Educrítica

Espacio para la reflexión sobre temas educativos

Aconsejar

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Tengo que admitir que soy muy reacio a recibir consejos en general y considero insufrible aquella situación de quien me da consejo sin yo pedirlo.

Pero al profesor en muchas ocasiones le piden consejos: padres, madres, alumnado… lo solicitan. El riesgo de provocar dependencia es real; la inseguridad, la indecisión, el infantilismo, la falta de voluntad… y hasta la abulia son sus consecuencias.

Así las cosas, el siguiente paso es la psicologización de la conducta: el profesor tiene que motivar al alumnado, a las familias… Los alumnos justifican su inacción porque “no nos motivan” y  padres/madres dirán que sus hijos  fracasan por el mismo motivo. Psicólogos conductistas y charlatanes prestan su habladuría para remediar estos desaguisados. Hay que conseguir que los alumnos hagan las cosas; provocar la acción sin que sean demasiado conscientes de los motivos. Para ello hay que aconsejar a todo el mundo (lo pidan o no). Reuniones formales/obligatorias, horarios de tutoría… se llenan de consejos. Como, la situación sigue sin arreglarse, se aconseja el uso de libros de autoayuda.

La motivación es un asunto complejo que surge  de nuestros propios errores y fracasos. Se aprende en su propia carne. Si el alumnado nos está siempre preguntando ¿qué tenemos que hacer? Su conducta se está moviendo en un sinsentido vacuo.

Si alguna vez necesito ayuda la busco, para eso están las lecturas y las conversaciones. Con ambas me creo. Tomemos en serio nuestro trabajo y dejemos de dar la murga y la tabarra a todo quisque que se ponga por delante.

¿Qué piensas tú?

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Esta entrada fue publicada el 6 de octubre de 2013 por en Evaluación, Profesorado.