¿Realmente fue un jardinero negro quien ayudó al doctor Barnard durante el primer trasplante de corazón de la historia o se trata de una leyenda urbana?

Imagen de Hamilton Naki junto a Christian Barnard en un quirófano durante uno de los experimentos con animales antes del primer trasplante humano de corazón (imagen vía tvsa)
Imagen de Hamilton Naki junto a Christian Barnard en un quirófano durante uno de los experimentos con animales antes del primer trasplante humano de corazón (imagen vía tvsa)

Recientemente se ha conmemorado el 50 aniversario del primer trasplante de un corazón humano de la Historia realizado por el doctor Christian Barnard el 3 de diciembre de 1967 en el Hospital Groote Schuur de Ciudad del Cabo, Sudáfrica.

Infinidad han sido los artículos publicados y reportajes emitidos en los que se recordaba esta efeméride y el hito que supuso para el avance de la medicina y cirugía cardiovascular.

Pero han sido un buen número de medios, así como de usuarios de las redes sociales, quienes se han hecho eco de una curiosa historia referente al primer trasplante y que apareció hace quince años, pero que lleva desmentida desde hace una década.

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Dicha historia (que ha acabado convirtiéndose en una leyenda urbana ampliamente viralizada), explica que gran parte del mérito y éxito de la intervención quirúrgica la tuvo Hamilton Naki, un sudafricano negro que supuestamente ayudó al Dr. Christian Barnard durante el trasplante.

Parece ser que Hamilton Naki trabajaba como jardinero para la Universidad de Ciudad del Cabo cuando se le presentó la oportunidad de echar una mano en el departamento de veterinaria, donde se le encomendaron trabajos de limpieza de las jaulas y con el tiempo se le permitió echar una mano durante el anestesiado de algunos animales que debían ser operados.

Hamilton Naki (imagen vía elpensante)
Hamilton Naki (imagen vía elpensante)

Según explican algunas fuentes, adquirió experiencia como asistente y se encontraba en el quirófano en el momento en el que doctor Barnard realizó el primer trasplante. Hay quien señala que fue el propio Naki quien cogió con sus propias manos el órgano a trasplantar y otros que indican que su labor allí estaba relacionado con la anestesia. Hay muchos datos discordantes e inexactos sobre qué hacía exactamente en aquel lugar el jardinero.

Las múltiples versiones sobre los hechos varían los datos sobre cuál fue el verdadero cometido de Naki en el histórico trasplante de corazón y comenzaron a aparecer alrededor del año 2002, uno después del fallecimiento del Dr. Christian Barnard y a raíz de unas declaraciones que éste había hecho poco antes de morir y en las que alababa la pericia y habilidad que Hamilton Naki demostró tener como asistente en los quirófanos en los que había ayudado a anestesiar y manejar los animales durante los experimentos previos al primer trasplante que se realizaron en la Universidad de Ciudad del Cabo.

Tras el fin del apartheid (en 1992) se había filtrado la noticia de que un humilde jardinero negro y sin estudios médicos había estado colaborando durante un par de décadas con los expertos de la facultad de medicina y que autodidactamente había adquirido unos sólidos conocimientos. Estuvo presente en los experimentos previos de trasplante que se realizaron con varios animales (sobre todo perros) e incluso se llegó a decir que también participó en la famosa e histórica intervención. Todo esto le valió para ser reconocido y recibir varias distinciones por parte del nuevo gobierno sudafricano.

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Naki llevaba unos pocos años jubilado (cobrando una humilde pensión de jardinero) y hubo un alud de reconocimientos y homenajes. El problema fue que, a pesar de que varias personas del equipo del Dr. Barnard advirtieron que Hamilton Naki no estaba presente en el quirófano el 3 de diciembre de 1967, la bola de nieve respecto al tema se había hecho tan grande que ya era casi imposible desmentirlo. Además, tal y como se reconoció tiempo después, al movimiento antiapartheid le iba muy bien esa historia para encumbrar a ciudadanos negros que se habían convertido en héroes anónimos durante el régimen racista sudafricano.

Sí que se pudo demostrar que Naki había estado colaborando en los meses previos al primer trasplante en los experimentos realizados con animales, pero no existía ni una sola prueba de su presencia el día del primer trasplante humano. Esto último parece ser que había sido comentado por el hijo del jardinero. También existe alguna declaración del propio Naki en el que aseguró que había sido él quien tomó entre sus manos el órgano que debía ser trasplantado.

En cierta ocasión, cuando Hamilton Naki fue preguntado sobre qué estaba haciendo el 3 de diciembre de 1967 durante el primer trasplante de corazón contestó que se encontraba en su casa y se enteró de la histórica intervención a través de la radio. También se cuenta con el testimonio de Dene Friedmann, una de las asistentes del Dr. Barnard que reconoció que el señor Naki había ayudado al cirujano en algunos de los ensayos previos con animales pero que el día de la intervención no se encontraba en el quirófano. También aseguró Friedmann que quien realmente tomó entre sus manos el órgano que iba a ser trasplantado fue el hermano de Christian Barnard que también era cirujano y estaba presente en la intervención.

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Naki falleció el 29 de mayo de 2005 y numerosas fueron las necrológicas publicadas en importantes periódicos que citaban la curiosa anécdota de su presencia y ayuda durante el primer trasplante, por lo que otros muchos medios se dedicaron a difundirlo.

Pocos días después, la mayoría de esos diarios y revistas (The Independent, The New York Times, The Economist, The Lancet, Los Angeles Times o British Medical Journal) publicaron notas (y artículos) corrigiendo el error que habían cometido y reconociendo que dicha información no la habían tomado de ningún documento oficial sino de una nota de prensa distribuido por Associated Press.

Doce años después la errónea historia sobre la participación de Hamilton Naki en el primer trasplante humano de corazón (ya considerada leyenda urbana por la mayoría de expertos) sigue publicándose y dándose como buena, a pesar de las numerosas advertencias por parte de medios especializados (como el paper ‘Obituary of Hamilton Naki: Obituary was historically inaccurate’ de la BMJ).

Evidentemente no se le puede quitar todo el mérito que tuvo Hamilton Naki al ser un autodidacta sin formación universitaria y que aprendió a base de observar durante los ensayos y que contribuyó con su valiosísimo granito de arena a que, posteriormente, fuese posible el primer trasplante humano de corazón.

Fuentes de consulta e imágenes: The Independent / The New York Times / The Economist / The Lancet / British Medical Journal / El Español / El pensante / El Correo / ABC / Los Angeles Times / El País / El Mundo / TV5Monde / tvsa / Agence France-Presse

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