Afronegrismos rioplatenses

Tamaño: px
Comenzar la demostración a partir de la página:

Download "Afronegrismos rioplatenses"

Transcripción

1 T C L X K y v / l - í r u ^ ow i j36s - <*pna.k- <*** tixrnr, ck l e A p «1 - \ Afronegrismos rioplatenses / - / Abolida la esclavitud hace más de un siglo, en los países del / Plata (i) apenas si subsisten vagos recuerdos de los antiguos esclavos (2). Después de rastrear en el pasado, el escritor argen- (1) Con fecha 2 de febrero de 1813, la Asamblea Constituyente argentina aprobó la llamada ley de libertad de vientres, que, si no abolió la esclavitud, declaró libres a los hijos que tuvieran los esclavos. En 1833, un decreto de Rosas prohibió la venta de seres humanos, y en 1839 un tratado con la Gran Bretaña impidió la introducción de esclavos en la Argentina; aunque no hubo ley escrita que aboliera la esclavitud, la libertad existió de hecho. La Constitución de 1854 no hizo más que dar forma legal a la liberación de los esclavos. En el Uruguay la libertad de vientres fue establecida por la Constitución de 1830, y la abolición fue decretada por el gobierno de Joalquín Suárez en El gobierno de Oribe abolió la esclavitud en 1846, (2) Por la misma razón es esca,sa la bibliografía acerca de los negros en el Río de la Plata y se limita a las siguientes obras fundamentales: Miguel Jorge Ford, Beneméritos de md estirpe, La Plata, 'Vicente Rossi, Cosas de negros, Buenos Aires, Ildefonso Pereda Valdés, El negro rioplatense, Montevideo, Bernardo Kordón, Candombe, Buenos Aires, 'Homero Martínez Montero, La esclavitud en el Uruguay. Contribución a su estudio histórico-social, en Revista N a cionalmontevideo, , año III, núm. 312; año IV, núms, 41 y 45.. 'Diego Luis Molinari, La trata de negros, Buenos Aires, 2a ed., José Luis Lanuza, M'orenada, Buenos Aires, Horacio Jorge Becco, Negros y moremos en el Cancionero Rioplaten- \ se, Buenos Aires, \ Luis Soler 'Cañas, N'egros,/gauchos y compadres en el Cancionero \ de la Federación ( ), Buenos Aires, 1958.

2 28 b o l e t í n d e l a r e a l a c a d e m i a e s p a ñ o l a tino José Luis Lanuza resume su impresión con las siguientes palabras: Nuestros morenos casi no nos han dejado ni su recuerdo. Nuestra historia parece complacerse en olvidarlos, en evitarlos (3). La sociedad rioplatense, a la par que explotó los servicios de los negros, silenció sus méritos y celo cívico. Fue inútil que los negros derramaran pródigamente su sangre en la lucha por la independencia y contribuyeran, más tarde, con su fidelidad sin ambiciones, al afianzamiento de las instituciones en ambas márgenes del Plata. Para el negro no hubo, en general, otra alternativa que 'la de trocar las cadenas de la esclavitud por la libertad del soldado. Las guerras diezmaron atrozmente ese material humano y actualmente apenas quedan morenos, sobre todo si sé compara su número con el que mencionan las viejas estadísticas (4). Pese, sin embargo, al enfatuado engolamiento de los blancos de otrora, una parcela del espíritu del negro-esclavo se coló de rondón en la sociedad rioplatense y arraigó tan profundamente en ella que aún subsiste. Nos referimos a la presencia en el habla cotidiana de los países del Plata de cierto número de vocablos procedentes de las lenguas africanas habladas por los negros esclavos. En la introducción de las palabras afronegras debieron representar papel preponderante las negras esclavas que, en el seno de los hogares rioplatenses, desempeñaron la casi totalidad de las tareas domésticas, pues fueron lavanderas, amas de cría, cocineras y mucamas. A los vocablos del idioma español pertenecientes originariamente a las lenguas negroafricanas, es decir, a las habladas por los pueblos negros del sur del Sahara, se les ha denominado afronegrismos (5). Según el país en que comenzó su uso, los / (3) Mormada, Buenos Aires, ed. Emecé, 1946; pág. 7. (4) Según Vicente Fidel López, en 1810 había en Buenos Aires seis / mil negros africanos y cinco itíil criollos de tez más o menos oscura, llama - f dos pardos, morenos o chinos en el lenguaje culto y oficial. En 1840, el número de africanos existentes en Buenos Aires alcanzaba a , debido a la importación efectuada por los buques negreros del Brasil (Lanuza, ob. cit., pág. 88). I (5) Fernando Ortiz creó en 1924 el término al publicar en La Ha- ^ baña su Glosario de Afronegrismos. \ Aunque el Diccionario de términos filológicos de Lázaro Carreter N* (

3 AFRONEGRISMOS RIOPLATEN SES 29 afronegrismos se distinguen con el nombre de afro cubanismos, si aparecieron en Cuba; afro peruanismos, cuando surgieron en el Perú; afroargentinismos, en caso de tratarse de la Argentina, etc. En nuestro caso particular, debido a la imposibilidad de deslindar, en muchísimas ocasiones, si el afronegrismo comenzó a usarse en la Argentina o en el Uruguay, hemos considerado conveniente emplear el calificativo rioplatense, pese a las suspicacias que este término despierta a veces (6). Fuera de un vocabulario de afronegrismos del habla rioplatense, reunido y publicado en 1937 por Ildefonso Pereda Valdés en su obra E l negro rioplatense y otros ensayos, nadie, que, sepamos, ha vuelto a tratar de este tema (7) a pesar de que dista mucho de hallarse agotado. Mientras la lunfardía consigue cada día nuevos cultivadores y hasta apologistas (8), no se ha renovado en los lexicógrafos rio1 platenses el interés por el estudio de los afronegrismos. Ésta es una de las razones que nos impulsó a penetrar en esta solitaria zona lingüística. Las lenguas afronegras hace tiempo que dejaron de ejercer influencia sobre el habla rioplatense. A l cesar el inicuo comercio de esclavos y extinguirse, a fines del siglo pasado, la vida de los viejos africanos, se cegó definitivamente 'la fuente de los afronegrismos, y, desde entonces, sólo por excepción, alguno que otro vocablo de este origen se ha incorporado al habla de los países del / (Madrid, ed. Gredos, 1953) no registra el vocablo, éste es usado por Juan Corominas (Diccionario Critico Etimológico de la Denigm Castellana, pássim, y por otros lingüistas). (6) Leimos recientemente en un semanario humorístico argentino la siguiente definición de rioplatense: vocablo que usan los uruguayos para designar lo que es auténticamente argentino. (7) Justo es consignar que Vicente Rossi, su anotador Horacio Jorge Becco y José Luis Lanuza explican, en Cosas de negros y Moreteada., el significado de muchas voces afronegras, pero se trata de definiciones y comentarios cuyo número no alcanza a formar vocabulario. (8) E l estudio del lunfardo es lingüísticamente inobjetable y lo consideramos indispensable, pero la exaltación de esta jerga, en que han caído sus cultivadores argentinos, constituye una aberración más de las tantas \que proliferan en nuestra desdichada época. \

4 3 0 BOLETÍN d e l a r e a l a c a d e m i a e s p a ñ o l a Plata (9). Es evidente que los afronegrismos se irán convirtiendo, f con el transcurrir de los años, en fósiles lingüísticos, y su número, como ya se viene observando, disminuirá inevitablemente.»* E l estudio de los afronegrismos cae de lleno dentro del dominio de la lingüística diacrónica; constituye una parte y no la menos importante de la influencia que ejercieron las lenguas negroafricanas sobre el habla rioplatense; su estudio es imprescindible para el conocimiento de los significados y evolución semántica de muchas voces actualmente en uso y de otras obsoletas pero de frecuente empleo en el pasado. Los afronegrismos son, fundamentalmente, un tema de archivo y biblioteca, porque en la mayor parte de los casos sólo el documento escrito puede suministrar los datos indispensables para esclarecer ya el significado primitivo de las voces, ya la fecha aproximada de su introducción en el habla escrita rioplatense. Sin embargo, este estudio ha de completarse con el del habla chapurrada de los negros, acerca de la cual se conservan suficientes testimonios, con rastreos exhaustivos en los archivos, que por falta de tiempo no hemos podido encarar, y con comprobaciones y encuestas sobre el propio terreno para determinar la extensión y límites de las zonas de empleo de los afronegrismos. f El estudio de los afronegrismos debe comenzar por el de los pueblos y lenguas de los antiguos esclavos rioplatenses; desdichadamente los informes de que se dispone acerca de unos y otros son bastante escuetos. El poeta Francisco Acuña de Figueroa y el cronista Isidoro de. #María proporcionan algunos nombres de las naciones o pueblos negros del antiguo Montevideo. El primero escribe de pasada los siguientes nombres: camundá, casanches, cabindas, banguelas y ; monyolos (10). La lengua de los camunda y no camundá, de 'i / (9) Actualmente, la incorporación al 'habla rioplatense de muy contados vocablos afronegros se realiza por la vía culta o semiculta, como ocurre con la voz banjo (pronunciada banyo), que no pertenece, pese a su origen, al orbe del habla coloquial, sino al del arte musical., (10) Francisco Acuña de Figueroa, Canto patriótico de los negros, celebrando a la ley de libertad de vientres y a la Constitución; fue publicado en E l P oírnos oyoriewtal, antología poética compilada por Luciano Lira y editada en Montevideo en Km la reedición de esta obra, efectuada I

5 AFRONEGRISMOS RIOPLAT^NSES 31 los cabindas y de ios munyolos y no monyolos era la congoleña; los casanches y banguelas hablaban lengua quimbunda (11). La lengua congoleña y la quimbunda forman parte del grupo de lenguas negroafricanas llamado bantu (12). Por su parte, Isidoro de María menciona los siguientes pueblos negros del antiguo Montevideo: congos, mozambiques, benguelas, minas, cabindas y molembos (13), Los malembo (en realidad, malemba), benguelas (o mejor dicho, banguelas)- y mozambiques hablaban quimbundo; los cabindas y congos, la lengua congoleña; los minas procedían de la Costa de Oro y hablaban lenguas pertenecientes al grupo guineosudanés (14). Respecto a Buenos Aires el panorama es aún más complicado. e dispone de los nombres de las antiguas sociedades de negros; una lista de ellas fue publicada en La Gaceta Mercantil del 25 de junio de 1842, a raíz de una donación que efectuaron para proporcionar fondos al Gobierno; figuran en el documentó más de treinta nombres africanos que, en su mayor parte, corresponden a agrupaciones de lengua bantu (mujumbi, quizama, quipara, lubono, mayamba, basundi, lucango, etc.), aunque otros, como los hausás, bornú y mina-nagós, indican pueblos de lenguas guif "por el Instituto Histórico y Geográfico del Uruguay (Montevideo, 1927), la / composición a que nos referimos ocupa las páginas del tomo primero. (ri) La lengua quimbunda, nombre que utilizaremos para referirnos a ella,.se conoce también por las denominaciones siguientes.: ambundo, lumbwndo, mnbundo y hunda (véa.se Jacques Raimundo, O Elemento Afronegro na Lingm Portuguesa, Río de Janeiro, 1933, pág. 3.9). (12) Bantu significa 'hombre en. quimbundo y es palabra llana (Renato Mendonga, A Influencia Africana no Portugués do Brasil, Sao Paulo, 1935, pág. 176). Es errónea la acentuación aguda (bantá), empleada! por casi todos los tratadistas; este desliz es debido a que los franceses agudizan la palabra, pero revela a la vez escaso conocimiento de las lenguas africanas por parte de muchos lingüistas, que ignoran que las lenguas bantu carecen dé voces agudas. Se trata de un error del mismo tipo del padecido con los nombres de las lenguas indígenas sudamericanas, quichua, ayunara, que durante mucho tiempo, y aun en. nuestros días, se han convertido en quichua y aymará. \ (13) Montevideo antiguo. Tradiciones y recuerdos, Montevideo, Ia y ed. 1888, 2!0vol. ; el. 1957, t. 1", pág.,279. \ (14) J. Raimundo, ob. cit, págs. 31 y 34,

6 32 BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA neosudanesas (15). La identificación de muchos nombres de la lista se ve dificultada por su incorrecta grafía: los mujumbi parecen ser los majungas, los quipara son verosímilmente los quibala, y los lubono, los lubolos; pero en bastantes casos resulta sumamente expuesto a error cualquier intento de identificación, por lo cual hemos renunciado a esa tarea y a transcribir íntegramente la lista. Pese a tales tropiezos, hemos insistido en determinar da lengua de donde proviene cada uno de los afronegrismos rioplatenses. ^ Pero antes creemos necesario informar ai lector acerca de 5 algunos vocablos de discutible origen, que la mayoría de los lexicógrafos modernos se inclina a considerar falsos afronegrismos por las razones que se expondrán en cada caso. He aquí la lista de los afronegrismos espurios: %jbombo 'tambor grande. Renato Mendonca (16) incluye esta palabra entre los afronegrismos del Brasil por el' hecho de existir en congolés el vocablo bumba con el significado de 'batir, pero reconoce que viene del griego fióp&oz 'ruido, a través del latín bcmybus, que puede ser onomatopéyico. V Bujía 'vela de cera o estearina. Proviene del árabe vulgar B agía, que deriva del árabe clásico Bug aya, nombre de la ciudad argelina de Bujía, de donde se traía la cera con qué se fabricaban las velas así denominadas (17). Renato Mendonca la considera afronegrismo; pero, si bien es voz africana por su lugar de nacimiento, no pertenece al área afronegra, que, según se dijo, comienza al sur del Sahara, y tampoco deriva de ninguna de las lenguas negroafricanas. V Cajila 'cárcel, prisión, en la jerga arrabalera rioplatense conocida con el nombre de lunfardía (18). La voz, según señaló (15) El documento que contiene la lista de las sociedades negras de Buenos Aires en 1842 fue publicaldo por Luis Soler Cañas en su obra citada, págs (16) Renato Mendonga, ob. cit., pág (17) Corominas, Diccionario Crítico Etimológico, s. v. bujía. Cf. O. Bloch et W. von Wartburg, Dictíomaire Étymologique de la Lcmgue Frangaise, París, 1950, s. v. Bougie. (18) José Gobello, Lunfardía, Acotaciones al lenguaje porteño, Buenos Aires, 1953,, págs. 102,7X03. José Gobello y Luciano Payet, Breve Dic-

7 AFRONEGRISMOS RIOPIyATENSES 33 Lisandro Segovia (19), proviene del gallego y portugués. En gallego designa una choza de terrones cubierta con paja o ramas (20). En portugués significa 'cueva, 'antro, 'escondrijo, 'lugar oscuro, como el cuarto en que se encierra a los escolares castigados (21). El Diccionario Histórico de la Academia Española, cuya publicación quedó interrumpida en el segundo tomo (Madrid, 1936), y los diccionarios de Garzón, Segovia y Bayo localizan la voz únicamente en la Argentina; Malaret registra su uso en la A r gentina y Uruguay (22). Tanto Bayo como Malaret admiten la procedencia afronegra (el segundo, a través del portugués); Renato Mendonca es del mismo parecer, pero sus étimos, basados en la idea de penetración o de clavar y en los vocablos afronegros cafundó 'clavar y cafuné 'papirotazo, no son muy convincentes (23). Por tanto, d<1 os considerar a cafúa como pseudoafricanismo. nga,'yugo. La voz carece de etimología en el D R A E (Diccionario de 3a Real Academia Española, i8ia ed., Madrid, 1956). Para Corominas viene probablemente del céltico, y en su acepción primitiva que le hemos asignado se usa en gallego y portugués. Su presencia en el quimbudo, señalada por Mendonga, ha de interpretarse como un préstamo del portugués, introducido en el África simultáneamente con el instrumento de labor. J Catanga 'escarabajo pelotero. Es voz quichua que significa /domarlo Lunfardo, Buenos Aires, 1959, s. v. Fernando Hugo Casullo, Dic- : cionario de vo-ces lunfardas y vulgares> Buenos Aires, 1964, s. v. (19) Segovia, Diccionario1 de Argentinismos, Buenos Aires, 1911; sección Argentinismos, pág (20) José Ibáñez Fernández, Diccionario Galego da Rima, pág (21) Francisco Torrinha, Novo Diccionario da Lingua Portuguesa, Porto, 1951, s. v. cafúa. (22) Tobías Garzón, Diccionario Argentino, Barcelona, Ciro Bayo, Manual del Lenguaje Criollo de-centro y Sudam,erica, Madrid, Augusto Malaret, Diccionario de Americanismos, Buenos Aires, Nos parece oportuno consignar que Daniel Granada ( Vocabulario Rioplatense Razonado, Montevideo, 1890), D R A E (18a ed.), el Diccionario VOX (2a ed., Barcelona, 1953) y Corominas ( ob. cit.) no registran la voz cafúa, (23) Mendonca, ob. cit., págs En portugués, por cruce de cafúa con la voz fuma 'cueva, 'cayerna profunda, ha surgido la voz ca- \ fuma (cí. Raimundo, ob. cit., pág. 114),

8 34 BOLETÍN DE I/A REAE ACADEMIA ESPAÑOLA literalmente empuja estiércol, según explica el Inca Garcilaso (24) al referirse a la voz acatanca; luego se dijo acatanga, según podemos leer en E l Tempe Argentino de Marcos Sastre: Entre los coleópteros hay esmaltados coprófagos o acatangas (ob. cit., pág. 143); y por aféresis se dice hoy catanga (Segovia y Grada, en Supersticiones del Río de la Plata, Montevideo, 1896, capítulo X X IX, pág. 429). Ildefonso Pereda Valdés, si hien reconoce 1 que Granada le asigna origen quichua, incluye la voz en su Vocabulario de palabras de origen africano en el habla rioplatense (25), sin que sepamos la causa. Y Catinga 'olor sofocante y desagradable que despiden algunos animales y plantas y que también se atribuye a la transpiración de los negros, aun cuando muchos blancos superan a los morenos en esta época en que abundan los productos antisudoraies y desodorantes. Por haberse atribuido a los negros, pasa 'comúnmente por voz afronegra. Sin embargo, la mayoría de los lexicógrafos le asignan origen guaraní: de cati, catinga' 'olor pesa' do (26). Cebra 'équido del África, parecido al asno, de pelaje blanco con listas transversales pardas o negras (Equus zebra). Todavía el Larousse, el Vox y algún otro diccionario consideran congoleña esta voz por haber prestado fe a las palabras de Francis Drake, quien, en su relato de viaje, afirma haber oído la palabra en boca de los indígenas del Congo. Hay constancia documental de que la palabra cebra se usó en España y Portugal, durante la Edad / (24) acatanca quiere dezir escaravajo. Nommbre con mucha propiedad / compuesto de este nombre acá, que es estiércol, y de este verbo tanca (pronunciada la última sílaba en' lo interior de la garganta), que es emptixar. Acatanca quiere decir el que empuxa el estiércol (Inca Garcilaso, Comentarios Reales de los I'ncas, P rimera Parte, libro 210, cap. V, Montevideo, 1963, pág. 61). (25) E l negro rioplatense, pág. 73. No entramos a considerar las acepciones secundarias de catanga, pues nada aclaran acerca del origen de la palabra, ya que son posteriores a la correspondiente a su étimo. (26) Mendonca,, ob. cit., pág Cf. Malaret, ob. cit., s. v.; Granada, ob. cit., s. v.; Segovia, ob. cit., pág. 175: Berta Helena Vidal de Battini, E l habla rural de San Luis, Buenos Aíres, 1949, pág D RAE, 18a ed. Madrid, 1956, s. v.

9 AFRONEGRISMOS RIOPLATENSES 35 Media, para designar el asno salvaje, y en el siglo x v i fue aplicada por los portugueses al équido que hoy lleva ese nombre (27). \ / M alambo... 'danza rioplatense caracterizada por su ejecución por dos hombres, o sea, mal ambo o mala pareja. Pese a que esta explicación se parece a las.etimologías populares y a que existe en quimbundo la voz matamba 'desgracia5, no encontramos razones que vinculen necesariamente el significado de la voz afronegra con nuestro baile. Por otra parte, los bailes negros, en el Plata, hacen su aparición en das capitales (principalmente en Buenos Aires y en Montevideo) con posterioridad a la Independencia, cuando los negros comenzaron a ganar libertades y adquirir personalidad. En cambio, el malambo surge en forma documentada en el año 1789 como baile propio del guaso o gaucho, es decir, del hombre de campo y no del negro; la mención corresponde al marino espa- ñol José Espinosa y Tello, quien al describir el ^uasojdice: si es invierno, juegan o cantan unas raras seguidillas," desentonadas, que llaman de cadena, o el pericón o malambo, acompañándolo con una desacordada guitarrilla, que siempre es un tiple (28). El mismo Lisandro Segovia, que considera el malambo como baile de negros {véase Diccionario de Argentinismos, sección A r gentinismos, pág. 2:39), en otra parte de la misma obra lo incluye entre las voces campesinas (ob. cit., sección Estancia y Campaña, pág. 437). Y efectivamente, Eleuterio F. Tiscornia ha señalado la presencia del vocablo en gran número de autores gauchescos, como Ascasubi en Santos Vega, versos y 1.829; Rafael Obligado, en E l cacuí; Reyles, en B l gaucho florido, capítulo X I V ; Güiraldes, en Don Segundo Sombra, capítulos X V II y X X V I; Lynch, Costumbres del indio y. del gaucho, página 27 (29). En resumen, tanto la temprana aparición del vocablo como / (27) Corominas, ob. cit., s. v. cebra. O. Bloch y W. v. Wartburg, i Dictionnmre Étymólogique, s. v. zébre. Mendonca,, ob. cit., s. v. zebra, f Pág (28) Emilio Coni, B l gaucho, Buenos Aires, 1945, pág (29) Poetas gomchesoos, Hidalgo' Ascambi, Del Campo; ed. con notas y estudio de Eleuterio F. Tiscornia, Buenos Aires, Losada, 1945, pág. 329.

10 BOLETÍN DE DA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA su uso en ambientes campesinos, tienden a descartar el origen n e g n x j Es voz empleada tanto en la Argentina como en el Uruguay, sin que se pueda, por ahora., establecer a cuál país le corresponde la prioridad. Afirmar, como lo hace el Dr. Bouton (La vida rural en el Uruguay, pág. 392), que é?% f& e^e origen argentino, o argumentar, como Vicente Rossi ( Casas de negros, Buenos Aires, 1958, pág. 199), que el recuerdo de la samba creó el M a lambo en la península charrúa es formular conclusiones infundadas, expuestas a graves errores. v Papagayo 'ave trepadora del género Psitacus, cuyas muchas especies presentan plumajes variados, de colores brillantes. Se admite que procede del árabe babbagá y aparece hacia 1251 en la versión castellana del Calila y Dimna. Renato Mendonga la incluye entre los afronegrismos, no obstante reconocer que no es término africano (30). A ello hay que agregar que debe eliminarse de los afronegrismos por no haber sido introducida por los negros esta palabra. Zambomba. Instrumento rústico musical, de barro cocido o de madera, hueco, abierto por un extremo y cerrado por el otro con una piel muy tirante que tiene en el centro, bien sujeto, un carrizo a manera de mástil, el cual, frotado de arriba abajo y de abajo arriba con la mano humedecida, produce un sonido fuerte, ronco y monótono (D R A E, 18a ed., 1956). Según Corominas (31), del cruce de zampona con bombo o bomba salió &ambomba. No es, pues, voz afro-negra, pese a que Mendonca le asigna estp^rigen. f De las voces que anteceden, unas estaban en uso en España antes de llegar al Plata, como bombo, bujía, canga, cebra, pupagayo y zambomba; otras son de origen indígena americano,.como catanga, catinga; y las hay cuyo origen no está bien determinado, como cafúa y malambo: pero de todas puede afirmarse que no llegaron al Plata con los negros esclavos, por lo cuafpueden considerarse afronegrismos^jl "jícon el mismo propósito esclarecedor con que se acaban de / (3o) Corominas (ob. cit., s. v.) no está muy convencido acerca del origen árabe de.-la voz y acoge dicha hipótesis con salvedades y dudas, ji... (31) Diccionario Critico Etimológico, s. v. zampona.!

11 AFRONEGRISMOS RIOPLATENSES 37 j estudiar los pseudoafronegrismos, se examinarán a continuá-! ción algunos vocablos usados principalmente en el Río de la Plata I í * que, aunque no son de origen africano, se hallan estrechamente ;$ vinculados al negro, por cuya razón merecen el nombre de ne- I J grismos. /Éntre los negrismos rioplatenses cabe mencionar: V Bozal Según Covarrubias es el negro que no sabe otra lengua que la suya, caso gn que se encuentran los recién sacados de su país, razón por la cual el D R A E define la palabra de la segunda manera; se les aplicó ese nombre porque producían el mismo efecto que si tuvieran un bozal que les impidiese hablar. Se trata de una voz muy expresiva, que fue aplicada tempra-, namente en la trata negrera para significar lo contrario de ladino. Aunque la voz aparece por primera vez documentada en la Historia Natural y General de las Indias, de Gonzalo Fernández de Oviedo (32), y ciertos lexicógrafos la consideran americanis-' mo {33), no es seguro que tenga ese origen, tanto si se atiende a su formación y significado como al hecho de usarse corrientemente en España ;«n los siglos x v i y x v n, según acreditan los siguientes pasajes de Diego Sánchez de Badajoz (Recopilación en metro, Sevilla, 1554, ed. de J. López Prudencio, Badajoz, 1941,.t. I, pág. 118: Oh sacro verbo divino! / Oh misterios eternales! / Oue aun a los negros bozales / Manifiestas tu camino ) ; Alfonso Velázquez de Velasco (La Lena, Milán, 1602, acto III, escena I I I : De manera, hermano, que soy medio vivo, sin más conversador que la de un negro bozal que cura al caba- / (32) Fernández de Oviedo (ob. cit., libro II, cap. X IV, Madrid, 1851, / t. I, pág. 57) emplea por primera vez la palabra en el trozo siguiente: Pero en algunos negros bógales son peligrosas [las niguas], porque, o por su mala carnadura o ser bestiales o no se saber limpiar ni decirlo con tiempo, vienen a se mancar de los pies. ' (33) Cf. Daniel Granada, ob. cit.y.s. v. bozal: En sentido figurado y familiar, que se expresa con dificultad y aturulladamente en castellano ; Granada registra también bozalón, derivado de bozal. Francisco Santamaría, Diccionario de Americanismos, México, 1942, t, I, pág. 231: En Antillas y Suramérica, dícese del que se expresa con dificultad en castellano, principalmente de los negros. En Cuba y Puerto Rico, negró nacido s en África. En varios países dícese^én general, de persona ruda y torpe. \ Negro recién llegado de África,

12 3:8 b o l e t í n d e l a r e a l a c a d e m ia e s p a ñ o l a lio, con quien paso mis ratos, hartándonos ambos de zinguerrear en una guitarra ); Cervantes (E l Celoso Extremeño, en Novelas Ejemplares, Madrid, 1613, pág. 140: Compró asimismo cuatro esclavas blancas y herrólas en el rostro, y otras dos negras bozales ) ; Mateo Alemán (El Picaro Guzmán de Alfarache, Lisboa, 1603, ed. Madrid, 1661, pág. 390: Ved quién somos, pues para los negros de Guinea, borníes y bárbaros, llevan cuentecitas, dijes y cascabeles ) ; Gonzalo de Céspedes y Meneses (Varia Fortuna del Soldado Píndaro, Lisboa, 1626, ed. Rivadeneyra, t. 18, página 326: Hallando la silla dos esclavos bozales y un anciano escudero ), etc. -js. En A mérica su uso no se circunscribió al Río de la P lata. Fray Reginaldo de Lizárraga, hacia 1605, al hablar del Perú observa que entonces aún no valían tanto los negros bozales (Breve descripción colonial, Buenos Aires, 1928, t. II, pág. 81). En 1638, fray Antonio de' la Calancha, en La Coránica Moralizada del Orden de San Agustín en el Perú, escribe: le habían puesto aquel nombre en 'la mar los cargadores para:. diferenciarle de los 1 " otros bozales (Los Cronistas de Convento/ selección.de José de la Riva Aglüero, París, 1938, pág. 83). Concolorcorvo, en su Lazarillo de ciegos caminantes desde Buenos Aires a Lima, publicado en 1773, menciona que en los viajes por carreta no había que fiarse de los criados que, como por lo regular son negros bozales, pierden muchos muebles que hacen notable falta (edición de París, 1938, pág. 85). Posteriormente, se extendió en América el significado - de bozal a los indios y extranjeros que hablaban muy el español (34), y en el Río de la Plata a todo el que se expresaba con dificultad! Un ejemplo del primer caso nos lo proporciona José Hernández en el Martín Fierro, al referirse a un italiano: / Era un gringo tan bozal / Que nada se le entendía (versos ); un ejemplo del segundo aparece en el cuento E l Desquite, de Manuel Bernárdez, quien, al hablar de un sargento de policía, La Academia Española no registra aún esta acepción en la 18a del DRAE, pero la incorporó a su edición manual e ilustrada, precedida de corchete y localizada en Cuba y Puerto Rico; es de notar que se emplea también en el Río de la Plata.

13 AFRONEGRISMOS RIOPLATENSES 39 dice: Era Difunto por naturaleza huraño y callado, y por eso tal vez era bozal como un colla (35). Con el significado de "negro recién sacado de su país figura en el Diccionario de la Academia desde la edición llamada de Autoridades (1726); se trata, por lo tanto, de una voz española con/'algunas acepciones americanas. n/escobero. La función de director o bastonero en los bailes de negros la desempeñaba un individuo que, por haber adoptado una escoba en vez del bastón, fue denominado escobero. Vicente Rossi (Cosas de negros', pág. 76) y Rubén Carámbula (Negro y tamibor, Buenos Aires, 1952, págs y ) hablan del escobero, verdadero tambor mayor de las comparsas montevideanas de negros luibolos, que hace malabarismos con( su escoba. \/Gramillero. Recibe el nombre de gramillero, en las agrupaciones carnavalescas de negros lubolos que todavía desfilan en Montevideo, el individuo que representa el médico o hechicero (llamado quimboto entre los congos). E l nombre se debe a las hierbas medicinales, o sea, yuyos o gramillas, que emplea para las curaciones. El gramillero viste sombrero de copa y levita negra, lleva grandes anteojos y barba blanca, un maletín que contiene los yuyos en la mano izquierda y un bastón en la derecha. s/bscobero y gramillero son palabras que carecen.de historia, pues su uso ha sido siempre oral. Morana_&q. Término eufemístico usado desde el siglo x v i, para designar a los negros. El desconocimiento de la historia del vocablo ha causado más de un error; no ha faltado quien haya imaginado que moreno era producto "del lenguaje recatado de los gauchos (36) y otro supuso que se trataba de una creación de los propios negros (37) del Río de la Plata. ('3S) Véase Panorama del Cuento Nativista del Uruguay, selección de Serafín J. García, Montevideo, 1943, págs Manuel P. Bernárdez, Narraciones, Montevideo, 1958, pág. 147, (36) Edmundo Wemicke es el imaginativo autor (véase Lanuza, Morenada, pág. 176). (37) Vicente Rossi escribió: en lenguaje rioplatense, moreno, refiriéndose a color de piel, es riguroso sinónimo de negro, adoptado entre las per-

14 b o l e t í n d e l a r e a l a c a d e m i a e s p a ñ o l a Horacio Jorge Becco puso las cosas en su lugar al señalar que en el Lazarillo de Torwies y en las Novelas Ejemplares de Cervantes se encuentran antecedentes del empleo de moreno con el significado de 'negro (38). Ouevedo critica esta forma de expresarse en el Mundo por de dentro: Amistad llaman al amancebamiento, trato a la usura, burla a la estafa... valiente al desvergonzado, cortesano al vagamundo, al negro moreno (39). Por consiguiente, la voz moreno, en su acepción de 'negro, fue de empleo general en el siglo x v i y se usó tempranamente en el Plata, según muestra el pasaje siguiente de Martín del Barco Centenera, quien refiere que, en Lima, a la llegada del corsario Drake: Los negros la ocasión consideraron / y acuerdan entre sí un ardid famoso: / los frenos a sus amos les hurtaron /... Que fue concierto hecho de morenos, / Que al blanco tienen tantos desamores (40). No puede, pues, sorprender que, en el siglo x ix, los poetas argentinos Hilario Ascasubi y José Hernández usaran el vocablo (41) ni que no lo registren los vocabularios criollos, ya que la /sonas de esa raza por parecerles menos grosero (Cosas de negros, pági- / na 67). No son cosas de negro, sino cosas de Rossi. (38) Ella y un hombre moreno dé aquellos que las bestias curaban vinieron en conoscimiento... De manera que, continuando la posada y conversación, mi madre vino a darme un negrito muy bonito: el qual yo brincaba y ayudaba a calentar. Y acuerdóme que estando el negro de mi padrastro... (Lazarillo, ed. Oxford, 1877, reproducción de la de 1554, páginas 5 y 6). Enseño 'a tañer a algunos morenos y a otra gente pobre, ya tengo tres negros esclavos de tres Veyntiquatros, a quien he enseñado de modo que pueden cantar y tañer en qualquier bayle y en qualquier taberna, y me lo han pagado muy rébién (Cervantes, E l Celoso Extremeño, en las Novelas Ejemplares, Madrid, 1613, pág. 143). (39) Diccionario de Autoridades, t. IV, Madrid, 1734, s. v. moreno: Llaman también al hombre negro atezado por suavizar la voz negro, que es la que le corresponde. (40) La Argentina, Lisboa, 1602 (ed. facsimilar, Buenos Aires, 1912), canto XXII, fol. 183 recto. (41) A Hilario Ascaburi pertenecen estos versos: esos siete batallones / de morenos que1 son limes. José Hernández pone en boca de M artín Fierro las siguientes palabras: Me hirvió la sangre en las venas / y me le afirmé al moreno, / dándole de punta y hacha / pa dejar un diablo. meno (Martín Fierro, comentado y anotado por Eleuterio F. Tiscornia,

15 AFRONEGRISMOS RIOPLAT^NSES 41 palabra figura, con la acepción que estamos considerando, desde la primera edición del Diccionario de la Lengua, conocida con el nombre de Autoridades. Acerca del empleo actual de la voz informan las dos citas que siguen: Sos de por aquí, negrillo? JZi, zeñor oficial. Y o zoy Jazmín. Lo conozco, alférez apoya Tiburcio. Este munyinga vive en esa tapera. Es hijo del finao Pastor, un moreno que nos mataron en Carreta V ie ja... (Yamandú Rodríguez,. Jazmín, en Cansancio (Cuentos Criollos)} Buenos Aires, 1928, Pág- 65). De tiempo en tiempo aparecía por la estancia Bernabé, un negro viejo que se ganaba la vida tocando el acordeón en los boliches y en los bailongos de las rancherías. Para Churrinche no había en el mundo otro hombre como aquel moreno de piernas cortas (Serafín J. García, Burbujas (Cuentos), Montevideo, > Pág. 44)- \ f Mota. En el Río de la Plata, Bolivia, Chile, Ecuador, Colombia y las Antillas se denomina mota lo que el D R A E define bajo el nombre de pasa: cada uno de los mechones de cabellos cortos, crespos y ensortijados de los negros. Se trata de una acepción derivada de la que en la voz mota consigna el Diccionario de Autoridades: nudillo o granillo que se forma en el paño y se quita o corta dél para perfeccionarle con unas pinzas o tixeras. SÍ bien Garzón, Segovia, Bayo y Malaret incluyeron en sus respectivos lexicones la acepción americana de mota, la Academia española no la ha reconocido ni incorporado a sus diccionarios, no obstante ser la única voz usada en estos países del Plata, en que la expresión pelo de pasa es actualmente poco menos que desconocida. Pero nadie ha señalado estos pormenores, ni tampoco, que sepamos, ha consignado el empleo en el Uruguay de la acepción de mota que estamos considerando; para disipar toda duda acerca del uso de la voz, transcribimos a continuación algunos pasajes de escritores uruguayos donde aparece el vocablo (42): i I edición de Jorge M. Furt, Buenos Aires, Com, 1951, versos 1, , pág. 62). V 1 '(42) Garzón y Malaret registran otra acepción de mofa: 'mechón de \ lana ensortijada de cierta clase de ovejas. Yamandú Rodríguez, en. su \

16 t' 42 b o l e t í n d e l a r e a l ACADEMIA e s p a ñ o l a A l ver cruzar al liberto con sus maletas repletas, todo de nuevo y muy plantado en los lomos, sintióse tentado a gritarle con voz ronca: De dónde venís, cuervo, tan cirimonioso? Véanlo! exclamó otro----con las motas muy peinadas y las maletas, que revientan (Eduardo Acevedo Díaz, Nativa, '[Montevideo, 1890], ed. Biblioteca Artigas, Montevideo, 1964, pág. 172). Las pobres negras casi esclavas pasaban sin transición del llanto ocasionado por los tirones de las motas a la alegre carcajada (Javier de Viana, Gaucha '[Montevideo, 1899], edición O. Bartani, Montevideo, 1913, pág. 1Ó9). No dijo Pancha sonriendo y acariciándole las motas al negro. M i negro siempre jué gallo (Carlos Reyles, Hl galocho florido, Montevideo, 1932, pág. 191). En la Argentina nos basta con mencionar los siguientes versos del Martín Fierro, de Hernández: Y vino ciego el moreno. / Y en el medio de las aspas / Un planazo le asenté / Que le largué culebriando / Lo mesmo que buscapié. / Le coloriaron las motas / Con 'la sangre de la herida (versos ). L a primera documentación de la voz corresponde a un anuncio aparecido en el Diario de la Tarde, de Buenos Aires, del ó de febrero de 1835, en el que se ofrecía gratificación a quien proporcionara informes sobre la parda criolla llamada Isabel, estatura algo alta, delgada, ojos negros, poca mota, pie chico, color pardo olaro, picada de viruelas, vestido de muselina ordinaria, etc. (43). / cuento Jazmín, emplea la/ voz en esta acepción, según muestra el siguiente pasaje: Ti acordás de aquella ucasióm ejn. que tu tata, que Dios guarde, / le sumió la daga a la ternera matíhorra? A l balido que pegó di pobre vicho j se le desenriedarow las motas (Cansancio, Cuentos Criollos, Buenos Aires, / 1928, págs ). f (43) Cita de José Luis Lanuza en Morenada, pág. 91. No debe sor- prender la aparición, un poco tardía, del término mota, porque hasta en- < tonces parece que sólo se usaba la voz pasa, conforme se desprende de los dos ejemplos siguientes: \ En un número de B l Monitor, diario político y literario, que redactaba \ en Buenos Aires don Pedro de Atigelis, un padre de familia se lamenta \ de los peinetones que tiene que comprar a.su mujer y a sus hijas, sin \contar con las trompudas de mis negras, que también llevan peinetas, r

17 AFRONEGRISMOS RIOPLATFNSES 43 Motoso, sa Se dioe de la persona que tiene el cabello ensortijado como los negros. Segovia y Garzón atestiguan su uso en el Plata; Torcano Mateus (44), en el Ecuador, Colombia y Andalucía. Los siguientes pasajes acreditan su empleo en la Argentina y el Uruguay: Era un zambo motoso, siete pies de alto, gordo como un pavo cebado Lucio V. Mansilla, Una excursión a los indios ranqueles, t. II, pág. 131). ] Cállate comadreja replicó el negro al pasar porque no he de complacerte!... Oigan al chumbo! Motoso... Rabudo (Eduardo Acevedo Díaz, Nativa [Montevideo, 1890], ed. Montevideo, pág. 174). Idéntico significado tiene motudo, que K any (45) y otros lexicógrafos localizan en Chile, aunque también se emplea en el Uruguay. A su llamado, una motuda cabeza se dibujó en el hueco oscuro de la puerta como una mancha más densa (Mauro Bardier Indart, Lobos, Montevideo, 1946, pág. 50). A veces también se emplean los vocablos porra y porrudo para referirse al cabello del negro; no obstante, estas voces no pueden ser consideradas como negrismos, pues no se aplican al negro con carácter exclusivo. Según señala certeramente Tiscornia (Martin Fierro comentado), esas voces se aplicaron en sentido recto a las crines, cerdas o pelo largo y enredado de los animedias de seda y las pasas muy peinadas (cita de José L. Lanuza, en M-orenada-, pág. 91). En 1844 estuvo en la cárcel, por orden de Rosas, su esclava cocinera María R osa; en el informe policial se da la siguiente descripción: Es morena, viste pollera de coco punzó, con pañuelo de taparse de coco punzó, con pañuelo de seda punzó en el cuello, con zapatos de hombre, sin medias; su pelo pasa lacia, con divisa federal (Lanuza, Marenada, pág. 138-). Las citas que anteceden demuestran concluyentemente que en el lenguaje escrito no.se empleaba la palabra mota sino la voz académica pasa. (44) Humberto Toscano Mateus, E l Español en el Ecuador, Madrid, 1953, págs Antonio Alcalá Venceslada, Vocabulario Andaluz, Madrid, 1951, confirma su uso en Andalucía. (45) Charles E. Kany, Semántica Hispanoamericana, Madrid, ' 1963,

18 44 BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA males; por traslación se dijo más tarde de ia cabellera enredada las personas, pero no de los negros solamente, bien no son negrismos exclusivos, fue el tratagente de color empleaba preferentemente. La primera es aféresis y apócope de señor y la segunda, aféresis y síncopa de señora. El cronista don Isidoro de María confirma lo que antecede cuando expresa que en el antiguo Montevideo "el don no se daba a /cualquiera, sino a las personas de alguna posición social' aventajada, y en que el ño fulano era de uso común en las clases inferiores (46). En Los tres gauchos orientales, Antonio D, Lussich hace alternar a sus interlocutores el trato de don y el de ño; así el gaucho Julián Giménez dice unas veces: "Medio crudo es ño José (verso 1.394), y en otro lugar: "Largue tanta compradada, / Don José, y siga la danza (versos ) (47). Todavía sigue usándose entre los morenos si nos atenemos a Mauro Bardier Indart, que le hace decir a uno de ellos: "Ahora tampoco es fea, verdad ño Raúl? (48). Tío, tía. Era el tratamiento que se aplicaba hasta fines del siglo pasado a los negros viejos y dignos de aprecio. Y o la recuerdo todavía dice Sansón Carrasco a tía Catalina, con su canasto de caña tejida equilibrado en la cabeza sobre un rodete de trapo, contoneándose por esas calles, con su rebozo a media espalda y la mano apoyada en -la cadera (49). Isidoro de María, al referirse a los reyes negros de los candombes, nos dice que "en el trono aparecían sentados con mucha gravedad el rey tío Francisco Sienra, o tío José Vidal, o tío A n tonio Pagóla con su par de charreteras, su casaca galoneada y su calzón blanco con franja y sus colgajos con honores y decoraciones sobre el pecho. A su lado la reina tía Felipa Artigas, o tía Petrona Durán o tía María del Rosario, la mejor pastelera, con su vestido derango, su manta de punto, su collar de cuentas _ / (46) Isidoro de María, ob. cit, vol. I, pág. 38. (47) Antonio D, Lussich, Los tres gauchos orientales,. Buenos Aires; 1872, ed. Montevideo, 1964, págs. 64 y 65. (48) Mauro^Bardier Indart, Lobos, Montevideo, 1946, pág. 51. (49) Artículos, Montevideo, 1884, ed. 1953, pág. 315.

19 AFRONEGRISMOS RIOPLATFNSFS 4.5 blancas o su cadena de oro luciendo en el cuello de azabache, y las princesas y camareras por d estilo (50). Q uedanaün mucfibtn^riáe5os' porlxatar, corno sirigonza, enfermedad que hacía presa en los negros acabados de reducir a la esclavitud y los diezmaba (51); pieza, unidad comercial en la trata de esclavos ; liberto, el esclavo manumitido-, y otras voces que dejaremos intencionadamente a un lado para entrar de inmediato a estudiar los auténticos afronegrismos rioplatenses, que son los que siguen/ 1 Banana. Esta voz designa la planta Musa paradisiaca Linneo y sutruto; ambos son conocidos en España y algunos países de América (Santo Domingo, Cuba, Venezuela, Colombia, el Ecuador y el Perú) con el nombre vulgar de plátano. Da Academia Española incorporó la voz banana a su Diccionario en 1884 (12a edición) y a partir de la 13a edición agregó la siguiente etimología: voz formada por los indios chaimas, de balatana, corrupción caribe de plátano. E l étimo se debe a Julio Calcaño, quien explica la formación de la palabra dé la siguiente manera: Dos indios, digo, corrompieron la voz plátano. El cumanagoto lo llamaba curatane; el goagiro, prana y pu-rana; el caribe, balatana; el galibí, paratanón, parantana y balatana; el aruaca, platena; el rucuyano, parurú; el carijona, parú; el piapoco, paratuna; el baré, parana y palanu; el puinavi, saua; el piaroa, parurú; el guaraúno, simó; el cariniaca, palulú; el chaimas, balatana y banana; y así las demás lenguas y dialectos indígenas, derivando la voz bárbaramente, casi todos, de la castellana plátano. Dos chaimas, que designan el plátano con la corrupción caribe balatana, son los qué llaman banana al cambur. Los chaimas están en la costa de Venezuela, cerca de las Antillas, y por ello, los isleños franceses han dado al idioma francés como indígena la palabra banane (52). Lástima grande que semex / (50) Montevideo antiguo, t. I, pág (51) Lanuza, Marenada, pág. 50. (52) Julio Calcaño, E l Castellano -en Venezuela, Madrid, 1950; párrafo 619, pág Contrariamente a lo que supone Calcaño, todo inclina a admitir que ha sido la voz balatana la que, por etimología popular, ha dado origen a plátano. Entre los elementos confirmatorios debe mencionarse la apari-

20 BOLETÍN d e l a r e a l a c a d e m ia e s p a ñ o l a jante alarde de erudición sea completamente estéril y sólo haya servido para confundir a 'la Academia Española, pues el origen de banana no es el que indica Calcaño, ni fue a través de los chaimas como adquirieron la voz los franceses. Corominas comienza por declarar que es voz de origen incierto ; reconoce, más adelante, que parece provenir de una lengua del Oeste de África ; y, finalmente, 'admite que las últimas investigaciones de Friederici, consignadas en su obra Amerikanistisches Wórterbuch (Hamburgo, 1947, págs.,74-75), confirman el origen africano. Consecuente con lo expresado, Corominas, en el último volumen de su Diccionario Crítico Etimológico (Madrid, 1954, t. IV, pág. 1100), incluye banana 'en el grupo de 'los afronegrismos. N o nos ha sido posible consultar la citada f ción de la voz plátano en América; en efecto, la palabra se halla documentada por primera vez en 1526, en el Sumario de la Historia de Gonzalo Fernández de Oviedo: Hay asimismo unas plantas que los cristianos llaman plátanos, los quales son altos como árboles y se hacen gruesos en el tronco como un grueso muslo de un hombre, o algo más, y desde abajo arriba echa unas hojas tonguísimas y muy anchas, y más de diez o doce palmos de longura; las quales hojas después el aire rompe, quedando entero el lomo dellas. En el medio de este cogollo, en lo alto nasce un racimo con quarenta o chiquen ta plátanos, más o meno.s, y cada plátano es tan luengo como palmo y medio y de la groseza de la muñeca de un brazo (edición Madrid, 1942, págs )..Entre las personas cultas el nombre de plátano despertó tempranamente resistencia por su notoria impropiedad; Pedro Mártir expresaba: Le llaman plátano, aunque se diferencia muchísimo del plátano y no tiene parentesco ninguno con é l: como que el plátano es uin árbol sólido y ramoso, más frondoso que los demás árboles, estéril, alto, recio, vivaz, como es de creer que Vuestra Excelencia lo habrá oído alguina vez; pero este otro, conforme lo he dicho, es casi inútil aunque no de fruta, poco frondoso, muere cada año, es frágil, tiene sólo un tallo, sin ramas, echa pocas hojas... (Década V II, libro V II, capítulo I, Buenos Aires, 1944,'"página 548). Por su parte, Fernández de Oviedo formuló parecidas observaciones: Hay una fructa que "acá llaman plátanos, pero en la verdad no lo son, ni éstos son árboles, ni los avia en estas Indias, e fueron traydos a ellas; mas quedarse han en este impropio nombre de plátanos... segund he oydo a muchos fue.traydo este linage de planta de la ysla de Gran Canaria, el año 1516, por el reverendo padre fray Tomás de Berlanga, de la orden de los Predicadores, a,.esta cibdad de Santo Domingo (Historia General y,natural de las Indias, t. I, Madrid, 1851, págs ).

21 AFRONEGRISMOS RIOPLATENSES 47 obra de Friederici, y en la que escribió anteriormente, titulada Hiljszvorterbuch für den Amerikanisten (Halle, 1926), nada aclara acerca del origen de banana. Pero la historia de la palabra, basada en documentos auténticos, y la bibliografía a nuestro alcance no dejan lugar a dudas acerca de la procedencia de la voz y a la vez confirman que desde el siglo x v i estaba perfectamente aclarado su origen. Mientras los españoles usaban la voz plátano, los portugueses comenzaron por aplicar a la planta el nombre de higuera de la India y a sus frutos el de higos de la India, pero pronto se impuso la voz banana, que aparece hacia 1541 en la obra de un español: el Islario de Alonso de Santa Cruz; en el Islario se atribuye a la Guinea él origen de la voz banana, lo cual no impide que al tratar de la isla Española aplique a la misma planta y fruto el nombre de plátano (53). El pasaje del Islario que contiene la voz que nos ocupa es elsiguiente: ay en la ysla de Santo Torné un género de planta que se dize vananera, que coge mucho la humidad de la tierra; lleua un fruto que se dize vanana, que es el propio pan de la tierra, que, quitándole la cáxcara y metiéndolo de baxo del rrescoldo como batatas y ñames, tiene el mesmo sabor (Ms. de la Biblioteca Nacional de Madrid, Reservado 38, fol. 246 verso). El portugués García da O'rta, en su obra Coloquios dos simples e draguas e cousas medicinaes da India (Goa, 1563, coloquio 22), coincide con Santa Cruz al escribir: Tambem ha este figuos em Guiñé, ehamam-lhe bananas (54). (53) Los nombres de higuera e higo de la India aplicados al banano y a la banana, respectivamente, los hallamos en la Descripción de las reinos, costas, puertas1 e islas qv\e hay desde el cabo de Buena Esperanza hasta los Leyquios, manuscrito de la Biblioteca Nacional de Madrid atribuido a Fernando de Magallanes (Madrid, 1921, págs. 18 y 99); también aparece el nombre de higos en el relato del primer viaje alrededor del mundo escrito por Antonio Pigafetta; defectuosas traducciones hacen aparecer en el texto tía palabra banana, pero en el original italiano dice lo siguiente.: Quando visteno la cortesía del capitano, li presentarano' pesci, uno vaso di vino di palma, che lo chiaimano vraca, fichi piú lunghi d un palmo e altri piu piccoli, piü saporiti e due cocchi (II Primo Viaggio Imtomo al Mondo, Milano, 1928, pág. 120); la longitud de estos higos es lo que permite identificarlos con las bananas; cf. págs. 171, 180, 197, 239, 255, 249. (54) Sebastián Rodolfo Delgado, en el Glosario Luso Asiático, ex-

22 4-8 BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA Otro pasaje de la obra de García da Orta confirma la identificación al mencionar que los árabes le llamaban Musa: Nasce in Ganara, in Decan, in Guzerate & in Begala; sono da loro chiamati Quelli. Nasce parimente in Malauar; doue se gli dice Palan; e in Malaio, doue se gli dice Pizan.-Nasce in molti altri luoghi, & in Africa ancora, in quella parte chiamata Guinea, doue lo chiamano Bananas. Gli arabi chiamano questo frutto Musa oueramente Amusa; cosí l hanno chiamato Auicenna, Sef,apione e Rasis, che hanno per particolar capitolo scritto di questo frutto (55). Por su parte, Charles de l Écluse, más conocido por su apellido latinizado de Clusio, en su traducción del libro de García da Orta, agrega: In Lisbona, doue n ho alcune piante vedute, benché infruttifere, si chiama ancora adosso figuera Bananas (56). Poco después, Cristóbal de Acosta, en su Tratado' de las Drogas y Medicinas, Burgos, 1578, confirma lo dicho por García da Orta al expresar: Llámanle en el Malabar, Palao; en Decanin, y en Guzarote y en Bengala, Queli; y en Canarin, Q ueli: los Malayos, Pissaon; Arabio, Musa, vel Amusa; Auicena, Serapio y Razis le llaman el mismo nombre; los Portugueses llaman a uno de estos higos Cenorins, a otros Cadelins, y a otros Chincopanoes, en Guinea, Bananas; y los Cafres de Qofala, Inninga. El propio nombre de qualquiera destos higos, entre los Arabes y Parsios (según me certificó un curioso médico natural de Ormuz) es M ous; y a la Higuera, Daracht M ous; y dixo' que Musa vel Amusa es corrupto. Tiene este hermoso y apazible árbol, diez y ocho o veynte palmos de alto; el qual consta de presa: O nome portugués do fruto, mais antigo e mais vulgarizado na Asia, é jigo da India, que posteriormente foi suplantado em Portugal pelo de banana (55) Transcribimos el pasaje tomándolo de la traducción italiana anotada por Carlos Clusio y publicada en Venecia el año 1576; el pasaje corresponde al folio 80 vuelto. No pudimos consultar la edición portuguesa princeps. (56) La traducción de Clusio del libro de los simples de Orta fue publicada en Amber.es en 1567 (Hoeffer, Histoire de Ict Botanique, París, 1882, pág. 138), pero nuestras citas pertenecen a la traducción italiana de X

23 AFRONEGRISMOS RIOPLATENSES 49 ayuntamiento de muchas cortezas contiguas unas con otras. Su tronco es grueso del grossor de la pierna de un hombre, la rayz redonda y gruessa: Mantenimiento muy familiar a los Blephan- tos; su hermosa hoja es verde clara por la parte interior y más obscura por la exterior. Tiene hasta nueue palmos de largo, y dos y medio de ancho... No da este árbol más que vn solo ramo de higos, el qual tiene de ciento hasta dozientos (57). Aparte de los testimonios que anteceden, tanto Fernando Ortiz como Jaeques Raimundo probaron antes que Friederici la afri- canidad del vocablo, indicando que procede de la región de Guinea y proximidades, pues en las lenguas walofo, fula y mandinga (Sierra Leona y Gambia) se dice banana; en sussi o susso banani; en las lenguas vei y limba o iembé, baña (58). La difusión del vocablo no se efectuó desde Portugal, pues, como ya señalaba Clusio, las plantas llevadas a Lisboa no daban fruto. En cambio, en el Brasil la planta se aclimató fácilmente y creció al lado de las especies americanas (59), llamadas pac ovas en tupí; en el gran centro esclavista que era Brasil, los negros preferían para su alimentación las bananas introducidas del Á frica (pertenecientes a la Musa paradisiaca, subespecie sapientum, caracterizadas por ser comestibles al llegar a la madurez) a las pacovas indígenas (pertenecientes a la Musa paradisiaca, subes- / (57) Ob. cit., capítulo IX, págs ; en la página 73 hay figura de / la planta. (58) Según Corominas, en 1947 llegó Friederici a la conclusión de que banana es voz perteneciente a la región de Guinea; Fernando Ortiz llegó al mismo resultado en 1924 y Jaeques Raimundo en 1933, lo cual no puede sorprender, pues ya desde el siglo xvi el hecho era conocido. (59) Aunque no era nuestra intención tratar el problema botánico del origen' de la planta, la estrecha vinculación existente entre las cosas y sus nombres nos obliga a indicar, de pasada, que la Musa paradisiaca procede del Asia, donde su antigüedad y espontaneidad son reconocidas unánimemente. El cultivo dd banano en el África y en las islas del Pacífico se admite que es muy antiguo y data verosímilmente de la invasión bantu (Guyot, Origine des Plantes Cultivé es, París, 1949; págs., ). En lo relativo a América, se haj discutido mucho si se cultivaba la banana én el Nuevo Contiente antes del descubrimiento ; hoy se reconoce que en ep Brasil existían especies indígenas a la llegada de los portugueses.

24 BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA pecie normalis, cuyos frutos han de comerse cocidos o asados) (6o). Desde el Brasil, la voz, junto con la fruta, fue llevada a los países limítrofes: parte oriental de Venezuela, el Uruguay y la Argentina. La voz banana es, por consiguiente, un afrobrasileñismo. La primera documentación de banana en el Brasil es del año 1576 y se halla en la Historia da Provincia de Santa Cruz, de Pedro Magalháes de Gandavo, donde se lee: huma planta se da tambem nesta provincia, que íoy da liha de Sam Thomé, com a fructa da qual se ajudam muitas pessoas a sustentar na térra. Esta planta he muy tenra e nam muito alta, nam tem ramos, senam humas folhas que setráo de seis ou sete palmos de comprido. As fruitas della se chaman bananas: parecense na feicao com pepinos e crianse en cachos (61). Gabriel Soares de Sousa distingue perfectamente la fruta indígena de la importada, según se desprende del siguiente pasaje: Pacoba dice é urna fruta natural desta térra, a qual se da em urna arvore muito molle e fácil de cortar, cujas folgas siáo de doze e quinze palmos de comprimento e de tres e quatro de largo; as de junto so olho sao menores, muito verdes urnas e outras, e a arvore da mesma cor, mas mais escura; na India chaman a estas pacobeiras figuairas e ao frueto figos. Cada arvore d estas nao dá mais que um só cacho que pelo menos tem passante de duzentas paoobas, e como este cacho está de vez, cortam a arvore pelo pé. Y más adelante agrega: As bananeiras tem as arvores, folhas e criaclao como as pacobeiras, e nao ha ñas arvores de urna as outras nenhuma differenca, as quaes foram ao Brasil de S. Thomé, aonde ao seu fruto chaman bananas e na India chamam a estas figos de horta, as quaes sao mais curtas que as pacobas, mas mais grossas e de tres quinas... Os negros de Guiñé sao mais í (66) F. C. Hoehne, Botánica e Agricultura no Brasil no secwlo X V I, Col. Brasilitma, núm. 71, Siao Paulo, 1937, págs. 121, 152 y 233,. / (61) Hoehne, <ob. cit., pág Nos referimos, claro está, a la apa- ción de la voz banana, pues la primera, mención de la planta y fruto bajo ' los nombres de pacoveira y pacova datan de 1556, fecha en que André \ Thevet publicó. Sñigularitez de la Franee Antaretique, donde se los men- \ ciona (Hoehne, ob. cit., pág. 120).

25 AFRONEGRISMOS RIOPLATENSES 51 afíeigoados a estas bananas que as pacobas, e d ellas usam ñas suas rogas... (62). Por consiguiente, en pleno siglo x v i, García da Orta, Cristóbal de Acosta, Pedro Magalhaes de Gandavo y Gabriel Soares de Sousa coinciden en afirmar que en Guinea se le daba a la fruta de la Musa paradisiaca el nombre de banana; como los lexicógrafos ignoran estos detalles, nos hemos visto precisados a recordarlos para que no se siga repitiendo que Friederici dejó aclarado en 1947 el origen de la voz. El vocablo banano, que designa la planta y el fruto (63), es de formación posterior y simple derivado de banana; aparece documentado por primera vez en el vocabulario de voces americanas de Antonio dé Alcedo, editado en 1789: banano (Musae species), nombre de una de las especies de plátanos que hay en América, la más común y que sirve de alimento general a los...vnegros y a los indios, comiéndolos asados en lugar de pan (64). ^ ^ f. ue^a i benaue!a. Nombre de un pueblo negro de la provincia portuguesa del mismo nombre en Angola, que se distinguía por la costumbre de limar exageradamente los incisivos. Los banguelas hablan lengua quimbunda, y en ella ngela es 'cuerno y be-nguela su plural; pero, debido a la costumbre mencionada poco antes, ha pasado a significar en esa lengua 'persona desdentada y también 'persona que pronuncia mal las palabras como si le faltaran los dientes (65). Fue voz coloquial en Montevideo y Buenos Aires mientras (62) Hoehne, ob. cit., págs. 221, / (63) El D R A E, en sus ediciones 12a (Madrid, 1884) y 13a (1899), asigna a banana y banano los dos significados de planta y fruto. En la / 14^ ed. (1914), sin duda por error, ambas Voces designan únicamente la planta, con lo cual quedó sin nombre; el fruto. Desde la 15a (1925.) hasta la 18a edición (1956) banana y banana representan la planta; y mía segunda acepción de banana, localizada únicamente en la Argentina, designa la 1 fruta. Según puede observarse, la historia académica de las voces banana ^ y bananio 'ofrece curiosas alternativas y aún resta mucho por hacer. \ (64) Antonio de Aloedo, Diccionario Geográfico-Histórico de las In- \ dias Occidentales o América, 5 vols., Madrid, 1789, El volumen V con- \ tiene el Vocabulario de las voces provinciales de la América usadas en la \ obra; la voz banano está registrada en la página 22. \ (65) Raimundo, ob. cit., pág. 106.

26 5 2 BOLETÍN DE LA r e a l a c a d e m ia e s p a ñ o l a ' existieron negros banguelas, pero actualmente su uso es estrictamente geográfico. (jj^) Bjolmo Con el nombre de banjo se designa un inshjtruniento musical, especie de guitarra de cinco cuerdas, con caja redonda a modo de pandero, usada principalmente por los negros norteamericanos. El Oxford Dictionay, sin noción siquiera de su origen, le atribuye como étimo la voz griega pandoura, sin otro motivo que 'la semejanza de la forma de la caja. El nombre de banjo que se le dio en los Estados Unidos de América proviene de la palabra mbanza, voz que en la lengua quimbunda designa al citado instrumento musical (66). En el Brasil se utiliza la voz banzo.- para nombrar al instrumento, según atestigua Renato Mendonca (67). El D R A E Manual y Malaret adoptaron la grafía inglesa banjo, sin reparar en la diferente pronunciación de la consonante j en inglés y en español. Sé explica, por consiguiente, que la Academia Española incluyera la voz en su Diccionario Manual precedida de corchete y que allí continúe desde la primera edición (1927), sin indicios dé su incorporación definitiva. Pese a los reparos que nos merece la forma banjo, no se nos oculta la imposibilidad de sustituirla por banza, grafía usada únicamente en el Brasil. Es natural que en estos países de lengua española se adoptara el nombre del instrumento en el país de donde procedía directamente. Pero es hora de que mejoremos el calco y adoptemos la forma banyo, que contempla el aspecto fonético. Banjo o banyo constituye, tal vez, la única voz afronegra usada en el Plata que no ha. sido introducida por los negros esclavos, y por su forma dé incorporación y clase de usuarios merece el noihbre de (semicuitismo.) )x Batuqjá. Según "Grana da (68), esta voz tiene las siguientes acepciones: 1) Baile y mezcla desordenada de hombres y muje- (66) Chatelain, Folk-Tales of Angola, Boston y New York, 1894, pág (67) Renato Mendonca, ob. cit., pág (68) Daniel Granada, ob. cit., s. v. batuque.

27 AFRONEGRISMOS RIOPI*AT NSES 53 res; 2) baraúnda; 3) confusión, desconcierto en acciones y cosas en que intervienen muchas personas. Raimundo adjudica a la voz, en el Brasil, las dos acepciones siguientes: 1) danza de negros con zapateados, palmas, cantos y toques de tambor; 2) barullo con golpes repetidos y frecuentes. Con arreglo a los dos autores, hay coirícidencia de significados en el Plata y en el Brasil. Sin embargo, actualmente, en el Plata, la voz se usa sólo con el significado que 'le atribuyen. Monner Sans (69), Garzón,,Segovia, Bayo, Malaret y Guarnieri, que es el de 'barullo, desorden, bochinche. Respecto a su origen, Granada se pronuncia por la procedencia africana, y Garzón registra la voz como argentinismo, pero ninguno de los dos aportan pruebas de sus afirmaciones. Malaret declara que viene del portugués; Bayo, del Brasil, y Segovia informa que és en portugués un baile introducido por los negros africanos, y ya se sabe que estas danzas suelen ser estrepitosas.' Jaeques Raimundo corrobora lo afirmado por Segovia y Bayo, al decir que batuque ds un baile originario de Angola y del Congo; en los cantos que acompañaban a la danza entraba la expresión kubat uku: 'aquí, 'en esta casa ; de ella se formó batuque para designar la danza; al llegar a Mozambique, la voz fue transformada por los negros landino's en batchuque (según atestigua P. Raposo en su Diccionario Landino). Pero no todos piensan del mismo modo; dejando a un lado algunos étimos no justificados, como el araucano (70), el mismo Segovia, si bien reconoce la procedencia africana del 'baile, admite que la voz es apócope de batuquerío, voz usada én España en el siglo x v n y registrada en el Diccionario de Autoridades con la indicación de jocosa. Es interesante señalar que el Diccionario de Autoridades registra batuquério y no batuquerío. Según Malaret, en el Río de la Plata se usa también batuquear con el significado de 'meter batuque,' 'armar gresca. En el Uruguay no hemos oído nunca la voz' batuquear, que el Diccionario V O X considera exclusiva de la Argentina, con el significado de (69) Ricardo Monner Sans, Notas al Castellano en la Argentina, Buenos Aires, 1944, pág (70) Fernando Hugo Casullo, Diccionario de Voces Lunfardas y Vulgares, s, v. batuque, pág. 36.

28 54 BOLETÍN D L,A REAIv ACADEMIA ESPAÑOLA 'alborotar, 'meter batuque. Batuqueaw tiene también otra acepción, localizada por él mismo Diccionario en Colombia, Cuba, Guatemala y- Venezuela, que es batir o mover con ímpetu alguna cosa. Para Cuervo no hay duda de que batuquear es variante de batucar, especie de verbo diminutivo sacado de batir, como machucar de machar o majar, besucar de besar, y en asturiano jartucar, hartar. Este batucar agrega Cuervo - se halla en el Diccionario de Autoridades comprobado con un ejemplo de La Pícara Justina, y ha sido olvidado o desechado en las ediciones modernas (71).. La identificación de batuquear con batucar o bazucar (admitida también por Coraminas, s. v. bazucar) haría admisible la de batuquerio con batuque, señalada por Segovia, si no fuera porque los 'diferentes valores semánticos de unos y otros impiden atribuirles el mismo origen. En lo referente a la presencia dé 'la palabra batuque en el Plata, resulta difícil deslindar si fue introducida directamente desde el África por los negros esclavos o si vino desde 6l Brasil. Con arreglo al paralelismo semántico de la voz en el.brasil. Con Plata, que al principio del artículo hemos mostrado, y a su aparición en el Uruguay con posterioridad a la ocupación portuguesa, la segunda hipótesis parece más verosímil.? La primera documentación de batuque se encuentra en el f Canto patriótico de los negros en celebración de la ley de liber-. tad de vientres, compuesto por Francisco Acuña de Figueroa I en ; en esa composición se lee: Cantemo nese batuque, / 1 Con tambóle y con malimba (72). \ Desde entonces, la palabra, en la acepción de 'bochinche, barullo, sigue vigente. L a encontramos en Los tres gauchos orientales de Antonio D. Lussich (1872): Y hasta el pingo relinchaba / Si lo viera de contento, / Y diay colegí al momento / Que el batuque le agradaba (73). Y a en 1932;-Carlos Reyles la emplea en E l gaucho florido: El patrón dise que le pida a tuito vicho viviente las armas. Es 7 / (71). Rufino J. Cuervo, Apuntaciones Críticas sobre el L m gm je Boigotano, Bogotá, 1939, párrafo 316, pág f (72) Parnaso -.Oriental, ed , t. I, pág I (73) Versos

29 AFRONEGRISMOS RIOPLAT^NSEÍS 55 la orden del comisario y no quiere darle pie pa que arme algún batuqué (74). Aunque se trata de una voz eminentemente popular, no es ad- ' misible su inclusión en el lunfardo (conforme aparece en el Diccionario V O X, en Castillo y en Gobello) ni tampoco dentro del léxico campesino (Guarnieri), pues se usa tanto en la ciudad como en el campo. /JZ) Bombear v bombero. Estas voces no incluidas en el D R A E las registran Granada,. Garzón, Segovia, Bayo, Malaret y Guarnieri con los significados de espiar, 'atisbar, 'explorar5y 'observar, la primera, y de 'espía y 'explorador, la segunda. Segovia agrega bombeador que nunca he visto empleado como sinónimo de bombero en la acepción que se está considerando. Malaret localiza la voz bombear en el Perú, B olivia y el Río de la Plata, y bombero en el Plata 'exclusivamente. Granada anota también su empleo en la provincia brasileña de Río Grande del Sur con los mismos significados que en el Rio de la Plata. Provienen ambas voces del quimbundo pombe, que significa 'mensajero (75); de pombe se formó pombear (que según Raimundo todavía se usa en Goyaz) y pombeiro (cuyos equivalentes españoles son palomear y palomero); pombear y pombeiro, por asimilación regresiva, dieron bombear y bombeiro, que, al pasar al castellano, se convirtieron en bombear y bombero, con los significados ya indicados. Se trata, por consiguiente, de voces afronegras modificadas en el Brasil ; las usadas en el Plata son simples calcos de esos afrobrasileñísmos. C írob ayo, que desconocía el origen afrobrasileño de la voz bombero, forjó una etimología de las llamadas populares, basada en el sentido más común de la palabra: vigía de la pampa en las guerras civiles o contra la indiada. El atalaya tenía que subir a un palo o cucaña; de ahí el nombre de bombero que sus camaradas le aplicaban, haciendo honor á su habilidad gimnástica. /(74) E l Gaucho Florido, Montevideo, 19321, pág. 75. í (75) Bernardino José de Souza, Diccionario da Terra e da Gente do Brasil. Col. B ra silia m núm, 164, Sao Paulo, 1939, s. v. pombeiro, pági- I na 321. Cf. Raimundo, ob. cit., 5, v. bombear, pág. 107, bombeiro, pá- \gina 108, y pombeiro, pág. 149.

30 5'ó BOLETÍN DE; LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA La voz pombeiro de donde provienen bombeiro y bombero} y que todavía sé usa en el Brasil (76) primitivamente designó el encargado de buscar esclavos en el África; simultáneamente designaba en el Brasil a los que apresaban indígenas para reducirlos a la esclavitud. En 1636, el P. Antonio Ruiz de Montoya, en su Conquista Espiritual, se refiere a estos individuos en el siguiente pasaje: tuvo noticia '[el P. Romero] 'de unos tupíes que son banqueros o cajeros de los vecinos de San Pablo, a quien en lengua portuguesa llaman pomberos y en nuestro castellano palomeros, a la similitud de los palomos diestros en recoger y hurtar palomas de otros palomares (77). Granada aceptó la explicación etimológica de Ruiz de Montoya, pero negó que la transformación de pombeiro en bombeiro se hubiera realizado, como sostenía Beaurepaire-Rohan, cuando las tropas brasileñas ocupaban el territorio uruguayo ( ) y que desde el Uruguay el vocablo bombeiro hubiese sido llevado a Río Grande del Sur; para ello mostró que con anterioridad a la ocupación portuguesa ya se empleaba en 1752 la palabra bombero. En efecto, fray Pedro José de Parras, en el Diario de su viaje al Río de la Plata, refiere que al llegar al pueblo de Santa Lucía (Corrientes), habiendo descansado un rato, llamó el cura al bombero del pueblo. Por bombero debe entenderse un explorador a cuyo cargo está salir a correr el campo y traer las noticias de si hay indios enemigos por las cercanías (78). La primera documentación de la voz bombear también corresponde al año 1752.; en las actas del Cabildo de San Miguel de Tucumán se halla transcrita una carta del gobernador Martínez de Tineo en la que dice que los indios del Chaco continuaban (76) Bernardino José de Souza, loe. cit., después de abolido el comercio de esclavos, pombeiro designó en algunas partes del Brasil a los hombres que ayudaban a la fuerza pública en la búsqueda de criminales por selvas y desiertos. En otras regiones significó mercader ambulante. (77) Antonio Ruiz de Montoya, Conquista Espiritual, Bilbao, 1892, \ cap. LXX, pág \ (78) Fray Pedro José de Parras, Diario y Derrotero de sus Viajes 'Ü749-I753), Buenos Aires, 1943, pág. is9-1

31 AFRONEGRISMOS RIOPI,AT NSES 5,7 el querer invadir en dos trozos a la ciudad del Tucumán y frontera del Rosario, que tenían ya bombeadas (79). Granada dio a conocer varios empleos documentados de bombear y bombero durante la época colonial en su Vocabulario Razonado; a ellos agregaremos los siguientes: En el Diario del capitán D, Francisco Graell referente a las operaciones a que dio lugar el tratado de límites de 175 se le'e que el 22 de enero de 1756, saliendo los baqueanos a reconocer la aguada de la marcha inmediata, prendieron un indio bombero o espía de los enemigos, el cual desde río Y i venía observando nuestras marchas (80). -El P. José Sánchez Labrador escribe en E l Paraguay Ca- thólico (1772) que esperaron los Misioneros la escolta de los soldados,' expuestos cada instante a s e r' sorprendidos de los Infieles, que embiaban continuas espías, o como se dice acá, Bomberos, que casi todas las noches registraban la reducción esperando un descuido (81). En el Lazarillo de ciegos caminantes desde Buenos Aíres a Lima, su autor relata que estos pampas, y aun las demás naciones, tienen sus espías, que llaman bomberos, a quienes echan a pie y desarmados para que, haciendo el ignorante especulen las fuerzas y prevenciones de los caminantes, tanto de caballería y recuas como de carretería y demás equipajes, para dar cuenta a sus compañeros (82). Ejemplos más recientes los proporcionan Antonio D. Lussich, quien en B l matrero Luciano Santos dice: A su carpa fi llevao, / Me preguntó a quien servía... / L e retruqué que tenía / Familia (79) Manuel Lizondo Borda, Historia dei Tucwnm, Siglos X V II- X V III, Buenos Aires, 1928, pág (80) Colección de Documentos Inéditos para la Historia de España, por el Marqués de la Fuensanta del Valle, Madrid, 1892, t. 'CIV, pág (81) E l Paraguay Cathólico, Buenos Aires, 1938, pág (82) Concolorcorvo [Alonso Carrión de la Bandera], Lazarillo dfí riegos caminantes desde Bumo'S Aires as Lima, 1773, ed. París, 1938, página 52.

32 58 BOIvSTÍN D IfA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA pa mantener. / Bombero 'blanco has de ser! / Echenlo a la Infantería (83). Eduardo Acevedo Díaz también hace uso de la palabra en Ismael: Los árboles negros y tupidos, la soledad selvática, las señas misteriosas del espía o bombero colocado a la entrada del monte (84). Yamandú Rodríguez, en su cuento El invitado de harriera, hace exclamar al protagonista: Esta mi estancia parece apestada... Pa vino que llega aquí, de equívocao las más de las veces, la miran dende lejos y siguen camino adelante cinco o seis cristianos al año... Dejuro que se santiguan al bombearla y castigan... (85). Conforme se desprende de las citas que anteceden, tanto bom^ béar como bombero se usan preferentemente en los medios campesinos (86); jgs) Buhonero. Isidoro de María, en 1880, al describir la Plaza de la Verdura menciona las siguientes clases de zapallo: criollo, bubango, de tronquillo y andaí (87). Con el nombre de bubango se reñere evidentemente al llamado en la Argentina sapallo de Angola, que se caracteriza, según Garzón, por' tener la cáscara dura y resistente al frío, a diferencia del criollo, qué la tiene blanda; su carne es hebrosa, blanda y aguachenta. Es la única mención del nombre afronegro de esta variedad de zapallo. Actualmente nadie le aplica este nombre ni lo registra ningún diccionario. / / (83) Los tres gauchos orientales, versos de E l matrero Luciano Santos. (84) Ismaél, Montevideo, 1930, pág (85) Cansancio, pág. 49. Yamandú Rodríguez parece sentir especial predilección por el verbo bom bearpues aparece varias veces en los cuentos de esta obra, págs. 62, 88, 126, 161 y 190. (86) Prescindimos de algunos autores cuyo conocimiento de estas voces es muy superficial. T al ocurre con Corominas, que considera erróneamente a bombear y bombero derivados de bomba ''máquina para elevar agua ; es enteramente fantástica la vinculación con el verbo inglés to ptmp 'usar la máquina de elevar agua, la bomba. Según hemos mostrado, bombear no deriva de bomba. La semejanza entre dicha voz y to pump es simplemente un parecido que los biólogos denominan de convergencia, jpero no de oñgpn. V (87) Montevideo antiguo, t. I, pág. yo.

33 AFRONEGRISMOS RIOPLATENSES 59 Cabinda, Es el nombre de un distrito de la colonia portuguesa de Angola, situado al norte del río Congo, y el gentilicio de los indígenas de la misma región, cuya lengua es la congoleña. Según ya se dijo, el poeta Francisco Acuña de Figueroa, al nombrar a los distintos pueblos negros que formaban la población de esclavos de Montevideo en 1834, menciona a los calinda en la siguiente estrofa de su Canto patriótico de los negros: Compañelo di candombe, pita pango e bebe chicha, ya le si jo que tiengüemo ne si puede sé cativa poleso lo Camundá, lo Casanche, lo Cabinda, lo Banguela, lo Monyolo, tulo canta, tulo glita. También menciona a los cabinda el cronista Isidoro de María en su Montevideo Antiguo. No poseemos datos acerca de la existencia de este pueblo negro en la Argentina, pero sí en el ^Brasil (88). ' Cacimba, casimba, cachimba. La voz cacimba, de la que casimba y cachimba, según veremos, son meras variantes, designa un hoyo que se hace en las playas o lugares húmedos para acumular en él agua potable. En 1726 la Academia Española registró eñ su Diccionario de Autoridades la voz cacimbas con el significado' de baldes u otras vasijas con que se saca el agua que hace el navio, quando es tanta que no se puede agotar con las bombas ; pero >en la primera edición del D R A E (1780) la voz fue suprimida y no volvió a ser incorporada hasta la 13a edición (1899), con las dos acepciones ('pozo y 'balde ) y el étimo: de caso (89). Cacimba figura con sus dos acepciones en el Diccionario Marítimo Español (1831) y en él se, indica que la de 'balde era ya / (88) Mendon^a, ob. cit., pág I (89) D'e la segunda acepción de cacimba, hoy desusada, no volveremos a ocuparnos, pero creemos interesatate destacar que también proviene del quimbundo, en cuya lengua balde es k is a m b u de donde se dijo cagamba i (usada aún en el Brasil, según Raimundo, ob. cit., pág. -109) y de ella, por \ confusión, se originó cacimba. \

34 6o BOLETÍN DE LA r e a l a c a d e m i a e s p a ñ o l a entonces anticuada, aunque sigue en el D R A E (18a ed.) sin ninguna anotación. La primera documentación-es del año 1687; en el Diario de los descubrimientos en el golfo de México de Andrés del Pez se dice: en este río halláronse algunas cacimbas y huellas de pisadas de gente descalzos (90). En el Uruguay aparece por primera vez en 1737 en un documento portugués; se trata de da carta del brigadier Andrés Ribeiro Coutinho, en la que se lee: resolveo o Brigadeiro hir ver na Bahia de Maldonado se a sua Ilha ou térra firme havia capacidade de fazer hua fortificacao... e passando a Ilha achamos hum punhado de areia sustentado por varias partes de rocha, sem lenha nem mais agoa que a de casimbas, que 'entre salobre e barrenta nao possa se manter a 40 ou 50 homens (91). Las dos citas que anteceden muestran que la voz era usada indistintamente por españoles y portugueses a fines del siglo x v ii y principios del x v iii. Hasta entonces, para designar ese mismo tipo de aguada, se había usado en toda América la voz taina jagüey (que adquirió en Chile y la Argentina la forma jagüel) (92). Pero estos ejemplos nada revelan acerca del origen dé la voz si no se tienen en cuenta ciertos factores circunstanciales. Estos factores están constituidos por el empleo de cacimba o casimba- en América y no en otros continentes. Y a Corominas, al hablar de este vocablo, sugirió que cabría la existencia de dos focos de difusión, uno brasileño y otro cubano. Repárese que esos focos corresponden a los dos centros esclavistas más grandes de América ; a ello hay que agregar la aparición tardía de la voz (que excluye pueda tratarse de un indigenismo) y, por último, la pre- (90) Colección de Diarios y Relaciones para la Historia de los Viajes y Descubrimientos. Instituto Histórico de Marina, Madrid, 1944, tomo IV, pág (91) Jonathas da Costa Regó Monteiro, A Colonia do Sacramento, Porto Alegre, 1937, tomo á, documento núm,.42, págs (92) No podemos detenernos en la historia de la voz jagüey y su variante jagüel, porque saldríamos de los límites de este trabajo. No hay diferencia entre jagüey y cacimba, significantes distintos de un mismo significado, o sea ejemplos de un caso concreto de onomasiología, al que algún día dedicaremos nuestra atención.

35 AFRONEGRISMOS RIOPIvATENS^S ó i senda 'en la costa africana de Angola de una localidad llamada Kasimba, situada al sur de Mossamedes. Los hechos enumerados son corroborados por la existencia en la lengua quimbunda de la voz kacimba 'pozo, fuente, compuesta de ka, prefijo diminutivo, y cimbo, denominación dada a los lugares donde se encuentra agua cavando pozos (93). En vista de lo expuesto, no nos explicamos por qué Mendonga insiste en el étimo kisima que, por razones fonéticas, no puede constituir el origen de casimba; en el mismo caso se encuentra Corominas. Granada, si bien reconoce que en el Río de la Plata decían antes cacimba, como en el Brasil, registra sólo cachimba, con los significados de pozo de corta profundidad, ojo de agua, manantial. Segovia informa que cacimba o casimba (de la voz africana kichima, pozo) se dice en la República del Uruguay cachimba y lo mismo afirma Tobías Garzón. Pero a la Academia Española, no obstante la opinión bien categórica de los mencionados lexicógrafos, no se le ocurrió otra cosa que localizar la voz cachimba exclusivamente en la Argentina, con lo cual adjudicó a nuestros vecinos la paternidad del engendro. Acerca de la formación de cachimba a partir dé cacimba sólo podemos conjeturar la probable intervención de cachimbo, voz afronegra con la que Corominas confunde la que estamos estudiando, lo que también debió de ocurrirle a los creadores de 'la variante. Durante la dominación española, en el Plata sólo se usaba cacimba. A l ejemplo de José María Cabrer, recogido por Granada, puede agregarse el que figura en el Diario de la Primera Partida de los demarcadores españoles de límites del tratado de 1777: El agua que se usa [en la villa de Río Grande de San Pedro] es de cacimbas hechas én la misma arena con una, dos o más pipas o toneles desfondados unos sobre otros. Alguna de ésta no se puede beber por lo salobre (94). i f f /(93) M. Soares, Diccionario- Brasileño, 1889 (cita de Mendan^a, ob. cit., pág. 183). / ' 1 (94) Jerónimo Becker, Diario de la Primera Partida de la Demar-

36 t 6 2 BOLETÍN DU LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA En la Argentina se siguió empleando cacimba, como muestra el siguiente pasaje de La guerra gaucha de Leopoldo Lugones: Carroñas de animales y aun de hombre inficionaban las aguadas ; los manantiales cavados adrede cegaban a su paso, viéndose obligados a practicar cacimbas en sus arenas para beber sin pepeligro (95). En cambio, en el Uruguay sólo se usa cachimba. Serafín J. García es el autor de una composición así titulada y Julio Estavillo denominó su primer libro de versos criollos Trovas de la Cachimba (96). Carlos Rey les, en E l gaucho florido, escribe: Alzó un poquito la tapa que cubría el agrietado brocal de la cachimba y pudo ver el fondo lleno de huesos y despojos de ropas (97). Otto Miguel Cioné, en su novela Lauracha, dice: Antes de irse pidió un vaso de agua al dueño de la casa. < Si quiere de la achimbaf (98). ( jí) -Cchcunda, Es voz usada en la Argentina y el Uruguay, aplicada a los negros para nombrar la parte superior del espinazo, o cuando es algo abultado. (Granada, D R A E Histórico y M a laret.) Actualmente, en el habla campesina rioplatense designa el caballo de lomo convexo, o sea, con el defecto contrario al llamado sillón (Malaret, Saubidet y Guarnieri). Coraminas sostiene que el proceso formativo de esta voz es el siguiente: por deformación burlesca de corcova y el influjo de voces semicultas como facundo, fecundo, rubicundo y, especialmente, iracundo (cualidad que se atribuye a los jorobados) se formó cor cunda = joroba, joroba do. De la forma cor cunda, preferida en el Brasil, se pasó a carcunda, forma familiar en gallego y portugués. De carcunda provendría cacunda, popular en el Brasil y en el Río de la Plata. De ser así, tiene razón Coraminas en estimar superflua la búsqueda de un origen africano a la voz cañón de Límites rntre España y Portugal en América, Madrid, 1920, tomo 1, pág, 242. (95) Ob. cit., Buenos Aires, 1950, pág. 128, iota 524. (96) Véase Panorama de la poesía gauchesca y nativista del Uruguay, selección de Serafín J. García, Montevideo, 1941, págs. 124 y 255. (97) Ob. cit.y -gkg (98) Lauracha, Montevideo, 1911, pág. 218.

37 AFRONEGRISMOS RIOPLATENSEÍS 6,3 carcunda, como hicieron el cubano Fernando Ortiz, el portugués Antenor Nascentes y el brasileño Gon-calves Viana. Pero ocurre que ni el propio Corominas ni posiblemente ningún lexicógrafo se encuentran en condiciones de probar documentalmente qüe el orden seguido fue el siguiente: corcova > carcunda > carcunda > cacunda. Por otra parte, Jacques Raimundo y Renato Mondonga han mostrado la existencia en lengua quimbunda de la voz (ri)hunda, que significa 'espaldas, en singular (el prefijo n indica en quimbundo el singular y el prefijo ma el plural, en los nombres de cuarta clase). Como el diminutivo en quimbundo se forma con el prefijo ka, de ahí surgió kakunda 'espaldita, que se emplea en el Río de la Plata en su verdadera y primitiva forma. En cambio, en el Brasil, por influjo de la voz carcunda (que aparece ya a principios del siglo x rx en Portugal con el significado de 'absolutista o 'reaccionario en los escritos de José Agos- tinho de Macedo), cacunda adoptó esa forma y luego, por contaminación con corcova, se obtuvo corcunda, que transmitió el significado de joroba a carcunda y cacunda. En consecuencia, el proceso formativo de la voz-debió de ser el siguiente: carcunda. En favor de esta hipótesis acude el argumento de que en español, lengua donde no son frecuentes en el habla coloquial las voces carcunda y corcova, se conservó sin modificaciones la forma afronegra original: cacunda. De la acepción primitiva de cacunda proporciona Serafín J. García, en su cuento Churrinche, el siguiente ejemplo: Seguramente que el negro viejo estaría empezando a chochear y por eso afirmaba semejante balaso..también, con la camasada de años que ya debía tener en la cacunda, el pobre!... (99). De la acepción secundaria encontramos en Yamandú Rodríguez el siguiente empleo: Pasan algunos toros melenos, de García, Bwfa/jas, Montevideo, 1945, pág. 48.

38 b o l e t í n d e l a r e a l ACADEMIA e s p a ñ o l a cruz erizada, bueyes cacundas y terneros con pretensiones de bravos (100). Cachimbo, ha. Es Ja pipa para fumar. Son voces académicas desde 1884 la forma femenina, y desde 1899 masculina. La forma masculina se usa exclusivamente en Venezuela (Calcaño), en el Brasil y en el Río de la Plata (101). La femenina se emplea en Canarias (102), Cuba (103), Perú (104), Chile (Zorobabel Rodríguez) y Colombia (Cuervo, Apuntaciones, párr. 983)., Respecto al origen de la voz han circulado las más variadas hipótesis. Calcaño opina que cachimbo es derivado de cacho (gacho) y, por lo tanto, voz castellana. Arona se inclina por el origen cubano. Granada le asigna procedencia portuguesa. Cuervo fue el primero en establecer que es voz africana, y son de la misma opinión la Academia Española y Segovia, pero ninguno de ellos estudió suficientemente el punto. Corresponde a los lexicógrafos brasileños el haber determinado mejor su origen. Para Renato Mendonca viene del quimbundo j3 (100) Camcmcio, Buenos Aires, 1928, E-l Agradecido, pág. 34.' (iox) En lo referente al Brasil consúltese a J. Raimundo y a R. Mendonga. En lo relativo al Río de la Plata consúltese a D. Granada, que la considera voz portuguesa, a L- Segovia (ob. cit., pág. m ), que registra las dos formas y remite al D R AE, después de consignar que es término africano usado en el Brasil. (102) Según Luis y Agustín Millares Cubas (Cómo hablan los canarios, Las Palmas, s. a., pág. 30) es voz portuguesa que sustituye a la castellana pipa (de fumar). Le agradaba su amigo con la cachimba entre los dientes (Luis y Agustín Millares Cubas, De la Tierra Canaria, Madrid, 1894, pág. 113). (103) En Cuba, según Constantino Suárez (Vocabulario Cubano, Barcelona, 1921), se usa también cachimbo en las siguientes acepciones: 1). vasija grande de metal que se usaba en los ingenios (anticuada); 2)--ingenio de azúcar pequeño, de escasa importancia industrial; 3) aplícase a cosas despreciables o de poco valor relativo. Malaret registra las tres acepciones, localizando la primera en Cuba y sin indicar que es anticuada, y dej a sin localizar las otras dos. (104) Según Arona (Diccionario de Penmdsmos, París, 1938), la voz cachimba en su acepción de 'pipa era ya anticuada en 1884, año en que publicó su diccionario; en el Perú se usa también cachimbo para designar a los componentes de la Guardia Nacional, y por extensión a cualquier militar ridículo.

39 AFRONEGRISMOS RIOPLATENSÉS 65 kixima 'pozo, 'cosa hueca, mediante el trueque del prefijo ki por el diminutivo ka. Para Raimundo es palabra formada por el.prefijo diminutivo ka y tchimbu, alteración de njimbu, nombre de una concha; señala también Raimundo que los landinos, negros de Mozambique, llaman al cencerro hecho con la cáscara del coco cjñ-imbo, cuyo diminutivo es ka-chi-imbo, que bien pudiera ser el verdadero étimo de cachimba (105). Se desprende de todo lo expresado que cachimbo y cachimba no tienen el mismo origen ni el mismo significado que cacimba si bien esta última, por influjo de la primera, adoptó en el Uruguay la forma cachimba, quedando relegado el masculino para designar la pipa. Insertamos a continuación algunos empleos de cachimbo en el Plata: Las negras lavanderas, allí en el verde, en invierno y en verano hacían fuego, tomaban mate y, provistas cada una de un pito o cachimbo, desafiaban los rigores de la estación (José Antonio iwilde, Buenos Aires desde setenta años atrás, Buenos Aires, 1944, pág. 96). Se dirigió a la cocina y supo por una negra que allí fumaba su cachimbo junto al fogón apagado que la criolla andaba por el campo (Eduardo Acevedo Díaz, Is m a e lmontevideo, 1930, pág. 1212). Hacían su fueguito con charamuscas, para calentar el agua en la calderita de fierro para el mate y encender el cachimbo (Isidoro de María, Montevideo Antiguo, 1890, ed. de 9.57, t. 3, pág. 45). Calenda. Baile de negros originario del África que estuvo muy en boga en las Antillas. Dom Pernetty, en el relato del primer viaje de Bougainville ( ), afirma que la calenda se bailaba en Montevideo, y de ahí que hayamos incluido' la voz entre los afronegrismos. En Cuba se conoce el baile a que nos estamos refiriendo con los nombres de calinda o calinga; ambas voces figuran en el Diccionario de Voces Cubanas de Constantino Suárez (Barcelona, 1921) y en el de Americanismos de Malaret. La Academia Espa- (105) Mendonga, ob. cit., págs: ,. Raimundo, ob. cit., pági-

40 66 b o l e t í n d e l a r e a l a c a d e m ia e s p a ñ o l a ñola incorporó calinda a la 16a edición del D R A E (1936) y la definió así: f. Cuba. Baile de negros a estilo africano y muy licencioso. Dos franceses transformaron calinda en calenda al pronunciar, la palabra con arreglo a las normas de su lengua. E l P. Juan Bautista Labat, que escribió el relato del viaje del caballero Des Marchais a Guinea y Cayena, efectuado en los años dé 1725 a 1727, refiere que en la isla de la Martinica los esclavos negros tenían como baile preferido la calenda, que- él suponía originaria de Ardra, pequeño reino negro del siglo x v m situado en el Dahoméy, sobre el golfo de Guinea (109). Su descripción de la danza es la siguiente: Dos participantes se disponen en dos hileras enfrentadas, las mujeres a un lado y los hombres del otro. Uno de ellos improvisaba una canción, de la cual bailadores y espectadores tomaban el estribillo, cuyo ritmo marcaban con un palmoteo general. Dos danzarines mantenían das' manos levantadas en la posición de los tocadores de castañuelas, saltaban y hacían mil piruetas, avanzando hacia la fila opuesta y retirándose inmediatamente para adelantarse de nuevo hasta que un cambio de ritmo del tambor daba la señal de un nuevo movimiento y los danzantes realizaban entonces pasos y figuras. Este baile llegó a ser tan idolatrado entre los criollos españoles de las Américas que apenas si los dejaba pensar en otra cosa. Bailan en sus iglesias y procesiones religiosas, e incluso llegan a practicarlo las monjas por Nochebuena, en unos estrados levantados exproféso en el presbiterio, tras una reja abierta para que el pueblo pueda compartir la alegría que manifiestan aquellas buenas almas en ocasión del nacimiento de su Salvador. Cierto es que no se permite a los hombres tomar parte en la danza (n o). En 1764 hizo escala en Montevideo la expedición de Bougainville, y Dom Pernetty, autor de la historia del viaje, consignó entre las impresiones que recibió en la ciudad: Hay un baile muy entusiasta'y lascivo que se baila algunas veces en Montevi- / (109) Labat, V'oyages du Chevalier Des Marchais en Guinée, Isles I Voisines et a Cayerme, fait en 1725, 1726, et 1727, Amsterdam, 173,1. (110) Patrik Leigh Fermor en su Viaje a las Antillas (Barcelona, Labor, s. a., j>ágs. 77 y 78) reproduce el pasaje transcrito del dominico \ Labat.

41 AFRONEGRISMOS RIOPLAT^NS^S 67 deo; se llama calendai, y a los negros lo mismo que a los mulatos, cuyo temperamento es fogoso, des gusta con furor. Este baile ha sido llevado a América por 'los negros del reino de Ardra, en la costa de Guinea. La descripción de la calenda de Dom Pernetty coincide con la de Labat, incluso en los pormenores de que se bailaba en iglesias y procesiones. Los comentadores de este pasaje de Dom Pernetty, aun sin saber que se trataba de una reproducción casi literal del texto de Labat, habían ya expresado sus dudas ( m ) acerca de la autenticidad de la noticia. Hoy no cabe la menor sospecha de que el benedictino atribuyó a Montevideo lo que no correspondía a la ciudad y jamás pudo presenciajr en ella. Por consiguiente, hay qüe eliminar la voz calinda o calenda repertorio de los afronegrismos rioplatenses. Catengo. La existencia de un lugar denominado Kalengo en el Africa Occidental portuguesa (Angola) y la estructura del vocablo permiten considerarlo afronegro, si bien no hemos podido determinar el significado en quimbundo, lengua a la que parece pertenecer. Se usa en las frases que lo diga Catengo! o que lo haga Catengo! con que se denota la dificultad de contestar o hacer una cosa. D e acuerdo con nuestras noticias, Adolfo Berro García es el único lexicógrafo que ha estudiado esta voz (112). Yamandú Rodríguez, en uno de sus cuentos criollos, presenta a un personaje que, derrotado en duelo, dice a su' contrincante:. Me doy por redotao. Que lo siga peleando Catengo (113). (V i icalunaa. Este término de la lengua quimbunda que significa mar, fue aplicado por los negros al Dios incognoscible de los misioneros, para ellos vago como la extensión del mar. Lo repre- / (111) Y a en 1946, José Luis Lanuza afirmó en Morenada (pág. 42) / que el testimonio de Dom Pernetty debía tomarse con cautela e insinuaba que había recogido sus informes sobre la danza de algún otro viajero. D. Horacio Arredondo, en sus Estampas del viejo Montevideo (Anales Históricos de Montevideo, tomo III, Montevideo, 1959, págs ), manifiesta su extrañeza ante las afirmaciones del fraile francés, j (112) Prontuario de voces del lenguaje campesino uruguayo, en Bole- tin de Filología del Instituto de Estudios Superiores, Montevideo, 193.7, \ tomo I, núms. 4-5, pág / \ (113) Cansancio, pág. 102.

42 68 b o l e t í n d e l a r e a l a c a d e m ia e s p a ñ o l a I sentaban por figuras y muñecos, y de allí que haya pasado en el / Brasil a significar 'ídolo, 'fetiche, a más de tener otros signifi- I cados secundarios (114). / En Montevideo no trascendió al habla coloquial y sólo se usó \ en los cánticos que acompañaban a los bailes de los negros. Se- \gún Isidoro de María, los morenos se entregaban contentos al candombe con su calunga cangúe... ese... elumbá... y otros cánticos acompañados con las palmadas cadenciosas de los danzantes, que movían piernas, brazos y cabezas (115). Según Vicen- J te Rossi, el bastonero cantaba calungan-güe y la rueda contestaba oyé-ye-yumba ( n 6). Sea como fuere, lo cierto es que, si se prescinde de los cánticos de los candombes, la voz calunga no se emplea en el Río de la Plata y sólo mencionan la palabra historiadores y folkloristas. En el mismo caso de calunga se encuentra la voz cachumbo (que también se escribe caxwmba), término quimbundo que denota inflamación de las parótidas, o sea, la enfermedad conocida vulgarmente con el nombre de paperas. En el Río de la Plata se usa como voz onomatopéyica en estribillos como el de cachimba, caracatachún, de que habla Ildefonso Pereda Valdés en sus obras La rasa negra y Mi negro rioplatense, pero fuera de ese 'empleo no tiene otros. En resumen, calunga, cachumba, borocotó y otros vocablos similares son meros flatus vocis que no merecen incluirse en los lexicones. \j^v Camunda. Por su estructura, esta voz acredita pertenecer a la lengua quimbunda, pero es posible que el término original haya sufrido alguna alteración; en tal caso, podría provenir de la voz muntu 'persona o 'gente en quimbundo y el prefijo ka, diminutivo o de concordancia. (114) Mondonga, ob. cit., pág Raimundo, ob. cit., pág Según Horacio Jorge BéCeo, calunga es una deidad conga que sacan los maracatús can ocasión de la fiesta de la Vir)gen del Rosario en di Brasil (Lexicografía religiosa de los afro-americanos, en B A A L, tomo XX, 1951, núm. 77, página 314. Arthur Ramos, en A s Culturas Negras no Novo Mwndo (Río de Janeiro, 1937, pág. 359), confirma lo que acaba de expresarse respecto a calunga. (115) Montevideo Antiguo, tomo I, pág (116) Cosas de negros, pág. 77 y nota 7 de la pág. 232.

43 AFRONEGRISMOS RIOPLATENSES La voz camunda aparece en el Canto patriótico de los negros de Acuña de Figueroa, composición de la que hemos reproducido la parte que interesa en la voz cabinda. En quimbundo la palabra camunda debe ser llana, pero 'en la antología de Luciano Lira aparece con acentuación aguda (camunda); se trata de un error, pues por exigencias de la versificación la voz ha de ser grave; a Acuña de Figueroa, hábil versificador, no puede imputársele semejante falta; se trata, por consiguiente, de un error tipográfico (117). El error hay que atribuirlo a la influencia ejercida por el apellido del negro que fue clarín de órdenes del caudillo Aparicio Saravia y que todos pronunciaban Camundá, tal vez por la influencia guaranizante que convierte en oxítonas las voces que tienen parónimos en guaraní; tal ocurre con camundá, pues en guaraní existe cumandá para designar los porotos, alubias o frijoles. H ay constancia de que en Buenos Aires se decía Camundá,4 porque con esta acentuación aguda aparece la palabra en la lista de agrupaciones negras que efectuaron una donación al Gobierno y de la que se habló al principio de este estudio. i I S)V/ Candombe. En el Río de la Plata la voz candombe designa una fiesta de negros, de carácter profano, con danzas, cánticos y toques. Se le ha querido vincular con el camdomblé bahiano; pero, si ambas fiestas tienen el mismo étimo, en cambio difieren por sus caracteríticas, ya que el candomblé brasileño es una institución religiosa de origen sudanés, en tanto que el candombe rioplatense es fiesta profana de origen bantu (118). La voz fue incorporada en 1925 a lá 15a edición del D R A E sin localización, como voz de la Nigricia y con las acepciones siguientes: 1) Baile grosero y estrepitoso entre los negros de la América del Sur. 2) Casa o sitio donde se ejecuta este baile. 3) Tambor prolongado, de un solo parche, en que los negros golpean con las manos para acompañar al baile candombe. Debemos formular al artículo los siguientes reparos: 1) la voz canj (117) Por,no haber podido consultar la edición de de B l Parnaso Oriental de Lira no hemos podido deslindar si el error se arrastra desde la "4 j primera edición de la antología o comenzó en la reedición de la obra, en \ / ' \ (118) Arthur Ramos, ob. cit., pág V

44 70 b o l e t í n d e d a r e a l a c a d e m i a e s p a ñ o l a dombe no se usa en toda la América del Sur según se desprende del contexto de la primera acepción; Malaret la localiza en la Argentina, Bolivia, el Ecuador, el Perú y el Uruguay; 2) el término Nigricia designaba en el siglo pasado la inmensa región habitada por los negros en el África que abarcaba desde el paralelo 17" norte hasta el 18o austral (Adrián Balbi, Abrégé de Géographie, París, 1847, pág. 889), y comprendía, por lo tanto, todas las familias de lenguas afronegras. Actualmente, Nigricia es sinónimo de Nigeria (Fernando Villalba y Rubio, Diccionario Geográfico Universal, Madrid, 1953) y sólo comprende la región del África bañada por el río Níger. Como puede observarse, en ambos casos el término Nigricia es inapropiado, pues en el primero, lingüísticamente, no determina nada y én el segundo designa una región donde no se hablan lenguas bantu, a las que pertenece, según se «dirá, la voz candombe. 3) El lugar en que se celebran los bailes, contrariamente a lo expresado en la segunda acepción, no se denominaba candombe. El error académico proviene del Diccionario de' Argentinismos de Lisandro Segovia, por haber sido utilizada esta obra para redactar las dos primeras acepciones de candombe. En el Montevideo colonial los negros bailaban al aire libre, y a estos lugares se los denominaba canchas; posteriormente se bailaba en locales cerrados llamados salas (119). 4) Respecto a la tercera acepción cabe observar que entre la multitud de nombres afronegros utilizados para designar las diferentes clases de tambores -y a los que nos referiremos más adelante in extenso no se encuentra el de candombe. La Academia Española, en el tomo 20 de su inconcluso Diccionario H istórico, reproduce la tercera acepción del D R A E, pero sin aportar ninguna cita de su empleo. Malaret, apoyándose en Reyles. afirma que én la Argentina, Bolivia, Ecuador y Uruguay es un- tamborcillo pequeño parecido al candombe africano '. Lo malo del caso es qué no. sabemos cómo era 'el candombe africano, ni siquiera si existió. Tobías Garzón registra la voz candombe, que define como un tamboril largo y angosto usado en las fiestas carnavalescas. Nada más sabemos acerca de esta variante. í (119) Vicente Rossi, ob. cit., pág. 82. r

45 AFRONEGRISMOS RIOPLATENSES 71 Granada registró otra acepción de candombe la de inmoral desgobierno político recogida sólo por Malaret, a pesar de que se emplea corrientemente en ambas márgenes del Plata. La voz candombe proviene del adjetivo quimbundo ndombe, que significa 'negro', y el prefijo de concordancia ka (Raimundo). En el Brasil la palabra se agudizó en candombe y produjo luego, por epéntesis, la forma, hoy generalizada allí, de candomblé, que designa, según se dijo, las prácticas religiosas y de hechicería de los negros mezcladas con danzas y comilonas (120). En el Río de la Plata ha conservado siempre da forma etimológica y ha sido palabra llana. La más antigua documentación de candombe hasta ahora co- v nocida se encuentra en la Carta de la morena Catalina a Pancho Lugares, composición poética publicada en el periódico bonaerense El Gaucho, número 8, del 25 de agosto de 1830, cuya última cuarteta dice: Y a vites ene Candombe / Que toditos lo moreno / Gritaban viva L A R O S A, / Nuestro gobernado güeno (121). En el mismo Buenos Aires se publicó en La Gaceta Mercan- / til del 5 de diciembre de 1^31 una poesía cuya última estrofa es / del tenor siguiente: Vamos a juntá, moreno, / Y vámonos a I bailá; / Que hoy es día de Candombe / Y no es día de lava (122). La primera documentación de candombe en el Uruguay aparece en la primera estrofa del Canto patriótico de los negros, de Acuña de Figueroa, publicado en 1834, reproducida por nosotros en la voz cabinda de este trabajo. A continuación insertamos algunos empleos de la v o z: Antonio D. Lussich, en B l matrero Luciano Santos, comenta: Y que habían lograo hacer / De esta patria tan ama- / (120) Arthur Ramos, ob. cit. eodem loco. Nina Rodrigues, Os Africanos I no Brasil, Sao Paulo, 1935, págs. 354 y sigs. (121) Héctor Pedro Blomberg fue quien dio a. conocer ésta y otras corn- posiciones poéticas de la época de Rosas en "E l Cancionero Federar, Buenos Aires, José Luis Lanuza transcribe la estrofa que nos interesa en \ \ Marenada, pág Luis Soler Cañas, en Negros, gcmchos y compadres ' \ (págs. 11 y 33), reveló que la cuarteta había sido publicada por Blomberg con \ alteraciones de forma. En este trabajo seguimos el texto original dado a Vonocer por Soler Cañas. \^ i2 2) Luis Soler Cañas, ob. cit., págs. 24 y 25.

46 7 2 BOLETÍN DE l a REAL ACADEMIA ESPAÑOLA da / U n candombe de negrada / Que ni Dios podía entender (123). Sansón Carrasco, en su artículo dedicado al corneta Sayago (1883), al referirse al viaje de éste a la aldea donde vivía su.padre, el reyezuelo Lucango Cabango, expresa que grandes festejos hubo con tal motivo en la aldea de Lucango. Se bailaron candombes interminables, se destaparon sendas botijas de chicha (124)., Por último, Isidoro de María refiere que en el antiguo Montevideo la costa dd sur era el lugar de los candombes, vale decir, la cancha, o el estrado dé la raza negra para sus bailes al aire libre (125). Entre los derivados de candombe merece mencionarse candombero, nombre que se aplicaba a los integrantes de las comparsas carnavalescas de negros en Buenos Aires (126). fía) Canyuengue. Del quimbundo ngenge 'inútil y la partícula concordante ka surgió canyengue. En el Brasil se usan caxirengue, caxirenguenge y otras formas que provienen de la misma voz quimbunda (Raimundo, pág. 121). Canyengue permaneció en estado latente durante mucho tiempo hasta hacer su aparidón, a finés del siglo pasado, en el ambiente del hampa porteña (127). Forma parte, pues, del léxico lunfardo y se distinguen dos acepciones: la primera está de acuerdo con el étimo de la voz y designa la cualidad de lo arrabalero; de poca clase, soez, vulgar.; la segunda indica la manera compadrona de bailar el tango ; ambas acepciones las registra Fernando Hugo Casullo en su Diccionario de Voces Lunfardas (133) Los tres gauchos orientales, versos , de E l matrero1 L u ciano Santos. (124) Artículos, pág (125) Montevideo Antiguo, t. I, pág (126) Tobía:s...Garzón, Lisandro Segovia y Roberto Arrázola (Diccionario de Modismos Argentinos, Buenos Aires, 1943) registraron la voz candombero. (127) El estado latente en los fenómenos lingüísticos ha :sido estudiado por Diego Catalán Menéndez Pídal en La Escuela Lingüística Española y su Concepción del Lenguaje (Madrid, Gredos, 1955, cap. V I I ) ; es fundamental para la explicación de los cambios lingüísticos, en cuyos pormenores no podemos entrar.

47 AFRONEGRISMOS RIOFI,AT NSES 73 y Vulgares, con ejemplos que, más que autorizar, obligan a rechazar en los medios cultos el empleo de esta voz (128). En el Uruguay se usa también canyengue, y Guarnieri incluyó la voz en su léxico campesino con la definición: baile o reunión de negros o gente de baja condición ; cabe observar que ni la definición ni el ambiente en que se sitúa 'la voz son los ade-. xuados. j jp Capanga-x Designa el guardaespaldas, el valentón mercenario. Es de uso corriente en el Brasil y de allí debió de pasar al Uruguay y al litoral argentino (129). Da etimología de esta voz no es clara; para Raimundo proviene del quimbundo kapanga, locución adverbial que significa 'debajo del sobaco, atendiendo a que los capangas llevaban su bolsa de armas debajo del brazo; también en quimbundo existe la voz capange, de pange 'hermano, y, por lo tanto, significaría 'uno como hermano ; y por último panga es él puñal, y kapanga puñal pequeño con sentido despectivo. Hasta es posible que haya concurrencia de las tres ideas (Raimundo, pág. 118). Se trata, pues, de un afrobrasileñismo, registrado en los diccionarios portugueses, pero no en los españoles. En el Uruguay su circulación es principalmente oral. En Corrientes también se designa con el nombre de capanga al capataz de los yerbales, conforme indica el siguiente pasaje de un cuento de Velmiro Ayala Gauna: De las estrechas picadas del monte vecino comenzaron a llegar los 'tariferos con sus 'raídos, o sea la cosecha de yerba, sobre las fuertes espaldas. Entre ellos, soeces y altivos, con sus altas botas, la fusta en la mano (128) Tiende a aumentar el número dé voces del lunfardo que pasan al lenguaje coloquial. Es censurable el uso indiscriminado de voces lunfardas, pues buen número de ellas :se refieren a actividades y vicios del hampa; por ello convendría que los centros docentes e instituciones oficialesi, en vez de preocuparse por alcanzar una pureza ridicula del idioma, negando el acceso de voces populares que siempre remozan la lengua, se preocuparan por impedir la penetración en la lengua familiar del léxico de los tahúres profesionales o de los tratantes de blancas. Una cosa es admitir las voces populares y otra es tolerar la invasión de un léxico carcelario que implica un nuevo factor de disolución social entre los que ya obran impunemente. (129) Luis Alberto Flores, Vocabulario de regionalismos correntinos, en BAAL,, X X III, Buenos Aires, 1958, núm. 81, pág. 408.

48 74 BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA y el revólver al cinto, venían los capangas, brutales, delegados de la autoridad del patrón (130). Capiango. En lengua quimbunda, kapiangu significa 'ladrón " (Mendonga y Raimundo). En el Brasil se sigue usando con ese significado. Segovia registró la voz en su Diccionario de Argentinismos con el significado de 'ladrón sagaz y la indicación de que es voz portuguesa. En el Uruguay hay constancia histórica de su uso en el Canto patriótico de los negros, de Acuña de Figueroa, una de cuyas estrofas dice: Y gosalán nueto sijo / La liberta bien tendila; / Cuando homble de biene, plemio, / Cuando capiango, musinga ; la transcripción en lenguaje comprensible del texto que antecede es la siguiente: Y gozarán nuestros hijos / la libertad bien entendida; / Cuando i[sea] hombre de bien, premio, / Cuando ladrón, paliza. Hacia fines del siglo x ix, la voz había caído en desuso en el Uruguay; en un artículo titulado Una caravana de bohemios, el periodista Sansón Carrasco escribió, en 1883, lo siguiente: El idioma [de la gitana] éra endemoniado; mucha k, mucha jota, y repetía con frecuencia la palabra Kaimelia, y hasta, Dios me perdone, creo que también dijo uña vez algo de Kapianga, cosa rara, porque entiendo que la joven bohemia no conoce' todavía al joven brigadier (131). Tanto la grafía dé la palabra como el sentido, poco preciso, indican que la voz ya no era corriente y así lo confirma la ausencia del vocablo en el Vocabulario de Daniel Granada. La voz experimentó en la Argentina una curiosa mutación semántica y pasó a designar un hombre-tigre (132). Juan B. Ambrosetti en 1S96 se ocupó de la leyenda del yaguareté abá o (130) Valmiro Ayala Gauna, Cuentos Correntinos, Santa Fe, 1953, página 75.. < (131) Artículos, pág (132) Berta Helena Vidal de Battini, en El habla rural de Saw Luis, sostiene que es voz portuguesa que significa 'ladrón, taimado, y en San Luis, 'hombre-tigre. Los demás lexicógrafos son menos precisos que -la señora de Battini y se refieren a un a'nimal fantástico, terrorífico (Garzón, Malaret). Majaíet atribuye la supersticiosa creencia al Uruguay, sin respaldo que justifique su afirmación.

49 AFRONEGRISMOS RIOPLATENSES 75 tigre capiango, y afirma que es común en el norte de Córdoba, Tucumán y Santiago del Estero (133). El general José María Paz refiere en sus Memorias que el vulgo atribuía al general Quiroga un ejército de cuatrocientos capiangos (134). Otro autor comenta así esa leyenda: Además el jefe [Quiroga] dispone de unos hombres que se transfiguran en tigres, auténticamente. Son los capiangos animales misteriosos que nadie ha visto, pero que no permiten duda. El jefe los suelta hombres, de noche, y al entrar al real enemigo son fieras (135). Por último, Leopoldo Lugones, en La guerra gaucha, menciona esta leyenda en el siguiente pasaje: Por las noches, cuando al amor del fogón contaba cuentos la historia del niño que salió a rodar tierras en un potrillo de siete colores, o la de los hechiceros que se transformaban en tigres capiangos cada cual,_le reconocía rasgos de padre (136). / jjj Carimbo. E s. la marca a fuego con que los negreros señala1 ban a los esclavos. La voz, con algunas variantes, se difundió por América y aun por España; en el Perú circuló la forma carimba y en Cuba calimba; la Academia Española incorporó a la 14a edición del D'RAE las formas calimba (localizada en Cuba con el significado de hierro para marcar el ganado) y carimba (localizada en el Perú y con el sentido de hierro para marcar esclavos). En la 15a edición del D R A E dio entrada a carimbo (localizado en Bolivia, 'hierro para marcar las reses ) y calimbo, derivado de calimba, con el sentido de 'calidad, 'pelaje, 'marca. A ' excepción de Cuba y Bolivia, en donde la voz carimbo o sus variantes experimentaron variaciones semánticas, en todos los demás es anticuada. En el Río de la Plata ya no se usa la voz. L a etimología no es clara; los lexicógrafos portugueses y (133) Awales de la Sociedad. Científica Argentina, Buenos Aires, 1896, tomo XLI,.págs. 321 a 334. Posteriormente :se incluyó el estudio sobre la leyenda del yaguareté abá en Supersticiones y Leyendas, Santa Pe, 1953, págs. 89 a 99. (134) Memorias, La Plata, 1892, tomo d, pág (135) Víctor Arreguine, El caballo moro de Quiroga, en la revista Caras y Caretas, Buenos Aires, 26 de agosto de 1905 (cita de Garzón, Dicciona'- rio Argentino, s. v. capicmtgo). y, - (136) La guerra gaucha, págs. 51 y 58.

50 JÓ b o l e t í n d l l a r e a l a c a d e m i a e s p a ñ o l a brasileños se inclinan a admitir que proviene del quimbundo kirimbu 'señal, 'sello (Raimundo, pág. 119), lo cual exige la transformación del prefijo ki en ka, por influencia probable de karimbu, voz de la misma lengua que significa 'tumorcillo ; el proceso sería semejante al que condujo de kisambu a cucamba 'balde (Raimundo, pág. 109). En cambio, Corominas sostiene que kirimbu sería en quimbundo un portuguesismo; cree que carimbo proviene de gálibo o gálibo, étimos dé calibre; esgrime en apoyo de su tesis la presencia en La Pícara Justina (1605) del vocablo calimbo con el sentido de 'calaña. Semánticamente es dudosa tal procedencia. Tam- Spoco está probado documentalmente que las variantes con l sean j anteriores a las formas con r. A todo ello hay que agregar que la Í estructura del vocablo y especialmente su desinencia -mbo son netamente quimbundas. Nos inclinamos, en consecuencia, por el origen afronegro de la voz, pero sin dejar de reconocer que el problema etimológico no está aún resuelto definitivamente. De carimbo y calimba se han formado los verbos carimbar y calimbar, con el significado de 'marcar. En los inventarios de los esclavos de las estancias de Juan Manuel de Rosas, levantados en 1825, aparecen, en un total de treinta y tres esclavos, cuatro carimbados con distintas marcas en la frente, carrillos, pecho o brazos (137). A l constituirse el Uruguay en país independiente se aplicó el nombre de carimbo para indicar el contramarcado con que el gobierno uruguayo señaló la moneda de cobre portuguesa que corría en el país, mientras no se la sustituyese por la nacional; he aquí cómo se refiere al hecho el cronista Isidoro de M aría: Inter se iba efectuando la operación, para que no faltase por completo el cambio menor, se recurrió al marchamo o carimibo de los cobres, asignándoseles la mitad del valor qué habían representado (138). La voz carimbo y sus variantes son de tardía aparición; en el siglo xvi, a lá'operación de marcar a fuego a los esclavos se la conocía con el mismo nombre que la del ganado: herrar. En la quinta carta de relación de Hernán Cortés, éste refiere (137) José Luis Lanuza. Marenada, pág (138) Montevideo Antiguo, t. II, pág. 118.

51 V AFRONEGRISMOS RIOPI^AT^NS^S 77 que les habían tomado ciertas mujeres y muchachos, los cuales aquel bachiller Moreno había herrado por esclavos (139). Hacia ió i2 Ruy Díaz de Guzmán escribía que despachó Domingo de Irala al capitán nuflo de chaues a la prouincia de guayrá para que redujese los naturales de aquella tierra y remediase la desorden que los Portugueses del Brasil tenían, entrando en los términos deste gouierno y asaltando los pueblos de los yndios naturales para los llevar pressos y Cautiuos al brazil, donde los vendían y berrauan por esclauos (140). Casan che. A l estudiar la voz camunda se vio que el poeta uruguayo Francisco Acuña de Figueroa mencionaba, entre los pueblos de raza negra que componían la población esclava de Montevideo, a los casanches. Se trata de una tribu negra de A n gola que se caracterizaba por la costumbre de limarse con exceso los dientes delanteros, lo que tal vez influía en su defectuosa manera de hablar. De ahí que en el Brasil la expresión jalar cassarije = hablar casan che, signifique hablar mal (Raimundo, página 110). En el Río de la Plata, la voz casancke ya no se emplea. CjjLJ/ Conga. Baile que estuvo de moda hacia el final de la segunda guerra mundial. La Academia Española incorporó la voz a la 18a edición del D R A E (1956) con la siguiente definición: Danza popular de Cuba, de origen africano, que se ejecuta por grupos colocados en fila doble y al compás de un tambor. Consta de tres pasos seguidos de un sacudimiento de todo el cuerpo. 2) Música con que se acompaña este baile. Hacia 1945, Malaret consignaba en su Diccionario de Americanismos que en las Antillas y Río de la Plata es cierto son musical afrocubano, cuya música está compuesta por tambores. La conga se difundió rápidamente por casi todo el mundo, pero apenas alcanzó a estar de moda una década. No hay certeza acerca de su existencia en Cuba antes del siglo x x, aunque sí la hay respecto a su aparición en ese país sobre ritmos afronegros. Tienen relación léxica con la conga los bailes llamados congo (13,9) Hernán Cortés, Cartas de Relación de la Conquista de Méjico, Madrid, 1922, 2.0, pág (140) La Argentina, ed. Buenos Aires., 1945, libro III, cap. I I ; página 167.

52 7'8 b o l e t í n d e l a r e a l a c a d e m i a e s p a ñ o l a y cangada. El primero sé baila en Cuba, y Pichardo registró su existencia hacia 1837, definiéndolo como baile entre dos, poco decente, música monótona, ejecutada más frecuentemente en el arpa y usada entre la gentualla del departamento Occidental (141). En cuanto a la congada, como su nombre lo indica, es danza de los negros congoleños en el Brasil; se trata de una danza guerrera en que se efectúan combates simulados con espadas. En el mismo Brasil se realizan festejos en que intervienen los negros, que se denominan congos y congados (Mendonga, página 195 ; Raimundo, pág. 1212). Fuera de su común origen afronegro, nada sabemos acerca de - J-as vinculaciones que puedan existir entre esas danzas. Concro. Viene de la voz congoleña kongu 'viejo y es el gentilicio preferido por los negros para designar a los oriundos de esa región africana, que fueron muy muchos en el antiguo Montevideo. Todavía hoy, en das fiestas carnavalescas, desfilan en Montevideo comparsas tituladas de negros congos, que evocan las antigu as agrupaciones de ese pueblo. Curimba. Apodo que se aplica a los negros en el Uruguay, según se desprende de los siguientes ejemplos. E l Dr. Roberto Bouton afirma en la Vida rural en el Uruguay: Muyinga, muleque, curimba, catinga, tisnao, tizón. Nombres que se dan a los negros (142). Guarnieri precisa algo más en su Vocabulario: Negro, especialmente negro chico. Nombre que también dan a los policías y soldados, a quienes llaman curimbas. Es posible que sea un africanismo. Por último, Vicente Rossi cree que deriva de mandinga, y escribe: En Montevideo el pueblo ha aprovechado la consonancia para apodar cariñosamente a sus negros: Munyinga, Misirindinga, Curimba, etc. (143). * Por su estructura y significado, curimba es voz afronegra, pero (141) Esteban Pichardo, Diccionario provincial casi razonado de vozes y frases cubanas, Habana, 1875 (4a edición), s. y. congo. (142) Ob. «.^-Montevideo, 1961, pág. 56. (143) Cosas de negros, pág. 224.

53 AFRONEGRISMOS RIOPLAT NSES 79 respecto a su etimología existen dudas acerca de si constituye una variante de carimbo. \Z 4) Fulo, la. E l nombre de fula o fulbe se aplica a un pueblo que ocupa toda la región del África del Norte que va desde el alto Níger alsenegal; son gente de color bronceado o aceitunado, que recuerda al de los javaneses; étnicamente no son negros (144). Debido a esta, última característica se aplica el nombre de' fulo en el Plata y también en el B ra s il a los que palidecen por efecto de la ira que-los embarga. Tobías Garzón y Lisandro Segovia registran esta voz entre los argentinismos, pero son más los lexicógrafos que la consideran portuguesismo o brasileñismo. Por falta de pruebas es difícil decidir si la voz llegó al Plata desde el Brasil, caso en el cual sería un afrobrasileñismo, o directamente del África. Malaret le asigna las tres acepciones siguientes: Panamá! Rubio. (En el Brasil di cese del negro y del mulato). 2) Argent. En lunfardo, triste, feo, malo. 3) Rabioso, pálido de ira (Fulo de raiva, dicen en portugués). Deriv. fulería: desdicha, miserias. El derivado fulería permite reconocer que Malaret confundió en la segunda acepción fulo con fulo = fulero, palabras lunfardas, lo que ha dado motivo a que ciertos autores no bien documentados incluyan a fulo entre las voces lunfardas (145). Con el significado etimológico de 'pálido, 'atónito, emplearon la voz los poetas gauchescos Estanislao del Campo: Dio en el suelo una patada, / una paré se partió, / Y el dotor, fulo, miró / A su prenda idolatrada (Fausto, versos ), y Ascasubi, Paulino Lucero, página 411, Polonia Collazo, página 14. Eleuterio F. Tiscornia, de quien tomamos los ejemplos que anteceden, agrega: Hoy fulo significa más bien rabioso, enojado (146), aun cuando ya aparece con este sentido en el si- (144) Arthur Ramos, ob. cit., pág. 340, Cf. J. Raimundo, ob. cit., página 30. (145) Nos referimos a Gobello, quien incluye a fulo entre las voces lunfardas (L<imfardía, pág. 69; Breve Diccionario Lunfardo, en colaboración con Luciano Payet, s. v. fulo). Gasullo ha corregido el error, y en su D iccionario de Voces Lunfardas y Vulgares registra la voz fiálo entre las voces vulgares.

54 8 o b o l e t í n d e l a r e a l a c a d e m i a e s p a ñ o l a guíente pasaje del Fausto, de Estanislao del Campo: Diaónde este lujo sacásf / L a vieja* fula, decía (versos ). húbolo. Nombre de una tribu negra de Angola, de lengua """quimbunda. Se trata de uno de dos escasos gentilicios negros aún usados en Montevideo, debido a la circunstancia de que a las comparsas carnavalescas de negros, cualesquiera que sea su procedencia, se les llama indistintamente de lubolos. Según Vicente Rossi la primera agrupación de blancos disfrazados de negros apareció en Montevideo en el carnaval de 1874 bajo el título de Negros Lubolos, y a ella se debió la adopción.del nombre en una y otra margen del Plata (147). Macota. Esta voz no forma parte del repertorio léxico del D R AE y sólo la registran los diccionarios de Sagovia y Malaret. Según Segovia significa caudillo, hombre de valer y prestigio en una localidad, a lo cual agrega: Este término brasilero lo he oído muchas veces en Corrientes. El Dr. Bouton reproduce casi textualmente la definición de Segovia (148). Por su parte, Malaret localiza el vocablo en el Uruguay y afirma que entre campesinos designa a la gente de la ciudad. Este artículo de Malaret adolece de dos errores consistentes en que ni la voz es exclusiva del Uruguay ni el significado que le atribuye es el verdadero. Ahora bien, es fácil equivocarse cuando los informes con que se cuenta son incompletos, y se intenta extraer la definición de una palabra deduciéndola de un ejemplo poco claro. Los errores de Malaret configuran que se trata de una voz desusada y cuyo significado es hoy poco conocido, incluso de los especialistas. La voz presenta una variante, macote, usada en Catamarca (Villafuerte), Salta (J. Vicente Solá) y Bolivia (Malaret) con el significado de 'grande. Ciro Bayo es el único lexicógrafo que al referirse a macote le adjudica origen africano ( palabra importada en el Río de'la Plata por los esclavos africanos )..(146) Los poetas, gauchescos, Hidalga, Asccmobi, Del Campo, Buenos Aires, 1945, pág. 302, s. v. fulo. (147) Cosas de Negros, págs. 106 a 1x2. (148) Roberto Bouton, La vida rural en el Uruguay, Montevideo, 1961, pág. 48.

55 AFRONEGRISMOS RIOPLATENSES 8l Proviene, en efecto, del quimbundo ma, prefijo plural de cuarta clase, y cota> que significa 'mayor. Entre los negros esclavos designó el mayoral, persona de prestigio e influencia. En el Brasil se emplea con su significado etimológico, si bien la palabra ha experimentado la consiguiente evolución semántica y significa también 'hábil5; en los estados brasileños de Minas y San Pablo designa lo que es grande en tamaño; y en Río Grande del Sur 'grande5, 'poderoso5, 'generoso5; los riograndenses indican con.esta palabra la superioridad en la suerte, en la belleza, en el tamaño, etc.: Suerte macota, tropa macota, mujer macota (149). Con el sentido riograndense de 'grande5, 'importante5, empleó, la voz Antonio D. Lussich en E l matrero Luciano Santos, hacia el año 1873: Y a me atajó! viejo cumpa j Luego se pondrá las botas / Cuando oiga cosas macotas. / Pero aura no me interrumpa (150). Con su sentido etimológico la emplea otro poeta uruguayo en la composición campera titulada E l pañuelo color mor doré; dice así don Benjamín Fernández y Medina: También su lengua era / ladina y decidora J Cuando a Miguel veía, / Miguel, indio macota, / campero como él solo / Y de fama notoria / Como cantor de décimas, / Bailarín de polkas (151). Por último, otro poeta gauchesco, E l Viejo Pancho, seudónimo de José A. Trelles, emplea la palabra en el siguiente pasaje: Bien sabe él que uno de botas / No está bien entre macotas / Ni en una r fiesta campera55 (152). iz-'t) Malungo. Esta voz no la registra ningún lexicógrafo rioplatense. Aparece en el Diccionario de Americanismos de Malaret, localizada en Puerto Rico y con significados distintos de los que tiene en el Brasil' y tuvo en el Plata, donde hoy es voz obsoleta (153). Mendonca y Raimundo coinciden en que malungo sig- (149) Para la etimología consúltese a Raimundo y Mendonca, obras citadas, y para la semántica del vocablo recúrrase a Roque Callage, Vocabulario Gaucho, Porto Alegre, (150) Versos (.151) Benjamín Fernández y Medina, Poesías camperas y serranas, Montevideo, 1912, pág. 74. (152) Paja Brava, Montevideo, 1.915, ed. 1926, pág. 21. (153) Según, Malaret (Diccionario de Americanismos), en Puerto Rico

56 o 8 2 BOLETÍN d e l a r e a l a c a d e m i a e s p a ñ o l a niñea 'compañero, 'camarada, y en que es término congoleño. Respecto a la etimología, Raimundo expresa que los negros llamaban malungos a los compañeros de viaje en los barcos negreros, generalizándose después, en el Brasil, el epíteto que proviene del locativo m alungii, contracción de mu alungu 'en el barco, 'én el navio. Existe constancia del empleo de la palabra en Montevideo hacia 1834, pues aparece en los versos del tantas veces citado Canto patriótico de los negros, de Acuña de Figueroa: Y Malungo y su nenglita, / Como buena quilitiana, / Que si casa y que si clía, / Y golosán nueto sijo / La libetá bien tendila (154). J } Mandinga. Nombre de los negros pertenecientes al que fue poderoso reino situado al oeste del Sudán; los mandingas se caracterizaron por su índole guerrera y fueron el azote de los pueblos vecinos, con los que abastecían el mercado de esclavos (155). Se ha señalado el empleo de esta voz por ingenios españoles del siglo x v i (156), lo cual descarta que esta palabra fuera introducida en el Plata por los negros esclavos. Con el significado etimológico se usa el vocablo en las Anti- "malungo se dice del gallo o gallina grande. P:or extensión se aplica a personas gordas. (154) E l Parnaso O rien ta lt. I, pág. 232; los versos transcritos, puestos en claro, dicen : Y Malungo y su negrita, / como buenos cristianos / que se casan y procrean, / gozarán nuestros hijos / la libertad bian entendida. (155) Arthur Ramos, ob. cit., págs Cf. V. Rossi, Cosas de Negros, págs (156) Calcarlo (El Castellano en Venezuela, párrafo 854, pág. 406) muestra que Gil Polo usó la voz en una de sus silvas. Corominas, ob. cit., señala su presencia en Bartolomé del Alcázar, en el último tercio del siglo xvi, cita que constituye ía primera documentación de la palabra, a juicio" de él. Eleuterio F. Tiscornia menciona el uso de mandinga en el Romancero General y en Hurtado de Mendoza, Consejos de D. Diego, verso 17. Proporciona además datos acerca del empleo de este vocablo por los escritores gauchescos: Lussich, Tres gauchos, II, 355; Acevedo Díaz, Nativa, capítulo IV, X I X ; Lángara, Los gauchos, págs ; Viana, Gurí, capítulo X II; Reyles, Florido, cap. IV ; Gjüiraldes, Segwüdo Sombra, caps. X II y X X I; Lynch, Rommce, caps. X II y b ; Polonia Collazo, pág. 39 (Poetas gauchescos, pág. 269, nota 3311). No nos hemos detenido a verificar estas citas.

57 AFRONEGRISMOS RIOPI^ATENSES 83 lias, Colombia, el Ecuador y d Perú (en ios dos últimos países es popular el dicho quien no tiene de inga, tiene mandinga, con el que se da a entender que, en esas partes, quien no tiene sangre india, tiene sangre negra) (157); pero el significado más corriente de la voz en América es el de 'diablo, derivado del carácter díscolo, rebelde, de los negros mandingas. En la Argentina y el Uruguay circula la voz con la acepción de 'muchacho travieso. El vocablo, con sus distintas acepciones, fue incorporado en 1925 a la 15a edición del DRAE. A continuación se insertan algunos ejemplos del uso de la voz en el Plata, antes de que recibiera el beneplácito de la Academia Española. ' Cómo se dejó engañar? / Mandinga es capaz de dar / Diez vueltas a medio mundo (Estanislao del Campo, Fausto, Buenos Aires, 1866, versos ). Eso no puede ser cierto! / Cómo ha de volver un muer-, to?..../ Si compriendo que reviente; / Tendrá a Mandinga esa gente? (Antonio D. Lussich, E l matrero Luciano Santos, en Los tres gauchos orientales, Montevideo, 1873, ed. de 1937, página 143). El yuyo jue úna boquita / En la que Mandinga puso / Miel de camoatí en los besos (El Viejo Pancho, Daño, en Paja Brava, Montevideo, 1926, pág. 29). Había criado a un pardito como hijo. Lo reprendió por no sé qué diablura y el mandinga abrió las alas y se fue (Yamandú Rodríguez, E l Agradecido, en Cansancio, Cuentos Criollos, uenos Aires, Marimba mente por los 1928, pág. 33). Instrumento musical de percusión usado antiguanegros en el Río de la Plata. Proviene de la lengua quimbunda, en la que es voz Compuesta del prefijo ma y rimba 'tambor (Mendonca). Según Vicente Rossi, el instrumento se componía de dos calabazas largas y angostas, colocadas paralelamente a unos veinte centímetros, sobre las cuales ataban tablitas de madera de escaso espesor, que formaban una escalerilla; al golpear con un palillo las tablitas se obtenían sonidos sordos y secos (158). (157) Humberto Toscano Mateus, E l Español en el Ecuador, pág (158) Cosas de Negros, pág Tobías Garzón y Lisandro Segovia

58 8 4 b o l e t í n d e l a r e a l a c a d e m i a e s p a ñ o l a En las Antillas, en vez de las calabazas, se utilizó un cajoncito; al perfeccionarse este instrumento, se obtuvo una especie de tímpano de sonidos muy agradables. En el Río de la Plata, la marimba no pasó del primer estado, por lo cual al piano de las malas voces se le denomina marimba, según recuerda Segovia. La marimba desapareció junto con los candombes y sólo pervive documentalmente su recuerdo. Vicente Fidel López refiere en su Autobiografía que, siendo estudiante, un condiscípulo llevó a clase varios paquetes de agujas gruesas, de las que usan los sastres: las clavaron en el cajón interior de los pupitres y las hicieron vibrar con una llave o un cortaplumas. El. profesor, escandalizado, exclamó: Han traído wmrimbm de negros a la clase! (159). En 1834, el poeta Acuña de Figueroa recuerda, en el Canto patriótico de los negros, la presencia de marimbas en el Montevideo de entonces: Cantemo nese batuque / Con tambóle y con malinga, lo que puesto en claro significa: Cantemos en ese batuque / Con tambor y con marimba (160)... Hacia finales del siglo x ix, Isidoro dé María, al evocar las fiestas del Montevideo de antaño, escribía: Si la raza blanca bailaba al compás del arpa, del piano, del violín, de la guitarra o de la música de viento, por qué la africana no había de poder hacerlo también al son del tamboril y de la marimba? (161). Desapareció el instrumento, pero subsistió la palabra con el significado de 'castigo riguroso, 'flagelación o paliza (Garzón, Segovia, Malaret). A sí emplea la voz el folletinista Eduardo Gutiérrez en Hormiga negra: Parece increíble, dijo, que en todo San Nicolás no haya habido un hombre que le sacudiera una marimba de palos (162). describen, en sus respectivos diccionarios, la! marimba, pero prescindimos de su información porque el primero manifiesta serle desconocida esta acepción del vocablo y el segundo porque declara, muy campante, no haber visto el instrumento. (159) José Luis Lanuza, Esteban Echeverría y sus amigos, Buenos Aires, 1951, pág. 61. (160) E l Parnaso Oriental, t. I, pág (161) Montevideo Antiguo, t. I, pág (162) Cita de'josé Gobello, en Limfardía, pág. 100.

59 AFRONEGRISMOS RIOPEATENSES 8 5 José Gobello se inclinó a considerar la voz marimba, con su último significado, como propia de la jerga' arrabalera y la incluyó en Lunfardía, sin otras aclaraciones; posteriormente no la registró en el Breve Diccionario Lunfardo (Buenos Aires, I959)> escrito en colaboración con Luciano Payet. Tampoco Fernando Hugo Casullo considera que marimba sea voz lunfarda, sino vulgar (163), lo cual requiere una aclaración, pues generalmente se entiende por lengua vulgar la del vulgo inculto', en tanto ^que marimba pertenece a la lengua de uso o coloquial (164).,ó p ) Maxixa o machicha. Esta voz, no registrada por los diccionarios rioplatenses, designa una danza de negros y su música, muy populares en el Brasil. La danza, la música y la palabra mackicha fueron introducidas en este siglo en el Río de la Plata. Según Vicente Rossi, la maxixa, de fama mundial, que en el Plata pronunciamos nrachicha, es el tango brasilero creación del negro (165). Rimundo y Mendonga coinciden en que maxixe proviene de ila voz quimbunda maxixi, plural de rixixi (Mendonca escribe maxixe y rixixe), que corresponde originariamente a la cucurbitácea Cucumus anguria y su fruto. Para Raimundo el nombre de la danza se debe al hecho de que las parejas se mueven muy juntas, confundiéndose como las ramas de la planta. Nos parece..poco convincente este étimo. A) Mazagaya. La masa-gaya es una maraca africana, o sea un instrumento de hojalata lleno de piedras que suena imitando el ruido del cedazo (Malaret). La grafía de este instrumento es indecisa: Vicente Rossi escribe masacalla; Malaret, 'masacaya; Isidoro de María, masacalla; Benjamín Fernández y Medina y el doctor Bouton se inclinan por la variante que hemos preferido : masa-gaya: En cambio, ciertos escritores, no sabiendo por cuál forma optar, han utilizado tres variantes distintas en la misma obra (166). (163) Fernando Hugo Casullo, ob. cit., s. v. marimba, pág (164) Véase F. Lázaro Carreter, Diccionario de términos filológicos, pág. 329, s. v. uso. (165) Cosas de Negros, pág. 213, (166) José Luis Lanuza, en M'premda, escribe masacaya en la página 109, masacalla en la pág. 192 y masacalla en la pág. 194.

60 86 b o l e t í n d e l a r e a l a c a d e m ia e s p a ñ o l a Este nombre es exclusivo del Río de la Plata, pues para designar el mismo instrumento se emplean en el Brasil las voces xequeré y xaque-xaque (Mendonca). Respecto a la etimología, nos parece verosímil que provenga de la voz zagaya, registrada como anticuada en el D R A E, y que ha dado origen a azagaya 'dardo o venablo corto (cuyo étimo, según la Academia Española, es el berberisco az-zagaya = el venablo). Es posible que la voz zagaya no sea bereber, sino préstamo- de alguna lengua afronegra, caso en el cual mazagaya constituiría un auténtico afronegrismo; pero también cabe la posibilidad del origen bereber de zagaya, y entonces tendríamos una voz híbrida por la presencia del prefijo bantu ma. Si bien Malaret localiza la voz en la Argentina, conviene advertir que ya no se usan ni el instrumento, ni la palabra; en cambio, en el Uruguay sigue utilizándose el instrumento, no musicalmente, pero sí como auxiliar en las tareas campestres para ayudar a meter en los bretes a las ovejas mañeras que, al ruido de las piedras en la lata, disparan (167). Disponemos de los testimonios siguientes acerca de su empleo en el Uruguay a fines del siglo x ix. Benjamín Fernández y Medina, en el glosario que acompaña a su obra Cuentos del Pago, editada en 1893, proporciona la siguiente información: Mazagaya. Instrumento de lata pequeño, que, lleno de piedras, suena imitando el ruido del cernidor. Es el mbaracá de los indios guaraníes. Esta definición de Fernández y Medina fue utilizada por Bouton y Malaret. Isidoro de María, en Montevideo Antiguo, recuerda: todos los de Angola hacían allí su rueda, y al son de la tambora, del tamboril, de la marimba en el mate o porongo, del mazacalla y de los palillos, se entregaban contentos al candombe (t. I, página 279). Vicente Rossi fue el único que se refirió al origen africano de la palabra y del instrumento, que describió tal como era antiguamente: l e rnasacalla es el-instrumento que la selva ha dado ya listo para usar; no hay más que desprenderlo del tronco materno y sacudirlo. E s una calabaza o mate de los que usan nues- (167) Roberto Bouton, ob. cit., pág. 147.

61 AFRONEGRISMOS RIOPLATENSES tros muchachos como flotadores para aprender a nadar. Esos mates encierran semillas sueltas y sacudiéndolos producen un chas-chas que alternaba bien con los tamboriles. Si el mate era de la variedad sin semillas, lo perforaban por el mango y le introducían piedritas. El vocablo masacalla es africano y lo con-. servaron en toda América con raras variaciones (168). Lp transcrito es verdad, menos que el vocablo se haya conservado en toda América, pues fuera del Río de la Plata es desconocido. tj S j) Menguengue. Voz procedente del quimbundo ngenge 'inútil' y el prefijo ma, con transformación ulterior de manguengue por asimilación regresiva. En el Brasil no se conoce menguengue, pero en cambio se utiliza nambebe, con el significado de 'poquísimo valor, y voces compuestas en que entra la componente nguengue, como en caxirenguengue (Raimundo, págs. 121 y 139). Se empleó con su sentido etimológico para referirse a los niños de pecho, que no pueden valerse por sí mismos. Actualmente no se usa. El vocablo aparece registrado únicamente en Buenos Aires, en la canción de una comparsa de negros denominada Los Negros Azúcares, que actuó en el carnaval porteño de 1876; el trozo que nos interesa es el siguiente: A y! si Flan cisca muere, / Pobre menguengue j Se va a querá / Sin tené teta golda / de la morena / Para chupa! (169). La canción se titula El Menguengue, y José Luis Lanuza, al darla a conocer, aclaró que la voz menguengue significa 'pequeño. Con arreglo a los datos disponibles hay que considerar este pcablo como afroargentinismo obsoleto. v 3) Milg^ga. Es voz quimbunda, plural de mulonga, que significa palabra. Se usa en el Brasil con los significados de 'palabrerío y 'enredo (Raimundo, s. v. mironga, pág. 143; Mendonca, pág. 218). Con el significado de 'desbarajuste o 'enredo la usa Hernández en Martín Fierro: Yo he-visto en esa milonga / Muchos jefes con estancia (170). (168) Cosas de negros, pág, 243. (169) Lanuza, Marenada, pág (170) Martín Fierro, verso 817^

62 88 BOI/FTÍN de; I,A REAL, a c a d e m ia Es p a ñ o l a Su etimología queda bien establecida en los.primeros lexicones que registran la palabra: Diccionario de Vocábidos Brazi- leiros, de Beaurepaire-Rohan, y Vocabulario Rioplatense Razonado, de Daniel Granada, ambos editados en A l llegar al Río de la Plata, el vocablo evolucionó semánticamente y pasó a designar una tonada muy sencilla y monótona (así define la voz Daniel Granada); con estas mismas palabras, pero localizada en la Argentina, la incluyó, precedida de corchete, la Academia Española en el D R A E Manual; más tarde, en 1956, incorpora la voz a la 18a edición del D R A E con la siguiente definición: Tonada popular del Río de la Plata que se canta al son de la guitarra y danza que se ejecuta con este son. También dio entrada al derivado milonguero (171). El musicólogo Carlos Vega piensa que se trata de un descendiente de la danza de negros brasileños llamada lundú u ondú (172), en tanto que Vicente Rossi, menos dubitativo que aquél, se pronuncia por el origen afrobrasileño de la milonga (173). En el Río de la Plata fue inicialmente una reunión del suburbio en que se bailaba y se improvisaban cantos en cuartetas octosílabas. El ambiente en que sé desarrollaban esas reuniones semejaba al de un burdel con baile (174); así lo entendió José Hernández en la siguiente estrofa de Martín Fierro: ''Supe una vez por desgracia / Que había un baile por allí / Y medio desesperao / A ver la milonga fui (175). El siguiente paso en la evolución semántica fue denominar milongas a las mujeres fáciles. Ildefonso Pereda Valdés y Guarnieri registran esta acepción, inexplicablemente ausente de los vocabularios lunfardos de Casullo y Gobellc-Payet (17Ó). (171) El Diccionario V O ;X proporciona una definición m.uy acertada de milonga: Baile popular que se canta en versos octosílabos y *se acompa ña monótonamente a la guitarra en compás de dos por cuatro. En cambio, yerra al localizar d vocablo únicamente en la Argentina y Bolivia, pero no en el Uruguay, (172) Carlos Vega, Pcmorama de la Música Popular Argentina, Buenos Aires, 1944, pág (173) Casas de negros, págs. 1x (174) V. Rossi, ob. cit., eodem loco. (175) Martín Fierro, versos (176) Ildefonso Péreda Valdés, E l negro riopiateme, pág. 76. José

63 AFRONEGRISMOS RIOPLAT^NSES 8 9 Los siguientes ejemplos documentan el uso del vocablo en Montevideo a fines dél siglo pasado. Antonio D. Lussich, en E l matrero Luciano Santos, emplea varias veces la palabra milonga con el sentido figurado de danza: Y no creyendo sigura / La milonga comenzada, / Jué a, comprar otra parada... / luyendo a la sepoltora. / - La otra guasquió la pata / Sin meterse en tal milonga, / Diciendo: que Dios disponga, / Que yo me he librao agota (177). 'Sansón Carrasco también usa la voz en su artículo MI P a tio, é e E l Nacional, escrito en 1882: Tras de él está el Conejo, de nombre y,de cara, con los ojos vivos y redondos, los labios abulta- í dos y salientes, gran tocador de polkas y milongas, que ejecuta con una de esas flautas de lata (178). La voz sigue usándose con su sentido recto de música y baile: : Se creiban que la vida era una milonga de tocarse con un \ dedo (Benito Lynch, E l romcmce de un gaucho, Buenos Aires,' 1933, cap. LI). I Por la noche, mientras se jugaba al truco en la pulpería y el galpón de las esquilas, se bailaba en la casa de los mayordomos, los capataces y los ranchos... Polcas con relación, mazurcas, l valses vertiginosos, milongas querendonas y, de largo en largo, \ un nacional (Carlos Reyles, E l gaucho florido-, cap. V I, pági- \,naoj). i 34 } ty Mucama. Aunque el D R A E, desde 1899, localiza en toda América esta palabra, en realidad no tiene uso fuera del Brasil, el Uruguay, la Argentina y Chile. En portugués aparece en 1813, en el Diccionario de Moraes,. con la siguiente definición: escrava que acompanha a cadeira da senhora, em que sai a rúa, no Brasil e Africa portuguesa. Respecto a la etimología, Corominas declara que le falta competencia para decidir si viene del tupí-guaraní poro mocambuhara 'ama de leche, como quieren Beaurepaire-Rohan y Lenz; Gobello, en Lun'fatrdícn, se refiere solamente a milonga en la acepción de 'enredó (pág. 81). (177)- Lussich, E l Matrero Luciano Scait-os, versos y »págs. 177 y 271 de la éd. de 1937 (178) Artículos, pág. 198.

64 9 0 b o l e t í n d e l a r e a l a c a d e m ia e s p a ñ o l a o si es africano, como pretenden Granada, Mendonca y Friederici. Aduce Corominas que el empleo actual en quimbundo de mucama no es prueba suficiente, pues en tiempos de Moraes se empleaba ya en el portugués colonial del África, adonde tal vez llegó desde el Brasil y pudo transmitirse luego a esa lengua africana. En pro dél origen guaraní no hay argumentos, ni pruebas históricas, ni lingüísticas. En favor del origen africano, cuentan las circunstancias de que las mucamas fueron, primero, negras esclavas y además la existencia de voces africanas similares como mucambo. Termina, no obstante, Corominas por reconocer que todo eso no es decisivo. Si bien Renato Mendonga mostró que en Angola se emplea el término mukama para designar a la esclava concubina de su señor y que mu es prefijo de los nombres de cosas animadas e inanimadas, no pudo indicar cuál es el significado de kama, limitándose a decir que es radical bantu y que en cafre lengua distinta del quimbundo existe el verbo kama con el significado de 'ordeñar. Tiene razón Corominas en que las explicaciones de Mendonca respecto al origen africano de mucama no son convincentes. Tampoco contribuye a clarar el enigma la 'existencia en el Brasil de. las formas camba, mucamba y mumbanda (véase Mendomga), que significan lo mismo que mucama. Y a en 1933, Jacques Raimundo había dejado resuelto el problema al mostrar que el étimo de mucama es mu-huma, que significa en quimbundo al lado de, pues designaba la esclava que acompañaba e iba al lado de la señora cuando ésta salía a la calle. De mu-kuma se originó macuma, hoy anticuado, y de ésta, por metátesis, mucama (Raimundo, pág. 138, macuma). Esta evolución de la palabra se realizó totalmente en el Brasil; de allí llegó al Plata, donde sólo se conoció la forma final mucama. La voz es, pues, un afrobrasileñismo. Respecto a la evolución semántica, señala muy certeramente Daniel Granada que en un principio designó a las jóvenes de raza africana que servían a la señora y señoritas de la casa; después se llamó, en general, mucamas a las sirvientas de una casa, con excepción de la cocinera; por último, se aplicó a los criados el nombre de mucamos.

65 AFRONEGRISMOS RIOPLATFNSES 91 A fines del siglo pasado era vocablo muy usado tanto en Montevideo como en Buenos Aires. Venían por fin los saludos, que, por lo general, iban rociados de algún j arrazo especial, combinado con la mucama, estratégicamente colocada para no errar el golpe (Sansón Carrasco, Los carnavales, en Artículos, Montevideo, 1953, página 277). ' Las muchachas, después de regaños y rezongos mil con la mamá, con la mucama y con la modista durante cuatro horas, se presentan en el recibo a eso de las doce de la noche (Santiago Calzadilla, Las beldades de mi tiempo, Buenos Aires, 1891, ed; 1944, pág. 95)- u, Se trata de una voz de claro origen africano; existe, en efecto, en quimbundo la palabra muleke, que significa 'niño o mozo de servicio ; en América el vocablo tuvo amplia difusión para designar, tanto en Cuba como en el Río de la Plata, al negrito; En el Brasil se dijo moleqúe y todavía subsiste^ en tanto que en el Río de la Plata tiene poco uso (179). En el Uruguay, el topónimo Los Muleques, que designa un arrecife de piedras de una de las isletas López del Este del grupo situado frente al puerto de la Colonia, recuerda el abundante uso de esta voz en otro tiempo. La Academia Española incorporó el término al D R A E en 1869, localizándolo en Cuba. Granada documentó su uso en Tücumán en Sin embargo, la Revista de Buenos Aires ya había publicado en el año 1866 la relación de los bienes de Hernandarias, efectuada en 1619, y en ella figuran varios muleques de siete y seis años (180). Acerca de su empleo en el Río de la Plata informan los siguientes pasajes: Brillaba el sol de las diez, puro y radiante, cuando Perico clavó el primer asador a la sombra del ornbú, gritando a un mulato de cabellera crespa, negra y" espesa como un matorral, que revolvía en sus manos un sobre-costillar jugoso y caliente: Eh (179) Ningún lexicógrafo rioplatense, con excepción de Granada y Segovia, registra la voz, tal vez por tratarse de una palabra incluida en el D RAE. ' (180) Revista cle Bwen-os Aires, Buenos Aires, 1866, t. X, pág. 449.

66 9 2 b o l e t ín d e l a r e a l a c a d e m i a e s p a ñ o l a muleque! Trujiste el pan bazo? Mové esas tablas, mule- que (181). Alférez, usted sabe si el general se acuerda de mi tata? No obtiene respuesta. Algunos guerreros sueltan la carcajada. Y o maliceo que no, muleque... le dice Eleutério. Pos claro j u e era tu tata como pa acordarse! (182). (Sjg) Musinga, muchincfa, munyinaa v muvinqa. Se trata de distintas variantes de la voz quimbunda muxinga 'disciplina, 'soba, 'zurra,-que bajo la grafía original se sigue usando.en el Brasil para significar 'tunda, azotaina (183). En el Uruguay, la empleó con el mismo significado el poeta Acuña de Figueroa en el repetidas veces citado Canto patriótico de los negros, bajo, la forma musinga, en la estrofa que hemos reproducido al tratar la voz capiango; la grafía musinga no prosperó ni tampoco perduró su significado etimológico, que desapareció al adquirir marimba el sentido de 'zurra, tunda. Paralelamente al cambio de sentido, la voz se transformó en muchinga (Guarnieri), muyinga (Bouton) y munyinga (Rossi) (184), desplanzando a muleque y adquiriendo el significado de 'negrito o 'negrita. Insertamos dos ej emplos de esta última acepción: Sos de por aquí, negrillo? -Zi, señor oficial. Y o soy azmín. Lo conozco, alférez apoya Tiburcio. Este munyin- (181) Eduardo Acevedo Díaz, Ismael, Montevideo, 1930, pág (182) Yamatidú Rodríguez, Jazmín, en Camando, pág. 65. (183) Raimundo, ob. cit., pág. 146, s. v, mmxiwga. Mendonca, ob. cit., pág. 226, s. v. mu.vmiga. (184) Hemos omitido consignar la forma mmchinga, empleada en el Vocdbulario del Habla Común Umgwayc\ (Montevideo, 1958) por el profesor Adolfo Berro García, en razón de que esa grafía es propia de otros idiomas (como el alemán), pero no del nuestro. Por las mismas razones hemos prescindido de la forma nnvshingo, empleada en Oatamarca-, según Carlos Villafuerte (Voc.es y Costumbres de Catamarca, Buenos Aires, I95L t. II, pág. X19), por-ser más propia del inglés que del español. Tampoco hemos tenido en- cuenta las acepciones que no tienen relación aparente con la voz estudiada, como nncchingo, que significa 'gato en Salta (José Vicente Solá, Diccionario de reg-iomlismas de Salta, Buenos Aires, 1947, s. v. muchingo). Los ejemplos de muyinga, proporcionados por el doctor Bouton y los de mnmyinga, de Rossi,' son los mismos que se transcribieron en ía voz carimba, por lo cual >no hemos vuelto a reproducirlos. t

67 AFRONEGRISMOS RIOPLATFNSFS 93 ga vive en esa tapera (Yamandú Rodríguez, Jazmín, en Cansancio, pág. 65). Tratá de no dejármele ni un cañuto a ese bicho, muyinga!, agrega doña Cirila (Serafín J. García, Burbujas, 1928, página 70). PXjh} Ondú,_En el Brasil se denomina lundú una danza de negros africanos, especie de batuque, en que las danzantes se mueven con bastante desenvoltura. Se le atribuye origen congoleño o quimbundo y proviene, según Raimundo, de la forma nasalizada lundum, aunque no está del todo clara su etimología. Según Mendonga era una fiesta campestre que seguía a la cosecha, y proviene del cafre. También se llama lundú a la música que acompaña a la danza. El musicólogo argentino Carlos Vega identificó el lundú con el ondú; desde fines del siglo x v m hasta 1850 afirma Río de Janeiro envía, su ondú o lundú a gran parte de América, incluso a las ciudades del Pacífico; más tarde, ya en el presente siglo, consigue interesar al mundo con su m axixe (185). En el Río de la Plata se produjo la transformación de lundú en ondú, similar a la que condujo de lectorile a atril, pasando por Istril y atril; el proceso lundú > londú > ondú, consistió, pues, en una disimilación regresiva combinada con una aféresis. Consecuente con lo expresado por Carlos Vega, el lexicógrafo Malaret localiza en el Perú la voz ondú, nombre de una danza que se conocía en el país por los años de No se conoció en Colombia, sino en pueblos más meridionales del continente. Y, efectivamente, en la década de 1830 a 1840, el ondú se bailaba en Montevideo, según lo acreditan los empleos de esta voz por Acuña de Figueroa en sus- composiciones poéticas; primero, en la glosa denominada (Metromanfal: Jacob sobre esta jarana / Escribió un libro de a folió J Y en lo alto del Capitolio / Bailó el ondú y la tirana (186); segundo, en la letrilla que com- (185) Carlos Vega, ob. cit., págs Pedro González Blanco en el apéndice D, inserto en su traducción de las ÜUrnas cartas de Fccdriqm Mendes, de José Mia. Eea de Queiroz (México, 19319, págs ), trató- de el fado, el lunldú y otras^ canciones. En este estudio, González Blanco deja establecido que el lundú es afrobrasileño y de él deriva el fado. (186) El Parnaso Oriental, t. I l f pág. 218.

68 9 4 BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA puso al polemizar con Bartolomé Mitre, que dice así: Toca Panuncio el cumbé / Y Bartolomé el ondú, / Si Panuncio dice... mú, / Responde Bartolo... mé. / Qué responde? No diré, / Y si lo he dicho, perdone / Non facciamo confusione (187). i 2,%) Quibfhe. A l guisado de zapallo deshecho se le llama quibebe en el Brasil, la Argentina, el Paraguay, Bolivia y él Uruguay. Registran la v o z: en la Argentina, Garzón (guisado de zapallo deshecho y con queso), Segovia (guisado de zapallo deshecho por la cocción); en Corrientes y el Paraguay, Luis Alberto Flores (plato compuesto de zapallo andaí, harina de maíz, queso y cebolla, reducido a puré o crema; en el Paraguay se dice kivevé) ; en la Argentina y Bolivia, Malaret (guisado de zapallo (Cucúrbita) deshecho y con queso); en el Uruguay, Bouton (guisado de zapallo en grasa, al que se condimenta con cebolla, ají verde, tomate, sal, pimienta y un poco de queso rallado) (188). Granada registra la voz 'bajo la forma quiveve y su definición fue copiada por Segovia; en cuanto a Ciro Bayo, se limita a consignar que se trata de un guiso de zapallo, sin indicar localización de la voz. Los mencionados autores nada dicen acerca del origen de la voz, con excepción de Luis Alberto Flores, que la considera brasileña. Ildefonso Pereda Valdés la incluye entre los afronegrismos (189), en lo cual tiene razón. En efecto, tanto Mendonca como Raimundo la consideran proveniente del quimbundo; según Mendonca deriva de ki-bembé, asimilado en quibebe por. influencia del verbo beber; Raimundo le asigna como étimo el adjetivo quimbundo tchipepa 'agradable al paladar, dé donde provendría por alteración. La voz adquirió, en Buenos Aires, según Segovia, la acepción de 'prostíbulo, que también le asignan Ildefonso Pereda Valdés (187) Lanuza, Esteban Echeverría y sws Amigos, pág. 98. (188) Luis Alberto Plores, ob. cit., pág R. Bouton, ob. cit., página 122. En Entrerríos también se dice qmbebé, según consigna Miguel Á. Esteva Sáenz, en Voces Entrerriamas (B A A L, t. XXVIIT, núms , Buenos Aires, 1963, pág. 358). (189) E l negro rispíateme, pág. 77.

69 AFRONEGRISMOS RIOPEATENSES 95 y Malaret. Es poco usada, según expresa Casullo en su Diccionario de voces lunfardas y vulgares. Acerca del uso de la voz en el Rio de la Plata, informa el siguiente pasaje de Santiago Calzadilla: Y uno era capaz dé comerse todo lo de la fuente, si no se esperaran los guisos, entre éstos el estofado con pasitas de uva, el quibebe o la clásica y.., a'brosa carbonada (190). Quilombo. Se dio este nombre primitivamente en el Brasil al refugio silvestre de los negros cimarrones, o sea, de los esclavos que habían huido del cautiverio. Según Raimundo, en quimbundo la voz kilombo significa 'campamento1, 'arrabal '; según Mendonca, en la misma lengua es 'población (191). En el Río de la Plata, al final dél siglo x v i i i, la palabra, según el marino español Juan Francisco de Aguirre, designaba el almacén donde ponían en venta a los negros esclavos recién llegados al país (192). Este sentido de 'casa de venta, en el sentir de Groussac, condujo a la acepción de 'burdel que hoy tiene en la Argentina y el Uruguay, y también en Chile, según el DRAE, y en él Perú y Bolivia, según Malaret. La Academia Española dio entrada al vocablo, con dos acepciones, en la 16a edición del D R A E (1936), sin indicar etimología (193); con anterioridad la voz figuraba <en casi todos los vocabularios rioplatenses, de Granada, Segovia, Garzón, Monner Sans, etc. Granada dejó bien establecido que era palabra africana de la lengua bunda. En cambio, Monner Sans, Malaret, Bayo y Corominas afirman que la voz procede del Brasil, lo cual es dudoso, pues pudo muy bien llegar directamente a la Argentina y al Uru- (190) Las beldades de mi tiempo, Buenos Aires, 1944, pág. 74- (191) Hay constancia histórica de que en 1812 se aplicó el nombre de quilombo al campo atrincherado de Borbón, establecido por Joaquín Paz y Felipe Contucci cerca del río Yaguarón (Flavio A. García, Los campamentos españoles del río Yaguarón, Montevideo, 1965, págs. 17 y 18, notas 22 y 24). (192) Diario... en la demarcación de límites mtre España, y Portugal, en Anales de la Biblioteca, Buenos Aires, t. IV, 1905, pág. 99. (193) El artículo quilombo del D R A E dice así: m. V.encs. Choza, cabaña campestre. // 2. Chile y R. de'ia Plata. Lupanar.

70 gó BOLETÍN d e LrA REAE ACADEMIA ESPAÑOEA _p- guay desdé África, como parece surgir de la temprana aparición del vocablo en el Río de la Plata y del hecho de no usarse en estos países las acepciones con que circula én el Brasil (194). El P. Pedro Grenón, S. J., én su Diccionario Documentado (Córdoba, 1929, s. v.), anota la presencia de la voz en los legajos del Archivo de los Tribunales de Córdoba (República Argentina) en el año 1836, pero las circunstancias de no transcribir el pasaje én que aparece la palabra, ni de indicar el sentido con que la voz era empleada, impiden tomar en cuenta este dato, por no ser utilizable. En el norte de la Am érica meridional la voz conserva su sentido etimológico, pues en Venezuela significa 'cabaña campestre5 (Rivodó, Voces Nuevas de la Lengua Castellana, pág. 257), y en el mismo país, así como en el Ecuador y Colombia (Malaret), también se usa con el senti do cíe J-andurriales. En dos de sus cuentos, 5 erajín J. García? nos proporciona ejemplos del empleo de la voz; en Comienzo dice: Eudoxio tiene en su haber dos hechos de sangre, que en el campo es como decir dos certificados de hombría. De ahí el respeto que se le profesa y la aureola de fascinante prestigio con que le han circundado las gentes del quilombo (195). Desde las doce hasta el alba, su cuerpo es propiedad del comisario del pueblo. Y ese personaje acostumbra a presentarse dos o tres horas después de la estipulada en el convenio, porque le gusta que lo vean llegar al quilombo (196). Estas voces son desconocidas fuera Uruguay y del Brasil, y los propios lexicógrafos rioplatenses 1 no las registran en sus vocabularios: Granada, Segovia, Saubidet, Monner Sans. En el siglo pasado, sólo el escritor uruguayo Benjamín Fernández y Medina incluyó la voz quitandera en el Glosario que (194) Con arreglo á' Raimundo, ob. cit., pág. 153, qmlombo es 'casa del monte donde se refugiaban los esclavos fugitivos; significa, pues, lo mismo que mocambo; procede del quimbundo, en el que kilombo es 'campamento, 'arrabal. Para Mendonea es 'población fortificada de los negros huidos del cautiverio ( ob. cit., pág. 236). (195) Panorama tlel Cuento Nativista del Uruguay, pág (106) Serafín J' García, La zorra, en Burbujas, pág. 87.

71 AFRONEGRISMOS RIOPEATENSES 9 7 acompaña a su obra Cuentos del Pago (Montevideo, 1893, Pagina 275) y la define así: La mujer que va a las reuniones de carreras a cebar mate, vender tortas fritas y pasteles y hacer comidas. Malaret registra quitanda como voz afrobrasileña localizada en el Uruguay y con el significado de especie de comercio ambulante de comidas camperas muy simples: pan, roscas, empanadas, dulces. Las mujeres que ejercen este comercio se llaman quitanderas. Respecto a la procedencia de quitanda, no cabe la menor duda, pues en quimbundo esta voz significa 'mercado (Raimundo, págs ), 'feria (Mendonga, pág. 2139). En el Brasil su acepción más corriente es la de 'venta de verduras, frutas y otros comestibles (como huevos y aves) ; también se da el nombre de quitanda a la embarcación que lleva hortalizas para vender a los navios surtos en el puerto. Nada puede ilustrar mejor acerca de las dificultades que ofrece el tratamiento de estas voces que el artículo del escritor entrerriano Martiniano Leguizamón titulado Las quitanderas (197). Leguizamón, que emprendió este estudio para evacuar una consulta del escritor uruguayo Enrique M. Amorim acerca del empleo de la palabra con el sentido de la vagabunda amorosa de los callejones patrios, comienza por declarar que ignoraba el significado de la voz. Buscó el término en varios diccionarios y, tras varios intentos frustrados, terminó por hallarla en el Diccionario de Vocábulos Brazileiros, de Beaurepaire-Rohan, quien consigna que quitanda es mercado de frutas, hortalizas, aves, pescados y otros productos similares ; quitandeiro, del bunda quitander, el que ejerce el oficio de comprar y vender géneros alimenticios ; y quitandeira, regateadora, mujer que usa términos groseros y se ocupa de la reventa. Confirmado lo que antecede por Amadeu Amaral en su obra 0 Dialecto Cai pira, Leguizamóh'se expide en los siguientes términos: Se trata, como se ve, de un vocablo del folklore brasileño, pero no del nuestro. Y aunque es bien posible que del Brasil pasara al Uruguay, sin embargo no lo registra en su Vocabu- (197) Hambres y cosas que pasaron, Buenos Aires, 1928, págs

72 98 BOI/STÍN D LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA ario Rioplatense Granada, ni el Diccionario de Argentinismos de Segovia. Siendo de extrañar que a este prolijo escritor correntino se le escapara, lo que comprueba que en Corrientes no se emplea dicha denominación. Pero, de cualquier modo, en su país originario quitandera no califica a la vagabunda amorosa, sino a la mujer de humilde condición que vive honestamente de su trabajo, vale decir, a la vivandera, voz clásica que tiene su etimología en la latina vivere: vivir, pasar y mantener la vida (198). Leguizamón desautoriza, pues, a Amorim, que había escrito en 1925 el cuento Las quitanderas, en que 'las protagonistas son vendedoras de caricias que se desplazan por la campaña en carreteras, y manifiesta que el consultante no debía de estar muy seguro del significado de la voz. Pero en este caso Leguizamón se equivocó, por olvidar que en materia de acepciones no prevalecen las opimiones personales, sino el uso. Y, precisamente, quitanda y quitandera acababan de experimentar en la campaña uruguaya una mutación semántica, de la que informa Juan Carlos Guarnieri en su Nuevo Vocabulario Campesino Rioplatense al definir quitanda de la siguiente manera: Carpa de prostitutas ambulantes que recorrían parte de la campaña uruguaya. También las carpas que se instalaban en las carretas, en las que se expendían pasteles, frutas, etc. ; el mismo Guarnieri, al hablar de quitandera, remite a carpera, que define en la siguiente forma: Prostituta ambulante que en grupos recorría la campaña, instalándose en carpas, lejos de las poblaciones. En las carpas se expendían bebidas y se jugaba. Se les llamaba también quitanderas. Tal es lo ocurrido, y ante ello es inútil que el doctor Bouton, emulando a Leguizamón, exclame compungido: No debe confundirse la quitandera (de antes) con las carperas de hoy, que, en general, son simples vagabundas que salen a vender caricias (199). Véase el empleo de esta voz por Javier de Viana en Gurí (1901): Desde una semana antes había empezado a concurrir la gente: los que venían de lejos, los grandes errabundos que a leguas de distancia olfatean las reuniones como los cuervos la carniza, (198) Ob. cit., eodtprí loco. (199) La vida rural en el Uruguay, pág. 36.

73 AFRONEGRISMOS RIOPIyATpNSES 9 9 los vendedores de baratijas, los dueños de parejeros, empresarios de bolos, coimeros de taba, cancheros de bochas y, sobre todo, el ejército de quitanderos y quitanderas33 (200). El mismo autor vuelve a emplear la voz en su obra Potros, toros y aperiases (1922): Desde la mañana del sábado había comenzado la afluencia de quitanderos y quitanderas 1 (201). En los dos casos, Javier de Viana emplea también el masculino para designar a los vendedores ambulantes de la campaña uruguaya, pero esta voz, usada igualmente por el doctor Bouton 1(202), tuvo vida aún más corta que la femenina. Por último, el mismo Javier de Viana emplea en un pasaje de su novela Gaucha (1899) la palabra quitanda en una acepción no señalada aún por ningún lexicógrafo: Pero hay que ser juerte, caramba!, y si los hombres nos mortifican, hacerles mascar fuego y tragal yel} porque el amor es almibara, y cuando se pone. muy dulce relaja. Yo tengo mucha quitanda y a más de un potro bufador lo he hecho caballo manso a juerza e. rigor (203). Todo lo dicho configura que quitanda y quitandera son voces del léxico campesino uruguayo, principalmente de la parte norte del país, y ninguna de las dos pertenece al habla montevideana. r H ) Yimbo. Respecto a la palabra yimbo, afirma Bouton que entre negros jóvenes es común llamarse así unos a otros (204). ~J> Es sabido que en el Congo se decía njimbu (y de ahí yimbo) a una concha que servía de moneda (Raimundo, pág. 135). Es difícil decidir si dicha denominación pudo originar el apodo que estamos estudiando. Tampoco es posible saber si proviene de munyinga, porque ello supondría un proceso del cual no queda rastro alguno. Acerca de su uso informa el siguiente pasaje de la novela de José María Delgado titulada Juan María: Salió a relucir una trompa averiada de la que un yimbo, soplándola, arrancó un largo cacareo metálico (205). (200) Gurí, Madrid, s. a., pág. 94. (201) Ob. cit., pág (202) La vida rural, pág. 36. (203) Gaucha, Montevideo, 1913, pág (204) La vida rural, pág. 57. / (205) Juan María, Montevideo, 1941, pág. 24.

74 100 BOLETÍN D l a r e a l a c a d e m ia e s p a ñ o l a Otros emplean chumbo en vez de yimbo, como Eduardo Acevedo Díaz en este pasaje de Nativa (1890): Calíate, comadreja replicó el negro al pasar, porque no he de complacerte!... Oigan al chumbo! Motoso... Rabudo... (206). Yimbo, por consiguiente, es un afrouruguayismo. Hasta aquí las palabras son todas incuestionablemente afronegras, según surge claramente de sus étimos. Pero al lado de estas vocés existen otras que, si bien no tienen ese origen, fueron traídas desde el África por los negros esclavos e introducidas, gracias a ellos, en el habla rioplatense. Por el hecho de formar parte del repertorio léxico de los pueblos afronegros, merecen, no obstante su origen exótico, ser consideradas como auténticos afronegrismos, ya que la característica fundamental de éstos es la de estar constituidos por voces, giros o modos de hablar propios y peculiares de los negros, cualesquiera sea su origen. Dentro de estas voces merecen señalarse las dos siguientes: 1 ; ; Cafres A 'los pueblos bantu del Sudeste del África los musulmarieslós denominaban cafres, de la palabra árabe cáfir, que significa 'infiel, 'descreído. En la Descripción de los reinos, costas, puertos e islas que hay desde el cabo de Buena Esperanza hasta los Leyquios, manuscrito de la Biblioteca Nacional de Madrid que se atribuye a Fernando de Magallanes y debió de ser compuesto hacia 1518, se lee que entrando desta tierra de Qofala para la tierra adentro, está el reino de Benamatapa, que es muy grande y dé gentes a que los moros llaman cafres. Son hombres prietos, andan desnudos (207). En la época de los grandes descubrimientos geográficos se usaba esta voz con arreglo a su sentido etimológico y se aplicaba, tanto a los pueblos del África (que hoy conservan esta denominación) como a los de Oceanía. Así, Antonio Pigafetta, en su relato del Primer Viaje en torno del Globo, al referirse a los isleños del archipiélago de San Lázaro hoy Filipinas, dice: estos pueblos son cafres, esto es, gentiles (208). (206) Nativa, Montevideo, 1964, pág (207) Ob. cit., Mádrid, 1921, pág. 13. (208) Primer Viaje en torno del Globo, Madrid, 1927, pág. 87.

75 AFRONEGRISMOS RIOPLATENSES IO I Por su parte, Hernando de la Torre, de la expedición de García de Loaisa, escribe en 1528: Y esta isla se dice Polo, la gente della son cafres, adoran en los ídolos; estos ídolos los fazen de madera y los pintan lo mejor que pueden, como nosotros a los santos (209). Sin embargo, la voz cafre, aunque de origen árabe, en el Río de la Plata, por haber sido introducida por los negros, constituye un afronegrismo; al desaparecer los negros de ese grupo étnico, la voz cayó en desuso,y hoy sólo se emplea con un sentido estrictamente geográfico. 'J.j, i Pango1Esta voz fue por primera vez incluida por Ciro Bayo en su Diccionario con el sentido de 'confusión5;, 'desconcierto5 y la presunción de que proviene de pánico. Posteriormente, Tiscornia, al preparar su edición crítica del 'Martín Fierro, definió la voz como Bayo 'enredo, confusión y expresó su parecer de que proviene del portugués pancas (210).' Malaret es e-1único lexicógrafo que ha registrado las dos acepciones de la vo z: 1) Argent. Cierta yerba que, a fuer de tabaco, fuman los negros en su cachimbo; 2) Bol. Enredo, confusión. Sin embargo, Malaret no aclaró cuál era el origen de la voz ni indicó la especie vegetal que constituye el pango. Ello nos obliga a recordar al lector que los árabes denominaban haxix, que en su lengua significa 'hierba5, a las sustancias narcotizantes extraídas del cáñamo (Cannabis sa tivavar. indica). La costumbre de fumar cáñamo se extendió por todo el Oriente y alcanzó al África, donde se hallaba arraigado el vicio al comen- u zar el tráfico negrero. Los negros esclavos trajeron a América esa costumbre, pero, debido a la falta de plantas de cáñamo en el Río de la Plata, se vieron competidos a sustituir el haxix por hierbas locales dotadas de efectos embriagadores; la preferida fue el chamico, conocida también por higuera del diablo o estramonio (Datura ferox L.). Los negros fumaban esas hojas, después de someterlas a cierta preparación, mezcladas o no con ta- (209) Martín Fernández de Navarrete, Colección de los Viajes y Descubrimientos que hicieron por Mar los Españoles, t. V, Madrid, 183.7, página 280. (210) Martín Fierro, ed. Furt, pág. 423.

76 102 b o l e t í n d e l a r e a l a c a d e m i a e s p a ñ o l a baco en pipas o cachimbos; en eso consistía lo que denominaban pitar pango. El escritor argentino José Antonio Wilde, cuyo testimonio, por ser médico, es más valioso, escribía en 1881 que muchos '[negros] fumaban chamico (Datura stramonium), que ellos llamaban pango (211). Beaurepaire-Rohan creyó que pango era el nombre congoleño del cáñamo y se le atribuyó este origen durante largo tiempo. Más tarde, al descubrirse que el nombre congoleño del cáñamo era diarnba, liarnba o riamba (Raimundo, pág. 12Ó), quedó sin explicación la voz pango. Renato Mendonga señaló que el término no es africano, sino indostano (212). En la India, los productos del cáñamo que se venden en las droguerías son de tres clases : Bangh, Ganja y Charas. El Bangh es obtenido de las hojas; el Ganja, de las inflorescencias femeninas resinosas; y el Charas o Churus está formado por la resina (213). Por un proceso de ensordecimiento de la consonante, similar al qué de babagá condujo a papagayo, debió de producirse la transformación de bangh en pango. Hacia 1834, se usaba pango en el Uruguay con su significado de 'preparado de hojas de chamico para fumar, conforme surge del Canto patriótico de los negros, en que Acuña de Figueroa hacé decir a uno de ellos en su lengua bozalona: Compañelo di candombe / Pita pango o bebe chicha / Y a ie si jo que tiengueno / No se puede sé cativa. En su estudio de la vida de Don Clemente López, abuelo de Rosas, su autor, Mario A. López Osornio, hace intervenir la palabra: dijo el negro, sacando de la chuspa una pizca de pango que llevó a la boca ; López Osornio aclara en nota al pie de página que pango es chamico picado (Datura ferox), a la cual (211) Wilde, Buenos Aires desde 70 años atrás, Buenos Aires, 1944, pág. 92. (212) Mendonica, ob. cit., págs (213) Obtención, preparación y uso del haxix, por el Dr. Peralta, en Actas C IB A, E l Hccjiáx, núms. x y 2, enero-febrero de 1942, págs

77 AFRONEGRISMOS RIOPLATENSES 103 los negros eran muy afectos después de haberlo sometido a una especial preparación (214). A l tratar del chamico el lexicógrafo peruano Pedro Paz Soldán y Unanue, más conocido por su seudónimo de Juan de Arona, expresa que esta planta encierra propiedades narcóticas y ve- nenosas y se dice que engendra la locura. Cita en su apoyo a Bartlett, quien, en su Diccionario de Americanismos, la registra con los nombres Apple of Perú y Jamestown weed, y refiere el siguiente episodio tomado de Beverly, Historia de Virginia, libro II de unos soldados que utilizaron las hojas tiernas de la planta para hacer una ensalada cocida que les ayudara a digerir el tocino que habían comido y resultó una graciosa comedia, porque naturalmente se volvieron locos por varios días (215). Ricardo Palma confirma que el chamico es una yerba que administran los indios para entontecer a una persona (216). Estos efectos del chamico, principal componente del pango' en el Río de la Plata, explican la evolución semántica de la voz, que hacia 1870 pasó a significar 'enredo, confusión, según ya vimos en Bayo, Tiscornia y Malaret. Ejemplos del uso de la voz con este significado los hallamos en Lussich y Hernández. Tiene colas y rrniy largas / La historia de este gran pango, j Prieste atención al fandango, / Que oirá verdades amargas (Lussich, Los tres gauchos orientales, versos 49-52). ' Preguntó, haciéndose el bobo, / L a picada más cercana... / Y o pa mí, dije... mañana! / Y el pango se me hizo robo (Lussich, ob. cit., versos ). Con gato y con fandanguillo / había emperno el changango / y para ver el fandango / me colé haciéndome bola; / mas metió el diablo la cola / y todo se volvió pango (José Hernández, Martín Fierro, parte I, versos ). Cuente usté que es gaucho alpiste / las trajerias que ha pasao... J Qué trifulca lo ha obligao / Abandonar la querencia? / (214) Don Clemente López. Vida del abuelo de Rosas, Buenos Aires, 1950, pág (215) Arona, Diccionario de Peruanismos, s. v. chamico, págs (216) Ricardo Palma, Papeletas-- Lexicográficas. Lima, 1903, 5. y. chamico, pág. 65.

78 104 BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA Tal vez su sola albertencia / De algún pango lo ha salvao (Lussich, E l matrero Luciano Santos, versos ). Si el arreglo jue un fandango, / La iscrición se volvió embuste, / La elisión, un barajuste, / L a paz, caldera sin mango ; / De Güenos Aires el pango / Con un Vidal se nos vin o: / j Mal aigal que en el camino / A l barco que aquí lo trujo J Lo hubiese echao algún brujo / En medio de un remolino!!! (Lussich, E l matrero Luciano Santos, versos ). Las cjtas que preceden justifican plenamente que la palabra era entonces muy usada; carece, pues, de fundamento la crítica de Vicente Rossi que censura a Hernández por el uso de pango, vocablo que.no fue corrieínte, con el solo objeto de obtener consonancia. Del mismo modo, es errónea la etimología dé pango que da Rossi al suponer que esta voz proviene de panga, voz quichua que significa hoja (217). Además de las voces que se acaban de estudiar existen otras que denotan indudable influencia afronegra. Se trata, unas veces, de palabras españolas o indígenas americanas deformadas por la pronunciación bozalona de los negros; otras veces, de voces híbridas que contienen a la vez elementos españoles o indígenas y afronegros; y, finalmente, voces españolas o indígenas americanas que presentan sufijos afronegros. Vamos a pasar, una ligera revista a cada una de estas clases: a) Voces españolas deformadas por la pronunciación de los negros. L a más significativa de estas voces es tango, que, según parecer de Vicente Rossi (218), podría ser factible que procediera de tango por tambor, que el africano pronunciaba tambó. Según el mismo autor, la pérdida del acento (análogamente a lo ocurrido con candombe) originó la forma actual del vocablo. Pero a continuación Rossi, contradiciéndose a sí mismo, afirma que no es posible tal étimo porque tango aparece con mucha anterioridad a tambor, forma final de atabal, atambur y atambor. Estas objeciones de Rossi son.infundadas, pues en el siglo x v n ya se. había cumplido la evolución morfológica de tambor, como lo demuestra el hecho de aparecer este vocablo varias veces en las obras (217) Vicente Rossi, Folletos lenguaraces, Desagravio al lenguaje de Martín Fierro, núm. 21, Córdoba (R. A.), 1936, pág. 24. (218) Cosas de Negros, pág. 99.

79 AFRONEGRISMOS RIOPEATENSES 105 de Cervantes (219). En América se decía tambor en el siglo x v iii, pues aparece esta voz en E l Lazarillo de Ciegos Caminantes de Concolorcorvo, quien, refiriéndose a los negros, dice: En lugar del agradable tamborillo de los indios, usan los negros un tronco hueco y a los dos extremos les ciñen un pellejo tosco. Esté tambor lo carga un negro... (220). Por consiguiente, antes de aparecer la palabra tango, ya se usaba tambor, contrariamente a lo que suponía Rossi Por otra parte, se conservan rastros documentales de la transformación de tambor en tango. Uno de estos testimonios nos lo proporciona la palabra tambo, usada para designar las agrupaciones y bailes de los negros en la época de Rosas. Vicente Fidel López, en su Manual de Historia Argentina (Buenos Aires, 1916), refiere que desde que subió al gobierno, Rosas se hizo asistente asiduo de los Tambos. Esta palabra tambo nada tiene que ver con la voz homónima quichua que significa en el Plata 'casa de vacas, vaquería. En una composición poética publicada el 21 de julio de 1833 en el periódico La Negrita, la morena Juana Peña se jacta así: Negrita que en los tambores / Ocupo el primer lugar / Y que todos me abren cancha / Cuando yo salgo a bailar (221). José Antonio Wilde, por su parte, nos dice que ciertos barrios dé Buenos Aires donde predominaban los negros eran determinados corrientemente barrios del tambor (222). De la comparación de los pasajes que anteceden se extrae la conclusión de que tambo es lo mismo qué tambor. Tambo constituye, pues, simple alteración de tambor, convertido primero en tambó y luego en voz grave bajo la influencia de la palabra quichua con la que se lé identificó. Tambo representa, por lo tanto, la etapa intermedia de una transformación que de tambor condujo a tango. Hacia 1807, en Montevideo, en las actas del Cabildo de la ciudad se trata sobre tambos bailes de negros y en las mismas (219) Corominas, Dicc. Crít. E t i m s. v. tambor. (220) Ob. cit.,, pág (221) I/uis Soler Cañas, Negros^gauchos y com padrespág. 26. (222) Buenos Aires desde 70 años atrás, pág. 93,

80 io6 b o l e t í n d e l a r e a l a c a d e m ia e s p a ñ o l a actas aparece ya la expresión tangos de negros (223), Se trata de la primera aparición del vocablo en el Uruguay. El investigador argentino R. Rodríguez Molas presentó una testificación del año 1802 referente a la existencia en Buenos Aires de una casa y sitio del tango (224). Tales son las primeras documentaciones de la voz tango. Sin embargo, hay constancia de un origen más antiguo: el musicólogo argentino Carlos Vega se refiere a una denuncia presentada a la Inquisición de México en 1803, en que se describe un son mexicano nombrado el Torito, deducido dek antiquísimo tango (225). Corominas admite que tango, antes que reunión de negros para bailar al son del tambor, significó el tambor mismo. Este sería el significado primitivo, y cree probable que se trate de una voz onomatopéyica. En la hipótesis de Corominas hay que descartar que tango pueda ser el nombre del tambor en alguna lengua afronegra. Basta recordar los nombres aplicados al instrumento en el Brasil y en Cuba, donde la influencia negra fue enorme, En el Brasil se usan los siguientes afronegrismos para designar las diferentes clases de tambores: caxambú (Raimundo escribe caxambu). ilú (tambor grande), le (término yorubano que designa un tambor pequeño), puita (voz quimbunda que indica un tambor cilindrico), rum (nombre yorubano del tambor grande), rumpi (tambor de barro) {226). Tos tambores afrocubanos reciben los siguientes nombres: encomo es la denominación general, que se subdivide en bencomo, cositteremá, llaibi, llembi, bonc'ó o boncó enchimilla, bongó, tahona, tumba (227). Isidoro de María menciona el tango en sus recuerdos del (223) Vicente Rossi, Cosas de negros, pág. 143,, nota al pie de página de Horacio Jorge Becco. (224) R. Rodríguez Molas, La Música y la Danza de los Negros -en el Buenos Aires de los siglos X V I I I y X IX. Buenos Aires, 1957, pág. 13. (225) Carlos Vega, Panorama de la Música Popwlan' Argentina, pág (226) Mendooca, ob. citp á ssim. Raimundo, ob. cit., pássim. (227) Arthur Ramos, ob. cit., pág. 151.

81 AFRONEGRISMOS RIOPLATENSES IO 7 Montevideo antiguo, pero nada dice acerca de la fecha de aparición de la voz o de la danza (228). -i^en Buenos Aires, la comparsa denominada Los Negros A zúcares denominaba, en 1876, tango a una de sus canciones (2:29). En la zarzuela Justicia Criolla, estrenada en Buenos Aires en 1897 por Soria y Reinoso, un negro jactancioso canta: Y ella callaba, y entonces yo / hice prodigios de ilustración, / luego en un tango, che, me pasé / y a puro corte la conquisté (230). b) Voces indígenas alteradas por la influencia negra. Elegiremos cómctpáradigmá de este caso la voz ''mangangá,), que, según Daniel Granada, designa un abejón que fabrica úna miel de consistencia pastosa y hace el nido en las cumbreras y palos de los ranchos y en las cañas tacuaras. Tanto Granada como Tobías Garzón, quien reproduce el artículo de aquél sin más variante que la de localizar la voz exclusivamente en la Argentina, sostienen que mangangá es voz guaraní. Lisandro Segovia también registra mangangá como voz guaraní, pero observa que. Restivo y Almeida ponen mangangá o mamangal y que en Corrientes y el Paraguay se dice siempre mavnangá. Basta compulsar el Diccionario Guaraní-Español de Ortiz Mayans para convencerse de que la voz guaraní es mamangá. Ahora bien, en lengua quimbunda existe la palabra manganga, compuestajdg nganga 'hechicero o 'sacerdote, y el prefijo conry\p- cordanteína, ^.que designa una persona importante y poderosa (Raimundo, pág. 140). Bajo la influencia guaranizante, muy fuerte en el Brasil, se verificó la agudización de manganga en mangangá y luego esta voz fue aplicada al insecto, t Pero también tuvo lugar el proceso inverso, y hay quien para " nombrar al insecto utiliza el nombre afronegro manganga, según atestigua Guarnieri. La palabra aparece tempranamente en el Uruguay, según muestran los siguientes pasajes:. ' Cual zumban con susurro destemplado / Los negros mangan gás, del mismo modo / Las viejas circunstantes hacia un (228) Montevideo Antiguo, t. I, pág (229) Lanuza, Morenada, pág (230) Lanuza, M arenada, pág. igó^

82 IÓ 8 BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA \ lado / Se hablan, se guiñan y se dan del codo (Francisco Acuña de Figueroa, La Malambrunaida, Bl Parnaso Oriental, selección de Luciano Lira, Montevideo, 1835, e^- Montevideo, 1927, tomo III, pág. 332). i j i Los rebaños tendidos sobre la yerba parecían aguardar a que pasasen aquellas horas de abrumante: calor; sólo interrumpía el maj estuoso silencio de vez en cuando el áspero zumbido del \ mangangá, el rechinante y monótono canto de las chicharras i (Alejandro Magariños Cervantes, Caramurú, Madrid, 1848, i ed. Montevideo, 1939, pág. 140). Los gauchitos del pago no perdonaban fácilmente a Velarde su vienaventuranza; y esta murmuración de mangangaes, mordaz y enconosa, adquirió creces en la ausencia (Eduardo Acevedo Díaz, Ismael, Montevideo, 1888, ed. Montevideo, 1930, pág. 250). En los extremos de los troncos de las tijeras, los mangangaes de fuerte aguijón habían horadado la madera fabricando hondas cuevas, a los bordes de cuyas aberturas circulares formaban excrecencias amarillas los residuos de su miel ardiente (Eduardo Acevedo Díaz, Nativa-, Montevideo, 1890, ed. Montevideo, 1964, pág. 35). Bajo la enramada, las palabras del padre Cipriano sonaban como el ronquido de un mangangá, inclemente con el silen- / ció (Enrique M. Amorim, Tangarupá, Buenos Aires, 1925, pág. 50). ' Las carcajadas de ella se oían a toda hora... cubriendo el zumbar de los tábanos, mangangaes y jejenes (Mauro Bardier Indart, Lobos, Montevideo, pág. 44).. c) Entre las voces híbridas que presentan en su composición elementos españoles o indígenas americanos v afronegros merecen"señalarse las siguientes: rcachibeíwbe. iva única mención de esta voz se halla en Segovia, quien proporciona la siguiente noticia: Cachibembe (voz africana?) m. Nombre que la,s hermanas de Caridad dan al diablo. Cachicandonga. Según Guarnieri es voz del Uruguay y se emplea para designar un baile o fiesta de negros o personas de baja condición. También pelea. Teniendo en cuenta que candonga es voz afroríegra, incluida ya en el Diccionario de Autori

83 AFRONEGRISMOS RIOPEATENSÉS dad es, hemos incorporado esta voz, cuya etimología no nos merece los mismos reparos que a Corominas. Cachiquenga o cachiquengue. Adolfo Berro García prefiere la primera forma, mientras que Montiel Ballesteros y el Dr. Bouton sé deciden por la segunda (231). Para Berro García, seguido por Malaret, esta voz proviene del quichua cachi 'fiesta pública o 'mojiganga y el sufijo peyora- "-dg^tivo -engo con qu epentético. Pero basta comparar esta voz con las dos anteriores para convencerse de que cachi- es un prefijo identificado popularmente con el adverbio casi, aunque sin relación etimológica con él (Corominas); según este mismo autor, relacionando entre sí los componentes de este grupo heterogéneo se tuvo la impresión de que cachidiablo era algo parecido a un diablo; cachiporra, un objeto como una porra; cachiboda, una especie de boda, y así nació un nuevo prefijo cachi- como variante de casi, que se hizo productivo: cachimorro, cachipolla, cachi- podar, etc.. En nuestro caso particular, cachiquenga está formado por el prefijo cachi y la voz quimbunda quenga 'tacho, que tiene en el Brasil los significados de 'guisado, 'prostituta y 'cosa inútil (Raimundo). La palabra cachiquenga es exclusiva del Uruguay y tiene el significado de 'baile de gentualla. Javier de Viana emplea la plabra en su obra Gurí: quisiera verlo jediendo entre cuatro velas pa bailarle un cachiquenga arrlba e la panza! (232). Montiel Ballesteros también usa la voz en este pasaje de Vida y Mundo de Juancito el Zorro: En lo mejor del cachiquengue, cuando la gente ya estaba mariada... (233). Esta variante cachiquengue es etimológicamente menos correcta que cachiqu,enga. Macuco, ca. Es voz que ha hecho errar a más de un lexicógrafo. Según Ciro Bayo es adjetivo que significa grandullón, de (231) A. Berro García, Prontuario de Voces del Lenguaje Campesino Uruguayo, en Boletín de Filología. Instituto de Estudios Superiores, t. I, núms. 4 y 5, Montevideo, junio-septiembre de 1937, pág R. Bouton, La vida rural, pág (232) Ob. cit., pág. 67. (233) Ob. cit., pág. 106.

84 n o b o l e t í n d e l a r e a l a c a d e m i a e s p a ñ o l a V j tamaño grande; así: árbol o niño macuco (Manual del Lenguaje Criollo). Cuervo, Malaret y el D R A E Manual siguen a Bayo (aunque también adjudican a la palabra otras acepciones, localizadas en el Ecuador y Chile, que no se usan en el Plata). Garzón y Malaret expresan que en la Argentina, Chile y V e nezuela macuco significa 'macanudo, esto es, 'excelente, 'muy bueno, 'magnífico. Para José Vicente Solá significa 'lindo. Los siguientes pasajes ilustran bien acerca de su significado: ' Eche y que no se redame / La chirucita macuca / Con / un rulito en la nuca / Que va diciendo: besáme! (El V iejo / Pancho, Zofrenazo, en Paja Brava, Montevideo, 1926, pág. 64). Iba a alquilar una casita con huerta al fondo. Amueblaría un dormitorio macuco, digno de tan linda prenda (Víctor Pérez Petit, Un sabandija> en Panorama del Cuento Nativista del Uruguay, selección de Serafín J. García, Montevideo,. 1943, página 93). \ Y ya dentro en una arboleda macuca, que no dejaba pa- I sar ni un rayito de la noche estrellada (Ricardo Güiraldes, Don Segundo Sombra, Madrid, 1930, pág. 129). Nadie, ha emitido parecer sobre el origen de la palabra. En nuestra opinión proviene de la voz española cuco, ca = pulido, mono, lindo, y el prefijo concordante ma (en quimbundo), que se le agregó, pues en esa lengua afronegra existe la voz kuku 'abuelo, 'antepasado. Esta etimología está de acuerdo con su significado y con la zona en que se usa el vocablo. Contribuye a confirmar este étimo la voz macumbé que, según se verá, alterna en su uso con macuco, ca. Macumbé. Ciro Bayo adjudica a esta voz el significado de 'grande ; espuelas macumbé ~ espuelas grandes de vaquero (M a nual del Lenguaje Criollo). Malaret localiza la voz en Bolivia y reproduce la opinión de Bayo: macumbé grande. Guarnieri consigna que es vocablo usado por Antonio D. Lussich y parece significar 'excelente, 'bueno. Tal es, en efecto, el sentido que fluye de los siguientes pasajes fr^de Lussich: Mis espuelas -úacumbé, / mi rebenque con birolas, / Rico

85 AFRONEGRISMOS RIOPLATENSES I I I facón, güeñas bolas, / Manea y bosal saqué (Los tres gauchos orientales, versos , ed. Montevideo, 1937, pág. 59). Una rubia macumbé, / De pelo fino, amarillo / Como el oro de un anillo / Que en una banca empeñé (Lussich, Los tres gauchos orientales, versos , pág. 77). Hice en el monte un potrero / Y un ranehito macumbé (Lussich, E l matrero Luciano Santos, versos , página 287). Enseguida les trujeron / Unos ramos macumbeses J sostenidos en tres pieses (Lussich, Cantalicio Quirós y Miterio Castro en el Club Uruguay, versos , pág. 388). De los pasajes que anteceden se desprende que la palabra macumbé puede ser sustituida por macuco, macuca sin ningún inconveniente. Los pocos lexicógrafos que han hablado de la voz nada dicen acerca de su origen. Hay que descartar que pueda proceder de la voz afronegra macumba 'hechicería, 'brujería -, porque no hay relación entre los significados de una y otra. En cambio, es verosímil que pueda proceder de la voz quichua cumbe, con que se designaba la ropa de tejido más delicado y fino entre los incas (234), agudizada por influencia guaraní (además en esta lengua existe la voz cumbé) y el prefijo quimbundo de concordancia ma. Trepamuleque. V o z compuesta del verbo trepar y el sustantivo afronegro muleque. Designaba un peinado que estuvo de moda (234) Según el historiador José de Acosta, la lana [de las llamas y alpacas] labran los indios, y hacen ropa, de que se visten: una grosera y común, que llaman navasca; otra, delicada y fina, que llaman cumbi. De este cumbi labran sobremesas, cubiertas, reposteros y otros paños de muy escogida labor, que dura mucho tiempo y tiene un lustre bueno, cuasi de media seda (Historia Natwal de las Indias, Sevilla, 1590, libro I V, capítulo X LI, ed. de Madrid, 1894, t. I, pág. 496). Ovalle, en su Histórica Relación d,el Reyno de Chile (Roma, 1646, página 13 a), confirma los datos de Acosta: ay muchos guanacos y carneros que llaman de la tierra, que son a manera de camellos, poco menores, de cuya lana se hazen los cumbes, que se texen en el Perú, y -se estiman más si fuessen de seda, por la fuerza de sus colores y -suavidad de su tacto. En cuanto a cwmbé, en guaraní significa 'borbotón y.también, el ruido producido al comer o al hablar por aquellas personas que carecen de dientes (Antonio Ortiz Mayans, Diccionario Guaraní-Español, Buenos Aires, 1941, s. v. cumbé).

86 112 BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA entre las damas montevideanas en el siglo x ix, según nos informa el cronista Isidoro de María en su Montevideo Antiguo (t. I, pág. 294). Este nombre compuesto es del mismo tipo que el del adorno usado por las mujeres españolas en ese mismo siglo y conocido por síguemepollo. De esta voz trepamuleque sólo subsiste el recuerdo histórico. d) Por último, queda por considerar la influencia afronegra en la presencia de sufijos muy característicos, de esas lenguas africanas y que sólo o principalmente se usan én América de lengua española. Y a don Juan B. Selva había reclamado., con justa razón, la atención de los lexicógrafos hacia los sufijos -mgo, -anga, -ingo, -inga, -ongo, -onga, -ungo, -unga, pero poco se ha avanzado por el camino que él abrió al estudíartos" que llamó sufijos olvidados. Algunos de estos sufijos (como -ango, -anga) se'usan en palabras de origen indígena y especialmente quichuas por- sonorización de los sufijos -anco, -anca, propios de esta lengua; esta circunstancia impide deslindar con certidumbre cuáles son las voces en que los sufijos representan influencia indígena y cuáles son aquellos que revelan influencia afronégra. Esta indiseriminación fue la que impidió a Selva (235) llegar en todos los casos a resultados concretos respecto a la etimología de voces provistas de sufijos olvidados. En cambio, hay sufijos, tales como -entibo, -imbo, -imbu, característicos de las lenguas quimbundas y que, por lo tanto, 110 dan lugar a confusiones. Así, el término malembo, usado en Cuba para significar malucho o pachucho, contiene un sufijo que revela, sin ninguna duda, la incorporación al radical castellano de un elemento afro- negro. En el Plata, donde la influencia afronegra fue mucho menor que en Cuba. elnúméro de voces dotadas de elemeñtgg~~sfronegros también es menor, pero existen voces que múestran~esta influencia; entre' éstas podemos mencionar a iarimva'.' SeTrata (235) Juan B. S^lva, Crecimiento del Habla, Buenos Aires, 1925, páginas : Sufijos olvidados.

87 AFRONEGRISMOS RIOPLAT^NSES J I 3, de una variante de la voz castellana tarima, de origen árabe, que designa el entablado móvil en que duermen los soldados. L a variante indica influencia quimbunda, pues presenta el mismo sufijo que voces de esta lengua, como carimba, marimba, etc., y debió de ser forjada por los soldados negros, en la época en que éstos abundaban, a imagen de otras voces de su lengua nativa^ Un ejemplo de los sufijos negros en voces indígenas americanas lo proporciona la palabra huvmbm utilizada en el Río de la Plata para designar una preparación de huevos en dulce; la voz, según Corominas, proviene del término quichua quingo, pero bajo la influencia de las negras cocineras se transformó en quimbo, dotado de un sufijo quimbundo.... Algo parecido ocurre con el sufijo -üfigo;yen quimbundo existen.. voces con tal terminación, según vimos con calunga y malungo; eso explica que los lexicógrafos brasileños consideren a-matungo voz afronegra, pues existe en quimbundo el parónimo matungo, que designa un instrumento musical de los negros, compuesto de una concha o platillo con punteros de hierro; al mutungo se le dice hoy matungo (Mendonca). Matungo, con el sentido de caballo viejo e inútil, figura en la Colegéo de Vocábulos e Frases Usados mu Provincia de San Pedro do Rio Grande do Sul, que Antonio Alvares Pereira Coruja publicó en 1852; por ello el profesor 'Walter Spalding, lo mismo que Renato Mendonga, son de opinión de que es término vernáculo brasileño (236). Sin embargo, cabe señalar que matungo se usa en Cuba y que en 1836 Pichardo incluyó la voz en su Diccionario de Voces Cubanas con la siguiente definición: E l animal flaco, débil, fruncido que conviene aprovecharlo, matándole antes que muera. Aplícase también al negro que se halla en aquel estado, al cual dicen muchos en Cuba Negro Cangrejo (237). En el Río de la Plata no hay constancia documental de la existencia de la voz matungo con anterioridad al año 1873, en que aparece en el poema gauchesco de Antonio D. Lussich titulado El matrero Luciano Santos: Y ni tiempo me dejó / Para bo- (236) Boletín de Filología, Montevideo, 1948, núms y 39, páginas 356 y 359. (237) Oh. cit., 4a ed., s. v.-'úmfomgo, pág. 250.

88 U 4 b o l e t í n d e l a r e a l a c a d e m i a e s p a ñ o l a liármele al flete / Y lo mesmo que a soquete J Sobre un matungo me ató (238). Si se repara en que al caballo inútil y viejo se le llama en español matalón, esto es, lleno de mataduras, y que tanto esta voz como matungo contienen la misma raíz, se comprende que la forma más fácil de explicar la génesis de la última es admitir que fuera forjada sobre matalón mediante la acción del suñjo -ungo, que indica la intervención negra tanto en Cuba como en el Brasil y -el Plata, sin que podamos concretar en qué lugar apareció primero..... También el sufijo' -ongo) revela influencia afronegra, pues no sólo interviene en las palabras milonga, candonga (esta última usada fuera del Río de la Plata), etc., sino en las voces rioplatenses bailongo, ronda catanga (239); jitongo, que con el significado de 'achispado, proviene de la voz frito deformada y el sufijo que estudiamos (240), mistongo, mongo, tongo (241). * * * No abrigamos la presunción de que los afronegrismos que hemos presentado al lector sean los únicos del habla rioplatense. (238) Versos , en Los tres gauchos orientales, ed de 1937, pág Aunque Hernández usó la voz matucho con el sentido de 'matungo (Martín Fierro, primera parte, verso 362), se trata de un error del gran poeta, ya señalado por Eleuterio F. Tiscornia (ed. de Furt, página' 369), ya que matucho se usó siempre con el significado de 'mal jinete o 'maturrango5. (239)' Para Vicente Rossi ( Cosas de negros, ipágs. 194 y 195), ro n d a catonga es otra de las perdurables cosas de negt'os, si bieni admite que el segundo vocablo es onomatopeya de la percusión sobre cualquier obj eto que pudiera oficiar de tambor. También dijo el negro ronga, variante menos popular, ya olvidada, según Rossi (ob. cit., eodem looo), pero que Segovia registra en su Diccionario de Argentinismos (pág. 280) como voz de formación caprichosa...- (240) José Luis Lanuza dio a conocer en Morenada, pág. 194, una canción de la comparsa porteña titulada Los Negros Azúcares, donde aparece la v o z: Francisco ta un poco fitongo / Y le dice a tía María / que viene la noche que e Diablo / y hacemo... cosa sería, / Jua, jua, jua, ay qué risa que me da!. (241) Mistongo, mayvgo y tongo son, según Casullo, voces lunfarda (Diccionario de Voces Livnfardas y Vulgares, s. v.).

89 a f r o n e g r is m o s RIOPLATENSES 115 Bste trabajo no lo emprendimos con la ambiciosa mira de agotar el tema y proporcionar el inventario completo de los afronegrismos usados en el lenguaje coloquial del Río de la Plata, sino con el más modesto de continuar la obra de Ildefonso Pereda Valdés y despertar el interés de los estudiosos hacia esta región del idioma tan poco conocida como poco cultivada. E l insigne filólogo Rufino J. Cuervo limitó a dos voces cachimbo y bambuco su aportación a los ofronegrismos bogotanos y expresó que entre las voces que damos por de origen desconocido es posible que haya algunas de esta procedencia, pero nos faltan tiempo y humor para averiguarlo (242). También a nosotros nos faltan tiempo y humor para seguir averiguando, cuáles son los afronegrismos con que deberíamos completar nuestra lista. Confiamos en que alguien más joven y esforzado nos releve dé ésta ingrata tarea. No queremos poner punto final sin antes, señalar qué nos he-' mos visto compelidos a prescindir de muchas voces como cachafaz, cachasa, cambueta, cantimpla, cuco, lulingo, mataco, tilingo y samba por no haber podido llegar a resultados aceptables acerca de su origen. También hemos eliminado de este estudio todas las voces afronegras que forman parte del español general, como bornea, candonga, dengue, ñame, sandunga, zambaigo, zambapalo, saramb'eque, etc. E n gen eral, los afronegrismos se caracterizan por su localismo, a tal punto que son raros los afrocubanismos- usados en el Plata, y viceversa. Sólo hemos comprobado seis coincidencias:' cacimba o casimba, conga, marimba, matungo, muleque y tanga. Hay más vinculaciones entre los afronegrismos brasileños y rioplatenses, aunque faltan o escasean las pruebas documentales para tener certidumbre acerca de los afronegrismos que llegaron al Plata a través del Brasil; sólo se ha podido establecer, con bastantes probabilidades a favor, que batuque, bombear, bombero, cachimbo, capanga, capiango, macota, malungo, maxixe, milonga, mucama, qtiibebe y quitanda son afrobrasileñismos. Si se consi- (I242) Cuervo. Apuntaciones Criticas sobre el Lenguaje Bogotano, párrafo 983.

90 I l 6 BOLETÍN d e LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA dera que Raimundo registra en su obra 312 afrobrasileñismos y Mendonga 369, hay que convenir en que la influencia afronegra brasileña sobre los paísés del Plata ha sido muy pequeña. R o l a n d o A. L a -g u a r d a T r í a s. Montevideo, 16 de abril de 1965.

91 9 0 b o l e t í n d e l a r e a l a c a d e m ia e s p a ñ o l a o si es africano, como pretenden Granada, Mendonca y Friederici. Aduce Corominas que el empleo actual en quimbundo de mucama no es prueba suficiente, pues en tiempos de Moraes se empleaba ya en el portugués colonial del África, adonde tal vez llegó desde el Brasil y pudo transmitirse luego a esa lengua africana. En pro dél origen guaraní no hay argumentos, ni pruebas históricas, ni lingüísticas. En favor del origen africano, cuentan las circunstancias de que las mucamas fueron, primero, negras esclavas y además la existencia de voces africanas similares como mucambo. Termina, no obstante, Corominas por reconocer que todo eso no es decisivo. Si bien Renato Mendonga mostró que en Angola se emplea el término mukama para designar a la esclava concubina de su señor y que mu es prefijo de los nombres de cosas animadas e inanimadas, no pudo indicar cuál es el significado de kama, limitándose a decir que es radical bantu y que en cafre lengua distinta del quimbundo existe el verbo kama con el significado de 'ordeñar. Tiene razón Corominas en que las explicaciones de Mendonca respecto al origen africano de mucama no son convincentes. -Ste Tampoco contribuye a clarar el enigma la 'existencia en el Brasil de. las formas camba, mucamba y mumbanda (véase Mendonga), que significan lo mismo que mucama. Y a en 1933, Jacques Raimundo había dejado resuelto el problema al mostrar que el étimo de mucama es mu-kuma, que significa en quimbundo al lado de, pues designaba la esclava que acompañaba e iba al lado de la señora cuando ésta salía a la calle. De mu-kuma se originó macuma, hoy anticuado, y de ésta, por metátesis, mucama (Raimundo, pág. 138, macuma). Esta evolución de la palabra se realizó totalmente en el Brasil; de allí llegó al Plata, donde sólo se conoció la forma final mucama. La voz es, pues, un afrobrasileñismo. Respecto a la evolución semántica, señala muy certeramente Daniel Granada que en un principio designó a las jóvenes de raza africana que servían a la señora y señoritas de la casa; después se llamó, en general, mucamas a las sirvientas de una casa, con excepción de la cocinera; por último, se aplicó a los criados el nombre de mucamos.

Señala la celda en la que coincide las mismas palabras

Señala la celda en la que coincide las mismas palabras explicó mayoría campo poco mayoría campo poco explicó estas hombre flores etapa etapa hombre flores estas viene cine nunca especial viene cine nunca especial esfuerzo dar has ejemplo has dar esfuerzo ejemplo

Más detalles

Por frecuencia Por orden alfabético

Por frecuencia Por orden alfabético Las 1000 palabras más frecuentes del castellano Datos de la RAE (Real Academia de la Lengua Española) organizados por Dictados para Primaria () En la segunda columna se encuentras las palabras ordenadas

Más detalles

CÓDIGOS DEL SLE: SISTEMA DE CLASIFICACIÓN

CÓDIGOS DEL SLE: SISTEMA DE CLASIFICACIÓN CÓDIGOS DEL SLE: SISTEMA DE CLASIFICACIÓN CÓDIGOS BÁSICOS PARA LA LINGÜÍSTICA 801 Lingüística en general 801:3 Sociolingüística / lenguas en contacto 801.1 Ortografía 801.2 Partes del discurso (análisis

Más detalles

Ejercicio EXTRA - Gramática

Ejercicio EXTRA - Gramática Ejercicio EXTRA - Gramática El tío de Pablos, Alonso Ramplón, es verdugo. Ejerce uno de los oficios más impopulares de la historia. Completa el siguiente texto con la forma correcta de ser/estar/hay para

Más detalles

Niveles del uso del lenguaje

Niveles del uso del lenguaje Niveles del uso del lenguaje Aunque la lengua castellana o española es una sola, se usa de distintas maneras según las circunstancias. Dicho técnicamente, el emisor (hablante o escritor), el receptor (interlocutor,

Más detalles

KULLEĠĠ SAN BENEDITTU Boys Secondary, Kirkop

KULLEĠĠ SAN BENEDITTU Boys Secondary, Kirkop KULLEĠĠ SAN BENEDITTU Boys Secondary, Kirkop Mark HALF-YEARLY EXAMINATION 2011/12 FORM 1 SPANISH WRITTEN PAPER TIME: 1 hr 30 mins Nombre: Clase: E. TEXTO CON HUECOS (10 PUNTOS) i. Rellena los huecos con

Más detalles

Lengua Española. Prof. Veríssimo Ferreira

Lengua Española. Prof. Veríssimo Ferreira Lengua Española Prof. Veríssimo Ferreira Orígenes La situación geográfica de la Península Ibérica favoreció la presencia de una gran variedad de pueblos y lenguas prerromanas, principalmente célticas e

Más detalles

EL CONGRESO DE LOS CHICOS

EL CONGRESO DE LOS CHICOS LOS NOMBRES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA SABÍAS QUE SEGÚN EL ARTÍCULO 35 DE LA CONSTITUCIÓN NACIONAL NUESTRO PAÍS TIENE TRES NOMBRES OFICIALES? CADA UNA DE ESTAS DENOMINACIONES TIENE SU ORIGEN EN DISTINTOS

Más detalles

Pero, hay algún Santiago en el Nuevo Testamento? Jorge Rodríguez Guerrero

Pero, hay algún Santiago en el Nuevo Testamento? Jorge Rodríguez Guerrero Pero, hay algún Santiago en el Nuevo Testamento? Jorge Rodríguez Guerrero Claro que sí, puede decir cualquiera que haya estado leyendo su biblia. Y puede proseguir: Hay uno, al menos. Basta con leer el

Más detalles

1. Sigue las pistas y deduce de qué país se trata. Cuál ha sido para ti la clave para adivinarlo? Y para tu compañero?

1. Sigue las pistas y deduce de qué país se trata. Cuál ha sido para ti la clave para adivinarlo? Y para tu compañero? Antes del visionado 1. Sigue las pistas y deduce de qué país se trata. Cuál ha sido para ti la clave para adivinarlo? Y para tu compañero? 1. Es un país de América Latina. 2. Es uno de los países más extensos

Más detalles

3Lo que es la Iglesia

3Lo que es la Iglesia 38 LECCIÓN 3Lo que es la Iglesia Cristo dijo: Edificaré mi iglesia (Mateo 16:18). Qué quiso decir con la palabra iglesia? Qué entendieron sus discípulos con este término? Quizá ya haya notado que hemos

Más detalles

Los textos escritos en castellano en el siglo XIII son textos de historia, de leyes, etc., no son textos de literatura.

Los textos escritos en castellano en el siglo XIII son textos de historia, de leyes, etc., no son textos de literatura. La prosa (1) en los siglos XIII y XIV en España. Alfonso X el Sabio y El conde Lucanor de don Juan Manuel Ya sabes que los primeros textos escritos en castellano son poemas. En la Edad Media para escribir

Más detalles

EL ARABISMO ESPAÑOL. Un análisis sobre la contribución árabe al idioma español. María Isabel Maldonado y García

EL ARABISMO ESPAÑOL. Un análisis sobre la contribución árabe al idioma español. María Isabel Maldonado y García EL ARABISMO ESPAÑOL Un análisis sobre la contribución árabe al idioma español María Isabel Maldonado y García A mi madre María Isabel García Glaría "Continuar estas listas sería hacer el resumen de lo

Más detalles

EL NOMBRE DE LAS ORGANIZACIONES POLITICAS.

EL NOMBRE DE LAS ORGANIZACIONES POLITICAS. Unidad 4 EL NOMBRE DE LAS ORGANIZACIONES POLITICAS. En Grecia se desarrollo un fenómeno político que dio lugar a ideas en relación con él. El fenómeno particular que existió en ese país se llamaba polis,

Más detalles

La realidad plurilingüe de España. Comparar noticias.

La realidad plurilingüe de España. Comparar noticias. La realidad plurilingüe de España. Comparar noticias. Unidad 5 El origen de las lenguas de España (I) Etapas históricas 1) Imperio Romano (S.III - S.V): En esta etapa en Hispania se hablaba latín. Hay

Más detalles

Historia Latinoamericana en el contexto mundial

Historia Latinoamericana en el contexto mundial Historia Latinoamericana en el contexto mundial Anexo I para «Historia Argentina y Latinoamericana en el contexto mundial en el siglo XIX» 1 er año Polimodal Teresa Eggers-Brass, Marisa Gallego EDITORIAL

Más detalles

Jamie González - es estudiante de la escuela Northgate, en Los Ángeles. - es una muchacha delgada, no muy alta, de dieciocho años

Jamie González - es estudiante de la escuela Northgate, en Los Ángeles. - es una muchacha delgada, no muy alta, de dieciocho años Jamie González - es estudiante de la escuela Northgate, en Los Ángeles - es una muchacha delgada, no muy alta, de dieciocho años - tiene pelo negro, grueso y rizado - se parece mucho a su bisabuela - tiene

Más detalles

La t ermino n l o o l gí g a La t ermin i o n logí g a a es e l c onjunto d e t érmino

La t ermino n l o o l gí g a La t ermin i o n logí g a a es e l c onjunto d e t érmino La terminología La terminología es el conjunto de términos o palabras propias utilizadas en una ciencia, técnica, o especialidad. Es el vocabulario especializado de una profesión o de alguna otra actividad

Más detalles

Lo que es la iglesia. Lección

Lo que es la iglesia. Lección Lección 3 Lo que es la iglesia Cristo dijo: Edificaré mi iglesia (Mateo 16:18). Qué quiso decir con la palabra iglesia? Qué entendieron sus discípulos con ese término? Quizá ya haya notado que hemos usado

Más detalles

Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en Brasilia. Otros documentos. Datos generales Brasil

Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en Brasilia. Otros documentos. Datos generales Brasil 1 Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en Brasilia Otros documentos Datos generales Brasil Otros documentos Datos generales Brasil Este estudio ha sido realizado por la Oficina Económica

Más detalles

Países de habla hispana

Países de habla hispana Países de habla hispana Países de habla hispana España México Europa Madrid América de Norte Ciudad de México Cuba República Dominicana Puerto Rico El Caribe La Habana Santo Domingo San Juan América Central

Más detalles

El infante de don Juan Manuel (España ) Anónimo (España 1482) Hernán Cortés (España ) Un Anónimo poeta Nahua (México 1523)

El infante de don Juan Manuel (España ) Anónimo (España 1482) Hernán Cortés (España ) Un Anónimo poeta Nahua (México 1523) El infante de don Juan Manuel (España 1282-1348) Anónimo (España 1482) Hernán Cortés (España 1485-1547) Un Anónimo poeta Nahua (México 1523) Testimonios de ancianos nahuas (1540) Diego Muñoz Camargo (México

Más detalles

LIBROS CONOCER UN LIBRO POR FUERA Y POR DENTRO

LIBROS CONOCER UN LIBRO POR FUERA Y POR DENTRO LIBROS CONOCER UN LIBRO POR FUERA Y POR DENTRO UN LIBRO POR FUERA CONTRACUBIERTA O CONTRATAPA CUBIERTA O TAPA LOMO UN LIBRO POR FUERA CUBIERTA Y CONTRACUBIERTA: Cada una de las dos partes de un libro encuadernado.

Más detalles

Francia y el Río de la Plata Tráfico Comercial durante la Guerra de Sucesión de España ( )

Francia y el Río de la Plata Tráfico Comercial durante la Guerra de Sucesión de España ( ) Francia y el Río de la Plata Tráfico Comercial durante la Guerra de Sucesión de España (1700-1713) Edgardo Sergio Mendoza nació en la ciudad de San Juan en 1953. Egresó de la Universidad de París -Sección

Más detalles

Análisis de la poesía: Elogio de la Lengua Castellana

Análisis de la poesía: Elogio de la Lengua Castellana Análisis de la poesía: Elogio de la Lengua Castellana ELOGIO DE LA LENGUA CASTELLANA Juana Ibarbourou 1 / 5 2 / 5 Oh, lengua de los cantares! Oh, lengua del romancero! Te habló Teresa la mística. Te habló

Más detalles

LENGUA, LENGUAJE HABLA, NORMA Y VARIEDADES LÉXICAS

LENGUA, LENGUAJE HABLA, NORMA Y VARIEDADES LÉXICAS LENGUA, LENGUAJE HABLA, NORMA Y VARIEDADES LÉXICAS Objetivo de aprendizaje: Entender los elementos para una comunicación efectiva. Definir y distinguir los conceptos signo, lengua, lenguaje, habla y norma.

Más detalles

Lección # 1. La Vida Abundante. La Vida de Jesucristo

Lección # 1. La Vida Abundante. La Vida de Jesucristo Lección # 1 La Vida Abundante La Vida de Jesucristo en Usted LA VIDA ABUNDANTE es un curso básico sobre los A-B-C s de la vida Cristiana. Es ideal para los nuevos creyentes y para reforzar los conocimientos

Más detalles

PASAPALABRA DE LENGUA CASTELLANA 6º. Rey que quería convertir el castellano en lengua cultural.

PASAPALABRA DE LENGUA CASTELLANA 6º. Rey que quería convertir el castellano en lengua cultural. PASAPALABRA PASAPALABRA DE LENGUA CASTELLANA 6º A Rey que quería convertir el castellano en lengua cultural. Alfonso X el Sabio. B Lista de las publicaciones (libros, cuentos ) de un autor. Bibliografia

Más detalles

Gaspar Melchor de Jovellanos Cartas a don Antonio Ponz

Gaspar Melchor de Jovellanos Cartas a don Antonio Ponz 1 Gaspar Melchor de Jovellanos Cartas a don Antonio Ponz Objetivo Los ilustrados sentían la curiosidad por observar y conocer directamente las gentes de un país y sus medios de vida, para describir después

Más detalles

San Ġorġ Preca College Secondary School, Blata l-bajda. Half-Yearly Examinations - February 2015

San Ġorġ Preca College Secondary School, Blata l-bajda. Half-Yearly Examinations - February 2015 San Ġorġ Preca College Secondary School, Blata l-bajda Half-Yearly Examinations - February 2015 Subject: Spanish Level 4 to 6 Form 1 Time: 2 hr Name & Surname: Class: Index No: Teachers: Ms M Borg Conti

Más detalles

DANIEL MARTINO. Publicaciones referidas a Bioy Casares y Jorge Luis Borges

DANIEL MARTINO. Publicaciones referidas a Bioy Casares y Jorge Luis Borges DANIEL MARTINO Publicaciones referidas a Bioy Casares y Jorge Luis Borges Salvo indicación en contrario, asúmase Buenos Aires como lugar de publicación. 1989 (1). ABC de Adolfo Bioy Casares. 1ª ed. Emecé,

Más detalles

apuntes de capítulos/episodios 1 y 2

apuntes de capítulos/episodios 1 y 2 Oct 23 3:11 PM 1 Carlos Navarro - es hijo de Tomás y Marta Navarro - es alto, guapo, moreno, con ojos negros - no tenía interés en Jaime, no quería compartir su cuarto con él - para Carlos, Jamie era una

Más detalles

EL LUNFARDO: LA LENGUA DEL TANGO

EL LUNFARDO: LA LENGUA DEL TANGO UNIVERSITÀ DEGLI STUDI DI TRENTO Facoltà di Lettere e Filosofia Corso di Laurea in Mediazione Linguistica per le Imprese e il Turismo Tesi di laurea EL LUNFARDO: LA LENGUA DEL TANGO Relatore: Dott. Renzo

Más detalles

1. La Fiesta del Chivo se desarrolla en República Dominicana. 2. El verdadero nombre del Chivo era Pedro Navaja.

1. La Fiesta del Chivo se desarrolla en República Dominicana. 2. El verdadero nombre del Chivo era Pedro Navaja. ersión 1 Segundo examen de Redacción, Composición y Análisis de Texto Paralelo A17 Escuela Superior Politécnica del Litoral Comunicación Social Nombre del Alumno: echa: Este examen tiene una duración de

Más detalles

4. A la hora de hablar de la correcta comunicación humana se debe tener en cuenta problemas de barbarismos, neologismos y solecismos.

4. A la hora de hablar de la correcta comunicación humana se debe tener en cuenta problemas de barbarismos, neologismos y solecismos. ersión 0 Segundo examen de Redacción, Composición y Análisis de Texto Paralelo A17 Escuela Superior Politécnica del Litoral Comunicación Social Nombre del Alumno: echa: Este examen tiene una duración de

Más detalles

Dolores Soler-Espiauba Con Frida en el altiplano

Dolores Soler-Espiauba Con Frida en el altiplano Dolores Soler-Espiauba Con Frida en el altiplano BOLIVIA Capítulo 1 Mikil mide exactamente 1,98 m, por eso no necesita subirse a un banco para contemplar el espectáculo. Estamos en junio y los días son

Más detalles

LOS CAMINOS DE PIEDELAGUA

LOS CAMINOS DE PIEDELAGUA LOS CAMINOS DE PIEDELAGUA PARTE I: EL ABUELO MARTÍN PARTE II: HUELLAS PARTE III: ANÉ PARTE 1: EL ABUELO MARTÍN 1. Del abuelo Martín no se había hablado nunca en la familia. Y eso que era el más interesante

Más detalles

GLOSARIO 156. abolición (de la esclavitud). Acción de dejar legalmente sin efecto el sistema de la

GLOSARIO 156. abolición (de la esclavitud). Acción de dejar legalmente sin efecto el sistema de la GLOSARIO 156 abolición (de la esclavitud). Acción de dejar legalmente sin efecto el sistema de la esclavitud. La abolición de la esclavitud en Perú se llevó a cabo durante el gobierno de Ramón Castilla,

Más detalles

ACTA DE FUNDACIÓN DE LA ORGANIZACIÓN IBEROAMERICANA DE JUVENTUD (O.I.J.)

ACTA DE FUNDACIÓN DE LA ORGANIZACIÓN IBEROAMERICANA DE JUVENTUD (O.I.J.) ACTA DE FUNDACIÓN DE LA ORGANIZACIÓN IBEROAMERICANA DE JUVENTUD I.- REUNIDOS: (O.I.J.) Los representantes plenipotenciarios de la República Argentina, la República de Bolivia, la República Federativa de

Más detalles

También llevará a cabo el lanzamiento de su nuevo Sello Editorial Académico.

También llevará a cabo el lanzamiento de su nuevo Sello Editorial Académico. Los días 20, 28 y 29 de Abril, el Instituto lanzará sus nuevas publicaciones, realizará un homenaje a Soledad Acosta de Samper y tendrá múltiples actividades especiales. También llevará a cabo el lanzamiento

Más detalles

126. Cayéndose va de risa

126. Cayéndose va de risa 126. Cayéndose va de risa Compositor: Anónimo Poeta: Anónimo Fuente: Cancionero Poético-Musical Hispánico de Lisboa [CPMHL] Edición: Mariano LAMBEA y Lola JOSA (Introducción y edición crítica) La música

Más detalles

LITERATURA ESPAÑOLA I

LITERATURA ESPAÑOLA I LITERATURA ESPAÑOLA I Primer cuatrimestre: Literatura Española de la Edad Media Profesora: Encarnación Alonso Valero Temario: Tema I. Introducción. Qué es literatura medieval? Precisiones conceptuales.

Más detalles

4. Observa el dibujo de Manuel. Su descripción se ha desordenado. Ordénala con la ayuda del esquema y después cópiala.

4. Observa el dibujo de Manuel. Su descripción se ha desordenado. Ordénala con la ayuda del esquema y después cópiala. unidad 1 Unidad 1, actividad 4, página 10 4. Observa el dibujo de Manuel. Su descripción se ha desordenado. Ordénala con la ayuda del esquema y después cópiala. d Es moreno. Lleva el pelo un poco largo.

Más detalles

GUÍA DOCENTE Bases del vocabulario científico y técnico

GUÍA DOCENTE Bases del vocabulario científico y técnico GUÍA DOCENTE 2017-2018 Bases del vocabulario científico y técnico 1. Denominación de la asignatura: Bases del vocabulario científico y técnico Titulación Grado de Español: lengua y literatura Código 5415

Más detalles

LOS DICCIONARIOS DEL ESPAÑOL EN EL SIGLO XXI

LOS DICCIONARIOS DEL ESPAÑOL EN EL SIGLO XXI GÜNTHER HAENSCH - CARLOS OMEÑACA (y A 393515 LOS DICCIONARIOS DEL ESPAÑOL EN EL SIGLO XXI Problemas actuales de la lexicografía - Los distintos tipos de diccionarios; una guía para el usuario - Bibliografía

Más detalles

La esclavitud en Montevideo colonial Testimonios de viajeros y cronistas

La esclavitud en Montevideo colonial Testimonios de viajeros y cronistas La esclavitud en Montevideo colonial Testimonios de viajeros y cronistas Historia Cuarto año: El tráfico de esclavos Quinto año: Los comienzos del Uruguay independiente. Comienzo del tráfico de esclavos

Más detalles

ADMINISTRACIÓN NACIONAL DE AVIACIÓN CIVIL

ADMINISTRACIÓN NACIONAL DE AVIACIÓN CIVIL ADMINISTRACIÓN NACIONAL DE AVIACIÓN CIVIL NOTA A.N.A.C. N 626 REF.: EXP-ANC:0044567/2016 BUENOS AIRES, 01 DIC. 2016 EDICTO En cumplimiento de lo determinado por los Artículos 102, 108 y 128 de la Ley N

Más detalles

SPAN 319. Origen y Diversificación del Español. 1. Orígenes del Español

SPAN 319. Origen y Diversificación del Español. 1. Orígenes del Español SPAN 319. Origen y Diversificación del Español 1. Orígenes del Español El español surgió a partir del latín hablado en partes de la península ibérica después de la desmembración del imperio romano (s.

Más detalles

Nosotros hablamos y escribimos en español, porque en esta lengua, siendo niños, escuchamos y pronunciamos nuestras primeras palabras.

Nosotros hablamos y escribimos en español, porque en esta lengua, siendo niños, escuchamos y pronunciamos nuestras primeras palabras. Nosotros hablamos y escribimos en español, porque en esta lengua, siendo niños, escuchamos y pronunciamos nuestras primeras palabras. Mis primeros pasos con la Biblia / Capítulo 2 En ella aprendimos a

Más detalles

EDAD MEDIA: LÍRICA Y CANCIONEROS

EDAD MEDIA: LÍRICA Y CANCIONEROS POESÍA ESPAÑOLA P O E S Í A E S P A Ñ O L A POESÍA ESPAÑOLA Antología crítica dirigida por Francisco Rico 1. Edad Media: lírica y cancioneros 4. Siglos de Oro: Barroco 5. El siglo XVIII 6. El siglo XIX

Más detalles

El alcalde de Zalamea

El alcalde de Zalamea El alcalde de Zalamea Calderón de la Barca El alcalde de Zalamea PERSONAJES: El rey Felipe II Don Lope de Figueroa Don Álvaro de Ataide, capitán Un sargento Rebolledo, soldado Pedro Crespo, labrador viejo

Más detalles

The PastoralPlanning.com Estudio de Biblia En español sencillo

The PastoralPlanning.com Estudio de Biblia En español sencillo The PastoralPlanning.com Estudio de Biblia En español sencillo Sesión 13: El Evangelio de Mateo El Evangelio de Mateo: un libro de sermones? El Evangelio de Mateo puede haber sido escrito originalmente

Más detalles

Frailes. Tomellosa de Tajuña. Frailes. Referencias históricas Juan Manuel Abascal Colmenero

Frailes. Tomellosa de Tajuña. Frailes. Referencias históricas Juan Manuel Abascal Colmenero Frailes 1581 Año 1581. Carpeta 23. Folio 12. 3-3-1581 Yuste Martínez el Viejo y Lucia Martínez su mujer dan poder "al Reverendo Padre Fray Antonio de Zamora Prior del Monasterio de Valdebustos y al Reverendo

Más detalles

LA DULZAINA. Breve historia. Por J. Javier Tejada. Dulzainero. Mayo de 2004

LA DULZAINA. Breve historia. Por J. Javier Tejada. Dulzainero. Mayo de 2004 LA DULZAINA. Breve historia. Por J. Javier Tejada. Dulzainero. Mayo de 2004 El instrumento folklórico merece mención aparte entre los objetos etnológicos, es decir entre los útiles adoptados por una determinada

Más detalles

LAS LENGUAS DE ESPAÑA

LAS LENGUAS DE ESPAÑA LAS LENGUAS DE ESPAÑA PRÓLOGO INTRODUCCIÓN Lenguaje y lengua Diversidad de lenguas Clasificación de las lenguas Las leguas románicas El nombre Origen de las lenguas románicas Repartición lingüística Disolución

Más detalles

CLAUDIA MARIBEL BARRIOS GÒMEZ

CLAUDIA MARIBEL BARRIOS GÒMEZ CLAUDIA MARIBEL BARRIOS GÒMEZ QUÉ ES EL LENGUAJE? se considera a los procedimientos realizados por cualquier animal con el fin de comunicarse. Esto incluye al ser humano, quien posee el lenguaje más sofisticado

Más detalles

Guaman Poma, cronista de la conquista de Perú

Guaman Poma, cronista de la conquista de Perú Guaman Poma, cronista de la conquista de Perú Las láminas que conforman la sección En imágenes son una muestra de la monumental obra de Guaman Poma de Ayala. Se trata de un escrito sobre la historia antigua

Más detalles

Extranjeros con tarjeta o autorización de residencia en vigor a

Extranjeros con tarjeta o autorización de residencia en vigor a Extranjeros con tarjeta o autorización de residencia en vigor a 30 de septiembre de 2006 NIPO: 201-06-044-4 Madrid, a 10 de noviembre de 2006 Índice Pág Comentario y fuente de los datos... 3 Tabla 1.-

Más detalles

En qué año se escribió el libro? De qué año son las ediciones que nos han llegado?

En qué año se escribió el libro? De qué año son las ediciones que nos han llegado? Lazarillo de Tormes Nombre... Fecha... 1 2 Este libro relata La vida de Lazarillo de Tormes, y de sus fortunas y adversidades. Este título incluye un juego de pistas en su título, porque esconde el nombre

Más detalles

EL LAZARILLO DE TORMES

EL LAZARILLO DE TORMES EL LAZARILLO DE TORMES EL LIBRO QUÉ ES EL LAZARILLO DE TORMES? Es una obra anónima Editada por primera vez en 1554 en Burgos Es un cuadro de la sociedad española renacentista Es el precursor de la novela

Más detalles

LENGUA: QUÉ VOY APRENDER Y QUÉ ME VAN A EVALUAR.

LENGUA: QUÉ VOY APRENDER Y QUÉ ME VAN A EVALUAR. PRESENTACIÓN QUEREMOS SABER: VOCABULARIO, GRAMÁTICA, ORTOGRAFÍA Y LITERATURA SABER HACER: LECTURA, COMPRENSIÓN LECTORA, COMUNICACIÓN ORAL Y ESCRITURA SABER SER: EDUCACIÓN EN VALORES -------------------

Más detalles

Unidad 5, lección 1 El juego de las canicas. Actividad 1. S é q u e n c e 5. cycle 3 niveau 3 espagnol fichier d activités. Escucha, observa y repite.

Unidad 5, lección 1 El juego de las canicas. Actividad 1. S é q u e n c e 5. cycle 3 niveau 3 espagnol fichier d activités. Escucha, observa y repite. S é q u e n c e Unidad, lección El juego de las canicas Actividad Escucha, observa y repite. 0 cycle 3 niveau 3 espagnol fichier d activités S é q u e n c e Y a ti, qué te parece anormal? Escríbelo y pronuncia

Más detalles

EPÍSTOLA DE PABLO A LOS EFESIOS 2 EFESIOS 1:1-8:

EPÍSTOLA DE PABLO A LOS EFESIOS 2 EFESIOS 1:1-8: EPÍSTOLA DE PABLO A LOS EFESIOS 2 EFESIOS 1:1-8: En el estudio anterior vimos que Pablo estuvo dos veces en Éfeso y la segunda vez estuvo unos tres años. En todo este tiempo desarrolló una relación muy

Más detalles

La Historia de Misiones Bautistas

La Historia de Misiones Bautistas La Historia de Misiones Bautistas Guillermo Carey Nació el 17 de agosto 1761 Creció como episcopalista fuerte Llegó a conocer el Señor y después de estudiar la Palabra se hizo bautista Fue bautizado por

Más detalles

Unidad 2. Los instrumentos en las tradiciones musicales de Chile y América Latina

Unidad 2. Los instrumentos en las tradiciones musicales de Chile y América Latina Unidad 2 Los instrumentos en las tradiciones musicales de Chile y América Latina Contenido: 1 Historia, Ritmos e Instrumentos Folklóricos latinoamericanos. 1. Historia, Ritmos e Instrumentos Folklóricos

Más detalles

Fonemas [θ] y [s]. La articulación en el seseo.

Fonemas [θ] y [s]. La articulación en el seseo. Qué es el Seseo? El seseo es un fenómeno lingüístico que se puede definir como la neutralización de los fonemas /θ/ y /s/ a favor de este último. Encontramos el origen de este fenómeno en Sevilla, España

Más detalles

Clasificación Handicap

Clasificación Handicap Clasificación Handicap Pos Nombre enero febrero marzo abril mayo junio septiemb octubre noviemb diciemb TOTAL 1 RODRIGUEZ FERNANDEZ, JAVIER-RODRIGUEZ MACHADO, JUAN CARLOS 45 45 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

Más detalles

ROUTES AND TRAVELS TO THE ENCHANTED CITY OF THE CAESARS. STORIES AND CONSTELLATIONS PALABRAS CLAVE C

ROUTES AND TRAVELS TO THE ENCHANTED CITY OF THE CAESARS. STORIES AND CONSTELLATIONS PALABRAS CLAVE C ROUTES AND TRAVELS TO THE ENCHANTED CITY OF THE CAESARS. STORIES AND CONSTELLATIONS PALABRAS CLAVE C ï KEY WORDS City, Caesars, Utopy. Recibido: 9 de octubre de 2014 Aceptado: 16 de abril de 2015 La ciudad

Más detalles

GOZO COLLEGE. Half Yearly Examinations for Secondary Schools A: CONJUGA ESTOS VERBOS EN EL FUTURO SIMPLE. (5 puntos)

GOZO COLLEGE. Half Yearly Examinations for Secondary Schools A: CONJUGA ESTOS VERBOS EN EL FUTURO SIMPLE. (5 puntos) GOZO COLLEGE Track 2 Half Yearly Examinations for Secondary Schools 2013 FORM 3 (3 rd Yr) SPANISH TIME: 1h 30 min Name: Class: A: CONJUGA ESTOS VERBOS EN EL FUTURO SIMPLE. (5 puntos) 1. Jaime (ir) a la

Más detalles

CITAS BÍBLICAS. Este fue el primer milagro que realizó Jesús, porque María se lo pidió; y contribuyó a aumentar la fe de sus discípulos.

CITAS BÍBLICAS. Este fue el primer milagro que realizó Jesús, porque María se lo pidió; y contribuyó a aumentar la fe de sus discípulos. CITAS BÍBLICAS El ángel Gabriel entró en la casa de María, una joven que estaba prometida con José, y le dijo: - Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor está contigo. María se sobresaltó,

Más detalles

Los peces en la cerámica de La Alcudia de Elche

Los peces en la cerámica de La Alcudia de Elche [Publicado previamente en: VIII Congreso Nacional de Arqueología, Sevilla- Málaga 1963, Zaragoza 1964, 357-359. Editado aquí en versión digital por cortesía de Rafael Ramos Fernández y con la paginación

Más detalles

PROCEDIMIENTO ABREVIADO /2014 N.I.G.: Órgano Procedencia: INSTRUCCION NUM. UNO de BADAJOZ

PROCEDIMIENTO ABREVIADO /2014 N.I.G.: Órgano Procedencia: INSTRUCCION NUM. UNO de BADAJOZ AUDIENCIA PROVINCIAL DE BADAJOZ SECCIÓN PRIMERA Señalamientos mes de MAYO: 10 de mayo de 2016 PROCEDIMIENTO ABREVIADO 0000015 /2014 N.I.G.: 06015 37 2 2014 0103552 Órgano Procedencia: INSTRUCCION NUM.

Más detalles

Spanish and Latin American Literature

Spanish and Latin American Literature Spanish and Latin American Literature The World in Spanish Speaking and Discussion Level B2 www.lingoda.com 1 Spanish and Latin American Literature - Resumen Contenido Alguna vez has oído hablar de El

Más detalles

3. Àrea: Lingüística aplicada a la traducció Titulació: Llicenciatura en Traducció i Interpretació

3. Àrea: Lingüística aplicada a la traducció Titulació: Llicenciatura en Traducció i Interpretació Identificació 1. Nom de l assignatura: Portuguès C 4 2. Codi: 22396 3. Àrea: Lingüística aplicada a la traducció Titulació: Llicenciatura en Traducció i Interpretació 4. TipusTroncal 5. Crèdits (ECTS):

Más detalles

Mi primer libro sobre. Velázquez. Eliacer Cansino. Ilustraciones de Álvaro Núñez GUÍA DE LECTURA

Mi primer libro sobre. Velázquez. Eliacer Cansino. Ilustraciones de Álvaro Núñez GUÍA DE LECTURA Mi primer libro sobre Velázquez Eliacer Cansino Ilustraciones de Álvaro Núñez GUÍA DE LECTURA Cuaderno de actividades Este cuaderno que tienes en tus manos es para ayudarte a comprender mejor Mi primer

Más detalles

Lo llamamos Introducción, y no Infancia porque nos enseña lo que sucedió antes del nacimiento de Jesús.

Lo llamamos Introducción, y no Infancia porque nos enseña lo que sucedió antes del nacimiento de Jesús. Lección 13 Los anuncios del nacimiento del Rey pero no la abandono, por qué? a continuación la lección nos enseñara todos los detalles. 13.1 Recuerde Ud. el estudio de los cinco pasos (e introducción)

Más detalles

8. Cuáles son los tres tratados en latín que hizo el inglés Francis Bacon en el siglo XVI? a. b. c.

8. Cuáles son los tres tratados en latín que hizo el inglés Francis Bacon en el siglo XVI? a. b. c. Actividad no. 1. Compensatoria a la clase del día miércoles 4 de septiembre de 2013. Tema: Importancia del griego y el latín en el léxico de las ciencias y las humanidades. Información disponible en las

Más detalles

UNA PROPUESTA PARA EL DÍA DEL LIBRO Fuente: Azucena S. Mancebo (Magazine)

UNA PROPUESTA PARA EL DÍA DEL LIBRO Fuente: Azucena S. Mancebo (Magazine) UNA PROPUESTA PARA EL DÍA DEL LIBRO Fuente: Azucena S. Mancebo (Magazine) EL LIBRO MÁS GRANDE ATLAS KLENCKE Son necesarias seis personas para poder levantarlo y dos para sujetarlo abierto y poder contemplarlo

Más detalles

Vaqueros de las Américas GAUCHOS. Exposición itinerante

Vaqueros de las Américas GAUCHOS. Exposición itinerante Vaqueros de las Américas GAUCHOS Exposición itinerante Hombre y Caballo: Retrato de la relación más extraordinaria que se haya forjado jamás entre dos seres vivientes. www.luisfabini.com 1 GAUCHOS, libro

Más detalles

Tradiciones natalicias de algunos países hispanos

Tradiciones natalicias de algunos países hispanos Tradiciones natalicias de algunos países hispanos España Una tradición muy especial en España es el sorteo de la lotería, y se celebra cada 22 de diciembre. El premio máximo recibe el nombre de 'El Gordo'

Más detalles

GUIÓN LITERARIO. Acciones, diálogos Instrumento de trabajo para equipo de rodaje

GUIÓN LITERARIO. Acciones, diálogos Instrumento de trabajo para equipo de rodaje GUIÓN LITERARIO Acciones, diálogos Instrumento de trabajo para equipo de rodaje ESCRITURA El Guión deberá estar escrito con interlineado sencillo y tipografía Courier (o New Courier) de 12 puntos Las páginas

Más detalles

El tiempo que usted ha dedicado al estudio ha sido muy productivo.

El tiempo que usted ha dedicado al estudio ha sido muy productivo. Escribamos un retrato Lección 1 Lectura y Literatura El tiempo que usted ha dedicado al estudio ha sido muy productivo. Por ejemplo, sabe cómo hacer un resumen, sabe describir características físicas y

Más detalles

Interactivos. Adivinanzas. Temas: El cuerpo. * Animales * Las letras * La familia * Los colores

Interactivos. Adivinanzas. Temas: El cuerpo. * Animales * Las letras * La familia * Los colores Interactivos Adivinanzas Temas: El cuerpo. * Animales * Las letras * La familia * Los colores Adivinanzas La boca Los cabellos La cabeza Los pies Los dedos La lengua La nariz Las orejas Adivinanzas El

Más detalles

Una entrevista imaginaria a Rubén Darío

Una entrevista imaginaria a Rubén Darío Se han dado cuenta de que leer un libro es una forma de conversar con su autor? Leyendo la Autobiografía de Rubén Darío (Ed. Mundo Latino, 1918) me pareció, por un momento, que yo le hacía preguntas y

Más detalles

U N C U R S O D E E S T U D I O D E E M M A Ú S VERBO DIOS R.E. HARLOW

U N C U R S O D E E S T U D I O D E E M M A Ú S VERBO DIOS R.E. HARLOW U N C U R S O D E E S T U D I O D E E M M A Ú S EL VERBO DE DIOS R.E. HARLOW 1 Editorial: ECS Ministries www.ecsministries.org ISBN 1-59387-031-0 Edición Digital: 2005.09 2005 ECS Ministries Traducción:

Más detalles

Los viajes de exploración. Ciencias Sociales Historia Los descubrimientos

Los viajes de exploración. Ciencias Sociales Historia Los descubrimientos Los viajes de exploración Ciencias Sociales Historia Los descubrimientos Algunos antecedentes tecnológicos que hicieron posible los viajes Durante el siglo XV se generalizó el uso de instrumentos que permitieron

Más detalles

La descripción sociolingüística del español. La lengua española en la sociedad real

La descripción sociolingüística del español. La lengua española en la sociedad real La descripción sociolingüística del español La lengua española en la sociedad real Cuántas personas hablan español en el mundo? Más de 480 millones. Número de hablantes: 480 millones Se consideran hispanohablantes

Más detalles

CONCIERTO DE ESPERANZA SOBRE POEMAS DE DON PEDRO MIR EDICIONES DE LA DISCRETA Y LA DISCRETA ACADEMIA

CONCIERTO DE ESPERANZA SOBRE POEMAS DE DON PEDRO MIR EDICIONES DE LA DISCRETA Y LA DISCRETA ACADEMIA CONCIERTO DE ESPERANZA SOBRE POEMAS DE DON PEDRO MIR EDICIONES DE LA DISCRETA Y LA DISCRETA ACADEMIA Más información en www.ladiscreta.com EL LIBRO Concierto de esperanza es un espectáculo poético musical

Más detalles

Mateo 3 16 Después del bautismo, mientras Jesús. Espíritu de Dios que descendía sobre él como una paloma. 17 Y una voz dijo desde el cielo:

Mateo 3 16 Después del bautismo, mientras Jesús. Espíritu de Dios que descendía sobre él como una paloma. 17 Y una voz dijo desde el cielo: Mateo 3 16 Después del bautismo, mientras Jesús salía del agua, y vio al Espíritu de Dios que descendía sobre él como una paloma. 17 Y una voz dijo desde el cielo: Gálatas 3 26 En efecto, todos ustedes,

Más detalles

Carlos Fuentes Teoría y Análisis

Carlos Fuentes Teoría y Análisis Universidad Autónoma de la Ciudad de México Noviembre de 2008 Carlos Fuentes Teoría y Análisis Dr. Lauro Zavala UAM Xochimilco Contenidos 1. Cómo presentar a un escritor Breve tipología de aproximaciones

Más detalles

Ancá. Diccionario Dialectal Peralêo - Peraleda de la Mata, Cáceres (España) En español: A casa de. En (o a) casa de. Referencias: Cá, Encá

Ancá. Diccionario Dialectal Peralêo - Peraleda de la Mata, Cáceres (España) En español: A casa de. En (o a) casa de. Referencias: Cá, Encá Diccionario Dialectal Peralêo - Peraleda de la Mata, Cáceres (España) Ancá En español: A casa de En (o a) casa de. Referencias: Cá, Encá Origen: Castellano antiguo. Nos entró a través del castellano antiguo.

Más detalles

-1- 4 de abril de Señores Consejo de Normas Internacionales de Contabilidad 30 Cannon Street Londres EC4M 6XH Reino Unido

-1- 4 de abril de Señores Consejo de Normas Internacionales de Contabilidad 30 Cannon Street Londres EC4M 6XH Reino Unido 4 de abril de 2017 Señores Consejo de Normas Internacionales de Contabilidad 30 Cannon Street Londres EC4M 6XH Reino Unido RE: Proyecto de Norma: Mejoras Anuales a las Normas NIIF Ciclo 2015-2017 Estimados

Más detalles

Novela: La boca del infierno. Autor: Juan José Gallego Tribaldos.

Novela: La boca del infierno. Autor: Juan José Gallego Tribaldos. Grupo de trabajo Animación a la lectura Curso: 2010/2011 Flora Jordán Ortiz (Profesora de Lengua e Inglés en el colegio La Inmaculada y San José de la Montaña). Blog de lectura: http://www.disfrutaleyendo.blogspot.com/

Más detalles

Actividades sobre la Ilíada

Actividades sobre la Ilíada Actividades sobre la Ilíada Homero. La cuestión homérica. Se conoce como la cuestión homérica a la polémica sobre si existió Homero o no. Algunos piensan que fue una figura real, un autor que escribió

Más detalles

www.juventudrebelde.cu El piquinini se elabora con harina, huevo, azúcar, mantequilla, y aceite o manteca pastelera. Autor: Yahily Hernández Porto Publicado: 21/09/2017 05:39 pm No tan «Piquininis» Hace

Más detalles

Normas de presentación de trabajos a Estudios Públicos

Normas de presentación de trabajos a Estudios Públicos Normas de presentación de trabajos a Estudios Públicos Estudios Públicos es una revista académica y multidisciplinaria de políticas públicas, editada por el Centro de Estudios Públicos (CEP), de Santaigo,

Más detalles

Comentario de textos narrativos - Texto

Comentario de textos narrativos - Texto Comentario de textos narrativos - Texto FRANCISCO DE QUEVEDO, EL BUSCÓN Yo, señor, soy de Segovia. Mi padre se llamó Clemente Pablo, natural del mismo pueblo; Dios le tenga en el cielo. Fue, tal como todos

Más detalles