La sintonía de los polos opuestos: música fusión

Dice la sabiduría popular que los polos opuestos terminan conectando. ¿Pasa eso también en la música, donde los géneros suelen funcionar como cajas independientes? La fusión musical, en pleno auge, es el mejor ejemplo de que sí. Esta es una historia de ritmos urbanos hermanados con violines y de sonidos de motor colándose en temas pop, ¿te suena?

Dice la sabiduría popular que los polos opuestos terminan conectando. ¿Pasa eso también en la música, donde los géneros suelen funcionar como cajas independientes? La fusión musical, en pleno auge, es el mejor ejemplo de que sí. Esta es una historia de ritmos urbanos hermanados con violines y de sonidos de motor colándose en temas pop, ¿te suena?



¿Eres de rock o de pop? ¿De los Rolling Stones o de los Beatles? ¿De Blur o de Oasis? La música, a veces, parece estar encorsetada en estanterías inamovibles a las que llamamos géneros. Pero hay vida más allá del orden tradicional. Hay una estantería sin baldas en la que los instrumentos se mezclan, los compases se entrelazan y las voces juguetean con ritmos dispares. Es el rincón de la música fusión. Convertida en un nuevo género, la música fusión es el paraguas bajo el que se cobijan las melodías más alternativas. Donde se da rienda suelta a la imaginación musical más desprejuiciada. Y donde las nuevas generaciones de hombres y mujeres están desempeñando un papel esencial.



Igual que la nueva fragancia Solo Loewe combina notas opuestas en un perfume con personalidad y fuerza, los artistas españoles que están copando titulares en torno al concepto de música fusión hacen lo propio. Mezclan ritmos y composiciones como maestros de la innovación y la ruptura con lo establecido. Y dan así un aire nuevo a la música, impregnando el ambiente con su aroma a vanguardia y éxito. 

Definir la música fusión es complejo: es la unión de elementos dispares, el encaje perfecto de los polos opuestos. Es la propuesta que, cuando roza nuestro oído, nos sorprende y conquista al mismo tiempo. La que hace que, cuando vamos por la calle escuchando una lista aleatoria, nos paremos en seco. ¿Pero quién canta esto?, te preguntas. Y, entonces, descubres artistas y nuevos subgéneros como estos.

Trap: ritmos urbanos por descubrir


El trap es el último género en llegar a la escena musical para dejarla atónita. ¿Es rap? ¿Es reggaeton? ¿Es electrónica? Es un poco de todo eso, pero pasado por un filtro millenial, una reivindicación de la estética de los años 2000 y un toque trash.

Con mucho recorrido por hacer, este subgénero es la eclosión, en resumen, de todos los factores de la música urbana. En España su tirón y encaje en la sociedad está siendo fortísimo, con artistas como C. Tangana como punta de lanza

Sus temas Llorando en la limo, Bien duro o Antes de morirme (en el que colabora con Rosalía) lo han encumbrado como rey del trap español, pero no está solo en el equipo. Le acompañan otros cabezas de lista (de reproducción) como Kaydy Cain, Dellafuente o Yung Beef. El trap, a juzgar por la proyección de sus artistas, no es flor de un día.

Flamenco pop: la tierra de Rosalía



Sí, lo sabemos: encasillar a Rosalía es un imposible. Pero, si hay un género en el que puede encajar mejor, ese es el flamenco pop, la perfecta unión de un clásico español con la música más popular. Rosalía ha logrado mezclar en un mismo disco —discazo, mejor dicho— los palos del flamenco con estribillos pop. Y hasta con el rugido de una moto arrancando.

El caso de Rosalía es especialmente paradigmático si hablamos de fusión musical, algo que ella ha llevado con maestría también a la estética. Si siempre pensaste que el flamenco iba asociado a los trajes de faralaes, nada como ver los vídeos de Rosalía para desengañarte. ¡Tra, tra!

En el mundo que ha generado Rosalía a su alrededor hay otro nombre a tener en cuenta: Raül Refree, el productor de su disco ‘El mal querer’ y responsable de muchos de los arreglos que hacen de este volumen uno de los más aplaudidos de los últimos años.

Rap: cuando la poesía se pone urbana


La música fusión es como un (buen) virus que se expande por todos los géneros. Y llega también al rap, la música urbana y reivindicativa por excelencia, que se atreve a mezclar e innovar. 

Ya lo demostró Kase.O en 2011 cuando lanzó su disco ‘Kase O. Jazz Magnetism’, en el que revisó sus grandes éxitos a golpe de saxofón, guitarra y batería. Ese volumen es uno de los más aplaudidos del rapero, que puso en evidencia así que el rap y la fusión de géneros son buenos amigos.

El también artista del rap Nach es otro ejemplo de cómo el estilo callejero se puede unir a la cultura más elevada. Él, con un público tan amplio como su discografía y una personalidad desbordante, no solo reivindica con sus letras, también recuerda la poesía de los clásicos (como hizo con su tema Hoy converso con Miguel, en honor a Miguel Hernández) y da forma a poemas tan sugerentes como el que acompaña al spot de Solo Loewe.


El spot, protagonizado por el actor Pedro Pascal, respira, igual que la fragancia, una fuerte personalidad y un punto casi irónico. Porque encaja a la perfección la figura del reconocido actor y las composiciones de Nach. 


Y porque la música fusión y el perfume Solo Loewe ejemplifican, precisamente, la unión de opuestos, el equilibrio que aporta serenidad y que tan bien define al hombre del siglo XXI.