¿Asociarse o contratar? La clave para un buen equipo

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Uno de los problemas más comunes en los primeros pasos de un emprendedor es que muchas veces termina asociándose con personas que, al final de cuentas, pudo haber contratado.

Si bien es una recomendación vital para un buen emprendimiento el tener un excelente equipo detrás de la idea, esto es tema para otra entrada. Hoy nos concentraremos en la capacidad de discernir entre asociarse con alguien o contratarlo externamente a la idea de negocios. Primero que todo, debemos fijarnos en si su función es puntual o perpetua a lo largo del modelo de negocios. Por ejemplo, si mi emprendimiento es una pastelería con servicio de entrega a domicilio de pasteles de cumpleaños personalizados, probablemente requiera de un canal de contacto, en este caso hipotético, de una página web. Al parecer es vital para mi emprendimiento el tenerla, por lo cual necesito a una persona que diseñe la página, compre un dominio y la suba a la web. Si busco a alguien y no tengo dinero, probablemente le ofrezca un porcentaje de dinero obtenido una vez que mi idea empiece a funcionar, es decir, sería cofundador. El problema es que una vez que haya realizado su trabajo, su función se reduce muchísimo, incluso tan sola a la administración de la página, cuando cualquiera podría hacerlo una vez que esté en la web, o podemos pagarle a un community manager una cantidad menor por hacerlo. Nuestro programador estaría recibiendo una jugosa cantidad de dinero de nuestra pastelería por no hacer prácticamente nada. Por esta razón, dependiendo del emprendimiento, muchas veces es mejor contratar que asociar, incluso cuando tengamos muy poco dinero pues, a largo plazo, lo agradeceremos.

Si contamos con poco dinero podemos decirle incluso que le pagaremos a plazo, que solo necesitamos un beta o prototipo del producto o, en el peor de los casos, pedir un préstamo para pagar su servicio (en una próxima entrada hablaremos de cómo conseguir dinero para el emprendimiento a través de “las tres F”), pero asociarnos con él nos limitará profundamente a futuro, pues podría haber diferencias en cómo dirigir el emprendimiento. Si es cofundador, también tendría decisión política y gerencial en la idea que llevaremos a cabo.

Un segundo caso donde es mejor contratar que asociar es cuando intuimos que el otro miembro no podría conformar un buen equipo, tanto porque no es capaz o porque no tiene el mismo entusiasmo. No hay nada más dañino para un equipo de trabajo el que uno o más de sus miembros falte a las reuniones, no se preocupe de los demás o simplemente no tenga la energía y entusiasmo necesarios para llevara adelante los primeros pasos del emprendimiento. Hay muchísimos casos de grandes ideas que no pudieron llevarse a cabo porque uno o más miembros del equipo no sintonizaron en armonía con otros participantes. Incluso nosotros mismos podemos perder el ánimo en la idea si vemos que nuestro compañero convierte cada reunión en una excusa para beber alcohol y participar de un “club de amigos”.

Si no es un buen miembro para el equipo, y si su función no es vital pero recurrente, podemos contratarlo y pagarle cada vez que se requiera de su trabajo, así como un freelancer, sin que esto ponga en riesgo el emprendimiento.  A largo plazo se verá que esta fue la mejor decisión.

Ahora que ya sabemos algunos casos donde es mejor contratar que asociar, podemos dar más seguros los primeros pasos en el apasionante camino del emprendimiento. Prontamente habrá una entrada en el blog en torno a cómo hacer un equipo ideal para llevar a cabo una idea de negocios, así como de dónde levantar los primeros fondos de ingresos para echar adelante el prototipo de idea. ¡Manténganse atentos!

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