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JUAN RAMREZ ARLANDI

ESTUDIO Y EDICIN DIGITAL


DE
HERBERT SPENCER

DE LA EDUCACIN INTELECTUAL, MORAL Y FSICA


Traduccin de Siro Garca del Mazo
Madrid, 1884

Edita
Proyecto de investigacin I+D, HUM-2004-00721
Archivo digitalizado y edicin traductolgica de textos literarios y ensaysticos
traducidos al espaol
Mlaga, 2007

INTRODUCCIN A DE LA EDUCACION INTELECTUAL, MORAL Y


FSICA DE HERBERT SPENCER TRADUCIDA POR SIRO GARCA
DEL MAZO (1884) 1
Juan Ramrez Arlandi
Universidad de Mlaga

1
Este trabajo se enmarca dentro del proyecto de investigacin Archivo digitalizado y edicin
traductolgica de textos literarios y ensaysticos traducidos al espaol (HUM2004-00721). Para una
versin completa de esta introduccin remitimos a Ramrez (2007).

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(HUM2004-00721)

1. VIDA Y OBRA DE SPENCER


Herbert Spencer (Derby, 1820-Brighton, 1903) creci
como hijo nico en el seno de una familia con arraigadas
convicciones
individualismo

progresistas
2

entre

las

cuales

el

constitua un principio fundamental. Su

salud quebradiza le priv de una escolarizacin regular, y


fueron su padre y su to quienes se encargaron de su
formacin acadmica durante su infancia y adolescencia,
respectivamente. La influencia intelectual de su progenitor
siempre estuvo presente en Spencer y, como reconoce
Holmes (1994), Spencer gave his father credit for the
development in him of a scientific outlook which made
him, like his father, hostile to supernatural explanations.
Spencer tambin se mostraba muy orgulloso del carcter autodidacta de su educacin.
Pese a que su formacin en el mbito humanstico fue bastante escasa, sus
conocimientos cientficos, especialmente relacionados con las matemticas y con las
ciencias naturales, avalaban su condicin de alumno aventajado segn los estndares de
la poca. Y es que la experiencia era para Spencer la fuente bsica de la que extraer
todos los conocimientos ya que, como relata Holmes (1994), en sus paseos por el campo
he [] collected specimens, acquired a tolerable knowledge of animal and insect life,
and taught himself to sketch from nature3.
Entre 1837 y 1845 ejerci como ingeniero de ferrocarriles, actividad que compagin
con su faceta de inventor y sus colaboraciones en prensa en The Nonconformist en las
que

postulaba

que

la

sociedad,

segn

Holmes (1994),

debera

organizarse

in

accordance with the laws of nature and that the best government was that which
interfered least in the lives of individuals. Tras un periodo de cierta inestabilidad laboral,
en 1848 Spencer comenz a desempear labores de subdirector de la revista The
Economist, el rgano ms importante del liberalismo radical de la poca, hasta que en
1853 recibi de su to Thomas una herencia que le permiti dedicarse plenamente a
escribir y a concebir su propio sistema filosfico4. A partir de 1850 Spencer produjo una

El individualismo, segn Coser (1977), tambin fue un rasgo caracterstico del propio Spencer
que incluso traslad a su experiencia cotidiana: Aggressively independent, he would not take his
hat off to anyone and would never address his correspondents as "Esquire" or "Reverend" but
always as "Mr".
3
Concepcin Arenal criticar este hbito en los siguientes trminos: No debe desconocerse el
progreso, pero tampoco aplicar a la educacin un evolucionismo exagerado. Debe estudiarse y
respetarse la Naturaleza, pero sin convertir su culto en supersticin [].
4
A este respecto relata Holmes (1994):

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INTRODUCCIN A DE LA EDUCACION INTELECTUAL, MORAL Y FSICA

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extensa obra que incluye Social Statistics (1851), The Principles of Psychology (1855),
Essays, Scientific, Political and Speculative (1863), First Principles (1862), Education,
Intellectual, Moral and Physical (1861), The Principles of Biology (1864), The Study of
Sociology (1873),

The

Principles

of

Sociology (1874-1896),

The

Principles

of

Ethics (1879-1891), The Man 'versus' the State (1884), The Factors of Organic
Evolution (1893), Synthetic Philosophy (1896), Various Fragments (1897), Facts and
Comments (1902), An Autobiography (1904) y Descriptive Sociology (1873).
En trminos generales la filosofa de Spencer reproduce el carcter individualista y
autodidacta que presidi toda su formacin. Este individualismo, alejado de la ms
mnima tutela estatal, resulta bsico en todo su sistema ya que son nicamente estos
individuos libres capaces de adaptarse a cualquier situacin cambiante los que propician
el progreso. Spencer dedic toda su vida a la elaboracin de un modelo en el que la
evolucin natural se convertira en un elemento clave para explicar toda la realidad.
Predecesor de Darwin en la exposicin de las teoras evolucionistas, Spencer traslad el
concepto de survival of the fittest a las sociedades en general y explic que stas
cambian segn las leyes cientficas de la evolucin. Tales modificaciones, segn
Holmes (1994), arise as a consequence of social differentiation and persist if they are
well adapted to the environment. Spencer transfiri su teora de la evolucin a
prcticamente todas las manifestaciones del espritu y a cuestiones sociales muy
diferentes, incluyendo entre ellas la educacin a la que dedic en 1861 su obra
Education: Intellectual, Moral, and Physical (en adelante, Education).
Segn Spencer5, la filosofa subsume una sntesis de los principios fundamentales de
las ciencias, es decir, se convierte en una especie de summa de naturaleza cientfica
destinada a reemplazar los sistemas teolgicos propios de la Edad Media. Esta inclinacin
por el anlisis y por el estudio de la realidad natural y social desde el prisma de la ciencia
resultar determinante en su ulterior produccin filosfica por cuanto el binomio
ciencia-filosofa promueve y fomenta el individualismo y el progreso en general. Pese a
sus denodados esfuerzos por sistematizar todo el conocimiento cientfico de su poca
dentro del marco de la ciencia moderna, Spencer fue incapaz de llevar a cabo tan ingente
tarea siendo en algunos momentos criticado6 por los filsofos, que no lo incluan en sus
reducidos crculos y, en otras ocasiones, rechazado por los cientficos, que le reprochaban
In the absence of an institutional position in which he would have been required to teach or
undertake research, his achievements were enormous. On the one hand, he was a radical critic
of the status quo and against authority of any kind. On the other hand he had, by 1860,
deduced an intellectual conception of the whole universe and spent the next thirty-six years of
his life filling in the details of his system.
5
Encyclopdia Britannica Online. S. v. Spencer, Herbert.
Disponible en <http://www.britannica.com/eb/article-6816>, consulta en agosto de 2007.
6
A este respecto, remitimos a <http://www.nndb.com/people/013/000094728/>, consulta en
agosto de 2007.

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su falta de formacin especfica. Spencer muri a comienzos del siglo XX y su obra


alcanz tal repercusin que cualquier investigacin acerca de las corrientes filosficas
ms importantes del siglo XIX necesariamente ha de hacerse eco de sus aportaciones.

2. LA RECEPCIN DE SPENCER
La recepcin de Spencer fue amplia en los crculos ms ilustrados de su poca.
Segn afirma Holmes (1994), ya en 1869 Spencer apareca como uno de los grandes
pedagogos y tericos de la educacin europeos junto a otras figuras de la talla de
Richard Mulcaster, Roger Ascham o John Locke, tal y como R. H. Quick hace constar
cuando lo incluye en su Essays on Educational Reformers. Aunque crtico con la obra de
Spencer,

constata

Holmes (1994),

Quick

concluye

su

valoracin

de

Education

considerndola como not only one of the most readable, but also one of the most
important books on education in the English language. Probablemente las dos figuras
coetneas ms importantes del escenario intelectual britnico, Darwin y Stuart Mill,
tampoco permanecieron ajenas a Spencer y a su obra. Compayr (1910:16) refiere la
amistad que uni a Spencer con Darwin y cmo ste opinaba sin ambages que al primero
acabara considerndosele como el ms grande filsofo de Inglaterra en el siglo
presente.

En

trminos

similares

se

expres

Mill

cuando,

en

palabras

de

Compayr (1910:16), expuso que Spencer es uno de los ms vigorosos pensadores que
haya producido hasta ahora la filosofa inglesa. Ya iniciado el siglo XX, H. E. Armstrong,
aade Holmes (1994), en su obra The Teaching of Scientific Method (1903) aconsejaba a
todos los maestros y educadores leer la monografa de Spencer para que pudiesen tener
clear ideas on the subject of education.
En el continente europeo Spencer y su obra fueron objeto de numerosas reseas y
valoraciones. Compayr (1910:14-5) no escatima elogios para referirse a la figura del
pensador ingls desde tierras galas:
Es precisamente esta fuerza de pensamiento, esta potencia de construccin, lo
que constituye el segundo rasgo distintivo de Spencer. Este coleccionador de
hechos es tambin un razonador, un inductivo. [] Ningn pensador le supera por
el encadenamiento y la coordinacin de las ideas, por la intrepidez lgica y
sistemtica. En esto, es el Augusto Comte de Inglaterra
La difusin y el reconocimiento de Spencer no se circunscribieron al mbito europeo.
Guiado por el propsito de argumentar la necesidad de llevar a cabo la traduccin de
Education, Garca Purn (1890:3) recurre a la autoridad del profesor Youmans y, a tal
efecto, incluye una resea de ste acerca de la obra de Spencer:

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INTRODUCCIN A DE LA EDUCACION INTELECTUAL, MORAL Y FSICA

Juan Ramrez Arlandi

Desde que la obra de Spencer apareci ante el pblico, se ha extendido


gradualmente en todos los pases civilizados de la tierra, ha sido traducida los
principales idiomas del mundo, y en parte en todo es ya muy conocida hasta en la
India, la China, el Japn y Grecia. Los hombres ms eminentes que dirigen la
educacin de las naciones tomaron la iniciativa y la hicieron traducir sus propios
idiomas.
Las teoras y monografas de Spencer disfrutaron igualmente de una amplia y clida
acogida en EE. UU. Tal y como el propio Spencer reconoci abiertamente, el magnate del
acero Andrew Carnegie y el profesor Youmans7 fueron sus grandes valedores y
patrocinadores en tierras americanas8. Carnegie hall en Spencer el soporte intelectual y
cientfico que demandaba en la medida en que, segn White (1979:80), las teoras del
pensador ingls provided Carnegie with an intellectual basis for his enduring optimism,
his cherished belief in human progress, and a justification for highly competitive business
mores. Compayr (1910:4) tambin se hace eco de la amplia recepcin de la obra de
Spencer en tierras americanas y reproduce las palabras del pedagogo americano Payne,
el cual se refera a Education como (e)l libro ms til y el ms profundo que haya sido
escrito sobre la educacin desde el Emilio de J. J. Rousseau.

3. LA OBRA DE SPENCER TRADUCIDA EN ESPAA


Tal y como explica Nez (1975:185), la recepcin de la obra de Spencer en Espaa
puede calibrarse, entre otros medios, considerando la extensa lista de traducciones a
nuestra lengua publicadas en la segunda mitad del siglo XIX. Este importante nmero de
traducciones se explica por dos motivos fundamentales. Por un lado, es necesario
recordar que las condiciones objetivas que podran haber propiciado una hipottica
infraestructura que favoreciera la creacin cientfica en Espaa eran inexistentes y este
hecho, como aduce Nez (1975:210), har muy difcil la aparicin de obras filosficas
7

Edward Livingstone Youmans (1821-1887), reputado cientfico americano que desarroll una
dilatada carrera como divulgador de los avances cientficos de la poca. Disponible en
<http://philosopedia.org/index.php?title=Edward_Livingston_Youmans>, consulta en agosto de
2007.
Segn Green (2000), Youmans se convirti en un discpulo americano de Spencer, al que financi
no slo la publicacin de sus obras en EE. UU., tal y como haba hecho Mill en Inglaterra, sino
tambin su viaje al continente americano. Fund Popular Science Monthly para actuar de emisario
de las ideas y artculos de Spencer. Disponible en
<http://psychclassics.yorku.ca/Special/Institutions/journalsintro.htm#f2>, consulta en agosto de
2007.
8
A este respecto resulta muy ilustradora la ancdota de que antes de embarcar rumbo a Europa,
Spencer estrech las manos de Carnegie y Youmans y sentenci: Here are my two best American
friends. Todo ello a pesar de las dificultades y desencuentros que Spencer experiment durante
su periplo americano. Disponible en
<http://www.pbs.org/wgbh/amex/carnegie/peopleevents/pande03.html>, consulta en septiembre
2007.

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de carcter creador y original durante este perodo positivista, y que, [] haya que
conceder gran importancia al fenmeno de las traducciones de autores extranjeros. Por
otra parte, tampoco podemos obviar, como reconoce Nez (1975:211), la gran
influencia del mundo anglosajn en todos los mbitos del conocimiento cientfico: en la
biologa, en la moral, en la sociologa y en la poltica a travs de la teora evolucionista,
del utilitarismo, del organicismo y del modelo britnico, respectivamente.
La nmina de traductores9 que vertieron obras de Spencer es muy extensa e incluye
figuras muy relevantes en el panorama intelectual de finales del siglo XIX y comienzos
del XX en Espaa. Entre otros10 podemos citar a Miguel de Unamuno, traductor de La
beneficencia (1894), Los datos de la sociologa (1899), De las leyes en general (1909?),
El organismo social (1895), El progreso: su ley y su causa (1895), tica de las prisiones
(1895) y Exceso de legislacin (1895); Claudio Boutelou, que tradujo directamente del
ingls los Estudios polticos y sociales; Eugenio Lpez, cuyas versiones de Los primeros
principios y El progreso se publicaron en 1862 y 1911?, respectivamente; A. Gmez
Pinilla, traductor del Origen de las profesiones (entre 1880 y 1890), Creacin y evolucin
(189-?) y El individuo contra el Estado (s. a.); Adolfo Posada Gonzlez11, que verti La
justicia (1904); Jos de Caso y Blanco12, traductor de La moral de los diversos pueblos y
la moral personal publicada en 1892?; J. Gonzlez Alonso, traductor de los Principios de
psicologa entre 1900 y 1910; y Jos Andrs Irueste, autor de la versin de Los primeros
principios (1879). Por su parte, no se ha podido establecer la autora de las versiones en
nuestra lengua de otras obras de Spencer tales como, por citar algunas13, Los
fundamentos de la sociologa (1886), Creacin y evolucin (1867), La ciencia social: los
fundamentos de la sociologa (1884) o La especie humana: la creacin y la evolucin
(1887).
Adems del castellano, la obra de Spencer tambin se tradujo a otras lenguas de
nuestro pas como es el caso del cataln. En el prlogo de la reciente traduccin al
cataln de Education, Mons (1989:LVIII) se hace eco de la gran influencia que Spencer
ejerci en Espaa desde 1880 hasta bien entrado el siglo XX y seala la existencia de
una traduccin al cataln de The man versus the state (Lhome contra lEstat) publicada
en 1905.
9
Esta informacin bibliogrfica se ha obtenido en los catlogos electrnicos de la Biblioteca
Nacional, y de REBIUN, disponibles en <http://www.bne.es/> y en <http://rebiun.crue.org/cgibin/abnetop/X16026/ID322487586?ACC=101>, respectivamente. No se han incluido reediciones
posteriores de estas traducciones.
10
Para un listado ms completo de traductores y traducciones remitimos a Ramrez (2007:292-3).
11
Martn-Gaitero (1998:76) incluye a Adolfo Posada y a Jos de Caso en lo que se ha denominado
los traductores del 98 que, a su juicio, conforman una nmina de secundarios de la cultura
espaola de principios de siglo.
12
V. nota 11.
13
En Ramrez (2007:292) se ofrece un listado ms exhaustivo de estas obras.

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INTRODUCCIN A DE LA EDUCACION INTELECTUAL, MORAL Y FSICA

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Por ltimo y aparte de la que nos ocupa, Siro Garca del Mazo tambin tradujo otras
obras de Spencer tales como Fundamentos de la moral (1881) y su reedicin un ao
despus como Fundamento de la moral; tambin tradujo El individuo contra el Estado
(1885), posteriormente reeditada en 1886 y en 1945 con el ttulo El hombre contra el
Estado y notas de Francisco Ayala sta ltima; en 1886 se public su traduccin de
Estudios polticos y sociales; y en 1903 vio la luz su edicin de Hechos y explicaciones.

4. LA OBRA ORIGINAL Y SUS TRADUCCIONES


Si bien la primera edicin de Education data de 1861, Spencer llevaba varios aos
publicando los cuatro captulos que la integran como artculos independientes en distintas
revistas inglesas de la poca. Tal y como indica Holmes (1994), el primer captulo de
Education, WHAT KNOWLEDGE IS OF MOST WORTH?, se public en 1859 en la
Westminster Review y el segundo, INTELLECTUAL EDUCATION, apareci publicado en
North British Review en 1854 con el ttulo The Art of Education. Finalmente, en British
Quarterly Review se publicaron MORAL EDUCATION, con el ttulo Moral Discipline for
Children, y PHYSICAL EDUCATION como Physical Training en 1858 y 1859,
respectivamente. Con el propsito de citar del original14 que supuestamente manej
Garca del Mazo, hemos tomado como referente la versin que en 1883 public la
editorial londinense Williams and Norgate, tal y como se nos indica en la portada de la
edicin de Garca del Mazo de 1884: SEGUNDA EDICIN corregida y aumentada en
vista de la inglesa de 1883. Esta edicin incluye un prlogo fechado en septiembre de
1878 en el que Spencer (iii) observa que, ante la creciente demanda, se haca
imprescindible la publicacin de una edicin econmica15 destinada a poner esta coleccin
de artculos al alcance del gran pblico. Asimismo, Spencer (iii) esgrime otras dos
razones para justificar la oportunidad de una edicin econmica. Por un lado, menciona
la amplia difusin de la que gozaba Education en EE. UU.; y, por otra parte, alega que,
apenas diecisiete aos despus de la primera edicin, Education ya se haba traducido al
francs, alemn, italiano, ruso, hngaro, holands y dans. El prlogo concluye con la
indicacin expresa de Spencer (iii-iv) de que esta edicin econmica es absolutamente
fiel al original ya que (n)o alterations have been made in the text.
En este punto resulta obligado referirnos a la traduccin francesa que vio la luz en
1878, es decir, uno y seis aos antes de la publicacin de las dos versiones de Siro

14

El volumen consultado se halla en los fondos de la British Library y accedimos al mismo a travs
de los servicios de prstamo interbibliotecario de la Universidad de Mlaga.
15
En la portada de esta edicin se informa de que se han publicado EIGHTH THOUSAND OF THE CHEAP
EDITION.

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Garca del Mazo, respectivamente. La primera edicin de esta versin francesa se


public, segn Compayr (1910:114), en Pars en 1878, sin nombre de autor, y a ella le
sucedieron otras ediciones de la misma
traduccin

francesa,

revisada

corregida en la editorial parisina Germer


Baillire y de la cual tambin tenemos
constancia a travs de Pacheco (xxxv).
Para la presente investigacin se han
manejado dos ediciones16 de esta misma
traduccin.
La

primera,

publicada

por

la

editorial Librairie Germer Baillire, se


presenta bajo el ttulo De Lducation
intellectuelle, morale et physique y su
portada

reza

que

este

volumen

pertenece a la coleccin Bibliothque


utile. Esta edicin incluye una pgina
de derechos en la que se observa un
sello con una inscripcin en la que
consta el ao 1880 (en adelante, De
Lducation 1880) y adems se aade
que se trata de una edicin popular. Por
otra parte, en la portada de la segunda versin consultada se nos informa de que se
trata

de

la

novena

edicin

aparece

fechada

en

1894

(en

adelante,

De

Lducation 1894). Ambas ediciones francesas presentan unas diferencias mnimas que,
en ningn caso, nos impiden determinar que se trata de la misma traduccin. Se limitan
a meras alteraciones lxicas que no afectan ni al fondo ni al tono de la segunda versin
respecto a la primera17:
De Lducation (1880:2)
On a remarqu avec justesse que, dans le cours des temps, la parure prcde le
vtement. Les peuplades qui se soumettent de vives souffrances pour sorner de
superbes tatouages, supportent des tempratures excessives sans beaucoup
chercher les modrer.
De Lducation (1894:1)
On a remarqu avec justesse que, dans le cours des temps, la dcoration prcde
le vtement. Les peuplades qui se soumettent de vives souffrances pour sorner

16
17

Ambos ejemplares consultados se encuentran en los fondos de la Biblioteca Nacional de Francia.


La negrita es nuestra.

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INTRODUCCIN A DE LA EDUCACION INTELECTUAL, MORAL Y FSICA

Juan Ramrez Arlandi

de superbes tatouages, supportent des tempratures excessives sans beaucoup


chercher les modrer.
Con

todo,

la

diferencia

ms

importante

entre

De

Lducation 1880

De

Lducation 1894 consiste en que aqulla omite una serie de fragmentos de Education
que s se incluyen tanto en De Lducation 1894 como en las dos versiones de Garca del
Mazo. De tales omisiones tenemos constancia a travs del propio traductor al francs que
interviene explcitamente en el texto para dar cuenta de ello:
De Lducation (1880:43)
[] et que leducation qui y conduit
doit occuper le premier rang (1)

Et maintenant noublions pas cet autre


grand fait : que non seulement la
science est la base de la sculpture,
de la peinture, de la musique, de la
posie, mais que la science est encore
posie ellemme
(1) Nous supprimons ici un certain
nombre de pages o lauteur traite des
rapports des diffrents arts avec la
science.
De Lducation (1880:46)
[Dans
un
passage
que
nous
supprimons, M. Herbert Spencer
examine quelle est la valeur de la
science comme discipline intellectuelle
et morale. Il arrive cette conclusion
que ltude des sciences, plus que
celle des langues, dveloppe la
mmoire et le jugement ; et que,
comme moyen de discipline morale, la
science
tend
pa
produire
lindpendance du caractre, lesprit
de persvrance et de sincrit.
Abordant ensuite la question des
rapports entre la science et le
sentiment religieux, il continue ainsi :]

La descripcin de estas versiones francesas era insoslayable en la medida en que


podemos afirmar que las dos versiones de Garca del Mazo, tanto la primera (en
adelante, Garca del Mazo 1879) como la segunda (en adelante, Garca del
Mazo 1884), constituyen un ejemplo de traduccin indirecta a partir de la lengua
francesa. Basta cotejar cualquier fragmento de ellas con Education, por una parte, y con
De Lducation 1880 o De Lducation 1894, por otra, para constatar este hecho:

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Education (100)
But does not this prove too much? some one will ask. If no system of moral
training can forthwith make children what they should be; if, even were there a
system that would do this, existing parents are too imperfect to carry it out; and if
even could such a system be successfully carried out, its results would be
disastrously incongruous with the present state of society; does it not follow that to
reform the system now in use, is neither practicable nor desirable?
De Lducation (1880:125)
Quelquun demandera: Mais nest-ce pas l trop prouver? Si aucun systme
dducation morale ne peut rendre les enfants ce quils doivent tre; si, en
supposant que ce systme existt, les parents sont trop imparfaits pour lappliquer;
si mme, dans le cas o ce systme pourrait tre appliqu, ses rsultats devaient
se trouver incompatibles avec ltat prsent de la socit, ne sensuit-il pas que la
rforme du systme actuel nest ni possible, ni dsirable?
De Lducation (1894:178)
Quelquun demandera: Mais nest-ce pas l trop prouver? Si aucun systme
dducation morale ne peut rendre les enfants ce quils doivent tre; si, en
supposant que ce systme existt, les parents sont trop imparfaits pour lappliquer;
si mme, dans le cas o ce systme pourrait tre appliqu, ses rsultats devient
former ave ltat prsent de la socit une anomalie dsastreuse, ne sensuit-il pas
que la rforme du systme actuel nest ni possible, ni dsirable?
Garca del Mazo (1879:206)
Pero quizs alguien nos diga: No se prueba demasiado con esto? Si ningun
sistema de educacion moral puede hacer de los nios lo que deben ser; si, an
suponiendo que ese sistema existiese, los padres no son capaces de aplicarlo; si
an en el caso de que los padres pudiesen aplicarlo, sus resultados contrastarian
terrible y desastrosamente con el estado actual de la sociedad; no se sigue de lo
dicho que la reforma del sistema actual no es posible ni conveniente?
Garca del Mazo (1884:186)
Pero quizs alguien nos diga: "No se prueba demasiado con esto? Si ningun
sistema de educacion moral puede hacer de los nios lo que deben ser; si
suponiendo que ese sistema existiese los padres no serian capaces de aplicarlo; si
aun en el caso de que los padres pudiesen aplicarlo, sus resultados contrastarian
terrible y desastrosamente con el estado actual de la sociedad, no se sigue de lo
dicho que la reforma del sistema actual no es posible ni conveniente?

4.1. Siro Garca del Mazo, traductor en vista de de De la


educacion intelectual, moral y fsica
Desafortunadamente, ha sido imposible recabar datos suficientes que nos permitan
reconstruir un perfil biogrfico de Siro Garca del Mazo en detalle. Entre sus actividades
profesionales, tal y como aparece en la portada y en el captulo de observaciones de la
primera traduccin al espaol de Education publicada en Sevilla, se nos informa de que

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INTRODUCCIN A DE LA EDUCACION INTELECTUAL, MORAL Y FSICA

Juan Ramrez Arlandi

ejerci como Jefe de Trabajos Estadsticos18 de esta provincia y redactor de la Revista de


Tribunales.

El

siguiente

dato

del

que

disponemos

nos

lo

proporciona

Rodrguez-Baltans (2002) y sita a Siro Garca del Mazo como miembro de la Junta
Facultativa19 de la sociedad El Folk-Lore Andaluz20. Garca del Mazo mantuvo una gran
amistad con su fundador, Antonio Machado lvarez, y a la muerte de ste, Luis Montoto21
relata que en el velatorio coincidi con Siro Garca del Mazo, Sales y Ferr, Manuel Daz
Martn y Alejandro Guichot, los grandes amigos de Antonio. Igualmente hallamos
constancia de la estrecha vinculacin que Garca del Mazo mantuvo con el Ateneo de
Sevilla. Fruto de esta relacin es el artculo en el que Garca del Mazo (1897) da cuenta
de todas las actividades y actos llevados a cabo en el Ateneo de Sevilla durante el primer
decenio

desde

su

fundacin.

Por

su

parte,

Pablo-Romero (1982:43)

detalla

la

composicin de la primera Junta Directiva de esta entidad all por el mes de diciembre
de 1886 en la que Ciro (sic) Garca del Mazo aparece como presidente de la seccin de
pediatra y antropologa. Finalmente, Pablo-Romero (1982:69) alude al volumen Un
vivero de sabios obra de un tal Lorenzo Leal que satiriza a Garca del Mazo en los
siguientes trminos:
Les presento a ustedes al Sr. Don Antioco Galn de las Pubertas Vedle: Sentadito
en el filo de una silla como para que lleguen al suelo sus patitas cortas; las orondas
manos sobre el puo del bastn y apretando la mofletuda faz que corona un
recortado pelo bronce, parece la imagen turulata de un compromisario de
Bormujos
Pese a esta escasez de referencias, s tenemos meridiana constancia de la amplia
actividad como traductor desarrollada por Siro Garca del Mazo. Aparte de las obras de
Spencer ya mencionadas, del ingls tradujo El gobierno representativo de John Stuart
Mill en 1878; de H. J. Sumner Maine tradujo El gobierno popular en 1888; en 1890 verti
del ingls la Historia de Asiria: desde el engrandecimiento del Imperio hasta la cada de
Nnive (continuacin de Caldea) obra de Znada A. Ragozin prologada por Manuel Sales
y Ferr; en 1892 traslad al castellano la Historia de Alemania de Sabine Baring-Gould;
18

Garca del Mazo (1879:3;349).


Rodrguez-Baltans (2002) reproduce literalmente el acta de constitucin de esta sociedad en la
que se hace constar que En la ciudad de Sevilla, a veintiocho das del mes de Noviembre de mil
ochocientos ochenta y uno, siendo las ocho de la noche, por invitacin del Sr. D. Antonio Machado
y lvarez, miembro de la Folk-Lore Society fundada en Londres, se reunieron en la casa nmero
veintids de la calle ODonnell los seores que abajo firman... (Esta casa era el domicilio del
propio Machado y lvarez). Segn Baltans (2002), la Junta Facultativa de la sociedad qued
presidida por D. Jos Mara Asensio y Toledo, y compuesta por los seores D. Antonio Mara Garca
Blanco, D. Antonio Machado y Nez, D. Gonzalo Segovia Ardizone, D. Rodrigo Sanjurjo, D.
Joaqun Guichot y Parody, D. Fernando Belmonte Clemente, D. Francisco Rodrguez Marn, D. Siro
Garca del Mazo y D. Manuel Sales y Ferr, resultando nombrado Secretario D. Antonio Machado y
lvarez.
20
Para mayor informacin sobre esta sociedad remitimos a Guichot (1999:355-390) y a
Pablo-Romero (1982:34;39).
21
Pablo-Romero (1982:35;39).
19

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(HUM2004-00721)

de David F. Schloss su Sistemas de remuneracin industrial en 1903 y de Benjamn Kidd


La civilizacin occidental en 1904. Sin fecha exacta de su publicacin existe una
traduccin de la obra de Ralph Waldo Emerson Los veinte ensayos.
Por su parte, del francs tradujo en 1879 El cristianismo y la Revolucin Francesa del
historiador Edgar Quinet; en 1891 los Nuevos cuentos a Ninon de Zola22; El espritu de
las leyes de Montesquieu en 1906 y en 1924 la primera novela de Pierre Loti, seudnimo
de Julien Viaud, Aziyad, (Stamboul, 1876-1877): extracto de notas y cartas de un oficial
de la Marina Inglesa. Hombre inquieto y polifactico, Garca del Mazo tambin ejerci su
actividad como prologuista durante estos aos en obras tales como El hombre de piedra
de Manuel Cano y Cueto en 1889 y en Cdiz y su provincia: descripcin geogrfica y
estadstica ilustrada con mapas de Antonio Poley y Poley.
La primera traduccin de Education
es obra de Siro Garca del Mazo y Palau
la fecha en (sin ao, 1879), es decir,
dieciocho aos despus de que viese la
luz el original ingls. Se trata de una
edicin23

que,

segn

consta

en

su

portada, est vertida al castellano en


vista de la ltima edicin inglesa con
notas y observaciones por Siro Garca
del Mazo. Esta primera versin incluye
la traduccin, notas y un captulo de
observaciones al final del volumen en el
que

Garca

del

Mazo

interviene

explcitamente exponiendo una serie de


opiniones y juicios. Inicialmente editada
en Sevilla en el seno de la Biblioteca
Cientfico-Literaria y en Madrid por la
Librera

de

Victoriano

Surez,

fue

reeditada al menos en tres ocasiones: 1884, 1900 y 1910.


La traduccin24 que a continuacin presentamos vio la luz en 1884 y se trata, tal y
como se indica en la portada25, de una (s)egunda edicin corregida y aumentada en

22
Conviene recordar, tal y como seala Pegenaute (2004:408), que (e)ntre 1880 y 1890 se vive
en Espaa el auge de Zola y el Naturalismo.
23
El volumen consultado se encuentra en los fondos de la biblioteca de la Universidad de Sevilla.
24
El ejemplar consultado se halla en los fondos de la Biblioteca General de la Universidad de
Mlaga.

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INTRODUCCIN A DE LA EDUCACION INTELECTUAL, MORAL Y FSICA

Juan Ramrez Arlandi

vista de la inglesa de 1883. Igualmente se nos informa de que esta edicin corri a
cargo de la Librera de Victoriano Surez de Madrid, la misma editorial madrilea que,
aade Palau (1977:115), reedit esta versin en 1888. Tal y como se indica en la
anteportada, esta coleccin incluye otros volmenes entonces a la venta tales como
Fundamentos de la moral de Spencer, vertido directamente del ingls por Siro Garca del
Mazo en 1881; Historia general e Historia universal (Compendio de) de 1883 ambas de
Manuel Sales y Ferr; y una serie que incluye la Historia general (Compendio razonado)
de 1872-76, Historia general (Resmen de) de 1878 y la Historia de Espaa (Resmen
de) de 1878, las tres firmadas por Fernando de Castro y Manuel Sales y Ferr.
En cuanto a los paratextos hay que mencionar que esta edicin incluye nueve notas
del autor y cinco intervenciones explcitas del traductor. Por lo que respecta a las
primeras, se observa que se corresponden con las anteriormente incluidas en la edicin
de 1879 si exceptuamos mnimas variaciones estilsticas. Igualmente, resulta evidente
que Garca del Mazo revis su primera edicin a tenor de las diversas modificaciones que
introdujo en la segunda. Esta revisin26 afect no slo a los paratextos sino que tambin
se extendi al texto en s mismo:
Garca del Mazo (1879:205)
(1) Esta es la excusa que dan algunas personas con motivo de la ruda manera
como se trata los nios en el colegio, aprendizage, se dice, en un mundo en
miniatura de los rigores que les prepara el mundo real; pero esta excusa es muy
insuficiente.
Garca del Mazo (1884:186)
(1) Esta es la excusa que dan algunas personas con motivo de la ruda manera
como se trata los nios en el colegio, aprendizaje, se dice, en un mundo en
miniatura de los rigores que les prepara el mundo real; pero esta excusa es muy
insuficiente.
Garca del Mazo (1879:296-7)
Las experiencias de Gross y de Stark suministran una prueba decisiva de la
ventaja, mejor dicho, de la necesidad de mezclar los alimentos para producir la
masa ms apropiada las funciones del estmogo. (1)
Garca del Mazo (1884:267)
Las experiencias de Gross y de Stark suministran una prueba decisiva de la
ventaja, mejor dicho, de la necesidad de mezclar los alimentos para producir la
masa ms apropiada las funciones del estmago. (1)
Las intervenciones explcitas del traductor suman cinco en total, de las cuales dos
son notas a pie de pgina y otras tres se aaden como observaciones al final del

25

A la portada de esta edicin le sucede una pgina de derechos que incluye las siguientes
inscripciones: Es propiedad y, a pie de pgina, Imprenta de la Viuda de J. M. Prez, Corredera
Baja, nm. 41.
26
La negrita es nuestra.

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ARCHIVO DIGITALIZADO Y EDICIN TRADUCTOLGICA DE TEXTOS LITERARIOS Y ENSAYSTICOS TRADUCIDOS AL ESPAOL


(HUM2004-00721)

volumen. Si bien Garca del Mazo incluye ntegramente las primeras en la edicin de
1884, las segundas s se ven sometidas a un profundo proceso de revisin27.
Antes de concluir esta seccin es
necesario mencionar la existencia de
otra traduccin que, aunque con ciertas
reservas,

Palau (1977:115)

data

en

1900. Se nos presenta como obra de


Narciso

Sevillano

Sevillano

1900)

(en
y

adelante,
su

edicin

corresponde a la casa valenciana F.


Sempere y Compaa, Editores. Esta
edicin presenta como rasgo distintivo el
hecho de que en la portada aparezca un
grabado de

Spencer.

A la

hora

de

evaluar la autora de esta traduccin


podramos formular, en principio, dos
hiptesis igualmente plausibles: el plagio
y, por otra parte, la posibilidad de que la
firma de Narciso Sevillano responda en
realidad a un seudnimo del propio Siro
Garca del Mazo. Con respecto a la primera conviene sealar que no hemos hallado en los
catlogos bibliogrficos consultados ningn registro que nos permita atribuir otras obras
originales o traducidas, distintas de la que nos ocupa, a Narciso Sevillano. Resulta
extrao este hecho por cuanto era comn en la poca que la actividad de los traductores
fuese casi incansable e incluso abarcara varias lenguas de trabajo por lo que podramos
descartar la autora del tal imaginario Narciso Sevillano. La consideracin de la firma bajo
seudnimo por parte de Siro Garca del Mazo tiene, a nuestro juicio, mayores visos de
verosimilitud por dos razones fundamentales. En primer lugar, el propio apellido
Sevillano nos induce a pensar en Garca del Mazo si consideramos la vinculacin de
ste con la capital andaluza. Por otra parte, el cotejo de las propias traducciones nos
induce a atribuir a Garca del Mazo la autora de esta traduccin. Salvo mnimas
variaciones estilsticas28 podemos afirmar que se trata de la misma versin tal y como
prueban, a ttulo de ejemplo, estos fragmentos:

27
28

Ramrez (2007:306-7)
La negrita es nuestra.

- 14 -

INTRODUCCIN A DE LA EDUCACION INTELECTUAL, MORAL Y FSICA

Juan Ramrez Arlandi

Garca del Mazo (1879:268-9) y Garca del Mazo (1884:242)


Considerada bajo cualquier otro punto de vista que el de la convencin, es cosa
que parecer extraa el que, mientras la cria de animales de hermosa estampa es
asunto al cual consagran mucho tiempo y reflexion hombres distinguidos, declaren
estos mismos hombres indigno de su atencion el arte de formar hombres
robustos. Madres que no han aprendido sino dos tres idiomas y msica,
secundadas por nodrizas imbuidas en aejos prejuicios, son respetadas como
jueces competentes en la alimentacin, en el vestido, en el grado de ejercicio que
conviene los nios.
Sevillano (1900:193-4)
Considerada bajo cualquier otro punto de vista que el de la conveniencia, es cosa
que parecer extraa el que, mientras la cra de animales de hermosa estampa es
asunto al cual consagran mucho tiempo y reflexin hombres distinguidos, declaren
estos mismos hombres indigno de su atencin el arte de formar hombres
robustos. Madres que no han aprendido sino dos tres idiomas y msica,
secundadas por nodrizas imbudas en aejas preocupaciones, son respetadas
como jueces competentes en la alimentacin, en el vestido, en el grado de ejercicio
que los nios conviene.
En este apartado consideramos igualmente una serie de ediciones, repartidas entre
las editoriales Sempere y Prometeo, que aparecen fechadas en un perodo que abarca
desde 1890 hasta la dcada de los treinta del siglo pasado, incluyendo entre otras
ediciones las de 1900 y 1910. Ninguna incluye el nombre del autor de la traduccin y
concretamente el ejemplar consultado29 tampoco ofrece una fecha de edicin definitiva.
Las similitudes de esta traduccin con la anteriormente comentada de Narciso Sevillano
y, por extensin, con las de Siro Garca del Mazo se extiende no slo a los criterios de
anlisis tenidos en cuenta: inexistencia de prlogo, notas del traductor (once), notas del
autor (ocho) e idntico ndice de materias sino tambin a la misma paginacin del texto.

4.2. Otras traducciones


Por ltimo hemos de mencionar que otros traductores tambin llevaron a cabo
versiones de Education a finales del siglo XIX. La primera de estas traducciones, fechada
en 1880, es obra de un desconocido R. F. S. el cual traduce directamente del ingls con
autorizacin del autor (en adelante, R. F. S. 1880). A esta traduccin30, publicada por
la madrilea Imprenta de Manuel G. Hernndez, le preceden un extenso prlogo de
treinta y seis pginas firmado por Francisco de Ass Pacheco31 y un prefacio AL LECTOR

29

Existen tres ejemplares con estas caractersticas en los fondos de la Biblioteca de la Universidad
de Mlaga.
30
El volumen consultado se encuentra en los fondos de la biblioteca de la Facultad de Derecho de
la Universidad de Valencia.
31
Francisco de Ass Pacheco Montoro, escribe Garca Montoro (2005:247), fue un polifactico
escritor, jurista y periodista durante el ltimo cuarto del siglo XIX que destac como columnista en

- 15 -

ARCHIVO DIGITALIZADO Y EDICIN TRADUCTOLGICA DE TEXTOS LITERARIOS Y ENSAYSTICOS TRADUCIDOS AL ESPAOL


(HUM2004-00721)

suscrito por el propio traductor y fechado en Mlaga en 1879. Por otra parte, de 1890
data la edicin americana vertida directamente del ingls al espaol de acuerdo con el
original preparado por el autor mismo en cuya portada32 se hace constar que se trata de
la tercera edicin publicada por la editorial D. Appleton y Compaa con sede central en
Nueva York. Esta versin se vio posteriormente reeditada en 1892 (4. edicin), 1901
(5. edicin), 1908/1913 (6. edicin) y en 1925. La edicin de 1890 incluye un prlogo
obra de Juan Garca Purn33 que contiene numerosas e interesantes referencias acerca
de sta y otras traducciones de Education en nuestra lengua.
Como conclusin podemos afirmar que la amplia difusin y recepcin del positivismo
en Espaa y, ms concretamente, del pensamiento de Spencer en el ltimo cuarto del
siglo XIX y primero del XX estn ntimamente ligadas a las traducciones de su obra que
un grupo de intelectuales llev a cabo desde atalayas profesionales diversas. En este
sentido, Siro Garca del Mazo representa la figura prototpica de esta plyade de
intelectuales que dedicaron parte de su vida a la traduccin de los textos ms avanzados
y representativos de la poca que les toc vivir. Su labor traductora da como resultado
una serie de textos y paratextos que no slo enriquecen la obra original sino que,
adems, abren nuevos horizontes ideolgicos en el ambiente cultural espaol. Tampoco
podemos obviar la referencia a las prcticas de traduccin de una poca en la que la
intermediacin de las traducciones francesas resulta un elemento esencial para poder
entender las claves del funcionamiento del mercado editorial del momento. No obstante,
esta intermediacin se ve enriquecida por varias prcticas paralelas que incluyen, entre
otras, la revisin de versiones propias y ajenas, cuando no el plagio.

los ms importantes e influyentes diarios y revistas de la poca tales como El Imparcial, la Revista
de Espaa y la Revista Contempornea. Segn Paz (1950), esta ltima publicacin en sus inicios
difundi el pensamiento neokantiano y positivista en Espaa y cambi de orientacin a partir de
1879 coincidiendo con la fecha en la que Pacheco desempe el cargo de director tras ser vendida
por Jos del Perojo a Jos de Crdenas, poltico del partido de Cnovas del Castillo.
32
Existe un ejemplar de esta edicin en los fondos de la Biblioteca General de la Universidad de
Mlaga.
33
Garca Purn (1852-1912), originario de Llanes (Asturias), emigr en su juventud a Mxico,
curs estudios de Medicina y alcanz la graduacin de coronel mdico en el ejrcito mexicano. A
partir de 1884 se estableci en Nueva York donde compagin el ejercicio de la medicina y la
direccin de la seccin de lengua castellana de la editorial neoyorquina Appleton y Compaa con la
publicacin de libros de divulgacin cientfica entre los que podemos citar La moral en ejemplos
histricos (1897), Libro primero de mineraloga y geologa (1989), Libro primero de zoologa
(1919) o Anatoma, fisiologa e higiene (1930). Tras la guerra entre Espaa y EE. UU. regres a su
pueblo natal donde continu ejerciendo como mdico a la vez que prosigui con su labor de
divulgacin cientfica para una editorial argentina.
Disponible en <http://www.lliteratu.com/comun.php?seccion=autores_desarrollo&id_aut=1661>,
consulta en septiembre de 2007.

- 16 -

INTRODUCCIN A DE LA EDUCACION INTELECTUAL, MORAL Y FSICA

Juan Ramrez Arlandi

5. BIBLIOGRAFA
5.1. Fuentes primarias
Spencer, Herbert (1861/1883)
Williams and Norgate.

Education: Intellectual, Moral, and Physical.

Londres:

Spencer, Herbert (1879) De la educacion intelectual, moral y fsica. Vertida al castellano


en vista de la ltima edicin inglesa con notas y observaciones por Siro Garca del
Mazo. Sevilla/Madrid: Biblioteca Cientfico Literaria.
Spencer, Herbert (1880)
De la educacion intelectual, moral y fsica.
Traducida
directamente del ingls con autorizacin del autor por R. F. S., con un prlogo de
Francisco de Ass Pacheco. Madrid: Imprenta de Manuel G. Hernndez.
Spencer, Herbert (1880) De Lducation intellectuelle, morale et physique.
Librairie Germer Baillire.

Paris:

Spencer, Herbert (1884) De la educacion intelectual, moral y fsica. Vertida al castellano


con notas y observaciones por Siro Garca del Mazo. Segunda edicin corregida y
aumentada en vista de la inglesa de 1883. Madrid: Librera de Victoriano Surez.
Spencer, Herbert (1890) La educacin intelectual, moral y fsica. Edicin americana
vertida directamente del ingls al espaol de acuerdo con el original preparado por
el autor mismo, con prlogo de Juan Garca Purn. Tercera edicin. Nueva York:
D. Appleton y Compaa.
Spencer, Herbert (1894) De Lducation intellectuelle, morale et physique.
dition. Paris: Ancienne Librairie Germer Baillire.

Neuvime

Spencer, Herbert (1900?) Educacin intelectual, moral y fsica. Traduccin de Narciso


Sevillano. Valencia: F. Sempere y Compaa, Editores.
Spencer, Herbert (1910?) Educacin intelectual, moral y fsica. Valencia: F. Sempere y
Compaa, Editores.
Spencer, Herbert (1989) L'educaci: intel-lectual, moral i fsica. Traduccin de Maties
Mulet, con prlogo de Jordi Mons. Barcelona: Eumo.

5.2. Fuentes secundarias


Arenal, Concepcin (1894-7) Observaciones sobre la educacin fsica, intelectual y moral
de Herbert Spencer. Disponible en
<http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/01372708633571614977802
/p0000001.htm#I_1_>, consulta en agosto de 2007.
Compayr, Gabriel (1910) Herbert Spencer y la educacin cientfica. Traduccin del
francs de Domingo Barns. Giner de los Ros, Francisco Spencer y las buenas
maneras. Madrid: Librera General de Victoriano Surez.
Coser, Lewis A. (1977) Masters of Sociological Thought: Ideas in Historical and Social
Context. 2nd edition. New York: Harcourt Brace Jovanovich College Publishers.
102-104. Disponible en

- 17 -

ARCHIVO DIGITALIZADO Y EDICIN TRADUCTOLGICA DE TEXTOS LITERARIOS Y ENSAYSTICOS TRADUCIDOS AL ESPAOL


(HUM2004-00721)

<http://www2.pfeiffer.edu/~lridener/DSS/Spencer/SPENCPER.HTML>, consulta en
septiembre de 2007.
Chabrn, Rafael (1989) Miguel de Unamuno: traductor de Herbert Spencer. Anuario
del Departamento de Filosofa vol. III-IV: 33-43.
Chabrn, Rafael (2002) Spencer en Espaa. COLECTIVO DE AUTORES Pensamiento
espaol y latinoamericano contemporneo. Universidad Central de las Villas,
Editorial Feijoo. 55-72.
Encyclopdia Britannica Online.
S. v. Spencer, Herbert.
Disponible en
<http://www.britannica.com/eb/article-6816>, consulta en septiembre de 2007.
Garca del Mazo, Siro (1897) Lo que ha hecho el Ateneo.
Excursiones de Sevilla. Sevilla: El Orden. 5-7.

Ateneo y Sociedad de

Garca Montoro, Cristbal (2005) Los montes de Mlaga en 1879 (Dos reportajes de
Francisco de Ass Pacheco). Revista de Estudios Regionales 72: 247-61.
Green, Christopher D. (ed.) (2000) Institutions of early experimental psychology:
laboratories, courses, journals, and associations. Disponible en
<http://psychclassics.yorku.ca/Special/Institutions/journalsintro.htm#f2>, consulta
en septiembre de 2007.
Guichot y Sierra, Alejandro (1999) Noticia histrica del folklore.
Andaluca, Consejera de Educacin y Ciencia.

Sevilla: Junta de

Holmes, Brian (1994) Herbert Spencer (18201903). PROSPECTS: the quarterly


review of comparative education 24.3-4: 53354. Disponible en
<http://www.ibe.unesco.org/publications/ThinkersPdf/spencere.pdf>, consulta en
septiembre de 2007.
Lliteratu. Revista Cultural. S. v. Garca Purn, Juan. Disponible en
<http://www.lliteratu.com/comun.php?seccion=autores_desarrollo&id_aut=1661>,
consulta en septiembre de 2007.
Martn-Gaitero Lpez de la Manzanara, Rafael (1998) Vientos de fuera: los traductores
espaoles del 98. Vega Cernuda, Miguel ngel (ed.) (1998) La traduccin en
torno al 98. Madrid: Instituto Universitario de Lenguas Modernas y Traductores.
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NNDB. Notable Names Database Weblog. S. v. Herbert Spencer. Disponible en
<http://www.nndb.com/people/013/000094728/>, consulta en septiembre de
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Pablo-Romero de la Cmara, Mara (1982) Historia del Ateneo de Sevilla.
Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitctos Tcnicos de Sevilla.

Sevilla:

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M. Odysse Barot. Revista Europea 81, 12 de septiembre: 432-40.

- 18 -

INTRODUCCIN A DE LA EDUCACION INTELECTUAL, MORAL Y FSICA

Juan Ramrez Arlandi

Palau y Dulcet, Antonio (1977) Manual del librero hispano-americano: bibliografa


general espaola e hispano-americana desde la invencin de la imprenta hasta
nuestros tiempos, con el valor comercial de los impresos descritos. 2. edicin.
Barcelona: A. Palau.
Paz, Ramn (1950) Prlogo a Revista Contempornea (Madrid, 1875-1907). Madrid:
CSIC (Coleccin de ndices de publicaciones peridicas, n. XIII). Disponible en
<http://filosofia.org/hem/med/m022.htm>, consulta en noviembre de 2007.
Pegenaute, Luis (2004) La poca realista y el Fin de siglo. Lafarga, Francisco y Luis
Pegenaute (eds.) (2004) Historia de la traduccin en Espaa. Salamanca: Ambos
Mundos. 397-478.
PBS. S. v. Andrew Carnegie. Disponible en
<http://www.pbs.org/wgbh/amex/carnegie/peopleevents/pande03.html>, consulta
en septiembre de 2007.
Philosopedia. S. v. Youmans, Edward Livingstone. Disponible en
<http://philosopedia.org/index.php?title=Edward_Livingston_Youmans>,
en septiembre de 2007.

consulta

Ramrez Arlandi, Juan (2007) Siro Garca del Mazo, traductor en vista de de Spencer:
Apuntes sobre la recepcin y traduccin de textos ensaysticos a finales del siglo
XIX. Zaro Vera, Juan Jess (ed.) (2007) Traductores y traducciones de literatura
y ensayo (1835-1919). Granada: Comares. 281-320.
Rodrguez-Baltans Gonzlez, Enrique (2002)
Folk-lore y folkloristas del XIX en
Andaluca: hacia una nueva valoracin. Disponible en
<http://www.alonsoquijano.org/cursos2004/animateca/>, consulta en agosto de
2007.
White, John (1979) Carnegie and Spencer. Summary of Andrew Carnegie and
Herbert Spencer: A Special Relationship. American Studies 13: 57-71. Literature
of liberty. A Review of Contemporary Liberal Thought 4 vol. II: 80. Disponible en
<http://oll.libertyfund.org/Home3/HTML.php?recordID=0353.08#LF-0353-1979v4Summary03lev1sec013>, consulta en septiembre de 2007.

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ARCHIVO DIGITALIZADO Y EDICIN TRADUCTOLGICA DE TEXTOS LITERARIOS Y ENSAYSTICOS TRADUCIDOS AL ESPAOL


(HUM2004-00721)

6. ENLACES
Spencer, Herbert (1861/1883)
Williams and Norgate.

Education: Intellectual, Moral, and Physical.

Londres:

http://www.gutenberg.org/files/16510/16510-h/16510-h.htm
Spencer, Herbert (1880) De Lducation intellectuelle, morale et physique.
Librairie Germer Baillire.

Paris:

http://catalogue.bnf.fr/ark:/12148/bpt6k86110n
Spencer, Herbert (1894) De Lducation intellectuelle, morale et physique.
dition. Paris: Ancienne Librairie Germer Baillire.

http://catalogue.bnf.fr/ark:/12148/bpt6k200202r.capture

- 20 -

Neuvime

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TEXTOS LITERARIOS Y ENSAYSTICOS TRADUCIDOS AL
ESPAOL

(HUM2004-00721)

EDICIN TRADUCTOLGICA A CARGO DE


Juan Ramrez Arlandi
Universidad de Mlaga

NOTA DEL EDITOR


La presente edicin se enmarca en el proyecto de investigacin Archivo
digitalizado y edicin traductolgica de textos literarios y ensaysticos
traducidos al espaol (HUM2004-00721)1. Dos son los objetivos
fundamentales de este proyecto: por un lado, la creacin de un archivo
digitalizado especfico de textos literarios y ensaysticos traducidos al espaol
y, por otra parte, la edicin traductolgica de un nmero determinado de
dichos textos con el propsito de contribuir a su divulgacin y al conocimiento
de un perodo concreto de la historia de la Traduccin en nuestro pas,
concretamente el siglo XIX.
Por lo que respecta a la edicin traductolgica de la obra de Herbert
Spencer De la educacion intelectual, moral y fsica traducida por Siro Garca
del Mazo en 1884 conviene explicar el mtodo seguido para su elaboracin. La
digitalizacin del texto incluy dos fases bien diferenciadas. En primer lugar
se procedi al escaneado de la edicin original mediante software de OCR (en
ingls Optical Character Recognition) y, posteriormente, el resultado de tal
proceso se someti a una correccin exhaustiva por parte de este editor.
Como quiera que uno de los fundamentos de este proyecto, tal y como explica
Zaro2, es que el archivo digitalizado se convierta en una herramienta valiosa
para emprender determinadas investigaciones desde enfoques muy diversos,
en especial el filolgico y el traductolgico pero tambin el estudio diacrnico
de la lengua espaola, la literatura comparada, los estudios de recepcin y la
historia de la cultura y el pensamiento, coincidimos en que esta edicin
traductolgica y su ulterior difusin en Internet beneficiarn por igual a los
profesionales de la traduccin, que dispondrn de un amplio repertorio de
recursos y estrategias de traduccin y, como recurso documental, a alumnos
universitarios y a estudiantes de espaol como lengua extranjera.
Abundando en ello, esta edicin electrnica nos permitir asimismo difundir
ms all del texto traducido cualquier documento complementario que
permita enriquecer el conocimiento del autor, del texto original, del texto
traducido y de otras traducciones.
La edicin electrnica recoge la totalidad del texto de la edicin
impresa con los nicos aadidos de la paginacin original, la cual se inserta
usando corchetes y letra negrilla con el propsito de indicar los saltos de
pgina. Con respecto a las notas a pie de pgina, es necesario advertir de que
tanto las notas del autor como las del traductor se reproducen tal y como
aparecen en el texto traducido, respetndose en todo momento su contenido
y disposicin originales. Las notas de esta edicin se distinguen de las
anteriores por su numeracin continua y color diferente.
Juan Ramrez Arlandi
Octubre 2007
1

V. Ramrez Arlandi, Juan (2007) Siro Garca del Mazo, traductor en vista de de
Spencer: Apuntes sobre la recepcin y traduccin de textos ensaysticos a finales del
siglo XIX. Zaro Vera, Juan Jess (ed.) (2007) Traductores y traducciones de
literatura y ensayo (1835-1919). Granada: Comares. 281-320.
2
V. Zaro Vera, Juan Jess (2007) La creacin de un archivo digitalizado de
traducciones. Zaro Vera, Juan Jess (ed.) (2007) Traductores y traducciones de
literatura y ensayo (1835-1919). Granada: Comares. 7-25.

DE LA EDUCACION
INTELECTUAL, MORAL Y FSICA.

LIBROS QUE SE HALLAN DE VENTA


EN LA

LIBRERA DE VICTORIANO SUAREZ,


Jacometrezo, 73, Madrid.

FUNDAMENTOS de la moral, por Herbert Spencer, vertido directamente del


ingls por Siro Garca del Mazo. 1881. 4.5 y 5,5 pesetas.
HISTORIA general, por D. Manuel Sales y Ferr, catedrtico de Historia de la
Universidad de Sevilla, Obra premiada y elegida de texto por Real rden de
28 de Junio de 1884, en el concurso celebrado el 30 de Abril del mismo ao
por la Direccion general de Instruccion Militar. 4.-6 y 7 pesetas.
HISTORIA universal (Compendio de): Edad prehistrica y perodo oriental, por
D. Manuel Sales y Ferr, catedrtico de la asignatura en la Universidad de
Sevilla. 1883. 4.7 y 8 pesetas.
HISTORIA general (Compendio razonado), por D. Femando de Castro,
continuada por D. Manuel Sales y Ferr. Edad Media. 1872-76. 3 tomos.15
y 18 pesetas.
HISTORIA general (Resmen de). Obra de texto para uso de los Institutos, y de
Real rden para las Academias militares, por el Dr. D. Fernando de Castro.
12 edicion, aumentada y mejorada con mapas y grabados por D. Manuel
Sales y Ferr. 1878. 4. tela. 5 y 6 pesetas.
HISTORIA de Espaa (Resmen de). Obra de texto para uso de los Institutos, por
el Dr. D. Fernando de Castro. 12 edicion, aumentada con la Edad Antigua,
mapas y grabados, por D. Manuel Sales y Ferr. 1878. 4.-3 y 3,50 pesetas.
HISTORIA universal, por D. Mannel Sales y Ferr. Perodo griego. (En prensa).

DE LA EDUCACION
INTELECTUAL, MORAL Y FSICA.
por
HERBERT SPENCER.
VERTIDA AL CASTELLANO CON NOTAS Y OBSERVACIONES
POR

SIRO GARCIA DEL MAZO.

SEGUNDA EDICION
corregida y aumentada en vista de la inglesa de 1883.

MADRID:
LIBRERA DE VICTORIANO SUAREZ, JACOMETREZO, 72.

1884

Es propiedad.

Imprenta de la Viuda de J. M. Perez, Corredera Baja, nm. 41.

Qu conocimientos son ms tiles?3


Se ha observado con mucha exactitud que, histricamente, el adorno de la
persona ha precedido al uso del vestido4. Pueblos que se someten los mayores
sufrimientos para pintarrajear su cuerpo, soportan temperaturas extremas sin
curarse apenas de mitigar su rigor5. Humbold nos refiere que el indio del
3

Si bien la primera edicin de Education data de 1861, Spencer llevaba varios aos
publicando los cuatro captulos que la integran como artculos independientes en
distintas revistas inglesas de la poca. El primer captulo de Education, WHAT
KNOWLEDGE IS OF MOST WORTH?, se haba publicado con anterioridad en 1859 en
Westminster Review. (N. del Ed.)
4
A efectos de esta edicin y con el propsito de citar del original que supuestamente
manej Garca del Mazo, hemos tomado como referente la versin que en 1883
public la editorial londinense Williams and Norgate, tal y como se indica en la
portada: SEGUNDA EDICIN corregida y aumentada en vista de la inglesa de 1883.
Tal edicin inglesa incluye un prlogo del propio autor fechado en septiembre de 1878
en el que Spencer (iii) observa que, ante la creciente demanda, se haca
imprescindible la publicacin de una edicin econmica destinada a poner esta
coleccin de artculos al alcance del gran pblico. Asimismo, Spencer (iii) esgrime
otras dos razones para justificar la oportunidad de una edicin econmica. Por un lado,
menciona la amplia difusin de la que gozaba Education en EE. UU.; y, por otra parte,
alega que, apenas diecisiete aos despus de la primera edicin, Education ya se haba
traducido al francs, alemn, italiano, ruso, hngaro, holands y dans. El prlogo
concluye con la indicacin expresa de Spencer (iii-iv) de que esta edicin es
absolutamente fiel al original ya que (n)o alterations have been made in the text.
(N. del Ed.)
5
La primera traduccin francesa vio la luz en 1878, es decir, uno y seis aos antes de
la publicacin de las dos versiones de Siro Garca del Mazo, respectivamente. La
primera edicin de esta versin francesa se public en Pars, sin referencia alguna al
traductor, y a ella le sucedieron otras ediciones de la misma traduccin francesa,
revisada y corregida en la editorial parisina Germer Baillire. Para el presente trabajo
se han manejado otras dos ediciones de esta misma traduccin. La portada de la
primera reza que este volumen pertenece a la coleccin Bibliothque utile y se
presenta bajo el ttulo De Lducation intellectuelle, morale et physique. Esta edicin
incluye una pgina de derechos con una inscripcin en la que consta el ao 1880 (en
adelante, De Lducation 1880) y adems se aade que se trata de una edicin
popular. En la parte inferior de esta portada se nos informa de que su publicacin se
debe a la editorial Librairie Germer Baillire. Por otra parte, en la portada de la
segunda versin consultada se nos informa de que se trata de la novena edicin y
aparece fechada en 1894 (en adelante, De Lducation 1894) aunque tampoco
aade dato alguno acerca de la autora de la traduccin. Ambas ediciones francesas
presentan unas diferencias mnimas que, en ningn caso, nos impiden considerar que
se trata de la misma traduccin. Se limitan a meras alteraciones lxicas que no
afectan ni al fondo ni al tono de la segunda versin respecto a la primera:
De Lducation (1880:2)
On a remarqu avec justesse que, dans le cours des temps, la parure prcde
le vtement. Les peuplades qui se soumettent de vives souffrances pour
sorner de superbes tatouages, supportent des tempratures excessives sans
beaucoup chercher les modrer.
De Lducation (1894:1)
On a remarqu avec justesse que, dans le cours des temps, la dcoration
prcde le vtement. Les peuplades qui se soumettent de vives souffrances

Orinoco, que desatiende, casi por completo su comodidad fsica, trabajar


durante quince dias para procurarse colores, con los cuales espera ser admirado.
La misma mujer que no vacilaria en dejar completamente desnuda su cabaa, no
se atreveria incurrir en tamaa infraccion de la moda como la de salir
mostrando [6] su epidermis sin ninguna pintura. Todos los viajeros observan que
las baratijas y cuentas de color son ms estimadas por las tribus salvajes que las
telas de algodon y los trajes mplios y cmodos, y las ancdotas que refieren del
grotesco uso que aquellas hacen de las camisas y dems prendas que se les d,
patentizan evidentemente cmo la idea de adornarse se sobrepone en ellas la de
vestirse. Pero hay ejemplos ms concluyentes, como lo es el hecho narrado por el
capitan Speke: "Cuando hacia buen tiempo, dice ste, los africanos se pavoneaban
orgullosamente envueltos en sus mantos de piel de cabra; pero la menor
humedad se despojaban prontamente de sus mantos, los plegaban con cuidado y
exponian, tiritando, sus carnes desnudas la inclemencia de la lluvia. Todos estos
detalles de la vida primitiva demuestran que el uso del vestido ha nacido del
prurito de adornar el cuerpo, y hay mayor razon para insistir en este orgen,
cuando se observa que entre nosotros mismos son muchos los que prefieren el
lujo al bienestar, la elegancia la comodidad, las ventajas externas que deben
sus trajes los servicios que stos les prestan.
Es curioso ver que la misma correlacion existe en la esfera intelectual. Lo
mismo en esta que respecto de la persona, el gusto de lo brillante ha precedido al
uso de lo til. No solo en las pocas anteriores, sino hoy mismo, los
conocimientos [7] que procuran el bienestar son pospuestos los de mera
ostentacion. En las escuelas griegas se enseaba msica, poesa, retrica y algo de
una filosofa que hasta la reforma de Scrates apenas ejerci influencia en las
acciones de los hombres6. La misma anttesis existe al presente en nuestras
pour sorner de superbes tatouages, supportent des tempratures excessives
sans beaucoup chercher les modrer.
(N. del Ed.)
6
Podemos afirmar que las dos versiones de Garca del Mazo, tanto la primera (en
adelante, Garca del Mazo 1879) como la presente (en adelante, Garca del
Mazo 1884), constituyen un ejemplo de traduccin indirecta a partir de la lengua
francesa. Basta cotejar cualquier fragmento de ellas con Education, por una parte, y
con De Lducation 1880 o De Lducation 1894, por otra, para constatar este hecho:
Education (2)
It is curious that the like relations hold with the mind. Among mental as among
bodily acquisitions, the ornamental comes before the useful. Not only in times
past, but almost as much in our own era, that knowledge which conduces to
personal well-being has been postponed to that which brings applause. In the
Greek schools, music, poetry, rhetoric, and a philosophy which, until Socrates
taught, had but little bearing upon action, were the dominant subjects; while
knowledge aiding the arts of life had a very subordinate place. And in our
universities and schools at the present moment, the like antithesis holds.
De Lducation (1880:3)
Il est curiex de constater que la mme corrlation existe dans la sphre
intellectuelle. Pour lesprit comme pour le corps, lutile cde le pas au dcoratif.
Actuellement, comme autrefois, la science applique au bien-tre est place au
second rang, aprs les arts qui font briller. Dans les coles grecques, on
apprenait principalement la musique, la posie, la rhtorique et une
philosophie qui neut, jusqu lenseignement de Socrate, que peu dinfluence
sur les actions des hommes; le savoir appliqu aux arts industriels occupait un

escuelas y universidades. Acaso se nos acuse de repetir una cosa trivial, pero no
por ello dejaremos de decir, que el estudio del griego y del latin es intil los
jvenes en sus respectivas carreras, nueve veces de cada diez. Es ya observacion
vulgar la de que en un comercio, en una oficina, en el manejo de la propiedad, en
la educacion de la familia, en el desempeo de las funciones de director de un
Banco de un camino de hierro7, ningun beneficio se obtiene de ese saber que

rang trs-infrieur. La mme antithse existe encore prsent dans nos


universits, dans nos coles.
De Lducation (1894:2-3)
Il est curiex de constater que la mme corrlation existe dans la sphre
intellectuelle. Pour lesprit comme pour le corps, lutile cde le pas au dcoratif.
Actuellement, comme autrefois, la science applique au bien-tre est place au
second rang, aprs les arts qui font briller. Dans les coles grecques, on
apprenait principalement la musique, la posie, la rhtorique et une
philosophie qui neut, jusqu lenseignement de Socrate, que peu dinfluence
sur les actions des hommes; le savoir appliqu aux arts industriels occupait un
rang trs-infrieur. La mme antithse existe encore prsent dans nos
universits, dans nos coles.
Garca del Mazo (1879:6-7)
Es curioso ver que la misma correlacion existe en la esfera intelectual. Lo
mismo en esta que respecto de la persona, el gusto de lo brillante ha
precedido al uso de lo til. No solo en las pocas anteriores, hoy mismo los
conocimientos que procuran el bienestar son pospuestos los de mera
ostentacion. En las escuelas griegas se enseaba msica, poesia, retrica y
algo de una filosofa que hasta la reforma de Scrates apenas ejerci
influencia en las acciones de los hombres. La misma anttesis existe al
presente en nuestras escuelas y universidades.
(N. del Ed.)
7
Garca del Mazo comete un error en la traduccin de railway derivado de la
intermediacin francesa:
Education (2)
The remark is trite that in his shop, or his office, in managing his estate or his
family, in playing his part as director of a bank or a railway,
De Lducation (1894:3)
Cest un lieu commun de dire que dans sa boutique, dans son bureau, en
grant sa proprit ou en dirigeant sa famille, en remplissant les fonctions de
directeur dune banque ou dun chemin de fer,
Garca del Mazo (1879:7)
Es ya observacion vulgar la de que en un comercio, en una oficina, en el
manejo de la propiedad, en la educacion de la familia, en el desempeo de las
funciones de director de un Banco de un camino de hierro
Esta circunstancia no se reproduce en las otras traducciones de Education. En 1880
un desconocido R. F. S. traduce directamente del ingls con autorizacin del
autor (en adelante, R. F. S. 1880). A esta traduccin, publicada por la madrilea
Imprenta de Manuel G. Hernndez, le preceden un extenso prlogo de treinta y seis
pginas firmado por Francisco de Ass Pacheco y un prefacio AL LECTOR suscrito
por el propio traductor y fechado en Mlaga en 1879:

tanto ha costado adquirir; es tan poco til, que la memoria se encarga de


olvidarlo en su mayor parte. Si se halla ocasion de arriesgar alguna cita latina,
cualquiera alusion los mitos griegos, se aprovecha mnos para ilustrar el asunto
que con propsito de mostrar erudicion. Si se trata de averiguar por qu motivos
reales se d los jvenes una educacion clsica, no tarda en verse que es
simplemente por conformarse la opinion general. Los hombres educan el espritu
de sus hijos como visten su cuerpo, segun la moda dominante. As como el indio
del Orinoco no sale de su cabaa sin cubrirse la epidermis de pinturas, no con el
objeto de [8] alcanzar un fin til, sino porque tendra vergenza, de no
mostrarse as, por igual manera se exige de los jvenes un estudio completo del
griego y del latin, no por el valor intrnseco de estas lenguas, sino por no
exponerlos la gran humillacion de dejar ver que las ignoran. Se quiere que
reciban la educacion, de un hombre de mundo, buscando en ella como el signo de
una posicion social que imponga cierto respeto los dems.
Este paralelo es an ms exacto respecto del otro sexo8. Lo mismo en lo que se

R. F. S. (1880:3)
Nadie ignora cun poco sirven para el mostrador, para la oficina, para el
manejo del caudal el de la familia, para la gerencia de un Banco de un
ferro-carril
En 1890 se public otra traduccin de Education que inclua un prlogo de Juan Garca
Purn (en adelante, Garca Purn 1890). En su portada consta que se trata de la
edicin americana vertida directamente del ingls al espaol de acuerdo con el
original preparado por el autor mismo y que es la tercera edicin publicada por la
editorial D. Appleton y Compaa con sede central en Nueva York. Tampoco esta
edicin reproduce el error:
Garca Purn (1890:10-11)
Lo cierto es que el joven, ora en su tienda en su oficina; administrando sus
bienes gobernando su familia; ejerciendo como director de un banco de un
ferrocarril,
(N. del Ed.)
8
Si bien no ha sido posible disponer de la traduccin francesa de 1878 para as
atestiguarlo, casi con total certeza Garca del Mazo manej algunas ediciones
anteriores a De Lducation (1894), todas ellas inspiradas en la original de 1878, tal y
como prueba el hecho de que en ninguna de sus dos ediciones haya omisiones como
las que se advierten en De Lducation (1880):
Education (2)
And in our own universities and schools at the present moment, the like
antithesis holds. We are guilty of something like a platitude when we say that
throughout his after-career, a boy, in nine cases out of ten, applies his Latin
and Greek to no practical purposes. The remark is trite that in his shop, or his
office, in managing his estate or his family, in playing his part as director of a
bank or a railway, he is very little aided by this knowledge he took so many
years to acquire so little, that generally the greater part of it drops out of his
memory; and if he occasionally vents a Latin quotation, or alludes to some
Greek myth, it is less to throw light on the topic in hand than for the sake of
effect. If we enquire what is the real motive for giving boys a classical
education, we find it to be simply conformity to public opinion. Men dress their
childrens minds as they do their bodies, in the prevailing fashion. As the
Orinoco Indian puts on paint before leaving his hut, not with a view to any
direct benefit, but because he would be ashamed to be seen without it; so, a
boys drilling in Latin and Greek is insisted on, not because of their intrinsic
value, but that he may not be disgraced by being found ignorant of them that

he may have the education of a gentleman the badge marking a certain


social position, and bringing a consequent respect
This parallel is still more clearly displayed in the case of the other sex.
De Lducation (1880:3)
La mme antithse existe encore prsent dans nos universits, dans nos
coles. Les hommes faonnent lesprit de leurs enfants comme ils habillent leur
corps, suivant la mode dominante
Ce parallle est encore plus exact lgard de lautre sexe.
De Lducation (1894:3)
La mme antithse existe encore prsent dans nos universits, dans nos
coles. Peut-tre bien nous accusera-t-on de rpter une banalit: nous
affirmons que neuf fois sur dix le grec et le latin sont inutiles un jeune
homme, dans la plupart des carrires. Cest un lieu commun de dire que dans
sa boutique, dans son bureau, en grant sa proprit ou en dirigeant sa
famille, en remplissant les fonctions de directeur dune banque ou dun chemin
de fer, il ne tire aucune aide de ce savoir quil a mis tant dannes acqurir; il
sen sert mme si peu, que sa mmoire en a laiss chapper la plus grande
partie. Sil trouve loccasion de risque une citation latine ou une allusion
quelquun des mythes grecs, cest moins pour jeter quelque lumire sur sujet
en question que pour montrer so rudition. Si lon recherche pour quel motif
rel on donne aux jeunes gens une ducation classique, on trouvera que cest
tout simplement pour se conformer lopinion publique. Les hommes
faonnent lesprit de leurs enfants comme ils habillent leur corps, suivant la
mode dominante. De mme que lIndien ornoque ne sort point de sa cabane
sans tre couvert de peintures, non dans un but dutilit, mais parce quil
aurait honte de se laisser voir autrement; de mme on exige des jeunes gens
un tude complte du grec et du latin, non pour la valeur intrinsque de ces
langues, mais bien pour ne pas les exposer lhumiliation grande de laisser
voir quil les ignorent. On veut quils reoivent lducation dun homme du
monde: cest le signe dune certaine situation sociale qui commande le
respect.
Ce parallle est encore plus exact lgard de lautre sexe.
Garca del Mazo (1879:7-8)
La misma anttesis existe al presente en nuestras escuelas y universidades.
Acaso se nos acuse de repetir una cosa trivial, pero no por ello dejaremos de
decir, que el estudio del griego y del latin es intil los jvenes en sus
respectivas carreras, nueve veces de cada diez. Es ya observacion vulgar la de
que en un comercio, en una oficina, en el manejo de la propiedad, en la
educacion de la familia, en el desempeo de las funciones de director de un
Banco de un camino de hierro, ningun beneficio se obtiene de ese saber que
tanto ha costado adquirir; es tan poco til, que la memoria se encarga de
olvidarlo en su mayor parte. Si se halla ocasion de arriesgar alguna cita latina,
cualquiera alusion los mitos griegos, se aprovecha mnos para ilustrar el
asunto que con propsito de mostrar erudicion. Si se trata de averiguar por
qu motivos reales se d los jvenes una educacion clsica, no tarda en verse
que es simplemente por conformarse la opinion general. Los hombres educan el
espritu de sus hijos como visten su cuerpo, segun la moda dominante. As
como el indio del Orinoco no sale de su cabaa sin cubrirse la epidermis de
pinturas, no con el objeto de alcanzar un fin til, sino porque tendra
vergenza de no mostrarse as, por igual manera se exige de los jvenes un
estudio completo del griego y del latin, no por el valor intrnseco de estas
lenguas, sino por no exponerlos la gran humillacion de dejar ver que las
ignoran. Se quiere que reciban la educacion, de un hombre de mundo,

refiere al cuerpo que en lo relativo al espritu, el gusto de lo mnos til, aunque


ms brillante, ha seguido dominando en mayor grado en la mujer que en el
hombre. Al principio, el adorno de la persona ocupaba igualmente la atencion de
ambos sexos. Hoy ya no es as. Desde los ltimos progresos de la civilizacion, el
sentimiento de la comodidad ocupa el primer rango en el vestido de los hombres, y
del mismo modo su educacion se v dirigiendo ms bien en el sentido de lo til
que en el de lo agradable. Mas respecto de las mujeres, este cambio no ha
seguido la misma progresion, ni en una esfera ni en la otra. El deseo de excitar la
admiracion excede en la mujer al de tener trajes cmodos y de abrigo; los
pendientes, las sortijas, los brazaletes, los peinados complicados, el uso de los
cosmticos y veces de la pintura, la fatiga y cuidado que se toma para llamar
la atencion con su manera de [9] vestir, el tormento que se impone por seguir la
moda, son otros tantos hechos en apoyo de lo que decimos. Y en cuanto su
educacion, la inmensa preponderancia concedida ciertos conocimientos
demuestra hasta qu punto se subordina en la mujer la utilidad y conveniencia
al brillo y ostentacion. Cunto tiempo consagrado al baile, la manera de
presentarse en el mundo, al piano, al canto, al dibujo! Si preguntais por qu se
aprende el italiano y el aleman, hallareis como nica razon real, travs de las
mil respuestas irrisorias que se os darn, la de que el conocimiento de esas
lenguas es necesario una seorita. No es que los libros escritos en ellas puedan
ser de utilidad para las mujeresapenas si stas adquieren alguno, sino que la
posesion de tales conocimientos permite cantar en varios idiomas, y el grado de
perfeccion con que estos ejercicios se ejecutan proporciona aplausos y admiracion.
Fatgase la memoria de la mujer con el relato del nacimiento, muerte y aniversario
de los reyes y otras trivialidades histricas semejantes, no porque de ello sea posible
conseguir ningun beneficio directo, sino porque la sociedad considera esa vana
erudicion como parte integrante de una educacion esmerada, y no tenerla seria
exponerse al desden de los dems. La lectura, la escritura, la ortografa, h aqu
lo nico que se hace aprender las jvenes con un fin real de utilidad prctica, y
aun muchas de estas cosas [10] se les ensean ms bien por respetos la
opinion pblica que por su propia ventaja.
Para demostrar por completo la verdad de que el gusto de lo agradable ha
precedido al de lo til, lo mismo en el dominio intelectual que en el material,
necesitamos examinar la razon de ser de este fenmeno. Estriba sin duda en
que, desde los tiempos ms remotos hasta los presentes, las necesidades
individuales han estado subordinadas las sociales, entre las cuales se ha
considerado como principal el imperio de la sociedad sobre el indivduo. Se piensa
generalmente, con poco acierto, que no hay ms gobierno que el de los reyes,
parlamentos autoridades constituidas. Los gobiernos reconocidos como tales
tienen por complemento otros gobiernos annimos, que se desenvuelven en todas
las esferas, por modestas que sean, en que los hombres se esfuerzan por ejercer un
dominio cualquiera. Dominar, atraerse consideraciones, captarse la simpata de
los superiores, h aqu la lucha universal en que se consumen las principales
fuerzas vitales. Cada uno procura subyugar los otros por su riqueza, sus
costumbres ostentosas, la magnificencia de sus vestidos, bien por la extension de
buscando en ella como el signo de una posicion social que imponga cierto
respeto los dems.
Este paralelo es an ms exacto respecto del otro sexo.
(N. del Ed.)

sus conocimientos la profundidad de su inteligencia: as se han formado las


estrechas mallas de la red de mil jerarquas que mantiene el rden social9.
No es solo el jefe salvaje quien con sus formidables [11] pinturas de guerra,
con las cabelleras de los enemigos colgadas la cintura, trata de imponerse por
el temor sus inferiores. No es la belleza mundana la nica en soar conquistas,
merced un atavo elegante, maneras distinguidas, innumerables talentos.
El sbio, el historiador, el filsofo se valen de su ciencia adquirida con idntica
intencion. Ninguno de nosotros se contentaria con dejar que su individualidad se
desenvolviera libremente. Hay en todos como una necesidad incesante de
subyugar los dems, de someterlos nuestra voluntad. Esto es lo que
determina realmente el carcter de nuestra educacion. Nos inquietamos mnos
del valor intrnseco de lo aprendido que de los triunfos, honores y respeto que ha
de proporcionarnos, de la influencia que ha de valernos, de la posicion que hemos
de deberle, en una palabra, de la mayor consideracion que ha de imponer al
prgimo. As, en todo el curso de la vida, lo importante no es ser sino parecer.
En materia de educacion se aprecia mnos el valor real de los conocimientos que
el efecto que su posesion ha de producir en el mundo; y desde el momento en que
esta idea prevalece, el inters real de la ciencia para nosotros queda reducido al
que tiene el salvaje en limar sus dientes teir sus uas.
Si se desea an prueba ms evidente del carcter [12] grosero incompleto
de nuestro sistema de educacion, haremos observar cun poco se ha estudiado y
discutido metdicamente, con propsito de obtener conclusiones bien definidas, el
valor comparativo de las diferentes ciencias. No se ha adoptado todava10 criterio
alguno para esta apreciacion, ni siquiera se ha concebido claramente la existencia
de semejante criterio; apenas si se ha sentido su necesidad. Se leen muchos
libros, se oyen muchos discursos acerca de este objeto; deciden los padres ensear
sus hijos tal rama de la ciencia con preferencia otra, mas no se guian para
hacer su eleccion sino por la costumbre, por una predileccion particular, por un
prejuicio, sin presumir la importancia extrema que tiene el determinar antes de
una manera racional qu cosas son las que realmente merecen ser aprendidas. Se
ve, es cierto, discurrir en muchas esferas sociales acerca de la importancia de los
diferentes gneros de instruccion. Hasta qu punto compensar esta instruccion
el tiempo invertido en adquirirla? No hay cosas cuyo conocimiento seria ms
9

Salvo en ocasiones como la que nos ocupa, Garca del Mazo reproduce la misma
segmentacin en prrafos que se observa en la obra original:
Education (4)
and so aids in weaving that ramified network of restraints by which society is
kept in order. It is not the savage chief only, who, in formidable war-paint,
with scalps at his belt, aims to strike awe into his inferiors;
Curiosamente, la segmentacin que propone Garca del Mazo tampoco se corresponde
en puridad con la de la edicin francesa:
De Lducation (1894:6)
ainsi se trouvent formes les mailles serres du rseau dentraves des mille
hirarchies qui maintiennent lordre social. Le grand chef sauvage nest pas le
seul qui cherche frapper ses infrieurs de crainte, laide de ses formidables
tatouages de guerre et des chevelures pendues sa ceinture.
(N. del Ed.)
10
Pese a que la edicin del DRAE (1869) slo recoge la forma acentuada, Garca del
Mazo usa todava y todavia en siete y veintitrs ocasiones, respectivamente.
(N. del Ed.)

importante y las cuales seria preferible consagrar este mismo tiempo? Si alguien
se toma el trabajo de plantearse estas cuestiones, se apresura resolverlas de plano
segun sus preferencias personales. Es verdad que de vez en cuando renace la eterna
discusion acerca del mrito comparado de las dos educaciones, clsica y cientfica;
pero esta discusion [13] no ha traspasado generalmente los lmites de un mero
empirismo, ni ha sido nunca sometida un criterio fijo. Por otra parte, la
cuestion en ella perseguida es insignificante, comparada con la cuestion total de
la que es solo un aspecto. Se cree que decidiendo cul educacion es preferible, la
clsica la cientfica, se habr hallado la vez el ideal de la educacion racional.
Esto es imitar los que piensan que toda la ciencia de la higiene consiste en saber
qu alimento es ms nutritivo, el pan la patata.
La cuestion importante, en nuestro concepto, no es la de si tal cual ciencia
es til, sino la de saber su utilidad relativa. Se estima justificada por completo
una manera peculiar de ver, citando la adquisicion de cierto nmero de ventajas
mediante un gnero determinado de estudios; pero se olvida que el punto
litigioso es saber si stos compensan el trabajo que impone su posesion. Es
siempre til, en mayor menor escala, todo objeto en que el hombre consume
alguna fuerza activa. Un ao bien empleado en estudiar la herldica, daria sin
duda nociones ms exactas acerca de las costumbres y usos de otros tiempos. El
indivduo que conociera las distancias existentes entre todas las poblaciones de
Inglaterra podria tal vez sacar partido, en el curso de su vida, de los mil hechos
que habria aprendido, como si, por ejemp l o , n e c e s i t a b a a l g u n d ia
p r e p a r a r u n p l a n d e [ 1 4 ] viaje. El que recogiera todos los cuentos,
ancdotas, etc., de una comarca, llegaria quizs descubrir cmo se trasmiten
las tradiciones. Es preciso, sin embargo, convenir que en todos estos casos el
beneficio no seria proporcionado al esfuerzo. Se consideraria con razon como
absurdo el proponer un jven semejantes nociones, en vez de excitarle
aprender otras cosas mucho ms tiles. Ahora bien, si en los ejemplos citados es
menester atenerse la utilidad real del resultado, no debe aplicarse el mismo
criterio todo el sistema de educacion? Si dispusiramos de tiempo bastante para
abarcar todas las ciencias, nos seria permitido no elegir. Dice una antigua
cancion11: Si el hombre estuviera seguro de que su vida habia de durar, como
11

Al traducir un elemento cultural, en este caso una cancin popular, Garca del Mazo
cambia la modalidad del texto, originalmente escrito para ser cantado, y elabora un
nuevo texto que ser exclusivamente ledo:
Education (14)
To quote the old song:Could a man be secure
That his days would endure
As of old, for a thousand long years,
What things might he know!
What deeds might he do!
And all without hurry or care.

Ambas ediciones francesas mantienen la modalidad del texto original:


De Lducation (1880:6/1894:10)
La vieille chanson ne dit-elle pas:
Si lhomme tait assur
Que ses jours dureraient
Comme jadis, des milliers dannes,
Que de choses il connatrait!
Que de choses il ferait!

otras veces, millares de aos, cuntas cosas aprenderia! cuntas otras haria sin
apresuramiento ni fatiga! Pero, puesto que la existencia es breve, no debemos
olvidar el corto tiempo que nos es dado para instruirnos, tiempo que limitan
todavia las mil ocupaciones de la vida, siendo preciso, por lo tanto, ver la
manera de emplearlo ms ventajosamente. Antes de dedicar tantos aos
aprender lo que dictan la moda el capricho, no seria prudente comparar los
resultados que as pueden obtenerse con los que se lograrian empleando los
mismos aos de otro modo?
H aqu, pues, la cuestion capital en materia [15] de educacion; hora es ya de
discutirla ordenada y metdicamente. El problema ms importante de la
educacion, cual es, elegir entre los diferentes estudios que se disputan nuestra
preferencia, es cabalmente el que suele examinarse en ltimo lugar. Para
resolverlo, para poder hallar nuestra direccion racional, debemos inquirir ante
todo qu conocimiento es ms importante poseer, , valindonos de una frase de
Bacon, caida desgraciadamente en desuso, debemos averiguar el valor relativo de
cada ciencia.
Necestase, pues, en primer trmino un criterio de evaluacion.
Afortunadamente no puede haber la discusion acerca del modo de determinar este
criterio en general. Al contender apropsito del valor de un rden determinado
de conocimientos, todos lo hacen mostrando su influencia en alguna direccion
de la vida. A esta pregunta tan sencilla: para qu sirve esto?, el matemtico, el
filsofo, el fillogo, el qumico contestarn inmediatamente explicando de qu
manera la ciencia que cada uno posee influye ventajosamente en la vida
disminuyendo el sufrimiento, favoreciendo el bien, conduciendo la felicidad. El
profesor de escritura demuestra que este arte es un medio poderoso para el
manejo de los intereses propios, as como para proveer mil necesidades sociales;
d, pues, la prueba exigida en lo que l se refiere. Cuando un sbio
numismtico [16] que pasa su vida investigando las huellas de un pasado
desaparecido, no puede mostrar en qu es til la humanidad la ciencia que
cultiva, vse obligado reconocer que sus conocimientos carecen relativamente de
valor. Tal es, por lo tanto, la manera de probar, directa indirectamente, la
utilidad de una ciencia.
Cmo debe vivirse? En nuestro concepto, esta es la cuestion capital. No la
planteamos tan solo en el sentido material de la frase, sino en el ms absoluto y
extenso. Este problema general comprende todos los siguientes: Cul es la
verdadera lnea de conducta en cada situacion, en cada circunstancia de la vida?
Cmo tratar al cuerpo? Cmo dirigir la inteligencia? Cmo manejar los negocios?
Cmo debe educarse la familia? Cmo es menester cumplir los deberes de
ciudadano? Cmo emplear mejor todas nuestras facultades para el bien propio y
el de los dems? Cmo, en fin, vivir con vida completa? H aqu lo que ms nos
interesa saber y lo que la educacion debe ante todo ensearnos. El fin de la
educacion es prepararnos vivir con vida completa. De consiguiente, el nico
criterio racional para juzgar de cul es el mejor sistema de educacion, es saber en
qu grado se aproxima cada uno al fin perseguido.
Este criterio no se ha empleado nunca, sino parcialmente; nadie se ha servido
de l ms que [17] de un modo muy vago y poco consciente, siendo as que es
Sans hte, comme sans souci.
(N. del Ed.)

menester aplicarlo cientfica, metdicamente y en todas las ocasiones. Debemos


recordar incesantemente que el fin de la educacion es conducir al hombre la
vida completa, y cuando eduquemos nuestros hijos, debemos elegir nuestros
mtodos y estudios considerando este objeto determinado. Es preciso, en primer
lugar, sacudir el yugo de la absurda autoridad de la moda en materia de
educacion; la moda no ofrece ninguna garanta. Es necesario tambien que nos
elevemos sobre cierta manera grosera y emprica de juzgar las cosas, defecto en el
cual incurren hasta personas inteligentes que se toman el trabajo de ejercer
alguna vigilancia en la cultura intelectual de sus hijos. No basta pensar que tal
cual ciencia les ser til en lo porvenir, que esta misma ciencia posee un valor
prctico superior al de tal otra; dbese ante todo investigar el medio de
apreciar el mrito respectivo de cada ciencia para saber la que ha de
cultivarse preferentemente.
Esta tarea es sin duda alguna muy difcil; quizs nunca sea posible llenarla
por completo; pero la dificultad que presenta no debe de ser causa para que la
abandonemos cobardemente. Por el contrario, habiendo, como hay, en juego en
ella muchos y graves intereses, importa desplegar gran energa para hacerse
dueo de la dificultad [18]. Procediendo con sistema, llegaremos pronto y
fcilmente importantes resultados.
No cabe duda que lo primero es clasificar, segun su importancia, las principales
direcciones de la actividad que constituyen la vida humana. Divdense stas,
naturalmente, como sigue: 1. Actividad que concurre directamente la
conservacion del indivduo; 2. Actividad que proveyendo las necesidades de
la existencia, contribuye indirectamente su conservacion; 3. Actividad
empleada en educar y disciplinar la familia; 4. Actividad que asegura el
mantenimiento del rden social y de las relaciones polticas; 5. Actividad de
varias clases empleada en llenar los momentos de cio de la existencia, es decir,
en la satisfaccion de los gustos y de los sentimientos.
Tal es aproximadamente el rden jerrquico de las diferentes direcciones de
la actividad humana. Intil nos parece demostrarlo con ms extension. Es de toda
evidencia que, en primer trmino, estn las acciones y precauciones con cuyo
auxilio nos aseguramos incesantemente nuestra seguridad personal.
Figurmonos un indivduo tan ignorante como un nio en mantillas de los
objetos inmediatos y de los movimientos de los sres que le rodean, no sabiendo
cmo guiarse entre ellos ni garantirse de sus peligros: este indivduo podr tener
la seguridad [19] de que perder la vida en la calle la primera vez que salga solo,
cualesquiera que sean, por otra parte, sus conocimientos en los dems asuntos.
Dbese, pues, admitir que el saber mas12 esencial es el que garantiza la seguridad
del indivduo, puesto que esta ignorancia le sera ms funesta que ninguna otra.
Tampoco puede negarse que el segundo lugar corresponde la conservacion
indirecta del indivduo, es decir, los medios de asegurar su subsistencia.
Evidentemente, la obligacion13 de subvenir al propio sostenimiento es anterior
12

Debe de tratarse de un error tipogrfico puesto que este adverbio tendra que estar
acentuado grficamente. (N. del Ed.)
13
A diferencia de lo recogido en nuestra ortografa actual, las palabras agudas
terminadas en n o en s no se acentuaban, ya que lo preceptivo era que las voces
acabadas en alguna de las letras consonantes se acentuaran en todas las slabas en
que cargare la pronunciacin, excepto en la ltima, por cuanto se entenda que sta

los deberes que impone la familia, puesto que, por regla general, no es posible
crear sta sin haber cumplido con aquella primera condicion. Proveer su
sostenimiento es la primera necesidad del hombre; despues viene la de ocurrir las
atenciones de la familia. Por lo tanto, los conocimientos que deben adquirirse
para conservarle s mismo tienen valor superior los que permiten asegurar el
bienestar de la familia.
En el desenvolvimiento sucesivo de la sociedad, la familia ha precedido al
Estado. Los hijos han sido educados antes de la existencia del Estado, y podrian
seguir sindolo despues de su destruccion, mientras que el Estado pereceria sin
ellos. De esto resulta que los deberes de padre de familia tienen ms importancia
que los de ciudadano. Puesto que el valor y la fuerza de una [20] sociedad
descansan, en ltimo trmino, en el carcter de los indivduos que la forman, y la
educacion es el medio ms seguro de influir en este carcter, se deduce
naturalmente que la prosperidad social descansa en la prosperidad de la familia.
La ciencia que concurra ms directamente al desarrollo de esta ltima, debe,
pues, prevalecer sobre la que asegura la existencia de la primera.
Las numerosas artes de agradable entretenimiento que llenan los cios
dejados por ms graves ocupaciones, tales como la poesa, la msica, la pintura,
etc., implican claramente la, preexistencia social. Dichas artes, no solo es
imposible que se desenvuelvan en grande escala sin lazos sociales de largo tiempo
establecidos, sino que tienen su fuente principal en los sentimientos sociales y de
simpata general. La sociedad, ms de facilitar su desarrollo, alimenta de
contnuo las ideas y sentimientos que expresan. Por consiguiente, todo lo que
contribuya formar buenos ciudadanos, es ms importante que cuanto pueda
servir para adquirir ciertos talentos y satisfacer el gusto, y en materia de
educacion, debe preferirse lo primero lo segundo.
H aqu, pues, repetimos, el rden racional, con corta diferencia de esta
jerarqua: educacion que prepara para la conservacion directa del indivduo;
educacion que prepara para su conservacion [21] indirecta; educacion que
ensea educar la familia; educacion que forma al ciudadano; por ltimo,
educacion en que se cultivan las artes, verdadero refinamiento de la vida. Es
innegable que estas diferentes ramas de la educacion tienen entre s lazos muy
estrechos, y que cualquiera de ellas auxilia tilmente para adquirir las dems.
Sin duda, cada division encierra partes ms esenciales que algunas de las
existentes en divisiones anteriores. As, un hombre muy hbil en negocios, pero
que tuviese muy limitadas las restantes facultades, se acercaria mnos al ideal de
la vida completa que otro ms inepto para proporcionarse recursos pecuniarios,
pero que poseyese mayor juicio y discrecion como jefe de familia. No pretendemos
que sea necesario desenvolver la ciencia de la vida prctica proscribiendo ol
estudio de las artes y de la literatura; por el contrario, es preferible saber algo de
todo esto. Sin embargo, las grandes divisiones que hemos establecido subsisten
pesar de estas ligeras restricciones y se deducen unas de otras segun el rden
indicado, porque las divisiones correspondientes de la vida real dependen unas
de otras en el mismo rden.
Naturalmente, el ideal de la educacion, consistiria en obtener la preparacion
completa para la posesion de todas estas actividades. Pero no consintiendo el
estado de nuestra sociedad la [22] realizacion de este ideal, debemos
era larga. (N. del Ed.)

contentarnos con mantener una justa proporcion entre los diferentes grados de
preparacion para cada una de ellas. Huyamos de consagrar nuestra inteligencia
un rden exclusivo de conocimientos, por importante que nos parezca, con
perjuicio de los dems; dirijamos igualmente nuestra atencion hcia14 todos,
graduando nuestros esfuerzos por su valor relativo. Es preciso, sin embargo,
exceptuar los casos en que aptitudes particulares determinan racionalmente la
vocacion de una ciencia especial, que se convierte en verdadera profesion. En
general, el objeto de la educacion debe ser adquirir en la mayor medida posible los
conocimientos que ayuden ms eficazmente desenvolver la vida individual y
social bajo todos sus aspectos, limitndose desflorar aquellos que concurran con
mnos eficacia este desenvolvimiento.
Al dirigir la educacion segun estos principios, no hay que perder de vista
ciertas consideraciones generales. Teniendo por fin todos los objetos en que se
ejercita la inteligencia humana el auxiliar al hombre en la realizacion del ideal de
la vida completa, puede ser su valor absoluto relativo. Hay conocimientos que
tienen valor intrnseco; otros de valor casi intrnseco; otros cuyo valor es
puramente convencional. El entorpecimiento y el ruido en los oidos preceden
generalmente la parlisis; la resistencia opuesta por [23] el agua un cuerpo
en movimiento, es proporcional al cuadrado de la velocidad; el cloro es un
desinfectante: h aqu hechos de valor intrnseco, como el de todas las verdades
cientficas en general, y que influirn en las acciones del hombre dentro de mil
aos lo mismo que al presente.
El profundo conocimiento de nuestro idioma, adquirido con el estudio del
griego y el latin, solo tiene valor casi-intrnseco, como subordinada que se halla
su duracion al de nuestra propia lengua. El valor de ese confuso tejido de fechas,
nombres y acontecimientos insignificantes, que usurpa en nuestras escuelas el
nombre de ciencia de la historia, es puramente convencional; esta ciencia solo
sirve para evitarnos las absurdas censuras que la opinion inflige al que no la
posee. Ahora bien, as como la historia universal es ms importante que la de
una nacion un siglo; as como la historia de una nacion de un siglo es ms
importante que la de una ciudad durante el rpido trascurso de una moda, as la
ciencia que posee valor intrnseco debe anteponerse aquella cuyo valor sea casiintrnseco, y sta preceder la de valor puramente convencional.
Terminemos estos preliminares. La adquisicion de todo conocimiento tiene
dos valores: el uno, como saber; el otro, como educacion disciplina intelectual:
es, en primer trmino, un ejercicio intelectual, y en segundo, un medio de [24]
dirigir nuestras acciones, debiendo considerarse bajo estos dos aspectos el
resultado de un saber adquirido como preparacion la vida completa.
H aqu, pues, las consideraciones generales en que basaremos nuestra
investigacion de un sistema de educacion racional: 1., division de toda la vida
en actividades de diferentes gneros, de importancia decreciente; 2., valor
intrnseco, casi-intrnseco y convencional de cada rden de conocimientos en su
relacion con estas diferentes actividades; 3., doble influencia de los mismos como
saber y como educacion disciplina intelectual. Felizmente, la parte ms
importante de la educacion, la que tiene por objeto proveer directamente
nuestra propia conservacion, est asegurada por la misma naturaleza; era
14
La undcima edicin (DRAE, 1869) es la ltima en la que la preposicin hacia
aparece con acento grfico. (N. del Ed.)

demasiado capital su importancia para que quedase abandonada nuestra


ligereza. En el nio que todavia en brazos de su nodriza oculta el rostro y llora
la vista de un extrao, vse retratado el instinto de la conservacion, que le
impulsa huir de lo que le es desconocido y puede serle peligroso. Cuando
empieza andar, el terror que experimenta la aproximacion de un perro que no
conoce; los gritos agudos y la rapidez con que se acerca su madre al ver alguna
cosa inesperada, nos muestran este mismo instinto ya ms desenvuelto. Adems,
su inteligencia se ocupa [25] principalmente, hora por hora, en atesorar los
conocimientos que sirven para preservarle directamente de todo dao; no cesa
de aprender cmo ha de mantener su cuerpo en equilibrio y de observar sus
movimientos fin de evitar las colisiones; poco poco v conociendo cules
objetos son duros y le causarn dao si tropieza con ellos, cules son pesados y
le herirn si le caen encima, qu cosas soportarn el peso de su cuerpo y cules
no, qu dolor causan el fuego, los proyectiles y los instrumentos cortantes. Esto
constituye, con otros muchos elementos de informacion tiles para evitar la
muerte los accidentes, el objeto contnuo de su estudio. En fin, cuando algunos
aos ms tarde corre, salta, se ejercita en juegos de fuerza de destreza, vemos
en todas estas acciones, mediante las cuales los msculos se desenvuelven, los
sentidos se aguzan y el juicio se hace ms rpido, una preparacion saber
conducir el cuerpo en medio de los objetos que le rodean y eludir los peligros que
se presentan todo el mundo en la vida. Habiendo, pues, tomdose la naturaleza
tan gran cuidado en instruirnos, poco tenemos que ocuparnos en esta educacion
fundamental. Lo nico que debe exigirse es que se deje los nios libertad
completa para adquirir esta experiencia y someterse esta disciplina; que la
naturaleza no sea contrariada, como lo es por ignorantes directoras de colegio,
que impiden [26] generalmente las nias confiadas sus cuidados entregarse
la expontaneidad de su actividad fsica, segun ellas desearian hacerlo, tornndolas
de esta suerte incapaces hasta cierto punto de preservarse s mismas en caso de
peligro.
No es esto, sin embargo, todo lo que comprende la educacion que debe preparar
la conservacion directa del indivduo. Adems de defender al cuerpo de cuanto
pueda perjudicar destruir mecnicamente su organismo, es necesario protegerlo
contra las consecuencias de las infracciones de la ley fisiolgica, las cuales
consecuencias son la enfermedad la muerte. Para llegar a la vida completa, es
necesario, no solo prevenir el anonadamiento instantneo de la vida, s que
tambien escapar la decadencia y lenta aniquilacion que nuestros malos hbitos
traen consigo. Como sin la salud y la energa es punto mnos que imposible
cualquier especie de actividad, sea industrial, paternal, social, etc., claro est que
este segundo modo de conservacion directa de s mismo no tiene mnos
importancia que el primero, y que los conocimientos que tiendan asegurarnos su
posesion deberian colocarse en rango muy elevado. Es verdad que tambien aqu
estamos provistos de un guia: por medio de nuestras sensaciones fsicas y de
nuestros deseos, la naturaleza se ha asegurado la sumision relativa sus
principales exigencias. Afortunadamente para nosotros, la [27] falta de alimento,
el calor extremado, el frio excesivo producen advertencias muy imperiosas para ser
desatendidas, y si el hombre obedeciese siempre estas advertencias y otras
semejantes, aunque mnos fuertes, tendria que temer relativamente muy pocos
males. Si la fatiga del cerebro siguiera constantemente el reposo; si la opresion
que resulta de una atmsfera cargada produjese en todo caso la ventilacion; si no se
comiera sin hambre ni se bebiera sin sed, el organismo se hallaria rara vez en

estado de no funcionar bien. Pero hay en esto tan profunda ignorancia de las leyes
de la vida, que los hombres ni siquiera saben que sus sensaciones son sus guias
naturales y ms dignos de confianza, cuando no han llegado embotarse
viciarse causa de una persistente desobediencia. De suerte que, hablando con
precision lgica, la naturaleza nos ha provisto de guardianes oficiosos de nuestra
salud, que la falta de saber hace frecuentemente intiles.
Si alguien dudare de lo importante que es para nosotros el estar familiarizados
con los principios de la fisiologa como medio de alcanzar la vida completa, que
mire en torno suyo y vea cuan pocos hombres y mujeres de edad regular,
avanzada, hay bien conservados. Solo por excepcion encontramos el ejemplo de
una salud vigorosa en la vejez, y en cambio, cada momento contemplamos casos
de enfermedades agudas, de [28] males crnicos, de debilidad general, de
decrepitud prematura. No hay nadie que no confiese, si se le pregunta, que en el
curso de su vida se ha atraido enfermedades, de que las ms ligeras nociones de la
higiene lo habrian preservado. Aqu es una enfermedad del corazon, consecuencia
de una fiebre reumtica, producida por el poco cuidado en elegir una habitacion
bien situada; all, una vista perdida para la ciencia, causa del exceso en el estudio.
Ayer se trataba de una persona cuya persistente clausura provenia de que, pesar
del dolor que experimentaba, seguia sirvindose de una rodilla ligeramente herida;
hoy se nos habla de otra que ha necesitado permanecer largos aos en el lecho, por
ignorar que las palpitaciones que sufria eran uno de los efectos del cansancio de su
cerebro. Ya es una herida incurable que proviene de algun estpido alarde de
fuerza; ya una constitucion que no ha podido reparar las prdidas causadas por un
trabajo excesivo, emprendido sin necesidad. En nuestra poca, vemos por todas
partes las perptuas indisposiciones que acompaan la debilidad. No hagamos
alto en los sufrimientos, el cansancio, la melancola, las prdidas de tiempo y de
dinero, que por estos motivos pesan sobre nosotros; atendamos nicamente que
la falta de salud impide el cumplimiento de nuestros deberes, imposibilita
dificulta el manejo de los propios negocios, produce una irritabilidad funesta para
[29] la direccion de los hijos, torna imposible el ejercicio de las funciones de
ciudadano y hace del placer una fatiga. No es evidente que los pecados contra el
rden fsico, as los de nuestros abuelos como los nuestros, alterando la salud,
disminuyen ms que ninguna otra causa la vida completa, y en cierta medida,
convierten la existencia en una enfermedad y una carga, cuando debe ser un
beneficio y un goce? No es esto todo. La vida, que as se empobrece, tambien se
acorta. No es verdad, como generalmente se supone, que despues de un desrden
enfermedad nos restablezcamos por completo. Ninguna perturbacion funcional
desaparece sin dejar en el organismo huellas permanentes de su paso: el
organismo queda resentido para siempre. Tal vez la lesion no sea
inmediatamente apreciable, pero agregada otras del mismo gnero que la
naturaleza no olvida nunca inscribir en la rigurosa cuenta que lleva, influir en
nosotros hasta que, inevitablemente, abrevie la vida. Por la acumulacion de estas
pequeas injurias que sufre nuestra salud, es por lo que las constituciones ms
robustas se ven minadas y destruidas antes de tiempo.
Reflexionando cunto dista el trmino medio de la vida de su duracion posible,
podemos darnos cuenta de la inmensa extension del dao. Y si las prdidas
parciales de vitalidad que produce la falta de una salud vigorosa, aadimos la
prdida [30] final causada por la muerte prematura, veremos que de ordinario
abreviamos imprudentemente la vida en una mitad.
Por lo tanto, la ciencia que concurre directamente la propia conservacion,

impidiendo la prdida de la salud, tiene capital importancia. No pretendemos que


la posesion de esta ciencia remediaria por completo y en todos los casos el mal. Es
evidente que en el perodo actual de nuestra civilizacion, la necesidad obliga
frecuentemente al hombre infringir las leyes higinicas. Adems, aun
prescindiendo de semejante necesidad, la inclinacion nos llevaria menudo
sacrificar un bien futuro una satisfaccion inmediata. Pero s pretendemos que la
verdadera ciencia, convenientemente enseada, haria mucho; y puesto que para
obedecer las leyes de la higiene debemos antes conocerlas, es necesario que la
difusion de esta ciencia ensee y prepare, en un porvenir ms mnos remoto,
mtodos de vida ms conformes la razon. Concluimos de lo dicho que, siendo
para el hombre una salud robusta y la energa moral que la acompaa los primeros
elementos de bienestar, la ciencia que se propone la conservacion de estos bienes
no cede en importancia ninguna otra; y aseguramos, sin vacilar, que deben
formar parte esencial de toda educacion racional cursos de fisiologa,
suficientemente completos para conducir la inteligencia de las verdades [31]
generales de esta ciencia 15 indicarnos nuestra conducta en la vida ordinaria.
Extraa cosa, que necesitemos hacer esta afirmacion; ms estraa todava que
debamos defenderla! No faltan, sin embargo, gentes que la acogern con sonrisa
burlona. Esas personas que enrojecerian de vergenza si alguien les sorprendiese
diciendo Ifignia por Ifigena, mirarian como un insulto la imputacion de
ignorancia respecto de los trabajos mitolgicos de algun semi-dios fabuloso,
declaran sin el menor rubor que no saben dnde est la trompa de Eustaquio,
cules son las funciones de la mdula espinal, cul el nmero normal de
pulsaciones cmo los pulmones se llenan del aire exterior. Mientras que esperan
impacientes ver versados sus hijos en supersticiones que se remontan dos mil
aos, no se curan de que adquieran algunos conocimientos acerca de la estructura
y funciones de su propio cuerpo. Hasta prefieren que no las posean: tan tirnica es
la influencia de la rutina; tan terrible y completo en nuestra educacion el
predominio de lo agradable sobre lo til!
No necesitamos insistir en el valor del rden de conocimientos que concurren
indirectamente la conservacion del indivduo, proporcionndole medios de
ganarse la subsistencia. En este punto, todo el mundo est de acuerdo, y aun la
[32] generalidad lo estima, demasiado exclusivamente tal vez, como el verdadero
fin de la educacion. Pero mientras todos se hallan prontos asentir la proposicion
abstracta de que la instruccion que d aptitud los jvenes para librar su
subsistencia tiene altsima importancia, quizs importancia soberana, son muy
pocos los que se preocupan de saber qu gnero de instruccion desenvuelve mejor
esta aptitud.
Ciertamente, la lectura, la escritura y la aritmtica son enseadas con
inteligente apreciacion de su objeto. Pero esto es todo. A la vez que la mayor parte
de lo que se aprende carece de aplicacion la actividad industrial, se d de lado un
nmero inmenso de conocimientos relacionados directamente con dicha actividad.
Porque, aparte de algunas clases muy poco numerosas, en qu se ocupan los
hombres? Pues se ocupan en la explotacion, preparacion y distribucion de
diferentes productos. Y de qu depende el xito en la explotacion, preparacion y
15

La conjuncin se acentuaba grficamente por costumbre y no por razn


prosdica que as lo estableciese. El propsito fundamental era evitar su pronunciacin
junto a la vocal precedente o a la siguiente. (N. del Ed.)

distribucion de estos productos? Depende del empleo de mtodos adaptados la


naturaleza especial de cada uno de ellos; del conocimiento exacto de sus
propiedades fsicas, qumicas vitales, segun los casos; depende, en una palabra,
de la ciencia. Este rden de conocimientos, ignorado en gran parte en nuestras
escuelas, es precisamente aquel en que se funda la realizacion de los progresos
mediante los [33] cuales es posible la vida civilizada. Aunque esta verdad sea
indiscutible, parece como una verdad muerta; sin duda, lo excesivamente familiar
que nos es, ha influido para que nos habituemos no pensar en ella.
Prescindamos de la ciencia ms abstracta, la lgica, gua indispensable sin
embargo, de que dependen, spanlo no, por la exactitud de sus previsiones, lo
mismo el productor que el comerciante en grande escala, y consideremos desde
luego las matemticas. Esta ciencia, bajo su aspecto de ciencia de los nmeros,
dirige todas las actividades industriales, trtese de regular los procedimientos, de
valuar los precios, de comprar, de vender de llevar la contabilidad. Nadie exigir
que insistamos en demostrar la importancia de esta rama de las ciencias exactas.
En las artes de construccion, es indispensable tener tambien algunos
conocimientos en la rama especial de las matemticas que les es aplicable. El
carpintero de aldea que ejecuta su trabajo, segun reglas empricas, aplica
contnuamente, lo mismo que el constructor de un Britannia Bridge, las relaciones
de distancia16. El agrimensor que mide la tierra vendida, el arquitecto que levanta
el plano de la casa que se quiere habitar, el empresario que se hace cargo de la
construccion, el albail que coloca la piedra, todos los que ajustan [34] las
diferentes partes del edificio, todos son guiados por verdades geomtricas.
16

De 1900 data una traduccin de Education a nuestra lengua editada por la casa
valenciana F. Sempere y Compaa, Editores y cuyo autor es Narciso Sevillano (en
adelante, Sevillano 1900). Probablemente sea ste un pseudnimo del propio Garca
del Mazo si tenemos en cuenta, por un lado, su estrecha vinculacin con la capital
andaluza; y, por otra parte, el hecho de que salvo mnimas variaciones estilsticas se
trate de la misma versin, tal y como prueba, a ttulo de ejemplo, este fragmento:
Education (17)
The village carpenter, who lays out his work by empirical rules, equally with
the builder of a Britannia Bridge, makes hourly reference to the laws of
space-relations.
Sevillano (1900:28)
El carpintero de aldea que traza el plan de su trabajo segn reglas empricas,
aplica continuamente, lo mismo que el constructor de un Britannia Bridge (1),
las relaciones de distancia.
..
(1) Famoso puente tubular construdo en 1850 por Stephenson, que une la isla
de Anglesey la playa del pas de Gales.- (N. del T.)
En Sevillano (1900) se incluyen once notas del traductor a pie de pgina, tomadas de
la primera edicin francesa consultada:
De Lducation (1880:17-8)
Le charpentier de village qui dresse le plan de son travail selon des rgles
empiriques, aussi bien que le constructeur dun Britannia bridge (1), fait des
applications continuelles des lois de la science de lespace.
..
(1) Cest le nom du fameux pont tubulaire, construit en 1850 par Stephenson,
qui relie lile dAnglesey a la rive du pays de Galles.
(N. del Ed.)

La construccion de los caminos de hierro17 est regulada desde el comienzo


hasta el fin por los principios de la geometra: preparacion de planos, trazado de
lneas, medida de cortes y taludes, proyectos y construccion de puentes,
acueductos, viaductos, tneles y estaciones. Sucede lo mismo con los puertos, doks,
muelles y las diferentes obras del ingeniero del arquitecto, que se extienden lo
largo de las costas ocupan el pais, no solo en su superficie sino en las minas y
profundidades del terreno. En nuestros dias, el labrador mismo se sirve del nivel
para colocar convenientemente sus tubos de drenaje, es decir, recurre la
geometra.
Vienen en seguida las ciencias abstracto-concretas. De la aplicacion de la ms
sencilla de entre ellas, la mecnica, depende el xito de las manufacturas
modernas. Es preciso conocer y aplicar en cada mquina las propiedades de la
palanca, del eje de la rueda; y las mquinas somos deudores hoy de toda clase de
productos. Seguid la historia de un panecillo. El terreno de donde procede ha sido
regado por medio de tubos de drenaje, construidos segun reglas dadas por la
mecnica; con mquinas se labr la superficie del suelo; con mquinas se seg,
trill, avent y moli el trigo: por ltimo, si la harina hubiese [35] sido
enviada Gosport, con mquinas hubiese sido convertida en bizcochos. Mirad
en torno de vuestra habitacion. Si su construccion es moderna, es probable que
los ladrillos de sus muros hayan sido fabricados por medio de mquinas, y por
medio de mquinas, tambien, serrado y cepillado el entarimado, labrada la
campana de la chimenea, hecho y estampado el papel de la pared. La tabla de la
mesa, los pis torneados de las sillas, el tapiz, las cortinas, todo es producto de la
maquinaria. Nuestro mismo vestido, liso, bordado estampado, no ha sido
tejido, tal vez cosido mquina? No han sido fabricadas por medio de mquinas
las hojas del libro que leeis, y se ha impreso en estas hojas con ayuda de otra
mquina?18 Agregad esto que se deben la maquinaria los principales medios
de trasportar los productos por mar y por tierra. Observad, por otra parte, que el
xito fracaso de toda industria depende de que la ciencia mecnica haya sido
bien mal aplicada. El ingeniero que comete un error calculando la potencia de
los materiales que emplea, construye un puente que se hunde; el manufacturero
que se sirve de una mquina mala, se ve arruinado por otro cuya mquina pierde
mnos fuerza por el rozamiento y la resistencia; el constructor de navos que se
atiene al modelo antiguo, es aventajado por otro que construye en conformidad
17

V. nota 7. (N. del Ed.)


En R. F. S. (1880), a las diez notas del autor incluidas en Education se suman otras
cuatro intervenciones explcitas del traductor. La que sigue, de carcter situacional, no
se halla en ninguna otra edicin:
Education (17)
Your clothing-plain, figured or printed-is it not wholly woven, nay, perhaps
even sewed, by machinery? And the volume your are reading-are not its leaves
fabricated by one machine and covered with these words by another?

18

R. F. S. (1880:25)
Nuestra ropa de toda especie, no est tejida y tal vez hasta cosida a
mquina? El papel del libro que leemos, no est hecho e impreso
mquina? (1)
.
(1) El lector no dejar de comprender que estas, como otras muchas de las
apreciaciones contenidas en esta obra, se refieren principalmente Inglaterra.
(N. del Ed.)

con el principio reconocido en mecnica [36] de la lnea de flotacion; y cmo la


aptitud de una nacion para sostener la competencia con las dems depende de la
actividad y de la habilidad de los indivduos que la componen, deducireis que el
estado de la ciencia mecnica puede cambiar los destinos de un pas.
Levantemos ahora nuestra atencion de las ramas de las ciencias abstractoconcretas, que estudian las fuerzas que resultan de la masa, las ramas que tratan
de las fuerzas moleculares, y llegaremos una nueva y vasta srie de aplicaciones.
A este grupo de ciencias, unido los grupos precedentes, debemos la mquina de
vapor, que ejecuta el trabajo de millones de brazos. La rama de la ciencia fsica que
se ocupa en formular las leyes del calor, ha enseado la manera de economizar el
combustible en numerosas industrias, de aumentar el producto de los altos hornos
sustituyendo el aire caliente al aire frio, de ventilar las minas, de evitar las
explosiones mediante el uso de la lmpara de seguridad, de regular, en fin, con el
termmetro la aplicacion de una multitud de procedimientos. Otra rama de la
ciencia, que tiene por objeto el estudio de los fenmenos de la luz, d vista al
anciano y al mope, ayuda con el microscopio descubrir las enfermedades y las
falsificaciones, y al mismo tiempo previene los naufragios con el uso de faros
perfeccionados. Las investigaciones acerca de la electricidad y el [37] magnetismo
han salvado incalculable nmero de existencias y de riquezas por medio de la
brjula, han fomentado el desarrollo de muchas artes por la electrotipia, y acaban
de proporcionarnos en el telgrafo un agente que, en lo porvenir, regular las
transacciones comerciales y desenvolver las relaciones polticas. Hasta en los
detalles de la vida domstica, desde el fogon de cocina perfeccionado hasta el
esterescopo de una mesa de salon, las aplicaciones de los adelantamientos
cientficos contribuyen poderosamente nuestro bienestar y nuestros goces.
Mucho ms numerosas todava son las aplicaciones de la qumica. El
blanqueador, el tintorero, el fabricante de telas estampadas, se entregan todos
operaciones que alcanzan ms mnos xito, segun que en ellas se aplican no
las leyes de la qumica. Esta ciencia debe servir de guia en la fundicion del cobre,
del estao, del zinc, del plomo, de la plata y del hierro. La refinacion del azcar, la
fabricacion del gas, la del jabon, la de la plvora, son operaciones qumicas en
parte, y lo mismo sucede con la fabricacion del cristal y de la porcelana. Cuestion
qumica, de que depende la ganancia la prdida del fabricante de cerveza, es
distinguir el punto en que las materias destinadas la destilacion alcanzan el
grado de la fermentacion alcohlica de aquel en que pasan la fermentacion cida;
y el que explote una fbrica [38] extensa de esta clase, no tardar en hallar las
ventajas de tener un qumico al servicio de su establecimiento. De hecho, apenas
hay hoy manufactura alguna que no se relacione en mayor menor escala con la
qumica. En nuestros dias, hasta en la agricultura necesita este guia el que ella
quiera consagrarse con fruto. El anlisis de los abonos y del suelo, el modo de
adaptar aquellos ste, el empleo del yeso de otras sustancias que fijen el
amoniaco, el uso del estircol, la produccion de los abonos artificiales, en fin, son
otros tantos beneficios de la qumica con los cuales es menester que se familiarice el
labrador. Trtese de alumbramiento de aguas de desinfeccion de sumideros, de
fotografa, de amasar pan sin levadura de extraer perfumes de los detritus,
debemos reconocer que la qumica se relaciona con todas las industrias, y que por
esta razon su conocimiento importa cuantos directa indirectamente se
interesan en ellas.
En las ciencias concretas, comenzaremos por la astronoma. De la astronoma
ha nacido la navegacion, mediante la cual es posible el inmenso comercio exterior

que sostiene gran parte de nuestro pueblo, al mismo tiempo que nos proporciona
muchos objetos de primera necesidad y la mayor parte de los de lujo. La geologa
es tambien una ciencia cuyo estudio concurre, en gran parte, al progreso
industrial. Ahora que las minas de hierro [39] son fuente tan productiva de
riqueza; ahora que la seguridad de nuestro aprovisionamiento de carbon es
asunto de capital inters; ahora que tenemos una escuela de minas y un servicio de
inspectores gelogos, no es necesario insistir acerca de esta verdad, esto es, que el
estudio de la envoltura terrestre interesa nuestra prosperidad material.
Y qu decir de la ciencia de la vida, de la biologa? No tiene tambien por
fundamento la investigacion de los procedimientos indirectos de conservacion
personal? No tiene, es verdad, relaciones muy estrechas con lo que llamamos
ordinariamente manufacturas, pero est inseparablemente ligada la primera de las
industrias, la produccion de alimentos. Debiendo la agricultura conformar sus
mtodos los fenmenos de la vida vegetal y animal, sguese que la ciencia de estos
fenmenos es su base racional. Es verdad que los labradores han reconocido y
aplicado empricamente muchas verdades biolgicas antes de ser cientficamente
concebidas. Sabian, por ejemplo, que ciertos abonos convienen ciertas plantas; que
ciertos cultivos tornan el suelo impropio para otros; que de caballos mal nutridos no
puede esperarse un buen trabajo; que tal cual enfermedad de las bstias de los
carneros se produce en estas en las otras circunstancias. Estas nociones y las que el
agricultor adquiere diariamente [40] por la experiencia acerca del modo de cuidar
las plantas y los animales, constituian la suma de hechos biolgicos que le eran
conocidos; hechos biolgicos de que depende en gran parte el xito de sus esfuerzos.
Ahora bien, si aun mal definidos y rudimentarios le prestan tan importantes
servicios, juzgad qu valor no tendrian tales hechos si llegaran ser positivos, bien
definidos y profundos. Con esto podemos vislumbrar los beneficios que reporta la
biologa racional.
La verdad de que la produccion de calor animal implica una prdida de sustancia
y que, por consecuencia, impidiendo la prdida del calor se evita la necesidad de un
aumento de nutricion, esta verdad, resultado de conclusiones puramente tericas,
sirve hoy de guia para cebar el ganado; pues hay pruebas de que, manteniendo los
establos una alta temperatura, se economiza forraje. Acontece lo mismo en lo
concerniente la variedad de alimentos, habiendo demostrado las experiencias
fisiolgicas, no solo que es provechoso el cambio de nutricion, sino que la digestion
se facilita con la mezcla de alimentos distintos en el estmago. Tambien la biologa
deben los agricultores el conocer la causa de la enfermedad llamada vrtigo, que se
ceba todos los aos en millares de carneros. Sbese ahora, en efecto, que dicha
enfermedad proviene de la presencia de un entozoario que ejerce cierta presion en el
cerebro, bastando [41] extraer este insecto, por el sitio del crneo cuyo
reblandecimiento indica el lugar en que se halla, para que el carnero se cure casi
siempre.
Otra ciencia que ejerce influencia directa en la prosperidad industrial de una
nacion es la sociologa. Los hombres que diariamente estudian la situacion del
mercado financiero; que pasan revista los precios corrientes; que discuten las
probabilidades de la mejor peor cosecha del trigo, del azcar, del algodon, de la
lana, de la seda; que pesan las probabilidades de la guerra y de la paz, y que basan en
estos datos sus operaciones comerciales, estudian la sociologa. La estudian emprica,
errneamente; pero la estudian, porque sus ganancias prdidas dependen de la
exactitud de sus apreciaciones. No es solo el negociante, el manufacturero, quien
debe guiarse en sus transacciones por la comparacion entre la oferta y el pedido,

comparacion que exije el conocimiento concreto de hechos numerosos y, por


consiguiente, el general de diversos principios sociales; sino que tambien el
comerciante al por menor debe de tener presentes todas estas consideraciones. Su
prosperidad depende ante todo de la exactitud de sus previsiones acerca del precio al
por mayor y de la extension del consumo. Es evidente que todo el que se vea envuelto
en el torbellino de la actividad comercial, tiene inters [42] vital en conocer las leyes
segun las cuales esta actividad se modifica.
Es, pues, fundamentalmente importante para quien se interese en la produccion,
el cambio y la distribucion de las mercancas, el poseer ciertos conocimientos que
derivan de algunas ramas de la ciencia. A los hombres que, de cerca de lejos, tengan
relaciones con nuestras industrias (y quin no las tiene?), les importa conocer las
propiedades matemticas, fsicas y qumicas de las sustancias, quizs algunas leyes
biolgicas y, sin disputa, las de la sociologa. El bueno mal xito que se obtiene en
los esfuerzos para ganarse la vidalo que es una manera indirecta de proveer la
conservacion personaldepende del conocimiento que se posee de ciertos hechos
relativos una varias de estas ciencias: conocimiento irracional, emprico
generalmente, pero real. Lo que llamamos aprender un comercio es, en realidad, bajo
un nombre otro, aprender la ciencia que le sirve de fundamento. Los estudios
cientficos propiamente dichos son, pues, de extrema importancia, porque preparan
la vida industrial y comercial, y porque el conocimiento reflexivo tiene inmensa
superioridad sobre el conocimiento emprico. No basta saber los hechos, cuando se
est interesado en la produccion y el cambio; es preciso saber tambien el por qu y el
cmo de las cosas, las leyes de su encadenamiento. Asimismo es preciso [43] saber
con frecuencia el por qu, el cmo y el encadenamiento de otros hechos. En este siglo
de sociedades en participacion, casi todo el mundo, excepto el campesino, se halla
interesado, como capitalista, en alguna industria que no es la suya. A menudo su
ganancia y su prdida dependen de sus conocimientos en las ciencias relacionadas
con aquella industria. H aqu, por ejemplo, una mina de hulla cuyos accionistas se
ven arruinados; no hubiera sido as, si hubiesen sabido que ciertos fsiles pertenecen
la capa de granito rojo bajo la cual no se encuentra el carbon mineral. Se han hecho
numerosos ensayos para construir mquinas electro-magnticas, que se esperaba
podrian sustituir las mquinas de vapor; si los que han proporcionado los fondos
hubiesen conocido la ley general de la correlacion y de la equivalencia de las fuerzas,
no hubieran perdido su dinero. Todos los dias se ven personas que forman
sociedades para aplicar inventos, cuya futilidad podria demostrar el ms novicio en
la ciencia. Cuntas fortunas no se han comprometido en ensayos practicados en la
realizacion de algun proyecto imposible!
Ahora, si las prdidas de dinero que resultan de la ausencia de conocimientos
cientficos son ya hoy tan frecuentes en nuestra sociedad, cunto ms frecuentes y
mayores no sern en lo porvenir para los que permanezcan extraos la [44]
ciencia! A medida que los procedimientos industriales sean ms cientficos, lo que
debe inevitablemente acontecer bajo el aguijon de la concurrencia, y medida que las
sociedades en participacion se multipliquen, lo que con seguridad ha de verificarse,
todos tendrn mayor necesidad de poseer conocimientos positivos. Lo que ms se
descuida en nuestras escuelas, es precisamente aquello de que tenemos ms
necesidad en la vida. Nuestras industrias, sin la instruccion supletoria que los
hombres adquieren como pueden despues que se ha declarado terminada su
educacion, sin esa instruccion acumulada de siglo en siglo espaldas de la enseanza
oficial, no solo perecerian, sino que no habrian existido nunca. Si no hubiese habido
entre nosotros otra enseanza que la dada en las escuelas pblicas, Inglaterra seria

hoy lo que era en los tiempos feudales. Nuestra ciencia, ensanchando diariamente
sus dominios, mostrando las leyes que presiden toda clase de fenmenos,
permitindonos someter la naturaleza nuestras necesidades y procurar al
campesino de hoy goces que otras veces eran inaccesibles los mismos reyes, no se
debe sino en parte nfima nuestros establecimientos de instruccion pblica. Los
conocimientos vitalesaquellos que nos han convertido en un gran pueblo, aquellos
sobre que descansa nuestra existencia nacionalse han propagado en la sombra y en
el retiro del gabinete, [45] mientras nuestros profesores oficiales apenas hacian otra
cosa que balbucear algunas frmulas.
Llegamos la tercera de las grandes divisiones de la actividad humana, division
de nuestra actividad la que nada nos prepara. Si por casualidad no llegase la
posteridad ms que un fragmento de nuestros libros clsicos un trozo de nuestras
composiciones de colegio, cul no seria el asombro de un anticuario del porvenir al
no hallar en estos papeles y en estos libros nada que le indicase que los discpulos que
de ellos se servian deberian tener hijos alguna vez? Y bien!, diria, esto debia ser un
curso de estudios para los clibes. Veo que aqu se llamaba la atencion hcia multitud
de cosas, especialmente acerca de la inteligencia de las obras dejadas por pueblos que
no existian ya, pertenecientes otros que existian an (lo que indica, al parecer,
que este pueblo tenia pocas propias de mrito); pero no encuentro en todo esto
ninguna alusion al arte de educar los nios. Estas gentes no podian estar tan
desprovistas de sentido, que permaneciesen extraas un asunto que implica la ms
grave de las responsabilidades. Evidentemente, estos serian los estudios de una de
sus rdenes monsticas.
Realmente, no es inconcebible que si la vida y la muerte de nuestros hijos, si sus
cualidades morales, dependen de la manera como los eduquemos, [46] no se haya
dado nunca en nuestras escuelas la menor instruccion acerca de estas materias
alumnos que sern maana padres de familia? No es monstruoso que la suerte de
una generacion nueva quede abandonada la influencia de hbitos irreflexivos, la
instigacion de los ignorantes, al capricho de los padres, las sugestiones de las
nodrizas los consejos de las abuelas? Si un negociante se consagrase al comercio
sin tener la menor nocion de la aritmtica ni de la tenedura de libros, no nos
burlaramos de su necedad, vaticinndole desastrosas consecuencias? Si antes de
haber estudiado anatoma cualquiera se dispusiese manejar el bistur del cirujano,
no nos sorprenderamos de su audacia y compadeceramos los enfermos? Y sin
embargo, que los padres emprendan la tarea difcil de educar sus hijos sin haber
soado nunca en preguntarse cules son los principios de la educacion fsica, moral
intelectual que deben servirles de gua, esto no nos inspira ni asombro respecto de los
padres ni piedad para los nios, sus vctimas. Los millares de sres humanos que
sucumben, los centenares de miles que sobreviven para arrastrar una salud
enfermiza, los millones que crecen con constituciones mnos fuertes que las que
deberian tener, nos dan idea del mal hecho por los padres que ignoran las leyes de la
vida. Reflexionese que el rgimen que se somete los nios [47] ejercera una
influencia saludable perniciosa sobre todo su porvenir, que hay veinte maneras de
engaarse y una sola de acertar, y se medir la extension de las misrias que
introduce en el mundo nuestro caprichoso irreflexivo sistema de educacion.
Dispngase que un muchacho vaya vestido con chaqueta corta, ancha y ligera, y que
juegue as la intemperie con los miembros enrojecidos por el frio, y esta decision
ejercer una influencia durante toda su vida, ya por la enfermedad, ya por el
empobrecimiento de su naturaleza; por lo mnos, ser mnos vigoroso en su edad

madura, circunstancia con la cual se suscitar un obstculo su felicidad. Somtase


los nios un rgimen alimenticio poco variado y escasamente nutritivo, y se
resentirn de ello hasta el ltimo dia de su vida decreciendo considerablemente su
actividad, como hombres como mujeres. Prohbanseles los juegos ruidosos
impdaseles ( causa de su vestido demasiado ligero) salir al frio, y es seguro que no
alcanzarn la medida de fuerza y de salud que la naturaleza les habia destinado.
Cuando sus hijos se ven atacados de enfermedades de debilidad, los padres llaman
esto una desgracia, una prueba que les enva la Providencia. El caos que reina en su
cabeza, como en las de los otros, les hace suponer que los efectos se producen sin
causa, por causas sobrenaturales. No es as. En ciertos casos, sin duda, estas causas
se han recibido por [48] herencia; pero con ms frecuencia tienen su orgen en las
absurdas prcticas seguidas con los nios. La responsabilidad de tantos sufrimientos,
debilidad, abatimiento, miseria, corresponde, en general, los padres.
Tuvieron especial cuidado de dirigir, hora tras hora, cuanto se refria la
existencia de sus hijos, y con ligereza cruel omitieron instruirse en las leyes del
desenvolvimiento vital, que contrariaban incesantemente con sus rdenes y
prohibiciones. En su completa ignorancia de las leyes fisiolgicas ms importantes,
minaron de contnuo la constitucion de sus hijos, infligiendo as la enfermedad, la
muerte prematura, no solo sus descendientes en primer grado, sino todos los
dems.
Los funestos efectos de la ignorancia se nos presentan no menores en la
educacion moral que en la fsica. Ved la jven madre y el rgimen que establece
en la habitacion de la nodriza. Hace algunos aos apenas, esa jven estaba en los
bancos de la escuela donde se recargaba su memoria de palabras, de nombres, de
fechas, sin que su facultad de reflexion se ejercitase ms que en nfimo grado. All
no se le dio la menor idea del modo cmo habia de dirigir un espritu naciente; all
la educacion que recibi, la disciplina que estuvo sometida, no eran la atmsfera
ms propia para ponerla en estado de hacer por s misma el [49] descubrimiento.
Los aos sucesivos fueron consagrados al estudio de la msica, los primores del
bordado, la lectura de las novelas y los placeres del mundo. No se le hizo fijar
nunca el pensamiento en las graves responsabilidades de la maternidad; no se le
dio la slida cultura intelectual que hubiese podido prepararla afrontar tales
responsabilidades. Vedla ahora en frente de un carcter que se desenvuelve y cuyo
desarrollo le est confiado! Ved su ignorancia profunda de los fenmenos que
asiste, y cmo interviene ciegamente en hechos que no podria regular con
probabilidades de acierto aunque poseyese conocimientos superiores. Ignora la
naturaleza de las emociones, el rden que preside su evolucion, sus funciones, el
punto preciso en que cesan de ser saludables para convertirse en perniciosas; cree
que existen sentimientos absolutamente malos, lo que no es verdad respecto de
ningun sentimiento; cree que existen sentimientos absolutamente buenos,
cualquiera que sea su grado, lo que tambien es un error, y no conociendo el
organismo que tiene delante, ignora igualmente la influencia que en l puede
ejercer este el otro tratamiento. Cmo, pues, han de evitarse los resultados
desastrosos de que somos diariamente testigos? Ignorante como est la jven
madre de los fenmenos mentales, de sus causas y de sus efectos, su intervencion
es frecuentemente ms [50] perjudicial que habria sido su abstencion absoluta.
A cada momento ha cohibido el juego regular, benfico, de las facultades del
nio, atentando de este modo su felicidad, su porvenir, maleando su carcter,
como malea el suyo propio, y enagenndose su afeccion. Le impulsa por motivos
deducidos del temor, del inters y del orgullo actos que cree til alentar,

curndose poco del mvil siempre que el acto exterior concuerde con su idea del
bien, sin miedo desenvolver de este modo la hipocresa, el egoismo y no los
buenos sentimientos. Mientras preconiza la sinceridad, le d constantemente el
ejemplo de la mentira, profiriendo amenazas que no ejecuta. Mientras le
predica el dominio de s mismo, le reprende con acritud por cosas que no lo
merecen. No se d cuenta de esta verdad: que en el hogar domstico, como en el
mundo, la nica disciplina saludable es la experiencia de las consecuencias,
buenas malas, agradables desagradables, que derivan naturalmente de
nuestros actos. Desprovista de toda luz terica, incapaz de buscar un guia en la
observacion de las fases por que atraviesa el nio en su desarrollo, la jven madre
sigue el impulso del momento con funesta ligereza. La direccion maternal sera
casi siempre desastrosa, si no fuera porque la tendencia superior del jven
espritu revestir el tipo moral de la raza, triunfa ordinariamente de todas las
influencias secundarias.
[51] Y qu diremos de la educacion intelectual? Si se concede que el
espritu humano tiene leyes y que la evolucion de la inteligencia en el nio se
ajusta ellas, es evidente que la educacion no puede ser bien dirigida cuando
falta el conocimiento de estas leyes. Es rigurosamente absurdo suponer que es
dado regular la formacion y acumulacion de las ideas sin saber cmo se forman.
Cunto no diferir la enseanza, tal como es, de la enseanza tal como debiera
ser, si hay tan pocos padres y maestros que sepan algo de psicologa? Como no
puede mnos de suceder, el sistema establecido adolece de graves defectos en el
fondo y en la forma. Mientras se pasan en silencio cosas esenciales, se impone al
espritu lo que es nocivo, y se le impone por procedimientos ms perjudiciales
todavia. Bajo el imperio de la idea estrecha que hace consistir toda la educacion
en el estudio de los libros, los padres ponen los abecedarios en manos de sus hijos
en su ms tierna edad. No conociendo la verdad de que el uso de los libros es
simplemente supletorio, que constituye un medio indirecto de aprender falta
del medio directoun medio de ver con los ojos de otros cuando no podemos ver
con nuestros propios ojoslos directores de nuestra educacion estn siempre
prontos darnos los hechos de segunda mano, en vez de procurar que los
adquiramos por nosotros mismos. No comprendiendo el [52] inmenso valor de
esa educacion espontnea que es el fruto de nuestros primeros aos; ignorantes
de que la observacion contnua que se entrega el nio, lejos de ser combatida
cohibida, debe ser diligentemente secundada tornndola tan exacta, tan completa
como sea posible, se obstinan en ocupar sus ojos y su espritu en ideas y cosas que,
en esa poca de la vida, son ininteligibles y repugnantes. Poseidos de la extraa
supersticion por virtud de la cual se adoran los smbolos de la ciencia y no la
ciencia misma, no ven que solo cuando hayan sido agotados los objetos que se
encuentren en la casa, en la calle, en el jardin, ser menester abrir al nio en los
libros nuevas fuentes de informacion; y esto no solo porque el conocimiento
inmediato es preferible al mediato, si que tambien porque el libro no puede
despertar ideas sino en proporcion de la experiencia que se vaya adquiriendo de las
cosas. Debe observarse, adems, que esa instruccion de frmulas se comienza
demasiado pronto, y se dirige sin consideracion las leyes de nuestro
desenvolvimiento mental. Nuestro espritu v necesariamente de lo concreto lo
abstracto. Por no atender este hecho, estudios abstractos, como la gramtica,
que debieran coronar la instruccion, constituyen su comienzo. La geografa
poltica, ciencia muerta y sin ningun inters para los nios, que debiera ser un
apndice de la sociologa, se ensea desde luego, [53] al paso que la geografa

propiamente dicha, cosa inteligible y comparativamente agradable para ellos, es


poco mnos que olvidada. Casi todas las materias les son propuestas en un rden
anormal, sentando desde luego las definiciones, las reglas y los principios, en vez
de irlos mostrando poco poco su espritu, segun surjan naturalmente de la
observacion de los casos; y sobre esto, en el fondo de todos los sistemas, est el
mtodo que consiste en obligar aprender de memoria, por rutina, mtodo que
sacrifica el espritu la letra. Ved los resultados. Parte por debilitar las
percepciones desde el primer momento con el cuidado que se tiene en violentar
la naturaleza y forzar la atencion del discpulo hcia los libros; parte por la
confusion mental que se produce con la enseanza de materias que no pueden ser
comprendidas, y con el prurito de generalizar antes de mostrar los hechos que la
generalizacion ha de referirse; parte por convertir al alumno en mero recipiente
de las ideas de otros, en vez de educarle para la investigacion activa de los hechos
y de las ideas; parte por recargar excesivamente su cerebro; el caso es que pocas
inteligencias producen todo lo que sera dado esperar de ellas. Pasados los
exmenes, se dan de lado los libros, desapareciendo velozmente las nociones que se
adquirieron por no estar organizadas y coordinadas, y si alguna se salva del
olvido, permanece casi [54] siempre en estado inerte, por no haber cultivado
el arte de aplicar los conocimientos y no haber desenvuelto en el discpulo la
facultad de observar con exactitud y de pensar por s mismo. Agrgase esto
que, mientras gran parte de las cosas que se aprenden carecen de valor, se
descuida la adquisicion de conocimientos soberanamente importantes.
Las consecuencias son tales como hubiramos podido inferirlas a priori. La
educacion fsica, moral intelectual de la infancia es terriblemente defectuosa, y lo
es principalmente, porque los padres son extraos la ciencia que sola podria
ilustrarles en su mision. Qu ha de esperarse cuando se ve que emprenden la
solucion de uno de los problemas ms complicados que existen, personas que no
pensaron jams en darse cuenta de los principios en que esta solucion descansa?
Se necesita largo aprendizaje para hacer un par de botas, para edificar una casa,
para dirigir un navo para conducir una locomotora, y se cree que el desarrollo
corporal intelectual de un ser humano sea cosa comparativamente tan sencilla,
que pueda encargarse de l cualquier persona sin ningun estudio prvio? Si no es
as, si se reconoce que el proceso de este desenvolvimiento es, con una sola
excepcion acaso, el ms complejo que existe en la naturaleza, y si la necesidad de
secundarle ofrece dificultades extraordinarias, no [55] es locura no preparar al
hombre para el cumplimiento de esta mision? Seria preferible sacrificar la
adquisicion de ciertos talentos omitir esta preparacion absolutamente
indispensable. Cuando un padre, que obra segun falsos principios adoptados sin
exmen, se enajena el afecto de sus hijos; los impulsa con su severidad la
rebeldia; provoca su ruina moral y labra su propia desgracia, podria pensar, me
parece, que el estudio de la ethologa19 le hubiese valido ms que el de Esquilo.
Cuando una madre llora su primognito, vctima de la fiebre escarlatina, y un
mdico sincero le dice lo que ella sospechaba ya, que su hijo hubiera sanado si no
se hubiese empobrecido su naturaleza con el abuso del estudio; cuando gime bajo
el doble peso del dolor y de los remordimientos, es pobre consuelo para ella poder
leer al Dante en el original. (A)
19

La voz etologa entendida como 1. Estudio cientfico del carcter y modos de


comportamiento del hombre. 2. Parte de la biologa que estudia el comportamiento de
los animales (DRAE, 2001) se incluy por vez primera en 1984. (N. del Ed.)

Vemos, pues, que para dirigir la actividad humana en la tercera de sus grandes
divisiones, se necesita algun conocimiento de las leyes de la vida. Es indispensable
conocer los primeros principios de la fisiologa y las verdades elementales de la
psicologa, si se quiere educar debidamente los hijos. Estamos seguros de que
esta afirmacion ser acogida, con cierta sonrisa burlona. Exigir que los padres
adquieran conocimientos tan ocultos, parecer desde luego absurdo. En verdad, si
se exigiese de todos los padres y madres conocimientos [56] profundos en estas
materias, se caera visiblemente en el absurdo. No es tal nuestra pretension.
Bastar inculcar los alumnos los principios generales, acompandolos de
algunos ejemplos para facilitar su inteligencia, y se les ensearan docmtica20, ya
que no racionalmente. Como quiera que sea, los hechos siguientes son
irrecusables: el desenvolvimiento fsico intelectual de los nios est sometido
leyes: si los padres desatienden por completo en su conducta estas leyes, la muerte
es inevitable; si solo las desatienden en parte, sobrevienen graves defectos fsicos y
morales; solo cuando se ajustan ellas en un todo, los hijos llegan la madurez
perfecta. Juzgese, pues, si todos los que algun dia han de ser padres no deben
esforzarse ardientemente en conocer estas leyes.
Pasemos ya de las funciones paternales las funciones del hombre en la vida
pblica. No puede decirse que se omita absolutamente en la enseanza la
instruccion necesaria para el cumplimiento de dichas funciones, porque en los
cursos de colegio se comprenden algunos estudios que tienen, al mnos en el
nombre, cierta relacion con los deberes sociales y polticos. Sin embargo, entre
estos estudios, el nico al que se concede un lugar importante es la historia.
Pero, como anteriormente indicamos, las nociones [57] que se dan bajo esta
denominacion la juventud, carecen en absoluto de valor como guas en la vida.
Los hechos referidos en los libros de texto de los colegios y los contenidos en obras
ms srias escritas para los adultos, apenas dejan entrever los verdaderos
principios de la accion poltica. Las biografas de los soberanos (y nuestros hijos
no aprenden otra cosa) no arrojan mucha luz en la ciencia social. Saber de
memoria las intrigas de corte, los complots, las usurpaciones que han tenido
lugar y otras cosas por el estilo, con los nombres de todos los personajes, nos dice
muy poco acerca de las causas del progreso en las naciones. Leemos que hubo en
tal poca contiendas por el poder, y que esas contiendas produjeron guerras
desastrosas; que los generales y sus lugartenientes llevaban tales y cuales
nombres; que disponia cada uno de tantos infantes, de tantos caballos y tantos
caones; que colocaron sus tropas en este el otro rden; que maniobraron,
atacaron, retrocedieron; que tal hora del dia experimentaron tal prdida
ganaron tal ventaja; que en cierto movimiento un general fue muerto y un
regimiento diezmado; que despues de todas las peripecias del combate la
victoria se decidi favor de uno otro ejrcito; en fin, que hubo tantos
muertos, tantos heridos y se hicieron tantos prisioneros. En todos los detalles
acumulados que componen el relato, no se encuentra uno solo [58] que pueda
sernos til al ejercer nuestros derechos de ciudadano. Suponed que hayais leido
cuidadosamente, no solo las quince batallas decisivas que se han librado en el
mundo, si que tambien la narracion de todas las dems batallas que menciona la
historia, ser por ello ms juicioso vuestro voto en las elecciones prximas? Pero,
20

Ninguna edicin del DRAE recoge la voz docma. (N. del Ed.)

direis, estos son hechos (si veces no son ficciones), y para muchos sern
interesantes. S; mas esto no implica en manera alguna que su conocimiento sea
til. Una opinion errnea, mal dirigida, puede prestar valor cosas que
carezcan de l. Un tulipomano no cambiaria un tubrculo de tulipan raro por su
peso en oro. Hay gentes para quienes un pedazo de porcelana antigua es un
tesoro; hay otras que pagan un precio exorbitante por las prendas objetos de
uso de un asesino. Se dir que estos gustos dan la medida del valor real de su
objeto? No, sin duda. Debe admitirse, pues, que el placer qne pueda hallarse en
el relato de ciertos hechos histricos no prueba su valor, y que, para darnos cuenta
de la importancia de este valor, en el caso presente como en todos, es preciso
preguntar qu usos son aplicables. Si alguien nos visitase para decirnos que la
gata de nuestra vecina habia dado luz sus hijuelos, contestaramos que el
conocimiento de este hecho carecia de valor. Por ms que se tratase de un hecho, lo
estimaramos como un hecho intil, un hecho incapaz [59] de ejercer influencia
alguna en nuestra conducta, un hecho que no habia de contrbuir en nada que
alcanzsemos la plenitud de la vida. Pues bien, si se somete la misma prueba la
gran masa de los hechos llamados histricos, se llegar idntica conclusion. Son
hechos de los que nada puede deducirse; hechos no susceptibles de organizacion;
hechos, por consecuencia, incapaces de sugerirnos principios de conducta, que es
en lo que debe consistir la principal utilidad de la ciencia. Leedlos, si quereis, por
entretenimiento; pero sin lisonjearos de encontrar en ellos una fuente de
instruccion.
Lo que constituye la historia verdadera se omite casi por completo en las
obras consagradas esta materia. Solo de algunos aos esta parte han
comenzado los historiadores darnos, en cierta medida, el gnero de instruccion
realmente til. Lo mismo que en los siglos pasados el rey lo era todo y el pueblo
nada, as en los antiguos libros de historia las acciones de los reyes constituian el
cuadro, y la vida nacional el fondo indeterminado y vago. Unicamente en
nuestros dias, en que en vez de la felicidad del gobierno el bien de los
gobernados ha llegado ser la idea dominante, los historiadores procuran
desentraar los fenmenos del progreso social. Lo que nos importa realmente
conocer es la historia natural de la sociedad. Necesitamos saber todos los
hechos [60] capaces de mostrarnos cmo una nacion se ha formado y
organizado. Entre estos hechos inclyase la historia de su gobierno, en la cual se
debe hacer mencion del menor nmero posible de ancdotas y pormenores acerca
de los hombres que hayan ejercido ese gobierno, y del mayor nmero de detalles
acerca de su constitucion, de sus principios, de sus procedimientos, de sus
prejuicios y de la corrupcion que acusara; y en este cuadro ha de comprenderse, no
solo lo que se refiere la naturaleza y organismo del gobierno central, s que
tambien cuanto respecta los gobiernos locales hasta en sus ltimas subdivisiones.
Tengamos la vez, y esto no habia necesidad de decirlo, una descripcion paralela
del gobierno eclesistico, de su organizacion, su conducta, su grado de poder,
sus relaciones con el Estado, y al mismo tiempo, del ceremonial, del culto, del
Credo21, de las ideas religiosas, as de aquellas en que se ha creido

21

La ortotipografa tambin revela la cercana del texto de Garca del Mazo a las
versiones francesas. Ms concretamente, la cursiva viene determinada por su uso en
las versiones francesas ms que por el que de ella se hace en el texto original:

nominalmente, como de aquellas en que se ha creido de verdad y han dirigido


la conducta de los hombres. Sepamos igualmente cul ha sido el dominio
ejercido por ciertas clases sobre otras, de lo que dan testimonio los cumplimientos
sociales, los ttulos, las salutaciones, las frmulas empleadas en las cartas y en los
discursos. Sepamos an los usos populares establecidos entre personas de una
misma familia y entre las extraas, sin excluir los que se refieren [61] las
relaciones entre ambos sexos y las de los padres con sus hijos. Las
supersticiones corrientes, desde los mitos ms importantes hasta los cuentos de
brujas, deberian ser cuidadosamente referidas. Seria menester, en seguida, trazar
el cuadro industrial de la nacion, inquiriendo hasta qu punto reinaba en ella el
mtodo y la division del trabajo; cules eran los reglamentos en vigor; si los
productores formaban castas, corporaciones, trabajaban aisladamente; qu
clase de relaciones existan entre patrono y obrero; cmo circulaban los
productos, qu medios de comunicacion habia y cul era el signo representativo
de los valores. Adems, seria menester detallar el estado de las artes
industriales bajo el punto de vista tcnico, indicando los procedimientos
seguidos y la cualidad de los productos. Por otra parte, habria necesidad de
patentizar el estado intelectual de las diferentes clases nacionales, en lo relativo
las exigencias impuestas por la educacion, en los progresos realizados por cada
una en las ciencias, y en su peculiar manera de pensar; y continuacion mostrar el
grado de su cultura esttica en la arquitectura, pintura, escultura, msica, trajes,
poesa y ficciones. Tampoco se deberia omitir el cuadro de su vida diaria, antes
bien manifestar cules eran el rgimen domstico, la alimentacion, los placeres.
En fin, como sirviendo de lazo todo este vasto conjunto de hechos, habria [62]
que trazar una exposicion de su moral terica y prctica en todas las clases, y
segun se dedujese de la legislacion, de las costumbres, de los proverbios y de las
acciones. Estos hechos deberian ser relatados tan brevemente como lo permitiera
el cuidado de la claridad y de la exactitud, agrupndolos y disponindolos de
suerte que pudieran ser abrazados en su conjunto y considerados como partes
Education (31)
Let us of course also have a parallel description of the ecclesiastical
governmentits organisation, its conduct, its power, its relations to the State;
and accompanying this, the ceremonial, creed, and religious ideas
De Lducation (1894:55/1880:38)
Ayons aussi, cela va sans dire, une description parallle du gouvernement
ecclsiastique, -de son organisation, sa conduite, son degr de pouvoir, ses
rapports avec ltat, et, avec cela, du crmonial du culte, du Credo, des ides
religieuses;
Este hecho no se observa en otras versiones en nuestra lengua:
R. F. S. (1880:44)
Paralela esta descripcion, deberia hacerse otra del gobierno eclesistico, de
su organizacion, de su conducta, de su poder y de sus relaciones con el
Estado, acompandola con la del ceremonial del culto, creencias ideas
religiosas,
Garca Purn (1890:52)
Dsenos igualmente, una descripcin paralela del gobierno eclesistico: de su
organizacin, su conducta, poder y relaciones con el Estado y de un cermonial,
credo ideas religiosas,
(N. del Ed.)

correlativas de un todo. El fin que ha de perseguirse es que al estudiante le sea


fcil advertir desde luego la armona que existe entre ellos, fin de que aprenda
conocer cules son los fenmenos coexistentes. El cuadro de los distintos siglos
debe disponerse de modo que se vea cmo las creencias, las instituciones, los usos
y las leyes se modifican, y la armona de un edificio se funde en la armona de otro
edificio que le sucede. H aqu el conocimiento del pasado que puede ser til al
ciudadano para dirigir su conducta. La nica historia con valor prctico podria
denominarse sociologa descriptiva, y el servicio ms importante que el historiador
puede prestarnos, es referir la vida de las naciones por tal manera que nos
suministre elementos de sociologa comparada, fin de determinar las leyes
fundamentales de los fenmenos sociales.
Obsrvese ahora que, aun suponiendo que se llegue adquirir una suma suficiente
de conocimientos histricos de verdadero valor, tendrn escasa [63] utilidad si
no se posee la clave; y la clave solo de la ciencia hemos de esperarla. Sin las
generalizaciones de la biologa y de la psicologa, es imposible hallar la explicacion
racional de los fenmenos sociales. No se comprendern los hechos ms simples
de la vida social, como por ejemplo, la relacion, entre la oferta y el pedido, si no se
han hecho algunas observaciones, por groseras y empricas que sean, acerca de la
naturaleza humana. Y si no es posible penetrar las verdades sociolgicas ms
elementales sin saber cmo el hombre siente y piensa en circunstancias dadas, es
evidente que no se llegar la inteligencia de toda la ciencia sociolgica, si no se
conoce fondo al hombre con todas sus facultades fsicas y mentales.
Considerando el asunto bajo el punto de vista abstracto, surge por s misma la
siguiente conclusion: la sociedad se compone de indivduos: todo lo que en ella se
cumple es resultado de las acciones individuales combinadas; luego en la direccion
de la accion individual es donde ha de encontrarse la solucion de los fenmenos
sociales. Pero las acciones de los indivduos se fundan en las leyes de su naturaleza,
y no es posible comprenderlas sin el conocimiento de estas leyes. Reducidas su
ms simple expresion, estas leyes son corolarios forzosos de las que presiden la
vida del cuerpo y del espritu en general. Por lo tanto, la biologa y la psicologa
son los intrpretes indispensables de la [64] sociologa. Para formular esta
conclusion ms simplemente todavia, diremos: todos los fenmenos sociales son
fenmenos de la vida, y como las manifestaciones ms complejas de la vida deben
conformarse las leyes de la misma, no es posible su inteligencia sin el
conocimiento de estas leyes. As, pues, todo lo que se refiere la direccion de la
actividad humana en su cuarta division, depende necesariamente de la ciencia. De
cuanto se ensea comunmente en los colegios y universidades, en pocas cosas halla
el hombre auxilio en su conducta como ciudadano. Porcion pequea tan solo de la
historia, tal como se escribe, puede tener para l utilidad prctica, y nada le
prepara en la educacion que recibe hacer de ella provechoso uso. Le faltan los
elementos y hasta la idea misma de la sociologa descriptiva, careciendo la par de
esas generalizaciones de las ciencias orgnicas, sin las cuales la sociologa misma le
serviria de muy poco.
Llegamos ya la ltima division de la actividad humana, que comprende las
distracciones, los entretenimientos propios para llenar nuestras horas de cio.
Despues de haber examinado qu educacion conviene ms para la conservacion y
mantenimiento de nuestra vida, para el cumplimiento de nuestros deberes
paternales y para la direccion de nuestra conducta social y poltica, [65]
examinemos cul es la ms conveniente con relacion nuestros goces literarios y

artsticos, bajo todas sus formas, y los que nos proporciona el espectculo de la
naturaleza. Como hemos antepuesto todo lo que interesa ms directamente al
progreso humano y lo hemos juzgado todo segun el criterium del valor prctico,
se inferir tal vez de aqu que desdeamos estos objetos secundarios; pero seria
gran error creerlo as; antes bien concedemos verdadero valor la cultura esttica y
los placeres que proporciona. Sin la pintura, la escultura, la msica, la poesa y
las emociones producidas por las bellezas naturales de toda especie, la vida
perderia la mitad de sus encantos. Lejos de considerar la educacion del gusto y
los goces que procura como desprovistos de importancia, creemos que ambas
cosas ocuparn en lo porvenir mucho mayor lugar que al presente en la vida del
hombre. Cuando hayamos sometido por completo las fuerzas de la naturaleza;
cuando se hayan perfeccionado los medios de produccion y economizado todo lo
posible el trabajo fsico del hombre; cuando la educacion est tan bien organizada
que la preparacion las funciones ms esenciales de la actividad humana pueda
obtenerse en plazo relativamente corto, y cuando, por consecuencia, el hombre
tenga ms tiempo libre su disposicion, entonces lo bello en el arte y en la
naturaleza ocupar, con justo ttulo, un lugar importante en todos [66] los
espritus. Pero no es lo mismo asentir que la cultura esttica contribuya en
gran escala la felicidad humana, que admitir que sea fundamentalmente
necesaria esta felicidad. Por importante que pueda ser, debe ceder el primer
puesto la cultura en las dems esferas que se relacionan directamente con los
deberes diarios de la vida. Como ya lo hemos dicho, la literatura y las bellas
artes solo pueden existir condicion de que existan las actividades que producen
la vida social, y es evidente que lo convertido en posible debe seguir aquello que
lo posibilita. Un hortelano cultiva una planta por su flor, pero no desatiende las
hojas ni las races, que son los agentes de la produccion de la flor. As, mientras ve
en la flor el producto al cual todo debe estar subordinado, el jardinero sabe que
las hojas y las races tienen por s mismas mayor importancia, porque de ellas
depende la evolucion de la flor. Prodiga todos sus cuidados la salud de la
planta, y comprende que seria locura no cuidarla si se quiere obtener la flor.
Ocurre lo mismo en el caso que nos ocupa. La arquitectura, la escultura, la
pintura, la msica, la poesa, todo esto puede ser considerado como la
eflorescencia de la vida civilizada. Mas, aun dndole valor tan superior que la
vida civilizada que la produce deba estarle subordinada en un todo (pretension
casi insostenible), ser siempre forzoso admitir que su primera condicion [67]
esencial es una civilizacion robusta, y que la educacion que lleve este resultado
debe ocupar el rango ms importante.
Aqu aparece ms de relieve el vicio de nuestro sistema de educacion22. Se

22

Otro ejemplo de omisin similar al mencionado en la nota 8.


Education (34)
[] and that culture subserving this must occupy the highest place.
And here we see most distinctly the vice of our educational system.
De Lducation (1880:43)
[] et que leducation qui y conduit doit occuper le premier rang (1)

Et maintenant noublions pas cet autre grand fait : que non seulement la
science est la base de la sculpture, de la peinture, de la musique, de la
posie, mais que la science est encore posie ellemme

descuida la planta para no pensar ms que en la flor; se olvida lo que


sostiene la vida para no pensar sino en lo que le d elegancia. Mientras no se
ensea nada de lo que interesa la conservacion personal; mientras solo se
facilitan nociones elementales acerca de las cosas que permiten al hombre
ganarse el sustento y que debe aprender ms tarde ac y all, como le sea
posible; mientras no se nos inicia en el ms insignificante estudio preparatorio al
cumplimiento de los deberes paternales y en lo relativo los deberes de
ciudadano, dndosenos por toda preparacion el conocimiento de una masa de
hechos, muchos sin importancia y los otros sin sentido, se consagran en cambio
todos los cuidados la enseanza de cosas que proporcionan la vida
refinamientos, brillo y exterioridad. Por bien que admitamos que el conocimiento
de las lenguas modernas tenga su valor, porque facilita la lectura de los
originales, la conversacion con los extranjeros y la costumbre de viajar, no se
sigue de aqu que deba ser adquirido expensas de otros conocimientos de ms
vital inters. Aun suponiendo exacto que con la educacion clsica se logre un
estilo elegante y [68] correcto, no puede sostenerse que la elegancia y la
correccion del estilo sean tan tiles como la posesion de los principios con cuyo
auxilio educaramos debidamente nuestros hijos. Concedemos que la lectura de
los poetas antiguos, de aquellos que han escrito en las lenguas muertas,
contribuye formar el gusto; mas se deducir de ello que el perfeccionamiento
del gusto compensa la ignorancia de las leyes de la higiene? Los talentos, las
bellas artes, las letras, todo lo que constituye, como dejamos dicho, la
eflorescencia de la civilizacion, debe subordinarse la instruccion, la disciplina,
en que la civilizacion descansa, siendo su destino, en la educacion lo mismo que en
la vida, llenar los momentos de cio23.

(1) Nous supprimons ici un certain nombre de pages o lauteur traite des
rapports des diffrents arts avec la science.
De Lducation (1894:62)
[] et que lducation qui y conduit doit occuper le plus haut rang.
Ici, nous apercevons distinctement le vice de notre systme dducation.
Garca del Mazo (1879:74)
[] y que la educacion que lleve este resultado debe ocupar el rango ms
importante.
Aqu, apercibimos distintamente el vicio de nuestro sistema de educacion.
(N. del Ed.)
23
El uso de la cursiva (v. nota 21) viene determinado, a su vez, por el que se hace de
ella en la versin francesa:
Education (35)
As they occupy the leisure part of life, so should they occupy the leisure part of
education.
De Lducation (1894:62)
Dans lducation, de mme que dans la vie, elles doivent remplir les heures de
loisir.
Las otras dos versiones en espaol presentan soluciones distintas:
R. F. S. (1880:50-1)
y as en la vida como en la educacion, dedicarles slo las horas de cio.

Habiendo determinado el rango de la esttica, y afirmado que si su cultivo


debe formar parte de la educacion ha de ser con el carcter de subsidiario, vamos
averiguar cules son los conocimientos que conducen rectamente este fin y
tienen ms relaciones con esta esfera de la actividad. Por inesperada que la
afirmacion parezca, no es mnos exacto que el arte ms elevado se funda, en todas
sus ramas, en el conocimiento cientfico; que, sin la ciencia, no hay producciones
perfectas ni apreciacion completa de ellas. Es posible que artistas de gran
renombre hayan carecido de cultura cientfica en el sentido limitado que ciertas
gentes dan esta palabra; pero atentos observadores [69] como eran, posean
seguramente cierta suma de esas generalizaciones empricas que constituyen los
rudimentos de la ciencia, y si de ordinario no se elevaron al nivel de la perfeccion
artstica, bsquese la causa en que sus generalizaciones no eran bastante exactas
y numerosas. Demustrase, a priori, que la ciencia est oculta bajo el arte, con
solo recordar que las producciones artsticas son en mayor menor escala
representacion de fenmenos objetivos subjetivos, la cual representacion no
puede ser buena sino en la medida en que se ajusta las leyes de estos fenmenos,
y para ajustarse estas leyes es menester que el artista las conozca. No
tardaremos en ver que esta conclusion a priori se halla comprobada por la
experiencia.
Los jvenes que se consagran al estudio de la estatuaria, necesitan conocer los
huesos y los msculos del cuerpo humano, saber cmo estn dispuestos y cules
son sus ligamentos y funciones. Estos conocimientos corresponden la ciencia, y
se ha juzgado indispensable su adquisicion para prevenir los errores en que caen
los escultores que no los poseen. Es preciso que se instruyan tambien en los
principios de la mecnica, y porque en general los ignoran, incurren
frecuentemente en faltas imperdonables bajo esto punto de vista. He aqu un
ejemplo. Para que una estatua se tenga en pi, es menester que la lnea vertical
[70] que pasa por el centro de gravedad, la lnea recta, como se dice, cargue sobre
el punto de apoyo; de lo cual resulta que, cuando el hombre toma la actitud
llamada de reposo, actitud en que una de las dos piernas est rgida y la otra
no, la lnea de direccion cae en medio del pi de la pierna rgida. Pues bien, los
escultores que no estn familiarizados con la teora del equilibrio, representan
frecuentemente esta actitud de tal suerte que la lnea de direccion cae entre
ambos pis. La ignorancia respecto de las leyes del movimiento ambulatorio
produce errores del mismo gnero, como lo atestigua la admirada estatua de
Discbulo, la cual, en la posicion que tiene, caeria inevitablemente hcia adelante
si el disco no la sostuviese. En la pintura, es an ms evidente la necesidad de
conocimientos cientficos; si no racionales, empricos por lo mnos. De dnde
procede que las pinturas chinas sean grotescas, sino de que los chinos ignoran las
leyes de la verosimilitud, y de que es absurda su perspectiva lineal y nula la
area? Por qu son tan defectuosos los dibujos de los nios, sino es por la falta de
verdad, falta que proviene de su ignorancia en la manera como el aspecto de los
objetos vara segun las distintas condiciones en que se presentan nuestra vista?
Recordad tan solo los libros y las conferencias con que se instruyo los discpulos;
considerad la crtica de Ruskin y las obras de los Pr-Rafaelistas, [71] y vereis
Garca Purn (1890:58)
As como ocupan el tiempo destinado al descanso de la vida, as tambin
deben ocupar las horas de descanso durante la educacin.
(N. del Ed.)

que el progreso en el arte de la pintura implica el conocimiento creciente del


modo cmo los efectos se producen en la naturaleza. La observacion ms asidua,
si no es auxiliada por la ciencia, no preservar los pintores del error. Todo
pintor comprender que si no supiese de antemano cmo debe cambiar el aspecto
de los objetos en condiciones dadas, no le seria posible su reproduccion; y saber
que las cosan deben revestir ciertas apariencias, es conocer, en cierto modo, la
ciencia de las apariencias. Por falta de ciencia, M. S. Lewis, no obstante ser un
pintor concienzudo, proyecta la sombra de una persiana en lneas firmes y
distintas sobre la pared de en frente, cosa que no hubiera hecho estar
familiarizado con la teora de la penumbra. Por falta de ciencia, M. Rosetti,
habiendo observado una iridiscencia particular producida por algunas superficies
cabelludas bajo la influencia de los rayos luminosos (iridiscencia que reconocia
por causa la difraccion de la luz al pasar por entre los cabellos), incurre en el
error de representar este fenmeno en superficies y circunstancias en que no
puede producirse.
Ser mayor an la sorpresa con que se nos oir decir que la msica necesita
del desarrollo de la ciencia. Sin embargo, puede probarse que la msica es
simplemente la expresion idealizada, y que, por tanto, ser buena mala segun
se ajuste [72] no las leyes de la expresion natural. Las diversas inflexiones de
la voz humana expresando los distintos sentimientos del hombre y sus grados de
intensidad, son el germen de la msica; y puede demostrarse que estas
inflexiones y estas cadencias no son efecto de la casualidad, sino que estn
determinadas por ciertas leyes generales que presiden los actos vitales,
lo que se debe su propiedad de expresion. Sguese de lo dicho, que las frases
musicales y las melodias compuestas sobre la base que stas frases ofrecen, no
pueden producir efecto sino cuando estn en armona con aquellas leyes
generales. Es difcil aducir aqu ejemplos en apoyo de nuestra opinion; pero
quizs baste sealar ese torrente de baladas que invaden nuestros salones, para
citar una muestra de las composiciones que la ciencia no toleraria. Esos cantos
pecan contra la ciencia, porque revisten con la forma de la msica ideas que no
son bastante bellas para engendrar la expresion musical: pecan tambien contra la
ciencia, porque sus frases musicales no tienen relaciones naturales con las ideas
expresadas, aunque estas ideas fuesen bellas: en suma, son malas, porque no son
verdaderas, y decir que no son verdaderas, es afirmar que no son cientficas. Lo
mismo sucede en poesa. As como la msica, la poesa tiene su orgen en esos modos
naturales de expresion que acompaan los sentimientos profundos. Su [73]
ritmo, sus atrevidos y numerosos tropos, sus hiprboles, sus violentas
inversiones, todo esto es solo la exajeracion24 de las formas naturales de un
lenguaje apasionado. De consiguiente, para ser buena la poesa, debe respetar
las leyes de la accion nerviosa que obedece el discurso apasionado, dando las
diferentes partes del discurso distintos grados de intensidad; debe guardar
la ley de proporcion, moderando la expresion potica cuando los sentimientos
son mnos intensos, emplendola ms libremente cuando la emocion crezca, y
desplegndola por completo cuando sta llegue su colmo. Si no obedece estas
leyes, degenera en ampulosa y es puro artificio. Obsrvese que en la poesa
didctica no son respetadas dichas leyes lo bastante, y porque rara vez lo son en
absoluto, hay tantas poesas contrarias al espritu del arte.
24

A partir de su duodcima edicin (1884) el DRAE recoge exageracin. (N. del Ed.)

No solo es imposible que el artista produzca una obra verdadera sin conocer
las leyes de los fenmenos que quiere representar, pero tambien es menester que
comprenda la impresion que causar su obra en el espritu del espectador del
auditorio; y esta es una cuestion psicolgica. La impresion producida por una obra
de arte depende evidentemente de la manera de pensar y sentir de aquellos
quienes se presenta, y como en la manera de pensar y sentir de todos hay ciertos
caractres comunes, existen tambien ciertos principios [74] generales que
deben servir de regla toda obra de arte. Esta regla solo puede ser comprendida
y aplicada cuando el artista conoce su relacion con las leyes del espritu humano.
Preguntar si es buena la composicion de un cuadro, es, en rigor, preguntar qu
efecto producir en la inteligencia y sentimiento do los espectadores; preguntar si
el pensamiento de un drama est bien desarrollado, equivale preguntar si las
situaciones se hallan dispuestas convenientemente para fijar la atencion del
auditorio y no abusar de ningun gnero de sentimientos. Por igual manera, en la
distribucion de las partes principales de un poema, en la combinacion de las
palabras de una simple frase, el xito depende de la habilidad con que
impresionamos la energa mental y la sensibilidad del lector. Los artistas, en el
curso de su educacion y de su vida, acaban por acumular en su espritu cierto
nmero de mximas que les guian en la ejecucion de sus obras. Si os remontis
la fuente de estas mximas, la encontrareis inevitablemente en las leyes
psicolgicas. nicamente conociendo estas leyes y sus consecuencias, producirn
los artistas obras en perfecta armona con ellas.
No creemos, en verdad, que la ciencia haga artistas. Cuando decimos que estos
deben comprender las grandes leyes de los fenmenos objetivos y subjetivos, no
pretendemos que con el conocimiento [75] de estas leyes se supla la falta de
percepciones naturales. Se nace artista como se nace poeta, y la educacion no
crea al uno ni al otro. Lo que afirmamos es que las facultades innatas no
dispensan al artista de apoyarse en la ciencia organizada. La intuicion es mucho,
pero no lo es todo. Solo cuando el genio se alia con la ciencia, alcanza la plenitud
de su fuerza.
Como dejamos dicho, la ciencia es necesaria, para producir y, adems, para
apreciar las obras de arte. Por qu el hombre adulto es ms capaz que el nio
de apreciar las bellezas de un cuadro? No es porque conoce mejor las escenas de
la naturaleza de la vida que el cuadro representa? Por qu el gentleman
encuentra ms placer que el campesino en la lectura de un bello poema? No es
porque su conocimiento ms extenso de las cosas y de los hombres le permite
ver en l lo que el otro no ve? Ahora bien, si, como es claro en estos casos,
debemos estar familiarizados en algun modo con las cosas representadas para ser
capaces de gozar con su representacion, de igual manera no es posible apreciar la
representacion por completo si las cosas representadas no son tambien
completamente conocidas. El hecho es que toda verdad adicional expresada por
una obra de arte, proporciona un goce tambien adicional al espritu que la
contempla; goce de que carece el que no conoce esta verdad. Cuanto mayor
nmero de realidad [76] espresa ua artista en su obra, mayor nmero de
facultades pone en juego, ms ideas sugiere y mayor placer produce. Pero, para
experimentar este placer, es forzoso al espectador, al agente, al lector, el
conocimiento de las realidades que el artista indica; y conocer estas realidades, es
poseer esa gran cosa: la ciencia.
Y ahora, no olvidemos otro hecho culminante, saber: que la ciencia, adems
de ser la base de la escultura, de la pintura, de la msica, de la poesa, es poesa

por s misma. La opinion comun de que la ciencia y la poesa se repelen, procede


de una ilusion. Sin duda es cierto que como estados de conciencia, el
conocimiento y la emocion se excluyen mtuamente. Sin duda es tambien cierto
que la tension extrema de la reflexion tiende amortiguar los sentimientos, lo
mismo que la violencia extrema de los sentimientos tiende oscurecer la
reflexion; y en tal sentido seria exacto decir que ambas direcciones de la actividad
se ejercen cada una expensas de la otra. Pero lo que no es cierto es, que los hechos
cientficos estn en s mismos desprovistos de poesa, que la cultura cientfica nos
incapacite para el ejercicio de la imaginacion y el amor lo bello. Por el contrario,
la ciencia abre al sbio vastos horizontes de poesa all donde el ignorante nada ve.
Los hombres ocupados en investigaciones cientficas nos muestran cada
momento que sienten, no solo [77] tan vivamente como los otros, sino aun ms
vivamente, la poesa de su objeto. Cualquiera que abra las obras de geologa de
Hugh Miller, lea los Estudios de las costas martimas de M. Lewis, ver que la
ciencia excita el sentimiento potico en vez de extinguirlo; y los que conocen la
vida de Goethe, saben que el poeta y el sbio pueden coexistir con igual plenitud
en el mismo indivduo. No es absurdo, sacrlego, creer que cuanto mnos se
estudie la naturaleza ms se la reverencia? Se puede pensar que una gota de
agua, que para el vulgo es solo una gota de agua, pierde algo los ojos del fsico
por saber ste que si la fuerza que reune los elementos de que aquella se compone
quedase sbitamente en libertad se producira un relmpago? Se puede pensar
que lo que parece al espectador no iniciado un simple copo de nieve, no
despierta ideas ms elevadas en el que examina con auxilio del microscopio las
formas maravillosamente variadas y tan elegantes de sus cristales? Se puede
creer que esa roca redondeada, surcada de estras paralelas, evoca tanta poesa en
el espritu del ignorante como en el del gelogo, que sabe que un alud de hielo se
desliz por ella hace un milln de aos?25 La verdad es que aquellos que nunca
han penetrado en los dominios de la ciencia, son ciegos ante la gran poesa que les
rodea. Quien en su juventud no ha coleccionado insectos ni plantas, ignora el
inters [78] que inspira un seto una pradera. Quien no ha desenterrado fsiles,
no sabe cuntas ideas poticas evocan los lugares en que se hallan ocultos esos
tesoros cientficos. Quien no ha llevado en sus paseos por la orilla del mar un
microscopio y un acuarium, no conoce las delicias de las costas martimas. Es
triste, en verdad, ver cmo los hombres se ocupan en trivialidades, y permanecen
25

R. F. S. aade una nota metalingstica de carcter crtico que no se halla en


ninguna otra edicin:
Education (40)
Think you that the rounded rock marked with parallel scratches, calls up as
much poetry in an ignorant mind as in the mind of a geologist, who knows that
over this rock a glacier slid a million years ago?

R. F. S. (1880:58)
Creeis que la roca cilndrica y estriada de grietas paralelas evoque ms poesa
en la mente del ignorante, que en la del gelogo que sabe que hace un millon
de aos resbal por su superficie un ventisquero? (I)

(I) Unica palabra con que en espaol se ha querido traducir la de glacier,


traduccion, en nuestro juicio, absurda. No indica el carecer de un equivalente
verdadero de la palabra glacier el atraso en que las ciencias se hallan en
Espaa? N. del T.
(N. del Ed.)

indiferentes ante los ms admirables fenmenos; cmo se desdean de conocer


la arquitectura de los cielos, mientras pierden el tiempo en despreciables
controversias acerca de las intrigas amorosas de Mara, reina de Escocia; cmo se
aplican criticar sbiamente una oda griega, y pasan sin notarlo ante ese gran
poema pico que el dedo de Dios ha escrito en las capas de la tierra!
Vemos, pues, que la cultura cientfica constituye una preparacion necesaria en la
ltima division de la actividad humana, lo mismo que en las anteriores; vemos que
la esttica general se funda forzosamente en leyes cientficas, y que lo bello absoluto
ser inaccesible para nosotros si no conocemos estas leyes; vemos que para la
crtica y apreciacion exacta de las obras de arte, se necesita el conocimiento de la
naturaleza de las cosas, en otros trminos, se necesita del socorro de la ciencia;
vemos, por ltimo, que la ciencia es no solo indispensable auxiliar del arte y de la
poesa bajo todas sus formas, sino que tambien puede [79] ser considerada, con
sobrada razon, como eminentemente potica26.
Hasta ahora nos hemos preguntado qu utilidad tienen este el otro gnero de
conocimientos para servirnos de gua en la vida; fltanos examinar el valor
relativo de cada uno de estos diferentes gneros de conocimientos bajo el punto
de vista de la disciplina. Nos vemos forzados tratar con brevedad relativa esta
parte de nuestro objeto, parte que, por fortuna, no exige muy extenso
desarrollo.
Al demostrar qu conocimientos son preferibles para nuestra direccion, hemos
demostrado cules son los mejores para nuestra disciplina. Podemos estar ciertos
de que el conocimiento de la clase de hechos cuya posesion nos es ms til como
regla de conducta, supone el ejercicio mental ms adecuado para fortalecer
nuestras facultades. Sera completamente contrario la magnfica armona de la
naturaleza, que tuvisemos necesidad de cierta clase de cultura como instruccion, y
de otra cultura distinta como gimnstica mental. Vemos por todas partes, en la
creacion, que las facultades se desenvuelven por el cumplimiento mismo de los
fines para cuya realizacion existen, y no con ejercicios artificiales, imaginados con
propsitos de adaptadas esos fines. Los Pieles-Rojas adquieren en la carrera la
ligereza [80] y agilidad que los convierte en excelentes cazadores de los animales
que persiguen, y merced los diversos ejercicios que ocupan su vida, llegan
poseer una energa fsica superior la que la gimnstica les hubiese dado. Su
destreza en tender lazos su enemigo su presa, indica una finura de
percepcion imposible de adquirir por la educacion artificial. Ocurre lo mismo al
hombre en todas las circunstancias y en todas las profesiones. El indio cuya vista
acostumbrada distinguir de lejos los sres que debe perseguir de que necesita
huir, adquiere la potencia del telescopio, de igual manera que el tenedor de
libros, quien una prctica constante permite sumar simultneamente varias
26

Garca del Mazo necesariamente dispuso de la edicin francesa de 1878 (v. nota 8).
La primera edicin francesa que hemos utilizado omite determinados prrafos:
De Lducation (1880:46)
[Dans un passage que nous supprimons, M. Herbert Spencer examine quelle
est la valeur de la science comme discipline intellectuelle et morale. Il arrive
cette conclusion que ltude des sciences, plus que celle des langues,
dveloppe la mmoire t le jugement ;
Abordant ensuite la question des rapports entre la science et le sentiment
religieux, il continue ainsi:]
(N. del Ed.)

columnas de cifras, debe el desarrollo extraordinario de sus facultades especiales


al contnuo ejercicio de las mismas. Podemos asegurar, a priori, que esta ley se
aplica todos los ramos de la educacion, y asentar, que la educacion, ms til bajo
el punto de vista de la direccion es tambien la ms til bajo el punto de vista de la
disciplina. Veamos la prueba.
Una de las ventajas invocadas para justificar la importancia preeminente
concedida en nuestro sistema de enseanza al estudio de las lenguas, es que con l
se desenvuelve la memoria. Supnese que esta ventaja pertenece exclusivamente
al estudio de las palabras, cuando es lo cierto que las ciencias proporcionan campo
de ejercicio mucho [81] ms vasto nuestra memoria. No es fcil tarea
acordarse de todos los nombres relativos nuestro sistema solar; no lo es retener
todo lo referente la va lctea. El nmero de los cuerpos compuestos que
aumenta de dia en dia con los descubrimientos de la qumica, es tan grande
que, excepcion de los profesores, pocas personas les seria dable27 enumerarlos
y acordarse de la constitucion atmica y de las afinidades de todos esos cuerpos
compuestos; apenas es permitido sino los qu convienen la qumica en
exclusiva ocupacion de su vida. En la masa enorme de fenmenos que presenta la
corteza terrestre y en la ms enorme an de los fsiles que encierra, hay materia
suficiente de trabajo durante aos para la memoria del gelogo. Cada parte
principal de la fsica, la acstica, el calor, la luz, la electricidad, contiene hechos
en bastante nmero para asustar al que se propusiera aprenderlos todos. Pues
todavia es mucho mayor el esfuerzo de nuestra memoria en las ciencias orgnicas.
Solo en la anatoma del cuerpo humano el nmero de detalles es tal, que el
discpulo necesita generalmente aprenderlos por quinta y sexta vez antes de
poder recordarlos con alguna seguridad. Las especies de plantas que distinguen
los botnicos se acercan trescientas veinte mil, y las formas de la vida animal
conocidas por los zologos se elevan la cifra de dos millonee La acumulacion de
hechos que se [82] ofrece la atencion de los sbios es tan importante, que solo
dividiendo y subdividiendo el trabajo les es posible estudiarlos. Al conocimiento
detallado de los hechos contenidos en la rama especial de la ciencia que se
dedica, cada sbio une conocimientos generales en las dems ramas que se
relacionan con ella, y quizs los elementales en algunas otras. Es, pues, evidente
que la ciencia, aunque no se cultive en toda su extension, proporciona ejercicio
suficiente la memoria, siendo, por lo mnos, disciplina tan buena para esta
facultad como lo pueda ser el estudio de las lenguas. Considrese ahora que si
como ejercicio de la memoria la ciencia es tan til, si no ms que las
lenguas, es infinitamente superior ellas por el gnero de memoria que cultiva.
En el estudio de una lengua, la srie de ideas de que el espritu se penetra
corresponde hechos, en su mayor parte, accidentales; mas en el estudio de las
ciencias, las sries de ideas en que se ocupa la memoria corresponden hechos
necesarios. Es verdad que la relacion de las palabras con su significado es, en
cierto sentido, natural; que es posible remontarse al conocimiento de algunas
relaciones originales, aunque rara vez su orgen mismo, y que las leyes de este
gnesis forman una rama en la ciencia del espritu humano que se llama
filologa; pero como no se pretender ciertamente que en la enseanza de las
lenguas, tal [83] como se practica de ordinario, se indiquen habitualmente,
explicndose sus leyes, esas relaciones naturales entre las palabras y su
27
Con el significado de hacedero, posible (DRAE, 1869) se ha mantenido hasta su
ltima aparicin en la edicin de 1992. (N. del Ed.)

significado, es forzoso admitir que se presentan y perciben como puramente


fortuitas. En el estudio de las ciencias, por el contrario, las relaciones que se
presentan al espritu son relaciones de causalidad, y bien enseadas, el discpulo
las comprende como tales. Mientras que el estudio de las lenguas familiariza, pues,
al espritu con relaciones irracionales, el estudio de las ciencias le familiariza con
relaciones racionales; mientras que el uno no ejercita ms que la memoria, el otro
ejercita la par la memoria y la inteligencia.
Considrese, en seguida, que una de las grandes superioridades de la ciencia
sobre las lenguas, como medio de disciplina intelectual, es que desarrolla el juicio.
Segun ha hecho notar con sobrada razon el profesor Faraday en una conferencia
acerca de la educacion mental dada en el Real Instituto, el defecto ms comun en
los hombres es la insuficiencia del juicio. La sociedad en general, dice, ignora
todo lo que concierne la educacion del juicio, y es lo peor que ignora tambien su
ignorancia. Y la causa que seala tal estado de cosas, es la falta de cultura
cientfica. Su conclusion encierra innegable verdad. No es posible formar juicio
exacto de las cosas, de los acontecimientos y de sus consecuencias, sin conocer
[84] las relaciones que existen entre los fenmenos que nos rodean. El
conocimiento del significado de las palabras, por extenso que sea, no nos llevar
nunca inferir de las causas los efectos. Solo con el auxilio de la ciencia nos es
dado ponernos en condiciones de deducir conclusiones de los datos primordiales, y
de comprobar en seguida estas conclusiones la luz de la observacion y de la
experiencia. Y h aqu una de las inmensas ventajas del estudio cientfico.
La ciencia, que es el mejor instrumento de disciplina intelectual, lo es
asimismo de disciplina moral. El estudio de las lenguas tiende aumentar el
respeto indebido la autoridad. Tal palabra significa esto, dice el maestro el
diccionario; esta es la regla para tal cual caso, aade la gramtica: rdenes
que acepta el discpulo como superiores toda discusion. El estado constante de
su espritu es el de la sumision ms completa la enseanza dogmtica, y el
resultado de semejante hbito, la tendencia aceptar sin exmen todo lo que
encuentra establecido. Muy diferente es el carcter que imprime al espritu el
estudio de la ciencia. La ciencia invoca cada paso el testimonio de la razon
individual. Las verdades no son aceptadas bajo la f del maestro; todos pueden, si
quieren, experimentarlas, y en muchos casos se invita al discpulo que deduzca
por s mismo las conclusiones. Somtense su [85] juicio todos los
procedimientos seguidos en las investigaciones cientficas. No se le exige que
acepte lo que no se le demuestre, y la confianza en las propias fuerzas que de este
modo se hace nacer en l, se aumenta con la uniformidad con que la naturaleza
justifica sus inducciones siempre que las ha oportunamente buscado. De aqu
proviene esa independencia de juicio, que es uno de los ms preciosos elementos
del carcter. No es esta la nica ventaja moral que nos lega la educacion
cientfica. Cuando se ha procedido en ella, como debiera hacerse siempre, bajo la
forma de investigaciones personales en el mayor nmero de casos posibles,
desenvuelve la perseverancia y la sinceridad. Como dice el profesor Tyndall,
propsito de la investigacion, inductiva: Es menester llevar ella, con el
convencimiento de la necesidad de un trabajo paciente, un humilde y srio
asentimiento todo lo que la naturaleza nos revele. La primera condicion
para el buen xito consiste en la leal voluntad de aceptar la verdad, abandonando
toda idea preconcebida, por cario que nos inspire, que resulto estar en
contradiccion con ella. Creedme: se verifican nobles y numerosos actos de
abnegacion y sacrificio espaldas del mundo, en el corazon de un verdadero

adepto de la ciencia, cuando prosigue en el secreto de su laboratorio el curso de


sus esperiencias28.
[86] En fin, debemos decirlo, y la afirmacion, producir, sin duda, extrema
sorpresa: la disciplina de la ciencia es superior la de la educacion ordinaria
hasta bajo el punto de vista de la cultura religiosa del espritu humano. No hay
necesidad de advertir que no empleamos las palabras ciencia y religion en la
acepcion limitada que se las d comunmente, sino en su sentido ms amplio y
elevado. Sin duda la ciencia es hostil las supersticiones que han corrido en el
mundo bajo el nombre de religion; pero no lo es la religion esencial que esas
supersticiones velan nuestros ojos. Sin duda, tambien, parte de la ciencia
corriente est impregnada de cierto espritu irreligioso; pero no ocurre lo mismo
con la verdadera ciencia, con la que penetra en el fondo de las cosas.
La verdadera ciencia y la verdadera religion, dice el profesor Huxley,
terminando su ltima conferencia, son dos hermanas gemelas, quienes no
puede separarse sin producir su muerte. La ciencia se eleva medida que es
religiosa; la religion florece medida que extiende sus races en las
profundidades de la ciencia. Las grandes obras cumplidas por los filsofos, mnos
han sido fruto de su inteligencia, que resultado de la direccion impuesta la
misma por un espritu eminentemente religioso. La verdad se ha dado, ms
bien que su genio, su paciencia, [87] su amor, su sencillez, su
abnegacion.
Lejos de ser la ciencia irreligiosa, como muchos creen, hay, por el
contrario, irreligiosidad en el abandono de la ciencia, en el hecho de negarse
estudiar las maravillas de la creacion. Vemoslo en un humilde ejemplo.
Supongamos que se celebra de contnuo y en frases pomposas el mrito de un
escritor; supongamos que el objeto de las alabanzas que se le dirigen se hace
consistir en la sabidura, grandiosidad y belleza de sus obras: supongamos que
los que as elogian, stas sin cesar, no las hayan visto ms que por el forro, no
las hayan leido nunca, no hayan procurado jams el comprenderlas. Qu precio
pueden tener para el escritor esos elogios? Qu puede pensar de la sinceridad de
aquellos que se los tributan? Y sin embargo, si es lcito comparar las cosas
pequeas alas grandes, as es cmo generalmente se conduce la humanidad para
con el Universo y su causa. Decimos mal: se conduce mucho peor. El hombre
no se contenta con pasar indiferentemente al lado de fenmenos que proclama
como maravillosos, sino que condena los mismos que se entregan la
observacion de la naturaleza, acusndoles de entretenerse con bagatelas;
desprecia los que demuestran un inters activo hcia tantas maravillas.
Repetimos que lo irreligioso no es la ciencia, sino la indiferencia cientfica. La
devocion la ciencia es un culto [88] tcito; es el reconocimiento implcito
del valor de las cosas que se estudian y, por consecuencia, de su causa. No es
homenaje que se presta simplemente con los labios, es homenaje que se tributa
por medio de actos; no es un respeto fingido, es respeto probado por el sacrificio
del tiempo, del pensamiento y del trabajo.
Hay otro aspecto en la cuestion bajo el cual la verdadera ciencia es
esencialmente religiosa. Este aspecto consiste en que la ciencia inspira respeto
profundo hcia esa uniformidad de accion que se revela en todas las cosas, y una f
implcita en la misma. Por la acumulacion de sus experiencias, el sbio adquiere
28

No encontramos la voz esperiencia en ninguna edicin del DRAE. (N. del Ed.)

una creencia absoluta en las relaciones inmutables de los fenmenos, en las leyes
de causalidad, en la necesidad de resultados buenos malos. En lugar de las
recompensas y de los castigos de que hablan los smbolos tradicionales, y que los
hombres esperan vagamente obtener evitar despecho de su desobediencia, el
sbio descubre que hay recompensas y castigos que se derivan de la constitucion
ordenada de las cosas, y que la desobediencia lleva inevitablemente consigo
funestos resultados. Descubre que las leyes que debemos someternos son, la
par, benficas inexorables; ve que, conformndonos ellas, la marcha de las
cosas tiende siempre hcia un grado mayor de perfeccion y de bienestar; insiste sin
cesar en la observacion de estas leyes, y [89] se indigna cuando se las infringe.
Por esta razon, al afirmar los principios eternos de las cosas y la necesidad de
respetarlas, se muestra esencialmente religioso.
Agregese estas consideraciones otra fase religiosa de la ciencia, la de que solo
mediante ella nos es dado concebir exactamente lo que somos y cules son
nuestras relaciones con los misterios del ser. En efecto, al mismo tiempo que nos
manifiesta todo lo que se puede saber, la ciencia traza los lmites ms all de los
cuales es imposible saber nada. Nos ensea esta imposibilidad, hacindonos
tocar, en todos sentidos, lmites infranqueables: nos hace sentir la debilidad de la
inteligencia humana en presencia de aquello que la supera, como ninguna otra
cosa puede hacrnosla sentir. Mientras que su actitud es fiera respecto las
tradiciones y autoridades humanas, manifistase humilde ante el velo
impenetrable que le oculta lo Absoluto. Su fiereza y humildad son igualmente
justas. El sbio sincero, y con este nombre no designamos al que nicamente se
ocupa en calcular distancias, analizar compuestos numerar especies, sino al que
travs de las verdades de rden menor persigue verdades ms altas, y tal vez la
verdad suprema, el verdadero sbio, repetimos, es el nico hombre que sabe como
por encima, no solo del conocimiento humano si que de toda concepcion humana,
est el Poder Universal, [90] de que la Naturaleza, la Vida, el Pensamiento son
simples manifestaciones.
Concluyamos, pues, repitiendo que la ciencia tiene capital valor para la
disciplina del hombre lo mismo que para su direccion. Bajo todos los puntos de
vista, es preferible aprender el sentido de las cosas conocer el sentido de las
palabras. Como educacion intelectual, moral y religiosa, el estudio de los
fenmenos que nos rodean es inmensamente superior al estudio de las gramticas
y tratados lexicolgicos.
Por lo tanto, la pregunta que nos ha servido de punto de partidaqu
saber es ms til? la respuesta uniforme es: la ciencia. Este es el veredicto
pronunciado en todos los casos expuestos. Por lo que se refiere la conservacion
personal, al mantenimiento de la vida y de la salud, los conocimientos cuya
posesion entraa ms importancia son los cientficos. Si se trata de proveer
indirectamente esta misma conservacion personal librando la subsistencia en el
trabajo, los conocimientos ms importantes para ello son tambien los cientficos.
En el cumplimiento de las funciones paternales, se presenta como guia
indispensable la ciencia. Para la inteligencia de la vida nacional, histrica y
presente, inteligencia sin la que no puede el ciudadano dirigir su conducta, la
clave indispensable es la ciencia. Ocurre [91] lo mismo respecto la produccion y
los goces artsticos bajo todas sus formas; en una y en otros la preparacion
necesaria es la ciencia. Igualmente, para la disciplina intelectual, moral y
religiosa, el estudio ms eficaz es la ciencia. La cuestion que, en un principio, se

presentaba erizada de dificultades, ha llegado ser, en el curso de nuestro


exmen, comparativamente sencilla. No necesitamos evaluar los diferentes
grados de importancia de las distintas direcciones de la actividad humana,
puesto que vemos que el estudio de la ciencia, en el sentido ms amplio de la
palabra, es la mejor preparacion para todas ellas. No tenemos que decidir
entre los derechos que se arrogan sobre nosotros estudios los que se atribuye
convencionalmente valor extraordinario, y los de otros estudios cuyo valor,
aunque intrnseco, es menor para muchos; pues vemos que los estudios ms
tiles en cada caso son tambien los que tienen mayor valor intrnseco, valor
que no depende de la opinion, sino que es invariable como lo son las relaciones
del hombre con el mundo que le rodea.
Necesaria y eterna, lo mismo que las verdades por ella proclamadas, la ciencia,
interesa toda la humanidad en todos los tiempos. En el porvenir ms remoto,
como hoy, ser de inmensa importancia para los hombres el poseer la ciencia
de la vida fsica, intelectual y social y todas las dems ciencias, como una clave
de la ciencia de la vida.
[92] Y sin embargo, este estudio, que tanto supera los dems en
importancia, es el que mnos se atiende en un siglo de pretendida cultura. Lo que
llamamos civilizacion no hubiera podido producirse nunca sin el auxilio de la
ciencia, pesar de lo cual sta apenas forma parte apreciable en nuestra culta
educacion. Aunque seamos deudores la ciencia de que millones de hombres
puedan vivir hoy en un espacio de terreno que antes suministraba con dificultad
la nutricion necesaria para algunos miliares, apenas hay entre estos millones
quien tribute algun respeto la causa eficiente de su existencia en la tierra. El
conocimiento progresivo de las propiedades y de las relaciones de las sustancias
ha permitido tribus errantes convertirse en naciones populosas, y gozar,
adems, de placeres y comodidades que sus abuelos desnudos, casi aislados, no
hubieran podido concebir. Y esa ciencia se admite con pena y despecho en nuestros
establecimientos de instruccion superior! Al lento descubrimiento de la
coexistencia de los fenmenos y de su encadenamiento debemos el habernos
emancipado de las supersticiones ms groseras: sin la ciencia seguiramos siendo
fetiquistas29, inmolaramos numerosas vctimas para que nos fuesen propicias
las divinidades infernales; y sin embargo, esa ciencia que, en vez de concepciones
degradantes descubre nuestros ojos algunas de las grandezas de la creacion,
[93] esa ciencia se ve denigrada en nuestros libros de teologa y, en ocasiones,
anatematizada desde lo alto de la ctedra.
Parafraseando cierta fbula oriental, diremos que, en la familia de los
estudios, la ciencia es la Cenicienta30 que oculta en la oscuridad perfecciones
29

El trmino fetichista aparece por primera vez en el DRAE en su edicin de 1899.


(N. del Ed.)
30
La alusin al cuento de Cenicienta no pasa inadvertida para Garca del Mazo, quien
se inclina por la adaptacin de household drudge a un trmino ms cercano al lector
hispanohablante:
Education (49)
Paraphrasing an Eastern fable, we may say that in the family of knowledges,
Science is the household drudge,
Garca Purn (1890:78) tambin alude a la protagonista del cuento infantil aunque
R. F. S. (1880:70), ms cerca del original, se refiere a la ciencia como aquella
esclava domstica. (N. del Ed.)

desconocidas. Le ha sido dado hacer todo el trabajo de la casa. Por su habilidad,


abnegacion inteligencia se han obtenido todas las comodidades y placeres de la
vida, y mientras se ocupa incesantemente en servir los dems, se la aisla fin de
que sus orgullosas hermanas puedan ostentar sus oropeles los ojos del mundo.
Sera posible llevar ms lejos el paralelo, porque se apresura el desenlace, y con l
el cambio de situaciones. Las hermanas orgullosas caern en merecido abandono,
y la ciencia, proclamada la mejor y ms bella, reinar soberanamente.

CAPITULO II.

De la educacion intelectual31

Hay necesariamente estrechas relaciones entre los sistemas sucesivos de


educacion y los estados sociales con que han coexistido. Como las instituciones
de cada poca tienen sus raices en el espritu nacional, en todas ellas, cualquiera
que sea su orgen, se d como un cierto aire de familia. Cuando los hombres
recibian el Credo completo y acabado y su interpretacion por conducto de una
autoridad infalible que se desdeaba, de darles explicacion alguna, era natural
que la enseanza fuese puramente dogmtica. La mxima de la escuela era
entonces la misma que la de la Iglesia Creed y no pregunteis. Por el contrario,
hoy que [96] el protestantismo ha conquistado para el hombre el derecho de
libre exmen, haciendo prevalecer el de apelacion la razon, es su consecuencia
que la instruccion de la juventud revista la forma de una exposicion presentada
su inteligencia. Cuando reinaba el despotismo poltico, duro en sus rdenes, que
castigaba el delito ms insignificante con la muerte, implacable en su venganza
respecto de los rebeldes, se desenvolvi simultneamente una disciplina
acadmica, dura como l, que multiplicaba los castigos y prodigaba los golpes por
la menor infraccion de sus reglas, una disciplina autocrtica, mantenida por el
palo, la frula y el calabozo. El acrecentamiento de la libertad poltica, la
dulcificacion de las leyes criminales, han ido acompaadas de un progreso de la
misma ndole hcia una educacion mnos coercitiva. El discpulo se ve ya mnos
cohibido por prohibiciones de toda especie; ya se emplean para dirigirle otros
medios que los castigos. En los tiempos del ascetismo, en que los hombres, en
conformidad con la ley del amor los sufrimientos, creian que cuanto ms se
abstuviesen de los goces ms se aproximaban la perfeccion, debase
necesariamente considerar como la mejor de las educaciones, la que contrariase
ms por completo todas las inclinaciones de los nios y reprimiese toda actividad
31

Este segundo captulo, INTELLECTUAL EDUCATION, se haba publicado en North


British Review en 1854 con el ttulo The Art of Education. (N. del Ed.)

espontnea de su parte con estas palabras estereotpicas. No debis hacer [97]


esto. Por el contrario, hoy que se considera la felicidad como un fin poltico; hoy
que se trata de disminuir las horas de trabajo y de procurar al pueblo recreos
agradables, padres y maestros comienzan 32 ver que pueden satisfacerse sin
inconveniente la mayor parte de los deseos de los nios; que deben alentarse los
juegos de la infancia, y que las tendencias naturales de un espritu naciente no
son tan diablicas como se suponia. El siglo en que se creia que toda industria
debia vivir la sombra de un rgimen de proteccion y prohibicion, que era
necesario regular la calidad y el precio de las primeras materias y de los
productos manufacturados, y que el curso del dinero debia ser objeto de una ley;
semejante siglo por fuerza habia de prohijar la idea de que el espritu de un nio
debe ser dirigido artificialmente, y de que su energa le es comunicada por el
maestro, siendo como un receptculo de las nociones que en l se depositan y con
las cuales es posible construir arbitrariamente el edificio que nos propongamos.
Hoy comenzamos comprender que las cosas llevan en s mismas su regla y su ley,
que el trabajo, el comercio, la agricultura, la navegacion, subsisten mejor sin
reglamentacion que reglamentados; que los gobiernos polticos, para tener
eficacia, deben surgir de las entraas de la sociedad y no ser impuestos
caprichosamente los pueblos, y por esta razon comprendemos tambien que
[98] la evolucion mental sigue naturalmente cierta marcha, siendo semillero de
graves perjuicios los obstculos que se le oponen. Hoy estamos convencidos de que
no nos es posible plegar un espritu que se desenvuelve nuestras formas
artificiales, habiendo descubierto aqu tambien la psicologa una ley de correlacion
entre la oferta y el pedido, cuya ley debemos conformarnos, si no queremos
producir el mal. En su dogmatismo absoluto, en su rgida disciplina, en sus
mltiples prohibiciones, en su ascetismo declarado, en su f en los orculos
humanos, el antiguo sistema de educacion era hermano del sistema social
contemporneo suyo; por el contrario, en sus caractres completamente opuestos,
nuestro moderno sistema de educacion corresponde instituciones ms liberales
en materias religiosas y polticas.
Pero hay otro paralelismo de que no hemos hablado todava: el que existe
entre la manera como esos cambios se han operado y los diferentes estados que
han conducido la opinion. Hace algunos siglos, habia en el mundo uniformidad
de creencias acerca de la religion, la poltica y la educacion. Todos eran
romanistas, monrquicos, aristotlicos; nadie pensaba en someter exmen la
rutina de colegio en que todos se habian educado. La misma causa ha destruido en
religion, en poltica, en educacion esa uniformidad de opinion, reemplazndola
con una diversidad de [99] pareceres de dia en dia mayor. Esta tendencia
afirmar la individualidad, que despues de haber contribuido producir el gran
32

Ntese que en la poca la preposicin se acentuaba grficamente por


costumbre y no por ninguna razn prosdica que as lo determinase. Esta prctica se
observa igualmente en otras traducciones de la poca:
R. F. S. (1880:72)
comienzan los padres de familia y los preceptores reconocer que pueden sin
dao satisfacer la mayora de los deseos del nio
Garca Purn (1890:80)
los padres y maestros principian ver que los deseos infantiles pueden
satisfacerse sin inconveniente,
(N. del Ed.)

movimiento protestante, ha engendrado numerosas sectas que aumentan sin


cesar; esta tendencia que ha dado nacimiento los partidos polticos y que, del
seno de los dos campos que dividian antes los hombres, extrae todos los dias
nuevas sectas polticas; esta tendencia que cre la rebelion baconiana contra la
escuela, siendo el punto de partida de todos los sistemas filosficos que despues se
han sucedido en Inglaterra y en otras partes, esta tendencia es la misma que ha
dividido los hombres y multiplicado los mtodos en materia de educacion. La
decadencia de la autoridad papal, filosfica, real pedaggica, es esencialmente un
solo y mismo fenmeno; bajo cada uno de sus aspectos, la inclinacion la libertad
de accion es igualmente visible en la manera cmo el cambio se opera y en las
nuevas teoras, las nuevas prcticas, que ese cambio d nacimiento.
Mientras muchas personas lamentan esta variacion producida en los sistemas
de educacion, el observador que ve las cosas en su conjunto, percibe en ella un
medio por el que se llegar al fin establecer un sistema racional. Cualquiera que
sea la opinion acerca de la diversidad de sectas religiosas, es innegable que las
sectas en materia de educacion facilitan el exmen del objeto por la [100] division
del trabajo. Si poseysemos ya el verdadero mtodo, no hay que decir que toda
divergencia seria un mal; pero como est todavia por encontrar el mtodo
verdadero, los esfuerzos de investigadores numerosos independientes que
dirigen sus indagaciones en distintos sentidos, constituyen el mejor medio
practicable para descubrirlo. Teniendo cada uno su idea, idea probablemente
ms mnos fundada en los hechos; celoso cada cual por su proyecto; frtiles
todos en expedientes para demostrar la bondad de su sistema; infatigables en sus
esfuerzos para patentizar sus resultados; criticndose mtuamente sin piedad, ha
de suceder que, por la acumulacion de fuerzas, se cumplan progresos reales en el
verdadero camino. Lo que cada uno haya encontrado como exacto y propio para
formar parte del mtodo normal, no podr mnos de ser reconocido y aceptado,
mediante la publicidad y la experiencia. Por la misma razon, acabarn por ser
desechados los errores en que cada cual haya incurrido, y por esta agregacion de
verdades y esta eliminacion de errores, se formar, ms pronto ms tarde, un
cuerpo de doctrina verdadera. En las tres fases por que la opinion atraviesa: la
unanimidad de los ignorantes, el disentimiento de los investigadores y la
unanimidad de los sbios, es evidente que la tercera fase debe su existencia la
segunda. No hay solo sucesion en el tiempo, la hay tambien en [101] la
causalidad. Cualquiera que sea la impaciencia con que podamos ver el conflicto
actual de los sistemas de educacion, por pena que nos inspiren los inconvenientes
que le acompaan, estamos obligados reconocer que es una fase de transicion,
por la que es necesario pasar y de donde el bien tiene que salir.
En el entretanto, podemos gozar ya de nuestros progresos. Despues de cincuenta
aos de discusiones, de experiencias, de resultados comparados, no hemos dado
algunos pasos hcia el fin? No pocos de nuestros antiguos mtodos han caido en
desuso; otros ms nuevos les han sustituido, y muchos estn en vas de ser
abandonados adoptados. Es probable que, comparando estos cambios entre s,
encontremos en ellos caractres semejantes y comun tendencia, y as la experiencia
nos suministrar un hilo conductor para alcanzar nuevo33 perfeccionamientos.

33

Esta falta de concordancia de nmero debe de tratarse de un error tipogrfico que


no se observa en la edicin anterior:

Dirijamos, pues, preventivamente y como preliminar de un exmen ms


profundo, una mirada las diferencias particulares que existen entre la
educacion actual y la que se daba anteriormente.
Cuando se abandona un error, ocurre de ordinario que se cae, durante cierto
tiempo, en el error opuesto. Por esto, despues de una srie de siglos durante los
cuales la educacion tuvo por nico objetivo el desarrollo fsico, vino otra srie de
[102] siglos en los cuales solo se atendi la cultura del espritu. En esta poca se
han puesto los libros en manos de nios de dos y tres aos de edad, creyendo que
el saber era la nica cosa indispensable. Como era natural que sucediera, despues
de cada una de estas reacciones se ha dado un nuevo paso, coordenando los
errores contrarios, los cuales se ha observado que forman dos aspectos opuestos de
la misma verdad. De esta manera hemos alcanzado la conviccion de que el cuerpo
y el espritu deben ser objeto de idntica solicitud, y que debe desenvolverse el
ser humano en toda su integridad. Se ha abandonado el sistema de violentar la
naturaleza, y se ha huido de favorecer la precocidad. Cominzase comprender
que la primera ventaja que un hombre puede tener en la vida, consiste en la
robustez fsica. El cerebro mejor organizado de nada le servir, si no posee fuerza
vital suficiente para ponerle en ejercicio. Considrase hoy como una locura
procurar el desarrollo del primero esterilizando la fuente de la segunda, creencia
que comprueban diariamente los resultados de la precocidad y demuestra la
exactitud del proverbio que dice: En materia de educacion, es preciso saber
perder el tiempo.
La costumbre, antes universalmente difundida, de aprender de memoria, cae
de dia en dia en mayor descrdito. Todas las autoridades modernas condenan el
antiguo mtodo de ensear [103] mecnicamente el alfabeto, y se aprende ya
con frecuencia la tabla de Pitgoras por el mtodo experimental. En la enseanza
de las lenguas, se sustituyen ahora los procedimientos de los colegios con los que
sigue espontneamente el nio cuando aprende el idioma patrio. En el Informe
acerca de las Escuelas Battersea y los mtodos que all se practican, se dice: La
enseanza, en todo el curso preparatorio, es principalmente oral y facilitada con
demostraciones derivadas de la naturaleza. Lo mismo pasa en todo. El sistema de
aprender de memoria, como todos sus coetneos, daba la frmula y al smbolo la
prioridad sobre la cosa formulada simbolizada. Bastaba con repetir
correctamente las palabras, comprenderlas era intil: mtodo que sacrificaba el
espritu la letra. Hse reconocido, al fin, que en este caso, como en los dems (el
resultado no es accidental, sino inevitable), estn en razon inversa la atencion
que se prodiga al signo y la que se d la cosa significada, que, conforme dijo
Montaigne hace largo tiempo: Saber de memoria no es saber.
A la vez que se abandona el uso de que los nios aprendan de memoria, se
abandona tambien poco poco el hbito que le acompaaba de ensear por
reglas. Comenzar por los casos particulares y acabar por la generalizacion, h
aqu el nuevo mtodo, el cual, segun observa el Informe acerca de las Escuelas de
Battersea, demuestra la experiencia [104] ser el mejor, aunque est en abierta
contradiccion con el seguido de ordinario, que consiste en dar inmediatamente
Garca del Mazo (1879:112)
y as la experiencia nos suministrar un hilo conductor para alcanzar nuevos
perfeccionamientos.
(N. del Ed.)

reglas al discpulo. Condnase la enseanza por preceptos, porque no conduce sino


al conocimiento emprico; d la apariencia del saber, no su realidad. Presentar al
espritu el producto neto de la indagacion sin hacerle pasar por las diferentes fases
de sta, es mtodo tan enervante como ineficaz. Las verdades generales exigen ser
conquistadas por el propio esfuerzo, si han de tener utilidad verdadera y
permanente. El proverbio: Dineros del sacristan, etc., lo mismo que la fortuna,
es aplicable la ciencia. Mientras las reglas aprendidas no forman un todo con las
dems nociones que hay en el espritu y echan en l raices, se olvidan pronto los
principios que expresan; por el contrario, una vez comprendidas, una vez que la
inteligencia se ha apoderado de ellas, constituyen una propiedad inalienable de
la misma. As, mientras que el jven instruido por reglas se ve perdido tan pronto
como se le exige darles aplicaciones nuevas para l, el que posee los principios
resuelve los casos nuevos con tanta facilidad como los antiguos y conocidos. Entre
un espritu que conoce simplemente las reglas y otro que conoce los principios,
existe la misma diferencia que entre un montn confuso de materiales y estos
mismos materiales organizados en un todo completo, cuyas partes formen un
conjunto [105] armnico; siendo de notar, adems, que el espritu tiene,
respecto al cuerpo organizado, la ventaja de que, sobre estar sus partes ms
estrechamente ligadas, es un agente activo de indagaciones, de reflexiones, de
descubrimientos. No se crea que esto es una metfora; es la exacta verdad. En
enlazar los hechos, en reunirlos en generalizaciones, consiste positivamente la
organizacion del conocimiento, considrese como fenmeno objetivo como
fenmeno subjetivo, pudiendo apreciarse el alcance del espritu por la medida en
que esta organizacion se cumpla.
De la sustitucion de los principios las reglas, y del mtodo que con ello se
impone de dar de lado las abstracciones hasta que el espritu se familiarice con
los hechos, ha resultado el aplazamiento de estudios que antes se colocaban al
comienzo de la carrera, habindose renunciado la costumbre, mil veces absurda,
de ensear la gramtica los nios. Como dice Marcel, puede afirmarse, sin
vacilacion, que la gramtica no es punto de partida, sino instrumento de
perfeccionamiento. Wyse razona as, este propsito: La gramtica y la sintaxis
son una coleccion de leyes y de reglas. Las reglas se derivan de la prctica; son el
resultado de inducciones, que llegamos mediante la prolongada observacion y
comprobacion de los hechos; constituyen la ciencia, la filosofa del lenguaje. Si
consultamos la marcha de la naturaleza, vemos [106] que no conduce desde
luego los indivduos y las naciones la ciencia. Se habla una lengua, se
escriben poemas en ella desde mucho antes que se piense en la gramtica y en la
prosdia. No le fu necesario al hombre para razonar, esperar que Aristteles
construyera el edificio de su lgica. En resumen, puesto que la gramtica ha
nacido con posterioridad la lengua, debe ser enseada despues de ella:
deduccion cuya exactitud harn justicia cuantos conozcan la relacion que hay
entre la evolucion del indivduo y la evolucion de la especie.
Entre los nuevos hbitos que se han formado durante la decadencia de los
antiguos, el ms importante es el de desenvolver sistemticamente en el nio la
facultad de observacion. Despues de largos siglos de ceguera, se comprende, al fin,
que la actividad espontnea en el nio de las facultades que se refieren la
observacion, tiene su significacion y su utilidad. Lo que antes se estimaba en l
como un juego, como una curiosidad sin objeto, como una prueba de malicia,
segun los casos, se ha reconocido que es el procedimiento mediante el cual
adquiere el espritu humano las nociones en que se basar toda su futura ciencia;

de aqu ha nacido el sistema bien concebido, pero mal aplicado, de las Lecciones de
cosas. El axioma de Bacon, que la fsica es la madre de las dems ciencias, ha sido
aplicado la educacion. [107] Sin el conocimiento exacto de las propiedades
visibles y tangibles de los objetos, nuestras concepciones sern falsas; nuestras
deducciones, errneas; nuestras operaciones mentales estriles. Cuando ha sido
descuidada la educacion de los sentidos, toda la educacion se resiente
inevitablemente de la pereza, del entorpecimiento, de la insuficiencia de stos. Si
reflexionamos en ello, nos es fcil ver que el xito depende, en todo, de la potencia
de observacion. Esta es necesaria, no solo al artista, al naturalista, al hombre de
ciencia; no solo al mdico, que en ella funda la seguridad de su diagnstico; no
solo al ingeniero, que debe pasar muchos aos en los talleres de construccion para
adquirirla; sino que lo es tambien al filsofo, que la ejercita ms que nadie,
porque su mision es observar las relaciones de las cosas all donde los dems
hombres no descubren relacion ninguna, y lo es igualmente al poeta, que debe ver
lo bello en la naturaleza, que todo el mundo admira cuando se le expone, pero en
lo que nadie habia reparado antes. No hay nada acerca de lo cual deba insistirse
tanto, como en la necesidad de recibir impresiones vivas y completas. No se
construye un slido edificio de sabidura con materiales mal desbastados.
Mientras ha caido en desuso el antiguo mtodo de presentar la verdad bajo la
forma abstracta, se ha adoptado el nuevo de presentarla bajo la [108] forma
concreta. Los hechos elementales de las ciencias exactas se aprenden hoy por la
intuicion directa, ni ms ni menos que como se aprende conocer los tejidos, los
tonos, los colores. El empleo de una figura esfrica en las primeras lecciones de
aritmtica, es ejemplo de este mtodo. Tambien lo es la manera como el profesor de
Morgan explica la numeracion decimal. M. Marcel, repudiando con razon el
sistema antiguo de las tablas, ensea los pesos y las medidas presentando al
discpulo una vara, un pi, una libra, una onza, un cuartillo, una pinta, y
dejando que el alumno halle las relaciones que existen entre unos y otras por la
observacion. El empleo de las esferas en relieve y de los modelos de los cuerpos
regulares en los cursos de geografa y geometra, es un hecho de la misma
ndole. Manifiestamente, el rasgo comun de todos estos mtodos, es que
conducen al espritu del nio por los caminos que ha seguido el espritu de la
humanidad. Las verdades relativas al nmero, la forma, las relaciones de
posicion, han sido deducidas todas del exmen de los objetos materiales, y
presentrselas al nio bajo el punto de vista concreto, es dejrselas aprender
como la raza las ha aprendido. No tardar en verse que es imposible que las
aprenda de otro modo, porque si se le obliga repetirlas como abstracciones, las
abstracciones no tienen sentido para l hasta que descubre que son simplemente
[109] enunciados de lo que discierne intuitivamente.
Pero de todos los cambios que se producen, el ms significativo es el deseo de
tornar el estudio antes agradable que penoso, deseo basado en la percepcion ms
mnos clara de este hecho: que el gnero de actividad que agrada ms cada
edad, es precisamente aquel que le es saludable, y vice-versa34. La opinion
comienza convencerse de que cuando un espritu que est en vas de
desenvolvimiento experimenta una curiosidad de cualquier gnero, es porque
est en condiciones de asimilarse el objeto de esa curiosidad, y porque dicha
34

Ninguna de las ediciones del DRAE recoge la forma vice-versa. Las ediciones de
1739, 1780 y a partir de 1884 hasta 1992 incluyen viceversa (v. nota 43).
(N. del Ed.)

asimilacion es necesaria su progreso; que, por el contrario, el disgusto que


experimenta por tal cual estudio, prueba que el objeto de ste se le presenta
prematuramente, bajo forma indigesta. De aqu los esfuerzos que se despliegan
para que el estudio sea entretenido en la infancia interesante en la juventud; de
aqu las discusiones acerca del valor de los juegos en la educacion; de aqu la
estima en que se tienen las canciones de las nodrizas y los cuentos de hadas. De
dia en dia se v conformando ms el plan de educacion al gusto de los nios.
Ama el nio este estudio? lo sigue con gusto?, preguntamos sin cesar. El gusto
natural del nio por la variedad debe ser satisfecho, dice Marcel, y es menester
servirse de su curiosidad para su instruccion. Las lecciones deben concluir antes
de que d signos [110] de fatiga. Lo mismo decimos respecto la instruccion
superior. Los cortos ratos de descanso durante las horas de estudio, las
excursiones al campo, las lecturas entretenidas, los cantos en coro, todas estas
prcticas nuevas son otros tantos signos del cambio sobrevenido. El ascetismo
desaparece de la educacion como desaparece de la vida, y el objeto ordinario de la
legislacion polticael bienestares ya tambien, en gran parte, el objeto de los
reglamentos de colegio y de los cuidados de la nodriza.
Y cul es el carcter comun de estos diferentes cambios? No es la tendencia
conformarse cada vez ms con los procedimientos de la naturaleza? El abandono
de una cultura prematura contra la cual se subleva la naturaleza, el cuidado de
consagrar los primeros aos al desarrollo de los miembros y de los sentidos, son
buena prueba de ello. Otra prueba es el hecho de sustituir las lecciones
aprendidas de memoria con lecciones orales y experimentales, como las que se
dan en los campos y jardines en que juegan los nios. El desuso en que ha caido la
enseanza por reglas y el mtodo adoptado de ensear por ejemplos, es decir, de
dar de lado las generalizaciones hasta que se conozcan bastantes casos
particulares para, deducirlas de ellos, es otra prueba de nuestra afirmacion. Pero
esta tendencia se manifiesta, sobre todo, en los esfuerzos hechos en todos
sentidos [111] para presentar el estudio bajo formas agradables y atractivas.
Porque, puesto que se halla en el rden establecido por la naturaleza, el que en
todos los animales el placer que acompaa la satisfaccion de las necesidades
naturales sirva de estmulo su cumplimiento, puesto que, en el perodo de la
educacion espontnea, el placer que encuentra el nio en morder las piedras y
romper sus juguetes, le impulsa actos mediante los cuales adquiere el
conocimiento de las propiedades de la materia, es evidente que, eligiendo y
presentando los objetos que se estudian en el rden y forma que interesan ms
al discpulo, obedecemos la voluntad de la naturaleza y ponemos nuestros
procedimientos en armona con sus leyes.
Hemos venido, pues, parar la doctrina que largo tiempo h proclam
Pestalozzi, saber, que la educacion debe conformarse, en su rden como en su
mtodo, la marcha natural de la evolucion mental; que hay cierto rden para el
desarrollo espontneo de las facultades, y cierto gnero particular de
conocimientos que cada una de estas facultades reclama durante su desarrollo, y
que nos incumbe descubrir este rden y suministrar cada facultad su respectivo
alimento. Todas las mejoras referidas ms arriba son aplicaciones parciales de este
principio general. Por fortuna, la idea vaga de esta verdad ya comienza [112]
difundirse entre los institutores, y formar parte integrante de los libros acerca
de la educacion. El mtodo de la naturaleza es el arquetipo de los mtodos;
dice Marcel. El principio vital de la enseanza, escribe Wyse, es ensear al

discpulo que aprenda por s mismo. Y medida que la ciencia nos


familiariza con la naturaleza de las cosas, se v adquiriendo conviccion ms
profunda de la eficacia del mtodo que proclamamos. A la manera que en
medicina se reemplaza el tratamiento herico de otros tiempos con otro
tratamiento ms dulce, y veces se prescinde de todo tratamiento,
recomendando simplemente un rgimen regular; la manera que se reconoce
como intil el envolver con fajas y paales el cuerpo de los nios, como lo hacen
los Papuas; la manera que se ha demostrado que ninguna disciplina, por
hbilmente combinada que est, influye en la moralidad del preso tanto como la
disciplina moral del trabajo, as tambien es imposible, en materia de educacion,
obtener resultados satisfactorios sin someterse las leyes naturales, limitndose
secundar el movimiento espontneo del espritu en su progreso hcia la madurez.
No hay necesidad de decir que el principio fundamental de la educacion,
saber, que la distribucion de los estudios y su mtodo deben corresponder al rden
de evolucion y al modo de actividad [113] de las facultades, principio tan
visiblemente verdadero que una vez enunciado parece claro como la luz, no ha
sido nunca dado al olvido por completo. Los maestros y profesores han debido,
por necesidad, tenerlo presente en su conducta, por la sencilla razon de que la
educacion nunca hubiera sido posible sin l. Jams se ha enseado la regla de
tres antes que la suma; nunca se ha obligado componer antes que escribir; las
secciones cnicas han ido precedidas siempre de los elementos de Eclides. El
error de los mtodos antiguos consiste, en no admitir para los casos particulares
lo que aplican en el procedimiento general. No obstante, el principio domina en
todo. Si desde el momento en que el nio puede concebir la relacion de posicion
entre los objetos, hasta el momento en que le es posible concebir la tierra como una
esfera formada de continentes y de mares, cubierta de montaas y de bosques,
surcada de rios, poblada de ciudades, girando sobre su eje y alrededor del sol,
deben trascurrir muchos aos; si el espritu del nio pasa de un concepto otro
por grados, y los conceptos intermedios son cada vez ms extensos y ms
complejos, no es evidente que existe un rden general de sucesin por cuya srie
debe pasar, porque cada concepto se forma con la reunion de conceptos ms
limitados, los cuales presupone, y que presentar un concepto al nio antes que
posea los [114] que le integran, es casi tan absurdo como seria el proponer al
espritu el concepto final de la srie antes que el concepto inicial? Para hacerse
dueo de un objeto, es preciso pasar por una srie de ideas cada vez ms
complejas. La evolucion de las facultades correspondientes se efecta por la
asimilacion de esas ideas, y esta asimilacion es realmente imposible, si las ideas no
se presentan al espritu en el rden normal. Cuando este rden no se observa,
resulta que las ideas son recibidas con apata, con disgusto, y mnos que el
discpulo no sea bastante inteligente para llenar por s mismo las lagunas, las tales
ideas quedarn en su memoria en la condicion de hechos muertos, sin reportarle
ninguna utilidad.
Pero porqu, se dir, tomarnos el trabajo de buscar un sistema de
educacion? Si el espritu tiene, como el cuerpo, determinada de antemano su
evolucion; si se desenvuelve espontneamente; si su tendencia hcia tal cual
gnero de conocimientos se despierta cuando estos conocimientos son necesarios
su desarrollo; si posee en s mismo un estmulo la actividad que necesita en
cada perodo de su desenvolvimiento, porqu intervenir de otra manera? Porqu
no confiar completamente los nios la disciplina de la naturaleza? Porqu no
permanecer extraos todo y dejarles adquirir la ciencia como puedan? Porqu

no ser consecuentes hasta el fin? H aqu una [115] objecion que parece grave.
Como implica, plausiblemente al parecer, que la consecuencia lgica de nuestras
doctrinas seria un sistema completo de dejar hacer, parece que proporciona una
prueba contra ellas por la reductio ad absurdum. Sin embargo, bien
comprendido nuestro sistema, no nos coloca en esta posicion insostenible.
Dirigiendo una mirada las anologas materiales, lo mostraremos claramente.
Es ley conocida de la vida que, cuanto ms complejo es el organismo que se
produce, tanto mayor es el perodo en que necesita para su nutricion del
organismo que lo engendr. La diferencia entre la espora de la conferva35
viviendo de su vida propia, rpidamente formada, y el germen lentamente
desenvuelto de un rbol, con sus mltiples envolturas y las provisiones de
nutricion que stas contienen para alimentarle durante los primeros perodos de
su desarrollo, ofrece en el mundo vejetal la prueba de este hecho. En el reino
animal, podemos reconocerlo en una srie de contrastes, desde la mnada cuyas
dos mitades, despues de haberse espontneamente dividido, se bastan
separadamente s mismas igual que se bastaban al formar un todo, hasta el
hombre que pasa por una gestacion prolongada y necesita de una larga
lactancia para vivir, siendo menester luego presentarle los alimentos,
dependiendo despues de sus padres durante largo espacio de tiempo para las
necesidades [116] de la nutricion, del abrigo, del vestido, y no hallndose en
condiciones de bastarse s mismo hasta los quince veinte aos de edad. Ahora
bien, esta ley se aplica al espritu lo mismo que al cuerpo. En lo que se refiere al
alimento del espritu, todo sr superior, el hombre especialmente, depende en sus
primeros aos de los servicios del adulto. Como el nio no puede moverse, tan
imposible le es apoderarse de materiales en que ejercer su facultad de concepcion,
como le es imposible apoderarse de los alimentos que su cuerpo le reclama. As
como no puede preparar su nutricion, tampoco puede reducir sus conocimientos
forma bajo la cual sean asimilables. Recibe de los que le rodean, el lenguaje, ese
agente mediante el cual adquirimos todas las verdades de rden superior; y
vemos, por ejemplos anlogos al del pequeo salvaje del Aveyron, que sobreviene
un parntesis en el desarrollo humano, cuando se priva al nio de los cuidados de
los padres y de las nodrizas. As, presentando diariamente al nio hechos su
alcance, disponindolos convenientemente, midiendo su cantidad intercalando
entre las lecciones intervalos necesarios, hay un campo de actividad tan vasto
para el alimento del espritu como puede serlo el de la nutricion del cuerpo. En
ambos casos, la funcion principal de los padres consiste en velar por que no
falten las condiciones requeridas para el desenvolvimiento [117] del nio. Y por
igual manera que, procurando al nio la nutricion, el abrigo y el vestido, no
intervienen los padres en el desarrollo espontneo de los miembros y de las
vsceras, el cual sigue su marcha y su ley, as tambien pueden facilitarle sonidos
que imitar, objetos que examinar, libros que leer, problemas que resolver, sin
perturbar en modo algunoantes bien favoreciendo sobremanerala marcha
natural de la evolucion mental. Basta para esto que no usen de coacciones directas
ni indirectas. Sguese de lo dicho, que las doctrinas por nosotros enunciadas no
implican, como podria pretenderse, el abandono de toda enseanza; dejan, por
el contrario, vasto campo para establecer un sistema activo y cuidadosamente
meditado de educacion.
35

Alga de color verde muy comn en aguas estancadas. (N. del Ed.)

Pasando de las generalidades consideraciones particulares, se puede


observar que al sistema de Pestalozzi le ha, faltado mucho en la prctica, para
llenar las promesas que en teora hacia concebir. Dcese que los nios no siguen
las explicaciones con inters, dando, por el contrario, seales de hasto; y en
efecto, hasta ahora las escuelas pestalozzianas no han dado en gran proporcion
hombres distinguidos: tal vez no han alcanzado la proporcion media de las
dems escuelas. Esto no nos sorprende. El xito de un mtodo depende de la
inteligencia con que se le aplica. Es ya [118] vulgar la observacion, de que
los mejores tiles dan mal resultado en manos inexpertas. Pues bien, nosotros
diremos que la excelencia de un mtodo se convierte en causa de mal xito bajo
la direccion de un maestro torpe, del mismo modo que, continuando la
comparacion, tiles que cortan bien solo sirven, manejados torpemente, para
echar perder la obra. Un mtodo simple, invariable, casi mecnico, como lo es la
rutina seguida, pueda ser aplicado por cualquiera y producir con seguridad los
escasos frutos de que es susceptible; al contrario, un sistema completo de
educacionsistema tan hetereogneo en sus aplicaciones como lo son el espritu y
sus facultades, un sistema que requiere el empleo de un medio especial para cada
objeto especial, exige en los encargados de aplicarlo una fuerza de inteligencia que
pocos hombres poseen. Toda directora de colegio puede ensear deletrear las
nias; cualquier maestro puede conseguir que sus alumnos repitan la tabla de
Pitgoras; mas para ensear deletrear como se debe, procurando que las letras
hablen al espritu ms bien que los odos, para instruir los nios en la ciencia
de las combinaciones numricas por el anlisis experimental, se necesita alguna
ms inteligencia; y para proseguir la aplicacion de un sistema racional durante el
curso entero de los estudios, es indispensable un grado de juicio, de invencion,
de simpata, de potencia [119] analtica, que no es posible adquirir en tanto la
carrera de la enseanza no sea tenida en la ms alta estima. La enseanza
verdaderamente racional solo puede ser dada por un verdadero filsofo.
Juzgese de los riesgos que corre hoy todo sistema pedaggico! Cmo ha de
obtener xito un sistema que descansa por completo en la ciencia psicolgica,
entregado profesores y maestros que ignoran en absoluto lo poco que se sabe en
estas materias!
Ha resultado otra dificultad y mayor desaliento todavia, de la confusion
entre el principio pestalozziano y las formas que ha revestido. Porque los planes
puestos en prctica para aplicarlo no han respondido las esperanzas de sus
autores, se ha arrojado el descrdito manos llenas sobre la doctrina que
trataban de seguir, sin informarse de si dichos planes estaban realmente de
acuerdo con ella. Juzgando, como de ordinario se hace, bajo el punto de vista
concreto ms bien que bajo el punto de vista abstracto, se ha condenado la teora
por haber sido inhbilmente aplicada. Esto es lo mismo que si se hubiese dicho
que el vapor no podia ser utilizado como fuerza motriz, por haber sido mal
concebido el primer ensayo de una locomotora.
No se olvide que si Pestalozzi se hallaba en lo cierto en cuanto las ideas
fundamentales de su sistema, no se sigue de ello que lo estuviese tambien [120]
en las aplicaciones que hizo de las mismas. Tal como nos le presentan sus mismos
admiradores, Pestalozzi era hombre de intuiciones parciales, hombre que obedecia
inspiraciones sbitas ms bien que al desarrollo sistemtico de su pensamiento.
Sus grandes xitos en Stantz fueron obtenidos antes de escribir ningun libro de
enseanza, y cuando solo se ocupaba en averiguar, cada momento, qu

conocimientos reclamaba el espritu de sus alumnos, y cul era la mejor manera de


enlazar aquellos conocimientos con los que stos ya posean. Gran parte de su
fuerza procedia, no de haber madurado y razonado con calma un plan de
educacion, sino del poder de simpata, que le permitia percibir claramente las
necesidades de los nios y los obstculos que dificultaban su satisfaccion.
Faltbale la facultad de desenvolver y coordinar lgicamente las verdades de que
su espritu se apoderaba de tiempo en tiempo. Dejaba en gran parte esta tarea
sus asesores, Kruesi, Totbler, Buss, Niederer y Schmid; de todo lo cual result
que, en los detalles, sus planes, y ms an los planes de sus auxiliares, contenan
muchas inconsecuencias. Su mtodo de educacion para los nios de corta edad,
expuesto en el Manual de la Madre, que comienza por enumerar las diferentes
partes del cuerpo, especificando despues su posicion relativa y sus relaciones, no
se adapta del todo la marcha natural [121] del espritu en el perodo inicial de
su evolucion. Su manera de ensear la lengua materna, mediante ejercicios
formales acerca del sentido de las palabras y de la construccion de las frases, es
completamente intil y produce prdida de tiempo, de trabajo y de placer para el
nio. Las lecciones de geografa que propone, se separan de su doctrina.
Frecuentemente, all donde su plan es bueno, se ve que es incompleto, que est
viciado por algun resto del antiguo rgimen. As pues, mientras aprobamos la
aplicacion completa de la doctrina general de Pestalozzi, creemos ocasionado
graves inconvenientes el adoptar sin exmen sus mtodos especficos. La
tendencia persistente de la humanidad consagrar las formas y las prcticas
bajo las cuales se le ha trasmitido alguna gran verdad; su disposicion
prosternarse ante el profeta y jurar por su palabra; su facilidad en tomar el
atavo de la idea por la idea misma, todo esto nos esfuerza insistir en la
distincion que debe establecerse, entre los principios fundamentales del sistema
de Pestalozzi y el conjunto de medios imaginados para aplicarlos, haciendo
observar que, si los primeros estn ya proclamados, los segundos solo son
ensayos informes y defectuosos. En verdad, cuando se considera el estado de la
ciencia, se comprende que este hecho es inevitable. Antes de que sea posible
armonizar los mtodos de enseanza, en sus principios [122] y en su desarrollo,
con las facultades mentales en el modo y rden de su desenvolvimiento,
necesitamos saber cmo estas facultades se desenvuelven. Hasta el presente, solo
hemos adquirido acerca de esta materia nociones generales. Pero hay que pasar
de las nociones generales las nociones detalladas y trasformar estas nociones en
multitud de proposiciones especficas, para poder decir que poseemos la ciencia en
que se funda el arte de la educacion. Y cuando se sepa definitivamente en qu
sucesion, por qu combinaciones entran en juego las fuerzas mentales, faltar
todavia elegir, entre los diferentes medios aptos para ejercitar las facultades,
los ms adecuados al modo natural de accion de las mismas. Sin esto,
evidentemente nuestros mtodos de enseanza mnos retrgrados no sern lo que
deben ser, ni siquiera se aproximarn ello. Teniendo, por lo tanto, presente
esta distincion entre la teora y la prctica en el sistema de Pestalozzi, y
comprendiendo que por las razones indicadas debe de ser la ltima
necesariamente defectuosa, el lector estimar en su verdadero valor el desaliento
conque algunas personas se expresan acerca de este sistema, y ver que la idea
pestalozziana est todavia por realizar. Si se pretendiese, sin embargo,
fundndose en lo que hemos dicho, que esta realizacion no es practicable en
nuestros dias y que debemos consagrar todos nuestros esfuerzos [123] trabajos
preliminares, contestaremos que, aun cuando no sea posible perfeccionar, en el

fondo y en la forma, ningun sistema de educacion antes de establecer una


psicologa racional, pudese, con ayuda de otros principios culminantes y
mediante procedimientos empricos, verificar algunos progresos en el sentido de
la perfeccion deseada. Para abrir el camino investigaciones ms extensas,
vamos especificar estos principios. Algunos de ellos se hallan ms mnos
implcitamente comprendidos en las consideraciones precedentes; mas no est
fuera de nuestro propsito el exponerlos todos en su rden lgico.
1. En materia de educacion espontnea, procedemos de lo simple lo
compuesto. Esta es una verdad casi siempre evidente, en cierta medida. El
espritu se desenvuelve, como todo, progresando de lo homogneo lo
heterogneo, y como un sistema normal de educacion es el complemento objetivo
de esta marcha subjetiva, debe seguir la misma progresion. Adems, as
interpretada, esta frmula tiene un alcance mucho ms extenso de lo que se cree;
porque su principio implica, no solo que debemos proceder de lo simple lo
compuesto en la enseanza de cada rama de la ciencia, sino que tambien debemos
hacer lo mismo en lo que se refiere todas las esferas del conocimiento. Como el
espritu se compone primeramente de un pequeo [124] nmero de facultades
activas, y las desenvueltas ms tarde van entrando sucesivamente en juego, hasta
que al fin funcionan todas simultneamente, sigese que la enseanza no debe
abrazar desde luego sino pequeo nmero de objetos, que debe irse aumentando
sucesivamente hasta comprenderlos todos. En los detalles, y tambien en el
conjunto, la educacion debe proceder, pues, de lo simple lo compuesto.
2 El desenvolvimiento del espritu, como el de todas las cosas, es un
progreso de lo indefinido lo definido. Lo mismo que el resto del organismo, el
cerebro no llega la perfeccion de su estructura sino en la madurez, y cuanto
mnos perfecta es su estructura, tanta mnos precision tienen sus funciones. De
aqu procede que las primeras percepciones y las primeras ideas sean vagas, como
lo son los primeros ensayos de lenguaje y los primeros movimientos. As como
hay un progreso del ojo rudimentario, que solamente distingue la luz de las
tinieblas, al ojo que distingue los matices y los detalles de las formas con toda
exactitud, as la inteligencia, considerada en su conjunto en cada una de sus
facultades, comienza por las distinciones ms groseras entre los objetos y las
acciones, para acabar por distinciones de una delicadeza y claridad cada vez
mayores. Nuestros estudios y nuestros mtodos de educacion, deben obedecer
esta ley general. No es posible, no sera [125] til, aunque fuera posible, inculcar
ideas precisas en un espritu no desenvuelto. Podemos, ciertamente, trasmitir
siempre al nio las formas verbales que aquellas ideas revisten, y cuando los
maestros as lo han verificado, creen ordinariamente que le han trasmitido las
ideas; pero el mnos escrupuloso contra-exmen del alumno prueba lo contrario.
Descbrese, que las palabras estn como depositadas en su memoria sin que l
acierte penetrar su sentido, que la percepcion de ste es oscura por todo
extremo. Cuando la multiplicidad de experiencias llega proporcionarle
materiales para concepciones definidas; cuando la observacion ha descorrido sus
ojos, ao tras ao, los atributos de las cosas y su marcha en los fenmenos mnos
visibles y que en un principio confundia; cuando la idea de clase y la idea de srie
le son familiares por la repeticion de casos; cuando las diferentes relaciones de
toda especie se presentan claramente su espritu en su limitacion mtua, solo
entonces son inteligibles para l las ltimas conclusiones de la ciencia. Debemos,
por consiguiente, contentarnos, en materia de educacion, con empezar por las

nociones groseras, tendiendo esclarecerlas gradualmente y facilitando al nio la


adquisicion de una experiencia que corrija, en primer lugar, los errores ms
crasos, despues y progresivamente, los mnos importantes. No debe drsele la
frmula cientfica, hasta que [126] los conceptos hayan alcanzado toda su
perfeccion.
3. Decir que las lecciones deben ir de lo concreto lo abstracto, es, en
apariencia, repetir en parte el primer principio que hemos establecido. Sin
embargo, es mxima que debe ser enunciada, al mnos para mostrar lo que es
realmente, en ciertos casos, lo simple y lo compuesto; porque, por desgracia, hay
muchas equivocaciones en este punto. Los hombres creen que, habiendo
simplificado sus concepciones mediante la reunion de muchos hechos en uno solo,
las frmulas generales que han encontrado para expresar grupos de casos
particulares, simplificarn por igual manera las concepciones del nio. Olvidan
que las generalizaciones son simples en comparacion de la masa entera de
verdades particulares que comprenden, pero que son ms complejas que cada una
de estas verdades tomadas aisladamente; no advierten que, solo cuando se ha
adquirido cierto nmero de estas verdades aisladas, la generalizacion alivia la
memoria y ayuda la razon, y que, para el espritu que no posea estas verdades
aisladas, la generalizacion ha de ser forzosamente un misterio. De esta suerte los
profesores, confundiendo dos especies de simplificaciones, han errado siempre
comenzando por los primeros principios: sistema en esencia, si no en apariencia,
contrario la regla principal, que consiste en exponer al espritu los principios
mediante ejemplos adecuados, conducindole [127] de lo particular lo general,
de lo concreto lo abstracto.
4. La educacion del nio debe seguir, en su modo y rden, la misma marcha
que ha seguido la educacion de la humanidad, considerada bajo el punto de vista
histrico. En otros trminos, el gnesis36 de la ciencia en el indivduo ha de ser
semejante, en su desarrollo, al gnesis de la ciencia en la raza. En rigor, puede
considerarse este principio como ya implcitamente establecido, porque si las dos
fases del desenvolvimiento de la inteligencia en el indivduo y en la raza son dos
aspectos de la evolucion, deben sujetarse ambas a las leyes generales de sta, que ya
hemos considerado, ir de acuerdo. No obstante, este paralelismo tiene un valor
especial. Creemos que la sociedad debe reconocimiento Comte por haberle
formulado y, por nuestra parte, aceptamos este pensamiento de dicho escritor, sin
contraer el menor compromiso respecto los dems. Esta doctrina puede ser
sostenida por dos razones, ambas independientes de toda teora abstracta, y las
dos suficientes para establecerla. La primera se deduce de la ley de trasmision
hereditaria, considerada en sus consecuencias ms extensas. Porque si es verdad
que los hombres se parecen sus antecesores, bajo la doble relacion del
temperamento y del carcter, si es verdad que ciertos fenmenos mentales, como
la locura, se producen en los miembros sucesivos de [128] la misma familia,
una edad determinada; si, pasando de los indivduos (porque mezclndose los
caracteres de los progenitores lejanos los de los progenitores inmediatos, la ley se
oscurece en sus efectos) los tipos nacionales, observamos hasta qu punto son
stos persistentes de siglo en siglo; si recordamos que estos tipos se derivan de
una fuente comun, previniendo las diferencias actuales de la accion de
36

La voz gnesis, referida nicamente al primer libro del Pentateuco de Moiss,


posea gnero masculino (DRAE, 1869). A esta acepcin se aadi con posterioridad la
de origen o principio de algo con gnero femenino (DRAE, 1899). (N. del Ed.)

circunstancias modificadoras en las generaciones sucesivas, que han trasmitido


los efectos acumulados las posteriores; si las diferencias llegan ser orgnicas
por tal manera, que un nio francs ser un francs, aunque se eduque en un
pueblo extrao; en fin, si el hecho general, del cual es un ejemplo lo dicho, se
extiende toda la naturaleza, sin excluir la inteligencia humana, resulta que,
desde el momento en que ha existido un rden determinado para la adquisicion
por la humanidad de los diferentes conocimientos que sta posee, existe en el nio
una predisposicion adquirir estos conocimientos en aquel mismo rden. De
modo que, aun cuando este rden fuera en s mismo indiferente, se facilitara la
educacion conduciendo el espritu del indivduo por los trmites por que ha
pasado el espritu de la raza. Pero este rden no es indiferente en s mismo, y
de aqu la razon fundamental por cuya virtud la educacion debe reproducir, en
pequeo, la historia de la civilizacion. Puede [129] probarse, la vez, que el
desarrollo histrico est sometido leyes necesarias, y que sus causas se
aplican lo mismo al indivduo que la especie. Para no entrar en la exposicion
detallada de todas estas causas, basta decir ahora que, si la inteligencia humana,
asediada por toda clase de fenmenos y esforzndose por comprenderlos, ha
llegado, despues de una srie infinita de comparaciones, de especulaciones, de
experiencias, de teoras, la ciencia de cada objeto por un camino particular, es
razonable inferir de ello que la relacion del espritu con los fenmenos es tal, que
no puede adquirir esta ciencia por ningun otro camino. De las razones expuestas
se deduce, por consiguiente, que para hallar el buen mtodo de educacion debe
consultarse la marcha que la civilizacion ha seguido.
5. Una de las conclusiones que esto conduce es, que en cada rama de
conocimientos se debe proceder de lo emprico lo racional. En la marcha del
progreso humano, cada ciencia nace del arte que con ella se corresponde. De la
necesidad en que estamos, como indivduos y como raza, de llegar lo abstracto
por la observacion de lo concreto, resulta que debe prepararse el camino la
ciencia mediante una experiencia repetida y gran nmero de generalizaciones
empricas. La ciencia es el conocimiento organizado, y para que el conocimiento
se organice, es menester [130] que exista prviamente. Por consecuencia, todo
estudio debe tener una base puramente experimental, no debiendo utilizarse el
razonamiento hasta que se posea un amplio fondo de observaciones acumuladas.
Como ejemplo de esta regla, podemos citar la costumbre que empieza estar en
boga de ensear la gramtica despues de la lengua, la que de ordinario se sigue
de hacer dibujar los discpulos desde mucho antes de explicarles las leyes de la
perspectiva. Indicaremos ms tarde nuevas aplicaciones.
6. Otro corolario del principio general que acabamos de enunciar, acerca de
cuya importancia nunca insistiramos demasiado, es que, en materia de educacion,
se debe alentar por todos los medios el desenvolvimiento expontneo. Seria
menester que el nio fuese conducido hacer por s mismo las investigaciones,
deducir por s mismo las consecuencias de su descubrimiento. Seria preciso decirle
lo mnos posible, obligndole encontrar la mayor parte. La humanidad no ha
progresado sino educndose s misma, y el mejor medio para el indivduo de
llegar los resultados ms satisfactorios posibles es el seguir este ejemplo: del
xito que alcanzaramos, nos dan frecuentemente pruebas los hombres que sin
auxilio ageno se han elevado la cumbre de la ciencia. Las personas que se han
educado bajo la disciplina ordinaria de las escuelas y que abrigan la creencia [131]
de que la educacion no puede obedecer otros principios, considerarn como
imposible el convertir un nio en su propio maestro. No obstante, si se toman

el trabajo de reflexionar que el conocimiento fundamental, el ms importante


de los objetos que le rodean, lo adquiere el nio sin el socorro de nadie; si
recuerdan que aprende por s solo la lengua materna; si se dan cuenta de la
suma de observaciones, de experiencias, de conocimientos extra-escolares que
cada hombre adquiere por s mismo; si se fijan en la inteligencia extraordinaria
que se desenvuelve en el pilluelo abandonado en las calles de Lndres, en cuantas
direcciones solicitan sus facultades las circunstancias en medio de las cuales
vive; si, por ltimo, quieren reflexionar en el gran nmero de indivduos que se
abren camino por su propio esfuerzo, luchando con las dificultades que les
presentan nuestros procedimientos universitarios, tan irracionales, y con otros
mil obstculos, deducirn, sin duda, que no es desatino el pensar que, si los
objetos le fuesen presentados en el rden y modo debidos, todo discpulo dotado
de capacidad regular podria superar, casi sin auxilio de nadie, las dificultades
sucesivas que encontrara. Quien haya sido testigo de la actividad incesante con
que el nio inquiere, pregunta, deduce; quien haya oido sus observaciones
acertadas acerca de las cosas que estn al alcance de sus facultades [132]
presentes, comprender que si se aplicase sistemticamente esa actividad los
estudios que estn igualmente su alcance, los proseguiria por s solo. La
necesidad que tiene el nio de que todo se le diga, procede de nuestra estupidez,
no de la suya. Le impedimos que observe los hechos que le interesan y que est
en aptitud de asimilarse prontamente, y ponemos ante sus ojos otros hechos
mucho ms complejos para l, y que, por consecuencia, le enojan. Cuando vemos
que no aprende voluntariamente estos hechos, nos valemos de la fuerza, de las
amenazas, de los castigos para vencer su repugnancia. Privndole de los
conocimientos que aspira, recargando su memoria de conocimientos que no puede
digerir, provocamos un estado morboso en sus facultades y un disgusto
profundo en su espritu todo estudio; y cuando la indolencia estpida del
maestro que as se produce, unida al rgimen que se le sigue imponiendo,
conducen al nio no comprender nada sin explicaciones y ser simple
recipiente de nuestras propias ideas, concluimos que la educacion solo puede
tener lugar por va de trasmision. Autores de la pasividad que caracteriza al nio,
la convertimos en motivo para continuar la aplicacion de nuestro mtodo. No
puede invocarse, pues, contra nuestro sistema la experiencia de los pedagogos, y
toda persona de buena f que se proponga convencerse de ello, ver que [133]
podemos seguir hasta el fin con confianza la disciplina de la naturaleza; que
podemos, ejerciendo hbilmente nuestro ministerio, hacer de suerte que el
espritu se desenvuelva tan espontneamente en sus ltimas fases como en las
primeras, y que, as solamente, dar todos sus frutos.
7. Como ltima piedra de toque, mediante la cual nos es fcil juzgar de la
excelencia de cualquier plan de educacion, surge naturalmente la siguiente
pregunta: Hay en el nio excitacion agradable? Siempre que haya dudas sobre
cul d dos modos de dos rdenes de estudios est ms en armona con los
principios anteriormente establecidos, podemos apelar este criterio sin temor de
equivocarnos. Aunque uno de los dos mtodos parezca mejor en teora, desde el
instante que no excite inters lo excite en menor grado que el otro, debemos
renunciar l; porque los instintos intelectuales del nio son gua ms seguro que
nuestros razonamientos. Bajo el punto de vista de las facultades intelectuales,
podemos estar cierto de que, en condiciones normales, la actividad sana es
agradable y la actividad que no sea agradable degenerar en morbosa. Aunque
hasta aqu el sentimiento no se adapta sino muy imperfectamente esta ley, la

inteligencia la obedece casi en un todo; al mnos as se observa en el nio. La


repugnancia que experimenta hcia tal cual estudio, con gran disgusto del
maestro, no [134] es repugnancia innata, sino repugnancia producida por el
sistema poco juicioso que con l se sigue. Fellenberg ha dicho: La experiencia me
ha enseado que la indolencia en los jvenes es cosa tan contraria su necesidad
natural de actividad, que mnos de ser efecto de una mala educacion, es casi
siempre indicio de algun defecto constitucional. En efecto, la actividad
espontnea que los nios tienen tanta inclinacion, reconoce por mvil el
aliciente del placer que causa el saludable ejercicio de las facultades. Es verdad
que algunas de nuestras facultades superiores, todavia poco desenvueltas en la
raza y que solo en cierto grado poseen las mejores organizaciones, no son siempre
impulsadas una actividad suficiente para su objeto; pero, por virtud de su misma
complejidad, no habr necesidad de ejercerlas hasta ms tarde, y cuando el
discpulo haya de servirse de ellas, habr llegado una edad en que entran en
juego los mviles exteriores y en que el placer indirecto compensa el disgusto
directo. Pero respecto las facultades mnos elevadas, el placer inmediato que
causa la actividad es el estmulo ordinario y, bien dirigido, el nico estmulo
necesario. Cuando nos hallemos precisados emplear otros, debemos ver en ellos
la prueba de que estamos en mal camino. La experiencia muestra que hay siempre
una manera de interesar y de interesar mucho los nios, y todas las dems
piedras [135] de toque que se acuda, patentizarn que esta manera es la
mejor bajo todos conceptos.
Estos principios directivos no tendrn gran peso para ciertas personas, si son
nicamente presentados bajo una forma abstracta. As, pues, tanto para mostrar
ejemplos de su aplicacion como para deducir algunas de sus consecuencias
particulares, nos proponemos pasar ahora de la teora de la educacion su
prctica.
Opinaba Pestalozzi, y esta opinion gana diariamente terreno, que hay cierta
educacion que debe empezar en la cuna. Quien haya visto los ojos de un nio
desmesuradamente abiertos, fijndose en todo lo que le rodea, sabe que su
educacion empieza, de hecho, desde aquel momento. Aquellos pequeos dedos
que todo lo tocan, con los que lleva la boca cuantos objetos h las manos,
sirven para que su espritu d los primeros pasos en el camino que conduce al
descubrimiento de los planetas invisibles, la invencion de los mtodos
algebraicos, la produccion de las grandes obras de pintura, la composicion de
sinfonas y de peras. Siendo en sus comienzos la actividad de las facultades
espontnea irresistible, trtase de saber si debemos proporcionarle una gran
variedad de elementos en que pueda ejercitarse: por nuestra parte, no
encontramos ms solucion que la afirmativa. No obstante, como ya lo [136]
hemos dicho, puede estarse de acuerdo con la teora de Pestalozzi sin estarlo con
su prctica, y aqu se presenta precisamente un caso en que diferimos de su
opinion.
Hablando de la manera de ensear leer, dice:
El libro para deletrear debe, pues, contener todos los sonidos empleados en la
lengua, y es menester ponerlo en manos de los nios desde la ms tierna edad de
stos. El nio que aprende deletrear en su libro, debe repetir los sonidos que
encierra su hermanito antes que este pueda pronunciarlos, de modo que se
impriman profundamente en su espritu por la frecuente repeticion.
Teniendo en cuenta, adems de esto, los consejos contenidos en el Manual de

la Madre acerca del mtodo de educacion aplicable al nio por la nodriza,


Manual donde el autor se extiende en observaciones relativas al nombre, la
posicion, las relaciones, al nmero, las propiedades del cuerpo y de los
miembros, se ve que las nociones de Pestalozzi respecto al desenvolvimiento
mental del hombre en el primer perodo de su vida, eran demasiado groseras
para que pudiese trazar un plan juicioso, Veamos la marcha que indica la
psicologa.
Las primeras impresiones que el espritu puede asimilarse, son las sensaciones
indivisibles de [137] resistencia, de luz, de sonido, etc. Es evidente que los
estados de conciencia complejos no pueden preceder los simples. No es posible
tener idea de la forma antes de saber apreciar la luz en sus gradaciones y
cualidades, la resistencia en sus diferentes grados de intensidad; porque
(sbese de antiguo) reconocemos la forma visible por las variaciones de la
resistencia. Por igual manera, no puede conocerse ningun sonido articulado
antes de conocer los inarticulados que lo producen. Ocurre lo mismo en todos los
casos anlogos. As, pues, para seguir la ley de progresion necesaria de lo simple
lo compuesto, deberamos proporcionar al nio un nmero suficiente de objetos
que ofreciesen diferentes grados y diversas clases de resistencia, diferentes grados
y diversas cualidades de luz, y otros objetos, tambien, que produjesen multitud de
sonidos distintos en fuerza, en tonalidad y en timbre. Se ve que esta conclusion,
mentada a priori, est justificada por los instintos de la infancia, cuando se
observa el placer con que el nio muerde sus juguetes, palpa los brillantes
botones de la chaqueta de su hermano y tira de los bigotes su pap; cuando se
ve cmo absorbe su atencion la vista de un objeto de colores vivos, objeto al cual
aplica la palabra de bonito tan pronto como puede pronunciarla, nicamente
causa de su brillo, y cmo su rostro se alegra con una sonrisa oyendo la chchara
de su [138] nodriza, el castaeteo de los dedos de un amigo, cualquier sonido
nuevo para l. Felizmente, los hbitos de las nieras y de las nodrizas responden
bastante bien estas primeras necesidades de la educacion. No obstante, falta an
mucho que hacer, y esta omision tiene ms importancia de lo que algunos pueden
figurarse. En cada una de nuestras facultades, hay mayor aptitud para recibir
impresiones vivas durante la actividad espontnea que acompaa su evolucion,
que en cualquier otro perodo. Adems, como es necesario adquirir los elementos
simples, y en su adquisicion hay que ocupar algun tiempo, se economizar ste
empleando el primer perodo de la infancia, cuando ningun otro gnero de
ocupacion intelectual es posible, en familiarizarse por completo con las
impresiones primordiales en todas las esferas. No olvidemos que el carcter y la
salud del nio han de mejorarse con el placer que recibir de la multiplicidad de
emociones, que todos ellos se asimilan con tanto ardor. Si no nos lo impidiesen
los lmites que nos hemos impuesto, nos extenderamos aqu en algunas tiles
indicaciones acerca de un mtodo, ms sistemtico que el ordinario, de
proporcionar elementos las percepciones simples del nio. Pero basta recordar
la ley general de evolucion de lo indefinido lo definido, para que se comprenda
que este mtodo debe basarse en el corolario de dicha ley, [139] segun el cual,
durante el desarrollo de cada facultad, las impresiones que ofrezcan mayor
contraste son las primeramente percibidas. As, los sonidos que difieren mucho
en fuerza y en tonalidad, los colores muy distintos entre s, las sustancias que no
se parecen en el tejido ni en la dureza, deben ser lo primero que se presente,
debiendo ser lenta la progresion hcia impresiones ms vecinas unas de otras.

Pasando las lecciones de cosas, que son evidentemente la continuacion


natural de esta cultura inicial de los sentidos, haremos observar, que el sistema
seguido comunmente es distinto en un todo del de la naturaleza, tal como ste se
nos manifiesta en la infancia, en la vida adulta y en la historia de la civilizacion.
Se deber, dice Marcel, mostrar al nio cmo se ligan entre s las diferentes
partes de un objeto, etc. Todo manual de lecciones de cosas contiene una lista de
hechos, que se dir al nio con motivo de cada objeto que se le ensee. Ahora
bien, sabemos por la observacion ms ligera de la vida diaria del nio, que todo
lo que ste aprende antes de saber leer, lo aprende por s mismo; que las
propiedades de solidez y de pesadez, asociadas cierta apariencia, los colores y las
formas que distinguen las personas, la produccion de sonidos especiales por
animales de cierto aspecto, son [140] fenmenos que observa por s solo. En la
edad adulta, cuando ya nos faltan maestros, hacemos por nosotros mismos,
cada momento, observaciones interesantes y deducimos diariamente de nuestra
experiencia reglas de conducta, dependiendo el xito en la vida de la manera
ms mnos completa como se observa, ms mnos exacta como se concluye.
Es razonable, pues, que, cuando vemos reproducirse en el nio y en el hombre la
marcha seguida en la evolucion de toda la humanidad, deba adoptarse la marcha
opuesta durante el perodo que se extiende desde la infancia la madurez, y
esto, en cosa tan simple como en la de ensear conocer las propiedades de los
objetos? No es claro, por el contrario, que se debe seguir en todo y siempre el
mismo mtodo? No es ste el que la naturaleza emplea contnuamente con
nosotros, sin exigirnos ms que la voluntad de comprenderlo y la humildad de
someternos l? Hay nada ms manifiesto que el deseo de simpata intelectual
que experimentan los nios? Ved un pequeo sentado en vuestras rodillas,
aproximando sus mejillas vuestro rostro para que podais contemplarlas! Ved
cmo os mira cuando con su mano os d un golpe en la mesa! Cmo vuelve
empezar miraros otra vez, pareciendo deciros: Oye este nuevo sonido! Ved
cmo entra en la habitacion gritando: Mam, mira esto; mam, mira aquello!:
[141] costumbre que conservara por largo tiempo si la ignorante de su mam no
le prohibiese molestarla. Observad cmo, cuando estn en paseo, corren todos
hcia su niera para ensearle la flor que han cogido, hacerle ver que es bonita
y lograr que asienta ello! Fijaos en la ardiente volubilidad con que todos
refieren las cosas nuevas que han visto, con solo hallar una persona que les preste
oido. Ante semejantes hechos, la verdad surge por s misma! No es evidente que
debemos adaptar nuestra conducta estos instintos intelectuales, que debemos
sistematizar el procedimiento de la naturaleza, escuchando todo lo que el nio
quiera decirnos acerca de cada objeto, alentndole y hacindole que nos
manifieste todo lo que se le ocurra, llamando algunas veces su atencion hcia
hechos que se le hayan escapado (esto fin de ponerle en condiciones de que los
observe cuando vuelvan presentrsele), y luego facilitndole indicndole
nuevas sries de objetos, en los cuales pueda ejercitarse por un exmen completo?
Ved cmo una madre inteligente dirige las lecciones de su hijo, segun este mtodo!
Le familiariza con los nombres de los atributos simples, dureza, blandura, color,
gusto, dimensiones; en esta tarea le ayuda su mismo hijo, que le muestra con
empeo que esto es rojo, que aquello es duro, tan pronto como ha aprendido las
palabras con que se designan estas propiedades. Despues [142], y medida que
le v presentando otros objetos para que los vea y palpe, llama su atencion hcia
algunas de sus propiedades adicionales, teniendo cuidado de reunirlas en una
mencion comun con las que ya conoce, de modo que por su tendencia natural la

imitacion, el nio adquiera la costumbre de repetirlas unas despues de otras.


Poco poco, como sobrevienen casos en los cuales el nio omite citar una
muchas de las propiedades que ya conoce, la madre le pregunta si no tiene nada
que aadir acerca del objeto presente, y no siendo probable que recuerde nada, le
manifiesta lo que ha omitido, no sin dejarle reflexionar algun tiempo y sin reirse
algo de su olvido. Repetida esta prueba varias veces, el nio acaba por recordarlo
todo desde luego. Ms adelante, le dice que sabe acerca del objeto en cuestion
algo ms que l, excita su orgullo y logra, si el problema es de fcil solucion, que
lo resuelva por s mismo. El nio se siente orgulloso de su xito, y la madre
premia su inteligencia; desea aquel nuevas victorias, y sta se las prepara. A
medida que las facultades del uno se desenvuelven, agrega la otra nuevas
propiedades su lista, progresando de la cualidad de duro la de dulce, de la de
rugoso la de compacto, del color la tersura, de los cuerpos simples los
compuestos; complica siempre el problema en proporcion de sus fuerzas,
exigiendo cada vez ms su [143] atencion y su memoria; sostiene siempre
su inters, proporcionndole elementos de nuevas impresiones que pueda
asimilarse, y brindndole sin cesar ocasion de enorgullecerse con las victorias que
es capaz de alcanzar. Obrando as, secunda simplemente la marcha espontnea
seguida por el nio en el primer perodo de su vida, no hace ms que auxiliar la
evolucion natural de su inteligencia, y auxiliarla de la manera que le indican la
curiosidad y los movimientos instintivos del nio. Es evidente que dicho
procedimiento es el ms propio para que ste adquiera el hbito de observar
fondo, en lo que debe consistir, segun sus mismos defensores proclaman, el objeto
de las lecciones de cosas. Decir las cosas un nio y mostrrselas, no es ensearle
observar, es convertirle en simple recipiente de las observaciones agenas; es
debilitar, ms bien que fortalecer, su disposicion natural instruirse
espontneamente; es privarle del placer que proporciona la actividad cuando el
xito la corona; es presentarle la atractiva tarea de adquirir conocimientos bajo
la forma de una enseanza rutinaria, y producir con ello la indiferencia, el
disgusto que frecuentemente experimentan los nios por estas lecciones. Por el
contrario, con el procedimiento que hemos expuesto, se d al espritu el alimento
que desea, se agregan los estmulos intelectuales los sentimientos que
naturalmente se les asocian, el [144] amor propio y la simpata; se produce,
por medio de todos estos motivos, una intensidad de atencion que procura
percepciones enrgicas y completas; en una palabra, se habita al espritu
desde los comienzos ayudarse s mismo, hbito que conservar toda su vida.
Es menester seguir en las lecciones de cosas otros mtodos que los actuales,
abrazar en ellas mayor nmero de objetos y prolongarlas por un espacio de
tiempo ms considerable. No deben limitarse los objetos encerrados en la casa,
sino abarcar tambien los que se encuentran en el campo, en los setos, en las
carreteras y en las playas. No deben terminar con la infancia, sino ser
continuadas en la juventud, por tal manera que vinieran insensiblemente
confundirse con las investigaciones del naturalista y del sbio. Aun aqu, solo
tenemos que seguir las indicaciones de la naturaleza. Hay placer mayor que el
del nio que coje una flor nueva, se apodera de un insecto desconocido rene
piedrecillas y conchas? Y quin no ve que, con cario y habilidad, puede llevrsele
al exmen completo de las cualidades y estructura de estos objetos? Todo botnico
que se haya acompaado de nios en sus excursiones, ha podido observar el
inters con que stos se asocian sus trabajos, su ardor en buscar plantas, la
atencion intensa con que siguen el exmen que de ellas hace, y las mltiples

incesantes preguntas [145] con que le abruman. El discpulo de Bacon,


consecuente consigo mismo, servidor intrprete de la naturaleza
comprender que debe ceirse obedecer modestamente estas indicaciones.
Familiarizado ya el nio con las propiedades simples de los cuerpos inorgnicos,
deber procurarse que pase, mediante el procedimiento ya sabido, al exmen
completo de los objetos que encuentra en sus paseos diarios. Se empezar por los
hechos menos complejos, por ejemplo: en las plantas se observar el color, el
nmero, la forma de los ptalos, de los tallos y de las hojas; en los insectos, el
nmero de alas, de patas, de antenas y el color; en las flores, el nmero de
estambres y pistilos, la forma de la corola es radiada bilateral?, la disposicion
y aspecto de las hojas son opuestas alternas, pedunculadas no pedunculadas,
tersas aterciopeladas, dentadas unidas?; en los insectos, las divisiones del
cuerpo, los segmentos del abdomen, los matices de las alas, el nmero de
articulaciones de las patas, la disposicion de todos los rganos, etc. El fin de
este sistema ser siempre inspirar al nio el deseo de verlo y decirlo todo por s
mismo. Ms tarde, y cuando haya llegado el momento oportuno, se podr, como
por favor, indicar al nio los medios de conservar las plantas, las que los
conocimientos adquiridos habrn dado tanto precio, y tal vez, y por un favor
mayor todavia, facilitarle el [146] aparato necesario para preservar de las
moscas y araas domsticas las larvas durante su trasformacion:
entretenimiento que, hemos hecho la prueba, es de los ms interesantes; dura por
espacio de aos, y cuando llega ser el punto de partida de una coleccion
entomolgica, aade inmenso atractivo los paseos del domingo y sirve de
introduccion excelente al estudio de la fisiologa.
No esperamos que se nos conteste que con esto se perdera tiempo y
fuerzas, y que seria preferible para el nio el aprender escribir y la tabla de
multiplicar, para prepararse al trabajo y ocupaciones que le esperan en la vida.
Lamentaramos que se tuviese idea tan grosera de lo que constituye la educacion,
y concepcion tan estrecha de la utilidad. Sin hablar de la necesidad que hay de
desenvolver sistemticamente las percepciones y del valor del mtodo expuesto
para llegar este resultado, pretendemos que los conocimientos as adquiridos
tienen verdadera importancia. Si los hombres no debiesen ser sino mercaderes
tenedores de libros; si no debiesen poseer ms nociones que las relativas su
profesion; si fuera preciso que todos se pareciesen al vagabundo, que no concibe
otro placer campestre que el de sentarse en una terraza fumar su pipa y beber
un vaso de vino, al aristcrata, para quien los bosques son simplemente sitios
donde se caza y las plantas agrestes yerbas intiles nocivas, [147] y que
clasifica los animales en de caza, de trabajo y sabandijas, entonces no deberia
aprenderse, en efecto, sino lo que pudiera contrbuir llenar el bolsillo y el
granero. Pero si existen objetos ms dignos de nuestra ambicion, si las cosas
que nos rodean sirven para algo ms que para hacer dinero, si hay en nosotros
facultades distintas de los apetitos sensuales, si los goces que procuran las artes,
la poesa, la ciencia y la filosofa tienen alguna importancia para nuestra
felicidad, entonces es conveniente que sea alentada la inclinacion de todos los
nios observar las bellezas de la naturaleza y estudiar sus fenmenos.
Adems, ese utilitarismo grosero, que lleva los hombres pensar que basta
venir al mundo y abandonarle sin curarse para nada de los objetos que
encierra, obtendr tambien provecho de nuestro sistema. Ya veremos que la
ciencia de las leyes de la vida es, bajo todos conceptos, la ms importante de
todas, porque estas leyes no solo presiden nuestros pensamientos, si que se

imponen tambien, implcitamente, en todas las transacciones pblicas y


privadas, en comercio, en poltica, en moral, siendo imposible, sin la inteligencia
de las mismas, conducirse acertadamente ni como hombres ni como ciudadanos.
Veremos de igual modo, ms adelante, que las leyes de la vida son esencialmente
las mismas en todo el reino orgnico, y adems, que no pueden ser
comprendidas [148] en sus manifestaciones complejas, sin haberlo sido antes en
sus manifestaciones simples. Y cuando hayamos visto esto, veremos tambien que
ayudando al nio adquirir conocimientos acerca de los objetos que traspasan los
lmites de la casa, conocimientos de que se muestra tan vido, y alentndole en
este camino durante toda su juventud, le facilitamos la reunion de los
elementos primordiales de una organizacion cientfica para el porvenir,
elementos en los que algun dia hallar su espritu materia apta para esas
poderosas generalizaciones mediante las cuales son sabiamente dirigidas las
acciones de los hombres.
La opinion, ya muy difundida, de que el dibujo es uno de los elementos ms
importantes de la educacion, prueba que se comienza tener idea ms justa de lo
que es la cultura del espritu. Es tambien otro signo de la misma ndole, el que los
maestros adoptan, al fin, la marcha que la naturaleza constantemente les indica.
Los esfuerzos hechos por los nios para representar las personas, las casas, los
rboles, los animales que ven-en una pizarra, falta de otra cosa mejor, con un
lpiz-plomo en el papel, si se les des hecho conocido de todo el mundo. Ver
estampas es uno de sus mayores placeres, y su tendencia la imitacion les inspira,
como en todo, el deseo de hacer otras iguales. Estos esfuerzos para asimilarse los
[149] objetos que hieren su vista, constituyen tambien un ejercicio til de las
percepciones y un medio de que stas sean ms exactas y completas. Y al tratar de
interesarnos en sus descubrimientos acerca de las propiedades visibles de los
objetos, al esforzarse por llevar nuestra atencion hcia sus dibujos, solicitan
precisamente, de nuestra parte, el gnero de cultura de que tienen mayor
necesidad.
Si los profesores se hubiesen dejado guiar por las indicaciones de la naturaleza,
no solo considerando el dibujo como parte de su enseanza, sino consultando esas
indicaciones en la eleccion de los mtodos adoptados para ensearlo, hubiese sido
todavia mucho mejor. Cules son los objetos que el nio procura representar
primeramente? Los voluminosos, los que tienen color agradable, aquellos que
asocia sus placeres, las personas que le han causado alguna emocion, las vacas, los
perros que le interesan por los numerosos fenmenos que presentan, las casas que
ve diariamente y que le llaman la atencion por sus dimensiones, por el
contraste que ofrecen sus partes. Y cul es el procedimiento de representacion
que ms le agrada? La coloracion. A falta de otra cosa, se sirve del lpiz y del
papel. Pero una caja de colores y un pincel, son para l tesoros de valor
inestimable. Dibuja un objeto slo por el placer de pintarlo, y si se le entrega un
libro de litografa con el permiso de darle de color, qu felicidad! Por ridculo
[150] que esto pueda parecer los profesores de dibujo, que aplazan el estudio de
la pintura y ensean la forma mediante enojosos ejercicios de dibujo lineal,
estamos convencidos de que la marcha indicada por la naturaleza es la nica
buena. La prioridad del colorido sobre el dibujo, prioridad fundada en la
psicologa, como ya lo hemos dicho, debe ser admitida de buen grado, y desde un
principio deben tomarse por modelo objetos reales. Ese placer superior del
colorido, que se muestra en el nio y persiste en muchas personas durante toda

su vida, debe servir de estmulo natural al estudio comparativamente difcil


ingrato de la forma. Ha de ofrecerse la esperanza prxima de pintar, como una
recompensa al trabajo de la delineacion. Deben alentarse los esfuerzos del nio
para reproducir los objetos actuales de su inters, con la certidumbre de que
medida que vaya adquiriendo experiencia, los objetos ms sencillos y de ejecucion
ms prctica irn siendo interesantes para l y ensayar igualmente
reproducirlos, aproximndose por grados la imitacion exacta de la realidad.
No es razon para desechar nuestro mtodo, el que estos primeros ensayos sean
confusos indefinidos. No importa que las formas sean grotescas, no importa que
los colores sean chillones y formen chafarrines. No se trata de saber si el nio
dibuja bien, se trata de saber si desenvuelve sus facultades. Es menester, ante
todo, que sea [151] dueo de los movimientos de su mano y que adquiera alguna
nocion, aunque sea grosera, de la semejanza, y para lograr este fin, nada mejor
que nuestro mtodo, iniciado por l espontneamente y con gusto. En los
primeros aos no es posible recibir lecciones srias de dibujo: reprimiremos,
pues, esos esfuerzos de cultura espontnea, bien, los alentaremos y guiaremos,
considerndolos como ejercicios naturales del poder de percepcion y de
manipulacion? Entregando grabados en madera los nios, para que los den de
color, y mapas, para que tinten las lneas divisorias, estimulamos en ellos
agradablemente la facultad del colorido, y, adems, les facilitamos
accidentalmente algun conocimiento de las cosas y de los pases, y cierta habilidad
en manejar el pincel con mano firme. Si proporcionndoles objetos seductores
que imitar, mantenemos en ellos el hbito instintivo de reproducirlos, por
groseramente que sea, suceder que, cuando llegue el tiempo de darles lecciones
de dibujo, tendrn una aptitud de que en otro caso careceran. Se habr ganado
tiempo y economizado trabajo, los discpulos y al maestro.
Puede inferirse fcilmente de lo que acabamos de decir, que condenamos la
prctica de que los nios copien y, ms an, ese mtodo extricto de ciertos
maestros de comenzar por lneas rectas, lneas curvas y lneas compuestas.
Lamentamos que la sociedad de Bellas Altes haya ltimamente dado [152] en su
lista de manuales de Instruccion y Prctica elemental, el apoyo de su autoridad
una obra de dibujo, que es la peor que en nuestra vida hemos visto. Nos referimos
al Manual de dibujo del escultor John Bell. Como se dice en el prefacio, el autor
se propone facilitar al alumno un medio sencillo y lgico de instruirse, y este
fin comienza por cierto nmero de definiciones, como las siguientes:
Lnea simple, en dibujo, es un trazo ligero que v de un punto otro.
Las lneas, en dibujo, pueden dividirse en dos clases:
1. La lnea recta, que v de un punto otro por el camino ms corto,
ejemplo: A B.
2. La lnea curva, que no v de un punto otro por el camino ms corto,
ejemplo: C D.
Y por este estilo, el profesor ensea al alumno lo que es lnea horizontal,
perpendicular, vertical; cules son los diferentes grados de los ngulos y las
distintas figuras que se forman con los ngulos y las lneas. La obra es, en una
palabra, una gramtica de la forma, con ejercicios. Por manera que, reaparece en
la enseanza del dibujo el sistema de colocar en el comienzo de un estudio el
anlisis descarnado de los elementos, sistema desterrado ya de la enseanza de
las lenguas. Empezamos por lo definido en vez de empezar por lo indefinido; lo
abstracto precede una [153] vez ms lo concreto; la concepcion cientfica, las
experiencias empricas. Ocioso es repetir que con esto se trastorna el rden

natural. Se ha dicho con mucha exactitud: la costumbre de que la prctica de un


idioma antecedan las definiciones de las partes del discurso y de su empleo, es casi
tan poco razonable, como lo seria el que se hiciese anteceder al ejercicio
ambulatorio un curso acerca de los huesos, los msculos y los nrvios de la
pierna. Pues lo mismo puede decirse de esa proposicion, segun la cual el arte de la
representacion de los objetos debe ir precedido de la nomenclatura y de las
definiciones de las lneas, tales como el anlisis nos las presenta.
Estos detalles tcnicos son, la vez, enojosos intiles. Hacen desagradable el
estudio desde el primer momento, y son intiles, porque hay seguridad de que el
nio ha de aprenderlos, sin cuidarse de ello, por el uso. Lo mismo que aprende
el sentido de las palabras que se pronuncian en su presencia sin el auxilio de los
diccionarios, aprender sin esfuerzo y hasta con placer por la observacion directa
de las cosas, de las pinturas y de sus propios dibujos, los trminos tcnicos, que
en un principio se le antojan misterios enfadosos37.
Si es lcito confiar en los principios generales de educacion que hemos
establecido, las lecciones del maestro debern constantemente asociarse los
esfuerzos del nio, que creemos tan dignos de [154] ser estimulados. Cuando los
ensayos voluntarios de ste le hayan dado alguna seguridad en la mano y cierta
idea de la proporcion, comenzar concebir vagamente los cuerpos presentando
sus tres dimensiones en la perspectiva. Y cuando, despues de muchos esfuerzos y
de no pocos fracasos para representar en el papel esta apariencia, haya llegado
comprender algo de lo que debe hacer para lograr su propsito, y concebido el
deseo de realizarlo, se le podr dar la primera leccion de perspectiva emprica, por
medio del aparato que se emplea de ordinario para explicar cientficamente las
leyes de la perspectiva. Colcase una plancha de vidrio verticalmente sobre la
mesa, interponindola entre el ojo del nio y un objeto cualquiera, un libro, por
ejemplo. Advirtese al nio que no cambie de punto de vista, y se le manda
sealar por puntos en el cristal los ngulos del objeto. Se le dice luego que rena
estos puntos por medio de lneas, y al hacerlo, le es fcil observar que estas lneas
siguen los contornos del libro. Entonces, colocando una hoja de papel detrs del
cristal, se le hace ver que las lneas que ha trazado representan el objeto tal como
lo ha visto, y que no solo reproducen su apariencia, sino que le son realmente
semejantes, siempre que estn bien trazadas; pudiendo convencerse plenamente de
ello quitando y volviendo poner el papel detrs del cristal, tantas veces como le
parezca. El [155] hecho es, sus ojos, nuevo y sorprendente. Contiene la
demostracion experimental de que las lneas de cierta longitud, colocadas en
determinadas direcciones en una superficie plana, pueden representar lneas de
otra longitud y ocupando otras posiciones en el espacio. Cambiando la posicion
del objeto colocado detrs de la plancha de cristal, puede observar tambien cmo
las lneas se acortan y desapareen, cmo otras aparecen y se prolongan. La
convergencia de las paralelas y todos los hechos ms importantes de la
perspectiva, pueden as, de tiempo en tiempo, serle demostrados por igual
mtodo. Y cuando haya adquirido suficientemente el hbito de ayudarse as
mismo, tendr empeo, si se le aconseja, en trazar aquellas lneas simple vista
sobre el papel. Ms adelante, querr dibujar por s solo un objeto, el cual
comparar en seguida con la silueta trazada en el cristal. De este modo adquirir,
37

La voz enfadoso, referida a las personas y cosas que de suyo causan enfado
(DRAE, 1869), ha cado en progresivo desuso. Su ltima aparicin en el DRAE data de
1992. (N. del Ed.)

poco poco, por un mtodo sencillo y agradable, el hbito de observar las


apariencias lineales de los objetos y la facilidad de reproducirlos, sin pasar por el
procedimiento ininteligente38 y mecnico de copiar los dibujos de otros. Se
agrega esta ventaja, la de que el discpulo aprende por este medio, sin darse
cuenta de ello, la verdadera teora de la pintura - saber, que esta es una
delineacion de los objetos, tal como se nos presentan cuando se proyectan en una
superficie plana interpuesta entre ellos y los [156] otros,y de esta manera,
cuando llegue la edad de comenzar el estudio cientfico de la perspectiva, conocer
ya perfectamente los hechos que son su base lgica.
Como ejemplo de un mtodo racional de hacer concebir los nios las primeras
ideas geomtricas, copiamos de Wysse el pasaje siguiente:
Se debe acostumbrar al nio servirse de cubos, para aprender la aritmtica;
ensesele tambien servirse de ellos, para aprender los elementos de la
geometra. Yo quisiera que se comenzase por los slidos, cosa contraria la que
se hace de ordinario. Esto evitaria las definiciones absurdas y las errneas
explicaciones acerca del punto, de la lnea, de la superficie, que son simplemente
abstracciones. El cubo presenta muchos de los elementos principares de la
geometra: puntos, lneas rectas, lneas paralelas, ngulos, paralelgramos, etc.,
etc. El cubo es divisible por partes. El discpulo, familiarizado ya con estas
divisiones por la numeracion, pasa ahora la comparacion de estas partes y de sus
relaciones entre s; en seguida progresa del crculo al globo, y adquiere las
nociones elementales acerca del crculo, de las curvas en general, etc., etc. Cuando
el alumno est suficientemente instruido en los slidos, se sustituyen stos por
superficies planas. La transicion puede ser muy fcil. Por ejemplo, se corta el cubo
en lminas delgadas, que [157] se extienden sobre el papel; el discpulo ver que
hay tantos rectngulos planos como secciones. Se har lo mismo con los dems
slidos. Se someter la esfera idntico procedimiento, y de esta suerte el nio
aprender cul es la generacion real de las superficies, y podr enseguida
abstraerlas fcilmente de todo slido. Cuando conozca el alfabeto de la geometra y
sepa leer esta ciencia, empezar escribirla.
38

Garca del Mazo comete algunos errores lingsticos derivados de la intermediacin


de la traduccin francesa (v. nota 7):
Education (83)
Thus without the unintelligent, mechanical practice of copying other drawings,
De Lducation (1894:148)
lhabitude dobserver les apparences linaires des objets et la facilit de les
reproduire, sans passer par le procd inintelligent et mcanique de copier les
dessins des autres.

El trmino ininteligente nunca ha formado parte del vocabulario de la lengua


castellana. Pese a que otras traducciones no lo incluyen, sus propuestas tampoco
parecen muy afortunadas:
R. F. S. (1880)
sin necesidad de recurrir al sistema ininteligible de copiar maquinalmente de
otro dibujo.
Garca Purn (1890:123)
sin necesidad de ejercicio mecnico y ni intelectual pueden imitar otros
dibujos;
(N. del Ed.)

La operacion ms simple, y de consiguiente la primera, ser la de colocar las


divisiones planas en una hoja de papel pasando el lpiz por los contornos.
Cuando haya hecho esto bastantes veces, se retira la seccion plana y se obliga al
nio copiarla de lejos.
Cuando el nio haya adquirido, por un mtodo anlogo al propuesto por
Wysse, cierta suma de conocimientos geomtricos, puede darse un nuevo paso,
acostumbrndole apreciar la exactitud de las figuras hechas pulso: de esta
manera se excite, su deseo de trazarlas correctamente, y se le acostumbra vencer
la dificultad de esta operacin. Es indudable que la geometra tiene su orgen
(como lo indica la misma palabra) en los mtodos descubiertos por el hombre
para tomar exactamente las medidas, cuyo conocimiento es indispensable en la
construccion de edificios, division de propiedades, etc., etc., y que se form un
cuerpo de doctrina con las verdades [158] que la constituyen, fin de facilitar su
aplicacion inmediata. Pues bien, en el mismo rden debe de ser presentada al
discpulo dicha ciencia. Ensendole cortar pedazos de carton para construir su
castillo de naipes, y dibujar diafragmas ornamentales que luego pintar;
ocupndole en las diversas cosas que un maestro ingenioso idear fcilmente, se
puede dejarle, por espacio de cierto tiempo, que haga sus tentativas por s
mismo, como las hizo el constructor primitivo. De este modo aprender
prcticamente, cun grande es la dificultad de llegar al fin deseado con el solo
auxilio de los sentidos. Cuando, ms adelante, haya desenvuelto su potencia de
observacion y est en condiciones de servirse del comps, apreciar sus ventajas,
pero seguir vindose entorpecido por la imperfeccion del mtodo aproximativo.
Puede quedar abandonado sus propias fuerzas durante algun tiempo en esta
fase de su trabajo: en primer lugar, porque ser an muy jven para avanzar
ms; en segundo, porque es conveniente que se penetre bien en la necesidad de
procedimientos sistemticos. Si es menester procurar que la adquisicion de
conocimientos sea interesante, y si en el primer perodo de civilizacion del
indivduo, como en el primer perodo de civilizacion de la raza, la ciencia solo se
aprecia por los servicios que presta las artes, es evidente que la verdadera
preparacion para el estudio [159] de la geometra consiste en prolongados
ejercicios en las artes de construccion, cuya ejecucion facilita tanto la ciencia
mencionada. Obsrvese que, tambien aqu, nos muestra el camino la naturaleza.
Los nios manifiestan gusto especial para edificar, para cortar objetos de papel;
gusto que, si es alentado y dirigido, allanar el camino las concepciones
cientficas y desenvolver, adems, esa habilidad mecnica que con tanta
frecuencia se necesita.
Cuando las facultades de observacion y de invencion hayan alcanzado la
potencia necesaria, podr iniciarse al discpulo en la geometra emprica, es decir,
en la geometra que d soluciones metdicas, pero sin demostrarlas. Como todas
las dems transiciones en la educacion, esta deber ser incidental. Hacer construir
al discpulo con carton un tetraedro, conforme al modelo que se le mostrar, es
interesarle en resolver un problema que puede servir de punto de partida al
nuevo estudio. El alumno ver desde luego que, para formar un tetraedro,
necesita cortar cuatro tringulos iguales y colocarlos en cierta posicion. Como es
imposible que lo haga con exactitud, careciendo de un mtodo exacto, observar,
al colocar los tringulos, que sus lados no se ajustan ni los ngulos coinciden en el
vrtice. Entonces se le puede explicar cmo, describiendo dos crculos, los [160]
tringulos se trazan con seguridad y con exactitud. Habindole ayudado de esta

suerte resolver el primer problema, fin de dejarle adivinar la ndole de los


mtodos geomtricos, dbese procurar en seguida que resuelva por s solo, lo
mejor que pueda, las cuestiones que se presenten. Dividir una lnea en dos partes
iguales, levantar una perpendicular, inscribir un cuadrado, dividir un ngulo,
tirar dos lneas paralelas, construir un exgono, son problemas que resolver
por s mismo con alguna paciencia. Despues se le irn presentando paso paso
otros ms complejos, que resolver, har esfuerzos por resolver, sin auxilio de
nadie. Ciertamente, habr muchas personas, educadas en el antiguo sistema, que
dudarn de esta afirmacin. Sin embargo, hablamos por experiencia, y por
experiencia comun y repetida. Hemos visto toda clase de nios de corta edad
interesarse tanto en la solucion de tal cual problema, que esperaban su leccion
de geometra como el acontecimiento culminante de la semana. ltimamente
hemos oido hablar de un colegio de nios, en el que muchos de ellos se ocupan
voluntariamente en cuestiones geomtricas en las horas de descanso y recreo; y de
otro, en el que los discpulos no solo hacen lo mismo, sino que piden problemas
para resolverlos el domingo: hechos que damos bajo la f de los respectivos
profesores. Qu prueba de la posibilidad y del valor del desenvolvimiento [161]
espontneo! Una rama de la ciencia que, cuando se ensea por el mtodo
habitual, es rida y enojosa, se torna, siguiendo el procedimiento natural,
extremadamente interesante y profundamente til! Aadimos profundamente
til, porque sus efectos no se limitan la adquisicion de verdades geomtricas, sino
que frecuentemente originan una revolucion en el espritu. Se ha observado que
los nios cuya inteligencia habian como adormecido los mtodos escolarescon las
frmulas abstractas, el abuso y el hasto del estudio, renacian poderosamente
la vida intelectual, tan pronto como cesaban de ser puros recipientes pasivos y su
actividad entraba en ejercicio. Habiendo cedido, por virtud de mtodos de mayor
atractivo, el desaliento inspirado esos nios con los malos procedimientos de
enseanza, y habindose despertado en ellos alguna perseverancia consecuencia
de algunos triunfos obtenidos en el estudio, se ha operado una verdadera
revolucion en todas sus facultades. Ya no desconfiaban de sus propias fuerzas; se
creian tambien capaces de alguna cosa. Poco poco, medida que un xito se
agregaba otro, el desaliento dejaba de pesar sobre ellos, y acometan las
dificultades en todas las ramas del estudio con una energa que garantizaba de
antemano el vencimiento.
Algunas semanas despues de haber dado la estampa estas reflexiones, el
profesor Tyndall, [162] en una conferencia dada en el Instituto Real acerca de la
Importancia del estudio de la fsica como rama de la educacion, citaba
algunos hechos de la misma ndole, que son concluyentes. Su testimonio,
basado en observaciones personales, tiene demasiado peso para que no lo
trascribamos: Uno de los deberes que tuve que llenar, dice, fu el de dar una
clase de matemticas, y observ que Eclides y, en general, toda la geometria39
antigua, es, cuando se sabe interesar la inteligencia, un estudio de mucho
atractivo para la juventud. Pero yo sustraa siempre los nios la rutina de los
libros, y ponia en juego su iniciativa en cuestiones libremente elegidas. Al
principio desagradaba los nios verse sacados del camino trillado y se sentian
como desorientados; pero jams not que este disgusto durase. Cuando los veia
39

Este uso no acentuado de geometra obedece a un error tipogrfico teniendo en


cuenta que en el resto de apariciones de este trmino (diecisis en total) s aparece
acentuado. (N. del Ed.)

muy desalentados, les animaba refirindoles la ancdota de Newton, quien decia


que la nica diferencia que habia entre l y los dems hombres, era alguna ms
paciencia por su parte; la de Mirabeau, prohibiendo su criado pronunciar ante
l la estpida frase de que algo podia ser imposible. As alentados, volvian
siempre sonriendo su tarea, tal vez con cierto aire de duda, pero con la
resolucion de hacer nuevos ensayos. He visto brillar los ojos de los nios y les he
oido exclamar despues, con un placer del que el xtasis de Arqumedes era un
simple reflejo: [163] lo encontr, Seor! El sentimiento de sus propios
medios, despertado en ellos de esta suerte, tenia inmenso valor, y as animada mi
clase, verificaba progresos sorprendentes. Con frecuencia dejaba mis discpulos
en libertad de elegir entre las proposiciones contenidas en el libro, ensayar sus
fuerzas buscando otras. Nunca les vi decidirse por el libro. Estaba siempre pronto
ayudarles cuando creia necesario mi auxilio, pero de ordinario rehusaban.
Habian gustado las delicias de las conquistas intelectuales, y buscaban la ocasion
de nuevas victorias. He visto diafragmas suyos grabados en las paredes y en las
tarimas de la sala de recreo, y he observado otras muchas pruebas del vivo
inters que tomaban por el estudio. Por mi parte, ms bien limitaba sus vuelos,
no conociendo por completo las leyes de la pedagogia, como la entienden los
alemanes. Sin embargo, me atenia al espritu de la enseanza, tal como lo he
explicado en el comienzo de este discurso, esforzndome en hacer de la geometra,
no una rama, sino un medio de educacion. La experiencia me demostr que
estaba en lo cierto, y las mejores horas de mi vida son aquellas en que vi la
vigorosa y feliz expansion de las fuerzas mentales que me habia dirigido.
Esta geometra emprica, que presenta una srie sin fin de problemas, debe
ser continuada durante aos, la vez que otros estudios, que [164] pueden
con ventaja ir acompaados hasta el fin de las aplicaciones concretas que les han
servido de preliminares. Despues de conocer el cubo, el octaedro, las diversas
formas de la pirmide y del prisma, puede pasarse otros cuerpos regulares ms
complejos, como el dodecedro, el icosedro, que requieren gran inteligencia para
ser construidos con pedazos de carton. De aqu es fcil y natural la transicion
las formas modificadas de los cuerpos regulares, tales como las presentan las
cristalizaciones, el cubo truncado, el cubo de ngulos truncados y las variedades
anlogas del octaedro y del prisma; con lo que habr ocasion, mientras se imitan
las formas diversas que afectan las sales y los metales, de dar conocer al alumno
algunos de los grandes hechos de la mineraloga.(1) 40
Los que deseen un gua para el sistema de enseanza aqu expuesto, lo encontrarn en
un librito titulado: La geometra inventada, publicado por J. y C. Mozlez. Pater Noster.
Rozo. Lndres. (N. del A.)
(1)

40

En total Garca del Mazo reproduce nueve notas del autor de las diez que
originalmente se incluyeron en Education. De aqullas, cuatro son comentarios
aadidos y las cinco restantes son referencias de carcter intertextual que remiten a
otros textos o manuales. Garca del Mazo (1879/1884) no se limita a traducir las
indicaciones sino que, siguiendo las versiones francesas, traduce los ttulos de las
obras de referencia sin tener en cuenta si tales obras haban sido ya vertidas al
castellano o no. En ocasiones llega a reproducir errores que se encuentran en la
versin francesa al no transcribir correctamente el nombre del autor de la obra en
cuestin citada por Spencer:
Education (88)
in imitating which numerous forms assumed by different metals and salts, an
acquaintance with the leading facts of mineralogy will be incidentally gained.*

Como puede presumirse, la geometra racional no presentar ningun


obstculo al discpulo, despues que est prctico en ejercicios de este gnero.
Habituado , observar las relaciones de forma y de cantidad, habiendo
entrevisto muchas veces que ciertos resultados son necesarios dados ciertos datos,
no ver en las demostraciones de Eclidea sino el suplemento que faltaba
[165] los problemas que ya le son familiares. Sus facultades bien disciplinadas se
apoderarn fcilmente de las proposiciones sucesivas del maestro, y apreciar su
valor. Experimentar, adems, el placer de encontrar algunas veces por s mismo
el verdadero mtodo. As este estudio, rido para los que no han sido
preparados, ser agradable para l. Fltanos agregar que, con este
procedimiento, se adelantar el momento en que su espritu adquiera aptitud
para el ejercicio ms propio influyente en el desarrollo de nuestras facultades
reflexivas: las demostraciones originales. No tardarn en ser de fcil solucion
para l teoremas como los que contienen los libros de Eclides y de Chambers, y
la demostracion de estos teoremas facilitar el desarrollo espontneo, no solo de
las facultades intelectuales, s que tambien de las morales.
Llevar ms lejos estas indicaciones seria escribir un tratado minucioso de
educacion, y no es tal nuestro propsito. El bosquejo que hemos trazado de un

* Those who seek aid in carrying out the system of culture above described,
will find it in a little work entitled Inventional Geometry; published by J. and
C. Mozley, Paternoster Row, London
De Lducation (1880:106-7)
Ce qui procurera loccasion, pendant quon imitera les formes diverses
affectes par les sels et par les minraux, de faire connaitre llve
quelques-uns des grands faits de la minralogie (1).

(1) Ceux qui dsirent un guide pour lapplication du systme denseignement


expos ci-dessus le trouveront dans un petit livre intitul: La gomtrie
dinvention (Inventional Geometry), publi par J. et C. Mozley, Paternoster
Row, Londres. (Note de M. Spencer.)
De Lducation (1894:157)
Ce qui procurera loccasion, pendant quon imitera les formes diverses
affectes par les sels et par les mtaux, de faire connaitre llve
quelques-uns des grands faits de la minralogie1.

1
Ceux qui dsirent un guide pour lapplication du systme denseignement
expos ci-dessus le trouveront dans un petit livre intitul: La gomtrie
dinvention (Inventional Geometry), publi par J. et C. Mozlez, Pater Noster
Row, Londres.
Garca del Mazo (1879:182)
con lo que habr ocasion, mientras se imitan las formas diversas que afectan
las sales y los metales de dar conocer al alumno algunos de los grandes
hechos de la mineraloga. (I)

(I) Los que deseen un gua para el sistema de enseanza aqu expuesto, lo
encontrarn en un librito titulado: La geometra inventada publicado por J. y C.
Mozlez. Pater Noster. Rozo. Londres. (N. del A.)
(N. del Ed.)

plan de enseanza para ejercitar las percepciones del nio, dirigir las lecciones de
cosas y ensear el dibujo y la geometra, debe considerarse nicamente como un
ejemplo fundado en los principios generales expuestos. Creemos que si se
examina, se hallar dicho bosquejo conforme con las reglas que exigen se proceda
de lo [166] simple lo compuesto, de lo indefinido lo definido, de lo concreto
lo abstracto, de lo emprico lo racional, y pensamos tambien que responde las
condiciones requeridas, que son:, 1. que la educacion sea la reproduccion en
pequeo de la civilizacion; 2., que sea tan espontnea como se pueda; 3., que vaya
acompaada de placer. La reunion de estas condiciones en un solo y mismo
mtodo, sirve para mostrar, la vez, que ellas son verdaderas y el mtodo bueno.
Considrese, tambien, que dicho mtodo es el producto lgico de la tendencia
caracterstica de todos los progresos modernos en materia de educacion-esto es, la
adopcion plena y completa del sistema de la naturaleza, del que son aquellos
progresos la adopcion parcial;-y lo es, primero, porque se adapta los principios
establecidos; segundo, porque atiende las sugestiones directas del espritu del
nio. Hay, pues, sobrado motivo para creer que el procedimiento de educacion
expuesto ilustrado con algunos ejemplos, se aproxima al verdadero.
Vamos agregar an algunas palabras, para inculcar ms en el espritu del
lector los dos principios generales, que son la par los ms importantes y los ms
desatendidos: primero, que desde la cuna hasta la edad adulta, el mtodo de
instruccion debe ser espontneo, como deber serlo ms tarde en la edad
madura; segundo,-y [167] este principio sirve para exclarecer el primero- que la
actividad mental producida debe ir siempre acompaada de placer. Si la
progresion de lo simple lo compuesto, de lo indefinido lo definido, de lo
concreto lo abstracto, es verdad demostrada por la psicologa, la expontaneidad y
el placer en el estudio son las piedras de toque con las cuales juzgaremos si la ley
psicolgica ha sido respetada. Si el primer principio contiene las generalizaciones
principales de la ciencia de la educacion, el segundo contiene las principales reglas
del arte de la misma. Porque evidentemente, si nuestros estudios estn dispuestos
de modo que el discpulo los siga con poco ningun auxilio, su disposicion se
corresponder con las diferentes fases de la evolucion intelectual de aquel; y
manifiestamente tambien, si el paso de un estudio otro le es agradable, ser
porque no se le exije sino el ejercicio normal de sus facultades.
Pero el convertir la educacion en simple medio de facilitar la evolucion
natural del espritu, tiene an otra ventaja mayor que la de facilitar la
formacion de un plan de estudio completo. En primer lugar, se asegura de este
modo la energa y la duracion de las impresiones, lo que no se consigue nunca
con los mtodos ordinarios. Todo conocimiento que el discpulo adquiere, todo
problema que resuelve por s mismo, se lo apropia como por derecho de
conquista. La actividad prvia [168] del espritu que el problema implica, la
concentracion del pensamiento que exige, la excitacion del triunfo, todo
concurre grabar profundamente los hechos en la memoria del alumno,
siendo para ello medio mucho ms poderoso que la lectura la audicion.
Aunque sus esfuerzos hayan sido estriles, la tension de sus facultades fija sus
recuerdos al serle dada la solucion, mejor que podrian hacerlo explicaciones
muchas veces repetidas. En segundo lugar, con esta manera de instruirse, es
necesaria la organizacion contnua de los conocimientos adquiridos. Est en la
naturaleza de los hechos, que las conclusiones as asimiladas pasen ser
sucesivamente premisas de otras conclusiones, medios de resolver otros
problemas. La solucion de la cuestion pasada ayuda al discpulo resolver la

cuestion presente. De este modo, el conocimiento nuevo se convierte en aptitud


tan pronto como se adquiere, y concurre la funcion general del pensamiento,
no quedando tan solo escrito en las pginas de un libro interno, como acontece
estudiando de memoria. Obsrvese, asimismo, cunto contribuye esta
expontaneidad del trabajo nuestro desenvolvimiento moral. El valor en
acometer las dificultades, la concentracion sostenida de la atencion, la
perseverancia en los contratiempos, son disposiciones necesarias en la vida, y
precisamente son las que desenvuelve el sistema que obliga al espritu
[169] ganarse su pan intelectual. Podemos atestiguar por nosotros mismos,
pues as se nos ha enseado la perspectiva en nuestra juventud, que este mtodo
es perfectamente prctico, y si pasamos revista los grandes maestros, veremos
que todos han propendido desarrollar esta tendencia en el espritu de sus
alumnos, como lo demuestran: Fellemberg, al decir que la actividad libre
individual del alumno tiene ms importancia que los extremos oficiosos de los
que dirigen su educacion: Horacio Mann, expresando la opinion de que
desgraciadamente la educacion entre nosotros consiste ms en decir las cosas
los nios que en ejercitar sus facultades; y M. Marcel, cuando observa que lo
que el alumno descubre con el trabajo de su pensamiento, lo sabe mucho mejor
que lo que se le ensea. (B)
Ocurre lo mismo en lo referente la otra condicion, de que el mtodo de
educacion que se exija produzca en el alumno una actividad agradable, y no por
el estmulo de la recompensa, sino por la satisfaccion que lleve consigo. Adems
de preservarnos de los inconvenientes que ocasiona siempre el contrariar el
progreso normal de la evolucion natural, la obediencia esta regla tiene an otras
muchas ventajas. A mnos que nos propongamos retroceder la moral asctica (
ms bien, la inmoralidad asctica), el respeto la dicha de la juventud debe
ser considerado en s [170] mismo como objeto digno de ser perseguido. Pero sin
insistir en esta reflexion, observaremos que el estado placentero del espritu es
ms favorable al trabajo que el estado de indiferencia de disgusto. Todo el
mundo sabe que las cosas leidas, oidas vistas con inters se retienen mejor
que las leidas, oidas vistas con apata: en el primer caso, las facultades se
ocupan activamente en el objeto que se les presenta; en el segundo, se ocupan en
l pasivamente y comparten la contemplacion del mismo con otros pensamientos
ms agradables. De aqu depende el que la impresion sea enrgica dbil.
Adems, la distraccion que produce en el discpulo la falta de inters, se
agrega el temor las consecuencias de su distraccion, el cual temor le paraliza y
contribuye apartar su atencion del estudio. Luego es evidente que la eficacia de
la enseanza ser, en igualdad de condiciones, proporcional al placer con que el
discpulo trabaje.
Es preciso considerar, tambien, las grandes consecuencias morales que se
desprenden del placer de la pena que acompaa la leccion diaria. Comprese el
aspecto y la manera de ser de dos nios, de los cuales el uno es dichoso en el
estudio de objetos que le interesan, y el otro es desgraciado por el disgusto del
trabajo, la severidad de sus profesores, las amenazas y los castigos: se ver que el
estado moral del primero progresa, el del [171] segundo decae. Quien haya
observado los efectos, en el espritu, del xito y de los esfuerzos frustrados, y la
influencia del espritu en el cuerpo, sabe que en el primero de los dos nios se
mejoran el carcter y la salud, al paso que en el segundo no tarda en presentarse
la tristeza, la timidez y, acaso, el empobrecimiento de la constitucion. Rstanos
an sealar un efecto indirecto, pero no escaso en importancia, del mtodo

empleado. Las relaciones entre los profesores y los discpulos son, en igualdad de
condiciones, afectuosas y eficaces, impotentes y de antipata, segun que la
enseanza produzca placer pena. El hombre obedece, veces sin saberlo, la
asociacion de ideas. Un ministro de dolor cuotidiano no puede ser mirado sin
cierta aversion secreta, y si siempre es causa de emociones penosas y nunca de
agradables, ser inevitablemente aborrecido41.
Por el contrario, el maestro que ayuda al nio alcanzar el logro de sus
deseos, que le procura diariamente el placer de la victoria, que le alienta en las
dificultades, que simpatiza con l en los triunfos, ser necesariamente objeto de
simpata; y si su conducta est en todo de acuerdo con sus principios, llegar
ser amado. Ahora bien, cuando reflexionamos en la eficacia bienhechora de la
tutela de un maestro considerado por el alumno como un amigo, comparada con
la direccion impotente del que es mirado con aversion, no podemos [172] mnos
de decir que las ventajas indirectas de la educacion en que no se olvida la dicha de
los jvenes, no son apenas inferiores sus ventajas directas. Si alguien pone en
duda la posibilidad de aplicar el sistema que aqu sostenemos, le responderemos
que, adems de estar justificado en teora, cuenta con la recomendacion de la
experiencia. A los juicios pronunciados por todos los maestros hbiles que han
dado testimonio acerca de este punto, agregaremos el del profesor Pillans, cuando
dice: Si se ensea los nios como se debe hacerlo, no son mnos felices en las
horas de clase que durante las de juego; rara vez, el ejercicio bien dirigido de las
energas mentales v acompaado en ellos de mnos placer que el ejercicio de sus
fuerzas fsicas, y en ocasiones es mayor el primer goce.
Para aducir la ltima razon favor de la educacion espontnea y, de
consiguiente, agradable, recordarmos que cuanto mayor empeo se ponga en
que aquella revista la ltima condicion, tanto mnos probable es que el
discpulo la abandone al cesar de ir la escuela, y al contrario; porque
tornndola agradable, se producir la tendencia proseguir sin gua la cultura
41

Garca del Mazo introduce algunos cambios en la segmentacin en prrafos con


respecto al texto original (v. nota 9):
Education (92)
and if he causes no emotions but painful ones, will inevitably be hated.
Conversely, he who constantly aids children to their ends,

En este caso, la segmentacin de esta edicin tampoco coincide con la de las ediciones
francesas ni con las de otras versiones en nuestra lengua, respectivamente:
De Lducation (1880:112) y (1894:164)
et sil ne cause jamais dautres motions que des motions pnibles, il sera
invitablement ha. Au contraire, le matre qui aide lenfant atteindre lobjet
de ses dsirs,
R. F. S. (1880:132)
y si todas las impresiones que de esa persona recibiramos fuesen dolorosas,
concluiriamos por aborrecerla; por el contrario, la persona que ayuda
constantemente al nio conseguir su objeto,
Garca Purn (1890:134)
y si nunca ocasiona ms que emociones dolorosas ser inevitablemente
odiado. Al contrario, aquel que siempre est dispuesto auxiliar los nios en
sus empeos,
(N. del Ed.)

espontnea comenzada bajo agena42 direccion, y vice versa43. Estos resultados


son inevitables. Mientras sean verdaderas las leyes de la asociacion de ideas;
mientras el hombre experimente disgusto hcia las cosas y lugares [173] que le
sugieran recuerdos penosos y gusto por los lugares y cosas que le traigan el
recuerdo de pasados goces, las lecciones acompaadas de dolor de hasto le
harn repulsiva la adquisicion de conocimientos, mientras que las lecciones
acompaadas de placer le llenarn de atractivos. Hombres quienes en su
juventud les ha sido presentada la ciencia bajo la forma de un deber penoso,
escoltado de amenazas y castigos; hombres quienes no se ha inculcado el hbito
de la indagacion libre, no sern nunca sbios; por el contrario, aquellos que han
adquirido la ciencia por medios naturales, en tiempo oportuno, que recuerdan
los hechos aprendidos no solo como interesantes en s mismos, sino como ocasion
de larga srie de xitos llenos de encanto, estos hombres proseguirn
instruyndose durante toda su vida como lo hicieron en su juventud.

42

El trmino ageno, -na est presente en el DRAE con esta grafa hasta su edicin
de 1832. (N. del Ed.)
43
La forma vice versa aparece en el DRAE desde la edicin de 1783 hasta la de
1869. (N. del Ed.)

CAPITULO III.

De la educacion moral44

No se observa la falta capital de que adolecen nuestros programas de


educacion. Mientras se perfeccionan mucho los sistemas en el detalle, en su
fondo y en su forma, no se ha reconocido todavia, ni ttulo de desideratum, el
verdadero ideal en la materia. Preparar la juventud para los deberes de la vida,
tal es el objeto que los padres y maestros reconocen implcitamente como fin de
la educacion, y felizmente, el valor de lo que se ensea y la excelencia de los
mtodos seguidos, se juzgan con arreglo este fin. Por ello se considera
conveniente sustituir la educacion puramente clsica, otra en que se incluya el
estudio [176] de los idiomas modernos; por ello tambien se insiste en la
necesidad de atender debidamente al estudio de las ciencias. Pero, aunque se
muestre algun empeo en preparar la juventud de ambos sexos para la vida
social y la pblica, no se la prepara en modo alguno para la condicion de padres
y madres de familia. Mientras se est convencido de que, para saber ganarse la
vida en el mundo, se necesita haber pasado por una preparacion laboriosa,
parece creerse que, para educar los nios, no hace falta preparacion alguna.
Mientras el jven emplea aos y aos en adquirir esos conocimientos cuyo
mrito principal consiste en constituir la educacion de un hombre de mundo, y
la jven esos talentos que hacen de ella el ornamento de las soires45, no se
44

Este tercer captulo, MORAL EDUCATION, se haba publicado en British Quarterly


Review en 1858 con el ttulo Moral Discipline for Children. (N. del Ed.)
45
El DRAE nicamente recoge el trmino soire en tres ediciones (1927, 1985 y
1989). En la primera de ellas con el significado de tertulia, reunin, sarao y en las
dos ltimas, con el de fiesta de sociedad dada por la noche. || Funcin de teatro o
cine dada por la noche.
Si bien su uso se debe a la intermediacin de la versin francesa que lleva a Garca del
Mazo a incluir prstamos del francs en el texto en castellano, es igualmente necesario
reconocer el efecto de las traducciones como impulsoras de los procesos de renovacin
de las lenguas:

concede ni una hora los estudios que les pondrian en estado de llenar el deber
ms grave de todos: el de dirigir y gobernar la familia. Es que este deber solo se
presentar eventualmente en la vida? Por el contrario, es seguro que se
presentar nueve veces de cada diez. Es que es fcil de llenar? Por el contrario,
de todas las funciones del hombre, ninguna es ms difcil. Es que puede
contarse con que todos los jvenes, de uno y otro sexo, se formarn
espontneamente en el arte de educar sus hijos? Nada de eso, no solo no se
reconoce la necesidad de adquirir dicho arte; sino que no se comprende que este
es uno de aquellos en que [177] es mnos fcil educarse sin ajeno auxilio. No es
posible invocar ningun motivo razonable para excluir de nuestros estudios el
arte de la educacion. Ora adoptemos el punto de vista de la dicha de los padres,
ora el de la de los hijos y su posteridad ms remota, nos es forzoso admitir que el
arte de educar la juventud, fsica y moralmente, es conocimiento
importantsimo. Deberamos colocarle al final de los estudios, para que sirviese
stos como de coronamiento. As como en lo fsico la edad madura est
caracterizada por la potencia generatriz, en lo moral se caracteriza por la
capacidad de educar los hijos. El fin que todos comprende y que debe, por
tanto, constituir el punto culminante de la educacion, es la teora y la prctica
de la educacion misma.
Por faltar esta preparacion, el gobierno de los nios, y en especial su
gobierno moral, es lamentablemente malo. En la mayor parte de los casos, sobre
todo en lo que se refiere a las madres, el modo de tratar los nios, en cada
ocasion que se presenta, depende del humor del momento. No se funda dicho
trato en ninguna conviccion razonada acerca de la conveniencia del nio; sino
simplemente en el sentimiento, bueno 46 malo, que experimentan los padres, y

Education (94)
and while many years are spent by a girl in those decorative acquirements
which fit her for evening parties;
De Lducation (1894:168)
et la jeune fille, ce genre de talents dcoratifs qui font delle lornement des
soires,
Estos prstamos no aparecen en las otras versiones en castellano:
R. F. S. (1880:136)
y se consagran otros tantos que el jven adquiera las habilidades y adornos
ms propios para brillar en los salones,
Garca Purn (1890:139)
Aunque ya se cuida algo de preparar los jvenes de ambos sexos para la
sociedad y la vida pblica,
(N. del Ed.)
46
El acento grfico en la conjuncin es fruto de la costumbre y no responde a
razones prosdicas. El propsito fundamental era evitar su pronunciacin junto a la
vocal precedente o a la siguiente. En otras traducciones de la poca se reproduce esta
prctica:
R. F. S. (1880:137)
La manera de tratarlos es hija del sentimiento paternal dominante, bueno
malo, y vara tantas veces como vara ese sentimiento.

vara de hora en hora con este sentimiento. Si las inspiraciones de la pasion


tienen por suplemento alguna doctrina, algun mtodo definido, son las
doctrinas y los [178] mtodos heredados, sugeridos por nuestros recuerdos de la
infancia, adoptados bajo la f de las nodrizas y de los domsticos: mtodos que
deben su existencia, no los principios cientficos, sino la ignorancia de los
tiempos. Richter, comentando el caos que reina en la opinion y en la prctica en
materia de educacion, escribe:
Si se reunieran y publicaran en un libro, para que sirviese de texto un
curso de moral, los cambios secretos que experimentan la mayor parte de los
padres, hallaramos frases y mximas como las siguientes: primera mxima, debe
ensearse la moral pura los nios; segunda mxima, debe enserseles la
moral mixta la moral de la propia utilidad; tercera mxima, no ves lo que
hace tu padre?; cuarta mxima, eres pequeo, y esto no conviene sino las
personas mayores!; quinta mxima, lo importante es que medres y seas algo en
el mundo; sexta mxima, el hombre no ha sido creado para la tierra, sino para
el cielo; stima mxima, soporta la injusticia con paciencia; octava mxima,
defindete con bravura, si alguien te ataca; novena mxima, querido nio, no
hagas ruido; dcima mxima, los nios no deben estar inmviles; undcima
mxima, obedece tus padres; duodcima mxima, haz tu educacion por t
mismo. La madre es an mucho peor que el padre; mucho peor que ese arlequin
que aparece [179] en escena con un legajo de papeles debajo de cada brazo y que,
cuando se le pregunta qu lleva debajo del brazo derecho, responde: rdenes; y
debajo del izquierdo: "contra-rdenes! A la madre solo puede comparrsela un
jigante Briareo, que tuviese debajo de cada uno de sus cien brazos un legajo por el
estilo!
Y tal estado de cosas no ofrece probabilidades de cambiar. Algunas generaciones
debern pasar, antes que pueda esperarse verlo ostensiblemente mejorado. Lo
mismo que las constituciones polticas, los sistemas de educacion no se crean, se
desenvuelven, y sus progresos no son apreciables en cortos periodos de tiempo.
Por lentos, sin embargo, que sean estos progresos, implican el empleo de medios
adecuados, y estos medios constituyen el objeto de la presente discusin.
No somos de los que creen en el dogma47 de lord Palmerston: que todos los
nios, al nacer, son buenos." El dogma contrario, por insostenible que parezca, lo
creemos mnos falso. Tampoco opinamos que, mediante una educacion
hbilmente combinada, pueda cambiarse totalmente la manera de ser de cada
uno; por el contrario, sabemos que si es posible disminuir las imperfecciones
naturales, no lo es el destruirlas. Podria compararse la opinion de ciertas
personas, de que un sistema perfecto de educacion producira una humanidad
ideal, aquella opinion de Shelley, expresada en [180] sus poemas48: que si la
Garca Purn (1890:139)
sino que meramente expresa los sentimientos pasageros de los padres, que ya
sean buenos malos, varan de hora en hora, segn cambian esos
sentimientos.
(N. del Ed.)
47
V. nota 20. (N. del Ed.)
48
La referencia es a Queen Mab: A Philosophical Poem (1812-3), composicin en la
que Percy Bysshe Shelley (1792-1822) expresa su deseo de reformar el mundo desde
posiciones religiosas y filantrpicas. Pese a que en su juventud Shelley se postul
como un firme defensor de la perfectibilidad del hombre a travs de los medios
morales, pocos aos ms tarde el propio Shelley se retract de sus posiciones iniciales.

humanidad aboliese sus antiguas instituciones y olvidase sus aejos prejuicios,


todos los males que afligen al mundo desaparecerian como por encanto. No le es
lcito sostener ninguna de estas dos opiniones al hombre que ha estudiado sin
pasion las cosas humanas.
A pesar de lo dicho, es bueno simpatizar con los que abrigan esperanzas
demasiado halageas. El entusiasmo, aun el rayano al fanatismo, es buen
motor, tal vez motor indispensable. Es evidente que el poltico aferrado su idea
no soportaria las fatigas que sobrelleva, no haria los sacrificios que hace, si no
creyese que la reforma por que combate es la mayor necesidad de su pais de la
humanidad. Sin la conviccion de que la embriaguez es el orgen de todos los males
sociales, el partidario del impuesto sobre las bebidas49 se agitaria mnos
enrgicamente. En el terreno de la filantropa, como en los dems, la division
del trabajo produce grandes ventajas, y para que esta division exista, es preciso
que cada filntropo est absorto en su funcion particular y tenga f exajerada en
su obra. De aqu procede que podamos decir, que no est exenta de ventajas la no
bien meditada esperanza de los que consideran la educacion intelectual y moral
como una panacea, y quizs forme parte del rden armnico y bienhechor de las
cosas el que esta confianza no pueda ser quebrantada.
[181] Pero, aunque fuese exacto que, merced algun sistema de educacion
moral todavia no descubierto, se pudiese formar moralmente los nios segun el
(N. del Ed.)
49
Garca del Mazo recurre a la amplificacin para ilustrar el sentido del trmino
teetotalleer:
Education (97)
But for his conviction that drunkenness is the root of all social evils, the
teetotaller would agitate far less energetically.
Las dos ediciones francesas consultadas muestran soluciones distintas. Mientras la
primera introduce una nota para ilustrar el origen y la etimologa del trmino
teetotaller, la segunda tambin recurre a la amplificacin:
De Lducation (1880:120)
Sans la conviction o il est que livrognerie est la source de tous les maux de la
socit, le teetotaller (1) serait bien moins zl pour sa propagande.

(1) On appelle familirement en Angleterre du nom de teetotallers les


partisans de labstention totale des boissons alcooliques
De Lducation (1894:172)
Sans la convicition que livrognerie est la source de tous les maux de la
socit, celui qui se refuse toute liqueur forte, sagiterait moins
nergiquement.
Mayor similitud entre s muestran las otras dos traducciones a nuestra lengua:
R. F. S. (1880:139)
ni el sectario de la asociacion de la templanza se agitaria con tanto fervor, si
no tuviera la conviccion ntima de que la embriaguez es madre de todos los
males sociales.
Garca Purn (1890:141)
Si los individuos de la Sociedad de la Templanza, no estuvieran convencidos
de que la embriaguez es la causa de casi todos los males sociales, sera mucho
menos activa su propaganda.
(N. del Ed.)

plan deseado, y aunque se lograra que adoptasen este sistema todos los padres,
estaramos an lejos de alcanzar el fin apetecido. Olvdase que la aplicacion de tal
sistema supone, de parte de los adultos, un grado de inteligencia, de bondad, de
imperio sobre s mismos que nadie posee. El error de los que discuten sistemas de
educacion domstica, consiste en atribuir todas las faltas, en imputar todas las
dificultades los hijos, nada los padres. En lo que respecta al gobierno de la
familia, como en lo referente al gobierno de la nacion, supnese siempre que las
virtudes estn del lado de los gobernantes; los vicios, de parte de los gobernados.
A juzgar por las teoras de educacion, parece que hombres y mujeres se
trasforman al considerarlos como padres y madres. Vemos diariamente personas
con las cuales sostenemos relaciones ms mnos estrechas; pues todas esas
personas y cuantas otras encontramos en el mundo, son sres imperfectos. En los
escndalos que publican los peridicos, en las querellas entre amigos antiguos, en
las quiebras, en los procesos, en los informes de la polica, tenemos de contnuo la
prueba del egoismo, de la falta de probidad, de la inmoralidad general; y sin
embargo, cuando se habla de la educacion de [182] los nios de corta edad y de
la conducta de otros mayores, tinese por hecho establecido que aquellos que los
educan, y que no son otros que todos esos pecadores, no son culpables de faltas
morales hcia ellos. Esto est tan lejos de ser verdad, que no vacilamos en
atribuir los padres la mayor parte de los males que se producen en la familia, y
que de ordinario se imputan los nios. No decimos que suceda as entre las
personas benvolas y dueas de s mismas, en cuyo nmero creemos poder
clasificar la mayora de nuestros lectores; pero s afirmamos que es verdad
respecto la masa. Qu clase de cultura moral es capaz de inculcar una madre
que tiene la costumbre de azotar rudamente su nio, como nosotros lo hemos
visto, cuando no quiere mamar? Qu sentimiento de justicia es capaz de
inculcar un padre cuando advertido por los gritos de su hijo de que ste se ha
cogido un dedo en una puerta, comienza por golpearle en vez de soltrsele? Este
hecho nos ha sido afirmado por un testigo ocular. Otro ejemplo ms elocuente
todavia y garantido50 tambien por un testimonio directo: condcese un nio su
casa con una pierna rota, y se le recibe palos! Qu esperanza de educacion moral
puede haber para ese nio? Es verdad que estos son casos extremos, casos que
denotan en el ser humano la presencia de ese instinto ciego, que lleva al bruto
destruir sus crias cuando estn [183] enfermas han sido heridas; pero por
extremados que sean, son el tipo de los sentimientos y de los procedimientos que
se observan diariamente en muchas familias. Quin no ha visto menudo que el
aya los padres rian un nio causa de su mal humor, cuyo orgen estriba
en las alteraciones de la salud? Quin no ha oido una madre cuando levanta
su hijo del suelo llamarle tonto, con tal tono de ira que le presagia ilimitada srie
de agrias reprimendas durante toda su infancia? Y el duro acento con que un
padre rdena su hijo que se est quieto, no muestra cun lejos est de
comprender la manera de sentir del ltimo? Acaso las trabas constantes
intiles que se imponen los nios, por ejemplo, la rden de sentarse, cuando
en pequeas criaturas tan activas la inmovilidad debe producir gran irritacion
nerviosa; la prohibicin de mirar por las ventanillas de un tren, cuando para
ello el nio inteligente esto constituye una privacion sria, acaso, repetimos, no
50

El idiolecto de Garca del Mazo incluye arcasmos como garantido, participio de


pasado de garantir, cuya nica aparicin en el DRAE se remonta a la sexta edicin
de 1822, es decir, casi cincuenta aos antes de la edicin estudiada. (N. del Ed.)

indica todo esto una terrible ausencia de simpata? La verdad es que las
dificultades de la educacion moral tienen un doble orgen: provienen, la vez, de
los padres y de los hijos. Si la trasmision hereditaria es ley de la naturaleza, como
saben todos los naturalistas y lo repiten diariamente la experiencia y los
proverbios de las naciones, en la mitad de los casos las faltas de los hijos son el
reflejo de las faltas de los [184] padres. Decimos en la mitad de los casos, porque
hallndose el hecho de la trasmision inmediata complicado con la herencia de los
antecesores lejanos, no puede ser verdad sino en general. Y si en la mitad de los
casos la herencia se recibe inmediatamente, las malas pasiones que los padres
tienen que combatir en sus hijos, son precisamente las mismas que ellos tienen.
Quizs no se trasluzca esto lo exterior, tal vez se halle cubierto y oculto por
otros sentimientos; pero es exacto. Resulta evidente, pues, que no puede
esperarse ver reinar un sistema perfecto de educacion ideal: los padres no son
bastante buenos para esto.
Adems, aunque hubiera mtodos con los cuales se pudiese llegar al fin
inmediatamente, y los padres y madres tuvieran bastante penetracion,
benevolencia imperio sobre s mismos para aplicar estos mtodos con
constancia, podria sostenerse que seria imposible reformar el gobierno de la
familia, sin reformar la par las dems cosas. Cul es el objeto que nos
propondramos? La educacion, de cualquier naturaleza que sea, no tiene por fin
prximo preparar al nio la vida, formar un ciudadano que pueda hacer su
camino en el mundo? Y hacer su camino en el mundo (no entendemos por esto el
enriquecerse, sino el adquirir los medios de educar la familia), no implica cierta
sumision del indivduo la sociedad? [185] No es evidente, pues, que si se
pudiese producir por medio de un sistema de educacion ideal un ser humano
ideal, carecera ste de aptitud para vivir en el mundo tal como est constituido?
No podemos sospechar, con razon, que la extremada delicadeza de sus
sentimientos, la elevacion de sus reglas de conducta, su absoluta rectitud,
tornarian la vida intolerable, tal vez imposible para l? Y no sera esto una falta
bajo el punto de vista de la sociedad y de la familia, por admirable que fuese el
resultado bajo el punto de vista del indivduo? Hay muchos motivos para creer
que el gobierno es en la familia, como en la nacion, lo que puede ser. En una y otra
esfera, el carcter medio de los indivduos determina la naturaleza, la excelencia
del poder ejercido; de donde se sigue que el perfeccionamiento del carcter
individual conduce al perfeccionamiento del sistema. Siendo esto as, sostenemos,
por nuestra parte, que si fuese posible perfeccionar el sistema sin elevar previamente
el nivel comun del carcter individual, resultarian ms males que bienes. Los
duros tratamientos que los padres infligen hoy sus hijos, pueden ser
considerados como una preparacion los tratamientos mucho ms duros que
ms tarde les infligir la sociedad, pudiendo afirmarse que, si se consiguiese que
los padres y maestros les tratasen con completa equidad, con perfecta
benevolencia, esto contribuiria dar mayor intensidad [186] los
sufrimientos que el egoismo de los hombres debe acarrearles ms
adelante. (1)
Esta es la excusa que dan algunas personas con motivo de la ruda manera como se trata
los nios en el colegio, aprendizaje, se dice, en un mundo en miniatura de los rigores que les
prepara el mundo real; pero esta excusa es muy insuficiente. Porque si la disciplina de la
casa paterna y del colegio no debe ser mucho ms dulce que la del mundo, puede serlo algo
ms, y la disciplina que estn sometidos los nios en Eton, en Winchester, en Harrow, etc.,

(1)

Pero quizs alguien nos diga: No se prueba demasiado con esto? Si


ningun sistema de educacion moral puede hacer de los nios lo que deben
ser; si suponiendo que ese sistema existiese los padres no serian capaces
de aplicarlo; si aun en el caso de que los padres pudiesen aplicarlo, sus
resultados contrastarian terrible y desastrosamente con el estado actual de la
sociedad, no se sigue de lo dicho que la reforma del sistema actual no es
posible ni conveniente? 51 No; sigese tan [187] solo que la reforma del
gobierno domstico debe ir pari passu52 con las dems reformas; sigese tan solo

etc., es peor que la de la vida adulta, -ms injusta, ms cruel.En vez de contrbuir al
progreso humano-tendencia que debe tener toda educacionel rgimen de nuestras escuelas
pblicas propende acostumbrar los nios la forma de gobierno desptico, al dominio de
la fuerza y, por consecuencia, adaptar sus ideas un estado social inferior al que existe.
Reclutados en gran parte nuestros legisladores entre los antiguos alumnos de estos
establecimientos, puede verse en esta influencia anti-civilizadora un obstculo los
progresos de la nacion. (N. del A.) (C)
51
La coincidencia absoluta de estos fragmentos revela la intermediacin de las
traducciones francesas (v. nota 6):
Education (100)
But does not this prove too much? some one will ask. If no system of moral
training can forthwith make children what they should be; if, even were there
a system that would do this, existing parents are too imperfect to carry it out;
and if even could such a system be successfully carried out, its results would
be disastrously incongruous with the present state of society; does it not follow
that to reform the system now in use, is neither practicable nor desirable?

De Lducation (1880:125)
Quelquun demandera: Mais nest-ce pas l trop prouver? Si aucun systme
dducation morale ne peut rendre les enfants ce quils doivent tre; si, en
supposant que ce systme existt, les parents sont trop imparfaits pour
lappliquer; si mme, dans le cas o ce systme pourrait tre appliqu, ses
rsultats devaient se trouver incompatibles avec ltat prsent de la socit, ne
sensuit-il pas que la rforme du systme actuel nest ni possible, ni
dsirable?
De Lducation (1894:178)
Quelquun demandera: Mais nest-ce pas l trop prouver? Si aucun systme
dducation morale ne peut rendre les enfants ce quils doivent tre; si, en
supposant que ce systme existt, les parents sont trop imparfaits pour
lappliquer; si mme, dans le cas o ce systme pourrait tre appliqu, ses
rsultats devient former ave ltat prsent de la socit une anomalie
dsastreuse, ne sensuit-il pas que la rforme du systme actuel nest ni
possible, ni dsirable?
Garca del Mazo (1879:206)
Pero quizs alguien nos diga: No se prueba demasiado con esto? Si ningun
sistema de educacion moral puede hacer de los nios lo que deben ser; si, an
suponiendo que ese sistema existiese, los padres no son capaces de aplicarlo;
si an en el caso de que los padres pudiesen aplicarlo, sus resultados
contrastarian terrible y desastrosamente con el estado actual de la sociedad;
no se sigue de lo dicho que la reforma del sistema actual no es posible ni
conveniente?
(N. del Ed.)
52
En esta ocasin Garca del Mazo mantiene la expresin latina del original:

que los mtodos de educacion no son ni pueden ser mejorados sino lenta y
gradualmente; sigese tan solo que las reglas dictadas por el deseo de alcanzar la
perfeccion absoluta, estn subordinadas inevitablemente en la prctica al estado
presente de la sociedad-tanto causa de la imperfeccion de los nios como de la
escasa cultura de los padres y de la sociedad-, y que irn siendo mejor observadas
medida que se acreciente la moralidad general.
Pero, en cualquier caso, replicar la crtica, es intil formular un ideal de
educacion domstica. No puede haber ninguna ventaja en buscar, en
preconizar mtodos que se adelantan los tiempos. Sin embargo, pretendemos
lo contrario. As como en lo referente al gobierno poltico es bueno conocer las
leyes de la justicia absoluta, por ms que al presente sean inaplicables, fin de
que todos los cambios que se operen vayan dirigidos en sentido de las mismas y
no en sentido contrario; as en lo relativo al gobierno domstico es bueno conocer
lo ideal, para poder realizarlo por grados. En general, el instinto conservador de la
sociedad es bastante fuerte para impedir los cambios demasiado rpidos. Las cosas
se hallan dispuestas de tal suerte, que mientras los hombres no se elevan al
nivel de las ideas [188] morales superiores, no pueden plantearlas; las aceptan
nominal, pero no virtualmente; y cuando la verdad ha sido reconocida, los
obstculos que imposibilitan su realizacion son tan persistentes, que sobreviven
la paciencia de los filntropos y aun la de los filsofos. Podemos, pues, estar de
antemano seguros de que las dificultados53 que encontraremos en nuestro
camino, antes de llegar la educacion normal de los nios, retardarn siempre
en la medida necesaria los resultados prcticos de nuestros esfuerzos.
Despues de estas explicaciones preliminares, conviene que pasemos ya
algunas consideraciones acerca de los objetos y mtodos verdaderos de la
educacion moral. Cuando hayamos consagrado algunas pginas establecer los
principios naturales, pginas en que reclamaremos la paciencia del lector,
trataremos de ilustrar con ejemplos la conducta que deben observar los padres, en
medio de las dificultades que de contnuo se presentan en la educacion domstica.
Cuando un nio se cae se d un golpe en la cabeza contra la pared, siente
cierto dolor, cuyo recuerdo le hace ms precavido; y por la repeticion de estas
experiencias, llega saber dirigir sus movimientos. Si toca en el hierro enrojecido
de la chimenea, si pasa la mano por la llama de una buja, echa agua hirviendo
sobre cualquier [189] parte de su cuerpo, la quemadura que recibe ser una
leccion que no olvidar fcilmente. La impresion producida por uno varios
hechos de esta naturaleza es tan fuerte, que ninguna persuacion podr en lo
sucesivo impulsarle despreciar las leyes de su constitucion.
Education (100)
It merely follows that reform in domestic government must go on, pari passu,
with other reforms.
Todas las dems versiones consultadas reproducen pari passu con la nica
excepcin de la primera edicin francesa consultada:
De Lducation (1880:125)
Non: il sensuit seulement que rforme du gouvernement domestique doit aller
du mme pas que les autres reformes;
(N. del Ed.)
53
Probablemente se trate de un error tipogrfico de esta edicin ya que en Garca del
Mazo (1879:207) hallamos dificultades. (N. del Ed.)

Ahora bien, en estos casos y otros parecidos, la naturaleza patentiza sencilla,


pero terminantemente, cules son la verdadera teora y la verdadera prctica de
la educacion moral-teora y prctica que las personas superficiales creern
comunmente seguidas, mas que no lo son en modo alguno.
Obsrvese ante todo que, respecto de las heridas y del dolor que producen,
nuestras faltas y sus consecuencias aparecen reducidas su forma ms simple.
Aunque en el lenguaje popular, las palabras de bien y de mal apenas se aplican
las acciones que solo ocasionan efectos fsicos, cualquiera que reflexione ver que
todos sus actos pueden ser calificados con ellas. De cualquier hiptesis que se
parta, toda teora moral reconoce que la conducta cuyos resultados inmediatos y
remotos son, en suma, beneficiosos, es buena conducta; y vice-versa, la conducta
cuyos resultados inmediatos y remotos son, en suma, perjudiciales, es mala
conducta; siendo, en ltimo trmino, el criterio de que se sirven los hombres
para juzgar su conducta la felicidad la desgracia que les [190] atrae.
Miramos la embriaguez como mala, porque el embrutecimiento y dems
consecuencias que la acompaan, recaen en el brio y su familia. Si el robo fuese
tan agradable al robado como al ladron, no figuraria en la lista de los crmenes: si
fuera posible que los actos de bondad multiplicasen los sufrimientos humanos,
renegaramos de su bondad. No hay ms que leer el primer artculo de cualquier
diario, escuchar cualquier conversacion, para ver que los actos del Parlamento,
los movimientos polticos, las agitaciones de los filntropos, se juzgan, lo mismo
que las acciones individuales, segun los resultados que de unos y otros se esperan,
bien sea aumentando los goces, bien disminuyendo las miserias humanas. Y si,
analizando todas las ideas secundarias y derivadas, observamos que esta es
siempre para nosotros la piedra de toque final para la apreciacion de lo bueno y de
lo malo, deberemos clasificar la conducta seguida para con el cuerpo de buena
de mala, segn que produzca resultados favorables perniciosos. Considrese; en
segundo lugar, el carcter de los castigos que llevan consigo estas trasgresiones de
las leyes fsicas. Nos servimos de la palabra castigo falta de otra mejor, pues no
son castigos en el sentido literal, no son penas artificial intilmente infligidas; son
simplemente obstculos puestos los actos qua contraran esencialmente los
intereses de nuestro cuerpo, obstculos [191] sin los cuales la vida seria bien
pronto anonadada por los ultrajes recibidos. El rasgo distintivo de estos castigos
(si as podemos llamarlos) est en ser simplemente las consecuencias inexorables
de nuestros actos; ms claro, no son sino las inevitables reacciones de los actos
del nio.
Recurdese, adems, que estas reacciones acompaadas de cierta pena, son
siempre proporcionadas la importancia de las trasgresiones. Un ligero accidente
solo produce un leve dolor; un accidente srio produce ya un dolor ms fuerte. No
est en el rden54 natural que un nio que tropieza en el dintel de la puerta y
cae, sufra ms dolor del necesario, y adopte por esta causa en lo sucesivo
mayores precauciones de las precisas. Por la experiencia diaria aprendemos, cules
son los castigos ms mnos graves de nuestras trasgresiones, ms mnos
graves tambien de las trasgresioones de las leyes fsicas.
Obsrvese, por ltimo, que estas reacciones naturales que siguen las acciones
torpes errneas del nio, son constantes, directas, seguras inevitables. Nada
de amenazas, pero nunca dejan de cumplirse! Si se clava una espina en el dedo,
54

Las voces acabadas en alguna de las letras consonantes se acentuaban en todas las
slabas en las que cargara la pronunciacin, menos en la ltima. (N. del Ed.)

experimenta dolor; si se la vuelve clavar, experimenta dolor nuevamente, y as


suceder en todos los casos, sin excepcion. En todas sus relaciones con la
naturaleza inorgnica, halla esta persistencia infatigable, que no atiende
ninguna [192] excusa y de la que no puede apelarse; y bien pronto, reconociendo
esta disciplina severa, aunque bienhechora, tiene sumo cuidado en no infringir la
ley.
Estas verdades generales sern para nosotros ms significativas todava,
advirtiendo que en la vida adulta revisten el mismo carcter de certidumbre que
en la infancia. Por la experiencia adquirida de las consecuencias naturales de sus
actos, detinense los hombres en la pendiente del mal. Terminada la educacion
domstica, cuando ni los padres ni los maestros prohiben ya esto aquello,
reaparece espontneamente una disciplina semejante aquella mediante la cual
aprende el nio dirigir sus movimientos. Si el jven que entra en la vida pierde
el tiempo en la ociosidad, llena mal y con lentitud las funciones que le son
confiadas, no se hace esperar el natural castigo; pierde su empleo y sufre, durante
cierto tiempo, los males de una pobreza relativa. El hombre que carece de
puntualidad, que falta de contnuo sus citas para asuntos distracciones,
soporta las consecuencias que se traducen en prdida de dinero de goces. El
mercader que quiere realizar ganancias demasiado crecidas, se priva de las
ordinarias, y esto sirve de correctivo su avidez. Los enfermos que le dejan,
ensean al mdico distraido tomarse mayor trabajo por los que le restan. El
acreedor crdulo, el especulador confiado en [193] demasa, reconocen por las
situaciones embarazosas en que se ven, la necesidad de ser ms prudentes en lo
porvenir. Ocurre lo mismo en todas las esferas de la vida. En el refrn tan conocido
Gato escaldado del agua fria huye55, se sanciona la verdad de la analoga entre la
disciplina social y la disciplina de la naturaleza, y al mismo tiempo se reconoce
implcitamente que esta disciplina es la ms eficaz de todas. Hay ms, esta
conviccion se expresa, no solo implcita, si que tambien explcitamente. Todo el
mundo ha oido decir alguien que: experiencias mucho precio pagadas le han
55

Garca del Mazo, al igual que los otros traductores al castellano, adapta la alusin
literaria a Great Expectations (1861) de Charles Dickens (1812-1870) a la cultura
hispana sirvindose de un refrn:
Education (104)
In the quotation so often made apropos of such cases -"The burnt child dreads
the fire"R. F. S. (1880:149)
Un refran que oimos con tanta frecuencia cuando de estas cosas se habla (el
gato escaldado del agua fria huye) demuestra,
Garca Purn (1890:151)
Lo mismo viene suceder en todas las cosas de la vida. En el refrn que dice:
El gato escaldado del agua fra huye,

Ntese que en este caso las versiones francesas estn ms cerca del original:
De Lducation (1880:130)
Dans le dicton quon cite si souvent en pareille circonstance: Lenfant brl
craint le feu,
De Lducation (1894:185)
Dans la citation si souvent faite : Lenfant brl craint le feu,
(N. del Ed.)

obligado cambiar de conducta. Todo el mundo ha oido hablar del prdigo del
especulador como de un hombre solo corregible por la amarga experiencia, es
decir, por el resultado inevitable de su conducta. Si se necesitara otra prueba de
que la reaccion natural de nuestras acciones es la ms eficaz de las penalidades,
que ninguna penalidad inventada por el hombre puede reemplazarla, se hallaria
en la esterilidad de nuestros sistemas penales. De todos los mtodos de disciplina
criminal propuestos y declarados en vigor por los legisladores, ninguno ha
respondido las esperanzas que en l se fundaran. Los castigos artificiales no
han enmendado nunca los culpables, y veces han producido en ellos una
recrudescencia de criminalidad. Las nicas penitenciaras en que se ha obtenido
algun xito, son las establecidas [194] por particulares cuyo rgimen es
imitacion, en lo posible, del de la naturaleza, es decir, donde no se hace sino
aplicar las consecuencias de la mala conducta dejar que dichas consecuencias se
produzcan, disminuyendo la libertad del delincuente en la medida indispensable
para la seguridad social y obligndole ganarse la vida con el entorpecimiento de
esta traba. Vemos por esto, en primer lugar, que la disciplina mediante la cual
ensea la naturaleza al nio regular sus movimientos, es la misma que retiene
en el respeto de la ley la mayor parte de los hombres, y por cuya influencia
stos se moralizan ms mnos; en segundo lugar, que todas las disciplinas de
invencion humana aplicadas los peores de nuestros semejantes, son impotentes
cuando se alejan de la divinamente ordenada, y no dan seales de xito nterin
no se acercan ella. No nos indica esto el principio directivo de la educacion
moral? No debemos inferir de ello que un sistema tan bienhechor en la infancia y
en la edad madura, ofrecer iguales ventajas en la juventud? Quin ser osado
creer que mtodo tan eficaz en el primer perodo y en el ltimo de la vida, no lo
ser tambien en el perodo intermedio? No es evidente que la mision de los
padres consiste en velar como ministros intrpretes de la naturaleza, por que
los nios experimenten las verdaderas consecuencias de su conductalas
reacciones [195] naturales-no evitndolas, no aumentndolas, no sustituyndolas
con consecuencias artificiales? Ningn lector imparcial rehusar su asentimiento
esta proposicion.
Es probable que se pretenda por muchos que esto es precisamente lo que hace
la mayora de los padres: que los castigos que stos infligen son de ordinario la
consecuencia de la mala conducta de sus hijos; que la clera paterna, estallando
en palabras duras y actos severos, es el resultado de la trasgresion cometida por
el nio, y el sufrimiento fsico moral que ste experimenta, la reaccion natural
de su mal proceder. En este error hay algo de verdad. No hay duda que el
descontento de los padres y de las madres es la consecuencia de las faltas de la
juventud, y su manifestacion la reprension normal de esta falta. Las reprensiones,
las amenazas, los golpes que el padre airado prodiga su hijo culpable, son
ciertamente efectos producidos en el primero por la conducta del segundo, y
este ttulo pueden ser considerados, en cierto modo, como la reaccion de sus
actos. No pretendemos en manera alguna que este tratamiento no sea
relativamente bueno: bueno, se entiende, respecto los hijos ingobernables de
adultos que su vez fueron mal dirigidos en su juventud; bueno tambien, con
relacion una sociedad en la cual estos adultos mal disciplinados forman la
inmensa mayora de la nacion. Como [196] ya lo hemos dicho, los sistemas de
educacion, lo mismo que las instituciones polticas y todas las instituciones,
son generalmente tan buenos como lo consiente el grado de cultura de la
humanidad. A los hijos brbaros de padres brbaros probablemente solo podr

reprimrseles mediante el empleo de los mtodos tambien brbaros que tales


padres usan espontneamente; y estos mtodos son tal vez la mejor preparacion
que se pueda dar esos nios para que vivan en la sociedad no mnos brbara,
donde un dia sern llamados desempear un papel. Por el contrario, los
miembros civilizados de una sociedad civilizada se inclinan naturalmente
manifestar su descontento con mnos virulencia, y usarn espontneamente de
medios ms suaves: medios que sern suficientes para corregir sus hijos ya
mejorados. Es cierto, pues, que en la expresion de los sentimientos
experimentados por los padres, se sigue con ms mnos fidelidad el principio de
la reaccion natural. El sistema de la educacion domstica gravita sin cesar hcia
su forma ms propia.
Pero conviene tener presentes dos hechos importantes. El primero es que, en
un estado de transicion rpida como el nuestro, estado en el cual se producen
constantes conflictos entre las prcticas antiguas y las nuevas, entre unas y otras
teoras, puede suceder que los sistemas de educacion se hallen en desacuerdo
con los tiempos. [197] Respecto ciertos dogmas, que solo son propios de la
poca que los ha formulado, muchos padres infligen sus hijos castigos cuyo
empleo es una violencia ejercida sus sentimientos personales, obligndoles as
experimentar reacciones no naturales; al paso que otros padres entusiastas en
su esperanza de perfeccion inmediata, caen en el exceso contrario. El segundo
hecho es, que la experiencia nacida de la aprobacion desaprobacion de los
padres, no constituye la mejor de las disciplinas, mereciendo nicamente este
calificativo la experiencia de los resultados que en ltimo trmino se deriven de
la conducta de los mismos nios, independientemente de toda intervencion de
toda opinion por parte de los padres. Las consecuencias realmente instructivas
y saludables, no son las que se fundan en el proceder de los padres que se
constituyen en representantes de la naturaleza, sino las producidas por la misma
naturaleza. Trataremos de patentizar esta distincion con algunos ejemplos que,
evidenciando lo que entendemos por reacciones naturales y reacciones artificiales,
den idea de sus aplicaciones prcticas.
En todas las familias donde hay nios, ocurre diariamente que stos ejecutan
alguna diablura, como dicen las madres y las nodrizas. Un nio siembra sus
juguetes por el suelo; otro esparce sobre las mesas y las sillas un ramo de flores
traido [198] de algun paseo matutino; una nia, haciendo vestidos para su
mueca, llena la habitacion de trapos. Casi siempre el trabajo y la pena de
reparar estos desrdenes incumben otras personas. Si han tenido lugar en la
habitacion de la nodriza, sta, despues de refunfuar algo contra esas enojosas
criaturas, emprende por s misma la tarea de colocarlo todo en su sitio; si han
tenido lugar en otros departamentos, esta tarea queda confiada, sea los
hermanos mayores, sea los criados, y todo el castigo del revoltoso consiste en
ser reido por su travesura. Sin embargo, en casos tan sencillos como los
expuestos, los padres son veces bastante prudentes para seguir, con ms
mnos persistencia, el rden natural de las cosas, imponiendo al nio la
obligacion de reunir por s mismo los juguetes, las flores los trapos. El trabajo
de ordenar las cosas es la consecuencia verdadera de la falta que consiste en
haberlas desordenado; todo mercader en su tienda, toda mujer en su casa, lo
experimentan diariamente; y si la educacion ha de ser una preparacion la vida,
todo nio debe tambien experimentarlo, desde el principio, cada momento. Si
(como suceder all donde el sistema de disciplina moral prviamente seguido no
haya sido bueno) el nio rehusa obedecer, es preciso dejarle sufrir la reaccion

ulterior. Como se ha negado reunir y poner en rden los objetos por l


dspersados, y [199] ha impuesto el trabajo de hacerlo otra persona, se
necesita, en las ocasiones subsecuentes, privarle de los medios de imponer este
trabajo. Cuando pida su caja de juguetes, la madre contestar: La ltima vez
que te los di, los dejaste en el suelo y Juana tuvo que recojerlos. Juana est,
demasiado ocupada para recojer todos los dias lo que t tires, y yo tampoco
puedo hacerlo. As, pues, ya que t no quieres guardar los juguetes cuando
acabas de jugar, no puedo drtelos. Evidentemente esta es la consecuencia
natural, ni agravada ni disminuida, de la falta del nio, quien no tardar en
comprenderlo as. El castigo se aplica en el momento en que se siente con ms
viveza. Frstrase el deseo naciente cuando se creia inmediata su realizacion, y
la profunda impresion que de este modo se produce no puede mnos de influir
en la conducta futura del nio: influencia que, constantemente reproducida,
ser el mejor medio de corregirle de su defecto. Agrguese esto que, con tal
mtodo, aprender desde luego lo que nunca se aprende demasiado pronto,
saber, que el placer se compra con el trabajo.
Pongamos otro ejemplo. No hace mucho, oiamos diariamente la
reprimenda dirigida una nia que no estaba nunca dispuesta para el paseo
cuotidiano. De carcter ardiente, se dejaba absorber con facilidad por la
ocupacion del momento, no ponindose nunca el sombrero antes de que las
[200] dems nias estuviesen prestas para salir. Su aya y sus hermanas se veian
forzadas casi invariablemente esperarla, invariablemente tambien sobrevenia
la reprension maternal. Aunque la falta de xito ms completo acompaase su
sistema, la madre no habia tenido nunca la idea de dejar que Constanza
experimentase las consecuencias naturales de su conducta. Por el contrario,
nunca quiso ensayar este mtodo cuando se le propuso. En este mundo, la
inexactitud lleva consigo la prdida de alguna ventaja que se hubiera obtenido
siendo exacto: ya es el tren que ha partido, ya el buque que ha levado anclas, ya
los mejores artculos del mercado que han sido vendidos los mejores sitios del
teatro que han sido ocupados, y es fcil ver, en ejemplos diarios, que la
perspectiva de una privacion es lo que impide las gentes llegar demasiado
tarde. No se comprende claramente lo que debe inferirse de esto? No debe
servir tambien la perspectiva de la privacion para dirigir la conducta de los nios?
Si Constanza no est dispuesta la hora convenida, el resultado natural de su
inexactitud es dejarla en casa y que pierda el paseo. Y cuando se haya quedado
una dos veces en casa, mientras las dems nias corren en el campo; cuando
haya visto que debe la prdida de este placer su falta de diligencia, es muy
probable que se corrija. En todo caso, dicha medida daria ms resultados que
[201] esas reprensiones y refunfuos perpetuos, cuyo nico efecto es
acostumbrar los nios oirlos sin darles importancia.
De igual modo, cuando los nios son descuidados, aunque sea por causa de su
edad, y rompen pierden los objetos que se les entrega, el castigo natural-el
mismo que ensea las personas mayores ser previsoras,-debe consistir en los
inconvenientes que naturalmente sobrevengan. La tortura que resulta de la
prdida la ruptura de un objeto, el gasto que es preciso hacer para
reemplazarlo, son las experiencias con cuyo auxilio se disciplinan hombres y
mujeres en estas materias, y la experiencia de los nios, en tanto que sea posible,
debe asimilarse la de aquellos. No hablamos de ese primer perodo de la vida
durante el que el nio rompe sus juguetes, porque la naturaleza quiere que por
este medio aprenda conocer las propiedades de los cuerpos, y en el que no

puede saber an lo que es falta de cuidado; hablamos de ese segundo perodo de


la vida en el cual se comprende el sentido y la ventaja de la propiedad. Cuando
un nio de bastante edad para tener un corta-plumas, se sirve de l con tan poca
precaucion que se lo deja en la yerba al pi de algun arbusto despues de haber
cortado una rama, un padre irreflexivo, un tio complaciente, v en seguida
comprarle otro, sin ver que se priva de la ocasion de dar al nio una leccion
til. En [202] tal caso, el padre debe explicar que los corta-plumas cuestan
dinero; que para tener dinero hay que adquirirlo con el trabajo, y que no es
digno de tener aquel til el que lo rompe pierde: por consecuencia, hasta que
haya dado pruebas de ser ms cuidadoso no se le proveer de uno nuevo.
Semejante disciplina impedir, que el nio sea prdigo. Elegimos estos ejemplos
familiares, porque su misma sencillez robustece mucho nuestro argumento, y
aclarar para todo el mundo la distincion entre los castigos naturales, que
sostenemos ser los nicos eficaces, y los artificiales con que se reemplazan. Antes
de presentar aplicaciones ms sutiles y profundas del principio ilustrado con
estos ejemplos, haremos notar sus grandes y numerosas ventajas respecto al
principio, mas bien, la prctica emprica que prevalece en la mayor parte de
las familias.
Una de estas ventajas es, que su aplicacion despierta en el espritu las
nociones exactas de causa y de efecto, nociones que las experiencias repetidas
definirn y completarn ms tarde. Hay mayor seguridad de conducirse bien en
la vida cuando se comprenden las consecuencias buenas y malas de las acciones,
que en el caso de atenerse la autoridad de los dems. El nio, que ve que el
desrden impone la pena de ordenar las cosas, que la lentitud produce prdida
de placeres, que la falta de cuidados expone carecer de un [203] objeto til
y agradable, no solo experimenta las consecuencias que siente vivamente, sino
que adquiere la idea de causalidad, y esto, mediante el mismo procedimiento
que ms adelante le mostrar la experiencia. Por el contrario, el nio que en
tales casos recibe alguna reprension algun castigo artificial, no sufre sino una
consecuencia de la que frecuentemente apenas se cura, y tampoco adquiere la
instruccion56 necesaria acerca de la naturaleza de la conducta buena y de la
mala. En esto radica el vicio del sistema de las recompensas y de los castigos
artificiales, vicio que los espritus previsores han siempre adivinado.
Sustituyendo las consecuencias naturales de la mala conducta los
pensionarios, casas de correccion, se falsea en los nios el criterio moral.
Cuando durante toda la infancia y la juventud se considera el descontento de
los padres y de los maestros como el resultado principal de las trasgresiones, se
establece en el espritu cierta asociacion de ideas entre la infraccion y el
disgusto que ocasiona, como entre la causa y el efecto; consiguientemente esto,
cuando cesa el poder paternal tutorial y no es de temer el descontento de los
padres y maestros, cesa se quebranta considerablemente la par la influencia
de las reglas morales, por no haber sido aprendida mediante la triste
experiencia la verdadera ley, la de las reacciones naturales. Como dice un
escritor que [204] ha podido apreciar personalmente los efectos de este sistema
de estrechas miras: Una vez que los jvenes abandonan la escuela, aquellos,
sobre todo, en cuya educacion no han ejercido los padres la influencia debida, se
arrojan en todas las extravagancias; no reconocen ninguna regla de conducta;
56

V. nota 13. (N. del Ed.)

ignoran las razones morales de las cosas; sus ideas carecen de fundamento, y
hasta que son severamente disciplinados por la vida, son miembros
extremadamente peligrosos para la sociedad.
Otra gran ventaja de esta disciplina natural es, que su extricta57 justicia
ser sentida por todos los nios. Quien no soporta otros males que aquellos que,
en el rden natural de las cosas, resultan de su mala conducta, no se creer
injustamente tratado, como aquel que soporta un castigo artificial; lo cual es tan
verdad en cuanto los nios como respecto de los hombres. Tomad, por ejemplo,
un nio habitualmente negligente en el cuidado de sus trajes, que atraviesa los
bosques sin precauciones, que no hace caso del lodo. Si se le d de golpes se le
encierra, se sentir maltratado y se ocupar ms en rumiar sus quejas que en
arrepentirse de su falta. Pero suponed que se le obliga reparar en la medida de
lo posible el mal que ha causado, limpiar el lodo de que se ha cubierto,
componer los desgarrones de su vestido; no comprender que este es un
trabajo que l mismo se ha impuesto? Interin sufra la pena [205] que ha
merecido, no estar constantemente presente su espritu el lazo entre esta
pena y su causa? Y pesar de su irritacion, no comprender con ms mnos
claridad la justicia de esta compensacion? Si muchas lecciones de esta especie no
producen efecto; si los nuevos trajes son estropeados antes de tiempo, el padre,
prosiguiendo la aplicacion de su mtodo de disciplina, rehusar gastar dinero en
nuevos trajes antes de la poca en que tenga costumbre de comprarlos, y si
durante este tiempo se presentan ocasiones en las cuales, por falta de trajes
propios, el nio se ve privado de ir con su familia paseo casa de sus
amigos, es evidente que el castigo ser sentido con gran intensidad. El nio
advertir claramente los efectos de la ley de causalidad; reconocer que su
negligencia es el orgen de la prohibicion que sufre, y viendo esto, no se
sublevar contra la injusticia, como hubiera hecho en el caso de no haber
percibido la existencia de un lazo entre la trasgresion y el castigo que le sigue.
Adems, el carcter de los padres y el de los nios estn mucho mnos
expuestos agriarse bajo la accion de este sistema, que con el sistema ordinario.
Cuando, en vez de dejar que los nios experimenten los resultados enojosos que
se derivan naturalmente de su mala conducta, los padres les infligen ciertas
penas arbitrarias, causan un doble mal. Multiplicando las leyes domsticas
identificando [206] su autoridad y su dignidad con el mantenimiento de estas
leyes, toda trasgresion se convierte en una ofensa hcia ellos y una causa de
clera por su parte; lo cual se agregan las vejaciones que se imponen
encargndose, bajo la forma de gastos de trabajos suplementarios, de las
consecuencias perjudiciales que hubieran debido recaer en los delincuentes.
Obsrvase el mismo fenmeno de parte de los nios. Los castigos que las
reacciones naturales llevan consigo, las penas que les son infligidas por agentes
impersonales, les producen una irritacion relativamente dbil y pasajera; pero
los castigos aplicados por los padres y cuya nica causa reconocen en stos, les
irritan ms intensa y profundamente. Vase si no qu desastrosos resultados se
produciran si se aplicase este mtodo emprico desde el comienzo de la
educacion. Supngase que fuera posible los padres apropiarse los sufrimientos
fsicos que los nios se causan s mismos por ignorancia por torpeza, y que,
mientras los soportaban, los sustituyesen en la persona de sus hijos con castigos
57

La voz extricto, -a no aparece incluida en ninguna edicin del DRAE. (N. del Ed.)

privaciones arbitrarias, fin de mostrarles su mal proceder; supongamos que


se ha prohibido un nio tocar la olla, y que l, pesar de esto, se vierte
encima el agua hirviendo y que la madre es la que siente los efectos de la
quemadura y los sustituye en el nio con un golpe, y lo mismo en los dems
casos; no crearian en el nio [207] estos accidentes diarios una irritacion mayor
que la producida como consecuencia de sus propios actos? No se tornaria
crnico el mal humor en ambos, en el nio y en la madre? Sin embargo, esta es
exactamente la conducta que se sigue con la juventud. El padre que pega su
hijo porque, por descuido por malicia, rompe los juguetes de su hermanita, y en
seguida compra sta otros juguetes, ese padre incurre en el mismo
contrasentido; inflige una pena artificial al trasgresor y reserva para s la pena
natural de la trasgresion, lo que la vez exaspera intilmente al padre y al
nio. Si solo exigiera un acto de restitucion, causara una pena mucho menor. Si
dijese su hijo que deba comprar sus expensas nuevos juguetes su hermana,
y que al efecto se le retendra la parte que le correspondiera en el dinero dado
sus hermanos hasta completar la suma necesaria, habria mnos acritud para
ambas partes, y al mismo tiempo experimentara aquel las consecuencias de un
castigo equitativo y saludable. En fin, el sistema de la disciplina por medio de
las reacciones naturales es el mnos perjudicial al carcter: en primer lugar,
porque se comprende su justicia absoluta; en segundo lugar, porque se pone
en juego la accion impersonal de la naturaleza y no la personal de los padres.
Por ltimo, es evidente que, con este sistema, son ms afectuosas y, de
consiguiente, ms [208] fecundas en resultados las relaciones entre padres
hijos. Cualquier orgen que tenga y bajo cualquier forma que se presente, la
clera entre padres hijos es siempre desastrosa, y lo es doblemente, porque
debilita el lazo de simpata tan necesario todo gobierno bienhechor. A virtud
de la ley de la asociacion de las ideas, sucede inevitablemente, entre las personas
de edad lo mismo que entre los jvenes, que se toma aversion las cosas que se
nos presentan habitualmente acompaadas de sensaciones sentimientos
desagradables; y all donde originariamente existian afecciones, sobreviene el
enfriamiento la indiferencia en proporcion de la energa y de la frecuencia de las
impresiones recibidas. La clera paternal que se traduce en reprensiones y
castigos, no puede mnos de producir, si el hecho se repite menudo, cierta
frialdad en el nio, al paso que el resentimiento y la tristeza de ste debilitarn
el cario que inspira y acaso, la larga, llegarn destruirlo.
De aqu resulta frecuentemente que los padres (y en particular los que son
propensos la aplicacion de castigos), son mirados con indiferencia, ya que no
con aversion; y de aqu procede tambien el que los hijos sean veces
considerados como verdaderos azotes. Ahora bien, como es evidente que estos
hechos son funestos toda buena educacion moral, se sigue que nunca sern
excesivas las precauciones que se tomen para evitar [209] que nazca un
antagonismo directo entre padres hijos, siendo, por tanto, de absoluta
necesidad que los primeros procuren hacer uso de la disciplina de las
consecuencias naturales, la cual, exonerndoles de la parte de sus funciones
relativas la aplicacion de la pena, previene el mtuo alejamiento y recproca
exasperacion.
El sistema de la educacion moral por la experiencia de las reacciones
naturales, que es el sistema divinamente rdenado en la infancia y en la vida
adulta, es igualmente aplicable, segun hemos visto, en el perodo intermedio
entre la infancia y la juventud. Entre sus ventajas, notaremos: primero, que

despierta en el espritu la nocion justa de lo bueno y de lo malo en materia de


conducta, nocion que resulta de la experiencia de los efectos favorables adversos;
segundo, que el nio, sufriendo nicamente las consecuencias naturales de su mal
proceder, reconocer al cabo la justicia de la penalidad; tercero, que reconocida
esta justicia y aplicada por la naturaleza y no por el indivduo, influir mnos
desfavorablemente en su carcter, la par que el padre, limitndose llenar el
deber comparativamente pasivo que consiste en dejar que la pena se produzca por
las vas naturales, conservar una calma relativa; cuarto y ltimo, que
prevenida as la mtua exasperacion, existirn entre padres hijos relaciones
ms dulces, ms fecundas en buenas influencias.
[210] Pero qu deber hacerse, preguntar alguien, en los casos ms
graves? Cmo podr ser seguido este plan cuando el nio cometa un hurto?
Cmo cuando haya mentido? Cmo cuando haya maltratado sus
hermanitos?
Antes de contestar estas preguntas, examinemos el alcance de algunos
hechos tomados como ejemplos.
Cierto amigo nuestro, que vivia con un cuado suyo, habia emprendido la
tarea de educar dos sobrinitos de distinto sexo, siguiendo, ms bien por
simpata que por reflexion, el mtodo que dejamos expuesto. Los dos nios eran
sus discpulos en la casa, y sus amigos fuera de ella. Paseaban juntos
diariamente, y verificaban frecuentes excursiones botnicas. Los nios le
buscaban las plantas con ardor; le miraban mientras las contemplaba y
reconocia, y por esta manera y por otras era su sociedad para ellos til y
agradable, dndose el caso de que, bajo el punto de vista moral, era l el
verdadero padre. Refirindonos los resultados de su mtodo, nos cit entre otros
hechos el siguiente: Cierta tarde tuvo necesidad de alguna cosa que estaba en una
habitacion retirada de la casa, y mand su sobrino que se la trajese. El nio,
que estaba deseoso de jugar y dispuesto para ello, mostr, contra su costumbre,
cierta repugnancia ir por ella, rehus hacerlo: no recordamos bien este
detalle. El tio, [211] desechando todo medio coercitivo, se levant y fue por s
mismo buscar el objeto, dejando nimente58 ver en su aspecto el disgusto que le
causaba esta conducta, y por la noche, cuando el nio le propuso el juego que
de ordinario se entregaban, se neg acompaarle con la frialdad que
naturalmente senta, dando as lugar que se produjera la consecuencia
verdadera de la falta cometida por aquel. A la maana siguiente, y hora de
levantarse, nuestro amigo oy en su cuarto una voz que no tenia costumbre de
or tan temprano. Era su sobrino que le llevaba agua caliente. Mirando por la
habitacion, el nio buscaba algo ms que hacer, y exclam: Oh, no teneis las
botas! y ech correr para buscarlas. Por este medio y otros muchos, manifest
un verdadero arrepentimiento de su conducta, procurando compensar los efectos
de su negativa con servicios no habituales. Los buenos sentimientos habian
triunfado definitivamente de los malos; la victoria les habia dotado de nueva
fuerza, y habiendo sentido la privacion del afecto de su tio, lo apreciaba ms
despues de haberlo recuperado.
58

Error tipogrfico exclusivo de esta edicin:


Garca del Mazo (1879:233)
dejando nicamente ver en su aspecto el disgusto que le causaba esta
conducta,
(N. del Ed.)

Nuestro amigo es padre su vez. Sigue el mismo sistema y no tiene por qu


arrepentirse. Es en todo el amigo de sus hijos. Estos esperan la noche con
impaciencia, porque es la hora en que estar en casa; y si ven con alegra la
aproximacion [212] del domingo, es principalmente porque su padre estar con
ellos todo el dia. As, en posesion de toda la confianza y de todo el cario de sus
hijos, la simple expresion de su aprobacion desaprobacion pone en sus manos
un poderoso medio de direccion y de gobierno. Si al volver casa sabe que
alguno de sus hijos no se ha portado bien, se conduce para con l con esa frialdad
que su falta le produce naturalmente, y este es siempre bastante castigo para el
culpable. Abstenindose simplemente de acariciarle, le causa mayor pena y le
arranca ms lgrimas que pegndole; y nos asegura que los hijos experimentan
durante su ausencia el temor de este recibimiento siempre presente su
espritu, por tal manera, que frecuentemente preguntan su madre cmo se han
portado y que tal los acoger su padre la vuelta. ltimamente, el primognito,
muchacho turbulento de cinco aos, en una de esas expansiones de la vida
comunes aun en los nios bien educados, cometi en ausencia de su madre no
pocas extravagancias. Cort un mechn de cabellos su hermano, se hiri con
una navaja de afeitar, etc., etc. Cuando el padre, al volver, se enter de ello, no
dirigi la palabra al nio en toda la noche ni en la maana del dia siguiente: el
efecto de esta pena fue tal, que el nio, adems de experimentar el sentimiento
consiguiente, al ver otro dia que su madre se disponia salir, [213] la suplic
que se quedase, temiendo, dijo, hacer en su ausencia alguna otra tontera.
Hemos expuesto estos hechos antes de contestar la pregunta qu se debe
de hacer en los casos ms graves?, fin de mostrar ante todo las relaciones
que pueden y deben existir entre padres hijos; porque de estas relaciones
depende el xito en la represion de las faltas graves. Debemos ahora manifestar
tambien, de un modo preliminar, que la adopcion del sistema que hemos
recomendado establecer estas relaciones. Hemos hecho ya ver que, dejando
simplemente experimentar al nio las reacciones naturales de sus malas acciones,
los padres se preservarn de caer para con ellos en un antagonismo perjudicial, y
evitarn el inconveniente de ser mirados como enemigos; pero nos resta an
patentizar que, cuando se sigue desde el comienzo el buen sistema, nace ipso
facto un sentimiento activo de afeccion.
Los padres y las madres son hoy considerados, en su mayor parte, por sus hijos
como enemigos ntimos. Estando determinadas inevitablemente las impresiones
de los nios por los tratamientos que experimentan, y siendo contnuamente este
tratamiento una confusa amalgama de seducciones y de amenazas, de caricias y de
reprensiones, de dulzura y de severidad, susctase necesariamente en su
inteligencia un conflicto entre sus ideas [214] acerca del carcter paternal.
Estiman las madres comunmente, que basta con que digan sus hijos que son
sus mejores amigas para que ellos lo crean as, y convencidas de que deben creerlo,
llegan persuadirse de que lo creen. Es por el bien de Vds., les dicen. S
mejor que Vds. lo que les conviene. Hoy no lo comprenden Vds., porque tienen
poca edad, pero ya me lo agradecern algun dia. Repiten diariamente estas
afirmaciones y otras semejantes, mas al mismo tiempo los hijos reciben menudo
castigos positivos, y se les prohibe cada momento hacer lo que desearian llevar
cabo; en una palabra, su felicidad es el fin, pero su desgracia es el resultado.
No sindoles dado comprender qu porvenir es ese de que su madre les habla, ni
por cul arte la desgracia que sufren puede conducirles la felicidad, juzgan
segun sus impresiones del momento, y como estas impresiones no son agradables,

acaban por tornarse excpticos respecto la ternura de que les dicen son objeto.
No seria insensato esperar otra cosa? No debe el nio razonar segun el
testimonio de los sentidos? Y no est de acuerdo este testimonio con sus
conclusiones? La madre razonara de igual suerte en su lugar. Si entre sus
amigas hubiese alguna que contrariase incesantemente sus deseos, que le
dirigiese agrias reprimendas y que la pegase de cuando en cuando, se curara
poco de las expresiones de celo por su bien [215] con que dicha amiga acompaara
sus actos. Por qu, pues, se supone que los hijos han de discurrir de otro modo?
Vase ahora cuan distinto ser el resultado, si el sistema que defendemos se
aplica con constancia: no solo evitar la madre hacerse instrumento del castigo,
sino que representar tambien para con el nio el papel de amiga, advirtindole
del dao que la naturaleza le prepara. Pongamos un ejemplo, y para que
evidencie la manera como este sistema debe ser establecido desde la infancia,
pongamos un ejemplo de los ms sencillos. Supongamos que, impulsado por ese
instinto experimental tan pronunciado en los nios-porque los nios conforman
naturalmente sus procedimientos los del mtodo inductivo en la investigacion
de la verdad;-supongamos que uno de ellos se entretiene en encender pedazos de
papel en la lumbre y en mirarlos arder. La madre irreflexiva, como hay tantas,
creer de su deber, para impedirle hacer lo que estima malo por temor de
que se queme, el ordenarle cesar, y si insiste, le arrancar el papel de las
manos. Pero si el nio tiene, en tal caso, la fortuna de que su madre sea
prudente, comprender que el inters demostrado por l en ver arder el papel
proviene de una curiosidad razonable y, reflexionando cuerdamente acerca de los
resultados de su intervencion, razonar as: Si prohibo mi hijo que se [216]
entregue lo que est haciendo, le impedir adquirir algunos conocimientos
tiles. Es verdad que evitar que se queme; pero, para qu servir?, acaso para
que se queme otro dia, y es necesario que aprenda conocer las propiedades del
fuego. Si hoy le impido correr este riesgo, lo correr ms tarde, tal vez cuando
no est yo su lado para preservarle de parte de las consecuencias, mientras
que si le sobreviene un accidente ahora que estoy junto l, prevendr una
desgracia completa. Adems, si le quito el papel, le contraro en un
entretenimiento inocente en s mismo, y hasta instructivo, y experimentar
cierto resentimiento hcia m. Como no conoce el sufrimiento que le ahorrar y
solo sentir el disgusto de verse privado de su distraccion, me mirar como una
causa de pena para l. Para preservarle de un peligro del que no tiene idea y
que, por consecuencia, no existe para l, le castigo sensiblemente y, por la tanto,
me convierto en ministro de dolor. Lo mejor, pues, que puedo hacer, es advertirle
simplemente del peligro y estar pronta remediar las consecuencias, si
sobrevienen. En vista de este razonamiento, la madre solo dir su hijo: Temo
que te quemes si haces eso; y si, como es probable, el nio persiste pesar de la
advertencia y acaba por quemarse los dedos, qu resultar? En primer lugar, que
habr adquirido una experiencia que alguna vez deba adquirir, y [217] que por
su misma seguridad nunca adquirir demasiado pronto; en segundo lugar, que
habr visto que la advertencia desaprobacion de su madre reconocia su bien
por objeto, y experimentando una vez ms la bondad vigilante de la misma,
tendr un nuevo motivo para confiar en su juicio, en su ternura, un nuevo
motivo para amarla.
Sin duda, en esas raras ocasiones en que es de temer ocurran graves
peligros, es preciso preservar de ellos los nios hasta por la fuerza; pero,
prescindiendo de los casos extremos, el sistema que se siga deber de ser, no el

de sustraer los nios los pequeos riesgos diarios, sino el de aconsejarles, el


de advertirles, y por este medio se har nacer en ellos un sentimiento filial
mucho ms fuerte que el que existe de ordinario. Si en este, como en los dems
casos anlogos, se deja que entre en juego la ley de las reacciones naturales; si se
permite los nios que persistan en sus experiencias, bien en la casa en los
entretenimientos que se entregan en lo exterior, con peligro de lastimarse,
disuadindoles tan solo con mayor menor empeo segun que el peligro sea ms
mnos grande, no puede mnos de nacer en ellos confianza siempre creciente en
el afecto y en la prudencia de los padres. No solo se evita as, como ya lo hemos
dicho, el odium que lleva consigo la aplicacion de los castigos positivos, sino que
se evita igualmente el odium, que [218] provoca el empleo contnuo de la
autoridad, y por otra parte, se obtiene de esos accidentes diarios, semilleros de
disputas generalmente, el medio de fortificar los buenos sentimientos mutuos. En
lugar de escuchar cada momento que los padres son sus mejores amigos, los
hijos ven en los hechos que efectivamente lo son, y al penetrarse de esto, su afecto
y confianza en ellos se duplican de dia en dia.
Y ahora, indicadas ya las relaciones simpticas59 que nacern del empleo
habitual de nuestro mtodo, volvamos la cuestion precedente.
Cmo puede aplicarse dicho mtodo en los casos graves?
Notemos, ante todo, que estos casos graves sern mnos numerosos bajo el
rgimen que hemos descrito que bajo el usual y corriente, teniendo su orgen
con frecuencia la mala conducta de los nios en la irritacion crnica que se les
entrega mediante un tratamiento injusto irreflexivo. El estado de aislamiento
moral y de antagonismo que producen los castigos repetidos, embota por
necesidad los buenos sentimientos y por necesidad, tambien, abre el camino
esas trasgresiones que los buenos sentimientos dificultan. Los malos
tratamientos que los nios pertenecientes una misma familia se infieren
recprocamente, son, parte por efecto de su irritacion contnua, parte por el mal
carcter y el deseo de vengar en [219] los dems los sufrimientos de que somos
vctimas, el reflejo de la conducta seguida para con ellos por los adultos. No es
dable60 poner en duda que la actividad del sentimiento, que el estado feliz del
espritu, mantenidos en los nios por el mtodo expuesto, impedirn que se
hagan recprocamente, como hoy, reos de faltas tan graves entre s. Los hurtos
que son las ms graves de todas las faltas de los nios, disminuirn por la
misma razon. El alejamiento moral de los miembros de una misma familia, es
orgen fecundo de trasgresiones de este gnero. Es ley de la naturaleza, visible
para todo observador, que los que se ven privados de los goces superiores de la
vida, traten de buscar como una compensacion en el disfrute de los goces
59

Garca del Mazo incurre en un error debido a la intermediacin francesa:


Education (118)
And now, having indicated the more sympathetic relation which must result
from the habitual use of this method, let us return to the question above
put-How is this method to be applied to the graver offences?

De Lducation (1880:149)
Et maintenant, ayant indiqu les relations sympathiques qui naitront de
lemploi habituel de notre mthode, revenons la question qui prcde:
Comment cette mthode peut-elle tre applique dans les cas graves ?
(N. del Ed.)
60
V. nota 27. (N. del Ed.)

inferiores. Los que no saborean las dulzuras de la simpata, corren tras las
dulzuras del egoismo, y vice-versa, las relaciones cordialmente satisfactorias entre
padres hijos, disminuyen el nmero de las faltas cuya fuente es el egoismo.
Cuando, pesar de esto, se cometan semejantes faltas, lo que veces ocurrir
bajo el mejor rgimen, pudese tambien acudir la disciplina de las
consecuencias, la cual ser eficaz si existe ese lazo de simpata y de cario de que
hemos hablado. Porque, cules son las consecuencias de un hurto? Son de dos
clases: directas indirectas. La consecuencia directa, dictada por la equidad,
consiste [220] en la restitucion. Todo legislador justo (y todo padre debe
procurar ser uno de ellos) exigir, en la medida de lo posible, que toda accion mala
sea reparada por una buena, lo cual, en el caso de robo de hurto, implica la
restitucion del objeto robado , si ha sido consumido, el pago de su valor.
Tratndose de un nio, esto es fcil de efectuar, echando mano del dinero que se
destine distraerlo proveerlo de juguetes. La consecuencia indirecta, y ms
seria, empieza en el disgusto de los padres y acaba por el hecho de ser
considerado el robo en todos los pueblos civilizados como un crimen.
Pero, se dir, la manifestacion del descontento paternal se ha verificado
siempre en tales casos; no hay en lo dicho nada de nuevo. Esto es muy exacto.
Hemos ya dicho que veces se sigue espontneamente nuestro mtodo; hemos
mostrado que hay en todos los sistemas de educacion cierta tendencia gravitar
hcia su forma ms propia, y aqu podemos repetir esta observacion. La fuerza
de la reaccion natural ser, en el rden armnico de las cosas, proporcionada lo
que el caso exija: el consejo paternal se expresar por actos de violencia en
pocas de barbarie, en las que el nio es tambien relativamente brbaro; se
manifestar mnos cruelmente en tiempos de mayor civilizacion, en que los nios
son dirigidos mediante procedimientos ms suaves. Pero lo que [221] ante todo
debemos observar aqu, es que la manifestacion del disgusto paternal no ser
poderosa para el bien, sino en la medida del afecto que el nio experimente por
sus padres. La eficacia de la disciplina de las consecuencias naturales, ser
exactamente proporcional al rigor con que se respete esta disciplina en los dems
casos. La prueba est al alcance de todo el mundo.
Pues qu, no sabe cada cual que, cuando ha ofendido una persona, la pena
que experimenta (prescindimos naturalmente de las circunstancias sociales)
vara con el grado de la simpata que profesa al ofendido? No siente que, al
ofender un enemigo, experimenta cierto placer secreto ms bien que
remordimiento? No tiene presente que, cuando una persona que le es extraa se
resiente por algo, se cuida mnos de ello que si se tratara de un amigo? Por el
contrario, el disgusto de una persona querida y admirada, no es considerado
por l como desgracia seria, como fuente de largos y amargos pesares? Pues bien,
de igual suerte debe cambiar el dolor del nio con el grado de afecto
preexistente. Cuando hay indiferencia, el sentimiento del hijo culpable solo
obedece al temor puramente egoista de los castigos corporales de las
privaciones que se le someter, y despues que esto ha sucedido, el antagonismo
y la irritacion acrecientan la indiferencia. Por el contrario, cuando existe un tierno
y slido afecto filial, [222] engendrado por los hbitos de amistad de los padres,
el estado del espritu que el descontento del padre provoca en el nio, no solo
sirve para prevenir las futuras faltas de la misma ndole, sino que es saludable
en s mismo. La pena moral de haber perdido temporalmente amigo tan querido,
sustituye la pena corporal, y no le es inferior en eficacia. En vez del temor y del
resentimiento ordinariamente experimentados, el nio simpatiza con el dolor de

su padre, lamenta el haber sido su causa y desea poder, con actos de reparacion,
restablecer las relaciones de amistad. En lugar de poner en juego esos
sentimientos egoistas cuyo predominio en este mundo es fuente del crimen, se
ponen en juego los sentimientos de simpata para con los dems, que previenen
los actos criminales. Por estas razones, la disciplina de las consecuencias
naturales es aplicable lo mismo las faltas graves que las leves, y su prctica
conduce, no solo la represion, sino la reparacion de las mismas.
En suma, el salvajismo engendra el salvajismo; la dulzura engendra la dulzura.
Los nios tratados sin bondad no son buenos. Usando con ellos de simpata, se
desenvuelven en su espritu sentimientos de la misma naturaleza. En el gobierno
domstico, lo mismo que en el gobierno poltico, el despotismo es causa de la
mayor parte de los crmenes que ms tarde hay necesidad de castigar; la [223]
direccion suave y liberal, por el contrario, evita la ocasion de disensiones y,
mejorando los sentimientos habituales, disminuye la tendencia las
trasgresiones de la ley. Como John Locke ha dicho hace tiempo: En materia de
educacion, los castigos severos son escasos en bienes y puedes ser muy fecundos en
males; y creo por mi parte que, en igualdad de condiciones61, los nios ms
castigados no son los hombres mejores. En confirmacion de esta opinion, podemos
citar el hecho recientemente publicado por Rogers, capellan de la prision de
Pentonville, de que los jvenes delincuentes que han sufrido la pena de azotes,
son los que ms pronto vuelven ser detenidos. Los buenos efectos de un
tratamiento ms suave los manifiesta otro hecho, que nos refiri una seora en
cuya casa vivimos en Pars. Como se excusase de las molestias que nos irrogaba
cierto muchacho, tan ingobernable en la casa como en la escuela, aadi que no
veia otro remedio su carcter que el empleado con su hermano primognito, y
que consisti en haberlo enviado un colegio ingls. Este nio habia recorrido
en vano todos los colegios de Pars. No sabiendo ya qu hacer con l, se le envi
Lndres62, y al poco tiempo era tan bueno como revoltoso habia sido antes. La
61

A diferencia de otras posibilidades (v. nota 52), Garca del Mazo, tal y como aparece
en la edicin francesa, traduce giros latinos para facilitar al lector hispano su
comprensin:
Education (121)
and I believe it will be found that, cteris paribus, those children who have
been most chastised seldom make the best men.
De Lducation (1894:214)
et je crois que, toutes choses gales dailleurs, les enfants qui ont t le plus
chtis ne font pas les meilleurs hommes.
Contrariamente, las otras versiones mantienen la expresin latina:
R. F. S. (1880:172)
y creo que al fin se llegar reconocer que cteris paribus los nios que han
sido ms castigados, no son luego los mejores hombres.

Garca Purn (1890:175)


y creo que, cteris paribus, los nios que han sido ms castigados, rara vez
hacen los mejores hombres.
(N. del Ed.)
62
Garca del Mazo y Garca Purn (1890:176), alejndose del texto original,
reproducen Lndres y Londres, respectivamente:
Education (121)
that in despair they had followed the advice to send him to England;

madre atribua este notable cambio la dulzura comparativa de la disciplina


inglesa.
[224] Despues de la exposicion de principios que precede, lo mejor que
podemos hacer es exponer algunas mximas y reglas que se derivan de ellos. Para
abreviar, las presentaremos bajo la forma de consejos.
No esperemos de ningun nio un alto grado de excelencia moral. Durante
sus primeros aos, el carcter de todo hombre atraviesa por las mismas fases por
que pasara la raza de que procede. Lo mismo que los rasgos fisionmicos del nio
-la nariz chata con las ventanas levantadas, los labios gruesos, los ojos separados,
la ausencia del seno frontal, -son durante cierto tiempo los del salvaje, de igual
modo sus instintos son los del salvaje tambien. De ah la tendencia la crueldad,
al robo, la mentira, tan general en los nios; tendencia que, aun sin el auxilio
de la educacion, se modificara la vez que la fisonoma. La idea popular de que
los nios son inocentes, verdadera si se la refiere al conocimiento del mal, es
completamente falsa aludiendo al instinto del bien. Esto se lo probar media
hora de observacion junto una nodriza, cualquiera que no se proponga cerrar
los ojos. Los nios, cuando quedan entregados s mismos en las escuelas, se
tratan entre s ms brutalmente que los hombres, y si se les abandonase s
mismos en edad ms tierna, su brutalidad seria mayor.
No solo no es prudente esperar mucho de los [225] nios en punto
moralidad, sino que tampoco lo seria el exigirles demasiado. Hoy son
generalmente reconocidos los malos resultados de la precocidad moral. Nuestras
facultades morales superiores, lo mismo que las intelectuales, son
comparativamente complejas; por consecuencia, unas y otras son tardas en su
evolucion. En unas y otras el desarrollo prematuro se verifica expensas del
desenvolvimiento futuro. De ah esa anomala, bastante frecuente, por cuya
virtud vemos que nios, modelos en todo en sus primeros aos, experimentan,
medida que crecen, un cambio completo y en apariencia inexplicable, quedando
al cabo por bajo del nivel ordinario de inteligencia y moralidad; mientras que una
madurez relativamente feliz sucede una infancia que dejaba suponer todo lo
contrario.
Debemos contentarnos, pues, con pocas medidas y escasos resultados.
Recordemos que el grado superior de moralidad, lo mismo que el grado superior
de inteligencia, ha de ser fruto de un lento y prolongado desenvolvimiento, y
veremos sin impaciencia las imperfecciones que cada momento descubrimos en
nuestros hijos, y nos sentiremos mnos impulsados esas reprimendas, esas
amenazas, esas prohibiciones contnuas, con las cuales producimos un estado
crnico de irritacion domstica, con la loca esperanza de corregirlos.
[226] Practiquemos esa forma liberal de gobierno paternal, que consiste en
no querer regular despticamente todos los detalles de la conducta de los nios.
Contentmonos con velar por que nuestros hijos sufran siempre las consecuencias
naturales de sus acciones, y no caeremos en esos abusos de dominio, causa de los
errores de tantos padres. Sometmosles, siempre que podamos, la disciplina de
la experiencia, y les preservaremos, ya de esa virtud de sumision incondicional
que el imperio exajerado engendra en las naturalezas dciles, ya de ese espritu
de antagonismo que se produce en las naturalezas independientes.
No obstante, hallamos Angleterre e Inglaterra en De Lducation (1880:153) y
R. F. S. (1880:173), respectivamente. (N. del Ed.)

Procurando en todas circunstancias dejar espedito el camino las reacciones


naturales de las acciones de nuestros hijos, moderaremos felizmente nuestro
propio carcter. El mtodo de educacion moral seguido por muchos padres
-tememos tener que decir, por la mayor parte de los padres- consiste
simplemente en dejar que estalle su clera la primera ocasion que se presenta.
Los golpes, los bruscos empujones, los trminos agrios de que se sirven para
castigar las faltas de sus hijos (faltas que con frecuencia no lo son en realidad),
no son generalmente en el padre sino la manifestacion de sus sentimientos mal
dominados, y provienen antes de su propio impulso que del deseo de ser til
aquellos. Pero si nos paramos siempre que se cometa una falta, reflexionar
[227] cul ser su consecuencia normal y por qu manera tornaremos esta
consecuencia ms sensible al agresor, habremos ganado tiempo, y nos ser ms
fcil el dominarnos, trasformndose nuestro primer movimiento de clera ciega
en otro mnos violento y mnos propio para arrastrarnos ms all del lmite
debido.
No creamos, sin embargo, que debamos conducirnos como instrumentos
impasibles. Recurdese que, adems de las reacciones naturales de las acciones
de nuestros hijos, reacciones que derivarn de la marcha natural de las cosas,
nuestra aprobacion desaprobacion constituye tambien una reaccion natural y
uno de los medios adecuados para guiarles. El error que combatimos es, el que
consiste en sustituir el disgusto paternal y las penas artificiales los castigos de
institucion natural. Pero si no deben sustituir los castigos artificiales los
naturales, no se sigue de ello que no deban, bajo cierta forma, acompaarles.
Aunque la pena de rden secundario no deba usurpar el lugar de la pena de
rden principal, puede, bajo forma moderada, servirle de suplemento. El dolor
la indignacion que sintamos, ha de manifestarse en nuestras palabras y maneras
en la medida precisa que sintamos uno 63 otra, y despues que hayamos
analizado su justicia. La naturaleza y la energa del sentimiento que
experimentemos, dependen necesariamente de nuestro [228] carcter, y es, de
consiguiente, intil decir que debemos sentir de esta de la otra manera; no
obstante, hemos de procurar modificar nuestros sentimientos impulsarlos, en
cuanto sea posible, en el sentido que creamos preferible. Pero es menester
guardarse de ambos extremos. Debemos, por una parte, evitar esa debilidad tan
comun en las madres, que consiste en seguir, sea riendo, sea perdonando, el
impulso del momento, y por otra, no continuar sin necesidad mostrndonos frios
y reservados ms tiempo del debido, no sea que el nio se acostumbre
prescindir de, nuestro cario y perdamos nuestra influencia sobre l. Las
reacciones morales de sus acciones, que hacen partcipes los nios de los
sentimientos que experimentamos, deben ser, dentro de lo posible, semejantes
las que les haria experimentar un padre cuyo carcter fuese perfecto.64 No
63
La acentuacin de la conjuncin no obedece a razones ortogrficas sino que se
explica como una costumbre de la poca (v. notas 15 y 46). (N. del Ed.)
64
La versin de Garca del Mazo presenta algunas diferencias con el texto original en
cuanto a la segmentacin en prrafos:
Education (124)
The moral reactions called forth from you by your child's actions, you should as
much as possible assimilate to those which you conceive would be called forth
from a parent of perfect nature.

multipliquemos los mandatos; no ordenemos sino cuando los dems medios sean
inaplicables, hayan sido empleados sin xito. Cuando se prodigan mucho las
rdenes, dice Riehter, es ms bien en ventaja de los padres que de los hijos. Lo
mismo que en las sociedades primitivas la violacion de las leyes se castiga, no
tanto porque es punible en s misma, sino por implicar el desprecio de la
autoridad real -una rebelion contra ella; -por igual manera, en muchas familias
el castigo infligido al trasgresor est determinado, no por la reprobacin [229]
que la falta merece, sino por la ira que engendra la desobediencia. Oigase cmo
hablan padres y maestros: Cmo osa Vd. desobedecerme! -Le digo Vd. que ha
de hacerlo; s seor! -Yo le ensear Vd. quin es el maestro! -Considrese lo
que implican estas palabras, este tono, estas maneras. Implican, ciertamente,
antes la voluntad de reinar que el deseo de procurar el bien del nio. Durante
una querella reprension, el estado de espritu del padre del maestro se parece
mucho al de un dspota resuelto castigar al subdito recalcitrante. Mas el
padre que sienta rectamente, ser como el legislador filntropo, que se regocija,
no de usar de castigos, sino de tornarlos intiles. No legisla cuando por otros
medios puede regular con xito la conducta de los hombres, y cuando legisla, lo
hace con pena. Como observa Richter, La mejor manera de gobernar, es no
gobernar demasiado65. Esto es verdad tambien respecto la educacion.
Be sparing of commands.
inapplicable, or have failed.

Command

only

when

other

means

are

Las versiones francesas y las de R. F. S. y Garca Purn reproducen ms fielmente la


segmentacin del texto original:
De Lducation (1880:157)
Les reactions morales que produisent en vous les actes de votre enfant doivent
tre autant que possible semblables celles quprouverait un pre dont le
caractre serait parfait.
Ne multipliez pas les ordres; nordonnez que lors que les autres moyens
sont inapplicables ou ont manqu leur effet.
De Lducation (1894:219-20)
Les ractions morales de ses actions, quapportent votre enfant les
sentimens que vous prouvez, doivent tre autant que possible semblables
celles que lui ferait prouver un pre dont le caractre serait parfait.
Ne multipliez pas les orders; nordonnez que lorsque les autres moyens sont
inapplicables ou ont manqu leur effect.
R. F. S. (1880:177)
Nuestra aspiracion debe ser la de que la reaccion moral que promuevan en
nosotros los actos de nuestro hijo, se acerque en lo posible la que creemos
deberia experimentar un padre de un carcter perfecto.
No prodiguemos demasiado nuestros mandatos; reservmoslos para
cuando los otros medios no conduzcan nada.
Garca Purn (1890:180)
Las reacciones morales que los actos de los padres producen en sus hijos,
deben asimilarse en todo lo posible, las que se considere que sentira un
padre cuyo carcter fuera ms perfecto.
Limtese el nmero de los mandatos, no mandando sino cuando los dems
medios sean inaplicables no hayan dado resultado.
(N. del Ed.)
65
La fidelidad de Garca del Mazo al texto intermedio francs junto a su afn por

Conforme esta mxima, el padre en quien el gusto de la dominacion est


debidamente reprimido por el sentimiento del deber, se aplicar procurar que
sus hijos se gobiernen s mismos, en cuanto sea posible, recurriendo al
absolutismo solo en ltimo extremo.
Pero siempre que ordenemos, hagmoslo con resolucion y carcter. Si el caso
inevitablemente lo requiere, pronunciemos nuestro fiat, y habindole [230]
pronunciado, que sea irrevocable. Reflexionemos bien lo que vamos hacer;
preguntmonos si tendremos la suficiente firmeza para llevarlo ejecucion, y si
nos decidimos dictar una ley, que sea cumplida toda costa, Que nuestra
sancion penal se parezca la que inflige la naturaleza inanimada, es decir, que
sea inevitable. El carbon encendido quema al nio la primera vez que lo toca, le
quema la segunda, le quema la tercera, le quema siempre; y el nio no tarda en
aprender que no debe tocarlo. Si imitamos este ejemplo, si todos nuestros actos
tienen la misma uniformidad, el nio no tardar en respetar nuestras leyes al
igual de las de la naturaleza. Y una vez establecido, este respeto prevendr males
domsticos sin fin. De todas las faltas que puedan cometerse en la educacion, la
peor es la inconsecuencia. Lo mismo que en la sociedad se multiplican los
crmenes cuando la pena no es cierta, en la familia resulta nmero inmenso de
trasgresiones por la aplicacion vacilante irregular de los castigos. La madre dbil
que amenaza sin cesar y obra rara vez; que dicta rdenes precipitadamente y se
arrepiente en seguida; que muestra, ya dulzura, ya severidad hcia la misma
falta, segun su humor del momento, se prepara mil penas s misma y se las
prepara sus hijos. Trnase despreciable los ojos de stos; les d ejemplo de no
saber dominarse; les estimula infringir sus rdenes, [231] por lo probable de
la impunidad; origina mil conflictos con detrimento de su carcter y del carcter
de aquellos; reduce su espritu ser un verdadero caos moral, caos en el cual
largos aos de amarga experiencia restablecern el rden difcilmente. Ms
valdria una forma brbara de gobierno aplicada con constancia, que una forma
ms humana, aplicada con tanta indecision y ligereza. Lo repetimos; huyamos de
las medidas coercitivas siempre que podamos evitarlas; pero cuando una vez las
acercar su versin al lector hispano le lleva a traducir las citas en francs del texto
original, limitndose a usar la cursiva para indicar tal hecho:
Education (124)
As Richter remarks"The best rule in politics is said to be 'pas trop gouverner:'
it is also true in education."
De Lducation (1880:158)
Comme le remarque Jean-Paul: Le meilleur systme en politique est, dit-on,
de ne pas trop gouverner (1); cela est vrai aussi en ducation.

(1) Les mots ne pas trop gouverner sont en franais dans le texte original.
Esta prctica tambin se advierte en las otras traducciones consultadas:
R. F. S. (1880:178)
Richter dice que la mejor regla poltica es no gobernar demasiado, y nosotros
opinamos que tambien es la mejor regla en materia de educacion.
Garca Purn (1890:180)
Como observa Richter: Dcese que en poltica, el mejor sistema es no
gobernar demasiado; lo que tambin es cierto relativamente la educacin.
(N. del Ed.)

hayamos adoptado, cuando veamos que el despotismo es realmente necesario,


seamos verdaderos dspotas.
Recurdese que el fin de la educacion es formar un sr apto para gobernarse
s mismo, no un sr apto para ser gobernado por los dems. Si los nios hubieran
de ser esclavos, deberamos acostumbrarles la esclavitud desde su infancia, pero,
puesto que estn llamados ser hombres libres, puesto que no habr nadie su
lado para cohibirles, es menester acostumbrarles la propia direccion nterin
podemos vigilarles. Por esta razon, el sistema de la disciplina de las
consecuencias naturales se halla en armona con el estado social presente de
Inglaterra, y es susceptible de ser aplicado entre nosotros. En los tiempos
feudales, cuando uno de los mayores males que amenazaban constantemente los
indivduos consista en la clera de los superiores, precisaba que, [232]
durante la infancia, la vindicta paterna fuese el principal medio de gobierno.
Pero hoy que el ciudadano nada tiene que temer de nadie; hoy que el bien y el
mal que le sobrevienen son nicamente los que resultan de su conducta por
virtud de la naturaleza de las cosas, necesita comenzar saber por experiencia,
desde su ms tierna edad, las consecuencias buenas malas que siguen
naturalmente tal cual acto. Procuremos, pues, que el gobierno paternal se retire
tan pronto como sea factible, ante ese otro gobierno del indivduo por si mismo,
que se origina en la prevision de los resultados. Un chico de tres aos que juega
con una navaja de afeitar abierta, no puede ser abandonado merced de la
disciplina de las consecuencias, porque las consecuencias serian demasiado srias;
pero medida que la inteligencia aumenta, puede y debe ser disminuido el
nmero de las intervenciones perentorias, que cesarn poco poco al alcanzar la
mayor edad. Toda transicion es peligrosa; mas ninguna lo es tanto como el paso
brusco de la disciplina domstica la libertad del mundo. De aqu, la
importancia de seguir la poltica que preconizamos, la cual, habituando al jven
al dominio de s mismo, aumentando gradualmente las ocasiones de ejercer este
dominio impulsndole ejercerlo sin auxilio, facilita la transicion, brusca y
peligrosa hoy, de la juventud, en que el gobierno del hombre obedece impulsos
[233] exteriores, la madurez, en que obedece impulsos internos y propios.
Que la historia de nuestra legislacion domstica reproduzca, en pequeo, la
historia de nuestra legislacion poltica. En los comienzos, la tirana utocrtica,
cuando la tirana es realmente necesaria; despues, un constitucionalismo naciente,
en el cual sea reconocida y garantida66 dentro de ciertos lmites la libertad
individual; al fin, la extension imperio de la libertad, hasta concluir por la
abdicacion real.
No temamos que nuestros hijos tengan iniciativa propia. Esta tendencia
responde la tendencia de los padres, tan visible en la educacion moderna,
disminuir la coaccion. La disposicion, de un lado, afirmar la libertad, se
corresponde, de otro, con la disposicion abdicar la tirana. Ambos hechos
manifiestan que se aproxima el momento de aplicar el sistema de disciplina que
sostenemos, y por cuya virtud los nios sern impulsados con ms energa en
cada momento dirigirse s mismos, segun la experiencia de las consecuencias
naturales de sus actos; ambos hechos son producto de nuestro estado social ms
civilizado. El nio ingls independiente de hoy, es el padre del ingls
independiente de maana, siendo imposible que se d lo uno sin lo otro. Los
66

V. nota 50. (N. del Ed.)

directores de los colegios alemanes dicen, que prefieren educar doce escolares
alemanes un escolar ingls. Desearemos para nuestros [234] hijos la
docilidad de los nios alemanes, y que ms tarde sean siervos, polticamente
hablando, como lo son los alemanes? No les procuraremos ms bien esos
sentimientos que crean, hombres libres, poniendo nuestros mtodos de educacion
de acuerdo con ellos?
Finalmente, no olvidemos que educar un nio no es cosa fcil y sencilla; sino,
por el contrario, extremadamente difcil y compleja, la tarea ms ruda de la vida
adulta. La manera grosera como se ejerce el gobierno domstico, est al alcance
de todas las inteligencias. Los golpes y las amenazas, las frases airadas, son medios
de que puede valerse lo mismo el brbaro ms inculto que el ms estpido
campesino. Los mismos animales son capaces de aplicar esa disciplina, como se
observa por los gruidos y los pequeos mordiscos con que los perros castigan las
excesivas exigencias de sus crias. Pero si queremos aplicar con xito un sistema
regular y civilizado, debemos comenzar por un vigoroso trabajo de atencion; es
menester que verifiquemos algunos estudios, que tengamos alguna inteligencia,
algun imperio sobre nosotros mismos. Debermos preguntarnos contnuamente,
cules son los resultados naturales. Ser menester analizar dia por dia los
motivos de la conducta del nio; distinguir entre las acciones realmente buenas
y las que parezcan serlo, pero que tienen por mviles sentimientos de [235]
rden inferior, y no incurrir nunca en el error cruel, en que se cae con harta
frecuencia, de considerar como malas acciones indiferentes y atribuir los
nios sentimientos peores que los que experimentan. Tendremos que
reformar, ms mnos, nuestro mtodo, fin de ponerlo en armona con las
disposiciones particulares de cada nio, modificndolo medida que estas
disposiciones revistan nuevas fases. Necesitaremos conviccion firme, para
persistir en una lnea de conducta que parezca producir escaso ningun
resultado. Especialmente, si se trata de nios que han sido antes maltratados,
hay que esperar con paciencia que el nuevo mtodo surta efecto; pues es
natural que, siendo ya de suyo difcil dirigir con tino desde los comienzos el
sentimiento del nio, lo sea doblemente despues de haber dado este
sentimiento una direccion errnea. No solo debemos analizar los motivos que
impulsan al nio, sino tambien los que informan nuestros actos, distinguiendo
entre las sugestiones que emanan de la verdadera solicitud paternal y las que
nacen de nuestro egoismo, de nuestra necesidad de reposo, de nuestra aficion al
mando; y cuando hayamos descubierto los verdaderos mviles de nuestra
conducta, debermos, lo que es ms penoso, ajustarla principios racionales: en
suma, habremos de educarnos la vez que educamos nuestros hijos. Bajo el
punto de vista intelectual, [236] tendremos que estudiar, para alcanzar el
desideratum, en la materia, el objeto ms complejo de todos, saber, la
naturaleza humana y sus leyes, tales como se muestran en el nio, en nosotros
mismos y en el mundo. Bajo el punto de vista moral, debermos apoyarnos
constantemente en nuestros sentimientos ms nobles, refrenando los mnos
elevados. Est an por reconocer, pero es verdad, que la ltima fase del desarrollo
mental, en el hombre y en la mujer, solo se presenta con el cumplimiento
verdadero de los deberes paternales. Cuando esta verdad sea reconocida, se ver
cun admirable es esa disposicion de las cosas que somete al sr humano, por
medio de sus afecciones ms poderosas, una disciplina que, sin ello, eludira.
Al paso que algunos acojern este concepto de la educacion con duda y
desaliento, creemos que otros vern en la elevacion misma del ideal que

encierra, la prueba de su verdad. Que no pueda ser realizado por gentes


apasionadas, poco amantes, poco previsoras; que exija el concurso de las
facultades ms altas de la naturaleza humana para su planteamiento, esto les
probar, en nuestra opinion, que es susceptible de adaptarse los estados
sociales civilizados. Que requiera en la prctica mucho trabajo y abnegacion, esto
ser prueba de que promete abundante cosecha de felicidad para lo presente y lo
porvenir. [237] Las personas inteligentes, repetimos, vern que mientras el falso
sistema de educacion es un doble azote para el padre y para el nio, el sistema
verdadero es un doble beneficio para el que d la educacion y para el que la
recibe.

CAPITULO IV.

De la educacion fsica67

En la mesa del lord68, despues que las seoras se han retirado, lo mismo
que en la posada de una aldea durante una fria, el domingo en cualquier
taberna de lugar, el asunto que, agotada la cuestion poltica del dia, excita
mayor inters, es la cria y fomento de los animales tiles. Cuando se regresa de
una cacera, en el entretanto que se gana la casa caballo, la manera de
mejorar la raza caballar, los cruzamientos, los comentarios acerca de las
carreras, proporcionan generalmente asunto la conversacion: otras veces
sirve de tema el arte de adiestrar los perros. Dos labradores que regresan de los
oficios del [240] domingo, pasan, inadvertidamente, de las observaciones acerca
del sermon las observaciones acerca del tiempo, de la recoleccion y de las
bstias, y de aqu deslzase insensiblemente la discusion las distintas clases
de forrajes y las propiedades nutritivas de cada uno. Juan y Pedro69, con sus
observaciones comparadas propsito de sus respectivas piaras de puercos,
manifiestan que no han desatendido los intereses de sus dueos, y que conocen
67

El cuarto captulo, PHYSICAL EDUCATION, se haba publicado anteriormente en


British Quarterly Review en 1859 con el ttulo Physical Training. (N. del Ed.)
68
Garca del Mazo, guiado por el propsito de adaptar Education a la cultura espaola,
altera el sentido de algunos elementos con una gran carga cultural. El contenido lxico
de esquire, reproducido como squire en De Lducation (1880:166) y (1894:229),
no se ve reflejado en el lord usado en esta versin. R. F. S. (1880:185) y Garca
Purn (1890:188) ofrecen otras soluciones como hacendado y caballero,
respectivamente. (N. del Ed.)
69
En ocasiones, Garca del Mazo tambin se distancia del texto francs intermedio y
aplica tcnicas de traduccin ms audaces. As, el original de Education (130) Hodge
and Giles se mantiene en De Lducation (1880/1894) aunque en esta edicin Garca
del Mazo los naturaliza sirvindose de Juan y Pedro, una combinacin mucho ms
cercana y efectiva en la cultura espaola. Por su parte, R. F. S. (1880:185) y Garca
Purn (1890:188) se sirven de las dos opciones Hodge y Giles y Pedro y Juan,
respectivamente. (N. del Ed.)

los efectos producidos en los cerdos entregados sus cuidados por tal cual
procedimiento seguido para cebarlos. No solo en las poblaciones rurales es
asunto favorito de las conversaciones el reglamento de la perrera, de la cuadra, del
establo y de los rediles; tambien en las ciudades componen buena parte de la
poblacion los numerosos artesanos que tienen perros, los jvenes bastante ricos
para permitrse los placeres de la caza, y sus padres que, ms aficionados las
ocupaciones y goces sedentarios, hablan de los progresos de la agricultura, de las
relaciones anuales de Mecchi y de las cartas al Times de Caird. Pregntese la
mayora de la poblacion masculina del reino, y se ver que casi toda se interesa en
las cuestiones de cruzamientos, de cria de educacion de los animales, de una
otra especie.
Pero nadie habr oido seguramente, ni en las conversaciones de sobremesa ni
en ninguna de las [241] otras ocasiones antes citadas, una sola palabra acerca
de la educacion fsica de los nios. Ese lord terrateniente que visita las cuadras
inspecciona por s mismo el rgimen que estn sometidos sus caballos, que
dirige una mirada sus bstias y hace las recomendaciones que estima
oportunas, cuntas veces sube la habitacion de la nodriza, examina los
alimentos que se dan sus hijos, se hace cargo de las horas de las comidas y vela
por que dichos departamentos sean ventilados y estn bien situados? En su
biblioteca encontrareis el Mariscal herrador, de White; el Libro de la Granja, de
Stephens; el Tratado de la caza, de Nemrod, y por regla general, ha leido todas
estas obras; mas, qu libros ha leido acerca de la manera de tratar los nios
de teta y los de alguna ms edad? Las propiedades que posee el nabo silvestre
para engordar las bstias, el valor nutritivo del heno y de la paja, el peligro del
abuso del trbol, son puntos en que est instruido todo propietario, todo colono,
todo campesino. Pero cul de ellos se ha preguntado si la alimentacion que se d
sus hijos es adecuada las necesidades de los nios, de uno y otro sexo, que
estn desarrollndose? Se dir acaso, con objeto de explicar esta anomala, que
al interesarse por los animales, esas personas se ocupan en sus asuntos
intereses. Esta explicacion no es suficiente, porque las dems clases sociales se
ocupan muy [242] frecuentemente en lo mismo. Entre los habitantes de una
ciudad, hay muy pocos que ignoren que no conviene que un caballo trabaje recien
comido, y sin embargo, apenas habria uno, suponiendo que todos fueran
padres, que se preguntase si es suficiente el tiempo que trascurre entre las
comidas y las lecciones de sus hijos! Si se penetra en el fondo de la cuestion, se
ver, que, casi siempre, el hombre mira el rgimen seguido por la nodriza como
asunto al que debe permanecer extrao, Oh, dejo todo eso las mujeres!,
contestar probablemente, y el tono con que pronunciar estas palabras, indicar
de sobra que considera todos esos cuidados como incompatibles con la dignidad de
su sexo.
Considerada bajo cualquier otro punto de vista que el de la convencion, es cosa
que parecer extraa el que, mientras la cria de animales de hermosa estampa es
asunto al cual consagran mucho tiempo y reflexion hombres distinguidos, declaren
estos mismos hombres indigno de su atencion el arte de formar hombres
robustos. Madres que no han aprendido sino dos tres idiomas y msica,
secundadas por nodrizas imbuidas en aejos prejuicios, son respetadas como
jueces competentes en la alimentacion, en el vestido, en el grado de ejercicio que

conviene los nios70.


En el entretanto, los padres leen libros y artculos de peridicos, se renen en
comits, verifican [243] ensayos y se empean en discusiones, fin de
descubrir los mejores medios de cebar puercos de primera calidad! Vemos
el trabajo sin fin con que se procura criar un caballo que gane el premio en
las carreras71, y el ninguno que se pone en formar un atleta moderno. Si
Gulliver hubiese referido que los liliputienses rivalizaban entre s para ver
quin criaba mejor los hijos de los dems sres, al paso que hacan caso
omiso del arte de criar los suyos, hubirase creido este absurdo semejante
los dems que les imputa.
El asunto es srio, sin embargo. Por risible que el contraste parezca, el
hecho que implica no es mnos desastroso. Como observa un pensador, la
primera condicion de xito en el mundo es ser sano y robusto (1) ; y la
primera condicion de la prosperidad nacional es, que la nacion est
compuesta de hombres fuertes y vigorosos(2) 72. No solo sucede
70

La segmentacin de los prrafos presenta algunas diferencias con respecto al texto


original:
Education (132)
Mammas who have been taught little but languages, music, and
accomplishments, aided by nurses full of antiquated prejudices, are held
competent regulators of the food, clothing, and exercise of children. Meanwhile
the fathers read books and periodicals, attend agricultural meetings, try
experiments, and engage in discussions, all with the view of discovering how to
fatten prize pigs!

Las versiones francesas como otras en nuestra lengua reproducen en este fragmento
la segmentacin del texto original (V. nota 41). (N. del Ed.)
71
Probablemente guiado por la intencin de acercar el texto al lector hispano, Garca
del Mazo omite la referencia al famoso Derby, el clsico de Epsom:
Education (132)
We see infinite pains taken to produce a race that shall win the Derby:
El resto de las traducciones incluye esta referencia cultural a excepcin de la de Garca
Purn:
De Lducation (1880:168-9) y (1894:168-9)
Nous voyons quon prend des peines infinies pour produire un cheval de course
qui gagnera le Derby, aucune pour produire un athlte moderne.
R. F. S. (1880:188)
Todos vemos la infinidad de trabajos que se toman para producir un caballo de
carrera que gane en las de Derby;
Garca Purn (1890:190)
Se toman cuidados infinitos para producir un caballo corredor que pueda ganar
premios en las carreras;
(N. del Ed.)
(1)
(2)
72

...un buen animal, dice el texto. (N. del T.)


de buenos animales, dice el texto. (N. del T.)

Resulta evidente que cuando Garca del Mazo verti Education a nuestra lengua en
1879 hubo de disponer necesariamente de la primera edicin francesa publicada un
ao antes. De otra forma no se entendera que las dos nicas notas del traductor que
aparecen en sus dos ediciones en nuestra lengua (1879/1884) tambin estn
presentes en De Lducation (1880):

frecuentemente que el xito de una guerra depende de la robustez y del valor


de los soldados; sino que en las luchas industriales tambien, acompaa la
victoria al vigor fsico de los productores. Bajo este punto de vista, hasta hoy
no tenemos motivos para temer la inferioridad de nuestro ejrcito en los
campos de batalla; pero los hay para sospechar que no tardaremos en ser
sometidos rudas [244] pruebas. La lucha por la existencia es tan viva en los
tiempos modernos, que no sern muchos los que consigan salir vencedores. Ya
sucumben millares de indivduos bajo la excesiva presion que sufren. Si esta
presion contina aumentando, como es probable, se quebrantarn rudamente las
mejores constituciones. Es, pues, soberanamente importante el educar los nios
de manera que sean aptos, no solo para sostener la lucha intelectual que les
espera, si que tambien para soportar fsicamente la excesiva fatiga que pesar
sobre ellos.
Felizmente se comienza pensar en ello. Los escritos de Kingsley indican que
se opera una reaccion en el pblico contra el exceso y la precocidad de la cultura
intelectual en los nios, reaccion que, como todas, es llevada tal vez demasiado
lejos. De vez en cuando, cartas artculos insertos en los peridicos dan
testimonio del inters creciente por la educacion fsica, y el nacimiento de una
escuela que se ha dado el significativo ttulo de La Cristiandad Muscular,
manifiesta que la opinion comienza comprender que nuestro sistema ordinario
de educacion deja bastante que desear, respecto al desarrollo fsico del nio. El
terreno est, pues, preparado para la reforma.
Armonizar el rgimen que haya de seguir la nodriza y el de la escuela con las
Education (132)
As remarks a suggestive writer, the first requisite to success in life is to be a
good animal? and to be a nation of good animals is the first condition to
national prosperity.
De Lducation (1880:169)
Ainsi que la dit un spiritual crivain, la premire condition du succs dans ce
monde, cest detre un bon animal (2), et la premire condition de la
prosprit nationale, cest que la nation soit forme de bons animaux .
(2) Voir la note de la page 58.
De Lducation (1880:57-8)
[] que la premire condition de succs pour lhomme dans la vie, cest dtre,
comme on la dit, un bon animal (1).
(1) Cette expression, que M. Spencer citera encore plus loin dans son chapitre
de lEducation physique, est du philosophe amricain Emerson.
De Lducation (1894:233)
Ainsi que le Remarque un penseur, la premire condition du succs dans ce
monde, cest detre un bon animal, et la premire condition de la prosprit
nationale, cest que la nation soit forme de bons animaux.
Garca del Mazo (1879:269-70)
Como observa un pensador, la primera condicion de xito en el mundo es ser
sano y robusto; (1) y la primera condicion de la prosperidad nacional, es que la
nacion est compuesta de hombres fuertes y vigorosos. (2)
(1) un buen animal, dice el texto. (N. del T.)
(2) de buenos animales, dice el texto. (N. del T.)
(N. del Ed.)

verdades de la ciencia moderna, h aqu el desideratum. Es ya [245] hora de que


nuestros hijos participen de los beneficios que han trado los descubrimientos de
los laboratorios nuestros bueyes y carneros. Sin querer poner en tela de juicio
la gran importancia de la cria perfeccionada de los caballos y de los cerdos,
pensamos que, como el formar hombres robustos y mujeres hermosas tampoco
es asunto balad, las conclusiones deducidas tericamente y confirmadas en la
prctica, deben servir de gua en el segundo caso lo mismo que en el primero. No
pocas gentes se asombrarn, acaso se ofendern, de que asociemos estas ideas;
pero es hecho indiscutible, y que debe aceptarse, el de que el hombre se halla
sometido las mismas leyes orgnicas que los animales inferiores. Ningn
anatmico, ningun fisilogo, ningun qumico, vacilar en afirmar que lo que es
verdad respecto del animal, bajo el punto de vista biolgico, lo es tambien
respecto del hombre. La franca aceptacion de este hecho lleva consigo su
consecuencia, saber, que las generalizaciones que surgen de las experiencias y
de las observaciones hechas en los animales, son tiles al hombre. Por
rudimentaria que sea hasta el presente la ciencia de la vida, posee ya algunos
principios fundamentales ocultos bajo el desenvolvimiento de todo organismo,
incluso el organismo humano. Resta an averiguar, cul debe ser la influencia de
estos principios en la educacion de la infancia y de la juventud. [246] Llenar
hasta cierto punto este vaco, es lo que ahora nos proponemos.
La tendencia la sucesion alternada, visible en muchas esferas de la vida
social, por cuya virtud el despotismo sucede las revoluciones, los perodos de
reforma los conservadores, los siglos ascticos los disolutos, que en el
comercio produce, ora el exceso de confianza, ora el pnico, y que hace pasar la
moda de un extremo otro; esta tendencia influye tambien en nuestra mesa y,
de consiguiente, en el rgimen alimenticio de los nios. A una poca en que se
comia y bebia extraordinariamente, ha sucedido otra de sobriedad relativa, en la
que las sociedades contra la intemperancia y el uso de las carnes son protesta
vigorosa los desrdenes de los tiempos pasados. Este cambio de costumbres
entre los adultos, v acompaado de otro cambio anlogo en la nutricion de los
nios. Nuestros padres creian que debian obligar los nios comer cuanto
pudiesen. Todavia entre los campesinos y en las provincias ms atrasadas, donde
las ideas y prcticas antiguas tardan ms tiempo en desaparecer, hay padres que
excitan sus hijos comer hasta el estado de pltora. Pero en las clases
superiores, en las cuales es ms poderosa la reaccion hcia la abstinencia, puede
observarse cierta disposicion no alimentar suficientemente los nios. El
disgusto [247] que se experimenta en esas clases por los apetitos groseros de
otras pocas, se manifiesta an ms en la conducta observada con los nios que
en la seguida por los adultos; porque mientras este ascetismo disfrazado est
moderado en los unos por las exigencias de la naturaleza, se ejerce libremente en
la legislacion que los otros se les impone.
Es verdadera trivialidad el decir, que el comer con exceso y el comer
demasiado poco son dos cosas perjudiciales. De las dos, sin embargo, la ltima es
ms perjudicial. Como dice una autoridad eminente, los efectos de las
indigestiones, cuando stas no se repiten con frecuencia, son menos nocivos(1) y se
reparan ms pronto que los de la inanicion. Adems, no ser que se intervenga
(1)

Enciclopedia de medicina prctica.

en sus comidas con poca discrecion, los nios rara vez sufren indigestiones.
Comer con exceso, es vicio de los adultos ms bien que de los nios, que rara
vez son glotones epicreos, no ser por culpa de aquellos que los educan.(2) Ese
sistema de restriccion que tantos padres creen necesario imponer, est fundado en
observaciones insuficientes y en falsos razonamientos. Hay muchos reglamentos
para el nio, como hay muchos en el Estado para el indivduo, siendo uno
[248] de los mayores inconvenientes que resultan de esto, el que la
alimentacion de los nios sea insuficiente.
Pero, se dir, se debe permitir que los nios caigan enfermos consintindoles
que carguen su estmago y que se atraquen de golosinas, como lo harn
ciertamente, si se les deja? La cuestion, as planteada, no admite ms que una
respuesta; pero tambien, planteada asi, se halla zanjada por s misma.
Sostenemos que, como el apetito es gua seguro en todos los animales, -y gua
seguro en el nio de teta, gua seguro en el enfermo, gua seguro en las diversas
razas, gua seguro en el adulto que observa una conducta regular- pudese inferir
con certidumbre que es asimismo gua seguro en los nios. Seria extrao que, en
ellos solamente, este gua no mereciera confianza.
Quizs algunas personas no sufrirn con paciencia esta respuesta, persuadidas
de que pueden citar hechos que la contradigan por completo. No obstante, la
paradoja es perfectamente sostenible. La verdad es que los excesos que esas
personas aluden, son de ordinario el resultado del sistema restrictivo que se
pretende justificar; son las reacciones sensuales contra el rgimen asctico. Prueba,
en pequeo, esta verdad general, el que aquellos que en su juventud han estado
sometidos disciplina ms rigurosa, son los que despues incurren en mayores
extravagancias. La prueban [249] tambien esos terribles fenmenos, tan
comunes antes en los conventos, que nos muestran las monjas pasando de una
austeridad extrema la disolucion ms diablica, patentizando la fuerza
irresistible de deseos largo tiempo comprimidos. Considrense los gustos de los
nios, y la manera como se les trata. La aficion los dulces y sustancias
azucaradas es vehemente y casi universal en ellos. Pues bien, noventa y nueve
personas de cada ciento, probablemente, se imaginarn que esto es solo un
apetito del paladar, y que, como todos los apetitos sensuales, debe ser reprimido.
El fisilogo, sin embargo, que se ve conducido por sus descubrimientos
admirar cada vez ms el rden de la naturaleza, adivina que en ese gusto hay
algo ms que lo que se supone, y bien pronto sus indagaciones confirman estas
sospechas: no tarda en descubrir que el azcar desempea un papel importante
en el desenvolvimiento del organismo. En efecto, las sustancias azucaradas y las
materias crasas son oxigenadas en nuestro cuerpo, y desprenden calor. El azcar
es la forma bajo la cual deben pasar otros muchos compuestos, para producir y
sostener el calor animal, y esta formacion del azcar se verifica en nuestro mismo
cuerpo. No solo se cambia el almidon en azcar durante la digestion, sino que,
como ha demostrado Cludio Bernard, el hgado es un laboratorio, en el cual los
dems elementos [250] constitutivos de nuestra alimentacion se truecan en
azcar. El azcar es tan necesaria en nosotros, que la producen las sustancias
nitrogenadas, cuando no se facilita al estmago en otra forma. Ahora bien, si al
hecho de que los nios apetecen extraordinariamente el azcar, alimento
productivo de calrico, unimos el otro hecho de que experimentan un disgusto no
(2)

Enciclopedia de medicina prctica.

mnos pronunciado por las sustancias que desprenden ms calrico durante su


oxidacion, es decir, por las materias crasas, hay motivos para pensar que el
exceso en lo uno compensa la falta en lo otro, y que el organismo reclama el
azcar porque no puede asimilarse las grasas. Los nios apetecen tambien los
cidos vegetales. Constituyen su delicia las frutas de todas especies, y falta de
otra cosa mejor, devoran las grosellas verdes y las manzanas ms speras.
Ahora bien, los cidos vegetales, adems de ser, lo mismo que los minerales, muy
buenos tnicos, cuando se usan con moderacion, tienen otras ventajas, tomados
en su formal natural. Las frutas maduras, dice el doctor Andrew Combes73,
abundan mucho ms en el continente que en nuestro pas, y contribuyen
poderosamente restablecer las funciones del intestino. Vase, pues, el
desacuerdo tan grande que existe entre las necesidades instintivas de los nios y
el rgimen al cual se les sujeta de ordinario. H ah dos gustos dominantes en
ellos, que, segun todas las apariencias, expresan [251] ciertas necesidades de la
naturaleza en la infancia, y ms de desconocidos, son comunmente
contrariados: no se sale del pan y de la leche por la maana; del t con pan y
manteca por la noche, sustituyendo veces este sistema de alimentacion con
otros no mnos inspidos. Jzgase intil nociva toda satisfaccion del paladar.
Cul es la consecuencia? Que en los dias de fiesta, cuando los nios pueden
conseguir el uso sin reserva de las cosas que les son agradables; cuando el dinero
que se les d les permite comprar golosinas, tanto tiempo envidiadas y
admiradas en el escaparate del confitero, cuando se les consiente correr con
libertad por una huerta jardin, el deseo largo tiempo cohibido conduce
grandes excesos. Entrganse una especie de frentico carnaval, debido, en
parte, la ausencia de temor; en parte, que preven una cuaresma prolongada.
Y en tales casos, al sobrevenirlas indigestiones, se pretende que no se debe dejar
los nios que se guen por sus apetitos! Invcanse los resultados desastrosos
de las restricciones artificiales, en prueba de la bondad del sistema restrictivo!
Pero, por nuestra parte, sostenemos que los razonamientos empleados para
justificar ese sistema de intervencion, son viciosos. Sostenemos que, si se
consintiera los nios el uso cuotidiano de esos alimentos ms sabrosos, que
responden necesidades fisiolgicas en ellos, no abusarian de [252] los mismos
la menor ocasion que se les presentase. Si las frutas, como dice el doctor
Combes, constituyesen parte de su nutricion habitual (tomadas, como aconseja,
no entre las comidas, sino en las comidas), no manifestaran esa codicia que les
impulsa devorar manzanas verdes y endrinas. Ocurre lo propio en los dems
casos anlogos.
Existen poderosas razones a priori para confiar en los gustos de los nios, al
paso que carecen de valor las que se aducen para desconfiar de dichos gustos,
siendo imposible, adems, adoptar gua ms seguro que ellos. Cul puede ser,
pues, el valor de ese criterio paternal que se erige en rbitro? Cuando la madre
el aya contestan no Juanito que pide algo74, en qu dato se fundan? Piensan,
73

Debe de tratarse de un error tipogrfico. La referencia es al doctor Combe.


(N. del Ed.)
74
Garca del Mazo intenta adaptar el texto aunque salta a la vista que su traduccin
queda lejos de trasladar el sentido del original:
Education (137)
When to "Oliver asking for more," the mamma or governess says "No," on
what data does she proceed?

sin duda, que tienen razon; pero, por qu lo piensan? Leen acaso en el
estmago del nio? Poseen acaso facultades de videntes, que les permitan
distinguir las necesidades de su cuerpo? Y si no las poseen, cmo pueden decidir
con seguridad? No saben que la necesidad de alimentos depende de causas
numerosas y complicadas; que vara con la temperatura, con el estado
higromtrico del aire, con la electricidad de la atmsfera; que vara tambien con
el ejercicio hecho, con la naturaleza y la cantidad de los alimentos absorbidos en
la postrer comida, con la rapidez de la ltima digestion? Cmo calcular los
resultados de tal combinacion de causas? Como [253] nos decia el padre de un
nio de cinco aos, de mayor cabeza que casi todos los de su edad, robusto en
proporcion, colorado y activo: No puedo encontrar ninguna regla artificial, para
conocer la cantidad de alimentos que necesita mi hijo. Si digo, basta con esto, es
solo una suposicion, y la suposicion puede ser lo mismo errnea que exacta. Por
lo tanto, no creyndome adivino, le dejo comer cuanto quiere. Ciertamente, el
que juzgue por los resultados, aceptar la sabidura de esta conducta. Esa
confianza y seguridad con que los padres legislan acerca del estmago de sus
hijos, prueba que son extraos las leyes de la fisiologa; si fuesen ms
instruidos, seran ms modestos, que el orgullo de la ciencia es humildad,
comparado con el orgullo de la ignorancia. Si se desea saber cunto debe
desconfiarse de los juicios humanos y confiar en el rden preestablecido de las
cosas, comprese la temeridad del mdico inexperto con la prudencia del profesor
consumado, de que d prueba la obra de Sir John Forbes acerca de la
Naturaleza y Arte de curar las enfermedades: se ver que medida que se
adquiere conocimiento ms profundo de las leyes de la vida, se desconfa ms
de s mismo y se confa ms en la naturaleza.
Pasando de la cuestion de cantidad la cuestion de calidad, vemos la misma
tendencia asctica. [254] Se cree que debe darse los nios alimento
insuficiente, y adems, que ste ha de ser de rden inferior, siendo opinion
corriente que las sustancias animales perjudican los nios. En las clases
pobres parece que estas reglas han sido dictadas por la economa; parece que
engaan el propio deseo. Los padres que no pueden comprar mucha carne,

La frase Oliver asking for more es una alusin a un fragmento de la clebre novela
de Charles Dickens, The Adventures of Oliver Twist (1838). Hurfano de madre desde
su nacimiento y privado del cuidado paterno, el protagonista de la novela pasa los
primeros aos de su vida en distintas instituciones de acogida en las que el infortunio,
la miseria y el hambre forman parte de su cotidianidad. En una de stas, Oliver
subsiste recogiendo estopa y, desesperados por la escasez de las raciones, sus
compaeros echan a suerte quin ha de pedir una racin mayor de gachas. El sorteo
depara que sea Oliver el portavoz de su famosa reivindicacin: Please, sir, I want
some more.
Tampoco las otras versiones trasladan la alusin literaria:
R. F. S. (1880:195)
Cuando un nio pide ms y la madre le contesta No, a qu criterio ajusta su
negativa?
Garca Purn (1890:198)
Cuando un nio pide que le den ms de tal cual cosa, la mam el aya,
contestan con una negativa, y en qu se fundan para proceder as?
(N. del Ed.)

responden sus hijos cuando se la piden: La carne no es buena para los nios, y
lo que al principio era simplemente una excusa, ha llegado ser, fuerza de
repetirlo, un artculo de f. En las clases ricas, donde no hay escasez de dinero,
ha cundido la misma creencia; parte, por el ejemplo de la mayora; parte, por la
influencia de las nodrizas salidas del pueblo, y parte, por la reaccion contra los
apetitos sensuales de los tiempos pasados.
Sin embargo, si tratamos de averiguar en qu se funda dicha opinion, no
hallamos ningun motivo srio que la justifique. Es un dogma que se acepta y se
repite sin pruebas, como el que imponia hace algunos aos el uso de fajas y
paales. Es muy probable que la carne, que exige ser considerablemente triturada
para llegar despues fcilmente al estado de quimo, no sea alimento muy
apropiado al estmago del nio de escasa fuerza muscular. Mas esta objecion
carece de valor tratndose de sustancias animales de que se haya extrado la
parte fibrosa, y tampoco tiene [255] importancia desde que, los dos aos de
edad, el estmago del nio adquiere gran vigor muscular. La prueba contraria, en
cambio, es fuerte y decisiva. El veredicto de la ciencia es opuesto de todo en todo
la opinion popular. Hemos propuesto la cuestion dos de nuestros mdicos
ms eminentes y varios fisilogos distinguidos, y unos y otros han concluido
por unanimidad, que la alimentacion de los nios debe ser tan nutritiva, ya que
no ms, como la de los adultos.
El fundamento en que descansa esta opinion es evidente, y el razonamiento
que as lo muestra, sencillo. Basta comparar el progreso de la vida en el nio y
en el hombre, para ver que el primero tiene necesidad de ms alimento que el
segundo. Porqu experimenta el hombre la necesidad de comer? Hlo aqu.
Todos los dias sufre su cuerpo ciertas prdidas: prdidas por el ejercicio
muscular, prdidas en el sistema nervioso por la accion mental, prdidas en la
vsceras por las funciones vitales; siendo menester renovar la parte de tejidos
destruida. Cada dia tambien pierde su cuerpo, por la radiacion, cantidad
considerable de calor, por cuya causa ciertos alimentos constitutivos de nuestro
organismo experimentan una oxidacion contnua. Compensar las prdidas
diarias y proporcionar calrico para el gasto cuotidiano, tales son todas las
razones por qu el adulto tiene que alimentarse. Considrese ahora el caso del
[256] nio. Tambien l consume cierta cantidad de sustancias por el ejercicio, y
basta ver su actividad turbulenta para comprender que, en proporcion su
volmen, consume probablemente tanta como el hombre. Tambien l pierde calor
por radiacion, y como su cuerpo presenta mayor superficie, en proporcion de su
masa, que el del hombre, pierde de consiguiente ms calor y con ms rapidez, y la
cantidad de combustible que necesita es relativamente ms considerable. Por
manera que, an en el caso de que el nio tuviera solo que reparar ciertas
prdidas vitales, como le ocurre al hombre, necesitaria relativamente ms
alimento; pero, adems de la conservacion del cuerpo por la renovacion de los
tejidos, adems de la produccion de calor, el nio forma nuevos tejidos, crece. Por
esto, una vez compensadas las prdidas de sustancia y de calor, el exceso de
nutricion sirve para el desarrollo del organismo; y nicamente merced este
exceso es posible dicho desarrollo, so pena de que el crecimiento se verifique
expensas del vigor y de la robustez. Es verdad que, por una ley mecnica que aqu
no puede explicarse, los organismos pequeos tienen, sobre los grandes, la ventaja
de la proporcion que existe en ellos entre las causas de las prdidas y los medios
de repararlas, ventaja que se debe la posibilidad del crecimiento. Pero esto
contribuye que sea ms evidente el hecho de que, por ms que los nios puedan

[257] soportar casi siempre un rgimen contrario sus necesidades, sin que se
aniquile el exceso de vitalidad que poseen, se disminuyan con l la estatura y la
perfeccion fsicas. Vemos cun imperiosamente exige el organismo que se est
desenvolviendo sustancias que asimilarse, en esa hambre de colegial, que no se
reproduce en ninguna poca de la vida, y en la reaparicion comparativamente
pronta del apetito en los nios. En las hambres que sobrevienen consecuencia
de naufragios de otros desastres, sucumben los nios los primeros.
Admitida, como es fuerza hacerlo, la necesidad de mayor nutricion en los
nios, la cuestion queda reducida lo siguiente: satisfaremos dicha necesidad
dando los nios alimentos diluidos, por decirlo as, en gran cantidad, por el
contrario, dndoles alimentos concentrados en cantidad menor? Los principios
nutritivos que contiene un pequeo pedazo de carne, no los contiene la misma
cantidad de pan, mucho mnos an la misma cantidad de patatas, y as
sucesivamente, por lo que es menester aumentar la porcion medida que las
cualidades alimenticias disminuyen. Satisfaremos, pues, la necesidad
extraordinaria de nutricion en los nios, dndoles alimentos en cantidad
suficiente y de la misma calidad que los tomados por los adultos? O bien, sin
atender al hecho de que los alimentos digeridos por el nio [258] ocupan
mayor espacio, relativamente la capacidad de su estmago, que los digeridos por
el adulto, abusaremos an de sus fuerzas digestivas ofreciendole una nutricion de
rden inferior y en volmen ms considerable todavia?
La respuesta es bastante clara. Cuanto menor sea el trabajo digestivo, mayor
suma de fuerzas se reservan para el crecimiento y la accion. Las funciones gstricas
intestinales se verifican expensas de la sangre y de la fuerza nerviosa, y en la
fatiga que sigue las comidas abundantes, todo adulto hallar la prueba de que
esas prdidas en la sangre y en los nrvios tienen su equivalente en todo el
organismo. Si se obtiene la nutricion indispensable tomando gran cantidad de
alimentos poco nutritivos, es solo imponiendo las vsceras un trabajo excesivo:
trabajo innecesario, en otro caso, y perdido en su mayor parte, la cual prdida se
traduce en los nios en diminucion de fuerzas, en falta de crecimiento, en
ambas cosas la par. Dbese, pues, afirmar que es menester dar los nios, en
tanto que sea posible, alimentos que renan las cualidades nutritivas las
cualidades digestivas.
Es verdad, ciertamente, que los nios pueden mantenerse con alimentos
exclusivamente vegetales. En las clases acomodadas hay nios que comen muy poca
carne y que, sin embargo, se desarrollan y parecen robustos y bien formados. Los
hijos de [259] los obreros estn privados casi en absoluto de toda clase de
alimento de procedencia animal, pesar de lo cual logran una madurez vigorosa.
Pero estos hechos, contrarios aparentemente nuestra opinion, no tienen el
peso que se cree. En primer lugar, no prueban que el pan y las patatas
constituyan alimentacion muy favorable al desarrollo de nuestro cuerpo; y la
comparacion entre los trabajadores y la nobleza, en Inglaterra, entre los
proletarios y la clase media, en Francia, no redunda en modo alguno en ventaja
de aquellos que se alimentan principalmente de vegetales. En segundo lugar, la
cuestion no es simplemente de volmen, sino ante todo de calidad. Las carnes
blandas y fofas dan la misma apariencia que las musculosas y apretadas. No hay
duda que, al observador superficial, el nio cuyos tejidos sean flojos le parecer
tan robusto como aquel cuyas fibras tengan ms vigor, pero la menor prueba
dar conocer la diferencia que hay entre ambos. Cabalmente, la obesidad es
con frecuencia signo de debilidad en los adultos; as, los atletas y andarines

pierden parte de su peso coa los procedimientos que se les sujeta. Luego la
buena apariencia de esos nios mal nutridos no prueba nada. En tercer
lugar, adems de la estatura y la gordura, debe atenderse al vigor. Entre los
nios pertenecientes la clase que se alimenta de carne y los pertenecientes
la clase que se alimenta [260] de pan y patatas, hay notable contraste bajo
este punto de vista. En vivacidad fsica y mental, el hijo del campesino es muy
inferior al hijo del gentleman (noble)75.
Si comparamos diferentes especies de animales diferentes razas de hombres,
los mismos animales y los mismos hombres, sometidos distintos sistemas de
alimentacion, hallaremos una prueba ms patente todavia de que el grado de
energa fsica depende esencialmente de la naturaleza de los alimentos.
En la vaca, que se nutre de alimentos tan poco sustanciosos como la yerba,
vemos que el enorme volmen de tales alimentos exige un vasto sistema digestivo;
que las extremidades, pequeas en comparacion del cuerpo, soportan difcilmente
su peso; que, para resistirlo y para digerir esa extraordinaria cantidad de
alimentos, necesita el animal consumir muchas fuerzas, y que, quedando pocas de
stas en reserva, es lento y pesado. Comprese la vaca con el caballo, animal cuya
estructura se parece la suya, pero que est habituado mantenerse de
alimentos ms concentrados. En l, el cuerpo, y particularmente la region
abdominal, es ms reducido que en la vaca, y no estando ahogado bajo el peso de
vsceras tan macizas ni agobiado con la fatiga de digerir tan gran cantidad de
alimentos, consiente mayor actividad, fuerza de locomocion y vivacidad. Si
comparamos [261] igualmente la torpeza estpida de la oveja con la actividad
inteligencia del perro, vemos la misma diferencia, pero en mayor grado. Basta
visitar el jardin zoolgico y observar la agitacion con que los animales carnvoros
van y vienen, en sus jaulas, para comprender claramente, recordando que nunca
los animales herbvoros dan ejemplo de ese vigor suprfluo, la relacion que hay
entre el grado de concentracion de los alimentos y el grado de actividad del
animal.
Que estas diferencias no resultan directamente de la diversidad de las
constituciones, como algunos pretendern, sino que provienen exclusivamente de
75

A diferencia de lo expuesto a propsito de esquire (v. nota 68), la aparicin del


prstamo junto a su propia traduccin obedece a que gentleman se usa igualmente
en francs:
De Lducation (1880:182)
Sous le rapport de la vivacit physique et mentale, lenfant du paysan est
grandement infrieur lenfant du gentleman.
De Lducation (1894:249)
Sous le rapport de la vivacit, la fois physique et mentale, lenfant du paysan
est grandement infrieur lenfant du gentleman.
El proceder de los traductores vara en las otras versiones en castellano:
R. F. S. (1880:201)
El hijo del campesino es, como viveza fsica intelectual, inferior al del
caballero.
Garca Purn (1890:204)
En vivacidad fsica y mental, el nio aldeano mal alimentado, es muy inferior al
que siendo de padres ms acomodados puede comer mejores alimentos.
(N. del Ed.)

la alimentacion, es hecho demostrado por las observaciones practicadas en


animales de la misma especie. Las distintas variedades de caballos proporcionan
un ejemplo. Comprese el pesado caballo del carretero, de vasto abdomen, de
movimientos lentos, con el caballo de carrera de caza, de flancos reducidos, de
extremidades vigorosas, y tngase en cuenta que la alimentacion del primero es
mucho mnos nutritiva que la del segundo. O bien, tmese un ejemplo en la
humanidad. El australiano, el hombre de los bosques, que vive de races y de
bayas, alternadas con larvas de insectos y otros alimentos insuficientes, es
comparativamente pequeo, tiene muy desarrollado el abdomen, sus msculos
carecen de firmeza y estn poco desenvueltos, y es incapaz, en [262] absoluto, de
luchar con los europeos, sea en el pugilato, sea en cualquier esfuerzo prolongado.
Vanse las razas de salvajes, de elevada estatura, fuertes, activas, como los Kaffirs,
los indios de la Amrica del Norte los patagones, y se observar que todas hacen
gran consumo de carne; en cambio, el indio, mal nutrido, se prosterna ante el
ingls, cuya alimentacion es ms fuerte, y le es inferior en inteligencia y en
energa fsica. Tambien la historia nos muestra que las razas vigorosas y
conquistadoras han sido siempre las razas mejor alimentadas.
El argumento tiene an mayor fuerza, si se considera que el mismo indivduo
es capaz de ms mnos trabajo, segun que su alimentacion sea ms mnos
nutritiva. Vemos en los caballos una prueba de lo dicho. Aunque engorde un
caballo echado pastar, pierde parte de sus fuerzas, lo cual se observa tan pronto
como de nuevo se le somete al trabajo. El primer efecto de la yerba fresca, dada
como alimento los caballos, es la relajacion de su sistema muscular. La yerba es
muy buena para cebar un buey que ha de venderse en el mercado; pero carece de
valor cuando se trata de formar un caballo vigoroso. Se ha visto siempre que,
despues de haber dejado pastar los caballos durante el esto, se necesita no
sacarlos en algunos meses de la cuadra para que puedan seguir los perros, y no
reparan por completo [263] sus fuerzas hasta la primavera siguiente. La prctica
moderna es la recomendada por Apperley: No echar nunca al pasto los caballos
de carrera de caza, no ser en circunstancias excepcionales y muy favorables, y
tenerlos siempre en la cuadra: lo que es lo mismo, hacer que su alimentacion no
sea nunca demasiado pobre. Solo con el uso prolongado de alimentos nutritivos
se puede obtener vigor y solidez. Es esto verdad hasta el punto de que, segun
Apperley, el largo uso de ciertos alimentos permite un caballo de mediana
fuerza igualarse con otro de primera fuerza, nutrido de la manera ordinaria. A
todas estas pruebas agregese el hecho bien conocido, de que cuando un caballo
verifica una doble jornada, se tiene la costumbre de darle guisantes y judas,
cuyos alimentos contienen mayor cantidad de nitrgeno, es decir, de sustancia
propia para formar tejidos, que la avena.
Respecto al hombre, el hecho es todavia ms claro. No hablamos del rgimen
de los atletas, que se conforma en un todo esta doctrina; hablamos de la
experiencia hecha por los empresarios de los caminos de hierro en sus obreros.
Se ha probado, largo tiempo h, que la marina inglesa, cuyo personal consume
mucha carne, es ms activa que las marinas continentales, que estn
alimentadas con sustancias harinceas. En vista de ello, los ingleses que han
tomado su [264] cargo el dirigir las construcciones de caminos de hierro en el
continente, han hallado ventajoso llevar los obreros de Inglaterra. Lo que
prueba que este hecho se debe la diferencia de alimentacion, y no la diferencia
de raza, es que, cuando las dotaciones de los buques continentales se han
sometido al mismo rgimen que las inglesas, se aproximan mucho stas en

fuerzas y actividad. Aadamos este hecho nuestro testimonio personal, fundado


en una experiencia de seis meses de alimentacion puramente vegetal, de la cual
experiencia resulta que la abstinencia de carne produce una diminucion de
vigor fsico intelectual.
No vienen estas diversas pruebas en apoyo de nuestra opinion acerca de la
alimentacion que conviene los nios? No resulta de ellas que, aun suponiendo
que pueda alcanzarse la misma estatura y el mismo desarrollo con un rgimen
poco nutritivo, habr gran diferencia en la cualidad de los tejidos? No confirman
la conclusion a priori de que, aunque muchos nios, quienes se exige poca
actividad fsica intelectual, puedan muy bien mantenerse con vegetales, los
nios que deban ejercitar mucho sus msculos y su inteligencia, adems de
necesitar elementos disponibles para la formacion de nuevos tejidos, han
menester alimentos que contengan mayor cantidad de materia nutritiva? Y no es
corolario evidente de esta [265] verdad que, rehusando al nio esa alimentacion
superior, se perjudica, sea su crecimiento, sea su vigor fsico, sea su energa
mental, segun las circunstancias y segun su constitucion? No creemos que ningun
espritu lgico lo ponga en duda. Pensar de otro modo seria volver, bajo forma
disfrazada, al antiguo error del movimiento perpetuo; seria creer que puede
sacarse la fuerza de la nada.
Antes de dejar el asunto de la alimentacion, vamos decir algunas palabras
acerca de la variedad que es menester introducir en ella. Bajo este concepto, el
rgimen de los nios es muy defectuoso. Si no estn condenados, como los
soldados de nuestro ejrcito, veinte aos de buey cocido, tienen que soportar una
monotona no mnos en desacuerdo con las leyes de la higiene. Es verdad que en
la comida toman alimentos de distintas clases y que stos se cambian diariamente;
pero todos los dias de la semana, todas las semanas del mes, todos los meses del
ao, se desayunan con pan y leche, con sopa de harina de avena mondada; y
con igual persistencia, la cena es una segunda edicion del almuerzo,
componindose de sopas de leche , quizs, de t con pan y manteca.
Este uso se halla en oposicion con las indicaciones que facilita la fisiologa. La
saciedad que produce un plato frecuentemente repetido, y el placer que causa la
aparicion de manjares no saboreados [266] de largo tiempo atrs, no son hechos
que carezcan de significacion como muchos creen, juzgando ligeramente; son, por
el contrario, excitaciones de la naturaleza variar el rgimen alimenticio. Es
verdad demostrada por numerosas experiencias, que apenas hay alimento, ni
aun entre los de primer rden, que rena, en la proporcion suficiente debida,
todos los principios necesarios las funciones normales del organismo; de lo que
resulta la conveniencia del cambio de alimentacion, para que se llegue
establecer la proporcion exigida entre los diversos elementos. Es otra verdad,
bien conocida de los fisilogos, que el placer experimentado al paladear ciertos
alimentos preferidos, es un estmulo nervioso que, activando los latidos del
corazon y acelerando el curso de la sangre, facilita la digestion. Ambas verdades
estn en armona con la mxima seguida respecto los animales, de someterlos
un rgimen variado de alimentacion.
No solo es muy conveniente el cambio peridico de alimentacion, sino que, por
idnticas razones, es tambien, muy conveniente que en cada comida haya
alimentos de distintas clases. La ventaja que con ello se obtiene, y que consiste en
equilibrar los diferentes principios nutritivos y en aumentar la accion nerviosa, es
tan considerable en este caso como en el anterior. Si se nos pide una prueba,

podemos citar la facilidad relativa con [267] que el estmago digiere una
comida francesa, enorme como cantidad, pero extremadamente variada: pocas
personas pretendern que un peso igual de alimentos de la misma especie, por
bien condimentados que estn, podrn ser dirigidos con igual facilidad. Si se
desea otra prueba, no es difcil hallarla en cualquier obra moderna acerca de la
cria de las bstias. Los animales son ms sanos y robustos cuando, en sus piensos
comidas, se mezclan sustancias diferentes. Las experiencias de Gross y de
Stark suministran una prueba decisiva de la ventaja, mejor dicho, de la
necesidad de mezclar los alimentos para producir la masa ms apropiada las
funciones del estmago.(1) 76
Si alguien objeta que el cambio de alimentacion y la variedad de manjares, en
cada comida de los nios, reportarian muchas molestias, le contestaremos que
nunca se consideran excesivas las incomodidades cuando se procura desarrollar su
inteligencia, y que el desenvolvimiento fsico no es mnos, sino ms importante
que el intelectual para su porvenir. Adems, es triste y muy extrao que se
juzgue demasiado grande, cuando se trata de criar los nios, el trabajo que tantos
se imponen voluntariamente para cebar los cerdos.
Una advertencia, todava, los que quieran adoptar el rgimen que
indicamos. El cambio no [268] debe efectuarse bruscamente; porque una
alimentacion poco nutritiva debilita por tal manera el organismo, que lo torna
incapaz por el momento de soportar otra ms fuerte. La nutricion insuficiente es
por s misma causa de la dispepsia, lo cual es verdad, aun tratndose de los
animales. Cuando los becerros se alimentan con leche sin nata con suero,
sufren indigestiones.77 Por lo tanto, siempre que el indivduo carezca de las
(1)

Enciclopedia de Anatoma y de Fisiologa.

76

El proceso de revisin al que se someti a esta edicin le libr de ciertos errores


precedentes:
Garca del Mazo (1879:296-7)
Las experiencias de Gross y de Stark suministran una prueba decisiva de la
ventaja, mejor dicho, de la necesidad de mezclar los alimentos para producir
la masa ms apropiada las funciones del estmogo. (1)
(N. del Ed.)
77
Garca del Mazo (1879/1884) omite una nota a pie de pgina del autor que s
aparece en las ediciones francesas:
Education (146)
When calves are fed with skimmed milk, or whey, or other poor food, they are
liable to indigestion.*
* Mortons Cyclopdia of Agriculture.
De Lducation (1880:189)
Quand les veaux sont nourris de lait crm, ou de petit-lait, ou de quelque
autre aliment pauvre, ils sont sujets aux indigestions. (Morton, Encyclopdie
dagriculture)
De Lducation (1894:257)
Quand les veaux sont nourris de lait crm, ou de petit-lait, ou de quelque
autre aliment pauvre, ils sont sujets aux indigestions.1
1
Morton, Encyclopdie dagriculture.
Esta misma nota presenta tratamientos distintos en las otras dos ediciones en espaol
consultadas. R. F. S. cita una obra distinta y Garca Purn, en cambio, la integra
parcialmente en el texto de la propia versin:

fuerzas digestivas necesarias, ha de verificarse gradualmente el paso una


alimentacion ms nutritiva, debiendo hallarse justificado cada aumento en sta
por un previo aumento de vigor. Por otra parte, es forzoso tener presente que la
concentracion de las sustancias nutritivas no ha de traspasar ciertos lmites; pues
es menester que el estmago se llene cada comida, lo que es lo mismo, que la
masa de los alimentos tenga cierto volmen. Aunque la capacidad de los rganos
digestivos sea menor en las razas civilizadas y bien alimentadas que en las salvajes
y mal alimentadas, y aunque esta capacidad pueda tal vez disminuir ms en lo
porvenir, sin embargo, al presente el volmen de los alimentos ha de medirse por
la capacidad del estmago. Guardada esta proporcion, afirmamos que la
alimentacion de los nios debe ser muy nutritiva, variada, as en cada comida
como de una comida otra, y abundante.
[269] Ocurre con el vestido lo mismo que respecto la alimentacion; se
tiende tornarlo insuficiente. Tambien aqu reaparece el ascetismo. Hay cierta
teora muy en boga, que se la acepta vagamente sin exigir que se la defina, y que
consiste en creer que no debemos hacer caso de nuestras sensaciones. Reducida
su forma ms simple, esta teora implica que las sensaciones no tienen por objeto
guiarnos, sino extraviarnos. Sin embargo, no es obedeciendo las sensaciones,
sino desatendindolas, como se expone el cuerpo todos los males y
enfermedades. No es nocivo el comer cuando se tiene apetito, sino el comer
cuando se carece de l. No constituye un vicio el beber cuando se tiene sed, sino
el seguir bebiendo despues de apagada sta, el beber cuando no la hay. No est
el mal en respirar el aire fresco, tan agradable toda persona en buen estado de
salud; sino en respirar el aire frio y spero despecho de la protesta de los
pulmones. No resultan peligros del ejercicio saludable al cual nos impulsa la
naturaleza, segun vemos en los nios, sino del desprecio de la fatiga. No es
perjudicial la actividad mental espontnea, sino la prolongada demasiado pesar
de los dolores de cabeza y del calor excesivo del rostro. El trabajo corporal no es
nocivo en s mismo; lo es nicamente cuando se extrema al punto de agotar
nuestras fuerzas. Es cierto que, en los hombres de conducta irregular, las
sensaciones no son gua seguro. [270] Los que durante aos han vivido recluidos
en su gabinete, que para comer han obedecido al reloj y no al estmago, pueden
muy bien ser extraviados por sus sensaciones. Si no hubiesen desobedecido desde
su infancia lo que podriamos llamar la conciencia fsica, sta no se habria
embotado, permaneciendo siempre como centinela avanzado y vigilante de su
salud.
En el nmero de las sensaciones que nos guan, estn las de calor y frio, y el traje
que no responda ellas en los nios, merece ser desechado. La idea vulgar de que
es menester curtir el cuerpo, es ilusion perniciosa. Muchos nios se curten
tanto y tan bien, que se van de este mundo, y otros reciben lesiones en su
organismo que les acompaan, toda la vida, influyendo ya en su salud, ya en su
R. F. S. (1880:207-8)
Cuando se crian becerros con leche desnatada, suero, cualquier otro
alimento pobre, se hallan muy expuestos indigestions (I).
(I) Enciclopedia de Medicina prctica.
Garca Purn (1890:210-1)
Cuando los terneros se los alimenta con leche desnatada, suero otra cosa
de poca sustancia, segn Morton, estn expuestos sufrir indigestiones.
(N. del Ed.)

crecimiento. Su aspecto delicado, dice el doctor Combe, proporciona amplia


indicacion del mal hecho, y sus frecuentes enfermedades deberian ser una
advertencia para los padres poco reflexivos. La razon en que descansa esa
pretendida conveniencia de habituarlos los rigores de la estacion es sumamente
superficial. Gentes ricas que ven cmo los nios del campesino juegan al aire libre,
medio desnudos, y que observan su aspecto de robustez y vigor, deducen que la
salud es producida por los trajes ligeros y resuelven emplear con sus hijos el mismo
sistema. Olvdase que esos muchachos que juegan en las plazas de las aldeas, viven,
[271] bajo muchas relaciones, en circunstancias favorables: su vida se pasa en
juegos perpetuos; respiran el aire puro todo el dia, y su sistema no est sometido
la influencia enervante del trabajo cerebral. No obstante las apariencias, es lgico
decir que son robustos, no por efecto de su semi-desnudez, sino pesar de ella, y
creemos que nuestra conclusion es la verdadera, como asimismo que las prdidas
de calor animal que sufren les son perjudiciales.
Porque si los nios, expuestos al frio, llegan acostumbrarse las
inclemencias de la intemperie cuando tienen vigor para soportarlas, este hecho
se verifica expensas de su crecimiento: verdad tan evidente en el animal como
en el hombre. Los poneys de las islas Shetland soportan temperaturas ms
rigorosas que los caballos del mediodia de Inglaterra, pero son enanos. Los
carneros de las montaas escocesas son raquticos, en comparacion de los
carneros ingleses. En las regiones rtica y antrtica, la raza humana queda por
debajo de la estatura ordinaria. Los japones78 y los esquimales son muy
pequeos, y los indgenas de la Tierra de Fuego que van desnudos, son, dice
Darwin, tan feos y tan raquticos que apenas podemos creer que sean nuestros
semejantes.
La ciencia explica este raquitismo por la sustraccion del calor animal,
demostrando que es resultado [272] necesario en las circunstancias expuestas.
Como ya hemos dicho, para compensar el enfriamiento por radiacion que el
cuerpo experimenta de contnuo, se necesita que haya oxidacion constante de
ciertas sustancias que, sin esto, se utilizarian en la nutricion, siendo preciso
aumentar la cantidad de materias que han de oxigenarse en proporcion de la
prdida de calrico. Pero el poder de los rganos digestivos tiene sus lmites, y
cuando se les exige preparar gran cantidad de elementos para mantener la
temperatura del cuerpo, solo pueden ofrecer porcion escasa para nutrirlo. Un
gran gasto de combustible lleva consigo la diminucion de sustancias disponibles
para otro empleo, siendo la consecuencia que el cuerpo se desarrolle muy poco,
sea inferior bajo el punto de vista de la calidad de los tejidos, se den ambos
fenmenos la vez.
Queda, pues, demostrada la gran importancia del vestido. Como dice Liebig:
El traje es para nosotros, respecto la temperatura del cuerpo, el simple
78

La referencia es errnea ya que, en realidad, la alusin es a los habitantes de


Laponia:
Education (148)
In both the arctic and antarctic regions the human race falls much below its
ordinary height: the Laplander and Esquimaux are very short;
Garca del Mazo (1879:301)
En las regiones rticas y antrticas, la raza humana permanece inferior la
estatura ordinaria. Los Lapones y los Esqumales son muy pequeos;
(N. del Ed.)

equivalente de cierta suma de alimento. Disminuyendo la prdida del calrico, se


disminuye la necesidad de combustible para el mantenimiento de la temperatura;
deduccion confirmada por la experiencia de los que cuidan los animales. El frio
no es soportado por stos sino expensas de su grasa, de sus msculos de su
crecimiento, segun los casos. Si se exponen al [273] frio animales que se estn
cebando, tardan ms tiempo en engordar, es menester darles ms alimento(1).
Apperley insiste sobremanera en la necesidad de que las cuadras no sean frias
para la cria y cuidado de los caballos de caza, y es opinion corriente, en los que
se consagran este oficio, el que debe evitarse exponer los caballos al frio.
La verdad cientfica, demostrada por la etnologa y reconocida por los
agricultores, se aplica los nios con doble razon. El frio les hace tanto ms dao,
cuanto ms tierna es su edad y ms rpido su crecimiento. En Francia mueren
algunos reciennacidos79 al ser llevados al registro oficial, y Quetelet80 ha
mostrado que en Blgica mueren dos nios en Enero por uno en Julio. En
Rusia es enorme la mortalidad de los nios. Aun en el perodo prximo la
madurez, el cuerpo poco desarrollado es incapaz de soportar la fatiga, como lo
demuestra la rapidez con que sucumben los soldados jvenes en las campaas
penosas. La razon es obvia: hemos ya dicho que, causa de la proporcion de la
superficie con la masa, el nio pierde relativamente ms calrico que el adulto, y
ahora debemos hacer observar que es an mayor la desventaja para los nios.
Lechmann dice: Si la cantidad de cido carbnico [274] segregado por los nios
se calcula segun el peso de su cuerpo, resulta que producen proporcionalmente
dos veces ms cido carbnico que los adultos. Ahora bien, la cantidad de cido
carbnico segregada vara, con bastante exactitud, en la proporcion que el calor
producido. Vemos, por lo tanto, que en los nios el sistema, aun en condiciones
no desfavorables, debe suministrar en proporcion doble los principios
generadores del calor.
Vase la locura que hay en vestir los nios ligeramente. Cul es el padre
(1)

Enciclopedia de Agricultura, de Morton.

79

Probablemente se deba a un error tipogrfico que ya apareca en Garca del


Mazo (1879:303). (N. del Ed.)
80
Sevillano introduce un total de once notas a pie de pgina, de las cuales ocho son de
carcter enciclopdico e incluyen referencias a personajes o autores de cuyas ideas u
obras se vale Spencer:
Sevillano (1900:218)
En Francia mueren algunos recin nacidos al ser llevados al registro oficial, y
Quetelet (2) ha sealado

(2) Quetelet, sabio belga, creador de la estadstica considerada como


expresin de las leyes del desarrollo fsico y moral de las naciones, naci en
1796 y muri en 1874.-(N. del T.)
Las notas de Sevillano estn tomadas de la edicin francesa de 1880:
De Lducation (1880:193)
En France, des nouveau-ns meurent quelquefois davoir t ports la mairie
pour tre inscrits sur le registre des naissances. M. Qutelet (1) a montr
quen Belgique il meurt deux enfants en janvier contre un en juillet.

(1) M. Qutelet (1796-1874), savant belge, le crateur de la statistique


envisage comme expression des lois du dveloppemente physique et moral
des nations.
(N. del Ed.)

que, aun alcanzado todo su desarrollo, no teniendo otra necesidad fisiolgica que
el reemplazo cuotidano de los tejidos y perdiendo mnos calor que su hijo, creeria
saludable ir con las piernas, los brazos y el cuello desnudos? Sin embargo, impone
su hijo, que se halla en condiciones ms desfavorables para soportarlo, este
sacrificio, ante el cual l retrocederia por su propia cuenta; si no se lo impone,
deja que otros se lo impongan sin protesta alguna.
No obraria de esta suerte si recordase, que cada onza de sustancia nutritiva
intilmente gastada en la conservacion de la temperatura del cuerpo, es una
onza de la misma sustancia arrebatada la nutricion, mediante la cual es posible
el desarrollo fsico, y que, aun en el caso de no sobrevenir reumas, congestiones
otras enfermedades, [275] se perjudica el crecimiento y la perfeccion del
organismo.
La regla es, pues, no vestirse en todas las circunstancias invariablemente lo
mismo, sino abrigarse con prendas que sean suficientes por su calidad y espesor
para proteger el cuerpo contra toda sensacion eventual de frio, por ligera que
sea. Esta regla, cuya importancia indica el doctor Combe subrayndola, es una
de aquellas que reconocen todos los hombres de ciencia lo mismo que los
prcticos. No hemos encontrado ninguna persona competente acerca de este
asunto, que no haya condenado enrgicamente la prctica de exponer al frio los
miembros de los nios. Si hay hbitos perniciosos que deban olvidarse,
ninguno como ste.
Es verdaderamente deplorable el ver cmo las madres perjudican la salud de
sus hijos, por respetar las exigencias de una moda irracional. No contentas con
acatar y aplicar sus propios trajes todas las locuras inventadas por nuestros
vecinos los franceses, cometen la monstruosidad de disfrazar sus hijos de
arlequines, siguiendo las indicaciones del Pequeo Correo de las damas, sin
tener en cuenta la incomodidad insuficiencia de tales vestidos. De este modo
se impone los nios una molestia ms mnos grande; se causan muchas de las
enfermedades que padecen; se entorpece su desarrollo se mina su constitucion,
[276] y hasta no es raro que se produzca su muerte prematura: todo, porque
se cree indispensable cortar sus trajes segun los modelos y en las telas que
inventan los franceses. Mas no solo se perjudica los nios por conformarse la
moda; sino que, por razones anlogas las que impiden que vayan
convenientemente abrigados, se les adorna con trajes que no les permiten
entregarse al saludable ejercicio de su actividad. Se eligen para agradar la vista
colores y gneros impropios, por todo extremo, para el rudo uso que debieran
destinarse, dada la necesidad de los juegos libres de la infancia, y para impedir
que los nios estropeen sus trajes, se les prohibe jugar. Levntate al momento;
vs81 manchar tu chaqueta nueva, dice la madre su hijo que se arrastra por el
suelo, Ven aqu, vas ensuciar tus medias, grita el aya un nio que se
aparta del camino para subir por un terraplen. Con esto se duplica el dao. A
fin de satisfacer el gusto de la madre acerca de lo que cree elegante y bonito, es
preciso que los nios usen vestidos que no les abriguen lo bastante; y para que
estos vestidos no se echen perder, es forzoso reprimir la actividad inquieta, tan
natural y tan necesaria en la juventud. Es decir, que se prohibe los nios el
ejercicio, cuando les es doblemente til por la insuficiencia del abrigo. No
comprenden los que ponen en vigor este sistema, la funesta crueldad del mismo?
81

Con toda probabilidad se trata de un error tipogrfico que no aparece en Garca del
Mazo (1879:307). (N. del Ed.)

No [277] vacilamos en decir que el decaimiento de la salud, la diminucion de


las fuerzas y los contratiempos que esto produce en la vida, son causa de que
millares de criaturas sean condenadas anualmente la desgracia, solo por el
respeto las apariencias, esto cuando una muerte prematura no las sacrifica al
Moloch de la vanidad maternal. No somos partidarios de los consejos de rigor;
pero es el mal tan grande que justifica, que reclama la intervencion perentoria
de los padres de familia.
Nuestra conclusion es, pues, que si el traje de los nios no ha de ser tan
pesado que produzca un calor sofocante, debe ser siempre bastante abrigado
para prevenir toda sensacion de frio (1) 82; que en vez de ser de algodon, de percal
de un tejido de fantasa, sea de gneros malos conductores del calrico, como la
lana; que tenga la consistencia necesaria para resistir el escaso cuidado y los
juegos de los nios, y que su color sea tal [278] que no pueda mancharse
ensuciarse fcilmente.
Son ya muy pocos los que no se preocupan de la importancia del ejercicio
corporal, por lo que es tal vez mnos necesario hablar de esta parte de la
educacion fsica que de las anteriores. Las escuelas pblicas y particulares tienen
todas gimnasios y salas de recreo bastante bien acondicionados, y de ordinario se
destina algun rato pasear y se reconoce la conveniencia de hacerlo as. En esto,
ya que no en otras cosas, se admite que debe seguirse el instinto natural de los
jvenes; y en la nueva costumbre de intercalar entre las largas lecciones de la
maana y de la tarde algunos minutos de recreo al aire libre, vemos robustecerse
la tendencia poner de acuerdo los reglamentos escolares con las sensaciones
fsicas de los alumnos. Tenemos, pues, poca cosa que decir aqu, sea como
exposicion de motivos, sea como consejos prcticos.
Pero al reconocer que se admita la necesidad del ejercicio, nos hemos visto
obligados decir, en lo concerniente los nios; porque desgraciadamente no es
lo mismo respecto de las nias. Tenemos, casualmente, ocasion personal de hacer
todos los dias comparaciones bajo este punto de vista. Hay al pi de nuestras
ventanas dos colegios, uno de nios y otro de nias, y el contraste [279] entre
ambos es pasmoso. En el primero se ha convertido la mayor parte de un gran
jardin en un terreno descubierto y arenoso, que proporciona vasto campo para
juegos de todas clases, y donde abundan postes y barras para los ejercicios
Es menester no olvidar que los nios cuyos brazos y piernas estn expuestos la intemperie
desde la infancia, no experimentan la sensacion de frio en la parte desnuda, como no la
sentimos nosotros en el rostro. Pero no se sigue de aqu que su organismo escape los perjuicios que
as se le causan, como de que el habitante de la Tierra de Fuego soporte con indiferencia la nieve
encima de su cuerpo, no se desprende que su organismo no padezca con ello. (N. del A )
(1)

82
Esta edicin reproduce las nueve notas del autor que ya se incluyeron en Garca del
Mazo (1879). Tambin se introdujeron mnimas variaciones estilsticas propias de
cualquier revisin:
Garca del Mazo (1879:308)
(1) Es menester no olvidar que los nios cuyos brazos y piernas estn
expuestos la intemperie desde la infancia, no experimentan la sensacion de
frio en la parte desnuda, como no la sentimos nosotros en el rostro. Pero no se
sigue de aqu que su organismo escape los perjuicios que as se le causan,
como de que el habitante de la Tierra de Fuego soporte con indiferencia la
nieve encima de su cuerpo, no se desprende que su organismo no padezca con
ello. (N. del A)
(N. del Ed.)

gimnsticos. Todos los dias, antes del desayuno, las once, al mediodia, por la
tarde despues de las clases, ensordece la vecindad un coro de gritos y de risas, que
la advierte que los alumnos salen de ctedra y van correr y saltar. En tanto que
permanecen en el jardin, los ojos y los oidos dan testimonio de que los nios se
entregan esa actividad agradable, que acelera el pulso y asegura el saludable
ejercicio de todos los rganos. Cun diferente es el cuadro que presenta el
segundo colegio! Antes de que se nos dijera, no sabamos que estbamos tan cerca
de un establecimiento de educacion de seoritas. El jardin, tan extenso como el
otro, no ofrece nada de particular para servir los entretenimientos propios de la
juventud; est todo formado de prados artificiales, de calles de rboles
enarenadas, de bosquecillos y de flores, como los jardines ordinarios. Durante
cinco meses no hemos oido ni un grito, ni una risa. Algunas veces se percibe las
jvenes, que ora avanzan lentamente por las alamedas, con los libros de estudio en
la mano, ora se pasean dndose el brazo. Una sola vez hemos visto una que corra
tras de otra alrededor del jardin. Con esta sola excepcion [280] quizs, no hemos
notado que se entregasen nunca ningun ejercicio violento.
Por qu esta pasmosa diferencia? Es que la constitucion de las nias difiere
tan esencialmente de la de los nios, que no tienen necesidad de esos ejercicios
activos? Es que las nias no participan de los gustos que impulsan los chicos
sus juegos bulliciosos? O bien, debe pensarse que, mientras la naturaleza ha dado
esos gustos los jvenes, como estmulos una actividad sin la cual no pueden
desarrollarse lo suficiente, solo ha dotado de ellos sus hermanas para que
sirvan de vejmen83 las directoras de colegio? No, lo probable es que nos
engaamos acerca del pensamiento que solemos atribuir las personas encargadas
de la educacion del bello sexo. Aunque vagamente, sospechamos que las dichas
personas estn bajo el imperio de la idea que no es conveniente producir en las
jvenes un robusto desenvolvimiento fsico; que la salud fuerte y el gran vigor
son cualidades plebeyas; que cierta delicadeza, una fuerza calculada por paseos
de una milla dos, un corto apetito satisfecho fcilmente, unido todo esto esa
timidez que acompaa la debilidad, se reputan cualidades ms propias de las
seoritas. No esperamos que se confiese; pero presumimos que en el espritu de
las directoras de colegio se acaricia un ideal de seoritas muy semejante al
expuesto. Si es as, [281] no puede negarse la perfeccion del sistema establecido.
Pero suponer que ese ideal sea tambien el de los hombres, es un error
profundo. Sin duda, es cierto que no se sienten atraidos por las mujeres de
formas varoniles; admitimos sin reparo que cierta debilidad relativa, que parece
reclamar proteccion, es un atractivo para ellos. Pero la diferencia que
corresponde los sentimientos del hombre, es la diferencia preestablecida, y se
afirmar bastante por s misma sin que se recurra medios artificiales; y cuando con
stos se logre que el grado de diferencia traspase el lmite trazado por la
naturaleza, se crear un principio de repulsion en vez de un elemento de
atraccion.
Entonces, se deber permitir las nias que corran como locas y crezcan
entre brincos y porrazos? exclamar algun censor de costumbres. Tal es,
pensamos, el temor siempre presente al espritu de las directoras de colegio.
Resulta de informes exactos que, en los establecimientos de educacion para
seoritas, se consideran como trasgresiones punibles los juegos ruidosos que se
83

V. nota 54. (N. del Ed.)

entregan diariamente los nios, inferimos que les son prohibidos por miedo de
que adquieran hbitos impropios de seoritas bien educadas. Este temor, sin
embargo, carece de fundamento. Porque si los juegos activos permitidos los nios
no les impiden tener ms tarde maneras de caballero, porqu esos mismos juegos
impediran las nias [282] adquirir su tiempo maneras de seora? Por rudos
que hayan podido ser sus caprichos en la sala de recreo del colegio, ninguna
jven se entretendr en dar volteretas en la calle ni en saltar pi juntillas en un
salon. Al dejar sus chaquetas, dejan la vez los juegos de nia, poniendo un
cuidado extremo - veces un cuidado risible- en evitar toda apariencia masculina.
Si al llegar cierta edad, el sentimiento de la dignidad de hombre pone fin los
juegos de los nios, no pondr fin su tiempo el sentimiento de la modestia
femenina los juegos de las nias? No respetan an ms las apariencias las
mujeres que los hombres? Cun absurdo es suponer que los instintos de la mujer
no se afirmarian por s mismos, sin necesidad de recurrir la disciplina rigurosa de
las directoras de colegio!
En este caso, como en todos, para remediar los males causados por un
tratamiento artificial, se acude otro tratamiento artificial. Como se habia
prohibido el ejercicio espontneo y se veian claramente los efectos de la falta de
ejercicio, se ha adoptado un sistema de ejercicio ficticio, cual es la gimnasia.
Ciertamente, ms vale esto que nada; pero negamos formalmente que sea un
equivalente del juego. Los inconvenientes de este sistema son, la vez, positivos y
negativos. En primer lugar, esos movimientos acompasados, necesariamente ms
montonos que los producidos por el ejercicio espontneo, no aseguran una
distribucin [283] igual de actividad entre todas las partes del cuerpo, de lo
cual resulta que, obrando tan solo en una porcion del sistema muscular,
sobreviene ms pronto la fatiga: -hecho que, entre parntesis, produce, si se
persiste en tales ejercicios, el desenvolvimiento desproporcionado de las
diferentes partes del cuerpo. -Adems, no solo se distribuyen desigualmente los
efectos del ejercicio, sino que, no yendo acompaado ste de placer, es mnos
saludable; pues, aun cuando no enojen al alumno por el carcter de lecciones que
revisten, esos movimientos montonos se tornan molestos, careciendo del
atractivo de los juegos variados. Pero todavia no hemos expuesto la objecion ms
poderosa. La gimnasia es inferior los juegos como cantidad de ejercicio
muscular, y les es tambien inferior, y esto es lo importante, bajo el punto de vista
de la calidad. Esa falta comparativa de placer, causa de que se abandonen al
poco rato los ejercicios artificiales, influye para que stos no produzcan sino
efectos mediocres en el organismo. La idea vulgar de que con tal que se obtenga
la misma suma de ejercicio corporal importa poco que ste sea agradable no,
encierra grave error. La excitacion cerebral acompaada de placer, ejerce en el
cuerpo una influencia altamente beneficiosa. Vase el efecto producido en un
enfermo por una buena noticia, por la visita de un antiguo amigo! Obsrvese
cmo los [284] mdicos recomiendan las personas dbiles las sociedades
recreativas! Recurdese cunto bien reporta la salud el cambio de lugares! La
verdad es que la felicidad es el ms poderoso de los tnicos. Acelerando el
movimiento del pulso, facilita el cumplimiento de todas las funciones, tendiendo
aumentar la salud cuando se posee, y restablecerla cuando se ha perdido. De
aqu la superioridad intrnseca del juego sobre la gimnasia. El inters extremo que
los nios toman en el primero, la alegra desordenada con que se abandonan sus
locas fantasas, son en s mismos tan importantes al desarrollo fsico como el
ejercicio que les acompaa. Y careciendo de estos estmulos morales, la gimnasia

es radicalmente defectuosa.
De consiguiente, reconociendo como reconocemos que la gimnasia es preferible
la ausencia de todo movimiento, que es posible servirse de ella con ventaja como
un medio supletorio, sostenemos que no es dable sustituirla nunca los ejercicios
indicados por la naturaleza. Para las nias, como para los nios, los juegos que
unos y otras les impulsan sus instintos naturales, son esenciales su bienestar
corporal. Quien se los prohiba, les prohibe usar medios divinamente instituidos
para su desarrollo.
Qudanos que examinar un punto, que exige [285] tal vez ms reflexion que
los precedentes. Muchas personas pretenden que, en las clases elevadas, los
nios y los jvenes que se aproximan la madurez, no son tan altos ni tan
robustos como sus padres. Al oir esta afirmacion por vez primera, estuvimos
tentados incluirla en el nmero de las que se hacen todos los dias por el afan
de ensalzar el pasado expensas del presente. Viendo que, juzgar por las
armaduras antiguas, la estatura media es hoy mayor que antes, y que las
estadsticas de la mortalidad indican una longevidad algo ms grande, habiamos
prestado escasa atencion una creencia que no estimbamos fundada. Sin
embargo, examinando las cosas de ms cerca, hemos cambiado de parecer.
Prescindiendo de los campesinos, hemos observado que, en la mayor parte de los
casos, los hijos no alcanzan ni la estatura de sus padres ni su amplitud de
formas, aun habida consideracion la diferencia de edad. Los mdicos dicen que
hoy no se podrian soportar las sangras como otras veces. La calvicie prematura es
ahora ms frecuente que antes, y la prdida de la dentadura lo mismo. Bajo la
relacion del vigor general, el contraste no es mnos sorprendente. Los hombres del
siglo pasado, pesar de su vida desordenada, podian resistir fatigas que
nosotros no soportaramos, no obstante la regularidad de nuestro rgimen.
Aunque bebieran extraordinariamente y comiesen cualquier [286] hora,
aunque vivieran en casas poco ventiladas y descuidasen el aseo personal, nuestros
padres resistian los efectos de una ocupacion prolongada, y esto en su vejez, como
demuestran los anales del foro y de la magistratura. En cambio, nosotros que
cuidamos nuestra salud, que prodigamos nuestra atencion la ventilacion de las
casas, que hacemos uso de abluciones frecuentes, que multiplicamos las
excursiones anuales y disfrutamos de los beneficios de una ciencia mdica ms
adelantada, nosotros sucumbimos de contnuo al peso de nuestras ocupaciones.
Ms preocupados que nuestros padres de las leyes higinicas, parecemos ms
dbiles que ellos.
Y si se juzga de los hombres de la generacion futura por el aspecto exterior y las
frecuentes indisposiciones, es probable que sean mnos robustos que nosotros.
Cul es la significacion de estos hechos? Es que la nutricion demasiado
abundante que antes se tomaba, era mnos perjudicial la salud que los
alimentos insuficientes, por regla general, de hoy? Deber84 imputarse dicho
fenmeno al uso de vestidos ligeros? Sern orgen de este mal los obstculos
opuestos los juegos bulliciosos de la infancia? En nuestra opinion, todas estas
causas han contribuido que se produzca el efecto citado; pero todavia hay otra
influencia perniciosa, [287] ms poderosa que ninguna otra: nos referimos al
84

Ntese la ausencia del signo de interrogacin de apertura. Este ms que probable


error tipogrfico tambin est presente en Garca del Mazo (1879:318) y en
Sevillano (1900:228). (N. del Ed.)

exceso de aplicacion mental.(1)


Las necesidades de la vida moderna ejercen una presion cada vez mayor en las
personas de todas edades. En las profesiones, en los negocios, en los oficios,
sufrimos las consecuencias de una concurrencia que aumenta por momentos, y
fin de que los jvenes sean aptos para sobrellevar esta concurrencia, se les
somete una disciplina intelectual ms ruda que en otros tiempos. El mal es
doble. Los padres que tienen que luchar vigorosamente para no ser vencidos en el
palenque industrial, comercial, etc., y que la vez que sufren esta desventaja han
de subvenir los gastos considerablemente acrecidos de sus casas, se ven
precisados trabajar todo el ao desde el amanecer [288] hasta las altas horas
de la noche, privarse del ejercicio indispensable y abreviar sus vacaciones. De
esta manera trasmiten sus hijos una constitucion debilitada por tal exceso de
aplicacion, y despues, estos hijos comparativamente dbiles, predispuestos
sucumbir bajo la presion de un trabajo extraordinario, tienen que seguir cursos
de estudios ms extensos que los seguidos en las generaciones precedentes por
jvenes no debilitados de antemano.
No se hacen de esperar las desastrosas consecuencias de tal estado de cosas.
Donde quiera que se pregunte, se oir hablar de nios y de jvenes de ambos
sexos cuya constitucion ha empobrecido el exceso en el estudio. Aqu se ve que
los mdicos han prescrito fulano un ao de residencia en el campo, para reparar
las prdidas de su salud quebrantada por dicha causa; all sobreviene zutano
una congestion clnica del cerebro por el mismo motivo, congestion que cuenta
meses de existencia y amenaza prolongarse indefinidamente; ac se nos habla de
una fiebre, resultado de la sobreexcitacion debida al rgimen escolar; all es un
jven que ya tuvo que interrumpir sus estudios y que, desde que los reanud,
sufre frecuentes desvanecimientos. Citamos estos hechos sin buscarlos, que se han
ofrecido nuestra consideracion entre nuestros conocimientos, y no hemos
agotado la lista. Hemos tenido recientemente ocasion [289] de observar que el
mal llega ser hereditario. Tratbase de una seora cuyos padres eran muy
robustos, pero cuya salud se habia quebrantado por tal manera en un colegio de
Escocia, donde era escasa la alimentacion y el vestido insuficiente, que
experimentaba frecuentemente vrtigos; pues bien, sus hijos han heredado esta
disposicion debida debilidad cerebral, hasta el punto de que no pueden soportar
sin dolores de cabeza y desvanecimientos un trabajo moderado. En el momento
que escribimos, se halla nuestro lado una jven cuya salud se ha resentido tal
vez para siempre, por la fatiga excesiva que le produjeran los estudios escolares.
No habiendo tenido nunca tiempo ni fuerzas para hacer ejercicio, est hoy, que
ha terminado su educacion, contnuamente enferma. Un apetito escaso y
caprichoso, repugnancia hcia la carne, las extremidades frias hasta en esto, un
decaimiento que se opone la marcha, palpitaciones al subir las escaleras, vista
debilitada, tejidos sin vigor, tales son, entre otros muchos, los efectos
No estamos ciertos de que no sea debida la vacunacion la propagacion bajo forma mnos
grave de ciertas enfermedades constitucionales Varios hechos patolgicos indican que, al
mismo tiempo que el virus de un nio vacunado, se excretan por las pstulas otras
materias morbficas, especialmente si son de aquellas que atacan habitualmente la piel,
como ocurre con las ms graves de entre ellas. De donde resulta que es muy posible, y hasta
muy probable, que un nio que tenga un vicio constitucional muy ligero para desenvolverse
bajo la forma de una enfermedad, pueda travs del medio de una vacunacion viciada,
tomada de su brazo, trasmitirlo otro, este un tercero y as sucesivamente. (N. del A.)

(1)

producidos. Podemos aadir que una de sus amigas y compaeras de colegio se


encuentra en el mismo estado, siendo tal su debilidad, que la molestan las
reuniones ms tranquilas y que el mdico ha exigido que abandone el estudio
por completo.
Si estas alteraciones visibles de la salud son tan frecuentes, cunto ms no
lo sern aquellas [290] que no son apreciables simple vista? Para un caso en
que puedan reconocerse en una enfermedad positiva los efectos del exceso de
aplicacion, hay probablemente media docena, en que el mal no se manifiesta con
tanta evidencia y en que se acumula lentamente: casos en que el desarreglo de las
funciones se atribuye una causa otra, por lo comun delicadeza de la
constitucion; casos en que hay retraso y suspension en el desarrollo fsico; casos
en que vienen preparndose de largo tiempo atrs esas afecciones cerebrales
causadas tan comunmente por el trabajo en la vida adulta. Basta reflexionar
acerca de las frecuentes enfermedades producidas por el exceso de trabajo en los
hombres de estudio de gabinete, para comprender la mayor gravedad que las
mismas deben revestir obrando en la constitucion no desenvuelta de los nios, y
con qu frecuencia no ser minada la salud de stos por dicha causa, no pudiendo
soportar los jvenes ni tanta fatiga, ni tanto ejercicio fsico, ni tanto ejercicio
mental como los adultos. Juzgese, pues, de los males que les acarrear el
excesivo trabajo intelectual, cuando tan grandes y tan manifiestos son los que
atrae hombres completamente formados!
Cuando pensamos en la implacable disciplina de la escuela, nos maravilla, no de
que produzca males extremos, sino de que pueda ser resistida. Considrese el
ejemplo citado por sir John Forbes, [291] fruto de su experiencia personal.
Trtase de una escuela de nias, y el autor afirma que esta disciplina es, por
trmino medio, la practicada en todos los colegios destinados la educacion de la
clase media en Inglaterra. Prescindiendo de las subdivisiones, h aqu las
divisiones principales del dia.
En el lecho ..
(Las nias ms pequeas, 10).
En clase, para estudiar las lecciones ..
En clase, en trabajos de aguja en el estudio de las artes de
adorno
(Las menores, 2 ).
Tiempo consagrado las comidas ....
Ejercicio al aire libre, bajo la forma de paseos,
frecuentemente con el libro en la mano y tan solo cuando
el tiempo est bueno .
Total

horas.

3
1

24

Cules son los resultados de este rgimen estupendo, como le llama sir John
Forbes? Necesariamente la palidez, la falta de animacion, la constitucion
enfermiza. Pero lo ms grave es la observacion hecha por el mismo escritor, acerca
de que el desprecio completo del cuerpo, no solo perturba las funciones por falta
del necesario ejercicio corporal y la excitacion contnua del cerebro, sino que es
causa de deformidad. Visitamos ltimamente, dice, en una de nuestras grandes
[292] poblaciones cierto colegio, donde habia como unas cuarenta seoritas, y
averiguamos, mediante observaciones atentas, que ninguna de las que llevaban

en l ms de dos aos, caso en el cual estaba la mayor parte, dejaba de ser ms


mnos jorobada. (1)
Es posible que desde 1833, en que fueron escritas estas lneas, se haya
introducido alguna mejora; esperamos que sea as. Pero podemos atestiguar
personalmente que dicho rgimen est an muy difundido, y tal vez se
extrema ms que antes en muchas partes. Visitbamos hace poco tiempo una
escuela normal, una de esas escuelas que tienen por objeto formar buenos
maestros. H aqu la disciplina establecida en ella, bajo la vigilancia del
gobierno, en quien eran de presumir ms luces que en una directora de colegio.
A las seis se levantan los discpulos; de siete ocho estudian; de ocho nueve
leen la Biblia, oran y se desayunan; de nueve doce estudian; de doce una y
cuarto descansan y pasean (as se dice al mnos, pues los alumnos pueden
consagrar este rato estudios voluntarios); de una y cuarto dos comen (la
comida dura de ordinario veinte minutos); de dos cinco estudian; de cinco
[293] seis toman t y cenan; de seis ocho y media estudian; de ocho y
media nueve y media se entregan diferentes cuidados referentes al
cumplimiento de sus deberes en la maana siguiente; las diez se acuestan.
Por lo tanto, de las veinticuatro horas del dia, ocho quedan consagradas al
sueo; cuatro y un cuarto se destinan la oracion, comida, limpieza y los breves
momentos de reposo que acompaan estos actos; diez y media se invierten en
el estudio, y se reserva una y un cuarto para un ejercicio facultativo y
frecuentemente abandonado. No solo se aumentan en una hora las diez y media
de estudios reglamentarios, porque los alumnos prefieren an trabajar
pasearse; sino que algunos de entre ellos se levantan las cuatro de la
maana para prepararse aprovechar mejor el dia y hasta son alentados por
sus maestros! Son tan extensos los cursos que es preciso seguir durante algunos
aos, tan exigentes los profesores, cuyo amor propio est interesado en que los
alumnos obtengan buenas notas en los exmenes, que no es raro que aquellos se
vean obligados estudiar doce y trece horas por dia.
No es preciso ser profeta para comprender que los perjuicios que as se
causan la salud deben ser considerables, habindonos confesado uno de los
alumnos, que los que llegan la escuela con el color fresco y sonrosado no
tardan en palidecer, [294] que las enfermedades son frecuentes, y la falta de
apetito y las indigestiones muy comunes. La diarrea es el sntoma ordinario, y
casi siempre la tercera parte de los alumnos padecen de l. Se quejan
generalmente de dolores de cabeza, y algunos los experimentan de contnuo
durante meses enteros. No falta quien no pueda resistir los efectos desastrosos
de tal rgimen, y se vea obligado partir.
Es hecho inexplicable que sea tal el sistema planteado en una institucion
modelo, en una institucion fundada y vigilada por los hombres ms ilustrados de
nuestro siglo. Es prueba, si no de crueldad, de triste ignorancia al mnos, el que
la severidad de los exmenes, unida al pequeo nmero de aos de meses que se
dan para prepararse ellos, haga preciso recurrir un sistema que destruye la
salud.
Verdad es que este caso es excepcional y solo se encuentra en las instituciones
del gnero indicado; pero basta que exista para comprender el esfuerzo
intelectual que se exige de la nueva generacion. Como expresa el sentimiento
(1)

Enciclopedia de medicina prctica, tomo I, pginas 697, 698.

dominante de las clases cultas en materia de educacion, la disciplina de estas


escuelas normales indicaria, falta de otra prueba, la tendencia general
adquirir en pocos aos gran suma de conocimientos.
Es raro que apenas se comprenda el peligro de la cultura excesiva en la
juventud, cuando se [295] comprende, por regla general, el peligro de la
excesiva cultura en la infancia. La mayor parte de los padres conocen algunos de
los inconvenientes de la precocidad, en los nios de pocos aos. Por todas partes
se oye censurar los que estimulan demasiado pronto la inteligencia de sus
hijos, y cuanto ms instruido se est del dao que con ello se les puede causar,
tanto ms se teme esa excitacion precoz. Citaremos como prueba la opinion de
uno de nuestros ms eminentes profesores de fisiologa, que decia que su hijo no
daria ninguna leccion antes de los ocho aos. Pero mientras todo el mundo sabe
que el desenvolvimiento prematuro del espritu produce, sea la debilidad fsica,
sea cierta especie de idiotismo, sea una muerte temprana, nadie parece creer que
sea esto tan exacto respecto la juventud como para la infancia. Lo es, sin
embargo. Hay cierto rden y cierta medida naturales, para el desenvolvimiento
de nuestras facultades. Si en los estudios se sigue ese rden y esa medida, los
resultados son excelentes; si no, las facultades superiores experimentan las
consecuencias de un esfuerzo extraordinario y contnuo, por ofrecrseles
incesantemente conocimientos ms complejos y ms abstractos que aquellos que
pueden asimilarse; y si por un exceso de cultura la inteligencia alcanza un
desarrollo superior al correspondiente la edad, la ventaja anormal as
obtenida, v acompaada [296] sin excepcion de cierta desventaja
equivalente, y aun ms que equivalente.
Porque la naturaleza lleva una cuenta rigurosa, y si se le exige que gaste de un
lado, restablece la balanza con deducciones en otro captulo. Si se le deja seguir su
camino, con el solo cuidado de proporcionarle primeras materias para el
crecimiento intelectual y fsico en la medida que cada edad reclama, producir
con el tiempo un indivduo cuyo desarrollo ser ms mnos armnico; por el
contrario, si se insiste en obtener un crecimiento anmalo en un punto, la
naturaleza ceder despues de alguna protesta, pero en tanto que ejecuta la obra
que se le ha impuesto, descuidar alguna otra importante. No debe olvidarse
jams que las fuerzas vitales son limitadas en cada poca de la vida, y que solo es
razonable esperar de ellas cierta suma de resultados. En el nio y en el jven, el
empleo de estas fuerzas es apremiante y diverso. Como anteriormente digimos, es
preciso subvenir al reemplazo cuotidiano de los tejidos que el ejercicio fsico
destruye; al de los tejidos cerebrales que se gastan con los estudios del dia; al
crecimiento del cuerpo y al desarrollo del cerebro, y por ltimo, las prdidas de
fuerzas que resultan de la digestion de la gran cantidad de alimentos, necesaria
todo este trabajo. Ahora bien, hay que desviar la fuerza de alguna de sus
direcciones para impulsarla en otra. Esto es lo [297] que el razonamiento
muestra a priori y la experiencia a posteriori. Todo el mundo sabe que el
exceso de trabajo corporal disminuye el poder del espritu; que la postracion
transitoria producida por esfuerzos precipitados, por una jornada de diez
leguas, empereza la inteligencia; que despues de un mes de viaje pi, sin
intervalos de reposo, la inrcia mental es tan grande que se necesitan muchos
dias para reponerse de ella, y que, en los campesinos que pasan su vida en el
trabajo muscular, la actividad intelectual es sumamente escasa. Es tambien
verdad familiar que durante los accesos de crecimiento sbito que se presentan
algunas veces en la infancia, hay signos en el nio de una doble postracion fsica

y moral. El hecho de que un violento ejercicio muscular despues de la comida


interrumpe la digestion, y el de que los nios puestos al trabajo en edad
temprana son raquticos, manifiestan de igual modo que el exceso de actividad en
un lado implica la diminucion de actividad en otros. Ahora bien, la ley, clara en
los casos extremos, lo es en todos los casos y siempre. Esas perniciosas
dislocaciones de la fuerza vital fe operan tan ciertamente cuando se verifican de un
modo insensible y contnuo, como cuando son violentas y repentinas. Por lo
tanto, si en la juventud la cantidad de fuerza que se aplica al trabajo mental
traspasa los lmites impuestos por la naturaleza, la suma de fuerzas que se
reservan [298] para otras necesidades es inferior stas, y se ocasionan
inevitablemente males de una especie otra. Examinemos brevemente cules son
los principales.
Si la actividad cerebral no es excesiva sino en pequeo grado, la reaccion en el
desarrollo del cuerpo ser moderada, influyendo poco en la estatura en la
cualidad de los tejidos; si bien sus efectos, aunque escasos, sern inevitables;
porque la cantidad de sangre que afluye al cerebro durante el trabajo mental y en
el perodo subsiguiente de reparacion del tejido cerebral, esa sangre que en otro
caso habria circulado en los miembros y las vsceras, queda en el expuesto
perdida para el crecimiento, perdida para la conservacion y renovacion de los
tejidos del cuerpo. Dada la certeza de esta reaccion fsica, la cuestion se reduce
saber, si la ventaja que resulta de la cultura forzada del espritu supera la
desventaja que lleva consigo, ms claro, si la falta de talla la ausencia de la
perfeccion de formas que constituye la fuerza y la solidez del cuerpo, est
compensada por el exceso de conocimientos adquiridos.
Cuando el exceso de trabajo intelectual es mayor, los inconvenientes que
produce son ms graves, recayendo, no solo en el completo desarrollo del cuerpo,
sino en la estructura misma del cerebro. Es ley fisiolgica, observada
primeramente por Isidoro Saint Hilaire y acerca de la [299] cual Lewes ha
llamado la atencion en su tratado respecto los Enanos y jigantes, el hecho de
haber oposicion entre el crecimiento y el desenvolvimiento. Por crecimiento debe
entenderse aqu desarrollo en volmen; por desenvolvimiento, desarrollo en
estructura, exigiendo la ley citada que toda gran actividad desplegada favor
del uno, vaya acompaada de una inrcia equivalente en perjuicio del otro. La
oruga y la crislida nos proporcionan un ejemplo familiar de este hecho. En la
primera hay un rapidsimo desarrollo de volmen, pero la estructura es la
misma cuando ste comienza que al concluir; en la segunda el volmen no
aumenta, por el contrario, disminuye de peso durante esta fase de su existencia,
pero el desenvolvimiento orgnico se opera con extraordinaria actividad. El
antagonismo, claro aqu, no lo es tanto en los sres superiores, porque ambos
progresos se operan en ellos simultneamente. Pero lo vemos, sin embargo, en
nuestra especie, por el contraste entre los dos sexos. La mujer se desenvuelve
rpidamente bajo la doble relacion fsica y moral, pero acaba ms pronto su
evolucion orgnica; el hombre se desenvuelve con ms lentitud, fsica y
moralmente, pero su evolucion se prolonga por ms tiempo y recorre ms fases. A
la edad en que la primera goza de sus facultades completas, el segundo, cuyas
fuerzas vitales han sido dirigidas al crecimiento de la estatura, [300] es
comparativamente imperfecto bajo la relacion de la estructura, Ahora bien, esta
ley se aplica cada parte del organismo lo mismo que al todo. El
desenvolvimiento de un rgano bajo la relacion de la estructura, cuando se
verifica con rapidez anmala, implica una suspension de su desenvolvimiento

bajo la relacion del volmen, lo que tiene lugar tanto n los rganos cerebrales
como en los dems. El cerebro que durante la infancia es relativamente
voluminoso, pero imperfecto como organizacion, se organizar, si se le obliga un
trabajo excesivo, con mucha actividad; pero el resultado ser que no alcance ni la
perfeccion ni las dimensiones que hubiese llegado siguiendo el rden natural de
su desarrollo. Esta es una de las causas, tal vez la causa principal, de que los
nios precoces y los jvenes que durante cierto tiempo no reconocen rivales, se
estacionen repentinamente, defraudando las grandes esperanzas fundadas en
ellos por sus padres.
Pero estos resultados desastrosos del exceso de cultura, son tal vez inferiores
los efectos producidos en la salud en general.
Descubrimientos recientes en fisiologa han demostrado cuan inmensa es la
influencia del cerebro en todos los rganos del cuerpo. La digestion, la circulacion
y, por lo tanto, todas las funciones orgnicas, son profundamente modificadas
[301] por la excitacion cerebral. Quien haya visto repetir, como nosotros, la
experiencia hecha primeramente por Weber, para mostrar los efectos que se
producen excitando el nrvio vagus que une el cerebro las vsceras; quien haya
visto sbitamente interrumpida la accion del corazon por la excitacion de este
nrvio, y reaparecer cuando cesa dicha excitacion, y volverse detener cuando la
excitacion se renueva, tendr idea de la influencia deprimente que el cerebro
fatigado ejerce en el cuerpo. Los efectos as explicados fisiolgicamente, son
confirmados por la experiencia de todos los dias. No hay nadie que no haya
observado las palpitaciones que subsiguen la esperanza, al miedo, la clera,
la alegra; nadie que no haya sentido la fatiga que acompaa la accion del
corazon cuando estas emociones son violentas. Y aunque muchas personas no
hayan experimentado esta excitacion hasta el punto en que produce sncopes y
desvanecimientos, sin embargo, todos saben que stos son una de sus
consecuencias. Igualmente nos es familiar el hecho, de que las perturbaciones
digestivas resultan de la excitacion cerebral, cuando traspasa ciertos lmites. El
extremo dolor la extrema alegra llevan consigo la prdida del apetito; as,
cuando algunos de estos dos estados del espritu sobreviene despues de la
comida, sucede con frecuencia que el estmago arroja los alimentos que habia
[302] recibido, los digiere con gran dificultad. Y como lo atestiguar todo el que
haya hecho trabajar mucho su cerebro, basta algunas veces la actividad
intelectual, cuando es excesiva, para que se produzcan los mismos efectos. Ahora
bien, la relacion entre el cerebro y el cuerpo, tan evidente en estos casos extremos,
no es mnos verdadera en los dems. A la manera que las excitaciones cerebrales
violentas y pasajeras ocasionan perturbaciones viscerales tambien pasajeras y
violentas, as las excitaciones dbiles, pero contnuas, ocasionan perturbaciones
viscerales mnos graves, pero crnicas. No es esta una simple deduccion, es
verdad que confirmar cualquier mdico, y de la que nosotros mismos podemos
dar testimonio por efecto de triste y larga experiencia. Son frecuentemente
necesarios muchos aos de reposo, para que desaparezcan las enfermedades
originadas, bajo formas y grados diversos, del abuso prolongado del trabajo
cerebral. A veces, el rgano ms afectado es el corazon, y se presentan como
sntomas las palpitaciones habituales, el pulso dbil, la diminucion del nmero
de latidos de setenta y dos cincuenta, y an mnos. Otras, el rgano que sufre
ms es el estmago, y sobrevienen dispepsias, que convierten la vida en un fardo y
que solo la larga desaparecen. En muchos casos, resintense la vez el corazon
y el estmago. Casi siempre el sueo es [303] corto y entrecortado, y

generalmente hay ms85 mnos depresion mental.


Considrese, pues, cun grande debe de ser el dao causado los nios y los
jvenes, por la excitacion exajerada de las facultades intelectuales. A todo
ejercicio cerebral que supere la medida impuesta por la naturaleza, seguir
inevitablemente una perturbacion constitucional, mayor menor, y aunque no
llegue producir enfermedades positivas, ocasionar un lento decaimiento. Cmo
ser posible que se termine felizmente el desarrollo fsico, siendo escaso el
apetito, imperfecta la digestion y la circulacion dbil? El cumplimiento ordenado y
perfecto de las funciones orgnicas, depende de la afluencia cada rgano de sangre
rica. Sin la cantidad indispensable de sangre abundante en principios nutritivos,
ninguna glndula, ninguna membrana funcionar como es debido; faltando la
sangre, ningun nrvio, ningun msculo, ninguna vcera desempear sus
funciones; faltando la sangre, no siendo sta buena, el crecimiento no ser ni
regular ni suficiente. Considrese, pues, cunto no sern de temer las
consecuencias cuando el estmago dbil, el corazon latiendo con dificultad, solo
forman y envan una sangre pobre, poco abundante y que circula con lentitud
miembros que tienen que desarrollarse. Y si, como han de reconocerlo todos los
que estudian esta materia, el decaimiento fsico es resultado [304] del abuso en el
estudio, vase cuan censurable es el sistema de trabajo intelectual excesivo. Hasta
bajo el punto de vista de la ciencia que se trata de adquirir, el sistema es errneo;
porque el espritu, como el cuerpo, es incapaz de asimilarse gran cantidad de
alimentos, y no tarda en desechar los que exceden de cierta medida. Los
conocimientos as adquiridos, en vez de llegar ser piedras del edificio intelectual,
no pasan de la memoria, en donde mueren con los exmenes, en perspectiva de
los cuales fueron aprendidos. Es errneo tambien dicho sistema, porque inspira
disgusto hcia el estudio. Sea por efecto de la asociacion de ideas, sea por el estado
cerebral que deja tras de s, engendra frecuentemente verdadera aversion hcia
los libros, y en lugar del hbito de educacion espontnea que conduce la cultura
racional, sobreviene ms tarde cierta tendencia retrogradar. Es errneo
asimismo, porque supone que la adquisicion de conocimientos es el todo, y olvida
que la organizacion de stos es lo ms importante, y que para ella se requieren dos
cosas, saber: tiempo y trabajo espontneo del pensamiento. Como observa
Humbold, hablando del progreso de la inteligencia en general, la interpretacion
de la naturaleza se oscurece, cuando la descripcion decae por la aglomeracion de
gran nmero de hechos aislados; pues de igual modo se entorpece el progreso de la
inteligencia individual por la acumulacin [305] de conocimientos mal digeridos.
No reside el valor en los conocimientos amasados en el cerebro, como en el cuerpo
no reside en la grasa; sino en los conocimientos convertidos en msculos del
espritu. El error del sistema que combatimos es ms profundo todava. Aunque
fuese adecuado al desarrollo verdadero de la inteligencia, que no lo es, an seria
malo; porque, segun hemos demostrado, es funesto al vigor fsico, necesario
para que la cultura intelectual sea una ventaja en el combate de la vida.
Aquellos que, en su preocupacion exclusiva de desarrollar el espritu, descuidan
85

Por error se ha omitido la conjuncin , tal y como se advierte en la edicin


anterior:
Garca del Mazo (1879:337)
Casi siempre el sueo es corto y entrecortado y generalmente hay ms
mnos depresion mental.
(N. del Ed.)

los intereses del cuerpo, no tienen presente que el xito en el mundo depende
ms de la energa que de los conocimientos adquiridos, y que es ir en busca de la
propia derrota el arruinar su constitucion. La voluntad perseverante, la
infatigable actividad, debidas al vigor de la parte fsica, compensan hasta
lagunas importantes de la educacion; y cuando van reunidas esa cultura
suficiente que es posible obtener sin sacrificar la salud, aseguran al que las posee
fcil victoria sobre concurrentes debilitados por el estudio excesivo. Una
mquina, comparativamente pequea y mal construida, pero que marche
alta presion, ejecutar ms trabajo que otra grande y mejor concluida, que no
marche sino una presion baja; pero, no es locura, despues de terminada la
mquina, estropear la caldera hasta [306] el punto de que no pueda
producir vapor?
El sistema en cuestion es asimismo errneo, porque implica una falsa
concepcion de la felicidad en la vida. Suponiendo que favoreciese el xito en el
mundo, en vez de facilitar derrotas y defecciones, prepararia al hombre, en una
salud enfermiza, un azote del que ninguna ventaja humana podria indemnizarle.
De qu le sirven las riquezas, si van acompaadas de sufrimientos contnuos?
Qu valen las distinciones sociales, si por ellas se ha tornado hipocondriaco? Ser
necesario repetir que la digestion fcil, el pulso enrgico, el carcter alegre, son
bienes exteriores cuya falta nada puede compensar? Las enfermedades crnicas
ennegrecen los ms bellos horizontes; mas la vivacidad de espritu, el buen humor
que d la salud, doran hasta la desgracia. En suma, sostenemos que esa cultura
forzada es viciosa bajo todos conceptos: viciosa, porque solo influye para que el
hombre adquiera conocimientos que no tarda en perder; viciosa, porque descuida
la organizacion de los conocimientos, que vale ms que los conocimientos mismos;
viciosa, porque destruye debilita el vigor, sin el cual es intil toda educacion
intelectual; viciosa, porque altera la salud, lo que nada compensa, y en este estado
las desgracias son doblemente amargas.
Los efectos de este sistema de cultura forzada son peores an en la mujer que
en el hombre. [307] Como estn privadas casi por completo de esos vigorosos y
agradables ejercicios corporales, que en los muchachos mitigan los
inconvenientes del demasiado estudio, experimentan sus efectos en toda su
intensidad. De esto procede que tan pocas de entre ellas sean robustas y bien
formadas. En esas jvenes plidas, de formas angulosas, de pecho deprimido, que
pueblan los salones de Lndres, vemos los efectos de la aplicacion rigurosa, que no
interrumpen los juegos propios de la edad; y tal decadencia fsica dificulta su
xito en el mundo ms que sus talentos lo favorecen. Las madres, preocupadas
con el afan de hacer agradables sus hijas, no podian haber elegido peor medio
que el de sacrificar su cuerpo su espritu. O no se dan cuenta de los gustos de los
hombres, se equivocan acerca de ellos por extraa manera. Los hombres se
curan poco de hallar erudicion en las mujeres; lo que atienden es la belleza, al
buen carcter y al recto sentido. Cules son las conquistas que ha hecho
ninguna mujer por sus vastos conocimientos en la historia? Qu hombre ha
caido los pis de ninguna seorita por saber sta el italiano? En dnde est
el Edwin que haya jurado amor alguna Angelina, porque ella hablase el
aleman? Pero son grandes y verdaderos alicientes, que atraen miradas de
admiracion, unas mejillas rosadas, unos ojos brillantes, un rostro ovalado. La
alegra y el buen [308] humor que produce la exuberancia de salud, ha
estrechado muchos lazos y formado no pocos matrimonios. Todo el mundo ha
conocido casos, en los cuales la perfeccion de las formas ha originado por s sola

pasiones irresistibles; pero pocas personas habrn visto que haya excitado tales
sentimientos la instruccion de una jven, la que falten mritos fsicos y
morales. La verdad es, que de todos los elementos que se combinan en el pecho de
un hombre para producir la emocion compleja que se llama amor, los ms
poderosos son los que nacen de las ventajas exteriores, viniendo en segundo lugar
los engendrados por las cualidades morales, los cuales todavia dependen mnos de
la instruccion adquirida que de las facultades naturales, tales como la vivacidad del
espritu, la agudeza, la penetracion. Si alguien estima que esta afirmacion es
inexacta, y que se infiere una injuria al carcter del hombre, suponindolo
dominado por semejantes motivos, responderemos que apenas se sabe lo que se
dice, al dudar as de la sabidura del rden divino. Aunque el sentido de este
rden no fuera visible, deberamos estar seguros de que existia para algun objeto
importante. Pero este sentido es claro para las personas reflexivas. Cuando se
recuerda que uno de los fines de la naturaleza, ms bien, el fin supremo, es la
mayor ventaja de la posteridad; cuando se observa que en lo concerniente sta,
una inteligencia [309] cultivada, acompaada de una dbil constitucion fsica,
carece de valor, puesto que los descendientes de la persona que posea aquella
morirn por falta de salud en la primera segunda generacion; y que, por el
contrario, un cuerpo hermoso y robusto, aunque no vaya acompaado de ningun
talento, merece ser conservado, porque la inteligencia podr, en las generaciones
sucesivas, desarrollarse indefinidamente, vemos cuan importante es ese equilibrio
de los instintos que hemos apuntado anteriormente. Pero, prescindiendo de la
ventaja ligada este equilibrio, no es insensato persistir en un sistema que
destruye la salud de las nias por el afan de cargar su memoria? Edqueselas de
una manera tan distinguida como sea posible, puesto que la educacion ms
completa ser la mejor, siempre que no sobrevengan alteraciones de la salud (y
aqu observaremos que se podia alcanzar un nivel suficientemente elevado, si se
cultivara mnos la memoria de papagayo, si se tuviera ms en cuenta el
desarrollo de las verdaderas facultades humanas, y si la educacion se prosiguiera
en ese perodo de tiempo perdido que se extiende desde la salida de la escuela
hasta el matrimonio); pero cultivar las facultades intelectuales en la forma y
medida que se hace, produciendo la decadencia fsica, es ir contra el fin mismo
de todos los esfuerzos, de todos los sacrificios, de todos los cuidados de la
educacion. [310] Sometiendo sus hijos este sistema de alta presion, los padres
destruyen frecuentemente su porvenir. Adems de infligirles las angustias, la
tristeza, las incapacidades que acompaan la mala salud, los condenan
frecuentemente al celibato.
Resulta de lo dicho, que la educacion fsica de los nios es defectuosa bajo
todos conceptos. Lo es, por la insuficiencia de la alimentacion, por la insuficiencia
del vestido, por la insuficiencia del ejercicio (al mnos en lo referente las nias) y
por el exceso de aplicacion mental. Considerado en su conjunto, este rgimen es
extraordinariamente exigente. Pide mucho y d poco. En la manera como dirige y
aplica las fuerzas vitales, toma indiscretamente la vida del adulto como ideal de la
vida del jven. Desconoce la verdad de que, si en el feto toda la vitalidad se
emplea en el crecimiento, si en los primeros aos de la vida se dirige al mismo
objeto, de tal suerte que apenas queda parte de ella para la accion fsica y mental, el
crecimiento contina siendo en la infancia y la juventud el objeto dominante al cual
todos los dems deben estar subordinados. En inters del crecimiento, es preciso
dar muchas fuerzas al organismo y sustraerle pocas. Es preciso disminuir la

actividad corporal intelectual en proporcion de la rapidez con que el indivduo


crece, y no aumentarla sino en lo futuro y medida que va dejando de crecer.
[311] La razon de ser de nuestra educacion de alta presion, consiste en que
sta es producto natura86 de la fase de la civilizacion por que atravesamos. En los
tiempos primitivos, cuando atacarse y defenderse era la primera de las
actividades sociales, el vigor corporal constituia el desideratum de la educacion:
educacion que en esta poca era casi exclusivamente fsica. Curbanse entonces poco
de la cultura del espritu, y hasta ms tarde, en los tiempos feudales, se la trataba
con desprecio. Pero hoy que reina en el mundo un estado de paz relativa; hoy que
la fuerza muscular apenas sirve ms que para los trabajos manuales y que el
xito en la villa depende casi por completo de la inteligencia, nuestra educacion es
casi exclusivamente intelectual. En vez de atender al cuerpo y de olvidar el
espritu, atendemos ste y olvidamos aquel.
Estos puntos de vista son ambos errneos. No hemos comprendido an la
verdad de que, puesto que la vida fsica sirve de sosten la moral, no debemos
desenvolver sta expensas de la primera. Las dos concepciones de la educacion,
la antigua y la moderna, deben combinarse.
Quizs nada contribuir tanto apresurar el momento en que el cuerpo y el
espritu sean objeto de iguales cuidados, como la difusion de esta creencia: que la
conservacion de la salud es uno de nuestros deberes. Pocos parecen comprender,
[312] que exista algo en el mundo que pueda recibir el nombre de moralidad
fsica. Las acciones y las palabras de los hombres implican, en general, la idea de
que les es lcito tratar su cuerpo como mejor les parezca. Los males que se atraen
por su rebelion contra las leyes de la naturaleza, los consideran como accidentes,
no como efectos de su conducta ms mnos viciosa. Aunque las perniciosas
consecuencias de su conducta sean en ellos y en sus descendientes tan funestas
como las del crimen, no se creen criminales; sino antes bien los sres ms
inocentes del mundo. Es verdad que en los casos de embriaguez se reconoce lo que
hay de vicioso en la trasgresion; pero nadie infiere de ello, al parecer, que si en
esta trasgresion de las leyes de la higiene hay verdadera falta, no la hay menor
en todas las trasgresiones de la misma naturaleza. La verdad es que todo dao
infligido voluntariamente la salud es un pecado fsico. Cuando todo el mundo
est convencido de ello, entonces, y no antes probablemente, la educacion fsica
de la juventud obtendr la atencion que con justicia reclama.

FIN.

86

Error tipogrfico que no est presente en la edicin anterior:


Garca del Mazo (1879:346)
La razon de ser de nuestra educacion de alta presion consiste en que esta es
producto natural de la fase de la civilizacion por que atravesamos.
(N. del Ed.)

OBSERVACIONES.

(A) Basta pasar la vista por los cuadros estadsticos relativos la mortalidad
de los nios -trabajos que hoy se publican con regularidad en la mayor parte de
los pases civilizados- para comprender la razon con que Herbert Spencer
condena las absurdas prcticas seguidas en la educacion y cuidado de esos
pequeos sres, ms dignos an de lstima causa de la ignorancia de las
personas encargadas de velar por ellos, que por las enfermedades y peligros que
realmente les expone la debilidad de su naturaleza y su falta de conocimiento del
mundo exterior y de s mismos.
La diferencia que se nota entre la mortandad de los nios y la de los adultos es
tan grande, que no es suficiente justificarla la consideracion de la menor
resistencia que ofrece ser destruido todo organismo en las primeras fases de su
desenvolvimiento: opinion que se corrobora con el hecho de que esa diferencia no
es constante para cada pueblo, sino que vara en razon inversa los progresos de
la civilizacion y la mayor menor inteligencia con que se estudian y satisfacen las
necesidades humanas, en ese perodo tan delicado de la vida que se llama infancia.
Y no podia ser de otra manera. Repugna las leyes naturales que vengan al
mundo millares de sres, para desaparecer tan prematuramente. Este hecho solo
puede explicarse por la intervencion de influencias extraas las sbias leyes de la
naturaleza.
[314] Todo organismo tiende recorrer por completo las sucesivas fases de su
existencia; si sucumbe antes, bsquese la causa en el medio donde se desarrolla.
El estado siguiente que copiamos del excelente tratado de Estadstica de Mr.
Maurice Block, pone de manifiesto las cifras aterradoras que alcanza la mortalidad
en la infancia:

Si volvemos los ojos nuestra Espaa, el cuadro que se nos ofrece es todavia
ms desconsolador.
[315] En efecto, segun los datos publicados por la Direccion general del
Instituto Geogrfico y Estadstico, mueren en Espaa de cada cien nios
comprendidos en cada uno de los cinco primeros aos de la vida.
01
24,50

12
13,10

23

34

7,60

5,40

45
4,00

05
54,60

Se comprende an ms la necesidad imperiosa que hay de modificar


racionalmente el rgimen que se somete los nios, si se tiene en cuenta que
no prodigando stos los cuidados que reclaman, no solo se condena muerte
millares de ellos, sino que tambien se abrevia considerablemente la vida del
adulto. As la vida media, partir de cinco aos, no es en Espaa ms que de 46

aos, mientras que en Suecia pasa de 53 y en Noruega de 54.


Es indudable que en la mayor mortalidad de los nios comparada con la de los
adultos, influyen causas naturales independientes de nuestra voluntad, unas que
dejan sentir sus efectos en todos los tiempos y lugares; otras que nacen de las
condiciones climatolgicas, topogrficas, etc., de cada pais: el Sr. Escherich ha
sealado, entre estas ltimas, la altitud, como una de las ms importantes. Sia
embargo, ms de estas causas estn las que provienen de nuestra ignorancia,
las cuales hay que atribuir parte no pequea en el triste hecho que dejamos
consignado.87
(B) Una experiencia, ya de bastantes aos, nos ha patentizado la dificultad
con que la mayor parte de los alumnos de las clases de matemticas siguen los
razonamientos abstractos, pesar de su claridad evidente, y lo penoso que es
despertar su aficion un ramo de conocimientos que, sin embargo, satisfacen la
inteligencia ms que otros cualesquiera.
[316] En cambio, hemos visto cmo se lograba despertar su inters
inculcarles los principios fundamentales de aquella ciencia, sustituyendo la
enseanza terica otra exclusivamente prctica, fundada en el planteamiento y
resolucion de problemas, tomados de la vida diaria.88
(C) Los efectos del sistema de educacion que el autor combate en estas lneas,
ejercen sin disputa influencia directa y altamente perjudicial en la marcha general
de la sociedad. Los hbitos que se adquieren de nio se pierden con dificultad en la
87

Las OBSERVACIONES se vieron sometidas a una profunda revisin con respecto a las
que se incluan en la edicin de 1879. Aunque esta primera observacin (A) se inserta
en Garca del Mazo (1884:55) en el mismo lugar que en Garca del Mazo (1879:61),
ambas presentan contenidos ligeramente distintos. Garca del Mazo (1879:349)
comienza lamentando el hecho de que nuestro pas tenga un mayor ndice de
mortalidad infantil que los pases europeos de nuestro entorno, hecho ste que
provoca que casi la mitad de los que nacen mueren ntes de haber podido darse
cuenta de su trnsito por el mundo. Este hecho irrefutable es consecuencia del bajo
nivel de instruccin que existe en nuestro pas y que, segn Garca del
Mazo (1879:349-50),
desencadena,
entre
otros
efectos
perniciosos,
el
desconocimiento de algo tan elemental como las normas bsicas de higiene.
A diferencia de Garca del Mazo (1879), esta observacin incluye dos tablas con datos
estadsticos de las tasas de mortalidad infantil en diversos pases de Europa y en
Espaa, respectivamente, hecho ste lgico si tenemos en cuenta que en la portada de
la edicin de 1879 se nos presenta al traductor como Jefe de Trabajos Estadsticos
y, por ende, con acceso franco a datos de esta y otra naturaleza. (N. del Ed.)
88
La segunda observacin (B) en Garca del Mazo (1884:169) se inserta en lugar
distinto dentro del texto con respecto a Garca del Mazo (1879:99) y presenta
asimismo diferencias en cuanto a su contenido. En (B) Garca del Mazo (1879:350)
aporta su propia opinin acerca de cuestiones de trascendencia como, por ejemplo, la
relacin entre ciencia y religin. Para Garca del Mazo (1879:350), la oposicin que se
quiere presentar entre ciencia y religin radica en que se entiende que el positivismo,
al limitarse a la observacin de los hechos, cierra el camino a la investigacion de los
principios de rden general. Esta concepcin presenta un grave error metodolgico ya
que la naturaleza definitoria de la ciencia reside en la capacidad de la inteligencia de ir
ms all del hecho fsico y adivinar el principio o ley que lo rige. Garca del
Mazo (1879:351) esgrime tres razones fundamentales para afirmar que, en ltima
instancia, ciencia y religin acabarn indisolublemente unidas. En primer lugar, la
ciencia articula y fortalece el sentimiento religioso; segundo, la ciencia desvincula el
sentimiento religioso de las contingencias histricas; y, por ltimo, la ciencia se
convierte en el mejor garante para evitar que la superchera, la supersticin y el
fanatismo contaminen el sentimiento religioso. (N. del Ed.)

vida adulta, y no es maravilla que busque en todo la tutela del Estado para sus
conciudadanos y pida garantas de rden la multiplicacion de las trabas y leyes
penales, quien desde que tuvo uso de razon se acostumbr mirar como ocasionada
contnuos errores su propia iniciativa y se vio compelido al cumplimiento de sus
deberes por la amenaza, la represion y el castigo.89

89

Esta tercera observacin se inserta en idntico lugar y con idntico contenido en


Garca del Mazo (1879:206) y (1884:186). En ambas ediciones, Garca del
Mazo (1879:352) y (1884:316) abunda en la necesidad de impulsar un cambio en el
sistema educativo ya que (l)os hbitos que se adquieren de nio se pierden con
dificultad en la vida adulta. No obstante, en el plano estilstico s se advierten unos
mnimos cambios en la puntuacin que revelan la existencia de una tarea de revisin
con respecto a la versin de 1879:
Garca del Mazo (1879:352)
(C) Los efectos del sistema de educacion que el autor combate en estas lneas
() ejercen sin disputa influencia directa y altamente perjudicial en la marcha
general de la sociedad. Los hbitos que se adquieren de nio se pierden con
dificultad en la vida adulta () y no es maravilla que busque en todo la tutela
del Estado para sus conciudadanos y pida garantas de rden la
multiplicacion de las trabas y leyes penales () quien desde que tuvo uso de
razon se acostumbr mirar como ocasionada contnuos errores su propia
iniciativa y se vi compelido al cumplimiento de sus deberes por la amenaza, la
represin y el castigo.
(N. del Ed.)

NDICE.

CAPTULO I.
QU CONOCIMIENTOS SON MS TILES?
Lo agradable ha precedido lo til. 5.-Utilidad relativa de los conocimientos para
la educacion. 11.-Ideal de la educacion. 16.-Jerarqua de las actividades
humanas. 18.-Principales ramas de la educacion. 20.-Educacion para la
conservacion directa del indivduo. 24.-Educacion para la conservacion
indirecta del indivduo. 31.-Conocimientos necesarios los padres de familia
para educar sus hijos. 45.-Conocimientos necesarios al ciudadano para
ejercer las fnnciones pblicas. 56.-Educacion literaria y artstica. 61.-Disciplina
de la educacion. 79.-Resumen. 90.

CAPTULO II.
DE LA EDUCACION INTELECTUAL.
Loa antiguos y los nuevos sistemas. 95.-Progresos verificados en la educacion
intelectual. 101.-Principio fundamental de la educacion intelectual.
111.-Sistema de Pestalozzi. 117.-Leyes de la educacion intelectual. [318]
123.-Educacion en la infancia. 135.-Lecciones de cosas. 139.-Enseanza del
dibujo. 148.-Enseanza de la geometra. 159.-Ventajas de la buena educacion
intelectual. 165.

CAPTULO III.
DE LA EDUCACION MORAL.
Consideraciones generales. 175.-Principios. 188.-Mximas y reglas. 224.

CAPTULO IV.
DE LA EDUCACION FSICA.
Lo que es y lo que debe ser. 239.-Alimento: su cantidad. 246.-Alimento: su
calidad. 253.-Alimento: su variedad. 265.-Vestido. 269.-Ejercicio corporal.
278.-Exceso de trabajo intelectual. 284.-Conclusion. 310.
Observaciones. 313.

PSICOLOGA ALEMANA
CONTEMPORNEA,
POR

TH. RIBOT,
Traducida con autorizacion del autor
POR

FRANCISCO MARTNEZ CONDE,


Profesor de Psicologa. 1880. 8., 3,50 pesetas,

Este libro, una de las mejores producciones del eminente psiclogo Ribot,
expone con claridad y precision admirables el movimiento de la Psicologa
cientfica en Alemania, desde principios de este siglo, en que se hizo el primer
ensayo, hasta nuestros dias. Por su rden cronolgico aparecen los trabajos de
Herbart y su escuela (Watz, Lazarus, Steinthal y otros); de Beneke, que aplica la
Psicologa la educacion; de Lotze, autor de la teora de los signos locales; de
Fechner, fundador de la Psico-fsica, y de Wundt, creador de la Psicologa
fisiolgica. A la vez que expone la obra de cada uno de estos investigadores, el
autor se detiene estudiar, al paso que se presentan, las cuestiones
fundamentales de la Psicologa cientfica, esclareciendo con gran copia de luz,
entre otros problemas, el orgen de la nocion de espacio, la crtica de la ley de
Fechner y la duracion de las actos psquicos. As este libro, la ventaja de
imponer al lector en el movimiento de la Psicologa moderna alemana,
movimiento ms hondo y de ms porvenir que el de la inglesa, junta la de darle
conocer el concepto y plan de la Psicologa cientfica, tan distintos de la antigua
metafsica, y los vitales problemas que hoy ocupan la atencion de los
investigadores.

LIBRERA DE VICTORIANO SUAREZ,


calle de Jacometrezo, 72, Madrid.
Los precios indicados en primer trmino son para Madrid, los en segundo para provincias,
francas de porte.
Atlas histrico, genealgico, cronolgico, geogrfico y estadstico universal, de
Lesage, escrito por el conde de las Casas, traducido, corregido y aumentado
por un espaol americano. Pars, 1826; con 35 mapas, 50 pesetas.
Este Atlas es una historia universal que abraza la srie de los siglos y
clasifica todos los hechos importantes, ofrece por un mecanismo ingenioso,
en un corto numero de cuadros, el conjunto y las relaciones de la historia, de
la geografa y de la cronologa, etc, etc.: es el libro del laberinto que hace
accesibles todas las sinuosidades, etc., del universo.
Aventuras de Robinson Crusoe; 5 tomos, 5. pesetas.

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POR DON FRANCISCO VILLABRILLE.

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-La escuela de prvulos, con grabados; una peseta.
-La infancia; una peseta.
-La infancia de los hombres clebres, con grabados; una peseta.
-Las edades de la vida; una peseta.
-Los juegos de la primera edad, con grabados, una pta.
-Vicios y virtudes los contrastes; una peseta.
-El libro del tiempo, con grabados; una peseta.
-Las cuatro estaciones del ao; 4 tomos, 4 pesetas: contiene la primavera, el
esto, el otoo y el invierno.
-La escuela; 1,50 pesetas.
-La niez; 1,50 pesetas.
-Juegos y entretenimientos de las nias, con grabados; 1,50 pesetas.
-Los nios de hoy dia, por una madre de familia, con grabados; 1,50 pesetas.

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