Estas fotos antiguas muestran la dureza de ser deshollinador

Las chimeneas usan la diferencia de presión que causa una columna caliente de gas para crear una corriente de aire y aspirar sobre las brasas o la madera permitiendo así una combustión continua. El problema es que durante su funcionamiento se acumula una capa de creosota u hollín que restringe el flujo y que, además, puede incendiarse. Por eso hay que limpiarlas por dentro.

Durante la era de la industrialización, entre los siglos XVIII y XIX, se empezaron a construir más edificios con chimeneas y estas cada vez eran cada vez más estrechas. Aunque ya antes había personas que se encargaban de limpiarlas, no fue hasta entonces cuando surgió el oficio de deshollinador.

Quizás el personaje que interpretaba Dick Van Dyke en la mítica ‘Mary Poppins’ de 1964 ha dulcificado este oficio, pero lo cierto es que era realmente duro. El hollín es una sustancia cancerígena, por lo que los que se dedicaban a limpiarlo se exponían a sufrir esta enfermedad. Además, a menudo se utilizaban niños, a los que llamaban aprendices de deshollinador, ya que los adultos no cabían a través de la chimenea.

Los deshollinadores fueron muy populares especialmente en los países anglosajones, aunque el oficio se extendió por todo el mundo. De hecho, aún existe, aunque ahora se emplean máquinas y sistemas modernos para limpiar las chimeneas y los trabajadores no corren los riesgos de hace años.

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