Los trucos de los videntes para atrapar a la audiencia

A principios de año nos hicimos eco de un informe del Consejo Audiovisual de Andalucía que abogaba por limitar los programas de videntes por afectar "a personas que atraviesan extrema necesidad". Dada su proliferación y su éxito a altas horas de la madrugada, conviene hacer un análisis sobre sus técnicas para enganchar tan poderosamente a la audiencia, para convencer a las cadenas de su rentabilidad y para sacar ingentes cantidades de dinero en líneas 806.

Sandro Rey, Conchita Hurtado, Maruja Zorrilla... la lista de videntes en las televisiones de ámbito nacional es larguísima, sobre todo cuando en tiempos de crisis abunda la desesperación por encontrar trabajo y las relaciones personales se resienten.

Una de las bazas de estos espacios es su bajo coste, con platós desprovistos de glamour y de medios técnicos. Salvo en laSexta, donde está el aclamado Sandro, ninguno de ellos apuesta por presentadores, dejando a los futurólogos como únicas caras frente a los espectadores. Ellos solitos son capaces de ver tu porvenir en la bola de cristal, leerte el tarot o moverte el péndulo para dar con tu "futuro exacto". Todo ello aderezado con invocaciones a los santos.

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También hay que destacar la falta de anunciantes para hacer el producto más redondo y reclamos como "llama ya" o "últimas llamadas", que incitan a muchos a coger el teléfono, aun a sabiendas de que pueden dejarse mucho dinero. El sinfín de rótulos y el barroquismo que inunda todo hacen que el conjunto sea hipnótico. Incluso a veces aseguran que conocen el número de la lotería... ¡y donde lo puedes comprar!

Ya en 2004 el programa de investigación 'Siete días, siete noches', de Antena 3, destapó el fraude del fundador de TVL, un grupo de emisoras locales que ganaba millones emitiendo videncia sin interrupciones. Rodrigo del Campo fue detenido, pero años después su método volvió a colarse en la pequeña pantalla.

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El pasado mes de enero el Consejo Audiovisual de Andalucía llevó su reclamación a la Fiscalía Superior de Andalucía para que investigara posibles delitos de estafa e identificara de paso a los responsables editoriales de las frecuencias. También puso el caso en conocimiento de la Secretaría de Estado para las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información con el fin de que tomara más decisiones con respecto a este asunto.

Uno de los aspectos más peliagudos era la emisión de estos contenidos en horario de protección infantil, fuera de lo que estipula la ley (entre las 22:00 y las 7:00 h.). Huelga decir que algunos canales pequeños no cumplen con la normativa vigente y que exponen a los menores a un serio riesgo por los testimonios tan delicados que se pueden escuchar.

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Tal vez España sea todavía un país muy contagiado por la superstición. ¿Vosotros qué pensáis? ¿Deberían eliminar los programas de videntes? ¿O su continuidad está justificada por las cuotas? ¿Alguna vez habéis tenido la tentación de llamar a uno de ellos? ¡Opinad!