Boca: los cuestionamientos de Jorge Almirón a Pol Fernández por su rol como capitán

Jorge Almirón, enérgico, durante el partido de Boca ante Rosario Central, de visitante
Jorge Almirón, enérgico, durante el partido de Boca ante Rosario Central, de visitante - Créditos: @Juan Jose Garcia

En el mundo del fútbol (en el deporte en general) hay distintos tipos de capitanes, así como también se identifican diversas maneras de ser entrenador: pueden o no coincidir en la personalidad. Están los súper activos, los que exteriorizan sus conformidades o malestares moderadamente y los silenciosos. Los que están encima de cada jugada, exigiendo enérgicamente que las decisiones que se toman sean las correctas para que el equipo ande bien en el partido de turno (ante compañeros o árbitros), o los que toman cierta distancia y hablan bajo, casi sin querer ladrar ni exponer.

Las maneras de vivirlo, a veces, se contraponen. Han sucedido momentos de mucha tensión a raíz de que es el futbolista el que pega el grito hacia el banco de suplentes, producto del fuerte carácter, buscando una reacción desde afuera que espabile y potencie a los de adentro. En Boca, al menos por ahora, ya quedó claro que pasa todo lo contrario: en el empate (2-2) tan vibrante como caliente ante Rosario Central, Jorge Almirón terminó de “comunicarle” a Guillermo Fernández, el portador de la cinta Xeneize, que sus temperamentos van por carriles muy distanciados.

Pol Fernández, en la lucha en el mediocampo ante Central
Pol Fernández, en la lucha en el mediocampo ante Central - Créditos: @Juan Jose Garcia

Sorprendería que, en el corto plazo, el técnico (todavía considerado “nuevo” al mando del primer equipo) siga manteniendo a “Pol” como su primer representante en el campo de juego. A menos que, como se concluye, la elección del volante ofensivo esté a mano del grupo de jugadores. Un detalle no menor que proporciona, entonces, una preocupación gigante al posar la lupa en qué tipo de líder eligen los futbolistas de Boca : el dueño de la cinta se resume en el ejemplo y es sinónimo de palabra autorizada, de cabeza de grupo, de guía motivacional, de voz de mando interna, pero también de ser el primero con carácter, temperamento y respeto: los demás se encolumnan detrás de esa figura. Pol Fernández fue muy elogiado por Juan Román Riquelme (”Es el jugador más inteligente del fútbol argentino”) y también muy valorado desde lo futbolístico y táctico por Almirón , pero... ¿reúne las cualidades para ser el capitán?

¿Y si no es Pol, quién entonces? La pregunta básica es si el equipo hoy tiene referentes capaces de asumir ese rol. Leandro Gracián y Roberto Pompei, exayudantes del ciclo de Hugo Ibarra, hablaron públicamente (en diferentes medios) un día después de ser despedidos y recibieron aquel interrogante: cada uno dio un punto de vista llamativamente diferente, sumado a que la forma de contestar dejó más dudas que certezas. En F90, de ESPN, estuvo el Tano Gracián: “Este plantel tiene sus líderes, sí. Son ‘Pol’, Fabra… mmm… Figal… ehhh, Benedetto… Y hay futbolistas que son líderes desde el silencio... ehhh, que sí, los teníamos”, mientras que Tito Pompei estuvo en D Sports Radio y puso el foco en otros dos: “Los dos que tiene el plantel son Javi [García] y el Pulpo [González]. Son personas que las quisieras llevar a donde te toque dirigir”.

No sólo eso: Pompei habló unos días después en Equipo F y agrandó la lista: “Marcos [Rojo], que es un tipo de muchísima experiencia que, lamentablemente, por su grave lesión no sólo se nos fue de la cancha, sino también del predio. Pipa [Benedetto], un tipo que marca. Y tenés a Pol, un chico del club”. Casi que respondieron un “no sé” camuflado en un “sí” con ejemplos repartidos y forzados, como si les tomaran una lección oral sorpresa.

No deja de ser cierto que, en este inicio de ciclo, Pol Fernández es un jugador valorado por Almirón. El volante es una fija entre los once que está comenzando a elegir en sus primeros compromisos, ya que estuvo en el campo desde el comienzo de tres encuentros (San Lorenzo, Deportivo Pereira –de Colombia, por Copa Libertadores- y Rosario Central) y en el restante partido, ante Estudiantes, fue la elección del primer ingreso tras el tempranero desgarro de Juan Ramírez. Aquella noche, el dueño de la capitanía fue Sergio Romero, de principio a fin.

Pol Fernández le protesta a Ariel Penel en el partido que Boca igualó ante Central
Pol Fernández le protesta a Ariel Penel en el partido que Boca igualó ante Central - Créditos: @Captura TV

Sin embargo, ya es evidente que el DT no le ve al N° 8 el espíritu ni la personalidad para ponerse el equipo –y el grupo- al hombro para comandarlos. Ya ocurrieron dos situaciones en las cuales debió ponerse a los gritos para despertarlo y que activara sus responsabilidades como capitán. Antes del debut ante el Ciclón, cuentan, uno de los rápidos ítems que Almirón le indicó al plantel fue el de “reclamarle al juez” de forma más enfática y constante.

Claro, el que más debe asimilar esa orden, en este caso, es Fernández. Todo lo contrario a lo que siente el entrenador. Porque ya en el debut de esta etapa en el Nuevo Gasómetro, cuando Boca ya perdía en el 0-1 definitivo, las cámaras captaron cómo abrió los ojos, lo llamó a la distancia, lo señaló, giró su índice derecho por delante de su boca y abrió la misma mano, sin entender la pasividad que tenía su capitán en un clásico: “Pol, hablale vos al árbitro”, fue la lectura de labios. Un llamado de atención mínimo y casi disimulado, pero suficiente para que no volviera a suceder. Sin embargo, en Rosario explotó con el volante. Y no se guardó nada.

Cuando el duelo ante el Canalla empezaba a elevar temperatura, Óscar Romero recibió, en la misma jugada, dos toquecitos por parte de los rivales de los cuales escapó con gambetas, pero en la continuidad hubo un tercer contacto más fuerte: una patada de Ignacio Malcorra que era merecedora de amonestación. El paraguayo, fastidioso, se levantó enseguida con gritos y gestos exigiéndole a Ariel Penel la amonestación, acción que el juez evitó. ¿Qué hizo Pol? Apenas sintió el pitazo de la infracción cobrada, empezó a caminar de manera relajada rumbo al tiro libre, sin siquiera mirar al juez, ubicado a unos cinco metros.

La cámara exclusiva de “Fútbol 1″, de ESPN, captó cómo reaccionó Almirón, que –en primera instancia- intentó convencer a Penel con los propios gritos y gestos efusivos reclamando una tarjeta, pero rápidamente corrió la mirada hacia el medio campista para gritar su apodo unas cuantas veces y decirle lo mismo que en Bajo Flores, pero con un ímpetu y enojo más contundente: “¡Ey, Pol!”, se desesperó, casi a los saltos, mientras se tocaba su antebrazo izquierdo y con los dedos hacía el recorrido de la cinta reiteradas veces: “¡Tenés la cinta!”. Una manera de recordarle que es capitán, nada menos, de Boca. Resignado, puso los brazos en jarra y siguió con otras indicaciones.

El hincha tampoco está muy de acuerdo con que Fernández sea el dueño de la cinta y, en estas horas, se palpa la incredulidad que sienten al ver que un técnico le tiene que recordar a un jugador de Boca que tiene a cargo la capitanía. Por algo también fue tan abucheado y silbado en la Bombonera la vez que Ibarra lo sacó en el segundo tiempo de la marcada derrota ante Instituto (2-3).

Ellos esperan al que, evidentemente, es el mayor líder. Marcos Rojo cubre todos los casilleros para que los represente. Con algunos errores de exceso de temperamento en el combo, pero no daba lugar a la duda con respecto a que tenía el carácter necesario. Seguramente, Almirón también lo espera con los brazos abiertos para que recupere su lugar de referente, líder y capitán.

Chiquito Romero fue capitán de Boca en la derrota ante Estudiantes de La Plata.
Chiquito Romero fue capitán de Boca en la derrota ante Estudiantes de La Plata. - Créditos: @Walter Manuel Cortina

Le faltan algunas semanas para terminar con la recuperación de siete meses por la ruptura de ligamento cruzado (no llegaría al superclásico del 7 de mayo). Por lo pronto, dio tranquilidad de cara a la finalización de su contrato, que culmina a fin de año: “Seguro que sigo. Estoy muy contento y ya estoy hablando con Román [Riquelme]. El también quiere que siga”, le confió al canal del club.

Almirón debe seguir mejorando a Boca, pero el DT está preocupado porque no sólo ve falencias desde lo táctico y futbolístico en sus dirigidos, sino también falta de liderazgo durante los partidos. Un equipo que empieza a reaccionar ante la adversidad, pero que necesita, incluso, que a su capitán le recuerden que tiene puesta la cinta para liderarlos en el día a día, en el vestuario y en la cancha.