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Introduccin
Ensayos histricos
Antonio Alatorre
por Hernn Lara Zavala..278
Ramn Alcorta
por teresa Allyn Torres.282
Ida Appendini
por Mariapia lamberti..286
Antonio Ballesteros
por Jos Luis Becerra Lpez.289
Alfredo Barrera Vzquez
por Laura Caso Barrera..291
Eduardo Blanquel
por Josefina Mac Gregor y Juan Puig..295
Emilio Carballido
por Manuel Gonzlez Casanova..293
Juan Comas Camps
por Carlos Serrano Snchez.322
Mara Douglas
por Hctor Gmez...329
Salvador Elizondo
por Paulina Lavista..331
Javier Esquivel
por lvaro Rodrguez Tirado..334
Alberto de Escurdia
por Jos Ignacio Palencia..337
Justino Fernndez
por Jorge Alberto Manrique340
Sergio Fernndez
por Gonzalo Celorio344
Marta Foncerrada de Molina
por Durdica Sgota.346
Alaide Foppa
por Annunziata Rossi..347
Marianna Frenk-Westheim.353
Jos Gaos
por Fernando Salmern..356
Margo Glantz
por Marcela Palma..369
Eli de Gortari
por Jaime Labastida378
Miguel Len-Portilla
por Mercedes de la Garza.....399
Alan Lewis
por Jos Luis Ibez...401
scar Liera
por Soledad Ruiz.402
Francisco de la Maza
por Elisa Vargas Lugo.420
Hctor Mendoza
por Jos Luis Ibez...424
Menndez Samar
por Joaqun Macgrgor..425
Francisco Monterde
por Carlos Solrzano..437
C. Ulises Mouline
por Ana Prez Ransanz.444
Angelina Muiz-Huberman
por Mara Andueza..447
Eduardo Nicol
por Enrique Hlsz Piccone.450
Salvador Novo
por Nstor Lpez Aldeco451
Carlos Pereyra
por Bolivar Echeverra465
Martn Quirarte
por Vicente Quirarte472
Beatriz Ramrez de la Fuente
por Mara Elena Ruiz Gallut y Leticia Staines Cicero475
Alfonso Reyes
por Alicia Reyes...479
Luis Ruis
por Arturo Souto Alabarce..483
Wenceslao Roces
por Ernesto Schettino Maimn..487
Fernando Salmern
por Len Oliv..509
Pedro C. Snchez
por Jaime Mrquez Huitzil..512
Kleomenes Stamatiades
por Nstor Lpez Aldeco522
Juilo Torri
por Beatriz Espejo...526
Salvador Toscano
por Beatriz de la Fuente.528
Manuel Toussaint
por Beatriz de la Fuente.531
Wonfilio Trejo
por Myriam Rudoy...532
Rodolfo Usigli
por Lech Hellwig..534
Jos C. Valads
por Patricia Galeana536
Luis Villoro
por Paulette Dieterlen.542
Fernando Wagner
por Aime Wagner..547
Joaqun Xirau
por Ramn Xirau..549
Ramn Xirau
por Octavio Paz550
Vera Yamuni
por Ricardo Horneffer.553
Agustn Yez
por Eugenia Revueltas554
scar Zorrilla
por Jaime Erasto Corts.55
Semblanza directores
Agradecimientos505
Presentacin
0
lista en los estudios histricos sobre la Facultad. Se trata de una his-
toria "apologtica", como ella misma la denomina, en la que se propo-
ne destacar los aspectos ms valiosos que, a su juicio, han reinado en
los distintos momentos histricos de la Facultad, la significacin y el
valor de los estudios que en ella se realizan; es una historia que fun-
damentalmente atiende al valor de la enseanza humanstica y cuya
intencin es:
"
Cabe advertir que, aun cuando ha sido posibl e in cl uir JlS se mb lan-
za s de ml s de cicnto setenta acad mi cos, cs evidentc que se trata sl o
de unil selecc in y que no se han in corporl{lo quiz< mu cha s figura s
cmin e ntes quc mercccran cstilr tambi n aqu. No obstante, tal selcc-
cin ha procurado atender a ciertos criterios COIllO son la categora <lca-
dmi Gl, 1<1 obra produ cid<l , la entrcga 11 las tlrClS dc doccn cia y la tr<l s-
cencl en ci a de S la S en la Fa cultad , CO I1 el fin de dar una idea de la
excel encia de los aCldc mi cos de la Fa cultad de Filosofa y Letra s.
LlS se mblanza s reVelln el d ilogo e ntre ma estros y a lum nos, la opi-
ni n de los pares o la del familiar ce rca no, ya que, e ntre quienes la s
han escrito , dgunos so n herederos intelectuales de los eminentes for-
Illadores que ha tenido la Facultad, otros son co lega s que han conoci-
do de cerca su trayectoria acadmi ca, o bien, pcrsonas que convi vcn
co n ell os, pero qu e son capaces de val orar su vida cultura l. En todos
los casos, son aproxima ciones a la pe rson alidad del profesor, asi C0 l110
a su obra y su l<lbor docente ; busc<ln presentar una imagen vi\'a de su
personalidad moral e intelectual. Alguna s de la s semblan zas, inclu so,
intent,ln re scatar las figura s de pen sadores y c readores qu e con sti-
tu yen sin duda lin o de los pilares centrales de la s humanidl{les en M-
xico y que so n ejemplo de la excelencia aCldmi c:I en los di stilllos
campos y reas. El repertori o de mu chos de los desta cados humani stas
mexicanos y extranjeros que han tenido una presencia e n la Fa cultad
es altamente sign ifi cati vo del sitio que ella ocupa e n el mundo intelec-
tual del pa s.
Esta s semblan zas, en fin , constituyen un reconocimiento l la vida
acadmica; bu scan reflejar, capturar de algn modo, tanto la persona li-
dad del profesor, C0 111 0 la comun idad cultural, el di logo que se establ e-
ce en las rela ciones Clllrc di scpulo y 111lestro , j venes y viej os, entrc
colegas. Se refleja ah no slo la pe rso na sino su improntl, su repercu-
sin y la ejemp laridad de su en sean za.
Toda s la s semblan zas, pues, son tra zos que mod elan un perfil del
maestro en nuestras reas human sti cas. De toda s ella s se podra se-
guir un hil o del cual se Vl extra yendo, por un lado, la riqueza de la s po-
sibilidades del acadmico de la Faculwd, y por otro , dc aquella s nota s
comunes qu e lo ha cen destacarse como verdad ero profesor. La s sem-
blan zas nos revclan, cicrtamelHc, virtudes uni versalcs del humani sta
en sus vc niclHes de ma estro y de creador.
f. G. l'
Introduccin
De la Escuela de Altos Estudios
a la Facultad de Filosofa y Letras
Juliana Gonzlez
13
quc su estat ul se irguie ra e n el patio del edifi cio de \la sca ron es, y se
encuentre ahar;] c n el jardn ccntnl1 de la Facultad.
y los orge/lcs /IIodcnlOs de esta se hallan , claro esta , en la Escuela Na-
cio nal de Altos Estudios, rumIada en 1910, C0 l110 pilfte esencial de la
nUCVll Uni ve rsidad Nacional de \Iex ico. ~Esc ue l a de Alto s Estudios"
fue, en cierto sent ido, el "p rim er Ilombre~ de la que, e n 1924, sc lIan1<l-
ra ~ F;:l c u lt ad de Filosofia y Letra s". Hay en tre amba s una indudable
lnea de continu idad que ha ce dificil derinir el alcance qu e podra tc-
ner el ca mbi o ocurrido setenta aiias atrs. Aunque ta mpoco este tu vo
un se nt ido Iwda m s no min al. El Dec rctO por el que se in stitu ye for-
malmente la Flcultad llevaba imp lc ita la necesi dad de un cambio
rea l, cu alitat ivo, qu e se ir produ cien do de man e ra paulatina a lo largo
de estas siete dca da s.
Es cicrto que no so n creada s en la llueva Facultad de Fil osofa y Le-
tra s ni disciplinas ni asignaturas human sti cas que no exi stieran ya
en la Escuela de Ahos Estud ios. Al me nos est uviero n presentes la s
c1rea s b,isicas de In filosofln y Ins letras, amba s elllcndida s en su sentido
Escaleras del 'aeropuerto de la Facul tad mas ampli o y general que es aqu l cn el que quedHn co mprcndida s,
principalmente, la histOria , la psicologa, las "cie n ci as de la cd uca-
cin" y, desdc luego , la s let ra s clsicas, asi co mo la s modern as y las
hi sp ni cas.
Pero lo ms significativo es que, tanto e n Altos Estudios COIllO en los
primeros aos de Filoso fa y Let ra s, los cstudios human is ti cos, qu e
son los definitorios de est.1 Fa cultad , 110 eS/ l/ viero" scp{/mdos dc otms dis-
p/iI/(/s, ni ta mpoco de otros ni veles de e nse anza.
La Esc uel a de Altos Estudios tu vo tres secciones: Filosofa y Letra s,
Escuela No r mal Supe rio r y Cie nci as Ap li cada s ( medi c ina e inge ni e-
ra ). Coex isti eron y cOI1\'ivicron e n ella, e n estrecha unidad, lo que
hoy di stinguimos co n toda clar idad : la s "humanidades" y la s "c ien ci a s~.
Ahos Estudi os, cn efecto, se concibi C01110 un n ivel dc cnsC!;a n za cs-
pecializada , y co mo la inst itu cin ca paz de rormar proresorado.
Pe ro esta situa cin no cam bi e n ese ncia al in st ituirse la Fa cultad
de Fil osofa y Letra s. Por muchos aiios ms, s ta sigui teniendo una
composi cin a nloga. Slo ha sta 1934 la Esc ucla Nor mal Superio r deja
de formar pa rle de la Uni ve rsidad pam in co rporarse a la Secretaria de
Educacin Publi ca, y no es sino ha sta 1938 que Cie ncias se separa de fi-
losofa y Letra s, y se co nstitu ye a su vez como Facultad. Sign ificat iva-
mente, ade ms, en 1934 la F,lcultl(1 hab ia c;:llnbi ado su n ombre Jlor
~ Fa c ultad de Fi losofa y Artes", form a ndo parte de elll los est udi os de.lr-
quitectura , a rtes pl;: sticas y m sica; e n 1936 fue llamad;] "Faculwd de
Filoso f a y Est udios Superio res", y slo a partir de 1938 recohr en defi -
niti va su lctual deno mina cin.
La movi lidad es un dato notori o y co nstante, sobre todo cn la Esc uc-
la de Alt os Es tudi os y los primeros tiempos de la Facultad: en ellos se
,.,
fueron dando di stintas composicio nes dentro de las cua les los estudios
hum an sticos de Fi losofa y Let ra s no tenan de fi nido e independizado
su propio territorio y, e n co nsecuencia , tampoco lo tena n plenamente
asegurado.
Estos ti e mpos inicial es en que suelen entremezclarse las di sciplina s
tienen, a nuestro juicio, un signifi cado am bivalente. Por un lado , no
es nu evo que, e n sus prim eros mom e ntos, los co nocimie ntos se den n-
timamente unifi cados e interrelacionados. En sus orge nes griegos o
en su renacimiento en la poca modern a, las ciencias natural es apare-
ce n fundida s co n la filosofa -y co n las a rtes- y s lo tras un largo
proceso se di st inguen y separan.
La virtud que tienen estos momentos ini cia les es que e n e llos se ha-
ce ex presa a nte todo la unidad del co nocimiento y de la cultura, reve-
la ndo que no 11<Iy co mpartim e ntos estan cos, cerrados n i estticos, ca-
rentes de re lac iones entre s.
Aunque, por otro lado, tambin es cierto que esa primitiva unidad
co nlleva el riesgo de la indefinicin, y de no favorece r el desarro ll o es-
Pasillo de la Facultad. pec fi co y pl e no de cada un;:1 de la s reas. En todo caso, tambicn es in-
herente a la evo luc i n hi str ica la tendencia iJ la diferenciacin y a la
independencia de ca da una de las esfe ras y los ca mpos.
En parti cular, la filosofa !J las letras han ten ido que lu char, una y
otra vez, por su independencia y, sobre todo, por asegurar hi strica y so-
cialme nte su propia raz n de se r. Prim ero, e n la poca colo nia l, libe-
rndose de la sumi si n a la teo loga y a la relig in; despus, co mbat ien-
do las tendencias a ser absorbidas, o simplemente desca lifi ca d<l s, por el
c ientificismo o por la politizacin.
En el mundo moderno, cuando en 1910 ren,lce la Un iversi dad, y co n
e lla es crea da la Escuela de Altos Estudi os, la s di sci plin as humansti-
G IS se restablecen, justamente e n la medida en que se supe ra el cie n-
tificismo positivista, en muchos sentidos con trario a las humanidades.
Pero l.a rea lidad es que, e n su azaroso e inestable devenir, la Escuela de
Altos Est udios vio co nt inuamente lI mc naz;:HIH su ex iste nc ia . Inclu so
pudiera pensa rse que el hec ho de qu e las humanidades est uvie ran
sie mpre asoci ada s con otras d isc iplin as y con otros estudios, no era
slo indi cio de algo posit ivo sino acaso de que elltls no just ificaban
por si so las su existencia, separa da e independiente. Ya desde su naci-
miento, la Escuela estuvo sig ni fica t ivam ente marcada por la "i nu-
tilidad", y por ende, vista como algo superfluo y costoso. En a lgn
mom e nto, incluso, se ll eg a pensar en que se impanieran en ella es-
tudios tcn icos pa ra preparar, por ejemplo, ma estros en fbricas de hi-
lados y tejidos, ge logos prcticos, peri tos en granjas, co n obj eto de
que los estudiantes de Altos Estudios se capa c itaran en algo til.
Pero ta mpoco es nuevo (11i privat ivo de nuestra histori a) el que los
estud ios hUl1ltlnsti cos vell ll cuestio nada su ex istenc ia y que, no obs-
,,,
t:.nte, y II peSllr de momentos de gran oscurid<ld , logren sobrevivir.
La 1menaZ<l t iene sie mpre el mi smo origen: el co nocimiento hUI11<l-
nslico es co nsi derado "intil" y ~s uperflu o" ya desde los tiempos so-
crticos: ~ ocios a " su indagacin. Aunque hay que recordar qu e ~oc io "
se di ce en griego schol, de 1110do que origina ri amente se identifican
~ oc i o" y "escuela". El ot;IIIII itteratlm1 es para Cice rn el "descan so CO Il-
sagrado al estudio". Lo ~s uperflu o", ~ inluil" y ocioso es la "escuel a", y
sobre todo las que poste riormente se llamarn "artes liberales", equ i-
valentes a nuest ra s di sci plina s humansti cas.
Pero desde los tiempos soc rti cos tambi n, se reco noce II neccs icllld
de este oc io: su no superfluidad; se reconoce qu e, e n el fondo , lo supe r-
fluo es el "negocio" ( /l CC otiwll): el no estudio, la vi da en la ignorancia
de las cosas propiamente humana s, ajena a ese paradji co oc io-estu-
dio, slo en el cual el se r hunwno encuen tra respuesta a la profunda y
radical neces idad de su propia humani zac in y de acceder al mundo
del sentido. Lo que no es otra cosa, resumi e ndo, que la (tambi n para-
djica ) ~ n eces idad " de "libertad".
Pasillo de Posgrado. Eso explica que, de un modo u otro, la s humanidades sobrevivan, a
pe sar de la continua acusacin de su inulilidad. !\lguna neces id ad
profunda las ha ce rena ce r y mantenerse, aun en situaci o nes adversas.
Algo radical la s ha ce sobrev ivir, algo qu e justamente reve l<l qu e, e n su
cult ivo , se realizan ntima s potencialidades y ex igencias de la propi a
condi cin humana.
Sobreviven, de hecho, grac ias a qui e nes eje rce n por s mi smos, de
manera ejemp lar, esas poten cialidades. Los grandes exponentes de las
vocac ion es human sti cas que, incorpor ndose a l universo de ll s hu
manidades, ha n si do ca pa ces de recibirlo, recrearl o, co muni ca rlo y, a
la vez, contribuir a su e nriquecimi e11lo. Sobrev iven gra cia s ] la s vi da s
eje mpbnes, a los grandes ma estros que han dedicado su vida a eSl u ac_
tividad de estu d io", legando su signifi cado y su grandeza; quienes han
te ni do la capacidad , en suma, de ca ptar el se ntid o inmortal de los valo-
res hum a n st icos y transm it irl o a las gene racio nes futuras, asegurando
su pervi vc ncia.
Nuest ra Univers idad y nuestra Fa cultad no ha ce n sino reali zar, por
cuenta propia, eSle destino human o uni vers<ll.
Los maestros crea dores de la Escuela Nac ional de Altos Estudios la
co ncibieron de acuerdo con un proyecto y unos ideales que haca n pa-
tente la clara co ncien cia de esta co nnota ci n de las humanida'.les y su
intrnseca necesidad.
Sin emba rgo, tal proyecto original y tal es ideales difc ilm e nte pu-
di e ron reali zarse en tiempos tan duros y probl em ti cos como rueron
los del proceso revo lu cion ario, los cual es, como es lgico suponer, arec-
taron de manera se nsible a la Escuela de Altos Estud ios. Y todava en
los primeros tiempos de la Fa cultad de Filosofa y Letras hay signos
I (i
marca dos dc inseguridad. El ms sign ifi cativo es que a los tres meses
de sc r in stituida como Facultad, fuera cerrada por fa lta de recursos eco-
nmicos y slo reabicrw e n enero de 1925, gf<lcias.1 que sus maestros
decidicron ciar clases sin rcmuneracin.
En general. la lucha por autoden nirsc y por ilsegurar su destino ha
sido un faclOr determinante del desrrollo histrico de nucstras hu-
manidades; y lo ha sido, en parti culr, del proceso que abarca estas sie-
te dca da s e n que la Facultad de Filosofa y Lctras se ha consolidado
C0 1110 tal.
En efecto, rasgo distintivo de estos setenta aos ha sido una marC<l-
da tendencia hacia la delimitacin y defini cin de los ca mpos ji las
reas disciplinarias, y tambin de los niveles, e incluso de las funcio-
nes bs icas de la actividad acadmica. Proceso que no se logra, desde
luego, de un da para otro, pero que \' (1 a afecta r e n gene ral a toda nues-
tra Universidad.
La fundacin mi sm a de la Fac ultad de Fi losofa y Letras en 1924
impli ca ba concebir en unidad las disciplinas hum a n st icas como un
Sala de profesores. campo de estudios con vida propia, sufici ente men te justificado por s
mismo. El solo cambio de nombre na ca de la idea de concen trar y
unificar los estudios humansticos, anticipando la necesidad de sepa-
rarlos de otros ca mpos y de otros objetivos y nivc les dc cnscanz,1.
y <l mcd ida que ta les estudios se fueron estructuf<lndo, que el cultivo
creati vo de las humanidades tuvo m s co ntinuidad y estabilidad, que
su enseanza se fue fortale ciendo COIl la excelencia de sus maestros y
la autenti cid<ld de su alumnos, en esa medida , la Facult'ld defin i su
propia identidad; afianz y consolid su si lio rund'lInental, adquirien-
do una mayo r seg uridad en su deslino, lo cual 110 signifi ca que se
haya n elimin<ldo o ve nc ido la s amenazas. Se mantiene ha sta hoy la
lucha por asegurar la aUlonoma )' la irreductibilidad de nuestras di s-
ci plinas; por hacer patente y afirmar la razn profunda de se r dc la fi-
losofa y las letras, por ellas mi sma s, sin asimilarse a otra cosa, sin
bu scar final idades o alguna utilidad fuera de ella s.
Ya lo largo de estas sicte dcada s, algunos signifi ca tivos aconte-
cimientos desta ca n por haber co ntr ibuid o de manera deci siva a la
co nso lidacin acadmica e inst itucional de la Fa cultad de Filosofa y
Letra s. Son hechos que, aunque de di slint<l nalUralezl, pueden consi-
derarse hitos prin cipales en este proceso po r el cual los estud ios hu-
mansticos han ido adquiriendo su propio e inequvoco esta tus acad-
mico dentro de nuest ra Universidad. Thles hechos han propi ciado que
la Facultad cumpla de manera plena sus tareas m s propia s, man-
ten iendo vivo, en el mas alto nivel de creativ idad, el cult ivo de la hu-
manidades, particularme nte esc ncial cn eslOS nuevos tiempos en que
ame naza el imperio dclllcc O/i!!"" descalific~ndose ele nucvo nuestros
eSludios.
' 7
En el transcurso de estos aos se ha producido, en primer trmino,
una notable evolucin en los diversos aspectos estructurales de la
Facultad, que se ha hecho manifiesta en la progresiva definicin y or-
ganizacin de sus carreras y sus planes de estudio; en la separacin de
unos campos o la subdivisin y creacin de otros, etctera. A todo lo
cual ha contribuido de manera determinante, como es obvio, el creci-
miento en el nmero de alumnos y, en consecuencia, de la planta aca-
dmica. En efecto, si en 1924 haba doscientos treinta y tres alumnos y
ahora hay ms de siete mil, y si entonces haba treinta y cinco pro-
fesores y hoy ms de mil, es lgico que la Facultad haya tenido que ir
renovando sustancialmente su estructura acadmica y acadmico-
administrativa.
Despus de que se separaron de Filosofa y Letras la Escuela Normal
Superior y la de Ciencias, se inici para la Facultad una nueva etapa
con caractersticas propias, en la que tienen lugar continuas modifica-
ciones internas, y sobrevienen nuevos acontecimientos, relevantes en
su vida acadmica.
Decisiva, desde luego, fue para la entonces joven Facultad de Filoso-
fa y Letras, con quince aos de existir como tal, la incorporacin, en
1939, de los maestros del exilio espaol: filsofos, literatos, historiado-
res, poetas, antroplogos, que empezaron a impartir ctedra y a reali-
zar su tarea de investigacin, desde su llegada a Mxico. Es un acon-
tecimiento de incalculable trascendencia para el pas y para la Uni-
versidad en general, pero muy especialmente para esta Facultad, por
tratarse de los estudios humansticos, cultivados de manera modlica
por quienes salan de sus universidades con todo un caudal de ideales
y valores que en Espaa quedaban truncos y frustrados, pero que en-
contraban aqu nuevos horizontes de vida. Y los encontraban porque
el propio pas ofreca no slo condiciones polticas favorables, sino un
peculiar florecimiento cultural, sensible en particular a esos ideales y
valores. Se produjo as un intenso desarrollo de las humanidades, ca-
racterizado, a la vez que por su rigor acadmico, por su creatividad, sig-
nos distintivos con los que hasta ahora las siguen cultivando sus mejo-
res exponentes.
Por otra parte, ha tenido singular importancia en la historia de la
Facultad sobre todo para la adquisicin de su estabilidad el contar
con su lugar propio, primero en Mascarones (de 1938 a 1954) y des-
pus en Ciudad Universitaria (a partir de 1954).
Desde luego, fue importante el cambio del viejo y noble edificio de
los Mascarones a la Ciudad Universitaria hecho del que, tambin
ahora, se conmemoran cuarenta aos. El traslado represent sin duda
una modificacin de fondo, especialmente para esa pequea y huma-
nizada comunidad acadmica de Filosofa y Letras, que haba cristali-
zado en Mascarones. Se trataba de algo ms que de un simple traslado
Biblioteca "Sa mucl Ramos' ,
de "local", pues los espacios humanos no tienen eviden te mente slo
un sentido fsicQ o 111<ltcrial: son espacios cualitativos, humanizados -o
deshumanizados-, inse parab les de todo cuanto se vive e n ellos.
La edifi cacin de la Ciudad Universitaria en genera l tiene significa-
dos profundos, mi s all de aspectos circunstanc ial es y extr nsecos li-
gados con e lla ; ha sido un hecho determinante para la Uni versidad , de
una ellorme trascendencia, sobre todo si se le contrasta con sus a nte-
cedentes hi stri cos y tambic n con lo que ha venido despus. Yen par-
ti cu1(1f, el ca mbio fue de gran impa cto para Filosof a y Letra s. Con l
se ini ci una llu eva etapa, mu y di stin t<l de la de MascrOlles. Quien es
ICl tuvieron co mo su Facultad, guardan , indeleble, una viva me mor ia,
asociada a una inten sa nostalgia de aquel "Mascarones" de su intimi-
dad y su vida comunitari a. Era sin duda la facu ltad de otros tiempos.
Pero co mo quiera que se valore, lo indudable es que el cambio a Ciu-
dad Un iversitaria, ocurrido htl ce cuarenta aos, fue crucial para ese
proceso de in st ituci onalizcin y definicin de las di sciplinas y reas
uni vers itarias. Las "humanidades" enCOlllrron ah su propio espacio,
perfectamente definido y di st in guido de las "c iencia s". Reinaba al fin
\!,I
Sala de cmputo.
ulla clara cOllcepcin de orden. Quedaban, en efecto, diferenciadas y
separadas las grandes facultades uni versita ria s: Ciencias, Arquitectura,
Ingeniera, 1\ledicina, Filosofa y Letra s. Lo mas opuesto y lejano de 10
que fueran aquellas peculiares mezclas que reinaron en la primigenia
Escuela de Altos Estudios, e incluso e n Id prim itivl F,l ctdtilc! de Filoso-
fa y Letra s.
Otro hecho relevante, tambin de distinta ndole y de SUlllil impor-
tilllcia para la lfirmacin de la vida acadmica de 1,1 Un ive rsid,u! en
ge neral y de la Facultad en es pec ial, fue la crcacilI del profesomdo de
carrero (ocurrida en 1943). Ello implicaba el reco nocimie nto del sig-
nificado y del valor de la " idil acadmica CO IllO lal, que hizo posible
dar estabilidad y segur idad a quienes se dedican de lleno al trabajo
acadmico, tanto en las tareas docentes y formativas como en las de
investigacin. Lo cual, como es claro, tena un alcance decisivo para
las carreras humansticas, cuyo ejercicio no es propiamente 'profesio-
nal", sino precisamente acadmico: se realiza dentro de la misma aca-
demia, que es su destino propio y natural.
Ya en sus orgenes platnicos, pertenecer a la Academia no era asis-
tir a un recinto de estudios, sino formar parte de una comunidad y lle-
var una forma de vida peculiar, plenamente dedicada, en la teora y
en la prctica, a la bsqueda del conocimiento y la sabidura. Y algo de
ese remoto sentido se conserva an en lo que implcitamente significa
en general la actividad acadmica. sta no es un trabajo ms; es una
dedicacin vital que implica continuidad, permanencia, entrega cabal,
adems de la incorporacin a una comunidad cientfica, educativa o
cultural. De ah la necesidad de la seguridad institucional que hace
posible tal dedicacin. Pero de ah tambin los rigores tericos y me-
todolgicos, la seriedad del compromiso, que impone la vida colegiada
de la academia, lo cual no tendra sentido si ella no estuviera, a su vez,
regida por ese principio fundamental de la vida universitaria, singular-
mente presente en la Facultad de Filosofa y Letras, que es la libertad
de ctedra y de investigacin, condicionante del carcter realmente
creativo, dinmico, siempre plural y de continua renovacin que con-
lleva la genuina academia.
Sin duda, las tareas de investigacin tuvieron un reconocimiento
inequvoco, incluso en la Escuela de Altos Estudios y, desde luego, en
la Facultad, desde su fundacin. Y tambin en esto jugaron un papel
esencial tanto los creadores del proyecto de la Escuela y de la Facultad,
como los profesores exiliados. Para unos y otros, la investigacin crea-
dora era inherente al trabajo humanstico, el cual no se conceba sin
una participacin activa, e incluso original, de sus cultivadores. Eso
explica el significado especial y la importancia que desde un prin-
cipio se otorg en la Facultad a los seminarios, los cuales fueron conce-
bidos para ella como el equivalente de lo que seran los laboratorios
para el trabajo cientfico. Fueron, en efecto, pensados originalmente co-
mo pequeos ncleos de investigacin para distintas reas y dis-
ciplinas humansticas. Durante aos fue en estos seminarios donde se
realiz la investigacin.
Pero, como es sabido, algunos de los principales seminarios (y el lla-
mado "Taller de arte") crecieron y multiplicaron sus trabajos hasta
convertirse propiamente en centros o en institutos de investigacin.
En un principio, ellos estuvieron instalados en la Torre I de Humani-
dades, luego se extendieron a la Torre II, hasta que adquirieron nuevos
recintos en otra zona del campus universitario.
Se produjo as un importante cambio en la trayectoria histrica de
la Universidad en general, y en particular de nuestra Facultad: la se-
Z^
paradn r,mrc inSllllllos y farullild~s, ~ntr~ inv~>tigauoT(:; y pTtO-
T~_'. S~pdTdCi"l11 'lu~, ,;in ~l11hMgO, hd ,ido pMa nosotros re/aN! por va-
Tiil'; r~lOnej: un~, porque Id nMyori~ de los invcstigadorrs dr, 11llmani-
dildes h~ s.eguido rcali:&lndo larr,as dncrmrs ~n nll~>tril FdCllltild, j,mt"
~ll la lir~nr;atllrd como ~ll d po,;grMlo. Son induso nOlables, rn d
pr~';Cntc, Id'; telluems il intensific.:n dichas larr,ils, y la vinruldcio'on
rlllrr, los inslilUlo" j' la fArull.dd. Y ~ll esp~c;dl, Id :<cpilrilci6n e,; rdilti-
va ponue, dr,nlro dc Filosofa y J,clfdS, "U" pmtejm~,;, ,ohIl:' tou" lOj
d~ cdHnd, hall WntinllilUO hilciendo in"cstigaci6n con la misma in-
wnsiuil(J v c-,diuad, sin qllC nisla und difr,rrnria "u,tilnC;ill con Jil 'lu~
"r, rcali,.l r,n los instituto".
y ~s qll~, p~niclll~rmcntc en IJS disciplinas humani"lira", tir"lr, pri-
mOT(li~1 importancia la liga rlllrc la invcsligacin y Id d',K~ncid, y Sll~
le haocr una marratb int~rdq)t:'ndellciil ~ntTe elld'; miij quiz~ que en
otT~" di"plillilj. y ejt, ligd je cxplica dc mancra rlllldamcllldl por IdS
funciones propias del u'abiljo hllman"t(:", qll~ ",l11 J~j qu~ dd';nen lil
ej]J!:'citiciuilU d~ Id P~cultdu de filosoria y lr,lra,,: f,'a rspcrificibd ljllC
cllil ha vrnidn TCilfirm;mdo il lo l~rgo de c,;tas uecadas y l]11C ha carac-
teri:&ldo IJ actividad aC.Jdhnicil dr, "U" mAs WStilCilUO, mdejtro"
\.Inil d~ ~"'il' fLLncioTl~' hasir.d~ d~ Filosofa y L~tras es, claro es,
contriblliT il millllcnCT vivo ~Il~g:ildo himiriw d~ la CllltllTil hllmilTli,-
tica meuiante la compremi6n y I~ c011nlllic~cion d~ su' obnl~ il I~,
llllnas genrraCim1f$, l'r,ro eslo slo es posible si no se lrala dr, un~
mCT~ inlrmil{,in o InlTlsmi~i6n e\t~rnil u~ COTlocimi~Tlto" I,~ obril
hU1I1anslica slo prrvive r,n lamo que es inlerpretada dc m~nera origi-
l1al y 110 ~impkm~nt~ r~P':'tidil; ~n qu~ ~~, 1it~rillm~11t~, r~-<"r~adil.
La medida de la 'Hlle11lLcidad v la excdr,nciJ COll qlle se rf~jila la
~n,~~nlil ~n hllmilTlidild~);~, la m~didil ~11 qll~ b;t" ~ ili~ja d~ lmil do-
cencia, dig~mm, "escolar", extrnseca y nninaria, y se abo(:a a las wrCil~
dr, lITla il1\'r"~tigaciTI crf~lti,'a,
P~ro 110 0010 l~ c(J>1(,c;a ,;,wirictl -j' ~n ~'pf:'(jal]', m~moriil d~ lo
mc.ior que ha sido y producido el ~er hum~no- cs inhcTelltC al que-
hac~r hllm~nist.il. 'I;lmbi~n ~,t~ 'W cifra ~n lil crmci"rcia direcra de los
Ilcc/IOS.l1 los prolJlemas propios de 1lI1eSU~~ divcBa~ disciplinas y, de
m;l11~r~ r~I~ .. ~nt~, ~n I~ co>lc",ria uitica o:kl pr~~TIt~ y del fllturn.
La olm fllncin primordi~l oc I~ FaC\lIL~d de Filosofa y Lclms es, sin
UUUil, I~ rdlnin c.riticil 'ObT~ lo~ gr;l11d~, Wm~~ y prohlema, Illli,'~r
Side~ y n~cion~lcs, lr,riros y prcticos, de Jil histoTia, del prn&lllliclllO,
de I~ educacil1, k la cr~ilCiTI aT!,tir~l, U~ la ,oci~dad, eTl ~uma,
En este sentido, es distintivo de toda genuina "facultad de filosofa",
y de la nuestra en particular, el estar a la vanguardia, proyectada hacia
los temas que afectan al presente y al porvenir. De ah las posibili-
dades que tiene esa conciencia crtica y creadora de percibir lmites,
remover inercias y generar innovaciones.
Y, en efecto, tal conciencia ha dado lugar en la Facultad a una do-
cencia original, a la vez que a una investigacin de excelencia que se
ha traducido en una importante obra escrita, por la cual muchos de
nuestros profesores han hecho aportaciones que enaltecen nuestra cul-
tura, contribuyendo de manera significativa a enriquecer el campo de
las humanidades.
Lo que, en ltima instancia, se hace en esta Facultad es ejercer las
primitivas acciones de "leer", "escribir" y "pensar", en su ms alto y a
la vez profundo y creativo sentido.
Cmo separar, entonces, una autntica actividad de docencia y for-
macin humanstica de las tareas de investigacin, en los diversos
rdenes en que sta se produce? Y cmo separar, por su parte, la acti-
vidad creadora, la produccin original de los conocimientos humans-
ticos, de su esencial finalidad educativa y formativa? Adems, el ejer-
cicio de la libertad de ctedra y de investigacin ha sido connatural a
la Facultad de Filosofa y Letras desde sus orgenes y durante toda su
historia.
Tal libertad es sin duda fuente primordial de todas las funciones
creativas y, de manera relevante, de la pluralidad, del rechazo al dog-
ma y a las pretensiones de uniformar el pensamiento y la accin. A
travs de su historia, ha sido nota distintiva de la Facultad la plurali-
dad de corrientes, de interpretaciones, de tendencias filosficas, arts-
ticas, histricas, metodolgicas. En la medida en que ha ejercido con
plenitud sus propias funciones, crticas, formativas, reflexivas e inclu-
so de promocin de la sapiencia, la Facultad ha impulsado la plurali-
dad, y de manera sealada, la independencia e individuacin de sus
profesores y sus estudiantes, ya que otra de las caractersticas del que-
hacer humanstico es el papel que en ste juega el factor del indivi-
duo, de la persona. En las humanidades anlogamente a las artes
se conjuga de manera peculiar lo universal y lo individual, lo objetivo
y lo subjetivo. Las ideas y los valores humansticos tienen un sustrato
individual insoslayable; correlativamente, el "sello personal" es parte
constitutiva de la obra creadora y tambin de la misin formativa, del
estilo e incluso del mtodo de la docencia, la cual, justo por ello, se
realiza ante todo por la va de la ejemplaridad. El significado de la in-
dividualidad, de lo nico e irrepetible, de lo cualitativo, en suma, es
particularmente inseparable del universo humanstico.
Esta Facultad ha generado, en efecto, una comunidad plural, marca-
damente diferenciada e individualizada.
L24 ii
.....
A travs de su historia, as, la Facultad de Filosofa y Letras, con su
noble antecedente en la Escuela de Altos Estudios, ha ido configurando
una notable tradicin de excelencia, sustentada por varias generacio-
nes, en la entrega vocacional de sus eminentes maestros y eminentes
creadores. Son ellos, sin duda, quienes han regido el destino esencial
de la Facultad, quienes le han dado su rostro ms propio. Pero no a so-
las: con sus alumnos, sus receptores activos, con quienes han formado
una comunidad dialogante, compartiendo el privilegio, el goce inclu-
so, del "ocio" de los estudios humansticos. No a solas ni separados de
ese vnculo esencial con el futuro que implica la educacin.
Por eso, una forma idnea de conmemorar los setenta aos de vida
de la Facultad de Filosofa y Letras es el homenaje a sus maestros em-
ritos: Sergio Fernndez, Luisa Josefina Hernndez, Juan Miguel Lope
Blanch, Edmundo O'Gorman, Adolfo Snchez Vzquez, Carlos Solrza-
no y Leopoldo Zea. *
Aunque tambin el reconocimiento ha de hacerse extensivo a los in-
vestigadores emritos de los institutos de humanidades y profesores de
otras facultades, que son asimismo profesores de Filosofa y Letras, y
en este sentido, tambin sus emritos: Jess Aguirre Crdenas, ngel
Bassols, Helena Beristin, Rubn Bonifaz Nuo, Miguel Len-Portilla,
Ida Rodrguez Prampolini, Fernando Salmern, Ernesto de la Torre,
Luis Villoro, Ramn Xirau.
Y permtaseme tambin, para terminar, hacer memoria de otros gran-
des emritos de las humanidades, fallecidos en los ltimos aos: Eduar-
do Nicol, Ehi de Gortari, Wenceslao Roces, Juan Antonio Ortega y Medi-
na, Jorge A. Viv, Eduardo Garca Mynez y Carlos Bosch.
Lii
Ensayos
histricos
Vida y obra de Alonso de la Veracruz *
Vida y muerte
29
fantado le confi, a l personalmente, el cuidado y educacin de sus
hijos, con el deseo de llevar as a su mejor trmino la instruccin reci-
bida en las aulas. Por este camino de catedrtico eminente y preceptor
de prncipes (o de grandes de Espaa) pudo haber proseguido el padre
Alonso Gutirrez, de no haberse interpuesto otros factores que, en
cierto momento, imprimieron un viraje intempestivo a su vocacin.
Lo mejor, sin embargo, de la experiencia salmantina del nuevo sa-
cerdote fue el magisterio vivo que recibi de Francisco de Vitoria,
gloria de la teologa escolstica y fundador del derecho internacional
moderno. Ms an, y por lo que diremos despus, es de creerse que la
relacin entre ambos de maestro y discpulo, pas a ser una de estre-
cha amistad, por lo que el discpulo pudo penetrar en el mensaje ms
ntimo del magisterio vitoriano.
Todo esto, una vez ms, hemos de documentarlo ms tarde, y por lo
pronto limitmonos a decir que el maestro Vitoria pudo estar detrs
de Alonso Gutirrez no slo en su formacin teolgico-jurdica, sino
en su futura vocacin misionera, la que lo trajo a Mxico para com-
partir con nosotros su destino hasta el da de su muerte. La conjetura
fundarase as lo dice el padre Prometeo Cerezo de Diego- 1 en el
hecho de que, con la mayor probabilidad, Alonso habra estado presen-
te en el solemne acto acadmico en que el maestro Vitoria, mediando
el ao de 1535, pronunci su releccin titulada "De aquello a que est
obligado el que llega al uso de razn" (De eo ad quod tenetur veniens ad
usum rationis).
33
eclesisticas, y cuanto ms altas con mayor energa. En el tiempo de
su rectorado en Tiripito, recibi un buen da, directamente del em-
perador Carlos V y del papa Julio III, su nombramiento como obispo
de Len de Nicaragua. Abri la carta en presencia de todos los religiosos,
y al enterarse de su contenido, aunque guardndolo para s mismo, se
le escap la imprecacin del salmista: 'Ab ore leonis libera me, Domine"
(de las fauces del len, lbrame, Seor). Entrse luego en su celda y
sin dudar un punto, envi al prncipe regente (el futuro Felipe II) esta
alta y firme respuesta:
No fue sta la nica mitra que rechaz fray Alonso, sino tambin,
segn lo dice el cronista Basalenque, las de Puebla (o Tlaxcala, segn
Grijalva) y Michoacn, para las cuales no hubo nombramiento formal,
pero que le fueron ofrecidas por el presidente del Consejo de Indias, li-
cenciado Juan de Ovando, quien seguramente tena todo el poder para
obtenerlas.
Los azares de aquellos tiempos no le depararon al maestro agustino
toda la quietud,y sosiego que hubiera deseado para dedicarse por com-
pleto a ese "dilogo interior y silencioso del alma consigo misma", en
que consiste, segn Platn, la vida intelectual. Aparte de sus quehace-
res en su orden y en la Universidad, vise envuelto, inevitablemente
en la querella librada, por aquellos aos, entre la jerarqua novohispa-
na y el clero regular, y de la que don Joaqun Garca Icazbalceta, en su
biografa de fray Alonso, da cuenta en los trminos siguientes:
34
Escultura de frilv \lonso de la VCTilcrul, al
centro cid patio de la Casa de MaS(,~1rones.
Una competencia de este gnero, al ventilarse, segn comenta el
padre Cuevas, entre espaoles de sangre caliente, hubo de llegar a ex-
tremos tales, que Felipe II, bien enterado de todo, dijo en cierta oca-
sin: "Hoy da me certifican que hay desafos entre ellos, llevando el
negocio como si fuera entre soldados". As era, en efecto, ya que a la
pasin de los regulares por defender sus privilegios, corresponda en
igual medida el impetuoso arzobispo de Mxico, don fray Alonso de
Montfar, el cual se propas hasta acusar de hereje a su tocayo el De la
Veracruz; cargo que pretendi fundar con ochenta y cuatro proposicio-
nes de este ltimo, y que el primero transmiti, para su considera-
cin, a la Inquisicin de Espaa.
Estas proposiciones, o buena parte de ellas en todo caso, las tom el
arzobispo del tratado De decimis, escrito por el padre De la Veracruz, y
que su autor ley y coment, en su ctedra de la Universidad de M-
xico, en 1555. El punto ms vivo de la controversia, en efecto, era la
cuestin del pago de los diezmos eclesisticos, que los indios deban
pagar, en opinin de la jerarqua, al igual que los criollos y los penin-
sulares. A esto contestaban los religiosos que, toda vez que por otros
muchos caminos sustentaban los indios a sus ministros, o sea con su
trabajo y otras prestaciones en especie, no haba por qu imponerles
la carga adicional de los diezmos, y mxime teniendo en cuenta que
los diezmos iban a dar a un clero, el secular, que no evangelizaba a los
indgenas, ya que su doctrinacin era asunto exclusivo de las rdenes
religiosas..
Por ms que en otros puntos de la disputa pudiera tener razn la je-
rarqua, en lo de los diezmos tiene que estar toda nuestra simpata en
favor de los indios, tan oprimidos ya por tantos otros conceptos, y de
sus defensores, cuyo caudillo y abanderado fue, en aquella coyuntura
histrica, el maestro Alonso de la Veracruz. Sobre l, ms que sobre
ningn otro, descarg sus iras el arzobispo Montfar, cuyas intrigas en
la Corte tuvieron por resultado el que, por real cdula de 4 de agosto
de 1561, fuese fray Alonso llamado a Espaa. En Mxico se interpret
el llamamiento como censura, aunque, como anota Garca Icazbalceta,
"la cdula no mostraba disfavor, pues slo expresaba que el rey quera
ser informado de cosas tocantes a su servicio'
En Espaa estuvo fray Alonso once aos, de 1562 a 1573: tanto tiem-
po llevaba entonces el arreglo de cualquier asunto de cierta magnitud,
con todas las dilaciones y enredos de la Corte. Batallador y diplom-
tico (se llevan muy bien ambas cosas) acreditse en aquella ocasin
fray Alonso. No era nada fcil, en aquel momento, el triunfo de su cau-
sa, ya que los decretos del Concilio de Trento, recientemente reunido,
restringan en mucho los privilegios de los regulares, y sealadamente
disponan que estuvieran sujetos al Ordinario en el ejercicio de la cura
de almas. A pesar de todo esto, fray Alonso logr que, por Breve del
:36
papa san Po V, se derogasen para los indios los decretos del Concilio,
restaurndose los privilegios de las rdenes religiosas. Fray Alonso se
apresur a hacer imprimir, en miles de ejemplares, el Breve pontificio,
y a hacerlo circular en Mxico y en las dems posesiones de Espaa en
Amrica. Puesto a pelear, saba pelear.
Con este triunfo volvi a Mxico, donde an tuvo vida y actividad
por diez aos ms. Su muerte, acaecida por el mes de julio de 1584,
fue de gran serenidad, como lo deja ver el relato de Grijalva: "Cuando
el mdico lo desahuci, le dijo: 'Padre maestro, esta noche cenar con
Dios en el cielo', y respondi l con las palabras del Apocalipsis 'Et ibi
non erit nox' (y all no habr noche)". Ni en el ltimo trance dejaba
pasar un desliz cualquiera, por insignificante que fuese, el profesor de
Sagrada Escritura.
Hallronse en su entierro el arzobispo-virrey don Pedro Moya de Con-
treras, la Audiencia Real, el claustro universitario y las rdenes reli-
giosas, con gran concurso de gente de todas clases y condiciones.
Si algo me falt decir, que lo diga con su reconocida autoridad don
Joaqun Garca Icazbalceta:
A tanta doctrina juntaba Fr. Alonso una slida virtud, una profunda
humildad, una extremada pobreza y lo que es ms extrao en hom-
bre tan sabio y versado en negocios arduos, un candor y una senci-
llez admirables en las cosas del trato comn, indicio de nimo lim-
pio y corazn sano.
La obra filosfica
L=
cruz, quien fue el primer profesor de filosofa en Mxico y en el conti-
nente americano. Los hechos por s mismos abonan sobradamente
esta apreciacin, pero est, adems, el irrefregable juicio de Menndez
Pelayo:
Con justicia, por tanto, y por el simple registro de los hechos hist-
ricos, se alza hasta hoy la estatua de Alonso de la Veracruz en el re-
cinto de la Facultad de Filosofa de la Universidad Nacional Autnoma
de Mxico.
La obra filosfica de nuestro biografiado, publicada toda ella en vi-
da de su autor, se compone de los cuatro libros siguientes, todos ellos
impresos en Mxico, a saber: Recognitio summularum, Dialectica reso-
lutio, Physica speculatio y Speculum coniugiorum.
La obra jurdica recientemente publicada por el padre Burrus, y de
la que en su lugar hablaremos con toda amplitud, la Relectio de dominio
infidelium et de iusto bello, aparece mencionada en el Speculum coniu-
giorum (part. I, art. 32, concl. 8) con el siguiente ttulo: Relectio de do-
minio in infideles et de justo bello. Obsrvese, dicho sea de paso, que el
ttulo de esta releccin en el Speculum o en el texto de Burrus es
notablemente diferente. En un caso se hablara del dominio de los in-
fieles (sobre -sus cosas y seoros) y en el otro del dominio que sobre
los infieles (por cualquier ttulo que fuese) habran tenido el papa o el
emperador. Sobre esto volveremos ms tarde, y por lo pronto limit-
monos a las obras de fray Alonso publicadas en vida de su autor.
De estas obras en particular y con el propsito de justificar su trasla-
do parcial en esta antologa, hemos de decir, aunque en resumen muy
abreviado, lo siguiente.
Aunque sin proponrselo tal vez de modo expreso, el maestro diser-
t en realidad de la filosofa toda entera, de universa philosophia, como
entonces se deca, en sus tres ramas principales: lgica, fsica y tica,
nombres que ostentaban desde la antigedad y que conservan an hoy
en da, salvo que a la fsica la llamamos hoy filosofa natural, para dis-
tinguirla de la fsica como ciencia experimental. A decir verdad, la l-
gica no era, hablando con rigor, una parte de la filosofa, sino apenas
su prembulo, el instrumento (rganon) [sic] del pensar en general,
segn la concepcin de Aristteles, pero con el tiempo haba acabado
por formar parte del curso filosfico.
38
Fr,tv :\Ionso de 1,1 \"eracruz. Plus/U!, .~Ixcd(l 1\ 1;1 lgi ca, pues, pcneneccn , en las obras del padre Oc la Veracruz,
rUl. loannes Paulus Brissensis, 1557. Desde la Recogllirio S/flll lll/f/nrIII y la Din/eclicn resolwio, las cuales, co mo di-
1,1 !undan de la Real v 1'0ntificj./ Univer-
sidad de tll cxico, fray \ lonso se incorpor a
ce Anwf1 c io Holao e Isla, ~c onstituycll en realidad un todo lll1ico~_I O
su claustro profesoral y desarroll un am- En Oll'OS terminos, aunquc igual mc nte cscolasti cos, podramos h<lbl a r
plio \' mu~' distinguido nl,gisterio, habien- dc lgica mcnor y lgica mayor. A la primcra llamaban ~sl11u l as~ los
dose preocupado por red,lctar ~' publicar antiguos, sUlllillas o reSllll1CnCS de los principios elementales de la
estos \ otros libros, que son los primeros lgic,a.
textos universitarios escritos en Mexico. Por qu lrata de estas nimiedades fray Alonso?, por qu no se colo-
ca desde el principio -estaba ms que dot<ldo para hacerlo- en un tc-
rreno de mayor a ltura filosfica?
La razn la declara l mismo al decir que lo que persigue es clarifi
car para el cstudiantc lo quc, a fucrziI de su til ezas, haba ll egado a scr
un ve rdadero galimatas cn el escolasticismo decadcllle y corrupto.
Entre estos cor ruptores de 1<1 escolstica haba por ento nccs un au-
tor apcllidado Enzinas, una cnci na sin bellotas, segn dice fray Alon-
so, y a quien no se puede leer sin bilis, como a todos los dems de su
espccic, y de quienes no podr jams ec harse mano en el arte dialc-
tica. Escuchmosle: "Quis poterit abs que bili, Enzinam sine glandibus,
ceterosque huius classis viros legere vel in arte dialectica his uti?'
En lo que sigue diciendo, y al deplorar los aos consumidos en el
estudio de tales autores sin el menor fruto, fray Alonso invoca el dicho
de san Pedro, al oponer a Cristo la siguiente sentencia: "Praeceptor, per
totam noctem laborantes nihil cepimus", o sea que habiendo echado las
redes no haba cado un solo pez en ellas durante toda la noche. Des-
pus de agobiadores trabajos en que se consumi su juventud, no pudo
encontrar el antiguo estudiante, al extender su mano para recoger el
fruto, sino el tiempo irremediablemente perdido: "Post exantlatos labo-
res, post iuventutis conatus, extendens manum, nihil invenire potui, nisi
tempus irremediabile deperditum".
Es realmente pattica, en labios de un escolstico, esta descripcin
del descrdito en que haba cado la escolstica, pero afortunadamente
no son todo sombras en este cuadro ya de por s tan sombro. Con al-
borozo saluda nuestro filsofo al reino de Saturno, al siglo de oro que
vuelve (Saturnia regna, aureum saeculum revertitur) con los filsofos y
telogos que van directamente al texto aristotlico, del cual extraen,
como de un pozo, y para nuestro provecho, el agua de la doctrina: "qui
ex ipso proprio puteo aristotelico, ad profectum nostrum aquam coram
posuerunt".
Entre estos renovadores de la escolstica menciona fray Alonso al
telogo belga Francisco lbtellman, cuyas Dialecticae considerationes li-
bri sex son, al parecer, un comentario muy ceido de las seis partes
del rganon [sic] aristotlico. De los autores espaoles que cita, y son
muchos (aunque extraamos que no mencione a Vitoria) retendremos
apenas, por su extraordinaria importancia, el nombre de Pedro de Ju-
lin o Pedro Hispano (Petrus Hispanus) con el que generalmente se le
conoce. Nacido en Lisboa a principios del siglo xii, sigui sus estudios
en Pars y pas luego a Siena a ensear medicina. Pocos aos despus
inicia una brillante carrera eclesistica, en el curso de la cual fue
nombrado cardenal obispo de Tsculo y, a la muerte de Adriano V, as-
ciende al solio pontificio con el nombre de Juan XXI.
Fuera de algunos tratados de medicina, como los De oculo y Thesau-
rus pauperum, Pedro Hispano escribi la obra que por s sola haba de
asegurar su fama, y que fue la titulada Summulae logicales, compendio
de lgica formal (as lo aprecia Bolao e Isla) y cuya enorme difusin
cincuenta reproducciones en el espacio de un siglo fue debida sim-
plemente al hecho de que su autor, muy lejos de reclamar ninguna ori-
ginalidad, se limitaba a expresar por primera vez, en trminos claros y
precisos, la doctrina de Aristteles, ex ipso proprio puteo aristotelico, co-
mo dira, a la vuelta de los siglos, el maestro De la Veracruz.
Es obvia, por tanto, la relacin entre Pedro Hispano y Alonso de la
Veracruz, cuya obra no es, en efecto, sino un repaso (recognitio) de las
40
Smulas del primero, al que sigue sobre todo en el 7actatus de oratio-
ne, correspondiente al De interpretatione de Aristteles, que trata de la
oracin o proposicin y de sus partes constitutivas.
En la Dialectica resolutio, la obra complementaria de la Recognitio
summularum, expone su autor anlogos propsitos a los que le haban
llevado a la composicin de este ltimo libro, a saber:
Garca Icazbalceta cree por su parte que las reformas del padre De la
Veracruz en los antiguos textos sumularios no fueron lo suficiente-
mente radicales como para producir el resultado apetecido, pero an
as, agrega, "sus libros son notables por su intento, y porque demues-
tran un espritu menos servil que el de la generalidad de los profe-
sores de su poca, quienes miraban con supersticiosa reverencia el
vetusto edificio y no permitan que se le tocase ni en un pice.
La dialctica magna
41
Alonso de la Veracruz, RecogmflO, suml1wla mitido decir dos palabras sobre la dialctica en ge neral, a ntes de venir,
non Mxi co, loannes Paulus Brissensis, co mo lo hace el maestro hi spano mcxicano, a la dialctica aristotlica.
155-1. Uno de los prImeros textos unive rsi
Desde Platn, que invent el trmino, y ha sta Hegel, que 10 llev a
tarios escritos en Mxico.
extre mos apotesicos y vertiginosos, la dialct ica es un;] marcha as-
ce ndente o supera cin gradua l de conceptos, hasta ll ega r a lo supre-
mo, a 10 absoluto , en e l orden del se r y en el del co nocer. En Platn
ll ega ha sta la Idea del Bien , paradigma de toda existencia y ese ncia, y
en Ar istteles, qu e recha za ex presamente la Idea del Bi e n, ha sta un ;]
co ncepcin del Ser ex pli citada en sus ltim os predi cam e ntos y en sus
ltimos predicabl es. Expliqu monos un poco sobre esto.
Por predica mentos o ca tegoras ellle ndi Ar istteles, y CO Il l la tra-
di cin peripatti ca y escolstica, todo aq uello que, co mo su nombre lo
indica, se puede predicar de una cosa o entidad cua lquiera, y quc el fi-
lso fo dividi e n di ez g neros supremos (la primera divisin del ser,
porque el ser no es gnero) y que son: susta ncia, canti dad, cualidad, rc-
laci n, acci n, pasin, lugar, tiempo, situacin y hbito (o estado). Un
gnero, la susta ncia , el ser e n s, y los otros nueve generas, acc identes,
el ser en otro.
Al paso que los predicamentos son, como se ve, determinaciones
reales, fsicas, del ente, los predicables, por el contrario, son determi-
naciones lgicas, las que en general pueden predicarse de cualquier
ente, y que, para la escuela peripattica, son en nmero de cinco:
gnero, especie, diferencia especfica, propio y accidente.
Con estos prenotandos (declararlos ms en pormenor sera intermi-
nable) podr el lector comn entender, por lo menos hasta cierto pun-
to, el desarrollo de la Dialectica resolutio, de cuyas tres partes vamos a
hacer el siguiente resumen.
En la primera parte comenta nuestro autor el texto latino, que re-
produce, de Porfirio, cuya Isagog, en su texto original, o en su traduc-
cin latina, Introductio o Liber praedicabilium, goz de enorme presti-
gio en la Edad Media, y que hasta hoy encuentra su eco en cualquier
manual de lgica, en el llamado rbol de Porfirio, y que no es otra co-
sa que la ascensin, de la raz a la copa, de los cinco predicables.
De este libro, pues, se sirve abundantemente el maestro de la prime-
ra Universidad de Mxico, pero al propio tiempo da breve noticia de su
autor, Porfirio de Tiro, cuya vida corri entre el tercer y cuarto siglos
de la era cristiana. Ahora bien, este Porfirio parece haberse inclinado
en un principio al cristianismo, bajo la influencia de Orgenes, a
quien, a lo que se dice, trat personalmente, mas luego, bajo la influen-
cia contraria de Plotino, no slo no persever en la fe cristiana, sino
que lleg a escribir un libro intitulado Contra Christianos.
Bien enterado de esta evolucin, el maestro De la Veracruz no esca-
tima dicterios contra quien as lo dice su impugnador despus de
haber sido catecmeno de la fe cristiana, posteriormente, habindose
trocado en apstata, blasfem contra la religin cristiana y escribi
quince libros, que debieron haberse quemado, contra la religin in-
maculada de Cristo. Es apenas la traduccin literal del texto original
de fray Alonso: "Hic Porphirius, primo fide candidatus, post apostata
effectus... contra religionem christianam blasphemus effectus, quindecim
libros igne dignos conscripsit adversus Christi legem immaculatam".
La personalidad del profesor de la Universidad mexicana pnese de
manifiesto en esto de que venimos tratando. Implacable en cuestiones
de fe (en ello no hubo la menor concesin por parte de la Contrarre-
forma), en cuestiones filosficas, por el contrario, puede colaborarse o,
inclusive, recibir luz del enemigo, porque la ltima instancia dirimen-
te no es el dogma, sino la razn, as que bien puede aceptarse lo que
se quiera de Porfirio, con tal que se mantenga, como se mantiene, en
el plano filosfico de comentador de Aristteles. Ahora bien, entre los
escritos filosficos de Porfirio sobresale, como hemos dicho, la Isagoge,
llamada por otro nombre Quin que voces (cinco voces) por tratarse de
los cinco conceptos predicables, los cuales hemos declarado con an-
telacin. Lo que fray Alonso y su escuela queran, en suma, era incor-
43
porar a su sistema, segn dice Bolao e Isla, los elementos ms slidos
del peripatetismo, los cuales haba que tomarlos de donde fuera, as
pudieran encontrarse en un blasfemo y apstata.
En la segunda parte de su tratado habla el maestro De la Veracruz de
los predicamentos o categoras, de las cuales trata con mayor o menor
extensin, segn su importancia o su grado de certidumbre. Desde aque-
llos tiempos, por lo visto, exista la creencia de que, al paso que ciertas
categoras (sustancia, cantidad, cualidad, relacin) son bien notorias y
an perdurado en la historia de la filosofa, hasta Kant inclusive, y en
los propios trminos, otras, por el contrario, son ms que discutibles.
La tercera parte, en fin, la dedica nuestro autor a la silogstica de
Aristteles, expuesta en los Segundos analticos, en los cuales se trata
de la distincin entre el silogismo dialctico, que parte de principios
probables y produce slo una opinin, una doxa, y el silogismo apo-
dctico o demostrativo que procede de principios ciertos y universales,
v engendra, por lo mismo, la ciencia. Con toda prolijidad trata el au-
tor esta materia, porque entonces se crea que todo raciocinio deba
expresarse, para ser correcto, en la silogstica aristotlica. Hoy ha de-
saparecido del todo esta creencia, pero todava no hace muchos aos
contendan en las pginas de El Universal Antonio Caso y Vicente Lom-
bardo Toledano, cada uno de los cuales estaba empeado en demostrar
a su contrincante que su razonamiento poda articularse en Brbara, el
modo silogstico ms indiscutible.
Hemos de decir, por ltimo, que en la reparticin del material que
hemos encontrado en la Dialectica resolutio, su autor ha adoptado exac-
tamente el orden seguido por los grandes tratadistas de la poca, entre
ellos Toms de Vo, cardenal Cayetano, y Domingo de Soto, uno de los
ms ilustres telogos juristas espaoles del siglo de oro.12
La filosofa natural
Sobre las huellas siempre del maestro di color che sanno, compuso fray
Alonso su Physica speculatio (Investigaciones de filosofa natural, di-
ramos hoy) una explicacin y comentario de la fsica aristotlica, por
el mismo orden que sigui el filsofo de Estagira, a saber: ocho libros
de fsica, cuatro del cielo, dos sobre la generacin y corrupcin, cua-
tro relativos a la meteorologa y tres, por ltimo (y son, por cierto, los
que habrn de interesarnos ms) sobre el alma en general y sobre el
alma humana.
En la obra que estamos presentando, y segn la pertinente observa-
cin de Bolao e Isla, abundan las noticias que nos da su autor sobre
la historia de la filosofa clsica, y que son bien demostrativas de su
erudicin en la materia. En ciertos puntos, adems, no carece de origi-
[ 44
nalidad el enfoqu e de fra y Alo nso, co mo cuan do nos presellta un do-
ble o ri ge n de la filosofa occi de nta l: uno , el jni co, con TIllcs, ji el otro
itli co , con Pitgoras, quicn habra llegado l Italia, e n el reinado de
TInquinio el soberbio , para establ ecerse en la Magna Grecia, o sea la re-
gi n situ ada en tre Apu lia y Calabria. !"I
En el desarroll o de esta breve hi sto ria hablil el autor de 1IS tres prin-
cipa les escuelas filosficas que florecieron e n la Anli gliedu\: academi-
cos, peri pat ticos y esto icos (a los ep icreos los pasa en silencio ) y de
estos Clltimos di ce que su dogma fun dame ntal fue el de que e n e l sabi o
no puede darse pasi n alguna ( il! S(lp ielllem I/lIl1oJH cm/ere poss iollelll)
sino slo la virtud e n grado hero ico. H
La mayor pa rt e del material de los tratados o subtratados que com -
ponen la PhysiCfl speCII/otio, est< hoy m s que cadu co, y sobre todo lo
co ncern ie n te a la astronomia a ri stote li ca. Ar istteles est<i vivo y ac-
tuante hasta hoy por la lgi ca , la metaf sica , la etica y la poltica, pe ro
no por la fsica, sah'o quiz en cie rtos prin cip ios muy generales sobre
Los Estatutos uni\le rsitarios de Pala fox y
!\lcndoza fuero n ratifi cados dent ro de la r('-
la matcri a, la evo luci n o el mov imi e nto. Entre Ga lil eo, Desca nes y
forma borhnica. Se m uestra la rccdicio n Newto n bi1rricron co n todo aquello, y no tencmos, po r lHnto , por qu
dedicada a Carlos 111 . cons id era rlo en esta obra del maestro de la Unive rsidad mex ica na.
4 5
Lo que, en cambio, est hasta hoy en pie y presenta un superlativo
inters, son los tres libros De anima de Aristteles, y que hasta hoy son
vlidos como psicologa racional, al lado de la psicologa emprica, co-
mo ciencia de la naturaleza, y de la psicologa como ciencia del esp-
ritu, en la direccin seguida a partir de Dilthey.
En aquellos tiempos, por lo dems, no se operaba an el deslinde
entre psicologa emprica y psicologa racional, y por esto empieza
fray Alonso plantendose la cuestin de si el estudio del alma es de la
incumbencia de la fsica (filosofa natural) o de la metafsica.
A primera vista, dice nuestro autor, parecera que no corresponde al
filsofo natural disertar sobre el alma, el alma intelectual por lo me-
nos, "tanto porque el entendimiento es incorruptible, cuanto porque no
se obtiene por generacin, sino tan slo y exclusivamente por crea-
cin de Dios y, adems, no depende del cuerpo". Parecera, pues, segn
esto, que el estudio del alma no debera reclamarlo la fsica, sino la
metafsica.
Pensndolo mejor, sin embargo, impnese la conclusin de que "el
conocimiento del alma o tratado de ella no corresponde propia y di-
rectamente al saber metafsico". 15 Prubase este aserto en razn de que
"a la metafsica slo le corresponde tratar de las sustancias separadas, in-
materiales, subsistentes por s, y que no tienen formas corpreas". Aho-
ra bien, siendo el alma, inclusive el alma humana, la forma (en el sen-
tido aristotlico, se entiende) del cuerpo fsico orgnico, su estudio
corresponder directamente a la filosofa natural.
Esta afirmacin, no obstante, debe entenderse con la restriccin que
casi a rengln seguido enuncia el autor en el siguiente prrafo:
46
enigml del alml humana, que nldie ha sta ahora, por !l pura razn, ha
logrado esclarecer de manera comp leta. Las dudas o reticencias del
padre De la Veracruz so n la s que tuvo el propio Arislteles, si n acertar
a resolverlas nunca. Ahora bien, y C01110 estamos co nvencidos de qu e
el tratamiento De (lIIilllfl , y concretamente el libro tercero, es lo ms
vivo hasta hoy en la obra filosMica de fray Alonso, nos se r permitido
explicarnos en esto con cierto pormenor, simplcmente para ha ce r in-
teligible el texto en cuesti n. Para esto, C0 l110 es obvio, habrj que re-
montar a la ruente primera.
Aristteles, C0l110 es bien sa bido (al menos por los entendidos) pa s
po r ulla larga evoluc in en la elabo rac in de su teora del alma, ha sta
desembocar en la teora hilemrrica que hoy nos es, por 1,1 divulga-
cin de los textos, rflcilmente accesible.
En un principio, el Aristte les mozo, riel di sc pulo de su maestro
Platn, ha ce suya la doctrin<l p!;:Hn ica del alma pri sio nera del cuer-
po, al que ha desce ndido, co mo a una c rce l, de su radiosa preexistcn-
cia a11lcrior (es el mito de l Fedro y de otros dilogos platni cos) y del
que se libera, en el momento de la muerte, para vo lver ti su existencia
t\ partir de 1595 la Real Universidad de Me-
autnoma en la cabalga ta celeste ~ por la llanura de la verdad".
xico agreg a su nombre el titulo de Ponti-
fida mediante una bula pap,1l de Cle!ll/'ntc En una segunda etapa, Aristteles supera la hosti lidad entre el alma
\'lll. Debido a este titulo la Universidad go- y cuerpo de la primera doct rina (cl cuerpo co mo c,-ircel y lumba del al-
z de privilegios y exenciones ante las au - ma ) para adoptar la teora instrumental, seg n la cual el cuerpo se ra
toridades (,lntO cclesi,iSlicas como civiles. a lgo asi como el instrumento del alm a, como el nw io lo es del piloto.
Con esto se ha erectuldo hl reco ncilia cin Cl1lre el al ma y el cuerpo,
que continan si n embargo, siendo dos sustan cias se paradas (co mo lo se-
r~ n despus en DeSCUles) dentro del compuesto humano.
En una tercera el<lpa, por (himo, Arislleles adopta, nparCllIclllcnte
sin reservas, el hi lemorflsmo, es decir la posi cin segLIIl la cua l el al-
ma es 1<1 rorma del cuerpo, o di cho co n mayor rigor conceptual, el acto
primero del cuerpo risico orgnico que esta en aptillld de recib ir la
vida. Y lIma se acto primero o entelequia por se r el que constituye en
su se r a alguna cosa, al paso que el acto segu ndo (de ordinario en plu-
ra lidad indeflnida) es la operacin o activid,ad de lI cosa ya existe nte
cn acto primero. Por todo ello, en suma, el alma es la rorma del cuer-
po, ya que cs por ella co mo el cuerpo se constituye en cuerpo viv icnte.
Trasladadas estas noc iones al a lmil humana , es obvio que el gran
merito del hilemorri sl11o es el de d(\!' cuenla cumplida de la un id ad
sllstancil del hombre, con lo que queda radiclmente eliminad la lT-
clua cuestin de la comunicac in de la s sustancia s; cuestin que se
plantea por fuerza cuando el alma y el cuerpo se conciben como dos
sustanc ias completas.
Ali ado de este precioso serv icio, sin embargo, el hilemorri slllo hu-
mano (porque de los animales irraciona les 110 tenemos por qu Inco-
cuparnos) tiene co nsecuencias muy graves, sie ndo la primera JI que
Los rX<l1llcnes dI' gradu.IC,ion gC!lf'T<llmcntc
se t'!{'(\uaban por la nocJw, durab,l!l ' dos
horas dI' ,ltllpolleli!" (por ('1 rrloj dI' drena
qlJ(' se llsJbd pdra medirlos), \' se sustenta-
bJn en publico \- ('n privJdo. El I'XJmCn S('
T('dlizaba antc los doctorcs de la facu ltad ~'
se arostumbrJba imprinm 1,1$ trsis dI' gra-
do ('n srda: I,(s gradual iorl(:S rI'VrStl,l!l gran
solemnidad -" fulmir,h,ll1 ron una ceremo-
nia en 1.1 C,Jtedral.
enuncia Guthrie, co;, otros muchos, al decir que la tcora hilcmrfi cil
es un golpe mortal (dc(l/fb/Oll l ) a la inmort.:l1idad del ,llm,1. Si el a lma
y el cuerpo, en cfec to, s lo existc n co mo dos coprin cipios, el uno en
r<lzn del otro, cmo podri sobrevi vir el alma l 1<1 ruina del cuerpo?
Porque n inguno de ellos ticrl': cxislenci<l por si mismo, sino s lo e n
unin con el otro prin cipio; ningun o cs un eH5 {f/lod, s ino lpendS un
CIIS tillO, un ~el1 t e por el cual" se constituye, en conjunci n con el Olro ,
la sustan cia complew.
Ahora bien, y aunque sin posllllclJ' en ningllll momento Id inlllortd-
lidad personal, co mo lo haba hec ho su 1l1,lestro PltIln, Aristtc!es fue
el primero en d.. rse cuent .. de que e n le! ps ique hU11le!lld hd y un ele-
mento, el intelecto, el 1I0/l S, que no puede h,lbc r s ido edu cido de 1..
ll1 .. teri , por se r su 111undo no el dc la s ncccs idddes v il.d c~, s ino el de
lo etcrno y lo .lbsoluto ( idcils, cse nc i.ls, va lores son sus correl ,uos) y el
filsofo, por con s iguientc, hubo de decla rar sin 1.. menor reticencia
quc este elcmento, y ms en concreto el intelecto ,I ct i\'{), c~ Clcrno, in-
co rruptible, inm on,d y di vino, Ji
Por otra parte, y e n un texto que rigurd c n el De gCJlcrtlriOllc lIJlinw-
liHIH , ArislOtelcs cscribe lo siguicnte: UNo qu cd,I , pucs, ,>ino que cl ime-
,"
lecto, nicamente l, entra por de fuera (o por la puerta, Oupa6Ev) y
que l solamente es divino. Su actividad propia, en efecto, es por ente-
ro independiente de la actividad del cuerpo".18
Sobre este texto, as como sobre el correspondiente del De anima,
han corrido mares de tinta, y la contienda exegtica est an lejos de
concluir. Segn Paul Moraux, la expresin "por la puerta" se refiere
siempre al espacio exterior al cuerpo del viviente, lo que quiere decir
que el intelecto no entra en el feto por el esperma masculino, sino por
de fuera o desde afuera, cmo o de dnde precisamente, no lo dice el
filsofo.
Desde la Antigedad y hasta nuestros das, los pareceres son de lo
ms variado. Mientras que Alejandro de Afrodisia identifica el intelec-
to activo con el Acto puro, Averroes, por su parte, lo concibe como una
sustancia separada, pero inferior a Dios. En una y otra hiptesis, por
consiguiente, tratarase de un intelecto trascendente al hombre, cuya
inmortalidad personal, por lo mismo, quedara totalmente excluida.
Temistio y santo Toms, por el contrario, colocan ambos intelectos, el
agente y el posible, en el alma humana, y se empean en demostrar
(lo cual es harto problemtico) que no hacen sino trasladar la genuina
doctrina aristotlica. Y como quiera que sea, santo Toms no retrocede
en ningn momento ante la doble conclusin (por contradictoria que
pueda parecer) de que el alma intelectiva, con todo y ser inmortal, es
tambin al propio tiempo forma del cuerpo natural.19
Es algo que, mientras estemos en este mundo, no hemos de ver nun-
ca con la claridad suficiente, porque pertenece al misterio del hombre;
y lo nico que podemos hacer, como lo hacen Max Scheler y tantos
otros, es tomar nota de esa extraa dicotoma de naturaleza y espritu,
radicada en nuestro yo ms profundo, y que hace del hombre, como se
ha dicho, un horizonte entre dos mundos.
Veamos ahora cmo trata nuestro autor estos problemas y otros co-
nexos en el libro tercero de anima de la Physica speculatio.
Ante todo ser bueno tener presente el orden expositivo que en este
libro sigue nuestro autor, y que divide en speculationes ("investigacio-
nes", podramos traducir) de la manera siguiente:
49
7) Si la voluntad es una potencia del alma racional distinta del intelec-
to y ms excelente que ste, y cul es su naturaleza;
8) Si el alma es inmortal;
9) Del libre albedro, si es una potencia apetitiva y distinta de la
voluntad;
10) Si nuestro intelecto puede entender las cosas materiales y corp-
reas por abstraccin del fantasma, y
11)Si conoce el alma separada del cuerpo, y qu conoce.
so
l..l~ h'\i~ tI!- gr,ldn im m~,I\ fC(ihldll .'1nom-
bn' tk ' Con h.~HlJ1t\ Ctlnsl,lhan dt los ~i
!!.uit'nu~ t'll'nH'nw~ 1.1 lnnu de WI1 ,1 un
....mlO, p,ltWnll dl'l SUSI\'nt,lIlh' 1'1 t'logln dcl
r,ldrin(), 1.1 Ullldu~iOl~ o tt'si~ !.jIU' M' ddl'n-
drrla, 1,1 uhi,lC ion l tri ha dd ('\,lIlwn \
la~ ptfSon,ls qUt' ('n t~1 inlt'n'l'ndn,111
~ . ,
Si fray Alonso insiste tanto en esta cuestin, es porque tiene que ha-
brselas no con molinos de viento, con enemigos imaginarios o a lo
ms con filsofos de la Antigedad, sino con la escuela franciscana
representada en este punto por Occam, a quien nuestro autor cita ex-
presamente en el pasaje que por nuestra cuenta evacuamos en la obra
ocamista, y que es el siguiente:
SS
La apari ci n de filso fos I"<II11plol1es no ha tenido 11 U I1 C'1 la menor
importan cia (co n ignorarlos ba sta ) r no la habra te nido en tiempos
de fray Alonso si no fuera porque en todos los estudios genera les de la
poca, el nuestro inclusive, hab a una cited ra de Escoto aliado de la de
sa nto Tom s, por respeto sin duda ha cia los fra nciscanos, co n lo qu e
las cosas se com pli caban extrao rdinilriam ente. Todos lo s maest ros,
de cualq ui er ten de ncia que fuese n, tenan por fu erza que esta r cntera-
dos de la posicin contraria, la escotista para un tomista, y para csto
mal gasta r su t iem po en el a pre ndi zaje de inepcias y di sl ates. Y no e ra
esto lo pcor, sino que siem pre habia el peligro de dejarse captura r del
enemigo, co mo le pa s al propio fmy Alonso e n la cuesti n del bami s-
1110 de los in fie les aunque en filo sofa fue siempre fiel a la gloriosa tra-
di ci n a ri stot li co-to mi sta .
El intelecto agente
De las dem s cuesti oncs que en seguida trata nu estro autor, de la se-
gun da <l la un dcim <l , una de la s que a(1I1 hoy no han decil do en n ..ld1
de su a ntiguo imers es la relat iva al inte lecto agente. lIa sta hoy, e n
efecto , cO lllin(mll proliferando los libros escritos sob re la potica aris-
totli cl; y por ot ra pilrte, sea que nos co nfin e mos <1 1<1 hermenutica
de los textos del fi lso fo o que pense mos por cuenta propia (e n realidad
Fray Alonso de la Veracruz. fue esto lt imo 10 que hi cieron los escoltsticos) scr sic mprc un pro-
blem a <lpa sionante el de tratar de penet rar un poco por 10 menos e n
lo m s ntimo de nosotros m ismos, all donde imerfieren entre s el
cue rpo y el alma , y esttl se apodera, qui e n sa be c mo , de los d<ltos ma-
(e riales que aquC1 1e proporc iona hasta elevarlos, transfigurados, al reino
del espritu.
Sobre la base de que en las cosas h,IY una ese ncia o nlcleo illleli gi-
b le (esto se da por se ntado) y qu e de algn modo debe ser accesible <11
entendimiento humano , y desp us de habe rle dado vuelta s al probl e-
ma por muchos Mios, yo no le veo sino dos so lu ciones, de las cU<lles es
forzoso elegir una. La primera , la que restl lla naturalmelllc de con-
cebir el a lma como una susta ncia completa ( Platn y Descartes entre
otros) es 1<1 de suponer qu e nuestro pat rimon io de espccies intel igibles
nos es dado por la infu sin o con el con curso constante de unil ilumi-
nacin intcr io r que no puede se r sino 1<1 lu z di vinl , co mo con toda
clar idad y mejor que nadie lo dice Ma lebranche: Q//c II0l/ S VOljOl!S 10//-
tes e/lOses CI! DicH.
La seg unda so lucin, la m;: s dificil sin duda , pero la ni ca posib le
de ntro de ti na co ncepcin hi le mrfica del hombre, y de acuerdo co n
ll cual todo nu estro conoc imie nto vien e de la exper ie nc ia sc nsibl e, la
solucin, una vez ms, es imaginar algn dispositivo, artilugio o como
quiera llamrsele, y que permita al entendimiento hacer directamente
presa en la especie sensible que recibimos de la sensacin.
Conforme a esto, y atenindonos a la interpretacin tomista de los
textos aristotlicos de anima, tenemos que el entendimiento se desdo-
bla, por decirlo as, en, dos funciones que el maestro De la Veracruz,
por su parte, configura de la siguiente manera: "En el alma hay algo por
lo que podemos hacernos todas las cosas y algo por lo que pueden ha-
cerse todas las cosas ".30
Con esta ligera variante del texto aristotlico, y en el lenguaje seco
y enjuto que era el de la escuela, da cuenta el maestro de la maravilla
insondable que es el conocimiento humano, por el cual nos converti-
mos de hecho en nuestros objetos intencionales, en todos sin excep-
cin. Intellectus est quodammodo omnia, como dijeron los escolsticos
en una simple traduccin de Aristteles. El entendimiento es en cierto
modo todas las cosas, o como se dir en nuestros das, en la fenomeno-
loga del conocimiento, "entender es ser el otro en tanto que otro". El
esse naturale de la realidad fctica se transforma as en el esse intentio-
nale del conocimiento, y por su asimilacin en el intelecto posible,
podemos, sin hiprbole alguna, hacernos todas las cosas, omnia fieri.
Al intelecto agente, por su parte, le corresponde hacer todas las
cosas, omnia facere; hacerlas, ya se entiende, no en su ser natural sino
en su ser intencional, es decir hacerlas inteligibles. Y esto lo hace el
intelecto agente a la manera de la luz, segn dice Aristteles, al trasla-
dar a la potica filosfica la teologa platnica de la luz a propsito de
la Idea del Bien.
La luz, que para los antiguos era algo inmaterial, por la sencilla ra-
zn de que no la vemos pero gracias a ella lo vemos todo era el
mejor smil para la comprensin del intelecto agente. La luz, dice
Aristteles, hace ver en acto los colores que antes estaban slo en po-
tencia, y acta en nosotros, adems, para confortar nuestra visin. Por
la luz podemos ver (el acto mismo) y ver, adems, en una referencia
directa al objeto, las cosas visibles. Y lo mismo con respecto al inte-
lecto agente, que nos hace entender, en primer lugar, y que en seguida
nos devela lo inteligible, como dice fray Alonso, al desnudar a la cosa
concreta de sus condiciones materiales: denudando rem a materiali-
bus conditionibus.
El intelecto agente es, en suma, como un foco de luz perenne que
desnuda o penetra la imagen sensible, el fantasma, como decan los
antiguos, para darnos la quididad inteligible, la idea, si queremos, pe-
ro la idea encarnada. Y aunque aquellos hombres no tuvieron el menor
presentimiento de estas cosas, el hecho es que el intelecto agente opera
como la luz roja que revela la pelcula, o como los rayos equis que nos
dejan ver el interior del cuerpo.
Lo ltimo que debemos observar (lo hemos anticipado ya) es que,
con todos los mritos que pueda tener la interpretacin tomista del in-
telecto agente, tal cual la traslada el maestro agustino, no es la nica
ni siquiera la ms obvia, a decir verdad, que emana del texto aristotli-
co. Y si la escuela la adopta y la mantiene, es porque quien decide en
ltima instancia no es la hermenutica textual, sino la fe teologal, la
fe en la inmortalidad personal del alma intelectual, la cual, por fuer-
za, tiene que poseer, igualmente en propiedad personal, el espritu. Es,
una vez ms la fides quaerens intellectum, una fe que busca su lazarillo
pero que comanda soberanamente. Por muy filsofo que sea, el filso-
fo cristiano no podr ser jams un librepensador. Si pudiera serlo, y
se mantuviera firme, por otra parte, en su fe sobrenatural, tendra que
desembocar en la tesis, prohijada por el averrosmo latino, de la doble
verdad, una ante la fe y la otra ante la razn.
L_
Escultura de lra\' Alonso de la \'erarru7 en sentir Ari stte les, y C01110 pru eba a l Cilnl O c ilil a Cyeta llo , a nadi e
la Fa( ultad dr Filosolla \. Lrt r,1S, uhicada menos, segllll el cual el al ma pe rso nal , en los textos del eSlagi rila , es
rl1 la Ch} de los i\la${,Hollf'S.
irrell1 edia bl emellle mortal. Secuaz de S'lI1to Toms en casi todo lo de-
m!is, Cayeta no rese rva, no obstante, su independencia de jui cio, y en
este punto preciso la rcgi sll"il fray Alonso, todo lo cua l indi ca, una vez
m!is, que la exeg ti ca del texto aristotlico es algo de lo Il1 cs duro , y
qu e la d iv isi n exegtica existia ta mbin dentro del ca mpo ca tlico.
La tes is del ma estro De la Ve racru z, co n fu ndamento ta mo en la fe co-
mo en la razn, por lo que anter iorm ente hil q uedldo ex pli citado, es la
de que el al ma ra ciona l, creada ll1licame nt e por Dios, es inm ortal e in-
corruptible, y du ra perpetuamente despu s de la Illue rte del ho mbre.:l
Al ter min a r de tratar esta cuesti n , nuestro auto r no puede desco-
Ilocer, antes por el cO lllrari o lo declara honradamente, que los textos
aristotlicos no 50 11 nada claros e l1 este pUl1to. Ari stteles -dice su ex -
posilOr- no se expres en esto tan categr icam e nt e co mo en otra s
cuesti ones, sin o veladame nt e y con cierta oscur idad: "vo/lIte el su b-
o/JsclIre. Y la raz n de haberl o hecho as est e n que \ri slte les, C01110
bie n av isa do que e fa (vir sagacissimlls), esta ba pOf un a pa rt e fir me e n
el principio que de la nada no puede salir nada (ex nihilo nihil fit) y
de la otra no poda entender de quin haba salido el alma, y por ms
que no poda negar que "de alguno" (de aliquo) haba salido: non inte-
lligebat animam rationalem esse de aliquo, nec potuit negare eam esse.33
Precioso comentario, dicho sea de paso, del texto aristotlico, y por
esto, termina diciendo el maestro, hay que "interpretar" al filsofo y
tener por cierto que su sentir no pudo ser otro fuera del que le atribu-
ye la escuela tomista.
Cuestiones como stas, cualquiera que pueda ser su solucin, no
han pasado ni pasarn. Ni del hombre en general ni de ninguno de los
grandes pensadores en particular ha estado nunca ausente el apetito
de inmortalidad. Ni siquiera de Augusto Comte, quien instituy como
el dcimo sacramento de la religin positiva el de la incorporacin a
la humanidad. Y a los hispanoamericanos, si no a otros, nos lacera el
grito de Unamuno: "Mi yo, que me arrebatan mi yo!" Y si las pruebas
racionales de nuestra inmortalidad han de ser siempre ms o menos os-
curas, como lo reconoce el propio fray Alonso, siempre podremos ape-
lar al testimonio de la conciencia y decir, con Spinoza, que, en el fondo
de nuestra experiencia ntima, sentimos que somos eternos: Sentimus
experimurque nos aetrnos esse.
Sea de ello lo que fuere, estos viejos estudios del alma humana han
vuelto a cobrar actualidad en una poca, la nuestra, en que la antropo-
loga filosfica ocupa el primer lugar entre las disciplinas filosficas;
y lo ocupa con tal plenitud, que en ella han encontrado ancha cabida
el espritu y en general aquello que Max Scheler llam "de lo eterno
en el hombre".
Con las tres obras magistrales impresas en Mxico, y de que aca-
bamos de dar sumaria noticia, nos dej fray Alonso, segn dice el his-
toriador Gutirrez Casillas, "un curso completo de filosofa especu-
lativa, bien digerida y elegantemente expuesta segn el progreso hasta
entonces alcanzado". 34 Es un orgullo para Mxico el haber podido cose-
char estos frutos desde la primera eclosin del pas a la vida intelectual.
60
LM:uhu ra de fray Alonso d(' la Veracruz en
el jardin "Rosa rio Cast('llanos', hajo la To-
rre de lIu manidades t, do nde actual men tc
se encuentra.
Notas
r.. I
7
Francisco Cervantes de Salazar, Mxico en 1554. Mxico, UNAM, 1939, p. 29. (Bi-
blioteca del Estudiante Universitario)
8
Apud Joaqun Garca Icazbalceta, Bibliografa mexicana del siglo xvi. Mxico,
Fondo de Cultura Econmica, 1954, p. 85.
9
Marcelino Menndez y Pelayo, Historia de la poesa hispanoamericana, t. i. Ma-
drid, 1911, p. 22.
10 Amancio Bolao e Isla, Contribucin al estudio bibliogrfico de fray Alonso de la
Veracruz. Mxico, Robredo, 1947, p. 82.
11 Garca Icazbalceta, Joaqun, op. cit., p. 144.
12 Domingo de Soto, In librum praedicabilium Porhyrii, in librum praedicamento-
rum et in libros posteriorum analyticorum Aristotelis commentarii. Salmanca, 1574.
13 Alonso de la Veracruz, Physica speculatio. Edic. de 1562, p. 9.
14 Idem.
15 Alonso de la Veracruz, Investigacin filosfico-natural, Los libros del alma, libros
i y u. Introduccin, versin y notas de Oswaldo Robles. Mxico, UNAM, 1942, p. 5.
16 Alonso de la Veracruz, Del alma, p. 7.
17
Aristteles, De anima, ni, 5.
18
Aristteles, De generatione animalium, B, 3, 736 b 27-29.
19 Toms de Aquino, Tractatus de unitate intellectus, contra averroistas, 1, 10: "Fuit
ergo sententia Aristotelis quod id quo intelligimus sit forma corporis physici".
20
Denziger, Enchiridion symbolorum, 738: "[...] damnamus et reprobamus omnes
asserentes, animam intellectivam mortalem esse, aut unicam in cunctis hominibus".
21 Idem, "[...] vere per se et essentialiter humani corporis forma [...] et pro corporum,
quibus infunditur, multitudine singulariter multiplicabilis [..]"
22 San Agustn, De Cenesi ad litteram, cap. 12: "Et sic secundum diversam conside-
rationem et anima est et spiritus [...] sicut ipsa eadem anima quae intellectu intelligit,
oculo videt etpedibus ambulat et manibus operatur".
23 Toms de Aquino, Summa theologica, I, q. 76 etpassim.
24 Ibid., I, q. 118, art. 2.
25 Alonso de la Veracruz, Physica speculatio. Salmanca, 1573, p. 393. Citamos uni-
formemente esta edicin en esta parte de nuestro trabajo, por ser la ltima de las
publicadas en vida del autor, con notables adiciones en esta materia especialmen-
te con respecto a la primera edicin.
26 Ibid., p. 396.
27
Guillermo de Occam, Quodlibetum 1, 40.
28
Ibid., 1, 16.
29
Guillermo de Occam, IV Sentencias., q. 9. E.
30 Alonso de la Veracruz, Physica speculatio, p. 401: "In anima est aliquid quo est
omnia fieri, et aliquid quo est omnia facere".
31 Ibid., p. 416: "Apud catholicos non esse dubium animam rationalem esse immorta-
lem et incorruptibilem, quia hoc habent de fide".
32 Ibid., p. 417: "Anima rationalis, quae a solo Deo creatur, est immortalis et inco-
rruptibilis, perpetuo durans post mortem hominis".
33 Ibid., p. 418.
34 J. Gutirrez Casillas, Historia de la Iglesia en Mxico. Mxico, Porra, 1974, p. 102.
62
La Facultad de Filosofa y Letras, antiguo linaje
Debo aclarar que este escrito tiene un sentido apologtico. Creo que
celebrar setenta azarosos aos de fecunda existencia precedidos por
veinte de tambaleante infancia y muchos ms, tal vez treinta, de dif-
cil gestacin, bien vale un modesto esfuerzo laudatorio para la genero-
sa institucin la Facultad de Filosofa y Letras que siempre acogi
y acoge sin excepcin a todos aquellos jvenes o no que han "pade-
cido" de una ilusin: la del saber, la de la cultura.
Uno de los mejores elogios que se puede hacer de algo o de alguien
es recordar su prosapia ilustre y su respuesta a ella, rememorar lo pre-
cedente como un patrimonio precioso que se ha cuidado y se ha hecho
grande porque se ha sabido cmo tomar la estafeta del milenario que-
hacer humanstico que, a veces, a travs de los siglos, parece que se cae
porque no hay quien pueda o quiera asirla y continuar la carrera; evo-
car cosas de cmo se form y se hered el magnfico compromiso de
con miras universales saber leer, saber escribir, saber comprender
el linaje del hombre en sus diferencias y en cada una de sus ms
humanas expresiones, y no slo se hered sino que se ha estado al tan-
to de cmo usarlo y cmo pasarlo a otros, siempre con largueza, casi
con derroche.
Hacer, pues, un poco de historia acerca del aoso, pero no decrpi-
to contenido humanstico de la cultura mexicana, es sin duda una ala-
banza bien ganada a nuestra Facultad que sigue cultivando y regalando
el saber de las humanidades. Es, as, Filosofa y Letras una institucin
de poca antigedad cronolgica, pero de una hondura de races que
slo se logra con siglos.
El cultivo de la filosofa, de las letras clsicas, de la historia apareci
en Amrica desde el momento mismo en que sta fue introducida a la
63
cultura occidental en todas sus manifestaciones, desde el uso de un cu-
chillo de metal hasta los principios de la filosofa aristotlica.
Hablar de nuestra cultura y no hacer referencia al antecedente ind-
gena que ha dejado poso sera, a ms de injusticia, ignorancia, porque
no se puede negar que de ese lado hay tambin para nosotros una do-
nacin de sensibilidad y de talento.
65
supuesto que discrepaban. Se logr una situacin de mesura conve-
niente para cierta conjuncin de objetivos con el fin de formar indios
"ledos"
El Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco abierto en enero de 1536
fue el resultado de una serie de intereses coincidentes de la jerarqua
eclesistica, de instancias del poder poltico como la Audiencia y el vi-
rrey, del emperador Carlos, de la emperatriz y del Consejo de Indias, a
ms de otros menos relevantes, pero igualmente valiosos.
Ensear primeras letras y unas cuantas oraciones litrgicas era
asunto casi aceptado, pero proporcionar una instruccin ms alta a los
nativos era otra cosa; aparecieron temores, prejuicios, oeras y una
muy seria oposicin; un colegio para aborgenes empezaba a sonar
como un hecho necesario y natural, pero un colegio de estudios su-
periores tal vez se pensaba posibilitara la disminucin de la dis-
tancia entre los de arriba y de abajo; era por defecto intil, por exceso
temerario.
Sin embargo se hizo. Zumrraga, en 1553, solicitaba ante el Conse-
jo de Indias preceptores de gramtica para espaoles e indios. 5 El asun-
to fue ms lejos:
66
de Olmos, quien emprendi la tarea despu s de habe r "v isto todas las
pintura s !libros o cdi ces ] que los ClCiqucs y prin cipa les tc nan de sus
ant iguallas y habi ndol es dado los m s an c ianos respucsta a todo lo
que les qui so pregulltar".tO
El hombre humani sta , indgc na o espa o l, no s lo sabia cosas del
intelecto y del espri lU , sino que la s discuti, cuando se dio el caso, e n
acciones propias de alto ni vel in te lectua l: con rrontac i n de opiniones,
di sc us i n de te mas toral es, expresin de la s propia s verdades de t l
t, pero co n dignidad y respeto de ca da uno al "ot ro". En cue ntro wn
acad mi co rue, sin duda, el ramoso ~C oloquio de los doce",t l temp ra-
nam e nte realizado ell Tl atelol co y e n el qu e frailes hispa nos y sace r-
dotes mcxicas se ntados a la mi sma a ltura ve ntilaron sus di sc repa ncias
espiritual es. Esto fue, tam bi n sin duda , un precoz caso del uso de la
libertad de pe nsar y de hablar.
Cosas como sta no pc rdu raron o no rueron co mun es a travs de los
siglos colonial es; la eco noma, la polti cl , la a mbi cin as lo determi-
1\1 trmino de la Independencia y con la naron, pero siempre hubo un hil o co ndu cto r qu e llev la cultura de la
instaurilcin del Primer Imperio, la Univer- Nueva Espaa a a ltu ras qu e ha sta ha ce poco empeZi:lron i:l verse claras.
sidad cambi su nombre por el de Imperial No pocos pe nsadores han "decretado" lite ra lm ente que no se pu ede
}' I'ontifkia Universidad de ~'lxico. En su habl ar de filosofa en la Nueva Espaila, y menos en sus primeros tie m-
escudo, los leones y castillos de la her,ldica
pos, po rque no apareci ningn sistema o riginal que 10 just ifi cara ;
peninsular fueron suprimidos}' sustituidos
por el ,guila devorando a la serpiente.
tambin se ha evad ido sistemticamente la co nsidera cin y la va lidez
precisa de un humani smo renacen tista espailol, pero creo qu e lo hasta
a hora evocado - muy por cncinw, es c ierto - habla posit iva me nte ele
ello. Ese humani smo re nace nti sta se ex pres Illu y leg tim a y origi-
nalmente e n descubrimi e ntos, creatividad , innovac i n, inve nti vi:l, en-
tu sias mo , vitalidad, imeres por el conocim iento de l<l s le nguas abor-
ge nes y nimo di fusor pa ra eX lender ellatll, el se ntido de i<l libcrti:ld
pa ra e ncauza r in st rucc in y eVi:lngelizi:lci n por los melados qu e la
rea lidad i:ll11 er ica na impona, y a veces pi sa ndo los lind eros de la orto-
doxia, tran smisin de idea s cstti ci:l s y aceptac i n de la s que ya le nan
los indgena s.
Es di fci l negi:lf el culti vo de un pen sa mi e nto fil osfico cuando a
un os cuantos ai'os de la co nqui sta los doctos fra il es hi spi:ll1oS (Gantc,
Sahagltn, Molini:l , Olm os, ta ntos m s) no hab a n hecho ms qu e viv ir
y trabaj ar aco rdes con su formac i n esco1.isti ca ; mi sma qu e est pre
sc nte en croni sta s mest izos (Chim al pin, Tezozllloc, Ixtli xchitl) y
e n indios sobresa lien tes por su saber (Esteban Bravo , Di ego Adr iano ,
J--! er lli:lnelo de Riba s, Ag ust n fu ent e). De tal manera qu e los qu e se
i:l cercarOIl a TlateJoJco e n los t iempos primeros fueron inro rmados ace r-
Cl de santo 1bms de Aq uino, del latin, del habla r de Castill a y de
otras di sc iplin as.
El humani smo rc na cc nti sti:l es pi:lo l creca y a veces tomaba tonali-
dades decididamente mexicanas; creca y ex iga.
An se escuchaba el martilleo de la demolicin de Tenochtitlan y
la construccin de la nueva ciudad cuando dos hechos trascendentales
consolidaron la sistematizacin de los estudios superiores: la fun-
dacin de la Universidad y el arribo de los jesuitas. Apenas los prime-
ros muchachos criollos y mestizos de ms edad andaban entre los
veinte y los veinticinco aos, cuando la Nueva Espaa tuvo un sitio
donde podran ya comentarse las doctas disertaciones de un claustro
universitario (1553). La primera generacin de mexicanos pudo ac-
ceder a una institucin de enseanza superior non plus ultra en el sis-
tema educativo hispano: una Universidad de autntico corte salmanti-
no que, en razn de su peculiarsima ubicacin fsica, sobre el corazn
deshecho del gran seoro azteca sometido haca no ms de veinticin-
co aos, pasara momentos singulares, situaciones no previstas y no-
vedosos vaivenes que le imprima sin duda su entorno geohistrico y
humano; aires tropicales, gente diferente nunca antes vista: indios
mexicanos y mexicanos nuevos criollos y mestizos. (Interesante estu-
dio por hacer es este de los cotidianos intrngulis lo que no se asienta
en actas de aquella hispnica y americana Universidad).
Su propia fundacin no surgi de la voluntad real y/o eclesistica,
sino de una serie de instancias, como el obispo Zumrraga, quien pre-
sent la primera peticin a travs de sus procuradores en el Concilio
de Trento, 12 el virrey Antonio de Mendoza, la Audiencia, el Ayun-
tamiento, los frailes franciscanos y algunos sbditos ilustres. El rey
acat la peticin recogida a travs del Consejo Real y Supremo de las
Indias en ese libre ejercicio que el jurista mexicano Esquivel Obregn
llam "democracia tradicional espaola ".13
La Universidad no fue puesta al cuidado de religiosos, de hecho fue
seglar y pblica, puesto que podan ingresar a ella todos los que estu-
vieran en condiciones de hacerlo:
74
As tambin ahondaron en lo que significa la patria:
Jovellanos era un hombre muy del siglo xviii, el hombre era muy es-
paol y el siglo era muy francs; la tradicin y la poca eran enton-
ces como dos caminos trazados por las dos vertientes pirenaicas: una
que conduca al Madrid de los ltimos Austrias y otros al Pars de la
Revolucin y de los ltimos Borbones.27
Sabemos bien que stos slo fueron destellos y que la absoluta de-
cadencia de los estudios humansticos fue un hecho paralelo al declive
del dominio espaol. ste desapareci pero no as la cultura criollo-
mestiza formada e informada en el pasado comn de un pueblo escan-
dalosamente nuevo (no hemos sido piedra de escndalo de cuantos
nos miran?) en el que de all en adelante todo tendra el tono de lo
inusitado. La lucha por la independencia absorbi todas las inquie-
tudes, culturalmente quedaron bastiones prestigiados como, por ejem-
plo, el Colegio de San Ildefonso, nunca tan elitista como en ese mo-
mento, y se entiende ya que muy pocos debieron haber sido los que
escaparon social y econmicamente a la lucha tan violenta, no tanto
por lo armada, sino por los giros tan radicales que propona; no es fcil
anochecer virreinato y amanecer repblica, pero podra decirse que
as fue: se necesitaron tan slo catorce aos. El pueblo estrenaba po-
ltica propia y a la actividad poltica de partidos subordin casi todo el
siglo xix.
El odio liberal perda el tiempo tratando de borrar el pasado en
vez de aprovechar lo que ste ofreca, y la ceguera conservadora perda
el tiempo tratando de revivir muertos en vez de aprovechar nuevas
oportunidades.
La instruccin pblica no escap al problema y cada partido se opo-
na al otro esgrimiendo, adems de sus principios, la proteccin de-
cidida a ciertas instituciones y aun a ciertas materias de enseanza.
Cada uno hizo de su bagaje de cultura una bandera de partido y se fue
realizando en las mentes una identificacin entre los conceptos opre-
sores, conservadores y hasta centralistas, reaccionarios y universi-
tarios, en contraposicin a oprimidos, liberales y hasta federalistas,
76
COllcurrenci,1 al acto de inauguracin de la revolucionarios y tcnicos;30 "La Un ivers idad , la metafsica, la teologa
Universidad Nacional. Anfiteatro "Simn y la filo sofa se fueron co n virti e ndo en Sa nto y seiia de la reaccin".'I]
Bolll"<lr", 22 dr srrtirl11hr(~ dr 1910, Id enti fic aciones gra llli tas y absurdas porque la alta cul tura, la que COIl-
lleva un ;.lgudo sentido humani sta , no tie ne bandera: su alcan ce sa le
del pu ebl o e n el que nace y, enriqu ccidl, Ilegi.l otra vez a s mi snw e n
su vuelta alrededor del mundo.
Pero eslO no fue posible e nto nces; la Unive rsidad e ra a lgo estorboso
que se quit<lba y se ponia segn el parti do tri u n fa nte.
En la gesti n del ge neral Victoria ni cam ent e fun cion con cierta
reg ul aridad la \ cade m ia de San Ca rlos.
lI acia 1833, al amparo de Gmez Fara s, se formul un proyecto
t pi co co mo medida de con ciliacin; se formJba de se is establ eci mi e n-
tos: PreparalOria. Estu dios ideolgicos y hu mlllidac1es, Cie ncias f si-
cas y matcllliticas, Cien cia s mdi cas, Juri sprude ncia y Ciencia s ecle-
si sticas. No ll eg a funcionar. En 1834 se restableci la Universi dad,
no m s Real si no Nacio nal , pero todava pontificia; hacia 184] se crea-
ron esc uela s de i.l gricu ltura y la de \rt es y Oficios; por all de 1854 se
fu nd la Escuela de Comercio y se pens en un plan de cua tro fa-
cultades: Mcdicin<l , Tco logil, Juri sp rudencia y.. fi losofa, s lo fue un
77
buen intento. En 1857 Ignacio Comonfort hace desaparecer la maltre-
cha Universidad, "en 58 Zuloaga la repone, en 61 Jurez la elimina, en
63 vuelve a aparecer, en 65 el prncipe austriaco la suprime, ahora s
definitivamente [...132
En medio de estos vaivenes culturales, siempre entretejidos con la
militancia poltica, aparecer (1867) el positivismo, lo nico que fal-
taba para retardar ms la participacin del Mxico independiente en
la vida intelectual del mundo.
No nos interesa por ahora ni el anlisis de la doctrina o el mtodo
de la corriente comtiana, "[...j se trata dice Leopoldo Zea de una
doctrina importada a Mxico para servir directamente a un determi-
nado grupo poltico, o para servir de instrumento a un determina-
do grupo social, en pugna con otros grupos". 33 Es decir, se afina el
mismo procedimiento de todo el siglo al usar las materias del cono-
cimiento para fines polticos muy personales, tanto, que Gabino Ba-
rreda no duda en hacer ajustes al positivismo de Comte para ponerlo
al servicio de la camarilla del poder, primero en tiempos de Jurez, y
despus, de Porfirio Daz.
Orden basado en la uniformidad de conocimientos y de creencias,
paz social lograda a travs de una "planificacin u ordenamiento com-
pleto de la conciencia del estudiante, en la cual no quedase nada para
34
ser interpretado por el individuo". Se buscaba formar hombres incapa-
ces de crear, de interpretar, de disentir.
Progreso era otro de los trminos clave, progreso material, no inte-
rior. Adems, proponer progreso es tpico de batalla oratoria sin senti-
do, ya que la palabra progreso es escurridiza, es acomodaticia, es
inasible; progreso para qu, de qu clase, hasta cundo?
El positivismo fue en verdad una necedad poltica; no llenaba los
pavorosos huecos sociales y econmicos del pas, no abata la ignoran-
cia de las mayoras, no elevaba ni multiplicaba la cultura de la mino-
ra. Se tena un miedo cerval a la amenaza de la sajonizacin, pero se
pretendi sin recato aplastar la "hispanizacin histrica", esto es, la
que ya estaba inscrita irremediablemente en la historia. La legendaria
tradicin humanstico-filosfica se vio un tanto inmovilizada.
En este ambiente creci y madur Justo Sierra, discpulo de Barre-
da, de quien haba sido importante seguidor. Sierra fue el encargado
de poner en su adecuado orden y en marcha la educacin nacional,
pero el Justo Sierra de las grandes realizaciones educativas no era un
positivista. De sus primitivas posiciones filosficas y polticas lo apart
el hecho de su responsabilidad como hombre de trabajo y su sensibili-
dad como mexicano.
Las necesidades de un pueblo en bancarrota cultural lo hicieron sa-
lirse de la pura especulacin intelectual hacia la accin que respondie-
ra a las necesidades nacionales. Amaba la ciencia, senta el tremendo
atractivo de esa "magia" nueva y de que Mxico fuera introducido por
ella al mundo moderno. La gran cultura de Sierra, su conocimiento de
la humanidad y de su pas lo dotaron "de un sentido de lo universal
que sobrepasaba, dejndolos muy atrs, los lmites estrechos de la idea
comtiana y le daba un agudo sello humanstico" 35 que le impeda ig-
norar las formas de conocimiento que no encajan dentro de la ciencia
experimental.
Sierra orient la organizacin de la educacin nacional desde el pr-
vulo hasta el doctor universitario, pasando por las artes, los oficios y la
escuela rural:
rii79I
Notas
1
Miguel-Len-Portilla, Nezahualcyotl. Poesa y pensamiento, 1402-1472. Mxico,
Gobierno del Estado de Mxico, 1972, p. 9.
2
Ibid., p. 10.
3
Apud Len-Portilla, op. cit., p. 31.
4
Antonio Rubial, "La Insulana, un ideal franciscano medieval en Nueva Espaa",
en Estudios de historia novohispana. Mxico, UNAM, Instituto de Investigaciones His-
tricas, vol. vi , 1978, pp. 39-46.
5
Vid. Lino Gmez Canedo, Pioneros de la Cruz en Mxico. Madrid, Biblioteca de
Autores Cristianos, 1988, p. 168.
6
Jos Mara Gallegos Rocaful, El pensamiento mexicano en los siglos xvi y xvli. M-
xico, UNAM, 1974, p. 33.
7
Sebastin Ramrez de Fuenleal, apud Lino Gmez Canedo, La educacin de los
marginados. Mxico, Porra, 1982, p. 136.
8
Cf. Gallegos Rocaful, op. cit., p. 35.
9
Huehuetlahtolli. Estudio introductorio de Miguel Len-Portilla; versin de los
textos nhuas de Librado Silva Galeana. Edicin facsimilar. Mxico, Comisin Con-
memorativa del V Centenario del Encuentro de Dos Mundos, 1988, 500 pp.
10 Fray Jernimo de Mendieta, prlogo al libro II, apud Miguel Len-Portilla,
Huehuetlahtolli, pp. 14-15.
11 "Coloquios y Doctrina cristiana...", en Los Dilogos de 1524 segn el texto de
fray Bernardino de Sahagn y sus colaboradores indgenas. Ed. facsimilar del manus-
crito original, paleografa; versin del nhuatl, estudio y notas de Miguel Len-Por-
tilla. Mxico, UNAM, Fundacin de Investigaciones Sociales, 1986.
12 David Mayagoitia,
Ambiente filosfico de la Nueva Espaa.. Mxico, Jus, 1945,
p. 58.
13 Apud Guadalupe Prez San Vicente, "Las cdulas de fundacin de las universi-
so
26
Vid. Beatriz Ruiz Gaytn, "Reflexiones sobre la Revolucin francesa y Amri-
ca", en Cuadernos americanos. Mxico, Universidad Nacional Autnoma de Mxico,
nm. 17, vol. 5, septiembre-octubre, 1989, pp. 87-106.
27
Valentn A. lvarez, apud Juan Antonio Cabezas, Jovellanos, el fracaso de la
Ilustracin. Espaa, Silex, 1985, p. 11.
28
Cf. Alberto Mara Carreo, Efemrides de la Real y Pontificia Universidad de M-
xico. Mxico, Universidad Nacional Autnoma de Mxico, 1963, p. 391 y ss.
29
Apud Mayagoitia, op. cit., p. 112.
30 Cf. Beatriz Ruiz Gaytn, Apuntes para la historia de la Facultad de Filosofa y Le-
y Letras. Mxico, Universidad Nacional Autnoma de Mxico, nm. 33, 1949, p. 40.
32
Ruiz Gaytn, Apuntes para la historia..., p. 15.
33 Cf. Leopoldo Zea, El positivismo en Mxico: nacimiento, apogeo y decadencia.
i
Los comienzos de la Facultad de Filosofa o Artes
en la Real Universidad de Mxico
Mauricio Beuchot
83
propiedad), Juan Larios (febrero de 1587, temporal, y marzo de 1590,
temporal), igo Carrillo Altamirano (abril de 1587, temporal, y mayo
de 1590, temporal), Juan Nez de Guzmn (noviembre de 1590, tem-
poral), Pedro de Soto (febrero de 1593, temporal, febrero de 1597,
temporal y abril de 1598, de propiedad), y Pedro Martnez (abril de
1598, temporal).'
El texto oficial que se usaba en la Facultad de Artes era el de fray Do-
mingo de Soto, el gran dominico salmantino. As, el primer catedrtico,
cannigo, Juan Garca, enseaba con ese texto. 2 El dominico Pravia si-
gui gustoso ese texto de quien haba sido su maestro en Salamanca; pe-
ro el agustino Herrera quiso cambiarlo, segn se ve por el hecho de que
los estudiantes protestaron y pidieron que se conservara el texto de Soto.
Por otra parte, aunque no en la ctedra de Artes, sino en las de Bi-
blia y de lologa, sobresali en filosofa fray Alonso de la Veracruz.
Este agustino fue notable como profesor universitario, de un vigoroso
talento especulativo, pero siempre atento a los problemas concretos.
As, desde su ctedra de Teologa, inspirado por el pensamiento de santo
Toms, trat temas tan concretos como los problemas de la moralidad
de la guerra hecha a los indios, de las encomiendas, de los tributos, de
los diezmos, de los matrimonios indgenas; pero tambin de temas tan
abstractos y elevados como los contenidos en sus libros de filosofa,
producto de su docencia en colegios agustinos como el de Tiripeto, en
Michoacn. All haba llevado a cabo su docencia filosfica, y haba re-
dactado un curso de estas materias, que fue el primero en publicarse
en Amrica. De seguro la intencin de fray Alonso era que sirviera co-
mo libro de texto o al menos de consulta en la recin fundada Univer-
sidad, en la que l mismo funga como profesor de Biblia y de Teologa
tomista, pero siempre sumamente interesado en filosofa.
El curso de fray Alonso comprenda la filosofa natural o fsica en el
sentido aristotlico, la lgica formal y la lgica material. Pero tambin
en sus lecciones de teologa se encuentra un gran caudal de conte-
nidos filosficos, por ejemplo, de tica, de filosofa social, de antropo-
loga filosfica. En cuanto a la filosofa social, veremos algo de lo que
dice en su De dominio infidelium et justo bello (Del dominio de los infie-
les y de la guerra justa), donde aborda el problema de la conquista y los
derechos humanos o, como l los llama, naturales que asisten tan-
to a los indios como a los espaoles. Tambin trata en las diversas du-
das, o Dubia, problemas jurdicos de posesin de tierras, tributos, et-
ctera; pero su intervencin en la polmica de la conquista es muy
notable, como buen discpulo que fue, en Salamanca, de Vitoria y Soto.
Y es que en la Universidad como dijimos es la Facultad de Artes
la que directamente corresponde a lo que ahora llamamos la. de Filo-
sofa, pero tambin le corresponden muchos temas tratados en la de
Teologa. La Facultad de Artes se llama as en atencin a las artes libe-
84
rales, que, en cont raposicin con las artes se rviles, const itua n la ed u-
caci n que se daba ent re los romanos y los medievalcs. Ya no se co n-
se rvaban en el mi s mo orden, pero s e n cuanto a la ins piraci n y la
mayora de los cOlllenidos. Tales artes Iiberalcs eran organi zada s en
dos grupos: el trivilflll y el q//aclrivilllll. El Irivill Hl, o va triple, e ra el
conj un to for mado por la gramatica, la lgica (o dial cti ca) y la ret ri-
ca, y ellas const itu <1I1 ltlS cien cia s del lenguaje o del di sc urso (scicu-
fiac scrl/locil1(1 lcs); el qmulrivillJl1 estaba formado por la aritm tica, ltl
geo metr a, la astronoma y la msica. De hecho, dellrivi/l lll se co nse r-
vaba la lgica ( la grilJ11<lti ca se aprend a en la escuela me nor) y la re-
trica (con cierta innucncia humani sta ). Del {flwdri vi /llll se reunan
las ciencias matem ticas y 1<1 <Istranoma e n la fsica o filosofa natu-
ral (y ll eg a habe r catedra de Ma te mticas y Astronomia, muy mez-
clada co n la astrolog a judi ciaria , co mo la que tu vieron fray Diego
Rodrguez y Sigcn za y G ngora c n el siglo XVII). La metafsica y la
tica se vean m s bien en Teol oga, en el campo dc la teo loga dogma-
tica y la teo loga moral. As, la s materias principales de filo sofa era n
Escudo de la Universidad Nacional de M- la lgica y la fsica. En la lgi ca se trataba la lgi ca me nor o formal
xico. 1910. ( lo co rrespondie nt e iI las S m/l/as o co mpe ndios de lgica de Pedro
Hi span o y Peri henHClleifls, Primeros A I/alticos, Tpi cos y E/cucos de
Aristteles) as co mo la lg ica mayor o material (lo correspondi e nte a
los PrediC(/bles de Porfi ri o, y a los PredicwIlcntos y Segundos A Hlllt;cos
de Ari st teles). En la fsica se tralilba de la Fsica del Estagirita, algu-
n os de sus t ratados menores como De gellcmtio/lc et cormpt io He, Dc
ellelo y De II/ cteoris, y tambi n De llll i/l w. A veces se vca Hlg(lIl tratado
apendi cu la r, co mo la SpJllIera II/II/ul; de Campa n o de Nova ra o de Juan
de Sacrobosco.
La e nse ililllza estaba , pu es, ce ilida al comen ta ri o ex pos itivo de f\ ris-
tt eles, Po rfirio y Pedro Hi s pano. Ms que un a inten c in innoYild o-
fa, haba un a inten cin pcdaggi cH de enseilHr lo mejor posibl e esos
materiHles a los eSlUdialHcs. Pero mu cha s veces, e n esos mi s mos co-
menwrios, haba despu ntes de origina lidad y a un deste llos de ingenio;
no todos los textos emn rcpetit ivos. En la Uni ve rsidad de V\Cx ico se se-
gua n los co mentarios de Domingo de SOlO , como con sta en los docu-
mentos. Come n ta ri os a Ar istteles y a Pedro Hi spano, los escrilOs de
Soto co nsti tuan el texto mi s co mpete nte del momento. Fray Alon so
publi ca su texto para suplir al de SOlO , y ciertamente estuvo a la a ltu ra
del mi S1110. Y au nqu e no co noci una fortuna co mo la de aqul, tu vo
una bue na acogida.
Sin embargo, rest rin gi ndonos a la sola Fa cultad de Artes, ve mos
qu e los mas notables e nt re sus ca tedrli cos fueron el domini co fray
Pedro de Pravia, quien dej un escrito sob re la euca ri sta; el clrigo
sec ul ar ll e rn a nelo Ortiz el e Hin ojosa, de qui e n se con se rvan UI1H S
adve rte ncias que reda ct para prese ntar al Terce r Concilio 1\ lcxica n o
acerca de diversos problemas sociales; y, finalmente otro dominico,
fray Francisco Jimnez, a quien .el propio Hinojosa recomend para
que lo sucediese en su ctedra de Artes, lo cual se acept. Veremos algu-
nos rasgos de sus vidas y sus obras.
Fray Pedro de Pravia fue uno de los primeros frailes de la orden domi-
nicana que ensearon en la Real Universidad de Mxico. Sus lecciones
fueron muy reconocidas. Su obra como pensador y docente se ve prin-
cipalmente en su comentario a la parte de la Summa de santo Toms
correspondiente al tratado de la eucarista.
Segn Beristin, este dominico era originario del consejo de Pravia
en el obispado de Oviedo. 3 En esa ciudad episcopal ingres a la orden.
Realiz sus estudios teolgicos en el convento de San Esteban de Sa-
lamanca. Ense artes o filosofa en el colegio de Santo Toms de vila,
para lo que tena muchas dotes: "Con ser los estudios de las artes tan
secos, pro ed con ellos con devocin". 4 Ya era profesor de teologa en
el colegio de Santo Toms, cuando solicit ser enviado a evangelizar a
los indios en el Nuevo Mundo. Pas a Mxico en 1550, junto con fray
Diego de Osorio y fray Pedro de la Pea.
Pravia es nombrado lector en Artes o filosofa para el convento de
Santo Domingo de Mxico en 1553. 5 En su desempeo como profesor
se destac por sus dotes para argumentar y discutir, cosas que haca
con una humildad digna de tan gran pensador. De esos aspectos suyos
dice el cronista Dvila Padilla:
><7
Capitulo Provincia l lo scil ala en di cho CO ll ve lllO como lector de Teolo-
ga y maestro de estudiantes. Y \'uelve a la Univers idad a en se ilar Artes
en 1570, pero no queda muy cl aro en los docul11cI1l0S ha sta qu ail o
exactamente ejerce esta segun da docen cia dc Artcs, ya quc vueh'c a
nombrrsele en 157 1. 11 El 9 de mayo de 1570, en C[lUstro pleno de la
Uni vers idad, se acord da r la c.tedra de Artes -q ue rega fray Pedro
Rui z, o. S. A.- l Pravia, "por ser pe rso na docta y en qu ie n co ncurren
las cualidades que se requieren".12 El acuerdo fue drsela en propi eda d
sin oposicin. El cron ista unive rsitar io Plaza y Ja n aclara que "se le
restitu y la ctedra de Artes al Il r-.'laestro fr. Pedro de Pravia" l eso su-
giere que ya la hab a tenido a ntes en propiedad y nos hace ellle nder
en todo caso e [ que se [a dieran s in o pos ici n. El a ii o s iguiente, el 22
de mayo, l Pravia se le alarga el permi so de po ner C01110 supl ente a
ff<l y Jernimo Soto, O. ]l., po r la s ma i a nH s, p<lf] no perder -<1 C,,lIS" de
mltipl es ocu pa ciones- "a person a ta n ti l y emine llle". Pravia e n-
seiiaria Artes en la Uni versidad por la s tHrdes mi en tf]s que, por [as ma-
a nas, fungiria C0 l110 lecto r de Teologia e n el estudio del convento de
Santo Do min go (a unque fray Je rnimo So to s lo ley durante dos me-
Ley Constitutiva de la Escuela Nacional de
ses) .14 Prav ia es propuesto para Prese n tado e n el Ca ptu lo de 1568 15 y
Altos Estudios, 7 de abril de 1910.
es propuesto para l11aest ro en Sagrada teologa por el de 1572.1 6
En ese mismo ail o, Pravia es nombrado por el Santo Oficio como ca-
lificador y examinador de libros. \' cn 1574 sustituye a fray B<lrtolom
de Ledes ma en la ctedra de Teologa. Co mo narra Pl aza y Jan,
[... ] por elm cs de enero de quinientos selcnta y cuatro, por ser el Pe.
r-.lro. Fr. Bartolomc de Lcdesma Prior del Conve nto de Santo Domin-
go de esta ciudad y estar ocupado, se le di o licencia y se nombr al
Pe. Fr. Pedro de Pra\'i;:t de la d ic ha Orden, para que leyese la Ctedra
de Pri ma de Teologa por dos aos, y pasados, pud iese vo lvc r a ella
dicho Pe. ~ lro . Ledcsma. 17
Pra via , j unto con Osario y Ledes m a, haba reci bido el doctora do en
Teologa po r la Un ive rs idad. 13 En 1580, cuan do Ledesm<l hizo un viaje
;: Pcrll, Pravia lo sustituye nu eva mente e n la ciledra uni ve rsitaria de
Prima de teo loga. Pero e16 de febrero de 1582 se inform a l p le no del
cla ustro de la re nunci a definiti va de Ledesml l dicha cteclr<l, y se le
adjud ica en prop iedad a Pravia , quien tO ma poses in de ella el 12 de
febrero, co n mu cho aplauso. De hecho , en las crnicas se ve n elog ios a
los cursos de Prav ia ya desde el 12 de fe brero de 1575 .
En 1578 Pravia es nombrado maestro en S<lg rada teologia dentro de
la orden, m xi m<l di stin cin aca d mi ca para un domini co. En 1583 se
le nombra regente de est udios. En ereCto, en la s \clls de ese a il o se ha-
bl a de l com o maestro en Sagrada teologa y catedrtico en la aca de-
mi i\ regia (esto es, enl ; Uni vers idad ) y como regente de la uni versidad
UH
de los dominicos en Mxico (es decir, el co leg io "universitario" del con-
vento).19 Un acolHecimicnto notable fue para l haber sido propuesto
por Fel ipe I1 para un obispado. Por eso, e n 1584, el 21 de febrero, e n
una solemnidad de graduaci n y en e! pleno de! claustro del 7 de abril,
aparece fray Pedro de Prav ia en las acttls como ~electo obispo de Pana-
m".20 Pravia rehus esa distincin, y sigui cnseando LCologa. En
1586, despus de una visita del obispo Moya de Contreras a la Univer-
sidad , stc ltimo qued tan bien impresionado del desempeo de Pra-
via , que lo nombr gobernador del a rzobi spado cua ndo tuvo que ir a
Espaa. Por ello. el 16 de mayo de 1586 Pravia solicita permiso para au-
sentarse de su ctedra. Hubo oposicin por parte del vicerrector y has-
ta se nombr una co mi sin de cuatro doctores para ve r si la licencia
que pecHa era "de gracia o de justicia". Se le concedi a l fin e n el pleno
del da 21, nombrndole como sustituto a rray Fra nc isco Jimnez, pro-
puesto por elm islllo Pravia junto co n el P. Prescn tado rray Juan Rami-
rez, por dos aiios, del 21 clejunio de 1586 al9 de rebrero de 1588; y del
9 dc febrero de 1588 al 10 de enero de 1590 lo sustituy rray Hcrnando
Bazin. 2J
Dict.1men sobre los cu rsos que debern es-
De cste dese mpciio C0l110 gobernador de la arquidicesi s se conser-
tablecerse en la Escuela Nadonal d~ I\ltos
Vil una carta de Prav ia a Fel ipe 11; en ella deriende a los indios en con-
Cswd ios. 1912.
tra de los encomenderos, y enaltece la labor que haba rcaliz,ado Bar-
tolom de las Casas. Transcribimos algunas parles importallles de la
mi sma:
Aade que:
[... 1el remedio mas eficaz de todos, desptl{~s del favor di vi no, es llpar-
tar los indios CU;lI1to fuere posible de la comunicacin de los cspailo-
les, por las Illuchas vejaciones que dellos reciben lJ /Jollerles ell carie
I/lla JlersOlw ql/e los (U1I/HI/'(fSC, m/ CIU/ fil el Obispo (le Chi(lJJu qlle 1'01'
mmu/mio de V. M. lo lizo as! ml4c1lOs ai'ios. l1
Pide por ltimo al rey que, en aten ci n a su mu cha edad y rat igas,
se le d la jubilacin de la ctcdra de Prima de teologa.
El seor recto r Jos Natividad Macj,1s, An- Por ltimo, el 10 ele enero de 1590 se anuncia que definitivameJ1le
tonio Caso y Miguel Schulz, entre otros, en "vaco la ctedra de prima de Teo loga por mu erte de fray Pedro de Pra-
la solemnisima celebracin del sptimo
via", a cau sa de una e pidemia. "Es pucsto en razn -comenta el cro-
aniversario de la Universidad. ZZ de sep-
tiembre de 1917. ni sta Plaza- queden memorias de los hombres insignes [... ], no se HlC
de pasar e n si len cio la de varn tan esclarecido, co mo el Reverendsimo
I~ 1\1. Fray Pedro de Pravi a [... ], un o de los prim eros que florecieron en
la primera edad [... ], ejemplar var n en religi n, virtud y le tras [.. ,n. ! -I
Hab a sido ma estro de pensadores prominentes, co mo TOllls de
i'"le rcad o, gran mora lista de la econo ma ; de MeJchor de la Ca dena,
ob ispo de Chiapas; de Hernando Ortiz de Hinoj osa, que lo sucedi e n
la ctedra de teologa e n 1550 y dcspu s fue ob ispo de Guatcmal<l; de
Juan Ce rvant es, obi spo de Oaxaca, y de Alonso de la Mota , que lo fue
de Puebl a.
Ber ist in aadc que Pravia dej , e nt re otros esc ri tos, un E~'(jlIe/l y
ce l/ sum de va r ios libros, que elebell prol/ibirse, impreso en 1583 por
encargo de l Tribunal de la Inqui sicin. Pero el qu e ha llegado hasta no
so tros es un tra tado manu sc rito acerca de la teo loga de la eucar ista.
!'-JO
En l va siguiendo puntualmente el orden que observa santo Toms en
su Summa Theologiae, de la cuestin 73 a la 83. Lo trata en forma de
conclusiones o tesis que va defendiendo como respuestas a las pregun-
tas que se plantea en cada artculo, muy dentro de la escuela tomista. El
incipit que lleva el manuscrito es De sacrosanto sacramento eucharistiae
quaestio septuagessima tertia tertiae partis D. Thomae, per reverendum
admodum Patrem Doctorem Fr. Petrum de Pravia. Al terminar, el tratado
lleva esta fecha: "A 5 de septiembre, ao de 1596'. 25 No tiene indicacin
de lugar, pero trae como uno de los poseedores a fray Jos de Herrera
(nombre del agustino que sucedi a Pravia en la ctedra de Artes en
1561), el otro es fray Antonio Suazo, que firma como colegial del cole-
gio de San Luis de Puebla. El manuscrito, de doscientas sesenta y cin-
co fojas, se encuentra en la Biblioteca Nacional de Mxico.26
[...I los indios caziques y principales que por eren^ia de sus pasados
son seores sienten mucho que les quiten sus caQicazgos y los den a
otros especialmente a forasteros quitndoselos a ellos y a sus hijos
pues es cosa cierta que no perdieron el dominio ni seoro por la
conversin a la fee ni por averse sometido al de los reyes christianos
de Castilla y Len por con^essin apostlica, si no fuese qundo el
cazique fuese tan malo y tan vicioso y tan incorregible que no se tu-
viese esperanza de enmienda y quando se le quitase a l no por eso
sus hijos y erederos forzosos an de ser despojados ratione peccati pa-
rentum quia fi lius non portabit iniquitatem patris.29
[...] que se mande en todo caso que los estudiantes que no son ordena-
dos de orden sacro no traygan sotanas porque algunos dellos andan
por los tiangues arrebatando a las yndias lo que tienen las quales
piensan que son clrigos; e acompaam mugeres y andan vestidos
no con la decenQia que se requiere al hbito, el qual pierde mucho
con esto.30
93
Rector soy dice de este colegio de S. Luis, en la ciudad de los An-
geles; lector de Teuluga en l, la cual he leido muchos aos en M-
xico, en el convento y en la Universidad; presentado por la Orden,
querido de todos mis padres y hermanos, y puesto por la Provincia
en uno de los mejores lugares que ella tiene, y con esperanza de ser
ms [...J33
Conclusin
r94 i
Notas
1
Cf. C. L Ramrez Gonzlez, Las provisiones de ctedras en la Facultad de Artes
durante el siglo xvi. Tesina de licenciatura en Historia, UNAM, 1987, pp. 34-36.
2
Cf. M. Beuchot, "Un libro de texto para la Nueva Espaa: Domingo de Soto", en
Revista de filosofa, Mxico, Universidad Iberoamericana.
3
J. M. Beristin de Souza, Biblioteca hispanoamericana septentrional. T. 3. Mxico,
Fuente Cultural, 1947, p. 163, nm. 2462. Ver tambin S. Mndez Arceo, La Real y
Pontificia Universidad de Mxico. Antecedentes, tramitacin y despacho de las Reales
Cdulas de ereccin. Mxico, UNAM, 1952, p. 118.
4
A. Dvila Padilla, Historia de la fundamentacin y discurso de la Provincia de
Santiago de Mxico, de la Orden de Predicadores. Mxico, Academia Literaria, 1955, p.
585.
5
Esto segn las Actas de Captulos Provinciales de la Provincia de Santiago de
Mxico. Cf. M. Beuchot, "Lectores conventuales en la Provincia de Mxico durante el
siglo xvi", en Archivo dominicano, nm. 8. Salamanca, 1987, p. 54.
6
A. Dvila Padilla, op. cit., p. 385a.
7
Ibid., pp. 584-599.
8
Ibid., p. 592ab.
9
Actas de Captulos Provinciales, Ms. 1, 1558, 6.1; Ms. 1, 1559, 8.1.
10 Cf. M. Beuchot y A. Melcn, Los dominicos en la Real y Pontificia Universidad de
Mxico. Mxico, Cuadernos Dominicanos, 1984, p. 8; "Presencia dominicana en la Uni-
versidad de Mxico", en Archivo dominicano, nm. 10, Salamanca, 1989, p. 87.
11 Quiz hasta 1574, en lo que suple a fray Bartolom de Ledesma en su ctedra
de Teologa.
12 A. M. Carreo, Efemrides de la Real y Pontificia Universidad de Mxico, segn
sus libros de claustros. Mxico, UNAM, 1963, p. 33.
13 C. B. de la Plaza y Jan, Crnica de la Real y Pontificia Universidad de Mxico
escrita en el siglo xvii por el Bachiller... Vol. i. Mxico, UNAM, 1931, p. 75.
14 A. Melcn y M. Beuchot, Art. cit., p. 9.
15 Ms. 1, 1568, 9.1.
16 Ms. 1, 1572, 4.1-4.2.
17
C. B. de la Plaza y Jan, op. cit.
18
El documento de incorporacin de Pravia y Osorio como maestros de teologa
est en el AGN, Ramo Universidad, t. 5, f. 48-49, 29 de octubre, 1577. (Debemos esta in-
formacin a la amabilidad del doctor Germn Viveros.) Por eso es que en una lista
de 1583 se le cuenta entre los que han recibido en ella el doctorado.
19
En las actas se asigna al "fratrem Petrum de Pravia, magistrum cathedraticum re-
giae academiae, quem damus in regentem nostrae universitatis Mexicanae" (Ms. 3, 1583,
12.1).
20 A. M. Carreo, op. cit., p. 59.
21 Cf. C. I. Ramrez Gonzlez, "Los dominicos en la Real Universidad de Mxico.
1553-1617, antecedentes de la creacin de la ctedra de Santo Toms". En prensa.
(Con datos tomados del Archivo General de la Nacin)
22 P. de Pravia, "Carta a Felipe II, Mxico, 8 de dic. de 1588", en M. Cuevas, Docu-
mentos inditos del siglo xvi para la historia de Mxico. Mxico, Porra, 1975, p. 421.
23 Ibid.
24 C. B. de la Plaza y Jan, op. cit., i, p. 149.
25 Por la fecha que pone al finalizar el escrito se ve que es una copia, pues es pos-
terior a la muerte de Pravia.
95
26 Ms datos sobre el manuscrito mismo se hallarn en J. Yhmoff Cabrera, Catlo-
go de obras manuscritas en latn de la Biblioteca Nacional de Mxico, nm. 418. Mxico,
UNAM, 1975, p. 289. Sobre el contenido de ese tratado, cf. M. Beuchot, La teologa de los
y h1
L_
La Facultad de Filosofa y Letras,
breve sntesis de su trayectoria pedaggica*
Antecedentes
Especialidad de Letras
Los que traten de hacer esta especialidad debern hacer como cur-
sos obligatorios los siguientes: un curso de 190 horas distribuidas en
Toma de posesin de Ezequiel A. Chivez dos aos, de lengua y litemll/m Itl/il/as: otro de 190 horas distribuidas
como director de la Escuela Nacional Pre- en dos aflos, dc Icngu(I y /itcmtu/"{/ griegas; uno de pClfecciOlrml1iCllto
paratoria, siendo rector de la Universidad dc cl/gua ctrslcl/wra en 90 hora s; dos de temlllm cas/eI/ml(! re/alirlos
Nacional de i...kxico Jose Vasconcelos. ti dos divcrsos }criodos tic su deserlllolvim;cl/lo, de 90 horas cada uno y,
adema s, un CurSO.1 eleccin, de 90 horas de dur<l cicn, ent re las as ig-
naturas siguientes:
Literatura rrancesa
Literat ura ing lesa
Lilcmtllm gel/cml cOIJIJ1lrrlula o filologa
IO :
2. Para expedir un certificado de aptitud para Directores de Escuelas.
Los que pretendan obtener un certificado de aptitud para Director
de Escuelas, debern hacer los siguientes cursos: uno de ciencia de
la educacin que incluya psicologa de la adolescencia, uno de psicolo-
ga educativa, uno de organizacin y administracin escolar, uno de es-
timacin crtica y desarrollo mental de los educandos, uno de higiene
escolar, uno de historia de la educacin y otro escogido libremente, de
entre los que siguen:
Medicina
103
Ingeniera
1 04
Especialidades Departamentos y Secciones, Subsecciones,
aprobadas en el Plan de Escuela que conforman Departamentos y Escuela
estudios de 1924 la Facultad de Altos que aparecen en los
enviado por Gastlum Estudios segn horarios de los cursos
documento aludido segn documento
aludido *
Departamento
de Ciencias Sociales.
ios
Como puede observarse, las discrepancias entre el Plan de estudios
aprobado y enviado por Gastlum y el Plan de estudios contenido en
el documento aludido, son amplias. Y no slo eso, sino tambin se con-
templan ciertas incongruencias al interior del documento multicitado.
Se resucitaron, como puede observarse en el cuadro anterior, los estu-
dios en Ciencias Sociales, Fsica, Matemticas y Ciencias Naturales
que ya no estaban contemplados en la ltima reestructuracin aca-
dmica de la Escuela y se le dio a la organizacin acadmica admi-
nistrativa de esas reas carcter de Seccin o Departamento, con la
contribucin de destacados profesores de la talla de Jos Arteaga, Joa-
qun Gallo, Juan Salvador Agraz, Pedro C. Snchez, Manuel Puga y
Acal, Carlos M. Lazo y Jess Galindo y Villa, entre otros. La evidencia
anterior bien podra conducirnos a afirmar que una vez ms Chvez
haba impuesto su voluntad agregando al Plan de estudios todo aque-
llo que, con base en su experiencia, haba considerado adecuado; sin
embargo, no lo sabemos a ciencia cierta. Busqu con ahnco algn do-
cumento que permitiera inferir que Chvez hubiera solicitado autoriza-
cin para incorporar al Plan de estudios los cambios sealados, pero
no lo he encontrado. Queda ah, pues, esa incgnita.
Por ltimo, todo parece indicar, aunque sin evidencia oficial, que
los egresados de este Plan de estudios podan optar por el grado de
maestra. Tres son los casos que tenemos registrados y que nos permi-
ten hacer tal afirmacin: Adam Francisco O., Russell Brown Esther y
Lucile Davis, quienes, inscritos en la Escuela Nacional de Altos Estu-
dios, aprobaron los cursos correspondientes a la especialidad en Letras
entre 1924 y 1926 y obtuvieron el grado de maestra, conferido por la
Facultad de Filosofa y Letras, entre 1927 y 1928. Es decir, estos alum-
nos, ms Brito L. Horner, quien fuera egresado del Plan de 1922 y titu-
lado en 1925, fueron a quienes se otorgaron los primeros grados confe-
ridos por nuestra Facultad, en virtud de que se graduaron en fecha
posterior a la creacin de esta ltima.
La Escuela Nacional de Altos Estudios, combatida desde su naci-
miento, pero amorosamente alimentada por hombres como Ezequiel
A. Chvez, Antonio Caso, Miguel Schulz, Henrquez Urea, etctera,
fue conformando, va Chvez, abierta y expresamente, una Normal Su-
perior y, va Caso, silenciosa y paulatinamente, una Facultad de Filoso-
fa y Letras, misma que tardara, a diferencia de la primera, ms tiem-
po en apuntalarse. A mi entender, no fueron las pugnas polticas entre
Chvez y Vasconcelos, ni los constantes apuntamientos de Caso en tor-
no al nombre de la Escuela, ni aun las permanentes crticas sobre la
naturaleza de la misma o sobre el nivel de los cursos que en ella se im-
partan o el bajo ndice de titulacin alcanzado a lo largo de sus cator-
ce aos, lo que produjo su desaparicin en 1924; fue la suma de todo
ello, aunado a la necesidad de satisfacer las exigencias educativas del
106
Edificio de Rectora, C{!, 1920. momento, lo que origin el cambio y co n ello la crea ci n de nuestra
Fa cu ltad de Filosofa y Letra s, mi sma que quedo constilUida <1 partir
del siguiente Decreto:
1 () 7
nal de Altos Est udios, debe tambin cam b ilrsc!c la dcnomina cin,
porque el nombre de Altos Est udi os (u e ahora tiene no esti de acuer-
do co n la situ aci n quc guanll, ya que e n esta Escuela se estudi a n
materias que en ninguna otra se cursa n, por lo que rcsulw (ILl e el
nombre de \ltos Estudios sc funda en un su pu estO fal so, por no exis-
tir estud ios previos que motiven racionalmcnte ulu clla den omi na-
cin. Por esta circunstan cia, y tambicn ]l<lfa evitar que el nombre de
Altos Estudios sug iera ideas de suficie nc ia cientifica, tcnica o filo-
sfica, co nvie ne que con di ch1 Escuela se forme la Facultad de Gra-
duados y Escuela Normal Superior, en las que se harn y se formarin
los profesores de las escuelas secundarias, Preparatorias y Normales,
y adems la Facultad de Letras. Po r esttl circunstan cia, y con fun-
damento en las facu lwdes que me con ced(! el articulo 3" de la Ley
Co nstitu ti va de la Universidad Nlciona l de i\ lxico, he tenido a bien
expedir el siguiente DEC RE1D: Arti cul o 1". La Fa cu ltad de Cienc ias
Qumi cas se denominar en lo suces ivo Fac ultad de Cie nci as. Articu-
lo 2". Se fo rm ari con la Facultild de Altos ESlUdios la Fa cu ltad de
Graduados y la Escuc l Normal Su perior. Art icul o 3". Se constituye la
I larario de los Cursos de invierno organi- Facultad de Fil osofa y Letras. Articulo 4". Queda fac ul ta da 1;1 Sccre-
zados por la Facuhad de Altos Estudios de taria de Educaci n Pblica y el Rector de la Un\'ersidad Nacional,
la Universidad Nacional. 1~123. para dictar las di sposicio nes neceslTias, p<lra que se organi cen estas
instituciones, en el con ce pto de que el Direcwr de la Facultad de
Graduados y Norm al Superior, ser el mismo que el de la de Fil osofa
y Letras. Articulo 5". Este Decreto co menzar a surtir efectos desde
la fecha de su pub li cacin.
Por tamo, mando se imprima, publiq ue, circulc y se le d el debido
cumplimiento.
Dado en el Palac io del Poder Ejecutivo Federal , en i\ lcxico, a los \'cin-
litres das del mes ele septiembre de mil novecientos 'einticuatro. \.
Obregn. El SecretMio de Estado y del Des pacho de Edu cac in Pbli-
ca, Dr. B. J . Gastlum. Rbrica. Al C. Lic. Enrique Colunga, Secreta rio
de Estado y del Despacho de Gobernilcin . Presente. Lo que comuni-
co a usted pa ra su publica cin y dem s efeews. SUF RAG IO EFECfI VO
NO REELECC10 N. \Ixico, ] 0 de octubre de 1924. El Sec rcwrio de Es-
!<lelo y del Despacho de Gobe rnacin, Enri q ue Colunga. Rbri ca.l~
Una vez ex puesta si ntt ica mente la etapa de tran sic in en tre Altos Es-
tudios y Facuhad de Filosofia y Letra s, intenta re mos e n e l pre sente
a panado dar una visin general de la Facultad, ha cien do nra sis en
a quell as cuestiones que res uILen de utilidad pa ra nuestro lema de est u-
dio; csto es, no pretendemos ha cer una hi stori a de la Facultad sino ta n
s lo destacar algunos indi cadores impo rt<1lHcs que nos per mi tilll sub-
segui r los cO ll st<1 ntes cambi os de orden a cad mi co que ha \' ivido nues-
lra depe nden c ia. En tal se ntid o, aspiramos a ofrece r un panoramil
co mpe ndiado de los mltipl es acuerdos y disposiciones ex pedidos en
I OH
relacin con los planes de estudios y algunos comentarios en torno a
los exmenes profesionales y de grado que han tenido lugar en la
Facultad, como resultado de la constante preocupacin por alcanzar
y conservar el alto nivel acadmico que ha permitido que egresen de
nuestras aulas los ms sobresalientes especialistas en el mbito de las
humanidades.
El primer ao de vida de la Facultad de Filosofa y Letras no fue f-
cil. A cuatro meses de haberse instituido, se le suspendi el subsidio
econmico por Decreto presidencial; su director, don Balbino Dvalos,
y los profesores, la mantuvieron trabajando como "Facultad libre", sin
percibir sueldo alguno. Tal actitud, por dems universitaria, fue reco-
nocida por las autoridades competentes en los siguientes trminos:
109
rrasti, y otros comentados de las opiniones vertidas por dichos seo-
res profesores completaron el trabajo de enseanza sobre la crtica
de la obra alemana [...]16
Epistemologa 32
tica y esttica 49
Historia de sistemas filosficos 32
Psicologa general y especial 64
Curso avanzado de lengua castellana 52
Literatura castellana posterior a los siglos de oro 25
Literatura hispano americana 10
Historia de Amrica 20
Literatura inglesa (periodo Isabelino) 8
Curso avanzado de lengua inglesa 29
Perfeccionamiento de lengua francesa 25
Literatura de los siglos de oro 31
Literatura mexicana 40
Lengua y literatura latinas 14
Filologa griega y latina 11
Literatura francesa 16
Fontica espaola 8
Metodologa y Lingstica 5
Fachada de la Escuela de Altos Estudios. Lengua a lemana 8
Lengua y literatu ra griegas II
Estudio histr ico de la lengua castellana 14
Lengua Italiana 14
JI iSlOria de i\lxico 51
Geografia fisica 39
Geografa econmiCil 43
~lctcorologiI y fisiografia 41
Problcmas de 11lIbitabilidad cn ~I:dco 6
Co nd iciones biolgicas del Valle ele i\lxico 8
Sociologa 18
Petroleoga 2
Entomologa 1
Bor< n ca 28
Zoologa 16
Historia del artc 11
Historia contcmpor<nca 12 19
,,,
Bien podramos consignar algunos de los programas que dieron vi-
da acadmica a nuestra Facultad en 1926 y que corresponderan a al-
gunos de los cursos que hemos enunciado con anterioridad; sin em-
bargo, las condiciones de la sntesis que requiere este ensayo me lo
i mpiden. Incluyamos, entonces, algunos apuntamientos que configu-
ren, con algn detalle, la veracidad sobre las asignaturas impartidas ese
ao.
112
que esa nueva organizacin acadmica fue elaborada y puesta en mar-
cha el ao precedente, mientras funga como director de la Facultad
don Balbino Dvalos; en ella se especificaba que nuestra dependencia
quedara constituida por las secciones de Filosofa, Ciencias e Historia y
Letras y que se otorgaran los grados de licenciado, maestro y doctor.24
Antes de adentrarme en algunos apuntamientos y circunstancias que
rodearon al ordenamiento acadmico de 1928, quiero dejar asentado,
por la importancia que pudiera tener, el nombre de quienes, al ampa-
ro de dicho ordenamiento, fueron los primeros en obtener el ttulo de
licenciados en nuestra Facultad.
Previo a ello, hay que poner de relieve que dicho precepto acadmi-
co describe los planes de estudio que hacen alucin a las licenciaturas
en Filosofa, Ciencias, Historia y Letras; en consecuencia, retomare-
mos, para efectos de este trabajo, los datos relacionados con el rea de
humanidades.
En tal sentido podemos mencionar que parecen ser tres los estudian-
tes quienes, a pesar de la efmera vigencia del Plan de estudios corres-
pondiente al nivel de licenciatura, alcanzaron a obtener el ttulo en
cuestin: uno en la licenciatura en Letras, otro en la de Historia y una
ms en la de Filosofa. Antonio Gutirrez Lpez, con la tesis intitulada
Estudios oracionales, obtuvo, el 1 de junio de 1928, el ttulo de licenciado
en Letras; el jurado, integrado por los seores profesores Francisco de P.
Herrasti, Francisco Monterde y Mariano Silva, le otorg el privilegio de
la aprobacin. Un ao despus, el 19 de agosto de 1929, Rubn L. Esco-
var [sic] obtendra la licenciatura en Historia con un trabajo cuyo ttu-
lo desconocemos pero que sabemos fue aprobado por un jurado consti-
tuido por Pedro C. Snchez y Jos Luis Osorio Mondragn, entre otros.
Por ltimo, pocos meses despus, Luz Vera Crdoba, la misma que
egresara de la Escuela Nacional de Altos Estudios en 1916, y fuera la
primera en titularse en toda la Universidad Nacional como profesora
universitaria especializada en el rea de filosofa, obtuvo, el 12 de no-
viembre de 1929, el ttulo de licenciada en Filosofa mediante un tra-
bajo intitulado La danza como arte; el jurado, compuesto por Antonio
Caso, Honorato Bolaos, Carlos Lazo, Enrique O. Aragn, Alfonso Caso
y Adalberto Garca de Mendoza, la aprob por unanimidad.
Entrando en materia, me es preciso hacer algunas aclaraciones im-
portantes en torno al precepto acadmico de 1928. El document que
lo ampara oficialmente exhibe, como ya dejamos asentado en prrafos
anteriores, los planes de estudio de las licenciaturas en Filosofa, Cien-
cias, Historia y Letras y, asimismo, subraya que "subsecuentemente se
[daran] a conocer los planes de estudios correspondientes a los grados
de Maestro y doctor". lbdo hubiera pasado inadvertido, de no ser por
el hecho de que al analizar el ndice de titulacin correspondiente a
ese Plan de estudios nos enfrentamos con un buen nmero de gradua-
113
dos tanto de maestra como de docto rado e n la s mi sma s reas en las
que se supona que s lo existl el ni vel de licenciawra.
Este fe nmen o nos co ndujo a la b squeda de infor macn que per-
mi tie ra aclarar tal circun stan cia; la res pu csta parece enco ntra rse, por
un lacio, e n un docum c nto aprobado po r Co nsejo Uni vers itario el 27
de noviemb re de 1929, en el que se especifi ca ban los "grados~ que otor-
gara la Univers idad a partir de ese afl0 25 y, por el a no, en una auto-
ri zac in, e n la mi sma sesi n de Consejo Unive rsitario, para que a los
li ce nciados gra duados en Filosofia y Letra s se les revalidaran sus estu-
dios y fueran considerados como maestros. 26
En lo que se refiere a l prim er docum e nto aludido, ste registra , en
su art cul o primero, qu e la Universi dad concederia los grados, elHre
otros, de maestra y doctorado e n Letras y Fil osofa, es decir, los e nton-
ces rccien creados llUlos de li ce nciatura e n la Facultad de Filosofa y
Lctnl s fu ero n inval idados y, para efectos de regularizacin de los egre-
sa dos de esa poca, sc es pec ificaba en los siguie ntes artculos el modo
de proceder:
I 1 01
c) Presenta r una tesis de investiglcin o ri ginal sobre asunto que in-
terese a ll ciencia, a la fi losofa o al me;
d) Someter esa tesis al estudio y aprobacin de la comisi6 n de que
habla el inciso e) del articul o 1" transitorio;
e) Pagar los derechos que fije la Uni \'e rsi dad .
Panl obt ene r el grado en la Facultad de Filosofa y Letras bastar
la Licenc iatura e n cual qui era de las ra mas de (Iu e habla esta regla-
mentacin.
An. 3" Transitorio. Los profesores de las Facultades y Escuelas Uni-
ve rsitarias que hayan profesado dura nte cinco ailos sin interrupcin y
no tengan e l titulo de Licen ciado pero si el de Ha chiller, podrn obtene r
el de ~ Iae stro si renen los requisitos de que habla el lI'licul o anterior.
IIrt. 4" Transito rio. Los profesores de la Facultad y Escue las Universi-
tarias que hayln profesado en los trminos del a ncul o 2", y no tengan
el gfldo de Bachiller, podrn obtenerlo si renen las condiciones exigi-
das en e l mismo artculo.
IIrt. 7" Se concede un ailo de plazo a partir de la expedi cin de este
Reglamento a las pe rsonas comprendi das en los artculos anteriores pa-
ra que opten por las franquicias concedida s en ellos [... )
Are 8u A los graduados por la Facultad de Fil osofa y Letras como Li-
cenc iados, de acuerdo con los planes en vigor, deber ex pedirseles el
r\viso pa ra los cu rsos de Educacin. Psico- titulo de ~Iaestro de acuerdo con la nueva nomenclatura aprobada .
logia y Mr.todologia general. 1914. Art. 9" La Facultad de Filosofa y Letra s presentar, a la mayor bre-
vcdad, tos planes de estudios lllodifi cldos de acue rdo con la presente
reglamentaci6n !... [:n
I l !'i
Doctores hOllOns CllUSll en la Escuela de Al b) Por se r profesor universitario en ejercicio durante cinco
toS Estudios durante la inauguracin de la aos ininterrumpi dos, poseer el ttulo de licenc iado, co ntar con
Universidad Nacional de Mexico, en 19\0.
publicac io nes y presentar una tesis de investiga cin or igi nal.
I I r..
Ejemplos de graduados bajo las mismas circunstancias pero en otras
disciplinas los encontramos en las personas de Mariano Silva y Ace-
ves, Julio Jimnez Rueda y Julio Tbrri, quienes se graduaron del docto-
rado en Letras el 27 de noviembre de 1929 con trabajos intitulados Vir-
gilio y su poeta mexicano; Historia de la literatura mexicana y Romances
viejos, respectivamente.
Puede observarse que bajo los rubros de "doctor" o "maestro" en "Fi-
losofa" o en "Letras" se graduaban especialistas sobre temas diversos;
ello se deba a la estructura acadmica de la Facultad, misma que res-
ponda al espritu de la Comisin que elaborara, en 1928, el Plan de
estudios que a la sazn rega la vida de nuestra dependencia. En el Re-
glamento de "grados" al que nos hemos referido en prrafos anteriores,
se respetaron y preservaron los "grados", no as el ttulo de `licencia-
do" que, con base en dicho precepto acadmico, deba otorgar nuestra
Facultad.
Esta ltima disposicin reglamentaria, y varias otras fueron, sin du-
da, una de las muchas ganancias que se obtuvieron con la entonces re-
cin conquistada autonoma universitaria; pero en corto tiempo ellas
condujeron, tambin, a una radical modificacin de los planes de estu-
dio en todas y cada una de las facultades universitarias con el propsito
de regularizar su funcionamiento y garantizar, en lo posible, la eficien-
cia terminal.
En lo que concierne a nuestra Facultad, es preciso abrir un parnte-
sis para sealar, antes de proseguir con los preceptos acadmicos con-
secuentes que, en 1929, prcticamente en su inicio, por problemas aca-
dmicos, tcnicos y administrativos puestos en evidencia por don
Pedro de Alba, a la sazn su director, se escindi administrativamente
la Facultad y se suprimi, a la vez, la inadvertida Facultad para Gra-
duados; a partir de entonces, quedaron desligadas la Facultad de Filoso-
fa y Letras y la Escuela Normal Superior, manejndose cada una con
presupuestos independientes.
Cerramos el parntesis. Hacia mediados de 1929, ya con Antonio Ca-
so al frente de la Facultad, profesores y funcionarios se abocaron, en lar-
gas discusiones, a analizar las condiciones acadmicas que prevalecan
en la dependencia; como resultado de aquellas, se acord reelaborar los
planes de estudio por secciones, que los cursos fueran semestrales y
aprobar un Reglamento para estimar el aprovechamiento de los alumnos.28
Tiempo despus, el 10 de marzo de 1931, se aprobaban en Consejo
Universitario los nuevos planes de estudio de la Facultad de Filosofa y
Letras; en ellos se hacia oficial la desaparicin del efimero ttulo de
"licenciado" y se restablecan, como grados nicos, los de maestro y
doctor en las disciplinas de Filosofa, Letras, Ciencias Histricas (His-
toria y Antropologa) y Ciencias (Ciencias Exactas, Ciencias Fsicas y
Ciencias Biolgicas).
Esta estructura acadmica estuvo vigente ese ao y el siguiente, ya
que en Academia de Profesores de la Facultad de Filosofa y Letras, ce-
lebrada el 26 de mayo de 1933, su director, don Enrique O. Aragn,
present un proyecto en el que se contemplaba el establecimiento de
dos nuevos grados que otorgara nuestra dependencia: el de maestro
en Ciencias Geogrficas y el de maestro en Ciencias Polticas. 29 Nues-
tra Facultad se abra, finalmente, diramos algunos, al reconocimiento
de otros grados que no estuvieran circunscritos a los de Filosofa o de
Letras.
Sobre el primer grado propuesto, el maestro Antonio Caso, en su pa-
pel de decano y consejero de la Facultad, opin que no deberan abrir-
se ms secciones de las establecidas en el Plan de estudios aprobado
en 1931, y que, en cambio, s podra abrirse una Subseccin depen-
diente de la Seccin de Ciencias Histricas para que otorgara el grado
de maestra especializado en Ciencias Geogrficas; dicha sugerencia
fue aprobada en Sesin de Academia Mixta de Profesores y Alumnos el
4 de julio de 1933.30
Asimismo, en aquella ocasin fue aprobado el grado de maestra en
Ciencias Polticas con el propsito de formar a los profesores de ci-
vismo que requera la Secretara de Educacin Pblica; 31 sin embargo,
de ste ltimo, no detectamos, al menos en la Facultad de Filosofa y
Letras, ningn indicio de que se hubiera llevado a la prctica.
Hacia esos aos, en 1934, por circunstancias ms bien polticas que
no viene al caso comentar en este espacio, la Escuela Normal Superior
que, como sabemos, haba sido la heredera directa del espacio univer-
sitario que ocupara la Escuela Nacional de Altos Estudios, se despren-
di de la Universidad y pas a depender de la Secretara de Educacin
Pblica. Se cre entonces, en el seno de la Facultad de Filosofa y Be-
llas Artes, el Departamento de Ciencias de la Educacin, con la mira
de que la Universidad de Mxico "colaborara al ms alto perfecciona-
miento educativo del magisterio mexicano ".32
A la sazn, nuestra dependencia cambi de denominacin; en 1934,
por acuerdo de Consejo Universitario se le denomin "Facultad de Fi-
losofia y Bellas Artes" 33 y qued conformada segn aparece en la es-
tructura general de la Universidad de esos aos, por la Escuela Nacio-
nal de Arquitectura, la Escuela Nacional de Artes Plsticas, la Escuela
de Filosofa y Letras y la Escuela Superior de Msica.
Esta circunstancia convirti a nuestra "Facultad", nominalmente, en Es-
cuela de Filosofia y Letras, pero en la jerga diaria qued reducida a "Sec-
cin de Filosofia y Letras". Los documentos de la poca as lo dejan ver.
De hecho, la Facultad de Filosofa y Bellas Artes se rega, en lo aca-
dmico, por cuatro Academias Parciales, correspondientes a cada "Sec-
cin": Arquitectura, Artes Plsticas, Filosofa y Letras y Msica, y los
acuerdos que en cada una de ellas se tomaban, se turnaban, para su
118
MaeSlTos de la Escuela de Altos Estudios aproba cin, ala ~Acade m ia Gene ral de la Fa cu ltad de Fi loso fa )' Bell as
en 1913. Al centro, sentado, Ezrquicl /\ Artes". :t
Ch<lw:/. Toda s eSlaS cirCUIl Slall cilS conduj eron , sin duda , l qu e el 1 de Ill arzo
de 1935 se pu sie ra en marcha un nuevo Plan de estudios que co ntel1l-
p labH adi cio nes, modifi caci ones y suspens io nes a l PIHn de 193 1; de
e lla s podemos destacar la creac i n , com o ya dejam os asentado, de l
DeparWlllento de Ciencias de la Ed ucac i n que otorgaba los grados de
ma es tra y docto rado. Asi mi s mo , CO Ill O co n sec uell ci l de las nuevas
"seccio nes" que co nformaba n 1;] Fac ultad de Fi losofa y Bella s Anes, se
suprimi la Secc in de Ciencias y co n e lla desa parec ieron los gwdos
de maest ra y docto rado cn Cie ncia s Exacll s, Cien cia s Fs icas y Cien-
cias Bi olgicas qu e nuestra dependencia habcl ve nido otorganclo desde
1926. 15 1":11 reeslfu ctura cin llIVO corta vi da .
En 1936, co n aproba cion del Con sej o Un i\'crsi wrio, llilce la Facultad
de Bell as Artes, mi s ma quc queda illleg rada por la Escue la Nacio nal de
Anes Phsli cas, la Esc ucl a Nacio nal dc Arquit ect ura y la Escuela Su-
perior de Mus icil; "16 co n el lo, nuestra dependen cia vueh'c a cambia r de
nomb re por el de "F,lcu llad de Fil oso fa y Estudios Su perio rcs". Al mo-
difi ca r su denom ina ci n , reest ructur tambi n su organi zacin y sus
preceptos acadmi cos. Tales reestru ct ura cion es cob raro n vida ofic ial
I IH
algn tiempo despus. A la sazn, nuestra dependencia se aboc, con-
forme a los artculos 29, 30, 31 y 32 del entonces recin aprobado Esta-
tuto de la Universidad Nacional Autnoma de Mxico, a conformar las
distintas comisiones que habran de hacerse cargo de las diversas acti-
vidades de la Facultad; as, qued constituida, entre otras, la Comisin
Permanente de Planes y Programas de Estudios. Sus integrantes, los se-
ores profesores Samuel Ramos, Alberto I. Altamirano y Jos de Lille, y
los alumnos Mara Teresa de Landa, Ren Barragn y Sara Enrique
Castaeda, se dieron a la tarea de analizar y discutir los planes de estu-
dio y, tiempo despus, presentaron a la consideracin de la Academia
Mixta de Profesores y Alumnos un conjunto de sugerencias que con-
formara un nuevo Plan de estudios, emitido el 1 de febrero de 1937.
ste contemplaba, merced a la salida de la Escuela Nacional de Arqui-
tectura, la Escuela Nacional de Artes Plsticas y la Escuela Superior de
Msica, el retorno de la consabida "Seccin de Ciencias Biolgicas'
Ese mismo ao, el 5 de julio, en Academia de Profesores, se acept
la creacin de una Subseccin de Arqueologa adherida a la Seccin de
Ciencias Histricas y Geogrficas, cuyo propsito estara encaminado
a la formacin de maestros y doctores en dicha disciplina. Este Plan,
si bien slo oper hasta finales de 1938, constituira la base necesaria
para conformar, en 1939, una Seccin de Antropologa Cultural que
enriquecera, sin duda, los estudios en cuestin.
1938 tambin sera testigo de nuevos acuerdos. El 4 de noviembre, los
seores catedrticos de la Subseccin de Geografa, que hasta entonces
haba formado parte de la Seccin de Ciencias Histricas y Geogrfi-
cas de nuestra dependencia, llegaron a la conclusin de que dicha
Subseccin debera segregarse de la Facultad de Filosofa y Estudios Su-
periores para pasar a formar parte, en caso de que se fundara, de la Fa-
cultad de Ciencias. Ese mismo mes, el 28 de noviembre, la Facultad de
Ciencias quedaba constituida por acuerdo de Consejo Universitario, y
el "Departamento de Geografa" y la multicitada Seccin de Ciencias
Biolgicas se integraban a ella adquiriendo, finalmente, nuestra Facul-
tad, su actual denominacin.
Antes de retomar los planes de estudio que se sucedieron en la Fa-
cultad de Filosofa y Letras, es conveniente registrar que, en 1941, poco
tiempo antes de que la Facultad de Ciencias inaugurara el Departa-
mento de Geofsica, sta inici los trmites para que el Departamento
de Geografa retornara al seno de nuestra dependencia, sobre la base de
que la geografa humana requera amplios conocimientos sobre socio-
loga, antropologa, etnografa e historia, y de que la preparacin de
profesores de geografa para escuelas secundarias y preparatorias pre-
cisaba de la ciencia de la educacin, disciplinas, todas ellas, que se im-
partan en la Facultad de Filosofa y Letras. Dicho propsito se vera
cumplido, en la prctica, en 1943.
12O
Como resultado de la estructuracin de la Facultad de Ciencias, nuestra
dependencia rehizo su ordenamiento acadmico y logr que el 16 de
enero de 1939 fueran aprobadas, por Consejo Universitario, nacientes
Disposiciones que le daran renovados impulsos.
Este Plan de estudios contemplaba una Seccin de Filosofa prcti-
camente reconstituida, que si bien mantena el nombre igual, los con-
tenidos haban sido transformados y ampliados a la luz de criterios
pedaggicos acordes con la poca; una Seccin de Psicologa en la que,
para optar por el grado de maestro en Ciencias Psicolgicas, haba
que cubrir, en primera instancia, diecisis asignaturas de dos semestres
cada una, repartidas en tres aos; una Seccin de Letras que incorpora-
ba por vez primera y de manera sistemtica cursos para obtener los
grados de maestra en Lengua y Literatura Clsicas, en Lengua y Lite-
ratura Modernas y en Lengua y Literatura Castellanas; una Seccin de
Historia que difera con mucho de la de Ciencias Histricas que haba
imperado durante casi toda la dcada. Esta nueva seccin otorgaba los
grados de maestro y doctor en Historia Antigua y Medieval, en Histo-
ria Moderna y Contempornea y en Historia de Mxico; una Seccin
de Antropologa Cultural que estaba dividida en Historia Antigua y
Arqueologa, Etnografa y Lingstica y una Seccin de Ciencias de la
Educacin a la que se le elimin el recin creado doctorado para dejar-
la, una vez ms, con tan slo la posibilidad de ofrecer el grado de maes-
tra, y siempre y cuando los interesados poseyeran cualquiera de los
otros grados que la Facultad concediera.
El ao 1942, en el que proliferaron reformas, tambin sera testigo
de un proyecto de ampliacin al Plan de estudios de 1939; por una
propuesta de los jefes de los distintos departamentos de la Facultad, se-
ores profesores Oswaldo Robles, Julio Tbrri, Rafael Garca Granados,
Eduardo Marquina, Fernando Ocaranza y Alfonso Pruneda, se revis
el Plan de estudios que se encontraba vigente y se procedi a elaborar
un proyecto de reformulacin que fue aprobado, casi en su totalidad,
en sesin de Academia de Profesores y Alumnos, celebrada el 16 de
noviembre de 1942. Dicho proyecto, enviado al seor rector licenciado
Rodulfo Brito Foucher para que fuera elevado a la consideracin del
Consejo Universitario, fue puesto en marcha en 1943.37
En este ltimo ao, el 5 de noviembre, la Academia Mixta de Profe-
sores y Alumnos de la Facultad de Filosofa y Letras aprob nuevas
ampliaciones al Plan de estudios, consistentes en la creacin de una
nueva especialidad denominada Historia de las Artes Plsticas, al am-
paro del Departamento de Historia y el doctorado en Letras con espe-
cialidad en Historia, Antropologa y Geografa.
De 1943 a 1951, los planes de estudio de la Facultad funcionaron, en
trminos generales, con base en las ampliaciones operadas al Plan de
1939; sin embargo, a lo largo de ese periodo, se realizaron ajustes en la
121
gran mayora de los departamentos, modificando nombres de ciertas
asignaturas, incorporando, desapareciendo, y reubicando otras, inno-
vando la especialidad de Arte Dramtico y el doctorado en Filosofa es-
pecializado en Psicologa, etctera.
En 1951, en sesin de Consejo Tcnico de la Facultad celebrada el 29
de junio, se plante la necesidad de revisar y armonizar los planes y
programas de estudio de la Facultad; en otra sesin, en la del 26 de no-
viembre, se lleg a un conjunto de acuerdos de carcter general para
normar la elaboracin de los nuevos ordenamientos acadmicos. En
ella se puntualiz la necesidad de generar planes de estudio ms fle-
xibles, en los que se sealara el nmero total de materias, que deberan
ser alrededor de veintiuna por especialidad; que dichas materias de-
beran estar organizadas en obligatorias y optativas y no por nmero
de aos, con el propsito de resolver el problema de los alumnos irre-
gulares; que el alumno quedara obligado a cursar diecisis horas sema-
nales de clases; que se establecieran, en cada especialidad, "seminarios
obligatorios"; que se concedieran mayores facilidades para obtener el
grado de maestra y se interpusieran mayores dificultades para obtener
el de doctorado. Por ltimo, se acordo que el grado de doctor que otor-
gara la Facultad sera de dos categoras: doctor en Filosofa para los fi-
lsofos y para las diversas especialidades que se ofrecieran en la Facul-
tad y doctor en Letras, para aqullas que dependieran del departamento
correspondiente.
Salvo en el caso de los departamentos de Psicologa y de Historia, no
encontramos en las actas de Consejo Tcnico ninguna evidencia de
aprobacin a reformas de algn Plan de estudios en estas fechas; sin
embargo, al analizar los ordenamientos acadmicos operados durante
esos aos, se observa, en todos los casos, que existen cambios coinci-
dentes con las normas generales acordadas y que enumeramos en el
prrafo anterior.
Supongo que, debido a que los cambios en la gran mayora de las
disciplinas no fueron significativos sino que se limitaron ms bien a
incorporar y reubicar ciertas asignaturas, organizndolas en una nue-
va estructura, no aparecen evidencias ms detalladas al respecto.
En el caso concreto del rea de Psicologa s encontramos una pro-
puesta mucho ms radical; sta parece deberse, en gran medida, al
proyecto de Plan de estudios que presentara el doctor Guillermo Dvi-
la en su calidad de jefe del Departamento correspondiente. 38 Dicho
proyecto pretenda que el alumno, al terminar los estudios para optar
por el grado de maestra, estuviera lo suficientemente formado para
ejercer en cualquier campo de la psicologa e, inclusive, se le brin-
daban opciones pedaggicas que le permitieran dedicarse a la ense-
anza de la disciplina en los diferentes grados y ciclos de las escuelas
secundarias y universitarias; por lo que tocaba al doctorado se con-
122
Laboratorio de psicologia en la Escuela de templaba , e n primcra in stan ci a, la especializacin del es tudiante e n
Altos Estudios, tqtS, cuatro campos de acc i n de la psico loga: el clnico, cI forense, el psi.
cotc ni co y el psico pedaggico.
En dici embre de 1952, en el Departamento de Hi storia , se cre la ca
rrera de Archivi sta Palegrafo para Hl ucllos alumnos que, habiendo
obte nido el grilclo de maestra en Hi storia, de scaran perfecc io na rse.
El prece pto acadmi co correspondiente impli caba la aproba cin de
se is asign;:lluras, orie ntadas prin ci palmente l la co nse rvaci n, orga ni-
zaci n y ciltaloga cin de do cum entos, archivos histri cos, libros y
ma n usc ritos. J 9
Al a o siguiente se abri un diplomado e n la especializlcill de 13i
blioteconom,l, destiJl(l(lo a aquellos a lumn os que, habiendo obtenido
el grado de ma estra cn cualqui era de las especialidades que co nfcra
la Facultad, desca ran cursa rlo . Este co mprend ia siete asignaturas.
En 1955, sien do director de nuestra dependencia Sal\'ador Azuela,
se modific radi ca lm c nte la est ru ctura ac;dmica de la Fa cultad , y con
ella los plan es de estudio de tod;s y cada un a de las di sci plina s que a ll
se estudiaban; se elabor concomitantemente un reglamento que dio
bases legales a la nueva organizacin. Todo ello, segn documentos de
la poca, fue aplicado en forma provisional para conocer su efectivi-
dad, y elevado con posterioridad a la consideracion del Consejo Univer-
sitario, por el que fue aprobado el 25 de julio de 1956.
A partir de entonces, la Facultad de Filosofa y Letras qued consti-
tuida por ocho colegios: Filosofa, Letras Clsicas y Modernas, Histo-
ria, Pedagoga, Psicologa, Antropologa, Geografa, y Biblioteconoma
y Archivonoma; en ellos se otorgaban los grados de maestro y doctor.
Las materias que conformaban los planes de estudio de cada especiali-
dad no fueron organizadas en semestres lectivos, sino en series o gru-
pos de asignaturas, con el propsito de que el alumno pudiera cursarlas
conforme a sus posibilidades y evitar as a los alumnos irregulares.
Los planes de estudio correspondientes al nivel de maestra inclu-
an la posibilidad de cursar como mximo seis materias por semestre,
dentro del siguiente tipo de asignaturas:
Por lo que toca a los planes de estudio del doctorado, stos abarca-
ban cuando menos doce crditos que deberan ser cubiertos en un m-
nimo de cuatro semestres; estaban esencialmente conformados por
orientaciones de especializacin en cada rama del saber, y el grupo de
asignaturas a cursar era definido con el concurso de un asesor aca-
dmico y sancionado por escrito por el director de la Facultad y por el
Consejo Tcnico de la misma.
Para efectos de ingreso a la maestra, todo alumno debera someterse
a una prueba de traduccin al castellano de una lengua y, para el caso
del doctorado, el candidato deba aprobar la traduccin de una lengua
distinta a la que le haba permitido el ingreso a la maestra.
La promocin de cada crdito semestral era obtenida mediante la
elaboracin de los trabajos tericos y de aplicacin elegidos por el
catedrtico; la asiduidad a los cursos por parte de los alumnos consti-
tua un elemento de juicio para su promocin; al haber obtenido por
lo menos treinta crditos de la maestra, esto es, el 80%, el alumno es-
taba en condiciones de demostrar su capacidad acadmica a travs de
un examen general de estudios; al ser aprobado, se obtena a cambio
el "certificado de capacitacin", requisito indispensable, entre otros,
para tener derecho a solicitar, ante la direccin de la Facultad, el exa-
men de grado de la maestra correspondiente.
1L4
Cuando el alumno as lo haca, era porque haba concluido la elabc
racin de una tesis que demostraba con claridad el manejo de una in
formacin amplia y suficiente sobre el tema tratado, hasta alcanza
proporciones de un trabajo de investigacin; cubierto ese requisito, e
director de la Facultad propona un tribunal de examen formado por
cinco sinodales propietarios y tres suplentes, pudiendo el sustentante
recusar, sin comprobacin de causa, hasta dos miembros del jurado.
Los planes de estudio innovados en 1956 operaron hasta 1960; du-
rante ese periodo aparecieron algunas propuestas, bsicamente de los
colegios de Historia y Biblioteconoma. En el primer caso, se preten-
da esencialmente eliminar las materias optativas consignadas en el
ordenamiento acadmico vigente en esa poca e introducir algunos
cambios orientados de modo fundamental hacia acciones ms de for-
ma que de fondo; solicitaba, por ejemplo, autorizacin para que el
alumno pudiera ingresar de manera repetida en cursos monogrficos
y para que tuviera como obligatorio asistir y aprobar cierto nmero
de seminarios. En lo concerniente al Colegio de Biblioteconoma, ste,
a travs de su consejera propietaria, la doctora Alicia Perales de Mer-
cado, elev al H. Consejo Tcnico de la Facultad una propuesta funda-
mentada de creacin del doctorado en esa especialidad que, infortu-
nadamente, no encontrara respuesta positiva sino hasta varios aos
despus.4o
El doctor Francisco Larroyo, quien fuera director de la Facultad du-
rante dos periodos, de 1958 a 1966, coprotagoniz, en 1959, el refrendo
del Convenio de colaboracin que exista entre el Instituto Nacional de
Antropologa e Historia y la UNAM. En l se sentaban las bases para la
coordinacin de las actividades de la Facultad de Filosofa y Letras y
la Escuela Nacional de Antropologa e Historia en el campo de las
Ciencias Antropolgicas e Histricas; la idea central del convenio era
aprovechar al mximo los recursos humanos, tcnicos y econmicos
en beneficio de la colectividad interesada. Dicho contrato fue suspen-
dido en 1969, cuando el rector de la Universidad era el ingeniero Javier
Barros Sierra.
Sera tambin el doctor Francisco Larroyo quien impulsara, en
1960, la reapertura del nivel de licenciatura en todas las disciplinas
que se impartan en la Facultad; de entonces a la fecha, nuestra depen-
dencia otorga los ttulos profesionales y los grados acadmicos de maes-
tro y doctor en casi todas las especialidades que en ella se ofrecen.
Los planes de estudio que dieron vida acadmica a la Facultad en 1960
correspondan a catorce carreras comprendidas dentro de ocho cole-
gios. Su estructura general consista en un ncleo bsico de asignatu-
ras fundamentales denominadas materias obligatorias; como comple-
mento, cada periodo lectivo el estudiante poda optar libremente por
el conjunto de asignaturas que mejor se adaptaran a su particular inte-
125
rs acadmico y que mejor convinieran a las preferencias personales
de su vocacin.
Conforme con el Reglamento del plantel, todas las asignaturas, no
slo las optativas, sino tambin las obligatorias, podan cursarse indis-
tintamente en cualquier orden, excepto cuando se tratara de materias
seriadas entre s, las cuales deberan ser acreditadas conforme a su co-
rrespondiente jerarqua lgica. Sin embargo, las carreras literarias se
apartaban de tal sistema, pues en ellas las materias obligatorias se en-
contraban clasificadas de acuerdo con un orden fijo e inquebrantable,
en secciones anuales, divididas, a su vez, en semestres.
En otro sentido, las disciplinas que se impartan en la Facultad po-
dan clasificarse, segn la ndole de su propsito y mtodo, en cultura-
les y tcnicas, por una parte, y en tericas, prcticas y terico-prcticas
por la otra. Tanto unas como otras eran combinadas, con sus peculia-
res caractersticas, en el proceso de la actividad docente del plantel.
No obstante, salta a la vista que la ndole de cada carrera determinaba
el grado en que uno u otro tipo de asignaturas prevaleca en cada es-
pecialidad. As, Letras y Filosofa eran, sobre todo, propicias a las ma-
terias culturales y tericas, en tanto que las tcnicas y prcticas ms
bien predominaban en profesiones como las de Biblioteconoma y An-
tropologa, mientras otras, como es el caso de Geografa, Historia y Pe-
dagoga, vinculaban ms o menos proporcionalmente todos los tipos
de asignaturas ennumeradas.41
Los estudios que ofreca la Facultad comprendan distinto nmero de
aos, segn el nivel acadmico de que se tratara; el primer nivel, el
de licenciatura, que habilitaba para el ejercicio de la profesin, se cur-
saba ntegramente, segn la disciplina, en tres o cuatro aos; el segundo
nivel, el de maestra, capacitaba para la enseanza de la especialidad,
era opcional e implicaba un ao ms; por ltimo, el tercer nivel o doc-
torado se cursaba en otros dos aos que bien podan cubrirse inmedia-
tamente despus de concluir el nivel profesional y sin necesidad de
haber cubierto los estudios de maestra.
La configuracin acadmica que prevaleci en los planes de 1960 es-
tuvo vigente hasta 1966, ao en el que, ya siendo director de la Facul-
tad el doctor Leopoldo Zea, se volvieron a reestructurar los planes de
estudio de todas las carreras de nuestra dependencia; las "Normas Ge-
nerales" que le dieron marco legal a la nueva estructura, sealaban lo
siguiente:
126
b) Despus de aprobados los crditos sealados en cada carre-
ra, el alumno deber presentar un examen profesional que cum-
pla con los requisitos requeridos por los respectivos Colegios, pre-
via aprobacin del Consejo Tcnico.
c) Deber asimismo demostrar durante sus estudios capacidad
para traducir un lengua extranjera moderna, adecuada a su espe-
cialidad. Antes de optar al ttulo de licenciado, deber demostrar
capacidad para traducir otra lengua moderna.
3. Para optar al grado de maestro, son necesarios los siguientes re-
quisitos:
a) Poseer el ttulo de licenciado.
b) Cursar un mnimo de dos crditos de seminario de prepara-
cin de tesis.
c) Presentar una tesis de grado por escrito y sustentar el exa-
men correspondiente.
4. Para inscribirse en los cursos del Doctorado, ser necesario po-
seer el ttulo de licenciado, haber cursado los seminarios del inciso
b) del artculo anterior y seguir las normas de cada Colegio en la or-
denacin de los cursos.
5. Para optar al grado de doctor ser necesario:
a) Poseer el grado de maestro.
b) Cursar 12 crditos monogrficos al nivel del doctorado.
c) Presentar un tesis de investigacin que tenga un alto nivel
acadmico.
d) Sustentar el examen de grado correspondiente.
6. La Direccin de la Facultad determinar, con la aprobacin del
Consejo Tcnico, el orden en que deben ser cursadas las asignaturas
de cada Colegio.
7. El cuadro de asignaturas optativas ser abierto y lo establecer
el Director de la Facultad antes de cada semestre.
8. Se podr obtener un nmero indeterminado de crditos en los
seminarios y cursos monogrficos optativos, siempre y cuando los te-
mas respectivos sean diferentes en cada uno de ellos [...142
Como puede observarse, las reglas del juego eran nuevas; ya no po-
da obtenerse el doctorado sin poseer el grado de maestra y ste, a su
vez, requera ttulo de licenciatura. En lo concerniente a la traduccin
de una lengua moderna, sta pas de ser requisito de ingreso a la obli-
gatoriedad de cubrirse durante los estudios, aadiendo la traduccin
de otra lengua distinta, como requisito de egreso. Esta decisin ha oca-
sionado, a lo largo de los aos, que la traduccin de una o dos lenguas
modernas, segn la disciplina de que se trate, sea, en el mejor de los
casos, un requisito de egreso, y en el peor, un obstculo para que el
estudiante adquiera el ttulo correspondiente; es decir, ha perdido pau-
latinamente la finalidad formativa que tena dicho requisito cuando
fue instaurado: la posibilidad de que el estudiante contara de entrada
con una herramienta que le permitiera allegarse informacin ms
variada y novedosa en torno a la disciplina de su inters.
i2
Para esa poca, la Facultad de Filosofa y Letras estaba constituida
por ocho colegios y tres centros de estudio; en lo que atae a los cole-
gios, stos por vez primera estaran a cargo de un coordinador desig-
nado por el rector de la Universidad, con el propsito de cumplir con
las funciones administrativas y tcnicas propias de cada disciplina,
tarea que hasta entonces haban realizado los consejeros tcnicos co-
rrespondientes. Los profesores nombrados por primera ocasin para
tal cargo, fueron: Luis Villoro, Santiago Ramrez, Rubn Bonifaz Nuo,
Alfonso Garca Ruiz, Agustn Lemus Talavera, Genaro Correa Prez y
Gloria Escamilla Gonzlez, quienes se encargaran de los colegios de
Filosofa, Psicologa, Literatura, Historia, Pedagoga, Geografa y Biblio-
teconoma, respectivamente.43
En lo que concierne a los centros de estudios, stos correspondieron
1hll!silorios
1. Todo a lu mno que haya realizado sus estudios conforme al plan
anterior al vigente, tend ri derecho a optar a l ttulo de li ccnciildo en
los terminas de las disposiciones 1,2 y :l de este Inst ru ctivo; en cuyo
caso, dcben atenerse a la disposicin 5 del mismo para obtener la
maestra.
2. Es potest:Hivo panl quienes a la fech .. hayan obtenido su li cen-
cil!UTil llH:diamc examen profesiona l COIl tcsis, el oplar a la maestra
co nforme al m ismo sistema o el ha cerlo con forme a las disposicio-
nes 1, 1. Y 3 de este Instructi,'o.-I6
A partir de ese momento surge la concepcin de "tesina", que vere-
mos repetidamente en los titulados de las diferentes licenciaturas, as
como en algunos graduados de maestra, sobre todo en aos inmedia-
tos posteriores a la fecha de aprobacin del Instructivo anterior.
Un segundo reglamento modificara despus la estructura de nues-
tra dependencia; hablamos del Reglamento General de Estudios Supe-
riores, aprobado en Sesin de Consejo Universitario el 18 de mayo de
1967, que propiciara, un ao despus, la creacin, en nuestra Facul-
tad, de la Divisin de Estudios Superiores con el objeto de coordinar
acadmica y administrativamente las distintas reas en los niveles de
maestra y doctorado.
A partir de entonces se han organizado separadamente los estudios
profesionales y de grado. Sin embargo, habran de pasar cinco aos pa-
ra que se elaboraran y aprobaran en Consejo de Estudios Superiores,
las Normas Complementarias de la Facultad al Reglamento General
aprobado en 1967.
De entonces a la fecha se han expedido dos reglamentos ms desti-
nados a regular la vida acadmica de los posgrados, en 1979 y en 1986.
En ellos se incluyen planteamientos de inters cuyo comentario deja-
remos, sin embargo, para ocasin ms especfica.
En ambas circunstancias, nuestra dependencia aprob, en su opor-
tunidad, las Normas Complementarias que dieron vida a lo que hoy es
la Divisin de Estudios de Posgrado. Las ltimas, las aprobadas por
Consejo Tcnico en sesin del da 27 de enero de 1989 sealan, entre
otras cosas, que
133]
existentes. Durante su gestin se aprobaron en Consejo Tcnico acuer-
dos que modificaron la vida acadmica de nuestra dependencia. Entre
los principales destacan:
134
Casa de campo de los Condes de Samiago Juli a na GO ll zal ez V<l1 e ll zucl a. \ Iu chos dc w les acuerdos so n co nclu si n
de Calimaya: notable obra harroca dd siglo na tura l de IH am pliH gama de prog ramas uni vers iwrios creados en estos
\ \ 111, conocida como ',\Iasraroncs' debido a
l tim os Hj';OS y qu e, pa ra el caso de nuest ra Fa cultad , sc han t:lfinado ,
los clctllcnto~ ornamcntalc~ que aparecen
en su fachada. Litografia de Dcc,1cn, 11:173. la s mas de la s \'cces, en el se no de nuestro Consejo Tcn ico. As im is-
mo, in co rporo muy si nt t icamcntc cic rtas a preciac io nes sobre alg u-
na s de la s prin cipales act ividades de cara cter ilca dmi co, c mp rc ndida s
po r la actu al ad min istra cin y que, desde luego, no se desligan de nues-
tro tema ce ntral. TIl les acuerdos son los siguientes:
Bibliotecologa
Estudios Latinoamericanos
Filosofa
Geografa
Historia
Lengua y Literaturas Hispnicas
Lengua y Literatura Modernas
Alemanas
Francesas
Inglesas
Italianas
Letras Clsicas
Literatura Dramtica y Teatro
Pedagoga
137
En la Divisin de Estudios de Posgrado se imparten las siguientes
maestras y doctorados.
Bibliotecologa 3
Estudios Latinoamericanos 3
a) Filosofa
b) Historia
c) Literatura
Filosofa 3
Historia 3
a) de Mxico
b) del Arte
Letras 3
a) Clsicas
b) Inglesas
c) Lingustica Hispnica
d) Literatura Espaola
e) Literatura Iberoamericana
f) Literatura Mexicana
Geografa 2
a) Evaluacin y Conservacin
de Recursos Naturales
b) Planeacin
Pedagoga 2
Enseanza Superior 2
Literatura Comparada 4
Estudios Mesoamericanos 4
Filosofa de la Ciencia 5
Doctorados en:
Antropologa
Estudios Latinoamericanos
Filosofa
Geografa
Historia del Arte
Historia
Letras Clsicas
Lingustica Hispnica
138
Literatura
Espaola
Iberoamericana
Mexicana
Pedagoga
Literatura Comparada
Estudios Mesoamericanos
Filosofa de la Ciencia
Filosofa
Geografa
Historia
Lengua y Literaturas Hispnicas
Lengua y Literatura Modernas: Inglesas
Pedagoga
1 40
Lito,graha dr la fchada d!' la Casa de l o~ mientas se preserva b;:111 y erln asumidos e n cadl una de la s di stinta s
1880.
'\\,IS( aron('~.
espccialidlcles qu e se impa n an en la Fa cultad .
Posteriorm cnte. en la refo rm a iJCild mi ca de 1966, los planes de estu-
di o de cada di sc iplina fu ero n elaborados por co mi siones independien-
tes qu e le di eron , cn cada caso, cara cter sti cas pcculiares, En la dcad,1
de los aos ochentas, sc agrcgo al listado tradici onal de asignatura s un
conju nto de aspectos d idcticos (obj ct ivos, comen id os l1l n i 1110S, sc-
cuencia e integracin de contcnidos, etctera ), que fueron retomados
ofi cialm e nt e p.1r<l la presenta ci n de los plan es de estudio ante Con se-
jo Univcrsitario, ilpli ca bles l toda s la s carrera s un iversitarias.
Con base en lo anterior, bi e n se puede afirmar que la s con stantes y
pe ridica s enmienda s a los planes de estudio qu e ha vi vido nuestra Fa-
cultad a lo la rgo de sus setenta a os de vi da poco hlll tenido que ver
co n la concepcin del t rmino ; hiln sido, e n mi se n tir, el reflejo de cri-
terios deo ntolgi cos que cada admi ni strilCin de la Fa cultad lll tcnido
e n rela cin con los requerimielllos aCild mi cos dc l momento. Abun-
dando, puedo sCllalar, desde mi perspectiva , que e n la gran mayora de
la s oca siones nuestros planes de estudio han si do creados o Illodifi cil-
1 "'11
dos al margen de una labor heurstica especfica que, de haberse dado,
hubiera permitido una toma de decisiones cuyo fundamento augurara
una mayor probabilidad de solucin de problemas.
Sea como fuere, han quedado mencionados algunos de los mltiples
acuerdos tomados en nuestra Facultad sobre planes y programas de
estudio. Su anlisis cualitativo, con las limitaciones que el tema con-
lleva, y la reflexin cualitativa y cuantitativa sobre la titulacin y la
graduacin en los setenta aos de vida de nuestra Facultad son, sin du-
da, temas para comentar en otro espacio. Permtaseme, en esta oca-
sin, presentar tan slo una sntesis cuantitativa de los datos globales
sobre este ltimo aspecto, que posibilitar, por el modo en que presen-
to la informacin, satisfacer, si acaso, alguna mente curiosa o, en el
peor de los casos, echar a volar la imaginacin.
Saber, por ejemplo, con algunos datos aproximados, que la Facultad
ha alcanzado a lo largo de sus setenta aos de existencia una matrcula
de primer ingreso de cincuenta y nueve mil noventa y cuatro estudian-
tes y que de ese total se han titulado cuatro mil quinientos veinte, no
nos dice, en trminos evaluativos, absolutamente nada; pero, sin duda
servir de base para demostrar, en otra oportunidad, que tales datos,
en su relacin con otras variables, pueden explicarnos fenmenos di-
versos que pongan en evidencia algunas tomas de decisiones en el or-
den acadmico.
Hecha esta salvedad, expongo a su consideracin lo prometido con
el compromiso de un anlisis especfico ulterior.
1 42
Facultad de Filosofa y Letras
Poblacin de primer ingreso, 1924-1993
La matrcula se distribuye anualmente de la siguiente manera:
Ao Matrcula Ao Matrcula
143
Facultad de Filosofa y Letras
Titulacin y graduacin
1924-1993
Antropologa a - - 11 29 40 1931-
b
Bibliotecologa 150 - 21 - 171 1956-
Estudios del Este de Asia - - 1 - 1 1972-1974
Estudios Latinoamericanos 73 - 84 17 174 1966-
Estudios Orientales 4 - 1 - 5 1966-1972
Enseanza Superior - - 18 - 18 1974-
Filosofa 375 - 191 73 639 1926-
Geografa 596 - 177 50 823 1933-
Historia 704 - 311 84 1,099 1926-
Lengua y Literatura Clsica 112 - 45 2 159 1939-
Lengua y Literaturas Hispnicas c 659 - 338 177 1,174 1926-
Literaturas Maya y Nhuatl d - 1 - - 1 1981-1993
Lengua y Literatura Modernas 347 - 75 1 423 1939-
Literatura Dramtica y Teatro 80 - 8 2 90 1945-
Pedagoga e 842 - 90 29 961 1935
Psicologa f 578 - 152 41 771 1939-1973
a
Abarca la poca del convenio INAH-UNAM (1941-1969) y durante ese periodo se incluye slo a quienes presentaron el examen correspondien-
te dentro de las instalaciones de la UNAn2. En 1972 se aprobaron nuevos planes de estudio para la maestra y el doctorado, que fueron cancelados
en 1977. Posteriormente, en 1986, se reabri el doctorado en Antropologa, mismo que se ofrece hasta el momento actual (y est en proceso de
aprobacin la maestra). Se incluyen, en consecuencia, los graduados de esos preceptos acadmicos.
b
Incluye a titulados y graduados de Archivonoma, Archivologa y Biblioteconoma.
El nmero de graduados del nivel de doctorado incluye slo a quienes obtuvieron el grado especfico del doctorado en Letras Clsicas. El
resto de los graduados de esta rea estn contemplados en el doctorado en Letras.
d
Los egresados de esta especializacin optaron por revalidar sus crditos para obtener la maestra en Historia de Mxico.
e
El nmero de graduados del nivel de maestra incluye tambin a los graduados en Ciencias de la Educacin.
f
Las cifras incluyen titulados y graduados hasta 1973, ao de su separacin de la Facultad.
144
Facultad de Filosofa y Letras
Titulacin y graduacin por sexo
1924-1993 *
Antropologa 40 57 43
Bibliotecologa 171 31 69
Estudios del Este de Asia 1 - 100
Estudios Latinoamericanos 174 56 44
Estudios Orientales 5 80 20
Enseanza Superior 18 50 50
Filosofa 639 63 37
Geografa 823 62 48
Historia 1,099 35 65
Lengua y literaturas Clsicas 159 48 52
Lengua y literaturas Hispanicas 1,174 36 64
Literaturas Maya y Nhuatl 1 - 100
Lengua y Literatura Modernas 423 20 80
Literatura Dramtica y Teatro 90 61 39
Pedagoga 961 18 82
Psicologa 71 32 68
145
Facultad de Filosofa y Letras
Ttulos y grados
Menciones honorficas
1924-1993 *
Antropologa 40 6
Bibliotecologa 171 41
Estudios del Este de Asia 1 1
Estudios Latinoamericanos 74 117
Estudios Orientales 5 0
Enseanza Superior 18 12
Filosofa 639 320
Geografa 823 304
Historia 1,099 480
Lengua y Literaturas Clsicas 159 76
Lengua y Literaturas Hispnicas 1,174 492
Literaturas Maya y Nhuatl 1 0
Lengua y Literaturas Modernas 423 118
Literatura Dramtica y Teatro 90 45
Pedagoga 961 311
Psicologa 771 258
Lv
Notas
1922.
4
"Memorndum relativo a grupos de enseanzas indispensables en la Facultad
de Altos Estudios de la Universidad Nacional y a profesores que las desempeen".
UNAM, CESU, Archivo histrico, Fondo de la ENAE, caja nm. 21, exp. nm. 454, fs.
12609-12624, 1924.
5
Ibid., p. 9.
6
Ibid., p. 10.
7
Idem.
8
UNAM, cEsu, Archivo histrico, Fondo de la ENAE, caja nm. 6, exp. nm. 110, fs.
3298, 1924.
9
UNAM, CESU, Archivo histrico, Fondo de la ENAE, caja nm. 21, exp. nm. 457, fs.
12641-12645, 1924.
10 "Plan de estudios". UNAM, CESU, Archivo histrico, Fondo de la ENAE, caja nm.
Fondo de la ENAE, caja nm. 16, exp. nm. 336, fs. 9928-9939, 1924.
12 Padre de los reconocidos universitarios Pablo, Enrique y Manuel Gonzlez
Casanova.
13 UNAM, Facultad de Filosofa y Letras, Archivo interno, exp. nm. 213-30, oficio
nm. VIII-26-201,31-1, fs. s/n., 1924.
14 Diario oficial, octubre 13, 1924.
15 "Informe de la Universidad Nacional", en Boletn de la Secretara de Educacin
117
22 "Plan de Estudios Formado por la Comisin. Facultad de Filosofa y Letras".
UNAM, CESU, Archivo histrico, Fondo de la ENAE, caja nm. 21, exp. nm. 464, fs.
12730-12740, 1927.
23 Alarcn Alicia, "Resumen de la sesin de Consejo Universitario del 20 de ene-
UNAM, CESU, Archivo histrico, Fondo de la ENAE, caja nm. 21, exp. nm. 464, fs.
12777-12781, 1928.
25 "Grados que otorgar la Universidad Nacional de Mxico". Facultad de Filoso-
fa y Letras, UNAM, Archivo interno, exp. nm. 230.4/232, of. s/n., fs. s/n., 1929.
26 Alarcn, Alicia, "Resumen de la sesin de Consejo Universitario del 27 de
UNAM, cESU, Archivo histrico, Fondo de la ENAE, caja nm. 21, exp. nm. 480, fs.
12900-12910, 1935.
36 Estatuto de la Universidad Nacional Autnoma de Mxico. 1936, Ttulo u, Artcu-
lo 6.
37
"Plan de Estudios de la Facultad de Filosofa y Letras". UNAM, Facultad de Filo-
sofa y Letras, Archivo interno, exp. nm. 213-30/201.31/1, of. nm. 8, fs. s/n., 1943.
38
"Proyecto de plan de estudios para la carrera de Psicologa que presenta el Jefe
del mismo Departamento con la aprobacin del Colegio de Profesores". UNAM, Facul-
tad de Filosofa y Letras, Archivo interno, exp. nm. 70/130.2/-10, of, s/n., fs. s/n.,
1951.
39
"Oficio Samuel Ramos - Juan Gonzlez A. Alpuche". UNAM, Facultad de Filosofa
y Letras, Archivo interno, exp. nm. 70/130.21-7, of. nm. 68, fs. s/n., 1953.
40 "Propuesta de creacin del doctorado en Biblioteconoma". UNAM, Facultad de
Filosofa y Letras, Archivo interno, exp. nm. 70/130.2/-11/210.5, of. s/n., fs. s/n.,
1959.
41 Anuario general. Mxico, UNAM, 1963, p. 30.
11B
42
Organizacin Acadmica 1967. Mxico, UNAM, Facultad de Filosofa y Letras, pp.
12-13.
43 "Circular a los profesores". uNAM, Facultad de Filosofa y Letras, Archivo inter-
1967", en Actas de Consejo Tcnico 1967. UNAM, Facultad de Filosofa y Letras, Secreta-
ra General.
47
Normas Complementarias aprobadas por Consejo Tcnico en sesin ordinaria del
da 27 de enero de 1989. UNAM, Facultad de Filosofa y Letras, Divisin de Estudios de
Posgrado, p. 16.
48
"Estatuto del Sistema Universidad Abierta de la Universidad Nacional Aut-
noma de Mxico", en Compilacin de Legislacin Universitaria de 1910 a 1976, t. n, p.
368.
49
Informe de la administracin de su director el Dr. Ricardo Guerra. 1970-1978.
UNAM, Facultad de Filosofa y Letras, 32 pp.
50 Estos nuevos planes de estudio propiciaron la suspensin de la inscripcin de
nuevo ingreso a la Especializacin en Literaturas Maya y Nhuatl, autorizndose s-
lo la reinscripcin a los alumnos activos en dicho Plan de estudios.
51 Tales reflexiones han quedado plasmadas en un conjunto de memorias que es-
tn siendo publicadas por la Facultad. Hasta el momento se han editado: Memoria del
Coloquio la Filosofa hoy; Memoria del Coloquio las Letras Clsicas hoy; Memoria del Co-
loquio las Letras Hispnicas hoy; Memoria del Coloquio los Estudios Latinoamericanos
hoy; Memoria del Coloquio la Geografa hoy; Memoria del Coloquio la Historia hoy y
Memoria del Coloquio la Pedagoga hoy.
52 Moreno y de los Arcos, Enrique, Plan de estudios y "Curriculum". Mxico, Cole-
T49
Fuentes
Archivos
UNAM. Centro de Estudios sobre la Universidad. Archivo Histrico. Fondo de la
Escuela Nacional de Altos Estudios.
UNAM. Centro de Estudios sobre la Universidad. Archivo Histrico. Fondo Ezequiel A.
Chvez.
UNAM. Centro de Estudios sobre la Universidad [en custodia]. Fondo del Personal
Acadmico y Administrativo.
UNAM. Direccin General de la Administracin Escolar. Departamento de Control
Documental. Archivo Muerto.
UNAM. Facultad de Filosofa y Letras. Archivo Interno.
* La numeracin de las fojas ha sido actualmente modificada, por lo que ya no coincide con la
que aqu se asienta. El nmero de expediente, en cambio, permanece igual.
Colecciones peridicas
150
Bajo el signo de Atenea 1
151
El proyecto educativo de Justo Sierra concretado con la creacin
de la Universidad Nacional y la Escuela de Altos Estudios y la Revo-
lucin de 1910, son acontecimientos coetneos y coinciden en su ra-
zn de ser y sus propsitos; responden a los cambios que experiment
Mxico en la poca de trnsito entre dos siglos. No obstante sus di-
versos orgenes el primero, nacido de una propuesta innovadora de
origen gubernamental y, la otra, de un genuino reclamo social convali-
dado popularmente colocaron en el centro de sus aspiraciones la
bsqueda de la democracia.
El diseo de la vida universitaria, tal como lo concibi Justo Sierra,
se propona combinar armoniosamente una organizacin educativa je-
rrquica o con la participacin comunitaria. As lo expres Ezequiel
A. Chvez al prefigurar las funciones del Consejo Universitario. Este
rgano de gobierno deba nutrirse, segn el gran educador, del trabajo
generado por quienes participaban en el proceso mismo de la ense-
anza. Las juntas de maestros tendran el deber de opinar "en cada
punto vital" para el adelanto de las escuelas universitarias (nombra-
mientos de profesores, modificaciones de planes de estudio, definicin
de un mtodo o estimacin del aprovechamiento de los alumnos).3
As, y slo as, a juicio de Chvez, la Universidad se iniciara "en la
vida autonmica", transformando lo que "pudiera llamarse gobierno
monrquico" de las escuelas profesionales y de la Preparatoria, en "un
gobierno cada vez ms y ms democrtico. Sern el pueblo de los pro-
fesores y, aun aqu, la representacin de los alumnos, quienes guen el
acuerdo final del ministerio de Instruccin Pblica y Bellas Artes y
del Presidente de la Repblica ".4
La Escuela Nacional de Altos Estudios, concebida como el "peldao
ms alto del edificio universitario " , era pieza clave del gran programa
5
1 57
fathada del cdfido dc Mase.nones entre Lc:1magnitud ele la tarea encomendada entraaba grandes dificultades,
19-15 y 1950. al tiempo que rue una de sus mayores "inudes. Oc CSl manera lo co nsi-
der la Comisin encargada por el 11. Consejo Uni\'ersitario de conteSlar
la consulta del secretario de In struccin I>(blica , acerca de cu;1es cursos
haban de establecerse ell la Escuela Nilcional de Altos Estudios ~co n
Cilnicter de necesarios, y cllUes co n el de tiles". Dicha Comisin razo-
n su dictamen expresando que unil escuelil de till ndo le abarcan,1
necesariamen te todo los co nocimientos humanos, todo lo que la in-
teligencia del hombre ~ha podido elaborar y constituir, ya SC,I en el re-
cundo y dificil campo ele la ciencia. C0 l110 en el ameno y rrtil de la
bella literatura~. Es decir, comprende en
[... ] su ,irea vastis ima todo.') los ramos del saber, todas las flore.')" fru-
tOS de ese ,rbol maravilloso (fue se 11,1111<1 la inteligencia. [n su pro-
grama c<lben, sin dison,lI1c i,l, lo mismo las especulaciones mas abs-
tr,leras y generales, que los estudios mis concretos y detallados; lo
mismo los mtodos y doclTinas de las matemfuicas supe riores, quc
los hechos referentes a la vida microbiana, que los detalles de la tc:\-
tura de la pulpa nerviosa, que los productos del elltendimicIHo hu-
lllallO en la esfera de las bellas letras.]]
Con enormes dificultades para discernir lo til y lo necesario de lo
que no lo era, la Comisin hizo una propuesta a fin de que se determi-
nasen los contenidos especficos de las tres secciones previstas en la
Ley constitutiva de Altos Estudios: Humanidades, Ciencias Exactas, F-
sicas y Naturales y Ciencias Sociales, Polticas y Jurdicas.14
No obstante que, en muchos sentidos, la nueva Escuela era vista
como una genuina posibilidad de progreso, la situacin del pas era
un valladar para estas esperanzas. En 1912, como resultado de los tras-
tornos polticos, la naciente escuela qued reducida a un cuerpo do-
cente compuesto por cinco profesores y doscientos cuarenta y seis
alumnos, la mayora de stos ltimos perteneciente a lo que se llama-
ba "clase docente de esta capital ".15
El estado de agitacin social que viva Mxico auguraba un futuro in-
cierto. En aquel ao, a pesar de las profundas convicciones democrti-
cas de Francisco I. Madero y la certeza que tena de que un cambio en
el orden poltico hara variar sustancialmente el panorama nacional, la
verdadera revolucin social apenas se iniciaba: el pas vio surgir un
vigoroso levantamiento agrario, y otros de diversos orgenes, que impi-
dieron al naciente rgimen emprender de manera paulatina las trans-
formaciones ofrecidas al triunfo de la lucha.
La Universidad no se pudo sustraer de los avatares polticos del mo-
mento. Cuando an no cumpla el primer bienio de su fundacin, se
hacan patentes ya algunos problemas que ponan en riesgo su joven
existencia. Los anlisis y las propuestas que se formularon para tratar
de remontar esta situacin resultan muy sugerentes porque, ya desde
entonces, se identifican con claridad algunas de las insuficiencias que
la aquejaban.
Se destac, por ejemplo, que la unidad de las escuelas universita-
rias, fundamento mismo de la nueva institucin, era un "mito", por la
dispersin de sus recintos, la escasez de sus fondos y la inexistencia de
"una verdadera carrera del profesorado", entre otras razones.
Ante stas y otras muchas dificultades, se ofrecan soluciones tales
como adquirir en las afueras de la ciudad un terreno en el que pudie-
sen quedar ubicadas todas las escuelas universitarias; mejorar los suel-
dos de los profesores, pues para ser un buen maestro se aseguraba
entonces, era preciso "dedicar todo el tiempo y energas a ese fin". Se
propona, adems, que los alumnos pagaran cuotas anuales si los re-
cursos no eran suficientes y "ministrar plazas" gratuitas para los estu-
diantes pobres.16
La precariedad econmica, sin embargo, era un problema menor
comparado con los que generaba la guerra civil de aquellos aos y
ante los cuales la Escuela, ubicada en el centro de la capital, no poda
permanecer ajena ni adoptar el camino de la pasividad. En 1913, por
ejemplo, Altos Estudios respondi a la iniciativa gubernamental para
159
implantar la instruccin militar en las escuelas superiores, con el re-
chazo unnime de la junta de profesores, argumentando sus caracters-
ticas de organizacin y funcionamiento.17
Altos Estudios tuvo que afrontar, desde entonces, la crtica que se le
haca por la supuesta inutilidad de lo que en ella se enseaba. Sin em-
bargo, muy pronto encontr destacados defensores. Ezequiel A. Ch-
vez, en varias ocasiones, esgrimi abundantes argumentos en favor de
la pertinencia de la institucin. A mediados de 1913 razonaba lo si-
guiente: en efecto, no era esencial para que una Universidad existiese,
incluir departamentos de investigacin cientfica y establecimientos
de educacin intermediaria entre la primaria y la profesional o su-
perior, pero, de tenerlos, adquirir importancia internacional en el
primer caso y, en el segundo, ensanchar la tendencia a emancipar
los centros educativos de los vaivenes polticos, adems de vigorizar la
"sistematizacin y coherencia de los estudios propiamente universi-
tarios". El sentido que se le atribua a la educacin "intermediaria" era
el de operar como "elemento integral de las universidades", pues ten-
da a dar "una base sinttica y uniforme, por ende socializante, a las
indispensables y sin esto funestas especializaciones de los institutos
profesionales". La Repblica mexicana no puede ser el nico pas culto
de la tierra en el que se supriman "centros unificadores y emancipado-
res de la labor educativa y escuelas como la de Altos Estudios, cuyo fin
capital sea formar profesores idneos", concluy Ezequiel A. Chvez,
para quien era imposible entender que alguien se ostentara como de-
fensor de las libertades y ahogase "sus propios grmenes ".18
Otros ms esgimireron la necesidad de una escuela como la de Altos
Estudios, considerando que era la expresin de una ley biolgica, pues
"ha aparecido en nuestro medio social en el momento preciso en que
nuestra evolucin demopdica y cultural reclamaba su existencia ".19
Si, a pesar de las situaciones adversas, Altos Estudios siempre apa-
reci asociada con la esperanza del progreso fue no solamente porque
se le columbraba como un verdadero foco de investigacin cientfica,
sino porque super los momentos ms difciles, "merced al esfuerzo
colectivo de los hombres amantes de la cultura ".20
Frente al estigma de la inutilidad de la nueva institucin se levanta-
ron voces que defendieron "con calor y entusiasmo" sus ideales. Su
fuerza provino de un profesorado con caractersticas muy peculiares,
que dio continuidad a la enseanza en medio de los vendavales revo-
lucionarios. La conviccin que asumieron con singular firmeza tanto
las autoridades de la Escuela, como los profesores que laboraban en
ella, de que en Altos Estudios se fraguara la verdadera ciencia mexica-
na, permitieron que unas y otros se esforzaran en dar cumplimiento a
tan elevada misin, por encima de las dificultades materiales. As,
aunque mucho faltaba para que, como institucin, tomase su "orienta-
160
Vista frontal de la Casa de Mascarones. cin definiti va",2\ un nucleo de proreso res libres comenz a prest igiar-
ll y a darle vida .22
Si n duda, una porci n conside rabl e de este prestigio se deb i a la
"cultura intensiva n , una de la s vertientes ms rica s de la actividad de
la Escuela de Al tos Estudios. Dura nte mayo de 1915, asisti ero n mil no-
vecien tos ci ncue nta y un alumnos a las clases que en ell a se impar-
ta n.23 En esa poca , co ntaba ya con proresores tan destaca dos como
Jess Dia z de Le n, Carlos Lazo, Fede ri co MarisC<II , Antonio Caso, Eze-
qui el A. Chvez, Miguel Schul z, Erasmo Castellanos Quinto, Julio lbrri,
Adolro P. Casta ares, Ri cardo Caturegli, Ca rlos Re iche, Va lenln Campa ,
Joaqun Ga ll o y Sa lv<ldor Altami mn o, entre otros. 24
El proresorado de Altos Estudios "se rva ctedra" po r a mor al saber.
Dota do de un sentido altrui sta y co mprom etido de las tareas doce ntes
- propici<ldo por las circunstan cia s del pas y por la escasez de recursos
econ mi cos de 1<1 instiluci n- representaba, por otra pa rte, di versas co-
rrientes de pensa miento, a pa rtir de la s ctwlcs se trataba n los muy di s-
ti ntos te ma s qu e incluan sus estudios.
Adem s, Altos Estudios ru e un terreno r rtil pa ra que germinara un
se nlimie nlO co munitar io. La neces idad de defi ni rse illlerna me nte y
I H I
de afrontar los cmbates externos, ge neraron la cc neZ<l de que era me-
nester un irse p<lfa defender aquella frgil in stitu cin qu e estaba des-
tinada a desarrollar Jlbores tan importantes para el pas.
As , la pluralidad, el compromiso profundo co n la e nse an za y el
se ntido co munitario, fueron caractcrsti cas mu y p ro pia s de A!tos Estu-
dios, que permanecieron cua ndo sta se mlllsform en la Facultad de
Filosofa y Letras.
En var ios momentos, y durante sus pr imeros aos de existcncill, la
co munidad tuvo que asumir posicio nes enrgicas. En junio de 1916;\\-
lOS ESlUdios hi zo o ir su voz al exp resllr la vol untad del cue rpo doce n te
y ad mini st rati vo que 1<1 formaba, di spuesto a asum ir el deber "indecl i
nable" de ofrecer su adhesi n moral y materi al , as C0l110 sus serv icios
y coopera ci n, a las autoridades del Gob ie rn o co nsti tuido ante la acti-
tud adoptada por Esta dos Unidos. El acta levantlda en aq ue ll a memo-
rable ocas in recog a las firma s de un nmero co nsi dera ble de los
maestros destacados que le daban un prestigio si ngul ar a la co ntro\'e r-
tida Escuel a.25
Entonces tambin los estudiantes exhortlron a sus com pa il cros con
el objeto de que co nstitu yese n comi ts para allegarse toda cla se de ar
Vista la teral de la fac hada.
tcul os indi spensa blcs, di st ribuirl os r<ipidamcnle y a precios eco nmi
cos entre liJ S clases mi s neces itadas.
En efeclO, co mo Iwb<l im agi nado Sierra, la vida universitaria no
poda ser ajen a a las preocu piJ cio nes de la sociedad, su nutr ie nte y la
deSlinatlria de su labor.
J-Ia ci<l 1917, con la nueva Constitucin y el p redominio del grupo
cO l1 stitucio nali sta po r enc ima de las de ms facciones, la situacin del
pas e mpez a adqu irir cie rt<l estab ilidad , a pesar de qu e Mcxico sigui
viviendo durante mucho tie mpo los efectos de la revol uci n que haba
conm ov ido la s bases m s profundas dc la sociedad.
El rec ue nto que en aqu e l ao hi zo Miguel Schul z, dire ctor dc la
Fa cultad de Altos ESllldi os, revela los c:lI11bi os opera dos e n ella. Se e n-
contraba e nton ces e n el ant iguo ediricio del convento de Sa nta Teresa,
espacio qu e co mparta co n la s orici na s de la Rectoria, 1<1 Secretar <l Ge-
ne ral y el Co nsejo Universitari o. Tra s haberse con cebido en prin c ipio
co mo una in sti tu cin destina da "ese ncia lm ente a cu rsos supe ri ores de
in vcstigac in y perfeccionamiento de co noci mientos fa cultat ivos" im-
partidos por profeso res extranjeros, esta modal idad fue abandonada al
no produ cir los rcsult': ldos previstos, sobre todo , por el desco noci mi en-
to que te nian dichos Ilw cstros ~de las co ndi cio nes vcrdllderas del mc-
dio inte lectual mexi cano". Ante esta ex perien c ia -se fwlab<l $chul z-
se crearon cursos de espec ializaci n encomendados a profesores "na-
c io nales experime ntados, y de mayo r re nombre", pero si n precisinse
realmente la rinalidad a la qu e tenderan los estudios que se haran en
ella. Posteriormen te fue menester preci sa r dichas rinalicliJdes, creando
I H:
grados acad mi cos y uni vers itarios, co n lo qu e la Escuela se transfor
m en Facu hado
Otra de las observa cion es que hi zo Schulz fue que las mejora s logra-
da s en Altos Estudi os haban permilido s<tti sfacer ~ una necesi dad que
se venia dejando sentir para el desarrollo de la intelectualidad , y para
la ilu stra ci n de la s ma sas popltlares~, al obtener un provechoso des-
envolvi miento ~conco rdant e co n la ndol e de la instituc in univer-
si ta ri a"; mejor<t "redu nda nte e n beneficio de la s masas populares", a l
establ ecerse "u na ve rdadera ex tens in uni ve rsitar ia", a t ravs de "co n
re rencias sislemaclas" o "pequeos cursos si ntlicos".1bdo esto po na a l
alcance de a udi torios que no tenan una preparaci n especial "la vu l-
ga rizac in de co noc imi e ntos para difundirlos e n provecho del mayo r
nlllllero". La Escuela responda entonces a los sigu ie ntes propsi tos: e l
cultivo dc los trabajos y mtodos de in vest igacin que e ra su objetivo
pri mi gcn io; la pop ularizaci n de los co nocimien tos de grado mellOS
elevado, pu estos al alc,mce de audi to ri os menos doctos; el otorgam ie n
to de grados y la pre pa raci n doce nte pMa el proresorado de hls cscue
la s secu ndarias. 26
Altos Estudios, ya convertida e n Facultad, haba diversificado sus
t\llante de la fachada de Masca rones.
run ciones. L.a propia din mi ca de los tiempos y la s ca racterst icas de
la soc iedad mexicana de aq uell,l epoca hi ciero n que cierto t ipo de nc-
cesi dades intelcclUal es y educa li vas e ncon trara n cn Altos Estudios su
espacio natura l. Fu e as un esce nari o propicio pa ra el debate y la re
nexin que impo na el repla ntea m ie nto de la vida mex icana en sus di-
"crsos as pectos.
En rorma para djica, la Revol uci n haba tru nca do la incipiente or
gan izac in de la Univers idad y de Altos ESlUdi os y, al mi smo t iempo,
hab a corrobo ra do su sign ificaci n. En efecto, la permane ncia de la
Un ive rsidad y de Altos Est udi os, en ci rcun stan cias ta n di fci les, era una
pru eba m;: s de qu e su creaci n no haba sido resu ltado del a rb itrio in
di vidual, sino que su existe ncia responda a una genuina neces id'ld so-
cia l, aunq ue no se hubiese n alc<lt17..ado a prec isa r los procedim ientos y
las rormas de arrontarla.
Ciertame nte, co mo lo ex pres Vicen te Lo mbardo Tbleda no en e l di s-
curso qu e pronunci durante el acto co nmemo rali vo de la creaci n de
la Uni versidad e n 1917, la nu eva institucin haba vivi do ti empos d if-
ciles. Nac i "sin arra igo en el pasado, por una necesi dad urge nte de
orga ni z,H las mltipl es manifestacioncs de la lllental icJ1(1 na cio nal " y
rue rormada baj o la innue ncia de la s te ndencias alemana y francesa: la
pri mera se ex pres en la creacin de Altos Estudios y la segunda en
la incorpo rac in , des pu s mu ti lada, de los planteles de invest iga cin
(inst itutos Mdico, Patolgico, Bacteriolgico, Geolgico; Obse rva torio
Meteorolgico y Ast ro nm ico; Museo de Histo ri a Na tural; Musco de
Arq ueolog a e Historia y Etnologa ).
I (-; : s
Palio illlerior de la Casa de i\lascaronr.s.
Lombardo Toledano -se nsible, como buena parte de los hombres de
su ge ner,lci n, H las limitaciones que impuso el predominio del posit i-
vismo- expres que la mayo r de la s restituc ion es que hizo Sierra a
nucstra Uni\'ersidad Hl crearla fue la de inaugurar la c{Hedr,! de filoso-
fia, remontando los prejuicios comtianos que afirnllban "el intil dis-
currir de la metafisica". A ella, dijo, sc le uni el estudio de las lit era -
tura s c1 sic;:!s y el cu lto de las las antiguas letras clsrellana s, a cuyo
cu ltivo se sumaron los de la s literaturas europeas. Co n todo esto, afir-
m, haba renacido "el espritu de las human idades c1sicf!s en Mxico".
La s humanidades, viejo timbre de honor en nuestra Patri ,l, dijo el
joven orador, "han de ejercer sutil influjo esp irilllal en la reconstruc-
cin que nos espera", porque la universidad que las cu lti va es UIl "ce ll -
tro de libe racin del espritu, de cristalizacin de la pe rso nalidad hu-
mana. En se ila a dar valores a las cosas)' esc es su gran fruto ", pues la
filosofa, antes quc un sistcma de doctr inas crista li za das, es "una di s-
cipl ina de liberacin ntima que ense iia a saca r triunfante el pen sar
prop io y vivo de todas las ligaduras dogmti cas"P
La Fa cu ltad de A!tos Estudios se mostraba cl dl vez co n mayor clari-
dad como una cspCral1ZH para el progreso del pas, pues n o obstante
la s co ndic io nes p reca ri as en la s que deba desem peiiar sus fun ciones,
a ella co ncurran desta ca dos ma estros y e ra sig nifi cativo el perman e n-
te empeilo de los alumnos por co laborar activam ente en la vida de l,!
joven inst itu cin.
La s circunstancias m is mas del pais y los mom e mos di fc iles que vi
vi Ahos Estud ios co nsolidaron su se ntido comunitario, su nocin de
pertenen cia y una vo luntad parti ciplti va de profesores y estudiantes.
1 (-';4
El Ciclo de cOllfercl/cias eiel/lficas que imparti un grupo de alum-
nas en 1917 es un eje mpl o sugerente de eslO (I\timo: Palma Guilln ,
"Crtica de la s doctrina s optimi sta y pes imi sta del al ma infanti l"; Al i-
c ia Alle nde, ~Se meja l1 za s y difere nc ia s e ntre cuat ro de la s fami li as
monoco til ed neas"; Lu z Ve ra, "Exposic i n de la doc trin a esttica de
Croce"; Co nsuelo Olgun, "La fun cin de la onom.Ho pey<l e n la evol u-
cin dellenguaje ~; Rosa filalti , ULa deducc i n de la for ma lO t;:11 de las
dimen sio nes del p laneta Tierra"; Ame lia Rui z, "Conce plO de la hi sto-
ria. L<I hi storia co mo ciencia y co mo obra de ane" ji Margari ta Larios,
"Las leye nda s, los m ilOS y las fa bul as; su valo r e n la hi slO ria". 28
Adems, las gra ndes figura s magisteriales fueron un catali za dor ele
la vidll comunitaria y del se nt imi ento de pe nen e ncia. Asi, e mpeza ron
a formar pa rte de la vida de la Fa cultad las recorda ciones y los home-
najes, que ib<l!l desde ini ciati vas tales como 1<1 ereccin de monumen-
tos a G<lbino Barreda y J usto Sierra, 29 ha sta ex p resiones m s se ncillas
de lUlO por la mu erte de un profesor: cerrar media hoja de la puerta de
entmda sin suspender las labores. Algu nos de los m s di stinguidos
acad m icos de la Facul tad fueron particu!;:lfI11ente celosos e n la prese r-
Arco del patio. vaci n de este se nt ido de pertenencia.
En 191 9, An tonio Caso, en su calidad de director ex hort los ca te-
drticos que asist iera n la s ceremoni as de a ni ve rsa ri o de la Fa cul-
tad, pues "IH falta de concurrencia a la s fiestas uni vers itaria s no es me-
ra mente accesorio, sino qu e puede ll ega r a impli car el des pego hac ia
la mi sma Un ivers idad, qu e hoy ms que nun ca reclama el afeclO y la
abnegacin de sus hijo s~.3o
LH Hm plitud de miras de la Facultad de Altos Estudi os, si bi en pro-
dujo una in stilUcin co n una gran riqueza y vui edad de posibili dades
educa li vas, implic prob le mas se\'e ros e n lo qu e se refie re a su est ruc-
tura y funcio nami e nto. La vastedad y, e n cierta forma , la indefinicin
de sus tareas, la co nve rtan en un espacio susceptible para ciertas mo-
dalidades de enseanza que se est imaban urgentes, en funcin de los re-
qu er imi e ntos del pa s.
Hacia 1919 se propuso establ ecer en e ll a estudios "perici ales" en los
dist illlos ramos profesio nales, co n el propsi to de agl utinar la expe-
riencia pnct ic<I co n el co noci mi ento cie nt ifico para formar ensayado-
res, ge logos pr cti cos, maestros de f bri cas de hilados)' teji dos, peri-
tos de gra nja s y agen tes de bo lsa, entre otros, co n la a rgumentacin de
qu e quienes eje rcia n estas tarea s so!ian improvisa rse sin esperanza
de poder ha ce r grandes progresos por carecer de co nocimi e n tos. L'I
propuesta se fundaba en la apreciaci n de que IH s dese rciones de los
estudiantes ocurr an principalmente en los prim eros a os, por lo cUHI
era deseable estab lecer ulla modalidad de ensefianza qu e ofrec iera "un
conocimi e nto pr ctico del que se puede inm ediata me nte vivir porque
hay demanda de l".31
l o S
De la Universidad se esperaba una labor de gran envergadura: "La
Revolucin ya no quiere como en sus das de extravo cerrar las escue-
las y perseguir a los sabios. La Revolucin anda ahora en busca de los
sabios. Mas tengamos presente que el pueblo slo estima a los sabios de
verdad, no a los egostas que usan la inteligencia[...]", expres Jos
Vasconcelos al asumir el cargo de rector de la Universidad, en 1920,
como prembulo de la solicitud que hizo a la comunidad universitaria
para que participase en la elaboracin de una nueva Ley de Instruc-
cin Pblica.32
La potencialidad que se vio en la institucin estaba profundamente
asociada con la calidad transformadora atribuida, desde entonces, a la
docencia, cuyo libre ejercicio se estim una tarea de enorme dignidad.
El tono de la "restitucin" de la ctedra de Literatura francesa a En-
rique Gonzlez Martnez, en 1920, corrobor tal idea. El escritor mexi-
cano haba sido privado de esta clase por el gobierno anterior a causa
de que expres libremente sus ideas en la prensa independiente, y se le
volvi a otorgar confiando en que ello "servir de estmulo para que en
todo tiempo se manifiesten entre los mexicanos los sentimientos de al-
tivez y de independencia de criterio, que tan necesarios son para el pro-
ceso de las sociedades".33
Al cumplir su primera dcada de vida, an cuando Altos Estudios
no haba definido cabalmente el mbito de sus tareas, existan eviden-
cias claras de la significacin de las funciones que en ella se desarro-
llaban o deban desarrollarse: la investigacin especializada, la forma-
cin y actualizacin de profesores y la difusin de la cultura. Ya para
entonces, otras instituciones nacionales y extranjeras se interesaban en
las labores de la Facultad. En los inicios de la dcada de los aos vein-
tes, las autoridades universitarias pidieron a los profesores de la Facul-
tad que revisaran los planes y reglamentos para satisfacer la demanda
de informacin procedente de los estados de la Repblica y del extran-
jero, que la solicitaban continuamente. 34
En el curso de diez aos, Altos Estudios se haba convertido en Fa-
cultad y tanto sus cursos como su planta acadmica se enriquecieron,
aun cuando para entonces todava estaba en entredicho su pertinencia.
Por otra parte, internamente no se defina de manera cabal el mbito
educativo que le corresponda ni la naturaleza de sus funciones.
Durante ese periodo, los lemas de sus documentos son un testimo-
nio ms de lo azaroso de su vida como institucin. El que originalmen-
te le haba asignado Chvez en 1910, "Por la Patria, por la Humanidad",
se diluy. Las comunicaciones oficiales de Altos Estudios fueron sig-
nadas sucesivamente con frmulas que son un reflejo de los cambios
polticos del pas: "Libertad y Constitucin", entre los aos 1910 y
1914; "Reforma, Libertad, Justicia y Ley", cuando la Convencin impe-
raba en la capital, y despus "Constitucin y Reforma", durante los
166
aos constitucionalistas. No fue sino hacia 1920, cuando la Facultad
acu un lema propio, distinto de los que se utilizaban en la docu-
mentacin gubernamental: "Por la Investigacin y la Ciencia al Amor
y al Servicio Universales". ste era el indicio de una nueva etapa de su
vida acadmica, en la que, sin embargo, y como antao, tendra que
vencer muchas dificultades.
La disminucin de su exiguo presupuesto y la prdida de una parte
de sus espacios coincidi con la tendencia gubernamental que dio ma-
yor importancia a la enseanza elemental y trat de orientar primor-
dialmente las funciones de la Facultad de Altos Estudios hacia la pre-
paracin de profesores de enseanza primaria, que era solamente uno
de sus objetivos. Nuevamente la Facultad de Altos Estudios tendra que
legitimar su razn de ser en un pas en el que imperaba el analfabetis-
mo y donde la mayor parte de la poblacin no tena acceso a la ense-
anza elemental.
Fue preciso, as, enfrentar nuevamente a quienes argumentaban la
"inutilidad" de sus funciones, refrendando sus propsitos ms genui-
nos, en tanto parte fundamental de un "sistema educativo" que garan-
tizaba que los maestros no cayesen "en rutinas por lo que se refiere a
sus mtodos de enseanza", ni permanecieran alejados de los avances
de las ciencias y las artes y de la educacin propiamente dicha.35
En esa poca, Altos Estudios contaba con poco ms de medio cente-
nar de profesores y existan en ella once clases de ciencias sociales,
que incluan las de historia, antropologa, arqueologa, geografa y
economa poltica, veintisis de lenguas y de literatura; nueve de cien-
cias exactas fsicas y naturales, cinco de especialidades superiores de
las ciencias mdica y cinco de filosofa, ciencias de la educacin y otras
ciencias filosficas y metodologas especiales y concurran a estos
cursos alrededor de setecientos alumnos.36
Algunos catedrticos de Altos Estudios fueron particularmente vi-
sionarios acerca del riesgo que implicaba simplificar las tareas de la
Facultad si se dedicaba exclusivamente a la preparacin de profesores.
Ezequiel A. Chvez sostuvo que la actualizacin del magisterio sera
imposible sin un slido cuerpo abocado a la investigacin que gene-
rara conocimientos nuevos en los campos cientfico y humanstico.
Se asegur tambin que era "gravemente perjudicial" y "totalmente
inexacto" afirmar que la Facultad de Altos Estudios slo trataba de for-
mar "sabios intiles", pues su misin era servir al pueblo "perfeccio-
nando a sus maestros o formando a sus profesores y, por otra parte,
organizando investigaciones cientficas que eviten la repeticin de
falsos conceptos, aquilaten los que de veras valgan y ensanchen los do-
minios de la ciencia, para el bien del mismo pueblo".37
No era pues un saber elitista el que se propona la Facultad, ni pre-
tenda que su trabajo en el campo educativo fuese en detrimento de la
167
enseanza elemental, particularmente significativa para el futuro de
la nacin. Se emprendi as una verdadera cruzada para que las auto-
ridades gubernamentales aceptaran que la investigacin, el cultivo de
la ciencia, con la amplitud que se le conceba en Altos Estudios, era
un trabajo sin cuyo desarrollo se pona en riesgo el progreso de la so-
ciedad mexicana.
En efecto, como lo expres Ezequiel A. Chvez, era menester que se
entendiese la obra que estaba destinada a realizar la Escuela de Altos
Estudios. A este propsito obedeci uno de los ms significativos y
ambiciosos programas que emprendi la Facultad en 1922, al solicitar
a sus profesores la preparacin de "cursos sintticos", a fin de ofrecer-
los durante las vacaciones a maestros y profesores, y aun a directores
y a inspectores que prestaran servicios en los estados y en los territo-
rios de la Repblica. Era este un primer ensayo de ensanchamiento de
la labor de la Facultad a todo el pas.
Nacieron as los Cursos de invierno los cuales constituyeron una
de las-grandes tradiciones de la vida universitaria, sustentados en la
nocin de que, a travs de ellos, Altos Estudios coronara "los trabajos
de todas las escuelas, perfeccionando su personal y hacindolo cada vez
ms digno de su cometido", de tal suerte que las dems instituciones
educativas podran solicitar "lo que para perfeccionamiento de su per-
sonal necesiten ".38
Al ao siguiente de haberse iniciado dichos cursos, la Facultad ofre-
ci un programa para profesores del Distrito Federal y de los estados de
la Repblica que inclua temas de carcter cientfico y humanstico, en-
tre los que destaca el impartido por las profesoras Montana Hastings,
Carmen Ramos, Emma Bernal y Ana Mara Gmez, como resultado de
las "primeras investigaciones de los rasgos psquicos caractersticos
de los nios mexicanos", basadas en el estudio de ms de veinte escue-
las. Esta investigacin se realiz en colaboracin con la Universidad de
California, a fin de "espigar" nuevos conocimientos en un campo inex-
plorado en Mxico.
En una proporcin considerable, los Cursos de invierno fueron im-
partidos sin retribucin, exclusivamente por la buena disposicin y "el
amor a la cultura de los profesores".
As, pese a las restricciones econmicas y a las limitaciones de es-
pacio, la Facultad continu extendiendo "progresivamente su accin"
y, hacia 1923, llev a cabo, entre otros, trabajos de colaboracin con la
Secretara de Fomento para explorar poblaciones "que no figuran en
nuestras Cartas Geogrficas"; suscribi un acuerdo para que algunos
puestos tcnicos como geodestas y astrnomos fueran ocupados por
quienes haban estudiado en la Facultad. Asimismo, la Direccin de Es-
tudios Geogrficos y Climatolgicos public cartas geogrficas de los
estados preparadas en Altos Estudios.
168
Palio a ntes de la restau racin. Para entonces se registraba en la Facultad la ~c ollquista por prime ra
vez relizda del grado de maestro universitario ~, obtenido por Ca rlos
A. Th011lson, antiguo graduado del Colegio de Witemberg, mcdiante
un importa nte tra bajo de investiga ci n sob re las co ndiciones sociales
de los obreros e n el Di st rito Federal. J9
L;:! Facultad de I\hos Estu di os arrolH co n en te reza los probl e ma s
que su rgicro n y estos no impl icino n lil di sminucin de sus labores. Por
el co ntra ri o, los profcso res siempre estuv iero n bien dispu estos a impar-
tir sus cursos de manera gratuita y a exp lorr nuevas modalidades de
enseam,a, como el curso de Lingistica, impartido por co rresponden -
cia a los esta dos de la Repllblicl por (}ablo COllz;:lez Ca5<1nova. 40
Al mi smo ticmpo , la co laboracin de los alumnos permiti que se
mantuviese un a intensa actividad acadmica, tanto de manera indivi-
dual , co mo la promovida por grupos de estudiantes. En esa poca se
co nstituy la Sociedad de Alulllnos de la Facultad de Altos Estud ios, que
se propona ~\'c lar por los intereses y el prestigio de los propios alum-
nos" y una de cuyas primeras actividades fue la ce rcmonia en honor
I (;~J
de Manuel G. Revilla, ameritado profesor de la misma, recientemente
fallecido. Tambin entonces se form la agrupacin de Universitarias
Mexicanas en la Facultad de Altos Estudios, 41 como respuesta a la in-
vitacin de la seora Gen Lavin Swigget, presidenta del Subcomit
encargado de Amrica Latina, para que Mxico tuviera una representa-
cin en la Conferencia Internacional de Universitarias de Londres.
Aun cuando la comunidad de la Escuela de Altos Estudios contribu-
y sustancialmente a la permanencia de esta institucin, el saldo que
dejaban poco menos de tres lustros de existencia, primero como Es-
cuela Nacional y despus como Facultad fue que, en las circunstancias
en las que viva entonces Mxico, haba resultado prcticamente im-
posible llevar a su cabal aplicacin el importantsimo proyecto educa-
tivo de Sierra. Sin embargo tambin fue patente entonces que este gran
intelectual mexicano haba tenido una formidable intuicin y una
gran fe en el futuro de su pas, surgidas del profundo conocimiento his-
trico y sociolgico que de l haba logrado, a travs del estudio y de su
ejercicio como maestro y funcionario pblico.
La puesta en marcha del proyecto educativo de Sierra demostr que,
como l, otros mexicanos, sobre todo los miembros de las nuevas gene-
raciones, compartan sus convicciones de que el cultivo del conoci-
miento y la transmisin del saber eran los medios idneos para para
lograr el progreso de la nacin.
Sierra haba propiciado la creacin de un espacio para que se gene-
raran los estudios y las investigaciones del ms alto nivel en todos los
campos del conocimiento, en bien de la sociedad; la comunidad aca-
dmica de Altos Estudios, bajo el signo de Atenea Promakos, la ciencia
que defiende a la patria, en medio de incontables dificultades haba lo-
grado su permanencia, para que en el futuro y en condiciones menos
adversas pudiera desarrollarse.
En agosto de 1924 se promulg el decreto presidencial mediante el
que se establecieron la Facultad de Filosofa y Letras, la Escuela Nor-
mal y la Escuela de Graduados (las tres dependientes de una misma
Direccin), como resultado de la transformacin de la de Altos Estu-
dios. Con este decreto culmin una fase de diferenciacin de los ob-
jetivos originalmente asignados a la Escuela Nacional de Altos Estu-
dios. Las experiencias acumuladas muchas de ellas amargas en los
catorce aos transcurridos desde que sta fue instituida, dejaron en
claro que, en las circunstancias que viva el pas, dificilmente poda
llevarse a cabo la formacin de profesores y la especializacin del ms
alto nivel en forma integral y por una sola institucin.
No obstante que la creacin de la Facultad de Filosofa y Letras co-
mo una entidad diferenciada pareca salvaguardar el ejercicio de la ac-
tividad cientfica y reflexiva, sus funciones no se encontraban del todo
definidas y era preciso mejorar su trabajo.
1,o
Patio despus de la restauracin. Al centro, El director de la Facultad recurri a los profesores para solicitarles
la escultura de rray 1\ lonso de la Veracruz. propu est<ls dest inada s a estos fine s. El docum ento con e l qu e respon-
di el pro feso r Pedro Sln chez a esta peti cin es por dCl11l s suge rente.
Ex pres su co nve ncimiento de la "ve rdadera t rascendenc i a~ que di cha
Facultad tena para el pas, pues dado el ca r cter ese ncialmente prcict ico
de nuest ras escuelas profesionales, ella deb a servi r para perfecc ionar
sus estudios; deba tambi n se r un centro de ex peri mentac i n e inves-
tigaci n , pa rti cularm e nte e n el estudio de asuntos qu e co nst itu ye n
~ p roble m as mundiales", y a los que se dedican con asiduidad casi to-
da s la s un iversidades del mundo , "lleva ndo su co ntingente pa ra lograr
el co nocim iento de lo que es la ma teri<l, de lo que es la vida; y en una es-
fera ms modesta , el co noci mi en to de progresos indu strial es que ha -
ce n a la s naciones ricas y prsperas":fl
La Fa cultad e ra co ncebida como un espacio e n el que la verdade ra
ciencia deba qu eelar a cubi erto ele los afa nes esencial mente utilitarios
que prcvalccian en la cdu c;:lcin mexi ca na , adc l11 ls de ser la institu-
cin ve rdaderamente ca pa z de llenar vacos in excusa bl es para el pro-
.7.
Alumnos y maestros afuera de la Facultad greso de la nacin. Por ello, le corresponderia crear laborato rios donde
de Filosofia y Letras, ubicada en la Cas.1 de cualquier hombre de cie ncia , dotado de un ~espirilU investigador",
los Mascaro nes.
pudiese ex pe rim e ntar para lograr la comprobacin de sus teor ias o la
modificacin de las teoras actualmente aceptadas; ofrecer una "biblio-
teca moderna donde existan las ob ras que pongan al que 10 desee al
tamo de los progresos que actualmente se han realizado, en la s altas
esferas del saber humano, C0l110 en los progresos industriales, )' pro-
duc ir textos de las especialidades, a fin de facil itar su estlldio~.41
Las medida s para lograr su mcjori,l no pudi eron ponerse en pnlcti-
ca. Las nuevas de penden cias, a l igual que la Esc uela Nac ional de Altos
Estud ios en Otro tiempo, lUvieron que afrontar, recin creadas, una si-
tuaci n adversa. t\ los tres meses de haber si do establecida s, se les re-
tir el ex iguo subsidio gubernamenta l, por decreto del 23 de diciembre
de 1924. La Facultad de Filosofa)' Letras permaneci durallle un ao
como institucin libre de enseanza. Sobrevi vi gracias a que los pro-
fesores que laboraban en ella sigu ieron prestando sus servicios sin re-
tribucin alguna, a la nexibilidad estructural que le era inherente, asi
C0l110 a l carcter autonmico que tuvo desde sus orgenes.
1 7:
Nuevamente aquella indefinicin de funciones, resultado de una
singular amplitud de miras, apareca como uno de los motivos que ha-
ban causado su cierre. Por otra parte sera justamente su calidad de
receptculo generoso, casi ilimitado de la creacin intelectual, lo que
le permitira remontar uno de sus momentos ms difciles.
Ante el retiro del subsidio gubernamental, profesores de la Facultad
de Altos Estudios pidieron al director de dicho centro, Daniel M. Vlez,
que hiciera llegar al rector de la Universidad Nacional la solicitud de
apoyo para continuar las labores. Expresamente se ofrecieron a prestar
sus servicios sin retribucin alguna Julio Riquelme Inda, Alfonso
Caso, Jess Gonzlez Moreno, Enrique O. Aragn, Jos Luis Osorio
Mondragn, Carmen Ramos, Ricardo Varela, Jos G. Aguilera, Nicols
Len, Balbino Dvalos, Federico Gamboa, Luis Rivero Borrell, Guiller-
mo Gndara, Francisco de P. Herrasti, Miguel Martell, Pablo Gonzlez
Casanova, Ida Appendini, Pedro C. Snchez, Hermann Beyer, Julio
Jimnez Rueda, Eduardo Coln, Victorio del Oro, Jess Galindo y Villa,
David Pablo Boder, Julio lbrri, E. A. Bouchout, Ezequiel A. Chvez, Car-
los Lazo, Manuel Puga y Acal, Enrique Beltrn, Alberto Mara Carreo,
entre otros.44
Por su parte, los alumnos presentaron un memorial a las autorida-
des universitarias indicando que el decreto que suspenda el funcio-
namiento de la Facultad de Graduados, Normal Superior y Filosofa y
Letras, durante el ao de 1925, si bien era comprensible desde el punto
de vista gubernamental, los pona en "la penosa condicin" de cortar
el curso de su carrera, ya comenzada. As, aun cuando reconocan la
"justificacin" de la medida presidencial y "aplaudan calurosamente"
su propsito de reorganizar la hacienda pblica, paso "avanzado y muy
firme para la reconstruccin del pas" y para el logro de de su inde-
pendencia econmica y poltica, argumentaban que, aun en el caso
ms extremo, el presupuesto no sera un impedimento para continuar
laborando, ya que autoridades y profesores, estaban animados "del ma-
yor desinters para colaborar gratuitamente, haciendo que por este ras-
go patritico la juventud pueda seguir reforzando sus energas para el
bien propio y de la colectividad"
De interrumpirse estas funciones continuaban los estudiantes
se perderan los frutos de una labor lenta pero eficaz, "que va logrando
destruir prejuicios y atraer voluntades"; las oportunidades de que se
prosiguiesen las investigaciones cientficas que benefician a nuestro
pueblo y nuestra raza; el cultivo de la extensin universitaria que esta-
blece vnculos entre nacionales y nacionales, y nacionales y extranje-
ros. En fin, dejara de subsistir el medio ms eficaz con que se cuenta
en Mxico, para que el maestro y el profesional puedan mejorar sus co-
nocimientos y hacer una labor de preparacin tcnica que redunda en
beneficio de las diversas facultades.
1 73
Los alumnos firmantes expresaron que deseaban "ardientemente la
vida de esta institucin" y, por ello, pidieron al rector que fuese intr-
prete de sus "ms caros anhelos", interponiendo su valiosa influencia
cerca del C. presidente de la Repblica y del C. secretario del Estado y
del Despacho de Educacin Pblica, a fin de "interesarlos en una for-
ma favorable, que los lleve a disponer la continuacin de las labores de
la Facultad de Graduados, Normal Superior y Filosofa y Letras, desde el
U' del entrante enero".45
Adems de esta peticin general que comprenda a las tres escuelas
se cre, en lo particular, una Comisin encargada de "favorecer" la per-
manencia de la "Escuela de Altos Estudios". Dicha comisin convoc a
una asamblea que acord reiterar la splica de que subsistiese la insti-
tucin. La manera como se present el asunto denot que no se trataba
simplemente de restituirla, sino que, de paso, se hizo expresa la ne-
cesidad de algunas reformas al Plan de estudios "del establecimiento",
para hacer ms fructfera su labor. Solicitaron, adems, que al entrar
al estudio detenido de dicho Plan, fuesen admitidos, con voz y voto,
los seores profesores y cierto nmero de alumnos, y se acord solici-
tar a las autoridades que su Plan de estudios no fuese modificado con
frecuencia, pues deba estar vigente "el tiempo necesario para demos-
trar su eficacia". Al mismo tiempo sugeran que las ctedras no fuesen
meramente expositivas a manera de conferencias, sino que en ellas se
realizasen "trabajos de investigacin, a guisa de seminario". Pedan
tambin que la extensin universitaria cuya significacin ponan de
manifiesto como el medio de establecer "vnculos entre nacionales y
extranjeros y entre las diversas clases sociales del pas" fuese un he-
cho, y que se crearan "nuevas ctedras de acuerdo con la marcha evo-
lutiva de nuestro pas".46
Si bien las gestiones realizadas por maestros y alumnos no bastaron
para detener la aplicacin del decreto presidencial, al parecer, por lo
menos impidieron que el retiro del subsidio se convirtiese en una medi-
da permanente, lo cual, por otra parte, era un peligro real.
El arribo del general Plutarco Elas Calles a la presidencia de la Re-
pblica signific la reorientacin del proyecto poltico de la Revo-
lucin en muchos sentidos; coloc en primer plano los problemas
econmicos y emprendi una serie de medidas tendientes a la moder-
nizacin del pas, en todos los mbitos de la vida nacional.
El nuevo impulso modernizador en el campo educativo estaba inspi-
rado en el modelo norteamericano. As, se busc el fortalecimiento de
la enseanza tcnica y se tomaron medidas como el establecimiento
de la escuela secundaria siguiendo expresamente los lineamientos del
highschool de Estados Unidos cuya creacin fue ampliamente jus-
tificada por el doctor Manuel Puig Casauranc, entonces secretario de
Educacin, en razn de las necesidades sociales del pas.
1 74
Alum nos extranjeros que pa rt icipan en el En esas circun stan cias, la perspccti va que se otreca para la Fa cultad
festival de fin de Cursos de verano. de Filosofa y Letras no era plrti cularmente promisoria. Si n embargo,
su profeso rado sigui laborando co n e mpe o, y la suspen si n del sub-
sidio, lej os de pa ralizar la vi da de la institucin, la co ndujo a refrc ll-
dar el signifi cado y va lor de sus objetivos: "eleva r a un grado ms alto
el conocimi ento de la s distintas mat eri as que so n objeto de estudi o en
otros pla nteles y pode r de esta suert e, ofrece r sie mpre un c,l mpo de
invest igacin y de trabajo al estudia nte" y "armoni za r los distintos es-
fuerzos de las otras Fa cultades supe riores con objeto de unificar, or-
ganizndolos, estudi os previ os que con di stintos objetos se hayan he-
cho". Asimismo, se haca mrito dc la dob le verti e nte en sus "mtodos
de enseilanza": la va de la cultura inten si\'a y la de la ex tens iva. La
prim era co rrespondi ente al ~ de sarrollo de los planes, en sus respec-
ti vas clases"; la segunda, que co mpre ndia una amplia ga ma de activi-
dades: confe re ncias y mcsas redo nda s organi z<l da s "de man era mu y
or iginal", " res ucitando ~ la antigua y nobl e lI S<ln ZI de las viejas uni ver-
1 75
Los doctores }Q/lOns aH/SCI Julio Jimnez sida des de discuti r e n actos pb li cos tema s qu e por su im porta ncia
Rueda, Julio Torri, Eduardo Carda My- "ponga n e n juego la e rud icin de los dise rtantes e n .. provec hami ento
nez, Emilio Rosenbhleth Deulsch, Lucio
de sus oye ntes". Asimi smo se inclu .. n en el mbito de 1.. cultura ex tell -
f..lendicta y Nez, Juan Gonza!ez Jiure-
gui, Jaime Torres Bodel. Manuel Gual vida) si\'il los actos qu e se celebraban pa ra la opci n de l grado de doctor, ya
y Nabar Carrillo, entre otros, en la celebra- qu e, aun cuando su fin principal era "in vestigar la ciencia del exami
cin del IV ccntcnario de la Universidad de n.. ndo, siempre es .. la vez ensei a nz.. exten siva e intensiva par.. los asis-
Mcxico en el edi fi cio de Mascarones, 1953. tentes <1 dic h<ls ce remon ias"Y
Hacia )928 la Fa culta d dio pa sos fi rmes para la orga nizaci n de sus
carrera s: las li ce nciatura s en fil oso fia , h istoria, letra s y ciencia s; e n la
Escue la Normal Supe rior, los cicl os para aspirantes a t LUlos de profe-
so r uni ve rsitario (de mat e ria s es pec ia les) e n uEscuela s Sec und a ri a,
Preparatoria y Nor ma les, de Director y de Inspecto r de Escuelas Pri
ma ria s l...]", y se establ eci li] o rgan iza ci n pa ra qu e los estudios de las
"disc ipli nas filos fi cas y c ientfi cas, h ist ri c,ls y li te rarias" qucda ran
"sistematizados 1... 1 de ma nera q ue puedan otorgarse los grados de li
ce nciado, maestro y doctor en cada una de esas ramas del saber".4R
I 7 ('i
El carcter de esta dependencia universitaria se haba ido formando
y templando a lo largo de los aos: primero como Escuela, despus co-
mo Facultad de Altos Estudios y, posteriormente, como Facultad de Fi-
losofa y Letras. Su existencia nunca fue fcil, a pesar de que, como de-
can quienes la objetaron en sus primeros aos de vida, haba nacido
cubierta con ricas vestimentas en un pas en el que imperaba la pobre-
za. A decir verdad, en sentido estricto, fue muy poco el tiempo que dis-
frut de cierto desahogo para el desempeo de sus tareas y una buena
parte de este lapso tuvo que probar una y otra vez que sus actividades
tenan un sentido y una razn de ser, lo cual no result sencillo, en
tanto que no acababa de definir cabalmente su campo de accin.
De manera singular para lograr ser entendida como lo quera Ch-
vez aos atrs la Facultad tuvo que asumir un continuo ejercicio de
definicin y autognosis que favoreci el sentimiento comunitario de sus
miembros. Sin embargo, la definicin interna no era todo. El escaso
apoyo gubernamental con el que cont para desempear sus funcio-
nes gener problemas severos aunque, por otra parte, fue uno de los
factores que dieron significativas libertades a la naciente Facultad de
Filosofa y Letras, permitiendo el arraigo de uno de los elementos que
la han caracterizado con mayor firmeza: la independencia ideolgica.
Altos Estudios fue uno de los escenarios del gran debate educativo
de aquellos aos y que pareca colocar al pas ante una dramtica dis-
yuntiva: educar a la niez y preparar a los futuros profesores o investigar
y crear conocimientos del ms alto nivel. Las circunstancias del pas en
esos momentos sugeran que era imposible satisfacer ambas, simult-
neamente y con la misma intensidad; sin embargo, la reciedumbre de
la tradicin intelectual mexicana, aparejada al compromiso social de la
Revolucin, haca inimaginable prescindir de alguna de ellas.
As, despus de una prolongada lucha interna por jerarquizar las
funciones educativas, 49 se promulg, a principios de 1929, el decreto
en el que se estableca el funcionamiento, por separado, de Filosofa y
Letras y la Normal Superior. Ello permitira al gobierno se razon
entonces atender con xito "tanto al desenvolvimiento de la investi-
gacin cientfica y filosfica que tiene a su cargo la Facultad de Filoso-
fa y Letras cuanto a la formacin de maestros dotados de una prepara-
cin tcnica superior". Adems, se suprimi de la Facultad de Filosofa
y Letras la expresin de ser "para graduados", pues aparte de que este
ltimo ttulo no se requiere para precisar la naturaleza de la Facultad,
es bastante para sobrentender que en ella harn los graduados sus cur-
sos especiales.5o
La diferenciacin disciplinaria, sin embargo, no signific que Filoso-
fa y Letras remontase los problemas que haba vivido su predecesora.
Durante las dcadas de los treintas y cuarentas, en buena medida como
resultado de la tendencia universal hacia la especializacin del conoci-
1 '7
miento, se desprendieron de la Facultad de Filosofa y Letras tanto la
Facultad de Ciencias, como los institutos y centros de investigacin.
Filosofa y Letras tuvo que validar su sentido y su razn de ser en re-
petidas ocasiones dentro del marco de la vida educativa nacional y en-
frentar, como en otro tiempo, los reclamos de la "inutilidad" de las dis-
ciplinas que en ella se cultivaban. Tambin recorri un arduo camino
para definir, internamente y en la prctica, el mbito de las huma-
nidades. Sin embargo, como puede advertirse por algunos datos pre-
cedentes y que solamente tienen un carcter indicativo, entre 1910 y
1924 quedaron prefigurados los elementos caractersticos y propios de
la Facultad, esenciales para el cultivo, la enseanza y la difusin de las
disciplinas humansticas. Despus y aunque, como es natural, cam-
bien nombres y circunstancias, la vida de la Facultad denota una
continuidad dinmica en su transcurrir, a lo largo de siete dcadas.
Muchos de los alumnos, activos y presentes en los primeros tiempos,
sern los profesores y los investigadores del futuro, formndose, apren-
diendo de esta infinitud de ideas que expresan formas distintas de
practicar la reflexin.
Con el tiempo, la Facultad de Filosofa y Letras consolid sus perfiles
humansticos, presentes desde los primeros tiempos de Altos Estudios, y
se enriqueci con la pluralidad de ideas que permiti la amplitud de sus
potenciales espacios de conocimiento. La presencia del exilio espaol
en los aos cuarentas fue un nutriente muy rico y obr como un catali-
zador de aquellas ideas a las que aludiera Lombardo lbledano en 1917.
Filosofa y Letras fue as el gran laboratorio de una porcin muy
considerable del mundo intelectual del Mxico de este siglo; fue una
repblica sin fronteras. Ah se fraguaron los grandes maestros, los in-
vestigadores de renombre, los defensores ms connotados de las huma-
nidades. En Filosofa y Letras la conferencia o el curso se fecundaron
para convertirse en artculos, en ensayos, en una obra, muchas veces
de alcance internacional. Al mismo tiempo, ella fue receptora y desti-
nataria de las primicias acadmicas de intelectuales de grandes vuelos.
Por todo esto, los homenajes, los reconocimientos al maestro y a la
obra han sido en ella algo cotidiano, pero no slo al profesor con el que
se comparta el aula, sino aqul distante por tiempo y espacio, pero
que a travs de sus exgetas haca discpulos rompiendo el cerco, de
otro modo inexorable, de la temporalidad y el espacio.
Muy pronto, los profesores y estudiantes asumieron a la Facultad co-
mo algo propio: se agruparon en diversas formas para emprender tra-
bajos acadmicos, organizar conferencias, mesas redondas, homenajes
y publicaciones. La propia movilidad de los cursos, las varias discipli-
nas que en ella se enseaban y las continuas modificaciones de planes
de estudio permitieron a miembros de una misma generacin estu-
diantil conocer una gama muy rica del ejercicio intelectual.
1 78
Pblico asistente a la solcmnisima celebra L: Fa cultad hered la certeza de que estaba destinada a reali za r es-
cin del IV centena rio de la Universidad de tudios del mas alto ni vel, de la mayor profundidad y exce len cia, y ad-
Mcxico. Al fondo , los doctores 110110ris CMSll
quiri, en el curso de su proceso de gestacin, temp les propios en la
medida que e n ella coexist ieron la tra di ci n y el ca mbio.
Con mem orar hoy los setenta ailos del establecimiento de la Facul-
tad de Filosofa y Lelra s, ha cie ndo mrito de su difcil gestac in, los
avatares de su tran scurrir y la mi sin socia l que siempre le estu vo re-
se rvada , permite concluir que su in stitu cin forma l fue un hito para la
vida intelectual de Mxico.
En efecto, co n el decreto de 1924 se ab ri un espacio propio pa ra la s
ta rea s de re fl ex in e investiga cin en el ca mpo de las hum a nidades y
de las ciencias. Desde e ntonces, como a mbi to plural y crtico, Filoso fa
y Letra s ha vivido bajo el signo de Aten ea. Fiel a la advocacin baj o la
cu.l coloc Ju sto Sierra a la Escuela de Altos Estudios -su a lltecesora-
nuestra Filcultad ha sido un terreno frtil y natura l para el ej ercic io de
la inteligencia.
1 7H
Notas
1
Agradezco a Carmen de Luna su valiosa ayuda en la investigacin que sirvi de
base a este trabajo. Tambin deseo dejar constancia de la colaboracin de Carla
Zurin de la Fuente, de Consuelo Valds, as como del inapreciable apoyo del perso-
nal del Centro de Estudios Sobre la Universidad: Celia Ramrez Lpez, coordinadora
del Archivo Histrico, Gustavo Villanueva Bazn, jefe del rea de Acervo Documen-
tal, Carmen Martnez Chvez, Eduardo Aguirre Garca e Irma Mucio vila, quienes
nos dieron todas las facilidades para la consulta de los fondos documentales que tan
celosa y eficazmente resguardan, al igual que el personal de la Biblioteca Samuel
Ramos de la Facultad de Filosofa y Letras, especialmente a Elsa Barberena, coordi-
nadora de la Biblioteca, as como a Cecilia Tercero, Filiberto Garca Sols y Roberto
Garca Moreno.
2
Para esta aproximacin a la historia de la Facultad de Filosofa y Letras se ha
utilizado, principalmente, el material contenido en el Centro de Estudios Sobre la
Universidad (Ramo Escuela de Altos Estudios-Filosofa y Letras y Ramo Rectora), y
el que se localiz en los boletines de la Universidad Nacional. Asimismo, aun cuando
no se citan expresamente en el texto, se revisaron las Actas de las Sesiones del Consejo
Tcnico de 1954 a la fecha, varios informes y boletines de distintas administraciones
de la Facultad y la seccin de noticias de la revista Filosofa y Letras (1941-1957).
El trabajo de Beatriz Ruiz Gaytn, pionero en el estudio del tema, ha servido de
punto de referencia para penetrar en un tema enormemente complejo. (Beatriz
Ruiz Gaytn, Apuntes para la historia de la Facultad de Filosofa y Letras, con un
apndice sobre la Casa de Mascarones por el Dr. Francisco de la Maza. Mxico, Junta
Mexicana de Investigaciones Histricas, UNAM, 1954.
Asimismo, fuente importante fue la investigacin que realiz la maestra Libertad
Menndez para su tesis doctoral, intitulada La Escuela Nacional de Altos Estudios y la
Facultad de Filosofa y Letras. Planes de estudios, ttulos y grados. 1910-1990, trabajo que
en breve presentar ante el snodo para optar por el grado de doctora en Pedagoga.
3
"Alocucin pronunciada por el Lic. Ezequiel A. Chvez, Subsecretario de Ins-
truccin Pblica y Bellas Artes, en la primera sesin del Consejo Universitario", en
Cuadernos del Archivo Histrico. Mxico, UNAM, CESU, nm. 1, enero-abril, 1982, p.
100.
4
Ideen.
5
"Discurso pronunciado por el seor Licenciado don Justo Sierra, Ministro de
Instruccin Pblica y Bellas Artes, en la Inauguracin de la Universidad Nacional",
en ibid., 22 de septiembre de 1910, p. 75.
6
Ibid., p. 77.
7
"Alocucin pronunciada por el Lic. Ezequiel A. Chvez", loc. cit., p. 101.
8
"Discurso pronunciado por el seor Licenciado don Ezequiel A. Chvez , Subse-
cretario de Educacin Pblica y Bellas Artes, en la Inauguracin de la Escuela Na-
cional de Altos Estudios",en ibid., 18 de septiembre de 1910, p. 51.
9
,Recurdense, a este propsito, algunas disposiciones legislativas: la Ley de la
Universidad Nacional, promulgada en abril de 1914 por el gobierno de Victoriano
Huerta, cuando Nemesio Garca Naranjo era secretario de Instruccin Pblica y Bellas
Artes; la iniciativa convencionista para establecer la autonoma de la Universidad y
las disposiciones constitucionalistas en este misma materia.
10 En este sentido, resulta contrastante con la penuria que sufri Altos Estudios
durante los aos de la lucha revolucionaria la holgura econmica con la que se pre-
vi la estada de James Mark Baldwin, preparada cuando todava Justo Sierra estaba
al frente de la Secretara de Instruccin Pblica. Cf. "Acuerdo Presidencial que crea
iso
la clase de Psicosociologa en la Escuela Nacional de Altos Estudios". UNAM, cEsu, Ar-
chivo histrico, Fondo de la ENAE, caja nm. 4, exp. nm. 52, fs. 1514-1516. 21 de sep-
tiembre de 1910.
11 Los detalles de este debate, as como algunas de las crticas del positivismo or-
is1
25 "Acta firmada por los profesores de esa Facultad [Altos Estudios] en que mani-
fiestan prestar sus servicios a la Patria". UNAM, CESU, Fondo Universidad Nacional,
Ramo Rectora, caja nm. 17, exp. nm. 353, fs. 10806-10807, 27 de junio de 1916.
26 Enrique Schulz, "Altos Estudios. Historia", en Boletn de la Universidad. rgano
Sierra. UNAM, cEs, Fondo de la ENAE, caja nm. 20, exp. nm. 438, fs. 12588-12590, 3
de febrero de 1919.
32 "Declaraciones del Seor Licenciado Don Jos Vasconcelos con motivo de la
tos Estudios. UNAM, CESU, Fondo de la ENAE, caja nm. 5, exp. nm. 93, f. 2477.
35 Ezequiel A. Chvez, "Informe en cuanto a una solicitud firmada por una comi-
sin del Centro de Profesores Normalistas de Mxico, que pide se mutile la Facultad
de Altos Estudios de la Universidad Nacional". UNAM, CESU, Fondo de la ENAE, caja
nm. 20, exp. nm. 446, fs. 12732-12739, 11 de septiembre de 1922.
36 Ezequiel A. Chvez, Lo que es la Facultad de Altos Estudios de la Universidad
de Altos Estudios sin retribucin alguna". UNAM, CESU, Fondo de la ENAE, caja nm.
39, exp. nm. 779, fs. s/n, diciembre de 1924.
1s2
45
Memorial presentado por los alumnos de la Facultad de Filosofa y Letras al
rector de la Universidad. UNAM, CESU, Fondo de la ENAE, fs. s/n, 30 de diciembre de
1924.
46
Acuerdo de la asamblea de alumnos de la Facultad de Filosofa y Letras. UNAM,
CESU, Fondo de la ENAE, f. s/n, 5 de enero de 1925.
47
"Remitiendo datos por el Informe Presidencial", del director de la Facultad de
Filosofa y Letras al secretario general de la Universidad Nacional. UNAM, cEsu, Fon-
do Universidad Nacional, Ramo Rectora, caja nm. 16, exp. nm. 337, fs. 10403-
10409, 19 de julio de 1926.
48
"Informe que rinde el Secretario General de la Universidad Nacional, sobre las
labores desarrolladas en la misma, durante el mes de febrero de 1917', en Boletn de la
Universidad Nacional de Mxico. Mxico, UNAM, nms. 2, 3, y 4, p. 19, febrero-marzo-
abril de 1927.
49
Pedro de Alba, "Acuerdo para el seor Rector de la Universidad y el C. Secreta-
rio de Educacin Pblica para que se permita el funcionamiento independientes de
las Direcciones de la Facultad de Filosofa y Letras y de la Escuela Normal Superior".
UNAM, CESU, Fondo Universidad Nacional, Ramo Rectora.
50
Emilio Portes Gil, "Decreto Presidencial que establece la separacin de la Fa-
cultad de Filosofa y Letras y la Escuela Normal Superior". UNAM, cssu, Fondo Uni-
versidad Nacional, Ramo Rectora, caja nm. 6, exp. nm. 125, f. 3473, 1 de febrero
de 1929.
183
La filosofa: su itinerario de la Real y Pontificia
Universidad de Mxico a la fundacin de la Facultad
de Filosofa y Letras de la Universidad Nacional
Autnoma de Mxico
El proyecto religioso
poca colonial
Aun antes de la fundacin de la Real y Pontificia Universidad de Mxi-
co, en las casas conventuales y colegios de las diversas rdenes religio-
sas, y como parte de los estudios generales, asociados tradicionalmente
en la Europa medieval a las universidades, se lea teologa, filosofa,
moral, lgica, retrica, gramtica. No hay que olvidar la meritoria la-
bor que desempeaba el agustino fray Alonso de la Veracruz (Alonso
Gutirrez), estudioso y comentador de Aristteles y de santo Toms,
quien, por decisin del Captulo provincial de noviembre de 1540 y
hasta 1542, ley Artes (que as se denominaba entonces a la filosofa)
y Teologa, en Tiripito, al igual que en Tacmbaro y Atotonilco. Ya
provincial de su orden y por encargo del virrey, diez aos despus tu-
vo parte decisiva en los preparativos para crear la Universidad. Asi-
mismo, cabe sealar que en 1540, en el convento de los dominicos en
la ciudad de Mxico, se designa profesor de Filosofa a fray Bernardo
Gmez, y que, entre los franciscanos, fray Juan de Gaona ensea la
misma disciplina.
As pues, la destacada labor precedente de las diferentes rdenes re-
ligiosas cre un ambiente propicio para apoyar las peticiones de fun-
dar una universidad en la capital del Virreinato de la Nueva Espaa.
Las casas conventuales se haban convertido en centros de irradiacin
de la cultura espaola, pues albergaban tanto ctedras dedicadas a leer
a santo Toms y a Escoto, como selectas bibliotecas y, en su momento,
proveyeron a la Universidad de profesores y alumnos.
Habiendo solicitado antes la creacin de una imprenta, de una bi-
blioteca y del estudio episcopal con un lector de Gramtica, en 1536 el
erasmista franciscano y primer obispo y arzobispo de la Nueva Espa-
a, fray Juan de Zumrraga, da a sus procuradores ante el Concilio de
Trento, a celebrarse en Mantua en mayo del ao siguiente, la instruc-
cin de hacer presente al emperador su solicitud de que se cree una
universidad. La nueva cristiandad se encuentra con muchos errores y
186
Inicios de la cime ntacin de la Facultad de duda s y, se se ala en el captu lo sptimo de la in strucc in, ~ no hay
Filosofa y Letras en el ter reno designado uni ve rsidld de letras a donde recurrir y la s cIesas partes estn tall dis-
para su const ruccin. Ciudad Universiwria,
tantes; parece qu e no hay parte algun a de cri stianos, donde haya tanta
10 de febrero de 1951,
necesi dad de una unive rsi dad a donde se lean toda s la s fa cultades y
ciencias y sacra theologia". Por ello, abundaban los procuradores de
Zumrraga , ~su pli ca a S. M. el Obispo, mande en todo caso establece r y
fundar en esta gran ciudad de Mxico, una un iversidad , en la que se
lean todas las facultades que se suelen lee r e n la s otras uni versidades y
ensear, y sobre todo artes y teologia, pues de ello hay m s necesidad".
La solicitud del obispo reve la el status de la filoso fa colonial: la filo-
sofa se vincula con la teologa y opera como un elemento fundamen-
tal del proyecto evangelizador. Aqull a, en este momento , no vale por
si, sino en tanto que fo rma parte de un corpus terico, en el cual ocupa
el lugar preeminente el saber teolgico y en la medida en que, au na-
das, sirven a un fin trascendente: la salvacin de los naturales de las
nueva s tierras.
Pa rte del equipo de arquitectos encargados Lo mismo vale para la Un iversidad, ya que se pensaba que en ella
de Ciudad Universitaria. De izquierda a de deb;] formarse el clero y as fortalecer a li! naciente Iglesia americana
rech,l, Domingo Carda Ramos, Vlad imir
Kas p, Enrique de la Mora (de espaldas),
y, en co nsecuencia , apoyar la viab ilidlld de la evangelizac in. As pues,
Homero Maninel. de Hoyos. Manuel de la uni ve rsidad y fi losona tiene n esen cialm ente un senti do apostlico. La
Colina, Alonso Mariscal. Mario Pani, Ma- Cd ula Real del 21 de se ptiembre de 1551, man ifiesta, sin lugar a dudas,
nuel Pizarra, Enrique Landa, Enrique del esta finalidad re ligiosa de la institucin, pues se trata de ~u n estudio y
Moral y Ernesto Gmez Gallardo, Un ive rsidad de lOdas cienc ias donde los naturales y los hijos de espa-
oles, fuese ll industriados CH las cosas dc Il!lestra S(1Il1a fe cai/ica".
La filosofia que se e nse en esa Universidad no poda ser otra que
la escolsticl, la a ri stot lico-tom ista, reformada y enriquecidi! por los
filsofos cspailoles co mo Fra nci sco Vitoria ( 1489- 1546), Melchor Cano
(1509-1560), Domingo de Soto ( 1494-1 560) y el "doctor eximio" Fran-
cisco Sarez ( 1548- 1687).
DelHro del humani smo y la Reforma se habian formulado sever"ls
crticas a la escolstica tradiciona l, pues se hab a petrifi cado en f r-
mul as y repeticiones; trataba infinitas cuestiones intil es, postergan-
do los nuevos problemas urgidos de sol uciones, y haba cancelado el
pr incipio de indagacin en favor dell/!lIgister diJ:it. Co mo fruto s de l m-
petu renovador de los maestros espaoles, especialmente de Salama nca
y Alcal , se conoce mejor a Platn , Ar istte les y Porfirio; se estudian
las lenguas clsicas; se enriquece la temti ca tradicional co n los pro-
ble mas que plantea e l Nuevo Mundo. De esta transformacin da cllen-
ta la exp resin de Vitoria: "no hay cuestin hum ana que no interese a
un telogo".
I BU]
El estudioso del pensamiento mexicano de los siglos xvi y xvii, Jos
Mara Gallegos Rocafull, define en estos trminos la orientacin filo-
sfico-teolgica de la Universidad:
Los temas que principalmente se estudian son los que expone Arist-
teles en todo el Organon, en los libros De anima, en los Fsicos y
Meteorolgicos y en los De generatione et corruptione. Sobre estas ma-
terias versan las clases universitarias y de estos libros se sacan los
puntos o cuestiones que se discuten en los grados acadmicos y en
las oposiciones a las ctedras de filosofa o artes, como entonces se
deca. A los que las cursan se les dan unas cuantas nociones fsicas, as-
tronmicas, biolgicas y psicolgicas, y entreverados con ellas pun-
tos fundamentales de la metafsica, pero sobre todo se les pertrecha
de una afilada preparacin dialctica, que aun estando muy podada
en esos tiempos, a muchos les pareca desmesurada.
1 89
[...] el ms eminente maestro en artes y en teologa que haya en esta
tierra, y catedrtico de prima en esta divina y sagrada facultad: su-
jeto de mucha y varia erudicin, en quien compite la ms alta virtud
con la ms exquisita y admirable doctrina.
19O
Aristteles y, de fray Domingo de Soto, la Lgica y la Fsica . El 13 de ju-
ni o de 1553 se matri cularon los primeros alumnos de filosofa en la
Uni versidad, que fu eron siete, segn la nmi na que proporciona Galle-
gos Rocafull. Pa ra obtene r el grado e n fil osofia se tena como base la F-
sica de Ar istteles, segn un curi oso procedimi ento: co n un cuchi llo,
al azar, se se a laban tres puntos ace rca de los cual es el ca ndida to deba
escoge r "el texto de las se is planas que se abran de l libro" y en un a
hora e nvia r "conclu sion es a todos los doctores que han de asist ir al
examen".
En los Estatutos de don Pedro Farfn, oi dor de la Real Audiencia de
Mxico, un o de los j uri stas ms notables de la Co lonia y dos veces rec-
to r de la Universidad, se dispone, en el ttulo octavo, UDe las ctedras
~ l ient r as que los arquitectos proyectist.1s de Artes", que se lea UMeta fsica y Philosofa moral", adem s de las S-
del conjunto de Ciudad Universitaria fueron IIIlIlas y la Lgica, y en el sigui e nte Utulo aade: uo rde no y ma ndo que
Mario Pani y Enrique del Moral, el equipo en leer de la s ctedras de Gramtica y Retri ca se guarde el Estatuto de
integrado por Enrique de la Mora, EnrIque
Landa y Manuel de la Colina fue ron los e n-
Sa la manca [... [".
cargados de la solucin arq uitectnic." para Segn la s Co nst itu cion es o estatutos del vi rrey don Rodrigo Pacheco
la Facultad de Filosofia y Letras. En la foto- Osso rio , l'vla rqu s de Ce rral vo, de 1625, en su t tulo tri gs im o nove no,
grafia aparecen los cimientos de la misma. se da especial nfasis a la c tedra de Lengua mexicana.
Como en todos los casos, el candidato a ensearla deba someterse a
oposicin, previa convocatoria, y dada la importancia de esta ctedra,
se ordenaba difundirla no slo en la capital sino tambin en las prin-
cipales ciudades del reino. En 1580, por Cdula Real, se haba dispuesto
la creacin de una ctedra "de lengua de indios", lo que no ocurri,
probablemente debido a las penurias econmicas de la Universidad.
Los cursos de Artes tenan un carcter propedutico: "son los prin-
cipios que los estudiantes deben tener para sus estudios". Es decir, eran
antecedente obligado para pasar a las facultades mayores: Derecho,
Medicina, lbologa y Sagrada Escritura. En el caso de los estudios pre-
vios para quienes quisiesen ser tologos o mdicos, dichos cursos tenan
una duracin de cuatro aos.
La Universidad colonial, a lo largo de su historia, acogi o produjo
maestros de calidad dispar. Los hubo magnficos como el dominico
Bartolom de Ledesma, profesor de Teologa en la Universidad y obis-
po de Oaxaca; fue una autoridad reconocida en esa materia. Su her-
mano en la orden, fray Pedro de la Pea, fue el primer catedrtico de
Prima teologa y discpulo de fray Domingo de Soto. Fray Pedro de Pra-
via haba descollado en Salamanca; en la Real y Pontificia ley Artes;
profundo conocedor de santo Tbms, fue su discpulo Toms Mercado.
ste, a su vez, si bien se form en el convento de Santo Domingo de la
ciudad de Mxico, fue profesor de Teologa en la Universidad; traduc-
tor de Aristteles y comentador de Pedro Hispano. Fray Francisco Na-
ranjo, de la orden de los Predicadores, tom posesin de la ctedra de
santo Toms en 1638, despus de estar vacante muchos aos. "Mencin
especial asegura Gallegos Rocafull merece don Juan Daz de Arce,
primero profesor de Filosofa en la Universidad y ms tarde de Sa-
grada Escritura, canciller de la Universidad, cannico lectoral de la
Catedral [...]"
La ctedra de Artes en la Universidad no estuvo, por lo general, a car-
go de los ms eminentes profesores, pues stos se ocupaban de la de
lologa y slo temporalmente lean Artes, es decir, filosofa. Gallegos
Rocafull da cuenta as del hecho:
193
Cimientos para el "tren' de Humanidades.
I !+<I
Avance de la obra de construccion del con-
juntO arquitcctonico deJJumanidades.
Da z de GlInarra y Dvalos o los llamados jesuitas expulsas, se ab ren
gradua lm e nte ,,1 la filosofia moderna, sin que ello implique, riecesaria -
mente una ll ctitud anti rrcligiosll.
En efecto, no es sino muy poco a poco, y no si n sospecha, que se
fueron infiltrando la s ideas modernas, particu larm ente la s cartesia-
nas. El texto de Benito Daz de Ga ma rra, publicado en 1774, Elementos
de filosofa modema, pasa por la censura de una co m isin formada l
solic itud del virrey Jos Ma ra de Buca reli, integrada por los doctores
de la Univers idad y por los profesores de filosofa y teologa. Dicha co-
mi sin co ncluye que el menc io nad o texto
todos los da s se nte ncia n desde el escao escolar, como desde un tr-
pode, sobre temas mucho muy difciles, no igualmente mu cho muy
co nocidos para ell os". Ga marra se propone exponer a sus jvenes alum-
nos los co noci mientos fund ame ntal es respecto de la hi storia de la
fi losofa, la lg ica , la metaflsica (dividida en ontologia, psicologia y
[ 1H 5
teologa natural) y la tica, pero no puramente en el marco de la filo-
sofa escolstica.
La filosofa que se abordar en estos Elementos es la moderna. Al
respecto, pregunta Gamarra Y por qu no la haba de traer? No se tra-
ta de una filosofa hertica, y seala con fina irona a quienes supo-
nen que este tipo de filosofa destruye los cimientos de la Iglesia de
Cristo, corrompe y arruina la fe y "las costumbres veneradas por tan-
tos siglos": "Oh preclaros vigilantes, egregios custodios de la Iglesia!
Quiere decir que aqul a quien vosotros veneris como dios de la filo-
sofa, Aristteles, l en suma era ortodoxo, l era insigne por su piedad
y religin".
La filosofa que propone Gamarra se distingue tanto de la tradicio-
nal como de la sectaria. La primera "se funda toda en la autoridad de
los mayores; la segunda, en cambio en la autoridad de un solo hombre,
que para sus secuaces es como un orculo' Frente a ellas, el autor colo-
ca a la filosofa eclctica o selectiva que
En los ltimos aos del siglo xvii, y como se puede desprender del
anlisis de las tesis de grado, en la Universidad se segua a Descartes
en algunos puntos y se discrepaba de l en otros. En cuanto al proble-
ma de la verdad, el criterio cartesiano de la evidencia se enfrentaba
con xito al magister dixit de la escolstica. Sus ideas acerca del alma y
de las relaciones de sta con el cuerpo eran seguidas con inters, si
bien se rechazaba de manera ms o menos generalizada la existencia
de la glndula pineal, de modo que Descartes nunca se convirti en
una autoridad a la manera de Aristteles.
As como el cultivo de la filosofa se inicia en la Nueva Espaa pri-
mero en las casas conventuales y en los colegios de las denes religio-
sas, una vez instaurada la Universidad prosigue su camino fuera de sus
cauces. En particular, los jesuitas se mantuvieron apartados de la ins-
titucin, consagrados a la enseanza en sus propios colegios. Tal es el
caso del padre Antonio Rubio, natural de Rueda, quien fue profesor,
durante doce aos en el Colegio Mximo de San Pedro y San Pablo, de
gran abolengo, pues desde 1575 se haba implantado ah la enseanza
de la filosofa. Ense Rubio la lgica de Aristteles en Mxico y en re-
cuerdo de ello titul a su trabajo Lgica mexicana, que fue texto en Al-
cal. Es de mencionar tambin a Pedro de (H)Ortigosa, quien a pesar
196
Vista del "tren " de ll uma nidades. captada
de la solicitud del virrey, se neg a cnsear en la Universidad, si hien
desde la pam posterior. Avance de la obra.
10 de fchrc rodc 1951. acept el g rado de docto r que sta le confiri junto con su he rm ano
en la orde n, el me ncionado Antonio Rubio.
Exce pcional a tocios respectos es sor Juana Ins de ltl Cr uz, quien,
de manera autodidacta por no habe r sido admitida en la Universidad ,
en virtud de su co ndi c i n de mujer, se dedic apasionadamente a la
fi losofa tra s los muros del co nve nlO de las jerni ma s, pese a las prohi.
biciones y condenas que sobre ella pesaro n. Conoci tanto la filosofa
escolstica como el pen sa miento moderno, particu larmente e l ca ro
tesiano. Su Primero SI/C/JO ha sido considerado como uno de los m s
grandes poemas filosficos de todos los tiempos.
Rivalizaron con la Universidad en materia cle enseanza de la fi lo
so fia el conve nto de Santo Dom ingo de Mxico, el Colegio Mximo de
San Pedro y Sa n Pablo a ca rgo de los jesuitas, y el de San Lui s de los
Predicadores en Puebla. Ya en 1562, los alumnos de la Universidad se
quejan pues "era preciso irse a los Monasterios a acabar de oir Artes" y
piden se reconOZCll1 los estudios que all efectan, aunque su gestin
I ~J7
no tiene xito, pues la Universidad exige a quien desee obtener el ba-
chillerato en Artes probar que ha seguido los cursos en esa institucin
durante dos aos consecutivos.
En particular, se dio una fuerte tensin entre el Colegio de la Compa-
a de Jess y la Universidad, pues los jesuitas tenan autorizacin
papal para conferir grados, pero no del rey, al punto de existir una pro-
hibicin expresa en este sentido de Felipe II, segn Cdula del 2 de
noviembre de 1576. Las dos instituciones llegaron a un acuerdo, por
influencia del rey, en estos puntos: no ensear a las mismas horas; no
cobrar los cursos de Latinidad, Retrica, Artes y Teologa que impar-
tiera el Colegio y matricular a sus alumnos en la Universidad, de
modo que sta les otorgara el grado. A pesar de que aun los alumnos
de los jesuitas tenan que concurrir en la maana a la Universidad
y despus escuchar a los profesores del Colegio Mximo, la enseanza
de la filosofa en aqulla padeci grandemente, pues los ms famosos
profesores pertenecan a las diversas rdenes religiosas, siempre en
contacto con las expresiones ms avanzadas de la filosofa europea.
En el siglo xviii, la Universidad procura mantener su orientacin
humanista e incorpora las ctedras de griego y de hebreo, e incluso se
da, en 1762, un intento frustrneo de crear las de griego y lenguas
orientales pues se argument que eran ms tiles las matemticas, el
nhuatl y el otom. Este propsito de transformacin, sin embargo, no
vigoriz realmente a la institucin. Los centros de irradiacin de la cul-
tura, de modernizacin, eran los grandes colegios. En particular, la re-
novacin filosfica no se dio en la Real y Pontificia Universidad de
Mxico, sino que fue impulsada por la Compaa de Jess.
En la segunda mitad del siglo xviii, para los jesuitas, Aristteles y
santo Toms seguan siendo autores de merecido y gran respeto, pero
al mismo tiempo se abran a otras corrientes modernas. Los represen-
tantes ms destacados de ese mpetu renovador constituyen el ncleo
de lo que se conoce como los "jesuitas expulsos", en virtud de haber sa-
lido de la Nueva Espaa, en 1767, por orden de Carlos II. Jos Rafael
Campoy fue el primero de su grupo en desentenderse de los comenta-
ristas y de autores de segunda categora, para exigir el manejo de las
fuentes; Andrs de Guevara y Basoazbal reconoce el mrito transfor-
mador de Descartes; Diego Abad emprende la reforma de los estudios
del Colegio de San Ildefonso, conocedor de las teoras de Descartes y
Gassendi; Francisco Javier Alegre es profesor de filosofa en San Ilde-
fonso, infatigable lector en hebreo, griego, latn, italiano, portugus,
ingls y alemn; y Francisco Javier Clavijero, profesor de filosofa en
Valladolid, se propuso la reforma de los estudios en trminos no de
una filosofa que para nada sirviese a los jvenes sino, de una parte, la
vuelta los griegos, y de otra, la difusin de la filosofa moderna que se
enseaba en Europa.
198
Caracterstico de la actitud del grupo hacia la filosofa moderna y,
en particular, hacia Descartes, es este texto de Andrs de Guevara:
:o o
frente a la metrpoli espaola. No hay que olvidar que Hidalgo an no
terminaba su carrera cuando fueron expulsados su maestros. Por todo
ello, considera Gabriel Mndez Plancarte que, sin "mengua de su gra-
ntica fidelidad a la ortodoxia catlica, nuestros humanistas saben aco-
ger y fecundar las semillas renovadoras que flotan en el ambiente de su
poca [...]"
La enseanza de la filosofa en la Real y Ponficia Universidad de
Mxico es fiel a la intencin que se tuvo al crear, en la Nueva Espaa,
una institucin que se ocupara de los "estudios generales": es preciso
leer artes, como se deca en el lenguaje de la poca, para salir al paso a
los errores y dudas que presenta la nueva cristiandad.
En la poca colonial la filosofa obedece, fundamentalmente, a un
proyecto evangelizador, el cual, a su vez, forma parte del de la Conquis-
ta, con sus dos grandes vertientes: material y espiritual, militar y cul-
tural. Es una filosofa que se inserta en el todo de las circunstancias
que presentaban las tierras recin descubiertas y que, asimismo, se ha-
lla en consonancia con los vnculos que, en Europa, tena con la teolo-
ga. La realidad americana exiga dar solucin a cuestiones que no
tenan cabida en el Viejo Mundo, de aqu que fuera necesario aadir
respuestas propias y reflexiones nuevas al marco general que propor-
cionaba la filosofa europea. sta fue la faceta ms rica de la filosofa
colonial.
Tambin tuvo la de mera repeticin de la escolstica europea, si
bien con un nfasis netamente didctico. El rgimen virreinal exiga
reproducir, aunque menguados, los usos de las instituciones metropo-
litanas y, en esta medida, se siguieron las pautas de las universidades
espaolas y del tipo de enseanza que ah se dispensaba. Pero en la
Nueva Espaa se busc, con especial dedicacin, aligerar la farragosa
enseanza de corte medieval. En este inters y prctica didcticos en-
contramos fermentos de actitudes valiosas para el desarrollo ulterior
de la filosofa. Tal es el caso de la relativa y muy gradual separacin
entre filosofa y teologa, por lo menos en lo que respecta al conoci-
miento de la naturaleza. Sigenza, Gamarra y los jesuitas expulsos son
ejemplos de esta posicin. Tambin son ellos exponentes distinguidos
de la exigencia de ir a las fuentes, lo cual lleva aparejado el conoci-
miento de diversos idiomas, en lugar de interpretar los textos nica-
mente gracias a la mediacin de comentadores y traductores. Pero
sobre todo, sta es una manifestacin del rechazo al principio de auto-
ridad como lo es tambin el ejercico de la crtica, el imperativo de
aducir pruebas y razones. La obra escrita y las actitudes de autores co-
mo los recin mencionados preludian elementos que sern esenciales
para la filosofa que se desarrolla de conformidad con lo que hemos
llamado el proyecto acadmico.
201
El proyecto poltico
La Reforma
La Universidad y con ella la filosofa sufrieron graves quebrantos al
consumarse la Independencia, periodo en que desapareci buena par-
te de las instituciones virreinales. Aqulla haba sido parte importante
del andamiaje colonial, del proyecto dominador, de modo que, a los
problemas que vena arrastrando, se aadieron los propios de las con-
vulsiones de la poca. ste era un tpico establecimiento colonial, una
institucin no del presente y menos del porvenir, sino del pasado,
considerado ahora como oscurantista, medieval, profundamente injus-
to. Adems, en esta hora turbulenta, se haca notar la fidelidad que ha-
ba mostrado la Universidad hacia el rgimen realista. El 5 de octubre
de 1810, desde la sala de claustros de la Real y Pontificia Universidad de
Mxico, el rector y el claustro en pleno dirigan estas palabras a todos
los habitantes de Amrica:
202
\vanee de la construccin de la Facultad timo los grados de ba chiller y docto r e n Teo loga y, posteriormente,
dr Filosofa y Letras, 12 de Illarzo dc 1952. ha bia vivid o ah , e n raz n de su no mbramiento de catedrti co de est<l
m isma di sc iplina y de Econ o ma polti ca , asignatura que l habl in-
troducido. Ya clrigo, se dedi c a est udiar, en ocas iones subrepti cia-
mente, el pe nsa miento polit ico y soci al de vang uardia. Difund a las
ideas liberales e n pu bl icaciones tales C01110 el Sellllllwrio politico y lite-
rario, El Sol y La Libertad, y, desde la tribun a del Primer Co ngreso
Constituye nte, asumi un a acti tud \'al iente frente al em pera dor lturbi-
de, lo cual le va li se r e nviado a pri sin. En el Partido Libe ral, Mora se
ocup de afinar y llevar J ca bo el programa de aqul , asocia do al vice-
presiden te G mez Fa rias.
Di cho programa se defina en trminos de progreso e inclua la oc u-
pa ci n de los bi enes del clero; la abol ici n de los privilegios de ste y
de la milicia; la difu sin de la edu cacin pbli ca e ntre la s clases po-
pulares, al margen de la interve nc in del clero; la liberta d de opi-
ni ones, la igualdad en materia de derechos civiles entre ex tranj eros y
mexicanos. Parte fundam e ntal de la gesti n de Mora y, almi slllo tiem-
po, del ideario del liberalismo, lo ocupa el problema de la educacin,
ya que slo sobre la base de la preparacin del pueblo se podra cons-
truir la prosperidad de una nacin. Resultaba imprescindible destruir
el monopolio que, en materia de educacin, haba ejercido el clero, el
cual no poda formar hombres para el progreso. Ignacio Ramrez plan-
teara este asunto en trminos de "Syllabus o Reforma".
"En el sistema republicano escribe Mora ms que en los otros, es
de necesidad absoluta proteger y fomentar la educacin [.]", sin que
esto signifique que el gobierno asuma o prohije alguna doctrina. La
naciente sociedad, ya liberada polticamente, requiere de un hombre
nuevo, emancipado, a su vez, en su conciencia, en el orden del pen-
samiento. El progreso, la libertad, el cumplimiento de las leyes, las
buenas costumbres, en suma, la construccin de un pas progresista y
de ciudadanos que conozcan sus derechos y obligaciones, exigen una
educacin distinta a la que se ofreca en la Real y Pontificia Univer-
sidad y en los colegios. Se trata de una educacin laica, fundada en las
ciencias:
Las ciencias solas son las que nos sirven en todas las pocas de la vi-
da, en todas las situaciones en que podemos encontrarnos. La cultura
del espritu suaviza el carcter, reforma las costumbres. La razn ilus-
trada es la que sirve de freno a las pasiones, y hace amar la virtud.
Las ciencias a las que se refiere Mora son particularmente las socia-
les. No hay que olvidar que, ya en San Ildefonso, haba creado la cte-
dra de Economa poltica.
Pronto, el gobierno reclam el derecho de asumir la rectora en ma-
teria de educacin, y parte de su estrategia fue la crtica a la Univer-
sidad. Jos Mara de Bustamante, en mayo de 1822, declaraba que
aqulla viva de la gloria de sus egresados, quienes, en verdad, haban
estudiado en los colegios. Esa institucin tena la patente para expedir
los grados, por lo que los alumnos formados en los colegios deban pa-
sar por ella para obtener el reconocimiento, el cual significaba cuan-
tiosos gastos; sin embargo, la Universidad careca de fondos propios.
En ese mismo ao, Mora haba formado parte de una comisin que
tena el encargo de examinar el estado en que se encontraba la educa-
cin nacional, pero dados los vaivenes polticos, poco pudo hacer. Dos
aos ms tarde, en el Congreso Constituyente del Estado de Mxico,
Mora declara lo siguiente:
2O7
Los autores de Mora no son, por supuesto, los tradicionales, sino el
citado Destutt de Tracy, Adam Smith, "el sabio" Bentham, B. Condor-
cet, Thrgot, Montesquieu, Rousseau, Humboldt, Franklin.
La inestabilidad poltica que viva el pas no permiti que esta re-
forma diese frutos. Antonio Lpez de Santa Anna, en atencin al "cla-
mor general levantado por los padres de familia y por la propia juven-
tud", en julio de 1834 dispuso la vuelta a la situacin previa al decreto
de octubre del ao anterior. As fueron derrotados por la soldadesca,
Gomez Faras y Jos Mara Luis Mora, el reformador social y acerbo
crtico del militarismo.
Santa Anna orden que se reuniera el claustro para proponer modi-
ficaciones a la Universidad.
En noviembre de 1834 se dispuso la reorganizacin de la Univer-
sidad, as como los colegios de San Ildefonso, San Juan de Letrn, San
Gregorio y el Seminario de Minera. En todos ellos se enseaba filoso-
fa; en el de San Ildefonso, adems, Teologa dogmtica y en San Gre-
gorio Teologa moral. En la Universidad se establecieron las facultades
de Jurisprudencia, Filosofa, Teologa y Medicina. Conforme al Plan de
estudios provisional de aquella institucin, que constaba de ciento
seis incisos, las ctedras existentes se refundieron en otras o se adicio-
naron. En el nmero 79 se estipula que en filosofa, "en lugar de la c-
tedra de prima, se establece una de zoologa':
El 18 de agosto de 1843, Santa Anna expidi un nuevo decreto "con
el fin de dar impulso a la Instruccin Pblica' Se establecen los estu-
dios preparatorios para las nicas cuatro carreras que admite dicho or-
denamiento: la de foro, la eclesistica, la de medicina y la de ciencias
naturales. La filosofa se hace presente slo en las ctedras preparato-
rianas de Ideologa, Lgica, Metafsica y Moral y, por supuesto, en la
carrera eclesistica, si bien en un contexto eminentemente teolgico.
A finales de 1854 se reform de nuevo la educacin an bajo el go-
bierno de Santa Anna. La preparatoria, que constaba de seis aos, se
dividi en dos periodos. El primero, llamado de humanidades, inclua
Gramtica latina y castellana, Historia sagrada, universal y de Mxico,
y Literatura. El segundo periodo se dedicaba a estudios elementales de
filosofa y comprenda clases de Psicologa, Lgica y Metafsica, Reli-
gin, Filosofa moral e idiomas, entre otras. A estas asignaturas se aa-
da el estudio de las ciencias exactas. Asimismo, en el reglamento de
ctedras universitarias que complementaba la ley, se incluyen materias
histricas con un enfoque de este tipo y no de mera narracin cronol-
gica. Tal es el caso de la Historia general y particular de Mxico, anti-
gua y moderna, de la Historia de la filosofa y de Filosofas comparadas.
Segn esta reforma de 1854, la enseanza superior se impartira en
las mismas facultades que defina el ordenamiento de 1834: Filosofa,
Medicina, Jurisprudencia y Teologa. Asimismo, los seminarios se in-
zos
corporaban a la Universidad de la dicesis correspondiente y, en caso
de no haberla, a la de la ciudad de Mxico. La de Filosofa, al decir de
Julio Jimnez Rueda, incluira
210
Vista del conlUntO de Humanidades. 15 de ilustrac in en el pueblo es el medio m s seg uro y eficaz de moralizarlo
abril de q52 y de establecer de una manera s lida la libertad y el respeto a la Co ns-
tituc in ya las leyes [... [~.
Di cha Ley inclua, en su capitulo JI relativo a la instruccin secun-
daria , \;:1 creacin de lI Escuell Nl cional Preparatoria , la Cllll OClIp el
edificio del muy renombrado Colegio de Slll II defonso , ,Illiguo asien-
to de la Co mplfil de Jess, desde finales del siglo '..:\1 y ha sta c l vier-
nes 31 de enero de 1868, en que se \'io obligado a dar paso a los cursos
de la nucva Escuela.
Si en cl pasado -esc ribe BiH l'eda-, ah se eSllldiaba conformc con
los procedimientos escolsticos, es decir, se pona aten cin en las ar-
gucias silog sti cas, se trltaban cuest iones tan in so lubles co mo est-
riles~, se ensefiaban pobres nocion es fisico-matemticas ~e n que las
co ncepciones 1I priori y 11 vcces los textos de la Biblia , venan a tomar
el lugar de la observa cin y de la ex perie ncia", ahorl se fo rm a ra a los
jvenes mexicanos con un criterio cientfico que V"I de las matem,t i-
cas l la lg ica, pasando por la fsica, la qumica, la zoologa. Adems,
se cSllIdiaran, co n nucvos propsilOs y enfoques, asignaturas talcs
co mo Gramtica esp,1I1ola y general, Literatura, Potica y declama cin ,
Latn y griego, Lengua s modernas, Ideologa, Lgica, ~lctafsica, Moral.
En la mcncio nada Icy de 1867, en la Escuela de Melsica y decla macin,
se estableca el estudio de la fi losofa estcticl de ll J11USiC.1.
, ,
Asimismo, se scilalaba quc, para oblcner el linilo de abogado, se
ncccsiwb<l aprobar eSLUdios preparaLOrios que incluan, cn este caso,
Gramitica cspaola y generill, Latn, Griego, Fran cs, Ingls, Hi storia
gencral y nicional, Lgica, i\lcwfsicd, ldcolog<l, \lonll, Litcmtur,I, Elo-
cllenci; y Declamacin, Para haccrsc acredor al ttulo de notario enl
condicin habe r aprobado tambicn en la Escue la Naciona l Prc]JMato-
ria Espao l, Francs, Latn, Idco logl, Gramtica gellcrill, Lgica, i\le-
tafsica, i\loral. Los mdicos requeran acreditar un ba chillef<llo quc
incluyera el mismo ncleo humanst ico que los abogados y. en tr
minos gencralcs, esto vale tambin para los veterinarios, farmlccu,
ticos y las diversas C<lrreras de ingcnicna. En algunos casos, C0 l110 el de
profcsor de agricultura, se inco rporaba el alcllli:n CO IllO idiolll,1 obli
g'lIoriO. Co n cllo se buscaba que los futuros profesionales lll\'icran una
Techo del r\uditorio de llulll,11lidades, avan- formacin cnciclopd ica, a partir de los cinco aos de estudios prepa
u' de la construccin r<ltarios, y especializada en las cscuelas profesionales.
En el Reglamento de la mencionada Ley, de fecha 24 de enero de
1868, se dieron algunas trasformaciones al ordenamiento precedente.
La metafsica se convirti en historia de la misma; se modific, en
algunos casos, el contenido de los estudios preparatorios requeridos
para cada profesin y se dispuso que el ncleo filosfico se impartiera
en los ltimos aos.
La Ley de 1867 no dejaba otro espacio a la filosofa y, en general a
las materias de corte humanista, que el muy reducido de la Preparato-
ria y una sola asignatura de este tipo en la Escuela de Msica y decla-
macin, la cual bien pronto desapareci. Adems, no se consideraba en
dicho ordenamiento estudios profesionales en el rea de filosofa, his-
toria y letras. stas, ciertamente, se cultivaban en los seminarios de re-
ligiosos, pero se trataba de una nica filosofa, no por cierto la contem-
pornea ni alejada de los criterios teolgicos. No ser hasta la creacin
de la Escuela de Altos Estudios, en 1910, que la filosofa tendr un es-
pacio propio, ms all del nivel propedutico, en el cual podr mani-
festarse en toda su amplitud y diversidad.
As pues, a partir de 1867, y hasta 1910, la filosofa o se cultivaba en
los seminarios o en la Escuela Nacional Preparatoria; en aqullos, la
filosofia escolstica, en sta, la fundada en el Cours de philosophie positi-
ve de Augusto Comte. De esta suerte, examinar el devenir de la filosofa
en la poca exige hacer referencia a los estudios religiosos y a la Escue-
la Nacional Preparatoria. Nos circunscribiremos a sta ya que los semi-
narios siguen las pautas tradicionales, sin modificaciones relevantes.
Tres textos resultan clave para conocer las ideas de Barreda en rela-
cin a la educacin en general y, en particular, respecto de algunas
asignaturas filosficas que configuraban el currculo de la Preparato-
ria. Se trata del Dictamen sobre la Ley Orgnica de Instruccin Pbli-
ca del Distrito Federal del 2 de diciembre de 1867; de la carta al Gober-
nador del Estado de Mxico, don Mariano Riva Palacio, y de un largo
artculo de Barreda, dirigido a la Comisin de Instruccin Pblica de
la Cmara de Diputados, en respuesta a las objeciones que haban for-
mulado al Plan de estudios de esa escuela los diputados liberales Ma-
nuel Dubln, Napolen Naranjo y Guillermo Prieto.
En el mencionado dictamen, ledo en la Cmara de Diputados el 12
de marzo de 1868, Barreda define el gran propsito de la Escuela Na-
cional Preparatoria: en ella
213
Interesa en esta cita destacar varios puntos: el carcter propedutico
de los estudios; la extensin de stos, ya que no slo se trata de propor-
cionar conocimientos, sino adems dar una formacin denominada
integral; la orientacin cientfica de dichos estudios y su fin ltimo: el
orden y el progreso.
El Plan de estudios definido por la Ley del 2 de diciembre inclua
treinta y cuatro asignaturas que variaban, segn el caso, y que eran
obligatorias para poder inscribirse en las escuelas profesionales: Juris-
prudencia, Medicina, Agricultura y Veterinaria, Ingeniera, Escuela de
Naturalistas (gelogos, zologos y botnicos) y Escuela de Bellas Artes.
Barreda pone especial nfasis en cuanto a la formacin de los alum-
nos, tanto en lo que respecta a la razn como a la moral. El fortaleci-
miento de la primera se logra en el curso de lgica. El desarrollo de
los sentimientos altruistas, es el propsito del de moral.
En su carta al gobernador Riva Palacio, Barreda seala que "los estu-
dios preparatorios ms importantes se han arregaldo de manera que, se
comience por el de las matemticas y se concluya por el de la lgica,
interponiendo entre ambos el estudio de las ciencias naturales [...j"
La justificacin de las matemticas la encuentra Barreda en la lgica
de John Stuart Mill. En cuanto a la ubicacin de la lgica, introduce
un cambio importante en relacin con los estudios tradicionales, en
los cuales aqulla constitua una introduccin a los estudios filosfi-
cos y cientficos.
El curso de Lgica de la Preparatoria "vendr a ser un verdadero re-
sumen de los principales procedimientos de investigacin de la ver-
dad" que ya han aprendido los alumnos al estudiar las diversas cien-
cias. As, pues, argumenta Barreda ante la Comisin de Instruccin
Pblica de la Cmara de Diputados, si era explicable en la enseanza
tradicional que los estudios se iniciaran con la lgica, pues sta se re-
duca a los silogismos, a reglas, ahora ya no es legtimo. Desde esa
perspectiva, dicha preeminencia
[...1 era justificada, era racional y era indispensable; pero ese punto
de vista ha cambiado y lo que era justificable en aquella poca no lo
es ya en la nuestra: hoy sera un verdadero anacronismo y la ne-
gacin del espritu positivo del siglo, dar esa prelacin y esa preferen-
cia exclusiva al arte del silogismo como se la daban nuestros padres.
14
Sin de conocer de manera directa en sus cursos de materias cientfi-
cas. Su paso por dichas asignaturas ha constituido un curso prctico
de lgica, de modo que as podrn aprovechar mejor el terico.
215
[...] el plan vigente que para un observador superficial poda haber
parecido hacer poco caso de la lgica y de sus mtodos, es por el con-
trario el que los ha tenido en ms, hasta el grado de haber hecho de
todo el conjunto de los estudios preparatorios, un curso continuo
de lgica y de mtodo, primero prctico, y luego terico; parcial, su-
cesivo y concreto en un principio, y despus general, en conjunto y
abstracto.
216
Acabados del piso ('n Ciudad Universitaria, Guan aj ualO. En esW pieza orato ri a, el mdico poblano pasa revista a la
1952. hi storia rec ie nte del pas y hace notar un nexo fatal e ntre las ideas y
los hechos: "la anarq ua que rei na en los esp rilUs y la s ideas", provoca
acontecimientos como la s recien tes lu chas de Refor ma. Por lo tanto,
este estado cat ico no cesar ~ h s ta que una doctrina ve rdaderamente
universal, rena todas la s inteligencias en una s ntesis comn ". Ni ms
ni menos stll es la misin de la Prepa rato ria, que e nseiia s lo lo que
puede co mproba rse llledi ,H1te el mtodo c ient ifico , gracias a la obser-
vac i n y la ex pe ri mentac i n.
Las guerras y la <lTlarqua so n fr uto de la educacin colonia l, vincu-
lada con la teologa, e n la cua l no cabe n ni pruebas ni demostraciones.
Por el co ntrario , la ~ vcrd<ld era ciencia filosfica 1.. . 1 t iene que helcer a
llnlado tod<l influen cia sobrenatufHll .. T L<l sociedad mcxica n<l hllba
combat ido por la liberta d pol tica; a hora era el tiempo de lu char por
la e ma nci pa cin menta l. Las doctr in as sostenidas por el cle ro ca tl ico
eran las responsflbles del desorden, de la s guerras, del atraso. Pero el
cl ero ya hab a sido de rrotado por los reform adores; pe rte neca al pasa-
do, no al pon'c nir. Las Lcyes de Rcforma , cxpresaba Barrcd,1 al tcrm i
n o de su di scurso, n os han pucsto en el ca min o de la civ ilizaci n:
Que en lo sucesivo una plena libe rtad de con ciencia, una ilbsohna li
be rtad de exposi cin , y de discusin , dando cspacio a mdls las ideils y
cam po a tOdas la:.; inspi rcioncs, deje esplrcir la lu z por todas parte:>,
.v haga inll ecesa ri e imposible toda conmocion que no sea purame n
te espi ritua l, toda re\'oluc in que no sea meramente intelectual. Que
el orden material, co nservado a todo trance por los gobernantes, v res-
pewdo por los gobernados, sea garan te ci erto y el modo seguro de ca
mill<1r por el se ndero florido del progreso y de la civ ilizacin.
L. I B
nal una concepcin objetiva acerca de un buen nmero de hechos,
permiti que cada cual les diese las explicaciones que creyera ms
conveniente "por ms irracionales que pudiesen ser". La Preparatoria,
por el contrario, garantizaba un conocimiento integrado y enciclo-
pdico de las ciencias; todos los fenmenos de la naturaleza, desde los
ms simples hasta los ms complejos, ah se estudian y analizan te-
rica y prcticamente, sin mantener a la fuerza opinin o dogma algu-
no, y slo movidos por el deseo de hallar la verdad, de conformidad
con un mtodo. Por eso, expresaba Barreda con viva conviccin, la Pre-
paratoria lograr crear ese fondo comn de verdades que no pudo pro-
porcionar la educacin que impartieron los jesuitas; por eso, gracias a
la nueva escuela, se ira abonando el terreno para la paz y el progreso.
Ciertamente los frutos no seran inmediatos. La educacin no produce
cambios de manera sbita; es un medio
2T9
turas. En el mencionado dictamen nicamente se seala: "La utilidad
real del estudio y conocimiento de la historia, es tan evidente bajo to-
dos aspectos [...]". Es hasta 1886, y por intervencin de Justo Sierra, que
esta asignatura adquiere su especificidad, al destacarla del rubro en
que la haban incluido: Cronologa, historia general y del pas, todo
en un solo curso.
A pesar de las limitaciones de la Escuela Nacional Preparatoria, que
desde su fundacin sealaron su crticos provenientes tanto del ala li-
beral como de la conservadora, ella constituy una reforma radical en
la enseanza y sirvi de ejemplo para organizar en el pas otros cole-
gios anlogos, incluso alguno de corte religioso. Su prestigio no slo
radicaba en la novedad de su orientacin, sino, adems, en la calidad
excepcional de su profesorado, en cuya seleccin puso Barreda es-
pecial cuidado, sin reparar en cuestiones de ndole ideolgica. Entre
1867 y 1889, fueron maestros de la Escuela hombres eminentes o que
lo seran pronto: Jos Mara Bustamante, Francisco Bulnes, Manuel Fer-
nndez Leal, Francisco Daz Covarrubias, Rafael ngel de la Pea (co-
nocido por su posicin antipositivista), Leopoldo Ro de la Loza, Jos
Mara Marroqu, Manuel Payno, el presbtero Ladislao Pascua, Ignacio
Altamirano, Manuel Orozco y Berra.
Asimismo, durante un periodo muy prolongado, fue el nico centro
laico para el cultivo de la filosofa y, en general, de las humanidades.
Como prueba de que para quien no estuviese en un seminario, la Pre-
paratoria era el nico espacio propicio para el trabajo en el rea de
humanidades, baste mencionar el caso del profesor de griego y alemn,
Oloardo Hassey, quien, pese a ser el primer germanista en Mxico y co-
nocer catorce lenguas, entre ellas francs, ingls, hebreo, tuvo que con-
formarse con ensear a los muy jvenes e inquietos alumnos de dicha
escuela.
La calidad de los profesores de filosofa fue muy dismbola. El pri-
mero que se ocup del curso de Historia de la filosofa (asignatura que
se introdujo en una posterior reforma al Plan originario) fue Adrin Se-
gura, en calidad de interino, en 1875; despus estuvo a cargo de dicha
asignatura el ingeniero Eduardo Garay (1877), quien tambin impar-
ti las clases de Matemticas y de Fsica. Ms tarde, aqulla estuvo en
manos de Ignacio Altamirano (1878). Gabino Barreda fue profesor de
Lgica durante doce aos (lo sustituyeron en distintos momentos Al-
fonso Herrera y Jos Mara Vigil) y de Moral (al renunciar ocup la
ctedra Porfirio Parra). Por supuesto, ninguno haba recibido una for-
macin especializada en filosofa, pues sta, en su versin tradicional,
slo se obtena en los seminarios, y la Preparatoria fue concebida
como uno de los medios de que dispona el gobierno liberal para opo-
nerse a los conservadores y formar a la juventud de acuerdo con sus
principios.
220
El nmero de alumnos inscritos en asignaturas filosficas era muy
reducido. En el segundo informe de Barreda como director de la Es-
cuela (agosto de 1873) se indica que en el ao precedente han asistido
a la clase de Lgica veinte alumnos, y treinta y tres en el ao en que
se presenta el informe. El desempeo de los alumnos puede calificarse
de excelente, pues de once internos todos aprobaron Lgica, al igual
que los ocho becarios; de los dez externos slo uno reprob. En el
informe de 1877 se hace notar que asistan a clase de Lgica sesenta
alumnos.
Por otra parte, el Plan de estudios de la Preparatoria, tal como lo
concibi Barreda, dur muy poco. Ya en 1872 ste se ve obligado a de-
fenderlo en la Cmara de Diputados, ante las objeciones de Guillermo
Prieto y otros diputados liberales. En enero de 1877, Ignacio Ramrez,
en su calidad de ministro de Justicia e Instruccin Pblica, dispuso
que la historia de la filosofa
zzi
Pasillo en construccin elel tercer piso de la
Facul tad de Filosofa y Letr,iS.
naba respuesta s acerca de asuntos de orden moral o respecto de la
existencia de Dios, el alma y el destino del hombre. En ca mbi o, la s
idea s de Tiberghien "son combinables" con las creen cia s en Dios, en
la inmortalidad del al ma, as C0l110 co n la moral y la religin. Es dec ir,
en el nuevo texto se abordan estas graves e inqui etantes cues tiones que
el positivi smo pone de lado. En el decreto se menc iona que el pos iti-
vismo que se ensea en la Preparatoria ataca los de rechos de los ciu-
dadanos, su libertad de creencias. Se argumenta asi e n el rde rido do-
cumento: "En vano se dir que la lgica positivista nada contradice
en punto de religin, porque nada afirma ni niega. Esto no es exacto,
pues afirma que no puede saberse nada, que es imposible llegar a una
certidumbre". Al despreciar el ncleo de problemas que tradicionalmen-
te ha tratado la metafsica, el positivismo ha sumido a los jvenes me-
xicanos en un gran vaco, los ha dejado sin una gua moral. Seala
tambin el ministro Montes que el texto del krausista no contradice
la educacin religiosa que reciben los alumnos por parte de su fa-
milia; se trata, entonces, de un libro menos hostil a la religin que los
proscritos y que respeta la libertad de conciencia que el gobierno debe
garantizar.
En diversos crculos, y por boca de distintos autores, en particular
una vez que Barreda abandon la direccin de la Preparatoria, y hasta
bien entrado el siglo xx, se repite, con matices, la misma idea: el po-
sitivismo atenta contra la libertad de conciencia; contra la libertad re-
clamada por los liberales puros, herederos de los principios de la
Reforma o contra la libertad de los catlicos de seguir profesando sus
creencias. Y es que, en el fondo, hay que recordar que Barreda surge a
la vida pblica en el contexo del triunfo liberal, de aqu que se haya
visto obligado a sustituir el lema del positivismo comtiano de "amor,
orden y progreso" por el de "libertad, orden y progreso". La inclusin
del trmino libertad era una concesin a las circunstancias. Pero lo
que estaba detrs con mayor fuerza era el proyecto poltico que se ex-
presa en las dos ltimas palabras y que pertenece a la mdula del pen-
samiento de Comte. En esta adecuacin barrediana residi el xito de
su positivismo. Pero, con el correr de los aos, y an en vida de Ba-
rreda, se fue revelando que la libertad en el sentido de los herederos de
Jurez y de otros prceres liberales, no tena cabida en el esquema po-
sitivista. Unos justificaban la imposicin de un texto en nombre de un
proyecto nacional que tena sus fundamentos en una educacin cien-
tfica; otros, los jacobinos, y con ellos los clericales, en una alianza
que se supondra imposible, en nombre de la libertad del tipo laissez
faire, laissez passer, exigan la validez plena de la libertad de conciencia,
la libertad individual, sin importar las necesidades sociales. Ningn
grupo tena derecho a imponer sus ideas a los dems, pero esto se
haca cotidianamente en la Preparatoria; la enseanza positivista in-
vada el sacrosanto recinto de la conciencia individual. Y lo haca con
la impunidad que le daba el pretender tener la verdad ltima. En ri-
gor, no exista ese fondo comn de verdades con el que pretenda
Gabino Barreda dotar a todos los mexicanos y, con l, garantizar la paz
y el progreso. La enseanza preparatoria, expresan los crticos de uno y
otro bandos, no es objetiva sino sectaria; es, adems, contraria a los
preceptos constitucionales que deben garantizar la invocada libertad
de creencia.
223
As pues, la decisin acerca de la pertinencia de uno u otro libro de
lgica en la Preparatoria es el detonador de una discusin que, con
mucho, rebasa los muros del antiguo colegio de San Ildefonso. En ella
intervienen, en diversos momentos, personajes distinguidos e ilustres
polemistas: Ignacio M. Altamirano, Guillermo Prieto, Ignacio Ram-
rez; Ezequiel Montes versus Justo Sierra, Porfirio Parra versus Jos Ma-
ra Vigil, por mencionar a unos cuantos autores que participaron en
favor o en contra de la ideologa positivista. Algunos no slo formaron
parte del debate, apoyando o rechazando un determinado texto de l-
gica, sino elaboraron el propio, como es el caso del positivista Porfirio
Parra, quien escribi su Sistema de lgica. Por su parte, Vigil lleg a
fundar una publicacin, con el propsito de disponer de un medio pa-
ra difundir sus ataques al positivismo. En las pginas de su Revista filo-
sfica, enjuicia a esta corriente en sus diversas versiones europeas y,
en particular, a sus expresiones mexicanas, con especial nfasis en la
obra de Parra.
Por qu tal revuelo por un texto de lgica?; por qu desde el titular
del poder ejecutivo y sus ministros, el legislativo y, por supuesto la
Iglesia catlica, los profesores, pasando por los padres de familia y pe-
riodistas intervenan en un debate que hoy se nos antoja desmesu-
rado? Por qu la polmica adquira el tono de un asunto de impor-
tancia nacional? Por la sencilla razn de que lo era. En el fondo se
encontraba en el tapete de la discusin uno de los principios ms
caros al liberalismo, por el cual el pas haba combatido apenas haca
unos aos en contra de poderosos enemigos como el clero y aun el
emperador Napolen III: la libertad, en sus diversas modalidades de
conciencia, de enseanza, de expresin. Porque los derrotados en las
guerras de Reforma no se daban por vencidos y buscaban un resquicio
por donde penetrar de nuevo y ocupar un lugar influyente, al menos e
inicialmente, en el campo de la educacin. Porque el clero que haba
dirigido la conciencia del pas, aun antes de proclamarse nacin, no se
resignaba a pasar al desvn de la historia, como lo pretenda la ideolo-
ga positivista. Porque los creyentes pensaban que en la Preparatoria
sus dogmas eran sustituidos por uno ms, aunque de menor rango: el
dogma de la ciencia. En suma: en la Preparatoria estaban en juego los
principios ms arraigados del liberalismo y del conservadurismo; se
trataba de una pugna por el poder espiritual. Los positivistas reclama-
ban definir los cauces de la educacin, pues ellos y slo ellos posean
una visin cientfica e integral del universo; nicamente ellos tenan el
criterio de verdad: el mtodo cientfico. Los clericales propugnaban
asumir nuevamente la direccin en materia educativa, porque eran los
nicos que posean el conocimiento por excelencia: el que viene de
Dios, la autoridad suprema.
Para el positivismo, como antes lo fue para el liberalismo, la filoso-
224
fa es un instrumento para construir al hombre y a la nacin nuevos,
positivos, como deca Mora. Por ende, seleccionar uno u otro tipo de fi-
losofa no es un asunto que pueda desvincularse de ese proyecto de
transformacin social. Liberales y positivistas comprendieron bien
que si haba que reconstruir a la nacin desde sus bases, era indispensa-
ble modificar la mentalidad de los mexicanos. Por ello su nfasis en
la educacin, por esto tambin los feroces debates acerca de la ideolo-
ga que deba configurar esa educacin, pues en el pasado se haba
educado para el retroceso y ahora haba que hacerlo para el progreso.
Para los viejos liberales y para los de nuevo cuo que fueron los po-
sitivistas, el rgimen colonial se haba fundado en una educacin que
enseaba a discutir acerca de cuestiones vanas, que atenda a la forma
y no al contenido; que, en nombre de la autoridad, ya fuera divina o de
Aristteles o santo Zbms, cancelaba la duda, la posibilidad de formu-
lar cuestiones que rebasaran la simple inteleccin de los textos sagra-
dos o reputados y venerados como tales. La educacin tradicional, a
partir de la filosofa que se enseaba en los colegios y aun en la Real y
Pontificia Universidad, era contraria a la ciencia, a la bsqueda libre
del conocimiento, pues haba de antemano el compromiso de ser fiel a
las autoridades. Formaba hombres dogmticos, dispuestos a imponer sus
ideas a cualquier precio, por cualquier medio, incluido el de las armas.
La filosofa positivista, por el contrario, en nombre de la ciencia,
entendida a la manera de Comte, pretenda formar hombres enemigos
de las disputas y ms bien interesados en la bsqueda de la verdad y
en aplicar sus conocimientos cientficos, es decir, "positivos", a todos
los asuntos de la vida pblica, lo mismo a la economa que la diplo-
macia y, en general, a la suprema tarea de gobernar. Si la filosofa tra-
dicional haba preparado hombres deseosos de intervenir en contro-
versias sin trmino, la filosofa positiva, en virtud de ese fondo comn
de verdades producto de la ciencia al que se refera Barreda, forjara
hombres amantes de la paz y del progreso.
La metafsica y la teologa tradicionales, la lgica reducida a la en-
seanza de los silogismos, resultaban opuestas al proyecto de construir
una nacin moderna; sta slo podra ser fruto de la filosofa positiva,
que incorporaba una lgica entendida como metodologa de la cien-
cias, que afirmaba a la induccin como un procedimiento de capital
i mportancia para la bsqueda del conocimiento; de una moral funda-
da en el ejemplo de los grandes cientficos, de los descubridores, de los
artistas que a lo largo de los siglos haban colaborado al progreso de la
humanidad. Por eso no resultaba irrelevante que se introdujera o no
un curso de metafsica en el currculo de la Escuela Nacional Prepara-
toria, o que el libro de texto de lgica fuera de un positivista o de un
espiritualista. La filosofa, como fundamento de la educacin, consti-
tua un asunto de poltica nacional.
225
El proyecto acadmico
De acuerdo con 1<1 idea de Spen cer ace rca de la evoluc in, la socie-
dad mex icana estaba madura par! crear Ull nuevo grupo soci al y, dada
la tra scenden cia de hl empresa , el gobierno dcba aportar los medios
para su realiz"lcin: la crc"lcin dc un cuerpo dc cie ntficos que diri-
giera la edu cl cin l1<l cionll.
Sie rra alude en su proyec to a las intervell cion es de los mini stros
Montes y ]\'Iari sca l e n la Preparatoria pues, en parti cular este ltimo,
se haba inmi scuido indebidamente en un dominio que no le corres-
poncla, al di sponer la sustitu cin del lib ro de lgi ca de Bain por el
de Tiberghein. Desde la tr ibulla de la Cmara de Diplltados, e l 30 de
sep tiembre de 1880, Sierra le haba hecho notar al m ini stro de J ust i-
cia, Ignacio Mariscal, que, por ley, "estaba en su derecho para no acep-
tar el texto, pero no para designar otro; esto dara un carcter docente
a un representante del Estado, que pugna ciertamente contra nuestras
instituciones". As pues, expresa Sierra en el mencionado proyecto:
229
De acuerdo con el proyecto, en la Preparatoria no ha quedado lugar
para la filosofa, en ninguna de sus reas; ni siquiera para la lgica,
fundamental en el Plan barrediano y que haba sido considerada como
uno de los pilares de la formacin positivista. Pero tampoco tena un
sitio definido en la nueva escuela, pues no se le menciona explci-
tamente ni se le incluye entre las ctedras que ms adelante podrn
crearse. Acaso Sierra, a pesar de su slida formacin, de su amor por
los clsicos, de su pasin por la historia, desestima un saber que, si no
tuviera otros mritos, podra aducirse en su favor su dilatada historia y
su valor en la formacin de los hombres de todos los tiempos? Para un
historiador y educador como Justo Sierra, la filosofa deba quedarse
al margen de esa escuela que se ocupara de "todos los ramos del saber
humano"?
En el curso de las diversas intervenciones que tuvo en la Cmara de
Diputados para explicitar su proyecto, Sierra arroja algunas luces acerca
de esta cuestin y respecto de la Escuela de Altos Estudios en general.
En primer lugar, y como de paso, define el propsito de la Universi-
dad, punto de capital importancia que no haba quedado establecido
en el cuerpo del proyecto: "el objeto supremo de la Universidad es for-
mar hombres instruidos [...J". Ms adelante, especifica Sierra que la
nueva escuela tendr dos secciones: la Normal, o departamento docen-
te, cuyo objetivo ser formar profesores para los diversos niveles de
enseanza, incluido el profesional; su fin ltimo ser vivificar "los
cuerpos docentes", a la manera como se hace en Alemania. A continua-
cin explica por qu le aade el rea de Altos Estudios: "como all se
prepararn tambin profesores para la enseanza secundaria y profe-
sional, era necesario perfeccionar estos estudios haciendo llegar a las
ms encumbradas regiones de la ciencia a los que aspiren a los altos
puestos de la enseanza cientfica".
Sin embargo, con todo y ser fundamental la preparacin de profeso-
res, ste no es, en realidad, el desidertum ltimo de la institucin: "La
Escuela de Altos Estudios, lo indica mi proyecto, no est destinada sola-
mente a preparar profesores; su objeto supremo es hacer sabios". Se
trata de formar no slo alumnos con un mnimo de conocimientos es-
pecializados que les permita obtener un ttulo, sino ante todo construir
230
Puesto que al lado de la ciencia ya hecha existe la ciencia que se
hace, puesto que al lado de los datos definitivamente adquiridos hay
otros que se buscan por el camino de las hiptesis, de la comproba-
cin metdica de las teoras, de su discusin, era preciso consagrar
un lugar en nuestra enseanza a esta parte de creacin en el ilimi-
tado dominio de lo posible y un competente instrumental de trabajo
que permita dar a esta clase de estudios su carcter eminentemente
experimental y prctico.
231
Tambin en 1874, y en una ocasin por dems significativa, pues se
trataba de una reunin organizada con motivo del cumpleaos de Ga-
bino Barreda, Sierra haba hecho un encomio de la filosofa, no ni-
camente de la derivada del Cours de philosophie positive ni por cierto
en los trminos en que lo haran los conservadores. En este caso, es en
nombre de bilogos y qumicos notables que Sierra, en presencia del
fundador de la Escuela, descalifica la proscripcin que ha sufrido la fi-
losofa de los recintos preparatorianos.
235
queris esta corona, para qu llegar hasta la instruccin superior,
hasta la que sirve para crear la ciencia, si los elementos de donde to-
da ella habr de nutrirse no estn preparados?
Habr que esperar hasta 1910 para que un nuevo proyecto cristalice,
con la anuencia del Presidente de la Repblica, y exanges ya los dos
grandes contendientes que, con distintos nombres, haban combati-
do desde los orgenes de la nacin: liberales versus conservadores, en
los ms diversos matices y gradaciones.
Pero, mientras tanto, Sierra no ceja en su intento. En los congresos
nacionales de Educacin Pblica, en las sesiones anuales del Consejo
Superior de Educacin Pblica, retoma el tema y se vale, segn el caso,
de su condicin de diputado, de subsecretario de Instruccin Pblica
o de ministro de Instruccin Pblica y Bellas Artes. Claude Dumas, en
su acucioso trabajo Justo Sierra y el Mxico de su tiempo. 1848-1912, na-
rra cmo, en enero de 1906, Sierra se vio obligado a hacer oficial el
anuncio de creacin de la Universidad Nacional, a raz de un comen-
tario indiscreto que hizo, en la inauguracin de cursos de la Preparato-
ria, el profesor norteamericano Mark Baldwin, invitado, como Sierra,
a la ceremonia. Despus de elogiar la obra del presidente Daz y del
propio Sierra, anunci, en ingls, la prxima fundacin en Mxico de
una gran universidad nacional, que sera un centro intelectual como
no haba otro ni en Latinoamrica ni en los Estados Unidos. Sierra con-
firm la noticia y seal una fecha para el magno acontecimiento: el
centenario de la Independencia nacional.
As pues, a partir del intento frustrneo de 1881 por construir la
Universidad Nacional, y hasta 1910, sta y la Preparatoria son las cons-
tantes del pensamiento educativo de Sierra.
En la reunin del Consejo Superior de Educacin Pblica efectuada
el 9 de julio de 1908, y en relacin con la Escuela de Altos Estudios,
Sierra expresa que "es urgente organizar esta Escuela que servir de co-
ronamiento a la organizacin total de la educacin pblica y que es el
escaln que nos falta para ascender a la creacin definitiva de la Uni-
versidad Nacional". En la sesin del 8 de octubre se toca el mismo tema.
237
Se seala la necesidad de proseguir los estudios que, de modo ele-
mental, se hacen en la Preparatoria "y no hay en el campo de la en-
seanza mexicana un rgano, una institucin en donde puedan estos
estudios llevarse a un grado ms alto". En efecto, no hay un lugar don-
de se estudie "la ciencia abstracta en sus grados superiores". Adems,
dicha escuela tendr "como complemento una especie de centro de in-
vestigacin cientfica, en donde estos conocimientos ya adquiridos
pueden aplicarse, para hacer entrar a Mxico entre los pueblos que tra-
bajan constantemente por la elaboracin del progreso intelectual"
Para que el pas forme parte de los pueblos cultos, se funda la Escuela
de Altos Estudios; para que colabore "en la magna obra de elaboracin de
la ciencia, de la que es bien sabido depende todo progreso".
Apenas iniciado 1910, en la reunin del Consejo del 10 de enero,
Sierra hace expreso
240
eterno a condicin de su ceguera a lo mundano; la filosofa que ilumi-
na lo absoluto, que ha guiado a los hombres a lo largo de su historia,
al fin llega a la Universidad por la va de una de sus madrinas: la Uni-
versidad de Pars, "la ms antigua de todas y que ms influencia ha
ejercido en el mundo civilizado durante mayor nmero de siglos [...],
la que ense a la Edad Media su lenguaje intelectual, la que inici la vi-
da del pensamiento puro [...], la maestra universal el alma maten de cua-
tro siglos de teologa y filosofa [...]".
En el contexto magnfico del discurso de Sierra, suenan a fcil dis-
culpa estas palabras: "Cunto se nos ha tildado de crueles y acaso de
beocios, por mantener cerradas las puertas a la ideal Antgona! La ver-
dad es que en el plan de la enseanza positiva la serie cientfica cons-
tituye una filosofa fundamental [...]" sta, argumenta Sierra, "es una
enseanza filosfica, es una explicacin del universo [...]", pero se trata
de una explicacin laica que se limita al cmo y no puede dar razn del
porqu. Las circunstancias histricas no permitan al Estado soste-
ner credo alguno; por eso se atuvo a la ciencia, dejando en absoluta li-
bertad a los individuos para creer en lo que mejor les pareciera. "Las
lucubraciones metafsicas que responden a un invencible anhelo del
espritu y que constituyen una suerte de religin, no pueden ser mate-
ria de ciencia; son supremas sntesis que se ciernen sobre ella y que
frecuentemente pierden con ella el contacto".
Pero la Universidad naciente no se limitar a la doctrina positivista,
por ms significativa que haya sido en el pasado para la educacin na-
cional. El antiguo profesor de historia de la Preparatoria, el autor de
La evolucin poltica del pueblo mexicano, el socilogo, declara que las
circunstancias histricas son otras, por lo que en la Escuela de Altos
Estudios, se abrirn
Sin viol!r, pues, un! sol! rrmula legal, el presidente Oiaz ha sido in-
vestido, por la voluntad de sus conciudadanos y por e l aplau so de los
extrai.os, de un! mag istratura vitalicia de hecho 1.1 Es un gobierno
personal que amplia, defiende y robustece al gobierno legal ; no se
trata de un poder que se ve alto por la creciente depresin del pis,
como parecen arirlllm los fantaseadore s de la socio logia hi spano-
ameri cana, sino de un poder que se ha elevado en un pas que se ha
elevado proporcionalmente tambin, )' elevado, no slo en el orden
material, sino en el moral, porque ese fenmeno es hijo de la volun-
tad nacional de salir definitivamcnte dc la anarqua [... 1
Si el libera lis mo puro, pri mero, )' ms ta rde el posit ivista, h.ab an
combat ido co ntra los reaccio na ri os, contra sus prcticas e instilllcio-
Iles, los logros del pres ide nte Diaz le permita n despre nderse de una
parte de su 'omnmoda autoridad" y crear una universidad que depo-
sita el gobierno de s misma en manos de un grupo de cientficos; la
Repblica, gracias al general Daz, ha complementado el triunfo ob-
tenido mediante las armas, con el de la economa. Los despojos de la
reaccin bien pueden expresarse libremente en cuanto a sus concep-
ciones metafsicas; la historia de la Preparatoria es de larga data y sus
contribuciones indiscutibles. Ah estn sus ms distinguidos alumnos:
encabezndolos, el poderoso ministro de Hacienda, Jos Ives Liman-
tour, constructor de la moderna economa mexicana; Miguel S. Ma-
cedo, Porfirio Parra, Joaqun Casass, el propio ministro Sierra. En
efecto, los herederos de Barreda se encuentran en los ministerios, en las
subsecretaras de Estado, en las gubernaturas, en las finanzas, en la
educacin, en el comercio, en el periodismo. La derrota de los reaccio-
narios ha quedado consumada en todos los mbitos; la exigencia de
unanimidad ideolgica es ya innecesaria.
Slo ahora, despus de haber logrado el orden y el progreso, era po-
sible fundar la Universidad Nacional: con un acervo de autoridad pol-
tica que ha desterrado la anarqua; con innegables conquistas "no slo
en el orden material, sino en el moral", obra del artfice de la paz. Por
eso las ltimas palabras del discurso de Sierra van dirigidas al presi-
dente de la Repblica:
243
las introduca, en sentido estricto, ms que a los recin creados recin-
tos universitarios. Ellas ya formaban parte del alimento espiritual de
la llamada Generacin del Centenario o del Ateneo de la Juventud, a la
que pertenecen, entre otros, Antonio Caso, Jos Vasconcelos, Pedro
Henrquez Urea, Alfonso Reyes, Julio Torri, Jess Acevedo, Erasmo
Castellanos Quinto, Luis Castillo Ledn, Alfonso Cravioto, Isidro Fabe-
la, Nemesio Garca Naranjo, Carlos Gonzlez Pea, Jos Mara Lozano,
Mariano Silva y Aceves, Genaro Fernndez Mac Gregor, Jos Escofet,
Alfonso Pruneda, Enrique Gonzlez Martnez, Antonio Mdiz Bolio,
Martn Luis Guzmn y Diego Rivera.
Haca tiempo que, por su cuenta, lo mismo en el taller del arquitec-
to Jess Acevedo que en la biblioteca de Caso, algunos de ellos lean a
Platn, a Kant, a Schopenhauer, a Bergson y Boutroux. La ideologa po-
sitivista en que se haban formado ya no satisfaca sus intereses intelec-
tuales ni daba pbulo a sus ideales.
Al iniciarse el ao 1908, la interminable polmica contra el positi-
vismo se expresaba con renovado vigor. Los grupos catlicos atribuan
a esa ideologa los males morales en que haba cado la juventud. De
modo que el renombrado maestro que haba librado mil batallas en fa-
vor del positivismo, Justo Sierra, interviene una vez ms para limpiar
el buen nombre de Barreda y ponderar la deuda que con l tiene la
educacin nacional. El fundador de la Preparatoria se ha hecho me-
recedor de una estatua esplndida; "las generaciones nuevas, las que
vienen sanas de inteligencia y de corazn, con la vista fija en el divi-
no ideal de Barreda la libertad y la paz social, por la verdad y por la
ciencia esas generaciones erigen hoy esa estatua, sobre un pedestal
de almas".
Sin embargo, "los espritus jvenes", como los llamar el dominica-
no Pedro Henrquez Urea, se hallan lejos de la apreciacin de Sierra.
Ellos tambin, como los liberales "metafsicos" y los catlicos, llamarn
a cuentas a Barreda y al positivismo, pero lo harn en nombre de la
nueva ciencia y de la filosofa: de Poincar, de los espiritualistas fran-
ceses, de los grandes filsofos de todos los tiempos.
Mas la actitud crtica hacia el positivismo no slo les viene de fuera
ni nicamente de los catlicos. Sierra, tambin a este respecto, signifi-
c un ejemplo. Fue, como dice Reyes, "el capitn de las cruzadas juve-
niles en busca de la filosofa, haciendo suyo y alivindolo al paso, el
descontento que entonces haba comenzado a perturbarnos".
En su discurso de la noche del 22 de marzo de 1908, frente al pre-
sidente Daz y en el homenaje a Barreda, el ministro Sierra pone en
tela de juicio que en el dominio de las ciencias no haya discusin, que
todo ah sea luz. Dudemos!, expresa Sierra, dudemos que la ciencia sea
lo indiscutible. "Qu gran verdad fundamental no se ha discutido en
el terreno cientfico, o no se discute en estos momentos?'
244
La cienc ia, adverta Sierra, no garan ti za la paz co mo pensaba Barre-
da , pues en ella todo est suj eto l cam bio, <l revisin; ell a no se hall a
co nformada por ve rdades ete rna s. Pero adem s, rormula inqui etan tes
preguntas:
248
Bibliotcc,l d' la Facultad, al 1955_ /locimiel/fO de vitriuo, la paleontol oga, el dato estadstico y el recetario
de farmacia ". Dicha doctrina no pod resolver las grm'cs cuestiones
que hllcn Cll el fondo de la co ncie ncia , los problema s ete rnos del ser y
del co noce r, del b ic n y dclmal. El ho mbre, se ala Caso, cs ca pa z de vi-
vir s in co noce r la cien cia , ma s no s in <l cercarse a los arcanos de la
existencia. ~E I co razn no puede saciarse C011 la cien cia porqu e urge,
a nt cs dc morir, te ner la so lucin de los problemas fund<llll elllales, y la
cie ncia no la puede proporcionar".
Las letras, <lun s in padece r l, l11 ;icu la del sofisma quc atribuan los
pos itivi stas a la filosofa , no fucron cultivadas e n la Pre pa ratori a me-
jo r qu e aqulla. Cuenta Reyes que ,lll "c n mi s das, la e nseJianza de
las letras en la escuela prepa ratori<l sc Iwb <l reducido a un mnimo
oprob ioso y ridculo. Ya nadi e s;ba co mo ensei'wr la literatura, y los
programa s no consenta n ve rdadcros cursos de hi storia iterar ia N
248
Bibliotcc,l d' la Facultad, al 1955_ /locimiel/fO de vitriuo, la paleontol oga, el dato estadstico y el recetario
de farmacia ". Dicha doctrina no pod resolver las grm'cs cuestiones
que hllcn Cll el fondo de la co ncie ncia , los problema s ete rnos del ser y
del co noce r, del b ic n y dclmal. El ho mbre, se ala Caso, cs ca pa z de vi-
vir s in co noce r la cien cia , ma s no s in <l cercarse a los arcanos de la
existencia. ~E I co razn no puede saciarse C011 la cien cia porqu e urge,
a nt cs dc morir, te ner la so lucin de los problemas fund<llll elllales, y la
cie ncia no la puede proporcionar".
Las letras, <lun s in padece r l, l11 ;icu la del sofisma quc atribuan los
pos itivi stas a la filosofa , no fucron cultivadas e n la Pre pa ratori a me-
jo r qu e aqulla. Cuenta Reyes que ,lll "c n mi s das, la e nseJianza de
las letras en la escuela prepa ratori<l sc Iwb <l reducido a un mnimo
oprob ioso y ridculo. Ya nadi e s;ba co mo ensei'wr la literatura, y los
programa s no consenta n ve rdadcros cursos de hi storia iterar ia N
249
Inauguracin del Auditorio "Justo Sierra" los ~es pritu s j venes~ pasaron por las aula s de Sa n IIdefollso, no que-
de la Facultad de F'ilosofia y Letras, en- daban sino se niles, fatigados y un poco automticos profesores, como
cabezada por el presidente Adolfo Lpez los describir Reyes. Estos graves seores, guardianes de la cie ncia ,
Mateos; lo acompaan el rector Ignacio
Chvez, Jaime Torres Bodet y Agustn Y-
ez, entre otros. 22 de octubre de 1962. 1... 1pretendan que la historia y la literalUra slo sirven para adornar
con metfora s o remi ni scencias los alegatos jurdicos. Afirmaban
que la poesia e ra una forma atenuada y deglutible de la locura , til
s lo en lajll\'entud a titulo de ejerc icio y entrena miento, silabario de
segundo grado o juego auxiliar de la mente co mo los acertijos.
25O
En nombre de ese espritu a que se refiere Reyes, de las humanida-
des, de la filosofa, de la moral que forja hombres heroicos, la nueva
generacin busc ms dilatados horizontes para sus afanes, para sus
ideales. Su primera publicacin tuvo el revelador ttulo de Savia mo-
derna: "savia nueva y crepitante nos da derecho a vivir ideales sinceros
e intensos, nos da derecho al arte. He aqu explicado por qu somos y
a qu venimos"
El contenido de la revista era fundamentalmente literario, y en sus
cinco nmeros slo se publicaron dos artculos filosficos de Antonio
Caso, uno acerca del silencio y el otro titulado "La tesis admirable de
Plotino".
De Savia moderna surgi en 1907 la Sociedad de Conferencias, con
el propsito de difundir, entre un pblico amplio, los ideales cultura-
les de la nueva generacin. En el primer ciclo, Caso abord el tema de
"Nietzsche, su espritu y su obra", significativo en tanto que formula
"una protesta inquietante contra la civilizacin contempornea, como
reaccin formidable contra los valores morales admitidos, y las ideas
directrices consagradas, como negacin de las afirmaciones ms ro-
tundas, como afirmacin de las ms categricas negaciones [...]". Los
otros ponentes fueron Pedro Henrquez Urea, Alfonso Cravioto, Ru-
bn Valenti, Jess Acevedo, Ricardo Gmez Robelo, quienes se refirie-
ron a la literatura espaola e inglesa y a nuestra arquitectura. En el
segundo ciclo, efectuado en 1908, Antonio Caso toc el tema de "Max
Stirner y el individualismo exclusivo". Tambin participaron Max Hen-
rquez Urea, Genaro Fernndez Mac Gregor, Isidro Fabela y Rubn Va-
lenti, y abordaron cuestiones de corte artstico: Chopin, D'Annunzio,
Jos Mara Pereda.
Pedro Henrquez Urea resume as las actividades de la Sociedad de
Conferencias: "las disertaciones de los jvenes han ofrecido inters
de novedad: han renovado en Mxico la conferencia, desligada del pro-
psito inmediatamente didctico y de carcter oficial; y han tratado te-
mas de actualidad o de inters inagotable
Dicha Sociedad se convertir, el 28 de octubre de 1909, en el Ateneo
de la Juventud, cuyo propsito capital define Vasconcelos:
251
En el proyecto de estatutos del Ateneo, se seala que la asociacin
tendr como fin "trabajar en pro de la cultura intelectual y artstica de
Mxico, celebrando reuniones pblicas en las cuales se dara lectura a
trabajos literarios, cientficos y filosficos [...]" De conformidad con
este precepto, y como colaboracin de los "espritus jvenes" a las fies-
tas del Centenario de la Independencia, el Ateneo de la Juventud orga-
niz un memorable ciclo de conferencias. stas se llevaron a cabo en
la Escuela Nacional de Jurisprudencia, entre agosto y septiembre de
1910. Antonio Caso habl acerca de la filosofa moral de don Eugenio
M. de Hostos; "Los Poemas rsticos de Manuel Jos Othn", fue el tema
de Alfonso Reyes; Pedro Henrquez Urea se refiri a Jos Enrique Ro-
d y Carlos Gonzlez Pea a Lizardi; Jos Escofet valor la obra de sor
Juana Ins de la Cruz y Vasconcelos cerr el ciclo con "Don Gabino Ba-
rreda y las ideas contemporneas"
Adems de los actos pblicos, como las mencionadas conferencias,
los atenestas se reunan por su cuenta, en casa de alguno de ellos, pa-
ra leer obras fundamentales. En el curso de esas reuniones privadas,
dice Pedro Henrquez Urea,
El co noc imi ento de Grecia para un pueblo que sala de 1<1 guerra ci-
vil no co nsti tu a, co mo pudiera parecerlo a prim era vista, una tarea se-
cunda ri a o ajena a SllS necesidades ms aprem iantes. Na da m s ese n-
cial que el co nta cto con los idea les del mundo a ntiguo para orientar a
la nueva sociedad, pues Grecia crey en la perfeccin del hombre co-
N
mo ideal humano , por humano esfue rzo <l seq uibl e, y preconiz co mo
co nducta enca minad al perfeccionamiento, co mo pre[ig/fracil! de la
perfecta, la que es dirigida por la templan za, gui ada por la razn y el
amor".
Los hum an istas tambi n, y de ma nera sob resa li en te, trabajaban por
la Revolucin. No s lo atendan c tedras de manera gra tuita, si no tam-
bin definan y ense aban los ideales que habran de servir de funda-
Invitar.ion a la ce remonia de inallgllracion mento a la reconstruccin nacional. La nu eva sociedad no consenta
los cnones antiguos. Era impostergable formar hombres de acuerdo
con los prin ci pi os de gcncrosidad, desintc rs y perfeccin humana.
Por ello, co ncl uyc Hcnrqu ez Ureiia en 1914, con motivo de la inaugu-
racin de cursos:
256
Instal,1cill del busto de Dante Alighien en sea la de la ciencia, 10 cua l no sig nifi ca que se desentienda de la c ie n-
la "acuitad de filosofa y Letras. Aparecen,
cia. La escuel a ha de exigir el rigor metodol gico, ma s no es leg timo
entre otros, Elisa Vargas Lugo, Marta Fon-
ce rrada. Justino Fe rnandez, MIguel Len- qu e, a partir de un parti cular y estrec ho criterio cicntfi co, descali-
Portilla, "larian na Momalto. Mana del Car- rique la s expresio nes del quehacer rilosfi co que no se adecuen a sus
lllr.n Mi11an y Rubcn Bonifaz Nuo. pautas, a sus c no nes. En la escue la, no es v lido deja r ruera, en nom-
bre de la cien cia o de act itudes de capi lla de cualquier signo, a la me-
tafsica, a una metafsica que co mbin e "los mtodos y los resultados
cientficos con las ve rdades de la intuicin". La filosofa no prospe ra
e n el aire enrarecido de las capilla s; la s actitudes seClarias la asfixian ,
la aniquilan .
Ell a requi c re del horizo nte infinito del saber y del vivir, de la ex pe-
rienci a cie ntfi ca y tambin de la metafsica. ~ E s t a co mbina cin es el
mtodo privativo de la filosofa".
En 1906, e n su artcul o de Savia JIIodenw referido a Ploti no, Caso
hab a escrito:
Nosotros, los que dentro del grupo opt imista de los hombres ejerci-
tamos como un culto e l pen sa miento , debemos penetrarnos de que
nuestro pe nsar es uno de los ritmos ms cercanos .1 Dios y por lo
:;S7
mismo nuestra norma in nexible debe ser sacrificar nuestro yo f sico y
moral alnob ilis imo ensue flO: la medita cin, el ascetis!l1o fi losfico.
C;]SO rctoma , asi, 1;] idea cls ica de la filosofa: nada hay ms excc-
lente, ninglln fin es ms va lioso que la reflexin fi losfica, 1;] cll<Il co-
loca a los hombres e n los linderos de lo di\' in o, los asemeja y ace rca a
Dios; paril el, al Dios cri stiano.
El cjercicio filosfico exige una sllerte de herois mo , una vida de ex -
cepc in. Aliado de otro tipo dc hroes, escribe Caso e n 191 7, ~ d e l gue-
rrero, el rey, el vi de nte, el pocta y el dios, debe estar el filsofo co n su
heros mo Sil; geller;s, actilllcl no por sil enciosa me nguada, qu e exp resa
co n rara perfeccin el bello nombre q ue, al dec ir de .J mbli co, in ve nt
Pitigoras: 'ama nte de la sabiduri a'''.
La avelllUra fi losfica ti enc mucho de cxcepcional , pues no bu sca
Construccin del ala de la Facultad que al si mplclll clHe e l x ito, como la mayora de las act i\' idadcs human as;
berga actua lmente las coo rdinacio nes de ell a vale ~ por el es fu erzo desplegado a l mcditar". Pa ra Caso, la recom-
los colegios, 1985. pensa del trabaj o fil osfi co es la reflexin mi sma , pues ni siqui e ra lo
es el reposo, la quietud. "Quien ambicione el quietismo interior de la
mente, la slida estabilidad, el descanso muelle y fcil corruptor del
pensamiento como de la actividad psquica en general, no ha de pre-
ocuparse con el estudio de las cuestiones filosficas'
Con esta concepcin de la filosofa llega Caso a la Escuela de Altos
Estudios. stas son las ideas que ensea en sus cursos de Esttica, pre-
cedida de Nociones de filosofa, y de Introduccin a los estudios filos-
ficos. Se trata del nico profesor del rea de Humanidades y del nico
mexicano, pues durante algn tiempo slo trabajaron en dicha Escue-
la Caso y los profesores Baldwin, Boas y Reiche, quienes colaboraban
en otras secciones.
A l se debe, escribe Samuel Ramos "el resurgimiento de la filosofa
en Mxico, realizado desde sus ctedras en la Escuela de Altos Estudios
[...]". Asimismo, considera que l "representa en la historia intelectual
de Mxico el primer hombre que consagra ntegramente su vida a la
filosofa, arrastrado por autntica vocacin".
En efecto, la dedicacin a la filosofa, por primera vez en la historia
del pas, no persigue nada ajeno al "esfuerzo desplegado al meditar".
Los hroes ya no son nicamente los evangelizadores ni tampoco los
caudillos emanados de la reciente Revolucin de 1910; los filsofos tam-
bin son heroicos en el silencio de su reflexin. No es preciso incursio-
nar en la filosofa como medio para lograr un fin ulterior: la aventura
filosfica justifica, sin adiciones, sin atenuantes, aun el sacrificio, por-
que ella, escribe Caso,
[...J ensea a todos a ser heroicos como los hroes, santos como los
santos, sabios como los sabios, artistas como los artistas, industrio-
sos como los industriosos, puros y limpios de corazn. Acaso nunca se-
pamos qu es la vida. Pero, desde ahora, sabemos que la debemos
exaltar, hasta hacer de cada uno de nosotros un hombre absoluto.
Cuando cada quien reproduzca la grandeza divina de Cristo, la filosofa
ser intil [...J Mientras tanto, parece discreto seguirla practicando.
Fin de viaje
Lzs^ J
Construccin de la nueva biblioteca de la nombre del dios vencedor. La filosofa que arribaba a las lluevas tie-
Facultad de Filosofia v Lwas. rras, cn fo rm a paradjica, coincida con la sabidura de los ~ nalllral c s"
e n su indisoluble v nculo con el pensamiento religioso , slo que de
este lado se encontraba un panten derrotado. Desde que sil i de la
metrpoli hasta el momento en que se da la independencia politici:1 dc
la Nueva Espaiia, la filosofa sigue, fundaJl1entalmelllc, un proyecto
pastoral, que no por ell o, en el fondo y en scntido amplio, deja de se r
poltico. Si n embargo, ya en el quehacer coti diano de la fi losofa, de
manera particular e n la doce ncia , se van gestando acti tudes que carac-
terizarn al proyecto acadmico.
Otro gran momcnto dcl des pli egue de la filosofa lo hemos engloba-
do baj o el rubro de "e l proyecto poltico". 1\ raz de la In dependencia ,
resulta impostergable se ntar la s bases de la nueva na cin propiamcnte
d ich<l, y ello exige una nuev;:1 filosof;:L El impermi vo y<l 110 es la evall-
gcliz<lcin sino la fundac i n de la nueva soc iedad, que ha cortado sus
,Im arra s con la de Uhrall1ilr. Ya no hay ejem plo que seguir, mode lo que
imitar, de suerte qu e es meneste r co nst ruir uno propio. Se requi e re de
Ulll fil osofa ya no de corte rel igioso si no po lili co, pu es las exige ncias
de la hora se orie ntan en esa direcci n. Ms que s;:tl var las conciencias es
preciso fOlja r UJ1l1 nueV;:1 forma de convivencia social. Por ello es in-
dispensable modificar la me ntali dad tradi cional de los ciudadanos e
imbuirles ideas de progreso. Esta es la fu nci n que cumpl irn e l li-
beralismo y el positivismo.
Si bien en ambos eswdios el acento estuvo, a su turno, en la cvange-
liz<lcin y en la poltica, no pucde dec irse, en rigor, que en ellos no
hubiese amicipos de lo que ser;:i 1;:1 fi losofa en el ultimo tramo que
nos hemos propuesto recorrer. En 1<:1 cultura, como en la naturaleziJ , ni
hay sallas ni se da la generacin espont,nea. 'nllllpOCO puede afirmu-
se con verdad que el proyecto acadmico no cOlHe nga elementos pol-
ticos, si n que estO signifique ulla ruptura con la expres i n ms clsica
de la fi losofa, pues esta l1<1ci COIllO poltica, es decir, en medio de la
ciudad. Es cuestin de nfa sis.
COI1 1<1 creJc ion de la Escuela de Altos Estudios se dio el primer
paso , con todiJS las limit<lciones que im pollla una gue rra c ivil, para el
cultivo de un,1 filosofia que, si bien se <Isoma e incluso padece los
aco nteci micnLOs pol ti cos de la Revolucin v que, en ciertos <Ispec-
tos, tambin los expresa, puede pasar so bre ellos y seguir sus propios
cauces. Es cierto que la obra de Caso La existeJlcia como eCO/lOJ/1/{/, co-
I/lO de siJl/crs y COIIIO caridad, entraila una propuesta que se gesta
como ant tesis de la soc iedad e n que vive, pero tambin cabe decir, si n
mentir, que rebasa su ci rcu nstiJ nci a, que es t{1 pensada en trminos
atempora lcs y es v lida para el hombre en ge neral. Ha y ulla reflexin
ajena al aco m ecer diario e ll Los problemas filosficos, La filosofa fran-
cesa cO/llcmporllca, Filsofos y docrrilllfs morales. Vasco nce los, por su
Cimiemos para la nueva biblioteca de la
Fatultad, 23 de julio de 1994.
parte, milit act iva melHe en f<lvo r de la ca usa mad er sta, pero su Hcti-
vidad poltica no se tra sl uce si n ms en Pi/goms, III{/ reorfa del rit/Ho,
Prometeo veJlcedol', Monismo estrico, o sus Estl/dios i/l{lostrillicos, por
mencio nar slo algunos de sus primeros esc ri tos.
Parti cularmente Caso co nsagr su vida al trabajo e n la s <Hil as, a la
e nse anza de la filosofa, y procur, no sie mpre con xi to, co mo se lo
reclamaron algunos de sus di sc pulos, estar al tanto del desarro llo de
esta disc iplina en otros p<l ises, sobre todo en Fran cia. Publi ca un buen
nmero de libros y art cul os acerCll de l<l s dive rsas reas de la riloso-
fa . Su inters por lln<l u otra co rriente no obedece a razon es polt icas;
m s bi e n se vale de alguna para resolve r problemas tericos, netame n-
te filosfi cos. Si bi en es un polemista como, e n su mamen lO, lo fueron
Parra o Vigi l, buena pa rte de su ob ra logra reba sar esta modalidad.
Ade ms, al igua l qu e part icipa en ca ndentes debates acerca de la fun-
dacin de la Universi dad Nacional y, ms ta rde, respecto de su orien ta-
cin ideolgica, ta mbi n e ntabla un a di sc usi n acerca delllcokant isl11o
y fundamenta por qu no se adhiere a la Escue la de Marburgo.
En 1951, Samuel Ramos, en su artculo "La filosofa en la Universi-
dad de Mxico", evalu as la trayectoria acadmica de su maestro:
2C
pas progresista, a partir de la homogeneizacin de la conciencia de
sus ciudadanos; ya no es una pieza ms en el juego siempre inestable
de las fuerzas de la reaccin o del pretendido progreso. La filosofa
ahora, sin negar sus vnculos con su realidad, sin desarraigarse del
suelo que la nutre ni desentenderse de su tiempo, est en condiciones
de seguir su propio proyecto. Puede asomarse libremente, sin coaccio-
nes externas, al mundo cotidiano y al orbe del conocimiento; est en
condiciones, y de hecho lo hace, de intervenir en los asuntos de la ciu-
dad, mas tambin le cabe la posibilidad de seguir sus propios derrote-
ros: tiene la libertad para lo uno o lo otro, lo cual no haba ocurrido
en el pasado.
En su largo peregrinar hasta encontrar un sitio propio, la filosofa
se ha construido el cauce para, si as lo quiere, simple y llanamente
consagrarse a la bsqueda del conocimiento. En su camino ha tenido
que librar numerosas batallas: contra el dogmatismo, contra el magis-
ter dixit que entorpece cuando no paraliza su desarrollo, contra las
actitudes de capilla. Hoy forman parte de nuestro entorno ms fami-
liar el derecho a la discrepancia, la pluralidad de enfoques, la diver-
sidad de posiciones, la libertad de ctedra. Sin embargo, son resultado
del esfuerzo de mltiples generaciones; las de los ltimos tiempos y
las del porvenir son deudoras de los hombres del pasado. Cada una po-
dr encontrar en el largo transitar de la filosofa por estas tierras sus
hroes y sus heraldos; legtimamente ninguna podr aducir en su des-
cargo carecer de arquetipos para proseguir en el empeo.
263
Bibliografa
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265
Semblanzas
de profesores
Ermilo Abreu Gmez
~77
riodos. Director de la Facultad de Arquitectura durante ocho aos y
fundador de sus especialidades, maestra y doctorados; miembro de las
comisiones dictaminadoras del profesorado en varios centros y facul-
tades, y de los comits de becas de la UNAM. Ha dirigido ms de un
centenar de tesis de licenciatura y de posgrado en arquitectura y peda-
goga y ha sido hbil expositor en ms de doscientas conferencias en
universidades y congresos en Mxico y Amrica Latina. Fue miembro
de la Junta de Gobierno de la UNAM siete aos y es, honrosamente, profe-
sor emrito desde 1985.
Siempre dijo ser "maestro improvisado" y, quiz por rutina, lo re-
pite an. Cuando el maestro sabe que nunca termina la formacin
del alumno, sabe tambin que nunca termina la suya propia. Frente al
alumno, cada da, en cada leccin, se improvisa, as la carga docente
sea, ya, superior al medio siglo. Aguirre Crdenas encontr su voca-
cin docente por accidente y ni la vida profesional intensa ni las res-
ponsabilidades pblicas engorrosas ni los altos y exigentes puestos
universitarios han podido hacer que la abandone.
El lunes 11 de abril de 1955, sin mucho proponrselo, se encontr
con la pedagoga. Al iniciarse la primera leccin del Colegio de Peda-
goga, el doctor Roberto Sols Quiroga, en su ctedra de Conocimiento
de la infancia, cuando esperaba encontrarse con jvenes preparatoria-
nos, pregunt, azorado, a cada uno de los intrusos: "[...] siendo, ustedes,
ya maestros por qu estn aqu? [...]". En su turno, Jess Aguirre Cr-
denas contest: "[...] porque quiero ordenar mi experiencia como
maestro improvisado [...]". Hoy, tendra que organizar su experiencia
como encaminador de otros despistados hacia el quehacer de la en-
seanza. Su tesis de maestra, La formacin del maestro universitario,
marc de modo indeleble su vereda por la pedagoga. Su valor humano
como servidor de la Universidad y como gua de sus alumnos es indu-
dable. La pedagoga en la Universidad no naci hurfana, tuvo buenos
maestros; ni huera, tuvo buenos discpulos.
Antonio Alatorre
28 1
Ramn Alcorta
282
Vito Alcssio Robles
Rollerto More/lO de los Arcos
Hombre de esp,lda y de pluma, el ingeniero militar don VilO Alessio
Robles es un caso ejempl;u de hombre que logr aunar la vocacin de
lu cha, tan to la de las armas COIllO de la politi c;:l, con los meneste res del
intelecto. Fue de tan firmes ideales y convicciones en la poltica CO IllO
apa s ionado cultor de la hi sto ria patria, so bre todo en su vert ie nte
regional.
Nacido en Sahillo, Coahuila, en 1879, realiz ah s us estudios en el
Ateneo Fuente ames de tra sladarse a 1<1 c iudad de r-.lxico. En sta se
Vito t\lcssio Robles, 1941. in scribi en el Colegio r-. lilitar de Chapultepec ha sta recibirse de inge-
niero miliwr. Co mo otros estudios registra l m ismo e n su currculo
los de la Esc uela Super ior de Guerra de 1'\uin , Italia, en 1912 y los de
hi slOria en la Uni\'crs idad de Texas en 1929 y 1930. La Univers idad Na-
cional de I\ lx ico le revalid todas las ma lc rias de la escuela militar
co n la equivalencia de ingeniero civil.
Su vida m ilitar y polti ca fue muy acc identada , mmo no poda se r
me nos en el caso dc un militar en ple na Revolu cin mexicana. Duran -
te vei11le ailos ( 191\-1930) tu vo Aless io Robles una vida in me rsa en el
torbellino revol ucionario. En un pr imer mOIllClllO, COIllO teniente co-
ron e l del Ejrcito federal, comba te a los maderi stas. A la salid; de Por-
firio Dial, se in co rpora a colaborar mn Madero: fue jefc del estado ma-
yor del general Gonzlez Sal s; inspector general de pol icia y di recto r
de obras pbl icas del Di st rito Federal. No mbrado po r el mi s mo rgi-
men <1g regado militi:lr en Roma , pudo co nocer los ccmros de cultura
europeos. A su retorno, por no colabo rar con Vic(ori<lno Hu erta rue
hecho preso y despus co mbat i al lado de Felipe Ange les e n la Di vi-
sin de l Norte. Fue sec retario de la COIl\'cl1c in de Aguascaliellles y
gobernador del Di strilO Federal. Di r igi los peridicos El /-Iernldo de
Mexico y El Delllcrnw. Fue diputado por el Di strito Fede ral y senador
po r su estad o. Entre 1924 y 1926 rungi -un poco a la fuerza- como
min istro pl e nipotenciario de 1\lxico en Suecia , lo que le pe rm it i, de
paso por Europa , estudiar e n el Archi vo ele India s y otra s bib li otecas
es paolas. \ su vuelta a r-. lxico a SU ll1e la pres idencia del Partido Ami-
reeleccio ni sta y en 1929 se in corpo ra a la s fila s del sue ilo vasconcclis-
lL Desterrado, se oc up en TexilS del estudio de los temas de 1<1 hi storia
de r-.lxico que le eran ms afines.
1\ partir de 1930, de reg reso l r-.lcx ico, abandon la pol t ica para re-
clu irse en 1<1 vid! intelectual e n la que ciertam en te desco ll . Si se dej a
! parte su enorme tarea pe riodisti c<I , fue autor de lll uchos trabajos hi s-
lori ogMicos ya recog idos en su porcin pr incipal en cinco gruesos vo-
lmenes en fechas recientes. Su primer libro fue una Bibliografa de
Coahuila (1927), editada en la meritsima coleccin de Monografas Bi-
bliogrficas Mexicanas, a cargo de don Genaro Estrada. En 1931 public
su monografa Francisco de Urdiola y el Norte de la Nueva Espaa a la
que sigui, en 1932, una defensa de sus opiniones en el texto Cmo se
ha escrito la historia de Coahuila.
Entre 1932 y 1936 saca a la luz tres libros sobre Acapulco, Saltillo y
Monterrey en la historia y en la leyenda, preciosos textos de divul-
gacin que se leen hoy da todava con harto provecho. Quiz su obra
ms apreciable es la que public en dos partes: Coahuila y Texas en la
poca colonial (1938) y Coahuila y Texas desde la consumacin de la In-
dependencia hasta el Tratado de Paz de Guadalupe Hidalgo. Muchas ms
obras siguieron a stas. Artculos, ensayos, ediciones de fuentes, dan
cuenta de la vocacin de historiador de don Vito. Sus experiencias re-
volucionarias se registran en tres obras: Desfile sangriento (1936), Los
tratados de Bucareli (1937) y Mis andanzas con nuestro Ulises (1938).
La obra de Alessio Robles no poda pasar desapercibida. Invitacio-
nes a conferencias en Mxico y el extranjero, nombramiento en diver-
sas sociedades y academias lo muestran. Quiz la que le dio ms gozo
fue la de miembro de nmero de la Academia Mexicana de la Historia
en el mismo silln que ocup por primera vez Estrada.
De su labor docente mucho se podra decir. Baste saber que en el
ao 1947 el doctor Samuel Ramos, director de la Facultad de Filosofa y
Letras de nuestra Universidad, propuso al rector Salvador Subirn, con
aprobacin del Consejo Tcnico, el nombramiento del ingeniero Ales-
sio Robles como profesor provisional de la materia de Historia de
Mxico; las provincias internas. En esa ctedra sirvi durante diez
aos, hasta su muerte el 11 de junio de 1957.
Por testimonio de su discpulo y sucesor en la Academia de la Histo-
ria, don Jorge Gurra Lacroix, se puede decir que se desempe con la
providad de su rango militar, con la precisin de su carcter de inge-
niero y con la bonhoma de su profunda vocacin de humanista.
La
Ida ti ppcndini Gagasso
fld(:J!a Bcristriiu
Ida Appendini
Mariapia Lamberti
zs
Arturo Arniz y Freg
Alvaro M(l/llle
296
Amancio Bolao e Isla
A I/gelil/a Mil i iz-/-/ IfbenlufI!
o bien:
[... 1en el silencio slo se escuc haba
un susurro de abejas que sonaba.
Z !--J 7
el punto flaco de cada alumno y no vacilaba en decrselo. Por lo que
muchos le teman y se esforzaban por corregirse.
Me cautiv su temperamento de gallego indomable y tom con l
todas las materias que enseaba adems de la fontica: Latn clsico,
Gramtica histrica, el Quijote.
A veces, olvidaba su papel de profesor severo y nos contaba anc-
dotas divertidas de su infancia en Orense: de cmo los nios le haban
puesto el mote de la Vaca a un profesor que pronunciaba la uve como
si fuera labiodental. Para, de inmediato, recuperar su carcter pedag-
gico y explicarnos que ese ejemplo probaba que, en castellano, be y
uve son ambos sonidos bilabiales y que cualquier otra forma de pro-
nunciarlos era signo de afectacin o de ignorancia.
Otras veces se volva nostlgico y era presa de la morria. Nos des-
criba el paisaje gallego y nos recomendaba que leyramos a Rosala
de Castro o a Emilia Pardo Bazn. No s por qu siempre he recordado
el nombre de un monasterio que, para l, era el lugar ms bello del
mundo: Santa Tecla. Recuerdo haberlo apuntado en el cuaderno de cla-
se y haberme prometido que el da que fuera a Espaa visitara ese mo-
nasterio. Promesa que an no he cumplido.
De cada maestro se aprende algo que queda para siempre en la me-
moria. De l hered, ahora me doy cuenta pues nunca antes haba
pensado en ello, no slo el gusto por el sonido de la palabra, sino la
mana de llevar un desgastado maletn de cuero a toda clase o confe-
rencia donde voy.
Para m, el profesor Amancio Bolao signific el amor por la en-
seanza, la firmeza de los principios, la dignidad profesional y la satis-
faccin de saber que la leccin cotidiana haba sido trasmitida. An
veo, por el corredor central de la Facultad, su figura de caminar pausado.
Valquiria Wey
Valquiria Wey
299
Rubn Bon ifaz Nuo
"icellte Quirllrte
Si, como quera AlfollS0 Reyes, la forma de se r gelluinlmeme mexica-
no se logra mediante la posesin de una perspect iva uni versal, en Ru-
bn Bonifaz Nuo con nu ye n la s here ncia s de nuestra cultur<l indgena
y del conoc imi e nto occidental. Su fervor filolgico y la defensa de
nuest ra dignidad lo convierten en un humanista de la estirpe de los
sab ios rena ce ntistas.
Su trabajo de traductor no se ha limiwdo a "cner l nu estro idioma
los trabajos y los di;l s de la cultura grecolatin<l. Poeta sobre todtls las
COS;IS, ha querido mantenerse fiel al ritm o y 1;1 mlsica originales que
animan las co mposic iones de Virgilio, Lucrecio, Propercio, Catulo o
Pindaro. Desde 1960, Bonifaz Nuo imparti en la Facultad de Filoso-
fl a y Letra s el Semi nario de tradu ccin latina , y co n el paso de los aos
ha cont inuado un dob le trabajo de estudio perso nal y de formacin de
estudiosos y traductores, cuyos frutos co ncretos pueden apreciarse en la
Rubn Boniraz NuilO y Vicente Quirartc,
Bibliotheca Scriptorum Graecorulll et RomanorulTI i\lexi clna , animada
1985.
y dirigida por l. El amp lio espectro que cubrcn, la cop ios idad de la s
not<l S y la so lidez de los estudios que acompaan a estas obras, hJ cen
que 1<1 aventura intelectua l de Rubn Bonifaz Nuo no tenga paralel o
en nuestra lengua.
Co nsc ie nte de la trasce ndencia dc nu estro sustralO indgena, Boni-
faz Nuo se ha constituido en derensor de nu estros antepasados y en
detractor de argumentos tradicionalmente impuestos C0l110 definiti-
vos. Sus trabajos sobre el arte autctono lo han llevado a ser uno de los
estudiosos ms finos y originales. En libros como El (Irle del templo
"/{Iyor y EsclIltura azteca ha rendido homcnaje, C0l110 poeta y erudito,
a la lapidaria de los antiguos mexicanos, en textos donde el objeto ver-
bal es paralelo a la pieza acumuladora de energa qu e llega ha sta no-
sotros a lravs del tiempo. Ms polmi co an, en Image/l de Tlloc y
HOlllbres y serpientes ha obligado a reco nsiderar los juicios existentes so-
bre representaciones nhua s y olmecas, respectivamente. A travs de
su Semi nario de estudios para la descoloni z.lcin de Mxico, Bonifi:lz Nu-
o y sus di scp ulos libran un co mbate per ma nente para mira r nuestro
pasado indgena co n ojos libres de prejuicios.
Desde sus primeros libros de poesa, ImgeJles y La I/llIerfe del tl11gel, el
poeta evidenciabtl su s lida fornw cin clsica. A p<lflir de Los demollios
y los d{/s ( 1956 ) -clara a lusin a Los trabajos y los dclS de Hesiodo-
halla su propia voz: la denuncia del hombre que desea co mpanir su
desa mparo particular, que es desa mparo de todos. ESle equilibrio entre
el amor y la cle ra alcanza su cima en Fuego de pobres (196 1), donde
la ci udad es escenario del dia rio co mbate, pero tambicn territorio para
el encuentro y la alianza. Siete de espadas (1966) y El ala del tigre
(1969) conjuntan smbolos del universo nhuatl. En As de oros (1980),
mediante el manejo de voces reales e imaginarias, Bonifaz insiste en
sus temas esenciales: la fundacin de la ciudad, el herosmo del amor,
la permanencia del hombre.
Poeta del amor, Bonifaz Nuo logra un ntimo tono conversacional
en El manto y la corona (1958), y explora el hermtico mundo femeni-
no en La flama en el espejo (1971). La mujer como generadora de vida
es patente en El corazn de la espiral (1983), Pulsera para Luca Mndez
(1988) y Del templo de su cuerpo (1991). Resumen de la concepcin oc-
cidental del amor, en Albur de amor (1987) Bonifaz Nuo alcanza su
tono mayor: clasicismo y popularismo, conversacin cotidiana e idea-
lizacin culterana, los poemas de este libro lo revelan como un maes-
tro de la forma y un conocedor de los pliegues del corazn humano.
Como estudiante, primero de la Facultad de Derecho y ms tarde de
la Facultad de Filosofa y Letras, donde obtuvo el grado de doctor en
Letras Clsicas en 1971, Rubn Bonifaz Nuo supo que pensar para s
es una tarea que exige pensar para los otros. Sus compaeros de es-
cuela recuerdan su prodigiosa capacidad retentiva que lo llevaba a me-
morizar, minutos antes de la clases, tanto los artculos de un cdigo
como las declinaciones latinas. Desde entonces hasta las lecciones que
brinda en el seminario o en la diaria conversacin, Bonifaz ensea
que el conocimiento prodigado hacia los otros, sin alardes ni superio-
ridad, con la conviccin de que la humildad es la forma suprema y
nica del orgullo. Para Rubn Bonifaz Nuo, la irona es una forma
del herosmo; merced a ella, el hombre aprende a rerse de s y, por
tanto, a rerse con el mundo y ser digno de la vida.
Luis Villoro
Emilio Carballido
Ese mismo ao fue distinguido con una beca del Instituto Rockefe-
ller, la que le permiti pasar una temporada en Nueva York. Y, al ao
siguiente, fue becario del Centro Mexicano de Escritores. Tambin en
el ao 1950 estren Carballido su "auto sacramental moderno", La zona
intermedia, con la que obtuvo el segundo lugar en el Festival de la Pri-
mavera de ese ao. Puestos a hablar de los premios que ha obtenido, y
sin pretender ser exhaustivos, diremos que en 1954 gan el primer %pre-
mio de un concurso convocado por el diario El Nacional, con su co-
media La danza que suea la tortuga (estrenada como Palabras cruza-
das); y al ao siguiente, con La hebra de oro, gana el premio nico del
concurso convocado por la UNAM.
Ese mismo ao, 1955, obtendr el primer premio del Festival dra-
mtico del Distrito Federal por su comedia Felicidad, misma que al ser
presentada, en 1957 en el teatro Rdano, lo har acreedor al premio
"Juan Ruiz de Alarcn", en tanto que, en 1962, ganar el premio "Casa
de las Amricas" con su obra Un pequeo da de ira.
Independientemente de los premios, la obra de Emilio Carballido
ocupa, sin duda, un lugar distinguido dentro de la dramaturgia mexi-
cana; obras como El relojero de Crdoba, El da que se soltaron los leones
o Las estatuas de marfil, son de imprescindible conocimiento para
cualquiera que se precie de amar nuestro teatro; sin olvidar sus deli-
ciosas farsas, Te juro Juana que tengo ganas..., despiadada crtica a la
moral sexual preponderante, o Silencio pollos pelones, ya les van a echar
su maz!, en la que se burla de la poltica tradicional mexicana. No
siendo el objeto de estas lneas el enumerar toda la extensa obra de
Carballido, solamente nos queda mencionar entre las ms recientes a
Orinoco y Fotografa en la playa, sin pasar por alto, desde luego, el xi-
to que tuvo en el teatro Coyoacn su Rosa de dos aromas.
Si bien Emilio Carballido es ampliamente conocido por sus obras
largas, no podemos dejar de sealar la gran calidad lograda por l en
sus piezas en un acto, agrupadas bajo el ttulo D. F., en una coleccin
3O7
que ha ido creciendo con los aos, pues si en 1957 el volumen editado
en la Coleccin de Teatro Mexicano inclua solamente nueve obras,
para 1962, al publicarlo la Universidad Veracruzana, contaba ya con
catorce; y para la edicin de Grijalbo, hecha en 1979, eran ya veinti-
sis las piezas en un acto.
Finalmente, y en lo que a teatro se refiere, debemos destacar la inte-
resante labor realizada por l cerca del Laboratorio de Teatro Campesino
de Tabasco, grupo para el que escribi las obras Nahui 011in, Ceremonia
en el templo del tigre y Las flores del recuerdo.
En cuanto a su obra literaria en prosa, queremos mencionar sola-
mente su coleccin de cuentos agrupados en La caja vaca (1962), y su
magnfica novela Las visitaciones del diablo (1965).
Emilio Carballido es egresado de la Facultad de Filosofa y Letras de
la UNAM, Facultad en la cual ha sido maestro, como la ha sido tambin
en la Universidad Veracruzana, y en la Escuela de Teatro del Instituto
Nacional de Bellas Artes; recintos, todos, en donde ha dejado siempre
gratos recuerdos de su generosidad y talento.
Nancy Crdenas
I309
"No es exagerado decir que muri una personalidad de nuestra cul-
tura", escribi Humberto Musacchio en Reforma. Tampoco es exage-
rado decir que en nuestra Facultad Nancy fue una de sus mejores estu-
diantes. Y conviene subrayar que ella s hizo su tesis y se titul, y que
los frutos de su estudio y aprendizaje estn a la vista en tantos diver-
sos textos suyos y en la integridad de sus puestas en escena.
Su participacin en Poesa en voz alta? En el primer programa, sigo
oyndola como la Casilda de la escena inicial en Peribez y la Susana
de Snchez de Badajoz. Durante uno de los ensayos de esta farsa, Juan
Soriano la dibuj amenazada por la lujuria de dos viejos a punto de
violarla (Juan Jos Arreola y Carlos Fernndez). Tambin amparada
por la defensa angelical de Tara Parra y la sentenciosa gravedad de Ro-
senda Monteros. Es un dibujo que Juan me regal. A Nancy, mis ojos
la ven all y as todos los das. En Asesinato en la catedral fue una de las
principales voces del Coro. En 1959 fue ayudante del director para
Las criadas, de Genet. Como ese director fui yo, doy testimonio de
cunto nos ayud en todo y a todos.
Antes, y vuelvo a 1955, me encontr un da dirigiendo Tartufo. Alan
Lewis me haba inducido a encargarme del reparto increble: Nancy,
como Elmira; Luis Reyes de la Maza, como Orgn; Manuel Gonzlez
Casanova, como Tartufo; Lilia Osorio, como Mariana; Juan Garca
Ponce, el Excento. Meses y meses de ensayo, slo cinco representa-
ciones con la escenografa de Fernando Garca Ponce! y en un subte-
rrneo del Paseo de la Reforma. El bautizo teatral de un grupo en el
que Nancy sta vez sera la experta y nosotros los debutantes.
Entre aquella ingenuidad de nuestro Tartufo y de nuestro Gran Dios
Brown, el ttulo de la obra de Irwin Shaw que dirigi Alan Lewis en
1955 se me aparece como una horrorosa, aunque involuntaria profe-
ca: "Enterrar a los muertos".
Pero como el mo es un recuerdo profundamente carioso y no una
oracin fnebre, lo escribo con mi mejor deseo de que el nombre de
Nancy Crdenas siga sonando para todos como suena en mis odos:
"con ventanas y puertas de alegra".
3io
Pedro Carrasco Garrorena
Aurora M. Ocampo
Revelacin
Lo supe de repente
hay otro
y desde entonces duermo
solo a medias
y ya casi no como.
No es posible vivir
con este rostro
que es el mo verdadero
y que an no conozco.
Rosario Castellanos, como todos los seres humanos, tuvo muchas face-
tas. Una fue la poeta, muy buena de cierto; otra, la narradora; una ms
la ensayista, interesada muy especialmente en nuestra literatura, y al
hablar de "nuestra" me refiero a la iberoamericana. Y es esta faceta de
la que se desprende la de Rosario maestra, la que ahora ms me intere-
sa recordar, as como su paso por nuestra Facultad.
Hace unos aos, en una charla a raz de su deceso, algunos de sus ex
alumnos comentbamos que quien no haba tenido a Rosario como
maestra, no la haba conocido realmente. Por qu? Porque tal vez, en
esos momentos, frente a sus alumnos, dando su clase, era como Ro-
sario se expresaba mejor. Se daba toda entera, lo que haca que esper-
ramos siempre con gran ilusin el da y la hora en que nos tocaba al-
guna de sus ctedras. Cada experiencia por la que pasaba en su diario
vivir la saba convertir en enseanza. Para ella, el anlisis de cada libro
que lea, especialmente de narrativa contempornea, era una expe-
31 2
ROSMio Cilswll,1110S e Ignacio Cha\'cz.
riencia vi tal ; experiencia que silba transmitir a sus alumnos, in volu-
cnndose e involucrndonos co n lo expresado en el texto, aprovechando
adem s los retos con que nos c nfrcnt<l da con da la vida para profun-
di zar allll m s en la compren si n de la obra tratada, \ ella le debemos
haber amado y aprcndido a a nalizar la narrativa co ntempornea, es-
peci ;:llm cnte la de nuestra Amr ica. Nos ense a lecr, a ver realmente
tras las linca s escritas lo que quera decirnos el texto. Nun Cl se qued
en la sUJlerri cie, c n Cl!,l sc cumpli con creces lo que algu nos arinnall
de la literatura: que es un arte que nos permite cOllocernos mejor y
ser mi s comprensivos y tolera11lcs co n los dcm s. La literatura es taba
\' iva en Rosa rio. En alguna ocasin coment que slo habia viv ido 10
redactado; la s !etras le represe ntaron la posibi lidad de transformar el
lllulldo y, sin duda, tran sform con sus lccc iones a sus alulllllos. En mi
caso, ulla fui a ntes de seguirl durante va ri os ailos en sus cursos sobre
la Nove la hi spanoamericana contempornea ( me lleg a decir su
alumna de tiempo co mpleto) , y otra despus que se rue co mo emb;:lja-
dora a Israel, hered<indome sus clases. Sus ltimos aflos de Ill aestra -e n
la Facultad de Fil osofa y Letra s de la UNA,\ l - ruero n ta l vez los mejo-
res; su obra haba sido ya reconocida internacionalme nte y gozaba de
una he rm osa madurcz, comprometida por com pleto co n el tiempo que
estabil viv icndo. Sus libros y arti culos en publi caciones peridi cas, su
ctedra y su actuacin C01110 mujer tendieron siempre, co n un gra n hu-
mor, a liquidar aquella s estru ctura s humana s que, por inju sta s, debe-
ran desaparecer.
:~ I :~
No obstante haber sido una solitaria, Rosario fue en sus clases todo
lo contrario: solcita, interesada, amena, chispeante, servicial y de
gran solidaridad con sus alumnos. Hacer y ensear literatura fue para
ella una forma de ubicarse en la realidad, de entablar relacin con los
seres humanos en un esplndido intento de comprensin mutua, la
cual logr a cabalidad dentro del magisterio. Supo ensearnos, espe-
cialmente a nosotros, sus alumnos, que slo abrindonos a lo ms
esencial dentro de nosotros mismos alcanzaramos la libertad y logra-
ramos la plenitud. Qu otra cosa mejor puede ensear un maestro?
Sis
Agustn Ccbado Moncayo
Agustn Cebado fue, quiz, el mejor maestro de ingles que haya tcnido
nunca el DepartamenlO de Letras Inglesas, del que fue profesor de
1969 a 1978. Egresado de la Iicenciatur<l de Lctras Inglcsas dc la Facul-
tad de Filosofa y Letra s, UNA;"I, co n una tesis sobre 1<1 poesa de Keats
(1968), Agust n Cebado hizo lucgo estudios de posgrado cn Inglatcrra,
obteniendo un diploma cn la enscianza del ingles por la Univcrsidad
de Londres ( 1972), y una maestra en Literatura inglesa por la Uni ver-
sidad de Leeds ( 1973).
Dura11le varios aios se encarg de la coordinac in de la especializa-
cin de didctica en la car rera de Letras Inglesas e impart i cursos de
ingles, en distintos ni ve les, as como el curso de Literatura inglesa ro
mntica ( Hi sto ria literaria 11). Era un maestro extraordinario, lleno de
recursos para enseilar la Icngua y de ulla crea ti vidad tal que lograba
Agustm Ccbado l\l oncayo. 1954.
su co metido en mucho menos t ie mpo que otros maestros. Pero, ade-
ms, su labor de promoc in de la carrera fue notable; como ma estro
supo despcrtar vocaciones por la literatura inglesa elllre sus alum nos
de !tI Escuela Nacion al Prepar<ltoria. i\'l uchos de ctlos SO I1 hoy distin-
gui dos maestros e investigadores e n el O:U:.
La ca pacidad de soc iali zac i n y de promoci n, de despertar el erHu,
sia sll10 entre quienes lo rodeaban era ya C\,idente desde qu e eramos
eSlUdiantes de Letra s In glesas, a mediados de los a os sese nta s. Agus
tn form una uSociedad inglesa" en la que rcun i a un gran nlllnero
de los est ud iantes de la C<1r rel"<1: h izo un di recto rio de maestros y aluTll-
nos, promova reu n io nes pna que todos nos conociramos, organiz<1ba
y diriga recitales de poesa en ingles y breves piezas teatra les, evenlOS
que no slo nos d ivertan y nos permitan re rorzar el idioma de mane-
ra tan placentera, sino q ue 110S acercaban y creaban una clara co ncien-
cia de pertenencia al Departamento de Letras Ing lesas. Algo del fuerte
espritu colegiado que re in a e n Letras Modernas se rem ite l aquella
soc iedad de estudiantes de literatura inglesa. Nunca antes de Agustn
la hubo; nun ca des pues. Agust n Cebado muri en 1<1 ciudad de Los
Angeles en septi e mbre de 1985.
Luis Cernuda
Ezequiel A. Chvez
:S I H
versal, seala: "[...1 sera mejor hablar de la conexin universal de cuan-
to existe" y afirma que esta conexin universal "[...] obedece a un Plan
Divino".
Hasta aqu el brevsimo bosquejo sobre su pensar filosfico. El maes-
tro Chvez dedic su vida al estudio y a la educacin; sobre esta ltima
formul importantes sealamientos en relacin al sistema educativo
mexicano.
Brevemente sealo algunos de sus servicios dentro del espacio de la
educacin nacional: fue secretario de Justicia e Instruccin Pblica de
1893 a 1905; subsecretario de Instruccin Pblica y Bellas Artes de 1905
a 1911; director de la Escuela Nacional Preparatoria del 6 de junio de
1920 al 30 de junio de 1921 y del 23 de noviembre al 20 de diciembre
de 1921; director de la Facultad de Altos Estudios (hoy Facultad de Fi-
losofa y Letras), en relacin con la cual tuvo Chvez una posicin de-
cisiva, del 1 de marzo al 30 de noviembre de 1913 y del 1 de julio al 22
de noviembre de 1921. Tambin ocup ese cargo del 19 de diciembre de
1921 al 27 de agosto de 1923.
En el ao 1910 el Consejo de la Universidad Nacional de Mxico le
confiri el grado de doctor honoris causa. Fue rector de la Universidad
Nacional de Mxico en 1914 y en 1924; de 1933 a 1936 fue director ho-
norario del Instituto de Ciencias de la Educacin de la Universidad Na-
cional; fue profesor de la Escuela Nacional Preparatoria, de la Normal
Superior, de la Facultad de Jurisprudencia, de la Escuela de Altos Estu-
dios y, ms tarde, de la Facultad de Filosofa y Letras; a l se debi la
idea de crear los cursos de verano (1918). Imparti tambin cursos en
la Universidad de California (en Los ngeles) y en la de Cincinnati.
Ante la imposibilidad de mencionar, por lo amplia, toda su tarea aca-
dmica y las distinciones recibidas, sealaremos solamente algunas de
ellas: fundador y presidente de la Sociedad Mexicana de Estudios de His-
toria de Mxico y de la Sociedad Mexicana de Filosofa as como de la
Sociedad Mexicana de Estudios de Psicologa; miembro de la Pacific
Geographie Society; miembro de nmero de la Academia Mexicana,
correspondiente de la Real Academia Espaola; miembro honorario de
la Academia Nacional de Ciencia Antonio Alzate; miembro honorario
de la Sociedad Mexicana de Geografa y Estadstica; miembro honora-
rio de la Asociacin Nacional de Abogados de Mxico; miembro ho-
norario del Instituto Britnico de Filosofa; miembro honorario de la
Internacional Phenomenological Society de la Mind Association de
Londres; miembro honorario del Centro de Estudios Filosficos de la
Facultad de Filosofa y Letras de la Universidad Nacional de Mxico;
caballero de la Legin de Honor, y Medalla de Oro de la Universidad
de Viena. Fue proclamado "Maestro de la Juventud Mexicana" el 27 de
septiembre de 1925.
Su obra escrita en relacin con temas de carcter histrico, literario
32O
y psicolgico es muy extensa; por ello mismo citamos las principales
en el campo filosfico: Sntesis de los principios de moral de Spencer.
Mxico 1894; Resumen sinttico del sistema de lgica de Suart Mill.
Pars, 1897; Mi Credo. Mxico, 1931; Dios, el universo y la libertad. Siete
ensayos filosficos. Barcelona, 1935; Esttica y psicologa, 1939, que se
public tambin con el ttulo de Anhelo de infinito y ansia de eternidad.
Mxico, 1942; De dnde venimos y a dnde vamos. Mxico, Edicin de
El Colegio Nacional, 1948.
Queda por mencionar su coleccin de interesantes discursos en
relacin con los problemas poltico educativos en el Mxico de su
tiempo. Citamos, debido a su importancia, solamente: discurso pro-
nunciado con motivo de la muerte de Spencer, Mxico, 1904; discurso
inaugural de la Facultad de Altos Estudios de la Universidad Nacional,
1910; discurso pronunciado en la sesin inaugural del Consejo Universi-
tario, 1910; discurso pronunciado en las sesiones del 9 y el 10 de marzo
de 1912 en la Cmara de Diputados en defensa de la Universidad Na-
cional y de la Facultad de Altos Estudios, Mxico 1912.
1
Ezequiel A. Chvez, De dnde venimos y a dnde vamos.
2
Ibid.
Judith Licea
3261
Clementina Daz y de Ovando
Hctor Gmez
329
1'I Iaria Douglas en UIl Irwww I/wmulo deseo,
de Tenncsssee Williams, 1948.
Invitada por Fe rnando Wagner, estara elltOllces en esta Fa cultad, co-
mo catedrtica, con todo su talento y su generosidad.
Mara Douglas repetin magistralmelHe en 1968 otro de los momen-
tos ~c umbre" del teatro en Mxico con su incorpora cin de Las tellfa-
ciones de Mar{/ EgipGaca ... Gen ial!. .. por ensima vez ...
Nuevamen te el vaco del "n inguneo".
En 1970, a raz del suceso en la ON U, un grupo dc am igos erigidos en
empresa teatra l le ri nde n home naje co n otra puesta en escc lw de Me-
tica, de An houil, y pide ser dirigida por m. Breve temporada.
Nuevamente el vaco del "ni nguneo".
En 1973 inten tan el reest reno de La "iedra, de Xavier Vi ll aur rutia ,
u na vez Ims dirigi da por mi, pero el infinito cansanc io que procura el
"ni ngu neo" la har desisti r de ste (Jitimo propsito, abandonando
e l p royecto que as u mir 13eatriz Agui rrc, alum na di lecta de Xavicr
Villaurrulia.
Mar a Do uglas, en d iciembre de ese ailo, har su mut is final.
: ~ : Hl
Mi marido: Salvador Elizondo
Paulina Lavista
331
cacin del mismo principi o ... 0 del mi smo azar. Leonardo, Poe, Ba ude-
laire, M<lllarm, Valery y Joyce SO I1 sus dolos tutelares inamovibles,
<ldem s de un sinnmero de tr<lnsitor ios, generalmente beisboli st<l s, to-
reros, ca ntantes de pe ra.
Es cOJ1\'ersador autcrata pero ameno, como si desea ra todo el tiem-
po que el a rte de 1<1 co nversa cin todava exi stiera. Aunq ue tien e ap lo-
mo en el estrado y en la c tedra , es absolutamente impractico en las
cosas de la vida cotidiana. In capaz de cambiar o depositar un cheque,
se hace bo las e n el banco a utomti co. \unque es muy perezoso, es en-
rermi za mente puntual y muy cum plido.
Esta no es si no ulla rorma de entender a Salvlldor. 1-lllY muchas. Su
perso nalidad cambia segn desde donde se le vea. En trmin os gene-
rales, yo diria que estar con l es enrre ntarse a un cri tico riguroso y
severo , que ex ige ante todo pen sa mielHo e ideas; e n todo es ,s. No es
rcil ser su mujer; es sumamente difci l, pero es una aventura fa sc i-
nante que yo 11 0 cambiara por IWdll.
Salvador Elizando.
Javier Esquivel
334
vel me detuvo: "so es lo que dice Kelsen, pero cmo lo entiende
usted?'
Confieso no haber comprendido lo que se me preguntaba. Acababa
yo de repetir de memoria lo dicho por Kelsen y, al cotejar el texto, me
convenc que haba producido verbatim las palabras del autor de la teo-
ra pura del derecho. Cmo, entonces, podra haber fallado? Poco a
poco entend lo que se me estaba pidiendo: la idea era poner el pensa-
miento kelseniano en mis propias palabras, relacionar los conceptos
ah vertidos con otros que fuesen relevantes, sacar a la luz sus relacio-
nes lgicas: en pocas palabras, se me peda que ofreciera argumentos y
razones para defender mi propia interpretacin. En sntesis, Esquivel
nos exiga que empezramos a hacer filosofa.
Como maestro, no es difcil convencerse de la profunda huella que
dej en nosotros. Con Esquivel invariablemente se discuta, se inter-
cambiaban opiniones y razones sobre los temas ms diversos, no nece-
sariamente de filosofa. Esquivel exiga que justificramos nuestras
creencias y acciones con argumentos y gustaba sobremanera llevar la
discusin hasta sus ltimas consecuencias. Todo tena cabida menos
una posicin dogmtica.En el contexto de la Facultad de Derecho, esta
actitud en la que se exaltaba la razn resultaba por dems fresca y re-
confortante; en el contexto de nuestras vidas personales, el que Esqui-
vel la adoptara en relacin con su propia vida la hacia particularmente
atractiva, toda vez que la practicaba en forma despiadada y sin mira-
mientos ni reverencias a nada ni nadie. Para Esquivel, al menos en esa
etapa de su vida, el diario quehacer se traduca en una eterna bs-
queda de la Verdad, as, con mayscula. sa era su religin y se su
compromiso.
No quisiera, sin embargo, dar la impresin que Esquivel era una
persona solemne o acartonada. Nada ms lejos de la verdad. Si algo po-
sea Esquivel, en una dosis muy generosa, era un sentido del humor
verdaderamente extraordinario. Me atrevera a decir que nada escapa-
ba a sus ironas y sarcasmo, incluido l mismo. Recuerdo comentar
con l, no hace muchos aos, lo devastador que haban resultado los
temblores de 1985. "Lo que yo hubiera hecho sugiri Esquivel sera
sentarme cmodamente a leer un libro de Aristteles". "Cmo?" re-
pliqu yo. "S, colega, imagnate la vulgaridad del espectculo si los
perros encontraran mi cadver en una posicin que delataba mi terror
al no encontrar las pantuflas para salir corriendo".
Adems de la filosofa, Esquivel no tena otros intereses realmente
fundamentales. Gozaba, naturalmente, de la buena msica y la buena
literatura pero ni la una ni la otra llegaron a ocupar un lugar prepon-
derante en su vida. Cuando dej por completo la filosofa, al menos en
el plano profesional, su inters total se centr en la psicologa, la reli-
gin y la mstica, aunque llev a cabo algunas incursiones serias en el
335
terreno de la ecologa, llegando incluso a escribir un libro con su ami-
go y mentor, Armando Morones, sobre la problemtica de Laguna Ver-
de. En las postrimeras de su vida, Esquivel se atormentaba terrible-
mente por lo ineficaz de su lucha ante la acelerada depredacin de la
flora y fauna de nuestro planeta, las nefastas consecuencias en la capa
de ozono y las posibilidades de un holocausto nuclear. Todo ello contri-
buy, sensiblemente, a una gran frustracin que devino con el tiempo
en cierta amargura de su carcter que le resultaba difcil de esconder en
sus ltimos aos.
Durante toda su vida, Esquivel abrig un gran culto por la persona-
lidad de "los grandes hombres". Un recuento de quienes integraban,
desde su perspectiva, esta lista, nos dara el trazo de lo que fue su vida,
los cambios que sufri en su vocacin y en su estructura psicolgica
profunda: los clsicos de la filosofa pero, fundamentalmente, Platn,
Kant, Russell y Wittgenstein fueron algunos puntos de referencia ine-
vitables en su vida profesional como filsofo. Aunque nunca los elimi-
n por completo, otras figuras se incorporaron a la lista y tuvieron en
l una influencia notable, sobre todo a partir de que decidi, de nuevo,
vivir en Alemania, animado por sus exploraciones en la psicologa, la
religin y la mstica. stas son: Scrates, Jesucristo, Buda, san Juan de
la Cruz, Bagwan, Krishna Murti, Freud, Jung y Janov.
Puedo decir, sin temor a equivocarme, que la actitud de Javier Es-
quivel ante la vida fue siempre una actitud religiosa. Tuve permanente-
mente la impresin que Esquivel cargaba con un sentimiento de culpa
mayor al comn de los mortales. Se senta muy cerca de Wittgenstein
cuando, a la pregunta de Russell sobre si se encontraba pensando en los
problemas de la lgica o en sus pecados, Wittgenstein contest, con la
intensidad que le era caracterstica, que en ambas cosas. Esquivel tam-
bin, a su nivel y a su manera, siempre pensaba en sus pecados.
Esto fue lo que, en mi opinin, lo llev de una manera un tanto na-
tural a acercarse a la religin y la mstica. El mvil para incursionar
en la psicologa no lo constitua un afn terico sino, ms bien, el in-
tenso deseo de someterse a una exploracin que lo condujera a descu-
brir los ms ntimos y dolorosos resortes de su conducta. Durante
sus ltimos aos, Javier Esquivel se embarc en este solitario camino,
hasta que la muerte lo sorprendi en 1992. Deja una hija, Leonora Es-
quivel Fras.
A lo largo de su vida, Javier Esquivel logr granjearse el respeto y el
cario de mucha gente. Sus amigas y amigos coincidimos en pensar
que la vida de Esquivel fue una vida rica, entregada con gran valor a la
causa de sus ideales, aunque stos sufrieron cambios radicales en el ca-
mino. Con todo, su vida fue una vida plena y, sobre todo, una vida ho-
nesta. A pesar de no coincidir con l en todo momento sobre cul es la
vida que vale la pena vivirse, no tengo duda que su temprana muerte
336
nos corta de tajo la oportun idad, a quienes ruimos sus amigos, de apren-
de r J11\ S de nosotros mi smos; de conocernos mej or al ver renejadas
nuestra s vida s en la co ncien cia de un homb re qu e su po viv ir inten sa-
mente con va lor y honesti dad.
Alberto de Ezcurdia
340
DOll ~ Ianucl Toussaint encOlllr en aque l joven dibujll1tc cualida
des inte lectua les Illuy ri cas y fue quien lo iltraj o dec ididament e al
campo de la hisloria del <trie, que seria en el que alcanzarcl su mayor
rca lizil ci n. Desde 1911 \' iaj y dibuj COll don Manuel para su libro
sobrc 1hxco. Col abor con l en diversos trilbajos, C01110 los Pla/1os de
/a ciudad de \lxico ( 1938) o cl estudio sobre la dClTuidil iglesia de S,1Il'
la Brgi cla , y ta mbi n por la influen cia de Tou ssai nt realizara la part e
ca pital dc los ca t,l ogos de monumentos de lIid ,ll go y Yucatiln (a part ir
de 1941), e iniciara si mil a r tarea paril otros estados, cuyos cwHogos
nunca fueron publicados. Asimismo, por l ingres al rec in func1Hdo
Laboratorio de Arte de la Universi dad ( 1933), despu s Institu to de In-
\'csl igacio nc s Estticas. En una carta personal de Tou ssailH a Diego
\ngul o (e l gran histori,ldor de arte, director e nton ces del Labo ratorio
de Se"ill':l) le c0 l11uni c:1 co n e ntu siasmo la adqui sicin de esejo\'en de
quien hace gr,lI1c1es elogios.
En 1934 Toussaint deja la ctcdra de Arte mexicano, fundada por l
e n la ra cult,ld de Fil oso na y Lctras de la Universidad; sta se divide en
la de Art e colo nial , que OCUp;:1 Fran cisco de la ~ laZI , y la de t\ne mo-
derno en ~ I xico, que funda Just ino Fe rnndez. La prese nc ia tanto e n
la Fa culwd como en cJ In slituto herma na estas elos graneles figuras de la
cultura mcxicana en un a amistad entraable. De la \ Iaza recordilba ha
ber co nocido el don Ju still o hd cia 1931, e n su caSd ele Santa \l,lra la Ri
\'era, donde viva con su madre, ya rodeado de libros, y e n su sexag
Ed nm ndo ()'(iornliln. Juan Anton io Ortrga si ma ani versario le augu raba, "segun el orcu lo de DcJfos", ochenta y
\" \ tcdIlM, FrlHisC() dr 1,1 \!'lZiI \. Justino ocho o, bien, cicn to ocho ai'los de vi da. No fue lS. Don Justino muri
Ft'ftMndrl cJ 12 de diciembre de 1972, sin haber alcanzado los setcn ta aftas: el
c,in ccr se e nsc r; orca en cucdqui er momemo. \ lescs a m es hahia pro
nun ci ado, co n Id VO' c l1lrcco rlildil , la oraci n fnebre l Francisco de
la \ Iaza.
El me ntor y e ncami nador de Just ino Fernndez en la hi stori a dcJ
a rte fue ~Ianue l Toussailll, pero tu\'o muchas otras inOuencias benefi
cas, tamo del lado de la historia co mo de la filosofil. Con Edmundo
O'Garmall com parti ambos in tereses, e in cl uso el li terar io . En los
I);OS treintas for ma ron la edi tor ial t\Jcancia, ubicada e n la ca ll e de
Pescaditos ( mu y cerCil de la sede aClll a[ de la \cde ll1ia de la Histo ri a,
de la qu e lmbos habr,lIl de ser mi em bros elc nmcro), dond e se for-
maban y ti rabcl n ,1 mano ejcmplarcs que ahora 50 11 una gr<l n ra reza, y
donde \' ieron Id luz autores co mo Gil rccl Larca, Porfiri o Barba JHcob,
Gc ra rdo Di ego, Xavier Vil1aulTulia, Salvado r Novo o Re nato Leduc. Era
cJ tiempo e n quc a mbos estaban est ructu rando su propio pe ns,lIni en-
to, que dejara honda hucJla e n 1,1 cult u ra mexicana . Antonio Caso y
S,lmu el Ramos cstin e ntre los prim eros fi lso fo s que innu\'cron su
pensamic nto; despus \'c nclria n los espaoles e m ig rados por la Gue rra
c ivil: Eduardo Nicol, pero, sobre todo, .l os Gaos.
~.I 1
Justino Fernndez y O'Gorman ya haban estudiado, como muchos
mexicanos contemporneos suyos, la obra de Ortega y Gasset. La pre-
sencia de Gaos los reafirm en esta inclinacin y les hizo conocer el
pensamiento personal del filsofo emigrado; a travs de l y junto con
l se adentraron en Heidegger y en un amplio espectro de filsofos. El
trato acadmico se convirti en amistad cordial y yo todava recuerdo
cuando los tres se esperaban mutuamente, una vez a la semana, a la sa-
lida de la Facultad, ya en Ciudad Universitaria, para irse a cenar juntos;
cenas de las que a veces salan cosas como La cena de los aforismos.
Justino Fernndez se inici cerca de Zbussaint, pero su inters aun-
que siempre abierto a todos los mbitos del arte y del arte mexicano,
declinara ms hacia lo que l llamaba arte moderno y contempor-
neo. Ya en 1937 publica su Arte moderno en Mxico; en 1942 aparece
Jos Clemente Orozco. Forma e idea, que es el primer gran estudio sobre
el artista y tiende las principales lneas de lectura de su obra. En 1952
la Universidad publica Arte moderno y contemporneo de Mxico, parte
de la triloga sobre el arte mexicano que estableci el Instituto de In-
vestigaciones Estticas como programa: tres obras capitales de Salva-
dor Toscano, Manuel 'Ibussaint y Justino Fernndez, que han dejado
una marca fundamental en la cultura mexicana. Fueron, en ms de un
sentido, obras fundadoras que recogieron la investigacin primaria de
esos investigadores sobre los tres periodos de nuestro arte, incorpora-
ron trabajos anteriores suyos, utilizaron casi todo lo valioso hasta
entonces publicado y, sobre todo, establecieron las lneas bsicas de
interpretacin de los fenmenos y propusieron sus personales visio-
nes. Ha corrido desde entonces mucha agua bajo el puente; la inves-
tigacin primaria se ha multiplicado en forma notable y se han mani-
festado nuevas posiciones de lectura de los fenmenos artsticos, pero
estas tres obras permanecen sobre todo las de Toussaint y Fernn-
dez como clsicos y puntos de referencia obligados.
Ep El arte moderno y contemporneo en Mxico, Fernndez dio su
primer planteamiento amplio de nuestro arte, desde los albores del si-
glo xix hasta el momento en que la obra fue publicada. Ninguna obra
anterior de conjunto tiene su riqueza de informacin ni una estructu-
racin tan plena del desarrollo de la cultura mexicana a travs de sus
manifestaciones artsticas.
En cierta medida, la culminacin de la obra de Justino Fernndez,
desde el punto de vista de la historia del arte y de la teora del arte, es
la triloga Esttica del arte mexicano, que comprende Coatlicue, de
1954, sobre el arte prehispnico y centrada en la formidable escultura
mexica que representa tal diosa, El retablo de los Reyes (1959), sobre
arte novohispano y esa obra cumbre de nuestro barroco, y El hombre
(1962), sobre el arte "moderno" es decir, para l, el del siglo xix y
el contemporneo del siglo xx, en el que la obra paradigmtica a exa-
34L
minar es El hombre en llamas, pintado por Jos Clemente Orozco en la
cpula del Hospicio Cabaas en Guadalajara. En el discurso de las tres
obras, pero principalmente en la introduccin de Coatlicue, Fernndez
presenta ya perfectamente armado su sistema de teora: el desarrollo
de la idea de que no hay ms esttica que la historia de las ideas estti-
cas sobre los objetos artsticos, la concepcin historicista de examinar
los periodos de nuestra historia artstica a travs de los testimonios so-
bre ellos (lo que muchos aos ms tarde sera llamado por franceses
y alemanes "la fortuna crtica"), y los diversos procesos de acerca-
miento al objeto, hasta la bsqueda de una comprensin total, aunque,
sin embargo, relativa al tiempo y la persona que la lleva a cabo.
No por su dedicacin al arte contemporneo Fernndez dej de
transitar otros caminos. No hay casi aspecto de nuestro arte que no ha-
ya tocado, de lo prehispnico a lo ltimo, y ejerci la crtica de arte.
Tambin se adentr en el arte del mundo; Prometeo es el primer gran
texto latinoamericano y sigue siendo uno de los ms slidos sobre
el arte contemporneo del mundo, en el que incluye a Orozco y Diego
Rivera; Miguel ngel, de su alma, es una reflexin importante sobre el
artista y su poesa, traducida por l del italiano. Y desde luego la pie-
dra angular de las interpretaciones sobre Orozco, as nos revelemos en
contra, siguen siendo las lecturas primigenias de don Justino. "Todo
gran crtico necesita de un gran artista", deca, refirindose a la rela-
cin Baudelaire-Delacroix o Ruskin-Turner. "Todo gran artista necesita
de un gran crtico" he escrito yo, refirindome a la relacin Orozco-
Fernndez.
Bebi, como le dira en el discurso joco-serio en sus sesenta aos
Francisco de la Maza, el agua de las academias: la de la Historia, la de la
Lengua, la de Artes; recibi merecidos reconocimientos y distinciones,
incluido el Premio Nacional, y sin embargo, por razones inexplica-
bles, El Colegio Nacional nunca se benefici con su presencia.
Trabajador incansable, lo ltimo suyo fue un texto sobre Pedro Co-
ronel, dictado ya desde la cama del Hospital Francs a Luz Gorrez
(Lucha, que en paz descanse tambin), su secretaria de toda la vida y
secretaria del Instituto de Estticas, muy poco antes del da de Guada-
lupe de 1972.
343
Sergio Fernndez
Gonzalo Celorio
344
s<'rgio Fcrn,indcz
Su vcncrlcin por el Quijote 110 es gratuita. Quien as co nrund e la vida
con la literalUr,l, acaba por co nfundir, tambien, la lengua hablada con
la lengua escrita. Sergio Fcnulndez es, e nton ces y adems, un escritor
oral, si cabe el termino, y seria injusto hablar de su obra sin incluir es-
ta veta de su produccin.
De una COll\'erSilci n, de una clase, de unil opinin, de un chi sme,
de un comcnta ri o tl un cuadro, a un disco, a un li bro, iI una comida, a
un vino, l un edifi cio, Sergio Fernindez teje un texto literario. Su
capac idad de sorpre nderse, como un nii'io, por la vida y por la paltlbra
que la contiene, hace de la hipe rbole uno de sus recursos ms insisten-
tes. S lo asi pued e expresar su admiracin. 'Ib do paril el es el tope: el
tope del buen gusto, de la belleza, de la perve rsidad; todo es maravi ll o-
so, rascinante, prodigioso, se nsacio nal , pa ra emp lear sus ms caros ad-
jetivos. Slo l emple,1 de ViVil voz. los trminos que ms qu e de este si-
glo de alpaca se antojan de los de Oro. Nad ie sino el llama piscolf/bis l
los bocadillos o plll/lIitlcrlllos a los elerames, sin petulanc ia, sino con
cxtrail se nsualidad co loquial: prefie re, por eje mplo, COJ1!!idm' que ill-
viwr, meriellda que ce/w, ya llCIIgO que adis.
De sus palabras so bresa le n, a rca icos y hermosos, elegantes y GUi-
dos, sus refran es)' sus locuciones adverbiales, que, de no estar p resen
tes en su voz, slo yace riall en diccionarios de autor idades e ilustres
refrneros; (fIIC!r(l es Castilla, miel sobre IlOjllelas, limpio de Jlolvo y mja,
IIlIlUliis ""I/nlldis, a U/lelapllllllfl, a la C/ifff C({lwlllo. Cuenll la leyenda
cmo Sergio Fernndcz, mal gramitico, tuvo a bien transformar una lo-
cucin adverbial en un co mplemento indi recto: hace algunos aos,
unas seoritas s us alumnas le preguntaron en cla se por una fec ha o
po r un nombre que l ya haba proporcionldo. Encendido por la dis-
trclcc in y por la banalidad esco lar de semejan tes pregulHa s que le
interrumpieron las inspiraciones, respondi con toda cortesa: "Pe rd-
nenme, seiio rita s, pero yo no doy mi clase a tontas y a locas".
Para term in:n esta apretadisima scmb!lllza , quiero decir que Se rgio
Fernindez es, linte lOdo, un esplndido leclOr, de la vida y de la obra
de la " ida. Lee todo cuanto pa s" por su percepcin, co n los ojos abier-
tas como platos, sie mpre sorprendido y con todos los poros de la piel
pernlclIbles a la lite rawra de la vida. \' SlI es su e nse an za llli S gene-
rosa. Slo quien ama co n penosa lujuria l la vida y l la literatura es
ca paz de prodigar su confusi n. De aprender algo de Serg io Fernin-
dez, es imposible leer un texto co mo lelra muerta; es imposible, tam-
bi n, andar por la vida sin leerla. Como don Quijote a S:lIl cho, Serg io
Fernndez nos ha hecho ver gigantes donde s lo ve<ll11os mo linos de
vienlo.
Dl/rdic(I Sgow
Alaide Foppa
Annunziata Rossi
\! flrial1l1( \Iollwlto
~larianna Frenk-Westheim
~ I-I ace r la histo ria del pen samiento mexicano en los siglos XV I y X\'1I es
segui r paso a paso las drarn;:tica s peripec ias del encuentro ent re dos
l11 undos [... [ Cua ndo se ponen freme a frente los dos tienen tra s si un
pasado y en el una ob ra cu ltu ra l [... [ Por su misma hete rogeneidad, el
choque era inevitable [... [".1 Escriba esto e l pa dre Jos Maria Gallegos
Roca fu 11 en un o de los textos conmemo rativos del IV ce ntenario de
nuestra Un iversidad.
El 19 de mayo de 1954, el li ce nciado Sa lvado r Azuela, entonces direc-
tor de la Facultad de Fi losofi" y Letras, escribe a l doctor Jase Ga ll egos
Jos Maria Gallegos Rocafull. Rocafull para com un ica rl e que, debido ulla propuesta suya, ha sido
desig nado por el rector de la Un ivers idad co mo profesor extraordina-
rio de 1" Facultad:! pa ra iniciar su cu rso sobre Filosofa de la hi storia a
partir del segu ndo se mestre, que lw b a de in iciarse el 26 de julio de
ese alo: "Sie n to mu cho que por el cambio a la Ci udad Uni vers itaria y
los problema s de aco moda m iento no se haya podido in iciar su cu rso
l... [ desde el pri mer se mestre". ]
En j uli o de 1962 1 el doctor Gallegos ocupa una plaza de nueva crea-
ci n para impartir el Sem in ario de fi losofa tomista. El 25 dejunio de
1963, en el saln 204, a las 16:00 horas, deba celebrarse el examen de
acreditacin para quienes seguamos su Seminario de historia de la fi-
losofa medieval. El 6 de junio, en la Universidad de Guadalajara, al
terminar una clase y antes de ir a otra, falleci el doctor Jos Mara
Gallegos Rocafull.
Doctorado por la Universidad de Madrid en 1935, cannigo lectoral
de la catedral de Granada, haba estudiado en Italia, Francia y Blgica;
premio extraordinario en su examen doctoral y profesor de Filosofa
general e Historia de la filosofa en la propia Universidad de Madrid,
con doce obras publicadas aparte de las introducciones y notas para
las ediciones de san Juan de la Cruz y de Sneca,
z 5
ropea vivida en carne propia: Guerra de Espaa, Guerra Mundial, Gue-
rra fra, y un conocimiento de la historia de Mxico y una compren-
sin de la misma an hoy actual en muchos puntos despus de treinta
aos.
Su preocupacin fundamental, la interpretacin, las limitaciones
de la comprensin y la bsqueda en ella de vigencia y racionalidad,
sin ahogar la libertad: 'Ver a Santo Toms como un pensador compro-
metido, l cree en la funcin de la universidad, su compromiso es con
la verdad, su mensaje an tiene valor, un pensamiento vivo [...] pero
hay que liberar a Santo Toms de los tomistas [ 1" 9
1
Jos Mara Gallegos Rocafull, El pensamiento mexicano en los siglos xvi y xvii.
Mxico, Ediciones del iv Centenario de la Universidad de Mxico.
2
Artculo 63 del Estatuto General de la UNAM, 1945 (vigente en esa fecha): "[...]
son profesores extraordinarios aquellos que, teniendo carcter de profesores o inves-
tigadores en otras universidades, nacionales o extranjeras, son designados por el
Rector en atencin a sus mritos relevantes'.
3
El documento se encuentra en el Archivo de la Facultad de Filosofa y Letras,
Universidad Nacional Autnoma de Mxico.
4
Felipe Pardinas, "Para el Dr. Gallegos Rocafull termin ya el exilio". (Nota pe-
riodstica en su fallecimiento.)
5
Alberto de Ezcurdia, "Homenaje de la Facultad de Filosofa y Letras al Dr. Jos
Mara Gallegos Rocafull", 28 de agosto de 1963.
6
Jaime Garca Terrs, en Ibid.
7
Ramn Xirau, en Ibid.
8
Ricardo Guerra, en Ibid.
9
Palabras de Jos Mara Gallegos Rocafull, recogidas en los apuntes de clase co-
rrespondientes al ltimo semestre del seminario sobre santo Toms (Jos Ignacio
Palencia).
Fernando Salmern
35 5
esta Universi dad estuvo encargado del curso de Filosofa y did ctica
de las cie ncias humana s, adems de la direcci n del aiio preparatori o de
la Facultad de Filosofa y Letras ha sta 1936, en que pas a dese mpeilar la
Rectora de la Unive rsi dad. Co n esa calidad ll eg todava a Mxico , in-
vitado por el gobiern o del general Lzaro C rdena s, pa ra parti cipar en
la organizac i n de la Casa de Espaiia e n J\'lxico, de la que fue mi e mbro
fundador y a la que permanec i ligado ha sta su nombramiento co mo
profesor de Tiempo co mpl eto de ll U:'\,\\I -cuando la Casa llevaba ya el
no mbre de El Co leg io de Mexi co.
La rel<lcin co n la Casa de Espaa no le impidi a Gaos dese mpe-
ar tareas docentes regulares - de hec ho, 10 hizo por un cierto tiem-
po- en otra s in st ituciones de la ciUCltlC! de Mx ico. Pero la s cumplidas
e n 1;] Facultad de Fil osona y Letra s de la UN,\\\ te nan un ca rcter espe-
cial, co mo part e de sus compromisos con la propia Casa de Espaa;
por eso fue siempre claro que su mayo r esfuerzo como maestro estuvo
co nsagra do a la UN,HI, quien as 10 rcco noci e n 1953 a l ha ce rl o profe-
sor emrito. Desde el in icio de los cursos de 1939, Gaos ense sin in-
Jose Gaus, 1955.
terrupcin en la Facultad, ha sta te rmin ar el primer se mestre de 1966
-tres aos antes de su muertc-, en qu e renun ci a ca usa del con fli cto
uni versita rio de ese a ilo. Un a re nun cia a la que nun ca dio trlmite la
Facultad por ve ni r de un profesor e mrito. Haba si do profeso r ex tra-
ordinario ha sta 1957 e n que fue nombrado ordinario, pero se in corpo-
r al profesorado de ca rrera, con ti e mpo completo, el ao 1953. En
esta fecha se tra sl<ld ta mb in de El Co legio de Mxico 11 la Fa cultad el
Se minario para el estudio del pensamiento en los pa ses de lengua es-
paiiol a, que siem pre estu vo bajo la direcc in de Gaos, en el que se ela-
boraron , como tesis de gmdo , ulla ve intena de libros, la mayor parte
de los cuales fueron deci sivos en la investigacin de sus respect iva s
materia s. Pe ro aparte de este se min ario, Caos dict otros de lectura de
textos, de los cuales resultaron tambin tes is de grado y publicac io nes
di versas de los asistentes. A partir de 1939, sin que esto ca mbiara con
la naturaleza de los nombnlmientos, dict siempre dos cursos en fo r-
ma simultnea -o Ull curso y un se minario de textos clsicos, cuando
algun o de los cursos no estaba acompaiiado de su propio scminario de
pr ct icas. Nun ca dej de redactar ntegrame nte sus lecc iones y s lo en
ocas ion es excepcio nal es repiti pa rtes de a lguna de ella s -a unqu e el
reg istro aca d mico de los cursos anullciara la mi sma materia.
Imposible dar cue nt<l en esta nota de todos los cursos ofreci dos por
Gaos en la Facultad. S lo se se fialan cin co a manera de eje mplo , elegi-
dos ya por su inOuencia en el trabajo de a lgun os de sus di sc pulos, ya
por su peso en las orientaciones de la filosofa en Mxi co dura nte las
tres dcada s de la presencia de Caos e n las aula s, o por su notorio lu-
glf en la definitiv exposicin sistemtica que hizo de su propio pen sa-
m iento. El prim ero es el curso de Hi sto ria de la filosofa , ini ciado en
1939 con el estudio de los presocrticos, y prolongado casi sin inte-
rrupcin a lo largo de todos los semestres acadmicos hasta 1954; un
curso que vino a culminar con la lectura pormenorizada de La ciencia
de la lgica, de Hegel, que por s misma requiri ocho semestres. En
segundo lugar, el curso dedicado a la explicacin de El ser y el tiempo,
comenzado en 1942 y seguido sin interrupcin hasta 1947. En tercer
lugar, los dos cursos sistemticos: el de Metafsica, ledo a lo largo de
1960 y publicado despus con el ttulo De la filosofa, y el de Antro-
pologa filosfica, ledo en los dos semestres de 1962, y publicado ps-
tumamente como Del hombre. En ltimo trmino, el Seminario de
filosofa moderna, dedicado slo a profesores de la Facultad, cuya se-
sin pblica de 1959 dedicada al centenario de Husserl descubri el
nuevo giro de las orientaciones filosficas que iniciaban entre noso-
tros su vigencia.
Ricardo Horneffer
Raquel SenIl'
Jua n Ga rda Po nce, na rrado r, dra maw rgo, ensayista, cr tico de pintura,
aUlO r de m s de treinta lib ros y Premio Nac io na l de Li tera tura, ha sido
ta mbin profesor de nuestra Fa cultad. Su actividad doce nte no se exten-
di por mu cho t iempo, pero ste ba st, sin embargo, para deja r huella
decis iva e ntre sus estud ia ntes - algun os de ellos, C0 l110 I-I ernn Lil ra,
Cr ist ina Moreno y Raqu el Se nlr, profesores Y;:I de nu estra uni ve rsidad.
Garca Pon ce ha sido siem prc un profesor exclllrico. Su estud io de
la literatura no es el de a lguien aje no a c lla , que la mirc C0 l110 una rea-
lidad co mpl eta me nte objeti va ble; es wdia rla es un a l11,lnera m s de
Juan Garca POllce y Juan Vicente Melo. ha ce rla , de cumplir con la idea de qu e la literatura no es un ofic io
sino un modo de vida, aqul justamente e n el que sta alcan z.a su pl e-
n itu d. Dar cl ases siem pre ha sido para l una de las for m<l s de lI evHr a
ca bo su obses in permanente: la literatura. Si sus es tudi a ntes de en -
to nces co mpartan esta obses in e ran bien veni dos, de otro modo , su-
t ilm ente, los aleja ba con su iro nia. Estudi<lr lite ratura es para l lee rla,
y ha ce rlo co n UI1 inm e nso res peto al texto y a su ritmo, de ma nera
dcwlJHda , meticulosa. Equ i\'a le a int roduci rse mediante la Icctura en
las di stintas co nstelaciones de te ma s y de autores que co mponen su
uni ve rso imagi nari o. Co mo lo dijo e n algun o de sus cursos: "Yo no
escojo a los autores, los autores me escogen a mi". Se refera a autores
co mo Robert Mus il o Thomas r\'lann , qu e no iJbandonan Hl lecto r una
: Sh I
vez hecha la primera lectura, que lo invitan a volver una y otra vez a
ellos sin perder jams su capacidad de sorprender. Una de las vas de
esta maravillosa tenacidad de Garca Ponce ha sido justamente la que
abri al mundo cultural mexicano dominado por su afinidad a las
letras francesas el acceso a la apreciacin de la literatura alemana
contempornea.
Juan Garca Ponce pertenece a una generacin que se caracteriz
desde los aos sesentas por un afn de ruptura con toda una forma
ideolgica de concebir tanto a la cultura como a la historia nacionales.
Me refiero a Salvador Elizondo, Sergio Pitol, Juan Vicente Melo, Hu-
berto Batis y Juan Jos Gurrola, entre otros.
El talento de Juan Garca Ponce es sin duda extraordinario, pero no
lo es menos la fidelidad de sus ideas. Nunca le ha interesado otro po-
der que el no poder de la palabra. Para l como lo dijo l mismo en su
temprana autobiografa, el destino de un autor "no se encuentra ms
que en esa voluntaria sumisin al poder de la forma y la palabra". En
este sentido, Garca Ponce nos ha enseado tanto en las aulas de esta
Facultad como fuera de ellas; lo ha hecho con su ejemplo, con esa ge-
nerosidad intelectual, tan suya, y tambin y muy especialmente
con su corrosivo sentido del humor que slo se detiene ante la vera-
cidad del deseo y la belleza.
1
Alfonso Garca Ruiz y Wigberto Jimnez Moreno, Historia de Mxico, una snte-
sis. Mxico, INAH, 1962.
2
Alfonso Garca Ruiz, Ideario de Hidalgo. 2a. ed. Mxico, CONACULTA /Direccin
General de Publicaciones, 1993.
364
ngel Mara Garibay Kintana
Miguel Lel/-Portill{/
Margarita Quijano
,,",acedes C(tl"Z I1
En el prl ogo a su libro Cetdos Alar,\': OIlIologa y revoluciH, escrito il
mediados de los dios setcnl<lS, .Ju an se prese nta a s mi s mo C0 l110 pro-
du cto de un a gencracin y confiesa que su te.xto no es creac i n de u n
in d ividuo singul a r, si no de un a individualidad socia l qu e se e.x presa a
travs de una "c p oca~ -si nguldl'idad que CS, a su vez, co nsec ucnc ia de
un aco nt ece r espec fico que, en el caso de Jua n , no podra en tend erse
ms que a partir de situacioncs histricas co ncretas, COIllO puede n scr
el exi lio espliiol cn ~lexico, Id Revoluci n cuban a o el movimiento fe-
rrocarrilero de los anos cincuentas en ~ I xico. Pasado y preselllc que
lo llevan a una militancia poltica que despierta la inquietud terica
por compre nder las posibilidades de lransformar al mundo y cambiar
la vida.
E: ntend iendo que el presente cs el resultado momcn tlnco de un lar-
go proceso, y encontfi:lndo c n los libros y cn la cultura la orientacin
practica e ideolgica quc co nform a al PCllsullicnto, Ju an sc cnfrcnt,
desde su soled,1(1 ma s profunda , I los problemas tc ri cos y pr,icti cos dc
su momento, intcll ta ndo resolvcrlos y darlc una direccin positiva a
10 comprendido pard llevar ] cabo una accin lfilllsform<ldora.
A partir ele 1<1 renexill en torno iI la s filosofas de ~ I arx y Ileideggcr,
as C01110 de Sartre, Freud y Nietzsc he, autores crticos y polmicos, no
pocas veces reidos clH re s, Juan intent encontrar el e n trecruzI-
mi e nla terico de estas c n el nivc l mas abst racto de la filo sofa , pa ril
in cidir en la pr,ctica politica y ell cl compromiso co tidiano con la vi-
da , most rando as la necesi dad de una actuacin que modificara li
existenc ia cOlidianil para qu e la realidad se expus iera a la luz del sol,
Juan Garzn Bates. 1983.
ha ciendo surgir de esta una excitati \'il t ica creadora.
Fi gura cr tic,1 y pol c mi ca l mi s mo, .Juan aparece sic mpre e n mi
mcmoria junto co n los recuerdos dc una in fanc ia quc empieza a cono-
cer la rebeld a ,] trJvs ele los num erosos cnfrclHl mi elllos que sostu\'O
co n la autoridad familiar, ya sea por que rer est udi ar rilosofl o po r in-
sistir en unirse a la s campai'lls a1fIi)ct izado ras en el primer pa s socia-
li sta de Amri ca. Rebelda que se tran srigur;: en un pen sa miento que
pretende disolver resultados fijo s o cualqui er con signa hecha dogma.
Co mo maestro, .Juan Garzn nos enscl a atrevc rnos y a arriesgar-
nos a pen sar por cuenta propia, in volu cnndonos cn 1.1 filosof1 qu e se
co mpre nde a si mi sl11. como una obses iva e incansable pa sin vital
por su bve nir los significados del presente, intentando crear las condi-
ciones de un porve nir que, aunquc sie mpre in cierto, permitil la aper-
tura a otras posibilidades de vida s urgidas del goce y el deseo y no de
la mi se ri a o ltl escasez.
Margo Glantz
Marcela Palma
369
Margo C!,lntZ \' Rosario Castel!Jnos, 1964.
La doctora Glantz ha sido di sting uida co n varios premios y recono-
cimientos, e ntre otros el Premio U~lilgda Do nalO" (novela) y el Premio
Unive rsi dad Naciona l e n el area de Aportacin Artstica y Exte nsin
de 1,1 Cuhuril, 1991. Sin emba rgo, lo a nte ri or me lI e\', a pensar quc los
vc rdaderos premiados so mos aq uellos que la hemos conoci do y que
abrc"':lJl1os cn ese mundo mgico de su pluma y s u palabra.
La rigu ra elegante, con ese ciga rrill o siempre juguetn en la mano
sobre la que resa lta un anillo ambarino y desmedido , siguc baando
la s playas soiladoras de esta Facultad.
y yo, igual que todos los que la co nocen y admirdn, es pero que esa
figura aha y elegante que descubri ha ce ya llls de \'einte ail Os contine
por muchos a ll 0S envolvi ndonos SUllvcmcntc e n la s in finitdS agu,ls
,Izul cs de su profundo saber y a mor por la li teratura .
. S70
Paula Gmez Alonzo
Graciela Hierro
373
Jos Luis Gonzlez
No podemos pasar por alto al maestro Jos Luis Gonzlez. No, por va-
rios motivos. En primer trmino por tratarse de un prototipo: el profe-
sor creador. Sus relatos e historias, concisas y magnficas lecciones de
escritura e ingenio, forman parte de esa incuestionable y ya clsica li-
teratura contempornea de Nuestra Amrica. "La noche que volvimos
a ser gente" y "La carta", por recurrir a tan slo dos ejemplos, son elo-
cuentes muestras de esta vigorossima narrativa breve cuyo hlito pol-
tico, social profundamente tico, perfilan la vida y obra y andan-
zas de esta escritor puertorriqueo trasterrado, quien ha echado sus
races en Mxico.
No podemos pasarlo por alto, adems, por su bien entendido magiste-
rio. La eminencia y dignidad de su vocacin de maestro quedan sus-
critas por su peculiar idea de la enseanza de la literatura, compen-
diada en diminuto verbo: leer. l mismo voraz e incesante lector hace
de su ctedra una natural extensin de esta cotidiana y elemental ex-
periencia. Como Borges, es incapaz de imaginar un mundo sin libros
(para leerlos pero tambin para pensarlos y escribirlos). Su magiste-
rio, su segunda profesin, se identifica plenamente con un concepto
medieval de lector, trmino que se relaciona con las comunidades reli-
giosas y de manera especial con una de las rdenes menores; en Las
partidas, Alfonso X, el Sabio, explica: "Otro grado hay que llaman lec-
tor, que quiere tanto decir como leedor: a ste debe ser a tal que sepa
leer las profecas e las lecciones abiertamente, departiendo las pala-
bras segn son, porque las puedan mejor entender los que las oyeran".
Evocando a aquel tipo de lector, su ctedra es as siempre una leccin
abierta, donde se departen las palabras, sabroso arcaismo ste para ha-
blar de enseanza, exgesis y discusin de textos.
Afn a los grandes maestros, propone el dilogo como mtodo. En
sus lecciones exige la confrontacin de experiencias, la discusin de
ideas, el debate de conocimientos, la crtica sustancial. Su vocacin la-
tinoamericanista demanda siempre atencin y cuidados a nuestras
culturas y nuestros problemas. De tal suerte que las literaturas de His-
panoamrica, incluyendo no sin orgullo las del Caribe, fueron conoci-
das y reconocidas en nuestra Facultad. El temple humanista de este
profesor, forjado en parte por una cultura de muy amplios registros
con insistentes modulaciones sociolgicas, determina su visin univer-
sal. La profunda experiencia islea y norteamericana, y las residencias
en Europa conforman su sensibilidad a la que nada le es ajeno.
Tampoco podemos pasar por alto su calidad y su integridad huma-
nas: el respeto por sus semejantes, el trato generoso, la cordialidad de
[374
Arturo SoUto, Arturo Azuela, Luis Rius, Margo sus palabras sazonac)l s con humor; dc t<ll s uerte que asistir a sus lec-
Glant7 \' Jose Lu is Gonz;ilez, 1976. cio nes es asistir a memorables lecciones de im pec'lb le honradez y pro-
verbial rectiwd. Sin emb'lrgo, no todo es miel sobre hojuelas: en con-
so nan cia con s u eSl<ltllra y esti rpe guerrera en ocasiones -pocas, es
cierto -, aparece su disonanci;: espritu vehcmente, combativo c ind-
mito; las luminosas gotas de s<lngre de los ca rahal o de los yoruba se le
suben a la cahez.1 cua ndo se tratil de <lctos de injusticia, de fa lta de res-
peto, de indignidad O de a lgn Otro hecho <lue vaya en con tra de s us
principios y de sus fines t icos.
L<lS lecciones del profesor v<ln desde la sencillez y claridad de una co-
tidiana exposicin <1 la ca pa c idad de establecer un franco coloq uio
co n sus discpu los. Su preocupacin por las palabras directas y prxi-
ma s ha quitado la rigidez y formalidad de los ex men es profesio nales
y de grado a los qu e asisle, para transformarlos en verdadero dilogos
de afables razones. Jos Luis GOllzlez entendi y en ti ende a la litem-
Ull"<!, a l magisterio ji a la \'ida co mo si mpl es \'asos col11UniCallleS de
ah esas preCis.1s y azarosas correspondencias entre sus relatos, sus cuen-
lOS, sus clases, sus ensayos, sus ancdotas, sus tertulias diarias, sus char-
las de pa sillo: lOdo es un o. Por eSLa s, ji por otra s muchsi mas razones
que si \'c ndrlll1 al caso, Jos Luis GOllzlcz es el maestro que. por nin-
guna circu ll stanciCl, podemos pasar por alto.
Manuel Gonzlez Montesinos
Ehi de Gortari
Jaime Labastida
: U JO
Felipe Guerra Pea
381
Dentro de la UNAM public dos libros clsicos de la materia: Las doce
reglas de fotointerpretacin y Fotogeologa, escribi un sinnmero de ar-
tculos cientficos y particip en diversos congresos nacionales e in-
ternacionales de geografa; en uno de ellos, el de Mosc de 1976, pre-
senta la primera interpretacin geolgica con base en imgenes de
satlites de la Repblica mexicana. Don Felipe se jubila del Colegio
de Geografa en 1978, sin embargo, contina como asesor del Colegio y,
siempre con su buena disposicin, dirige tesis adems de comenzar a
escribir un nuevo libro que no termina, pues fallece el 26 de mayo de
1985.
Rosa Camelo
[:<'''-' [
Biblioteca Ayacucho, y Fray Juan de 7brquemada y la Conquista de M-
xico en la edicin de la Monarqua indiana de este autor, publicada por
el Instituto de Investigaciones Histricas de la UNAM. A su muerte, se
encontraba preparando un estudio historiogrfico sobre Andrs de Ta-
pia y una reconstruccin de los apuntes de Juan Bautista Arrechede-
rreta, fuente muy importante de la Historia de Lucas Alamn.
Rasgo caracterstico de la personalidad de Jorge Gurra fue el gran
dinamismo con que siempre actu. La actividad que desarrollaba en
los diversos cargos acadmico-administrativos no le impidi ocuparse
de descubrir y dar a conocer todo lo que pudiera enriquecer a la inves-
tigacin de la historia de Mxico. Impulsado por este afn recorri la
Repblica en busca de monumentos histricos y arqueolgicos desco-
nocidos o poco accesibles, que procur que se fotografiaran. Resultado
de estos viajes fueron las notas que l o sus acompaantes publicaron
en el Boletn del INAH. Tambin se preocup de microfilmar archivos y
de propiciar ediciones, como las que hizo durante el tiempo que fuera
secretario de la Biblioteca Nacional: Crnica de la Merced de Mxico, de
Cristbal de Aldana (1953), Continuacin del cuadro histrico de la Re-
volucin Mexicana, de Carlos Mara de Bustamante (1953-1959), Rela-
cin de la Biblioteca Jos Porra Estrada de Historia Mexicana, que diri-
gi de 1953 a 1961 y donde se publicaron las Relaciones de Bernardino
Vzquez de Tapia, el Conquistador annimo, Nuo de Guzmn, Pedro
de Alvarado y las Dcadas de Pedro Mrtir de Anglera, y la Coleccin
Juan Pablos, donde edit cinco opsculos que contienen las primeras
noticias acerca del territorio que es actualmente Mxico.
El doctor Jorge Gurra Lacroix falleci el 11 de febrero de 1979.
388
Santiago Hernndez Ruiz
Hctor Mendoza
3^3
Wigberto Jimnez Moreno
Concepcin Christlieb
1
Arquitectura, nm. 42. Mxico, junio de 1953.
Miguel Soto
I : H --J 7
Agustn G, Lemus Talavera
Con und verdaderd \'ocdcion docente, Agustn Lcmus ,'<llavera fue pe-
dagogo en todo el sentido de la palabra. Ilesde muy temprana cdad, es-
tanela en el primer aiio ele su carrera en Id focultad de ~ledicina ele la
U.\A .I I, inici su acti\'iel,lel docente como profesor en una escuela pri-
maria particular. Habra otras razones para ello, pero la princip,J es
que hdbid descubierto su vocacin por la enseiianza.
Continu paralelamente sus dOf, dctiddades: como alumno univer-
sitario, sigui ~u [,lTreT,l l1asta recibirse de mdico cirujano; como pro-
fesor, en la misma escuela primaria " posteriormente, en la secun-
daria de esa institucin. Ilun sus alumnos de esa epoca recuenl,1Il lo
interesante ele sus exposiciones y el especial poder de motivacin
hacia los estudiantes.
En el afio 1955 inici sus estuelios ele maestra en Peddgoga como
miembro de la generacin fundaelora elel Colegio de Peelagoga de la
Facultad de Filosol'a y Lctras ele la 1\ \11. Prclienl su tesis de grado en
1959, intitulada COllciellcio de fines 1'11 el IIdu/eliGelltc. Continu, hasta
AS; USlin G. LClllUS T al<l\' crd, 1954.
terminar, con los elitudios correspondientes de doctorado.
\ pesar de su ycl larga experiencia en la cllscianza -que 110 hdbicl
sido interrumpidd-, su inters por la pedagogia lo llev a perfeccio-
nar su conocimiento de esa especialidad.
ti partir de 1959 lue illl'ilado para dar citedra en el propio Colegio de
Pedagoga de la Facultad e impdrti dil'ersds materids, principalmen-
te en el rea de psicopedagog,l: Psicopdtologa elel ddolescente, Conoci-
miento de la infancia , Conocimiento de 1,1 adolescencia, runddmenlos
biolgicos ele la educacin, etctera, y tambin dlgunas materids en
el Colegio de Psicologa. Desde 19b3 es Profesor de carrera de Tiempo
completo.
En la actualidad imparte el Seminario permanente de apoyo d la
titulacin, en la licenciatura en pCd(lgoga. Su elbor en estd (lcti\'idcld
ha sido muy valiosa en la direccin de tesis para la presentacin del
examen profesional ele los alumnos. Tomando en cuenta tambin las
de maestra y doctorado, ha dirigido ms de cien tesis y participaelo,
en suma, en ms de doscientos cincuenta exmenes.
En el doctorddo, imparte hasta la fecha el Semindl'io de investigd-
cin y tesis en psicopatologa.
Ila ocupado diversos cargos: primer coordillddor del Colegio de Pe-
dagoga, 1966-1972; asesor de Estudios de Posgrddo, 1971-1979; presi-
dente de la Comisin Dictaminadora de Pedagoga y jurado auxiliar
en diversos ex<mcnes de oposicin.
Ha participado en la formulacin de distintos planes de estudio,
asistido a ms de veinticinco congresos, y pronunciado ms de cuaren-
ta conferencias.
Es de especial mencin el hecho de haber sido rector de la Universi-
dad Intercontinental, con autorizacin del Consejo Tcnico de la Fa-
cultad de Filosofa y Letras y cofundador de las escuelas de pedagoga
de las universidades Panamericana e Intercontinental.
Adems ha realizado muchas otras actividades en el rea de la pe-
dagoga, que han hecho que, en el total de sus cincuenta y cinco aos
como pedagogo (de los cuales treinta y cuatro han sido de dedicacin
acadmica total a la Facultad de Filosofa y Letras) haya dejado huella
de calidad y de inters por la enseanza en sus numerosos alumnos;
buena parte de stos son profesores de prestigio, no solamente de la
Facultad de Filosofa y Letras, sino tambin de otras escuelas y facul-
tades de la propia UNAM, y aun de otras instituciones de enseanza
superior, tanto en Mxico, como en el extranjero, principalmente en
pases de Centro y Sudamrica, que continan con la reproduccin de
la semilla pedaggica que en ellos sembr el doctor Agustn Guillermo
Lemus Talavera.
Mercedes de la Garza
- lOO
Portilla desarrolla una amplia labor de investigacin; la famosa obra
Visin de los vencidos, por ejemplo, enfoca la conquista desde la viven-
cia y la expresin indgenas, presentndonos as, por primera vez, "el
reverso de la Conquista".
Gracias a las obras de Miguel Len-Portilla se rompi un aejo euro-
centrismo que consideraba que no haba ms filosofa ni ms arte que
los occidentales, y adems su postura ampli y enriqueci el concepto
mismo de filosofa al integrar el pensamiento nhuatl a la reflexin
humana, y logr con ello que todas las creaciones indgenas, susten-
tadas en ese pensamiento, ocuparan su sitio genuino entre las grandes
obras de la cultura universal. A nosotros toca reconocer y agradecer esa
inapreciable aportacin de Miguel Len-Portilla para la comprensin
de los pueblos indgenas mesoamericanos.
Alan Lewis
Soledad Ruiz
404
Juan Miguel Lope Blanch
10 7
por el gobierno francs, que le otorg las Palmas Acadmicas y lo nom-
br Caballero de la Legin de Honor.
En su incansable labor, el maestro Lpez Vsquez encontr tiempo
para publicar numerosos materiales y artculos, dentro del mismo m-
bito de la didctica de lenguas. Pero las funciones acadmico-adminis-
trativas o de investigacin nunca lo distrajeron de su vocacin como
profesor dentro del aula. Sus actividades docentes, administrativas y
editoriales, su participacin en eventos y agrupaciones, sus interven-
ciones y misiones en instituciones nacionales y extranjeras, estuvie-
ron, en su totalidad, centradas en la formacin de los estudiantes de
francs.
En su currculo figura un artculo, modestamente mimeografiado,
cuyo ttulo ilustra bien lo que el maestro Lpez Vsquez encarn a los
ojos de sus colegas y de las muchas generaciones de estudiantes que lo
conocieron: La tica profesional del maestro. Por su nimo, conviccin
y entrega, el maestro Lpez Vsquez fue, por definicin, el mentor des-
interesado e ntegro.
1
En 1937 entra como profesor de francs. a esta Facultad, pero en 1933 empez a
impartir la misma materia en la Escuela Nacional Preparatoria que, un ao antes de
su muerte, le rindi homenaje por sus cincuenta aos de labor docente en la UNAM.
403
Historia de Mxico, 1876-1910. En el ao 1946, por carencia presupues-
tal de la Facultad, coopera con ella sin retribucin en varias activida-
des docentes. A partir de 1949 se hace cargo de la ctedra de Historia de
Mxico, la guerra de Independencia. En este mismo ao, la Comisin
Docente de la Facultad, integrada por los doctores Silvio Zavala y Jos
Gmez Robleda, y el licenciado Agustn Yez, lo designa Profesor de
Tiempo completo, conforme con el Reglamento vigente. Por carencia
presupuestal no se le expide el nombramiento. Dentro de sus compro-
misos acadmicos se estipula que atender la "direccin y orientacin
de los alumnos a graduarse". Este compromiso lo hace norma de su vida;
lo hace no slo hacia los que estn prximos a graduarse o recibirse si-
no hacia todos aquellos que a l se dirigen. Su preocupacin constante
fue el alumno, sujeto permanente de su respeto irrestricto.
Su tarea docente se extiende a otros mbitos. Es maestro en The Me-
xico City College y en Cursos Temporales (despus Escuela de Verano)
de la UNAM en los que imparte sus cursos en ingls, y en la Univer-
sidad Iberoamericana, Departamento de Historia.
A partir de 1948 su labor en la Universidad Nacional se diversifi-
ca. Forma parte de la Comisin encargada de dirigir la Coleccin de
Obras Histricas Mexicanas; asume la direccin de dos seminarios en
la Facultad Seminario de historia de Mxico contemporneo y Semi-
nario de tesis de historia de Mxico moderna y contempornea; es
nombrado investigador cientfico en el Instituto de Investigaciones His-
tricas; se responsabiliza de acervos documentales en poder y custodia
de la Universidad archivos "general Gildardo Magaa", "Porfirio Daz"
y "Ezequiel A. Chvez"; dirige la elaboracin de ndices, selecciona
acervos para su publicacin y coordina la microfilmacin de los mis-
mos; tambin realiza los ndices cronolgico y onomstico del peridi-
co El Imparcial, de los que slo se publican los referidos a los dos l-
timos meses de 1911 y los dos primeros de 1912; es electo, durante tres
periodos consecutivos, consejero tcnico propietario por el Colegio de
Historia de la Facultad de Filosofa y Letras dieciocho aos; es, si-
multneamente, coordinador del mismo; electo primer consejero tc-
nico propietario de Biblioteconoma y Archivonoma, Colegio que l
organiza; es consejero universitario por la Facultad, de la que ocupa
temporalmente la Direccin, al ser el decano del Consejo Tcnico. En
el cuerpo colegiado forma parte de las Comisiones de Honor y Justi-
cia, de la Comisin de Universidades y Escuelas Incorporadas y de la
Comisin Especial de Tres y Diez Reprobadas.
Su amor y entrega a la Universidad le hacen merecedor de varias
distinciones por parte de las autoridades: el rector, doctor Rodulfo Bri-
to Foucher, lo designa, de 1942 a 1944, vocal ejecutivo de la Comisin
de Edificios y Equipo de la UNAM; el rector, doctor Luis Garrido, le otor-
ga el cargo de secretario tcnico del Consejo Directivo de la Ciudad
409
Universitaria hasta la conclusin de su construccin; en 1950 es nom-
brado representante de la Rectora ante la Gerencia de Ciudad Univer-
sitaria. Estas actividades las realiza ad honorem. De 1952 a 1961 es sub-
director de la Biblioteca Nacional, y durante estos aos el secretario
general de la Universidad, doctor Efrn C. del Pozo, le asigna la res-
ponsabilidad de coordinador para elaborar un diccionario de historia
y biografas que, por deficiencias administrativas, no se concluy. Sin
embargo, ste tuvo un resultado positivo: la publicacin del Dicciona-
rio de escritores mexicanos, que dirigiera la doctora Mara del Carmen
Milln.
Hombre de vastsima cultura, combativo y frontal, poseedor de agu-
dos juicios y de custica palabra, conversador agresivo y brillante,
de personalidad nica e irrepetible, don Jos Mara Lujn Asnsolo, de
ilustre cepa nortea, excepcional maestro y amigo, nos priva de su
generosa presencia el 19 de noviembre de 1979, a las 8:30 horas, cum-
plindose una de sus expresiones ms constantes: 'La aurora jams
me sorprendi dormido".
411
Carlos Horacio Magis Oton
Carlos Horacio Magis Oton (San Luis, Argentina, 1926- Mxico, Distri-
to Federal, 1988) encarn al latinoamericanista completo, pues supo
combinar y armonizar, en su formacin y en su trabajo como inves-
tigador y crtico, el inters por Espaa y Latinoamrica como miem-
bros de un mismo universo cultural. Argentino por nacimiento, am y
estudi con pasin la literatura de su tierra natal, lo cual no le impidi
amar y estudiar tambin la literatura espaola, la mexicana y la lati-
noamericana en su conjunto. Sobre todas ellas dej escritas pginas
ejemplares. Su formacin en Argentina la recibi en la Facultad de Fi-
losofa y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo (Mendoza), donde
obtuvo el ttulo de maestro en Literatura. Realiz despus un doctora-
do en Filosofa y Letras (seccin Filologa romana) en la Universidad
Central de Madrid; por ltimo, obtuvo el grado de doctor en Letras en
El Colegio de Mxico. A lo largo de su vida toc temas tan variados co-
mo la poesa de Vicente Aleixandre, Gngora, Lugones, Gonzalo de Ber-
ceo, Luis Rius y Octavio Paz; la novela rural y realista en Argentina, la
responsabilidad del escritor, las computadoras electrnicas en la in-
vestigacin lingstica, poesa y urbanismo, arte y no arte, tradicin y
originalidad.
Nos dej varios libros, tambin ejemplares: La poesa de Leopoldo
Lugones. Mxico, 1960; Cantar de Mio Cid: introduccin y versin moder-
na. Mxico, 1962; La literatura argentina. Mxico, 1965; La lrica popu-
lar contempornea: Espaa, Mxico, Argentina. Mxico, 1969; La poesa
hermtica de Octavio Paz. Mxico, 1987.
Adems de su labor como crtico e historiador de la literatura en
lengua espaola, Carlos Magis estuvo siempre dedicado a la docencia,
tanto en la Facultad de Filosofa y Letras de la UNAM como en El Cole-
gio de Mxico, institucin, sta ltima, a la que dedic la mayor parte
de su tiempo.
Entre los diferentes cursos que imparti en la Facultad destacan los
de Literatura iberoamericana, Tcnicas de la investigacin literaria,
Teora literaria, Fontica y fonologa espaolas, y varios seminarios
de poesa iberoamericana, estilstica y lectura de textos.
Sus hijos, un hombre y una mujer, son mexicanos.
412
Jorge Alberto Manrique
II/ar/lw Fcmlldcz
Matilde Mantec n
Matilde Mantec n
415
Los aos pasados entre nosotros, aos en los que hemos recibido
su enseanza, su cordialidad, su continua leccin de honestidad y fir-
meza, su pcara irona, le han ligado entraablemente no slo a
nuestras vidas sino a nuestras instituciones, a las que ha servido con
altura, con gran dignidad y con inmensa responsabilidad. Por esas
cualidades del hombre cabal y de maestro autntico hoy se le honra.
Hugo Margin
Salma Saab
Hugo Margin, filsofo en su sentido ms cabal, colega, amigo en-
traable. Es vctima de la violencia a la temprana edad de treinta y seis
aos. Muere en 1978, cuando su visin filosfica estaba cobrando con-
tornos ms definidos y sus proyectos para colaborar en el desarrollo de
la filosofa en Mxico empezaban a cristalizar. Destacaban muchas cua-
lidades en su persona que lo hacan un filsofo singular y excepcional,
adems de muy querido y respetado por los maestros, amigos y estu-
diantes que le rodearon. Llamaba su atencin su rara y atractiva mezcla
de generosidad, sencillez, buen humor, inagotable curiosidad, lucidez y
hondura de pensamiento. En l filosofa y vida fueron una. Hugo tena
la virtud de ejercitar su certera y penetrante inteligencia, sin burlas,
4 1 C6
sin alardes de superioridad y sin despliegues de gran erudicin com-
binado con la actitud curiosa y perpleja de quien est constantemente
debatindose y replanteando un sinnmero de interrogantes y dudas.
Su pensamiento era profundo y sus preocupaciones no se satisfacan
fcilmente, al grado de atormentarlo de manera vital. Encontr en la
filosofa analtica un marco idneo para sus reflexiones, un marco que
se ajustaba a su temple y carcter filosfico. De all que despus de ha-
ber iniciado sus estudios en la Facultad de Derecho y cursado la licen-
ciatura en Filosofa en nuestra Universidad, continuara sus estudios de
doctorado en la Universidad de Oxford, Inglaterra, centro en el cual se
encontraban o visitaban continuamente los ms destacados exponen-
tes de esa corriente.
Antes y despus de su estada en Inglaterra, tuvo por algunos aos
pocos desgraciadamente un desempeo en la Facultad, impartien-
do los cursos de Introduccin a la filosofa, Lgica, Filosofa de la lgi-
ca y Semntica filosfica. Estaba en el proceso de elaboracin de un tex-
to de lgica, que tanta falta haca, y todava hace, en nuestros medios de
habla hispana. Y es de lamentar que ese proyecto nunca se concretara,
salvo por sus apuntes, que algunas generaciones tuvieron la fortuna de
estudiar. Era buen interlocutor, desenfadado y respetuoso de las opi-
niones de los dems; esto haca que sus dilogos, adems de amenos,
fueran fructferos. Los dilogos con los estudiantes se continuaban fre-
cuentemente fuera de las aulas, dndo ocasin a sus alumnos de estar
con alguien que adems de indudable vocacin filosfica haca del
pensar un placer y un deleite.
Se caracteriz por su entrega a nuestra Universidad, sin perder de
vista la importancia de que la filosofa no se ejerza en el aislamiento
ya sea personal o de una comunidad cerrada. Particip infatigable-
mente en los medios de comunicacin, revistas de difusin y de cultu-
ra y en conferencias y mesas redondas tanto en el bachillerato como
en otras facultades y centros culturales.
Lo sorprendi la muerte a los escasos meses de haber ocupado la di-
reccin del Instituto de Investigaciones Filosficas, siendo para el Ins-
tituto, para la Universidad y para la filosofa en Mxico una prdida
muy dolorosa, irrecuperable. El paso de los aos no disminuyen la ra-
bia y la indignacin frente a la estupidez, la brutalidad y la insultante
impunidad de los responsables de su muerte que a la fecha sigue sin
esclarecerse.
Es una gran irona el que de los muchos temas filosficos que le pre-
ocupaban, algunos de los que ms le perturbaran fueran justamente
los de la racionalidad, el entendimiento de la conducta humana y el
ejercicio de la violencia y la irracionalidad. Los que lo conocimos lo
seguimos recordando con cario y admiracin.
Isabel Mayn Pimentel, formadora de gegrafos
Francisco de la Maza
~1 2 I
Como investigador del arte mexicano, le corresponde el mrito de
haber iniciado los estudios iconogrficos e iconolgicos del arte novo-
hispano, los cuales, como es de comprenderse, son de importancia
fundamental para el mejor conocimiento del fenmeno esttico en la
Nueva Espaa.
Entre sus aportaciones importantes deben mencionarse al menos
los artculos sobre Jos Luis Rodrguez Alconedo; los estudios dedica-
dos a Francisco Eduardo Tresguerras; la interpretacin iconolgica de
la decoracin de la Capilla del Rosario de la Ciudad de Puebla y sus
"Notas sobre lo cursi". Aunque algunos de estos temas hayan sido trata-
dos con mayor amplitud por autores recientes, las aportaciones que l
hizo an tienen vigencia.
Entre sus libros deben destacarse el dedicado a la obra del pintor
Cristbal de Villalpando, Antinoo, el ltimo dios del mundo clsico y
Cartas barrocas.
Su comprensin del arte fue historicista. Su gusto por el arte clsico
y el neoclsico, no le impidi valorar y admirar la cultura barroca a
cuyo arte dedic su mayor y mejor empeo, pues cada modalidad
artstica fue considerada por l como valiosa expresin de un momen-
to histrico determinado.
Los conceptos, opiniones y juicios emitidos por el maestro De la
Maza sugieren, adems de una slida erudicin, la presencia de un
mvil sentimental importante. Su percepcin del arte parece haberse
iluminado por un fuerte destello esencialista, con races platnicas,
en combinacin con un moderno sentido histrico de la belleza.
Margarita Pea
Hctor Mendoza
Con seguridad, en cambio, puedo decir que de las cosas nada simples
que, en los aos de Poesa en voz alta, Hctor Mendoza hizo como direc-
tor, soy buen testigo. Gozarlas cuando sucedieron, asombrarme de su
inspiracin, ver con mis propios ojos cmo encarnaron, fue mi suerte.
Analizarlas, aquilatarlas y esforzarme en su comprensin para comuni-
carlas a quienes desean saber de ellas, es no exagero una de mis
ocupaciones ms frecuentes.
No slo era yo su ayudante. Nuestra amistad se fue haciendo entre
viajes de autobs, festivales de teatro estudiantil, y reuniones con Juan
Garca Ponce y Miguel Barbachano. Qu hubiera sido de m sin esa
compaa?
Las lecciones y experiencias de Hctor no podran confundirse con
las de ningn otro: tan exigentes unas como inspiradas las otras; tan
i maginativas como estudiosas; tan disciplinadas como intuitivas. Sus
obras de juventud comprueban que naci dotado para el teatro. Y cuan-
do, para sorpresa de muchos, se dispuso a dirigir, sus dones naturales
424
I le ctor McnclOLJ dirige La /11)(1 de J<{/PP{/-
ce/m Al fondo OClJvio Paz, t-.lanolJ Saave-
lira \' Mrifl Luisa EllO, 1~Fi).
lo llevaron a las alturas con envidiable facilidad: "subi tan alto, tan
alto" ... , y le dio a "la caza, alcance" en el primer vuelo.
Hace falta decir quin es el actual Hclor Mendoza, el dramaturgo,
el director, ell11aestro de l11aestros de maestros? Acaso no es aqul mis-
mo, ya grandioso de nacimiento, que de un golpe nos enfrent hace
cuarenta ailos a la urgencia de hacer en Mxico el teatro que desea 111 os,
antes que el que recibimos como herencia? El teatro
Hctor Valds
4 Z 13
Agustn Millares Carlo
4L9
de Filosofa y Letras. Finalmente, un legado insospechado para las letras
clsicas fueron sus obras sobre lengua (GmllltiC{{ llltw y llntologll lati-
na), literatura ( Historia c/c la literatl/ra latina) y bibliografa latina, as
como tambin sus traducciones de los clsicos latinos, fuera de la Biblio-
theca Scriptorulll (Cicern, Lucrecio, Tibulo, Tcito), y de un gran n-
mero de autores neolatinos (Las Casas, lbms \,loro, Eguiara y Eguren y
Pedro Mrtir de Anglera).
J<OSII C{{Indo
Marianna Montalto
Franca Bizzoni
433
r\.'larjaJ111d j\\ Onld lto y \Tdria del Cdrl11CIl Mj-
l1n , JI celltro, entrf' otros , 1%:1.
Francisco Monterde
435
Jos Luis J..,13 rt1l1f:'7 , Alicia Reyes y francisc:o
I\'lollwrdc.
ca, jefe del Servicio Editorial de la ["NA\! , director de la imprenta de la
Universidad. Francisco Monterde no slo escribi libros, tambin se
preocup porque la cultura impresa llegara a muchos lectores.
Si se acepta que son dos los principales medios para transmitir co-
nocimientos, uno la obra escrita y otro la ctedra, hay que reconocer
que por ambos transit Montcrdc. Rue por muchos alias Profesor de
Tiempo completo en la Facultad de Filosofa y Letras de la UNtll! , don-
de enseli literatura espaliola, tanto peninsular cuanto iberoamerica-
na y mexicana. Ah mismo dirigi la Escuela de Verano y de Cursos
Temporales. Dirigi innumerables tesis profesionales y tuvo a su cargo
importantes seminarios. Como laborioso miembro del Seminario de
Cultura Mexicana, dio conferencias a lo largo y ancho del pas. Presi-
di el Centro Mexicano de Escritores. No puede dejar de mencionarse
lo que la Academia Mexicana debe a Francisco Monterde. Elegido
correspondiente en 1939, pas a miembro de nmero en J951. Fue di-
reclor de la misma de 1960 a 1973. Sus mltiples intervenciones en
discursos y dictmenes, su asiduidad y disponibilidad, su refinada
educacin e intachable conducta fueron siempre reconocidas y apre-
ciadas por todos.
Francisco Monterde, como escritor, como investigador, como funcio-
nario, como maestro, como acadmico, fue un modelo imitable. De-
mostr que es posible mantener, a 10 largo de la vida, una fidelidad
absoluta a la vocacin literaria.
Francisco Monterde
Carlos Solrzano
437
llegar el maestro, pasaba d ocupar mi lugdr entrc mis compacros
estudiantes.
Ermilo Abrcu Gmez dijo que don Francisco ~lonlerde "no fue ni
cnvidioso ni envidiado". Y fuc cn l'crdad un hombre justo, cnmcdio de
Id lormenta que suele dcsiJ[,f la envidid en la Replblicrt de las /elras.
Sin duda refcrirnos a la doctOra ,\I ard de los Angeles ~jorcno Enr-
qucz ( IYI8) es molivo dc orgullo para la Unil'ersidad y, e n pdrli cular,
para el Co legio de Ili stO ria de la Facultad de Filosofa l' Letra s. Luego
de repartir su educacin bsi ca entre ~lbico, Pars, Londres v Suiz,l ,
co mcnz ,Ifi cionjndose por las ciencids; pas cuatro aiios estudiando
en la Escuela Naciondl de Ciencias Qumicas. Sin cmb .... go, no sera
esa su voca cin dcrinitiv,1. ~Iuy pronto se sinti alrada por 1,ls hu-
manidades, y sigu iendo esa inclina cin de su sc nsibilidad, comenz
~Iaria de los Angeles ~Ioreno Ennqucz una larga ca rrera acadm ica que inclu y cu,ltro posgrados na cio nalcs
y cxlrdnjeros; en ~lxico obluvo dos doclo rados, en Letras e lIi slor ia
respect iva menle. ~ l s la rde ma rch " [st"dos Un idos, donde curs u na
mdestra en Artes ( Literatura y Anlropolog~ ). Una vez que consigui
el grado en la Un iversidad de Carolina del Norte, continu sus estu-
dios en la Un versidad de Co lumbia, en Nucv" York, en 1,\ que hizo UIl
doclorado en Historia del "rte. Finalmente se despldz " P.... s, dond e
gdl1 un Agrege e,y-Iettrcs.
Co mo es natural, esta pasmosa prepara cin la CdpdCi l inlllejora-
blem enle para impartir numerosos cursos, desde 194:;, a nil'el li ce n-
cidtura y doctoraclo. Sil lrayectoria doce nle pas de ,\ l"scdI'on es a la
Ciudad Universilaria, gozando del "precio de in co nlables alumnos
lanto de lelras co mo de historia.
Entre 1,\ c,lsi interminable lista de curMlS y seminarios qu e Id docto-
ra ~Ioreno ha ,I cumulado a lo IdI'go de su ca rrera, se cuenta n clases de
literalura norteameri cana , francesa y mexi ca na; talleres de lrdduccin,
conversacin, composicin y redacci n; cursos generales de ,I/ C,Vicrlll
Fo/k Arls y, en el terreno de las artes pl ,sti cas, la doctora hd enseado
arte precolombino, co lonial y moderno; pinlura prehispini ca, no-
vohispana y co ntempornea; adems, tOI11 en sus manos 1,1 tdl'ea de
impartir materia s como Arte espaiiol, Pintura espdllola del Renaci-
miento, seminarios sobre El Greco, Velzquez y Goya, sin descuidar
asignaturas como Arquitectura colonial, Historia del arte en el Renaci-
miento y Cultura europea.
Tambin en el mbito de las letras, la doctora Moreno ha dado mues-
tras de versatilidad al impartir cursos en ingls de historia de la li-
teratura norteamericana, o en francs de poesa moderna francesa.
Los lugares donde se ha desempeado profesionalmente, si bien se
centran en la Facultad de Filosofa y Letras, tambin incluyen la Es-
cuela de Verano (hoy Centro de Enseanza para Extranjeros), el Institu-
to de Lengua Espaola y la Escuela Nacional de Msica. En el Colegio
de Historia obtuvo la plaza de Profesora de Medio tiempo, segunda ca-
tegora, en 1953 y, hacia 1972, su promocin a titular "A" de Medio tiem-
po definitiva.
Como es natural, la doctora Moreno pronto se hizo de un merecido
prestigio como acadmica que le vali ser elegida miembro de la Aso-
ciacin de Mujeres Universitarias Mexicanas y miembro de la Socie-
dad de Folklore de Mxico, en 1943. Cinco aos despus fue sealada,
para orgullo de la Facultad, como miembro honorario del Captulo
Delta para mujeres con distincin acadmica, que otorga la Universi-
dad de Columbia en Nueva York. Asimismo, fue distinguida con la ve-
nera de la Legin de Honor que concede Bellas Artes, en 1947.
Sobra decir que la doctora domina el ingls y el francs; sin embargo,
maneja tambin a la perfeccin otros idiomas: italiano, alemn y portu-
gus, sin faltarle el conocimiento profundo del latn y el griego. Por l-
timo, tiene nociones de nhuatl y snscrito.
Como viajera infatigable, la doctora se ha nutrido para impartir nu-
merosas conferencias magistrales acerca de la Edad Media, el Renaci-
miento, el Barroco y el Clasicismo. A nivel ms especializado, es recor-
dada como una verdadera erudita en temas como Roma monumental e
ntima, los grandes momentos de la pintura y el arte espaol, el arte del
Renacimiento, o ciclos de conferencias sobre ciudades y museos, e in-
cluso sobre la navidad.
A pesar de que la doctora Moreno Enrquez se halla jubilada desde
1985, hasta la fecha contina impartiendo conferencias y regalndo-
nos charlas informales en su casa, de los ms variados temas de his-
toria, arquitectura, literatura o arte.
Entre sus publicaciones se cuentan, Angels and Demons in Art. Co-
lombia University Press, 1948; Folk Narratif Motifs in the book of Es-
dras. Folklore Quarterly, 1944; "El libro de Erza III". Mxico, Anuario de
la Sociedad Folklrica Mexicana, 1947; "Folklore Elements in the books
of the New Testament". Mxico, Anuario de la Sociedad Folklrica Mexi-
cana, 1955.
En este setenta aniversario de la Facultad, es un honor recordar y
rendir homenaje a una de nuestras profesoras que mayor devocin ha
4:39
mostrado por la cultura y por la Facultad. Formadora de generaciones
de profesionales, el testimonio de la doctora Moreno es de una entrega
sin reservas. La amenidad de sus exposiciones, su encanto natural y su
incuestionable erudicin hacen de la doctora Moreno Enrquez un ca-
so ejemplar de solidez acadmica, sensibilidad humanstica y fineza
espiritual; ingredientes, todos, de la ms alta calidad humana, acad-
mica y docente.
440
Rafael ~l orcno i'vluntcs de Oca, Pablo \'1Jrt-
nez de l Rio , Javier Elo!a , Ed uardo Carcia
M<iynez \' Samucl Ramos, 1958.
leza ) yeros (a mar con pasin) , l ama su trabajo con esta ltima clase
de amor.
El maestro Rafael Moreno Montes de Oca na ci el5 de mayo de 1922
en Santa Cr uz, Azcapotzaltongo, Estado de Mxico. Estudi huma-
nidad es y filosofa en el Seminario Conciliar de Mxico, de 1936 a
1943. De 1945 a 1949 curs la maestra en Filosofa en la Facultad de
Filosofa y Letras de la UNAM, y de 1957 a 1958 el docto rado en Filosofa
en la misma institucin, donde obtuvo el grado de maestro cn Filo-
sofa cn 1962, con men cin honorfica.
Desde 1946 es profesor de la Universidad, prim el'O en la Escuela Na-
cional Preparatoria y despus, desde 1950, en la Facultad de Filosofa y
Letras, donde ha realizado una labor docente ininterrump ida hasta la
fecha. Ha sido tambin profesor de El Colegio de Mxico y de otras ins-
titucion es nacio nales, y miembro de diversas sociedades cientficas y
literarias. Desde 1970 hasta la fecha pertenece a la Asociacin Filosfi-
ca de Mxico. Como integrante del Seminario de Cultura Mexicana ha
desa rrollado un trabajo perseverante a lo largo y ancho de la Repbli-
ca mexicana.
Adems de su labor estrictamente acadmica, el maestro Moreno ha
dcsempeiado diversos cargos al servicio de la Universidad, e ntre otl'OS,
el de secretario acadmico del Con sejo Tcnico de Humanidades, de
1950 a 1962; secretario acadmi co del Instituto de Investigaciones Filo-
sficas, de 1959 a 1962; director (fundador) de'l Ce ntro de Estudios Cl-
sicos, de 1966 a 1973, y director general de Publi cac iones, de 1967 a
1970. Desde estas responsabilidades institucionales, que con cibe como
necesa rias en su visin del un iversitario integral, supo alentar proyec-
tos de largo alcance, especialmente en el rea editorial, que han contri-
buido al prestigio acadmico de nuestra Casa de Estudios, como la Bi-
bliotheca Scriptorum Graecorum et Romanorum Mexicana, en la que
colabor de 1950 a 1959; los Cuadernos del Centro de Estudios Filos-
ficos; Filosofa contempornea y Dinoia del Centro de Estudios Filosfi-
cos y la Nueva biblioteca mexicana.
La pasin del maestro Moreno Montes de Oca ha sido la cultura me-
xicana, y como un instrumento que la hace posible y del cual l mismo
hace parte, la Universidad. Por eso, en ms de un centenar de ttulos
que ha publicado, entre ensayos, artculos, prlogos, presentaciones, re-
seas y semejante nmero de conferencias, sobresalen como temas do-
minantes la historia del pensamiento mexicano, la modernidad de la
cultura mexicana, los clsicos y el humanismo en Mxico, la historia
de la educacin y la Universidad mexicanas.
Su magisterio nunca se circunscribi al aula, sino que lo asumi de
manera amplia y generosa, dedicndole toda su ilimitada disponibili-
dad y todo su espacio vital. Producto de esta admirable vocacin de
maestro son ms de treinta tesis, aprobadas, que ha orientado a lo lar-
go de su vida acadmica.
Rafael Moreno recuerda siempre a sus maestros y mantiene viva su
doctrina en su visin propia del mundo: Gabriel Mndez Plancarte y
Octaviano Valds, a quienes debi su primera educacin en humani-
dades; Jos Gaos y Samuel Ramos, con quienes profundiz en su for-
macin filosfica y humanstica. Agustn Yez, con quien colabor y
convivi largos aos y aprendi a representarse, a la manera de Balzac
y para estudiar al hombre mexicano el devenir incesante y multi-
forme del mundo. Alfonso Reyes, Antonio Caso, Aristteles, Kant y
Heidegger en ese orden han sido tambin sus mentores y sus lec-
turas dilectas.
Su elevado sentido de la amistad no es un don separado de la armo-
na de su espritu.
Rafael Moreno Montes de Oca, con su labor perseverante y discreta,
como la de todos los grandes maestros, ha sabido cumplir con su "ofi-
cio" de hombre mexicano y de hijo preclaro de la Facultad de Filosofa
y Letras, a la cual ha dedicado el esfuerzo de su vida entera.
442
Roberto ~Ioreno y Garca
C. Ulises Moulines
Angelina Muiz-Huberman
\Iaria AlldeccZIC
1
Angelina Muiz, "El juego de escribir", en De cuerpo entero, p. 34.
2
Federico Patn, "Sbado", nm. 768, suplemento cultural de Uno ms uno. Mxi-
co, 20 de junio de 1992.
3
Angelina Muiz, Gaceta UNAM. Mxico, UNAM, 5 de abril de 1984.
4
Angelina Muiz, Suplemento cultural de El Universal. Ao LXX, t. vi, nm. 27339.
Mxico 24 de julio de 1992.
5
Angelina Muiz, La jornada. Mxico, 27 de junio de 1993.
6
Angelina Muiz, "Sbado", nm. 437, suplemento cultural de Uno ms uno. M-
xico, 22 de noviembre de 1986.
449
Eduardo Nicol
Co noc al docto r Eduardo :-l ico l en 19 7~. [ 1 teni, cntllnce" ,esenta "
siete ,lIlO S, y era profesor emerito desde 1l)(j9 . Yo ten,1 veinte aos,
y co menc a asistir a su curso de ~Ietaf'sica es timulado por Id lertura
de El l'orul'lIir de 1(/ fi losofi(/, del que rec uerdo que me illlp, ctdl'o n pro-
fund amente, sobre todo, el ca ptulo titulado "Calcul ar no es pens.l\''', y
su "Prefacio del temor". La lect ura despert mi vocaci n filoslicd, ,. ge-
ner un es tado de inquietud y perturbdcin en mi interior. La e.\-
per icnc ia in uiuo, en el sa ln 103 de la facultdd , no slo fort,I1('ci mi
primera impresi n, si no qu e ma rc el derrotero que hdbr, de seguir
mi propia vida a Pdrtir de ento nces. El tem, de que habl,bd :\icol en
ese curso era la dial c tica (yo lo hi ce mo, y obtu ve el grado de maes-
tro en fi losofa co n un, tesis sobre la di ,I1 ct ica platnica, que me ll e-
v cerca de di ez lIl OS co mpl eta r). Ajios m':ls tarde, Nco l SOld brome,r
co nmigo dicindome qu e no era yo quien haba elegi do el [(~ md, ,ino
qu e era ste el que se habd apropiado de m.
Nnc ido en 1907, Cdu,mlo :-lico l reali z sus prim eros estudios en BdJ'-
ce lon a, su ci udad natal, donde fue ms tdl'de secretari o dc la Fu nda-
cin Bernat ~lelge y profeso r en el In st itu to S,I1m ern. [n 1939, al fin
de la Guerra civ il, se vio forzado a abandonar su p,ltr id, COI1\O tantos
otros republicanos, a bordo del barco fran c:s Silloio. Ya en Id ciudad
Eduardo j\i( nI r Wemcr ,J.wgcr
de \I<"sico, ingres, en febrero de 19-10, a nuestra Unil'er" id,d romo
profesor de la Facultdd de Filosofa y Let ra s, donde obtuvo el doctor,-
do eon el que haba de se r su prim er libro, Psicologa dI' los sitl/ociollcs
vitales ( 19-11). En 194(j fund el Seminario de metafsica , el cUd l diri-
gi hasta HJ90, y en cuyo se no ofrecia las primi cias de un pensamien-
tO siempre l cido y un in cansab le oficio de escritor. De Id \'astd obra
qu e produj o, ca lifi cable sin rese rl'as de revolucionaria y original, cabe
dcs[car Ln idcn delllOlIllm ( 1946; nuel'a versin, 1977), ll istoricislllO y
C.vistclleilflislllO ( 1950), LOllowcilI 111111/(1110 ( 195l), MCllIfisico de lo ex-
presi ll ( 1957; nucl'a versi n, 1974), El prolllclllo dc lo filOSO/lO liispllli-
CII ( 19(j 1l, Los prillcipius dc lo ciencill (1')(j5 ) , t;1 poruc l/ir dr 111 filosofio
(1972), Lo reforma de la filosofa ( 19BO), CrtiCII tle 111 ('ICII sillllJlico
( 1982). Idcas de !lllriu lillllj(' ( 1990) Y FOrtl/(ls tic 1/(IlJlnr sl/lJlillll'S. Puesa y
fi lusofio ( 1990).
Es pJ{:ndido orad or e ini gualable cated riltico, durante cin co dece nios
de serv icio uni ve rsitari o d ~1 x i co, Edudl'do ~ i co l fue un gran mdestro
qu e co ntribuy a la forma cin de mu cha s generac iones. Seg uramcnte,
lo medular de su enseli all7,a no hay qu e ubi carlo den tro de los estre-
chos lmites del mbito aca dmico -lo qu e suel e llamarse "Iormaci n
profcs ion al"- sin o ell algo l11 ,s profundo y r,ldi ca l: la forl11dci n y la
trans-forl11acin 11/1 11 I({/I((S , el ejemplo vivo de autenticidad vocacional
que l siempre encarn. Al recordarlo ahora, no es inoportuno ci tar
llllas palabra s suyas, qu e pronun ci en 1989. Agradeciendo a la Uni-
ve rsidad en nombre de lo s profesores republicanos emigrados -que
no "transterrados"- concluy asi su di scurso:
Yo lleg ue a esta tie rra cua ndo ya era profc!'io r, pero mi obra entera la
he escrito en :-'1 xico. En este se ntido es pecfico, cabe deci r qu e aq u
mc he formado, a la vez que se iba formando la univcrsidad que aho-
ra tenemos. Di go ahora, cua ndo ya est cercano el fin , que me siento
bi en pagado si algunos crecn que el proccso de esa formacin ma
perso nal ha pod ido contrbuir a la otra. En todo caso, fue una tarea
gozosa. Il acer lo que uno quiere. Pensa r y cnsc ii ar a pensar. ,:.Qu
ms puede pedirse?
Salvador Novo
Marianne Oeste, hija del teniente coronel Ernesto Oeste y su esposa Ma-
thilde Siegert de Oeste, naci el 2 de noviembre de 1910 en Knigs-
berg, Prusia oriental, Alemania, la ciudad de Kant, que ahora es Kali-
ningrado, Rusia. Lleg a Mxico en 1928 y adquiri la nacionalidad
mexicana por naturalizacin en 1943. Se cas en 1929 y tuvo dos hijos.
Hizo sus estudios escolares en Alemania (Wittenberg, Halle y Ber-
ln) hasta el bachillerato y empez su carrera de Letras Alemanas e In-
glesas en la Universidad de Berln, carrera que retom, a partir de
452
1948, en el Dcpartamcnto de letras Modernas de la Facultad de Fil oso-
fa y Letra s de la L M .\I, terminando co mo la mejor pasante, en 1950.
Obtuvo el ttulo de doctora en Letras con una tesis intitulada L{t i/l-
flue/lcia de los {{u tas wrupeos en los de Mxico ((u lteriores al bnrroco).
Ini ci su labor docc nte cn 1951, en la Facultad de Filosofa y Let ras.
Dio clases, adcm,s, en la Escuela Naciona l Preparatoria y en la Uni ver-
sidad Iheroamericana. Sus ctedra s abarcaban lengul , traduccin, gra-
mti ca histri ca, fontica y todas las pocas de la literatura alema na.
En co laboracin co n el jefe del Departamento de Letra s l\loclernas, el
doctor Julio Jimnez Rueda, prepar los planes para la Q1-gani zac in
de una Seccin Alemana, que desde 1955 ofrece un a carrera co mpleta dc
Letras Alemanas. En 1966, el recto r de la Universidad cre el Departa-
mento de Letras Alemanas y nombr a la doctora Bopp jefe de ese
Slarianne Oeste de Bopp.
Departamento , puesto qu e ocup hasta su jubilacin en junio de 1976.
Sus a lumn os la rec uerdan C01110 maestra ex ige nte, pero in can sable y
generosa, qu e los invitaba a reuni ones en su casa, les permita el uso de
su vasta biblioteca y del impresionante arc hivo sobre la presen cia
de la s letras alemanas en l\l x ico qu e ella misma haba ido co leccio-
nando durante toda su vida acadmica_
Entre las numcrosa s publicacion es es preciso citar sus libros: COl/tri-
IJll ci n al es tlldio de las letms nlelllal/IIS en Mexico, l ' NA"1 1961; Maxilllili{{-
l/O y los alelllal/es , Mx ico 1965; Ensayos sobre H/lll1boldt: AIClI1l1na etl la
poCII de /-/tl/nIJoldt, L-.~A ,\I 1962; sus ed icio nes comentada s de obras de
Schiller, Wieland, Tieck, Sealsfield, adems de sus tradu cc iones no pu-
blicadas del Cal/tal' rle los Nibel/lngos, Wolfram von Esche nba ch, Hart-
m<lnn von Aue, I{oswitha van Ga ndersheil11 , El libro poplllar riel doctor
FWtst/l s, Jbrg Wickram, Gr iml11 elsh ausen, El Prncipe Federico de Hom-
burg, de H_ Kleist, elltre otros, y mu chos artc ulos sobre literatura y las
relaciones entre Mxico y Alemania _
Miembro de varias asociacione s acadenlicas, galardonada co n la
co ndecoracin al Mrito de primera clase por la Repblica Federal de
Alcl11ania, la docto ra Bopp f11leci el 24 de enero de 1985. Pero sigu e
en nuestra memoria C0 1110 fundadora de Letras alemanas y germanis-
ta ejemplar en Mxico.
Edmundo O'Gorman
4
Fldl1ciSIO de 1,1 t\\.II.I , Edllllll1do O'Gorlll.:lll,
.JUSlIllO Fcrn,lIldl'z \' Ju.lJl .\nlonio Onc,ga \'
\\dlll.
monian su calidad de gran formador de historiadores, los homenajes y
reconocimientos que le han tributado discpulos e instituciones.
La vitalidad excepcional del pensamiento de O'Gorman obedece a
que se sustenta en la reflexin creativa y a ella no a dogmas que con el
tiempo se vuelven estriles ha invitado siempre.
En efecto, O'Gorman debate, busca pruebas, ofrece argumentos con
destreza e incita a que sus interlocutores revisen los fundamentos mis-
mos de sus ideas y respondan a sus objeciones. As procedi cuando
era el crtico ms severo del pensamiento positivista, e igualmente lo
ha hecho en varias de las importantes polmicas que ha protago-
nizado a o largo de su vida. Y es que para Edmundo O'Gorman, el pen-
samiento del hombre es siempre una aventura y, fiel al principio sus-
tancial del historicismo, ha vuelto pensamiento y aventura histricos
cuanto ha tocado: sus investigaciones en torno al descubrimiento de
Amrica, Las Casas, Acosta, Motolinia, Mier; las visiones episdicas o
generales de la historia mexicana; los discursos pronunciados al reci-
bir las distinciones que con gran justicia le han sido otorgadas.
Todos y cada uno de los temas tratados por O'Gorman han sido pre-
sentados por l como acontecimientos nicos, seeros y excepcionales
de la vida del hombre, al formularlos con rigor y sistematicidad expo-
sitiva, pero sobre todo con imaginacin, persuadido de que el pensa-
miento es el nico campo en el que el hombre posee el atributo divino
de la potencia creadora y de que el amor es aquello que insufla vida al
pasado.
En algunos momentos se ha considerado que el pensamiento de Ed-
mundo O'Gorman, nutrido tan profundamente de inconformidad y esp-
ritu crtico, induce a una actitud escptica. Sin embargo, una cuidadosa
revisin de su obra denota que la saludable duda intelectual con la que
O'Gorman se acerca a cualquier tema histrico, no es sino un trayecto
que halla siempre una nueva esperanza. Cierto, O'Gorman disfruta lle-
vando a sus oyentes o lectores por los laberintos y los precipicios de
los temas que l mismo ha recorrido; los hace partcipes de la aventu-
ra. Y cuando el propio relato parece demostrar que el problema tratado
debe ir al desvn de los olvidos y el historiador debe retirarse derro-
tado, O'Gorman resuelve la apora, al encontrar una nueva luz para
abordarlo.
As, una y otra vez ha emprendido bsquedas y hallado "revelacio-
nes". Porque solamente con audacia, optimismo, imaginacin, rigor y
capacidad reflexiva poda haberse trasladado el asunto colombino a
planos conceptuales que remiten a los designios del pensamiento occi-
dental y redimensionar el pasado de Mxico, para invitar a su asun-
cin ntegra y hacer inteligibles los personajes y episodios que las
banderas polticas o las visiones unvocas haban vuelto estticos.
O'Gorman ha dado, con xito, muchas batallas por la historia. Quiz
456
una de las ms fructferas ha sido la de la enseanza, expresin cabal
de su fe en el conocimiento, y cuya significacin reconoce tcitamen-
te en la bella dedicatoria de su introduccin a la Historia de la guerra
del Peloponeso: "con devota amistad, para Eduardo Blanquel y Jorge Al-
berto Manrique, mis discpulos que fueron, mis colegas que son, mis
maestros que sern'
lvaro Matute
potimlj rctorim CI/ ,\ ' IICl'lI r;,l pWI{/ ( 1980 ), qu e es un ,1 importdnlc re"i -
;, in cri ticd de CSdS di ;,ci plind s e n Id crd (u loni ,lI . COl/lfllistar ti ceo; In
liflrar/oja ,Ij la cOl/c iel/cia Cl'iolla ( 191\9), libro e n el qu e 'c ren c un ,1 se ri e
de ensayo, sobre' 111],1 de 1,]1> cueslio ll es c;,piritu dle., e ill te lcCl u,lI e;, 111,1;,
,IIM, io ll dIlI CS el e la Co loni,l, (:1 proiJlel11d de iclcnt id.ICll.I'i oJl d I MI, CIl-
eOlldeld l> co nlrddi cc ioll cs,
I: n /l is toria dI' las IJilJ liolc((I,\ l/ ot'l)lii; }JII/ IIIS, co n ' u grdll s,]bi dUrld ;'0-
bre el lCI11,I, nos int rodu ce .1I 111undo dc lo, dCC ITOS bibl iogr,I1i cos du -
rdlH e 1,1 epo('\ eol o ni ,lI ; CO Il .IIll Lni ddd no, ref ine lUdie, cr.ln I.IS 111 ,1'
importdlll c, \' 1.1 rel,\{ i Il eslellle I' lllrc el co n texto cullLlr,1I l id, bi-
bl ioleCds Il o\'oh i, pa nd S.
; S111'/1 u criollo ( 1990 ) e, su lel i, de doe IO rdd o \' es Id lr, du ( cion,
.lll dli s" l' em ir.1 le.\ lu ,tI de Id obrd de un dc,ta cado autor cri oll o, Jo;,c
Ant on io dc \' il lc rid" ( 1695-1 728 ). 1:1 do(w r O;,oriu se deli ene (-' n Ull
Idr!\o pOC lll d, e ll el qU C! cMudi d Id lrd;,lc nd cll cid qu e el CUllO ~uddalu
pdno ti c nc c n Nu eva ICSpdii d com o !aclo r es piri tu,1I c' id l'o log ieo.
El Insl illl lO de 1\lI'e;, l i~dc i ollcs l3 ib liog r,I1i edS pu blic rc( ie nl C111 elll l'
Id obrd ultim.1 eJ e Ign,\( io O,ori o, CUI'd illlpres io ll es un merec ido ho-
me n,lje pOS1 U/l1 0. el -,egur.l ment c' - m,' ~ u st.l d o Jlor l: L{/ I/(: i//l{/g i-
I/{c r ;a: ep isrofarili de A /( IC.\/{c,io I\irc//{T CO II los lIo loliis/HI/IOS ( 1993) . Este
libro ap" , iOn,1Il 1l' nus ilumin" un ,] Ict.l r,,,i ig nor.lda e n los est udio,
colo ni,Jcl, el sdber h(,nllPlie () de lo, inlclert u,J c, crioll o, ~ MI reLl-
cio n COll un.l de 1", fi guras m,s i/l1j1orl.lnte, e n estd di sc iplin .l: el jC:'Uil,1
,J c l11 ,n An.l st.ls io l, ireI1l' r, co noc ido l' .Idlllir.ldo, entre olr.l' personali -
d,ld r" por ,or .Ju.ln, ~ ,iludid o Jlor c:lld en /:1s/( (nlo.
Ih I
Esta obra es el resultado de una paciente y apasionada investiga-
cin que Osorio realiz en Boloa, Italia, refugio de los jesuitas mexi-
canos despus de su expulsin en 1767. A esa ciudad trasladaron sus
manuscritos e impresos, y de ese acervo rescat el doctor Osorio las
cartas contenidas en el libro.
Entre otras distinciones, el doctor Ignacio Osorio fue Investigador
Nacional, casi desde la creacin del Sistema Nacional de Investiga-
dores. Su muerte, hace ms de dos aos, no lo ha hecho desaparecer:
su recuerdo y su obra siguen entre nosotros como una gran presencia.
1
Susana Glantz, comp., La heterodoxia recuperada. En torno a ngel Palerm. Mxi-
co, FCE, 1987; Modesto Surez, coord., Historia, antropologa y poltica. Homenaje a
ngel Palerm. 2 vols. Mxico, Alianza Editorial Mexicana, 1990.
L4
Alicia Perales Ojeda
La doctora Ali cia Perales Ojeda fue decana del Co legio de Bibliotecolo-
ga y profesora fundadora del mismo. In gres a la Facu ltad en 19.56 y
alcanz la mxima categoria acadmica: Profeso ra de carrera Titular
"C", Tiempo co mpl eto .
Fue maestra en Letras Espafiolas, en Ciencias de la Educacin y en
Arls il! libraru sciel/ce, ade ms de haber sido docto ra en Letras.
De los ca rgos qu e ocup sobresa le su brillante labor co mo directora
general de Bibli otecas de la llt\ .\\I, de 1966 a 1972, donde destaca su acti-
vidad de co nvenci min eto y sensi bli?aci n sobre la neces idad de crear
bibliotecds en ca da una de las depende ncias universitarias; su tena ci-
dad para crea r el primer orga nismo de investigacin en el rea: el Cen-
tro de In vest igaciones Bibliotecolgicas y de Archivologa -ubicado
dentro de la Facu ltad -, de l cual fue directo ra en tre 1975 y 1979.
Alicia Perales Ojeda. Desde la primera cntrega ( 1961), fue la editora del ,ll/lIario de l3ilJlio-
leco loga de la facu ltad de Filosofid y Letras, primera publicacin pe-
ridica mexicana de naturaleza acadcmica en el rea bibliotccolgica.
Rea liz un gran nmero de artculos publicados en revistas de al-
ca n ce na cio nal e internacional y public cin co libros, editados por la
l '.\ ,I I, los cua les siguen siendo a mpli amcnte u til i zddo~: Vc 111 il/for-
mtiw; Uf C/lllllm biblioil/fo/'lmlica SCJlleII lrioll{/l; I{/s olJ/'{/s dI' cO l/sIIII{/;
Los osoci{/ciollcS {ilerari{/s IIfcxiclflWS, siglo H; Seruicins bibliolcCllrios e/1
fUI vers idad cs.
Cn el Colegio de Bibliotecologd dirigi ms de vcinte tesis de licen-
cia tura y ms de die? de maestra.
En ambos niveles dc estudio imparti infiniddCl de cursos, demos-
trando en todos una erudici n asombrosa y una idea cla ra de la mane-
ra de desarrollar ell los estu diantes una formac in acadmica rigurosa.
Sus ltimas ctedras, impart idas en el sc mestre 9.1-2, fueron Semi nar io
de invcstigaciones bibliotccolgicas y Se min ario de organ izacin de
manuscritos (B ibli ografa mexicana avanzada), ambas pertcnecientes
a la maestra en Bibliotecologa de la Divisin de Estudios de Posgrado
de la Facultad.
Carlos Pereyra
Bolvar Echeverra
- 1 h(-i
miento de la alternativa del "socialismo real, (nica) realidad del so-
cialismo", fue el paso de la "revolucin" a la "democracia". Podemos
leer sus escritos como los de un socialista al que le toc pensar y ac-
tuar en "pocas de penuria" para el socialismo; como los trazos de una
estrategia esbozada con el fin de que la izquierda est en capacidad de
asumir el desencanto que ha trado consigo la caducidad de toda una
figura y toda una poca del socialismo, sin dejarse vencer por sus efec-
tos anonadadores, pero al mismo tiempo sin traicionar su validez.
Martn Quirarte
Vicente Quirarte
- 1 73
to, que es preciso rodearse de la mayor cantidad de juguetes que nos
ayuden a olvidar ingratitudes. Amaba los lpices recin afilados, las
plumas fuente, siempre cargadas con tinta color morado. Escriba sus
borradores en hojas de un papel especial, cuyo gasto justificaba dicien-
do que no gastaba en cigarros. Obsesionado por el orden, diseaba sus
propios muebles, y siempre tena ms libros que libreros.
Henri Pirenne, uno de sus autores predilectos, defina al historiador
como "un hombre que ama la vida y sabe contemplarla". Martn Qui-
rarte am la vida y la historia con esta fatalidad gozosa. Semejante a
los malos actores que antes de emocionarnos se dejan ganar por la
emocin, era incapaz de evocar los hechos sin que le temblara la voz.
Ms que un historiador, era un poeta de la historia. Ms que un inte-
lectual, un obrero que construa sus prrafos o imparta su clase con el
mismo cuidado con el cual deban ensamblarse las piezas de una silla
charra. Pero si a la hora del trabajo era ordenado y metdico, en los ac-
tos de la vida diaria cargaba con la brjula perdida de los sabios.
Gracias a su capacidad de sntesis, su comprensin global de los he-
chos, su bscula precisa que lo llevaba a sopesar los acontecimientos,
pudo publicar en 1965 la que fue su primera obra de conjunto: Visin
panormica de la historia de Mxico. Detrs de esa historia contada, de
la pesada ligereza de su estilo, se hallan tanto los historiadores como
los literatos. Amante de la respiracin de la prosa, en Martn Luis Guz-
mn aprendi los secretos de la puntuacin. En Justo Sierra, la emoti-
vidad y el sentido narrativo; en Francisco Alonso de Bulnes y en Carlos
Pereyra, el espritu polemista. Enemigo de los odios partidistas, Martn
Quirarte crea en la equidad y en la justicia. Por eso pudo escribir un
libro tan equilibrado como El problema religioso en Mxico. En sus estu-
dios sobre la Reforma y la Intervencin francesa, nuevamente se puso
de manifiesto su trabajo conciliador. Insisti en leer y analizar a los
intervencionistas, monarquistas y clericales, se convirti en abogado
de los vencidos y nos ense, como antes lo ense su maestro Jos C.
Valads, a conocerlos antes que condenarlos sin apelacin. En 1970
apareci la que acaso sea su obra mayor: Historiografa sobre el Imperio
de Maximiliano, surgida en gran parte del curso que sobre el tema im-
parta en la Facultad. Su obertura la forman palabras de otro de sus
maestros, Agustn Yez: "No es hora de revivir pasiones liquidadas,
ni de incurrir en rencores estriles; pero es hora de repasar la leccin
centenaria para evitar errores pasados y verificar los rumbos a seguir".
En la poesa por delante de la accin se encuentra la ltima y ejem-
plar leccin del maestro Martn Quirarte. El 13 de marzo de 1980 muri
en nuestra Ciudad Universitaria, minutos despus de haber impartido
su clase.
474
Beatriz Ramrez de la Fuente
. 1 7~
Luis Recasns Siches
L478
Alfonso Reyes
Alicia Reyes
- 1110 I
nar a Argentina por segunda ocasin. A fines de 1938 empieza a cons-
truir en Mxico su Capilla Alfonsina, sueo largamente acariciado
como apunta en su diario, y ah permanecer los ltimos aos de su
vida. Ms de cien ttulos nos dejar aquella pluma incansable, aque-
lla curiosidad insaciable entre prosa y verso. Hoy en da se le venera
en su Capilla Alfonsina (Centro de Estudios Literarios de Alfonso Re-
yes y Casa-Museo), en instituciones culturales, nacionales y extran-
jeras. Se recuerda al polgrafo, al diplomtico, al fundador de El Cole-
gio de Mxico, de El Colegio Nacional, al presidente de la Academia de
la Lengua, al catedrtico de la Universidad Autnoma de Mxico y al
consejero de la juventud a quien dejara estas palabras: "No olvidis ser
inteligentes".
1
Juan Ramn Jimnez, "Alfonso Reyes", en Pginas sobre Alfonso Reyes (1911-
1945). Monterrey, Universidad de Nuevo Len, 1955. (ed. de homenaje)
.... H32
Luis Rius
Apenas terminados sus estudios, fue invitado por Jos Rojas Garci-
dueIlas a dar clases de literatura espal'iola en la recin fundada Facul-
tad de Letras de la Universidad de Guanajuilto, donde residi varios
aiios como uno de sus mis destacados catedr~ticos. Tiempo despus,
recordara con enorme nostalgia aquella poca guanajuatense C01110
una etapa crucial de su vida, cuando comparti con poetas C0l110 Pe-
dro Garfias, filsofos como Ricardo Guerra y Luis Villoro, una inten sa
atmsfera intelectual. En GUilnajuato lo acompaaron otros escritores
y profesores de su generacin "hispanomexicana": Burgos, Espinasa,
Lpez Surez, Pascual Bux, Rodrguez Chicharro, Rafael Segovia.
En la Universidad Nacional Autnoma de \lxi co, y especificamen-
te en la Facultad de Filosofa y Letras, tuvo una larga, brillante y mu y
estimada trayectoria, desde que ingre s en 1959 como Profesor de
Tiempo completo, hasta uno de sus ltimos cargos como jefe de la divi-
sin de estudios superiores. En sus seminarios sobre poesa espaiiola
contempornea ha sido uno de los primeros investigadores sistem-
ticos de la obra realizada en Mxico por los poetas transterrados.
A pesar de sus mltiples actividades acadmico-administrativas, que
a veces pueden resecar la imaginacin artstica, Rius nun ca perdi su
intuicin potica.
Como poeta, Rius ha dejado cinco libros: Canciones de vel(l ( 1951 );
C(lnciones de (lllsellcia (1954); C(l/1ciolles de aJJlor !J sombra ( 1965); Ca ll-
ciolles (1 Pilar Iiioj(l (1970); Cuestill de (fII 10 l' !J otros poenws (1984).
En prosa , y la suya es difana y precisa, adems de artculos y ensa-
yos todava dispersos en diarios, revistas, suplementos literarios, se han
publicado los siguientes volmenes: Los grandes textos crentivos de la li-
temtum espwlola lasta /700 (1966); Le/1 Felipe, poeta de ImiTO (1968);
Lapoesa (1972). Uno de sus mejores ensayos est dedi cado al co menta-
rio crtico de Carlos Pellicer y su Materi(ll potico (1918-1961 ), de quien
fue alumno en la Facultad.
Jorge Rivera Aceves
Genaro Correa
485
labor como gegrafo en la Direccin General de Geologa de la Secre-
tara de Recursos Hidrulicos, entre 1946 y 1948, misma que repite en
la Direccin General de Educacin Audiovisual entre 1955 y 1965.
En el Colegio de Geografa de la Facultad de Filosofa y Letras, y
despus de la primera reforma de planes de estudio, imparti las c-
tedras de Geomorfologa ii y prcticas, Conservacin de recursos natu-
rales, Geologa aplicada a la geogrfa y prcticas, Seminario de geo-
grafa de Mxico, Seminario de conservacin de recursos naturales de
Mxico y Seminario de ecologa y recursos naturales, entre 1969 y
1986, ao en que se jubila. Fue Profesor de carrera en esta institucin
universitaria desde 1965 a 1987, con la categora de Profesor de Medio
tiempo Titular, y ascendi de la categora "A" a la "C" en 1972. Tambin
de 1963 a 1973 funge como consejero tcnico del Colegio de Geografa,
y miembro adjunto de la Comisin de Recursos Naturales; asimismo,
es asignado como delegado de Mxico en el Instituto Panamericano de
Geografa e Historia.
Su incansable quehacer cientfico y acadmico lo avalan varias ins-
tituciones a las que perteneci, entre ellas, la Sociedad Mexicana de
Geografa y Estadstica, la Asociacin Mexicana de Gegrafos Profesio-
nales, la Sociedad Botnica de Mxico, el Ateneo de Investigaciones
Geogrficas, del que fue su primer presidente, la Sociedad Forestal de
Mxico, la Sociedad Interamericana de Planeacin y otras.
Su trabajo de difusin est testimoniado en casi un centenar de con-
ferencias y de varias decenas de escritos en libros y otras publicacio-
nes, entre las que destacan: El gegrafo y la conservacin; El campo del
gegrafo; La proyeccin moderna de la geografa; La geografa y los recur-
sos naturales, entre otros.
Desde 1987, y por su alto sentido del deber y amor a la ctedra, pro-
sigue en el Colegio de Geografa dando las clases de Conservacin de
recursos naturales, Ecologa de los recursos naturales bsicos y otras.
Ha sido distinguido con numerosas preseas, entre las que destaca la
Medalla al Mrito "Benito Jurez", que otorga a los acadmicos distin-
guidos la Sociedad Mexicana de Geografa y Estadstica.
El profesor Jorge Rivera Aceves representa al maestro que nunca fal-
ta a clases ni a exmenes. Un verdadero maestro que da invaluables vi-
vencias, hechos anecdticos y trato humano a un incontable nmero
de alumnos en casi cincuenta aos de quehacer fecundo. Se le puede
considerar como un incansable forjador de generaciones, que siempre
luch por interesar a sus discpulos en el conocimiento de la geogra-
fa de Mxico.
Forma parte del grupo que tuvo la fortuna de defender la geografa
como carrera humanstica en los momentos crticos, como los de la d-
cada de los setentas, en el que se hizo palpable su ejemplar panegrico
acadmico y patritico.
486
Muy pocos pueden ufanarse de una trayectoria como la del profesor
Rivera, un hombre sencillo, formal, humano, que nunca busc hono-
res, y que siempre fue generoso y dedicado. Por todo ello es un maes-
tro extraordinario.
Wenceslao Roces
Rita Eder
1
'Dos, tres mariposas para Ida", en Del carnaval a la academia. Homenaje a Ida
Rodrguez Prampolini. Mxico, Doms, p. 11.
2
El arte contemporneo, esplendor y agona. Mxico, Pormaca, 1964; Herbert Ba-
yer: un concepto total. Mxico, UNAM, 1975; Dad: documentos. Mxico, UNAM, 1977.
3
Handbook of Latin American Studies, nm. 36. Humanities, Gainesville, Univer-
sity of Florida Press, 1974, p. 31.
4
Handbook of Latin American Studies, nm. 48. Humanities, Austin, University of
Texas Press, 1986, pp. 39-40.
Silvia Durn
tticas donde rea liz diversos estudios sobre sus temas obligados.
Co mo maestro imparti clases en la Escuela Normal Superior, en la
Escuela Na cional de ~ ' Iaestros, en la Escuela Nacional Preparatoria, en
la Universidad Militar Latino Americana, en el Instituto Tecnolgico
de ~ 'Ionterrey, en la Universidad Iberoamericana y en la Facultad de
Filosofa y Letras de la U I\:. \~1. En la Fa cultad fue ayudante del doctor
Sa mu el Rilmos en el Se minario de esttica, profesor titular de Teoria
del co noc i m iento y profeso r de t ica, 1-1 istoria de la f'i losara y Esttica.
En las otras institu ciones sus ctedra s fueron sobre lIistoria del arte,
Arte co lon ial mexi ca no, 11 istoria de ~lxico, Psico loga y Lgi ca.
Pedro Rojas, adem{s de ser invest igador y profesor, era promotor
cultural; fund y dirigi una de las mejores colecciones sobre arte que
se hayan publi cado en nucstro pas. En esta coleccin, editada por la
t i, \~l Y llamada as, Coleccin ele Arte, se encuentran autores de gran
ca lidad co mo Paul \Vesth eim , Octavio Paz, Raqu el Tibol, Justino Fer-
nndez, Luis Cardoza y Aragn, Rubn Bonifaz Nuo , etctera , quie-
nes escriben sobre diversos temas o autores de arte. Fue directo r de Ra-
dio Uni ve rsiclad y co labor a la apertura de la Casa del Lago.
"Pedro Rojas fue mi maest ro -dice Alberto lIjar- , un gran amigo.
Gracias a llei por primera vez Materialismo y Empiriocriticismo [sic[
y mc apoy para que cmpezara a trabajar. Era un maestro con un am-
plio co nocimi ento del arte mexi ca no y un gran promotor cultural".
Pedro Roja s, investigador, promotor cultural y profcsor, na ci en
\I x ico, Distrito Federal, el8 de febrero de 1917, trabaj en la Facultad
desde 1949 hasta 1984, aiio en el que falle ci, el da 10 de di ciembre.
Homenaje al maestro Alejandro Rossi
497
Jorge Ignacio Rubio ~Ia *
Aime Wagner
499
de un,' Secci n de lCatro, depcndienw de ' u n"I",r,llllento de Letra"
(on arreglo al siguiente prngramd:
Hi slorid del Tecltro L nivcrscli , dc:-,dc "iLlS oflgene~ hdsta nLle~(l-US d l,I S
- Prof. Rodolfo Us igli.
'Ibmd v Co mposici n Drdm"tica - I'rol. Rodollo lsigli.
Tecnici:I TCdtrdl Prot. Lic. Enrique RlIcI(l~
Tcnic" Teatral Sup erior ( Direccin de esren,,) -Pror. fcrnolndo
W{lgncr.
Est" Seccin de Teatro fue el ini cio de lo que hoyes el Co legio de Li-
teratura Dramiitica y Teatro de la F'acultdel ele rilosof" l ' Letras, por lo
que se cO llsiderd a estos tres ma estros co mo los fundadores del men-
cionado Colegio.
El 20 de febrero dc J 953 estrena el ma e,tru Ru ela s, en la plazuela ele
San Roque, en la ci udad dc Guanajudlo, los [ 1I/'CI/I('SI', ccrvll ll/illOS. Le si-
guen, en 19 5.1, Los plisas, de Lope de Ruedd; El nllblo jovial, de Ale-
jandro Caso n<1, 19.58; El Cl/bollero de 01111e(/o, de Lope de \'egd, 1962; \'a-
Enrique Ruelas Espinosa . 1//(1, de Federico GdrCld Lorca, 1%3 v, por ultimo, utili z" ndo el escenario
n,ltural de und mina , Dos hO/llbres cIlla 111i1l0 , de F. Il erczeg, 197lJ.
Estas presenta ciones elieron gran 1;lm.1 a la ciud"d de GUdnajudlO v
fuero n la , imiente de lo que hol' es el Festival Internd ciondl Ce nan-
tino. El es tado de Guanajuato reco noci es t" I"bor del li ce nciado Ruc-
Ias nOl1lbrndolo, ell 1%6, ciudadano honorario y, entre UIlO de tantos
homenajes postumos que se le hi cie ron , se del'el -el lO de octubre
de H)l)]- una placa alusil'il " los cuarenta allOS de represcllld ci n de
estas escenil'icdciones.
Adcmas del tcatro , otra ele las grdndes pasiones de Enrique Ru cias
era la doce ncia: durante ms de cuarcnta aos prest sus sen'icios en
la l ~ \\\ imparti enelo c1,lses ele Lilcrdturd drdmdti ciI , de Actudcin .\ de
Direcc in , con una enormc vitalidad V trdtando siempre de transmitir
eSd inquietud que l sel1[ia por el tedtro a sus alumnos; co me ntaba
que el hecho de inquietar era la semilld que mOl'la ,11 ,lIumno a seguir
investiga mio.
Su labor doce nte no se limit d la t ' ~ \~I; imparti clases en el Insti-
tuto Teatral y Cinematogrfico de la ANIl ,\ v su grupo de actores de
Gua najuato no estaba formado por profesionales de l tcatro sino que en
el parti cipaba todo aquel que tuviera inters, contando con cSllldiantes,
profesionales, amdS de casa, obreros, etctera, quienes encontraban en
clli cc llciado Rucias un gua, un maestro y, mas dlln, un gran amIgo.
C; ()()
Beatriz Ruiz Gaytn Fernndez
Eduardo R. Ibarra
Ls oi
Iktri7 Rui7 ('IY{dll, i\lanuel GlIt'rr,L Edmun-
do O'Gonnan \' [lisa \'ar!!s Lu~o
1
"Sentido humano de la arqueologa", en Ana Luisa Izquierdo, Alberto Ruz Lhuil-
lier frente al pasado de los mayas, Antologa. Mxico, SEP, 1987, pp. 56-57. (Serie Cien
de Mxico)
I
504
Carlos Scllz dc la Calzada v Gorostiza
Helena Beristin
soH
Fue bcca rio del CC l1lro de J:studios LiLcrario, \' Filolgicos dc El Co-
legio de ~lxico, bajo la direcc in dc don RaYlllllndo Lid a (19 49 ),
profesor de Literatura universal y Estudio rilolgiw cn la Escucla Nd-
cional Prcparatoria ( 1953-1%3 ); profesor de Espa iiol en la esc ue la
Nacional de Cien cias Politicas de la L'\\I ( 1957-195 9); juez mi\to de
primera instan cia del DistriLO de Chilpan cingo de los Bravos, Guerrero
(1958), Profesor de Latlll , Literatura latina, Institu cio nes jurdico-poli-
tieas grecor romana s, 11ulllanidddes I,ainas ~ Seminario dc Lesi, de
maestria , en la Fa cultad de filosofa \' LeLras de la l' 1\1 ( 1lJ5!l-1985).
investigador de la Co misin de Estudios de I'lancd cion Unil'er,itan .J
de la ll'A~1 (1%8-1959 ); beca rio del Gobierno italiano en la Lnivcrs i-
dad de Roma para eSLudiar 11 istoria de Rom a ( 1960 ); inspcCLor dc md-
terias filolgi cas v filosfi cas cn escuelas y univcrs idad es in co rpo-
radas a la ll:\A~1 (19(;"); prof csor del curso de Derccho rol11,lno para la
capacitacin y aClllalizilcin de profesores en la Fac ultad de Derecho
de la l~ ,I \1 ( 1969 ).
Desempeii , siempre en la 1I~ I~I, num erosos ca rgos academi co-adm i-
Rafael Salll1as Gon7.lf~z. nistrativos: director del Seminario de Letras Clsicas (1 965 ); fundad ol
del ])epartamento de Letras Cl,sicas y jefe del mism o (1966 d 1981);
secretario del proresorado en la FaculLad de Filosofia y Letr,ls ( l96h-
1%9 ); asesor jurdi co y tcni co ele la misma fdcultael (1966 -196 9),
secretario general aux iliar de la mism a ( 1967-1969 ); coo rdinador de
tre inta y dos cursos de capacitacin para prorcsore~, tdmbien de la Fd-
cultael (1967); coordinador de cincuentd y nueve co nwrso, de oposi-
cin de la misma ( 1967 ); encargado dc la Unidad Administratila de 1,1
misma (1967-1969 ); fundador y primer dircctor de Id Uivision de estu-
dios superiores de la misma (1969).
Obras publicadas: P/'oblclIltiCCf poltica.lJ colIstitu ciollal de I(c m([igu(f
[<ama cls ic(f. Diseccin .lJ anlisis de una sociedad cscl(fvis TII . illxico,
Publi cacio nes del Seminario de derecho co nstitu cional de la raculta d
ele Derecho de la L~I\I, 1962. ~larco Tulio Ciceron, CiIIilillario:,. Prlo-
go, tradu cc in y notds dc Rafael Salinas. 1\1cxi co, l N 1\1,1963 (B ibJiothecd
Scriptorulll Graecorum et ROl11anorUl11 ~lexi cdna ). Cayo .Julio Csill,
Guerra ('itli!. Traduccin, introduccion y notas de Rafael Sd lina s. ~l
~ico , LI\.I\I , 1981 ( Bibliothcca Scriplorum Gra ecorum et Romanorum
il1exicilna). "Tres il1lerpretes actuales de .Julio Csa r", en Allcf{frio de'
/-lisloria ele la Fa cultad de ,ilosona y Letras, lINI\\. "Ellridilll cnsionali ,-
1110 jurdico". 1Taclu cci n del portugus del ensayo de ,\ liguel Reale, en
V/{/Iloia, 1967. Cice rn , l 'crrillas. Prlogo, traelu ccion ~ notas de Rafael
Salina:,. ~lei co, lIN.I\I, edi cion pSLUl11a , 1'l8S (B iblioth eca Scriptorulll
Graeco rUlll ct RomanorUlll ~l cx i cillla ) .
Su pluma es llldgnlfi ca; su cstil o, erudito pero se ncillo; ,1 la I CI pre-
ciso \' elega nte. ~us versiones cuidan es meraddlll enLc la c1,riddd , Id
co rrecci n \' la belleza de la l e n~ua recep lora ; pe ro (lllhin obedecen
al deseo de leer en sus propios trminos la problemtica de la socie-
dad generadora de los autores y los textos. Los estudios introductorios
a sus traducciones explican vidas y obras desde la perspectiva del ma-
terialismo dialctico aplicado con sistemtico rigor.
Fernando Salmern
Len Oliv
L-
Adolfo Snc.ht? vJzqucz, Lub Villo ro, Ra-
t1101l Xirdu y Fernando Salnwron.
Salmern ha escrito varios ensayos sobre este tema y compilado lib ros
como los Ortega y Casset, publicado por el Fondo de Cultura Econ-
mi ca en 1984. Su libro Las I/locedades de Ortega y Casset, publi ca do por
la I ' ~ \~I, se ha cOllvertido en una referencia ob ligada para los estu-
diosos del tema. En varias ocasiones la Funda cin Ortega de Espaa
ha so li citado su participa cin en cursos, cursil los, conferencias y reu-
niones acadmicas snbre este campo.
En cuanto a la filosoria en Mxico, adcm;s de ser uno de los princi-
pd les protagon istas de su desa rrollo en las Il i mas cua tro dcadas, ha
publi ca do importantes ensayos de amlisis. I'ara men cionar s lo algu-
nos ejemp los de esto, pueden sealarsc: "\ lexicolI Phi/osIJpllCrs of the
TlfIelltieth Celltl/ry ", cn Major Trcllds i/1 MexiwlI Phi/osopll!!, Unil'ersit~'
of Nutre Dame Press, 1966; "P/i/osopliy ill Me,\'ico", en R. Klibansky, ed.,
CUlltclllpOmr!} Philosop/,lj, \ Sll rvr;y. Florencia, La NuoviI Italia Eclitrice,
1971 ; "La filosofa en Mxico entre 1950 y 1975. Primera pdl'tc", en Las
hl/lll{l/lidades ell MNico: /950-/975. ,\ l x ico, I N..IIl, 1978; 'Tinjlil'll/lg", en
Philnsopllic /l/ld /{eclltstllcorie i/l Mexiko. Berln, Dllnker [s Illllllblot,
IgS9.
La ca pa cidad y Id importan cia del trahajo del doctor Salmern ha si -
do reco nocida nacional e in ternac iona lm cnte por medio de IdS nume-
rosas invitaciones que ha recibido para parti cipar en co mits acadmi-
cos, en tribunales y jurados acadmicos, en reuniones cicntifi ca, y
dcaclm icas sobre los tcmdS de su eSJlecialidad, dsi como por medio de
las ,e;orias que le bdn sido solicitad,ls por organismos ndcionales e
internd cio nales sohre telllas de educacin .
El docto r Salmern ta mbi n es miembro del Com it Acad:mico de
la EI/(;iclopcdin illc/'O(I//lcric(fl/n de filosofa. J::ste es el proyerto mis a m-
bicioso qu e se ha planteado llevar adelante en su co njunto Id comuni-
ddd filosfica ibero,lIn ericana. En esta Enciclupctlin S,limcrn ha PM-
~ I()
ticipado tambin en la elaboracin del volumen sobre tica y se le ha
comisionado la coordinacin del de filosofa de la educacin, lo cual
significa el reconocimiento de que se trata de uno de los principales l-
deres de estos campos en el mundo iberoamericano.
Aunada a su labor de investigacin, el doctor Salmern ha realizado
una notable labor docente de manera constante desde 1947. En par-
ticular, en la Facultad de Filosofa y Letras de la UNAM, inici su labor
acadmica en 1951, como profesor ayudante en la ctedra Introduc-
cin a la filosofa, de la cual era titular el doctor Leopoldo Zea. Desde
1964 ha sido profesor titular de tica, y ha mantenido de modo perma-
nente su Seminario de tica, el cual ha cursado un gran nmero de
estudiantes que se han convertido en los ms destacados profesores e
investigadores de filosofa en diversas instituciones nacionales de en-
seanza superior y de investigacin.
El doctor Salmern ha sido invitado a dictar cursos y conferencias,
as como a participar en reuniones en un gran nmero de universida-
des e instituciones acadmicas del extranjero, entre otros pases, en
Argentina, Venezuela, Per, Colombia, Canad, Estados Unidos, Brasil,
Senegal, Espaa, Suiza, Checoslovaquia y Francia.
Algunas de las distinciones que ha recibido el doctor Salmern han
sido las siguientes: es miembro de El Colegio Nacional desde 1972.
Ha sido Investigador nacional, nivel 3, desde la fundacin del Siste-
ma Nacional de Investigadores, a cuya Comisin Dictaminadora en el
rea de Ciencias Sociales y Humanidades perteneci como miembro
fundador, de 1984 a 1987. De 1988 a la fecha ha sido vocal del Consejo
Directivo del mismo SNI. Ha sido miembro de la Junta de Gobierno de
El Colegio de Mxico desde 1986. La Universidad Veracruzana le otor-
g el doctorado honoris causa en 1980. En 1992 el Consejo Nacional de
Ciencia y 1Ibcnologa le otorg una Ctedra Patrimonial de Excelencia
Nivel I una de las mximas distinciones que se puede otorgar a un
investigador en Mxico. En 1993 fue designado investigador emrito
del Instituto de Investigaciones Filosficas de la UNAM; recibi el Pre-
mio Universidad Nacional en Investigacin en Humanidades, y se le
otorg el Premio Nacional de Ciencias, en el rea de Ciencias Sociales,
Historia y Filosofa. Tambin es miembro del Institut International de
Philosophie, asociacin con sede en Pars, con criterios muy exigentes
para la admisin de sus miembros.
Asimismo, Fernando Salmern ha desarrollado una muy importante
labor acadmico administrativa dentro de la UNAM: fue director del Ins-
tituto de Investigaciones Filosficas por dos periodos, entre 1966 y
1978, y desde 1983 ha sido miembro de la Junta de Gobierno.
A su muy destacada labor en la docencia y en la investigacin debe
aadirse un incansable y muy importante trabajo en la conduccin
de instituciones acadmicas, por medio del cual ha puesto en prctica
511
su inters y sus conocimientos relativos a la educacin y a la filosofa
de la educacin. Adems de los cargos ya mencionados en la UNAM,
Fernando Salmern fue director fundador (1956 a 1958) de la Facultad
de Filosofa y Letras de la Universidad Veracruzana; rector, en tres oca-
siones, de la misma (1959 a 1960, 1961 a 1962 y 1962 a 1963); rector de
la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autnoma Metropolitana (1978-
1979), y finalmente, rector general de esa misma Universidad (1979-
1981).
Pedro C. Snchez
.S I .S
Carlos de Sigenza y Gngora
Laura Bentez
Sin duda una de las figuras seeras del Mxico colonial es la de don
Carlos de Sigenza y Gngora (1645-1700), criollo mexicano y moder-
no hombre de ciencia quien desarroll parte de su actividad intelectual
en la Real y Pontificia Universidad de Mxico, "la Atenas mexicana",
como el autor la denomina en su Triumpho parthnico.
Don Carlos naci en 1645 y en 1660 ingres al Colegio de T pozotln
de la Compaa de Jess, donde muy probablemente aprendi lenguas
indgenas. Pas despus al del Espritu Santo en Puebla, del cual sali
en 1667. Su separacin de la Compaa no mengu su vocacin sacer-
dotal, ordenndose en 1673. Al mismo tiempo se dedic al estudio de
las matemticas y obtuvo la ctedra de Matemticas y astronoma, en
1672, en la Real y Pontificia Universidad de Mxico. A partir de ese
momento, Sigenza ley ctedra desde esa fecha hasta casi el final de
su vida; con todo, sus mltiples ocupaciones y cargos le impidieron
cumplir esta obligacin en forma asidua. En efecto, existe constancia
de las multas impuestas a nuestro ilustre criollo nacionalista por no
asistir a la lectura de la ctedra. Este no es, sin embargo, sino un detalle
anecdtico frente a la importancia del erudito barroco, quien es uno de
los primeros autores que sienta las bases de nuestra conciencia nacio-
nal. As, refirindose a sus compatriotas dedicados al estudio exclama:
516
Sigenza reconoci el valor propio y el de sus compatriotas y busc
poner al descubierto el prejuicio de que slo la ciencia extranjera es
valiosa. Por otro lado, defender sus puntos de vista en astronoma era
darle crdito y valor a la Universidad de la cual era profesor, es decir, a
la Real y Pontificia Universidad de Mxico, antecedente remoto de
nuestra Universidad.
1
Carlos de Sigenza y Gngora, Triumpho Parthnico, Prlogo de Jos Rojas Gar-
cidueas. Mxico, Editorial Xchitl, 1945, p. 40. (Biblioteca mexicana de libros raros
y curiosos)
2
Carlos de Sigenza y Gngora, Libra astronmica y filosfica, presentacin de Jo-
s Gaos, edicin de Bernab Navarro, Mxico, UNAM, Centro de Estudios Filosficos.
1959, p. 6.
3
lbid., p. 151.
4
Francisco Prez de Salazar, Obras de Carlos de Sigenza y Gngora con una bio-
grafa. Mxico, Sociedad de Biblifilos Mexicanos, 1928, pp. LXXXIV-LXXXV.
sia
Carlos Solrzano, el hombre del jardn encantado
Gabriel Weisz
Ii
Miguel Angel As tu rias, Car10s Sol rznllo y
Ca rlo~ Pell icE'f.
! ;"i L I
Kleomenes Stamatiades
1522
Domingo Tirado Bened
Julio Torri
Beatriz Espejo
Julio Torri (1889-1970) naci en Saltillo, Coahuila. All curs sus pri-
meros estudios y a los quince aos public su primer texto. Poco des-
pus vino a la ciudad de Mxico para recibirse de abogado en la Escue-
la Nacional de Jurisprudencia, donde entabl amistad con Alfonso
Reyes y otros muchachos que formaran el Ateneo de la Juventud, dis-
puesto a propagar "ideas nobles y bellas". Sus integrantes eran cosmo-
politas y elitistas, se oponan a la generacin precedente y se empea-
ban en dejarnos una obra original. Intentaban revolucionar al pas
por medio de la cultura, ciertos de lograrlo preparndose concienzu-
damente. Ya entonces Trri se distingua leyendo doscientas cincuenta
LS2 i
los grandes temas y nos dejaron las variaciones de poca monta. Excla-
m: "Si furamos por ventura de la primera generacin de hombres
cuando florecan en toda su irresistible virginidad aun los lugares co-
munes ms triviales!", y suspirando vivi disconforme en el siglo xx.
Salvador Toscano
Beatriz de la Fuente
Myrialll il/doy
La memoria puede ser fuente de placer y dolor, por ello tiene que ser
selectiva . A diferencia de Punes, el memorioso, el agobiallte personaje
del cuento de Borges, no recordamos todo, lo que formamos es una figu-
ra que se construye a partir de un mosaico de recucrdos yeso es lo que
a m me pasa cuando trato de rememorar al maestro \Vonfilio Trejo.
Lo primero que me viene a la cabeza es una tarde lluviosa, en la Pa-
cultad de Filosofa y Letras de la l NA,,; estoy en uno de los salones
grandes con el amplio ventanal que da hacia los jardines centrales. Al
frente, sentado en un escritorio un escaln superior a donde estoy sen-
tada, Wonfilio Treja, que cs mi profesor de Teora del conocimiento,
est debatiendo el problema de la verdad. Con su tono pausado y sua-
ve, siento que habla slo para m. En lugar de mirarnos, Trejo tiene la
Wonfili o Trejo , 1987. vista fija en un punto lejano situado ms all de la ventana, y como si
desde all nos fuera descifrando un complicado jeroglfico, va expli-
cando el concepto. De cuando en cuando regresa y nos observa, parece
que busca cerciorarse si la comunicacin sigue establecida. Esta clase,
como la gran mayora de las que me toc seguir durante mi vida uni-
versitaria, primero como estudiante, y luego, como ayudante suya en
los cursos de Teora del conocimiento y de tica, se caracteriza por el
orden y rigor en la exposicin. En todos sus cursos era notable la serie-
dad y sistematicidad con que se presentaban las concepciones de otros
filsofos y principalmente por la manera en que se discutan, clasifi-
caban y reformaban las ideas de los otros desde su perspectiva, misma
que mostraba su talento para el trabajo intelectual en el espacio nti-
mo del saln de clases. Con el tiempo aprend que los resultados de los
que ramos testigos en las clases provenan del debate que tena lugar
en la soledad del gabinete, con Trejo rodeado por sus libros y diccio-
narios; y de esos frecuentes combates tericos que duraban noches in-
terminables surga esa clase amable y clara. En los diez aos que tra-
bajamos juntos no falt jams a sus clases ni a las mas y siempre fue
puntual.
Recuerdo tambin lo que l me cont sobre su llegada a Mxico a
estudiar. El maestro Trejo vino a esta capital de Ciudad Victoria, Ta-
maulipas. Una exitosa educacin en la Normal lo haba convertido en
director de una primaria antes de cumplir los veinte aos. Lleg a fi-
nes de los aos cuarentas y se inscribi en la Facultad de Filosofa, que
entonces se encontraba en Mascarones. Aos despus, uno de sus her-
manos mayores, al reconocer que sus preocupaciones intelectuales
eran genuinas, cosa que se mostr por su excelente rendimiento aca-
dmico, empez a apoyarlo econmicamente, antes de lo cual sufri
algunas penurias. Sus primeros trabajos tericos versaron sobre Hus-
serl y Dilthey, de quienes tom elementos de sistematicidad y el afn
por realizar recorridos histricos al rastrear un problema filosfico.
Tambin lo evoco en sus libros, en su amor por la precisin y ma-
tematicidad de Leibniz, su admiracin por el gran proyecto filosfico
de Kant. Y sobre todo, su gran preocupacin filosfica acerca de la po-
sibilidad del conocimiento del mundo exterior y el recuento y anlisis
que hizo de las teoras de la percepcin modernas y contemporneas
y que aparecen en su libro Fenomenalismo y realismo, trabajo que le
sirvi para sustentar su disertacin doctoral y cuya calidad fue amplia-
mente reconocida por la comunidad filosfica de epistemlogos que lo
examinaron.
Como hombre pblico y autoridad universitaria, Trejo fue senci-
llo, cordial y respetuoso, cualidades que lo hicieron muy apreciado por
todos los que lo rodeamos.
Tbdos estos recuerdos me instruyeron de varias maneras, hacindo-
me ver que la actividad filosfica es principalmente una pasin por el
debate y la discusin de las ideas; tambin mostrndome que el ver-
dadero filsofo debe entender el punto de vista del otro con la misma
53^
comprensin con la que entiende el propio y, por ltimo, que tanto en
la docencia como en la investigacin filosficas debemos buscar or-
den, rigor, seriedad y sistematicidad, caractersticas que se han con-
vertido para m, al paso de los aos, en su ms valiosa enseanza.
Rodolfo Usigli
Lech Hellwig
[..] a pesar de las controversias, los escndalos, los xitos y los fraca-
sos, los aplausos y los insultos, los prlogos y los eplogos, mis inten-
ciones y mis obras, si bien comprendidas y absorbidas por el pblico
que es el nico ncleo humano en estado de gracia, es decir, en
sentimiento y en sentido de generacin espontnea, no han sido
enfocadas ni juzgadas con exactitud por la crtica profesional, por la
gente del arma del teatro ni por los investigadores universitarios en
lo general.
Y contina:
[...] me agrada pensar que algunas relecturas hechas por cada quien
a sus horas propias y no a las impuestas por la ley del espectculo tea-
534
Rudollo 'sigli
tr,Ji, pod rtin servir pa r,l poner las cosas en su punto y para determi-
nar si C'i trdbajo creador que he del do tI J\lcxico -do nde na c por Ctl-
sualidad pero donde volverla a nacer, mejor que en ningu na otra par-
te, cO ll sul lfrl 11 I11 C () no, por voluntad expresa y absot uta- tiene o no
un ~c ntid o, una va lidez.\' UIl lugar propios v, por ello , mexica nos.
Us igli dej co mo heren cia cuatro libros importantes M-r ico el1 el
terll ro; Ca minos del tca N'O eIl Mxico; Itil1erario del aulOr dramtico y
AJI!!tull1ia del tewl'O, adems de su vasta obra dramti ca, qu e compren-
de a l rededor de cua ren ta obras, desde El C!pstul, en IY31, ha sta BuClloS
d!!s' sello l' m:sidellte, en 1972, de las cual es mu chas han sido tradu-
cidas a otros idiomas,
Lo qu e hoy dia es la li ce nciawra en Literawra [)ramitica y Teatro
en la Fa cultad de Filosofa y Letras de la Universidad Nacional Aut-
noma de ~lxico tiene, C0 l110 antecedente, desd e hace sese nta ai;os, los
cursos impartidos por el mismo Usigli en la co mpaa de Fernando
Wagner y Enrique Ruelas. Esos cursos (Historia de Mxico, Historia
del teatro mexicano, Anlisis y composicin del drama) influyeron en
la formacin de muchos que hoy continan la gran obra de la crea-
cin del teatro nacional mexicano.
En el ao 1989, el Centro Nacional de Investigacin Teatral del Insti-
tuto Nacional de Bellas Artes, que lleva el nombre de Rodolfo Usigli, so-
licit a las mximas autoridades del pas que los restos del ciudadano
del teatro fuesen trasladados a la Rotonda de los hombres ilustres...
Hasta el momento hay silencio. Ser que las razones de la censura, en
1947, a la puesta en escena de El gesticulador, en el recinto del Palacio
de Bellas Artes, siguen vigentes?
Jos C. Valads
Patricia Galeana
537
Rafael HeJiodoro Valle
Emeslo de /(1 lorre \filiar
1
540
mero de ellos, Las portadas religiosas de Mxico, fue su tesis de ma estra,
en tanto que La iglesia de smlfa Prisca de Ta.vco, fue la del doctorado.
Despus siguieron otros, co mo El clal/stro fra /l ciswno de TIMelolco; El
CO/lvento de sa/1 Agustn de QucrtarD; M.vico bWTOCO y los Estudios de pin-
tl/ra colonial hisjla/loall1cricrllla .
Coo rdin los trabajos para Portadas clluITigu erescas de la ciudad de
Mxico y para la seccin de arte colon ial de la E/lciclopedia de arte lI1e-
xicwlO. En este sentido, sobresa le es pec ialm ente la que se refiere a
Jua n Correa , donde la doctora Elisa Vargas Lugo dirigi a un equipo
de alumn os e investigadores para dar a co nocer, en va ri os tomos, la vi da
y la obra del pintor novohispano.
Su vasta produccin bibliog rfica y su importante labor co mo maes-
tra de varias generaciones la han hec ho merecedora de diversas di st in-
cion es, ent re las que destaca el Premio Universi dad Nac ional en el
rea de Docencia en Humanidades, en 1993.
Luis Villoro
.~ 42.
cultad de Filosofa y Letras. En 1950 ingresa como Profesor titular en
el Colegio de Filosofa de la Facultad, impartiendo las ctedras de Fi-
losofa contempornea y Filosofa de la historia; fue coordinador del
Colegio de Filosofa y jefe de la Divisin de Estudios de Posgrado de la
propia Facultad. Recientemente, en 1992, imparti la ctedra "Alfonso
Reyes", tratando temas de filosofa poltica.
Entre las distinciones que ha sido objeto Luis Villoro se encuentran
su nombramiento como miembro de la Junta de Gobierno de la uNAM,
de 1972 a 1983; su membresa en El Colegio Nacional a partir de 1978;
el Premio Nacional en Ciencias Sociales, Historia y Filosofa, en 1986; el
Premio Universidad Nacional en el rea de Investigacin en Humani-
dades, en 1989, y el nombramiento de investigador emrito del Instituto
de Investigaciones Filosficas, en 1989.
Adems de su labor acadmica, Luis Villoro ha participado intensa-
mente en la vida cultural de Mxico, razn por la cual fue nombrado,
en 1983, embajador de nuestro pas ante la UNESCO.
Las preocupaciones filosficas de Villoro han sido muy diversas; se
ha abocado a comprender los fenmenos mexicanos tal y como lo de-
muestran sus libros Los grandes momentos del indigenismo en Mxico
(1950) y El proceso ideolgico de la revolucin de independencia (1953);
tambin ha estudiado el pensamiento de algunos autores, considera-
dos, en filosofa, como clsicos; ejemplo de ello son sus obras La idea y
el ente en la filosofa de Descartes (1963), Estudios sobre Husserl (1974),
siendo este ltimo un libro clsico para comprender ciertos temas re-
lacionados con el pensamiento de Marx. Villoro nos ha enfrentado con
los grandes temas de la filosofa. En su libro Creer, saber, conocer (1982)
estudia las relaciones entre el pensamiento y las formas de domina-
cin, nos muestra que el conocimiento humano rebasa los lmites del
conocimiento cientfico, nos pone en contacto, una vez ms, con la fe-
nomenologa y el marxismo y, por ltimo, nos manifiesta su obsesin
por la sabidura. En su libro ms reciente, El pensamiento moderno
(1992), Villoro hace un brillante anlisis de las categoras del Renaci-
miento para contrastarlas con las propias del pensamiento actual, las
del pensamiento posmoderno.
Para las personas que hemos tenido trato con l, Luis Villoro es un
ejemplo de lo que deber ser el profesor, el investigador, el filsofo y el
intelectual.
543
Jorge A. Viv Escoto, un maestro de excelencia
546
Fernando Wagner
Aime Wagner
547
Margo Gla ll tz, Enrjque Rudas y Fernando
Wagnt'r, ! 9G7,
obras Contigo pan.lJ cehol/Il, de Manuel E. de Gorost iza y A ningu/lll dc
las trcs, de Rernando Caldern .
Su ca rrera docente abarc, adems de la 111'1""1, la Escuela de Arte
Teatral del In sti tuto Nacional de Bellas Artes, la Escuela de Arte para
Trabajadores de la Secreta ria de Educacin Pliblica, la LSI~I E del In stituto
Politcnico Nacional y la Escuela Superi or de Guerra.
Paralelamente a la actividad docente se dedic , de man era funda-
mental, a la direcc in esc ni ca y, entre otros mu chos montajes, estre-
n varias obras de autores mex ica nos co mo Emilio Carballido, Xavier
Villaurrutia, Wilberto Ca ntn , Rafael Solana, Luis G. Hasurto, etcte ra.
En 1957 obtuvo el grado de maest ro en la 1I " .\\1 y esc ribi tres libros:
la edi cin bilinge (a lemn-ingl s) de Poesa {dcl/I(f//[I desde Rilke, pu-
bli cado en Nueva York; Teora.lJ tcn ica teat ral y La televisin.
El ma estro Wagner perdi la vida en un accidente automovilstico
el 19 de octubre de 1973.
Joaqun Xirau
Ramn Xirau
Ramn Xirau
Ocravio Paz
55 1
1
la poesa y la filosofa, es tambin una sabidura: es un saber que nos
reconcilia con nuestro destino incierto de hombres y nos lleva a ver
con reconocimiento y sorpresa un hecho simultneamente simple y
misterioso, cotidiano e inslito: el hecho de estar vivos sobre esta tierra.
Durante una temporada Ramn Xirau y yo fuimos vecinos en San
ngel. Los Xirau viven cerca de la calle de Galeana y nosotros mi
mujer y yo alquilamos una pequea casa en esa calle. Hace unos
quince aos, al final de Galeana comenzaba una regin indecisa, ni
urbana ni campestre; ms all de las ltimas casas podan verse coli-
nas, rboles y chozas; el campo que rodeaba a nuestra ciudad. En las
tapias haba enredaderas y en el cielo, a veces, sbitos colibres. Al
caer la noche, veamos a unos albailes que regresaban de una obra
en construccin. Despus la calle se quedaba sola, como en espera de
algo quiz de la presencia que desvela a Ramn Xirau. Escrib enton-
ces un pequeo poema en el que quise expresar la presencia de lo
inslito en la realidad de todos los das. Se lo envi a Ramn Xirau,
poeta, amigo y maestro de poetas, como un mnimo homenaje:
A Ramn Xirau
552
Vera Yamuni
Ricardo Horneffer
1.'' ''''
mente con su responsabilidad dentro de la filosofa, que ella concibe
como filosofa de la ciencia. Su inters por las ciencias naturales la lle-
v a estudiar, en la propia UNAM, la carrera de Mdico cirujano, de la
que se titula en 1973 y ejerce desde entonces.
Son pocas las personas, en realidad, que pueden llevar a cabo, de ma-
nera notable y comprometida, dos quehaceres, cada uno de los cuales
requiere, desde perspectivas distintas, de un rigor y de una precisin
particulares: Vera Yamuni ha sabido complementar una vida dedicada
a la reflexin filosfica con un ejercicio profesional eminentemente
prctico, como lo es la medicina.
1
Vera Yamuni, Jos Gaos. El hombre y su pensamiento. Mxico, UNAM, Facultad de
Filosofa y Letras, 1980, pp. 5-6. (Col. Seminarios)
Agustn Yez
Eugenia Revueltas
scar Zorrilla
ss^
Semblanzas
de directores
Daniel M. Vlez
[ 1924)
Libertad Mel1ndez Me/1ndez
Balbino Dvalos
(l92;-19l6)
Libertad Menlldez Mell lldez
563
Como consejero de Instruccin Pblica, jefe de Salubridad y direc-
tor de la Escuela Preparatoria de aquel estado, dej evidencia clara de
su capacidad y entrega; en su calidad de diputado al Congreso de la
Unin por Aguascalientes, colabor de manera destacada como redac-
tor de la reforma constitucional y de la nueva Ley Org,nica de la Se-
cretara de Educacin Pblica. Su experiencia como universitario no
fue menos rica; atendi con igual dedicacin los encargos acadmico
administrativos y la docencia. Ya desde 1915, antes de su partida a
Aguascalientes, se inici como ayudante de profesor de la Clnica Prope-
dutica Mdica en la Escuela Nacional de Medicina.
En 1927, de vuelta iI la ciudad de Mxico, se reintegr a su labor do-
cente como catedrtico de la Universidad Nacional y encamin sus
afilnes hacia el anlisis de la historia universal y contempornea; im-
parti las asignaturas correspondientes a estos temas, de las que fue ti-
tular en la Facultad de Filosofa y Letras para Graduados y Escuela
Normal Superior, desde ese allO y hasta 193.
En 1928, como consecuencia de la licencia concedida a Balbino D-
Pedro de Alba perez.
valos como director de nuestra dependencia, Pedro de Alba asumi inte-
rinamente ese cargo el 1 de febrero de ese mismo allo. Ms tarde, el 30
de julio siguiente, tomaba posesin como titular derinitivo de la Direc-
cin de nuestra Fa cultad.
Su dedicacin y su alto espritu universitario constituyeron el eje
rector de su actividad acadmico-administrativa. El desempeo de sus
funciones como director fue en tiempo breve, pero sus iniciativas fue-
ron determinantes para la reorientacin de la enseal17,a de las huma-
nidades. Sirva de ejemplo aqulla en la que presentara, evidenciando
por problemas acadmicos, tcnicos y administrativos, la necesidad de
escindir la Facultad de Filosofa y Letras de lo de Graduados y Escuela
Normal Superior, propsito que logr en los primeros das de 1929;
as, qued suprimida la inadvertida Facultad para Graduados y desliga-
das las otras dos, manejndose, cada una de ellas, con presupuestos in-
dependientes. Fue entonces cuando se levant nuestra Fa cultad, libre y
vigorosa, en busca de su consolidacin acadmica.
Correspondi a otros ilustres universitarios conducirla ha cia nuevos
horizontes ya que Pedro de Alba, por decisin del I-l. Consejo Universi-
tario, abandon la direccin de la Facultad de Filosofla y Letras para
tomar posesin C01110 director de la Escuela Nacional Preparatoria el 13
dejulio de 1929, cargo que desempeara hasta 1933.
Pedro de Alba fue, sin duda, un intelectual destacado. No slo fue
colaborador de varios peridicos nacionales y extranjeros, sino que su
bibliografa es abundante y variada.
En 1936 inici una brillante carrera diplomtica. Ocup altos car-
gos en la Unin Panamericana y fue embajador de nuestro pas en Chi-
le yen la Organizacin Internacional del1'rabajo.
564
En funciones como embajador extrao rdinario y plenipotenciario,
encargado de la Delegacin Permanente de Mxico en Gin ebra , Suiza,
le sorprendi la mu e rte en 1960.
Antonio Caso
(1929-1933,1938-1940)
Rosa Krauze
566
i\ntonio Caso y .Josc' Natividad f'.laClas
La obra de Antonio Caso se desenvu elve en varias direccion es: di-
vulgacin , docencia, polti ca universitaria y publi cacio nes. ~Iiembro
fumlador y primer presidente del Ateneo de la Juventud (1908), junto
co n Jos Vasconcelos, Alfonso Reyes y Pedro Henrqu ez Ureiia, ini cia
en Mxico una cruzada de renova cin cultural que culminara co n el
rechazo a la educacin pos iti vista y la restitucin de los estudos filo-
sficos en las aulas. En 191 3 inaugura las cted ras de filosofia en la re-
cin fundada Escuela de Altos Estudios (de la que ll eg a ser directo r
en varias ocasiones) y co mi enza a inlpartir co nferencias programadas
por la Un ivers idad Popular -creada el mismo ao por el Ateneo-, co n
el objeto de ll eva r al pu eblo rudimentos de cultura superior. Las co nfe-
rencias se impartan en los talleres y ce ntros de agrupacin popular y
se co mpletaban co n visitas a los mu seos, excursiones, etctera. Exten-
di su labor de divulgacin a Sudamrica, a donde viaj en 1921 como
embajador extraordinario ( Per , Cbile, Uruguay, Brasil y Argentina),
para estrec har lazos culturales. Pertenec i a las ms altas co rpora cio-
nes in telectual es del pas, y en 1943 fue mi embro fundador de El Co le-
gio Nacional.
Lo anterior no le impidi escribir y cultivar su actividad doce nte.
Durante treinta y cin co aos fue sucesivam ente profeso r de tica, Es-
tt ica, Epistemologa, Hi sto ria de la filosofa, y Filosofa de la historia
en la Facultad de Filosofa y Letras, de Sociologa en la Facultad de De-
recho y de Lgica y Metodo loga en otras in sti tu cion es. Defcnsor de la
libertad de cMedra y el pluralismo ideolgico, lu ch en Favor de la au-
tonoma universitaria y cn co ntra de cualquier filosofa oficial. Fue
profeso r emin ente. Ense li las m s diversas cor ri entes filosfi cas y
5H7
foment el conocimiento de las circunstancias nacionales para evitar
imitaciones extralgicas ..
Sus inquietudes filosficas lo inclinaron hasta el antiintelectualis-
mo y el intuicionismo (incluyendo todo tipo de intuiciones, desde la
emptica, volitiva, eidtica, etctera), como formas de explorar desde
diferentes ngulos la experiencia total, exploracin que tampoco podia
desdear las aportaciones de las ciencias, pero sin reducirse a stas. Su
preocupacin por problemas morales y existenciales 10 condujo a escri-
bir (entre 1916 y 1919) su obra capital La existencia como economa, co-
mo desinters y C0ll70 caridad, que augur un existencialismo cristianu
(al ver en la caridad y la esperanza categoras exclusivas de la existen-
cia humana), y entre su numerosa biblografa tambin cabria mencio-
nar El prohlema filosfico de la educacin; El concepto de la historia 1I11i-
versal y la filosofa de los valores; El problema de Mxico y la ideologa
naciol1al; Principios de esttiw; Sociologa gel1tica y sistemtica; El peli-
gro del 110 111 hre y La persona humal1a y el estado totalitario. Durante toda
su vida escribi en la prensa y en revistas especializadas artculos que
recogi en sus libros Prohlemas filosficos; Filsofos y doctrinas mora-
les; Ensayos crticos y polmicos; Discursos a la nacin mexicCllla; Discur-
sos heterogneos, etctera.
Recbi de Francia las Palmas Acadmicas y de Alemania la Medalla
Goethe Fr Kll/1st !lml Wissensclwft. Fue doctor honoris WUs(/ de las
universidades de Ro de Janeiro, San Marcos de Lima y la Unversidad
de la Habana. Mx ico lo procla m el Maestro de la Juventud.
Enrique O. Aragn
(1933-1938)
Lihertad Mcnlldez MClllldez
563
de comisara, mdico inspector auxiliar sanitario, mdico inspector de
cuartel, presidente de la Seccin de Psiquiatra y Enfermedades Ner-
viosas en la Academia Nacional de Medicina y director del Instituto de
Psicologa y Psiquiatra, en 1936, en la ya para entonces Universidad
Nacional Autnoma de Mxico.
Como profesor, imparti ctedra a lo largo de treinta y seis aos; co-
mo tal se desenvolvi en las escuelas normales primarias para maestras
y maestros, en la Escuela Nacional Preparatoria, en la Escuela Nacional
de Altos Estudios y en las facultades de Jurisprudencia y Filosofa y Le-
tras desde la poca, en esta ltima, de Graduados y Escuela Normal Su-
perior. En todas ellas se distingui por sus profundos conocimientos en
el campo de la psicologa y en especial de la psicologa experimental.
Como universitario supo identificarse con nuestra institucin. No
slo sigui paso a paso su progreso sino que estuvo siempre dispuesto a
colaborar en lo que fuera necesario. Tal disposicin, aunada a su com-
penetracin con el ser y quehacer de la Universidad, lo llev, sin duda,
a aceptar en ocasiones interinatos diversos; as, accedi a fungir como
director interino de la Escuela Nacional Preparatoria en 1915 y en 1921,
como rector interino de la Universidad, de octubre a noviembre de 1934
y, finalmente, probada su eficacia, fue nombrado director titular de la
Facultad de Filosofa y Letras, cargo que desempe de 1933 a 1938.
Tales distinciones no fueron casuales. Enrique O. Aragn fue un
continuo estudioso de su disciplina y de todo aquello que pudiera am-
pliar sus horizontes para comprender la psique humana; ello le condu-
jo, sin duda, a graduarse como doctor en Filosofa, al amparo de nues-
tra Facultad, en los ltimos das de noviembre de 1929, con una tesis
intitulada El fondo emocional de la histeria. Las conexiones psicofsicas.
Desde entonces orient sus esfuerzos docentes en las asignaturas:
Psicologa del lenguaje, Tcnica psicolgica de laboratorio, Psicologa
gentica y Estadstica y nomografa psicolgicas, materias que impar-
ti, asimismo, en nuestra dependencia. Ya como director de ella, impul-
s el establecimiento de la maestra y el doctorado en Ciencias Geogr-
ficas y de una maestra en Ciencias Polticas que, al parecer, no oper;
apoy con vehemencia a Mariano Silva y Aceves en su proyecto de
creacin de las maestras y doctorados en Lingstica Romnica con
base en espaol y en Lingstica Indgena, que cristalizaron con su
apertura en 1937. Reorient, con slidos argumentos, los cuadros co-
rrespondientes a las asignaturas obligatorias de las maestras en Letras
y Filosofa y reconstituy las secciones de Ciencias de la Educacin y
de Ciencias Histricas y Geogrficas.
Al abandonar la Direccin de la Facultad de Filosofa y Letras, en
junio de 1938, prosigui como profesor a cargo de las materias en las
que era especialista reconocido. Como tal, le sorprendi la muerte en
la ciudad de Mxico, el 15 de junio de 1942.
569
Julio Jimnez Rueda, fuudador del Centro
de Estudios Literarios de la UNAM
(1938, 1942-1944,1953-1954)
Aurom M. OC[///lpO
Samuel Ramos
(1945 a 1953)
Ricardo Guerra Tejada
575
Samuel Ramos.
sidad de Roma. A su regrcso ocupa puestos en la Secretaria de Edu-
cac in Pblica: oficial mayo r y jefe de Cooperacin Intelect ual.
En 1944 obtienc su doctorado en Filosofa cn la UNA ,II y es directo r
de la Facultad de Filosofa y Letras desde ese aiio hasta 1948; es reelcc-
to y tcrmina en 1953. Fue un exce lente director.
M'IS tarele fue coordinador de Humanidades de la 1I~ ,\\1. En 1951,
miembro del Colegio Nacional. Fue maestro de carre ra de la facultad
hasta su muerte prcmatura en 1959, el 20 dej ulio, a los 62 aiios. Su obra
filosfica fue decisiva en la hi sto ria dc la filo sofa en ~lxico. Fue ma es-
tro y amigo generoso. De muy pocos C01110 de Samuel ltelmos pu ede de-
cirse, que "fue un homhre, en c1mejor sentido de la palabra, bueno".
En la historia de las ideas en Mx ico, Samuel Ramos ocupa un lugar
excepcional. Representa , ante todo, el cambio frente a las conce pcio-
ncs dc Antonio Caso y Jos Vasconcelos, y la bsq ueda de una filosofa
y una cultura propia mcxi cilna , como s ntesis de lo nac ional y de lo
uni versa l.
A partir de la Revo lu cin, y sobre todo a fines de los alios veintes,
cons ide ra Ramos qu e Mxico ha sido descubierto. Un fuerte movi-
mi en to nacionalista qu e ha enca rnado en Lpez Velarde, Diego Rivera,
Mar iano Azuela y mu chos otros, co nfirma su idea y se propone desa-
rrollarla cn el ca mpo de la filosofa. En una frase dc Ortega y Gasset
descubri , escribe Ramos, una norma aplicable a Mxico: "Yo soy yo y
mi circun stancia y si no la sa lvo a ella no mc sa lvo yo". En su obra se
propon e Samucl Ramos definir la circunstancia mexicana, las mod ali-
dades propias dc nu estra cultura y la fisonoma peculiar del hombre
mcx ica no.
_~7(-;:
En 1934 publica El perfil del hambre!J la cl/ltl/ra ell Alxica, donde ex-
plora y explica el pasado histrico y el modo de ser del mexicano y de
su cultura. En Ellaberillto de la solednd, en 1950, escribi Octavio Paz
refirindose a esta obra de Ramos: su "libro contina siendo el nico
punto de partida que tenemos para conocernos [... lla idea central que
lo inspira sigue siendo verdadera: el mexicano es un ser que cuando se
expresa se oculta, sus palabras y gestos son casi siempre mscaras".
Leopoldo Zea form, con el apoyo de Ramos y un grupo de jvenes
profesores (Emilio Uranga, Jorge Portilla, Luis Villoro, Ricardo Guerra
y otros ms), el grupo Hyperin, que se propuso, entre otras tareas,
continuar las investigaciones sobre lo mexicano. Psiclogos, socilo-
gos, literatos, toda una poca de la historia de las ideas en Mxico se
caracteriza por esta tcmticl.
En Ln /istorio de In filosafn ell M;Yico, referencia obligada para
conocer nuestra cultura y nuestra historia; en J-/acio 1111 I1l/eva IlllI/lallis-
1170, en sus estudios sobre Diego Rivera y el arte en Mxico, sobre estti-
ca, en toda su obra, seala la ruta a seguir: "Hasta ahora los mexicanos
slo han sabido mOTil~ pero ya es necesario adquirir la sabidura de la
vida"
Salvador Azuela
( 1954dlq5H )
Javier Gnrcindiego
1 .577
Vicente Lombardo Toledano, como director de la Preparatoria, en contra
del ministro Vasconcelos. Como consecuencia de su actuacin, Azue-
la fue expulsado de la Preparatoria, radicndo en Puebla y Morelia,
donde trabaj en la poltica de ambos estados. En Morelia concluy
tambin sus estudios preparatorianos y realiz los de derecho; ade-
ms, volvi a participar denodadamente en la poltica estudiantil, lo
que lo llev a militar en el movimiento vasconcelista de 1928 y 1929,
en el que destac por sus cualidades como orador.
La identificacin de la mayora de los jvenes universitarios de en-
tonces con el vasconcelismo resulta comprensible, pues deseaban para
el pas gobiernos civilistas, democrticos, honrados, ilustrados, patrio-
tas y respetuosos de las libertades espirituales de la poblacin. Parale-
lamente, particip tambin en el movimiento universitario capitalino
que pugnaba por el otorgamiento de la autonoma. Una vez lograda s-
ta, y luego de la derrota poltica del vasconcelismo, Azuela decidi
concluir sus estudios de derecho en la capital del pas, al tiempo que
iniciaba su larga carrera docente en la Preparatoria. Titulado en 1933,
no realiz una vida profesional tradicional sino que inmediatamente
comenz su larga etapa laboral universitaria, como docente y como
funcionario, actividades a las que se vio confinado por su partici-
pacin en el movimiento almazanista de 1940, aventura poltica que
junto con la vasconcelista de aos antes provoc que el gobierno
impidiera su llegada a la Rectora en 1942.
Salvador Azuela continu dedicado a las labores docentes, hacin-
dolo esplndidamente, segn opinin unnime de sus alumnos y dis-
cpulos, pues adems de poseer grandes cualidades oratorias, era ana-
ltico, claro y directo. Fue director de la Facultad de Filosofa y Letras
de enero de 1954 a febrero de 1958, y durante su gestin hubo gran
apoyo a las labores editoriales y se cre la ctedra sobre la Revolucin
mexicana, siendo l el primero en impartirla. Al trmino de su ges-
tin se dedic otra vez a la docencia, hasta 1968, aunque desde 1961 lo
hizo en forma gratuita (pues ya gozaba de su jubilacin), actividad que
compaginaba con el periodismo, su otra gran vocacin desde 1942.
Fiel al ideal vasconcelista de que mejorar la educacin y la cultura
eran condiciones imprescindibles para el desarrollo nacional, Azuela
colabor en instituciones culturales pero rechaz cuantas invitaciones
se le hicieron para ingresar a la burocracia y el PRI. En efecto, fue
miembro destacado del Seminario de Cultura, creador-fundador del
Instituto Nacional de Estudios Histricos de la Revolucin Mexicana y
director del Fondo de Cultura Econmica de 1964 a 1970. Es probable
que sus principales legados sean las ms de cien obras que edit en el
INEHRM sobre la Revolucin mexicana, en las que se encuentran publi-
caciones documentales y testimoniales de extraordinario valor, as co-
mo perspectivas regionales por entonces desconocidas, y su perma-
szs
nente leccin de amor a su vocacin docente y a la independencia en
poltica.
Antes de morir, el 7 de septiembre de 1983, haba entregado su l-
tima colaboracin periodstica, "El arte de envejecer", tema del que
escriba con plena experiencia, pues Salvador Azuela fue un gran uni-
versitario y un gran mexicano, de joven, de adulto y de ancian o. Vas-
cancelas dijo de l que era "espejo de juventudes". El elogio fue preciso
en su evaluacin aunque parco en su temporalidad, pues Sa lvador
Azuela fue siempre admirable.
Francisco Larroyo
(1958"1966 )
Agust/l G. Lemus Ta/uvera
"[ ... 1 todos los hombres filosofan, sean o no conscientes de ello l .. .]"
afirm Larroyo. Del mismo modo pudo haber dicho que, conscientes o
no de ello, todos los hombres hacen pedagoga; porque, si la reflexin
es base de la filosofa, la accin que educa lo es de la pedagogia.
El doctor Francisco Larroyo fue el principal promotor de la fun-
dacin del Colegio de Pedagoga y de la carrera profesional de la peda-
goga universitaria en la Facultad de Filosofa y Letras de la UNA'!.
Filsofo, educador y escritor; maestro y doctor en filosofa y maestro
en ciencias de la educacin; becario en Alemania durante tres aos;
profesor en las escuelas Nacional Preparatoria, Normal de Maestros, Nor-
mal Superior (de la cual fue cofundador), y en la Facultad de Altos Es-
tudios, donde sucedi a Ezequiel A. Chvez en la ctedra de Filosofa
de la educac in. Fungi como director del Instituto Nacional de Peda-
Francisco Larroyo.
goga y como director general de Enseanza Normal.
Fue secretario y director de la Facultad de Filosofa y Letras; pre-
sidente de sociedades nacionales e internacionales de filosofa y del
Ateneo Mexicano de Ciencias de la Educacin, as como primer coor-
dinador de Humanidades de la Universidad. Promovi la creacin de
la Bibliotheca Scriptorum Grecorum et Romanorum Mexicana. Presidi
el XIII Congreso Internacional de Filosofa. Autor de ms de treinta y
cinco obras sobre filosofa, educacin y psicologa y traductor de \Vin-
delband y Natorp. Quiz su ltimo empefio universitario fue la instau-
racin de la disciplina de la pedagoga en la Universidad.
Sin embargo, para l, como para los dems labradores de la pedago-
ga uI1iv~rsitaria, no hubo en vida, ni en su muerte, homenaje alguno
en nuestra Casa de Estudios. Nuestra cultura, despus de tanta brega,
no ha sido capaz de hacer de la gratitud una fuerza educadora del esp-
ritu. La deuda pesa, ya, cuatro dcadas.
El martes 12 de abril de 1955, dict en el aula 311 su primera lec-
cin en el nuevo Colegio de Pedagoga: El valor formativo de la his-
toria de la pedagoga; al da siguiente, a las siete de la tarde, en el aula
mayor, 306, dict para toda la Facultad su leccin magistral: La teora
pedaggica como ciencia de la educacin. Desde entonces, expositor
brillante, llen durante varios aos el aula mayor con sus lecciones ma-
gistrales, haciendo perdurar la herencia docente de las grandes lectio
magistri, sobre las cuales descans la fama educativa de las ms presti-
giadas universidades.
Como consejero tcnico del Colegio de Pedagoga su tiempo fue bre-
ve debido al ascenso a la Direccin de la Facultad, en la cual, durante
ocho aos (1958-1966) realiz labor eminentemente acadmica, fruct-
fera y formal. Cre los anuarios para los Colegios, las bibliotecas es-
pecializadas, y edific espacios para los seminarios doctorales; entre
ellos los de Filosofa de la educacin, Didctica de la enseanza supe-
rior e Historia de la educacin en Mxico.
Se retir de la UNAM en 1966 para entregarse de lleno al trabajo de es-
critor. Vivi como humanista, buscando la ms plena y exacta dimen-
sin del hombre a partir del hombre, para su encuentro con la verdad.
Muri accediendo al tiempo que no resiste medida, al horizonte que no
reconoce frontera, al espacio, nico, que puede contenerlo todo sin
acabarse, a la dimensin espiritual donde puede alcanzarse, como re-
compensa por la bsqueda sincera, la religacin indestructible con lo
imperecedero.
Nacido en Zacatecas, Mxico, en 1908, cerr su ciclo vital el 10 de
junio de 1981. En forma pstuma se public el Diccionario de pedago-
ga, su ltimo aporte al quehacer del que siempre huy sin lograrlo, el
de la pedagoga, a la cual dio contenido, sentido, impulso y realidad en
la Universidad.
"Yo no soy pedagogo, soy filsofo; los pedagogos son ustedes; he in-
cursionado en la pedagoga por necesidad de satisfacer una inquietud
de mi quehacer filosfico". Esto me dijo el doctor Larroyo cuando acu-
d a despedir al maestro, al trmino de su periodo como director de la
Facultad de Filosofa y Letras. No supe, entonces, de qu inquietud se
trataba; pero supe despus, de labios de Mara Guadalupe, la noble
compaera de su vida, que, moribundo, le inquietaba alcanzar a escri-
bir su rectificacin filosfica. Quien, as sea al final de la vida, des-
cubre su ms ntimo y valioso mensaje para entregar a los dems, no
puede sino tener entraa de docente. Ahora s que Francisco Larroyo
fue educador por su vocacin, pedagogo por su accin y maestro por su
significacin.
s8O
Queden estas lneas pard el I11dcslro Larrovo C0 l110 U11 grano de jus-
ticia en Id b,bcula d elti(~ mpo v COIllO U11,1 gOl,1 dgr,ldecidd e11 el ,rilO
de Id vidd, hov, cn que Id gr,nitud , COIllO virtud 'O( i,d , yd no ,e prdui-
(,1, ~d no ,e educa \' \'.1 c;" ,iclllprr, e\lClllpOr,inc,1.
Leopoldo Zea
(l9bb.1 'I ; O)
A/r/ardo \'illegas
Ricardo Guerra es, sin lugar a dudas, uno de nuestros filsofos con-
temporneos de personalidad ms controvertida. Es tambin, a no du-
darse, uno de quienes ms se ha esforzado por lograr que el amplio p-
blico, universitario o no, trabe contacto no slo con el pensamiento
filosfico, sino con otras formas de pensamiento racional y sistemtico.
El programa "Filosofa contempornea" que transmite Radio Univer-
sidad de Mxico desde hace ya cuatro dcadas, y la plana semanaria del
peridico El Da, con dos dcadas de publicarse, bastaran por s solas
conferencias y cursos aparte para justificar la anterior afirmacin.
Nacido en Mxico, Distrito Federal, el 10 de febrero de 1927, curs es-
tudios de maestra y doctorado en Filosofa en la Facultad de Filosofa y
Letras de la UNAM, entre 1945 y 1948. Obtuvo el grado de maestra, cum
laude, en 1953.
Su carrera acadmica dentro de nuestra Facultad se inici desde sus
aos de estudiante. En 1948, Samuel Ramos, director de la Facultad, pro-
puso al rector de la UNAM el nombramiento de Ricardo Guerra como
profesor adjunto de la ctedra de Esttica que el propio Ramos imparta.
Fue nombrado profesor del curso monogrfico de Esttica en julio de
1949. En 1952, propuesto por la Facultad de Filosofa y Letras, fue profe-
sor fundador de la Facultad de Filosofa, Letras e Historia de la Univer-
sidad de Guanajuato.
March despus a Europa donde realiz estudios de doctorado en Fi-
losofa en la Universidad de Pars, de 1953 a 1955. Durante los dos aos
siguientes realiz cursos de posgrado en la Universidad de Freiburg im
Breisgau, en Alemania. En 1956 obtuvo el doctorado de la Universidad de
Pars, con mencin honorfica, al presentar la tesis Le Problme du Corps
dans la Tradition Philosophique FranQaise.
Vuelto a Mxico, se reincorpor a la vida universitaria como profesor
de nuestra Facultad. Electo consejero universitario en 1967, fue pre-
sidente de la Comisin de Trabajo Acadmico, cargo en que se desem-
pe hasta dejar la Direccin de la Facultad de Filosofa y Letras en
1978. Particip durante ms de una dcada de manera relevante en las
principales decisiones de carcter acadmico que tom la UNAM.
Electo director de la Facultad en 1970, la Junta de Gobierno lo reeli-
gi por unanimidad en 1974. Sera prolijo referir todas las modifica-
ciones, tanto en lo acadmico como en lo administrativo, que propici
a lo largo de ocho aos de gestin. Baste, como ejemplo, recordar la
creacin de los centros de investigaciones de las diferentes especialida-
des en el posgrado, y la construccin y renovacin de la Biblioteca, as
como el plan de becas y formacin de profesores.
1 583
Fernando So lana da posesioll a Ri cardo
Guerra como director dc ld ra cultdd ; prc-
scncj<l el acto Leopoldo Zf'a , director sa~
lie11tc. Marzo de 1970.
Al trm i no de su gestin acept el ca rgo de embajador de Mxico en
la Repblica Democrtica Alemana, quc dcscmpeii de 197H a 1983, y
cuya labor lo hizo merecedor de la condecoracin "Estrella de Oro de la
Amistad entre los Pu eblos".
Oc sus escritos cabe desta car: Crt ien de lo tes is elr lo lIIexienllo; La ol1m
de SWl1uel [(c/l110S; El [mcmo de Mnrcuse; Begriff ul1d Zeit; [dentitot tll1d
lIegation; Kal1t Kritik der Reille/l Vemuft; Nietzsche!J el lIihilismo; /-I egel
!J la llistorill. Oc particular relevancia es su aportacin a la traduccin
de la Fellomel7ologo del espritu de Uege!, publi cada por el Fondo de Cu l-
tura Econmica en 1966.
Lo ms importantc y rclevante de su vida acadmica ha sido siempre
la docen cia y especialmente la direcc in de trabajos, investigaciones,
tesis profesionales y de posgrado asi como la fot'macin de profesores e
investigadores. I-Ia impartido ctedras y conferencias en diversas uni-
versidades del pas y del extranjero. Obtuvo en 1986 la C<ledra Especial
"Sal11uel Ramos", otorgada por co ncurso por el H. Consejo Tcnico de la
facultad de filosofa y Letras de la l!I'A~1. En 1992 y 1993 dict la Cte-
dra Extraordinaria "El fin de la metafsi ca y el pensamiento actual".
Actualmente imparte en nuestra Facultad el Seminario de ontologa
y cursos sobre filosofa moderna y conte mpornea. Su labor de difu-
sin del pensamiento se ha visto ahora incremcntada, desde 1989, al
ocuparse de la Direccin General del Lnstituto de Cultura del Estado de
Maretas.
Abelardo Villegas Maldonado
(1978 a 1982)
Felcitas Lpez Portillo T
sss
actual; Refo rlllismo !J revolucin ell el Pcns{//Iliellto latinoamerica/lo (ya
en su sexta edi c in); Cultura!J poltica ell AlIlrica Latina; Mxico en el
horizonte libera l; Autog/losis. El pensamiento I1l CXiCUlIO en el siglo xx;
Violencia!J racionalidad; Democrac ia !J dictadura y La U/l iversidlld en la
encrucijada.
Al lado de esta gran labor docente y de in vestigaci n, el doctor Vi -
llegas ha ocupado importantes ca rgos acadmico-administrativos e n la
U:>;MI, de los cual es desta ca n los sigui e ntes: directo r de la Facultad de
Filosofa y Letras ( 1978-1982); sec retario ejecutivo de l Co nsejo de Estu-
dios de Posgrado (1985-1986); coo rdinador general de Estudios de I'os-
grado ( 1986- J 987); sec retari o general acadmico ( J 987-1988). Desde
octubre de 1990 es secretario ge neral de la Uni n de Universida des
de Amri ca Latina. -nllnbin es mi e mbro del Siste ma Nac ion al de I n-
vestigadores y de dive rsas co mi siones di cta minadoras, encom iendas
qu e ha cu mplido sin dejar de asistir a clases, jurados aca dmi cos y car-
gos de represe nta cin de diversa indole (e ntre e llos, miembro de la
Junta de Gobi erno del Co leg io de Mi choacn). A su paso por la Direc-
cin de la Facultad de Filosofa y Let ra s fund las rev istas Tllcsis y Po-
liedro, lo mismo que Dl/lIlia, de la Coordinaci n Ge nera l de Estudios
de I'osgrado. Durante los a ios de 1973 a J 976 co labor co n el peridi-
co E.vclsio r y, a partir de este liltimo afiO, e n e l se ma nari o Proceso.
Esta breve se mblanza prete nde dar cue nta de la trayectoria de un o
de los m s destaca dos intelectuales mexicanos surgidos, como ta ntos
otros, de la Fac ultad de Filosofa y Letras de nu estra 1', \\1.
I Abel.lIdo \' illegas, L{/ J'ilosufia 1m la hiswria p%iea tic Ml:xico. \Ix ico, I'Ofllld-
CO, 1966, p. 218.
536
1
Jos G. Moreno de Alba
(1982 a 1986)
Jos Pascual Bux
Pocas veces coincide la prudencia con la juventud, la slida sapiencia
con la expansiva alegra, pero cuando esto ocurre nos hallamos ante
un ser humano llamado a la conquista de s mismo. Evoco aquella ca-
sa en que un grupo de universitarios nos reunimos a lo largo de tres
aos para imaginar, discutir y redactar un libro capaz de poner ante
los ojos de los alumnos carentes de maestro los claros secretos de nues-
tra lengua espaola y la humana diversidad de su literatura.
Al empezar, no todos en aquel grupo reunido al superior conjuro
de Rubn Bonifaz Nuo ramos amigos; ni siquiera podra decirse que
nos unieran nuestras comunes experiencias estudiantiles o profesio-
nales, de suerte que no fueron fciles las primeras semanas de concer-
tacin de tareas y avenencia de personalidades. Por momentos pareci
muy difcil, si es que no imposible, que el temperamento emotivo y
aun explosivo del uno pudiera armonizarse con la esquiva reticencia
del otro. En esas primeras horas de ajuste de un grupo humano unido
por la voluntad arcana del demiurgo, la madura prudencia y la tole-
rante sabidura de Jos Moreno de Alba permitieron quiz sin que
entonces lo hayamos percibido plenamente la conjuncin del gru-
po, la tolerancia de las divergencias y la conciencia de una tarea que
nos comprometa por encima de los caprichos del carcter o las par-
cialidades de la ideologa.
Esas preclaras virtudes que sealo en Jos Moreno de Alba han ido
acendrndose en el tiempo y han marcado naturalmente su derrotero
humano y profesional. Hoy, cuando la Facultad de Filosofa y Letras
conmemora sus setenta aos, evoco las circunstancias en las que naci
nuestra amistad, pero y sobre todo mi primer conocimiento de la
firmeza de sus convicciones universitarias y la templanza de su carc-
ter, que le dieron un sello inconfundible al periodo en que le toc
actuar como director de la Facultad. Periodo ni ms ni menos conflic-
tivo que otros, puesto que siempre resuenan en la Universidad las aguas
bravas de los conflictos sociales; pero Jos Moreno de Alba quiso ante-
poner a los impulsos disgregadores siempre presentes en toda agrupa-
cin humana, las normas de la convivencia universitaria y del razo-
namiento persuasivo y didctico. En otras palabras, la concordia de
los mpetus individuales con los fines de la agrupacin profesional.
Pero no hablo solamente de aquellas virtudes de carcter que se
reflejan en la actuacin poltica de la persona poltica en el sentido
que antao tuvo esta palabra y que nunca debi de perder, esto es, la
actividad orientada a la mejora de la conducta del hombre en socie-
dad, sino de las que determinan su vida intelectual y los productos
Ss7
Jos' G. J\'lorcno de Alba y Juan .\l ig ue] J.ope
Bla nc:h
de su espritu. Jase Moreno de Alba es, no por casualidad, uno de los
lingi stas m s desta ca dos de nuestro pas, sino porque nini,'1.lna otra
disciplina pudo hallar mejor aco modo a su particular idiosin cra sia.
La lengua , entendida no slo como co mn lcultad de co muni ca1'-
nos con los de nuestra especie, sino co mo sistema de signos ordenados
para el cumplimiento de ese fin, exige para su estudio dos co ndi ciones
esenciales: la capa cidad de abstraer sus norma s y mecan ismos grama-
ti ca les, esto es, su condi cin de sistema co nstruido co n rigurosa lgi ca
interna, y la capa cidad de entender lo s vastos y, en ocasiones, in explo-
rados dominios de la experiencia humana que se maniriesta n a trav('s
del uso particular de ese sistema comunitario. El lingista cahal ha de
atender ambos aspectos y no quiere redu cir el lenguaje humano a un
puro mecanismo ormal y al homb1'e mi smo a un horizonte de repet i-
ciones previsibles o, dicho de otra manera, ha de encontrar en s mi s-
mo , en su propia conciencia despierta, la tenacidad que nos co ndu ce
al conocimiento v el amor que nos descubre la alegra.
SHH
Arturo Azuela
(1986 a 1990)
Horacio Lpez Surez
589
Anuro A~l1cla.
Juliana Gonzlez
(1990-1994, 1994-1998)
Ramn Xirau
59-
Agradecimientos y crditos fotogrficos
Deseamos agradecer y dejar un registro de todas aquellas personas que tan gentilmente nos facilitaron material fotogrfico,
ya que sin ste no hubiera sido posible ilustrar el presente volumen:
Jess Aguirre Crdenas, p. 277 1 ngela Alessio Robles, p. 283 1 Ida Appendini Tazzer, p. 285 1 Adela de los Arcos de Moreno, p. 443
Alicia Barajas de Ruelas, p. 5001 ngel Bassols Batalla, p. 2931 Helena Beristin, p. 5081 Teresa Bosque Lastra de Ortega y Medina, pp. 341, 455
Manuel Cbrera, p. 3061 Enrique Cebado Trejo, p. 3161 Mara Elena Dubernard de Gurra, pp. 383, 4981 Eleonora Esquivel, p. 334
Margarita Ezcurdia, p. 3371 Sergio Fernndez, p. 3451 Marianna Frenk-Westheim, p. 3531 Mercedes de la Garza, p. 5031 Mercedes Garzn, p. 368
Hctor Gmez, p. 330 Guillermina Gonzlez de Lemoine, pp. 397, 4591 Enriqueta Gonzlez Padilla, p. 3771 Ignacio Gonzlez Polo, p. 525
Juliana Gonzlez Valenzuela, p. 592 1 Mara Gutirrez de Lpez, p. 4071 Mara Teresa Gutirrez de MacGregor, p. 385
Natalia y Rodrigo Herranz Fanjul, p. 3391 Victoria Hidalgo de Garca, pp. 267 (111), 3631 Elizabeth Holt de Viv, p. 5451 Ricardo Horneffer, p. 450
Jos Luis Ibez, p. 391 1 Corina de Iturbe, p. 466 1 Luz Margarita Iguniz Garca, p. 392 1 Paulina Lavista, p. 332 1 Agustn Lemus, p. 398
Juan Miguel Lope Blanch, p. 406 1 Hctor Mendoza, p. 425 1 Eugenia Milln, pp. 267 (v), 428 1 Mario Miranda Pacheco, p. 432
Marianna Montalto, pp. 350, 380, 4341 Jos G. Moreno de Alba, p. 5881 Rafael Moreno Montes de Oca, pp. 176, 441, 527, 555, 572
Enrique Moreno y de los Arcos, p. 523 1 Angelina Muiz-Huberman, p. 447 1 Alicia Perales, p. 464 1 Margarita Quijano, pp. 179, 471
Vicente Quirarte, pp. 300, 4731 Alicia Reyes, pp. 436, 4801 Dolores Riquelme, p. 4821 Manola Rius, p. 4841 Estela Rojo de Blanquel, p. 295
Carlos Senz de la Calzada, p. 5051 Andrea Snchez Quintanar, p. 4881 Carlos Solrzano, p. 5201 Arturo Souto, p. 521
Manuel Ulacia, p. 3171 Elisa Vargas Lugo, pp. 302, 304, 421, 540 1 Josefina Zoraida Vzquez, pp. 541, 586
Silvia Vzquez y Jaime Erasto Corts, p. 5561 Magdalena Vences, pp. 161, 162, 163, 164, 165, 379, 446
Aime Wagner, p. 5481 Ramn Xirau, pp. 400, 510, 550, 551 1 Vera Yamuni, pp. 357, 359, 553.
Asimismo, deseamos expresar nuestro reconocimiento a las siguientes instituciones que nos
permitieron reproducir parte de su material fotogrfico:
Centro de Estudios Sobre la Universidad (cESU), pp. 35, 54, 59, 71, 74, 77, 87, 88, 89, 90,
102, 107, 114, 115, 116, 119, 130, 158, 172, 175, 187, 188, 191, 194, 195, 197, 200, 203, 206, 211, 212, 217, 218, 222,
227, 228, 233, 236, 239, 242, 245, 247, 250, 253, 254, 267 (1, 11, iv, vi), 268 (1), 313, 319, 325, 370, 413, 416, 469, 542, 567, 570, 577, 579, 584, 590.
Instituto de Investigaciones Estticas, pp. 257, 269 (1), 328, 346, 476, 492, 495, 502, 531.
Centro de Investigacin Teatral Rodolfo Usigli (cITRU), pp. 386, 403, 535.
Centro Coordinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos (ccYDEL), p. 581.
Archivo Facultad de Filosofa y Letras, pp. 4, 7, 8, 9, 14, 15, 16, 17, 19, 20, 22, 23, 25, 39, 42, 51, 61, 108, 111,
154, 157, 255, 258, 260, 261, 268 (II, i, iv, v, vi), 269 (ii, i, iv, v), 270 (1, II, iil, iv, v), 271, 279, 280, 288, 323, 461, 490, 496, 515, 576.
De las siguientes publicaciones se tomaron las fotografias que se mencionan a continuacin
(el nmero de pgina que se acota corresponde al presente volumen):
Libros:
Antonio Magaa Esquivel, El teatro, contrapunto. Mxico, FCE, 1976, p. 451.
Pedro Rojas, La casa de los Mascarones. Mxico, UNAM, 1985, pp. 135, 141, 153.
Beatriz Ruiz Gaytn, Apuntes para la historia de la Facultad de Filosofa y Letras.
Mxico, Junta Mexicana de Investigaciones Histricas, 1954, pp. 123, 169, 171, 561, 562, 564, 565, 568, 574.
Anuario General de la UNAM. Mxico, UNAM, 1964, p. 56.
Estudios de Historia Novohispana, vol. 2. Mxico, Instituto de Investigaciones Histricas, 1967, p. 430.
La Universidad de 1953 a 1960. Mxico, UNAM, 1961, p. 249.
Memoria de la Exposicin sobre la Universidad, vol. xi. Mxico, UNAM, 1979, pp. 45, 47, 48, 57, 67, 85, 99.
Publicaciones peridicas:
Boletn de la Facultad de Filosofa y Letras. Mxico, Facultad de Filosofa y Letras, UNAM, mayo-junio de 1976, nms. 5-6, pp. 297 y 375.
Boletn de la Facultad de Filosofa y Letras. Mxico, Facultad de Filosofa y Letras, UNAM, julio-agosto de 1976, nms. 7-8, pp. 333, 367, 453.
Boletn de la Facultad de Filosofa y Letras. Mxico, Facultad de Filosofa y Letras, UNAM, septiembre-octubre de 1976, nms. 9-10, p. 361.
Boletn de la Facultad de Filosofia y Letras. Mxico, Facultad de Filosofa y Letras, UNAM, julio-agosto de 1977, nm. 4, pp. 287, 360, 365,438, 468, 538.
Boletn de la Facultad de Filosofa y Letras. Mxico, Facultad de Filosofa y Letras, UNAM, noviembre-diciembre de 1977, nm. 6, p. 354.
Boletn de la Facultad de Filosofa y Letras. Mxico, Facultad de Filosofa y Letras, UNAM, noviembre de 1983, nm. 8, p. 423.
Perspectiva, revista de la Facultad de Filosofa y Letras. Mxico, Facultad de Filosofa y Letras, UNAM, agosto de 1981, nm. 6, p. 349.
Fotgrafos:
Lorena Alcaraz y Bernardo Arcos (GRAFILIA), pp. 4, 7, 8, 9, 14, 15, 16, 17, 19, 20, 22, 23, 25, 39, 42, 48, 51, 61, 268 (n, iv), 271, 279
Gustavo Amzaga, pp. 260, 261, 270 (1) 1 Compaa Mexicana de Aerofoto, pp. 242, 245, 2471 Rogelio Cullar, pp. 268 (nli, v), 269 (111, iv, v),
270 (n, iv), 280, 496, 515, 590 1 Hctor Garca, pp. 267 (iv), 325 1 Paulina Lavista, p. 3321 Morales Monter, p. 5401 Rodrigo Moya, p. 391
Eduardo Olvera, p. 532 1 Manuel Paz, p. 398 1 Xavier Quirarte, p. 473 1 Pedro Rojas, pp. 161, 162, 163, 164, 165, 446
Ricardo Salazar, pp. 233, 236, 239, 250, 253, 267 (vi), 359, 425, 441 1 Gerardo Suter, p. 4031 Elisa Vargas Lugo, pp. 260, 261, 421, 455.
Por ltimo, queremos agradecer a las siguientes personas su ayuda desinteresada para
la localizacin de algunos significativos materiales fotogrficos:
Ofelia Escudero, Rosa Camelo, Marisa Belausteguigoitia
y, principalmente, a
Libertad Menndez, Paulette Dieterlen, Dora Rodrguez de Pinzn,
Elisa Lozano lvarez y Leticia Medina Rodrguez.
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTNOMA DE MXICO
Directora:
Juliana Gonzlez Valenzuela
Compiladores:
Paulette Dieterlen, Ricardo Horneffer, Libertad Menndez,
Ral del Moral, Silvia Vzquez, Gloria Villegas
Investigacin iconogrfica:
Gustavo Amzaga Heiras
Coordinacin administrativa:
Ilia Parres Ilizaliturri
Diseo:
Gustavo Amzaga Heiras
ndice
Presentacin................................................ 5
Introduccin...............................................11
Ensayoshistricos
...........................................27