Adoctrinando al empresariado

Los resultados de una reciente encuesta de opinión indican que la ciudadanía considera a Perú Libre y Fuerza Popular como sus primeras opciones en el próximo proceso presidencial del 2026. A ellos habría que añadir los indecisos, el voto en blanco, el nulo y el viciado, que en conjunto registran inclusive mayor. Asimismo, la muestra señalaba que la inmensa mayoría de electores pide el adelanto de elecciones y mantiene su rechazo a la presidente constitucional Dina Boluarte.

A partir de esos resultados, en una convención empresarial los organizadores presentaron un panel integrado por dirigentes de los más representativos partidos políticos del país. Ubicado a la extrema derecha colocaron a Miguel Torres de Fuerza Popular, en la actualidad, este partido constituye la primera mayoría en el Congreso de la República; en el centro a Mesías Guevara de Acción Popular, también con representación en el Poder Legislativo, aunque la mayoría de ellos hayan sido identificados como “niños”; y en el centro de la mesa, flanqueado por dos representantes de los conductores del evento, se encontraba Pedro Cateriano para anunciar que había conformado un nuevo partido, Libertad Popular, con la finalidad de superar todos los entuertos en el que se ha visto envuelta nuestra tan venida a menos clase política.

Por supuesto, omitieron informar si Libertad Popular tenía algún respaldo en la encuesta, sondeo, muestreo telefónico u otro mecanismo que haya sido utilizado para justificar su presencia en dicho escenario. Los organizadores de la convención trataron de adocenar al casi millar de ejecutivos de diferentes empresas, transmitiendo la idea de que acá tenemos una opción electoral de cambio en democracia.

Más de un investigador de la política ha señalado que en el Perú hubo dos partidos: el Partido Civil de fines del siglo XIX y comienzos del XX; y el APRA, fundado en 1924. Los demás han sido grupos liderados por caudillos que representan a facciones que empleaban el mecanismo del sufragio electoral para arribar al poder; pero no lograron enraizar en la mente de su militancia la importancia de la democracia como sistema de gobierno.

A los partidos esto último les será cada vez más difícil porque los peruanos priorizan la individualidad. El razonamiento es que si el Estado no soluciona nuestros problemas, entonces cada uno debe hacerlo. Por eso, comparativamente con otros países, tenemos un mayor número de emprendedores.

La otra opción es el caudillo, la individualidad en quien delegan su representatividad. El fortalecimiento de la individualidad en la escena política se va a profundizar con la mayor presencia de la inteligencia artificial, las actividades manuales serán reemplazadas. En consecuencia, el futuro será demostrar que la “máquina” es una ayuda, pero el criterio y el sentido común de las personas deben primar.

Pedro Cateriano y su entorno están en el poder desde el 2001 con Alejandro Toledo, hoy detenido en la Diroes; fue su viceministro de Justicia cuando el titular era Fernando Olivera. Ministro de Defensa con Ollanta Humala, cuando Nadine Heredia le daba “luz verde” para las compras de ese sector. Posteriormente fue presidente del Consejo de Ministros (2015-2016), también con Humala; y presidente del Consejo de Ministros con Martín Vizcarra (2020). Organizaciones políticas a las que ha pertenecido: Movimiento Libertad, liderado por Mario Vargas Llosa (1990), Partido Nacionalista de Ollanta Humana, Todos por el Perú y, ahora, Libertad Popular.

Todo indica que los organizadores ya tienen una propuesta política para el 2026: “Vamos con Cateriano para no cambiar”.