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Proyecto de investigacin I+D, HUM-2004-00721
Archivo digitalizado y edicin traductolgica de textos literarios y ensaysticos
traducidos al espaol
Mlaga, 2007
1
Este trabajo se enmarca dentro del proyecto de investigacin Archivo digitalizado y edicin
traductolgica de textos literarios y ensaysticos traducidos al espaol (HUM2004-00721). Para una
versin completa de esta introduccin remitimos a Ramrez (2007).
progresistas
2
entre
las
cuales
el
postulaba
que
la
sociedad,
segn
Holmes (1994),
debera
organizarse
in
accordance with the laws of nature and that the best government was that which
interfered least in the lives of individuals. Tras un periodo de cierta inestabilidad laboral,
en 1848 Spencer comenz a desempear labores de subdirector de la revista The
Economist, el rgano ms importante del liberalismo radical de la poca, hasta que en
1853 recibi de su to Thomas una herencia que le permiti dedicarse plenamente a
escribir y a concebir su propio sistema filosfico4. A partir de 1850 Spencer produjo una
El individualismo, segn Coser (1977), tambin fue un rasgo caracterstico del propio Spencer
que incluso traslad a su experiencia cotidiana: Aggressively independent, he would not take his
hat off to anyone and would never address his correspondents as "Esquire" or "Reverend" but
always as "Mr".
3
Concepcin Arenal criticar este hbito en los siguientes trminos: No debe desconocerse el
progreso, pero tampoco aplicar a la educacin un evolucionismo exagerado. Debe estudiarse y
respetarse la Naturaleza, pero sin convertir su culto en supersticin [].
4
A este respecto relata Holmes (1994):
-2-
extensa obra que incluye Social Statistics (1851), The Principles of Psychology (1855),
Essays, Scientific, Political and Speculative (1863), First Principles (1862), Education,
Intellectual, Moral and Physical (1861), The Principles of Biology (1864), The Study of
Sociology (1873),
The
Principles
of
Sociology (1874-1896),
The
Principles
of
Ethics (1879-1891), The Man 'versus' the State (1884), The Factors of Organic
Evolution (1893), Synthetic Philosophy (1896), Various Fragments (1897), Facts and
Comments (1902), An Autobiography (1904) y Descriptive Sociology (1873).
En trminos generales la filosofa de Spencer reproduce el carcter individualista y
autodidacta que presidi toda su formacin. Este individualismo, alejado de la ms
mnima tutela estatal, resulta bsico en todo su sistema ya que son nicamente estos
individuos libres capaces de adaptarse a cualquier situacin cambiante los que propician
el progreso. Spencer dedic toda su vida a la elaboracin de un modelo en el que la
evolucin natural se convertira en un elemento clave para explicar toda la realidad.
Predecesor de Darwin en la exposicin de las teoras evolucionistas, Spencer traslad el
concepto de survival of the fittest a las sociedades en general y explic que stas
cambian segn las leyes cientficas de la evolucin. Tales modificaciones, segn
Holmes (1994), arise as a consequence of social differentiation and persist if they are
well adapted to the environment. Spencer transfiri su teora de la evolucin a
prcticamente todas las manifestaciones del espritu y a cuestiones sociales muy
diferentes, incluyendo entre ellas la educacin a la que dedic en 1861 su obra
Education: Intellectual, Moral, and Physical (en adelante, Education).
Segn Spencer5, la filosofa subsume una sntesis de los principios fundamentales de
las ciencias, es decir, se convierte en una especie de summa de naturaleza cientfica
destinada a reemplazar los sistemas teolgicos propios de la Edad Media. Esta inclinacin
por el anlisis y por el estudio de la realidad natural y social desde el prisma de la ciencia
resultar determinante en su ulterior produccin filosfica por cuanto el binomio
ciencia-filosofa promueve y fomenta el individualismo y el progreso en general. Pese a
sus denodados esfuerzos por sistematizar todo el conocimiento cientfico de su poca
dentro del marco de la ciencia moderna, Spencer fue incapaz de llevar a cabo tan ingente
tarea siendo en algunos momentos criticado6 por los filsofos, que no lo incluan en sus
reducidos crculos y, en otras ocasiones, rechazado por los cientficos, que le reprochaban
In the absence of an institutional position in which he would have been required to teach or
undertake research, his achievements were enormous. On the one hand, he was a radical critic
of the status quo and against authority of any kind. On the other hand he had, by 1860,
deduced an intellectual conception of the whole universe and spent the next thirty-six years of
his life filling in the details of his system.
5
Encyclopdia Britannica Online. S. v. Spencer, Herbert.
Disponible en <http://www.britannica.com/eb/article-6816>, consulta en agosto de 2007.
6
A este respecto, remitimos a <http://www.nndb.com/people/013/000094728/>, consulta en
agosto de 2007.
-3-
2. LA RECEPCIN DE SPENCER
La recepcin de Spencer fue amplia en los crculos ms ilustrados de su poca.
Segn afirma Holmes (1994), ya en 1869 Spencer apareca como uno de los grandes
pedagogos y tericos de la educacin europeos junto a otras figuras de la talla de
Richard Mulcaster, Roger Ascham o John Locke, tal y como R. H. Quick hace constar
cuando lo incluye en su Essays on Educational Reformers. Aunque crtico con la obra de
Spencer,
constata
Holmes (1994),
Quick
concluye
su
valoracin
de
Education
considerndola como not only one of the most readable, but also one of the most
important books on education in the English language. Probablemente las dos figuras
coetneas ms importantes del escenario intelectual britnico, Darwin y Stuart Mill,
tampoco permanecieron ajenas a Spencer y a su obra. Compayr (1910:16) refiere la
amistad que uni a Spencer con Darwin y cmo ste opinaba sin ambages que al primero
acabara considerndosele como el ms grande filsofo de Inglaterra en el siglo
presente.
En
trminos
similares
se
expres
Mill
cuando,
en
palabras
de
Compayr (1910:16), expuso que Spencer es uno de los ms vigorosos pensadores que
haya producido hasta ahora la filosofa inglesa. Ya iniciado el siglo XX, H. E. Armstrong,
aade Holmes (1994), en su obra The Teaching of Scientific Method (1903) aconsejaba a
todos los maestros y educadores leer la monografa de Spencer para que pudiesen tener
clear ideas on the subject of education.
En el continente europeo Spencer y su obra fueron objeto de numerosas reseas y
valoraciones. Compayr (1910:14-5) no escatima elogios para referirse a la figura del
pensador ingls desde tierras galas:
Es precisamente esta fuerza de pensamiento, esta potencia de construccin, lo
que constituye el segundo rasgo distintivo de Spencer. Este coleccionador de
hechos es tambin un razonador, un inductivo. [] Ningn pensador le supera por
el encadenamiento y la coordinacin de las ideas, por la intrepidez lgica y
sistemtica. En esto, es el Augusto Comte de Inglaterra
La difusin y el reconocimiento de Spencer no se circunscribieron al mbito europeo.
Guiado por el propsito de argumentar la necesidad de llevar a cabo la traduccin de
Education, Garca Purn (1890:3) recurre a la autoridad del profesor Youmans y, a tal
efecto, incluye una resea de ste acerca de la obra de Spencer:
-4-
Edward Livingstone Youmans (1821-1887), reputado cientfico americano que desarroll una
dilatada carrera como divulgador de los avances cientficos de la poca. Disponible en
<http://philosopedia.org/index.php?title=Edward_Livingston_Youmans>, consulta en agosto de
2007.
Segn Green (2000), Youmans se convirti en un discpulo americano de Spencer, al que financi
no slo la publicacin de sus obras en EE. UU., tal y como haba hecho Mill en Inglaterra, sino
tambin su viaje al continente americano. Fund Popular Science Monthly para actuar de emisario
de las ideas y artculos de Spencer. Disponible en
<http://psychclassics.yorku.ca/Special/Institutions/journalsintro.htm#f2>, consulta en agosto de
2007.
8
A este respecto resulta muy ilustradora la ancdota de que antes de embarcar rumbo a Europa,
Spencer estrech las manos de Carnegie y Youmans y sentenci: Here are my two best American
friends. Todo ello a pesar de las dificultades y desencuentros que Spencer experiment durante
su periplo americano. Disponible en
<http://www.pbs.org/wgbh/amex/carnegie/peopleevents/pande03.html>, consulta en septiembre
2007.
-5-
de carcter creador y original durante este perodo positivista, y que, [] haya que
conceder gran importancia al fenmeno de las traducciones de autores extranjeros. Por
otra parte, tampoco podemos obviar, como reconoce Nez (1975:211), la gran
influencia del mundo anglosajn en todos los mbitos del conocimiento cientfico: en la
biologa, en la moral, en la sociologa y en la poltica a travs de la teora evolucionista,
del utilitarismo, del organicismo y del modelo britnico, respectivamente.
La nmina de traductores9 que vertieron obras de Spencer es muy extensa e incluye
figuras muy relevantes en el panorama intelectual de finales del siglo XIX y comienzos
del XX en Espaa. Entre otros10 podemos citar a Miguel de Unamuno, traductor de La
beneficencia (1894), Los datos de la sociologa (1899), De las leyes en general (1909?),
El organismo social (1895), El progreso: su ley y su causa (1895), tica de las prisiones
(1895) y Exceso de legislacin (1895); Claudio Boutelou, que tradujo directamente del
ingls los Estudios polticos y sociales; Eugenio Lpez, cuyas versiones de Los primeros
principios y El progreso se publicaron en 1862 y 1911?, respectivamente; A. Gmez
Pinilla, traductor del Origen de las profesiones (entre 1880 y 1890), Creacin y evolucin
(189-?) y El individuo contra el Estado (s. a.); Adolfo Posada Gonzlez11, que verti La
justicia (1904); Jos de Caso y Blanco12, traductor de La moral de los diversos pueblos y
la moral personal publicada en 1892?; J. Gonzlez Alonso, traductor de los Principios de
psicologa entre 1900 y 1910; y Jos Andrs Irueste, autor de la versin de Los primeros
principios (1879). Por su parte, no se ha podido establecer la autora de las versiones en
nuestra lengua de otras obras de Spencer tales como, por citar algunas13, Los
fundamentos de la sociologa (1886), Creacin y evolucin (1867), La ciencia social: los
fundamentos de la sociologa (1884) o La especie humana: la creacin y la evolucin
(1887).
Adems del castellano, la obra de Spencer tambin se tradujo a otras lenguas de
nuestro pas como es el caso del cataln. En el prlogo de la reciente traduccin al
cataln de Education, Mons (1989:LVIII) se hace eco de la gran influencia que Spencer
ejerci en Espaa desde 1880 hasta bien entrado el siglo XX y seala la existencia de
una traduccin al cataln de The man versus the state (Lhome contra lEstat) publicada
en 1905.
9
Esta informacin bibliogrfica se ha obtenido en los catlogos electrnicos de la Biblioteca
Nacional, y de REBIUN, disponibles en <http://www.bne.es/> y en <http://rebiun.crue.org/cgibin/abnetop/X16026/ID322487586?ACC=101>, respectivamente. No se han incluido reediciones
posteriores de estas traducciones.
10
Para un listado ms completo de traductores y traducciones remitimos a Ramrez (2007:292-3).
11
Martn-Gaitero (1998:76) incluye a Adolfo Posada y a Jos de Caso en lo que se ha denominado
los traductores del 98 que, a su juicio, conforman una nmina de secundarios de la cultura
espaola de principios de siglo.
12
V. nota 11.
13
En Ramrez (2007:292) se ofrece un listado ms exhaustivo de estas obras.
-6-
Por ltimo y aparte de la que nos ocupa, Siro Garca del Mazo tambin tradujo otras
obras de Spencer tales como Fundamentos de la moral (1881) y su reedicin un ao
despus como Fundamento de la moral; tambin tradujo El individuo contra el Estado
(1885), posteriormente reeditada en 1886 y en 1945 con el ttulo El hombre contra el
Estado y notas de Francisco Ayala sta ltima; en 1886 se public su traduccin de
Estudios polticos y sociales; y en 1903 vio la luz su edicin de Hechos y explicaciones.
14
El volumen consultado se halla en los fondos de la British Library y accedimos al mismo a travs
de los servicios de prstamo interbibliotecario de la Universidad de Mlaga.
15
En la portada de esta edicin se informa de que se han publicado EIGHTH THOUSAND OF THE CHEAP
EDITION.
-7-
francesa,
revisada
primera,
publicada
por
la
reza
que
este
volumen
de
la
novena
edicin
aparece
fechada
en
1894
(en
adelante,
De
Lducation 1894). Ambas ediciones francesas presentan unas diferencias mnimas que,
en ningn caso, nos impiden determinar que se trata de la misma traduccin. Se limitan
a meras alteraciones lxicas que no afectan ni al fondo ni al tono de la segunda versin
respecto a la primera17:
De Lducation (1880:2)
On a remarqu avec justesse que, dans le cours des temps, la parure prcde le
vtement. Les peuplades qui se soumettent de vives souffrances pour sorner de
superbes tatouages, supportent des tempratures excessives sans beaucoup
chercher les modrer.
De Lducation (1894:1)
On a remarqu avec justesse que, dans le cours des temps, la dcoration prcde
le vtement. Les peuplades qui se soumettent de vives souffrances pour sorner
16
17
-8-
todo,
la
diferencia
ms
importante
entre
De
Lducation 1880
De
Lducation 1894 consiste en que aqulla omite una serie de fragmentos de Education
que s se incluyen tanto en De Lducation 1894 como en las dos versiones de Garca del
Mazo. De tales omisiones tenemos constancia a travs del propio traductor al francs que
interviene explcitamente en el texto para dar cuenta de ello:
De Lducation (1880:43)
[] et que leducation qui y conduit
doit occuper le premier rang (1)
-9-
Education (100)
But does not this prove too much? some one will ask. If no system of moral
training can forthwith make children what they should be; if, even were there a
system that would do this, existing parents are too imperfect to carry it out; and if
even could such a system be successfully carried out, its results would be
disastrously incongruous with the present state of society; does it not follow that to
reform the system now in use, is neither practicable nor desirable?
De Lducation (1880:125)
Quelquun demandera: Mais nest-ce pas l trop prouver? Si aucun systme
dducation morale ne peut rendre les enfants ce quils doivent tre; si, en
supposant que ce systme existt, les parents sont trop imparfaits pour lappliquer;
si mme, dans le cas o ce systme pourrait tre appliqu, ses rsultats devaient
se trouver incompatibles avec ltat prsent de la socit, ne sensuit-il pas que la
rforme du systme actuel nest ni possible, ni dsirable?
De Lducation (1894:178)
Quelquun demandera: Mais nest-ce pas l trop prouver? Si aucun systme
dducation morale ne peut rendre les enfants ce quils doivent tre; si, en
supposant que ce systme existt, les parents sont trop imparfaits pour lappliquer;
si mme, dans le cas o ce systme pourrait tre appliqu, ses rsultats devient
former ave ltat prsent de la socit une anomalie dsastreuse, ne sensuit-il pas
que la rforme du systme actuel nest ni possible, ni dsirable?
Garca del Mazo (1879:206)
Pero quizs alguien nos diga: No se prueba demasiado con esto? Si ningun
sistema de educacion moral puede hacer de los nios lo que deben ser; si, an
suponiendo que ese sistema existiese, los padres no son capaces de aplicarlo; si
an en el caso de que los padres pudiesen aplicarlo, sus resultados contrastarian
terrible y desastrosamente con el estado actual de la sociedad; no se sigue de lo
dicho que la reforma del sistema actual no es posible ni conveniente?
Garca del Mazo (1884:186)
Pero quizs alguien nos diga: "No se prueba demasiado con esto? Si ningun
sistema de educacion moral puede hacer de los nios lo que deben ser; si
suponiendo que ese sistema existiese los padres no serian capaces de aplicarlo; si
aun en el caso de que los padres pudiesen aplicarlo, sus resultados contrastarian
terrible y desastrosamente con el estado actual de la sociedad, no se sigue de lo
dicho que la reforma del sistema actual no es posible ni conveniente?
- 10 -
El
siguiente
dato
del
que
disponemos
nos
lo
proporciona
Rodrguez-Baltans (2002) y sita a Siro Garca del Mazo como miembro de la Junta
Facultativa19 de la sociedad El Folk-Lore Andaluz20. Garca del Mazo mantuvo una gran
amistad con su fundador, Antonio Machado lvarez, y a la muerte de ste, Luis Montoto21
relata que en el velatorio coincidi con Siro Garca del Mazo, Sales y Ferr, Manuel Daz
Martn y Alejandro Guichot, los grandes amigos de Antonio. Igualmente hallamos
constancia de la estrecha vinculacin que Garca del Mazo mantuvo con el Ateneo de
Sevilla. Fruto de esta relacin es el artculo en el que Garca del Mazo (1897) da cuenta
de todas las actividades y actos llevados a cabo en el Ateneo de Sevilla durante el primer
decenio
desde
su
fundacin.
Por
su
parte,
Pablo-Romero (1982:43)
detalla
la
composicin de la primera Junta Directiva de esta entidad all por el mes de diciembre
de 1886 en la que Ciro (sic) Garca del Mazo aparece como presidente de la seccin de
pediatra y antropologa. Finalmente, Pablo-Romero (1982:69) alude al volumen Un
vivero de sabios obra de un tal Lorenzo Leal que satiriza a Garca del Mazo en los
siguientes trminos:
Les presento a ustedes al Sr. Don Antioco Galn de las Pubertas Vedle: Sentadito
en el filo de una silla como para que lleguen al suelo sus patitas cortas; las orondas
manos sobre el puo del bastn y apretando la mofletuda faz que corona un
recortado pelo bronce, parece la imagen turulata de un compromisario de
Bormujos
Pese a esta escasez de referencias, s tenemos meridiana constancia de la amplia
actividad como traductor desarrollada por Siro Garca del Mazo. Aparte de las obras de
Spencer ya mencionadas, del ingls tradujo El gobierno representativo de John Stuart
Mill en 1878; de H. J. Sumner Maine tradujo El gobierno popular en 1888; en 1890 verti
del ingls la Historia de Asiria: desde el engrandecimiento del Imperio hasta la cada de
Nnive (continuacin de Caldea) obra de Znada A. Ragozin prologada por Manuel Sales
y Ferr; en 1892 traslad al castellano la Historia de Alemania de Sabine Baring-Gould;
18
- 11 -
que,
segn
consta
en
su
Garca
del
Mazo
interviene
de
Victoriano
Surez,
fue
22
Conviene recordar, tal y como seala Pegenaute (2004:408), que (e)ntre 1880 y 1890 se vive
en Espaa el auge de Zola y el Naturalismo.
23
El volumen consultado se encuentra en los fondos de la biblioteca de la Universidad de Sevilla.
24
El ejemplar consultado se halla en los fondos de la Biblioteca General de la Universidad de
Mlaga.
- 12 -
vista de la inglesa de 1883. Igualmente se nos informa de que esta edicin corri a
cargo de la Librera de Victoriano Surez de Madrid, la misma editorial madrilea que,
aade Palau (1977:115), reedit esta versin en 1888. Tal y como se indica en la
anteportada, esta coleccin incluye otros volmenes entonces a la venta tales como
Fundamentos de la moral de Spencer, vertido directamente del ingls por Siro Garca del
Mazo en 1881; Historia general e Historia universal (Compendio de) de 1883 ambas de
Manuel Sales y Ferr; y una serie que incluye la Historia general (Compendio razonado)
de 1872-76, Historia general (Resmen de) de 1878 y la Historia de Espaa (Resmen
de) de 1878, las tres firmadas por Fernando de Castro y Manuel Sales y Ferr.
En cuanto a los paratextos hay que mencionar que esta edicin incluye nueve notas
del autor y cinco intervenciones explcitas del traductor. Por lo que respecta a las
primeras, se observa que se corresponden con las anteriormente incluidas en la edicin
de 1879 si exceptuamos mnimas variaciones estilsticas. Igualmente, resulta evidente
que Garca del Mazo revis su primera edicin a tenor de las diversas modificaciones que
introdujo en la segunda. Esta revisin26 afect no slo a los paratextos sino que tambin
se extendi al texto en s mismo:
Garca del Mazo (1879:205)
(1) Esta es la excusa que dan algunas personas con motivo de la ruda manera
como se trata los nios en el colegio, aprendizage, se dice, en un mundo en
miniatura de los rigores que les prepara el mundo real; pero esta excusa es muy
insuficiente.
Garca del Mazo (1884:186)
(1) Esta es la excusa que dan algunas personas con motivo de la ruda manera
como se trata los nios en el colegio, aprendizaje, se dice, en un mundo en
miniatura de los rigores que les prepara el mundo real; pero esta excusa es muy
insuficiente.
Garca del Mazo (1879:296-7)
Las experiencias de Gross y de Stark suministran una prueba decisiva de la
ventaja, mejor dicho, de la necesidad de mezclar los alimentos para producir la
masa ms apropiada las funciones del estmogo. (1)
Garca del Mazo (1884:267)
Las experiencias de Gross y de Stark suministran una prueba decisiva de la
ventaja, mejor dicho, de la necesidad de mezclar los alimentos para producir la
masa ms apropiada las funciones del estmago. (1)
Las intervenciones explcitas del traductor suman cinco en total, de las cuales dos
son notas a pie de pgina y otras tres se aaden como observaciones al final del
25
A la portada de esta edicin le sucede una pgina de derechos que incluye las siguientes
inscripciones: Es propiedad y, a pie de pgina, Imprenta de la Viuda de J. M. Prez, Corredera
Baja, nm. 41.
26
La negrita es nuestra.
- 13 -
volumen. Si bien Garca del Mazo incluye ntegramente las primeras en la edicin de
1884, las segundas s se ven sometidas a un profundo proceso de revisin27.
Antes de concluir esta seccin es
necesario mencionar la existencia de
otra traduccin que, aunque con ciertas
reservas,
Palau (1977:115)
data
en
Sevillano
Sevillano
1900)
(en
y
adelante,
su
edicin
Spencer.
A la
hora
de
27
28
Ramrez (2007:306-7)
La negrita es nuestra.
- 14 -
29
Existen tres ejemplares con estas caractersticas en los fondos de la Biblioteca de la Universidad
de Mlaga.
30
El volumen consultado se encuentra en los fondos de la biblioteca de la Facultad de Derecho de
la Universidad de Valencia.
31
Francisco de Ass Pacheco Montoro, escribe Garca Montoro (2005:247), fue un polifactico
escritor, jurista y periodista durante el ltimo cuarto del siglo XIX que destac como columnista en
- 15 -
suscrito por el propio traductor y fechado en Mlaga en 1879. Por otra parte, de 1890
data la edicin americana vertida directamente del ingls al espaol de acuerdo con el
original preparado por el autor mismo en cuya portada32 se hace constar que se trata de
la tercera edicin publicada por la editorial D. Appleton y Compaa con sede central en
Nueva York. Esta versin se vio posteriormente reeditada en 1892 (4. edicin), 1901
(5. edicin), 1908/1913 (6. edicin) y en 1925. La edicin de 1890 incluye un prlogo
obra de Juan Garca Purn33 que contiene numerosas e interesantes referencias acerca
de sta y otras traducciones de Education en nuestra lengua.
Como conclusin podemos afirmar que la amplia difusin y recepcin del positivismo
en Espaa y, ms concretamente, del pensamiento de Spencer en el ltimo cuarto del
siglo XIX y primero del XX estn ntimamente ligadas a las traducciones de su obra que
un grupo de intelectuales llev a cabo desde atalayas profesionales diversas. En este
sentido, Siro Garca del Mazo representa la figura prototpica de esta plyade de
intelectuales que dedicaron parte de su vida a la traduccin de los textos ms avanzados
y representativos de la poca que les toc vivir. Su labor traductora da como resultado
una serie de textos y paratextos que no slo enriquecen la obra original sino que,
adems, abren nuevos horizontes ideolgicos en el ambiente cultural espaol. Tampoco
podemos obviar la referencia a las prcticas de traduccin de una poca en la que la
intermediacin de las traducciones francesas resulta un elemento esencial para poder
entender las claves del funcionamiento del mercado editorial del momento. No obstante,
esta intermediacin se ve enriquecida por varias prcticas paralelas que incluyen, entre
otras, la revisin de versiones propias y ajenas, cuando no el plagio.
los ms importantes e influyentes diarios y revistas de la poca tales como El Imparcial, la Revista
de Espaa y la Revista Contempornea. Segn Paz (1950), esta ltima publicacin en sus inicios
difundi el pensamiento neokantiano y positivista en Espaa y cambi de orientacin a partir de
1879 coincidiendo con la fecha en la que Pacheco desempe el cargo de director tras ser vendida
por Jos del Perojo a Jos de Crdenas, poltico del partido de Cnovas del Castillo.
32
Existe un ejemplar de esta edicin en los fondos de la Biblioteca General de la Universidad de
Mlaga.
33
Garca Purn (1852-1912), originario de Llanes (Asturias), emigr en su juventud a Mxico,
curs estudios de Medicina y alcanz la graduacin de coronel mdico en el ejrcito mexicano. A
partir de 1884 se estableci en Nueva York donde compagin el ejercicio de la medicina y la
direccin de la seccin de lengua castellana de la editorial neoyorquina Appleton y Compaa con la
publicacin de libros de divulgacin cientfica entre los que podemos citar La moral en ejemplos
histricos (1897), Libro primero de mineraloga y geologa (1989), Libro primero de zoologa
(1919) o Anatoma, fisiologa e higiene (1930). Tras la guerra entre Espaa y EE. UU. regres a su
pueblo natal donde continu ejerciendo como mdico a la vez que prosigui con su labor de
divulgacin cientfica para una editorial argentina.
Disponible en <http://www.lliteratu.com/comun.php?seccion=autores_desarrollo&id_aut=1661>,
consulta en septiembre de 2007.
- 16 -
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Rodrguez-Baltans Gonzlez, Enrique (2002)
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Andaluca: hacia una nueva valoracin. Disponible en
<http://www.alonsoquijano.org/cursos2004/animateca/>, consulta en agosto de
2007.
White, John (1979) Carnegie and Spencer. Summary of Andrew Carnegie and
Herbert Spencer: A Special Relationship. American Studies 13: 57-71. Literature
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<http://oll.libertyfund.org/Home3/HTML.php?recordID=0353.08#LF-0353-1979v4Summary03lev1sec013>, consulta en septiembre de 2007.
- 19 -
6. ENLACES
Spencer, Herbert (1861/1883)
Williams and Norgate.
Londres:
http://www.gutenberg.org/files/16510/16510-h/16510-h.htm
Spencer, Herbert (1880) De Lducation intellectuelle, morale et physique.
Librairie Germer Baillire.
Paris:
http://catalogue.bnf.fr/ark:/12148/bpt6k86110n
Spencer, Herbert (1894) De Lducation intellectuelle, morale et physique.
dition. Paris: Ancienne Librairie Germer Baillire.
http://catalogue.bnf.fr/ark:/12148/bpt6k200202r.capture
- 20 -
Neuvime
(HUM2004-00721)
V. Ramrez Arlandi, Juan (2007) Siro Garca del Mazo, traductor en vista de de
Spencer: Apuntes sobre la recepcin y traduccin de textos ensaysticos a finales del
siglo XIX. Zaro Vera, Juan Jess (ed.) (2007) Traductores y traducciones de
literatura y ensayo (1835-1919). Granada: Comares. 281-320.
2
V. Zaro Vera, Juan Jess (2007) La creacin de un archivo digitalizado de
traducciones. Zaro Vera, Juan Jess (ed.) (2007) Traductores y traducciones de
literatura y ensayo (1835-1919). Granada: Comares. 7-25.
DE LA EDUCACION
INTELECTUAL, MORAL Y FSICA.
DE LA EDUCACION
INTELECTUAL, MORAL Y FSICA.
por
HERBERT SPENCER.
VERTIDA AL CASTELLANO CON NOTAS Y OBSERVACIONES
POR
SEGUNDA EDICION
corregida y aumentada en vista de la inglesa de 1883.
MADRID:
LIBRERA DE VICTORIANO SUAREZ, JACOMETREZO, 72.
1884
Es propiedad.
Si bien la primera edicin de Education data de 1861, Spencer llevaba varios aos
publicando los cuatro captulos que la integran como artculos independientes en
distintas revistas inglesas de la poca. El primer captulo de Education, WHAT
KNOWLEDGE IS OF MOST WORTH?, se haba publicado con anterioridad en 1859 en
Westminster Review. (N. del Ed.)
4
A efectos de esta edicin y con el propsito de citar del original que supuestamente
manej Garca del Mazo, hemos tomado como referente la versin que en 1883
public la editorial londinense Williams and Norgate, tal y como se indica en la
portada: SEGUNDA EDICIN corregida y aumentada en vista de la inglesa de 1883.
Tal edicin inglesa incluye un prlogo del propio autor fechado en septiembre de 1878
en el que Spencer (iii) observa que, ante la creciente demanda, se haca
imprescindible la publicacin de una edicin econmica destinada a poner esta
coleccin de artculos al alcance del gran pblico. Asimismo, Spencer (iii) esgrime
otras dos razones para justificar la oportunidad de una edicin econmica. Por un lado,
menciona la amplia difusin de la que gozaba Education en EE. UU.; y, por otra parte,
alega que, apenas diecisiete aos despus de la primera edicin, Education ya se haba
traducido al francs, alemn, italiano, ruso, hngaro, holands y dans. El prlogo
concluye con la indicacin expresa de Spencer (iii-iv) de que esta edicin es
absolutamente fiel al original ya que (n)o alterations have been made in the text.
(N. del Ed.)
5
La primera traduccin francesa vio la luz en 1878, es decir, uno y seis aos antes de
la publicacin de las dos versiones de Siro Garca del Mazo, respectivamente. La
primera edicin de esta versin francesa se public en Pars, sin referencia alguna al
traductor, y a ella le sucedieron otras ediciones de la misma traduccin francesa,
revisada y corregida en la editorial parisina Germer Baillire. Para el presente trabajo
se han manejado otras dos ediciones de esta misma traduccin. La portada de la
primera reza que este volumen pertenece a la coleccin Bibliothque utile y se
presenta bajo el ttulo De Lducation intellectuelle, morale et physique. Esta edicin
incluye una pgina de derechos con una inscripcin en la que consta el ao 1880 (en
adelante, De Lducation 1880) y adems se aade que se trata de una edicin
popular. En la parte inferior de esta portada se nos informa de que su publicacin se
debe a la editorial Librairie Germer Baillire. Por otra parte, en la portada de la
segunda versin consultada se nos informa de que se trata de la novena edicin y
aparece fechada en 1894 (en adelante, De Lducation 1894) aunque tampoco
aade dato alguno acerca de la autora de la traduccin. Ambas ediciones francesas
presentan unas diferencias mnimas que, en ningn caso, nos impiden considerar que
se trata de la misma traduccin. Se limitan a meras alteraciones lxicas que no
afectan ni al fondo ni al tono de la segunda versin respecto a la primera:
De Lducation (1880:2)
On a remarqu avec justesse que, dans le cours des temps, la parure prcde
le vtement. Les peuplades qui se soumettent de vives souffrances pour
sorner de superbes tatouages, supportent des tempratures excessives sans
beaucoup chercher les modrer.
De Lducation (1894:1)
On a remarqu avec justesse que, dans le cours des temps, la dcoration
prcde le vtement. Les peuplades qui se soumettent de vives souffrances
escuelas y universidades. Acaso se nos acuse de repetir una cosa trivial, pero no
por ello dejaremos de decir, que el estudio del griego y del latin es intil los
jvenes en sus respectivas carreras, nueve veces de cada diez. Es ya observacion
vulgar la de que en un comercio, en una oficina, en el manejo de la propiedad, en
la educacion de la familia, en el desempeo de las funciones de director de un
Banco de un camino de hierro7, ningun beneficio se obtiene de ese saber que
R. F. S. (1880:3)
Nadie ignora cun poco sirven para el mostrador, para la oficina, para el
manejo del caudal el de la familia, para la gerencia de un Banco de un
ferro-carril
En 1890 se public otra traduccin de Education que inclua un prlogo de Juan Garca
Purn (en adelante, Garca Purn 1890). En su portada consta que se trata de la
edicin americana vertida directamente del ingls al espaol de acuerdo con el
original preparado por el autor mismo y que es la tercera edicin publicada por la
editorial D. Appleton y Compaa con sede central en Nueva York. Tampoco esta
edicin reproduce el error:
Garca Purn (1890:10-11)
Lo cierto es que el joven, ora en su tienda en su oficina; administrando sus
bienes gobernando su familia; ejerciendo como director de un banco de un
ferrocarril,
(N. del Ed.)
8
Si bien no ha sido posible disponer de la traduccin francesa de 1878 para as
atestiguarlo, casi con total certeza Garca del Mazo manej algunas ediciones
anteriores a De Lducation (1894), todas ellas inspiradas en la original de 1878, tal y
como prueba el hecho de que en ninguna de sus dos ediciones haya omisiones como
las que se advierten en De Lducation (1880):
Education (2)
And in our own universities and schools at the present moment, the like
antithesis holds. We are guilty of something like a platitude when we say that
throughout his after-career, a boy, in nine cases out of ten, applies his Latin
and Greek to no practical purposes. The remark is trite that in his shop, or his
office, in managing his estate or his family, in playing his part as director of a
bank or a railway, he is very little aided by this knowledge he took so many
years to acquire so little, that generally the greater part of it drops out of his
memory; and if he occasionally vents a Latin quotation, or alludes to some
Greek myth, it is less to throw light on the topic in hand than for the sake of
effect. If we enquire what is the real motive for giving boys a classical
education, we find it to be simply conformity to public opinion. Men dress their
childrens minds as they do their bodies, in the prevailing fashion. As the
Orinoco Indian puts on paint before leaving his hut, not with a view to any
direct benefit, but because he would be ashamed to be seen without it; so, a
boys drilling in Latin and Greek is insisted on, not because of their intrinsic
value, but that he may not be disgraced by being found ignorant of them that
Salvo en ocasiones como la que nos ocupa, Garca del Mazo reproduce la misma
segmentacin en prrafos que se observa en la obra original:
Education (4)
and so aids in weaving that ramified network of restraints by which society is
kept in order. It is not the savage chief only, who, in formidable war-paint,
with scalps at his belt, aims to strike awe into his inferiors;
Curiosamente, la segmentacin que propone Garca del Mazo tampoco se corresponde
en puridad con la de la edicin francesa:
De Lducation (1894:6)
ainsi se trouvent formes les mailles serres du rseau dentraves des mille
hirarchies qui maintiennent lordre social. Le grand chef sauvage nest pas le
seul qui cherche frapper ses infrieurs de crainte, laide de ses formidables
tatouages de guerre et des chevelures pendues sa ceinture.
(N. del Ed.)
10
Pese a que la edicin del DRAE (1869) slo recoge la forma acentuada, Garca del
Mazo usa todava y todavia en siete y veintitrs ocasiones, respectivamente.
(N. del Ed.)
importante y las cuales seria preferible consagrar este mismo tiempo? Si alguien
se toma el trabajo de plantearse estas cuestiones, se apresura resolverlas de plano
segun sus preferencias personales. Es verdad que de vez en cuando renace la eterna
discusion acerca del mrito comparado de las dos educaciones, clsica y cientfica;
pero esta discusion [13] no ha traspasado generalmente los lmites de un mero
empirismo, ni ha sido nunca sometida un criterio fijo. Por otra parte, la
cuestion en ella perseguida es insignificante, comparada con la cuestion total de
la que es solo un aspecto. Se cree que decidiendo cul educacion es preferible, la
clsica la cientfica, se habr hallado la vez el ideal de la educacion racional.
Esto es imitar los que piensan que toda la ciencia de la higiene consiste en saber
qu alimento es ms nutritivo, el pan la patata.
La cuestion importante, en nuestro concepto, no es la de si tal cual ciencia
es til, sino la de saber su utilidad relativa. Se estima justificada por completo
una manera peculiar de ver, citando la adquisicion de cierto nmero de ventajas
mediante un gnero determinado de estudios; pero se olvida que el punto
litigioso es saber si stos compensan el trabajo que impone su posesion. Es
siempre til, en mayor menor escala, todo objeto en que el hombre consume
alguna fuerza activa. Un ao bien empleado en estudiar la herldica, daria sin
duda nociones ms exactas acerca de las costumbres y usos de otros tiempos. El
indivduo que conociera las distancias existentes entre todas las poblaciones de
Inglaterra podria tal vez sacar partido, en el curso de su vida, de los mil hechos
que habria aprendido, como si, por ejemp l o , n e c e s i t a b a a l g u n d ia
p r e p a r a r u n p l a n d e [ 1 4 ] viaje. El que recogiera todos los cuentos,
ancdotas, etc., de una comarca, llegaria quizs descubrir cmo se trasmiten
las tradiciones. Es preciso, sin embargo, convenir que en todos estos casos el
beneficio no seria proporcionado al esfuerzo. Se consideraria con razon como
absurdo el proponer un jven semejantes nociones, en vez de excitarle
aprender otras cosas mucho ms tiles. Ahora bien, si en los ejemplos citados es
menester atenerse la utilidad real del resultado, no debe aplicarse el mismo
criterio todo el sistema de educacion? Si dispusiramos de tiempo bastante para
abarcar todas las ciencias, nos seria permitido no elegir. Dice una antigua
cancion11: Si el hombre estuviera seguro de que su vida habia de durar, como
11
Al traducir un elemento cultural, en este caso una cancin popular, Garca del Mazo
cambia la modalidad del texto, originalmente escrito para ser cantado, y elabora un
nuevo texto que ser exclusivamente ledo:
Education (14)
To quote the old song:Could a man be secure
That his days would endure
As of old, for a thousand long years,
What things might he know!
What deeds might he do!
And all without hurry or care.
otras veces, millares de aos, cuntas cosas aprenderia! cuntas otras haria sin
apresuramiento ni fatiga! Pero, puesto que la existencia es breve, no debemos
olvidar el corto tiempo que nos es dado para instruirnos, tiempo que limitan
todavia las mil ocupaciones de la vida, siendo preciso, por lo tanto, ver la
manera de emplearlo ms ventajosamente. Antes de dedicar tantos aos
aprender lo que dictan la moda el capricho, no seria prudente comparar los
resultados que as pueden obtenerse con los que se lograrian empleando los
mismos aos de otro modo?
H aqu, pues, la cuestion capital en materia [15] de educacion; hora es ya de
discutirla ordenada y metdicamente. El problema ms importante de la
educacion, cual es, elegir entre los diferentes estudios que se disputan nuestra
preferencia, es cabalmente el que suele examinarse en ltimo lugar. Para
resolverlo, para poder hallar nuestra direccion racional, debemos inquirir ante
todo qu conocimiento es ms importante poseer, , valindonos de una frase de
Bacon, caida desgraciadamente en desuso, debemos averiguar el valor relativo de
cada ciencia.
Necestase, pues, en primer trmino un criterio de evaluacion.
Afortunadamente no puede haber la discusion acerca del modo de determinar este
criterio en general. Al contender apropsito del valor de un rden determinado
de conocimientos, todos lo hacen mostrando su influencia en alguna direccion
de la vida. A esta pregunta tan sencilla: para qu sirve esto?, el matemtico, el
filsofo, el fillogo, el qumico contestarn inmediatamente explicando de qu
manera la ciencia que cada uno posee influye ventajosamente en la vida
disminuyendo el sufrimiento, favoreciendo el bien, conduciendo la felicidad. El
profesor de escritura demuestra que este arte es un medio poderoso para el
manejo de los intereses propios, as como para proveer mil necesidades sociales;
d, pues, la prueba exigida en lo que l se refiere. Cuando un sbio
numismtico [16] que pasa su vida investigando las huellas de un pasado
desaparecido, no puede mostrar en qu es til la humanidad la ciencia que
cultiva, vse obligado reconocer que sus conocimientos carecen relativamente de
valor. Tal es, por lo tanto, la manera de probar, directa indirectamente, la
utilidad de una ciencia.
Cmo debe vivirse? En nuestro concepto, esta es la cuestion capital. No la
planteamos tan solo en el sentido material de la frase, sino en el ms absoluto y
extenso. Este problema general comprende todos los siguientes: Cul es la
verdadera lnea de conducta en cada situacion, en cada circunstancia de la vida?
Cmo tratar al cuerpo? Cmo dirigir la inteligencia? Cmo manejar los negocios?
Cmo debe educarse la familia? Cmo es menester cumplir los deberes de
ciudadano? Cmo emplear mejor todas nuestras facultades para el bien propio y
el de los dems? Cmo, en fin, vivir con vida completa? H aqu lo que ms nos
interesa saber y lo que la educacion debe ante todo ensearnos. El fin de la
educacion es prepararnos vivir con vida completa. De consiguiente, el nico
criterio racional para juzgar de cul es el mejor sistema de educacion, es saber en
qu grado se aproxima cada uno al fin perseguido.
Este criterio no se ha empleado nunca, sino parcialmente; nadie se ha servido
de l ms que [17] de un modo muy vago y poco consciente, siendo as que es
Sans hte, comme sans souci.
(N. del Ed.)
Debe de tratarse de un error tipogrfico puesto que este adverbio tendra que estar
acentuado grficamente. (N. del Ed.)
13
A diferencia de lo recogido en nuestra ortografa actual, las palabras agudas
terminadas en n o en s no se acentuaban, ya que lo preceptivo era que las voces
acabadas en alguna de las letras consonantes se acentuaran en todas las slabas en
que cargare la pronunciacin, excepto en la ltima, por cuanto se entenda que sta
los deberes que impone la familia, puesto que, por regla general, no es posible
crear sta sin haber cumplido con aquella primera condicion. Proveer su
sostenimiento es la primera necesidad del hombre; despues viene la de ocurrir las
atenciones de la familia. Por lo tanto, los conocimientos que deben adquirirse
para conservarle s mismo tienen valor superior los que permiten asegurar el
bienestar de la familia.
En el desenvolvimiento sucesivo de la sociedad, la familia ha precedido al
Estado. Los hijos han sido educados antes de la existencia del Estado, y podrian
seguir sindolo despues de su destruccion, mientras que el Estado pereceria sin
ellos. De esto resulta que los deberes de padre de familia tienen ms importancia
que los de ciudadano. Puesto que el valor y la fuerza de una [20] sociedad
descansan, en ltimo trmino, en el carcter de los indivduos que la forman, y la
educacion es el medio ms seguro de influir en este carcter, se deduce
naturalmente que la prosperidad social descansa en la prosperidad de la familia.
La ciencia que concurra ms directamente al desarrollo de esta ltima, debe,
pues, prevalecer sobre la que asegura la existencia de la primera.
Las numerosas artes de agradable entretenimiento que llenan los cios
dejados por ms graves ocupaciones, tales como la poesa, la msica, la pintura,
etc., implican claramente la, preexistencia social. Dichas artes, no solo es
imposible que se desenvuelvan en grande escala sin lazos sociales de largo tiempo
establecidos, sino que tienen su fuente principal en los sentimientos sociales y de
simpata general. La sociedad, ms de facilitar su desarrollo, alimenta de
contnuo las ideas y sentimientos que expresan. Por consiguiente, todo lo que
contribuya formar buenos ciudadanos, es ms importante que cuanto pueda
servir para adquirir ciertos talentos y satisfacer el gusto, y en materia de
educacion, debe preferirse lo primero lo segundo.
H aqu, pues, repetimos, el rden racional, con corta diferencia de esta
jerarqua: educacion que prepara para la conservacion directa del indivduo;
educacion que prepara para su conservacion [21] indirecta; educacion que
ensea educar la familia; educacion que forma al ciudadano; por ltimo,
educacion en que se cultivan las artes, verdadero refinamiento de la vida. Es
innegable que estas diferentes ramas de la educacion tienen entre s lazos muy
estrechos, y que cualquiera de ellas auxilia tilmente para adquirir las dems.
Sin duda, cada division encierra partes ms esenciales que algunas de las
existentes en divisiones anteriores. As, un hombre muy hbil en negocios, pero
que tuviese muy limitadas las restantes facultades, se acercaria mnos al ideal de
la vida completa que otro ms inepto para proporcionarse recursos pecuniarios,
pero que poseyese mayor juicio y discrecion como jefe de familia. No pretendemos
que sea necesario desenvolver la ciencia de la vida prctica proscribiendo ol
estudio de las artes y de la literatura; por el contrario, es preferible saber algo de
todo esto. Sin embargo, las grandes divisiones que hemos establecido subsisten
pesar de estas ligeras restricciones y se deducen unas de otras segun el rden
indicado, porque las divisiones correspondientes de la vida real dependen unas
de otras en el mismo rden.
Naturalmente, el ideal de la educacion, consistiria en obtener la preparacion
completa para la posesion de todas estas actividades. Pero no consintiendo el
estado de nuestra sociedad la [22] realizacion de este ideal, debemos
era larga. (N. del Ed.)
contentarnos con mantener una justa proporcion entre los diferentes grados de
preparacion para cada una de ellas. Huyamos de consagrar nuestra inteligencia
un rden exclusivo de conocimientos, por importante que nos parezca, con
perjuicio de los dems; dirijamos igualmente nuestra atencion hcia14 todos,
graduando nuestros esfuerzos por su valor relativo. Es preciso, sin embargo,
exceptuar los casos en que aptitudes particulares determinan racionalmente la
vocacion de una ciencia especial, que se convierte en verdadera profesion. En
general, el objeto de la educacion debe ser adquirir en la mayor medida posible los
conocimientos que ayuden ms eficazmente desenvolver la vida individual y
social bajo todos sus aspectos, limitndose desflorar aquellos que concurran con
mnos eficacia este desenvolvimiento.
Al dirigir la educacion segun estos principios, no hay que perder de vista
ciertas consideraciones generales. Teniendo por fin todos los objetos en que se
ejercita la inteligencia humana el auxiliar al hombre en la realizacion del ideal de
la vida completa, puede ser su valor absoluto relativo. Hay conocimientos que
tienen valor intrnseco; otros de valor casi intrnseco; otros cuyo valor es
puramente convencional. El entorpecimiento y el ruido en los oidos preceden
generalmente la parlisis; la resistencia opuesta por [23] el agua un cuerpo
en movimiento, es proporcional al cuadrado de la velocidad; el cloro es un
desinfectante: h aqu hechos de valor intrnseco, como el de todas las verdades
cientficas en general, y que influirn en las acciones del hombre dentro de mil
aos lo mismo que al presente.
El profundo conocimiento de nuestro idioma, adquirido con el estudio del
griego y el latin, solo tiene valor casi-intrnseco, como subordinada que se halla
su duracion al de nuestra propia lengua. El valor de ese confuso tejido de fechas,
nombres y acontecimientos insignificantes, que usurpa en nuestras escuelas el
nombre de ciencia de la historia, es puramente convencional; esta ciencia solo
sirve para evitarnos las absurdas censuras que la opinion inflige al que no la
posee. Ahora bien, as como la historia universal es ms importante que la de
una nacion un siglo; as como la historia de una nacion de un siglo es ms
importante que la de una ciudad durante el rpido trascurso de una moda, as la
ciencia que posee valor intrnseco debe anteponerse aquella cuyo valor sea casiintrnseco, y sta preceder la de valor puramente convencional.
Terminemos estos preliminares. La adquisicion de todo conocimiento tiene
dos valores: el uno, como saber; el otro, como educacion disciplina intelectual:
es, en primer trmino, un ejercicio intelectual, y en segundo, un medio de [24]
dirigir nuestras acciones, debiendo considerarse bajo estos dos aspectos el
resultado de un saber adquirido como preparacion la vida completa.
H aqu, pues, las consideraciones generales en que basaremos nuestra
investigacion de un sistema de educacion racional: 1., division de toda la vida
en actividades de diferentes gneros, de importancia decreciente; 2., valor
intrnseco, casi-intrnseco y convencional de cada rden de conocimientos en su
relacion con estas diferentes actividades; 3., doble influencia de los mismos como
saber y como educacion disciplina intelectual. Felizmente, la parte ms
importante de la educacion, la que tiene por objeto proveer directamente
nuestra propia conservacion, est asegurada por la misma naturaleza; era
14
La undcima edicin (DRAE, 1869) es la ltima en la que la preposicin hacia
aparece con acento grfico. (N. del Ed.)
estado de no funcionar bien. Pero hay en esto tan profunda ignorancia de las leyes
de la vida, que los hombres ni siquiera saben que sus sensaciones son sus guias
naturales y ms dignos de confianza, cuando no han llegado embotarse
viciarse causa de una persistente desobediencia. De suerte que, hablando con
precision lgica, la naturaleza nos ha provisto de guardianes oficiosos de nuestra
salud, que la falta de saber hace frecuentemente intiles.
Si alguien dudare de lo importante que es para nosotros el estar familiarizados
con los principios de la fisiologa como medio de alcanzar la vida completa, que
mire en torno suyo y vea cuan pocos hombres y mujeres de edad regular,
avanzada, hay bien conservados. Solo por excepcion encontramos el ejemplo de
una salud vigorosa en la vejez, y en cambio, cada momento contemplamos casos
de enfermedades agudas, de [28] males crnicos, de debilidad general, de
decrepitud prematura. No hay nadie que no confiese, si se le pregunta, que en el
curso de su vida se ha atraido enfermedades, de que las ms ligeras nociones de la
higiene lo habrian preservado. Aqu es una enfermedad del corazon, consecuencia
de una fiebre reumtica, producida por el poco cuidado en elegir una habitacion
bien situada; all, una vista perdida para la ciencia, causa del exceso en el estudio.
Ayer se trataba de una persona cuya persistente clausura provenia de que, pesar
del dolor que experimentaba, seguia sirvindose de una rodilla ligeramente herida;
hoy se nos habla de otra que ha necesitado permanecer largos aos en el lecho, por
ignorar que las palpitaciones que sufria eran uno de los efectos del cansancio de su
cerebro. Ya es una herida incurable que proviene de algun estpido alarde de
fuerza; ya una constitucion que no ha podido reparar las prdidas causadas por un
trabajo excesivo, emprendido sin necesidad. En nuestra poca, vemos por todas
partes las perptuas indisposiciones que acompaan la debilidad. No hagamos
alto en los sufrimientos, el cansancio, la melancola, las prdidas de tiempo y de
dinero, que por estos motivos pesan sobre nosotros; atendamos nicamente que
la falta de salud impide el cumplimiento de nuestros deberes, imposibilita
dificulta el manejo de los propios negocios, produce una irritabilidad funesta para
[29] la direccion de los hijos, torna imposible el ejercicio de las funciones de
ciudadano y hace del placer una fatiga. No es evidente que los pecados contra el
rden fsico, as los de nuestros abuelos como los nuestros, alterando la salud,
disminuyen ms que ninguna otra causa la vida completa, y en cierta medida,
convierten la existencia en una enfermedad y una carga, cuando debe ser un
beneficio y un goce? No es esto todo. La vida, que as se empobrece, tambien se
acorta. No es verdad, como generalmente se supone, que despues de un desrden
enfermedad nos restablezcamos por completo. Ninguna perturbacion funcional
desaparece sin dejar en el organismo huellas permanentes de su paso: el
organismo queda resentido para siempre. Tal vez la lesion no sea
inmediatamente apreciable, pero agregada otras del mismo gnero que la
naturaleza no olvida nunca inscribir en la rigurosa cuenta que lleva, influir en
nosotros hasta que, inevitablemente, abrevie la vida. Por la acumulacion de estas
pequeas injurias que sufre nuestra salud, es por lo que las constituciones ms
robustas se ven minadas y destruidas antes de tiempo.
Reflexionando cunto dista el trmino medio de la vida de su duracion posible,
podemos darnos cuenta de la inmensa extension del dao. Y si las prdidas
parciales de vitalidad que produce la falta de una salud vigorosa, aadimos la
prdida [30] final causada por la muerte prematura, veremos que de ordinario
abreviamos imprudentemente la vida en una mitad.
Por lo tanto, la ciencia que concurre directamente la propia conservacion,
De 1900 data una traduccin de Education a nuestra lengua editada por la casa
valenciana F. Sempere y Compaa, Editores y cuyo autor es Narciso Sevillano (en
adelante, Sevillano 1900). Probablemente sea ste un pseudnimo del propio Garca
del Mazo si tenemos en cuenta, por un lado, su estrecha vinculacin con la capital
andaluza; y, por otra parte, el hecho de que salvo mnimas variaciones estilsticas se
trate de la misma versin, tal y como prueba, a ttulo de ejemplo, este fragmento:
Education (17)
The village carpenter, who lays out his work by empirical rules, equally with
the builder of a Britannia Bridge, makes hourly reference to the laws of
space-relations.
Sevillano (1900:28)
El carpintero de aldea que traza el plan de su trabajo segn reglas empricas,
aplica continuamente, lo mismo que el constructor de un Britannia Bridge (1),
las relaciones de distancia.
..
(1) Famoso puente tubular construdo en 1850 por Stephenson, que une la isla
de Anglesey la playa del pas de Gales.- (N. del T.)
En Sevillano (1900) se incluyen once notas del traductor a pie de pgina, tomadas de
la primera edicin francesa consultada:
De Lducation (1880:17-8)
Le charpentier de village qui dresse le plan de son travail selon des rgles
empiriques, aussi bien que le constructeur dun Britannia bridge (1), fait des
applications continuelles des lois de la science de lespace.
..
(1) Cest le nom du fameux pont tubulaire, construit en 1850 par Stephenson,
qui relie lile dAnglesey a la rive du pays de Galles.
(N. del Ed.)
18
R. F. S. (1880:25)
Nuestra ropa de toda especie, no est tejida y tal vez hasta cosida a
mquina? El papel del libro que leemos, no est hecho e impreso
mquina? (1)
.
(1) El lector no dejar de comprender que estas, como otras muchas de las
apreciaciones contenidas en esta obra, se refieren principalmente Inglaterra.
(N. del Ed.)
que sostiene gran parte de nuestro pueblo, al mismo tiempo que nos proporciona
muchos objetos de primera necesidad y la mayor parte de los de lujo. La geologa
es tambien una ciencia cuyo estudio concurre, en gran parte, al progreso
industrial. Ahora que las minas de hierro [39] son fuente tan productiva de
riqueza; ahora que la seguridad de nuestro aprovisionamiento de carbon es
asunto de capital inters; ahora que tenemos una escuela de minas y un servicio de
inspectores gelogos, no es necesario insistir acerca de esta verdad, esto es, que el
estudio de la envoltura terrestre interesa nuestra prosperidad material.
Y qu decir de la ciencia de la vida, de la biologa? No tiene tambien por
fundamento la investigacion de los procedimientos indirectos de conservacion
personal? No tiene, es verdad, relaciones muy estrechas con lo que llamamos
ordinariamente manufacturas, pero est inseparablemente ligada la primera de las
industrias, la produccion de alimentos. Debiendo la agricultura conformar sus
mtodos los fenmenos de la vida vegetal y animal, sguese que la ciencia de estos
fenmenos es su base racional. Es verdad que los labradores han reconocido y
aplicado empricamente muchas verdades biolgicas antes de ser cientficamente
concebidas. Sabian, por ejemplo, que ciertos abonos convienen ciertas plantas; que
ciertos cultivos tornan el suelo impropio para otros; que de caballos mal nutridos no
puede esperarse un buen trabajo; que tal cual enfermedad de las bstias de los
carneros se produce en estas en las otras circunstancias. Estas nociones y las que el
agricultor adquiere diariamente [40] por la experiencia acerca del modo de cuidar
las plantas y los animales, constituian la suma de hechos biolgicos que le eran
conocidos; hechos biolgicos de que depende en gran parte el xito de sus esfuerzos.
Ahora bien, si aun mal definidos y rudimentarios le prestan tan importantes
servicios, juzgad qu valor no tendrian tales hechos si llegaran ser positivos, bien
definidos y profundos. Con esto podemos vislumbrar los beneficios que reporta la
biologa racional.
La verdad de que la produccion de calor animal implica una prdida de sustancia
y que, por consecuencia, impidiendo la prdida del calor se evita la necesidad de un
aumento de nutricion, esta verdad, resultado de conclusiones puramente tericas,
sirve hoy de guia para cebar el ganado; pues hay pruebas de que, manteniendo los
establos una alta temperatura, se economiza forraje. Acontece lo mismo en lo
concerniente la variedad de alimentos, habiendo demostrado las experiencias
fisiolgicas, no solo que es provechoso el cambio de nutricion, sino que la digestion
se facilita con la mezcla de alimentos distintos en el estmago. Tambien la biologa
deben los agricultores el conocer la causa de la enfermedad llamada vrtigo, que se
ceba todos los aos en millares de carneros. Sbese ahora, en efecto, que dicha
enfermedad proviene de la presencia de un entozoario que ejerce cierta presion en el
cerebro, bastando [41] extraer este insecto, por el sitio del crneo cuyo
reblandecimiento indica el lugar en que se halla, para que el carnero se cure casi
siempre.
Otra ciencia que ejerce influencia directa en la prosperidad industrial de una
nacion es la sociologa. Los hombres que diariamente estudian la situacion del
mercado financiero; que pasan revista los precios corrientes; que discuten las
probabilidades de la mejor peor cosecha del trigo, del azcar, del algodon, de la
lana, de la seda; que pesan las probabilidades de la guerra y de la paz, y que basan en
estos datos sus operaciones comerciales, estudian la sociologa. La estudian emprica,
errneamente; pero la estudian, porque sus ganancias prdidas dependen de la
exactitud de sus apreciaciones. No es solo el negociante, el manufacturero, quien
debe guiarse en sus transacciones por la comparacion entre la oferta y el pedido,
hoy lo que era en los tiempos feudales. Nuestra ciencia, ensanchando diariamente
sus dominios, mostrando las leyes que presiden toda clase de fenmenos,
permitindonos someter la naturaleza nuestras necesidades y procurar al
campesino de hoy goces que otras veces eran inaccesibles los mismos reyes, no se
debe sino en parte nfima nuestros establecimientos de instruccion pblica. Los
conocimientos vitalesaquellos que nos han convertido en un gran pueblo, aquellos
sobre que descansa nuestra existencia nacionalse han propagado en la sombra y en
el retiro del gabinete, [45] mientras nuestros profesores oficiales apenas hacian otra
cosa que balbucear algunas frmulas.
Llegamos la tercera de las grandes divisiones de la actividad humana, division
de nuestra actividad la que nada nos prepara. Si por casualidad no llegase la
posteridad ms que un fragmento de nuestros libros clsicos un trozo de nuestras
composiciones de colegio, cul no seria el asombro de un anticuario del porvenir al
no hallar en estos papeles y en estos libros nada que le indicase que los discpulos que
de ellos se servian deberian tener hijos alguna vez? Y bien!, diria, esto debia ser un
curso de estudios para los clibes. Veo que aqu se llamaba la atencion hcia multitud
de cosas, especialmente acerca de la inteligencia de las obras dejadas por pueblos que
no existian ya, pertenecientes otros que existian an (lo que indica, al parecer,
que este pueblo tenia pocas propias de mrito); pero no encuentro en todo esto
ninguna alusion al arte de educar los nios. Estas gentes no podian estar tan
desprovistas de sentido, que permaneciesen extraas un asunto que implica la ms
grave de las responsabilidades. Evidentemente, estos serian los estudios de una de
sus rdenes monsticas.
Realmente, no es inconcebible que si la vida y la muerte de nuestros hijos, si sus
cualidades morales, dependen de la manera como los eduquemos, [46] no se haya
dado nunca en nuestras escuelas la menor instruccion acerca de estas materias
alumnos que sern maana padres de familia? No es monstruoso que la suerte de
una generacion nueva quede abandonada la influencia de hbitos irreflexivos, la
instigacion de los ignorantes, al capricho de los padres, las sugestiones de las
nodrizas los consejos de las abuelas? Si un negociante se consagrase al comercio
sin tener la menor nocion de la aritmtica ni de la tenedura de libros, no nos
burlaramos de su necedad, vaticinndole desastrosas consecuencias? Si antes de
haber estudiado anatoma cualquiera se dispusiese manejar el bistur del cirujano,
no nos sorprenderamos de su audacia y compadeceramos los enfermos? Y sin
embargo, que los padres emprendan la tarea difcil de educar sus hijos sin haber
soado nunca en preguntarse cules son los principios de la educacion fsica, moral
intelectual que deben servirles de gua, esto no nos inspira ni asombro respecto de los
padres ni piedad para los nios, sus vctimas. Los millares de sres humanos que
sucumben, los centenares de miles que sobreviven para arrastrar una salud
enfermiza, los millones que crecen con constituciones mnos fuertes que las que
deberian tener, nos dan idea del mal hecho por los padres que ignoran las leyes de la
vida. Reflexionese que el rgimen que se somete los nios [47] ejercera una
influencia saludable perniciosa sobre todo su porvenir, que hay veinte maneras de
engaarse y una sola de acertar, y se medir la extension de las misrias que
introduce en el mundo nuestro caprichoso irreflexivo sistema de educacion.
Dispngase que un muchacho vaya vestido con chaqueta corta, ancha y ligera, y que
juegue as la intemperie con los miembros enrojecidos por el frio, y esta decision
ejercer una influencia durante toda su vida, ya por la enfermedad, ya por el
empobrecimiento de su naturaleza; por lo mnos, ser mnos vigoroso en su edad
curndose poco del mvil siempre que el acto exterior concuerde con su idea del
bien, sin miedo desenvolver de este modo la hipocresa, el egoismo y no los
buenos sentimientos. Mientras preconiza la sinceridad, le d constantemente el
ejemplo de la mentira, profiriendo amenazas que no ejecuta. Mientras le
predica el dominio de s mismo, le reprende con acritud por cosas que no lo
merecen. No se d cuenta de esta verdad: que en el hogar domstico, como en el
mundo, la nica disciplina saludable es la experiencia de las consecuencias,
buenas malas, agradables desagradables, que derivan naturalmente de
nuestros actos. Desprovista de toda luz terica, incapaz de buscar un guia en la
observacion de las fases por que atraviesa el nio en su desarrollo, la jven madre
sigue el impulso del momento con funesta ligereza. La direccion maternal sera
casi siempre desastrosa, si no fuera porque la tendencia superior del jven
espritu revestir el tipo moral de la raza, triunfa ordinariamente de todas las
influencias secundarias.
[51] Y qu diremos de la educacion intelectual? Si se concede que el
espritu humano tiene leyes y que la evolucion de la inteligencia en el nio se
ajusta ellas, es evidente que la educacion no puede ser bien dirigida cuando
falta el conocimiento de estas leyes. Es rigurosamente absurdo suponer que es
dado regular la formacion y acumulacion de las ideas sin saber cmo se forman.
Cunto no diferir la enseanza, tal como es, de la enseanza tal como debiera
ser, si hay tan pocos padres y maestros que sepan algo de psicologa? Como no
puede mnos de suceder, el sistema establecido adolece de graves defectos en el
fondo y en la forma. Mientras se pasan en silencio cosas esenciales, se impone al
espritu lo que es nocivo, y se le impone por procedimientos ms perjudiciales
todavia. Bajo el imperio de la idea estrecha que hace consistir toda la educacion
en el estudio de los libros, los padres ponen los abecedarios en manos de sus hijos
en su ms tierna edad. No conociendo la verdad de que el uso de los libros es
simplemente supletorio, que constituye un medio indirecto de aprender falta
del medio directoun medio de ver con los ojos de otros cuando no podemos ver
con nuestros propios ojoslos directores de nuestra educacion estn siempre
prontos darnos los hechos de segunda mano, en vez de procurar que los
adquiramos por nosotros mismos. No comprendiendo el [52] inmenso valor de
esa educacion espontnea que es el fruto de nuestros primeros aos; ignorantes
de que la observacion contnua que se entrega el nio, lejos de ser combatida
cohibida, debe ser diligentemente secundada tornndola tan exacta, tan completa
como sea posible, se obstinan en ocupar sus ojos y su espritu en ideas y cosas que,
en esa poca de la vida, son ininteligibles y repugnantes. Poseidos de la extraa
supersticion por virtud de la cual se adoran los smbolos de la ciencia y no la
ciencia misma, no ven que solo cuando hayan sido agotados los objetos que se
encuentren en la casa, en la calle, en el jardin, ser menester abrir al nio en los
libros nuevas fuentes de informacion; y esto no solo porque el conocimiento
inmediato es preferible al mediato, si que tambien porque el libro no puede
despertar ideas sino en proporcion de la experiencia que se vaya adquiriendo de las
cosas. Debe observarse, adems, que esa instruccion de frmulas se comienza
demasiado pronto, y se dirige sin consideracion las leyes de nuestro
desenvolvimiento mental. Nuestro espritu v necesariamente de lo concreto lo
abstracto. Por no atender este hecho, estudios abstractos, como la gramtica,
que debieran coronar la instruccion, constituyen su comienzo. La geografa
poltica, ciencia muerta y sin ningun inters para los nios, que debiera ser un
apndice de la sociologa, se ensea desde luego, [53] al paso que la geografa
Vemos, pues, que para dirigir la actividad humana en la tercera de sus grandes
divisiones, se necesita algun conocimiento de las leyes de la vida. Es indispensable
conocer los primeros principios de la fisiologa y las verdades elementales de la
psicologa, si se quiere educar debidamente los hijos. Estamos seguros de que
esta afirmacion ser acogida, con cierta sonrisa burlona. Exigir que los padres
adquieran conocimientos tan ocultos, parecer desde luego absurdo. En verdad, si
se exigiese de todos los padres y madres conocimientos [56] profundos en estas
materias, se caera visiblemente en el absurdo. No es tal nuestra pretension.
Bastar inculcar los alumnos los principios generales, acompandolos de
algunos ejemplos para facilitar su inteligencia, y se les ensearan docmtica20, ya
que no racionalmente. Como quiera que sea, los hechos siguientes son
irrecusables: el desenvolvimiento fsico intelectual de los nios est sometido
leyes: si los padres desatienden por completo en su conducta estas leyes, la muerte
es inevitable; si solo las desatienden en parte, sobrevienen graves defectos fsicos y
morales; solo cuando se ajustan ellas en un todo, los hijos llegan la madurez
perfecta. Juzgese, pues, si todos los que algun dia han de ser padres no deben
esforzarse ardientemente en conocer estas leyes.
Pasemos ya de las funciones paternales las funciones del hombre en la vida
pblica. No puede decirse que se omita absolutamente en la enseanza la
instruccion necesaria para el cumplimiento de dichas funciones, porque en los
cursos de colegio se comprenden algunos estudios que tienen, al mnos en el
nombre, cierta relacion con los deberes sociales y polticos. Sin embargo, entre
estos estudios, el nico al que se concede un lugar importante es la historia.
Pero, como anteriormente indicamos, las nociones [57] que se dan bajo esta
denominacion la juventud, carecen en absoluto de valor como guas en la vida.
Los hechos referidos en los libros de texto de los colegios y los contenidos en obras
ms srias escritas para los adultos, apenas dejan entrever los verdaderos
principios de la accion poltica. Las biografas de los soberanos (y nuestros hijos
no aprenden otra cosa) no arrojan mucha luz en la ciencia social. Saber de
memoria las intrigas de corte, los complots, las usurpaciones que han tenido
lugar y otras cosas por el estilo, con los nombres de todos los personajes, nos dice
muy poco acerca de las causas del progreso en las naciones. Leemos que hubo en
tal poca contiendas por el poder, y que esas contiendas produjeron guerras
desastrosas; que los generales y sus lugartenientes llevaban tales y cuales
nombres; que disponia cada uno de tantos infantes, de tantos caballos y tantos
caones; que colocaron sus tropas en este el otro rden; que maniobraron,
atacaron, retrocedieron; que tal hora del dia experimentaron tal prdida
ganaron tal ventaja; que en cierto movimiento un general fue muerto y un
regimiento diezmado; que despues de todas las peripecias del combate la
victoria se decidi favor de uno otro ejrcito; en fin, que hubo tantos
muertos, tantos heridos y se hicieron tantos prisioneros. En todos los detalles
acumulados que componen el relato, no se encuentra uno solo [58] que pueda
sernos til al ejercer nuestros derechos de ciudadano. Suponed que hayais leido
cuidadosamente, no solo las quince batallas decisivas que se han librado en el
mundo, si que tambien la narracion de todas las dems batallas que menciona la
historia, ser por ello ms juicioso vuestro voto en las elecciones prximas? Pero,
20
Ninguna edicin del DRAE recoge la voz docma. (N. del Ed.)
direis, estos son hechos (si veces no son ficciones), y para muchos sern
interesantes. S; mas esto no implica en manera alguna que su conocimiento sea
til. Una opinion errnea, mal dirigida, puede prestar valor cosas que
carezcan de l. Un tulipomano no cambiaria un tubrculo de tulipan raro por su
peso en oro. Hay gentes para quienes un pedazo de porcelana antigua es un
tesoro; hay otras que pagan un precio exorbitante por las prendas objetos de
uso de un asesino. Se dir que estos gustos dan la medida del valor real de su
objeto? No, sin duda. Debe admitirse, pues, que el placer qne pueda hallarse en
el relato de ciertos hechos histricos no prueba su valor, y que, para darnos cuenta
de la importancia de este valor, en el caso presente como en todos, es preciso
preguntar qu usos son aplicables. Si alguien nos visitase para decirnos que la
gata de nuestra vecina habia dado luz sus hijuelos, contestaramos que el
conocimiento de este hecho carecia de valor. Por ms que se tratase de un hecho, lo
estimaramos como un hecho intil, un hecho incapaz [59] de ejercer influencia
alguna en nuestra conducta, un hecho que no habia de contrbuir en nada que
alcanzsemos la plenitud de la vida. Pues bien, si se somete la misma prueba la
gran masa de los hechos llamados histricos, se llegar idntica conclusion. Son
hechos de los que nada puede deducirse; hechos no susceptibles de organizacion;
hechos, por consecuencia, incapaces de sugerirnos principios de conducta, que es
en lo que debe consistir la principal utilidad de la ciencia. Leedlos, si quereis, por
entretenimiento; pero sin lisonjearos de encontrar en ellos una fuente de
instruccion.
Lo que constituye la historia verdadera se omite casi por completo en las
obras consagradas esta materia. Solo de algunos aos esta parte han
comenzado los historiadores darnos, en cierta medida, el gnero de instruccion
realmente til. Lo mismo que en los siglos pasados el rey lo era todo y el pueblo
nada, as en los antiguos libros de historia las acciones de los reyes constituian el
cuadro, y la vida nacional el fondo indeterminado y vago. Unicamente en
nuestros dias, en que en vez de la felicidad del gobierno el bien de los
gobernados ha llegado ser la idea dominante, los historiadores procuran
desentraar los fenmenos del progreso social. Lo que nos importa realmente
conocer es la historia natural de la sociedad. Necesitamos saber todos los
hechos [60] capaces de mostrarnos cmo una nacion se ha formado y
organizado. Entre estos hechos inclyase la historia de su gobierno, en la cual se
debe hacer mencion del menor nmero posible de ancdotas y pormenores acerca
de los hombres que hayan ejercido ese gobierno, y del mayor nmero de detalles
acerca de su constitucion, de sus principios, de sus procedimientos, de sus
prejuicios y de la corrupcion que acusara; y en este cuadro ha de comprenderse, no
solo lo que se refiere la naturaleza y organismo del gobierno central, s que
tambien cuanto respecta los gobiernos locales hasta en sus ltimas subdivisiones.
Tengamos la vez, y esto no habia necesidad de decirlo, una descripcion paralela
del gobierno eclesistico, de su organizacion, su conducta, su grado de poder,
sus relaciones con el Estado, y al mismo tiempo, del ceremonial, del culto, del
Credo21, de las ideas religiosas, as de aquellas en que se ha creido
21
La ortotipografa tambin revela la cercana del texto de Garca del Mazo a las
versiones francesas. Ms concretamente, la cursiva viene determinada por su uso en
las versiones francesas ms que por el que de ella se hace en el texto original:
artsticos, bajo todas sus formas, y los que nos proporciona el espectculo de la
naturaleza. Como hemos antepuesto todo lo que interesa ms directamente al
progreso humano y lo hemos juzgado todo segun el criterium del valor prctico,
se inferir tal vez de aqu que desdeamos estos objetos secundarios; pero seria
gran error creerlo as; antes bien concedemos verdadero valor la cultura esttica y
los placeres que proporciona. Sin la pintura, la escultura, la msica, la poesa y
las emociones producidas por las bellezas naturales de toda especie, la vida
perderia la mitad de sus encantos. Lejos de considerar la educacion del gusto y
los goces que procura como desprovistos de importancia, creemos que ambas
cosas ocuparn en lo porvenir mucho mayor lugar que al presente en la vida del
hombre. Cuando hayamos sometido por completo las fuerzas de la naturaleza;
cuando se hayan perfeccionado los medios de produccion y economizado todo lo
posible el trabajo fsico del hombre; cuando la educacion est tan bien organizada
que la preparacion las funciones ms esenciales de la actividad humana pueda
obtenerse en plazo relativamente corto, y cuando, por consecuencia, el hombre
tenga ms tiempo libre su disposicion, entonces lo bello en el arte y en la
naturaleza ocupar, con justo ttulo, un lugar importante en todos [66] los
espritus. Pero no es lo mismo asentir que la cultura esttica contribuya en
gran escala la felicidad humana, que admitir que sea fundamentalmente
necesaria esta felicidad. Por importante que pueda ser, debe ceder el primer
puesto la cultura en las dems esferas que se relacionan directamente con los
deberes diarios de la vida. Como ya lo hemos dicho, la literatura y las bellas
artes solo pueden existir condicion de que existan las actividades que producen
la vida social, y es evidente que lo convertido en posible debe seguir aquello que
lo posibilita. Un hortelano cultiva una planta por su flor, pero no desatiende las
hojas ni las races, que son los agentes de la produccion de la flor. As, mientras ve
en la flor el producto al cual todo debe estar subordinado, el jardinero sabe que
las hojas y las races tienen por s mismas mayor importancia, porque de ellas
depende la evolucion de la flor. Prodiga todos sus cuidados la salud de la
planta, y comprende que seria locura no cuidarla si se quiere obtener la flor.
Ocurre lo mismo en el caso que nos ocupa. La arquitectura, la escultura, la
pintura, la msica, la poesa, todo esto puede ser considerado como la
eflorescencia de la vida civilizada. Mas, aun dndole valor tan superior que la
vida civilizada que la produce deba estarle subordinada en un todo (pretension
casi insostenible), ser siempre forzoso admitir que su primera condicion [67]
esencial es una civilizacion robusta, y que la educacion que lleve este resultado
debe ocupar el rango ms importante.
Aqu aparece ms de relieve el vicio de nuestro sistema de educacion22. Se
22
Et maintenant noublions pas cet autre grand fait : que non seulement la
science est la base de la sculpture, de la peinture, de la musique, de la
posie, mais que la science est encore posie ellemme
(1) Nous supprimons ici un certain nombre de pages o lauteur traite des
rapports des diffrents arts avec la science.
De Lducation (1894:62)
[] et que lducation qui y conduit doit occuper le plus haut rang.
Ici, nous apercevons distinctement le vice de notre systme dducation.
Garca del Mazo (1879:74)
[] y que la educacion que lleve este resultado debe ocupar el rango ms
importante.
Aqu, apercibimos distintamente el vicio de nuestro sistema de educacion.
(N. del Ed.)
23
El uso de la cursiva (v. nota 21) viene determinado, a su vez, por el que se hace de
ella en la versin francesa:
Education (35)
As they occupy the leisure part of life, so should they occupy the leisure part of
education.
De Lducation (1894:62)
Dans lducation, de mme que dans la vie, elles doivent remplir les heures de
loisir.
Las otras dos versiones en espaol presentan soluciones distintas:
R. F. S. (1880:50-1)
y as en la vida como en la educacion, dedicarles slo las horas de cio.
A partir de su duodcima edicin (1884) el DRAE recoge exageracin. (N. del Ed.)
No solo es imposible que el artista produzca una obra verdadera sin conocer
las leyes de los fenmenos que quiere representar, pero tambien es menester que
comprenda la impresion que causar su obra en el espritu del espectador del
auditorio; y esta es una cuestion psicolgica. La impresion producida por una obra
de arte depende evidentemente de la manera de pensar y sentir de aquellos
quienes se presenta, y como en la manera de pensar y sentir de todos hay ciertos
caractres comunes, existen tambien ciertos principios [74] generales que
deben servir de regla toda obra de arte. Esta regla solo puede ser comprendida
y aplicada cuando el artista conoce su relacion con las leyes del espritu humano.
Preguntar si es buena la composicion de un cuadro, es, en rigor, preguntar qu
efecto producir en la inteligencia y sentimiento do los espectadores; preguntar si
el pensamiento de un drama est bien desarrollado, equivale preguntar si las
situaciones se hallan dispuestas convenientemente para fijar la atencion del
auditorio y no abusar de ningun gnero de sentimientos. Por igual manera, en la
distribucion de las partes principales de un poema, en la combinacion de las
palabras de una simple frase, el xito depende de la habilidad con que
impresionamos la energa mental y la sensibilidad del lector. Los artistas, en el
curso de su educacion y de su vida, acaban por acumular en su espritu cierto
nmero de mximas que les guian en la ejecucion de sus obras. Si os remontis
la fuente de estas mximas, la encontrareis inevitablemente en las leyes
psicolgicas. nicamente conociendo estas leyes y sus consecuencias, producirn
los artistas obras en perfecta armona con ellas.
No creemos, en verdad, que la ciencia haga artistas. Cuando decimos que estos
deben comprender las grandes leyes de los fenmenos objetivos y subjetivos, no
pretendemos que con el conocimiento [75] de estas leyes se supla la falta de
percepciones naturales. Se nace artista como se nace poeta, y la educacion no
crea al uno ni al otro. Lo que afirmamos es que las facultades innatas no
dispensan al artista de apoyarse en la ciencia organizada. La intuicion es mucho,
pero no lo es todo. Solo cuando el genio se alia con la ciencia, alcanza la plenitud
de su fuerza.
Como dejamos dicho, la ciencia es necesaria, para producir y, adems, para
apreciar las obras de arte. Por qu el hombre adulto es ms capaz que el nio
de apreciar las bellezas de un cuadro? No es porque conoce mejor las escenas de
la naturaleza de la vida que el cuadro representa? Por qu el gentleman
encuentra ms placer que el campesino en la lectura de un bello poema? No es
porque su conocimiento ms extenso de las cosas y de los hombres le permite
ver en l lo que el otro no ve? Ahora bien, si, como es claro en estos casos,
debemos estar familiarizados en algun modo con las cosas representadas para ser
capaces de gozar con su representacion, de igual manera no es posible apreciar la
representacion por completo si las cosas representadas no son tambien
completamente conocidas. El hecho es que toda verdad adicional expresada por
una obra de arte, proporciona un goce tambien adicional al espritu que la
contempla; goce de que carece el que no conoce esta verdad. Cuanto mayor
nmero de realidad [76] espresa ua artista en su obra, mayor nmero de
facultades pone en juego, ms ideas sugiere y mayor placer produce. Pero, para
experimentar este placer, es forzoso al espectador, al agente, al lector, el
conocimiento de las realidades que el artista indica; y conocer estas realidades, es
poseer esa gran cosa: la ciencia.
Y ahora, no olvidemos otro hecho culminante, saber: que la ciencia, adems
de ser la base de la escultura, de la pintura, de la msica, de la poesa, es poesa
R. F. S. (1880:58)
Creeis que la roca cilndrica y estriada de grietas paralelas evoque ms poesa
en la mente del ignorante, que en la del gelogo que sabe que hace un millon
de aos resbal por su superficie un ventisquero? (I)
Garca del Mazo necesariamente dispuso de la edicin francesa de 1878 (v. nota 8).
La primera edicin francesa que hemos utilizado omite determinados prrafos:
De Lducation (1880:46)
[Dans un passage que nous supprimons, M. Herbert Spencer examine quelle
est la valeur de la science comme discipline intellectuelle et morale. Il arrive
cette conclusion que ltude des sciences, plus que celle des langues,
dveloppe la mmoire t le jugement ;
Abordant ensuite la question des rapports entre la science et le sentiment
religieux, il continue ainsi:]
(N. del Ed.)
No encontramos la voz esperiencia en ninguna edicin del DRAE. (N. del Ed.)
una creencia absoluta en las relaciones inmutables de los fenmenos, en las leyes
de causalidad, en la necesidad de resultados buenos malos. En lugar de las
recompensas y de los castigos de que hablan los smbolos tradicionales, y que los
hombres esperan vagamente obtener evitar despecho de su desobediencia, el
sbio descubre que hay recompensas y castigos que se derivan de la constitucion
ordenada de las cosas, y que la desobediencia lleva inevitablemente consigo
funestos resultados. Descubre que las leyes que debemos someternos son, la
par, benficas inexorables; ve que, conformndonos ellas, la marcha de las
cosas tiende siempre hcia un grado mayor de perfeccion y de bienestar; insiste sin
cesar en la observacion de estas leyes, y [89] se indigna cuando se las infringe.
Por esta razon, al afirmar los principios eternos de las cosas y la necesidad de
respetarlas, se muestra esencialmente religioso.
Agregese estas consideraciones otra fase religiosa de la ciencia, la de que solo
mediante ella nos es dado concebir exactamente lo que somos y cules son
nuestras relaciones con los misterios del ser. En efecto, al mismo tiempo que nos
manifiesta todo lo que se puede saber, la ciencia traza los lmites ms all de los
cuales es imposible saber nada. Nos ensea esta imposibilidad, hacindonos
tocar, en todos sentidos, lmites infranqueables: nos hace sentir la debilidad de la
inteligencia humana en presencia de aquello que la supera, como ninguna otra
cosa puede hacrnosla sentir. Mientras que su actitud es fiera respecto las
tradiciones y autoridades humanas, manifistase humilde ante el velo
impenetrable que le oculta lo Absoluto. Su fiereza y humildad son igualmente
justas. El sbio sincero, y con este nombre no designamos al que nicamente se
ocupa en calcular distancias, analizar compuestos numerar especies, sino al que
travs de las verdades de rden menor persigue verdades ms altas, y tal vez la
verdad suprema, el verdadero sbio, repetimos, es el nico hombre que sabe como
por encima, no solo del conocimiento humano si que de toda concepcion humana,
est el Poder Universal, [90] de que la Naturaleza, la Vida, el Pensamiento son
simples manifestaciones.
Concluyamos, pues, repitiendo que la ciencia tiene capital valor para la
disciplina del hombre lo mismo que para su direccion. Bajo todos los puntos de
vista, es preferible aprender el sentido de las cosas conocer el sentido de las
palabras. Como educacion intelectual, moral y religiosa, el estudio de los
fenmenos que nos rodean es inmensamente superior al estudio de las gramticas
y tratados lexicolgicos.
Por lo tanto, la pregunta que nos ha servido de punto de partidaqu
saber es ms til? la respuesta uniforme es: la ciencia. Este es el veredicto
pronunciado en todos los casos expuestos. Por lo que se refiere la conservacion
personal, al mantenimiento de la vida y de la salud, los conocimientos cuya
posesion entraa ms importancia son los cientficos. Si se trata de proveer
indirectamente esta misma conservacion personal librando la subsistencia en el
trabajo, los conocimientos ms importantes para ello son tambien los cientficos.
En el cumplimiento de las funciones paternales, se presenta como guia
indispensable la ciencia. Para la inteligencia de la vida nacional, histrica y
presente, inteligencia sin la que no puede el ciudadano dirigir su conducta, la
clave indispensable es la ciencia. Ocurre [91] lo mismo respecto la produccion y
los goces artsticos bajo todas sus formas; en una y en otros la preparacion
necesaria es la ciencia. Igualmente, para la disciplina intelectual, moral y
religiosa, el estudio ms eficaz es la ciencia. La cuestion que, en un principio, se
CAPITULO II.
De la educacion intelectual31
33
de aqu ha nacido el sistema bien concebido, pero mal aplicado, de las Lecciones de
cosas. El axioma de Bacon, que la fsica es la madre de las dems ciencias, ha sido
aplicado la educacion. [107] Sin el conocimiento exacto de las propiedades
visibles y tangibles de los objetos, nuestras concepciones sern falsas; nuestras
deducciones, errneas; nuestras operaciones mentales estriles. Cuando ha sido
descuidada la educacion de los sentidos, toda la educacion se resiente
inevitablemente de la pereza, del entorpecimiento, de la insuficiencia de stos. Si
reflexionamos en ello, nos es fcil ver que el xito depende, en todo, de la potencia
de observacion. Esta es necesaria, no solo al artista, al naturalista, al hombre de
ciencia; no solo al mdico, que en ella funda la seguridad de su diagnstico; no
solo al ingeniero, que debe pasar muchos aos en los talleres de construccion para
adquirirla; sino que lo es tambien al filsofo, que la ejercita ms que nadie,
porque su mision es observar las relaciones de las cosas all donde los dems
hombres no descubren relacion ninguna, y lo es igualmente al poeta, que debe ver
lo bello en la naturaleza, que todo el mundo admira cuando se le expone, pero en
lo que nadie habia reparado antes. No hay nada acerca de lo cual deba insistirse
tanto, como en la necesidad de recibir impresiones vivas y completas. No se
construye un slido edificio de sabidura con materiales mal desbastados.
Mientras ha caido en desuso el antiguo mtodo de presentar la verdad bajo la
forma abstracta, se ha adoptado el nuevo de presentarla bajo la [108] forma
concreta. Los hechos elementales de las ciencias exactas se aprenden hoy por la
intuicion directa, ni ms ni menos que como se aprende conocer los tejidos, los
tonos, los colores. El empleo de una figura esfrica en las primeras lecciones de
aritmtica, es ejemplo de este mtodo. Tambien lo es la manera como el profesor de
Morgan explica la numeracion decimal. M. Marcel, repudiando con razon el
sistema antiguo de las tablas, ensea los pesos y las medidas presentando al
discpulo una vara, un pi, una libra, una onza, un cuartillo, una pinta, y
dejando que el alumno halle las relaciones que existen entre unos y otras por la
observacion. El empleo de las esferas en relieve y de los modelos de los cuerpos
regulares en los cursos de geografa y geometra, es un hecho de la misma
ndole. Manifiestamente, el rasgo comun de todos estos mtodos, es que
conducen al espritu del nio por los caminos que ha seguido el espritu de la
humanidad. Las verdades relativas al nmero, la forma, las relaciones de
posicion, han sido deducidas todas del exmen de los objetos materiales, y
presentrselas al nio bajo el punto de vista concreto, es dejrselas aprender
como la raza las ha aprendido. No tardar en verse que es imposible que las
aprenda de otro modo, porque si se le obliga repetirlas como abstracciones, las
abstracciones no tienen sentido para l hasta que descubre que son simplemente
[109] enunciados de lo que discierne intuitivamente.
Pero de todos los cambios que se producen, el ms significativo es el deseo de
tornar el estudio antes agradable que penoso, deseo basado en la percepcion ms
mnos clara de este hecho: que el gnero de actividad que agrada ms cada
edad, es precisamente aquel que le es saludable, y vice-versa34. La opinion
comienza convencerse de que cuando un espritu que est en vas de
desenvolvimiento experimenta una curiosidad de cualquier gnero, es porque
est en condiciones de asimilarse el objeto de esa curiosidad, y porque dicha
34
Ninguna de las ediciones del DRAE recoge la forma vice-versa. Las ediciones de
1739, 1780 y a partir de 1884 hasta 1992 incluyen viceversa (v. nota 43).
(N. del Ed.)
no ser consecuentes hasta el fin? H aqu una [115] objecion que parece grave.
Como implica, plausiblemente al parecer, que la consecuencia lgica de nuestras
doctrinas seria un sistema completo de dejar hacer, parece que proporciona una
prueba contra ellas por la reductio ad absurdum. Sin embargo, bien
comprendido nuestro sistema, no nos coloca en esta posicion insostenible.
Dirigiendo una mirada las anologas materiales, lo mostraremos claramente.
Es ley conocida de la vida que, cuanto ms complejo es el organismo que se
produce, tanto mayor es el perodo en que necesita para su nutricion del
organismo que lo engendr. La diferencia entre la espora de la conferva35
viviendo de su vida propia, rpidamente formada, y el germen lentamente
desenvuelto de un rbol, con sus mltiples envolturas y las provisiones de
nutricion que stas contienen para alimentarle durante los primeros perodos de
su desarrollo, ofrece en el mundo vejetal la prueba de este hecho. En el reino
animal, podemos reconocerlo en una srie de contrastes, desde la mnada cuyas
dos mitades, despues de haberse espontneamente dividido, se bastan
separadamente s mismas igual que se bastaban al formar un todo, hasta el
hombre que pasa por una gestacion prolongada y necesita de una larga
lactancia para vivir, siendo menester luego presentarle los alimentos,
dependiendo despues de sus padres durante largo espacio de tiempo para las
necesidades [116] de la nutricion, del abrigo, del vestido, y no hallndose en
condiciones de bastarse s mismo hasta los quince veinte aos de edad. Ahora
bien, esta ley se aplica al espritu lo mismo que al cuerpo. En lo que se refiere al
alimento del espritu, todo sr superior, el hombre especialmente, depende en sus
primeros aos de los servicios del adulto. Como el nio no puede moverse, tan
imposible le es apoderarse de materiales en que ejercer su facultad de concepcion,
como le es imposible apoderarse de los alimentos que su cuerpo le reclama. As
como no puede preparar su nutricion, tampoco puede reducir sus conocimientos
forma bajo la cual sean asimilables. Recibe de los que le rodean, el lenguaje, ese
agente mediante el cual adquirimos todas las verdades de rden superior; y
vemos, por ejemplos anlogos al del pequeo salvaje del Aveyron, que sobreviene
un parntesis en el desarrollo humano, cuando se priva al nio de los cuidados de
los padres y de las nodrizas. As, presentando diariamente al nio hechos su
alcance, disponindolos convenientemente, midiendo su cantidad intercalando
entre las lecciones intervalos necesarios, hay un campo de actividad tan vasto
para el alimento del espritu como puede serlo el de la nutricion del cuerpo. En
ambos casos, la funcion principal de los padres consiste en velar por que no
falten las condiciones requeridas para el desenvolvimiento [117] del nio. Y por
igual manera que, procurando al nio la nutricion, el abrigo y el vestido, no
intervienen los padres en el desarrollo espontneo de los miembros y de las
vsceras, el cual sigue su marcha y su ley, as tambien pueden facilitarle sonidos
que imitar, objetos que examinar, libros que leer, problemas que resolver, sin
perturbar en modo algunoantes bien favoreciendo sobremanerala marcha
natural de la evolucion mental. Basta para esto que no usen de coacciones directas
ni indirectas. Sguese de lo dicho, que las doctrinas por nosotros enunciadas no
implican, como podria pretenderse, el abandono de toda enseanza; dejan, por
el contrario, vasto campo para establecer un sistema activo y cuidadosamente
meditado de educacion.
35
Alga de color verde muy comn en aguas estancadas. (N. del Ed.)
La voz enfadoso, referida a las personas y cosas que de suyo causan enfado
(DRAE, 1869), ha cado en progresivo desuso. Su ltima aparicin en el DRAE data de
1992. (N. del Ed.)
40
En total Garca del Mazo reproduce nueve notas del autor de las diez que
originalmente se incluyeron en Education. De aqullas, cuatro son comentarios
aadidos y las cinco restantes son referencias de carcter intertextual que remiten a
otros textos o manuales. Garca del Mazo (1879/1884) no se limita a traducir las
indicaciones sino que, siguiendo las versiones francesas, traduce los ttulos de las
obras de referencia sin tener en cuenta si tales obras haban sido ya vertidas al
castellano o no. En ocasiones llega a reproducir errores que se encuentran en la
versin francesa al no transcribir correctamente el nombre del autor de la obra en
cuestin citada por Spencer:
Education (88)
in imitating which numerous forms assumed by different metals and salts, an
acquaintance with the leading facts of mineralogy will be incidentally gained.*
* Those who seek aid in carrying out the system of culture above described,
will find it in a little work entitled Inventional Geometry; published by J. and
C. Mozley, Paternoster Row, London
De Lducation (1880:106-7)
Ce qui procurera loccasion, pendant quon imitera les formes diverses
affectes par les sels et par les minraux, de faire connaitre llve
quelques-uns des grands faits de la minralogie (1).
1
Ceux qui dsirent un guide pour lapplication du systme denseignement
expos ci-dessus le trouveront dans un petit livre intitul: La gomtrie
dinvention (Inventional Geometry), publi par J. et C. Mozlez, Pater Noster
Row, Londres.
Garca del Mazo (1879:182)
con lo que habr ocasion, mientras se imitan las formas diversas que afectan
las sales y los metales de dar conocer al alumno algunos de los grandes
hechos de la mineraloga. (I)
(I) Los que deseen un gua para el sistema de enseanza aqu expuesto, lo
encontrarn en un librito titulado: La geometra inventada publicado por J. y C.
Mozlez. Pater Noster. Rozo. Londres. (N. del A.)
(N. del Ed.)
plan de enseanza para ejercitar las percepciones del nio, dirigir las lecciones de
cosas y ensear el dibujo y la geometra, debe considerarse nicamente como un
ejemplo fundado en los principios generales expuestos. Creemos que si se
examina, se hallar dicho bosquejo conforme con las reglas que exigen se proceda
de lo [166] simple lo compuesto, de lo indefinido lo definido, de lo concreto
lo abstracto, de lo emprico lo racional, y pensamos tambien que responde las
condiciones requeridas, que son:, 1. que la educacion sea la reproduccion en
pequeo de la civilizacion; 2., que sea tan espontnea como se pueda; 3., que vaya
acompaada de placer. La reunion de estas condiciones en un solo y mismo
mtodo, sirve para mostrar, la vez, que ellas son verdaderas y el mtodo bueno.
Considrese, tambien, que dicho mtodo es el producto lgico de la tendencia
caracterstica de todos los progresos modernos en materia de educacion-esto es, la
adopcion plena y completa del sistema de la naturaleza, del que son aquellos
progresos la adopcion parcial;-y lo es, primero, porque se adapta los principios
establecidos; segundo, porque atiende las sugestiones directas del espritu del
nio. Hay, pues, sobrado motivo para creer que el procedimiento de educacion
expuesto ilustrado con algunos ejemplos, se aproxima al verdadero.
Vamos agregar an algunas palabras, para inculcar ms en el espritu del
lector los dos principios generales, que son la par los ms importantes y los ms
desatendidos: primero, que desde la cuna hasta la edad adulta, el mtodo de
instruccion debe ser espontneo, como deber serlo ms tarde en la edad
madura; segundo,-y [167] este principio sirve para exclarecer el primero- que la
actividad mental producida debe ir siempre acompaada de placer. Si la
progresion de lo simple lo compuesto, de lo indefinido lo definido, de lo
concreto lo abstracto, es verdad demostrada por la psicologa, la expontaneidad y
el placer en el estudio son las piedras de toque con las cuales juzgaremos si la ley
psicolgica ha sido respetada. Si el primer principio contiene las generalizaciones
principales de la ciencia de la educacion, el segundo contiene las principales reglas
del arte de la misma. Porque evidentemente, si nuestros estudios estn dispuestos
de modo que el discpulo los siga con poco ningun auxilio, su disposicion se
corresponder con las diferentes fases de la evolucion intelectual de aquel; y
manifiestamente tambien, si el paso de un estudio otro le es agradable, ser
porque no se le exije sino el ejercicio normal de sus facultades.
Pero el convertir la educacion en simple medio de facilitar la evolucion
natural del espritu, tiene an otra ventaja mayor que la de facilitar la
formacion de un plan de estudio completo. En primer lugar, se asegura de este
modo la energa y la duracion de las impresiones, lo que no se consigue nunca
con los mtodos ordinarios. Todo conocimiento que el discpulo adquiere, todo
problema que resuelve por s mismo, se lo apropia como por derecho de
conquista. La actividad prvia [168] del espritu que el problema implica, la
concentracion del pensamiento que exige, la excitacion del triunfo, todo
concurre grabar profundamente los hechos en la memoria del alumno,
siendo para ello medio mucho ms poderoso que la lectura la audicion.
Aunque sus esfuerzos hayan sido estriles, la tension de sus facultades fija sus
recuerdos al serle dada la solucion, mejor que podrian hacerlo explicaciones
muchas veces repetidas. En segundo lugar, con esta manera de instruirse, es
necesaria la organizacion contnua de los conocimientos adquiridos. Est en la
naturaleza de los hechos, que las conclusiones as asimiladas pasen ser
sucesivamente premisas de otras conclusiones, medios de resolver otros
problemas. La solucion de la cuestion pasada ayuda al discpulo resolver la
empleado. Las relaciones entre los profesores y los discpulos son, en igualdad de
condiciones, afectuosas y eficaces, impotentes y de antipata, segun que la
enseanza produzca placer pena. El hombre obedece, veces sin saberlo, la
asociacion de ideas. Un ministro de dolor cuotidiano no puede ser mirado sin
cierta aversion secreta, y si siempre es causa de emociones penosas y nunca de
agradables, ser inevitablemente aborrecido41.
Por el contrario, el maestro que ayuda al nio alcanzar el logro de sus
deseos, que le procura diariamente el placer de la victoria, que le alienta en las
dificultades, que simpatiza con l en los triunfos, ser necesariamente objeto de
simpata; y si su conducta est en todo de acuerdo con sus principios, llegar
ser amado. Ahora bien, cuando reflexionamos en la eficacia bienhechora de la
tutela de un maestro considerado por el alumno como un amigo, comparada con
la direccion impotente del que es mirado con aversion, no podemos [172] mnos
de decir que las ventajas indirectas de la educacion en que no se olvida la dicha de
los jvenes, no son apenas inferiores sus ventajas directas. Si alguien pone en
duda la posibilidad de aplicar el sistema que aqu sostenemos, le responderemos
que, adems de estar justificado en teora, cuenta con la recomendacion de la
experiencia. A los juicios pronunciados por todos los maestros hbiles que han
dado testimonio acerca de este punto, agregaremos el del profesor Pillans, cuando
dice: Si se ensea los nios como se debe hacerlo, no son mnos felices en las
horas de clase que durante las de juego; rara vez, el ejercicio bien dirigido de las
energas mentales v acompaado en ellos de mnos placer que el ejercicio de sus
fuerzas fsicas, y en ocasiones es mayor el primer goce.
Para aducir la ltima razon favor de la educacion espontnea y, de
consiguiente, agradable, recordarmos que cuanto mayor empeo se ponga en
que aquella revista la ltima condicion, tanto mnos probable es que el
discpulo la abandone al cesar de ir la escuela, y al contrario; porque
tornndola agradable, se producir la tendencia proseguir sin gua la cultura
41
En este caso, la segmentacin de esta edicin tampoco coincide con la de las ediciones
francesas ni con las de otras versiones en nuestra lengua, respectivamente:
De Lducation (1880:112) y (1894:164)
et sil ne cause jamais dautres motions que des motions pnibles, il sera
invitablement ha. Au contraire, le matre qui aide lenfant atteindre lobjet
de ses dsirs,
R. F. S. (1880:132)
y si todas las impresiones que de esa persona recibiramos fuesen dolorosas,
concluiriamos por aborrecerla; por el contrario, la persona que ayuda
constantemente al nio conseguir su objeto,
Garca Purn (1890:134)
y si nunca ocasiona ms que emociones dolorosas ser inevitablemente
odiado. Al contrario, aquel que siempre est dispuesto auxiliar los nios en
sus empeos,
(N. del Ed.)
42
El trmino ageno, -na est presente en el DRAE con esta grafa hasta su edicin
de 1832. (N. del Ed.)
43
La forma vice versa aparece en el DRAE desde la edicin de 1783 hasta la de
1869. (N. del Ed.)
CAPITULO III.
De la educacion moral44
concede ni una hora los estudios que les pondrian en estado de llenar el deber
ms grave de todos: el de dirigir y gobernar la familia. Es que este deber solo se
presentar eventualmente en la vida? Por el contrario, es seguro que se
presentar nueve veces de cada diez. Es que es fcil de llenar? Por el contrario,
de todas las funciones del hombre, ninguna es ms difcil. Es que puede
contarse con que todos los jvenes, de uno y otro sexo, se formarn
espontneamente en el arte de educar sus hijos? Nada de eso, no solo no se
reconoce la necesidad de adquirir dicho arte; sino que no se comprende que este
es uno de aquellos en que [177] es mnos fcil educarse sin ajeno auxilio. No es
posible invocar ningun motivo razonable para excluir de nuestros estudios el
arte de la educacion. Ora adoptemos el punto de vista de la dicha de los padres,
ora el de la de los hijos y su posteridad ms remota, nos es forzoso admitir que el
arte de educar la juventud, fsica y moralmente, es conocimiento
importantsimo. Deberamos colocarle al final de los estudios, para que sirviese
stos como de coronamiento. As como en lo fsico la edad madura est
caracterizada por la potencia generatriz, en lo moral se caracteriza por la
capacidad de educar los hijos. El fin que todos comprende y que debe, por
tanto, constituir el punto culminante de la educacion, es la teora y la prctica
de la educacion misma.
Por faltar esta preparacion, el gobierno de los nios, y en especial su
gobierno moral, es lamentablemente malo. En la mayor parte de los casos, sobre
todo en lo que se refiere a las madres, el modo de tratar los nios, en cada
ocasion que se presenta, depende del humor del momento. No se funda dicho
trato en ninguna conviccion razonada acerca de la conveniencia del nio; sino
simplemente en el sentimiento, bueno 46 malo, que experimentan los padres, y
Education (94)
and while many years are spent by a girl in those decorative acquirements
which fit her for evening parties;
De Lducation (1894:168)
et la jeune fille, ce genre de talents dcoratifs qui font delle lornement des
soires,
Estos prstamos no aparecen en las otras versiones en castellano:
R. F. S. (1880:136)
y se consagran otros tantos que el jven adquiera las habilidades y adornos
ms propios para brillar en los salones,
Garca Purn (1890:139)
Aunque ya se cuida algo de preparar los jvenes de ambos sexos para la
sociedad y la vida pblica,
(N. del Ed.)
46
El acento grfico en la conjuncin es fruto de la costumbre y no responde a
razones prosdicas. El propsito fundamental era evitar su pronunciacin junto a la
vocal precedente o a la siguiente. En otras traducciones de la poca se reproduce esta
prctica:
R. F. S. (1880:137)
La manera de tratarlos es hija del sentimiento paternal dominante, bueno
malo, y vara tantas veces como vara ese sentimiento.
plan deseado, y aunque se lograra que adoptasen este sistema todos los padres,
estaramos an lejos de alcanzar el fin apetecido. Olvdase que la aplicacion de tal
sistema supone, de parte de los adultos, un grado de inteligencia, de bondad, de
imperio sobre s mismos que nadie posee. El error de los que discuten sistemas de
educacion domstica, consiste en atribuir todas las faltas, en imputar todas las
dificultades los hijos, nada los padres. En lo que respecta al gobierno de la
familia, como en lo referente al gobierno de la nacion, supnese siempre que las
virtudes estn del lado de los gobernantes; los vicios, de parte de los gobernados.
A juzgar por las teoras de educacion, parece que hombres y mujeres se
trasforman al considerarlos como padres y madres. Vemos diariamente personas
con las cuales sostenemos relaciones ms mnos estrechas; pues todas esas
personas y cuantas otras encontramos en el mundo, son sres imperfectos. En los
escndalos que publican los peridicos, en las querellas entre amigos antiguos, en
las quiebras, en los procesos, en los informes de la polica, tenemos de contnuo la
prueba del egoismo, de la falta de probidad, de la inmoralidad general; y sin
embargo, cuando se habla de la educacion de [182] los nios de corta edad y de
la conducta de otros mayores, tinese por hecho establecido que aquellos que los
educan, y que no son otros que todos esos pecadores, no son culpables de faltas
morales hcia ellos. Esto est tan lejos de ser verdad, que no vacilamos en
atribuir los padres la mayor parte de los males que se producen en la familia, y
que de ordinario se imputan los nios. No decimos que suceda as entre las
personas benvolas y dueas de s mismas, en cuyo nmero creemos poder
clasificar la mayora de nuestros lectores; pero s afirmamos que es verdad
respecto la masa. Qu clase de cultura moral es capaz de inculcar una madre
que tiene la costumbre de azotar rudamente su nio, como nosotros lo hemos
visto, cuando no quiere mamar? Qu sentimiento de justicia es capaz de
inculcar un padre cuando advertido por los gritos de su hijo de que ste se ha
cogido un dedo en una puerta, comienza por golpearle en vez de soltrsele? Este
hecho nos ha sido afirmado por un testigo ocular. Otro ejemplo ms elocuente
todavia y garantido50 tambien por un testimonio directo: condcese un nio su
casa con una pierna rota, y se le recibe palos! Qu esperanza de educacion moral
puede haber para ese nio? Es verdad que estos son casos extremos, casos que
denotan en el ser humano la presencia de ese instinto ciego, que lleva al bruto
destruir sus crias cuando estn [183] enfermas han sido heridas; pero por
extremados que sean, son el tipo de los sentimientos y de los procedimientos que
se observan diariamente en muchas familias. Quin no ha visto menudo que el
aya los padres rian un nio causa de su mal humor, cuyo orgen estriba
en las alteraciones de la salud? Quin no ha oido una madre cuando levanta
su hijo del suelo llamarle tonto, con tal tono de ira que le presagia ilimitada srie
de agrias reprimendas durante toda su infancia? Y el duro acento con que un
padre rdena su hijo que se est quieto, no muestra cun lejos est de
comprender la manera de sentir del ltimo? Acaso las trabas constantes
intiles que se imponen los nios, por ejemplo, la rden de sentarse, cuando
en pequeas criaturas tan activas la inmovilidad debe producir gran irritacion
nerviosa; la prohibicin de mirar por las ventanillas de un tren, cuando para
ello el nio inteligente esto constituye una privacion sria, acaso, repetimos, no
50
indica todo esto una terrible ausencia de simpata? La verdad es que las
dificultades de la educacion moral tienen un doble orgen: provienen, la vez, de
los padres y de los hijos. Si la trasmision hereditaria es ley de la naturaleza, como
saben todos los naturalistas y lo repiten diariamente la experiencia y los
proverbios de las naciones, en la mitad de los casos las faltas de los hijos son el
reflejo de las faltas de los [184] padres. Decimos en la mitad de los casos, porque
hallndose el hecho de la trasmision inmediata complicado con la herencia de los
antecesores lejanos, no puede ser verdad sino en general. Y si en la mitad de los
casos la herencia se recibe inmediatamente, las malas pasiones que los padres
tienen que combatir en sus hijos, son precisamente las mismas que ellos tienen.
Quizs no se trasluzca esto lo exterior, tal vez se halle cubierto y oculto por
otros sentimientos; pero es exacto. Resulta evidente, pues, que no puede
esperarse ver reinar un sistema perfecto de educacion ideal: los padres no son
bastante buenos para esto.
Adems, aunque hubiera mtodos con los cuales se pudiese llegar al fin
inmediatamente, y los padres y madres tuvieran bastante penetracion,
benevolencia imperio sobre s mismos para aplicar estos mtodos con
constancia, podria sostenerse que seria imposible reformar el gobierno de la
familia, sin reformar la par las dems cosas. Cul es el objeto que nos
propondramos? La educacion, de cualquier naturaleza que sea, no tiene por fin
prximo preparar al nio la vida, formar un ciudadano que pueda hacer su
camino en el mundo? Y hacer su camino en el mundo (no entendemos por esto el
enriquecerse, sino el adquirir los medios de educar la familia), no implica cierta
sumision del indivduo la sociedad? [185] No es evidente, pues, que si se
pudiese producir por medio de un sistema de educacion ideal un ser humano
ideal, carecera ste de aptitud para vivir en el mundo tal como est constituido?
No podemos sospechar, con razon, que la extremada delicadeza de sus
sentimientos, la elevacion de sus reglas de conducta, su absoluta rectitud,
tornarian la vida intolerable, tal vez imposible para l? Y no sera esto una falta
bajo el punto de vista de la sociedad y de la familia, por admirable que fuese el
resultado bajo el punto de vista del indivduo? Hay muchos motivos para creer
que el gobierno es en la familia, como en la nacion, lo que puede ser. En una y otra
esfera, el carcter medio de los indivduos determina la naturaleza, la excelencia
del poder ejercido; de donde se sigue que el perfeccionamiento del carcter
individual conduce al perfeccionamiento del sistema. Siendo esto as, sostenemos,
por nuestra parte, que si fuese posible perfeccionar el sistema sin elevar previamente
el nivel comun del carcter individual, resultarian ms males que bienes. Los
duros tratamientos que los padres infligen hoy sus hijos, pueden ser
considerados como una preparacion los tratamientos mucho ms duros que
ms tarde les infligir la sociedad, pudiendo afirmarse que, si se consiguiese que
los padres y maestros les tratasen con completa equidad, con perfecta
benevolencia, esto contribuiria dar mayor intensidad [186] los
sufrimientos que el egoismo de los hombres debe acarrearles ms
adelante. (1)
Esta es la excusa que dan algunas personas con motivo de la ruda manera como se trata
los nios en el colegio, aprendizaje, se dice, en un mundo en miniatura de los rigores que les
prepara el mundo real; pero esta excusa es muy insuficiente. Porque si la disciplina de la
casa paterna y del colegio no debe ser mucho ms dulce que la del mundo, puede serlo algo
ms, y la disciplina que estn sometidos los nios en Eton, en Winchester, en Harrow, etc.,
(1)
etc., es peor que la de la vida adulta, -ms injusta, ms cruel.En vez de contrbuir al
progreso humano-tendencia que debe tener toda educacionel rgimen de nuestras escuelas
pblicas propende acostumbrar los nios la forma de gobierno desptico, al dominio de
la fuerza y, por consecuencia, adaptar sus ideas un estado social inferior al que existe.
Reclutados en gran parte nuestros legisladores entre los antiguos alumnos de estos
establecimientos, puede verse en esta influencia anti-civilizadora un obstculo los
progresos de la nacion. (N. del A.) (C)
51
La coincidencia absoluta de estos fragmentos revela la intermediacin de las
traducciones francesas (v. nota 6):
Education (100)
But does not this prove too much? some one will ask. If no system of moral
training can forthwith make children what they should be; if, even were there
a system that would do this, existing parents are too imperfect to carry it out;
and if even could such a system be successfully carried out, its results would
be disastrously incongruous with the present state of society; does it not follow
that to reform the system now in use, is neither practicable nor desirable?
De Lducation (1880:125)
Quelquun demandera: Mais nest-ce pas l trop prouver? Si aucun systme
dducation morale ne peut rendre les enfants ce quils doivent tre; si, en
supposant que ce systme existt, les parents sont trop imparfaits pour
lappliquer; si mme, dans le cas o ce systme pourrait tre appliqu, ses
rsultats devaient se trouver incompatibles avec ltat prsent de la socit, ne
sensuit-il pas que la rforme du systme actuel nest ni possible, ni
dsirable?
De Lducation (1894:178)
Quelquun demandera: Mais nest-ce pas l trop prouver? Si aucun systme
dducation morale ne peut rendre les enfants ce quils doivent tre; si, en
supposant que ce systme existt, les parents sont trop imparfaits pour
lappliquer; si mme, dans le cas o ce systme pourrait tre appliqu, ses
rsultats devient former ave ltat prsent de la socit une anomalie
dsastreuse, ne sensuit-il pas que la rforme du systme actuel nest ni
possible, ni dsirable?
Garca del Mazo (1879:206)
Pero quizs alguien nos diga: No se prueba demasiado con esto? Si ningun
sistema de educacion moral puede hacer de los nios lo que deben ser; si, an
suponiendo que ese sistema existiese, los padres no son capaces de aplicarlo;
si an en el caso de que los padres pudiesen aplicarlo, sus resultados
contrastarian terrible y desastrosamente con el estado actual de la sociedad;
no se sigue de lo dicho que la reforma del sistema actual no es posible ni
conveniente?
(N. del Ed.)
52
En esta ocasin Garca del Mazo mantiene la expresin latina del original:
que los mtodos de educacion no son ni pueden ser mejorados sino lenta y
gradualmente; sigese tan solo que las reglas dictadas por el deseo de alcanzar la
perfeccion absoluta, estn subordinadas inevitablemente en la prctica al estado
presente de la sociedad-tanto causa de la imperfeccion de los nios como de la
escasa cultura de los padres y de la sociedad-, y que irn siendo mejor observadas
medida que se acreciente la moralidad general.
Pero, en cualquier caso, replicar la crtica, es intil formular un ideal de
educacion domstica. No puede haber ninguna ventaja en buscar, en
preconizar mtodos que se adelantan los tiempos. Sin embargo, pretendemos
lo contrario. As como en lo referente al gobierno poltico es bueno conocer las
leyes de la justicia absoluta, por ms que al presente sean inaplicables, fin de
que todos los cambios que se operen vayan dirigidos en sentido de las mismas y
no en sentido contrario; as en lo relativo al gobierno domstico es bueno conocer
lo ideal, para poder realizarlo por grados. En general, el instinto conservador de la
sociedad es bastante fuerte para impedir los cambios demasiado rpidos. Las cosas
se hallan dispuestas de tal suerte, que mientras los hombres no se elevan al
nivel de las ideas [188] morales superiores, no pueden plantearlas; las aceptan
nominal, pero no virtualmente; y cuando la verdad ha sido reconocida, los
obstculos que imposibilitan su realizacion son tan persistentes, que sobreviven
la paciencia de los filntropos y aun la de los filsofos. Podemos, pues, estar de
antemano seguros de que las dificultados53 que encontraremos en nuestro
camino, antes de llegar la educacion normal de los nios, retardarn siempre
en la medida necesaria los resultados prcticos de nuestros esfuerzos.
Despues de estas explicaciones preliminares, conviene que pasemos ya
algunas consideraciones acerca de los objetos y mtodos verdaderos de la
educacion moral. Cuando hayamos consagrado algunas pginas establecer los
principios naturales, pginas en que reclamaremos la paciencia del lector,
trataremos de ilustrar con ejemplos la conducta que deben observar los padres, en
medio de las dificultades que de contnuo se presentan en la educacion domstica.
Cuando un nio se cae se d un golpe en la cabeza contra la pared, siente
cierto dolor, cuyo recuerdo le hace ms precavido; y por la repeticion de estas
experiencias, llega saber dirigir sus movimientos. Si toca en el hierro enrojecido
de la chimenea, si pasa la mano por la llama de una buja, echa agua hirviendo
sobre cualquier [189] parte de su cuerpo, la quemadura que recibe ser una
leccion que no olvidar fcilmente. La impresion producida por uno varios
hechos de esta naturaleza es tan fuerte, que ninguna persuacion podr en lo
sucesivo impulsarle despreciar las leyes de su constitucion.
Education (100)
It merely follows that reform in domestic government must go on, pari passu,
with other reforms.
Todas las dems versiones consultadas reproducen pari passu con la nica
excepcin de la primera edicin francesa consultada:
De Lducation (1880:125)
Non: il sensuit seulement que rforme du gouvernement domestique doit aller
du mme pas que les autres reformes;
(N. del Ed.)
53
Probablemente se trate de un error tipogrfico de esta edicin ya que en Garca del
Mazo (1879:207) hallamos dificultades. (N. del Ed.)
Las voces acabadas en alguna de las letras consonantes se acentuaban en todas las
slabas en las que cargara la pronunciacin, menos en la ltima. (N. del Ed.)
Garca del Mazo, al igual que los otros traductores al castellano, adapta la alusin
literaria a Great Expectations (1861) de Charles Dickens (1812-1870) a la cultura
hispana sirvindose de un refrn:
Education (104)
In the quotation so often made apropos of such cases -"The burnt child dreads
the fire"R. F. S. (1880:149)
Un refran que oimos con tanta frecuencia cuando de estas cosas se habla (el
gato escaldado del agua fria huye) demuestra,
Garca Purn (1890:151)
Lo mismo viene suceder en todas las cosas de la vida. En el refrn que dice:
El gato escaldado del agua fra huye,
Ntese que en este caso las versiones francesas estn ms cerca del original:
De Lducation (1880:130)
Dans le dicton quon cite si souvent en pareille circonstance: Lenfant brl
craint le feu,
De Lducation (1894:185)
Dans la citation si souvent faite : Lenfant brl craint le feu,
(N. del Ed.)
obligado cambiar de conducta. Todo el mundo ha oido hablar del prdigo del
especulador como de un hombre solo corregible por la amarga experiencia, es
decir, por el resultado inevitable de su conducta. Si se necesitara otra prueba de
que la reaccion natural de nuestras acciones es la ms eficaz de las penalidades,
que ninguna penalidad inventada por el hombre puede reemplazarla, se hallaria
en la esterilidad de nuestros sistemas penales. De todos los mtodos de disciplina
criminal propuestos y declarados en vigor por los legisladores, ninguno ha
respondido las esperanzas que en l se fundaran. Los castigos artificiales no
han enmendado nunca los culpables, y veces han producido en ellos una
recrudescencia de criminalidad. Las nicas penitenciaras en que se ha obtenido
algun xito, son las establecidas [194] por particulares cuyo rgimen es
imitacion, en lo posible, del de la naturaleza, es decir, donde no se hace sino
aplicar las consecuencias de la mala conducta dejar que dichas consecuencias se
produzcan, disminuyendo la libertad del delincuente en la medida indispensable
para la seguridad social y obligndole ganarse la vida con el entorpecimiento de
esta traba. Vemos por esto, en primer lugar, que la disciplina mediante la cual
ensea la naturaleza al nio regular sus movimientos, es la misma que retiene
en el respeto de la ley la mayor parte de los hombres, y por cuya influencia
stos se moralizan ms mnos; en segundo lugar, que todas las disciplinas de
invencion humana aplicadas los peores de nuestros semejantes, son impotentes
cuando se alejan de la divinamente ordenada, y no dan seales de xito nterin
no se acercan ella. No nos indica esto el principio directivo de la educacion
moral? No debemos inferir de ello que un sistema tan bienhechor en la infancia y
en la edad madura, ofrecer iguales ventajas en la juventud? Quin ser osado
creer que mtodo tan eficaz en el primer perodo y en el ltimo de la vida, no lo
ser tambien en el perodo intermedio? No es evidente que la mision de los
padres consiste en velar como ministros intrpretes de la naturaleza, por que
los nios experimenten las verdaderas consecuencias de su conductalas
reacciones [195] naturales-no evitndolas, no aumentndolas, no sustituyndolas
con consecuencias artificiales? Ningn lector imparcial rehusar su asentimiento
esta proposicion.
Es probable que se pretenda por muchos que esto es precisamente lo que hace
la mayora de los padres: que los castigos que stos infligen son de ordinario la
consecuencia de la mala conducta de sus hijos; que la clera paterna, estallando
en palabras duras y actos severos, es el resultado de la trasgresion cometida por
el nio, y el sufrimiento fsico moral que ste experimenta, la reaccion natural
de su mal proceder. En este error hay algo de verdad. No hay duda que el
descontento de los padres y de las madres es la consecuencia de las faltas de la
juventud, y su manifestacion la reprension normal de esta falta. Las reprensiones,
las amenazas, los golpes que el padre airado prodiga su hijo culpable, son
ciertamente efectos producidos en el primero por la conducta del segundo, y
este ttulo pueden ser considerados, en cierto modo, como la reaccion de sus
actos. No pretendemos en manera alguna que este tratamiento no sea
relativamente bueno: bueno, se entiende, respecto los hijos ingobernables de
adultos que su vez fueron mal dirigidos en su juventud; bueno tambien, con
relacion una sociedad en la cual estos adultos mal disciplinados forman la
inmensa mayora de la nacion. Como [196] ya lo hemos dicho, los sistemas de
educacion, lo mismo que las instituciones polticas y todas las instituciones,
son generalmente tan buenos como lo consiente el grado de cultura de la
humanidad. A los hijos brbaros de padres brbaros probablemente solo podr
ignoran las razones morales de las cosas; sus ideas carecen de fundamento, y
hasta que son severamente disciplinados por la vida, son miembros
extremadamente peligrosos para la sociedad.
Otra gran ventaja de esta disciplina natural es, que su extricta57 justicia
ser sentida por todos los nios. Quien no soporta otros males que aquellos que,
en el rden natural de las cosas, resultan de su mala conducta, no se creer
injustamente tratado, como aquel que soporta un castigo artificial; lo cual es tan
verdad en cuanto los nios como respecto de los hombres. Tomad, por ejemplo,
un nio habitualmente negligente en el cuidado de sus trajes, que atraviesa los
bosques sin precauciones, que no hace caso del lodo. Si se le d de golpes se le
encierra, se sentir maltratado y se ocupar ms en rumiar sus quejas que en
arrepentirse de su falta. Pero suponed que se le obliga reparar en la medida de
lo posible el mal que ha causado, limpiar el lodo de que se ha cubierto,
componer los desgarrones de su vestido; no comprender que este es un
trabajo que l mismo se ha impuesto? Interin sufra la pena [205] que ha
merecido, no estar constantemente presente su espritu el lazo entre esta
pena y su causa? Y pesar de su irritacion, no comprender con ms mnos
claridad la justicia de esta compensacion? Si muchas lecciones de esta especie no
producen efecto; si los nuevos trajes son estropeados antes de tiempo, el padre,
prosiguiendo la aplicacion de su mtodo de disciplina, rehusar gastar dinero en
nuevos trajes antes de la poca en que tenga costumbre de comprarlos, y si
durante este tiempo se presentan ocasiones en las cuales, por falta de trajes
propios, el nio se ve privado de ir con su familia paseo casa de sus
amigos, es evidente que el castigo ser sentido con gran intensidad. El nio
advertir claramente los efectos de la ley de causalidad; reconocer que su
negligencia es el orgen de la prohibicion que sufre, y viendo esto, no se
sublevar contra la injusticia, como hubiera hecho en el caso de no haber
percibido la existencia de un lazo entre la trasgresion y el castigo que le sigue.
Adems, el carcter de los padres y el de los nios estn mucho mnos
expuestos agriarse bajo la accion de este sistema, que con el sistema ordinario.
Cuando, en vez de dejar que los nios experimenten los resultados enojosos que
se derivan naturalmente de su mala conducta, los padres les infligen ciertas
penas arbitrarias, causan un doble mal. Multiplicando las leyes domsticas
identificando [206] su autoridad y su dignidad con el mantenimiento de estas
leyes, toda trasgresion se convierte en una ofensa hcia ellos y una causa de
clera por su parte; lo cual se agregan las vejaciones que se imponen
encargndose, bajo la forma de gastos de trabajos suplementarios, de las
consecuencias perjudiciales que hubieran debido recaer en los delincuentes.
Obsrvase el mismo fenmeno de parte de los nios. Los castigos que las
reacciones naturales llevan consigo, las penas que les son infligidas por agentes
impersonales, les producen una irritacion relativamente dbil y pasajera; pero
los castigos aplicados por los padres y cuya nica causa reconocen en stos, les
irritan ms intensa y profundamente. Vase si no qu desastrosos resultados se
produciran si se aplicase este mtodo emprico desde el comienzo de la
educacion. Supngase que fuera posible los padres apropiarse los sufrimientos
fsicos que los nios se causan s mismos por ignorancia por torpeza, y que,
mientras los soportaban, los sustituyesen en la persona de sus hijos con castigos
57
La voz extricto, -a no aparece incluida en ninguna edicin del DRAE. (N. del Ed.)
acaban por tornarse excpticos respecto la ternura de que les dicen son objeto.
No seria insensato esperar otra cosa? No debe el nio razonar segun el
testimonio de los sentidos? Y no est de acuerdo este testimonio con sus
conclusiones? La madre razonara de igual suerte en su lugar. Si entre sus
amigas hubiese alguna que contrariase incesantemente sus deseos, que le
dirigiese agrias reprimendas y que la pegase de cuando en cuando, se curara
poco de las expresiones de celo por su bien [215] con que dicha amiga acompaara
sus actos. Por qu, pues, se supone que los hijos han de discurrir de otro modo?
Vase ahora cuan distinto ser el resultado, si el sistema que defendemos se
aplica con constancia: no solo evitar la madre hacerse instrumento del castigo,
sino que representar tambien para con el nio el papel de amiga, advirtindole
del dao que la naturaleza le prepara. Pongamos un ejemplo, y para que
evidencie la manera como este sistema debe ser establecido desde la infancia,
pongamos un ejemplo de los ms sencillos. Supongamos que, impulsado por ese
instinto experimental tan pronunciado en los nios-porque los nios conforman
naturalmente sus procedimientos los del mtodo inductivo en la investigacion
de la verdad;-supongamos que uno de ellos se entretiene en encender pedazos de
papel en la lumbre y en mirarlos arder. La madre irreflexiva, como hay tantas,
creer de su deber, para impedirle hacer lo que estima malo por temor de
que se queme, el ordenarle cesar, y si insiste, le arrancar el papel de las
manos. Pero si el nio tiene, en tal caso, la fortuna de que su madre sea
prudente, comprender que el inters demostrado por l en ver arder el papel
proviene de una curiosidad razonable y, reflexionando cuerdamente acerca de los
resultados de su intervencion, razonar as: Si prohibo mi hijo que se [216]
entregue lo que est haciendo, le impedir adquirir algunos conocimientos
tiles. Es verdad que evitar que se queme; pero, para qu servir?, acaso para
que se queme otro dia, y es necesario que aprenda conocer las propiedades del
fuego. Si hoy le impido correr este riesgo, lo correr ms tarde, tal vez cuando
no est yo su lado para preservarle de parte de las consecuencias, mientras
que si le sobreviene un accidente ahora que estoy junto l, prevendr una
desgracia completa. Adems, si le quito el papel, le contraro en un
entretenimiento inocente en s mismo, y hasta instructivo, y experimentar
cierto resentimiento hcia m. Como no conoce el sufrimiento que le ahorrar y
solo sentir el disgusto de verse privado de su distraccion, me mirar como una
causa de pena para l. Para preservarle de un peligro del que no tiene idea y
que, por consecuencia, no existe para l, le castigo sensiblemente y, por la tanto,
me convierto en ministro de dolor. Lo mejor, pues, que puedo hacer, es advertirle
simplemente del peligro y estar pronta remediar las consecuencias, si
sobrevienen. En vista de este razonamiento, la madre solo dir su hijo: Temo
que te quemes si haces eso; y si, como es probable, el nio persiste pesar de la
advertencia y acaba por quemarse los dedos, qu resultar? En primer lugar, que
habr adquirido una experiencia que alguna vez deba adquirir, y [217] que por
su misma seguridad nunca adquirir demasiado pronto; en segundo lugar, que
habr visto que la advertencia desaprobacion de su madre reconocia su bien
por objeto, y experimentando una vez ms la bondad vigilante de la misma,
tendr un nuevo motivo para confiar en su juicio, en su ternura, un nuevo
motivo para amarla.
Sin duda, en esas raras ocasiones en que es de temer ocurran graves
peligros, es preciso preservar de ellos los nios hasta por la fuerza; pero,
prescindiendo de los casos extremos, el sistema que se siga deber de ser, no el
De Lducation (1880:149)
Et maintenant, ayant indiqu les relations sympathiques qui naitront de
lemploi habituel de notre mthode, revenons la question qui prcde:
Comment cette mthode peut-elle tre applique dans les cas graves ?
(N. del Ed.)
60
V. nota 27. (N. del Ed.)
inferiores. Los que no saborean las dulzuras de la simpata, corren tras las
dulzuras del egoismo, y vice-versa, las relaciones cordialmente satisfactorias entre
padres hijos, disminuyen el nmero de las faltas cuya fuente es el egoismo.
Cuando, pesar de esto, se cometan semejantes faltas, lo que veces ocurrir
bajo el mejor rgimen, pudese tambien acudir la disciplina de las
consecuencias, la cual ser eficaz si existe ese lazo de simpata y de cario de que
hemos hablado. Porque, cules son las consecuencias de un hurto? Son de dos
clases: directas indirectas. La consecuencia directa, dictada por la equidad,
consiste [220] en la restitucion. Todo legislador justo (y todo padre debe
procurar ser uno de ellos) exigir, en la medida de lo posible, que toda accion mala
sea reparada por una buena, lo cual, en el caso de robo de hurto, implica la
restitucion del objeto robado , si ha sido consumido, el pago de su valor.
Tratndose de un nio, esto es fcil de efectuar, echando mano del dinero que se
destine distraerlo proveerlo de juguetes. La consecuencia indirecta, y ms
seria, empieza en el disgusto de los padres y acaba por el hecho de ser
considerado el robo en todos los pueblos civilizados como un crimen.
Pero, se dir, la manifestacion del descontento paternal se ha verificado
siempre en tales casos; no hay en lo dicho nada de nuevo. Esto es muy exacto.
Hemos ya dicho que veces se sigue espontneamente nuestro mtodo; hemos
mostrado que hay en todos los sistemas de educacion cierta tendencia gravitar
hcia su forma ms propia, y aqu podemos repetir esta observacion. La fuerza
de la reaccion natural ser, en el rden armnico de las cosas, proporcionada lo
que el caso exija: el consejo paternal se expresar por actos de violencia en
pocas de barbarie, en las que el nio es tambien relativamente brbaro; se
manifestar mnos cruelmente en tiempos de mayor civilizacion, en que los nios
son dirigidos mediante procedimientos ms suaves. Pero lo que [221] ante todo
debemos observar aqu, es que la manifestacion del disgusto paternal no ser
poderosa para el bien, sino en la medida del afecto que el nio experimente por
sus padres. La eficacia de la disciplina de las consecuencias naturales, ser
exactamente proporcional al rigor con que se respete esta disciplina en los dems
casos. La prueba est al alcance de todo el mundo.
Pues qu, no sabe cada cual que, cuando ha ofendido una persona, la pena
que experimenta (prescindimos naturalmente de las circunstancias sociales)
vara con el grado de la simpata que profesa al ofendido? No siente que, al
ofender un enemigo, experimenta cierto placer secreto ms bien que
remordimiento? No tiene presente que, cuando una persona que le es extraa se
resiente por algo, se cuida mnos de ello que si se tratara de un amigo? Por el
contrario, el disgusto de una persona querida y admirada, no es considerado
por l como desgracia seria, como fuente de largos y amargos pesares? Pues bien,
de igual suerte debe cambiar el dolor del nio con el grado de afecto
preexistente. Cuando hay indiferencia, el sentimiento del hijo culpable solo
obedece al temor puramente egoista de los castigos corporales de las
privaciones que se le someter, y despues que esto ha sucedido, el antagonismo
y la irritacion acrecientan la indiferencia. Por el contrario, cuando existe un tierno
y slido afecto filial, [222] engendrado por los hbitos de amistad de los padres,
el estado del espritu que el descontento del padre provoca en el nio, no solo
sirve para prevenir las futuras faltas de la misma ndole, sino que es saludable
en s mismo. La pena moral de haber perdido temporalmente amigo tan querido,
sustituye la pena corporal, y no le es inferior en eficacia. En vez del temor y del
resentimiento ordinariamente experimentados, el nio simpatiza con el dolor de
su padre, lamenta el haber sido su causa y desea poder, con actos de reparacion,
restablecer las relaciones de amistad. En lugar de poner en juego esos
sentimientos egoistas cuyo predominio en este mundo es fuente del crimen, se
ponen en juego los sentimientos de simpata para con los dems, que previenen
los actos criminales. Por estas razones, la disciplina de las consecuencias
naturales es aplicable lo mismo las faltas graves que las leves, y su prctica
conduce, no solo la represion, sino la reparacion de las mismas.
En suma, el salvajismo engendra el salvajismo; la dulzura engendra la dulzura.
Los nios tratados sin bondad no son buenos. Usando con ellos de simpata, se
desenvuelven en su espritu sentimientos de la misma naturaleza. En el gobierno
domstico, lo mismo que en el gobierno poltico, el despotismo es causa de la
mayor parte de los crmenes que ms tarde hay necesidad de castigar; la [223]
direccion suave y liberal, por el contrario, evita la ocasion de disensiones y,
mejorando los sentimientos habituales, disminuye la tendencia las
trasgresiones de la ley. Como John Locke ha dicho hace tiempo: En materia de
educacion, los castigos severos son escasos en bienes y puedes ser muy fecundos en
males; y creo por mi parte que, en igualdad de condiciones61, los nios ms
castigados no son los hombres mejores. En confirmacion de esta opinion, podemos
citar el hecho recientemente publicado por Rogers, capellan de la prision de
Pentonville, de que los jvenes delincuentes que han sufrido la pena de azotes,
son los que ms pronto vuelven ser detenidos. Los buenos efectos de un
tratamiento ms suave los manifiesta otro hecho, que nos refiri una seora en
cuya casa vivimos en Pars. Como se excusase de las molestias que nos irrogaba
cierto muchacho, tan ingobernable en la casa como en la escuela, aadi que no
veia otro remedio su carcter que el empleado con su hermano primognito, y
que consisti en haberlo enviado un colegio ingls. Este nio habia recorrido
en vano todos los colegios de Pars. No sabiendo ya qu hacer con l, se le envi
Lndres62, y al poco tiempo era tan bueno como revoltoso habia sido antes. La
61
A diferencia de otras posibilidades (v. nota 52), Garca del Mazo, tal y como aparece
en la edicin francesa, traduce giros latinos para facilitar al lector hispano su
comprensin:
Education (121)
and I believe it will be found that, cteris paribus, those children who have
been most chastised seldom make the best men.
De Lducation (1894:214)
et je crois que, toutes choses gales dailleurs, les enfants qui ont t le plus
chtis ne font pas les meilleurs hommes.
Contrariamente, las otras versiones mantienen la expresin latina:
R. F. S. (1880:172)
y creo que al fin se llegar reconocer que cteris paribus los nios que han
sido ms castigados, no son luego los mejores hombres.
multipliquemos los mandatos; no ordenemos sino cuando los dems medios sean
inaplicables, hayan sido empleados sin xito. Cuando se prodigan mucho las
rdenes, dice Riehter, es ms bien en ventaja de los padres que de los hijos. Lo
mismo que en las sociedades primitivas la violacion de las leyes se castiga, no
tanto porque es punible en s misma, sino por implicar el desprecio de la
autoridad real -una rebelion contra ella; -por igual manera, en muchas familias
el castigo infligido al trasgresor est determinado, no por la reprobacin [229]
que la falta merece, sino por la ira que engendra la desobediencia. Oigase cmo
hablan padres y maestros: Cmo osa Vd. desobedecerme! -Le digo Vd. que ha
de hacerlo; s seor! -Yo le ensear Vd. quin es el maestro! -Considrese lo
que implican estas palabras, este tono, estas maneras. Implican, ciertamente,
antes la voluntad de reinar que el deseo de procurar el bien del nio. Durante
una querella reprension, el estado de espritu del padre del maestro se parece
mucho al de un dspota resuelto castigar al subdito recalcitrante. Mas el
padre que sienta rectamente, ser como el legislador filntropo, que se regocija,
no de usar de castigos, sino de tornarlos intiles. No legisla cuando por otros
medios puede regular con xito la conducta de los hombres, y cuando legisla, lo
hace con pena. Como observa Richter, La mejor manera de gobernar, es no
gobernar demasiado65. Esto es verdad tambien respecto la educacion.
Be sparing of commands.
inapplicable, or have failed.
Command
only
when
other
means
are
(1) Les mots ne pas trop gouverner sont en franais dans le texte original.
Esta prctica tambin se advierte en las otras traducciones consultadas:
R. F. S. (1880:178)
Richter dice que la mejor regla poltica es no gobernar demasiado, y nosotros
opinamos que tambien es la mejor regla en materia de educacion.
Garca Purn (1890:180)
Como observa Richter: Dcese que en poltica, el mejor sistema es no
gobernar demasiado; lo que tambin es cierto relativamente la educacin.
(N. del Ed.)
directores de los colegios alemanes dicen, que prefieren educar doce escolares
alemanes un escolar ingls. Desearemos para nuestros [234] hijos la
docilidad de los nios alemanes, y que ms tarde sean siervos, polticamente
hablando, como lo son los alemanes? No les procuraremos ms bien esos
sentimientos que crean, hombres libres, poniendo nuestros mtodos de educacion
de acuerdo con ellos?
Finalmente, no olvidemos que educar un nio no es cosa fcil y sencilla; sino,
por el contrario, extremadamente difcil y compleja, la tarea ms ruda de la vida
adulta. La manera grosera como se ejerce el gobierno domstico, est al alcance
de todas las inteligencias. Los golpes y las amenazas, las frases airadas, son medios
de que puede valerse lo mismo el brbaro ms inculto que el ms estpido
campesino. Los mismos animales son capaces de aplicar esa disciplina, como se
observa por los gruidos y los pequeos mordiscos con que los perros castigan las
excesivas exigencias de sus crias. Pero si queremos aplicar con xito un sistema
regular y civilizado, debemos comenzar por un vigoroso trabajo de atencion; es
menester que verifiquemos algunos estudios, que tengamos alguna inteligencia,
algun imperio sobre nosotros mismos. Debermos preguntarnos contnuamente,
cules son los resultados naturales. Ser menester analizar dia por dia los
motivos de la conducta del nio; distinguir entre las acciones realmente buenas
y las que parezcan serlo, pero que tienen por mviles sentimientos de [235]
rden inferior, y no incurrir nunca en el error cruel, en que se cae con harta
frecuencia, de considerar como malas acciones indiferentes y atribuir los
nios sentimientos peores que los que experimentan. Tendremos que
reformar, ms mnos, nuestro mtodo, fin de ponerlo en armona con las
disposiciones particulares de cada nio, modificndolo medida que estas
disposiciones revistan nuevas fases. Necesitaremos conviccion firme, para
persistir en una lnea de conducta que parezca producir escaso ningun
resultado. Especialmente, si se trata de nios que han sido antes maltratados,
hay que esperar con paciencia que el nuevo mtodo surta efecto; pues es
natural que, siendo ya de suyo difcil dirigir con tino desde los comienzos el
sentimiento del nio, lo sea doblemente despues de haber dado este
sentimiento una direccion errnea. No solo debemos analizar los motivos que
impulsan al nio, sino tambien los que informan nuestros actos, distinguiendo
entre las sugestiones que emanan de la verdadera solicitud paternal y las que
nacen de nuestro egoismo, de nuestra necesidad de reposo, de nuestra aficion al
mando; y cuando hayamos descubierto los verdaderos mviles de nuestra
conducta, debermos, lo que es ms penoso, ajustarla principios racionales: en
suma, habremos de educarnos la vez que educamos nuestros hijos. Bajo el
punto de vista intelectual, [236] tendremos que estudiar, para alcanzar el
desideratum, en la materia, el objeto ms complejo de todos, saber, la
naturaleza humana y sus leyes, tales como se muestran en el nio, en nosotros
mismos y en el mundo. Bajo el punto de vista moral, debermos apoyarnos
constantemente en nuestros sentimientos ms nobles, refrenando los mnos
elevados. Est an por reconocer, pero es verdad, que la ltima fase del desarrollo
mental, en el hombre y en la mujer, solo se presenta con el cumplimiento
verdadero de los deberes paternales. Cuando esta verdad sea reconocida, se ver
cun admirable es esa disposicion de las cosas que somete al sr humano, por
medio de sus afecciones ms poderosas, una disciplina que, sin ello, eludira.
Al paso que algunos acojern este concepto de la educacion con duda y
desaliento, creemos que otros vern en la elevacion misma del ideal que
CAPITULO IV.
De la educacion fsica67
En la mesa del lord68, despues que las seoras se han retirado, lo mismo
que en la posada de una aldea durante una fria, el domingo en cualquier
taberna de lugar, el asunto que, agotada la cuestion poltica del dia, excita
mayor inters, es la cria y fomento de los animales tiles. Cuando se regresa de
una cacera, en el entretanto que se gana la casa caballo, la manera de
mejorar la raza caballar, los cruzamientos, los comentarios acerca de las
carreras, proporcionan generalmente asunto la conversacion: otras veces
sirve de tema el arte de adiestrar los perros. Dos labradores que regresan de los
oficios del [240] domingo, pasan, inadvertidamente, de las observaciones acerca
del sermon las observaciones acerca del tiempo, de la recoleccion y de las
bstias, y de aqu deslzase insensiblemente la discusion las distintas clases
de forrajes y las propiedades nutritivas de cada uno. Juan y Pedro69, con sus
observaciones comparadas propsito de sus respectivas piaras de puercos,
manifiestan que no han desatendido los intereses de sus dueos, y que conocen
67
los efectos producidos en los cerdos entregados sus cuidados por tal cual
procedimiento seguido para cebarlos. No solo en las poblaciones rurales es
asunto favorito de las conversaciones el reglamento de la perrera, de la cuadra, del
establo y de los rediles; tambien en las ciudades componen buena parte de la
poblacion los numerosos artesanos que tienen perros, los jvenes bastante ricos
para permitrse los placeres de la caza, y sus padres que, ms aficionados las
ocupaciones y goces sedentarios, hablan de los progresos de la agricultura, de las
relaciones anuales de Mecchi y de las cartas al Times de Caird. Pregntese la
mayora de la poblacion masculina del reino, y se ver que casi toda se interesa en
las cuestiones de cruzamientos, de cria de educacion de los animales, de una
otra especie.
Pero nadie habr oido seguramente, ni en las conversaciones de sobremesa ni
en ninguna de las [241] otras ocasiones antes citadas, una sola palabra acerca
de la educacion fsica de los nios. Ese lord terrateniente que visita las cuadras
inspecciona por s mismo el rgimen que estn sometidos sus caballos, que
dirige una mirada sus bstias y hace las recomendaciones que estima
oportunas, cuntas veces sube la habitacion de la nodriza, examina los
alimentos que se dan sus hijos, se hace cargo de las horas de las comidas y vela
por que dichos departamentos sean ventilados y estn bien situados? En su
biblioteca encontrareis el Mariscal herrador, de White; el Libro de la Granja, de
Stephens; el Tratado de la caza, de Nemrod, y por regla general, ha leido todas
estas obras; mas, qu libros ha leido acerca de la manera de tratar los nios
de teta y los de alguna ms edad? Las propiedades que posee el nabo silvestre
para engordar las bstias, el valor nutritivo del heno y de la paja, el peligro del
abuso del trbol, son puntos en que est instruido todo propietario, todo colono,
todo campesino. Pero cul de ellos se ha preguntado si la alimentacion que se d
sus hijos es adecuada las necesidades de los nios, de uno y otro sexo, que
estn desarrollndose? Se dir acaso, con objeto de explicar esta anomala, que
al interesarse por los animales, esas personas se ocupan en sus asuntos
intereses. Esta explicacion no es suficiente, porque las dems clases sociales se
ocupan muy [242] frecuentemente en lo mismo. Entre los habitantes de una
ciudad, hay muy pocos que ignoren que no conviene que un caballo trabaje recien
comido, y sin embargo, apenas habria uno, suponiendo que todos fueran
padres, que se preguntase si es suficiente el tiempo que trascurre entre las
comidas y las lecciones de sus hijos! Si se penetra en el fondo de la cuestion, se
ver, que, casi siempre, el hombre mira el rgimen seguido por la nodriza como
asunto al que debe permanecer extrao, Oh, dejo todo eso las mujeres!,
contestar probablemente, y el tono con que pronunciar estas palabras, indicar
de sobra que considera todos esos cuidados como incompatibles con la dignidad de
su sexo.
Considerada bajo cualquier otro punto de vista que el de la convencion, es cosa
que parecer extraa el que, mientras la cria de animales de hermosa estampa es
asunto al cual consagran mucho tiempo y reflexion hombres distinguidos, declaren
estos mismos hombres indigno de su atencion el arte de formar hombres
robustos. Madres que no han aprendido sino dos tres idiomas y msica,
secundadas por nodrizas imbuidas en aejos prejuicios, son respetadas como
jueces competentes en la alimentacion, en el vestido, en el grado de ejercicio que
Las versiones francesas como otras en nuestra lengua reproducen en este fragmento
la segmentacin del texto original (V. nota 41). (N. del Ed.)
71
Probablemente guiado por la intencin de acercar el texto al lector hispano, Garca
del Mazo omite la referencia al famoso Derby, el clsico de Epsom:
Education (132)
We see infinite pains taken to produce a race that shall win the Derby:
El resto de las traducciones incluye esta referencia cultural a excepcin de la de Garca
Purn:
De Lducation (1880:168-9) y (1894:168-9)
Nous voyons quon prend des peines infinies pour produire un cheval de course
qui gagnera le Derby, aucune pour produire un athlte moderne.
R. F. S. (1880:188)
Todos vemos la infinidad de trabajos que se toman para producir un caballo de
carrera que gane en las de Derby;
Garca Purn (1890:190)
Se toman cuidados infinitos para producir un caballo corredor que pueda ganar
premios en las carreras;
(N. del Ed.)
(1)
(2)
72
Resulta evidente que cuando Garca del Mazo verti Education a nuestra lengua en
1879 hubo de disponer necesariamente de la primera edicin francesa publicada un
ao antes. De otra forma no se entendera que las dos nicas notas del traductor que
aparecen en sus dos ediciones en nuestra lengua (1879/1884) tambin estn
presentes en De Lducation (1880):
en sus comidas con poca discrecion, los nios rara vez sufren indigestiones.
Comer con exceso, es vicio de los adultos ms bien que de los nios, que rara
vez son glotones epicreos, no ser por culpa de aquellos que los educan.(2) Ese
sistema de restriccion que tantos padres creen necesario imponer, est fundado en
observaciones insuficientes y en falsos razonamientos. Hay muchos reglamentos
para el nio, como hay muchos en el Estado para el indivduo, siendo uno
[248] de los mayores inconvenientes que resultan de esto, el que la
alimentacion de los nios sea insuficiente.
Pero, se dir, se debe permitir que los nios caigan enfermos consintindoles
que carguen su estmago y que se atraquen de golosinas, como lo harn
ciertamente, si se les deja? La cuestion, as planteada, no admite ms que una
respuesta; pero tambien, planteada asi, se halla zanjada por s misma.
Sostenemos que, como el apetito es gua seguro en todos los animales, -y gua
seguro en el nio de teta, gua seguro en el enfermo, gua seguro en las diversas
razas, gua seguro en el adulto que observa una conducta regular- pudese inferir
con certidumbre que es asimismo gua seguro en los nios. Seria extrao que, en
ellos solamente, este gua no mereciera confianza.
Quizs algunas personas no sufrirn con paciencia esta respuesta, persuadidas
de que pueden citar hechos que la contradigan por completo. No obstante, la
paradoja es perfectamente sostenible. La verdad es que los excesos que esas
personas aluden, son de ordinario el resultado del sistema restrictivo que se
pretende justificar; son las reacciones sensuales contra el rgimen asctico. Prueba,
en pequeo, esta verdad general, el que aquellos que en su juventud han estado
sometidos disciplina ms rigurosa, son los que despues incurren en mayores
extravagancias. La prueban [249] tambien esos terribles fenmenos, tan
comunes antes en los conventos, que nos muestran las monjas pasando de una
austeridad extrema la disolucion ms diablica, patentizando la fuerza
irresistible de deseos largo tiempo comprimidos. Considrense los gustos de los
nios, y la manera como se les trata. La aficion los dulces y sustancias
azucaradas es vehemente y casi universal en ellos. Pues bien, noventa y nueve
personas de cada ciento, probablemente, se imaginarn que esto es solo un
apetito del paladar, y que, como todos los apetitos sensuales, debe ser reprimido.
El fisilogo, sin embargo, que se ve conducido por sus descubrimientos
admirar cada vez ms el rden de la naturaleza, adivina que en ese gusto hay
algo ms que lo que se supone, y bien pronto sus indagaciones confirman estas
sospechas: no tarda en descubrir que el azcar desempea un papel importante
en el desenvolvimiento del organismo. En efecto, las sustancias azucaradas y las
materias crasas son oxigenadas en nuestro cuerpo, y desprenden calor. El azcar
es la forma bajo la cual deben pasar otros muchos compuestos, para producir y
sostener el calor animal, y esta formacion del azcar se verifica en nuestro mismo
cuerpo. No solo se cambia el almidon en azcar durante la digestion, sino que,
como ha demostrado Cludio Bernard, el hgado es un laboratorio, en el cual los
dems elementos [250] constitutivos de nuestra alimentacion se truecan en
azcar. El azcar es tan necesaria en nosotros, que la producen las sustancias
nitrogenadas, cuando no se facilita al estmago en otra forma. Ahora bien, si al
hecho de que los nios apetecen extraordinariamente el azcar, alimento
productivo de calrico, unimos el otro hecho de que experimentan un disgusto no
(2)
sin duda, que tienen razon; pero, por qu lo piensan? Leen acaso en el
estmago del nio? Poseen acaso facultades de videntes, que les permitan
distinguir las necesidades de su cuerpo? Y si no las poseen, cmo pueden decidir
con seguridad? No saben que la necesidad de alimentos depende de causas
numerosas y complicadas; que vara con la temperatura, con el estado
higromtrico del aire, con la electricidad de la atmsfera; que vara tambien con
el ejercicio hecho, con la naturaleza y la cantidad de los alimentos absorbidos en
la postrer comida, con la rapidez de la ltima digestion? Cmo calcular los
resultados de tal combinacion de causas? Como [253] nos decia el padre de un
nio de cinco aos, de mayor cabeza que casi todos los de su edad, robusto en
proporcion, colorado y activo: No puedo encontrar ninguna regla artificial, para
conocer la cantidad de alimentos que necesita mi hijo. Si digo, basta con esto, es
solo una suposicion, y la suposicion puede ser lo mismo errnea que exacta. Por
lo tanto, no creyndome adivino, le dejo comer cuanto quiere. Ciertamente, el
que juzgue por los resultados, aceptar la sabidura de esta conducta. Esa
confianza y seguridad con que los padres legislan acerca del estmago de sus
hijos, prueba que son extraos las leyes de la fisiologa; si fuesen ms
instruidos, seran ms modestos, que el orgullo de la ciencia es humildad,
comparado con el orgullo de la ignorancia. Si se desea saber cunto debe
desconfiarse de los juicios humanos y confiar en el rden preestablecido de las
cosas, comprese la temeridad del mdico inexperto con la prudencia del profesor
consumado, de que d prueba la obra de Sir John Forbes acerca de la
Naturaleza y Arte de curar las enfermedades: se ver que medida que se
adquiere conocimiento ms profundo de las leyes de la vida, se desconfa ms
de s mismo y se confa ms en la naturaleza.
Pasando de la cuestion de cantidad la cuestion de calidad, vemos la misma
tendencia asctica. [254] Se cree que debe darse los nios alimento
insuficiente, y adems, que ste ha de ser de rden inferior, siendo opinion
corriente que las sustancias animales perjudican los nios. En las clases
pobres parece que estas reglas han sido dictadas por la economa; parece que
engaan el propio deseo. Los padres que no pueden comprar mucha carne,
La frase Oliver asking for more es una alusin a un fragmento de la clebre novela
de Charles Dickens, The Adventures of Oliver Twist (1838). Hurfano de madre desde
su nacimiento y privado del cuidado paterno, el protagonista de la novela pasa los
primeros aos de su vida en distintas instituciones de acogida en las que el infortunio,
la miseria y el hambre forman parte de su cotidianidad. En una de stas, Oliver
subsiste recogiendo estopa y, desesperados por la escasez de las raciones, sus
compaeros echan a suerte quin ha de pedir una racin mayor de gachas. El sorteo
depara que sea Oliver el portavoz de su famosa reivindicacin: Please, sir, I want
some more.
Tampoco las otras versiones trasladan la alusin literaria:
R. F. S. (1880:195)
Cuando un nio pide ms y la madre le contesta No, a qu criterio ajusta su
negativa?
Garca Purn (1890:198)
Cuando un nio pide que le den ms de tal cual cosa, la mam el aya,
contestan con una negativa, y en qu se fundan para proceder as?
(N. del Ed.)
responden sus hijos cuando se la piden: La carne no es buena para los nios, y
lo que al principio era simplemente una excusa, ha llegado ser, fuerza de
repetirlo, un artculo de f. En las clases ricas, donde no hay escasez de dinero,
ha cundido la misma creencia; parte, por el ejemplo de la mayora; parte, por la
influencia de las nodrizas salidas del pueblo, y parte, por la reaccion contra los
apetitos sensuales de los tiempos pasados.
Sin embargo, si tratamos de averiguar en qu se funda dicha opinion, no
hallamos ningun motivo srio que la justifique. Es un dogma que se acepta y se
repite sin pruebas, como el que imponia hace algunos aos el uso de fajas y
paales. Es muy probable que la carne, que exige ser considerablemente triturada
para llegar despues fcilmente al estado de quimo, no sea alimento muy
apropiado al estmago del nio de escasa fuerza muscular. Mas esta objecion
carece de valor tratndose de sustancias animales de que se haya extrado la
parte fibrosa, y tampoco tiene [255] importancia desde que, los dos aos de
edad, el estmago del nio adquiere gran vigor muscular. La prueba contraria, en
cambio, es fuerte y decisiva. El veredicto de la ciencia es opuesto de todo en todo
la opinion popular. Hemos propuesto la cuestion dos de nuestros mdicos
ms eminentes y varios fisilogos distinguidos, y unos y otros han concluido
por unanimidad, que la alimentacion de los nios debe ser tan nutritiva, ya que
no ms, como la de los adultos.
El fundamento en que descansa esta opinion es evidente, y el razonamiento
que as lo muestra, sencillo. Basta comparar el progreso de la vida en el nio y
en el hombre, para ver que el primero tiene necesidad de ms alimento que el
segundo. Porqu experimenta el hombre la necesidad de comer? Hlo aqu.
Todos los dias sufre su cuerpo ciertas prdidas: prdidas por el ejercicio
muscular, prdidas en el sistema nervioso por la accion mental, prdidas en la
vsceras por las funciones vitales; siendo menester renovar la parte de tejidos
destruida. Cada dia tambien pierde su cuerpo, por la radiacion, cantidad
considerable de calor, por cuya causa ciertos alimentos constitutivos de nuestro
organismo experimentan una oxidacion contnua. Compensar las prdidas
diarias y proporcionar calrico para el gasto cuotidiano, tales son todas las
razones por qu el adulto tiene que alimentarse. Considrese ahora el caso del
[256] nio. Tambien l consume cierta cantidad de sustancias por el ejercicio, y
basta ver su actividad turbulenta para comprender que, en proporcion su
volmen, consume probablemente tanta como el hombre. Tambien l pierde calor
por radiacion, y como su cuerpo presenta mayor superficie, en proporcion de su
masa, que el del hombre, pierde de consiguiente ms calor y con ms rapidez, y la
cantidad de combustible que necesita es relativamente ms considerable. Por
manera que, an en el caso de que el nio tuviera solo que reparar ciertas
prdidas vitales, como le ocurre al hombre, necesitaria relativamente ms
alimento; pero, adems de la conservacion del cuerpo por la renovacion de los
tejidos, adems de la produccion de calor, el nio forma nuevos tejidos, crece. Por
esto, una vez compensadas las prdidas de sustancia y de calor, el exceso de
nutricion sirve para el desarrollo del organismo; y nicamente merced este
exceso es posible dicho desarrollo, so pena de que el crecimiento se verifique
expensas del vigor y de la robustez. Es verdad que, por una ley mecnica que aqu
no puede explicarse, los organismos pequeos tienen, sobre los grandes, la ventaja
de la proporcion que existe en ellos entre las causas de las prdidas y los medios
de repararlas, ventaja que se debe la posibilidad del crecimiento. Pero esto
contribuye que sea ms evidente el hecho de que, por ms que los nios puedan
[257] soportar casi siempre un rgimen contrario sus necesidades, sin que se
aniquile el exceso de vitalidad que poseen, se disminuyan con l la estatura y la
perfeccion fsicas. Vemos cun imperiosamente exige el organismo que se est
desenvolviendo sustancias que asimilarse, en esa hambre de colegial, que no se
reproduce en ninguna poca de la vida, y en la reaparicion comparativamente
pronta del apetito en los nios. En las hambres que sobrevienen consecuencia
de naufragios de otros desastres, sucumben los nios los primeros.
Admitida, como es fuerza hacerlo, la necesidad de mayor nutricion en los
nios, la cuestion queda reducida lo siguiente: satisfaremos dicha necesidad
dando los nios alimentos diluidos, por decirlo as, en gran cantidad, por el
contrario, dndoles alimentos concentrados en cantidad menor? Los principios
nutritivos que contiene un pequeo pedazo de carne, no los contiene la misma
cantidad de pan, mucho mnos an la misma cantidad de patatas, y as
sucesivamente, por lo que es menester aumentar la porcion medida que las
cualidades alimenticias disminuyen. Satisfaremos, pues, la necesidad
extraordinaria de nutricion en los nios, dndoles alimentos en cantidad
suficiente y de la misma calidad que los tomados por los adultos? O bien, sin
atender al hecho de que los alimentos digeridos por el nio [258] ocupan
mayor espacio, relativamente la capacidad de su estmago, que los digeridos por
el adulto, abusaremos an de sus fuerzas digestivas ofreciendole una nutricion de
rden inferior y en volmen ms considerable todavia?
La respuesta es bastante clara. Cuanto menor sea el trabajo digestivo, mayor
suma de fuerzas se reservan para el crecimiento y la accion. Las funciones gstricas
intestinales se verifican expensas de la sangre y de la fuerza nerviosa, y en la
fatiga que sigue las comidas abundantes, todo adulto hallar la prueba de que
esas prdidas en la sangre y en los nrvios tienen su equivalente en todo el
organismo. Si se obtiene la nutricion indispensable tomando gran cantidad de
alimentos poco nutritivos, es solo imponiendo las vsceras un trabajo excesivo:
trabajo innecesario, en otro caso, y perdido en su mayor parte, la cual prdida se
traduce en los nios en diminucion de fuerzas, en falta de crecimiento, en
ambas cosas la par. Dbese, pues, afirmar que es menester dar los nios, en
tanto que sea posible, alimentos que renan las cualidades nutritivas las
cualidades digestivas.
Es verdad, ciertamente, que los nios pueden mantenerse con alimentos
exclusivamente vegetales. En las clases acomodadas hay nios que comen muy poca
carne y que, sin embargo, se desarrollan y parecen robustos y bien formados. Los
hijos de [259] los obreros estn privados casi en absoluto de toda clase de
alimento de procedencia animal, pesar de lo cual logran una madurez vigorosa.
Pero estos hechos, contrarios aparentemente nuestra opinion, no tienen el
peso que se cree. En primer lugar, no prueban que el pan y las patatas
constituyan alimentacion muy favorable al desarrollo de nuestro cuerpo; y la
comparacion entre los trabajadores y la nobleza, en Inglaterra, entre los
proletarios y la clase media, en Francia, no redunda en modo alguno en ventaja
de aquellos que se alimentan principalmente de vegetales. En segundo lugar, la
cuestion no es simplemente de volmen, sino ante todo de calidad. Las carnes
blandas y fofas dan la misma apariencia que las musculosas y apretadas. No hay
duda que, al observador superficial, el nio cuyos tejidos sean flojos le parecer
tan robusto como aquel cuyas fibras tengan ms vigor, pero la menor prueba
dar conocer la diferencia que hay entre ambos. Cabalmente, la obesidad es
con frecuencia signo de debilidad en los adultos; as, los atletas y andarines
pierden parte de su peso coa los procedimientos que se les sujeta. Luego la
buena apariencia de esos nios mal nutridos no prueba nada. En tercer
lugar, adems de la estatura y la gordura, debe atenderse al vigor. Entre los
nios pertenecientes la clase que se alimenta de carne y los pertenecientes
la clase que se alimenta [260] de pan y patatas, hay notable contraste bajo
este punto de vista. En vivacidad fsica y mental, el hijo del campesino es muy
inferior al hijo del gentleman (noble)75.
Si comparamos diferentes especies de animales diferentes razas de hombres,
los mismos animales y los mismos hombres, sometidos distintos sistemas de
alimentacion, hallaremos una prueba ms patente todavia de que el grado de
energa fsica depende esencialmente de la naturaleza de los alimentos.
En la vaca, que se nutre de alimentos tan poco sustanciosos como la yerba,
vemos que el enorme volmen de tales alimentos exige un vasto sistema digestivo;
que las extremidades, pequeas en comparacion del cuerpo, soportan difcilmente
su peso; que, para resistirlo y para digerir esa extraordinaria cantidad de
alimentos, necesita el animal consumir muchas fuerzas, y que, quedando pocas de
stas en reserva, es lento y pesado. Comprese la vaca con el caballo, animal cuya
estructura se parece la suya, pero que est habituado mantenerse de
alimentos ms concentrados. En l, el cuerpo, y particularmente la region
abdominal, es ms reducido que en la vaca, y no estando ahogado bajo el peso de
vsceras tan macizas ni agobiado con la fatiga de digerir tan gran cantidad de
alimentos, consiente mayor actividad, fuerza de locomocion y vivacidad. Si
comparamos [261] igualmente la torpeza estpida de la oveja con la actividad
inteligencia del perro, vemos la misma diferencia, pero en mayor grado. Basta
visitar el jardin zoolgico y observar la agitacion con que los animales carnvoros
van y vienen, en sus jaulas, para comprender claramente, recordando que nunca
los animales herbvoros dan ejemplo de ese vigor suprfluo, la relacion que hay
entre el grado de concentracion de los alimentos y el grado de actividad del
animal.
Que estas diferencias no resultan directamente de la diversidad de las
constituciones, como algunos pretendern, sino que provienen exclusivamente de
75
podemos citar la facilidad relativa con [267] que el estmago digiere una
comida francesa, enorme como cantidad, pero extremadamente variada: pocas
personas pretendern que un peso igual de alimentos de la misma especie, por
bien condimentados que estn, podrn ser dirigidos con igual facilidad. Si se
desea otra prueba, no es difcil hallarla en cualquier obra moderna acerca de la
cria de las bstias. Los animales son ms sanos y robustos cuando, en sus piensos
comidas, se mezclan sustancias diferentes. Las experiencias de Gross y de
Stark suministran una prueba decisiva de la ventaja, mejor dicho, de la
necesidad de mezclar los alimentos para producir la masa ms apropiada las
funciones del estmago.(1) 76
Si alguien objeta que el cambio de alimentacion y la variedad de manjares, en
cada comida de los nios, reportarian muchas molestias, le contestaremos que
nunca se consideran excesivas las incomodidades cuando se procura desarrollar su
inteligencia, y que el desenvolvimiento fsico no es mnos, sino ms importante
que el intelectual para su porvenir. Adems, es triste y muy extrao que se
juzgue demasiado grande, cuando se trata de criar los nios, el trabajo que tantos
se imponen voluntariamente para cebar los cerdos.
Una advertencia, todava, los que quieran adoptar el rgimen que
indicamos. El cambio no [268] debe efectuarse bruscamente; porque una
alimentacion poco nutritiva debilita por tal manera el organismo, que lo torna
incapaz por el momento de soportar otra ms fuerte. La nutricion insuficiente es
por s misma causa de la dispepsia, lo cual es verdad, aun tratndose de los
animales. Cuando los becerros se alimentan con leche sin nata con suero,
sufren indigestiones.77 Por lo tanto, siempre que el indivduo carezca de las
(1)
76
79
que, aun alcanzado todo su desarrollo, no teniendo otra necesidad fisiolgica que
el reemplazo cuotidano de los tejidos y perdiendo mnos calor que su hijo, creeria
saludable ir con las piernas, los brazos y el cuello desnudos? Sin embargo, impone
su hijo, que se halla en condiciones ms desfavorables para soportarlo, este
sacrificio, ante el cual l retrocederia por su propia cuenta; si no se lo impone,
deja que otros se lo impongan sin protesta alguna.
No obraria de esta suerte si recordase, que cada onza de sustancia nutritiva
intilmente gastada en la conservacion de la temperatura del cuerpo, es una
onza de la misma sustancia arrebatada la nutricion, mediante la cual es posible
el desarrollo fsico, y que, aun en el caso de no sobrevenir reumas, congestiones
otras enfermedades, [275] se perjudica el crecimiento y la perfeccion del
organismo.
La regla es, pues, no vestirse en todas las circunstancias invariablemente lo
mismo, sino abrigarse con prendas que sean suficientes por su calidad y espesor
para proteger el cuerpo contra toda sensacion eventual de frio, por ligera que
sea. Esta regla, cuya importancia indica el doctor Combe subrayndola, es una
de aquellas que reconocen todos los hombres de ciencia lo mismo que los
prcticos. No hemos encontrado ninguna persona competente acerca de este
asunto, que no haya condenado enrgicamente la prctica de exponer al frio los
miembros de los nios. Si hay hbitos perniciosos que deban olvidarse,
ninguno como ste.
Es verdaderamente deplorable el ver cmo las madres perjudican la salud de
sus hijos, por respetar las exigencias de una moda irracional. No contentas con
acatar y aplicar sus propios trajes todas las locuras inventadas por nuestros
vecinos los franceses, cometen la monstruosidad de disfrazar sus hijos de
arlequines, siguiendo las indicaciones del Pequeo Correo de las damas, sin
tener en cuenta la incomodidad insuficiencia de tales vestidos. De este modo
se impone los nios una molestia ms mnos grande; se causan muchas de las
enfermedades que padecen; se entorpece su desarrollo se mina su constitucion,
[276] y hasta no es raro que se produzca su muerte prematura: todo, porque
se cree indispensable cortar sus trajes segun los modelos y en las telas que
inventan los franceses. Mas no solo se perjudica los nios por conformarse la
moda; sino que, por razones anlogas las que impiden que vayan
convenientemente abrigados, se les adorna con trajes que no les permiten
entregarse al saludable ejercicio de su actividad. Se eligen para agradar la vista
colores y gneros impropios, por todo extremo, para el rudo uso que debieran
destinarse, dada la necesidad de los juegos libres de la infancia, y para impedir
que los nios estropeen sus trajes, se les prohibe jugar. Levntate al momento;
vs81 manchar tu chaqueta nueva, dice la madre su hijo que se arrastra por el
suelo, Ven aqu, vas ensuciar tus medias, grita el aya un nio que se
aparta del camino para subir por un terraplen. Con esto se duplica el dao. A
fin de satisfacer el gusto de la madre acerca de lo que cree elegante y bonito, es
preciso que los nios usen vestidos que no les abriguen lo bastante; y para que
estos vestidos no se echen perder, es forzoso reprimir la actividad inquieta, tan
natural y tan necesaria en la juventud. Es decir, que se prohibe los nios el
ejercicio, cuando les es doblemente til por la insuficiencia del abrigo. No
comprenden los que ponen en vigor este sistema, la funesta crueldad del mismo?
81
Con toda probabilidad se trata de un error tipogrfico que no aparece en Garca del
Mazo (1879:307). (N. del Ed.)
82
Esta edicin reproduce las nueve notas del autor que ya se incluyeron en Garca del
Mazo (1879). Tambin se introdujeron mnimas variaciones estilsticas propias de
cualquier revisin:
Garca del Mazo (1879:308)
(1) Es menester no olvidar que los nios cuyos brazos y piernas estn
expuestos la intemperie desde la infancia, no experimentan la sensacion de
frio en la parte desnuda, como no la sentimos nosotros en el rostro. Pero no se
sigue de aqu que su organismo escape los perjuicios que as se le causan,
como de que el habitante de la Tierra de Fuego soporte con indiferencia la
nieve encima de su cuerpo, no se desprende que su organismo no padezca con
ello. (N. del A)
(N. del Ed.)
gimnsticos. Todos los dias, antes del desayuno, las once, al mediodia, por la
tarde despues de las clases, ensordece la vecindad un coro de gritos y de risas, que
la advierte que los alumnos salen de ctedra y van correr y saltar. En tanto que
permanecen en el jardin, los ojos y los oidos dan testimonio de que los nios se
entregan esa actividad agradable, que acelera el pulso y asegura el saludable
ejercicio de todos los rganos. Cun diferente es el cuadro que presenta el
segundo colegio! Antes de que se nos dijera, no sabamos que estbamos tan cerca
de un establecimiento de educacion de seoritas. El jardin, tan extenso como el
otro, no ofrece nada de particular para servir los entretenimientos propios de la
juventud; est todo formado de prados artificiales, de calles de rboles
enarenadas, de bosquecillos y de flores, como los jardines ordinarios. Durante
cinco meses no hemos oido ni un grito, ni una risa. Algunas veces se percibe las
jvenes, que ora avanzan lentamente por las alamedas, con los libros de estudio en
la mano, ora se pasean dndose el brazo. Una sola vez hemos visto una que corra
tras de otra alrededor del jardin. Con esta sola excepcion [280] quizs, no hemos
notado que se entregasen nunca ningun ejercicio violento.
Por qu esta pasmosa diferencia? Es que la constitucion de las nias difiere
tan esencialmente de la de los nios, que no tienen necesidad de esos ejercicios
activos? Es que las nias no participan de los gustos que impulsan los chicos
sus juegos bulliciosos? O bien, debe pensarse que, mientras la naturaleza ha dado
esos gustos los jvenes, como estmulos una actividad sin la cual no pueden
desarrollarse lo suficiente, solo ha dotado de ellos sus hermanas para que
sirvan de vejmen83 las directoras de colegio? No, lo probable es que nos
engaamos acerca del pensamiento que solemos atribuir las personas encargadas
de la educacion del bello sexo. Aunque vagamente, sospechamos que las dichas
personas estn bajo el imperio de la idea que no es conveniente producir en las
jvenes un robusto desenvolvimiento fsico; que la salud fuerte y el gran vigor
son cualidades plebeyas; que cierta delicadeza, una fuerza calculada por paseos
de una milla dos, un corto apetito satisfecho fcilmente, unido todo esto esa
timidez que acompaa la debilidad, se reputan cualidades ms propias de las
seoritas. No esperamos que se confiese; pero presumimos que en el espritu de
las directoras de colegio se acaricia un ideal de seoritas muy semejante al
expuesto. Si es as, [281] no puede negarse la perfeccion del sistema establecido.
Pero suponer que ese ideal sea tambien el de los hombres, es un error
profundo. Sin duda, es cierto que no se sienten atraidos por las mujeres de
formas varoniles; admitimos sin reparo que cierta debilidad relativa, que parece
reclamar proteccion, es un atractivo para ellos. Pero la diferencia que
corresponde los sentimientos del hombre, es la diferencia preestablecida, y se
afirmar bastante por s misma sin que se recurra medios artificiales; y cuando con
stos se logre que el grado de diferencia traspase el lmite trazado por la
naturaleza, se crear un principio de repulsion en vez de un elemento de
atraccion.
Entonces, se deber permitir las nias que corran como locas y crezcan
entre brincos y porrazos? exclamar algun censor de costumbres. Tal es,
pensamos, el temor siempre presente al espritu de las directoras de colegio.
Resulta de informes exactos que, en los establecimientos de educacion para
seoritas, se consideran como trasgresiones punibles los juegos ruidosos que se
83
entregan diariamente los nios, inferimos que les son prohibidos por miedo de
que adquieran hbitos impropios de seoritas bien educadas. Este temor, sin
embargo, carece de fundamento. Porque si los juegos activos permitidos los nios
no les impiden tener ms tarde maneras de caballero, porqu esos mismos juegos
impediran las nias [282] adquirir su tiempo maneras de seora? Por rudos
que hayan podido ser sus caprichos en la sala de recreo del colegio, ninguna
jven se entretendr en dar volteretas en la calle ni en saltar pi juntillas en un
salon. Al dejar sus chaquetas, dejan la vez los juegos de nia, poniendo un
cuidado extremo - veces un cuidado risible- en evitar toda apariencia masculina.
Si al llegar cierta edad, el sentimiento de la dignidad de hombre pone fin los
juegos de los nios, no pondr fin su tiempo el sentimiento de la modestia
femenina los juegos de las nias? No respetan an ms las apariencias las
mujeres que los hombres? Cun absurdo es suponer que los instintos de la mujer
no se afirmarian por s mismos, sin necesidad de recurrir la disciplina rigurosa de
las directoras de colegio!
En este caso, como en todos, para remediar los males causados por un
tratamiento artificial, se acude otro tratamiento artificial. Como se habia
prohibido el ejercicio espontneo y se veian claramente los efectos de la falta de
ejercicio, se ha adoptado un sistema de ejercicio ficticio, cual es la gimnasia.
Ciertamente, ms vale esto que nada; pero negamos formalmente que sea un
equivalente del juego. Los inconvenientes de este sistema son, la vez, positivos y
negativos. En primer lugar, esos movimientos acompasados, necesariamente ms
montonos que los producidos por el ejercicio espontneo, no aseguran una
distribucin [283] igual de actividad entre todas las partes del cuerpo, de lo
cual resulta que, obrando tan solo en una porcion del sistema muscular,
sobreviene ms pronto la fatiga: -hecho que, entre parntesis, produce, si se
persiste en tales ejercicios, el desenvolvimiento desproporcionado de las
diferentes partes del cuerpo. -Adems, no solo se distribuyen desigualmente los
efectos del ejercicio, sino que, no yendo acompaado ste de placer, es mnos
saludable; pues, aun cuando no enojen al alumno por el carcter de lecciones que
revisten, esos movimientos montonos se tornan molestos, careciendo del
atractivo de los juegos variados. Pero todavia no hemos expuesto la objecion ms
poderosa. La gimnasia es inferior los juegos como cantidad de ejercicio
muscular, y les es tambien inferior, y esto es lo importante, bajo el punto de vista
de la calidad. Esa falta comparativa de placer, causa de que se abandonen al
poco rato los ejercicios artificiales, influye para que stos no produzcan sino
efectos mediocres en el organismo. La idea vulgar de que con tal que se obtenga
la misma suma de ejercicio corporal importa poco que ste sea agradable no,
encierra grave error. La excitacion cerebral acompaada de placer, ejerce en el
cuerpo una influencia altamente beneficiosa. Vase el efecto producido en un
enfermo por una buena noticia, por la visita de un antiguo amigo! Obsrvese
cmo los [284] mdicos recomiendan las personas dbiles las sociedades
recreativas! Recurdese cunto bien reporta la salud el cambio de lugares! La
verdad es que la felicidad es el ms poderoso de los tnicos. Acelerando el
movimiento del pulso, facilita el cumplimiento de todas las funciones, tendiendo
aumentar la salud cuando se posee, y restablecerla cuando se ha perdido. De
aqu la superioridad intrnseca del juego sobre la gimnasia. El inters extremo que
los nios toman en el primero, la alegra desordenada con que se abandonan sus
locas fantasas, son en s mismos tan importantes al desarrollo fsico como el
ejercicio que les acompaa. Y careciendo de estos estmulos morales, la gimnasia
es radicalmente defectuosa.
De consiguiente, reconociendo como reconocemos que la gimnasia es preferible
la ausencia de todo movimiento, que es posible servirse de ella con ventaja como
un medio supletorio, sostenemos que no es dable sustituirla nunca los ejercicios
indicados por la naturaleza. Para las nias, como para los nios, los juegos que
unos y otras les impulsan sus instintos naturales, son esenciales su bienestar
corporal. Quien se los prohiba, les prohibe usar medios divinamente instituidos
para su desarrollo.
Qudanos que examinar un punto, que exige [285] tal vez ms reflexion que
los precedentes. Muchas personas pretenden que, en las clases elevadas, los
nios y los jvenes que se aproximan la madurez, no son tan altos ni tan
robustos como sus padres. Al oir esta afirmacion por vez primera, estuvimos
tentados incluirla en el nmero de las que se hacen todos los dias por el afan
de ensalzar el pasado expensas del presente. Viendo que, juzgar por las
armaduras antiguas, la estatura media es hoy mayor que antes, y que las
estadsticas de la mortalidad indican una longevidad algo ms grande, habiamos
prestado escasa atencion una creencia que no estimbamos fundada. Sin
embargo, examinando las cosas de ms cerca, hemos cambiado de parecer.
Prescindiendo de los campesinos, hemos observado que, en la mayor parte de los
casos, los hijos no alcanzan ni la estatura de sus padres ni su amplitud de
formas, aun habida consideracion la diferencia de edad. Los mdicos dicen que
hoy no se podrian soportar las sangras como otras veces. La calvicie prematura es
ahora ms frecuente que antes, y la prdida de la dentadura lo mismo. Bajo la
relacion del vigor general, el contraste no es mnos sorprendente. Los hombres del
siglo pasado, pesar de su vida desordenada, podian resistir fatigas que
nosotros no soportaramos, no obstante la regularidad de nuestro rgimen.
Aunque bebieran extraordinariamente y comiesen cualquier [286] hora,
aunque vivieran en casas poco ventiladas y descuidasen el aseo personal, nuestros
padres resistian los efectos de una ocupacion prolongada, y esto en su vejez, como
demuestran los anales del foro y de la magistratura. En cambio, nosotros que
cuidamos nuestra salud, que prodigamos nuestra atencion la ventilacion de las
casas, que hacemos uso de abluciones frecuentes, que multiplicamos las
excursiones anuales y disfrutamos de los beneficios de una ciencia mdica ms
adelantada, nosotros sucumbimos de contnuo al peso de nuestras ocupaciones.
Ms preocupados que nuestros padres de las leyes higinicas, parecemos ms
dbiles que ellos.
Y si se juzga de los hombres de la generacion futura por el aspecto exterior y las
frecuentes indisposiciones, es probable que sean mnos robustos que nosotros.
Cul es la significacion de estos hechos? Es que la nutricion demasiado
abundante que antes se tomaba, era mnos perjudicial la salud que los
alimentos insuficientes, por regla general, de hoy? Deber84 imputarse dicho
fenmeno al uso de vestidos ligeros? Sern orgen de este mal los obstculos
opuestos los juegos bulliciosos de la infancia? En nuestra opinion, todas estas
causas han contribuido que se produzca el efecto citado; pero todavia hay otra
influencia perniciosa, [287] ms poderosa que ninguna otra: nos referimos al
84
(1)
horas.
3
1
24
Cules son los resultados de este rgimen estupendo, como le llama sir John
Forbes? Necesariamente la palidez, la falta de animacion, la constitucion
enfermiza. Pero lo ms grave es la observacion hecha por el mismo escritor, acerca
de que el desprecio completo del cuerpo, no solo perturba las funciones por falta
del necesario ejercicio corporal y la excitacion contnua del cerebro, sino que es
causa de deformidad. Visitamos ltimamente, dice, en una de nuestras grandes
[292] poblaciones cierto colegio, donde habia como unas cuarenta seoritas, y
averiguamos, mediante observaciones atentas, que ninguna de las que llevaban
bajo la relacion del volmen, lo que tiene lugar tanto n los rganos cerebrales
como en los dems. El cerebro que durante la infancia es relativamente
voluminoso, pero imperfecto como organizacion, se organizar, si se le obliga un
trabajo excesivo, con mucha actividad; pero el resultado ser que no alcance ni la
perfeccion ni las dimensiones que hubiese llegado siguiendo el rden natural de
su desarrollo. Esta es una de las causas, tal vez la causa principal, de que los
nios precoces y los jvenes que durante cierto tiempo no reconocen rivales, se
estacionen repentinamente, defraudando las grandes esperanzas fundadas en
ellos por sus padres.
Pero estos resultados desastrosos del exceso de cultura, son tal vez inferiores
los efectos producidos en la salud en general.
Descubrimientos recientes en fisiologa han demostrado cuan inmensa es la
influencia del cerebro en todos los rganos del cuerpo. La digestion, la circulacion
y, por lo tanto, todas las funciones orgnicas, son profundamente modificadas
[301] por la excitacion cerebral. Quien haya visto repetir, como nosotros, la
experiencia hecha primeramente por Weber, para mostrar los efectos que se
producen excitando el nrvio vagus que une el cerebro las vsceras; quien haya
visto sbitamente interrumpida la accion del corazon por la excitacion de este
nrvio, y reaparecer cuando cesa dicha excitacion, y volverse detener cuando la
excitacion se renueva, tendr idea de la influencia deprimente que el cerebro
fatigado ejerce en el cuerpo. Los efectos as explicados fisiolgicamente, son
confirmados por la experiencia de todos los dias. No hay nadie que no haya
observado las palpitaciones que subsiguen la esperanza, al miedo, la clera,
la alegra; nadie que no haya sentido la fatiga que acompaa la accion del
corazon cuando estas emociones son violentas. Y aunque muchas personas no
hayan experimentado esta excitacion hasta el punto en que produce sncopes y
desvanecimientos, sin embargo, todos saben que stos son una de sus
consecuencias. Igualmente nos es familiar el hecho, de que las perturbaciones
digestivas resultan de la excitacion cerebral, cuando traspasa ciertos lmites. El
extremo dolor la extrema alegra llevan consigo la prdida del apetito; as,
cuando algunos de estos dos estados del espritu sobreviene despues de la
comida, sucede con frecuencia que el estmago arroja los alimentos que habia
[302] recibido, los digiere con gran dificultad. Y como lo atestiguar todo el que
haya hecho trabajar mucho su cerebro, basta algunas veces la actividad
intelectual, cuando es excesiva, para que se produzcan los mismos efectos. Ahora
bien, la relacion entre el cerebro y el cuerpo, tan evidente en estos casos extremos,
no es mnos verdadera en los dems. A la manera que las excitaciones cerebrales
violentas y pasajeras ocasionan perturbaciones viscerales tambien pasajeras y
violentas, as las excitaciones dbiles, pero contnuas, ocasionan perturbaciones
viscerales mnos graves, pero crnicas. No es esta una simple deduccion, es
verdad que confirmar cualquier mdico, y de la que nosotros mismos podemos
dar testimonio por efecto de triste y larga experiencia. Son frecuentemente
necesarios muchos aos de reposo, para que desaparezcan las enfermedades
originadas, bajo formas y grados diversos, del abuso prolongado del trabajo
cerebral. A veces, el rgano ms afectado es el corazon, y se presentan como
sntomas las palpitaciones habituales, el pulso dbil, la diminucion del nmero
de latidos de setenta y dos cincuenta, y an mnos. Otras, el rgano que sufre
ms es el estmago, y sobrevienen dispepsias, que convierten la vida en un fardo y
que solo la larga desaparecen. En muchos casos, resintense la vez el corazon
y el estmago. Casi siempre el sueo es [303] corto y entrecortado, y
los intereses del cuerpo, no tienen presente que el xito en el mundo depende
ms de la energa que de los conocimientos adquiridos, y que es ir en busca de la
propia derrota el arruinar su constitucion. La voluntad perseverante, la
infatigable actividad, debidas al vigor de la parte fsica, compensan hasta
lagunas importantes de la educacion; y cuando van reunidas esa cultura
suficiente que es posible obtener sin sacrificar la salud, aseguran al que las posee
fcil victoria sobre concurrentes debilitados por el estudio excesivo. Una
mquina, comparativamente pequea y mal construida, pero que marche
alta presion, ejecutar ms trabajo que otra grande y mejor concluida, que no
marche sino una presion baja; pero, no es locura, despues de terminada la
mquina, estropear la caldera hasta [306] el punto de que no pueda
producir vapor?
El sistema en cuestion es asimismo errneo, porque implica una falsa
concepcion de la felicidad en la vida. Suponiendo que favoreciese el xito en el
mundo, en vez de facilitar derrotas y defecciones, prepararia al hombre, en una
salud enfermiza, un azote del que ninguna ventaja humana podria indemnizarle.
De qu le sirven las riquezas, si van acompaadas de sufrimientos contnuos?
Qu valen las distinciones sociales, si por ellas se ha tornado hipocondriaco? Ser
necesario repetir que la digestion fcil, el pulso enrgico, el carcter alegre, son
bienes exteriores cuya falta nada puede compensar? Las enfermedades crnicas
ennegrecen los ms bellos horizontes; mas la vivacidad de espritu, el buen humor
que d la salud, doran hasta la desgracia. En suma, sostenemos que esa cultura
forzada es viciosa bajo todos conceptos: viciosa, porque solo influye para que el
hombre adquiera conocimientos que no tarda en perder; viciosa, porque descuida
la organizacion de los conocimientos, que vale ms que los conocimientos mismos;
viciosa, porque destruye debilita el vigor, sin el cual es intil toda educacion
intelectual; viciosa, porque altera la salud, lo que nada compensa, y en este estado
las desgracias son doblemente amargas.
Los efectos de este sistema de cultura forzada son peores an en la mujer que
en el hombre. [307] Como estn privadas casi por completo de esos vigorosos y
agradables ejercicios corporales, que en los muchachos mitigan los
inconvenientes del demasiado estudio, experimentan sus efectos en toda su
intensidad. De esto procede que tan pocas de entre ellas sean robustas y bien
formadas. En esas jvenes plidas, de formas angulosas, de pecho deprimido, que
pueblan los salones de Lndres, vemos los efectos de la aplicacion rigurosa, que no
interrumpen los juegos propios de la edad; y tal decadencia fsica dificulta su
xito en el mundo ms que sus talentos lo favorecen. Las madres, preocupadas
con el afan de hacer agradables sus hijas, no podian haber elegido peor medio
que el de sacrificar su cuerpo su espritu. O no se dan cuenta de los gustos de los
hombres, se equivocan acerca de ellos por extraa manera. Los hombres se
curan poco de hallar erudicion en las mujeres; lo que atienden es la belleza, al
buen carcter y al recto sentido. Cules son las conquistas que ha hecho
ninguna mujer por sus vastos conocimientos en la historia? Qu hombre ha
caido los pis de ninguna seorita por saber sta el italiano? En dnde est
el Edwin que haya jurado amor alguna Angelina, porque ella hablase el
aleman? Pero son grandes y verdaderos alicientes, que atraen miradas de
admiracion, unas mejillas rosadas, unos ojos brillantes, un rostro ovalado. La
alegra y el buen [308] humor que produce la exuberancia de salud, ha
estrechado muchos lazos y formado no pocos matrimonios. Todo el mundo ha
conocido casos, en los cuales la perfeccion de las formas ha originado por s sola
pasiones irresistibles; pero pocas personas habrn visto que haya excitado tales
sentimientos la instruccion de una jven, la que falten mritos fsicos y
morales. La verdad es, que de todos los elementos que se combinan en el pecho de
un hombre para producir la emocion compleja que se llama amor, los ms
poderosos son los que nacen de las ventajas exteriores, viniendo en segundo lugar
los engendrados por las cualidades morales, los cuales todavia dependen mnos de
la instruccion adquirida que de las facultades naturales, tales como la vivacidad del
espritu, la agudeza, la penetracion. Si alguien estima que esta afirmacion es
inexacta, y que se infiere una injuria al carcter del hombre, suponindolo
dominado por semejantes motivos, responderemos que apenas se sabe lo que se
dice, al dudar as de la sabidura del rden divino. Aunque el sentido de este
rden no fuera visible, deberamos estar seguros de que existia para algun objeto
importante. Pero este sentido es claro para las personas reflexivas. Cuando se
recuerda que uno de los fines de la naturaleza, ms bien, el fin supremo, es la
mayor ventaja de la posteridad; cuando se observa que en lo concerniente sta,
una inteligencia [309] cultivada, acompaada de una dbil constitucion fsica,
carece de valor, puesto que los descendientes de la persona que posea aquella
morirn por falta de salud en la primera segunda generacion; y que, por el
contrario, un cuerpo hermoso y robusto, aunque no vaya acompaado de ningun
talento, merece ser conservado, porque la inteligencia podr, en las generaciones
sucesivas, desarrollarse indefinidamente, vemos cuan importante es ese equilibrio
de los instintos que hemos apuntado anteriormente. Pero, prescindiendo de la
ventaja ligada este equilibrio, no es insensato persistir en un sistema que
destruye la salud de las nias por el afan de cargar su memoria? Edqueselas de
una manera tan distinguida como sea posible, puesto que la educacion ms
completa ser la mejor, siempre que no sobrevengan alteraciones de la salud (y
aqu observaremos que se podia alcanzar un nivel suficientemente elevado, si se
cultivara mnos la memoria de papagayo, si se tuviera ms en cuenta el
desarrollo de las verdaderas facultades humanas, y si la educacion se prosiguiera
en ese perodo de tiempo perdido que se extiende desde la salida de la escuela
hasta el matrimonio); pero cultivar las facultades intelectuales en la forma y
medida que se hace, produciendo la decadencia fsica, es ir contra el fin mismo
de todos los esfuerzos, de todos los sacrificios, de todos los cuidados de la
educacion. [310] Sometiendo sus hijos este sistema de alta presion, los padres
destruyen frecuentemente su porvenir. Adems de infligirles las angustias, la
tristeza, las incapacidades que acompaan la mala salud, los condenan
frecuentemente al celibato.
Resulta de lo dicho, que la educacion fsica de los nios es defectuosa bajo
todos conceptos. Lo es, por la insuficiencia de la alimentacion, por la insuficiencia
del vestido, por la insuficiencia del ejercicio (al mnos en lo referente las nias) y
por el exceso de aplicacion mental. Considerado en su conjunto, este rgimen es
extraordinariamente exigente. Pide mucho y d poco. En la manera como dirige y
aplica las fuerzas vitales, toma indiscretamente la vida del adulto como ideal de la
vida del jven. Desconoce la verdad de que, si en el feto toda la vitalidad se
emplea en el crecimiento, si en los primeros aos de la vida se dirige al mismo
objeto, de tal suerte que apenas queda parte de ella para la accion fsica y mental, el
crecimiento contina siendo en la infancia y la juventud el objeto dominante al cual
todos los dems deben estar subordinados. En inters del crecimiento, es preciso
dar muchas fuerzas al organismo y sustraerle pocas. Es preciso disminuir la
FIN.
86
OBSERVACIONES.
(A) Basta pasar la vista por los cuadros estadsticos relativos la mortalidad
de los nios -trabajos que hoy se publican con regularidad en la mayor parte de
los pases civilizados- para comprender la razon con que Herbert Spencer
condena las absurdas prcticas seguidas en la educacion y cuidado de esos
pequeos sres, ms dignos an de lstima causa de la ignorancia de las
personas encargadas de velar por ellos, que por las enfermedades y peligros que
realmente les expone la debilidad de su naturaleza y su falta de conocimiento del
mundo exterior y de s mismos.
La diferencia que se nota entre la mortandad de los nios y la de los adultos es
tan grande, que no es suficiente justificarla la consideracion de la menor
resistencia que ofrece ser destruido todo organismo en las primeras fases de su
desenvolvimiento: opinion que se corrobora con el hecho de que esa diferencia no
es constante para cada pueblo, sino que vara en razon inversa los progresos de
la civilizacion y la mayor menor inteligencia con que se estudian y satisfacen las
necesidades humanas, en ese perodo tan delicado de la vida que se llama infancia.
Y no podia ser de otra manera. Repugna las leyes naturales que vengan al
mundo millares de sres, para desaparecer tan prematuramente. Este hecho solo
puede explicarse por la intervencion de influencias extraas las sbias leyes de la
naturaleza.
[314] Todo organismo tiende recorrer por completo las sucesivas fases de su
existencia; si sucumbe antes, bsquese la causa en el medio donde se desarrolla.
El estado siguiente que copiamos del excelente tratado de Estadstica de Mr.
Maurice Block, pone de manifiesto las cifras aterradoras que alcanza la mortalidad
en la infancia:
Si volvemos los ojos nuestra Espaa, el cuadro que se nos ofrece es todavia
ms desconsolador.
[315] En efecto, segun los datos publicados por la Direccion general del
Instituto Geogrfico y Estadstico, mueren en Espaa de cada cien nios
comprendidos en cada uno de los cinco primeros aos de la vida.
01
24,50
12
13,10
23
34
7,60
5,40
45
4,00
05
54,60
Las OBSERVACIONES se vieron sometidas a una profunda revisin con respecto a las
que se incluan en la edicin de 1879. Aunque esta primera observacin (A) se inserta
en Garca del Mazo (1884:55) en el mismo lugar que en Garca del Mazo (1879:61),
ambas presentan contenidos ligeramente distintos. Garca del Mazo (1879:349)
comienza lamentando el hecho de que nuestro pas tenga un mayor ndice de
mortalidad infantil que los pases europeos de nuestro entorno, hecho ste que
provoca que casi la mitad de los que nacen mueren ntes de haber podido darse
cuenta de su trnsito por el mundo. Este hecho irrefutable es consecuencia del bajo
nivel de instruccin que existe en nuestro pas y que, segn Garca del
Mazo (1879:349-50),
desencadena,
entre
otros
efectos
perniciosos,
el
desconocimiento de algo tan elemental como las normas bsicas de higiene.
A diferencia de Garca del Mazo (1879), esta observacin incluye dos tablas con datos
estadsticos de las tasas de mortalidad infantil en diversos pases de Europa y en
Espaa, respectivamente, hecho ste lgico si tenemos en cuenta que en la portada de
la edicin de 1879 se nos presenta al traductor como Jefe de Trabajos Estadsticos
y, por ende, con acceso franco a datos de esta y otra naturaleza. (N. del Ed.)
88
La segunda observacin (B) en Garca del Mazo (1884:169) se inserta en lugar
distinto dentro del texto con respecto a Garca del Mazo (1879:99) y presenta
asimismo diferencias en cuanto a su contenido. En (B) Garca del Mazo (1879:350)
aporta su propia opinin acerca de cuestiones de trascendencia como, por ejemplo, la
relacin entre ciencia y religin. Para Garca del Mazo (1879:350), la oposicin que se
quiere presentar entre ciencia y religin radica en que se entiende que el positivismo,
al limitarse a la observacin de los hechos, cierra el camino a la investigacion de los
principios de rden general. Esta concepcin presenta un grave error metodolgico ya
que la naturaleza definitoria de la ciencia reside en la capacidad de la inteligencia de ir
ms all del hecho fsico y adivinar el principio o ley que lo rige. Garca del
Mazo (1879:351) esgrime tres razones fundamentales para afirmar que, en ltima
instancia, ciencia y religin acabarn indisolublemente unidas. En primer lugar, la
ciencia articula y fortalece el sentimiento religioso; segundo, la ciencia desvincula el
sentimiento religioso de las contingencias histricas; y, por ltimo, la ciencia se
convierte en el mejor garante para evitar que la superchera, la supersticin y el
fanatismo contaminen el sentimiento religioso. (N. del Ed.)
vida adulta, y no es maravilla que busque en todo la tutela del Estado para sus
conciudadanos y pida garantas de rden la multiplicacion de las trabas y leyes
penales, quien desde que tuvo uso de razon se acostumbr mirar como ocasionada
contnuos errores su propia iniciativa y se vio compelido al cumplimiento de sus
deberes por la amenaza, la represion y el castigo.89
89
NDICE.
CAPTULO I.
QU CONOCIMIENTOS SON MS TILES?
Lo agradable ha precedido lo til. 5.-Utilidad relativa de los conocimientos para
la educacion. 11.-Ideal de la educacion. 16.-Jerarqua de las actividades
humanas. 18.-Principales ramas de la educacion. 20.-Educacion para la
conservacion directa del indivduo. 24.-Educacion para la conservacion
indirecta del indivduo. 31.-Conocimientos necesarios los padres de familia
para educar sus hijos. 45.-Conocimientos necesarios al ciudadano para
ejercer las fnnciones pblicas. 56.-Educacion literaria y artstica. 61.-Disciplina
de la educacion. 79.-Resumen. 90.
CAPTULO II.
DE LA EDUCACION INTELECTUAL.
Loa antiguos y los nuevos sistemas. 95.-Progresos verificados en la educacion
intelectual. 101.-Principio fundamental de la educacion intelectual.
111.-Sistema de Pestalozzi. 117.-Leyes de la educacion intelectual. [318]
123.-Educacion en la infancia. 135.-Lecciones de cosas. 139.-Enseanza del
dibujo. 148.-Enseanza de la geometra. 159.-Ventajas de la buena educacion
intelectual. 165.
CAPTULO III.
DE LA EDUCACION MORAL.
Consideraciones generales. 175.-Principios. 188.-Mximas y reglas. 224.
CAPTULO IV.
DE LA EDUCACION FSICA.
Lo que es y lo que debe ser. 239.-Alimento: su cantidad. 246.-Alimento: su
calidad. 253.-Alimento: su variedad. 265.-Vestido. 269.-Ejercicio corporal.
278.-Exceso de trabajo intelectual. 284.-Conclusion. 310.
Observaciones. 313.
PSICOLOGA ALEMANA
CONTEMPORNEA,
POR
TH. RIBOT,
Traducida con autorizacion del autor
POR
Este libro, una de las mejores producciones del eminente psiclogo Ribot,
expone con claridad y precision admirables el movimiento de la Psicologa
cientfica en Alemania, desde principios de este siglo, en que se hizo el primer
ensayo, hasta nuestros dias. Por su rden cronolgico aparecen los trabajos de
Herbart y su escuela (Watz, Lazarus, Steinthal y otros); de Beneke, que aplica la
Psicologa la educacion; de Lotze, autor de la teora de los signos locales; de
Fechner, fundador de la Psico-fsica, y de Wundt, creador de la Psicologa
fisiolgica. A la vez que expone la obra de cada uno de estos investigadores, el
autor se detiene estudiar, al paso que se presentan, las cuestiones
fundamentales de la Psicologa cientfica, esclareciendo con gran copia de luz,
entre otros problemas, el orgen de la nocion de espacio, la crtica de la ley de
Fechner y la duracion de las actos psquicos. As este libro, la ventaja de
imponer al lector en el movimiento de la Psicologa moderna alemana,
movimiento ms hondo y de ms porvenir que el de la inglesa, junta la de darle
conocer el concepto y plan de la Psicologa cientfica, tan distintos de la antigua
metafsica, y los vitales problemas que hoy ocupan la atencion de los
investigadores.