Los medios y los días

Facultad de Comunicación: 20 años de alarma

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06 nov 2023 / 04:00 h - Actualizado: 06 nov 2023 / 04:00 h.
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  • Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla.
    Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla.

La Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla nació en 1989 con sede en la que fuera amplia casa del pintor Gonzalo Bilbao, en la Puerta Osario. Allí no se cabía y nos levantaron un edificio nuevo en La Cartuja al que nos mudamos en 2003. Ahora hemos celebrado los 20 años de aquel traslado. Estoy en ese centro desde que se inauguró, primero como estudiante de doctorado y desde 1991 como profesor. La Universidad de Sevilla es mi alma mater y en especial sus estudios de Comunicación que han completado mi ejercicio profesional en el periodismo, desarrollado entre 1974 y 1991. Entre 1989 y 1991 estudié el doctorado en Comunicación y ejercí el periodismo al mismo tiempo.

No puedo celebrar con el júbilo que me gustaría tantos años de ejercicio profesional del periodismo y de docencia en esta profesión tan indispensable y, tal vez por eso, tan castigada, paradójicamente. Eso es otro tema que llevo analizando en libros y artículos toda mi vida profesional. Y por desgracia he de seguir en la brecha ya como el último de Filipinas, como el viejo profesor y el viejo periodista, el más viejo que pisa las aulas del centro, a dos años de mi jubilación, de que me tiren a la papelera de la historia. Pero, como Quevedo: “No he de callar por más que con el dedo,/ ya tocando la boca o ya la frente,/ silencio avises o amenaces miedo./

Y no voy a callar por un motivo muy simple que resumiré en pocas palabras: en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla no se enseña Periodismo como lo exigen los tiempos, el conocimiento universitario y el mercado de trabajo. Ni en 1989 y menos en 2023. Si lo desean, y aunque más o menos lo saben, que tomen buena nota de lo que acabo de decir desde mis colegas profesores y periodistas hasta el rector, pasando por los directores de departamento específicos de Comunicación (sólo tres en la Facultad, de los casi veinte que tienen docencia en sus instalaciones), los alumnos, Asociación de la Prensa, Colegio de Periodistas y ciudadanos en general.

Los alumnos conocen muy bien el tema y lo han denunciado. Los veteranos profesores periodistas también, pero se han ido jubilando y/o muriendo. Yo estoy aquí, por el momento, y como soy funcionario público que creo en lo público, aunque no vaya por ahí con una camiseta verde dando gritos, tengo la obligación de denunciarlo para cumplir con mi obligación de funcionario público. Y seguiré haciéndolo mientras pueda y me dejen, si no me dejan se lo diré a ustedes también.

Para no marearlos con datos y cifras les voy a ofrecer dos pruebas muy evidentes: primera prueba, en Primero del Grado en Periodismo, ojo, del Grado en Periodismo, sólo una asignatura de formación básica -se supone que en Periodismo- la impartimos desde uno de los dos departamentos de Periodismo que tienen su sede en la Facultad. Segunda prueba, hasta tercero del Grado los alumnos no se sumergen a fondo en algo tan fundamental como es la Redacción Periodística y encima lo hacen en clases masificadas. ¿Cómo enseñar así Redacción Periodística? Les recuerdo que un Grado son cuatro años de estudio y podrían ser menos aún, algunos centros apuestan por tres, a diferencia de las antiguas licenciaturas que eran de cinco años.

Por supuesto, tenemos un déficit total de materias que relacionen el Periodismo con el momento actual en el que está entrando la profesión, si pensamos en el mundo digital en general y en la Inteligencia Artificial en particular. Asimismo, la carencia de formación cultural y académica en materias como el contexto de medios de comunicación, la historia en general y la historia de la profesión periodística en particular, son bien patentes.

Ahora pensemos. Me pongo en la piel de un joven de 17 o 18 años que lea entre los títulos a elegir “Grado en Periodismo”, que quiera ser periodista -que no es una profesión sólo para escribir en un medio- y decida estudiar eso, Periodismo. Los padres lo apoyan, tal vez venga desde fuera de Sevilla y deba buscar vivienda. Y se encuentra con una carrera en la que de cuatro años sólo recibe enseñanzas de periodismo en dos y en condiciones deficitarias, mientras que en los otros dos años le hablan de materias muy interesantes -no lo niego- a costa de dejar fuera asignaturas y formas de enseñar específicas de Periodismo, la preferencia elegida. ¿Qué podemos esperar de ese alumno? No todo, pero sí un considerable grado no de Periodismo precisamente sino de desengaño y hasta de hastío.

El curso pasado se nos anunció un cambio de planes de estudios. Ahora me informan de que no es exactamente así, de que se darán retoques al actual. Veremos lo que ocurre, de todas formas, yo no puedo celebrar los 20 años del traslado desde la Puerta Osario hasta La Cartuja como se ha hecho oficialmente. Al final ha sido -o puede ser- un cambiarlo todo para que todo siga sustancialmente igual. Podría aplicarme aquello de “para lo que me queda en el convento, me meo dentro”, hoy lo que se lleva es el silencio para salir en la foto. No, a pesar de todo, están siendo los años más constructivos y apasionantes de mi vida. Y no me son indiferentes, por tanto.

Ojalá este artículo sea el último sobre el problema porque empecemos a arreglarlo seriamente. De lo contrario, ahí voy a seguir, como una mosca cojonera, reivindicando la enseñanza del periodismo por periodistas, sobre todo por periodistas académicos, formados. Estamos hablando de emplear bien el dinero público y de que la universidad pública no se convierta con los años en un equipo de segunda o tercera división.