¿Se puede abuchear a los políticos?

, protestar pacíficamente en la calle y, naturalmente, abuchear a los que gobiernan es un derecho amparado por la Constitución. Decirle a un político a la cara lo que se piensa de él y de la manera que hace su trabajo es libertad de expresión en estado puro. Ningún Gobierno que se diga democrático puede coartarla mediante leyes, normativas u ordenanzas.

, sólo las tiranías prohíben abuchear a los gobernantes. Cuando el poder se ejerce de un modo omnímodo, lo primero que hace el tirano es cortar de cuajo la libre expresión popular en calles y plazas. En las dictaduras de la Europa del este, en el franquismo o en la actual Cuba abuchear a un político es sinónimo de ser arrestado y cumplir penas de prisión. Y todo, simplemente por hablar.

, ni los gobernantes ni ningún político deben estar blindados ante la opinión pública. A falta de otra vías que no están al alcance del ciudadano medio, el abucheo canaliza el descontento popular y es un indicador del nivel de hartazgo e insatisfacción que soporta la ciudadanía. Un indicador que debería ser muy útil para el político víctima del abucheo.

, en la dramática situación que atraviesa España, con cinco millones de personas desempleadas que asisten impotentes al despilfarro y la desvergüenza de la casta gobernante cuando no, directamente, al saqueo de las arcas públicas, lo extraño es que no haya más abucheos. Un pueblo que increpa al político sin miedo a las consecuencias es un pueblo libre.

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