En una reciente entrevista con la revista ATMósferas de México, el líder de Iron Maiden, Bruce Dickinson, dio a conocer su posición frente al polémico tema de los precios de las entradas de los conciertos, ofreciendo una perspectiva más amplia de los retos a los que se enfrentan los artistas en el panorama actual de la industria musical.
Las declaraciones de Dickinson tomaron como ejemplo los exorbitantes precios de las entradas para la residencia de U2 en The Sphere de Las Vegas, con boletos que, según se informa, alcanzan la cifra de 1200 dólares por persona. El vocalista dejó ver su consternación ante cómo las experiencias en vivo han cambiado a través de los años, convirtiéndose en un lujo para muchos.
“No tengo ningún interés en pagar 1200 dólares por ir a ver a U2 en The Sphere, ninguno”, afirmó Dickinson. “Cien dólares, quizá. Pero para mí, lo importante es intentar mantener, por un lado, el tipo adecuado de entradas al precio adecuado”.
Dickinson argumentó su respuesta en que las entradas de primera fila, usualmente considerados como los asientos o localidades más sobrevaluadas, deberían ser mucho más accesibles para los aficionados devotos.
“Deberían ser las entradas con precios más razonables, porque la gente que va a estar allí, al frente del escenario, van a ser los verdaderos fans, niños, o personas que no pueden permitirse gastar buen dinero en una entrada, pero son las personas que necesitan estar en el frente; son las personas que van a mantener viva esta música”.
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Pero más allá de la influencia de los artistas en este aspecto, Dickinson destacó la importancia de mantener un equilibrio entre la rentabilidad para los promotores y la asequibilidad para los asistentes. Aunque reconoció las presiones financieras a las que se enfrentan los organizadores de conciertos, subrayó la necesidad de evitar precios excesivos que alejen por segmentos al público.
“Los promotores tienen que recuperar su dinero”, añade. “Es un equilibrio delicado, pero en general el precio de las entradas se ha disparado. Y algunos de los precios que paga la gente son, para mí, una locura. Yo nunca pagaría ese precio, pero probablemente no sea fan de ese artista en concreto. La gente que sí lo es, quizá piense que vale la pena. Quiero decir, ciertamente con mis espectáculos, siempre hemos intentado mantener los precios de las entradas dentro de los límites normales. Y lo mismo con Maiden”.
Tanto los conciertos de Iron Maiden en 2024 como la próxima gira en solitario de Dickinson siguen el modelo convencional de precios de los estadios, con entradas que oscilan entre los 50 y los 200 dólares en función de la proximidad al escenario.
Sin embargo, las preocupaciones de Dickinson van más allá del precio de las entradas y abarcan cuestiones más amplias dentro de la industria musical, como el impacto de los servicios de streaming en la remuneración de los artistas y los retos financieros a los que se enfrentan algunos músicos durante las giras, entre otras cosas.
“Los servicios de streaming como Spotify están estafando a los músicos al no pagarles casi nada por reproducir su trabajo”, lamentó Dickinson. “Y los desafíos de operar como una banda en gira en el clima actual de la industria musical son significativos; se ha reducido en términos de la cantidad de dinero que te pagan por tu arte”.
No es la primera vez que un artista se pronuncia frente a la realidad de la industria actual. Incluso, la llegada de la digitalidad ha complicado el juego para muchos. Con las redes sociales y plataformas como TikTok, las reglas han cambiado casi que por completo, haciendo que la distribución de música sea mucho más fácil, pero la remuneración para los artistas, mucho más complicada.
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