Está en la página 1de 27

A CATITA

AUTOR: MANUEL ASCENCIO SEGURA


PERSONAJES
a Catita. Amiga de doa Rufina
Doa Rufina. Madre de Juliana.
Juliana. Hija de doa Rufina y don Jess
Mercedes. Criada
Don Jess. Esposo de doa Rufina y padre de Juliana
Don Alejo. Veterano, pretendiente de Juliana
Manuel. Joven enamorado de Juliana
Juan. Amigo de la familia.
Criado.

ACTO PRIMERO
ESCENA I
Don Jess y Doa Rufina
JESS.Se te ha metido el demonio
dentro del cuerpo, mujer?
No ves que no puede ser
feliz ese matrimonio?
Con don Alejo? Qu he odo!
RUFINA.Cabal: con l, s seor.
JESS.Un sempiterno hablador
le quieres dar por marido?
Un zanguango con ms dengues
que mocita currutaca,
ms hueco que una petaca
y lleno de perendengues;
un fatuo que rompe el da
un par o dos de botines,
registrando figurines
de una en otra sastrera:
un baboso, un dominguejo,
cuyo trato nadie estima,
y que sirve en todo Lima
de hazmerrer y de gracejo.
RUFINA.No encontraron ms apodo

para hacrtelo deforme?


Pues los que han dado el informe
mienten hasta por los codos.
Les sobra pechuga, arrojo,
para hacer malo lo bueno;
ven la paja en ojo ajeno
y no ven la viga en su ojo.
Querrn para yerno tuyo,
un mozo zarrapastroso,
torpe, feo y andrajoso,
cara de zango con yuyo?
No, seor: el tal Manongo
no se casar con mi hija;
vaya y llene su vasija
con agua de otro porongo.
JESS.Pero escucha mis razones,
mujer de todas mis culpas:
a ver si encuentras disculpas
a estas justas reflexiones.
Sabes que Manongo es hijo
de un hombre a quien apreci,
y con el cual milit
en el batalln del Fijo.
Cuando fuimos con Pezuela
al Alto Per los dos,
a l deb, despus de Dios,
la vida...

RUFINA.Dale la muela!...
Tan decantado servicio
con usura le pagaste.
JESS.Nunca hay servicio que baste
a pagar tal beneficio.
Muy poco antes de su muerte,
como sabes, me llam,
y llorando me encarg
de ese muchacho la suerte.
Yo entonces le promet
tratarlo como a hijo mo,
y he de mostrarle desvo
sin justo motivo? Di.
RUFINA.Acab usted, don Jess?
JESS.Acab, no te contenta?
RUFINA.Pues bien, haga usted de cuenta
que no he dicho chus ni mus.
Mi hija no se ha de casar
con un mozo estrafalario
de cuyo trato ordinario
se tenga que avergonzar;
ni con ningn homo-bono,
que a su padre se parezca,
que la empae y la embrutezca.
JESS.Se ver tal desentono!
RUFINA.Qu es esto, pues? Hasta cundo?
Salgamos de capa rota.
Ese mozo est en pelota,
y es, a ms, un burro andando.
JESS.Qu tarabilla!
RUFINA.Si quieres morir,
sin saber de qu,
amrrate un tonto al pie.
JESS.El diablo son las mujeres!
RUFINA.Pues lindo zaine le ofrece
tu ternura paternal!
Ya se ve, no siente el mal
sino aquel que lo padece.

Yo un marido le destino
que no habr a quien no le guste,
porque es un hombre de fuste,
muy ilustrado y muy fino.
JESS.Y muy trucha entre los truchas.
RUFINA.Y chllese el que se chille,
har que la nia brille
y pinte mejor que muchas.
JESS.Te ha dado fiebre, Rufina?
Vamos a ver, trae el pulso.
RUFINA.Como es usted tan insulso
no sale de la rutina.
JESS.Qu es lo que ests ah diciendo?
Has perdido la chaveta?
RUFINA.Yo no hablo de paporreta;
Dios me entiende
Y yo me entiendo;
JESS.De cundo ac esa hinchazn?
Qu pronto has mudado pasta!
Pues, mira, toda tu casta
ha sido de asta y rejn.
Me acuerdo muy bien, Rufina,
que cuando te cortejaba,
apenas aqu asomaba
corras a la cocina.
De dnde esos papelotes?
Mire usted que es cuanto cabe!
Y esto dice quien no sabe
ni siquiera hacer palotes.
Ya se ve, t sola no eres
quien tanto adefesio apura;
de tu misma catadura
hay en Lima mil mujeres.
RUFINA.Sea o no eso cierto
en vano es que usted prosiga;
porque todo cuanto diga
es predicar en desierto.
Julieta se casar
con don Alejo.
JESS.Qu escucho!

Julieta!
RUFINA.La quiere mucho.
JESS.Ms que nunca, no ser.
Habr una vieja ms verde!
Julieta, a su hija ha nombrado,
cuando nunca se ha llamado
sino Juliana Valverde!
Milagro que no le ha puesto
piche, gorrin o canario;
porque hoy da el calendario
es un potaje indigesto.
Yo pondr remedio, s.
Silencio, que viene gente.
ESCENA

II

Dichos, don Alejo.


ALEJO.Echemos antes el lente
Para ver quin anda aqu.
RUFINA.Don Alejo!
JESS.- :
(Sinvergenza!)
RUFINA.(Hgame usted el favor de callarse)
(Bajo a don Jess)
JESS.(Pillo!)
RUFINA.(Chito!)
Tenga usted ms discrecin)
ALEJO.Hola! Es Monsieur con Madama.
JESS:
Soy capaz...!
RUFINA.Baja la voz.
ALEJO.A la orden...
(Saludando con afectacin)
RUFINA.Oh, don Alejo!
Tanto bueno?
ALEJO.Sans facon.

Por m no hay que incomodarse.


RUFINA.Disparate! No, seor.
Usted est aqu en su casa.
ALEJO.Merc.
RUFINA.No hay de qu
JESS.(Embrolln)
ALEJO.y coment ca v, Madama?
RUFINA.Pues no lo he sabido hasta hoy;
con qu vino usted el sbado?
Yo sal...
ALEJO.No es eso, no...
Digo, qu cmo est usted?
RUFINA.Ah tirando con la tos
ALEJO.Goma arbiga con ella,
O hipecacuana si no.
Ahora hay muchos constipados.
RUFINA.Irritada es lo que estoy.
ALEJO.Entonces soy de dictamen
que tome ust el pansirop.
Y cuidado! Mucho abrigo,
que de una muerte precoz
nadie est libre.
RUFINA.As lo hago.
ALEJO.Y hasta que no salga el sol en cama.
RUFINA.Precisamente.
ALEJO.Tres-bien.
JESS.(Y lo sufro yo!)
ALEJO.La estacin est pluviosa:
y el aire, y ese frescor
de las maanas...
RUFINA:
As es.

ALEJO.y usted, Monsieur...?


huapetn?
JESS.S, seor.
ALEJO.Me alegro mucho.
JESS.Gracias.
RUFINA.(Prudencia, por Dios)
(Bajo a don Jess)
ALEJO.Usted va de promen,
Segn lo que viendo estoy.
Pero con capa..! Quin usa
Ya ese ropaje espaol?
Parece que usted viviera
En los tiempos de Godoy.
JESS.Yo me visto como quiero.
RUFINA.Qu respuesta! Cundo no!
ALEJO.Pngase usted un Lord Ragland,
Que es el traje comm'il faut;
Donde Rosack compr el mo,
Y pintado me sali.
No extrao! Tengo yo
un gusto tan exquisito...
Y luego me ha dado Dios
Un cuerpo tan...no es as?
(A doa Rufina despus de mirarse)
RUFINA.Quin lo duda? S, seor.
JESS.((Habr mayor mentecato!
Por no escucharlo me voy.)
Hasta luego, mi seora.
Caballero.
ALEJO.Servidor.
JESS.Ya te compondr yo el bulto)
ESCENA III
Doa Rufina y Don Alejo.

ALEJO.Mala est la guisa hoy.


RUFINA.Djeme usted don Alejo;
mientras ms viejo est peor.
Se va poniendo intratable.
De nada sirve que yo
le predique a todas horas
para que mude de humor.
Nada, imposible. Los hombres
ms duros son que una hoz,
y si se les mete el diablo
quin puede con ellos?
ALEJO.Oh!
Me pongo yo algunos das
que casi insufrible soy.
RUFINA.Qu! Padece usted de splin?
ALEJO.Ah! Si padezco un bretn;
pero pronto se me pasa.
Tomando un vaso de ponche,
o una copa de coac,
como si tal cosa estoy.
Pero variando de asunto,
Julieta est aqu o sali?
RUFINA.Por dentro anda esa loca.
ALEJO.Siempre hechicera!
RUFINA.Favor que usted le hace.
ALEJO.Nada de eso.
Lo que es suyo, eso le doy.
Mucho ms merece.
RUFINA.Gracias.
ALEJO.Esas le tocan a Dios.
A quien parecerse tiene;
pues su mam es una flor
aromtica y hermosa...
RUFINA.Usted me avergenza...
(Con simpata)
ALEJO.Oh! No.

RUFINA.A sus ojos...


ALEJO.Todo el mundo
hace igual observacin.
RUFINA.Los partos me han acabado;
y ese tiempo que es atroz.
Qu quiere usted? Tanta guerra,
tanta peste. Ni s yo
como tengo todava
cara de gente ni...
ALEJO.Est usted de olor, color y sabor.
RUFINA.Yo me cas de trece aos.
ALEJO.Se conoce.
RUFINA.Y no lleg
el quinceno sin que...
ALEJO.Ya...
RUFINA.Pues...
ALEJO.Eso era de cajn.
y que hace Mademoiselle?
RUFINA.No s: estar al bastidor.
Voy a llamarla...Julieta!
ALEJO.Djela usted; ya me voy.
RUFINA.Tan pronto?
ALEJO.Tengo que hacer; pero volver.
RUFINA.Ay seor! dnde andar esta
muchacha?
Julieta...!
ALEJO.No hay precisin.
Djela usted, no la llame;
mas luego tendr el honor
de presentarme.
RUFINA.Qu hechura!

ESCENA IV
Doa Rufina, Juliana y don Alejo.
JULIANA.Mamita usted me llam?
RUFINA.A buena hora te apareces!
Te llam, porque el seor
ha preguntado por ti.
JULIANA.por m?
RUFINA.Qu contestacin!
Por ti: por quin ha de ser?
JULIANA.Como nadie me avis.
RUFINA.Jess! nunca has de ser gente!
No s cmo no te doy
un pellizco que te aturdo!
Qu animal eres!
JULIANA.Por Dios. Mam...
RUFINA.Mam...! Sinvergenza!
JULIANA.(Caramba!)
RUFINA.Qu condicin!
ALEJO.Madame, ne vous fachz pas;
todo eso lo hace el pudor,
yo a su edad era lo mismo.
Mire usted: una ocasin
andaba tras una dama,
como gorgojo en arroz,
con el fin de que me diese
un rendez-vouz en su maisn,
y, al verla, se me dorma
la mandbula inferior.
RUFINA.Mira...el seor don Alejo
dice que te ama y...
ALEJO.Oh!
En cuanto a eso, no Orosmn,

ni Orlando, ni Agamenn,
ni todos los que han sentido
el aguijn del amor,
sufrieron el voraz fuego
en que arde mi corazn.
JULIANA.(Agua que este hombre se quema!)
ALEJO.Todo por ese arrebol.
S, Julieta, ma Julietta,
ms brillante est usted hoy,
que el lucero matutino
antes de que salga el sol;
ms seductor que Venus,
ms robusta que Nemrod,
y de ms precio y vala
que las minas del Tirol.
RUFINA.Contesta.
ALEJO.Djela usted; harto dice su rubor;
quien calla otorga.
RUFINA.Ay, amigo!
Cmo esta nia no hay dos!
Es huraa como un gato.
no s a quin diablo sali!
Y ya se hace indispensable
desterrarte ese amargor;
usted que ha de ser su esposo
est en la obligacin.
Plala usted, descortsela.
Reprndala usted, por Dios
porque su padre...
ALEJO.Su padre es del tiempo de Guirior,
Usa capa...!
RUFINA.Ni qu entiende
de gusto ni ilustracin?
Es tan... Pues...
ALEJO.Un bunus vir.
RUFINA.Eso es; una alma de Dios.
ALEJO.Eh, bien! Queda a mi cuidado.
Yo har que lea a Rousseau,
a Volney, Pigault Lebrun,

a Voltaire, Walter Scott,


a Elosa y Abelardo,
a Ovidio, al Barn de Humbolt,
y a otros autores modernos
que hablan sobre educacin.
RUFINA.Muy bien. Y el canto y el baile,
y otras cosas as...
(...)
ALEJO.Con tal madre y tal esposa
nadie ms feliz que yo:
En fin, madama, me marcho;
tengo que ver a un deudor, (...)
...Con que... Divina Julieta, adis.
JULIANA.Adis, caballero.
RUFINA.Nia!
ALEJO.Madama, tengo el honor...
RUFINA.Hasta luego? (...)
ESCENA

Doa Rufina y doa Juliana.


RUFINA.Una mina hemos hallado.
Este hombre vale un Per.
Qu enorme es la diferencia
que hay de l al otro gandul!
La misma, ni ms ni menos
que de la leche al betn.
El uno hasta por los poros
derrama gracias y luz,
y el otro es ms animal
que un borrico o que un atn;
pero con mi buen marido
hace un excelente albur.
No hay miedo. No se saldrn
con su gusto al butuntn;
porque antes que yo consienta
que mi hija cargue tal cruz,
a ella, a su padre y a m
nos llevar Belzeb.
JULIANA.(Ni me he de casar tampoco
con el otro zamplampls.

A buen seguro; `primero


me encerrar un atad).
ESCENA

VI

Doa Rufina.
Alzara en todo Lima
el tal casorio un run-run
que hasta en los papeles pblicos
ira de Norte a Sur.
Julieta...! Ya se march.
Qu rehilete!Jess!
Nadie ms que ese mueco
la trae en esta inquietud.
conmigo est! Cuando venga
lo pondr de oro y azul!
Julieta! si de repente
me va a dar un patats
de lidiar con ese diablo!
Quin lo paga es mi salud!
ESCENA

VII

Doa Rufina, a Catita.


CATITA.Deo gracias.
RUFINA.Oh! a Catita!
CATITA.Djame que vengo muerta.
Ay Jess!
RUFINA.Cmo est usted?
CATITA.Con un dolor de cabeza que no veo.
RUFINA.Habr usted estado
metida hasta ahora en la iglesia.
CATITA.Qu quieres, hijita, que haga?
El seor me d paciencia!
RUFINA.Pero si est usted as...
CATITA.Y con la boca muy seca,
y el estmago es un hilo.
RUFINA.-

Vlgame Dios! Tambin llega usted tan


tarde! No importa.
Puede que haya en la alacena
alguna cosa. Yo creo
que guard la cocinera
un poco de caldo. S...
Que lo calienten. Manuela!
CATITA.Dios te lo pague, mamita.
Pero escucha; mejor fuera un poco
de chocolate, porque hoy creo
que son tmporas.
Y el ayuno...
RUFINA.Mandaremos a comprarlo...
CATITA.No, no, deja;
Tomar cualquiera cosa.
Te molestas.
RUFINA.Qu molestia!
CATITA.Y como va por ac?
RUFINA.Siempre, a Catita, en guerra.
CATITA.Con que no hay forma de que entre tu
marido por vereda?
RUFINA.Cada da est ms terco:
No hay que tocar otra tecla sino
matarlo o dejarlo:
Ahora he tenido una gresca con l;
pero para nada.
Si es ms duro que una pea!
CATITA.Y quin lo ve!
RUFINA.S, seor;
pero es ms malo que Gestas.
CATITA.Qu trabajo!Cmo siento
lo que este hombre te atormenta!
Pero ya se compondr.
(Con misterio)
Hace poco que en la iglesia
ideaba cierto proyecto...
RUFINA.Sobre esta misma materia?

CATITA.Y con el favor de Dios


nos ha de salir de perlas,
Adentro te lo dir,
que ahora no est mi cabeza
para nada. Ay! Ay...!
RUFINA.Qu es eso?
Le ha dado a usted la jaqueca?
CATITA.No es cosa, hijita. Estas beatas,
que son unas sinvergenzas,
son las que me han de quitar
la vida. Ay, qu gente sta!
Creers que se estn las ms
toda la maana entera
al pie del confesionario,
en consultitas secretas
con el padre, y con risitas
y otras dos mil morisquetas,
sin dejar que una se llegue
a descargar la conciencia?
Qu Dios las haga unas santas!
Y mira hija, si no fuera
pecado hacer malos juicios
y darle susto a la lengua,
yo dira que estas cosas
no pueden ser nada buenas.
Qu tal! Con que, tu marido
te trata como una negra?
Qu desgracia!
RUFINA.a Catita, cada da ms me pesa
haberme unido con l.
CATITA.No hay mal que por bien no venga.
RUFINA.Yo sola tengo la culpa.
No falt quien me advirtiera
el geniazo que tena;
Pero yo, nia inexperta,
cerr el ojo y me cas
con ese perro de presa.
Bien merecido me est.
Bastante caro me cuesta
la ansia de tener marido.
CATITA.Por qu no haces la promesa,
a fin de que se componga,

de ir en el ao que entra,
descalza, echando sahumerio,
hasta Santa Ana siquiera,
al Seor de los Milagros?
Puede ser que te conceda
este Seor lo que pides.
Vamos a ver, haz la prueba.
RUFINA.Ojal que en eso slo,
a Catita, consistiera!
CATITA.Pero hablando de otra cosa.
No sabes que la Malena pele ayer con
su marido?
La puso, hija, como nueva.
Serrano, haba de ser!
Daba compasin el verla.
Tena la cara... As...!
Tamaa!
RUFINA.Qu desvergenza!
CATITA.Pero ya se ve; si tiene
tambin tan poca cautela.
Recibir, nia, visitas
cuando el otro sale fuera,
sin poner, por lo que potest,
uno que aguante en la puerta!
Pero ya, gracias Dios,
estn como unas ovejas...
Y agradzcanmelo a m,
y a la buena moza aquella
que te he contado otras veces
que tiene tan ricas prendas,
sin que nadie sepa hasta ahora
cmo ni de dnde vengan,
que fuimos las que mediamos
para que en paz se pusieron...
Pero, hija, por vida tuya,
no sea que esto se sepa.
RUFINA.Cmo, a Catita!
CATITA.Ay, hija!
Yo no quiero que me metan en
cuentos, Pobre de m!
RUFINA.No soy, a Catita, de esas.
CATITA.-

Mas, volviendo a tu marido


Con que es una maula completa?
RUFINA.Le digo a usted, a Catita,
que estoy pasando las penas
del infierno con ese hombre.
Sabe Dios que si tuviera
un buen empleo la hara
dar algn destino afuera.(...)
CATITA.( )Y Julianita qu cara a estas cosas
muestra? Por supuesto que se inclina al
sujeto y...
RUFINA.Ni lo piensa:
Es muy caprichuda, mucho.
Y como aquel otro pieza ha logrado
embaucarla con sus desplantes
y quejas, est, nia, que parece
un gallito, la muy puerca.
Ahora poco estuvo aqu
don Alejo a hablar con ella.
y si la hubiera usted visto!
Qu palabrotas tan secas,
le contest casi, casi
me caigo de rabia muerta.
Se me iban y me venan
los colores de vergenza.
Y l que es, como usted bien sabe,
de tanta delicadeza, y tan puntilloso.
CATITA.Oiga!
RUFINA.Disimula.
CATITA.A la fuerza.
Eso tiene, rufinita,
dejarle la rienda suelta.
RUFINA.Pero qu har, a Catita?
CATITA.Nada: a una nia doncella
se le mete en cartabn.
Que quieras o que no quieras
Si no, tal vez llegue el da que te
embista y que te muerda.
Dios no permita que a ti,

en la vida, te suceda lo que una nia


que habita enfrente de mi vivienda que
se ponen ella y su hija
lo mismo que dos placeras.
Tampoco ests tan de sobra,
para que as, por simplezas,
desprecies el fortunn
que se te entra por las puertas.
Don Alejo es un partido
que as no ms no se encuentra.
Cuntas, hija, se daran de santos
con una piedra, porque el cielo
les mandase una mamada cmo sta!
Los hombres, hoy en el da,
no se casan tan a secas,
pues como estn a tres dobles, buscan
slo conveniencia.
A menos que un extranjero...
Estos, s, tienen pesetas!
Pero, hija, nuestros paisanos,
con tanta vuelta y revuelta,
han quedado casi todos
como gallina culeca.
RUFINA.Mrela usted; aqu viene.
CATITA.Qu lstima que se pierda!
ESCENA

VIII

Dichos, Juliana.
JULIANA.Me llamaba usted, mamita?
RUFINA.Dnde te fuiste, muchacha?
Parece, mujer maldita, que estuvieras
con caracha.
No paras en parte alguna;
y, por Dios, que me alegrara
que fuera de esa perruna,
cosa que nunca sanara.
Lo has hecho de mil primores
contestando don Alejo!
JULIANA.Si no me dijese amores
no le mostrara entrecejo.
CATITA.Habla con menos descoco

de un sujeto tan instruido,


CATITA.que debe dentro de poco,
Ave Mara!
hijita, ser tu marido.
RUFINA.JULIANA.Ests bien aconsejada!
Mi marido?
CATITA.RUFINA.Mira, el amor es un nio
S, seor!
que desagrada y fastidia,
no empieces a incomodarme!
y a quien no se hace cario
JULIANA.cuando con l no se lidia;
A quien yo no tengo amor
pero que en fuerza del trato,
no podr nunca ligarme.
que se toma tal pasin,
RUFINA.que parece lindo y ato
No la oye usted? Si me est
lo que es feo y narign.
provocando esta insolente!
As, si ahora don Alejo lo ves
JULIANA.con indiferencia, ya mudars
Dispnseme usted, mam:
de consejo tratndolo con frecuencia.
voy a hablarle francamente;
RUFINA.usted pretende casarme con un hombre Sobre todo, a Catita,
que no estimo,
qu amor ni que patarata!
y porque de ello me eximo
CATITA.me trata con frenes.
Dice muy bien tu mamita:
El lazo del matrimonio
es mucho cuento la plata.
no dura dos o tres das;
Hasta la pea ms dura
deben tener simpatas,
se ablanda con el gran dan;
los que se estrechan con l;
y como dice el refrn,
si en uno y otro consorte
amor con hambre no dura.
recproco amor no mora,
Tu novio la tiene pues;
ser tener a toda hora
me consta , no son fachendas;
en la garganta un cordel.
la mitad puesta a inters,
Reflexione usted sobre esto;
con la otra da sobre prendas.
compadzcame, no sea
RUFINA.que despus, cuando me vea
Y luego, nia, aquel corte
llorar el perdido bien,
tan fino, tan caballero...
aunque tarde, se arrepienta,
Nadie dira en su porte
de sus iras maternales
sino que es un extranjero.
y mis angustias mortales
CATITA.sufra su pecho tambin.
Ah, hija, y tiene una casa
Anes tiempo todava:
con todo lo necesario!
con sumisin se lo pido:
Parece cuando una pasa
con semejante marido
que est viendo un relicario.
yo no puedo ser feliz.
Y caridad! Mucho es eso!
No lo amo, mam, no lo amo;
No lo digo por lisonja,
perdone usted que as le hable;
anteanoche me dio un peso
casarme con l no es dable,
para una que entr de monja.
sera hacerme infeliz.
Y tambin en ocasiones me da
RUFINA.a m su real o dos...
Qu tal, pues! Cunto saba!
Por eso en mis oraciones
Si me ha dejado pasmada!
siempre lo encomiendo a Dios.
Qu demonio!

JULIANA.Ser cuanto hay;


yo no trato, a Catita, de apocarle.
CATITA.A la suela del zapato
muchos quisieran llegarle.
JULIANA.Con todo, ese matrimonio
Parara siempre en mal.
RUFINA.Te casars, pesiatal!,
O te llevar el demonio!
Basta, en fin de toma y daca,
o aqu va a haber maravillas.
Tanta lisura la saca a una,
ya de sus casillas!
Cuenta, pues, como le pones
mala cara a don Alejo,
porque entonces no hay razones
sino que te despellejo.
Y cuidado, te repito, si admites,
ms cuchicheos de ese pcaro mocito
que te anda haciendo rodeos.
Dile que nunca, jams,
me ponga los pies aqu.
JULIANA.Pero, mamita...
RUFINA.Pero, mamita...

RUFINA.No ms piense burlarse de m.


Buena es la hija de mi madre!
Que toda esperanza pierda.
JULIANA.Ver a mi padre...
RUFINA.Tu padre es aqu un cero a la izquierda.
JULIANA.Seora...
(Como suplicante)
RUFINA.Calla te digo!
JULIANA.Pero por qu...?
RUFINA.Yo lo mando, y oye, cuidado conmigo!
JULIANA.(Jess, qu vida! Hasta cundo!)
RUFINA.Pues no faltaba otra cosa!
Vamos, a Catita.
CATITA.Vamos.
RUFINA.Desvergenza de mocosa!
CATITA.Jess! En qu tiempo estamos.

ACTO SEGUNDO
ESCENA

MERCEDES.Ya es intil. Valo usted.

Doa Juliana, Mercedes.


ESCENA
MERCEDES.Y para qu, seorita,
darle de noche una cita
cuando siempre viene aqu?
No ve usted que eso sera excitar la
habladura?
Yo, al menos, lo pienso as.
JULIANA.Mercedes, si t pudieras penetrar
aqu, me dieras sin trepidar la razn.
Veras cuanto padece,
cuanta lstima merece
Este pobre corazn.
Aqu arde, amiga, la llama que
penetra, que se inflama cada da
ms tenaz y extinguir no me es
posible el poder irresistible de esta
fuego tan voraz.(...)
Mi madre lo sabe todo; y con rabia, y
con tal modo me ha reprendido mi
amor; porque pretende casarme, ms
claro, sacrificarme a un hombre a
quien tengo horror.
Qu har, Mercedes, qu har?
MERCEDES.Por qu no habla ust a su padre?
JULIANA.Y si apoyase a mi madre?
MERCEDES.Verdad, imposible no es.
JULIANA.Por eso te he suplicado que lleves este
recado.
MERCEDES.Si ust se empea, ir pues.
JULIANA.Anda, s, que me precisa hablar con l.
Date prisa, no vaya a caer en la red.
Dile que venga sin falta, que mi
madre est que salta...

II

Doa Juliana, don Manuel y Mercedes.


JULIANA.Dios mo! Si ahora mi madre...
MERCEDES.Aqu tiene usted, usted;
creo que yo estoy de ms;
la dejo sola con l.
ESCENA III
Doa Juliana y don Manuel.
MANUEL.Qu es esto?Por qu te asustas?
Te causo yo ese desdn?Qu tiene?
JULIANA.No tengo nada.
MANUEL.Habr podido tal vez ofenderte en
algo? Dilo; no acierto en qu pueda
ser.
JULIANA.En nada, amigo. Pensaba lo que puede
el inters.
MANUEL.El inters! Yo no tengo otro que
quererte bien.
Tu amor, Juliana, me basta,
y tan feliz soy con l,
que no envidio en este mundo
ni la grandeza de un rey.
Y t no me amas, Juliana?
JULIANA.Manongo Y t no lo crees?
MANUEL.Entonces en una choza,
en un desierto ser dichoso, estando a
tu lado,

y lo sers t tambin.
Mi gloria ser adorarte,
mi gozo estar a tus pies,
y mis brazos suficientes
para tu apoyo y sostn.
Pero te siento algo inquieta...
JULIANA.Escucha...Alguno nos ve...?
(Viendo por la sala)
MANUEL.No, nadie Qu pasa? Acaba; explcate
de una vez.
JULIANA.Me quieren casar.
MANUEL.Casarte?
JULIANA.Como lo oyes.
MANUEL.y con quin?
JULIANA.Con don Alejo.
MANUEL.Imposible!
JULIANA.Cierto.
MANUEL.No lo puedo creer Quin te ha de
querer tan mal? Alguna burla tal vez
que quieren hacerte...
JULIANA.No. Te equivocas, verdad es.
No ha mucho que me lo ha dicho aqu
mi madre.
MANUEL.Y por qu te quieren forzar as...?
Eso es injusto, es cruel.
Y t que dices, Juliana?
JULIANA.yo? Que antes consentir en
casarme, si es posible con el mismo
Lucifer.
MANUEL.Pero tu madre...?
JULIANA.Ella misma.

Oye, y me dijo tambin que te


intimara que nunca pusieras aqu los
pies.
MANUEL.Pero qu motivo ha habido?
Si es cosa de enloquecer!
JULIANA.Sin duda que ese buen hombre le ha
vuelto el mundo al revs, y logrado
deslumbrarla con un brillo de oropel.
MANUEL.Y tu padre...?
JULIANA.No, mi padre no ha hablado ni bien ni
mal de este asunto.
MANUEL.Ni lo har; eso yo muy bien lo s.
Su palabra es muy sagrada
y mucha su sensatez,
para que violente a su hija
por un mezquino inters.
Cuando mi infelice padre
que en gloria de Dios est,
se encontraba moribundo
y acongojado a la vez,
no por dejar esta vida de ilusiones
y de hiel, sino porque yo quedaba
sin su amparo en la niez,
en el lecho de la muerte
tu padre el nico fue que
enjug su triste llanto
con noble desinters.
l cuid mi orfandad,
l me dio segundo ser
y hasta ahora nunca ha faltado
a la prometida fe.
Nuestro amor le es conocido
Porque lo ha visto nacer, y yo creo
que podemos descubrirle...
JULIANA.Calla, que l llega.
MANUEL.Hablmosle, Juliana.
JULIANA.Ahora no ...calla: despus.

ESCENA IV
Doa Juliana, Don Manuel y Don
Jess.
JESS.Hola, muchachos! Qu se hace?
MANUEL.Nada seor .
JESS.Ah, Manuel, necesito hablar contigo;
no te vallas!
MANUEL.Est bien.
JESS.Voy un momento a mi cuarto a buscar
cierto papel que me precisa. Ya
vuelvo. Cuidado con irse, eh!
MANUEL.No, seor.
ESCENA V
Doa Juliana y Don Manuel
MANUEL.Y, bien Juliana, Qu dices ahora?
Lo ves? Qu bondad?
No te lo dije?
Te sobrecoges en vano.
JULIANA.Yo nada temo, Manuel.
Sino me caso contigo,
con nadie me casar.
Si me equivoco, corriente...
Yo mismo te di la red,
y a nadie podr quejarme
del mal que yo me busqu.
MANUEL.No, bien mo; no,
jams te podr yo ser infiel.
Ah! Si esa misma firmeza
tuviera toda mujer!,
Qu de escndalos se ahorraran,
qu de lgrimas tambin?
Ven ac...dme un abrazo.
Repteme eso otra vez.

Ojal oyera tu madre tales protestas


de fe!
Oh! Qu ventura! Otro abrazo.
RUFINA.qu tal!
Mrelos usted
(A a Catita)
JULIANA.Mi madre viene!
MANUEL.Qu importa!
ESCENA VI
Doa Rufina, Don Manuel, Doa
Juliana, Doa Catita.
RUFINA.Pcaros! Por vida de...!
MANUEL.Seora...!
(La contiene)
RUFINA.Faltarme as!
Sulte usted!
MANUEL.No se violente.
RUFINA.Este mozn indecente,
qu hace, seorita aqu!
No he dicho ya que no gusto
que pise estos umbrales!
Lo que quieren estos tales
es matarme de un disgusto.
JULIANA.Mamita...
RUFINA.Mira, canalla!
si te agarro, vers ahora!
ESCENA VII
Dichos y Don Alejo.
ALEJO.(Esto anda en son de combate)
CATITA.Ve quien viene.

RUFINA.Hola, mi amigo! Adelante.


Aqu conmigo.
(Le da un tirn a su hija y la pone a su
lado)
ALEJO.Interrumpo yo el combate?
RUFINA.Qu? No, seor.
ALEJO.Si incomodo...
RUFINA.Usted aqu a nadie inquieta.
ALEJO.Puede ser sesin secreta.
RUFINA.No, seor, de ningn modo.
Son disturbios de familia que nunca
faltan.
ALEJO.Ya estoy.
RUFINA.Vete t adentro.
JULIANA.Ya voy.
CATITA.(Aqu va a ver maravilla)
ESCENA VIII
Doa Rufina, Doa Catita, Don
Manuel y Don Alejo.
RUFINA.Tengo que hablar con usted si usted
gusta que pasemos.
ALEJO.Como usted disponga.
RUFINA.Entremos.
ALEJO.Hgame usted la merced... Con
permiso ( a Manuel al irse)
RUFINA.Vtelo usted...que se vaya.(al odo de
doa Catita por Don Manuel)
MANUEL.(Esto ya pasa de raya).

CATITA.El enemigo anda aqu.


ESCENA IX
Don Manuel y Doa Catita.
MANUEL.Yo no puedo tolerar tanto desaire en
mi cara.
CATITA.Nada, con la misma vara...
MANUEL.Seora, no molestar!
CATITA.Si lo tomas tan a pechos te volvers
pronto loco.
MANUEL.Por Dios, que me falta poco...!
CATITA.No hay que subirse a los techos.
MANUEL.Djese usted de sermones.
Seora ma, Hay muela!
CATITA.Seora, ser su abuela!
Mozonasos, flamasones!
No se fueran al infierno!
MANUEL.Eso, seora, se saca...
CATITA.Y dale con la matraca!
MANUEL.Pero, seora...
CATITA.Ande a un cuerno!
(Se entra precipitadamente)
ESCENA X
Don Manuel.
Est muy claro.
Su madre me quiere dar pasaporte,
para que esa pobre nia admita por
novio a un hombre,
que le ha hecho ver montes
de oro con simplezas y ficciones.

Pero mucho se equivoca,


porque yo no soy tan torpe
para abandonar el puesto
sin decir oste ni moste,
mucho menos cuando su hija
a mi afecto corresponde. (...)
ESCENA XI
Don Manuel y Mercedes.
(...)
MERCEDES.Oiga usted...dice la nia...
MANUEL.Qu dice? Pronto. No embromes.
MERCEDES.Dice que de modo alguno
tenga usted provocaciones
con don Alejo,
porque eso le causara
mayores pesadumbres
con su madre, cuyo despecho
es enorme, porque no puede lograr
que ella ceda a sus razones.
Dice asimismo la nia, que vuelva
usted a la noche.
ESCENA XII
Mercedes y a Catita.
CATITA.Bueno!
MERCEDES.(a Catita! Qu demontres!)
CATITA.(Aqu Manongo con ella)
Tiene esto su agilis mgilis)
Merceditas.
MERCEDES.Mande usted.
CATITA.Qu hablabas con ese joven?
MERCEDES.Nada... Le estaba diciendo que se
fuese...
CATITA.-

Y por qu? Pobre!


MERCEDES.Porque iba a barrer.
CATITA.Aj!
MERCEDES.Y como se estaba inmvil...
Y como yo no quisiera
que me tengan por su cmplice... no
lo cree usted?
CATITA.Cmo no!
MERCEDES.Tuve que mandarlo...
CATITA.A dnde?
MERCEDES.A noramala.
CATITA.Mal hecho.
Ese ha sido mucho golpe.
Te ha hecho algn dao?
MERCEDES.Ninguno. (Hipcrita)
CATITA.Pues entonces has pecado
mortalmente.
MERCEDES.(Lo que eso a ti te supone)
CATITA.All en fin, tu alma y tu palma.
MERCEDES.(Para quien no te conoce!)
CATITA.Mira, dice Rufinita que me hagas y no
te embromes, un poco de chocolate.
MERCEDES.Voy.
CATITA.Que son las doce y estoy sin almorzar.
(...)
MERCEDES.(Tan fea!Miren qu molde!)
ESCENA
a Catita.

XIII

A CATITA.La almbar, lo que veo,


se va subiendo de punto;
o mejor dicho, el asunto
se est poniendo muy feo.
Como en ese tiroteo
no saque yo una avera...
Ave Mara!
Pero tambin es locura
la de su padre cabal
Querer inferirle un mal
a esa pobre criatura,
con unirla a esa figura?
La cruz le hago. Qu mana!
Ave Mara!
Es verdad que no es patajo, tuerto ni
mudo el tal nene... Siempre es as
quien no tiene donde se le pare un
piojo.
Pues... Y ella que tiene arrojo de
mostrarle simpata!
Ave mara!
ESCENA XIV
a Catita y don Alejo.
ALEJO.Ave Mara!
Aqu a Catita!Cspita!

(Desollando est algn prjimo!


CATITA.Hola! Cmo va la brjula?
Con que se niega la prjima?
si tiene impulsos diablicos!
Pero, pobrecita es vctima de los
manejos ms srdidos.
Ya pondremos luego en prctica cierto
plan, que a ese fenmeno y a ese
vejete energmeno les ha de servir de
tsigo.
ALEJO.Cul es? Diga usted.
CATITA.Una cbula, que los va a dejar
atnitos.
ALEJO.En fin, ahorremos las slabas que nos
hacemos montonos; entrgueme
usted la trtola y me har su eterno
aclico.
Mas que sea con histrico llvela a
casa en depsito.
CATITA.(Eso si quisiera el pcaro).
Vaya, no sea estrambtico.
Admtala usted por cnyuge que el
bocado no es de prfido; aunque sea
por apndice...(...)

ACTO TERCERO
ESCENA

I
Don Jess

Qu mujer!Si es una vbora


Y va a armar a algn escndalo
Por vida de...!Me dan mpetus...
No es tan violenta la plvora
ni hay un diablo ms sarcstico!
Qu carcter tan satnico!
As son todas idnticas,
y nosotros unos cndidos.
Se creen que no tienen mrito
si no nos ven como a znganos...

JESS.Bueno soy yo para algrgoras!


Djeme usted con sus cnticos.
CATITA.De otro modo.
JESS.All los clrigos.
CATITA.Respete usted el santo hbito.
JESS.Resptelo usted.
CATITA.Hertico.
ESCENA VI

ESCENA

II
Don Manuel, a Catita. (...)

Don Jess, a Catita


CATITA.(Ya refocil el ventrculo,
voy a rezarle a San Lzaro).
JESS:
Cuntos como yo, las vsceras
(Sin ver a a Catita, pero sta
s repara en l, y se queda oyndolo).
Las tendrn repletas de cido,
y sufrirn como un tsico
slo por tener poco nimo!
Mas yo no soy tan estpido,
ni tengo el alma de cntaro,
para que una vieja idetica
me vuelva loco o misntropo.
CATITA.Eso es, don Jess, verdico,
porque un marido es el bculo
de su casa...
JESS.(Vieja hipcrita!)
CATITA.Y de su tronco los vstagos,
y los que forman su crculo deben orle
como orculo.

CATITA.No hay trabajo en esta vida


que no tenga, hijo, su contra;
tan slo para la muerte no hay vuelveluegos ni historias.
Cunto apuestas que adivino
el que al presente te agobia,
y a que te doy un remedio
que al instante te mejoras!
No me oyes?
MANUEL.Qu dice usted?
CATITA.Yo? Nada: si me incomodas...
MANUEL.Dispense usted si he podido faltarle
en alguna cosa,
porque ni lo que hablo s
segn me agita la clera.
CATITA.El amor de Julianita
es lo que a ti te sofoca;
pero mira, te aconsejo
que no te asustes con sombras.
T no te mueres por ella?

Y ella no est como loca por ti? Qu


ms quieres? Vaya! Lo dems es
trampantoja.
MANUEL.Y su madre, a Catita?
Y su madre que me odia, que me
desprecia, me injuria, y de su casa me
arroja?
Y su padre, que yo crea
que era la nica persona
que me tenda en el mundo
una mano protectora,
que me trata como a un negro
y que me huye de hablarme a solas...?
CATITA.(Me alegro de la noticia).
MANUEL.No son motivos bastantes
para tomar mis pistolas
y darme un tiro...?
CATITA.Jess!
MANUEL.Ya la vida me es odiosa!

CATITA.Ave Mara Pursima!


Me dejas Manongo, absorta,
Morirte sin confesin!
Qu tentacin tan diablica!
Matarse uno por su mano!
MANUEL.Peor es reventar de clera.
(...)
CATITA.Con que oye: hasta don Jess
se ha declarado en tu contra?
No lo creo.
MANUEL.Cralo usted.
No hace medio cuarto de hora
que al irlo a hablar me ha dejado
con la palabra en la boca.
CATITA.Pero mira, en tu lugar
yo les hara una tosca.
MANUEL.Pero de qu modo?
CATITA.Fgite...
Qu alce el vuelo la paloma...(...)

ACTO CUARTO
ESCENA

IV

Doa Juliana, a Catita, don Manuel.


MANUEL.Juliana...
JULIANA.Manongo...
MANUEL.Vamos.
CATITA.Cmo es eso?
MANUEL.Qu aguardamos?
CATITA.Pero oye...
MANUEL.No estoy de broma!
CATITA.Cspita1 qu botafuego!
Qu siempre has de estar en ria?
Mira que te expone, nia...
Tu mamita saldr luego.
MANUEL.Vamos, pues,
qu nos detiene?
Vacilas? (...)
ESCENA V
Don Manuel, doa Juliana, Mercedes,
a Catita y Mercedes.
MERCEDES.Por la virgen, seorita!
Aqu viene la seora.
CATITA.(Alcemos la voz)
MERCEDES.Ya es hora?
CATITA.Vaya adentro, Julianita!
JULIANA.Por Dios, calle usted la boca.

MERCEDES.Carguemos con ella.


(Agarra a a Catita por los brazos y la
tira)
CATITA.Qu haces? (Se resiste)
MANUEL.Bien dicho...
CATITA.Hagamos las paces...
MERCEDES.Ande usted... (Tirndola)
CATITA.Tehas vuelto loca? Rifinita, Ru...
MERCEDES.Chitn! (Tapndola la boca)
CATITA.Dnde me llevan ustedes?
MERCEDES.Al infierno.
MANUEL.Anda, Mercedes.
CATITA.Tengan de m compasin.
RUFINA.Julieta!
MANUEL.Lo oyes?
JULIANA.Mi madre!
Vamos.
MANUEL.Tpate.
JULIANA.Manongo, mi honra en tu mano la
pongo!.
ESCENA VI
Don Manuel, doa Juliana,
Mercedes, a Catita, don Jess.
JESS.Eh...! Dnde bueno?

JULIANA.Mi padre!
CATITA.(Ay, qu tentacin!)
JESS.Qu es esto?
Qu significa este escndalo?
MANUEL.Seor...
JESS.Dnde iban ustedes?
JULIANA.Yo... Seor...
JESS.Voto a los diablos!
Qu atrevimiento!
MANUEL.Seor...
JESS.Y usted qu hace aqu?
CATITA.Rezando...
JESS.Dnde est tu madre?
JULIANA.Adentro.
JESS.Qu tal!
CATITA.(De esta no escapamos)
JESS.Doa Rufina... Seora! Rufina!
CATITA.(Dios mo, scanos con bien)
JESS.Rufina...!Demonio!
ESCENA VII
Don Jess, doa Juliana, a Catita,
don Manuel, Mercedes y doa Rufina.
RUFINA.A qu son esos gritazos?
Qu hay ahora...? Pero qu veo!
indigna! Dnde hay un palo?
MANUEL.Seora!

RUFINA.Qu haces aqu?


JESS.(Lo que yo debo es plantarlos de
patitas en la calle)
RUFINA.Por qu no contestas, diablo?
Qu haces aqu?
JULIANA.Nada.
RUFINA.Cmo? y ese bribn?
JESS.Buen cuidado tiene usted de su hija.
RUFINA.Mira. No te dije, no hace un rato,
que para nada salieras,
sinvergenza de tu cuarto?
JESS.Mejor le estara a usted
no moverse de su lado;
as no hubiera hace poco,
impedido yo su rapto.
RUFINA.Cmo...? Quin?Este canalla?
Y usted qu haca?
CATITA.Rezando.
JESS.O aydandolos.
RUFINA.Usted solo es el que tiene
la culpa de estos escndalos.
Usted que le ha dado alas
para que vuele a este pjaro,
usted que no tiene meollo,
ni vergenza.
JESS.Vamos, vamos!
Cierre ust el pico, seora.
RUFINA.Usted, s, seor.
JESS.Canario! No se me atufen los cascos,
y arree a palos aqu.
Calle usted la boca digo,
con cuantos tenga a mi lado.
MERCEDES.-

(Caramba!
JESS.Nadie me chista o como lo digo lo
hago
CATITA.Padre mo San Jos, protector de los
casados!)
JESS.Yo s lo que he hecho con la seora,
y lo que har Voto a tantos!
La paciencia tambin tiene su trmino,
al fin y al cabo.
Oiga usted, caballerito;
usted es un hombre ingrato que
corresponde a mi afecto como un vil,
como un malvado,
y que no es merecedor
de mi amistad, por lo tanto.
No cuente usted, pues, con ella ni
para bueno ni para malo.
Y usted...
RUFINA.A las Recogidas hoy mismo a pelar
zapallo...
JESS.Y a usted le privo desde ahora...
ESCENA XI
Don Jess, doa Rufina, don
Manuel, doa Juliana, Mercedes y don
Alejo.
ALEJO.Seora
RUFINA.A buen tiempo, don Alejo.
Venga usted.
ALEJO.De qu se trata?
JULIANA.(Es verdad, llega a buen tiempo)
ALEJO.Se necesita mi voto sobre algn
vestido nuevo?

ESCENA XII
Don Alejo, don Jess, doa Rufina,
doa Juliana, don Manuel, Mercedes y
criado.
CRIADO.Seor, afuera hay un caballero que
hablar con usted desea.
JESS.Dile que estoy ocupado.
CRIADO.Pero, seor, me ha encargado que
diga a usted que lo vea ahora mismo,
que precisa.
MERCEDES.(A buena hora)
JESS.Que entre.
CRIADO.Bien.
ESCENA

XIII

Don Jess, don Alejo, don


Manuel, doa Rufina, doa Juliana,
Mercedes.
MERCEDES.(Estoy con un comejn....
ALEJO.(Quin ser con tanta prisa?)
JESS.(Voto al diablo!)
JULIANA.(Quin ser?)
JESS.(Qu querrn ahora conmigo?)
ESCENA

XIV

Don Jess, don Alejo, don Manuel,


doa Rufina, doa Juliana, don Juan,
Mercedes.
JUAN.Seor don Jess...
JESS.Oh, amigo!
Tanto bueno por ac?

Cundo ha sido la llegada?


JUAN.En este mismo momento.
ALEJO.(No es este don Juan Sarmiento?)
JUAN.Yo he querido antes de nada entregar
a usted esta carta que, al pasar por
Ayacucho, me la encarg, pero
mucho, nuestro amigo don Luis Marta.
JESS.Don Luis! Traiga usted.
RUFINA.(Qu harn?)
JESS.Qu veo!Gracias a Dios!
ALEJO.Qu tratarn ah los dos?
RUFINA.No s.
JESS.Pase usted, don Juan.
JUAN.Mis seoras...
RUFINA Y JULIANA.Caballero.
JESS.(Al fin y al cabo don Luis se acord
que era mortal)
JUAN.Seores...Oh, qu feliz casualidad...!
Don Alejo! Mi amigo...
ALEJO.(Qu ir a decir?)
JUAN.Me ha ahorrado usted
el trabajo de buscarlo.
Tengo aqu una carta de su esposa...
TODOS.De su esposa!
JUAN.Que con mil encargos me la entreg,
cuando del Cusco sal.
Sabe usted que se ha casado
la Petuca con don Gil?
RUFINA.Cmo! El seor no es soltero?

JUAN.No, seora.
ALEJO.(C'est fini)
JESS.-Pues no poda usted traernos
una nueva ms feliz.
RUFINA.Es posible, don Alejo?
Habr usted sido tan ruin
para tratar de engaarnos...?
ALEJO.Y usted lo cree...?
Fue un desliz ese que tuve
en el Cusco... Una contraccin...
En fin, un trato ilcito, un...
JUAN.Don Alejo!
ALEJO.S, un ardid...
RUFINA.Pero el seor...
ALEJO.Cubiletes...
Qu hombre en la edad juvenil
se ve libre?
JUAN.Don Alejo!
MERCEDES.(Bribonazo!)
JUAN.Cmo as?
Puede usted en mi presencia
con tal descaro mentir?
JESS.Y por qu no?
El seor es de conciencia matriz.
JUAN.Don Jess; pero qu ocurre?
JESS.No es cosa! qu ha de ocurrir?
Nada! Sino que el seor tena ya dado
el s para contraer nuevas nupcias, y
la presunta del quid es nada menos
que mi hija, que es esa que ve all, y
mi mujer la madrina.
JUAN.Qu dice usted?

JESS.Pero el fin era muy santo,


don Juan, muy piadoso...
JUAN.Eso es muy vil!
JESS.Disparate! Quin dijo eso?
RUFINA.(Qu mujer tan infeliz!)
JESS.Quien frecuenta sacramentos
se va al cielo sin sentir.
Cmo est en gracia de Dios!
RUFINA.(Tan sonsa que lo cre!)
JESS.Ya usted ve; no tiene un alma
ms cndida un serafn!
ALEJO.Basta de pullas!
JUAN.(Canalla!)
JESS.Y basta de hablarme a m!
Si no sale usted al punto
le hago iscas un cuadril.
ALEJO.Espero que ust en el campo
se sepa tambin batir...
No digo ms; hasta luego.
JESS.Vamos, lrguese de aqu.
ALEJO.Mandams...
JESS.Largo!
JUAN.(Tunante!)
ALEJO.Nos veremos vis a vis.
ESCENA XV
Don Jess, don Manuel, don Juan,
doa Rufina, doa Juliana y Mercedes.

JUAN.Tanta maldad no creyera si yo lo


hubiera visto.
JESS.Mucho peor, amigo, fuera
si con el tiempo no ando listo.
JUAN.Ese hombre es un calavera.
JESS.No tiene l la culpa, no
Sino esta imbcil mujer
que lo atrajo y lo adul,
porque crey que iba a ser...
Que s yo lo que crey!...
Y una vieja endemoniada,
que, con capa de virtud,
nos ha hecho aqu una ensalada
de la casa y la salud.
MERCEDES.(S ele acab la mamada)
JESS.De esas, don Juan, que hay en Lima,
no a cientos, sino a millares,
que fingiendo honra y estima se
tragaran los pilares
de la casa de ms cima;
y que, haciendo una oracin
o rezando una novena,
le quitan sin son ni ton
a la familia ms buena
el reposo y la opinin.
Hirientes como un venablo,
que haciendo el mal van y vienen;
y para abreviar lo que hablo,
de estas, mi amigo, que tienen,
los siete pelos del diablo.
RUFINA:
(Ella no ms me ha perdido.
No se como la cre)
JESS:
Infortunado el marido a quin pasa lo
que a m!
RUFINA:
No s qu me ha sucedido.

ESCENA

XVI

Don Jess, don Juan, don Manuel,


doa Rufina, doa Juliana, Mercedes y
a Catita
CATITA.Pues...! Ya perd el Jubileo,
por estarme aqu metida.
JESS.Ah la tiene usted, don Juan.
Esa es la santita, la hidra.
CATITA.Adis, pues, hija... Ya es tarde.
Hasta maana.
JULIANA.Maldita!
JESS.Escucha usted, mi seora...
CATITA.Mi seora!Habr mana!
Del Carmen o del Rosario?
JESS.Cuidado como en su vida vuelva
usted, ni por candela, por aquestas
cercanas; pues si por su mala estrella
as no lo verifica se expone ust a
que le mande dar una buena paliza!
Vaya ust a enredar al diablo!
CATITA.Usted ser el enredista.
JESS.Salga usted de aqu!
CATITA.Gua!gua!
Habr visto estantigua!
Esto es lo que me faltaba!
JESS.Silencio! Ande usted de prisa!
CATITA.Vyase el muy indecente
a donde no cause grima!
Yo para qu necesito
ni de usted ni su familia?
Judo! Descomulgado!
JUAN.Vyase usted, mi querida.

CATITA.Y a usted quin le ha dado vela en


este entierro...? Cochinas!
Por eso est Lima as...
Ya se ve, Dios la castiga!
Por cuenta de ellas noms
de repente hay una ruina,
o con ms violencia que antes vuelve
la fiebre amarilla!
Escandalosas...!
JUAN.Seora, basta de majaderas.
CATITA.Quite que me da calor!
JUAN.No se exponga usted.
MERCEDES.(Qu lisa!)
CATITA.Mejores haban de ser, no tan sucias,
tan mezquinas.
JESS.Vamos...!
CATITA.Vaya ust a la porra!
Espantajo! Sin camisa!
Muecn!Matusaln!
ESCENA

XVII

Don Jess, don Juan, don Manuel,


doa Rufina, doa Juliana y Mercedes.
JUAN.Qu mujer! Si es una arpa!
JESS.Cunto fuera mi rubor si otro que
usted, buen amigo, presenciara mi
dolor.
JUAN.No hay etiquetas conmigo.
MANUEL.Permtame usted, seor.
JESS.A un lado! Seora ma tome usted
esa libranza que con don Luis Marta
me enva; cbrese usted lo que
alcanza, y largo de aqu en el da.

Si usted pretende vivir por su cuenta,


yo tambin.
RUFINA.(Dios mo! Qu he de decir?)
JUAN.Reflexinelo usted bien, no tengo ms
que sentir.
JESS.Mucho he sufrido, don Juan; pero
desde hoy voto a aquel! He de
adoptar otro plan.
Si un hombre se hace de miel... Ya
usted conoce el refrn.
JUAN.Como el dolor es creciente y la herida
no est sana, que usted padezca es
corriente; mas diga usted, qu se
gana con no mostrarse prudente?
JESS.Que haya prudencia y reposo en un
marido es muy santo, y adems muy
provechoso; pero tampoco no tanto,
que todo extremo es vicioso.
JUAN.Es probable que jams vuelva por aqu
ese vndalo a molestarlo a usted ms;
as es peor cualquier escndalo, e
inoficioso ademn.
JULIANA.Padre mo...
JESS.Que se aleje, puesto que as lo desea.
Que se vaya, que me deje, que no hay
miedo que la vea por ms que
despus se queje.
JUAN.Nada, mi amigo, a otra cosa;
todo eso es intil ya...
Mire usted a su pobre esposa
cun acongojada est.
RUFINA.Virgen de Chinquiquir,
a esta infeliz compadece!
JUAN.Don Jess, yo me intereso.
Si algo de mi amistad merece no
pensemos ms en eso.

JESS.(Cmo soy que me enternece).


RUFINA.(Ay seor!) A dnde ir que no ande
de arriba abajo?
JUAN.Mi amigo, en qu piensa ust?
No hay atajo sin trabajo.
JESS.Es cierto, don Juan, lo s.
JUAN.Vaya; llguese, seora:
(A doa Rufina que llora)
Restablzcase la paz.
A qu esos llantos ahora?
RUFINA.Si no lloro soy capaz de reventar.
JESS.En buena hora lleg usted,
don Juan, aqu a desbaratar patraas.
JULIANA.Mamita, sola fui...
RUFINA.Ay hija de mis entraas!
(Abrazndola)
Qu hubiera sido de ti?
JUAN.Se acab... Todo es concluido.
Acercarse.
MANUEL.Seor...!
JULIANA.Padre!
JESS.Bien; todo lo hecho al olvido.
Den un abrazo a su madre.
(A don Manuel y Juliana que
abrazan a doa Rufina)
Y t abraza a tu marido.
(A doa Rufina, con los brazos
abiertos despus de que ella abraza a
sus hijos)
La mayor satisfaccin
es esta, amada Rufina,
pues nace del corazn;
toda otra cosa es pamplina,
un absurdo, una ilusin.
Desconfa, en adelante,

del que ostenta beatitud,


y de todo hombre pedante,
que nunca fue la virtud
ficciosa ni petulante.
RUFINA.Siempre sumisa a tu lado

har que todos me vean.


JUAN.No hablar ms de lo pasado.
MERCEDES.(Dios quiera que estas no sean
promesas de enamorado)
Fin

También podría gustarte