BIBLIOTECA ELECTRNICA PARA EL MAESTRO EL MAESTRO Y LA PEDAGOGA

COMPRENDER Y ACONSEJAR
por James E. Taulman

EDITORIAL MUNDO HISPANO 2007

COMPRENDER
Y

ACONSEJAR
JAMES E. TAULMAN
Traducido, adaptado y publicado con permiso. Todos los derechos reservados. Floreal Ureta Traduccin Nelly de Gonzlez Revisin y Adaptacin Prlogo por Wayne E. Oates

CASA BAUTISTA DE PUBLICACIONES

Copyright 1988. Casa Bautista de Publicaciones. El libro original fue publicado por Broadman Press con el ttulo Encouragers: The Sunday School Worker's Counseling Ministry, 1986. Traducido, adaptado y publicado con permiso.
Todos los derechos reservados. Impreso en EE. UU. de A. Clasifquese: Educacin Cristiana Nmero de Clasificacin Decimal Dewey: 268.6 Primera edicin: 1988 Segunda edicin: 1991 ISBN: 0-311-11052-6 C.B.P. Art. No. 11052 2,5 M 9 91

Contenido

El Ministerio de Comprender y Alentar El Ministerio de Aconsejar Sugerencias para un Aconsejar Efectivo (Parte 1) Sugerencias para un Aconsejar Efectivo (Parte 2) Cmo Aconsejar a los Nios Algunas Consideraciones Especiales Cundo Derivar Ciertos Casos

A todas aquellas personas lastimadas que confiaron en m lo suficiente para compartir conmigo una parte de ellas mismas

Prlogo
Los lderes y maestros de la Educacin Cristiana son quienes estn ms cerca que cualquier otra persona de los pesares, aflicciones, temores, aspiraciones, esperanzas, tentaciones, transgresiones y decisiones personales que confrontan a la gente en general. Ellos son quienes, diaria y personalmente, tienen contacto con las personas en el momento de sus crisis. Son ellos los hijos e hijas de consolacin, como Jim Taulman los llama comparndolos con Bernab, uno de los hroes bblicos ms notables. Las personas se encuentran desanimadas, descorazonadas y abatidas bajo las mltiples presiones que soportan. Usted puede recurrir al poder de el Dios de la paciencia y del aliento, del cual habla Pablo en Rom. 15: 5 (Biblia de las Amricas), y llegar a ser quien d aliento en el momento oportuno a quienes necesitan su ayuda. Jim Taulman le proporciona en este libro criterios especficos y seguros en la tarea de comprender y alentar a los dems. Sus grficas descripciones de su propio vigoroso ministerio darn un nuevo entusiasmo a su obra cuando se sienta cansado en su deseo de hacer las cosas bien. Sus ilustraciones son tan adecuadas y ajustadas a la vida que en la lectura se encontrar visualizando personas concretas semejantes a las que el autor describe. Sin embargo, las describe con tal miramiento y comprensin que usted llegar a sentir una compasin nueva y tendr un conocimiento ms profundo de aquellos que est recordando. No hallar nada complicado o difcil en sus recomendaciones, por lo contrario hallar una facilidad natural que le dar confianza para afrontar las preocupaciones que las personas le presenten o que usted mismo tenga. En muchos aspectos, al leer este libro Jim Taulman es un estmulo tanto para m como para usted. Lo recomiendo sin reservas como una fuente de conocimientos, orientacin y nimo para todo maestro y lder a quienes diariamente se les presentan oportunidades de comprender y aconsejar.
Wayne E. Oates, Ph.D. Profesor de Psiquiatra y Ciencias de la Conducta Director, Programa de Etica y Asesoramiento Pastoral Universidad de Louisville, Escuela de Medicina y Profesor Decano de Psicologa de la Religin Seminario Teolgico Bautista del Sur Louisville, Kentucky

Prlogo a la Versin Castellana

... Adems de ensear...! COMPRENDER Y ACONSEJAR ...? Esta podra ser la exclamacin de muchos maestros y lderes de educacin cristiana que an no han entendido ni aceptado el verdadero significado de la tarea docente que la iglesia les ha encomendado. Y, la respuesta que este libro les da es S...! Comprender y Aconsejar dentro y fuera del saln de clase. Comprender y Aconsejar a nios, jvenes y adultos que necesitan y reclaman ser aceptados, comprendidos y aconsejados en los problemas que se les presentan cada da. Problemas que slo tienen su solucin en la aplicacin prctica de las verdades bblicas que sus maestros y lderes les ensean a travs de las diferentes actividades educativas de la iglesia. Se presenta en este libro una visin, amplia y desafiante, que gua a saber cmo descubrir y aceptar las oportunidades de tender la primera mano para ayudar, socorrer y animar. Esta visin es la que da mayor significado y alcance al ministerio docente de los maestros y lderes. Leer las ilustraciones que se comparten al tratar los diferentes temas, y a la vez identificar en ellas casos concretos que el lector podra estar viviendo en su grupo, nos llevarn a sentir un renovado entusiasmo por descubrir y aprovechar las oportunidades de COMPRENDER Y ACONSEJAR que a usted y a m se nos presentan una y otra vez. Ser aceptados, comprendidos y aconsejados son las demandas constantes de nios, jvenes y adultos a quienes el Maestro de los maestros nos ha encomendado para que les enseemos a vivir sus enseanzas. COMPRENDER Y ACONSEJAR es hoy nuestra oportunidad.
Nelly de Gonzlez Casa Bautista de Publicaciones

1. El Ministerio de Comprender y Alentar

Por su don de alentar, dio al mundo una de las mentes teolgicas ms grandes que se haya conocido. Por su don de estimular, dio al mundo el primer evangelio escrito. Por su don de comprender y animar, dio al mundo ms de las tres cuartas partes del Nuevo Testamento. Por su don de aconsejar gui a la iglesia a compartir con otros sus recursos materiales. Quin fue? Su nombre era Jos, pero se le puso el sobrenombre de Hijo de Consolacin (Nota: o exhortacin, estmulo). Hech. 4:36, o, como hemos llegado finalmente a conocerlo, Bernab. Casi en todas las ocasiones en las que encontramos a Bernab en el libro de Hechos, est ocupado en aconsejar y animar a los dems. La primera vez que lo encontramos ha vendido una propiedad y ha dado el producto de la venta para alentar a la iglesia en conflicto. Hech. 4:36, 37. Estimul a Pablo despus de su conversin, cuando todos los otros apstoles tenan temor de relacionarse con este perseguidor de los cristianos. Hech. 9:26, 27. Fue en busca de Pablo para que viniera a Antioqua para que le ayudara en el trabajo de la predicacin y la evangelizacin. Hech. 11:25, 26. Lo encontramos nuevamente cuando tuvo una diferencia con Pablo sobre si Juan Marcos debiera acompaarlos en un segundo viaje misionero. Pablo se rehusaba porque Marcos, por alguna razn, los haba abandonado durante el primer viaje misionero. Bernab, procurando alentar a Marcos, dej que Pablo escogiera otro compaero, y Bernab llev a Marcos con l, de manera que rescat a Marcos para la tarea de escribir su Evangelio, Hech. 15:36-40. Es una idea razonable pensar que Bernab ejerci influencia en Marcos y lo anim en la fe. Alent a Pablo cuando ningn otro confiara en l. Pablo, a su vez, ejerci influencia en Lucas. Cuando reunimos el Evangelio de Marcos, el Evangelio de Lucas y Hechos, y aadimos a esto todas las epstolas escritas por Pablo, la suma total alcanza a tres cuartas partes de todo el Nuevo Testamento. Es una notable realizacin para ser la obra de un solo hombre. Y todo lo hizo animando a la gente! Personas que supieran comprender, animar y aconsejar fueron necesarias en la iglesia desde los primeros das y son necesarias en el da de hoy. Las personas llegan a menudo a un punto particular en sus vidas en que se encuentran ante un obstculo insalvable. La mayora de las veces solamente necesitan una sencilla palabra de aliento para saltar la valla. Necesitan que alguien crea en ellas. Necesitan que alguien les d una palabra de aliento. Quiz solamente necesitan que alguien les escuche cuando exponen sus ideas.

Todos los cristianos pueden y deben ser buenos consejeros. Sin embargo, hay un grupo, en razn de su posicin que tiene una responsabilidad mayor: es el grupo de maestros y lderes en la Educacin Cristiana. Por lo general, estas son las personas que diariamente estn ms en contacto con quienes necesitan ser ayudadas y aconsejadas. La mayora de las personas tiene un gran respeto por la posicin de sus maestros y lderes de las organizaciones educativas de la iglesia. Estos obreros pueden ser excelentes consejeros en el sentido ms amplio de la palabra porque estn en contacto con las vidas de las personas con las que de ordinario el pastor no se relaciona. A menudo pueden detectar las necesidades antes de que lo haga el pastor. Los maestros y lderes de Educacin Cristiana ocupan la primera lnea de defensa. Rodeando la parte norte del continente americano existe lo que una vez fue llamada una lnea DEW un sistema de Defensa Anticipada Preventiva y que ahora se llama Blanca Alicia cuyo propsito es detectar lo ms temprano posible un ataque proveniente del rea del polo norte. En este sentido, aunque diferente, los maestros y lderes son un sistema de defensa anticipada, preventiva, al detectar las necesidades y problemas de los miembros enrolados en las organizaciones educativas de la iglesia. Forman una primera lnea de defensa, tienen ellos la oportunidad de influir en muchas vidas antes que pueda hacerlo cualquier otra persona en la iglesia. Esto enfatiza la importancia de que los maestros y lderes acten como consejeros. Por estar en contacto directo con las personas, son ellos los que primero advertirn la aparicin de un signo de peligro. Son ellos los que estarn capacitados para acudir en ayuda de las personas antes de que los problemas lleguen a un punto de retorno imposible. Son ellos los que estarn capacitados para brindar asistencia y simpata a una pareja que ha perdido un hijo. Son ellos quienes estarn en condiciones de proveer aliento a una persona recientemente divorciada. Ellos sern capaces de proveer sostn y orientacin adecuada a un alcohlico o a un drogadicto. Tambin ellos sern capaces de comprender y aconsejar a un adolescente que se siente tan aislado de la familia y de los amigos que comienza a considerar atractivo el suicidio. Los maestros y lderes que guan grupos pequeos y que toman con toda seriedad su responsabilidad de cuidar de los miembros de su clase o grupo y asistirlos, estn en contacto con ellos de una manera ms regular que el pastor. Si han hecho el esfuerzo de conocer a sus miembros fuera del aula, ya han establecido un lazo de simpata con ellos. Cuando llegue la necesidad o la crisis, el puente ya est tendido. Ya est lista la oportunidad para asistir y brindar ayuda y consejo.

La necesidad de aconsejar
La necesidad de un buen consejo es hoy ms grande que nunca. Las tensiones en nuestra sociedad son tremendas. Afectan a todos los hogares. Nadie est exento. Muchos serios problemas existen en la vida de las personas. Las estadsticas de muchos pases indican que el divorcio afecta directamente cerca de un milln y cuarto de personas cada ao. Una tercera parte de sus habitantes puede ser clasificada como de bebedores o viciosos. Recientes estudios demuestran que el treinta y ocho por ciento de las muchachas habrn experimentado el abuso sexual antes de que lleguen a los dieciocho aos de edad. Las tensiones tambin se suelen presentar incluso en grupos ms pequeos. Las actividades comunes que se suceden en nuestra vida normal tambin forman parte de la tensin que experimentamos. La gente se muda de casa a menudo, pierde su trabajo, tiene hijos que crecen y abandonan el hogar, la enfermedad hiere de pronto, los padres y otros miembros de la familia mueren. Estas experiencias inevitables de la vida causan constantes tensiones que pueden terminar en una enfermedad fsica o mental o ambas cosas juntas. Muchos de estos problemas son lo suficientemente serios como para desorganizar totalmente la norma de vida personalmente establecida. Los hbitos de dormir o comer pueden cambiar; las discusiones entre los esposos pueden hacerse frecuentes, as como tambin muchas otras actividades regulares pueden verse alteradas. En el caso de miembros que asisten a las organizaciones educativas de la iglesia, pueden retirarse completamente de ellas, o en el mejor de los casos, asistir irregularmente. Por qu? Pueden hallarse desconcertados por sus circunstancias. Pueden hallarse enojados con Dios por permitir que les sobrevenga una tragedia. Pueden creer que su iglesia no los apruebe en las circunstancias actuales. Hace algunos aos, asist a una reunin de entre semana en una iglesia que tena reputacin de tener reuniones concurridas de estudio bblico. Al comenzar la reunin, el pastor inform a la congregacin que dos de sus miembros haban sufrido un accidente de trfico. Porque una compaa de seguros estaba poniendo en pleito a la otra, con el propsito de mantener a la iglesia libre de afrontar cualquier descrdito, las mujeres involucradas en el accidente haban solicitado que sus nombres fueran eliminados de la lista de miembros de la iglesia.

A travs de los aos. muchas veces he pensado en esta experiencia. Admiro la preocupacin de las mujeres que tuvieron el accidente por no querer traer deshonor a su iglesia. Ojal muchas ms personas sintieran as! Sin embargo, en un tiempo de gran necesidad en sus vidas, estas mujeres se estaban negando a s mismas la ayuda de la iglesia. Dnde se debe trazar la lnea de separacin? Cules sern los problemas por los que fuera necesario quitar un nombre de la lista de miembros de una iglesia? Sera el divorcio? Un muchacho con problemas ante la ley? Un cnyuge encarcelado por no pagar impuestos? Qu pasara con una reciente separacin conyugal? O con un joven que ha quebrantado la ley pero que no ha sido juzgado? O con un esposo que ha hecho trampas con los impuestos y que no ha sido apresado? Los maestros y lderes que saben comprender a las personas y a sus situaciones procurarn sostenerlas y ayudarlas en tiempo de tensiones y conflicto antes que arrojarlas fuera de lo que debiera ser su principal medio de apoyo: su iglesia. La iglesia debe preocuparse ms de la gente que de su propia reputacin. La iglesia primitiva tuvo varios miembros que haban sido arrestados y pasaron cierto tiempo en prisin. Pablo y Silas fueron, precisamente, dos de estas personas. Las personas estn lastimadas. An la gente que es activa como miembro de una iglesia experimenta algn tipo de tensin. Los maestros y lderes que aprenden a discernir los sntomas tempranos de heridas y dolor ayudarn a paliar o disipar a tiempo un ataque. Muchas personas necesitan solamente escuchar una palabra de aliento o saber que alguien cree en ellas. Los maestros y lderes pueden ser consejeros. Como Bernab, pueden ser capaces de salvar a alguien que ser valioso para la obra del Seor en el futuro. Muchos maestros y lderes que han guiado a un grupo por algn tiempo han tenido personas que se han acercado a ellos para compartir algn problema o necesidad personal. El problema pudo haber sido la necesidad de una ayuda espiritual, un pedido de ayuda sobre la forma de llevarse bien con un miembro de la familia o con un vecino. Quiz fue una pregunta sobre problemas del matrimonio o sobre algn problema moral serio. La realidad es que mientras ellos conversan, se est llevando a cabo una sesin de asesoramiento. Esto puede ocurrir mientras se atraviesa el vestbulo del templo para asistir a una reunin. Puede ocurrir en el momento de una ligera merienda. O bien pudiera ser en el hogar o en la oficina. Los maestros de la escuela dominical tienen una relacin muy particular con los miembros de su clase. Muy a menudo tendrn la oportunidad de estar en contacto con la vida de ellos antes que lo haga algn consejero profesional. Esto pone a lderes y maestros en una posicin importante. Muchas veces

podrn proporcionar una informacin o una palabra de aliento, y el problema quedar resuelto. En otras ocasiones tendrn que pasar ms tiempo con una persona hasta que sta encuentre una respuesta. En otra ocasin, necesitarn derivar a la persona con problemas a alguien con ms experiencia en un rea particular. En todos estos casos, los maestros y lderes tienen una oportunidad nica de ayudar a la gente a enfrentar las necesidades creadas por la manera compleja en que hoy se vive. Esto es enseanza en el ms alto nivel de la palabra. Es tambin aconsejar en el sentido pleno de la palabra. La premisa bsica de este libro es que los maestros y lderes respondan, como una manera bsica de su tarea, a las oportunidades de comprender y aconsejar. Ellos necesitan reconocer y aceptar este ministerio de aconsejar, y as servir mejor a sus alumnos y a los miembros potenciales de los grupos que ellos guan.

Quiere usted aconsejar?

Es esta una pregunta vlida que todo maestro y lder de la iglesia debe responder. Algunos la responden negativamente. Sienten que el aconsejar no es para ellos. Esto es aceptable. El propsito de este libro no es el de procurar convencer a la gente para que haga algo en contra de su voluntad. Sin embargo, mi argumento es que todo maestro y lder ya est comprometido en alguna forma a hacerlo. Buena parte de este asesoramiento se efecta en el desarrollo mismo de la clase. Mientras estaba enseando la leccin sobre Geden, la maestra ley la demanda de Manoa al Seor:
Te ruego, Seor, que el hombre de Dios que has enviado venga otra vez donde nosotros y nos ensee lo que hemos de hacer con el nio cuando nazca Jue. 13: 8, BJ.

Mara, una alumna que era madre de una adolescente que se haba tornado desafiante en los ltimos meses, observ:
Hubiera deseado haber ledo este versculo hace quince aos. De haberlo hecho, quiz no estara atravesando ahora el conflicto que tenemos en nuestra casa.

La maestra se dio cuenta de que Mara estaba teniendo algn conflicto con su hija. Y entonces le dijo:
Qu cambios en la relacin con tu hija deberas haber hecho en aquella oportunidad que hubieran cambiado la forma en que esta relacin se lleva a cabo hoy?

Con este somero intento de aliento, Mara comenz a dar rienda suelta a la frustracin que senta como madre de una adolescente. Otros miembros de la clase movieron sus cabezas en seal de asentimiento, porque ellos haban experimentado la misma cosa. La leccin fue dejada de lado. Las mujeres alentaron y apoyaron a Mara y a ellas mismas entre s. Varias compartieron sentimientos y experiencias similares. Cuando son el timbre para dar por terminada la clase, la maestra pidi a las ocho mujeres presentes que se tomaran de las manos y que oraran una por la otra y especialmente por Mara. Luego pidi al grupo que durante la semana oraran por Mara. La maestra de esta clase no haba planeado esta experiencia. El autor de la leccin no haba escrito sobre el tema. Pero una situacin que requera comprensin y un oportuno consejo se haba presentado ese domingo por la maana. Mara haba expresado en palabras una necesidad comn. La clase la haba escuchado y se haba identificado con su problema. Esta experiencia no resolvi la situacin en el hogar que an continu, pero s, la experiencia en el grupo ayud a Mara a cambiar su actitud ante el problema. La clase sirvi como vlvula de seguridad para Mara. Las dems la haban animado. Ella haba sido capaz de expresar verbalmente sus propias frustraciones y haba escuchado de las otras mujeres que ella no era la nica madre con conflictos con hijos adolescentes. Todas las mujeres haban sido reanimadas. El ministerio de aconsejar se haba cumplido en el aula aquel domingo por la maana. Das despus, en esa semana, la maestra llam a Mara para saber cmo le iban las cosas y le dijo que haba conseguido una copia de una revista con artculos sobre adolescentes y en qu forma los padres de ellos podan superar algunas de sus frustraciones. Le pidi a Mara si poda pasar por su casa y llevar la revista para leerla. El problema no desapareci. Como muchos problemas que tenemos en nuestras vidas diarias, slo el tiempo puede ayudar a madurar a un adolescente de modo que el continuo desafo de las reglas ya no sea necesario. Pero Mara encontr fortaleza en una clase de la escuela dominical que se interes en su problema y en una maestra sensible que se tom el tiempo necesario para ofrecerle una revista y visitarla. Esta es una situacin en la que el pastor difcilmente se vea envuelto. Lo que Mara y su hija estaban pasando era el conflicto normal del crecimiento. Sin embargo, esto no significaba que ellas no necesitaran cierta ayuda para hacer frente a la situacin. Mara fue afortunada en tener una maestra comprensiva y capaz de aliviar algunas de las frustraciones que estaba sintiendo. La maestra fue capaz de hacerlo porque cuando se enter de la situacin de Mara, se

preocup ms por hacer frente a esas necesidades que por ensear una leccin. Este tipo de ayuda se sucede semanalmente en las clases de la escuela dominical y en todo grupo que se rene en cualquier otra organizacin educativa de una iglesia. Con una pequea orientacin estas clases y grupos pueden llegar a ser una lnea de Defensa Anticipada Preventiva para los problemas personales. Este tipo de ministerio no se da automticamente. Es algo que debe ser formado y desarrollado durante un perodo de tiempo prolongado. Los obreros de la escuela dominical deben preocuparse sinceramente de sus clases. Un lder que no tenga esa preocupacin no llegar a ser, o difcilmente ser, un buen consejero. Es ms fcil ser un consejero en una clase pequea donde se tiene contacto ms personal con los alumnos. Un grupo pequeo provee una atmsfera adecuada para que en ese reducido ambiente, pleno de simpata, las personas compartan sus necesidades y lleguen as a formar un grupo de sostn en el ms pleno sentido de la palabra. Los obreros y lderes deben conocer las actividades que los miembros que integran sus grupos realizan fuera del aula. Es improbable ejercer un ministerio de aconsejamiento a menos que se destine tiempo para encontrarse con las personas en su ambiente de todos los das. Esto es exacto en todas las edades. Los nios, incluso los preescolares, gustan de que sus maestros y lderes los visiten en sus hogares. Los adultos no se sentirn tan excitados como los preescolares, pero muchos de ellos apreciaran la cortesa y la oportunidad de romper la rutina y la soledad de sus vidas. Estar dispuestos a interesarse en la vida de las personas requiere tiempo, energa y esfuerzo. Tambin tiene sus riesgos. Cuando uno trata con los problemas de la vida de la gente, siempre est presente el riesgo de experimentar algo del problema. Ninguna persona podra asistir a un nio que est muriendo de leucemia sin involucrarse personal y emocionalmente con el nio y su familia. Nadie puede estar estrechamente relacionado con una persona que se encuentra implicada en un proceso de divorcio sin sentirse l mismo tambin lastimado. En muchas ocasiones el obrero-consejero no podr hacer otra cosa que llorar con la persona que sufre, pero pocas cosas unen a las personas ms estrechamente que el llorar juntas. Hay muchos resultados positivos que resultan de un ministerio de aconsejar y ayudar. Ninguna cantidad de dinero puede pagar el sentimiento de satisfaccin que se siente cuando alguien estrecha nuestra mano y dice:
Gracias por su ayuda. Me ha hecho recuperar mi fe en la gente y en Dios.

Estas satisfacciones, con todo lo intangibles que puedan ser, son las que deben inspirar a maestros y lderes a comprender y aconsejar. Sern las que impedirn que abandonemos el caso cuando veamos poco progreso, e incluso cuando nos enfrentemos con el fracaso. Pocos de nosotros tendremos la oportunidad de aconsejar a personas que cumplirn una tarea tan grande como escribir tres cuartas partes del Nuevo Testamento. Aun as, pensar que nuestra vida ha alentado aunque sea a una persona a atravesar con xito el Pantano del Desaliento, como Bunyan lo llam en su El Progreso del Peregrino la har del todo valiosa.

2. El Ministerio de Aconsejar
Una de las tareas de todo grupo de Educacin Cristiana es la de auxiliar a sus miembros actuales y en potencia. Una pareja puede cuidar los nios de otra pareja para permitirles una oportunidad de salir de casa por unas horas. Una clase de nios puede confeccionar tarjetas y enviarlas a uno de los compaeros que est enfermo en casa. Un grupo de adultos mayores puede llamar por telfono diariamente a los miembros que viven solos para romper la monotona de su soledad y estar seguros de que se encuentran bien. Un grupo de jvenes puede visitar a uno de sus miembros que est en el hospital. Aconsejar es tambin una forma de ministerio. Es un ministerio tanto como otras formas clsicas. No obstante, muchos maestros y lderes tienden a pasarlo por alto como una manera de mostrar preocupacin por los dems. Sin embargo, el aconsejar es una forma de descubrir y tratar personalmente las necesidades fsicas, emocionales y espirituales de los miembros del grupo. Puede anticipar o continuar otras formas de ministerio. Roberto estaba sentado muy tranquilamente en la clase de la escuela dominical esa maana mientras el maestro enseaba una leccin sobre la mayordoma del dinero y la necesidad de dar cumplimiento al nuevo presupuesto de la iglesia para aquel ao. Casi sin advertencia alguna, Roberto explot verbalmente. Comenz a acusar a la iglesia de estar interesada nicamente en el dinero y no en las personas. Critic al pastor y a ciertos gastos que la iglesia haba hecho recientemente. Esto tom a todos desprevenidos. Era tan extrao en Roberto! El maestro no saba qu decir, de modo que dej a Roberto hablar por un tiempo sin interrumpirlo ni responder a sus acusaciones. Finalmente, cuando se tranquiliz, el maestro sigui con su leccin. Hugo, el lder del grupo de Roberto en la clase de la escuela dominical, se hizo el propsito mentalmente de ver durante la semana qu suceda con Roberto. El martes por la noche, Hugo se present para visitar a Roberto. Este, justamente haba terminado de cortar el csped cuando Hugo detuvo su auto frente al garaje. Despus de conversar un momento, Roberto dijo:
Hugo, realmente siento necesidad de pedir disculpas por el arranque del domingo por la maana, pero la leccin me molest. Realmente, no creo todas las cosas que dije, pero en este momento no puedo contribuir ms. El viernes ltimo me suspendieron en el trabajo, y no s cundo podr regresar. Y justamente, en este momento, me fastidia que la iglesia me pida una mayor contribucin cuando estoy preocupado en cmo alimentar a mi familia.

Hugo escuch hablar a Roberto por un momento y entonces le hizo saber que haba odo de una fbrica en el lugar que estaba tomando obreros y le sugiri que presentara su solicitud. Una semana ms tarde, Roberto llam a Hugo para contarle que haba solicitado y obtenido el trabajo. No le pagaban mucho por el momento, pero las perspectivas de progreso eran buenas. Roberto le agradeci a Hugo por su ayuda. Y luego aadi:
Gracias por escucharme. Me estaba compadeciendo a m mismo el martes pasado cuando t llegaste. Tu visita me ayud mucho.

Una sesin de apoyo haba tenido lugar en la entrada al garaje del hogar de Roberto. Una sesin de consejo se haba llevado a cabo porque un lder de la escuela dominical se haba preocupado y procur alentar a un miembro desalentado de una forma clara y concreta. Si Hugo no hubiera aparecido por la casa de Roberto, ste se hubiera sentido con dificultades para volver a la clase. El ministerio de aconsejar puede incluir una gran cantidad de aspectos y realizarse en una multitud de lugares. Posiblemente se debe explicar algo de lo que el ministerio de aconsejar tal como se practica en la escuela dominical no entendemos que deba ser. El ministerio de aconsejar por parte de los lderes y maestros, como se entiende en este libro, no es el que sea hecho en una manera formal. El autor no tiene el deseo de hacer de cada uno de ellos un psiclogo amateur. De ninguna manera pretende este libro sugerir que cada lder o maestro monte una oficina y atienda a pacientes de una manera regular. El obrero-consejero debe ser un alentador, una primera lnea de defensa que pueda ayudar a hacer frente a un problema antes que ste llegue a transformarse en algo ms serio. Algunas personas pueden tener la habilidad de brindar un consejo profesional, pero este tipo de ministerio especializado est ms all de la perspectiva y el asunto de este libro. Quienes estn interesados en los aspectos tcnicos del aconsejar, deben procurar adquirir una experiencia clnica ms profunda bajo una adecuada supervisin. Muchos estados o comunidades requieren un certificado o una licencia antes de que una persona se ocupe del aconsejar tcnico. A toda persona interesada en esta labor se le anima a seguir el estudio requerido. Se necesitan cristianos dedicados como consejeros, ellos debieran ser por su preparacin los ms calificados para la tarea. En muchos casos, serios problemas requieren un largo perodo de aconsejamiento y en este caso deben ser derivados a un consejero ms preparado. Un dao irreparable puede ser hecho por un seudo consejero que no

tiene una idea de lo que est haciendo. Cuando los obreros-consejeros se encuentran con personas que necesitan ayuda ms all de la que ellos pueden ofrecer, es necesario que la persona sea derivada a un pastor o a alguien con ms experiencia en la tarea. El captulo final de este libro se referir al tema de cmo derivar a la gente al lugar y la persona adecuados sin hacerla sentir como si hubiese sido abandonada. Los maestros y lderes tienen suficiente trabajo en el aconsejar para mantenerlos ocupados con aquellos aspectos en que ellos no tienen habilidad para manejar. Algo que nos ayuda a mantener las cosas en su perspectiva correcta es considerar la funcin de ellos como consejeros para una primera lnea de defensa. Viv por un tiempo en el norte de Kentucky. Varias comunidades pequeas existentes en el rea llevaban el nombre Fuerte. Estas comunidades formaban un semicrculo alrededor de la ciudad de Kentucky de Convington y Cincinnati, Ohio, exactamente al otro lado del ro Ohio. Al cabo de varios aos de extraarnos por esa circunstancia, descubr que estas ciudades originalmente haban sido fuertes construidos durante la guerra civil para impedir que John Hount Morgan y su gente atacaran Covington y Cincinnati. Los lderes y maestros de Educacin Cristiana son como esta primera lnea de defensa. Harn los primeros contactos, pero necesitan ayuda adicional en caso de un ataque real y frontal. Ellos necesitan tener la seguridad de que hay muchos recursos ms all de sus habilidades que estn a su disposicin y le prestarn ayuda en casos especiales. Esto no quiere decir que tanto lderes como maestros nunca se encontrarn con personas que tengan problemas serios. Por lo contrario, se encontrarn con muchos que tendrn serias dificultades. Cuando esto suceda, ellos debern requerir una ayuda adicional. Posiblemente una analoga correcta sera la de una unidad del ejrcito, por ejemplo, M.A.S.H. (Mobile Army Surgical Hospital), cerca de la lnea del frente. Las condiciones del hospital estn lejos de ser las ideales, pero en muchos casos los heridos necesitan una atencin mnima. Se le puede dar un tratamiento inmediato, y el soldado puede regresar al combate. Sin embargo, en casos ms serios, los heridos deben ser tratados inmediatamente para prevenir que evolucione a una condicin ms grave. Si el herido tuviera que ser transportado a una gran distancia sin alguna atencin mdica, morira. Pero la unidad M.A.S.H. puede proveer ayuda de emergencia para luego enviar a varios heridos a un auxilio ms experto y en condiciones de atencin ideales detrs de las lneas.

Esta debiera ser la forma en que el obrero-consejero considera su ministerio. Muchas situaciones requieren una atencin urgente. Otras situaciones exigen ms experiencia y habilidad, e incluso tiempo del que puedan disponer los lderes y maestros, en estos casos estas personas necesitan ser transferidas.

reas de Necesidad
Cules son algunas de las reas de necesidad en las cuales puede funcionar bien como consejero un lder o maestro? Las situaciones son casi tan numerosas como las personas con las cuales uno se encuentra. Sin embargo, ciertos problemas comunes se encuentran en toda nuestra vida. Prescindiendo del lugar y del cmo uno viva, estos problemas se presentarn. El doctor Thomas H. Holmes, psiquiatra, y sus colegas de la Universidad de Washington en la Escuela de Medicina, han desarrollado una escala de eventos en la vida para ayudar a medir el stress y ayudar a la gente a prevenir sus posibles peligros. La escala incluye cuarenta y tres eventos que van desde la muerte y el divorcio en un extremo hasta la Navidad y las experiencias de violaciones leves de la ley por el otro extremo. Cualquiera de las cuarenta y tres situaciones pueden ofrecer una oportunidad de aconsejar. Dele un vistazo a la lista que se presenta ms adelante y vea qu importancia se le da a cada uno de estos eventos. Hay que aadir una palabra de precaucin. El estudio de Holmes indic que personas que acumulan ms de 200 puntos en un solo ao pueden estar enfrentando ms tensiones de las que pueden normalmente soportar, y como resultado pueden llegar a enfermar. La palabra clave aqu es puede. Algunas personas son capaces de manejar las tensiones mejor que otras. Cuando yo cambi a mi actual ocupacin, cambi de vocacin, adquir una nueva casa, experiment la muerte de uno de mis amigos ntimos, e hice frente a varios otros eventos en la vida que aparecen en la escala de Holmes. Mi total para el ao estaba por sobre los 400 puntos. Admito con toda franqueza que fue un tiempo de muchas tensiones, pero no me sent mal ni fsica ni mentalmente. Con todo, tener cuidado con el nivel peligroso es importante. La escala de impacto puede diferir de una a otra persona. Comprar una casa nueva asumiendo una hipoteca (31 puntos) me caus poca o ningn preocupacin. Sin embargo, un accidente de trfico de poca importancia (11 puntos) cosa que ocurri frente a la iglesia de la cual era pastor y por mi culpa, me caus una cantidad considerable de tensiones. (De hecho, escribiendo casi seis aos ms tarde, an me causa cierta ansiedad.) Lo que le causa a una persona mucha

tensin por su trasfondo puede no afectar de la misma manera a otra. Tenga cuidado de hacer suposiciones absolutas. Cada cosa mencionada en la siguiente lista crea cierto grado de stress (tensin). Aunque la tensin creada diferir de una persona a otra, el obreroconsejero debe estar alerta a una posible necesidad de brindar consejo cuando una de ellas ocurra especialmente si varias de ellas ocurren simultneamente.

Evaluacin de las Causas de Tensin

Suceso en la vida 1. Muerte del cnyuge 2. Divorcio 3. Separacin matrimonial 4. Libertad de la crcel 5. Muerte de un familiar directo 6. Dao personal o enfermedad 7. Matrimonio 8. Despedido de su trabajo 9. Reconciliacin matrimonial 10. Jubilacin 11. Cambio de fortuna en un miembro de la familia 12. Embarazo 13. Problemas sexuales 14. Incorporacin de un nuevo miembro en la familia 15. Reajustes en asuntos financieros 16. Cambios en el estado financiero 17. Muerte de un amigo ntimo 18. Cambio a un trabajo distinto 19. Aumento de discusiones conflictivas con el marido 20. Hipoteca o prstamo para una compra mayor (casa, etc.) 21. Juicio por una hipoteca o un prstamo 22. Cambio de responsabilidad en el trabajo 23. Abandono del hogar por un hijo o una hija 24. Problemas con los parientes polticos 25. Logro personal importante 26. La esposa comienza a trabajar o deja de hacerlo
Valor Medio

100 72 65 63 63 53 50 47 45 45 44 40 39 39 39 38 37 36 35 31 30 29 29 29 28 26

27. Cambio en las condiciones de vida 28. Enmienda de hbitos personales 29. Problemas con el jefe 30. Cambios en el horario o las condiciones de trabajo 32. Cambio de domicilio 33. Cambio de colegio 34. Cambios en la recreacin 35. Cambios en las actividades en la iglesia 36. Cambio en las actividades sociales 37. Hipoteca o prstamo por compras menores (auto, TV., ) 38. Cambio en los hbitos de dormir 39. Cambio en el nmero de familiares reunidos 40. Cambio en los hbitos de alimentacin 41. Vacaciones 42. Navidad 43. Infracciones menores a la ley

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Cuando el que va a aconsejar sabe que un miembro de su grupo est en un tiempo de serias dificultades, qu puede hacer? Si es un maestro puede decidir tratar ese problema particular de una manera general, de ser posible en la clase misma. La seora Ramrez se enter de que la abuelita de Beatriz haba muerto y que esta nia tena algunos problemas para aceptarlo. Durante una leccin. en el Departamento Infantil ese domingo por la maana, sobre la muerte de Lzaro, la seora Ramrez pregunt a los alumnos cmo se hubieran sentido de ser Lzaro un amigo de ellos. Luego les pidi que hicieran un dibujo de ellos mismos en el que se describieran. Mientras los nios y las nias trabajaban en sus dibujos, la seora Ramrez se detuvo junto a Beatriz y convers con ella. Beatriz comenz a describirle cmo se hubiera sentido ella de ser Mara o Marta y se dibuj gruendo y mostrando sus dientes. La seora Ramrez reconoci la razn del enojo de Beatriz y le explic que era natural sentirse de esa manera cuando alguien a quien amamos muere. Otra manera de actuar sabiamente es la de ir a la casa para una visita. Si el maestro o lder mantiene una buena relacin con el miembro del grupo, el tema puede ser tratado directamente. Si esto no es posible, la conversacin puede ser conducida de manera de dar al miembro la oportunidad de expresarse libremente sobre el tema. Si se muestra reticente en hacerlo, quiz sea porque

no est en condiciones de tocar el asunto o pudiera ser que haya escogido no mencionarlo en esta oportunidad. Una tercera opcin pudiera ser la de escribir una carta diciendo que usted conoce el problema y que respeta el derecho del miembro de su grupo a guardarlo para s, pero que, al mismo tiempo, no quiere negarle la oportunidad de que alguien lo escuche con simpata. Sugirale que usted estara dispuesto a ayudarle en cualquier forma posible si l estuviera en necesidad de ayuda. Incluya su nmero de telfono y exprsele que est orando por l. El resto depende de la persona que est en problemas. Norma ha estado ausente de la escuela dominical por varias semanas. Mara Blanco, su maestra se ha enterado de que Norma y su esposo se han separado y que estn tramitando e! divorcio. Porque no quera inmiscuirse en los asuntos personales de Norma, la maestra le escribi una notita expresndole su preocupacin por ella y sugirindole que un da tomaran el t juntas si es que ella estaba dispuesta a hablar del tema. Al recibir la nota, Norma la llam inmediatamente y le agradeci a Mara su ofrecimiento. No acept tomar el t juntas pero le dijo que Mara haba sido la nica persona de la iglesia que se haba comunicado con ella. Pareca como que ningn otro haba querido tener algo que ver con ella. Mara le asegur a Norma que estaba orando por ella y le expres que la oferta estaba en pie para cualquier momento en el futuro, si Norma llegaba a necesitar a alguien que la escuchara con simpata. Si son varias las personas involucradas en el mismo problema o en problemas parecidos, sera indicado invitar a alguien a hablar a toda la clase. Dora haba enseado a estudiantes secundarios durante varios aos. Al aproximarse los exmenes finales pidi al director juvenil que viniera para hablar al grupo sobre el tema del copiarse en los exmenes. Sin condenar al grupo, el director juvenil comenz a establecer ciertos principios bblicos y ciertas razones prcticas para no copiarse. Poco a poco el grupo comenz a abrirse y a compartir por qu consideraban ellos necesario el copiarse en los exmenes. El director juvenil continu dando razones sanas por las cuales el copiarse estaba mal en un cristiano. Todos los alumnos se retiraron de la charla con una comprensin ms profunda de las demandas del evangelio para ellos en esta rea particular de la conducta. En todos los casos presentados se trat de un problema que hubiera causado tensiones. Cada uno lo hizo de una manera diferente. El asunto importante es que cada uno de ellos supo cmo enfrentarse con el problema. Actuaron como consejeros de las personas a las que estaban ayudando.

En qu lugar aconsejar
En qu lugar puede el consejero brindar su consejo? Puede hacerlo casi en cualquier lugar. Esa maana, el estudio de la Biblia haba sido sobre el Sermn del monte. Mientras Juanita sala del culto de adoracin hacia la playa de estacionamiento vio a Natalia, una jovencita de trece aos que haba estado en la escuela dominical esa maana. Juanita le sonri y comenz a hablar con ella. Al hacerlo, Natalia comenz a sollozar. Juanita la rode con su brazo y anduvieron as hacia su automvil; luego le sugiri a Natalia que se sentaran en el automvil y conversaran. Inmediatamente sali a luz una triste historia. Los padres de Natalia estaban tramitando el divorcio y ella se encontr de pronto en medio del conflicto. Sus padres haban discutido casi toda la noche. Su padre se haba ido y su madre tuvo un ataque de furia golpeando a la hija menor hasta que Natalia se la arrebat de las manos y encerr a su hermana en su habitacin. Su madre haba pasado el resto de la noche sumida en su estado de sopor. Natalia se haba levantado esa maana y haba ido a la reunin. Qu deba hacer? Tena temor de regresar a su casa pero estaba preocupada por su hermana menor. Juanita escuch toda la historia y sugiri que Natalia hablara con el pastor, el doctor Garca. Se ofreci para ir con ella. Regresaron a la iglesia y se encontraron con el doctor Garca cuando ste sala de su oficina. Juanita le explic al pastor la situacin y le pregunt si l poda ayudar. El pastor estuvo de acuerdo en hacerlo, y entr en su oficina con Natalia. Juanita sigui su camino orando por Natalia y su familia. En este caso, el lugar para estacionamiento de una iglesia se transform en un lugar para brindar consejo. El aconsejar puede darse en un aula, en un pasillo una vez terminada la clase, o en una conversacin telefnica. Puede ocurrir en el hogar del consejero, en un restorn, durante una actividad social o durante un encuentro casual en un centro de compras. En resumen, tanto el maestro como el lder pueden usar casi cualquier lugar y cualquier momento para practicar el ministerio de aconsejar. Si se diera el caso de encontrarse en un lugar inadecuado, pueden sugerir un lugar ms tranquilo y un momento ms conveniente. Esta clase de ministerio al paso es el mismo que practic Jess. Una y otra vez, l atendi a alguien mientras estaba de camino hacia otro compromiso. Encontr a Zaqueo, Luc. 19: 1-9 y al ciego Bartimeo, Mar. 10:46-52, en el camino hacia la muerte en Jerusaln. Aconsej a la mujer samaritana, Juan. 4: 1-42, en su camino hacia Galilea. Cur a una mujer que haba sufrido de un flujo de sangre por doce aos, Luc. 8:40-48, mientras estaba en camino para sanar a la hija de Jairo. Al estudiar la vida de Jess, la conclusin

incuestionable a la que se llega es que la mayor parte de lo que hizo Jess puede considerarse como un ministerio al paso. Mucho de lo que l hizo, lo hizo mientras se hallaba en medio de otra tarea. El ministerio de comprender y aconsejar es muy semejante a eso. Pocos lderes o maestros abrirn un consultorio con el propsito de aconsejar. Sin embargo, deberan estar alertas para aprovechar las muchas oportunidades que tendrn para ayudar a las personas en sus necesidades en un ministerio al paso. Tienen el ejemplo ms perfecto del mundo siguiendo el ejemplo de quien es el modelo de su ministerio Jesucristo.

Cmo crear un clima propicio

Cmo se puede crear un clima adecuado para aconsejar? Cmo se puede hacer para que los miembros de la clase confen en el maestro lo suficiente para compartir con l sus necesidades? Los consejeros en perspectiva no pueden hacer que sus posibles aconsejados acudan a ellos haciendo saber de una manera general que estn disponibles para cumplir su cometido. Se requiere mucho ms que esto, aunque esto pudiera ser un comienzo. El obrero-consejero debe demostrar una gran comprensin y compasin por la gente. Comunicar que ellos se ocuparn de la tarea caer en odos sordos a menos que hayan demostrado previamente que tienen comprensin hacia la gente y genuina compasin ante sus problemas. Otra apertura que los maestros y lderes pueden usar es la de hacer conocer a la gente que ellos han tenido las mismas necesidades en sus propias vidas. La gente es sensible a la debilidad mucho ms de lo que lo es a la fortaleza. Los maestros que en el curso de su enseanza puedan compartir con los dems algunas de sus propias luchas animarn a los miembros de la clase a que se acerquen a ellos. Los lderes que no se ocupan directamente de la enseanza pueden demostrar su apertura hacia los dems en las discusiones durante la clase en las que harn saber que ellos saben lo que significa el sufrimiento y la experiencia de fracaso en sus propias vidas. Los obreros de preescolares y clases infantiles pueden demostrar un espritu de apertura cuando visitan a los padres de los nios a los cuales ensean. Una persona que ha experimentado un problema de tentacin en un rea particular de su vida estar en mejores condiciones para relacionarse mejor con un maestro que admite haber sido tentado. Por esta razn la Biblia nos dice que Jess fue tentado en todo pero sin pecado (Heb. 4:15). Nos relacionamos con ms facilidad con alguien que conoce algo sobre nuestros problemas. Los

maestros que rehsan admitir cualquier problema propio no animarn a los dems a compartir con ellos sus problemas. Ms bien conseguirn alejarlos. Considere su propia situacin. Si usted tiene una necesidad particular, no se sentir ms inclinado a pedir ayuda a alguien que sabe que ha tenido la misma necesidad, que a otra persona de la cual le consta que nunca se ha visto involucrada en un problema semejante? La mayora de nosotros preferira hablar con alguien que ha experimentado los mismos problemas con los cuales estbamos luchando porque sentiramos que esa persona estara ms cerca de comprender cmo nos sentimos y guiarnos a saber qu debemos hacer para resolverlo. Con esto no queremos decir que personas que no comparten sus problemas no tienen ningn problema. Esto es, ciertamente, hacernos una idea falsa. Algunas personas pueden tener ms problemas en un rea particular que los que tienen las personas que los manifiestan, pero la nica manera de que conozcamos sus problemas es que ellas los compartan con nosotros. Con todo, los maestros tienen que tener cuidado de no hacer de los momentos de clase un confesionario. Deben usar de discrecin en cuanto a lo que comparten, el cmo lo comparten y cundo lo hacen. Sin embargo, deben hacerlo; los que estn dispuestos a correr el riesgo abrirn oportunidades para aconsejar a quienes estn en sus clases. Debemos incluir aqu una palabra de advertencia. No todos respondern favorablemente a este acercamiento. Algunas personas se sienten mal cuando saben que sus lderes espirituales no son perfectos. Confes una vez en un sermn que no me senta cmodo al hablar de mi fe en un encuentro personal. Esto desconcert a una mujer en la congregacin porque su pastor no estaba a la altura que deba en un rea en que, segn ella, debera sobresalir. Ms tarde, tuve la oportunidad de asistir a cursos de evangelizacin personal y fui mucho ms capaz de compartir mi fe en encuentros personales. Quise compartir esto con esta mujer, pero ella no me pudo creer a causa de mi primera confesin. Pero, muchos otros respondieron favorablemente a mi sinceridad, de manera que siento que tiene valor tomar el riesgo de hacerlo. Al compartir mis sentimientos de insuficiencia, otros fueron capaces de expresar su necesidad y comenzar a trabajar para superarla. Los maestros y lderes que se confiesan vulnerables corren un riesgo. Pero es un riesgo que vale la pena correr. Es la manera ms efectiva de ponerse en condiciones para ejercer un ministerio de comprender, aconsejar y estimular. Aconsejar es ciertamente una forma de ministerio que todo obrero puede practicar. Es algo que requiere tiempo, energa y esfuerzo. No obstante, es

tambin algo que puede reportar recompensas especiales a todos los que estn deseosos de hacer el esfuerzo y correr el riesgo.

3. Sugerencias Para un Aconsejar Efectivo Parte 1

Qu debe hacer quien desea aconsejar sabiamente? El tipo de consejo que los maesos y lderes harn, ser prctico y realista. No ser un consejo formal en el sentido en que un consejero profesional lo practicara. Este captulo y el siguiente discutirn doce sugestiones para ayudar en este ministerio especfico. No habr reglas rgidas e irrevocables por lo menos, no en la mayora de los casos.

Escuche! Escuche! Escuche!

La primera sugestin es: escuchar!, escuchar!, escuchar! Pens hacer de esta la nica de las doce sugestiones. Es casi imposible que se pueda recibir una sugerencia ms til que sta para poder comprender y aconsejar. Nuestra sociedad es impersonal. Para el gobierno no soy otra cosa que un nmero; para mi banco no soy ms que otro nmero. Mi nombre es algo relativamente sin importancia para cualquier asunto. El nmero de mi cuenta que aparecer en sus computadoras es ms importante que mi nombre. Pocas personas hablan. Menos an son las que escuchan. Me encontr cierta vez con una amiga a la cual no haba visto desde haca mucho tiempo. Yo tena muchas cosas que contarle. Sin embargo, no encontr modo de introducir una palabra en la conversacin. Mi amiga habl constantemente. Finalmente, me resign a escucharla. Ms tarde llegu a la conclusin de que ella necesitaba de alguien que la escuchara, ms de lo que yo necesitaba que alguien me escuchara a m. Desde hace ya tiempo corre la historia de dos doctores que se encontraron en un pasillo del hospital. Un doctor le observ al otro, que era psiquiatra:
No me explico cmo puede pasar todo el da escuchando a la gente.

El psiquiatra contest:
Verdad, quin escucha?

Quin escucha? Con toda seguridad que un maestro o lder que desea ayudar a la gente, escuchar. Con todo, escuchar no es cosa fcil. Puede, incluso, ser difcil. No es necesariamente algo que surge naturalmente. Las siguientes sugerencias pueden ayudarle a ser un buen oyente.

Mire al que habla

Decir que uno debe mirar al que habla para ser un buen oyente pareciera casi innecesario. Y, sin embargo, todo el resto de estas sugestiones parecern igualmente innecesarias a cualquiera que sepa escuchar. Pero, detngase y piense en alguna conversacin que haya sostenido recientemente. Tuvo la impresin de que la otra persona no lo estuvo escuchando? En lugar de mirarlo a usted, estaba la persona mirando el reloj, o mirando a travs de la ventana, o distrayndose con un montn de cosas? Muchos de nosotros hemos tenido esta experiencia. El otro lado de la moneda es que la mayora de nosotros ha hecho lo mismo cuando supuestamente estbamos escuchando a alguien. Escuchbamos nicamente con aproxima-damente la mitad de nuestro inters. Con la otra mitad estbamos midiendo el tiempo, pensando en las cosas que tenamos que hacer, haciendo una nota mental de las diligencias que debamos hacer una vez acabada la conversacin, o pensando sobre lo que bamos a decir cuando nos tocara hablar. Todos nosotros hemos hecho esto. Esta es la razn por la que quienes nos estn hablando saben instintivamente que no los estamos escuchando con atencin cuando no los estamos mirando. Ellos han hecho el mismo juego y conocen el nuestro.

Preste Atencin
D a quien le habla su atencin individual. Es posible mirar atentamente al que habla y dejar a la mente volar libremente. Como dijimos anteriormente, los que nos hablan tienen conciencia de esta tctica porque ellos tambin la han usado. No importa cuan ocupado usted pueda estar, no le tomar ms tiempo darle a su interlocutor una atencin plena que darle una atencin parcial. De hecho, hasta puede requerirle menos tiempo y comprender el asunto ms pronto y llegar al punto ms rpidamente.

Resista el impulso de contar una historia semejante

Resista el impulso de contar un caso similar o una experiencia propia. El esposo de Silvia haba muerto haca poco. Ana vino a su casa para visitarla. Cuando Silvia hablaba acerca de su pena. Ana replic:
Yo s muy bien cmo te sientes. Mi esposo muri hace dos aos. Y yo puedo decirte lo difcil que eso es. Sobre todo, es particularmente duro por la noche cuando estoy lista para ir a la cama. Por cierto, que usualmente me quedo despierta hasta altas horas de la noche, cuando estoy muerta de cansancio, apenas entonces voy al dormitorio.

Y as sigui hablando y hablando de su propia pena. Silvia se sent y la escuch por un tiempo hasta que dej que su mente siguiera otros pensamientos. La pena de Ana era real. Su intento de identificarse con la tristeza de Silvia pudo haber sido legtimo, pero la manera en que lo hizo fue inadecuada. Silvia no necesitaba en ese preciso momento escuchar las penas de Ana. Ms bien necesitaba que alguien la escuchara a ella. Cul es el valor efectivo y til de la identificacin? Realmente me ayuda el saber que usted ha tenido la misma experiencia de dolor que yo estoy sintiendo ahora? Pienso que no. Cuando yo estoy sufriendo, no estoy interesado en otros. Estoy preocupado con mi propio dolor. En ese momento soy egosta y me encuentro centrado en m mismo. Estoy preocupado con lo que a m me pasa.

Haga preguntas oportunas

Otra manera de ser un buen oyente es hacer preguntas oportunas. El hacer preguntas pertinentes demuestra que usted est dando completa atencin al que le habla. Sus preguntas hacen que el que le habla se sincere. Las preguntas oportunas que se hacen no deben dar la apariencia de una intromisin. No es este el propsito de la pregunta. Las preguntas deben animar al oyente a abrirle una puerta para que entre si as lo desea. Las preguntas oportunas no pueden ser respondidas con respuestas de un s o un no. El siguiente cambio de palabras tuvo lugar entre un maestro y un miembro de su clase:
Miembro: Me siento muy irritado cuando pienso en todos los nios que mueren cada ao. Maestro: Es con Dios con quien est usted enojado? Miembro: No.

Este maestro en lugar de hacer una pregunta oportuna que animara al alumno a compartir sus pensamientos ntimos, hizo una pregunta que provoc un final abrupto a una lnea de pensamiento que pudo ser prometedora. Una forma ms apropiada para encauzar el tema pudo haber sido la siguiente:
Miembro: Me siento muy irritado cuando pienso en todos los nios que mueren cada ao. Maestro: Cree usted que Dios pudo haber evitado todas esas muertes? Miembro: Bueno, nunca lo he pensado antes de esa manera, pero creo que s. Me pone mal que l no evite que sucedan esas cosas si l es capaz de hacerlo.

Esta forma de preguntar dio una oportunidad a la persona para dar expresin verbal a un sentimiento. Pocas personas admitirn estar enojadas con Dios. Sin embargo, si se les da la oportunidad para expresar sus sentimientos de enojo, lo harn. Haciendo preguntas adecuadas se da oportunidad a la gente de expresar en voz alta sus sentimientos ms profundos.

Est sinceramente interesado

Una sugestin final para un buen oyente es que est sinceramente interesado en lo que dice el que habla. Hay que admitirlo, esto es difcil a veces. A menudo nos sentimos tentados a decir con el psiquiatra: Verdad, quin escucha? Si usted no est sinceramente interesado en lo que la otra persona est diciendo, nunca ser un buen oyente. El que est hablando se dar cuenta muy pronto de que no lo est escuchando y se distanciar. Se nos presentarn muchas oportunidades para que apliquemos la Regla de Oro, pero con toda seguridad, esta es una de ellas. Lo que yo digo es importante para m. Si usted quiere escucharme, yo lo escuchar. Si no quiere hacerlo, tratar de encontrar a alguien que me escuchar. Si usted quisiera que los dems se interesen en lo que les est diciendo, usted debiera escucharlos a ellos.

Nunca Divulgue Confidencias

Estoy tentado a comenzar cada una de estas sugerencias diciendo que esta es la ms importante de todas. Pudiera ser que todas sean igualmente importantes, de ser as, esta es ciertamente, la primera entre iguales! Divulgar confidencias lleva consigo la potencialidad de herir a la gente muy profundamente. Es trgico compartir con una persona algo que usted tuvo el propsito que lo supiera ella sola y luego descubrir que ha sido divulgado por todo el mundo. Vilma tena veintisis aos. Su esposo David era abogado. Precisamente recin haba terminado su escuela de derecho y se haba establecido en su nueva profesin. Para salir adelante, David pasaba muchas noches trabajando en su oficina o en su hogar. Vilma, como tena pocas amistades, se inscribi en un curso de alfarera una tarde por semana. Esto la mantuvo ocupada. El primer da de clase se encontr con Guillermo que era apenas un poco mayor que ella, y como se enter ms tarde, se haba divorciado recientemente. Guillermo era una persona sumamente delicada. Mientras trabajaban juntos conversaban. Vilma se iba dando cuenta de que las horas de clase le resultaban cada vez ms felices porque Guillermo la escuchaba y pareca preocuparse por ella algo que David haca poco y nada en las ltimas semanas.

Una noche, despus de la clase, varios del curso de alfarera, incluyendo a Guillermo y Vilma, se detuvieron a beber una taza de caf. Esto lleg a ser un ritual de cada semana. Pronto, el resto del grupo abandon el hbito pero Guillermo y Vilma terminaron por reunirse ellos solos todas las noches despus de las clases. Despus de un tiempo, una noche mientras David estaba trabajando, Vilma se encontr con Guillermo para cenar juntos. Gradualmente, sin que ella se diera cuenta ni se lo propusiera, se encontr implicada en una dudosa relacin con l. Vilma haba sido criada en un hogar cristiano y ella y David eran miembros de una iglesia. Una noche, mientras David estaba en su trabajo, la maestra de la escuela dominical de David y Vilma se present para hacerles una visita. En el transcurso de la visita, el sentimiento de culpa de Vilma a causa de su relacin con Guillermo hizo que ella le confesara a su maestra lo que estaba sucediendo en su vida. En la reunin siguiente de lderes y maestros del Departamento de la Escuela Dominical, la maestra, con el pretexto de compartir un motivo de oracin, relat al grupo toda la historia de Vilma. Muy pronto lleg a odos de Vilma lo que haba sucedido en la reunin de maestros y lderes. No es necesario decir que se sinti turbada, enojada, y comenz a vivir en el constante temor de que David tambin supiera todo el asunto. Dej de ir a la iglesia y se apart de casi todos sus contactos sociales. Lo que se cuenta como una confidencia nunca debe ser revelado. Puede ser difcil mantener en secreto un jugoso bocado de informacin, pero debemos callar y considerar el dao que nuestra actitud puede hacer a la persona o personas implicadas. En alguna parte le de una pequea que se hallaba jugando fuera de la casa mientras la ventana de la misma se hallaba abierta. Dentro de la casa su madre y una vecina estaban conversando. La vecina comparta con la seora ciertos problemas personales y la nia accidentalmente alcanz a or lo que se hablaba. Ms tarde, cuando la madre se dio cuenta de que su hija haba odo la conversacin previno a la nia con respecto a repetir lo que haba odo. Entonces le dijo:
Si la seora Jimnez hubiera dejado su cartera o alguna cosa de valor aqu, no te hubieras apoderado de ello. Tampoco debes apoderarte de lo que has odo. Debes dejarlo all mismo.

Las siguientes sugerencias pueden ayudarle a guardar en secreto lo que le dicen en secreto.

Haga un pacto con su lengua

Job, en defensa de su integridad, manifest: Hice pacto con mis ojos: Cmo, pues, haba yo de mirar a una virgen? Job. 31: 1. Es una buena advertencia en asuntos sexuales, pero puede ser tambin una buena advertencia en otras reas de la conducta. El que aconseja puede decir: He hecho un pacto con mi lengua, por qu, entonces, revelara lo que se me ha dicho privadamente? Saber guardar un secreto es la condicin necesaria para que la gente confe en usted. Decida de antemano que nunca revelar a sabiendas cualquier cosa que alguien le haya compartido en secreto. Decida de antemano, haga un pacto con su lengua de permanecer mudo sobre las cosas que se le han confiado, que le han compartido confiadamente.

No Busque Popularidad a Expensas de Otra Persona

Todos nosotros queremos ser estimados y tener popularidad. Nos sentimos gratificados cuando alguien comparte un secreto con nosotros porque eso nos hace sentir apreciados por esa persona. Compartir secretos es, adems, una forma de obtener la simpata de la gente. Si compartimos nuestros secretos con la gente, pensamos que nos han de querer ms. La popularidad y el elogio de los otros nunca tiene el valor del sacrificio que significa el violar un secreto que se nos ha confiado. Usted debe asegurarse de que se lo identifique como alguien que no ceder a la tentacin de divulgar algo que no debe salir de sus labios. Cuando sea tentado a descubrir, incluso algo que no sea tan daino, recuerde el caso de Vilma y la destruccin que la violacin de un secreto caus en su vida. Se cuenta de San Francisco de Ass que cierta vez una mujer vino a l a confesarle que haba hecho circular un chisme acerca de sus vecinos. Estaba muy apenada por lo que haba hecho y peda a Dios perdn por su pecado. De inmediato Francisco le asegur que Dios la perdonaba. Entonces la mujer le pregunt qu poda hacer para corregir su falta. Francisco le mand que pusiera una pluma en el umbral de cada hogar donde viviera una de las personas a las cuales hubiera transmitido su chisme. Pronto retorn la mujer para informarle que ya haba hecho lo que le haba ordenado. Entonces, Francisco le pidi que volviera sobre sus pasos y recogiera las plumas y se las trajera a l. Poco despus, la mujer retorn con lgrimas diciendo que el viento haba desparramado las plumas y que era imposible recuperarlas. Entonces Francisco bondadosamente le dijo que aunque Dios la hubiera perdonado por su pecado, ella no podra jams reparar el dao que haba hecho con sus palabras.

Un dao irreparable puede ser hecho al revelar los secretos que se han compartido con nosotros. Este dao no slo se hace al aconsejado, sino que tambin se lo hace a usted mismo. Saber que ha violado un secreto puede causarle pena y afliccin mucho ms all del placer pasajero que pueda derivarse del delicioso bocado de compartir un secreto que le haya sido confiado.

Asegure a los Aconsejados Que Usted Es Digno de Confianza

Se necesita dar seguridad a quienes se est aconsejando de que lo que ellos comparten ser mantenido en estricto secreto. Usted puede hacer esto en su clase por lo menos de dos maneras: Puede decirlo francamente y compartirles que ha hecho un pacto con su lengua y que es capaz de guardar un secreto. Pero, ms importante que decirlo es demostrarlo. Asegure de no dar la menor impresin de que est usando algo que se le ha confiado en secreto como ilustracin de una leccin de la escuela dominical. La seora Elsa haba sorprendido a Jos hurtando algunas monedas del canastillo de las ofrendas. Lo haba amonestado y advertido de que no lo hiciera otra vez explicndole que estaba mal. Jos prometi que no lo hara ms siempre que ella no lo contara a nadie. Un domingo los muchachos estaban estudiando los Diez Mandamientos y la seora Elsa aprovech la oportunidad para advertir a los nios que robar era un pecado. Especficamente particulariz el robar del recipiente de las ofrendas. Aunque no mencion el nombre de Jos, ste tuvo la sensacin de que todos saban que era l quien lo haba hecho. Se sinti turbado y traicionado. El prximo domingo por la maana tena un fuerte dolor de estmago y no se sinti dispuesto para ir a la escuela dominical. El domingo prximo sucedi lo mismo. No tardaron los padres en encontrarse con que no podan llevarlo a la escuela dominical de ninguna manera. Jos lleg a ser un hombre que odiaba a la iglesia. Saba que lo que haba hecho estaba mal pero ms sinti que la seora Elsa haba tomado una ventaja desleal sobre l. Ya como un adulto fue capaz de aceptar que la seora Elsa de ninguna manera era perfecta y pudo perdonarla y perdonarse a s mismo por lo que haba sucedido.

Identifique a los Involucrados en el Secreto

Hay que hacer una advertencia en cuanto al mantenimiento de un secreto. Muy a menudo la gente le comparte algo y le pide que lo mantenga en secreto. Asegreles que lo har pero de inmediato pregnteles cuntas otras personas conocen lo que se le ha confiado a usted. Si otros conocen la situacin, puede

asegurar que no revelar lo que se le ha contado pero que usted no puede controlar lo que harn los otros. De esta manera, se proteger a usted mismo en su integridad y no ser luego cuestionado por lo que no ha hecho o dicho. A pesar de lo mencionado anteriormente, tambin debe decirse que puede llegar un momento en que usted tendr que violar un secreto. Asegrese, sin embargo, con toda certeza de que esto es necesario y que hay ms valor que dao, en violar ese secreto. Si sospecha que alguien tiene necesidad de una ayuda profesional que usted no le puede brindar, pida a la persona permiso para compartir su problema con su pastor u otro consejero. (Ver el captulo 7 para ms detalles sobre el problema de derivacin.) Si la persona se rehsa y en su opinin l o ella necesita ayuda mdica o psiquitrica, usted puede necesitar compartir esa necesidad con otros. Si, por ejemplo, la persona amenaza con el suicidio o con hacer dao fsico a otros, este caso justificara que se violara el secreto. Si usted tiene conocimiento del abuso de un menor, est obligado por ley a informar el caso a las autoridades. A usted se le asegura el anonimato y la agencia del bienestar infantil investigar el caso. La violacin de un secreto es tan potencialmente explosiva que usted debe estar seguro de que vale la pena correr el riesgo.

Aconseje con Prudencia

Todos nos sentimos halagados cuando alguien viene a nosotros en busca de un consejo. Es un poco como confirmar que por lo menos alguien ha reconocido que tenemos un gran conocimiento y tal sabidura que nos permite aconsejar e instruir. Sin embargo, en muchos casos debemos evitar el aconsejar, cmo evitaramos la peste! Pero, qu con respecto a esa gente en el mundo, pobre y miserable que no sabe qu direccin tomar? Es cierto, algunas personas no saben qu decisiones tomar, pero dos riesgos inherentes existen en cmo explicarles qu hacer. El primer riesgo es que podemos equivocarnos en nuestro consejo. Podemos no tener a mano todos los hechos que corresponden a una situacin dada. Sin el conocimiento de todos los factores implicados, podemos salir con respuestas erradas. Y aun conociendo todos los factores, como somos falibles, podemos emitir un juicio equivocado. El segundo riesgo es que, aunque nuestro consejo sea el adecuado, les privamos a los aconsejados de tomar sus propias decisiones. Tomamos

nosotros las decisiones en lugar de dejar que ellos lo hagan. A menudo estas personas, lo que necesitan es tomar ellas sus propias decisiones y estar paradas sobre sus propios pies. Cuando damos un consejo estamos haciendo a la gente depender de nosotros. Esto puede gratificar nuestro ego, pero no ayuda a la gente. En lugar de dar un consejo, ayude a la gente a descubrir las alternativas del caso. Desde su perspectiva, usted puede ser capaz de ver varias alternativas, pero seguramente es la persona que est aconsejando la que tiene algunas ideas propias. De hecho, la mayora de las veces, a menos que la persona est mentalmente enferma, ella sabe qu curso de accin seguir y simplemente necesita a alguien que apruebe lo que piensa. Es relativamente frecuente escuchar a alguien que nos hace preguntas con respuestas obvias, y de pronto la persona nos agradece el consejo que le hemos dado, y, realmente, no hemos abierto la boca! Pero es as como debe ser. Las decisiones que las personas toman por s mismas sern de ms valor porque son sus decisiones y no decisiones que provienen de algn otro.

Sea Cauto al Aconsejar

El departamento de jvenes casados de la escuela dominical haba ido a un retiro de fin de semana. Fue una experiencia espiritual profunda para todos. Ema Garca, que era la encargada de tener un retiro en el que las parejas pudieran enriquecer sus matrimonios, haba hecho un trabajo excelente. El sbado por la noche, despus de la sesin, Jos Gmez le pidi la oportunidad de hablar con ella acerca de algunas cosas que haba dicho. Como muchas personas estaban todava en la sala de estar, Ema invit a Jos a su habitacin donde pudieran hablar en privado. Conversaron cerca de una hora, pasada la cual, Jos se fue. Pero, al irse, sucedi que en el momento de salir de la habitacin de Ema se encontr con algunas personas del grupo. No le dio importancia al asunto hasta que, pasados algunos das, se enter de que estaba circulando un malicioso rumor de sus relaciones con la directora del retiro. El consejero nunca ser demasiado precavido en cuanto al lugar en que practica su tarea. La admonicin bblica absteneos de toda apariencia de mal (1 Tes. 5:22, Bober-Cantera) es una buena recomendacin. Siendo la naturaleza humana lo que es, situaciones como la que se ha relatado entre Ema y Jos pueden ser peligrosas. Existe una estrecha conexin entre una elevada comprensin espiritual y un elevado deseo sexual. El Progreso del Peregrino de Juan Bunyan concluye con la perspicaz afirmacin de que haba un camino al infierno aun desde las puertas del cielo. Ms de un obrero cristiano puede testificar de lo correcto del discernimiento de Bunyan. Satans

est siempre alerta para aprovechar las ocasiones en que somos ms dbiles. El consejero sabio tendr cuidado al escoger dnde aconsejar. Otras razones para tener cuidado nada tienen que ver con indiscreciones o insinuaciones de tipo sexual. Un miembro de una clase, que en medio del estudio, comienza a compartir detalles ntimos sobre actividades ilegales en las que l y otros estn complicados puede ms tarde arrepentirse de haberse embarrado delante de toda la clase. Un maestro prudente sugerir que ambos busquen un momento en una ocasin ms conveniente para hablar en privado del tema. Restaurantes llenos de gente, locales de venta, atrios de templos, no son lugares adecuados para compartir detalles ntimos de experiencias personales. En estos lugares abundan las ocasiones de que alguien escuche lo que se est diciendo. Esto puede causar perplejidad para la persona y hasta hacer que sta lo acuse de haber violado un secreto. Esto no significa que el lder o maestro deba tener una oficina privada. Sin embargo, en algunas circunstancias, puede necesitar usar eventualmente la oficina del pastor o alguna otra oficina en la iglesia. La reserva que ofrece un hogar, incluso un restaurante donde se pueda hablar sin ser interrumpido, puede servir en otras ocasiones. Tenga precaucin al elegir un lugar donde aconsejar.

Est Alerta a las Seales de Advertencia

Algunas personas pueden predecir un cambio de tiempo por un dolor en el dedo gordo del pie. Los meteorlogos hacen sus predicciones basados en la informacin de equipos sofisticados de computacin. A veces, ambos estn acertados, otras veces, ambos equivocados. Pero, la mayora de nosotros confiara ms bien en los meteorlogos para nuestras predicciones del tiempo porque ellos saben mejor cmo leer los signos correspondientes. El lder o maestro que aconseja tambin debe estar alerta a las seales de advertencia en las vidas de los aconsejados. Cuanto ms familiaridad tengamos con estos sntomas, ms probable es que tengamos xito en una situacin crtica. Esto no significa que siempre acertaremos. Ni tampoco significa que los sntomas estn indicando siempre algn problema serio. Una orientacin general es que cuando aparece un cambio radical de conducta, est alerta a la posibilidad de algn problema ms profundo. Rosa Molina tena cuarenta y tres aos. Estaba casada y era madre de dos hijos, el menor de los cuales se haba ido a un colegio superior. Rosa siempre haba sido bastante activa en el trabajo de la iglesia pero nunca haba

participado en el programa de visitacin de la escuela dominical. Se present a Alicia Prez, su maestra de la escuela dominical y le dijo que quera comenzar a visitar. De modo que Alicia le dio una lista de miembros inactivos y de otros en perspectiva para la clase. Un da la maestra recibi una llamada telefnica del pastor preguntndole por Rosa. Esta haba visitado una familia en su lista de miembros en perspectiva y les haba dicho a todos que iran al infierno a menos que comenzaran a asistir a la iglesia. El pastor le pidi a la maestra que visitara a Rosa y viera qu le pasaba ya que su comportamiento era desacostumbrado. Alicia telefone a Rosa y fue a visitarla. En la conversacin de ambas mujeres. Rosa comenz a describir una visin que haba tenido. Dijo que el Seor se le haba aparecido y le haba dicho que ella era su mensajera especial para preparar al mundo para su regreso. Deba amonestar a todas las personas. Este mensaje era tan urgente que ella ni siquiera tena tiempo para comer y dormir. Al mirar Alicia a su alrededor pudo ver el escaso tiempo usado en limpiar la casa. Platos sucios de haca tiempo estaban apilados en la mesa. Tal era el cambio en la conducta habitual de Rosa. Siempre haba sido una inmaculada ama de casa. Nunca haba trabajado fuera de su hogar, y se haba consagrado a hacer de l un hermoso espectculo. Despus de hablar un rato con Rosa, Alicia se retir y fue a ver al pastor. Comparti con l lo que haba encontrado, y el pastor llam al esposo de Rosa para tratar el asunto con l. El esposo de Rosa confirm que haban tenido algunos problemas en estos ltimos meses, y que desde que el ms pequeo de sus hijos se haba ido al colegio superior las cosas comenzaron a ir peor. El esposo de Rosa la llev al doctor. No fue hospitalizada, pero fue necesario que tomara ciertos remedios y tuviera varios meses de consejo profesional. Mirando superficialmente la conducta de Rosa no estaba, de ninguna manera, fuera de lo comn. Muchas personas son visitadoras fervientes en el programa de sus iglesias, y dejan los platos sucios sobre la mesa. Sin embargo, tal cambio drstico en un momento y en tantas reas de la vida era una indicacin de que algo raro estaba pasando. La orientacin general es: cuando aparece un cambio radical de conducta, est alerta a la posibilidad de algn problema ms profundo. Los cambios se manifiestan primeramente en algunas reas. Cambios drsticos en los hbitos de comer, dormir, o cualquier otro cambio fsico puede ser una seal de advertencia. Rosa no coma ni dorma. Su hogar, normalmente impecable, era un desorden total. Otra seal de advertencia puede ser un cambio en el manejo del dinero. Si uno ha sido siempre una persona

generosa y de pronto se vuelve excesivamente egosta y tacaa, o si uno ha sido siempre cuidadoso en los asuntos financieros y comienza a gastar dinero y hacer gastos excesivos, estas cosas pueden ser seales de advertencia. Un cambio en el cdigo moral de una persona puede ser tambin una advertencia de problemas ms graves. Una persona que nunca robara ni la ms mnima cosa y de pronto comienza a ser un ratero, o una persona cuyo cdigo sexual cambia de pronto, puede estar experimentando problemas emocionales. Estos cambios en la conducta de una persona no son pruebas categricas de una enfermedad mental; pero s seales de advertencia de que algo puede comenzar a andar mal. El consejero tomar estas cosas como seales de advertencia y esperar indicaciones ms precisas de la existencia de problemas. Sera una cosa excelente en estos casos tomar un tiempo prudencial para hablar con su pastor o algn otro consejero competente para tener un asesoramiento ms experimentado.

Sea Sensitivo
Muchsimo del ministerio de un consejero se basa en la sensibilidad. Sensibilidad es casi como un sexto sentido que una persona posee. Es imposible establecer reglas y normas absolutas en el trato con la gente. Todo lo que se puede hacer es establecer lineamientos generales para ayudar, pero ms all de esto, un obrero-consejero debe poseer una sensibilidad especial para las necesidades de la gente. Como en otras reas de nuestra vida, aqu tambin Jess es nuestro ejemplo. Lea atentamente los Evangelios y note cuan sensible fue l a las necesidades de los dems. Cuando Jess san a un ciego, lo apart de la multitud a un lugar donde pudiera estar a solas con l, Mar. 8:23. Jess rehus mirar a la mujer que haba sido tomada en adulterio, Juan. 8: 1-11. Provey de vino en la fiesta de bodas en Cana, Juan. 2:11, para eliminar el apuro de ese momento. Busc animar a Pedro aparecindose a l en forma especial despus de su resurreccin, Luc. 24:34, de forma que Pedro pudo perdonarse a s mismo por haber negado a Jess. Me gusta pensar que si Judas no se hubiera suicidado y hubiera estado vivo luego de la resurreccin Jess tambin se le hubiera aparecido a l. Su maravillosamente sensitiva persona se preocupa de las necesidades de la gente. Es por su sensibilidad que l puede determinar qu es lo que necesitamos. No nos trata a todos de la misma manera sino que adapta su ayuda a nuestras necesidades.

Los que aconsejan deben modelar sus vidas segn el ejemplo de Jess. Estudiarn su vida; leern los Evangelios de modo que lleguen a conocer todo lo relativo a su manifestacin histrica. Estudiarn sus relaciones con el pueblo. Estarn tan familiarizados con la vida y enseanzas de Jess que sabrn instintivamente cmo procedera Jess en determinadas situaciones. Esto no quiere decir que no procedern con firmeza o severidad en sus acciones y palabras cuando la situacin lo demande. En una ocasin Jess critic duramente a los fariseos. Uno de los maestros de la ley se opuso a lo que Jess haba dicho: Maestro, cuando dices esto, nos insultas a nosotros tambin, Luc. 11:45, Biblia de las Amricas. Y entonces Jess comenz a criticar tambin a los maestros de la ley. En estas circunstancias, Jess entendi que esto era lo que precisamente se necesitaba. Sensibilidad no significa cobarda. Significa saber cundo se debe ser custico y cundo se debe ser amable y tener el coraje de actuar segn lo demande la ocasin.

4. Sugerencias Para un Aconsejar Efectivo Parte 2

Las personas no son mquinas o robots. No siempre reaccionan de la misma manera bajo las mismas circunstancias. Si fuese as, slo se necesitara idear un sistema preciso de normas de conducta. Los consejeros podran memorizar esas normas y, como un mecnico que repara un robot podran hacer ajustes en la conducta de las personas hasta que operen adecuadamente. Pero las personas no son as. Cada persona es un individuo. Cada persona necesita una atencin especfica. Las siguientes sugerencias no son reglas fijas. Ms bien pretenden ser lineamientos generales para ser empleados despus de mucha oracin y atenta consideracin. Son, sin embargo, dignas de su consideracin si usted pretende cumplir su ministerio de aconsejar. Considrelas con mucho cuidado.

No Condene
Un consejero sabio proceder con cautela en condenar a las personas por sus pecados y fracasos. Esto no quiere decir que est bien todo lo que las personas a las que aconsejamos hayan hecho, es slo decir que el condenar es responsabilidad de Dios, no nuestra. Cuando condenamos a otros nos colocamos a nosotros mismos en la posicin que corresponde a Dios y slo a l. Condenar es la obra del Espritu Santo. El es quien nos juzga por nuestras actitudes y acciones equivocadas. Debemos dejarle a l cualquier condenacin en lugar de hacerlo por nuestra cuenta. El condenar es caer en una autoderrota. Cuando condenamos a alguien por una accin concreta, nuestro propsito es provocar un cambio en su conducta. Sin embargo, usualmente la condena tiene un efecto opuesto. Si usted es casado, recuerde lo sucedido la ltima vez que su esposa lo critic. Cul fue su respuesta? Quiso cambiar su manera de ser o por despecho continu lo mismo? O, qu sucedi la ltima vez que usted fue criticado por su jefe o alguna otra persona? Cul fue su respuesta en estas ocasiones? Las personas a las que aconsejamos no sentirn de una manera distinta a la que nosotros sentimos cuando somos criticados. En la mayora de los casos ya sabemos que somos culpables, y no necesitamos que nadie nos lo diga. He ledo en alguna parte de un profeta que parado en una esquina, a medida que la gente pasaba, los sealaba con su dedo y

declaraba: Culpable!. Un hombre confrontado con esta actitud, hizo notar a su compaero: S, pero cmo lo supo l? Sabemos que somos culpables, y especialmente cuando hemos reunido suficiente coraje para desnudar nuestras almas ante alguien y confesar nuestra culpa, no necesitamos que alguien nos condene por lo que ya hemos confesado. Daniel estaba pasando serios problemas en su hogar. Se haba casado con Susana haca catorce aos. Realmente, no pasaba nada malo, pero tampoco andaban las cosas del todo bien. Susana pareca atada a sus hijos y a su trabajo y no tena tiempo para l. Daniel senta como si la familia slo estuviera interesada en el dinero que l traa al hogar. Era como si nadie en la familia estuviera interesado en conocer sus necesidades. Mientras tanto, en su trabajo una de las nuevas encargadas de compras se haba divorciado recientemente. Comenzaron por almorzar juntos. Luego, ambos fueron enviados fuera de la ciudad a una demostracin de productos. Pasaron una semana juntos, y la ltima noche, antes de regresar a casa, l pas la noche en la habitacin de ella. Daniel se justific dicindose que nadie, nunca, lo sabra. Nadie haba sido perjudicado y, adems, un montn de gente haba hecho antes lo mismo. Sin embargo, haba no ms que un solo problema: l lo saba. La experiencia comenz a remorder su conciencia. No poda ir a las reuniones de su iglesia y sentarse en una clase bblica o en un culto de adoracin sin sentirse molesto. Comenz a inventar razones para no asistir a las reuniones. Haba faltado ya varios domingos cuando Arnoldo Guzmn, uno de los hombres de su clase de la escuela dominical, le telefone invitndolo para almorzar juntos. Se reunieron en un club privado del cual Arnoldo era socio. Se sentaron en un rincn del saln donde podan conversar a solas. Mientras conversaban, la culpa de Daniel lo agobi. Siempre haba tenido un gran respeto por Arnoldo, y sinti que poda confiar en l. Pronto, toda la historia sali a la luz. Mientras Daniel hablaba, fue percibiendo un cambio en la actitud de Arnoldo. Su rostro se haba ido endureciendo y su amabilidad desapareci. Cuando Daniel hubo terminado, Arnoldo lo mir framente y le dijo:
Daniel, estoy avergonzado de ti. Sabes que el adulterio est mal. La Biblia lo dice. Sabes cmo nuestra iglesia no aprueba acciones como la tuya. Yo mismo no puedo creer que hayas hecho una cosa as.

Puede usted imaginar la contestacin de Daniel?

En realidad, Arnoldo no habl de esa manera. En lugar de asumir una actitud de juez, de sentencia o de crtica, le permiti a Daniel hablar. Cuando hubo terminado le pregunt: Cmo te hace sentir esto? Daniel replic: Muy mal! Realmente amo a Susana y a los chicos. S que la situacin en el hogar no es la mejor, pero tambin s que yo sera la misma persona en una situacin diferente. No quiero el divorcio. Quiero luchar por mi matrimonio y hacerlo mejor. Pero no s cmo. Arnoldo aprob el deseo de Daniel de mejorar sus relaciones con Susana y sugiri que oraran juntos. Inclinaron sus cabezas, Daniel confes su pecado y pidi que Dios lo perdonara y le ayudara a hacer de su matrimonio un matrimonio mejor. Al salir del restaurante, Arnoldo le sugiri a Daniel si no deseara hablar con su pastor y conseguir ayuda para recomponer nuevamente su matrimonio. Le asegur a Daniel su inters y su sostn en oracin y que mantendra en secreto lo que l le haba compartido. Si uno no condena, cul es la otra manera de tratar el asunto? Cmo manejar una confesin? La Biblia tiene una palabra de consejo: Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seis sanados, (Stg. 5:16). La confesin es bblica, pero tan difcil como puede ser el confesar nuestros pecados a una persona cualquiera, puede ser an ms difcil el recibir la confesin. Con todo, uno de los aspectos del sacerdocio de los creyentes es que actuamos como sacerdotes, el uno para el otro cuando existe una necesidad. Asegure a las personas que Dios las perdonar. Una buena declaracin de la Biblia es 1 Jn. 1: 9:
si confesamos nuestros pecados, podemos confiar en que Dios har lo que es justo: nos perdonar nuestros pecados y nos limpiar de toda maldad (Dios habla hoy).

Esta seguridad puede expresarse de viva voz y probablemente debiera hacerse as. Necesitamos escuchar esta palabra de Dios. Esto nos ayudar a aceptarla. La persona ante la cual hemos confesado nuestras faltas, no nos perdona; nicamente sirve como un agente actuando en el nombre de Dios para dar el mensaje de Dios al pecador arrepentido. Una persona tambin necesita perdonarse a s misma. A veces, es duro creer que pudimos realmente hacer lo que hemos hecho. En algunas circunstancias es ms fcil para m recibir el perdn de Dios que lo que es el perdonarme a m

mismo. Mi experiencia me lleva a creer que muchas otras personas tienen el mismo problema. Un consejo sensible guiar a la persona a aceptar el perdn de Dios como condicin de que ste sea efectivo. Un consejero que no condena y sirve como confesor al que est en conflicto podr ver cmo el perdn de Dios llena la vida de esa persona.

Evite Decir: Yo S Cmo Se Siente

Leticia haba estado en la funeraria toda la tarde recibiendo a amigos que vinieron a expresarle sus condolencias por la muerte de su esposo, Guillermo. Guillermo tena al morir cincuenta y dos aos y haba muerto en forma inesperada durante su sueo. Fueron muchas las personas de toda la comunidad que haban venido para expresarle su simpata. Guillermo haba sido muy activo en las organizaciones cvicas, polticas y de la iglesia. Tanta gente le dijo tantas cosas buenas de Guillermo que Leticia casi comenz a creerles. Ruth, cuyo esposo haba fallecido pocos meses antes, vino entre los dems y expres a Leticia su simpata dicindole: S cmo te sientes. Yo perd a mi esposo hace exactamente ocho meses. Yo s muy bien cmo te sientes. Para s misma Leticia pens: Oh, en realidad apuesto a que no lo sabes. Lo que muy pocos saban era que Guillermo ante el mundo present la figura de un perfecto caballero. Siempre era el primero en sugerir que la iglesia ayudara a alguien en necesidad. En el hogar, sin embargo, Guillermo era exactamente lo opuesto. Era abusador, desconsiderado, y a veces hasta violento. Beba hasta altas horas de la noche, y en la noche de su muerte haba discutido con Leticia sobre su hbito de beber y su decisin de tomar ciertas pldoras que l tena para sus dolores de cabeza. Se haba puesto bastante violento y haba perseguido a golpes a su esposa hasta que ella sali de la habitacin y se encerr con llave en otra habitacin para mantenerlo alejado de ella. El haba regresado a la sala y haba continuado bebiendo. Aqu fue donde Leticia lo encontr temprano al otro da ya muerto. Ruth no saba cmo se senta Leticia. Mientras sta estaba preocupada por la muerte de Guillermo y los cambios que esto significara para ella, al mismo tiempo en cierto modo aliviada porque ya no tendra que vrselas ms con el abuso y la hipocresa de l. No, pens Leticia mientras Ruth se alejaba de ella, t, en realidad, no sabes como yo me siento.

Decir a la gente que usted sabe cmo se siente es siempre peligroso. La verdad es que nadie sabe exactamente lo que cualquier otro siente sobre cualquier cosa. Decimos a las personas que sabemos cmo se sienten con el propsito de identificarnos con ellas. No estoy convencido de que esta identificacin sea necesaria o aun deseable. La mayora de las veces usamos esta expresin no tanto porque pensamos que con ella estamos ayudando al otro sino porque no sabemos qu otra cosa decir. A menudo nos quedamos mudos ante la afliccin y la muerte. La afliccin y la muerte de los otros nos hacen recordar nuestras propias aflicciones no resueltas y decimos lo primero que viene a nuestras mentes. En lugar de hablar acerca de las aflicciones de la otra persona, lo que decimos resulta un modo de hablar sobre las nuestras. Todava nos sentimos afligidos por las prdidas sufridas en los ltimos aos, y aprovechamos la oportunidad para ocuparnos en nuestra personal afliccin. Si no decimos: Yo s cmo se siente, qu debemos decir? Nunca me siento ms incapaz de decir algo que en los momentos de enfrentar la muerte o las aflicciones. Soy una persona que siempre sabe qu decir. Uso un montn de palabras, y creo que para cada situacin debe existir la palabra exacta. Como a tientas he buscado alguna frmula para usar en tiempo de afliccin, pero no la he encontrado. He sacado la conclusin de que a veces lo mejor que uno puede hacer es no decir nada. Nuestra presencia habla en nuestro lugar. Un abrazo, un fuerte apretn de manos, el dar la seguridad de que estamos orando por la persona en afliccin, puede ser ms til que procurar hablar de algo que no sentimos. En la elocuencia del silencio podemos comunicarnos y brindar ms ayuda que en el mal uso de las palabras. Habiendo dicho esto, djeme ofrecer un descargo y compartir una experiencia. He estado en varias iglesias en calidad de estudiante pastor pero he tenido poca experiencia en atender a las personas en caso de muerte. De hecho, haba tenido casi siete aos de experiencia pastoral antes de participar en un sepelio. Durante un funeral que dirig en los comienzos de mi ministerio, aprend una leccin importante. Estaba presente en el velatorio tratando de brindar algn consuelo a la viuda. Mi preparacin teolgica era lamentablemente inadecuada. Mientras buscaba en mi mente la palabra correcta, una mujer me hizo a un lado, abraz a la viuda y llor con ella. He reflexionado sobre esta experiencia muchas veces a travs de los aos. Siempre he sentido que aquella mujer cumpli como ministro del evangelio, en aquel momento, mejor de lo que yo lo haba hecho con todo mi bagaje teolgico. La presencia de la mujer fue lo importante. Nunca le he preguntado a la viuda, pero me imagino que la presencia y la accin de esta mujer fueron las que confortaron su espritu.

La sugerencia presentada es la que Evite decir: Yo s cmo se siente'. Ocasionalmente usted puede estar en condiciones de entender cmo se siente otra persona. Pero, est seguro de conocer bien la situacin. En la mayora de los casos, su presencia ser ms elocuente que sus palabras. Si ninguna otra cosa es efectiva, pudiera ser que lo mejor que usted pueda hacer es llorar con la otra persona.

Conozca la Psicologa Bblica

Alguien que aconseja debe conocer la Biblia y la forma en que la Biblia hace frente a la vida. La prctica de la psicologa como la conocemos en nuestro tiempo era, por razones obvias, desconocida en los tiempos bblicos. Sin embargo, esto no significa que la Biblia no contenga intuiciones psicolgicas vlidas sobre la personalidad humana. La Biblia, s, las contiene. Pues fue inspirada por Dios que cre la personalidad humana. El lder o maestro que toma en serio su ministerio y su misin de comprender y alentar a los dems se empapar del conocimiento y del dominio de la Biblia. La leer, la estudiar, la memorizar. Leer libros acerca de la Biblia, su lenguaje y las costumbres que refleja. Comprender los distintos gneros literarios que la Biblia contiene. La Biblia es nuestra gua en el ministerio de aconsejar. Por alguna razn ha surgido la idea de que uno no puede creer en la Biblia y al mismo tiempo creer en los conceptos de la psicologa moderna. Nada puede estar ms lejos de la verdad. El estudio de la verdadera psicologa y de los verdaderos contenidos bblicos se apoyarn y complementarn mutuamente. La pseudo-psicologa y la pseudo-religin siempre estarn reidas entre s. Esta es la razn por la que resulta imperativo que lderes y maestros se empapen plenamente de la Palabra de Dios. Esto no significa que memoricemos unos pocos versculos y los saquemos de su contexto para probar nuestras opiniones. Significa, s, que adoptemos el espritu de la Biblia y aprendamos cmo relacionar a las personas con sus enseanzas. Podemos probar cualquier cosa que se nos ocurra usando la Biblia. (Recuerde aquel cuento ya viejo de una persona que abri la Biblia descuidadamente varias veces y lo que ley fue: Fue Judas y se ahorc, V, y haz t lo mismo, Lo que vas a hacer, hazlo ms pronto.) Los consejeros deben tener un amor y una reverencia especial por la Palabra de Dios. Sern los mejores intrpretes de las Escrituras porque las Escrituras estn llenas de sentido comn y prctico. Conocern los preceptos de la Biblia porque estos preceptos les ayudarn a ejercer su ministerio con la gente.

Sera imposible hacer una lista de las intuiciones psicolgicas que contiene la Biblia. Habra que escribir muchos libros. Con todo, los siguientes son algunos de los preceptos bblicos, psicolgicos, que pueden ayudar a los lderes y maestros en su ministerio de comprender y aconsejar.

Perdonar Es Esencial
Perdonar, ya sea que nos perdonemos o que perdonemos a otros, es esencial. La Biblia habla mucho sobre la necesidad de perdonar. Quienes se rehsan a perdonar a otros no pueden esperar recibir el perdn de Dios (Mat. 6:15). Un espritu severo que no perdona se ver afectado en cualquier cosa que esa persona haga. Puede afectar nuestra salud fsica, mental y espiritual. Por eso se nos ensea, tanto a pedir perdn para nosotros mismos (Mat. 6:12) como a hacer extensivo nuestro perdn a otros (Mat. 6:14, 15). A veces, es ms fcil aceptar el perdn de Dios que perdonarnos a nosotros mismos. Esta falta de voluntad de perdonarnos a nosotros mismos nos coloca en una situacin difcil. En el sentido ms pleno de la palabra, nuestra falta de voluntad en perdonarnos es idolatra. Slo Dios puede perdonar o rehusar perdonar el pecado. Por lo tanto, cuando rehusamos perdonarnos a nosotros mismos por algo que hayamos hecho, nos colocamos en la posicin de Dios. Nos hacemos a nosotros mismos la ms alta autoridad ms alta an que la de Dios. Nos hacemos, en realidad, un dolo. Perdonar es esencial para todos nosotros. La Biblia es terminante al afirmar que antes que podamos relacionarnos convenientemente con Dios o con otros, debemos no slo recibir, sino tambin dar nuestro perdn.

La Biblia Trata con Asuntos Fundamentales

La Biblia trata con asuntos fundamentales, no con aquellos que se muestran en la superficie. Hay un estribillo que aparece en toda la Biblia, especialmente en el Antiguo Testamento. El pueblo ofreca sacrificios y cumpla con el ritual de la adoracin. Pensaban que era suficiente. Pero Dios declaraba:
Yo detesto, desprecio vuestras fiestas, no gusto el olor de vuestras reuniones. Si me ofrecis holocaustos... no me complazco en vuestras oblaciones, ni miro a vuestros sacrificios de comunin de novillos cebados. Aparta de mi lado la multitud de tus canciones, no quiero or la salmodia de tus arpas! Que fluya, s, el juicio como agua y la justicia como un torrente inagotable! (Ams. 5:2125, BJ.)

Los consejeros deben ser lo suficientemente perceptivos para ver que lo que aparece en la superficie no es, despus de todo lo que cuenta. La experiencia de Roberto (referida en el cap. 2) es un ejemplo. Exteriormente Roberto atac

el llamamiento de la iglesia para una contribucin mayor. En realidad, no estaba oponindose al llamado de la iglesia; estaba frustrado y enojado porque no tena trabajo. La Biblia nos recuerda que muchas veces operamos a dos niveles (o ms). Decimos y hacemos cosas a un nivel, pero hacemos esto por razones muy diferentes. En cierta ocasin una mujer pidi a su pastor que orara por su hijo que haba sido herido en un accidente. El pastor pregunt a la mujer qu quera especficamente que pidiera. Pida que mi esposo, del que me he divorciado, escuche sobre el accidente y regrese conmigo! Fue su respuesta.

La Biblia Sostiene Nuestra Esperanza

La Biblia es un libro de esperanza. La esperanza que ofrece no es efmera ni infundada. Se basa en el hecho de que Dios es nuestro creador y conoce lo que ms necesitamos. Un consejero puede hablar de esperanza frente a lo que el mundo llamara desesperanza. Dios dispone todas las cosas para bien de quienes le aman (Rom. 8:28, DHH). Esto es algo que todo lder y maestro necesita conocer a travs de toda la Biblia. Podemos seguir la pista de todas las diferentes formas en que Dios ha tomado lo que desde la perspectiva del hombre era un fracaso para hacer de ello algo bueno. Esto no significa que debemos tomar el mal livianamente. Significa que el Dios al cual servimos es ms grande que las fuerzas del mal. Si no fuera por una firme creencia de que Dios puede trocar el mal en bien, no podra enfrentar la tragedia y la afliccin. Si nada redentor pudiera venir de las tragedias que sufrimos, qu propsito habra en la vida? El mayor ejemplo del bien que resulta del mal es la resurreccin. Lo que todo el mundo consider fracaso, desengao, derrota y muerte, se transform en la pascua de resurreccin! La afirmacin de la Biblia es que si Dios pudo hacer eso con su Hijo, puede tambin hacerlo en nuestras vidas.

La Oracin Es Efectiva
Un consejero utilizar tambin el recurso de la oracin. La Biblia afirma que la oracin es un recurso de mucho valor. La oracin puede ser elevada pblicamente o puede ser hecha en privado. La oracin ayuda a aquel por el cual se ora y a quien ora. Como lo expresa Santiago: La oracin eficaz del justo puede mucho (Stg. 5:16). Los consejeros deben baar su ministerio en oracin. Deben elevar a la presencia del Seor sus propias incapacidades y las necesidades de la gente a la que estn aconsejando.

Acepte en la Gente el Derecho a Fracasar

Esta puede ser la sugestin ms difcil de aceptar para el obrero-consejero. Es difcil disponerse a ayudar y ver a la gente apartarse de un camino recto o verlos tomar decisiones equivocadas. Aun as, nuestro concepto del sacerdocio de los creyentes dice que este es el derecho de toda persona. Mario tena veintitrs aos de edad. Por varios aos se haba drogado permanentemente. Estaba finalizando su colegio superior y haba llegado a la conclusin de que su vida era intil y vaca. Nunca haba trabajado ni haba tenido metas reales en la vida. Ocasionalmente haba asistido a un estudio bblico en el recinto de la universidad con un compaero de habitacin. Mario decidi ir a hablar con el lder del grupo para ver si ste tena alguna solucin. Terminado el estudio, Mario pidi hablar en privado con la persona que diriga el grupo esa noche. Mario le explic cul era su problema, la sensacin de vaco que tena, y quiso saber qu poda hacer para llenar ese sentimiento de soledad. El lder de estudio bblico le hizo saber a Mario de qu manera poda invitar a Jesucristo a entrar en su vida. De inmediato Mario admiti que eso pareca lo que l necesitaba. Pero dijo que no poda dejar de usar drogas. El maestro se dio cuenta de que el uso de drogas se haba hecho un dios en la vida de Mario quien estaba luchando con la decisin de aceptar a Cristo, pero finalmente decidi que ms bien seguira con sus drogas que aventurarse a cualquier otra cosa. El lder del estudio bblico se sent y tristemente contempl a Mario salir del cuarto. Qu difcil es ver a la gente desechar lo que nosotros sabemos que es verdad y gozo! La ilustracin anterior ha sido intencionalmente moldeada segn la experiencia de la Biblia que relata de un joven dirigente rico que vino a Jess preguntndole cmo obtener la vida eterna (Lev. 18:18-23). En esta oportunidad Jess contempl cmo el joven se iba. Jess acept la decisin del hombre de fracasar. Jess es nuestro ejemplo en este aspecto, como en otros aspectos. Nunca forz o ejerci presin sobre la gente. Seguramente contemplar a la gente que se apartaba de l fue una de las cosas ms difciles que Jess tuvo que enfrentar. El, mucho ms que nosotros, saba los terribles resultados de rechazar la vida eterna. Seguramente que saba todo el potencial para el bien que tena el joven rico. Sin embargo, lo dej ir. No ganaremos todas las batallas. Perderemos algunas en forma absurda. De modo que si Jess no pudo ganar a toda persona con la cual se encontr, con

cunta ms razn no podemos nosotros tener la pretensin de alcanzar siempre el xito? De la misma manera que Jess, debemos respetar la personalidad de quienes nos confrontan y concederles el derecho de fracasar.

No Procure Defender a Dios

No tenemos que tratar de defender a Dios. Dios es muy capaz de defenderse a s mismo. Algunas veces nos podemos encontrar con personas que estn enojadas con Dios porque Dios no hace lo que ellas quieren. Est bien, pero Dios no se siente amenazado por nuestra ira ms de lo que nosotros lo estamos cuando un nio de dos aos nos dice que nos odia. Sabemos que no es exactamente lo que el nio quiere decirnos. Muy pronto olvidar su enojo y lo que lo produce. Mucho menos podemos amenazar a Dios con nuestro enojo. No tenemos que temer ser condenados por Dios por las expresiones de enojo. Dios ya lo sabe de antemano. Ya he hecho referencia a la muerte de uno de mis amigos ms ntimos. Ron Lewis fue, tanto un colega como un amigo querido. El haba sido un laico activo en nuestra iglesia y haba estado al frente como director voluntario de la juventud. Comenzamos a considerar la posibilidad de un ministerio completo al frente de la obra juvenil y educativa, y terminamos por llamarlo Louie como los jvenes lo haban apodado cariosamente. Louie era por naturaleza un lder de la juventud. Tambin tena dones naturales para la obra personal. Ron y yo nos complementbamos en las reas del ministerio pastoral tan bien como cualquier pareja de directivos que yo conozca. Nunca tuve un hermano, pero Ron estaba tan estrechamente unido a m como pudiera estarlo un hermano. Cuando tena treinta aos se enferm de leucemia. Al cabo de poco ms de dos aos haba ya muerto. Me encontraba lastimado y enojado. Por qu Dios se haba llevado a alguien que tena tantos dones necesarios en la iglesia? Por qu? Interiormente saba que mi afliccin se deba a lo que yo haba perdido. Era as, pero la nica manera que conoca yo de expresar mi afliccin era diciendo que estaba enojado con Dios. Procurando ilustrar lo que quera decir sobre que los consejeros no deben tratar de defender a Dios, compart esta experiencia personal en una de mis conferencias. Fue una forma de hacerme entender a travs de mi experiencia personal y al mismo tiempo demostrar a los asistentes que no estaba mal el expresar nuestro enfado a Dios.

La reaccin del grupo ante lo que haba compartido con ellos fue interesante. Tres personas respondieron de inmediato tratando de defender a Dios. Una de ellas me dijo que no deba pensar de esa manera. Los otros dos comenzaron a citar pasajes de la Biblia para probarme a m que estaba errado en mi manera de sentir. Por alguna razn, ninguna de esas actitudes me ofreci la ms mnima ayuda. An echo de menos a Ron. Hoy he recibido una tarjeta de Navidad de su esposa. Me dice que an lo extraa, pero no con la misma intensidad que lo extraaba en la primera Navidad. Ambos estamos enfrentando nuestro dolor. Pero el que alguien me hubiera dicho que no debiera sentir de esa manera y me citara versculos de la Biblia para probrmelo no me ayud a hacer frente a mi afliccin. Tampoco ayudar a otros. Dios no se siente tocado por mi enojo o por mis sentimientos. Puede, por supuesto, ser una falta de fe de mi parte, pero si esta falta de fe es real, debo ser honesto y admitirlo. Este es el nico camino que me conduce a desarrollar una fe ms fuerte y autntica. Me sobrepondr. Lo enfrentar y triunfar a travs del proceso de la afliccin. Tengo otros amigos, otros recursos, que me han sostenido y ayudado. Con todo, pudiera ser que otros no sean tan afortunados como yo. Sea sensible a las necesidades de la gente. No sienta que usted tiene que defender a Dios. Por mucho tiempo ya, Dios se ha sostenido a s mismo.

Deje Que Cristo Lo Gue

Los cristianos son los representantes de Cristo en el mundo. Hacen la obra de Cristo en nombre de Cristo. Los consejeros deben procurar que Cristo los gue en lo que hacen y dicen de manera que puedan cumplir el ministerio del Seor a los que sufren. Lo que usted hace y dice debe ser como si Cristo estuviera haciendo y hablando por su intermedio. Ofrzcase a l. Pngase a la disposicin de l para ser los labios, las manos, los pies de l. Esto parece algo elemental y sabido, pero le aseguro que no es as. Muchas personas se ocupan de la ayuda secular, y estas personas son esenciales en nuestra sociedad. Sin embargo, pocas personas ofrecen ayuda en el nombre de Jesucristo. Slo un consejero cristiano proporciona esta contribucin especial. Si ofrecer este ministerio es su propsito, permtale a Cristo reinar en su vida de manera que su ayuda sea una extensin de la vida del Maestro. En la medida en que viva con l, ser ms consciente de cmo l actuara, llegar a ser ms sensible a las necesidades de las personas, y ser ms capaz de saber cmo responder mejor en ciertas situaciones.

Los maestros o lderes de Educacin Religiosa que toman en serio el ministerio de comprender y de aconsejar vivirn tan estrechamente unidos a Cristo que comenzarn a pensar y actuar como Jess al estar ejerciendo su ministerio en su nombre.

No Titubee en Derivar un Caso

Qu hacer cuando nos encontramos con una situacin que est ms all de nuestra habilidad para manejarla? Buscar una ayuda extra! Hacemos esto en todas las reas de nuestra vida. Si tenemos que cambiar de lugar un mueble muy pesado para que una persona sola lo mueva, pedimos a alguien que nos ayude. Si algo anda mal en nuestro automvil y no sabemos cmo arreglarlo, pedimos a alguien que nos ayude. Los maestros y lderes que enfrentan situaciones que estn ms all de su capacidad de ofrecer ayuda, necesitan pedir a algn otro que los ayude. En esos casos es imperativo que busquen una ayuda extra. Pueden hacer un dao irreparable si tratan de ayudar en reas en las cuales no tienen capacidad. La importancia de este acto de derivar algn caso se pone de relieve en el captulo siete que enteramente se dedica a este tema. No hay nada malo en pedir ayuda, y usted deber hacerlo tan pronto como se d cuenta de la seriedad del problema. Como en otras reas, tambin en sta, la primera fuente de ayuda a la que acudir ser su pastor, a menos que tenga muy buenas razones para no hacerlo.

5. Como Aconsejar a los Nios

Los nios tambin son personas! Si muchos supieran esto, tendramos menos problemas al llegar a ser adultos. Muchos si no la mayora de nuestros problemas tienen sus races en nuestra niez. La manera en que como adultos aceptemos la muerte y el sufrimiento, las decepciones y los conflictos, depende, en gran medida, de la manera en que hayamos sido enseados desde nios a hacerlo. Los nios son muy transparentes, abiertos, sensibles y perceptivos. Esto mismo, aunque sea positivo, puede presentar algn problema si los adultos que trabajan con ellos no son, a la vez, transparentes, abiertos, sensibles y perceptivos. Cmo puede uno ayudar a los nios? Los obreros que trabajan con ellos tienen la oportunidad de hacerlo en la escuela dominical o en toda otra labor educacional. Sin embargo, los que trabajan con nios no son los nicos que tienen la oportunidad de aconsejar a nios. Jorge y Diana Moreno haca ocho aos que estaban casados. Tenan dos hijos, Marcelo de seis aos y Claudia de cuatro. Una noche, en el camino de regreso al hogar, Diana fue muerta por un conductor borracho. Beatriz Prez, la maestra de Diana en la escuela dominical, vino de inmediato al hogar de los Moreno cuando se enter del accidente. Cuando lleg, el pastor estaba hablando con Jorge. Beatriz busc a los nios por toda la casa. Los encontr en el piso superior, en uno de los departamentos personales. Estaban asustados y lloraban. Beatriz los abraz y ellos comenzaron a llorar ms fuerte. Por un momento los tres lloraron juntos. Cuando se calmaron un poco comenzaron a hablar. Claudia dijo:
Papito dice que mamita ha muerto. Dijo que se haba ido a un largo viaje para ver a Jess y que nunca regresara. No quiero que ella se vaya a ver a Jess. Yo la quiero aqu, conmigo. No quiero a Jess, quiero a mi mamita. S replic Beatriz. Tu mam ha muerto. Un hombre que no debera haber estado manejando atropello con su automvil el de tu mam. Me duele mucho que ella haya muerto. No hubiera muerto si yo hubiera vaciado el tacho de la basura como ella me lo pidi solloz Marcelo. Realmente, yo quera hacerlo. Marcelo dijo Beatriz. tu mam muri porque un hombre estaba manejando borracho y no deba manejar. Esto nada tuvo que ver contigo. Aun si hubieras vaciado el tacho de basura, esto no hubiera impedido que el hombre atropellara a tu mam.

Beatriz continu sentada al lado de los nios. A veces alguno de los nios le haca preguntas sobre la muerte o sobre quin iba a cuidar de ellos ahora que su madre haba muerto. Beatriz respondi a estas preguntas lo mejor que pudo, asegurndoles a los nios que su padre los amaba y que otras personas tambin los amaban.
Cuando pienso en la madre de ustedes dijo Beatriz, recuerdo qu linda estaba el domingo pasado por la maana cuando cant en la iglesia. Claudia, cul es el recuerdo ms grato que tienes de tu mam? Los nios comenzaron con el proceso de recordar muchas cosas buenas de su madre. Pronto lleg la abuela de los nios, y Beatriz los dej en manos de la abuela. En razn de su sensibilidad, Beatriz ayud ms de lo que ella misma supuso. Su sensibilidad ayud a dos nios a comprender la muerte y a sentirse confortados en medio de su temor. Nos gustara que todos los nios tuvieran cerca de ellos a alguien as de sensible en tiempos de tragedia en sus vidas.

Veamos lo que Beatriz hizo bien al cumplir su ministerio. Fue inmediatamente. No esper a que fuera tarde para ir. Su programa de actividades le permiti ir de inmediato. Justamente, era el tiempo en que ms se le necesitaban. Ms tarde iran otros amigos y otros parientes se haran presentes. No le dijo a Jorge que si haba algo que ella pudiera hacer que se lo dijera. Busc alguna necesidad que suplir y cumpli ese cometido. Aun si le hubiera preguntado, es improbable que el padre de las criaturas hubiera pensado en los nios. En tiempo de afliccin y muerte, busque algo para hacer no pregunte. Se puso a la altura fsica de los nios. Con motivo de sus relaciones previas con los nios, stos le permitieron que los abrazara. Las comunicaciones a nivel fsico tienen ms valor que las palabras. Dej que los nios lloraran. Ni una sola vez les dijo que deban cesar de llorar. Los nios, tanto como los adultos, necesitan llorar. Haban perdido a la persona ms importante de sus vidas. Por qu no deban llorar? Las lgrimas tienen la virtud de ayudarnos a disipar nuestras aflicciones. Les dej expresar el porqu de su llanto. Esto es importante. Ella no saba qu era lo que los nios saban. Estaban llorando porque su padre estaba turbado? Saban que su madre haba muerto? Qu les haba dicho su padre? Permitindole a los nios que le contaran qu era el mal que sentan supo las respuestas a estas preguntas. No estaba bien que ella le dijera a los nios que su madre haba muerto si su padre no se los haba dicho. Esto siempre es derecho y la responsabilidad de los padres.

Afirm que la madre haba muerto y us la palabra muerto en lugar de un sustituto. Esto es importante para ayudar a los nios a aceptar que su madre estaba muerta. No reaccion ante la declaracin de Claudia de que ella no quera a Jess. Tom esta declaracin por lo que era una manifestacin de una nia de cuatro aos que haba perdido a su madre y estaba asustada, enojada y con mucho miedo. Beatriz dijo a los nios que tambin Jess estaba triste. Admiti su propio dolor y tristeza. Los nios la vieron llorar. As demostr que era correcto estar triste en medio de una prdida tal. Corrigi la asociacin ilgica de Marcelo entre la muerte de su madre y su falta en no haber vaciado el tacho de basura. Fue muy sabia al hacerlo al comienzo del proceso de culpa antes que el nio se familiarizara con la idea. Permiti a los nios que hicieran preguntas sobre la muerte y lo que les deparaba el futuro. Si obtuvo o no todas las respuestas del caso era algo sin importancia. Les permiti expresar sus sentimientos sin temor a la crtica. Comparti sus mejores recuerdos de la madre muerta con lo que obtuvo que los nios comenzaran a expresar sus propios recuerdos buenos de su madre y hablar libremente de ella. Ayud a los nios a ver que Dios no era la causa de la muerte de su madre. En lugar de decir que Dios se la haba llevado, Beatriz no hizo a Dios el culpable de la muerte de su madre. Hizo que la responsabilidad cayera sobre el conductor ebrio y no sobre Dios. Los nios tambin son personas. Necesitan que alguien se preocupe por ellos. La mayor parte de las sugerencias dadas para aconsejar a los adultos en los captulos 3 y 4 pueden ser aplicadas a los nios. Sin embargo, las siguientes especiales sugerencias pueden ser tiles.

Orientacin para Aconsejar a Nios Los nios perciben la insinceridad

Los adultos pueden percibir la insinceridad y la falsedad, pero los nios son especialmente perceptivos. Sea honesto con ellos. No les ofrezca una historia falsa, que no sea real con el propsito de explicarle alguna situacin difcil. La madre de Marcelo y Claudia no se ha ido a un largo viaje. Ella ha muerto. Si bien los nios no entienden la muerte de la misma forma que un adulto, ellos la pueden entender. Ellos tienen animales favoritos que mueren. Han visto en televisin morir a muchas personas. Sea honesto en lo que dice a un nio.

Cuando sobreviene un momento de crisis a una familia, la tentacin es la de preocuparse del adulto y olvidar a los nios. Entonces, ellos sienten que no cuentan, ya que no se les permite ser una parte en el proceso. Beatriz, la maestra de Diana Moreno, cumpli un ministerio muy especial porque fue sensible a las necesidades de los nios. Se estaban preocupando del padre. Los nios tenan necesidades mayores que las de su padre aunque en una forma distinta. A menudo los adultos piensan que estn haciendo un favor a los nios al no hablar de la muerte en presencia de ellos. Sin embargo, los nios, tanto como los adultos, necesitan expresar sus sentimientos.

Los nios son propensos a culparse a s mismos

Los nios no son lgicos en sus pensamientos. La conclusin de Marcelo, de que su madre haba muerto porque l no haba vaciado el tacho de basura, es tpica de un nio. Los nios rpidamente asumen que si ellos hubiesen solamente hecho algo o bien dejado de hacerlo, un divorcio o una muerte no hubiesen ocurrido. Necesitan que se les asegure que nada que ellos hicieron o dejaron de hacer caus la tragedia.

Evite el simbolismo
Los nios a menudo pasan por alto el simbolismo que facilita la comprensin del adulto. Explicar la muerte de un padre diciendo que Dios busc la flor ms hermosa de la tierra y decidi que quera al padre de la criatura para agregar a su ramillete, dar al nio un concepto falso de la muerte al mismo tiempo que har a Dios culpable de la muerte del padre.

Tome a los nios en serio

Los nios no son adultos y no deben ser tratados como adultos. Sin embargo, sus sentimientos deben ser tomados en serio. Ellos no comprenden; son solamente unos nios!, es una verdadera falacia. No comprenden como los adultos, pero s comprenden mucho ms de lo que muchos adultos piensan que lo hacen. Preocpese tanto por los sentimientos de un nio en crisis como lo hara por los de un adulto. Otra vez cabe aplicar la Regla de Oro. Si usted fuera un nio, quisiera que la gente le prestara atencin? Quisiera que lo escucharan? Quisiera que alguien le dijera que no est mal llorar? Quisiera que alguien le dijera qu es lo que va a pasar en el caso de una muerte o de un accidente? As pasa con los nios. Uno no necesita llegar hasta los detalles mnimos acerca de una situacin particular. Si una pareja se va a divorciar porque papito fue sorprendido en la cama con otra mujer, no es necesario darle al nio todos

los detalles del caso. Ellos no necesitan que se les diga que papito se ha ido a un largo viaje y no estar de regreso por un largo tiempo. Los nios tambin son personas. Hay que tomarlos en serio.

D validez a la emocin
Asegure a los nios que no es pecado llorar. Necesitan saber que es totalmente correcto llorar si uno siente deseos de hacerlo. Un poco de llanto ciertamente ayuda a disipar nuestro dolor. El llanto de Jess ante la tumba de Lzaro (Juan. 11:35) ha hecho que el llanto, no slo sea aceptable sino, adems, honorable. Si l pudo llorar, quines somos nosotros para decir a los nios que ellos no deben llorar? Tampoco est mal el estar enojados. Un nio puede sentirse enojado con Dios por dejar que su madre muera. Puede sentirse enojado con la madre por haber muerto. Puede estar enojado consigo mismo por haber hecho o dejado de hacer algo. Esto est bien. Nosotros siempre nos sentimos enojados cuando no obtenemos lo que queremos, cuando algo nos niega lo que queremos. Por qu no podrn los nios estar enojados cuando pierden a un padre o a un hermano, o algo significativo para ellos? Padres y otros adultos pueden ensear a los nios que no hay nada malo en mostrar sus emociones en un momento de prdida o afliccin. Sin embargo, la mejor manera de comunicar este mensaje es demostrarlo. Debo mostrarme sereno por causa de los nios, dicen los padres a menudo. Amigos bien intencionados dicen a los padres: Dejen de llorar, no se dan cuenta de que los nios los estn mirando? Y ustedes no quieren que los nios los vean as. Por qu? Qu hay de malo en que los nios vean llorar a los padres? Nada! Los nios que tienen padres que son capaces de expresar sus sentimientos en formas aceptables, son, en verdad, afortunados.

No Ponga Cargas Innecesarias sobre los Nios

Oscar tena solamente ocho aos cuando su padre muri por un ataque al corazn. Durante el funeral, varias personas se acercaron a Oscar y le dijeron que puesto que era un muchacho ya grande deba tomar el lugar de su padre. Otros le dijeron que su madre iba a necesitar su ayuda ahora que su padre haba muerto. Nadie le habl sobre la muerte de su padre y Oscar comenz a pensar de s mismo como que deba asumir la funcin de su padre. Una noche, un par de semanas despus del funeral. Oscar estaba extraando mucho a su padre y le pidi a su madre si poda dormir en el lugar de papito, en la cama matrimonial, y su madre estuvo de acuerdo. Pronto comenz a

dormir con su madre regularmente. Su madre pens que era una pcara manera la que Oscar usaba para imitar a su padre y lo alab por su deseo de ayudarla. Esto intensific el deseo de Oscar de ayudar a su madre y tomar el lugar de su padre. Oscar no se cas hasta pasados los treinta aos. Sin embargo, tena dificultades para funcionar como pareja sexual con su esposa. Despus de un largo perodo de terapia. Oscar fue capaz de entender que nunca haba dejado de considerarse como el marido de su madre y que nunca podra relacionarse adecuadamente con su esposa hasta que sepultara a su padre y asumiera ser el marido de su esposa. No todas las situaciones son tan serias como la de Oscar, pero no es realista y, adems, es peligroso decir a un nio que debe tomar el lugar de algn otro. Son nios y no se debe esperar que asuman el papel de un adulto. Se relacionan con sus padres como nios y no como adultos. Necesitan relacionarse fraternalmente con sus otros hermanos y hermanas, no como padres. Necesitan sentir la afliccin como nios y no que se les fuerce a actitudes adultas que no les corresponde. En este momento de sus vidas no tienen las aptitudes para manejar las responsabilidades de los adultos.

Descienda al Nivel de los Nios

Puede imaginarse a liliputienses viviendo en una de nuestras ciudades? Si es as, usted puede tambin imaginar cmo es el mundo en la perspectiva de un nio pequeo. Todo parece grande para un nio. Muchos adultos han tenido la experiencia de regresar al lugar de su niez y volver a ver un edificio u otro objeto que en su recuerdo de nio consider mucho ms grande. En cierto sentido, realmente eran ms grandes. Comparados con la altura de un nio, eran casi el doble de lo que seran comparados con la misma persona ya adulta. Cuando hable con un nio, procure colocarse al mismo nivel en que l est. Esto puede significar arrodillarse a su lado. Si el nio es pequeo y obtiene su permiso usted debe estar dispuesto a ponerlo sobre sus rodillas. Siempre que sea necesario, trate de hablar al nio a su nivel y no desde las alturas del adulto.

La Conversin
Aconsejar a los nios acerca de aceptar a Cristo es una parte importante del proceso de aconsejar. Los nios, lo mismo que los adultos, no son cosas que pueden ser manipuladas; son personas que deben ser aconsejadas con toda la compasin de Cristo. Como en otras reas, tambin aqu nuestro ejemplo es Jess.

La ocasin en que trajeron los nios a Jess (Luc. 18:15-17) nos ofrece ciertas pautas. Con toda probabilidad, estos nios eran ms pequeos que los que normalmente pensamos que tienen la edad suficiente para hacer una profesin de fe en Cristo. La actitud de Jess hacia ellos podra ser su actitud hacia todos los nios que se le acercaron para confiar en l como su personal Salvador:
Dejad a los nios venir a m, y no se lo impidis, porque el reino de Dios pertenece a quienes son como stos (Luc. 18:16, Biblia de las Amricas).

Los nios tienen una gran fe. Pueden creer lo que los adultos no pueden. A causa de esta gran fe, quienes procuran conducir los nios al conocimiento de Cristo deben ser cuidadosos. Los nios pueden ser manipulados para expresar conceptos en los que ellos realmente no creen. Los adultos pueden ejercer presiones indebidas para que tomen decisiones religiosas. Tales presiones deben ser evitadas a cualquier costo. Norma Pea ha enseado a chicos de tercer y cuarto grados durante ms aos de lo que uno pueda recordar. Durante todos estos aos no ha tenido un nio que pasara por su departamento que no hiciera una profesin pblica de fe. Sus pastores, muy a menudo, la han puesto como un ejemplo de preocupacin por evangelizar ante todos los obreros de la escuela dominical. Los nios disfrutaban de su enseanza. Tena con ellos un montn de actividades y frecuentemente los invitaba a su casa para tener reuniones de compaerismo. Un ao el hijo del pastor lleg a formar parte en su departamento de nios. Esto aadi responsabilidad sobre ella en cuanto a mantener su rcord. Exactamente antes de que estos nios del cuarto grado pasaran al departamento de los nios de quinto, los invit a todos a su casa para una reunin social. Despus de la diversin y los juegos, habl con el grupo y les dijo cunto se haba preocupado por ellos y que pronto los perdera. Luego les record que nunca, ninguno de los que haban pasado por su departamento lo haba dejado sin hacer una profesin pblica de fe. Les pregunt a los que an no lo haban hecho si no estaran dispuestos a hacerlo ahora y ayudarla a mantener en vigencia su rcord. Les pidi que inclinaran sus cabezas y oraran con ella. Los chicos lo hicieron, y ella expres en su oracin que todos ellos eran cristianos y se presentaran a la iglesia el domingo prximo por la maana para pedir el bautismo y ser miembros de la iglesia. No importa cunto los nios puedan apreciar a una maestra y cunto quisieran ayudarla a mantener un rcord, ninguna de estas razones es adecuada para justificar que se haga una manifestacin de fe. No es fe en Jess la que se profesa. Es ms bien fe en un maestro que en el amante Salvador. Los nios,

en este caso, no haban credo en Jess; ms bien haban expresado su amor hacia una maestra y haban respondido a una presin singular. Decidirse por la salvacin es la decisin ms importante que pueda jams ser tomada. Tal decisin debe ser hecha nicamente bajo la direccin del Espritu Santo, nunca bajo la indebida presin de un amable lder o maestro. Nadie sabe cundo un nio est listo para hacer una profesin de fe. Los nios maduran en distintos momentos. Cada nio es un individuo, y todos necesitan comprender que son pecadores necesitados de un Salvador antes que puedan alcanzar la salvacin. Esto no significa que sientan haber desobedecido a pap y a mam. Que se consideren pecadores significa que se consideren separados de Dios a causa de sus pecados. Esta comprensin llegar a diferentes nios a una edad diferente. En la mayora de los casos, llegar alrededor del tiempo de la pubertad. Los maestros y lderes no deben descuidar a los nios, ni deben presionarlos a que tomen una decisin que no ser vlida. Los nios deben ser educados y aconsejados para que ellos permitan a Jess que les ayude a vivir diariamente de la manera que l quiere que lo hagan. Los obreros de Educacin Cristiana deben compartir el amor de Jess con los nios a los cuales ensean. Deben responder a las preguntas que ellos les hacen. Deben hacerles saber cunto Dios los ama. El pastor puede ser invitado a estar con los nios en un contexto de franqueza y comprensin donde ellos tengan la oportunidad de hacer preguntas y relacionarse libremente con l. Los maestros y lderes deben tener cuidado en el uso del lenguaje de Sin. Muchos de estos trminos son significativos para los adultos, pero tienen un sentido muy diferente para los nios. Est seguro de que usted est traduciendo correctamente los trminos religiosos a un lenguaje que los nios entiendan. La funcin de consejero que cumplen los obreros de Educacin Cristiana alcanza su nivel ms elevado cuando estn conduciendo a una persona a conocer a Cristo como Salvador. Esto es especialmente cierto cuando se tiene la oportunidad de hacerlo con un nio que tiene toda una vida para entregar a Cristo y servirle. Ciertamente, no tenemos derecho de impedirles (Luc. 18:16) venir a Jess; ni tampoco tenemos ningn derecho de coaccionarlos. Como siempre, en caso de dudas, siga el ejemplo de Jess. No se equivocar.

Enfermedad y Hospitalizacin
Las ocasiones de enfermedad y hospitalizacin son tiempos difciles. Los adultos tienen preocupaciones especficas: Quin cuidar de los nios? Quin va a hacer mi trabajo mientras estoy enfermo? Cmo pagar la factura? Los nios tambin tienen preocupaciones especiales. No son las

mismas preocupaciones que tienen los adultos, pero son tan reales para un nio como las preocupaciones de los adultos son para los adultos. Quienes trabajan con nios pueden ayudarles a aliviar algunas de estas preocupaciones y hacer ms llevadera la enfermedad o la hospitalizacin. Max Price, en su serie excelente de folletos Ayudando a los Nios a Enfrentar, tiene uno de ellos dedicado a la enfermedad y la hospitalizacin. El folleto est dedicado a ser ledo por los padres antes de que un nio entre en el hospital. Aunque el obrero que se ocupa de nios no tendr la responsabilidad de hacer para el nio aquellas cosas que los padres deben hacer, los maestros lderes s tendrn la oportunidad de aconsejar a los padres de los nios que estn en su departamento de la iglesia. Price hace cinco sugestiones que pueden ayudar a aliviar la tensin emocional de la hospitalizacin y la enfermedad.
(1) Cuando sea posible d al nio la oportunidad de prepararse para ser internado. (2) Comparta, hasta donde sea posible, con el nio los pormenores de su tratamiento. (3) De lo mejor que usted sepa, d al nio toda la informacin que pida . (4) Deje que el nio lleve algunas cosas del hogar al hospital para que se sienta ms seguro. (5) Trate al nio tan normalmente como sea posible .

No permita que el nio enfermo tenga una conducta inadecuada slo porque est enfermo. Los padres que mantienen una disciplina adecuada con un nio enfermo ayudan en la recuperacin del nio. Aun cuando los maestros y lderes no sean capaces de ayudar a los padres antes que un nio entre al hospital, pueden todava hacer muchas cosas para ayudar a un nio en esa situacin difcil.

Vistelo antes de la Hospitalizacin

La ida de los nios a un hospital no siempre est planeada, pero cuando un obrero se entera anticipadamente de esa situacin, una visita al hogar antes de que el nio se interne puede indicar al nio que usted tiene inters en l. Esto ayudar a establecer un contacto con el nio al mismo tiempo que ayuda a establecer un puente entre el extrao mundo del hospital y el mundo en el cual el nio vive habitualmente.

Visite al Nio en el Hospital

Visitar al nio en el hospital le ayudar a ste a sentir que no lo han abandonado. En el perodo de enseanza en la escuela dominical, los maestros le han enseado a menudo cunto Dios se preocupa de los nios. Ahora tienen una oportunidad de demostrar prcticamente esa preocupacin.

Obedezca las Reglas del Hospital

La mayora, si no todas, de las sugerencias para visitar enfermos que se mencionan en el captulo 6 tambin se aplican en la visitacin de los nios. Estudie cuidadosamente estas sugerencias.

Enve Cartas y Postales de Otros Nios

De ser posible, haga que los nios de la clase o el grupo escriban cartas o hagan postales para sus amigos en el hospital. Estas cartas y tarjetas de amigos de su misma edad pueden ser una fuente real de ayuda.

Ofrzcase para Cuidar al Nio

Muchos nios necesitan un cuidado permanente. Los padres que tienen que trabajar y no tienen abuelos u otros parientes cerca, apreciaran un ofrecimiento para cuidar al nio mientras ellos hacen alguna diligencia, trabajan, o dedican tiempo para un desayuno muy necesario. Esta oferta ser especialmente apreciada en el caso de una madre o padre que est solo, o de una madre soltera. Si los padres desean permanecer junto al nio, el maestro o lder puede ser til haciendo algunas diligencias por ellos.

Escuche
Al visitar a los nios en el hogar o en el hospital, una de las cosas ms importantes que un consejero pueda hacer es escuchar al nio. Los nios necesitan hablar. No comprenden lgicamente al mundo. Deben entender muchas de las cosas que se les hacen en el hospital. Los obreros deben escucharlos y es posible que as alivien cierta ansiedad y frustracin del nio.

Divorcio
El divorcio crea muchos problemas y muchos de ellos implican a los nios. Pero frecuentemente ellos son pasados por alto. Pregunt a una amiga que se haba divorciado recientemente qu podan hacer los obreros de la escuela dominical para ayudar a los nios cuyos padres se

hubieran divorciado. Las siguientes sugerencias estn basadas en sus comentarios. En cada una de las sugerencias siguientes, es bsica la relacin que el obrero mantenga con el nio. Un obrero que espera ensear a los nios solamente durante el tiempo cuando los domingos se encuentran en el templo, ser un fracaso. Los nios necesitan sentirse algo singulares. Una manera de hacer esto es visitarlos en sus hogares. Quienes han hecho esto o han buscado otras maneras de relacionarse con los nios fuera del saln de clase, estarn en la posicin adecuada para ayudar a los que estn envueltos en una situacin de divorcio.

No Ponga Rtulos
Los rtulos pueden ser muy dainos. Pueden afectar a un nio para toda la vida. Los nios cuyos padres estn atravesando un proceso de divorcio tienen suficientes problemas y necesidades espirituales sin que tengan adems que llevar un rtulo. No espere que un nio de un hogar de divorciados acte o reaccione de una determinada manera. Las generalizaciones de que los nios de hogares de divorciados actuarn de una cierta manera es un prejuicio semejante al prejuicio contra una persona de otra raza. No debemos tener prejuicios contra nadie, y menos con los nios, ponindoles un rtulo.

Sea un Amigo
Los nios especialmente, los mayores pueden necesitar a alguien fuera de la familia para que sea un amigo especial durante ese tiempo. Los padres estn involucrados en el problema. Los parientes no saben por lo general qu responder a los nios. Un maestro o lder que se preocupa por comprender y ayudar estar llenando un lugar vaco en la vida de un nio en este tiempo de conflicto. Los obreros no deben tomar el lugar de los padres, pero pueden substituirlos durante este perodo en la vida del nio. Los nios necesitan saber que los adultos se preocupan por ellos. Sus padres pueden estar tan secos emocionalmente que no tienen para ofrecerles nada de lo que ellos necesitan. Los nios necesitan a alguien que los escuche y les permita expresar sus temores y angustias sin condenarlos o volverles las espaldas.

Ayude al Nio a Construir una Buena Autoimagen

Como en el caso de una muerte, los nios que pasan por un proceso de divorcio de los padres a menudo recogen falsas seales y se culpan a s mismos por lo que ha pasado con sus padres. Los nios necesitan que se les asegure que sus actos absolutamente nada tienen que ver con el divorcio de sus padres.

Los maestros y lderes pueden corregir este falso concepto y ayudar a los nios a ver que los problemas de sus padres no hacen de ellos personas inferiores. Algo de esto puede ser hecho en la clase; algo ser hecho en conversaciones personales. Un obrero que conozca a los nios ser capaz de comprometerlos en el trabajo de la clase, pidindoles que respondan a ciertas cuestiones, o que ayuden en algn proyecto especial, o invitndolos a visitar a otros nios. En cualesquiera de estas y otras formas usted puede ayudar a que un nio construya una buena autoimagen. Esta atencin personal dice a los nios que un adulto se preocupa por ellos y en el preciso momento en que los dos adultos ms importantes de su vida estn emocionalmente (y posiblemente, fsicamente) separados de ellos.

Trate a los Nios Individualmente

De alguna manera tratamos de amontonar a los nios. Los agrupamos juntos y procuramos tratarlos a todos de la misma manera. Muchas veces he escuchado a los padres decir: No s por qu Jorge ha cambiado de esta manera. Lo hemos tratado exactamente como a los dems nios. Aqu est el problema. Jorge no era como los otros nios, y no requera ser tratado como ellos. El era un individuo nico. Todos los nios de hogares divorciados no son iguales de la misma manera que no son iguales los nios de hogares bien avenidos. Sin embargo, muchas veces tendemos a agruparlos juntos y tratarlos como si fueran nios clnicos. Algunos nios son personas reservadas y necesitan ser tratados con todo respeto por su manera de ser. Puede ser posible expresar en palabras lo que los nios puedan estar sintiendo y luego comprobarlo con ellos como una manera de ayudarlos a expresar sus sentimientos. Otros nios son ms abiertos y slo necesitan a alguien que los deje hablar de sus sentimientos. Lo ayudar a un nio a hacer frente a las circunstancias no servir con otro nio.

Acepte la Inseguridad del Nio

El divorcio puede crear inseguridad en el nio. Esta inseguridad puede manifestarse de muchas maneras diferentes. Marisa tena ocho aos cuando Carolina y Miguel se divorciaron. La familia haba ido siempre a la iglesia, y Carolina continu llevando a Marisa a su misma escuela dominical. Sin embargo, cada vez se haca ms difcil hacer que Marisa fuera. No quera, justamente, dejar a su madre e ir a su departamento en la escuela dominical. Debido a la sensibilidad de Carolina y a sus buenas relaciones con Marisa, habl del asunto con su hija y le pregunt si ella tena

temor de que no regresara a buscarla despus de la reunin. Marisa reconoci que ese era, precisamente, su temor y su madre le asegur que nunca hara a su hija una cosa semejante. El haber hablado sobre la situacin ayud a Marisa a expresar en palabras su inseguridad y as enfrentarse con ella. Los maestros y lderes que trabajan con nios necesitan ser especialmente sensitivos a esos sentimientos de inseguridad que siguen un proceso de divorcio.

No Se Compadezca de los Nios

Los nios de padres divorciados necesitan muchas cosas, pero, piedad, no necesitan. S, es triste que sus padres no sean capaces de vivir juntos. S, es triste por el dao en las vidas de todas las personas involucradas. Con todo, tratar de ayudar a los nios desde una actitud oh pobre nio abandonado, no ganar la confianza del nio. Sea abierto y admita su simpata por la situacin. Luego, por su actitud y por sus hechos, ayude al nio a progresar en la aceptacin de la realidad (y lo definitivo) de la situacin y a continuar viviendo.

6. Algunas Consideraciones Especiales

El campo de problemas que los obreros-consejeros encontrarn es ilimitado. Algunos de estos problemas estn tan fuera de lo comn que el consejero quiz no haya tenido ninguna experiencia anterior en tratar con ellos. Otros problemas aparecern una y otra vez, repetidamente. Tres reas de problemas merecen una consideracin especial a causa de la frecuencia con que ocurren y a causa de la magnitud de los mismos. Cada una de esas reas requiere mucha ms ayuda de la que se puede dar en un breve captulo donde todo lo que se trata de hacer es sealar en la direccin correcta.

El Ministerio a los Enfermos

Aconsejar a los enfermos puede ser el ministerio ms frecuente que tanto maestros como lderes tendrn que enfrentar. La mayora de las personas se enferman en alguna etapa de sus vidas. Pocas personas son capaces de vivir muchos aos sin tener que ser internadas en el hospital o tener una dolencia en el hogar. Ayudar a quienes estn enfermos es una parte esencial en el ministerio de aconsejar. Aun cuando la mayora de las personas tendr una enfermedad seria en algn momento de su vida, pocas personas se sentirn cmodas teniendo que hacer visitas a otros, hospitalizados o a personas enfermas que estn en sus hogares. La orientacin que sigue ofrece algunas sugerencias para que sus visitas tengan un beneficio mayor para los pacientes y sean ms agradables para usted.

Observe las Horas de Visita

Las horas de visitas estn establecidas con un propsito. Un tiempo fijado cuando los visitantes pueden ver a los pacientes ayuda a ambos, al paciente y al personal del hospital. Las horas de visita cambian de un hospital a otro. Compruebe el horario del hospital y guese por su programa de visitas. Cuando llegue la hora de visitar usted est en su derecho. Las necesidades de los pacientes son ms importantes que su horario.

Obedezca los Letreros

Los hospitales ponen muchos letreros en puertas y habitaciones. Estos letreros son colocados por buenas razones. Son una manera de ayudar a los pacientes internados a que se sientan cmodos. Estos letreros como prohibidas las visitas, aislamiento, tienen el propsito de comunicar un mensaje al

personal del hospital y a los visitantes. Los obreros-consejeros no tienen derecho a asumir que esos letreros se aplican a los otros pero no a ellos.

Sea Breve en Sus Visitas

No se puede fijar un tiempo exacto para una visita en el hospital. Cada visita depende del paciente. A veces uno atraviesa toda la ciudad y entra en la habitacin del paciente nicamente para hallar que el paciente est tan enfermo que no admite visitas. En este caso, una visita de un minuto puede ser suficiente. Si una persona est por retirarse a su casa, no est enfermo de consideracin, y tiene deseos de conversar, se puede hacer una visita ms prolongada. Tambin tiene que ver cunto conozca usted al paciente. Un promedio aceptable puede ser el de cinco siete minutos. Es preferible equivocarse en cuanto a la brevedad que quedar demasiado tiempo.

Llame Si Est Cerrada la Puerta

Si la puerta de la habitacin de un paciente est cerrada, siempre llame antes de entrar. El no hacerlo puede poner en aprietos al paciente y al visitante. Si la luz de aviso fuera de la habitacin est encendida, verifique la situacin en la oficina de las enfermeras antes de entrar. Con toda seguridad el paciente tiene algn problema que debe ser atendido antes de que pueda recibir una visita. El paciente puede necesitar algn medicamento para su dolor o puede necesitar que le sea arreglada la cama. En estos casos, una visita en estas condiciones puede ser ms una molestia que una ayuda.

Sitese Convenientemente ante el Enfermo

Cuando entre a una habitacin, prese o sintese (normalmente yo prefiero estar de pie) de modo que el paciente no tenga que esforzarse para verlo. Esto puede significar pararse al pie de la cama. Facilite las cosas al paciente. Muchos pacientes le pedirn que se siente. Si el paciente est acostado de espaldas y puede nicamente mirar hacia arriba, usted no debe sentarse.

No traiga Comida Sin Permiso

Lo que es un simple gesto de buena voluntad puede llegar a ser peligroso. Un paciente al que recientemente se le ha diagnosticado una diabetes no necesita su chocolate preferido. El modo de actuar ms seguro es pasar por la oficina de las enfermeras y preguntar si el paciente puede ingerir determinado alimento o bebida.

No Se Siente en la Cama
Sentarse en la cama del paciente o tan slo moverla puede causarle a ste algn dolor. Una persona que est convaleciendo de una operacin o que tiene un dolor de cabeza puede sentirse muy incmoda con slo que usted se lleve la cama por delante. Tenga cuidado con cables y cordones unidos a la cama. Incluso los orinales manuales a menudo quedan al lado de la cama luego de haber sido usados. Estos pueden ser llevados por delante como el escritor lo descubri en cierta ocasin para su desconcierto.

Observe con Atencin

Al entrar en la habitacin usted puede aprender una cantidad de cosas. Aprenda a observar. Tiene el paciente flores, tarjetas, frutas? Un paciente que ha estado en el hospital durante una semana y no ha recibido ninguna tarjeta con expresin de deseos de una pronta recuperacin, puede sentirse solitario. Hay una bandeja con alimentos de los cuales se han probado apenas unos bocados? Preste atencin a estos detalles.

Tenga Cuidado con Lo Que Dice

Su propsito al visitar es el de ayudar al paciente. Muchos pacientes estaran mejor sin ciertas visitas.
Aspirante a Consejero: Usted tiene la misma enfermedad que tuvo mi madre. Paciente: Verdad? Qu le pas a ella? Aspirante a Consejero: Muri el ao pasado.

No piense que esto es una exageracin. Recuerde que la madre pudo haber muerto en un accidente automovilstico. Pero el dao ha sido hecho. Tenga precaucin con lo que dice.

No Asuma el Papel de Doctor o Enfermera

Recuerde, usted es un consejero, no un mdico o una enfermera. Limtese a su funcin y deje que el equipo mdico cumpla con el suyo. No lea los registros grficos, controle el monitor o tome la temperatura del paciente. Por mi parte prefiero ni an preguntar al paciente cmo se siente. En el hospital sta es una pregunta mdica. Como un consejero usted no debe hacer nada cuando el paciente diga que tiene un dolor agudo en su costado. Su propsito al visitar es iluminar el da de la persona, no el diagnosticar su enfermedad ni prescribir un tratamiento.

Deje Que el Paciente Le D un Apretn de Manos

Un paciente puede no desear estrechar la mano de alguien por muchas razones. A veces, una persona puede haber terminado de recibir por va intravenosa una solucin a travs de su mano de modo que sta est dolorida. Las personas de mayor edad pueden tener artritis. Cualquiera sea la razn, deje que el paciente tome la iniciativa en el ritual de estrechar las manos. Cuando usted lo haga, hgalo con suavidad.

Hable en Voz Moderada

No hace falta cuchichear en una habitacin de hospital. Ni uno debe hablar en voz tan alta que la persona de la otra habitacin, puerta por medio, se beneficie con su visita. El cuchicheo hace que los pacientes se pregunten si es que usted sabe algo que l no sabe. El susurrar al hablar a los miembros de la familia o a las enfermeras hace que el paciente, al percibirlo, caiga en cavilaciones poco gratas para l. Podran estar hablando del resultado del partido de bisbol de la noche anterior, pero el paciente pensar que usted est hablando acerca de l.

No Visite Si Usted Est Enfermo

El martirio puede tener su lugar propicio, pero no es el hospital, y menos si se est visitando. Si usted est enfermo qudese en su casa. Si no est bien corre el peligro de contagiar su mal al paciente. Pero, llame por telfono o escriba una carta. Por otra parte, usted est ms expuesto a contagiarse de alguna enfermedad en el hospital ya que sus defensas no estn en el grado ptimo.

Si Es Oportuno Hable a Otros Pacientes

Si hay otros pacientes en la habitacin con la persona que usted est visitando, hbleles si fuera oportuno. A menudo la persona a quien se est visitando podr presentarle a los otros pacientes. Naturalmente!, no vaya a despertar a otro paciente para hablarle o no perturbe a alguien que est muy enfermo.

Use Sabiamente la Lectura de la Biblia y la Oracin

A veces uno tiene dificultades para saber cundo usar la lectura de la Biblia y la oracin. No hay regla que se aplique igualmente en todas las ocasiones. Algunas personas quieren que usted ore y lea la Biblia; otras definitivamente no quieren que se haga esto. Normalmente, yo no visito con una Biblia grande en mis manos. Me gusta llevar un Nuevo Testamento y Salmos de bolsillo. Cualquier librera cristiana tiene a su disposicin ediciones de porciones de la Biblia a un precio accesible que pueden ser usadas en forma especial para la

visita a los enfermos. En lugar de leer la Biblia, quiz le gustara dejar al enfermo una porcin de las Escrituras para que l la lea posteriormente. La oracin tambin puede ser ofrecida de varias maneras. Le puede preguntar a los pacientes si hay algo que usted pueda hacer por ellos antes de retirarse. Hay personas que no quieren que se ore pblicamente por ellas. Recuerde, su propsito es ayudar al paciente ms bien que orar. Usted puede orar por la persona aunque la situacin no sea propicia para una oracin en voz alta. Puede decir algo como esto: Quiero que sepa que estoy orando por usted. Mi oracin es que pronto est en condiciones de salir del hospital y comenzar a trabajar. Debe tambin estar listo para dar gracias por los alimentos en el caso de que stos les sean trados al enfermo durante su visita. No sea profesional en la oracin y la lectura de la Biblia. Permita que el Espritu Santo lo use para ser portador de su consuelo y ayuda a las personas con problemas. La preocupacin que usted demuestre en este momento puede abrirle muchas oportunidades para un ministerio posterior.

Escuche
La habitacin de un hospital es un buen lugar para escuchar. Muchas veces los pacientes querrn hablar. Tienen preocupaciones y ansiedades que pueden requerir un odo atento. Este es un lugar donde usted puede practicar el ministerio de escuchar. Deje hablar al paciente. No piense que es su obligacin compartir una experiencia similar. Ore para que el Espritu Santo lo gue y lo capacite para saber cundo hablar y cundo escuchar.

No Tenga una Reunin Social en la Habitacin

Muchos hospitales limitan el nmero de visitantes a dos o tres por vez. Si en algn momento se encuentra en una situacin en la que cuatro o cinco visitantes estn presentes, salude al paciente y dgale que vendr ms tarde. Los visitantes se irn.

Djele un Mensaje Si No Encuentra al Paciente

Si le sucediera hacer una visita cuando el paciente no est en su habitacin, de ninguna manera olvide dejarle una nota hacindole saber que usted estuvo para visitarlo. Si regresa ms tarde no deje de mencionarlo. De lo contrario, djele dicho que lo ver en otra oportunidad. En cualquier caso, est seguro de cumplir lo que ha dicho.

No Critique al Equipo Mdico

Sea lo que fuere que usted haga, no critique al equipo mdico. No son, por cierto, perfectos, pero tienen sus buenas razones para hacer lo que hacen o dejan de hacer. La ltima cosa que un paciente necesita es que alguien le provoque dudas en cuanto a la idoneidad del equipo mdico que lo est atendiendo.

Sea Jovial
La mayora de los internados en un hospital tienen suficientes problemas como para que alguien les traiga tristeza desde el exterior. Usted puede sentirse como si el mundo se estuviera derrumbando a su alrededor y no es difcil pero si no puede traer un poquitito de alegra a una habitacin de hospital, debe permanecer fuera. Sea positivo y chispeante en lo que tiene que decir. La visita a hospitales ms que un arte es una ciencia. Nadie puede saber de memoria una regla que se adece a todas las situaciones. Todo lo que podemos hacer es ser sensibles a las necesidades del paciente y orar para que el Espritu Santo nos inspire a representar con toda fidelidad a Jesucristo en esta situacin de ayudar de alguna manera a la persona que est enferma. Continuar la visitacin despus de que el paciente abandone el hospital es tambin importante. De hecho, esta es un rea donde los maestros y lderes pueden llenar la necesidad de un ministerio muy necesario. Pocos pastores, incluyendo tambin a los miembros directivos de la iglesia, tienen tiempo de continuar la visitacin de personas que dejan los hospitales. Pero algunos maestros y lderes s pueden cumplir un ministerio de gran valor visitando ms tarde en el hogar a los que son sus alumnos o pertenecen a su grupo. Llamadas telefnicas, tarjetas postales y cartas de los miembros de la clase pueden ser una fuente de ayuda. El miembro de la clase que no puede asistir a la misma porque est enfermo o porque se encuentra en el proceso de una larga convalecencia requiere una atencin especial. Nuestra clase de la escuela dominical tuvo un miembro que estaba imposibilitado para subir las escaleras hasta nuestro lugar de reunin, de modo que de vez en cuando fuimos a su hogar para reunirnos con l. Nos debamos reunir unos treinta minutos ms temprano de lo que lo hacamos en el templo, y nos quedaba tiempo suficiente para llegar a la reunin de adoracin en el templo. Fue una experiencia positiva tanto para l como para nosotros.

Ayudar espiritualmente a los enfermos fsicamente es una oportunidad para satisfacer las necesidades de la gente y ser consejeros en el sentido pleno de la palabra.

Muerte y Afliccin
Una segunda rea que el obrero-consejero enfrenta frecuentemente es el rea del dolor y la afliccin. La muerte es un evento terrible. Es definitiva. El morir no es algo a lo que se llega por la prctica del morir. Se muere una vez y definitivamente. Y, sin embargo, es en este preciso punto en que nuestra fe cristiana se expresa plenamente. Si nuestra fe no tiene un mensaje para esta ocasin, nuestra fe es intil. En estos ltimos aos se han escrito muchos libros sobre la comprensin del proceso de afliccin por el que se atraviesa al enfrentarse con la muerte. Cierto grado de comprensin de este proceso es imperativo para los maestros y lderes que siempre tienen la oportunidad de aconsejar en el tiempo de muerte y afliccin. La obra ms completa sobre la comprensin de las etapas que atravesamos al morir es la de Elisabeth Kbler-Ross On Death and Dying (Sobre la Muerte y el Morir). Su libro es importante porque con toda claridad y brevedad seala cinco etapas por las cuales atravesamos hasta aceptar nuestra propia muerte. Estas etapas son
(1) negacin y aislamiento, (2) enojo, (3) negociacin, (4) depresin, y (5) aceptacin.

Otros han sugerido una divisin diferente de las etapas, pero, bsicamente, son las mismas: Negamos que estamos prximos a morir; nos enojamos porque sabemos que es verdad; tratamos de entrar en componendas con Dios y con los dems; nos sentimos deprimidos; y entonces, esperanzados, aceptamos el hecho. No todas las personas pasan por esas etapas de una manera natural y pura. Algunos pueden permanecer en una etapa ms que otros. Otros quiz nunca lleguen a aceptar el hecho de que van a enfrentar la muerte en breve plazo. De qu manera debe un consejero relacionarse con alguien que es un enfermo terminal? Muy cuidadosamente! El hacerlo bien requiere toda nuestra

sabidura y conocimiento y, sobre todo, la direccin del Espritu Santo. Maestros y lderes debieran estar bien familiarizados con las cinco etapas de la muerte. Las personas no son robots, y no pueden ser amontonadas en categoras especficas. Sin embargo, hay categoras para este caso, que son lo suficientemente amplias de modo que, normalmente, incluyen a la mayora de personas que tienen una enfermedad terminal. Ricardo era un miembro pasivo de la clase de hombres de la escuela dominical. No se hizo presente en la clase por cerca de un ao. Un domingo por la maana apareci en la escuela dominical muy temprano. Traa una Biblia nueva bajo su brazo. Durante el estudio bblico particip ampliamente. Cuando hubo terminado la clase, se qued un momento y luego sali con el maestro. Supongo que usted est extraado por mi presencia aqu esta maana, dijo.
He tenido un susto bastante grande esta semana pasada. Fui a ver a mi doctor, y me dijo que tengo cncer. Volv a mi oficina y me arrodill al lado de mi escritorio y promet al Seor que si l me sanaba nunca dejara de asistir a la iglesia cada domingo. Sent como una onda de algo que pas a travs de mi cuerpo. Era algo semejante a una onda de intensa luz. En ese momento supe que me haba sanado, y voy a cumplir con mi parte en el trato.

Ricardo haba saltado muy de prisa a la etapa de la negociacin. De ninguna manera es raro para alguien tratar de llegar a un acuerdo con Dios. Cmo maneja el obrero-consejero esta clase de responsabilidad? Lo volvemos a decir, muy cuidadosamente! Uno no puede decir que Dios no ha sanado a Ricardo. La decisin corresponde a Dios. El puede hacer cualquier cosa que quiera. Sin embargo, si Dios ha sanado a Ricardo, no es porque ste se comprometi a ir todos los domingos a la iglesia. El maestro de Ricardo le expres su tristeza porque le haban diagnosticado un cncer. Luego expres su gratitud por la experiencia que Ricardo haba contado que haba tenido con Dios. Pero tambin anim a Ricardo a mantenerse en contacto con el mdico. Le sugiri que Dios poda escoger sanarlo a travs de la habilidad de un mdico. Ricardo estuvo de acuerdo, pero le afirmo que l estaba seguro de que Dios ya haba quitado el mal de su cuerpo. El domingo prximo estaba de nuevo. Otra vez particip en el estudio de la Biblia. En cierto momento comparti su experiencia con toda la clase.
Estoy convencido de que Dios me ha sanado, de modo que yo puedo ser un testigo del poder sanador de Dios. Estoy deseando ir a cualquier lugar y en cualquier tiempo a decir a la gente lo que Dios ha hecho por m.

El maestro observ a Ricardo cuidadosamente las varias semanas que siguieron. Pareca que Ricardo estaba perdiendo peso. De vez en cuando, paraba en la casa de Ricardo y lo visitaba. Ricardo estaba siempre optimista. Nunca dio la ms pequea indicacin de que no crea que el Seor lo hubiera sanado. Un domingo Ricardo no estuvo en la iglesia. El maestro le telefone esa misma tarde. La esposa atendi la llamada y dijo que Ricardo estaba enfermo en cama. Luego le confi que su esposo haba estado varios das enfermo recientemente y que ella estaba muy preocupada. El haba comenzado a advertir algunos bultos en el mismo lugar donde el doctor haba extirpado el tumor primitivo. Al final de esa misma semana, la clase tuvo noticias de que Ricardo haba sido internado en el hospital. La prxima tarde el maestro fue a visitarlo. Ricardo todava esta radiante.
Bueno, los doctores dicen que el cncer ha vuelto. Pero t y yo sabemos otra cosa, no es as? Dios solamente est probando mi fe. S que l an tiene planes para m.

El maestro le asegur a Ricardo que Dios lo amaba, or con l, y se fue. Al fin de esa semana volvi a visitarlo. Esta vez Ricardo no lo salud con su entusiasmo habitual y cuando le pregunt si haba tenido un buen da, Ricardo explot.
Cmo puedo haber tenido un buen da cuando los mdicos me dicen que me estoy muriendo! Los escuch por casualidad decir a mi esposa que no tengo ms que tres semanas de vida. Siento que Dios me ha abandonado. Toda esa porquera en la Biblia sobre que Dios responde a la oracin, eso no es verdad. Dios no me ha sanado. Hasta la semana pasada nunca dej de ir los domingos al templo. Incluso haba comenzado a dar el diezmo. Y esta es la forma en que me paga!

El maestro escuch por un momento hablar a Ricardo. Luego le dijo:

S que ests desconcertado. Yo no comprendo por qu Dios sana a algunos pero no sana a otros. Todo lo que s es que l se preocupa mucho por ti. El comprende y sufre contigo.

En esta etapa de la enfermedad de Ricardo, ste estaba experimentando al mismo tiempo enojo y depresin. Haba tratado de negociar con Dios, y el trato no haba dado resultado. Era un momento crucial en su vida. El que llegara a luchar a brazo partido con su enfermedad habiendo previamente enfrentado aquellas cosas que uno debe resolver antes de morir, determinara su reaccin en este momento. En el caso de Ricardo, su enfermedad

evolucion muy rpidamente. Nunca tuvo tiempo de ocuparse de su enojo, y muri dejando una esposa y una familia frustradas. Hubiera podido este maestro haber hecho alguna otra cosa que lo que hizo? Probablemente, no. Un consejero ms experimentado podra haber razonado sobre la apariencia de la forma en que Ricardo haba aceptado su enfermedad. Sin embargo, la gente oir solamente lo que quiere or. Ricardo nunca acept el hecho de que tena cncer hasta que fue demasiado tarde para ocuparse de ello. No podemos tener xito en todos los casos con los que nos enfrentamos. No podemos forzar a la gente a que responda de la manera que nosotros queremos que ella responda. Todo lo que podemos hacer es apoyarla y serle til en la forma mejor de que somos capaces.

Afliccin
Qu hacer con los que quedan cuando alguien, como en el caso de Ricardo, muere? Cmo ser tiles a quienes estn afligidos? Como hay varias etapas a travs de las cuales pasan las personas al morir, as hay varias etapas en la afliccin, por la que pasan las personas. En su excelente libro: Enfrentando la muerte: Una perspectiva cristiana, D. P. Brooks sugiere cinco etapas por las que pasa una persona en afliccin:
(1) conmocin e incredulidad, (2) insensibilidad, (3) creciente afliccin, (4) reconstruccin, y (5) vuelta a una vida nueva .

Los consejeros sacarn provecho al tener en cuenta que una persona afligida atraviesa ciertas etapas. Nuevamente, estas etapas no son absolutas y rgidas, pero ofrecen un marco de referencia que nos ayudar a entender la afliccin. La afliccin puede sobrevenir por varias y diferentes experiencias. La muerte, ciertamente, es una de estas experiencias. Pero un divorcio, un hijo que deja el hogar, la muerte de un animal domstico, la prdida de un empleo, una mudanza, una amputacin, todas estas cosas pueden causar afliccin. Cuando yo era pastor, una de nuestras familias ms fieles no vino a la iglesia un domingo. Los visit durante la semana y encontr que su perro haba sido atropellado y muerto justamente cuando estaban listos para ir a la iglesia. Haban quedado en casa esa maana porque estaban muy alterados. Recuerdo que pens que era demasiado. El otoo pasado fui el encargado de llevar

nuestro perro, al que habamos tenido con nosotros catorce aos, al veterinario para que lo matara. Siento ahora ms simpata para aquella familia a la que le mataron su perro. Una pareja de colegas en ejercicio del ministerio a quienes les fue necesario matar sus animales domsticos, tuvieron los mismos sentimientos que yo. Recuerde que la afliccin puede venir de cualquier prdida. Una pena no curada causa tantas dificultades en nuestras vidas como cualquier otro problema. Tenemos miedo de dar lstima. Hacemos muchas cosas para tratar de cuidarnos de admitir nuestra afliccin. Cuando tenemos una prdida, esto es muy real. C. S. Lewis, en su penetrante libro Estudio de una afliccin describe la experiencia de enfrentarse con su afliccin cuando falleci su esposa.
Nadie me haba dicho nunca que la afliccin fuera tan semejante al temor. No estoy atemorizado, pero la sensacin es como la de estar atemorizado. Las mismas contracciones en el estmago, la misma inquietud, los suspiros. Me mantena absorto.

Un poco despus escribi:

Tan pronto recuperado? Pero las palabras son ambiguas. Decir que el paciente se recupera de una operacin de apendicitis es una cosa; despus de haber sufrido la amputacin de una pierna es otra cosa muy distinta... En este momento estoy aprendiendo a moverme con muletas. Quiz dentro de poco me darn una pierna de madera. Pero no volver nunca a ser un bpedo.

La afliccin es real. Nunca la tome livianamente o trate de negarla. La mejor ayuda que un consejero puede brindar en presencia de una afliccin es aceptar la realidad y lo doloroso de la prdida y estar presente para escuchar a la persona que est afligida. Las sugestiones siguientes podrn ayudar a quien tenga que aconsejar a alguien que est afligido.

Reconozca Que la Afliccin Es Real

Cualquiera sea la prdida, reconozca que la afliccin es real. Un nio puede haber perdido un animal favorito. Un hombre puede haber perdido un empleo. Una esposa puede haber perdido a su esposo. Toda prdida es real para la persona de quien se trata. No diga a la gente que no debiera sentirse de la manera en que lo manifiesta. No niegue los sentimientos de la gente. Puede hacerse un grave dao con el fracaso en reconocer la realidad de la afliccin. A menudo, personas bienintencionadas dirn: Vamos, usted no debiera sentirse de esa manera!

Como si por decirle eso se pudiera cambiar la manera en que se sienten. Todo lo que se podr ganar es mantenerlos callados ante nosotros (o posiblemente ante otros) sin decir lo que sienten y privndolos as de enfrentar su afliccin y superarla.

Escuche-Deje Que la Persona Hable

Al tratar con personas afligidas, la primera sugestin para aconsejar puede ser aplicada con gran provecho. Escuche! Escuche! Escuche! Deje que la gente hable sobre lo que siente. No trate de detenerlos. Ayuda, no perjudica, el dejar que la gente hable sobre sus prdidas. Un amigo que recientemente pas por una operacin de corazn abierto me hizo una penetrante observacin. Me dijo que las personas que han tenido una operacin de corazn abierto pasan por un perodo de depresin. Cuando le pregunt por qu, dud por un momento y luego contest: En una operacin de corazn abierto usted est cara a cara con la muerte, pero nadie lo dejar hablar sobre el asunto. No importa cul pueda ser la fuente de la afliccin, deje que la persona hable. Escuche!

Hblele de la Prdida
Hable acerca de la prdida en su conversacin con la persona apenada. Muchas veces la gente cree que lo mejor que puede hacer es evitar mencionar el tema. Equivocado! La mayora de las personas que han sufrido una prdida quieren hablar acerca de su prdida. Es la mejor terapia para superar la afliccin.

Mantngase en Contacto
Mantngase en contacto con la gente afligida. Pase por su casa y vistela. Llmela por telfono. Salga a almorzar con ella. Invtela a su casa. No la evite. Especialmente esto debe hacerse en caso de un divorcio o una muerte. La presencia de Dios a travs del Espritu Santo es de gran utilidad aunque no se note su presencia. El Espritu Santo nos fortalece y nos conforta. Wiliam P. Tuck seala que la palabra conforta se deriva de dos palabras con, con mas fortis, fuerza. Cuando Isaas declara, confortaos (Isa. 40: 1, Versiones inglesas, cast. consolaos) quiere decir, fortaleceos.
La fortaleza que viene de la perdurable Presencia de Dios es una fortaleza interior que nos fortifica para enfrentar cualquier situacin porque somos conscientes de que no la enfrentamos aislados y solos.

Dios ayudar a quienes estn afligidos. Los nicos a los que no puede ayudar son aquellos que no admiten que estn en necesidad de ayuda.

Divorcio
Curioseando en un negocio de ventas de tarjetas me qued sorprendido al encontrarme con dos tarjetas casi idnticas, una al lado de otra. Ambas mostraban tortas de boda con la novia y el novio que son tradicionales. En el interior de una el texto impreso deca: Congratulaciones en vuestro matrimonio. Pero, la otra tarjeta mostraba al novio cabeza abajo con su cara cubierta de torta (era accidental el simbolismo?). En su interior el texto deca: Congratulaciones en su divorcio! Muy bien!, a m no me gustaba ninguna de las dos pero, cmo relacionarnos con personas que acaban de divorciarse? Sin duda que no queremos enviarles una tarjeta, pero enviarles una tarjeta sera mejor que ignorar totalmente la situacin. El tiempo que sigue al divorcio es un tiempo de afliccin, exactamente como el que sigue a la muerte. Las personas involucradas han experimentado prdida y sufrimiento; tambin han experimentado el silencio de la comunidad. Por lo menos, en una experiencia de muerte, podemos enviar tarjetas o flores o escribir una breve nota expresando nuestra simpata. Pero, cmo nos relacionamos con alguien que se ha divorciado recientemente o que est a punto de hacerlo? Las sugestiones sobre cmo tratar con las personas afligidas se aplicarn tambin a la manera de ayudar a las personas divorciadas. Adems, tambin hay que tener en cuenta las siguientes sugerencias.

Reconozca el Divorcio
Antes de que usted pueda iniciar la tarea de aconsejar a una persona que se ha divorciado, o est en la tramitacin de un divorcio, usted debe francamente reconocer el hecho del divorcio. Si no se atreve a hacerlo cara a cara, puede escribirle una nota. El reconocimiento del divorcio ofrece una oportunidad para una ayuda posterior.

No Juzgue-Deje Esto para Dios.

Es difcil no juzgar si una persona ha hecho bien o ha hecho mal en divorciarse. Pero no es esta la tarea de un consejero. El juicio pertenece exclusivamente a Dios. Cualesquiera que sean sus sentimientos personales con respecto al divorcio, una actitud de censura hacia las personas divorciadas lo aislarn de un posible ministerio.

No Deje Que Su Teologa Impida Su Ministerio

El divorcio es un tema crucial y divisivo. Muchas iglesias y pastores se oponen fuertemente al divorcio. Antes que los consejeros puedan cumplir su tarea con personas divorciadas deben examinar sus convicciones personales respecto al divorcio. El divorcio es siempre la expresin de un fracaso. Es la admisin de parte de dos adultos supuestamente maduros de que no pueden seguir adelante con sus relaciones. Y porque esto es verdad, es que quienes estn involucrados en un proceso de divorcio necesitan que se los sostenga y anime. Todos nosotros hemos fracasado en algn rea de nuestra vida. Aunque un fracaso en el matrimonio es significativo, nuestro Seor lo puede perdonar. Los consejeros pueden, a su vez, comunicar este mensaje de perdn y la palabra de esperanza que lo acompaa.

Incluya a las Personas en Actividades Sociales

No excluya a las personas divorciadas de las actividades sociales. Todava tienen ellas necesidades sociales. Muchas de nuestras actividades de este tipo giran en torno a las parejas. Es fcil olvidar a las personas divorciadas lo mismo que a los viudos cuando se extienden invitaciones para estas actividades sociales. Extienda, usted, la invitacin y deje que las personas decidan si se sentirn cmodas al asistir. Planee actividades que no hagan hincapi en la pareja. Pocos consejeros se sentirn felices de cumplir su tarea en cualquiera de estas tres reas enfermedad, muerte, afliccin y divorcio. Ninguna lista de sugerencias podr hacer que uno se sienta cmodo en estos casos, las que aqu se presentaron son apenas insinuaciones que indican la direccin correcta. Familiarcese con ellas. Sea sensible a las necesidades de las personas. La empata, identificacin, lo pondr a usted en los zapatos del prjimo. Pregntese a usted mismo qu quisiera que alguien hiciera por usted en esa situacin. Despus de todo, esto es realmente poner en prctica la Regla de Oro: aconseje a los dems como quisiera que alguien lo aconsejara a usted, de hallarse en la misma situacin.

7. Cuando Derivar Ciertos Casos

Los maestros y lderes encuentran habitualmente situaciones que, por una razn u otra, no pueden manejar. Simplemente puede tratarse de que no disponen del tiempo requerido para tratar el caso. La naturaleza de la necesidad puede estar ms all de la capacidad de ellos y la naturaleza de la situacin puede hacer que se sientan muy incmodos. Marta sala del aula un domingo por la maana cuando el tema de la leccin haba sido el del punto de vista cristiano sobre el matrimonio y el divorcio. Al salir por la puerta. Pablo y Cristina Gonzlez se hallaban en medio del pasillo. Ambos haban estado en su clase de matrimonios esa maana. Marta los salud brevemente y se apresur a dirigirse al ensayo del coro. Pablo la tom por el brazo y le dijo: Marta, t has suscitado preguntas muy interesantes esta maana. Me gustara que vinieras a casa una noche para conversar sobre el tema. Sera posible? Marta convino en que los llamara para fijar un tiempo para la reunin y se fue al ensayo del coro. Esa misma noche, llam por telfono y arregl con ellos para tener un encuentro el lunes por la noche. Cuando lleg. Pablo le dijo:
Marta, dijiste algunas cosas el domingo por la maana que deseara conversar contigo. Si no te he entendido mal, dijiste que el divorcio no estaba bien. Yo estoy de acuerdo contigo, pero Cristina no. Ella me comunic la semana pasada que quiere un divorcio. Le he dicho que la Biblia afirma que no es correcto; pero no quiere escucharme. Quieres explicarle a ella qu es lo que est mal?

Marta mir a Cristina que hasta ese momento no haba dicho una palabra. Estaba enojada y miraba a Pablo echando chispas por los ojos por haberla puesto en aprietos de esa manera. Marta se dio cuenta de cuan difcil era la situacin. Sonri y dijo:
Bueno, Pablo, verdaderamente me has puesto en una situacin difcil. No deseo tomar partido en una pelea de familia porque yo los aprecio a ambos. Cristina, qu te parece si me cuentas qu es lo que sientes en este preciso momento?

Con esto, Cristina comenz a dejar libre su hostilidad. Acus a Pablo de ser insoportable, insensible, e incapaz de comprender sus sentimientos. Pablo respondi acusando a Cristina de ser una malsima ama de casa, de prestar ms atencin a los otros hombres que a l.

Marta se dio cuenta de que Pablo y Cristina tenan algunos serios problemas en su matrimonio y que mientras ninguno de los dos pareca considerar el divorcio en serio, algo haba que hacer. Despus que hubo hablado por un tiempo, les pregunt si haban acudido a alguien para que los aconsejara.
Fuimos a ver al pastor Aguirre, pero l nos dijo que orramos sobre el problema y que asistiramos con ms frecuencia a la iglesia. Esto no pareci dar ningn resultado. Me apena que hayan tenido esa experiencia con el pastor. Sin embargo, hay otros consejeros competentes a disposicin que podrn ayudarles. Tengo un amigo que trabaja en el centro de asesoramiento en el centro de la ciudad y a quien recomiendo sin reserva alguna. Lo conozco bien y s que es un cristiano ntegro. Me temo que ustedes tienen algunos problemas que yo no puedo resolver. Me gustara darles su nombre y sugerirles que lo llamen para concertar una entrevista con l. Si les parece bien, tendr mucho gusto en llamarlo por telfono y decirle que se pondrn en contacto con l. Podra compartir con l algo de lo que me han compartido hoy. De esta forma, l los estar esperando. Estn de acuerdo?

Marta se haba encontrado en una situacin difcil. Era una situacin que iba ms all de su habilidad. Era tambin una situacin en la que poda perder la amistad con los esposos Gonzlez a causa de la naturaleza personal del conflicto. Sin embargo, se preocup por ambos, Pablo y Cristina. Estos ya haban recurrido a un consejero, pero, cuando Marta haba cumplido con su deber, slo le restaba derivar el caso a uno de los grandes recursos disponibles en la comunidad y que ella conoca. Marta supo recomendar a la pareja a alguien que podra brindarles una orientacin adecuada en lo que respecta a sus relaciones. La derivacin de algunos casos es un importante aunque difcil aspecto de la tarea del obrero-consejero. No es desentenderse de las personas porque uno no quiera ayudarles o se sienta incapaz de hacerlo. Es ponerlos en contacto con recursos que estn disponibles para ellos. En este sentido, los maestros lderes que comprenden la situacin son como el operador de un conmutador que puede comunicar a alguien que llama del exterior con quien est en el edificio y puede brindarle la ayuda e informacin necesarias.

Cundo Derivar un Caso

Cundo necesita un obrero-consejero derivar un caso? Las situaciones en las que se deben derivar los casos son muchas y de distinto tipo. A veces, a causa de las propias condiciones o situacin del maestro o lder. En otras ocasiones, puede ser a causa de la naturaleza del conflicto.

Falta de Tiempo
El tiempo es un valioso ingrediente de nuestras vidas. Todos nosotros tenemos nuestras propias familias y nuestras responsabilidades por las cuales preocuparnos. Tenemos que trabajar. Tenemos que encontrar tiempo a nuestro descanso. Por ms grande que sea nuestro deseo de ayudar a alguien, podemos llegar a estar tan sobrecargados que simplemente no podemos ayudar adecuadamente a otros sin perjudicarnos a nosotros mismos. Decir no cuando alguien nos solicita ayuda no est mal si es que no tenemos tiempo para ayudar. Esto no significa que no nos preocupemos. Significa realmente lo opuesto. Significa que s nos preocupamos y que queremos que ellos reciban la mejor ayuda posible que, por el momento, tendr que venir de algn otro. Si un domingo por la noche, un maestro o lder descubre a alguien que necesita trabajo, y l va a estar fuera de la ciudad toda la semana en un viaje de negocios tiene, ciertamente, la necesidad de que algn otro ayude al necesitado.

Falta de Aptitud
El nuestro es un mundo completo. Nadie puede saberlo todo sobre todas las cosas. En muchas ocasiones, durante el da nos encontramos con problemas que no podemos resolver y pedimos ayuda. Si nuestro automvil comienza de pronto a hacer ruidos raros llamamos a un mecnico. Si es un problema de caeras llamamos al plomero. Si se nos presenta un dolor agudo en el pecho vamos al consultorio del mdico. Los maestros y lderes encontrarn muchas situaciones que estn ms all de su capacidad para ayudar. Si ste llega a ser su caso, no se sienta mal por esto. Es peor tratar de ayudar y hacer con ello un mal mayor. Cuando nos encontramos en estas situaciones necesitamos poner a la persona en contacto con alguien que le pueda brindar la ayuda inmediata que necesita.

Enfermedad Fsica o Mental

Si alguien est enfermo fsicamente o piensa que lo est es necesario llamar a un mdico. En ninguna circunstancia debe el lder o maestro intentar el diagnstico de una indisposicin. Si una persona ha perdido el apetito o el sueo, o se queja de dolores en alguna parte de su cuerpo, esa persona necesita ver a un doctor. Si la persona no puede pagar el costo de una atencin mdica, en la mayora de las ciudades hay

clnicas al servicio de esas personas donde se les puede brindar ayuda gratuita o a bajo costo. El embarazo especialmente si ocurre fuera de las relaciones matrimoniales es una necesidad particular. La mayora de las comunidades tienen buenas clnicas donde se ofrece tanto cuidado prenatal para el beb como cuidado psicolgico para la madre, para estos casos. Por cierto, una persona que demuestra tener sntomas de alguna anomala psquica, debe ser derivada a un mdico de la especialidad. Si una persona amenaza con suicidarse o amenaza matar a algn otro, la amenaza debe ser tomada en serio. En el libro A Cry for Help (Un Grito de Ayuda), los autores hacen una lista de quince signos reveladores de que un adolescente est pensando en suicidarse. Muchos de stos son aplicables a personas de todas las edades.
1. Comportamiento externo: agresividad, comportamiento hostil 2. Abuso de alcohol y drogas 3. Comportamiento pasivo 4. Cambio en los hbitos alimenticios 5. Temor a la separacin 6. Cambios abruptos en la personalidad 7. Andar oscilante 8. Impulsividad 9. Falta de inters en el estudio y bajas notas 10. Incapacidad de concentracin 11. Prdida o falta de amistades 12. En la vida de un nio, prdida de una persona o cosa importante 13. Desesperanza 14. Obsesin por la muerte: deseos de morir 15. Evidencia de que el nio est haciendo un testamento

El suicidio, especialmente entre los jvenes, est aumentando de una forma alarmante. Por parte baja, cincuenta y siete nios y adolescentes norteamericanos intentan cada hora suicidarse. Estas cifras se basan en las anotaciones en los registros de los hospitales de emergencia. Puesto que muchos intentos de suicidio se disimulan como otros no son tratados en las salas de emergencia, las cifras reales son, ciertamente, ms elevadas. La frecuencia del suicidio ha aumentado como un 3.000 por ciento cada ao. Todo maestro y lder que trabaja con jvenes y nios (o adultos, en cuanto a esto) necesita tomar muy en serio las amenazas de suicidio que haga un nio o un adolescente. Giffin y Felsenthal han hecho un gran servicio al hacer una

lista de trece mitos mortales acerca del suicidio que necesitamos superar si es que queremos ayudar a personas que estn en trance de cometer suicidio.

Los Mitos Mortales

1. Nada la pudo haber detenido una vez que ella decidi matarse. 2. La persona que fracasa una vez en el intento de suicidarse finalmente tendr xito. 3. Las personas que hablan de suicidarse nunca lo hacen. 4. Cuando la gente habla de suicidio, solamente estn tratando de atraer la atencin. Ignorarlos es lo mejor que se puede hacer. 5. Hablarle acerca del suicidio a una persona que est en dificultades puede dar a la persona ideas morbosas. 6. La gente bajo un tratamiento psiquitrico raramente se suicida. 7. A menudo, la causa de los suicidios es la tristeza. 8. La gente que se mata es porque est loca. 9. Una vez que las personas han tratado de matarse y fracasan, el penoso sufrimiento y la vergenza le impedirn intentarlo de nuevo. 10. Mi hijo estaba deprimido y con ideas suicidas. Pero la depresin ha desaparecido. Est mucho mejor y ms feliz. Finalmente est fuera de peligro. 11. nicamente cierto tipo de juventud comete suicidio, y mi hijo no es para nada de ese tipo. 12. Los suicidas son por lo general ancianos a los que les queda poco tiempo de vida. 13. El suicidio se repite en ciertas familias, de modo que no se puede hacer mucho para prevenirlo. Estos son mitos. No los crea. Quienes trabajan en la prevencin de los suicidios han encontrado que estos mitos son mortales porque mantienen a la gente que quiere ayudar pero no saben cmo hacerlo, apartados de entender que existe una necesidad. El suicidio es una realidad, aun en familias cristianas. Si un maestro o lder tiene razones para sospechar que alguien est pensando en suicidarse, debe aconsejar a esta persona en el sentido de buscar una ayuda profesional. Sin embargo, no piense que porque usted no tiene una habilidad prctica en esta rea puede desentenderse del problema. La mayora de los suicidas pensaron

que nadie quera relacionarse con ellos. Se sentan aislados de todos los amigos. Todo maestro y lder puede establecer con quien amenace con suicidarse una relacin que un consejero profesional no tendra. Derive a la persona a un consejero profesional pero permanezca cerca de ella y ofrzcale ayuda y la oportunidad de hablar con la persona que puede ayudarle a superar su perodo de depresin.

Asuntos Legales
Los casos que implican definiciones legales tambin deben ser derivados. En un caso de divorcio o cuando alguien se encuentra comprometido en un proceso judicial o cualquier otro asunto que requiera ayuda legal no dude en derivar el caso a un abogado. Los abogados estn moralmente obligados a guardar el secreto profesional como lo estn los doctores y los consejeros. Muchas veces, si una persona puede obtener asesoramiento legal habr eliminado una fuente de conflictos que le ha causado sufrimientos por un largo tiempo. Si la falta de dinero es el problema la persona puede ser derivada a alguna institucin de servicio social para una ayuda legal gratuita o ms barata.

Necesidades Crnicas
Algunas necesidades son de tal naturaleza que no se solucionarn en un momento y ni siquiera en un perodo de varias semanas o meses. Pocos maestros y lderes tienen el tiempo necesario que hay que dedicar a problemas que se prolongan casi indefinidamente, o requieren gastos considerables. Ramn tena apenas cuarenta y siete aos cuando comenz a sufrir de vrtigos y ocasionales desmayos. Fue a un mdico que descubri que necesitaba una operacin quirrgica en las arterias que van al cerebro. Durante este tiempo, su maestro de la escuela dominical fue a visitarlo da tras da antes de ser operado, para orar con l. Durante la operacin. Ramn tuvo un ataque que lo dej semiparalizado. Perdi casi totalmente el habla y ni aun poda comer por s mismo. Necesitaba una rehabilitacin prolongada, y la familia necesitaba ayuda para hacer frente a algunas de las cuentas. Era demasiado para una persona. Toda la iglesia estuvo lista a comprometerse como asimismo la comunidad mdica. Algunas necesidades a corto plazo fueron atendidas de inmediato y se hicieron planes para hacer frente a las necesidades a largo plazo. El maestro no hubiera podido brindar por s mismo esta clase de ayuda por mucho que l deseara hacerlo.

Implicado Muy Personalmente

Los maestros y lderes necesitan derivar sus casos cuando se encuentran ellos mismos involucrados en el problema. Cuando se trata de amigos ntimos que estn pasando por problemas matrimoniales es necesario derivar el caso a alguien que no est relacionado tan ntimamente con la pareja. No es raro trabajar con los problemas de una pareja y que sta ms adelante se sienta incmoda por haber compartido tanto con una persona que ven habitualmente. Por eso dejan la escuela dominical e incluso, a causa de ese malestar, cambian de iglesia.

Personas con Necesidades Materiales

Posiblemente haya que decir algunas cosas sobre las personas con necesidades materiales. Mucha gente hambrienta vive en nuestro mundo. Algunos de estos hambrientos viven en torno suyo. Para algunos esta situacin es reciente y motivada por la prdida del empleo. Otros se han habituado a vivir de esta manera. A otros, incluso, les agrada este modo de vida y han llegado a adaptarse muy bien a l y manejan la situacin para provecho personal. Algunas familias necesitan ayuda en situaciones de necesidad urgente. Sin embargo, muy pocos maestros y lderes pueden proveer ayuda por un tiempo prolongado a quienes tienen necesidades financieras. Esta es otra situacin en la que se necesita derivar el caso a alguien que pueda proveer ms ayuda (organizaciones comunales, estatales o particulares) y al mismo tiempo ofrecerles algunos consejos que les ayuden a cambiar este tipo de estilo de vida. Cada situacin que haga necesaria la derivacin es nica. No se pueden establecer reglas rgidas sobre cundo una persona debe o no debe ser derivada a otros medios de ayuda. Sin embargo, las orientaciones generales que siguen ofrecern alguna ayuda: 1. No se sienta culpable cuando tenga que derivar a alguien a otra persona que tenga ms experiencia y que, a la larga, pueda proveer una ayuda ms efectiva. 2. No abandone a las personas que haya derivado. No deje que ellas sientan que usted se ha lavado las manos en su caso. Contine ayudndoles con su presencia y sus oraciones. 3. Derive los casos siempre que usted no tenga tiempo para ocuparse de la situacin. 4. Derive los casos cuando usted no tenga la prctica suficiente para manejar la situacin.

5. Derive los casos cuando usted se encuentre emocionalmente comprometido en la situacin. 6. Derive los casos cuando se trate de personas enfermas mental o fsicamente. 7. Derive los casos cuando se trate de consultas legales. 8. Obtenga siempre el permiso de la persona antes de compartir con otros cualesquiera de los asuntos privados de la misma.

A Quines Derivar los Casos?

Saber cundo hay que derivar un caso es nicamente la mitad de la cuestin. La otra mitad es saber a quin derivarlo. Como maestro o lder de Educacin Cristiana en su iglesia, la prioridad en el tema de la derivacin debe tenerla su pastor. Esta debiera ser su prioridad a menos que usted tenga buenas razones para que no sea as. Algunos pastores no practican la orientacin psicolgica. No ven que sta sea parte de su llamamiento. Aun as, sera bueno compartir con su pastor muchas si no todas las situaciones que usted est tratando, por si el conocimiento de ellas pudiera ayudarle a cumplir su ministerio con la gente implicada. Otros pastores tienen la capacidad de practicar este tipo de orientacin. Es algo que no hacen bien. Precisamente, porque una persona que ha sido llamada a predicar no por eso, juntamente con su llamamiento, ha recibido automticamente don de practicar la orientacin psicolgica. Algunos consejeros han probado derivar los casos al pastor y han hallado que no da resultado. Esto no significa hacer un reproche al pastor. Es solamente decir que algunas personas tienen personalidades que no les permiten la prctica de esta clase de orientacin. Adems, las mismas razones por las que usted debe derivar un caso (falta de tiempo, capacidad o relaciones personales) pueden tambin tener vigencia cuando se trata de su pastor. Su pastor tiene el mismo derecho a derivar un caso, que el que tiene usted. La regla an es aplicable: la prioridad nmero uno en cuanto a quin derivar un caso es su pastor, a menos que usted tenga buenas razones para que no sea as. En la mayora de las comunidades hay varios otros recursos. Todo maestro y lder debe tomarse la molestia de descubrir cules son. La mayora de las comunidades tienen organizaciones para la salud mental que ofrecen una variedad de servicios. Pngase en contacto con ellas para saber qu servicios estn disponibles a la comunidad y cmo se puede hacer uso de ellos. En la mayora de los casos encontrar que sus preguntas son bien recibidas.

Si en el hospital local hubiera un capelln, ste estara en condiciones de prestarle ayuda y servir como una persona a la cual derivar algunos casos. Investigue qu doctores han tratado con xito a la gente. Consejeros privados, psiclogos y psiquiatras pueden tambin ser tiles en estos casos. En ocasiones, las plizas de seguro personal cubren esta clase de ayuda. Para satisfacer las necesidades materiales de la gente, se debe estar familiarizado con las organizaciones de la comunidad que ofrecen ayuda en cosas como: alimento, albergue, indumentaria y trabajo. Su iglesia puede ayudarle en alguna de estas cosas pero, cuanto usted ms conozca de lo que est a disposicin en la comunidad, ms capacitado estar para ayudar a quienes se dirigen a usted en busca de ayuda. Tienen en su comunidad una oficina de asesoramiento legal? Conoce algn abogado que desea realizar un ministerio de su profesin tanto como atender asuntos legales? Si usted trabaja con la juventud le ser til conocer, si los hubiera, a los asistentes sociales que trabajan en escuelas y colegios, ellos le pueden proporcionar ayuda. Y qu decir de otros pastores en el rea donde usted acta? Algunos de ellos pueden tener dones de asesoramiento psicolgico. Hay ayuda disponible en la mayora de las reas. Slo falta ocuparse en descubrirla.

Cmo Derivar un Caso

Wayne Oates sugiere a los pastores siete pasos a seguir para derivar un caso; estos pasos tambin son aplicables al obrero-consejero. 1. El primer paso para derivar un caso es reconocer la naturaleza de la necesidad y sus limitaciones para satisfacer esa necesidad. Si el problema es muy grande, o la situacin le crea un problema a usted mismo, la persona debe ser derivada a quien corresponda. No slo es correcto pedir ayuda, es imperativo que usted pida ayuda cuando las necesidades de la persona estn ms all de su habilidad para hacer frente a ellas. 2. Interprete correctamente la dificultad de la persona. Juanita hizo ver a Natalia que necesitaba ms ayuda de la que ella poda brindarle y le sugiri que viera al pastor. Juanita entendi que Natalia tena un problema que requera una ayuda ms profesional que la que ella le poda ofrecer.(Ver este relato en el captulo 2.) 3. Confiese sus propias limitaciones y exprese su inters en la salud y la recuperacin de la persona a la que est ayudando. Tenga cuidado con este

paso. No diga: No hay nada que yo pueda hacer para ayudarle. Esto hace que la persona sienta que no hay nada que se pueda hacer para resolver su problema. Mencione lo que usted puede hacer. Al asegurarle que ella orara por Natalia, Juanita le hizo ver que se preocupaba por ella y que tena buena voluntad para hacer lo que estuviera a su alcance para remediar la situacin. Tuvo la franqueza de admitir que no tena la habilidad necesaria para ayudar a Natalia y a sus padres. 4. Ponga a la persona en contacto con aquel a quien la haya derivado. En el caso de Juanita, ella inmediatamente llev a Natalia a ver al pastor. Esto no es siempre posible, pero se puede incluir ms que esto. Usted puede ofrecerse para llamar por telfono a la persona a la cual se deriva el caso para que ella espere una llamada o una visita de la persona derivada. Esto ayuda a destruir las barreras. Siempre debe obtener el permiso de la persona antes de hacer ese contacto. Probablemente sea mejor dejar que la persona necesitada concierte la cita. Muchos consejeros requieren que sea el aconsejado quien concierte la cita. Si la persona necesita ayuda inmediata, usted debiera llevarla hasta a quien la ha derivado o por lo menos puede ofrecerse para hacerlo. 5. Exprese preocupacin por la persona a la que ha derivado. Es imperativo que la persona que ha sido derivada no tenga la sensacin de que usted no quiere ayudarla. Sea honesto y franco en lo que concierne a los motivos por los cuales est derivando el caso. Al mismo tiempo asegrele que va a continuar apoyndola con sus oraciones y sus visitas. 6. Cumpla con sus promesas. Est seguro de que usted est respaldando sus promesas con los hechos. Si la persona ha sido hospitalizada, hgale visitas en el hospital. A veces, si la persona est lejos, se le puede enviar una nota para informarle que se est orando por ella. El ministerio de derivar los casos es un aspecto importante del ministerio de aconsejar de los maestros o lderes. En ste, como en toda otra tarea, es imperativo orar para que el Mdico por excelencia nos use para su gloria y para el bien de las personas.

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