Hipovitaminosis D, una pandemia del nuevo milenio
Departamento de Nutrición AMG

Hipovitaminosis D, una pandemia del nuevo milenio

Al indiscutido rol de la vitamina D como nutriente clave en el crecimiento y mantenimiento del esqueleto se le suman actualmente otros beneficios no relacionados con la salud ósea sino con la función inmunológica, la salud cardiovascular y el cáncer. Debido a que las fuentes naturales de la vitamina D provienen de la ingesta dietética y la exposición solar, y que por múltiples factores resultan comúnmente limitadas, la deficiencia de la vitamina sigue siendo un problema mundial de salud pública. La hipovitaminosis D afecta a más de mil millones de niños y adultos en todo el mundo, por lo que las consecuencias de esta deficiencia nutricional no pueden ser subestimadas y requirieren una atención especial en las agendas de los ámbitos sanitarios y académicos.

  En la búsqueda de medidas preventivas de la hipovitaminosis D, la fortificación obligatoria o voluntaria de alimentos con la vitamina puede proporcionar una valiosa fuente suplementaria, particularmente beneficiosa para grupos de población con poca exposición a la luz solar y con consumos deficientes. En esta línea de acción, varios países han introducido la fortificación obligatoria de alimentos con vitamina D, en el Reino Unido, por ejemplo, la margarina, las fórmulas infantiles y los alimentos dietéticos están fortificados legalmente con vitamina D. Otros alimentos como cereales para el desayuno, pastas, bebidas, quesos y leches son voluntariamente adicionados con la vitamina y se ha observado que el consumo de estos alimentos y bebidas fortificados mejora el estado de la vitamina D.

Un debate actual es cuál de las dos formas de la vitamina, la D2 de origen vegetal ó la D3 de origen animal, es la que resulta más apropiada en términos de biodisponibilidad para la fortificación de los alimentos. Si bien la mayoría de los ensayos clínicos sugieren que la vitamina D3 sería más eficaz para aumentar las concentraciones del metabolito activo de la vitamina D, esta alternativa no respondería a los hábitos de un número creciente de consumidores como quienes mantienen una alimentación vegana.

Estas controversias hacen hincapié en la necesidad de reevaluar las prácticas actuales de fortificación de alimentos con la vitamina D, así como en considerar nuevos enfoques como la biofortificación de alimentos con la vitamina, entre las medidas alternativas para paliar esta problemática nutricional.

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