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Cuatro cuentos de La noche, de Francisco Tario / 1

LA NOCHE DE LA GALLINA
Francisco Tario
Los hombres son vanos y crueles como no tienes idea me deca hace casi un siglo una gallina amiga, cuando todava era yo joven y virgen, y habitaba un corral indescriptiblemente suntuoso, poblado de rboles rutales! Lo "ue ocurre objet# yo, sacudiendo mi cola blanca es "ue t$ no los comprendes% ni si"uiera te has cuidado de observarlos adecuadamente! &Con iesa' ()u# has hecho durante la mayor parte de tu e*istencia, sino corretear como una locuela detrs de tus cien maridos y empollar igual "ue una se+ora burguesa, &-l hombre es un ser admirable, caritativo y muy sabio, a "uien debemos estar agradecidas pro undamente' -sto deca yo hace tiempo% no s# cuntos meses! Cuando a$n me dejaba sorprender por las apariencias, renda culto a los poetas y llevaba minuciosamente clasi icadas en un cuaderno las caractersticas de los petimetres "ue me perseguan! Cuando mi cresta era voluptuosa cual un seno de mujer, y mi cola, artstica, poblada! Cuando dorma en posturas graciosas y, al crep$sculo, languideca bajo la in luencia ine able de las encinas! .eca esto entre otros motivos ms graves por"ue mi amo era muy cordial conmigo y sola conducirme a los rincones ms apartados de la inca, con objeto de obse"uiarme los residuos de los ban"uetes y otras golosinas menos importantes! /oy no! /oy pienso de otro modo! /eme a"u con inada en una celda tenebrosa, condenada a muerte! (Creen "ue no lo adivino, (Creen los hombres "ue por ser diminutas y estar cubiertas de plumas, no tenemos las gallinas nuestro cora0oncito, nuestra sensibilidad y nuestro entendimiento, 1e apresaron al atardecer! 2aseaba yo con una amiga por el sendero de las coles! 3oplaba una cautivadora brisa! 4bamos charlando de mil cosas triviales y picoteando, ora un rbano, ora una ruta cada, cuando se entreabri5 la puerta atdica y apareci5 el cocinero! 6unca me simpati05 este hombre! -s un tipo grueso, perverso, de epidermis muy roja, con un bigote cuadrado y un delantal demasiado largo, tinto en sangre generalmente! .e ordinario, salta al corral con un cuchillo en la mano y se contonea por entre los rboles, berreando siempre la misma tonada! Cuando alguien osa acercrsele, toma la primera estaca o piedra "ue ve a su alcance y la arroja contra el intruso! -n seguida corta una ciruela o un alb#rchigo y, tras de rotarlo contra su trasero, lo engulle, escupiendo la piedra a gran distancia!!! 2ues bien, lleg5 el cocinero y me ue persiguiendo taimadamente por la vereda de las coles! Tan pronto llegamos a la tapia &oh, per umada muy lindamente por las enredaderas de 7#c"uer' me atrap5 con sus mana0as de simio, sujetndome por las alas! 1e introdujo en la casa, hi0o girar la puerta de un cuarto muy t#trico y me lan05 al aire, cual si se tratara de una avioneta! Ca como mejor pude y tard# mucho tiempo en moverme! 8"u estoy, en consecuencia, sola, en tinieblas, sin un galn ind5mito "ue se aventure a rescatarme! 3ola con mis reminiscencias, con mi pasado turbulento, con mi angustia loca, con mi cresta ya no tan voluptuosa y mi pechuguita tierna! 92osiblemente cavilo me reste una noche de vida: doce horas: varios cientos de

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minutos!!! 3i me pusiera a contar desde ahora, no llegara a treinta mil seguramente!9 3uspiro y prosigo, dejando "ue mis pensamientos luyan, luyan, como una bandada de canarios! 9&Cuan crueles y vanos son los hombres' (2or "u# nos asesinan, (2or "u# nos comen, ()u# da+o les he hecho yo, por ejemplo, ()u# grave trastorno o "u# perjuicio irreparable les he ocasionado!!!, Les he dado huevos rescos, cra% los he recreado con mi canto% les he anunciado el mal tiempo, el bueno tal ve0 con mayor e*actitud y armona "ue los maestros cantores , la presencia de un ladr5n! 6o me he en ermado nunca% por el contrario, siempre poda admirrseme pi0pireta, complaciente, muy limpia, tomando el sol a toda hora del da, meciendo mis alas nveas, "ue un joven galante compar5 una ve0 con las de un cisne! /e servido tambi#n de modelo a cierto pintor impertinente "ue pro an5 nuestros dominios! 1e han retratado los chi"uillos, he respetado la siembra, no he herido, injuriado a nadie! <ams hice un mal gesto! ()u# culpa es, pues, la ma, = sin embargo, van a inmolarme, van a comerme!9 1e estrujar el cocinero entre sus garras inicuas e ir arrancando a pu+ados mis plumas inas, mis plumas albas, "ue tan celosamente he cuidado! 1e las arrancar, s, con la avide0 de un enamorado "ue deshoja una margarita, y las ir arrojando a un cubo lleno de sangre abollado, #tido, cual si se tratara de algo despreciable e inmundo! 1e desprender el cuello de un tajo, y mis ojitos pardos, mis ojitos picaros "ue otro galn compar5 con los de una gacela se obscurecern de initivamente! 1is piernas doradas y elsticas caern por tierra como las ramas secas de un rbol!!! y las comern los cerdos ("ui#n iba a pensarlo, los cerdos: esa especie de hipop5tamos color de rosa "ue liban sus propios orines y jams al0an la jeta, temerosos de vaciarse un ojo! 7ien asada, me acomodarn en una uente de lo0a y me transportarn a la mesa, humeante,

guarnecido mi cuerpecito con 0anahorias, tru as o esprragos! = es tal la crueldad de los hombres, tal su sadismo, "ue "ui0 respeten mi orma y me presenten as enterita, sin plumas, en cueros, e*hibiendo para deleite de todos mi inocente verg>en0a! Los invitados se relamern de gusto, no importa "ue entre ellos se cuente alg$n il5so o o can5nigo! 97ien sabrosa "ue debe estar9 pensarn para sus adentros! = la due+a de la casa, esa berruga con aldas, e*clamar meli luamente: 6o es malo, "ue digamos, su aspecto% pero temo "ue est# un po"uito dura! &-ra tan vieja' Tambi#n es creble "ue un ni+o me rechace y su mam le o re0ca un muslito! 1am, no "uiero gallina protestar el in ante, con su carita de ngel bobo y rico! 3i est muy tiernecita, tonto!!! &1ira' = el gesticulando: rorro objetar entonces,

(2or "u# me das esas cosas, si sabes "ue las gallinas comen ca"uita, &8y, me sacri icarn sin remedio' &1e asesinarn los hombres, no obstante "ue he alegrado sus vidas' 3on vanos, crueles, egostas! 2rincipalmente eso: egostas! (2or "u# no matan al perro, &2or"ue los de iende' (2or "u# no matan al gato, &2or"ue se come a los ratones' (2or "u# no matan al burro, &2or"ue transporta sus mercancas' (2or "u# no matan al caballo, &2or"ue los transporta a ellos' (2or "u# no sacri ican al tigre, a la vbora o al lobo, &2or"ue les temen' &Canallas' &Cobardes' &6os asesinan a nosotras, y a los pajaritos, y a los gansos, y a los cerdos, "ue no sirven para nada! 6os ven pe"ue+os, inde ensos, ase"uibles'

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=a s# de "u# modo hablan los hombres! Cierta tarde sorprend a uno de ellos interrogando: = diga usted (es "ue no ha probado por casualidad el gato, @tro respondi5, llevndose el pa+uelo viscoso a la boca: 2or .ios, &Aaliente asco' "u# e*centricidades!!!

Bn$til! Chirra la puerta sobre sus go0nes y aparece el cocinero! Le veo al traslu0 divinamente, con su delantal hasta los tobillos y su cabe0ota calva! -ntreabre los bra0os para atraparme! 1e escurro una, dos, tres veces con #*ito! Bnsiste% se desespera! =o pienso: 92er ectamente! 2uesto "ue as sois de villanos, la pagar#is bien cara!9 .oy un salto increble, ridculo si se "uiere para una gallina, y escapo por encima de los hombros del verdugo% vuelo a trav#s de un pasadi0o "ue apesta a vinagre% de un corredor lleno de muebles y ropa sucia% de la escalera!!! .etrs viene el cocinero blas emando y sacudiendo su pan0a dura! .escubro en el segundo piso de la casa una ventana abierta y me lan0o al vaco, ahora s como una avioneta! Tardo en caer al corral y, abajo, se produce un clamoreo inenarrable, consecuencia de mis gritos desgarradores! )uien chilla, pidiendo au*ilio% "uien corre de un lado para otro, tapndose los ojos% mi amiga su re un soponcio! 2ero yo anuncio, y mi anuncio lo escuchan hasta los muertos: &La pagar#is bien cara' &La pagar#is bien cara' Cuando el cocinero salta al jardn, ya he alcan0ado mi meta! -s una planta misteriosa, a0a ranada, de hojas muy speras, "ue, de ni+as, nos prohiban recuentar nuestras mamas: )uien pruebe de ellas, sucumbe nos prevenan, cubri#ndonos con sus temblorosas alas! = yo com esta ve0 hasta hartarme! Com races, tallos, lores, &cuanto pude' Cn poco ms tarde, el verdugo empu+aba el cuchillo y me apoyaba su hoja en el pecho, dici#ndome: &-scpate ahora, maldita!!!'

=o he gritado entonces: &1entira' &1entira' &6o es asco lo "ue ten#is ni mucho menos' 2ero nuestro lenguaje resulta enteramente incomprensible para esa gente! Tanto, "ue el primero de ellos dijo: &1aldito bicho #ste' &)u# lata nos est dando' = seg$n es costumbre en tales seres, me lan05 un pedrusco, a riesgo de matarme! 2ero yo es"uiv# el proyectil, dando rienda suelta a la hilaridad ms desbordante! 2rorrump desde lejos: &6o, no es asco lo "ue le ten#is al gato' &Cuidis vuestro "ueso' &C5mo' @igo una llave!!! la tos del cocinero!!! (-s "ue ha llegado la hora, &@h, se anticipan' 2ero ("u# signi ica todo esto, (-s "ue no van a permitirme con esar si"uiera, /e odo contar no s# d5nde "ue a los reos a muerte se les dispensan privilegios de tal ndole: se les con orta, se les au*ilia espiritualmente! (= por "u# a m no, =o tambi#n creo en .ios! Tambi#n a m me espanta el in ierno! 1is pecados pueden ser graves!!! &3, s, creo en .ios, creo en .ios lo mismo "ue pueda creer el hombre ms docto' &/e nacido de .ios' &/e cometido adulterio!!!' &= tengo mi alma chi"uita y d#bil pero mi alma' &8"u est' &)uiero salvarla' &)uiero salvarla' ()u# clase de justicia es #sta,

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8$n solt# una carcajada "ue atron5 la casa! .esde el retrete pregunt5 la due+a: Cirilo: ("u# ocurre, &6ada' prorrumpi5 el asesino, tro0ndome el cuello! &-sta maldita perra!!!' (Cul perra, o a la vieja, como entre sue+os!

@ lo "ue sea! &-sta gallina' Cna ve0 ms rati i"u# mi amena0a: &La pagar#is bien cara' = en e ecto: treinta y seis horas ms tarde, cinco ata$des en ila bajaban por la arboleda rumbo al cementerio!

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LA NOCHE DEL FRETRO


Francisco Tario
-ntr5 un se+or enlutado, con los 0apatos muy limpios y los ojos enrojecidos por el llanto! 3e apro*im5 al empleado y dijo: 6ecesito un #retro! @ distintamente su vo0 ronca y amarga seguida por una tos irritante "ue, de estar yo dormido, me hubiera hecho despertar! @ tambi#n, en a"uel preciso momento, el timbre de la puerta en la casa contigua y el ladrido del perro, "uien anunciaba as su alegra! -l empleado dijo: 2ase usted! = pas5 el hombre sigilosamente, con un poco de asco, mirando a diestra y siniestra, como una reina anciana "ue visita un hospital! 2areca un tanto avergon0ado del espectculo: de a"uellos cajones grises, blancos o negros "ue tanto asustan a los hombres, y de a"uella lu0 amarilla y sucia "ue daba al local cierto aspecto de taberna! 1i compa+ero de abajo se endere05 cuanto pudo para e*plicarme: -l cliente es rico, con"ue t$ sers el elegido! La noche era ra, lluviosa, y soplaba un viento de nieve! 6o apeteca yo, pues, moverme de a"uel escondrijo tan tibio, cubiertos mis largos miembros con una suave capita de polvo, y mucho menos aventurarme .ios sabe con "u# rumbo por esas calles tan h$medas y resbaladi0as! -l enlutado segua tosiendo y e*aminando uno a uno los #retros! 6os miraba curiosamente, sin apro*imarse demasiado, cual si temiera "ue uno de nosotros, en un momento dado, pudiera abrir la boca y tragarlo! -n vo0 baja, respetando ingidamente el dolor del cliente, iba el empleado elogiando su mercanca, haciendo notar entre otras cosas su sobriedad, duraci5n y comodidad! .e s$bito, advert sobre mi espina un cos"uilleo bien conocido: el empleado me "uitaba el polvo ceremoniosamente con un cepillo de gruesas cerdas "ue me produjo risa! 2rocur# estrecharme contra el muro, observando de soslayo al enlutado! Ai sus ojos tristes, abultados verdaderos ojos de rana "ue repasaban mi cuerpo de arriba abajo! -scuch# de nuevo su vo0 cavernosa: -l inado es robusto, (sabe, Fue entonces cuando pens#: 91e llevar sin duda9! -n e ecto, prorrumpi5: Creo "ue me convenga #ste! 8justaron el precio en mi concepto, irrisorio y me trasladaron a un autom5vil demasiado $nebre, con las llantas blancas! La lluvia segua cayendo en aisladas gotas ras! -l cier0o me penetraba a trav#s de los poros, helndome la sangre! Cna sombra humana, en el interior del vehculo, sollo0aba ahogadamente, llevndose con recuencia el pa+uelo a la boca! @tra, ms rgida y grave, con el cuello del capote subido, haca girar e*tra+amente el volante!!! Cru0amos calles silenciosas y l5bregas, pobladas de perros chorreantes y prostitutas% avenidas iluminadas y alegres donde la gente paseaba con lentitud, bajo los paraguas negros% una pla0oleta muy triste en la cual tocaba una banda y los militares lucan sus uni ormes nuevos% edi icios de ladrillo, tenebrosos, en cuyos interiores adivinaba yo parejas de hombres y mujeres estrujndose ren#ticamente!!! -n tanto, mi cerebro trabajaba sin descanso:

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9(/acia "u# lugar me conducirn, ()u# clase de destino me aguarda,9 -s preciso "ue los hombres sepan "ue los #retros tenemos una vida interna sumamente intensa, y "ue en nuestros escasos ratos de buen humor bromeamos o nos chanceamos unos con otros! 8nte todo, tenemos nombre: unos, masculinos y, otros, emeninos, naturalmente, de acuerdo con nuestro se*o! 1ientras permanecemos en el almac#n somos c#libes! 3in embargo, estamos atalmente destinados al matrimonio% es decir, a lo "ue en el mundo com$n y corriente se designa con otro nombre est$pido: el entierro! 3emejante acontecimiento es el ms importante de nuestra vida, y de ah "ue meditemos tan a menudo acerca del c5nyuge "ue nos deparar la suerte! 7uena prueba de esto $ltimo es "ue hoy, al salir rumbo al armatoste "ue me aguarda, un antiguo camarada se despidi5 de m de esta orma: )ue el destino te conceda buena hembra y buena casa!!! =o, "ue soy hombre, le respond tristemente: 3obre todo, eso, amigo: buena casa para pasar el invierno! &8h, esas tumbas de tierra, enlodadas y ras, llenas de mil clases de bicharracos glotones "ue trepan por nuestras espaldas y nos van destruyendo lentamente' &-sas tumbas ignominiosas y endebles, en cuya super icie no hay lores ni hierba, y sobre las cuales chapotea la lluvia sin piedad alguna' &-sas tumbas tan pobres, tan solas, encaramadas all sobre cual"uier monta+a o sumergidas en el cora05n de un abismo' Cuando el autom5vil se detuvo, observ# "ue mi llegada despertaba un inter#s incomprensible! 3e oyeron voces humanas de: &-l #retro' &-l #retro' 8lc# los ojos y vi un edi icio cuadrado, con dos terra0as de piedra! 3uspir#, aliviado! Tres hombres vestidos ridculamente me transportaron hasta un suntuoso aposento en cuyos ngulos ardan los cirios: esos malditos cirios "ue chisporrotean

continuamente abrasando nuestras entra+as con sus gotas de cera blanca! Tard# un buen rato, no obstante, en descubrir a mi c5nyuge! -ntretanto, tuve "ue reali0ar indecibles es uer0os para contener la risa! 8ll estaba yo, tendido sobre no s# "u# mueble absurdo, y los hombres des ilaban ante m con sus levitas y sus rostros descompuestos! 1e miraban a hurtadillas y tosan o se alejaban rpidamente! 6adie se mantena ecunime en mi presencia, cual si yo uera una especie de monstruo, culpable de la muerte de los hombres! Cna muchacha resca y esbelta, "ue despeda un olor en e*tremo agradable y "ue haba deseado para m con toda el alma, prorrumpi5 al yerme: &-s tan terrible y tan negro' .istingu su pecho duro y alto, "ue se estremeca de terror, y la lnea de su vientre suave, bajo la tela in ame! @tra mujer, rubicunda y ea, cuchiche5 una rase indulgente: &= las manijas son de plata' 2ero he a"u "ue, de pronto, un chi"uillo se me acerca y pregunta: (-s para enterrar a pap, 3ent "ue el cora05n me dejaba de latir dentro del pecho, "ue la cabe0a me daba vueltas, y "ue me hallaba abandonado en mitad de un t$nel nauseabundo! 9(C5mo, para pap, me dije! (6o soy acaso un hombre,9 )uise gritar, protestando! )uise incorporarme y echar a correr sin ning$n rumbo, pero no pude! Cuatro pesadas manos, cubiertas de vello, me sujetaron por pies y cabe0a y no supe ms de m! .eb perder el sentido! Cuando despert#, un hombre gordo, hinchado, pestilente y rubio, yaca sobre mis pobres huesos! 8rdan los cirios en torno mo, salpicndome las ropas% re0aba un sacerdote, mirando por encima de sus anteojos a las mujeres bonitas% unos geman con ayes velados% otros chillaban proca0mente, sin comprender el destino del hombre! Caan por tierra p#talos de lores!!!

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6o pudiendo soportar ms el oprobio de "ue era vctima, hice un sobrehumano es uer0o y derrib# al cadver! Cay5 #ste con gran aparato, partiendo por la mitad un cirio "ue se apag5 instantneamente! Cay5 con la cabe0a hacia abajo, haciendo tronar el piso! =o grit# y no me oy5 nadie: &6o "uiero' &6o "uiero' Todos se apresuraron a levantar al muerto, aun"ue pesaba demasiado! -staba rgido y ro como un rbol! 1e dio horror! Ai a lo lejos a la jovencita resca, muy plida y aterrada, con las manos sobre el descote! 3u per ume me embriag5 esta ve0, removiendo mis instintos!

9&Lograr poseerla'9, pens# con angustia! 2ero de nuevo cay5 a plomo sobre m el hombre ventrudo y #tido, cuyo cuerpo pareca e*actamente una vejiga! 1e encog de hombros y opt# por dormirme! .ormirme como un novio impotente o tmido en su noche de bodas! 8s lo hice! = so+#! 3o+# con dulces muertas blancas, cuyos muslos temblaban sobre mi piel!!! con ricos sepulcros de mrmol, muy ventilados y alegres!!! 3o+#, y las imgenes sibarticas me hicieron tanto mal, "ue cuando abr los ojos y vi penetrar el sol por las vidrieras me sent e*hausto, vaco, postrado, como deben sentirse los hombres despu#s de una 5ptima noche de continuos placeres!

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LA NOCHE DEL LOCO


Francisco Tario
3e+orita: ("uiere usted cenar conmigo, 3e+orita: ("uiere usted cenar conmigo, 1s de cien veces durante la $ltima semana he estado repitiendo esta misma pregunta al odo de distintas mujeres, "uienes rotundamente se han negado a acompa+arme! = entonces yo me he dado media vuelta, me he despedido con la galantera ms pro unda seg$n corresponde a mi jerar"ua de hombre elegante, me he colocado el sombrero graciosamente y he echado a andar sin rumbo ijo! /ice esta invitaci5n en clubes, batallas de lores, museos, templos y lavaderos p$blicos! 3iempre con el mismo resultado! 3e lo he propuesto a mujeres maduras, emancipadas y revoltosas% a mujeres casadas, hastiadas y bellas% a j5venes de cual"uier tama+o, descon iadas, vidas y deliciosas% a adolescentes ingenuas "ue volvan de la escuela con sus cuellitos blancos y unos deseos locos de divertirse! Bncluso, se lo he propuesto a esas nodri0as robustas "ue van a lirtear con los soldados a los par"ues, tirando de un cochecito con toldo, en cuyo interior se vomita un beb#! &6adie, nadie ha atendido mi ruego' 6o obstante, empleo medios de lo ms correcto, puesto "ue soy hombre rico y maduro, harto e*perimentado en asuntos de mujeres! = as es! /e viajado por los cinco continentes y he abra0ado ren#ticamente a mujeres de todos colores y temperamentos: pelirrojas altivas, con los vientres llenos de pecas% rubias lin ticas, con las pupilas sumergidas en una especie de pus% morenas tormentosas, hidr5 obas, "ue me arrancaban a pu+ados las cejas mientras yo les sorba los labios% negras del Congo, con los pechos de tal suerte enhiestos, "ue para estrecharlas y no herirme tena "ue interponer entre nuestros cuerpos una almohadilla o una sbana doblada cuidadosamente! !! Cnas y otras se me sometieron con acilidad, a menudo sin "ue mediara otra cosa "ue la curiosidad, el morbo o el placer! 1as a pesar de todo esto, he a"u "ue, de manos a boca, no hay una sola hembra en la ciudad "ue acepte compartir conmigo un trago de Chabls y un beefsteak con patatas y merengues! /e pensado detenidamente y pienso acerca de tales acontecimientos! 7usco, y no hallo la causa! 1i aspecto, por descontado, debe ser apro*imadamente el de costumbre: alto, un poco seco, con el cabello gris y los ojos tambi#n grises! Camino y visto con elegancia, siempre de negro mi camisa inmaculada, los 0apatos irreprochables, una gardenia en el ojal! 7ajo el bra0o porto casi siempre un libro, pues es conveniente hacer saber "ue leo mucho, mucho: ocho o die0 horas diarias! 2ero siempre el mismo libro! Cada da una pgina! Cuando el tiempo es avorable uso bast5n% cuando amena0a lluvia, paraguas! .urante el verano me aligero de ropa, conservando &claro est' su color! 8un a m mismo me sorprende un tanto esta obsesi5n est$pida de andar siempre enlutado! 3in embargo, no me preocupo lo ms mnimo por esclarecerla! Tambi#n mis antepasados vestan as! .e ah "ue, en otra #poca, mi amilia uese conocida en todas partes con un nombre e*traordinariamente po#tico: 9La 6ube 6egra9! 2ues como deca antes! 6o hay en la ciudad una sola hembra "ue acepte cenar conmigo! Todas se vuelven ardides, remilgos, y escapan! 2ero yo no desespero! 3oy como la ara+a "ue teje su malla o la hormiga "ue transporta sus provisiones! Cada da me atildo ms% cada da me escabullo con mayor pavor del sol, a in de conservar mi rostro suave y limpio% me ba+o en aguas con sales% me mudo de ropa interior seis u ocho veces diarias% me hago limpiar constantemente los 0apatos!!! /oy llevar# a cabo una nueva e*periencia: me colocar# unas ga as negras y me cal0ar# unos guantes blancos! /e observado "ue la longitud de mis manos asusta un poco a las hembras, cual si temieran "ue pudiera estrangularlas con ellas% tambi#n cuando levantan el rostro y me miran a los ojos parecen demudarse, e*actamente igual "ue si

Cuatro cuentos de La noche, de Francisco Tario / I

asomaran sus hoci"uitos a un antro prohibido! 8s pues, es probable "ue de hoy en adelante pueda v#rseme de tal guisa: con unos guantes blancos de cabritilla y unas ga as obscuras, tan enormes, "ue escasamente logre soportar sobre mis orejas! Aoy a lo largo de un par"ue! -s una especie de selva sint#tica, embotellada, con cal0adas muy anchas, en cuyas mrgenes crecen los rboles, envueltos en la niebla de la noche! 3obre las bancas solitarias saltan los pjaros ateridos como hembras traviesas y vanas! Bgnoro hacia "u# lugar me dirijo, pero mi paso es irme, seg$n debe serlo, sin e*cepci5n, el del hombre sobre la tierra!!! .ejo atrs calles, calles iluminadas absurdamente, repletas de hembras muy lindas "ue mueven sus cuerpecitos alegremente! &3i "uisieran cenar todas conmigo' = estoy a punto de ser arrollado por un 5mnibus cuando me embriaga el ensue+o: 9Cna mesa descomunal, como no han visto los siglos, cubierta por Jil5metros de tela blanca y situada sobre distintas naciones% una especie de lnea #rrea, a la cabecera de la cual estara yo sentado en una silla, con mis ga as negras sobre las cejas grises y mis guantes blancos puestos a secar sobre un rbol9! Las mujeres van y vienen dulcemente por la calle! 3on como mariposas in"uietas% y yo "uisiera ser lor! 3on como lores selvticas% y yo "uisiera ser mariposa! )uisiera ser lo "ue ellas no son, para hacerlas venir a mi lado! )uisiera ser esa muselina ligera "ue ci+e sus cinturitas tan d#biles% esos collares e*tra+os "ue aprisionan sus gargantas% esos 0apatitos tan voluptuosos "ue me hacen des allecer de pasi5n, y sobre los cuales caminan tan nerviosamente! Cnas me miran al pasar! @tras, no! = esto $ltimo me entristece de tal orma, "ue me entran deseos de irme a ba+ar una ve0 ms, de limpiarme los 0apatos! -n in, "ue es muy duro mi destino! 1as he a"u "ue, de s$bito, una horripilante idea cru0a mi mente: 9Todas las mujeres tienen su hombre! &Todas, todas' /e nacido demasiado tarde y ya no hay un cora05n disponible!9

Comien0o a temblar, palide0co de estupor y necesito sentarme en el ilo de la acera! Cn sudor helado y grasoso me arroya por las sienes! 9&Todas, todas tienen su hombre'9 = acuden a mi cerebro visiones cada ve0 ms dolorosas! Aeo restaurantes de doscientos pisos, en cuyas mesitas cuadradas cena alegremente la humanidad por parejas!!! -*tensiones inconmensurables de terreno yermo donde millones de mujeres encinta van a visitar al ginec5logo!!! Bn antes "ue lloran en sus cunas blandas, e*hibiendo sus organitos viriles!!! &6o "uedar una mujer en el mundo' grito de pronto, asomndome a las cunas! = un caballero, tambi#n de negro, me ayuda a incorporarme! (3e siente usted en ermo, prorrumpe con el sombrero en la mano! 6o replico! 1e siento per ectamente! Kracias! 3aluda y se marcha! 2ero en a"uel instante, una ocurrencia me acomete: 9(= si lo matara, &3u mujer "uedara libre entonces'9 1e lan0o tras de #l entre la multitud, como un loco! Le doy alcance, tocndole sin brus"uedad en un hombro! 2erdone in"uiero un poco jadeante, (es usted casado, -l desconocido me e*amina de arriba abajo y contesta: 3oy viudo! 1e entriste0co y le digo: Le acompa+o a usted en el sentimiento! Kracias!!! musita entre dientes, tratando de desasirse de m, "ue lo he aprisionado por un bra0o! @tra idea la m*ima me asalta!

Cuatro cuentos de La noche, de Francisco Tario / 1L

.isculpe la impertinencia: (iba usted a tomar el metro, 2recisamente con iesa! &= es tan tarde' Comprendo "ue es un etn5gra o "ue se halla a merced ma! ()u# rumbo lleva, insisto! 6o percibo su respuesta, mas e*clamo, embriagado de go0o: Casualmente el mo! &@h, la vida est llena de estas min$sculas peculiaridades' (Le incomoda "ue vayamos juntos, -s "ue!!! Lo empujo hacia adelante y penetramos en la estaci5n! .escendemos a toda prisa en un ascensor muy inc5modo! -n los andenes las mujercitas siguen moviendo sus tiernos cuerpos% pero yo las contemplo ahora con indi erencia! Bncluso, me arranco las ga as y sepulto en un bolsillo los guantes! 8spiro el aroma de la lor "ue llevo en la solapa y pienso: 92are0co un jardn!9 La desprendo con rabia, pisotendola cual si se tratara de una chinche! 6o obstante, es una gardenia: una gardenia singularmente ragante, como deben serlo los ombliguitos de todas esas lindas empleadas "ue escriben a m"uina en los 7ancos! .urante el trayecto hablo con mi acompa+ante, posedo de disculpable calor! -l, por el contrario, cada momento ms incierto y preocupado! 6o osa moverse, sonre ambiguamente, cambia a menudo de postura% pero responde a cuanto le pregunto! /ablbamos de su mujer! 9.ebe ser un e*celente padre de amilia9 pienso involuntariamente! = esta insensata idea, unida al color bestial de sus calcetines a cuadros, me hace sollo0ar! &@h, por avor, por avor' &3e lo suplico' implora tmidamente!

8lgunas personas me observan con descon ian0a, y yo me desconcierto de pronto! 2ara ahuyentar la pesadumbre indago: (Csted nunca se ha retratado, 3 me responde, agitando la cabe0a! =o no admito! 2ero me retratar# hoy mismo! = entreveo mi otogra a, ya no al lado de un mill5n de mujeres bonitas, sino sentado sobre las piernas de una complaciente empleadita, como a"uella "ue va leyendo el diario! 9Tengo mi bra0o alrededor de su cuello y ella me mira ranca, apasionadamente a los ojos, a pesar de "ue no llevo ga as! 8hora visto de gris, con una corbata amarilla!9 7ueno!!! &hasta la vista' e*clama mi compa+ero, de un modo atropellado, o reci#ndome su mano sudorosa! &C5mo' (3e marcha usted, lamento! &Tanto gusto en conocerle' 3e va y yo me apeo en la estaci5n siguiente! 3alto dentro de un ta*i y menciono un nombre muy e*tra+o "ue tengo "ue repetir varias veces! 2rimero cru0amos una pla0a, en cuyo centro hay una uente% otra pla0a sin uente% calles, calles, todas gemelas, huecas, como el sistema de una tubera! 8parecen los rboles, las chimeneas de las bricas, los lavaderos! -stamos en los suburbios! .iviso la luna &y es hermosa'!2roseguimos: el campo! La llanura plana, "uieta, igual "ue el pecho de un tsico! 8s media hora, una, dos% hasta "ue el vehculo se detiene en seco! (-s a"u, pregunto! 8"u mismo responde el cho er! Li"uido la cuenta, abro la porte0uela y suplico: Tenga la bondad de aguardarme! Tardar# a lo ms veinticinco minutos! &Correcto' asiente!= se tumba a dormir con los bigotes sobre el volante!

Cuatro cuentos de La noche, de Francisco Tario / 11

=o me lan0o entre las sombras rumbo a un pu+ado de casitas grises en cuyas ventanas hay luces! -scucho el reloj de la parro"uia: las once! 8 un tiempo, distingo la cabe0a enorme de un hombre "ue se apro*ima cantando con vo0 de campesino! Le detengo, adoptando el continente ms sereno de "ue soy capa0! 92odra tomarme por un demente9 pienso estremeci#ndome! - in"uiero: .isculpe, (podra usted indicarme d5nde se halla el cementerio, Kira sobre sus talones sucios, yergue un bra0o herc$leo y se+ala una mancha pr5*ima, oscilante! .etrs de esos rboles me in orma! .oy las gracias, encaminndome hacia la mancha! -l sendero es largo, no tan cil como me supona y lleno de barro! Con recuencia doy un traspi# y resbalo, rodando hecho un gui+apo! 2ero es tal la alegra "ue salta en mi pecho, tal mi avide0, "ue rompo a cantar y a rer, hundido el rostro en el esti#rcol de las vacas! 9&8hora voy a tener mujercita y esto es espl#ndido' cavilo! &6o mover mucho su cuerpecito por"ue est muerta, pero al menos podremos retratarnos' 3i est demasiado rgida, la aceitaremos! 3i su ropa se halla deteriorada, la vestiremos adecuadamente! 3i est muy plida, muy plida, le untaremos de carmn las mejillas!!!= yo me sentar# en sus rodillitas desnudas y le pasar# un bra0o por su hombro, y ella me mirar con sus pobrecitos ojos "uietos a mis ojos grises y sin ga as!9 Cn silencio inusitado me rodea! La obscuridad me envuelve, cual si me hallara en el interior de una cmara otogr ica! Llego, por in, al cementerio! 1e descubro, y nadie sale a recibirme! Llamo ebrilmente a la puerta: ni una triste alma responde! 9.ebe ser a$n temprano9 calculo! = sentndome sobre una dispongo a esperar con toda calma! piedra, me

Transcurrido el tiempo de umarme un cigarrillo, me levanto! 1iro a un lado y otro, y, con la agilidad de un gorila, salto la tapia! Me"uiero a gritos al camarero, al matre, al manager! Bn$til! 1i grito repercute en las tinieblas, choca contra una monta+a y me vuelve a la boca! 1e lo trago y sigo adelante por entre las sepulturas! Cna voluptuosidad inaudita me invade! /ierve la sangre en mis venas, y visiones realmente lascivas des ilan ante mis ojos! 2arece "ue entro a un cabaret! 9(.5nde andar mi mujercita,9digo para mis adentros! 2rocuro seguir las indicaciones del viudo tmido! 7usco sobre las cruces el epita io! 6o lo encuentro, y lo "ue es bastante peor: me restan apenas cinco 5s oros! &Aaya un restaurante desanimado' prorrumpo deteni#ndome! = contin$o ms y ms impaciente, ms y ms angustiado, derribando tiestos con lores, copas y vasos, tronchando rosales, pisoteando a los parro"uianos, partiendo las cruces, atropellando a los camareros "ue duermen!!! Llego, en suma, a mi destino: a la casita blanca! Aeo el nombre de la muerta! 1e inclino sobre la lpida y leo el men$! /echo un loco, un abominable loco, comien0o a trabajar! -l trabajo es arduo, me e*ten$a, haciendo tronar mis huesos% pero mi ansiedad va en aumento! Como un perro escarbo la tierra, destruyo las races malignas, hiri#ndome las u+as% lan0o pedruscos al aire, algunos de los cuales me caen en la cabe0a! 9()ui#n estar ri+endo,9me pregunto asustado, mirando a todas partes! 3angro y me ato el pa+uelo a la rente! &.espu#s ajustaremos esa cuenta' amena0o, se+alando un rbol! 3$bitamente topo con algo s5lido, al parecer in ran"ueable! &8h, me aguarda en el reservado' 1e vuelvo tmido, in antil, casi emenino! Kolpeo con el pu+o delicadamente! (3e puede, in"uiero! 6adie contesta! Llamo ms uerte!

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(3e puede, 9&@h, las delicias del adulterio'9suspiro! 2ero grito: &8bre o echo abajo la puerta' 3uenan dentro risitas muy d#biles, como de alguien a "uien le hicieran cos"uillas con una pluma! 2ercibo, tambi#n, unos taconcitos emeninos "ue golpean, golpean el suelo! &La echo' a$llo! = cumplo mi palabra! 3alta el #retro en peda0os, salpicndome la lengua de una substancia cida y muy ra! 8divino, ms "ue distingo, una igura emenina, vestida de baile, inm5vil sobre un canap#! 1e inclino hacia ella dulcemente, seductoramente, igual "ue los galanes en el teatro! 1usito: 3e+orita: ("uiere usted cenar conmigo, 1e halaga su vo0 somnolienta! &3' Le echo mano! 2esa poco, y su cuerpecito tintinea como un bols5n de cascabeles! &.ebe estar tan ilusionada' Con mi presa a cuestas me encamino hacia la tapia, advirtiendo "ue algo se enreda entre los rboles! Cuando pienso "ue sea su cabellera espesa me trastorno a$n ms! &7esar# as, as, su mara+a negra, hundiendo en ella mi cabe0a hasta el cuello' La deposito en el muro, salto, y la recojo de nuevo! &2erdone usted' balbuceo, dejndola caer sobre el lodo! 1e olvid# el sombrero! -ntro, y vuelvo a salir con el bombn un poco ladeado! 1e la echo otra ve0 sobre las

espaldas, y as avan0amos en la obscuridad impenetrable! 2ronto el cansancio me rinde, la"uean sensiblemente mis rodillas y las uer0as me abandonan! 7ajo las ramas de un corpulento chopo me siento y siento a mi mujercita! 3e+orita: (le gustara a usted retratarse conmigo, = evoco la imagen sugestiva: yo sobre sus rodillas, y colgando de un rbol mi traje! 2rocedo al punto a desnudarme% a desnudarla a ella, lo cual no es tarea cil, pues se resiste! Cuelgo, en e ecto, mis ropas, y voy presuroso a instalarme! Lo hago con cautela, tierna, ceremoniosamente! Le paso a continuaci5n un bra0o por el hombro helado! Cru0o las piernas! 3onro! 8l0o la vista, mirando con desd#n a todas las mujeres del universo! 6o te muevas le ordeno! (Listo, pregunta el ot5gra o! =o digo: -spere estornudar!!! usted un momento! Aoy a

-stornudo una ve0, dos, hasta cinco! 1rame suplico a mi mujercita! = nos retratamos! 6os retratamos cerca de "uince veces, siempre en la misma postura, como si u#ramos dos estatuas! =o as: sin ga as, sin guantes, sin gardenia! Bgual "ue en a"uel tiempo, cuando comparta el lecho con las negras del Congo! = como entonces, tambi#n, hube ms tarde de colocar entre nuestros ardientes cuerpos mis ropas negras muy bien dobladas, por"ue los pechos enhiestos de ella penetraban en mi carne igual "ue dos a ilados cuchillos!

LA NOCHE DE LOS CINCUENTA LIBROS


Francisco Tario
.e pe"ue+o era yo esmirriado, granujiento y lastimoso! Tena los pies y las manos desmesuradamente largos% el cuello, muy laco% los ojos, vibrantes, metlicos% los hombros, cuadrados,

Cuatro cuentos de La noche, de Francisco Tario / 1?

pero huesosos, como los bra0os de un perchero% la cabe0a, pe"ue+a, sinuosa! 1is cabellos eran ralos y crespos y mis dientes amarillos, si no negros! 1i vo0, e*cesivamente chillona, irritaba a mis progenitores, a mis hermanos, a los pro esores de la escuela y aun a m mismo! Cuando tras un prolongado silencio en una reuni5n de amilia, durante las comidas, etc#tera, rompa yo a hablar, todos saltaban sobre sus asientos, cual si hubieran visto al diablo! .espu#s, por no seguir escuchndome, producan el mayor ruido posible, bien charlando a gritos o removiendo los cubiertos sobre la mesa, los vasos, la lo0aN Tena yo una hermanita "ue ha muerto y "ue sola importunarme siete u ocho veces diarias: Moberto, (por "u# me miras as, Mecuerdo sus oja0os claros, redondos, como dos cuentas de vidrio, y sus rodillitas en punta, siempre cubiertas de costras! =o objetaba entonces, vi#ndola temblar de miedo: &7ah, no s# c5mo "uieres "ue te mire si no s# hacerlo de otro modo' = ella echaba a correr, deteni#ndose los bucles, en busca de la madrecita! 3e arrojaba sobre sus aldas, rompa a gimotear del modo ms c5mico, y prorrumpa, se+alndome con el dedo: &Moberto me ha mirado' &Moberto me ha mirado' La madrecita, al punto, le secaba los carrillos, haci#ndole la cru0 en la nuca! /aba cumplido yo los once a+os, me encaminaba preco0mente hacia la adolescencia y a$n no tena un solo amigo en la comarca! -ra mi voluntad! Kustaba, en cambio, de internarme a solas por el bos"ue, atrapando mariposas y otros voltiles, para triturarlos despu#s a pedradas! Cuando lograba ca0ar un pajarito, me sentaba c5modamente a la sombra de un rbol y le arrancaba una a una las plumitas, hasta "ue lo dejaba por completo en cueros! 3i sobreviva, lo soltaba sobre la hierba, con un sombrero de papel en la cabe0a! 8 continuaci5n, volva a echarle mano y me lo llevaba al ro! 8ll lo sumerga cuantas veces se me antojaba, ahogndolo por in en las ondas

tumultuosas de la corriente! 8cto seguido, me tumbaba sobre cual"uier pradera y me masturbaba ren#ticamente! .e a"uel terrible tiempo conservo en la memoria una palabra espantosa, un atro0 insulto "ue repetan a diario en casa y en la escuela cuantos me conocan: &/ist#rico' &/ist#rico' &/ist#rico' 6i apro*imadamente comprenda yo entonces el signi icado de semejante vocablo, pero me e*asperaba de tal suerte, removiendo en mi interior tal c$mulo de pasiones, "ue reaccionaba como un aut#ntico loco! 6o obstante, rara ve0 "uedaba satis echo, pareci#ndome "ue, por encima de cuanta atrocidad cometiera, persista arriba de m, lotante como una nube, la palabra maldita! &/ist#rico' &/ist#rico' Cuando la pro era el maestro en clase, saltaba yo sobre mi pupitre y me morda de rabia los pu+os, hasta "ue la sangre goteaba en el suelo o manchaba mis cuadernos! Cuando la pronunciaba un condiscpulo, lo aguardaba a la salida, segualo por entre los matorrales y, all, en el lugar ms propicio, a salvo de cual"uier intervenci5n ajena, lo desnudaba, rasgndole las ropas a dentadas! = lo escupa, lo escupa, hasta "ue no me "uedaba saliva en la boca! Con mi amilia era distinto! Tema de sobra a mi padre! 1i padre acostumbraba a golpearme, encerrndome despu#s en un s5tano muy l$gubre, lleno de ratones! 8ll me mora de miedo! 2or eso, cuando escuchaba en mi casa el atro0 vocablo, hunda la barbilla entre los hombros y me escabulla medrosamente por los pasillos! =a a uera, lan0bame a campo traviesa, gritndoles a los rboles, a las nubes, a los cuervos "ue volaban: &/ist#ricooos' /asta "ue e*nime, casi sin sentido, caa de bruces en cual"uier lugar y all pasaba la noche! -ra mi voluntad! &6o, no haba en el mundo placer superior al "ue me proporcionaba la noci5n de "ue era un ni+o e*traviado% un ni+o delicado y tierno, en mitad del bos"ue solitario, a merced de las ieras y los antasmas' Ko0aba, durante estas inocentes

Cuatro cuentos de La noche, de Francisco Tario / 1D

diabluras, imaginndome a mi padre, a la madrecita, a mis hermanos todos siete cada cual con un arol en la mano, recorriendo el campo negro, trope0ando a"u, cayendo all, re"uiri#ndome por mi diminutivo: &Mobertito' &Mobertitooo' (.5nde ests, .istingua yo con claridad absoluta sus voces sollo0antes y me emocionaba, hecho un ovillo, sobre las rodillas! 3i mi humor no era del todo malo, me enardeca el e*asperarlos: &/ist#ricoooos' les chillaba! Mobertito lindo, (d5nde ests, = mudaba de escondrijo, con objeto de con undirlos! 6unca daban conmigo! -llos traan lu0 y yo no! .e orma "ue, con treparme a un rbol o a una roca, estaba resuelto todo! Cru0aban por abajo dando berridos, y listo! -sa cruel palabra, ese insensato insulto decidi5 mi destino! -sa palabra, y el horror "ue inspiraba yo a la gente! Tambi#n debi5 in luir un tanto los p#simos tratos "ue me daba mi amilia! Tocante a esto $ltimo, conviene entrar en detalles! Mealmente nadie en mi casa me amaba, visto lo cual, tampoco "uera yo a nadie! Coma igual "ue mis hermanitos% vesta tan regularmente como ellos% y si a la cocinera se le ocurra abricar alg$n inmundo pastelote, mi raci5n no era ni con mucho la menor de la amilia! 1as a pesar de todo ello, entre mi parentela y yo interponase una especie de muro "ue detena en seco cual"uier e*plosi5n a ectiva! 1e sonrean a veces por compasi5n% me dirigan la palabra por necesidad% me escuchaban por no irritarme! 2ero me rehuan% escapaban de m con un uror inconcebible! 7astaba, por ejemplo, "ue posara en alguien la mirada, para "ue ese alguien no permaneciera ni die0 segundos en mi presencia! 7astaba "ue cual"uier arrebato sentimental me empujara en bra0os de la madrecita, para "ue #sta protestara al instante! )uita, Moberto, no seas bruscoN 8dems, mira, tengo mucho "uehacerN -n cuanto a mis hermanitos, ocurra lo propio aun"ue centuplicado! Constantemente me espiaban: detrs de los muebles, desde alguna

ventana, por entre las ramas, a trav#s de las cerraduras! 8 toda hora presenta yo sus miradas at5nitas clavadas en m como p$as! 2or lo dems, puede a irmarse "ue #ste era mi $nico contacto con ellos! Cierta tarde en "ue volva yo del bos"ue, con las manos llenas de plumas, sorprend a mi hermanita la menor emboscada entre unos cardos! -lla tena cinco a+os y era incomprensiblemente bonitaN 8l darse cuenta de "ue haba sido descubierta, se lan05 a correr despavorida, llamando a gritos al vecindario% pero yo le di alcance sin ning$n es uer0o! = era tal el pnico "ue la invada, "ue no lograba llorar ni sollo0ar si"uiera, sino suspirar, suspirar entrecortadamente con un silbido de lo ms antiptico! =o le pregunt# entonces: ()u# hacas ah, &Mesponde' 1as ella, tratando de sobornarme con una medalla, respondi5 muy tristemente: &Toma, tomaN' (6o &Mobertito lindo, si es de plataN' 2ero yo dije: &Aers c5mo no vuelves a hacerlo' = levantndole el vestidito hasta el pecho, le arran"u# los cal0ones! Luego me ech# a rer a carcajadas como un ni+o loco! &1ira, mira' &6o tiene con "u# orinar, no tiene' &3e le ha cado' &Cual"uier da de #stos morirs' = la orin# de arriba abajo, haciendo alarde de mi pericia! -mpapada hasta los cabellos, la vi perderse rumbo a la casa, limpindose las lgrimas con los cal0ones! &8h, "u# mal me trataban todos en mi amilia' &)u# de amena0as y abusos soport# pacientemente durante a+os y a+os' &)u# puntapi#s me dio mi padre y, sobre todo, "u# tirones de orejas ms bestiales' 8s las tengo ahora: cadas, rgiles, la "uieres,

Cuatro cuentos de La noche, de Francisco Tario / 1E

como dos hojas de pltano! &= c5mo resuena en mi odo la palabra maldita' -n cuanto tengo iebre, la misma pesadilla me tortura: es una especie de enomenal bocina, situada en la abertura de una roca, y a trav#s de la cual van gritando por turno todos los habitantes del universo: O&/ist#rico' &/ist#rico' &/ist#rico'P! = cuando a uer0a de escuchar sin descanso el insensato vocablo siento "ue la cabe0a me va a estallar como un globo, se obscurece la Tierra, cantan los gallos y aparece la madrecita en mi cuarto, vestida con un hbito negro y una lmpara en la mano! 8l verme, posa la lu0 en el suelo y, metiendo los dedos en la bacinica "ue est bajo la cama, me salpica de orines el rostro, tratando de espantar al demonio! &)u# huellas ms crueles dej5 en m la in ancia' &)u# de impresiones innobles, tenebrosas, inicuas' 1as he a"u de "u# orma se decidi5 mi destino: 8ndaba ya en los albores de la adolescencia, un vello hspido y tupido me goteaba en los sobacos, cuando re le*ion#: PLos hombres me aborrecen, me temen o se apartan con repugnancia de mi lado! 2ues bien, &me apartar# de initivamente de ellos y no tendrn punto de reposo'P /ice mi plan! O1e encerrar# entre los murallones de una ortale0a "ue levantar# con mis propias manos en el cora05n de la monta+a! 1e servir# por m mismo! 6i un criado, ni un amigo, ni un simple visitante, &nadie' 3embrar# y cultivar# a"uello "ue haya de comer y har# venir hasta mis dominios el agua "ue haya de beber! 6i un estn, ni una tertulia, ni un par#ntesis, &nada' = escribir# libros! Libros "ue parali0arn de terror a los hombres "ue tanto me odian% "ue les menguarn el apetito% "ue les espantarn el sue+o% "ue trastornarn sus acultades y les empon0o+arn la sangre! Libros "ue e*pondrn con precisi5n inigualable lo grotesco de la muerte, lo e*ecrable de la en ermedad, lo risible de la religi5n, lo mugroso de la amilia y lo nauseabundo del amor, de la piedad, del patriotismo y de cual"uiera otra e

o mito! Libros, en in, "ue estrangulen las conciencias, "ue ani"uilen la salud, "ue sepulten los principios y trituren las virtudes! -*altar# la lujuria, el satanismo, la hereja, el vandalismo, la gula, el sacrilegio: todos los e*cesos y las obsesiones ms sombras, los vicios ms abyectos, las aberraciones ms tortuosasN 6utrir# a los hombres de mor ina, peste y hedor! 1as no con orme con eso, dar# vida a los objetos, devolver# la ra05n a los muertos, y har# bullir en torno a los vivos una heterog#nea muchedumbre de monstruos, carro+as e incongruencias: ni+os idiotas, con las cabe0as como sandas% vrgenes desdentadas y sin cabello% paralticos vesnicos, con los alos de piedra% herma roditas cubiertos de stulas y tumores% mutilados de uni orme, con las arterias enredadas en los galones% se*agenarias encinta, con las ubres sanguinolentas% perros biliosos y castrados% es"ueletos "ue sangran% vaginas "ue ululan% etos "ue muerden% planetas "ue estallan% ncubos "ue devoran% campanas "ue enecen% sepulcros "ue gimen en la claridad helada de la nocheNAaciar# en las gargantas de los hombres el pus de los leprosos, el e*cremento de los ti osos, el esputo de los tsicos, el semen de los contaminados y la sangre de las posedas! /ar# del mundo un antro antasmal e irrespirable! Aolver# hist#rica a cuanta criatura se agita!P = as lo hice! Cada a+o, con una ecundidad "ue a m mismo me aterra, lan0o desde mi guarida un libro ms terr ico y letal: un libro cuyas pginas retumban en la soledad como estampidos de ca+5n o descienden sobre las ciudades con la timide0 hip5crita de la nieve! = son de tal suerte compactos sus copos, son mis creaciones a tal grado geniales, "ue he logrado ahuyentar de estos rumbos a las ieras% he espantado a las aves, a los insectos y a los peces% al 3ol y a la Luna% al calor y al ro! .onde yo habito no hay estaciones y la 6aturale0a es un limbo! -l agua no moja% la llama no "uema% el ruido no se percibe% la electricidad no alumbra! .e noche todo es negro, impenetrable, pero yo veo! .e da todo es blanco, lechoso, intangible! 3on los dos $nicos colores "ue restan por estas comarcas! .irase "ue una monumental otogra a me rodea! = escribo, escribo sin cesar a todas horas, aun"ue ya soy viejo! -scrib as durante cincuenta

Cuatro cuentos de La noche, de Francisco Tario / 1F

a+os! &Cincuenta libros, pues, pesan sobre las costillas de los hombres' = presiento a estos hist#ricos, hist#ricos incurables: los veo desplumar a las aves% mutilar sus propios miembros% orinar a sus mujeres% e*traviarse en la noche enormeN = es tal mi avide0 "ue, cuando me sobran uer0as, trepo por la vertiente de esta monta+a ma hasta la $ltima roca desnuda, y, desde all, ms "ue como un titn o un pro eta barbudo, como un dios todopoderoso y esculido, lan0o al espacio la palabra maldita: &/ist#ricoooos' La otogra a no cambia! 2ero semblantes de los hombres s, lo adivino! los

color y relieve los objetos% retumba el viento% la lluvia, cae estrepitosamente% surcan el espacio los relmpagos% mil aromas insospechados y con usos ascienden de la llanura! Todo palpita, bulle, vuelve a e*istir! &6o ms otogra a' prorrumpo!= con objeto de cerciorarme, huyo hasta la ventana, entreabro las vidrieras, espo! Casi simultneamente, advierto a mi espalda unos pasos blandos, muy lentos, como los de "uien camina sobre una pradera! 6o distingo orma humana, pero los pasos siguen sonando a lo largo de mi biblioteca! @ra se apro*iman a los ana"ueles repletos de libros% ora a mi mesa de trabajo% se alejan% luego cesan imprevistamente, cual si Oa"uelloP se detuviera y e*aminara algo! @tros pasos ms uertes y menos lentos suceden a los primeros: son ms pesados desde luego, mucho ms violentos, como producidos por un gigante malhumorado "ue gastara botas con clavos! 3igue lloviendo torrencialmente, y el viento "ue penetra por la ventana abierta cierra de golpe la puerta del aposento! 2uesto "ue la ortale0a es sumamente sonora, el estruendo repercute en todos los rincones: 7umN 7uuuuumN 7umN = los pasos persisten! = yo comprendo aterrado "ue no estoy solo en la estancia! Los pasos siguen, digo, cada momento ms numerosos y diversos! Cnos son de mujer, indudablemente% otros, de hombre% los hay tambi#n de cuadr$pedos, de ni+o! (8caso una multitud de seres incomprensibles se ha dado cita en mi casa, Aeri ico un es uer0o desesperado, con la intenci5n de liberarme de todo a"uello, arrojndome por la ventana! Aoy a hacerlo, en e ecto, cuando aparece all una mano enguantada "ue se a erra con angustia al marco! .oy un salto atrs, olvidado por completo de otras cosas! 7usco el rev5lver en mi mesa, y aparece en la ventana otra mano compa+era de a"uella enguantada, igual! 8soma un bra0o% el otro% despu#s un sombrero negro como los guantes con el ala cada! -stalla un relmpago en el irmamento, sucedido por un horrsono estruendo! 3e sacude la casa igual "ue un barco! =o me mantengo en mi sitio, alerta, emboscado tras del sill5n, con el rev5lver en ilado hacia el sombrero

-sta noche he concluido mi $ltima obra! .igo mi $ltima, por"ue ya no escribir# ms! 1e siento en ermo, vaco% con el cerebro tan yermo como una esponja o una piedra! 2or otra parte, me estoy "uedando ciego% ciego a uer0a de trabajar en esta obscuridad insondable! =a no distingo los contornos de las cosas: apenas su volumen! .e ah "ue con unda cilmente un rbol con una mesa y una mesa con un vientre! &6o, no escribir# ms' 2ronto ser# un vestigio, y no conviene "ue la /umanidad se percate de ello! Conviene, ms bien, "ue el tirano se e*ilie uerte, "ue desapare0ca hecho un coloso, "ue se retire con la majestad del 3ol "ue desciende por entre los riscosN /e concluido mi $ltima obra hace unos instantes, unos breves segundos! /e escrito: FB6! = he doblado las cuartillas precipitadamente, jadeante por el insomnio, aturdido por el abuso mental, sudoroso y ebril, garabateando con dolor sobre ellas un jerogl ico indesci rable "ue viene a ser mi epita io: FB6! FB6! FB6 .- T@.@! 8 continuaci5n, me he reclinado en el respaldo del asiento, suspirando triun almente! La obra est hecha! 1e pongo en pie por"ue la espalda me escuece y, de improviso, algo absurdo, il5gico, enteramente ridculo, comien0a a ocurrir en torno mo: mi vista se aclara, hasta volverse per ecta% la noche se ilumina antsticamente con el ulgor de una pe"ue+a lmpara olvidada sobre la mesa% toman

Cuatro cuentos de La noche, de Francisco Tario / 1G

negro! 2ero el hombre "ue pugna por entrar desmaya incomprensiblemente! .esaparece una mano% el bra0o% poco a poco el sombrero% la otra manoN y escucho el golpe de un cuerpo "ue choca contra algo espantosamente sonoro! Los pasos, adentro, contin$an ms y ms implacables, y yo no me decido a moverme, temeroso de trope0ar con alguien! -ntonces, reparo con espanto en la al ombra "ue est poblada de huellas rescas y tro0os de barro! -mpero no se percibe el ms inocente suspiro! (.isparo, pienso instintivamente! 8prieto el gatillo y se escucha un &ay' dolorido, seguido de roncos estertores! Los pasos, a una, cesan totalmente, y yo presiento a mil seres horribles inclinados sobre el cuerpo de la vctima, reprochndome el crimen con sus miradas descompuestas! 8tisbo a un lado y otro, mas nada anormal ha sucedido! -l herido prosigue "uejndose con vo0 cada ve0 ms d#bil, y, a uera, la borrasca sacude los montes! .e s$bito, advierto un arroyo de sangre negru0ca "ue se va e*tendiendo por la al ombra en direcci5n a la puertaN 8locado por semejante sucesi5n de pavorosos acontecimientos, vuelvo a disparar sobre el herido "ue sangra! -l herido enmudece! Lo he matado sin duda! 2ero, simultneamente, un libro cae del estante, rodando como una pelota! -cho a correr tras de #l y lo sujeto con la punta del 0apato! 6o tiene pginas% no resta de #l sino la cubierta! = es mo! -s mi primer libro! Tambi#n est tinto en sangre! Comprendo sin ning$n titubeo: OLo he matado!P Luego a"uellos seres "ue me acechan, a"uellos monstruos in ernales "ue me rondan son mis libros! 1is libros todos! &Cincuenta' 2reso de un valor repentino, recorro la biblioteca disparando a diestra y siniestra! -l estampido de las detonaciones se con unde con los ayes lastimeros de las vctimas "ue van cayendo! 2ronto la al ombra es un gran lago de sangre en cuya super icie navegan incontables libros sin pginas:

unos, a0ules, amarillos o blancos% otros, negros, grises, verdes! Tengo un pu+ado de balas sobre la mesa y las voy consumiendo sin tregua! .ie0, veinte, sesentaN Cuando las concluyo, al0o los ojos y observo agitadamente el estante! &1aldici5n' 8$n "ueda un libro! = una angustia desconocida y loca, una especie de borrachera abulosa, hace "ue me tambalee! Como si hubiera cado en mitad de una pro unda ci#naga, me siento irremisiblemente perdido! Aan agoni0ando a mis pies las vctimas, con "uejidos "ue parten el alma! La casa, gradualmente, como un mar "ue se tran"uili0a, va "uedando en suspenso, "uieta! -l viento tambi#n cede! La lluvia se torna ms blanda! 8parece la luna, y en mi ortale0a reina una pa0 tenebrosa! &-stoy perdido, perdido' e*clamo, oteando al superviviente cuyo espritu presiento luctuando! Lenta, cautelosamente, me dirijo al estante! .udo repetidas veces! 8van0o! Tomo al cabo el volumen entre mis manos! Lo e*amino: est intacto! O= si lo arrojara por la ventana al vaco, (se matara,P 8van0o, chapoteando en la sangre! Contemplo de cerca el campo% la melancola h$meda de la noche, las capas de los rboles meci#ndose, meci#ndose! 1e resuelvo y lan0o el libro contra las rocas! Cuando me vuelvo, un hombre plido, con el sombrero negro sobre las cejas, est rente a m! .oy un grito, reconoci#ndole al punto: es el ladr5n misterioso de las manos enguantadas! 3onre ante mi pnico, y yo le pregunto con el acento ms tierno del mundo: 2erdone! (.eseaba usted robar alguna cosa, 1e desmayo! = cuando s# de m otra ve0, voy a campo traviesa, bajo la luna mgica, en pleno bos"ue, perseguido por una multitud de seres "ue a$llan, gimen o blas eman, enlo"uecidos por la ansiedad de atraparme! O&3on los personajes de mis libros "ue han escapado' pienso sin re le*ionar! &3e han salvado' &Lograron huir a tiempo'P

Cuatro cuentos de La noche, de Francisco Tario / 1H

8 lo lejos, mi casa envuelta en llamas ilumina la noche, y yo corro despavorido, saltando arroyos y muros, empali0adas y simas, dejando parte de mis ropas enredadas en los matorrales, desgarrndome los prpados con las ramas de los rboles! Corro en silencio, medio muerto de miedo, casi as i*iado, blanco como un cadver escapado del sepulcro! = detrs, a die0 o "uince pasos, una muchedumbre compacta de monstruos alarga hacia m sus miembros: son vrgenes desdentadas y sin cabello% hombres am#licos y enlutados% perros sarnosos cubiertos de p$stulas y vejigas% resucitados, con los tejidos colgantes y vacos% microc# alos lascivos, con las ingles llenas de ronchas% mutilados de uni orme, con las arterias enredadas en los galones% machos cabros, monjas, serpientes, e*votos, lechu0as, vinateros, tomosN 1e persiguen y estn a punto de darme alcance, cuando descubro a mis plantas una cavidad impresionante, iluminada tenuemente por la luna! 8bajo ruge el mar, contorsionndose! Tiembla un barco en el hori0onte! 3e alargan las rocas hacia el cielo! 2ero no se columbra una estrella! Aacilo ante a"uella negrura ca5tica, mirando con pavor hacia atrs: un crculo de tentculos eri0ados o gelatinosos se va estrechando en torno mo! .esgarro mis pulmones con un grito y me precipito al vaco! La velocidad me aturdeN no alcan0o a respirarN veo luces, luces, todas gemelasN la atm5s era es cada ve0 ms densaN 8lgo se dilataN Transcurre el tiempo! = cuando m cuerpo se estrella contra el lomo de las olas, sumergi#ndose en un embudo de espuma, una vo0 ultrahumana se desploma de las alturas, sobresaltando a los "ue duermen: &/ist#ricoooo' 8bro los ojos con descon ian0a y veo al doctor junto a m% a mi padre, a la madrecita, a mis siete hermanos! 3oy a$n un adolescente y me duele a"u, a"u en el hombro! -ntonces el doctor me observa preocupadamente, me levanta con cuidado los prpados, me acerca una lamparita "ue huele a #ter, y e*clama: &/a muerto'

1i amilia, en pleno, cae por tierra de rodillas, sollo0ando o lan0ando gritos ren#ticos! 1as, en per ectamente! cuanto a m, me siento

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