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Según un reciente estudio publicado en Proceeding of the National Academy of Sciences de Estados Unidos, todos hemos nacido con un conocimiento básico del lenguaje.

Si bien las lenguas humanas difieren unas de otras de las más variadas formas, ciertos aspectos parecen ser compartidos por todas. Estos rasgos pueden ser el producto de principios lingüísticos que están activos en todos los cerebros humanos. Naturalmente, esto plantea la cuestión de si los niños ya nacen con el conocimiento de cómo pueden sonar las palabras de una lengua.

¿Los niños tienden a distinguir mejor las series de sonidos que parecen palabras?

Los resultados del mencionado estudio sugieren que los patrones de sonido de las lenguas humanas son producto de un instinto biológico innato. 

Se ha observado científicamente a partir de qué edad los bebés perciben diferentes tipos de palabras, usando espectrografías mediante infrarrojos, una técnica que permite conocer los cambios en la oxigenación de la corteza cerebral, viendo así las reacciones del cerebro de bebés al oír sonidos que son buenos o malos candidatos para formar parte de palabras. Los investigadores observaron que los pequeños reaccionan de manera diferente ante sonidos que son propios para palabras que a los que no lo son. Los recién nacidos todavía no aprendieron ninguna palabra, ni siquiera balbucean, pero ya comparten con los adultos el conocimiento de cómo deberían sonar las palabras.

Este descubrimiento muestra que ya venimos al mundo con el equipo básico del lenguaje, el conocimiento elemental de cómo suenan al oído los patrones de las lenguas humanas. Es difícil imaginarse cómo podrían ser de diferentes las lenguas si los humanos no compartieran este tipo de conocimiento. Afortunadamente lo hacemos, lo que significa que nuestros bebés llegan al mundo ya sabiendo reconocer los patrones lingüísticos de las lenguas humanas, no importa cuál venga a ser después su lengua materna.

2 respuestas a “El lenguaje innato”

  1. Es que llevamos 9 meses escuchando palabras desde el interior de nuestra madre. Hay un estudio con recien nacidos que demuestra el reconocimiento de la lengua materna: medían las constantes vitales del recién nacido a medida que se le decían palabras en diversos idiomas. La respiración, los latidos, etc… se alteraban sólo con aquellas pronunciadas en su lengua materna. Fascinante, ¿no? 🙂

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    1. Absolutamente, Andrea!! Muchas gracias por tu comentario!!

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