Las bases armónicas (o karaoke) pueden aportar, si son bien utilizadas, importantes dosis de motivación, concentración y diversión en la clase de Lenguaje Musical. En el caso de los ejercicios de entonación, las bases armónicas son un estupendo colofón para el trabajo previo realizado con el ejercicio. En este sentido, es importante aclarar que una base armónica no sustituye un trabajo riguroso de preparación del ejercicio con los alumnos, en el que sean los propios alumnos (guiados por el profesor) los que resuelvan el ejercicio.
Expondremos el sistema de trabajo a seguir tomando como referencia un ejercicio de entonación de El Lenguaje de la Música, 3º de EEPP, de Ana María Navarrete Porta y Manuel Moreno Buendía (Unidad 1, p.9).
Preparación de un ejercicio de entonación
Tras calentar y entonar un par de escalas y arpegios en Re mayor, preparamos el ejercicio pidiendo a los alumnos que entonen células melódicas que, partiendo de estructuras conocidas (escalas, arpegios), se asemejen cada vez más a las células que encontraremos a lo largo del ejercicio. Personalmente, prefiero no utilizar notación en esta fase, sino decirle de palabra al alumno las notas que quiero que entone. De este modo, si el alumno falla, le propongo una célula más sencilla que le facilite entonar la que le pedí inicialmente, y así voy adaptando la dificultad de las células al nivel del alumnado.
Al trabajar estas células perseguimos dos objetivos: 1) que los alumnos vayan formándose una imagen sonora del ejercicio (para ello podemos realizar varias «vueltas») y 2) que el alumno tome conciencia de la estructura melódica y formal del ejercicio (modulaciones, recapitulación, etc.).
A continuación, pedimos a los alumnos que formen grupos y «monten» ellos solos el ejercicio (cada grupo por separado). Finalmente, mostrarán el resultado de su trabajo entonando el ejercicio a cappella y en karaoke con la base armónica. Estas últimas fases se pueden desarrollar en modo desafío.
El oído musical 