HISTORIA DE LA ADUANA EN MÉXICO HASTA NUESTROS DÍAS

HISTORIA DE LA ADUANA EN MÉXICO HASTA NUESTROS DÍAS

Desde la época prehispánica ha existido una intensa actividad comercial entre los pueblos mesoamericanos, además del trueque de mercancías, existían instrumentos de cambio como plumas de aves preciosas y semillas de cacao, las cuales eran reconocidas y aceptadas en toda Mesoamérica.

Los tianguis o plazas de mercadeo estaban sujetos a reglamentos estrictos, cuyo cumplimiento era vigilado por inspectores especiales. Las culturas dominantes, como la Mexica, exigían a los pueblos sojuzgados el pago de tributos e imponían una organización de comercio a grandes distancias.

En el Virreinato de la Nueva España se estableció el llamado derecho de almojarifazgo (impuesto a la importación). Desde el año 1532 se dictaron decretos y ordenanzas, mismas que regulaban la entrada y salida de mercancías. En 1551, en Veracruz, se inició la edificación de las primeras instalaciones portuarias.

Debido a los constantes ataques de los barcos piratas ingleses y franceses a los puertos de Veracruz, Acapulco y Campeche, en 1597 se dispuso que los oficiales a cargo instalaran una aduana en tierra firme. En 1647, el rey Felipe IV vio la necesidad de que la ciudad contara con una aduana cerrada donde fueran captados todos los productos que entraban al puerto.

Por ahí del año 1728 ya existía un régimen a fin de que ninguna de las mercancías que ingresaban al puerto de Veracruz pudiera bajarse a tierra sin el consentimiento del oficial de justicia o regidor. La pena por incumplimiento era el decomiso de los productos.

El primer documento legal del México independiente fue el Arancel General Interno para los Gobiernos de las Aduanas Marítimas publicado el 15 de diciembre de 1821. En este documento se designaron los puertos habilitados para el comercio, se especificó el trabajo que debían realizar los administradores de las aduanas, además se plantearon las bases para la operación del arancel, los géneros, las mercancías de importación prohibida, y las libres de gravamen quedaban a criterio de los administradores de las aduanas.

Por disposición presidencial se creó la Aduana de México en 1884. El 19 de febrero de 1900 se constituyó la Dirección General de Aduanas.

En 1916 se publicó la nueva tarifa de aranceles, en la cual el único producto prohibido era el opio; se redujeron los gravámenes a los artículos de primera necesidad y se aumentaron para los artículos de lujo.

1931 se expidió el Reglamento Interior de la Dirección General de Aduanas y el Reglamento Interior de la Secretaría de Hacienda. En su artículo 3 se ubicó a la Dirección de Aduanas dentro de las Oficinas de Servicios Generales, con la función de administrar, coordinar y controlar los impuestos, derechos y aprovechamientos aduanales.

La Ley Aduanera, publicada el 30 de diciembre de 1981, contenía la terminología utilizada internacionalmente y se definieron los regímenes aduaneros que conocemos actualmente.

México se incorporó en 1986 al Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT), y en mayo de 1988 al Consejo de Cooperación Aduanera (CCA), que tienen por objeto armonizar y facilitar el comercio internacional.

A partir del 1 de julio de 1997 se creó el Servicio de Administración Tributaria (SAT), al cual quedó adscrita la Administración General de Aduanas.

A partir del año 2000 se hicieron algunas modificaciones, principalmente en el manejo, almacenaje y custodia de mercancías de comercio exterior; el reconocimiento aduanero de mercancías; la valoración aduanera; la garantía de contribuciones para el régimen de tránsito de mercancías, los procedimientos administrativos y las infracciones aduaneras, entre otras.

Con el fin de facilitar la operación mediante métodos de control, se instrumentó el Sistema Automatizado Aduanero Integral (SAAI), así como el Sistema de Selección Automatizado en los reconocimientos, lo que conocemos como semáforo fiscal. Se delegó la responsabilidad de clasificar, determinar el valor en aduana y el origen de las mercancías a los agentes aduanales, quedando a cargo de la autoridad sólo la facultad de verificación del cumplimiento de esta obligación.

Hace un par de años se tenía ya previsto un plan que facilitaría los procesos de importación y exportación que se llevan a cabo en las aduanas, integrando los documentos a medios electrónicos. El objetivo: la digitalización en las aduanas consiguiendo así la eliminación progresiva del uso de papel.

Recientemente este proyecto, mejor conocido como “Aduana sin papeles” se ha puesto en marcha por parte del Servicio de Administración Tributaria (SAT) cuidando que se envíe al sistema electrónico aduanero el documento electrónico que contenga los datos necesarios y requerimientos técnicos.

El envío de dicho documento se podrá realizar al capturar los datos declarados por el Representante Legal, el apoderado o agente aduanal en la página electrónica del SAT en la cual se obtendrá el formato D6 “Declaración de Operación para Despacho Aduanero (DODA)” Dentro de este formato vendrá un código QR que busca concentrar toda la información de la mercancía que se entregará en las aduanas y facilitar el acceso automático.

En HESSEN hemos caminado la historia y desde 1910 se ha gestado esta gran familia y empresa, naciendo como agentes aduanales e incorporando hoy en día todos los servicios logísticos nacionales e internacionales para ofrecer una coordinación D2D en las operaciones de comercio exterior, apegándonos siempre a la última tecnología y certificaciones de calidad.

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Estupendo trabajo, pero ¿dónde están las referencias o textos de consulta?

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