroplO, es
La ide n tidad no ex iste en las cosas, sino nica rnen- de~i;, el imp ulso en gen era l (apetic~ll 1I1l'llS ~en~~
te en el pensamient o q ue las confronta con la di le- , l, l. ent eleq u ia de la esencia absolutan e ,
monee a, .1 h d 1 o eXIS
r cncia y la diversidad : es un mom en to abstrac to de simple) n o es ot ra cosa sino el hec o. e q uc a g. . d '
-1(' en SI.nusr ' no. ). es l'a Ial a m' . es. d ecir lo negall\ . O .e
la refl exin que la med ia tiza por medio de su con -
!>i m smo, en un H IlI CO e I nnco r
. ' ' ,, 'd t ico aspecto " "".1C cn ua-
1 a
trario : la d iferencia. Cada uno de los d os tr minos
slo ex iste por su con trario y no separadament e. ..d abstr acta en s no representa rodavla nmgun
(\.. ." . ' ' 1151no es
La difere ncia es p con tr adiccin puesto que une vital idad sino que, como lo pOSltl\'O en SI n _
dos trm inos q ue no existe n m s q ue separad os, o p u e~ '
. . '
neg atividad por eso so rcsa b ale de s
. y se cmpe na en
tos, pero en relacin ind isoluble. Cada trmin o se Iif .Por 10 tanto es viviente slo cu and o con-
11H K I car se. . , . 1 fu er
refleja en el otro, lo exclu ye y a la vez lo implic a. La , h contrad iccin " justamente es es a -
nc ue en s ' . rrad iccin
verd ad de esta s dete rminaciones consiste nicam ente l a de con ten er )' sostene r en Si a con .

en S Il S relaci ones r ecprocas y. por consiguient e, en (11 , pp. 7274). . 11' h os


el h echo de q ue cad a una de ellas con tiene en Sil Con la d ial ctica de lo fmito y d e lo 1Il .mto :~e'l
concepto la otra ; sin este conocimi ento es imposible abordado ya este problema de l~ fu en te m tcro d d
avan zar un solo paso en la filosof a (11, p . O). ,. . ro y ello en todos los n iveles de la fear1 a, .
tuov rm ten , . l m l'";-
A la identidad ab stracta q ue pr eten de atenerse ;1 ,,...,de el simple movimiento m ecamco, q uc es .
1 Z ' d Ele a ya
la pura identidad. H egel oponc la identidad concrc 1110 una contr adicci6n (lo cua .cnon e ' 11
tn q uc es un idad de la ide nti dad y de la diferencia, hahia obSCf\'ado, pero sacando de ,ello la falsa cO~~r~~
A la metafsica de la iden tidad y d e la inmovili dad, ' 1.)1\ d e q ue el movimiento no ex isu a, P? rq ue q 1 :
,1 ' ustar lo r eal a una concepci n .dema~lado estrec 1.\
Hegel opone este seg undo pr incip io : T odas las co
sas estn en con tradiccin en s m ismas (11, P. 72). d1d ensa mie nto. la rIel entenr1tml~nto Y "? la de la
Cont raria mente al prejui cio de la l g ica trad icional l",on
y ) hasta, la vida orgn ica y la " Ida cspm tllal.
d 1 tomovr-
L:
y de su extra polacin metafsica, la identidad . deter IIq~ali\'dad es la pulsacin illlna~cn te e au
mi nacin del ser muer to, es subaltern a comparada mi ento y de la vitalida d (lI . p . 16).
196 El pensam ie nto de H egel I V. D ialctica del Ser 197

Las cosas fini tas .. . tienen por caracterstica ser El fu ndam en to. o el fondo. no pu eden estar sep~
contrad ictorias en s mi smas, ser fragm entadas y re. radas del conjunto de las condiciones que determ -
gresa r a ~ u fun d~ men ~OJ' (11, p. 77). Lo finit o, como nan una cosa: C uando toda s las condic ion es de una
tal, no nene ex rstencta propia : slo existe y ti ene cosa se hallan presentes, sta eme rg e a la existencia
sentido en relacin con el fondo de l que ha emergi do (L , n. p. 121).
y que constituye su esencia verdadera. As la cosa em erge del fundamen to, no en el sen-
. Cada cosa finita slo tiene su ra zn de ser en Iun - tido d e que ese fundamento subsistir detr s de .ell a ,
ci n de todo el r esto, de todo lo que no es ella y sin sin o en el sen tido de que el fundamento se realiza a
lo cu~! no existid a. El fundam en to de cada cosa es su s m ismo en la cosa y desaparece en ella , para no ser
re laci n con las ~tra.s cosas. Esta es la relacin qu e ms que el mom ento de la med iacin . la relacin de
H egel llama mcdiacon : La mediacin pu ra no es esta cosa con todas las otras.
ms q ue relaci n p um (11. p. 80). Este mundo de dependencia recproca y de un
enca denamiento in finito de razones de ser y de cos~s
basadas en esas razones es el fenmeno . La esencl,a
El tercer princip io de esta lgica concreta se en uncia, no se hall a, pu es, detrs del fen meno, oculta de~ras
pu es, de esta man era : Te cle tiene su ra zn su fcic n- (le l y separa da de l ; en otr as palab ras, no ex ste
re (II, p . SI). H egel llama a esta razn su ficient e por una par te una cosa y, al lado, (das pr opi edades
el .fo~d? o el fundament o. Lo que Leib n iz llamaba que seran su manifestacin: la cosa no se descu bre
l~rt nClp l o de ra z~n suficient e era el prin cip io de fina. ms qu e en sus pr opiedades; . .
lidad. Pero. al niv el alcanza do actualmente por n ues- Las p ropi edades de u na cosa son, en pnmer lugar.
tra .re ftexi ~ sobr e la esencia, esta nocin no p uede xus r elaciones con lo q ue ella no. es. . '. '. . - - .
ser introducida a n en la definicin del ser La pretendida cosa en st incognoscible .no es mas
Decir q ue toda realida d tiene su razn ' suficiente que ese f antasma de una cosa .cuyas propiedades -le
~s de~ir q ue .tiene su ser en otra cosa, la cual. como hu b iesen sido extra das . Es entonces un a perogrulla-
id ntica cons~go mi sma, es su esencia (En e, 121, R). da decir que nada se puede conocer . . ,
~ta esencia no es u na form a separada de 5U con. P ero esta con cepci n de la cosa lleva en SI una
tenido. Entre el fon do y la forma exi ste r ecip rocl- con tr adiccin : si la cosa fu era el substrato o el por
dad : la esencia es la un idad del funda mento y de lo rador de sus prop iedades. cmo explicar la diversi-
que ha sido fundado. dad de esas propiedades? Si la CO~ no es ~s que
No podra haber form a sin ma teri a ni ma teri a sin Hna coleccin d e p ropiedades, . <.como . explicar - su
forma . unidad? . ,.
El fundamen to de cada cosa no puede buscarse de. Esta con tradiccin ha sido elevada por la ~ey del
tr s de las cosas, en un ms a ll oculto. El ser de be fen meno como vnculo constante entre pro piedades
estar. fun damen tado , pero solamente en algo qu e sea diversas. La ley no es exter ior al fenm eno . I~ ley
l mismo. ( ' S inman ent e al fenmeno. M s all d el devenir de
198 El pensamiento de H egel I V. Dialctica del Ser 199

los eleme nt os, 10 q ue perman ece estable es la ley q ue nocida, I ~orqu e no ti ene otro con te nido que el Ien -
de fine sus relaciones. La ley es la esenci a del fenme- me no n usmo (11, p. 98 ). Invocar as h[ue I7,,1.S11
no y lo d istingue de la sim ple ap ariencia, pero la le)' pam ex pl icar la naturaleza pr esenta un do ble !ncon -
no tie ne n ingun a realidad fu era del fen meno. ven ieute : en pr imer luga r , esto no cond uce lilas que
Sola mente existe este mundo fenomn ico q ue cons- a una ta utologa, porq ue slo se puede deci r de la
tituye la tota lidad de la existe ncia. Pero se escinde fu erza lo que expresan sus mani efstacion es : luego,
en un mundo de las esencias (q ue , en esta eta pa son ello sugiere la posibilidad de una distincin entre la
leyes) y en un mun do del ser-otro o de los fenmenos. fu erza y sus manifestacion es : M ejor es decir q ue el
stos no son ms que el derecho y el revs de u n m is- imn tielle un alma (para expresarse como T ales) <lue
mo mundo. decir que t ien e fue rza de atraccin; la fu erza es un
Cm o precisar la naturaleza de esta relacin en- g ne ro de propiedad q ue un o se represent a como se-
tre la esencia y el fenmen o? /J(w tb le (le la materia, como u n predicado ; ~1 alma ,
Es la re lacin de l todo con sus panes? Puede por el cont rar io, es ese movimiento de si ml.SIlIO, es
asimilarse el mundo en s al Todo. del cu al lo. e- 11/ misma cosn q ue In naturolczu de la fII aterim) (H Pk,
nme nos sera n las pa r tes? Estos dos r nui nos son l. cap. 1, A ).
cor relat ivos: las partes no exi sten ms que en Iun- La fuerza es, pues, bajo su verd adero aspec to, la
ci n de un T odo, y el T odo no es nada separado de relacin cuyos dos lados no d ifieren m s que como
las pa rtes q ue lo constituyen. (( El Todo y las pa n e~ interior y exte rior (Ene, 13i ). Puede concebirse
se cond icionan reclprocarnente (IL p. 169). la relac in entre la esencia y el fen me no bajo esta
No se puede concebir esta relacin del todo ron las tercera fonna : la de la relaci n entre lo interior )" lo
partes de una forma mec n ica : el todo no es la sim- r xterior r Todava aqu estos dos tr minos no form an
pie su ma de sus pa rtes. L a m s perfecta imagen de m ds q ue u na sola y misma cosa. De fi n ir la esencia
esta relaci n es la de la vida : el todo en ge ndra su' 1 run o interior ). el ser como exter ior es decir que la
part es y" se e nge ndr a a s mismo. Es preciso expresar t' .. enc a y el ser no forman m s q ue uno. El hom bre
esta relacin con una for ma din mica : la re lacin del l '~ lo q ue hace. Su esen cia no es u na especie de n -
mundo en s con los fenm enos, no sera la relacin leo inter ior mi sterioso q ue con tiene el secreto de la
en tre una fuerza v sus man ifestaci ones exterio res? \ ida , sino todo lo ms u n ge rmen cuyo desarrollo
Pero, cmo de"fl nir la fu erza sino por sus m anifcs ' -o el ser ad ulto, realizado. La esencia r el se r per
racio nes exte r iores? H egel recu erda q ue Lei bn iz re u-necea al mismo mu ndo , no son m.i s q ue un solo
p roch ab a a la fu erza de atraccin de Ne wt on el ser unmclo.
una de esas cua lida des ocultas como las q u e los esco L1. esencia no es nad a fuera de su mani festacin.
l st icos emplea ban con el fin de explicar las cosas. La realidad es la unidad de la esencia y de la exi..-
pero aade, esta fue rza no es en n ing n modo una u-ncia (11, p. I Ri ) de 10 int er ior y de lo exter ior.
cualidad ocu lt a, mds bi en hab ra que re procharle lo 1 ,;1 esen cia, al desarrollarse, al desplegarse" se con -
contra rio , es deci r, el ser ti n a cualidad demasiado en \ l'rte en la realida d.
200 El IJe1lSamielllo de H egel IV. Dialcti ca del Ser 20 1

Esta r ealidad es lo Ab soluto? se halla en cierta manera en el punto de in ters ecci?l1


El concep to de substancia de Sp inoza cor respon de de dos necesidades, na ce de su encuentro y. contin-
a esta concepcin de lo ab sol uto a la q ue hemos lle- ge nte respect o a cada una de ellas, de n ingu na mane-
gado ahora. La substancia de Spinoza con tiene. en r a lo es re specto al tod o. .
efecto. a la vez el ser y el pensami en to, pero el ser En consecue nc ia, lo real en su tot ali da d es la m ~
n o figura para n osotros ms qu e como ex ten sin. y nf estacin de u na nec esidad absolut a q ue es la um-
el pensami.e.nto se halla in sep arablement e unido a dad de la necesida d y de la contingencia. .
~.s t~ extensin. Le .falta as a la substa ncia el pri n- Cmo defin ir esa r elacin en tre la n ecesidad y la
UPH? ;le la persOl:ahdad (l!. p. 197). El sp inozismc contingencia? .
SUSCH O. po r reaccin. la doctr ina de Leibn iz, que no Mediant e la re lacin d.e la s ub~tanc~a con los ~c.
v.e .en la Illn~d~. 'por el con trari o, nada ms q ue ac- cd eu tes? Pero la subst auc a no existe silla en los ac-
tIvIdad, y su bjetividad . Pero es una tota lidad cer rada cide nt es y por ellos. Ella les es inmau: nte.
sobre SI 1l1lS111 a . tanto que las re laciones ent r e las m - Habr que dar , pues. a esta .r elacin una Ic rma
nada s ~Io le pueden ser impuesta s desde fu era y pre. dinmica y concebirla como r elac i n de causa a efec-
establecidas por otro ser al qu e nos r em ite el sistema to? Pero el efecto no contie ne. en form a general ,
por un post ula do. nada que la cau sa no con tenga ya. A la inversa, la
La sntes~s d~ la ~ubstancia de Sp inoza y de la rn - causa no contiene , en forma general, nada que no s.e
nada ~e Leibniz exrge la superacin de ambas doc tri- encu en t re en su efec to {l l , p . 228). Esta de termi-
nas. Una }' ot ra son filosofas dogmti ca s q ue se ubi o nacin rec proca mues tra q u e la causalidad conce-
car on de golpe una en la su bsta ncia defi nida como bida arb itrar iamente ti en e un carcter for mal.
ca usa de s r la otra en ~a m nada. pero sin sob re. Una causa de finid a no acta. concretam en te. ms
pasar la. noci n especulativa de una reflexi n i n ma- que por un concurso de condi ciones tales que el e~~c.
nente al objeto. l o es en cierta man era , el (ruto de la cola boraci n
1--.: rea lida d, unid~d de 10 ex ter ior y de lo inte~ior, de 'es~a causa y' del conjunto de las condi ciones que ~o
con tie ne por ello m ismo el ser en s o la posibilid ad. hicieron posible. Por ejemplo, serta a bsurdo decir
Lo q ue es real es posible (JI. p. 205). La reali - que la comida es la causa de la sangre , o q ue tales
~ ad concre ta se escinde. p ues. al opon erse la poslb i nlirn cn tos o el fr o o la humedad sean cau sa de la
lida d q u~. para re~onstit~lir la realida d. precisa de liebre ; no me nos absu rdo sera de cir q \lc el clima
su contr an o, la con tmgencla. Lo contingente es lo qu r jl'm ico fue la causa de las obras de H ornero o que la
no St; desprende necesariamente de una esencia de' ambicin de Csar fu e la cau sa. del ocaso de la cou s-
term.mada; 10 que 'no implica absolu tam ente que In titucin re publicana de Roma . En la hi sto:-ia. las
cO~ltm g~n te se oponga a lo necesar io. Pues si rarl.r masas y los in d ivid uos espir ituales entran en Juego y
cx rs tcncra . tomarla por separado es contingent e. todo 1' 11 de te rm inacin re cproca entre ellos (11, p. 23 1).
l? q ue eXiste. es necesari o. Lo cont inge nt e no es lal 1 1l'~d ir on iza sobre la vulgari dad del ad agio De P' "
SIll O en rela cin con u na ese ncia dctcrm nadn. p elo 1J1It'i'i,IS camas, grandes efectos q ue lleva a coloc . - _',

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202 El pctUamien to de H egel I V. Dialctica cid Se r 203

en el ori gen d e vastos }' profundos acontecimien tos s m isma, lo un iversal que se d ifer en cia )' se pone
una ancdo ta. Lo que en los ca sos en cuestin se de- a s mismo el momento de la par ticularida d.
nomina ~(lIua n o es 1I!;is que u na simp le oportun i- Esta unidad del ser total }' de su esenci a. e n la cual
da d. u n Im pulso cxtcnor. del q ue el aconteci miento la necesidad se desarrolla en libertad, no e:'> slo su bs-
c,n ~ l.'cs l i.l~ll . ~ n i ra do desde d p u n to de vista d e su ta ncia , sino sujeto.
sign ificacln m tcrua, no precisaba pa ra mani festar-
se (11, p. ~ j2 ).
. Cada ca usa ~sJ as, cond iciona da, depe nd ien te, y
cada efecto <~c~ua sobre la causa que Jo produjo, so.
bl:C las COUd rCl?I1CS qu e lo hicie ron posi ble, creand o La Lgica obj eti va no p u do explicar pl enam en te el
;S I n uevos posibles. Slo una visin mecanicis ta de objeto. .
las COS.1 ,> pued e conducirnos a conside rar n icameu te El objeto es, en primer l ugar , 10 que se lI~lX>ll C al
series causales indep end ien tes, a bst racta s p or com- p en sami en to : lo inmed ia to. Pero n? es posibl e a le-
plc(u, .o causas sola me nte acti vas y efect os pu ram en- n ene a ello. Lo inme d iato nos rem ite a otra cosa y
te pasl \"O~ '. L~ c?usa lidad se en cu en tra . as. sup erada ca da cosa se vincu la a ot ras cosas por med io ele las
en la occion reciproco, qu e le da un sentido concreto cua les se expl ica.
y real. No existe, pues. date ir.redu.cti ble : I? q ue apa -
Esta accin recproca su pera lo que haba ele un i- rece pri mero com o dato solo ti ene reali dad y s~n .
lat eral y a bstr acto en la causalidad, restau rando la t ido por sus rela ciones con otra cosa, por h "med ia-
unida d r la totali dad de la subs tancia. cn.
La accin rec proca sup rime la oposici n nr tic ia l Pero de r elacin en r elacin esta mediacin II OS
d~ la C~a,llS y del efecto. (~e la activida d y de la pa si- a rrastra a un m ovimie nto sin fin. el falso in fin ito " ,
vidad. I odo es a la H' Z acuvo r pasivo. K a existe nada El en tendi mien to intenta in tilmente ex plicar el ob-
q ue no est en l~lO ~"im ent o . Co mo - E ngel~ escribir je to, fundarl o, por ref e; cn cia .al con junto ~Il ~l ~a ae l:
mas tarde. el movumento es la for ma de exi stencia de b ada de lo q ue no es el, o bien esta m e d la Cl~n , p OI
la ma teria . :-\0 puede ser separado de la materia. esa m isma incapacidad de (( ce~ra r l) , de ~ernlln ~ r Sil
Ca da u.ca.usa~' , sing ular. a bst rac~a~lente a is.la da. podi a ta rea , nos r em ite a su con trar ro. es decir, lo m mc-
crear la l.h ~ :'>l o n de q ue la acti vida d pod a separarse d ie to.
d~ l~ pa sividad, pero en la acci n recproca de l lila - T al es la con tradiccin de la lgi ca obje tiva : es
n nll e n ~o to~l de l u n i\'e ~:'>O aparece clara mente qu e im posible permanecer en 10 inm ediato )' es im pcsi-
es ta n imposible crear el movimiento como la mat e- h le sa lir de l.
r ia misma : son su prop ia causa final. en el un iverso Las contrad iccione s del ser nos han elevado a la
conceb ido como un todo y movi ndose como H I! solo esencia ; las con trad icciones de la esenci a nos han
orga n ismo vivi en te. cond ucido a l ser.
Es una espo n tane idad vivien te q lle se determ ina a La accin recproca es la sn tes is lt ima de todas
204 El pensamie nto de H egel [J' . Dialctica dd Ser 205

estas contrad iccio nes : todo es a la vez activida d y La Lgica obj eti va, en las dos pr imeras panes, era
pa sividad , autonom a y dep endenci a. La substancia la gnesis de l concepto. . '
encuen tra en ella 511 u n idad a la vez que su d in am is- Esta gnes is nos condu jo a descubrir la unidad de
mo, su espontaneidad , su li bertad. todo 10 que se nos pr esenta primero como inmedi ato
En la accin reciproca ya no existe dato insupe- ). dad o en un sujeto vivient e. Kant entre vi esta gra n
ra bie; esta substancia es acci n, necesari a y libre a verdad, subraya Hegel, al definir el objeto co~n o
la vez. El movim iento no es ya el paso incesan te de aquello en el conce pto d.e lo cu al se hal~a r eu nido
un trmi no a otro, indefin idament e. ni paso fu era de todo lo q ue ha y de m ulti form e y de vana do en. la
s y retorno a s en un ciclo cerrado y m uert o ; es pr e- in tu ici n dada. Graci as a la uni dad de la conscien -
sencia de todos los trminos en cad a uno de ellos, su cia, las repr esentacione s constituyen objetos.
uni da d viva . Esta un idad viva no es el ser n i la csen- La obje tiv idad que el o bjeto posee en el concepto
cia, sino el sujeto. no forma ms q ue uno con la subjeti vidad del su-
La un idad y la vida de la substancia son la u nidad jeto que conoce forma ndo el concepto.
y la vida de un sujeto, a la vez universal y concreto. Sin em bargo, Kant, debido a su pri~ler pos t ul~do ,
La su bsta ncia ha deveni do sujeto, acto de moverse y el del idealismo subjetivo, opone el su je to y el objeto
de crearse a s mi sma, liber tad . y hace del concep to una form a vaca. extraa a. la
El objeto no ha sido eli minado : es lo que el suje - in tuicin, y q ue slo por e lla en cuentra su con teni do.
to se opo ne a s mi smo, en lo cual se m ira y de lo En esta perspect iva du alista, el concepto es exte-
cual es el prin cipio interno de de sarrollo. ri or al ser , en IUg"J.r de ser su alm~ vivien te y l~ ver-
Este sujeto es unidad de l sujeto y del obje to. dad. H ay ah en Kant, una especie de nostalgia del
Esta lgica "subjetiva es un idad de la lgica subje - em pi ri smo. En el fon do- escriba Lcn ln a este res-
ti va y de la lgica objetiva. IlcCto-, H egel tien e toda la razn contra Kant . El
-. El concepto del que tra ta es a la vez su bjet ivo y pensam ien to, al elevar se de lo concret o a lo abst~c
obje tivo. Su movim iento es, 'In divi dualmen te, el del lo, no se aleja-s i es verdader o-e-de la ve.rdad, ~m o
pensami ento y el de l ser . Es pensami en to y ser. q u e se acerca a ella .. . ; tod as las abs tra cciones cien-
Cu ando, en esta lt ima par te de la Lgica, Hegel ttficas . .. r eflejan la naturaleza en fon~a ms 'profu~
trat a del concepto, no se puede enten der por ello una da , ver az y comp leta)) (Len in, Cati crs !J/l lrHop lll-
simple forma de pensamiento. un produ cto de la abs- '/ ucs, p . 142) . .
tr accin del entend imiento. sin o el espritu viviente La adecuada eliminacin de las secuelas del em pi-
de la rea lidad (Ene, 162. R ). q ue une y supera r ismo que subsisten en Kan t va acompa ada en H e-
el ser )' la esencia, lo inmedi a to }' la re flexin. gel de una con cep cin especulativa y mst ica del co-
Es pr ecisam ente lo propio de la esp eculaci n en nocim iento, pu esto que en defini ti va, para l, tod?
H egel trans formar el pensa miento, n acido de l movi- conoci miento es conocimiento de Dios, y tod a reali-
m iento de lo real , en principio creador de lo real da d q ue corresponde a este con ocimien to es u n mo-
mismo. mento de Dios en v as de for macin .
20 El 1,cll.Ifllllielllo de H egel I V. Dioi cctico drl Ser 207

Pero en esta g n esis nica de l pen sam iento y del cosa, y pierd e as la relacin de la subjet ividad r ex-
ser, do nde el ideali smo objetivo se halla a veces mu y te riorida d con respecto a sta (1I, p . 271).
cerca del ma ter ialismo, el valor obje tivo del con cep 1_'1 unidad de estos dos mome n tos es la Idea de la
to se reco noce plen amente. R a z n q ue supera las divisiones del en ten d imie nto.
El concepto cs. para H egel, la unidad del concep El pla n de esta tercera part e ele la lgica con ti en e.
te }' de lo real. Tien e un gran parecido con la in - p ues, tres momentos:
tu icin in telect u al con q ue soaba Kan t : La rea- (tI) 1,01 subje tividad .
lidad que el concept o se da no debe ser tomada como (/,) 1-'1 objeti vidad .
algo extrnseco, sino ser dedu cida, seg n la " ex igen- (e) La Idea.
d as cient ficas, d e l m ismo (11, p . 262).
A tra vs de la inv ersin idealista funda mental qu e
h ~c~ del concepto el dem iur go de la realida d, H egel El cap tulo sobre la subjetividad ab arca el campo de
di scierne un momento esencial del desarrollo de la la lgica form al. con sus tres partes trad icion ales, a
rea lidad : el paso d e la vida orgnica, en su (a rma sabe r, el conce pto, el ju icio y el razonam iento (el si-
ms el evada , a l pen sami ento que nac e ms all de logi smo).
ella. Es, en su lenguaje y su perspect iva. el momento Pe ro, en lugar de yuxta poner em p ri came nte estas
de la L gica subjetiva. partes y de cat alogar las form as del pensamient o. He-
I ( L 'l esencia es la pri mera negacin del Ser, q ue se
gel muestra su encadenamien to necesar io y el paSH
ha com'c:tido as en apari encia ; el concep to la segu n- de la una a la otra; es ta bl ece entre e llas una jerar-
da n egaci n, o sea la negacin de la negaci n, el Ser qua y la dialctica inmanente que escala SlIS grados.
re stab lecido , Pues- pero en ta nt o que med iaci n inti- La s formas lgicas son momen tos de la Idea.
n i ta )' su prop ia negatividad e n s m ismo (11 , p. 272 ). El conc ep to, e n el que se expres a la ident ida d ab o
La lgica d el con cepto vuelve a toma r , a u n nivel solu ta del ser y del pensa mi en to, es una act ividad
superior, las determinaciones del ser y de la esencia . sintt ica, crea dora. que pasa de lo un iversal a lo pa r
II Es la configur aci n del concep to inmediato q ue ti cular y a lo indi vid ua!' Estos tres moment os no
da lugar al pu nt o de vista segn el cual el concep to estn yuxtapuestos. recalcan en cierta ma ne ra el desa-
es un pensar subjetivo, o una reflexin ex trnseca a rrollo del yo : 10 u niversal no su bsu me lo particu-
la casa l) (1I, pp. 272-274). Es el momen to subje tivo la r. lo enge nd ra. No es lo u niversal a bstrac to. sino lo
del concepto. un iversal concreto. Aprehen der u na cosa en Sil fono
Pero esta subjet ividad del conce pt o, esta universa- re p to es, como en lila intu icin intel ectual de Kant,
lidad abstracta, esta identidad, por su misma iusufi- coin cid ir con el acto divino, creado r de los obje tos.
ci en cia, no es m s que provision al: de bido al movi- verlos nacer en su propia. final ida d interi or. El dcsa -
mi ento d ial ctico q ue lo empu ja a salir de su a isla- rro llo del concepto es semejante al de un ser vivien te
mien to, a completarse pa ra alcanza r la total idad con- (~ II el que el todo engen dra las partes. El conce pto es
cret a, el conce pto form al se convierte l mi smo en inma nc nciu de lo infinito a lo fini to. el e la r azn a la
208 El pensamiento (le H egel l' , Dialctica del Ser 209

sensibilidad, de lo universal a lo pa rticular. Lo indi - in te ri or- o son un iversales individualizados ; la uni-


vid ual q ue se encuent ra aqu no es lo individ ual in - versalidad y la individualidad se d istinguen en s, p ero
med ia to de lo sensible. son tambin id nti cas tEnc, 167).
El concep to es " poder creador, en ta nto que n ega- Es ste un corolario de la lucha consec ue nte de
tivi dad absoluta (11 , p. 2 8~), q ue en gendra a pa r tir H egel contra el empiris mo : no con funde lo real o lo
de s mismo sus difere ncias y se par ticulari za. La concre to con lo sensible. El concepto tien e una rea l i-
de fi nicin del concepto contiene igu al men te la de la dad objetiva, es un iversal y concreto ; es lo uni versa l
especie y de la d iferen cia especfica (IJ, p. 295), no con creto.
como trminos simpleme nte u nidos, sin o im plican- De sde este punto de vista H egel har la cr itica d e
dese m ut uamente. Esta contradiccin interna del con- las form as de j u icio al mostrar su jerarqu a, su cone-
cepto, que es a la vez ident idad y d iferencia, co nsti- xin y el paso n ecesar io de la una a la otra .
tuye la vida del concepto. Porq ue sale de su identi - Vol veremos a en con trar, pues. como momen tos de
dad y de su abstracci n, el conccpto se conv ierte en esta dialctica, los grandes momentos de la lgica ob-
fu era de s y penetra en la r ealidad (lI, p. 303). jeti va : el ser . la esenc ia y el concep to.
Median te esta ap r eciacin qu e le permite al canzar H egel volvi a tomar la clasificaci n de Ar ist teles
lo real convir tindose en totalidad concreta, el con- y le dio el movimien to y la vida al demo stra r q ue
cepto se conviert e en ju icio. ca d a uno de sus t rminos es un momento del desa-
Con el jui cio, el con cep to comienza a emerger a la rrollo del conocimiento.
realidad concreta y de finida . Este movim iento se r ealiza en el silog ismo . El sl-
El juicio es una relacin establecida entre dos con- logismo es la unidad del concepto y del j uicio : es el
cep tos, de los cual es uno, el sujet o, puede ser consi- ro ncepto como la simple identi dad en la cual las di s-
de rado como el indi vidu o, y el otro, el pr edi cado, tinciones de for ma del juicio han sido r etrotrada s;
como ms general, pucs al part ir de la separacin y es el juicio, en cuanto a la vez es puest o en reali-
en tre la cosa in divid ual )' su conce pto u niversal, de- dad: esto es, en la d ifere ncia de sus deter minaciones.
cidimos sobre la conformidad o no confor midad ent re El silogismo es lo racional y todo lo que es racional
la una y la otra . Este es el j u icio. (E"e. 181).
Sin embargo, todava aq u , lo q ue, en la lgica tra - Al igual que el concep to y el j uicio, el ra zonam ien -
dicion al se cons idera como un acto del espr itu . H e- to no es nicamente un acto del pensam ien to, sino
gel lo traslada al interi or de las cosas : El j ui cio es q u e se halla encarnado en las cosas. uEI silogi smo se
tomad o or dinar iamen te en sentido subje tivo, como sue le exponer or dinariam ent e como la f orma de lo
una ope racin y for ma que se encuent ra slo en el que es racional ; pero como forma su bjetiva }' sin q ue
pe nsami ento con scient e de si mi smo ... ; hay que en tre ella y cu alquier otro conte n ido ra cional- por
comp render el juicio de una form a por completo ge- ejemplo, un prin cipi o raciona l, una accin racional,
nera l : todas las cosas son ju icio--esto es, son in di vi- una idea, etc-e-se m uestre conex in algu na . .. El si-
duos qu e ti en en en s till a univer salidad o na turaleza logismo es la 1"az61l de ser (le todo lo que es ve rdad e-
2 10 E l pensamiento de H egel JI'. Dialctica del Ser 21 1

ro ; y la definicin de lo a101u10 es en lo sucesivo el pue sto que im plica un c rculo vicioso: La pr emisa
silogismo _. . T odo es W I silogismo (Ene, 18 1, R ). maj'or es correcta slo porque la conclusin es co-
Las for mas del silog ismo son las relaciones inter- rrecta y en la me d ida en que lo es ; si, por casuali-
nas de las cosas. da d , Cayo no fuera mo r tal , la premisa ma yor no se,r a
H egel orde na las figuras del silogismo, como lo hi zo cor recta (11, p . 389), Por ta nto. no he aprend ido
r especto de l?s forma s del j uicio, en u n ord en j crar- nada con este razon am ien to.
qmco de creciente profun di dad del conocim iento. D is- 1.1. jactancia de esta lg ica csut en su car cter Ior-
tingu e el silogismo de exist encia, el silogismo de re- ma l. Es solam en te en el mo virnl cnto del m undo obje-
flexin y el silogismo de necesid ad . tivo don de puede estu d iarse el movimiento rea l de
El s,ilogismo de existencia es el que concluye de una los conceptos. El inmenso mr ito d e H egel cons iste
c? sa singular a una generalidad por med io de lo par- en haberlo dem ostrad o. Es lo que hizo decir a Len in :
ticular, pero lo que para el entend im iento se descom - H a br a q ue volver a H egel para a nalizar paso a paso
pone en tres mo mentos : mayor , menor y concl us in, cua lq uier lg ica actual o teor a del conoc imiento
no con stituye ms q ue uno para la raz n qu e vive y (Lcnn, Cahie rs jJJil05oph iq flcs. p. 148).
se desarrolla en la s CO!iaS mi smas. T odas las cosas se La debilidad formal del silogismo de reflexin no
:ed~c.en a un silogismo. a un general que se u ne a lo es menor q ue la del silogi smo de ex iste ncia .
indi vid ual a tra vs y po r interm ed io de IIn par ti cu- Se tr ata aqu de Inferir la realidad de una relacin
lar (Il. p. 364). o d e u na ley, pero, po r ejemplo, en la forma ms u-
Ahora bi en, la lgica form al, q ue se atie ne a esta pica. de este silogi smo. el silog ismo de ind uccin , que
concepcin del silogismo, est con denada a un for- es el de la ex periencia, si digo, por eje mplo: Todos
mali smo vado y est r il. <i La sabid urfa silog stica se los me tales son conductores de la electricidad, lu ego
ac:: arre el desprecio q ue merece porque cst despro- el cobre es con ductor , al no ser nunca completa la ex-
VIsta de val or, Su vici o cons iste en q ue se at iene sim- periencia, la conclus in no es nunca rigurosa. Si lo
plemente a la forma del silogismo ta l como ID conci- lucra, la enumeracin de la prim era pre m isa estara
be el entend imiento, para el cual las det erm inaciones concluida . El silogismo no temida entonces objeto,
del concepto son determ inaciones for males y abstrae- Si conside ro valedera la in d uccin , aun siendo la
ras (n . p. 38 1). ex periencia incomp leta, sign ifica q ue me baso e n la
En efecto, c uando se toma el silogismo : ana loga. Pero e n ta l caso, observ a H egel, ello es lo
mi smo que decir q ue /(10 que es semejante a un objc-
T odos los hombres son mortales; lo en algunas caractertst cas, le es seme jan te tambin
Cayo es un hombre, eu o tras (11, p. 393). R azonar de esta manera : La
l uego Cayo es mortal, Tierra ti ene habita ntes. La Luna es una ti erra. Lue-
~o la Luna t iene habi tan tes) , es introduci r en el
( ~ o es p~sibl.e evitar el fastid io cua ndo se oye cnun- silogismo un contenido empri co.
Ciar un Silogismo parecido. Es por comple to ocioso, Lo que p ermanece es el silogism o de in d uccin }'
2 12 f J [ nsamie nto de H egel 1V. Dialctica del Ser 2 13

el silogismo de analoga. que formalm en te son o fal- uno s de los otros; pero en ta nto .q ue .s~n par a el ~en
sos o inti les, exp resan el movim iento q ue exige una sam ien to cen tros de relaciones in teligibles, consutu-
llamada al conten ido . )'en las pa rtes de un. todo. . . .
Este movimiento que conduce a lo formal a darse El retorno a la Unidad de la Idea pasa poi tres mo-
un conten ido se ex presa en el silogismo de nece sidad mentos : el del mecani smo, el del quimlsmo ~ el de
cuyo modelo es propo rcionado por el argum en to on- la finalidad, qLle definen las forma~ de re lac in (~e
tol gico, med iant e el cua l se opera el paso de la su b- los obj etos entre s y de los ob jetos r especto al
jet ividad a la obj et ividad. sujeto. . . . .
Para una cosa fini ta no es posibl e in ferir de su El pri mer grado de l~ obj etiVidad es el del m: ca.
esen cia a su ex iste ncia, de la idea que se tiene de uis mo. La unin de lo diverso es mera mente ex ~enor.
ella a su realida d, Pero, dice H egel. no es lo mi smo H egel da esta profunda definicin del m ec~l1I sm o :
para lo infin ito, pues no puede ser pen sad o sin ser. E sto que consti tuye el carcter del me.caUlsmo, es
(S~n Anselmo . ...declar con justa razn q ue el ser decir, q ue cualqu ier relacin que se \'en~que entre
cxrste no slo subje tivamente. sino ta mb in objetiva - los elementos vinculados les q ueda extm ,a , !al. q ue
men te (Ene, 193, R ). no conc ierne a su natura leza y. aun cuando esta vmcu-
I;a forma dada al ar gumento ontolgico, la del si- la da con la apar iencia de un todo nico, 110 queda
Jogismo forma l, se presta a tod as las cr t icas. pero la ms q ue una composicin, una mezcla, .n n am o~t.o
idea ms su blime de Descar tes ... , el concepto de na mie nto, etc . Como el m ecani smo mater~al ".ta mbi n
Dios, incl uye en s su existe ncia) (11. p. 409 ). resiso el mecanismo esp ir itual cons iste en los ter rmnos que
te toda s las cr ticas y se convier te en evide ncia cua n- en el esp ritu estn r elacionados. entre ellos. qt.t ~da
do. se renuncia a la abs tra cci n de las ideas y a la ex tr nseco re cp r ocamente Y ex tr nseco el esp rr n u
finitud de las cosas : el paso del con cep to de Dio s mismo) (JI , p . 4 17). . .
a su existencia no es ms que una aj)licaci n de la La forma ms elem ental de la con tr adiccin entre
mar cha lgica de la obj eti vacin del conce pto (11, la independencia y la d ependel1ci~ de los ohj e~os es
p gi na 4 2 1). el choque. La un idad de los obej tos que no, t ~ e n en
Lo q ue aq u H egel llam a Di os es el ser en su to- otra relacin entre s q u e la del choque mccam co es
talidad con creta, la presencia de lo in fin ito en 10 fi- precar ia. ..... . ..l
nito, de la Idea en 10 rea l, la dialctica. por la cual el Ca da cuerpo tr ansm ite el impulso que ha recrmo o
ser abstra cto se vuelve a la realidad total. nica y de l exterior.
concreta d e la Idea. U na form a de unidad algo ms rica surg e cuan do
un ob jeto arrastra a os dems en su moy.im ien to, pro-
porcionndolcs as u n centro. Las r elac iones de pre-
I:a obj etividad , por conten er en s la su bjetividad. sin , de ch oq ue, de atraccin, et c., lo mismo que las
nen e un carcter con trad ictorio: en ta nto qu e da. de agregaci n y de mezcla, concl uye n en tonces en
tos, los objetos son m lt iples e independient es los una unid ad ms comple ta, en U I1 ord en , en una ley.
2 14 El pensamie nto de H egel IV. Dialctica del Ser 2 15

El ejemp lo ms caracterstico es el del sistema solar, Esta antinomia es u na obra ficti cia del ent endimien-
cm~ .su cent ro, su orde n y su ley. to, que siempre opone y divide lo que en s no hace
Sin embargo, en esLe estadio, ca da ele men to del ms que uno. La accin recproca ya proporcion el
conjunto tie.ne su cent ro fu era de l y sigue siendo, medio p;lfa superar este falso ant agon ismo. ( El meca-
den~ro del slste~na al q ue pert enece, lo (Iue era fuera nismo manifi esta su tenden cia a la totalidad por el
de el. Las relacione s que le un en a los dem s son too hecho mismo de que b usca conce b ir la naturaleza
dava rela ciones mecln icas. com o un todo q ue, por su conce pto, no precisa de
La etapa siguiente es la de la central idad concrc- nada ms, como un a totalidad que no ti ene nada en
ta l), C I~ la (I" e cada element o ya no es independicn. co m n con el fin y el entend imien to ex rra mundano
te ; e~lst c en l (:una ten dencia que lo arras tra hacia que sta suponen (11, p. 117). De modo que la fina -
el obj eto determinad qu e le es opuesto (II pgi. lidad, lejos de opon erse al mecan ismo, es la vcr?ad
nas 435-43G). ' del m ecanismo, la totalida d concreta a la que tr en-
La unin, en lo sucesivo, sera el fru to, no dc un de. Ya en H egel--observaba E n gels-c-, la oposicin
contacto aleator io, sino de una afinidad interior . Es en tr e causa ei iciens y causa inalis ha sido supr imi-
el mom ent o del quim ismo. da en la accin r ecproca (Engels, Diciectique de
.La ex terior idad re ci proca, con el q uimismo, co- la. natuTe, p. 259).
~llIenza a desaparecer, pero no es an la verd adera oh. Es lo que H egel expresa al deci r q ue la determi -
jc ti' -id?d qu: im ~l ica un? l~nidad ms pr ofunda y ri ca nacin exter ior se halla transformada en autodeter-
del ob jeto. El ob jeto quuru co no es a n ms quc un mnaci n (lI , p. 452).
11.lOmento abstracto de una totalidad qu e t iende a rea - Hasta Kant, en efecto, se opon an sistemticamente
Iizarse. La \'erd~de ra razn d~ sen ) del obj eto no pue- una concepcin ideali sta de la finali dad conc eb ida
de expre.sa~se smo por la finalidad o el objet ivo. como puramente exterior .' en la form a ingenua como
El q mrmsrnc nos conduce asl, por su propia cua- la conceban Bernardi n d e Saint-Pi erre o la metafsi-
lidad de incompleto, a la teleolog a. ca de ' VaH, y u na conce pcin mecanc ista q ue hada
El mecanismo y el q ui mismo no era n sino mam en. d e la finalidad una pura il usin subjetiva. Spinoza. y
tos de la finalidad, sub ordinados a ella . d espus de l los mater iali stas franceses del siglo ~V IlI.
Hegel pon e fin a la oposicin metafsica en tre can- t uvi er on el mrito de b uscar en la naturaleza m isma
sali dad y finali dad. y no fu era de ella la explicacin de la n atu raleza.
La oposicin en tr e causas eficientes }" causas fina- La naturaleza no ti ene ningun a final idad p rcscri-
les descansa en un a d iferencia que, encarada en for o tao y todas las cau sas finales no son ms q ue ficcion es
ma con creta, pl an tea el pro blema de saber si el mu n- de los hom bres, escriba Spinoza (~tica, J, Apn-
do en su esencia absoluta debe ser considerado como dice). Y, a propsito d e Dios, a ada eso precisin :
un mecan ismo de I ~ ~atura leza cie.ga o como el pro. Al no existir para ningun a finalidad, tampoco act a.
dueto de un en te nd imiento determin ndose de acucr- p ues, para n ing una ; y, como su ex istencia. su accin
do a fines (JI. p. 11 5). tam poco ti ene ni pr inci pio ni fin ; 10 q ue llamamos
21G El pe,uamienlo de Hegel I V. Dialctica del Ser 2 17
cau sa final no es, por otra part e, nada m s que el ape- H egel prof undiz la nocin de finali~a d interna a l
tito humano en tanto que se lo considera como el me ditar sobre el significado del tra baje y la herra-
p ri nci p io o la causa primitiva de u na cosa (tica, m ien ta . La herrami ent a ... es el me dio del deseo . ".
IV, Prefacio). En la herram ienta o en el campo cu ltivad o )" fer ti-
Cu alesqu iera que sean los mritos hi st ri cos de esta lizado , poseo la posibil idad, el conten ido , en ta nto que
negacin de la finali dad extern a, no es menus ci er to uni versal. Por ello la herramient a. el medio, es supe-
q ue una tal concepcin om ite un esla bn esencia l : rior al objetivo d el deseo, que es m s singular (Re,
en tre el apetito human o u, el deseo y su re ali zacin , se I, p. 198). En la Lgica, H egel vuelve a tomar esta
intercala el mom ento del trabajo q ue es el tipo de la misma idea de que el fin, puesto por el deseo, perma -
act ividad finalizada. ne ce indi vid ual, finito. mi entras que la herramienta,
Hegel reconoce a Kant el mr ito de habe r concebido debido a la un iversalida d quc le con fiere su carcter
una forma de finalidad q ue 110 es exte r ior , transccnd en - soci al y a las posibilidades ilim itadas que abre a la
te, )' q ue supera el dualismo del mecanismo )' de la sat isfaccin e incl uso a la creacin de nuevos deseos,
finalidad ex terna , de la necesidad)' de la libertad. la herrami en ta, como medio, es superior al fin, pues-
Mien tras que, en la Crit ica de la razn pura, no to q ue lleva en s m isma esta posibilidad in finita de
dej lugar alg uno a la fi na lidad y q ue, en la Critica suscitar nuevos fines.
ele la razn prctica, con su concepcin d el hombre De esta ma nera hay r eciprocidad entre fines y me-
como fin, cav una fosa infranqueable en tre el hom - di os: el fin enge ndr a los medios y los medi os suscitan
bre y la na turaleza-la na tu ral eza no era ms q ue un nu evos fines.
med io inerte-c-, ab ri, en su Critica del juicio , una No se podra, pues, oponer ? i los fines a 105, "! c-
nueva va. En primer lugar , cuando basa el j uicio dios, ni la final idad a la casua lidad . Lo cara ctensnco
est tico en la finalid ad sin fin , dan do as un ejem. de la finalidad es que la r epresentaci n de lo obj etivo
plo concreto de la final idad interna ; luego. cu ando es anterior a la in iciacin de l trab ajo y de los medios
define la ' vida orgnica como finalid ad int ern a. En para reali zar el fin . Esto no \'3 , en n ingn modo,
verdad, Kan t no da a este j ui cio teleolgico un pun to contra la casualidad y el deter minismo, q ue son, por
de aplicacin real : sigue siendo un ju icio reg ul a- el contrario, momen tos subord inados; la actividad
do r y cons idera como pertenecient e slo a Dios un fina lizada del hombre no rom pe n i int errumpe la ca-
entend imien to arq uetipo para el cual lo un iversal dena de los determi nismos n i de las ser ies causales.
engendrara en s mismo lo part icu lar y lo in d ivl- sino que los hace convergir hacia el fin persegui do.
d ua l, cesando lo in di vid ual de ser cont inge nt e res. La finalida d ex presa as la uni n del hombre y la:
pecto de 10 un iversal. natural eza, unin a la cual la tcnica y la in dustr ia
Kant daba ya una clara definicin de la final idad fla n u na realidad concreta.
int ern a, al deci r q ue en el ser orgnico todo C~ fi n La finali dad , dice Hegel en su le nguaje, es el paso
y re cprocame n te todo es tambin medio lo u no para del su jeto al obj et o.
lo otro, Este paso nos cond uce al grado superior de la lgica
2 18 El pe nsamiento de Hegel I V. D ialctica del Ser 2 19

del concepto, q ue es preci sam ente la unidad de la "creacin eterna, vida eterna y cspritu eterno (Ene,
sub jet ivida d y de la obje tividad : la Idea. ~ 214, R). Enci erra as y arrastr:) en las olas de S~ I
"do bril lante todas las cosas finitas. ,,1_' 5 cosas fint-
tus son fin itas porque n o tienen to~ahnell te en ~
Llegam os aq u al fin q ue se ha ba prop uesto H egel: mismas la r ealidad de su concept o, Si no qn e n ecesr-
establecer la uni dad de la su bstancia y del suje to. La ta n para esto de otras (Il , p. 47"). . .
Idea no es un a especie de objetivo fina l, de ms all, Esta Id ea se desarrolla a tres niv eles di ferentes: ~l
al qu e siempre nos acercaramos sin n u nca alcanzar. de la vida, el del conocim iento (que es a la vez tco-
lo ; la Idea es la realizacin del ser enriquecido con rico y prctico) y el de la Idea .absoluta. . .
todas las determinaciones que la d ialctica del ser. de La vida, en el sentido org nico (y no esp iri tua l)
la esencia)' del conce pto le han aporta do. del tr mino es la expresin inm ediata de la Idea. La
La lgica de H egel nos ense a conce bir tod a COS a vida es la finali dad deven ida inter ior al obj eto. .
en ~ eve n ir. en "fas de form acin, a no ver en el peno El in dividuo viviente constit uye un todo r elativa-
sanu emo, la naturaleza o la hi storia. nada ya dado. m en te independiente de su med~o. Si ~sta indepen? en.-
sino nicamen te prod uctos, resultados. cia fuera ab soluta . sera la negaci n nnsma de la vida :
La Idea es en cierta ma nera el balance de toda esta el ind ividuo viviente se halla en relacin y e ~ con-
bsqueda qu e desemboca en la tota lidad concreta. La flicto perm anent e con su med io, y esta cont racci n es
Idea misma es la dial ctica (Ene, 2 14). el motor de su desarrollo.
Volvemos a encont rar en ella , supe rad os e integra . H egel define la vida por tres caracteres fundamen-
dos en una tota lidad vivient e, tod os los moment os ano tal es: totalidad. de veni r y autonoma.
teriores de la d ialctica hegeliana : la nega t ividad, la E l proceso de la " ida est constitu.ido po~ estas Te-
accin recfproca , el movimi ento infin ito, la totalidad lac iones ent re el individu o y el med io amb ient e q ue
orgnica. progresi"amente asim ~la y s~ in corpora, e.dificann o
La Idea pu ede conceb irse como razn .. . , como el as, a partir del me~l? amb~e~ re, sn prop.ra forma.
sujeto-obje to, como la un idad de lo ideal y lo real. de La totali dad del individ uo vrvrente no esta cerrada.
lo infinito y de lo finito, del al ma y del cu erp o; como est abierta a esa exterior idad con la cual lucha. El I
la posibili dad q ue tiene en s m isma su reali dad : vivien te es as por s mismo este d.es ~ ~bl ami ento y
como aq uella cuya na turaleza slo puede ser conce- ti ene el sent imien to de esta contradicci n , qu e. cs. el I
bida como existencia, etc.. puesto que en ella todas las d olor ,.. Es un error pr etender qu e la contra dicci n
~e1ac~ones del inte~ecto estn con teni das; pero en su es inconcebi ble, puesto q~e es preci~me~te en el do- I
in fin ito retorno e Identidad consigo (Ene. ~ 211), lor de lo vivien te que ll ene su exi stenc ia r eal (11,
La verdad es el conjunt o de los aspectos del objeto
y. de sus relacio nes re cprocas, Cada concepto esta
p. 49 1). . . . . 1','
Lo especi fi co es la verdad del in dividuo. el IIH 1\ t -
I
\'.m cul ado a tod os Jos dems, y su con junto no cons- :1
duo vivien te per tenece a la especie, Es .a ella la ~\l e I
nt uyc ms qu e un solo concep to: la Id ea, qu e es d ebe su concepto. Sin embargo, la espen e no tiene l ea-
I
~20 El pensamien to de H egel 1V. Dialctica del Ser 221
lidad sino como total idad de individuos en la totali- ladon es d e dep end enc ia reciproca entr e los elem en -
dad de su histor ia; se halla, pues, ms all de cada tos del ob jeto. y una constru ccin del obj et o m ismo.
uno de ellos. Implica su muert e como u no de sus mo- Pero tan p ronto como el espr it u ha r econocido su
men tos. I.a inmed iatez de lo individ ual muere en la propio poder , aspi ra no tan slo a some ters e al ob-
formaci n .es~eci fica, y la muert e de esta vida equi - jeto, sino a q ue ste se le someta .
vale al nac~ m~c nto del esp ritu (11, p. 496 ). Pasamos as del conocimiento a la voluntad, de la
El cono cmnen to, segun do gra do (despus de la vida) idea de ln verd ad a la idea del Bien .
del de sarrollo de la Idea parece ser pri meramente La act itud prcrica in vierte la actitud terica : el
simple r ecep tivida d, pasividad , frente a un mundo que sujet o se impone ahora al o bj eto q ue somete para sus
le ha bra sido da (10. pro pios fines.
En u n prim er momento es cono cimien to analtico Hegel iro niza sobre la oposicin q u ijotesca ent re el
q ue ~ e c.jcr ce sohre el objeto pa ra extraer de l de. mundo puro de la sub jet ividad y el de la ob jetividad,
ternn nacon o, abstra ctas . Cada con cept o ela borado as r ein o cerrado de las tinieblas (I1, p. 554). Y seala
tomado a isladamente, permanece abst racto }' subje ti : que el conocimien to y la a ccin se encuen tra n en
\ '0 . Solame nte cuando los con cep tos se vinculan los pr esencia d e una rea lidad objetiva, in dependi ente
un~s a los otros y for man un todo recompon iendo el de la s fa ntasas subj etivas de cada uno. No ha y ac-
objeto, se cont rola n m utuam ent e y toman un carcter cin sin conocimien to ; n i conocimiento sin accin .
obje tivo y concreto. ( La Id ea absol uta r epr esenta . .. la identida d de la
Esta recomposici?n es el conoci mien to sint tico qu e Idea pr ctica y de la idea te rica, de la cual es toda-
restab lece las rel acion es reales, vivientes, e ntre los ob. va u n ilateral (I1, p. 555).
jetos. La ident idad concreta q ue es un idad de la iden- Al final de la Lgica. H egel q uiere conduci rn os a
tidad y de la d iferencia se expresa primero en la de - no h acer sino uno con el act o creador de un mundo
finicin que im pl ic~ la " diferencia especifica, pero en vas de form acin.
q ue perman ece con u ngenre en tanto q ue ell a 110 de s- La Idea ah scluta es el nico ob jeto y el n ico
cubra los car act ere s d st ln t vcs y fun dame ntales de lo con te n ido de la Iilosoa (ll, p. 5(9), porqu e es la
que de fine. totalidad de lo real conceb ido como el producto de
Cuando lo logra, p uede con stitu ir una verdad era una libertad que se da a s misma u n cont en ido de-
clasificacin basada en la jerarq u a rea l de los rarac- te rm inado.
te rcs especficos. Pa ra compren der esta conc epcin filosfica del mun-
C lasificaciones semeja ntes n o son or denacion es c- do, podem os re currir a analogas: las del ar te y de la
modas, sino que estn obj et ivam ente basada s en la na - religin . H egel nos invita a ello r ecordando q ue la
t ~l ra leza de las cosas)' pe rmiten la constitu ci n de u n filosofa tien e el mi smo objeto y persi gu e el m ismo
sistema, fin q ue el arte y la r eligi n (lI , p . 560). Este acto
El ltimo grado de este conoc im ien to sistem tico es cre a dor, inmanente a todos los seres, y que vivimos en
el teorema q ue implica de mostracin , al esta blecer re- la I dea absoluta, es semeja nte a la gnes is de una
222 n pensamiento de H egel I V. Dialctica del Ser 223

obra de arte ; en la creacin est tica la libert ad tam - rcgorfa de la tota lidad, fin al y viviente, por la ide a
bi n se da a s misma su materi a }' su conten ido y de organismo. La contradiccin slo tiene sentido m-
esta li bertad creadora se ident ifica con la n ecesidad bre esta base de u nidad, de u nidad orgnica ; ella es
int erna de la obra creada . lo q ue se op on e a s : limitaci n . de ter minacin, csci-
La religin p roporciona igu almente, en el pla no de sin, 10 finito en r elacin a lo in finit o q ue lo contien e
la re presentacin y del m ito, una imagen de la gne- y le da la vida , incl uso cuan do se n iegu en m u tua men te
sis d ialctica del m und o en sus momen tos ms pl enos e incluso a causa de esta negacin .
de significaci n: el suj eto li bre y cr ead or d e la filo- Pe nsar la contr ad iccin en el interior de la totali -
sofa hegeli an a no es el sujeto indi vidual del ind ivi- dad vivien te, infini ta, es el ltim o t rm ino de la L-
d ualismo su bjetivo ; es, en la perspectiva del ideali s- gica, la unin prof un da de lo inmedi ato y de la med ia-
mo obj eti vo o del ideal ismo ab sol uto, u n sujeto u ni - ci n en la Idea. e n el conocimien to propiamente d ia-
versal, semejante al Di os creador de los ciclos y de lctico. el q ue ba sa en un todo el en tendimi en to in-
la tierra de la rel igin . Su creacin es u na ali enaci n tui tivo q ue Kant atri bua nicamente a D ios }' el
a part ir de s mismo, una cada en lo mlti ple. 10 entend imien to d iscursivo q ue cons ideraba n icamente
sensible in media to )' lo material. El deveni r de esta accesi ble al hombre.
creacin. el ciclo del nacimi ento, de la muerte y de D entro de esta totali dad del conce pto, de lo u n ver-
la resurrecc in que la constit uye encu entra su expre~ sal concreto. la di versidad ex teri or se convier te en opo-
sin simbl ica en el d ram a de la R edenci n, q ue es sicin intern a; desde el pu nto de vista de lo absolu to,
el del nacimiento y la m uerte de Di os : el ret orno al lllle no puede pla ntear lo finito ms que oponindose
todo nicamen te se realiza a travs de la m uer te de l si mi smo, la alt er idad (ex terna) )' la contrad iccin
Cr isto, la m uerte de Di os, 'l ile es nacim iento del es- (inter na) no form an ms que uuo. No es m.ia que
pritu . El Lagos de la Lgica es la trad uccin conc ep- un a sola y m isma ex presin de lo fin ito q u e se supri-
tu al de este drama divino. me a s mi smo para de venir ot ro y testimon iar , me -
Pero esta do ble analoga. est tica y reli giosa, no nos d ian te su propia supresin y su m uer te, la presencia
ayuda a com pren der m s q ue la for ma especu la tiva rea l, en l, de lo infin ito.
del sistema hegel iano. El paso, q ue alg unos com entaristas han consider ado
Si nos atu viramos a ello dej ar amos escapa r el alma pa radjico, entre la idea de lo otro y la idea de
viva del mt od o hegeliano. negacin , es slo concebi ble dentro de la unida d 0 1'-
En vano se han b usca do, sobre todo desde el prin- g;nica, viviente, de lo absolu to. Es un asp ecto de la
cip io de este siglo, fallos en la concepci n hegeliana un idad di alctica de lo finito y lo infini to.
de la contrad iccin. Siemp re q ue se plantea este pro- Una cosa a islada , por el hecho m ismo de su fin itud ,
blema al nivel en q ue realment e se pl antea , es decir, es incom plet a y con trad ictor ia , puesto q ue no lleva
en el del concepto, la cont ra d iccin hegeli a na no con - en s n i su realidad n i su senti do. T oda realidad con -
tiene ni am big edad ni inconsecuenci a. ti ngen te no es ms q ue un testigo, u na figuracin de
T oda la lgi ca del con cep to est ordenada por la ca- tn absoluto del q ue es la negacin }' del que im pli ca ,
221 El pe1l5amieuto tic H egel I J'. D ialctica (Iel Ser 225

por ello m ismo, la realidad r la presen cia. El m todo mue r ta, pues clla se engendra y se desarrolla como un
di alctico consiste en abarcar el movimiento de cada organ ism o vivien te .
cosa.finita que. por su mismo carcter incomp leto, no} La ley riel desarrollo de esta tota lidad concr~ ta . es
r~m lte 3 . ot~a cosa y a su con tra r io : el todo q ue sig la contrad iccin. El pensami ento de la co ntrad.1C~I n
n ifica e In di ca. Todo ser fin ito se ala ms all de ,1 ('~ el mom ento esen cial del conce pto . .. La negatlndad
ll~ismm) (Ene, 205, R ), La con tradiccin es el ca. ronslderada con stituye ahora el punto de T.e pliegue del
racte r q lI C torna toda r elaci n en la unidad arm nica mo vim ien to del concepto. Es el pun to stm plc d~ la
del todo. vcerenca negativa a .1/ mismo, la ~ue~te m~s .numa
Bajo la apa r ienc ia m stica que voluntariamente dio d e toda actividad . de todo automOVl'm lento vi vient e y
a su ob ra e incluso a su Lgica (por ra zones que se esp ir itual, el alma dialctica qu e ti~ne todo lo ver-
deben a la na~uralez;l ? el pro blema q ue p lanteaba), dadero en s mis mo, y por cuyo medi e ella solament e
H egel descubri un m todo cuyo valor y fecundidad ( ' S la n ica verdad {l I, p. 573). ., .
qued aron demostrados po r un siglo y medio dc cien. El desdoblam icnto de lo uno opon i ndose a s 1l1lS'
cia y d e p rcti ca. 111 0 al enge ndrar su contrario, ese concep to a la vez
. La L gica de H egel expre sa la ms alta exigen. sin t tico y analtico del jui cio, ~n virtud del. cual 10
c~a de ~a razn, es decir, hacer transparente a la ra- ge nera l inicial se de fine a s IIllsm.o como ~Ie~d~ el
zon. e ncluso consubstancial a ella m isma, la reali- otra de s mismo, pued e denom marse d t al~c tlCa ll
dad entera de la na tu ra leza y de la his toria, N unca (lI , p. 567). El camino es analt.ico en e.l sent ido de
el ra cionalis mo fu e ms a udaz ni ms conqu istador. (Iue en n ingn mom ento ha~e I~ t ervem r a lg~ exte-
N unca, tampoco, concibi la razn de forma tan rior a l para progr esa r ; es sin t tico en el sent ido de
cO:llpleja , ta n ne,xi,ble, tan viva. ste es cl segundo gran que en cada e tapa existe la a par i ~i n de algo 7l tl e~o .
n~er ~to de la Lgica de H egel. Hizo p en etrar el mo- Conser var lo positivo en su negativo, en el conten ido
vrrmen to y. la vida en el concepto que las lgicas y de la pr esuposicin. en el r esul tado, e~to es la tarea
las m eta flsicas haban esclcrotlzado, fosilizado, vacia- de ms impor tan cia en el conocer racion al (11, p-
do de sus substan::ias, hasta volverlo incapaz de com- gina 57 1). ' .. ,
p: endcr e l develll~ ~cl mundo. el crec imi ento org- En la perspecti va idealista de H egel, esta pOSlb lh.da d,
!lICO dc los seres vrvrentes, la d ialct ica intern a de la para el su jeto, de en uncia r otro ~ iferen te a .s muro?
hi stor ia. En su grandiosa tentativa de reconstruir con- en su desarrollo dia lct ico, pcr nnte concebir cl uru-
cep tualmente el mundo en una {mica Lgica, H egel verso como obra de una subjetividad, conceb ir Jo ab-
expreso en el concept o los ra sgos fundamcn tales de soluto no slo como substancia. sino como su jeto. Ahi
la natu ral eza y la h istori a cn su desarrollo; el vn culo comie nza el misticismo : La Idea se conv ierte en el
de ,todo co~ todo, vf~~ lo an imado no de pasividad conocimie nto d ivino de la natural eza (11, p. 58j).
r~cl proca , s ~ no de aCCIOn recproca, en el cual se r ea- Sin embargo. ninguna form a de pen sami en to ms
liza la totalidad concreta del un iverso. q ue la dialctica excl uye tan radical me~t: toda t.rans-
Esta tota lidad misma no es una to ral izaci n final y cendencia d ivina ; todo en ella est mediatizado, VIllC U
LV. Dialcti ca del Ser 227
226 El pensami ento de H egel

lado por tra nsiciones. Implica la in man encia ms como h istori a y del espr itu , como un todo nico, completa-
pleta, u n monismo ra dical. El movimiento que la lleva mente imbu ido por la razn y desarrollndose como
de lo ms abstracto a lo ms concreto no pod ra irn- un organismo vivo y n ico.
plicar r up tu ra ni ent re el mundo y Dios, ni en tre Todo el sistema de H egel. tanto su: fil~sof~a de
el esp ritu y la naturaleza. N ing n dualismo es dia- la natu rale za, como su filosofa de la hls~ona . ru ten-
l cti cam en re conceb ible. Los trm inos an tagnicos rar coloca r al h ombre en el lu gar de DIOS.
slo pueden ser pensado s el UI10 en r elacin con el
otro : destrucci n y creaci n, muer te y vida, esp ritu
y natur a leza, hombre y Dios, desd icha y alegra. se
hallan indisolublement e unidos y no constituyen ms
q ue un solo m undo.
Por ello incluso la inversin especulativa e idea-
lista del ord en verdadero de la explicacin ci en tfi ca
de la lgica de H egel no puede ocultar la impor tancia
decisiva de esta obra en la hi storia del pe nsa miento
moderno. Leni n r end a a esta ob ra el mis br ill ante
homenaje al situarla como el pri mero de los tres gra n-
des mom entos de la gnes is del pensami ento cien tfico
modern o, que se a nt icipa ba en la aplicaci n d el m-
todo a la histori a, con el ma rxismo, y a la n atu raleza ,
con el tra nsfor mismo. La idea del movimiento y de l
cambio universal (1813) f ue presentida antes de su
ap licacin a la vida y a la socie dad . Fue proclamada
para la socied ad (1847) antes de ser demo strada e n su
aplicacin al hombre ( 1859))) (Lcni n, Cahlers ph ilo-
soph iqu es, p. 117).
Lenin ordena de esta manera la h istor ia cient fica
de l siglo XIX :

]8 13, La L gica de Hegel.


1847, El M an esto de Marx y Engels.
1859, El origen de las especies de Darwi n .

H egel fonnul, en efecto. el gigantesco programa de


presentar el universo entero de la naturaleza, de la
C A P T U L O v
EL II U MA ;\I ISMO ll E H EG E L

Para H egel, la natural eza no se desarrolla en el t icm-


po. La naturaleza es como ella es, sus ca m bios no son,
por consigu ien te, mis q ue repet iciones y Sil movimien-
to es circula r (H 1'J , p . 14).
El espritu pued e definirse, por oposicin, corno lu
q ue tiene una hi stor ia. La historia un iversal es ,.. la
cxterioriz..aci n del espritu en el liemfJo. como la Idea,
e n tanto que na tural eza, se ex terioriza en el espacio
(PI. /1 , p. 7 1).
El espr itu es esencialmen te el acto de crearse a s
m ismo )' d e man ifestarse. ((S U ser es su ac to (H !'J ,
p .4 1).
De ello se despren de. en H egel, una con cepcin ori-
g inal de la hi stori a como resultado de la accin y del
trabajo.
La h istor ia es, para l, el resu lt ado del trabajo de
los hom bres, de los hom bres q ue se crean a si mismos
median te su trabajo, La historia no e s la ob ra de al-
gunos individ uos, hroes. grandes hom bres o gen ios
soli tarios, sino del tr abajo de los pueblos.
sta es una idea a la que H egel acude con stante-
mente : la de esta lenta cre acin de l hombre por la
labor acumulada de los pueblos. Con tra todo indivi-
d ualismo vanidoso, H egel recu erd a incansablemente
que todas las mani festaciones del esp ritu . incl uso las
ms elevadas, la mi sma razn, no son m s qne la flo-
racin actual de un a obra varias veces milenaria . El
tesoro de razn consciente de si misma qu e nos per-
tenece, que pe rtenece a la poca con tempornea, no se
produjo dc form a Inmedi ata, no surgi del su elo del
229
230 El pensam ent a de H egel v. H umanismo de H egel 231

ticmpoyrcscnte, sino q ue es para l esencialmente un a Icras de la vida social (el de recho, el Estado , la rel i-
herencia, ms exactamen te el resultado del trabajo y, gin. etc.) se prese ntan al individuo como r ealidades o
en verd ad. del tra bajo de todas las generaciones a nte- fuerzas exteriores, ex traas, alienadas.
r iores del g nero h um an o (H Ph, p. 20). El anlisis econmico de H egel era a n demasiado
De ~a esttica a la histor ia de la filosofa, H egel se tosco para pod er seguir todas las mediaciones que per-
halla siempre muy aten to a este arra igam ien to de todas mi ten pasar de los fines individ uales a la res ulta n te
las creaciones del espritu en u n pueblo, en un cierto social a lienada, pero e ntrev i este paso. si bi en le d io
grado de civili zaci n: y este princip io m etodolgico un nombre m ixt ificador. el de astuc ia de la raz n ,
conserva hoy toda su actualidad cuando tal o cual q ue corr esponde por otra parte a la interpretacin q ue
h istor iador del arte o de la filosofa presenta una obra l daba de ese fenmeno desde el punto de vista de
fuer~ d.e su condi cionamiento hi stri co y social. como su idealismo objetivo : el ar tesano intern o de la his-
surgmuen to de un espritu intempo ral. 10 cual no tor ia un iversal, la Idea eterna y a bsoluta q ue se r ea-
es u m camen te un mtodo (o ms b ien una ausencia li za en la humanidad (E , 111. 11, p. 117), se sirve
de mtodo) premarx ista, sino incluso prehcgeliano. sin qu e ellos lo sepan (Jo que constituye la astu -
.El mtodo hegeliano, en h istoria de la filosofa. per- ci a) de los in dividuos y de los pueblos para alcanzar
mue separa r a !a vez las concepciones mecan icista, qu e sus fines.
reducen cada siste ma a una r esul tante de las condicio- El prob lema del papel de los in divid uos, de los
nes en qu e naci, y las concepc iones antihistricas q ue grandes homb res en el curso de la historia es plan-
hace n del filsofo una especie de d ios o ge n io arbitrari o teado por Hegel de forma notable. No son ellos los
que crea ex nihilo su sistema. q ue ( hacen la h istor ia o qui enes ti enen el poder de
H egel 'pe rci~ i que este trabajo de los pueb los era camb iar arb itrar iament e su curso; slo son grandes
un t~baJo alienado , pues cada individuo cree per- en la medi da en que responden a las necesidades de
segu ir sus prop ios obje tivos, y el res ultado final del su tiem po. en el que se identifican con la necesidad
C?ojunto de sus acciones es un a obra q ue ni ng.. .m ind i- h istri ca. Los individuos son gra ndes y eminen tes
viduo haba n i deseado n i previsto. cua ndo su individualidad se muestra a 13 alt ura del
H egel no nos revel la fuen te de esta al ien acin no o bj etivo genera l. implicado en el concepto intern o de
vio q ue provena del hecho de q ue en un rg imen' ba- la situacin ex istente ; se r evelan malos y p erjudiciales
sado .e n la 'pr~p!edad privada de los medi os de pro. cuando. e n Jugar de lucha r para real izar las asp ira cio-
d ucci n el individuo no part icipa en el trabajo socia l n es y sat isfacer las necesidades de Sil t iempo, se apar-
~ ,h que por interme dio del mercado, en el cua l se ta n de ellas para no hace r valer ms q ue su ind ividua-
Int ercamb ian los prod uctos del tra bajo, ya ali enado , lidad (E, 111, 11, p. 117).
de cada uno. Pero consta t el hec ho fundamen tal : en Au n cuando la obra de estos grandes hombres se
todo rgime n dond e r~ il1a esa propiedad privada (H e- ha lla en oposicin con las inst it uciones y las opiniones
gel estima que este remo se ha hecho uni versal desde {te su poca, exp resan u na necesi dad profunda : la de
el Im peri o r omano hasta n uest ros das) tod as las es- la superacin r evoluciona ri a de un or den caduco.
232 El pensamiento de H egel V. H u ma nism o de H egel 233

El proble ma est bi en planteado, pero la solucin l'or ejemplo, la Reform a sur gi de la corrupcin
es, ~odav a. la del i?calismo subjet ivo, que da por expli. de la Iglesia. La corrupcin de la Iglesia no t iene
cacin Jo q ue precisamen te debe explicarse ; el sen tirlo n ada de contingente. no es sola me n te abuso d e vio -
de la h istori a esut hiposta siado en Idea absolu ta. Ien cla y de autoridad (Ph H , p. 371). Si no se ve
Es una forma de expresar la idea pro funda d e que en ello m s q u e un abuso accid ental , dic e Hegel,
el hom br e, por g rande que sea, de scub re su vocaci n se cst buscan do ocultar el fondo de las cosas : bas -
personal y sus fines en las ex igencias p ropi as de su tar supr im ir el abuso y se man tendr en lo esencial
p ueb lo y de su t iem po y q ue estas exigencias pued en el orden an tiguo. Ahora bien , no se salva u n orden
co mpr ender la lucha contra el orden esta blecido la su- corrompido y q ue necesariamente en gen dra la ~orru~
peracin de sus contradicciones intern as y la in ; ta ura. ci n corrigiendo algunos ab usos. Es u n cam b io rnd i-
ci n de un orden nuevo, que no es el fruto de una callo que es necesario r ealizar. y no al gunas reforma s
crca~in arbitraria o ut pica del espr it u . sino la ex- ex teriores.
presin de una superacin necesaria. ex igida por las La dial ctica ti ene aq u una significacin prou n-
contra diccio nes objetivas propias de cu alqu ier ma men. d am entc revolu cionaria. Y es notable qu e H egel . in-
to de la h istoria. cluso cua ndo se volver conservador r buen ser vid or
d el o rden pr usiano. sostend r hasta el fin la legi ti-
m idad hist rica de la R evolucin Francesa. En el tri-
Esta idea de la cont rad iccin, de la lucha in heren te al bunal de la dialcti ca, todo, por durable que pueda
desarrollo , es el segu ndo gran te ma de la filosofa de pa recer, est cond enado a desapar ecer . .
la histor ia d e H egel. A diferencia de sus an tecesore s. La negacin y el mal son momentos neccsanos del
y en esp ecial de los enci clop ed istas franceses del si- p rogrcso. H egel d i s ti n gu ~ la roo luotl biol.f{ica. en
glo XVIII, que conceban a menudo el progreso como la que u na simple esencia pr oduce por ~f n~ lSln a sus
una evo.l u ci~ lineal. H egel con sidera el progreso e n di fere ncia s y en la q ue nada puede mnuscurrse en tre
for ma di al ctica, con sus contradiccio nes, SIlS cr isis, sus el concepto y Sil r ealizacin , y la historia huma na .
lu chas, sus r evolu cion es. en la q ue el espr itu se opone a s mismo en s; e,
Ya en su Lgica, H egel h aba destacado el a bsurdo, para s m ismo el verdadero obstculo hostil que debe
el carcter tau tolgico de u na pret endida exp licaci n vencer ; . .. la evoluci n n o es simple nacim iento, sin
m:ram en tc ct~a~lt ita t iva y mecnica ; no se poda ex- pena y sin lu cha, como el de la ,:ida o rg:.~ica. ~i n o el
plicar la apa r ici n de lo nueve red ucie ndo toda la r i- tra bajo duro y al q ue uno m ismo esta obligado
qu e7.a de l deven ir a un mosaico de elem en tos id n tl- (Ph H , p. 58).
cos y procediendo a una simpl e acum ulacin de esos H egel par ece haber medi tad o profundam ent e la te-
el eme ntos H egel mostr q ue la con tinuidad del cam- sis desarrollada por j ean -j acques R ousseau sobre el
bio conduca n ecesari ament e a saltos cuali tat ivos. que pa'iO del estado prim itivo a la desigualdad enge,?d rada
la contradicci n era el alm a del movimiento ; y lo de- por los prime ros progresos hu manos. En su !>lSc fl rso
mo st r en su f il osofa de la histor ia. sob re el origen j' los [undam en tcs de rl1 de.ugllaldad
231 El pensamiento de H egel V. H uman ismo de H egel 235

de los ho"! bres, R ousscau escri be: T odos los progre- 11egel no considera nicamen te la hi storia como el
sos posteriores fueron en aparien cia otros tantos pasos res ultado del tra bajo de los hombres y como un progre.
ha c~a el perfecciona mien to del ind ivid uo y. en efecto. so di alctico. contradictori o; dedu ce un tercer ca-
llan a la decr epitud de la especie o Para el poeta . es rcter fun da mental de la histor ia ; producto del tra-
el oro y la plata , pero para el filsofo, son el hierro ba jo y de la lucha. es necesa r ia mente una, como la ac-
y el trigo los q ue civilizaron a los hombres y perdi ero n tividad que la engendra. . .
al gnero humano. Cu an do estudia Ias diversas formas d e la con scrcn cra
El probl ema estaba as muy b ien planteado. La or- social : arte. rel igin. filosofa , H egel destaca const an-
gan izacin social}' la divisin del trabajo ti enen desde tc me utc su accin r ecproca.
el principio consecue ncias con tradictorias : acrecientan H ay que atenerse firmem ente a la idea de que no
el. poder del hombre sobre la naturaleza pero tam o existe ms que un solo espritu, un solo princip io, que
b i n el pod.er d.el hombre sobre el hombre ; por ejem- se ex presa en el estado poltico. as como se manifiesta
plo, la insti tuci n de la esclavit ud permiti un gran en la rel igin , el arte, la moralidad. las costumbres
progreso en el au men to de la pro ductividad del tr ab a. sociales. el com ercio y la in dustri a, de man era que
J ~, y. con ello. en, el desarrollo esp ir itual de la huma- esas forma s diversas no son ms que las ramas de un
~l~ad. H egel lo n o per~ectamente, por lo me nos en su solo tr onco. sta es la idea principa l (El Ph, p. 13 l).
ulti mo aspec to, en su dialctica del seor v del slervo Ste es un mtodo de anlisis que aplica al ar te, a
en la q ue muestra cmo el na cimiento de l~s relacion es la re lig in y a la filosofa . Da a este mtod? una bas.e
de l seor pa ra con el siervo constitu ye un punto crtico, idealista : en principio se n iega a jerarqui za r los d i-
un m.omento decis ivo y a la vez un progreso en el versos momentos de una h istori a nica , q ue es la
manejo de las cosas y en la a utoconscicnca, del espr it u : No hay q ue imaginar q ue la poltica ,
El progreso, a causa de este carcter contradictorio las constituciones , las religiones. etc., sean la raz
no excluye de ningn modo la posibilidad de aparen: o la causa de la filosofa o que, a la inversa, sta sea
les retroces.os, de pocas de ba r-har-ien (H PIl . p. 64). la razn de las otras (H Ph , p. 131). H ay una sola
La conclusi n de est.e progreso. la liber tad. slo p ve- idea as como en el individ uo vivien te hay una sola
de alcanzarse a travs del desgarra mi ento. el dolor y vida: u n solo pulso lat e en todos los miembros
el combate. uu.. p. 38).
A pesar de esta afir maci n ge nera l q ue se dc~~rende
Si, me ent rego por completo a este pens am iento de su concepcin fun damental. en cada an lisis p ar
que es la decisi n suprema de la sabidur a: t icular H egel no se con tent a con esta blecer correspon
slo m erece la libertad y la vida d enc ias, correlaciones esrr ctamente recprocas entre
qu ien cada da debe conquistarlas. los d iferentes mome ntos de una formacin social.
Por ejem plo, cuan d o explica por qu las pr ime ras
(Ooethe, Fausto, n .) grandes civiliza cione s y los gr andes imp eri os se for -
maron en las llanuras al uviales, alrededor de los gran
I
El ircnsamiento de H egel 237
de s ros como el I ndo )' el Ganges. el Tig ris )' el ufra .
I ". H Ulllalli,,, llo de H egel

ello ms que una simple r eciprocidad ; no es acaso


I
tes, el Nilo, establece muy bien las rela ciones de de. la pregu n ta lo q ue or igina la res puesta)' q ue, por
pen dencia en tre las ex igenci as econ micas r tcnicas cons igu iente. le es anter ior ta nto h istr ica COIll O lgi-
y !a s estructuras pol ticas : La ag ricul tur a, q ue do" camente?
nu na aqu como pri ncipio primero de la subsistenc ia H egel ex trae de su an lisis una notable cou sccucn -
de los ind ivid uos. debe consid era r la reg ular idad de cia : Pue de n com pren derse las filosofas de Pla tn .
las estaci ones, de las ocupaciones reg uladas segn sta ; Ar istteles. pero no bri nda n respu estas a las preguntas
es el com ienzo de la prop iedad territor ial), d e las con - que 710 S0tl"OS les hacemos; sus necesidad es eran otras
d iciones jur d ica s q ue se relacionan con ella. e .. decir. (1-1 Pb, p. J 30). Y se burla de los que invi ta n a la
las bases y fund amentos del Estado q ue se ha ce posi- poca ms mod erna a regresar a la posicin d ~ una
ble s610 bajo estas condi cion es W h H . p. 85). filosofa antigua --en espec ial cu ando se re com ienda
~J edi a llt e logra das infideli da des a su for ma funda- la filosofa plat nica como me d io de salvaci n para
mental de p ensami en to, el ideali smo objet ivo, H egel resolver toda s las complicaci ones del perodo alguien-
jerarqu iza as constantemente, en sus anlisis de h isto- te (l bid., p. 72),
ria del arte, d e la r eligin o de la filosofa. lo q ue ~f alX La concepcin de la histor ia de H egel no es solo
llamar ms ta rde la estr uc tura u y la superes uuc- muy superior a las doctrinas b asad as en el id ealismo
tu ra . su b jet ivo que con ceden u n lugar de smesurad o a los
. :\fs adela n te verem os, a prop sito de la est tica , individuos. sino q ue ta m bin es superio r a las con cep-
como H egel, en cad a etapa del desarrollo de la historia ciones de los material istas fr anceses del siglo XVIH
del art e, plantea esta cuest in: C ul debe ser el es. que, mater ialistas en su co ncepcin de la natu raleza.
la do ge nera l del mundo para que se haga posibl e ta l era n ide alistas en su conce pcin de la histori a , }" ad e-
o cual forma de arte? m s m ecani cistas. ponien do en UIl m ismo pla no con -
H egel plantea el mismo problema para las formas tin gencia y necesidad .
de la conscien cia r eli giosa. Ateni ndon os a la religin
cr istia na , su braya, a pa rtir de las con d iciones de la
decaden cia romana, la nec esidad de su aparicin : Co- El pro fundo sentido histr ico. q ue es uno de los ras-
mi en za por la escisin absolu ta, )' esa necesidad slo gos ms sor prenden tes del gen io de H egel, no le con-
aparece cna nc lo la consciencia est dividi da (ph R , dujo en n ingn modo al relativismo. .
1, 27), Las r el igiones a nt er iores no pod an r espond er D esde la In trod uccin a sus L eCCIOnes sobre la
a es ta nueva necesidad . iilosoia de la H istoria, H egel proclama solemnemen te
Cada filosofa grandiosa)' verdadera con st itu ye, dice que la h istor ia universal es raci onal . Siempre que
H egel, una respuesta a las necesidades de una poca. d ictab a Sil curso de h istor ia de la filosofa , recordaba
T oma constantement e esta imagen de la s preguntas q ue esta h istoria no es una coleccin de opin ion~s
plan teadas por una epoca y de las resp uestas ap ort adas cu ale sq u iera . sino una suma que progresa or gnl-
por las diversas filosofas , y pa rece d if cil no ver en cnmentc, un en cade namie nto r aciona l; slo por ello
238 El pensamien to de H egel V. H umanismo de H egel 239

la hi stor ia adq uiere la dign idad de una ciencia de proyectar en la na turaleza o en la hi storia un es-
(li P h,.pp, .16.1 9, 82 y 115). quema a priori de la d ialctica y de encuadrar los
La. h l s~ona obedece a leyes. Sigue un desarrollo ne. IU'd IOS, por las buenas o por las malas, en ese lecho
~esa n~. 1 1 ~ll e 1l~1 sen tido. Estas tesis, principi o de tod. tle Procusto, sino q ue, por el contrario, se trata ~e
~ll~'cStlgaCln histrica. seria, se hall an , en H egel, ello dedu cir las leyes de la dialctica de la experiencia
J?sam cllt c comprometidas por la int erp re tacin idea 1 icnu fca y de la exper ienci a hi stri ca. En esto con-
lista }' dogm tica que da de ella. . i~ te la inversin de la di alcti ca hegeli ana hecha
El i~ea! isn~o hegelian o se expresa en la hi storia poi pur M arx : la dialctica no sirve para demostrar sino
u.na asimilaci n completa de lo histrico v de lo I pa ra descubrir. . .
grco". Se h~ Ini ciado sobre este punto. sin embargo. Pero ello no es as en H egel. para el qu e la l gica
lI n ~ 1Jl \'Csllga cln muy fecunda : admitir que la his. )' la hi stor ia no son ms que el desarrollo de la Idea
lona es una ciencia, que obed ece a leyes, qu e expresa Absolu ta.
en ella, a tra vs de la continge ncia de los acon tecim ien. Sus maravillosos d escubrimientos sobre las r elacio-
t~. u~a l1:cesidad profunda, conduce a descu bri r su nes de la l gi ca y de la hi storia, en la perspectiva de
dial ctica intern a, su lgi ca. m idealismo objetivo, adqu ieren as un carcter es-
S ~ ha comparado a menudo el primer li bro de El pcculat ivo. Sostengo qu e la sucesin d e los sistemas.de
capital de Marx a la L gica de H egel. cuya estruc- la filosof a es en hi storia lo mismo que la sucesin
tura . en efecto. reproduce. Lenin des tac muy adecua. de las det erminaciones de la Idea en su derivacin
damente q ue era difcil penetrar tota lm ente en esta l gica. Sostengo que si se despoja los conceptos fun da-
obra de ~rarx ~in estar familiarizado con la Lgica me nt ales de los sistemas apar ecidos en la hi stori a de
de H.egel: precrsamenre porque Marx supo vincular la fi losofa de lo que concierne verda deramente a su
la h istoria del cap italismo y el anlisis de los con . forma exterior , a su aplicacin a lo pa rticular, se ob-
ccp ros 9ue r esumen esta hi stor ial) (Len in, Cah ers phi. tie nen los diversos grados de la de terminacin misma
losoplilques~ p; 20 1). Por otra parte. es lo q ue el mis- de la Idea en su nocin lgica. Inversamente, la su-
mo Marx explica en su I ntroduccin a la crtica de la cesin lgica en s. m isma dar en sus momentos prin-
econom a po/ltica : La marcha d el pensamiento abs. cip ales la sucesin de los fen menos histr icos (H Ph,
tra:to, q ue se eleva de lo ms simple a lo ms com- 1" 10).
p lejo, corres pond a al proceso histri co real (pp 166- Este principio, empleado en forma heurstica, es
I M~ . profund amente fecun do. pero su apli cacin dogm tica
. Per~ au n en esto, el idealismo con du jo a H egel a condujo a H egel, en la historia de la f ilosofa . por
mv er trr el orden. real, a empezar por el fin, es decir , ejemplo, a hacer algunas alteraciones en la cronologa.
en este c~ so particular, a ob tener a priori la histor ia As, por ejemplo, e n la L gica, el devenir viene nece-
de la l gi ca en lugar de deducir la lgica de un cstu - sar iame nte despus d el ser y de la nada, de los que
dio min ucioso d e la h istor ia. Par a Marx, como recor- consti tuye la sntesis. Para calcar el orden hi strico
daba Engcls en su polmica con Dhring, no se trata sobre el orde n lgico, H egel no vacila en colocar a
210 El pcnsamento de H egel V. H umanismo ele H egel 24 1

Hercli to despu s de j en fa nes, Parmni des ). Zen n . z n y las asp iraciones de los caballe ros and antes. P re-
Pero no reside cn esto el incon ven ie nte m s grave cisa la naturaleza de este mundo ord enado por la
de este dogma tismo, el cu al cond ujo a H egel a po stu razn : La vida ex te rior, sometida en tonc es a los ca-
lar la conclusin de la hi stori a: al defin ir el desarrollo. prichos y a las vicis itude s del azar, se ha transformado
lgico e hi stri co, com o el paso de lo abs tract o a lo en un orden seguro y establ e, el de la sociedad bur -
concreto, y sien do as quc lo abstracto no se eleva a gu esa y del Estado, de manera q ue ahora es la poli-
lo con creto sino empujado por la contradic cin en tre da , los tr ibuna les, el ejrci to, el gob iern o, q uienes
lo q ue es y lo q ue a n le fa lta, resu lta ser el trm ino ha n ocupado el lugar de los fines q u imri cos perse-
final lo q ue de alguna manera a trae hacia s lodos los g u idos por los caballeros (E. 11, p. 324).
trminos anteriores. Cada momento abstracto aspira Hegel considera soberanamen te ra cional)' libre el
a completa rse para acced er a la totali dad . orden identificad o a los intereses de clase de la bur -
Ahora bien, esta totalidad. para H egel, no es abier- guesa.
ta : se halla ya rea lizada en su ex istencia soberana : el Lo que, por otra pa rte, de ni ngn modo le imp ed a
mu ndo en el tie mpo de H egel , y la filosofa de H egel, ve r e ind uso se alar algunas de las con trad iccione s
q ue es la consciencia dcl uiis tuo, constitu yen esa tour- y algunos vicios de este rgim en. Pero precisam en te su
Hdad acabada hacia la cua l convergen todas las ins- filosofa de la h istor ia con sid era el mal, es decir ,
rimcioncs y todos los pensamien tos ant eri ores. el dolor q ue nace de las cris is, de las guerras, de las
El fin de la h istor ia es q ue el mundo sea razona- re voluciones, como un momento necesar io de la tota -
ble. El fin en su dob le sen tido : su objet ivo y su con- lidad. Nuestra mediaci n es, en esta medida , una
cl usi n. teodicea , una j ustificacin de D ios q ue Lei bn iz ha-
El orden in stau rado por la burguesa. a travs de ba inten tado en forma metafsica .. . ; el mal en el
la Revolu cin Fran cesa. y su insta uraci n nap oleni ca, u ni verso deba ser comprendido y el espr itu q u e
incluso en su pobre varia nte prusia na, enmenda da en p iensa deb a ser reconcil iad o con el mal. En realida d,
el esp r itu de las refor mas de Stcin, es el orden pe ro n ada empu ja mejor a un tal conocimie nto conci liado r
Icctamcnr e razona ble d efini do en su Filosoiia del q ue la h istoria un iversal (l'h H , p . 27), Aqu el
derecho, y es la libertad suprema a la q ue ll ega al esp r itu conser va dor de H egel se afirma con toda su
final de su Floso ia de la historia. fuerza : asigna a su filosofa el pap el de una ideolo-
Hegel concib i un fin de los tiempos semeja nt e a l g la de j ustificacin . Debe establecer la n ecesidad ra-
de Fa usto : cio nal del r gimen establecido.
Despus de hab erse esforzado en establecer que el
Podra entonces decir ot M omesuo: Estad o es la idea divina tal como existe en la ti c-
Permanece, )'a q ue eres tan bello . r ra . .. . q ue todo el valor que tiene el hombre, toda
realidad espiritual. slo lo t ienc gracias al Esta do
~ props i t~ de Don Q uijote, H egel in siste en su opa (Ph H , p. 46), H egel estima haber reconciliado la
sicion c m ica en tre un m un do ordenado segn la m - li ber tad subje tiv a y la lib ert ad objet iva, el individuo
242 El pensamien to de H egel V. H uman ismo de Hegel 243

y la sociedad. dndole la certeza de haber al canzado que el espritu ti ene de su liber tad y, por con siguiente,
el fin de los t iempos. la reali dad de esa libertad (Ph Il , p . 30).
ste es el lmit e de l human ismo hegeliano. Esta exigencia de libertad constituye el tema p: in.
Su concepcin hi stri camente grandiosa del hom- c ipal de la filosofa hegeliana . La li ber tad consi ste
bre total se ve bruscamen te limitada por las fronte- en q ue el esp ritu vuelva a encontrarse a gusto en el
ra s ~e d~e de ese hu mani smo q ue pretende frenar mundo, que no choque nunca con nada ~ue ~e sea
la hi stor ia en el momento de la dom inaci n bur- ex terior ni transcendente, q ue su acto se Identifique
gu esa. con la totalidad del ser.
. Cerrado al fut uro, este humanismo es, sin embargo , En las bellas pg inas de la Est tica, H egel defin i
n eo de toda la herencia del pasado del hombre. e n todos sus aspectos su concepcin de la libertad :
Este ho mbre total se forma histricame nt e. y H e. ( El sujeto no ve en 10 que le rodea nada que le
gel es el mejor iniciador a esta cultura total con sea extra o, ni ngn lmite ni barr era ; se r eencuentra
l~ que in tent~ integrar toda s las adq uisi cione s ilist- a s mi smo .. . ; la libertad sign ifica la desapar icin
ricas en las d iversas formas de la consciencia social de toda m iseria y de toda desdicha, la conciliacin
y en espe cial en el arte, la religin y la filosofa, los del sujeto con el mun do, convertido en una f~l :n te de
~r e~ grandes momentos del desarrollo del espritu ob- satisfacciones, y la desapa ri cin de toda OpOSICin , de
jcn vo. toda contradiccin . ..
Slo es pl enam ente huma no, p lenam en te hombr e La bsqueda del saber, la asp iracin ~l conoci-
seg n H egel, q u ien in clu ye en s todas las r evelacio. miento, desde el grado infer ior hasta el m v:l supe-
nes sucesivas del ser humano en la totalidad de la r ior, no tienen por fue nte ms q ue esa nece~ldad de
h istoria humana. El hom bre total slo se r ealiza en salir de ese estado de no-l ibertad, para apropiarse del
la humanidad total , en la d iversidad de sus individuos m undo por med io de la represe nt acin y el.pensam i_en-
de sus p uebl os, de sus pocas. Pero la ley de ca da too Por otra parte, la libertad de la acci n consi ste
hombre es la de la finit ud. en conformarse a la raz n que exi ge que la voluntad
Se halla aqu de nu evo la experienci a de Fausto' se vuelva r ealidad. Esta reali zacin de la voluntad, con -
Lo siento, en vano ha br acumulado sobre m i tod~s form e a las ex igencias de la raz n, se efecta en el Es-
10.5 tesoros del espri tu humano . . . ; no puedo crecer tado. En un Estado organi zado segn las ex ige n~ias
ni el espesor de un cabello, ni acercar me por poco de la Tazn, toda s las leyes e inst itu ciones no son Slll?
que sea a lo infini to. r eal iza cion es de la voluntad, conforme a sus determ -
El fin de la histori a, la realizacin d el hombre too naciones ms esenciales. Cuando as sucede, la ra zn
tal, obra. del _conjunt? de la huma nida d en el conjunto individual no halla en esas instituciones m s que la
de su hi stori a, es, dice H egel, la liber tad : real izaci n de su propi a esencia , y cua ndo obedece a
La hi storia un iversal es el progreso en la conscie n- esas leyes, obed ece en definitiva slo a ella mis ma ...
cia de la liber tad , progreso cuya nec esidad debemos Slo la verda d ms elevada, la ver dad como tal,
reco noc er ... ; el fin del mundo (es] la consciencia est hech a para conciliar la oposicin y la cont radic-
Z-H El pensamiento ele H egel 1'. H umanismo de H egel 245

cl n por excelencia, que es la de la li bertad }' de la cion es y de las leyes, en no ver en ella~ ms q u<: la
necesidad, del esp ri tu y de la nat uraleza, del conoci- obra y la creacin de la voluntad del suje to. El su jeto
miento y del obje to . .. que vence todas las formas de ~a alienacin , as l ~ s de
llLa verda d, la ~ibertad y la satisfaccin constituyen la natural eza como las de la SOCiedad, no es el del Idea-
la verd adera reali dad de esa unidad suprema. Vivir lismo subjetivo, sino qu e es el suje to total qu e tiende
en una esfera d O~l(t e reina esta un idad es vivi r seg n a identificarse con Di os, superan do asf la lt ima forma
la verdad, experi menta da como la felicidad desde el de exterioridad y de aliena cin : la t ranscenden cia r e-
p un to de vista del sentim iento, como el conocim iento ligiosa. La liber tad es el comportam ient o fren te a
t.Je~ punt o de. vista del pensam ient o, r esta vida no es u n ser obje tivo como no siend o e x tra o (PIl R, IlI ,
1~las que la Vi da en la rel igin . Pu es la re ligin como p. 44 ). ..
tl.tu ye la esfera gen eral en qu e el hombre toma cono- La conquista de esta unidad, de esta umon de lo
ci m ie n to ,de la sola totalid ad concreta en la que se su b jet ivo y d e lo ob jetivo, se realiza en tr es ctapas:
ha llan un idas su propi a esencia y la de la na turaleza la del arte, de la r eligin , y de la filosofa . Son mo-
y esta sola reali dad verd adera se le presenta. como I~ m entos de la fusin cada vez ms intima del objeto
fll eT7.~ sup rema. q ue domina tod o lo que es par ticular y del sujeto, de la profund izacin del .conocimient? de
y. finito, y gracias a la cual todo lo q ue se halla d ivi- lo absoluto conceb ido como substancia y como sujeto.
d ido, separado y opuesto se encuentra int egrado en El ar te es u na pr ime ra aproximacin. Es la pri mera
un a unidad superior r a bsoluta) (E, 1. pp . 130-134). rea lizacin de la unidad del sujeto y del obje to : 10
Esta concepci n de la lib ertad es la clave de la b ello es la manifestacin sensible de la ideal). El su-
filr:sofa del espr itu de Hegel y el e toda Sil filosofa. je to se objetiva en la obra de arte de manera tal
Se ala con stan temente el fin persegu ido a tra vs de que este ele mento sensible sea pene trado de par te a
toda su o~ra , d~sde la crtica de la positivldad en parte ), completa,mente po~ el eleme~ to :sp ir it,;,al. qu e
s u~ obra s j uveniles, la tcc rfa de la aliena cin que do- el elemento sensible no exi sta par a SI mismo, smo que
m ina su Fenomenologa del a ptritu, la d ialctica de slo tenga una sign ificacin en y para el espritu y
las co.ntrad iccione~ superadas en su Lgica, hasta sus q ue lo cer ti fiq ue en sin (Ph R. 1, p. 118). .
estudios fi n~I~~ sobre I.os tres re inos del esp r it u: el La religin const itu ye el segun do momen to, mas
ar te, la religi n, la fi losofa, q ue son las etapas de elevado, de esta fusin del obje to y del suj eto: El
ese derrotero hacia la lib ertad. m aana del arte consiste en que al espr itu le C ~ in-
. La li~e.rtad consiste para H egel. desde el p lint o de he re nte la necesidad de no re cono cer como verdad
VISt."1 tro n co, en superar la ex terioridad de las cosas: ms q ue lo descubre den tro de s mi.sl11o .. . ; el do-
el su,ieto reconoce en el obj eto su propia obra , su m inio. ms cercano que supera el re m o del ar te es
creaci n. Por ello, a los ojos de H egel, la definicin el de la r eligin. L."1 conscien cia de la religin adopta
de la filosofia se ident ifica con la defini cin del idea. la form a de la r epresentacin. lo absolut o se desplaza
l'lm? Desde el punto de vista prctico, la libertad d e la obj etivid ad del ar te a la interi or idad del sujeto"
consiste en snperar la exter iorizacin de las institn- ( F.. 1, p p . 136-137).
246 El pensam iento de H egel V. H umanismo de H egel 247
~.a .filosofa es la. superacin de la religin : la in- La ob ra de arte presenta tres caracterstica! fu nda-
ten on,dad .de la piedad no es la. form a ms elevad ",
de la tnt~~lOri da~l, pu esto q ue se apoya aun en la
presen tacin, la Imagen, el mito Solamente el
1';. m ent ales:
I. N o es un producto de la naturaleza, sino una
m' t l ' . pen sa-
~en o racIOna. y Iibre reali za la perfecta unidad del obra humana. Incluso cuando reproduce la natura-
,"Jeto y d el o bje to en la tra nsparencia ra cional y abo leza. la reconstruye seg n un plan hum ano. Es obra
so tita de saber p uro. del hombre en sus fines y en sus medios; en sus fines,
1 ~Ie es:~ ma nera, segn H egel, el a rte, la religin porque para su concep cin m isma hay un a experi en-
.a laso la "? difieren ms que en la fon na ; su ob~ cia humana por ha cer; en sus medi os, porque para
JetoJ es el nn
smo (E 1 P . 127). Su o ,)Jct
. IVO
. co m n su realizacin existe un ma terial q ue hay que dominar
es a elevaci n del espr itu finito a la li bert ad y a la tcnicamen te.
ve~dad a bsoluta, a la consciencia de la un id d d 1 Pu esto qu e la obra d e arte es para el hombre un
fin n o y de lo infini to. a e o m edi o de exteriorizar lo que l es, ~cm o naci la
n ecesidad del arte? El hombre se halla comprome-
ti do en r elacion es pr cticas con el mu ndo ex terior, y
L A ES TT r C A de estas r elacion es nace la necesidad de transfor mar
el mun do, lo m ismo que a l mismo. en la medida
El arte es la primera forma de la toma d . en q ue forma par te de l, impri mi ndole su sello
. d b e conscren -
era e o a soluto, el pe nsamient o tot al de lo . fi . personal. Y lo hace para reconocerse a s mismo en la
en 10 finito. In nito
for ma de las cosas, par a gozar de s mi smo como de
l\'o es un ornamen to de la vida; crea formas en una r eali dad exter ior .. . Por la obra de arte el hombre
i", ,cu.ales los pueblos ex presan el sent ido profu ndo busca expresar la conscienc ia que t iene de s mismo
d e a Idea. (E , I, p. 56).
No es un a ((imita cin de la n at ura leza : el arte 11. L a obra de arte se dirige a los sentidos del hom-
toma de la na tu raleza su con tenido sens ible p ero P bre y debe, por consiguiente, tener una materia sen-
mostra r ~I hombre lo que el huma no. Evod..ndo to~~~ sible. sta es su manera de expresar la r elacin de lo
los sentl ml~ntos posibles, desp iert a en nosotros los infin ito con lo fin ito . de lo d ivino con lo humano.
deseos dor midos. sttscrta n uevas necesidades' al h: _ D e ello se despr en de el pr in cipio de clasificacin de
nos experimentar y vivir todos lo~ dolor~s' t~~e:~ las ar tes: Es la precisin de esos sen tidos y de la ma-
las alegras. todas las angnstias y todas Ias e }
di l t speranzas ter ialidad que les correspond e y en la cual la obra de
I a a .nuestra exp errenc a personal hasta hacernos co~
arte se objet iviza, lo que debe tomarse como base para
extens ivos a la h umani dad , presen tes en todo s los la clasificacin de las ar tes (E, 111, p . 15).
fracasos y en todas las victorias de los ho mbres. Pero. a diferencia de la actit ud prctica. que con-
sidera el obj eto como un medio para la sat isfaccin
de un deseo, la actitu d esttica r espeta en ciert o modo
V. H umanismo de H egel 249
218 El pensamien to de H egel
o a una ley preexi stente a su r ealizaci n ; no est s~~
el objeto que cons tituye un fin en s. No pueden da r, jeta a un fin externo, p ues no denota cat egor as
pues, nacimiento a las artes propiamente d ichas los
sentidos que consum en el objeto, como el tact o, el
gusto, el olfato, sino ta n slo los sent idos te ricos,
la ~l~ ~:~~'dc arte lleva e n s misma su pr?pio fin : tl
a
1 .\ ' 1 r cprescntactou sen src e
la vista y el odo, por los cu ales se agrega su r ecuerdo adec uacin en tre a H ; a ) ~1 lo bello tiene
en la rep resentacin . De este triple modo de concep- ob jetiva. Kan t ya h ah a sena la?~ q\~efini la bell eza
un a finali dad q ue no le es ex ter ior, y . . , lo
cin se desprende para el arte la d ivisin, corriente- o corres ondcnc ia ntinm entre lo mtenor ,).
me n te conocid a, en artes plsticas, q ue elaboran su coro . P .d d de la na turalcla Y del csp.lr~H.l.
conteni do dndole una forma y un color obje tivos, en exteri or, como uru a . . 11 la C rtica del,ll1 clO
1 est tica de H egel se msptra e . . 1
el arte de los sonidos, la msica, la poesa, la cual, e n .a en dos puntos eseucta es.
tant o que a rte basado en las palab ras, no se sirve d el
son ido ms que como de un signo que le pe rm ite al-
de(~a~~~\~e~: el!>~~r~c:~ Kal1~ d~sdc Pll?~O ~eq~~s~~
el
.. 1 n to de vista obJel l\o. La um M
canzar la interiori dad, la intu icin, el sentimiento y mb1.ellVo a P" , 1 libertad v la necesid ad, en -
la representacin espiri tuales (lbid. , p . 16).
r ealiza en el arte entre a l , . I v lo
tr e 10 universal y lo parti c~lar, CI~t1:s~7r ~~I~~aqJen
111. La obra de arle tiene eu j i mism a jU propio sensible, no se encu endtra p. en ,: con templa , sino en
fin . El deseo devora los objetos, no los dej a subsistir crea la obra de arte o e quien . .
en su libertad, pu esto q ue hace de ellos medios para la realida d obj etiva ll1~sma, e~ l:~I~ I~~O~~~ la estti ca
su satisfacci n: los desarticul a y los de str uye p:tra (b) Es en el segu n o pun o . H e el da
consum irlos. Esto es' 10 q ue car acteriza la actitud prc- hegel iana ? eja m~IY por ,det~t~l~~ls(~~nKa~t. de l~ 1IiJ.
tica hacia el objeto. La actitud terica no es me nos a la esttica una nuev a '
nociva para el objeto como tal, pu es no se interesa oria- e I 5 sobre la rduwO fl
por su ex istencia in dividual, pero trata de a nal izarlo Sehill
1 er,
que con SIlS ar " ad .profunda. 111
.
en elem en tos uni ver sal es. de re com ponerlo en con - est tica del hombrc] hah\:;e~:~le~ 11~1:~declacl y ~n el
cep to. uencia sobre H egel, pero l. . br e Id 1 11 por la
la fu en te con creta del horn re 1 ea id
La actitud estt ica no subordina el. objeto al des eo E.st ado 1 eov y S Il S BeCC:"1 a-
co mo la prctica y no lo despoj a de su realida d in. relacin dcl individ uo .con S\lSn(~:le'1a i;llini dacl abs -
mediat a como la tcor la: acepta su individualidad sen- des . en lugar de 0pone l a 1n se ~
sible como sign ificacin esp ir it ual. El fin no est si- n-acta del pensanll ento. '1 dice la
, b lecer la fusin o como e ,
tuado fuera de l o bje to, ni en una neces idad q ue ste H egel esta ecer a qll e . ' rd 1 d e la idea
' l . , n. dentr o de una lib re ta ta 1 ac.
de bera satisfacer , n i en una "a bstraccin q ue 10 .su- concr laclo , . . . . . ' Ible q ue es la tarea propia
bordinar a a 10 un iversal. La obra de arte, corno teta- de su exteriort zactcu senu ' . .
lid ad orgn ica, es una imagen de la liber tad , p ues no
~ el arte , slo puede real~ 7.arse hlStnCamell tf~ de fu.
tiene el car cter de un dato, pro ducto de una acti vida d Al depender la per]f cc~dln de\:r~~r~~; g~:s( grande s
libr e del espritu; no est subord inada a un concep to sin existe nte entre a 1 ea y ,
250 El pensam ien to de Hegel v_ H uman ismo de H egel 251

eta pas del desarrollo del arte se infieren de las re la- p n-itu al , en el que en el ar~e se esta blece u~a corres-
ciones que existe n entre los dos trminos. p ondencia perf ecta en tre la Idea y su expresIn: ~n:re
la for ma y el con tenido ; ese momento de equ~l~bno,
q ue const ituye el apogeo del arte, es el arte Clti.sI~U:
H egel distingue, en esta h um anizaci n de la natura - 3. Este equilibrio es inesta ble , por~ue el espmtn
leza por el arte, tres momentos hi stricos; ti ende a liberarse totalm ente de lo sensible, a re en.con-
1. El hombre no posee a n de la infi ni tu d a la rra rse a s mi smo. no en la obj etivida d de lo senslb~e.
cual aspira, ms q ue una idea abstracta que, a causa sino en la in terioridad de la representaci6n . Se a~hle.
de esta abstracci n, no puede ha llar una expresin re ms a la sign ificacin que al signo ext er ior y seusibt e.
sensib le adecua da en lo finit o. L as gra ndes fu erzas de Lo sens ible como tal se conv ierte en un modo de ex-
la na turaleza. todava opacas e impe netrables para el presi n inadecu ado de esta conce pci6 n su per ior de la
~om b re q ue no las ha dominado, constit uyen la ptirni- espir itualidad y de lo absoluto. El espritu co~o tal
uva y obscura concepci n de lo infi nito y de lo abs o- n o puede ya re alizarse com pletame~;c por med ios ex -
luto. Esta et apa corresponde a lo que Hege l llam a la t er ior es. De ah una nu eva scparac lOn en tre .el fondo
religin de la nat ura leza. H ay en ello una especie de y la for ma, al igual q ue en el a:rte simb lico, p~ro
pr ehi stori a del arte: la sign ificacin abstracta y su p or r azones inversas : esta separacin , en el. arte sun-
figuracin exterior est n yuxtap uestas, y no armonio- bli co era de bida al cad,cter todava dem asiad o tosco
same nte unidas en una totalidad orgn ica. Es el arte d e la 'concepcin del espr it u ; en .cam bio, e? el .arte
sim blico. romntico, q ue sucede al arte clSICO, el eqUlII~no se
2. Cuan do, en un grado su pe rior del desarrollo h ls- r ompe. porque la materi a sensible es un mate.nal de-
trico, las r elaci one s en tre el hom bre y la naturaleza masiado importante pa ra expresar una concepci n ms
pasan a travs de las relaciones sociales; cuan do. seg n profunda del esp r itu . El arte simblico inte ntaba re a-
el an lisis de la Fenomenologa dd espri tu, el hom- ll zar la unin en tre la significacin interna y la forma
bre convertido en el seor del siervo y, con ello, seor exteri or ; el arte cl sico hall este equ ilibri o ; , el arte
de la naturaleza, concibe su re laci n con el todo, lo ro m ntico, esencialmente espiritual, lo supero. .
a bsolu to, no ya como una re lacin de ex teri oridad en- Este mome nto corresponde a lo que H egel l!a~a .la
tr e la naturaleza y l, sino como una re lacin ar mn ica l"eligin absoluta o la religi n r evelada , el (nst"la.~1S
en tre el ci udad ano y la ciudad ; cu ando las fu erzas su- mo, y a la supe racin d el arte mi smo por la r eligi n.
premas son las de la sociedad y no las de la na turaleza ;
cuando los dioses ya no son fuerzas naturales, sino que,
al contrario, tienen un carcter cvico, social, fundado- El simbolismo constituye ms bi en una prehi storia
res de instituciones o de Estados, el hombre se en cu en - del arte que u na etapa de la ~i stori~ del arte. "
tra en ar mona con el mundo, el sujeto se siente Ha El art e y la r eligin se hallan m extncab lcmente mez-
gu stan en el obj eto. ste es el momento de lo q ue cl ados. . l' .
H egel llam a las r eligiones de la in dividualidad es- Seg n la clasificacin a la vez l gica y crono oglc,
El pensamiento de H egel V. H inne nissno de H egel 253

que ya esta bleci en su Filoso/la de la his toria, este siblc desborda lo espiri tua l. Sentido es una cur iosa
momento del ar te y de la relig in corresponde a las palab ra qu e se emplea en dos acepciones dife~en t es :
civil iza ciones de O riente : Ch ina, Indi a, Persia, Egipto. por una parte , designa los rganos qu e pr~s lde~l I~
Lo absoluto o 10 di vino se halla li mitado, en pr imer a prehensin inmediata ; por otra, l~amall1os senl~do
lugar. por una r ealidad natural ; por ejemplo, la luz a la sign ificacin de una cosa, a su Idea. a lo qu e ti ene
en la r eligin de Zor oasu-o. Ello signi fica. desde el d e general. Es as como el "sen tido" se l:di ere por Ul~a
pu nto de vista re ligioso, la oposicin de dos re inos. lu r te al aspecto ill m cdi a t am~n tc :xtef1Ol~ de la CX IS-
el de la luz y el de las tin ieblas. el de Ormuz y el de re n cia , )' por otra a su escueta .ntt~lal) ~E , 1, p. 1 6~).
Ari mn, y ade ms un cuila basado en la exigencia de En el ar te simblico , estas dos uglllficaclOlles no (0111-
un a constan te purificacin pa ra arr ojar de si las ti- ci den ."
n ieblas. Esta desmesura, esta desproporc in a plastan te entre
Desde el punto de vista artstico, qxtra en carna r lo finito y lo infini to, ent re lo sagra do y ,lo hl~lll allo,
lo universal en figuras parti culares y sensibles, se llevo p uede exp resarse tamb in en forma 117gatlva, En e,Uo
estas figuras hasta lo colosal . En efecto. la forma el progreso consiste en haber con~e~ l do 1~ nega tIVo
ms simple y ms sencilla para expresar lo infin ito en como un absoluto. La negacin mas inmediata y ms
10 finito es 10 desmesurado. n atural es la mu erte. De ah la glori ficacin del dolor
Las figuras r eligiosas, prim eros esbozos de obra de y d e la nada, la muerte de todo lo q ue partic ipa de
arte, tendrn, pues. dimens iones colosales o atri butos la naturaleza por ser considerada como u na fase ncce-
fan tsticos, se trate de las arqu itec turas gigan tes de M e- saria en la vida de lo absoluto" . La mu ert e, en efec-
sopotarnia o de las estatuas de cien brazos de la Ind ia. to, tiene un doble sign ificado: por un a part e sign ifica
La arq u itec t u ra es la prime ra de las ar tes y la m e- la desaparicin directa de lo q ue es natu ral, y, por
jor ad apt ada a este nivel de la concepcin de 10 sagr a- otra. la mu erte es la mu erte del sujeto natura l solo,
do. De la T orr e de Babel a las Pi rm ides de Egi pto. y. en con secuencia. sign ifica el nacim iento de algo
los hombres todava se conte ntan con ordenar las fO T- m s elevado, espir itua l, despojado del elemento natu -
maciones de la. natur aleza exter ior seg n las r eglas de r al, pero en forma tal qu e ese t~lOm:n to de la mu~rte
la simetra , es parte integrante de la esencia misma d el espin tu lI
En esta etapa, el simbolismo d el arte es el signo (E. 11, p. 60). .
de 5 11 imperfeccin . Com o en lo,", dibujos infantiles Algunas r eligiones de la India corresponden a esta
no se en cue ntra n ms que alusiones al objeto. un a ima- etapa de la concepci n de lo d ivino que se expresa
gen muy tosca que tiene por misi n desper tar un a idea en el arte por m edio {le analogas tomadas de todos
muy general del obje to, el ar te pr imit ivo es jerogl-
fico. L, ap rehensin de lo bello consiste siempre en Claudel expresa esta idea en su Arle f otica: egentido :
percibir el sen tido de la obra, Ahora bi en , en el n ivel como se habla del sentido de una comente de agua, del
del ar te simblico. la sign ificacin no correspon de ms sentido de u na frase, del sentido de u na tela, del sentido
qu e en form a mur grosera al signo accesible. Lo sen- del olfato. (Oeuvre potique, d. de la Pliade, p. 135).
254 El pensa miento de H egel JI. H umanismo de H egel 255

los dominios de la vida de la na turaleza con el ciclo lo d ivino, la oposicin entre lo infin~to, impere~~d.e ro
de na cimiento, crecim ien to, muerte y r esurreccin , y uno, y todo el mundo fin ito sometido a las VICISttu-
qu e es el de las estaciones y del desarrollo de las d es del nacim iento y de la mu erte.
plantas y d e los ani males. El m ito del Fnix, el de Esta transcendencia ra dical, al separar netamente
Adonis, o el de Cstor y P l ux , el culto de Osiris, de el espri tu de la naturaleza, permite el paso a . ~n a
Dion isos, de Ci beles. de Ceres y de Proser pina. dan forma superior de la espiritualidad d<;nde lo di vin o
testimonio de esta concepcin de lo divino. no est ya asimilado a las tu erza s p ropi amente huma-
Ya lo sagrado se In terforiza opo nin dose a la in me- na s, sociales. En la re alidad h istric a, este paso pue
d iatez exte rior. Para los egipcios, la in mortalidad del d e ser consid erado como el de un estado en qu e el
alm a es el corolar io de la libertad del esp r itu , lib e- h ombre se halla sometido n icamente a las n ecesicla-
rado por la muerte de las contingencias y las servidu m- des y a la presin de la naturaleza, hacia un Estado
br es natural es. L 1 S pi r mides, dice H egel, son in. basado en la ju stici a, la propi edad, las leyes, la orga -
mensos cri stales, formas ext eriores creadas por el ar te, ni zacin de la vida pol tica (E, Il, p . 186).
q ue alberga n algo interior, pero en forma tal qu e se
n ene realmente la impresin de que slo estn all
para servir de r ecin to a ese in ter ior despojado de lo E n sus obras ju ven iles, H egel haba idealizado ya la
qu e tiene simplemente de na tura l (E, ]J , p. 67). ci udad gr iega como arm ona perf ecta entre los fin es
Slo protegen a un Dios ausente. Las estat uas cglp - d el indi viduo y los d el Estado. La Feno menologla del
eras, con sus rostros, no expresan ningn sentim ien- espirite y la Filoso/la de la historia desarrollaro ~ a~
to ; sus brazos pegados al cuerpo, su rigidcz hiertica, pliamente este tema que reencont:amos en .la ~teh .
son testimoni o d e la desun in respcc to a lo exterior, ca: En la vida moral de los gnegos, el in dividu o
a toda situaci n humana, a toda dependenc ia nat ural. er a libre e in depen dien te en si, p ero sin de sprend~r'
La tercera eta pa de este arte simblico, en su es- se de los inter eses gen erales d el Estado re al y de la 10-
fuerzo por expresar lo infini to por lo finito, es lo su- ma nenc ia afirmativa de la lib er tad espiritual en el
blime : la inadecuacin de la sign ificacin y del sig- tiempo p resente .. . , la substancia de la vida poltica
no, del fondo y de la forma, per manece ; lo sensible, formaba parte intima con la vid a individual, de ma-
lo exte r ior , (dejos de con tener y dejar que apare zca n era que los individuos no b uscaban en la perse
lo in ter ior, slo lo represen ta como superndolo y des- cuci n de los fines gen erales d el T odo ms qu e la
bor d ndolo (E, 1I, p. 85). afir macin de su prop ia liber tad (E, lI, p . 154).
Desde el pu n to de vista r eligioso, sign ifica la cons- T ales son las con diciones hi stricas, sociales y P?'
ciencia que tiene el hombre de La vida infranq ueable lft icas del flor ecimi en to d e un arte clsico.
que lo separa de Di os. Esta trans cend encia brutal ha El hombre individual se halla en perfecta ar mo-
sido exp resada, por ejemplo, con vigor en los Salmos n a con el homb re social.
de David. Cada irrupcin de Dios en la vida de los Dur ante el corto perlodo histrico que separa las
hombres sea la con mayor fu erza , por la presencia de guerras md icas de la guerra del Peloponeso, seg n
256 El pensamiento de H egel V. H umanismo de Hegel 25 7

H egel, el hombre n o se saba m s q ue en una un i- su pueb lo ha al canzado el ms elevado grado de desa-


dad .esencialmente moral con su am b ien te. no cono- rrolla n uu, p . 119).
d a silla S."S deb eres hacia el Estado (H Ph, p. 130). Esta nueva concepcin del hombre, basada en la
~ p rOpsito de l as epopeyas, qu e expresan la concep- u nida d armn ica del indi vid uo y de la sociedad en
no n del mun do y ele la vida de una nacin y de u na qu e vive, no pu ede exp resarse ms que a travs de la
p oca, la co nscieu ca d e un pueb lo a travs de sus mi sma forma h um ana, y no por smbolos naturales.
hroes, Hegel (Jire : U n p ueb lo se pone a cr ear un Los gr iegos dejan de iden t ificar lo divino c~n seres
mundo q ue desea prop io y en el cua l se sien ta a gus- n aturales. Los antiguos d ioses, que p ersonificaban
~ o , y todo lo q ue ms ta rde se vuelve dogma religioso fu erzas de la naturale za, desaparecan ante los nuev~s
lIl!nutable o !ey moral representa formas de pen sa- d ioses fundadores de ciudades : la derrota de los T' i-
nucn to q ue ti enen su vida prop ia, indep endi en te y tancs es la expresin mtica ele esta transform acin
sepa rada del individ uo, y do nde la vol untad y el espir itu al. .
s~ nt i ll1ie nt o form an a n . por Sil par te. un todo indi- El ar te m s a propiado para ex presar esos ~ I~ses en
\ -UO l) (E, II I, P 97). for ma h uma na es la escultura, ar te ra ractcrtstt cc del
Al pregun tarse cul d ebe ser el estado general del clas icismo griego. En lu gar de tra ns fonn ~T lo inor-
tllu ndo. para hacer posib le el nacim iento de un poe- g n co, encarado como " lo o.t ro" del es p ~' l t u en un
ma 'PICO, H egel seala que las condiciones de la re cin to q ue no tien e su finalidad en s m ismo .. ' , l~
vida moral. los vnculos familiares. la solidaridad del escultura enca rn a la esp ir itua lidad mi sma, la finali -
p ueblo, en ta nto q ue naci n, en la gu erra y en la dad e indep endencia en si y para si, e~l una forma
paz, deben ya existir .. . sin haber a n revestido la cor poral con for me al concep to d el esp ri tu y adecua-
for ma de preceptos, de de ber es y de leyes de un ca- da a su individ uali dad. O frece a n uestra con templa-
rct~r ~e?eral .: . teniendo la fue rza de imponerse a c in el cu erpo y el espritu fun didos en un todo in-
lo~ .lneh \'ld uos Incluso cont ra su volu ntad (E, IIJ, divisible (E, IlI. p. 102). . '
paglll a 102). Al expresar 10 esp ir itu al por medie de !a figura hu-
Lo propi o del hroe, en una epopeya as, es encar- m ana, la esta tua r ia gri ega ha creado u n ideal de be-
n ar las virtudes ms elevadas d e su pueblo en la in- ll eza especficame n te hum an? H.egel, en he: mosas
d i vi ~ua li d a d de un car cter vivo. R ep resent an u na p ginas, muestra que el ((~e rhl. griego)) .es el ttp o de
totalidad de rasgos, son hombres en teros en quien es r ostro ms alejado de la a nimal idad : nucntras q ue ~1
la man era de sent ir, de pensar y de act uar propia de cu erpo animal no existe sino I)ara fines natur ales (ah -
m en taci n, defen sa. etc.), el cue r po y el rostro huma -
.. Ara gon, en La S em aine S ainte, novela que participa del no, en la escult ura gr iega, expresan la perf ecta arm o-
gnero de la epopeya, ha escogido justamente este momento n a del hombre.
de la vida de un pueblo y de sus hroes antes de que los Este hombre completo, q ue se basta a si mismo, q ue
grandes idea les hayan <dejado de ser os tanteos de un tien e la ciu da d en s m ismo, con sus instit uciones y
hombre para enca rnarse en masas humanase. sus leyes, con u na ser enid ad di vina que es el ideal
258 El pensam ient o de H egel V. H nmo nismo de Hegel 259

realizado en el arte clsico, lleva sin embargo en l El hombre se encontr desgarrado en si mi smo y
el germen de su decadencia : Lo que le falta es la separado d e la ciudad. Entre el Estad o uni versal, cuya
in di vid ual idad humana, con sus debilidades, su s pa r- fuerza soberana esta ba enca rnada en la persona del
ticula rida des, sus cont ingencias, sus impulsos volun- emperado r, y el indi viduo, con sus fines p~rtic~lares
tarios, su natura leza in medi ata, sus pas iones .. . ; en sin relacin con los del Estado , hubo un d vorcio ra-
resume n, todo lo que debe in tegr arse en lo universal d ical.
pa ra poder hallarse en presencia de la individualidad La ley tom un carcter ab stracto, im personal, y
completa del sujeto total, evolucionan do en la esfer a se codific en el derecho ro man o. para el cual la per-
infini ta de su r ealidad (l bid., p . 192). so na jurdica, tomo abstracto que si mbol i~.aba una
A esos di oses y a estos hom bres les falt a la subje- cierta propiedad. no tena ya nada en com ~Jn con la
tividad in fini ta. Descon ocen los desgarr a mientos, los be lla individ ualidad concre ta de los gr iegos q ue
dra mas. todo lo q ue engend ra la miseria, la fealdad, conte n a en s misma su propi a ley.
los combates. La paz de estos dioses demasiado felices El ind ivid uo se repleg sobre s m ismo y sobre su
cuya armona ninguna inq uietud altera, curo apetito propiedad : la sub jetivida d se opuso ra dicalm ente a
de vencer para ir ms a ll de si m ismo no se ve d es- la objetividad mor tfera de l mundo .
pertado por ninguna cont rad iccin, esa sufici encia Esta escisin y esta negacin se .ex pr,:san en l.a co-
muerta yesos oj os de m rmol bla nco que no mi ran media y en la stira: La com ed ia. st;nala la disolu-
nada, ni siq uiera el futuro en su eternidad, inspira ci n d el arte en general ... El objetivo del arte es
cierta lasitud y cierta tristeza. hacer accesible a nuestra r epresentacin la identidad,
Ese con ten to q ue procura la armona entre la sub- realizada por el esp r itu, de lo et erno, de lo divino: de
jet ivid ad individ ual y el mundo en q ue sta se m ue- 10 verdadero en s y pa r a s, a tra vs de sus ma n,lfes-
ve, slo pu ede ser la felicidad y la libertad verdade ra taciones real es y de sus form as conc retas. Esta unidad
si aspir a, m s all de s mismo, a un eq uilibrio ms se encuentra ro ta y d estruida en la com~d ia. ~~~ ~b,
comp lejo, a una armona ms rica. solut a q ue busca r eali zarse se encue ntr a irnposib ilita-
((E l. monstru o del desdoblamien to no haca ms q ue d o de poder hacerlo. De ello resulta una separacin
do rmitar. Esta multi plicidad de d ioses in divid uales e ntre lo absoluto y la ex iste ncia r eal, con sus
cada vez ms arbitraria, conduela a concebir tina fue r- caracteres y sus fines. Lo absolu to_ no pu ede en ton-
za ni ca y un iversal que superaba las pa r ticu larida- ces r evelarse sino en forma negativa : todo lo que
des de los dioses individ uales. La formacin de los no le corresponde est desti nado a la destr uccin .
grandes imper ios, )' por lt imo la del Imperio roma- Slo la subje tividad cons erva su firme za (E. 11 1,
no, dab a una imagen polti ca de esta un idad de un p .289). . '
poder transcende nte. Esta un idad super ior q ue domi- Es medi ante la ri sa, que todo lo d isuelve y lo dilu-
naba a los hombres y a los d ioses perd i el carct er ye, como el ind ividuo asegura I ~ victo r ia de la sub-
de individualidad de los d ioses y tom la forma de jetivida d . T odos los valores SOCiales son puestos en
una abstraccin : la necesidad, el Destino. t ela de juicio.
260 El pensamiento de H egel JI. H umanismo de H egel 261

La decadenci a del arte clsico, ese de sgarramiento de su desarrollo, no puede expresarse ya en la ex te-
del mundo y del hombre, prepara ba una n ueva for- r ior idad corpora l.
ma de arte, una religin ms r ica, que iba a crear l legcl lla mar artes rom u ucas a la pin tura, la
nuevas di mensiones del hombre. msica y la poesa. L a pintur a, porq uc a di fere ncia
d e la escultura , nos intr oduce en el m un do donde
nuestra vida cotidiana evolucion a, atrayendo nues tr a
El. a r te TOmTi tj~o es la expresin de este desgarra- atenci n hacia lo q ue no percibimos y se nos escapa
miento. Es esencialm en te el arte crist iano . e n la r eal ida d corriente.
Una vez ro ta la armon a entre el individuo y el La msica. q ue, por el mismo mater ial que emplea ,
~lIndo, el hombre perdi su feli z repos o, su suf iclen - escapa a la exterioridad y a la existencia permanente,
CI~ ; no puede \'i~ ir ya en ese mundo desga rrado sin es por excelenc ia el arte d e la inter iori dad.
aventurarse l mi smo en las contradicciones. los tor- En cua nto a la poesa, sntesis de la pintura y de
mentos y las lu chas del mundo finito. la msi ca, la ms completa de todas las ar tes, nos
(<1;,,'1 grandeza y la fu erza del hom bre tien en por conduce, ms all de l arte, al umbral de la r eligin .
m edid a ,la grand eza y la fu erza de la oposicin qu e Este ar te es esencialmente cristia no : la vi da, la
el ,cspll'ltu es capaz de superar pa ra reencon trar su muerte, y la res urreccin de Cris to desempean en
l~n!dad: y la i~tensi dad y profundidad de la sub]e - l un papel fund amental. .
tivld ad s.e m anifiestan tanto ms cua nto q ue las ci r- En esta et apa de la h istori a u niver sal, etapa ~el des-
cu nstancraa q ue tu vo q ue ven cer fu eron ms con tra- garramiento, en q ue el ind ividuo, al no ten er ya en
d ictaras y .las opos~ciones que tuvo que arrostrar Iu c- el mundo en q ue vive valores objetivos a los q u e po-
ron m~ ~Jantes, sru hab er d eja do, en medio de esas de r ent r egar su vida, sita en la inter iori dad de la
con tradiccon e, y oposicio nes, de ser l mismo . .. , con sciencia los : valores ms elevados. lo . divino no
p uesto que Ia fuerza consiste en seguir sie nd o lo mis- p uede expresarse, ex teriorizarse, sino bajo la . forma
mo en lo n egativo (E. r, p . 2 16). de una ind ivid ualidad afligida por todas .Ias insufl -.
Nu nca el dcsgarramiento fue ta n profundo como ci encias na tural es y por toda la fini tu d de las ma nifes-
c?, ,la Roma imp er ial. Fue entonce s cuando la subje- taciones in di vid uales (E, 1I, p . 263). Las con secuc n -
t lV~ d~d se afirm con la mayor fuerza : en el plano cias estt icas de esta conc ep cin del mund o son muy
religioso con el naci mient o del cristianismo , y en el impor tantes; el Cr isto ultra jado, llevando la cr.uz y
plano arts~ico con lo q ue H egel llam a el arte rom n- muriendo no .pued e ser re presentado seg n el ideal
n eo, es decir, el arte crist iano. de la b elleza griega. El desprecio- de "la . belleza ; la
El verdadero contenido del ar te rom.tnrco est fealda d y la deformidad se convierten en un mo-
C?nstituido por la interioridad a bsolu ta (E, 11, p - m ento necesari o de la expresin estti ca de la ' n ueva
gl?~ 2J5). Nos encont~mos aq u muy lejos del arte verdad.
cl sico q ue se carac tenza por la un in armn ica de Volverem os. al estudiar la fi losofa de la religin
lo in teri or y lo exterior . El esp r itu, en esta et apa de H egel, sobre lo q ue el cr istian ismo aport de nu co
262 El pensamiento de H egel V. H umanismo de H egel 26 ~

va a la form a humana al afirmar que Dios es hombre Lo mi smo sucede con el honor caba lle resco, que no
y que todo hombre es Dios. toma su contenido de la realidad social : no es fideli-
En el aspecto est tico, el ar te rom m ico expres los da d a una ta rea com n , a un pa s, sino fidelidad a
valores de la caballer a. s mismo, in dep endi entem ente de tod o co n ten i~o . ~l
, Lo que los caracter iza, segn Hegel , es que el indio h ombre de honor piensa siempre primero en SI m1S'
viduo, an imado por el sentimiento del valor infinito de mo y se pregun ta, no si esto y aquello es o no justo,
la subjet ividad, se desin teresa de los fines. las acciones sino si corresponde al honor hac er esto o lo otro o
o los in tereses ob j et ivos. Las virtudes card ina les de la abste nerse de hacerlo.
caballera, amor , honor. lealt ad . son su testim oni o. La lealtad tien e el m ismo car cter de apego pe rsa
El amor cr istiano y su transposicin profana a las nul, extra o a tod os los fines sociales gen era les".
novelas de caballera no guardan una medida comn Estas vi r tud es caballe re scas, m u y bella s en SI, no
con las relaciones sociales q ue vinculan a los hom bres tienen de esta forma ningn pu nto de insercin en la
los unos con los otros. Este amo r tien e todo su sen. vida social. El n ico fin que se le ha asign ado a ese
rd o nicarnem en la comu nidad de la fe. Esta es m un do ro mntico, cri stiano, dice H egel, es la pro
la fuente clara que r efleja sus imgen es sin que el pagaci n del cr istianismo, el despertar r, la puesta en
h? mbre tenga n ecesidad de mi rar cara a cara y a los movimiento de l espr itu de la comunidad (E, Il .
ojo s a otro ho mbr e, establecer con o tros relaciones p. 3 18), pe ro esto baj~ la . ms abs ur da .y po~i ble
direc tas, y sentir. bajo su form a concre ta y viviente "arma, y la ms con tra dictor ia con el esp ritu mismo
la un idad que tiene su fuente en el alma, en la con: del cr istian ismo : la conquista de un sepulcro vad o,
fianza, ~n la comu~idad de los objetivos. en la con . las cruzadas. El fin perseguido por las cruzadas fu e
ver gen cra de las acciones (E, JI, p . 281). un fm exter ior , vaco de todo conten ido .. . ; la sal-
Es notable que, por ejemplo, para mostrar la in de- vaci n est en el espr itu r no en un sepulcro .. . ;
pen dencia de estas virtudes o de estos sent imientos se b uscaba n ben eficios tem porales j ust ificando los fi-
respecto a las relaciones sociales, en las novelas de ca. n es prof anos median te r azones religiosas. Esto es . 10
ba llera el amo r no se halla nunca en el pri ncipio de q ue hace incoheren tes y absurdas las CrU7ac];W) (Ibld"
las r elaciones de ma tr imon io, El amor rom ntico es p. 319). . . .
un sen tim iento social. El amor, esta reli gin pro fana Este arte romnt ico sucu mbe en condiciones ana -
del corazn. como dice H egel. se sit a estricta mente legas a las del ar te clsico. La b ur la cm.i.ca m ost ~ar
en tre dos individuos, ms all de todas las relaciones la vanidad de estas empresas: Don Q Ui jote sera el
sociales: Paso con toda mi subjetividad )' todo lo po rtavoz de esta concepci n del mundo y de esta foro
q ue sta contiene a la consci en cia de otra para im. m a de arte.
pregnar su voluntad y su saber, sus tendencias y sus Con esta visin penetran te del futuro, que define
aspiraciones .. . Encon trar en otro las ra zones de su con ta nta inciden cia la evolucin del arte hasta el
ex istencia es lo qu e co nfiere al amor su carcte r de siglo XIX, H egel concluye este giga ntesco fresco.
in fini tud (E, 11, p. 292). Lo q ue a sus ojos caracteriza el gra n art e es la re vc-
2() 1 El [ensamienm de H egel V. H uman ismo de H egel 265

lacin de alguna dimensin n ueva de l hombre, la la sociedad ex istente y de l m ismo. En r esumen, es


participacin e n la creacin continuada del hombre la presencia vivien te de lo in fini to en 10 fini to.
por el hombre. ( Dios se de termina aqu nicamente como el m s
Exige del artista q ue te nga una idea clara de la a ll de 10 finito (PII R , l . p . 109). Su presel?cia , con:
m~rcha del mund o de la hase interna r genera l so- rlna H egel, es mi aspiracin haci a esa lejan a, nu
rn e .Ia cua l descansan los fines, los con flictos y los esfue rzo. mi trabajo y m i lucha por ~ espren de r m e
desti nos del hombre .. . ; ser capaz de discern ir las d e los fines finitos, por franqu ear el llm ite de lo que
fuerza s que deciden la suerte del hombre (E 1 es )' de lo que soy. Esta n egacin del lim it e y esta
p. 193). creaci n sin fin.
La tarea asignada al arte no p uede ser realizada ple- Si sta es la nat ura leza verdadera del hombre, si el
namen te por l. No corres ponde al arte expresar to- h ombre no es un ser finito y definido de una vez pa ra
talm ent.e lo absurdo q ue no es suscep tible de una sie mpre. enca rcelado en su defini.cin y en s~s H~ ites
tra~u:C1n netamen te sensible. pero que ex ige la in. como una especie animal con inmutables ms tmtos.
tC~lOndad de la r epresen tacin y. ms all, del pensa- si l es el acto de franq u ear todo limite. si l es, en
mtent puro . ci erta man era lo in finito en acto . todo lo q ue en l es
. El .arte debe supe rarse as. en virtud de su d ialc- finito es decir, definido y definitivo. dado, exterior.
tica In tern a, en religin y en filosofa. com o' u n cu erpo o un instinto, o ,u n prejuicio, o u~a
pas in experimentada, no . es mas .q ue l~ contr ano
de lo que es, no-ser, y no ti en e sent ido mas q u e como
l. .... REl. IG I~ ma terial para lo que l es verdad era mente y debe
dev enir.
En las re ligiones, los pueblos de positaron lo q ue pen- En cuanto a 10 in finito. ste no es n icame nte lo
saba n d:1 mundo, de lo .Absolu to. de lo q ue es en s q ue est ms all de 10 fin ito, es decir ,. su otro.
y para SI, I~ que conceb an como la causa , la esen cia, El falso in finito se conten ta con decir no y con pa
lo substan cial .de la na turaleza y del esp rit u. en fin , sar a otra cosa. sin conser var na da de lo que ha nega-
su p unto de vista en lo concern iente a la actitud del do. Es la negacin abstra cta de lo finito. Por ejemplo.
esp r itu hu ~ano o de la natural eza humana re spec - la bsq ued a indefinida de las ca u~as : se p ~l~de se-
to a estos obje tos. a la divinidad , a la verdad (l/ Ph, g uir sin tregua esa cad ena . ~sta ~ edlf)sa repeti cin ele
p. 150). lo finito no es el ver dadero in finit o.
La reli gin tiene as el m ismo obje to q ue el ar te El ver dadero infinito con tiene en s todo lo fini to,
y la filosofa ; en el hombr e es la consciencia de su es el acto mi smo q ue enuncia lo fini to y l ~ da. u ns~n
verda dera natu raleza. que com iste en no contentarse ti do la totalidad viviente que se crea a si mrsma rn-
con lo ~uc .ex iste y con lo qu e l es, en exp erim entar ter~inablemente al r econocer lo fini to como tal, al
la ~ufi C1encl:l ele todos los objetivos fin itos y en ir ms negar su suficiencia, integrndolo. com o un n:omc nto
<l ila, en bu scar y cre ar m.is all de la na tural eza, de necesario pero subalterno, }' ello sm r eposo y sur final.
266 El /J(:1lJamietlto de H egel f/. H uman ismo de H egel 267

Este verdadero in finito es el movimien to mismo el Iog tas ms o men os sim ples, en las q ue el significante
n~ovi m.i en to ms com ple jo y m s ri co, el movim idn to era d ist into d e la sign ificacin. En la n uev a eta p ~ se
d ialcti co, el acto de la creacin. prod uce la ad ecu acin en tre lo qu e el ho mbre qUIer e
La religin es el espri tu consciente de su esen- y lo que realiza. . .
cia . .. , la elevacin d e lo fin ito a lo Infin ito o en La s reli gion es de la na turaleza. ~( son s m~bllcas, Sil
trm ino s m s vulgares, la representacin d e la u ni- sen ti do d ifiere de la represen tacron exterior . Por el
da d de las natura lezas d ivina y hum a na l) (/ bi d., p. 45). contrario, los d ioses griegos no son sm bo los. no tien en
El hom b re se eleva de lo finito a lo in fin ito. Va m s sentido que el q ue muestra n (Ph R , 11, p . 1..12).
ms all d e lo Individual y se eleva a lo universal. La H egel considera el m ito d e Edi po como el resumo-
religin es lo qu e le hace sentir en su consciencia la nio d e ese pa so d e las religiones d e la natura leza, a
na~a de lo fini to ), su dependencia , l busca la causa las que Egipto d io la ltim.a y m s .a~ta forma, a las
y solo encuentra su seren idad colocnd ose en presen - r eligion es. d e la indh'i~ualtdad esplf~tual que . flore-
cia de Jo infini to (/b id. 11, pp. 40-41). cie ron pnmero en Grecia. 1.0 que esta en cu esti n es
la naturaleza del hombre . El enigma est..i resuello;
un m i to significativo y a~mirable nos . m ue stra la es-
~s cierto que el arte podra, en cierta medida )' hasta finge asesinada por u n gr iego, y el emgma, s~ res~c l .
Ciert o punto, ex presar esta relacin d e lo finito con ve as : el conten ido es el hombre. el espm tu libr e
lo infinito. q u e se cono ce (l bi d., n , p. 187).
La histor ia d el arte y la hi storia d e la re lig i n son. A esta segund a etapa de~ de~rroll o en 71 hombre
en H egel, no tan slo paralelas, sino q ue se hallan es- d e las relaciones entre lo infinito y lo fin ito corres-
trec~~men te. me zcladas. El arte sim b lico tena por po nde . en la esttica, el arte clsico, y. en la ~ i s.toria
fu~clon: al Igual q.ue la religi n na tural" . pe rci bir d e las reli g ion es, lo que H egel llama las re lig iones
lo infinito en lo finito. La d esme sura. la exageraci n, d e la individ ualid ad espiritual.
era la t cn ica a n primit iva q ue perm it a exp resarlo. La imagi nacin griega n o pobl d e d ioses la nat u-
La ley del d esarrollo d e las rel igion es d e la na tu - raleza . El esp ritu a firrna su tr iu nfo sobre la natura-
ral eza es la mi sma que la de l arte sim bl ico: la in - leza. La fuerza ver dad era no es natura l. sin o po1!ica.
fin it.ud d~ lo d ivi no se expresa cada V Cl meno s por Zcus, dios de las leyes y del pod er, O?tU\o una victo-
el si mbolismo d e las fuerzas de la natu ra leza y cad a r ia sobre los Titan es, fu erzas de la uerra , d el mar y
vez m s por la in teri ori dad sub jetiva, p ropiamente d el cielo. C ie rtamente. en las ar te s estos d ioses esta-
hum~na, d e d ioses cvicos, cu p for taleza no es ya r n re presentados baj o u n a forma sens ible, pe ro esa
semeja n te a la d e las fu erzas nat urales, sino a la de ob ra d e arte es el prod ucto de la mano de los hombres ,
las fuerzas social es, a la d el hombre y sus insti tucio- y estos d ioses espirituales tienen el rost ro y el cuer po
nes. El sm bolo retroc ede , exis te una sep aracin en tre ele ho mbr es.
el pod er de los homb res y el pod er de los elem entos. Esta reli gi n expresa la relacin en el hombre d c
y entre ambos pod er es slo se podr an esta ble cer arta- lo fm ito y lo infinito bajo la forma de la belleza.
268 El pensamietlto de Hegel V. H umanismo de H egel 269

En la re ligin de la belleza, la significacin se re- tir ex istir en su armona con la ciuda d que le r odea,
concilia con la materia, con el elemento sensib le, el enIa fa miliar idad de los dioses que expresan esta ar-
ser para otro ; lo esp ir it ual se ma ni fiesta en tera me nte mo nta, en q u se conve r tir su rel igin c u a n~o se
en esta exteriori dad; sta signifi ca 10 interi or que se r ompa el fr gil cqu ilib~io en ~re ~a ciu dad y el ciuda-
con oce enter amente bajo su forma exteri or (1'11 R , d ano cuando el Impe rio urutano de los Csar es ro-
Il, p. 6J). manos se haya vuel to tan lejano , tan c:'tra~o, tan te-
El mundo es aq u ! la man ifestacin del sujet o : el m ible que tomara la forma de un destino imp ersonal
ser n atu ral se halla transfig urado por el esp ri tu has - y am enazador ? .
ta no ser ms que el testigo o el signo. Ped ir entonces a sus di oses q ue no expresen, S I ~O
En este estadio, el espri tu se ma nifiesta en la obra q ue garanticen. Los di?ses romanos cu~p lcn Iuncio-
de arte, vive en el elemento sens ible, vive com pleta- n es utilitarias para sat isfacer las ncceSH!ad es d cm s-
men te en l. Esos d ioses no tienen imp ene tra bilidad ri cas, particulares. para mant en er tambi n la c?he-
en el hombre, nada que no descubra en sI mismo o si n del Estado. Es una r el igin poHtica q ue tl.en.e
en el or den de su ciudad . Dioses maravillosamen te com o fin el Esta do. Sin embargo , qu poder ta n un-
humanos, dio ses de masiado hu manos, d emasiado mi - ser io es el de los pequeos di oses .de antao al lado
serablem ente hum anos, cu yos fines estn todava tan del pod er del em perador. P? r ell clm~ de esta pleb e
li:nitados como los .de los hombres. Aten ea es el ge- innum era ble de dioses an tiguos esta el em pe ra dor,
ruo del pueblo a teniense. su expresi n total y Sil vida q ue puede, en su sobe rana ar bi t r~r ia y todopode:o-
satisfecha. sa , suscitar en la vida de las particulares desgracias
. Esta .concepcin ?e~ hombre a pesar de su belleza mayores que todas esas divinidades su bal ~ernas .
sigue Sien do muy l imitad a, con horizontes prefijados.. Er a paTa todos y par a cada U~lO el dest ino. pero u n
La r epblica romana era la cualida d fundamen tal destino arbitrario. ((Es muy lgico q ue el em pera?or.
de Ca tn ; cuando dej de serlo . ste muri ; esta cua - pode r supremo. haya . sido. ven erado .como UIl. dt?~:
l!da d es~ba 'tan u nid~ a l q ue no p udo vivir sin ella . pu es l es este poder ir racion al q ue nge a los ind ivi-
Esa cuali dad determinada es finita, es esencia lme nt e duos y su con di ci n (Ph R , JI, p. 188). .
u.n l mite, t.m~ negacin. El rep ublicano ro ma no cons - La ali enacin del hombre, de sus fu erzas propi a-
utu ye el lImite .de Catn ; su esprit u . su idea, no m ente humanas, alcanza aq u un grado s~l pr ~ ~o . .
t l ~n e n p ext en sin . Esta cualidad forma. pues, el Ji- En el em perado r se ha concent ra do e I ~ dl vlduah
mue de a lgo q~l e llamamos finito (Ph R , JI, p. 12). zado todo el poder alienado de la ~urna~lIdad, ~odo
A esta humani dad le faltan an muchas di mensi o- lo divi no se ha un ido en este ser fini to. \ , al m ismo
nes : no tiene .consciencia ' d e la subjetivida d propia y' t iem po, es la desdicha y el poder absoluto del indi-
de las superaciones que ella permite, a lo infinito, de viduo, despoj ado de todo su ser, de todo su poder y
t?d,o orden ya .esta~Iecido. La a usencia de esta sub]e- d e todo su futu ro.
tividad y esta infini tud es el l mite. De esta con tradiccin, q ue es la ms profun da , y de
Pero si para ese hombre no existe otro fin q ue exis - este dolor, q ue es el m s un iversal, nacera una nueva
270 El pe nsamiento de Hegel V. H umanismo de H egel 271
forma de religin, una concepcin nueva d e la rela- a un moralismo vulgar y al dejar de lado lo esen cial:
cin, en. el hombre, de lo finito y lo infinito. La de- la re velacin de la verda dera naturaleza en la 'Tri-
scspcracin que predo minaba en el esp ritu del mun- nidad.
do de no hallar en esta vida y en la finitud la forma La relacin de lo finito con lo infin ito, del sujeto
de satisfacerse. todo ello pre paraba el terreno para fin ito con su obje to infinito, del hombre con Dios ,
la verdadera r eligin del espn-itu (Ph R, I1, p. 194). cu ando se superan las r eligion es de la naturaleza y las
Es sta la religin que H egel llama la religin ab o religion es de la indi vidualidad espiritual, aparece, con
soluta, en la cual el espritu, consciente de su ver- la r eligin absolut a, en su verdadera ri queza.
dadera naturaleza, no puede ya expresarse en la exte- Lo infinito, Dios, p uede en primer lugar ser pen-
rioridad sensible. Al tomar concie ncia de su interio- sado tan slo antes de la cre acin del mundo, dice
ridad bajo el peso de toda la antigua angustia del H egel en una frase q ue rec uerda literal mente la que
mundo ya no puede expresar se plenamente en el arte. emple para definir su Lgica. Es lo q ue llama aho ra
Lo que r evelar el cristiano de las nuevas dimen- el R eino d el Padr e.
siones del hombre, no pu ede, seg n Hegel, exp resar. En segundo lugar: Dios crea el mundo y pone la
se pl enamente en el arte y es lo que a sus ojos hace escisin ; de una pa rt e crea la naturaleza y por otra
a la vez la grandeza y la debilidad del ar te romnti- el esp ritu finito. Es el r ein o del Hijo .
co: la significacin que b usca {lar a sus obras des- Finalm ente, esta r evelacin de Dios en el mundo
horda siem pre la exp resi n ar tstica . fin ito, esta re conciliacin de lo finito y de lo infinito,
p ermiti al esp ritu vivi r en la comun idad de los q ue
p oseen esa revela cin . Es el rein o del Esp ri tu .
Cmtl es, pues, el contenido especfico de esta reli- H egel seala que no se trata de una Ienomenolo -
gin absoluta que ocupa el lugar del ar te en la tarea g a de la religin en la cual se descompondra, segn
de manifestar al hombre su propia na turaleza? las exigen ci as de nuestr o espr itu, lo que en r eali dad
Este mens aje nico, que el arte no puede expresar es uno.
totalmente, es el de la T rinidad y el de la mue r te de No se trata tampoco de tres pocas q ue se suceden
Dios. e n el ti empo: Dios antes de la creacin, Dios cre an -
~l.volumen de las Lecciones sobre la iiosoia de la do el mundo y en viando a l a su hijo, Dios viviendo
re {g~n, dedicado a la religin absolu ta (pa rte IlI), en su Iglesia. En esto ha y q ue desconfiar del lenguaje .
contien e, despus d e la definicin d e la r eligin ab - La religin, segn H egel, trad uce una verdad abso-
soluta, tr es subdivisiones fundam entales: el Re ino l uta, ete rna, en el lenguaje figurativo ele la represe n-
del Pa?re, el R eino del Hijo, el R eino del Espritu. tacion, bajo la forma de un mi to. Corresponder a la
Es d~CIr, q ue el dogma d e la T rinidad constituye la filosofa superar ese estadio para con cebir esta verd ad
esencia de esta religin ab soluta. en su ver da d, que es la del pensamiento puro, qu e
Hegel reprocha al pietismo de sus contemporneos aprehende esa T rinidad en su unida d profunda.
el haber vu elto inspido el cris tianismo al reducirlo Cul es, pues, el contenido de la Trinidad tal
272 I~l pensome nt c de Hegel V. H umanismo de Hegel 273

~omo se. expres a en la rcpreselH,acin religiosa? Qu Para que el hombre adqu ier a la cer teza de su na-
c?nCepCln del mundo y de la vida, qu nueva dime n- t uraleza d ivina , Dios deb era m an ifestarse en la ti e-
sin del hombre reve l ella d uran te el curso de la rra de forma car nal. La encarnacin, en Cr isto, recon-
historia ? cilia lo infinito y lo fini to, cuya forma y cuyas obliga-
Dios (el Padre) slo puede definirse, en prim er lu- ciones totales asume lo infini to.
gar, como el Crea dor eterno, la man ifestacin ete r- J ess es el signo de esta reco nci liacin . Es el signe
na; es esto, este ac l u.s; esa es su nocin su determ i- d e qu e Dios no es nicam ente creacin , sino amor.
nac.inll (ph R , 111, p . oH ). ' En efecto, al asu mir la con dicin d el hombre, al
El acto de crear no pu ede separarse de la creacin aceptar la ley de na cer, que es tambin la de sufr ir
por la qu e se man ifiesta. El espri tu, como acto, como y morir, y al morir en la cru z, la ms vil de las mu er-
acto creador, no pu ede separarse de lo q ue lo ma ni- tes, la de los ma lhechores, da testimon io de que la
fiesta y de lo qu e lo crea . La naturaleza misma del cosa ms in noble es a la vez la ms noble : Es preci-
espr it u es objetivarsc. so ver en ello la expresin inmedi ata de la Revolu-
Dios, como espr it u, es, IHl l'S, act ividad absoluta, cin conclu ida contra todo lo q ue ex iste (ph R , pa-
eternamen te creadora. Es el p rincipio fundam ental gina 155).
de toda existenci a. Esta vida y esta m uer te indigna son la vida y la
..Es a la vez l mismo )' su O uo, su necesari a crea- muer te de Dios. Mas all de la escisin m s br utal
cron: la nat uraleza, }' tambin el hombre en su fini- en tre lo infin ito y lo finito, tenemos la recon ciliacin
tud, el Hijo. ms perfecta. No se ti ene la intu icin de la existen -
El hombr e ha sido creado a imagen de Dios ' ha cia temporal perfecta de la Idea d ivina en el presen-
sido crea do creador. La naturaleza del hombre :s di- te ms que en la muer te de Cristo. La ali enacin su-
vi?a; el homb re es el acto de crea rse, como el m ismo prema de la Idea d ivina : Di os ha muerto, el mismo
DlOS. El sujeto tiene un valor absoluto. El hombre Dios ha muer to, es una re presentacin prod igiosa,
no podra ser bueno ((por naturaleza) , en un a ino- terr ible, que presen ta a la r epresen tacin el ab ismo
cencia an imal. Si es bueno, slo p uede llegar a serlo ms profundo de la escisin. Sin embargo, esta mu er-
por \'? I ~nta d, por esa m isma voluntad y ese m ismo te es tamb in el amor ms grande. El amor, en efecto.
co ~~cl m le ~ to q ue son fu ente del mal. La represen - es id ent idad de lo d ivino y de lo humano ... T enemos
tacr n m ica de la cada tiene esta signi ficacin : el aqu, pues, la intui cin de la unida d en su grado ab-
h O~llbre ha r oto con la na turaleza y con su inocencia soluto, la intuicin suprema d el amo r. El amor con-
primera: conoce la escisin , puede oponerse a Dios, siste, en efecto, en renun ciar a la propia pers on alidad .
lo ctl?l es el ma l; puede opon erse al mundo, lo cua l a los pro pios bienes; es u na act ividad conscien te, la
const ituye la desdicha . re nu ncia suprema de sl para el otro, y se manifiesta
Para escapar a la desdicha, debe transfo rmar cl en esta ali enacin extrema de la muert e, que repre-
mundo por el tra bajo. Eso es lo que le hace superior senta el limite de la vida. La mu erte de Cr isto es la
al an imal. in tu icin misma de ese amor absoluto (Ibjd ., p . 152).
274 El !Jetlsami e,to de H egel V. H umanismo de H egel 275

Esta muert e de Dios expresa el momento de la ne- Es necesar io reconocer que, e n la concepcin ~lege
gacin como momento necesario d el desp liegue del liana, el culto. es decir, el con junto de las relaCH~n es
esp ritu . Dios ha muerto, y esa mue rte es un mom en- pr ct icas con D ios, tien e esencialm en te por obJc:o
to de la naturaleza d ivina, un moment o n ecesario de l conduci r al hom bre a asim ilar plenament e, a asunur
de spliegue de la natu ra leza human a q ue no con sti - la nat ur aleza humana, d ivina en su esencia. Es la re-
t uye sino uno con la na turaleza d ivina. Ell o sign ifica conciliacin de lo infinito y de lo finito.
q ue todos los fines que la voluntad del hombre pueda Desde el p unto de vista terico, la ms elevad a for-
persegu ir , tarde o te mprano pueden y deb en abolirse ma del r ecogim ien to con d uce a la filosofa; desde el
en la tumba del espr itu, y q ue sta es la con dicin punto de vista prc tico, el sacramento nuls eleva do
misma de la vida del espr itu como tal. Esta muerte es la moralida d.
no es sino la muerte de la m uerte, es decir , la con di- Dios es la forma ms elevada de la auroconsclen cla .
cin primera de la resurreccin . El fin l timo del cu lto es la existencia de Dios en el
Se dice en un cnt ico de Lu tero : El mi smo Dios hombre. Y H egel a ade : ( ( L o (Iue pare ce sc:r mi .ac-
ha muerto. Se ha expresado as la consci encia de que ci n es la a ccin d e Dios, e inversamen te, D IOS exi ste
lo human o. la finitud. la in fini tud, la deb ilidad, la slo por el hecho de mi actividad. Los dos seres eu
J
negaci n, son un momento de lo divino, ( IUC todo ello UIl O solo eS la reconciliacin a bsolut a (I lI R , l ." par-
est en Dios. que la finitud, la negativid ad , la alter i- t e , p. 195).
da d no estn Cuera de Dios, y q ue la al teri dad no es La am big edad dc tales frm ul as y, mas all de las
un obstculo pa ra la u nidad con Di os. La alter idad , f rmulas de la dialct ica misma del desarrollo del
la n egacin, se conocen como un momen to mismo d e pensamiento he geliano condujo a los com entar istas a
la naturaleza divina . En esto se desarroll a la ms su- pregun tarse si H egel no sera at eo,
blime idea del Esp -i t u (l b i., p . 164). Es verda d q ue la posicin rel igiosa de He~e.l es amo
Por la muerte de Dios, el hombre adquiere la cer- bi gua )' q ue en una p oca en que el .catolIClsmo co-
teza de su unidad con Dios. Esta certeza se halla en menzaba a rcimplantarse en Al emania, acusad? de
el principio de la comuni dad del espritu. at esmo cua ndo d icta ba sus L ecciones sobre la tiloso-
L a Ce no cons iste en creer en Dios, sino en cre er fa de la religin, a menudo se vio obliga do a ponerse
que ese hombre es el H ijo de Dios. En este re ino del a la defensiva para apartar de l esa sospec ha q ue, al-
espritu. este amor no es humano , no es el am or de gu nos a fias antes , cost a Fichte su c ltedra de filosofa .
los hombres, ni el amor sexual, ni la ami stad (Ib i d., Pero eso no es lo esencial. El pr oblema consis te en
p. 172), es el amor in fini to engendrado por el dolo r de ter minar cm o conci be H egel la naturaleza d e las
infinit o. es la comu nin de los san tos. rel aciones en tre Dios y la n at u ra leza , la razn. la hi s-
A pesar del acen to m stico de esta med itacin h e- tor ia, la a utocon sciencia.
gel iana, podem os preguntarnos q u es lo que qued a, Las r elacion es de Dios y de la naturaleza ya hab an
en esta filosofa de la re ligin, de la or todoxia cris- sido de finida s en la Lgica : En ta nto que inmedia-
t iana . to, Dios es slo n aturaleza. O la naturaleza no es ms
276 El pensamiento de H egel 1'. H uman ismo de Hegel 277

que un Dios escondido q ue n o se man ifiesta todav a mo (Ibid., p. 167). Es un alegato p:o domo: p l~C S
como esp r itu y, por consig uie nte, no es el Dios ver- si introd ujo en el spi nozismo el devel1;Lr y la hi stor ia,
da d~ro . O a ~'1ll en el ~ensam i cn to, en el pr imer pen - no modific en lo esencial la concepcin de las rela-
sa nu ento, Di os no es smo el p ur o ser o tambin esen- cio nes en tre Dios y el mundo : lo fin ito no tiene en
cia , el absolu to abstracto, pero no Dios como Espritu s su r azn dc ser, slo lo infini to ex iste, pero , e n esta
absolu to, tal como es nicamente la verdadera na ru- totalidad vivien te del u n iverso, lo infinito no cs .m\.s
ra l e ~a de Dios (L, 11, p. 185). q ue la to talidad concreta de lo fini to cn la totalidad
. D.tos, por ta mo, parece no ser ms que el descnvol- de su desarrollo.
vmuento total del Inund o rea l. T oda cosa no es sino Esta doctrina no excl uye nicamen te toda tra ns-
n.~ m~mento ~Ie Dios, no tiene existe ncia y significa- cendencia, sino qu e excluye hasta la posib ilidad :n i~
cron smo en el. El hombre se ident if ica con el acto ma de un acto nico de creacin , puesto q ue cx rst rr
creador dc Dios cuando deja q ue la cosa se desarrolle es poner la d iferencia l) (I bid. JI , p. 32).
~ n l hasta la tot?lidad con creta. Dios y el mundo son Las rela ciones entre Dios y la raz n h umana exc1 ~I
Insep arab les : Sin el mu ndo, Dios no es Ij ios, Esto ycn tan ra dicalmente el d uali smo y la rranscen rlen cia
se desprend e de la na tur aleza m isma de lo infinito, como las r elacion es de D ios y la naturaleza. No h ay
que 1I 0 puede pasarse sin lo finito, no se ma nifiesta ms q ue una razn, no hay una seg da , sobrehu-
ol1n

ms q ue en l, y tambi n de la naturaleza del espri- mana ; es lo divino en el hom bre (1I Pli, p. l l S).
tu, q ue no puede existi r sin manifesta rse. Dios se Esta idea ti ene. por otra pa r te. una exte nsin m u-
manifiesta en el presen te sens ible ; no tien e otra for- cho ms vasta en H egel : Lo d ivino vuelve a encono
ma que el modo sens ible del espritu, el del hom bre trarse principal ment e en l ~ prod uccin human ?)}
i ~d.i\id u al . . . As se ha esta blecido que la nat uraleza (I bid., p. 15:)). Pero cs particularment e en la ra1011
d ivina y la na tu raleza humana no son diferen tes: Dios donde Dios se man ifiesta al hombre.
se ma n.ifiesta en for ma humana . La verdad es que no Este Dios, que no ti en e ex istencia tra nscendente
hay mas q ue una sola razn , nuts q ue un solo cspr i- a la na turaleza y a la ra zn, tie ne una h istori a : El
t u (p h R , III , p. 13<1). m undo in telectual, divino, la vida d ivina en s se
El lI:undo y I?ios no son mus q ue dos asp ectos de de sarrolla, pero esos cr cul os d e vi da son los m ismos
una mi sma r ealidad . Lo q ue excluye la no cin de que los de la vida dclmu ndOl) (ph R , p. . 11 9~o
creacin : El esp ri tu es para si, es decir, se hace su La rel igin no es m s que la a lltocOll scl cn c l ~ de la
prop io objeto y, conservnd ose a si mismo en la bs- Idea conver tida en totali dad con creta al t r mino de
q ueda de la nocin, cs lo que llamamos mundo, na- su desarrollo. Di os es la rea lida d tomando au tocons-
turaleza. De igual modo el ob jeto regresa a su fu en- ci encia. y este absoluto ad quiere autoconscicn~ ia . so-
te ; este do ble movim iento es la vida divina (I bid., lament e en el h omb re. La r eligin es el con octmren-
J. p. 151). Se comprend e f cilmente por q u Hee el ro q uc tien e de s el espr itu di vino por med ie del
se vio lleva do a libr ar a Sp in oza de la sospech a ~Ie espr itu fini to (l b id .. p. 133).
ate smo ; (IEl spin czismo es ms bi en un acosm is- La natur aleza d ivina es id n tica a la na tu raleza h u-
279
V. H umanismo de H egel
278 El pensamie nto de H egel
m n en los t iempos modernos. de la n egacin del
mana . El cult o de una reli i n
pues, separado de la vida : s 1 ~dl no puede ser, cristia nismo al cristianismo nrisrno (Feuerbach, L a
acto creador. es a VI a misma en su ph ilosopllie de I'avenir, p. 159) .
1...1. amb igedad subsiste consta ntemente en la filo-
. Es el acto median te el cual s fi .
veza, en las accion es h uma ' e a 1 1~,a y se obje ri- sol a de H egel : es una teologa o un h umani smo ?
riel todo. el amor del tod ",1;, la pa~lOn domi nante Sin la menor duda, H egel tr at de conciliar las dos.
ponsabilidad personal o. e scnnmren to ele la res - La r eligin Y la mosofla son a la vez la conc epcin
jo, el arte, la creacinco~;l r:~~~cto al todo. El traba- que el h ombr e, espr itu fin ito. puede ha cerse de D ios.
ms pe rf ectas ofr endas 1 s sus formas, son las y la consciencia q ue Dios adq u iere de s. mismo en el
sencia de lo di vino nPor has que se expresa la rre- h ombre. H egel lo dice e.xplcitamen te en la Encielo-
h b e e
om re pa ra crear en sf lo divino
no a utnt ico : La ete hi
e :5
om bre y 1 f
uerzo del
: es dec ir . lo huma-
!lCd ia, en la que trata con estos trmi no"> el conoc-
m ien to de Dios: liDios no es Dios sino en tanto que
hum . 1 .t rna rstorra de Dios dc J se conoce ; su con ocimiento de sr es ade ms la cons-
ame an , del movimien to d D ' . Y e a ci encia que tiene de si mi smo en el ho mbre y el co-
bre y del hombre haci D ' e lOS hacia el hom -
ciencia la con sid era coa .lOS. se p resen ta, y la cons- nocim iento que los hombres t ienen de Dios, conoci-
. on ,1 conscenc i d i m iento que progresa hasta el conocimiento que el
en 1a historia (l bid . p..931). . la e s m isma
hom bre tien e de si en D as ( 564) .
A s1 p ues, no hay en H e 1 .
n ing n d ualismo y or ge ~tn.guna transcen dencia , La r eligin no es, pues. para H egel un dilogo d el
cin posible q ue p;ofen co~slgtIlCn ~e, n inguna salva- hombr e con una inteligenc ia o un poder tr anscen den
la experiencia vivida dega d el ext en.or: pa rt iendo de te, sino una participacin personal act iva en u n acto
. esgarrarruent I q ue se ejerce Y slo pu ede ejercerse e n el hombr e. un
gu sna. slo espera su 5., 1 d o y { e a an -
nica realida d es la de vaCl.on el conocimien to. La acto mediante el cual el T odo de la vida se const ru-
su desarrollo. Nad~ ex' Ita h lstori a en la tot alidad de ye a sl mi smo.
Iesta cl IS e ucr a ele ella' I . Como vemos. no hay aqu la menor traza de trans-
estac in total del espritu u . . es a mam-
No es el es Iritu ni q e le es inmanen te. cen den cia .
h istori a ; ese desarroll en nace del desarrollo de la El pen sami ento hegelia no se desarrolla ntegramen-
. o no es al con trar i te en una estricta inman en cia. P ara l n o se trata
l a Eman ifestac i n cxterr itor. d e "a Idea ano, m. s que
ms que del hombre Y de su relacin total. Su Dios
ssta Idea, substa nc ia-suj eto re , . es el Dios-programa de los humanistas, Y no el Dios-
tos tr adicional es de D' , Ien c todos los atribu-
. lO S. persona de los telogos. H emos r ecordado ya este tex-
. a [ mutn
Ees Jll5to, pues, (e(lr . . to d e su juven tud q ue con tiene en germen La esen-
bach : Si no se ab do naIafi' ti empo, con Feucr-
se abandona la teoIOa;a)~n(;'h~s:;opsOfa. d~ H egel, no
cia del crislianism o de Feu erbach : Fue un mr ito re -
y: La filosoffn de H e el .rovlSon es, p. 120), servado a n uestr o ti empo el r eivindi car como propie.
de resta blecer el cristfani~~ la ~ltll~a gran ten ta ti va
dad del hom bre, al menos en teor a. los tesoro s q ue
por la f ilosoa, apoy ndose en o 1aest~d o na~o y .m uerto
I enrificacin, co-
ha n sido desp ilfarrados en los cielos, pero. cul ser
280 El pensam enm de Hegel V. H umanismo de llegel 281

el siglo que tenga la fu erza de re alizar este derecho finito, ese finito en el cual lo in finito aflora sin cesar
y de asegurar esta propiedad S (Nohl, p. 225). y se transpar en ta a travs del deseo y la m uerte.
Del hecho de q ue H egel elimine toda transcende n- H egel torna aqu una posicin opuesta a la de los
cia de Dios no sera exacto concl uir qu e r educe Dios materiali stas franceses del siglo XV III , que enfren ta-
al hombre, pu es lo prop io d el hombre es precisamen- ban la filosofa a la r elig in . La Il ustracin . .. 10
te, para l, conver tirse en Dios. to ma mal cuando la filosofa dem uestra 10 que hay
A? ora bi en : para H egel el hombre slo pu ede con. de ra zn en la reli gin cr ist iana .. . 11 W h R , 111, p-
~ er l trSe en Dios-e-como lo ensea el cristianismo por gin a 212), y sin embargo las re ligiones son la obra
Imgenes y smbolos- porq ue Dios se hi zo hombre. su pre ma de la razn, y es absurdo creer que_los sacer-
f..:o absolu to no pu ede nacer a partir de lo qu e no cs. dotes inventaron las religiones para enga nar a los
SI lo a bsoluto p uede, al final, real izarse, es porqu e p ue blos (H Ph , p. 151). .
estaba present e ya desde el or igen. Si la religin no es la et apa sup enor del desarrollo
El cristianismo .es, pu es, para H egel la re ligin por del espritu y si la filosofa est m s all, no 75.a cau-
la que es ne cesario pasar para llegar a la rel igin ab o sa d e su rontenido, sino d e su for ma: la religin no
soluta. La consciencia desventura da es una etapa del es an ms qu e u na representacin fi gurativa d e. .la
Sab er absoluto. verdad asoluta que no p uede encon trar su expreslOll
No se p uede, por tan to, id entificar el Saber abso- ad ecuad a mris que e n el pensami ento puro.
luto con un hu manismo rigurosam ente ateo, pu esto H egel ad mite de buen grado que. la fe puede ser
q ue H egel aplica al hombre la idea cristiana de Dios. un camino pa ra llegar a la verdad . Sin embargo, pero
Lo que desapar ece tota lment e d el cri stiani smo, en m anece dep endien te de una autor ida~, de u"?" dogma,
H~gel , e~ la Revelacin . Sin duda alguna, para H egel m ien tras qu e la filosofa es el pensam iento h.bre, que
DIOS est en el hom bre y el homb re est en Dio s, crea todo a partir de si m ismo. y ~o a partir. de ~n
pero lo que di vini za al hombre no es la Revelacin " da tan exterior. As, en su H istoria de la [dosoi a,
ni la Fe, es el Saber a bsolu to. H egel separa las doctrinas de .los Pad res d~ la Iglesia
T an slo como una metfora pued e asim ilars e este y la ense anza de los escol sticos por considerar que
Saber absoluto hegeliano, un in del suj eto que co- n o son autn ticas filosofas.
~oce y del objeto cono cido, con una experiencia m s- Este elemento de poairividad de la religin debe
nca. ser eliminado. H ay en esto una contingencia que debe
La concepcin hegeliana de la muerte de Dios ser r eabsorbida por la necesidad r acional. U.na con-
es la expresi n de la intu icin cen tra l del pensami en - cepcin de este tipo conduce finalm ente ~ depr poco
to especficamen te hegeliano. lugar a la R evelacin y a no ver en la h ~s tona safP"a -
Expresa la idea central de H egel: lo absolu to slo da y en sus rel atos ms qu e una alegon.a, un m ito,
se P?n e oponi ndose, se limita a s mismo y por ello q ue tra du ce en im gen es u na verd ad racional .
se m ega, y no es lo ab soluto ms qu e por la accin de Es en este sen tido que H egel habla ,?n stantem e~te
esa n egacin. Lo infin ito es lo infinito slo por 10 de la ({ mitologa cri stiana. Cuando decirnos que D IO~
282 El pens amien to de H egel V. H umanismo de H egel 283

ha engendrado al H ijo. es una Imagen. La creacin relacin de ca us a a efecto, sino descubri en do en ellos
del mu ndo es una re presentacin. La cada es un la misma fuente : el desgarra mien to de la sociedad y
mito. como el del Fnix. el de sdob lam ien to del hombre.
Por esto, sobre lodo. el pensamiento hegeli ano ha Defin e al hombre moderno como u na esp ecie de
sido particularmente mortfero para la re ligin r eve- anfibio (IUC vive en dos mundos contradictor ios en-
lada. tre los cu ales la consciencia duda sin cesar, incapaz
Si es falso de cir q ue H egel era ateo, es indiscutible de fijarse y d e tomar una deci sin que la satisfaga .
q ue la izq ui erda hegeliana, y despus Feuer bach y Pero al mismo tiempo que se encuentra en el extre-
Marx, hallaron en l los pri ncipios metodolgicos de mo de este desdoblam iento. la cultura modern a y la
una cr tica religiosa q ue cond uca necesariamente a l in teligen cia moderna han plan tead o la necesidad de
atesmo. su reabsorci n ... En n uestros d as. esta oposicin se
expe rimenta de forma par ticularmente viva y pre
ocupa a los hombr es de mltip les ma neras. El pensa
L A FI LO SOFA mi ento no deja de avi varla, y es el en ten dimiento con
su " tu debes" que erige como una r eali dad, lo q ue
La concep cin h egeliana de la filosofa como supe. la mantien e. Vuelve al hombre inqui eto y como aco-
racin d el arte y la re ligin en la expresin d e la sado por todos lados . .. ; al hombre le interesa q ue
verdad absoluta, r espond e a la pregu nta plant eada esta oposicin desapa r ezca. q ue deje lugar a la conci -
en las p rim eras lneas de este libro . H egel plante li acin ... Esta es la fun cin de la filosofla, y su fun-
un problem a q ue nuestr o siglo est r esolvien do. cin pr incipal es supr imir las oposiciones ... ; la fi-
Para H egel, la filosofa, al igu al q ue la r eligin , losofia ti ene como ta r ea demostrar q ue si la con tra -
nace del desga rrami ento del mu ndo y, como ella, su diccin ex iste. se hall a ya, tal com o es, r eabsor bida
misin es supera r ese desgarramien to. de toda etern ida d, en s y para si" (E , l . pp. 484 9).
H egel ro mpara de buen grado su poca ron aq ueo La filosofa hegel iana es la filosofa de la po ca del
lla en que naci el cr ist ian ismo y le asigna una tarea mundo desgarrado y de los hombres desdoblados, de
semejant e a la q ue cump li la religin cristiana. una poca en que los fines p ersonales y los fines so-
Lo q ue caracteriza una poca semejante es a la vez ci ales no estn en con cordancia. sino en op osicin .
una r up rura ron el mundo real " )' 10 que es canse. Vivimos la agon a de este mundo como H egel vivi
cuencia de ello, el desdoblamient o del hombre, la las primeras eta pas. Por ello, los prob lema s q ue l
ruptura entre la existen cia in teri or y la ex istencia ex. plan te son los n uestros y nos corresponde responder
te n or, el espri tu no sin tindose ya satisfecho con el a ellos y resolverlos,
presente inmediato . En un mundo semejante, el individuo no puede
H egel con cib e una concordan cia de las r evoluc io- actu ar con toda su individ uali dad, como totalidad hu-
nes polticas con la ap ar icin de la f ilosof a (H Ph, ma na, como hombre tot al. Su accin, en la inmensa
p. 318), no estableci endo en tre los dos fen menos una mayora de los casos, no es li bre creaci n, sino tra -
284 El pensamien to de H egel V, H umanismo de H egel 285
bajo obligado por la necesidad , tra bajo parci al, q ue holandesa, qu e ilustra esta concepcin de la lib ertad,
desmenuza al hom~re. lo divide y lo mutil a. Este es decir, sentirse a g usto en las cosas, Los holan deses
hombre y su trab~Jo no son fines en s, sino medios cr earo n ellos mismos la ma yor part e del suelo en q ue
par a fines ex tra os. ob.~curos, por otra parl e. y q u e viven. Esta prosperi dad vigilante y honesta, esta au to-
flotan muy al!o por enc ima de l y lo dominan , como co nsciencia desbordan te y feli z, todo ello. no lo de-
fuerzas extraas, com o fuerzas de la naturaleza. Son, ben ms q ue a s mi smos, y ello es lo q ue constitu ye
por tanto, obras ali enadas del hombre : las institu- el contenido general de sus cuad ros (E, 1, p. 206~.
ciones. las leyes, las creencias. Es el reino de la Cuando aborda el d rama modern o, que cons iste
no-libertad. del que H egel hace esta descripcin sor- en pensar q ne es im posible crear , gracias a acciones
pren dente: ((~I I:o~l bre: en tanto que indi vid uo, para hu ma nas, una rea lida d armnica a pes.'It de los des-
preservar su Individual idad , debe convertirse en un ac uerdos y los conflic tos de intereses. de pasiones y
medio a l ser vicio de los otros y de sus fines lim itad os de caracteres (E, III, p. 257), den un cia como q ~li
y, a su vez, ser virse de los otros como medios ... Todo m ri cas las tentati vas de estos j ven es q ue evolucio-
indi vid uo viviente se encue nt ra en esa situacin con. nan en un mundo considera do como in comp atible
tradlctora, q ue consiste en considerarse como un todo con sus ideales, que ven una desgracia en la existe n-
a.cabado y cerrado, como una u nidad, y, a l m ismo ci a de la familia , de la pro p iedad, de l Estado, de las
tiempo, en, encontrarse bajo la dependencia de lo leyes, de las ocupaciones profesionales, que son, se-
qu~ no es el, y la lucha q u e tiene por objet ivo la 50- gn ellos, una amen aza constante a todos los dere-
luci n de esta contrad icci n se reduce a tenta tivas chos etern os del corazn . . , Abrir una brecha, cam-
q ue no hac en ms que prolongar la duracin de la b iar el mundo, mejorarlo , o al menos fab r icarse un
guerra (E, 1, pp. 184-1 86). r- incn de cie lo en la tier ra (E, p. 2M). he ah la
H egel busca la solucin de esta con tra diccin en quimera, he ah el pel igro. Es lo que H egel I.lama,
la concillacln, por med io del arte, de la religin, tom ando el ttulo de la pr imera pa rte del fVllhem
de la filosofa".q ue son otros ta ntos g rados de la li be r- M eiste r de Co ethe, los aos de aprendizaje. En
ta~, o ms bie n de la lib eraci n de este desga rra- n ombre de esta cord ura condena el Karl Moer
m ient o. d e Schill cr, q ue se subleva con tr a el orden burgus
~l . obj etivo perseg u ido es la libertad. es decir. el e n su conj un te (I bi d., 111, p. 277). T odo esto debe
cspm ru encontrndose a gu sto en el m undo sin conclu ir en la vuelta a la pruden cia del hroe, que
chocar con ningn dato exter ior, con nada q ue I ~ sea compren de q ue lo me jor es a.d? pta r sus ~ormas de
ex tra o. p ensar y sus d eseos a las condiciones de Vida real.
El ar te es capaz de crear un mundo sin disonan- No se tr ata de cambia r el mundo, sino de compren
cias ni con trad icciones. un mundo, por as decirlo derlo y adaptarse a l.
redon<l ;;~d o y r eco?,ido C:1 s mi smo (E, 1, p. 307): E n niveles ms el evado s, la religin y la filosofa
~u Es~ehca nos I~rmda ejemplos significativos: repe- tienen la m isma misin conciliadora .
t idas veces. por ejemplo, da la muestra de la pin tura E5 notab le q ue, por otra par te, la evolucin r eli-
286 El j)cllmmiento de H egel V. H umanismo de H egel 287
g~osa de H egel este estrechament e unida a su evolu- La teologa de la T r in idad, de la que H egel dice:
cl. n poltica. En su j uventud, es hostil a l cris tia. Es te dogma es la de termina cin fundam en tal d e la
I1lSm~. al cual op on e el ideal de una re ligin c vica religin cristiana n, explica ese co nflict~ y reali za. la
pa~ecld? a l~ de las ciudades griegas y q ue los cultos reconc iliacin a l mostrar q ue lo negativo, lo finito,
revolu cionario ; en Francia tra tan de instaurar para la na turaleza, el hombre individ ual, el mal, son un
ed ucar a l pl~eblo en ~I .espr it u de la libertad polti ca mo mento necesario de lo in fin ito, de lo absolu to, de
y de las VIr tudes CI\ 'lG1S ; cua ndo ab an dona, muy Di os, T oda negacin es una a utode terminacin , y
pronto, por otra parte, sus con vicciones re p ublicanas no una limitaci n im puesta desde fu era (R, 1, P . .1 4 2 ~,
fr ente a lo que l cons idera el fracaso de l j acob ini s- 1..."1 filosofa no tiene ms q ue tras pasar, en term r-
mo, a~epla. el cristian ismo como moral basada en el nos de pen samiento puro, lo que la religin en sea
valor m fim t? ~c la subjetividad. R en uncia al sue o bajo la form a simblica d e la representacin y del
de un r,en.acm lJcmo de la ciu da d griega y con sidera mito. Con toda segu ridad, es una conciliacin lo que
q ue la umca va de desarrollo de Al emania es la de aporta, pero en el mundo d el pensamiento, no e n el
una lenta instauracin de un reino burgus q ue con . mundo terrestr e (H Ph, p. 187). Esta conciliaci n-
serve;, en forma de comp romi so, cier tas instituciones cons iste en mostrar cmo lo negativo y el mal r esul -
su rgidas ~el feudalismo. El cristi an ismo, en Alema- ta n , junto a una necesidad raciona l absoluta, del d es-
~Ia, p uricado .p~r la R eforma lu terana, propor- envolvimie nto d el T odo. La liber tad consiste en co-
clOn~r la base .e~plt1 tual necesaria pata esta transfor . nocer esta neces idad y en identificarse con ella , Sin
macl n y permiti r p rescindir de una revolucin cam b iar nada de este mundo, sino simple me nte in -
~~ esta persp ect iva, el cris tian ismo es, para H egel, te r pret ndola de una cierta manera , el hombre par-
religi n de la re concil iacin . En la re ligin crisna- ticipa de la vida misma de Di os, del de.sarrollo n ec~
na se ha~e sen tir, ms a n q ue en otras re ligiones sario de l ser)' gOl.a de la ms perfecta li bertad esp r-
esa n~~esl dad de r econciliacin; p ues comienza po; ri tual.
la escisi n absol~ta, .y esta n ecesidad no aparece sino L., filosofa no es, entonces, nada ms q ue el ser-
cua ndo la c.onsclenc la se halla escindida. L"1 religin .... c io de D ios: La fu ncin propia de la filosoffa
pa?a~a .en cierra ~n. sr la concil iaci n gozosa desde el cons iste en elevar ese con tenido absolu to, q ue se en-
pr~nclplo. La r eligin crist iana no ofrece esta ale- cu entra en la representacin r eligiosa, a la form a del
gna ; ella m ism~ provoca la necesidad , se inicia por pensam iento.
el dolo r, lo desp ierta, desgarra la unidad natural del L a filosofa pue de muy bien , como la religin, ag u-
esprn tu, la unidad d e hom bre y de la na tu raleza, dizar las contrad icciones reales, pero para me jor rca-
destruye la paz natural. A continuacin en contr am os lizar a continuacin su reconci liacin : Cuando una
en el!a ;l.pecado original ; el hombre es malo d esde for ma del esp rit u n o es ),a satisfactor ia, la filosofa
el Pnncrpio y posee en su ser intimo un elemento agu diza la vista, para poder p erci bir, lo q ue ya ~o
nega.tI,vo : ., y sale del conflicto por medio de la re- satisface .. , ; por otra parte, la filosofa es un m edie
conc acn (Ph n, r . pp. 27-28). par a apaciguar, para consolar en el seno de esta r ea-
288 l~ l pensamiento de H egel V. Hu man ismo de H egel 289

lid ad, en esta. desdicha del mundo : es la fuga a la tema de H egel como ideologa de j ustificacin de 10
libre idealidad, al libre imperi o del pensamien to, pre- qu e cs. Entre ellos, se pued e di sti ngu ir a los q ue con-
cisamente porq ue el espritu , que no ha lla su sat is. servan de H egel su justi ficacin d el orde n real del
faccin en la ex istencia. vuelve sobre s mi smo mundo, en pa r ticular su doctrina ~el .E~tado como
(Ji PI< , p. 318). tota lidad por la cual nicam en te el md lv ld~o pued e
Aq u estalla con la mxima fuerza la contrad iccin ad qu ir ir su realida d y su valor ; esta ~lecctn es la
fu ndamental de la filosofa de H egel : la contradic - de los conservadores de la derecha hegel iana, del pan
cin ent re su mtodo y su sistema. germani smo y. finalmen te, del fascismo. total itario.
Su mtodo d ialctico le con duce a demostr ar, con O tros conservan j ust ificaciones del Sistema, no de
la necesidad d e lo que es, la necesidad ta mbin de lo q ue concierne dir ecta ment e a la sociedad y al Es-
SIl desap aricin y de su muerte ; le lleva a !ocparar tado, sino a la concepcin de Dios.
las contradicciones In ternas que constituyen la vida Es la tenden cia de algunos telogos protestantes e
de cualqu ier cosa, en la nat ural eza, en la hi storia, en incl uso catlicos.
el p ensamiento, y la fuente de su movim iento; le Al margen de estas dos interpretacion es, .otr os han
conduce a mostrar q ue cada una de estas desap ari - dad o ms importan cia al mt odo q ue al mtem:-. Es
d ones y d e estas muert es es un momen to del naci- decir, que se adhiri eron a este aspe.cto del pensalllle n.to
mi en to y del desa rrollo de una r ealidad ms ri ca, hegeliano que se refiere al estu dio de las con rrad lc-
pu esto que en cada nueva etapa lo viejo es a la vez cienes en la esen cia misma del mundo, y q ue recha-
suprimido como tal , conservado y supe rado; le con- zan (da conciliaci n sustentad a por H egel.
d uce a mostrar qu e ese mo vim iento de la tot alida d Ent re stos, ha y los q ue se contentaron con recha-
vivien te del mundo y del hom br e no tiene n i lim ite za r la r econ ciliacin y el sistema, y que no .han. con-
ni fin. ser vado de H egel ms q ue la toma de conscrencr a de
Su sistema , al contrari o, ideali sta y especula tivo, se la contradiccin, la concepcin trgica del mu ndo y
presenta como u na totalida d acabada, es decir, muer- del hom bre, q ue es un momen to del pensam iento
tao La pretensin de hab er alca nzado la verdad abso- hegeliano . Al rechaza r la conciliaci n hegelian a neo
lu ta y defini tiva cond uce a H egel a colocar-se en el ga ron tambin cualq u ier ten ta tiva d~ superar !a con-
fin de los tiem pos y a reconstit u ir indefin ida men te tra diccin, y considera n esta traged ia como msupe-
un desarr ollo flue se ha fijado en la etern ida d mue rta ra bie. Se puede colocar en esta categora las d iversas
de un sistema cerrado, de una verda d dogm tica q ue interpret aciones cx iste ncialistas . .
dice 10 q ue es y lo q ue no p uede ser de otro modo en Una ltima forma de abordar el pen samiento he-
la natu raleza, en la historia y en el pensamien to. gelia no consiste en r echa zar , al igu al q ue los anter i~.
Esta contrad iccin fu ndamen tal explica la div ersi- r es, el sistem a, en ad her irse al mtodo de d escu br -
da d de las in terp ret acion es de H egel, q u e se pu eden mi ento de las con tradicciones, pe ro saliendo de la
dividir en cuatro grupos principales. jaula de la idea h egeliana, en buscar ! a ra z de ~s
En primer lu gar estn los que se adh ieren al siso tas contradicciones no ta n slo en las ideas a nt ena-
290 El pr1l.fa mielllo (le H egel V. H rnncn ismo (le H egel 29 1

r es, sino en el m undo real, do nde n acen , se desarro- una pr imera inversin del orden rea l. Por esa nega-
llan y m ueren las ideas. A partir de ah se hace ci n de la negacin, la dialctica se en cu entra up'!es-
posible conceb ir la superac i n de estas con tr adi c- ta de n uevo sobre sus pi es, y de instr umento d e JUs-
ciones, n o por la conciliaci n hegel ian a, sino por ti ficacin especulativa del orden esta blecido 9-u ~ era
el cambio de las condiciones materiales, h istri cas, e n Hegel, pasa a ser instr umen to de descu br imi ento
sociales, q ue engendr aron estas con tradicciones en el d e las con trad icciones intern as del mundo y de supe-
mundo y en el pensamiento. Este camino es el del raci n r eal de estas con trad iccione s, no por va de
marxismo. conciliacin espiritual, sino de tra nsforma cin revo-
Los otros tres tip os de interpretacin tienen una lu cionar ia del mundo r eal.
caracterstica comn , se apoderan de un aspecto o de ste es el cami no segu ido por Marx.
un momento de la filosoffa hegeliana y se mantienen Constituye la (m ica su pe racin verdadera de H e-
en l. Per manecen, pues, ms acd que el mismo H e- gel, y conforme al mtodo d ial ctico por l ela bora do.
gel. Uno de los pri meros come ntaristas sistemticos H egel hizo fran q uear al conocimiento una etapa de-
de Hegel en Francia p udo decir con alg una razn: cisiva: de la in tu icin sensible al concepto. Marx, al
T odas las crticas de H egel permanecen en uno u recoger la ri ca herencia de esta di al ctica, mostr q ue
otro de los grados inferi ores de la conscien cia, tal el conce pto no era el grado ms elevado del conoc -
como los define la Fenomeno og aw (Ro ques, H egel, m iento, p ues ms all esut la prctica. La pnlcrica tal
p . 172). como la con ceba Mar x, no es nicam en te lo con tra-
La nica manera posible de su pe rar)) a Hegel r io del con cepto, sino q ue lo int egra a ella con todo
consiste en colocar se, en primer lugar, en el movi- el conocimie nto sensible y todo el cono cim iento ra -
mi ento ascenden te de su pen samiento, segu ir la dia- cional, como uno de sus momentos.
lctica intern a, r echazar la o bedienc ia al manda to Conten ta rse ro n volver al materialismo sin inte-
arbitrario de det en er el desarrollo en el momen to en grar la r ica apo rtacin hegeliana hubiera sido un re-
qu c H egel, habiendo ent revisto el orden social que troceso. Despus de ha ber elogiado a Fcuer bach por
corresponda a sus exigencias de clase, pre tendi fr eo su crtica materiali sta a H egel, Marx seala: Si se
nar la h istor ia. le com para a H egel, Feuerbach es muy pobre (Karl
Ll egados a este punto, la obligacin q ue se nos im - Marx, Carta a Sc1lweitzer, 24 de e nero de 1865).
pone de descubrir en el pen sam iento de H egel las El mrito in compar abl e de Hegel comiste en ha -
razones hi stri cas de la inversin . q ue realiz, con- b er conceb ido al hombre total como llevando en s
duce a descubr ir un n uevo mtodo de investigaci n todo 10 q ue las generaciones de los ho mbr es crearon,
de las contradicciones y de su fu ente, a adquirir con s- experimen taron y concibieron por su traba jo, sus com-
ciencia de q ue el mundo engend ra las ideas, }' no la b ates, su pensamiento.
Idea al mundo. Para en contrar el mundo r eal y el La evolucin h umana es el paso a una realidad y
orden r eal del desarrollo, hay q ue in ver tlr ese oro a una verdad siempre ms con creta . Pues, para H e-
den de l idealismo y de la especulaci n, q ue era ya gel , la verdad es siempre concre ta : La Idea es esen -
292 El pensamien to de H egel V. H um ani s mo de H egel 293
calmcn tc concre ta, p ues lo verdadero no es abstr acto; Cada filosofa par ticular expr esa el gra do de toma
lo abstracto es lo que no es verda de ro (1/ PIl , p . 105). de consciencia del espritu por s mismo, incluso, P?'
Ca da accin y cada pensam ien to del hombre. en el d emos decir , en la perspecti va de H egel, puesto qu e
pasado, no es, p ues, ms q ue un grado necesario de a mbos no forman m s que uno, que eXpres.l la toma
su. desarrollo, de su total toma de consciencia por si de consciencia de la re ali dad por s misma .
mismo. El problema esencial de la crti ca filosfica, pr eocu-
Esta evolucin es necesar ia como el movimiento p ada por integrar cada momento del desa r rollo de la
mismo de la vida. La marc ha de lo abstracto a lo con- ver dad total, no consiste, pues, en re chazar o en re -
Ix ct? es una ley tan to de la na turaleza como del Peu- fu tar una filosofa anterior o una filosofa an tag ni ca,
sa nu ento. H egel emplea frecuen temente la analoga sino en separar en ella lo que era la toma de conscien -
del germen VI\"O q ue se desarrolla y se despliega en cia, an incompl eta, insuficien te, deformada, de nn
la mu ltip licidad concreta de sus determinacion es, a aspecto de la r eal idad. Es ms fcil r efu tar que j us-
travs de mltip les cont radicciones. tificar, es decir. ver que su braya r lo qu e hay de afir-
La natu ral eza del esp rit u, de la I dea, es aliena rse mativo en alguna cosa. La histor ia de la filosofa
pa.ra encontrarse . Esta compara cin sirve para des. mu estra, por u na parte, el lmi te, el lado n egativo
cri br el mtod o dialctico en filosofa . el e los pr incipios, pero ta mb in, por otr a parte, el
La imagen de este crecimient o orgn ico perm ite l lado afirmati vo. No hay nada ms fcil q ue mostrar
H egel mostra.r el ver dadero carcter de la crtica )' el lado n egativo. Sati sfacemos nu estra consciencia al
de la refutacin filosfica : Esta r efutacin se pre- consta tar q ue estam os por encima de lo qu e juzga-
senta en todo desarrollo al igu al q ue cua nd o el r- mos cuan do descubrimos el lado negativo. La van idad
bol sale de la semilla. La lla r, por ejemplo .. . . es est halagada ; superamos, en efecto, lo que r efu ta-
refu tada por el fr uto. El fr ut o que viene en l timo mos; per o si superamos, no penetram os; ahora bien ,
trmino, encierra todo lo que 10 ha precedido. todas para descubrir el lado afir mativo se pr ecisa haber
las cor tezas qu e se desarrollaron anteriormen te. No penet rado el obj eto, haberlo justi ficado ; ello es m u-
puede llegar a realizarse sin estar pr ecedido por los cho ms difci l qu e refutarlo. En la medirla en qu e
gr ados a nteriores (El Ph, p. 116). las filosof as sean refu tadas, ser necesar io igualm ente
La idea pr in cipal de la H istoria de la filosofa y de q ue sean conser vadas (H P/. p . 11 7).
su concepcin de la cr t ica filosfica se despre nd e ele Si resu lta fcil ver en qu es insuficien te tin a f il o-
las con clusiones d e sus L ecciones cuan do, al hacer el sofa, difer en te de la r ealid ad total que t iene por
balance de sus estu dios h ist ri cos. H egel los resume mis in expr esar, ms d ifcil es compr en der p or qu
en esta constatacin: no ha hab ido n unca ms qu e e xpresa un momen to necesario de la toma de con s-
una sola filosofa, que se identifica con el nacim ient o, ciencia. La refutacin consiste entonces en r echazar
el desarro llo y la expansin del espr itu ; cada siste- IJ. pretensin de esta filcsoa. en cxpr esar la verdad
ma filosfico es de ello un momen to y un aspecto ne- to tal. y situarla en su lugar como un a.~pc c to o u n
cesario, momento del acceso a esa ver dad : uLa refutacin no
29 l El pensamiento de H egel v. H umanismo de H egel 295

hace smo colocar en un p uesto in fer ior una detcr- de vista idealista }' especulativo, lo que le conduce a
minacin, sub ord in ndola (Ib id., p. 110). Descubr ir obligar a la h istor ia a entrar por la fu erza en sus es-
lo qu e en cada sistema es un ilat eral, exclu sivo, es q uemas dogmticos y no duda en rec ha zar todo lo
decir, finalmen te, abstracto. es la funcin de la filo- q u e se resiste a su sntes is.
sofa q ue qu iere exp resar la realidad con creta , tota l. Su peri odizacin de la histor ia de la filosofa es en
Esta preocu pacin por no de jar que nada se pierda este aspec to carac terstica : deja de lado en primer lu -
de lo q ue cada verdadera filosofa pu eda revelar de gar las filosofas or ientales, a las que slo consagra
la reali dad no p uede confu ndirse con el rel ativismo algun as pginas. Segn l, n o form an parte de la filo -
y el eclect icismo q ue colocan a todas las filosofas sofa propiamen te d icha .
en un mismo plano y toman en cada una algo par a Por consiguien te, en la histor ia de la filosofa no
fabricar as u n traje de Arlequ n . H egel nos pone h ay m s que d os par tes: la filosofa gr iega y la filo-
en gua rd ia contra esta car icatura de su pensam ien- sofa germn ica.
to: No hay que confun dir este concr eto con el cclcc- Slo con la filosofa gri ega, que empieza con Tales,
ticismo, es decir. la simple un in de d iferentes an o el pensamien to, q ue ya no se refugia en la inmvil
dra jos para hacer con ellos un vestido (H PII. p. 119). eternidad de lo Un o, se determina. Pero en esta etapa
El crit er io y el juez son aqu lo r eal m ismo. d el pensamiento a n no d istingue clarament~ lo .sub-
La Idea no forma sino uno con lo r eal : sin 10 cual j etivo y 10 objetivo ; pu es al pensar cree aun mge-
no es ms q ue abstra ccin sin verdad. n uamente qu e posee ya de en trada la cosa.
La Id ea es, en definitiva. 10 rea l en su totalidad La segunda parte es la filosofa germnica , es
concreta. es decir, la re alidad q ue ha llegad o a la d ecir, la filosofa en el cristian ismo, en la que <da
plena consciencia de si misma. subjetividad exist e pa ra s!. Comienza con Desear-
Esta concepcin de la h istoria de la filosofa y de tes, con el cog to ergo .sum..
la cr t ica filosfica q ue con sidera cada filosofa como' As como no exista filosofa ori ental. tampoco exis-
un momento o un aspect o de la rea lidad total. q ue t a filosofa ro mana , simple prolongacin de la filo-
debemos despojar de 10 que tiene de unilat eral r rle sofa griega. o prepara cin de la filosofa cr istiana.
exclus ivo para integrarlo en un a verdad ms com - N ada de filosofa propiamente dicha duran te la Edad -
pleta y ms concreta , esta concepcin q ue aparta y Med ia. Nunca filosofa en tre los pueblos eslavos. En
excluye el eclecticismo al tomar por juez de la im- los tiempos mod ernos, ningu na otra filosofa qu e la
portancia de cada filosofa a la h istoria general de la filosofa gerrudnica, es decir, en suma, la corrien te
poca de la que es una expresin espir itual, )' que r e- filosfica qu e va de Kant a H egel. y de la cual Des-
conoce como criterio supremo la realidad total, con- cartes y Bacon junto a j acob Boehm e, no son ms
cre ta. es u na de las aportaciones ms valiosas de q ue la preh istoria.
H egel . Por fortuna. como siempre sucede en H egel, la
Ciertamen te. en la h istoria de la filosofa. como en r ealizacin prctica, gra cias .1 su sentido profundo de
ot ras cosas. H egel aplica la d ialct ica desrl(' Sil pu nto la h istor ia, desbo rda y supera en mucho las exigen -
296 El pensamiento de H egel V. H umanismo de Hegel 297

cias dog mt icas del sistema, )' sus anlisis de las gra n. d isuelve en la transparencia racional del pen samiento
des filosofas son suma me nte substanciosos. filosfico. Esta filosofa constitu ye u n todo, e int egra
La filosofa, para H egel, es la coronacin. la con - todos los momentos anteri or es del arte, de la r eligin
clusin de todo el desarrollo del espritu . La filosofa y de la filosofa y se los subordina . Es verd ad era men t e.
es la unidad del arte y de la re ligin en el sent ido y esta vez en un sentido diferente del cn tico de Lu -
de q ue la int uicin, exterior segn la forma, del tero, (11a muerte d e Dios, o, por 10 menos, el crep s-
ar te, cuya produccin subjetiva. di spersando el con . c ulo de todos los dioses, porque la di alcti ca hegel iana
l ~nido substan cial en nu m e~osa s figu raciones indepen - d e la h istor ia y del espr itu hace de cada dios slo .nn
d ientes , se ha lla comprendido en la totalidad de la m omen to de la r ealizacin del hombre total. No existe
religin . cuya di visin q ue se desarrolla y la media- n ada fu era del hombre )' de su h istoria.
cin de los momentos desarrollados en la r epr esenta. C ierta me nt e, no es posible cons idera r al mi smo H e-
ci n se retin en en un todo, pe ro incl uso u nidas en la gel como un a teo: es en el lenguaje y en las catego-
simple intuicin espir it ua l y elevadas a continuacin r as d e la teologa donde l concibe la realidad del
al [ensom iento conscien te de si mismo. Esta ciencia h omb re, y el ideali smo ob jetivo de su siste ma el q u e
CS, por tan to, la noci n del arte y de la r eligin re - lo cond uce, a pesar de las exigencias profundas de su
conoci da por el pensa mi en to, en cu yo concep to, aq ue- mtodo, a colocar siempre el espritu n o slo al fin al ,
llo q u e hay en el de diverso conten ido es conocido sino al princi pio del desarrollo de la totalidad, es la
como neces ari o y esta necesidad reconocida como libre t ransposicin de los tem as fun dam entales del pensa-
(Ene, .572). ' mi en to religioso.
La hi stori a de la filosof a es el desarrollo d ialc- Pero su filosofa excluye tan radicalm en te la ex isten -
tico necesario de los descubri mientos del hombre qu e cia de todo lo q ue sea, Dios o naturaleza. exter ior al
se r efieren a lo absoluto. La ltima filosofa (es deci r. pensamiento y a la hi storia, que su posterida d filo-
natur alme nte, la suya), di ce H egel, cont iene todo 10 sfica deb a necesar iamente acabar en el atesmo.
que ha pro duci do el tra baj o de mil es de aos ; es el La inversin atea del hegelian ismo hecha por Feu er-
r esultad o de todo 10 que la. ha preced id o (11 PlI , b ach , )' la inve rsin ma te rialis ta del hegelian ismo he-
p. 109). cha po r Marx. iban pro nto a rom per la e strech ~z es-
Pero no es nicamen te la superaci n de todas las pecul ativa del ideal ismo hegeliano bajo el em puj e de
dems filosofas, pues, como toma de consciencia ade- la hi stori a m isma, q ue no poda ma nt enerse en " la
cuada de la totalidad de lo real, cont ien e )' supera to- jaula de la idea h egeliana y q ue ro mpi sus l mi tes;
das las revelaciones simplemente figura tivas del art e despus de ha ber r~conocido q ue no exista nad~ fue.ra
y de la r eligin . En este desenvolvim iento verdad era- de la creacin con tin uada del hombre y de su his toria.
mente racional, es de cir. li bre . del pensamien to, no r esultaba imposible frena r la h istori a en cua lq ui era
hay ni ngn da to, n i siq u iera ese dato qu e cons- de sus re alizaci on es. Apen as h ab a muer to H egel. el
rit uye la revelaci n de la r eligin positiva. Esto empuje de las fuerzas nuevas en la hi stor ia, en ~ a
no es a n ms q u e una imagen o u n mi to qu e se m isma Alemania , avanz m s alt'! del conservaduris-
298 El pe nsamient o de H egel JI. H uman ismo de Hegel 299

me hegeliano que le inspirab a la pretens in de ence- naturaleza como en la histor ia, r enu nci ar a las preten-
rrar todo lo r eal en la et ern idad muer ta de un sis- siones de un sistema cerrado para abr ir la dialctica
tema.
a la r ealidad en formaci n. No se tratar ya desde este
La filoS?fa slo puede ser concl ui da si el esp ri tu mom en to, pa ra la filosoa, de senti rse a gu sto en el
se .ha realizado plcn ament e. La r ealizacin de la idea mu ndo con ten tndose con racional izarlo y can on izarlo
eXIge la ,r eaIi7.acin del ser, Algunos textos de H egel, tal como es, sino de conv ertirse en un mom ento no
y todav a mas la idea principal de su filosofa, la s610 de su toma de conscien cia, sino de su transforma-
Idea. de una totalidad fina l, pueden llevar a esa con - cin . Marx ded ucir esta conclusin en un a for ismo
dWiln . clebre : Los filsofos no han hecho ms q uc in ter-
. ,Esta i~ea de un fin de la histori a est en con tradi c- pretar el m un do ; de lo que se trata ahora es de tram -
cl~n radical. con la ~oncepci~n hegeliana de l espri- formarlo ( Karl M arx, T esis sobre Feuerbach, 11 ).
tu . el esp ritu ha sido definido, por oposi cin a la El gallo francs acababa de cantar por segunda vez,
naturaleza, como act?, como creacin espi r itual, en d urant e las jorn adas de 1830 , y la prop ia burguesa
u ~la P? lab:a. como ten ien do una h istoria. Si ya no tiene alemana entr evea ya, cn plen a ascensin econmica.
historia, SI su historia ha t~~minado, si ) 'a no es pro- otros hor izontes hi stricos y polti cos que los de la
ductor de lo nue vo, el esp rrrru se convier te en na tu - F losotta del derecho d e H egel ; en la asam blea de
~l~~a. esa natu raleza q ue para H egel es simple repe- Hamzach exiga, el 27 de ma yo de 1832, la un idad ale-
ucion de ella misma. mana y la repblica. En 1844 el levantami en to de
La h istoria rea l ha quebrado esta contrad iccin , un i- los teje dores de Silesia fu e el anuncio de Fue rzas hls-
da en .He~cl a su si t ll~ci?n histri ca ; H egel q ui ere a r ri ca s qu e abr an una perspectiva de cam bios hist-
la vez j ustificar el movrrm enm r evol uciona r io como un r icos an ms pr ofundos.
momento ~ecesario, pero fr enarlo lu ego del xito de El gran poeta Heinrich H ei ne. q lle tan clara cons-
las revolucion es bu rgu esas. Ahora bien , despus de ciencia t uvo de la sign ificacin de e5t05 primeros in-
Hegel. los hombres co nt inuaron inven tan do y hacien- dicios de un mundo nuevo que estaba naciendo, rin-
do su pr opia h istor . di a Hegel el ms br illa nt e homenaj e al situar SIl
Marx lleg a la co nclusin de esta imposibilid ad obra en la pe rspect iva de esta larga histori a. En una
del gra ndioso sueo de H egel de ahogar la totalidad pgina a la vez ir nica y lcida. en la 9ue deduca el
de l0 .rcal en una red sistem tica }' cerrada de concep . vinc ulo interno entre la f ilosoll a hegeliana )' el mo-
tos. 1\0 pued e haber filosofa concl uida en u n mun- vimie n to pol tico diri gido contra las supe rv ivencias del
do que no lo est. Las revol uciones del siglo XIX dieron rg im en feudal y del absolu tismo, en la q ue su bra-
la pr ueba de la in fi nitu d de la prax is humana el vaba las te ndencias r evoluci onarias profundas de l pen o
tra nsformismo dio la prueba de la infinit ud del deve- ~a m ien lo hegeli ano. y en la q ue ten a el prcseru i.
I1Ir crea dor de la ma teri a en todos sus ni veles desde mi ento de las prxim as te mpestades del siglo, escri-
la fs~ca hasta I~ biologa. La filosofa deb a rc .; un ciar hia : La filosoffa alemana es una gran cosa. algo q nc
a la Idea hegeliana de la totalidad fina l, tan to en la con cier ne a toda la especie hu mana y nicam en te nnes-
300 El pensamien to de H egel

tres ms lejanos descendien tes estarn en condicione s


de juzgar si merecemos el elogio o la censura por ha-
ber conce bido nu estra filosofa an tes de habe r hecho B IO(; RAF I A
nuestra r evoluci n. Me par ece qu e un puebl o tan
metd ico como el n uestro deba comenzar por la Re- 1770 Hegel nace en Suutgar t (27 de agn ~t o) .
forma, y slo despus poda ocuparse de la filosofa : 1788 Estud ia en Tiibingen hasta 1793.
y slo despus el e hab erl a terminado por comp leto nos 1790 Se doctora en filosofa.
era posible pasar a la r evoluci n pol ti ca. El pe nsa- 1793 Acaba los estu dios de teologa en ' thi ngcu .
m iento precede a la accin como el ray o preced e al 1793 Preceptor en Berna hasta 179li.
tr ueno. Pero el trueno alem n, finalmen te, es alem n 1796 Preceptor en Frankfurt hasta I HOI.
tambin l ; no es parti cular mente rpi do y se apro- 1799 M uert e de su padr e.
xima con cierta lentitud ; pero termi na por estallar, 1801 Profesor cn j ena hasta 1808.
y en tonces, al or un bra mido tal como no se ha sen- 1801 C urso de lgica y de metafsica.
tido nunca en la historia u niversal. spa nlo bien : el 1803 Schelli ng abandona la Universidad de j ena.
tru eno alem n final mente alcanzar su obj etivo. 1806 Napole n en tra (' 11 j ena (H de octu bre).
H egel. al manifestar al hombre que l es su propi o 1808 Director del Gpnn;simn de N rcm bcrg has-
creador y al descubrir la ley dialctica del desarrollo ta ]816.
de toda cosa, fu e, a pesar de sus propias tendencias 1811 Cont rae matrimon io con Mara VOI1 Turh cr.
conservadoras. el portavoz de la tempestad . Y Goethe . 1813 Nacimiento de Sil hijo Carl os (futuro histo-
el otro gigant e, su contemporneo, dio la clave de la ri ador : 18 13-1901).
sup eracin necesari a de la obra h egelia na, del p a ~o d e 1811 Na cimient o de su hi jo g mma uu cl (futuro
un a filosofa q uc interpreta el mun do a un a lucha qu e telogo : 18 14-1891 ).
lo transforma : 1816 Profesor en H eidelberg.
181 8 Profesor en Berl n .
En el prncipo cm la accin. 1830 Rector de la Un iversidad de Berl n .
1831 Mu cre el 14 de noviembre.

sm
B ibl ograiia 303

1817 Enc iclope dia de las ciencias filosficas.


1821 Filoso a del derecho.
BI B L lO GRAFfA 1831 R esea del libro de O hlert : Der I deal-
realismus.
I i XDl CE <:lw :\ou G I{ ;O D E L A S O BR ..\ S D E HEGEL Art icu lo sobre el Refor m Bill ingls.
1792) 793Scrmonrs (ISobre Ja j usticia de Di os,
Sobre el reino de Oj OS,) Sobre la Ie 11 CUR S OS UF. H E G E l.
Sobre d esp rit u de rccnci liadn ))). . P UBL ICAD O S D ~ S P U t S DE SU MU E RTE
J 791 R eligin nacional )' cristansmo.
1795 Vida de Jess. Esttica.
1795179G La posit ividad de la region cristi ana.
179<i Lecciones sobre la filo.w fia de /a historia (Cursos de
E eusis (poema).
1798 1822 a 1831).
Sob re el estado act ual ele los asu n tos de L ecciones sobre la historia de la fil osofa (Cursos de
JVurte nhe rg. 1823 a 1826).
Crtica de la metafsic a de las cost u m bres L ecciones sobre fi lo.m flo ele la I'l'ligill (Cursos de
de Ka nt. 182 1 a 1831).
El espfri~u ~el cristianismo y su destino.
1798 1799 L a const tuc n del Esta do alennn
1799 Comentario sobre el tratado de' eco~ o mia III O B R A S CO M I' I. E TA S n u HEG EL
pol tica de James Steward (obra extra.
Viada). Sdm t che lVe rk e [jub ilaumsausgnbc]. ed icin de
1800 System fragm ento H erm ann Glockner, 26 vals. (Sm u ga t t : Frommans
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302
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f N D IC E A N A L f T I G O

Absolu to 29 Escept icismo 88


Abstra ccin 191 Esencia 189..199
Accin recip roca 202 Espritu 15-16, 23, 92, 144
Alienacin 12, 98. 103, 108, Estado 133-136
lOO, 113-1J8, 135, 230, Estoici smo 87-88
269
Amo r 17, 262 Fenmeno 197..199
Arte 140- 142, 222, 246-264, Filosofa 244.2 45, 282-300
284 F ina lidad 42, 55, 65, 96,
Atesmo 184.282, 297 165, 172, 196, 215-217
Atom ismo 182 F in ito e infinito 17, 51,
Atraccin y repuls in 73, 58-59, 76, 78, 178-182,
1B3 IB> 195-19G, 264-267
Fuerza 73.. 74, 198-199
Ca mbios cuant ita tivos
y cualitativos 187-189 Helenismo 18, 108-110, 255
Circu laridad 4 1, 166 H istoria 15, 135, 138,
Clasicismo 251, 255260 229 244
Concepto 76-77, 96, 162, Hombre tota l 11, ISO, 242,
203 209 256, 283
Co nsciencia 76..81) Huma nismo 242, 27+, 279
Conscienc ia desven tu ra d a
89, 9 1, 113 Idea 59, 218. 221, 29 1
Contrad iccin 3 7, SO, 53-56, Idea lismo 35, 66, 157,
165, 194-195, 222-223 249-251
Cosa en s 46, 49, 74, 159, Idealismo subjetivo e
178 idealismo objet ivo 58,
C ristian ismo 14. 16, 23..24, 69, 15 1
89.90, 136, 270.273, 286 In ma nencia 226, 277-278

De seo 78-83 J uicio 207-2 10


Deve nir 42-43, 175
Dia lctica 15, 39, 44, 48-60, Ley 75, 95
164, 169, 222- 22 7, 296 Lib er ta d 11, 14-15, 25,
Ente ndimiento y razn 57_ 47.48, 58, B7 , 135,
60, 160-162, 192 241-246
309
310 El ju:n l (l lll iell to de H egel

Lgica 164-167, 192-193 Revolucin Francesa


11-26, 122
Mediacin 159 161 Romanticismo 251, 260264 Impreso en el mes de julio de 1974
Mtodo 39, 43 45 en los ta lleres de Ariel, S. A.,
Mtodo y sistema 288-290 Saber a bsoluto 41, 45, 48, Avda. J. An tonio, 134- 138,
M uerte (de Dios) 143. 146, 61, 140, 147-]5] , 1.'i3 Esplugues de Llobrega t
273-274, 280-281 Sensible 67-72 (Barcelona )
Seor y siervo 84-87, 234
Necesidad 200-203 Ser y nada 171, 174-178
Neg acin de la negacin Silogismo 209-212
48,56 Simbolismo 250, 25] 255
Negativida d 58-59, 233 Sociedad civil 18-19, 133
Subjetividad 14, 207,
Objetividad 212-213 258-262
Objetivismo 132 Substancia 200-201
O ntolgico, argument o Sujeto 46-47, 205
165, 212
T otalidad 39-43, 198, 221
Progreso 15-16, 232 284
T rabajo 85.87, 22923 0
Propiedad 131-136 Tragedia 109-112
T rans cendencia 153, 227-280
Razn 919 4
Reflejo (reflexin) 190
Re lacin 190 Uto pa 33, 37
Religin 119-123, 139-140,
145, 222, 244-245, Vida 17, 32, 78-79,
264. 282, 285 286 2]9-220

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