Para empezar, la palabra ‘’ágora’’ procede del griego ἀγορά, que significa ‘asamblea del pueblo’ (Pabón, 1967: 5). Este término designa el espacio público más importante de la ciudad. Su significado incluye tanto a la asamblea, como al mismo lugar donde se reúne: la plaza. (Greco, 2006: 327 y 328). Se trata del corazón de la ciudad griega y constituye el escenario donde se desenvuelve cotidianamente la vida política, administrativa, religiosa y económica (Dickenson, 2013: 85); es además el centro neurálgico de la polis (Wycherley, 1969: 55).

Junto con los espacios religiosos, el agora representa uno de los centros principales en torno a los que se reunirá la población, donde se empezará a crear una verdadera conciencia de ciudadano (Cerchiai, Jannelli y Longo, 2004: 13) y donde se manifestará la identidad de la comunidad (Longo, 2012: 329).

Para su construcción, solo se requería un gran espacio abierto. Era importante garantizar el suministro de agua y que poseyera un buen drenaje. Así, el espacio abierto se empleaba para diversos fines. Podían llevarse a cabo asambleas mediante la inclusión de tribunas para los oradores y de asientos para las clases altas. También este espacio podía albergar reuniones religiosas, para lo que se requería un desnivel donde situar graderíos. (Wycherley, 1969: 55 y 56). De esta manera, la morfología del agora viene determinada por las funciones que se desempeñan en ella. Representa a su vez un elemento homogeneizador que ‘’dota de unidad a un grupo de edificios’’ (Zarzalejos 2010: 140).

La ampliación del ágora resulta una tarea difícil puesto que se encuentra incrustada en el medio de la ciudad (Wycherley, 1969: 57). En este sentido, la monumentalización de las diversas agorai es un hecho que se produce lentamente y en una época más tardía. Así, el agora albergará distintos edificios: templos, santuarios, el prytaneion, el bouleuterion, el ekklesiasterion, heroa, stoai y mercados. (Zarzalejos 2010: 140). Pero también se situarán estatuas honoríficas, como se comprueba en Kamarina (Cerchiai, 2004: 233) o en Akragas, fenómeno que en ciertos casos dará lugar a un ingente desorden (Dickenson, 2013: 86).

Por último, en época clásica el agora se concibe como un lugar de reunión y de deliberación, reservado al ejercicio de los derechos políticos del ciudadano, entendido como un espacio colectivo e individual. Este concepto del agora cambiará en época helenística, también en Magna Grecia y Sicilia, donde gradualmente se pasará a una plaza adaptada a las necesidades comerciales, dando lugar a una diferenciación entre un agora civil y un agora comercial (Michelini, 1997: 1143 y 1145).

 Por: Alberto González García-Saavedra

BIBLIOGRAFÍA

• CERCHIAI, L., JANELLI, L. y LONGO, F., (2004). The Greek cities of Magna Graecia and Sicily. Los Ángeles: ed. Getty Publications.
• DICKENSON, C. (2013). ‘’Looking at ancient public space. The Greek agora in Hellenistic and Roman times’’. En Vrowen, nº 138. Groningen: Stichting Groniek.
• GRECO, E. (2006). ‘’Agora e Zeus Agoraios’’. En MORANDI BONACOSSI, D., ROVA, E., VERONESE, F. y ZANOVELLO, P. Tra Oriente e Occidente. Padova: ed. SARGON.
• LONGO, F. (2012). ‘’Agorai di Magna Grecia’’. En AMPOLO, C. Agora greca e agorai di Sicilia. Pisa: Edizioni della Normale.
• MICHELINI, C. (1997). ‘’Le agorai di ambiente coloniale e il caso di Segesta’’. En NENCI, G. et al. (eds.). Seconde Giornate internazionali di Studi sull’Area Elima. Vol III. Pisa: Gibellina.
• PABÓN, J. M. (1967). Diccionario Manual Griego. Griego clásico-Español. Madrid: Vox.
• WYCHERLEY, R. E. (1969). How the greeks built cities. New York: Anchor Books.
• ZARZALEJOS PRIETO, M. (2010). ‘’La arquitectura civil de la polis’’. En ZARZALEJOS PRIETO, M., GUIRAL PELEGRÍN, C., SAN NICOLÁS PEDRAZ, M. P. Historia de la cultura material del mundo clásico. Madrid: UNED.

Imagen de portada: Grabado del agora de Atenas con la acropolis al fondo. Fuente: http://3.bp.blogspot.com/-fsaw7chzmWI/Tuc9U-IKvdI/AAAAAAAAP18/EYhoAyo1ycw/s1600/AgoraAthensTrans.jpg