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ndice

III-

Introduccin.
El ambiente sociopoltico y cultural en
la Grecia arcaica.
a. Grecia en el periodo arcaico. Stasis de las
polis.
b. Lo femenino en el mundo griego y la
misoginia en la literatura griega: la raza
de las mujeres.
c. La mujer en el oikos y su condicin.
d. La lrica y y los poetas y poetisas
(tambin) existentes en la Grecia arcaica.
III- En torno a Safo.
a. Lesbos. Esplendor y guerra civil.
b. Una mujer aristcrata y formada. Una
mujer atpica, aunque no tanto
c. El crculo de las mujeres: el thasos.
Sociabilidad femenina arcaica en Lesbos y
en Grecia.
d. La poesa de Safo y su sique.
e. La homosexualidad y Safo; el amor, los
celos y la paideia ertica.
IV- El legado.
VBibliografa.

I-

Introduccin.

Hoy leemos a Safo con una mirada totalmente diferente. No slo es el paso del tiempo,
sino la influencia que tiene la atemporalidad y atopicidad (es decir, sin tiempo ni
lugar) de su poesa como la propia mirada de quienes posteriormente leyeron a Safo en
sus poemas (con la misma visin posiblemente atemporal y atpica) tiempo despus. Y
hoy seguimos leyendo bsicamente de ella y en ella en sus poemas. Pues, a parte de sus
poemas, las fuentes ms recientes sobre Safo son la enciclopedia bizantina de la Suda,
escrita siglos despus de su existencia, y un papiro encontrado en Oxirrinco (Egipto). Es
decir, sigue siendo fundamentalmente su poesa: sa quizs sea uno de sus mayores
logros y tambin nuestro mayor problema. Por su poesa misma nosotros (lectores del
mundo actual) y por sta muchos autores posteriores (cribadores de su figura) hemos
sido quienes la hemos idealizado inevitablemente. Se llegaron a acuar monedas con
sus rostros, tenemos muchas representaciones y alusiones indirecta como Catulo en uno
de sus poemas, que calco esos famosos en los que muestra sus celos Safo por su amante
igual que ste por Lesbia, o con su leyenda en la que se la muestra como una
homosexual (al menos en el concepto que hoy usamos) y que tambin, aun siendo
lesbiana, como nos transmite Ovidio, se suicid por el marino Fan, un efebo por el
que se tir a un acantilado. La leyenda romntica.
Se lleg a especular de la existencia de dos Safos: una cortesana y otra poetisa. No tiene
ningn viso de realidad. Ese alejamiento es producto, en parte intencionado, de la
bsqueda de la universalidad, asociada a la religiosidad, vinculada sin dudas a la
poesa y la lrica: su elevacin ideal en la concepcin platnica. Fue alejada del mundo
humano para intentar convertirla en una Musa: con lo que tiene esta connotacin en
el imaginario heleno, pasando a ser casi una divinidad. La lrica est asociada al
mithos y por tanto a lo emocional, no a lo logos, racional. Fue como nos dice Ana
Iriarte: Una operacin que a lo largo del tiempo ha ido produciendo un peligroso efecto
en espiral, pues, como denuncia, por ejemplo Lefkowitz, si la biografa de Safo se
deduce en gran parte de la interpretacin que los escoliastas propiciaron de sus poemas,
dicha biografa sirve a su vez para reinterpretar los poemas, afectando, sin duda a la
lectura de los mismos.1
Segn las fuentes, naci en Mitilene, hija de Cleis y de Escamandrnico. Tuvo tres
hermanos: Caraxo, Erigio y Larico, el menor de todos y favorito de Safo. ste fue
escanciador, lo que nos indica la posibilidad de que fuera de familia noble, aunque es
probable que no de gran cuna. Vivi en la poca del tirano Ptaco y en la del poeta
Alceo, otro poeta lrico que, al igual que ella, alcanz la celebridad hacia el 612 a.C.
Estuvo casada con el rico Crsilas y tuvo una hija llamada Cleis. Se la atribuy hasta la
invencin del plectro, un pequeo instrumento de cuerda antiguo.

Iriarte, A., 1997: Safo.( Siglos VII/VI a.C.) Ediciones de Oro. Madrid.

Ahora, todos estos datos son cuanto menos dudosos. Se duda de si Safo era de Mitilene
o de reso; si estaba casada y que tuviera una hija, algo que me parece incuestionable
por sus poesas, que nos hablan de una hija suya; y sobre todo: sobre su conducta
oprobia, la cual no debi ser tan grave, no fue una revolucionaria de su tiempo o no
como lo imaginamos. Esto, quizs, la liber de la cadena de algo que no fue. Fue una
mujer con sus circunstancias, ms normal (si es que se puede usar tal calificativo), y
creo que, en stas, ms importante que en su idealizacin, porque esa normalidad nos
acerca a ella como seres humanos. Rompa con ciertos encasillamientos, pero en un
lmite ligado a su condicin social.
Hoy la vemos, idealizada por esta divinizacin, en sus representaciones: una
hermosura sencilla y delicada, como su poesa. Pero tambin, igual que en su papel
pedaggico y misterioso, se la ha comparada por su fealdad con Scrates. Era bajita y
morena, condiciones fuera del canon de la belleza femenina griega. Esto debi ser lo
ms cercano a la realidad. Su capacidad potica nos ha engatusado creyendo ver la
belleza de su lira en su cuerpo: reflejo del alma, en el cuerpo de la Musa, que un da
fue una mujer que sufra, amaba y que tambin se vea inmersa en las trifulcas polticas.
Quizs el problema de toda obra potica: el escritor pretende crear una bella metfora
de sus sentimientos, y distorsionan nuestra percepcin: ya no vemos la belleza de su
sique que pretende representar sino la misma Belleza esttica, mayscula y mayesttica.
Su belleza como poetisa o como creadora es diferente a la fsica; nada que ver su sique
con su physis; lo ideal de lo real y material.
Hay un consenso, eso s, sobre que su vida dur entre la segunda mitad del siglo VII
a.C. y las primeras dcadas del siguiente. Eusebio, en su Crnica, nos seala que su
florecimiento fue aprox. al 600 a.C., y la Suda en torno al 612 a.C. Aunque muchos
autores sealan que naci en el 612 a.C. Su vida coincidi en el tiempo con la de mayor
esplendor en la isla de Lesbos; desconocemos cmo particip, al menos
econmicamente, en este esplendor.
Los epitalamios, o cantos de boda, debieron de suponerla ingresos econmicos, pero
quizs no lo suficiente para llevar el nivel de vida de su condicin social. Era una
aristcrata lesbia descrita como orgullosa, amante de lo grandioso y muy hospitalaria.
Parece que tena fuertes lazos familiares, sobre todo ante la preocupacin porque
Caraxo se arruinase por la cortesana de la que se haba enamorado; una cosa que,
aunque desmesurada, no sera igual, con los mismos fuertes sentimientos como los que
Safo, en secreto, o no tanto, expresaba por sus estudiantes, amigas-compaeras? Aqu
vemos la interioridad que la lrica representa: la sique humana de alguien, pero tambin
afectada por las circunstancias, lejos de su idealizacin (el mundo de las ideas).
Pero su obra tambin tuvo momentos de olvido. De los nueve o diez de sus libros en los
que se organizaban sus poemas mejor llamarlos cantos, ya que se compusieron para
acompaarlos con msica: msica lrica, slo han sobrevividos unos 200 fragmentos
en papiros egipcios, por lo general bastante deteriorados, o en las obras de gramticos
alejandrinos, que siempre citan a la poetisa para alabarla No conocemos ms que un

veinteavo de la obra, pero constituye una fuente muy buena para conocer el cambio de
una nueva sensibilidad potica: hecho que resulta muy significativo por ser el gnero
por excelencia, la poesa, en el s. VII a. C., que vio surgir nuevas formas de
pensamiento, de organizacin poltica y experiencia religiosa. Es decir, como decan los
alemanes, el volksgeist del momento.

II-

El ambiente sociopoltico y cultural en la Grecia arcaica.


a. Grecia en el periodo arcaico. Stasis de las polis.

Para saber el porqu de la llegada a la poca arcaica hay que remontarse a los orgenes
de los griegos. Tenemos que ubicarnos entre el II milenio a.C. con la llegada de los
dorios al continente, hoy llamado como griego, y al s. XII a. C. en el que cay la
civilizacin cretense minoica que supuso la culminacin de la creacin cultural griega y
de la civilizacin helena, en muchos aspectos como la conocemos hoy. Los griegos
entonces entraron en el mundo escrito, lo que para nosotros supondra la entrada en la
Historia, aunque realmente no supondra gran cosa realmente (al menos por el
momento es trascendental, pero para ello habr que esperar tiempo y aun as la
escritura seguira siendo algo de la lites): los documentos en lineal B que tenemos
son de carcter administrativo y es que, la cultura griega se transmiti hasta mucho
tiempo despus, principalmente, de forma oral, con los aedos. Este tiempo, el Bronce
Egeo, arqueolgicamente, lo podemos dividir en: Antiguo, hasta el III milenio; Medio,
hasta 1700 ms o menos; y el reciente: hasta 1200, fin del mundo micnico o heldico
reciento.
Fue en ese Bronce Medio cuando se fundieron las poblaciones locales y las griegas
conquistadoras. Concretamente, la conquista de Creta se podra fechar aprox. en el
1450. La cultura micnica floreci por el comercio desde Italia a Egipto, gracias
probablemente a la tradicin absorbida por la minoica, que no habra desaparecido del
todo, quizs involucrada en los movimientos de los Pueblos del Mar2, y de manera
involuntaria favoreciendo la situacin micnica con la inestabilidad egipcia. Y es que
gracias a la favorable situacin entre hititas y Egipto, inmersos en problemas internos
y/o invasiones externas, como las de los Pueblos del Mar, los micnicos pudieron
comerciar con lugares como Chipre o en los propios territorios de ambos pases. Esto es
muy importante ya que la influencia oriental sera enorme y una ayuda en su
conformacin cultural en los periodos posmicnicos y en la poca arcaica.
El pueblo micnico era bsicamente guerrero, basado en una serie de principados
independientes ligados al anax, jefe homrico, que ejercera de rey. Durante este tiempo
se expandieron militar y comercialmente desde el s. XV y el XIII, con esa supuesta
guerra de Troya que habra sido realmente contra un territorio hitita3. En esos
momentos, los textos ya nos hablan del Politesmo griego con la mayora de los dioses
que conocemos hoy da: Zeus y Hera, Poseidn, Atenea, Hermes, Artemisa y Ares, e
incluso Dionisios, que se pensaba posterior y de influencia oriental. Tambin otros
menores y de menor importancia como Epiclius, Pen o Ilita.

Dothan, T. y M., 2002: Los pueblos del mar, tras las huellas de los filisteos. Ediciones Bellaterra:
Barcelona.
3
Siebler, M. 2002, La Guerra de Troya: Mito y Realidad. Ariel. Barcelona.

La cultura micnica colaps en torno al s. XII, con una grave crisis: la Edad Media
griega. Sobre sta, se ha pensado durante mucho tiempo que fue causada por invasiones
de origen dorio, pero la continuidad de la cultura micnica y posmicnica nos habla
quizs no de una destruccin o muerte, sino de decadencia. Otros motivos pudieron
ser los mismos Pueblos del Mar causando el caos, o irnicamente por la cada del
comercio ante el hundimiento egipcio e hitita (del que antes se habran beneficiado de
esa misma inestabilidad creada en la zona por los Pueblos del Mar); por una crisis
alimenticia y econmica que habra favorecido la llegada doria, y por todo ello, por
culpa de un momento de guerra continuada de prncipes territoriales.
Grandes masas de griegos empezaran a desplazarse por culpa de la crisis demogrfica y
se formara una serie de diferencias culturales y dialectales, no superadas hasta la
llegada de la koin macednica. Por un lado, tendramos en grandes lneas a dos grupos:
los jonios en el tica, supuestos herederos de los griegos autctonos, y los dorios, que
heredaran el mundo cultural micnico, muy influido a su vez por las culturas minoicas
y orientales. Lesbos y Mitilene estaran dentro del tercer grupo de los eolios, influidos
por la zona oriental quizs de igual manera, territorios quizs muy cercanos a los dorios.
Pero todo ello supuestamente, ya que tambin durante estos momentos y en toda la vida
de la hlade se producira un alto mestizaje gracias a factores como la religin o la
existencia de enemigos comunes, o sobre todo, el lenguaje, diferencia clara con los
brbaros (los pueblos no-griegos). Suponer una existencia totalmente homognea es
errnea; las dicotomas culturales de estos grupos eran realmente ms diluidas y ms
difciles de lo que debemos pensar. Cada polis y lugar debi de tener su propia
particularidad.
La sociedad estara conformada en su cspide por un grupo de aristcratas, los basileia,
palabra griega que luego sera sinnimo de rey o soberano, grupo nobiliario en poca
micnica que sustituira al anax como el Agamenn homrico y que era la
denominacin del propio Zeus. Eran los seores del oikos concepto que concretar
despus, es decir, de las tierras en un conjunto y en trmino amplio. Sus aristieai, o
acciones excelentes, propias de los mejores, justifican su posicin en la sociedad y en la
construccin y el control del proceso productivo.4 Este jefe liderara a los la`as, masa
identificada con el demos (trmino que hara referencia a los miembros de la
comunidad, de los distritos, donde se vive y se explotaban los campos, y que se
integraban en el la`as, dependiente del basileus). Es en este momento cuando se inician
los movimientos migratorios hacia fuera de la hlade como a Asia Menor, muy
importante ya que otro lugar sera hacia la Magna Grecia, lugar donde se refugi Safo y
donde se erigi la escuela de Pitgoras, es decir, un gran centro cultural en donde estuvo
exiliada la poetisa.
Los siglos del s. IX y VIII seran los de la poca del geomtrico, un tiempo entre el
arcaico y las anteriores etapas. An existan grandes dificultades en cuanto a la
comunicacin, lo que unido a una sociedad rural, habra de crear una cultura muy
4

Plcido Surez, D., 1993: Las claves del Mundo Griego. 2700-323 a.C. Planeta. Barcelona.

localista o, como dira Unamuno con sarcasmo y algo de cido cinismo hacia Espaa y
Castilla, muy aldeanista; es decir, muy unida culturalmente a los aedos y a la
trasmisin oral, a las entidades locales que luego produciran el sinecismo. Los aedos
eran los encargados de la transmisin del saber que inmortalizaban tanto las hazaas de
los ancestros como las tradiciones culturales y religiosas. Quizs habra que hablar de
tradiciones culturales y religiosas como una, pues ambas estaban prcticamente
imbricadas. Pero de esto se hablar ms adelante en los aspectos de la misoginia y la
mentalidad helena.
Seran los inicios de la preponderancia ateniense con la cermica geomtrica. Tambin
fue el tiempo de la adopcin del alfabeto fenicio por los griegos entre el s. IX o
principios del VIII: dato importantsimo ya que coincidi con los inicios de la creacin
literaria, que nos concierne por Safo y ya que stas nos sirven como fuente histrica de
la cultura y sociedad, adems del placer esttico que produca (as como la futura lrica,
vinculada a las divinidades igualmente). Por este tiempo, se conformaran la Ilada y la
Odisea, obras que son la herencia que Safo deja de manifiesto en sus poemas, en donde
muestra su conocimiento y la de su importancia tanto para s misma como para sus
poemas, para la lrica, ya que se fueron la identificacin de los valores culturales,
morales e incluso sociales, los cuales, por otro lado, estaran en revisin y en cambio en
el stasis, como es el propio botn la tirana que vivi Safo. Tambin fue de Hesodo, el
que vivi entre estos dos periodos y del que ya hablar ms adelante para la misoginia
femenina. En su Trabajos y das nos muestra una pequea comunidad campesina en
constante conflicto y peligro, y con una constante llamada a Zeus, dios del Orden
natural y de la Justicia como una bsqueda moral para los ciudadanos, todo esto ya ms
propio del arcasmo.
El arcasmo, el periodo que nos interesa, nace en el s. VIII a.C., con una fecha
simblica: el supuesto inicio de los Juegos Olmpico (Panhelnicos): el 776 a.C. Segn
Plcido Surez, el Renacimiento griego en muchos sentidos. Es el tiempo del
sinecismo (unin de oikos, que es su origen etimolgico): el origen de las polis como
las conocemos. Es el momento de la creacin de las instituciones urbanas y las ciudades
como las conocemos: ciudades-estado.
Para el autor antes citado, este proceso es el resultado de la solidaridad aristocrtica (en
sentido marxiano) frente a la conflictividad campesina; aunque realmente debi ser
mucho ms complejo que todo esto, como en el caso romano y los reyes etruscos5:
una Administracin naciente ante el crecimiento econmico, que cre instituciones y
herramientas de regulacin cvica, aprovechadas por una aristocracia nueva (una
oligarqua en su pleno significado griego) ya no basada en el prestigio militar (el
aret, el valor, y el kleos, la fama) sino en el econmico, dentro de organismos de
participacin de los hombres de la colectividad; una nueva unidad y cultura que tena

Martnez-Pinna, N., 1989: La Roma Primitiva. Ediciones Akal. Mstoles (Madrid). dem, 1996:
Tarquinio Prisco. Ediciones Clsicas. Madrid. dem, 1999: Los orgenes de Roma. Editorial Sntesis.
Madrid. dem, 2009: La Monarqua romana arcaica. Universidad de Barcelona

escritura, que construa una unidad panhelnica pero tambin autnoma y en conflicto
con las otras, basada en mitos helenos de sus hroes y con una fuerte ritualizacin; etc.
Estas nuevas herramientas cvicas fueron un arma eficaz frente a la vieja aristocracia
guerrera y tambin contra los campesinos que estuvieran contra el Poder, aliados por
intereses individuales en relacin a la tierra, empobrecidos y en crisis. No siempre sera
frente a los campesinos este nuevo poder, aliados stos en ciertas circunstancias con
unos o con otros; incluso, quizs, usando las herramientas de la polis para su beneficio,
como garante la polis de la unidad colectiva, como lo haran las clases6 poderosas
basadas en la riqueza que se formaran, entre el viejo orden y el nuevo. Todos elementos
del geomtrico se recrudeceran.
La aristocracia (antigua) de tipo agrario-guerrero y los nuevos poderes emergentes
reduciran al monarca a un primun inter pares con un papel sobre todo religioso. Las
bases econmicas cambiaron y con ello, por tanto, las sociales. El patrimonio se iba
reduciendo, pasando a ser el propietario un miserable, empobrecido, y lleno de cargas.
De ah, nacera la esclavitud por deudas: un miedo y un problema de orden social que
dara lugar a las revueltas por las tierras por parte de los no-propietarios, que eran
ciudadanos pero que se vean en una posicin socioeconmica nada favorable. Es el
origen de la isonomia. Pues, ante el problema de falta de tierras y herencias, los
aristcratas tendieron a la concentracin agraria el mismo proceso que en el
bajomedievo a manos de unos privilegiados. La falta de tierra o sterocaria es
fundamentalmente el problema social del desequilibrio, pero est unido a otros factores:
al desarrollo urbano y del comercio, un tipo de economa ya no de subsistencia en
este caso, semejante al proceso capitalista europeo, como el caso britnico a finales del
s. XVIII y principios del XIX. Un elemento de gran importancia es la aparicin de la
moneda que hizo ms rpido, y foment, el comercio. Gracias a todo ello, se formara
una burguesa que comerciara con otras polis y con territorios extranjeros. Como
hablamos en el periodo geomtrico, se produca una colonizacin, la llamada Gran
Colonizacin, ahora con mayor fuerza: hombres obligados por el stasis a crear nuevas
polis y colonias, que fomentaron el comercio con las polis madres o metrpolis a
pesar de que en teora no existan lazos coloniales de facto en algunos casos; no ms
que lazos religiosos y culturales, que ya deca que son bsicamente lo mismo: ste es
el caso de Lesbos, vinculada con Oriente pero tambin con Occidente, como hablar
despus.
Es el stasis: un momento violento que, con razn, nuestras cabezas asocian con la
revoluciones liberales, a pesar de las diferencias; en ambos casos, los problemas de
tipo socioeconmicos buscaron y concluyeron en nuevos contratos sociales que
construyeron nuevas realidad de tipo poltico, ciudadanas. En ello, de gran importancia
6

El mismo Plcido Surez se pregunta en su obra, citada en la bibliografa, si debemos analizar la


sociedad del momento por las clases que se dieron los propios griegos, o si las nuestras no representaran
del todo la realidad de su tiempo. Algo interesante porque quizs sera mucho ms importante que en
nuestras dicotomas: aristocracia y campesinos, ricos y pobres, propietarios y nopropietarios.

estara el modelo hopltico que cambi totalmente la manera de combatir, sustituyendo


el modelo aristocrtico de combate y, por tanto, fue destruyendo su prestigio social,
poltico y, a veces, econmico. Por otro lado, de gran importancia es la obra de los
legisladores como Soln, que evitaron la tirana, fenmeno comn de la poca y
tambin a finales del clsico, y que a diferencia de sta construyeron un nuevo orden sin
violencia aunque no sin problemas y a veces, como el caso, manteniendo a la misma
lite sociopoltica. En los casos de la tirana, tampoco fueron stos movimientos
revolucionarios o campesinos, populares; los tiranos, aunque entendidos como
temporales, crearon una red clientelar con tintes aristocrticos y una justificaciones
polticas enraizadas entre el viejo orden (aristcrata), casndose con mujeres de alta
cuna o basndose en argumentos de tipo mtico (elemento de tipo panhelnico, pero
tambin aristocrtico), aunque tambin muy populares del nuevo orden (cvico) al
realizar tareas y legislaciones que favorecieron la igualdad y a los no-propietarios, que
fueron clientes de estos seudosoberanos. Es esta poca la de Safo. Un momento crucial
que luego concretar ms.
ste es el panorama que engulla a Lesbos y sin lugar a duda a Safo, en el terreno de lo
poltico, social y econmico. Ahora entraremos en aspectos tambin sociales, pero ms
bien culturales, en los terrenos de la mentalidad helena y ms en concreto, el
pensamiento misgino que est presente en toda la cultura de la hlade y es el que
permite mantener el status de la mujer dentro del gineceo.

b. Lo femenino en el mundo griego y la misoginia en la


literatura griega: la raza de las mujeres.
Para entender la condicin de la mujer en la Grecia arcaica y antigua en general,
primero hay que ver el pensamiento que quiere definirla y la imaginaba en el mundo
heleno. Es decir, para comprender el porqu de una mujer como Safo en su poca hay
que saber cmo ven los griegos la feminidad. La mentalidad de la hlade arcaica es el
soporte invisible, no material, de la condicin de la mujer. No se conoce una sociedad
slo por los hechos jurdicos, sociales o econmicos. Con mucha frecuencia, esta
sociedad se muestra con ms nitidez a travs de la imagen que se hace y que da de s
misma7.
Los griegos en su tpico pensamiento dualista de la realidad solan arremeter contra la
mujer por una serie de oposiciones al varn: cultura/naturaleza, civilizacin/salvajismo,
la guerra/la procreacin, el hogar/el gora, la razn/la irracionalidad, la sociabilidad/la
insociabilidad, la moderacin/la inmoderacin Y un largo etctera que definen un
dominado y un dominante, pero siempre en tensin debido a la realidad, ya que
sta no siempre se pliega a los desidertum de los que ven la sociedad de forma tan
plana. Para Eugenio Tras8, las mujeres o lo femenino en el mundo mtico de la Medusa,
7

Moss, Claude, 1990: La mujer en la Grecia Clsica. Nerea. Madrid.


Tras, E., Lo bello y lo siniestro. Imgenes de la Medusa en la Antigedad en: Pedregal Rodrguez, A.
et Gonzlez Gonzlez, M. (coor.), 2005: Venus sin espejo. Imgenes de mujeres en la Antigedad clsica
y el cristianismo primitivo. Ediciones KRK. Oviedo.
8

por ejemplo, se encuentra una tensin entre lo horrible y lo bello, como constante del
complejo deambular de la sique masculina que deseaba a ese objeto de deseo que era la
mujer.
Los hombres queran `domar, as como un caballo salvaje, que hubiera dicho la crtica
espartana al mundo ateniense, a ese objeto de deseo. As lo ve Domingo Plcido: El
matrimonio se percibe como proceso de aculturacin de la mujer, en el trnsito de la
virgen salvaje a la esposa fiel. Elemento clave de dicho proceso consiste en la
domesticacin de su actividad sexual. En la teologa politesta, a la autonoma de las
divinidades locales se superpone la unidad panhelnica integrada en la familia
patriarcal. La misma Hera argiva revela en sus manifestaciones la historia del paso de la
divinidad autnoma en Argos a la esposa de Zeus. Divinidades femeninas que eran
autnomas y propias de un lugar en sus orgenes aparecen adaptadas a papeles
subsidiarios en relacin con el varn, como esposa o como nodriza.9 Esta
subordinacin divina la veremos repetida, muy simblica, quizs, de la primitiva
monarqua y de la monarqua que era el oikos. Este estado, para el autor, primitivo,
se ve en las ninfas, entre la ciudad y el campo (aunque poda ser una interpretacin
desde nuestro hoy, de un mundo esttico en poca clsica). El rapto es parte del mito
de la supuesta aculturacin con ciertos tintes erticos. Combinan las prohibiciones
sexuales de Artemis y la sexualidad y el deseo de Afrodita. Entre medias, se producen
los castigos como forma de control y de impedir la lascivia masculina. Las Ninfas se
sealan por ello como las representantes ms reales de los temores y de las fantasas
masculinas. El mundo femenino es peligroso pero atractivo.10
No todos los hombres, al menos por escrito, opinaron as, pero s que existe una larga
tradicin misgina que viene desde Hesodo hasta Aristteles en poca clsica, la cual
se moderara o apagara en el mundo helenstico posalejandrino. Es el mismo Hesodo
quien diferencia a los gneros mediante el concepto de la raza de las mujeres y por
tanto, frente al otro, el de los hombres. La primera sera Pandora. Aunque antes de
hablar de l, como rastro literario, tendramos a Homero (sin ponernos a debatir sobre
los problemas que conllevaran sus obras a nivel histrico) con su Ilada y Odisea.
Como veremos en la parte de la literatura griega, la tradicin y cultura griega se
difundieron gracias a los aedos, los transmisores va oral del cosmos mtico, heroico y
religioso, el que fundamentaba la cultura griega, una argamasa para el panhelenismo
pero tambin para la construccin local y de la mentalidad helena en general. A lo
Eugenio Tras define lo siniestro como la condicin y lmite de lo bello; como una condicin que debe
hallarse bajo la ausencia, velada, y limitada al no deberse mostrar ni desvelarse. Incluso cierto horror
puede considerarse bello, salvo en el caso del asco Las mujeres, por ejemplo, se encuentran en ese
lmite entre lo horrible y lo bello. La Gorgona pas de un estadio de la ms hermosas a otro, de ser un
monstruo, adalid de lo siniestramente horrible.
El autor hace otras analoga de las que ya se hablara.
9
Plcido, D, La construccin cultural de lo femenino en la Antigedad clsica en: Pedregal Rodrguez,
A. et Gonzlez Gonzlez, M. (coor.), 2005: Venus sin espejo. Imgenes de mujeres en la Antigedad
clsica y el cristianismo primitivo. Ediciones KRK. Oviedo.
10
Plcido, D, La construccin cultural de lo femenino en la Antigedad clsica en: Pedregal
Rodrguez, A. et Gonzlez Gonzlez, M. (coor.), 2005: Venus sin espejo. Imgenes de mujeres en la
Antigedad clsica y el cristianismo primitivo. Ediciones KRK. Oviedo.

largo de todos los siglos del llamado Medievo griego los aedos y los rapsodas, cantando
las gestas de los antepasados, desarrollaron junto a la funcin recreativa, una importante
funcin pedaggica, enseando a los griegos lo que deban sentir y pensar, cmo deban
ser y cmo deban comportarse. Y as como los hombres aprendan del epos a adecuarse
al modelo del hroe, al mismo tiempo, las mujeres, escuchando a los poetas, aprendan
qu comportamientos deban tener y cules evitar.11 Es por eso que Homero, o el
supuesto Homero, la transcripcin escrita de todo este mundo, tenga importancia como
legado de la visin de la mujer en pocas prearcaicas.
El primer valor que se toma de gran estima en una mujer (aristcrata, o no), es la
belleza, a la que se asemeja a una diosa. Y cuando se asemeja a la de Helena, la belleza
se perdona. (Idealizacin? Banaliza el conflicto frente a la belleza? Da igual lo
terrenal de la batalla frente a unos valores como es el de la belleza, un don de los
dioses, objeto de deseo de los hombres, idealizacin de lo supraterrenal?) La mujer debe
cuidar su aspecto fsico y preocuparse de su vestimenta: son stas las cualidades con que
una dama conquista para s fama gloriosa. Despus, deba sobresalir en los trabajos
domsticos. Y, por encima de todo, deba obedecer. Su puesto est en el hogar, su labor
es domstica. Se esperan de ella un respeto riguroso a los roles de gnero, junto al pudor
y la fidelidad, virtudes que respaldan el poder hacia el hombre. Y no es solamente
subalterna, como dice Cantarella, sino tambin vctima de un pensamiento misgino.
Bajo la capa de un afecto paternalista, por lo dems bastante frgil, el hroe homrico
desconfa de la mujer, incluso de la ms devota y sometida. Como dice la sombra de
Agamenn en el Hades, asesinado por su propia esposa: por eso ya nunca seas ingenuo
con una mujer, ni le reveles todas tus intenciones, las que t sepas bien, mas dile una
cosa y que la otra permanezca oculta.12 Y ms: Dbil, interesada, incapaz de
sentimientos duraderos. Siendo el matrimonio su lugar de destino y de existencia, sus
intereses y sus afectos viven slo en funcin de aqul: as es la mujer.13 Es decir,
reducida al oikos a pesar de sus mayores libertades en el mundo micnico.
La ms importante de las virtudes femeninas, es la de la fidelidad. Quien no lo fuera,
sera castigada. Es el caso de Afrodita, casada con el antnimo y feo Hefestos; casada
por el mismo que desafi a su padre, Zeus, al defender a Hera, su madre, y que por ello
fue arrojado del cielo a Lemnos y qued patizambo y condenado. Es por tanto nada
casual que, no sin irona y una tremenda crueldad ya no potica sino incluso hasta con
una moraleja cruel, cida y amoral? (o moralizante?), Afrodita fuera la mujer ms
hermosa y la ms deseada, sobre todo por Ares. Hefestos no era el soberano del mundo,
como su padre, y ni siquiera hermoso, como Apolo, su hijo favorito, mas sino un dios
ocultado, demasiado humano, pero tena la inteligencia, el hombre que construye, de
lo artesano y un arte creativo muy rudimentario, con el que conden a ambos despus de
que el Sol le dijera que ambos se perdan. Prepar una red invisible y la extendi
alrededor del lecho para que los adlteros quedasen atrapados: una moraleja de que
11

Cantarella, E., 1996: La calamidad ambigua. Condicin e imagen de la mujer en la antigedad griega
y romana. Ediciones clsicas. Madrid.
12
dem.
13
dem.

alguien como Hefestos, defectuoso pero inteligente, tan hombre como Ares o Zeus,
poda atrapar y por tanto hacer escarnio a los dos: ese hombre trabajador parece viva
imagen de la que cre Hesodo. Llam a los dioses y pidi que le devolviese todos sus
regalos esponsales, los eedna (el lazo material que une simblicamente en matrimonio).
Encima de cornudo, apaleado, como deca el cantante.
La sancin de la esposa infiel era el repudio, acompaada de la restitucin de los eedna.
En cambio, en los poemas no se muestra ningn castigo fsico que se pudiera ejercer al
cabeza de familia. Zeus mismo poda castigar a Hera con castigos dursimos, incluso
encadenndola y suspendindola en el vaco con dos yunques a los pies. Esto no
significa que fuera habitual en los griegos. La relacin Zeus-Hera era de tipo
especialmente combativo y violento y, desde luego, no puede ser tomada como modelo
de las relaciones matrimoniales. Pero ello no impide que, ms all de esta caracterstica,
represente un cuadro de relaciones conyugales que el pblico aceptaba de alguna
manera, evidentemente acostumbrado a considerar los castigos como un aspecto no
patolgico de la relacin. En otras palabras: de los excesos de Zeus el pblico poda
rerse, pero no horrorizaba.14
Otro valor es el del pudor, que est intrnsecamente relacionado con el de la fidelidad.
En Odisea (VI 25-70), dentro de un escenario domstico, Atenea aconseja a Nauscaa
ir a lavar las ropas ya que debe prepararse para el matrimonio, pero ella, al pedir
permiso a su padre Alcinoo, le dice por reparo que debe ir a lavar las ropas de los
varones de la familia, el padre y los hijos. Su padre lo comprende. La joven debe
prepararse para el sexo, pero debe avergonzarse y mostrarse ms preocupada por las
relaciones familiares que de su propia sexualidad. sta se subordina a los intereses del
mundo masculino.15 Las mujeres son protagonistas, pero como fundamentadoras de la
nueva generacin de dioses, semidioses o mortales En los poemas picos, estas
grandes mujeres, casi todas ellas, aparecen como hijas de diosas, ya que stas no son
mujeres como las mujeres mortales, unindose a los hombres con cualidades de
amor y erticas ms poderosas que en las meramente mortales. Las Ninfas y Musas
acompaan a Afrodita en el Parnaso, como un sequito vehculo de la vida sexual.
Atalanta tena amarygmata (los movimientos graciosos) de las Crites y rechazaba
el matrimonio. No quiere los regalos de Afrodita. [] En general, el panorama de la
imagen de lo femenino ofrece la presencia de madres de hroes, objetos de deseo, pero
tambin objetos de la represin o aculturacin. Reciben crtica por el erotismo excesivo
o por huir del erotismo. En definitiva, se expresan las contradicciones del varn ante lo
femenino.16
Entonces llegamos al inicio de la apologa misgina por excelencia: la de Hesodo. Sus
dos obras son la Teogona y Los Trabajos y los das. En ellas Hesodo desarroll el mito
14

Cantarella, E., 1996: La calamidad ambigua. Condicin e imagen de la mujer en la antigedad griega
y romana. Ediciones clsicas. Madrid.
15
Plcido, D, La construccin cultural de lo femenino en la Antigedad clsica en: Pedregal
Rodrguez, A. et Gonzlez Gonzlez, M. (coor.), 2005: Venus sin espejo. Imgenes de mujeres en la
Antigedad clsica y el cristianismo primitivo. Ediciones KRK. Oviedo.
16
dem.

de Pandora, la primera mujer. El pretexto de esta creacin es el robo del fuego a manos
de Prometeo y la clera de Zeus. As se dice en la Teogona:
Y al punto, a cambio del fuego, prepar un mal para los hombres: model
de tierra el ilustre Patizambo una imagen con apariencia de casta doncella,
por voluntad del Crnida. La diosa Atenea de ojos glaucos le dio el ceidor
y la adorn con vestido de resplandeciente blancura; la cubri desde la
cabeza con un velo, maravilla verlo, bordado con sus propias manos. En su
cabeza coloc una diadema de oro que l mismo cincel con sus manos, el
ilustre Patizambo, para agradar a su padre Zeus
Y fue entregada a los hombres:
Pues de ella desciende la funesta estirpe y las tribus de mujeres, gran
calamidad para los hombres que con ellas viven.
En Los Trabajos y los das aparece ms detalle:
Yo a cambio del fuego les dar un mal con el que todos se alegren de
corazn acariciando con cario su propia desgracia.
A pesar de las interpretaciones variadas, el poeta caracteriza a la mujer como un mal,
tanto ms terrible como apasionante, y del que el hombre no puede prescindir. Y henos
aqu con la pregunta: esta misoginia es slo del poeta o, a travs de la Musas, como el
volksgeist, tambin lo era de sus contemporneos. Podramos ms bien preguntarnos,
como recientemente lo ha hecho una historiadora americana, si no habra que relacionar
dicha misoginia con las transformaciones que la sociedad griega experimenta a finales
de los tiempos oscuros: el paso de una agricultura nmada y pastoril a una agricultura
sedentaria intensiva, con fuerte crecimiento demogrfico y crisis agraria. La mujer,
objeto antao de prestigio y guardiana del oikos, se convierte en este mundo desgarrado
en una boca que alimentar, en un vientre insaciable tanto en la alimentacin como en la
sexualidad, y tanto ms intil cuanto que incluso su funcin reproductora se vuelve
peligrosa.17
Se ha querido ver en estas manifestaciones una nueva mentalidad de clase media que se
enfrentaba a los valores aristcratas transmitidos por la poesa pica, en la que la mujer
era considerada como un objeto de prestigio y ergo era protegida. Ahora bien, aunque
no se puede ignorar que los profundos cambios acaecidos en la sociedad griega a finales
del siglo VIII y durante el siglo VII hayan podido producir un impacto sobre la
condicin real de la mujer, es evidente que el trastorno ha sido ms lento tanto en el
mbito de las representaciones como en el de los sistemas de valores. Y si la misoginia
de Hesodo o la de Simnides pueden considerarse como un eco de las transformaciones
de la sociedad, la permanencia de los valores aristocrticos no es menos evidente, como

17

Moss, Claude, 1990: La mujer en la Grecia Clsica. Nerea. Madrid.

lo muestra, sin ir ms lejos, la obra de un poeta nacido algunos decenios despus de


Simnides en la misma Grecia insular: la obra de una mujer, la de la clebre Safo.18
Junto al catlogo de Simnides, se terminara de caracterizar a la mujer. ste va creando
una serie de catlogo-arquetipos de mujeres del que slo se salvara la abeja: as
como Cantarella concluye:
Cochina, zorra, perra, comadreja, yegua, mona: cada una peor que la otra.
Solamente una se salva:
Otra procede de la abeja: dichoso el que la consigue.
Slo sta no recibe ningn reproche,
y por ella florece y aumenta la vida.
Amada envejece junto a su amante marido,
madre de una prole linda y famosa.
Y llega a ser ilustre entre todas las mujeres,
y le rodea una gracia divina.
No le gusta sentarse entre las mujeres
cuando hablan de asuntos de amor.
stas son las mujeres mejores y ms inteligentes
que Zeus otorga como gracia a los hombres.
Pero, existe de verdad una mujer nacida de la abeja? Si existe, es muy
rara, y surge la sospecha de que para Semnides no la hay en realidad.19
Por ltimo, es curioso el anlisis que realiza Ana Iriarte en su De Amazonas a
Ciudadanos. Pretexto ginecocrtico y patriarcado en la Grecia Antigua. En l hace una
reflexin interesante de cmo la Memoria, vinculado a Mnemsine, y el saber de Metis,
elementos unidos a la Justicia religin, memoria y justicia, pues, unidos,
conforman una memoria femenina, antes independiente, como apoyo fundamental de
los hados de Zeus. Esta memoria femenina vincula a las mujeres a una enseanza
primitiva de los hijos sustituida despus por los aedos y los hombres.
Al igual que en el mundo divino, el Orden Csmico, como en el humano, estara
coronado por el patriarca Zeus, y danzando en torno suyo, como hacedoras suyas, las
ninfas, que luego tambin se vincularan a su hijo favorito Apolo, hijas de Mnemsine,
las cuales eran ese objeto de deseo y rapto de los hombres, porque tienen el saber y un
saber benigno, apolneo, que conceden el placer espiritual unido a la paideia y recitan
la verdad divina. En cambio, las Erinias del teatro ateniense representaran esas
fuerzas primigenias de la memoria femenina `domadas por Atenea finalmente para la
polis como vigilantes del Orden: como pasando por una serie de fuerzas (unidas a un
tiempo histrico al menos simblicamente) como Nietzsche defina: dionisiaca,
apolnea (la poca de Safo) y otra que yo aadira de Atenea, de la polis de Atenas,
18

dem.
La cita incluye el poema, extrado de: Cantarella, E., 1996: La calamidad ambigua. Condicin e
imagen de la mujer en la antigedad griega y romana. Ediciones clsicas. Madrid.
19

cuando el mythos definitivamente ha sido desterrado del todo y separado del valor del
logos pues antes supona para los griegos igualmente una misma explicacin, que era
la de la realidad, fuera en el mbito divino en una esfera y el humano en otra.
Y es que dentro de esta memoria femenina su mxima representante y paradigmtica es
Atenea. Es curioso que una parte del feminismo se asocie a Atenea, como apunta
tambin Ana Iriarte, cuando representa un personaje que castiga duramente a las
mujeres y a su condicin de mujeres, siendo el baluarte y la mano derecha del
patriarcado representado por Zeus. Atenea ya de por s es el sueo masculino griego de
quitar la procreacin a la mujer y a la vez dar origen a una supuesta mujer nada
femenina, reprimida de sus instintos y reprimindolos contraria por tanto a
Afrodita, ajena a su condicin supuestamente femenina y actuando en los roles de un
varn por esta misma conducta ambivalente, y para los hombres adems, aunque ejerza
de patrona de las doncellas en Atenas.
Para Ana Iriarte, al contrario, el ideal de madre (al menos el ms cercano al ideal)
estara representado por Demter: es la madre creadora junto al fruto de sus entraas, su
hija, como en las viejas Diosas Madres. Para la poca, junto al morir en la batalla en
el caso del hombre, en las mujeres lo ms honroso era morir en el parto, ya que era un
ejercicio cvico. Hay muchos ejemplos de mujeres ejemplares como Hcuba, pero otras
como Clitemnestra representan la mala madre o madre viperina. Estas madres que
desafan el orden natural, concepto que se vincula al Destino, el que en el mundo
mtico-potico no es ninguna metfora o recurso literario para los griegos sino una
realidad en la que el patriarcado se ha impuesto a cualquier tipo de derecho maternal,
sern castigadas gracias a los dioses.
En el plano divino, esa dualidad de hombre guerrero y mujer amante son Ares y
Afrodita, la diosa por antonomasia de Safo. Las diosas actan en la guerra en las
epopeyas como la Ilada. Estas diosas suelen ser tan doctas y efectivas en las guerras
como los dioses, pero, en cambio, Afrodita no La diosas del Amor es herida en la
guerra, y Zeus la dice que Ares y Atenea ya se encargarn, porque ella no est hecha
para ello. Desde la pica heroica, son Ares y Atenea los encargados de la guerra.
Afrodita parece representar la feminidad alejada de la guerra, el aspecto amoroso de
todas las mujeres griegas. Ares representa la guerra ms salvaje y feroz, el espritu ms
rudo de los varones, mientras que Atenea lo es de la guerra inteligente y es la
abanderada de la formacin hopltica.
Atenea la Guerrera es al mismo tiempo la diosa que no se cri en las tinieblas de un
vientre y que renuncia al destino, femenino por excelencia, de concebir hijos
legtimos20. Su condicin de virginidad est unida al de la guerra, y simboliza al de la
misma polis. Una eterna doncella que representa el aspecto civilizado de Artemis, la
diosa que abre paso a la edad de la doncella de las mujeres. Ser Atenea la que se
vincule a la defensa de la polis y de la eterna virginidad, tan temida su ruptura como
20

Iriarte, A., 2002: De amazonas a ciudadanos. Pretexto ginecocrtico y patriarcado en la Grecia


Antigua. Akal. Mstoles (Madrid).

seguramente temeran las propias jvenes que se veran cmo se convertiran en manos
del hombre no ms que en un juguete. No es de extraar que Ana Iriarte vea con cierta
acidez que las mujeres hoy sigan este modelo, porque como Atenea, las mujeres a su
imagen estaban coartadas de su feminidad.

c. La mujer en el oikos y su condicin.


Todos estos pensamientos existentes en el la hlade provocaban que en la realidad
social la mujer estuviera vinculada al hogar, concretamente al gineceo. El hogar era
parte del oikos, en el que estaban no slo el hogar y la mujer, sino todas las propiedades,
incluidos seres humanos y animales, una unidad productiva agropecuaria, el elemento
clave de la sociedad y el elemento principal de supervivencia de la sociedad. Adems,
es o puede ser, al menos en los casos de la nobleza o los dirigentes polticos, un centro
de poder. Como dira Jenofonte en boca de su maestro Socrtes la oikonoma sera el
arte de administrar bien un oikos, vocablo del que procedera nuestro actual economa.
Son los hombres los encargados de tener una buena economa, aunque de forma
subordinada, la que se encargara de los asuntos del hogar, del interior, sera la mujer.
All la mujer es la duea de la casa, la que controla el trabajo que se realiza en el interior
y el hombres es que controla, dada su autoridad natural del jefe, el seor, como lo
seran los caudillos micnicos: un griego en su oikos es su propio rey. Mosse usa el
ejemplo de la poca homrica de la Ilada y Odisea para compararla con la Economa de
Jenofonte para ver: Entre Penlope y Nauscaa por una parte, y la joven esposa de
Iscmaco por otra, hay a la vez continuidad y ruptura: continuidad en la funcin llevada
a cabo en el seno de una unidad de produccin, ruptura en lo que esta funcin representa
en el seno de una sociedad determinada.21
Para empezar este recorrido, como en el punto anterior, hay que empezar por la Ilada y
la Odisea. Las mujeres de estas obras son principalmente reinas o princesas, esposas de
los hroes de la guerra que dura diez aos, la larga guerra, que por otro lado significara
una ruptura en la normalidad aunque no tanto como sera para nosotros, pues sta
sera ms comn, aunque sta es diferente en muchos aspectos. En el relato, podemos
ver dos condiciones sociales: las mujeres dueas del hogar, esposas, hijas de los reyes, y
luego a las sirvientas, como las nodrizas, los personajes ms queridos de la
servidumbre, muy unidos con la familia. Luego, estaran las cautivas, en un ambivalente
papel, debido a ser de la realeza, que son parte del botn, y que son obligadas a yacer
con aqul que les ha cado en suerte, una humillacin salvo en los casos de existir
lazos afectivos: todo propia de una estructura de pensamiento nobiliario, con unos
valores en los que la victoria acaba con lo que nosotros llamaramos como la honra
femenina (concepto que no exista en su mentalidad, por otro lado). La mujer, en ese
caso, es un trofeo claramente fetichista, todo ello ya apuntado anteriormente.
En cambio, no aparecen las mujeres del pueblo, como si personajes de esa condicin
como Tersises y otros no las tuvieran. A los oyentes del poeta, parece que les traan sin
21

Moss, Claude, 1990: La mujer en la Grecia Clsica. Nerea. Madrid.

cuidado, o al menos de los lectores que lo leyeron cuando pas a estar manuscrita.
Posiblemente, dentro del hogar, su papel era similar; pero en el caso de las seoras
nobles exista una triple funcin: reina (mujer del soberano), esposa (la que deba dar
hijos legtimos) y seoras de la casa (es decir, las encargadas de las tareas del hogar,
feudo central del reino).
En el mundo de los poemas, el matrimonio ya es una realidad clara. Aunque sta tiene
distintas formas, que pueden coexistir y son parte de las alianzas nobiliarias, lazos
afectivos y sociales que marcan su condicin social y dentro de sta a su clan (frente a
otros). La mujer era el objeto principal y simblico de la alianza; un objeto de prestigio
como se ha reflejado en el punto anterior. En el mundo micnico, los matrimonios eran
lazos de solidaridad, dependencia, prestigio y/o vasallaje. La prctica ms extendida es
el sistema de los intercambios que denominan antroplogos como dote-por-dote. A
pesar de la importancia de los hedna (regalos de boda), tambin es importante los
elementos del prestigio y el honor que el hombre que se enlaza con la hija puede aportar
a su descendencia y familia.
Este matrimonio no es una simple compra sino un contrato en principio a cambio de
prestaciones. As la mujer se converta en esposa legtima, lochos, la que comparte el
lecho y de la que se espera que conciba hijos que hereden el oikos, fundamental para la
supervivencia de la familia y de la comunidad. Hay varias prcticas matrimoniales, no
siempre claras, que revelan que no est consolidada la institucin matrimonial. Otra
cuestin es la monogamia: que es la prctica habitual. Los hroes tienen exclusivamente
una esposa, bien sean griegos o troyanos. Pero hay casos excepcionales como el de
Pramo: pues si bien Hcuba es su esposa por excelencia, las otras esposas del rey le
han dado hijos igualmente legtimos y no deberan considerarlas simples concubinas.
Tambin tenemos casos en los que el hombre tiene esposa, pero comparte lecho con
otras. Ahora bien, la mujer que, como Helena o Clitemnestra, traiciona a su esposo
legtimo, es condenada; el adulterio no se perdona. Aunque es un caso ms de tradicin
que de jurisdiccin. La nocin de legitimidad es an imprecisa. Y si se condena el
adulterio femenino, no el masculino. El de los hombres es natural. Los hijos se
integran al oikos con naturalidad, sin diferenciarse apenas. Es el caso de Megapentes,
heredero de Agamenn.
La naturaleza del matrimonio estaba an mal definida como institucin social. Pero
seguramente que la mujer no era un simple objeto de intercambio, seal de prestigio o
trasmisora de la descendencia. Hay mltiples muestras de deseo de los hroes griegos
por volver a su hogar y de volver con sus esposas, como Ulises-Odiseo con Penlope,
que es un paradigma Como Ulises en el II canto de la Ilada: Cualquiera que lleve
un solo mes separado de su mujer se impacienta al verse retenido en su nave de slida
armazn por las borrascas invernales y el mar alborotado, a lo que responde Aquiles en
el canto IX con esta queja: Acaso los atridas son los nicos mortales que aman a sus
esposas? Cualquier hombre bueno y sensato ama y protege a la suya. Y yo amaba de
todo corazn a la ma, aunque era una cautiva. En esto se ve cmo eran los valores que
el hombre deba tener para con la mujer.

El modelo de pareja de la Ilada sera el de Hctor y Andrmaca22. Aun el poeta


centrndose en la debilidad de Andrmaca frente a la magnanimidad y el valor de
Hctor, el amor del hroe por su esposa se marca cuando ste piensa en lo que la
sucedera si Troya cayera en manos de enemigos: Me preocupa menos el futuro dolor
de los troyanos, de la misma Hcuba, del rey Pramo o de muchos de mis valientes
hermanos, que el tuyo, cuando algn aqueo de coraza de bronce se te lleve llorosa,
privndote de libertad. La contraposicin es la pareja de Pramo-Hcuba. Sus
infidelidades, el mantener a sus concubinas en palacio y a sus hijos, no le impiden aun
as pedirle concejo a su anciana esposa cuando hay que tomar la decisin de ir a
reclamar a Aquiles el cadver de Hctor: concejo que, a pesar, no sigue. Pero, de todos,
el modelo que ms destaca es el Ulises con Penlope en la Odisea. Ulises no es el
marido modelo, pues estuvo con Calipso, pero desde ese instante quiere volver a casa y
ver a su esposa, lo cual le reprocha la ninfa: suspira sin cesar da tras da. Y cuando
est a punto de abandonar la isla de los feacios, manifiesta la esperanza de encontrar a
su regreso: sanos y salvos a mi virtuosa mujer y a todos los seres que quiero. Pero es
el reencuentro la escena ms intensa; el poeta quera mostrar la justificacin sentimental
de la historia de Penlope y de sus innumerables artimaas para escapar de sus
pretendientes. As, las mujeres de los hroes no eran objetos de alianzas familiares,
tambin podan ser objetos de deseo: como seduccin de Hera a Zeus, la escena final de
Ulises y Penlope al final de la Odisea y la intervencin de Atenea para prolongar la
noche de amor de los dos esposos. Las mujeres disfrutaban del cario de sus esposos, y
cuando stos posean el poder real, ellas participaban en cierto modo de esta realeza.23
Segn pensamos hoy, los reyes de la Odisea seran reyes con un poder no absoluto y
deberan consultar con sus otros guerreros, considerados por Moss como reyezuelos,
que sobre todo tendran un poder de tipo religioso representado por el cetro. Las
mujeres, las esposas legtimas, participaran en este poder. Como Penlope. Hcuba
para convocar a las mujeres y participar en un ritual a Atenea, por ejemplo. No es slo
la esposa del rey sino la reina. Y Helena, por ejemplo, ocupa el mismo asiento con los
hombres en la reunin con Telmaco. Y en el caso de Penlope es extrao porque los
pretendientes la desean pues si llegan a casarse con ella sern reyes: las reinas podran
trasmitir el poder. Disponen de parte del poder que diferencia el poder de los dems de
la nobleza. Pero el gobierno de la mujer constituye en velar por los bienes de su oikos y
por tanto del reino, como vemos, como si ste fuera parte del oikos, as como luego
sera para Aristteles los primeros miembros para la formacin de la comunidad, fuera
cual fuera. As se lo dice Ulises a Penlope: Ahora que nos hemos encontrado de
nuevo en nuestro amado lecho, debers cuidar los bienes que tengo en palacio, y como
los infames pretendientes han diezmado nuestros rebaos me apoderar de un gran
nmero de corderos, y los aqueos me darn otros muchos, los suficientes para llenar de
nuevo los establos.

22
23

Moss, Claude, 1990: La mujer en la Grecia Clsica. Nerea. Madrid.


dem.

Y luego, el tercer aspecto es el de seoras del hogar. Tambin se ocupa de las visitas de
los extranjeros y de hacer que se sientan bien instalados. Otra tarea es baar a stos. Las
mujeres podan acudir a los banquetes, pero su lugar era su aposento y podan ser
mandadas a ste si molestaban. Las sirvientas, en cambio, aparecen a la sombra, y
casi no se nos cuentan nada; simplemente son mandadas de las seoras. Destaca la
respetable despensera, que se encarga de los vveres, se ocupa de las actividades
culinarias y de servir la mesa. Otro cargo importante es la nodriza. Su importancia es
destacada por la posicin de Euriclea en la Odisea, que sale adems de su anonimato al
ser nombrado por el nombre de su padre y de su abuelo. Y adems participa
directamente en la accin. Sus funciones son las mismas que las de las despenseras,
destinada a guardar del tesoro. La despensera tiene un papel muy importante y es la ms
valorada de la casa. La mayora eran esclavas, trofeos o regalos.
Pero como ya he ido apuntando, todo esto cambia con la crisis que supone la edad
arcaica. Las imgenes misginas para con la mujer surgieron en torno a los s. VIII y VII
a.C., ya vistos; vinculadas a esta crisis, por un lado con los problemas de los pequeos
propietarios agrcolas, pobres y con deudas, y/o esa llamada burguesa urbana (que
quizs a la vez era tambin propietaria agrcola, afectada por igual) como vemos en Los
trabajos y das y por otro lado por la cada de los valores aristocrticos y guerreros
aristocrticos de los escritos de pica homrica, pero que seguirn componiendo de
importancia en el ideario mental heleno debido a ser parte de la religin (y ergo) y la
identidad cultural. Con aquel bagaje cultural, en lugares como Atenas el cambio se
conducira a recrudecer el encierro de la mujer en el gineceo; la mujer, en torno a
Esparta y en relacin al mediterrneo y el viejo mundo micnico, como vemos en
Lesbos y Safo, parece que estos cambios se conduciran de forma diferente.
A pesar, el resultado de las polis y su nuevo proyecto poltico es la idealizacin
perfecta de un proyecto poltico que excluye a la mujer24. As, en el siglo VII, la
ciudad griega se defini a s misma como comunidad poltica, por medio de la exclusin
de dos categoras de personas, los esclavos y las mujeres. Si bien la categora jurdica no
era la misma, el argumento que la justificaba s: la naturaleza, que haca a mujeres y
esclavos diferentes del hombre macho y del hombre [ser humano] libre,
respectivamente25. Era su condicin natural de sexo lo que la impeda formar parte
de la polis. Y eran las mujeres esclavas las destinadas, entre otras cosas, a satisfacer las
exigencias de los machos de la familia, podan ser vendidas en cualquier momento y,
por tanto, alejadas de hecho de la familia que haba formado eventualmente con otro
esclavo. Sus hijos, naturalmente, pertenecan al patrn26.
Criadas por las esclavas en las casas pudientes o por la madre en todo caso en las ms
pobres, luego las muchachas no pertenecan mucho tiempo en casa paterna. Se las
prometa en edad a veces infantil, las esperaba la boda, y se las una con un hombre que
sola tener treinta aos, es decir, mucho ms mayores. El primer da el padre haca
24

Moss, Claude, 1990: La mujer en la Grecia Clsica. Nerea. Madrid.


dem.
26
dem.
25

ofrecimientos a los dioses, ella ofreca sus juegos infantiles a Artemisa, y los dos novios
hacan un bao nupcial con agua cogida de una fuente o en un ro sagrado. El segundo,
el padre de la novia ofreca un banquete nupcial, al trmino del cual la novia era
acompaada en un carro a la casa marital. El tercero, reciba los regalos de boda en la
nueva casa. Pero ninguna de estos ritos era el constitutivo del matrimonio
jurdicamente. El acto que lo realizaba era de hecho un acto que se celebraba a veces
muchos aos antes del comienzo del matrimonio propiamente dicho, es decir, la eggye
(promesa). Y no estaba prohibido el matrimonio ni siquiera entre hermanos, salvo
cuando eran hijos de la misma madre, el que estaba prohibido
Casadas tampoco tenan mejores ventajas, que no podan salir de casa en el caso
ateniense al menos ni siquiera para ir al teatro, que estaba prohibido. Slo las ms
pobres se movan con una cierta libertad, trabajando la tierra y llevando los animales al
mercado. Slo en algunas ceremonias podan ver a otros extraos.
Para romper el matrimonio, se podan usar tres mtodos:

El apopempsis o ekpempsis, al que recurran los maridos sin tener que esgrimir
motivos. Slo tenan que restituir la dote.
El segundo es el abandono del hogar conyugal de la mujer por el apoleipsis, que
no slo era censurado sino que a veces se impeda fsicamente como el caso de
Alcibades.
La tercera, la aphairesis paterna, cuando el padre deca romper los vnculos por
un carcter patrimonial.

El ltimo era importante pues slo se la consideraba de la familia del marido cuando
tena un hijo.
Pero la cosa se complica ante la existencia de otras mujeres que copan el espacio y su
condicin de mujer oficial. Para Demstones, un hombre ateniense poda tener tres
mujeres: la esposa (damar o gyne) para los hijos legtimos; la concubina (pallake) para
el cuidado del cuerpo, es decir, relaciones sexuales estables; y por ltimo la hetera,
hedones heneka, esto es, para el placer. stas son, por consiguiente, las posibles
colocaciones sociales de las mujeres: esposas, concubinas, heteras y prostitutas. Una
colocacin, como es evidente, determinada exclusivamente por la relacin, estable u
ocasional, con un hombre. Y puesto que esta relacin, a su vez, estaba organizada
exclusivamente para la finalidad de responder a las exigencias masculinas, la condicin
de las mujeres no poda ser ms que lo que era: personalmente insatisfactoria,
socialmente casi inexistente, y jurdicamente regulada por una serie de normas que
sancionaban su inferioridad y su perpetua subordinacin a un hombre, que antes del
matrimonio era el padre, a continuacin el marido y, a falta de stos, el tutor.27 Y es
que el varn, adems, al decidir quines podan entrar en el oikos, en la familia, haca
que sus hijos estuvieran subordinados a l; en algunos casos eran expuestos, y en el
caso de las mujeres algunas de ellas al final acababan siendo prostitutas (porne), la
27

Moss, Claude, 1990: La mujer en la Grecia Clsica. Nerea. Madrid.

categora ms baja de todas quizs. Socialmente, la ms libre la heterea, aunque mal


vista; y la concubina era una posicin tan inestable y tan mal vista que se colocara entre
las tres categoras antes dichas.
Ahora, me centrar en los aspectos ya no de su condicin como mujeres, sino como
ciudadanas, del espacio y de la sociabilidad. Todo esto importante para lo que vendr
despus en torno Safo y su grupo de amigas.
En la concepcin helena del espacio, el mbito domstico construido en torno al fogn
circular instalado en el centro del oikos se opone al ambiente exterior de la ciudad, y
mientras el primero, el domstico, va unido a la nocin de estatismo y tiene
connotaciones femeninas, el segundo, que implica movilidad, es considerado como el
dominio masculino por excelencia.28 Esta separacin se une a la imagen contrapuesta
de Hestia y Hermes. Es parte del idealismo de la poca que vincula al gineceo a la mujer
y al hombre al gora. La realidad tanto de las mujeres y hombres como las de las
divinidades no debera ser tan dicotmica y dual.
Estas concepciones del espacio y de los roles de la mujer y el hombre en teora alejaron
a la mujer del estadio o de los espacios de sociabilidad masculinos, pero haba lugares
como los espacios religioso o los ritos religiosos en los que ellas estaban e incluso
presidan.
Las carreras eran un tipo de competicin muy unida a la virilidad. Pero sabemos que las
mujeres no estaban alejadas de esta realidad. Que las mujeres realizaban competiciones
de carreras tenemos constancias con la propia Atalanta. Tambin por competiciones
escasas, por ejemplo, los Juegos de Hera en Olimpia o la carrera ritual a Artemis de las
jvenes atenienses. En ellos hay una relacin entre la virginidad y el acto de correr. Se
inscriben en actos y ritos prenupciales. Algunos autores hablan de stas en lugares como
Lesbos, por ejemplo Calame. Algunos autores vieron en el caso espartano las prcticas
deportivas algo que provocaba la lascivia de los hombres. Plutarco, en cambio, da una
visin en la que esto favoreca la procreacin. Otros, en cambio, ven una virilizacin.
Algunos mdicos ven el ejercicio de saltar una manifestacin de la no doma, es decir,
de falta del sexo controlado por los hombres en el matrimonio, y esto puede ser
peligroso. La velocidad se contrapone al estatismo de la doncella. La leyenda de la
Esfinge, en la que el objeto de deseo obtenido mediante la carrera es el hombre, y la de
Atalanta, la doncella que competa en velocidad con sus propios pretendientes para huir
del matrimonio, representan el perfecto contramodelo de esta imagen de la doncella
como meta29.
Tampoco, aun sin participar en poltica o en la vida social del Club de los hombres
por lo general, supona que no fueran ciudadanas. Pero su condicin de mujeres
converta o reduca su faceta al mbito meramente religioso, como se ven las
actividades religiosas de Demter Legisladora, las Tesmoforias, en el que slo podan
28

Iriarte, A., 2002: De amazonas a ciudadanos. Pretexto ginecocrtico y patriarcado en la Grecia


Antigua. Akal. Mstoles (Madrid).
29
dem.

participar mujeres ciudadanas y que fueran esposas legtimas. Parece como una forma
de destacar que son jurdicamente esposas legtimas sl participar en estos actos. stas se
reunan en la colina Pnix, donde se realizaban las asambleas del pueblo; all,
reproducan stas, las que estaban presididas por notables llamados magistrados. El
ritual pretende aumentar la fertilidad, tanto de las mujeres como de los campos, lo que
supondra la supervivencia de la polis. Semejante es las Arreforias, rito de las vrgenes a
Atenea. La participacin de las mujeres en las ceremonias colectivas se aprecia no slo
en las divinidades femeninas como Artemis, Hera o Atenea, sino incluso en divinidades
masculinas como la de Dionisios, dando a las mujeres un papel privilegiado, ya que
desde entonces se deben encargar de funciones como administrar los fondos de los
templos. La influencia del sacerdocio de Atenea, por ejemplo, da ejemplo Herdoto
cuando una sacerdotisa expuls de la Acrpolis a los enemigos de Clstenes. Por lo
tanto, el equilibrio de varones y mujeres s que se daba en los oficios religiosos, dando a
las ciudadanas griegas un status que no tenan otras.
Por lo que vemos, las mujeres s que podan tener cierta actividad en mbitos de la
polis, pero en torno a la religiosidad. All, podan ejercer la sociabilidad que hubiramos
podido ver en las reuniones sficas. Adems, como vemos, todos estos ritos y
ceremonias estaban muy vinculados a la fertilidad y a la continuidad de la polis. Muy
importantes seran los ritos iniciticos, de las que parecen estar vinculadas estas
reuniones y relaciones con Safo, uniendo algunos autores stas con los coros. Ritos
iniciticos: representan no slo tal hecho sino la posicin futura del individuo en la
colectividad. Rigurosamente regulados por el grupo al que es admitido el iniciado,
estos ritos se celebran segn normas consuetudinarias de las que tienen conocimiento
slo los miembros del grupo, y representan un momento fundamental en la vida del
individuo: con ms precisin, el momento que simboliza y determina el acceso a la
sabidura de la colectividad, el reconocimiento de que forman parte de sta, y la
correlativa certeza de que quien no pertenece a ella es diferente.30 Esto es de gran
importancia ya que explica, tambin, la rivalidad de los grupos que se observan en Safo:
estos grupos y la llegada o la pertenencia a un grupo social, afectivo o familiar estaran
muy ligados posiblemente. Cuando se trata de ritos de iniciacin al grupo poltico, son
signos de acceso al poder.31 La exclusin de ellas es un indicador de su condicin. Es
verdad que existen, en cambio, en algunos lugares ritos iniciticos para las mujeres,
pero de forma separada a los hombres. El ritual inicitico serva, en realidad, para
sealar el puesto que el individuo ocupaba en la comunidad y para transformarlo
segn la regla que la comunidad le propona o, mejor, le exiga: el puesto de las
mujeres, la regla de su comportamiento, en otras palabras, su papel, eran
evidentemente diferente del puesto, de la regla y del papel masculino. 32
Los ritos iniciticos de las zonas dricas, a diferencia de las ticas, permanecieron en
vigor en plena poca clsica. El carcter inicitico de la educacin espartana es claro: a
30

Cantarella, E.,1996: La calamidad ambigua. Condicin e imagen de la mujer en la antigedad griega y


romana. Ediciones clsicas. Madrid.
31
dem.
32
dem.

partir de los siete aos, por clases de edad, los jvenes eran introducidos en grupos
coetneos y, a travs de experiencias y ritos, se convertan al final en omoioi (iguales),
es decir, en ciudadanos de pleno derecho, que dominaban a los que no lo eran, periecos
e ilotas. As, a los siete aos eran retirados de sus familias y entraban en una grey
(agela), donde, despus de haberles afeitado los cabellos, se preparaban para los
problemas de la vida. Despus de una vivencia homosexual (acogidos por eromenoi
por erastai adultos) y haber aprendido a arreglrselas en todo tipo de circunstancias (su
alimento era tan escaso que les empujaba al robo y, si eran sorprendidos, se les
castigaba por su ineptitud), los jvenes espartanos, en el caso de los hombres, estaban
ya preparados para ser guerreros.
Ahora, sobre los ritos iniciticos en Esparta, adems de los masculinos, existan los
femeninos separados. stas no eran admitidas a los ritos masculinos. Se diferenciaban,
adems de no poseer el poder aun con darlas una educacin semejante a la masculina y
ciertas consideraciones, por la idea de que eran las engendradoras de descendencia. A
diferencia de los hombres, solamente pasaban por la clase de parthenoi (vrgenes). Slo
haba una etapa, a diferencia de los hombres, para obtener la calidad de ciudadana: el
matrimonio. Las muchachas espartanas eran puestas bajo la proteccin de rtemis, la
diosa virgen. Al llegar a la pubertad, se colocaban en la proteccin de otra divinidad,
Helena, la que las haca a su imagen El paso de la de rtemis a Helena coincida con
la celebracin de un rito de iniciacin que, a travs de un periodo de segregacin, de
desorden y de trastrueque de las reglas sexuales civilizadas, acababan aptas para el
matrimonio. Su iniciacin no era muy diferente a las atenienses en la Lisstrata de
Aristfanes.
Luego existan una serie de ritos griegos en los que las mujeres eran protagonistas o
participaban, como las arrforas, cuatro vrgenes elegidas entre los ms notables de la
ciudad, encargadas de tejer el peplo para Atenea. Las aletrides molan el grano para la
hogaza sagrada de la diosa. Las osas eran las sacerdotisas que celebraban ritos de
expiacin por una culpa a rtemis. Y las canforas, en fin, eran las muchachas que en
las Panateneas llevaban las cestas con los adornos y las ofertas sagradas. Detrs del
coro, hay un viejo sistema inicitico en el que las muchachas al llegar a la pubertad
pasaban por cuatro grados, con ritos y funciones particulares. Gracias a Aristfanes, es
posible describir algunos ritos. Las arrforas, durante el primer grado, eran separadas
por un cierto tiempo en la Acrpolis, donde, llevando un vestido blanco, se ejercitaban
en el arte tpicamente femenino del tejido. El segundo nivel de iniciacin, que
comportaba tambin un periodo de retiro, prevea el aprendizaje de la funcin femenina
fundamental de preparar el pan. El tercer grado era caracterstico (adems de por el
usual perodo de segregacin) por un simbolismo de muerte y resurreccin, tpico de
muchas iniciaciones primitivas; y del estado de muerte sala la muchacha pasando por
una fiesta orgistica, al trmino de la cual, preparada por fin para entrar a formar parte
de las mujeres adultas, era admitida de nuevo en la comunidad, cumpliendo los ritos

prescriptos, y llegando nuevas enseas.33 Entonces, ya podan casarse y ser ciudadanas


de pleno derecho, pero en las condiciones de toda mujer
Sobre el amor y la sexualidad, despus me centrar en los apartados de Safo, pero antes
habra que disponer de algunas claves. Ya hemos apuntados cmo en poca micnica la
mujer era vista con cierto matiz respetuoso, pero que despus se fue aligerando tal
condicin y visin. Aun as, el amor y el sexo ocuparon su papel.
En cuanto al sexo, los griegos eran ms directos y la representacin de los rganos
sexuales masculinos y femeninos era algo corriente. Algunas fiestas religiosas en honor
de Dionisios tenan su procesin flica y las mujeres hacan pasteles en forma de
rganos sexuales masculinos y femeninos para drselos en ofrenda al dios. No haba
ninguna prohibicin que impidiera las alusiones a las diferentes manifestaciones de la
sexualidad. Pero si bien los griegos hablaban del amor fsico con una total franqueza,
eran menos locuaces en lo relativo al sentimiento amoroso. Ms an, si alguna vez
accedan a hablar de ello, era casi siempre para evocar los vnculos que unan a parejas
del mismo sexo. Y esto no slo por lo que se refiere a los hombres, sino tambin a las
mujeres. No olvidemos que la nica expresin de un sentimiento amoroso procedente de
una mujer que ha llegado hasta nosotros se la debemos a Safo, la poetisa de Lesbos, que
dedicaba versos encendidos de pasin y de deseo a sus jvenes compaeras.34 Aunque
estas palabras de Claude contrastas con las referidas con respecto a Penlope, claro
ejemplo del amor de un hombre, Ulises, hacia su esposa, a pesar de las dudas y pruebas.
Por tanto, no slo se limitaban a la homosexualidad; y la propia Safo dice:
Y es sencillo hacer que cualquiera entienda
esto, pues Helena, que aventajaba
en belleza a todos, a su marido,
alto en honores,
lo dej y se fue por mar a Troya,
y ni de su hija o sus propios padres
quiso ya acordarse, pues fue llevada
[]
.ejemplarizando, quizs excusando de todas formas sus escarceos amorosos con una
mujer, que existe el amor en una mujer y dentro lo que hoy consideramos como
heterosexual. Y es que quizs para ellos la lnea del amor, como explicar, cosa del
espritu y la paideia, no tiene barreras en ese sentido. Son sentimientos provocados por
los dioses, por el dios flechador Eros (como hace Apolo, vinculado a la muerte, a
Thanatos, irnicamente...) concretamente. Dioses, muerte, hado y espritu estn muy
unidos, muy vinculados a los aspectos del plano de los dioses, ya que stos son los que
supuestamente exacerban los estados anmicos y vitales de los hombres. Y estas uniones
simblicas de estos conceptos siguen y han sido influyentes en nuestra propia
33

Cantarella, E.,1996: La calamidad ambigua. Condicin e imagen de la mujer en la antigedad griega y


romana. Ediciones clsicas. Madrid.
34
Moss, Claude, 1990: La mujer en la Grecia Clsica. Nerea. Madrid.

mentalidad: no es nada raro. Pues, los griegos y todas estas creaciones concretamente
seran fundamentales en la construccin de la gran parte de nuestro lenguaje simblico y
de las arquitecturas de nuestras abstracciones romnticas y squicas.
Y como ya he dicho, la esposa legtima era o deba ser el primer objeto de este amordeseo, pues era la que haba sido elegida para procrear a los herederos legtimos. Y
Moss describe as en boca de Scrates la imagen del deseo masculino:
Pero aunque la eleccin de una esposa vena dictada casi siempre por
consideraciones de orden materiales en las que no intervena la atraccin
fsica, no hay que excluir, sin embargo, que dicha atraccin fsica haya
podido tambin ser determinante. Hacer hijos no era solamente un deber
social y poltico, y no podemos dejar de recordar a este respecto el clebre
pasaje del Banquete de Platn, en el cual Diotima, la extranjera de
Mantinea, define para Scrates lo que es el amor y de qu forma est ligado
a la reproduccin, pero tambin cmo slo es posible esta reproduccin si
va precedida del deseo: Cuando llegamos a cierta edad, dijo Diotima,
nuestra naturaleza siente el deseo de engendrar, pero slo puede engendrar
en la belleza, no en la fealdad; y en efecto, la unin del hombre y de la
mujer es concepcin. Esta concepcin es obra divina, y el ser mortal
participa de la inmortalidad por la fecundacin y la generacin; pero esta
mortalidad es imposible de alcanzar en lo que es discordante; ahora bien: lo
feo no armoniza con lo divino, en tanto que lo bello s lo hace. La belleza es,
pues, para la generacin una Moira y una Ilitiya. Por ello, cuando el ser
impaciente por dar a luz se aproxima a lo bello se vuelve generoso, y, en su
jbilo, se dilata y da a luz y produce; en cambio, cuando triste y ceudo se
aproxima a lo feo, se da la vuelta y no engendra; retiene su germen y sufre.
Ah se origina el xtasis que siente el ser fecundo y lleno de vigor en
presencia de la belleza, porque sta le libera del profundo sufrimiento del
deseo. Diotima habla aqu como un hombre y lo que describe es el deseo
masculino, pero un deseo que va dirigido a la mujer, y como de lo que se
trata es de concepcin, a la mujer de la cual se espera una descendencia
legtima.35
Y es que el amor, el deseo o la pasin son algo importante dentro de las relaciones de
hombres y mujeres, incluso en la vida conyugal. Fuera de l, las hetereas como
Aspasias, por otra lado, dejan huella del amor o el deseo y la pasin sentida por los
hombres. En relacin a stas, habla as la misma autora, que afirma que tambin sera
cosa no slo de las heteras:
La razn misma de su importancia era el deseo que despertaban en sus
amantes. Eran, por lo general, hermosas, y era su belleza lo que primero
utilizaban para atraer a los hombres. Un fragmento de la obra de un poeta
cmico nos sirve de muestra del conocimiento que tenan de todas las
35

Moss, Claude, 1990: La mujer en la Grecia Clsica. Nerea. Madrid.

estratagemas que podan hacerlas ms y ms atractivas, estratagemas que las


viejas cortesanas enseaban a las ms jvenes: Una vez que comienzan a
ganar dinero, se interesan por las jvenes que estn empezando a dar los
primeros pasos en el oficio. Las moldean a su manera y cambian su aspecto
exterior. Qu es esta bajita? Le ponen corcho en los zapatos. Aqulla es
demasiado alta? Se calza unas delgadas zapatillas y camina con la cabeza
inclinada entre los hombros, lo que reduce su tamao. Aquella otra no tiene
caderas? Se pone un miriaque y los espectadores se extasan ante su
hermoso trasero. Tienen senos postizos como los actores. Se los colocan
erguidos, y cuelgan sus vestidos de ellos como si fueran perchas. Las cejas
son demasiado ralas? Se las tien con holln de lmpara. Son demasiado
oscuras? Las untan con albayalde. Si la cortesana tiene la piel demasiado
blanca, se pone colorete. Si hay alguna parte de su cuerpo especialmente
atractivo, la deja al descubierto. Tiene dientes bonitos? Se pasa el tiempo
provocado la risa para que el acompaante pueda admirar la oca de la que
tan orgullosa est. Si no tiene ganas de rer sostiene una fina rama de
mirto entre los labios, de manera que no le quede ms remedio que sonrer
aunque no quiera. 36
Por lo tanto, las mujeres no eran simples juguetitos: podran pensarlo los hombres, pero
a veces el deseo se confunde con las ganas
Las mujeres griegas no eran, por lo tanto, simples reproductoras destinadas
a dar hijos legtimos a sus esposos y ciudadanos a la ciudad. [] Es cierto
que el comportamiento de las mujeres frente a la pasin amorosa y al deseo
nos ha llegado a travs de las palabras de hombres. Pero lo que Safo, nica
mujer que ha descrito la pasin amorosa, senta por sus jvenes compaeras,
podan otras experimentarlo por el hombre que amaban [incluso la propia
Safo, si seguimos la duda de si en esa poca y en la propia Safo exista una
barrera infranqueable entre heterosexualidad y homosexualidad como
hoy da tenemos en mente, reminiscencias judeocristianas y luego heredadas
por la Ciencia del s. XIX]. No podemos dejar de citar algunos encendidos
versos de la poetisa. Esto le deca a una tal Agalis: Apenas te miro y
entonces no puedo decir ya palabra. Al punto se me espesa la lengua y de
pronto un sutil fuego me corre bajo la piel, por mis ojos nada veo, los odos
me zumban, me invade un fro sudor y toda entera me estremezco, ms que
la hierba plida estoy y apenas distante de la muerto me siento, infeliz. Y a
otra: Viniste, hiciste bien, te anhelaba a mi lado, a ti, que enfriaste mi
corazn ardiente de deseo. Pero Safo no slo aluda a Eros turbador de los
sentidos cuando hablaba del deseo que senta hacia sus compaeras. En
boca de una joven pone las siguientes palabas: Dulce madre ma, no puedo
ya tejer mi tela, consumida de amor por un joven, vencida por la suave
Afrodita. Por consiguiente, no est de ms reconocer algn valor a las
36

Moss, Claude, 1990: La mujer en la Grecia Clsica. Nerea. Madrid.

palabras que un poeta como Eurpides pone en boca de sus protagonistas,


que haga hablar a Medea llorando el amor de Jasn, o a Fedra muriendo de
amor por Hiplito. Y poco importa que para el poeta sea Cipria, es decir,
Afrodita., la nica responsable del fuego que las consume; la realidad de
esta pasin permanece, de este Eros que vierte gota a gota el deseo en los
ojos, el deleite en el alma.37
Y es que el alma y la paideia estn muy unidas. Lo que hubiramos llamado como
apolinio es muy importante: todas estas pasiones y sentimientos son muy importantes
para la formacin vital del hombres, pues lo forman en la realidad y en la sociedad,
como conocimientos igualmente, as como el hroe homrico, aunque en otro sentido,
relacionado con la nueva espiritualidad y mentalidad griega, emparentados quizs con la
catarsis del teatro despus.

d. La lrica y y los poetas y poetisas (tambin) existentes en la


Grecia arcaica.
La poesa en Grecia nace asociada a los aedos (compositores de los cantos epopyicos)
y los rapsodas (recitadores, cosa que podan ser los aedos tambin). stos se dedicaban
a confeccionar y a recitar una serie de relatos picos de los hroes griegos. No es
descabellado que fueran comprados sus servicios para mostrar las heroicidades de sus
antepasados: en todas las narraciones son protagonistas los hroes, semidioses o al
menos figuras que destacaban sobre el resto de mortales, es decir, aristcratas, los
hombres que forman parte de los `mejores y tienen el poder; y despus, en otro plano,
estn los dioses, hacedores del Destino, aunque no ellos en s mismos, ya que ste es
superior incluso que a ellos.
Los aedos son, no ms, que portavoces de la voz divina como simple trasmisores de
las "placenteras voces de las musas: el canto y la musicalidad (lo apolinio que deca
Nietzsche) estn unidas al placer (de los sentidos) y a la divinidad. El canto de las
Musas es conocido como omnisciente, en lo que al pasado se refiere, por toda la poesa
arcaica. As, la Musa ilidica lo sabe todo38, es un testigo infatigable, capaz de
enumerar los mltiples caudillos de los ejrcitos que protagonizaron la expedicin
contra Troya. La Odisea, por su parte, designa a la Musa como inspiradora del canto
que puede recordar tanto la historia de los hombres como la de los dioses. Pero la
capacidad del saber de las Musas alcanza su cenit en la Teogona, obra en la que su
canto dice lo que es, lo que ser y lo que fue39.40
Es por tanto una memoria que emana de las divinidades y son el Destino, asociado a una
Justicia de las divinidades: una concepcin proftica basada en el poder lumnico que da

37

Moss, Claude, 1990: La mujer en la Grecia Clsica. Nerea. Madrid.


Ilada, Homero.
39
Teogona, Hesiodo.
40
Iriarte Goi, A., 2002: De amazonas a ciudadanos. Pretexto ginecocrtico y patriarcado en la Grecia
Antigua. Akal. Mstoles (Madrid).
38

placer y conocimiento; que procura el equilibrio del Cosmos humano y divino a su vez,
formado por fuerzas divinas, a veces ajenas a los propios dioses.
La memoria que simbolizan las Musas hesidicas no conoce limitaciones
espaciales ni temporales. Se trata de una memoria de carcter proftico
acotada, eso s, por una particularidad ya que, paradjicamente, las hijas de
la Memoria nacieron para procurar el Olvido de males y pesares. El acceso
al saber que las Musas facilitan pasa por una seleccin de hechos
memorables que excluye el recuerdo de todo aquello que pudiera causar
dolor o preocupacin. En definitiva, las revelaciones de las Musas no
pueden referirse sino a la perspectiva ilustre de los acontecimientos siendo
su funcin primordial garantizar el kleos, la gloriosa fama de los ilustres
ancestros y de los dioses que la repeticin del canto potico va perpetuando
en las conciencias humanas de generacin en generacin. Hesodo propone
un placer esttico a la poesa, enraizada tambin, como el Teatro, con una
funcin dual de la colectividad y de la religiosidad. 41
Es decir, esta poesa es una apologa de la aristocracia que es sacralizada y convertida
en un referente cultural y cultual. Los mitos y las epopeyas, entrelazadas, sirven como
un caldo de cultivo de la entidad helena y, como referente, lo inunda todo como
ejemplo, usado hasta por Platn, cuando el mythos ha sido derrotado por el logos,
cuando las divinidades ya no tienen la importancia que tuvieron, pero continan siendo
el lugar de referencia moral y filosfica; as como en tiempo de la Gran Revolucin,
Robespierre argument la necesidad de un fondo que sirviera como ejemplo sociocultural, y por tanto no se deba, ergo, defenda, la continuidad y la no eliminacin del
catolicismo y la religin catlica, aun dentro de la defensa del tesmo y del culto a la
Razn, iniciado, lo que no es casual, en los tiempos de Platn. Son una serie de
smbolos y de valores imbricados tanto en la sociedad griega todava que manan en
todas las manifestaciones, o en la gran parte de ella, sobre todo y en gran medida, en
tiempo del arcasmo. Y las musas representan un modelo de la feminidad:
Depositarias de tan grata responsabilidad, las Musas tambin aparecen
asociadas al universo de la seduccin por su aspecto fsico. As, Hesodo
dar cuenta irresistible hechizo de las nueve doncellas, tanto atribuyendo a
su canto los mismos calificativos que recibe la figura de Afrodita como
aludiendo a su encantadora apariencia a los delicados pies con los que
danzan o a la suave piel que baan en los ros y que recubren una
espesa bruma. La ambivalencia de estos cuerpos virginales, a la vez
atractivos y distantes muestran la conformidad de estas figuras con el
modelo hesidico de parthnos, ya que la frmula baa su suave piel se
utiliza tambin a propsito de la doncella humana, o sea, del ser cuya
descripcin se agota en la referencia a su cuerpo delicado y a la
inaccesibilidad de ese cuerpo, que ni siquiera el poderoso Breas puede
41

Iriarte Goi, A., 2002: De amazonas a ciudadanos. Pretexto ginecocrtico y patriarcado en la Grecia
Antigua. Akal. Mstoles (Madrid).

penetrar. Como seres virginales a perpetuidad, las Musas encarnan el


aspecto de la feminicidad en peligro, ya que stas ignoran el orden social
que son las relaciones intersexuales siempre dependientes de la hegemona
masculina. Seres ajenos al mundo de los hombres, las Musas aparecen
como espritus de las naturalezas que inspiran pensamientos inalcanzables a
los hombres. Uno agradable y benigno en comparacin al que
inspiran las Sirenas. Una funcin tan arcaica como perturbadora que la
Teogona integra en el mismo lugar que las peligrosas Ninfas, tambin
doncellas y enajenantes para el hombre. A su vez estn vinculadas a
atributos femeninos como la noche (a pesar de provenir de un origen
celeste), el dolor o el velo, todo ello en un mundo crptico, onrico. 42
No es nada casual tampoco que este tipo de mujeres aparezcan en los poemas de Safo o
de los lricos, como tambin es normal que a Safo la representen con l, heredado por el
bagaje cultural a travs de los tiempos, tanto por otros hombres griegos porteriores
(Platn, que dijo odiar las sombras de la poesa) como por otros, como los
romnticos, tiempo despus. Es ms, el grupo del que hablaremos despus, del que Safo
fue protagonista central, estaba dedicado a las musas, seres delicados y sexuados a
pesar de su ingenua castidad, como se ve en la cita de Ana Iriarte; lo que recuerda
mucho a otros seres virginales de los relatos mticos como la propia Atenea y sus korai
en sus celebraciones en Atenas ya citado anteriormente; y todo lo que he dicho en
otros puntos anteriores, lo cual intentar no repetir. Sensualidad y poesa; musicalidad y
deleite iban unidos. Pues, luego veremos que hay una fuerte relacin con la funcin de
los coros tanto espartanos como incluso el de los teatros.
Las Musas tienen un lenguaje turbador, ya que est entre lo mtico y lo racional: pueden
contar supuestas verdades, y otras veces las verdades. Al igual que la musicalidad de
todo ello, estas mujeres son como Pandora: engaosas. Est sin lugar a dudas el
deseo, la sensualidad y sexualidad detrs de todos estos aspectos. Del placer masculino.
Los rasgos comunes con la figura de la parthnos, con Afrodita y con Pandora parecen
inscribir a las Musas en un universo bien prefijado como femenino. El problema es que
en Grecia, como en muchas otras civilizaciones, el universo femenino se desdobla por
lo menos en dos: el peligroso, que se reivindica a s mismo y se reproduce en un crculo
cerrado como prueba el hecho de que Pandora no sea la madre de la humanidad sino
la de la raza de las mujeres, y ese otro aspecto de la feminicidad que se define como
cmplice del orden olmpico al que, en principio, pertenecen las Musas.43
De stas los aedos cantaran el melodioso relato de las epopeyas. Sera un llamado,
segn la tradicin, Homero quien conformara el ciclo de Troya tiempo despus,
cuando hubiera un deseo de poner por escrito para una masa alfabetizada y culta todos
estos escritos. La Ilada y la Odisea son un grupo de poemas picos que antiguamente
formaba parte de ocho. Cinco epopeyas, de las que la Ilada es la segunda, contaban la
42

Iriarte Goi, A., 2002: De amazonas a ciudadanos. Pretexto ginecocrtico y patriarcado en la Grecia
Antigua. Akal. Mstoles (Madrid).
43
dem.

guerra troyana desde su comienzo hasta la conquista de la ciudad. La sexta, Nostoi,


narraba el regreso al hogar de los que fueron a Troya, salvo Ulises. La sptima era la
Odisea y la octava trataba de posteriores viajes de Ulises y su muerte. La Ilada y la
Odisea eran las obras principales de la serie. Slo la Ilada era con sus veinticuatro
libros la ms amplia que las cuatro epopeyas de la guerra. Otras epopeyas fueron
atribuidas a otros poetas, aunque a menudo las atribuciones divergen. El nombre de
Homero aparece con ms frecuencia que otras, y tambin se us para designar
colectivamente al conjunto de poetas picos. Parece que este nombre es no ms que uno
simblico, y ambas narraciones no eran de ste claramente pues el lenguaje usado no es
el mismo.
En tanto que los libros escritos deben buscar a sus lectores de modo
individual y privado, la antigua pica griega se diriga a amplios crculos
que la seguan con apasionado y activo inters. Se configur entre las clases
sociales superiores y floreci de modo dominante [] Lo que pretende el
cantor homrico es suscitar sentimientos de piedad y temor mediante la
participacin imaginada en acontecimientos trgicos, temor eminentemente
en las piezas ms antiguas, y en la Ilada, y compasin en las ms recientes
y en la Odisea. En la pica ms nueva, hay una tendencia general hacia el
sentimentalismo44.
Est pica es producto de un largo proceso de cambios, como demostraba para Frnkel
la pica sureslava, y estos relatos slo eran una estandarizacin de todos los relatos: el
caldo de cultivo que era el mundo mtico de los helenos, nunca estandarizado en su
poca, sirviendo para cada zona independientemente, aunque a su vez sirviera de koin
espiritual, cultural y cultual (es decir, para la moral y para la colectividad).
Adems de un estilo caracterstico, la pica homrica tiene un lenguaje
propio, un lenguaje artificial que no existe fuera de la pica y que slo a ella
pertenece. Este lenguaje especial pas despus por herencia de la pica a la
elega; tambin la lrica usa a menudo trminos y formas picas para dar a
su lenguaje cierto colorido pico y evocar asociaciones picas. En la
formacin del lenguaje pico han intervenido, adems de las leyes internas
del arte, los accidentes de la historia.45
Un elemento fundamental del estilo pico es la utilizacin de frmulas. Partes de versos,
versos o grupos de versos aparecen una y otra vez en idnticas formas, como ritual,
como forma cultual luego heredada. Este lenguaje sera utilizado tanto por este tipo de
poesa, sino para toda manifestacin religiosa o poltica, filosfica o cultural. Justificaba
simblicamente las acciones humanas en la tierra, puesto que estaban emanando de las
divinidades, seres superiores.

44

Frnkel, H., 1993: Poesa y Filosofa de la Grecia Arcaica. Una historia de la pica, la lrica y la
prosa griegas hasta la mitad del siglo quinto. Visor. Fuenlabrada (Madrid).
45
dem.

La Ilada hace referencia a un pasado romntico ms salvaje y duro. El mundo en el


que tiene lugar los sucesos de la Ilada est, pues, idealizado, y sus leyes son diferentes
de las de la realidad ordinaria. Dioses y grandes hroes viven en una esfera propia que
slo comparten con sus iguales. 46 Los hroes, aristcratas, no son afectados por las
enfermedades y slo se ven afectados por sus iguales. Slo fuerzas respetables y
nobles pueden ejercer sus efectos sobre los grandes personajes, porque nos movemos en
un mundo potico en el que nada es mecnico, burdo y casual.47 Las acciones
animales de masticar y tragar no aparecen, y en cambio aparece todo a travs de la
satisfaccin de los deseos. Es un mundo de la nobleza lleno del hedonismo vinculado a
las fuerzas luminosas de las divinidades, hacedoras del Destino y el kleos.
En esta concepcin de lo divino encontramos, por primera vez, una forma
de pensamiento que acab imponindose en la poca griega arcaica, despus
de Homero: el pensamiento polarizado. Slo puede concebirse una cualidad
si se hace conjuntamente con su opuesto. La estrecha limitacin de la
existencia humana necesita la contrafigura de una existencia divina
ilimitada, pero, por otra parte, semejante al humano. El dios no es en este
sentido ms tico que el hombre, porque la tica estricta es una fastidiosa
construccin, sino que goza de una libre plenitud sobrehumana de existencia
vital. Por eso esos dioses son muy personales y nada abstractos; por eso
constituyen una numerosa sociedad humana.
Los dioses pueden ser irreflexivos porque estn seguros. Cuando el hombre
comienza una disputa infringe a sus semejantes innumerables dolores y
entrega muchas valientes almas de hroes a la muerte como botn, para
acabar tambin finalmente en el dolor y la muerte. Pero los dioses
intervienen en el destino humano con mano ligera, como un nio que juega
en la arena, construyendo y destruyendo (Il. 15, 361). [] El dios puede
volver a su dominio en cualquier momento (Od. 8, 362-66), pero el hombre
tiene que soportar, hasta el amargo final, todo lo que los hombres, los dioses
y l mismo, le ocasionan. Est ligado a la tierra; los dioses vienen y van.
Pueden participar en el gran drama o disfrutar como espectadores; y pueden
sentarse serenamente en sus aposentos, en sus casas construidas en las
laderas del Olimpo (Il. 11,75).48
El orden da sentido; es una regla que gobierna o debe gobernar las relaciones entre
hombres. Los hados estn marcados por las acciones divinas. Aunque a veces el destino
no est marcado por ellos mismos, e incluso ellos deben doblegarse a ellos; eso est en
otra fuerza, ms all del plano divino. E incluso los dioses mismos son ms que esas
fuerzas naturales; no son ellas, son seres poderosos que las controlan por su carcter
divino y sobre todo su poder en el plano csmico-divino. Aunque no se aplica con los
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prosa griegas hasta la mitad del siglo quinto. Visor. Fuenlabrada (Madrid).
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dioses menores como Hipnos, que es sueo y persona, o Vientos que son tormentas y
persona en uno. Apolo era el dios de la muerte de los hombres por sus flechas, y
Artemis la de las mujeres. Son considerados dioses de rango menor Ares, Afrodita y
Hefestos por sus cualidades, hacen el ridculo y salen perdiendo. Ares y Afrodita son
personajes simblicos que se usan para vincular la unin de un hombre y una mujer.
Ares no es el dios de la guerra, sino el dios guerra. Hasta el Miedo y el Terror son
divinidades, fuerzas divinas que estn en el campo de batalla. Todo ello, repetido en
otros puntos
Los dioses juegan a un juego en donde siempre ganan. Los dioses actan sin que a veces
incluso ellos mismos se den cuenta. Son fuerzas de la naturaleza, pero van ms all
de una en concreto; son fuerzas msticas, pues, que ejercen fuerzas fluctuantes como la
que veramos nosotros en nuestra cosmologa actual cientfica con la electricidad o la
energa. Los lderes, aristcratas en general, son movidos por las divinidades para
motivos grandiosos, picos, y es eso lo que condiciona su condicin social. Al contrario
de la mitologa hind, por ejemplo, los dioses no suelen realizar hechos sobrenaturales,
se contienen, y suelen realizarlos indirectamente por acto de los hombres, en un carcter
un tanto racional. Actan bajo efectos meteorolgicos, por ejemplo. El hombre
homrico, el hroe protagonista, suele ser alguien de clara conciencia y conocimientos.
En esta poca no hay divisin dual como en la platnica entre alma y cuerpo, sino que
es un todo, al menos hasta su muerte. Son hombres en accin, que planean pero
hacen. No seres dubitativos. Son seres que se muestran como son, sin oscuridades, sin
ocultar nada, o al menos en la Ilada; se entregan a sus necesidades y hasta aceptan la
muerte cuando deba ser. Son hombres que buscan la gloria y la victoria; y los dioses les
conceden fuerza y potencia para ello. Las acciones divinas y humanas se superponen de
tal manera que no se sabe si realmente los hroes y hombres son libres, si no son
hacedores de los destinos divinos. El hombre homrico es uno que hace siempre qu es
lo bueno y lo malo, y que lo saben sin temor ni temblor. Lo importante es lo racional,
que se extrae de los conocimientos, del mundo objetivo.
Las estructuras de las dos epopeyas contrastan con dos hroes: el rencoroso Aquiles y
el flexible Ulises49. La Odisea ya no es un lamento ante la cada de un mundo
romntico, sino un festejo a un mundo que, s, que tiene desgracias, pero en el que se
lucha por su destino tanto el hroe como sus coprotagonistas. El mayor realismo y la
mayor cercana al presente dan a la poesa de la Odisea un carcter diferente. La
distancia entre el narrador y su objeto, que en la Ilada se mantena severamente, ahora
disminuye de forma sensible, y se suaviza la fuerza de la estilizacin.50 Aparece
incluso el pueblo llano y un mundo an ms hedonstico. El ideal moderno del hombre
capaz que se abre paso con medios justos y torcidos, desplaza al viejo ideal heroico, y la
contraposicin con la visin superada conduce a una exageracin y sobrevaloracin de
las nuevas cualidades que pasan a primer plano.51 El cambio histrico ha llevado a ese
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cambio de ideal, o eso parece. Otro aspecto es la generosidad y la sinceridad incluso


sobre el enemigo del hroe, que es Ulises, mostrando compasin por Ajax por ejemplo.
Ahora los dioses no realizan sus hados tanto por sus acciones divinas, que influyen en la
trama, sino por la informacin que dejan al protagonista, un ser que decide sobre su
destino. En ese aspecto el poder divino tambin parece ms reducido, ms cercano y
humanizado al ser ms dependiente. Quizs se deba a un tipo de religiosidad ms
ligera, muy unida a tiempos difciles en el que estn los hombres y en parte los dioses
como fuerzas csmicas de los hados.
En cambio, con la llegada de las obras de Hesodo nos vemos en unas narraciones
provincianas, locales, como debieron ser en su tiempo las epopeyas, pero con un
objetivo diferente, casi enciclopdico. La Teogona es de un modo sistemtico y global
la explicacin de la gnesis del mundo para los griegos. Las epopeyas ignoraban, salvo
la Odisea levemente, la existencia ordinaria de los hombres corrientes. l puede ver con
un arte potico-lrico cosas imposibles gracias a las Musas. Es un heredero, peculiar eso
s, de los aedos. Era cantor, pero tambin era pastor y campesino, es decir, un hombre
del pueblo, o al menos eso dicen. Tuvo la inspiracin mientras pastoreaba, y sinti las
voces de las Musas: todo un tono lrico y mistrico que nos recuerda al que se nos
transmite en la lrica nueva de Safo o Lesbos. comprendi que se le abra un reino
espiritual, muy por encima de las necesidades materiales: un dominio celeste, areo,
peligroso, de palabras y pensamientos, en los que ser y parecer son ms difciles de
distinguir que en los bajos niveles de las cosas cotidianas.52 l no quera anunciar
fantasa, como l crea or de los rapsodas, sino la realidad: esto es otro cambio con la
epopeya homrica, que se acerca a la lectura de la realidad sfica.
La Teogona no slo es una historia de una creacin de dioses o fuerzas vitales como
se crean que eran la victoria o el destino, sino que es la teleologa del universo: las tres
generaciones de dioses como las tres edades humanas. Aqu se presentan los mitos
primitivos como el de la castracin de Urano (el Cielo): es un catlogo de los dioses,
propio de un periodo en el que se intenta poner por escrito la herencia cultual-cultural
helnica. Esto podra deber, quizs?, a la necesidad de esta literatura escrita en un
tiempo en el que aument la lectura por parte de la aristocracia. En poca de Platn, al
menos, no es tanto la historia como tal sino la expresin, lo que significa; pero, quizs,
en esta poca podra ser diferente?, podra significar un valor no tan racional, sino un
significado muy apolneo, sentimental, mstico. Lo que no quiere decir que para
explicar la realidad, la misma realidad, tanto Platn como Hesodo, puedan dar mitos
contradictorios pero que intentan explicarla.
Incluso los dioses de la ltima generacin, como Zeus, son menos violentos pero, en
cambio, son inteligente y obtienen de esas fuerzas brbaras como son los gigantes la
victoria, al igual que lo hacan los griegos atrayndose a brbaros para confrontarse
contra otros. Zeus representa a un prncipe que se impone por la fuerza, pero no por una
fuerza agresiva, sino de un poder que se impone con el derecho y por ciertas cualidades
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como el Celo, el Poder, la Fuerza y la Victoria, que son tambin divinidades. Por ello es
el portador divino de la Justicia, al revs de la de los hombres, un poder bajo como
estpido y dependiente, pero que al estar en manos de Zeus les da honor y gloria.
En cambio, luego tenemos Los trabajos y das en el que nos une la experiencia de lo
humano con lo divino, lo que se ir recrudeciendo en el mundo helnico,
separndose del todo con Platn y Pitgoras, en poca arcaica y la poesa lrica-elegiaca,
ya que estn en pleno contacto con los humanos como fuerzas hacederos, pero su poder
no es tal para actuar con los hombres.
La existencia humana es trabajosa y miserable: ste es el presupuesto de
las enseanzas y concejos de Hesodo, pero l no acepta sin ms este hecho.
Tambin podra ser, dice el comienzo de su obra (42 ss.), que pudiramos
vivir sin trabajar la tierra con el sudor del rostro ni comerciar en el mar, pero
no es as. La razn se encuentra en la envidia que reina entre hombres y
dioses. Los hombres quieren tener ms de lo que les corresponde, y para
castigarles los dioses endurecen su vida. Por lo tanto, el contraste entre la
existencia humana y la divina, sobre el que descansaba la imagen tradicional
de los dioses, contemplados como bienaventurados, debe mantenerse.
Cuando los hombres consiguen mejorar su suerte, los dioses persiguen el
equilibrio imponindoles nuevos dolores.53
Zeus pone fin a la situacin paradisiaca al crear a la mujer, que slo consume y no
produce.
Antes haba felicidad sin deseos, ahora hay deseos impotentes, y las
desgracias de todo tipo tienen poder para golpearnos.54
Luego cuenta cmo se pasa de ese estado cuasidivino al de miseria que se construye tras
Prometeo y Pandora y su caja. Entonces elabora las tres edades, como los dioses, que
estn en los hombres: de oro, de plata y de bronce. Esta ltima es de una raza temible
entregada a la guerra, que parece ilustrar la poca micnica. A la de bronce, sigue una
raza divina de los hroes, y stos fueron destruidos por las guerras de Tebas y Troya.
Una raza mejor y ms justa que la de bronce. stos fueron creados para hacer encajar
a los hroes de las colonias en el Este. Y concluye que ahora es la edad de hierro. Y
luego, en la miseria de la edad de la canas, Zeus destruir a la raza de los hombres:
como es el relato del Apocalipsis judeocristiano o el Ragnarok nrdico.
Aidos es la reverencia a lo digno de respeto y Nmesis es la reaccin contra lo que
viola el derecho, la mortalidad y la decencia.55 Est unido al sentido de valores y al
destino de justicia. El mito de las edades del mundo expresa el pensamiento del

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deterioro progresivo de la tica y la justicia.56 Hesodo hace una caricatura del halcn
(tirano) y ruiseor (poeta, que emana su voz de las Musas, la Justicia y por tanto el
Bien). Dike, la justicia, se sienta junto a Zeus y se queja cuando es maltratada por los
hombres.57 Es ms importante la contencin piadosa, ceder a la regla divina (es decir,
realmente la social sacralizada), que imponer por la violencia la norma: eso sera
motivada, probablemente, a la tirana y el stasis. El apoyo familiar, acostumbrado en la
nobleza, va cediendo ante las relaciones de vecindad. Toda una serie de proverbios
(342-72) tratan del amigo y del vecino, de prstamos y regalos, de contrato y de
confianza, de ahorro y gasto.58 Es esto una manifestacin del apoyo de la colectividad
de la polis y el surgimiento de las construcciones cvicas.
Hesodo habla sobre el sufrimiento del campesino sobre la tierra; aconseja prudencia y
atenerse a las normas divinas en el comercio. La moderacin es una exigencia nueva de
la nueva burguesa, alejada de la epopeya heroica. Incluso el modelo de hroe de Odiseo
era as. Si Ulises era un ser curioso y que espera en la cueva un regalo, Hesodo cree
lamentable jugarse la vida y que todo tiene un orden y no slo le parece poco prctico
querer emanciparse del orden, sino tambin impropio59. Las consideraciones sobre el
tiempo y la eleccin apropiadas sirven de transicin a unas orientaciones sobre el
matrimonio (695-705). El hombre debe casarse a los treinta aos y la mujer cuatro aos
despus de la pubertad. Ella debe ser una virgen que aprenda el amor de su marido, y
una muchacha que viva en las cercanas, a la que se conozca bien, para que la boda no
sea la risa de los vecinos. Un hombre, no puede conseguir nada mejor que una buena
mujer, ni nada peor que una mala.60
Es decir, podemos concluir que no slo es una explicacin del mundo por los dioses y
para ellos, sino tambin una explicacin de un hombre (Hesodo) que, aun con la ayuda
de las musas divinas, aconseja a los hombres: como proverbios que sern el catlogo del
mundo cultural heleno. El estado de hierro no es tanto por la descomposicin de la
comunidad o la organizacin poltica, del estado (nobiliario-heleno), sino del
comportamiento inmoral individual (producto del stasis). Ahora necesita mucho ms de
la comunidad y del estado que nunca. Sirve como transicin potica a la poesa lrica y
elegiaca de los tiempos puramente arcaicos, manifestacin muy unida a una nueva
espiritualidad individualizada.
De la literatura griega en poca arcaica no se nos ha conservado casi nada completo,
siendo stos textos fragmentados en gran parte, al menos hasta el 500 a.C. Como hemos
visto, desde la pica de la Odisea hay un cambio considerable; y desde Hesodo, como
pionero, la poesa cambi de manera trascendental. Como momento de gran convulsin,
vemos pasar de una poesa pica a una lrica, y luego el inicio de la filosofa. En la era
arcaica de Grecia, antes de que aparecieran obras filosficas, la lrica es la forma
56

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literaria caracterstica, como lo fue la pica para la edad anterior, y en gran medida lo
ser la tragedia en el comienzo de la edad clsica.61 Sera una literatura de uso comn,
como entendemos hoy de masas, pero para un pblico elevado como lo sera la
literatura burguesa del s. XIX (por ejemplo)?
Qu sucedi para este cambio? El poema lrico no se remita al pasado, como hacan
los aedos y rapsodas, llenando el ocio con leyendas tradicionales de los viejos tiempos,
sino que se centra en la personalidad del autor. Es una poesa del presente y
efmera. En Homero el concepto temporal, el da era visto de manera negativo; en
cambio, en la lrica el poeta se sustrae a ste y se siente sometido a l. Esto ya aparece
en la Odisea y tena un carcter hedonstico. A diferencia de los animales, el hombre
para esta concepcin es un ser que cada nuevo da hace de l. Los dioses cambian la
mente de los hombres en cada da, de forma efmera, sometido al cambio. La pobreza y
la desgracia pueden llegarnos en cualquier momento. La lrica es un tipo de lenguaje
breve, directo, natural, adaptado al nuevo realismo.
El primer poeta lrico (conocido) fue Arquloco, cuya historia recuerda un poco a
Hesodo. Antiguo soldado, que deca estar dedicado a Ares y a las Musas que fue contra
el concepto del honor, arrojando su escudo de combate y abandonando la batalla.
El escuro que arroj de mal grado en un arbusto, / soberbia pieza, ahora lo
blande un tracio; / pero salv la vida. Qu me importa el escudo? / Otro tan
bueno puedo comprarme.62
Arquloco como har despus Safo tomar valores de la epopeya homrica, sobre todo
su pesimismo vital, como el No se puede la vida del hombre recuperar / ni comprar,
una vez pasa la barrera de los dientes63. A pesar, tiene un alto concepto del honor y de
morir en la batalla, pero no cree en el martirio epopyico. Frente al idealismo hay un
realismo muy primario y ese concepto de hedonismo. Al igual que en las epopeyas, eso
s, aunque en el realismo, sin adornos ni afecciones, s que hay un intento de bsqueda
de la belleza en el habla. Es un mundo muy interesado en la vida y no se preocupa de
otros temas, aunque no siempre, como lo es el mismo botn de Safo, y as lo dice:
Todo el oro de Giges: ni me importa/ ni tengo envidia. Lo que los dioses
hacen: / no me interesa. El poder del tirano: / tampoco es algo que mis ojos
vean.64
En Arquloco el hombre es un ser que se alterna entre el xito y desgracia, y el
autocontrol es slo cuando es incorregible; donde es muy importante la pasin,
protagonista de los cambios del hombre. Sobre todo la pasin ertica. Aun as, la

61

Frnkel, H., 1993: Poesa y Filosofa de la Grecia Arcaica. Una historia de la pica, la lrica y la
prosa griegas hasta la mitad del siglo quinto. Visor. Fuenlabrada (Madrid).
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Extrado del libro que cito anteriormente.
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potica lrica es del ego pero muy genrica y generalistas (con un tono moralizante
o de ejemplo) al menos en Arquloco.
Luego, a la vez que la poesa de Arquloco, tenemos a la poesa elegiaca como de
Calino. La poesa elegaca de algunos autores era muy cercana de la pica vieja. Es un
momento de intensificacin del contacto Grecia-Oriente. Esto afecta al aspecto potico:
reinos orientales tan sofisticados como Lidia de los que los griegos descubrieron la
ctara, la flauta y la lira de siete cuerdas, el instrumento que dio nombre a una nueva
forma de expresin potica: la lrica. Arquloco, Anacreonte, Pndaro, Safo y Alceo de
Lesbos destacaron en este gnero potico. Son los poetas personales, de un tipo de
poesa personal y sentimental; que aunque se asocian a una ciudad concreta, van
viajando en busca de mecenas, lo que le da un carcter panhelnico. Esta nueva
potica depende mucho de la epopeya, un tipo de poesa que remarcaba a los hroes
antiguos, de rasgos nobiliarios y la clase dominante, pero tambin est en rechazo a ella:
un rasgo diferenciador es que recitan tambin, pero ponen por escrito sus poemas, lo
que favorece la complejidad de sus poemas. Usan los propios mitos, igual que las
epopeyas, ya que eran un smbolo cultural (de la Hlade), aunque a su manera,
reinterpretndolos e incluso cuestionndolos a veces de forma frontal como osa Safo
hacer.
Otro tipo de poesa importante es la lrica coral, que aunque en el caso de Safo era
mondica, al contrario de sta, con varias voces, es importante porque era recitada en
coros, semejante al caso sfico. Los poemas de Alcmn eran para ser bailados y
cantados en Esparta para un coro. Eran de un contenido religioso. El coro representaba
a la totalidad y la lrica coral fue un arte social, el arte ms solemne y representativo del
mundo griego antes de la invencin de la tragedia. Todos los miembros de la sociedad
eran instruidos, desde jvenes, en el arte de cantar y bailar canciones corales, al igual
que en perodos anteriores todos haban sido capaces de recitar epopeyas heroicas.65
Todo ello es an ms importante por la razn que da el propio Frnkel como motivo
literario-mental: En la poesa griega, se compara con frecuencia el sonido de la voz de
las mujeres y el canto de los pjaros; a la inversa, en los mitos griegos los pjaros
cantores son concebidos como mujeres transfigurados, y su comportamiento y canto son
interpretados por el destino atribuido a las mujeres antes de su transformacin. El alcin
estaba tambin rodeado de leyendas sentimentales; se afirmaba que el macho viejo era
llevado por la hembra en sus alas. Se asociaba, adems, la danza y las muchachas
danzantes. Msica, poesa, danza y muchachas: elementos del coro, sensuales y
vinculados a la religiosidad. Del futuro thiasos.
Aqu llegamos a la Lesbos de Safo y Alceo. En su punto correspondiente, me encargar
de Safo. Hablar del mundo potico compartido y de Alceo. Antes de ello, eso s, hay
que hacer un inciso: Lesbos haba sido un lugar de tradicin de canto coral, donde haba
msica y danzas, pero donde finalmente se gest un tipo de nueva poesa representada
por ejemplo por Safo y/o Alceo, cuya finalidad era transmitir sus emociones,
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Frnkel, H., 1993: Poesa y Filosofa de la Grecia Arcaica. Una historia de la pica, la lrica y la
prosa griegas hasta la mitad del siglo quinto. Visor. Fuenlabrada (Madrid).

sentimientos y deseos al reducido crculo de amigos en fiestas o banquetes66. Fue el


lugar gnesis de este tipo de poesa, cuya posicin geogrfica pudo extenderla, al ser
paso obligado hacia Oriente. Sin lugar a dudas, la influencia oriental tiene mucho que
ver en todo ello. Pero no es slo una influencia material (nuevos instrumentos) sino
tambin una nueva espiritualidad, frente al estatismo y el ideal homrico (masculino y
heroico).
A pesar del intento de poner a Alceo y a Safo en mundo diferente e incluso
contrapuestos, ambos son de la misma clase social, viven en el mismo territorio y poca.
Debieron de coincidir polticamente, tener los mismos enemigos y por el respeto con el
que Alceo se refiere a Safo, al menos, admiracin o amistad: se ha llegado a decir que
eran amantes. Ambos personajes desarrollan una vida social en los mismos ambientes,
en simposios, aunque no sean los mismos, y en las fiestas religiosas que acogan los
grandes santuarios. Un ejemplo es el de Olimpia, debido a su carcter panhelnico.
Tambin hay en Lesbos uno de gran importancia, el de la triada lesbia: Hera, Zeus y
Dioniso. Es probable que los certmenes comunes de ste produjera una expansin de la
poetisa y el poeta.
Aun cuando existen las supuestas diferencias entre la poesa de Eros y Afrodita de Safo
y de la de Alceo presidida por la guerra y la ebriedad, no significa que compartieran
mundo potico, social o relaciones personales entre ambos. En esto, se dice que Safo
vivira en una nube de sentimentalismo e intimismo. El primero, eso s, da clara alusin
del mundo guerrero-masculino en el que se viva en Lesbos. Del mundo heroico de
Alceo, el imaginario est heredado de Homero, aun cuando predomina el blico; y, en
cambio, en Safo destacan los esponsales de Hctor y Andrmaca como evocacin en los
esponsales lesbos.
La tradicin ha conservado fundamentalmente los textos amorosos y seguramente que
stos eran los principales, pero esta visin sera sesgada. Pero por las noticias que
tenemos, Alceo, tambin tena poesas romnticas y no slo de tipo blico-picas. Pero
a pesar de todo, en sus poesas, Safo denota tambin el momento poltico, como el
reproche a una joven por ir con los Pentlidas. Por lo que parece, no slo exista un
grupo nico como Safo sino que haba varios, en conflictos y problemas de enemistades
y conflictividad.
Es un hombre imbuido dentro de un ambiente blico y de disputas polticas; un hombre
de un tiempo virulento. No es una poesa tan del ego, sino que tambin trata temas
universales como hara Safo y como es el deseo de todos los poetas, como poesa
smbolo de las manifestaciones de la iluminacin y el hedonismo divino, el cosmos
potico-cultual heleno o del momento ms en l que en Safo. Parece, aun as, un
poeta muy influido por Safo, que escribe versos sficos incluso, y la delicadeza, ya
existente anteriormente en la lrica, recuerda sin dudas a ella. El objetivo del memento

66

Safo, 1993: Poemas y fragmentos. Poesa Hiperin. Humanes (Madrid, Espaa).

mori es, segn la ley de la polaridad, fortalecer la voluntad de gozar de la vida.67 La


guerra es importante, pero ya no son los smbolos guerreros, tpicos de la aristocracia,
sino que lo importante son los hombres (hoplitas-ciudadanos).
Para Alceo el Destino est ya hecho y hay que, no ms, disfrutar de la vida; as como lo
hacen los calvinistas (o quizs tambin los judos) en cierto sentido. Tambin utiliza la
epopeya como signo de las pasiones: Afrodita con Helena, que la hizo escaparse con
Paris, o la boda de Tetis, en contraste con Helena, que pari a Aquiles. Por otro lado, se
muestra el cambio del tempo de la poesa lrica, en la que culpa y castigo, separados por
el tiempo y espacio se dan rpidamente. l tambin escribi poemas a los dioses: en uno
hace a Eros hijo de Vientos, ya que, como dice Safo, el amor es tormentoso.
Ahora, no slo habra poesa escrita por hombres. La literatura de la Edad Clsica pone
de relieve a los personajes femeninos de gran relieve, imgenes significativas, de
carcter fuerte y temperamento fiero, capaces de gestos heroicos y terribles como
aqullos de que son protagonistas, respectivamente, Antgona y Medea. Pero cul era la
actitud de los poetas trgicos con respectos a sus heronas y, ms en general, con
respecto al sexo femenino, es cosa que ha sido y sigue siendo objeto de no pocas
discusiones68.
Safo sera para Cantarella un paradigma, pero no el nico caso de poetisa. Si bien es la
ms famosa, Safo no es, sin embargo, la nica poetisa griega. En el siglo V una mujer,
Mirtis de Antedn (de la que no nos ha quedado nada) habra sido la maestra de
Pndaro. En la misma tradicin beocia, Corina de Tanagra (alumna a su vez de Mirtis)
habra alcanzado al menos cinco victorias sobre Pndaro.69 Corina sera otro personaje
destacado: Corina fue, ciertamente, poetisa de fama y de inspiracin varia, como
muestran los ttulos que de ella quedan, es decir, el Beocio (hroe de Beocia), los Siete
en Tebas, la Euonimia (madre de las Eumenides), Yolao (escudero de Heracles), El
regreso (de Orin a su tierra), Las hijas de Minia, quizs una Tanagra, un Oreste (del
que un papiro ha conservado algunos versos), y dos nomoi (La disputa del Citeron y del
Helicn y Las hijas de Asopo, tambin restituidos por dos papiros).70
En el siglo V nacera otra poetisa, en Argos, Telesila, poetisa y guerrera, protagonista de
un episodio singular de la historia espartana: la organizacin de las mujeres de su ciudad
para combatir contra Cleomenes, rey de Esparta. Ella escribi obras al culto y clebre
por sus versos telesileo.
Otra fue Praxilia, aunque su Adonis fue considerada como ejemplo de la estupidez. En
cambio, no existen poetisas en el tica La nica intelectual slo sera conocida
Aspasia, que no era ateniense y era considerada y mal vista como una hetera.
67

Frnkel, H., 1993: Poesa y Filosofa de la Grecia Arcaica. Una historia de la pica, la lrica y la
prosa griegas hasta la mitad del siglo quinto. Visor. Fuenlabrada (Madrid).
68
Cantarella, E.,1996: La calamidad ambigua. Condicin e imagen de la mujer en la antigedad griega y
romana. Ediciones clsicas. Madrid.
69
dem, Cantarella.
70
dem.

Otro ejemplo, Erina, de la que quedaran unos pocos versos:


Oh, sirenas y estelas y funrea urna que guardas
para Hades mis exiguas cenizas! Al que cerca
de mi tmulo, sea paisano o venido de alguna
otra ciudad, pasare, saludadle y decidle
que la tumba a una joven casada recubre y que sepa,
explicdselo as, que me llam Bacide
mi padre y que en Tenos nac y que fue Erina, mi amiga,
quien en mi sepulcro grab este epitafio.71

71

Extrado de la obra de Cantarella ya citada

III- En torno a Safo.


a. Lesbos. Esplendor y guerra civil.
Ahora volvamos al terreno de Safo. Como hemos visto, la poca de Safo es un momento
histrico turbulento y enormemente importante en la formacin del mundo heleno.
Lesbos, la isla de nacimiento de Safo, sea cual sea su ciudad de origen, vive un
momento muy vinculada a esa Gran colonizacin, en la que se fundaron polis nuevas
por todo el Mediterrneo y hasta el Cucaso. Uno de los lugares donde llegara esta
expansin colonial sera la Magna Grecia y Sicilia, en donde sera acogida Safo en su
exilio: Siracusa, fundada en el 734.
La expansin dio grandes tierras de cultivos y extensas redes de comercio por el
Mediterrneo. Si Grecia exportaba cereales, vino y aceite, productos de primera
necesidad y tambin de lujo, stos importaban materiales como cobre chipriota o estao
etrurio e ibrico, los cuales luego vendan como objetos manufacturados. Pero destaca el
comercio de Lidia: de all provenan los metales preciosos, las vestimentas y los ricos
complementos, con un cierto aire extico y a lo mtico; y que vemos a Safo aludir en:
y sus pies
cubra un vistoso calzado de cuero,
bella obra de Lidia72
Lesbos no fue una gran colonizadora, pero su localizacin hacia el Mar Negro colabor
en favorecer este comercio. A principios del s. VII, los lesbios se establecan en la
Trade y fundaron Sesto y Mdito en el Quersoneso tracio y Eno en la desembocadura
del Hebro. Los mismos lesbios disputaron con Atenas el sitio de Sigeo, en la entrada
Helesponto. Un conflicto largo que tuvo gran eco en Mitilene y que puso fin Periandro
de Corinto que arbitr a favor de Atenas. Los lesbios, como ya he dicho, eran eolios y
tambin formaron parte de Nucratis, centro estratgico del aceite de oliva, que
abundaba en Lesbos y que enriquecieron a la aristocracia terrateniente.
Durante el s. VII, Lesbos fue uno de los centros ms prsperos de Grecia, y Mitilene era
el principal puerto. Orientada hacia Lidia, Mitilene mantena una relacin floreciente
con un reino por el que recibi una influencia cultura muy importante, como lo muestra
la poesa sfica: lo que ya se ha ido comentanto... El desarrollo econmico no es
solamente el nico punto de contacto, tambin el contacto con egipcios y
mesopotmicos, que fue fundamental en el origen de las matemticas, por ejemplo, o el
avance de las construcciones de la poca arcaica o... el arte. De gran importancia: es el
alfabeto griego, cuya raz proviene de Fenicia; pero, no como se pensaba a principios de
siglo, fue algo muy restrictivo a una minora muy selecta, de la aristocracia. Era esta
lite la duea de estas manifestaciones culturales, que recitaba y actuaba, y de la que
formaba parte Safo. En el periodo arcaico, se trasmita el saber de forma oral, a travs
72

Iriarte, A., 1997: Safo. (Siglos VII/VI a.C.) Ediciones de Oro. Madrid.

de recitales o representaciones como las que parece estar relacionada Safo. La escritura
tiene un gran papel en las leyes, pudindose grabar en piedra.
La publicacin de cdigos jurdicos y la expansin econmica son parte del proceso de
la Crisis del siglo VII, en la que los campesinos se endeudaron. Las transformaciones
habran modificado la comunidad cvica y con ella el concepto de ciudadano. Se
empezar a reconocer a las minoras hasta ahora excluidas y la aristocracia tendr en
conciencia la importancia de las mayoras en el juego de poder y de la polis. Este
acercamiento de la demos y la aristocracia, hara cambiar el papel guerrero de la
sociedad: Safo lo demuestra no slo con el uso de la lrica sino con planteamientos
como del que hablar ms tarde. La propia estructura hopltica hace que la igualdad de
cada miembro cambie, tambin, la mentalidad griega. A pesar de la belleza y sosegada
voz, Safo particip en ese mundo cambiante, efervescente y violento.
Durante los siglos VII y VI, gran parte de las ciudades viven un periodo de cambios
polticos, de disturbios y de guerra civil. Los versos de Alceo, en una poesa
comprometida, ensean la integracin de ste en su poca y de la isla:
yo, desdichado,
vivo a la manera de un campesino,
anhelando escuchar, Agesilaidas,
los gritos que pregonan la asamblea
y el concejo. Eso que el padre y el padre
de mi padre tuvieron hasta viejos
entre esos ciudadanos siempre en rencillas.
Pero estoy alejados de ellos yo,
exiliado en la lejana, y aqu,
como Onomacles, en pas de lobos
hbito resignado a la guerra.
No es mejor soportar la revuelta73
Queran realizar un cambio radical en las organizaciones arcaicas que eran ya
prcticamente anacrnicas. Para los antiguos, el concepto de tirano no tena las
connotaciones actuales. La poca de Safo estuvo dominada por la lucha de facciones y
de familias aristocrticas. El origen de ste se debe al enfrentamiento con Pentlidas, un
gnos que se proclamaba descendiente de Pentiles, mtico hijo de Orestes, fundador de
la ciudad. stos siguieron con el poder hasta que tuvieron la oposicin de los
Clenactidas. Este enfrentamiento provoc el exilio de Alceo a Egipto y el de Safo a
Siracusa. Por el Marmol de Paros, podemos inteligir que este periodo crtico estuvo
entre 603 y el 509. De este tiempo tenemos datos imprecisos, pero conocemos el fracaso
de dos tiranos: Melancro y Mrsilo. Los dos murieron y provocaron un gran regocijo en
las familias aristocrticas, uno de ellos, Alceo. Las familias aristocrticas tenan claro
que haba que hacer concesiones y a veces apoyaron a los tiranos, pero no siempre sala
bien. Alceo insulta a Ptaco, amigo primero y luego enemigo, con el nombre de
73

Iriarte, A., 1997: Safo. (Siglos VII/VI a.C.) Ediciones de Oro. Madrid.

plebeyo, aunque lo que le dola era haberse emparentado con los Pentlidas. Aun as,
sus reformas pudieron frenar el problema social, o al menos aplacar. Se piensa que
reparti tierras y que, adems, recort los derechos (privilegios, ms bien) de los
aristcratas. Tambin tuvo una gran admiracin por su labor legislativa, como en el caso
citado por Aristteles sobre los borrachos, a los que condenaba con ms severidad.
Como Soln, l tambin hizo leyes de austeridad para los aristcratas para no hacer
muestras de excesiva riqueza en un momento de crisis social. Safo se quej de esto al
poder comprar a su hija una diadema. As trasmite el sentimiento frente a las medidas
del tirano. La aristocracia muestra su asco a stas. Eso no hizo que Ptaco fuera
considerado uno de los Siete Sabios de la Hlade, ni que fuera reconocido en la
memoria colectiva.
Un punto importante fue, como ya se ha ido desgranando, la intensa actividad cultural,
tanto religiosa, en la que participaba Safo, con certmenes poticos en donde destacaba
y debi hacerse famosa, como en la filosofa, como dice Moss: Las ciudades de la
costa occidental de Asia Menor y de las islas, en contacto con el mundo oriental, eran, si
no las ms ricas, al menos las ms brillantes. Fue en ellas donde se desarrollaron las
primeras especulaciones filosficas, donde se crearon aqu espritus ilustrados no slo
entre los hombres, sino incluso entre algunas mujeres, como la muy celebre Safo,
natural de Mitilene, en la isla de Lesbos, y poetisa de renombre.74 Era el momento de
intensificacin del contacto Grecia-Oriente, y uno de los ms importantes como hemos
visto es Lidia como la misma Safo ilustra. Pues, la isla estaba en el lugar adecuado para
que llegaran esa nueva forma de poesa, de religiosidad y de visin del mundo que se
estaba dando en la Grecia arcaica, y Safo se convirti en una de las representantes de
ste.

b. Una mujer aristcrata y formada. Una mujer atpica, aunque


no tanto
De Safo, como ya se ha dicho en el prlogo, sabemos ms de su faceta literaria que de
su vida, el bios que hay detrs y condiciona los escritos que tratamos, a su vez, para
hablar de ella.
Safo sera una mujer de la aristocracia, para algunos de las mejores familias, o, al
menos, de una nobleza de segunda categora?, quizs no anulando lo primero puesto
que podra ser una noble venida al menos. Esto podra ser posible por la situacin de su
hermano para escanciar vino, como porque dependa de realizar cantos, los epitalamios,
para las bodas de otras personas de alto estatus o que se pudieran permitir contratar a
alguien para hacer odas, muy probablemente para sus discpulas, sus queridas
compaeras.
Tambin se cree que Safo fue una especie de sacerdotisa de Afrodita y/o (esto casi
seguro) maestra de la verdad, lo cual explicara la importancia de esta diosa en la
poesa de sta, como el comportamiento de ella y sus compaeras. La maestra de la
74

Moss, Claude, 1990: La mujer en la Grecia Clsica. Nerea. Madrid.

verdad sera una especie de aeda femenina con funciones sociales y religiosas. Es esta
condicin religiosa, la de una categora cvica elevada, la nica para una mujer dentro
de la polis, y su fama como poetisa, relacionada con la de su sacerdocio, lo que da a
entender que Safo no era por supuesto ni tan rebelde ni tan revolucionaria como desde
nuestra ptica occidental de nuestros das creeramos ver con idealismo en los versos de
la poetisa. Aunque su aspecto rebelde con las tiranas, no idealizadas por los griegos
como se ha pensado, podra hacernos ver que s que tiene un papel importante de
rebelda.
Dada la poca y el contexto social, es probable que estuviera casada, pero ni su forma
de organizar su vida, ni su economa, parecen depender del tal Crcilas, que bien pudo
morir pronto o estar en constante viaje como Caraxo. En los fragmentos, su marido no
aparece. Safo recuerda los concejos de su madre, habla de su amada hija, a la que no
cambiara ni por la Lidia toda, e intenta entrar en razn a su dscolo hermano. Es
decir, la imagen que se proyecta de Safo, y la que proyecta ella, es que es responsable
de su propio entorno, no es dependiente, que la aleja de la imagen tpica de la mujer
griega relegada al papel de ser protegido en el gineceo del hogar. Eso parece
revolucionario para su poca o rebelde, pero debera, al menos, ser matizado por dos
motivos: uno, que las mujeres del ambiente sur como Esparta estaban en una condicin
ms libre que las atenienses, prototipo de la mujer dentro del gineceo; dos, que su
condicin de noble y de sacerdotisa la permitan el contacto y las situaciones
romnticas con las korai y hetairas sin ser considerada una degenerada. Eso habra
cubierto un tupido velo sobre las cuestiones que hoy llamamos homosexuales de Safo
y sus philai.
Safo, sin lugar a dudas, debi de ser una figura de primera fila en la sociedad lesbia. El
clebre verso de Alceo en el que poeta admira a sta, llamando a sta venerada Safo,
o las palabras de Scrates citndolo con Anacreonte como ejemplos de sabios con los
que contaba el pasado griego, nos muestra cmo de alto se la consideraba a la poetisa en
la sociedad helena. Por otra parte, un tejuelo del Fayum del s. III en el que un escolar
copi un poema de Safo la equiparara a otros como los homricos; y algn autor
griego, como Antpatro, as lo hizo igualmente: la hizo destacar entre las mujeres, como
lo haba hecho Homero entre los hombres. Su elevado estatus prestigioso dentro del que
estaba en el mundo cultural-religioso es el que debi de acercarla a crculos de poder
(probablemente el suyo mismo con sus amigas), y a la larga a mantenerla cerca del y
en el juego del poder poltico. De eso, derivara su exilio.
Sobre su belleza, como hemos dicho, hay ros de tinta Parece claro que no era muy
hermosa para los cnones, y como vemos en estos versos, se enamor de alguien que,
supuestamente como ella, no era tampoco el prototipo de belleza:
Me he enamorado de ti hace, Atis, ya tiempo;
me pareciste una nia bajita y sin gracia75

75

Fr. 50 P: Safo, 1993: Poemas y fragmentos. Poesa Hiperin. Humanes (Madrid, Espaa).

Eso lo habra equilibrado con su potica y con sus artes amorosa; con su prestigio;
con su origen y su carcter. Quizs, como esos personajes femeninos tan idealizados,
como Cleopatra Aun as, Safo sera una mujer. Safo no sera la mujer idealizada o
ideal de sus versos, sino uno ms de su poca. Nada ms. Y eso no es quitarla
mrito potico, vital o de otro tipo

c. El crculo de las mujeres y Safo: el thasos. Sociabilidad


femenina arcaica en Lesbos y en Grecia.
Entre los versos y poemas, vemos a una Safo como centro de un parthnoi (residencia
de las jvenes) y de korai (doncellas), representadas como hetarai o heterias
(compaeras) y phlai (amigas). Es ste el escenario sfico, un marco muy ntimo
donde tenemos la representacin del ambiente de su poesa, llena de msica, mujeres y
baile, la cual remarca su propio lirismo y un marco femenino, con una mezcla de
religiosidad y teatro? pues el teatro contiene ambos trminos. Segn algunos
autores, Safo habra sido una suma sacerdotisa de un grupo restringido de mujeres,
quizs ms de forma privada?, consagrados a la diosa Afrodita, la diosa del amor y la
belleza, una diosa femenina, con alguna connotacin a un culto muy personal, con
algn tinte mistrico? La obra de Safo est impregnada de una indudable religiosidad,
sobre todo a la diosa Afrodita, aunque aparecen muchos otros y habra de preguntarse si
eso excluye su ministerio a Afrodita. Tambin, porque la vida cotidiana de su poca
tena muchas connotaciones religiosas.
Otro trmino muy usado es el de thasos, como se etiqueta a la reunin de Safo y sus
compaeras. Para algunos, una cofrada religiosa; en otras, tendra una funcin social
alejada de la religiosidad. Podra ser una tpica reunin de los estratos superiores
femeninos bajo la cabeza de una mujer, para entrenarse en la vida y en los preceptos de
decoro social (es decir, un aprendizaje socio-religioso, formativo); y sobre todo: para
entrenarse para el matrimonio y para con la sociedad. Otros apuntan a un papel
totalmente laico. En este sentido se entenderan sus cantos de bodas, y tambin los de
despedida, los lloros por el abandono de una pupila. Las muchachas provendran de
muchos y diferentes centros de la isla y alrededores, y existiran tiasos rivales, como el
de Gorg y el de Andrmeda: todo un tipo de sociabilidad y de relaciones
homosexuales femeninas muy vinculadas en Esparta y a otras zonas de Grecia.
Para algunos se perfilara una especie de pensionado o internado en donde las mujeres
jvenes, entre el final de su vida de formacin y su vida adulta, se educaran. Es decir,
se muestra que las mujeres aristcratas de la poca arcaica tendran una educacin, en
espacios concretos. Safo sera la maestra o la sabia, lo cual hara comprensibles las
comparaciones con Scrates, que educara a las doncellas de Lesbos y la zona jonia,
despus de la educacin del hogar por la madre y antes de casarse. Las citas como la de
autores de Ovidio hablaran de esta peculiaridad de ser sus jvenes discpulas. stas
seran enseadas en las artes de las Musas, no slo de la msica y la danza, una
educacin refinada sino tambin de literatura, la ciencia de la poca, filosofa, etc. lo
que an ms explicara que se la considerase en la Antigedad como una sabia. Se

configurara un ideal de belleza unido al de la Sabidura (sophia), que se asemeja al de


las futuras y conocidas como heteras. Un club de la aristocracia femenina, en pos de
su enseanza.
Este tipo de reunin, quizs, por otro lado, podra ser tambin un tipo de reunin
impersonal, un tipo se sociabilidad, de banquetes. A diferencia de los grupos sociales
(heteras) masculinos, dedicados a la guerra y la poltica, estaran dedicadas a estas
otras artes. Murray habla de banquetes sagrados donde, trasmutando los valores de
los hombres, seran lugares de competicin del canto y la danza de las mujeres
consagrados a la diosa Afrodita. Safo asistira a este tipo de asociaciones polticoartsticas de su mismo signo y en las que existiran estas relaciones homosexuales.
Segn autores ya no slo seran mujeres solteras, sino mujeres casadas buscando ser
seducidas por su encanto. Los salones del siglo XVII y XVIII franceses adoptaron a
Safo como smbolo de un ambiente hedonista: es decir, esta idea no sera original, y
mostrara el resplandor de la imagen sfica.
En conclusin, lo que est claro es que era una especie de crculo social con
connotaciones religiosas en las que Safo actuaba de centro, quizs de sacerdotisa.
Posiblemente no siempre estuvieran reunidas en l, que hubiera otros lugares y centros
de sociabilidad en grupo y las mujeres asistiran, sin estar aisladas y separadas hombres
y mujeres, sino como lugares de sociabilidad comn. Podra tratarse de un coro lrico,
en los que se presentan escenarios de este tipo, rituales. Podran ser todas las
posibilidades ciertas y no excluyentes: un centro de enseanza, religioso y de reunin,
tanto de mujeres pupilas y de adeptas; y parte de un grupo de mujeres nobles que
podran estar en contacto con otros grupos y personas que asistieran de forma muy
espordica, compitiendo socialmente. Al igual que los coros espartanos, ste poda tener
una funcin poltica. Y separarse del grupo no slo sera una traicin a Safo sino al
grupo y hasta, simblicamente, a la diosa; lo que recrudecera y hara comprender ms
profundamente el sufrimiento de Safo, la cual peda en un poema a Afrodita que la diese
el amor de una de ellas.

d. La poesa de Safo y su sique.


La poesa de Safo podramos podemos dividirlo en tres grupos:

La poesa para el coro de muchachas que cantan lo exigido en ocasiones festivas.


Poesa en las que la propia Safo se dirige a los hombres o a los dioses sobre
cuestiones del momento.
Un poema que reflexiona y argumenta como en la lrica coral.

Los cantos de boda fueron en la antigedad los poemas ms celebrados. La mujer es


exaltada como una luz radiante, llena de belleza, es decir, los cnones cercanos a la
epopeya. El hombre, en cambio, es el modelo guerrero y heroico de la epopeya. Es lo
que choca con los pensamientos de Safo, repitiendo lo dicho anteriormente:
Algunos dicen que nada es ms hermoso sobre la negra tierra

que una muchedumbre de jinetes o de infantes o de naves;


mas yo digo que aqul a quien se ama.
Del todo simple es hacer que entienda esto cualquiera.76
Este poema es una contestacin a la fascinacin por lo blico, lo violento, frente a las
pasiones ms internas y que, aunque igual de violentas internamente o de conflictivas,
se hacen o se muestran ms sosegadas, siendo quizs ms turbias!; quizs como un
cambio de mentalidad, y ms por un tipo de sensibilidad femenina, mas cuando la
vida de una mujer griega y el ambiente en el que se circunscribe Safo y sus alumnas,
tambin lo es: un ambiente y una sensibilidades particulares?; o es por un tipo de
sensibilidad entroncada a esta nueva sensibilidad relacionada con la lrica y el
orientalismo, o ambas dos, interrelacionadas?
Luego estn los poemas en donde se refiere a sentimientos y pulsiones humanas, a
personas y seres vivos. En los poemas a su crculo y a sus acompaantes se ve un claro
componente de una espiritualidad llena de vitalidad, lleno de hedonismo, del placer
sensorial. Las relaciones estn llenas de movimiento y dramatismo, pero tambin de la
indiferencia y el olvido. Llenas de pasin, en cambio, son las plegarias que hace a la
diosa como a las peticiones hacia otras mujeres.
Por otro lado se muestra la conflictividad de la autora (ego) con la colectividad del
mundo griego admirador de las epopeyas y la gloria, vinculada con la violencia, unida a
su vez al propio mundo masculino. Hay una fuerte tensin entre lo pblico y lo privado;
la sensibilidad que se crea en este momento, la de una mujer quizs peculiar, su propia
vida privada, frente a la de un mundo sobre el que, aun formando parte de l, lo
desprecia en ese sentido, y no comparte sus valores y tiene otros, los que se pueden
observar, y por ello la fascinacin futura de stos, semejantes a la poesa lrica del
romanticismo o de sus secuelas, o tambin en el humanismo y el renacimiento.
Esto parece no cambiar, el deseo como cultura que manifiesta las tensiones de cualquier
tipo, en este sentido mentales y afectivas. Hay una humanidad o comportamientos,
circunstancias humanas, que no cambian, sino ms que en lo formal, que dira un
platnico el cual por otro lado despreciara las sombras de los poetas, por su
voluptuosidad. Para Cantarella, como he dicho, fue el paradigma de la poesa
femenina, porque ha conseguido romper ese muro para as expresar con su poesa sus
sentimientos, sus alegras y sus dolores, y expresarse fuera de la pasividad que le
daba a la mujer Aristteles. En consecuencia, no es casualidad que fuese en Mitilene, y
no en Atenas, donde una mujer, Safo, consigui decir lo que senta, y decirlo de un
modo que no slo no tiene nada que envidiar a la poesa masculina, sino que supera en
belleza a gran parte de sta.77

76

Aqu he tomado dos fuentes: primero una para los tres primeros versos, que crea mejor traducidos y
expresados, de http://www.bernardosouviron.com/2012/04/18/safo-de-mitilene/; y el ltimo sacado de
esta obra.
77
Cantarella, E., 1996: La calamidad ambigua. Condicin e imagen de la mujer en la antigedad griega
y romana. Ediciones clsicas. Madrid.

Ya se ocult la luna
y las Plyades,
y media noche pasa,
y se van las horas,
y yo me quedo
durmiendo sola78
Otro aspecto muy destacado es el la maternidad: es la nica mujer de la literatura griega
que nos han quedado hasta nosotros que nos muestra sentimientos maternales.
Bella nia yo tengo igual que flores de oro
por su gran hermosura, mi bienamada Cleis;
no la cambio por Lidia ni por la deseable79
O podemos ver sus sentimientos compasivos y fraternidad con su hermano Caraxo, que
se arruin por una cortesana llamada Rodopis:
Conceded, Nereidas, y t, Chipriota80,
que mi hermano vuelva hasta aqu sin dao
y que todo aquello que en su alma ansa
sea cumplido;
cuanto antao erro, lo repare ahora,
la alegra sea de sus amigos81
Destaca a su vez el concepto que tiene de la riqueza y de la virtud: dos elementos de la
nueva mentalidad cvica, pues la virtud igual que la riqueza han cambiado de manos
confeccionadoras, es decir, en trminos marxianos, de mtodos de produccin y por
tanto de supraestructura o, lo que llamamos hoy, mentalidad. Safo no es ms que otra
manifestacin, y lo que denota que aun siendo noble comparte valores del nuevo mundo
heleno en construccin como ste, ya propio de las polis ciudad-estado clsicas, cvicas.
ste es el poema, como si fuera un proverbio, como los tenemos en castellano quizs
tengamos alguno similar:
Riqueza si no es con virtud
es peligrosa vecina,
en cambio la unin de las dos
lleva a la ms alta dicha.82
Otra faceta es su sentido de la poesa y el hedonismo siempre presente en la poesa
lrica:
78

Extrada la poesa de la obra anteriormente citada de Cantarella.


Fr. 132 P: Safo, 1993: Poemas y fragmentos. Poesa Hiperin. Humanes (Madrid, Espaa).
80
Se refiere, una vez ms, a la diosa Afrodita, que como supuesta sacerdotisa suya deba velarla, y aqu la
implora por ello
81
Fr. 5 P: dem.
82
Fr. 148 P: dem.
79

No es costumbre que en casa de un poeta


haya duelos, que en nada nos conviene.83
E importa es cmo valora las pasiones:
mis pasiones no son desgracias,
serenados estn mis sentidos..84
,queriendo decir que, al contrario de las valoraciones que he hecho referentes a la
potica lrica, ella considera que sus pasiones no son desgraciadas mientras sus sentidos
estn serenados, es ella inteligible, controla sus sentimientos y su situacin. No; ella es
un objeto deseante pero a la vez serenado, muy al estilo clsico: esto es una muestra de
gran modernidad, usando ideas y conceptos de poca clsica, por lo que seguramente
fue tan valorada. Ya no es un ser totalmente hedonista, sino un ser que se rige
racionalmente sobre sus sentidos, a pesar de las pasiones, que las hay y claramente
Aunque la pasin y los sentimientos romnticos los dedicar un apartado, todo esto es
importe para m, por la concepcin que tiene Safo del amor:
me ha agitado el Amor [Eros] los sentidos
como en el monte se arroja a los pinos el viento.85
Otros versos que nos remarcan lo etreo (como lo bueno, que es lo eterno, la palabra
potica, imbricada a la msica de las Musas) de lo bello y quizs de lo bello
romnticamente, otra vez como si fuera un refrn o proverbio, una enseanza quizs
dada a sus alumnas:
Slo es hermoso el hermoso cuando alguien lo mira,
mas si tambin bueno es, lo ser de por vida.86
Es sta una concepcin determinista de los sentimientos, que ya hemos vistos en
muchos apartados: los seres humanos estn movidos por seres sobrenaturales ajenos a
ellos, moviendo sus hilos para ellos. Safo no puede evitar su naturaleza marcada por las
divinidades. Aunque, versos de gran hermosura, muestran el amor dentro de los actos
del orden humano:
yo te buscaba y llegaste,
y has refrescado mi alma que arda de ausencia87
Tambin est un tenso odio o ira (como dice ella), debido, quizs, a las tensiones en
el tiasos o entre ellos, o en general a la crispacin general de un ambiente opresivo, que
se nos presenta a nosotros tambin como una especie de proverbio:

83

Fr. 150 P: dem.


Fr. 120 P: dem.
85
Fr. 47 P: dem.
86
Fr. 50 P : dem.
87
Fr. 48 P: dem.
84

Cuando la ira se esparce por el pecho


hay que frenar la lengua charlatana.88
Pero donde mejor se muestra todo esta concepcin del mundo y de los sentimientos
amorosos es:
Inmortal celeste, de ornado trono,
dolotrenzadora, Afrodita, atiende:
no atormentes ms con pesar y angustias
mi alma, seora,
sino ven aqu, si mi voz de lejos
otra vez oste y me escuchaste
y dejando atrs la dorada casa
patria viniste,
tras uncir el carro: gorriones lindos
a la negra tiraban prestos
con sus fuertes alas batiendo el aire
desde el cielo.
Y llegaron pronto, y t, dichosa,
con divino rostro me sonreas
preguntando qu me pasaba, a qu otra
vez te llamaba
y que qu prefiero que en mi alma loca
me suceda ahora: A quin deseas
que a tu amor yo lleve? Ay dime, Safo,
quin te hace dao?
Pues, si huy de ti, pronto ir a buscarte;
si aceptar no quiso, dar regalos;
te amar bien pronto, si no te ama,
aun sin quererlo.
Ven tambin ahora y de amargas penas
lbrame, y otorga lo que mi alma
ver cumplido ansa, y en esta guerra
s mi aliada.89
Podamos ver dos partes en el poema, la peticin a la diosa y cmo Safo describe a sta
a la que consagra sus deseos; luego, cmo ya la ha cumplido sus peticiones,
esperanzadoras todas ellas, y que desea que se repitan, como se repite siempre en el

88
89

Fr. 158 P: dem.


Fr. 1 P: dem.

hacer divino, el eterno retorno de las acciones csmico-divinas, que representan los
hados al cumplirse, por interaccin directa o indirecta de los dioses.
En la primera se describe cmo hay una lejana, que puede romperse y podra en
cualquier momento ser minimizada a un t a t como se ve despus, y que el canto o la
recitacin tiene mucho que ver con la realizacin de sus deseos y el que venga la
divinidad a visitarla. Tambin est la caracterizacin de la divinidad Afrodita que
proviene de un mundo divino bello y cae en la negra tierra: el poder del amor desde el
cielo y la vinculacin de la msica, lo alado y las mujeres creo que es ya una cosa ms
que repetida en este trabajo: esto no es ms que un botn de esa asociacin de los
lenguajes simblicos que estn imbricados en lo que J. A. Marina llamara como
Arquitecturas del Deseo.
En la segunda parte es la llegada de esta divinidad y el dilogo que tuvo con ella,
preocupada, propio de una persona con una enorme familiaridad personal, y finalmente
cmo espera que venga otra vez de nuevo, en la situacin actual de desamparo. Un
rasgo importante es la felicidad que encarna la divinidad y que, por tanto, por acto
reflejo, como hara la primavera en los poemas metafricamente, pues la divinidad
tiene parte de esa fuerza de la naturaleza, es decir, de la fuerza natural de los cambios
que provocaran las estaciones, transforma a la poetisa que est en la locura, o lo que
un poeta romntico dira que es el invierno; todo, construcciones que quieren explicar
los sentimientos interiores de la poetisa en este caso y su sique compungida por la
frustracin amorosa, los cuales los hemos ido heredando y reconstruyendo en el
romanticismo, el renacimiento, etc., etc.
En la siguiente parte, me acercar ms a estos aspectos del romanticismo y la
sexualidad, y al concepto-idea que en nuestros das hemos concebido como
homosexual-homosexualidad y cmo es de diferente y cmo se construy en
Grecia.

e. La homosexualidad y Safo; el amor, los celos y la paideia


ertica.
La pregunta de qu papel tiene el amor o el sexo para los griegos es una pregunta que se
hace, por ejemplo Moss (en la obra citada). Para ella, est claro que no hay demasiados
tabs en cuanto a la exhibicin de los rganos sexuales, incluyndose procesiones
flicas en honor a Dionisios, e incluso en el teatro haba claras alusiones a la sexualidad
(a las diferentes manifestaciones de sexualidad90). Pero no lo eran con lo relativo al
amor, lo que choca con Safo: No olvidemos que la nica expresin de un sentimiento
amoroso procedente de una mujer que ha llegado hasta nosotros se la debemos a Safo, la
poetisa de Lesbos, que dedicaba versos encendidos de pasin y de deseo a sus jvenes
compaeras91. Para ella, tal como se expresa en Platn, slo la relacin homosexual

90
91

Moss, Claude, 1990: La mujer en la Grecia Clsica. Nerea. Madrid.


dem.

es una relacin normal92, y el origen del hombre y la mujer provendra de los seres
hbridos hermafroditas del Banquete. Pero esto podra ser una simple excusa mtica para
explicar o justificar el amor en lo que llamamos hoy como homosexualidad.
El caso de la homosexualidad es casi siempre mostrada en los hombres, sobre todo en
las relaciones pedersticas, entre un tutor y un alumno o pupilo que est
imbricada a la paideia y, ergo, a los rituales de paso a la edad adulta como Esparta. Se
ha argumentado, ya en nuestros tiempos de manera residual, que la prctica
homosexual es algo de los dorios: en el siglo XI, desconocida por los aqueomicnicos, socialmente devaluada y jurdicamente recriminada93. Se deca que era un
fenmeno de las lites y no de masas. El primer problemas para esa tesis es el de las
fuentes micnicas, formada por documentos administrativos y fiscales, y que no
presentan el ms mnimo fragmento sobre la vida privada, impiden sacar conclusiones
como sta. La existencia de gran nmeros de mitos griegos donde se da la
homosexualidad nos muestra la difusin de la homosexualidad masculina en diferentes
zonas de Grecia a partir de una poca muy antigua; y esto pone en duda, al menos la
idea de la inexistencia de este tipo de amor en edad predrica. E incluso se conocen
costumbres plenamente homosexuales en el mundo cretense y el espartano.
La homosexualidad formara parte de un rito o de una forma de relacin con su maestro.
Este tipo de amor lo representara Platn y Pausanias, por ejemplo. El amor entre
adultos, parece, que era mal visto si no era as. Como en Las Ranas de Aristfanes.
Pero, en cambio, hay casos de que el amor homosexual entre hombres adultos era bien
visto: como el batalln sacro de los tebanos. Hay una clara ambivalencia. Est claro
que la homosexualidad slo era considerada bajo el concepto de paideia, de un amor
meramente espiritual, designado como amistad, como se ve en los poemas de Safo:
dormiras sobre el pecho de una blanda amiga94 o Niobe y Leto eran amigas
que mucho se amaban95.
Es ms, el objeto de este amor y deseo deba de ser en primer lugar para la esposa, pues
haba sido la elegida para dar herederos legtimos, y hay claras manifestaciones de amor
entre matrimonios (divinos o humanos) de una mujer y un hombres. Lo natural, en
esa consideracin helena, deba ser: primero el `amor, quizs a veces fingido o
hipcrita, hacia quien da la progenie (reproduccin), y despus el `amor del espritu y
de tipo hedonista en las heteras y/o amantes. El matrimonio, como ya vimos, era una
alianzas entre dos familias, dos oikos, por lo que ste era principalmente material, luego
no intervena ni la atraccin fsica ni squica recordando que la sique es alma en
griego. As representa Platn el amor segn Moss, lo que rectifica la idea anterior:
Cuando llegamos a cierta edad, dijo Diotima, nuestra naturaleza siente el
deseo de engendrar, pero slo puede engendrar en la belleza, no en la
92

dem.
Opinin de Raepsaet.
94
Fr. 126 P: Safo, 1993: Poesas y fragmentos. Poesa Hiperin. Humanes (Madrid, Espaa).
95
Fr. 142 P: dem.
93

fealdad; y en efecto, la unin del hombre y de la mujer es concepcin. Esta


concepcin es obra divina, y el ser mortal participa de la inmortalidad por la
fecundacin y la generacin; pero esta mortalidad es imposible de alcanzar
en lo que es discordante; ahora bien: lo feo no armoniza con lo divino, en
tanto que lo bello s lo hace. La belleza es, pues, para la generacin una
Moira y una Ilitiya. Por ello, cuando el ser impaciente por dar a luz se
aproxima a lo bello se vuelve generoso, y, en su jbilo, se dilata y da a luz y
produce; en cambio, cuando triste y ceudo se aproxima a lo feo, se da la
vuelta y no engendra; retiene su germen y sufre. Ah se origina el xtasis
que siente el ser fecundo y lleno de vigor en presencia de la belleza, porque
sta le libera del profundo sufrimiento del deseo. Diotima habla aqu
como un hombre y lo que describe es el deseo masculino, pero un deseo que
va dirigido a la mujer, y como de lo que se trata es de concepcin, a la mujer
de la cual se espera una descendencia legtima.96
Tambin la autora nos muestra cmo las mujeres no eran mancas en las artes de
seduccin, no slo las heteiras, sino tambin las mujeres del pueblo llano como las de
alta alcurnias, ms cuando se acercaron los tiempos helensticos en el caso ateniense,
el que conocemos de primera mano.
En cuanto a la homosexualidad femenina, en el caso ateniense, el paradigma en el
mundo heleno clsico pareca mal visto puesto que al no ser instrumento de formacin
del ciudadano, era algo que, en definitiva, concerna solamente a las directamente
interesadas en ella. Y, de hecho, sobre esta experiencia tenemos slo un testimonio
femenino: el de Safo97. Por otro lado, hay pocas fuentes, es decir, sta: Safo y sus
poemas
Estas relaciones homosexuales en Safo estn intrnsecamente vinculadas a las philai y al
thiasos: los grupos de sociabilidad que antes hablbamos que desconocemos en gran
medida qu eran. Estas prcticas estaran relacionadas con el paso de las muchachas a
adultas, igual que en los hombres, viviendo en comunidad una experiencia educativa:
es decir, esa relacin de maestra o didaskalos.
Junto a la msica, el canto y la danza, los instrumentos que de jovencillas incultas
(como eran cuando se dirigan junto a ella) las transformaban en mujeres de las que
poda querer el recuerdo:
Cuando mueras, descansars: ni un solo
recuerdo guardarn de ti futuras
generaciones, pues no tienes parte
en las rocas de Pieria. E ignorada
hasta en la casa de Hades, solamente

96

Moss, Claude, 1990: La mujer en la Grecia Clsica. Nerea. Madrid.


Cantarella, E., 1996: La calamidad ambigua. Condicin e imagen de la mujer en la antigedad griega
y romana. Ediciones clsicas. Madrid.
97

con sombras invisibles tratars


cuando de aqu hayas al fin volado98,
dice Safo a una rival, que no ha aprendido de ella lo que, precisamente, le habra
permitido salir de la ignorancia y, con ello, del olvido. Pero Safo no era slo maestra del
intelecto: de ella las muchachas aprendan tambin las armas de la belleza, de la
seduccin y del embrujo, aprendan la gracia (charis) que las converta en mujeres
deseables.99
Era un tipo de sociabilidad unida a los coros, donde se practicaba la homosexualidad
femenina: En Esparta, dice Plutarco, las mujeres mejores amaban a las muchachas, y
cuando ocurra que varias mujeres adultas se enamoraban de la misma muchacha,
trataban todas ellas (aun siendo rivales entre s) de hacer mejor a su amada. As como la
relacin homosexual con un adulto implicaba, con valor formativo, una fase en la que el
joven aprenda a ser ciudadano, del mismo modo, en el interior de los grupos
femeninos, la relacin con una mujer adulta llevaba aparejada la fase en la que las
muchachas se preparaban para convertirse en esposas.100
Este vnculo, como deca, se rompa cuando una de las muchachas se iba:
Me parece igual a los dioses ese
hombre que ahora est frente a ti sentado,
y tu dulce voz a tu lado escucha
mientras le habla
y tu amable risa; lo cual, te juro,
en mi pecho el alma saltar ha hecho:
pues te miro apenas y mis palabras
ya no salen,
se me queda rota la lengua y, suave,
por la piel un fuego me corre al punto,
por mis ojos ya nada veo, y oigo
98

Tenemos otra versin en la obra Safo, 1993: Poesas y fragmentos. Poesas Hiperin. Humanes
(Madrid, Espaa). Fr. 55 P: Bajo tierras estars, / nunca de ti,/ muerta, memoria habr/ [otro verso] ni
aoranza; que a ti/ de este rosal/ nada las musas dan;/ [otro verso] ignorada tambin,/ t marchars/ a esa
infernal mansin, / [otro verso] y volando errars,/siempre sin luz,/junto a los muerto t. Estos versos
parecen expresar mejor el sentimiento de desdn, mejorando la traduccin en cuanto a la expresin
potica; pero tambin elimina los elementos religioso-culturales como ya dice la propia edicin: no
tienes acceso a las rocas de Pieria.
Lo que s est ms claro en ellos, es el elemento del recuerdo como algo muy importante, ya presente
en la obra de Ana Iriarte, De amazonas a ciudadanas, que est interrelacionada con el concepto de kleos,
y a su vez, y muy importante por la nueva espiritualidad religiosa-musical, que el canto y la poesa es un
elemento de recuerdo (ya desde la epopeya, como algo colectivo, pero ahora individualizado), rasgo
heredado hasta nuestros das. Otro poema que hable de ese intento de recuerdo y con ello colocar en el
altar de la eternidad, idealizada en muchos casos, es ste: Pero pienso que alguno an me recordar,
del Fr. 147 P de la edicin ya utilizada tantas veces.
99
dem.
100
dem.

slo un zumbido,
me destila un fro sudor y entera
un temblor me apresa, y cual la paja
amarilla estoy y mi muerte siento
poco alejada.
Pero habr que sufrirlo, incluso101
G. Devereux ha mostrado este poema como un tpico de sentimiento de ansia o
ansiedad. Es verdad, afirma, que las manifestaciones de ansiedad pueden acompaar
toda crisis de amor, pero esto no impide que en las fuentes griegas, habitualmente, sean
las crisis de amor homosexual (y no heterosexual) las que provocan ataques de ansia.
Consideracin exacta es, en efecto, por una simple razn: para los griegos el verdadero
amor, la pasin, lo que produce angustia, era el amor homosexual. Pero Devereux no lo
piensa as. Lo que hara ansiosas las manifestaciones de amor homosexual sera la
percepcin de la anormalidad del propio sentimiento. Cosa sta, por otra parte, que no
estara de hecho en contraste con la hiptesis de que Safo fuese tambin una maestra y
la cabeza de un culto, siendo bastante frecuente, por el contrario, el caso de mujeres
que, justamente por ser homosexuales, tienden a dedicarse a profesiones que las ponen
en estrecho contacto con muchachas, cuya parcial segregacin y considerable
inmadurez psico-sexual y por ello incompleta diferenciacin las convierte en
partcipes voluntarias de experiencias lsbicas.102
En algunos casos, de manera violenta:
Ms desdeosa que t, Irana, no s de ninguna103.
Al contrario de lo que opina, por ejemplo, Ana Iriarte, opino como Cantarella, que las
relaciones homosexuales eran verdaderamente reales aunque tuvieran el matiz de lo
potico:
Me he enamorado de ti hace, Atis, ya tiempo;
me pareciste una nia bajita y sin gracia104
Pero como hemos cuestionado el trmino actual homosexual para explicar la realidad,
al menos en su tiempo, no en el nuestro, pongamos a cuestionar si Safo de verdad no
mantena tambin relaciones heterosexuales o heteronormativas (como hoy se
utilizan). Para los griegos, lo natural, hemos visto, era primero la reproduccin: en
este caso, Safo tuvo una hija. Por lo que, ya, por pura biologa elemental podemos
afirmar que estuvo o casada o mantuvo relaciones heterosexuales: en esa poca, no
quiero ser irnico, no exista la reproduccin asistida Y como hemos visto, esto era
101

Fr. 31 P: Safo, 1993: Poesas y fragmentos. Poesa Hiperin. Humanes (Madrid, Espaa).
Cantarella, E., 1996: La calamidad ambigua. Condicin e imagen de la mujer en la antigedad griega
y romana. Ediciones clsicas. Madrid.
103
Fr. 91 P: dem.
104
Fr. 50 P: dem.
102

importantsimo para mantener el oikos, y por tanto, la familia: era una aristcrata, o al
menos, una mujer de cierto lugar en la poblacin lesbia.
Pero tampoco significa que Safo no sintiera amor por su marido, como hemos
concebido para los griegos en su momento (conceptualmente) o, incluso, como estos
sentimientos los podemos sentir hoy en da (de facto, squicamente), de las distintas
formas que, adems, podemos construir105; todas las formas que pudiramos construir
de los sentimientos amorosos, son, eso, construcciones, y su equivalencia con unas u
otras formas de amor que concibamos dependen mucho de cmo las estudiramos o
cmo las analizramos individual o colectivamente, cultural o biolgicamente,
sicolgica o sociolgica o antropolgicamente. Sobre esto, creo, es ya metafsica
histrica, y aun valiosa, no me interesa porque me sobrepasa; pero, de todas formas, es
interesante, pues nos mete, por no decir en un jardn de forma jocosa, en un mar de
dudas (dicho poticamente, haciendo honor a la poetisa). Por otro lado, quizs, debiera
ser poco importante; habra que preguntarse qu es importante: si conocer a esta mujer
en su tiempo (si es que es tan importante, hasta saber con quin se acostaba, o como se
dira popularmente meterse en su cama) o verla con ojos actuales (como tambin han
hecho movimientos desde el feminismo o el lesbianismo con bastante y mucho
idealismo, aunque quizs sea imposible o quizs sea tambin necesario, fuera de la
Historia al menos como disciplina106).
Ahora, creerse la leyenda de su amor por el marino ya es difcil de creer: est bien para
comentarlo como una ancdota curiosa, un elemento que tambin puede ser interesante
para la Historia pues qu es o no?, cosa difcil a veces, pero es un claro
elemento, junto a otros, que hacen a Safo un ser legendario, mitificado, quizs en parte
deshumanizado y por otro lado simplemente idealizado Lo que podemos tambin es
dudar si de verdad hubo o existi un amor entre Alceo:
(a) Quisiera decir algo, mas el pudor me impide.
(b) Si tuvieras deseos de bondad y belleza
y no fuera algo malo lo que tu lengua agita,
no tendras pudor entre los ojos107,
105

Creo que para ello, antes, he utilizado el concepto de arquitecturas del deseo de J. A. Marina, de su
obra: J. A. Marina, 2009: Las Arquitecturas del Deseo. Una Investigacin sobre los Placeres del Espritu.
Anagrama. Barcelona.
106
Lo que no quiero decir es que por eso, los historiadores debamos rebajar, en nuestro campo, nuestra
objetividad, concepto tambin problemtico que significara semnticamente con objeto de y al
que tampoco quiero idolatrar como los empirista o neoempiristas (de lo cualitativo y cuantitativo). Pero el
terreno de lo subjetivo, tanto en la Historia como fuera de ella, es necesario simple y llanamente porque
somos una disciplina de humanidades, es decir, de reflexin.
107
Este elemento, el de los ojos, otro elemento heredado quizs en Occidente, es interesante: los ojos
como trasmisores de los sentimientos y como poseedores de la capacidad de ver, ms all de su
funcin, realidades que no son slo de la perspectiva puramente visual; mas en ellos se centra la
perspectiva u ontologa (como mtodo para saber cmo extraer conocimiento) o la epistemologa (como
disciplina que puede descifrar el ser de las cosas y el conocimiento por ende) que realizan los griegos del
mundo. En este caso, los ojos son tambin los que nublan al poeta (supuestamente a Alceo) y tienen el
pudor. Adems, aqu el pudor es visto como algo sucio, que no est limpio.

y hablaras de ello limpiamente.108


El poema, si es cierto, podra ser algn tipo de escenificacin, conocedores del
ambiente teatral y de escenificacin en grupo de recitales y de reuniones privadas
lsbicas? El problema, si lo hacemos con estos versos, es que podramos extender dudas
a todos o gran parte de los poemas: hasta qu punto la ficcin potica es tal?
Otro poema que plantea dudas es ste, de una Safo ya anciana (por lo que podemos ver):
Sigue siendo mi amigo
pero busca una esposa ms fresca,
que vivir no podra contigo
siendo yo la ms vieja.109
Lo primero es preguntarse: es Alceo?, ese marinero? Lo que est claro es el
desencanto que trasciende en el poema es enorme: ella es una mujer anciana, aunque
hay otra posibilidad, que ella sea de edad mayor, madura, y que, sea porque ya no puede
reproducirse (el amor en el sentido reproductivo, no homosexual), o sea una diferencia
de edad considerable (la ms vieja de los dos). Realmente pudo no amar a esos
hombres?, pudo no amar a esas mujeres? Acaso, como Iriarte, queremos
deshumanizar todos estos sentimientos, ms ficcionados o no, eliminarlos? Creo que
su visin sobre una Safo dominante, aunque acertada en parte, no es del todo acertada
en su totalidad.
Otro poema a dos voces creo que ilustra el desencanto:
(a) Te olvidaste ya de m
(b) ... o es que ms que a m tal vez
amas a alguna persona?110
Pero quizs el mejor ejemplo del desencanto y a la vez del amor, que se entregara a lo
que los griegos llamaron como destino o nosotros realidad (debido al pensamiento
ilustrado y racionalista):

de verdad que morir yo quiero


pues aquella llorando se fue de m.
y al marchar me deca: Ay, Safo,
qu terrible dolor el nuestro
que sin yo desearlo me voy de ti.
108

Fr. 137 P: Safo, 1993: Poesas y fragmentos. Poesa Hiperin. Humanes (Madrid, Espaa). Segn la
obra, Aristteles dice que es un dilogo romntico entre Alceo (a) y Safo, lo que abalara la teora del
romance de ambos.
109
Fr. 121 P: dem.
110
Fr. 129 P: dem.

Pero yo contestaba entonces:


No me olvides y vete alegre,
Sabes bien el amor que por sent,111

111

Fr. 94 P: Safo, 1993: Poemas y fragmentos. Poesa Hiperin. Humanes (Madrid, Espaa).

IV- El Legado.
El gran problema de Safo es sin duda que no poseemos todas las obras con las que los
clsicos, como Catulo, disfrutaban y admiraban. Como deca en mi introduccin, desde
muy pronto cobr ms valor el ideal de trascendencia potica, que la desnaturalizaba
como ser humano, como mujer, como ser que padece, que tiene una vertiente poltica,
incluso sexual; y quienes la vieron, siglos despus, instaurado el cristianismo, la veran
con simple condena o con el intento de, an ms, no querer ver sus romances con
mujeres. Sobre todo sera el romanticismo el que tomara ms el papel de valorarla,
aunque con los problemas derivados de los prejuicios homfobos de la poca. Todo
culpa de las quemas cristianas y medievales que se hicieron de las obras de Safo, como
la del Papa Gregorio VII en 1073112, lo que ha supuesto la prdida del bagaje que, de
manera anecdtica o en forma de migajas de pan, los clsicos nos informan en sus
obras.
El primero de sus admiradores fue Alceo, el que se presupone que es su amante. Ya
hemos hablado de l. Ya como filsofos griegos, nos encontramos a Platn (a pesar de
su crtica a la poesa) hablando de la subida a la categora de musa a Safo, o a
Aristteles como que era el paradigma de la amistad entre las mujeres, lo cual es
sorprendente por obviar las relaciones homosexuales (para nosotros, pues para ellos
quizs no fueran tan extraas, o se hizo un velo consciente) como por su misoginia
Mientras, en Roma, nos aparece en los casos de Catulo u Ovidio, ya en claro carcter
legendario, con la conocida leyenda de Fan y Safo de Ovidio; aunque es sobre todo, el
caso del primero, de Catulo, el que ms habra que destacar. Catulo llega a poner el
sobrenombre de Lesbia a su amante, lo cual es muy curioso: parece que, al contrario de
la apreciacin actual, para Catulo una lesbia era una mujer de gran cultura,
refinamiento, espiritualidad, etc. Y uno de sus poemas ser el que ms marque su
influencia:
Que es igual a un dios me parece aquel
(y que supera a los dioses, si es lcito)
que sentado frente a ti, sin cesar,
observa y escucha cmo
res con dulzor, lo que me arrebata
los sentidos, msero: Lesbia,
en cuanto te veo, ya no me queda
ni un hilo de voz,
la lengua se torna torpe, y a manar
comienza una llama bajo mis miembros;
me zumban los odos y una noche
doble cubre mis ojos.
112

Dato extrado de :
http://www.nuevatribuna.es/articulo/cultura---ocio/safo-de-lesbos-lacensurada/20120105175929068692.html.

El ocio, Catulo, te es muy molesto;


en el ocio te exaltas e impacientas.
El ocio ya perdi antes muchos reyes
y ciudades felices.113
A la llegada del cristianismo, lleg la condena por causa de sus relaciones
contranatura, o vista como una puta, o un alma indefensa que peca por mandato de
alguna diablica divinidad114. Nada de eso impidi que en el Humanismo y el
Renacimiento fuera de nuevo recuperada por los poetas e intelectuales, como Petrarca,
Ronsard, o por una mujer destacada, Cristiana de Pizn, que escriba a principios del s.
XV, de una manera que luego se repetira en todo el romanticismo:
Nacida en la ciudad de Mitilene, Safo no fue menos saba que proba. Era
muy hermosa de cuerpo y cara y todo en sus maneras, en su porte, en el tono
de su voz y forma de hablar era dulce y placentero, pero el encanto que
ofreca su viva inteligencia era el mayor de todos sus dones, porque era
entendida en varias artes y ciencias. Su cultura no slo abarcaba obras
ajenas sino que descubri formas de escribir y compuso varios libros de
poesa.115
Esta imagen quizs se relacione con la idealizacin potica y posterior que he ido
repitiendo constantemente que ya retratos romanos como el que el expuesto en la
portada de este trabajo nos muestran. En cambio, el mosaico de Safo de Esparta (del s.
III) podamos considerarlo menos ideal116.
En el romanticismo renaci con fuerza, relacionado con el tema claramente romntico
del tpico de los amores imposibles o el morbo provocado de stos. A partir de entonces
la creacin de retratos pictricos o representaciones es enorme: desde los cuadros
delicados de los prerrafaelitas en que se muestra su amor con las mujeres, a la
representacin con Fan, la Safo maestra; la Safo que se ve reflexiva y paseando De
esos tiempos encontraramos a los alemanes Hlderlin o Rilke, al italiano Leopardi, o
Byron. La lrica, como gnero importantsimo del romanticismo, haca que la influencia
sfica estuviera tan candente, y lo vemos desde Bcquer o ya en la Generacin del 98
con Unamuno, que usaron las estrofas sficas.
Hoy da, Safo est siendo reivindicada desde las posturas feministas y, sobre todo,
lsbicas. Ciertamente, Safo sera de las primeras en mostrar lo que llamaramos
tendencias homosexuales con ese aire un tanto fro o lesbiana con pasin por quien
la han convertido en smbolo o incluso dolo de la homosexualidad femenina; pero, hoy
al menos, podemos pensar que realmente Safo era bisexual, en nuestros conceptos; lo
que, simplemente es, sentir amor o deseo por otro ser humano bajo qu conceptos,
ideas, pasiones, en cada sexo como persona (puesto que no slo es existe en los
113

Carmen LI, de: http://www.liceus.com/cgi-bin/ac/pu/catulo.asp.


Safo, 1993: Poemas y fragmentos. Poesa Hiperin. Humanes (Madrid, Espaa).
115
Iriarte, A., 1997: Safo.( Siglos VII/VI a.C.) Ediciones de Oro. Madrid.
116
En la obra de Safo, 1993: Poemas y fragmentos, est esta ilustracin.
114

hombres diferencias sexuales), es cosa ya ms misteriosa, y quizs menos interesante


para nuestras miradas ideales. Lo ms destacado para muchos es que lesbiana fue
originada de su figura y de su lugar de origen
Pero, despus de todo, lo que debera, ya no desde el punto de vista de un historiador,
importar es su poesa, disfrutarla y, s, al menos saber algo de quien hay detrs de las
lneas escritas; pues, fuera quin fuera quien se esconde bajo la mscara de unas lneas,
del nombre de Safo, quizs nadie lo sepa, lo importante es su obra potica. El mejor
legado de todos es su poesa, y personalmente espero que sigamos obteniendo extractos
de sus poemas, como se han ido recuperando, para poder leerla, si no es en su totalidad,
casi utpico, al menos en gran parte

V- Bibliografa

Sobre Grecia:
- Chamux, F, 1967: La civilizacin griega en las pocas arcaica y clsica.
Editorial Juventud. Barcelona. Pp. 23-99.
- Plcido Surez, D., 1993: Las claves del Mundo Griego. 2700-323 a.C. Planeta.
Barcelona.
Sobre H de las Mujeres en Grecia:
- Cantarella, E., 1996: La calamidad ambigua. Condicin e imagen de la mujer
en la antigedad griega y romana. Ediciones clsicas. Madrid.
- Calero Secall, I. et Alfaro Bech, V. (coor.), 2005: Las hijas de Pandora:
Historia, Tradicin y Simbologa. Atenea: Universidad de Mlaga.
- Moss, Claude, 1990: La mujer en la Grecia Clsica. Nerea. Madrid.
- Pedregal Rodrguez, A. et Gonzlez Gonzlez, M. (coor.), 2005: Venus sin
espejo. Imgenes de mujeres en la Antigedad clsica y el cristianismo
primitivo. Ediciones KRK. Oviedo.
- Iriarte, A., 2002: De amazonas a ciudadanos. Pretexto ginecocrtico y
patriarcado en la Grecia Antigua. Akal. Mstoles (Madrid).
Sobre Safo:
- Iriarte, A., 1997: Safo. (Siglos VII/VI a.C.) Ediciones de Oro. Madrid.
- Safo, 1993: Poemas y fragmentos. Poesa Hiperin. Humanes (Madrid,
Espaa).
Sobre poesa y la lrica:
- Frnkel, H., 1993: Poesa y Filosofa de la Grecia Arcaica. Una historia de la
pica, la lrica y la prosa griegas hasta la mitad del siglo quinto. Visor.
Fuenlabrada (Madrid).

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