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AYESHA

El retorno de Ella
H. Rider Haggard
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Librodot Ayesha, el retorno de Ella H. R. Haggard
INTRD!""I#N
Rpido e imprevisto es como se presenta siempre lo inesperado. Si alguna persona
haba de quien el editor de este libro no se acordara ni creyese volver a saber ms de
ella, era seguramente de Ludovico Horacio Holly, sencillamente porque crea que ste
haba muerto haca varios aos.
uando recib la !ltima carta de Holly, muchsimos aos antes, con el manuscrito
que la acompaaba y que no era otro que la interesantsima narraci"n de #LL$, me
anunciaba que l y su ahi%ado Leo &incey, el bienamado de la divina $yesha, partan
para el $sia entral con la esperan'a, seg!n creo, de que all se les volvera a aparecer
#LL$, llena de dulces promesas.
(uchas veces he pensado sobre la suerte que ambos corrieran. )espus de tantos
aos llegu a suponer que habran muerto o ingresado en alguna de las comunidades de
mon%es tibetanos, o tal ve' se hallasen estudiando y practicando la magia o la
nigromancia, ba%o la tutela de alg!n maestro oriental, esperando encontrar alg!n medio
de acercarse a la adorada inmortal.
$hora, cuando ya ni me acordaba de ellos ni pensaba. volver a saber ms, hete aqu
que de improviso vuelven a aparecer en mi vida.
(e encontr con un mont"n de manuscritos, sucios y medio quemados,
acompaados de dos cartas. $ pesar del tiempo transcurrido y de los muchos eventos
que han trastornado mi cabe'a en estos !ltimos aos, conoc, en seguida, la escritura.
Romp el sobre* y, e+ectivamente, al pie de la carta estaba la +irma tan conocida para
m de Ludovico H. Holly.
,i qu decir que devor su contenido. )eca as-
.(i distinguido amigo-
/0engo la seguridad de que usted todava vive, y aunque le pare'ca e1trao, tambin
vivo yo, si bien mi +in se acerca.
/0an pronto como entr nuevamente en contacto con la civili'aci"n, cay" en mis
manos su libro #LL$, o me%or dicho, mi libro. &olv a leerlo con verdadera admiraci"n.
La primera ve' lo le en una traducci"n a la lengua indostnica. (i an+itri"n, ministro de
una secta religiosa, hombre de talento natural pero de prosaica inteligencia, se
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e1traaba de que una /historia vulgar/ absorbiera mi atenci"n en esa +orma. Le contest
que a menudo los hombres que han tenido una ruda e1periencia de la vida se interesan
por las aventuras que pueden ocurrir en una /historia vulgar/. ,o s qu hubiera
pensado si llega a saber que el protagonista de esa /historia vulgar/ era yo.
/He visto que ha hecho usted una +iel transcripci"n de los hechos2 por eso a usted, a
quien hace veinte aos con+i el principio de esta sin igual aventura, quiero con+iarle
tambin el +in. 3ue usted el primero en saber de #LL$, quien debe ser obedecida, la que
por centurias y centurias vivi" sin perder nada de su belle'a eterna en los sepulcros de
4or, esperando que su perdido amor reencarnara de nuevo en el mundo y que el )estino
se lo devolviera para siempre2 y es usted tambin el primero en saber +ue $yesha, Hesea
y el #spritu del (onte del 3uego, la sacerdotisa que desde el tiempo de $le%andro
(agno rein" entre las llamas del Santuario de la (ontaa del 3uego, era la encarnaci"n
terrenal de la diosa 5sis, venerada por los egipcios, y tambin es usted el primero entre
los hombres a quien revelo el mstico desarrollo de esta tragedia, que comen'" en las
cavernas de 4or.
/Siento pr"1imo mi +in. He consumido mis !ltimas +uer'as en llegar a mi antigua
casa, en la que deseo morir. He rogado al mdico que me asiste, que cuando todo haya
acabado, le enve estas cuartillas, que milagrosamente se han salvado del +uego. (i
primera intenci"n +ue quemarlas. Si llegan a sus manos, recibir tambin una ca%a
conteniendo algunos croquis que creo pueden serle de alguna utilidad y un sistro
6
, el ins7
trumento usado en el culto de la )iosa ,atura, por los egipcios. Se lo regalo por dos
ra'ones- una, como prueba de amistad y cario, y otra, como evidencia de que lo que en
el manuscrito se cuenta es la estricta verdad. 3ue #LL$ quien me lo regal" en el
Santuario del (onte del 3uego. 0iene tambin sus virtudes. #ncierra una parte del poder
de $yesha. Si llega a descubrirlas, tenga cuidado del uso que haga de ellas.
/Las +uer'as me +altan para seguir escribiendo. (is memorias hablarn por m
mismo. Haga con ellas lo que quiera, cralas o no, seg!n su sentido le dicte.
/89uin es $yesha: 89uin +ue $yesha: 8;na esencia encarnada: 8Lo soado:
8Lo cruel: 8Lo inmortal: 8Lo desconocido: 8Lo redimible !nicamente por la
Humanidad y su piadoso sacri+icio: <9uin sabe= Le deseo buena suerte y toda clase de
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Sistro (sietrum). Letra de la diosa Alegra, smbolo de ta locura y la orga.
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venturas. $di"s, y hasta la otra vida.
L;)>&5> H>R$5> H>LL?./
)e% la carta. )iversas emociones parali'aron por completo mi. pensamiento.
(aquinalmente abr el segundo sobre, que contena la carta que transcribo, si bien
tacho algunos prra+os, a ruego de la persona que me la dirigi".
/(uy seor mo- omo mdico que ha asistido al seor Holly durante su
en+ermedad, cumplo con la promesa que hiciera a ste, antes de morir, de servir de
intermediario entre l y usted, en la con+ian'a de que mi nombre no ha de +igurar para
nada, como tampoco la localidad en la cual actualmente e%er'o mi pro+esi"n.
/Hace unos die' das +ui llamado para visitar al seor Holly, en una antigua casa de
las a+ueras, cerca del li++, y que por muchos aos haba estado deshabitada, al cuidado
solamente de los caseros que atendan la limpie'a. #sta casa perteneca al seor Holly,
habiendo pasado a su propiedad a travs de generaci"n en generaci"n. La casera, que
+ue la que me llam", me in+orm" que su seor, que haba regresado haca poco tiempo de
un largo via%e por $sia, se hallaba muy en+ermo, moribundo.
/#ncontr al seor Holly sentado en la cama. #ra un hombre de +isonoma e1traa,
y si yo hubiera sido artista y hubiese deseado pintar un espritu superior y bueno, pero
grotesco al mismo tiempo, lo hubiera tomado como modelo.
/#l seor Holly mostr" su descontento por haber sido yo llamado sin su
consentimiento, pero pronto nos +ranqueamos lo bastante para darme muestras de
gratitud por el inters que le demostraba. #n di+erentes ocasiones charlamos largos
ratos sobre los pases por los cuales haba via%ado durante mucho tiempo, envuelto en
cierta e1traa aventura, de la que nunca me habl" claramente.
/&arias veces se vio acometido por delirios. Hablaba mucho, casi siempre en una
lengua desconocida para m2 no obstante, creo recordar haber odo +rases de griego
antiguo y rabe. S"lo una ve' habl" en ingls, dirigindose, al parecer, a alg!n ser
imaginario que era ob%eto de su veneraci"n. Lo que di%o, sin embargo, pre+iero no
repetirlo, pues entra en el secreto pro+esional. ;n da en que se encontraba bastante ani7
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mado, me seal" esa ca%a construida en una madera desconocida para m, que le envo,
y dndome su nombre y direcci"n, me hi'o prometerle que sin +alta se la remitiera,
despus
de su muerte, %unto con el manuscrito ad%unto. #nsendome las !ltimas pginas
que aparecen medio quemadas, me di%o te1tualmente- /#n verdad, nada puede hacerse
contra lo que est escrito. 5ntent destruir estas memorias por el +uego, cuando recib el
mandato terminante de quien debe ser obedecida, dndome apenas tiempo para librarlo
de las llamas...
/Lo que el seor Holly quera decir con este mandato no lo s, pues no me volvi" a
hablar del particular.
/@aso, por !ltimo, a los postreros momentos de su vida. ;na noche, cerca de las
once, y sabiendo que el +in del en+ermo estaba pr"1imo, +ui a verlo. $ntes de llegar me
encontr a la casera, que, muy e1citada, sala a mi encuentro. @reguntle si su seor
haba muerto, y me contest" que no2 pero que se haba marchado de casa. Haba saltado
del lecho, saliendo por la puerta del %ardn, perdindose en la oscuridad.
/Rogu a la casera que +uese a buscar a su marido para ayudarme, si algo
desagradable hubiera ocurrido, mientras yo comen'aba la b!squeda del seor Holly.
/La noche estaba iluminada por una brillante luna2 la nieve cada horas antes
re+le%aba sus rayos, dando una claridad potica. omenc a buscar entre las rocas las
huellas del seor Holly, y no tard mucho en encontrar sus pasos. Astos se e1tendan en
la colina situada detrs de la casa. #n lo alto de ella e1iste un antiguo monumento,
+ormado por erectos monolitos, construido por los primitivos pobladores del pas. #ste
lugar es vulgarmente conocido por el nombre de /$nillo del )iablo/. #n realidad, es un
/Stonehenge/
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en miniatura. ?o lo conoca ya, pues no hace mucho tiempo se habl" y se
discuti" sobre l, en la con+erencia de una sociedad arqueol"gica. 0odava recuerdo que
un erudito y e1cntrico con+erenciante, aseguraba que la piedra grande y vertical, de
+orma plana en la parte superior, del centro del $nillo, era una representaci"n de 5sis,
asegurando a su ve' que en este lugar haba e1istido un templo de veneraci"n y culto a
la diosa ,atura. ,i qu decir que esta versi"n +ue acogida por los oyentes como ridcula
y absurda. $seguraban que 5sis no lleg" a venerarse nunca en 5nglaterra, aunque en mi
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"onumento neoltico de #nglaterra, cerca de Salisbury.
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humilde opini"n no creo e1trao que si los +enicios o los romanos adoptaron su culto en
algunas de sus colonias, bien pudieron traer su veneraci"n hasta aqu. Record que el
seor Holly conoca este lugar, pues el da anterior me habl" sobre l, preguntndome si
las piedras estaban todava igual que en los le%anos tiempos de su %uventud,
asegurndome que con mucho gusto morira entre aquellas piedras. #l recuerdo de esta
conversaci"n +ue para m la clave, y sin preocuparme de seguir sus huellas, me dirig al
$nillo, todava distante como una milla. uando llegu, e+ectivamente all estaba, de pie,
descubierto y descal'o, vestido con su ropa de dormir solamente. #ntre las piedras y en
medio de la nieve presentaba la ms e1traa +igura que he visto en mi vida.
/#l crculo +ormado por las toscas piedras, de punta, seme%ando cuchillos
emergiendo del suelo, la claridad de la noche, el cielo estrellado, el silencio, todo, todo
contribua a dar un aspecto solemne y ttrico. #l gran menhir, erecto en el entro del
crculo, proyectaba en la parte posterior una gigantesca sombra al recibir de lleno la lu'
de la luna2 %unto a l pude distinguir la +igura blanca del seor Holly. Su cara, intensa7
mente plida, re+le%aba su pr"1imo +in. @areca estar ba%o el in+lu%o de cierta evocaci"n.
)e ve' en cuando mova sus largos bra'os, y en su mano derecha empuaba el sistro,
que por e1preso deseo suyo le envo a usted.
/)e lo que a continuaci"n aconteci", no quisiera que creyese que soy supersticioso
al tomar por natural una cosa que es completamente absurda y sobrenatural, y la ra'"n
por la cual quiero ocultar mi identidad. )e un dolmen central +ue emergiendo una
sombra que lentamente +ue tomando la +orma de una mu%er, en cuya cabe'a brillaba una
lu', rodeada por un nimbo glorioso y brillante. #ste espe%ismo, visi"n, o lo que +uera, .me
de%" sobrecogido y sin +uer'as para moverme del sitio en que me encontraba. (e di
cuenta per+ecta de que el seor Holly tambin lo vea. )e repente lan'" un grito salva%e
de alegra, y dando unos pasos vacilantes, cay" de bruces, al intentar estrechar al
+antasma entre sus bra'os. uando ya dueo de m, corr hacia l, la visi"n haba
desaparecido. Aste haba muerto. 0ena los bra'os +uertemente apretados y en la mano
todava empuaba el sistro, mientras el tintineo de sus cascabeles se perda
l!gubremente en el silencio de la noche./
#l resto de la carta del mdico se re+iere a varios detalles complementarios- del
transporte del cuerpo del seor Holly y de los traba%os que le cost" convencer a la
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polica de que no era necesario investigaci"n alguna, pues la muerte haba sido natural.
La ca%a de la que me hablaba, lleg" satis+actoriamente. )e los dibu%os no debo decir
nada, y del sistro unas pocas palabras solamente. 0ena la +orma de cru1 ansata, o sea el
emblema de la &ida, tan com!n entre los egipcios. La empuadura y la cru' estaban
combinadas en +orma caprichosa2 de los lados de la cru' caan alambres de oro, y
engar'ados en ellos haba gemas, diamantes, 'a+iros a'ul mar y rubes ro%os como la
sangre2 de uno de ellos pendan cuatro cascabeles de oro, de suave y penetrante sonido.
uando lo tuve entre mis manos y lo sacud ligeramente, lleno de e1traa emoci"n,
los cascabeles produ%eron una m!sica agradable y suave, parecida a la de las campanas
odas .a lo le%os en el silencio de la noche. re sentir, pero no quiero asegurarlo, pues
bien pudo ser ilusi"n, que una e1traa sensaci"n se apoder" de m2 record las
misteriosas virtudes que en el manuscrito se aluden, pero no he de hacer ning!n co7
mentario2 los de%o al criterio de los lectores. Lo !nico claro para m es que si Holly y
Leo &incey dicen verdad acerca de lo acontecido, todas las e1plicaciones sobre $yesha y
su personalidad no dan ninguna clave capa' de aclarar el misterio que la rodea. ?o, sin
embargo, me inclino a creer, como el seor Holly, que #LL$, si as la seguimos llamando
todava, coloca algunas de sus personalidades, tal como el vago mito de 5sis y la
admirable historia de la sacerdotisa de la (ontaa del 3uego, como velos que ocultan la
verdad, que s"lo la revela a aquellos que emprenden el via%e a las regiones eternas.
EL A&'(R
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)
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"A$%T!& '
E& D(&E )ENSA*E
DE"%A as el manuscrito de Holly*
+einte a,os han -asado desde la noche en .ue Leo recibi/ el mensa0e de la #nmortal.
1ui23 los m3s arduos y rudos .ue ser humano haya -asado en el mundo. +einte a,os de
busca y rebusca -or el Asia en -os del ideal so,ado.
"i muerte est3 -r/4ima. La siento llegar5 -ero no im-orta5 me alegro, -or.ue .ui23
en la otra 6ida hallar7 lo .ue me est3 -rometido. 8eseo conocer el 9in de este drama
es-iritual, cuyas -rimeras -3ginas han sido escritas sobre la tierra.
:o, Ludo6ico Horacio Holly, he estado muy en9ermo. He luchado entre la 6ida y la
muerte. Las monta,as .ue 6eo desde las 6entanas de esta casa, en el norte de la #ndia #n;
glesa, en 6e2 de haberme dado salud y 6ida, han contribuido a ni< -r/4imo 9in. (tro
hombre, en mis circunstancias, hubiera muerto ya5 -ero .ui23 el destino reser6/ mi 6ida
-ara .ue -udiera escribir estas memorias.
"i en9ermedad toda6a me retendr3 a.u uno o dos meses, hasta .ue est7 lo
su9icientemente 9uerte -ara -oder em-render el regreso a la madre -atria. 1uiero morir
donde nac. "ientras tanto, toda6a tengo 9uer2as -ara escribir esta historia, o, al menos,
las -artes m3s im-ortantes de ella, a e4ce-ci/n, claro est3, de a.uellas .ue nadie debe
saber. =o es mi idea hacer un libro e4tenso, si bien en mis notas hay materia -ara llenar
6arios tomos.
>ero -asemos a e4-licar el mensa0e .ue recibi/ Leo.
8es-u7s .ue 7l y yo regresamos de ?9rica, en 1@@$, ansiosos de soledad y descanso,
moralmente conmo6idos -or el terrible cho.ue .ue habamos e4-erimentado, nos
dirigimos a una antigua casa del Aumberland, .ue -erteneci/ a mi 9amilia durante 6arias
generaciones. Esta casa, si alguien no se la ha a-ro-iado crey7ndome muerto, es aBn ma
y es all donde -ienso morir.
Algunos de los .ue esto lean, -reguntar3n* CD1u7 cho.ueEC
Aomo he dicho antes, soy Ludo6ico Horacio Holly, y mi com-a,ero es mi entra,able
amigo, mi hi0o ado-ti6o Leo +incey. =osotros somos a.uellos 6ia0eros .ue en el ?9rica
Aentral descubrimos en las ca6ernas de For a A.uella a .uien busc3bamos, a la #nmortal,
a ELLA, a C.uien debe ser obedecidaC. ELLA encontr/ en Leo su amor reencarnado, al
es-ritu de FaliGrates, el sacerdote griego de #sis, a .uien unos dos mil a,os antes diera
muerte en un arrebato de celos. En ELLA encontr7 yo el ser so,ado, la mu0er amada, el
ideal sublime. La di6inidad su-rema a .uien adorar.
En las ca6ernas de For encontramos a la mu0er inmortal. All, ante los 9lamgeros
destellos y 6a-ores de la Huente de la +ida, declar/ su mstico amor -or Leo, y ante
nuestros o0os desa-areci/ entre las llamas, no sin antes decirnos* C<=o ol6idarme5 tened
-iedad de mI <:o no muero, yo 6ol6er7, y 6ol6er7 m3s bella aBnI <:o 6ol6er7, os lo
0uroI.. .C >ero no es cosa de 6ol6er a describir las escenas .ue ya saben ustedes, y .ue se
han -ublicado ya. En la actualidad son conocidas -or el mundo entero. :o las he ledo,
-rimero, en una traducci/n indost3nica y des-u7s en ingl7s, a mi llegada a #nglaterra.
En nuestra casa de Aumberland -asamos un a,o en es-era de algBn acontecimiento
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.ue nos -usiera en contacto con nuestra adorada #nmortal. All recobramos nuestras
9uer2as y nuestra salud. Los cabellos de Leo, .ue se haban blan.ueado de horror en las
ca6ernas de For, crecan ahora dorados 6 abundantes. Su 6aronil belle2a 6ol6i/ a ser lo
.ue 9ue, de0ando im-reso en su cara los -asados horrores un gesto de energa y 6oluntad.
'oda6a recuerdo a.uella noche. Est3bamos descora2onados y sin es-eran2as. La
ausente -ermaneca muerta -ara nosotros, sin .ue ninguna contestaci/n obtu6i7ramos a
nuestras llamadas. Era una noche de agosto. 8es-u7s de comer dimos un -aseo -or la
-laya. >ase3bamos en silencio. 8e re-ente, Leo, tom3ndome del bra2o, me di0o*
;<Esto no -uede -rolongarse m3s, HoracioI ;as me llamaba ahora;. "i 6ida es un
tormento* el deseo de 6er a Ayesha martillea mi cerebro. +oy a 6ol6erme loco. "i 6ida
as no -uede ser. 8eseo la muerte y toda6a soy 0o6en. <'engo .ue 6i6ir aBn otros
cincuenta a,osI
;D1u7 -iensas hacer entoncesE ;-regunt7.
;+oy a tomar el camino m3s corto -ara conocerlo todo o -ara no saber nada ;me
contest/ sordamente;. =o soy inmortal, y morir7, morir7 esta misma noche.
"e 6ol6 r3-idamente hacia 7l. Sus -alabras me daban miedo.
;DSabes lo .ue te digo, LeoE <1ue si tal haces eres, un cobardeI DEs .ue no com-arto
yo todas tus -enasE
;'B no su9res tanto como yo. <Sabes .ue la amo y .ue sin ella no -uedo 6i6irI
Adem3s, tB eres m3s 9uerte .ue yo, has 6i6ido m3s. <=oI <=o -uedo, no .uiero 6i6ir m3sI
;<>ero eso es un crimenI Es el insulto mayor .ue -uedes
hacer al >oder 8i6ino .ue te ha creado. Es un crimen .ue te har3 acreedor al mayor
castigo .ue cerebro humano -ueda imaginar. <1ui23 la se-araci/n eterna de ELLAI
;>ero, Dtan gran delito es -ara un hombre torturado -or el dolor, el .ue tome un
cuchillo y con 7l se se-are de una 6ida .ue ya no tiene ob0eto, con ansia loca de buscar el
ol6idoE DEs .ue no hallar3 merced tal ser humanoE <:o te re-ito, Horacio, .ue morir7
esta nocheI ELLA est3 muerta, y .ui23 en la muerte estar7 m3s cerca de ELLA.
;>ero, D-or .u7 crees eso, LeoE <1ui23 Ayesha 6i6aI
;<=oI Si 6i6iera, estoy seguro .ue me hubiera en6iado algBn mensa0e. >ero de0emos
esta cuesti/n. =o hablemos m3s de ello.
8imos la 6uelta, y nos dirigimos hacia casa, en silencio. 'ena la seguridad de .ue
Leo estaba loco. A.uel terrible cho.ue moral haba destruido su ra2/n. 8e otra 9orma no
com-renda su mana del suicidio. Leo era un hombre muy religioso, y en su trato haba
tenido ocasiones de conocer sus estrictas o-iniones en tal materia. "e 6ol6, y le di0e*
;Leo, Dser3 -osible .ue hayas -erdido el cora2/n hasta tal -unto .ue no te im-orte
de0arme soloE DEs as como -agas todo el cari,o .ue siem-re te he demostradoE <1uieres
mi .muerteI <Ha2 esa locura, y mi sangre caer3 sobre tu cabe2aI
;D'u sangreE D>or .u7 tu sangre, HoracioE
;>or.ue el camino es ancho, y -or 7l -ueden caminar dos -ersonas 0untas. Juntos
hemos 6i6ido, y 0untos moriremos. Si te matas, ten la seguridad de .ue morir7, y ser3s tB
.uien me haya matado.
Leo e4clam/*
;Est3 bien. 'e -rometo .ue no me matar7 esta noche. 8aremos otra o-ortunidad a la
6ida.
Lleg3bamos a la casa. Le contest7 solamente*
;Est3 bien.
Librodot
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: sin cru2ar -alabra, me 9ui a mi cuarto, lleno de congo0a, -or.ue estaba seguro de
.ue, una 6e2 -osedo del deseo del suicidio, 7ste llega a con6ertirse en una. obsesi/n tan
9uerte, .ue la 6ida se hace im-osible, acabando -or matarse. En mi deses-eraci/n, dirig
mi alma a Ayesha, e4clamando* C<Si tienes algBn -oder, si de alguna 9orma -uedes
hacerlo, da una muestra de .ue toda6a 6i6es, y no -ermitas .ue muera tu amadoI <'en
-iedad de su -obre cora2/n doloridoI Sin es-eran2a, Leo no -uede 6i6ir, y sin 7l yo
morir7.C
Aansado ya, me dorm.
8e re-ente, me des-ert/ la 6o2 de Leo, habl3ndome muy ba0o, -ero en tono muy
e4citado, a tra67s de la oscuridad.
;<Horacio ;me di0o;, Horacio, amigo mo, escuchaI ...
"e incor-or7 en la cama, con todas las 9ibras de mi cuer-o en tensi/n. >or el tono de
su 6o2, com-rend .ue alguna cosa haba ocurrido, .ue iba a cambiar el destino de
nuestra 6ida.
;870ame encender una lu2, -rimero ;contest7.
;<Sin lu2 es me0or, Horacio5 escuchaI "e acost7, y ya dormido, he tenido el sue,o
m3s e4tra,o y m3s emocionante .ue imaginar se -uede. "e -arece .ue estaba en el cielo,
entre las nubes. El cielo estaba muy negro y no haba una estrella .ue brillara en 7l. &n
gran estremecimiento se a-oder/ de todo mi ser. 8e re-ente, sub dis-arado millas y
millas hacia el es-acio. +i entonces una -e.ue,a lu2, y -ens7 .ue sera una estrella .ue
6ena hacia m. La lu2 se agrand/ lentamente, como si 9uera un globo de 9uego.
8escenda y descenda hasta .ue lleg/ a -osarse sobre mi cabe2a, tomando la 9orma de
una lengua de 9uego. A la altura de mi cabe2a se detu6o y -ermaneci/ e4t3tica, y a la lu2
.ue irradiaba, -ude 6er la 9igura de una mu0er en6uelta en la llama. El res-landor se
atenu/, y -ude entonces 6er claramente a la mu0er. : Horacio, amigo mo, <era AyeshaI
Ayesha misma, sus o0os, su cara, su cabello. "e miraba con re-roche, como diciendo*
CD>or .u7 dudasteEC
C#ntent7 hablar, -ero mis labios -ermanecieron mudos5 trat7 de a6an2ar y abra2arla,
-ero mis bra2os -ermanecieron .uietos. Haba una barrera entre nosotros. ELLA, con la
mano, me hi2o se,a de .ue la siguiera.
CLa segu. "i es-ritu -areca haber huido de mi cuer-o, -ero 6ol6i/ a m -ara -oder
seguirla. =os dirigimos 6elo2mente hacia el oeste, -asando tierras y mares. En un -unto
se detu6o. A nuestros -ies, brillando a la lu2 de la luna, a-arecieron las ruinas del >alacio
de For. "3s le0os se 6ea la cabe2a del Eto-e, y entre las marismas 6i a los 3rabes, nues;
tros com-a,eros de anta,o. Job estaba tambi7n entre ellos5 le6ant/ la cabe2a y me 6io.
CAru2amos los mares de nue6o y los arenosos desiertos. Aru2amos m3s mares.
+imos las costas de la #ndia a nuestros -ies. : hacia el norte, siem-re hacia el norte,
6imos enormes maci2os de monta,as cubiertos de nie6es eternas. >asamos -or encima de
ellas y nos detu6imos un instante sobre una meseta. Haba un monasterio, 6imos a los
mon0es orando sobre su terra2a. Si lo 6ol6iera a 6er, lo reconocera. 'ena la 9orma de
media luna, y, lo .ue es m3s, a -oca distancia se ele6aba una gigantesca estatua de algBn
dios 6enerado en los desiertos. :o creo .ue conocera esto. DA/moE =o lo s7. Estoy
seguro .ue a.uellas monta,as -ertenecan al 'ibet. "3s monta,as y un desierto. "3s
monta,as y -icos ne6ados.
CAerca del monasterio se ele6aba una monta,a de roca, solitaria y m3s alta .ue las de
sus contornos. =os detu6imos sobre su ne6ada cresta. 8e re-ente, en otras monta,as de
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los alrededores surgi/ una lu2 seme0ante a las .ue se cru2an los marinos en el mar. =os
dirigimos hacia all, atra6esando una gran llanura, en la .ue haba 6arias aldeas y una
ciudad situada sobre un des-e,adero.. Auando llegamos al abru-to -ico, 6i .ue 7ste tena
la 9orma de cru4 ansata, smbolo de la +ida en el -ueblo egi-cio, y .ue estaba 9ormada
-or la su-er-osici/n de ca-as de la6a, hasta alcan2ar cerca de cien -ies de altura. +i
tambi7n .ue el 9uego .ue brillaba y .ue habamos 6isto desde le0os, -roceda del cr3ter de
un 6olc3n. Sobre la cresta de este -ico -ermanecimos largo rato, hasta .ue la sombra de
Ayesha, se,al3ndome con la mano hacia el cr3ter, desa-areci/ de mi 6ista. Entonces
des-ert7.
C<HoracioI =o hay duda, es un mensa0e .ue me en6a Ayesha.
Su 6o2 call/ en la oscuridad, -ero yo -ermanec absorto -or la e4tra,a re6elaci/n.
Entonces, Leo, sacudi7ndome -or un bra2o, me di0o*
;D8uermesE <Habla, -or 8ios, hablaI
;=o ;le contest7;5 nunca he estado m3s des-ierto5 -ero de0a .ue re9le4ione.
"e le6ant7 y me dirig hacia la 6entana abierta, y descorriendo la cortina me -use a
contem-lar el cielo. Mste era de un gris -erla oscuro, te,ido de los -rimeros colores del
amanecer. Leo 6ino hacia m, a-oy3ndose en el al97i2ar. 'an 0unto estaba, .ue senta su
cuer-o temblar, como si estu6iera aterido.
;DArees .ue es un mensa0eE ;le -regunt7;. :o creo .ue se trata sim-lemente de una
-esadilla ...
;<=o5 estoy seguroI Hue un mensa0e. Lo .ue he 6isto es lo .ue har7. <'B, ha2 lo .ue
.uierasI "a,ana salgo -ara la #ndia. Aontigo, si .uieres5 si no, solo.
;D>or .u7 hablas as, LeoE ;le di0e;. :o no he recibido ningBn mensa0e5 -ero, a -esar
de ello, no -uedo de0ar solo a un hombre .ue hace unos momentos .uera suicidarse, -ara
.ue sea 6ctima de los -eligros del Asia Aentral. 'odo lo .ue nos .ueda -or hacer es
buscar una monta,a .ue tenga la cBs-ide en 9orma de cru4 ansata. D>ero tB crees .ue
Ayesha estar3 reencarnada en el Asia Aentral como sacerdotisa Nran Lama o algo asE
;=o he -ensado en eso5 -ero, D-or .u7 noE Acu7rdate .ue en cierta escena de la
ca6erna de For nos di0o .ue la "uerte y la +ida, y la +ida y la "uerte, eran lo mismo.
Acu7rdate tambi7n .ue nos -rometi/ .ue 6endra de nue6o a este mundo. D:, c/mo
-uede ser eso, sino -or la reencarnaci/n, o, lo .ue es lo mismo, -or la transmigraci/n de
las almasE
=o su-e .u7 contestar a este argumento5 una terrible lucha interior se desarrollaba en
m.
;=ingBn mensa0e he recibido ;di0e;5 y, sin embargo, he 0ugado un -a-el
im-ortantsimo en 6uestro drama, y, lo .ue es m3s, -resiento .ue mi -arte no ha acabado
toda6a.
1uedamos en silencio, sin saber .u7 decir, con los o0os 9i0os en la inmensidad del
cielo.
Amaneci/. Las nubes, en 9ant3sticas masas, a6an2aban negras, -resagiando un da de
tormenta. &na de ellas, enorme, tena la 9orma de una 9ormidable monta,a5 la mir3bamos
sin 9i0e2a, c/mo lentamente, a im-ulso del 6iento, cambiaba de a-ariencia5 su cresta tom/
la 9orma de un cr3ter, haciendo des-u7s los 0irones de nubes un -ilar sobre 7l. Los d7biles
rayos del sol de0aron -asar su lu2, y el cr3ter y el -ilar .uedaron blancos, como si 9ueran
de nie6e5 entonces un tro2o de nube, negra como el humo, sali/ -or detr3s de lo .ue
9iguraba el cr3ter, como una enorme masa de humo...
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Librodot Ayesha, el retorno de Ella H. R. Haggard
;"ira, Horacio ;di0o Leo con 6o2 temblorosa;. Esa es la 9orma de la monta,a .ue 6i
en mi 6isi/n. All est3 el -ilar, y tras 7l el 9uego... <HoracioI <HoracioI <El mensa0e es
-ara los dos, HoracioI
"ir7, como .ueriendo grabar su 9orma y sus contornos en mi cerebro, hasta .ue el
6iento lentamente continu/ su obra, cambiando la 9orma de las nubes.
;<Leo, hi0o mo ;e4clam7;5 6oy contigo al Asia AentralI
"A$%T!& +
E& )NASTERI
DIE"IS,IS a,os han -asado desde la noche en .ue recibimos el mensa0e de la
adorada #nmortal en nuestra casa de Aumberland, y desde entonces Leo y yo seguimos
incansables 6ia0ando, y 6ia0ando con la es-eran2a de encontrar la monta,a .ue tiene la
cumbre igual a la de la 6isi/n de Leo.
=os encontramos ahora en un -as .ue, segBn mis in9ormes, no ha sido hollado
toda6a -or -ie de euro-eo alguno.
Es una -arte del enorme 'ur.uest3n. A orillas del lago OalGash, a unas doscientas
millas hacia el oeste del maci2o de monta,as se,alado en los ma-as con el nombre de
ArGarty'au, en las cuales estu6imos un a,o, y a unas .uinientas millas al este de las
monta,as llamadas Ahergas, de donde acab3mos de regresar, des-u7s de haber e4-lorado
las del 'au.
A.u es donde comien2an nuestras 6erdaderas a6enturas.
En uno de los -icos de las im-onentes Ahergas, .ue no est3n se,aladas en los ma-as,
estu6imos a -unto de morir de inanici/n. El Bltimo 6ia0ero .ue encontramos, cien millas
al sur, nos di0o .ue entre estas monta,as e4ista un monasterio habitado -or lamas, de
reconocido grado de santidad, .ue -ara alcan2ar m7ritos moraban en esta tierra sal6a0e
sin m3s com-a,a .ue la de sus oraciones.
=o s/lo est3bamos hambrientos, sino .ue en este 3s-ero terreno ni abro0os -udimos
encontrar con los .ue hacer un 9uego -ara recon9ortar nuestros ateridos cuer-os.
+ia03bamos da y noche, lle6ando entre los dos al -obre yaG, el Bltimo .ue nos .uedaba
de la cara6ana. Era una noble bestia, y de la constituci/n m3s hermosa .ue he 6isto entre
los de su es-ecie.
Aru23bamos a tra67s de una meseta de nie6e, de0ando a nuestra derecha los -icos de
las Ahergas, cuando el yaG se detu6o. =osotros nos detu6imos tambi7n, y arro0ando nues;
tras -ieles, nos sentamos sobre ellas en la nie6e, a es-erar la lu2 del da.
;'endremos .ue matar a este animal si no .ueremos morir de hambre ;di0e,
com-adeciendo al -obre yaG, .ue se tumb/ -acientemente a nuestro lado.
;1ui23 -odamos encontrar ca2a ma,ana ;di0o Leo con es-eran2a.
;: .ui23 no5 en cuyo caso deberemos morir.
;Oien5 moriremos ;contest/;. Mste es el Bltimo recurso del 9racaso5 hemos hecho
cuanto hemos -odido.
;Aiertamente, Leo* Hemos hecho cuanto hemos -odido, si as se -uede llamar a
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Librodot Ayesha, el retorno de Ella H. R. Haggard
nuestros diecisiete a,os de 6ida a2arosa, -ersiguiendo la reali2aci/n de a.uel sue,o de
Aumberland.
;<Sabes .ue lo creo 9irmementeI ;contest/ Leo.
El silencio s7 hi2o entre nosotros, -or.ue contra esta ra2/n todos los argumentos
9racasaban.
El da lleg/, y con 7l su lu2. Ansiosamente nos miramos el uno al otro, tratando de
descubrir las 9uer2as .ue nos .uedaban.
Al alumbrar los rayos del sol con su brillante lu2 los -icos ne6ados, 6i .ue los o0os
de Leo e4-resaban admiraci/n. 8e re-ente se 6ol6i/ hacia m y me mostr/ el con9n del
desierto.
;"ira all ;me di0o, se,al3ndome una cima de enorme altura.
Era una monta,a a no m3s de die2 Gil/metros de donde nos encontr3bamos. 8e
-ronto, 6ol6iendo la es-alda al desierto tre-/ -or una -e.ue,a colina .ue se ele6aba a
nuestras es-aldas, y -or la cual habamos -asado la noche anterior. El sol segua
ele63ndose sobre nuestras cabe2as, iluminando alegremente a su -aso las desiertas
llanuras. Al e4tremo de la colina, solamente en la inmensidad del desierto, se 6ean las
ruinas de un Ouda de colosal tama,o, y a sus es-aldas, en -iedra amarilla, la
im-onente masa de un monasterio budista.
;<>or 9inI ;grit/ Leo;. <Nran 8ios, -or 9inI
Hincando las rodillas en tierra, murmur/ una oraci/n de gracias, y estoy seguro de
.ue lo .ue di0o no hubiera .uerido .ue nadie en el mundo lo su-iera.
Le de07 .ue diera rienda suelta a los im-ulsos de su cora2/n5 yo tambi7n me
encontraba emocionado5 -ero, reaccionando, me dirig al -obre yaG .ue no haca m3s .ue
mirar a.u y all3 con hambrientos o0os. Aargu7 las -ieles sobre su lomo, y, tomando de la
mano a Leo, le di0e, -rocurando dar a mi 6o2 el mayor a-lomo -osible*
;+en5 si en ese lugar 6i6e gente, encontraremos comida y agua. +en5 la tormenta no
tardar3 muchas horas en estallar.
Sin decir una -alabra, se le6ant/, sacudi7ndose la nie6e de la cara y de la ro-a,
ayud3ndome a le6antar el yaG, -ues tan d7bil estaba el animal, .ue no -oda hacerlo -or
s mismo. En la cara de Leo se haba o-erado una trans9ormaci/n* una gran calma se
haba a-oderado de su es-ritu.
8escendimos -or la ladera de las monta,as hasta el -lano donde el monasterio estaba
construido. =adie -areca habitarlo5 no haba ni una huella .ue nos -udiera indicar tal
cosa. DSeran solamente unas ruinasE <Habamos encontrado tantos de esta 9ormaI Esta
tierra tan antigua est3 llena de antiguos monumentos .ue sir6ieron de hogar y retiro a
lamas, -or cientos y miles de a,os, antes de .ue la ci6ili2aci/n occidental llegara a.u.
"i cora2/n, o, me0or dicho, mi est/mago, .ue des9alleca, se sobresalt/ de go2o al
contem-lar una -e.ue,a columna de humo .ue se ele6aba d7bilmente -or una chimenea.
En el centro del edi9icio se ele6aba una cB-ula, -erteneciente, sin duda, al tem-lo5 y,
en9rente de nosotros se 6ea una -e.ue,a -uerta. A 7sta 9ue a la .ue llamamos, diciendo
en 6o2 alta* C<Abrid, abrid, santos lamasI <E4tran0eros necesitan de 6uestra caridadIC
8etr3s de la -uerta omos -asos y a -oco gir/ la -uerta sobre sus go2nes, a-areciendo en
su marco un hombre muy 6ie0o, 6estido con un tra0e amarillo.
;D1ui7nes soisE ;di0o;. D1ui7nes sois, .ue 6ens a tan a-artados lugares a turbar la
-a2 de los santos lamas de la "onta,aE
;+ia0eros, sagrado lama, .ue se encuentran demasiado solos ;le contest7 en su -ro-io
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Librodot Ayesha, el retorno de Ella H. R. Haggard
dialecto, .ue en nuestra ruda marcha -or el 'ibet haba tenido ocasi/n de conocer a 9on;
do;. +ia0eros .ue morir3n de hambre sin 6uestra caridad ;y a,ad;* Las leyes sagradas no
os -ermiten negar hos-italidad.
=os mir/ a tra67s de sus
anteo0os, y, sin duda, nuestras caras
nada le decan, -ues -ase/ su
6ista -or nuestras ro-as, .ue estaban
destro2adas, y .ue en sus buenos
tiem-os debieron ser de la misma
9orma .ue las suyas. Eran como
a.uellas .ue usan los mon0es
tibetanos. Las ado-tamos -or.ue en
a.uellas regiones no era -osible
encontrarlas en otra 9orma.
83ndose cuenta de ello, nos
-regunt/ con duda*
;DSois lamasE D8e .u7
monasterioE
;Lamas somos ;contest7;, de un
monasterio .ue se llama el "undo,
lo .ue no .uita .ue estemos
hambrientos.
La contestaci/n -areci/
com-lacerle, -or.ue, des-u7s de un
momento de duda, sacudiendo
ligeramente la cabe2a, contest/*
;=o es nuestra costumbre
admitir en esta casa a e4tran0eros
.ue no -ertenecen a nuestra 9e, y estoy seguro .ue 6osotros no -ertenec7is...
;DEs .ui23 contra 6uestras leyes, santo Fhubilgham ;-ues as se llaman los abades
tibetanos;, de0ar morir de hambre a los e4tran0erosE
Le recit7 un -asa0e de las doctrinas de Ouda, .ue se re9era a este -unto.
;+eo .ue hab7is ledo los libros sagrados ;e4clam/ con admiraci/n;. =o -uedo
negaros asilo. Entrad, lamas del monasterio del "undo5 entrad, as como 6uestro yaG, .ue
tambi7n necesita caridad.
: dando un gol-e en un gong, a-areci/ otro hombre, m3s 6ie0o aBn .ue 7l, .ue nos
contem-l/ estu-e9acto.
;Hermano ;di0o el abad;5 cerrad 6uestra boca asombrada, no se introdu2ca un es-ritu
maligno. Lle6ad a ese -obre yaG al establo, y dadle de comer.
'omamos nuestros b3rtulos del lomo del yaG, y el 6ie0o lama, cuyo retumbante ttulo
era de C"aestro del ganadoC, sali/ arrastrando el yaG. Auando se march/, no sin haberle
costado traba0o se-arar el animal de nuestro lado, -ues se haba encari,ado con nosotros,
el abad, cuyo nombre era Fou;en, nos lle6/ al interior de la habitaci/n general, o, me0or
dicho, de la cocina, -ues -ara ambas cosas ser6a. All estaba el resto de la comunidad.
Eran unos doce. Estaban sentados alrededor del 9uego, cuyo humo habamos 6isto. &no
de ellos -re-araba la comida matinal, mientras el resto se calentaba a su alrededor. 'odos
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eran 6ie0os. El m3s 0o6en no tendra menos de sesenta y cinco a,os. Fou;en nos -resent/
a ellos como Chermanos del monasterio llamado el "undo, .ue moran de hambreC. El
6ie0o abad no se dio cuenta de la -e.ue,a s3tira .ue encerraban mis -alabras.
=os tendieron sus arrugadas manos, e4-res3ndonos el contento .ue nuestra llegada
les -roduca. =o era e4tra,o, -ues 7ramos las -rimeras caras nue6as .ue 6ean desde
haca muchsimos a,os. =o se -araron en -alabras5 nos dieron en seguida agua caliente,
con lo .ue nos la6amos, mientras dos de ellos nos -re-araban una habitaci/n y nos
-ro-orcionaban nue6os 6estidos y nue6o cal2ado. =os condu0eron a la habitaci/n de
honor, donde nuestros deseos se 6ieron colmados -or un recon9ortante 9uego encendido,
dos blandos lechos y unos 6ie0os 6estidos, incluyendo ro-a interior, .ue en a.uella oca;
si/n nos -arecieron 9lamantes. :a la6ados y mudados, dimos un gol-e al gong .ue haba
en nuestra habitaci/n, a-areciendo un mon0e, .ue nos condu0o otra 6e2 a la cocina, donde
una 9rugal comida estaba ser6ida.
'erminada 7sta, recitamos una oraci/n de gracias budista, lo .ue im-resion/
grandemente a nuestros an9itriones.
;<Sus 6idas 6an -or la SendaI <Sus 6idas 6an -or la SendaI ;re-licaron ellos al
unsono.
;S, santos lamas5 -or ella 6an nuestras 6idas, desde hace diecis7is a,os de nuestra
-resente encarnaci/n. >ero nosotros somos ne/9itos. +osotros, sagrados lamas, conoc7is
cu3n ancha y cu3n larga es esta senda, m34ime cuando no se est3 instruido en la 9orma
recta de marchar -or ella. 8irigidos -or un sue,o, hemos 6enido a turbar 6uestra -a25
6osotros, los m3s -iadosos, los m3s santos, y m3s sabios lamas de estos lugares.
;Aiertamente ;res-ondi/ el abad;, si se tiene en cuenta .ue no se encuentra otro
monasterio en cinco meses de 0ornada a la redonda. 8esgraciadamente, somos muy
-ocos...
8es-u7s de esta escena, -edimos -ermiso -ara retirarnos a nuestra habitaci/n a
descansar5 y dormimos 6einticuatro horas seguidas, des-ert3ndonos 9uertes y 9rescos
como si nada hubiera -asado.
'al 9ue la 9orma como nos introducimos en el "onasterio de las "onta,as, -ues no
tena otro nombre, y donde est3bamos destinados a -asar seis meses de nuestra historia.
SegBn -arece, muchsimos a,os antes e4isti/ en este lugar un monasterio en el cual
6i6an 6arios cientos de lamas.
As debi/ ser, -ues de otra 9orma no se com-renda las enormes dimensiones del
edi9icio, la mayor -arte ruinoso, y, como demostraba la estatua del Ouda, anti.usimo. La
historia deca, segBn el 6ie0o abad, .ue los mon0es, unos doscientos a,os antes, 9ueron
-asados a cuchillo -or cierta tribu sal6a0e .ue 6i6a al otro lado del desierto, detr3s de las
monta,as, y los cuales su-onan eran adoradores del Huego. Pnicamente se sal6aron unos
cuantos lamas, lle6ando la in9austa nue6a a otros monasterios. 8urante cinco
generaciones este lugar estu6o deshabitado.
>or 9in, le 9ue re6elado a nuestro amigo Fou;en, cuando 0o6en, .ue 7l era la
reencarnaci/n de un 6ie0o mon0e .ue habit/ el monasterio, .ue se llamaba tambi7n Fou;
en, y .ue era su misi/n en esta nue6a 6ida 6ol6er a habitar el abandonado monasterio,
ganando as m7ritos y recibiendo interesantes re6elaciones. As, -ues, reuniendo unos
cuantos de sus com-a,eros, y con -ermiso de sus su-eriores, des-u7s de seis meses de
bBs.ueda ardua e in9atigable, tomaron -osesi/n del monasterio, re-ar3ndolo lo su9iciente
-ara sus necesidades.
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>oco des-u7s de nuestra llegada al monasterio, comen2/ el in6ierno con sus helados
9ros y sus tormentas de nie6e. >ronto nos con6encimos de .ue debamos -ermanecer all
hasta la -rima6era. Hubiera sido una locura salir en cual.uier direcci/n, con riesgo de
-erecer. Aon alguna reser6a le e4-usimos nuestra situaci/n al 6ie0o abad, a,adiendo .ue,
-ara no ser gra6osos, arreglaramos algunas de las habitaciones de la -arte ruinosa,
sub6iniendo a nuestras necesidades con -escado del 6ecino lago, y alguna ca2a .ue
cayera en nuestras tram-as, cortando el hielo del -rimero y colocando la2os en el -e.ue;
,o bos.ue de -inos y abetos .ue creca a sus orillas. El buen abad ni nos .uiso escuchar.
;Hab7is sido en6iados -ara ser nuestros hu7s-edes, y -od7is -ermanecer cuanto
tiem-o .uer3is. =osotros estamos muy com-lacidos en or hablar del gran monasterio
llamado del "undo, donde los mon0es est3n tan hara-ientos de cuer-o como de alma.
Aun.ue el tiem-o transcurra en una situaci/n bastante con9ortable -ara nosotros, si
la com-aramos con las angustias -asadas, nuestros cora2ones se consuman en la
im-aciencia del deseo de -roseguir nuestra busca. Sabamos .ue est3bamos en la ruta
6erdadera5 lo -resentamos, y, sin embargo, est3bamos im-osibilitados de salir. En el
desierto la nie6e caa sin cesar y 9recuentemente se desataban 9uertes 6ientos .ue
arrastraban la nie6e como si 9uera -ol6o, 9ormando monta,as.
=o obstante nuestra im-aciencia, encontramos algo .ue la mitig/. En una derruida
habitaci/n del monasterio e4ista una biblioteca, com-uesta de numerosos 6olBmenes, y
obtu6imos -ermiso -ara e4aminarlos libremente. Era 6erdaderamente la m3s e4tra,a
colecci/n y de 6alor m3s ina-reciable .ue 9igurarse -uede.
Lo m3s interesante .ue hallamos 9ue una es-ecie de diario, en muchos tomos, a cargo
de los CFhubilghamC o abades del antiguo monasterio, y en los cuales, acontecimientos
de gran im-ortancia estaban e4-uestos con todo detalle. >asando las -3ginas de uno de
los tomos m3s recientes, escrito, segBn las a-ariencias, haca unos doscientos a,os,
encontramos unos -asa0es interesantsimos, de los cuales no -uedo acordarme de
memoria. En substancia deca as*
CEn el 6erano de este a,o, des-u7s de una gran tormenta de arena, uno de nuestros
hermanos (el nombre estaba, -ero lo he ol6idado) encontr/ en el desierto a un hombre,
habitante del -as -or detr3s de las monta,as. El hombre 6i6a, -ero cerca de 7l
encontramos los cuer-os de dos de sus com-a,eros, .ue haban muerto as9i4iados -or la
sed y el -ol6o. El hombre no .uiso decirnos c/mo lleg/ al desierto, mani9est3ndonos
solamente .ue sigui/ el camino conocido -or los ancianos de antes de .ue nuestras
relaciones con el mundo cesasen. 8es-u7s nos di0o .ue sus com-a,eros, los muertos,
haban cometido un crimen, -or lo .ue 9ueron condenados a muerte, y .ue 7l los haba
acom-a,ado en su huida. =os di0o .ue e4ista un delicioso -as detr3s de las monta,as,
97rtil, -ero lleno de ruidos y terremotos. "3s tarde 7stos tu6ieron lugar -or nuestros
contornos. La gente de a.uel -as era guerrera, -ero tambi7n culti6aba la tierra. Siem-re
haban 6i6ido gobernados -or Fhanes, .ue eran descendientes de un griego llamado
Ale0andro, el cual con.uist/ muchos territorios al sudoeste de la regi/n. Esto -uede .ue
9uera 6erdad, -ues nuestro diario nos cuenta .ue unos dos mil a,os antes un e07rcito
in6asor -enetr/ -or a.uellas tierras, aun.ue de nuestras relaciones con ellos nada se dice.
CEl e4tran0ero nos di0o .ue a.uel -as adoraba a una sacerdotisa llamada Hes o
Hesea, .ue reinaba eternamente, de generaci/n en generaci/n. Ella 6i6a en una gran
monta,a aislada5 era obedecida y acatada -or todos, -ero .ue no era la reina del -as, en
el gobierno del cual no inter6ena. Era a ella, sin embargo, a .uien se o9recan los
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sacri9icios, y .uien incurra en su desagrado mora sin remedio.
CLe contestamos .ue menta, cuando di0o .ue era una mu0er inmortal, -ues creo .ue
era eso lo .ue .uera decir. <=ada hay inmortalI <=osotros nos remos de su -oderI
CEsto indign/ a nuestro hombre. 8i0o .ue nuestro Ouda no era tan -oderoso como su
sacerdotisa, y .ue ella lo demostrara castig3ndonos a nosotros.
CLe dimos de comer, y se 9ue, no sin antes decirnos .ue cuando, 6ol6iera, 6eramos
.ui7n deca la 6erdad.
C=o sabemos .u7 9ue de 7l, y no nos .uiso decir cu3l era el camino -ara llegar a
a.uel -as .ue se e4tiende tras las monta,as.
C:o creo .ue era un es-ritu maligno, en6iado -ara tentarnos y hacernos -ecar, -ero
se 6io 9racasadoC
&n da, des-u7s de este descubrimiento, rogamos al abad Fou;en .ue nos
acom-a,ara a la biblioteca, y ley7ndole el -asa0e .ue he e4-uesto, le -reguntamos si
conoca algo sobre este asunto. Sacudi/ su inteligente cabe2a, .ue siem-re me recordaba
la de una tortuga, y contest/*
;&n -oco, muy -oco, casi nada5 y lo .ue s7, se re9iere al e07rcito del rey griego a
.uien ese escrito se re9iere.
Sor-rendidos, le -reguntamos c/mo era .ue su-iera algo de tan antiguos
acontecimientos, a lo .ue Fou;en contest/ con calma.
;En a.uellos das, cuando la 9e en Ouda era toda6a 0o6en, yo, .ue 6i6a como un
humilde hermano en este monasterio, .ue 9ue uno de los -rimeros .ue se construyeron, 6i
el -aso del e07rcito del rey griego5 eso es todo ;-ero a,adi/ inmediatamente;* Eso -as/...
en mi .uincuag7sima encarnaci/n. <=oI, estoy e.ui6ocado con otro e07rcito* 9ue en mi
se-tuag7sima tercera encarnaci/n

.
Al or esto, Leo no -udo menos de esbo2ar una carca0ada, .ue e6it7 a tiem-o,
haci7ndole una se,a con el -ie -or deba0o de la mesa. 8e otra 9orma hubiera sido incurrir
en la irritaci/n terrible del 9an3tico 6ie0o. "e e4tra,/ esto en Leo, -ues nunca se ro de la
gente .ue ace-ta la teora de la reencarnaci/n, .ue es el -rimer artculo de 9e entre casi
las tres cuartas -artes de la ra2a humana.
;DA/mo -uede ser estoE ;-regunt7 m3s due,o de m;. 1uiero saberlo -ara mi
-rogreso, sagrado lama. Siem-re cre .ue la memoria desa-areca con la muerte.
;<AhI ;contest/;* as es, en e9ecto. >ero, hermano Holly, muchas 6eces 7sta 6uel6e
otra 6e2 -ara a.uellos .ue est3n a6an2ados en la senda .ue conduce a la +erdad. >or
e0em-lo, hasta .ue 6osotros no lesteis este -asa0e del diario, no se des-ert/ en mi mente
el recuerdo del -aso de este e07rcito. Ahora los 6eo -asar, estando yo entre otros mon0es,
al -ie de la estatua de Ouda, contem-lando su marcha. =o era un gran e07rcito5 se
encontraba muy die2mado5 la mayor -arte de sus soldados haban muerto o haban sido
-asados a cuchillo -or las tribus sal6a0es .ue los -erseguan. Su general tena gran -risa
en -oner el desierto entre ellos. Era un hombre de alti6a a-ostura. 1uisiera recordar su
nombre, -ero no -uedo. Lleg/ hasta nosotros y nos -idi/ una habitaci/n donde -udieran
-asar la noche su mu0er y sus hi0os. =os -idi/ -ro6isiones, medicinas y guas. El abad de
a.uel entonces le contest/ .ue no era -ermitido -or las leyes de las comunidades lamitas
.ue ninguna mu0er entrara ba0o nuestro techo. Ml, soberbiamente, nos contest/ .ue si tal
no hacamos, no necesitaramos ya nuestro techo, -ues cortara nuestras cabe2as a gol-es

Es comBn entre los sacerdotes budistas, com-robar .ue recuerdan hechos ocurridos en sus anteriores
6idas.
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de su yatag3n. >ara nosotros, los lamas, morir de muerte 6iolenta re-resenta reencarnar
6arias 6eces en el cuer-o de un animal, lo .ue es horrible5 escogimos el menor mal,
accediendo a los deseos del b3rbaro, obteniendo des-u7s -erd/n -ara nuestra cul-a, del
gran Lama. :o no llegu7 a 6er a esta mu0er, -ero, sin embargo, 6i a la sacerdotisa a .uien
estos e4tran0eros adoraban.
Fou;en mo6i/ su cabe2a tristemente, y call/.
;D1u7 -asaE ;le -regunt7, -ues esta historia nos interesaba grandemente.
;<(hI <He -odido ol6idar al e07rcito, -ero a la sacerdotisa, noI : ha sido -ara m la
r7mora .ue me ha hecho caminar lentamente a tra67s de muchas encarnaciones,
retardando mi marcha hacia el (tro Lado, a la (rilla de Sal6aci/n. :o era un humilde
lama, y se me encarg/ de -re-arar las habitaciones .ue haba de ocu-ar. Auando esto
haca, ella entr/ en la habitaci/n, des-o03ndose de sus 6elos. 83ndose cuenta de .ue era
un adolescente, me hi2o muchas -reguntas, entre ellas, si me gustaba 6er una mu0er de su
hermosura.
;DA/mo, c/mo era ellaE ;-regunt/ Leo, ansiosamente.
;D1ue c/mo era ellaE <(hI Era la beldad en con0unto, era como la aurora sobre las
nie6es, como la estrella de la tarde5 como la -rimera 9lor de la -rima6era. Hermanos, no
-reguntarme c/mo era. =o lo sabra decir. <Es mi -ecado, mi -ecadoI Su recuerdo dorma
en mi mente, y 6osotros lo hab7is trado -ara a6ergon2arme a la lu2 del da. >ero no, debo
con9esaros cu3n 6il y mal6ado soy. :o, a .uien 6osotros creais un santo, soy -ecador
como 6osotros. A.uella mu0er, si mu0er era, encendi/ un 9uego en mi cora2/n .ue no se
a-agar3 nunca, <nuncaI
Fou;en se sent/ en el banco, llorando.
Sus l3grimas de contrici/n le em-a,aban los anteo0os, mientras deca, lentamente*
;<"e hi2o adorarlaI "e hi2o -reguntas acerca de mi religi/n. :o le contest7,
es-erando .ue la Lu2 se hiciera en su cora2/n con mis -alabras. "as ella di0o*
C;+uestra Senda es la renunciaci/n, y 6uestro =ir6ana, la nada. En llegar hasta 7l
em-le3is toda 6uestra 6ida de sacri9icios. :o os ense,ar7 una senda m3s agradable y una
diosa m3s -oderosa a .uien adorar.
C;D1u7 senda y .u7 diosaE
C;La Senda del Amor y de la +ida ;contest/;. Ella es la .ue ha hecho al mundo, y es
la .ue os ha hecho a 6osotros. La diosa soy yo. <Ad/rame y rndeme homena0eI
C>obre de m, hermanos mos. "e -ostr7 de hino0os y bes7 sus -ies. 8es-u7s,
a6ergon2ado de m mismo, sal con el cora2/n destro2ado. Al 6er .ue me ale0aba, me di0o
entre risas*
C;Acu7rdate de m cuando alcances tu 8e6achan, sier6o del Santo Ouda. :o no
cambio, yo no muero, y siem-re estoy con a.uellos .ue me han rendido una 6e2
homena0e.
C: as es, hermanos5 aun.ue obtu6e la absoluci/n -ara mi cul-a y he su9rido mucho,
hasta mi -r/4ima encarnaci/n no -odr7 ol6idarla...
Fou;en sollo2aba con la cabe2a entre las manos.
Auando se calmo, tratamos de obtener nue6os in9ormes, -ero nuestras -reguntas se
estrellaron, en lo .ue a la sacerdotisa se re9era. =os di0o solamente .ue no conoca a .u7
religi/n -erteneca5 .ue se 9ue a la ma,ana siguiente con el e07rcito* .ue no 6ol6i/ a or
hablar nunca m3s de ella, y .ue estu6o durante ocho das encerrado en su celda, -ara no
seguirla. Pnicamente le di0o el abad, .ue la sacerdotisa era el 6erdadero 0e9e del e07rcito.
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Era -or su 6oluntad -or lo .ue marchaban hacia el norte, a tra67s del desierto, en busca
de cierto -as tras las monta,as, donde deseaba establecer el culto a su -ersona.
>reguntamos si realmente e4ista algBn -as tras las monta,as, a lo .ue Fou;en nos
contesto .ue as lo crea. Recordaba haber odo en 7sta, o en 6idas anteriores, .ue estaba
habitado -or gente de 9ieras costumbres. Haca unos treinta a,os, un lama .ue lleg/ hasta
el -ico m3s alto, -ara -asar all 6arios das de solitaria meditaci/n, 6ol6i/ diciendo .ue
haba 6isto un es-ect3culo mara6illoso* una columna de 9uego ardiendo m3s all3 de
a.uellas monta,as, sin -oder -recisar si 9ue una 6isi/n o .u7. =os hi2o obser6ar .ue -or
a.uel entonces se de0aron sentir -or el -as 9uertes terremotos.
El recuerdo de toda esta a6entura lleg/ hasta herir al a9ligido cora2/n del inocente
Fou;en de tal 9orma, .ue sali/ de la habitaci/n llorando de dolor, y no se le 6ol6i/ a 6er
-or una semana. =unca nos 6ol6i/ a hablar m3s de ello.
Sin embargo, hubo algo -oderoso .ue se cla6/ en nuestra imaginaci/n, y era .ue
debamos ascender inmediatamente la monta,a donde medito a.uel lama.
"A$%T!& -
&A "R!. ANSATA
!NA semana des-u7s encontramos la o-ortunidad de e9ectuar la deseada ascensi/n.
Est3bamos a la mitad del in6ierno, y la tormenta haba cesado. A-ro6echamos esta
ocasi/n -ara decir a los mon0es .ue bamos a ca2ar. =os e4cusamos diciendo .ue
necesit3bamos hacer e0ercicios, -ues no -odamos so-ortar -or m3s tiem-o el
con9inamiento 9sico a .ue durante todo el in6ierno habamos estado sometidos.
=uestros an9itriones nos di0eron .ue la a6entura era -eligrosa ya .ue el tiem-o -oda
cambiar de un momento a otro, y .ue en las laderas de esa monta,a e4ista una ca6erna
natural, donde -odamos re9ugiarnos en caso de necesidad. &no de los mon0es, el m3s
0o6en y m3s acti6o de la comunidad, se o9reci/ a acom-a,arnos. Aargando nuestro yaG,
ahora en las me0ores condiciones, con -ro6isiones y -ertrechos y la tienda de -ieles .ue
habamos hecho durante nuestros ocios, -artimos un buen da al amanecer. Oa0o la gua
del mon0e, llegamos a la ladera norte de la monta,a cerca del medioda. All hallamos la
ca6erna cuya entrada estaba -rotegida -or una roca. En ciertas ocasiones del a,o estaba
habitada -or -30aros, .ue con sus e4crementos cubran el suelo de una sua6e ca-a de
esti7rcol 9ormando una al9ombra .ue -rotega contra el riguroso 9ro. El resto del da lo
-asamos en le6antar nuestra tienda en el interior de la ca6erna, en encender un agradable
9uego, y en dar un -e.ue,o -aseo de e4-loraci/n -or la ladera de la monta,a. Auando
6ol6amos hacia la ca6erna, -asamos 0unto a un -e.ue,o reba,o de rebecos ocultos en un
6alle. 'u6imos la suerte de matar a dos, con gran alegra -or nuestra -arte, -ues como la
carne en a.uellas tem-eraturas se conser6a inde9inidamente, con este nue6o concurso
-odamos e4tender nuestro 6ia0e hasta .uince das o m3s sin temor a .uedarnos sin
-ro6isiones.
8es-u7s de cenar nos metimos en la tienda, durmiendo todos 0untos y bien a-retados
-ara conser6ar el calor natural, -ues la tem-eratura deba de ser de 6arios grados ba0o
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cero. El mon0e al -oco rato se .ued/ dormido, -ero ni Leo ni yo -udimos cerrar los o0os
-ensando en la misteriosa lu2 .ue se 6ea desde la cumbre de la monta,a.
Al amanecer siguiente, haba calmado la tormenta de la noche, lo .ue a-ro6ech/ el
mon0e -ara 6ol6er al monasterio, asegur3ndole, al des-edirnos, .ue dentro de uno o dos
das estaramos de regreso.
En cuanto estu6imos solos, sin -erder un minuto comen2amos nuestra ascensi/n a la
cumbre. Estaba 7sta a unos ochocientos metros de altura. En algunos sitios era
com-letamente inaccesible, -ero des-u7s de 6arias tentati6as, encontramos un camino
bastante 9a6orable, y sin grandes di9icultades, al medioda alcan23bamos la cBs-ide. La
6ista desde all era soberbia. A nuestros -ies se estrechaba el desierto em-e.ue,ecido, y
tras 7l una enorme cadena de monta,as coronadas de nie6e se -erda en el hori2onte5
todo, todo lo .ue nuestra 6ista -oda abarcar, eran monta,as y monta,as...
;Este es el mismo lugar .ue 6i en mi sue,o hace 6arios a,os ;di0o Leo.
;D: d/nde est3 la lu2 misteriosaE ;-regunt7.
;All, me -arece ;di0o, se,alando el norte.
;>ues all no se 6e nada ;le res-ond;, y la 6erdad, este lugar es bastante 9ro -ara
contem-lar el -anorama.
Aomo el descenso hubiera sido -eligroso en la oscuridad, descendimos a la ca6erna
antes .ue se hiciera de noche. Los cuatro das siguientes los em-leamos en la misma
9orma. 'odas las ma,anas subamos a la cumbre, -ara 6ol6er a descender a la -uesta del
sol.
La cuarta noche de nuestra llegada, Leo, en 6e2 de retirarse al interior de la tienda
como habitualmente haca, sali/ y se sent/ a la entrada de la ca6erna. Le -regunt7 -or
.u7 haca eso, a -esar del 9uerte 9ro reinante, y me contest/ .ue deseaba estar solo5 as
.ue lo de07.
A medianoche, des-ert3ndome, me di0o*
;+en, Horacio, tengo .ue ense,arte algo interesante.
Sal de la tienda al momento, -ues dormamos con todos nuestros 6estidos encima.
Lle63ndome a la -uerta de la ca6erna, me se,al/ un -unto en el hori2onte norte. "ir7. La
noche era muy oscura, -ero a -esar de eso, le0os, muy le0os, se 6ea una lu2 como el
re9le0o de un 9uego distante.
;D1u7 -iensas de esoE ;me -regunt/, ansiosamente.
;=ada de -articular5 -uede ser..., .ui23 la luna5 no, no hay luna5 .ui23 la aurora, -ero
no, es demasiado al norte, y no comien2a hasta dentro de tres horas. Es algo .ue est3
ardiendo, -uede .ue sea una cosa .ue se .ueme, o una -ira 9uneraria..., D.u7 -uede ser
a.uE
;Areo .ue es un re9le0o, y si estu6i7ramos en la cumbre, 6eramos ;de d/nde -rocede
esta lu2 ;re-lic/ Leo, con calma., ;S, -ero en la oscuridad no -odemos hacer tal cosa.
;Entonces, Horacio, debemos -asar una noche all. ;1ue ser3, seguramente, la Bltima de
nuestra -resente encarnaci/n ;res-ond, ri7ndome;5 moriramos congelados.
;8ebemos arriesgarnos, o si no, me arriesgar7 yo solo5 -ero mira, la lu2 ha
desa-arecido.
'ena ra2/n, la lu2 ya no estaba, y la oscuridad era com-leta en la noche.
+ol6iendo hacia la tienda, -ues tena mucho sue,o y me dominaba la incredulidad,
di0e a Leo*
;870alo, ya hablaremos ma,ana sobre esto5 6amos a dormir.
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Librodot Ayesha, el retorno de Ella H. R. Haggard
>ero Leo, no obstante, se sent/ en la entrada de la ca6ernaQ
Al amanecer, cuando me des-ert7, encontr7 el desayuno -re-arado.
;8ate -risa ;me di0o;5 debo -artir en seguida.
;D>ero est3s locoE ;le di0e;. DArees .ue -odemos 6i6a.uear en ese lugarE
;=o s75 debo ir, e ir7, Horacio.
;Lo .ue .uiere decir .ue debemos ir los dos. >ero, D.u7 hacemos del yaGE
;>or donde 6ayamos nosotros -odr3 ir 7l tambi7n ;contest/.
#nmediatamente comen2amos a recoger los -ertrechos, la tienda y buena -ro6isi/n de
carne cocida, y cargando todo sobre el lomo del yaG comen2amos el ascenso. Hue di9cil,
sobre todo -or.ue nos 6eamos obligados a hacer grandes des6iaciones -ara e6itar las
laderas heladas, con ob0eto de .ue -udiera subir el animal.
Llegados a la cumbre, comen2amos a e4ca6ar la nie6e con ob0eto de instalar la
tienda, a-il3ndola a los lados, de 9orma .ue nos -rotegiera contra el aire y el 9ro. La
oscuridad se iba haciendo r3-idamente5 nos metimos con el yaG en la tienda, y de6orando
nuestra comida, es-eramos.
Haca un 9ro horrible. El cier2o so-laba 9uertemente, e introduci7ndose -or los
res.uicios de la tienda, nos .uemaba las caras como hierros candentes. A9ortunadamente,
tenamos el yaG con nosotros, y el calor de su sucio cuer-o nos con9ortaba.
>asaron largas horas de 6igilancia y es-era* el sue,o se a-oderaba de nosotros, y
tenamos .ue luchar contra 7l, -ues el dormirse e.ui6ala a morir. En el hori2onte no se
6ea m3s .ue el res-landor de las estrellas. El silencio era com-leto, -ues el aire no haca
ruido al desli2arse sobre la nie6e. A -esar de estar acostumbrado a esta 6ida de monta,a,
mis sentidos comen2aban a embotarse, cuando de -ronto Leo me di0o*
;"ira tras esa estrella ro0a.
"ir7, y en el cielo 6i un 6i6o res-landor, y en 7l una masa oscura. El 9uego creci/ e
hi2o como una e4-losi/n -ara 6ol6er al mismo mortecino re9le0o anterior. A la lu2 de sus
llamas -udimos 6er la misteriosa masa oscura, .ue se hi2o -er9ectamente 6isible. Era un
enorme -ilar coronado -or una es-ecie de cru2. S, no haba duda. Se 6io -er9ectamente,
era la cru4 ansata, el smbolo de la +ida entre los egi-cios.
Al desa-arecer el res-landor de la e4-losi/n, se des6aneci/ la oscura masa.
=ue6amente otra e4-losi/n, -roduciendo los mismos e9ectos anteriores. A la tercera, el
9uego brill/ con tal intensidad, .ue;ni un rel3m-ago -oda a6enta0arlo en res;R -landor.
'odo el 9irmamento, de negro se con6irti/ en ro0o, as como las cimas de las monta,as
6ecinas. En la cumbre de la nuestra, todo se 6io re-entinamente iluminado, como si un
enorme 9aro -asara su ha2 de rayos -or bu cBs-ide. A su lu2 nos contem-lamos las caras,
-3lidas -or la emoci/n, y un 2orro sal6a0e, .ue al olor de las -ro6isiones se haba
acercado a nuestra tienda, huy/ aterrado. Lo mismo .ue los anteriores, i;u duraci/n 9ue
solamente de unos segundos. Al desa-arecer su res-landor, .ued/ sumido en las sombras
el -icacho .ue llamamos del S.RSmbolo de la +idaC.
>ermanecamos en silencio. Leo lo interrum-i/, diciendo*
;D'e acuerdas, Horacio, cuando ELLA di0o, en la >e,aRocosa, dirigi7ndose a m, .ue
un rayo de lu2 nos sera en6iado -ara mostrarnos el camino, -ara huir de la senda .ue
conduce a la muerteE Ahora, des-u7s de esto, creo .ue esta lu2 es el rayo .ue nos indica
d/nde 6i6e Ayesha y cu3l es el camino .ue debemos seguir -ara llegar al lugar de la +ida,
.ue es donde ELLA habita.
;>uede .ue sea as ;contest7, bre6emente.
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Aon la aurora se le6ant/ una 9uerte brisa .ue nos a2ot/ horriblemente mientras
descendamos -or las laderas. Aada -aso .ue d3bamos en medio de a.uella tem-estad de
nie6e, -ara otros hubiera sido un -aso de muerte, -ero -ara nosotros, .ue tenamos la
con9ian2a de .ue nuestras 6idas eran sagradas, era un -aso m3s .ue nos conduca al
ob0eto deseado. La tem-estad a2otaba con 9uria, arrastrando al yaG5 ciegos y sin -oder ni
hablarnos, llegamos des-u7s de dura marcha, guiados solamente -or nuestro instinto, a
las -uertas del monasterio.
El 6ie0o abad nos abra2/ lleno de 0Bbilo, y los mon0es ele6aron sus -legarias de
gracias. Haca -oco haban cesado sus re2os de di9untos, -ues nos crean ya muertos
des-u7s de la tem-estad .ue se haba desarrollado, y .ue, a su 0uicio, no haba -ersona
humana .ue hubiera -odido resistir.
'oda6a era mediado el in6ierno. =o tenamos m3s remedio .ue es-erar en el
monasterio, educando nuestros cora2ones en la -aciencia, hasta .ue la nie6e se deshiciera
a los -rimeros rayos del sol -rima6eral.
>or 9in cesaron los rudos 9ros del Asia y la -rima6era lleg/. &na tarde, el aire 9ue
c3lido, y -or la noche el 9ro descendi/ notablemente. La siguiente, las es-esas nubes se
deshicieron en llu6ia .ue lentamente 9undan la nie6e, con6irtiendo los decli6es en
sonoros torrentes. Los mon0es comen2aron a, -re-arar sus a-eros de labran2a, -ues la
estaci/n del traba0o haba llegado. 'res das estu6o llo6iendo torrencialmente. Al cuarto,
el desierto, antes blanco, era ahora de un color tierra, -ero esto no 9ue -or largo tiem-o,
-ues en una semana estaba cubierto de 9lores. Entonces lleg/ -ara nosotros la hora de la
gran -artida.
;>ero, D-or .u7 os march3isE DA d/nde 6aisE ;nos -regunt/ el abad;. DEs .ue no
est3is contentos a.uE DAre7is .ue no -rogres3is en la Senda con nuestras oraciones y
nuestras -iadosas meditacionesE 'odo lo .ue hay a.u, Dno es 6uestro tambi7nE <(hI D>or
.u7 nos de03isE
;Santo abad ;le di0e;5 no hace mucho tiem-o en la biblioteca nos hicisteis cierta
con9esi/n.. .
;<(h, no me record7is estoI ;e4clam/, al2ando sus manos;. D>or .u7 .uer7is
atormentarmeE
;Le0os eso de nosotros, .uerido y 6irtuoso amigo ;contest7;5 -ero da la casualidad
.ue 6uestra historia es la nuestra, en lo .ue se re9iere a la di6ina sacerdotisa.
;<HabladI ;e4clam/, intrigado.
A grandes rasgos le cont7 nuestra historia. En todo el tiem-o .ue dur/ 7sta, no hi2o
m3s .ue mo6er con -esadumbre su cabe2a, sin .ue una -alabra des-egase sus labios...
;Ahora ;a,ad;, alumbrad con la lu2 de 6uestra sabidura la oscuridad de nuestro
entendimiento. D=o encontr3is esta historia mara6illosa, o cre7is .ue somos 6ulgares
misti9icadoresE...
;Hermanos del gran monasterio llamado el "undo ;contest/ el abad, con su
acostumbrado latiguillo;5 D-or .u7 he de dudar de las -alabras de .uienes desde el -rimer
momento he credo -ersonas honradasE Adem3s, D-or .u7 ha de ser 6uestra historia
mara6illosaE DEncontr3is la mara6illa en conocer una 6erdad .ue nosotros conocemos
hace miles de a,osE >or.ue en una 6isi/n os ense,/ este monasterio, y se,al3ndoos un
-unto en el hori2onte desa-areci/, Dcre7is .ue est7 reencarnada des-u7s de 6erla morirE
D>or .u7 noE En esto no hay nada de asombroso -ara a.uellos ;.ue est3n al tanto de la
+erdad, aun.ue solamente la duraci/n de su Bltima reencarnaci/n es contrario a lo .ue las
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e4-eriencias nos dicen. Sin duda alguna la encontrar7is otra 6e2 y, sin duda, su Rhama, o
identidad, ser3 la misma .ue en la .ue en otra reencarnaci/n me hi2o -ecar -ara .ue
arrastrara mi cul-a a tra67s de muchas reencarnaciones.
;El amor es la ley de la 6ida ;contest/ Leo;5 sin amor la 6ida no e4iste. :o busco el
amor -ara -oder 6i6ir. :o creo .ue todos estos acontecimientos nos lle6ar3n a un 9in .ue
descono2co, -ero no temo5 cum-lir7 mi misi/n.
;=o es mi deseo a-artaros del camino .ue hab7is tra2ado. Aada uno es due,o de su
libre albedro5 -ero escuchadme* esa mu0er, esa sacerdotisa, Dha inter6enido en tus
anteriores reencarnacionesE <SI &na 6e2 segBn creo haberos odo, en la -ersona de cierta
diosa llamada #sis, a .uien no .uisisteis escuchar. La mu0er os tent/, -ero su-isteis
resistir. D1u7 encontr3steis en ellaE &na loca diosa 6engadora .ue os asesin/, y si no una
diosa, una mu0er .ue 9ue el instrumento de su 6engan2a. Ahora bien5 este instrumento,
mu0er o diablesa, se dio cuenta de .ue os amaba, y se neg/ a morir, es-erando .ue en
6uestra -r/4ima reencarnaci/n os encontrara de nue6o. ELLA os encontr/, y muri/ o
a-arent/ morir5 ahora est3 reencarnada de nue6o, y con toda seguridad la encontrar7is, y
otra 6e2 6ol6er3 a morir. Areedme, hermanos mos* renunciad a la a6entura, no cruc7is
las monta,as, .uedaos conmigo, lamentando 6uestro sino.
;=o ;contest/ Leo;5 hemos hecho una -romesa y no 9altaremos a nuestra -alabra.
;Entonces, hermano, id5 cum-lid 6uestra -romesa5 -ero cuando medit7is sobre mis
-alabras, 7stas arro0ar3n la lu2 en 6uestra mente y com-render7is la inmensa 6erdad .ue
ellas encierran. <AhI, no me .uer7is creer5 sacuds 6uestras cabe2as y dud3is5 ya 6endr3
un da, des-u7s de muchas encarnaciones, en .ue, re6olc3ndoos en el -ol6o y el 9ango,
e4clamar7is* CHermano Fou;en, 6uestras -alabras eran las de la -rudencia y sabidura5
las nuestras, las de la locura y la muerteC.
El 6ie0o abad, con los o0os llenos de l3grimas, sali/ de la estancia.
=osotros nos dirigimos a nuestra habitaci/n, -ues era ya bastante tarde, y nos
acostamos. =o -ude dormir a.uella noche. Las -alabras de a.uel hombre bueno, -rudente
y lleno de e4-eriencia, con clara 6isi/n del 9uturo, me o-riman el alma im-idi7ndome el
sue,o.
"A$%T!& /
E& A&!D
Do0 das des-u7s, la salida del sol nos sor-rendi/ en nuestra marcha -or el desierto.
'oda6a 6eamos la ruinosa estatua del Ouda, y, a tra67s del ntido amanecer, la 9igura del
6ie0o abad contem-l3ndonos hasta .ue nos -erdimos de 6ista.
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>or la tarde, ca2amos un
antlo-e y, haciendo un alto, le;
6antamos nuestra tienda. Recogimos
abro0os secos, con los .ue
encendimos 9uego. =os 9altaba agua.
Sin embargo, e4ca6amos el suelo
haciendo un -e.ue,o -o2o, al .ue
a9luy/ gota a gota la humedad de la
tierra. Al -oco rato y me2clada ton
la nie6e derretida, tenamos agua de
calidad e4celente. A.uella noche
comimos o--aramente. La carne del
antlo-e era su-erior, y el t7 .ue aBn
.uedaba de nuestras agotadas
-ro6isiones, com-let/ el ban.uete.
La ma,ana siguiente determinamos
nuestra situaci/n geogr39ica -or los
medios m3s rudimentarios, y
-udimos estimar, .ue habamos
cru2ado la cuarta -arte del desierto.
SegBn nuestros c3lculos, -ara la
tarde del cuarto da es-er3bamos
encontrarnos al -ie de las monta,as.
Aomo deca Leo, las cosas
Cmarchaban a la horaC. -ero siem-re -esimista, le record7 .ue un buen -rinci-io es, a
menudo, -resagio de un mal 9in. =o estaba e.ui6ocado. Era all donde, 6erdaderamente,
9ueron err/neos, -ues al cuarto da est3bamos al -ie de las monta,as. Mstas eran terrible;
mente altas, y necesit3bamos dos das -ara alcan2ar sus laderas m3s ba0as. El calor del
sol, -ro6ocando el deshielo, haca nuestra marcha traba0osa, -ues nuestras -iernas se
hundan en la nie6e hasta la rodilla, y aun acostumbrados como est3bamos a marchas en
estas condiciones, el re9le0o de la sabana nos hera los o0os, haciendo m3s dura nuestra
0ornada.
La ma,ana del s7-timo da nos encontramos a la boca de un des9iladero .ue se
e4tenda atra6esando el cora2/n de las monta,as. Aomo nos -areci/ la me0or ruta, nos
internamos en 7l. A -oco andar, descubrimos .ue all debi/ haber e4istido un gran
camino, ancho como una carretera ordinaria, -ues a tra67s de la marcha 6eamos la roca
cortada, de0ando ancho -aso sobre el borde de los -reci-icios5 el camino era todo -lano. y
dado a.uel terreno tan abru-to, era im-osible tal cualidad sin la inter6enci/n de la mano
del hombre. S5 as era. En tro2os no cubiertos -or la nie6e, aBn se 6ean huellas de
herramientas .ue traba0aron a.uellas rocas...
Al llegar al d7cimo da, nos encontr3bamos al 9inal del des9iladero, mas como la
noche estaba encima, nos 6imos obligados a acam-ar a la intem-erie, en medio del 9ro
m3s es-antoso. 5Siem-re recordar7 a.uellas horas terriblesI =o haba ni abro0os -ara
encender un 9uego con .ue -re-arar un miserable t7 -ara satis9acer nuestra sed. =uestros
o0os estaban tan hinchados .ue no -odamos cerrarlos ni -ara dormir. El 9ro era tan
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intenso, .ue ni el calor del yaG .ue metimos con nosotros en la tienda, -oda im-edir .ue
nuestros dientes casta,etearan sin cesar.
>or 9in lleg/ el amanecer, y con 7l el sol. Salimos de la tienda, y recogi7ndolo todo,
nos -usimos en marcha hasta alcan2ar una re6uelta del camino, .ue, -or su -osici/n geo;
gr39ica, reciba de lleno los d7biles rayos del sol.
Leo, .ue marchaba a la cabe2a, se detu6o, lan2ando una e4clamaci/n. "e dirig
hacia 7l, -or si algBn accidente desagradable le haba ocurrido, y, <loado sea 8iosI, a
nuestros -ies se e4tenda la 'ierra de >romisi/n ...
Al 9ondo, a unos die2 mil -ies cuando menos, 6eamos una inmensa -lanicie bastante
llana, 9ormada -or terrenos de alu6i/n y .ue, a nuestro 0uicio, en alguna remota edad 9ue
el 9ondo de alguno de R.os numerosos lagos .ue e4isten en el Asia Aentral, y la mayora
de los cuales est3n hoy da en -roceso de disecaci/n. Lo Bnico .ue alteraba la monotona
de a.uella 6asta -lanicie era una gigantesca y singular monta,a coronada de nie6e, .ue,
aun.ue a gran distancia de nosotros, -odan 6erse sus contornos claramente detallados en
el hori2onte. Es m3s, -odamos 6er su cresta engalanada -or un es-eso -enacho de humo
.ue se ele6aba lentamente y .ue, sin duda alguna, -roceda de un cr3ter situado en la
cBs-ide de a.uel coloso de roca. Al borde del cr3ter haba un enorme -ilar, .ue recordaba
la 9orma del Smbolo de la +ida, tan 6enerado -or los egi-cios.
8esde all di6is3bamos tambi7n una ciudad de blancos te0ados situada sobre una
loma y rodeada de 3rboles. A su lado se desli2aba un ancho ro, e4tendi7ndose a lo largo
de la llanura. Aon la ayuda de unos anteo0os, uno de los restos m3s .ueridos de nuestro
-rimiti6o e.ui-o, com-robamos .ue a.uel -as deba tener una e4tensa -oblaci/n,
dedicada a la agricultura, -ues se 6ean canales y lneas de 3rboles .ue marcaban los
lmites de las -ro-iedades.
S, 7sa era, sin duda, la 'ierra >rometida, y solamente tenamos .ue desli2arnos -or
la ladera -ara llegar hasta all.
Re-usimos nuestras mermadas 9uer2as con un -oco de nuestras -ro6isiones secas,
.ue ablandamos entre la nie6e, y sin re-osar si.uiera, cargamos al yaG y nos -usimos en
marcha. El camino estaba marcado ahora -or -ilares de -iedra, situados 9ormando calle.
En la ruta no se 6ean tra2as del -aso de seres humanos, -ero s de los reba,os de
carneros sal6a0es y 2orros de los muchos .ue -ueblan a.uellas monta,as.
Sus laderas eran m3s -enosas de lo .ue a -rimera 6ista cremos. A -esar de la ra-ide2
de nuestra marcha, cuando las sombras de la noche se cernieron, aBn no habamos llegado
al -ie de la monta,a. 'u6imos .ue interrum-ir el descenso, 6i7ndonos obligados a -asar
otra noche entre la nie6e. Armamos nuestra tienda al abrigo de una roca, y nos
dis-usimos a descansar. Aomo habamos descendido 6arios millares de -ies, el 9ro,
a9ortunadamente -ara nosotros, haba disminuido bastante. 'ambi7n a.u el calor del sol
haba 9undido la nie6e en algunos sitios, de0ando al descubierto los abro0os, lo cual nos
-ermiti/ hacer un recon9ortante t7. El -obre yaG tu6o suerte esta 6e2. A -oca distancia
haba una -e.ue,a -radera de musgo, .ue, a 0u2gar -or la 9ruici/n con .ue lo coma, era
un e4celente man0ar -ara su -obre est/mago.
>as/ la noche y 6ino la aurora con su rosado nimbo. Aomo tenamos -risa en
descender, comimos, y nos -usimos en marcha inmediatamente.
A medida .ue descendamos, la -lanicie y el 6olc3n .uedaban ocultos -or una
gigantesca roca, .ue -areca cortada a -ico -or una estrecha garganta, hacia la cual nos
dirigimos, -ues hacia all, segBn marcaban los -ilares, continuaba el camino. Al
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medioda, la roca -areca -r/4ima a nosotros, y es-oleados -or la curiosidad, 9or2amos la
marcha. En realidad, no era necesaria tal -risa, y una hora des-u7s sabamos -or .u7.
Entre nosotros y el otro lado de la ladera se abra un -ro9undo -reci-icio .ue a
-rimera 6ista tendra trescientos o cuatrocientos -ies de -ro9undidad. 8esde el 9ondo
llegaba hasta nosotros el sonido del agua, al desli2arse entre las rocas.
En el otro e4tremo, y 9rente a nosotros, continuaba el camino, como as lo
demostraba uno de los -ilares situados sobre el borde del abismo. DA/mo era -osible la
comunicaci/n entre los dos ladosE
;D=o crees ;di0o Leo; .ue este -reci-icio se haya abierto des-u7s de 0alonado el
caminoE >ero no im-orta5 hallaremos otro.
;Esa es toda la di9icultad* <encontrarloI ;res-ond yo;. : debemos buscarlo -ronto, si
no .ueremos detenernos a.u -ara siem-re.
+ol6imos hacia la derecha y marchamos a lo largo del -reci-icio m3s o menos una
milla, hasta .ue encontramos un -e.ue,o glaciar. Este glaciar era la Bnica -osibilidad de
-aso hacia el otro lado, -or cuanto el -reci-icio se haca cada 6e2 m3s -ro9undo. La
mayor di9icultad estribaba en .ue a nuestros -ies la 6ertiente era com-letamente 6ertical,
sin .ue hubiera medio humano de llegar hasta el 9ondo donde se encontraba el glaciar.
+ol6imos sobre nuestros -asos, y buscamos una nue6a ruta hacia la i2.uierda. A.u
la monta,a se ele6aba enormemente, e4tendi7ndose siem-re ante nosotros la boca del
horrible -reci-icio. Auando el cre-Bsculo lleg/, di6isamos como a una milla o m3s de
distancia, una enorme roca .ue se ele6aba al borde del -reci-icio. Hacia ella nos
dirigimos, con la intenci/n de 6er si desde su cumbre -odamos 6islumbrar algBn -aso.
Auando des-u7s de rudo escalo alcan2amos lo alto de la. roca, .ue estaba a unos ciento
cincuenta -ies, nos con6encimos .ue lo mismo a.u .ue tras el glaciar, el -reci-icio era
in9initamente m3s -ro9undo .ue donde se cortaba el camino, tan -ro9undo, .ue era
im-osible distinguir el 9ondo.
"ientras busc3bamos el medio de continuar nuestra ruta, la noche se nos ech/
encima. La ascensi/n haba sido bastante ruda, dado lo abru-to de la gigantesca roca. As,
-ues, como est3bamos bastante 9atigados, resol6imos -asar la noche en un abrigo natural
.ue e4ista en la -arte su-erior de la su-er9icie rocosa, ya .ue la di9erencia de
tem-eratura no era muy grande. Hue as como sal6amos nuestras 6idas, segBn se 6er3 a
continuaci/n.
8escargamos el yaG y le6antamos nuestra tienda, acabando a.uella 0ornada con una
raci/n de -escado seco, acom-a,ado de un tro2o de -an negro de centeno. Esto era lo
Bltimo .ue nos .uedaba de las -ro6isiones .ue tra0imos del monasterio, y nos d3bamos
cuenta, con el natural dolor, .ue si no tenamos la suerte de ca2ar algo, nuestros recursos
.uedaban reducidos al -obre yaG. 8esechamos estos negros -ensamientos, con la
es-eran2a de un da me0or, y en6ol6i7ndonos en las -ieles, -rocuramos ol6idar nuestras
miserias en el sue,o.
=o 9altara mucho -ara el amanecer, cuando nos des-ertamos sobresaltados -or un
ruido es-antoso, como el -roducido -or la descarga de un ca,/n de gran calibre,
acom-a,ado de otro de 9usilera.
;<Nran 8iosI D1u7 -asaE ;e4clam7.
8e un salto est3bamos 9uera de la tienda, -ero nada -udimos 6er, -ues todo, estaba
en6uelto en tinieblas. El yaG muga aterrado, intentando esca-ar, -resa del -3nico. =ada
-udimos 6er, -ero s or el ruido -roducido -or los hielos al res.uebra0arse como cristal.
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Este ruido ces/ -or un momento, -ero 9ue seguido -or un sordo murmullo .ue creca en
intensidad y .ue, sin saber -or .u7, nos hi2o sobrecoger de terror. La intuici/n nos deca
.ue un secreto -eligro nos amena2aba. El tiem-o .ue durante la noche haba sido de una
gran calma, ahora se 6ea interrum-ido -or una 6entisca .ue nos a2otaba con una
6iolencia como -ocas 6eces habamos sentido.
=o dur/ largo rato la inc/gnita. La aurora a-areci/, y con ella la lu2 del nue6o da
rasg/ las sombras, mostr3ndonos el m3s terror9ico y admirable es-ect3culo .ue -uede
6erse en las regiones heladas.
La ladera de la monta,a se desli2aba sobre s misma, en 9orma de un gigantesco alud,
y lo .ue era m3s terrible, se diriga a estrellarse contra la roca donde est3bamos acam;
-ados.
Aomo hi-noti2ados, contem-l3bamos -arali2ados -or el terror este es-ect3culo,
cuando la -rimera ola de nie6e choc/ contra nuestra roca, e hi2o 6acilar a la enorme
mole, como lo hubiera hecho una ola marina con una ligera embarcaci/n. =uestro terror
9ue grande, -ues -or un momento -ensamos 6ernos -reci-itados en el abismo al mismo
tiem-o .ue la roca.
Segundos des-u7s, el alud se -reci-itaba contra nuestro reducto. Nracias a 8ios, la
roca era s/lida y resisti/ a la enorme masa .ue, detenida en su curso, se a-il/ sobre s
misma, alcan2ando una altura de cerca de cincuenta -ies sobre nuestras cabe2as. A un
lado y a otro de nosotros, la nie6e, en millones y millones de toneladas, 6ena a acabar su
#oca carrera en la boca del -reci-icio, -or donde desa-areca, yendo a engrosar el caudal
del torrente.
Las rocas .ue, des-la2adas de su -unto de a-oyo haban -erdido la estabilidad,
6enan a estrellarse al -ie de la nuestra, atra6esando la nie6e con la 9uer2a de un ariete.
La. -rimera la mo6i/ ligeramente, .uedando enterrada en la nie6e5 -ero otras, con la
6elocidad de una bala, remontaban -or la 9uer2a de la inercia el -e.ue,o talud 9ormado
contra nuestra roca, y saltando -or encima de 7l, 6enan a caer sobre nosotros5 a.uello
-areca un bombardeo, <-ero .u7 bombardeoI
=o sabamos .u7 hacer, re-legados, reduciendo nuestros cuer-os a la mnima
e4-resi/n, -rocur3bamos adosarnos a las salientes de la roca, -ara -rotegernos de las
-iedras 9atales. 8e 6e2 en cuando, 7stas -asaban sobre nosotros, e4tra,3ndonos a cada
momento de hallarnos con 6ida. A esta escena tan r3-ida y 9ragorosa, sucedi/ una calma
com-leta. >areca como si la naturale2a, des-u7s de haber -uesto en 0uego todos sus
recursos destructi6os contra nosotros, .uisiera la -a2. =os le6antamos. El cielo era a2ul y
el -aisa0e, en con0unto, alegre. >areca im-osible .ue la naturale2a se -udiese mostrar de
tan di9erentes as-ectos.
8imos gracias al cielo -or conser6arnos la 6ida, -ues de otra manera, sin
inter6enci/n di6ina, no era -osible .ue hubi7ramos salido indemnes de una cat3stro9e
seme0ante. >ero en lo .ue se re9era al orden econ/mico, habamos salido maltrechos.
=uestra tienda haba desa-arecido, as como los -ertrechos .ue constituan los Bltimos
restos de nuestro e.ui-a0e, y .ue -ara nosotros re-resentaban -e.ue,os tesoros. Lo .ue
m3s dolor nos -rodu0o, 9ue encontrar tras una brecha de la roca a nuestro 9iel com-a,ero,
el -obre yaG, muerto y con la cabe2a destro2ada.
Aontra nuestro re9ugio se haba 9ormado, -or la nie6e detenida en su marcha al
abismo, un enorme -romontorio .ue alcan2aba muchos metros de altura sobre nosotros.
Seme0aba una enorme torre de nie6e com-rimida y moteada -or los tro2os de -iedra
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incrustados en ella. El abismo, del .ue antes no 6eamos el 9in, mostraba ahora, a muy
-oca distancia de su boca, un 9ondo 9ormado -or la nie6e y lo.* detritus resbalados -or la
ladera de la monta,a.
Est3bamos blo.ueados, no -odamos intentar el descenso de donde nos
encontr3bamos, -ues e.ui6ala a enterrarnos 6i6os en la nie6e. Adem3s, a lo largo del
abismo, y con menos intensidad, se desli2aban masas de nie6e 9altas de cohesi/n .ue, si
bien no eran de gran tama,o, cual.uiera de ellas hubiera -odido enterrar un centenar de
hombres. Est3bamos -risioneros. =o -odamos salir hasta .ue cambiara el tiem-o, lo cual
e.ui6ala a es-erar la muerte con toda -aciencia en a.uella isla de granito rodeada de un
mar de nie6e.
La situaci/n no -oda ser m3s desconsoladora. Hambrientos, ateridos, agotadas
nuestras -ro6isiones y sin -oder encontrar unos tristes rastro0os con .ue -oder
calentarnos. 8irigimos nuestras miradas al -obre yaG, .ue a -ocos -asos yaca con la
cabe2a destro2ada.
;Le sacaremos la -iel ;di0o Leo;5 nos ser3 necesaria, .ui23, esta misma noche.
As lo hicimos, no sin gran dolor, aun.ue m3s doloroso hubiera sido -ara nosotros
haber tenido .ue sacri9icarlo. Lo cortamos en tro2os, y la63ndolos en la nie6e, nos los
comimos sin m3s condimento. Era una carne de sabor desagradable, -ero D.u7 otra cosa
-odamos hacer en tales circunstanciasE
"A$%T!& 1
E& 2&A"IAR
&&E2# la noche de a.uel aciago da, y des-u7s de unos cuantos bi9tecs crudos,
-asamos la noche en6ueltos en la -iel de nuestro -obre yaG, -ues nuestra tienda haba
desa-arecido. Esta 6e2 dormimos con cierta tran.uilidad, -ues sabamos .ue -or el
momento no habra m3s aludes .ue temer. La noche era de un 9ro riguroso, y a no ser -or
la -iel del yaG estoy seguro .ue hubi7ramos muerto de 9ro. Al des-untar el nue6o da,
Leo me di0o, resueltamente*
;Horacio, tenemos .ue salir de a.u. Si hemos de morir, -re9iero .ue sea luchando.
;Oien ;le di0e;5 marchemos.
Hicimos dos -a.uetes con las -ieles y la carne .ue ;tenamos enterrada en la nie6e,
comen2ando el descenso.
Aun.ue la roca no tena m3s .ue unos sesenta metros de altura, su base,
a9ortunadamente -ara nosotros, era bastante ancha, a-il3ndose una colosal cantidad de
nie6e entre la cBs-ide y el ni6el del suelo.
Aomo nada se ganaba es-erando, nos decidimos a salir de nuestros resguardos,
marchando Leo a la cabe2a, -robando la resistencia del -iso de nie6e -aso a -aso, y yo
tras 7l.
Aon gran alegra descubrimos .ue el 9ro de la noche haba endurecido a.uella nie6e,
.ue nosotros su-usimos blanda, lo su9iciente -ara .ue, andando -or su su-er9icie, -udiera
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so-ortarnos. A medida .ue descendamos, el camino se haca mucho m3s blando, hasta el
-unto .ue nos 6imos obligados a tumbarnos sobre la nie6e, -ara .ue el -eso de nuestro
cuer-o se re-artiera -or una su-er9icie mayor, y de esta 9orma, -oco a -oco, tratar de
llegar al -ie del -romontorio.
'odo 9ue bien hasta .ue estu6imos a unos cincuenta -asos de la base. 8ebamos
cru2ar una -e.ue,a ele6aci/n de nie6e, o me0or dicho, de -ol6o de nie6e, -ues no -oda
llamarse de otra 9orma, a.uello casi im-al-able. Leo, com-rendiendo el -eligro .ue
encerraba su -aso, de un 3gil salto e6it/ el -eligro con maestra5 -ero yo, .ue le segua a
un -ar de metros, al intentar tomar im-ulso -ara saltar, debido, sin duda, a la -esade2 de
mi cuer-o, cru0i/ la nie6e, haci7ndome eri2ar los cabellos. =o tu6e tiem-o ni de -ro9erir
un grito. "e 6i enterrado -or com-leto en la blanca masa.
Aual.uier -ersona .ue se haya 6isto sumergida en agua 9ra a bastante -ro9undidad,
sabe .ue la sensaci/n .ue se e4-erimenta no es de las m3s agradables. 8escendiendo en;
tre la nie6e, mis -ies tro-e2aron contra algo duro, .ue deba ser una roca5 en ella me
a-oy7 deses-eradamente, y 9ue lo .ue me sal6/ de desa-arecer -ara siem-re. 8e -ronto,
todo 9ue tinieblas a mi alrededor. La nie6e, sin consistencia, haba cerrado el bo.uete .ue
mi cuer-o hiciera al -asar -or su su-er9icie, e inmediatamente comenc7 a sentir los
-rimeros sntomas de as9i4ia. Reuniendo toda mi sangre 9ra y toda mi calma, 9ui
mo6iendo lentamente los bra2os -ara no -erder mi -unto de a-oyo, hasta lle6arlos sobre
mis hombros, -rocurando abrir un -e.ue,o agu0ero sobre mi cabe2a -ara .ue entrara el
aire.
Siem-re he tenido 9ama de tener los bra2os e4cesi6amente largos5 esta 6e2 trat7 de
.ue me sir6ieran -ara algo. Los sa.u7, y -ude com-robar .ue no tena m3s .ue un -ar de
-almos de nie6e sobre mi cabe2a. Sac3ndolos aBn m3s, trat7 de agarrarme a un cuer-o
duro con .ue mis bra2os tro-e2aron, y, asi7ndome a 7l, -rocur7 ele6arme a -ulso. 'area
inBtil5 la cantidad de nie6e .ue tena sobre mis hombros, haca im-osible la salida de
a.uel agu0ero.
'odo esto 9ue cuesti/n de segundos. +iendo mis es-eran2as 9allidas de salir de a.uel
sitio, me -re-ar7 a morir. Los sentidos me abandonaban, y -oco a -oco -erd la noci/n de
mi ser.
8e nue6o 6ol6 a 6er la lu2. La 6o2 de Leo me grit/*
;<Horacio5 -ronto, ag3rrate a la culata de mi ri9leI
Algo ro2/ contra mi mano aterida5 me agarr7 deses-eradamente, y not7 .ue tiraban
de m. "e 6i i2ado, y mi cabe2a sali/ de a.uel maldito agu0ero.
Al 6erme salir, Leo tir/ de m. :o, como -ude, me agarr7 de 7l, y trat7 de salir -or
com-leto. 'anto em-u0e -usimos, .ue no -udimos e6itar .ue 0untos cay7ramos rodando
-or la 6ertiente, hasta casi el borde del -reci-icio. >or 9in, res-ir7 el aire -uro. <1u7
delicia tan incom-arable, cuando se ha estado a -unto de morir -or as9i4iaI
;DAu3nto tiem-o estu6e allE ;-regunt7 a Leo, .ue, sentado a mi lado, en0ugaba el
sudor de su 9rente.
;=o s7, e4actamente. Aerca de 6einte minutos, me -arece.
;<+einte minutosI <"e han -arecido 6einte siglosI >ero, Dc/mo has -odido sacarmeE
'e sera im-osible sostenerte sobre ese -ol6o de nie6e.
;=o5 me he sostenido gracias a la -iel de nuestro -obre yaG. Al 6er .ue no estabas
0unto a m, com-rend lo .ue -oda haber sucedido. "e dirig hacia donde te haba 6isto
-or Bltima 6e2, y 6i tus dedos, tan negros -or el 9ro, .ue a los -rimeros momentos los
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tom7 -or tro2os de -iedra. Se me ocurri/ entonces alcan2arte la culata del ri9le, y,
a9ortunadamente, toda6a tu6iste 6ida su9iciente -ara -oderla agarrar. Lo dem3s ya lo
sabes. Si no hubi7ramos sido los dos tan 9uertes, nada hubiera -odido hacerse.
;Nracias, muchacho ;le di0e, sim-lemente.
;,>or .u7 me das las graciasE DArees .ue deseo continuar solo todo el resto del
caminoE Has estado durmiendo en una cama bastante 9ra. +amos, necesitas e0ercicio.
Adem3s, 90ate* estamos encantados de la 6ida, mi ri9le se ha roto, y el tuyo se ha -erdido
en la nie6e. Oien, esto nos ahorra el tener .ue lle6ar la carga de cartuchos.
8iciendo esto, tir/ los cartuchos, y se ech/ a rer 0o6ialmente. Aomen2amos nuestra
marcha, dirigi7ndonos hacia donde el camino se 6ea cortado -or el -reci-icio, -ues
marchar en sentido contrario nos -areca com-letamente inBtil.
Llegamos al camino. All estaban nuestras huellas, as como las. del yaG, im-resas en
la nie6e. La 6ista de ellas me a9ect/ -ro9undamente, -ues me -areca mentira .ue
hubi7ramos -odido sobre6i6ir -ara 6erlas. =os asomamos a la boca del -reci-icio. Era
im-osible intentar hacer nada -or all.
All 9uimos, descendimos un -oco su 6ertiente y e4aminamos el terreno. A-reciamos,
como en el -rimer momento, .ue su -ro9undidad era de unos trescientos -ies, si bien no
lo -odamos determinar e4actamente, -ues la con9ormaci/n del terreno era tal, .ue a unos
dos tercios la 6ertiente se meta hacia dentro tomando 9orma c/nca6a. Adem3s, las rocas
.ue sobresalan nos im-edan la -osibilidad de a-reciar su -ro9undidad. Era im-osible
intentar el -aso -or all. Subimos, y la m3s negra deses-eraci/n se a-oder/ de nosotros.
;D1u7 6amos a hacerE ;-regunt7;. Hrente a nosotros la muerte5 tras de nosotros, la
muerte tambi7n5 no -odemos cru2ar de nue6o esas monta,as, sin 66eres o ri9les con .u7
-oder -ro-orcion3rnoslos. A.u est3 la muerte5 es-er7mosla con resignaci/n. Hermano
Leo, hemos luchado y hemos 9racasado. =uestro 9in ha llegado. <Pnicamente un milagro
-uede sal6arnosI
;<&n milagroI D1u7 otra cosa -uede llamarse a lo .ue nos 9or2/ a -ermanecer en la
cumbre del -e,asco, y .ue nos sal6/ de morir a-lastados -or la a6alanchaE D1u7 otra
cosa -uede llamarse a todo lo .ue nos ha -reser6ado durante diecisiete a,os de -eligros
de los .ue -ocos hombres hubieran -odido salir indemnesE 'en la seguridad de .ue una
9uer2a oculta nos -rotege, y no moriremos hasta .ue nuestro destino se haya cum-lido.
D>or .u7 creer de .ue esta 9uer2a nos abandone en estos momentosE D>or .u7 -ensar .ue
nuestro destino es 6enir a morir en estas soledadesE
Hi2o una -ausa y a,adi/, resueltamente*
;'e digo, Horacio, .ue aun.ue no tengamos ri9les, -ro6isiones ni yaGs, no 6ol6er7
hacia atr3s sin considerarme un cobarde ante ELLA. <#r7 adelanteI
;DA/moE ;-regunt7.
;>or a.uel camino ;me contest/, se,al3ndome el glaciar.
;<Ese es el camino de la muerteI ;contest7.
;Oien. 1ui23 sea as, Horacio5 -ero en estos -ases los hombres encuentran la 6ida en
la muerte, o, al menos, as lo creen. Si morimos ahora, moriremos marchando hacia
ELLA, y donde -ere2camos ser3 all donde reencarnemos de nue6o y ser3 m3s cerca de
ELLA. :o, -or lo menos, as lo har75 tB -uedes hacer lo .ue .uieras.
;:o hace tiem-o .ue he determinado lo .ue tengo .ue hacer. Juntos hemos
comen2ado esta a6entura y 0untos tenemos .ue llegar al 9in. 1ui23 Ayesha se-a nuestra
situaci/n y 6enga a ayudarnos ;di0e con una sonrisa ir/nica.
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8es-u7s de hablar sobre las -robabilidades de descenso, decidimos cortar la -iel del
yaG en tiras, -ara hacer con ellas las 6eces de cuerdas. 8es-u7s nos en6ol6imos las
rodillas y la cara con tro2os de -iel hasta la altura de los o0os, con ob0eto de -rotegerlos
contra las salientes de las rocas.
Hecho esto, hicimos un -a.uete con nuestras -ro6isiones y nuestras ro-as -esadas, y
en6ol6iendo en ellas unas -iedras, las arro0amos -or el -reci-icio, -ues si lleg3bamos al
9ondo con 6ida, all las encontraramos, y si -erecamos, ya no nos eran necesarias.
Aom-letos todos los -re-arati6os, comen2amos uno de los m3s -eligrosos descensos
lle6ados a cabo -or seres humanos, sin m3s ayuda .ue nuestra 6oluntad.
Aomen2amos el descenso. Auando ya habamos descendido la cuarta -arte, nos
detu6imos a descansar sobre una roca .ue sobresala, y 6ol6i7ndonos, miramos a nuestro
alrededor.
+erdaderamente, era un lugar horrible. "3s -ro9unda de lo .ue nosotros cremos, la
6ertiente se 6ea cortada -or la ca6idad .ue antes mencion7. A.uel lugar lBgubre y deso;
lador no era el m3s a -ro-/sito -ara in9undir 3nimos a los .ue, como nosotros,
descendamos con tan -ocos elementos de ayuda.
+ol6imos a em-render el descenso, concentrando nuestros sentidos en ello. Esta 6e2
9ue m3s di9cil, -ues las salientes eran cada 6e2 menores, y dos o tres 6eces tu6imos .ue
des6iarnos -ara alcan2arlas y -oder descansar. Las correas .ue ech3bamos -or las
salientes de las rocas, de0ando los dos e4tremos en nuestra mano, nos sal6aron m3s de
una 6e2 del desastre. Luego, -ara recobrarlas, no tenamos m3s .ue tirar de uno de ellos
cuando lleg3bamos a otra saliente .ue nos ser6a de -unto de a-oyo.
Llegamos -or 9in a la ca6idad. Era enorme5 9ormara un arco de circun9erencia de
cerca de setenta y cinco metros de longitud. A.u no haba salientes. Pnicamente algunas
bre,as, en las .ue no -odamos con9iar nuestra seguridad.
;Aon cuidado ;di0o Leo.
+erdaderamente, era di9cil intentar ba0ar m3s sin saber .u7 era lo .ue haba en el
9ondo5 lo me0or era descolgarse y e4-lorar cu3l era la me0or manera de e9ectuar el
descenso. Lemos nuestros -ro-ios -ensamientos, y sin necesidad de m3s -alabras, hice
los -re-arati6os -ara ba0ar al 9ondo.
;=o ;di0o Leo;. :o soy m3s 0o6en y m3s 9uerte .ue tB. +en5 ayBdame.
: comen2/ a 9i0ar un e4tremo de la correa a una saliente de hielo.
;Ahora, 3tame -or las a4ilas.
>areca una locura, -ero no se -oda hacer otra cosa. 'om7 las correas, y mientras
Leo descenda, yo iba sosteniendo el e4tremo libre, hasta .ue, -oco a -oco, se des6aneci/
en la sombra. =o necesit/ Leo contarme lo .ue 6io, -or.ue yo lo 6i momentos des-u7s.
Lo .ue interesa es lo .ue sucedi/, .ue 9ue tan r3-ido .ue no -ude e6itarlo. Seguramente
.ue a Leo le 9allara el -ie en alguna de las salientes, -or.ue, de -ronto, sent todo el -eso
de su cuer-o en las manos. 'ir7 de 7l instinti6amente cuanto -ude, y al hacer el a-oyo me
9all/ el -ie. <1ui7n sabe lo .ue -as/I En mi terror solt7 las correas, obedeciendo al
instinto de conser6aci/n, .ue obliga a un hombre a cuidar egostamente de su -ro-ia 6ida.
Si 9ue as, s/lo -ido -erd/n. Las correas se .uedaron tirantes y su0etas en la roca,
-r/4imas a rom-erse. El cuer-o de Leo deba de haber rodado -or el abismo,
destro23ndose en las salientes.
;<LeoI ;e4clam7 aterrori2ado;. <LeoI
( una 6o2, .ue crea deca* C<+enIC
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Librodot Ayesha, el retorno de Ella H. R. Haggard
<(hI <Leo 6i6aI <"e llamabaI Lo .ue realmente Leo .uera decir era .ue no 9uese,
-ero yo no oa nada. :o solamente saba .ue Leo estaba herido, .ui23 agoni2ante, .ue
necesitaba mi au4ilio, e iba a -rest3rselo donde estu6iera.
En dos segundos llegu7. >ara sal6arle no tena m3s remedio .ue -asar -or un lado de
la 6ertiente, donde haba una 9ran0a de hielo y no -oda agarrarme a las salientes.
En mi loca carrera en busca de
Leo, me dirig hacia all, -ues la
oscuridad en a.uellos lugares era
grande, y su-ona .ue Leo habra
cado hacia a.uel lado. Era tanta mi
ceguera .ue no me detu6e a seguir la
direcci/n de las correas. Llamando a
Leo a gritos, me dirig -or la
estrecha 9ran0a, agarr3ndome a las
salientes. "is o0os, -oco a -oco
acostumbrados a la oscuridad,
buscaban a9anosos el cuer-o de mi
amigo. 8e re-ente el suelo cedi/ a
mis -ies* el hielo se rom-i/ como
6idrio. Ansiosamente me agarr7 con
las u,as a unas salientes, mientras
mis -ies se 9i0aron en un estrecho
margen .ue de0/ el hielo al
rom-erse. "i -osici/n no -oda ser
m3s crtica. "is u,as, incrustadas en
las -iedras, sostenan el -eso de mi
cuer-o, y mis -ies, sin -oder
so-ortarlo -ara no rom-er el -unto
en .ue se a-oyaban, me obligaba a
conser6ar la -osici/n de un
cruci9icado. 5,1u7 me im-ortaba mi situaci/nE Auando 6erdaderamente me estremec de
terror 9ue cuando al le6antar mis o0os 6i el cuer-o de Leo balance3ndose en el es-acio.
Su0eto ba0o las a4ilas -or las correas, se 6ea im-osibilitado de desasirse del terrible la2o.
"ientras tanto, su cuer-o sua6emente giraba. .. , giraba... 5 en mi horror llegu7 a creer .ue
eso no era m3s .ue una terrible -esadilla. &na angustia horrible se a-oder/ de todo mi
ser. "i im-rudencia me haba conducido hasta el e4tremo, no s/lo de destro2ar mi 6ida,
sino la de mi amigo. El sudor manaba co-iosamente de mi 9rente en gruesas gotas. :a mis
o0os, acostumbrados a a.uella oscuridad, 6ean hasta los m3s mnimos detalles. La cara
de Leo, congestionada -or la -resi/n .ue en su cuer-o haca la correa, me mir/ con unos
o0os .ue helaron mi sangre. En su mano esgrima el cuchillo, y di9cilmente y al a2ar
intentaba cortar el la2o .ue lo mantena colgado sobre el abismo. 8os o tres 6eces, en sus
ciegos gol-es, su cuchillo hi2o -resa en la correa. &nos cuantos gol-es m3s, y su cuer-o
se -reci-itara en el glaciar. Aada gol-e .ue daba era un gol-e .ue reciba yo en mi
cora2/n, conmo6iendo todo mi ser. =o tena ni 9uer2as -ara gritar a Leo .ue no
consumase su suicida obra5 la 6o2 se .uedaba muda en mi garganta, sin salir de mis
labios. El cuchillo cort/ la Bltima 9ibra .ue le su0etaba, y <horrorI ... &n des9allecimiento
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Librodot Ayesha, el retorno de Ella H. R. Haggard
se a-oder/ de m. D>ara .u7 .uera ahora 6i6irE El Bnico la2o .ue me retena en la 6ida
estara con6ertido en una in9orme masa de carne. Sus bra2os estaran rotos, sus -iernas
deshechas y su cabe2a destro2ada. <HorrorI. <=o, noI =o .uera 6i6ir. "i dignidad
humana me grit/* C<=o debes 6i6ir, -ues tu com-a,ero ha muerto destro2ado -or tu
cul-a5 sigue su ruta ahora mismo, -or tu -ro-ia 6oluntadIC
"e solt7 de las salientes5 este mo6imiento era el .ue me libertaba de todos mis
remordimientos y de todas mis torturas. >or unos momentos me sostu6e en e.uilibrio
sobre mis -ies. Hue un instante solamente, mientras murmuraba mi -ostrera oraci/n,
diciendo*
;<:a 6oy, Leo, 0unto a tiI ;y con un im-ulso me -reci-it7 en la negra -ro9undidad del
glaciar.
"A$%T!& 3
&A 2RAN $!ERTA
4H5 <1u7 descenso -or el es-acioI +i el 9ondo del glaciar acerc3rseme
r3-idamente, como si se -reci-itase sobre mi cuer-o -ara ani.uilarme con su -oderoso
em-u0e.
&n cru0ido. D1u7 ha -asadoE 'oda6a 6i6o. Estoy en el agua5 6oy descendiendo -oco
a -oco hasta las di9erentes tem-eraturas de sus -ro9undidades. Areo .ue no 6oy a subir
0am3s a la su-er9icie. >ero 6oy subiendo, subiendo. Las ideas 6ienen a mi cerebro5
recuerdo. 8ebo haber cado en el glaciar5 el cru0ido 9ue, sin duda, la rotura de la
su-er9icie helada. As, -ues, ahora, cuando salga a 9lote, encontrar7 el hielo otra 6e2. <(h,
.u7 horror -ensar .ue des-u7s de haber sobre6i6ido a esta cada 6oy a morir as9i4iado
ba0o una trans-arente ca-a helada de 6arios milmetrosI "is manos tocaron el hielo. Es;
taba sobre m. A tra67s de 7l se 6ea la lu2 del da. 8ios sea loado. "i cabe2a ha roto la
c3rcel .ue me a-risiona. +eo .ue no es sino una delgada ca-a, 9ormada -or el 9ro de la
noche anterior. Rom-o el hielo de mi alrededor, 9ormando un es-acio libre .ue me
-ermita mantenerme a 9lote en la su-er9icie.
A unos siete u ocho metros m3s aba0o, <albriciasI, 6i el rubio cabello de Leo. <Leo
6i6aI Rom-iendo el hielo de su alrededor, intentaba llegar - tierra 9irme
!
.
Al 6erme, sus o0os brillaron de alegra. "e grit/*
;<+i6os los dos, y sal6ado el -reci-icioI D=o te deca .ue 6amos guiados y .ue
nuestras 6idas son sagradasE
;S. >ero Dad/ndeE ;di0e mientras nos dirigamos a la orilla -r/4ima.
En ella, dos 9iguras humanas estaban de -ie contem-l3ndonos* un hombre y una
mu0er. Ml era muy 6ie0o, -ero en sus o0os brillaba un 9uego 0u6enil. Sus cabellos blancos
!
SegBn su-imos des-u7s, e* glaciar en a.uel lugar era de muy -oca -ro9undidad5 Bnicamente en a.uella
ocasi/n, y debido a la a6alancha de la noche anterior, haba subido de su ni6el -or haber engrosado el
caudal del torrente con .ue comunicaba. 8e no haber sido as, hubi7ramos -erecido estrellados contra el
suelo. ; L. H. H.
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Librodot Ayesha, el retorno de Ella H. R. Haggard


como la nie6e, caan en mechones sobre sus hombros, y su cara, de sard/nicos rasgos, era
amarilla como la cera. Hubi7rase dicho tallada en mar9il. Sus 6estiduras -arecan ser las
de un mon0e oriental. >ermaneca inm/6il 6i7ndonos luchar -or llegar a la orilla. La
mu0er, de muy alta estatura y singular belle2a, nos se,al/ con el dedo.
En la orilla, o, me0or dicho, al borde de una de las rocas del torrente, no haba hielo5
-ero s remolinos .ue nos hicieron agarrarnos el uno al otro, -ara, los dos 0untos, nadar
con m3s 9acilidad y ayudarnos mutuamente. Esto era muy necesario, -ues a la entrada del
torrente la 9uer2a de los remolinos era grande, y, sobre todo, la 9rialdad del agua tras;
-asaba mi cuer-o, -roduci7ndome calambres. Leo, con muy buena idea, me .uit/ la
-elli2a de -iel, -ara .ue -udiera nadar m3s 93cilmente. 8es-u7s a,adi/*
;'oma el e4tremo de la correa.
As lo hice, -ues ya me .uedaban -ocas 9uer2as. Leo en una de sus magn9icas
-roe2as, nadaba 6igorosamente, remolc3ndome. (tro hombre cual.uiera en sus
condiciones, hubiera -erecido.
La corriente, a medida .ue nos acerc3bamos a la orilla, se haca m3s im-etuosa.
=uestras agotadas 9uer2as no nos -ermitan casi luchar contra ella. A una indicaci/n .ue
la bella desconocida hi2o al anciano, 7ste, con una agilidad y 9ortale2a im-ro-ias de su
edad, se dirigi/ a nosotros, y recogiendo del suelo un largo bast/n en 9orma de b3culo,
salt/ -or las rocas .ue bordeaban la orilla del torrente, y es-er3ndonos en una -e,a m3s
saliente .ue las dem3s, no le0os de nosotros, nos hi2o se,as -ara .ue dirigi7ramos nuestra
marcha hacia a.uel lugar, a 9a6or de la corriente. Aom-rendimos a.uellas mudas
indicaciones y hacia all 9uimos. Al -asar Leo, se asi/ deses-eradamente al bast/n del
6ie0o bienhechor, el cual tir/ hacia 7l, hasta lle6arnos a un -e.ue,o remanso, donde,
des-u7s de deses-erados es9uer2os, -udimos salir a tierra.
Antes nos haba sucedido un -e.ue,o contratiem-o. Al lle6arnos hasta el remanso,
tu6imos .ue cru2ar otro lugar, donde la corriente era bastante 9uerte. El -obre 6ie0o, a
-esar de sus buenos deseos, era inca-a2 de dominar la tuer2a .ue nuestros cuer-os hacan
al ser arrastrados -or las aguas. En este momento, la mu0er de ma0estuosa a-ariencia
desterr/ a.uella e4t3tica contem-laci/n, y en un noble gesto 9ue en au4ilio del 6ie0o -ara
im-edir nuestra segura muerte, -ues el estado de agotamiento en .ue nos encontr3bamos
nos hubiera im-edido luchar un momento m3s.
"inutos des-u7s nos hall3bamos sobre las rocas. La bella mu0er, de -ie ante
nosotros, con los 6estidos em-a-ados, haba recobrado su aire de gra6e ma0estad. Sus
o0os miraban e4tra,amente la cara de Leo, des9igurado -or la sangre .ue brotaba de una
herida en la 9rente. Era una mu0er 6erdaderamente hermosa. Su mirada era inteligente, y
toda ella estaba en6uelta en un aire de e4tra,a su-erioridad. 8es-u7s, diciendo algo a su
com-a,ero, se march/ sin dirigirnos la -alabra. El 6ie0o nos contem-laba, escrut3ndonos
con sus 6i6os o0illos. =os habl/ en una lengua e4tra,a, .ue no com-rendimos. En;
tendi7ndolo as, se dirigi/, al -arecer, en otra lengua, aun.ue con el mismo resultado
negati6o. 'rat/ nue6amente de hacerse entender, em-leando una lengua .ue, con gran
alegra, com-rendimos* era el griego. Alaro .ue un griego me2clado con -alabras de otras
lenguas5 -ero en el centro de Asia no era -osible -edir mayor -er9ecci/n.
;D8e .u7 con0uro m3gico os hab7is 6alido -ara llegar a este -asE
;8e ninguno ;contest7, 6ali7ndome de los conocimientos .ue ad.uir de griego en la
&ni6ersidad;. 8e cual.uiera de las 9ormas hubi7ramos llegado a.u. =o conocemos los
obst3culos.
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;Aonocen la antigua lengua. 'odo es tal como se nos a6is/ desde la monta,a
;murmur/ en 6o2 ba0a. Le6antando la 6o2, nos -regunt/*
;E4tran0eros, D.u7 busc3is a.uE
:o, como 6ie0o, m3s cauto, no contest7, -ues instinti6amente 6i en a.uel 6ie0o un
enemigo. Leo, m3s 0o6en y embargado -or la emoci/n, contest/ en griego -7simo,
me2clado con -alabras de dialectos tibetanos.
;Ouscamos el -as donde est3 la "onta,a del Huego, cuya cumbre est3 coronada con
el smbolo de la +ida.
El 6ie0o e4clam/*
;Entonces. D6osotros conoc7isE... ;mas re-oni7ndose r3-idamente, agreg/
descon9iado;* DA .ui7n busc3isE
Leo re-iti/, resueltamente*
;A ELLA, a la reina.
Areo .ue .uera decir a la sacerdotisa5 -ero su escaso conocimiento del griego le
im-eda e4-resarse m3s claramente o .ui23 -or.ue crea .ue la mu0er a .uien
busc3bamos deba de ser la reina del -as.
;5(hI ;di0o el 6ie0o;. DOusc3is una reinaE DEntonces sois 6osotros los .ue tenemos
encargo de es-erarE DA/mo -od7is demostrarloE
;=o es 7sta la ocasi/n de -reguntar ;res-ond bruscamente. deseoso de aclarar la
situaci/n;. 8ecidme, D.ui7n sois 6osE
;D:oE E4tran0eros* yo soy el guardi3n de la Nran >uerta, y la mu0er .ue estaba
conmigo es la Fhania de Faloon.
Leo, agotadas sus 9uer2as, des9alleca. =ot3ndolo, el 6ie0o me di0o*
;Este hombre est3 muy en9ermo5 6eamos, ahora .ue hab7is descansado, si entre los
dos -odemos lle6arlo a mi recinto. +amos. <ayudadmeI
'omamos a Leo, .ue -enosamente arrastraba sus -ies, y nos -usimos en marcha. A
unos doscientos -asos se 6ea la Nran >uerta, de la .ue el 6ie0o era guardi3n. Era una
enorme -ared de roca, .ue se encontraba horadada en e4tensi/n su9iciente -ara de0ar
-asar 6arias -ersonas 0untas. >or all era -or donde continuaba el camino interrum-ido
-or el -reci-icio. 'ras la -uerta, a la derecha, e4ista una escalera toscamente tallada en la
-iedra, .ue comen2amos a subir. Las 9uer2as de Leo lo haban abandonado -or com-leto.
: yo, <-obre de mI, senta .ue -oco a -oco me iba debilitando.
En lo alto de la escalera a-areci/ la mu0er .ue nos haba sal6ado. 'ras ella, dos
ser6idores, 6estidos con una es-ecie de tra0e t3rtaro, -ermanecan inm/6iles. Sus o0os
diminutos y sus caras amarillas no -arecan conmo6erse lo m3s mnimo -or la -resencia
de seres e4tra,os. A unas -alabras de su ama, ba0aron hasta nosotros, recogiendo el
cuer-o de Leo. Ouena 9alta haca, -ues mis -iernas se doblaban5 agotadas mis 9uer2as.
Aon ligere2a subieron escaleras arriba, lle6ando la -esada carga. A-oy3ndome en el
6ie0o, los segu tor-emente. Llegamos a tuna habitaci/n hecha en la roca donde la mu0er,
a .uien el 6ie0o llamaba Fhania, desa-areci/. >asamos a tra67s de 6arias habitaciones,
hasta llegar a una .ue -areca una es-ecie de cocina. &n con9ortable 9uego la caldeaba5 a
ella segua otra .ue deba ser6ir de alcoba, a 0u2gar -or los lechos y las -ieles .ue all
haba. En una cama de-ositaron el cuer-o de Leo. El 6ie0o guardi3n, ayudado -or uno de
los ser6idores, des-o0/ a Leo de los hara-os .ue cubran su ;cuer-o. Aon un signo me
indic/ .ue hiciera lo mismo. Lo hice con gran alegra, -ues las ro-as .ue lle6aba, tras
muchsimos das sin .uit3rmelas de encima, no eran m3s .ue un mont/n de andra0os
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Librodot Ayesha, el retorno de Ella H. R. Haggard
as.uerosos.
A nue6a se,al del 6ie0o, el otro ser6idor a-areci/ con una gran 0arra de agua caliente,
con la .ue me la67 y la6aron el cuer-o de Leo. 8es-u7s nos untaron con una sustancia
oleaginosa -ara curarnos las contusiones y heridas, y cubri7ndonos con mantas y -ieles
nos acomodaron en los lechos. 8esa-areci/ el 6ie0o, 6ol6iendo al -oco rato con un ta2/n
de barro, haci7ndome beber -arte de su contenido. 8es-u7s, entreabriendo la boca de
Leo, le hi2o ingerir. el resto. #nstant3neamente, un ben79ico calor se de0/ sentir -or todo
mi ser. Al mismo tiem-o comenc7 a sudar co-iosamente, y -erd la noci/n de todo lo .ue
sucedi/ a mi alrededor.
As -asaron das, sin .ue mi cerebro se diera cuenta de nada, atormentado -or la
9iebre. &na noche la lucide2 -areci/ aclarar mi inteligencia. =o s7 cu3ndo 9ue. S/lo
recuerdo .ue era una noche -l3cida. La luna brillaba en un cielo lim-io de nubes. Sus
rayos, -asando -or la 6entana, caan sobre la cama de Leo. +i a.uella mu0er desconocida
.ue, sentada a su lado, 6elaba su sue,o. "i amigo, so,ando, murmuraba -alabras, ora en
ingl7s, ora en 3rabe, sin ilaci/n ni sentido alguno. Ella, interesada, no -erda ninguna de
las -alabras, tratando, .ui23, de hallar en ellas algBn signi9icado. Aomo mo6ida -or un re;
sorte, se le6ant/ de su asiento, y de -untillas, lleg/ hasta m. +i7ndola 6enir, me hice el
dormido -ara me0or obser6arla.
:o estaba 6erdaderamente intrigado. D1ui7n era esta mu0er a .uien el 6ie0o guardi3n
llamaba la Fhania de FaloonE DSera la reencarnaci/n de AyeshaE D>or .u7 noE =o5 no
-oda ser. Si hubiese sido ELLA, estoy seguro .ue la hubiera reconocido inmediatamente.
=o5 -or ese -unto no haba duda alguna. "e mir/5 y, al -arecer, no hallando ninguna
soluci/n a su a-arente duda, 6ol6i/se a sentar 0unto a Leo. "i amigo, -asada su crisis,
dorma -ro9undamente. El silencio era com-leto, tanto, .ue hubieran -odido orse las
-al-itaciones de su cora2/n. Hue esta 6e2 ella .uien comen2/ a monologar de manera
e4tra,a. Sus estancia me -ermita or, sin -erder -alabra. Se e4-resaba en el mismo
griego bastardo con .ue antes nos entendimos con -alabras eran a-enas sordos
murmullos5 -ero el silencio de la el 6ie0o guardi3n, si bien me2claba -alabras mong/licas,
como en casi todos los dialectos del Asia Aentral.
Su e4tra,o mon/logo no de0/ de in.uietarme un -oco.
;Hombre so,adoI ;murmuraba;. DA .u7 has 6enidoE D1ui7n eresE D>or .u7 Hesea
me oblig/ a 6enir a tu encuentroE
Nuard/ silencio. =ue6amente comen2/.
;8uermes, estoy segura, aun.ue en el sue,o los o0os est3n a 6eces abiertos. >ero,
cont7stame, te lo ruego, D.u7 e4tra,o la2o nos uneE D>or .u7 te he 6isto tantas 6eces en
sue,osE D>or .u7 te cono2co, e4tran0eroE D>or .u7E
La 6o2, .ue era dulce y melodiosa, se 9ue a-agando dulcemente. Al inclinarse sobre
Leo, sus bucles ro2aron la cara de 7ste. #nstinti6amente se lle6/ las manos a la -arte
ro2ada, y, su0etando el mech/n de cabellos, di0o en ingl7s*
;D8/nde estoyE <(hI <:a recuerdoI
Sus o0os miraron cuanto lo rodeaba, como busc3ndome. 8e -ronto, di0o, en su
-7simo griego*
;:a recuerdo5 6os sois la dama .ue nos sal6/ de las aguas. 8ecidme* Dsois tambi7n
esta reina a .uien busco desde hace largo tiem-o y a .uien no -uedo encontrarE
;=o s7 ;contest/ ella, con una 6o2 dulce como la miel y ligeramente emocionada;.
=o s75 -ero yo soy la reina5 s, reina es una Fhania de Faloon.
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;Entonces, dime, reina* Dte acuerdas de mE
;'e he 6isto en sue,os ;contest/;, y creo .ue nos hemos encontrado en un -asado .ue
est3 muy le0os. S, lo -resent desde el -rimer momento .ue te 6i en el ro. E4tran0ero,
dime, te lo ruego* Dcu3l es tu nombreE
;Leo +incey..
Ella mo6i/ su cabe2a, con desaliento.
;<=o os cono2coI, -ero, sin embargo, yo os he 6isto antes de ahora.
;D1ue me conoc7isE DA/mo -od7is conocermeE ;di0o Leo, agotando las Bltimas
9uer2as .ue moment3neamente le reanimaban. 8es-u7s, no -udiendo resistir m3s, su
cabe2a 6ol6i/ a caer -esadamente.
Ella lo miraba sin -erder detalle. Sus o0os -arecan como 9ascinados. La 6i inclinarse
sobre la cabe2a de Leo, y dulcemente de-osit/ un beso sobre sus labios.
Entonces me descubri/.
At/nito, mudo y electri2ado -or la singular escena .ue acababa de 6er, sin saber lo
.ue haca, me haba incor-orado en el lecho. S, me 6io es-iando su acci/n y tal 9uria se
a-oder/ de ella, .ue cre llegada mi Bltima hora.
;<"alditoI <"e has es-iadoI ;;di0o, entre dientes.
En su mano brillaba un cuchillo, .ue destinaba, sin duda, -ara mi cora2/n. En ese
momento de -eligro, mi sangre 9ra 6ol6i/ hacia m, y con9orme a6an2/, alargu7 mi mano
im-lorando.
;<(hI, -or com-asi/n, -or -iedad, dadme de beber5 la 9iebre me .uema5 me abraso
;mo6 los o0os, como a.uel .ue busca algo .ue no 6e y 6ol6 a re-etir;* >or -iedad,
dadme algo de beber. <(h, amigo moI +os a .uien llaman el guardi3n de la Nran >uerta,
<dadme de beberI
Reuniendo mis -ocas dotes de actor, tr3gicamente me arro07 como e4tenuado sobre
mi lecho. Ella .ued/ desarmada, -or cuanto, tomando un 0arro de leche .ue haba sobre
una mesa -r/4ima, lle6/lo a mis labios, mientras sus llameantes o0os, en los .ue re9le0aba
la rabia y la -asi/n, escrutaban mi cara, tratando de encontrar algBn signo delator.
;D'embl3isE ;me di0o;. DLos sue,os no os de0an re-osarE
;S, hermana ;contest7;. As es. Los sue,os del maldito -reci-icio no me de0an
dormir.
;D1uer7is algo m3sE ;-regunt/.
;=o, nada m3s. <(h, .u7 0ornada m3s dura -ara encontrar una reinaI
;D>ara encontrar una reinaE ;re-lic/, intrigada;. D1u7 .uer7is decirE DEst3is seguroE
<Juradme .ue no so,3isI
;<(s lo 0uroI ;di0e;. (s lo 0uro -or el smbolo de la +ida y la "onta,a Sagrada, y
hasta -or 6os misma, <oh reina de los tiem-os remotosI
Simul7 entonces un desmayo, -ues no me con6ena decir ni hacer nada m3s. Aerr7
los o0os, y, entreabri7ndolos un -oco, -ude 6er .ue su cara, antes rosada5 se 6ol6a -3lida
como la cera. >areca .ue mis -alabras la haban a9ectado -ro9undamente. =o s7 .u7
clase de -ensamientos agitaban a a.uella mu0er -ues, a -esar de esto, su mano em-u,aba
toda6a la daga. 'ras una -ausa, hablando consigo misma, di0o*
;"e alegro .ue sue,e, -ues si algo hubiera odo, seria lo bastante -ara dictar su
sentencia de muerte, y no .uiero .ue un 6ia0ero .ue tanto ha -asado, .ue tanto ha luchado
-or llegar hasta a.u, tenga como todo 9uneral .ue ser6ir de carna2a a los "astines de la
"uerte. Adem3s, aun.ue -arece 6ie0o y re-ugnante, tiene el aire de hombre -rudente y
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discreto.
Aun.ue mucha satis9acci/n me -rodu0o su conce-to, no de07 de -ensar en los
"astines de la "uerte. ( los -asos del guardi3n en la escalera, y a los -ocos momentos
entr/ 7ste en la habitaci/n.
;DA/mo 6an esos en9ermos, sobrinaE ;-regunt/. ;Est3n desmayados los dos.
;DEs 6erdadE :o crea .ue iban me0orando, me -areci/ haberlos odo hablar.
;D1u7 es lo .ue has odo, "agoE ;-regunt/ como -icada -or una 6bora.
;D:oE <=adaI He odo solamente el ruido de una daga al salir de su 9unda y los
le0anos aullidos de los "astines de la "uerte.
;D: .u7 es lo .ue has 6istoE ;-regunt/ de nue6o.
;E4tra,as cosas, Fhania, sobrina ma5 -ero cuidado5 estos hombres 6uel6en en s de
su letargo.
;Escucha ;di0o ella;. "ientras 7ste duerme, lle6a al 6ie0o a otra habitaci/n, -ues es
con6eniente este cambio. Adem3s, el m3s 0o6en necesita m3s es-acio y m3s aire.
El guardi3n, a .uien ella llam/ "ago, sostena una l3m-ara en su mano. La lu2 daba
de lleno en su cara, y -ude obser6arla con el rabillo del o0o.
>uso una e4-resi/n tan e4tra,a, .ue no de0/ de alarmarme. 8esde el -rinci-io
descon9i7 de este hombre, .ue me -areci/ 6engati6o y rastrero. Ahora le tena miedo.
;DA .u7 a-osento, FhaniaE ;-regunt/ con cierto retintn.
;Ll76ale ;di0o ella, lentamente; a uno donde -ronto recobre la salud. Este hombre
debe ser -rudente. Adem3s, conoce la e4istencia de la "onta,a, y causarle algBn da,o
-odra ser -eligroso. >ero D-or .u7 -regunt3is esoE
;'e di0e antes .ue o aullar a los "astines de la "uerte. Haces bien* la abe0a .ue
busca el -olen, debe libarlo antes de .ue las 9lores se marchiten5 -ero no ol6ides .ue hay
mandatos contra los .ue es necio rebelarse, m34ime si no -odemos com-render nada de
su signi9icado.
:endo hacia la -uerta, so-l/ un silbato, e instant3neamente se oyeron los -asos de los
ser6idores. Les dio una orden, y tom3ndome entre los dos me lle6aron a tra67s de
sombros corredores, y, subiendo -or unas escaleras, llegamos a una habitaci/n de la
misma 9orma casi .ue la anterior, aun.ue no tan grande, donde me de0aron sobre un
lecho.
El 6ie0o me escrutaba -ara 6er si 6ol6a de mi desmayo. "e agarr/ una mano y me
tom/ el -ulso. El resultado del e4amen -areci/ e4tra,arle, -or cuanto no -udo e6itar una
e4clamaci/n. 8es-u7s me de0/. Auando aBn oa sus -asos, me .ued7 com-letamente
dormido, debilitado -or las emociones del da.
Auando des-ert7, era un hermoso da. "i imaginaci/n estaba des-e0ada. Estaba
contento como nunca. Ahora recuerdo .ue todo lo .ue so,7 no era sino la in9luencia de
las emociones anteriores. :o haba 6isto y haba odo demasiado. Estaba en -eligro5 lo
saba. Esta mu0er llamada Fhania sos-echaba .ue yo la haba 6isto y odo. Aun.ue le
haba hablado del Smbolo de la +ida y de la "onta,a del Huego, y desarmado con mi
comedia, estoy seguro .ue me -ro9esaba un odio tal .ue no dudaba .ue haba ordenado al
6ie0o guardi3n darme muerte de una 9orma o de otra. >ero no s7 -or .u7 me -areca .ue
7l no se mostraba muy -ro-icio a obedecer la orden. 'engo la seguridad de .ue no me
mat/ en a.uellos instantes -or.ue tena miedo de hacerlo. Areo .ue tambi7n en algo
in9luy/ la curiosidad de saber .u7 era lo .ue yo saba. Lo -rinci-al era .ue toda6a 6i6a5
luego, los acontecimientos se encargaran de hablar. Era necesario obrar con -rudencia, y,
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Librodot Ayesha, el retorno de Ella H. R. Haggard
si era -reciso, 9ingir una ignorancia com-leta. Siguiendo todas estas consideraciones,
llegu7 en ellas hasta la escena .ue haba 6isto, y .ue tan a -unto estu6o de ser la causa de
mi muerte.
DEra esta mu0er 6erdaderamente AyeshaE D1ui7n, e4ce-to Ayesha, -oda conocer
algo sobre la 6ida anterior de LeoE <=adieI
D>ero, -or .u7 noE D: si lo .ue Fou;en y sus mon0es crean era 6erdadE Si las almas
de los seres humanos son inmortales, y su -aso sobre la tierra no es sino una sucesi/n de
cuer-os 9sicos .ue cambian de 9orma, se re-roducen y mueren, mientras el alma no
muere, sino .ue reencarna nue6amente, y as, -or millones y millones de a,os. D>or .u7
entonces no habra de conocer su e4istencia anterior m3s .ue AyeshaE >or e0em-lo,
a.uella hi0a del Hara/n, llamada Amenartas, .ue hi2o -resa en el cora2/n de cierto
FaliGrates, sacerdote de la diosa #sis, a .uien los dioses -rotegan y los demonios
-restaban obediencia.
<(hI Ahora la lu2 -areca hacerse en mi cerebro. Amenartas y la Fhania, esta mu0er
ma0estuosa, en la .ue la soberbia y el orgullo de estir-e -areca re9le0arse en cada
mo6imiento, Dno seran una misma mu0erE A.uella .ue 9ue maga, y .ue con sus artes
consigui/ hechi2ar al sacerdote hasta el -unto de arrebatarlo del culto de la diosa, Dno
sera la reina de este -as desconocidoE Si esto era as, si ella era Amenartas reencarnada,
Dno intentara otra 6e2 hacerle renunciar a su e4tra,o idealE Solamente el -ensar en el
9uturo me hi2o estremecer de in.uietud. La 6erdad la conoceramos5 -ero, Dc/moE...
Sumido en estas re9le4iones estaba, cuando la -uerta se abri/. En el marco a-areci/
la amarillenta cara del 6ie0o, a .uien la Fhania haba llamado mago. A6an2/ unos -asos,
y se -ar/ ante m.
"A$%T!& 6
&A $RI)ERA $R!E(A
"RT,S)ENTE, me -regunt/ c/mo me encontraba.
;"e0or ;contest7;5 bastante me0or. >ero decidme* Dcual es 6uestro nombreE
;Simbr ;res-ondi/;5 y como os di0e anteriormente, -or herencia, soy el guardi3n de
la Nran >uerta. >or -ro9esi/n, soy el m7dico real.
;D1uer7is decir m7dico, o magoE ;-regunt7, im-rudentemente.
;He dicho m7dico5 y, gracias a mi arte, 6os y 6uestro com-a,ero toda6a 6i6s. 8e no
ser as, no hubi7rais resistido un solo da, dado el lastimoso estado en .ue os
encontr3bais. >ero decidme tambi7n* Dc/mo os llam3isE
;Holly ;di0e, sim-lemente.
;<(h5 hu7s-ed HollyI Sois mi amigo, -ues est3is en mi casa.
;>erdonad mis anteriores -alabras al tomaros -or mago. "as si la memoria no me es
in9iel, recuerdo 6arias -alabras .ue me hacen creer .ue 6os y la bella Fhania no os
encontr3bais en a.uellos lugares ciertamente -or el -lacer de -escar.
;Eso es, e4tran0ero. Est3bamos a la -esca de hombres, y -escamos dos ;res-ondi/,
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riendo.
;D>or ca-richoE ;-regunt7.
;=o, -or designio. "is estudios de medicina incluyen tambi7n el estudio de los
hechos 9uturos, -ues he ledo 6uestra llegada recientemente, os es-er3bamos con
im-aciencia.
;+erdaderamente es e4tra,o y curioso5 Das .ue a.u el m7dico y el mago son una
misma cosaE
;Si as lo cre7is... >ero decidme* De4iste algBn -as en .ue los e4tran0eros no tengan
.ue admirarse de algoE
;<(hI ;contest7;5 .ui23 no se-3is .ue nosotros somos in9atigables 6ia0eros, y .ue
tambi7n hemos estudiado medicina ...
;Aierto es5 as lo creo5 de otra 9orma, no hubiera sido -osible cru2ar las monta,as en
busca de. .. 8ecidme, D.u7 es lo .ue busc3isE +uestro com-a,ero habl/ de una reina, all3
en el torrente.
;D1u7 habl/E D1u7 . es lo .ue habl/E =o. Seguramente, al 6er una mu0er bellsima
.ue nos sal6/ de la muerte y a .uien llamaban Fhania, -ens/ .ue deba ser una reina.
;En e9ecto* una reina es. En nuestro -as, Fhania .uiere decir reina5 aun.ue, amigo
Holly, creo .ue un hombre de estudios como 6os no -oda ignorar estas cosas. "as
decidme, Dc/mo hab7is llegado a a-render nuestra lenguaE
;H3cilmente. La lengua .ue habl3is es anti.usima. En mi -as he -asado muchos
a,os a-rendi7ndola y ense,3ndola. Es el griego. >ero aun.ue toda6a se habla en el
mundo, no com-rendo c/mo ha -odido llegar hasta estas a-artadas regiones.
;:o os lo dir7* hace muchos a,os, un gran con.uistador, nacido en el -as donde se
habla esta lengua, lleg/ hasta las tierras .ue se e4tienden al sur, tras esas monta,as.
Auando ya se retiraba, uno de sus generales, .ue -erteneca a otra ra2a, cru2/ las
monta,as, y triun9ando sobre los naturales del -as, oblig/ a los habitantes a ace-tar su
lengua y su religi/n, sus costumbres y sus ciencias. A.u estableci/ su dinasta, .ue
toda6a rige5 -ero nuestra situaci/n geogr39ica en medio del desierto, y encerrados entre
las monta,as, nos im-ide comunicarnos con el resto del mundo...
;S, cono2co algo sobre esta historia. El con.uistador se llamaba Ale0andro, Dno es
esoE
;<Eso esI : el general .ue lleg/ hasta a.u se llamaba Rassen, y era natural de
Egi-to, o, -or lo menos, as lo dicen nuestros anales. Sus descendientes son los .ue
siem-re reinan, y la Fhania lle6a su sangre en las 6enas.
;As, -ues, Dla diosa a .uien ellos adoraban se llamaba #sisE ;di0e, -as3ndome de
listo.
;=o ;contest/;. <S7 llamaba HesI
;<Lo .ue es igualI ;interrum-;. Hes es uno de los nombres de #sis. >ero, decidme,
Dsu culto se -ro9esa toda6aE Lo -regunto, -or.ue en Egi-to, .ue 9ue su cuna, se ha e4tin;
guido hace muchsimos a,os.
;E4iste un tem-lo en la monta,a ;contest/, indi9erentemente;. En 7l hay sacerdotes y
sacerdotisas .ue -ractican el antiguo culto. >ero el 6erdadero dios de este -ueblo, desde
los das de Rassen, es el Huego .ue arde en la misma monta,a, .ue, de tiem-o en tiem-o,
se en9urece y estalla, matando a muchos de sus adoradores.
;D: es 6erdad .ue 6i6e una diosa entre el HuegoE ;-regunt7, siem-re im-rudente.
"e mir/ con sus o0illos, como .ueriendo sondear mi -ensamiento, y me di0o*
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;E4tran0ero, no cono2co nada acerca de esta diosa. La "onta,a es sagrada. >retender
conocer sus secretos, es morir. D>or .u7 me lo -regunt3isE
;<>or nadaI Pnicamente -or.ue estudio las antiguas religiones. +iendo el Smbolo de
la +ida sobre a.uella cumbre, me intrigu7. Llegu7 hasta a.u -ara, entre 6osotros,
estudiar 6uestras tradiciones 0unto a los sabios del -as.
;Entonces, abandonad este estudio, amigo Holly* 6uestro camino se e4tiende entre
los colmillos de los "astines de la "uerte y las 9lechas de los sal6a0es. Adem3s, yo creo
.ue realmente no haya nada .ue estudiar.
;"as decidme, amigo, D.u7 son los "astines de la "uerteE
;Aierta ra2a de -erros monstruosos. 8e acuerdo con nuestras costumbres, todos los
.ue 9altan a la ley o a la 6oluntad del Fhan, son condenados a ser des-eda2ados -or ellos.
;DLa 6oluntad del FhanE D+uestra Fhania, entonces, es casadaE
;E9ecti6amente, con su -rimo, .ue reinaba en la mitad del -as. Ahora los dos,
unidos, han constituido uno solo, mayor y m3s -oderoso. >ero hab7is hablado demasiado.
+ine solamente a deciros .ue 6uestra comida estaba lista. "e 6oy.
+ol6i7ndome la es-alda, march/ hacia la -uerta.
;&na -regunta solamente, amigo Simbr. DA/mo 6ine a esta habitaci/nE D8/nde est3
mi com-a,eroE
;8ormais cuando os trasladaron5 as con6ena a 6uestra salud, y 6eo .ue el cambio
os ha me0orado. D=o record3is de nadaE ...
;8e nada absolutamente ;res-ond, -resto;. >ero, Dy mi com-a,eroE 8ecidme d/nde
est3.
;+a me0orando r3-idamente5 la Fhania Atene cuida de 7l.
;DAteneE ;di0e;. Este es un antiguo nombre egi-cio. 1uiere decir 8isco de Sol, una
mu0er .ue 6i6i/ hace muchos miles de a,os y 9ue 9amosa -or su belle2a, se llam/ as.
;: bien5 Des .ue mi sobrina Atene no es un dechado de belle2aE
;DA/mo -uedo yo decroslo, amigo Simbr, si a-enas cono2co a 6uestra sobrinaE
Sali/ de la habitaci/n, y los ser6idores, siem-re silenciosos, me tra0eron la comida.
"3s tarde la -uerta se 6ol6i/ a abrir, y <oh sor-resaI, de0/ -aso a la Fhania Atene,
.ue cerr/ y corri/ el cerro0o tras de s. Esta medida no me tran.uili2/5 -ero, sin embargo,
incor-or3ndome, la salud7 tan cort7smente como -ude, aun.ue, a decir 6erdad, a.uella
mu0er me daba miedo. >areci/ leer mis -ensamientos, -or cuanto me di0o*
;'ran.uili2aos5 no os mo63is. =o tem3is. 8ecidme* D.u7 es de 6os ese hombre a
.uien llam3is LeoE DEs 6uestro hi0oE =o. =o -uede ser. >erdonadme* <la lu2 no nace de
las tinieblasI
;=o es 7sa mi o-ini/n, Fhania, -ues siem-re he -ensado lo contrario5 -ero ten7is
ra2/n* no es sino mi hi0o ado-ti6o, el hombre a .uien m3s .uiero en el mundo.
;8ecidme, D.u7 busc3is en mi -asE
;El camino .ue nos lle6e hasta la monta,a cuya cumbre est3 coronada -or un nimbo
de 9uego.
Su cara -alideci/ al or estas -alabras5 -ero, re-oni7ndose, a,adi/ con 6o2 segura*
;All no hallar7is sino la muerte. Es im-osible llegar hasta la cumbre. Sus laderas
est3n llenas de sal6a0es .ue la guardan, y no caminar7is largo Rtrecho sin caer ba0o sus
mort9eras 9lechas. All se encuentra el tem-lo de Hesea. +iolar este santuario re-resenta
la muerte -ara cual.uier -ersona, y la muerte m3s terrible .ue imaginarse -uede*
arro0ados a las llamas del 9uego .ue nunca se e4tingue en la cBs-ide de la "onta,a
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Sagrada.
;: D.ui7n es el sumo sacerdote de ese tem-loE ;-regunt7.
;&na sacerdotisa a .uien nunca he 6isto5 es tan 6ie0a .ue -ara e6itar las miradas
curiosas 6a siem-re cubierta de es-esos 6elos.
La sangre circul/ -or mis 6enas con intensidad, y una e4tra,a emoci/n se a-oder/ de
m. Record7 de otra sacerdotisa .ue era milenaria, y .ue se ocultaba con es-esos 6elos de
las miradas curiosas de los dem3s.
;DSab7is lo .ue os digo, FhaniaE 1ue 6elada o descubierta, .ueremos 6isitarla5 tengo
;la seguridad de .ue seremos bien recibidos.
;=o. =o lo har7is. Hacer eso, re-resenta la muerte, y no .uiero .ue 6uestra sangre
caiga sobre mi cabe2a.
;D1ui7n es la m3s 9uerte, FhaniaE D+os o la sacerdotisa de la "onta,a del HuegoE
;:o soy la m3s 9uerte, Holly. "irad5 si yo .uisiera, a una se,al ma sesenta mil
hombres se lan2aran como uno solo, en 9ero2 guerra, mientras .ue la sacerdotisa no tiene
m3s 9eudos .ue sus sacerdotes y unas cuantas tribus de sal6a0es .ue la rodean.
;La 9uer2a no lo es todo en el mundo ;contest7;5 mas decidme, Fhania, D6isita
9recuentemente la sacerdotisa el -as de FaloonE
;<=uncaI <=uncaI E4iste un antiguo -acto, .ue se hi2o des-u7s de una terrible guerra
entre las tribus de la monta,a y los moradores del llano, y se con6ino en .ue el solo lecho
de .ue ella cru2ara el ro, signi9icara el 9in de la -a2 y el -rinci-io de la guerra. 8e la
misma manera, a e4ce-ci/n de los 9unerales de algBn magnate o alguna ceremonia de alto
relie6e, ningBn Fhan o Fhania de Faloon subira a la monta,a.
;>ero, decidme de una 6e2* D.ui7n es el 6erdadero se,or de este -asE DEl Fhan de
Faloon, o la sacerdotisa del tem-lo de HeseaE
;En lo religioso, la sacerdotisa de Hesea, .ue es nuestro or3culo y la 6o2 del cielo. En
los asuntos materiales y -olticos, el Fhan de Faloon.
;DEl FhanE +os est3is casada* Dno es asE
;As es ;contest/;, y yo os dir7 lo .ue -ronto sabr7is, si es .ue no lo sab7is ya. Soy la
mu0er de un loco, .ue al mismo tiem-o es el hombre a .uien m3s odio.
;Lo Bltimo ya lo saba yo, Fhania.
"e mir/ con los o0os relam-agueando.
;D1u7E D1u7 es lo .ue sabaisE D(s di0o algo mi to, el Nran "ago de la AorteE =o.
+os 6isteis. Aomo me 9igur7, me 6isteis. Hubiera sido me0or haberos dado muerte en el
acto. <(hI <1u7 -ensar7is de mI
=o contest7, -ues, en realidad, no haba -ensado sobre ella en este res-ecto. Ahora
tena miedo de .ue estallara su c/lera y su 6engan2a.
;<:oI La .ue siem-re odi/ a los hombres, la .ue, os 0uro, sus labios son tan -uros
como las nie6es de la monta,a5 yo, la Fhania de Faloon, a .uien llaman la del cora2/n de
hielo, no soy sino una -obre mu0er.
8ici7ndome esto, se ech/ a llorar amargamente cubri7ndose la cara con las manos.
;<=oI D>or .u7E Habr3 algunas ra2ones. E4-licadme. 1ui23 -ueda seros Btil ;le di0e,
-rocurando consolarla.
;S5 e4isten moti6os .ue me im-ulsan a obrar como obr7. :a .ue tanto sab7is, -od7is
ya tambi7n saberlo todo. :o, como mi marido, debo haber -erdido la ra2/n. 8esde el
-rimer momento .ue 6i la cara de 6uestro com-a,ero, la locura se a-oder/ de m. :o,
yo...
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;+os... lo am3is ;le di0e, tratando de acabar la 9rase;. Eso no tiene im-ortancia5 eso ha
-asado tambi7n a otras -ersonas, sin .ue hayan estado locas.
;5(hI Es algo m3s .ue amor. <Es -asi/nI A.uella noche no s7 lo .ue hice. &na 9uer2a
oculta me em-u0/, me oblig/ a ello. S5 no -uedo negarlo. Soy suya, todaT suya. : 7l ser3
mo -or.ue lo adoro, y de nadie m3s.
Aon esta brutal declaraci/n, muy -eligrosa en las circunstancias en .ue nos
encontr3bamos, sali/ de la habitaci/n, sin decirme ni adi/s.
'res das -asaron sin .ue 6ol6iera a 6er a Fhania. Simbr, .ue me 6isitaba todos los
das, me in9orm/ .ue Atene haba regresado a la ciudad a -re-arar nuestro alo0amiento.
'rat7 de .ue me indicara la 9orma de -oder 6er a Leo, -ero muy 9inamente me contest/
.ue mi amigo me0oraba, y .ue no necesitaba mis cuidados. Sos-ech7 .ue algo anormal
-asaba, aun.ue no su-ona lo .ue -udiera ser. En mi im-aciencia de saber noticias suyas,
trat7 de en6iarle una carta escrita en una ho0a de mi diario5 -ero el escla6o amarillo,
herm7tico como siem-re, no .uiso ni tocarlo. Simbr me -regunt/ luego .u7 .uera yo
.ue hiciera el -obre diablo con escritos .ue no -oda leer.
>or 9in, la tercera noche, decid arriesgarme y 0ugar el todo -or el todo -ara encontrar
a Leo.
Estaba 9uerte, y -oda andar con soltura, sin necesidad de a-oyo. A medianoche,
alumbr3ndome con la lu2 de la luna, salt7 de mi lecho, me 6est, y, tomando un cuchillo,
la Bnica arma .ue -osea, sal de la habitaci/n.
Auando me sacaron de la c3mara donde me encontraba con Leo, -rocur7 en lo .ue
-ude tomar nota del camino .ue hacamos. Recordaba e4actamente los detalles, y -ronto
me hall7 9rente a la habitaci/n de Leo. >or la -uerta entreabierta 6i .ue haba alguien all.
<Era Fhania AteneI
"i -rimer -ensamiento 9ue huir hacia mi cuarto, -ero no lo hice5 a -esar de .ue daba
-or seguro .ue sera descubierto. 8etermin7 a9rontarlo todo, y si ella me 6ea, le hablara
claramente y le dira .ue no -oda estar m3s tiem-o sin saber c/mo se encontraba Leo.
"e -egu7 a la -ared, y es-er7 los acontecimientos, un tanto emocionado.
La 6i salir, cru2ar el corredor, y comen2ar a subir las escaleras. <8ios moI D1u7
hacerE Llegar hasta Leo era im-osible5 haba cerrado la -uerta con la lla6e .ue lle6aba
con ella. D+ol6er hacia atr3sE =o5 <la seguira hasta 6er d/nde iba, y si me descubra, le
-resentara la misma e4cusaI Saba .ue 0ugaba la 6ida5 -ero, D.u7 im-ortaE <AdelanteI
Sigui7ndola, me met en un laberinto de corredores y de escaleras de caracol .ue
daban 6ueltas y 6ueltas. >or 9in lleg/ a un descansillo en el .ue haba una -uerta
entreabierta. Era anti.usima5 la lu2 se 9iltraba a tra67s de sus agrietadas roturas. En la
habitaci/n se oa hablar a dos -ersonas* a Simbr y a la Fhania.
;DHas sabido algo, sobrina maE ;le o -reguntar.
;>oco, muy -oco ;contest/ ella.
#m-ulsado -or la sed de conocer todo a.uel misterio, y lle6ado -or la osada, me
a6entur7 a mirar a tra67s de una de las grietas de la -uerta. Hrente a m, recibiendo de
lleno la lu2 de la l3m-ara, ante la .ue Simbr se encontraba sentado, estaba Atene, de -ie.
Estaba 6erdaderamente bella. Sus ro-as eran ri.usimas, y en la cabe2a luca una -e.ue,a
corona de oro, ba0o la cual sus cabellos se desli2aban hasta las caderas. +i7ndola,
com-rend en seguida .ue a.uello obedeca a algBn 9in secreto, -ues se haba arreglado
con ese arte y gracia e4.uisita .ue sabe tener la mu0er cuando trata de gustar a un
hombre. Simbr la contem-laba con curiosidad retratada en sus -e.ue,os o0illos.
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Librodot Ayesha, el retorno de Ella H. R. Haggard
;D1u7 -as/ entre 6osotrosE
;in.uiri/.
;Le -ed .ue me di0era
claramente cu3les eran las ra2ones
.ue le im-ulsaron a 6enir hasta a.u.
SegBn -ude deducir de sus 6agas
res-uestas, 6ino en busca de cierta
mu0er de rara belle2a... =o me .uiso
decir nada m3s. Le -regunt7 si era
m3s bella .ue yo. "uy cort7smente
me res-ondi/ .ue sera di9cil
a6enturar cu3l de las dos era la m3s
bella ... Entonces 9ue cuando le di0e
.ue, aun.ue no me gustaba hablar de
estas cosas, no haba en todo el -as
mu0er .ue causara m3s admiraci/n
.ue yo. Adem3s, .ue era la reina, y
.ue yo y no otra haba sido .uien le
haba sal6ado la 6ida. Le di0e tam;
bi7n .ue mi cora2/n me deca .ue
yo era la mu0er a .uien 7l buscaba...
;D1u7 m3sE ;-regunt/ Simbr,
im-acientemente.
;"e di0o .ue .ui23 9uera as5 ya
.ue esta mu0er haba reencarnado de
nue6o5 .ue me estudiara. "e -regunt/ tambi7n si haba -asado alguna 6e2 a tra67s del
9uego. Le contest7 .ue el Bnico 9uego en el .ue mi alma se haba abrasado era en el .ue
arda mi -echo ahora. "e di0o* CEnse,adme 6uestros cabellosC5 -use en sus manos mis
bucles. Ml desat/ los suyos, .ue cayeron hasta sus hombros, como una cascada de oro.
<(h, SimbrI5 <eran los cabellos m3s hermosos .ue en mi 6ida he 6isto* sua6es como la
seda, y brillaban con re9le0os met3licosI En mi 6ida 6i unos cabellos tan hermosos y tan
9ragantes como a.u7llos.
C;+uestros cabellos son hermosos ;di0o;5 -ero 6ed, no son lo mismo .ue los mos.
C;Sin embargo, no encontrar7is una mu0er con una cabellera com-arable a la 6uestra.
C;1ui23 teng3is ra2/n5 -ero lo .ue yo busco es algo m3s .ue a una mu0er.
C'rat7 de sonsacarle algo m3s, -ero no -ude* senta .ue un odio loco se a-oderaba de
mi cora2/n contra esta desconocida, y entonces, sin -oder contenerme, me deshice en
im-ro-erios .ue nunca debiera haber dicho. Ahora me arre-iento. :o te ruego, Simbr
.ue bus.ues entre los libros .ue s/lo tu sabidura -uede desci9rar, y me digas .ui7n es esa
mu0er a .uien busca, y d/nde est3. <Ousca5 busca -ronto, .ue .uiero encontrarla, y
matarla si -uedoI
;Oien5 ahora lo has dicho* <si -uedesI ;di0o Simbr;, y si 6i6e. >ero comencemos -or
el -rinci-io de esta e4tra,a a6entura* -rimero recibimos una carta del 'em-lo de la
"onta,a, .ue el Sumo >ont9ice, el sacerdote (ros, te en6i/ hace algBn tiem-o5 Dno es
esoE +eamos esta carta.
&niendo la acci/n a la -alabra, tom/ un lega0o de entre un mont/n de -ergaminos
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Librodot Ayesha, el retorno de Ella H. R. Haggard
.ue haba sobre una mesa y se lo mostr/ a la Fhania.
;Lee5 -re9iero orlo de nue6o.
Simbr ley/*
C;8e Hesea, del 'em-lo del Huego, a Atene, Fhania de Faloon.
CHermana* He sido in9ormada de .ue dos e4tran0eros de una ra2a occidental llegar3n
en bre6e a tu -as, en busca de mi or3culo. El -rimer da de la -r/4ima luna, te ordeno
.ue tB y tu to, el sabio Simbr, guardi3n de la Nran >uerta, 6igil7is el ro, en el glaciar
9ormado al -ie del antiguo eamino, -ues -or el 7l 6ienen los dos e4tran0eros. AyBdalos en
todo, y tr3elos sanos y sal6os hasta la "onta,a. 8e todo lo .ue les suceda, te e4igir7
estrecha cuenta. :o no 6oy a su encuentro, -or.ue si tal hici7ramos rom-eramos el -acto
acordado, el cual dice .ue Hesea, la del Santuario de Huego, no debe -isar el -as de
Faloon sin .ue se -ro6o.ue la guerra.C
;>arece .ue no se trata de sim-les 6agabundos ;di0o Simbr;. Hesea conoce su
llegada, y los es-era.
;=o ser3n 6agabundos o a6entureros, -ero mi cora2/n es-eraba a uno de ellos.. =o
creo .ue Hesea es la mu0er .ue buscan...
;Es .ue hay muchas mu0eres en el santuario ;di0o Simbr, 9ramente;. Si es .ue, en
realidad, inter6iene alguna mu0er.
;=o me im-orta .ui7n les es-ere. El hombre .ue amo no ir3 a la "onta,a.
;Sobrina ma, no ol6ides .ue Hesea es -oderosa5 .ue ba0o las sua6es -alabras de su
escrito se esconde una amena2a. 'iene ser6idores en la tierra y en el aire .ue le dan
cuenta de todo lo .ue sucede. A estas horas ya sabr3 la llegada de estos hombres, y estar3
in9ormada de .ue los retenemos en nuestro -oder. Sabes .ue te odia a ti y a tu casta, los
Rassen, desde hace muchas generaciones. >or eso no te aconse0o .ue te -ongas 9rente a
ella y desates su c/lera, -ues es un es-ritu 9ero2 y terrible. Si ella dice .ue estos hombres
deben ir, d70alos marchar en buena hora...
;<=o ir3I <Ml no ir3I 8e0ar7 marchar al otro, si .uiere, <-ero a 7l noI
;Atene, re9le4iona. D1u7 6as a hacer con ese hombre a
.uien llamas Leo, si se enamorara de tiE ;-regunt/ el mago. "ir3ndole duramente, le
contest/ con 9rialdad* ;<Lo har7 mi maridoI
;>rimero debe .uererlo 7l, y segundo, Dc/mo una mu0er de nuestra ra2a -uede tener
dos maridosE
;<=o tengo maridoI <'B lo sabes tan bien como yoI Adem3s, -or los la2os de 9amilia
.ue nos unen, no -uedes abandonarme en el momento .ue m3s necesito de ti -ara reco;
brar la libertad.
;As, -ues, D-retendes estrechar estos la2os -or medio de un asesinatoE <=oI <Atene,
desecha esa ideaI :a tus cul-as -esan demasiado sobre mi cabe2a. Est3s al borde del
abismo. Aonsigue el amor de ese hombre -or tus -ro-ios medios, o d70ale marchar, .ue
creo es lo me0or.
;<=oI <=o le de0ar7 marchar, o -oco he de -oderI Lo amo, y odio a la mu0er a .uien
el ama, .ue endurece. su cora2/n ante la 6entura de mi amor eterno. <(h, Nran "agoI 'B
.ue -uedes leer el 9uturo y el -asado, dime -or -iedad, D.u7 has ledo en las estrellasE
;He sabido, Atene, .ue tienes ra2/n. 1ue un estrecho la2o os uni/ en otra e4istencia a
este hombre y a ti. 1ue hoy entre 6osotros se al2a un -oderoso obst3culo, .ue mi ciencia
no -uede de9inir. .., y he sabido tambi7n .ue el 9in de este hombre, de ti y de m, est3 muy
-r/4imo.
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Librodot Ayesha, el retorno de Ella H. R. Haggard
;D"i 9in est3 -r/4imoE ;e4clam/ con soberbia;. <Entonces lle6ar7 hasta el 9in mis
deseosI
;<A3lmateI "edita .ue el -oder de .uien te he hablado antes -uede seguirnos hasta
m3s all3 de la muerte.
;"e0or ;contest/ ella;. Los cegaremos con el -ol6o de la ilusi/n. "a,ana, al
amanecer, en6iar3s un mensa0ero, .ue llegar3 hasta el tem-lo de la "onta,a, y dir3 a
Hesea .ue dos ancianos e4tran0eros han llegado. H0ate bien* he dicho ancianos. Le dir3s
.ue est3n muy en9ermos, .ue sus miembros se rom-ieron al caer al ro, y .ue cuando se
re-ongan y est7n 9uertes se los en6iar7 -ara .ue consulten su or3culo. Esto ser3 dentro de
unas tres lunas. Ella lo creer3, y contenta, es-erar3 su llegada. =o hablemos m3s5 6oy a
acostarme, -ues mi cabe2a arde de 9iebre.
:o me deslic7 escaleras aba0o en la oscuridad, mientras senta .ue otra -uerta se
abra y cerraba tras de m. La Fhania haba entrado en su a-osento.
"A$%T!& 7
&S )ASTINES DE &A )!ERTE
DE(%AN ser como las once de la ma,ana del da siguiente, cuando Simbr entr/ en
mi habitaci/n, -regunt3ndome c/mo haba -asado la noche.
;He dormido como un tronco ;contest7.
;Sin embargo, -arec7is 9atigado, amigo Holly.
;<(hI "is sue,os me hacen -asar noches horribles5 -ero, amigo Simbr, -arece .ue
6os no hab7is dormido tam-oco muy a gusto. Jam3s os 6i con un aire tan 9atigado.
;Estoy 9atigado. Es 6erdad5 he -asado la noche estudiando sobre la >uerta.
;DSobre .u7 -uertaE DSobre la .ue -asamos cuando entramos en este -asE DEs-er3is
algBn 6ia0eroE
;=o os chanc7is. He estudiado sobre la >uerta .ue abre -aso al 9uturo y al -asado.
>or un acaso, Dno march3is 6os -or un camino .ue es un -asado hacia un 9uturo .ue ig;
nor3isE
;D>ero los dos interesanE DEl -asado y el 9uturoE ;in.uir.
;<1ui7n sabeI >ero he 6enido solamente a deciros .ue dentro de una hora nos
-ondremos en marcha hacia la ciudad. Justamente la Fhania acaba de -artir a -re-arar
6uestro alo0amiento.
;Est3 bien. Sal6o .ue eso mismo me di0isteis hace 6arios das5 lo .ue me interesa es
saber c/mo se encuentra mi hi0o ado-ti6o.
;"e0ora, me0ora. >ronto lo 6er7is. Msa es la 6oluntad de Fhana. A.u 6ienen los
escla6os con 6uestra ro-a. :o os de0o. Hasta luego.
Auando estu6e listo, los ser6idores me lle6aron a tra67s de a.uel laberinto hasta la
-uerta .ue daba al camino. Aon gran alegra encontr7 a Leo, .ue, aun.ue -3lido y desme;
0orado, se encontraba bastante re-uesto de su en9ermedad.
Sus 6estiduras eran de me0or calidad .ue las mas y le sentaban muy bien5 ya .ue no
le daban el as-ecto grotesco .ue me daban a m. "e abra2/ y me hi2o mil -reguntas
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sobre lo .ue -udiera haberme sucedido desde nuestra se-araci/n.
Lo in9orm7 su-er9icialmente, y le di0e .ue m3s tarde hablaramos. Ahora est3bamos
0untos, .ue era lo -rinci-al. Los criados llegaron trayendo -alan.uines, cada uno de los
cuales era trans-ortado -or dos caballitos de ra2a -e.ue,a, tan comunes en el Asia. &no
de los -alan.uines estaba sus-endido entre dos largos -alos y 9ue en 7l donde nos
acomodamos Leo y yo. A una se,al de Simbr, los escla6os -usieron en marcha a los
caballos, lle63ndolos de la brida. 'ras de nosotros .uedaba la 6ie0a Nran >uerta, -or la
cual habamos sido los -rimeros e4tran0eros, desde cientos de a,os ha, .ue haban -asado
ba0o su arco milenario.
El camino se desli2aba a lo largo de una estrecha garganta .ue daba 6ueltas y
re6ueltas. En una de 7stas, la 6ista .ued/ libre, y ante nosotros se e4tendi/ el -as de
Faloon en toda su belle2a. A nuestros -ies se e4tenda la 97rtil llanura de Faloon, cubierta
de es-lendorosa 6erdura.
Hacia el norte, y emergiendo del llano, con sua6es decli6es a sus -ies, se al2aba la
monta,a .ue nos haba ser6ido de gua durante nuestra -eregrinaci/n, y donde se hallaba
el 'em-lo del Huego.
Al 6er nue6amente la cumbre donde haba brillado la lu2 de nuestras es-eran2as,
nuestro cora2/n -al-it/ con 9uer2a, m34ime cuando sabamos .ue la soluci/n y el 9in de
nuestra -eregrinaci/n se encontraba a unas cuantas millas de nosotros. A su 6ista, todos
los ser6idores re6erenciaron su -resencia inclinando la cer6i2, -ostr3ndose de hino0os o
cru2ando el -rimer dedo de la mano derecha con el -rimero de la i2.uierda. SegBn su-e
des-u7s, -ara con0urar los malos es-ritus. Hasta Simbr, tan indi9erente a todo lo .ue se
re9era a la "onta,a, inclinaba su cabe2a con una su-erstici/n .ue no hubiera sos-echado
en 7l.
DHab7is estado alguna 6e2 en el santuarioE ;-regunt/ Leo.
El 6ie0o le6ant/ la cabe2a, contestando e6asi6amente*
;La gente del llano no sube nunca a la "onta,a. Entre sus laderas y tras el ro .ue
ba,a sus -ies, se esconden hordas sal6a0es con las cuales sostenemos 9recuentes guerras,
-ues 6i6en hambrientas y se dedican al -illa0e, roban nuestro ganado y de6astan nuestros
sembrados. Adem3s, a menudo se desli2an -or las laderas ro0as masas de la6a ardiente,
.ue deshacen al .ue se a6entura a escalar su cumbre.
;: cuando tal acontece ;-regunt/ Leo;, Dla ardiente la6a cae sobre 6uestro -asE
;As es. <Auando el es-ritu de la "onta,a est3 o9endidoI .
;D1ui7n es el es-ritu de la "onta,aE ;in.uiri/ Leo, interrum-i7ndole.
;=o lo s7, se,or. D>uede acaso un hombre 6er un es-rituE ;=o sera e4tra,o5 6os 6eis
m3s de lo .ue realmente de bi7rais ;le contest/ Leo, con una mirada muy signi9icati6a.
La cara del 6ie0o -erdi/ la 9ra calma .ue hasta entonces haba a-arentado.
Aom-rend .ue las -alabras de Leo traan a su memoria alguna acci/n de la .ue tu6iera
.ue arre-entirse.
;"e hac7is un gran honor, se,or mo5 -ero mi ciencia en la 6isi/n de los hechos
9uturos no llega a tal -er9ecci/n. >ero 6ed5 las barca2as llegan al embarcadero. El resto
del 6ia0e debemos hacerlo a lo largo del ro.
Las barca2as eran grandes y c/modas. Sus .uillas eran -lanas, y sus -roas chatas. as
como sus -o-as. Aun.ue no tena gran e4-eriencia en materia n3utica, com-rend .ue
estas barca2as estaban hechas -ara ser remolcadas y no -ara ser im-ulsadas a 9uer2a de
remo. Leo y yo embarcamos en la m3s grande de todas, de03ndonos solos. 'ras de
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nosotros se desli2aban -or el ro otras barca2as, conduciendo los escla6os, ser6idores y
algunos hombres .ue -or su a-ariencia -arecan soldados. Los -alan.uines 9ueron
desmontados y los caballos embarcados y -restos -ara 6ol6er a trans-ortarnos a nuestra
llegada.
&nos caballe0os enganchados a los e4tremos de unos cabos, a un lado y a otro del ro,
remolcaban nuestra cara6ana, cru2ando -uentes de madera, cuando canales o ros tribu;
tarios cortaban la uni9ormidad de la ribera.
;<Nracias a 8ios .ue -odemos estar 0untos y solosI D'e acuerdas, Horacio, cuando
llegamos al -as de ForE Hue tambi7n en barco. :a 6es* los hechos -arece .ue se 6uel6en
a re-etir id7nticos.
;Lo .ue tB .uieras, -uedo creer lo .ue gustes5 -ero la realidad es .ue somos dos
mos.uitos ca2ados en una tela de ara,a. Fhania es la ara,a y el 6ie0o Simbr guarda el
nido. >ero no hablemos de cosas tristes. Au7ntame .u7 ha sido de tu 6ida. 8ate -risa,
-or.ue no sabemos cu3nto tiem-o estaremos 0untos.
;'e acordar3s de nuestra llegada a la Nran >uerta des-u7s de ser sal6ados -or Fhania
y el 6ie0o, de las aguas del glaciar. >ero, Dd/nde estabas cuando me de0aste caerE 'e llam7
y no me res-ondiste. Are .ue, colgado de a.uella correa, iba a 6ol6erme loco, y antes
.ue eso -re9era morir estrellado5 -or eso la cort7. D8/nde estabas tBE
;'an -ronto como caste, salt7 tras de ti. Si acab3bamos 0untos, .ui23 0untos
-odramos comen2ar de nue6o.
;Nracias, Holly, gracias ;di0o, emocionado.
;Oueno5 no im-orta5 lo -asado, -asado5 tenas ra2/n al decir .ue llegaramos hasta
a.u. Au7ntame lo .ue te haya sucedido.
;>ues 6er3s. Al des-ertarme, des-u7s de uno de mis sue,os 9ebriles, 6i a una
bellsima mu0er .ue me miraba, y .ue, inclin3ndose sobre m, me bes/. DSabes de .ui7n
se trataE =o s75 .ui23 todo 9uera un sue,o.
;=o, no era sue,o ;contest7 yo;. :o lo 6i.
;Siento mucho lo sucedido, lo siento. La Fhania, -ues era ella, 6ino 6arias 6eces
des-u7s a mi habitaci/n, habl3ndome en griego. >ero, oye, Dno es curioso .ue Ayesha
hablase tambi7n el griegoE
;=o s/lo hablaba el griego, sino .ue conoca 6arias lenguas orientales5 -ero lo mismo
.ue ella -ueden conocerlas otras -ersonas. Sigue.
;"e cuid/ cari,osamente durante mi en9ermedad5 -ero hasta la Bltima noche no
ocurri/ nada .ue me hiciera sentir descon9ian2a o -re6enci/n contra ella* siem-re tena el
buen cuidado de no hablarle de nuestro -asado, .ue tanto la intrigaba. Siem-re le contest7
.ue 7ramos e4-loradores, no sin de0ar de -reguntarle d/nde te encontrabas, -ues me
haba ol6idado de decirte .ue me di -er9ecta cuenta de nuestra se-araci/n. 'odo march/
bien hasta el otro da, en .ue la 6ol6 a 6er de nue6o. 8es-u7s .ue el 6ie0o Simbr me
tra0o la comida, la Fhania entr/ sola en mi habitaci/n. +ena hermossima, y 6estida
como una reina. >areca sacada de un cuento de hadas, con su corona de oro y con sus
negros cabellos sueltos sobre la es-alda. Aomen2/ de manera re9inada y discreta,
em-e2ando -or decir .ue desde .ue me 6io com-rendi/ .ue nuestras 6idas se haban
conocido en un -asado le0ano, y su-lic3ndome .ue no la abandonara y .ue no le negara
su amistad. 'rat7 de con6encerla como -ude de .ue sus temores eran in9undados. >ero un
hombre .ue como tal se tenga, D-uede -ermitir .ue una mu0er bella le est7 halagando y
haci7ndole toda clase de cum-limientosE
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Librodot Ayesha, el retorno de Ella H. R. Haggard
CAs, -ues, -use 9in. a esta escena, dici7ndole claramente .ue 6ena en busca de mi
es-osa, a .uien haba -erdido haca a,os, -ues des-u7s de todo Ayesha es mi es-osa.
Aontra lo .ue me su-ona, sonri/, contest3ndome .ue no era necesario buscar muy le0os
-ara encontrarla de nue6o, -ues era ella, .ue haba 6enido a sal6arme de la muerte, sac3n;
dome del ro.
C+erdaderamente hablaba con tal con6encimiento .ue casi me inclin7 a creerla, -ues
realmente Ayesha -oda haber cambiado en su actual reencarnaci/n.
C:a estaba casi con6encido, cuando me acord7 de la -rueba del -elo, .ue es todo lo
.ue ELLA nos de0/. 8esat7 mi -ela, .ue cay/ sobre mi es-alda, y a su 6ista, la Fhania no
-udo e6itar una mirada en6idiosa5 su-ongo sera -or.ue era m3s largo .ue el suyo, no
com-rendo otra cosa. =o se -udo contener, y tom/ un mech/n con sus manos -ara
-robar, sin duda, su 9inura y sua6idad. El contacto con mi -elo -areci/ actuar sobre su
naturale2a como los 3cidos sobre los metales 9alsos. 'odo su mal instinto y su maldad se
-uso de mani9iesto* su 6o2 se torn/ bronca, y su 6ista se nubl/, tomando toda ella una
e4-resi/n de ira 6ulgar y ruin, sin a.uella terrible ma0estuosidad con .ue lo haca Ayesha
cuando algBn e6ento haca iracunda su -l3cida calma.
C1ued7 con6encido de .ue la Fhania no haba sido nunca Ayesha. Eran tan
di9erentes, .ue nunca -oda haber sido la misma -ersona en otra reencarnaci/n.
>ermanec callado, y la de07 hablar, amena2ar y hasta blas9emar5 cansada y rabiosa contra
mi herm7tica y tran.uila indi9erencia, sali/ de la habitaci/n, cerrando la -uerta con lla6e
tras de s.
CEsto es todo lo .ue tengo .ue contarte, y, lo .ue es m3s toda6a, hablando
sinceramente, no estoy tran.uilo5 no *7 lo .ue esta endiablada mu0er .uiere hacer
conmigo. Le tengo miedoC.
;S, es 6erdad5 -ero no te e4cites y hables demasiado alto5 .ui23 el timonel sea un
es-a5 he 6isto a Simbr 6arias 6eces con los o0os cla6ados en nosotros. Ahora escucha lo
.ue 6oy a contarte, y no me interrum-as, -ues el tiem-o .ue nos .ueda de estar solos
-uede ser -oco.
Le cont7 todo lo .ue saba. Leo me escuchaba at/nito. Auando acab7 me di0o*
;<Nran 8ios, .u7 historiaI >ero dime* D.ui7n crees tB .ue ser3 esa Hesea .ue escribi/
la carta desde la "onta,a SagradaE D1ui7n ser3 la Fhania entoncesE
;D1ui7n te dice el instinto .ue -ueda serE
;DAmenartasE ;di0o como dudando;. DLa mu0er .ue 9ue mi es-osa hace dos mil a,osE
DAmenartas reencarnadaE
;D>or. .u7 noE Acu7rdate .ue siem-re te asegur7 .ue si lleg3bamos al 9in de esta
a6entura encontraramos de nue6o a Amenartas o al es-ritu de Amenartas reencarnado.
:a 6es c/mo estaba en lo cierto. Si el 6ie0o Fou;en y miles de mon0es budistas recuerdan
su -asado y 0uran .ue es 6erdad, D-or .u7 esta mu0er, ayudada -or la magia de su to
Simbr, no ha de -oder recordar su -asadoE D'e e4tra,ar3 entonces .ue esta mu0er se
6uel6a loca de amor a la 6ista del hombre a .uien no ha de0ado de amar nuncaE
;"e con6ences. Si es as, s/lo siento el da,o .ue mis -alabras hayan -odido haberle
causado. 8e haberlo sabido...
=uestra con6ersaci/n se desli2/ sobre el temor y la es-eran2a .ue nos in9unda
a.uella misteriosa Hesea .ue escribi/ el mensa0e desde el Santuario de la "onta,a,
ordenando a la Fhania y al 6ie0o Simbr salir a nuestro encuentro y C.ue tena ser6idores
en el aire y la tierraC. . .
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En9rascados en nuestros mutuos -ensamientos, no nos dimos cuenta de .ue la
barca2a haba atracado 0unto a la ribera, y .ue el 6ie0o Simbr, saltando de la suya, se
dis-ona a embarcar en la nuestra. As lo hi2o, sent3ndose 9rente a nosotros, dici7ndonos
9ramente .ue como la noche caa, deseaba hacernos com-a,a -ara -rotegernos en la
oscuridad...
;Mste tiene miedo .ue nos esca-emos saltando al agua ;murmur/ Leo.
A una se,al, los conductores 9ustigaron los caballos, y la n3utica cara6ana -Bsose en
marcha nue6amente.
;"irad ;di0o el mago;5 mirad la ciudad en la .ue dormir7is esta noche.
"iramos hacia donde nos se,alaba el 6ie0o, y 6imos una gran ciudad, 9ormada -or
casas de te0ados -lanos. Su -osici/n era bastante buena, -ues, como su-imos des-u7s,
estaba situada sobre una isla .ue 9ormaba el ro al di6idirse en dos ramas. A e4ce-ci/n de
un edi9icio con columnas y minaretes, y rodeado de 0ardines, no se 6ean grandes
construcciones.
;DA/mo se llama la ciudadE ;-regunt/ Leo.
;Faloon ;contest/ el mago;5 as se llamaban estas tierras cuando nuestros
antecesores, hace dos mil a,os, con.uistaron este -as, y as llamaron a la ciudad .ue
9undaron. Al territorio en .ue se e4tiende la "onta,a lo llamaron Hes, -or.ue, segBn
decan, la con9iguraci/n de su cumbre re-resenta el smbolo de una diosa de este nombre,
a .uien adoraban.
;DEs 6erdad .ue 6i6en sacerdotisas toda6a en ese tem-loE ;-regunt/ Leo
a-ro6echando la e4-ansi/n del 6ie0o, -ara sonsacarle la 6erdad.
;S, y sacerdotes tambi7n. &n colegio de 7stos establecieron los con.uistadores, .ue
m3s tarde 9ue reem-la2ado -or otro de adoradores del Huego Sagrado de la "onta,a.
Mstos consagraron a este culto el tem-lo y el Santuario, y esta religi/n es la .ue -ro9esa
hoy da. el -ueblo de Faloon.
;As, -ues, Da .ui7n ador3is ahoraE
;A la diosa Hesea, os he dicho5 -ero sabemos -oco sobre la "onta,a, -ues sus
habitantes son nuestros enemigos de ra2a. =os asesinan, y -agamos con la misma
moneda, asesin3ndolos tambi7n. Son demasiados celosos en su deber de custodiar la
"onta,a Sagrada, y nadie -uede subir sin -ermiso a consultar el (r3culo, a o9recer
-legarias y die2mos en tiem-os de se.ua, o cuando un Fhan muere, o cuando el grani2o
o las desbordadas aguas del ro de6astan nuestros sembrados, o mientras el hambre y la
miseria a2otan el -as. =osotros, si no somos atacados, no 6iolamos la -a2, aun.ue, en
general, todos los hombres del -as 6an armados y est3n dis-uestos a luchar cuando sea
necesario.
A medida .ue iba cerrando la noche, el humo .ue coronaba la cumbre de la "onta,a
Sagrada se tornaba de negro en ro0o. Al -oco rato se con6erta en un -enacho de llamas,
.ue iluminaba el cielo 6arios Gil/metros a la redonda. El enorme arco de la cumbre
resaltaba como un 9anal gigantesco, iluminando las cumbres 6ecinas. &n res-landor
ro0i2o cubra de una rosada -3tina los chatos te0ados de la ciudad, coloreando sus torres y
minaretes. El re9le0o del -aisa0e y de la atm/s9era era altamente -intoresco e
im-resionante.
Los conductores de los caballos en la ribera y el timonel de nuestra barca2a
comen2aron a lan2ar en 6o2 alta sus -legarias, dando muestras de un temor e4tra,o.
;D1u7 hacen estos hombresE ;-regunt/ Leo a Simbr.
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;Re2an, -or.ue dicen .ue el es-ritu de la "onta,a est3 o9endido, y como -asan ba0o
el ha2 de lu2 .ue -or el arco se 9iltra, llamado el camino de Hes, -iden a la diosa su
-rotecci/n.
;DEs .ue no brilla siem-re el 9uego como ahoraE ;in.uiri/ Leo.
;=o. La Bltima 6e2 9ue hace tres meses5 hasta entonces no haba brillado desde haca
a,os. Roguemos .ue no sea la se,al del comien2o de una era de calamidades -ara
Faloon.
>or algunos minutos continu/ la iluminaci/n. >oco a -oco, la intensidad 9ue
cediendo, desa-areciendo el res-landor con la misma lentitud .ue haba 6enido,
.uedando Bnicamente un -e.ue,o re9le0o ro0i2o en lo alto de la "onta,a.
La luna brillaba, blanca como una enorme es9era5 a sus rayos 6imos c/mo -oco a
-oco nos acerc3bamos a la ciudad. >ero aBn nos de-araba el 8estino algo .ue 6er antes
de entrar en ella.
En el silencio de la noche rasgaron el aire los sal6a0es aullidos de una loca 0aura.
Los aullidos se acercaban m3s y m3s, creciendo de 6olumen hasta .ue llegaron a
orse a -ocos metros de nosotros. En un alto2ano, sobre los di.ues, a-areci/ un 0inete
galo-ando 9uriosamente sobre un blanco caballo. >as/ 9rente a nosotros como una 9lecha,
-ero al -asar, 6ol6i/ la cabe2a, y a la lu2 de la luna .ue le daba en la cara, -udimos 6er el
terror y la agona en sus 9acciones. Se hundi/ entre las sombras, seguido de la
escalo9riante mBsica. &n enorme -erro a-areci/, monstruoso, ro0o, de alta talla y 9eroces
mo6imientos. >ar/se un momento -ara orientarse, sin duda -erturbado -or nuestra
-resencia5 -ero -ronto se rehi2o, -ues dando un aullido, se -erdi/ en las sombras. 'ras 7l
a-arecieron m3s, una docena, m3s. Aiento, todos horribles y es-antosos, <aullando sin
cesarI ...
;<Los "astines de la "uerteI ;murmur/ Leo, im-resionado, tom3ndome del bra2o.
;S5 -arece .ue 6an a la ca2a de ese -obre diablo. >ero, mira* a.u 6iene el ca2ador.
A-areci/ un segundo -ersona0e, esgrimiendo un l3tigo, .ue restallaba secamente, en
medio de la algaraba de los -erros. Lo mismo .ue el anterior, al -asar 9rente a nosotros,
6ol6i/ la cabe2a, mostrando en la cara la 6i6a e4-resi/n de una locura demonaca. =o
haba duda, a.uella e4-resi/n sal6a0e ante la ca-tura de un seme0ante, .ue haba de ser
des-eda2ado -or a.uellas 9ieras, no -oda re9le0arse en la cara de un hombre .ue go2ara
la -lenitud de sus sentidos. >as/ ante nosotros al galo-e del caballo, con los o0os
inyectados y -ro9iriendo e4clamaciones y denuestos, ante la -ers-ecti6a de .ue el -obre
9ugiti6o esca-ase con 6ida.
;<El FhanI <El FhanI ;di0o Simbr, estremecido -or el terror.
'ras 7l, seguan sus ser6idores. Seran unos ocho, lle6ando l3tigos, con los .ue
9ustigaban a sus caballos e4igiendo una 6elo2 carrera .ue les -ermitiera seguir la loca
marcha de su se,or.
;D1u7 .uiere decir esto, amigo SimbrE ;-regunt7, as .ue el ruido de los cascos se
a-ag/ en la distancia.
;1uiere decir, amigo Holly ;contest/ el 6ie0o;, .ue el Fhan hace sentir el -eso de su
0usticia. Aa2a a muerte a a.uel .ue o9endi/ su dignidad de Fhan.
;D1u7 crimen cometi/E D1ui7n es ese -obre hombreE
;Es un gran se,or de este -as. Su crimen es el haber con9esado su amor a la Fhania,
-rometi7ndole le6antar el -as en guerra y dar muerte a su marido, y hacerla su es-osa.
Esto le costar3 el morir en las 9auces de la hambrienta 0aura, -ues la Fhania, .ue odia a
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los hombres, se lo di0o al Fhan, -ara hacer con 7l castigo e0em-lar. <Esta es la historiaI
;<Heli2 este -rnci-e, .ue -osee una es-osa tan 6irtuosaI
"e mir/ el mago, y meditando un momento sobre mis -alabras, sacudi/ su cabe2a
como .ueriendo darles un alcance .ue estaba bien le0os de m.
Al -oco rato, 6ol6i7ronse a or los aullidos de la 9uriosa 0aura.
=ue6amente, el -rimer 0inete rea-areci/ en escena. Ml y el caballo -arecan agotados
-or la 9atiga. El 0inete, 6iendo .ue era im-osible todo esca-e, se dirigi/ hacia la ribera,
con 3nimo, sin duda, de encontrar en el ro una muerte menos horrible .ue la .ue le
es-eraba. El ro0o mastn, .ue -areca ser el gua de la 9ero2 manada, le cort/ el camino,
arro03ndose sobre los 9lancos del caballo. Encabrit/se el -obre animal y relinchando de
dolor cay/ al suelo. Antes de lo .ue se tarda en contarlo, la 0aura entera haba hecho
-resa al 0inete y caballo, muriendo ambos des-eda2ados ante la sal6a0e y endemoniada
carca0ada del Fhan.
"A$%T!& 8
&A "RTE DE 9A&N
HRRRI:ADS -or lo .ue habamos 6isto, continuamos la marcha. Ahora no
me e4tra,aba .ue la Fhania odiara a a.uel loco des-/tico .ue era su marido. Si el Fhan
era un -obre dese.uilibrado, atormentado -or los celos, la -ers-ecti6a .ue se; nos
-resentaba, si llegase a saber .ue la Fhania estaba enamorada de mi amigo Leo, no era de
las m3s halagUe,as. Oueno era saberlo -ara -reca6erse en el 9uturo.
Llegamos, -or 9in, al t7rmino de nuestra 0ornada. En una -arte de la isla haba un
desembarcadero, donde atracaron las barca2as, y saltamos a tierra. &na guardia de
hombres armados, al mando de un intendente del -alacio, nos es-eraba -ara recibirnos.
=os condu0o a lo largo de estrechas calle0uelas, cuyo -a6imento estaba 9ormado -or
-iedras -lanas, y cuya estreche2 nos obligaba a marchar en 9ila. Aun.ue era de noche,
obser67 .ue las casas no tenan estilo ar.uitect/nico de9inido.
=uestra llegada, segBn -ude 0u2gar, era es-erada, e intrigaba a los moradores de
a.uella tierra 9eli2. La gente, a nuestro -aso, sala a los balcones, 6entanas y -uertas -ara
6ernos -asar. Aru2amos la calle, llegando a una es-ecie de -la2a. La cru2amos, y me di
cuenta entonces .ue nuestra com-a,a haba engrosado con gran nBmero de curiosos, .ue
nos contem-laban y hacan comentarios sobre nuestras -ersonas. Llegamos a una -uerta,
en la muralla de una 9orti9icaci/n interior. El -aso estaba cerrado, -ero a una -alabra de
Simbr, se abrieron las -uertas, encontr3ndonos en unos grandes 0ardines. Seguimos el
camino central hasta llegar a una gran construcci/n .ue seme0aba un -alacio muy s/lida;
mente construido, de un de-lorable estilo egi-cio.
'ras la -uerta -rinci-al, encontramos una am-lia sala. A esta c3mara llegaban
corredores, a tra67s de uno de los cuales nos condu0o el o9icial hasta un de-artamento,
com-uesto de una sala y dos dormitorios. Sus -aredes estaban adornadas con tro9eos y
moti6os egi-cios. &nas as -rimiti6as l3m-aras de aceite alumbraban la estancia.
Simbr nos de0/, dici7ndonos .ue el o9icial es-erara en la habitaci/n inmediata -ara
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conducirnos hasta el comedor tan -ronto como estu6i7ramos dis-uestos. Entramos en las
alcobas, donde encontramos los mismos escla6os, siem-re herm7ticos, -ero
com-lacientes, .ue nos ayudaron a desnudarnos.
=os 6estimos y salimos, a6isando al intendente .ue ya est3bamos dis-uestos. =os
condu0o a tra67s de 6arias habitaciones, grandes y deshabitadas, hasta una gran c3mara,
donde grandes l3m-aras colgadas de la -ared y techo es-arcan una gran claridad. C&n
9uego caldeaba la habitaci/n, haci7ndola grata y con9ortable. En uno de los e4tremos
haba una mesa larga y estrecha, cubierta con un ta-i2 y ostentando un rico ser6icio de
re-u0ada or9ebrera.
Es-eramos a.u hasta .ue unos ser6idores a-arecieron -ara le6antar las -esadas
cortinas, abriendo -aso a un -ersona0e .ue gol-eaba una cam-ana de -lata. 'ras de 7l
seguan una docena o m3s de cortesanos, 6estidos con tra0es blancos, y acom-a,ados de
damas, algunas de ellas 0/6enes y hermosas. =os hicieron una re6erencia, y
corres-ondimos a ella, a manera de -resentaci/n y saludo.
.Hubo una -ausa mientras nos obser63bamos mutuamente. A-areci/ nue6amente la
9igura de a.uel .ue -odramos llamar Cmaestro de ceremoniasC, y con su cam-ana de
-lata se,al/ la entrada de algBn nue6o -ersona0e im-ortante. E9ecti6amente, entre dos
9ilas de escla6os, es-l7ndidamente 6estidos, a6an2aban lentamente dos 9iguras de gra6e
ma0estad, seguidas del mago Simbr y de otros gentileshombres de -alacio. La Fhania y
el Fhan de Faloon entraron en seguida.
El Fhan -areca ahora un hombre -ac9ico, sin a-ariencias de loco. Su mirada era
serena y sin e4-resi/n, como la de un ser de oscura inteligencia5 hubi7rase dicho .ue
a.uel hombre era insensible a toda clase de emociones. La Fhania estaba tan hermosa
como cuando la 6imos en el recinto de la Nran >uerta. Al 6ernos se turb/ un -oco, -ero
rehaci7ndose, a6an2/ hacia nosotros, diciendo a su marido*
;Se,or5 estos son los e4tran0eros de .uienes te he hablado.
Los o0os del Fhan se 9i0aron -rimero en m. >areca di6ertirle con mi a-ariencia,
-or.ue, ech3ndose a rer b3rbaramente, habl/ en a.uel griego me2clado con -alabras del
-as.
;<(h, .u7 animal m3s raroI <Ja, 0aI Es la -rimera 6e2 .ue nos 6emos, D6erdadE <Ja,
0aI
;>erdonad, Nran Fhan. >ero os he 6isto esta noche, antes de ahora, distrado con
6uestra ca2a. DEs 7se 6uestro de-orte 9a6oritoE
Se ech/ a rer, diciendo, mientras 9rotaba sus manos*
;S, eso es. La ca2a de esta noche nos ha hecho correr un -oco5 -ero al 9in, mis
-erritos lo ca2aron y <hamI ...
Aerr/ la boca, e hi2o adem3n de comer.
;Aesa ya tu brutal con6ersaci/n ;di0o la Fhania con indignaci/n, y dirigi7ndose hacia
Leo, hi2o adem3n de -resent3rselo.
El Fhan, a la 6ista de a.uel buen mo2o, -areci/ .uedar sor-rendido. 8irigi7ndose a
Leo, le di0o*
;DSois 6os el amigo de la Fhania a .uien 9ue a 6er a la Nran >uerta de las "onta,asE
Ahora com-rendo -or .u7 se tomaba tanto inter7s5 -ero tened cuidado, no sea .ue tenga
.ue ca2aros a 6os tambi7n.
Leo, indignado, hi2o adem3n de contestarle, -ero su0et3ndole -or el bra2o, le di0e en
ingl7s*
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;<Aall/, -or 8iosI D=o 6es .ue este hombre est3 locoE
;Oorracho, dir3s. <Aomo me hable otra 6e2 de la 0aura, le rom-o la nucaI
La Fhania interrum-i/ -ara in6itar a Leo a sentarse 0unto a ella5 al mismo tiem-o
.ue me indicaba sitio entre ella y su to, el 6ie0o Simbr. El Fhan sent/se en un sill/n, a la
cabecera de la mesa, entre dos de las m3s hermosas damas de la reuni/n.
La comida 9ue abundante, com-uestos la mayora de los -latos de -escado, carnero y
con9ituras, todo ello -resentado sobre bande0as de -lata re-u0ada. Aomo bebida, se sir6i/
una es-ecie de alcohol destilado del grano del ma2, de la cual los comensales beban m3s
de la cuenta. 8es-u7s de cru2ar unas -alabras conmigo res-ecto a nuestro 6ia0e, la
Fhania se 6ol6i/ hacia Leo, con6ersando con 7l casi todo el resto de la noche. :o -as7 la
6elada hablando con el 6ie0o Simbr.
En sustancia, lo .ue su-e de nuestra con6ersaci/n 9ue lo siguiente*
1ue Faloon se encontraba aislado del resto del mundo -or estar rodeado de
monta,as y haberse roto el Bnico -uente .ue en la antigUedad lo una al mundo e4terior.
1ue el -as no era muy grande, y tena una -oblaci/n muy densa. 1ue aun.ue e4istan
minas de metales -reciosos, .ue se traba0aban y se con6ertan en artculos de Btil uso, el
dinero no se conoca. 'odas las transacciones se e9ectuaban -or medio del intercambio de
-roductos.
Entre los die2 mil aborgenes del -as de Faloon, e4istan algunos .ue -odramos
llamar de sangre a2ul, o sea los descendientes de Ale0andro "agno.
Su sangre, sin embargo, se encontraba me2clada con la de los -rimiti6os -obladores
del -as. A 0u2gar -or la a-ariencia de los descendientes, los ante-asados debieron ser
indi6iduos -ertenecientes a algunas de las ramas de la gran ra2a t3rtara.
1ue el gobierno, si as -odamos llamarlo, era de la m3s des-/tica constituci/n,
residiendo todo el -oder en las manos del Fhan, cuyo ttulo era hereditario, 9uera mu0er o
6ar/n el descendiente.
Religiones e4istan dos* la del -ueblo, .ue adoraba al es-ritu de la "onta,a, y la de
los arist/cratas, .ue crean en la magia, la astrologa y la adi6inaci/n.
La Fhania era la Bltima descendiente directa del -rimer con.uistador, y su marido y
-rimo era descendiente de una manera indirecta5 -or este moti6o, la Fhania contaba con
casi todos los habitantes del -as como -artidarios suyos. 8igo casi todos, -or.ue haba
algunos descontentos -or la 9alta de descendiente, lo cual, a la muerte del Fhan, haba de
causar trastornos -or la sucesi/n del trono. >or lo dem3s, la Fhania era 0usta, e.uitati6a y
com-asi6a con los -obres, .ue eran numerosos en el -as, debido a la densidad de
-oblaci/n.
;+erdaderamente. ;di0o Simbr, mir3ndome de soslayo;, sera una gran cosa, como
dice el -ueblo, .ue el Fhan, .ue tanto nos o-rime y a .uien odiamos, muriera, -udiendo
entonces la Fhania tomar otro es-oso ahora .ue toda6a es 0o6en y hermosa. Aun.ue est3
loco, 7l lo sabe, y -or eso est3 siem-re celoso de cual.uier hombre .ue agrade a la
Fhania5 eso, amigo Holly, ya lo hab7is 6isto esta noche. Aual.uiera .ue go2ara de este
9a6or, dice Rassen, go2ara tambi7n del de la muerte.
;1ui23 ame a su es-osa ;di0e a Simbr.
;<1ui23I >ero si es as, ella no le ama ni a 7l ni a ninguno de estos cortesanos
;contest/, se,al3ndome con la mirada a los .ue estaban en la sala.
Aiertamente, ninguno de ellos era ca-a2 de ins-irar una -asi/n. A esa hora, en su
mayora estaban borrachos y hablaban entre s a grandes 6oces y rean estre-itosamente.
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Las mu0eres haban bebido m3s de lo su9iciente, y o9recan un lastimoso es-ect3culo. El
Fhan, tumbado en el sill/n, comentaba, entre risas, los detalles de la lBgubre ca2a.
Atene, en a.uel momento, mir/
a su marido, y con un gesto de
amargura retratado en el bello
semblante, o .ue deca a Leo*
;<+edI <+ed el com-a,ero de
mis dasI <=o sab7is lo .ue su9re la
Fhania de FaloonI "as,
-erdonadme, me encuentro muy
9atigada, y deseo descansar. "a,ana
nos 6eremos y hablaremos de nue6o.
Llam/ a un intendente,
orden3ndole .ue nos acom-a,ara a
nuestras habitaciones, donde nos
dormimos -ro9undamente, -ues
est3bamos muy 9atigados. Al
amanecer nos des-ertaron los
aullidos de la 0aura de la muerte,
.ue deba estar no muy le0os de
nosotros.
Al da siguiente de nuestra
llegada, la Fhania Atene nos en6i/
dos magn9icos caballos blancos,
-oni7ndolos a nuestra dis-osici/n.
Al medioda salimos en su com-a,a
escoltados -or una guardia. =os
ense,/, -rimero, la 0aula donde se guardaban;los "astines de la "uerte. Era grande y
con. gruesos barrotes entrecru2ados. &nas -e.ue,as -uertas daban salida a los mastines
cuando 9atalmente era necesario. =unca haba 6isto animales de tanta 9iere2a y de tan
gran tama,o. Los mastines 6ulgares del 'ibet no eran sino sim-les 9alderos a su lado. El
-el/ era corto y reluciente. 'an -ronto como nos ol9atearon, se arro0aron contra los
barrotes, con 9uria, dando saltos y ladrando como deses-erados.
Estos -erros estaban al cuidado de guardianes, cuyo cargo era trasmitido de -adres a
hi0os desde haca muchas generaciones. Los mastines obedecan ciegamente las /rdenes
de 7stos, as como las del Fhan, -ero -obre del .ue se hubiera acercado a ellos. Estos
9eroces animales eran los 6erdugos del -as5 todos los malhechores y asesinos de la
ciudad ser6an de -ie2a a cobrar -or la 0aura en una lBgubre ca2a, en la .ue el Fhan era
el montero mayor.
8es-u7s de 6er los -erros, seguimos a lo largo de la muralla hasta una gran a6enida,
donde al caer la tarde, los habitantes -aseaban en sus ratos de ocio. Luego, con gran
contento -or nuestra -arte, cru2amos un -rimiti6o -uente de cuerdas y troncos, y nos
lan2amos a tra67s de los cam-os.
A.uella noche no comimos en el comedor real, sino en la habitaci/n .ue estaba 0unto
a nuestros dormitorios. La Fhania y su to 6inieron a acom-a,arnos, colm3ndonos de
atenciones. Auando le -resentamos nuestros cum-limientos y le dimos las gracias -or su
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atenci/n, nos di0o .ue haba dis-uesto .ue comi7ramos solos -ara no e4-onernos a recibir
insultos y a -resenciar es-ect3culos desagradables.
Las noches siguientes tam-oco comimos en el comedor regio. >as3bamos las 6eladas
en nuestras habitaciones, acom-a,ados -or la Fhania, .ue haca .ue Leo le contase cosas
de #nglaterra, a0 como detalles y an7cdotas de las costumbres y usos de los -ueblos .ue
haba 6isitado. :o le cont7 la historia del rey Ale0andro, el 0e9e del e07rcito a .uien
-erteneca el general Rassen, su ante-asado, el con.uistador del -as de Faloon. Le habl7
de Egi-to, de sus curiosidades y de su 6ida, y as, gratamente charlando, est3bamos hasta
medianoche. Atene escuch3ndonos muy com-lacida y con los o0os -uestos en Leo.
8os in.uietudes atormentaban nuestras almas* el deseo de esca-ar y llegar al
santuario, si era -osible, y la Fhania, aun.ue no haba 6uelto a insinuarse con Leo,
llegara un momento en .ue 6ol6era a hablar de su amor, en cuyo caso no haba m3s
remedio .ue des-e0ar la 6iolenta situaci/n con todas sus consecuencias. Estaba seguro
.ue su -asi/n, en 6e2 de amenguarse, aumentaba da -or da, -ues aun.ue los labios nada
decan, los o0os eran m3s elocuentes .ue las -alabras.
"A$%T!& ';
EN &A "<)ARA DE& )A2
!NA noche, Simbr nos rog/ .ue 9u7ramos a comer con 7l a su de-artamento,
situado en la torre m3s alta del -alacio. Era all donde iba a tener lugar la escena decisi6a
de nuestra a6entura en el -as de Faloon. Al terminar de comer, Leo, .ue haba estado
toda la 6elada -ensati6o y callado, di0o, de -ronto*
;Amigo Simbr. 8eseo -ediros un es-ecial 9a6or* .uisiera .ue rog3seis a la Fhania
nos -ermitiese seguir nuestro interrum-ido camino.
El mago, al or la demanda de Leo, -alideci/.
;Areo ;di0o, re-oni7ndose; .ue sera me0or .ue 6os mismo -idi7rais eso a la Fhania.
A 6os nada os sera negado.
;Hablemos 9rancamente, amigo Simbr, seamos sinceros. >arece .ue la Fhania Atene
no es 9eli2 con su marido. D=o es ciertoE
;+eo .ue sois -ers-ica2. >ero eso no .uiere decir .ue est7 enamorada de 6os ;di0o el
6ie0o, tratando de a-lastar a Leo.
;<'en7is ra2/nI >ero, sin embargo, ha sido tan buena conmigo y he recibido tantas
bondades de ella, .ue me han hecho creer...
;1ui23 .uer7is decir .ue no hab7is ol6idado lo, .ue un caballero debera no
recordar...
;<=oI Recuerdo cosas .ue ata,en s/lo a 6os y a la Fhania.
;Est3 bien5 <habladI
;"uy -oco tengo .ue deciros. Solamente, .ue 0am3s -as/ -or mi imaginaci/n
a6ergon2ar a la -rimera dama de 6uestro -as.
;Hab7is hablado noblemente, y esto os honra. "as debo deciros .ue en este -as no
nos admiramos -or ciertas cosas. >ero, D.u7 necesidad ten7is de dar esc3ndaloE Si, -or
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e0em-lo, la Fhania se decidiese a tomar nue6o es-oso, el -as entero se regoci0ara,
-or.ue ella es la Bltima descendiente de sangre real ...
;D>ero c/mo -uede casarse nue6amente una mu0er cuyo marido 6i6e toda6aE
;<8esde luegoI Es una cuesti/n .ue he tenido en cuenta, y creo .ue la soluci/n m3s
sencilla es .ue -odra casarse si ese hombre, .ue es su marido, muriese. =ada tendra de
e4tra,o5 el Fhan ha bebido tanto en estos Bltimos a,os .ue.. .
;D1uer7is decir, si este hombre 9uera asesinadoE ;di0o Leo, iracundo;. >ues bien5
desde este momento os digo .ue no. <=o .uiero saber nada de tal asesinatoI D"e
entend7isE
Al decir esto Leo, o un ligero ruido tras de m5 6ol6 la cabe2a, y la cortina .ue
cerraba el -aso al gabinete donde el mago guardaba sus instrumentos se descorri/,
de0ando 6er a la Fhania .ue nos contem-laba en -ie.
;D1ui7n hablaba de asesinatosE ;di0o, 9ramente;. DHuisteis 6os, LeoE
Le6ant3ndose de su asiento, Leo res-ondi/ serenamente.
;Se,ora* me alegro de .ue hay3is odo mis -alabras, aun.ue 7stas hayan -odido
des-ertar 6uestro eno0o.
;D>or .u7 ha de en9adarme el saber .ue en mi corte hay hombres de honor .ue nada
.uieren saber de crmenesE <=oI Estas -alabras os honran. >ero sabed .ue 0am3s -asaron
-or mi mente esas ideas. "as amigos mos* <lo .ue est3 escrito, est3 escritoI
;>ero decidme, Fhania* D.u7 es lo .ue est3 escritoE ;-regunt/ Leo con ansiedad.
;Simbr* <dseloI
Simbr se dirigi/ a su gabinete5 tra0o un -a-iro y ley/* CLas estrellas han demostrado
con sus signos in9alibles .ue antes de la -r/4ima luna nue6a el Fhan de Faloon, Rassen,
morir3 a manos del e4tran0ero de rubia cabellera .ue lleg/ a este -as a tra67s de las
monta,asC.
;<Las estrellas mienten si tal cosa a9irmanI ;grit/ Leo 9uera de s.
;Aomo .uer3is ;di0o Atene;5 -ero sabedlo* el Fhan debe
morir, no a mis manos ni a las de mis cortesanos* debe morir a las 6uestras.
;D>ero -or .u7 a mis manosE D>or .u7 no a las de HoracioE <Si as 9uese, debera
su9rir el castigo .ue el -ueblo me im-usieraI ;grit/ Leo, deses-erado.
;D>or .u7 os burl3is de m, Leo +inceyE D=o com-rend7is lo .ue -ara m re-resenta
mi maridoE ;di0o la Fhania, 9elinamente.
Aom-rend .ue habamos llegado a la escena culminante, -or.ue Leo, domin3ndose
y mir3ndola cara a cara, le Tdi0o, 9ramente*
;<Se,ora, habladI <Hablad, -or lo .ue m3s .uer3is5 .ui23 ser3 me0or -ara los dosI
;(s obedecer7, se,or. 8el -rinci-io de este drama es-iritual mo, nada os hablar75 lo
.ue recuerdo se re9iere a mi -resente reencarnaci/n, en la .ue desde mi ni,e2 os he
amado, sin conoceros en -ersona. La -rimera 6e2 .ue os 6i, en el ro, cuando os sal6amos
de las aguas, 6uestra cara no me 9ue desconocida. :a os conoca -or haberos 6isto en
sue,os. <SI <Auando era una ni,a, me .ued7 dormida una ma,ana de -rima6era, entre un
maci2o de 9lores de mi 0ardn ... y os 6iI <(s 6iI +uestra cara era la de un ni,o, -ero 7rais
6os. >regunt3dselo a mi to5 7l sabe .ue es 6erdad lo .ue os digo. 8es-u7s os 6i muchas
6eces. Siem-re en sue,os, y -or ellos su-e .ue 6os 7rais mo, <moI <Solamente moI
>asaron largos a,os. :o saba .ue 6os 6enais hacia m, -oco a -oco, yendo de un lado al
otro, a tra67s de los -ueblos del Asia, cru2ando las heladas monta,as, los 6erdes llanos y
los desiertos arenosos, donde los rayos del sol calcinan las blancas osamentas de las cara;
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6anas -erdidas. <Siem-re, siem-re hacia mI <>or 9in lleg3steisI &na noche, aBn no hace
tres lunas, mientras estaba con mi to estudiando 0untos la Senda .ue conduce al -asado y
al -resente, tu6e una e4tra,a re6elaci/n. >erd el sentido en uno de esos dulces sue,os en
.ue -arece .ue el es-ritu se se-ara del cuer-o y toma 9uer2as -ara 6er a.uello .ue ha de
suceder. +i entonces .ue 6os y 6uestro com-a,ero descendais -or una saliente de hielo
sobre el abismo. <=o miento, noI <Est3 escrito a.uI Mrais 6os el hombre de mis ensue,os
hecho carne5 <no -oda ser otroI Aomo conoca el lugar, hacia all nos dirigimos
-resurosos, temiendo .ue -udi7rais caer y -erderse 6uestra -reciosa 6ida.
CAuando llegamos 6imos .ue era 6erdad. 8os -e.ue,as 9iguras se desli2aban -or los
hielos, -or donde ningBn hombre hubiera -odido descender. +imos c/mo casteis y
.ued3steis colgado sobre el glaciar5 6i tambi7n c/mo, 6alientemente, Holly saltaba tras de
6os, y 6imos c/mo cortando la cuerda .ue os a-risionaba, os -reci-it3bais en el abismo.
>ero yo estaba all, y 9ueron mis manos las .ue os sal6aron de -erecer en el torrente5 de
otra 9orma, hubi7rais muerto sin remedio, 6os .ue sois -ara m la 6ida, mi sue,o, el amor
so,ado y es-erado desde hace tantos a,os. +os y no otro, Leo +incey. Hue este temor el
.ue -re6i/ el -eligro, y esta mano la .ue os sal6/ la 6ida. D1uer7is recha2arlos ahora,
cuando la Fhania de Faloon os los o9receE
1ued/ callada, con los o0os 9i0os en el 6aco, mientras sus labios temblaban
ligeramente.
;Se,ora ;di0o Leo;. "e sal63steis la 6ida, y eso s/lo basta -ara .ue mi gratitud sea
eterna, <aun cuando .ui7n sabe si hubiera sido me0or .ue me hubi7seis de0ado morirI >ero
si toda esta historia es 6erdad, D-or .u7 os casasteis con el hombre .ue es hoy 6uestro
es-osoE
;<(hI =o -ens7is mal de m, mi bien amado* 9ue un acto -oltico el .ue me oblig/ a
unirme a ese loco d7s-ota a .uien siem-re odi7. <'B lo sabes, toI
El 6ie0o Simbr mo6i/ a9irmati6amente la cabe2a.
;Este matrimonio 9ue necesario -ara -oner 9in a la guerra .ue ensangrentaba el -as
entre las legiones de Rassen y mis 9ieles sBbditos. :o era la Bltima descendiente de la
6erdadera ra2a5 adem3s, siem-re cre .ue mis sue,os y 6isiones eran solamente 9ruto de
mi cerebro en9ermo. <Lo hice solamente -or el bien de mi -asI
;Si as 9uera, se,ora, 6os serais la m3s grande -atriota y digna de admiraci/n ;di0o
Leo en un tono r3-ido, en el .ue trasluca el deseo de -oner 9in a esta escena;. <=oI =o
-ienso mal de 6os, Fhania. "as me e4tra,a .ue deba ser yo el .ue tenga .ue cortar el
yugo .ue os a-risiona a un marido .ue hab7is escogido -or 6uestra 6oluntad. Adem3s, me
hab7is contado la historia de la re6elaci/n de las estrellas como la .ue os anunci/ nuestra
llegada al -as, y debo deciros .ue es realmente 9alsa. Se,ora* <6os est3bais en el ro
-or.ue la -oderosa Hesea, el Es-ritu de la "onta,a del Huego, as os lo haba mandadoI
;DA/mo sab7is estoE ;di0o Atene como mordida -or una 6bora, mientras Simbr nos
contem-laba estu-e9acto.
;8e la misma manera .ue cono2co muchas cosas m3s. Se ,ora* hubiera ;sido me0or
.ue hubi7rais dicho toda la 6erdad. Atene, blanca como la cera, res-ondi/*
;D1ui7n os lo di0oE DHuiste tB, mago malditoE <(hI Si es as, ten la seguridad de .ue
lo sabr7, y aun.ue lle6as mi sangre en tus 6enas, la -isotear7 cuando est7s en la agona.
;<AteneI <AteneI ;di0o Simbr, su-licante;. <Oien sabes .ue no -uede ser 6erdadI
;DEntonces 9uisteis 6os, 6agabundo a-estado, mensa0ero del es-ritu del malE <(h,
-or .u7 no os mat7 desde el -rimer momentoI >ero ese ol6ido tiene -ronto remedio.
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Librodot Ayesha, el retorno de Ella H. R. Haggard
;Se,ora ;res-ond;, Dcre7is -or 6entura .ue soy adi6inoE
;S5 eso creo .ue sois...
;Entonces, Fhania, decidme* D.u7 res-uesta hab7is en6iado a la -oderosa Hesea
sobre nuestra llegada al -as de FaloonE
;Escuchad ;interrum-i/ Leo antes de .ue -udiera contestar;. 1uiero ir a la "onta,a
Sagrada a consultar al or3culo. Aon 6uestra com-lacencia o sin ella ir7, y des-u7s -odr7is
0u2gar .ui7n es m3s 9uerte, si la Fhania de Faloon o Hesea, la del Santuario del Huego.
Atene -ermaneci/ en silencio durante algunos segundos, .ui23 -or no saber .u7
contestar a la ines-erada resoluci/n de Leo. 8es-u7s, con una -e.ue,a sonrisa, a,adi/*
VDEs esta 6uestra 6oluntadE Oien5 -ero creo .ue all no est3 lo .ue busc3is...
Aomo si un secreto -ensamiento cru2ase -or su cerebro, un es-asmo de -ena se
re9le0/ en su cara5 luego a,adi/, con a.uella 9rialdad tan -articular en ella*
;<+ia0eroI, sabed .ue mientras yo 6i6a no -ondr7is los -ies en esa monta,a. Sabed
tambi7n, Leo +incey, .ue os he abierto mi cora2/n, y -or 6uestros labios he sabido .ue la
mu0er .ue busc3is no soy yo, como en mi loca -asi/n llegu7 a creer. =o os hago ningBn
ruego, ninguna sB-lica5 -ero no ol6id7is .ue sab7is demasiado... Sin embargo, -ensadlo
bien esta noche, y ma,ana, a la -uesta del sol, me contestar7is. =o me desdigo de mi
o9recimiento5 ma,ana me dir7is si me .uer7is tomar -or es-osa cuando la ocasi/n llegue,
y reinar en este tran.uilo -as, go2ando de la 9elicidad de mi amor5 o morir en com-a,a
de 6uestro amigo.
8e -ronto 6i .ue la llama de la lu2 .ue iluminaba la estancia se mo6i/, haciendo
sombras. Aom-rend .ue algBn cuer-o e4tra,o haba alterado la tran.uilidad del
ambiente, -enetrando en la estancia5 con un temor instinti6o mir7 a mi alrededor, y 6i la
sombra de un hombre .ue a6an2aba silenciosamente. Al llegar dentro del crculo
iluminado -or la l3m-ara, -rorrum-i/ en una sal6a0e carca0ada.
Era el Fhan. Atene lo 6io. Su mirada no e4-res/ miedo ni in.uietud, como si lo .ue
suceda 9uera una cosa .ue de antemano su-iera haba de suceder5 sin embargo, lo .ue de
esta nue6a 9ase -udiera deri6arse habra de ser 9atal -ara Leo y -ara m.
;D1u7 buscas a.u, RassenE ;-regunt/ Atene;. +uel6e a tu corte, y sigue con tus
borrachos y tus mu0eres.
>ero Rassen rea, y su risa, como la de las hienas, nos sacudi/ las es-aldas con rudos
escalo9ros.
;D1u7 has odo, .ue tanto te hace rerE
;D1ue .u7 he odoE. ;rugi/ Rassen;. <(hI 1ue la Fhania, -or cuyas 6enas corre -ura
la sangre de los con.uistadores, la -rimera dama del -as de Faloon, la -rincesa cuyas
ro-as se manchan al s/lo contacto con las damas de la corte, mi es-osa, s, mi es-osa, la
.ue me rog/ .ue me casara con ella, y sabedlo, e4tran0eros, -or.ue era su ri6al en el
gobierno de todo el -as, -ensando s/lo con ello aumentar su -oder Ry ri.ue2a, la he odo
o9recerse a un 6agabundo a6enturero de rubios cabellos, y he odo tambi7n a 7ste
recha2arla. <Ja, 0aI He odo tambi7n, -ero esto ya lo saba yo, <.ue estoy loco5 locoI <Ja,
0aI >ero sabed, e4tran0eros, .ue estoy loco -or.ue esa rata 6ie0a ;di0o se,alando a Simbr;
me dio a beber un 9iltro en la 9iesta de nuestros des-osorios -ara reducirme al lamentable
estado en .ue hoy me encuentro. Lo hi2o bien, a 9e ma5 -ero la cul-able 6erdadera de
todos mis males no es m3s .ue esa mu0er, a .uien odio con todas las 9uer2as de mi alma,
la Fhania Atene. Solamente su contacto me -one en9ermo5 he intentado con6i6ir con ella,
-ero en6enena el aire el olor de embru0amiento .ue di9unde.
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Librodot Ayesha, el retorno de Ella H. R. Haggard
'odos estos rudos insultos, .ue en el 9ondo no deban .ui23 carecer de 9undamento,
los escuch/ la Fhania Atene sin des-egar los labios. 8e -ronto, 6ol6i7ndose hacia
nosotros con gran re6erencia, nos di0o*
;Se,ores, -erdonad5 hab7is llegado a una tierra corru-ta -or el 6icio y atacada -or los
malos es-ritus, y a.u 6eis sus 9rutos. Fhan Rassen* tu destino est3 escrito, y no he de
hacer nada -or im-edirlo5 durante el corto tiem-o en .ue hemos estado 0untos, no has
sido -ara m m3s .ue deshonra y corru-ci/n. La -r/4ima co-a no ser3 -ara enlo.uecerte,
sino -ara hacer callar esa lengua 6il .ue arro0a todo el 6eneno de tu casta a la lim-ia y
-ura de la Bltima descendiente de los con.uistadores. <'oI +en conmigo5 dame tu bra2o,
-ues me siento des9allecer de 6ergUen2a y de rabia.
El mago a6an2/ unos -asos, y al -asar 0unto al Fhan, y mir3ndole con sus o0illos,
.ue brillaban como carbunclos, deteni7ndose, le di0o*
;<RassenI (s he 6isto nacer5 sois el hi0o de una mu0er maldita5 nadie sabe .ui7n es
6uestro -adre, sino yo. :o os he ele6ado5 a m me deb7is el ser lo .ue sois, no ol6id7is
.ue -uedo haceros caer. :a os acordar7is de m cuando llegue el Bltimo instante de
6uestra 6ida.
Sus -asos se a-agaron en el corredor, y el Fhan, mirando 9urti6amente a su
alrededor, -regunt/, mientras se secaba con la manga el sudor .ue le corra -or la 9rente*
;DSe ha ido ya ese 6ie0o hechiceroE
8e sus o0os haba desa-arecido el brillo de la locura. Lo tran.uilic7 en seguida,
contest3ndole .ue ya se haba marchado.
;Areer7is .ue soy un cobarde, y es 6erdad5 tengo miedo de 7l y de ella, como 6os lo
tendr7is, rubio gal3n, cuando os llegue la ocasi/n.
;<1uiero huir, FhanI ;le di0o Leo;. Ellos me han dicho .ue yo debo mataros5 estad
tran.uilo5 no busco 6uestra muerte. Are7is .ue intento robaros 6uestra es-osa, mas no son
tales nuestros -ro-/sitos. 8eseamos solamente esca-ar de esta ciudad, en la .ue estamos
-risioneros, ya .ue sus -uertas est3n cerradas y 6igiladas noche y da. Escuchad5 6os y
s/lo 6ois -od7is librarnos de esta -risi/n. <8adnos la libertadI
El Fhan nos mir/ sor-rendido, e4clamando*
;>ero si os de0ara libres, Dad/nde iraisE
;Hacia la "onta,a del Huego.
Rassen se .ued/ at/nito.
;Soy yo el .ue est3 loco, o sois 6os5 -ero..., D.uer7is ir a la "onta,a del HuegoE Sin
embargo, no me im-orta hacia d/nde os diri03is5 mas no creo .ue -od3is llegar hasta
all... >ero si as 9uera, -odrais 6ol6er de nue6o con hombres -ara guerrear. <AhI <:a 6eo
claroI <'en7is la reina y dese3is con.uistar este 97rtil -asI <Sois ambiciososI <=oI <=o
ir7is hacia allI
;Escuchad, Fhan. Sed consciente. +uestros temores son in9undados. =o deseo
6uestra es-osa, ni un acre del suelo de estas tierras. Ayudadnos, y no 6ol6eremos a
molestaros ni a inter6enir en la 6ida de 6uestro -as.
El Fhan -ermaneci/ -ensati6o, con sus largos bra2os colgando a lo largo del cuer-o.
8e re-ente, alguna idea -as/ -or su cerebro, -or cuanto, estallando en una de sus brutales
carca0adas, di0o*
;Estoy -ensando .u7 dira Atene si ma,ana 6iese .ue sus -30aros haban 6olado. <JaI
<JaI >ero... os buscara, y entonces .ui23 se en9adase conmigo, y saldra en 6uestra busca,
no -arando hasta encontraros... ;di0o, -oni7ndose serio.
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Librodot Ayesha, el retorno de Ella H. R. Haggard
;D"3s eno0ada de lo .ue est3 ahoraE ;re-li.u7;. 8e0adnos marchar esta noche,
9a6orecidos -or la oscuridad, y ma,ana, -or mucho .ue bus.ue, no nos encontrar3.
;D(l6id3is, e4tran0eros, .ue ella y su to tienen ciertos -oderes secretos de .u7
6alerseE A.uellos .ue su-ieron d/nde tenan .ue encontraros, bien -ueden saber d/nde
tienen .ue buscaros si esca-3is. >ero sera curioso 6er su rabia al saber .ue habais huido.
<(h, mi rubio doncelI D8/nde est3sE ;di0o, imitando c/micamente la 6o2 de Fhania;.
<+ol6ed, 6ol6ed -ronto5 de0adme .ue derrita el hielo de 6uestro cora2/n con la llama de
mi amorI <JaI <JaI
SBbitamente e4clam/*
;DAu3ndo -od7is estar listos -ara marcharE ;En media hora ;contest7.
;Oen. #d a 6uestro cuarto y -re-aradlo todo. 8entro de unos segundos estar7 con
6osotros.
"A$%T!& ''
&A "A:A Y &A )!ERTE
&&E2A)S a nuestras habitaciones sin encontrar a nadie en el camino. Aambiamos
nuestras lu0osas ro-as -or a.uellas .ue tra0imos en el 6ia0e desde la Nran >uerta a la
ciudad. Recogimos las 6ituallas y Btiles .ue -udieran ser6irnos en nuestra nue6a
a6entura. Recogimos nuestros 9uertes cuchillos de ca2a, y nos armamos con unas
-e.ue,as lan2as, .ue nos ser6iran -ara ca2ar o -ara de9endernos, en caso necesario.
;<1ui7n sabe si ese loco no nos enga,a o intenta matarnosI >ero nos de9enderemos
mientras nos .uede un h3lito de 6ida ;di0o Leo.
;'ienes ra2/n5 no con9o gran cosa en esa bestia con 9orma de hombre5 aun.ue su
deseo de 6ernos le0os de su mu0er, tal 6e2 nos sir6a de ayuda...
;S5 -ero no ol6ides .ue di0o .ue .ui7n sabe si -odramos 6ol6er -ara encender en
guerra al -as. "ientras 6i6amos, -odemos 6ol6er5 los .ue mueren no 6uel6en nunca.
;>ues Atene no -iensa as ;contest7.
;:, sin embargo, esta noche habl/ de darnos muerte ;contest/ Leo.
;Su -ro-ia -asi/n la 6ol6i/ loca.
Se abri/ la -uerta, de0ando -aso al Fhan en6uelto en un largo abrigo de 6ia0e.
;Si est3is ya listos, 6amos ;nos di0o. +iendo lo .ue lle63bamos, a,adi/;* D>ara .u7
necesit3is estas cosasE D+amos, -or 6entura, a una caceraE
;=o ;res-ond;5 -ero, D.ui7n nos -uede decir .ue no -odemos ser ca2adosE ...
;Si cre7is .ue es me0or, .uedaos donde est3is hasta .ue la Fhania .uiera abriros sus
-uertas ;res-ondi/, mir3ndonos 9i0amente.
;=o5 6amos.
=os -usimos en marcha, yendo 7l a la cabe2a. >asamos a tra67s de 6arios cuartos
hasta .ue llegamos al gran recibidor5 de all salimos al -atio, donde, en 6o2 ba0a, nos di0o
.ue nos ocult3semos en la sombra. La luna brillaba a.uella noche con tanta claridad, .ue
a su -3lida lu2 -oda 6erse5 recuerdo el musgo .ue creca entre las losas del -a6imento.
"e -reguntaba yo, en a.uellos instantes, c/mo nos las arreglaramos -ara salir -or la
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Librodot Ayesha, el retorno de Ella H. R. Haggard
-uerta -rinci-al, cuya guardia haba sido doblada recientemente, -or orden de Fhania.
"as, con gran alegra ma, 6i c/mo la de03bamos a nuestra derecha y c/mo Rassen nos
conduca -or un corredor hasta una -uertecilla oculta tras un ta-i2, y .ue abri/ con una
lla6e .ue lle6aba encima.
=os encontramos al 9in 9uera del recinto del -alacio, y en el amurallado 0ardn,
borde3ndolo, tu6imos .ue -asar -or donde se encontraba la 0aula de los mastines, .ue,
siem-re alerta y al ol9atear nuestro -aso, -rorrum-ieron en terror9icos ladridos. El Fhan
9ue hacia ellos y consigui/ tran.uili2arlos.
Auando 6ol6i/ a reunirse a nosotros, le e4-li.u7 los temores de .ue .ui23 hubiera
alarmado a los guardianes. El Fhan me tran.uili2/, dici7ndome*
;=o5 no hay cuidado5 sus guardianes saben .ue est3n hambrientos e in.uietos -or.ue
ma,ana ciertos criminales deben morir a sus 9auces.
Llegamos a las -uertas de la muralla5 el Fhan, lle63ndonos hasta un tem-lete, nos
di0o .ue es-er3semos, -ues 6ol6a en seguida.
Leo y yo nos miramos, -ues el mismo -ensamiento haba cru2ado -or nuestra mente*
el Fhan deba haber ido a buscar a los asesinos .ue tenan .ue darnos muerte. "as -ensa;
mos mal, -or cuanto al -oco rato omos -isadas de caballos sobre el -iso, y el Fhan
6ol6i/ conduciendo de las bridas a los dos caballos blancos .ue Atene nos haba
regalado.
;Los ensill7 con mis -ro-ias manos ;di0o;. D1u7 m3s se -uede hacer -ara .ue -art3is
r3-idamenteE Ahora montad, y cubros la cara con el cuello de 6uestros abrigos, como
hago yo.
"ontamos, y 7l corri/ ante nosotros a -ie, como hacan los maestros de ceremonias
de Faloon cuando acom-a,aban a sus amos.
8e0ando la calle -rinci-al a un lado, nos internamos -or el barrio de -eor re-utaci/n
de la ciudad, cru2ando y recru2ando el d7dalo de sus tortuosas y l/bregas calle0as.
Llegamos a la ribera5 all, en un -e.ue,o embarcadero, saltamos al interior de una
barca2a .ue haba amarrada a uno de los -ilotes.
;8eb7is embarcar 6uestros caballos y cru2ar el ro ;di0o Rassen;5 los -uentes est3n
guardados, y tendra .ue descubrir mi -ersonalidad a los soldados -ara .ue os de0aran
-asar.
Algo contrariados, embarcamos r3-idamente a los caballos, su0et3ndolos yo de las
bridas, en tanto Leo em-u,aba los remos.
;<Adi/s, errantes a6enturerosI ;grit/ el Fhan, en cuanto nos se-aramos del muelle;.
Rogad al es-ritu de la "onta,a .ue el 6ie0o hechicero y su sobrina, 6uestra amante,
rubio doncel, no est7n -resenciando 6uestra 9uga re9le0ada en el es-e0o;m3gico, -or.ue
entonces nos 6eremos de nue6o.
La corriente tom/ de lleno a nuestra barca2a, lle63ndola hasta el medio del ro. Sobre
el muelle, el Fhan rea con a.uella risa tr3gica .ue haca estremecer a los .ue la oan.
Llam3ndonos toda6a, nos di0o*
;<Aorred, corred, e4tran0eros, si .uer7is sal6ar 6uestra 6idaI <La muerte os 6a
siguiendo los -asosI
Leo rem/ entonces con 9uer2a hacia la orilla, con 3nimo de desembarcar, -ero la
corriente im-etuosa haca inBtiles sus heroicos es9uer2os.
;Haramos me0or en desembarcar y matar a ese hombre, -ues sus -alabras encierran
una amena2a.
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"e lo di0o en ingl7s5 -ero Rassen, -or la modulaci/n de las 9rases, o -or 1t .ue 9uera,
debi/ com-render el signi9icado, -or cuanto, dando un salto, ech/ a correr5 y -ar3ndose
de -ronto, grit/*
;<8emasiado tarde, locosI
Aon una carca0ada se -erdi/ en
las oscuras sombras de la noche.
;Arucemos5 d70alo ;di0e a Leo.
Seguimos remando y di6isamos
un -e.ue,o gol9o, y hacia 7l nos
dirigimos. 8esembarcamos los
animales, y sin -reocu-arnos de la
barca2a, montamos nuestros caballos
y em-rendimos la ascensi/n hacia la
cumbre donde se encontraba el
Santuario del Huego.
>oco tiem-o des-u7s, la aurora
ti,/ con su -Br-ura las nie6es de las
6ecinas monta,as, al mismo tiem-o
.ue se e4tenda una densa niebla .ue
nos oblig/ a re9renar el galo-e de
nuestros caballos, decidiendo hacer
alto en nuestra marcha, en un
-e.ue,o trigal, hasta .ue la
atm/s9era se aclarase un -oco, al
mismo tiem-o .ue se re9rescaban los
caballos.
El sol sali/ -or 9in tras la
monta,a cuya columna de humo era
nuestra gua, con6irtiendo en 0irones la densa niebla .ue antes nos im-eda el -aso.
8imos de beber a nuestros caballos, y reem-rendimos nuestra marcha hacia la
cumbre.
La maldita ciudad de Faloon .uedaba tras de nosotros, y con ella la Fhania con toda
su belle2a y sus -asiones5 con ella tambi7n .uedaba su to con sus bru0eras y
adi6inaciones, tan 6ie0o en a,os como en ocultos crmenes, y a.uel Fhan loco, mitad
diablo mitad m3rtir, -ero siem-re cobarde y cruel. Hrente a nosotros arda el 9uego en la
ne6ada cumbre, con sus misterios .ue tantos a,os de in9ructuosa busca nos haba costado.
Ahora, o descubramos 7ste, o moriramos* <todo antes .ue retrocederI
A medioda la con9iguraci/n del terreno haba cambiado -or com-leto* todo eran
-e.ue,as laderas escalonadas, .ue hacan, -or consiguiente, im-osible el regado
arti9icial.
Al anochecer nos -areci/ haber llegado al lmite del -as de Faloon con el de las
sal6a0es tribus. Altas y 9uertes torres almenadas se ele6aban, sin duda, -ara ser6ir de
re9ugio y de9ensa contra los ata.ues de los errantes in6asores. 8eban estar
desmanteladas y sin soldados5 -or lo menos as nos -areci/5 -robablemente eran 6estigios
de los das en .ue el -as tena .ue ser de9endido de los ata.ues ambiciosos de con.uis;
tadores de otra ra2a -redecesora de la del actual Fhan.
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Librodot Ayesha, el retorno de Ella H. R. Haggard
8e0amos esas torres tras de nosotros, y nos encontramos, ya bien anochecido, en una
6asta llanura en la .ue no 6imos ser 6i6iente alguno. 8ecidimos de0ar descansar nuestros
caballos, -ara comen2ar nue6amente la marcha a la lu2 de la luna. Sabiendo .ue la
Fhania .uedaba atr3s, toda la distancia entre nosotros y ella nos -areca -oco. =uestra
9uga a estas horas ya se habra descubierto. Si .ueramos estar a sal6o, tenamos .ue
correr mucho5 seguramente a estas horas un mensa0ero estara -oniendo en guardia al -as
-ara ca-turarnos, y los soldados seguiran nuestros -asos.
8esensillamos los caballos y los de0amos libremente sola2arse, re6olc3ndose entre la
seca hierba .ue cubra el suelo. =o haba agua5 -ero no nos -reocu-amos, ya .ue
nuestros caballos haban bebido -oco antes en una charca encenagada. Acabamos con la
escasa comida .ue con nosotros habamos trado de -alacio, y .ue sobriamente habamos
re-artido en nuestra marcha, a -esar de la noche sin descanso y de la larga 0ornada
anterior.
'endidos sobre la hierba est3bamos, cuando mi caballo, .ue se re6olcaba con las
-atas atadas, se enred/ en tal 9orma, .ue le era im-osible -onerse de -ie5 des-u7s de
6arias tentati6as inBtiles, en una de ellas dio toda una 6uelta sobre s mismo, .uedando
con las -atas al aire, 0unto a nosotros, .ue contem-l3bamos, riendo, sus inBtiles es9uer2os.
;D>or .u7 tiene los 6asos tan ro0os ese animalE DSe habr3 heridoE ;di0o Leo,
e4tra,ado.
"e 9i07 entonces en .ue, e9ecti6amente, los 6asos del animal estaban manchados de
ro0o, sin .ue en todo el da nos hubi7ramos dado cuenta de ese detalle. "e le6ant7 -ara
6erlo me0or, 9igur3ndome .ue seran manchas de barro ro0o de algBn 9angal de los .ue
habramos cru2ado. E9ecti6amente, era ro0o5 -ero lo .ue me e4tra,/ 9ue .ue a.uello no
era barro, sino una substancia arom3tica de olor -enetrante y desagradable5 hubi7rase
dicho .ue era sangre me2clada con -imienta u otras es-ecias.
;<1u7 e4tra,o es todo estoI ;di0e;. +eamos tu caballo, Leo.
Aomo su-ona, el caballo de Leo tena los 6asos embadurnados con la misma e4tra,a
substancia.
;1uien sabe si esto no es algBn tratamiento del -as -ara -roteger los 6asos ;di0o Leo.
&na terrible idea, 9i0a, -un2ante, se cla6/ en mi cerebro, oblig3ndome a e4clamar*
;=o -erdamos el tiem-o en indagar las ra2ones. "ontemos, y esca-emos a galo-e.
;D>or .u7E ;murmur/ Leo.
;>or.ue ese maldito Fhan, .ue el diablo con9unda, ha sido el .ue ha -uesto as a
nuestros caballos.
;D>ara .u7E D>ara .ue no -uedan correrE ;in.uiri/ Leo.
;=o, Leo, <-ara .ue de0en una huella de su -aso sobre la tierra secaI
Leo -alideci/5 balbuciendo, me di0o*
;1uieres decir entonces... <Los mastinesI...
Asent. Sin -erder un minuto en comentarios, ensillamos los caballos con el
-ro-/sito de comen2ar una carrera 9ant3stica. Justamente cuando acababa de cerrar la
Bltima hebilla de mi montura -ercib un ligero rumor .ue me hi2o agu2ar el odo.
;Escucha, Leo.
=ue6amente se de0/ sentir el rumor, esta 6e2 m3s claro, y sin de0ar lugar a dudas
res-ecto a su origen. <Eran los ladridos de los "astines de la "uerteI
;<Nran 8ios, los -errosI ;e4clam/ Leo.
;S ;contest7 con tran.uilidad. Ante este e6ento tan sos-echado -or m, mis ner6ios
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Librodot Ayesha, el retorno de Ella H. R. Haggard
se tornaron de acero y el temor desa-areci/ -or com-leto;. >arece .ue nuestro amigo el
Fhan 6a a hacer su de-orte 9a6orito a nuestra costa. <>or eso rea tantoI
;D1u7 hacer, HoracioE ;-regunt/ Leo;. DAbandonar los caballosE
"ir7 hacia la cumbre5 toda6a se encontraban a muchas millas de nosotros sus
laderas m3s cercanas.
;:a tendremos tiem-o de hacerlo cuando nos 6eamos obligados a ello. =o s7 si
-odremos llegar al -ie de la "onta,a antes de .ue los -erros nos den ca2a. +amos, -ues,
a luchar desen9renadamente, a 6er si -odemos esca-ar. Horcemos los caballos. Es nuestra
Bnica es-eran2a.
Su0et7 al mo, y le hice dar una 6uelta -ara -oder 6er lo .ue tras de m suceda.
A la incierta lu2 del cre-Bsculo -ude 6er una multitud de -e.ue,as 9igurillas .ue
corran, y entre las Bltimas, un hombre al galo-e, 0inete sobre un soberbio corcel,
lle6ando de su mano las riendas de otro caballo.
;'oda la 0aura est3 suelta ;di0o Leo, estremeci7ndose;. Rassen 6iene tambi7n5 D-ero
-ara .u7 traer3 otro caballoE :a s7 -ara .u7 nos ser6ir3n las lan2as, y ahora s .ue 6as a
6er c/mo se cum-le de 6erdad la -ro9eca del mago. <Al galo-eI
>artimos en la oscuridad, con los o0os 9i0os en la cumbre, cuyo humo se tornaba
rosado. S/lo tenamos la es-eran2a de -oder alcan2ar la 6ertiente de la "onta,a, toda6a
muchas millas distante, con la 0aura -is3ndonos los talones, teniendo la es-eran2a de .ue
los -erros, cansados, se negasen a continuar la ca2a.
La oscuridad se haca cada 6e2 m3s densa, ocultando con sus sombras las monta,as
6ecinas, mientras los mastines se acercaban cada 6e2 m3s. Aun.ue march3bamos 6eloces,
no -odamos 9or2ar m3s nuestros caballos, -ues -odan caer y lastimarse, lo .ue sera
9atal.
8e -ronto el 9uego de la "onta,a brill/ en una e4-losi/n como la .ue 6imos cuando
llegamos a la ciudad de Faloon. Orill/ intensamente, haciendo -asar un ha2 de lu2 -or
entre los arcos de la cru4 ansata, como si 9uera un gigantesco 9aro.
=os. -areci/ .ue nos encontr3bamos sumidos en una misteriosa lu2 9os9orescente
como a.uella .ue irradia el mar en las noches calurosas del esto. 1ui23 esto 9uera s/lo
una re9racci/n de la lu2 al re9le0ar en las nubes y en las nie6es de las cumbres 6ecinas.
Este res-landor, aun.ue s/lo dur/ unos segundos, nos ayud/ bastante -ara
orientarnos, m34ime cuando el terreno era muy abru-to y rocoso.
La luna se de0/ 6er entre las nubes, 0ustamente cuando el e4tra,o res-landor
desa-areca. La 0aura se nos acercaba cada 6e2 m3s. En el silencio de la noche sus
in9ernales armonas alcan2aban un 6olumen terror9ico. >ude distinguir entre ellas los
tonos .ue la com-onan. Es-ecialmente uno -ro9undo y -enetrante como el sonido de una
cam-ana.
Record7 .ue haba odo el sonido de este ladrido cuando, sentados en la barca2a
sobre el ro, 6imos a a.uel -obre noble de la corte morir -or el crimen de amar a la
Fhania. Auando -as/ la 0aura 9rente a nosotros, obser67 .ue el .ue as ladraba era una
bestia enorme, ro0a y de negras ore0as y -atas como el 7bano, y al .ue el Fhan llamaba
CEl AmoC. Le llamaba as -or.ue no haba -erro en la 0aura al .ue no hubiera 6encido.
Aseguraba .ue -oda matar a un hombre armado, siem-re .ue 7ste estu6iera solo.
Ahora sus ladridos sonaban tr3gicamente en mi cerebro. <CEl AmoC no estaba ni a
media milla de distanciaI
Nalo-amos tan 6eloces como -udimos, -ues ahora el terreno haba cambiado, y la
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lu2 de la luna 9a6oreca nuestra 9uga. Si el terreno continuaba as, .ui23 en dos horas de
marcha -odramos esca-ar de la 0aura. Las laderas de la "onta,a .uedaban toda6a a
unas die2 millas, cuando menos5 -ero las 9uer2as de nuestros caballos tocaban a su 9in5
hacan cuantos es9uer2os -odan -or sal6arnos y sal6arse5 -ero la 9uer2a tiene sus lmites.
Su galo-e se iba acortando -oco a -oco, y cre m3s de una 6e2 .ue iban a caer
re6entados. Aru23bamos un terreno lleno de matorrales y rocas, situado en una colina, en
donde unas millas m3s aba0o naca el ro .ue regaba los enormes 9lancos de la "onta,a
del Huego. A -oco de marchar -or esta colina, nos 6imos obligados a dar 6uelta -ara
-oder -asar entre dos masas rocosas .ue se abran ante nosotros. Al llegar all -udimos
6er a la 0aura. =o eran muchos. Sin duda, algunos de ellos deban haber cado en la ruda
marcha. =o le0os, 6ena el Fhan montado en el segundo caballo, .ue haba lle6ado de
re-uesto -ara cuando se cansara el otro.
=uestros caballos tambi7n los 6ieron, y se estremecieron de terror, -ues
intuiti6amente com-rendieron .ue estaban destinados a saciar el hambre de a.uellas
9ieras.
8ecidimos marchar unas cuatro millas m3s hacia el nacimiento del ro, de cuyas
aguas omos el ruido, con ob0eto de -oder re9rescar los caballos.
A-enas habamos andado doscientos metros, cuando los animales comen2aron a
enlo.uecerse, sin .ue nuestros es9uer2os -udieran dominarlos.
;<Salta de tu caballo y escond3monos en un matorralI ;grit/ Leo.
As lo hicimos, y al -oco rato los -erros -asaron reso-lando como a unos treinta
metros de nosotros. Aorran silenciosos. -ues teniendo la -resa ya cercana, crean inBtil
des-erdiciar 9uer2as.
;<AorramosI ;di0e a Leo, tan -ronto como -asaron;. <=o tardar3n en 6ol6erI
A unos ochenta metros de nosotros haba una roca .ue, a9ortunadamente, nos dara
tiem-o -ara escalarla antes .ue la 0aura estu6iese de 6uelta. +imos a nuestros dos -obres
caballos corriendo 9ren7ticamente a tra67s de la llanura, -or el mismo camino .ue
habamos hecho anteriormente. Sin -eso alguno, y es-oleados -or el terror, corran,
lle6ando la delantera a la 0aura, aun.ue, desgraciadamente, sabamos .ue esto no -oda
ser -or largo tiem-o. El Fhan haca es9uer2os deses-erados -ara hacer abandonar a sus
mastines la ca2a de los caballos5 -ero los -erros, -uestos ya sobre la -resa y ol9ateando el
9estn en -ers-ecti6a, no obedecan.
La 0u6entud estaba ya le0os de m y no -oda correr tan r3-idamente como las
circunstancias re.ueran5 adem3s, con la tensi/n ner6iosa de la loca carrera sobre los
caballos, mis -iernas se negaban a sostenerme. &n tobillo, torcido al dar un -aso en 9also,
acab/ de inutili2arme -or com-leto, de03ndome tendido en el suelo. #m-lor7 a Leo .ue
me le6antara, -ues a toda costa .uera llegar al ro5 una 6e2 en 7l, si lo 6ade3bamos o bien
camin3bamos -or sus orillas con los -ies en el agua, haramos -erder la -ista a los -erros5
de cual.uier manera, el ro re-resentaba -ara nosotros una o-ortunidad de esca-ar con
6ida.
Los ladridos de los mastines, es-ecialmente el de CEl AmoC, se 6ol6ieron a or
cercanos. Seguramente, el Fhan haba -odido reorgani2ar la dis-ersa 0aura, y 6ol6a
sobre nuestra -ista.
=o tenamos m3s remedio .ue hacer 9rente al 8estino.
;<HuyeI <Esca-aI ;di0e a Leo;. >uedo detenerlos -or unos minutos, los necesarios
-ara -onerte a sal6o. 'u 6ida es sagrada* Ayesha te es-era5 mi 6ida es 6ie0a y me -esa5 el
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Librodot Ayesha, el retorno de Ella H. R. Haggard
morir no me asusta.
;Aalla, o nos oir3n ;di0o Leo, mientras me ayudaba a llegar al ro.
Est3bamos cerca5 -oda 6er el re9le0o de la luna en sus aguas tr7mulas. >ero los
mastines se acercaban cada 6e2 m3s sobre nosotros5 tanto, .ue omos claramente el ruido
.ue hacan sus -atas al correr sobre la seca tierra me2clado con el de .los cascos del
caballo del Fhan. :a lleg3bamos a la orilla, cuando Leo di0o, de -ronto*
;Oien, no -odemos ir m3s all35 hagamos 9rente5 0ugu7monos el todo -or el todo.
=os detu6imos, y nos dirigimos a una roca cercana, contra la .ue a-oyamos nuestras
es-aldas y es-eramos.
A unos sesenta metros, los mastines a6an2aban hacia nosotros5 -ero, <loado sea el
cieloI <S/lo eran tresI El resto, seguramente, haba seguido tras los caballos, y estaran
ceb3ndose en ellos. Pnicamente tres y el Fhan, cuya 9igura sal6a0e se destacaba
claramente sobre su cabalgadura. >ero s/lo tres*
CEl AmoC y dos m3s, muy seme0antes a 7l en 9iere2a y tama,o.
;Ser3 me0or ;di0o Leo; .ue hagas 9rente tB a los -erros mientras yo me las entiendo
con el Fhan.
>re-arando las lan2as, aguardamos 9irmes la acometida de las bestias, la lan2a en la
derecha y el cuchillo en la i2.uierda sec3ndonos las manos hBmedas del sudor.
Los -erros nos haban 6isto y 6enan ladrando rabiosamente. =o tengo re-aro en
decir .ue sent miedo, -ues los brutos -arecan leones -or su tama,o y 9uror. &no de
ellos, el m3s -e.ue,o, se-ar3ndose de los otros, se adelant/, 6iniendo derecho hacia m.
>or .u7 o c/mo, no lo s75 .ui23 9ue un im-ulso re-entino5 -ero el caso es .ue -unte7
un -oco la lan2a5 y el animal se arro0/ con toda su 9uer2a contra ella. La lan2a le entr/ -or
el -echo, entre las -atas delanteras, y tan rudo 9ue el cho.ue .ue me 6i lan2ado contra la
roca. Auando me -ude dar cuenta, el -erro rodaba muerto -or el suelo con un tro2o de
lan2a cla6ado en el -echo, -ues a.u7lla se haba -artido en dos.
Las otras dos bestias se haban lan2ado sobre Leo, si bien no haban hecho -resa,
aun.ue uno de ellos lle6aba en su boca un tro2o de su abrigo. =er6iosamente tir/ su lan2a
contra ellos5 -ero con tan mala 9ortuna, .ue -as/ ro2ando a uno, yendo a cla6arse contra
el suelo. <Est3bamos desarmadosI
La 6ista del com-a,ero muerto detu6o un instante la 9uria de los mastines, .ue se
retiraron a corta distancia de nosotros, aullando 9ren7ticamente.
El Fhan haba saltado de su caballo, y se diriga hacia nosotros5 su cara -areca la de
un demonio5 -ens7 .ue tendra miedo de luchar con nosotros5 -ero me bast/ 6er sus o0os
-ara -ersuadirme de .ue no era as. Estaba loco de rabia y de celos, las -eri-ecias de
nuestra ca-tura haban cris-ado sus ner6ios hasta el -aro4ismo5 6ena a matar o a morir.
8esen6ain/ su daga, y llamando a los -erros, me se,al/ con ella. Los 6i saltar hacia m, y
7l dirigirse hacia Leo. D1ui7n -odra decir e4actamente lo .ue sucedi/E
"i cuchillo se enterr/ en el -echo de un mastn, .ue rod/ -or tierra, aullando de
dolor. El otro. CEl AmoC, hi2o -resa de mi bra2o derecho, -or deba0o del codo,
-roduci7ndome con sus colmillos un dolor tan agudo, .ue, enlo.uecido, de07 caer el
cuchillo .ue sostena con la mano i2.uierda. El -erro me sacuda con 9uer2a, intentando
arrastrarme -ara un lado y otro, a -esar de los -unta-i7s .ue le daba yo en el est/mago.
Aa al suelo, y al caer, mi mano i2.uierda tro-e2/ con una gruesa -iedra, .ue agarr7
deses-erado, y -oni7ndome de rodillas, le gol-e7 la cabe2a 9uriosamente con ella5 -ero ni
aun as la 9ero2 bestia me soltaba el bra2o. Hoy creo 9ue me0or as, -ues de otra
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9orma la nue6a dentellada me hubiera -roducido otra nue6a herida.
Rodamos -or el suelo 0untos hombre y -erro. En una de las 6ueltas 6i a Leo y al
Fhan .ue, abra2ados, luchaban, rodando tambi7n sobre el suelo. A otra 6i al Fhan, no
le0os, contem-lando mi lucha con la bestia. Aru2/ -or mi imaginaci/n la idea de .ue
haba matado a Leo, y .ue ahora contem-laba mi muerte.
Auando me -areca .ue todo se -ona negro, 6i .ue algo se le6antaba delante de m,
y .ue el -erro soltaba su -resa, de0ando libre mi bra2o ensangrentado. Era Leo, .ue,
agarrando al -erro con sus hercBleas 9uer2as. lo le6antaba como una -luma -ara
estrellarlo contra el suelo.
<Ora6oI En una de estas sacudidas haba estrellado los sesos del mastn contra la
-iedra, y su cabe2a no era m3s .ue una masa in9orme negra y ro0a.
Leo, reanim3ndome, -ues me encontraba a-lanado -or el tremendo cho.ue ner6ioso,
me di0o*
;Oien5 se cum-li/ la -ro9eca del mago5 6amos a asegurarnos.
Aomo un aut/mata me lle6/ hacia la roca donde estaba sentado el Fhan, con 6ida,
-ero inca-a2 de mo6erse. La locura haba desa-arecido de su cara, y nos miraba
melanc/licamente, con o0os de chi.uillo en9ermo.
;Sois 6alientes ;di0o con 6o2 a-agada;, y sois 9uertes5 hab7is matado a esos mastines,
y me hab7is roto la es-alda5 ha sido como -ro9eti2/ el 6ie0o Simbr. 8es-u7s de todo, yo
a .uien deba de haber matado era a Atene y no a 6osotros5 aun.ue 6i6e ella y me
6engar35 no -or m, sino -or su -ro-ia o9ensa. Rubio gal3n, ella 6iene en 6uestra
-ersecuci/n, con -erros aBn m3s 9eroces .ue los mos* los de su des-echada -asi/n.
>erdonadme, y huid a la "onta,a, donde 6i6e otra mu0er m3s 9uerte y -oderosa .ue
Atene.
La cabe2a le cay/ sobre el -echo como tronchada. Estaba muerto.
"A$%T!& '+
E& E)ISARI
=4)!ERT5 ;murmur7;. <OahI El mundo no ha -erdido mucho con ello.
;<>obre diabloI =o hablemos m3s de 7l ;di0o Leo cayendo e4hausto en tierra;. <1ui7n
sabe si no era un buen hombre antes de .ue lo 6ol6ieran locoI <Ml ha tenido la cul-aI <=o
hubiera .uerido matarleI
;DA/mo te las has arregladoE
;Haci7ndole caer la daga y agarr3ndole de tal 9orma .ue lo a-last7 contra la roca. Eso
9ue todo. "uy cruel, es 6erdad5 -ero se trataba de mi 6ida y de la tuya. >ero, dime,
Librodot
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Horacio, Dest3s muy heridoE
;'engo el antebra2o com-letamente desgarrado5 -ero nada m3s, creo. +amos hacia el
ro5 tengo una sed abrasadora. Adem3s, tenemos .ue huir del resto de la 0aura...
;=o creo .ue 7stos nos molesten -or ahora5 tienen nuestros caballos. <>obres bestiasI
Es-era un minuto5 ahora 6uel6o.
Se le6ant/ y tom/ la daga del Fhan, y de un solo gol-e remat/ al -erro .ue yo haba
herido con mi cuchillo. 8es-u7s recogi/ las dos lan2as y mi cuchillo, diciendo .ue aBn
-odran sernos de gran utilidad. En seguida, sin ninguna di9icultad, se a-oder/ del caballo
del Fhan, .ue, a -oca distancia, rebuscaba algBn musgo -ara comer, indi9erente a la
deses-erada lucha .ue se haba desarrollado.
;Ahora ;di0o Leo; monta, amigo mo5 no te de0o .ue camines un -aso m3s.
Aon su ayuda, mont7 sobre la soberbia silla del Fhan, y tomando Leo las riendas,
lle6/ al caballo hacia el ro, .ue, aun.ue s/lo estaba a unos trescientos metros de
nosotros, me -areci/ un camino interminable, -ues la 9iebre me torturaba horriblemente.
>or 9in llegamos. (l6idando mis heridas, me tir7 del caballo, arrastr3ndome hacia el
agua, .ue beb con ansia, y .ue ni -or el m3s delicioso n7ctar hubiera cambiado. Auando
.ued7 ahito, met la cabe2a en el agua, as como el bra2o herido5 su 9rescura -areci/
ali6iarme un -oco5 Leo hi2o lo mismo, y cuando se le6ant/ con la cabe2a chorreando, me
di0o*
;D1u7 hacemos ahoraE El ro -arece ser bastante ancho5 unos ochenta metros. =o
debe ser -ro9undo5 D-ero .ui7n nos dice .ue en el centro no tenga m3s -ro9undidadE
D1u7 hacemosE D#ntentar cru2ar el ro, en cuyo caso estamos sal6ados, o es-erar a.u a
.ue lleguen los "astines de la "uerteE
;<Si casi no -uedo caminarI ;murmur7;. DA/mo 6oy a intentar cru2ar un ro .ue no
cono2coE
En el; centro, a unos treinta metros de la orilla, haba una -e.ue,a isla, cubierta de
matorrales y c7s-ed.
;1ui23 -odamos llegar hasta ella ;di0o Leo;. <+amosI :o te lle6ar7 a babuchas.
>robemos.
(bedec con di9icultad, y mont7 sobre 7l, mientras Leo usaba la lan2a .ue nos
.uedaba entera como bast/n y gua. El ro era, 9eli2mente, -oco -ro9undo. Llegamos
hasta la isla sin ningBn tro-ie2o. Leo me de0/ en el suelo, mientras 6ol6a de nue6o a la
orilla a recoger el caballo y las armas .ue habamos de0ado. Lo desensill/ y lo de0/ -acer
mientras 7l, agotadas las 9uer2as, caa rendido sobre la hierba.
=o obstante, tu6o 9uer2as aBn -ara curarme las heridas. Aun.ue la manga de mi
abrigo era bastante gruesa, no -udo e6itar .ue la carne de mi antebra2o 9uera destro2ada
-or las dentelladas de CEl AmoC. "e -areci/ .ue el hueso tambi7n estaba roto. Leo
recogi/ unas -lantas acu3ticas, y con un -a,uelo me im-ro6is/ una cura un -oco
-rimiti6a, .ue ali6iara los crecientes dolores .ue senta. "ientras esto haca, su-ongo .ue
me .ued7 dormido o des6anecido. 8e cual.uier manera, 9ue el caso .ue no me di m3s
cuenta de nada.
Auando los agudos dolores de mi bra2o me des-ertaron, estaba amaneciendo. &na
ligera niebla en6ol6a todo, y cerca de m dorma Leo -ro9undamente. A -oca distancia
descubr al caballo .ue tran.uilamente -aca en el 6erde. Estaba recordando nuestras
a6enturas del da anterior y las 6icisitudes .ue tu6imos .ue -asar hasta llegar donde nos
encontr3bamos, cuando, dominando el ruido de las aguas corrientes, o un murmullo .ue
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me estremeci/5 era un murmullo de 6oces. "e le6ant7, y mir7 entre el rama0e, y all3 en la
ribera, a tra67s de la niebla, distingu dos 9iguras a caballo* un hombre y una mu0er.
Se,alaban al suelo, .ue e4aminaban con atenci/n como escudri,ando ciertas huellas
en la arena. ( al hombre decir algo sobre los mastines, .ue no .ueran entrar en el
territorio de la "onta,a.
;Arriba, des-iertaI ;di0e a Leo, des-ertandolo; <=os -ersiguenI
Se -uso de -ie de un salto, restreg3ndose los o0os, y agarrando una lan2a, se -re-ar/
a la de9ensa.
;Oa0ad 6uestras armas, amigos mos ;;li0o la 6o2;5 no 6enimos en son de guerra.
Era la 6o2 de la Fhania Atene, y el hombre .ue la acom-a,aba Wera el 6ie0o Simbr.
;D1u7 hacemos ahoraE ;-regunt/ Leo con gesto amargo5 -ues si en el mundo haba
dos -ersonas a .uienes no .uisiera 6ol6er a 6er, eran 7sas.
;=osotros nada ;contest7;* es a ellos a .uienes les corres-onde hacer.
;+enid ;di0o la Fhania desde la orilla;* os 0uro .ue no 6enimos como enemigos. D=o
67is .ue estamos solosE
;=o lo s7 ;res-ondi/ Leo;5 -ero no os molest7is* no nos mo6eremos de a.u, sino
-ara continuar nuestra marcha.
Atene di0o algo a Simbr. 1u7 le deca no lo -ude or, -ues hablaban en 6o2 ba0a* -or
los gestos -areca -ersuadir al 6ie0o de algo a .ue 7ste se o-ona.
8ecidida al -arecer la discusi/n, ambos metieron sus caballos en el agua,
dirigi7ndose a nuestra isla. Al llegar desmontaron, y nos miramos; los unos a los otros. El
6ie0o -areca estar rendido -or las 9atigas del 6ia0e5 -ero Atene estaba 9resca y hermosa,
sin .ue el cansancio ni las contrariedades hubieran de0ado huella alguna en su
res-landeciente belle2a. Hue ella .uien rom-i/ el silencio diciendo*
;"ucho hab7is corrido, amigos mos5 -ero al 9in os hemos encontrado. All3, entre las
rocas, hemos 6isto a un hombre muerto. 8ecidme c/mo muri/, si no tiene ninguna
herida.
;As ;di0o Leo, haciendo adem3n, con sus manos, de -artir algo.
;Lo s7 ;di0o ella;* no os maldigo5 estaba escrito .ue era a 6uestras manos a las .ue
tena .ue morir. El 8estino se ha cum-lido. Sin embargo, e4iste alguien a .uien ten7is
.ue res-onder de 6uestro acto5 s/lo yo -uedo -rotegeros contra ellos.
;Entregadme a ellos si .uer7is. DFhania, .u7 busc3isE
;La res-uesta .ue hace doce horas debais haberme dado. Antes de contestarme,
recordad .ue -uedo sal6ar 6uestra 6ida y ce,ir a 6uestras sienes la corona de ese -obre
loco.
;Encontrar7is mi res-uesta all3 en la "onta,a ;di0o Leo se,alando el -ico, .ue se
ele6aba ma0estuoso entre las nubes;5 donde yo busco la ma.
>alideci/ la Fhania y re-lic/*
;Lo .ue all encontrar7is es la muerte. Aomo os di0e, la "onta,a est3 guardada -or
sal6a0es tribus .ue no conocen la -iedad.
;1ui23 sea as5 ser3 entonces la muerte la res-uesta .ue buscamos. Horacio, 6amos5
-rosigamos nuestro camino.
;5(s 0uro ;di0o la Fhania; .ue all3 arriba no hay nada5 .ue no est3 la mu0er de
6uestros ensue,osI <:o soy esa mu0erI 'an cierto como .ue 6ois sois el hombre de mis
amores.
;Est3 bien, se,ora5 -robadlo en la "onta,a ;contest/ Leo.
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;<=o e4iste ninguna mu0er all3 arribaI ;grit/ Atene 9uera de s;5 s/lo hay 9uego y la
6o2 del (r3culo.
;D1u7 6o2E
;La del (r3culo, .ue habla desde el 9uego* la 6o2 del es-ritu, a .uien 0am3s hombre
alguno 6io ni lograr3 6er. ;+amos, Horacio ;di0o Leo dis-oni7ndose a ensillar el caballo.
;E4tran0eros ;di0o el mago;. D1uer7is escuchar la 6o2 de la e4-erienciaE :o he
6isitado a.uel lugar cuando, de acuerdo con nuestras costumbres, enterramos al -adre de
Atene, al anterior Fhan, y os aconse0o, si no .uer7is morir, .ue 0am3s -ong3is los -ies en
ninguno de sus tem-los.
;(s agradecemos el conse0o, se,or ;di0o Leo. 8es-u7s, dirigi7ndose a m, a,adi/;*
Horacio, 6iglalos mientras ensillo el caballo5 ser3 me0or .ue estemos -re6enidos.
'om7 la lan2a en la mano .ue tena Btil, y me -use en guardia5 -ero ellos no hicieron
ningBn mo6imiento sos-echoso. Aomen2aron a discutir en 6o2 tan ba0a, .ue no -oda or
sino el murmullo de sus -alabras. >or los gestos, me -areci/ .ue nuestra decisi/n los
contrariaba sobremanera. En unos cuantos minutos el caballo estu6o listo, y con la ayuda
de Leo, mont7 sobre 7l.
;+amos adonde debemos ir, sea cu3l sea la suerte .ue nos es-era5 -ero antes de -artir,
.uiero, Fhania Atene, daros las gracias -or 6uestras bondades -ara conmigo y rogaros
.ue me ol6id7is. +ol6ed a 6uestro -as, y gobernad sabiamente 6uestro -ueblo, y
-erdonadme si, in6oluntariamente, he turbado 6uestra 6ida y la tran.uilidad de 6uestro
-as. <Adi/s, hasta nuncaI
Atene lo escuch/ Rcon la 9rente ba0a, y cuando hubo terminado e4clam/*
;Agrade2co 6uestras -alabras5 -ero, Leo +incey, no nos -odemos se-arar as tan
93cilmente. Hab7is dicho .ue 6ais a la "onta,a, y hasta la "onta,a os seguir7, -ase lo
.ue -ase. All encontrar7 al Es-ritu de la "onta,a, y con 7l en9rentar7 mi 9uer2a y mis
-oderes m3gicos. >ara la 6ictoriosa ser3 la corona -or la .ue tantos a,os hemos luchado.
8ando 6uelta el caballo, se intern/ en el agua, seguida del 6ie0o Simbr.
La -arte del ro com-rendida entre la isla y la otra orilla era m3s -eligrosa y de
corriente m3s im-etuosa .ue la .ue ya habamos cru2ado. A -esar de ello, llegamos sin
ningBn accidente.
En a.uella ribera se e4tenda una tierra sucia y cenagosa. Aru2amos a.uellas
marismas tan r3-idamente como el terreno nos lo -ermiti/, -ues tenamos miedo de .ue
Fhania, habiendo ido a recoger su escolta, llegase de un momento a otro y nos hiciera
-risioneros.
8e0amos la marisma, llegamos a una ligera -endiente .ue conduca al -rimer -liegue
de la "onta,a, .ue estaba aBn a unas cuatro millas de distancia. 8es-u7s nos internamos
en un 6alle des-ro6isto de 6egetaci/n, cuyo 9ondo estaba cubierto de la6a y detritus
-ro6enientes de las llu6ias y de las nie6es derretidas en el 6erano. Este 6alle estaba en
uno de sus lados limitado -or una muralla natural de rocas cortadas a -ico y de una altura
de unos cincuenta metros, .ue 6eamos im-osible de escalar.
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Librodot Ayesha, el retorno de Ella H. R. Haggard
=os internamos m3s -or el 6alle,
con la es-eran2a de encontrar algBn
-aso .ue nos -ermitiera salir de all.
Mste se haca cada 6e2 m3s angosto y
oscuro, y a medida .ue nos in;
tern3bamos, nos dimos cuenta .ue su
9ondo de la6a se encontraba cubierto
-or multitud de ob0etos blancos.
+imos .ue uno de 7stos era un
es.ueleto humano, y .ue los dem3s
eran restos de bra2os, huesos,
cala6eras, etc7tera. A.uello era un
6erdadero 6alle de la muerte, haba
miles y miles de ellos.
Hue entonces cuando
e4-erimentamos la -rimera e4tra,a
emoci/n en la "onta,a.
;Si no encontramos un camino
-ara salir de este tr3gico 6alle creo
.ue nuestros huesos 6an a hacerle
com-a,a a los de los antiguos
habitantes de Faloon ;di0e, mirando a
mi alrededor.
SegBn hablaba me -areci/ 6er
con el rabillo del o0o .ue un bulto
blanco se mo6a. "is cabellos se eri2aron. S5 a.uel bulto se mo6a y -oco a -oco se
-ona de -ie. Era una 9igura humana, a-arentemente de mu0er5 de esto no -oda estar se;
guro, -ues iba cubierta de hombros a -ies -or un manto blanco y su cara 6elada -or un
lien2o, o, me0or dicho, -or una m3scara con agu0eros -ara -oder 6er. A6an2/ hacia
nosotros, mientras est3bamos mudos y como -egados al suelo. El caballo, cuando la 6io,
se es-ant/ tan 6iolentamente, .ue casi me echa al suelo. Auando lleg/ a unos die2 -asos
de nosotros nos hi2o un saludo con la mano, .ue tambi7n lle6aba cubierta con un guante
blanco.
;D1u7 ser sois 6osE ;di0o Leo, y su 6o2 son/ lBgubremente entre a.uellas rocas.
La blanca 9igura no res-ondi/.
Leo a6an2/ hacia ella con 3nimo de asegurarse de si a.uel 9antasma era real o todo
era una alucinaci/n de nuestras mentes 9ebriles. 'an -ronto como Leo a6an2/, el
9antasma retrocedi/, subi7ndose sobre un mont/n de huesos y .uedando all de -ie. Leo
no se detu6o y continu/ a6an2ando. Antes de .ue Leo llegase hasta 7l, la 6isi/n o realidad
le6ant/ su mano enguantada y se,al/ -rimero la cima de la "onta,a o el cielo, 6 des-u7s
a la muralla de roca .ue tenamos ante nosotros.
Leo, 6ol6i7ndose a m, me -regunt/* ;D1u7 hacemosE
;Seguirle, creo5 debe ser un emisario en6iado de arriba ;di0e, se,alando la cima de la
"onta,a.
;Est3 bien, -ero te ad6ierto .ue la -resencia de este gua no es de las m3s agradables.
Aon un gesto indic/ al 9antasma .ue -oda obrar. A-arentemente debi/ entenderle,
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-or cuanto ba0ando de su altura a6an2/ entre las -iedras y es.ueletos sin hacer ruido. Le
seguimos sin cru2ar -alabra hasta llegar a una -ro9unda hendidura en la roca* Esta
hendidura ya la habamos 6isto anteriormente, -ero creyendo .ue era una grieta sin
comunicaci/n alguna -asamos sin -restarle atenci/n. El 9antasma se intern/ -or ella,
des6aneci7ndose.
;8ebe ser una 6isi/n ;di0o Leo, dudando toda6a.
;Sea lo .ue sea, debemos seguirla. <AdelanteI ;di0e.
Hicimos internarse al caballo -or la hendidura, y cuando ya -areca .ue no -oda
seguir m3s hondo, 6imos .ue 7sta haca un recodo r3-ido y .ue el 9antasma estaba
es-er3ndonos all. Sigui/ adelante, y nosotros tras 7l -or una estrecha garganta .ue haca
una -ronunciada -endiente y .ue acababa en una ca6erna o galera traba0ada en la roca.
A.u nuestro gua nos es-er/, a-arentemente, con la intenci/n de agarrar al caballo
-or la rienda5 -ero 7ste, al notar la -resencia de a.uel e4tra,o ser, si tal era, se encabrit/
de tal manera, .ue m3s de una 6e2 cre .ue iba a caer de es-aldas. La blanca 9igura se,al/
con su mano la cabe2a del noble bruto, y 7ste comen2/ a sudar co-iosamente, aterro;
ri2ado, sin hacer ninguna tentati6a de desobediencia o 9uga. Entonces, tomando la brida
-or un lado con su enguantada mano, mientras Leo sostena la otra, nos dis-usimos a
internarnos en el tBnel.
Salimos -or 9in del tBnel, .ue, seguramente, nos haba e6itado un gran retraso en
nuestra marcha, encontr3ndonos -or 9in en la -rimera estribaci/n de la "onta,a, .ue se
ele6aba millas y millas hacia arriba, hasta llegar a la blanca ca-eru2a de nie6e .ue
coronaba la cumbre. A.u encontramos se,ales de 6ida humana, -ues la mayora de los
cam-os estaban culti6ados en -arcelas y numerosas 6acas y corderos se 6ean -astar en
los cam-os le0anos.
=os internamos en un estrecho 6alle, siguiendo una senda .ue se e4tenda a lo largo
de un torrente .ue saltaba ruidoso entre las -e,as del 9ondo. 8e -ronto, omos un
estridente alarido, y nos 6imos rodeados de un gru-o como de cincuenta hombres de
sal6a0e a-ariencia, rostro 9iero y ademanes bra6os y resueltos, dando gritos y alaridos, y
con intenciones
e6identes de hacernos blanco de sus lan2a2os. La mayora eran -elirro0os, aun.ue
muchos de ellos eran de te2 morena. #ban cubiertos con -ieles y armados de lan2as y
escudos.
;<+amos a ellosI ;grit/ Leo sacando la daga;. <Adi/s, HoracioI <All3 nos 6eremosI
;<Adi/s, LeoI ;contest7, com-rendiendo la 6erdad de lo .ue Fhania y el mago nos
haban dicho res-ecto a las tribus de la "onta,a.
"ientras tanto, nuestro 9antasmag/rico gua se haba des6anecido tras una roca. Sin
duda, cum-lida su misi/n, nos de0aba a merced de estos sal6a0es, .ue daran cuenta de
nuestras miserables e4istencias. >ero 9ui in0usto al -ensar as5 ,5 -ues cuando los sal6a0es
estaban a unos cuantos metros de nosotros, a-areci/ en lo alto de la roca, y le6antando un
bra2o, sin -ronunciar una sola -alabra, -arali2/ -or com-leto las ansias b7licas de
nuestros atacantes.
A su 6ista, todos a.uellos hombres de 9iera a-ariencia .uedaron sus-ensos y mudos,
mientras .ue el .ue deba ser el ca-it3n de a.uella horda se adelant/ y, cayendo de
rodillas, inclin/ su cabe2a con aire de sumisi/n, como si 9uera un -erro castigado. El
9antasma le hi2o un signo, se,al3ndonos -rimero a nosotros y des-u7s a la alta cumbre, y
cru2ando y abriendo sus en9undados bra2os, -ero sin .ue -udi7ramos or una -alabra .ue
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saliera de sus labios. El ca-it3n debi/ entenderle r3-idamente, -ues, dirigi7ndose a sus
com-a,eros, les di0o algo en un lengua0e gutural, incom-rensible -ara nosotros.
>rorrum-ieron en gritos de nue6o, y se ale0aron a toda 6elocidad, sin darnos la m3s
-e.ue,a molestia. En unos minutos se des6anecieron tan r3-idamente como haban
a-arecido.
=uestro gua nos hi2o un signo -ara .ue le sigui7semos, y comen2amos a ascender
-or la ca,ada, como si nada hubiera sucedido.
Aerca de dos horas dur/ a.uella marcha, hasta desembocar en un sua6e decli6e
cubierto de hierba y de a-acible as-ecto. Aon gran sor-resa nuestra, encontramos un
9uego ardiendo, y en 7l colgaba sobre un tr-ode una olla de barro, sin .ue a-arentemente
-ersona alguna cuidase de a.uel 9og/n im-ro6isado. =uestro gua nos hi2o se,a de
desmontar, y se,al3ndonos el 9uego, nos dio a entender .ue bamos *i comer el contenido
de la olla, .ue, sin duda alguna, nos haba sido -re-arado de antemano, seguramente -or
los sal6a0es .ue horas antes se dis-onan a dar cuenta de nosotros. =os -areci/ estar en el
me0or de los mundos, y todo cambi/ de color, -ues en a.uellos momentos el hambre
hincaba su ruda 2ar-a en nuestro est/mago, y, <oh gente -re6isoraI, el caballo tambi7n
tena -re-arado, a corta distancia, un mont/n de -asto 6erde .ue lo resarcira de su
abstinencia 9or2osa.
"ientras Leo desensillaba y daba el -ienso al caballo, tom7 un cuenco de barro .ue
all haba, y dirigi7ndome al torrente de la ca,ada, lo llen7 de agua 9resca, al -aso .ue
sumerga en ella mi dolorido bra2o, con la es-eran2a de amenguar un -oco el ardor de la
herida. Llen7 el cuenco, y me dirig de nue6o adonde se encontraba Leo y nuestro
-ortentoso gua.
Al llegar al 9og/n se me ocurri/ una idea .ue -udiera darnos a conocer .ui7n era
nuestro desconocido -rotector. Aon la es-eran2a de .ue se descubriese al beber, le o9rec
un 6aso de agua clara5 -ero, 7l, agradeci7ndomelo con un gesto cort7s, as lo inter-ret7,
me 6ol6i/ la es-alda, d3ndome a entender .ue declinaba mi atenci/n. =o .uera o no
-oda beber. 'am-oco .uiso comer, -ues, igualmente, recha2/ el o9recimiento .ue Leo
hi2o cuando nos dis-usimos a hacerlo.
'an -ronto como sacamos la olla del 9uego y de0amos en9riar su contenido, nos
dis-usimos a de6orar la e4tra,a comida .ue nos haba sido -re-arada, -ues est3bamos
materialmente des9allecidos -or las largas 0ornadas y el escaso alimento. 8es-u7s de
comer, Leo 6ol6i/ a curarme el bra2o, tan bien como nuestros -obres medios nos
-ermitan.
'odo el resto del da caminamos sobre laderas cubiertas de 6erdura, sin .ue 6i7ramos
ningBn ser humano, aun cuando algunas 6eces oamos a.uel sal6a0e alarido, tan -articular
entre Rlos moradores de Ja "onta,a.
A la llegada de la noche habamos de0ado las 6ertientes ba0as, y nos encontr3bamos
en el cora2/n de la "onta,a.
>ronto la ligera senda desa-areci/. Aru2amos -or 6arios caminos intrincados,
ca-aces de desorientar al me0or obser6ador, hasta .ue -or 9in llegamos a un lugar .ue
-ara me0or dar una idea -odramos seme0arle a un an9iteatro hecho -or la naturale2a en la
roca 6i6a. En un rinc/n de este an9iteatro natural se 6ean unas cuantas casuchas de;
-iedras, construidas contra la -ared de roca. La luna daba de lleno en a.uel sitio,
iluminando una curiosa e interesante escena. Hormados en semicrculo haba unas ciento
cincuenta -ersonas entre ni,os, ancianos, hombres y mu0eres, entregados, al -arecer, a la
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celebraci/n de algBn e4tra,o rito.
Hrente al semicrculo humano, un gigante -elirro0o, sin m3s 6estido .ue un
minBsculo ta-arrabos de -iel, gesticulaba y gritaba en medio de las m3s raras
contorsiones .ue -ersona -uede imaginar, mientras sobre su cabe2a, y con el lomo
ar.ueado, se sostena un gato com-letamente blanco.
=o le0os de donde los sal6a0es celebraban esa ceremonia, o lo .ue 9uese, haba una
gruesa roca de unos dos metros de altura, tras la cual nos ocultamos mientras nuestro gua
se internaba en un bos.uecillo de -inos, indic3ndonos .ue lo es-er3semos all.
Atra6es/ el bos.uecillo, y se dirigi/ a un lugar donde, sin ser 6isto, -oda
-er9ectamente di6isar lo .ue aconteca en el llano. >areca -er-le0o y sor-rendido -or
a.uella escena, .ue -areca desconocer.
=ue6amente nos hi2o un signo indic3ndonos de .ue le es-er3semos, al mismo
tiem-o .ue nos mani9estaba con otro e4-resi6o adem3n .ue guard3semos silencio. 8e
-ronto desa-areci/, sin .ue nos di7semos cuenta de c/mo.
Sin saber .u7 hacer, es-eramos all, mientras -oco a -oco nos interes3bamos -or lo
.ue suceda en la -la2a de a.uel circo natural.
&na 6e2 .ue cesaron todas a.uellas sal6a0es gesticulaciones y alaridos del gigante,
siem-re lle6ando el gato sobre su cabe2a, una columna de humo se inici/ en la -ira,
indicando .ue 7sta haba sido encendida.
A -ocos -asos de distancia de ella haba, en el suelo, siete -ersonas con las manos
atadas a la es-alda. Los siete estaban colocados en lnea, y todos -arecan -osedos de un
e4tra,o temor, -or cuanto las -iernas les temble.ueaban, y una de las mu0eres lloraba
deses-eradamente. 'odos -ermanecan indi9erentes a ellos y; concentraban su atenci/n
;en el 9uego, .ue en a.uellos momentos tomaba toda su intensidad y 9iere2a, alumbrando
todos los detalles de lo .ue a continuaci/n sucedi/.
Auando -areci/ .ue todo estaba listo, un hombre entreg/ al -elirro0o o9iciante, .ue
estaba sentado en un tosco asiento, una 6ara de madera, mientras de-ositaba el gato sobre
sus rodillas. 'om/ la 6ara con las dos manos, y a una -alabra suya, el gato salt/ sobre sus
rodillas, yendo a .uedar agarrado con el lomo en arco sobre la 6ara. En medio del m3s
intenso silencio comen2/ a entonar ;una -legaria a-arentemente al gato, mientras 7ste,
sentado sobre la madera, lo miraba con sus o0os re9ulgentes. 8es-u7s, lle6ando siem-re al
9elino sobre la 6ara, comen2/ a -asear -or 0unto a la hilera 9ormada -or los -risioneros,
a-ro4im3ndose cada 6e2 m3s a ellos. Auando ya estu6o bastante cerca, el gato salt/ sobre
la es-alda del Bltimo, comen2ando a ar.uear el lomo en 9elinos mo6imientos5 des-u7s
-as/ a los hombros del otro, haciendo el mismo 0uego5 des-u7s al otro, hasta llegar al .ue
haca el .uinto, y .ue era una muchacha5 al llegar a ella, el gato comen2/ a maullar, y con
las ore0as echadas hacia atr3s y el -elo eri2ado, bu9aba iracundo, mientras con sus
-e.ue,as 2ar-as trataba de ara,ar la cara de la in9eli2 condenada, mientras ella e4halaba
deses-erados .ue0idos. 'odos los es-ectadores -rorrum-ieron en una sola e4clamaci/n,
.ue ya habamos odo antes entre las gentes del -as de Faloon* <Oru0aI <Oru0aI <Oru0aI
Los 6erdugos se -reci-itaron sobre ella, arrastr3ndola hacia la -ira, donde la
muchacha estaba condenada a ser .uemada.
;=o -uedo -ermanecer im-asible ante esto, Horacio ;di0o Leo, desen6ainando su
daga.
;1ui23 ser3 me0or de0arlos .ue se arreglen solos ;di0e, mintiendo, -or cuanto la
sangre me her6a en las 6enas.
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Si me oy/ o no me oy/, no lo s7. En un segundo 6i a Leo lan2arse como un hurac3n,
daga en mano, en medio de a.uella batahola. Siguiendo su e0em-lo hin.u7 las es-uelas
en las costillas del caballo, -reci-itadamente tras 7l. En unos segundos estu6e a su lado.
Al 6erme a m, los sal6a0es se .uedaron de -ronto silenciosos y sus-ensos, -ues nos
debieron tomar -or a-ariciones.
Los e0ecutores del sacri9icio estaban con su 6ctima bien su0eta, 0unto a la -ira, donde
los troncos resinosos ele6aban enormes lenguas de 9uego .ue iluminaban 9ant3sticamente
a.uel a.uelarre.
Leo, con un C<Atr3s, asesinosIC, se -reci-it/ sobre los 6erdugos, hiriendo de un gol-e
de daga a uno de ellos, .ue su0etaba a la muchacha -or la garganta. Aon un grito de rabia
y dolor, el hombre solt/ a su 6ctima, mientras 7sta se internaba en la oscuridad. +i
tambi7n al hechicero, sosteniendo aBn al gato entre sus bra2os, dirigirse a Leo y es-etarle
un torrente de -alabras ininteligibles .ue, a 0u2gar -or el tono, no eran de cortesa
-recisamente. Leo, a todo esto, contestaba con una 0erga de ingl7s, griego y 3rabe, .ue ni
7l mismo entenda, creo yo.
Entonces, el gato, en9ureci7ndose, salt/ de los bra2os del hechicero a la cara de Leo5
-ero, atra-3ndolo 7ste en el aire, le hi2o dar tres o cuatro 6ueltas, sosteni7ndolo -or la
cola y lan23ndolo a las llamas de la -ira.
A la 6ista de a.uel es-antoso sacrilegio ;-ues, -ara ellos, .ue adoraban a ese animal,
el acto de Leo tena ese car3cter; son/ un grito un3nime, un grito de horror. Entonces,
a6an2/ lentamente a.uella ola humana hacia nosotros. &n hombre se inter-uso entre Leo
y yo5 -ero de un lan2a2o lo derrib7. En un instante estu6e 0unto a 7l5 la masa humana nos
em-u0aba hacia la hoguera. Leo luchaba contra todos ellos, con tit3nico em-u0e5 los
hombres caan ba0o sus -u,os como sim-les mu,ecos5 Leo era hercBleo en sus 9uer2as, y
sus atacantes estaban medio muertos de miedo.
;D>or .u7 no de0aste al gato en -a2E ;le recrimin7, estB-idamente, -ues no saba lo
.ue deca;. D=o 6es .ue 6amos a morir a manos de estos sal6a0esE
'anto em-u0aba la masa humana, .ue en unos segundos me encontr7 con el caballo
casi encima del 9uego5 sent chamuscarse mi -elo y el del caballo, y 6i .ue las ro0as
ca6ernas de 9uego me es-eraban -ara a-oderarse de mi dolorido cuer-o. <'riste 9in a una
6ida de lucha y de idealI 8e un brutal em-u0/n de manos desconocidas ca del caballo y
me encontr7 sentado sobre el suelo y...
Hrente al 9uego, con su bra2o le6antado, estaba nuestro 9ant3stico gua, a-untando
con un ndice X al gigantesco hechicero de la tribu. >ero no estaba solo* con 7l haba un
gru-o de hombres 6estidos de blancas ro-as, armados de dagas, o0os rasgados y negros,
gesto de ascetas y caras y cabe2as a9eitadas, .ue brillaban al re9le0o de las llamas en la
oscuridad.
A la 6ista de estos nue6os -ersona0es, los sal6a0es e4-erimentaron un -3nico
indescri-tible, em-rendiendo una -reci-itada 9uga en todas las direcciones.. El .ue
-areca el 0e9e de a.uellos mon0es, un hombre alto, de a-uesta -resencia y de cara
agradable, y ornada de una sim-3tica sonrisa, dirigi7ndose al hechicero le di0o algo .ue
yo inter-ret7 as*
;>erro ;di0o en 6o2 sua6e, -ero tras la cual se traduca una terrible in9le4i/n;5 <-erro
malditoI D1u7 ibas a hacer con los -rotegidos de la -oderosa "adre de la "onta,aE DEs
-ara eso -ara lo .ue se os ha concedido la merced de 6i6ir, a ti y a los id/latras .ue te
siguenE ... <Aontesta, aborto del a6erno, contesta si tienes algo .ue decir, -or.ue te .ueda
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-oco tiem-o .ue 6i6irI
Aon el terror retratado en su rostro, el gigantesco hechicero cay/ de hino0os a los
-ies, no del 0e9e de los mon0es, sino de nuestro 9ant3stico gua, articulando, en guturales
e4clamaciones, demandas de -iedad.
;En 6ano ;di0o el su-erior de los mon0es;5 ella es el "inistro .ue 0u2ga y la Es-ada
.ue e0ecuta la sentencia. :o soy el (do y la +o2. Habla y dime. D>or .u7 ibais a matar a
estos hombres, a .uien habais de dar hos-italidad y a-oyo tal como se os estaba
ordenadoE #bais a matarlos solamente -or.ue arrancaron de 6uestras manos. a esa -obre
6ctima y destruyeron el ob0eto de 6uestra idolatra. Lo he 6isto todo. : sabe .ue esto no
ha sido sino una tram-a -uesta -ara -robarte a ti, a .uien tanta 6ida se te haba
concedido.
El -obre diablo segua -ostrado ante nuestro gua sin atre6erse a le6antar sus o0os del
suelo.
;Emisario ;di0o el su-erior;* tB tienes la Justicia. 8icta tu 6eredicto.
Entonces nuestro gua, le6antando su mano lentamente, a-unt/ al 9uego. 8e -ronto,
el hechicero -alideci/ cayendo hacia atr3s muerto, asesinado -or su -ro-io terror.
La mayora de los concurrentes al e4tra,o rito haba huido5 no obstante, algunos
curiosos .uedaban contem-lando at/nitos la lBgubre escena. El Su-erior los mand/
acercarse con autoritaria 6o2. Aomo -erros temerosos se acercaron hasta llegar a -ocos
-asos de 7l.
;"irad ;di0o, se,alando al cado;5 mirad y temblad ante la Justicia de Hesea, la
"adre. Esta suerte seguir7is cada uno de 6osotros .ue abandone su culto -ara dedicarse
al crimen y a la idolatra. <Lle6aos a ese -erro a-estado .ue 9ue 6uestro 0e9eI
Algunos de los m3s arriesgados se acercaron, le6antando el cad36er del suelo.
;Ahora arro0adlo al lecho .ue habais -re-arado -ara sus 6ctimas.
Los -ortadores de la 9Bnebre carga se dirigieron haca la llameante -ira, y arro0aron
en ella el cuer-o del hechicero.
;Escuchad ;di0o el mon0e;, y sabr7is -or .u7 este hombre ha sido castigado. DSab7is
-or .u7 .uera matar a esta muchacha a .uien los e4tran0eros han arrebatado de sus ga;
rrasE >or.ue el gato idolatrado la se,al/ como bru0a, -ensar7is 6osotros. <=oI :o os lo
dir7, y mi 6o2 es la de la +erdad. =o 9ue -or eso* -or.ue, siendo hermosa, la .uera -ara
s, como ha hecho con muchas otras, aun siendo casada y amando a su marido. Aomo ella
le recha2/, en 6engan2a .uera hoy su muerte. >ero el (0o 6e, la +o2 habla y el Emisario
emite su 6eredicto. Ha sido ca2ado en sus -ro-ias redes, y as os suceder3 a cada uno de
6osotros .ue se a-arte del camino tra2ado -ara seguir el camino del mal. 'al es la 0usticia
de Hesea, transmitida a m desde su trono entre los 9uegos de la "onta,a Sagrada.
"A$%T!& '-
(A* &AS A&AS $RTE"TRAS
DE &A DI>INIDAD
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&=( tras otro, los sal6a0es 9ueron abandonando el tr3gico lugar. Auando el Bltimo
hubo desa-arecido, el Su-erior a6an2/ saludando a Leo, -oni7ndose una mano sobre la
9rente.
;Se,or ;di0o en la misma 0erga griega .ue usaban los habitantes del llano;. =o os
-regunto si os encontr3is heridos, -or.ue s7 .ue, desde el momento en .ue hab7is
asentado 6uestros -ies en el ro .ue ba,a este -as, 6os y 6uestro com-a,ero est3is
-rotegidos -or una 9uer2a in6isible, de tal 9orma, .ue no hay hombre ni ser sobrenatural
.ue -ueda -roduciros el menor da,o. Sin embargo, manos 6iles e indignas han osado
tocaros e intentado -oner 9in a 6uestra -reciosa e4istencia, y es el deseo de la >oderosa
"adre y Se,ora a .uien sir6o .ue, si tal es 6uestra 6oluntad, todos esos hombres .ue os
o9endieron, morir3n ante 6uestros o0os. DEs 7ste 6uestro deseoE
;<=oI ;di0o Leo;. Los -erdono. =o saban lo .ue hacan5 estaban ciegos y locos5 no
.uiero derramar una gota de sangre. Es el Bnico 9a6or .ue os -ido, amigo...
;"e llamo (ros ;contest/.
;Amigo (ros5 ahora, si es tal 6uestra bondad, nos -ro-orcionarais una gran alegra
indic3ndonos r3-idamente el camino .ue conduce a la -resencia de A.uella a .uien
llam3is "adre, y cuyo (r3culo hemos 6enido a consultar desde le0anas tierras.
Aon una inclinaci/n de cabe2a, contest/*
;+uestros alimentos y 6uestros lechos est3n ya -re-arados, y cuando hay3is
descansado, tengo orden de conduciros adonde dese3is llegar. D1uer7is seguirmeE
>oni7ndose en marcha, nos gui/ a un -e.ue,o edi9icio, distante como unos cincuenta
metros, construido contra la muralla de a.uel an9iteatro natural.
La casa R estaba di6idida en dos habitaciones* la -rimera era una es-ecie de comedor,
-or el cual se llegaba a la segunda, .ue -areca ser un dormitorio.
;Entrad ;di0o;5 necesit3is la6aros y cambiaros. : des-u7s, dirigi7ndose a m, agreg/*
;: 6os, deb7is curar ese bra2o, al .ue las dentelladas del mastn han herido
gra6emente.
;DA/mo sab7is esoE ;-regunt7.
;El c/mo no os interesa, -ero lo s7 ;res-ondi/ (ros, gra6emente.
"e ayud/ a le6antar el -rimiti6o a-/sito, y me la6/ la herida cuidadosamente con
agua caliente, en la .ue haba me2clado alguna sustancia, haci7ndolo todo con la
e4-eriencia de un W-ro9esional.
;Los colmillos del animal han hecho heridas -ro9undas5 -ero no teng3is cuidado5
estar7is curado en -ocos das.
As .ue me cur/, me ayud/ a la6arme y a des-o0arme de las ro-as 6ie0as, -ara
sustituirlas -or las lim-ias y nue6as .ue haba sobre el lecho, -oni7ndome, una 6e2 .ue
estu6e 6estido, el bra2o en cabestrillo. "ientras, Leo haba hecho lo mismo, y al -oco
rato de0amos la habitaci/n, com-letamente distintos a los astrosos y derrotados 6ia0eros
.ue entraron en el re9ugio momentos antes.
En la otra habitaci/n encontramos la comida -re-arada, atac3ndola con 9uria
merecedora de m3s altas em-resas5 terminamos de comer sin haber cambiado una sola
-alabra. 8es-u7s, y sumidos en el so-or .ue es de su-oner tras tanta 9atiga, 6ol6imos a la
otra c3mara, arro03ndonos sobre los lechos, y des-o03ndonos tan s/lo de nuestras -rendas
e4teriores, camos en -ocos minutos en un sue,o -ro9undo y re-arador.
8e -ronto, en medio de la noche me des-ert7. 'ena esa secreta intuici/n .ue
sobresalta el es-ritu cuando sabemos .ue ha entrado alguien en nuestra habitaci/n, sin
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Librodot Ayesha, el retorno de Ella H. R. Haggard
.ue le hayamos 6isto ni odo. Aguc7 el odo cuanto -ude, y -ercib un ligero rumor, y
entonces, a la claridad un -oco di9usa de la luna .ue entraba -or la 6entana, 6i la 9igura
de nuestro gua 9antasma a-ro4imarse a la -uerta. Ahora m3s .ue nunca, a.uella 9orma
humana o es-ectral -areca un 9antasma de los .ue describen las historias de a-arecidos.
"iraba hacia donde Leo se encontraba, o, al menos, as me -areci/, -ues hacia a.uel lado
tena dirigida su cabe2a.
Hubo algo de humano entonces, algo .ue solamente -uede salir de los seres .ue
sienten y -adecen. El 9antasma sus-ir/, y a.uel sus-iro -areca salir de lo m3s hondo de
un alma.
As, -ues, no era tan 9antasma como creamos, -ues su9ra y e4-resaba su dolor de
una manera com-letamente humana. >ero..., D.u7 haceE ... <E4tiende las manos hacia
Leo, en un adem3n de ternura in9initaI >arece .ue Leo siente tambi7n el in9lu0o de la
-ro4imidad de a.uel ser. Habla. Escucho. Habla tan ba0o, .ue no -uedo or lo .ue dice...,
-ero -arece .ue habla en 3rabe ... :a oigo, dice*
;5AyeshaI <AyeshaI
La 9igura a6an2a y se detiene.
Leo se sienta en el lecho, siem-re ba0o la in9luencia de su sue,o, -ues tiene los o0os
cerrados.
E4tiende sus bra2os como .ueriendo abra2ar a alguien con .uien sue,a, diciendo con
6o2 a-asionada*
;Ayesha* a tra67s de la 6ida y la muerte te he buscado desde hace muchos a,os. <+en,
mi diosaI <"i es-eradaI
La blanca 9orma se acerc/ aBn m3s, y -ude 6er .ue temblaba, y .ue sus bra2os se
e4tendan tambi7n en muda contestaci/n a los de Leo.
Se detu6o. Al mismo tiem-o, Leo cay/ sobre el lecho. Las 9ra2adas .ue cubran su
cuer-o haban cado, de0ando al descubierto su -echo, donde ocultaba el guarda-elo de
cuero .ue conser6aba un ri2o de Ayesha. Leo dorma -ro9undamente, y los o0os de
a.uella e4tra,a 9igura -ermanecan como atrados -or a.uella reli.uia..., -ero aBn hi2o
m3s5 con agilidad sor-rendente, sus dedos enguantados abrieron el guarda-elo, sacando
el largo ri2o de sedosos y brillantes cabellos.
Los contem-l/ un momento, 6ol6i7ndolos a colocar en su anterior lugar, .ue cerr/
cuidadosamente. "e -areci/ orla llorar. "ientras, Leo, .ue continuaba so,ando, sac/ los
bra2os lo mismo .ue antes, diciendo con 6o2 a-asionada*
;<+en, amada maI <+en a mI <=o me abandonesI
Al or esto, como haciendo un es9uer2o sobre s mismo, con un 3gil mo6imiento sali/
de la estancia el 9ant3stico gua.
La ma,ana siguiente, los recuerdos eran m3s borrosos, y los temores se haban
disi-ado. Auando des-ert7, la lu2 del da entraba de lleno en la -ie2a, y (ros estaba de -ie
0unto a mi cama. "e le6ant7 de un salto, y le -regunt7 .u7 hora era. Aon una sonrisa, y
hablando en 6o2 ba0a, me res-ondi/ .ue 9altaban dos horas -ara el medioda, a,adiendo
.ue haba 6enido con ob0eto de curarme el bra2o. "e di cuenta entonces de .ue hablaba
tan ba0o -or.ue Leo continuaba toda6a durmiendo.
;8e0adlo descansar ;di0o, mientras me des6endaba el bra2o;. Ha su9rido mucho, y lo
.ue es m3s ;agreg/ signi9icati6amente; -uede su9rir m3s toda6a.
;D1u7 .uer7is decir, amigo (rosE D=o di0isteis .ue en la "onta,a nos
encontr3bamos a sal6o de todo -eligroE ;(s di0e solamente, amigo...
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;Holly es mi nombre.
;...amigo Holly, .ue 6uestros cuer-os estaban a sal6o, -ero no di0e nada de lo
dem3s... El hombre es algo. m3s .ue una masa de sangre y carne, es alma y es
sentimiento..., y 7sos -ueden su9rir tambi7n...
;>ero, D.ui7n -uede hacerlos su9rirE. . .
;Amigo ;di0o, gra6emente, el sacerdote;5 6os y 6uestro com-a,ero hab7is llegado a
estas tierras, no como sim-les a6entureros a .uienes el a2ar condu0o hasta a.u, -ues de
ser as, hara ya tiem-o .ue habrais -erecido, sino con el -ro-/sito de descorrer el 6elo
.ue cubre un misterio desde los m3s remotos tiem-os. <1ui7n sabe si, al 9in, conseguir7is
lograr 6uestros -ro-/sitosI >ero, si lo consegus, .ui23 llegu7is a conocer algo .ue hunda
6uestras almas en la deses-eraci/n y la locura ... 8ecid. .. , Dno tem7is el 9uturoE ...
;<AlgoI ;contest7;. >ero, sin embargo, mi hi0o ado-ti6o y yo hemos 6isto y 6i6ido
demasiado e4tra,as cosas -ara sentir miedo de lo desconocido. Hemos 6isto la Lu2 de la
+ida, hemos sido los hu7s-edes de una mu0er inmortal, y hemos 6isto a la muerte
a-oderarse de ella, mientras nosotros .ued3bamos inmunes. DAre7is .ue -odemos
sentirnos cobardes ahoraE <=oI <Llegaremos hasta el 9inI
Ante estas -alabras, (ros no e4-eriment/ ni curiosidad ni sor-resa, como si lo .ue
yo le deca lo conociera de antemano.
;<OienI ;res-ondi/, sonriendo, al -aso .ue haca una cort7s re6erencia con su a9eitada
cabe2a;. 8entro de una hora, marchar7is adonde os conduce 6uestro destino. Si he herido
6uestra susce-tibilidad, -erdonadme... Si es -reciso, -resentar7 tambi7n mis e4cusas al
se,or... ;di0o, mirando a Leo.
;Leo +incey ;di0e.
;Leo +incey5 s, Leo +incey ;di0o re-itiendo, como si a.uel nombre le 9uera 9amiliar,
-ero .ue -or el momento se hubiera borrado de su memoria;. >ero no hab7is contestado a
mi -regunta* DEs necesario .ue le -resente mis e4cusasE
;=o, -ero si ten7is gran em-e,o, -od7is hacerlo cuando des-ierte.
;=o5 -ienso como 6os5 adem3s, sera malgastar el tiem-o hablando inBtilmente, y
-erdonad la com-araci/n5 de lo .ue el lobo 6ie0o no huye, no huye tam-oco el 6aleroso
tigre. >ero mirad .u7 buen as-ecto -resentan las heridas de 6uestro bra2o5 est3n ya
cicatri2ando. Ahora os 6endar7 de nue6o y dentro de unas semanas el bra2o estar3 tan
9uerte y sano como antes de encontrar al Fhan Rassen ca2ando en el llano. 8entro de
-oco 6ol6er7is a 6erlo, as como a su bella es-osa.
;D+erlos de nue6oE DAs .ue, una 6e2 muerto, 6iene a 6i6ir a la "onta,aE ;-regunt7,
sor-rendido.
;=o5 6iene -ara ser enterrado5 es un antiguo -ri6ilegio de los reyes de Faloon5 -ero
creo .ue la Fhania tiene tambi7n algo .ue -reguntar al (r3culo...
;D1u7 es el (r3culoE ;di0e, intrigado.
;El (r3culo ;re-lic/, 6agamente ;es una 6o2. Lo .ue siem-re ha sido...
;Algo he odo sobre ello a Atene5 -ero una 6o2 necesita alguien .ue la emita. DEs
.ui23 -or a.uella a .uien llam3is "adreE
;1ui23, amigo Holly.
;D: esta madre, es un es-rituE
;Es 7ste un -unto sobre el .ue se ha discutido mucho. &n es-ritu os di0eron en el
llano .ue era, Dno es esoE As lo creen tambi7n las tribus de la "onta,a. 1ui23 sea ra2o;
nable -ensar as, -uesto .ue todos los seres humanos son cuer-o y es-ritu. >ero 6osotros
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9ormar7is 6uestra o-ini/n, y des-u7s -odremos discutir... +ed 6uestro bra2o5 ya est3 listo.
'ened cuidado con mo6erlo o lle6arlo colgado. <"iradI +uestro com-a,ero des-ierta.
&na hora m3s tarde comen23bamos de nue6o la ascensi/n5 yo en el caballo del Fhan
y Leo a -ie -recedidos siem-re -or nuestro gua, a la 6ista de cuya 9igura las gentes se
-ostraban de hino0os y as -ermanecan hasta .ue nos -erdamos de 6ista.
&no de ellos, una mu0er, le6ant3ndose y rom-iendo nuestra escolta de sacerdotes,
lleg/ hasta Leo, arrodill3ndose a sus -ies y besando su mano. Era la muchacha cuya 6ida
habamos sal6ado5 tras ella estaba su marido con los bra2os heridos -or los gol-es de la
noche anterior. =uestro gua -areci/ 9i0arse en este incidente, e hi2o un signo al Su-erior,
.ue 7ste inter-ret/.
Llamando a la muchacha le -regunt/ c/mo se atre6a a manchar con sus labios 6iles
al e4tran0ero. La muchacha le di0o .ue s/lo .uera testimoniarle su gratitud eterna. (ros
di0o .ue siendo 7sa la causa era -erdonada, y .ue en com-ensaci/n a sus su9rimientos,
.uedaba nombrado su marido 0e9e de la tribu, segBn los deseos y la orden de la "adre.
8icho lo cual sigui/ su camino, sin escuchar las -alabras de agradecimiento de la mu0er y
la aclamaci/n de la tribu.
Auando hubimos salido de a.uellos lugares y nos encamin3bamos -or el sendero
abandonado la noche anterior, un murmullo de c3nticos y oraciones se de0/ or. En una
6uelta del camino nos encontramos con una -rocesi/n .ue a6an2aba solemnemente; -or
el -e.ue,o 6alle. A la cabe2a marchaba la Fhania, seguida de su to Simbr, el 6ie0o
mago, y tras ellos un gran nBmero de ra-ados sacerdotes, 6estidos de blanco, lle6ando
unas -arihuelas, en las .ue re-osaba, con la cara descubierta, el cuer-o del di9unto Fhan.
#ba cubierto de negros -a,os, y su cara, antes tan e4-resi6a de maldad, haba tomado con
la muerte la serena y digna e4-resi/n .ue le 9alt/ en 6ida.
>ronto lo alcan2amos. A la 6ista de las blancas 6estiduras de nuestro gua 9antasma,
el caballo de la Fhania se encabrit/ en 9orma tan 6iolenta, .ue m3s de una 6e2 cre .ue
iba a salir des-edida de la montura. >ero buena ama2ona, domin/ al caballo, y
dirigi7ndose a nosotros, grit/*
;D1ui7n es ese encubierto de blancas ro-as .ue interrum-e la marcha -or la monta,a
de la Fhania Atene y su 9allecido se,orE <Amigos mos5 os encuentro en mala com-a,a,
-ues me -arece .ue sois conducidos -or un es-ritu . del mal hacia un 9in -eorI <A/mo
ser3 de horrible y re-ugnante .ue necesita ta-arse la caraI <Si 9uera una mu0er .ue nada
tu6iera .ue temer, descubrira su rostro a las miradas de sus seme0antesI
El mago, ner6ioso, tom/ a la Fhania -or el bra2o, mientras (ros, haciendo una
discreta re6erencia, le rog/ .ue cesase en a.uellas necias -alabras .ue -odan llegar a
odos de .uien 7l no .uisiera. AlgBn ser maligno actuaba sobre la Fhania, -ues, le0os de
callar, se dirigi/ al gua, llam3ndole de CtBC tratamiento .ue era muy usual en la "onta,a,
-ero raro entre los cortesanos de Faloon.
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;870alas .ue el 6iento las lle6e
donde .uiera ;gritaba;. <Oru0aI
<1utate esos tra-os y ens7,anos tu
cara de 6il gusanoI 5"u7stranos
cu3les son tus artesI DArees .ue me
6as a asustar con esas 6estiduras de
a-arecidoE
;5Aallad, se,ora, calladI ;di0o
(ros, -erdiendo un -oco su
im-erturbable calma;. <Ella es el
"inistro y con ella 6a el >oderI
;<>ero 7sta nada -uede contra
Atene, Fhania de FaloonI ;grit/ la
Fhania;. <"e ro de su -oder5 d70ala
.ue nos lo muestreI Si algBn -oder
tiene, no ser3 de ella, sino de la
hechicera de la "onta,a, -or .uien
.uiere hacerse -asar.
;<Sobrina, calla, te lo ruegoI
;di0o el 6ie0o Simbr, cuya cara estaba
blanca -or el terror.
(ros, mientras, haba le6antado
las manos al cielo, como su-licando a
alguna 9uer2a in6isible, diciendo*
;;<(h, tB .ue todo lo 6es y todo
lo oyesI <>erdona la locura de esta mu0er .ue as la hace hablar, y no hagas .ue la sangre
de un 9orastero manche las manos de tus sier6os ante la o9ensa a tu sagrado cultoI
As rogaba (ros5 -ero aun.ue sus manos estaban al2adas hacia el cielo, sus o0os
estaban, como los nuestros, 9i0os en el gua. "ientras el sacerdote hablaba, 6i .ue su
mano se al2aba lentamente, lo mismo .ue cuando la le6ant/ -ara sentenciar al hechicero
de la tribu. >areci/ re9le4ionar, y su mano se detu6o a-untando a la Fhania. Aasi no se
mo6i/, no hi2o el menorR ruido, Bnicamente se,al/, y los labios de Atene .uedaron
mudos, la 9uria desa-areci/ de sus o0os y el color huy/ de sus me0illas, .uedando
silenciosa y -3lida como el cad36er .ue tras ella conducan.
Aomo magneti2ada -or esta 9uer2a in6isible, es-ole/ el caballo con tanta dure2a .ue
el animal, -egando un salto y un relincho, sali/ desbocado -or el camino .ue conduca a
la ciudad.
Auando Simbr se dis-ona a seguir a la Fhania, (ros, agarrando -or las riendas al
caballo .ue montaba, le di0o*
;"ago5 -arece .ue no es 7sta la -rimera 6e2 .ue nos encontramos5 -or e0em-lo,
cuando el entierro del -adre de 6uestra se,ora actual. <Rogadle, -ues, 6os .ue conoc7is
algo acerca del >oder y de la +erdad, .ue hable m3s cort7smente sobre a.uella .ue rige
este -asI 8ecidle, adem3s, de mi -arte, .ue de no haber sido nuestra hu7s-ed en esta
9Bnebre emba0ada, y -or consiguiente in6iolable, seguramente hubiera com-artido las
-arihuelas de su es-oso. Adi/s5 ma,ana hablaremos de nue6o.
Soltando la brida, (ros sigui/ su camino.
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'an -ronto como de0amos atr3s a a.uella triste -rocesi/n, salimos del estrecho 6alle.
Hue entonces cuando nos dimos cuenta de .ue nuestro gua haba desa-arecido.
;DHabr3 ido a castigar a la FhaniaE ;-regunt7 a (ros.
;=o ;di0o con una ligera sonrisa;5 creo m3s bien .ue se nos ha adelantado -ara
-re6enir a Hesea .ue sus hu7s-edes est3n -or llegar.
;1ui23 ;contest7, e4aminando el estrecho 6alle donde ni una mosca hubiera -odido
-asar sin .ue la hubi7ramos 6isto. 1ui23 se nos habra adelantado, -odra ser5 -ero lo .ue
no -oda com-render es c/mo haba desa-arecido. Aomo a.uella -arte de la monta,a
seme0aba una colmena llena de galeras y de cue6as, su-use .ue nuestro gua -odra
haber desa-arecido -or una de ellas.
'odo el resto del da continuamos nuestra marcha ascensional acerc3ndonos cada 6e2
m3s a la blanca ca-eru2a de nie6e.
Hacia el cre-Bsculo -asamos a tra67s de cam-os culti6ados como 0ardines, y
llegamos a una -e.ue,a ciudad construida en la la6a. Era a.u donde 6i6an los mon0es, y
cuya entrada estaba -rohibida -ara los comunes mortales de las tribus, o -ara los
e4tran0eros.
Siguiendo la calle -rinci-al nos hallamos 9rente a una enorme o0i6a cerrada -or unas
gigantescas y maci2as -uertas de hierro, 9ant3sticamente traba0adas. Al llegar a.u, los
hombres de nuestra escolta se retiraron, lle63ndose mi caballo y de03ndonos solos con
(ros. 'ras-usimos esa -uerta y nos hallamos en un -e.ue,o -asadi2o .ue acababa en
otras grandes -uertas de hierro. Mstas se abrieron al llegar nosotros 9rente a ellas,
.uedando medio ciegos -or el res-landor brillante .ue de su interior sala.
#magnese el lector la na6e de la catedral m3s grande .ue haya 6isto en su 6ida. >ues
bien5 9igBrese otra el doble o el tri-le, y .ui23 tenga una idea de la magnitud del tem-lo
en el .ue nos encontr3bamos. 1ui23 en los remotos tiem-os haba sido una ca6erna5 -ero
ahora sus altas -aredes se haban con6ertido en las m3s 9ormidables obras de arte .ue
0am3s 6ieron los o0os de hombre al trans9ormarse lentamente ba0o el cincel de
generaciones y generaciones de adoradores del 9uego, desde miles de a,os atr3s. 'oda
descri-ci/n resultara -3lida con la realidad. Era algo gigantesco, 9ormidable,
sobrehumano...
>ero..., me -reguntar7is .ui23, Dc/mo estaba alumbrada una na6e tan enormeE
Seguramente no os lo -od7is su-oner...5 estaba alumbrada -or la lu2 .ue des-edan
ardientes llamas de 9uego, .ue brotaban del suelo a inter6alos regulares. Lo admirable era
la carencia de humo u olor, su-ongo .ue debido a las grandes chimeneas de la b/6eda,
.ue establecan un 9uerte tira0e, haciendo .ue las llamas ad.uiriesen la 9orma de inmensas
columnas de 9uego .ue se entraban en el techo.
El tem-lo estaba com-letamente desierto, y sal6o el ligero murmullo de la
combusti/n del o4geno, reinaba en la, inmensa na6e un absoluto silencio.
;D>ero no se a-agan nunca estas admirables luminariasE ;-regunt/ Leo, mientras se
-ona una mano ante sus o0os, medio cegado -or el res-landor.
;DA/mo -odra serE ;di0o (ros, solemnemente; si -roceden del eterno 9uego .ue
adoramosE As brillan desde hace miles de a,os, y as brillar3n -or toda la eternidad,
aun.ue si .ueremos, -odemos a-agarlas se-aradamente
$
.
;<Seguidme, ten7is .ue 6er cosas m3s admirables aBnI
$
SegBn -ude com-robar tiem-o des-u7s, esto se e9ectuaba ta-ando los ori9icios -or donde sala el 9uego,
con losas de -iedra, .ue se mo6an -or medio de cabrias, ingeniosamente construidas.
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Lo seguimos en silencio. <(h, cu3n n9imos y miserables nos sentamos en medio de
la grandiosidad sublime de a.uel tem-lo iluminado de tan 9ant3stica y dantesca maneraI
Llegamos -or 9in al otro e4tremo del tem-lo, de donde, a derecha e i2.uierda, se ele6aban
gigantescas escaleras. (ros nos hi2o se,as de .ue nos detu6i7ramos y -rest3ramos
atenci/n. (mos un sua6e rumor de c3nticos gra6es y melodiosos, mientras dos
-rocesiones de blancas 9iguras se adelantaban solemnemente desde el otro e4tremo del
tem-lo.
A6an2aban como 9antasmas con mo6imientos -ausados y ma0estuosos. La -rocesi/n
de la derecha estaba com-uesta -or sacerdotes, y la de la i2.uierda -or sacerdotisas.
Seran como unos cien en total.
Los hombres se colocaron 9rente a nosotros, mientras las mu0eres se colocaban
detr3s, y a una se,al de (ros, entonaron un e4/tico himno de modulaciones e4tra,as y
sal6a0es, mientras nosotros atra6es3bamos, -recedidos del Sumo Sacerdote, una estrecha
galera, cerrada al 9inal con dobles -uertas de madera. 'an -ronto como nuestra -rocesi/n
lleg/ hasta all, las -uertas se abrieron, y ante nosotros .ued/ el -aso 9ranco a una gran
habitaci/n de 9orma el-tica, en la .ue se ele6aba un -e.ue,o altar, tras el cual haba una
ca6idad .ue, segBn -udimos 6er cuando nos acercamos m3s, tena en su entrada -esadas
cortinas de tisB de -lata.
Sobre el altar haba una gran estatua de -lata bru,ida, .ue al recibir el re9le0o de las
llamas resaltaba como ascua sobre la negra roca .ue le ser6a de 9ondo.
La estatua en toda su belle2a, era algo im-osible de describir. La 9igura re-resentaba
una mu0er de edad madura. Era alada, y su rostro era de -uras y graciosas 9ormas. Aomo
-rotegiendo con sus alas recogidas se 6ea la imagen de un ni,o recostado sobre su -echo
y sostenido -or su mano i2.uierda, mientras con la derecha le se,alaba el cielo... DA/mo
-odra yo describir el alma de a.uellas dos im3genesE ...
La estatua en s no re-resentaba m3s .ue un ni,o atemori2ado en los amorosos
bra2os de su madre... -ero haba algo tan sublime, tan real y 9ascinador en su e0ecuci/n,
.ue la mente del obser6ador como una .uimera 9or0aba gestos y e4-resiones de a.uella
obra de algBn genio desconocido, muerto -uede ser haca miles de a,os. Aun -ara el m3s
-ro9ano, se 6ea claramente .ue a.uello era el smbolo de la humanidad sal6ada -or la
di6inidad.
"ientras -ermanecamos absortos en la contem-laci/n de a.uella mara6illosa obra
de arte, los sacerdotes y las sacerdotisas habanse colocado en semicrculo, de0ando en
medio dos columnas de 9uego .ue ele6aban sus lenguas llameantes hasta la b/6eda del
recinto. 'an grandes eran las mangas de 9uego, .ue los hombres y mu0eres 0untos tenan
.ue estar bastante se-arados los unos de, los otros -ara no .uemarse. A nuestros o0os
-arecan gnomos 6estidos de blanco, dada la grandiosidad de todo lo .ue nos rodeaba y
sus c3nticos interminables nos -arecan el le0ano murmullo .ue se oye surgir del 9ondo de
un torrente.
La 6ista de todo este con0unto era im-onente y soberbia, y nuestro 3nimo estaba
em-e.ue,ecido ante tanta magni9icencia. =os sentamos anulados. (ros es-er/ a .ue el
Bltimo sacerdote hubiese ocu-ado su lugar, y 6ol6i7ndose hacia nosotros, nos di0o,
siem-re. en a.uel tono tan cort7s .ue le era -articular*
;<>ostraos de hino0os, oh, bien6enidos 6ia0eros, y, o9reced 6uestros res-etos a la
"adreI ;(ros nos se,alaba a la estatua.
;D8/nde est3E ;-regunt/ Leo en un susurro, -ues la emoci/n anudaba su 6o2 en la
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garganta;. =o 6eo a nadie.
;<Hesea est3 all detr3sI ;contest/ (ros5 des-u7s tom3ndonos de la mano, nos lle6/ a
tra67s de la inmensa na6e, hasta cerca del altar.
<(h, .u7 emoci/nI Aon9orme a6an23bamos hacia 7l, los sacerdotes entonaron de
nue6o sus c3nticos .ue ahora y desde otro lugar, con sus notas recogidas y am-liadas -or
la acBstica de la gigantesca na6e, se re-roducan como una sola nota de 6ibrantes tonos,
como un canto triun9al de 6ida y amor mientras nosotros nos acerc3bamos, sobrecogidos,
hacia el altar donde nuestro cora2/n nos deca .ue debamos encontrar el 9in de nuestras
a6enturas.
Al llegar 0unto al altar, (ros se -uso de rodillas, inclin3ndose hasta tocar el suelo con
la 9rente, en se,al de sumisi/n y res-eto. 8es-u7s se le6ant/, coloc3ndose tras de
nosotros, con la cabe2a ba0a y las manos entrecru2adas, .uedando en silencio. =osotros
tambi7n .uedamos sus-ensos y mudos, y el -al-itar de nuestros cora2ones indicaba el
temor y la es-eran2a, la alegra y la emoci/n .ue -recede a lo desconocido...
"A$%T!& '/
E& TRI(!NA& DE &A )!ERTE
&AS cortinas se descorrieron de0ando al descubierto la ca6idad a .ue me he re9erido,
en cuyo interior haba un trono, y en 7l, una 9igura de blancas 6estiduras .ue, cubri7ndola
de -ies a cabe2a, -areca, a las sua6es tonalidades .ue reciba de las lenguas de 9uego,
una estatua de alabastro. =ada -odamos 6er, a e4ce-ci/n del trono y de sus 6estiduras,
debido a la oscuridad de a.uel agu0ero. Solamente -ercibimos .ue el (r3culo tena en su
mano un sistro en 9orma de cru4 ansata.
"o6idos -or no s7 .u7 secreto im-ulso, .ui23 imitando la acci/n de (ros, nos
-ostramos de hino0os, y as -ermanecimos. 8es-u7s omos un sua6e tintineo de
cascabeles, y le6antando la cabe2a 6imos .ue la enguantada mano .ue sostena el sistro
nos se,alaba con 7l. Entonces, una c3lida 6o2, clara y sua6e nos habl/ (me -areci/ .ue
temblaba un -oco) en griego, -ero en un griego m3s -uro y correcto .ue el .ue habamos
odo hasta ese momento -or a.uellos lugares.
;<:o os saludo, oh, 6ia0eros, .ue de tan le0os 6ens a 6isitar el Rculto m3s antiguo y
es-lendoroso .ue seres humanos 6ieron, y aun.ue, sin duda alguna, -ro9es3is otra 9e
distinta de la nuestra, no os a6ergon23is de re6erenciar a este humilde ser .ue
inmerecidamente go2a la dicha de ser (r3culo y guardi3n de sus misteriosI Le6antaos y
no tem3is ningBn da,o. DAcaso no he sido yo .uien he en6iado un Emisario y numerosos
ser6idores -ara .ue os condu2can a este SantuarioE
=os le6antamos lentamente, .uedando en silencio, sin saber .u7 decir.
;Oien 6enidos, 5oh 6ia0erosI ;re-iti/ la 6o2;. 8ime tB ;y el sistro se,al/ a Leo;*
Dc/mo te llamasE ;Leo +incey ;contest/.
;<Leo +inceyI Oonito nombre. : tB, com-a,ero de Leo +incey, Dc/mo te llamasE
;Ludo6ico Horacio Holly.
;Oien5 decidme, Leo +incey y Ludo6ico Horacio Holly, D.u7 6ens a buscar desde
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Librodot Ayesha, el retorno de Ella H. R. Haggard
tan remotos -asesE
=os miramos el uno al otro, emocionados5 yo, re-oni7ndome, contest7*
;La historia es larga y e4tra,a. "as, decidme, Dc/mo debemos llamarosE
;>or el nombre con .ue a.u me llaman* Hesea.
;<(h, HeseaI... ;di0e admirado al or a.uel nombre .ue tantas 6eces habamos odo
re-etir.
;Sin embargo ;me interrum-i/;, .uisiera conocer esa historia ;me -areci/ .ue la 6o2
se haba tornado ligeramente o-aca;. >ero no toda esta noche, s/lo Bnicamente algBn
-asa0e de ella5 com-rendo .ue estar7is 9atigados. Au7ntamela tB, Leo, tan bre6e como
.uieras, dici7ndome la 6erdad, -ues en -resencia de la .ue :o re-resento nada -uede
ocultarse.
;Sacerdotisa ;di0o Leo;5 os obedecer7. "uchos a,os ha, cuando yo era un muchacho,
mi -adre ado-ti6o y yo, siguiendo las huellas del -asado, llegamos a una tierra sal6a0e
donde encontramos a cierta mu0er milenaria de -eregrina belle2a, .ue haba conseguido
detener la marcha del tiem-o ...
;>ero esa mu0er debera ser 6ie0sima y de horrible a-ariencia...
;(s he dicho, sacerdotisa, .ue haba conseguido detener la marcha del tiem-o. Mste
no e0erca la menor in9luencia sobre ella ni sobre su 0u6entud. <Era inmortalI =o, no era
horrible, era la -ersoni9icaci/n de la belle2a.
;>ero tB no adoraras a esa mu0er s/lo. -or su belle2a como cual.uier msero mortal.
;=o, no la ador7. La am7, .ue es otra cosa -arecida, -ero distinta. (ros, el sacerdote,
te adora a ti, a .uien llama "adre. <:o am7 a a.uella mu0er inmortalI
;As, -ues, Dla amar3s toda6aE Oien, muchas 6eces el amor es tambi7n inmortal.. .
;La am7 y la amo <aun cuando muri/I
;<A/moI D1u7 es esoE D=o decais .ue era inmortalE
;Nracias al cielo, solamente 9ue una 9icci/n de muerte5 ella cambia solamente, no
muere. La -erd, y lo .ue -erd es lo .ue 0untos buscamos desde hace muchos a,os, da
-or da.
;D>or .u7 la busc3is en mi "onta,aE
;&na 6isi/n 9ue .uien me aconse0/ .ue 6iniera a consultar tu (r3culo, -ues s/lo a.u
es donde es-ero encontrar indicios de mi -erdido amor.
;: tB, Horacio, Damaste tambi7n a a.uella mu0er cuya 6ida -areca res-etar la
muerteE
;<(h, se,oraI ;contest7;. :o no hago sino seguir a mi hi0o ado-ti6o. 8onde 7l 6a, con
7l 6oy, y 7l 6a tras su bella inmortal...
;: tB con 7l... As, -ues, los dos segus a una mu0er hermosa como hacen los hombres
desde .ue el mundo es mundo, ciegos y locos tras de su ideal...
;<=oI ;le contest7;. =o son los hombres tan ciegos desde el momento .ue -ueden 6er
y admirar lo bello, y; tam-oco locos, -uesto .ue reconocen 6 a-recian la belle2a. <El
conocimiento y los sentidos son m3s -ro-ios de hombres -rudentes .ue de ciegos y
locosI
;"e admira la -recisi/n de tus res-uestas, Holly ... "as, dime, Dos acogi/
hos-italariamente mi sier6a la Fhania de Faloon, -ro-orcion3ndoos en seguida los
medios -ara llegar hasta a.u, como le orden7E
;=o sabamos .ue 9uera 6uestra sier6a ;res-ond;. Hos-italidad, s nos -ro-orcion/,
aun.ue un -oco interesada, y de la ra-ide2 en -onernos en camino hacia tu Santuario se
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encargaron los "astines de la "uerte, a2u2ados -or el Fhan, su es-oso. >ero decidme,
<oh HeseaI D1u7 es lo .ue sab7is acerca de nuestros largos a,os de 6agar incesante tras
nuestro idealE
;"uy -oco ;contest/ sua6emente;. Hace unas tres lunas mis 6igas os 6ieron sobre
las le0anas monta,as, y acerc3ndose a 6osotros escucharon 6uestra con6ersaci/n,
enter3ndose as del ob0eto de 6uestro 6ia0e, lo .ue me 9ue comunicado inmediatamente.
Al enterarme orden7 a la Fhania Atene y a su to, el 6ie0o mago, .ue es a la 6e2 guardi3n
de la Nran >uerta, ir al .antiguo camino de Faloon a recibiros y conduciros con toda
ra-ide2 hasta a.u. >ero, sin embargo, -ara hombres .ue, como 6osotros, ardais en
deseos de conocer mi (r3culo, la tardan2a en llegar hasta a.u ha sido grande ...
;Hemos 6enido tan r3-idamente como nos ha sido -osible, Hesea ;di0o Leo;5 y si
6uestros guas han -odido llegar hasta lugares inaccesibles -ara el hombre, ellos os
-odr3n decir las circunstancias .ue nos im-idieron llegar hasta a.u. <=o nos lo
-regunt7is a nosotrosI
;=o. Ser3 Atene la .ue tendr3 .ue contestar, la Fhania misma. (ros, trae a mi
-resencia a la Fhania. <R3-ido, te lo ruegoI
;Ahora ;di0o en ingl7s Leo, ner6iosamente en el silencio .ue sigui/ al salir (ros;.
Ahora me -arece .ue es cuando 6an a comen2ar las 6erdaderas a6enturas. 8ara cual.uier
cosa -or no hallarme a.u.
;Soy de tu o-ini/n ;contest7;, -ero creo .ue es lo me0or .ue -oda suceder, -or.ue
ser3 la Bnica manera de -oner en claro la 6erdad...
Aomo si 9uera una res-uesta a mi contestaci/n a Leo, la 6o2 di0o*
;Eres -rudente y discreto, Holly5 tienes ra2/n, es la me0or manera de -oner en claro
la 6erdad.
La 6o2 call/, .uedando yo mudo de estu-e9acci/n.
Las -uertas se abrieron, de0ando -aso a una 9Bnebre -rocesi/n de enlutadas 9iguras,
seguidas del mago Simbr, .ue -receda a unas -arihuelas, sostenidas -or ocho
sacerdotes, -ortadores del cad36er del Fhan. 'ras ellos iba Atene, cubierta de negros
6elos, y cerrando la marcha, un gru-o de sacerdotes.
Al llegar 9rente al altar, los -ortadores de la 9Bnebre carga se detu6ieron, de-ositando
las -arihuelas en el suelo, y retir3ndose en seguida. 1uedaron s/lo 0unto a 7l, Atene y el
mago.
;D1u7 b sea mi 6asalla la Fhania de FaloonE ;-regunt/ Hesea, 9ramente.
Atene a6an2/, arrodill3ndose en una 9orma .ue 93cilmente demostraba cu3nto
disgusto le -roduca reali2ar esa muestra de res-eto.
;<"adre del 'odo5 yo te re6erencio y saludo, oh Santa y +enerada "adre, como han
hecho todos mis ante-asados de generaci/n en generaci/nI ;Haciendo nue6as re6erencias
continu/;* "adre, el inanimado cuer-o de este hombre te -ide -or mi boca el derecho de
se-ultura en el eterno y sagrado 9uego de la "onta,a, tal como es costumbre hacer con
los reales restos desde el -rinci-io de nuestra dinasta.
;Aierto es ;contest/ Hesea;, y si esta costumbre ha sido res-etada -or las anteriores
sacerdotisas, no ser7 yo .uien la altere esta 6e2, negando se-ultura a tu di9unto es-oso,
como lo har7 contigo cuando tu hora sea llegada, Atene.
;<Nracias, oh HeseaI, y yo te agradecera .ue esta merced 9uera escrita en tus libros
-ara recuerdo de las generaciones 6enideras, -ues ya la nie6e de los a,os de-osita sus
blancos co-os sobre tu cabe2a, y -ronto nos de0ar3s -ara siem-re. :o te ruego, Hesea, .ue
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escribas esta merced, -ara .ue la sacerdotisa .ue te suceda -ueda cum-lir esta -romesa a
su debido tiem-o.
;<AallaI ;e4clam/ Hesea;. Aesa de arro0ar tu 6eneno sobre a.uella .ue te ordena
acatamiento y re6erencia. >obre criatura loca, cesa en tu soberbia5 Dno sabes .ue el da de
ma,ana el 9uego destruir3 esa arrogante belle2a .ue es hoy tu orgullo y tu es-lendorE
<Aalla de una 6e2 tus odios, y dime c/mo ha muerto ese hombreI
;=o es a m a .uien debes -reguntar, sino a esos 6agabundos .ue 9ueron mis
hu7s-edes. La sangre de mi es-oso ha manchado sus manos y heme a.u, Hesea, a tus
-ies, -idiendo 6engan2a.
;<:o lo mat7 en de9ensa -ro-ia, -ara sal6ar mi 6idaI ;grit/ Leo, 9uera de s;. 'rat/ de
des-eda2arnos con sus malditos -erros5 a.u est3n, -al-ables, las -ruebas de sus dientes
;a,adi/, se,alando mi bra2o;. (ros lo sabe bien, -uesto .ue es 7l .uien ha curado las
heridas de mi amigo.
;"i es-oso estaba loco ;contest/, humildemente;, y 7se era su de-orte 9a6orito.
;DSE D: era celoso tu marido tambi7nE <=oI <Aalla esa mentira .ue 6a a salir de tus
labiosI Leo +incey, cont7stame tB. =o, tam-oco. =o .uiero obligarte a descubrir los
secretos de una mu0er .ue te ha o9recido su amor. Habla tB, Holly, y dime toda la 6erdad.
;Esta es la 6erdad, Hesea* hace tiem-o, la Fhania y su to Simbr nos sal6aron de la
muerte en las aguas del ro .ue ba,a el -as de Faloon. 8es-u7s estu6imos muy en9ermos
y 9uimos tratados amablemente, -ero la Fhania se enamor/ de Leo +incey...
Al llegar a.u, me -areci/ 6er .ue la 6elada 9igura se estremeca ba0o sus blancos
6estidos.
;D: corres-ondi/ Leo +incey a ese amorE Siendo un hombre, bien -udo suceder,
-or.ue la Fhania es hermosa, sin ob0eci/n alguna ...
;Ml -uede contestar a eso, <oh HeseaI 'odo lo .ue yo s7 es .ue trat/ -or todos los
medios de huir de ella y .ue -or Bltimo la Fhania le dio a elegir entre la muerte y el
matrimonio con ella, al morir su es-oso. Ayudados un da -or el Fhan, .ue estaba celoso
de 7l, huimos hacia estas monta,as, .ue constituan el ob0eto de nuestro 6ia0e. El Fhan
nos enga,/, a2u2ando a sus -erros contra nosotros en nuestra huida. Lo matamos y, a
des-echo de esta se,ora, su es-osa, y de su to, .ue .ueran e6itar .ue lleg3ramos hasta
a.u, encontramos en un 6alle, .ue m3s bien -areca un osario, un 6elado gua .ue nos
condu0o hasta el Santuario de la "onta,a, sal63ndonos dos 6eces de la muerte. Msta es
toda la 6erdadera historia.
;"u0er, D.u7 tienes .ue decir a esoE ;-regunt/ Hesea con 6o2 autoritaria.
;"uy -oco ;contest/ Atene, 9rancamente;. 8urante muchos a,os he estado ligada a
un bruto, y si me he de0ado lle6ar -or mi inclinaci/n hacia este hombre, no tengo la
cul-a. 8es-u7s, la naturale2a habl/ -or nosotros. Eso es todo ... Luego, -arece .ue tu6o
miedo de la 6engan2a de Rassen, o .ui23 Holly, a .uien los -erros deban haber
des-eda2ado, le hi2o tener miedo. >udieron esca-ar y sin rumbo alguno llegaron hasta tu
"onta,a. >ero Hesea, estoy 9atigada5 ten com-asi/n de m, y no me -reguntes m3s5
d70ame descansar hasta el o9i; cio de ma,ana.
;Has dicho, Atene ;di0o Hesea, sin hacer caso de la sB-lica;, .ue la naturale2a habl/
-or 6osotros y .ue, -or consiguiente, su cora2/n corres-ondi/ al tuyo. 8es-u7s, miedoso
de la 6engan2a de tu es-oso, huy/ de ti. =o tengo la im-resi/n de .ue sea un cobarde.
8ime entonces* Des tambi7n, -ues, tuyo el contenido de la bolsita .ue lle6a en el -echoE
;=o s7 nada de esa bolsa ;res-ondi/ Atene;. Sin duda te ha contado nuestros secretos,
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cosa .ue ningBn hombre .ue -or tal se tu6iese se hubiera de0ado arrancar del -echo.
;<=ada di0e, FhaniaI ;grit/ Leo, 9uera de s.
;=o5 tB nada me di0iste, 6ia0ero5 9ueron mis es-ritus guardianes .uienes me lo
di0eron. 5(h, -obre Atene .ue cree .ue -uede ocultar la 6erdad a Hesea, .ue todo lo 6e
desde su Santuario de la "onta,aI =o me digas nada, -ues todo lo s7 desde el -rinci-io.
>erdono y ol6ido tu desobediencia, -ero no -uedo -erdonarte .ue hayas .uerido obligar a
Leo a .ue te amase, haber tenido -risioneros a mis hu7s-edes y tus mentiras.
Aall/ -or un momento, a,adiendo des-u7s con una 6o2 glacial*
;"u0er* no s/lo has cometido gra6es 9altas, sino .ue has acabado de -erderte al
mentirme en este Sagrado Santuario.
;<: bien, te desa9oI ;contest/ la Fhania5 brutalmente;. DEs .ue amas a este hombreE
=o. Sera monstruoso5 <la naturale2a entera clamara contra tal crimenI <(h, no tiembles
de rabia, HeseaI Aono2co tus mal79icos -oderes, -ero soy tu hu7s-ed y estoy ba0o la
-rotecci/n del Smbolo de la +ida, ba0o el cual no ;>uede derramarse sangre. Adem3s, tB
no -uedes nada contra m, <yo soy tu igualI
;Atene ;di0o la 6o2;5 si lo .uisiera -odra hacerte desa-arecer, a -esar de todas tus
artes. >ero tienes ra2/n, no -uedo matarte aun cuando eres la m3s in9iel de todos mis
sier6os. 8ime, Dno en6i7 un mensa0e a tu to el mago -ara .ue 9uera al encuentro de estos
6ia0eros y los tra0era inmediatamente a la "onta,aE 8i, contesta, D-or .u7 desobedecisteE
;Hue 7se mi deseo ;contest/ Atene con una amarga 6o2, con la .ue intentaba ocultar
la 9alsa de sus -alabras;. 'e desobedec, -or.ue este hombre es mo y no tuyo, -or.ue yo
lo amo y le he amado desde anteriores reencarnaciones5 -or.ue desde mucho antes de .ue
nuestras almas surgieran a la 6ida, yo lo amaba y 7l me corres-onda. "i cora2/n mismo
me lo deca5 mi to el mago tambi7n lo di0o, aun.ue c/mo y d/nde nos habamos amado
no lo -udimos saber. Es -or eso -or lo .ue 6engo a ti, "adre de los "isterios, Nuardi3n
de los secretos del -asado, a .ue me digas la 6erdad. =o5 tB no -uedes mentir, y en
nombre de esos -oderes .ue -osees, de los .ue algBn da tendr3s .ue dar, cuenta, te ruego
.ue me digas toda la 6erdad a.u y ahora mismo. D1ui7n es este hombre a .uien todo mi
ser -erteneceE D1u7 es lo .ue ha sido -ara mE D1u7 tiene .ue 6er contigoE Habla,
(r3culo, <te lo su-licoI <>on de una 6e2 en claro este terrible secretoI Habla, aun.ue
des-u7s de hablar me des la muerte, <si es .ue realmente -uedesI
<Habla, habla ;di0o Leo;, -ues estoy sumido en un terrible mar de dudasI Los
recuerdos, las es-eran2as y el temor tienen atena2ada mi alma con sus crueles garras.
&n tambi7n mi 6o2 su-licante, y como todos, di0e*
;<HablaI
;Leo +incey ;-regunt/ Hesea, des-u7s de una -ausa;, D.ui7n crees .ue soy yoE
;Areo ;di0o Leo, solemnemente; .ue eres esa Ayesha cuyas manos me dieron muerte
hace miles de a,os. Areo .ue eres esa Ayesha a .uien no hace aBn 6einte a,os encontr7 y
am7 con -asi/n en las mismas ca6ernas de For, y a .uien 6i -erecer miserablemente,
0ur3ndome .ue 6ol6eramos a encontrarnos algBn da.
;+ed a .u7 estado llega la locura de este hombre ;e4clam/ Atene en tono triun9al;.
8ice .ue no hace 6einte a,os os ha amado, cuando. yo s7 bien .ue hace m3s de ochenta
estos mi abuelo te 6io en su 0u6entud sentada en ese mismo trono.
;D: .ui7n crees tB .ue soy yo, HollyE ;-regunt/ la "adre sin hacer caso de las
-alabras de Atene.
;Lo .ue Leo cree, es lo .ue creo yo. Los muertos 6uel6en a la 6ida, algunas 6eces.
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Sin embargo, tB eres la Bnica .ue conoce la 6erdad y la Bnica .ue -uedes re6elarla.
;+erdad es ;di0o ella, y como un eco agreg/;* Los muertos 6uel6en a la 6ida, algunas
6eces. . ., y en 9ormas e4tra,as. Aierto es, yo sola cono2co la 6erdad. "a,ana, cuando sea
subido ese cuer-o a la cumbre -ara su enterramiento, hablaremos de nue6o. Hasta tanto,
-re-araos -ara 6er ma,ana grandes y sor-rendentes cosas.
Auando Hesea acab/ de hablar, las -lateadas cortinas cayeron tan misteriosamente
como antes se haban abierto. Aomo si esto 9uera una se,al, el corte0o de sacerdotes
a6an2/. Haciendo un gran rodeo, la Fhania y su to abandonaron el santuario. SegBn
-ude 6er, el 6ie0o -areca abatidsimo -or el miedo y la 9atiga, -ues, a-oyado en el bra2o
de su sobrina, caminaba lentamente con los o0os ba0os, como si todo. a.uel e4tra,o
res-landor -areciera herrselos intensamente.
Al salir, los sacerdotes y las sacerdotisas .ue, aun.ue cerca de nosotros no estaban lo
bastante -ara .ue hubieran odo nuestra con6ersaci/n, se di6idieron en dos gru-os, y
entonando sus c3nticos de nue6o, -artieron, de03ndonos solos en cl Santuario con (ros y
el yacente cuer-o del Fhan.
El Sumo Sacerdote nos indic/ .ue lo sigui7ramos y tras 7l -artimos. Aon gran alegra
abandonamos a.uel lugar, cuya e4tra,a a-ariencia y las escenas .ue en 7l se haban
desarrollado haban de-rimido nuestros ner6ios.
Atra6esando de nue6o la gran na6e, llegamos a las -uertas de hierro, y -asando a
tra67s de la galera llegamos a las de madera, .ue se abrieron ante nosotros,
encontr3ndonos, -or 9in, al aire libre .ue, -or ser el alba, era 9resco y 9ragante,
acariciando sua6emente nuestros rostros resecos -or el 9uego.
(ros nos condu0o a una casa bien construida y amueblada, como si 9u7ramos
aut/matas, -ues nuestros sentidos estaban com-letamente embotados -or los terribles
cho.ues ner6iosos e4-erimentados en los Bltimos acontecimientos. Al llegar nos dio a
beber un licor e4tra,o .ue, indudablemente, contena alguna droga adormecedora, -or
cuanto, una 6e2 bebida, se a-oder/ de m una somnolencia tal .ue, a -esar de mis es;
9uer2os, los -3r-ados se me cerraban y las 9uer2as me 9ueron abandonando lentamente...
Auando des-ert7, me encontr7 tendido en una cama y com-letamente re-uesto. "e
sor-rendi/ grandemente 6er .ue una l3m-ara luciera en la estancia, lo .ue me demostraba
.ue toda6a era oscuro, y .ue, -or consiguiente, no -oda haber dormido largo rato.
Salt7 de mi lecho, y 6i .ue hacia m se diriga una 9igura humana. Era (ros, .ue traa
una l3m-ara.
;Hab7is dormido mucho, amigo Holly, y ha llegado la hora de subir y obrar.
;D"uchoE ;-regunt7 sor-rendido;. DA/mo -uede ser, si toda6a es de nocheE
;>or.ue, amigo mo, esta noche es la siguiente a la .ue os acostasteis. Hab7is
dormido cerca de 6einticuatro horas seguidas. Hab7is hecho bien en re-osar todo lo .ue
hab7is -odido, <-or .ue .ui7n sabe cu3ndo -odr7is descansar de nue6oI +amos, tengo .ue
curar 6uestro bra2o.
;"as, decidme... ;in.uir.
;=ada, amigo Holly, no insist3is5 nada os dir7, a e4ce-ci/n de .ue dentro de bre6es
minutos tendr7is .ue -oneros en marcha -ara -resenciar la ceremonia del entierro del
di9unto Fhan, y, -or consiguiente, -ara conocer la contestaci/n de 6uestros enigmas. . .
8ie2 minutos m3s tarde me condu0o al comedor de la casa, donde encontr7 a Leo ya
6estido, -ues (ros le haba des-ertado antes .ue a m, e indicado .ue se -re-arase -ara la
nue6a 0ornada. (ros me di0o .ue Hesea no nos molestara hasta las Bltimas horas de la
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noche, -ero .ue el camino .ue tenamos .ue recorrer toda6a era largo.
8e nue6o -asamos -or la gran na6e, hasta llegar a la de 9orma el-tica, donde estaba
el altar. El lugar se hallaba com-letamente desierto5 las -lateadas cortinas estaban cadas,
y el cuer-o yacente del Fhan haba sido retirado.
;La "adre ha marchado a honrar al di9unto Fhan, siguiendo la antigua costumbre de
nuestros -redecesores ;nos di0o (ros.
Llegamos hasta el altar y tras la estatua encontramos una disimulada -uerta en la
roca, y tras ella un -asadi2o, al 9inal del cual hallamos una es-ecie de ChallC, en el .ue
haba -uertas .ue conducan, como nos di0o (ros, a los de-artamentos de Hesea y sus
ser6idores. =os di0o, adem3s, .ue estas habitaciones daban sus 6entanas hacia el lado de
la "onta,a, sobre 0ardines .ue -uri9icaban y embalsamaban el aire ambiente. En este
ChallC nos aguardaban seis sacerdotes, cada uno de los cuales conduca un ha2 de
antorchas ba0o su bra2o y una l3m-ara en la mano.
;=uestro camino se e4tiende ahora en las tinieblas ;di0o (ros;5 si 9uera de da,
hubi7ramos subido -or las nie6es de la cumbre, -ero -or la noche, es -eligroso y
debemos ado-tar este camino, .ue -odramos llamar subterr3neo.
'omando las antorchas, las encendi/, d3ndonos una a cada uno. Seguidamente, nos
-usimos en marcha.
Subimos -or una serie de galeras em-inadas, interminables, traba0adas en la roca -or
generaciones de adoradores del 9uego durante miles y miles de a,os en el mismo cora2/n
de la "onta,a. 8eban de tener estos corredores 6arios Gil/metros, -ues tardamos m3s de
una hora y media en llegar al -ie de una escalera .ue se ele6aba 9rente a nosotros.
;Ahora, a descansar un -oco, se,or mo ;di0o (ros, dirigi7ndose a Leo, con la
de9erencia .ue hacia 7l haba demostrado desde el -rinci-io;5 esta escalera es larga y
-esada. =os encontramos sobre la cima de la "onta,a, y debemos llegar hasta el e4tremo
del -ilar .ue la corona.
=os sentamos sobre los escalones, as-irando con 9ruici/n el aire 9resco .ue a9lua a
nosotros -or la escalera desde el e4terior. Ouena 9alta nos haca, -ues en a.uellas galeras
haca un calor inso-ortable .ue, unido a nuestra -esada marcha ascensional, nos haca
sudar co-iosamente. ( entonces un le0ano murmullo, y -regunt7 a (ros de d/nde
-roceda. "e con;. test/ .ue a.u est3bamos muy cerca del cr3ter del 6olc3n, y .ue el
ruido .ue oamos a tra67s de la roca no era otra cosa .ue el continuo 9ragor de sus 9uegos
y e4-losiones eternas.
Aomen2amos la ascensi/n -or la em-inada escalera de -iedra. A -esar de no o9recer
ningBn -eligro, era -enosa y 9atigante, -ues cada tramo tendra unos seiscientos
escalones.
8escansando de 6e2 en cuando subimos a.uellos escalones, en los .ue el m3s
-e.ue,o tendra unos treinta centmetros de altura. Llegamos a la cBs-ide del -ilar, y nos
9altaba ahora llegar hasta el arco .ue lo coronaba. Hacia all 9uimos, yendo (ros a la
cabe2a, con gran contento mo, -or.ue dicho sea sin sonro0o, senta cierto temor a lo
desconocido.
>or 9in, 6imos lu2 ante nosotros. &nos 6einte escalones m3s, y nos encontraramos
sobre una -lata9orma de roca. +i .ue (ros y otro sacerdote agarraban -reci-itadamente a
Leo, .ue caminaba delante de m y le -reguntaban .u7 era lo .ue iba a hacer.
;<=ada ;grit/;5 .ue si tardan unos segundos m3s, me hubiera matadoI <'en cuidado,
HoracioI <8ame la manoI
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Ahora .ue estaba 9uera del tBnel com-rend .ue si no hubiera sido -or la sal6adora
mano de mi amigo me hubiera -reci-itado desde la masa rocosa, -ues tal eraC el
es-ect3culo .ue se -resenciaba, .ue -arali2aba los sentidos.
=os encontr3bamos sobre lo .ue -odamos llamar arco su-erior de la cru4 ansata.
Era un es-acio llano, de roca, de unos setenta y dos metros de longitud -or unos
6eintisiete metros de ancho, 9ormado -or la su-er-osici/n de ca-as de la6a -rocedentes
de las eru-ciones del 6olc3n. Hacia el sur, unos seis Gil/metros ba0o nuestros -ies, se
e4tenda la llanu; ra de Faloon, y hacia el este y oeste las blancas cumbresC ne6adas de
las monta,as 6ecinas con sus grandes. laderas. Hacia el norte contem-l3bamos otra 6ista
bien di9erente de las dem3s, y su-erior a cuanto el cerebro humano -ueda su-oner. All,
ba0o nosotros, -ues el -ilar tomaba 9orma c/nca6a, estaba el enorme cr3ter del 6olc3n, y
en su centro un ancho lago de 9uego .ue burbu0eaba, lan2ando -e.ue,as llamaradas inter;
mitentes, mientras a su orilla la l.uida la6a saltaba sobre la roca con mo6imientos
an3logos a los de las ondas del mar.
8e la su-er9icie de este ardiente lago emergan humos y gases .ue se ele6aban
lentamente en el es-acio, .ue contenan ardientes -artculas 9ormando una gigantesca
nube luminosa. Mste era el res-landor .ue de 6e2 en cuando se 6ea desde Faloon, y .ue
9ue el .ue habamos 6isto nosotros desde la cumbre de la monta,a del lama solitario.
Absortos -or a.uel terror9ico es-ect3culo .ue -areca la 6isi/n real de un -asa0e
dantesco, -ermanecamos inm/6iles como 9ascinados, con a.uella 9ascinaci/n .ue o9rece
siem-re el 9uego. "e arro07 al suelo, a-oy3ndome sobre las manos las rodillas, indicando
a Leo .ue hiciera lo mismo. "ir7 a mi alrededor y obser6e .ue largas 9ilas de sacerdotes,
cubiertos con largas ca-as, estaban de rodillas en actitud de orar, -ero de Hesea, la
"adre, o de Atene y de los restos del Fhan, no se 6ea nada.
"ientras me suma en un mar de su-osiciones y -ensamientos sobre d/nde -odran
hallarse, (ros, sobre cuyos ner6ios a.uel aterrador es-ect3culo no -areca e0ercer
ninguna in9luencia, nos condu0o -or una senda .ue corra escalo9riante a lo largo del
borde mismo de la roca, hasta un re9ugio donde, con unos 6einte -asos m3s, nos
encontramos en una gran hendidura hecha, indudablemente, -or la man/ del hombre, y
cubierta -or com-leto -or un techo de la6a.
Este re9ugio o c3mara de roca, .ue era lo su9icientemente grande -ara acoger ba0o su
techo un gran nBmero de seres, estaba ya ocu-ado -or otras -ersonas.
Sentada sobre un trono de roca estaba Hesea, cubierta con un manto de -Br-ura .ue
la en6ol6a de -ies a cabe2a. 'ambi7n estaba la Fharia y el 6ie0o Simbr, .ue o9reca un
as-ecto de-lorable5 y, -or Bltimo, iluminado -or las -iras 9unerarias, en su 9Bnebre
cata9alco, el cuer-o del Fhan Rassen.
A6an2amos hacia el trono, inclin3ndonos re6erentemente ante Hesea. Msta le6ant/ la
cabe2a, 6ol6i7ndola a de0ar caer a su -rimiti6a -osici/n, como corres-ondiendo a nuestro
saludo. Seguidamente se dirigi/ hacia (ros con adem3n de hablarle. El silencio en a.uel
recinto de roca se hi2o -ro9undo.
;Los has conducido a sal6o hasta a.u, mi 9iel ser6idor ;di0o Hesea;, -ues -ara los
9orasteros el camino .ue hasta a.u conduce es -a6oroso y terrible. E4tran0eros* D.ue
decs de los dominios de los Hi0os de HeseaE
;=uestra 9e dira .ue esto es el camino del in9ierno ;di0o Leo;, ya .ue ese gigantesco
cr3ter -arece ser la boca .ue hacia el conduce.
;=o, no es el in9ierno ;contest/ Hesea;5 in9ierno s/lo es el corto es-acio de tiem-o en
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cada 6ida, de los .ue en sus nue6as reencarnaciones 6i6en alrededor de esta -e.ue,a es;
trella de 9uego. <Leo +incey, el in9ierno est3 a.u, s, a.uI ;di0o gol-eando su -echo e
inclinando la cabe2a como ba0a el -eso de un secreto dolor.
As -ermaneci/ -or unos momentos. 8e -ronto, 6ol6i/ a hablar, y di0o*
;La medianoche ha -asado, y mucho ha de hacerse y mucho se ha de su9rir antes del
alba. Las tinieblas han de con6ertirse en lu2..., o .uien sabe si la lu2 no se ha de con6ertir
en tinieblas eternas. "u0er de real estir-e ;di0o, dirigi7ndose a Atene;* como es tu
derecho, has de enterrar a tu se,or en este lugar sagrado, donde las ceni2as de sus
ante-asados han ser6ido de -asto al eterno e idolatrado 9uego. (ros, sier6o mo, trae al
acusador y al de9ensor, y de0a .ue se abran los libros -ara .ue -ueda dictar sentencia y
llamar su alma a la 6ida, o de0ar .ue es a se hunda -or los siglos de los siglos en las
-ro9undidades del 9uego. <SacerdotesI <El tribunal de la "uerte est3 abiertoI
"A$%T!& '1
&A SE2!NDA $R!E(A
0o0 hi2o una re6erencia y sali/ del lugar, indic3ndonos Hesea, con una se,al, .ue
nos coloc3semos a su derecha, mientras se,alaba a Atene un lugar a su i2.uierda.
>or ambos lados, en nBmero de unos cincuenta, se haban alineado contra las -aredes
los sacerdotes y las sacerdotisas. >enetraron en el recinto dos 9iguras cubiertas de -ies a
cabe2a -or negros mantos, lle6ando grandes libros, y se colocaron a uno y otro lado del
cata9alco del Fhan, mientras (ros se -araba 9rente a Hesea.
Auando estu6ieron todos ubicados, la Se,ora de la "onta,a le6ant/ el sistro, y
corres-ondiendo a esta se,al, (ros di0o*
;51ue los libros sean abiertosI
A esta 9rase, el enmascarado acusador, .ue estaba a la derecha, rom-i/ el sello del
libro, lo abri/ y comen2/ a leer. Era la historia de las 9altas y delitos cometidos en 6ida
-or el Fhan, como si 9uera la 6o2 de la conciencia .ue, deseosa de 6erse libre de sus
cul-as, tomara 6ida y 6o2 -ara hacerlos -Bblicos. En 9ros y horribles detalles, el
acusador cont/ todo el in9ierno de la 6ida de Rassen, desde su ni,e2, a tra67s de su
0u6entud y sus a,os maduros, hasta su muerte...
>or 9in, la larga historia termin/ con el relato de la muerte del noble cortesano sobre
la ribera, el atentado contra nuestras 6idas, la cruel ca2a con sus mastines -or el llano y,
-or Bltimo, su 9in a manos de Leo.
El acusador cerr/ su libro, y de03ndolo sobre el suelo, di0o*
;'al es la historia, "adre. 'enla en cuenta cuando hagas 0usticia.
Sin hablar, Hesea se,al/ con el sistro al de9ensor .ue, rom-iendo el sello de su libro,
comen2/ a leerlo.
Mste era la historia de todas las buenas obras .ue haba hecho, as como sus buenos
actos5 los -lanes .ue haba ideado -ara la seguridad y el bien de sus 6asallos5 las malas
tentaciones a .ue haba resistido5 el 6erdadero y -uro amor .ue haba -ro9esado hacia la
mu0er .ue 9ue su es-osa, y de las -legarias y o9rendas .ue haba hecho en honor de
Hesea.
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Sin hablar, Hesea se,al/ con el sistro al de9ensor, la mu0er, .ue era su es-osa, lo
odiaba5 el -or.u7 ella y su to el mago, .ue la haba cuidado y educado, -usieron en su
camino a otras mu0eres -ara distraerlo y aturdirlo, teni7ndolo as siem-re 9uera de su
deber5 de c/mo los dos, en criminal com-licidad, -re-araron la -/cima .ue haba de
6ol6erlo loco, encendiendo un in9ierno en su cora2/n, -erdiendo de esta 9orma toda es-e;
ran2a de recobrar el amor de a.u7lla, a .uien toda6a amaba.
'ambi7n relat/ el arre-entimiento .ue sus crmenes le -roducan, a los .ue haba
sido lle6ado -or su es-osa, tratando de hacerlo odioso a los o0os y al cora2/n del -ueblo.
Relat/ tambi7n c/mo los celos le arrastraban a cometer actos odiosos hasta el -unto de
obligarle a 6iolar la ley de la hos-italidad, tratando de asesinar a los 9orasteros .ue se
haban albergado ba0o su morada, a manos de uno de los cuales -ereci/.
'ermin/ el de9ensor, y cerr/ el libro de03ndolo sobre el suelo. En seguida di0o*
;'al es la historia, "adre, .ue debes tener en cuenta cuando hagas 0usticia.
La Fhania, .ue hasta a.uel entonces haba -ermanecido de -ie, im-asible y glacial,
se adelant/ -ara hablar con su to el mago Simbr. >ero antes .ue la -alabra saliera de sus
labios, Hesea le6ant/ el sistro, diciendo*
;'u hora no ha llegado toda6a5 nada tenemos .ue escuchar de ti. Auando tB re-oses
donde 7l re-osa ahora, los libros de tu 6ida ser3n ledos a a.uella encargada de 0u2gar, y
tu abogado ser3 .uien res-onda -or ti.
;As sea ;e4clam/ Atene, des9allecida.
Ahora haba llegado el turno del Sumo Sacerdote (ros.
;<"adreI ;di0o;5 tB lo has odo. >esa los actos buenos y los malos, y de acuerdo con
tu sabidura, dicta sentencia. D8ebemos lan2ar eso .ue 9ue Rassen, de -ies en el ardiente
lago, -ara .ue de esta manera 6uel6a a caminar -or la senda de la 6ida, o debemos, -or el
contrario, lan2arlo de cabe2a y considerarlo muerto -ara siem-reE
Entonces, mientras nuestros -echos se deshacan de im-aciencia, la gran sacerdotisa
dict/ su 6eredicto.
;He odo, he -esado y he tenido en cuenta, -ero no -uedo 0u2gar5 no -uedo, -or.ue
no tengo tal -oder. 8e0ad .ue el Es-ritu .ue lo en6i/ a la 6ida lo reco0a otra 6e2 y 0u2gue
su alma. Este hombre -ec/ mucho, -ero m3s 9ue obligado .ue de su 6oluntad. =o es a
este hombre a .uien debemos -edir la res-onsabilidad de sus cul-as y de sus 9altas.
Lan2adlo de -ies, de manera .ue su nombre -ueda llegar lim-io de toda cul-a a odos de
las generaciones 9uturas y -ueda 6ol6er a la 6ida en la 9echa .ue le sea indicada.
El acusador, tomando el libro .ue yaca a sus -ies, a6an2/, lan23ndolo al cr3ter.
8es-u7s desa-areci/ -or una hendidura. El de9ensor, -or el contrario, recogiendo su
libro, lo entreg/ a oros -ara .ue 9uese guardado en los archi6os del Santuario -or toda la
Eternidad.
Los sacerdotes, una 6e2 hecho esto, comen2aron un litBrgico canto 9uneral y solemne
in6ocaci/n al -oderoso Se,or del Aentro del "undo, .ue recibira su es-ritu y .ue lo
0u2gara lo mismo .ue en la tierra haban sido 0u2gados -or su ministro Hesea.
El corte0o de sacerdotes, siem-re cantando, se dirigi/ lentamente hacia donde
re-osaba el Fhan en su cata9alco, y tom3ndolo en bra2os, lo lle6aron hasta el borde del
cr3ter5 entonces y a un signo de la "adre, lo de0aron caer de -ie en el ardiente lago,
mientras .ue, con miradas de ansiedad, obser6aban la 9orma de cada en el 9uego. SegBn
sus reglas, si el cuer-o al Aaer daba una 6uelta en el aire, era se,al de .ue el 0uicio de los
mortales haba sido recha2ado en el lugar de los inmortales. Si no daba ninguna 6uelta y
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descenda recto como una 9lecha, era se,al de asentimiento.
El cuer-o del Fhan se -reci-it/ recto y r3-ido en la ro0a la6a, desa-areciendo -ara
siem-re. Esto no era e4tra,o, -ues, como -ude saber m3s tarde, los -ies haban sido
cargados con -esos.
La ceremonia, si as -odemos llamarla, acab/. El Fhan sigui/ el camino del libro de
sus -ecados a tra67s de a.uel lBcido mar de 9uego, y ahora estara con6ertido en un
-u,ado de negro -ol6o. >ero si sus libros haban sido cerrados, los nuestros -ermanecan
abiertos en uno de sus m3s e4tra,os ca-tulos. Lo sabamos, y es-er3bamos el resultado
con e4-ectaci/n.
Hesea 6ol6i/ a sentarse en su trono de roca. ELLA tambi7n saba .ue nuestra hora
haba llegado. A una -alabra y un mo6imiento de su sistro, los sacerdotes y las
sacerdotisas salieron, sin .ue los 6ol6i7semos a 6er. 8os de ellos, sin embargo, .uedaron*
(ros y >a-aya, una mu0er 0o6en de noble continente.
;Escuchad, mis ser6idores ;di0o Hesea;. Nrandes y admirables cosas est3n -r/4imas
a suceder, .ue estaban anunciadas -ara la llegada de estos e4tran0eros, a .uienes he
aguardado durante largos a,os, como 6os sab7is. =ada -uedo deciros de lo .ue Rsuceder3,
-ues, aun.ue mucho -oder se me ha dado, el don de la 6isi/n 9utura no me ha sido
concedido. >udiera suceder, sin embargo, .ue este trono est7 -ronto 6aco y .ue esta
carnal en6oltura sea -asto de los 9uegos eternos. "as no a-enaros, no5 yo no muero, y si
as acontece, mi es-ritu 6ol6er3 de nue6o.
CAmada >a-aya* tB eres la elegida. A ti sola te he abierto todas las -uertas de la
sabidura. Si -artiera, ahora o m3s tarde, toma los antiguos -oderes, ocu-a mi lugar, y ha2
en todo de acuerdo con mis ense,an2as, de 9orma .ue no se a-ague, en esta "onta,a, la
lu2 .ue alumbra el mundo. Adem3s, te ordeno, as como a ti, (ros, .ue cuando -arta
trates a estos e4tran0eros con todo a9ecto y hasta, si es -osible, -ro-orcion3ndoles una
escolta .ue los condu2ca a tra67s del -as hasta el camino .ue se e4tiende -or el desierto
y las monta,as del noroeste. Si la Fhania Atene tratase de detener, su marcha contra su
6oluntad, le6anta en guerra las tribus de la "onta,a, en nombre de Hesea, y cae sobre la
tierra de Faloon, destrona a la Fhania, con.uista el -as y gobi7rnalo. Escucha y obedece.
;"adre, te escuchamos y te obedecemos ;contestaron (ros y >a-aya como una sola
6o2.
Hesea le6ant/ su mano, haciendo un signo de .ue el asunto haba concluido5 des-u7s
de una -ausa, di0o, dirigi7ndose a la Fhania*
;Atene, anoche me -reguntaste* CD>or .u7 amas a ese hombreEC A esta -regunta
-uedo res-onder con una contestaci/n 93cil* D=o es -or 6entura Leo +incey un hombre
.ue -uede ins-irar una ardiente -asi/n a una mu0er como tBE >ero tienes ra2/n* tu
cora2/n -osee tambi7n un -oco del -oder m3gico .ue tu to te ense,/, y el cora2/n te
dice, y no te enga,a, .ue antes .ue tB 6inieras a esta 6ida le habas amado. :o he 0urado a
los .ue me con9irieron los -oderes .ue hoy -oseo, descorrer la cortina .ue oculta el
-asado y hacerte conocer la 6erdad.
C<Ha llegado tu horaI (bede2co tus deseos, no -or.ue sean tus /rdenes, sino -or.ue
es mi 6oluntad. 8el . -rinci-io nada -uedo decirte, -ues soy toda6a ser humano y no
diosa. =o s7 -or .u7 secreto destino estamos nosotros tres unidos tan ntimamente en esta
serie de hechos... =o cono2co el 9in de la 0ornada hacia la cual caminas durante miles de
encarnaciones... >or eso comen2ar7 la historia desde donde se conser6a la lu2 en mi
cerebro.
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Hesea hi2o una -ausa, y 6imos su cuer-o estremecerse como ba0o el in9lu0o de un
6iolento es9uer2o.
;<"irad hacia atr3sI ;e4clam/, ele6ando sus manos al cielo.
+ol6imos la cabe2a, y nada
6imos de momento, sal6o la cortina
de 9uego .ue se ele6aba desde los
abismos del 6olc3n5 mas a medida
.ue nuestros o0os miraban m3s y
m3s, tratando de -enetrar la es-esura
de su ro0i2o 6elo, 6imos re9le0arse en
ella una admirable 6isi/n, como en el
m3gico cristal de la redoma de los
cuentos de hadas.
&n tem-lo se ele6aba en medio
de las amarillas arenas de un desierto
y un ancho y caudaloso ro de orillas
-obladas de e4uberantes -almeras,
corra no le0os del tem-lo. El -atio,
de ornados -ilares, era atra6esado en
a.uel momento -or una -rocesi/n de
o9iciantes... El -atio .ued/ 6aco5
-ude 6er re9le0ada en su amarillo
suelo la sombra de las e4tendidas alas
de un halc/n 6estido con las blancas
ro-as de sacerdote, a9eitada la cabe2a
y descal2os los -ies, entr/ en el -atio
-or la -uerta de granito en la cual
estaba re-resentada la escultura de
una mu0er, ornada de la doble corona de Egi-to, con una 9lor de loto y em-u,ando en su
mano un sistro sagrado. 8e -ronto, el e4tra,o sacerdote, como sor-rendido -or algBn ru;
mor, se detu6o mirando hacia nosotros y, sobre todo hacia m5 -ero... <gran 8iosI <1u7
6eaI Su cara era la de mi hi0o ado-ti6o, de Leo +incey en su 0u6entud. <Era a.uel
FaliGrates cuyo cuer-o 6imos haca a,os en las cue6as de ForI
;<"ira, miraI ;di0o Leo, a-retando mi bra2o. =o le contest75 solamente mo6 la
cabe2a -or toda contestaci/n.
El hombre se -uso en marcha nue6amente, y al llegar 0unto a la imagen, se arrodill/
ante ella, y abra2ado a sus -ies, ele6/ sus -legarias. 8e -ronto se abrieron las -uertas del
tem-lo de0ando -aso a una -rocesi/n, al 9rente de la cual a-areca una mu0er de noble
a-ariencia, cubierta de blancos 6elos, lle6ando o9rendas .ue de-osit/ en la mesa situada
-ara este ob0eto ante la imagen, doblando des-u7s sus rodillas ante la e9igie de la diosa.
Hechas sus genu9le4iones, se dis-uso a marchar, no sin antes tocar con su mano la
es-alda del sacerdote, .ue, absorto, la sigui/.
Auando todo el corte0o des9il/ y atra6es/ las -uertas del tem-lo la 6elada sacerdotisa
y su acom-a,ante se dirigieron hacia uno de los -ilares, y se,alando el ro y las tierras
.ue se e4tendan al otro lado de la orilla, murmur/ algo a su odo. El sacerdote -areci/
turbarse5 di0o algo, y ella, des-u7s de mirar sos-echosamente a su alrededor, de0/ caer sus
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6elos, e inclin3ndose le o9reci/ el n7ctar de sus labios, .ue su amante a-ur/.
Al retirar su cara, 7sta se 6ol6i/ hacia nosotros, y a.uella mu0er era Atene. Sus
negros cabellos estaban su0etos -or la corona de oro .ue indicaba su rango real. "ir/ al
a9eitado sacerdote y ro con la alegra .ue da el triun9o5 se,al/ el sol -oniente y el ro... ,
y la 6isi/n desa-areci/. .
A.uella risa 9ue contestada con la de Atene en -ersona.
-or.ue ella rea tambi7n triun9ante, y gritando al mago, di0o*
;Ouenos adi6inadores 9ueron 6uestros cora2ones5 6ed c/mo mi 6ida estu6o ligada a
la suya en el -asado.
Entonces, como hielo en el 9uego, cay/ la 6o2 de Hesea, diciendo*
;<Aalla y mira c/mo lo -erdiste des-u7sI
La escena cambi/* una mu0er a-arece durmiendo sobre una otomana de artstica
9orma y de ricos ornamentos. Sobre ella se inclina la sombra de la diosa .ue re-resenta la
grantica imagen del -atio. La mu0er des-ert/ de su sue,o y mir/ a su alrededor y, <oh
sor-resaI, era la cara de Ayesha, tal como la 6imos -or -rimera 6e2 al des-o0arse de sus
6elos en las ca6ernas de For...
Su mirada se cru2/ con la nuestra5 no sabra e4-licar .u7 singular emoci/n hi2o
-al-itar aceleradamente nuestros cora2ones.
+ol6i/ a dormirse de nue6o. 8e nue6o tambi7n la sombra de la diosa se inclin/ sobre
ella5 le se,al/ un -unto en el 6aco. <(hI +ease un tem-estuoso mar, un barco luchando
con la tormenta. En el barco, dos -ersonas abra2adas* eran el sacerdote y la mu0er de
estir-e real. Sobre ellos, como el bra2o de la 6engan2a, la tormenta los a2otaba
im-lacablemente.
Aambi/ de nue6o la escena. En la ro0a -antalla se re9le0aron los granticos muros de
una ca6erna, .ue record3bamos bien. 'endido en el suelo con sus largos y dorados
cabellos .ue cubran ahora su a9eitada cabe2a yaca el sacerdote, con el cuer-o cubierto
de sangre y los o0os inm/6iles, como 9i0os en una ignota regi/n del 6aco. 8os mu0eres
estaban 0unto a 7l. &na em-u,aba una daga, y su cuer-o estaba desnudo com-letamente...
5 su negro cabello la cubra como un manto. Oella, bella... como no es -osible imaginar...
La otra, cubierta de negras 6estiduras, -areca in6ocar, -or sus gestos y ademanes, el
castigo del cielo -ara su ri6al. La mu0er desnuda era a.uella a .uien la sombra de la diosa
#sis a6is/ la 9uga del sacerdote. La otra era la mu0er de estir-e real .ue lo bes/ ba0o los
arcos del tem-lo.
Lentamente, las 9iguras 9ueron -erdiendo intensidad hasta .ue desa-arecieron -or
com-leto. Hesea, .ue durante todo el tiem-o haba estado de -ie, cay/ en su trono
rendida -or el -eso y el es9uer2o de su -ro-ia magia.
Entonces Hesea habl/ con 6o2 dulce al -rinci-io, .ue gradualmente 9ue cambiando
de tono*
;DEst3 tu consulta contestada, AteneE
;<Nrandes cosas he 6isto, oh "adre, .ue me demuestran la -er9ecci/n de tu magiaI
D>ero c/mo -odemos saber .ue lo .ue hemos 6isto no es sino la re9le4i/n sobre esos
6a-ores de tu -ro-io cerebro con ob0eto de rerte de nosotrosE
%
.
;Escucha, -ues ;di0o Hesea;, la inter-retaci/n de las escrituras y no tientes mi
%
"editados des-u7s 9ramente todos los hechos, y des-u7s de or a Ayesha, me inclino a creer .ue la
6ersi/n de Atene era cierta, es decir* .ue todos a.uellos cuadros .ue 6imos, aun.ue eran sucesos acaecidos
en el -asado, no eran sino 6a-ores como los .ue arro0aba el cr3ter del 6olc3n, .ue ba0o el in9lu0o de una
hi-noti2adora creamos 6er, como reales, cosas .ue no e4istan m3s .ue en nuestra imaginaci/n. ; L. H. H.
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-aciencia con tus desde,osas dudas. Hace muchos a,os, a -oco de comen2ar esta larga
reencarnaci/n -resente, #sis, la gran diosa de Egi-to, tena su tem-lo de 6eneraci/n en
Oehit, en el 6alle del =ilo. Ahora est3 en ruinas y la diosa #sis ha de0ado Egi-to -ara
siem-re, aun.ue ba0o el -oder .ue ha trans9ormado su culto, reina toda6a sobre este
mundo, -or.ue ella es la naturale2a misma. 8e su santuario en Oehit era Sumo Sacerdote
un griego llamado FaliGrates, escogido -ara su ser6icio -or la 6oluntad de la diosa,
de6oto de ella, y -erteneci7ndole a ella solamente -or un sagrado 0uramento .ue no deba
ser roto sin incurrir en el castigo eterno. En las llamas 6iste al sacerdote .ue ahora,
reencarnado, est3 0unto a ti -ara .ue se cum-la su destino y el nuestro. All tambi7n 6iste
a cierta hi0a de los Haraones, Amenartas, .ue -uso sus o0os en FaliGrates, haci7ndole
rom-er el 6oto de amor eterno a #sis, -ues entonces lo mismo .ue ahora -racticaba la
magia, 5y esa Amenartas eras tB, Atene de FaloonI >or Bltimo, all 6i6a tambi7n cierta
3rabe llamada Ayesha, una mu0er sabia .ue, a su sabidura, una su hermosura .ue en el
6aco de su cora2/n haba buscado re9ugio en el amor de la "adre del &ni6erso,
-ensando alcan2ar la 6erdadera sabidura .ue iluminase -ara siem-re su alma. A esta
Ayesha .ue 6iste tambi7n, y a .uien la diosa 6isit/ durante su sue,o, le dio su
omni-otente -ermiso -ara seguir a los -er0uros, lle6ando con ella la 6engan2a del cielo y
-rometi7ndole como -remio a su 6ictoria el triun9o sobre la muerte y una belle2a tal
como mu0er alguna -udiera -oseer.
CLos sigui/ hasta muy le0os. 8onde ellos llegaban en busca de re9ugio y am-aro, all
los es-eraba Ayesha. Nuiada -or un hombre .ue estaba a su ser6icio, llamado =oot ;<tB,
<oh HollyI, eras ese hombreI;, encontr/ el manantial de la esencia de la 6ida en el cual
ba,arse re-resentaba la inmortalidad -or los siglos de los siglos. Se ba,/ en 7l
e4clamando* CLos matar7 a los dos tan -ronto los encuentre. Los matar7 tal como se me
ha ordenadoC. 5Hue el destino de AyeshaI Auando encontr/ a a.uel hombre, la .ue nunca
conoci/ el amor, am/ al sacerdote con todas las 9uer2as de su alma. Lo condu0o al
manantial de la 6ida, -ro-orcion3ndole el conseguir los dos la inmortalidad y de0ar morir
a la mu0er de estir-e real. Ml rehus/, y un da Ayesha, loca de celos -or.ue des-reci/ su
mortal hermosura -or a.uella de la mu0er mortal .ue estaba a su lado, mat/ a a.uel
hombre mientras ella, <oh desgraciaI, .uedaba inmortal.
C: 9ue el castigo de la diosa #sis el condenar a sus in9ieles sier6os al horror como al
sacerdote FaliGrates, a la soledad y miseria, como a Ayesha, y a los amargos celos
durante todas sus generaciones como a la real Amenartas, deseando el da en .ue los
cielos -usieran de nue6o en su camino a a.uel a .uien tanto ambas haban amado. Los
a,os han -asado, y ha llegado el da 9i0ado -ara la inmortal. Ayesha, mientras, ha
es-erado -or centurias y centurias al reencarnado deseado de su cora2/n. Es-antado, 7l la
6io -erecer llena de miseria y de horrores, -ero no -ereci/ aun.ue la inmortal -areca
morir. D>ero no te di0o, <oh FaliGratesI, .ue no -oda morirE D=o te 0ur/ Ayesha, all3 en
las ca6ernas de For, .ue ella 6ol6era de nue6oE Leo +incey tB eres FaliGrates. La lu2
.ue brilla en este -in3culo es la .ue des-u7s de muchos a,os de 6arias -es.uisas te ha
conducido hasta ella. 8urante todos los das de estos a,os, durante cada instante, su alma
ha estado 0unto a ti, cuando dormas, cuando marchabas, -re6iniendo y -reser63ndote de
todo -eligro hasta .ue -or 9in la encuentras de nue6o.
Hesea hi2o una -ausa, y como mirase a Leo, 7ste contest/*
;8el -rinci-io de esta e4tra,a historia nada s7, a e4ce-ci/n de lo .ue en el escrito me
legaron mis ante-asados5 de lo dem3s, sabemos .ue es 6erdad. Sin embargo, .uiero
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hacerte una -regunta, -or.ue a cada momento .ue -asa, la duda me tortura horriblemente
y yo te ruego .ue tu res-uesta sea -ronta y bre6e. 8i0iste .ue en esta hora de dicha
encontrara a mi Cadorada Ayesha. D8/nde est3, -ues, AyeshaE D=o eres tB -or 6enturaE
Si eres tB D-or .u7 ha cambiado el timbre de tu 6o2, -or .u7 eres de menor estatura .ue
ellaE <(hI :o te ruego en el nombre del dios a .uien adoras, .ue me digas* Deres tB
AyeshaE
;:o soy Ayesha ;contest/ la sacerdotisa, solemnemente;. :o soy Ayesha, a .uien tB
-erteneces eternamente.
;<"iente, mienteI ;grit/ Atene;. :o te aseguro, es-oso mo, -ues as ha dicho ella .ue
eras, .ue de a.uella mu0er a .uien amaste no .ueda el menor 6estigio de belle2a. :o te
digo .ue no es otra .ue la 6ie0a sacerdotisa .ue rige esta "onta,a hace lo menos cien
a,os. <870ala .ue se des-o0e de esos 6elos .ue ocultan su horrible 9ealdadI
;(ros ;di0o la "adre;, cu7ntale la historia de la sacerdotisa de .uien habla la Fhania.
El sacerdote hi2o una re6erencia, y siem-re con a.uella 9ra calma, im-erturbable,
di0o como si se tratara de un suceso .ue acaeca todos los das y sin 3nimo de lle6ar el
con6encimiento a ningBn es-ritu*
;8ieciocho a,os atr3s, en la cuarta noche del -rimer mes de in6ierno del a,o 2 de
la 9undaci/n del tem-lo de Hesea en esta "onta,a, la sacerdotisa a .uien la Fhania Atene
se re9iere, muri/ ba0o el -eso de la edad, en mi -resencia, a los ciento ocho a,os de
reinado. 'res horas des-u7s tu6imos .ue lle6arla del trono en el cual muri/, con ob0eto de
-re-arar su cuer-o -ara la ceremonia 9uneraria en el 9uego de la "onta,a, siguiendo la
antigua costumbre. "as, <oh milagroI, 6i6a de nue6o, muy cambiada, -ero era la misma.
C>ensando si sera la obra de un ser mal79ico, los sacerdotes y las sacerdotisas la
recha2aron y .uisieron arro0arla del trono5 -ero la "onta,a comen2/ a rugir en
es-antosos truenos5 las luces .ue alumbraban el tem-lo se a-agaron y el terror se a-oder/
de nuestras almas. Entonces, y surgiendo de las tinieblas, tras;el altar donde est3 la
imagen de la "adre de los Hombres, se oy/ una 6o2 .ue deca* CAce-tad a .uien he
designado -ara reinar sobre 6osotros, .ue mis 0uicios y mis -ro-/sitos se acaten y se
cum-lanC. Lo 6o2 ces/, y las luminarias se encendieron de nue6o. =os arrodillamos ante
Hesea, y la llamamos "adre desde el 9ondo de nuestro cora2/n. Msta es la historia .ue
cientos de -ersonas -ueden daros 9e de su 6erdad.
;:a lo has odo, Atene ;di0o Hesea;. D8udas toda6aE
;S ;contest/ la Fhania;5 (ros tambi7n miente, y si no miente, delira o sue,a5
adem3s, D.ui7n me dice .ue la 6o2 .ue oyeron no era la tuya -ro-iaE Si tB eres esa mu0er
inmortal, esa Ayesha, ha2 una -rueba con estos dos hombres .ue te han conocido en tu
6ida -asada. 8es-/0ate de esos 6elos .ue guardan tan celosamente tus 9ormas.
Seguramente .ue tu amante no habr3 ol6idado tus encantos, seguramente .ue te
reconocer3 e hincar3 su rodilla en tierra ante ti, diciendo* C<'B eres, oh, Ayesha, mi
adorada inmortal a la .ue siem-re he amadoIC Entonces, y no hasta entonces, creer7 .ue
tB eres la mu0er .ue -retendes ser, un es-ritu maligno con una inmortalidad manchada
-or el crimen, y .ue usa su demonaca belle2a -ara hechi2ar las almas de los hombres .ue
se -rendan de tus encantos.
>areci/ contrariar a Hesea la -ro-osici/n de la Fhania, -ues, des-u7s de -ermanecer
-ensati6a unos momentos, di0o, restregando sus manos, como ba0o el -eso de un
-ro9undo dolor*
;FaliGrates, Des 7sa tu 6oluntadE Si es as, te obedecer7. Sin embargo, te ruego .ue
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no me lo ordenes, -uesto .ue la hora no ha llegado toda6a, la -romesa tiene .ue
cum-lirse. Estoy algo cambiada, FaliGrates5 sin embargo, yo soy .uien te am/ y te bes/,
all3 en las ca6ernas de For.
Leo mir/ en torno de s deses-eradamente, hasta .ue sus o0os tro-e2aron con la
ir/nica cara de Atene, .ue grit/*
;(rd7nala .ue se des-o0e de sus 6elos, se,or y due,o mo. 'e 0uro .ue no tendr7
celos de ella.
;<S, te ordeno .ue te descubras5 .uiero saberlo todo, aun.ue sea mi desgraciaI
<'odo, antes .ue 6i6ir en esta ansiedadI Aual.uiera .ue sea el cambio, si eres Ayesha te
reconocer7, y si ella es, s/lo a ella amar7 ; di0o, dirigi7ndose a Atene.
;<(h, c/mo me hieren tus -alabrasI ;di0o Hesea;5 -ero desde lo m3s hondo de mi
cora2/n te agrade2co tus 9rases de amor y de con9ian2a a la .ue no conoces en su
-resente reencarnaci/n. "as la +erdad debe ser conocida y nada -uedo ya ocultarte. Has
de saber .ue una 6e2 des-o0ada de estos 6elos .ue cubren mi cuer-o, est3 escrito .ue
deber3s escoger, -or Bltima 6e2 en la tierra, entre esa mu0er, mi ri6al desde el comien2o
del mundo, y la Ayesha a cuyas manos -ereciste en las ca6ernas de For. >uedes
re-udiarme si .uieres5 ningBn mal te -ro6endr3 de ello5 al contrario, bendiciones, -oder,
salud y amor. Pnicamente a cambio tendr3s .ue borrar mi recuerdo de tu cora2/n y seguir
tu marcha y cum-lir tu destino solamente a merced de tu -ro-io es9uer2o, hasta .ue
llegue el t7rmino de tu 6ida. >or 9in, al cabo de los a,os y en -ago a 6uestros su9rimientos
y dolores conocer3s la 6erdad.
C'en cuidado, no es -e.ue,a la -rueba a .ue te sometes, ten cuidado. :o nada -uedo
-rometerte, sal6o amor, mucho amor, como nunca mu0er -udo amar a hombre alguno,
-ero... est3 escrito .ue este amor no -uede ser satis9echo sobre la tierra...
8es-u7s, 6ol6i7ndose hacia m, me di0o*
;<(h, tB, HollyI <'B el 6erdadero amigo, la 6erdadera esencia de la amistad5 tB, el
m3s -r/4imo a mi bienamado5 tB, el de clara e inocente alma, el .ue -osee la sabidura,
dale el conse0o .ue tu e4-eriencia y tu saber te dictan5 yo obedecer7 tus -alabras y las
suyas, y cual.uiera .ue sean, las bendecir7 con toda mi alma, y cuando -artamos de la
tierra -ara marchar a habitar la sideral regi/n .ue se nos ha designado y donde las
-asiones terrenales no tienen ra2/n de ser, nos uniremos y 6i6iremos 0untos en una eterna
y -ura amistad gloriosa.
;Ayesha ;e4clam7;5 te agrade2co tus -alabras. Aon ellas y con tu -romesa, yo, tu
-obre amigo, -ues nunca -ens7 ser m3s, estoy mil 6eces -agado -or todas las in.uietudes
y su9rimientos -asados. He de decirte .ue yo creo eres ELLA, a .uien -erdimos, -ues
esos -ensamientos y -alabras s/lo son de nuestra adorada inmortal.
As habl7, sin saber lo .ue deca e4actamente, mas s/lo s7 .ue embargaba mi alma
una gran alegra interior, una calma y una satis9acci/n ine9ables, .ue emanaban de mi
cora2/n. Ahora saba .ue Ayesha me .uera lo mismo .ue siem-re haba sido .uerido -or
Leo5 era una cadena de amistad .ue nunca -odra rom-erse, cual.uiera .ue 9ueran los
acontecimientos. D1u7 m3s -oda desearE
Hablamos Leo y yo, mientras Ayesha nos contem-laba en silencio. Lo .ue hablamos
no lo recuerdo bien, -ero a la -ostre, como di0o Hesea, Leo me rog/ .ue 9uera yo el .ue
0u2gara y diera mi 0uicio de elecci/n. Entonces en mi mente surgi/ una orden clara,
terminante, concisa, emitida -or mi -ro-ia conciencia o -or otra 6oluntad a0ena a m5
D.ui7n lo -uede decirE La orden era .ue debera mandar descubrirse a la 6elada Hesea y
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de0ar .ue el destino cum-liera sus -ro-ios designios...
;8ecide ;dice Leo;, no -uedo so-ortar mi duda. 1uien .uiera .ue sea esa mu0er,
suceda lo .ue suceda, nunca te maldecir7, Horacio.
;Oien5 he decidido ;res-ond, y dando un -aso hacia adelante, di0e;* Hemos tomado
conse0o, Hesea, y es nuestra 6oluntad el conocer la 6erdad hasta el 9inal5 as, -ues, te
rogamos .ue te des-o0es ante nosotros de esos 6elos .ue cubren tu cuer-o.
;(s obedecer7 ;contest/ la sacerdotisa con 6o2 des9allecida;5 Bnicamente lo .ue os
-ido es .ue teng3is -iedad y no os burl7is de m5 no ech7is la le,a de 6uestro des-recio al
9uego interior .ue consume mi alma, -ues soy lo .ue soy -or ti solamente, FaliGrates. :o
tambi7n .uiero conocer. estoy sedienta de 6erdad, -ues aun.ue mucho, es mi saber y mi
-oder, aBn hay algo .ue -ermanece ignorado -ara m y es si el amor de un hombre -uede
realmente 6i6ir a tra67s de los horrores y de la miseria.
Le6ant/se entonces Hesea y se dirigi/ lentamente hacia el es-acio descubierto 9rente
a la c3mara rocosa, deteni7ndose cerca del borde del -reci-icio en cuyo 9ondo estaba el
lago de 9uego.
;<+en, >a-aya, .utame los 6elosI ;orden/ con 6o2 d7bil.
>a-aya a6an2/, y des-u7s de Hacer una re6erencia ante ella, comen2/ la tarea
ordenada. >a-aya no era una mu0er de a6enta0ada estatura y, sin embargo, tena .ue
inclinarse -ara cum-lir la tarea. Los -rimeros 6elos cayeron sin re6elar nada. Aayeron
otros, y ante nosotros a-areci/ la 9igura 9antasma .ue se nos a-areci/ en el 6alle de las
osamentas al llegar a la "onta,a. As, -ues, nuestro misterioso gua y la sacerdotisa
Hesea eran un mismo ser.
"3s 6elos 9ueron cayendo5 -arecan no tener 9in. A.uel cuer-o deba ser
-e.ue,simo, desmesuradamente -e.ue,o. 5(hI, los Bltimos 6elos caan y a-arecieron
dos es.uel7ticos miembros .ue -arecan ser dos manos. 8es-u7s los -ies, -ero 5.u7 -iesI
Aomo a.uellos -ies recordaba haber 6isto los de una momia real, una 6e2 en Egi-to, y
-or un e4tra,o 0uego de recuerdos, 6ino a mi memoria el nombre de a.uella momia .ue
llamaban CLa OellaC.
'odos los 6elos haban cado ya, a e4ce-ci/n del Bltimo m3s es-eso, y .ue la cubra
de -ies a cabe2a. Hesea recha2/ con un gesto a >a-aya, .ue se arro0/ medio des9allecida
al suelo, ta-3ndose los o0os con las manos. Luego la sacerdotisa solt/ el 6elo .ue la
cubra y .ue cay/ a sus -e.ue,os -ies, y haciendo un es9uer2o su-remo de deses-eraci/n
se 6ol6i/ hacia nosotros.
5(hI Era*.. =o la describir7, -ero la conoc al instante. -ues 9ue as c/mo la 6i a
tra67s de la m3scara de su inmortalidad, ante el Huego de la +ida5 era Ayesha, la 9orma de
la cara, su aire de soberbio desa9o..
8e -ie ante nosotros, la nube de llamas -ona al descubierto todas sus lacras y
miseria...
Se hi2o un silencio de muerte. +i c/mo los labios de Leo se tornaban de ro0os en
blancos5 y c/mo sus rodillas se doblaban sin 9uer2as -ara sostenerlo5 -ero haciendo un
es9uer2o sobrehumano se mantu6o 9irme como el cad36er sostenido en -ie -or un
so-orte. +i a Atene .ue 6ol6a la cabe2a en una e4-resi/n de re-ugnancia y .ui23 de
dolor. Hubiera .uerido 6er a su ri6al humillada -or su belle2a5 -ero la 6ista de a.uel
horrible cuer-o -areci/ conmo6erla. >areca .ue a.uella 6isi/n hubiera des-ertado una
9ibra sensible dormida en lo m3s intimo de su 9emineidad. Pnicamente Simbr .ue
-areca es-erar lo sucedido, y (ros, -ermanecieron im-erturbables.S Este Bltimo, en
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medio de a.uel silencio se-ulcral, e4clam/*
;5+ed en esa 6ie0a l3m-ara la lu2 eterna .ue luce en ella, a tra67s de esa arrugada
c3scara el alma ine4tinguible .ue la animaI
A-laud desde mi cora2/n estas nobles -alabras. >ensaba del mismo modo .ue (ros,
5-ero gran 8iosI, mi cerebro iba a estallar y yo deseaba .ue estallase de una 6e2 -ara no
or ni 6er nada de lo .ue me rodeaba.
A.uella 6isi/n de Ayesha momi9icada me es-antaba. Al -rinci-io tu6e es-eran2as,
-ero 7stas murieron y la angustia y s/lo la angustia se a-oder/ de mi cora2/n.
Algo haba .ue hacer* esto no -oda durar. "is labios estaban resecos, mi garganta
no -oda articular -alabra y mis -ies se negaban a mo6erse.
Hubiera -re9erido mil 6eces yacer en las -ro9undidades del cr3ter donde -osaban las
ceni2as del di9unto Rassen, antes .ue 6i6ir un minuto m3s en esta angustiosa situaci/n.
Atene, al 9in, habl/. Se dirigi/ al cuer-o momi9icado de Ayesha, e irgui7ndose con
toda la soberbia de su ma0estuosa belle2a, e4clam/*
;<Leo +incey o FaliGratesI, toma el nombre .ue .uieras5 -ensar3s mal de m al creer
.ue 6oy a mo9arme de una ri6al en su desgracia. =os ha contado una historia .ue,
6erdadera o 9alsa, .ui23 m3s 9alsa .ue 6erdadera, me ha hecho conocer c/mo sedu0e al
sacerdote del santuario de una diosa, y c/mo esta diosa, Ayesha misma, se 6eng/ de m
asesinando al hombre a .uien yo amaba. <8e0a a la diosa, si 6erdaderamente es tal, .ue
haga lo .ue m3s le -la2ca, .ue yo, mortal, .uiero hacer la ma, hasta .ue la 6ida to.ue a
su 9inI <:o .uiero ser tambi7n diosaI <(h, tB, hombreI =o tengo 6ergUen2a de decir .ue
te amo delante de estos e4tra,os5 te amo, y, segBn -arece, esta mu0er o diosa tambi7n te
ama, ya .ue ahora mismo acaba de decirte .ue debes escoger entre ella o yo y ahora -ara
siem-re. Escoge, Leo +incey, y -on 9in a esta e4tra,a historia. =o .uiero de9enderme5 tB
sabes .ui7n soy, -ero -uedo darte amor 6 9elicidad, y descendientes, .ue te seguir3n a ti
en el gobierno y administraci/n del -as. D1u7 es lo .ue -uede o9recerte esa hechiceraE
=ada, -alabras dulces, 6isiones, obra de su magia en la -antalla de 9uego, sabias
m34imas, historias del -asado y -ara cuando hayas muerto, la dicha, cuando esa terrible
diosa a .uien tan 9irmemente sir6e haya -erdonado y ol6idado. He acabado, Leo +incey,
-oro s/lo debo a,adir una -alabra. <(h, tB -or .uien, segBn Hesea, abandon7 y ab0ur7 de
mi rango real -ara huir contigo y com-artir los -eligros de un mar tem-estuosoI <(h, tB a
.uien, aun a tra67s de las edades mi cora2/n ha seguido amandoI 5(h, tB a .uien no hace
mucho tiem-o sal67 de la muerte en el ro .ue ba,a el -reci-icioI <Escoge, escogeI
'oda esta alocuci/n tan moderada al -arecer, -ero tan cruel en el 9ondo, tan bien
ra2onada y tan 9alsa, -areca escucharla la -obre Ayesha como si de ella de-endiese el
9inal de su inmortal e4istencia. Sin embargo, nada contest/, ni una -alabra, ni un
mo6imiento. >areca como si hubiera dicho todo lo .ue tena .ue decir y hecho todo lo
.ue tena .ue hacer.
"ir7 a la -3lida cara de Leo. Lentamente se diriga hacia Atene atrado -or el brillo
de la -asi/n .ue emanaba de sus hermosos o0os negros. "as de -ronto, rehaci7ndose,
sacudi/ la cabe2a y sus o0os brillaron con 9eli2 alegra.
;8es-u7s de todo ;di0o -ensando m3s .ue hablando;, nada tengo .ue hacer con
res-ecto a -asados .ue descono2co y sucesos de mi 6ida anterior. Ayesha me ha es-erado
-or cerca de dos mil a,os. Atene se cas/ con un hombre a .uien odiaba y lo en6enen/,
como sera ca-a2 .ui23 de en6enenarme a m el da .ue de m se cansase. =o s7 .u7
0uramento hice a Amenartas, si tal mu0er 6i6i/. Recuerdo s/lo el 0uramento .ue hice a
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Ayesha. Si ahora recha2o a Ayesha, es .ue mi amor no -uede resistir el -aso del tiem-o ni
sobre6i6ir a la -resencia de la muerte. D=o 0ur7 .ue tomara a Ayesha tal como 9ueraE El
amor es inmortal. D>or .u7 no retenerlo en nuestro cora2/n hasta .ue la muerte de0e
libres nuestras almasE
8eteni7ndose ante la 9orma de Ayesha, se arrodill/ ante ella besando sus -ies.
S, bes/ a.uella 9orma humana tan horrorosa y creo .ue 9ue uno de los actos m3s
6alerosos .ue hombre alguno -udiera hacer.
;'B lo has escogido ;di0o Atene 9ramente;5 mas he de decirte, Leo +incey, .ue tu
elecci/n te se-ara de m -ara siem-re. <1u7date con la es-osa .ue tB mismo has elegidoI
Ayesha no haba toda6a hecho ningBn signo ni dicho -alabra alguna hasta .ue,
cayendo de hino0os, comen2/ a re2ar en 6o2 alta. Estas 9ueron las -alabras de su oraci/n,
tal como se las o, aun.ue no s7 e4actamente a .u7 -oder sobrenatural eran dirigidas5 es
m3s, nunca lo llegu7 ni creo lo llegar7 a saber...
;<(h, tB, ministro de la 'odo-oderosa +oluntad, .ue esgrimes la es-ada de la ley,
llamada naturale2a5 tB .ue te coronaste como reina de los egi-cios con el nombre de #sis,
-ero .ue eres la diosa de todos los -ases y de todas las edades5 tB .ue conduces al
hombre5 .ue das la 6ida al ni,o -or el -echo de su madre, .ue das muerte a la 6ida, y .ue
desde las negras -ro9undidades de la muerte iluminas las tinieblas con la lu2 de tu risa5 tB
.ue eres la abundancia sobre la tierra, .ue tu sonrisa es la -rima6era, .ue tu risa es el
rumor del mar, cuya -lacide2 es el oto,o y cuyo sue,o es el g7lido in6ierno5 oye las
sB-licas de tu hi0a escogida y tu ministroI
C8esde los m3s remotos tiem-os me diste la 9uer2a y el 6igor -ara la inmortalidad, al
mismo tiem-o .ue me concedas la belle2a su-rema sobre todas las mu0eres de la tierra, a
cambio de centurias y centurias de glacial soledad en la m3s horrorosa 9ealdad ante los
o0os de mi amado. :o te ruego desde el 9ondo de mi alma .ue cambies mi inmortalidad
-or mi anterior belle2a y de0es .ue el 6erdadero amor endulce mis su9rimientos5 y si esto
no -uede ser, da la muerte a esta -obre y humilde sier6a tuya.
"A$%T!& '3
&A TRANS?R)A"I#N
A esta oraci/n sigui/ una larga -ausa. Leo y yo mir3bamos desanimados a uno y otro
lado, como es-erando algo .ue sabamos .ue no haba de llegar. Es-er3bamos una
res-uesta. a esta admirable sB-lica dirigida a la naturale2a, y lo .ue -oda suceder no
-oda ser m3s .ue un milagro.
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Algo sucedi/... La ro0i2a -antalla 9ue a-ag3ndose lentamente5 no nos admiramos
mucho al -rinci-io, -ues sabamos .ue a la llegada de la aurora el 9uego del cr3ter, .ue
durante la noche brillaba con 9uer2a, -erda intensidad, y ya el amanecer no deba estar
le0os. Esto contribuy/ a hacer aBn m3s terror9ica la escena, -ues las sombras iban
in6adi7ndolo todo lentamente... A los Bltimos res-landores de la claridad, 6imos a6an2ar
a Ayesha unos -asos hacia una -e.ue,a lengua de roca .ue sobresala en el abismo, y -or
donde 9ue lan2ado el cuer-o del Fhan Rassen ... La 6imos de -ie, resaltando su ra.utico
cuer-o a los Bltimos res-landores contra el negro humo .ue ascenda del 9ondo del cr3ter.
Leo se lan2/ hacia ella, -ues, sin duda, crea .ue iba a lan2arse a a.uel in9ierno5 as
cre yo tambi7n .ue iba a hacer5 -ero (ros y >a-aya, obedeciendo a alguna secreta orden
.ue recibieron, su0et3ronlo -or los bra2os, oblig3ndolo a retirarse de a.uel lugar.
Las tinieblas nos rodearon al 9in. A tra67s de la oscuridad oamos el c3ntico de
Ayesha, un himno entonado con 6o2 -at7tica en una lengua desconocida -ara nosotros ...
&na enorme lengua de 9uego aislada, como otras .ue habamos 6isto a.uella tr3gica
noche -erderse en el es-acio, a-areci/ ele63ndose del abismo...
;"ira ;me di0o Leo;5 <esa llama a6an2a contra el 6ientoI
;1ui23 el 6iento haya cambiado ;contest7, aun.ue bien saba .ue no era as, sino .ue
so-laba aBn m3s 9uerte en la misma direcci/n .ue antes.
>oco a -oco se 9ue acercando la lengua de llamas5 eran dos, y algo oscuro se di6isaba
en ellas. >or 9in llegaron al lugar donde estaba Ayesha. Las lenguas de 9uego -arecieron
cubrir el cuer-o .ue all estaba im-lorante de la 8i6ina gracia de sus -rotectores... La lu2
desa-areci/, y todo .ued/ otra 6e2 en tinieblas...
Au3nto tiem-o -as/, no lo s7 ... Recuerdo solamente .ue un cuer-o ro2/ 0unto a m,
y su-use .ue era el de >a-aya5 al instante 6ol6i/ con la res-iraci/n 0adeando como la
-ersona .ue es -resa de gran terror...
=o haba duda5 <Ayesha se deba haber lan2ado al abismoI <La tragedia se haba
consumadoI
8e -ronto se oy/ una mBsica admirable y melodiosa. Era algo sublime, enternecedor,
sobrehumano... >areca e4-resar todas las emociones humanas, la rabia, la -asi/n, la
9uer2a, la c/lera, su9rimientos, misterio, amor. Era el alma de Ayesha con toda la gama de
caracteres .ue la 9ormaban... Era la historia de la trans9ormaci/n de un alma elegida y
-oderosa, era como las nubes de incienso .ue se es9uman lentamente en el es-acio, as
a.uel melodioso c3ntico 9ue dulcemente ale03ndose en la estancia hasta .ue se -erdi/.
8el Este surgi/ un rayo de lu2 diurna.
;Aomien2a la aurora ;di0o la 6o2 tran.uila de (ros.
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Librodot Ayesha, el retorno de Ella H. R. Haggard
E9ecti6amente, el d7bil rayo
del -rinci-io 9ue rasgando las
tinieblas, inundando de lu2 todo
lo .ue encontraba a su -aso,
yendo a detenerse, no en las
rocosas -aredes del cr3ter, sino
en el -e.ue,o -romontorio .ue
9ormaba la lengua de roca sobre
el abismo.
<(hI All, cubierta con un
manto de gloria, haba una 9orma
celestial. >areca dormida, -ues
sus o0os estaban cerrados.
DEstara muertaE Su cara -3lida
-areca, al -rimer momento, la de
un muerto. <(hI Abri/ los o0os
asombrados como los de un ni,o5
eran unos o0os negros, hermosos
y atercio-elados. Se reanimaban.
Sus cabellos 9lotaban al 6iento,
.ue los enredaba
ca-richosamente alrededor de su
torso. La d7bil tBnica .ue la
cubra se ci,/, -er9ilando un
cuer-o turgente y di6ino...
DEra una ilusi/n, o era la de
Ayesha esa 9orma .ue 6eamos
tal como la encontramos -or -rimera 6e2 en las ca6ernas de ForE Sin -oderlo e6itar,
camos de rodillas ante a.uella 6isi/n, alargando los bra2os im-lorantes... "as al darnos
cuenta de .ue a.uello no era sino una 9eli2 realidad, lan2amos un grito de 9ero2 alegra,
cayendo en un 9uerte abra2o Leo y yo. Entonces una 6o2 m3s dulce .ue la miel y sua6e
como el murmullo de un arroyuelo, habl/ cerca de nosotros, y sus -alabras 9ueron las
siguientes*
;<+en hacia m, FaliGrates5 .uiero -agarte el beso de amor y de 9 e .ue hace un
momento me disteI
Leo, como un borracho, tambaleando, lleg/ hasta donde Ayesha estaba, cayendo a
sus -ies, .ue bes/ con -asi/n.
;Le6anta ;di0o ella;5 soy yo la .ue debo besarte ;y as diciendo, tom/lo de la mano,
tratando de le6antarlo del suelo. Leo no se mo6i/, y entonces ella, -oco a -oco, se inclin/
sobre 7l, bes3ndolo tiernamente en la 9rente. 8es-u7s me llam/. Llegu7 hasta donde
estaban y .uise arrodillarme ante ella, -ero no lo consinti/*
;=o ;di0o con su argentina 6o2;5 he tenido muchos .ue me han rendido culto y
adoraci/n5 D-ero d/nde -odr7 encontrar un amigo tan bueno y tan leal como tB, mi buen
HollyE ;y diciendo esto, me bes/ en la 9rente.
Ayesha estaba 9ragante como las rosas al recibir los -rimeros rayos del sol naciente.
Su cuer-o, en contraste con sus negros cabellos, daban a 7ste trans-arencia de -erla y una
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Librodot Ayesha, el retorno de Ella H. R. Haggard
radiante aureola emerga de todo su ser. =o haba escultor en la tierra .ue -udiese
modelar unos bra2os m3s -er9ectos y mara6illosos .ue a.uellos .ue estaban ahora
tendidos hacia m, ni estrella en el 9irmamento .ue brillase con m3s -ure2a .ue a.uellos
o0os .ue me miraban...
Recib su beso castamente. D1u7 m3s -oda desearE ...
'omando a Leo de la mano, Ayesha entr/ con 7l en la c3mara de roca, y al entrar ba0o
el abrigo de sus -aredes 6i .ue se estremeca, como si notase el cambio ;de tem-eratura
ambiente.R Este hecho me -rodu0o gran alegra, -ues me demostraba .ue Ayesha era
humana, y .ue como ser humano senta. El sacerdote y la sacerdotisa se haban -ostrado
de rodillas ante la es-lendorosa reencarnaci/n5 -ero ella los oblig/ a le6antarse, -oniendo
su bella mano sobre sus cabe2as.
;'engo 9ro ;di0o;5 dadme mi manto.
>a-aya le ech/ el manto ro0o sobre sus hombros, d3ndole una a-ariencia ma0estuosa.
;=o ha sido mi -erdida belle2a lo .ue me has de6uelto con tu beso de redenci/n,
amado mo, sino mi es-ritu, .ue estaba -reso en las amarguras de un secreto destino.
<(h, amor moI Los >oderes o9endidos no ol6idan 93cilmente, aun cuando conceden su
-erd/n, y aun.ue a tus o0os nunca m3s ser6ir7 de burla ni de escarnio, no s7 el tiem-o .ue
se nos est3 concedido -ermanecer 0untos en la tierra, aun.ue -resumo .ue 7ste ser3 bre6e.
"as no te a-enes, Leo mo5 iremos a otros lugares m3s gloriosos, donde beberemos la
co-a de dulce ambrosa .ue nos recom-ensar3 de los sorbos de amargura y dolor .ue
hasta ahora lle6amos a-urados. (dio este lugar. Ha sido a.u donde he su9rido como
mu0er alguna -udo su9rir sobre la C tierra.
C<Lo odio, lo odioI ... D1u7 idea -asa ahora -or tu mente, 6ie0o magoE ;di0o,
6ol6i7ndose de -ronto hacia Simbr, .ue estaba no le0os, -ensati6o, con los bra2os
cru2ados sobre el -echo.
;=ada5 Bnicamente .ue -oseo el don de .ue tB, a -esar de tu belle2a y de tu
sabidura, careces* el de la 6isi/n del 9uturo. +eo a un hombre muerto a.u ...
;&na -alabra m3s, y tB ser3s ese hombre ;contest/ con ira Ayesha;. Loco, no -ienses
si.uiera en m, -ues ahora soy lo bastante 9uerte -ara darte ;muerte con mis -ro-ias
manos...
Sus o0os, momentos antes tan tran.uilos y -l3cidos, tomaban ahora re9le0os
met3licos... El 6ie0o hechicero retrocedi/ unos -asos, atemori2ado ante a.uellas -alabras,
hasta tro-e2ar con la -ared de roca.
;<(h, Ayesha, yo te saludo y re6erencioI Ahora, como desde el -rinci-io, solamente
conocemos la historia tB y yo ;res-ondi/ el mago;. =ada m3s tengo .ue decir ;continu/;*
la cara de ese hombre no la he 6isto. Solamente s7 .ue un hombre ungido a.u Fhan de
Faloon era -reci-itado en el 9uego como el .ue hace unas horas 9ue lan2ado al abismo...
;Sin duda alguna muchos Fhanes de Faloon ser3n ungidos a.u ;res-ondi/ Ayesha,
9ramente;5 mas no tengo miedo, mago5 mi; ira ha -asado* s7 -rudente, sin embargo, y no
-ro9etices males a .uienes tienen m3s -oder .ue tB. >uedes marcharte.
Sin soltar la mano a Leo, -as/ de la c3mara rocosa a otra mayor, ubicada sobre el
-ilar, y desde el cual como un mirador se 6ea a la lu2 del sol naciente las monta,as
6ecinas y el 97rtil -as de Faloon inundado -or los dorados rayos del sol. "ostr3ndoselo a
Leo, di0o*
;Este hermoso -as ser3 mi regalo de bodas.
Atene, .ue hasta entonces haba estado silenciosa, di0o, de -ronto*
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Librodot Ayesha, el retorno de Ella H. R. Haggard
;D1uieres decir, Hesea, si es 6erdad .ue Hesea eres y no un demonio surgido de las
-ro9undidades del in9ierno, .ue o9reces mis territorios a este hombre como una -rueba de
amorE <Si es as, antes tendr3s .ue con.uistarlosI
;8emasiado a -risa hemos .ui23 hablado tB y yo ;contest/ Ayesha;5 sin embargo,
ol6ido tus -alabras, -ero debo ad6ertirte .ue yo tambi7n -odr7 escarnecer a mi ri6al
cuando llegue la hora de la 6ictoria. Auando tB eras la m3s hermosa bien le o9reciste estas
tierras, D-ero .ui7n es la m3s bella ahora de las dosE <"iradnos todos y 0u2gadI ;di0o
Ayesha sonriendo a Atene, y dirigi7ndose a nosotros.
La Fhania ;como ya he dicho; era una mu0er de e4traordinaria hermosura5 no haba
6isto mu0er .ue -udiera com-ararse con. ella, <-ero cu3n burda y -obre resultaba su her;
mosura 0unto a la admirable y Aelestial belle2a de Ayesha reencarnadaI La hermosura de
7sta no era humana* era algo su-erior. Estaba ahora aBn m3s bella .ue cuando la 6imos en
las ca6ernas de For. Ahora era la belle2a de un es-ritu hecho carne.
La radiante aureola .ue emerga de su cuer-o, su am-lio y bien 9ormado torso, sus
di6inos o0os, .ue a 6eces ad.uiran el brillo de las estrellas y a 6eces -areca 9lotar en
ellos la inmensidad a2ul del es-acio, sus ro0os labios, sus 9inos cabellos, relucientes como
la seda, su esbelto continente, y, sobre todo a.uella alma de la .ue (ros nos haba
hablado, no contenida en una 6il 6asi0a, sino en un cuer-o gr3cil, 0u6enil y lleno de 6ida,
hecho de alabastro, rosas y -erlas... =inguna de estas cualidades eran de ser humano.
Atene, d3ndose cuenta de ello, res-ondi/*
;:o no soy sino una mu0er. Lo .ue tB eres, tB lo sabes me0or .ue yo* mi carne mortal
no -uede com-ararse con la gloria .ue te ha concedido el in9ierno en -ago a tus ser6icios
y homena0es al Se,or del "al. Sin embargo, como mu0er soy tu igual5 como es-ritu ser3s
in9erior a m,R cuando, desa-arecidas todas esas belle2as .ue ahora son tu soberbia alti6e2,
a-are2cas desnuda y a6ergon2ada ante el 'ribunal de .uienes has desertado y desa9iado.
: ahora .ue est3s con tu amado, no ol6ides .ue la carne y el es-ritu no -ueden llegar a
com-renderse.
Atene call/ rechinando los dientes de rabia y de celos.
Ayesha -areci/ inmutarse un -oco ante a.uellas -alabras, y el carmn -areci/ huir de
sus labios y oscurecerse y turbarse sus di6inos o0os. Hue unos instantes solamente5 la
turbaci/n desa-areci/ -ronto, y con una 6o2 6ibrante como el sonido de una cam-ana de
-lata di0o*
;D>or .u7 te estrellas en 6ano, Atene, como el arroyuelo 9ormado en los 6alles en
tiem-o de llu6ias contra las duras rocas del acantiladoE D>iensas, -obre 9lor de un da,
destruir la roca de mi -oder eterno con tus turbias y escasas aguasE Escucha. =o busco tu
-obre -as, -ues si .uisiera yo obtendra el im-erio del mundo. Sin embargo, no ol6ides
.ue me -erteneces, .ue dentro de -oco tiem-o ir7 a 6isitarte en tu ciudad. <'B -uedes
elegir entre la guerra y la -a2I 1uiero, -or eso, Fhania, .ue lim-ies tu corte de los
6iciosos y haraganes .ue ahora la -ueblan, y moderes tus leyes -ara .ue cuando yo llegue
a Faloon -ueda encontrar el contento y la alegra .ue ahora le 9alta, -ara -oder
con9irmarte as en el gobierno del -as. 'e aconse0o tambi7n .ue esco0as a algBn -oderoso
se,or como es-oso5 d70ale ser como 7l .uiera5 esc/gelo a tu 6oluntad5 solamente
necesitas .ue sea 0usto y recto -ara -oder ser6irte de gua y conse0o en el gobierno de
Faloon. +enid, mis hu7s-edes ;nos di0o Ayesha, y nos condu0o -or el escalo9riante
camino .ue -asamos -ara asistir al 'ribunal de la "uerte.
Hue todo tan r3-ido e im-re6isto, .ue hasta des-u7s .ue estu6imos solos y
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cambiamos im-resiones, no nos dimos cuenta
e4acta de lo .ue haba sucedido. Al -asar Ayesha 0unto a Atene, 7sta sac/ de -ronto
una daga, .ue en sus ro-as lle6aba oculta, y la hundi/ al -arecer con todas sus 9uer2as en
la es-alda de su ri6al. La daga cay/ al suelo, y la .ue deba de caer herida mortalmente
.ued/ indemne...
+iendo sus -ro-/sitos 9allidos, con una ra-ide2 9elina, Atene se arro0/ sobre Ayesha,
con intenci/n de arro0arla al abismo5 -ero sus bra2os .uedaron -arali2ados, y no 9ue
Ayesha, sino Atene la .ue caa al abismo, y a no ser -or Ayesha, .ue asi7ndola -or los
cabellos la le6ant/ como si se tratara de un ni,o, -oni7ndola sin es9uer2o alguno en lugar
seguro, hubiera -erecido abrasada en el mar de 9uego .ue haba a nuestros -ies.
;=ecia, m3s .ue necia. ;di0o Ayesha en tono com-asi6o;. D'an deses-erada estabas
.ue .ueras -erder esa graciosa 9orma .ue los cielos te han concedidoE Seguramente est3s
loca, -ues no creo .ue ignores en .u7 e4tra,a 9orma 6ol6eras a reencarnar en la tierra de
nue6o. =o como reina seguramente, sino en una de9orme criatura, horrible a la 6ista de
todas, y .ue es el destino .ue aguarda a todos a.uellos .ue a s mismo se han dado
muerte. 'u 9orma sera la de una bestia, un gato, un -erro, un tigre..., -or.ue mirad ;di0o,
recogiendo la daga del suelo;, esta arma estaba en6enenada. D1u7 hubiera sido de ti,
-obre criatura, si llegas a herirte con ellaE
Atene no -udo resistir ya tanta burla, y m3s en6enenada aBn .ue su -ro-io acero,
e4clam/*
;Eres inmortal. DA/mo -odr7 6engarme de tiE Ruego al cielo .ue sea 7l .ue castigue
tu maldad ;y llorando amargamente, se arro0/ des9allecida sobre una roca.
Leo, .ue estaba 0unto a ella, a la 6ista de a.uella reina tan -ro9undamente dolorida,
-areci/ condolerse de su desgracia, y trat/ de -rodigarle -alabras .ue mitigasen un -oco
a.uel dolor. Atene se a-oy/ en el bra2o de Leo5 -ero des-u7s, deshaci7ndose de 7l
rudamente, 9ue a a-oyarse en el de Simbr.
;+eo ;di0o Ayesha; .ue eres siem-re cort7s y bondadoso con los d7biles5 -ero es su
-ro-io sier6o .uien debe cuidar de ella y conducirla5 adem3s, -uede .ue tenga aBn alguna
daga oculta entre sus ro-as. +amos, el da se ha hecho, y necesitamos descansar.
"A$%T!& '6
&S DES$SRIS
DES"ENDI)S las interminables escaleras y los oscuros corredores -er9orados en
la roca hasta llegar a la -uerta de las habitaciones de la sacerdotisa, siendo conducidos a
una sala del interior. Ayesha nos de0/ all, dici7ndonos .ue se encontraba muy 9atigada
-or los acontecimientos de la -asada noche, no de cuer-o, sino de es-ritu. Su 9orma
delicada seme0aba la del lirio des-u7s de la llu6ia, y con o0os entornados y una 6o2 dulce
como un murmullo nos di0o*
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Librodot Ayesha, el retorno de Ella H. R. Haggard
;<Adi/sI (ros cuidar3 de 6osotros y os conducir3 a m cuando llegue el momento.
8escansad.
Auando sali/, el sacerdote nos condu0o a una bella habitaci/n .ue daba sobre unos
0ardines. =os encontr3bamos tan e4tenuados, .ue a-enas -odamos hablar.
;=o -uedo m3s ;di0o Leo a (ros;5 <.uiero descansarI
Aon una re6erencia, (ros se dis-uso a conducirnos a nuestro dormitorio. Era 7ste
una es-aciosa habitaci/n con lechos en los .ue nos tumbamos, .uedando dormidos en
-ocos segundos.
Auando des-ertamos, era ya el medioda. =os le6antamos y nos ba,amos, y diciendo
.ue dese3bamos estar solos, nos dirigimos al 0ardn, .ue aun en a.uellas horas y aun a
9ines del mes de agosto su ambiente era a-acible y c3lido. 'ras un maci2o de cam-3nulas
y otro de 9lores haba un banco, en el cual nos sentamos. A sus -ies corra un arroyuelo
.ue ser-enteaba -or el 0ardn.
;D1u7 tienes .ue decirme, HoracioE ;-regunt/ Leo, -oni7ndome un bra2o sobre el
hombro.
;D8ecirE ;-regunt7;. 1ue las cosas .ue han -asado son de lo m3s mara6illoso. 1ue
no hemos traba0ado ni so,ado en 6ano. <1ue eres el m3s a9ortunado de los mortales y .ue
seguramente ser3s el m3s 9eli2I
"e mir/ de una manera e4tra,a, .ue denotaba una gran -reocu-aci/n, y contest/*
;S, es muy hermosa, es 6erdad..., -ero ;y su 6o2 se hi2o como un so-lo;, yo .uisiera
.ue Ayesha 9uera un -oco m3s humana, como cuando la conoc en las ca6ernas de For.
=o estoy muy con6encido de .ue sea de carne y hueso como nosotros... Auando me bes/,
si beso .ueremos llamar a a.uel so-lo, no me toc/ la -iel si.uiera... D"as .u7 -uede ser
una -ersona .ue ha cambiado de 9orma en una hora escasa, sino un es-rituE La carne y la
sangre no -ueden salir del 9uego, Horacio.
;D>ero tB crees .ue haya nacido del 9uegoE D=o crees m3s bien .ue a.uel ser horrible
y momi9icado s/lo haya e4istido en nuestras mentesE D>or .u7 no -uede ser 7sta la
misma Ayesha .ue en el le0ano Egi-to conocimos, trans-ortada hasta a.u -or algBn
agente misteriosoE
;<1ui23, HoracioI =o lo s7, y creo .ue no lo sabr7 nunca. Lo .ue s7 es .ue -ara mR
esto es algo terror9ico. "e siento atrado -or ella como -or una 9uer2a magn7tica. Sus
o0os incendian mi sangre, el contacto de su mano me embarga de emoci/n, y, sin
embargo, a -esar de todo este amor, noto .ue hay algo .ue nos se-ara, una barrera
in6isible, algo .ue no acierto a desci9rar5 .ui23 sea solamente a-rensi/n ma... D'e has
9i0ado, Horacio, .ue tiene miedo de la FhaniaE Aon menos moti6os .ue los .ue Atene ha
dado en estos Bltimos das, la hubiera matado y ol6idado en una hora. D'e acuerdas de
&staneE
;1ui23 se haya hecho menos cruel, Leo5 .ui23 haya tenido, como nosotros, duras
lecciones...
Antes de .ue -udiera res-onderme, a-areci/ (ros, y haciendo una re6erencia con su
caracterstica humildad ante Leo, di0o .ue la Hesea deseaba .ue estu6i7semos -resentes
en el o9icio .ue ese da se celebraba en el Santuario. Ante la -ers-ecti6a de 6er a Ayesha,
Leo se le6ant/ de un salto, dirigi7ndose hacia nuestros a-osentos.
A.u nos aguardaban los sacerdotes, a9eitados de cabe2a y barba, .ue nos asearon y
6istieron. 8es-u7s nos cal2aron con sandalias con adornos de oro, y cubriendo a Leo con
un magn9ico manto blanco, adornado de oro y -Br-ura, y con una ro-a similar, -ero no
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de tanta ri.ue2a, me ata6iaron a m* -or Bltimo -usieron un cetro en la mano de Leo y en
la ma un grueso bast/n. El cetro tena la 9orma de b3culo, lo .ue me indic/ en seguida la
clase de ceremonia .ue estaba -r/4ima a e9ectuarse.
;<El b3culo de (sirisI ;murmur7 a Leo.
;Escucha, Horacio5 yo no deseo encarnar la 9igura de ningBn dios egi-cio o
me2clarme en estos odiosos actos de idolatra. 8esde luego me o-ongo a ello.
;Areo .ue es me0or 6er lo .ue sucede5 .ui23 sea solamente algBn acto simb/lico.
>ero Leo, .ue a -esar de todas las circunstancias e4tra,as en .ue su 6ida se haba
6isto me2clada en los Bltimos a,os, conser6aba en su cora2/n las ideas religiosas .ue yo
le haba inculcado en la ni,e2, se neg/ terminantemente a tomar -arte en la ceremonia,
sin saber antes .u7 clase de acto era 7ste y .u7 inter6enci/n tena .ue tener en 7l. Hue 7l
mismo el .ue e4-uso el asunto a (ros. Mste, al -rinci-io, se mostr/ muy sor-rendido y
con9uso -or la -regunta, diciendo al 9in .ue se trataba solamente de una ceremonia de
des-osorio.
Se nos condu0o -or largos -asadi2os hasta una galera .ue desembocaba 9rente a las
grandes -uertas de madera .ue daban -aso a la na6e de la "adre de la Humanidad. Al
notar nuestra -ro4imidad se abrieron las -uertas y entramos, yendo (ros a la cabe2a, tras
7l Leo y des-u7s yo. Sigui7ndonos 6ena la -rocesi/n de sacerdotes.
'an -ronto como nuestros o0os se habituaron a la claridad deslumbradora .ue
iluminaba la na6e, nos dimos cuenta de .ue se lle6aba a cabo una gran ceremonia o rito
en el tem-lo. En el 9rente, ante la di6ina estatua de la "adre, haba largas 9ilas de
sacerdotes 6estidos de blanco, en nBmero de doscientos a-ro4imadamente5 9rente a esta
congregaci/n y un -oco m3s all3 de las dos columnas de llamas, estaba sentada Ayesha
en un trono sobre una -lata9orma, con ob0eto de .ue -udiera ser 6ista -or todos. A su
derecha haba otro trono similar, y .ue -ronto a6entur7 .ui7n habra de ocu-arlo.
Estaba descubierta, hermossimamente 6estida5 sus ro-as m3s -arecan de una reina
.ue de una sacerdotisa. Su cuello estaba rodeado de un magn9ico collar de -erlas .ue
ser6a de su0eci/n al mismo tiem-o a su es-l7ndido manto de -Br-ura.
Este manto, abierto -or delante, re6elaba una tBnica de seda blanca abierta -or el
-echo y su0eta -or unos cordones de oro tal como a.uella .ue usaba ELLA cuando la
6imos en For5 hubiera asegurado .ue era la misma. Sus manos, desnudas de ornamentos
y 0oyas, tenan en la derecha un sistro adornado con gemas y cascabeles.
"archamos entre las 9ilas de sacerdotes hasta .ue (ros se detu6o, d3ndonos cuenta
entonces de .ue est3bamos 9rente a Ayesha. Entonces ella, le6antando su cetro, hi2o cesar
el c3ntico. En medio de un se-ulcral silencio se le6ant/ del trono y descendiendo unos
escalones lleg/ hasta donde se encontraba Leo, toc3ndole en la 9rente con el cetro,
diciendo as con 9uerte y dulce 6o2*
;<Oendito sea el escogido de HeseaI
Aomo un trueno, todos los circunstantes e4clamaron*
;<Oendito sea el escogido de HeseaI
"ientras .ue los sonidos de a.uella 6o2 general retumbaban y se a-agaban -or los
3mbitos de las -aredes de roca, Ayesha me hi2o un signo de .ue me detu6iera, a la -ar
.ue ella tomaba a Leo de la mano y lo atraa hacia s en 9orma .ue .uedase de 9rente a los
sacerdotes y sacerdotisas. 'eni7ndole tomado de la mano, habl/ a los -resentes*
;<Sacerdotes y sacerdotisas de Hesea, sier6os con ella de la 8i6ina "adre del
"undo, odmeI Es hoy -or la -rimera 6e2 .ue a-are2co ante 6osotros tal como soy5
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6osotros, .ue s/lo de m conoc7is una me2.uina 9igura cubierta siem-re de es-esos 6elos,
sin conocer mi cara ni e4-resi/n, deseo .ue se-3is ahora la causa .ue a ello me ha
obligado durante tantos a,os. +ed a este hombre a .uien todos consider3is un e4tran;
0ero a6enturero y .ue ha llegado ha -oco a nuestros dominios5 mas yo os dir7 .ue no
es tal e4tran0ero* 7l, en 6idas -asadas, ha sido mi se,or y due,o, y ahora 6iene de nue6o
en busca de mi amor. D=o es as, FaliGratesE
;As es ;res-ondi/ Leo.
;Sacerdotes y sacerdotisas de Hesea5 como sab7is, es costumbre ancestral -ara
a.uella .ue ocu-e mi lugar el derecho de elecci/n de es-oso, Des eso asE
;<As es, oh HeseaI ;res-ondieron a coro los -resentes.
Hi2o una -ausa, y dirigiendo una mirada de in9inita ternura a Leo, se arrodill/
lentamente .uedando -ostrada ante 7l.
;8i ;di0o Ayesha, mir3ndolo con a.uellos o0os tan admirables;5 di ante los a.u
-resentes y ante las desconocidas 9uer2as, .ue no -uedes 6er y .ue nos escuchan, Dme
ace-tas de nue6o -or es-osaE
;S, mi adorada se,ora ;contest/ Leo son 6o2 temblorosa, -ero -asional;5 <ahora y
siem-reI
Entonces, ante las at/nitas miradas de todos los -resentes, Ayesha arro0/ al suelo su
cetro abriendo sus bra2os se los o9reci/ amorosamente a Leo.
Mste se inclin/ tambi7n hacia ella, y hubiera .uerido besarla en sus labios5 -ero yo,
.ue de cerca lo obser6aba, 6i c/mo al estar 0unto a ella su cara se tornaba blanca como la
nie6e, mientras .ue la e4tra,a aureola .ue de ella emerga haca brillar como el oro los
cabellos de Leo. +i tambi7n .ue a.uel hombre 9uerte como un roble temblaba como un
a2ogado entre los bra2os de Ayesha, -areciendo .ue iba a des-lomarse de un momento a
otro.
Areo .ue Ayesha tambi7n lo not/, -ues cuando iban a 0untare sus labios se se-ar/ de
7l bruscamente, y a.uella le6e in.uietud .ue se re9le0/ en su rostro en la cama de roca
6ol6i/ a a-arecer en su bella cara.
Hue todo cuesti/n de un instante. Se-arada de sus bra2os, le tena 9uertemente asido
de una mano, como sosteni7ndolo -ara e6itar .ue se cayera. As estu6ieron hasta .ue Leo
-areci/ recobrar la 9irme2a de sus -ies y las 9uer2as de su cuer-o.
(ros de6ol6i/le el cetro, y ella agreg/*
;<(h, amado moI, ocu-a el lugar -re-arado -ara ti, donde 6i6ir3s -ara siem-re
conmigo, -or.ue conmigo misma te doy tambi7n m3s de lo .ue -uedas dis-oner5 y -ara
demostr3rtelo, ahora 6er3s. <Sube a tu trono, oh, >rometido Hes, y recibe la adoraci/n de
tus sier6osI
;<=oI ;contest/ 7l, y sus -alabras eran 9irmes y terminantes;. A.u y ahora mismo he
de decirte -ara siem-re, .ue soy solamente un hombre, .ue nada cono2co acerca de
dioses e4tra,os, de sus atributos y de sus ceremonias. =o consentir7 .ue nadie hin.ue su
rodilla ante m sobre la tierra5 <yo hincar7 la ma solamente ante ti, mi adorada AyeshaI
Estas -alabras, -ronunciadas en medio de un silencio se-ulcral, llegaron hasta los
odos de los m3s -r/4imos, .ue, at/nitos, se miraron unos a otros, murmurando entre s.
&na 6o2 e4clam/*
;<'en cuidado, escogido, al 9uror de la "adreI
Ayesha -areci/ turbarse un momento5 -ero des-u7s, sonriendo, di0o dulcemente a
Leo*
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Librodot Ayesha, el retorno de Ella H. R. Haggard
;: yo ser7 altamente com-lacida, mi adorado Leo5 -ero -ara ti ahora solamente ha
sonado la hora de los des-osorios.
Aon6encido -or estas -alabras, Leo, sin res-onder, subi/ al trono y, a9ortunadamente,
si algBn rito de semi;idolatra iba a celebrarse, Ayesha hall/ la manera de -re6enir su
celebraci/n, y el -e.ue,o incidente 9ue -rontamente ol6idado -or la atenci/n -restada a
los c3nticos de los sacerdotes y las sua6es armonas de sus coros.
Ayesha le6ant/ su cetro y los sacerdotes y sacerdotisas se 9ormaron en tres 9ilas y
des9ilaron ante la sacerdotisa, -ara salir -or las grandes -uertas de madera, .ue se
cerraron tras ellos.
Auando todos hubieron salido, de03ndonos solos al 9in con Ayesha, (ros y >a-aya,
.ue era la .ue cuidaba de su se,ora, Ayesha -areci/ des-ertar como de un 9eli2 sue,o.
Sonriendo, le6ant/se del trono, y di0o*
;Hermoso c3ntico y de antigua armona, Dno os -areceE Es uno de los .ue se
entonaban en las 9iestas en honor de #sis y (siris en Oehit, en el le0ano Egi-to. Hue all
donde lo .a-rend, antes de 6er -or -rimera 6e2 las tenebrosas ca6ernas de For. "as 6en,
mi amado, dime c/mo debo de llamarte. 'B eres FaliGrates, y toda6a ...
;Ll3mame Leo, Ayesha ;contest/ mi amigo, r3-idamente;5 he sido con ese nombre
bauti2ado en la Bnica 6ida de la .ue tengo noci/n. Ll3mame Leo en 6e2 de FaliGrates5
tengo ya bastantes amargos recuerdos de 7l desde a.uella horrible noche .ue contem-l7
su cuer-o en las ca6ernas de For.
;<(hI, ya recuerdo ;di0o Ayesha;. 'e 6iste a ti mismo yacente en a.uel estrecho
cata9alco y te cant7 a.uel cantar, Dno 9ue asE, del -asado y del 9uturo. Solamente
recuerdo dos lneas5 el resto lo he ol6idado* Siem-re adelante, sin 9atigarnos, cubiertos
-or el manto del es-lendor. ;Hasta .ue se cum-la nuestro destino y las sombras de la
noche tiendan sus negras alas. S, mi .uerido Leo5 ahora s .ue la noche tiende sus negras
CalasC, <y ahora nuestro 9in est3 -r/4imo a T6erse cum-lidoI Entonces 6erdaderamente
llegar3 el da .ue nos cubramos con el manto del es-lendor ;y mirando a mi amigo
tiernamente, le di0o;* <870ame .ue te hable en 3rabeI DLo has ol6idado tBE
;=o.
;Entonces de0a .ue sea nuestra lengua, -ues la amo m3s .ue ninguna. Ahora de0adme
sola. Areo ;y di0o esto m3s bien hablando consigo misma; .ue hay alguien a .uien debo
conceder audiencia.
Salimos del tem-lo, su-oniendo .ue Ayesha iba a recibir a alguna comisi/n de los
-rinci-ales 0e9es de tribus de la "onta,a .ue 6ena a 9elicitarla -or sus des-osorios.
"A$%T!& '7
&A TER"ERA $R!E(A
&=A hora, dos... El tiem-o -asaba, y aun.ue tendidos sobre nuestros lechos
-retendamos descansar, sentamos cierta e4tra,a o-resi/n .ue nos im-eda hacerlo. Era
algo in6isible e im-al-able, -ero .ue, sin embargo, -areca -esar como losa de -lomo
sobre nosotros, im-idi7ndonos descansar.
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Librodot Ayesha, el retorno de Ella H. R. Haggard
;D>or .u7 no 6iene AyeshaE ;-regunt/ Leo al 9in, rom-iendo el silencio y
comen2ando a -asear de un lado a otro de la habitaci/n;. 8eseo 6erla de nue6o5 no
-uedo, es im-osible -ara m se-ararme de esa mu0er. >arece como si una 9uer2a
misteriosa me em-u0ara irremisiblemente a ella.
;DA/mo -uedo yo contestarte, -obre de mE D>or .u7 no le -reguntas a (rosE 8ebe
de estar 9uera, en la -uerta.
Hue hacia all, y -regunt/ a (ros5 -ero 7ste se limit/ a sonrer, contestando .ue la
Hesea no haba toda6a entrado en sus habitaciones y .ue, seguramente, estara toda6a
en el Santuario.
;Entonces 6oy a buscarla. <+enid, (ros, y tB tambi7n, HoracioI
(ros agradeci/ la. in6itaci/n con una sonrisa, -ero rehus/ acom-a,arnos, a,adiendo
.ue Ca.uel a .uien todas las -uertas tena abiertasC -oda, si as lo deseaba, 6ol6er al San;
tuario.
;>ienso bien, entonces ;contest/ Leo;. D+ienes tB, Horacio, o ir7 sin tiE
8ud7 un momento. El Santuario era en 6erdad un lugar -Bblico, -ero all haba
.uedado Ayesha, y haca -oco haba dicho .ue deseaba estar sola. Sin embargo, al 6er
.ue Leo se encoga de hombros y, sin decir -alabra, se dis-ona a marchar, le di0e*
;=o -odr3s encontrar solo el camino5 te acom-a,ar7.
Atra6esamos largos corredores hasta .ue llegamos a la galera. Las -uertas se
hallaban cerradas, -ero Leo consigui/ abrir una, y entramos.
8ebamos encontrarnos en el Santuario, y, aun.ue obser6amos de un lado a otro,
nada -udimos 6er, -ues las tinieblas m3s es-esas nos en6ol6an. 'ratamos de 6ol6er hacia
atr3s -ara salir, -ero no encontramos las -uertas de madera. Est3bamos -erdidos.
Aon el alma o-rimida, e6itamos toda con6ersaci/n. Andu6imos unos cuantos -asos y
nos detu6imos de re-ente. 'enamos la seguridad de .ue no nos encontr3bamos solos.
=os -areca hallarnos en medio de una multitud e4tra,a, .ue no eran ni hombres ni
mu0eres. Eran ciertos seres .ue se o-riman contra nosotros, sentamos sus ro-as muy
cerca, -ero no -odamos tocarlas5 sentamos su res-iraci/n, -ero 7sta era glacial. Sen;
tamos las tenues corrientes de aire .ue se mo6an de un lado a otro, de0ando -aso a seres
.ue iban de a.u -ara all3 en una -rocesi/n interminable. &n estremecimiento de -3nico
sacudi/ nuestro cuer-o5 mis sienes chorreaban sudor y los -elos de mi cabe2a estaban
eri2ados -or el terror. <Est3bamos en medio de un mar de sombras del -asadoI
>or Bltimo, una lu2 a-areci/ a lo le0os, y 6imos .ue 7sta emanaba de las dos
columnas .ue brillaban a un lado y a otro del altar y .ue, re-entinamente, haba
comen2ado a lucir. Reconocimos .ue est3bamos en el Santuario, y no le0os de las -uertas.
Las dos columnas de 9uego brillaban d7bilmente en el suelo, y su lu2 era tan escasa .ue
di9cilmente -odan rasgar las tinieblas .ue reinaban en el tem-lo.
>ero si en ellas no -odamos ser 6istos, -udimos 6er nosotros a tra67s de las
sombras. <: .u7 6imosI All, en su trono, estaba Ayesha, sentada, en6uelta en una
ma0estad de muerte. Las luces a2ules .ue emanaban del suelo re9le0aban su tenue claridad
sobre ella, de0ando 6er en su -3lida cara el m3s soberbio gesto de alti6a soberbia .ue
criatura humana -udiera ado-tar. La 9uer2a -areca emerger de ella, s5 emerga de
a.uellos dos grandes o0os negros,, como emergen las luces de las -iedras -reciosas al
.uebrarse el res-landor del sol en mBlti-les rayos -or sus labradas 9acetas.
Ayesha -areca una reina de la muerte recibiendo el homena0e de sus lBgubres
sBbditos. "as si ella reciba el homena0e de alguien, no s7 si eran muertos o 6i6os, -ues
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6i una sombra le6antarse ante el trono, e inclinarse de rodillas ante ella5 tras 7ste sigui/
otro y otro, y otro...
A cada 6ago ser .ue a-areca y se inclinaba ante ella, Ayesha le6antaba su cetro en
se,al de salutaci/n. >odamos or el distante tintineo de los cascabeles del sistro, el Bnico
ruido .ue se -erciba en a.uel t7trico lugar. +eamos sus labios Ymo6erse, -ero no
oamos nada de lo .ue deca5... <Seguramente estaba recibiendo la adoraci/n de los
es-ritus de las generaciones -asadasI
#nstinti6amente nos tomamos del bra2o, y sin saber c/mo, encontramos la -uerta. A
nuestro es9uer2o se abri/, de03ndonos el -aso libre5 sin indagar m3s, salimos,
encontr3donos en la galera. En unos minutos m3s llegamos a nuestras habitaciones.
A nuestra llegada, (ros -ermaneca en el mismo sitio en .ue le de0amos al salir. Hi0/
sus o0os en nuestras caras -3lidas de terror, y sin decir nada se limit/ a sonrer. Entramos
en nuestras habitaciones, sent3ndonos en nuestros lechos.
;D1ui7n es esa mu0erE ;-regunt/ Leo con 6o2 roncaD&n 3ngelE
;(, al menos, aleo as ;res-ond, aun.ue tena el -ensamiento de .ue deban e4istir
muchas clases de 3ngeles. ;D>ero .u7 hacan all a.uellas sombrasE ;-regunt/ Leo
de nue6o.
;83ndole 9elicitaciones des-u7s de su trans9ormaci/n ;su-ongo;. >ero .ui23 no
9ueran sombras5 -uede .ue 9ueran sacerdotes con otras 6estiduras .ue lle6aban a cabo
algBn secreto ceremonial.
Leo se encogi/ de hombros y no contest/. Al -oco rato, (ros entr/ diciendo .ue la
Hesea ordenaba nuestra -resencia en sus habitaciones.
(-rimidos -or el temor y la duda, -ues lo .ue habamos 6isto era lo m3s
sor-rendente de lo .ue hasta ahora nos haba sucedido, nos dirigimos al encuentro de
Ayesha, .ue se encontraba sentada, descansando con aire 9atigado. Aon ella estaba la
sacerdotisa >a-aya, .ue haca unos momentos la haba des-o0ado del rico manto real .ue
luca en el Santuario.
Ayesha atra0o a Leo hacia s, tom3ndolo de las manos tratando de leer en su cara con
o0os no e4entos de ansiedad.
"e 6ol6 con el -ro-/sito de de0arlos solos, -ero Ayesha me di0o, sonriendo*
;D>or .u7 .uieres de0arnos solos, HollyE D>ara ir al Santuario de nue6oE ;y me mir/
con doble intenci/n;. D'ienes algo .ue -reguntar a la estatua de la "adre, .ue tanto te
atrae a.uel lugarE 8icen .ue habla, dici7ndoles el 9uturo a a.uellos .ue -ermanecen
-ostrados de rodillas ante ella com-letamente solos una noche desde el cre-Bsculo hasta
el alba. :o he hecho eso muchas 6eces, -ero nunca me ha hablado, aun.ue bien es 6erdad
.ue nunca he -ermanecido el tiem-o .ue -ara ello es necesario.
=o res-ond nada a esto, si bien es 6erdad .ue ella tam-oco -areci/ es-erar la
res-uesta, -ues, cambiando de con6ersaci/n, di0o*
;8e0emos los solemnes -ensamientos -or ahora. Esta noche comeremos los tres
0untos. (ros, -uedes retirarte, y tB >a-a6a tambi7n5 ya te llamar7 des-u7s -ara .ue me
desnudes. Hasta entonces, .ue no nos moleste nadie.
Ayesha nos mostr/ una -e.ue,a rotonda con di6anes y co0ines alrededor de una
mesa, sent3ndose e in6it3ndonos a hacer lo mismo 9rente a ella.
La comida era sim-le. >ara nosotros sir6ieron hue6os cocidos y 6enado 9ro5 -ara
ella, leche con bi2cochos y 9resas de la "onta,a.
Leo, antes de sentarse, se des-o0/ de su -ur-Breo manto y arro0/ sobre una silla el
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cetro .ue (ros, al dirigirnos a las habitaciones de Ayesha, haba -uesto de nue6o entre
sus manos. Ayesha, al 6er esto, sonri/ y di0o*
;>arece .ue haces -oco a-recio de esos emblemas, amado mo.
;"uy -oco Zcontest/;. :a oste mis -alabras en el Santuario, Ayesha5 as, -ues, es
me0or .ue hagamos un -acto. 'u religi/n no la com-rendo, -ues solamente entiendo lo
.ue me ense,aron en mi ni,e2, y -or nada del mundo, ni aun -or ti misma, tomara -arte
en ningBn acto de idolatra.
"e -areci/ .ue estas -alabras, un -oco duras, e4citaran la ira de Ayesha5 -ero se
limit/ solamente a ba0ar la cabe2a en se,al de asentimiento, res-ondiendo*
;'u 6oluntad es la ma, Leo, aun.ue no ser3 93cil e4-licar satis9actoriamente tus
com-letas ausencias en las ceremonias del tem-lo. Sin embargo, tienes derecho a
conser6ar tu religi/n, .ue es, sin duda alguna, tambi7n la ma.
;DA/mo -uede ser esoE ;-regunt/ Leo, sor-rendido.
;>or.ue todas las grandes religiones son la misma, cambiadas solamente en el
e4terior -or las costumbres y los usos de los -ueblos .ue la -ro9esan.
;S, Ayesha, -ero Hesea o #sis es tu diosa, -uesto .ue es a ella a .uien diriges tus
-legarias y con .uien, segBn nos contaste, has tenido comunicaciones. D1ui7n es, -ues,
esa diosa HeseaE
;Has de saber, Leo, .ue la .ue as llamo es el alma de la naturale2a5 no di6inidad,
sino el secreto es-ritu del mundo5 ella es la "adre &ni6ersal,; cuyo smbolo corona la
cumbre de esta "onta,a y en cuyos misterios se encierra toda la 6ida y conocimientos de
la historia del mundo.
>oniendo su bra2o sobre la mesa, Ayesha le mir/ con o0os sombros y continu/*
;DEn la 9e .ue tB -ro9esas no ten7is dos dioses, cada uno de los cuales tiene 6arios
ministros, siendo uno el dios de lo bueno, y el otro el dios de lo malo, o sea* un (siris y
un SetE
Leo mo6i/ a9irmati6amente la cabe2a.
;As lo su-use. D=o es el dios de la maldad 9uerte y -uede muchas 6eces ado-tar la
9orma del buenoE 8ime, -ues, entonces, Leo, en este mundo de hoy da del cual
descono2co muy -oco, Dno has odo hablar alguna 6e2 de -obres almas .ue -or ciertas
6anidades terrenas han 6endido esa merced con amargura y angustia terrible -ara sus
-obres almas doloridasE
;'odos los seres de malos instintos hacen lo mismo, de una u otra 9orma ;contest/
Leo.
;: si una 6e2 6i6i/ una mu0er .ue tan loca estu6o y tan sedienta de 6ida, belle2a,
saber y amor .ue -udo, <ohI ...
;D+enderse a ese dios llamado Set o a uno de sus ac/litosE Ayesha, D.u7 .uieres
decirE ;y Leo, le6ant3ndose de su asiento, acab/ con la 6o2 6elada -or el terror;. D1u7 tB
eras esa mu0erE
;D: si as 9ueraE ;-regunt/, incor-or3ndose a su 6e2, y dirigi7ndose lentamente hacia
7l.
;Si as 9uera ;contest/ Leo, sus-irando;, si as 9uera creo .ue sera me0or .ue
cum-li7ramos se-arados cada uno nuestro destino. . .
;<AhI ;di0o Ayesha con una mueca de triste2a -intada en el rostro;. D'e marcharas
entonces con AteneE He de decirte .ue no -uedes de0arme5 tB lo sabes bien, -ues una 6e2
te di muerte. >ero tB no te acuerdas de ello, <-obre criatura de un daI ... >ero recu7rdalo
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bien, ya no te tendr7 conmigo muerto como anta,o, ahora te tendr7 6i6o -ara siem-re.
"ira mi belle2a, Leo, <y ahora 6ete si -uedesI D>or .u7 te acercaste tanto a mE <Leo, 7ste
no es el camino de la liberaci/nI >ero no he de tentarte. +e, si .uieres, Leo, y si 7sa es tu
6oluntad. +ete, amado mo, y d70ame .ue sola su9ra mi destino y mi dolor. Ahora como
siem-re, Atene te hos-edar3 en su -alacio hasta .ue llegue la -rima6era y -uedas cru2ar
las monta,as y 6ol6er a tu mundo y a a.uellas cosas de la 6ida comBn .ue son tu 6ida y
tu alegra. "ira, Leo, me cubrir7 con mis 6elos -ara .ue no -ueda tentarte mi belle2a. . .
;diciendo esto se cubri/ la cabe2a con la -unta del manto, de manera .ue ta-ase
totalmente su cara, y, de re-ente, es-et/ la siguiente -regunta;* D=o 6ol6isteis de nue6o al
Santuario, Leo y tB, des-u7s de rogaros .ue me de0as7is sola allE "e -areci/ 6eros en la
-uerta...
;S, 9uimos a buscarte, Ayesha ;contest/ Leo.
;: encontrasteis a m3s -ersonas de las .ue buscabais, Dno es asE "enos mal .ue
-ude -rotegeros, aun.ue lo .ue 6isteis hubiera -odido ser la causa de la muerte de otros.
;>ero, D.u7 hacas all sentada en el trono, y .ui7nes eran a.uellas sombras .ue se
-rosternaban ante tiE ;-regunt/ mi amigo, 9ramente.
;He reinado ba0o muchas 9ormas y en muchos -ases. Eran antiguos com-a,eros y
ser6idores mos .ue 6inieron una 6e2 m3s a -resentarme sus res-etos y adhesiones. (
.ui23 9ueran solamente sombras, 9ruto de tu cerebro, como a.uellas 6isiones sobre el
9uego .ue te hice 6er -ara -oner en 0uego tu 9uer2a y tu constancia. Leo +incey, debes
conocer la 6erdad5 todas las cosas son ilusiones, no e4iste el -asado ni el 9uturo* todo lo
.ue ha sido y todo lo .ue ser3 es eterno. Has de saber .ue yo, Ayesha, soy una hechicera,
cruel cuando me 6es cruel, hermosa cuando me 6es hermosa, como una -iedra -reciosa
cuando en tus labios a-arece -ara ella la alegra de tu sonrisa. >iensa en esa reina ante la
cual esas 9uer2as de la sombra re6erenciaban y adoraban, -or.ue 7sa soy yo. >iensa en
ese ser horroroso, -obre -inga0o humano .ue 6iste desnudo en la roca, -or.ue 7se soy yo.
<(h, .ui7reme y ad/rame tal como soy, conociendo todo el mal .ue encierra mi es-ritu,
-or.ue 7sa soy yoI Ahora, Leo, sabes la 6erdad. Arr/0ame de tu cora2/n -ara siem-re si
7se es tu deseo, y estar3s libre5 o t/mame, t/mame tal como soy, y en -ago a mis besos y
a mi eterno amor, toma mi sino sobre tu cabe2a ... =o, Holly, no le digas nada, es 7l s/lo
.uien debe 0u2gar y decidir.
Leo se 6ol6i/, y al -rinci-io cre .ue buscaba la -uerta. >ero no5 solamente se limit/
a -asear -or la habitaci/n en actitud -reocu-ada. 8es-u7s, llegando hasta donde estaba
Ayesha se detu6o, hablando sim-lemente, con 6o2 tran.uila, tal como los hombres de su
naturale2a hacen en los momentos de mayor emoci/n.
;Ayesha ;di0o;5 cuando te 6i tal como eras, 6ie0a y horrible, tB lo sabes bien, me
-ostr7 ante ti. Ahora, cuando me has contado el secreto de ese -acto im-o, cuando mis
o0os te han 6isto reinando como se,ora de es-ritus buenos y malos, 6uel6o a -ostrarme
ante ti. 8e0a .ue tu sino, grande o -e.ue,o, cual.uiera .ue 9uera, sea tambi7n el mo.
Auando Ayesha oy/ esto, su manto cay/ a los -ies, y -or unos segundos -areci/
silenciosa, como sor-rendida -or las -alabras .ue acababa de or5 mas, reaccionando,
rom-i/ a llorar con ardientes l3grimas. 8es-u7s lleg/ hasta Leo, -ostr3ndose ante 7l hasta
.ue su 9rente toc/ el suelo. A.uel -oderoso ser .ue era m3s .ue mortal, ante .uien los
sacerdotes se -ostraban de hino0os y .ue haca unos momentos haba as-irado el incienso
del homena0e de los 9antasmas o es-ritus, se arro0aba humildemente a los -ies de a.uel
hombre.
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Aon una e4clamaci/n de terror a la 6ista de ese acto tan enternecedor, Leo asi/la de
un bra2o, oblig3ndola a le6antarse
y a ocultar sus l3grimas en una otomana cargada de almohadones.
;'B no sabes lo .ue has hecho ;di0o al 9in Ayesha;. 8e0a .ue todo lo .ue 6iste en la
cumbre de la "onta,a o en el Santuario sean 6isiones de la noche5 de0a .ue la historia* de
la diosa o9endida sea una 93bula si tB .uieres5 -ero lo .ue debes creer, -ues es 6erdad, es
.ue tB has sido la cul-a de todos mis dolores y su9rimientos, .ue -or ti com-r7 la belle2a
in9inita .ue trans9orm/ mi cuer-o y .ue he -agado la deuda con intereses en escarnios y
burlas .ue han amargado mi 6ida en estos Bltimos tiem-os ...
Leo intent/ hablar, -ero Ayesha le indic/ silencio.
;"ira, Leo ;continu/;, -or entre tres grandes -eligros ha -asado tu cuer-o durante
esta Bltima 0ornada de tu 6ida 0unto a m* las monta,as, los "astines de la "uerte y el
-reci-icio. >ues bien5 has de saber .ue eso solamente 9ueron -ruebas a .ue ha sido
sometida tu alma. Lo mismo .ue descendiste -or el -reci-icio del glaciar sin saber lo .ue
haba en el 9ondo, as ahora, y -or tu -ro-ia elecci/n y -or amor a m, te has hundido en
un abismo .ue es aBn m3s -ro9undo, -ara com-artir sus horrores con esta -obre alma
ma. DHas com-rendidoE
;Algo, no todo5 -ero... ;contest/ Leo.
;Seguramente te cubre un doble 6elo de ceguera ;di0o Ayesha, im-aciente;. Escucha
de nue6o* tB me recha2aste ayer escuchando el grito de la naturale2a, al 6erme en a.uella
triste 9orma, debiendo, -or consiguiente, continuar re-resentando mi -a-el de sacerdotisa
de una 9e ol6idada. Msta era la -rimera -rueba, la -rueba de tu carne. <=o, no era la
-rimeraI, la -rimera 9ue la tentaci/n de Atene con sus -romesas y su amor. >ero tB eres
leal, y en el 9ondo de tus recuerdos mi amor, mi belle2a y mi hermosura -arecieron
renacer... 'B me has recha2ado esta noche* cuando as me 9ue ordenado, te mostr7 la
6isi/n del Santuario y te con9es7 el negro crimen .ue mi alma encerraba5 entonces, sin
es-eran2a y humillado ante mi -oderosa 9uer2a terrenal, estaba yo obligada a continuar
mi marcha en las -ro9undas y eternas sombras de la soledad ... Msta era la tercera -rueba
.ue se te estaba designada, la -rueba de tu es-ritu... >ero tu 9ortale2a ha sabido a9lo0ar el
yugo .ue el 8estino tena ce,ido a mi cuello... Ahora ya estoy regenerada de ti, -udiendo
es-erar contigo otra 6ida m3s 9eli2 y 6erdadera en la cual reencarnar3s de nue6o. Sin
embargo, si tB su9rieras, <si tB su9rierasI. . .
;<>ues su9riraI ;di0o Leo, serenamente;. Sal6o algunas cosas, mi mente lo
com-rende todo, y creo .ue al 9in res-landecer3 la 0usticia algBn da -ara todos nosotros.
Si he roto el yugo .ue o-rima tu cuello, si te he sal6ado de algBn mal es-iritual .ue te
amena2aba, tomando un riesgo sobre mi cabe2a, <bienI <=o he 6i6ido, -ero si es
necesario tam-oco morir7 en 6anoI As, -ues, 6amos a e4aminar esos -roblemas, o me0or,
cont7stame -rimero a uno, Ayesha* Dc/mo has -odido trans9igurarte sobre la cumbre de la
"onta,aE
;Entre llamas te de07, y entre llamas 6uel6o a ti de nue6o, y entre llamas -uede ser
.ue 0untos -artamos. <"as .ui7n sabe si el cambio estaba solamente en 6uestra 6ista y no
en mi 9iguraI :a te he contestado. =o -retendas saber m3s.
;&na sola cosa -retendo saber toda6a, Ayesha* nuestros des-osorios se han reali2ado
esta noche, Dcu3ndo ser3 nuestro matrimonioE
;'oda6a, no5 toda6a, no ;contest/ Ayesha con la 6o2 entrecortada;. Leo* debes hacer
desa-arecer esa es-eran2a, -or el momento, de tu cabe2a hasta dentro de algunos meses,
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.ui23 un a,o5 mientras tanto tendr3s .ue contentarte con ser mi -rometido y mi amado.
;D>or .u7E ;-regunt/ Leo,
contrariado 9uertemente -or
este obst3culo ines-erado;.
Ayesha* yo he sido tu amigo y
tu amado durante muchos a,os
da -or da y hora -or hora5 6a
el tiem-o -asando, y al
contrario .ue tB, 6oy
en6e0eciendo.. . La 6ida 6uela
y hay 6eces .ue -resiento .ue
su 9in se acerca...
;<=o hables en esa 9orma,
amado moI ;di0o Ayesha, sal;
tando de la otomana y dando
un 9uerte gol-e con su sandalia
en el suelo, llena de una rabia,
hi0a del miedo;. Sin embargo,
dices 6erdad. 'B no est3s
-re6enido contra los accidentes
de la 6idaX y del tiem-o. <(h,
horrible, horrible5 me aterrori2a
el -ensar .ue -udieras morir y
de0arme a m 6i6iendo toda6aI
;Entonces, dame tB 6ida,
Ayesha.
;:o te la dara5 D-ero tB
sabes lo .ue eso re-resentaE ...
En la -rima6era, cuando las
nie6es se derritan, nos -ondremos en camino todos 0untos hacia Libia, y all te ba,ar3s en
la Huente de la +ida, de la cual un da tu6iste miedo de beber. 8es-u7s te -ertenecer7.
;(cho meses hasta abril antes de .ue -odamos -onernos en marcha, y des-u7s...,
Dcu3nto tiem-o hasta cru2ar las monta,as y todo el 6asto territorio .ue se e4tiende tras
ellas..., los mares, y las llanuras de ForE 8os a,os al menos, Ayesha, han de transcurrir
antes de .ue lleguemos a a.uellos lugares.
Leo call/ como -ensando en el nue6o giro .ue -resentaban los acontecimientos, y
como es-erando alguna 9rase de Ayesha .ue alegrase la triste2a de esta larga es-era.
>ero Ayesha nada di0o, nada, nada... DHue -or.ue nada tena .ue decirE DHue -or
miedoE Lo cierto es .ue, le6ant3ndose, nos des-idi/ -or.ue deseaba descansar.
"A$%T!& '8
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&E Y E& &E$ARD
&eo deseaba estar continuamente 0unto a Ayesha, a -esar de .ue -as3bamos todas las
6eladas 0unto a ella y la mayor -arte del da, hasta .ue Ayesha se dio cuenta de .ue esta
inacti6idad y la larga -ermanencia en lugares cerrados e0erca su in9luencia en mi amigo,
.ue -or tantos y largos a,os haba 6i6ido a la intem-erie. Al reconocerlo as, y a -esar de
.ue estaba in9luenciada -or el terror de .ue -eligrara la 6ida de su amado Leo, se dis-uso
a organi2ar caceras de carneros sal6a0es y de ibices, .ue en abundantes reba,os 6i6an
-or los riscos y 6ertientes de la monta,a. En estos cineg7ticos e0ercicios raramente
acom-a,aba yo a mi amigo, -ues el bra2o me causaba 9uertes dolores.
&na 6e2 ocurri/ un accidente. Estaba yo sentado con Ayesha en el 0ardn, y la
contem-laba en silencio. 'ena ella la cabe2a a-oyada en una mano, mientras su mirada,
absorta, -areca contem-lar sus -ro-ios -ensamientos. +iendo as su belle2a, ine4-resi6a
y 9ascinadora como a.uella hermosa Helena de la #lada, se com-renda .ue a.uella
mu0er, en su larga 6ida, -odra haber sido la causa de su9rimientos sin cuento, si hubiera
-odido mostrarla en otros lugares del mundo menos a-artados .ue a.u7l.
En todas estas mudas re9le4iones se torturaba mi cerebro, y mis o0os no cesaban de
contem-larla, cuando de im-ro6iso se agit/ terriblemente, y se,alando a una ladera de la
monta,a distante5 e4clam/*
;<"iraI
"ir7, y nada 6i, a e4ce-ci/n de una interminable sabana de nie6e.
;<=ecioI D'an ciego est3s .ue no -uedes 6er .ue mi bienamado est3 en -eligroE
;grit/;. <(hI, he ol6idado .ue eres ciego, mas toma de m la 6ista .ue te 9alta ;diciendo
esto, me agarr/ una mano y not7 .ue una e4tra,a corriente circulaba -or todo mi cuer-o,
de la cabe2a a los -ies.
#nstant3neamente mis o0os se abrieron, -ero no -ara contem-lar el -aisa0e, sino -ara
-oder 6er en el aire, a -ocos -asos de m, a Leo rodando y luchando entrela2ado con un
leo-ardo de las nie6es, mientras los 0e9es y los ca2adores .ue lo acom-a,aban buscaban
la o-ortunidad de e4terminar al bruto con sus lan2as, R-ues Leo estaba desarmado.
Ayesha, rgida -or el terror, sus-iraba a mi lado. El 9in de esta escena lleg/, -ues 6i
.ue Leo e4traa de entre sus ro-as un largo cuchillo y lo se-ultaba en el 6ientre del
leo-ardo, .ue, des-u7s de 6arias sacudidas ag/nicas, .ued/ inm/6il. Entonces Leo,
le6ant3ndose, se ech/ a rer, se,alando a su 6ctima y a sus desgarradas 6estiduras. &no
de los ca2adores se adelant/, a-resur3ndose a . 6endar algunas heridas .ue en su mano se
haba -roducido durante la lucha, con tro2os de lien2o -rocedente de las ro-as interiores
de Leo.
La 6isi/n se des6aneci/ tan re-entinamente como haba 6enido, y not7 .ue Ayesha se
a-oyaba en mi hombro medio des6anecida -or el miedo, como -udiera haberlo hecho
cual.uier mu0er comBn.
;Este -eligro ha -asado, D-ero cu3ntos han de 6enir aBnE <(h, -obre cora2/n moI
<Au3nto tienes .ue su9rir tB toda6aI
Su ira entonces 9ue a descargarse contra el 0e9e de los ca2adores, en6iando
mensa0eros con una litera, y; ungUentos, orden3ndoles traer a su se,or Leo, as como a
sus com-a,eros, a su -resencia.
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;DHas 6isto c/mo son mis das, mi 9iel HollyE >ues as han sido durante muchos a,os
;di0o Ayesha;5 -ero esos -erros malditos me -agar3n caros estos momentos de agona.
"!ATR horas m3s tarde regresaba Leo, marchando tras la litera en la cual no iba
7l -recisamente como se -ens/, sino un carnero de la monta,a y la -iel del leo-ardo de
las nie6es, .ue haba -uesto all -ara ahorrar a los ca2adores el traba0o de trans-ortarla.
Ayesha salt/ hacia 7l y lo abra2/ con tierna solicitud, dirigi7ndole toda clase de dulces
re-roches. Leo, .ue la escuchaba asombrado, -regunt/*
;DA/mo sabes tB lo .ue ha -asadoE <'oda6a no te he ense,ado la -iel del leo-ardoI
;Lo s7 -or.ue lo 6i ;contest/ Ayesha La herida m3s gra6e la tienes en el cuello. D'e
has -uesto la untura .ue te en6i7E
;=o ;di0o;. >ero si tB no has de0ado el Santuario, Dc/mo lo has -odido 6erE D>or tu
magiaE
;Si tB lo .uieres as, s5 yo te 6i, como as tambi7n Holly, rodando -or la nie6e con
ese 9iero animal, mientras esos malditos te rodeaban temblando como criaturas.
;<:a estoy cansado de tanta magiaI ;interrum-i/ Leo, 9irmemente;. DEs .ue no -uede
un hombre estar solo en la monta,a, aun.ue sea con un leo-ardoE : res-ecto a esos
bra6os...
En este momento entr/ (ros, y murmur/ algo .ue no -udimos entender.
;Lo .ue res-ecto a esos Cbra6osC, ya tratar7 yo con ellos... ;di0o Ayesha con amargo
7n9asis5 y cubri7ndose, -ues nunca a-areca descubierta ante la; gente de la "onta,a,
sali/ de la estancia.
;D8/nde ha ido, HoracioE ;-regunt/ Leo;. DA alguna de sus ceremonias en el
SantuarioE
;<=o s7I ;contest7;. >ero si es as, creo m3s bien sea -ara celebrar los 9unerales del
0e9e de los ca2adores.
;D1uieres decirE. .. ; e inmediatamente sali/ tras de Ayesha.
&n minuto o dos m3s tarde cre con6eniente seguirlos. En el Santuario se
desarrollaba en a.uellos momentos una curiosa escena. Ayesha estaba sentada 9rente a la
estatua. Ante ella, em-e.ue,ecidos -or el terror y -ostrados de rodillas, un hercBleo 0e9e,
-elirro0o, as como sus cinco ca2adores lle6ando toda6a sus lan2as de ca2a, aguardaban
atemori2ados el 9in de a.uella escena, de la .ue de-enda su 6ida. Leo, .ue como su-e
des-u7s, haba intercedido en 9a6or de a.uellos hombres y obligado a guardar silencio,
es-eraba en -ie, con los bra2os cru2ados, el resultado de la sentencia. A -e.ue,a
distancia, en segundo t7rmino, haba una docena o m3s de guardianes del tem-lo,
armados de es-adas y temibles -or su 9ortale2a y estatura.
Ayesha, con su m3s dulce 6o2, -reguntaba a a.uel hombre c/mo el leo-ardo, cuya
-iel estaba a -oca distancia, haba llegado a atacar a Leo. El 0e9e contest/ .ue ellos
haban encontrado a la 9iera entre los rocas5 .ue uno de ellos la haba herido y .ue el
animal, en9urecido, sali/ de su re9ugio saltando sobre el hombre .ue lo hiri/, y .ue
milagrosamente -udo -onerse a sal6o, -ero no as el se,or Leo, al .ue el animal atac/,
cayendo los dos rodando en 9ero2 abra2o hasta .ue al 9in, el hombre, m3s h3bil, le dio
muerte. Eso era todo.
;=o todo ;res-ondi/ Ayesha;, -ues ol6id3is contar, cobardes, .ue 6osotros
-rocurabais -oneros en seguridad, abandonando a mi se,or a la 9uria de la bestia. Oien.
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Aonducidlos 9uera de la "onta,a, all donde moran las 9ieras, -ara .ue -ere2can a sus
9auces5 as sabr3n .ue a.uel .ue les d7 comida o los cobi0e, muere.
Aom-rendiendo .ue no haba lugar a -iedad o e4cusa, el 0e9e y sus com-a,eros se
le6antaron y haciendo una re6erencia se dis-usieron a salir.
;5&n momento, camaradasI ;grit/ Leo;. Je9e, dame tu bra2o5 mis heridas -arecen
em-eorar y no -uedo ir muy a -risa. Acabaremos 0untos esta cacera.
;D1u7 6as a hacerE DEst3s locoE ;-regunt/ Ayesha.
;=o s7 si estoy loco ;re-iti/ Leo;, -ero lo .ue s s7 es .ue eres cruel e in0usta. "ira
estos hombres* no hay nadie m3s bra6o .ue ellos. Este hombre ;y se,al/ a uno, al .ue el
leo-ardo haba derribado; ocu-/ mi lugar y 9ue delante de m -or.ue yo le orden7 .ue
atacara a la 9iera, y as 9ue herido. Aomo todo lo 6iste, tambi7n debiste 6er eso. 8es-u7s
me atac/ a m, y el resto de mis com-a,eros me rodeaban, acechando la ocasi/n Rde
atacar, .ue no era 93cil, -ues estando la 9iera y yo estrechamente abra2ados, -odan
in6oluntariamente herirme a m. As est3bamos, cuando uno de ellos, con las manos
desnudas, -uedes 6er las se,ales de los dientes en ellas, agarr/ a la 9iera, sin .ue,
desgraciadamente, hubiera alcan2ado un resultado -ositi6o, hasta .ue yo mismo -ude
hundir mi cuchillo en su 6ientre. <As, -ues, si ellos deben -erecer en la "onta,a, yo, .ue
soy el cul-able de todo, ir7 a morir 0unto con ellosI
"ientras los ca2adores le miraban con 9er6orosa gratitud, Ayesha, des-u7s de
re9le4ionar unos momentos, di0o sinceramente*
;En 6erdad, mi due,o y se,or, si yo hubiera conocido toda esa admirable historia,
bien em-leados me estaban los cali9icati6os de in0usta y cruel5 -ero, desgraciadamente,
s/lo saba lo .ue haba 6isto, y ciertamente en a.uellos momentos la conducta de estos
hombres no era de lo m3s admirable. "is sier6os, mi se,or ha intercedido -or 6osotros, y
est3is -erdonados5 es m3s, a.uel a .uien el leo-ardo derrib/ y a.uel .ue lo agarr/ con sus
manos ser3n recom-ensados5 -ero mal lo -asar7is si otra 6e2 -usierais en ocasi/n de
-eligro la 6ida de mi se,or. <#dosI
"!AND de0amos el Santuario, y de nue6o estu6imos solos en el recibidor, la
tormenta interior .ue la cara de Leo -resagiaba, estall/. Ayesha reno6/ sus -reguntas
acerca de sus heridas, y deseaba .ue (ros llamara al m7dico -ara curarlas, y como Leo se
negara, R o9reci/ curarlas ella misma, y 7l le -regunt/, muy serio, si crea .ue era un ni,o
de -echo -ara necesitar de tan tiernos cuidados. Ante esto, dicho tan en serio, no -ude
menos de soltar una carca0ada.
Leo ri,/ a Ayesha, s, <la ri,/I 8eseaba saber .u7 .uera decir con a.uel es-iona0e
m3gico, .ue nunca haba .uerido y del .ue siem-re haba descon9iado. 1u7 era a.uella
condena im-uesta a a.uellos 6alientes, sus buenos amigos, a una muerte tan indigna y tan
cruel, y .u7 signi9icaba a.uella orden a los ca2adores de .ue cuidaran de 7l como si se
tratase de un -obre ni,o in63lido, oblig3ndolos a res-onder con su 6ida si 7l su9ra la m3s
-e.ue,a herida5 <7l, .ue en tiem-os haba matado toda clase de ca2a mayor y -asado a
tra67s de todos los -eligros imaginablesI
As la maltrataba con sus duras -alabras5 -ero lo m3s admirable era .ue Ayesha, ese
ser su-erhumano, escuchaba -acientemente toda a.uella llu6ia de re-roches. Sin
embargo, ningBn hombre hubiera osado hablar a a.uella mu0er ni si.uiera en 9orma m3s
sua6e .ue mi amigo, -ues seguramente sus 9rases y su 6ida hubieran tenido
simult3neamente el mismo 9in, sabiendo yo como saba .ue -oda matar a un hombre con
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el solo es9uer2o de su 6oluntad. >ero, en cambio, comen2/ a llorar. Nruesas l3grimas
brotaban de sus hermosos o0os, rodando -or sus me0illas de rosa ;-ues estaba inclinada
hacia adelante; y caan al suelo como gruesas gotas de llu6ia di6ina.
A la 6ista de a.uella -al-able e6idencia de humanidad, la ira de Leo -areci/ 9undirse
en su cora2/n de enamorado. Ahora era 7l el .ue humildemente -eda -erd/n... Ella, en;
tonces, le dio la mano en se,al de -erd/n y ol6ido, dici7ndole*
;8e0a .ue los otros me hablen como ellos .uieran5 -ero de ti, Leo, tus -alabras me
hacen su9rir atro2mente. <(h, eres cruel, cruelI DEn .u7 he -odido o9enderteE D>uede
o9enderte .ue mi alma est7 siem-re 6igil3ndote sin .ue tB lo se-asE <As lo he hecho
siem-re, desde .ue -artiste de la Huente de la +idaI D>uede o9enderte .ue me es-ante al
6er .ue te rodean -eligros .ue no -uedo con0urarE D1u7 re-resenta la 6ida de unos
cuantos ca2adores semisal6a0es com-arados con un solo sus-iro de tu -echoE Si los
hubiera matado, otros les hubieran substituido, m3s 6alientes y cuidadosos de tu 6ida y
seguridad. Ahora, como no les he matado, ellos o sus com-a,eros -ueden conducirte a
otros -eligros .ue -odan acarrear tu muerte.
Ayesha -ronunci/ con horror esta Bltima -alabra.
;Escucha, amada ma ;di0o Leo;. La 6ida del m3s humilde de esos hombres es de
tanto 6alor -ara 7l como es la ma -ara m, y tB no tienes m3s derecho a matar a esos
hombres .ue el .ue tienes -ara matarme a m. <Au3nto dolor me causa el 6er .ue tu
e4cesi6o cari,o -or m -uede conducirte a la crueldad y al crimenI Si tienes miedo -or mi
6ida, cBbreme entonces con tu inmortalidad, la cual, aun cuando la temo un -oco,
-ro6iniendo de una no muy santa alian2a y no -ermitida en la tierra -or mi religi/n, la
ace-tara con go2o al saber .ue desde entonces estara 0unto a ti y .ue nunca -artira de tu
lado, y si, como tB dices, esto no es -osible toda6a, de0a .ue tomemos lo .ue la 9ortuna
nos de-are y seamos 9elices. 'odos los hombres deben morir5 -ero si yo he de hacerlo
antes .ue tB, d70ame ser 9eli2 contigo hasta entonces.. . , aun.ue s/lo sea -or una hora...
;Si -udiera ser, Dc/mo no lo haraE ;contest/ Ayesha con un -iadoso mo6imiento de
su mano;. <(h, no insistas m3s, te lo ruego, Leo, -or.ue si no, no -odr7 al 9in resistir y
har3s .ue te condu2ca -or un camino de muerte y desolaci/nI Leo, Dno has odo nunca
hablar del amor .ue mata o del 6eneno .ue -uede ocultar el sorbo de la co-a de una
9elicidad demasiado -er9ectaE
: al decir esto, Ayesha, como si tu6iera miedo de s misma, en un r3-ido e instinti6o
mo6imiento, sali/ de la estancia.
"A$%T!& +;
&A A&@!I)IA DE AYESHA
$oco tiem-o des-u7s del incidente del leo-ardo, Ayesha comen2/ a discutir sobre
los -lanes de nuestro -oderoso 9uturo, a.uella terrible herencia .ue nos haba -rometido.
A.u debo e4-licar, si es .ue antes no lo hice, .ue, a -esar de mis negati6as en a,os
anteriores, y de la -reciosa o-ortunidad .ue se me o9reca, me sera concedida la merced
de ba,ar mi cuer-o en los 9uegos de la 6ida eterna, aun cuando no saba de .u7 9orma
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haba de salir de ellos. >or mucho .ue se lo -regunt7 a Ayesha, no me lo .uiso re6elar.
Los -lanes de Ayesha eran grandes y terror9icos.
Auando llegamos a For, recuerdo .ue nos sor-rendi/ en e4tremo el or decir a ELLA
.ue tena la determinaci/n de a-oderarse de Nran Oreta,a, s/lo -or el hecho de .ue
nosotros -ertenecamos a a.uel -as. Ahora .ue sus -oderes haban aumentado, sus ideas
su9ran el mismo -arang/n, y haba decidido hacer a Leo el soberano del mundo.
;D: c/mo ;-regunt/ Leo con un sus-iro ronco, -ues esta 6isi/n de gobierno
uni6ersal, -areca no ser de su agrado-odr3s tB, Ayesha, lle6ar a cabo tales cosasE
;Se hara muy 93cilmente. :o -uedo mandar un e07rcito .ue destruira los del mundo
y hundira sus escuadras en las tenebrosidades del mar. S, yo, a .uien los rayos y las
9uer2as elementales de la naturale2a obedecen. >ero tB, amado mo, te estremeces a la
6ista de la muerte, y crees toda6a .ue el cielo se eno0ar3 -or.ue yo misma me con6ierto,
o soy escogida, como instrumento del mismo cielo. As, -ues, de07moslo -or ahora, -ues
tu 6oluntad es la ma, y -uede ser .ue, mientras, encontremos un camino menos 6iolento.
;D: c/mo llegar3s a con6encer a los reyes de la tierra a .ue de-ositen sus coronas a
tus -iesE ;-regunt7, at/nito.
;<(bligando a sus -ueblos a .ue tal haganI ;contest/
Ayesha sua6emente;. <Ah, Holly, Holly, cu3n estrecha es tu mente, .u7 enre6esados
son los -ensamientos .ue -ueblan tu imaginaci/nI 8esecha las tinieblas .ue -ueblan tu
cerebro, y re9le4iona. Auando nosotros a-are2camos entre los hombres, arro0ando el oro
-ara .ue satis9agan sus necesidades, re6estidos de un -oder terror9ico, con una belle2a
deslumbradora y con nuestra 6ida inmortal, nos gritar3n* C<Sed nuestros monarcas y
gobernadnosIC
;1ui23 ;contest7 dudoso.
Sin embargo, yo no tena la menor duda de .ue Ayesha era ca-a2 de -oner sus
-ensamientos en -r3ctica y .ue 7stos nos haban de conducir a alguna conclusi/n
sor-rendente. D>or .u7 noE La muerte no -oda tocarla5 haba triun9ado sobre ella. Su
belle2a es-l7ndida ;a.uella Cco-a de locuraC de sus o0os, como una 6e2 los llam/ delante
de m; era ca-a2 de con6ertir en escla6os incluso a los hombres m3s indi9erentes. Su
-rodigiosa inteligencia era ca-a2 de in6entar nue6os medios de lucha contra los cuales
los m3s -oderosos e07rcitos a estrellaran y se destro2aran im-otentes. Adem3s, no hay
.ue ol6idar .ue como ella deca, y como yo tambi7n tena la seguridad de ello, Ayesha
-oda dis-oner de las 9uer2as de la =aturale2a, tal como los elementos y la electricidad,
haci7ndola terriblemente temible.
"ientras estaba sumido en estas re9le4iones con la es-eran2a de .ue Ayesha no se
tomase la molestia de leer 7stas en mi -ensamiento, me di cuenta de .ue (ros estaba
-ostrado ante ella con la 9rente -egada en tierra.
;D1u7 -asa, sacerdoteE ;-regunt/ 6i6amente, -ues cuando estaba con Leo no .uera
ser -or nada interrum-ida.
;Hesea, los es-as han 6uelto.
;D>or .u7 no los en6as a9uera de nue6oE ;contest/ indi9erente;. D1u7 necesidad
tengo de tus es-asE
;Hesea, as me lo ordenaste.
;Oien5 Dcu3l es su in9ormeE
;Es gra6simo. El -ueblo de Faloon est3 deses-erado -or.ue la se.ua ha destruido
sus sembrados en tal 9orma, .ue el hambre hace -resa ya en ellos. Ellos cul-an de su
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desgracia a los e4tran0eros .ue han atra6esado el -as y se han cobi0ado en tu Santuario.
La Fhania, -or otra -arte, est3 loca de rabia contra ti y contra nuestro Santo Aolegio.
'raba0a noche y da en la organi2aci/n de dos grandes e07rcitos de cuarenta y 6einte mil
hombres, res-ecti6amente, el Bltimo de los cuales lo en6a a luchar contra ti al mando de
su to, el mago Simbr. En el caso de .ue resultaran derrotados, se -ro-one -ermanecer
con un segundo y m3s -oderoso e07rcito en los llanos .ue circundan Faloon.
;#nteresantes nue6as en 6erdad ;di0o Ayesha con una des-reciati6a sonrisa;. DHabr3
su odio 6uelto loca a esta mu0er hasta tal -unto de .uerer luchar contra mE "i 9iel Holly,
hace unos momentos -asaba -or tu imaginaci/n la idea de si estara yo loca al -ensar en
a.uella 9orma. >ues bien, en unos cuantos das, seis no m3s, -odr3s 6er, aun.ue la e4-e;
riencia ser3 -e.ue,sima, hasta .u7 -unto -uede llegar mi -oder, y entonces no te .uedar3
lugar a dudas. Es-erad, mirar7 yo, -ues temo .ue los es-as -uedan haber sido 6ctimas
de sus -ro-ios temores o de la 9alsa de Atene.
Entonces la mirada de Ayesha se -erdi/ a lo le0os, y sus 9acciones .uedaron rgidas
como las de un cad36er5 la aureola de lu2 -erdi/ intensidad y sus grandes -u-ilas se
contra0eron, -erdiendo su color.
Al -oco rato, unos cinco minutos, -areci/ des-ertar como de un -ro9undo sue,o y
-asando una mano -or la 9rente con una sua6e languide2.
;Es 6erdad ;di0o; y debo -onerme -ronto en acci/n, al menos .ue muchos de mis
hombres sean asesinados. "i Leo, D.uerras tB 6er esta guerraE =o5 tB debes -ermanecer
en seguridad a.u, mientras yo 6oy a 6isitar a Atene como le -romet...
;<8onde tB 6ayas ir7 yoI ;grit/ Leo ro0o de 6ergUen2a.
;<:o te ruego .ue noIR <=o, no 6engasI ;im-lor/ Ayesha, aun.ue en el 9ondo saba
.ue su ruego era inBtil;. :a hablaremos de eso m3s tarde. (ros, en marcha. En6a el
Huego de Hesea 3 cada 0e9e. 8e a.u a tres noches, a la salida. del sol, reBne todas las
tribus5 no todas, unos 6einte mi hombres ser3n bastante, y .ue el resto -ermane2ca a.u
guardando el Santuario y la "onta,a. 1ue lle6en. -ro6isiones -ara .uince das. :o me
reunir7 con ellos en la -r/4ima aurora. <+e a cum-lir mis /rdenesI
(ros se inclin/ y sali/ del a-osento. Ayesha, como si nada hubiera -asado, continu/
hablando del tema .ue le interesaba tanto.
AAA
?Be en el transcurso de una 6elada similar a la de la noche anterior, cuando unas
obser6aciones de Leo nos dieron ocasi/n de -resenciar una mara6illosa e4-eriencia de
los -oderes de Ayesha.
Leo, .ue todo el tiem-o haba considerado y censurado sus -lanes de con.uista tan
e9ica2mente como -udo, di0o de -ronto .ue al 9in tendran .ue ser desechados, -uesto .ue
su e0ecuci/n costara tan considerable cantidad de algBn material de true.ue .ue Ayesha
misma se 6era im-osibilitada de -rocurarse.
Ella lo mir/ y ech3ndose a rer, di0o*
;'ienes ra2/n, Leo, -ara ti, s5 y -ara Holly a.u -resente, a .uien debo -arecerle una
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muchacha loca, agitada -or el 6iento y la 9antasa y habitando en un -alacio hecho de
humo y 6a-ores o de rayos de
sol. D>iensas .ue 6oy a
dis-onerme a hacer la guerra, una
mu0er contra todo el mundo ;y
cuando as habl/, su 9igura creci/
en gra6e ma0estad y sus o0os
miraron de tal 9orma .ue helaron
mi sangre en las 6enas; sin -re;
-ararme antes -ara sus
e4igenciasE D>or .u7E Si lo
-re6imos todo. :o lo tengo en
consideraci/n en mi memoria y
ahora sabr3s c/mo sin costo
alguno -ara a.uellos a .uienes
gobernemos, yo llenar7 las arcas
del tesoro de la Em-eratri2 de la
'ierra. D'e acuerdas, Leo, de
c/mo en For encontr7 un
singular -lacer durante a.uellos
terribles a,os de soledad,
9or2ando a mi "adre la
=aturale2a a de-ositar en m sus
m3s escogidos secretosE
Seguidme los dos y 6er7is lo .ue
mortales o0os no han 6isto
toda6a.
;D1u7 es lo .ue 6amos a 6erE
;-regunt7 dudoso, -ues
solamente tena noci/n de los -oderes de Ayesha como medios 9sicos.
;Lo .ue tB sabr3s, o lo .ue no sabr3s, si te .uedas a.u. +en tB, Leo, amor mo, y de0a
a ese sabio 9il/so9o .ue descubra el enigma y se estrelle contra 7l.
Atra6esamos largos -asa0es, -or los .ue nunca habamos -asado hasta entonces,
hasta llegar a una -uerta .ue Leo abri/ a indicaci/n de ella. Est3bamos en una ca6erna
desde cuyo 9ondo sala un res-landor de lu2. Aomo 6imos en seguida, a.uel lugar era su
laboratorio, -ues haba all grandes 9rascos de metal, as como instrumentos de rara
9orma. Adem3s, un horno, -r3cticamente concebido.
Auando entramos, dos sacerdotes estaban traba0ando. &no de ellos remo6a el
contenido de una caldera con una gruesa barra de hierro, mientras el otro reciba su
contenido en unos moldes de yeso. Se detu6ieron -ara saludar a Ayesha, -ero a una se,al
de ella continuaron su traba0o, mientras les -reguntaba si todo marchaba bien.
;<"uy bien, oh, HeseaI ;contestaron.
8es-u7s -asamos a tra67s de esta ca6erna y de sombros corredores hasta una
-e.ue,a habitaci/n cortada en la roca. All no haba l3m-ara ni luminaria alguna, y, sin
embargo, el lugar estaba lleno de una sua6e lu2 .ue -areca emanar de la -ared o-uesta.
;D1u7 hacan a.uellos sacerdotesE ;-regunt7, m3s .ue nada -or rom-er el
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im-resionante silencio.
;D>ara .u7 gastar -alabras en tan tontas -reguntasE ;contest/;. DEs .ue en tu -as no
se 9unden tambi7n los metalesE
D=o has com-rendido toda6a lo .ue estoy haciendoE Aun.ue sin 6erlo nunca lo
creeras. +en, ahora lo 6er3s.
8iciendo esto, nos se,al/ dos e4tra,os ob0etos, colgados de la -ared, hechos de un
material raro, mitad madera y mitad -a,o, -ro6istos de unos cascos seme0antes a las
esca9andras de los bu2os.
Oa0o su direcci/n, Leo y yo nos embutimos en a.uellas 6estiduras, desde dentro de
las cuales no -odamos or ningBn ruido ni 6er la lu2 del e4terior.
;<Estamos com-letamente en las tinieblasI ;di0e, -ero nadie res-ondi/. 'ena la
seguridad de .ue no est3bamos solos, cosa .ue no hubiera deseado...
;S, Holly ;e4clam/ burlona la 6o2 de Ayesha;, en las tinieblas has estado siem-re,
-ero en las -ro9undas tinieblas de tu ignorancia y tu incredulidad. Oien, no te -reocu-es5
ahora como siem-re, te inundar7 de lu2.
"ientras. hablaba, -ercib a tra67s de mi esca9andra el ruido sordo de algo .ue
rodaba, su-use .ue era una -uerta de -iedra.
All haba lu2 aun a tra67s de a.uel a-arato .ue nos -rotega contra la lu2 e4cesi6a5
era tal la abundancia de 7sta .ue casi nos cegaba. +i .ue la -ared o-uesta a nosotros se
haba abierto y .ue nos encontr3bamos en el umbral de otra c3mara. Al 9inal de 7sta haba
algo como un -e.ue,o altar de roca obscura y sobre este altar una masa del tama,o de la
cabe2a de un ni,o, -ero a9ectando la 9orma oblonga ;su-ongo .ue -or 9antasa; del o0o
humano.
Huera de este o0o se es-arca a.uella cegadora e intolerable lu2 .ue era re9le0ada -or
miles de -antallas de una -iedra negru2ca como de ladrillos .uemados5 es m3s, la lu2
6ena a caer y a centu-licarse en luminosos rayos en una masa de metal sostenida -or un
arma2/n de hierro.
<1u7 rayos cru2aban el es-acioI Si todos los diamantes de la tierra se colocaran
0untos y tras una -oderosa l3m-ara el7ctrica, la lu2 .ue des-ediran no -odra ser ni la
mil7sima -arte de la .ue a.u brillaba. "is o0os se irritaban y creo .ue senta resecar mi
-iel ba0o su in9luencia. Ayesha -ermaneca all indi9erente e insensible a toda in9luencia
e4terior. 8es-u7s, yendo hasta el 9ondo de la habitaci/n, retir/ su 6elo y se inclin/ sobre
la masa .ue estaba sostenida -or el arma2/n. >areca a sus re9le0os una mu0er de acero
l.uido, cuyos huesos 9ueran 6isibles.
;Esto est3R listo, y algo m3s -ronto de lo .ue yo -ensaba ;di0o.
8es-u7s, aun.ue la masa re-resentaba ser de un -eso e4cesi6o, la tom/ ligeramente
con sus manos desnudas y tray7ndola hacia donde nos encontr3bamos, nos di0o riendo*
;8ecidme ahora si hab7is 6isto u odo hablar alguna 6e2 de una me0or al.uimista .ue
esta -obre sacerdotisa de una religi/n ol6idada.
: tomando la incandescente substancia, la acerc/ a la m3scara .ue me cubra la cara.
"e 6ol6 y ech7 a correr o me0or dicho a tambalear, -ues 6estido de a.uella manera
no -oda correr, hasta llegar a la -ared 9rontera donde .ued7 -egado contra ella, y all,
con mis es-aldas hacia Ayesha, -rotegi7ndome la cabe2a con las maros, -ues 9irmemente
crea .ue a.uella ardiente masa me iba a ser a-licada a la cara. As estu6e hasta or la risa
ir/nica de Ayesha .ue se burlaba de mis es-aldas, oyendo des-u7s un ruido -arecido al
anterior, como si la -uerta de -iedra se cerrase. 8es-u7s, como un -remio del 9uego, la
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semiobscuridad rein/ en a.uel lugar.
=os .uedamos mirando Leo y yo como los bBhos a la lu2 del sol, mientras gruesas
gotas de sudor corran -or nuestra cara.
;DEst3s ya satis9echo, mi .uerido HollyE ;-regunt/ Ayesha.
;DSatis9echo con .u7E ;in.uir malhumorado, -ues el esco2or .ue senta en los o0os
me -roduca una molestia atro2;. Si te re9ieres a .uemaduras y bru0eras, <ya estoy bien
satis9echoI
;: yo tambi7n ;di0o Leo, .ue no de0aba de 0urar y -er0urar en 6o2 ba0a. >ero Ayesha
se ech/ a rer, en una 9orma tan e4tra,a, .ue -areca como si 9uera la diosa de la risa
sobre la tierra. Auando de0/ de rer, -regunt/*
;D>or .u7 esta ingratitudE 'B, mi .uerido Leo, Dno .ueras 6er las admirables cosas
en .ue traba0oE : tB, Holly, Dno has 6enido -or tB -ro-ia 6oluntad, -uesto .ue te di0e .ue
eras libre de .uedarte donde estabas si tal era tu gustoE Ahora, los dos est3n en9adados, os
mostr3is bruscos y llor3is como los chi.uillos cuando se .ueman un dedo. 'oma esto ;y
me dio una -omada .ue haba sobre un estante;5 9r/tate
con ella lo., o0os y 6er3s c/mo .uedas curado inmediatamente.
As lo hice, y e9ecti6amente, ;el dolor desa-areci/, aun.ue hasta muchas horas
des-u7s tu6e los o0os ro0os como la sangre.
;D: cu3les son esas admirables cosasE ;-regunt7;. Si .uiere decir a.uella es-antosa
brasa...
;=o .uiero decir lo .ue est3 ardiendo en ella5 en tB ignorancia no sabes ni cu3l es el
nombre de ese -oderoso agente. "ira, ahora ;y Ayesha me se,alaba la met3lica masa .ue
haba tomado con las manos y .ue toda6a res-landeca, de-ositada en el 9uego;. =o, no
est3 caliente. DArees .ue hubiera .uerido .uemarme las manos -ara con6ertirlas en dos
9ormas re-ugnantesE <'oca, no temas, HollyI
>ero a -esar de sus ruegos, no lo hice. >ensaba .ue muy bien -oda estar Ayesha
acostumbrada al contacto de a.uellas gneas masas, como haba odo de ciertos -ueblos
del sur de Asia. "e .ued7 mirando durante largo rato, sin decidirme a tocar.
;Oien, D.u7 es esto, HollyE
;(ro ;res-ond5 des-u7s, corrigi7ndome a,ad, cobre, -ues la dura coloraci/n ro0i2a
-areca m3s la del cobre .ue la del oro.
;=o, no ;contest/;, <es oro, oro -uroI
;El 9il/n en este lugar debe de ser muy rico entonces ;di0o Leo, incr7dulo, al 6er .ue
yo no deca nada.
;S, la mina de hierro es muy rica.
;DLa mina de hierroE ;-regunt/ Leo at/nito.
;<SeguramenteI ;contest/;. D8e .u7 mina -odra sacarse el oro en tan grandes masasE
Hierro, mi buen amado5 hierro .ue mi al.uimia con6ierte en oro, .ue -ronto nos ser6ir3
-ara lle6ar a cabo nuestros -ro-/sitos.
Leo -ermaneca mudo -or el estu-or5 -ero yo no llegaba a creer .ue a.uello 9uera
oro y mucho menos .ue 7ste 9uera hecho del hierro. Entonces, leyendo mis -ensamientos
en uno de a.uellos cambios de manera de ser, .ue le eran tan -articulares, Ayesha grit/*
;<>or la =aturale2a mismaI DEres tB, mi 9iel Holly, .uien se com-lace en
morti9icarme con su incredulidadE Si yo .uisiera con6ertira en oro, al e4-onerla a los
secretos rayos .ue -oseo, hasta los huesos de tB mano derecha. >ero, D-or .u7 he de ser
6e0ado -or ti .ue eres ciego y sordoE >ero no te a-enes5 tB te -ersuadir3s de .ue lo .ue te
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digo es cierto.8e03ndonos, -as/ -or el corredor, hasta donde se encontraban traba0ando
los sacerdotes en el taller. 8es-u7s 6ol6i/ hacia nosotros.
Al -oco rato, los sacerdotes entraron lle6ando con ellos una es-ecie de angarilla,
entre las cuales haba de-ositado un lingote de hierro de gran -eso, al -arecer, -ues a
duras -enas -odan le6antarlo entre los dos.
;Ahora ;di0o;, Dc/mo .uieres marcar esta masa, la cual, como 6er3s, es s/lo un
lingote de hierroE DAon el signo de la +idaE Oien. ; A una se,a suya, un sacerdote, con un
corta9ros y un martillo, se dis-uso a grabar el smbolo de la cru2 egi-cia, la cru4 ansata.
;Esto no es bastante ;di0o, una 6e2 .ue hubieron acabado;. Holly, dame tB cuchillo, y
ma,ana te lo de6ol6er7, m3s 6alioso toda6a.
Sa.u7 mi cuchillo de ca2a, hecho en la #ndia, con un mango de hierro -lateado, y se
lo di.
;'B conoces bien sus marcas, Dno es esoE ;y se,al/ a las 6arias muescas y el nombre
del 9abricante estam-ado sobre la ho0a.
"o6 la cabe2a con duda. Entonces, ella orden/ a los sacerdotes colocarlo todo ba0o
la in9luencia de los secretos rayos de los cuales habamos descon9iado, indic3ndonos .ue
9u7ramos a la habitaci/n inmediata y all es-er3semos con nuestras caras contra el suelo.
As lo hicimos, -ermaneciendo en esa 9orma hasta .ue algunos minutos m3s tarde,
Ayesha nos llam/. =os le6antamos y 6ol6imos a la c3mara, donde encontramos a los
sacerdotes, .ue se haban des-osedo ya de las esca9andras y ahora se untaban y 9rotaban
los o0os con el ungUento .ue anteriormente haba yo em-leado5 6imos tambi7n .ue el
lingote de hierro y mi cuchillo haban desa-arecido. 8es-u7s Ayesha les orden/ .ue
colocasen el ro0i2o lingote de metal sobre las angarillas y .ue lo lle6aran con ellos.
(bedecieron, y al -onerse en marcha not7 .ue, aun.ue a.uellos sacerdotes eran 9uertes y
robustos, res-iraban traba0osamente ba0o el -eso de su carga.
;>ero c/mo -uede ser .ue tB ;di0o Leo;, una mu0er, le6antes el -eso .ue esos
hombres a duras -enas -ueden trans-ortarE
;Msta es una de las -ro-iedades de esta 9uer2a .ue tB llamas 9uego ;contest/ ella,
dulcemente;, y .ue solamente -ueden hacerlo los .ue han estado e4-uestos a la in9luencia
del 6a-or de la 6ida. 8e otra 9orma, Dc/mo yo, .ue soy tan d7bil, -odra con el -eso de
tan enorme blo.ueE
;<Ah, ya 6oy com-rendiendoI ;contest/ Leo.
La 3urea masa 9ue de-ositada en una es-ecie de ca6idad en la roca, .ue estaba
-ro6ista de una -oterna de hierro, des-u7s de lo cual, regresamos a las habitaciones de
Ayesha.
;'odas las ri.ue2as son tuyas, as como la 9uer2a ;di0o Leo, -ues yo estaba tan
cortado ante las e6idencias de Ayesha, .ue me daba 6ergUen2a des-egar los labios.
;As es, en e9ecto ;di0o ella con 6o2 9atigada;, desde hace muchsimos siglos -oseo
este secreto y no he .uerido usarlo hasta .ue tB has llegado. >ero a.u, nuestro buen
Holly, siem-re -esimista, cree .ue todo esto es cosa de magia5 sin embargo, yo -uedo
decirte .ue nada hay de esa ciencia y s Bnicamente del dominio de un secreto .ue he
tenido la suerte de descubrir.
;8esde luego ;di0o Leo;, mir3ndolo desde cierto -unto de 6ista, es decir, el tuyo, la
cosa es bien sim-le.
Areo .ue Leo hubiera .uerido agregar algo m3s, -ero no lo hi2o. 8es-u7s continu/*
;DHas -ensado .ue ese descubrimiento tuyo conmocionara el mundoE Ese mundo
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.ue tB has conocido en tus... ;se detu6o.
;'us 9ugaces 6ia0es ;a-unt/ ella.
;S, en tus 9ugaces 6ia0es, ha ele6ado como estandarte del -oder y de la ri.ue2a el
oro. Se encuentra como tal en todas las ci6ili2aciones. Ha2 a 7ste tan comBn como tB
-uedes hacerlo, y 7ste -erder3 su 6alor. El cr7dito desa-arecer3 y entonces, destruido el
comercio y la industria, tendr3n .ue 6ol6er como sus ante-asados a su-lirse ellos mismos
sus necesidades como ahora hacen la gentes de Faloon.
;D>or .u7 noE ;-regunt/ Ayesha;. Esto sera m3s sencillo y los conducira a a.uellos
remotos tiem-os en .ue eran buenos y sim-les.
;Lo .ue no im-eda .ue unos a otros se atacasen con hachas de -iedra... ;a,adi/ Leo.
;"ientras ahora se destro2an el cora2/n con acero o con -royectiles de esos .ue
hemos hablado antes. <(h, LeoI, cuando las naciones sean -obres -or.ue su dinero haya
-erdido su anterior 6alor5 cuando el usurero y el comerciante tiemblen y se 6uel6an
blancos de terror al 6er .ue el 6il metal .ue antes ansiaban no 6ale nada5 cuando haya
destruido todas las bolsas del mundo y mi burla y mi risa atra6iesen las ruinas de los
antiguos em-orios del oro, D-or .u7 dudar de .ue entonces no 6uel6an a su -rimiti6o
estadoE. .. D>or .u7 ha de descora2onar esta idea a a.uellos .ue como 6osotros ten7is un
alto conce-to del 6alor y de la 6irtud5 a a.uellos .ue creen, como el >ro9eta Hebreo di0o,
.ue ;antes -asar3 un camello -or el o0o de una agu0a .ue un rico en el Reino de los Aielos
donde Ml habitaE D>or .u7, si -uedo -robaros, <locosI, .ue -uedo hundir en oro hasta
ahogarlos a a.uellos magnates .ue s/lo ambicionan su 6ista y su contactoE D>or .u7 ese
mundo 6uestro .ue tanto am3is no ser3 m3s 9eli2 entoncesE
C>ero, mira, Holly est3 cansado y rendido -or la 6isi/n de cosas tan admirables. <(h,
Holly, tB eres un duro crtico de la e6idenciaI Holly, no debes ol6idar .ue a 6eces
a.uellos .ue rigen y crean, se im-acientan -or tan insigni9icantes dudas y ca6ilaciones.
>ero no tengas miedo, mi 6ie0o amigo, no tomes a mal mi eno0o. 'u cora2/n, -or s solo
es ya de oro, -ero del m3s -uro. D>ara .u7 entonces tenamos necesidad de con6ertir en
este metal tus huesosEC
8i las gracias a Ayesha -or sus cum-lidos, y me 9ui a dormir, -ensando .u7 haba de
6erdad en el cora2/n de a.uella mu0er5 si su ira o su bondad, o si ambas eran 9ingidas.. .
La ma,ana siguiente me le6ant7 con el con6encimiento de .ue cual.uier cosa .ue
-udiera haber de 9also en la conducta de Ayesha, nada im-eda .ue 7sta 9uera una
9ormidable al.uimista, la m3s grande .ui23 .ue haya e4istido. "as cuando creci/ mi
admiraci/n 9ue al 6er .ue a.uellos sacerdotes .ue el da anterior haba 6isto traba0ando en
el laboratorio, entraban en mi habitaci/n lle6ando entre los dos una -esada carga cubierta
con un -a,o, y .ue ba0o la direcci/n de (ros colocaron en el suelo.
;D1u7 es esoE ;-regunt7.
;&na o9renda de -a2 .ue os en6a Hesea ;res-ondi/ (ros;, con la cual, segBn creo,
hab7is tenido ayer un -e.ue,o disgusto...
1uitaron el -a,o y ba0o 7l brillaba una enorme masa met3lica, la misma .ue en
-resencia de Leo y ma 9ue marcada con el Smbolo de la +ida, .ue toda6a -oda
-ercibirse en su su-er9icie. Lo admirable es .ue a.uello no era hierro, sino oro -uro. "i
cuchillo tambi7n estaba all y su mango. aun.ue no su ho0a, haba sido trans9ormado en
oro.
Ayesha, .ue me rog/ des-u7s .ue se lo ense,ara, -areci/ disgustarse al 6er el
resultado del e4-erimento. "e ense,/ unas estras 9ormadas -or las burbu0as de oro al
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resbalar -or la ho0a de acero. 8i0o .ue esto bien -oda haber destem-lado o debilitado el
9ilo, -ues s/lo haba sido su -ro-/sito dorar el mango.
=o -oda menos de admirarme ante este nue6o milagro de Ayesha, -regunt3ndome,
e4tra,ado, de .u7 substancias , se com-ondran a.uellos deslumbrantes rayos .ue le
ser6an de Btiles en a.uel 9ormidable traba0o, y no e4tra,3ndome de .ue en a.uella obra
no inter6iniera el 9uego inmortal de la +ida .ue brillaba en las ca6ernas de For.
He credo seleccionar este incidente entre los muchos y muy admirables .ue callo,
-ara demostrar cu3n grande y -oderoso era el dominio de a.uella sobrenatural mu0er
sobre las 9uer2as de la =aturale2a.
"3s tarde, tu6imos otra ocasi/n de -resenciar un aterrador e0em-lo de esta 9uer2a.
"A$%T!& +'
&A $R?E"%A DE ATENE
E& da siguiente tu6o lugar en el Santuario una gran ceremonia a la .ue no asistimos,
-ero .ue, segBn nos enteramos des-u7s. era -ara consagrar la guerra. >or la noche, como
de costumbre, -asamos la 6elada con Ayesha. A.uel da estaba de mal humor, -ero su
6ariabilidad era tal, .ue de la seriedad gra6e -asaba a la carca0ada 0o6ial e in9antil.
;Sabed ;nos di0o;, .ue hoy ha habido (r3culo5 han 6enido todos los necios 0e9es de
tribus a -reguntar a Hesea c/mo ser3 la batalla, cu3l de ellos morir3 y cu3l ganar3 hono;
res... :o, claro est3, nada he -odido decirles* los he des-edido con -alabras ambiguas,
.ue bien -odan tomarse en un sentido o en otro. D1u7 c/mo ser3 la batallaE Eso lo s7 yo
muy bien, -ues ser7 yo .uien la dirigir35 -ero del 9uturo... <Ah, de eso nada -uedo decirI
8es-u7s, dirigi7ndose a Leo, di0o*
;D1uerr3s escuchar mis ruegos y .uedarte en el Santuario, o bien, salir a una -artida
de ca2aE Ha2lo as y yo me .uedar7 contigo5 -odemos mandar a (ros y a Holly a dirigir
la batalla.
;<=o .uieroI ;di0o Leo rotundamente, temblando de indignaci/n, -ues la idea de .ue
yo iba a ser en6iado a combatir mientras 7l .uedaba en el tem-lo en seguridad, em-u0aba
a un hombre 6aliente como 7l a la rabia y descontento. Aun cuando en teora desa-robaba
esta batalla -or tratarse de su ser amado, tomaba su causa como -ro-ia, llen3ndolo de
cora0e y ansias de lucha.
;'e di0e, Ayesha, .ue no hara tal cosa ;re-iti/;5 adem3s, .ue si tB me de0ases a.u, yo
encontrara el camino -ara salir al encuentro de tus tribus.
;+en, si tal es tu deseo ;contest/ Ayesha, 6encida; y tu cul-a caiga sobre tu cabe2a.
=o, no sobre la tuya, amado mo, sobre la ma, sobre la ma...
8es-u7s de esta e4tra,a reacci/n .ued/ como si 9uera una ni,a riendo -or todo y
cont3ndonos historias del le0ano -asado.
=os habl/ de sus in6estigaciones acerca de la 6erdad5 de c/mo en busca del saber
haba conocido todas las religiones de sus das y las haba recha2ado una -or una, de
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c/mo haba -redicado en Jerusal7n y de c/mo 9ue a-edreada -or los 8octores de la Ley5
de c/mo haba 6ia0ado -or Arabia, siendo recha2ada -or su -ueblo como una
re9ormadora5 de c/mo haba 6ia0ado -or el Egi-to y en la corte de los Haraones en;
contrado un mago 9amoso, mitad charlat3n y mitad 6idente5 .ue la instruy/ en este arte
con tal -er9ecci/n, .ue al -oco tiem-o era ella la maestra y lo obligaba a obedecerle
ciegamente.
Entonces, aun.ue -areca .ue Ayesha .uera contarnos algo m3s, -as/ de Egi-to al
-as de For. En eso estaba cuando entr/ (ros en la habitaci/n.
;D1u7 -asa ahora, (rosE DEs .u7 nunca -odr7 6erme libre de ti aun.ue s/lo sea -or
una horaE ;di0o Ayesha.
;<>erd/n, oh HeseaI Es un escrito de la Fhania Atene ;di0o el sacerdote con humilde
6o2.
;Rom-e el sello y lee ;di0o Ayesha sin -reocu-arse;. 1ui7n sabe si se ha arre-entido
de su locura y -ide -erd/n.
(ros ley/*
CA la Hesea del Santuario de la "onta,a, conocida -or AyeshaR sobre la tierra y en
los dominios et7reos con el nombre de Estrella;.ue;cay/.
;&n bonito nombre -or cierto ;interrum-i/ Ayesha;. <(h, -ero Atene no ha 6isto
ele6arse a las estrellas aun.ue 7stas est7n deba0o de la tierraI... Sigue, (ros...
C <Saludos, oh AyeshaI 'B .ue eres la m3s anciana, .ue mucho has a-rendido en tu
6ida de largas centurias y .ue, ayudada -or otras 9uer2as, a-areces como hermosa a los
o0os de los hombres, o0os .ue antes has cegado con tus artes. A -esar de tus -rodigios,
una cosa te 9alta .ue yo -oseo, y es el -oder de la 6isi/n de los hechos 9uturos. Se-as,
Ayesha, .ue yo y mi to, el gran 6idente, hemos ledo en los m3s sabios libros lo .ue est3
escrito .ue suceder3 al 9inal de esta guerra. : es lo siguiente*
C>ara m la muerte5 mas no me a-ena, me regoci0a5 -ara ti, una daga hundida en tu
cuer-o -or tu -ro-ia mano. >ara el -as de Faloon, <sangre, miseria y ruinaI ; A'E=E. ;
Fhania de Faloon.C
Ayesha escuch/ en silencio, -ero ni sus labios temblaron ni su cara e4-res/ la menor
emoci/n. S/lo di0o 9ramente a (ros*
;8i al emisario de Atene .ue he recibido su mensa0e, y .ue dentro de -oco le lle6ar7
la res-uesta -ersonalmente a su -alacio de Faloon. +e, sacerdote, y no me molestes m3s.
Auando (ros sali/, Ayesha nos di0o*
;Este destino mo, desde largo tiem-o escrito, se ha de cum-lir. Aomo Amenartas
-ro9eti2/, Atene -ro9eti2a, -uesto .ue ambas son una misma -ersona. Oien5 de0emos .ue
la daga se hunda, si hundirla en mi -echo deber75 no retroceder7 -or ello, -ues s7 .ue al
9in he de triun9ar. <1ui7n sabe si la Fhania no dice s/lo esto -ara atemori2armeI "as, si
es 6erdad, mi bienamado, debemos ace-tarlo, -ues has de saber .ue nadie -uede esca-ar
del in9lu0o de su -ro-io destino, como no -uede deshacerse el la2o .ue nos une con el
uni6erso.
SER%A el medioda de la siguiente 0ornada cuando descendamos -or la ladera de la
"onta,a con las 9ieras tribus de a-ariencia sal6a0e. Los escuchas haban salido antes .ue
nosotros en 6anguardia. 8etr3s iba la caballera, 0inetes en ner6iosos caballos, mientras a
la derecha, a la i2.uierda y -or la retaguardia a6an2aba la in9antera, 9ormada en
regimientos, con sus 0e9es a la cabe2a.
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Ayesha, 6elada ahora ;-ues no .uera mostrar su hermosura a a.uellas hordas
sal6a0es;, marchaba en medio de los 0inetes, sobre un caballo blanco. Aon ella bamos
Leo y yo.
Leo, montado en el caballo negro del Fhan, y yo en otro, no de tan 9ina estam-a,
-ero m3s 9uerte y sal6a0e. Rode3ndonos iban un cuer-o de guardia de armados
sacerdotes, y un regimiento de soldados escogidos, entre los .ue iban los ca2adores .ue
Leo haba sal6ado de la ira de Ayesha, y .ue ahora eran sus m3s 9ieles y 6alientes
com-a,eros.
#bamos todos contentos, -ues con el 9resco aire de la "onta,a, entibiado un -oco -or
los rayos del sol y -er9umado -or las mil esencias de la naturale2a, era ca-a2 de hacer
ol6idar todos los temores y todos los recelos e4-erimentados en a.uellas ca6ernas de la
"onta,a. Adem3s, el mo6imiento de a.uellos millares de hombres y sus -re-arati6os de
guerra e4citaban nuestros ner6ios.
Haca mucho tiem-o .ue no haba 6isto a Leo tan ro2agante y tan 9eli2. En los
Bltimos tiem-os estaba -3lido y delgado5 -ero ahora, sus me0illas estaban ro0as y sus o0os
brillaban alegres. Ayesha tambi7n -areca contenta, -ero su car3cter era tan 6ariable como
el de la naturale2a misma, estando tan -ronto alegre y risue,a como un rayo de sol, como
triste y melanc/lica como un rayo de luna.
;8emasiado tiem-o ;nos di0o riendo; he estado encerrada en Clas entra,as de esa
"onta,a, acom-a,ada solamente -or mudos sal6a0es o -or melanc/licos sacerdotes
cantores5 ahora me siento contenta y alegre de 6er de nue6o el mundo. Ar7eme, Leo5 m3s
de 6einte siglos hace .ue estoy sentada en mi trono y, como 6es, no he ol6idado la
e.uitaci/n, aun.ue este animal no es tan 9ino como a.uellos caballos 3rabes .ue mont7
en los e4tensos desiertos de la Arabia, galo-ando en son de guerra al lado de mi -adre.
"ira, all est3 la boca de la garganta donde 6i el hechicero .ue idolatraba a su gato, y .ue
os hubiera matado a los dos -or haber lan2ado su mascota al 9uego. El general Ale0andro,
el -rimer Rassen debi/ ser .uien tra0o esa costumbre del Egi-to. 8e este macedonio
Ale0andro -uedo contarte muchas cosas, -ues 9ue un contem-or3neo mo.
Leo y yo la miramos admirados, y -udimos darnos cuenta de .ue ella nos obser6aba
a tra67s de su tu-ido 6elo. Aomo siem-re, era a m a .uien ri,/, -ues lea todos mis
-ensamientos.
;'B, Holly ;di0o, r3-idamente;, eres el hombre m3s descon9iado e incr7dulo .ue he
6isto5 siem-re -iensas .ue te estoy enga,ando, y sabes .ue eso me disgusta.
>rotest7, diciendo .ue solamente re9le4ionaba sobre las 6ariaciones de dos ideas.
;=o hagas 0uegos de -alabras ;contest/;5 tB, en el 9ondo de tu cora2/n, crees .ue soy
una embustera, y eso me eno0a.
Has de saber, necio, .ue, cuando yo te di0e alguna 6e2 .ue el general macedonio
6i6i/ antes .ue yo, me re9era a esta 6ida -resente ma. En la e4istencia .ue -recedi/ a
7sta, aun.ue 6i6 treinta a,os m3s .ue 7l, nacimos los dos en el mismo 6erano, y lo
conoca -er9ectamente, -or ser yo el (r3culo .ue 7l consultaba antes de acometer sus
em-resas, y es a mi saber a lo .ue debi/ sus 6ictorias. 8es-u7s re,imos, y lo abandon7
con Rassen. 8esde a.uel da, la buena estrella .ue brillaba -ara Ale0andro se des6aneci/.
En medio de a.uella agona a-rensi6a y desechando todas las crticas .ue -or ello
-udiera recibir, me a6entur7 a decir. recordando las e4tra,as historias del mon0e Fou;en*
;D: recuerdas, Ayesha, todo lo sucedido en tus 6idas -asadasE
;=o5 no todo ;contest/, meditando; Bnicamente los grandes sucesos y a.uellos .ue
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he -odido recordar con ayuda del estudio de las cosas secretas, y .ue tB llamas 6idencia o
magia. >or e0em-lo, mi .uerido Holly, -uedo recordar .ue en a.uella 6ida 6i6as tB. Areo
recordar algo de un 9il/so9o muy 9eo, 6estido siem-re con sucias ro-as, siem-re borracho,
.ue dis-ut/ un da con Ale0andro haci7ndole montar en c/lera. =o recuerdo su nombre.
;Su-ongo .ue no sera uno llamado 8i/genes ;di0e con sorna, sos-echando, no sin
9undamento, .ue .ui23 Ayesha se estaba burlando de m.
;=o ;res-ondi/ gra6emente;. El 8i/genes de .ue tB hablas era un hombre mucho
m3s 9amoso, uno de real y 6erdadera sabidura, aun.ue tam-oco haca ascos al 6ino.
'engo -ocos recuerdos de a.uella 6ida5 sin embargo, no menos .ue los .ue tienen
algunos de los ade-tos del -ro9eta Ouda, cuyas teoras estudi7 y de las cuales tB, mi
.uerido Holly, tanto me has hablado. <>ero altoI <La 6anguardia ha entrado en combateI
E9ecti6amente, un le0ano ruido de combate se de0/ or, en ese momento, 6iendo
des-u7s un escuadr/n de caballera .ue se diriga hacia nosotros. Era -ara decirnos .ue
las a6an2adas de Atene estaban en -lena retirada. &n -risionero .ue acababan de tomar,
al ser -reguntado -or un sacerdote, le contest/ .ue no eran los -ensamiento de la Fhania
atacarnos en la "onta,a, sino en la orilla del ro, teniendo as como de9ensa sus aguas,
las cuales debamos cru2ar, con lo .ue demostraba un -er9ecto sentido militar.
A.uel da no hubo lucha. 'oda la tarde la em-leamos en descender las laderas de la
"onta,a m3s r3-idamente de lo .ue nos cost/ su subida, des-u7s de nuestra a2arosa 9uga
de la ciudad Faloon. Antes de la -uesta del sol, llegamos al cam-amento -re-arado de
antemano5 una am-lia llanura en la ladera .ue acababa en la cresta del +alle de las
(samentas, donde das -asados encontramos al misterioso gua. Al 6alle, sin embargo, no
llegamos, aun.ue bien -odamos hacerlo atra6esando 7l -ro9undo tBnel5 -ero, como di0o
Ayesha, a.uel -asa0e era su9iciente -ara un e07rcito.
8oblando hacia la i2.uierda, se ele6aba un enorme nBmero de inaccesibles rocas,
ba0o las cuales -asaba el tBnel, hasta .ue -or 9in -udimos llegar a la cresta de la oscura
garganta, donde -ensamos -ernoctar, a sal6o de todo ata.ue.
A.uella noche, Ayesha se sinti/ turbada -or nue6os miedos en lo .ue antes no haba
-ensado. >or 9in -areci/ 6encerlos -or un su-remo es9uer2o de la 6oluntad,
anunci3ndonos .ue iba a descansar -ara recon9ortar as su alma ;la Bnica -arte de ella .ue
necesitaba siem-re descansar;. Sus Bltimas -alabras -ara nosotros 9ueron*
;8ormid 6osotros tambi7n, dormid y no os alarm7is si os llamo durante la noche5
.ui23 en mis sue,os -ueda encontrar nue6os conse0os y necesite comunicarlos antes de
.ue nos -ongamos en marcha al des-untar el alba.
As nos se-aramos, -ero <ahI, <.u7 -oco sos-ech3bamos c/mo y d/nde nos habamos
de encontrar de nue6o los tresI
Est3bamos cansados y -ronto .uedamos dormidos -ro9undamente al lado de nuestro
6i6ac, con la tran.uilidad del .ue se sabe guardado -or un e07rcito entero.
8es-u7s no recuerdo m3s hasta .ue me sent des-ertado -or un cuerno de ca2a, .ue,
luego de una -ausa, se de0/ or de nue6o, esta 6e2 tocado -or el o9icial de nuestra guardia.
(tra -ausa, y un sacerdote haca una re6erencia ante nosotros mientras el 9uego de la
hoguera se re9le0aba en su a9eitada cabe2a. "e -areci/ reconocerlo.
;:o ;me di0o un nombre .ue me era 9amiliar, -ero .ue he ol6idado; soy en6iado a
6os, se,ores, -or (ros, el cual me ordena deciros .ue Hesea .uiere hablar con 6osotros
dos al instante.
Leo, en este momento se des-ert/, y alarmado -regunt/ de .u7 se trataba. Le cont7
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lo .ue suceda, y malhumorado di0o .ue bien -oda Ayesha haber es-erado hasta el da5
des-u7s a,adi/*
;Oien5 .u7 le 6amos a hacer. +amos, Horacio ;y se dis-uso a seguir al mensa0ero.
El sacerdote se inclin/ de nue6o, y di0o*
;La orden de Hesea, se,ores mos, es .ue deb7is ir armados y escoltados -or 6uestra
guardia.
;D>ara .u7E ;-regunt/ Leo;. D>ara .u7 -rotegernos -or un -aseo de cien metros a
tra67s del cora2/n de un e07rcitoE
;Hesea ha de0ado su tienda, y est3 en el +alle de las (samentas estudiando las lneas
de a6ance. >or eso, Hesea os ruega, se,ores mos, .ue lle67is 6uestra guardia con
6osotros, -ues ella se encuentra sola.
;Estar3 loca ;grit/ Leo;. <>asear -or un lugar como 7se a medianocheI
Record7 entonces .ue Ayesha nos di0o .ue .ui23 en6iara -or nosotros, y tena la
seguridad de .ue si algBn -eligro no se sos-echase, no nos hubiera rogado lle6ar nuestra
escolta. As, -ues, llamamos a nuestra escolta ;unos doce en total;, tomamos nuestras
lan2as y dagas y nos -usimos en marcha.
Aomen2amos a descender las -endientes del 6alle, con las .ue nuestro sacerdote gua
-areca estar muy 9amiliari2ado, -ues se desli2aba -or ellas como si hubiera sido -or las
escaleras del tem-lo.
;1u7 e4tra,o lugar -ara una reuni/n en la noche ;di0o Leo cuando estu6imos en el
9ondo, y 6imos un bulto blanco .ue se -aseaba ba,ado -or la lu2 de la luna al -ie del
6alle5 era la 6elada 9igura de Ayesha;. "rala -ase3ndose en ese macabro agu0ero como si
se tratara del CHyde >arGC.
La 9igura se 6ol6i/ y nos hi2o se,as de .ue la sigui7ramos, intern3ndonos -or el
9ondo del 6alle, donde 6elase rota la -arda monotona de la la6a rocosa -or las blancas
sal-icaduras de las calcinadas osamentas. Llegamos hasta la 6ertiente o-uesta .ue estaba
en sombra, -ues no llegaba hasta all la lu2 de la luna. A.u, en las 7-ocas llu6iosas,
corra un arroyuelo .ue haba cortado una senda en la roca en el transcurso de siglos y
siglos, y los detritus .ue haba arrastrado su -aso, los iba de0ando a un lado y otro de su
curso, de tal 9orma .ue casi todas las osamentas de .ue el 9ondo estaba sembrado se ha;
llaban en su mayora enterradas en la arena.
En un lugar donde los restos eran m3s abundantes y numerosos, nos detu6imos. Los
cr3neos, tibias y 97mures se 6ean es-arcidos -or a.u y all3, indicando los Bltimos restos
de 9ieros combatientes de una singular batalla.
A.u Ayesha se detu6o a contem-lar todos a.uellos blancos des-o0os, como
-ensando en la necesidad de hacerlos re6i6ir -ara em-render de nue6o la batalla decisi6a.
Llegamos cerca de ella, y el sacerdote .ue nos guiaba detu6o a los del cuer-o de guardia,
de03ndonos solos con ella, como si les estu6iera -rohibido el a-ro4imarse a Hesea. Leo,
.ue marchaba delante de m como unos cuatro o cinco metros, e4clam/ al llegar 0unto a
Ayesha*
;D>or .u7 te a6enturas -or tales lugares de noche, AyeshaE D=o temes una
emboscadaE
;=o ;contest/. ;Se 6ol6i/ hacia nosotros, y abriendo los bra2os los de0/ caer de
nue6o a ambos lados. Aomo si 7sta 9uera una se,al
dirigida a las sombras .ue -oblaban a.uellos lugares, sucedi/ una cosa terror9ica.
>or todos los lados 6imos le6antarse a los es.ueletos de sus lechos de arena. +i c/mo
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blancas cala6eras, bra2os y -iernas se -onan en mo6imiento y a6an2aban hacia nosotros.
El masacrado e07rcito 6ol6a de nue6o a la 6ida armado de lan2as y es-adas. <HorribleI
>ens7 en seguida .ue a.uello era la obra de un nue6o e4-erimento m3gico de
Ayesha, .ue .uera .ue 9uese contem-lado -or nosotros, sac3ndonos -ara esto de nuestro
tran.uilo sue,o. Aon9ieso .ue tu6e miedo. Es m3s, reto al m3s 6aliente de los hombres,
aun.ue est7 libre de toda su-erstici/n, a .ue no es ca-a2 de e6itar un estremecimiento de
terror, si -ermaneciese en una iglesia 6aca y a medianoche 6iera .ue los muertos salan
de sus se-ulcros. 'al era mi caso5 aBn m3s sal6a0e y terror9ico, -or tratarse de a.uel
sombro lugar, de-rimente de -or s.
;D1u7 nue6a bru0era es 7staE ;-regunt/ Leo con 6o2 ronca. Ayesha no contest/.
( ruido tras de m y mir7. Los es.ueletos haban rodeado a nuestro cuer-o de
guardia, .ue en su mayora, -obres diablos, estaban -arali2ados -or el terror, y algunos
haban arro0ado sus armas al suelo, .uedando de rodillas im-lorando merced. Los
9antasmas los atacaron con sus lan2as, y 6imos caer a sus gol-es algunos de ellos. La
6elada 9igura, se,alando a Leo, di0o*
;'omadlo, -ero si le hers, me res-onder7is con la 6ida.
<HorrorI <Era la 6o2 de AteneI
'arde entonces com-rend la tram-a en .ue habamos cado.
;<'raici/nI ;grit7, -ero antes de .ue las -alabras acabaran de salir de mis labios un
es.ueleto me redu0o al silencio de un 6iolento gol-e en la cabe2a. Aun.ue no -ude
articular -alabra, mis sentidos no me abandonaron -or unos segundos. +i a Leo luchando
9uriosamente con 6arios hombres, dos de los cuales yacan a sus -ies. La sangre brotaba
de su boca.
>erd entonces la noci/n de cuanto me rodeaba, y creyendo .ue era la muerte, me
abandon7 a mi destino.
>or .u7 no me mataron, no lo s75 es -robable .ue en su huida los dis9ra2ados
guerreros me creyeron muerto, y se e6itaron as el gol-e de gracia. Sal6o la contusi/n en
la cabe2a no recib ninguna herida m3s.
"A$%T!& ++
&A $,RDIDA DE &S $DERES
"!AND 6ol6 en m, era de da. +i la cara -l3cida y tran.uila de (ros, .ue,
inclinado sobre m, 6erta sobre mis labios un l.uido .ue -areci/ correr -or mis 6enas,
d3ndome nue6a 6ida y descorriendo la oscura cortina .ue cerraba mi cerebro. Junto a m
estaba Ayesha.
;Habla, -or tu 6ida, habla ;di0o con 6o2 terrible;. D1u7 es lo .ue ha sucedidoE Si tB
6i6es, Dd/nde est3 -ues mi se,orE <8melo, o mueresI
Esta era la 6isi/n .ue tu6e cuando -erd mis sentidos al .uedar enterrado en la nie6e
de la a6alancha. ;<Aten lo ha secuestradoI;contest7.
;DLo ha secuestrado Atene y tB 6i6esE
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;=o descargues tu ira sobre m ;contest7;5 no es cul-a ma.
: en -ocas -alabras le cont7 lo sucedido.
Escuch/5 des-u7s, mirando hacia donde yacan los cuer-os de los indi6iduos de
nuestra guardia con sus lan2as sin tra2as de sangre, di0o*
;<Oien -or los muertosI Ahora te con6encer3s, Holly, de cu3l es el 9ruto de la -iedad.
Las 6idas de a.uellos .ue -erdon7 son las .ue han conducido a mi se,or a su desgracia.
8es-u7s se acerc/ al lugar donde 9ue Leo ca-turado. En el suelo haba una daga rota
;a.uella .ue -erteneci/ al Fhan;, y los cuer-os de dos hombres muertos. Ambos estaban
6estidos con una es-ecie de h3bito negro, teniendo sus cabe2as -intadas de blanco, as
como otras -artes del cuer-o imitando los calcinados huesos de los es.ueletos humanos.
;Ouena treta -ara enga,ar a los ni,os ;e4clam/ Ayesha;. Oien has tramado la tram-a,
Atene... >ero dime, Holly* Destaba Leo herido cuando tB lo de0asteE 8ime toda la 6erdad.
<(h, es ma la cul-a5 su sangre caer3 sobre mI
;=o, c3lmate, Ayesha5 sus heridas no eran gra6es, ninguna creo5 s/lo unas gotas de
sangre caan de sus labios. "ira, -or a.u hay algunas.
;>or cada una de ellas tomar7 cien 6idas. <Lo 0uro -or m mismaI ;di0o Ayesha,
ahogando un sollo2o. 8es-u7s grit/ con 6oy 6ibrante;. <Atr3s y a caballo, tenemos
muchas cosas .ue hacer en este daI 'B es-era a.u, Holly5 nosotros 6amos -or una senda
m3s corta, mientras el e07rcito atra6iesa el 6alle. (ros, dale de comer y beber, y cBrale la
herida .ue tiene en la cabe2a. =o es de gra6edad, -ues su sombrero y sus cabellos le han
-rotegido de mal m3s gra6e.
(ros comen2/ a 9rotarme la cabe2a con una loci/n desin9ectante. 8es-u7s com y
beb tanto como -ude, -ues aun.ue 9ue grande el gol-e, no haba -erdido el a-etito.
Auando estu6e listo, tra0eron dos caballos -ara nosotros, y montando comen2amos a
marchar -or el seco curso de las aguas.
;"ira ;di0o Ayesha, mostr3ndome huellas y tra2os marcados en el suelo;. Haba un
coche es-er3ndolo, tirado -or cuatro caballos. La idea de Atene 9ue bien -laneada y
lle6ada a cabo. <: yo .ue, descuidada y con9iada, dorma -ro9undamenteI
A.u las tribus haban comen2ado la ascensi/n antes del alba y toda6a continuaba.
Esta colina haba sido remontada -or cinco mil hombres, cada uno de los cuales lle6aba
un caballo de la rienda. Ayesha reuni/ a los 0e9es y ca-itanes de tribu, y les habl/ de esta
9orma*
;Sier6os de Hesea* el e4tran0ero .ue era mi -rometido y hu7s-ed ha sido robado -or
una 9alsa sacerdotisa .ue se ha internado en nuestro cam-amento enga,ando a los
guardianes. Es necesario ca-turarla antes .ue -ueda hacerle mal alguno. +amos, -ues, a
atacar al e07rcito de la Fhania en sus mismas 9ronteras del ro. Auando 7stas sean rotas,
yo -asar7 -or sus brechas con los 0inetes, -ues .uiero dormir esta noche en el -as de
Faloon. D1u7 dices, (rosE D1ue un segundo y m3s -oderoso e07rcito de9iende sus
murallasE <:a lo s7, y si es necesario destruir7 ese e07rcitoI Jinetes, 6enid conmigo, <yo os
conducir7 a la 6ictoriaI Aa-itanes* seguidme, y maldito sea a.uel .ue retroceda en la hora
de la batalla5 la muerte y la 6ergUen2a eterna sean su castigo, y la 9ortuna y el honor sean
-ara a.u7llos .ue luchen bra6amente, -ues -ara ellos ser3n las hermosas tierras de
Faloon. :o tomar7 el centro del ata.ue. 8e0ad .ue a6ancen los 9lancos.
Los 0e9es, a esta arenga, contestaron con un alarido, -ues eran hombres 9ieros y
cuyos antecesores haban amado la guerra durante muchas generaciones. Adem3s, -or
loca .ue -areciera la em-resa, ellos tenan 9e ciega en su (r3culo y en su Hesea, y como
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todos los -ueblos con.uistadores, 9ueron -rontamente encendidos con la -romesa del
-r/4imo botn.
!NA hora de marcha 9or2ada condu0o al e07rcito hasta el borde de las marismas. >or
suerte, 7stas, -or ser la estaci/n de gran se.ua, estaban 9irmes y s/lidas, lo .ue contribua
9a6orablemente -ara el ata.ue -or el ro, cosa .ue anteriormente tu6e miedo .ue 9uera
im-racticable. A la orilla o-uesta, sobre la ribera, se 6ean 9ormados, en escuadrones de
-ie y a caballo, los regimientos de Atene.
"ientras la in9antera de los 9lancos se des-legaba a derecha e i2.uierda, la caballera
hi2o alto en los -antanos, de0ando .ue sus caballos se hartaran del 6erde, .ue all creca
abundante, y del agua .ue haba en algunas charcas.
8urante todo este tiem-o, Ayesha estu6o en silencio, y desmontando de0/ .ue el
caballo 9uera a -acer con los otros. >or 9in habl/, diciendo*
;DArees .ue 7sta es una loca a6entura, HollyE 8i, Dtienes miedoE
;=o5 teni7ndote a ti -or ca-it3n, no. Sin embargo, a.uel segundo e07rcito...
;8esa-arecer3 a mi 6oluntad como la niebla a la del 6iento. 8es-u7s ;agreg/ con 6o2
ba0a y temblorosa;, Holly te aseguro .ue 6er3s cosas .ue 0am3s hombre alguno 6io sobre
la tierra. Acu7rdate de lo .ue te digo cuando yo -ierda mis -oderes y tB sigas el
tremolento 6elo de Ayesha a tra67s de los destruidos escuadrones de Faloon. D"as .u7
-odremos hacer si Atene le ha dado muerteE <(h, si ella atacara siem-re de 9renteI...
;=o te a9li0as ;le di0e, -ensando lo .ue .uerran decir a.uellas -alabras de -7rdida de
los -oderes;. Areo .ue lo ama demasiado -ara matarlo.
;Agrade2co tus -alabras, Holly, -ero temo .ue como 7l la ha recha2ado y est3 loca de
rabia y celos, todo esto se haya con6ertido en la 9atal sentencia de mi amado. Si esto
9uera as, Dde .u7 6aldra entonces mi 6engan2aE Oebe y come de nue6o, Holly5 no, yo no
como hasta .ue -ueda hacerlo en Faloon, y su0eta bien la cincha y la brida de tu caballo,
-ues tenemos .ue atacar en una sal6a0e carrera. "onta en el de Leo, .ue es r3-ido y
seguro.
Ayesha estaba ahora de -ie, contem-lando el cielo en tal 9orma .ue me era im-osible
6er su 6elada cara. >areca como si toda su atenci/n y 6oluntad estu6ieran concentradas
en un ob0eto desconocido del es-acio, -ues su cuer-o temblaba como un d7bil 0unco al
im-ulso del 6iento.
Era una e4tra,a ma,ana 9ra y clara5 tena una rara -esade2 el ambiente, como la .ue
-recede a las grandes cadas de nie6e, aun.ue era toda6a -ronto -ara las grandes
ne6adas. &na o dos 6eces en medio de esta calma, me -areci/ or como un ligero rumor
.ue no era el ruido ordinario de los truenos, -ues el cielo estaba tran.uilo.
Aomo una contestaci/n a la est3tica contem-laci/n de Ayesha, grandes masas de
negras nubes 9ueron a-areciendo una -or una en el cielo sobre el -ico de la "onta,a...
+iendo a.uellas enormes y 9ant3sticas nubes, me a6entur7 a ad6ertirle .ue -areca .ue el
tiem-o iba a cambiar5 claro est3 .ue esto no era nada e4traordinario, -ero no s7 ni c/mo
lo di0e.
;<S ;contest/;;5 esta noche el tiem-o se agitar3 aBn m3s 9uriosamente .ue mi
cora2/nI <=o se ele6ar3 m3s el grito de CaguaC en FaloonI <"onta, Holly, montaI <El
ata.ue comien2aI ;y sin 6acilar mont/ en la cabalgadura. .ue (ros haba -re-arado -ara
ella.
En medio del -ol6o le6antado -or los cinco mil 0inetes, comen2/ el descenso al 6ado.
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Auando llegamos a sus bordes 6i .ue las dos di6isiones de in9antera estaban atra6esando
el ro como en una media milla a un lado y a otro. 8e lo .ue les sucedi/ a estas di6isiones
no me di cuenta en a.uel momento, si bien m3s tarde me enter7 de .ue haban
conseguido rom-er el cerco con grandes -7rdidas -or ambos lados.
Hrente a nosotros se e4tenda el -rinci-al cuer-o del e07rcito de la Fhania,
escalonado -or regimientos en los di9erentes bancales de la ribera. >ronto se encontraron
con las 9uriosas hordas de nuestras tribus. "ientras esto suceda, (ros lleg/ hasta donde
Ayesha estaba, dici7ndole .ue Leo, -risionero en un carrua0e y acom-a,ado de Atene,
Simbr y una guardia,. haban -asado a tra67s del cam-o enemigo galo-ando 9urio;
samente hacia Faloon.
;Ahorra tus -alabras5 lo s7 ;contest/ Ayesha.
=uestros escuadrones ganaron la orilla o-uesta, habiendo -erdido la mayora de sus
hombres entre las aguas, -ues tan -ronto asentaban su -ie sobre la tierra 9irme, los
enemigos atacaban, 6ol6i7ndoles otra 6e2 al agua, die2m3ndolos im-unemente. 'res
6eces atacaron y tres 6eces 9ueron recha2ados en la misma 9orma. Ayesha estaba
im-aciente.
;=ecesitan un 0e9e5 yo les dar7 uno ;di0o;. +en conmigo, mi 9iel Holly.
: seguida -or la mayora de los 0inetes se intern/ en el ro y es-er/ hasta .ue las
recha2adas tro-as llegaron hasta nosotros. (ros murmur/ a mi odo*
;<Es una locura, matar3n a la HeseaI
;DLo cre7is asE ;contest7;. Antes moriremos nosotros .ue una herida le sea
-roducida a Ayesha.
Al or esto sonri/ (ros y se encogi/ de hombros. (ros era muy 6aliente y saba muy
bien .ue su se,ora no -oda ser herida. Areo .ue lo hi2o -ara -robarme.
Ayesha le6ant/ su mano, en la cual no lle6aba ningBn arma, e hi2o se,al de a6an2ar.
&n gran alarido contest/ a este signo de ata.ue, mientras ella deca algo a su caballo, .ue
se internaba m3s y m3s en el agua.
8os minutos m3s tarde las 9lechas y las lan2as -asaban sobre nuestras cabe2as en tan
grandes cantidades .ue -arecan oscurecer el cielo. +i caer a hombres y caballos a un
lado y a otro, atra6esados -or las 9lechas, -ero ninguna me toc/ a m ni a la 9igura cuyas
blancas 6estiduras 9lotaban a un metro o dos de distancia. A los cinco minutos ganamos la
orilla o-uesta, donde comen2/ la 6erdadera lucha.
Era tal la bra6ura del ata.ue, .ue no se 6io a la blanca 9igura de Ayesha retroceder ni
un milmetro sobre sus -asos5 adonde ella iba all se dirigan los 9uriosos ata.ues de las
hordas. Est3bamos sobre la ribera, y el enemigo nos rodeaba, -ero lentamente bamos
rom-iendo su cerco e intern3ndonos en el -as de Faloon.
>asamos a tra67s del cora2/n del e07rcito enemigo mientras. las tribus se
-reocu-aban de deshacer sus es-arcidos 9ragmentos, .ue se retiraban en huda
6ergon2osa. "uchos de nuestros guerreros estaban heridos y muchos muertos, -ero se
haba dado orden de .ue todos a.uellos .ue cayeran heridos deban dar su caballo a los
com-a,eros -ara reem-la2ar a los cados.
=os rehicimos, y nos -usimos nue6amente en marcha5 7ramos unos tres mil, no m3s,
lle6ando como ob0eti6o la ciudad de Faloon. "arch3bamos a un -aso largo, .ue se
con6irti/ en trote y de trote en galo-e, -ues cru23bamos una -lanicie sin 9in, hasta .ue al
medioda, o un -oco des-u7s, 6imos a lo le0os la ciudad de Faloon.
Se orden/ hacer alto, -ues a.u e4istan unas albercas en las cuales haba aBn
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bastante agua, y donde los caballos saciaron su sed, mientras los 0inetes re-araban sus
mermadas 9uer2as con carne seca y -an de cebada. A.u, dos es-as m3s se nos reunieron
diciendo .ue el gran e07rcito de Atene estaba a-ostado a la entrada de los grandes 9uertes,
y .ue atacarlos con nuestras escasas 9uer2as era ir a una segura destrucci/n. Ayesha no
.uiso escuchar estas -alabras ni -rest/ casi atenci/n a ellas. Pnicamente orden/ .ue
todos los caballos .ue estu6ieran 9atigados 9ueran sustituidos -or los .ue se lle6aban de
re9resco.
"archamos adelante hora tras hora, en -er9ecto silencio. Las 9ormaciones nubosas se
haban agrandado tanto y tan es-esas se haban hecho, .ue todo el cam-o se 6ea en6uelto
en la sombra. "archaban sobre nosotros como si 9uera un e07rcito de los cielos, mientras
de 6e2 en cuando, se desgarraban 0irones de nubes .ue se alargaban como -untas de
gigantescas es-adas...
Oa0o ellas reinaba una gran tran.uilidad. >areca como si la 6ida muriese ba0o a.uel
-alio berme0o.
=os a-ro4im3bamos cada 6e2 m3s a Faloon. Las a6an2adas del enemigo estaban
cada 6e2 m3s -r/4imas, y -odamos 6er c/mo le6antaban sus 0abalinas, siendo
contestadas sus 9rases de burla con estent/reos ecos. +eamos los sedosos -enachos de los
0e9es agitados -or el 6iento y los escalonados destacamentos de caballera...
&na emba0ada se acerca, y a una se,al de la mano de Ayesha hicimos alto. #ba
dirigida -or un se,or de la corte, cuya cara reconoc en seguida. 8etu6o su caballo, y
di0o, insolentemente*
;Escucha, Hesea, las -alabras de Atene. 'u amado e4tran0ero est3 -risionero en su
-alacio. A6an2a y te destruiremos a ti y a tu -obre e07rcito5 -ero si -or algBn milagro tB
alcan2as la 6ictoria, 7l morir3. "3rchate a tu "onta,a, y la Fhania te dar3 la -a2 y a tu
-ueblo sus 6idas. D1u7 contestas a estas -alabras de la FhaniaE
Ayesha murmur/ algo a (ros, .ue di0o*
;=ada hay .ue contestar. "3rchate de -risa si amas tu 6ida, -or.ue la muerte -asa
cerca de ti.
Al or estas -alabras se marcharon r3-idamente. >or unos momentos Ayesha
-ermaneci/ -ensati6a. Se 6ol6i/, y a tra67s de su 9ino 6elo -ude 6er .ue su 9a2 estaba
blanca y tena un as-ecto terrible, y .ue sus o0os brillaban como brillan los del le/n en la
negrura de la noche. "e habl/, y sus -alabras silbaban -or entre sus a-retados dientes*
;Holly, -re-3rate a asomarte a la boca del in9ierno, .uisiera -oderlo e6itar, te lo 0uro,
-ero mi cora2/n me obliga a ser cruel e im-a y usar de todo mi secreto -oder si .uiero
6er a Leo toda6a 6i6o. 'e digo, Holly, .ue en estos momentos tratan de asesinarlo.
Entonces, le6ant3ndose sobre su silla, grit/*
;=ada tem3is, ca-itanes5 somos -ocos, -ero con nosotros 6a la 9uer2a de cien
millones de hombres. Ahora seguid a Hesea, y, suceda lo .ue suceda, no desmay7is.
Re-etid esto a los guerreros* .ue nada teman y .ue, suceda lo .ue suceda, sigan a la
Hesea a tra67s del enemigo, de los -uentes y de todos los obst3culos hasta llegar a la
ciudad de Faloon.
Los 0e9es hablaron unos y otros, y -or un momento se arm/ una terrible algaraba5
-oco a -oco se restableci/ el silencio y ;se oy/ gritar*
;=osotros, los .ue te hemos seguido a tra67s de las aguas, te seguiremos tambi7n a
tra67s de la llanura. Adelante, Hesea, .ue la noche se cierne sobre nosotros.
Se dieron algunas /rdenes, y las com-a,as se -usieron en marcha, a9ectando la
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9orma de una gigantesca cu,a, siendo Ayesha el mismo 67rtice del 3ngulo, -ues aun
cuando (ros y yo march3bamos 0unto a ella, nunca lleg3bamos a marchar con nuestras
cabalgaduras m3s all3 .ue la silla de su caballo.
Hrente a nosotros brill/ un blanco -enacho, sigui7ndole un torrente de negras
sombras.
&n alarido sal6a0e son/, y como si 9uera 7sa la se,al con6enida, escondidos de entre
los 3rboles y todas las de9ensas naturales sali/ dis-arada hacia nosotros la caballera
enemiga, mientras el centro del e07rcito se diriga a en6ol6ernos, como si 9uera una
enorme ola coronada de met3lica es-uma. Eran muchos, muchos, incontables, como si
9uera un 6erdadero mar de hombres .ue sembrasen la muerte.
=uestro 9in estaba -r/4imo. Est3bamos -erdidos, o al menos, as -areca.
Ayesha de0/ caer el 6elo .ue la cubra y .ue 9lot/ como un enorme -enacho el
em-u0e del 6iento.
8ensas y m3s densas se tornaban las nubes sobre nuestras cabe2as, mientras cada 6e2
m3s cercano se oa el 9uerte galo-ar de los caballos en la tierra de los die2 mil 0inetes .ue,
como una a6alancha, se dirigan hacia nosotros. La cumbre de la "onta,a comen2/ a
6omitar bocanadas de 9uego.
La escena era terrible. Hrente a nosotros se 6ean los -lanos te0ados de Faloon,
iluminados ro0i2amente como si 9uera -or una monstruosa -uesta de sol... Arriba, todo
negro como si 9uera un ecli-se... A nuestro alrededor las tinieblas y la muerte al acecho...
Los 0inetes de Atene a6an2aban, a6an2aban5 la destrucci/n de nuestro diminuto e07rcito
era ine6itable.
AYESHA de0/ caer las riendas de su caballo, y con sus manos agit/ el blanco 6elo
.ue antes la cubra, como haciendo una se,al a lo in6isible.
#nstant3neamente las negruras de la noche se 6ieron rasgadas -or un rel3m-ago .ue
ilumin/ tr3gicamente el es-acio...
Ayesha de0aba sentir el -eso de su -oder sobre los hi0os de Faloon. El terror lleg/ en
tal 9orma, como o0os humanos no lo 6ieron ni lo 6er3n. Enormes corrientes de aire se
desataron, .ue le6antaban a su em-u0e -esadas -iedras, lle6ando consigo 3rboles, te0ados,
casas... 'odo iluminado -or la t7trica lu2 de los rel3m-agos .ue en el cielo lan2aban sus
destellos -ara estallar en horribles truenos .ue conmocionaban la mente...
'odo era como ella lo haba -re6isto. >areca .ue el in9ierno hubiera 6olcado todos
sus males sobre la tierra, -ero sin .ue 7stos nos -er0udicasen en lo m3s mnimo.
E9ecti6amente, todas estas 9urias -asaban ante nosotros, de03ndonos indemnes. =i una
0abalina se haba arro0ado. El terrible cicl/n era el heraldo de nuestra llegada. Sus e9ectos
eran nuestras es-adas y nuestras armas, y su sonido el terrible sonido de un mill/n de
seres .ue gritaban* C5NuerraIC, en un es-antoso y cruel grito de lucha.
=uestros enemigos haban desa-arecido.
Aun.ue la oscuridad era grande, a la lu2 de los 9ieros rel3m-agos los 6i correr de
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a.u -ara all3 aterrados,
en6ueltos en el torbellino,
es-antados y aterrori2ados
-or sus -ro-ios gritos de
agona. +i c/mo los caballos
rodaban en terrible con9usi/n
-or el suelo los unos sobre los
otros, y como si 9ueran
ho0arascas a-iladas -or el
6iento 6i a monta,as de
hombres re6ueltos y
hacinados -or el cicl/n de
una manera monstruosa. +i
en los bos.ues los 3rboles
tronchados y arrancados de
cua0o, y 6i las altas murallas
de Faloon derrumbarse como
un castillo de nai-es,
mientras las casas, con sus
te0ados incendiados,
hundanse ba0o la es-antosa
9uer2a de la llu6ia, y 6i c/mo
enormes llamas de 9uego se
-reci-itaban -or el aire sobre
las -obres ruinas de Faloon.
Junto a m Ayesha grit/, con
6o2 clara y -otente*
;<'e -romet mal tiem-o,
HollyI 8ime, Dno crees .ue
ya es hora de abandonar estas a-risionadas 9uer2as del &ni6ersoE
AAA
TD -as/. Sobre nosotros brillaba el cielo tran.uilo, y ante nuestro camino se
abra el am-lio -uente .ue daba -aso a la ciudad de Faloon, >ero, Dd/nde estaban los
e07rcitos de AteneE All, con6ertidos en in9ormes masas de carne humana.
Sin embargo, ni uno solo de nuestros 0inetes haba su9rido el menor da,o. 'ras de
nosotros galo-aban temblorosos, -3lidos, como hombres .ue, cara a cara, han luchado
con la 6ida, y han resultado triun9antes del a2aroso encuentro.
Al llegar a la entrada del -uente, Ayesha detu6o su caballo y. es-er/ .ue todos
llegasen, descubri7ndoles su -eregrina hermosura. A la 6ista de a.uella e4tra,a radiaci/n
.ue coronaba su cabe2a y .ue sus tribus 6ean -or -rimera. 6e2, los sal6a0es
-rorrum-ieron en un grito al unsono*
;<La diosaI <Adoremos la diosaI
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Ayesha,, 6ol6iendo la gru-a a su caballo, se intern/ seguida de sus adictos, -or las
largas y estrechas calles de la incendiada ciudad, en direcci/n al -alacio.
Llegamos a su entrada -rinci-al. En el 0ardn todo era silencio5 -or todos los sitios,
silencio, interrum-ido Bnicamente -or el cre-itar de las hogueras y los aullidos de los
"astines de la "uerte -resos en sus 0aulas.
Ayesha, saltando de su caballo y des-idiendo a todos menos a (ros y a m, se intern/
-or las desiertas salas del -alacio.
'odo estaba 6aco* o haban muerto, o .haban huido. Sin embargo, Ayesha no
-areci/ dudar mucho ante esta situaci/n, -ues, intern3ndose r3-idamente, tan r3-ida, .ue
a-enas la -odamos seguir, subi/ -or la ancha escalera de -iedra .ue conduca a la
c3mara alta de la torre. >or 9in llegamos a la habitaci/n .ue ser6a -ara los estudios del
6ie0o Simbr y de su sobrina Atene.
Su -uerta estaba cerrada, sus cerro0os echados5 sin embargo, con la sola -resencia de
Ayesha los cerro0os y cla6os saltaron como atrados -or un 9ormidable im3n, cayendo la
-uerta -or su -ro-io -eso y de0ando libre el marco de su entrada.
Sentado en un sill/n, -3lido, herido, -ero con la mirada 9iera y retadora, estaba Leo5
inclinado sobre 7l y con una daga en la mano, -ronta a ser se-ultada en el cuer-o de su
6ctima, se hallaba el 6ie0o Simbr, y sobre el duro suelo, mirando hacia arriba con sus
hermosos o0os, yaca muerta, -ero ma0estuosa hasta en la misma muerte, la Fhania de
Faloon.
Ayesha, con un le6e mo6imiento de su mano, hi2o caer el cuchillo de la mano de
Simbr, .ue en unos instantes .ued/ inm/6il como si se hubiera con6ertido en -iedra.
Entonces, con r3-ido mo6imiento, tom/ la daga y de un solo gol-e cort/ las
ligaduras .ue su0etaban a Leo5 des-u7s, como rendida -or el es9uer2o, cay/ sentada sobre
un banco, .uedando en silencio. Leo se le6ant/, mirando a su alrededor, e4tra,ado, como
a.u7l .ue des-ierta de un -esado sue,o5 des-u7s, con 6o2 doliente, di0o*
;Llegaste a tiem-o, Ayesha5 un segundo m3s, y ese -erro asesino ;y se,al/ a Simbr;
me hubiera dado muerte. 8ime, Dc/mo 9ue la batallaE DA/mo -udiste llegar hasta a.u a
tra67s del hurac3nE <(h, Horacio, gracias a 8ios .ue al 9in est3s conmigo5 -ens7 .ue
a.uellos asesinos te haban matadoI
;La batalla 9ue bien -ara algunos ;di0o Ayesha;. =o ;+ine a tra67s del hurac3n, sino
en sus alas. 8ime5 Leo, D.u7 ha sucedido desde .ue nos se-aramosE
;>risionero y herido me tra0o hasta a.u, dici7ndome .ue te deba escribir
orden3ndote detener el a6ance, o morir5 desde luego me negu7 obstinadamente a ello5
des-u7s... ;y mir/ al cuer-o .ue yaca en el suelo.
;D8es-u7sE... ;re-iti/ Ayesha.
;A.uella tem-estad tan horrible .ue -areci/ .uerer destruir la ciudad entera. Era
es-antoso sentir temblar al 9uerte em-u0e del 6iento la mole del -alacio, arrancando las
-iedras como si se tratara de seca ho0arasca... 5 des-u7s los rayos .ue caan como si 9uera
una llu6ia de 9uego...
;Ellos eran mis mensa0eros. Los en6i7 -ara sal6arte Zdi0o Ayesha, con sencille2.
Leo la mir/ sor-rendido, -ero nada di0o, y des-u7s de una -ausa, como si hubiera
estado -ensando lo .ue haba odo, continu/*
;Algo de eso di0o Atene, -ero no le cre. >ens7 sencillamente .ue haba llegado el 9in
del mundo. Oien5 Atene, al 6er todo a.uello, se 6ol6i/ m3s loca de lo .ue ya estaba. "e
di0o .ue su -ueblo era destruido sin .ue -udiera luchar contra el -oder del in9ierno. >ero
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.ue yo -agara todas las cul-as, y se dis-uso a darme muerte, tomando ese cuchillo. :o le
di0e* C>uedes matarmeC5 -ues saba .ue a cual.uier lugar .ue yo 9uera, tB me seguiras, y
estaba tan en9ermo -or la -7rdida de sangre de una herida .ue recib en la lucha, .ue me
abandon7 a mis 9uer2as. Aerr7 los o0os, es-erando el gol-e 9atal5 -ero en 6e2 de darme
muerte not7 .ue sus labios se -osaban en mi 9rente, y le o murmurar* C=o, no har7 eso.
=o te matar75 cum-le tu -ro-io destino como yo cum-lo el mo. >or esta 6e2, la suerte
me es ad6ersa...C Abr mis o0os y la mir7 sor-rendido. Atene, ante m, estaba de -ie con
un 6aso en la mano, 7se cuyos 9ragmentos est3n 0unto a ella. C+encida, <-ero yo soy .uien
ganoI ;grit/;. >ues no hago sino marchar delante de ti -ara -re-ararte la senda .ue nos
conducir3, a ti y a m, -or el Oa0o;"undo. Estoy destruida5 los 0inetes de mi enemiga
est3n en las calles de la ciudad en6ueltos en rayos, y a cuyo 9rente marcha la misma
Ayesha gritando 6engan2aC Oebi/ y cay/ muerta. =o hace mucho. "ira su -echo, toda6a
alienta. 8es-u7s, ese 6ie0o .uiso matarme5 no -ude luchar, -ues estaba agarrotado5
gracias al cielo, la -uerta se abri/ y llegaste tB. >erd/nalo5 es de su misma sangre y la
.uera.
Leo 6ol6i/ a caer de nue6o en el sill/n, donde lo hallamos herido, .uedando sumido
como en una es-ecie de desmayo, y mir3ndonos con o0os angustiados.
;'B est3s en9ermo ;grit/ Ayesha;. <(ros, tus medicinas, la droga .ue te orden7 traerI
<R3-ido, te lo su-licoI
El sacerdote hi2o una re6erencia, y sacando de un bolsillo interior de sus am-lias
ro-as un 9rasco, se lo dio a Leo, diciendo*
;Oebed, se,or mo5 esta bebida os de6ol6er3 la salud y la 9uer2a.
;Estoy sediento, -ues nada he bebido desde la -asada noche, y la tormenta ha secado
mi garganta de tal 9orma .ue -arece de 9uego.
Aon mano tr7mula tom/ la botella, y lle63ndosela a los labios 6aci/ su contenido.
Alguna 6irtud deba de tener a.uella -oci/n, -ues el e9ecto .ue en mi amigo -rodu0o
9ue admirable. En unos minutos, sus o0os, antes mortecinos, brillaron intensamente,
6ol6iendo el color a sus -3lidas me0illas.
;"uy admirable es la medicina de (ros ;di0o Leo a Ayesha;5 -ero m3s admirable
-ara m es 6erte a ti de nue6o sana y sal6a 0unto a m, -ara e4-resarte todo el amor de mi
alma, mi bien amada. All hay algo .ue comer ;agreg/, se,alando una alacena en la .ue
se 6ean 6arias 6iandas;. 8i, D-uedo comer de ellasE Estoy des9allecido.
;S, come5 tB, Horacio, tambi7n debes comer* estar7is sin 9uer2as.
As lo hicimos, s5 aun en -resencia de a.uella mu0er muerta, ma0estuosa aun enR su
misma muerte5 del 6ie0o mago .ue all estaba im-otente y .uieto, como -etri9icado, y de
Ayesha, a.uel ser admirable .ue -oda destruir un e07rcito con las temibles armas de .ue
se ser6a a su 6oluntad.
Pnicamente (ros nada comi/. 8e -ie, nos sonrea benignamente. Ayesha ni toc/ la
comida.
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"A$%T!& ++
&A REN!N"IA"I#N DE AYESHA
"!AND .ued7 satis9echo, Leo toda6a continuaba comiendo, -ues la -7rdida de
sangre o los e9ectos ner6iosos del t/nico .ue Ayesha haba ordenado suministrarle
-arecan haberlo de0ado e4tenuado.
"ir7 su cara, sor-rendido de obser6ar en 7l un curioso cambio, no muy reciente,
-ues creo .ue 7ste se haba o-erado en 7l m3s bien gradualmente, aun.ue era ahora
cuando -oda a-reciarlo en todos sus detalles des-u7s de nuestra bre6e se-araci/n. A m3s
de a.uella delgade2, de lo cual ya habl7, haba en 7l cierto continente un -oco et7reo5 sus
o0os estaban llenos de re9le0os de cosas .ue iban a suceder.
Su as-ecto me a-en/, no s7 -or .u7. =o era a.u7l ni mucho menos el Leo .ue me era
9amiliar, de am-lio t/ra4, erguido, 0o6ial, ca2ador y hombre de lucha .ue tu6o la suerte
de amar y ser amado -or un ser es-iritual reencarnado en el molde de la m3s -er9ecta
belle2a 9emenina y dotada con todo el -oder de la naturale2a misma. 'odo esto 6i6a aBn
en 7l, 6erdad era5 -ero el hombre era distinto, y estoy seguro .ue tal cambio -ro6ena de
la in9luencia de Ayesha.
Ella tambi7n lo miraba y sus -ensamientos -arecan ser los mismos .ue turbaban mi
mente, hasta .ue al 9in alguna idea cru2/ -or su ser, -ues 6i c/mo abra a.uellos di6inos
o0os y el carmn te,a sus me0illas en encendido rubor. S, la -oderosa Ayesha, .ue s/lo
-or 7l haba conducido a la muerte a miles de hombres, temblaba ahora como una
colegiala tmida al recibir el -rimer beso de su gal3n.
Leo se le6ant/ de la mesa.
;Hubiera .uerido estar 0unto a ti durante la batalla ;di0o.
;En el ro 9ue la 6erdadera lucha ;contest/ ella;5 des-u7s no -as/ nada. "is
mensa0eros de Huego, 'ierra y Aire lucharon -or m5 eso 9ue todo. Los hice des-ertar de
su -esado sue,o5 a mi llamado acudieron a luchar -or ti -ara sal6arte.
;<Au3ntas 6idas -erdidas -or la de un solo hombreI ;di0o Leo solemnemente, como si
el recuerdo le -rodu0ese hondo dolor.
;: m3s .ue hubieran sido necesarias las hubiera entregado, una -or una. Su muerte
no cae sobre tu cabe2a, sino sobre la ma. "e0or dicho, en la de ella ;y se,al/ el yacente
cuer-o de Atene;, .ue ha sido .uien ha -ro6ocado esta guerra. Nracias debe darme, .ue
ha em-rendido el camino de las sombras acom-a,ada de sus m3s 9ieles guerreros...
;>ero eso es terrible5 solamente el -ensar .ue est3s tinta con la sangre de tantos
crmenes me horrori2a.
;D>or .u7 he de arre-entirmeE ;contest/ con orgullo;. 8e0a .ue su sangre la6e ;la
sangre .ue una 6e2 estas im-as te hicieron derramar al darle muerte.
;>ero D.ui7n soy yo -ara -edirte cuenta de ello ;di0o Leo como hablando consigo
mismo; cuando ayer mismo di muerte a dos hombres -ara sal6ar mi 6ida de la traici/nE
;=o hablemos m3s de eso ;e4clam/ Ayesha con sorda rabia;. Estu6e en a.uel sitio y
Holly 9ue testigo de .ue 0ur7 .ue cien 6idas sera el -recio de cada gota de sangre tuya, y
he cum-lido mi -romesa. "ira a ese hombre .ue est3 ah inm/6il y -or mi 6oluntad
con6ertido en -iedra* est3 muerto, -ero, sin embargo, 6i6e. 8ime, D.u7 es lo .ue
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intentaba hacer contigo cuando yo entr7 a.uE
;'omar 6engan2a en m -or la derrota de su reina y de sus e07rcitos ;contest/ Leo;.
>ero dime, Ayesha, Dc/mo conoces tB .ue esa 9uer2a .ue es su-erior a tu -ro-ia 6oluntad
consiente tama,o castigoE
SegBn hablaba, una sombra de -alide2 se re9le0aba en su cara, tal como debe -roducir
el ala de la muerte al cernirse sobre su escogida 6ctima. En los -7treos o0os de Simbr
-areca brillar una ir/nica sonrisa.
>or unos momentos el rostro de Ayesha re9le0/ el terror, -ero 7ste desa-areci/ tan
r3-ido como 6ino.
;=o ;di0o;, yo te digo .ue 7sto no suceder3, -ues sal6o &no .ue no nos oye, D.u7
-oder reina en este mundo .ue no obede2ca mi 6oluntadE
As habl/ y sus -alabras re9le0aban toda a.uella magn9ica soberbia .ue encerraba su
alma ;<estaba admirableI; y mientras hablaba, mi cabe2a -areca girar como loca sobre
mis hombros.
Hi2o una -ausa un momento5 su -echo temblaba ligeramente y su cara -areca
res-landecer con la -resencia de un in6isible es-lendor. 8es-u7s se dirigi/ hacia un
ob0eto .ue haba en el suelo, y .ue no era otra cosa .ue la corona .ue haba saltado de la
cabe2a de Atene al caer 7sta sobre el -a6imento.
Al llegar se detu6o y la recogi/. 8es-u7s, dirigi7ndose hacia Leo, la sostu6o con su
mano sobre su cabe2a, -oco a -oco la 9ue descendiendo hasta .ue la corona .ued/ -or
unos momentos ce,ida sobre su 9rente. Entonces, con una 6o2 gloriosa .ue -areca salir
de la boca de 3ngel, tal era la meloda y sua6idad de su tono y el acento de triun9o y de
-oder, di0o*
;>or medio de este -obre signo terrenal te nombro Rey de la 'ierra5 <s7 tB su rey y el
moI
8e nue6o la corona 9ue le6antada y de nue6o ce,ida sobre su cabe2a. La 6o2 de
Ayesha susurr/ m3s .ue habl/.
;>or esta indestructible corona, te 0uro consagrarme a tu 9elicidad -or todos los
interminables das de mi 6ida. +i6e mientras el mundo 6i6a, y s7 su Se,or y el mo.
>or tercera 6e2 la corona ci,/ las sienes de Leo.
;>or esta corona de oro, 0uro entregarte el Saber humano y las inmensas cantidades
de oro .ue -osea -ara .ue ellos te abran el camino .ue te ha de conducir al -oder.
<+ictoriaI <+ictoriaI No2ar3s de ella, marchando -or su luminoso camino 0unto a m hasta
.ue lleguemos al 9in donde se le6antan las gigantescas columnas de la +ida y la "uerte.
8es-u7s de esto, Ayesha arro0/ la corona sobre el -echo de la di9unta Atene,
de03ndola all abandonada.
;DEst3s satis9echo de mis bondades, amado moE ;-regunt/.
Leo la mir/ y sacudi/ tristemente la cabe2a.
;D1u7 m3s .uieres entoncesE ;-regunt/ Ayesha;5 -ide lo .ue .uieras y ser3 tuyo.
;'B 0uras, 0uras5 D-ero recordar3s tus 0uramentosE
;S, te lo 0uro -or m misma y -or la 9uer2a .ue me alienta. Si te recha2ara alguno de
tus deseos, -ermitan los cielos .ue la destrucci/n caiga sobre m, -ara .ue sir6a de
satis9acci/n al alma de Atene.
:o o todo esto y me -areci/ .ue no era yo solo5 los 6idriosos o0os de Simbr
sonrean de nue6o.
;=ada te -ido .ue no -uedas darme5 Ayesha, yo te -ido a ti, a ti toda, no dentro de
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mucho tiem-o, cuando sea ba,ado en la esencia de la 6ida, sino ahora.
Ayesha retrocedi/ como si se 9uera a desmayar.
;Leo, yo es-eraba deseos ;.as su-eriores de ti.
;1ui23, Ayesha, hubieras -ensado -eor de m si s/lo hubiera alentado el deseo del
-odero en la tierra y los otros mundos, lo cual ni deseo ni com-rendo. Si yo te hubiera
dicho* s7 tB mi 3ngel y no mi mu0er, di6ide el oc7ano en dos -ara .ue -ueda -asarlo a
-ies en0utos* di6ide en dos el Hirmamento5 dime los orgenes de la +ida y la "uerte5
dame el dominio de las 9uer2as -ara -oder des-ertar el dormido hurac3n, y dame las
ri.ue2as del mundo -ara llenar mis deseos y amoldar las leyes de la =aturale2a a mi
-ro-/sito, te hubiera -edido ser un dios, como tB eres. >ero Ayesha, yo no .uiero ser
dios5 yo soy un hombre .ue busca a una mu0er a .uien ama. Ayesha, renuncia a todo ese
-oder sobrenatural,. .ue se inter-one entre tB y yo y .ue nos se-ara. S/lo, aun.ue s/lo
sea -or una noche, ol6ida esa ambici/n .ue mina tu alma y yo ol6idar7 tu grande2a -ara
amarte como a una mu0er, <como a mi es-osaI
Ayesha no contest/5 Bnicamente le tendi/ una larga mirada y mo6i/ su cabe2a
haciendo .ue sus cabellos cayeran sobre su es-alda como una cascada de oro.
;D'e niegasE ;;di0o Leo transido de dolor;. D+esE <=o haces lo .ue 0urasteI Ayesha, tB
me -rometiste cum-lir mis deseos y ahora 9altas a ese 0uramento. EscBchame* recha2o tus
mercedes. =o deseo ningBn trono en el mundo, sino hacer bien a los hombres y no
matarlos como son tus deseos. =o ir7 a For, no me ba,ar7 en la Esencia de la +ida.
"archar7 de tu lado, cru2ar7 las monta,as o -erecer7 en ellas5 ni aun con todas las
9uer2as .ue -osees -odr3s detenerme a tu lado, -ues realmente -ara nada me necesitas.
<=o durar3 m3s este continuo tormento, el tormento de tu -resencia, de tus -alabras, de
tus miradas, de tus -romesas -ara el -r/4imo a,oI... Ayesha* <cum-le tu 0uramento o
d70ame marcharI
Ayesha .ued/ de -ie, en silencio5 la cabe2a cada sobre el -echo, conteniendo a duras
-enas la angustia .ue la ahogaba. Entonces Leo, llegando hasta ella, la tom/ con sus
ner6udos bra2os y a-ret3ndola contra 7l, la bes/. Ella se deshi2o r3-idamente del
amoroso abra2o, no s7 c/mo, -ues cuando me di cuenta, estaba se-arada de 7l unos
cuantos -asos.
;=o me admiro, Holly ;murmur/ mir3ndome;* el 9uego de la -asi/n humana
comien2a a encenderse en mi cora2/n...
;Seamos 9elices, aun.ue s/lo sea -or unos instantes...
;S, Leo, -ero D-or cu3nto tiem-oE
;D1u7 -or cu3nto tiem-oE >or una 6ida, -or un a,o, -or un mes, -or un minuto, no
me im-orta, Ayesha, no tengo miedo, mientras tB seas realidad -ara m...
;DSer3 -osibleE DAce-tar3s el -eligroE =ada -uedo -rometerte. Es tu 6ida la .ue
-eligra. <>uedes morirI
;D: .u7 me im-orta el morirE D=os se-araremosE
;<=o, no. eso nunca, no es -osibleI =o -odemos se-ararnos nunca, estoy segura de
ello, as se me ha -rometido. >ero en otras 6idas, en otras es9eras, nos obligaran ace-tar
una dura senda -or donde caminar hasta encontrarnos.
;D>or .u7 temer al a2ar, AyeshaE <'u 0uramento, Ayesha, reclamo tu 0uramentoI
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")EN:# entonces en Ayesha el cambio m3s misterioso y admirable de sus
innumerables metamor9osis. Hasta a.u, a.uella 9a2 di6ina y hermosa me haba -arecido
como una soberbia monta,a cubierta de nie6e, cuya cumbre era di9cil de escalar con el
a-oyo de los deseos, -ues 7stos se deshacan entre los hielos glaciales .ue circundaban
sus laderas.
Ayesha 0ur/ a Leo .ue lo amaba, -ero le -rometa las dul2uras de su =ir6ana al
-recio de la muerte. &n -oco dud7 yo la e4istencia de una -asi/n en tal sentido5 mas,
Dc/mo -uede una estrella descender hasta una mari-osa, aun.ue 7sta -ueda llegar hasta
a.u7llaE Aun.ue el hombre -ueda adorar a una diosa, Dc/mo la diosa -uede descender
desde el alto lugar donde se encuentra -ara amar al hombreE
>ero ahora, en este instante, todo haba cambiado. "irad, Ayesha se iba haciendo
cada 6e2 m3s humana. >oda 6er -al-itar su cora2/n ba0o su tBnica y -oda 6er a.uel
di6ino re9le0o .ue se es-arca -or su cara y. .ue es s/lo 9ruto del amor, del amor terrenal.
Radiante, m3s radiante, dulce, m3s dulce. =o era a.uella 6elada ermita,a de las ca6ernas
de For, ni el (r3culo del Santuario, ni la [alGiria .ue corra bra6amente en busca de la
muerte en la batalla del ro. =o. Era s/lo la m3s amante y 9eli2 des-osada .ue 0am3s
contem-laron o0os de es-oso alguno.
>oco habl/ Ayesha, -ero en sus -alabras de0/ traslucir la con.uista de s misma.
;"ira ;grit/ mostr3ndole sus blancas 6estiduras sal-icadas -or manchas de sangre y
-or el barro y 7l -ol6o de la batalla;. <"ira cu3les son mis adornos de des-osada, yo .ue
deba -resentarme ante ti adornada de las m3s es-lendorosas 0oyas .ue reina en el mundo
-oseeI
;Ousco a la mu0er, Ayesha, no busco sus adornos ;di0o Leo 9i0ando sus o0os en los de
ella.
;<Ouscar la mu0erI <Ah, hay a.u un enigmaI 8ime, Leo, .u7 soy yo* Duna mu0er o un
es-rituE 8ime, oh, amado mo, .ue soy una mu0er, <-or.ue ahora la -ro9eca de Atene
-esa sobre mi alma como si 9uera una losa de -lomoI Lo mortal y lo inmortal no -ueden
nunca encontrarse.
;=o, Ayesha5 debes ser una mu0er, y no debes atormentarme como me has
atormentado durante tanto tiem-o.
;Nracias -or tus -alabras, Leo5 D-ero era realmente una mu0er la .ue sembr/ la
destrucci/n <en el llanoE DEra a una mu0er a .uien la tem-estad y los rayos obedecan y
re6erenci3ndola decan* CA.u estamos, m3ndanos y te obedeceremosEC DEra a la
6oluntad de una mu0er a la .ue esta -uerta se .uebr/ como si hubiera sido de cristalE
D>uede una mu0er con6ertir en -iedra a un hombre como yo he hecho con SimbrE
C <(h, Leo, yo .uisiera ser humanaI : he de decirte .ue arro0ara todo el es-lendor
.ue me rodea en una o9renda a tu cari,o si tu6iera la seguridad de -oder ser, aun.ue s/lo
9uera -or un corto a,o, una mu0er, s/lo una mu0er5 tu es-osa 9eli2. 1uiero -oner 9in a esta
6ida de su9rimientos y de dudas, y si de ello 6iene la muerte o la 6ida, <la a9rontaremos
bra6amenteI Seremos el uno del otro, ahora mismo5 -ero, Dc/moE Holly nos unir3 las
manos5 D.ui7n otro -odra serE Ml .ue ha sido nuestro gua y nuestro amigo te arro0ar3 en
mis bra2os y a m en los tuyos. Los 6i6os y los muertos ser3n nuestros testigos en la tierra
y en el cielo. Esta ciudad humeante ser3 nuestro altar, y en lugar de ceremonia alguna
0untar7 tus labios con los mos en un dulce beso de amor, y -or toda mBsica te cantar7 una
marcha nu-cial llena de amor y de ternura tal como -oeta alguno com-uso, ni odos de
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amante alguno han escuchado. +amos, Holly, cum-le tu cometido y da la 9elicidad .ue
tanto ansa este hombre.
Aomo un son3mbulo obedec la orden de a.uel ser, tomando entre mis manos la de
Ayesha y la de Leo. SegBn las tu6e conmigo ;y digo 6erdad;, me -areci/ como si un
9uego e4tra,o circulase -or mis 6enas, de 7l a ella...
Aon a.uel 9uego 6inieron tambi7n e4tra,as 6isiones y acordes de mBsicas gloriosas
de amor y 6ida...
Junt7 sus manos, no s7 c/mo las un, -ronunciando unas -alabras e4tra,as. 8es-u7s,
lentamente, 9ui retrocediendo hasta tocar con la -ared...
Esto 9ue lo .ue 6i*
Aon un abandono y una -asi/n tan intensa y es-l7ndida .ue -areca algo m3s .ue
humana, con un sal6a0e grito de <Es-osoI, Ayesha se arro0/ en los bra2os de Leo de tal
9orros, .ue sus cabe2as al 0untarse -arecan haberse 9undido en una misma al encenderse
en un ardiente beso de amor.
Auando se se-araron un -oco -ude 6er .ue la gentil diadema .ue adornaba la 9rente
de Ayesha se desli2aba de su 9rente a tra67s de sus ro-as -or todo su cuer-o. Aon una
sonrisa 9eli2 se se-ar/ de Leo, dici7ndole*
;As, Leo +incey, as -or
segunda 6e2 me doy a ti en esta
carne y en esta alma. 'odo te lo
doy, todo es tuyo, lo mismo all3
en las ca6ernas de For .ue en el
>alacio de Faloon. Has de
saberlo, Leo, 6enga lo .ue 6enga
y suceda lo .ue suceda, no me
se-arar7 nunca de ti. "ientras tB
6i6as, yo 6i6ir7. cuando tB
mueras, yo morir75 te seguir7 a
tra67s de todos los mundos y de
todos los 9irmamentos y no
-odr3n cerrar el -aso a nuestro
amor todas las -uertas de los
cielos y de los in9iernos. Auando
tB duermas, contigo dormir7 yo,
y ser3 mi 6o2 la .ue sientas
murmurar en tus sue,os de 6ida
o de muerte, y ser3 mi 6o2 la .ue
te des-ertar3 en la Bltima hora a
la naciente aurora, cuando se
descorran -ara siem-re las alas
.ue nos llenan de sombras en
esta 6ida de miserias. Escucha
ahora atento mi canci/n, -ues en
sus melodas conocer3s al 9in la
6erdad .ue toda6a no -oda re6elarte. Aonocer3s .ui7n soy yo y .ui7n y .u7 eres tB.
Aonocer3s los altos destinos a .ue nuestro amor est3 reser6ado, y conocer3s los moti6os
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del odio de esta mu0er y todo lo .ue te he ense,ado ya -or medio de 6isiones y de
-ar3bolas. Escucha, amor mo, la Aanci/n del 8estino.
Aes/ de hablar y mir/ hacia el cielo como aguardando .ue de 7l llegase la di6ina
ins-iraci/n y nunca, nunca, ni aun en los 9uegos de For, Ayesha -areci/ tan di6ina y
hermosa como en estos momentos en .ue a-uraba la dulce co-a del amor.
"is o0os iban de ella a Leo, .ue de -ie, -3lido, toda6a, e inm/6il como la -7trea
9igura de Simbr, o como el 9ro cuer-o de la Fhania .ue con sus o0os muy abiertos
-areca interrogar mudamente al cielo. D1u7 -asaba -or su cerebroE =o lo s7. >areca
absorto, mudo, hi-noti2ado -or la radiante belle2a .ue ante 7l estaba, en una silenciosa
adoraci/n de todo su ser.
Ayesha comien2a, a cantar con dulce y -er9ecta 6o2 llena de sua6es notas .ue
-arecan -un2ar mi cora2/n deteniendo mi aliento*
=o e4ista el mundo, no e4ista el mundo, Las almas de los hombres dorman, 'odo
era silencio en el es-acio, >ero tB y yo ...
8e -ronto se detu6o y su cara se cubri/ de una m3scara de horror.
<(hI Leo miraba con 6ista e4tra6iada las -aredes y como un borracho, dando
tras-i7s, con los bra2os e4tendidos en un 9ren7tico deseo de estrecharla entre sus bra2os,
cay/ de es-aldas contra el suelo, .uedando tendido en 7l.
<(h, .u7 es-antoso grito dio AyeshaI <Seguramente hubiera sido ca-a2 de conmo6er
los 9ros cuer-os de los guerreros del llanoI 8es-u7s, silencio.
Llegu7 hasta 7l5 tronchado -or el beso de Ayesha, muerto -or el 9uego de su amor,
yaca el cuer-o de Leo, <muertoI, <muerto sobre el 9ro -echo de AteneI
"A$%T!& +-
&A )!ERTE DE AYESHA
AYESHA habl/ y sus -alabras se cla6aron en m como -un2antes dardos, al
com-render la 9or2ada ace-taci/n de un hecho irremediable contra el cual se 6ea inca-a2
de -oder luchar.
;>arece .ue mi se,or me de0a -or algBn tiem-o, mas -ronto lo seguir7 ;di0o.
8es-u7s no s7 lo .ue -as/. Era tal el gol-e recibido, .ue estaba inconsciente a todo
cuanto me rodeaba. A.uel hombre era mi amigo, mi ser m3s .uerido, mi hi0o5 su -7rdida
me haba deshecho -or com-leto. >areca im-osible .ue yo, 6ie0o y agotado, hubiera de
6er su muerte en el momento en .ue la gloria y la ri.ue2a le sonrean como hombre
alguno conoci/.
Areo .ue Ayesha y (ros intentaron 6ol6erlo a la 6ida de nue6o, sin resultado, -ues
contra lo irremediable no e4isten 9uer2as ca-aces de -oder luchar. "i con6icci/n era .ue
Leo haba muerto haca largo rato, aun.ue -or un e4tra,o 9en/meno de inercia 6ital
toda6a su cuer-o alent/ la 6ida. Areo 9irmemente .ue muri/ al abra2ar a Ayesha y .ue
9ueron sus labios los .ue recibieron el -ostrer sus-iro de mi amigo. : creo tambi7n .ue
cuando des-u7s habl/, era un muerto el .ue hablaba y .ue las contestaciones eran
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dirigidas a un es-ritu.
Auando -oco a -oco 9ui d3ndome cuenta de las cosas, o hablar a Ayesha con 6o2 9ra
y tran.uila ;su cara no la -ude 6er, -ues habase cubierto con el 6elo ;ordenando a 6arios
sacerdotes* CSacar el cuer-o de a.uella mu0er maldita y enterrarla tal como le
corres-onda -or su rangoC.
Leo, con cara tran.uila y 9eli2, yaca sobre una otomana con los bra2os cru2ados
sobre el -echo. Auando los sacerdotes recogieron el yacente cuer-o de Atene y salieron
de la habitaci/n, Ayesha -areci/ des-ertar y, le6ant3ndose, di0o*
;=ecesito un mensa0ero, -ero no -ara una 0ornada ordinaria5 debe llegar hasta el >as
de las Sombras. ;+ol6i7ndose hacia (ros -areci/ mirarlo 9i0amente.
>or -rimera 6e2 6i .ue de la cara del sacerdote haba desa-arecido a.uella -erenne
sonrisa, y .ue su 9a2 estaba -3lida y temblaba.
;D'ienes miedoE ;di0o Ayesha;. Sosi7gate5 no en6iar7 a uno .ue tenga miedo5 Holly,
D.uieres ir -or m y -or 7lE
;S ;contest7;5 estoy cansado de la 6ida y no deseo sino su 9in. Pnicamente te -ido
.ue 7ste sea r3-ido y sin su9rimiento.
"edit/ un momento y di0o*
;=o5 tu hora no ha llegado toda6a5 aBn tienes mucho .ue hacer en esta 6ida. +i6e
toda6a, mi 9iel Holly5 la 6ida es s/lo un so-lo.
Entonces mir/ al 6ie0o Simbr, el hombre con6ertido en -iedra, .ue durante todo ese
tiem-o haba estado inm/6il como una estatua, y grit/*
;<8es-iertaI
#nstant3neamente Simbr -areci/ 6ol6er a la 6ida5 sus miembros se estremecieron5 su
-echo comen2/ a res-irar y 6ol6i/ a ser lo .ue siem-re haba sido* un anciano de a6iesa y
mal76ola mirada.
;'e. he odo, se,ora ;di0o inclin3ndose como el hombre .ue se 6e 9or2ado a
humillarse ante la 9uer2a de .uien odia. ;'B lo has 6isto, Simbr ;y le hi2o un adem3n.
;Lo he 6isto. 'odo ha sucedido como Atene y yo haba mos -ro9eti2ado. +ed ah el
cuer-o yerto del nue6o Fhan de Faloon.
8es-u7s se,al/ a la corona de oro .ue Ayesha haba ce,ido en la 9rente de Leo y una
sonrisa ir/nica se dibu0/ en los 9inos labios del 6ie0o.
;Has recha2ado mis -ro9ecas ;continu/ el mago; .ue -odan haberte -re6enido de lo
.ue iba a suceder, -ero 9ue tu gusto recha2arlas y reci7n ahora com-rendes la 6erdad .ue
ellas encerraban. <(h, HeseaI, te has lan2ado de lo alto del >in3culo, cuya cBs-ide has
tardado miles de a,os en alcan2ar. "ira .u7 es lo .ue has ad.uirido al -recio de 6idas sin
cuento .ue ahora ante el trono de la Justicia lan2ar3n sus acusaciones contra ti y -edir3n
.ue 7sta caiga en todo su -eso sobre tu cabe2a.
;Lo siento -or ellos. Sin embargo, Simbr, bien em-leadas han estado esas 6idas
;contest/ Ayesha re9le4i6amente;. 'B, Simbr, has de recibir un honor mo. 'B ser3s mi
mensa0ero, y ten cuidado, <ten cuidado, te digoI, de c/mo cum-les tu cometido, -ues de
cada slaba tendr3s .ue rendir cuenta. +e all3, a las oscuras sendas de la "uerte, -ues hoy
mi -ensamiento no -uede llegar hasta donde 7l duerme. +e all3, te digo, bBscalo y dile
.ue los -asos de su es-osa Ayesha marchan ;de -risa tras de 7l. 8ile .ue no tenga miedo
de m, .ue en este Bltimo dolor he -agado con creces todas mis cul-as, y el beso .ue me
dio me ha regenerado. 8ile .ue as estaba escrito, y .ue as es me0or, -ues de esta 9orma
es como realmente se ha sumergido en la llama eterna de la 6ida. 8ile .ue me es-ere en
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la >uerta de la "uerte, donde est3 escrito .ue he de reunirme con 7l. DHas odoE
;He odo, <oh, Reina y >oderosa "adreI
;&n mensa0e m3s. 8i a Atene .ue la -erdono. Su cora2/n era grande y ha 0ugado en
esta e4istencia su -arte noblemente. All, en la >uerta, saldaremos nuestras deudas. DHas
odoE
;He odo, <oh Estrella Eterna .ue ha con.uistado la =ocheI
;Entonces, <6eI
A la orden recibida de Ayesha, Simbr dio unos cuantos -asos 6acilantes, como si
.uisiera detener R el alma .ue se esca-aba de su cuer-o, yendo a caer contra la mesa
donde Leo y yo habamos comido.
ELLA le contem-l/ unos momentos, dici7ndome des-u7s*
;"ira, aun.ue siem-re me odi/ este mago .ue conoci/ a Ayesha desde el -rinci-io,
rinde 9iel homena0e a mi antigua ma0estad. =o hace mucho o el nombre .ue su 9enecida
se,ora me daba. La Estrella .ue cay/, mas este nombre no era correcto5 me deba llamar
me0or Estrella .ue logr/ cauti6ar la =oche y .ue siem-re brillar3 con res-landor
inmortal. Oien5 7l ha -artido. Est3 9atigado, mi 9iel Holly5 ye a descansar. "a,ana -or la
tarde em-renderemos el regreso al Santuario, donde se celebrar3n las e4e.uias.
Entr7 en la habitaci/n de al lado, .ue haba sido la de Simbr, y ca e4tenuado sobre
el lecho5 -ero era tanta mi -reocu-aci/n, .ue a -esar del cansancio no -oda cerrar los
o0os.
La -uerta estaba abierta, y al res-landor de los le0anos incendios -ude 6er, a tra67s de
su marco, a Ayesha en muda contem-laci/n de su adorado muerto. Hora tras hora -erma;
neci/ as con la cabe2a a-oyada sobre su mano, silenciosa, e4t3tica. =o lloraba, ni un
sus-iro de dolor se esca-aba de su -echo5 se limitaba a mirarle 9i0amente con ternura,
como mira la madre el dormido cuer-o de su ni,ito, sabiendo .ue s/lo duerme y .ue se
ha de des-ertar con el nue6o da.
8e su cara haba desa-arecido el 6elo .ue la cubra. 'oda e4-resi/n de soberbia y de
rabia haba desa-arecido de ella5 estaba serena, llena d7 con9ian2a y sosiego.
Se le6ant/ y entr/ en mi habitaci/n.
;Arees .ue estoy cada y te a-enas -or m, mi 9iel Holly ;di0o con 6o2 cantarina;.
Aonociendo mis crmenes, Dtienes miedo de .ue 7stos caigan sobre mi se,orE
;S, Ayesha, temo -or ti y -or m tambi7n.
;Ahorra tu -iedad, buen Holly. Aun.ue mientras ha sido ser humano, tu amigo se ha
6isto ligado a m, no debes ol6idar .ue su es-ritu, a su muerte, se ligar3 a mi como lo ha
estado siem-re, aBn m3s 9irmemente. Ahora, tarde lo com-rendo, en mi altanero reto de
la Ley &ni6ersal, no he conseguido sino destruir nuestra -ro-ia 9elicidad. 'res 6eces he
luchado con, el 3ngel y tres 6eces me ha derrotado, -ero esta noche ha murmurado a mis
odos 9rases de es-eran2a y consuelo. Estas 9ueron sus -alabras* CLa muerte del hombre
amado te redime5 desde la tumba negra emerge un amor glorioso y -uro, .ue reinar3 en ti
-ara siem-reC. Al or esto se.u7 mis l3grimas y me re6est de -a2 nue6amente, alentando
la es-eran2a de reunirme a a.u7l a .uien he -erdido all3 donde nos es-era5 est3 escrito
.ue he de ser yo .uien 6aya a su encuentro. "as me ol6ido de .ue est3s 9atigado y
necesitas descansar. 8uerme, mi 9iel amigo, yo 6elar7 tu sue,o.
"e .ued7 dormido -ensando en la e4tra,a re6elaci/n .ue recibi/ Ayesha y .ue tanto
consuelo le -ro-orcionaba. =o s7 si 9ue real o s/lo una alucinaci/n suya. >uedo su-oner,
sin embargo, .ue alguna nue6a lu2 se haba hecho en su alma, al su-oner, como ella
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deca, .ue la muerte de su bien amado Leo haba -uesto un 9in de redenci/n a sus
incontables cul-as.
Auando des-ert7, era de da, -ero me .ued7 dormido de nue6o.
Era el anochecer cuando me des-ert/ Ayesha, .ue estaba 0unto a m.
;'odo est3 -re-arado ;me di0o;. 8es-ierta y dis-onte a -artir.
AAA
=os -usimos en marcha escoltados -or un millar de 0inetes. Hrente a nosotros iba el
cuer-o de Leo conducido -or sacerdotes5 tras 7l iba Ayesha, y yo a su lado.
<1u7 e4tra,o contraste entre nuestra llegada y nuestra -artidaI
Antes, los escuadrones entrando como una a6alancha arras3ndolo todo a su -aso5
ahora, un cuer-o en6uelto en blancas ro-as5 la lenta marcha de los caballos, los guerreros
con sus lan2as a-untando hacia el suelo... las mu0eres de Faloon enterrando sus
innumerables muertos...
: Ayesha, .ue ayer, cual [alGiria coronada -or un nimbo de 9uego, atacaba
9ieramente guerrera, hoy, cual humilde mu0er llena de dolor .ue segua con su es-oso el
camino de la tumba.
AAA
Era de noche. En el mismo sitio donde 9ue de-ositado el cuer-o del Fhan, a .uien
dio muerte, el cuer-o de Leo -ermaneci/ en el Santuario ante la estatua de la 8i6inidad,
cuyos o0os inm/6iles -arecan mirar su tran.uila 9a2.
En su trono estaba sentada Hesea, dando /rdenes a los sacerdotes y sacerdotisas.
;Estoy cansada ;di0o; y debo de0aros -ara siem-re5 6oy tras las monta,as. 1ui23
tarde un a,o o mil en 6ol6er, <.ui7n lo sabeI Si es as, .ue >a-aya con (ros como es-oso
y conse0ero, ocu-e mi -uesto hasta .ue yo regrese. Sacerdotes y sacerdotisas del
Santuario de Hesea* He -uesto mi mano sobre nue6os territorios5 tomadlos como una
herencia ma y gobernadlos con 0usticia y e.uidad. 8e ahora en adelante, la Hesea de la
"onta,a ser3 tambi7n la Fhania de Faloon. Sacerdotes y sacerdotisas de nuestra
6enerada 9e* =o comeremos siem-re el -an de la amargura ni beberemos el agua de nues;
tras l3grimas. 'ras la noche res-landece el sol y el arco iris a-arece des-u7s de la llu6ia.
Estas 6idas .ue -arecen esca-ar de nosotros, como esca-a de nuestras manos la nie6e
derretida, ser3n algBn da inmortales 9uera de las -asiones y es-eran2as humanas, donde
brillan las estrellas con m3s intensidad.
Hi2o una -ausa y con su mano esbo2/ un saludo al tiem-o .ue deca*
;Este hombre es el 9iel amigo de mi bien amado, y hu7s-ed. Es mi 6oluntad .ue lo
atend3is y cuid7is a.u hasta .ue cese el in6ierno, y cuando llegue el 6erano y sus calores
derritan las nie6es, le acom-a,ar7is y -re-arar7is su camino a tra67s de las monta,as, de
9orma .ue -ueda llegar a su -as sano y sal6o. =o lo ol6id7is, y tened la seguridad de .ue
tendr7is .ue rendirme cuentas de lo .ue a 7l le suceda.
El alba se acercaba y solamente -ermanecamos en la lengua rocosa sobre el abismo
nosotros cuatro* Ayesha, (ros, >a-a6a y yo. Los sacerdotes .ue tra0eron el cuer-o de mi
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amigo haban sido des-edidos -or Ayesha. La cortina de 9uego se al2aba ante nosotros
como un ro0o -enacho -erdi7ndose -or la inmensidad del es-acio en aisladas nubes
berme0as.
Ayesha habl/*
;Las tinieblas se acercan a m, .uerido Holly, esas -ro9undas tinieblas a las .ue sigue
el alegre amanecer de la gloria.
=o lo ol6ides cuando te sientas morir5 ll3mame, yo acudir7 a ti. "as no me llames
antes ni nada hables de ello, -ues no es tar7 ya mucho tiem-o 0unto a ti y no -odr7
guardarte como hasta ahora. 'u im-rudencia -odra serte 9atal. =o -ienses .ue estoy
6encida, -ues mi nombre es ahora <+ictoriaI =o -ienses .ue la historia de Ayesha ha
acabado, -ues lo .ue has 6isto no es sino una -3gina solamente. =o creas .ue en esta
noche t7trica el temor hinca sus crueles garras en mi es-ritu, <noI Regoc0ate ahora5 mi
alma y la de mi amado se han 9undido en una sola.
Hi2o una -ausa y a,adi/*
;Hiel amigo, toma este cetro como recuerdo mo5 mas ten cuidado en c/mo lo usas,
-ues ser6ir3 -ara .ue a sus argentinos sonidos acuda yo 0unto a ti. 'iene sus 6irtudes, no
lo ol6ides;. 8iciendo esto me dio el en0oyado sistro, .ue aBn -oseo. 8es-u7s a,adi/;
;Ahora besa su 9rente, y retrate y su9re con -aciencia la cruel se-araci/n de tu
amigo.
AAA
AHRA, como en otra ocasi/n, la obscuridad se hi2o cada 6e2 m3s -ro9unda y el
solemne silencio se 6io interrum-ido -or el le6e susurro .ue -rodu0eron unas alas de
llamas, como anta,o sucediera en la trans9ormaci/n de Ayesha, a-ro4im3ndose -oco a
-oco hasta -osarse sobre la lengua de roca donde yaca el cuer-o de Leo y el de Ayesha
.ue lo acom-a,aba.
"as, <ohI D1u7 ha sucedidoE El lugar ha .uedado desierto. Al desa-arecer las aladas
llamas han desa-arecido Leo y Ayesha la im-erial, la di6ina...
DA d/nde 9ueronE =o lo s7. >ero me -areci/, al 9uga2 res-landor de una e4-losi/n
del cr3ter, 6er dos 9ormas gloriosas 9lotando en el es-acio y .ue eran las de Leo y
Ayesha...
AAA
D!RANTE los largos meses .ue siguieron a nuestra cruel se-araci/n, mientras
-aseaba errante -or el tem-lo entre las nie6es de la "onta,a, una -regunta martillaba mi
cerebro. DA d/nde 9ueronE ;-reguntaba mi cora2/n a la inmensidad del cielo, al es-ritu
de Lelo, .ue a menudo llegaba 0unto a m...
"as nunca obtu6e res-uesta...
S/lo ansiaba .ue llegara mi hora -ara -oder 0untarme a ellos como se me haba
-rometido. Entonces sabra .u7 es lo .ue ella iba a re6elarle a Leo cuando 7ste muri/ y
cu3les eran los -ro-/sitos de a.uellos dos seres locos de amor.
As, -ues, deba de aguardar con -aciencia5 con -aciencia, s, -ues no tendra mucho
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.ue aguardar. "i cora2/n estaba roto y mi 6ida no -oda durar mucho...
(ros y los dem3s sacerdotes 9ueron muy buenos -ara conmigo.
Los meses -asaron r3-idos, y -or 9in se a-ro4im/ el 6erano, .ue deba derretir las
nie6es .ue me tenan -risionero. Entonces habl7 de mi marcha. "e dieron -iedras
-reciosas, -arte de su tesoro, -or.ue iba a necesitar dinero -ara mi 6ia0e, y el oro .ue
Ayesha me haba dado -esaba tanto .ue haca im-osible su trans-orte -or un hombre
solo. "e condu0eron a tra67s del llano de Faloon, donde los hombres .ue haban esca;
-ado a la muerte comen2aban la construcci/n de sus derruidos hogares. Entre a.uel
mont/n de ruinas calcinadas se ergua inc/lume el -alacio de Atene. =o .uise entrar...
<tena -ara m tan tristes recuerdosI ... Acam-7 9uera de las murallas, 0unto al ro y cerca
del sitio -or donde Leo y yo lo cru2amos al de0arnos libres el Fhan loco.
Al da siguiente embarcamos y -ocas horas des-u7s llegamos a la casa de la Nran
>uerta.
A.u 9ue donde me ech7 sobre un lado, -ues no -uede otra cosa llamarse a a.uel
intento de re-oso. Mrame im-osible descansar.
La ma,ana siguiente ba07 hasta el barranco y 6i con sor-resa .ue sobre el r3-ido
torrente haba sido tendido un tosco -uente, y .ue en -re6isi/n a mi llegada largas y
9uertes escaleras haban sido le6antadas con ob0eto de alcan2ar la cima del des-e,adero
o-uesto. Al -ie de 7stas 9ue donde me des-ed de (ros, el cual, -or toda des-edida, me
sonri/ benignamente como el da en .ue nos encontramos -or 6e2 -rimera.
;"uchas cosas e4tra,as hemos 6isto 0untos, amigo (ros ;di0e al 9in.
;"uy e4tra,as ;contest/.
;: .ue al 9in se han con6ertido en 6uestra recom-ensa* hab7is heredado un manto
real.
;Estoy en6uelto en un manto real -restado y .ue algBn da ser3 necesario desgarrar.
;D1uer7is decir .ue la Nran Hesea no ha muertoE
;1uiero decir .ue Hesea no muere nunca. Aambia, eso es todo. Aomo el 6iento, 6a
de a.u -ara all3. D1ui7n -uede decir a .u7 ignoto -unto de la tierra ir3 a re-osarE
Recordad las e4tra,as cosas .ue hab7is 6isto. Acordaos de la -artida del mago Simbr
lle6ando el mensa0e de ella. Acordaos de la trans9ormaci/n de Hesea, m3s e4tra,a aBn
.ue si ma,ana saliera el Sol -or el >oniente. Ella 6ol6er3 de nue6o, y yo en6uelto en este
real manto, .ue no me -ertenece, es-erar7 su regreso.
AAA
A")$ACAD -or 6einte hombres, escogidos soldados, escal7 con bastante
agilidad la enorme altura .ue ante nosotros nos cerraba el -aso. Esta 6e2 con abundante
comida y abrigo, cruc7 las monta,as sin ningBn contratiem-o. Los hombres me es;
coltaron hasta llegar al desierto, donde, a la 6ista del gigantesco Ouda, me des-ed de
ellos siguiendo solo mi 0ornada. Acam-7 a.uella noche en el desierto. La ma,ana
siguiente, cuando me des-ert7, tom7 mis -ertrechos y me dirig a la lamasera, donde
llegu7 antes de la -uesta del sol.
A la -uerta, la 9igura de un 6ie0o, en6uelto en un roto manto -areca abstrado en la
contem-laci/n del es-acio. Era el 6ie0o Fou;en. A0ust3ndose sus es-e0uelos sobre la
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Librodot Ayesha, el retorno de Ella H. R. Haggard
nari2, me di0o mir3ndome*
;Es-er3ndote estaba, hermano del "onasterio llamado el "undo. ;8es-u7s a,adi/*
;D'an hambriento est3s .ue tienes .ue 6ol6er de nue6o a este msero lugarE
;S, hermano Fou;en ;contest7;5 hambriento de descanso.
;Ser7 tu ser6idor -or todos los das de mi -resente encarnaci/n. "as dime, Dd/nde
est3 tu otro hermanoE ;<"uertoI ;contest7.
;:, -or consiguiente, reencarnado de nue6o o .uien sabe si re-osando en el
8e6achan -ara siem-re. =o te a-enes, 6ol6eremos a reunirnos de nue6o. Entra, come y
des-u7s me contar3s 6uestra historia.
Aom. A.uella noche le cont7 todas nuestras a6enturas. Fou;en escuch/ con atenci/n
y, -or admirable .ue 9uera la historia, no -areci/ sor-renderse gran cosa -or lo .ue
acababa de or. 8es-u7s trat/ de e4-licarme a.uellas e4tra,as cosas con ayuda de
mara6illosas teoras de reencarnaci/n, -ero al 9in .ued7 aBn m3s sumido en el terrible
mar de la duda.
;Al 9in ;di0e medio dormido;, todo nos hace su-oner .ue nosotros estamos ganando
m7ritos en el ante-enBltimo -lano de nuestra e4istencia ...
;E9ecti6amente, hermano del "onasterio llamado el "undo5 sin duda alguna todos
estamos ganando m7ritos5 -ero he de ad6ertirte .ue la mu0er, o, me0or dicho, la hechicera,
-rogresa muy lentamente. S, esa mu0er .ue me has dicho .ue se llama CEllaC, CHeseaC,
CAyeshaC sobre la tierra y .ue en el A6itchi recibe el nombre de Estrella .ue cay/.
C$qu qued" trunco el manuscrito de Holly. Las ho%as que +altan se
quemaron al arro%arlo al +uego en su casa de umberland.D
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