DEFERRENCIA /INDIFERENCIA

El término DEFERENCIA procede de tres secuencias lingüísticas del latin o afijos: “de-“, que se usa para indicar “de arriba hacia abajo”. El verbo “fero”, que es sinónimo de “llevar”, y el sufijo “-encia”, que viene a indicar “acción o cualidad de un agente”.

Así que la palabra deferencia se usa para nombrar un testimonio o demostración de respeto o agradecimiento. Veamos un ejemplo de su uso: Mil gracias por la deferencia que has tenido conmigo, al hacerme participe de tu hallazgo.

La indiferencia, por otro lado, es un estado afectivo neutro. Solemos definir a una persona indiferente como alguien que “ni siente, ni padece”. Es un sentimiento que mantiene al margen a la persona que tiene esta condición. Sin embargo, cuando recibimos un zarpazo de indiferencia de alguien, sus garras nos producen heridas dolorosas. Un ejemplo de indiferencia es cuando nos dan la noticia de que un primo lejano ha fallecido. No sabíamos ni quién era; es la primera vez que oímos hablar de esa persona. La noticia nos deja bastante igual.

Acerca de Diccionario de Comunicaciones

Licenciado en Español y literatura, Magíster en lingüística. Investigador en lexicográfico. Publicaciones: Diccionario de Comunicaciones (tres ediciones), Manual de Expresión Escrita (dos ediciones).

Publicado el 18 julio, 2018 en D, I, lingüística. Añade a favoritos el enlace permanente. Deja un comentario.

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