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¿Qué es el acantilado de cristal?

El término “acantilado de cristal” explica que las mujeres tienen más opciones de llegar a posiciones de responsabilidad en situaciones de crisis. Sin embargo, esto también las expone a un mayor riesgo de fracaso posterior
¿Qué es el acantilado de cristal?
Fuente: Michal Osmenda (Wikimedia Commons)

El acantilado de cristal o precipicio de cristal es un fenómeno que explica que las mujeres tienen más posibilidades de llegar a puestos de poder y dirección cuando existe una situación política o económica desfavorable. Por ello, las mujeres que han superado el techo de cristal, es decir, la barrera invisible que las mantiene fuera de esas posiciones, también se exponen a un mayor riesgo al fracaso o, metafóricamente, a caer por el precipicio.

Michelle K. Ryan y Alexander Haslam, investigadores en psicología organizacional de la Universidad de Exeter, en el Reino Unido, plantearon el término original glass cliff en 2004. Ese año publicaron un estudio en el British Journal of Management sobre el desempeño de las empresas incluidas en el índice de la bolsa de valores del Financial Times (FTSE 100) antes y después del nombramiento de sus juntas directivas en 2003. El resultado mostró que las empresas que ascendieron a mujeres a puestos de responsabilidad habían experimentado una caída en el precio de sus acciones en los cinco meses anteriores. Aunque el término original se refiere a las mujeres del mundo empresarial o político, se han publicado otros estudios sobre cómo el acantilado de cristal se extiende a las minorías racializadas o al deporte, entre otros ámbitos.

Estereotipos y sexismo que empujan al precipicio

Desde la publicación de Ryan y Haslam se han formulado tres teorías que explican por qué se llega al acantilado de cristal. La primera está relacionada con los estereotipos de género. A las mujeres se les asocia con rasgos sociales y de cuidado, como la empatía, la intuición o una menor tendencia a la corrupción, atributos clave en un líder para un momento de crisis.

La segunda teoría se centra en el sexismo de las empresas. Las mujeres carecen de las mismas oportunidades de promoción que sus compañeros hombres. Ante la propuesta de un ascenso, es más probable que acepten aunque conlleve un gran riesgo, ya que la oportunidad podría no repetirse. Entretanto, los hombres tienen más facilidades para dar un paso atrás ante una situación difícil y retomar su carrera cuando se haya solventado. Por último, está la identidad social de la empresa. El ascenso de una mujer o alguien de una minoría muestra que la empresa está tomando un rumbo diferente y se esfuerza para salir adelante. No obstante, ante un fracaso anunciado también expone a las mujeres y protege a los hombres.

El acantilado de cristal, de Thatcher a Arrimadas

Un ejemplo claro del acantilado de cristal fue la ex primera ministra británica Margaret Thatcher. En 1970, el entonces premier Edward Heath la nombró ministra de Educación y Ciencia en medio de un clima de revueltas estudiantiles, y después lideró la oposición conservadora durante el liderazgo laborista. Thatcher finalmente llegó al poder en 1979, cuando el Reino Unido atravesaba una alta tasa de desempleo y una recesión que marcarían sus primeros años de mandato.

También ha habido casos que involucran política y empresas. Por ejemplo, con el impacto de la crisis financiera mundial, Johanna Sigurdardottir fue nombrada presidenta de Islandia, y las empresarias Halla Tomasdottir y Kristin Petursdottir crearon un fondo de inversión para impulsar la economía del país mediante tecnologías verdes. En el ámbito tecnológico, Marissa Mayer abandonó su carrera en Google para convertirse en CEO de Yahoo en 2012, cuando la empresa enfrentaba grandes pérdidas.

Más reciente es el caso de Theresa May. Tras el referéndum del brexit en 2016, el líder conservador David Cameron renunció y dejó a la entonces ministra de Interior como primera ministra británica. May estuvo en el cargo durante tres años, liderando la salida del Reino Unido de la Unión Europea, pero perdió el apoyo de los votantes y de su partido hasta que dimitió en 2019. Ese mismo año, en España, la diputada Inés Arrimadas también fue en parte empujada al acantilado de cristal cuando asumió la presidencia de Ciudadanos después de que el partido cayera hasta los diez escaños en el Congreso.


Por su parte, a raíz de la pandemia de la covid-19, Sophie Wilmès se convirtió en la primera mujer primera ministra de Bélgica, tras veinte años de carrera política. También en plena pandemia, la banquera escocesa Jane Fraser se hizo con la dirección de Citigroup en 2021, siendo la primera mujer directora de uno de los mayores bancos de Wall Street. Su ascenso coincidió con un período de bajos ingresos de la entidad.

Sara Delgado

Madrid, 1999. Doble grado en Relaciones Internacionales y Periodismo. Interesada en temas sociales, derechos humanos y estudios de género.