Si hablamos de abetales (bosques integrados por Abetos), en España podemos contar con los umbrosos abetales pirenaicos de Pinabete (Abies alba) y los sorprendentes Pinsapares (Abies pinsapo) del sur peninsular. Ambos, dignos de visitar y descubrir, pues son auténticas joyas de nuestros bosques autóctonos.
Por contra, en el centro y norte de Europa el abeto por excelencia es la Pícea común o Abeto rojo (Picea abies), un primo hermano de nuestros abetos y que forma extensos bosques, siendo protagonista por ejemplo de la extensa Taiga escandinava y rusa. Es decir, árboles perfectamente adaptados a rigurosas condiciones meteorológicas en cuanto a frío y nieve.
Curiosamente allá por los años 50, quizás antes….en el puerto de Bronchales se preparó una parcela de cultivo donde se plantó, seguramente unas cuantas bandejas de Abeto rojo (Picea abies), supongo que la «fiebre» forestal de aquellos años, el excelente rendimiento del suelo en cuanto a fertilidad, profundidad y humedad, y una política forestal encauzada a muchos tipos de pruebas con especies, motivó aquella plantación. De buen seguro se hicieron muchas más y con otras especies, pero curiosamente la que aun perdura hasta nuestros días en esa zona es aquella.

Lo primero que se hizo fue «sanear» la parcela con un buen sistema de drenaje. Hay que pensar que buena parte del Puerto de Bronchales, sobretodo los hondos son auténticos gotiales y tremedales, zonas muy húmedas que sin un buen drenaje sería imposible la instalación de este tipo de parcelas. En estas fotos se ven muy bien los drenajes efectuados alrededor de la parcela.

Por otro lado el abandono total de la plantación de Piceas ha propiciado que se entremezcle el abundante Pinar de silvestre con las últimas Píceas que quedan. En total hemos contado 19 ejemplares, de diversos tamaños que se abren paso entre la espesura del Pinar.

Algunos ejemplares con un porte magnífico y una salud encomiable. Las yemas verdes del año, brotan con fuerza en todos los ejemplares.

Y es que la estación donde se asientan, el suelo, clima, etc… les es muy favorable. Este tipo de abetos son exigentes en cuanto a humedad y no soportan la aridez, aguantando muy bien los fríos y no soportando las elevadas temperaturas del verano. Es por eso que el puerto es un lugar idóneo para ellas.

Si nos centramos un poco más en la Picea, veremos que tiene unas acículas mucho menores que los pinos que estamos acostumbrados a ver en la Sierra. Aquí os muestro la diferencia con una ramilla de pino silvestre, donde se comprueba la diferencia de tamaño, así como la disposición de las acículas.

Los ramilletes son una característica típica del abeto rojo, y son esas plaquitas longitudinales, como con relieve, desde donde salen las acículas un rasgo diferenciador.

Los bosques de abetos o piceas, son por lo general, muy umbrosos, esto es debido básicamente a la densidad de hojas y sobretodo a que mantienen vestidas de hojas y verdes las ramas bajas, que a diferencia del Pino Albar, como vemos en la foto, está desprovisto de ramas bajas, pues en su crecimiento y conforme las ramas bajeras dejan de percibir luz, se secan las acículas y las ramas.

Otro hecho que hemos podido observar es la gran adaptabilidad que tienen a la nieve. Hace poco más de un año se produjo una nevada tardía y bastante grande que tronchó y descuajó a miles de Pinos en toda la zona. Curiosamente, en la parcela hay como 8 o 10 pinos volcados y tronchados por esta causa. Y ni una sóla rama de Picea se ha visto afectada. Por lo que entendemos que son especies muy bien adaptadas a las grandes nevadas y a soportar grandes pesos sobre ellas.

En esta foto que os muestro, el tronco tronchado de Pino y a su lado creciendo impasible y sin afecciones por la nevada la Picea.

Además su sistema radicular es muy potente y bien anclado al suelo, evitando como hemos comentado que pueda ser volcado con facilidad por la nieve o el viento.

Su tronco es ligeramente más liso que el del Pino, con menos corteza, pero también de una tonalidad anaranjada muy chula.

 

 

Posiblemente de ahí provenga lo de «abeto rojo».

Si echamos la vista al cielo, buscando las parte altas, vemos que es donde acumula las piñas y comprobamos también que el crecimiento y dominancia son importantes frente al Pino Albar que le rodea.

Como curiosidad decir que las piñas en el Genero Picea siempre son colgantes de la rama, mientras que en el género Abies están erguidas sobre la rama. Un rasgo sencillo de recordar y del cual podemos diferenciar si es Picea o es Abies.

Recogiendo alguna piña por el suelo vemos la diferencia con la conocida piña del Pino Albar

No se trata pues de un árbol raro, ya que es muy utilizado en jardinería y sobretodo como abeto de navidad durante las fechas navideñas, por lo que se cultiva en parcelas con ejemplares jóvenes para estos menesteres.

Encontrar estos ejemplares en mitad del monte formando un pequeño bosquete, sí que resulta más difícil, y aunque encontremos plantaciones en el norte de España, en la Sierra de Albarracin y zonas limítrofes, que yo sepa no hay nada parecido y con ejemplares ya adultos. Es por eso que como tiene una ubicación muy accesible, es casi recomendable una visita para ver estos árboles en el medio natural.

La parcela en cuestión se encuentra muy cerca de la archi-conocida Fuente del Canto de Bronchales.

Ahí os dejo más o menos la ubicación de la parcela con un círculo rojo. Así que el que quiera verla, le tocará dar vuelta y buscar los abetos 😉

Por mi parte, nada más, ya volvemos a estar más operativos y empezaremos a mover el blog a buen ritmo.

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