Adenitis y abscesos piógenos cervicales

En el campo pediátrico las adenitis piógenas son comunes. De las tres regiones en que se divide la cara lateral del cuello ocupa especial interés la región esternocleidomastoidea o carotídea, porque en los dos tercios superiores de su capa submuscular celuloganglionar se encuentran de 15 a 30 ganglios (ganglios profundos del cuello o de la cadena carotídea) a los cuales van aparar casi todos los conductos linfáticos de la cara, la nuca, la porción cervicofacial y las vías digestivas y respiratorias. Estos ganglios forman una ancha masa extendida entre el músculo y la yugular interna y pueden originar numerosas infecciones, si se toma en cuenta el lugar de donde proceden los ganglios linfáticos aferentes.

Después de padecer poblemas importantes o vanales de las vías respiratorias, los niños suelen presentar adenitis intrascendentes que ceden con el proceso causante. En otras ocasiones, las adenitis toman un lugar sobresaliente en la patología del niño y motiva que los familiares se preocupen; al progresar la enfermedad, los ganglios linfáticos aumentan de volumen y se hacen dolorosos a los movimientos involuntarios de la cabeza, así como a los provocados. En estas condiciones es posible que aún no haya modificaciones de la piel, pero si la celulitis invade existirá enrojecimiento local.

Al establecerse la periadenitis, en el curso de unos cuantos días, los grandes ganglios endurecidos inician su licuefacción, la fiebre se eleva por arriba de 38 ºC y se establecen signos francos de supuración: edema, enrojecimiento, dolor, calor y fluctuación, lo que da una asimetría particular al cuello abombado, que presenta la piel lustrosa y tirante.

En ocasiones, con el uso de la antibioticoterapia los flemoses se enfrían y dejan al absceso frío en la región como única constancia del proceso, es decir, la hiportrofia ganglionar queda como única huella persistente.

En estas circunstancias se impone el diagnóstico diferencial con otras adenitis, sobre todo con las tuberculosas, en cuyo caso se requieren cuatro exámenes (tuberculina, teleradiografía de tórax, baciloscopia e inoculación en cuyo), que si resultan negativos invitarán al estudio mediante biopsia para descartar padecimientos tumorales. Los adenoflemones submentoniano, parotídeo y subtrapecial son menos comunes.




Adenitis y abscesos piógenos cervicales. 15 o 30 ganglios profundos del cuello (cadena carotídea), a los que van a parar los conductos linfáticos de la cara, nuca, vías digestivas y respiratorias superiores. Estafilococo, estreptococo, neumococo, M. Tuberculosae son comunes. Periadenitis, fiebre, dolor, edema ceden con antibióticos. Investigación focos sépticos (anillo de Waldeyer). Si se agrava el adenoflemón frío, drenajes.




La adenitis flemonosa rebelde a los tratamientos médicos, requiere a final la exéresis de los ganglios esternocleidomastoideos y carotideos. Incisión transversal siguiendo el pliegue de Langer más notorio.




Adenitis piógena. A la masa ganglionar carotidea van a parar los conductos linfáticos de la cara, la nuca, la región cervical anterior y de las porciones altas digestivas y respiratorias. El estafilococo, el estreptococo y el neumococo ubicados en la cadena de Waldeyer son los principales causantes de esta patología flemonosa ahora enfriada.