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SUMARIO
1. Controversia terica: la tesis del aburguesamiento de la clase obrera y la crtica marxista a dichas tesis. 1.1. La tesis del aburguesamiento
de la clase obrera. 1.2. Crtica marxista a la tesis del aburguesamiento
de la clase obrera. 1.2.1. Las nuevas formas de alienacin y de dominacin. 1.2.2. Las nuevas potencialidades conflictivas.2. Algunos hechos: situacin de la clase obrera y posible aburguesamiento. 2.1. Situacin en el trabajo: han aumentado sus ingresos, pero subsisten importantes diferencias con los no manuales. A) Fuerte aumento de los
ingresos de la clase obrera. B) Pero subsisten importantes puntos dbiles en la situacin de los obreros. C) Conclusin: subsisten importantes diferencias entre manuales y no manuales, pero ha habido una
cierta aproximacin. 2.2. Situacin global. 2.2.1. Comunidades obreras. 2.2.2. Estilos de vida. 2.2.3. Cultura. A) Tesis de la desaparicin
de la subcultura obrera. B) Tesis de la subsistencia de la subcultura
obrera.3. Conclusiones. Aproximacin entre clase obrera y clase media, pero subsistencia de importantes diferencias. 3.1. Situacin en el
trabajo. 3.2. Situacin global. 3.2.1. Comunidades obreras. 3.2.2. Consumo. 3.2.3. Estilos de vida.
Vamos a realizar en este trabajo algunas consideraciones sobre el posible aburguesamiento de la clase obrera en los pases econmicamente ms
avanzados de Occidente. Nuestro criterio para considerar si ha habido o no
aburguesamiento ser utilizado por J. H. Goldthorpe y asociados en su
investigacin sobre obreros ricos realizada, a fines de los sesenta, en
Luton (Inglaterra). Consideran estos autores que hay aburguesamiento cuando la clase obrera pierde su peculiaridad, adoptando un modo de vida anlogo al de la clase media.
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Revista de Poltica Social
Nm. 131. Julio-Septiembre 1981
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cin sino acercamiento entre las clases; que los patronos son cada vez
menos patronos (pinsese, por ejemplo, en la separacin entre propiedad y
gestin dentro de las empresas) y que los obreros son cada vez menos obreros, ms pequeo-burgueses. Se habla de la aparicin de las nuevas clases
medias, fenmeno no tenido suficientemente en cuenta por Marx. Se considera que, contra lo previsto por Marx, las sociedades desarrolladas tienden
a convertirse en sociedades de clases medias, en las que trabajadores proletarios, trabajadores de cuello blanco y empleados se alinean a lo largo de
un continuum, continuum en cuanto a ingreso, en cuanto a consumo, en
cuanto a formas de vida, en cuanto a actitudes polticas. Se imponen en toda
la sociedad las normas y modelos de la clase media. La clase obrera ha
vendido su identidad (econmica, social, poltica, cultural) por el plato de
lentejas del confort y de la respetabilidad burguesa. Ya no hay clases sociales, sino simplemente estratos (4). Todas las sociedades ricas sern como
la sociedad americana ha solido pensar que es: sociedades sin clases (simplemente con estratos), en las que, en virtud de una gran movilidad social,
cada cual ocupa aproximadamente el nivel que merece; sociedades eminentemente abiertas, llenas de muchas e iguales oportunidades; sociedades plenamente meritocrticas.
Parece, pues, que se ha pasado a una sociedad homognea, slo diversificada por diferencias cuantitativas dentro de un modo de vida fundamentalmente comn a toda la sociedad. Se habr, pues, alcanzado un paraso
mesocrtico, en el que se habrn eliminado diferencias sociales decisivas, y,
consiguientemente, radicales conflictos sociales. Habr, pues, una fundamental armona entre los distintos estratos sociales, unidos por un generalizado consenso en torno a las centrales cuestiones de la economa, la estructura social y la poltica. Nombres destacados en la literatura que recoge
esta tesis sern Galbraith, Aron, Lipset, Bell... Supone esta tesis de la integracin de la clase obrera y desaparicin de la lucha de clases, y aun de las
clases sociales, una alternativa al modelo marxista de evolucin del capitalismo (evolucin caracterizada, como sabemos, por la lucha a muerte entre
capitalistas y proletarios). Se propone, pues, frente a la teora marxista, una
nueva teora: la de la desaparicin de la clase obrera.
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sin se ve fuertemente condicionada; como consumidor, siendo aparentemente soberano del mercado, y de la economa de mercado, pero estando
de hecho fcilmente manipulado por los instrumentos de marketing del
aparato productivo, constante excitador de la demanda; como trabajador,
dada la estructura fuertemente autoritaria de las empresas, en las que todo
el poder se acumula en la cspide, dicotomizndose claramente el personal
entre los que mandan y los que obedecen. El ciudadano vive, pues, en un
mundo de ilusin, en el que slo hay, en el fondo, manipulacin de las conciencias desde las instancias del poder (6).
Y dnde est el poder? Pues en el establishment, en el sistema de dominacin, en el que se alian la industria privada, la banca, los medios de
creacin de la conciencia colectiva (medios de enseanza y de comunicacin de masas) y el Estado. El desarrollo de las sociedades industriales ha
determinado, pues, una extensin y fortalecimiento, del poder. Son sociedades complejas y planificadas, con una gestin central coordinada, en las
que el sector pblico y el privado se alian econmicamente (traducindose
esta alianza en la planificacin indicativa del desarrollo econmico), completndose su control del poder mediante el control de la informacin, y consiguientemente de la formacin de la opinin pblica (7). Son, con denominacin de Touraine, sociedades programadas (8). A este fenmeno se
alude al hablar del imperio de los tecncratas en las modernas sociedades,
porque los tecncratas son los sumos sacerdotes de estos cultos burocrticos.
Ellos son los que saben de que va en estas complejas sociedades en las
que tan difcil resulta orientarse; y como ellos son los que saben, sus informes tcnicos resultan difcilmente discutibles (sera preciso para ello una
preparacin tcnica que no pueden tener los polticos, cuyas decisiones
cubren amplios campos); de ah que esos informes suelan ir a misa,
como dice la expresin popular. El informe tcnico del tecncrata suele
ser ley para el poltico, excepto cuando plantea graves cuestiones polticas
(caso en el que la tcnica sucumbir ante la poltica). En consecuencia, y
como pone de relieve Galbraith, las decisiones las toma la tecnoestructura
de las organizaciones (tecnoestructura que cubre una amplsima zona central que va desde el nivel inmediatamente superior a la base, ocupada por
gentes sin mando alguno, hasta la alta direccin), aunque oficialmente las
tome la alta direccin, que se limita a ratificarlas (9). Resulta, pues, que en
este mundo tecnocrtico se produce una nueva alienacin: se pasa de la
explotacin de los obreros a la alienacin de los ciudadanos.
(6) J. M. MARAVALL, op. cit., pgs. 235-237.
(7) M. CROZIER: LO socit bloquee, Le Seuil, Pars, 1970, pgs. 27-47.
(8) A. TOURAINE: La socit postindustrielle, Denol, Pars, 1969.
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2.
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los Estados Unidos: ... el trabajo manual ha sido cada vez ms denigrado
por la clase media-alta de esta nacin. Los problemas de autoestima inherentes a estas cambiantes actitudes se ven reforzados por el impacto de los
medios de comunicacin de masas. Por ejemplo, las imgenes de obreros
manuales presentadas por dichos medios (incluidos los libros de texto escolares) son, a menudo, negativas. Los obreros son presentados como hard-hats
(racistas o autoritarios) o como fat cats (perezosos fontaneros que slo trabajan veinte horas por semana, ganando, sin embargo, 400 dlares semanales).
La imagen del obrero que los medios de comunicacin de masas presentan
es la de que l es el problema, no la de que l tiene problemas (16). Ms
adelante aade: La investigacin muestra que menos de un personaje de
cada diez de la televisin es un obrero manual; y estos pocos son normalmente presentados como gente tosca con rasgos sociales indeseables...:
Nuestras entrevistas con obreros manuales revelaron un enorme complejo
de inferioridad: el obrero no puede hablar a sus hijos con orgullo de su
trabajo, y muchos obreros sienten que deben pedir disculpas por su status.
As, puede que en el hogar obrero haya una sensacin de fracaso, incluso de
deprimente autodegradacin (17).
c) Los obreros, sobre todo los no cualificados,
trabajan a menudo ms que los empleados
Vamos ahora a ver, a ttulo indicativo, unos datos de hace unos aos
sobre el nmero de horas que trabajaba la gente en distintos niveles ocupacionales y de renta en algunos pases industriales:
HORAS DE TRABAJO DE HOMBRES EN ACTIVO
(SOLO TRABAJO PRINCIPAL)
HORAS POR SEMANA
Pas
Estados Unidos
Alemania
Francia
Blgica
...
Obreros no
cualificados
Obreros
cualificados
No manuales
de bajo nivel
No manuales
de alto nivel
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Fuente: Estados Unidos: KATONA y otros: Survey of Consumer Finances (Institute for Social
Research, University of Michigan, 1966), cap. 6; Europa: encuestas realizadas por los autores
(tomado de KATONA y otros: Op. cit., pg. 222).
(16) W. E. UPJOHN (Institute for Employment Research): Work in America, The
Mit Press, Massachusetts, 1973, pg. 34.
(17) Ibdem, pg. 35.
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GOLDTHORPE 3, pg.
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ha mejorado en algunos aspectos, como consecuencia de la evolucin tecnolgica y de la mejor organizacin, tambin ha empeorado en otros:
1. En ocasiones, el trabajo es ms alienante por realizarse en unidades
productivas mayores (consiguientemente, ms burocrticas e impersonales)
y bajo una ms estricta planificacin (consecuencia de la introduccin de
mtodos taylorsticos de racionalizacin del trabajo).
2. Es tambin ms frecuente en la actualidad el trabajar en horarios
distintos del normal (por la tarde o por la noche), para mantener los costossimos equipos en constante funcionamiento (aprovechndolos al mximo
antes de que resulten obsoletos, lo que ocurrir pronto). Son, sin duda, graves las perturbaciones en la vida de los trabajadores que derivan de dichos
anmalos horarios de trabajo.
3. Menores posibilidades hoy para el obrero de ascender profesionalmente, dado su "bajo nivel educativo.
Sucede, adems, que hoy son probablemente menores para el obrero las
posibilidades de ascender en su trabajo. La movilidad del obrero queda reducida a los distintos niveles del trabajo manual. Podr, quiz, ir escalando
los ms altos niveles ocupacionales de dicho trabajo, mediante un esfuerzo
de cualificacin profesional (probablemente siguiendo cursos de formacin
profesional). Podr quiz llegar a supervisor (aunque los puestos de mando
intermedio van siendo reservados cada vez ms a gentes con un cierto nivel
de estudios: quiz un bachillerato inferior, y aun un bachillerato completo).
Pero, desde luego, no podr pasar de supervisor (de jefe inmediato de un
pequeo grupo de obreros). Para alcanzar niveles superiores necesitar algo
que no tiene: un alto nivel educativo. De ah lo raro del ascenso intrageneracional de manual a no manual. Mucho menos difcil es dicho ascenso intergeneracionalmente, es decir: para el hijo del obrero manual. Pero tampoco
ser fcil. No es slo la cuestin econmica, ya que, como hemos dicho, bastantes obreros manuales de los pases ms avanzados pueden hoy permitirse
el lujo de dar estudios, incluso superiores, a sus hijos. Adems, en los muy
frecuentes casos en los que el estudio del hijo supondra un gran, quiz insuperable, sacrificio para el padre obrero, la cuestin se podra solucionar
mediante un sistema de becas suficiente (que no slo sufragase los gastos
de educacin, sino tambin compensase econmicamente del posible no trabajar mientras se estudia). Sucede tambin, y esto tiene peor arreglo, que
a los nios de hogares obreros les falta motivacin para estudiar (la socializacin que han recibido no les ha inculcado tal motivacin) y les falta un
lenguaje adecuado para moverse cmodamente en el campo de los estudios.
La subcultura en la que han sido socializados es muy distinta de la subcultura de clase media (tpica tanto de los centros educativos como de la
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obrero manual tradicional (21). Por otra parte, el trabajo burocrtico se proletariza: emplea ms y ms mquinas, se hace ms impersonal, va desapareciendo la identificacin con la direccin (tpica del trabajo administrativo
en pequeas unidades, en las que el empleado se senta integrado, participante) (22). De ah que la sindicacin, antes patrimonio exclusivo de los
trabajadores manuales, se vaya extendiendo cada vez ms entre los no manuales (23). De ah tambin que el nivel de conflictividad de estos ltimos
vaya siendo cada vez mayor, tendiendo a desaparecer la vieja distincin
entre los conflictivos manuales y los integrados y pacficos no manuales.
2.2.
Situacin global
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MANN y P. NAVILLE: Tratado de sociologa del trabajo, F. C. E., Mxico, 1963, vol. II,
pgs. 244-249. Tomado de J. M. MARAVALL: El desarrollo econmico..., pgs. 86-88.
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Las comunidades tpicas de los obreros .ricos son las del cuarto tipo
y, en algunos casos, las del primero, ya que las plantas de las industrias punta
no son siempre de gran tamao y no estn siempre situadas en importantes
ncleos industriales, sino que a veces son de tamao medio y estn ms
o menos aisladas, congruentemente con la poltica de descentralizacin que a
menudo siguen dichas industrias punta.
2.2.2. Estilos de vida
Veamos lo que sobre la sociabilidad de los obreros afluentes nos dicen
Goldthorpe y otros: Los estilos de vida de los obreros manuales relativamente 'ricos' y sus familias, que viven en nuevas reas urbanas, tienden, sin
duda, a diferir... de los tpicos de comunidades obreras ms tradicionales.
Pero... tales cambios no deben ser tomados como sntomas de la adopcin
de modelos de sociabilidad tpicos de la clase media; realmente, parecen
interpretarse mejor los estilos de vida encontrados por nosotros como adaptacin de viejas normas a nuevas exigencias y oportunidades que como una
reorientacin normativa bsica. Lo que resulta ms claro todava es que la
prosperidad, e incluso la residencia en localidades tpicas de la 'clase media', no llevan, de ningn modo automtico, a la integracin de los obreros
manuales y de sus familias en una sociedad de clase media. Como muestran
los matrimonios que estudiamos, puede que se establezcan, de hecho, muy
pocas relaciones 'sociales' con personas de clase media; y... no principalmente por el carcter exclusivista de los no manuales, sino ms bien porque
nuestros obreros 'ricos' y sus mujeres no tenan especiales deseos de entablar tales relaciones, y tendan, en general, a seguir una pauta de vida social
centrada en la familia y relativamente privatizada (26).
Vemos, pues, que los obreros considerados muestran poco inters en tratarse con personas de clase media: las escasas relaciones sociales entre manuales y no manuales no se deben slo a que los ltimos rehuyan a los primeros, sino tambin a que los primeros no muestran gran inters por relacionarse con los ltimos.
En cuanto a las aspiraciones y perspectivas sociales de los obreros ricos, Goldthorpe y otros descubren que los obreros muestran grandes deseos
de mejorar su nivel de vida, pero no les preocupa mucho aumentar su
status social. ... lo que resultaba notable era el grado en el que, a pesar
de sus considerables ganancias como consumidores, las orientaciones de
nuestros encuestados hacia el futuro estaban todava condicionadas por su
(26) GOLDTHORPE 3, pgs. 158-159.
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Worker: Political Attitudes and Behaviour, Cambridge Universiy Press, 1968, pg. 81.
Es ste el segundo volumen de los tres en los que se recogen los resultados de la
investigacin de los autores sobre obreros de Luton (Inglaterra). En adelante le llamaremos GOLDTHORPE 2.
(29)
Affluent
Worker: Industrial Attitudes and Behaviour, Cambridge University Press, 1968, pgina. 177. Es ste el primer volumen de los tres en los que se recogen los resultados
de la investigacin de las autores sobre obreros de Luton (Inglaterra). En adelante
le llamaremos GOLDTHORPE 1.
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GOLDTHORPE 3, pg.
(31)
27.
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cipacin. Parece, pues, que la clase obrera ha perdido hay los rasgos culturales peculiares nacidos de su aislamiento y de la situacin particular de sus
miembros en la sociedad del siglo XIX. Los temas culturales valorados por
las sociedades modernas ya no tienen su origen en la actividad profesional,
esta desaparicin de subculturas tiene aspecto positivos y negativos. Positivos: igual acceso a los productos culturales del consumo de masas. Negativos:
1, la iniciativa parte de una pequea lite, cuya conducta es imitada por los
estratos medios, correspondiendo a los estratos inferiores slo una participacin sumisa; 2, a los estratos inferiores slo les cabe una actitud pasiva, que
es el correlato psicolgico de su dependencia econmica y social.
Las categoras sociales, como la clase obrera, que participan ms dbilmente en los valores socioculturales son, al mismo tiempo, las que estn ms
vinculadas a las relaciones sociales primarias, entre ellas la familia, expresin
de una dbil participacin en las fuentes sociales de la cultura. Del mismo
modo que la pertenencia a comunidades fuertemente estructuradas era requisito indispensable para una participacin creadora en una subcultura obrera
vinculada a la experiencia profesional y social directamente vivida, igualmente el aferrarse, como compensacin, a relaciones sociales de tipo primario
ya no es, en una civilizacin de masas, sino la expresin de un aislamiento
cultural. A partir del momento en el que se considera una civilizacin industrial evolucionada, en la que las fuentes tradicionales, profesionales y sociales de la cultura estn, en gran parte, destruidas, y en la que la actividad
cultural se define como nivel de participacin en valores elaborados centralmente, y no ya por la experiencia profesional del obrero, la vinculacin
a valores culturales ligados al oficio y a los grupos sociales primarios no es
ya una actitud 'activa' y creadora, sino la expresin de una dbil participacin en las fuentes sociales de la cultura. En esta situacin, la sumisin
'pasiva' a los mass media es una forma empobrecida, pero positiva, de contacto con los valores culturales (32).
B) Tesis de la subsistencia de la subcultura obrera
Los obreros se debaten hoy entre dos objetivos conflictivos: a) adaptarse
a un modelo exterior instrumentado por los mass media; b) conservar lo
que, en el plano cultural, constituye su peculiar aportacin. La cultura es para
ellos reconocimiento de una carencia y bsqueda de una identidad. Se trata,
pues, de que los obreros, participando (dbilmente, pues su bajo nivel educativo no les permite otra cosa) de la cultura de clase media que inunda
(32) A. TOURAINE: La socit postindustrielle. Denol, 1969, pg. 275.
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ROMERO
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3.
CONCLUSIONES
Ibdem.
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ROMERO
3.2.2.
Consumo^,
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