El hit de ayer: FIFA 98: Road to World Cup

Ea nos lleva hacia la Copa del Mundo a ritmo de Blur.

Ya lo habrás notado, porque flota en el aire. Está hasta en las promociones de las grandes superficies comerciales. Hay un Mundial a la vuelta de la esquina, hasta tendrás actualización de FIFA 18 al respecto, y España estará allí con la esperanza de levantar el dorado trofeo por segunda vez en su historia. Otros combinados nacionales no han tenido tanta suerte, como es el caso de Italia, que se convierte en la ausencia más notable de esta edición. Tampoco veremos a la que hace dos ediciones se jugaba la final con España, como es Holanda, ni a una de las grandes selecciones del continente americano, Chile. Pero otras históricas como Alemania, Brasil, Argentina, Inglaterra no se perderán la mayor cita con los aficionados del fútbol.

Aficionados que para matar la espera, o incluso mientras escuchan los partidos, tienen en los simuladores deportivos un fiel compañero. Y aunque ha habido muchos y variados juegos de fútbol a lo largo de la historia de los videojuegos, podríamos decir que los que han terminado jugándose la Champions del entretenimiento electrónico han sido tradicionalmente FIFA y Pro Evolution Soccer, en una refriega que ya dura más de 20 años. Y fue precisamente hace dos décadas cuando se fueron empezando a definir sus parámetros actuales.

EA Sports por un lado y Konami por otro, entonces unos apostando fuerte por el realismo en la simulación, y otros por poner toda la carne del espectáculo y el jogo bonito en el asador, son las dos superpotencias que aún hoy se disputan el trono del deporte rey. Pero la baza del Mundial, que ya contó con licencias para videojuegos desde varias ediciones antes, la empezó jugando con maestría EA Sports, combinándola con su entrega anual de FIFA International Soccer para beneficiarse de lo que realmente es el sueño de cada jugador. Convertirse en campeón del mundo con los colores de su selección. Independientemente de cuál sea esta.

Aquel 1 de noviembre de 1997, y después del impacto que supuso el pasar de pleno a las tres dimensiones con FIFA 97 y sus jugadores y estadios enteramente poligonales, llegaba FIFA 98: Road to World Cup a PC, PlayStation, Sega Saturn y Nintendo 94, aunque también visitaría en un versiones bastante rebajadas las todavía guerreras Game Boy, Mega Drive y Super Nintendo. Las versiones de 16 bits se limitaban a actualizar las plantillas de la edición anterior conservando el mismo motor y poco más. Pero el impacto de cargar la edición de 32 bits fue el primero de los sucesivos que se convertirían en una tradición no escrita.

Poner el CD, cargar el juego, escuchar a Blur interpretando su mítica Song 2 (uno de los tres temas irremediablemente ligados a la saga FIFA junto al Tubthumping de Chumbawamba y el Rockafeller Skank de Fatboy Slim), ver la espectacular intro y sentir el vello de punta era uno en todo buen aficionado al fútbol que se precie. Especialmente si tenían el oído fino y eran oyentes fieles de la SER cada fin de semana, puesto que en dicha intro habían oído durante unos segundos a una voz familiar y luego comprobaron que sus tímpanos no les habían jugado una mala pasada. Una de las novedades de este FIFA 98 fue la inclusión de comentarios en distintos idiomas, y significó la incorporación, ya para los restos, de Manolo Lama y Paco González, entonces al frente del espacio Carrusel Deportivo, en estas lides de valorar y describir las principales jugadas del encuentro.

Unos partidos que seguían la estela de lo visto en el anterior FIFA 97, buscando algo más de detalle dentro de las posibilidades de los sistemas de entonces y con unos modelos todavía no demasiado realistas, sino más bien un poco mazacotes. Pero con algo muy valioso para los jugadores de videojuegos de fútbol, y sobre todo una gran ventaja con respecto al rival International Superstar Soccer 64. La comodidad de tener ya los nombres correctos de los jugadores gracias a la licencia de la FIFA, y evitarles con ello esas largas sesiones de edición para eliminar aberraciones como Rajul y similares.

Y es que el gran valor de FIFA 98 es el disponer del permiso para incluir a los jugadores de varias ligas de todo el mundo, pero sobre todo, de todas las selecciones mundiales registradas en la FIFA en aquel año 1997. Y con todas, queremos decir todas. Aparte de los habituales modos de juego, es decir, Liga (con 11 para elegir, en las que puedes llevar a cabo traspasos entre equipos, dentro del límite de un presupuesto fijo), Copa o Amistoso (con el regreso del estadio de fútbol sala en el que disputar un partido de 5 contra 5 sin fueras de banda) aparece el modo Rumbo al Mundial, que no nos pone directamente en la fase de grupos de la máxima competición planetaria, sino que nos lleva a jugar la fase de clasificación con cualquiera de los 173 combinados disponibles. Es decir, que si tu sueño es ver si Liechtenstein es capaz de pasar de cuartos, o por qué no, hasta ganar el Mundial, FIFA 98 te brinda la ocasión a base de disputar los partidos pertinentes de los grupos continentales para poder estar entre los 32 equipos elegidos para la gloria.

Sobre el césped, y obviando que cada jugador dispone, como bien le gusta a EA, de sus propios parámetros para reflejar aspectos como su velocidad, agresividad o resistencia entre otros, los argumentos que tenemos para llegar hasta la puerta contraria son los mismos. Varias formaciones predeterminadas con alineaciones que podemos modificar, y a partir de ahí, es cosa nuestra manejar al once inicial y tres posibles sustitutos con el control que llegaría a ser marca de la casa. Dos botones de pase y otro para remate, variando a tareas defensivas (cambio de jugador y dos tipos de entradas) cuando no tengamos el balón, más otro para esprintar. Y la posibilidad de lucirnos como en el patio del cole haciendo filigranas diversas mediante ciertas combinaciones, solo aptas para los más diestros.

Konami lo pone, quizá, algo más cortito y al pie en sus juegos (no para todo), pero FIFA 98 no se priva de ciertas delicatessen balompédicas mediante el modo habilidad. Ejecuciones que nos pueden permitir hacerles trajes a nuestros adversarios y vestirles de luces, trazar perfectas paredes, lanzarnos en plancha o rematar de chilena, incluso hacer amagos y recortes, algo que en videojuegos era casi ciencia-ficción. En definitiva, dar un paso más hacia el fútbol real, y mostrarlo con una colección de cámaras que se benefician del motor tridimensional para poder variar su enfoque sin problemas.

 

Sin embargo, aunque FIFA 98 pone buenos cimientos para lo que posteriormente serían los años dorados de FIFA (eso sí, cosa de una década después por culpa del buen hacer de Konami), hay algo que en esta edición de 20 años medio atrás supone un lastre con respecto a su competidor principal. Y es que FIFA 98, siendo un gran juego, peca de ser algo tosco. No hay más que ver la siguiente entrega en la serie, FIFA 99, para apreciar un aumento de la fluidez que sabe a gloria bendita. En este caso, sin embargo, aunque teníamos el mundo (del fútbol) en la palma de la mano, seguía faltando algo. No ya los escudos y equipaciones oficiales de los clubes, eso ya era pedir el cielo, sino el último requiebro que parecía que a Konami sí le salía para conseguir partidos si cabe más apasionantes. Eran años en los que los fans soñaban con un FIFA y sus licencias que tuviera la jugabilidad de un PES, pero aunque del 97 al 99 plantó seria batalla, sería algo que a EA Sports le pesaría como una losa una generación después.

Pese a ello, y en vísperas de Mundial, la oportunidad de ganar la Copa del Mundo con cualquier selección existente fue una proposición más que interesante, viniendo de juegos mucho más limitados, y más con Blur amenizando. Meses después tendríamos sorpresa, porque EA aprovechaba su licencia y sacaba el juego dedicado en exclusiva al Mundial de Francia, sin ligas ni demás añadidos, solo selecciones y el Mundial desde la fase de grupos. Y cinemáticas para presentar cada una de la sedes galas. Y Chumbawamba. Buenos tiempos para ser futbolero, qué duda cabe. Ay, si tan solo hubiéramos llegado a cuartos...

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