AGRAVIAR A OTRO PUBLICAMENTE ¿ES SÍNTOMA DE DEBILIDAD O DE UN CARÁCTER FUERTE?

Comenzaré a reproducir un hilo de tuits que, días atrás, fue dirigido por un abogado hacia mi parte.

Los comparto👇

☝️Comienzo este artículo reproduciendo esta serie de tuits que un #abogado me dedicó, el cual no conozco y, según me comentan, tiene adoración por las cámaras de televisión, atrayendo a miles de seguidores en sus #redesociales.

Su nombre es intrascendente, toda vez que el objetivo de este artículo, como verán, escapa a calificar sus manifestaciones, toda vez que nada positivo generaría darle difusión a estos mensajes.

Ese profesional, conforme me comentaron mis asesores, se alimenta en generar fricciones y su nicho de mercado se encuentra en la provocación, en la discusión, lo cual nosotros, contrariamente, estamos totalmente alejados de esa metodología, excepto que esa discusión sea doctrinaria, educada y, por sobre todas las cosas, proactiva.

El desencadenante de esta serie de descalificaciones volcadas en las redes fue una nota de mi autoría publicada años atrás a raíz de un concepto utilizado por la justicia, al investigar un presunto caso de violación en manada.

En esa causa, el fiscal conceptualizó a la presunta violación de una nena en ese entonces de 16 años como un "desahogo sexual" de los imputados la cual enlazo por si es de su interés.

A raíz de esta conceptualización basada exclusivamente en la figura del "desahogo sexual" -con independencia de cómo culminaría la causa judicial de la cual soy ajeno a la misma-, ello motivó una repercusión periodística no solo en los medios nacionales como infobae LA NACION entre otros, sino que trascendió en España, concretamente en el Diario EL PAÍS.

Pero lo que aquí interesa es evaluar si la descalificación a través de los agravios demuestran debilidad, o caso contrario, una actitud de "macho alfa" donde todos debemos ponernos detrás del #líder del grupo y seguirlo temerosamente, con la cabeza baja, adulándolo e intentando siempre contentarlo para que no se enoje.

La #psicologia , la #psiquiatria, los profesionales del #coaching, entre otros, conocen a la perfección que la inteligencia posee cuatro estamentos bien diferenciados, siendo éstos la #inteligenciaemocional, la #inteligencia espiritual, la física y la #inteligencia mental.

Para ser exitosos en lo que emprendemos, llámese una actividad profesional, un oficio, un #trabajo, un objetivo deportivo o el realizar una rica comida, debemos encontrarnos plenamente equilibrados emocionalmente, caso contrario, caeremos en el fracaso y consecuente frustración.

Entonces, aquel que descalifica con agravios, el que teatraliza para lograr la admiración de sus seguidores con los conceptos como los que se reproducen al inicio de este artículo, a mi criterio, -y quizás me encuentre equivocado-, salvo mejor opinión de los especialistas, evidencia una persona de muy baja autoestima, muy insegura, con deficiente formación intelectual -dado que no comprendió el texto- y, por sobre todas las cosas con un alto grado de ira, lo cual le genera la necesidad de comunicarse de manera agresiva con todo aquel que posee un pensamiento diferente, o, simplemente, para hacerse notar por unos minutos.

Y eso es lo que deseo transmitir a todo aquel que se encuentre inmerso en una discusión.

La demostración de un equilibrio emocional, del respeto hacia quien disiente con nuestra postura, el tratar de convencerlo con argumentos sólidos, dando cuenta que su criterio puede ser o no desacertado, nos solidifica nuestra #personalidad, tengamos o no razón, más allá que prospere el criterio contrapuesto al nuestro.

Y cuando cualquiera de nosotros demostremos que poseemos una personalidad bien trabajada, se nos facilitará cerrar un acuerdo, la búsqueda de #trabajo, el éxito como #emprendedores, como #gerentes, #directores, #ceo de #empresas o de #empresasfamiliares, etc., toda vez que surgirá la templanza para racionalizar un tema crítico y lejos de elevarlo a la fricción, se buscará desde la razón, obtener un resultado.

Entonces, como apreciarán, este hilo de tuits que me fue dedicado con cero amabilidad y nada feliz, sirvió de mucho, lo positivizamos transmitiendo todo lo que NO DEBEMOS REALIZAR si deseamos cumplir con nuestros objetivos o metas.

Empresarios y clientes que tuvieron acceso a estas manifestaciones me preguntaron si realizaría presentación alguna al Colegio Público de Abogados de la Capital Federal.

No, sería impensable realizar una presentación contra un profesional que vaya a saber uno los fantasmas que posee internamente para generar lo que transmitió por las redes, sin conocer a su colega y sin discrepar sanamente, racional y educadamente.

No es para sentirse agraviado, sino para sentir cierta lástima de esa persona que vaya a saber uno lo que padece en su interior para comunicarse de esa manera con alguien que no conoce.

CONCLUSIÓN

Por mayor fricción que genere un agente provocador, no reaccionen, sean indiferentes a ello, actúen equilibradamente y en silencio.

Ese silencio no es sinónimo de debilidad, sino que es el "DON" que pocas personas poseen y que debemos desarrollar y perfeccionar a diario, toda vez que, contrariamente, en la #sociedad, lamentablemente, es bien vista aquella persona que grita, el histriónico y la sobreactuación agraviando a otro, ya que se percibe como el "dominante", el "malo", el "recio" con "mucho carácter", cuando en la realidad estamos en presencia de una persona insegura y con cero autoestima.

Pero lo cierto es que, si lo ven en perspectiva, es una batalla ganada a lo pirro, porque el que mas grita seguramente callará al inteligente, al racional o al mensurado por un instante, pero, a la hora de contratar a uno o a otro, siempre, pero siempre, el calladito obtendrá su trabajo, su objetivo o la meta soñada, mientras que el que grita, se quedará allí, adulado, pero frustrado.

Les deseo una excelente semana