El Acontecer entrevistó al piloto duraznense Martín Campoamor, quien lideró una misión de vuelos humanitarios a Israel para evacuar uruguayos durante el conflicto en la Franja de Gaza. Martín compartió su experiencia y los desafíos que enfrentaron, destacando la importancia de ayudar a compatriotas en situaciones críticas.
En un mundo cada vez más globalizado, donde las noticias se actualizan a un ritmo vertiginoso, hemos presenciado hechos importantes en todo el mundo. Estos eventos, como el ataque en la Franja de Gaza, el conflicto entre Ucrania y Rusia, un terremoto en Pakistán o eventos deportivos, son accesibles al instante a través de dispositivos móviles y la conexión a internet. Uno de estos acontecimientos recientes que conmovió al mundo fue el ataque perpetrado por el grupo islámico Hamás en la Franja de Gaza, en el territorio de Israel.
Este evento no pasó desapercibido para la familia del duraznense Martín Campoamor, quien encabezó la tripulación de los vuelos humanitarios a Israel. Comunicar a su familia que había sido asignado para evacuar a uruguayos desde Tel Aviv no fue una tarea fácil. Campoamor relató: “No fue fácil decirle a mi familia que me iba a cumplir esta misión, especialmente a mi esposa, mi pequeño hijo, mi madre, mi hermana, cuñado y hermano en Durazno. Todos estaban preocupados, pero es nuestro trabajo y para lo que nos hemos preparado durante toda nuestra vida. Cumplir este tipo de misión, donde sea y como sea, forma parte de nuestro deber”.
Campoamor, con el rango de Coronel en el escalafón aviador, lideró una tripulación de 16 personas en un avión militar KC-130H Hércules perteneciente al escuadrón aéreo 3 Transporte de la Fuerza Aérea Uruguaya. La tripulación estaba compuesta por cuatro pilotos, tres navegantes, tres ingenieros de vuelo, tres supervisores de carga y tres mecánicos de vuelo, cada uno desempeñando un papel esencial en la misión. La tripulación tenía la responsabilidad de llevar a cabo vuelos humanitarios para evacuar a uruguayos desde Israel.
Campoamor describió la complejidad de la misión, que incluía volar a una zona donde se desataba un conflicto bélico y donde los ataques con misiles eran frecuentes. La tripulación tuvo que tomar precauciones especiales, como volar sin el GPS activado y confiar en radioayudas y cartas de navegación para evitar riesgos. La seguridad era una prioridad dada la situación en la zona.
A pesar de los desafíos y riesgos, Campoamor compartió la satisfacción de cumplir con éxito dos vuelos del puente aéreo humanitario en la misión “Todos en Casa” y expresó la emoción de ver las caras de alivio y felicidad de los compatriotas uruguayos a quienes ayudaron a evacuar. Destacó que realizar estos vuelos humanitarios en el extranjero y ayudar a compatriotas es una experiencia indescriptible y un testimonio del compromiso y orgullo de la tripulación. Además, subrayó la importancia de la planificación y el profesionalismo en este tipo de misiones, que incluyen la repatriación de compatriotas y la ayuda humanitaria en todo el mundo.
