Robert Smith cuenta cómo se grabó Disintegration, el disco más exitoso de The Cure

En 2019, a 30 años de su lanzamiento, el líder de la banda británica se sentó a repasar con Rolling Stone una de las obras más icónicas de su carrera

Por  KORY GROW

noviembre 18, 2023

Fryderyk Gabowicz/picture alliance/Getty Images

Esta nota, publicada originalmente en 2019, es parte del bookazine de colección sobre The Cure, que Rolling Stone acaba de lanzar en Argentina.


Este año The Cure tocó entero su disco de 1989, Disintegration, en un concierto especial en la Ópera de Sídney. Pero toda la experiencia fue “extraña”, según las reflexiones del líder la banda, Robert Smith. Es el disco más vendido de The Cure (alcanzó doble platino en Estados Unidos y llegó al número 12 en el chart Billboard 200) y Smith claramente es conciente de lo que Disintegration significa para sus fans y para el mundo de la música en general. Singles como “Lovesong”, “Fascination Street”, “Pictures of You” y “Lullaby” se han convertido en ingredientes básicos de cualquier recital de The Cure por una razón. Pero, igual, es inusual ver a Smith y a sus compañeros de banda dándoles un repaso a todas las canciones del disco, así como a los lados B.

“Hasta ahora sólo habíamos tocado uno de esos lados B”, dice. “Así que fue extraño, en el buen sentido, volver a visitarlos. Y hay un par de canciones del disco que no volvíamos a tocar desde 1989, así que eso también fue extraño”.

La tapa del nuevo bookazine coleccionable de Rolling Stone dedicado a The Cure.

“Tocar ‘Untitled’ [el cierre de Disintegration] fue bastante difícil para mí”, continúa, “porque esa canción tiene mucha… No, ‘carga emocional’ no es la expresión correcta. Es que para mí es una canción muy importante. De hecho, me resultó muy difícil cantarla de manera convincente porque tuve que volver a un espacio y un tiempo en los que fui muy, muy infeliz. Por eso me resultó tan difícil. Pero fue un buen show. El resultado fue sólido, y me dio una nueva perspectiva”.

Smith habló con Rolling Stone a principios de este año, para darnos detalles sobre el lanzamiento de dos películas de shows en vivo de la banda que saldrán el próximo mes y un nuevo disco en preparación, titulado provisionalmente Live from the Moon. En esa ocasión, el cantante reflexionó también sobre el 30˚ aniversario de Disintegration, un disco que resultó ser un hito para el grupo. Smith se dio cuenta, hablando con nosotros, de que ponerse retrospectivo en realidad le gusta un montón.

“Supongo que estamos llegando a una edad en la que cierta nostalgia se apodera de uno”, dice. “Y pensás: ‘Bueno, probablemente no estaremos presentes para celebrar el 40˚ aniversario de Disintegration. Así que sí, fue algo lindo de hacer”.

Este año se cumple el 30˚ aniversario del lanzamiento del disco. Recientemente tocaron el disco completo en Australia. ¿Qué te llama la atención de esas canciones ahora?

Probablemente sea uno de los dos o tres discos que significaron algo en un sentido cultural más amplio que el de ser simplemente “otro disco de The Cure”. Llegó en un momento particular y supongo que tenía la combinación correcta de canciones. Y fue significativo para mucha gente. De hecho, yo hubiera querido hacer el 40 aniversario de Three Imaginary Boys, pero me rechazaron la idea, así que hicimos el de Disintegration, que probablemente sea lo más inteligente.

¿Cuándo fue la última vez que te sentaste a escuchar el disco?

Creo que fue cuando hicimos la remasterización, en 2010. En realidad era la primera vez que escuchaba el disco desde que lo hicimos. En ese momento pensé: “Ok, ahora entiendo por qué a la gente le pareció tan atractivo”. Tiene un equilibrio realmente bueno entre lo grande y lo pequeño. De una forma que además es divertida, y se las arregla para seguir siendo un todo coherente, aunque no parezca al principio. Cuando lo tocamos a principios de este año, lo estábamos ensayando, y volví a sentir eso. A recordarlo. Pensé: “Sí, en realidad está muy bien armado. De alguna manera sabía lo que estaba haciendo cuando lo grabamos”.

De “Lovesong” todos hicieron un cover, desde Adele hasta 311. ¿Te resulta extraño escuchar a otras personas cantando algo tan especial para vos?

Aunque siempre he dicho que la escribí como regalo de casamiento para Mary, en realidad como regalo es una estafa, porque Simon escribió la línea de bajo. Es una de las dos canciones de Disintegration que, musicalmente, escribió Simon [Gallup, bajo]. Esta era uno de sus demos, y yo la adapté. Tenía un puente de ocho compases que le saqué, la simplifiqué un poco, le escribí la letra, se la toqué a Simon y le encantó.

Estaba tratando de poner un poco de luz en medio de la oscuridad, y “Lovesong” es una de esas luces. Pensé: Acá tengo tres minutos. Hagamos el lado b de este disco. Cuando alguien hace un cover de una canción, es grandioso. No importa si te gusta o no el cover. Es lindo que otros artistas piensen lo mismo, cuando soy yo el que hago un cover de alguien. Hago un cover porque me gusta la canción. No lo hago porque creo que va a ser un hit.

Ahora estás escribiendo para un nuevo disco. ¿Tuviste una nueva perspectiva sobre Disintegration?

Al mismo tiempo que ensayábamos Disintegration, probábamos las canciones para el nuevo disco que estamos grabando. Creo que eso ayudó en la banda. A mí me ayudó a iluminar el camino. Creo que [Disintegration] es un gran disco, y nunca voy a pensar: “Si hubiera hecho esto así, si hubiera podido hacer eso asá”… Porque sería una tontería pensar así. Pero sí todo el proceso me ayudó a ver cómo fue construido. Así que no lo hice de manera intencional, pero tenía una visión general de todo en mi cabeza antes de tocar la primera nota. Sabía cómo quería que comenzara y sabía cómo quería que quedara al finalizar. Eso le dio forma a la grabación del nuevo disco. Así que sí, fue algo bueno.

También fue lindo. Supongo que también llegamos al punto en el que me ilusiono pensando en lo que va a venir. No me dio igual tocar cinco noches en la Ópera de Sídney. Tocar Disintegration ante una sala pequeña, tenía cierta intensidad. Había olvidado que algunas de las canciones en realidad tienen, ummm… [pausa]. “Prayers for Rain” en especial: hay algo increíblemente oscuro y perturbador en esa canción. Y funcionó muy bien en ese lugar.

¿Cuál era tu estado de ánimo cuando hicieron Disintegration? ¿Estabas tomando mucho LSD en ese momento?

No mucho, pero bastante. Quizás hubo tres ocasiones en los años ochenta, cuando pasé por períodos de… “autoexploración” sería una forma eufemística de decirlo. Me estaba esforzando para ver hasta dónde podía llegar. Fue muy importante para mí cumplir treinta años. En ese momento pensé: “Es ahora. Esta es la última oportunidad de crear algo realmente significativo en mi vida”. Pero después, mirando hacia atrás, puedo decir que en ese momento me convertí en un personaje un poco quisquilloso en algunos aspectos, tal vez un poco difícil, más difícil de lo que debería haber sido. Pero estaba muy, muy concentrado y muy decidido. Así que, realmente, no me tomé el trabajo de escuchar lo que pensaban los demás. Si funciona, genial, y si no, es una forma realmente estúpida de hacer las cosas. Pero simplemente tenía una gran confianza en lo que estaba buscando con este disco en particular.

Creo que Kiss Me [1987] fue mucho más libre. Habíamos fijado residencia en el sur de Francia, y estábamos bebiendo grandes cantidades de vino. Básicamente todo fue una especie de gran fiesta, con pausas ocasionales para recuperar la cordura. Y después de eso, decís: “Ahí vamos de nuevo”. Disintegration lo grabamos en un golpe de mano, un lapso breve pero muy concentrado en otoño, en un lugar de la campiña inglesa. Todo melancolía. Todo el ambiente era completamente diferente. Fue muy, muy oscuro.

Yo no hablaba; fue una de esas cosas que, viéndolas ahora, son divertidas. Le pasaba anotaciones a Roger [O’Donnell], él tocaba el teclado, y yo le pasaba notas para decirle lo que estaba bien o mal. Porque no quería hablar. Creo que guardó algunas de las notas. Suena como que fue algo realmente pretencioso y tonto, pero en ese momento lo que sentía era que estaba tratando de crear una atmósfera en la que pudiéramos comunicarnos entre nosotros en un sentido no verbal. Se nota que estaba tomando ácido, ¿no? Entonces, de alguna manera, sentí que escribir lo que quería decir era diferente. Aunque, por supuesto, es exactamente lo mismo. La única diferencia es que habría sido más fácil y rápido si simplemente abría la boca y hablaba. Pero me gustó. Cuando volvía a mi cuarto, me reía a carcajadas. Pensaba: “Me estoy volviendo loco”. Pero a medida que el disco fue tomando forma, esas primeras dos o tres semanas, de repente todos entendieron qué estábamos haciendo.

¿Entonces valió la pena conmemorar la salida del disco?

Valió la pena conmemorar el aniversario, sí. Realmente no lo podríamos hacer con cada uno de los discos que hemos hecho. Sería un poco tonto. Estarías en una seguidilla constante de eventos de aniversario. Pero sí, en cierto modo significó algo. Además, fue un gran punto de inflexión para la banda. Marcó el final de un cierto período. Para mí, fue como decir: “Es el final de los ochenta para The Cure”. A pesar de que también hicimos Wish, que en ese momento tuvo más éxito. Sabía en mi corazón que eso era todo con la banda tal como existía en ese momento. Lo sentí como el final. Era cuestión de tiempo que paráramos. Esa fue la primera vez que realmente sentí que todo se terminaba, porque no podía ver… ¿Adónde íbamos? Tocábamos en estadios gigantes. No había nada más grande. Entonces, ¿qué hacés?

Después de grabar un disco que es número uno, ¿qué hacés? ¿Hacés más de lo mismo?

“Es el infierno”, pensé. Es mi vida. Y suena mal decirlo ahora, pero pensé: “Dios, no puedo imaginar nada peor que ser famoso”. Donde quiera que vayas, saben quién sos y todo lo que hacés. Ughh. Podía verme a mí mismo. Quiero decir, me volví un poco [loco] en esa época, cuando recuerdo algunas de las cosas que hice y dije. Por suerte salí de todo eso. Tenía suficiente gente sensata y afectuosa a mi alrededor como para que no me fuera tan fácil autodestruirme por completo. Logré canalizar la mayor parte de esos sentimientos en esos dos discos, Disintegration y Wish. Salieron bien, creo.

¿Cómo manejás los sentimientos más depresivos u oscuros en estos días?

No sé. En realidad, estoy mucho más deprimido que antes, en un sentido muy peculiar. Y sin embargo, probablemente en general soy más feliz. Y no tiene ningún sentido. Cuando recuerdo cómo era cuando era muy joven, en mi adolescencia, pienso: “¿Por qué me sentía tan mal todo el tiempo?”. Una especie de sensación de futilidad que en realidad nunca se fue. Sigue ahí. Si la dejo, todavía me arrastra y me traga. Pero supongo que ahora miro más hacia afuera que antes. No me preocupa el tema. Supongo que estoy resignado a tener la vida que tengo. Es como el envejecimiento y todo lo que conlleva.

“Fue muy importante para mí cumplir treinta años”, recuerda Robert Smith sobre los días de Disintegration (Foto: Larry Busacca/WireImage/Getty Images)

¿Qué es diferente hoy en día?

Leo mucho más que antes. Cuando era adolescente, leía vorazmente. Después lo dejé, durante veinte años realmente no leí mucho. Escuchaba mucha música y no leía mucho. Ahora es al revés. Los últimos años estuve leyendo todos los libros que siento que debería haberlo leído antes. Incluso estoy leyendo a Tolstoi y cosas así, y es genial. La vida es demasiado corta para leer La guerra y la paz. Pero no hay razón para no empezarla.

Además, hago muchas otras cosas que siempre quise probar. Estoy en una posición en la que realmente no tengo que trabajar. Puedo hacer distintas cosas. Así que no me doy lástima ni nada. Sólo desearía tal vez no haber insistido tanto en… [la muerte].

Hay mucha gente a mi alrededor que ha muerto en los últimos dos o tres años y fue bastante difícil. A todo el mundo le pasa lo mismo: llegás a cierta edad e inevitablemente la gente que te rodea se empieza a morir. Quizás la realidad es que solía darle glamour a la muerte, romantizarla un poco y usarla con fines artísticos. Pero cuando empieza a pasar de verdad que la gente se muere a tu alrededor… cada pocas semanas, recibo una llamada de teléfono y me entero de que alguien ha muerto. Entonces deja de ser un material, supongo, para el arte. No sé. Puede que no sea cierto para todos, pero ciertamente lo es para mí.

Así que soy muy consciente de que las palabras que estoy usando en nuestro material nuevo no son demasiado obvias. Estoy tratando de escribir más poéticamente, sobre cosas que no son necesariamente temas deprimentes. Y es todo un desafío en sí mismo. Quizás por eso estuve leyendo tanto. Quizás sea sólo para robar ideas. No sé. Estoy subrayando muchos pasajes de La guerra y la paz, para incluir en el material nuevo. Esa fue una primicia [risas].

CONTENIDO RELACIONADO