El einstenio

 

Einsteinium Poster sample

En la imagen se muestra Albert Einstein, el científico más famoso de todos los tiempos y, por tanto, una persona adecuada para dar su nombre a un elemento.

 

Lograr que le pongan tu nombre a un elemento no es cosa fácil. Ganar un Premio Nobel es trivial en comparación (hay más de 800 ganadores del premio Nobel y cada año se añaden más a la lista, pero solo hay un puñado de personas que han sido o puedan ser homenajeadas dando su nombre a un elemento). Einstein, sin embargo, era un ganador seguro. Era el científico más famoso de la historia cuando estaba vivo y medio siglo después de su muerte todavía tiene un agente en Holliwood encargado de cuidar su imagen.

 

Todos saben quién es Einstein, pero pocos saben que envió la carta más importante del siglo XX,  jamás escrita. Aún menos personas saben que esta carta no fue idea suya y que en realidad la mayor parte no la escribió el. Fue la carta que condujo a la creación de la bomba atómica.

 

La fisión nuclear ocurre cuando un núcleo atómico grande, digamos el núcleo de un átomo de uranio, se separa en dos núcleos más ligeros. A veces, esto sucede espontáneamente, pero si un neutrón golpea el tipo correcto de núcleo, puede desencadenar esta división inmediatamente. Cuando un núcleo se divide, de libera una gran cantidad de energía, pero también se libera algo más: uno o más neutrones.

 

El “o más” de la frase anterior fue lo que hizo que Leó Szilárd tuviera una repentina y profunda epifanía de un futuro oscuro en Southampton Row, en Londres, el 12 de septiembre de 1933. Se dio cuenta de que si alguien podía construir un dispositivo en el que un átomo en desintegración liberara dos neutrones, estos irían a golpear y separar dos átomos más, liberando cuatro neutrones, que causarían la fisión de cuatro átomos más y luego ocho y dieciséis … ¡La humanidad habría encontrado un camino directo al infierno!

 

Los cálculos más sencillos demostraban que si se pudiera iniciar y mantener una reacción nuclear en cadena, la cantidad de energía liberada sería mucho mayor que nada que se hubiera experimentado en la Tierra y sería difícil incluso concebir qué podría hacerse con algo así. Desafortunadamente, después de la experiencia de la Primera Guerra Mundial, Szilárd estaba bastante seguro de que no iba a gustarle el resultado.

 

Muy pronto, Szilárd se dio cuenta de dos cosas:

 

  1. Algo muy, pero que muy malo estaba gestando en la sociedad alemana.
  2. Muchos de los mejores físicos nucleares estaban trabajando para alemania.

 

La única cosa más espantosa para él que una reacción nuclear en cadena usada en una guerra era la idea de que la Alemania nazi lo hiciera primero.

 

Tomó la desgraciada decisión de escribirle una carta al presidente Roosevelt en la que le advertía que EE UU necesitaba lo que fuera que pudiera construirse, y hacerlo antes que los alemanes. Pero ¿Quién era él para escribir semejante carta?

 

Y así fue como Albert Einstein puso su nombre en la carta redactada para él por Leó Szilárd y arregló que se entregara personalmente a Franklim D. Roosevelt por medio de un amigo en quién confiaba. Cinco años, once meses y catorce días más tarde, el dispositivo nuclear llamado Trinity encenció el cielo sobre el desierto de Alamogordo.

 

Los alemanes nunca llegaron ni remotamente cerca, porque, por un lado, los científicos que trabajaban en Alemania fallaron por completo en su intento de convencer a los líderes, de modo que su bomba nunca pasó de ser un proyecto universitario de bajo presupuesto. Por el otro, la insistencia nazi en la pureza racial aira significó que la gente como Enrico Fermi se marchó a trabajar para los del otro bando.

 

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