¿Qué sucedió el 25 de septiembre en la Tierra Media de J.R.R. Tolkien? Podéis leerlo y descubrirlo a continuación.

Proseguimos con la sección ‘Hoy en la Tierra Media’ con un día en el que tres viajeros llegaron a las tierras de un amable granjero, quien unas horas antes había recibido la visita de uno de los siervos más mortales del Enemigo. Tras disfrutar de la hospitalidad del granjero, los viajeros reanudaron su marcha, y por la noche llegaron a su destino, donde se desenmascaró una conspiración. Queremos recordar que todas las fechas de esta sección se corresponden únicamente con el Calendario de la Comarca o con otros calendarios de la Tierra Media (como el Cómputo del Rey o el Cómputo de los Senescales) y no con el calendario gregoriano (ver nota), y que todas proceden de ‘El Hobbit‘, ‘El Señor de los Anillos‘ (incluidos los Apéndices), los ‘Cuentos inconclusos‘ y los Manuscritos Marquette de J.R.R. Tolkien, y de libros de estudiosos tolkiendili como el ‘Atlas de la Tierra Media‘ de Karen Wynn Fonstad, ‘El Señor de los Anillos: Guía de lectura‘ de Wayne G. Hammond y Christina Scull, y ‘The History of The Hobbit‘ de John D. Rateliff.

Unos eventos que nos gusta acompañar con extractos de los libros de Tolkien y con ilustraciones y dibujos de distintos artistas, aunque no en todos los casos encontramos imágenes que representen los momentos de los que hablamos o que sean completamente fieles a las descripciones del Profesor.

Esto fue lo que pasó en la Tierra Media el 25 de septiembre, o el 25 de Halimath según el Calendario de la Comarca.

 

Año 3018 de la Tercera Edad del Sol:

* Uno de los Jinetes Negros visita al granjero Maggot por la mañana y le pregunta por «Bolsón».

* Frodo, Sam y Pippin llegan a la granja de Maggot a la caída de la tarde.

* Tras cenar, Maggot lleva a Frodo, Sam y Pippin a la Balsadera de Gamboburgo, donde se encuentran con Merry.

* Al llegar al otro lado del Brandivino, los hobbits ven a uno de los Nazgûl en la otra orilla.

* Ya por la noche llegan a Cricava donde les esperaba Fredegar Bolger.

* Merry, Pippin, Fredegar y Sam le revelan a Frodo que Sam les había hablado de sus planes de dejar la Comarca y se ofrecen a acompañarlo en su viaje.

 

(Pinchad en las imágenes para verlas a mayor resolución)

El Jinete Negro visita al granjero Maggot, según Andy Smith

(El Jinete Negro visita al granjero Maggot, por el artista australiano Andy Smith)

“—Bien —dijo el granjero, paladeando la lentitud con que llegaba el asunto—. Vino cabalgando en un caballo negro y enorme, cruzó el portón, que estaba abierto, y llegó hasta mi puerta. Todo negro, él también, y envuelto en una capa y encapuchado como si no quisiera que lo reconociesen. Pensé para mis adentros: «¿Qué querrá en la Comarca?». No vemos mucha Gente Grande de este lado de la frontera, y de todos modos nunca oí hablar de algo parecido a este individuo negro.

‘«Buen día —le dije acercándome—. Este sendero no lleva a ninguna parte, y vaya a donde vaya lo más corto será que vuelva en seguida al camino.» No me gustaba su aspecto, y cuando Garra acudió, lo husmeó y soltó un aullido como si lo hubiesen atravesado con una aguja. Se escapó con la cola entre las patas, lloriqueando. El sujeto negro no se inmutó.

‘«Vengo de más allá —dijo lentamente, muy tieso, señalando hacia el oeste, sobre mis campos—. ¿Ha visto a Bolsón?», me preguntó con una voz rara, inclinándose hacia mí. No pude verle la cara, oculta bajo el capuchón, y sentí que una especie de escalofrío me corría por la espalda. Pero no entendía cómo había atravesado mis tierras con tanta audacia, a caballo.”

(El Señor de los Anillos. La Comunidad del Anillo‘. Libro Primero, capítulo 4: Un atajo hacia los hongos).

 

Los hobbits llegan a la granja de Maggot, según Tim Kirk

(Los hobbits llegan a la granja de Maggot, por el artista estadounidense Tim Kirk)

«Pippin rió diciendo: —Bien, es tiempo de saldar cuentas. Especialmente si vas a vivir de nuevo en Los Gamos. El viejo Maggot es realmente un buen tipo, si dejas sus setas en paz. Sigamos la senda y no podrán decir que somos intrusos. Si lo encontramos, yo le hablaré. Es amigo de Merry y yo acostumbro a venir aquí con él muy a menudo.

Siguieron la senda hasta que vieron los techos bardados de una casa grande y los edificios de la granja que asomaban entre los árboles al frente. Los Maggot y los Barroso de Cepeda y la mayoría de los habitantes de Marjala habitaban en casas. La granja estaba sólidamente construida con ladrillos, rodeada por un muro alto. Un portón ancho de madera se abría en el muro sobre el camino.

Se acercaron y unos aullidos y ladridos temibles estallaron de pronto, y una voz gritó.

—¡Garra! ¡Colmillo! ¡Lobo! ¡A callar, muchachos!”

(El Señor de los Anillos. La Comunidad del Anillo‘. Libro Primero, capítulo 4: Un atajo hacia los hongos).

 

El granjero Maggot y Frodo, según los hermanos Greg y Tim Hildebrandt

(El granjero Maggot y Frodo, por los hermanos Greg y Tim Hildebrandt)

«—Bien, ¿no es esto todavía más extraño? —exclamó—. El señor Bolsón, ¿eh? ¡Entren! Tenemos que hablar.

Entraron en la cocina de la granja y se sentaron junto a la amplia chimenea. La señora Maggot trajo cerveza en una enorme jarra y llenó cuatro picheles. Era una buena cerveza, y Pippin se sintió más que compensado por no haber ido a La Perca Dorada. Sam sorbió su cerveza con recelo. Tenía una desconfianza natural hacia los habitantes de otras partes de la Comarca, y no estaba dispuesto a hacer amistad rápidamente con nadie que hubiese golpeado a su señor, aunque fuera largo tiempo atrás.

Luego de breves observaciones sobre el tiempo y las perspectivas agrícolas, que no eran peores que otras veces, el granjero Maggot dejó su pichel y los miró a uno por uno.

—Ahora, señor Peregrin —dijo—, ¿de dónde vienen y hacia dónde van? ¿Vienen a visitarme? Pues si es así, podrían haber pasado por mi puerta sin que yo los viera.»

(El Señor de los Anillos. La Comunidad del Anillo‘. Libro Primero, capítulo 4: Un atajo hacia los hongos).

 

(Maggot, por Adam Lane [Por desgracia la web del artista ya no está disponible])

«—Será bien recibido —dijo Maggot—. Pero tengo una idea. Ya está anocheciendo y cenaremos de un momento a otro, pues por lo general nos vamos a acostar poco después que el sol. Si usted y el señor Peregrin y todos quisiesen quedarse a tomar un bocado con nosotros, nos sentiríamos muy complacidos.

—¡Nosotros también! —dijo Frodo—. Pero tenemos que partir en seguida. Será de noche cuando lleguemos a Balsadera.

—¡Ah!, pero un minuto. Iba a decir que después de cenar sacaré una pequeña carreta y los llevaré a todos a Balsadera. Les evitaré una larga caminata y quizá también otras dificultades.

Frodo aceptó agradecido la invitación, para alivio de Pippin y Sam. El sol se había escondido ya tras las colinas del oeste, y la luz declinaba. Aparecieron dos de los hijos de Maggot y las tres hijas, y sirvieron una cena generosa en la mesa grande. La cocina fue iluminada con velas y reavivaron el fuego. La señora Maggot iba y venía. En seguida entraron uno o dos hobbits del personal de la granja; poco después eran catorce a la mesa. Había cerveza en abundancia y una fuente de setas y tocino, además de otras muchas suculentas viandas caseras. Los perros estaban sentados junto al fuego, royendo cortezas y triturando huesos.»

(El Señor de los Anillos. La Comunidad del Anillo‘. Libro Primero, capítulo 4: Un atajo hacia los hongos).

 

(Balsadera de Gamoburgo, por el artista brasileño Ralph Damiani)

«Por fin llegaron a la entrada de Balsadera, señalada por dos postes blancos que asomaron de pronto a la derecha del camino. El granjero Maggot sujetó los poneys y el carro se detuvo. Estaban comenzando a descargar cuando oyeron lo que tanto temían; unos cascos en el camino, allá adelante. El sonido venía hacia ellos.

Maggot bajó de un salto y sostuvo firmemente la cabeza de los poneys, escudriñando la oscuridad. Clip-clop, clip-clop; el jinete se acercaba. El golpe de los cascos resonaba en el aire callado y neblinoso.

—Es mejor que se oculte, señor Frodo —dijo Sam ansiosamente—. Acuéstese en la carreta y cúbrase con la manta. ¡Nosotros nos ocuparemos del jinete!

Bajó y se unió al granjero. Los Jinetes Negros tendrían que pasar por encima de él para acercarse a la carreta. Clip-clop, clip-clop.

El jinete estaba casi sobre ellos.

—¡Eh, ahí! —llamó el granjero Maggot.

El ruido de cascos se detuvo. Creyeron vislumbrar entre la bruma una sombra oscura y embozada, uno o dos metros más adelante.

—¡Cuidado! —dijo el granjero arrojándole las riendas a Sam y adelantándose—. ¡No dé ni un paso más! ¿Qué busca y a dónde va?

—Busco al señor Bolsón, ¿lo ha visto? —dijo una voz apagada: la voz de Merry Brandigamo.»

(El Señor de los Anillos. La Comunidad del Anillo‘. Libro Primero, capítulo 4: Un atajo hacia los hongos).

 

(Loss hobbits cruzan el Brandivino, por el artista británico Roger Garland)

«Doblaron por el sendero de Balsadera, que era recto y bien cuidado, bordeado con grandes piedras blanqueadas a la cal. Unos cien metros más allá desembocaba en la orilla del río, donde había un ancho embarcadero de madera. Una balsa grande estaba amarrada a un lado. Los bolardos blancos brillaban a la luz de dos linternas instaladas sobre unos postes. Detrás, la bruma de los llanos se alzaba por encima de los matorrales; pero delante el agua era oscura, y unas espirales como de vapor flotaban entre las cañas de la orilla. Parecía haber menos niebla del otro lado.

Merry llevó al poney a la balsa por una pasarela, y los otros fueron detrás. Luego impulsó lentamente la balsa con un largo bichero. El Brandivino fluía ante ellos lento y ancho. Del otro lado la orilla era escarpada, y un camino tortuoso ascendía desde el embarcadero. Allí unas linternas parpadeaban. Detrás, asomaba la Colina de Los Gamos, y en la ladera, entre jirones de niebla, brillaban muchas ventanas redondas, rojas y amarillas. Eran las ventanas de Casa Brandi, antiguo hogar de los Brandigamo.»

(El Señor de los Anillos. La Comunidad del Anillo‘. Libro Primero, capítulo 5: Conspiración desenmascarada).

 

(Los hobbits en la Balsadera de Gamoburgo, por el artista español Diego Gisbert Llorens)

«Los cuatro hobbits dejaron la balsa. Merry estaba amarrándola y Pippin guiaba el poney sendero arriba, cuando Sam (quien había mirado atrás, como despidiéndose de la Comarca) dijo en un ronco murmullo:

—¡Mire atrás, señor Frodo! ¿No ve algo?

En el otro atracadero, bajo lámparas distantes, alcanzaron a vislumbrar apenas una figura; parecía un bulto negro abandonado allí. Pero mientras miraban les pareció que se movía de un lado a otro, como escudriñando el suelo. Luego se arrastró, o retrocedió agachándose, de vuelta a la oscuridad, más allá de las lámparas.

—Pero ¿qué es eso? —exclamó Merry.

—Algo que nos sigue —dijo Frodo—. Pero no hagas ahora más preguntas. ¡Alejémonos, en seguida!”

(El Señor de los Anillos. La Comunidad del Anillo‘. Libro Primero, capítulo 5: Conspiración desenmascarada).

 

La casita de Frodo en Cricava, según Matěj Čadil

(La casita de Frodo en Cricava, por el artista checo Matěj Čadil)

“Al fin llegaron a una puerta estrecha, en un seto. Nada podía verse de la casa en la oscuridad; se levantaba lejos del sendero en medio de un círculo de césped rodeada por un cinturón de árboles bajos, dentro del cerco exterior. Frodo la había elegido porque el sitio era apartado y no tenía vecinos próximos. Se podía entrar y salir sin que nadie lo viera a uno. La habían construido los Brandigamo mucho tiempo atrás, para uso de invitados o miembros de la familia que deseasen escapar por un tiempo a la tumultuoso vida de Casa Brandi. Era una antigua casa de campo, lo más parecida posible a la cueva de un hobbit. Larga y baja, de un solo piso, tenía techo de paja, ventanas redondas, y una gran puerta redonda.”

(El Señor de los Anillos. La Comunidad del Anillo‘. Libro Primero, capítulo 5: Conspiración desenmascarada).

 

(Conspiración desenmascarada, por la artista estadounidense Carol Emery Phenix)

«—¿Qué quieres decir? —preguntó Frodo, echándole una mirada inquieta.

—Sólo esto, mi viejo y querido Frodo: te sientes desdichado porque no sabes decir adiós. Querías dejar la Comarca, por supuesto; pero el peligro te alcanzó más pronto de lo que esperabas, y ahora has decidido partir inmediatamente. Y no tienes ganas. Lo sentimos mucho por ti.

Frodo abrió la boca y la volvió a cerrar. La expresión de sorpresa era tan cómica que los otros se echaron a reír.

—¡Querido viejo Frodo! —dijo Pippin—. ¿Realmente pensaste que nos habías echado tierra a los ojos? ¡No tomaste las precauciones necesarias, ni fuiste bastante inteligente! Todo este año, desde el mes de abril, estuviste planeando la partida, y despidiéndote de los sitios queridos. Te hemos oído murmurar constantem ente: «No sé si volveré a ver el valle otra vez» y cosas parecidas. ¡Y pretender que se te había acabado el dinero y venderles tu querido Bolsón Cerrado a los Sacovilla-Bolsón Y esos conciliábulos con Gandalf.

—¡Cielos! —dijo Frodo—. Y yo que creía haber sido tan cuidadoso y astuto. No sé qué diría Gandalf. Entonces, ¿toda la Comarca discute mi partida?»

(El Señor de los Anillos. La Comunidad del Anillo‘. Libro Primero, capítulo 5: Conspiración desenmascarada).

 

Conspiración desenmascarada, según Abe Papakhian

(Conspiración desenmascarada, por el artista canadiense Abe Papakhian)

“—Todo depende de lo que quieras —intervino Merry—. Puedes confiar en que te seguiremos en las buenas y en las malas hasta el fin, por amargo que sea, y en que guardaremos cualquier secreto, mejor que tú. Pero no creas que te dejaremos afrontar solo las dificultades, o partir sin una palabra. Somos tus amigos, Frodo. De cualquier modo, el caso es claro. Sabemos casi todo lo que te dijo Gandalf. Sabemos muchas cosas del Anillo. Estamos terriblemente asustados, pero iremos contigo, o te seguiremos como sabuesos.

—Y después de todo, señor —agregó Sam—, tendría que seguir el consejo de los Elfos. Gildor le dijo que llevase voluntarios que lo acompañaran, no lo puede negar.

—No lo niego —dijo Frodo, mirando a Sam, que ahora sonreía satisfecho—. No lo niego, pero ya nunca creeré que duermes, ronques o no. Para asegurarme, te patearé con fuerza. ¡Sois un par de pillos solapados! —dijo, volviéndose a los otros—. ¡Pero que el cielo os bendiga! —rió levantándose y agitando los brazos—. Acepto; seguiré el consejo de Gildor. Si el peligro fuera menos sombrío, bailaría de alegría. Sin embargo, no puedo evitar sentirme feliz, más feliz de lo que me he sentido en mucho tiempo. La perspectiva de esta noche me aterraba.

—¡Bien! Decidido. ¡Tres hurras por el capitán Frodo y sus compañeros! —gritaron los otros mientras bailaban alrededor.”

(El Señor de los Anillos. La Comunidad del Anillo‘. Libro Primero, capítulo 5: Conspiración desenmascarada).

 

(*) Nota importante: Aunque el Calendario de la Comarca no coincide con el calendario Gregoriano (hay una diferencia de 10 u 11 días entre uno y otro dependiendo del día en el que se celebre el solsticio de verano), hemos decidido publicar los acontecimientos según su fecha original y no adaptar las fechas a nuestro calendario (de hacerlo, el 25 de marzo del Calendario de la Comarca sería nuestro 14 ó 15 de marzo). Nos parece lo más lógico no solo para evitar confusiones sino para mantener la coherencia con el hecho de celebrar el Día Internacional de Leer a Tolkien el 25 de marzo (fecha en la que se derrotó a Sauron) y el Día Hobbit el 22 de septiembre (fecha de los cumpleaños de Bilbo y Frodo).

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