Venezuela

Vivir con el Monstruo del Guaire en un calabozo

Su nombre es Alexander Ramírez. Hace año y medio lanzó a sus dos hijastros a las aguas del río Guaire. Mientras espera su cupo a la cárcel de El Dorado, comparte calabozo con seis exfuncionarios policiales. Ellos ni lo determinan por lo que hizo. Pasa horas leyendo y del delito que cometió habla poco. A veces padece de insomnio, quizá la culpa no deja dormir. Cuando lo trasladen, sabe que pagará su crimen con sangre

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TEXTO: NATALIA MATAMOROS | FOTOGRAFÍA DE PORTADA: DAGNE COBO BUSCHBECK

Mientras las goteras del techo caen sobre un pipote colocado en la esquina de uno de los calabozos de Polichacao, Alexander Ramírez pasa horas sentado en un rincón hojeando el libro El caballero de la armadura oxidada. Aunque permanece callado y sumergido en la lectura, él no es un preso común, su hoja de vida está teñida por un delito abominable que lo mantiene tras los barrotes. Bien aislado. En un arrebato de ira hace un año y seis meses lanzó a sus dos hijastros a las aguas turbias del principal río que atraviesa el valle de Caracas. A partir de ese momento se ganó el mote de “El Monstruo del Guaire”.

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