El asociacionismo psicológico: una corriente que explica la mente humana a partir de la experiencia

El asociacionismo psicológico: una corriente que explica la mente humana a partir de la experiencia

El asociacionismo psicológico es una corriente que surgió en el siglo XIX en Gran Bretaña, pero que tiene sus raíces en el empirismo, una teoría filosófica que se desarrolló entre los siglos XVII y XVIII. El asociacionismo pretende explicar los fenómenos mentales de los seres humanos a partir de la conexión de ideas, imágenes o representaciones que se forman en la mente a través de la experiencia sensorial. Según esta teoría, la mente humana es una tabla rasa al nacer, que se va llenando de contenido a medida que interactúa con el mundo exterior.

El asociacionismo se basa en el postulado de que la asociación es el mecanismo que explica cualquier actividad del ser humano, desde el aprendizaje hasta la creatividad, pasando por el razonamiento y la memoria. Los asociacionistas sostienen que los pensamientos se combinan en virtud de unas leyes universales e innatas, que rigen la forma en que se vinculan los estímulos o fenómenos percibidos por los sentidos. Estas leyes son las siguientes:

  • Ley de la contigüidad: dos sucesos o estímulos son asociados cuando ocurren de manera muy próxima en tiempo y espacio, o cuando su representación mental aparece de forma conjunta o cercana en nuestra mente.
  • Ley de la semejanza: dos sucesos o estímulos son asociados cuando tienen algún rasgo o característica común, o cuando su representación mental es similar o parecida.
  • Ley de la causalidad: dos sucesos o estímulos son asociados cuando uno es percibido como la causa y el otro como el efecto, o cuando su representación mental implica una relación de causa-efecto.
  • Ley del contraste: dos sucesos o estímulos son asociados cuando tienen algún rasgo o característica opuesta o contraria, o cuando su representación mental es opuesta o contraria.

Estas leyes permiten explicar cómo se forman las ideas simples y las complejas, cómo se almacenan y se recuperan en la memoria, cómo se generan nuevas ideas a partir de las existentes, y cómo se elaboran juicios y razonamientos a partir de las asociaciones.

Los orígenes filosóficos del asociacionismo psicológico: el empirismo

El asociacionismo psicológico tiene su origen en los filósofos empíricos británicos, que sentaron las bases del conductismo, una escuela psicológica que se centró en el estudio del comportamiento observable y medible. El empirismo es una teoría filosófica que afirma que todo el conocimiento humano proviene de la experiencia sensible, y que no hay nada innato ni a priori en la mente. Los empiristas rechazan la existencia de ideas universales, abstractas o innatas, como las defendidas por los racionalistas, y sostienen que solo hay ideas particulares, concretas y derivadas de los sentidos.

Los filósofos empíricos más importantes fueron John Locke (1632-1704), George Berkeley (1685-1753) y David Hume (1711-1776), quienes desarrollaron sus teorías sobre el origen y la naturaleza del conocimiento humano a partir de la observación crítica de los fenómenos naturales y sociales. Estos filósofos influyeron notablemente en el pensamiento ilustrado y en el desarrollo de las ciencias naturales y sociales.

Los principales autores del asociacionismo psicológico

El asociacionismo psicológico fue una corriente que tuvo varios representantes a lo largo del siglo XIX y principios del XX, quienes aplicaron las ideas del empirismo al estudio de los procesos mentales. Entre los principales autores del asociacionismo psicológico se encuentran los siguientes:

  • John Locke (1632-1704): fue uno de los fundadores del empirismo y del liberalismo político. En su obra Ensayo sobre el entendimiento humano, defendió que las personas nacen sin ninguna habilidad innata y que aprenden a formar representaciones a partir de la experiencia sensorial. Distinguió entre ideas simples, que provienen directamente de las sensaciones, e ideas complejas, que se forman por la combinación de ideas simples. También clasificó las ideas complejas en tres tipos: modos, sustancias y relaciones.
  • David Hume (1711-1776): fue uno de los máximos exponentes del empirismo y del escepticismo filosófico. En su obra Tratado sobre la naturaleza humana, afirmó que todo el conocimiento humano tiene su origen en las percepciones, que pueden ser impresiones o ideas. Las impresiones son sensaciones vivas y fuertes que provienen de todo lo visto, oído y experimentado. Las ideas son copias débiles y tenues de las impresiones, que surgen de la reflexión sobre estas sensaciones. Hume sostuvo que las ideas se asocian por tres principios: semejanza, contigüidad y causalidad.
  • David Hartley (1705-1757): fue un médico y filósofo inglés que intentó dar una explicación fisiológica al asociacionismo. En su obra Observaciones sobre el hombre, propuso que en el sistema nervioso existen vibraciones que corresponden a los pensamientos e imágenes, y que estas vibraciones se asocian por contigüidad. Según Hartley, las vibraciones más intensas corresponden a las sensaciones y las menos intensas a las ideas. También introdujo el concepto de asociación por semejanza, que ocurre cuando dos vibraciones tienen una frecuencia similar.
  • James Mill (1773-1836): fue un filósofo y economista escocés, padre del también filósofo John Stuart Mill. En su obra Análisis de los fenómenos de la mente humana, defendió que la conciencia es el resultado de la ley de asociación, que combina elementos simples que se captan a través de los sentidos. Según Mill, las ideas simples se asocian por contigüidad para formar ideas complejas, y estas a su vez se asocian por contigüidad para formar ideas más complejas. Mill negó la existencia de ideas innatas y de facultades mentales como la imaginación o el juicio.
  • John Stuart Mill (1806-1873): fue un filósofo y economista inglés, hijo de James Mill. En su obra Sistema de lógica, criticó el asociacionismo de su padre y propuso una distinción entre asociaciones mecánicas y asociaciones químicas. Las asociaciones mecánicas son aquellas que se forman por la simple suma de ideas simples, sin que se produzca ningún cambio en ellas. Las asociaciones químicas son aquellas que se forman por la fusión de ideas simples, dando lugar a una idea compleja que tiene propiedades nuevas y diferentes a las de sus componentes. Mill también introdujo el concepto de asociación por contraste, que ocurre cuando dos ideas tienen una oposición o contradicción entre sí.
  • Alexander Bain (1818-1903): fue un filósofo y psicólogo escocés, considerado uno de los fundadores de la psicología científica. En su obra Los sentidos y el intelecto, desarrolló una teoría del aprendizaje basada en el principio de asociación, al que añadió el concepto de hábito. Según Bain, el hábito es la tendencia a repetir una acción o un pensamiento que ha sido reforzado por una consecuencia placentera o evitado por una consecuencia dolorosa. Bain también introdujo el concepto de asociación por frecuencia, que ocurre cuando dos ideas se asocian por haberse presentado juntas muchas veces.
  • Herbert Spencer (1820-1903): fue un filósofo y sociólogo inglés, conocido por su teoría del evolucionismo social. En su obra Principios de psicología, aplicó la teoría de la evolución de Darwin al estudio de la mente humana. Según Spencer, la mente es el resultado de un proceso adaptativo que va desde lo simple a lo complejo, desde lo homogéneo a lo heterogéneo, y desde lo indefinido a lo definido. Spencer sostuvo que las asociaciones se forman por la ley de la supervivencia del más apto, es decir, por la selección natural de las ideas más útiles para la supervivencia del individuo y la especie.

La influencia y las críticas al asociacionismo psicológico

El asociacionismo psicológico tuvo una gran influencia en el desarrollo de la psicología como ciencia, ya que proporcionó una metodología basada en la observación y la experimentación, y una terminología precisa para describir los fenómenos mentales. El asociacionismo también inspiró a otras corrientes psicológicas posteriores, como el conductismo, el funcionalismo, el estructuralismo y el gestaltismo.

El conductismo fue una escuela psicológica que se centró en el estudio del comportamiento observable y medible, sin recurrir a conceptos mentales o introspectivos. El conductismo aplicó los principios del asociacionismo al aprendizaje, mediante conceptos como el condicionamiento clásico y el condicionamiento operante. Algunos de los representantes del conductismo fueron John B. Watson (1878-1958), Edward L. Thorndike (1874-1949), Ivan P. Pavlov (1849-1936) y B. F. Skinner (1904-1990).

El funcionalismo fue una corriente psicológica que se interesó por el estudio de las funciones mentales adaptativas, es decir, aquellas que permiten al individuo ajustarse al medio ambiente. El funcionalismo se basó en la teoría de la evolución de Darwin y en el pragmatismo filosófico. Algunos de los representantes del funcionalismo fueron William James (1842-1910), John Dewey (1859-1952) y James R. Angell (1869-1949).

El estructuralismo fue una corriente psicológica que se propuso analizar la estructura de la mente humana, mediante el método de la introspección. El estructuralismo se inspiró en la filosofía racionalista y en la psicología experimental alemana. Algunos de los representantes del estructuralismo fueron Wilhelm Wundt (1832-1920), Edward B. Titchener (1867-1927) y Charles E. Spearman (1863-1945).

El gestaltismo fue una corriente psicológica que se opuso al asociacionismo y al estructuralismo, y defendió que la mente humana percibe los fenómenos como totalidades organizadas y significativas, no como agregados de elementos simples. El gestaltismo se basó en la fenomenología filosófica y en la psicología de la forma. Algunos de los representantes del gestaltismo fueron Max Wertheimer (1880-1943), Wolfgang Köhler (1887-1967) y Kurt Koffka (1886-1941).

Sin embargo, el asociacionismo también recibió numerosas críticas, tanto desde el punto de vista filosófico como desde el punto de vista psicológico. Algunas de estas críticas son las siguientes:

  • El asociacionismo reduce la mente humana a un conjunto de elementos simples y pasivos que se combinan mecánicamente, sin tener en cuenta la actividad y la complejidad del pensamiento.
  • El asociacionismo ignora los aspectos subjetivos e individuales de la experiencia humana, como las emociones, los valores, los intereses y las motivaciones.
  • El asociacionismo no explica cómo se originan las ideas simples ni cómo se forman las ideas abstractas o generales, que no tienen una correspondencia directa con los sentidos.
  • El asociacionismo no da cuenta de los procesos creativos ni del razonamiento deductivo, que implican operaciones lógicas y no solo asociaciones empíricas.
  • El asociacionismo no tiene en cuenta el papel del lenguaje ni del contexto social y cultural en la construcción del conocimiento humano.

Conclusión

El asociacionismo psicológico fue una corriente que intentó explicar los fenómenos mentales a partir de la conexión de ideas que se forman por la experiencia sensorial. El asociacionismo se basó en las leyes de contigüidad, semejanza, causalidad y contraste, que rigen la forma en que se asocian los estímulos o fenómenos percibidos por los sentidos. El asociacionismo tuvo varios representantes, que aplicaron las ideas del empirismo al estudio de la mente humana. El asociacionismo tuvo una gran influencia en el desarrollo de la psicología como ciencia, pero también recibió numerosas críticas por su reduccionismo y su empirismo.

Bibliografía

  • Hume, D. (2007). Tratado sobre la naturaleza humana.
  • Locke, J. (2008). Ensayo sobre el entendimiento humano.
  • Mill, J. S. (2006). Sistema de lógica.
  • Mill, J. (2002). Análisis de los fenómenos de la mente humana.
  • Spencer, H. (1981). Principios de psicología.


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