¡Bienllegados a este blog!

Antes de dar inicio a este proyecto, me gustaría hacer un breve resumen de mis últimos años para entender el porqué de esta idea.

Luego de vivir los últimos 17 años desarraigado en 4 países, habiendo aprendido algunos idiomas y visitado otro lugares, creo que estaría bueno empezar a escribir mis memorias.

Todavía no tengo la menor idea si escribiré de lo que ya pasó o si procuraré acompañar este blog con mis viajes (o si escriba solo esta entrada y nunca más nada), pero prometo hacer lo que mejor me salga lo mejor que me salga.

Tanto para decir y no saber por donde empezar

Básicamente, me tocó mudarme por primera vez en mi vida a los 12 años. Salí de una metrópolis de decenas de millones de habitantes en Brasil para ir a vivir a una pequeña ciudad de 120 mil habitantes del interior de Uruguay. Fue un cambio muy fuerte y una de las cosas que más pensaba era cómo podría hacer para salir de allí y volver a mi querido país lo antes posible. No obstante, a los 12 años, no me restó otra opción que adaptarme y comenzar una nueva vida en el actual destino. La vida en Uruguay fue llena de lecciones. El mal que acechó a mi madre, el abandono de mi hermano y el espíritu positivo intachable de mi padre, fueron algunas de las sorpresas que nos brindó esta nueva etapa. Afortunadamente, el balance fue rotundamente positivo. El acercamiento de la familia y el vínculo generado con algunas de las amistades más importantes de mi vida fueron resultados completamente inesperados en esa ecuación y protagonistas que forjaron esta nueva personalidad, que permanece en cambio continuo desde aquel momento.

Al cabo de los años fui entendiendo la mecánica de las ciudades pequeñas, aprovechando las cortas distancias y sufriendo con la vida pública y la importancia social que adquirían los comentarios de personas que no me importaban.

La segunda partida: la primera solo

Al cumplir los 18 años, ya adaptado pero nunca olvidando que era extranjero tuve mi mayor revelación. Iría a estudiar a otro país. Fue así que organicé los papeles, planteé la situación a mi familia y me fui a vivir a Entre Ríos, Argentina a tan solo 60 km de la frontera uruguaya. Cambiando una pequeña ciudad por otra. Las distancias eran muy cortas y era una partida mucho menos significativa que la experimentada unos años atrás, adonde nunca había vuelto. Vivir en ese lugar, me permitía saciar mi voluntad de mudarme a otro país manteniendo todas las relaciones en Uruguay. «Volver a casa» fue una expresión que comenzó a tornarse difusa.

Durante la estadía universitaria fui generando vínculos – que incluso hoy son grandes amistades – de diferentes partes del país. Tuve la posibilidad de conocer ciudades de la provincia de Entre Ríos, en Argentina y de aprender más sobre una cultura local que desafortunadamente no es tan conocida pasando las fronteras del país. Hasta que me enteré de la beca..

[continuación]

Imagen de Raphael Labaca Castro en Flickr