Las reacciones a la decisión de Pedro Sánchez de continuar al frente del Gobierno de España no se han hecho esperar. Voces de la política de todos los colores y rincones del estado han valorado (y lo seguirán haciendo) la postura del jefe del ejecutivo de seguir en la Moncloa.
Una de las más esperadas era la del líder de Vox, Santiago Abascal, que en una breve declaración sin preguntas desde la sede nacional del partido ha dicho que la decisión del líder del PSOE de continuar al frente del Ejecutivo es "una huida hacia adelante" que "reafirma su golpe contra la convivencia, el Estado de derecho, la separación de poderes y la libertad de prensa", al tiempo que ha augurado que "lo peor está por llegar".
El dirigente de la formación ultraderechista ha reprochado al jefe del Gobierno que estos cinco días de meditación sobre su continuidad han sido "un teatro burdo, indignante y victimista" que ha sumido a España "en un bochorno internacional de dimensiones y consecuencias absolutamente incalculables".
De forma paralela, ha afeado que Sánchez no puede exhibir "una postura menos democrática" a pesar de haber "identificado a su persona con la democracia", lamentando el llamamiento del presidente a la "movilización social". Cree que el objetivo último es "sepultar la crítica y garantizarse la impunidad".
"Pongamos fin a este fango"
Sánchez seguirá ejerciendo sus funciones tras decidir que seguirá en su cargo. Tras un período de 5 días de reflexión motivados por la investigación hacia su mujer, Begoña Gómez, su decisión ha sido firme. "He decidido seguir", ha dicho en una comparecencia corta a las 11 de la mañana en la que no ha admitido preguntas.
"He actuado desde una convicción clara. Decimos basta o esta degradación nos acabará derrumbando como país", ha declarado, dejando claro que "si permitimos que los bulos marquen el debate político, la consecuencia será irreparable".
En un primer momento, ha reiterado que "no merecía la pena" todos los ataques sufridos y que "no hay honor que justifique el sufrimiento de las personas que quieren".
"He mostrado un sentimiento que en política no suele ser admisible, he admitido que duele vivir esta situación", reconocía.