Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
ACTO PRIMERO
ESCENA I
Don Jess y Doa Rufina
JESS.Se te ha metido el demonio
dentro del cuerpo, mujer?
No ves que no puede ser
feliz ese matrimonio?
Con don Alejo? Qu he odo!
RUFINA.Cabal: con l, s seor.
JESS.Un sempiterno hablador
le quieres dar por marido?
Un zanguango con ms dengues
que mocita currutaca,
ms hueco que una petaca
y lleno de perendengues;
un fatuo que rompe el da
un par o dos de botines,
registrando figurines
de una en otra sastrera:
un baboso, un dominguejo,
cuyo trato nadie estima,
y que sirve en todo Lima
de hazmerrer y de gracejo.
RUFINA.No encontraron ms apodo
RUFINA.Dale la muela!...
Tan decantado servicio
con usura le pagaste.
JESS.Nunca hay servicio que baste
a pagar tal beneficio.
Muy poco antes de su muerte,
como sabes, me llam,
y llorando me encarg
de ese muchacho la suerte.
Yo entonces le promet
tratarlo como a hijo mo,
y he de mostrarle desvo
sin justo motivo? Di.
RUFINA.Acab usted, don Jess?
JESS.Acab, no te contenta?
RUFINA.Pues bien, haga usted de cuenta
que no he dicho chus ni mus.
Mi hija no se ha de casar
con un mozo estrafalario
de cuyo trato ordinario
se tenga que avergonzar;
ni con ningn homo-bono,
que a su padre se parezca,
que la empae y la embrutezca.
JESS.Se ver tal desentono!
RUFINA.Qu es esto, pues? Hasta cundo?
Salgamos de capa rota.
Ese mozo est en pelota,
y es, a ms, un burro andando.
JESS.Qu tarabilla!
RUFINA.Si quieres morir,
sin saber de qu,
amrrate un tonto al pie.
JESS.El diablo son las mujeres!
RUFINA.Pues lindo zaine le ofrece
tu ternura paternal!
Ya se ve, no siente el mal
sino aquel que lo padece.
Yo un marido le destino
que no habr a quien no le guste,
porque es un hombre de fuste,
muy ilustrado y muy fino.
JESS.Y muy trucha entre los truchas.
RUFINA.Y chllese el que se chille,
har que la nia brille
y pinte mejor que muchas.
JESS.Te ha dado fiebre, Rufina?
Vamos a ver, trae el pulso.
RUFINA.Como es usted tan insulso
no sale de la rutina.
JESS.Qu es lo que ests ah diciendo?
Has perdido la chaveta?
RUFINA.Yo no hablo de paporreta;
Dios me entiende
Y yo me entiendo;
JESS.De cundo ac esa hinchazn?
Qu pronto has mudado pasta!
Pues, mira, toda tu casta
ha sido de asta y rejn.
Me acuerdo muy bien, Rufina,
que cuando te cortejaba,
apenas aqu asomaba
corras a la cocina.
De dnde esos papelotes?
Mire usted que es cuanto cabe!
Y esto dice quien no sabe
ni siquiera hacer palotes.
Ya se ve, t sola no eres
quien tanto adefesio apura;
de tu misma catadura
hay en Lima mil mujeres.
RUFINA.Sea o no eso cierto
en vano es que usted prosiga;
porque todo cuanto diga
es predicar en desierto.
Julieta se casar
con don Alejo.
JESS.Qu escucho!
Julieta!
RUFINA.La quiere mucho.
JESS.Ms que nunca, no ser.
Habr una vieja ms verde!
Julieta, a su hija ha nombrado,
cuando nunca se ha llamado
sino Juliana Valverde!
Milagro que no le ha puesto
piche, gorrin o canario;
porque hoy da el calendario
es un potaje indigesto.
Yo pondr remedio, s.
Silencio, que viene gente.
ESCENA
II
ESCENA IV
Doa Rufina, Juliana y don Alejo.
JULIANA.Mamita usted me llam?
RUFINA.A buena hora te apareces!
Te llam, porque el seor
ha preguntado por ti.
JULIANA.por m?
RUFINA.Qu contestacin!
Por ti: por quin ha de ser?
JULIANA.Como nadie me avis.
RUFINA.Jess! nunca has de ser gente!
No s cmo no te doy
un pellizco que te aturdo!
Qu animal eres!
JULIANA.Por Dios. Mam...
RUFINA.Mam...! Sinvergenza!
JULIANA.(Caramba!)
RUFINA.Qu condicin!
ALEJO.Madame, ne vous fachz pas;
todo eso lo hace el pudor,
yo a su edad era lo mismo.
Mire usted: una ocasin
andaba tras una dama,
como gorgojo en arroz,
con el fin de que me diese
un rendez-vouz en su maisn,
y, al verla, se me dorma
la mandbula inferior.
RUFINA.Mira...el seor don Alejo
dice que te ama y...
ALEJO.Oh!
En cuanto a eso, no Orosmn,
ni Orlando, ni Agamenn,
ni todos los que han sentido
el aguijn del amor,
sufrieron el voraz fuego
en que arde mi corazn.
JULIANA.(Agua que este hombre se quema!)
ALEJO.Todo por ese arrebol.
S, Julieta, ma Julietta,
ms brillante est usted hoy,
que el lucero matutino
antes de que salga el sol;
ms seductor que Venus,
ms robusta que Nemrod,
y de ms precio y vala
que las minas del Tirol.
RUFINA.Contesta.
ALEJO.Djela usted; harto dice su rubor;
quien calla otorga.
RUFINA.Ay, amigo!
Cmo esta nia no hay dos!
Es huraa como un gato.
no s a quin diablo sali!
Y ya se hace indispensable
desterrarte ese amargor;
usted que ha de ser su esposo
est en la obligacin.
Plala usted, descortsela.
Reprndala usted, por Dios
porque su padre...
ALEJO.Su padre es del tiempo de Guirior,
Usa capa...!
RUFINA.Ni qu entiende
de gusto ni ilustracin?
Es tan... Pues...
ALEJO.Un bunus vir.
RUFINA.Eso es; una alma de Dios.
ALEJO.Eh, bien! Queda a mi cuidado.
Yo har que lea a Rousseau,
a Volney, Pigault Lebrun,
VI
Doa Rufina.
Alzara en todo Lima
el tal casorio un run-run
que hasta en los papeles pblicos
ira de Norte a Sur.
Julieta...! Ya se march.
Qu rehilete!Jess!
Nadie ms que ese mueco
la trae en esta inquietud.
conmigo est! Cuando venga
lo pondr de oro y azul!
Julieta! si de repente
me va a dar un patats
de lidiar con ese diablo!
Quin lo paga es mi salud!
ESCENA
VII
de ir en el ao que entra,
descalza, echando sahumerio,
hasta Santa Ana siquiera,
al Seor de los Milagros?
Puede ser que te conceda
este Seor lo que pides.
Vamos a ver, haz la prueba.
RUFINA.Ojal que en eso slo,
a Catita, consistiera!
CATITA.Pero hablando de otra cosa.
No sabes que la Malena pele ayer con
su marido?
La puso, hija, como nueva.
Serrano, haba de ser!
Daba compasin el verla.
Tena la cara... As...!
Tamaa!
RUFINA.Qu desvergenza!
CATITA.Pero ya se ve; si tiene
tambin tan poca cautela.
Recibir, nia, visitas
cuando el otro sale fuera,
sin poner, por lo que potest,
uno que aguante en la puerta!
Pero ya, gracias Dios,
estn como unas ovejas...
Y agradzcanmelo a m,
y a la buena moza aquella
que te he contado otras veces
que tiene tan ricas prendas,
sin que nadie sepa hasta ahora
cmo ni de dnde vengan,
que fuimos las que mediamos
para que en paz se pusieron...
Pero, hija, por vida tuya,
no sea que esto se sepa.
RUFINA.Cmo, a Catita!
CATITA.Ay, hija!
Yo no quiero que me metan en
cuentos, Pobre de m!
RUFINA.No soy, a Catita, de esas.
CATITA.-
VIII
Dichos, Juliana.
JULIANA.Me llamaba usted, mamita?
RUFINA.Dnde te fuiste, muchacha?
Parece, mujer maldita, que estuvieras
con caracha.
No paras en parte alguna;
y, por Dios, que me alegrara
que fuera de esa perruna,
cosa que nunca sanara.
Lo has hecho de mil primores
contestando don Alejo!
JULIANA.Si no me dijese amores
no le mostrara entrecejo.
CATITA.Habla con menos descoco
ACTO SEGUNDO
ESCENA
II
y lo sers t tambin.
Mi gloria ser adorarte,
mi gozo estar a tus pies,
y mis brazos suficientes
para tu apoyo y sostn.
Pero te siento algo inquieta...
JULIANA.Escucha...Alguno nos ve...?
(Viendo por la sala)
MANUEL.No, nadie Qu pasa? Acaba; explcate
de una vez.
JULIANA.Me quieren casar.
MANUEL.Casarte?
JULIANA.Como lo oyes.
MANUEL.y con quin?
JULIANA.Con don Alejo.
MANUEL.Imposible!
JULIANA.Cierto.
MANUEL.No lo puedo creer Quin te ha de
querer tan mal? Alguna burla tal vez
que quieren hacerte...
JULIANA.No. Te equivocas, verdad es.
No ha mucho que me lo ha dicho aqu
mi madre.
MANUEL.Y por qu te quieren forzar as...?
Eso es injusto, es cruel.
Y t que dices, Juliana?
JULIANA.yo? Que antes consentir en
casarme, si es posible con el mismo
Lucifer.
MANUEL.Pero tu madre...?
JULIANA.Ella misma.
ESCENA IV
Doa Juliana, Don Manuel y Don
Jess.
JESS.Hola, muchachos! Qu se hace?
MANUEL.Nada seor .
JESS.Ah, Manuel, necesito hablar contigo;
no te vallas!
MANUEL.Est bien.
JESS.Voy un momento a mi cuarto a buscar
cierto papel que me precisa. Ya
vuelvo. Cuidado con irse, eh!
MANUEL.No, seor.
ESCENA V
Doa Juliana y Don Manuel
MANUEL.Y, bien Juliana, Qu dices ahora?
Lo ves? Qu bondad?
No te lo dije?
Te sobrecoges en vano.
JULIANA.Yo nada temo, Manuel.
Sino me caso contigo,
con nadie me casar.
Si me equivoco, corriente...
Yo mismo te di la red,
y a nadie podr quejarme
del mal que yo me busqu.
MANUEL.No, bien mo; no,
jams te podr yo ser infiel.
Ah! Si esa misma firmeza
tuviera toda mujer!,
Qu de escndalos se ahorraran,
qu de lgrimas tambin?
Ven ac...dme un abrazo.
Repteme eso otra vez.
XIII
ACTO TERCERO
ESCENA
I
Don Jess
ESCENA
II
Don Manuel, a Catita. (...)
ACTO CUARTO
ESCENA
IV
JULIANA.Mi padre!
CATITA.(Ay, qu tentacin!)
JESS.Qu es esto?
Qu significa este escndalo?
MANUEL.Seor...
JESS.Dnde iban ustedes?
JULIANA.Yo... Seor...
JESS.Voto a los diablos!
Qu atrevimiento!
MANUEL.Seor...
JESS.Y usted qu hace aqu?
CATITA.Rezando...
JESS.Dnde est tu madre?
JULIANA.Adentro.
JESS.Qu tal!
CATITA.(De esta no escapamos)
JESS.Doa Rufina... Seora! Rufina!
CATITA.(Dios mo, scanos con bien)
JESS.Rufina...!Demonio!
ESCENA VII
Don Jess, doa Juliana, a Catita,
don Manuel, Mercedes y doa Rufina.
RUFINA.A qu son esos gritazos?
Qu hay ahora...? Pero qu veo!
indigna! Dnde hay un palo?
MANUEL.Seora!
(Caramba!
JESS.Nadie me chista o como lo digo lo
hago
CATITA.Padre mo San Jos, protector de los
casados!)
JESS.Yo s lo que he hecho con la seora,
y lo que har Voto a tantos!
La paciencia tambin tiene su trmino,
al fin y al cabo.
Oiga usted, caballerito;
usted es un hombre ingrato que
corresponde a mi afecto como un vil,
como un malvado,
y que no es merecedor
de mi amistad, por lo tanto.
No cuente usted, pues, con ella ni
para bueno ni para malo.
Y usted...
RUFINA.A las Recogidas hoy mismo a pelar
zapallo...
JESS.Y a usted le privo desde ahora...
ESCENA XI
Don Jess, doa Rufina, don
Manuel, doa Juliana, Mercedes y don
Alejo.
ALEJO.Seora
RUFINA.A buen tiempo, don Alejo.
Venga usted.
ALEJO.De qu se trata?
JULIANA.(Es verdad, llega a buen tiempo)
ALEJO.Se necesita mi voto sobre algn
vestido nuevo?
ESCENA XII
Don Alejo, don Jess, doa Rufina,
doa Juliana, don Manuel, Mercedes y
criado.
CRIADO.Seor, afuera hay un caballero que
hablar con usted desea.
JESS.Dile que estoy ocupado.
CRIADO.Pero, seor, me ha encargado que
diga a usted que lo vea ahora mismo,
que precisa.
MERCEDES.(A buena hora)
JESS.Que entre.
CRIADO.Bien.
ESCENA
XIII
XIV
JUAN.No, seora.
ALEJO.(C'est fini)
JESS.-Pues no poda usted traernos
una nueva ms feliz.
RUFINA.Es posible, don Alejo?
Habr usted sido tan ruin
para tratar de engaarnos...?
ALEJO.Y usted lo cree...?
Fue un desliz ese que tuve
en el Cusco... Una contraccin...
En fin, un trato ilcito, un...
JUAN.Don Alejo!
ALEJO.S, un ardid...
RUFINA.Pero el seor...
ALEJO.Cubiletes...
Qu hombre en la edad juvenil
se ve libre?
JUAN.Don Alejo!
MERCEDES.(Bribonazo!)
JUAN.Cmo as?
Puede usted en mi presencia
con tal descaro mentir?
JESS.Y por qu no?
El seor es de conciencia matriz.
JUAN.Don Jess; pero qu ocurre?
JESS.No es cosa! qu ha de ocurrir?
Nada! Sino que el seor tena ya dado
el s para contraer nuevas nupcias, y
la presunta del quid es nada menos
que mi hija, que es esa que ve all, y
mi mujer la madrina.
JUAN.Qu dice usted?
ESCENA
XVI
XVII