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i
respect ivamente, nos ha sido de mucha utilidad la de U.
Galli, Platone. JI simposio, Tu tfn, 1935.
De las t raducciones espaolas del Banquete, la mejor
con mucha di fere ncia es la de lo Gil. Platn. El Banquete.
Fedon, Fedro, Guadarra ma. Madrid, 1969, reimpresa aho-
ra en Plafn. El Banquete. Feaon, Planeta, Barcelona, 1982.
con una nueva y excelente introduccin. Otras versiones
espa olas dignas de mencin son las de J . D. Garca Bac-
ca, Obras completas de Platn. Banquete. In, U.N.A.M.,
Mxico. 1944, y la de M. Sacristn, Plafn. El Banquete.
Barcelona. 1982. De las trad ucciones a otros idiomas he-
mos manejado las alemanas de Fr. Schleiermacher, Pla-
Ion. Siimrfiche Werke. vol. 2, Rowoblt . Hamburgo, 1957,
y la de O. Apclt-A. Capelle citada en la n. 41; las france-
sas de L. Robn, Piaron. Le Banquet, Les Belles Lertres,
J976
1
, y la de F. Chambry , PIaron. Le Banquet,
Phdre, Gamer-Flammaron, Pars, 1964; y la inglesa de
W. Hami lton, Plato. The Symposium. Penguin Books, lon-
dr es, reimpr. 1976.
BIBLlOG RAFiA
Los trabajos ms importa ntes en relacin con el Ban-
quete los cit amos en nuestras notas a pie de pgina . Para
el resto de la bibliogra ffa puede acud irse a la obra de W.
K. C. Gut hrie citada en la n. 15, pgs. 562-581, as como
a la recop ilacin de L. Brisson, Plato n 1958-1975.), en
la revista Lustrum 20 (1977), 5-304, Y al libro el e R. D.
Mckir ahan, Plato and Sacrates. A Comprehensive Biblia-
grap hy, N. Yor k-Lond res, 1978.
M. MARTNEZ HERNNDEZ
BANQUETE
APOtaDORO, AMIGO
ApOLODORO. - Me parece que sobre lo que preguntis 172s
estoy preparado. Pues precisamente anteayer suba a la ciu-
dad desde mi casa de FaJero 1 cuando uno de mis con oci-
dos, divisndome por detrs, me llam desde lejos y, bro-
meando 1 a la \'ez que me llamaba, dijo:
- Eh! , t , falerense, Apolodoro, esprame.
Yo me detuve y le espere. Entonces l me dijo:
-Apolodoro, j ustamente hace poco te andaba buscan-
do, porque quiero informar me con detalle de la reunin
ma ntenida por Agat n , Scrates, Alcibiadcs y los ot ros que
entonces estuvieron presentes en el banquete, y o r cules b
fueron sus discursos sobre el amor. De hecho, otro que
lo.. haba odo de Fnix 3, el hijo de Filipo, me los cont
1 El ms ant iguo de los tres puert os de Atenas, a unos 4 Km. de
la d uda d. en la costa oriental del Pireo; era a hI. vez uno de los 170
demos del tica. de donde era oriundo Apolodoro, el narrador del dilogo.
Z La broma e-st en la manera en que es interpelado Apclod oro, con
empleo de la frm ula oficial, usada en cer...mentas y tribunales de justi-
cia, a base del nombr e de persona en nominat ivo y <le la mencin de
su demo.
1 Personaje desconocido . que muy bien pudiera ser un nombre ficti-
cio. H. THIiSLEfF, The lute rrelation and Dat e of the of Plato
/
186 DILOGOS BANQUETE 187
y afirm que tambi n t los conocas, pero, en realidad,
no supo decirme nada con claridad. As, pues , cuntame-
los t , ya que eres el ms idneo para informar de los
discursos de tu amigo . Pero - cont inu- ant es dime, es-
t uviste t mismo en esa reunin o no?
y yo le respond:
-Evidentemente parece que tu info rmador no te ha
contado nada con claridad, si piensas que esa reuni n por
e la que preguntas ha tenido lugar tan recient emente como
para que tambin yo haya podido estar presente.
- As, en efecto , lo pens yo -c-dijo.
- Pero cmo - le dije- pudiste pensar eso, Glaucn 4?
No sabes que, desde hace muchos aos , Agatn no ha
estado aqu 5, en la ciudad, y que an no han transcurrido
tr es aos desde que estoy con Scrates y me pro pongo ca
da da saber lo que dice o hace? Antes daba vueltas de un
173" sitio a otr o al azar y, pese a creer que haca algo impor-
t ante, era ms desgraciado que cualqui er otro, no menos
que t ahora, que piensas que es necesario hacer t odo rne-
nos filosofar.
and Xenophon, BICS 25 (1978), 168, ap unta la idea de que su padre
FiJipo tenga algo que ver con el Filipo que aparece en el Banquete de
Jenofonte.
4 No se sabe , ciertamen te, quin puede ser este personaje. Algunos
piensa n que se trat a del hermano de Platn que encontramos en la Rep-
blica, pero la ignorancia e ingenuidad que demuestra hace pensar, ms
bien, que se trate, simplemente, de un homnimo del hermano de Platn.
El despiste cronol gico en que incurre nos indica que es un croni sta poco
serio que no se fija en los verdaderos propsitos e intenciones de Scra-
tes. Otro Glaucn, padre de Carmde s, aparece mencionado en 222b.
5 Por Aarsr s....NEs, Ran. 83 ss. sabemos que Agatn se haba ausen-
tado de Atena s y habfa marchado a la corte de Arquclao, rey de Macedo-
nia, hacia el 405 a . C.
-No te burles - dijo- y dime cundo tuvo lugar la
reunin sa.
- Cuando ramos t odava nios - le dije yo- y Aga-
tn triunf con su prime ra tragedi a, al da siguiente de
cuando l y los coreu tas celebraron el sacrificio por su vic-
toria.
- Entonces - dijo-, hace mucho tiempo, segn pare-
ce. Pero, quin te la cont? Acaso, Scra tes en persona? b
- No, [por Zeus! -c-dije yo- , sino el mismo que se
la cont a Fnix. Fue un tal Aristodemo, natural de Cida-
6, un hombre bajito , que estuvo
present e en la reunin y era uno de los mayor es admirado-
res de Scrates de aquell a poca. segn me par ece. Sin em-
bargo , despus he pregunt ado tambin a Scrates algunas
de las cosas que le o a Ari stodemo y estaba de acuerdo
conmigo en que fueron tal como ste me las cont.
- Por qu, entonces -c-dijo Gla ucn- no me las cuen-
tas t? Adems, el camino que conduc e a la ciudad es muy
aprop iado para hablar y escuchar mientras andamos.
As, mientras bamos caminando hablbamos sobre ello,
de suerte que, como dije al principio, no me encuentro
sin preparacin. Si es menester, pues , que os 10 cuente e
tambin a vosot ros , tendr que hacerlo. Por -10 dems, cuan-
do hago yo mismo discursos filosficos o cua ndo se los
oigo a ot ros, aparte de creer que saco provecho, tambin
yo disfruto enormemente. Pero cuando oigo otros , espe-
cialmente los vuestros, los de los ricos y hombres de nego-
cios , personalmente me aburro y siento compasin por vo-
souos, mis amigos, porque creis hacer algo importante
cuand o en realidad no estis haciendo nada. Posiblemente d
vosotros, por el contrario, pensis que soy un desgraciado,
6 Otro de los dt'l110 S de Atenas del que era oriundo tambin Aristfaoes.
188 DILOGOS BANQUETE 189
y creo que tenis razn; pero yo no es que lo crea de voso-
tros, sino que s muy bien que lo sois.
AMiGO. - Siempre eres el mismo, Apolodoro, pues
siemp re hablas mal de ti y de los dems, y me parece que,
excepto a Scrates, cons ideras unos desgraciados abso luta-
mente a todos. empezando por ti mismo. De dnde reci-
biste el sobrenombre de blando 7, yo no lo s, pues en
tus palabras siempre eres as y te irrita s cont igo mismo
y con los dems, salvo con Scra tes .
e ApOL. - Queridisimo amigo, realment e est claro que,
al pensar as sobre m mismo y sobre vosotros , resulto un
loco y deliro .
AM. .,...- No vale la pena, Apolodoro, discut ir ahora so-
bre esto. Pero lo que te hemos pedido, no lo hagas de
ot ra manera y cuntanos cules fueron los discursos.
Aecr. . - Pues bien, fueron ms o menos los siguien-
tes. .. Pero, mejor, intent ar controslos desde el principio,
174a como Aristodemo los cont.
Me dij o, en efecto, Aristodemo que se haba tropezado
con Scrates, lavad o y con las sandalias puestas, lo cual
1 Seguimos la lectur a de las ediciones de Burnet y Robin y la interpre-
tacin de la edicin de Dover, ya que malaks (blando, tierno, impresio-
nable) va muy bien con el carcter de Apolodoro, quien, en la muerte
de Sc rates, sorprende a todos con un desesperado llanto (ef. Fedn l 17d).
No no, parece que haya razones convincentes para aceptar la otra va ran -
te, manacos (loco, mani tico), que pudo haberse int roducido en algunos
MSS. por influencia del ver bo matnomai de cuatro lneas ms abajo .
De todas maneras, edito res, traductores e intrpretes de este pasaje se
muestr an divididos entre una u otra vari ante. Sobre la cuestin, v ansc,
ent re otros, los siguientes trabaj os: H . NEUMANN, On the madness of
Plato 's Ap oodorus, TAPhA 96 (1965) , 283-89: G. J . DE VIlIES, A
note on Plato Symp. 173d, Mn . 19 (1966),147, Y The phfosophasrcr's
Softness, ioia. , 22 (1969), 230-32; J . D. MORE, The philosopher's
frenzy, Mn. 22 (1969), 225230; J. H. S" EMP, The philosopher's frenzy,
tbtd., 23 (1970), 302-4.
ste hac a pocas veces, y que al pr eguntarle adnde iba
tan elegante le respondi:
- A la comi da en cas a de Agat n. Pues ayer logr es-
quivarlo en la celebracin de su victoria, hor rorizado por
la aglomeracin. Pero convine en que hoy hara acto de
presencia y sa es la razn por la que me he arreglado
as, par a ir elegante j unto a un ho mbre elegan te. Pero t,
dijo, querras ir al banquete sin ser invitado? b
y yo, dijo Aristodemo, le contest:
- Como t ordenes.
- Entonces sfgueme, dijo Scrates, para aniquilar el pro-
verbio cambindolo en el sent ido de que, despus de todo,
tambin <dos buenos van espont nea mente a las comidas
de los bueno s 8. Homero, ciertament e, par ece no slo ha-
ber aniquilado este proverbio, sino tambin haberse burla-
do de l, ya que al hacer a Agame nn un hombre ext ra or-
dinariamente valiente en los asuntos de la guerr a y a
Menelao un blando guerrero 9, cuando Agamenn es- e
taba celebrando un sacrificio y ofreciendo un banquete ,
hizo venir a Mene1ao al festn sin ser invitado, l que era
peor, al ban quete del mejor.
Al o r esto, me dijo Aristodemo que respondi:
- Pues t al vez yo, que soy un mediocre, corr er el ries-
go tambin , no como t dices, Scrates, sino como dice
Homero, de ir sin ser invit ado a la comida de un hombre
La forma ori ginari a de este proverbio ha sido muy discutida . Pa ra
los detalles de sus diversas transformaciones, vase el comentario de est e
pasaje en la edicin de Dover y el trabaj o de A. AI.LEN, Ptato's prover -
bial perversin , Hermes 102 (1974), 506-7.
9 No es, precisament e, HOMBRO el que califica as a Menelao, sino
Apolo, quien, en JI. XVII 587-8, intenta hacer volver a Hctor al comba-
te. Los griegos, cuando citaban, raras veces especificaban el contexto exacto
en ei que se decan tales o cuales palabras.
190 DI LOGOS BANQUETE 191
sabio. Mira, pues, si me llevas, qu vas a decir en tu de-
fensa, puesto que yo, ten por cierto . no voy a reconocer
d haber ido sin invitacin . sino invitado por ti.
-c-e.luntos los dos -dijo- marchando por el camino 10
delibera remos lo que vamos a decir. Vayamos, pues.
Tal fue. ms o menos -cont Aristodemo-, el dilo-
go que sostuvieron cuando se pusieron en marcha. Ent on-
ces Scrates. concentrando de alguna manera el pensamiento
en s mismo 11. se qued rezagado durante el camino y
como aqul le esperara. le mand seguir adelante. Cuando
estuvo en la casa de Aga r n, se encontr la puert a abierta
y dijo que all le sucedi algo gracioso 12. Del interior de
10 cr. HOJ.u,J; o. U. X 224. Platn altera aqu el texto homrico que
se cila tambi n en Prot. 348d cor rectamente .
" Primera mencin del esta do de rC'COgimiemo usual mente praclica-
do por Scrates, pa rod iado por ARlSrt AlIiU en LAs Nubes 634, que en
este dilogo tiene panicular importancia (cr.. tambin, 175a, b, 22Oc-d;
Fed. 84c, 95c, etc.). Frerne a testimonios sin duda exager ados qu e ha blan
de :uasis soc rticos de di as enteros, la meditacin extatica de Scrat es
cuando se dirigia a la casa de: Agatn suele considerarse hist rica . J .
N. F!NDLAY . PIulO. The Writl en and Unwritlen Doctri nes, Londr es, 1974,
pgina 145, cree que, en e<,ta meduacin, Scrates se concentr ar a en
la idc:a de la Ikllez.a en s de la que luego iba a hab lar . De: ah que
autores co mo N . 1. BoUSSOULAS, ...Dmon Socrauque et ros crateur
dans le Panque! de Plat n.. , lIelJeniro 25 (1972), 56-77, esp. pg. 58,
vean en este inciden te la clave de toda la co nstrucci n metafsica del
dilogo... Para una informacin genera l sobre este tipo de meditacin
socrtica. vase A. J. I' ESfUGtERli, Contemptet on el ve contempat ve
selan Ptomn, Pars, 1936, reimp. 1967, p gs. 69 y sigs. , y J . L!IOIlOERIE,
Le dialogue ptoton cien de /0 metunt, Pa ns, 1978, pgs . 175-178. Sob re
la int erpretacin de este fen meno socrtico entendido err neament e co-
mo cat alepsia, sonambulismo, etc.. cf. A. TOVAIl., Vida de S crat es, Ma-
drid, 1%6, pgs. 107-8.
La graci a est en que Aristodcmo, que no babia sido invitado',
se3 e_s.olo. _.en la puerta sin Sc; i les, ,el invitad o .
la easa sali a su encuentro de inmediato uno de los cscla-
vos que lo l lev a donde estaban recli nados los dems, sor-
prendindol es cuando estaban ya a punto de comer, Y ape-
nas lo vio Agatn, le dijo:
- Aristodemo, llegas a tiempo para comer con noso-
tros, Pero si has venido po r alguna otra razn , djalo para
otro momento, pues tambin ayer te anduve buscando pa -
ra invitar te y no me fue posible vert e. Pero, cmo no
nos traes a Scrates?
y yo -dijo Aristodemo- me vuelvo y veo que Scra-
tes no me sigue por ninguna parte . Entonces le dije qu e
yo rea lmente haba venido con Scrates, invitado por el
a comer all.
- Pues haces bien, dijo Agatn . Pero, dnde est Se-
crat es?
- Hasta hace un momento vena detrs de m y tam-
bin yo me pregunto dnde puede est ar . t?So
-Esclavo, orden Agatn, busca y tr ae aqu a Scra-
tes. Y t , Aristodemo, dijo, reclinate j unt o a Erix maco Il,
y cuando"el t esclavo le estaba lavand o - continu
Aristodemo- para qu e se acomodara, lleg otro esclavo
anunciando :
- El Scrates que decs se ha alejado y se ha quedado
plantado en el port al de los vecinos. Aunque le estoy Ha-
mando, no quiere entrar.
- Es un poco ext rao lo que dices, dijo Agat n. L1-
malo y no lo dejes escapar.
I J Los invitados a un banquete griego eran acomodados en una espe-
cie o ktinai , generalmente bipersonales. Sob re la discutida colo-
caci n de Aristodemo al lado de Eriximaco y su posterior desa paricin
de la serie de oradores, vase F. M ART N FERREIl.O, El puesto de Ari stc -
demo ent re los comensales y su desaparici n de la serie de oradores en
el Banquete de Plat n, CFe 5 (1973), 193-206.
192 D1LOUOS BANQUETE 193
b Entonces intervino Aristcdemo - segn cont-e, di-
ciendo:
-Oc ni nguna manera. Dejadle qu ieto, pues esto es una
de sus cos tumbres. A veces se aparta y se queda plantado
dondequ iera que se encuentre. Vendr enseguida, supon-
go. No le molestis y dej adle tra nquilo.
- Pues as debe hacerse, si te parece - me dijo Arista-
demo que respondi Agat n - . Pero a nosotros, a los
dems, servidnos la comida, esclavos. Poned libr ement e so-
bre la mesa lo que quer is. puesto que nadie os estar vigi-
lando, lo cual ja ms hasta hoy he hecho. As, pues, imagi-
nad ahora que yo y los dems , aqu present es, hemos sido
invitados a comer po r vosot ros y tratadnos con cuidado
e a fi n de que podamos elogiaras l .
Despus de esto -dijo Aristodemo- , se pusieron a co-
mer , pero Scrates no ent raba. Agat n orden en repet-
das ocasiones ir a buscarlo. pero Ari stodcmo no lo consen-
ta. Finalmente. lleg Scrates sin que. en contr a de su
cost umbre, hubiera tra nscurri do mucho tiempo, sino, ms
o menos, cuando estaba n en mitad de la comida. Ent onces
Agat n , que estaba reclinado solo en el ltimo ext remo,
me cont Aristodemo, dijo:
. - Aqu, Scrates, chate j unto a m , para que tambin
I
yo en con tact o cont igo goce de esa sabia idea que se te
d present en el pen al. Pues es evidente que la encontrast e
Este comportamiento inusual de Agaln con sus esclavos se ha in-
terpr etado co mo un gesto de $1.1 humani da d en un d a tan sealado para
l co mo la celebracin de su victoria teat ral. Segn lloVER (en su edicin
del di logo, pg. g4), Agat n COl! esta acti t ud hace simultneament e t res
cosas: picar el amor propio de sus esclavos; jactarse de que stos son
tan hbil es que no necesitan supervisin, y explotar el heeho tpico de
que sea lo que sea lo que se ordene, siempre se obtiene lo qu e hay en
la coci na y sirven lo! esclavos.
.
y la tienes. ya que, de ot ro modo. no te hubi eras retirado
ant es.
Scrates se sent y dijo:
-Estar a bien, Agat n, que la sabidura fue ra una co- (
sa de tal naturaleza que, al ponernos en contact o unos con
otros , fluyera de lo ms lleno a lo ms vaco de nosot ros,
como fluye el agua en las copas, a travs de un hi lo de
lana, de la ms llena a la ms vaca 15. Pues si la sabidu ra
se comporta tambin as, valoro muy alto el estar reclina -
do j unt o a ti , porque pienso que me llenara de tu mucha
y hermosa sa bidura. la ma , seguramente. es mediocre,
o incluso ilusoria como un sueo. mientras que la tuya
es brillante y capaz de mucho creci miento, dado que desde
tu juventud ha resplandec ido con tanto fulgor y se ha puesto
de manifiesto anteayer en presencia de ms de treinta mil
griegos como testigos 16.
-Eres un exagerado, Scr ates, contest Agatn. Mas
este litigio sobre la sabidura lo resolveremos t y yo un
poco ms tarde, y Dioniso 17 ser nuestro juez. Ahora, en
cambio, presta atencin primero a la comida.
IS De acuerdo con la aplicacin de la ley de capilaridad se puede ha-
cer pasar el agua de un vaso lleno a otr o vaco a tra vs de un hilo de
lana, cuyos extremos unen ambos vasos; el experi mento slo funciona
si el vaso lleno est a un nivel ms alto que el vacro. la idea de q ue
la comunicacin intelectua l pcdrfa etec ruarse po r contacto fsico era una \
encontramos tambin en el ditllogo I
pseuduplat nico Teeges BOdoe, y de la que hay huellas en el resto de
la literatura griega, espec ialmente en Homero , Esquilo y Euripides. Cf'.,
sobre el tema, D. TAJl. kANr , The touch of Socrares, CQ 8 ( 1958), 95-8.
1& Cifra evidentemente exagerada, pues 30.000 es el nu mero tradicio-
nal de ciudadanos atenienses a principios del s. IV a. C. , y en el teat ro
de Dioniso caban, aproximadamente, unos 18.000 espectadores . La cifra
de 30.000 era casi una expresin proverbial.
" Han llamado la atencin las abundantes referencias a Dloniso en
este dilogo, lo que estar a en relacin con el uso deliberado, por parle
- 13
194 DILOGOS BANQUETE 19.5
176<1 A continuacin -sigui contndome Aristodemo- ,
despus que Scrates se hubo reclinado y comieron l y
los dems, hicieron libaciones Y. t ras haber canta do a la
divinidad y haber hecho las otras cosas de cost umbre. se
ded icaron a la bebida 11. Entonces, Pausani as - dijo
Aristodcmo- empez a ha blar en los siguientes trminos:
-c-Bien, seores, de qu manera beberemos con mayor
comodidad? 19. En lo que a m se refiere, os puedo decir
Que me encuen tro francamente muy mal por la bebida de
ayer y necesito un respiro. Y pienso. que del mismo modo
la mayora de vosotros, ya que ayer estuvisteis tambin
presentes . Mirad, pues. de qu manera podramos beber
lo ms cmodo posible.
b -sa es - dijo entonces Ari st fanes-c- una buena idea ,
Pausanias, la de asegurarnos por lodos los medios un cier-
to placer para nuestra bebida, ya que ta mbin yo soy de
los Que ayer estuvieron hecho una sopa .
de Plat n, de materi ales )' t radiciones religiosas en la linea de las refor-
mas en este campo iniciadas por los poet as trgicos. Sobre la cuest in.
ef. J. P . ANTON. .. go me Dionysian re rere nces in the- Platonic dialogues.
el 58 (19621. 49-55. YD. SIOUl. Plaio's as Dionysian Festi-
vah QUCC. N. S. " (1980), 41-S(,.
.. Por varias fuentes antig uas sabe mos que en un banquet e anttgue
despus de la comida se proceda a la limpieza y ret irada de las mesas,
se distri buan coronas a los invitados, se hacian tres libaciones (a Zeus
Olmp ico, a los hroes y a Zeus Sal vador), se ent ona ba un pen o canto
de salu tacin en honor de Apoto y se pasaba a la bebida en comn,
servida por los esclavos.
La s continuas referencias al vino y a la bebida en general, as como
su importancia en este di togc. han sido muy bien anali zadas por G.
K. P W CIlMANN, Supporting Thcmes in the Symposium, en J. P. A NTON"
G. L. KUSTAS (ede.), Essays in Anc ent Grf'<'k Philosophy, Albany . 1971,
pgs. 328344, esp. pg. 331, y D. BABUT, Peintu re et dpassement de
la r aft dans le Ronque! de Plat n, REA 82 (\980), 529, esp. pg . 29,
Al orles - me dij o Aristodemo-, Erixmaco, el hijo
de Ac mcno, intervino diciendo :
- En verdad, decs bien, pero todava necesito or de
uno de vosotros en qu grad o de fortaleza se encuent ra
Agatn para beber.
- En ninguno - respondi ste-c-; tampoco yo me sien-
to fuerte.
-Sera un regalo de Hermes 20 , segn parece, para
nosotr os -continu Eriximaco-, no slo para m y pa ra <'
Aristodemo, sino tambin para Fedro y para stos, el que
vosot ros, los ms fuert es en beber, renunciis ahora, pues,
en verdad, nosot ros siempre somos flojos. Hago, en cam-
bio, una excepcin de Scrates, ya que es capaz de ambas
cosa s Cie'ooo que fedii-" lo mismo cua lquiera de las
dos que hagamos. En consecuencia, dado que me parece
que ninguno de los presentes est resuelto a beber mucho
vino. tal vez yo result ara menos desagradable si os dij era
la verdad sobre qu cosa es el embriagarse. En mi opi nin,
creo, en efect o, que est perfect amente comprobado por
la medicina que la emb riaguez es una cosa nociva para d
los hombres . As que, ni yo mismo quisiera de buen grado
beber demasiado, ni se lo aconsejar a a otro, sobre todo
cuando uno tiene todava resaca del da anterior.
- En realidad - me cont Aristodemo que dijo inte-
rru mpindole Fedro, natural de Mirrinunte- , yo, por mi
parte, te suelo obedecer, especialmente en las cosas que
dices sobre medicina; pero ahora, si deliberan bien, te obe-
decern ta mbin los dems.
10 El hallazgo inespera do de algo bueno se at ribuiu convencionalmen-
te al dios Hcrmes.
En la resistencia de Scra tes al vino y m capacidad para 11 0 em- t
nunc.a insiste tambi n Alcibiades en 214a y 220a. ct., igual -
mente, JENUFONTE, Banqu. 9 , 7 .- - -
196 DIALOGOS BANQUETE 197
\
Al or esto, todos estuvieron de acuerdo en celebrar la
reu.l)in no para emb riagarse, sino simplemente
bebiendo al gusto. de cada uno.
- Pues bien -dijo Erix.imaco-, ya que se ha decidid o
beber la cantidad que cada uno quiera y que nada sea for-
zoso . la siguiente cosa que propongo es dejar ma rchar a
la flaut ista 22 que acaba de entrar, que toque la flauta para
s misma o. si quiere. para las muj eres de ah dentro. y
que nosotros pasemos el tiempo de hoy en mutuos dlscur-
sos. y con qu clase de discursos. es lo que deseo expone-
ros, si queris.
17' '1 Todos afirmaron que queran y le exhortaron a que
.! hiciera su propuesta. Entonces- Eriximacc 'dijo:
- El pri ncipio d-e mi la Melanipa de
Eurlpidcs, pues no es mo el relat o) 23 que vaya decir,
sino de Fedro , aqu present e. Fedro , efect ivamente, me es-
t diciendo una y otra vez con 1mii
g
nacin: No es extra-
o, Erixmaco, que, mientras algunos otros dioses t ienen
himnos y peanes compuestos por los poetas, a Eros, en
cambio, que es un dios tan a nt iguo y tan impor;'i"te, ni
siquiera uno solo de tantos poetas que han existido le haya
b compuesto jams encomio alguno? u. y si quieres, por otro
n La representaci n de esclava s toca ndo la nauta en 1O!i banquet es
u f recuente en los vasos griegos, Est as pintu ras dan a entender lambin
q ue, cuando alguien estaba borracho, estas Ilautlstas actuaban ms como
pareja s sexuales qu e como acompa antes del ca nto (vase, al respect o .
la edi cin de DoVEK. pg . 87). En pror. J47c-d, Scrates afirma que
el alquiler de ruunsras en jos banquet es es propio de gentes ignora ntes
y sin formacin incapaces de sostener una co nversaci n.
u Melanipa , niela del centau ro Quirn , es la herona de dos piezas
perdidas de Eu ripides, La prudente Melanipa } Me/rmipa cauti va. La cita
pr ocede de la pr imera y es el comienzo de un discurso didc tico de la
herona sobr e el origen del mu ndo (cf'. EURlplOEs, fr. 484 N).
, 24 Po dra pens arse que hay aqu una exageraci n en las palabras .de
lado, reparar en los buenos sofistas, escriben en prosa elo-
gios de Heracles y de ot ros, como hace el magn fico Prdi-
co Pero esto, en realidad, no es tan sorprendente, pues
yo mismo me he encontrado ya con cierto libro de un sa-
bio en el Que apareca la sal con un admirable elogio por
su utilidad 26. Y otras cosas parecidas las puedes ver ele.
giadas en abundancia. Que se haya puesto tanto afn en e
semejantes cosas y que ningn hombre se haya at revido
hasta el da de hoy a celebra r dignamente a Eros! Tan
descuidado ha estado t an import ante dios! En \
parece Fedro t iene razn. En consecuencia, }
deseo, por un lado, ofrecerle mi co ntribucin y hacerle un \1
fa vor, y, por ' creo que es opor tuno en esta ocasin
que nosotros, los presentes, honremos a este dios. As!, pues,
si os par ece bien tambin a vosot ros, tendr amos en los
discursos suficiente materia de ocupacin . Pienso, por d
tanto, que cada uno de nosotros debe decir un discurso,
de izquierda a derecha, lo ms hermoso que pueda como
Fedro, ya qu e debian de ser fami liares po r esta poca las odas a Eros
de SFOCLU, Am. 781-801, y de EUK PIDES, Jlip. 625-664. Pero,ninguna
deellas' era. de Eros , en "una tr ata de
la ruina que causa este dios y de los crmenes a que induce, in9!1so "en
e1-ci sode per sOnas justas, y la- otra es una ple:aria en cont ra de su
violencli'tlrlnica (e!. ' A. E. TAYI.OIl.. Pl at o. Thl' Man a"d tus WOft ,
Lond;-es:- 1926. "reimpr . 1960, pg. 211, n. 2). En cambio. el fr . 327 de
Aceo (d. F. RODIl. /GUEZ ADII.ADOS. arcaica, Madrid. 1980.
f; : 85, pg. 127) suele cons iderarse romo un aur ndcc himno a Eros ,
l' Se tra ta del clebre iOfiSt' Prd ioo de Cecs, bien en la
At enas de del s. v a. C. (cf. Pr ot . J IScd), cuya famosa alegoa
Heracjes entre el Vicio y la Virtud.. o La eleccin de Heracles es
resumida po r J ENOt'ONTIi, en Mem. 11 1, 2134.
l6 En su Efogio de Heleno 12, habla ISCRATES de aq uellos oradores
que han elogiado a los mosquitos, a las sales y a cosas semejantes
y se est de acuerdo en que se refiere al sofis ta, de principios del s.
IV a. C., Pohcrates, que podra ser tambin el sabio al que alude aqu Fedro.
198 DILOGOS BANQUETE 199
elogio de Eros y que empiece pr imero Fedro, ya que tamo
bien est sit uado el primero y es, a la vez, el padre de
la idea 27. -
- Nadie, Eriximaco -dijo S cra tes-e- te volar lo con-
trario. pU;s ni yo, que afi rmo no saber ninguna otra cosa
que los asunt os del amor, sabra negarme, ni t ampoco Aga-
tn, ni Pausanias, ni, por supuesto, Aristfanes, cuya cn-
tera ocupacin gira en torno a Dlonso y Afrodita 28 ,
ni ningn otro de los que veo aqu presentes . Sin em-
bargo, ello no resulta en igualdad de condiciones para no-
sotr os, que estamos situados Jos ltimos. De todas ma ne-
ras , si los anteriores hablan lo suficiente y bien. nos dare-
mos por satisfechos. Comience, pues, Fedro con buena foro
luna y haga su encomio de Eros .
En esto estuvieron de acuerdo tambin todos los dems
y pedan lo mismo que Scrates. A decir verdad, de todo
17& lo que cada uno dijo, ni Ar tstodemo se acorda ba muy
l bien, ni, por mi parte, tampoco yo recuerdo todo lo que
\
ste No o s dir las cosas ms impor-
tantes y el discur so de cada uno de los que me pareci
dignoj de_mencin"
En primer lugar , pues, como digo - me cont
Arist odemo-, comenz a hablar @, haciendo ver, ms
o me nos, que Eros era un gran dios y admirable ent re los
..J \ hombres y los dioses por muchas ot ras razones, pero fun-
F" damentalmente por su nacimiento.
11 En Fedro 242b, a firma Scrates qu e, excepto Simmas el reba no,
nad ie ha logrado, como Fedro, qu e se hicieran tamos dis cursos por su
causa.
l' Gra n parte de la temtica de la co media antigua .le relacionaba
fundamentalmente co n el vi no y el amor, dominios de Dioniso y Afrodl-
ta, respectivame nte.
- Pues ser con mucho el dios ms ant iguo, dijo, es dig-
no de honr a y he aqu la Pi-ueba-de esto:-padres de Eros, b
en efecto, ni existen ni son mencionados por nadie, profa
no op Octa 'As, Hesodo afi rma que en lugar
existi el Caos
y luego
la Tierra de amplio seno, sede siempre segura de todos.
y Eros 30.
y co n Hesodo est de acuerdo tambin Acusilao 31 en que,
despus del Caos, nacieron estos dos, Tier ra y Eros. Y Par-
mnides, a propsito de su nacimiento, dice:
De Jodo los dioses concibi primero a Eros n .
afir macin de Fed ro no se ajusta a la verdad, ya que muchos
poetas h;jan ha61i3o-'"de los padres de- ErO;, ' aunque co n genealogiu
diferentes , As, po r ejemplo, Alero lo hace hijo de Cfi ro e hu; Saro,
de la Tierr a y Urano o de Urano y Afro di la: Simnides, de Afrodita
y Ares; lbco, del Caos; Burfpdes, de z eus: el mtico poeta licio oren.
de llltla, la diosa de los alumbramientos , etc. (d ., para los pasajes en
cuestin, la edicin de Fh IRY, pg. 22). El propio Platn, en el mito qu e
expondr en 203bc, lo h ace hijo de Por;;Y-p;;;: Co que
qu iere 'decir' Fedro Eros no un mi lo p-;:-opi;;-;;r;;-na genealoga
f iji).:-rlcteriil inada . Fedro "c(taa Hesodo, Acusilao y Parmnid es, espe-
cialistas en genealogfas divinas, aunque en el caso de Eros no le atribuyen
ninguna en concreto, salvo Aeusilao, qu ien hace a Eros hi jo de la Noche
y el ter (sobre este lema , vase eLe meme dC1 gnalogjes d'r cs ,
del libro de f . LAssEIlRE, l figwe d'ros dQ1IS fu posie Kreeque, Lausa-
na, 1946, p gs. 1}().149).
JO Cf. HESiouo, Tcu, .. 116 y u .
11 Acusitao de Argos, cuya suele sit uarse en t orno al 47$ a.
c., fue un clebre loggrafo, autor, en dial: IO jonio, de varios hb rov
en prosa de genea loga!.. basadas funda mentalmente en Hesodo.
n El suje to de este fra gmento de Parmnides ha sido muy discut ido:
se ha pensado en Af rodi ta, en la Necesidad en la Jusncia (DI '
ki!), en un daimon, ele. (cf. Los filliofos vol. 1, Il.l.' t i ,
201 BANQUETE
......-:
,V
de que admin istren su propia patria que abstenindos e de
todo lo feo y emulndose unos a otros. Y si hombres co-
mo sos combatieran uno al lado del otro, _venceran,
aun siendo decirl; a t ' do el mundo. Un 179a
hombre enamorado, en efecto, soportar a sin dud a menos
ser visto por su amado aba ndonando la formacin o arro-
jando lejos las armas, que si lo fuera por todos los dems,
y ant es de eso preferira mil veces morir. Y dejar atrs
al amado o no ayudarle cuando est en peligro... ninguno
hay tan cobarde a quien el propio Eros no le inspire para
el valor , de modo que sea igual al ms valiente por natura-
leza. Y es absolut amente cierto que lo que Homero dijo ,
. v - '- \ ___
que un dios inspira valor 34 en algunos hro es, lo pro- b
porciona Eros a los enamorados como algo nacido de s
mismo.
Por otra par te, a mori r PO! ot ro estndecididos nica-
mente los amantes, no slo los hombres, sino tambin las
1) mujeres. y de esto tambin"'l ' hija de Pclias, Alcestis 15,
t ofrece suficiente testimonio ante los griegos en favor de
und ihre Idee, RhM62 (1907), 438-75. Un ejrcito de amantes y amados
se cita tambin en JESOf NTE, Brmqu. 8,32, slo que en boca de Pausa-
nas, lo que es un indicio seguro para F. LASSEI<I<E de la existencia de
este tema en la literat ura ertic a contempornea de la juventu.d de Fedro
(el". Eri'Jtiko lgoi, MH 1 [19441, 174) . En estas palabras de Fedro
se ha querido ver una alusin a la famosa Liga Sagrada formada por
Grgi das o Epaminondas hacia el 378 compuesta por par ejas de aman tes
homosexuales que tuvo una actuacin brillant sima en varias batallas (cf.
K. J . DovER, The Dat e of Pfato's Symposiu/Tm, Phronesis la [19(5),
2-20).
l' Expresin homrica (cf. l/. X 482; XV 262; oa. IX 381).
II El ejemplo de Alcestis como la ms alta especie de amor apa rece
tambin, ms adelant e, en boca de Diotima Icf. 208d). Aunque Frfnico
y Antff'anes trataron tambin el mito de esta herona, es muy probable
que la fuente de Platn fuera la Atcestu de Euripides (d . P. VICAIRE,
Plalon, cr it ique uueratre. Pars, 1960, pgs. 172-3).
Pi"' '"1. t;N TS, co
11...0
i Q _J ';' t. ,.:.;,
DILOGOS
12, Madr id, 1978, fr. 1056, pg. 482). Este pa saj e ha sido citado tambin
con ligeras varian tes por ARlSTr hl ES, Met. 91lJbl7 ss., y por PLUTARCO,
trot. 756e f (cf. H. MARTlN, Amatorus, 756E-F: Plutarch's citaticn
of Parmnides and Hesicd, AJPh 90 [1969), 183-200). Dado que Pla-
tn, en Prot , 315c ss., pone a Fedro en el crculo de los oyentes de Hi-
pies, C. J. C LASSEN, Bemer kungen zu zwe griechischen Philosophiehis-
torikem, Philologus 109 pgs. 17581, ha pensado que tanto Platn
como Arist teles se han servido par a este pas aj e de un escrito de Hipias.
Jl La existencia de ejrcito> compuestos por amantes y amad os, esre-
vialment e en las comunidades espartana> y dorias en general , ha sido
muy bien estudiada por E. BErIlE, Die dorischc Knabclicbc, ihrc Ethik
J
e As, pues, por muchas fuentes se reconoce que Eros es
con mucho el ms antiguo. Y de la misma mancraquc es
elmsa "ntiguc;'es para nosotros de los mayores bie-
, nes. Pues yo, al menos, no sabra decir qu bien para uno
-? recin llegado a la juventud hay mayor que un buen aman-
teypura un amante que.. !.1n..buenamado. Lo que, en efec-
to, debe guiar durante toda su vida a los hombres que ten-
gan la intencin de vivir noblement e, esto, ni el parentes-
co, ni los honores, ni la riqueza, ni ninguna otra cosa son
capaces de infundirlo tan bien como:Ia' rii"(j'f." Y qu es
d esto que digo'! La vergenza ante las feas acciones y el
deseo de honor por lo que es nobl e, pues sin estas cualida-
des ni una ciudad ni una persona particular pueden llevar
a cabo grandes y hermosas realizaciones, Es ms, afirmo
que un hombre que est enamorado, si fuera descubierto
haciendo algo feo o sOjjOrt ndolo" de otro s i n-defederse
lpor' c obarda, visto porsifjiadre, por sW;-Compiifieros o
j 'tl. por cualquier otr o, no se doler a tanto como si fuera visto
e por su amado. Y esto mismo observamos ta mbin en el
que siente extraordinaria vergenza ante
sus amantes cuando se le ve en una accin fea. As, pues,
si hubiera alguna posibilidad de que exista una ciudad o
un efcti de amantSy amados 33, no hay mejor , modo
202 DiLOGOS BANQUETE 203
mi argumento, ya que fue la ni ca que estuvo decidida
a morir por su marido, a pesar de que ste tena padre
y madr e, a los que aqulla super tanto en afecto por amor,
que les hizo apa recer como meros extraos para su hijo
e y parientes slo de nombre. Al obrar as, les pareci, no
slo ' a los sino tambin a los dioses, que hab a
realizado una accin t an hermos a, que, a pesar de que mu-
chos han llevado a cabo mucha s y hermosas acciones y
el nmero de aquellos a quienes los dioses han concedido
el privil egio de que su alma suba del Hades es realmente
muy pequeo, sin embargo, hicieron subir la de aqulla
admir ados por su accin. As tambi n los dioses honran
por encima ,el e.,todo. ,el. esfuerzoy.. el valor . en el . amor!
,f a Orfeo, el hijo de Bagre . lo despidieron del
Hades sin lograr nada, tras haberle mostrado un fantasma
de su muj er, en cuya bsqueda haba llegado, pero sin en-
treg rsela, ya que lo consideraban un pusilnime, como
citar edo que era 36, y no se atrevi a morir por amor
como Alcestis, sino que se las arregl para entrar vivo en
el Hades. sta es, pues, la razn por la que le impusieron
un castigo e hicieron que su muerte fuera a manos de mu-
jeres 37. No as, por el contrario, fue lo que sucedi con
36 En con tra posi cin con el guerrero, el msico era cons iderad o, a
veces, como un cobarde. En la A nuope de Eu npides haba un debat e
sobr e este tema (ef. EUR/PIDES, fr. 184-8 N.) en el que se enfrentaban
Anfin y z eto. representantes de la vida contemplati va y activa, respecti-
vamente .
31 La saga de Or feo nos es conocida por fuentes posteriores a Platn,
funda mentalmente por P AOSAN1AS. IX 30, OVIDIO, Met . X I ss., y sobre
todo vrgfo, Ger g. 453-527. De las modific aciones que hace aqu Fe-
dro de esta leyenda la ms llamat iva es j ustamente la relacionada con
la muerte del hr oe, ya que t radicionalmente sta se produj o a manos
de las mnades o baca ntes por su desp recio o Irreverencia hacia Dioniso
(ef. ESQUILO , Las Bdsaras. frs. 2325 N.). Yno por un act o de cobarda.
Aquil es, el hijo de Tetls, a quien honraron y lo .enviaron
'2- a las Islas de ' los e
saber 39 'p orrumadre qu e mori ra si mat aba a Hctor y
que, si no lo haca , volverla a su casa y morira viejo, tuvo
la osadia de preferir, al socorrer y vengar a su amante Pa-
tr'olo
4 0
, no slo morir por su causa, sino tambin morir
i muerto 'ya-siZ-De-a'qu que tambin los dioses,
profundamente a:diriira,los, le honraran sobremanera, por- J80a
que en tanta estima tuvo a su amante. Y Esquilo 41 desba -
rra cuando afirma que Aquiles estaba enamorado de Pa-
J ' Se supona que las almas de ciertos hroes legendarios seguan vi-
viendo despus de su muert e eAunas islas utpicas situadas en algn
lugar del Ocano occiden tal. Enne los primeros autores griegos en men-
cionar unas Islas de los Bienaverxurados o de los Afort unados estn P i N-
DARO(ef. O/. 11 79-80) Y (cf. Trab. 170-3). HOMERO, en cambio,
hab la de Campos Elisios par a la misma idea (cf . Od. IV 5619) . La loca-
lizacin de Aquiles en estas isla s despus de su muerte apa rece tambin
en los llamados escolios ticos .., concretamente en el conju nto de estos
escolios que se conoce con el nombre de Cancin de Harmodio ter. F.
J . CUARTERO, Estudios sobr e d escolio tico, JJ1Ell 1 [1967], 5-38,
esp. pgs. 20,21, y RODRGUEZ ADRADOS, Lirica griega arcaica... . p gs.
110-111, frs . 87-90). Desde un PlJllto de vista general sobr e elrema, v ase
F. HOMMEL, Di e lnseln der Seigen in Mythus und Sage aer Vorzeu, Mu-
nich, 1901 y, ms recientemente, J. G. GR1FF1TllS, In Search of the tstes
of the Blcst, G. and R. 16 (1947), 122 Y sigs.
,. cs. HOMERO, n. IX 410-16 Y XVIII 88-96.
4 0 La relacin entr e Aquil es y Patroclo se ve en Ho mero como una
relacin meramente amistosa enre hroe s, pero desde poca clsica se
entenda como una relacin homosexual. y posiblement e es Esquil o el
primero en ret ratar a Aquil es co rno amante de Patroclo. El tema ha sido
muy bien estudi ado por W. M. CLARKE, Achilles and Patroclus in Lo-
ve, Hermes 106 (1978), 381-3%.
4 [ Esquilo dio una visin ertica de la relacin Aquiles -Pat rodo en
Sil tr iloga Los Mrmidones-Las Nereidas-Los Frigios. Para la int erpr eta-
cin esqutlea de esta relacin, d . K. J . DOVER, Greec Homosexuoty,
Cambridge. 1978, pgs. 197-8.
204 DILOGOS BANQUETE 205
troclo, ya que Aqu iles era ms hermoso, no slo que Pa -
trocla, sino tambin que todos los hroes juntos 42 , siendo
todava imberbe y, por consiguiente, mucho ms joven,
como dice Homero 43. De todos modos, si en reali-
\
dad, los esta virtud en el amor,
sin embargo, la admiran, elogian y recompensan ms cuan-
do el amado ama al amante, que cuando el ama nte al ama-
do, pues un amante es cosa ms divi na Que un amado,
y;-"que est posedo por un dios 44 . Por esto tambin hon
raron "ms a Aquiles que a Alcests y lo enviaron a las
Islas de los Bienaventurados .