ENRIQUE DUNAYEVICH

Historia Judía no tradicional

Onan, “el ignominioso”

4 ONANrecortada El asunto es que algunos amigos me han pedido que por mis conocimientos de Historia Antigua y otras manualidades ensayara una respuesta al tema. El tema es conocido. Lo que vamos a hacer es intentar de poner juntas todas las piezas del entuerto.

¿Cuál era la verdad? La cosa tiene varias facetas y me pregunto si en algo fue el INNOMBRABLE quien tuvo algo que ver y no metió la pata .Porque lo que Onán habría querido y no querido era acostarse con su cuñada, viuda de su hermano, que además de tener un nombre tan lindo como Thamara, la mina habría estado muy buena y le gustaba.

El hecho es que Onán estaba en un flor de problema. Veamos la situación. Thamara era casi como su hermana y al hacerlo, en aquel tiempo no estaba cometiendo un acto incestuoso; la moral burguesa lo prohíbirá varios miles de años después, y más aún (me dirá algún morboso), en ese entonces todo el mundo lo hacía, o mejor dicho casi todo el mundo, cuantimenos los faraones.” (En realidad los faraones lo hacían en  general con las medio-hermanas, o sea que en todo caso el acto sería incestuoso a medias)

La cosa pasaba por otro lado. Los conocedores de los 613 mitzvoth de Maimónides lo sabemos. No solamente podía, sino que aunque la mina no fuera de su gusto, tenía que hacerlo, el levirato que la ortodoxia prescribe se lo exigía. Una ley sabia y justa que si nos atenemos a los textos que los compiladores y codificadores nos han transmitido, que los tanítas y amoraítas han interpretado, que  aunque incita al tipo a desear la muerte de su hermano, supuestamente defiende la continuidad genética.

Más aún podríamos, apoyarnos en una interpretación más “moderna” que la tradición judeo-cristiana ha recogido, que lo del semen derramado está relacionado con el principio de que las relaciones sexuales tienen como único objeto la procreación.

El hecho es que, contrariando la inobjetable ley del levirato, de puro impío, Onán prefirió satisfacer su calentura cometiendo el desprestigiado acto masturbatorio.

El hecho es que desde hace tres mil años, el pobre Onán carga con el denigrante epíteto de pajero, una IGNOMINIA.

Porque NO, NO, NO, tres veces NO. El hecho es que Onán practicó el coitus interruptus (lo digo en latín por el sobreentendido nivel de mis interlocutores y por si este texto cae en horario de protección al menor). Una práctica neurotizante (e insatisfactoria) que en todo caso Onán tendría que resolver con su sexólogo personal.

Porque lo del pjrsm de Onán es inexacto. Y si no, vayan corriendo, como en los tiempos de las curiosas y secretas lecturas infantiles y lean GÉNESIS xxxviii. 1-10, en una versión no expurgada. No sé si la Septuaginta, la Masorética, la de Aquila de Ponto, la de Theodosiom y la de Symachus o la Vulgata de S. Jerónimo. La mía es una modesta versión de Cipriano de Valera. Está escrito, si no en todas las letras, pero casi.

En segundo lugar, y todo el mundo sabe, la mstrbcn (lo escribo así para aproximarme más a los textos sagrados), es saludable y necesaria por su contribución al conocimiento del propio cuerpo e importante para el aprendizaje de las prácticas relacionales.

Entonces, si fuera solamente por la cuestión religiosa, porqué toda esa bambolla de la masturbación? ¿O acaso el del TETRAGRAMA, está también en contra?

 20 de Agosto de 2015

 

 

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